#Jardín interior
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Piedras luminosas
Las piedras luminosas son elementos de iluminación que se pueden utilizar tanto en interior cómo en exterior, ya que su resistencia a la intemperie es excelente, y con ellas podemos iluminar patios y jardines.
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Cómo lograr un jardín vertical sano en nuestro hogar
Los jardines verticales han ido ganando cada vez más terreno y se han convertido en tendencia en los últimos años, generando increíbles efectos en las fachadas de edificios residenciales y de oficinas, en hoteles y en locales comerciales, por mencionar algunos. Es que no solo aportan su singular belleza, acercando el verde de la naturaleza a la vida urbana, sino que mejoran el aire al ayudar a aumentar los índices de oxígeno y al contrarrestar los niveles de contaminación en las ciudades.
Si te gusta entonces este concepto y tomaste la decisión de replicar esta decoración vertical en alguna pared de tu hogar, es importante que continúes leyendo para conocer cuáles son los errores más frecuentes que se deben evitar, para lograr el objetivo de embellecer tus rincones con verde.
Error en la elección de plantas
uso de esta herramienta será meramente estético o para tener a mano las distintas hierbas aromáticas u hortalizas para cocinar, por ejemplo.
Teniendo esto en mente ya estaremos en condiciones de seleccionar las especies que sean aptas para tal fin. También, por supuesto, no será lo mismo si se trata de un jardín vertical de exterior o uno de interior, ya que las especies variarán según su ubicación.
No considerar el ambiente
Ligado al punto anterior, ya sea de interior como de exterior, la ubicación del mismo determinará las condiciones ambientales a las que las plantas se verán expuestas como la humedad, el calor, las corrientes de aire o viento y también la temperatura. Conocer la orientación y demás circunstancias nos permitirá elegir las especies que mejor se adapten a esas características.
No tener registro del posible tamaño final de las plantas
Es un error no tener en cuenta que, al tratarse de plantas que no son artificiales (que existen y funcionan muy bien también), éstas irán aumentando su tamaño, por lo que es conveniente no desconocer su volumen, una vez que han crecido, para determinar si nos sirven en ese espacio.
Muchas veces la elección de tener un jardín vertical en nuestro hogar se define por el deseo de introducir algo de verde en él, pero teniendo un espacio reducido para lograrlo, por lo que entonces se recurre a las paredes. Si las plantas tomaran más espacio de lo deseado, en ese caso, nos invadiría todo el ambiente.
Pretender regar manualmente como si estuvieran en macetas
El mantenimiento del muro natural es sumamente importante para que siempre nos brinde un buen aspecto, y es el riego uno de los factores cruciales que harán que el jardín vertical luzca sano y despliegue todo su encanto.
Pero se debe tomar en consideración que el sistema de riego es distinto al que comúnmente se utiliza debido a su posición. En este caso, el sistema más aconsejable es el de recurrir a un riego por goteo, con un método de canalización, que permite que el agua se distribuya de manera pareja. Y si estuviera automatizado lo ideal es contar con un sistema que nos asegure que funciona correctamente o de lo contrario, nos alerte si algo estuviera fallando.
Y la distribución de las plantas debería hacerse también recordando que aquellas que son más jóvenes precisan más cantidad de agua, por lo que lo recomendable es colocarlas en la zona inferior.
No brindarle la luz que precisa
Si se colocara el jardín vertical en un espacio donde no hubiera suficiente luz es importante proporcionarle iluminación a través de la luz artificial, ya que es necesaria para que progresen si no contaran con la luz natural.
Existen lámparas que estimulan el momento de la floración y de su crecimiento, como son el caso de las lámparas de sodio, las de aditivos, e incluso, las de LED.
También al momento de armar el muro verde se deben ubicar las plantas teniendo en cuenta la incidencia de la luz, ya que no es lo mismo el sector bajo que el sector alto del mismo.
Olvidarse del mantenimiento
Como mencionamos anteriormente, al no tratarse de plantas de plástico, es determinante realizar los cuidados básicos de mantenimiento para que nuestro jardín vertical tenga una larga vida útil. Revisar cada tanto que el sistema de riego funcione correctamente, aunque se encuentre automatizado, es una de las primeras medidas. Comprobar que la tierra se encuentre húmeda, en particular en las plantas de interior y rociar sus hojas con agua para que recuperen nuevamente el brillo y se limpien del polvo acumulado.
Luego se debe incluir el realizar una poda, si fuera necesario, quitando aquellas plantas que se encuentren afectadas por enfermedades o por plagas, y abonar aquellas que lo requieran con el fertilizante adecuado.
El control mensual del estado de nuestro jardín determinará que nuestro proyecto nos brinde los resultados que esperamos obtener por muchos años.
Es momento de dejar atrás las incertidumbres y convertir algún sector de tu hogar, ya sea la terraza, la cocina o cualquier pared interior o exterior que deseemos, en nuestro propio oasis verde.
Originally published at on https://thedecolife.com/ April 04, 2023.
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Con toda devoción - Matías Recalt & Enzo Vogrincic
Cap I. Cap II. Cap III. +18! Threesome, MeanDom!Mati & SoftDom!Enzo. Age gap, begging, dirty talk, fingering, nipple play, (breve alusión a) sexo anal, sexo oral, sexo con protección, (no tan breve alusión a un leve) subspace, voyeurismo implícito. Uso de español rioplatense.
El jardín está ahora casi desierto y la casa sumida en un silencio espectral.
Cuando rechazaste la ayuda para lavar y secar los platos fue porque no creíste que te arrepentirías tanto… Pero el arrepentimiento es porque negarte a ella significó dejar a todos los invitados en libertad y ver cómo se despedían, recibiendo y repartiendo abrazos por doquier, y abandonándote con la gravedad de cierta situación cuando la puerta se cerró a espaldas del último en marcharse.
La ventana de la cocina te permite ver a Matías y Enzo, de pie en el patio con una botella de cerveza y un cigarrillo en sus respectivas manos. Tu novio te da la espalda pero percibís por sus movimientos que está hablando de manera relajada, balanceando su peso sobre sus pies como si bailara al ritmo de una melodía que sólo él puede oír, y por su parte Enzo sólo asiente con una expresión de concentración y seriedad no tan inusual en él.
Observás con horror a Matías interrumpiendo sus movimientos y acercándose al uruguayo para hablarle al oído: cuando Enzo desvía su mirada hacia la ventana y encuentra tus ojos fijos en él el plato en tus manos cae sobre el fregadero y se hace pedazos, cobrándose también unos vasos. Intentás apartar los restos de vajilla destrozada para deshacerte de ella más tarde, pero tu corazón acelerado y la espuma en tus manos temblorosas dificultan la tarea.
Un pequeño grito deja tus labios cuando el cristal roto corta la piel de tus dedos.
-La puta que me parió…
-Qué boquita- reprocha Matías, observándote desde la puerta antes de acercarse-. A ver...
-No es nada- intentás zafarte de su agarre pero tira de tu muñeca con fuerza y te dirige una mirada a modo de advertencia, en su rostro una mueca de disgusto ante tu actitud-. Perdón.
-¿Qué pasó?- deja correr el agua sobre tu mano y siseás.
-Se me cayó un plato, nada más.
-No, pregunto qué pasó con vos.
-¿Por qué?
-Porque hoy te estabas portando re bien y ahora…- encoge los hombros en un gesto que significa molestia y decepción, su lado más estricto tirando de las cuerdas de su humor-. ¿Necesitás hablar de algo?
-No.
-Entonces portate bien, que hay gente.
-Pero él ya vio todo- susurrás, temiendo que Enzo logre oírlos desde el jardín.
Matías voltea lentamente y su expresión causa que un escalofrío recorra tu columna vertebral. Dirige su mirada hacia el techo y lo imitás, tu concentración permitiéndote oír los pasos en la planta superior de la casa. Tu novio hace que regreses tu atención a él besando tus heridas.
-Pero Santiago no- y la mano que no sostiene la tuya se dirige hacia el dobladillo de tu vestido, colándose por debajo de la tela para rozar tu ropa interior impregnada con los fluidos de ambos-. No querés que él también sepa que sos una putita, ¿o sí?
Te mordés el labio y negás: tu mente aún se encuentra en una especie de estado febril resultante de las actividades previas, por lo que se te dificulta comprender si en verdad está amenazando con castigarte y, por consecuente, con permitir que quienes pasarán la noche en la casa oigan tus gritos. Tus ojos vidriosos encuentran su mirada y te sonríe como si la situación fuera divertida.
-Andá arriba y esperame- besa tu pómulo-. Termino con los platos y voy.
Lo mirás confundida, pero obedecés y corrés hacia las escaleras. Ignorás la silueta en la puerta que da al jardín, por supuesto, y cuando te cruzás con Santiago en el corredor forzás una sonrisa que pretende lucir natural y amable, como si su presencia en la casa no fuera un inconveniente -y no lo es, pero eso sólo lo sabe la ahora ausente parte lógica de tu mente-.
Cerrás la puerta del baño a tus espaldas y te arrojás sobre el lavabo para refrescar tus mejillas ardientes, pero no es suficiente porque tus muslos manchados también comienzan a molestarte. Arrojás tu vestido sobre el cesto de la ropa sucia y también tu ropa interior arruinada y permitís que el agua tibia de la ducha se lleve cualquier remanente de la velada de tu cabello y tu piel, ya sea el aroma de la comida o los restos de tu novio.
Antes de dirigirte hacia la habitación borrás los rastros de maquillaje de tu rostro y una vez allí tomás una camiseta cualquiera, ya que tenés la seguridad de que no permanecerás vestida por mucho tiempo. La voz de Matías estaba lejos de ser amenazante; por el contrario, parecía ser la promesa de una recompensa cuya idea hace que te muerdas los labios y roces tus muslos.
Y es así como los ojos de Matías te encuentran en cuanto abre la puerta, con tu labio inferior enrojecido por la acción de tus dientes y tus piernas moviéndose de esa particular forma que delata tu necesidad. Se acerca con pasos cautelosos, como si temiera asustarte, y te enseña dos pequeñas tiras de vendaje adhesivas.
-¿Te acordás…- comienza mientras cubre tus heridas- cuando te pregunté a cuál de mis amigos te cogerías? ¿Qué fue lo que me dijiste…?
-Enzo- susurrás-. Pero…
-Y ahora sabemos que Enzo también te quiere coger- apretás los párpados con fuerza-. Con lo linda que sos, ¿cómo no va a querer?
Estás a punto de contestar, aunque no sabés muy bien qué decir, pero su voz te interrumpe.
-¿Qué decís vos? ¿Qué te parece si lo dejo cogerse esa conchita tan linda que tenés?
El temblor en tu cuerpo es confirmación suficiente, pero Matías sabe que no estás precisamente lúcida y que es su culpa: horas atrás deseaba arruinarte y hacer evidente que sólo le pertenecés a él, quería que la bruma en tus ojos y el letargo en los movimientos de tu cuerpo aturdido sirvieran para hacer comprender a Enzo el lugar que le corresponde.
Ahora sabe que disfrutaría más permitir que el mayor tenga el privilegio de probarte, ya que de esa forma sólo le quedarán los recuerdos y no poseerte dolerá aún más, pero primero necesita saber que sos consciente de lo que involucra su sugerencia y de que das tu consentimiento. Se arrodilla junto a tus piernas y toma tus manos, acariciando tus nudillos cuando ve que tus ojos permanecen fijos en la persona aguardando junto a la puerta.
Tus pupilas están dilatadas y tu respiración se acelera cuando le devolvés la mirada.
-Pero sólo si estás muy segura, ¿sí? Si no estás segura Enzo se va y mañana nadie habla de esto- besa tus manos y te sonríe-. Y si querés yo no me voy a enojar… Además te voy a estar cuidando todo el tiempo.
Respirás profundamente y cerrás los ojos antes de contestar.
-Sí, quiero- asegurás.
Los pasos de Enzo resuenan sobre la duela y cierra la puerta con delicadeza, distrayéndote y dándole a Matías una oportunidad para subir a la cama y arrastrarte para recostarte contra su pecho, arrugando tu camiseta en el proceso y dejando al descubierto tu centro desprovisto de ropa interior. Enzo no emite palabra alguna, sólo se limita a acompañarlos en la cama y sus dedos acarician la piel de tu tobillo antes de ascender y recorrer tu pierna hasta tu muslo.
-¿Puedo?
Te mordés el labio y asentís.
-Te vas a lastimar- dice, estirándose y utilizando su pulgar para liberar tu labio-. Y necesito palabras, ¿sí?
-Sí- contestás-. Sí, podés.
-Eso- te sonríe cómplice y separa tus piernas con suavidad-. Sos muy linda, ¿sabías? En todos lados…
Arrojás la cabeza hacia atrás en busca de consuelo, abrumada por la atención del mayor y la forma en que sus dedos erizan tu piel. Matías suelta una risa casi silenciosa contra tu cabello antes de besarlo, sus manos acariciando tus brazos con fuerza en contraste con los roces prácticamente imperceptibles que el otro deja sobre tu piel.
Un gemido mudo separa tus labios cuando sin previo aviso el pulgar del uruguayo se desliza sobre tus pliegues, traza una línea desde tu entrada hasta tu clítoris y comienza a dibujar suaves círculos allí. La mirada atenta de Matías sobre ambos es algo que Enzo escoge ignorar para concentrarse en cómo tu rostro se contrae en una mueca de placer cuando comienza a presionar más y más fuerte tu punto más sensible, gemido tras gemido surgiendo en tu garganta.
Y recién comienza…
-¿Querés que le cuente a Enzo cómo me apretaste la pija cuando lo viste?- negás-. ¿No? ¿Por qué no…?
-Me da vergüenza- admitís entre gemidos, cerrando los ojos para no tener que enfrentar sus miradas.
-¿Te da vergüenza?- pregunta Matías, fingiendo sorpresa-. Pero no te da vergüenza que…
-Dejala, Mati, pobrecita.
Dirige un dedo hacia tu entrada brillante y desliza el dígito de arriba abajo para esparcir la humedad sobre tus pliegues antes de introducir en tu interior la primera falange. Sólo eso basta para hacerte gemir con fuerza y tus piernas amenazan con cerrarse, pero Matías cubre tu boca con una mano y te sostiene por el muslo con la otra, restringiendo los movimientos de tu cadera y ahogando con su palma cualquier sonido que pueda delatarlos.
El intercambio de miradas entre ambos hombres es breve, casi fugaz, pero comprendés el significado que oculta cuando tu novio comienza a besar tu mejilla al tiempo que un dedo vuelve a deslizarse en tu interior y es recibido por tus paredes cálidas. Enzo no pierde el tiempo, curva el dígito en busca de tu punto dulce y cuando lo encuentra comienza a abusar de la sensibilidad que encuentra allí, complacido por tu respuesta y humedad.
Por si las caricias del hombre entre tus piernas no fueran suficiente, sentís la creciente erección de tu pareja contra tu espalda, palpitante e irradiando el calor suficiente para sentirlo a través de las prendas de ambos. Le dirigís una mirada suplicante, su mano aún cubriendo tu boca, y en sus ojos encontrás nada más que fascinación por la escena que se desarrolla frente a él: sólo cuando comenzás a sacudir la cabeza una sonrisa se apodera de sus labios y te permite hablar.
-Por favor, por favor, por favor- suplicás-. Voy a…
-Preguntale a Enzo.
Tus mejillas no arden, queman.
-Enzo, ¿puedo…?
-Sí, bebé, cuando vos quieras.
Cuando vos quieras es una expresión de amabilidad, porque Enzo separa aún más tus piernas para poder acercarse a tu centro y sus labios se adhieren a tu clítoris para succionar con una fuerza experta. La sensación basta para hacerte delirar y casi te distrae lo suficiente para no notar el breve instante en que retira el dedo de tu interior... para luego introducir dos.
El escozor que nace de la súbita dilatación de tu interior sensible te estimula aún más, aunque lo que finalmente te arroja hacia el precipicio son los gemidos de Enzo contra tu intimidad, la vibración de los mismos recorriéndote. Tus gritos no tienen oportunidad de llegar a oídos ajenos: Matías invade con sus dedos el interior de tu boca y provoca que las contracciones de tu garganta sean simultáneas a las de tu interior.
Enzo continúa con sus movimientos, estos volviéndose cada vez más lentos, y sólo se detiene al verte abrir los ojos. Tirás de la muñeca de tu novio y un hilo de saliva conecta tus labios con sus manos, pero este se corta cuando intentás hablar y el líquido mancha tu mentón. Tus lengua delinea tus labios resecos y te aclarás la garganta en un gesto que no debería resultarle tan tierno, pero tus brillantes ojos de párpados pesados están causando estragos en su mente.
-Gracias- susurrás.
-A vos- besa tu muslo y, tras un breve gesto de afirmación por parte de Matías, pregunta:- ¿Querés más?
-Sí, por favor- jadeás.
Matías, tan oportuno como siempre, le arroja el lubricante y un preservativo. Enzo los atrapa entre risas, como si la situación fuera algo cotidiano, y el verlos interactuar de una manera tan distendida mientras tu sanidad pende de un hilo hace que te sumerjas aún más en un estado mental de desesperación y necesidad, dispuesta a hacer lo que fuera por y para ellos.
Te resistís cuando Matías abandona su lugar, pero te tranquiliza el ver que comienza a desnudarse y regresa inmediatamente a la cama, arrodillándose junto a las almohadas sobre las cuales te dejó recostada. Tira de tu camiseta para dejarte completamente desnuda y masajea tus pechos mientras ambos observan con atención a Enzo, que se desnuda con fingida calma y se toma el tiempo necesario para doblar su ropa y luego dejarla acomodada sobre el escritorio.
Reprimís un gemido al apreciar las diferencias entre tus acompañantes. El contraste entre sus cuerpos –la varonil delicadeza de los rasgos de Matías y su tez blanquecina, la línea fuerte de la mandíbula de Enzo y sus músculos- y el saber que ambos están allí para darte placer hace que tu excitación manche las sábanas en tan sólo unos minutos. Tu novio golpea tus labios con dos dedos y abrís la boca lista para abrazar con tu calor su punta rosada, pero tus ojos están fijos sobre las venas en las manos de Enzo, que acaricia su miembro viendo tal imagen.
El colchón se hunde bajo el peso del mayor cuando regresa a la cama para reclamar nuevamente su lugar entre tus piernas, aferrándose a tu cuerpo como si temiera que te arrepientas. Desliza el látex sobre su extensión con cuidado y tras aplicar un poco de lubricante tira de su miembro una, dos, tres veces, arrojando la cabeza hacia atrás antes de recomponerse. Tus gemidos pueden deberse al gusto familiar que recorre tus lengua o al espectáculo que acabás de presenciar, no lo sabés, pero provocan que Matías comience a mover sus caderas.
Enzo deja caer unas gotas de lubricante en tu centro y utiliza su glande para esparcir el producto sobre tu entrada, la piel que la rodea y tus pliegues, manchando también tus muslos. El frío del producto te hace temblar y él se disculpa, sea el motivo el contraste entre temperaturas o el dolor que hace que te sobresaltes cuando comienza a penetrarte.
Un gemido resuena en toda la habitación cuando tu estrecha entrada y tu interior ardiente lo rodean. Te regala unos segundos para acostumbrarte a la sensación, segundos en los cuales se deleita viendo la desesperación y profundidad con que tomás el miembro en tu boca, tu cadera moviéndose en busca de mayor contacto con su cuerpo. Por un segundo se pregunta si acaso sería capaz de resistirse, pero considerando que se tocó oculto tras un árbol sólo por vos…
Sentís a Enzo rozando tu cérvix con cada gentil embestida y la sensación acompañada de los sonidos indecentes te hacen succionar con más fuerza, pero para Matías parece no ser suficiente la atención que le estás otorgando y tira fuertemente de tus pezones hasta que te estremecés de manera casi violenta. Las lágrimas que caen de tus ojos humedecen tus mejillas y la almohada bajo tu cabeza, pero tus gemidos no dejan de ser una constante entre las cuatro paredes.
Los movimientos de Enzo aumentan en intensidad y velocidad y su mano se cierra sobre tu cintura para poder ejercer cierto control sobre tu cuerpo. Decide también encargarse de tu clítoris y los pequeños círculos que sus dedos trazan hacen que te contraigas hasta hacerlo delirar: sabe que su mano o un juguete no podrán compararse jamás con tu interior y la manera divina en que parece succionarlo, así que decide prolongar el momento.
Protestás al sentirte vacía unos pocos minutos más tarde, pero te silencia deslizándose entre tus piernas una y otra vez y penetra tu entrada –que se contrae alrededor de nada- sólo con su punta durante un segundo o dos en cada ocasión. La fricción en combinación con el ardor de tus pezones te orilla hacia otro orgasmo y no recordás advertirles antes de que este se desate, pero entonces Matías se desliza fuera de tu boca y golpea tu mejilla, provocando con el impacto que una cantidad considerable de saliva brote de entre tus labios.
Enzo se detiene abruptamente -sin saber que así arruina aun más tu clímax- y estudia la situación para comprender si debe intervenir. Se siente fatal cuando su miembro palpita al ver que te llevás una mano a la mejilla para acariciar tu piel enrojecida.
-No pediste permiso- señala Matías-. ¿No te dije que te portaras bien?
-Sí, pero…
-Callate- ordena, haciéndole una seña a Enzo.
-Pero Enzo dijo…
Tanteás un terreno peligroso, lo sabés, pero sólo cerrás la boca cuando el rostro de tu novio se acerca peligrosamente al tuyo y ves brillando en sus ojos la segunda advertencia de la noche. Matías es más que capaz de interrumpir toda actividad para castigarte, por lo que suspirás de alivio cuando se aleja y Enzo te toma por debajo de los brazos para cambiar de posiciones. Coloca tu cuerpo sobre el suyo en un rápido movimiento, tu espalda contra su pecho y sus labios besando tu cuello y el lóbulo de tu oreja.
-Perdón- susurra y volteás a verlo-. No sabía que…
Le sonreís para librarlo de cualquier culpa y él no puede creer que incluso en tal estado, con las mejillas ardiendo y todo tipo de fluidos manchando tu rostro, aún te veas igual de tierna y dulce como lo hacías la tarde en que te conoció. En ese momento no imaginaba que algún día tendría el lujo de tocar tu cuerpo o sorprenderse por la dinámica que mantenés con Matías, pero... bueno, ignora cualquier recuerdo y apoya sus pies firmemente sobre el colchón.
Matías se coloca entre tus piernas y baña tu intimidad con lubricante, dejando que este gotee más allá de tu entrada suplicante. Su dedo se desliza desde tu clítoris hacia tu apertura siempre tan tentadora, separando tus pliegues antes de continuar su trayecto y presionar en otro pequeño agujero. La sorpresa te hace jadear y Enzo intenta consolarte masajeando tu cadera, pero es imposible cuando Matías comienza a jugar con tu cuerpo.
-Tenemos que probar algún día, ¿no?- susurra, arqueando una ceja-. ¿Te gustaría que te cojamos los dos al mismo tiempo…?
Asentís y dejás salir un grito cuando tus músculos ceden para permitir su entrada. Se limita a torturarte con la punta de su dedo, introduciéndolo y retirándolo una y otra vez hasta que ve la forma en que apretás tus párpados y las manos de Enzo sobre tu abdomen. La idea es más que tentadora, Matías sabe que serías un desastre y que en pocos minutos quedarías reducida a la nada misma, pero para ciertas cosas prefiere esperar un momento que sea sólo de los dos.
Toma el miembro de Enzo, sacándole un gemido que parece ser producto del placer y no sólo por haberlo tomado desprevenido, y lo dirige hacia tu interior. Tu desesperación no es algo que intentes ocultar y tampoco lo son tus gemidos cuando tomás toda la extensión del mayor, cuyas manos se cierran nuevamente sobre tu cadera para controlar tus más que erráticos movimientos.
El dulce sin sentido que el uruguayo susurra sólo para tus oídos se entremezcla con las palabras degradantes de tu novio, quien se encuentra masturbándose entre tus piernas y frotando casi distraídamente tu clítoris antes de llevar su mano hacia tu abdomen bajo y ejercer presión.
Sólo podés gritar.
Debería ser vergonzosa la sensibilidad de tu cuerpo, la facilidad y el control que ambos tienen sobre todas y cada una de tus terminaciones nerviosas, pero no podés pensar en ello mientras sentís el cuerpo de Enzo fusionándose con el tuyo y las manos de Matías estimulándote para acercarte más hacia esa confusa línea entre el placer y el dolor.
Los dedos de tus pies se contraen y cuando buscás algo o alguien para aferrarte tus manos acaban sobre tus pechos que suben y bajan a cada movimiento. Arrojás la cabeza hacia atrás y Enzo acaricia tu mejilla con la suya, desesperado como nunca antes lo habías visto. Besa tu rostro y luego encuentra tus labios, su lengua recorriendo el interior de tu boca de manera obscena y silenciando por un instante tus gemidos y gritos pornográficos.
-Mati...- te quejás cuando los dedos en tu cadera reafirman su agarre-. Mati, ¿puedo? ¿Enzo…?
-Sí.
Tu cuerpo es víctima de los espasmos que tu orgasmo provoca y el placer abrumador que te recorre de pies a cabeza es suficiente para perder por completo la razón. Los movimientos de tus acompañantes no cesan y de tu boca sale un hilo de palabras incomprensibles y agudos sonidos patéticos cuando tu liberación moja tus pliegues y el miembro de Enzo. También recorre su pelvis y el interior de sus muslos y humedece las sábanas hasta oscurecerlas.
El calor del líquido blanquecino que mancha tu piel y salpica tus pechos –alguna que otra gota cayendo sobre tu centro, el miembro de Enzo arrastrándolas hacia tu interior- hace que los músculos de tu abdomen se contraigan al igual que tus paredes... y entonces lo sentís: el palpitar del miembro en tu interior mientras los dientes de Enzo rozan tu hombro y sus palabras se enredan en la punta de su lengua, tu cerebro registrando algún que otro tierno apodo.
Una respiración temblorosa deja tus labios.
-Bebé…
Aún en tu estado de agotamiento y desorientación reconocés la voz de Matías y te forzás a abrir los ojos. Te sonríe y cuando acaricia tu mejilla perseguís el contacto y confort de su mano.
-Estoy bien.
-¿Segura?- cuestiona Enzo. Se aparta con cuidado y te recuesta sobre el colchón-. Por un momento pareció que…
El familiar sonido de la madera llama tu atención y mirás en dirección hacia la puerta: Enzo no podía saber que tiene que asegurarse de cerrarla bien, por lo que no te sorprende encontrar una apertura milimétrica y que la tenue luz del corredor te permita distinguir la silueta que se aleja.
La voz de los tres se tiñe de horror cuando intercambian una mirada y dicen al unísono:
-Santiago.
Notas de Lu: Y colorín colorado, este cuento se ha acabado... creo. taglist: @madame-fear @creative-heart @recaltiente @llorented @chiquititamia @delusionalgirlplace ♡
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Escrútame los ojos, sorpréndeme la boca, Sujeta entre tus manos esta cabeza loca; Dame a beber veneno, el malvado veneno Que te moja los labios a pesar de ser bueno. Pero no me preguntes, no me preguntes nada De porqué lloré tanto en la noche pasada; Las mujeres lloramos sin saber, porque sí: Es esto de los llantos pasaje baladí. Bien se ve que tenemos adentro un mar oculto, Un mar un poco torpe, ligeramente estulto. Que se asoma a los ojos con bastante frecuencia y hasta lo manejamos con una dúctil ciencia. No preguntes, amado, lo debes sospechar, En la noche pasada no estaba quieto el mar, Nada más. Tempestades que las trae y las lleva Un viento que nos marca cada vez costa nueva. Sí, vanas mariposas sobre jardín de Enero, Nuestro interior es todo sin equilibrio y huero. Luz de cristalería, fruto de carnaval Decorado en escamas de serpientes del mal. Así somos, ¿no es cierto? Ya lo dijo el poeta. Movilidad absurda de inconsciente coqueta. Deseamos y gustamos la miel de cada copa. Y en el cerebro habernos un poquito de estopa. Bien; no, no me preguntes. Torpeza de mujer, Capricho, amado mío, capricho debe ser. Oh, déjame que ría… ¿No ves qué tarde hermosa? Espínate las manos y córtame esa rosa.
CAPRICHO de Alfonsina Storni
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10. Musas
Alimento un agujero negro en mi interior con musas descuartizadas, ellas son un viaje infinito, pero me extingo en un pálpito, en busca de la luz, que en oscuras sombras, no se transforma.
En el abismo de mi ser, un negro sol se oculta, sus rayos de amor, a las musas inmola, su danza tímida, con melancolía en su manto, me envuelve, y en el silencio, su voz profunda retumba.
Mis musas, cual flores en la tormenta, se resguardan en el lienzo de mi poesía, para crear el inicio de otro ciclo antiguo, donde el arte, en su esencia, mi dolor disuelve.
En el jardín de la noche, la muerte, susurra el final de este viaje y el umbral, hacia lo desconocido se alumbra, la luz de una estrella sincera teje la trama de un destino ya cumplido.
Julsen Bastian; Adiós visceral
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Revista Conexión Manga | Diabolik Lovers More, Blood: un sangriento romance (2015)
(Notita: Esta revista la adquirí en el año 2015, eso quiere decir que es posible que tenga algunos daños y este bastante desgastada; de hecho, ya no tengo en mi posesión el póster de los diaboys que venía con ella. De igual forma, tengan en mente de que trataré de mostrar lo más que pueda de la edición para que puedan ver la información que proporciona. ♡ )
Autor: Izzaki.
Año de publicación: 2015.
Título: Diabolik Lovers More, Blood: un sangriento romance.
Lugar de publicación: México.
Editorial: Editoposter.
Número de la revista: 327
© Rejet/Zexcs/2015
Para los que desconocen a Conexión Manga.
Está saga de revistas son exclusivamente mexicanas, tenían el propósito de dar un lugar exclusivo al anime, manga y la cultura japonesa dentro de sus diferentes secciones. Sin embargo, lamentablemente —chispas y más chispas— dejaron de producirse ya que recibieron múltiples quejas de la enorme desinformación que daban; no sólo de las franquicias presentadas, sino que también de la cultura a grandes escalas. Aquí yo pondré la revista tal y como viene escrita (eso incluye posibles errores ortográficos) sin ninguna especie de cambio. ¡Ahora sí! A darle.
La historia de Diabolik Lovers está basada en una serie de juegos tipo visual novel para el PS Vita, que ya ha tenido dos adaptaciones al anime; la primera en 2013 y la segunda temporada, de la que hoy nos ocuparemos.
Esta serie tiene mucho de oscuro, algo de misterioso y mucho de sensual. Si ya jugaron el juego encontrarán muchas similitudes en la historia, y si no, no se preocupen, pues Diabolik Lovers nos lleva de la mano al interior de las vidas y motivaciones de este sexi grupo de vampiros.
Viviendo entre vampiros.
Como recordarán la protagonista de esta historia es Yui Komori, una chica de 17 años con una vida normal, hasta que su papá, que dirige una iglesia, debe mudarse por su trabajo y ella comienza a estudiar la prepa de noche y a vivir en la mansión de los hermanos Sakamaki.
Los seis chicos son algo extraños e intimidantes, pero lo que más destaca de ellos es que son vampiros. Todos tienen interés en Yui y en su sangre, y una vez que ella hace este descubrimiento su vida no vuelve a ser igual.
Ha pasado ya un mes desde que la chica vive en la mansión de los Sakamaki, entonces empieza a tener extraños sueños en donde una voz la llama Eva.
Se despierta algo agitada, sólo para encontrarse los trillizos Ayato, Kanato y Raito junto a su cama, observándola. Los chicos quieren beber de su sangre, los tres a la vez, y están a punto de hacerlo cuando Reiji los interrumpe diciendo que es muy temprano para esas cosas.
Los Mukami al ataque.
Camino a la escuela todos van juntos en el auto y las discusiones y comentarios pervertidos no se hacen esperar, mientras que Shu se aísla escuchando música en sus audífonos. De pronto el coche hace un brusco giro, choca y se incendia. Nadie sale herido, pero los hermanos saben que éste no es un accidente normal. En la distancia se ve a cuatro chicos: los hermanos Mukami, responsables de lo que acaba de pasar.
El secuestro.
Yui queda algo perturbada por los eventos del día anterior y, como no puede dormir, da un paseo por el jardín; de pronto escucha de nuevo la voz que le dice Eva, y al voltear se topa con Kou, Yuma y Azusa los hermanos Mukami, que le cierran el paso. Ella huye como puede, sólo para encontrarse con Ruki, el mayor de los Mukami, que la secuestra.
La chica despierta en la mansión de los Mukami, quienes se presentan ante ella y le dicen que ahora vivirá en su casa, pues es portadora de la sangre de Eva y estando con ellos podrá encontrar un Adán.
Ahora, al menos Yui sabe el significado de sus extraños sueños, pero no quiere quedarse con estos chicos. Más tarde, Ruki la acorrala y bebe de su sangre mientras un extraño murciélago los observa por la ventana. Mientras tanto, los Sakamaki se preguntan por el paradero de Yui, pero creen que de algún modo regresará sola.
El placer del dolor.
En la mañana Yui se sorprende al ver lo cercanos que son los hermanos Mukami, a diferencia de las constantes riñas y distanciamientos de los Sakamaki. Sin embargo, su sonrisa se borra pronto, pues los chicos Mukami le prohíben ir a la escuela, pues podría escapar.
Azusa, el menor de los Mukami, se queda a vigilar a la chica y la lleva a su cuarto, donde le enseña su colección de preciados cuchillos. Pero las cosas empiezan a ponerse extrañas cuando Azusa quiere ver a Yui cortarse con un afilado cuchillo o bien que lo corte a él.
En el forcejeo Azusa resulta herido, lo que le da placer y desconcierta a Yui. La verdad es que cuando Azusa era niño era maltratado constantemente y al ver que al sufrir los demás eran felices, empezó a relacionar el ser lastimado con sentirse bien. Después, a cambio de la cortada que recibió, él succiona la sangre de Yui, preguntándose si es el elegido.
Humanidad perdida.
Después, Yui pasa el día con Yuma, quien la lleva a su jardín y le enseña sus cultivos, al final termina bebiendo de su sangre. El turno siguiente es de Kou, quien aprovecha su atractivo y trabaja como idol. Él cree que todo en la vida funciona dando algo a cambio, y le regala rosas a Yui esperando su sangre a cambio, pero ella no lo entiende y Kou se desespera y destruye las flores, para después beber de la chica a la fuerza.
Lo que Yui aprende es que cada uno de los hermanos Mukami tiene un pasado tormentoso que de algún modo los llevó a convertirse en vampiros —sabemos que Karlheinz está detrás de esto.
Los Mukami dejan que por fin Yui vaya a la escuela, y ella aprovecha para volver con los Sakamaki. Subaru confronta Yui en el techo de la escuela, exigiéndole respuestas, como si hubiera sido su decisión irse con los Mukami.
Pero entonces Kou interrumpe.
La libertad de Yui dura poco pues pronto vuelve con los Mukami. Yuma, después de recapturarla le pregunta por Shu y ella cuenta lo que sabe. Yuma parece ser alguien que Shu conoció hace mucho tiempo. Esta vez Yui es encerrada y usada como fuente de sangre hasta que es rescatada por Ayato, quien se enfurece al ver las marcas que cubren su cuerpo. A estas alturas es obvio que habrá pleito entre ambos grupos de vampiros, con Yui, como siempre, en medio de todo.
En conclusión.
Esta segunda temporada de Diabolik Lovers sigue la línea argumental del juego, siendo una adaptación fiel. Esta vez la serie se centra en profundizar más en las personalidades de los hermanos Mukami.
Diabolik Lovers: More, Blood es una serie interesante, visualmente muy atractiva y con buen transfondo que te invita a conocer al juego, y a dejarte llevar por la oscura seducción de estos vampiros. ¿Aún no caes? ¡Sólo mírala y déjate llevar!
¡Hasta la próxima y que la Fuerza los acompañe!
Ficha técnica.
Anime: shojo
Género: drama, harem inverso, romance, sobrenatural
Idea original: Rejet
Director: Risako Yoshida
Diseño de personajes: Yuuko Kahiro
Música: Saki
Estudio: Zexcs
Episodios: 12
Seiyuus:
Yui Komori: Rie Suegara
Shu Sakamaki: Kosuke Toriumi
Reiji Sakamaki: Katsuyuki Konishi
Raito Sakamaki: Daisuke Hirakawa
Ayato Sakamaki: Hikaru Midorikawa
Kanato Sakamaki: Yuuki Kaji
Subaru Sakamaki: Takashi Kondo
Kou Mukami: Ryohei Kimura
Ruki Mukami: Takahiro Sakurai
Asuza Mukami: Daisuke Kishio
Yuma Mukami: Tatsuhisa Suzuki
#diabolik lovers#diaboliklovers#diaboys#diahell#dialovers#sakamaki brothers#shu sakamaki#reiji sakamaki#laito sakamaki#kanato sakamaki#ayato sakamaki#subaru sakamaki#mukami brothers#ruki mukami#kou mukami#yuma mukami#azusa mukami#carla tsukinami#(although he's not mentioned)#yui komori#magazine#my merch#otomegames#otome
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Reiji Sakamaki Chaos Lineage Euphoria END
[Capítulo 15]
Yui: (Ya no siento que estemos cayendo… ¿Qué nos pasó?)
Yui: (Supongo que caímos al fondo del acantilado… y fallecimos.)
Sócrates: No imaginé que las piezas elegirían por voluntad propia caer del tablero. No había predicho tal resultado.
Yui: (¿Sócrates-san…?)
Sócrates: Si caen en la grieta entre dimensiones jamás podrán volver a su hogar. Incluso podrían desaparecer.
Sócrates: ¿Por qué saltaron desde allí?
Yui: (Pues…)
Yui: Para que vieras nuestra determinación. La determinación de Reiji-san y la mía.
Yui: Además, este fue el mejor plan que se le ocurrió a Reiji-san.
Yui: Y si ese era el caso, entonces yo iba a apoyarlo sin dudar.
Sócrates: Ya veo… Así que este es el vínculo de Adán y Eva.
Sócrates: Mi experimento ha llegado a su fin. No hay duda de que existe verdadero amor entre ustedes dos.
Sócrates: Ahora pueden hacer lo que os plazca—
Yui: ¡Ah, espera!
Lugar: Habitación cerrada • Luz interior
Yui: Nn…
Yui: (¿E-eh…? ¿En dónde estoy…?)
Reiji: Oh, veo que también has despertado.
Yui: ¡Reiji-san! ¡Estás bien!
Reiji: Esa es mi línea. Dormías tan profundamente que empezaba a asumir lo peor.
Reiji: Sin embargo… hemos salido a salvo.
Yui: Ah…
Yui: (Es verdad, saltamos del acantilado, pero no tenemos ni un solo rasguño. Además, esta habitación…)
Yui: (¡Logramos salir del jardín en miniatura!)
Yui: Que bien… De verdad, ¿de verdad salimos?
Reiji: Sí, así parece.
Yui: Reiji-san, ¡que bien…!
Reiji: …Parece que no se te quita el mal hábito de saltar de la nada a mis brazos.
Yui: E-es que estoy muy feliz… Estabas pasando demasiados problemas allí.
Yui: Pero ahora no tenemos que preocuparnos de nada…
Reiji: Sí, no te preocupes. Ya… todo está bien.
Yui: (Reiji-san me está abrazando con firmeza. Sus brazos son reconfortantes…)
Yui: (¡Al fin escapamos de esa dimensión cerrada…!)
Laito: Ah~ menudo show nos están mostrando.
Yui: ¡¿Eh?!
Laito: Estamos junto a ustedes y ni siquiera nos notaron.
Kanato: Con solo verlos ardo en furia. Hagan eso cuando estén a solas.
Yui: ¡¿C-Chicos?!
Shu: No solo estamos nosotros. Miren alrededor.
Yui: ¿Eh…?
Yui: (¡Los Mukami! Y también están Carla-san y Shin-kun… ¡Incluso Kino-kun!)
Subaru: Los demás siguen durmiendo. Aunque eventualmente despertarán.
Yui: Ya veo… Todos logramos salir del jardín en miniatura…
Reiji: Parece que mi hipótesis fue correcta. Aunque de ser posible me gustaría no volver a efectuar una apuesta tan arriesgada.
Yui: No digas eso. Estuviste genial al momento de tomar esa decisión.
Reiji: Pues gracias.
???: Veo que mi amigo les causó un problema colosal.
Yui: ¿Eh…?
Reiji: ¡Padre…!
Yui: ¡¿Karl Heinz-san?!
Karl Heinz: Hace tiempo que no te veía, Eva. Y tampoco a ustedes, hijos míos.
Kanato: ¿Qué haces aquí, padre?
Karl Heinz: Esta es una habitación del castillo de Edén. No es extraño que esté aquí.
Karl Heinz: Además, escuché que el experimento del jardín cerrado finalizó, así que vine a verlos.
Ayato: Me lo imaginaba. Ese supuesto amigo tuyo…
Ayato: Él hizo todo. ¡Pero seguro estaba siguiendo tus órdenes!
Karl Heinz: No, me temo que esta vez actuó sin mi supervisión.
Karl Heinz: Jamás imaginé que mi amigo podría tener dudas sobre mi decisión. Parece que mientras más cerca tienes a alguien más difícil es comprenderlo.
Laito: Dices eso, pero es difícil creerte.
Subaru: De hecho, ¡¿si sabías sobre esto por qué no nos ayudaste?!
Karl Heinz: Porque era un juego interesante. Así que quise observarlo.
Subaru: ¿Qué…? ¡Nuestra vida estaba en juego, maldito…!
Reiji: Por favor guarden silencio. Están siendo maleducados.
Subaru: Tsk…
Karl Heinz: Observé todo lo ocurrido en el jardín en miniatura y he llegado a una conclusión.
Karl Heinz: El día de hoy tenía la intención de heredarle mis poderes y el trono a uno de mis hijos.
Yui: ¡¿Eh?!
Reiji: ¿Vuestro poder… y el trono de rey?
Karl Heinz: Exactamente. Ya había decidido quien era digno de heredarlos, pero tras ver lo ocurrido en el jardín en miniatura lo he confirmado.
Karl Heinz: Mi poder… Reiji, tú lo heredarás.
Reiji: ¿Yo…?
Yui: ¿Reiji-san se convertirá en el rey de los vampiros?
Ayato: ¿Hablas en serio? ¡¿Por qué él?!
Shu: …
Yui: (Convertirse en el heredero de Karl Heinz-san… Ese era el sueño de Reiji-san.)
Yui: (¿Pero… le parecerá bien?)
Karl Heinz: ¿Qué sucede Reiji? Arrodíllate frente a mí. Te daré todo lo que tengo.
Reiji: …Vuestro poder y el trono del rey vampiro.
Reiji: Es un regalo demasiado grande para mí…
Karl Heinz: Pero se supone que esto era lo que querías, desde tu dulce infancia.
Karl Heinz: Maduraste como Adán, ya no tengo ninguna duda. Vamos… recíbelo.
Yui: Reiji-san…
Reiji: Vuestras palabras me halagan. Sin embargo—
Reiji: No puedo aceptarlo.
Yui: ¡¿Eh?!
Ayato: ¿Por qué…?
Reiji: Yo no soy quien debe heredar ese poder. Existe un candidato mejor calificado para eso.
Reiji: Cada uno tiene un lugar en la vida en el que puede ejercer su propio poder. Ese hombre es más adecuado para sentarse en el trono.
Yui: (Ah… ¿Habla de Shu-san?)
Shu: …Oye. Yo no quiero eso.
Reiji: Lo sé.
Reiji: Padre, lamento el inconveniente, pero por favor continúe en el trono.
Reiji: Me temo que aún… no es momento de que alguien herede el trono. ¿Podría esperar un poco más?
Reiji: Cuando el momento llegue le prometo que cumpliré con mi deber. Y emplearé al máximo mis habilidades.
Karl Heinz: …Entiendo. Así que esa es la decisión de Adán.
Karl Heinz: Analizaste a los demás y también a ti mismo. Eso demuestra que tu corazón es bastante humano.
Karl Heinz: Eva.
Yui: ¡S-sí!
Karl Heinz: El Adán al que elegiste ha avanzado en la dirección correcta. Espero que lo sigas guiando.
Yui: No sé… si podré guiarlo. Sin embargo—
Yui: Estaré a su lado, sin importar qué suceda.
Karl Heinz: Esas palabras son más que suficiente.
Karl Heinz: Dejaré la sucesión del trono para otra ocasión. Hasta entonces estaré vigilando el destino de Adán y Eva.
Kanato: Ah, padre ha…
Subaru: Dijo lo que quiso y desapareció.
Yui: (Karl Heinz-san… ¿Habrá aceptado lo que le dijo Reiji-san?
Yui: (Estoy segura de que sí…)
Shu: …Reiji, espero que no te arrepientas.
Reiji: No he caído tan bajo como para que debas tenerme compasión. No hay forma de que vaya a arrepentirme.
Yui: ¿De verdad estás seguro de esto? A final serás quien se convierta en el heredero de Karl Heinz-san…
Reiji: Está bien. En aquel jardín en miniatura tú fuiste quien me lo dijo.
Reiji: Sin importar quien me juzgue, no podrán negar mis habilidades.
Reiji: Si existe un lugar en el que mis habilidades puedan ser aprovechadas, entonces seguiré esforzándome hasta alcanzar mi máximo potencial.
Yui: Reiji-san…
Reiji: Además, para mí lo más importante no es el trono del rey.
Yui: ¿Eh? ¿De verdad?
Reiji: Así es… Para mí tú eres lo más valioso que existe.
Yui: ¡…!
Reiji: Procura no separarte de mí, ¿entendido?
Yui: ¡…Sí!
Monólogo:
“Tras la destrucción del jardín en miniatura la prueba de Adán y Eva llego a su fin. Aquel calvario ha terminado.
Luego de que todos despertaran cada uno volvió a sus vidas cotidianas. Y nosotros luego de tanto tiempo regresamos a la mansión Sakamaki.
Hoy también vivo mi vida como de costumbre.
Junto a mi amado—“
Lugar: Habitación de Reiji • Noche
Yui: ¡¿Kyaa?!
Yui: (Ay… no… Rompí uno de los valiosos platos de Reiji-san…)
Yui: ¿Q-q-qué hago? Podría usar pegamento— No, lo descubriría.
Yui: No tengo más opción que disculparme, aunque estoy segura de que me castigará…
Reiji: Sí, me alegra saber que me conozcas tan bien.
Yui: ¡¿Kyaa?!
Yui: ¿Reiji-san? ¡¿Cuándo llegaste?!
Reiji: Acabo de llegar. Nunca aprendes tu lección.
Reiji: Acabamos de volver del jardín en miniatura y ya estás destruyendo mi colección…
Yui: Lo siento…
Yui: (No debí emocionarme tanto solo porque me pidió que limpiara su habitación…)
Yui: (No aprendí nada del desastre que ocurrió en el jardín en miniatura…)
Reiji: ¿Entonces? Veo que ya sabes qué sucederá, pero igualmente preguntaré. ¿Qué debes hacer ahora?
Yui: L-lo lamento profundamente…
Reiji: ¿Y?
Yui: N-no volveré a hacerlo…
Reiji: ¿Y?
Yui: (Uuh… Si no lo digo no va a perdonarme.)
Yui: P-por favor castígame…
Reiji: …Fufufu… No es algo que deberías decir estando sonrojada.
Yui: ¡P-pero es que!
Reiji: Está bien. Parece que me toca castigarte. Ven aquí.
Yui: ¡Ah…!
Yui: R-Reiji-san… Acabo de romper uno de tus platos, pero se te ve feliz.
Reiji: Debe ser tu imaginación. Más importante, ¿has reflexionado?
Yui: ¡P-por supuesto!
Reiji: Entonces… ofréceme tu sangre para compensar tu error. Nn…
Yui: ¡Kya!
Yui: (Solo me besó, pero ahora tengo calor…)
Reiji: Eres insoportable… te estoy castigando y te alegras.
Yui: N-no estoy feliz…
Yui: …
Reiji: ¿Qué sucede?
Yui: No… Creo que sí estoy feliz…
Yui: Porque puedo estar a tu lado sin ninguna preocupación…
Reiji: Otra vez diciendo algo tan encantador. En tal caso no me contendré. Nn… Aah…
Yui: Aah… Nn…
Reiji: Tu sangre es tan deliciosa como siempre. Incluso tu voz temblorosa me encanta.
Reiji: Yo también estoy feliz de poder tocarte sin tener que restringirme.
Reiji: En aquella mansión debía tener cuidado de las miradas de los demás.
Yui: T-tampoco eras tan precavido…
Reiji: Aunque no lo creas me estaba conteniendo. Sin embargo, ya no necesito hacerlo.
[Si tocas las flores:
Cabeza de Yui: Tu hogar es mi hogar.
Hombro de Yui: Ya no necesito contenerme contigo. Hay cosas que no pueden transmitirse solo con palabras y actitudes.]
Reiji: Este es un castigo, así que lo haré un poco más fuerte. Aah… Nn…
Yui: ¿Eh? ¡¿Más fuerte?! ¡Espera…! ¡Ah… Nn…!
Reiji: No esperaré. Déjame dominarte.
Yui: Reiji-san, ¿no crees que eres… más agresivo que antes?
Reiji: Quién sabe. Pero he comprobado algo.
Reiji: Mis sentimientos por ti han crecido tanto que jamás podré negarlos.
Reiji. Sigue apoyándome. Es gracias a tu apoyo que soy capaz de demostrar mis habilidades.
Yui: Si me necesitas… entonces lo haré.
Reiji: Buena respuesta… Nn.
Yui: ¡Hyaa! ¡Reiji-san!
Yui: (Tengo la sensación de que mi vida cotidiana ha cambiado levemente.)
Yui: (A partir de hoy y siempre, yo estaré a su lado, apoyándolo.)
Yui: (Mientras disfrutamos de la felicidad de esta paz cotidiana—)
~Fin~
[Labyrinth END]
[Masterpost]
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#traducción al español#diabolik lovers#mi traducción#reiji sakamaki#diabolik lovers chaos lineage#euphoria END
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Te fuiste antes de pasar por mi.
Hay tantas cosas que no me viste hacer, y me enoja, me entristece que no conocieras mi alma de verdad. Que te asustaras con el principio y no conozcas mi todo. Me enoja que no pudieras verme bailar las canciones que me gustan en un día feliz, o que probaras mis otras especialidades a demás del budín.
Hay tantas cosas, tanto que no pudiste ver en mi y me rompe con solo pensarlo, no conociste mis números favoritos, ni las historias de mis muñecas, de mis lastimaduras y cicatrices. No pudiste verme en un día nublado temblando del frio, con la garganta hecha pedazos y contarte con mucha alegría que me quede despierta toda la noche escuchando un audiolibro que enganche por alguna red social, no sabrás a cuantas personas bese, ni a cuentas le negué el beso, no conocerás las historias que tengo sobre mi niñez y no podrás verme llorar con películas donde cantan.
No sabrás la verdadera razón de porque contigo todo y con resto nada, no sabrás nunca que los chicos nunca me gustaron y tu destacaste ante el resto.
Hay tantas cosas que no sabrás y hay tantas que nunca me verás hacer, no podrás verme tocar el piano y cantar un ingles desastroso, no me veras volverme loca con las canciones de Demi Lovato, ni me verás emocionada porque me gané un sorteo falso en Instagram, no lo harás, porque decidiste irte al principio… cuando no había nada, cuando no te mostré nada de lo que soy. No me veras limpiar mi cuarto con pocas ganas, pero con el deseo de que se vea completamente limpio, no me verás podar mi jardín cualquier día a cualquier hora y no me veras nunca más sonreírte. Nunca podré mostrarme mi libro de cuentos favorito, el que leía de niña y el que leo cuando necesito volver a sentirme una. No conocerás mi colección de tazas, de botellas, de vasos y de cartas que escribo desde los 11 años.
No conocerás mi vida entera y no me conocerás a mí.
No me veras nerviosa antes de salir a la calle, no me verás discutir con extraños, ni pelear con el del servicio del internet, no podrás verme en mis peores días cuando todo se me cae a pedazos y lo único que me saca a flote es un deseo de mi interior… uno que nunca podrás conocer.
¡Si tan solo te quedabas! ¡Si tan solo me amabas de verdad y no por confusión!
Si tan solo te hubieras quedado… yo te habría de mostrar mi alma entera, mis verdaderos sueños, mis deseos, mis afirmaciones y te contaría la razón de porque hay lugares que no puedo frecuentar. Te contaría porque me levanto muy temprano, porque tengo una obsesión con el numero cuatro y porque me aterra que llegue la fecha de mi cumpleaños.
Hay tantas cosas que no viste de mí, nunca sabrás porque duermo con almohadas a los costados, porque no me baño temprano y porque escondo… a veces… mis anillos.
Nunca me verás sin mis collares, sin mis antejos, sin los tatuajes, sin las cicatrices, sin pintar y con el cabello desordenado, nunca me verás.
¡Si tan solo te hubiera enamorado de mí! ¡Si tan solo me hubieras amado como yo a ti si!
No soy mala, solo necesitaba que te quedarás y comprendas el porque a veces no puedo ser yo.
#escrituras#verdades#desamor#letras#lo que escribo#lo que siento#lo que pienso#textos#sentimientos#notas d enoches#olvido#despedida#notas tristes#cita#libertad#poemas#emociones#lagrimas#fragmentos#dolor del alma#frases tristes#amore triste#pasado#notas de amor#frases de la vida#ser#frases#citas#textos en la noche#hombre
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Mi diosa, mi reina, la nube andante de mi mente, la rosa carmesí que tiñe de fuego mis párpados y vuela en el jardín de mis desvaríos y mis más profundos placeres.
Ninfa de agua que nubla la razón, que llueve en mi interior y empapa la pasión cuando se vuelve eterna tentación.
Te quiero conmigo, ya sea de día o de noche, en la razón o la locura, en lo blanco y lo negro... Porque sin importar, eres mi amor permanente, la musa de mis más sentidos sueños.
Leregi Renga
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Flores y pájaros
De flores y de pájaros
que habitan en mi mente.
Resurgen de repente
con ritmo de canción;
los recuerdos de antaño,
amores de otros días
de labios y de besos,
de abrazos y calor...,
las cobijas de pieles,
humedad de caricias
la fragancia creada,
forjada en la pasión
la fuerza de tu vientre,
el peso de tu cuerpo
cabalgando profundo
en mi suave interior...
Del silencio que habla,
susurro persistente
germinaron las flores,
jardín de mi existir.
También vuelan las aves,
inquilinos perennes
y alean en recuerdos
que no quieren morir.
.loy ©️
#fantasiapasional#sensualidad#poesíapasional#adultos#escritos#escritores en tumblr#vozdemujer#pasióndemujer
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A través del sotavento yo dejé escapar las hojas del otoño, entre tormentas y el frío del invierno, yo escribí el canto del viento, yo escribí una rapsodia tan extensa como aquel horizonte al que voy. Entre desilusiones y nubarrones, mi destino sellé, escapé a través de la lejanía de este cielo de ruidos y juré entre torres de lluvia, buscar el lugar donde van las aves. Yo fuí dejado caer de muchas manos; mis ojos fueron testigos del repudio de la civilización que ahora se ha quedado atrás, yo vi muchos rostros pasar frente a mí. Más el rostro del viento se grabó como fuego sobre el metal, se talló como una escultura y se grabó en mi mente como las páginas de un libro. Aquí entre nos, sellamos lo que consideramos sería nuestra forma de vida, no todos nacieron para estar entre civilizaciones mundanas. Yo escapé a través de los rayos del sol, entre relámpagos resplandecientes yo me esparcí como el aire. Encontré el destino manifiesto escrito a puño y letra en una prosa que merodea en estos cielos, yo escuché al viento recitar las penas más profundas del corazón. Me prometí escribir en mi libro, una nueva historia, un nuevo comienzo, una nueva vida, yo me prometí, cuidar de mi integridad y dejar en mi jardín, las rosas que yo mismo pude plantar. Entre historias de desamores, descubrí el amor por la libertad, que aunque quizá no sea el más perfecto, puede que sea el que algunos quieran tener. Yo me prometí huir sin mirar atrás, sin siquiera vacilar en este mar de relámpagos. Yo encontré cielos de sol detrás de cada tormenta, encontré el calor del verano detrás de cada invierno, la tristeza del otoño y la alegría de la primera. Escuché el canto de la lluvia sobre mi cabeza, el viento correr sobre la pradera y el silencio de la noche. Todo lo que me haría feliz, lo descubrí a través de estos cielos remotos, de aquellos horizontes lejanos, entre océanos y cielos, yo encontré la felicidad. Bajo el estruendo de las tormentas y de crepúsculos, yo tomé el camino, el rumbo hacia mi verdadero hogar. Yo acepté mi destino y abracé con anelo, lo que consideraba digno de tener, yo acepté el rechazo de las civilizaciones mundanas como forma de no bienvenida. Yo acepté el verdadero lugar que me correspondía, acepté el simple hecho, de que pudiera ser distinto y único a los demás, yo aprendí a estar por encima de las diferencias humanas. La noche me enseñó a no temer de la oscuridad, el viento a ser más experimentado, las tormentas a ayanar el camino a la libertad. El invierno me enseñó la parte más fría de la vida, la primavera a valorar la felicidad, el verano a valorar el cálido abrazo fraterno y el otoño el final de las épocas. Es por eso, que deambulo por estos rumbos, yo transito por estos lugares remotos. Los amores y promesas de personas cuyos rostros ya no recuerdo, se han quedado muy atrás, que al final, solo fueron ilusiones y mentiras. Hoy, se han perdido en la oscuridad y en el olvido, han caído en una profunda fosa y cubiertos por sus falsas palabras... Entre bastidores, encontré a mis hermanos que volaban en la misma dirección, encontré la civilización de los cielos eternos, los renegados que han partido de lugares remotos y ahora sus almas dejaron aquí. Mi compleja mente y mi envejecida alma, llenaron los rincones de mi corazón, ahora formo los elementos que yo necesito. La vida y el tiempo fueron templando mi piel, ahora se siente el frío sobre la misma y el calor muy en el interior, los años han escrito en mí, aquellas hazañas de las que me enorgullece. Las canas de mi cabello brillan como aquel mar de constelaciones. Ahora que trascendí desde la profundidad de la noche, ahora encontré la cúpula estelar, encontré mí verdadero hogar, encontré a los ideales y por sobre todo, encontré el crepúsculo a un nuevo amanecer.
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Una condena agradable - Matías Recalt
Cap I. Cap II. Cap III. +18! Dom!Matías celoso y posesivo. Begging, creampie, degradation, exhibicionismo, fingering, grinding, nipple play, posible spit kink, sexo oral (male recibe), sexo sin protección, slapping, voyeurismo, edades no especificadas. Uso de español rioplatense.
Matías adora a sus compañeros de rodaje, de eso no hay duda... Adora el vínculo que se formó entre los integrantes del grupo durante los largos meses que pasaron en hoteles y en el set, la pasión que comparten por el trabajo que realizaron y el apoyo mutuo. Por esos motivos y más fue que decidió organizar una cena.
No fue un trabajo sencillo: cuando una mitad del grupo podía la otra se veía imposibilitada, el clima arruinaba las posibilidades de reunirse, surgía un evento al que debían asistir o alguien cancelaba y los demás también lo hacían, hasta que llegó el día en que –para sorpresa de todos- el plan se concretó gracias a Enzo.
Con un simple mensaje en el grupo de WhatsApp en el que dejaba saber que iba a estar en la ciudad y proponía hacer algo, el asunto se solucionó en menos de veinticuatro horas. Matías agradeció internamente al uruguayo por la acción, luego por la sugerencia de trasladar la cena al jardín para tener más espacio, y más tarde por ser él quien se encargara principalmente de hacer los arreglos allí.
¿Pero ahora…? Ahora se arrepiente de todo.
No recuerda en qué momento dejó su lugar a tu lado ni por qué, sólo sabe que cuando regresó alguien más había ocupado su silla y vos estabas inmersa en una conversación con Enzo. Puede que estén hablando de música, películas, libros o lo que sea que el mayor te haya enseñado en la pantalla de su celular que te hizo reír a carcajadas, pero a Matías no le importa eso. Sólo puede pensar en cuánto desea acercarse y rodearte con sus brazos o sentarte sobre su regazo y poner sus manos en tus muslos descubiertos.
Las voces de Esteban y Francisco lo regresan a la realidad con una pregunta que no logra procesar, por lo que responde con balbuceos mientras se pone de pie trastabillando. Se acerca lentamente, cada paso permitiéndole apreciar más y más cómo las luces con las que decoraron el jardín resaltan el color de tus ojos y hacen que tu cabello brille, y también ve la forma en que Enzo se inclina para hablarte al oído.
Pero siendo tan receptiva, siempre percibís la cercanía de tu novio y rápidamente volteás a verlo con una sonrisa, ignorando la acción de Enzo y lo que tuviera para decir. Matías te devuelve la sonrisa, una sensación de satisfacción instalándose en su abdomen bajo, y toma tu mano cuando extendés tu brazo hacia él a modo de bienvenida.
-¿De qué estaban hablando?- pregunta, tan simpático como siempre, antes de darte un beso en la mejilla. Su mano se desliza por tu hombro y tu cuello como si se tratara de un masaje.
-Enzo me estaba mostrando unas fotos de sus gatos, ¿querés ver?
Matías no quiere ver, en este momento poco le importa cualquier cosa que no seas vos, pero asiente enérgicamente para mantener la fachada y finge interés cuando ve las fotografías. Enzo explica el contexto y el anillo en su dedo brilla bajo las luces cuando el movimiento de sus manos acompaña sus palabras, las cuales Matías no registra en lo absoluto.
Alzás la mirada cuando sus manos se entrelazan inocentemente sobre tu pecho.
-¿Me acompañás…?- señala el interior de la casa-. Quiero buscar el número de una heladería.
No te da tiempo a responder y mucho menos comentarle que pueden pedir helado desde cualquier aplicación de delivery disponible, su mano en tu espalda te obliga a ponerte de pie y seguirlo. No te preguntás por qué no busca el número que tanto necesita en la cocina o por qué no se detiene junto al teléfono de línea, tampoco el motivo por el cual te arrastra escaleras arriba.
Sabés la razón desde que sentiste la forma en que te miraba.
Te dirige hacia la habitación más cercana y cierra la puerta a sus espaldas con tranquilidad: la expresión en su rostro no delata sus pensamientos (plagados en su totalidad con la imagen de su amigo acercándose descaradamente a tu figura) y sus hombros relajados te hacen dudar por un breve instante, pero su silencio es inquietante y tus labios tiemblan con una sonrisa nerviosa.
-¿La estás pasando bien?- se acerca lenta y sigilosamente, como si se tratara de un depredador, obligándote a retroceder hasta que tu espalda toca la pared junto a la ventana. Comienza a jugar con una de las tiras de tu vestido-. Te vi muy entretenida con Enzo
-Estábamos hablando de los Oscar.
-¿Viste qué lindo que estaba con ese traje?
Te mordés el labio para contener la risa… pero el daño ya está hecho y es sólo cuestión de unos segundos para ver los efectos: su palma impacta con fuerza sobre uno de tus pechos e inmediatamente comienza a pellizcar tus pezones, aún más sensibles de lo usual debido a la tela que roza tu piel. Desliza las tiras de tu vestido por tus hombros y la prenda cae hasta tu cintura, revelando las marcas que sus dientes y sus labios dejaron por la mañana.
-¿Ahora te quedás callada?- te pellizca nuevamente y esta vez no intentás reprimir el gemido que te provoca-. Contestá.
-¿Y si nos escuchan?
La sombra de una sonrisa maliciosa cruza su rostro, pero sólo comprendés lo que significa cuando sus manos ejercen presión sobre tus hombros para dejarte de rodillas. Te obliga a mirarlo a los ojos tirando de tu cabello con fuerza y la posición se torna dolorosa luego de transcurridos unos minutos, pero adora verte a sus pies y recordarte cuál es tu lugar.
El sonido de su ropa es distante y sus movimientos rápidos apenas te permiten asimilar lo que ocurre antes de sentir que su miembro golpea tu mejilla. Debería avergonzarte la forma en que tus labios se separan instintivamente, tu lengua asomándose con la esperanza de probarlo cuanto antes, pero en lo único que pensás es lo mucho que te excita ver a Matías así de celoso.
Mantiene el contacto visual mientras acerca su miembro a tu boca y delinea tus labios para humedecerlos con su excitación antes de deslizarse sobre tu lengua, el sabor más que familiar haciéndote suspirar. Tus labios se cierran sobre la punta y emite un siseo cuando comenzás a succionar, sus párpados luchando para no cerrarse cuando el calor de tu boca lo envuelve y el placer lo invade.
Los dedos en tu cabello te obligan a separarte de él, pero no te da tiempo a protestar porque el deseo lo lleva a adentrarse nuevamente en tu boca en menos de un segundo. Repite el mismo movimiento una y otra vez, hundiéndose más y más hasta golpear tu garganta con cada embestida y hacer que tus ojos se llenen de lágrimas. Parpadeás para disipar las lágrimas y tu máscara de pestañas comienza a correrse, pero él no piensa detenerse hasta arruinar todo tu maquillaje.
Sus movimientos se tornan desesperados y abusa de tu boca sin consideración, casi olvidando o eligiendo ignorar que necesitás oxígeno, pero su oído siempre está atento a los matices en los sonidos indecentes que provoca su accionar... Y también al efecto que este tiene en tu ser, nublando tus ojos con una bruma familiar y dilatando tus pupilas casi al máximo.
Una de sus manos cubre tu nuca para evitar que te golpees mientras la otra tira de tu cabello para mantenerte estática en tu lugar, una contradicción que señalarías si tu mente permitiera que fueras consciente de ello.
Matías se deleita con la imagen de tu labial difuminado y los restos que este dejó en su piel, la saliva que corre por las comisuras de tus labios y tu mentón ahora también goteando hasta manchar tus muslos y deslizarse entre ellos. Tus manos se acercan a tu centro y decide darte un respiro al notar la forma en que tus dedos se contraen debido a la necesidad de tocarte, pero no te deja ir sin antes golpear tus labios y tu mejilla con su miembro goteante.
Te ayuda a ponerte de pie y te conduce sutilmente hacia la ventana, empujándote con delicadeza hasta que las cortinas se deslizan sólo lo necesario para que tu espalda entre en contacto con el cristal frío. El contraste al sentir la calidez de sus manos sobre tu cuerpo te hace suspirar, sobre todo cuando sus dedos se deslizan bajo tu vestido y te rozan a través del algodón humedecido.
-¿Y si nos vienen a buscar?- preguntás en un susurro, como si los invitados ocupando el jardín pudieran oírte-. ¿Y si nos ven?
Sus labios se curvan en una sonrisa y podrías jurar que sus ojos se oscurecen por completo... Eso es precisamente lo que él quiere, lo comprendés una vez que sus dedos hacen a un lado tu ropa interior y se introducen en tu interior sin previo aviso, pero sin dificultad alguna gracias al estado en el cual te dejó luego de utilizar tu boca.
-Qué putita que sos- besa tu mejilla con suavidad-. Cómo te gusta chupármela.
No lo negás, por supuesto que no, porque es la verdad. Matías sabe cuánto disfrutás tenerlo en tu boca y adora torturarte recordándotelo cada vez que tiene la oportunidad, que es casi a diario; pero también adora sentir la forma en que tus líquidos brotan de tu interior y mojan sus dedos. Curva los dígitos rozando tus paredes y gemís con fuerza, tu rostro contrayéndose en una mueca de placer que hace palpitar su miembro. Comienza a aumentar el ritmo progresivamente y es recompensado con tus jadeos, tus súplicas y promesas.
Se detiene en seco al verte tomar aire y retira sus dedos de manera abrupta, el brillo en ellos evidente cuando serpentean con lentitud sobre la extensión de su casi dolorosa erección. Levanta la falda de tu vestido hasta descubrir por completo tu centro, así como la parte posterior de tus muslos y tus glúteos, y desliza su punta sobre tu ropa interior, la mezcla de tus fluidos y el líquido preseminal humedeciendo la tela hasta volverla prácticamente traslúcida.
Tirás de la prenda arruinada para descubrir tu intimidad y lloriqueás cuando su glande acaricia tu clítoris, deslizándose luego entre tus pliegues y cayendo en un vaivén que amenaza con hacerte perder la cordura. Observás casi en trance cómo su miembro ardiente desaparece entre tus piernas una y otra vez, resplandeciendo cuando la luz lo golpea.
-Mati…
-¿Qué?- sus ojos encuentran los tuyos-. ¿Qué querés?
-A vos, por favor- arquea una ceja-. Por favor, por favor, te necesito.
Te acaricia una última vez antes de sujetarte por los hombros y obligarte a voltear, una de sus manos presionando tu rostro contra la ventana mientras la otra tira de tu cadera hasta posicionarte a su antojo, en un ángulo que le permite apreciar la forma en que tu ropa interior se adhiere a tu piel. La idea de romperla es tentadora, pero se limita a hacerla a un lado.
Observa la forma en que tus ojos analizan el exterior, confiando en que vas a detenerlo si sentís que la situación te supera, y se oye suspirar contento cuando siente la forma en que tu cuerpo se relaja por completo.
Dirige su miembro hacia tu entrada brillante y acaricia tus pliegues, pero el evidente rastro de tu humedad en tus muslos lo distrae y sólo se recupera cuando movés tu cadera para incitarlo a continuar. Comienza a introducirse en tu interior, tan cálido y apretado como siempre, y tus gemidos se tiñen con desesperación ante la sensación de plenitud que te otorga.
-Más, Mati, por favor.
No hay forma de que se niegue.
Sus movimientos son lentos pero expertos y el sonido que produce la colisión entre su cuerpo y el tuyo es suficiente para hacer que tus rodillas tiemblen, las fuerzas abandonándote debido al placer que te consume cada vez que sentís su miembro alcanzar el punto más profundo de tu ser. Sus gruñidos y suspiros hacen que te contraigas a su alrededor, arrancando más sonidos similares de sus labios.
Sentís su respiración sobre tu cuello, sus labios entreabiertos dejando besos en tus hombros y en tu espalda, las palabras que susurra contra tu piel pero que no lográs comprender debido a otros sonidos. Sus dedos abandonan su lugar en tu cabello para masajear uno de tus pechos con fuerza y luego atacan tus pezones, ya erectos y sensibles debido al roce constante con la ventana.
Tus piernas amenazan con cerrarse cuando sus dientes capturan la piel sensible entre tu hombro y tu cuello, la sensación del dolor dejándote al borde del orgasmo. Te libera y su lengua se desliza sobre la zona afectada con intención de aliviar la irritación, pero el resultado es tu respiración agitándose y tus jadeos inquietos.
Una de sus manos danza cerca de tu centro y por un segundo creés que está a punto de tocarte, pero te sorprende el sentir que vuelve a arrugar tu vestido entre sus dedos para luego obligarte a sostenerlo. Rezás porque ninguno de sus amigos decida apartarse de la mesa, rogás que nadie se acerque al árbol y observe las ramas que ocultan la ventana, porque de lo contrario verían el completo desastre en el que te transformó Matías.
Dejás salir un gemido más que sonoro cuando sentís su mano acariciando tu abdomen bajo, el sonido repitiéndose y escalando en volumen cuando sus dedos se contraen y sus uñas rozan tu piel. Dirigís una mirada a tus pechos y a las marcas rojizas que los adornan en señal de pertenencia.
Un destello de luz llama tu atención y te alejás del cristal para estudiar el jardín, pero tu visión nublándose y el vidrio empañado por tus suspiros te impiden ver con claridad. Los movimientos de Matías no cesan y una embestida particularmente profunda hace que cierres los ojos al gemir, las lágrimas deslizándose por tus mejillas y humedeciendo tus labios entreabiertos. Cuando repite el movimiento soltás un grito, desbordada por el fuego que parece recorrer tus venas.
Sus dedos se deslizan sobre tu piel expuesta hasta llegar a tu clítoris, la humedad recubriendo la zona y dificultando un poco sus movimientos por un breve instante. Dibuja círculos con precisión, pero cuando ejerce todavía más presión pronunciás un hilo de palabras incomprensibles y sabe que tu orgasmo está a unos pocos segundos de distancia, sólo tiene que…
-¡Matías!- decís entre dientes, tu cuerpo rígido-. Enzo… nos está viendo.
La acción pasa desapercibida debido a que tus ojos están fijos en la silueta que se oculta a la sombra del árbol, pero Matías arroja la cabeza hacia atrás presa del éxtasis. Aumenta el ritmo de su mano, los movimientos de su cadera son brutales y su miembro está causando estragos en tu interior, que se evidencian cuando tus piernas flaquean al tiempo en que apretás tu vestido entre tus dedos.
Está mal. Está muy mal, pero…
Con la concentración suficiente, podés distinguir la forma en que Enzo mueve su mano de arriba abajo sobre su entrepierna. El anillo en su dedo brilla de vez en cuando, un débil hilo de luz delatando su presencia de la forma más descarada, pero lo que verdaderamente te provoca es la forma en que sus ojos se iluminan cuando da una calada al cigarrillo que sostiene.
-Sos mía, ¿entendiste? De nadie más- tu novio acentúa sus palabras con estocadas profundas que te roban el aire-. ¿Entendiste…?
Asentís, repitiendo tuya un sinfín de veces, sorprendida por el peso de las lágrimas formándose una vez que tu orgasmo te golpea. Intentás mantener los ojos abiertos, pero el placer te vence y cuando decidís dejarte ir Matías te sostiene entre sus brazos para evitar que te desmorones.
La cortina regresa a su lugar, pero tu atención está puesta en tu novio y el calor de su cuerpo envolviendo el tuyo, el cual está enteramente a su disposición. Tus gemidos no disminuyen y tu orgasmo se prolonga hasta que comenzás a quejarte debido a la sensibilidad, tu respiración agitada dificultando la articulación de palabras.
Con una última estocada, Matías llena tu interior con su semen. Se recupera mientras reparte uno que otro beso en tu cabello y toma tu mentón entre sus dedos para obligarte a voltear y besarte.
-Mía- susurra contra tus labios, su voz aún entrecortada y cargada de sexo.
-Tuya- jurás, sintiendo cómo abandona tu interior y acomoda tu ropa rápidamente.
Le dirigís una mirada suplicante al sentir la forma en que su liberación comienza a escaparse y humedecer tu ropa interior, pero su única respuesta son una sonrisa y un beso en tu frente.
Pequeñas aclaraciones:
1) El título y parte de la trama están fuertemente inspirados en Persiana Americana de Soda Stereo, pero la versión de los 11 Episodios Sinfónicos que fue el álbum que escuché mientras escribía. Lo recomiendo para acompañar la lectura en caso de que vuelvan a leer esto ♡
2) Si creen estar viendo esta publicación por segunda vez... no se equivocan, es porque nuevamente tuve un desencuentro con Tumblr 😭
taglist:
@madame-fear @creative-heart @recaltiente @llorented @chiquititamia ♡
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