#nacionalismo
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shitalunya6x9shitugal · 7 months ago
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carabanchelnet · 6 months ago
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PATRIOTISMO Fernando Fernán Gómez recordó estas palabras de Miguel Gila: “El patriotismo es un invento de las clases poderosas para que las clases inferiores defiendan los intereses de los poderosos”. Video publicado por Daniel @Daniel_Globo_
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sefaradweb · 24 days ago
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Trump amenazó con retirar las visas a los estudiantes internacionales que protestan
🇪🇸 Momodou Taal, un estudiante de Gambia, viajó a Estados Unidos para estudiar un doctorado en estudios africanos en la Universidad de Cornell. Su interés era comprender la perspectiva estadounidense sobre temas de raza y contribuir a la conversación global. Sin embargo, tras participar en protestas pro-palestinas en apoyo a los civiles de Gaza durante la guerra entre Israel y Hamas en octubre de 2023, fue suspendido y amenazado con la revocación de su visa. El presidente Donald Trump ha hecho declaraciones en contra de las protestas estudiantiles, sugiriendo que los estudiantes internacionales que participen podrían perder su derecho a estudiar en EE.UU., creando un clima de incertidumbre. Aunque algunos estudiantes, como Taal, defienden el derecho a la libertad de expresión, también enfrentan las consecuencias de su activismo, como perder su estatus migratorio. Cornell restableció su condición como estudiante, pero no le permite regresar al campus, lo que refleja el debate en torno a la libertad de expresión en las universidades estadounidenses y las implicaciones de las políticas de Trump.
🇺🇸 Momodou Taal, a student from Gambia, came to the United States to pursue a Ph.D. in African Studies at Cornell University. His goal was to understand the American perspective on racial issues and contribute to global discourse. However, after participating in pro-Palestinian protests in support of Gaza civilians during the Israel-Hamas war in October 2023, he was suspended and threatened with visa revocation. Former President Donald Trump made statements against student protests, suggesting that international students who participate could lose their right to study in the U.S., creating uncertainty. While some students, like Taal, defend the right to free speech, they also face the consequences of their activism, such as losing their immigration status. Cornell reinstated his student status but does not allow him to return to campus, reflecting the debate around free speech on U.S. campuses and the implications of Trump’s policies.
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jgmail · 2 months ago
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Ikki Kita: el ideólogo del nacionalismo japonés
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Por Zoltanous y Nahobino
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
Introducción
A menudo se asocia a Japón con la bomba atómica, los crímenes de guerra y un ejército antaño formidable. Sin embargo, a menudo se pasa por alto la trayectoria histórica que condujo a estas ideas y las influyentes figuras implicadas en ello. Una de esas figuras es Ikki Kita, reconocido como el «padre del fascismo japonés», cuyo legado está rodeado de controversia e incomprensión. Kita sigue siendo una de las figuras más controvertidas de la historia japonesa. Como pensador político, imaginó un Japón radicalmente reestructurado, combinando socialismo, nacionalismo, budismo y militarismo. Durante el tumultuoso periodo de principios del siglo XX, los escritos de Kita sirvieron de modelo revolucionario, abogando por amplias reformas agrarias, la nacionalización de la economía y la «Restauración Showa» como medio para fortalecer y unificar el Japón. Aunque sus ideas fueron seguidas fervientemente por los jóvenes oficiales del Ejército Imperial, también provocaron una feroz controversia, que finalmente condujo a su ejecución. Este artículo explora la importancia de las obras de Kita, las ideologías que conformaron y su impacto duradero en la trayectoria de Japón hacia el militarismo y la guerra.
Vida temprana e influencias
Kita nació en 1883 en la pequeña isla de Sado, en la prefectura japonesa de Akita, en el seno de una familia de samuráis y comerciantes. Aunque su familia era relativamente modesta, estos antecedentes le expusieron muy pronto a los retos del Japón rural y a las desigualdades que la Restauración Meiji exacerbó. También le inculcó un espíritu rebelde. Estas experiencias alimentaron su pasión por la lucha contra la injusticia social y la desigualdad, que consideraba que corrompían la sociedad japonesa desde dentro. Kita asistió a la universidad, pero pronto se decepcionó. Lector prolífico, se formó mediante el estudio independiente y la investigación filosófica, explorando en particular el socialismo, el confucianismo y el pensamiento político occidental. Influido por filósofos occidentales como Platón, Rousseau y Marx, así como por nacionalistas japoneses y pensadores reformistas, Kita desarrolló una perspectiva única sobre la reforma social.
Promulgación de la nueva constitución japonesa por el emperador Meiji en 1889
Su desarrollo intelectual coincidió con la rápida modernización e industrialización de Japón durante la era Meiji, en la que Japón trató de alcanzar a Occidente tras ver humillada su dignidad por los tratados desiguales impuestos por las potencias occidentales. Aunque la modernización de Japón fue un éxito gracias a la rápida industrialización, también introdujo nuevos retos, como la desigualdad de ingresos, las tensiones sociales y las presiones imperialistas occidentales. Estos problemas reforzaron la creencia de Kita de que Japón necesitaba un gobierno fuerte y centralizado que protegiera sus intereses frente a las potencias occidentales y cuidara de su pueblo mediante reformas económicas. Su consumo diario de cocaína, una adicción que desarrolló para aliviar el dolor de una lesión infantil, probablemente influyó en sus intensas y a veces radicales opiniones sobre la sociedad y el gobierno.
En septiembre de 1905 Kita abandonó su ciudad natal de Sado para trasladarse a Tokio durante los disturbios de Hibiya, que estallaron en protesta por el Tratado de Portsmouth. Negociado por el presidente estadounidense Theodore Roosevelt, este tratado puso fin a la guerra ruso-japonesa. Contenía disposiciones favorables a las ambiciones imperialistas de Japón, otorgando reconocimiento internacional a la influencia y el control de Japón sobre partes de China y Corea dominadas por Rusia. La victoria japonesa fue la primera gran victoria de una raza no blanca contra una gran potencia y permitió a Japón pasar de ser una nación explotada como China a una capaz de sentarse a la mesa de negociaciones con el resto de potencias del mundo. A pesar de estos avances, los grupos nacionalistas consideraban el tratado como un humillante fracaso y eso desencadenó numerosos disturbios. Aunque Kita compartía el deseo de los manifestantes de mejorar el prestigio internacional de Japón, no estaba de acuerdo con su valoración del Kokutai, al que veía como «una herramienta en manos de la oligarquía». En este contexto, Kita escribió su primer libro El Kokutairon y el socialismo puro. George Wilson resume el contexto de su publicación: «Kita escribió su primer libro en un contexto de descontento popular generalizado por el resultado de la guerra ruso-japonesa» (George Wilson, Radical Nationalist In Japan: Kita Ikki 1883-1937)
Los disturbios marcaron un aumento de las revueltas políticas violentas en Japón en consonancia con la ideología política radical de Kita. Kokutairon es el primer libro de motivación política de Kita y refleja sus primeras opiniones y afiliaciones políticas. Danny Orbach describe esta etapa como la «fase socialista, secular y racional» de Kita. Según Oliviero Frattolillo, Kita se vio impulsado a escribir «Kokutairon» por la mentalidad acrítica de sus compañeros intelectuales. Frattolillo señala: «Kita criticaba especialmente la actitud sumisa de ciertos intelectuales hacia el sistema, que aceptaban con obsequiosidad la adquisición de nuevas teorías y nuevas formas de conocimiento procedentes de Occidente, traducidas y trasplantadas a Japón» (Oliviero Frattolillo, Interwar Japan Beyond The West: The Search For a New Subjectivity In World History)
Con este libro Kita pretendía criticar las deficiencias de la sociedad y proponer una alternativa socialista. El segundo libro de Kita, An Informal History of The Chinese Revolution, era un análisis crítico de la Revolución China de 1911. Atraído por la causa de la Revolución China de 1911, Kita se unió a la Tongmenghui (Liga Unida) liderada por Song Jiaoren. Viajó a China con la intención de ayudar a derrocar a la dinastía Qing, a la que consideraba una marioneta de las potencias occidentales. Sin embargo, Kita también estaba interesado en el nacionalismo revolucionario. El grupo nacionalista Kokuryūkai (Asociación del Río Amur/Sociedad del Dragón Negro), fundado en 1901, compartía sus opiniones sobre Rusia y Corea, lo que le llevó a unirse a él. Como miembro especial de la Kokuryūkai, Kita fue enviado a China para escribir sobre la situación durante la Revolución Xinhai de 1911. Cuando regresó a Japón en enero de 1920 Kita se había desilusionado de la revolución china y de las estrategias que proponía para lograr los cambios que había previsto durante su estancia en China. Unió fuerzas con Ōkawa Shūmei y otros para fundar la Yuzonsha (Sociedad de los Dejados Atrás), una organización nacionalista y panasiática, y dedicó sus esfuerzos a escribir y realizar activismo político. Con el tiempo, se estableció como uno de los principales teóricos y filósofos del movimiento nacionalista en el Japón antes de la Segunda Guerra Mundial.
El Imperio de Japón experimentó un crecimiento económico durante la Primera Guerra Mundial, pero esta prosperidad llegó a su fin a principios de la década de 1920 con el estallido de la crisis financiera Shōwa. El malestar social creció a medida que la sociedad se polarizaba y cuestiones como la venta de las hijas se convirtieron en una necesidad económica para algunas familias debido a la pobreza. Los sindicatos estaban cada vez más influenciados por el socialismo, el comunismo y el anarquismo, mientras que los líderes industriales y financieros de Japón seguían acumulando riqueza gracias a sus estrechas relaciones con políticos y burócratas. Los militares, percibidos como «libres» de la corrupción política, tenían en su seno elementos dispuestos a tomar medidas directas para hacer frente a lo que consideran amenazas para Japón derivadas de las debilidades de la democracia liberal y la corrupción política.
La última gran obra política de Kita fue Un esbozo de plan para la reorganización de Japón. Escrito originalmente en Shanghái, pero prohibido en 1919, el libro fue finalmente publicado en 1923 por Kaizōsha, la editorial de la revista Kaizō, aunque el gobierno lo censuró. La idea de una política nacional (Kokutai) es un tema común en la primera y la última obra política de Kita. Imaginaba a Japón superando una inminente crisis nacional en la economía o en las relaciones internacionales, liderando una Asia unida y libre, y unificando la cultura mundial a través de un pensamiento asiático japonizado y universalizado. Lo veía como una preparación necesaria para el surgimiento de una única superpotencia, que consideraba inevitable para la futura paz mundial. Un aspecto esencial de esta visión era el rechazo de la democracia liberal y el panasianismo.
Nacionalismo, socialismo y militarismo
La ideología de Kita fue objeto de acalorados debates y muchas de sus fuentes se mezclaron en una ideología única y confusa. Como resultado, ha sido mal caracterizada y etiquetada con otros calificativos vagos y poco útiles, como extrema derecha o fascismo. La ideología de Kita a menudo contradecía las ideas dominantes de su época y desafiaba el espectro político izquierda-derecha.
George Wilson desarrolla este punto cuando afirma: «Creo que la complejidad de la teoría de la revolución de Kita plantea la cuestión de si los términos izquierda y derecha son realmente útiles para clasificar a los pensadores japoneses de principios del siglo XX. El análisis izquierda-derecha tiene su origen en la Revolución Francesa y posteriormente se ha extendido a otras naciones occidentales para denotar ciertas líneas generales de orientación política: la derecha significa un deseo de preservar las instituciones existentes y reforzar los lazos sociales tradicionales, en particular el patriotismo y los vínculos familiares, mientras que la izquierda sugiere un deseo de cambio, de reforma a gran escala de los asuntos del pueblo auspiciada por el gobierno. La izquierda suele asociarse con el apoyo de la clase baja, mientras que los intereses de la clase alta cuentan con el respaldo de las fuerzas de derechas. Ambas son ipso facto capaces de pasar de formas moderadas a formas extremistas tanto de creencia como de acción con tal de alcanzar sus objetivos. Aceptando estos criterios como supuestos bastante típicos sobre el continuo político, podemos decir – anticipándonos a nuestra conclusión – que Kita Ikki no encaja en la imagen estándar de la derecha» (George Wilson, Radical Nationalist In Japan: Kita Ikki 1883-1937).
En cuanto a las ideas de Kita sobre el kokutai, concebía al emperador como un líder paternal, esperanzador y espiritual tras el que todos podían unirse. En esta época del Japón el emperador Meiji se alejó del poder absoluto e introdujo el constitucionalismo, dando lugar al concepto político de «kokutairon». Este concepto, formulado por Tatsukichi Minobe, considera al Estado liberal, o kokutai, como supremo, e incluso al emperador como un mero «órgano del Estado» definido por la estructura constitucional y no como un poder sagrado más allá del propio Estado. Minobe utilizó la metáfora de la cabeza del cuerpo humano para describir el papel del emperador. Esta tesis estaba influida por el filósofo jurídico alemán Georg Jellinek, cuya Allgemeine Staatslehre (Teoría General del Estado) se publicó en 1900, y por el concepto británico de monarquía constitucional. Minobe advirtió que la Dieta japonesa debía limitar cuidadosamente el derecho del emperador a ejercer el mando supremo sobre el ejército si no quería que Japón acabase con un gobierno dual en el que el ejército llegase a ser completamente independiente y estar por encima del imperio de la ley, sin rendir cuentas a la autoridad civil.
Ikki Kita no estaba de acuerdo con el kokutairon, defendía el absolutismo y una monarquía paternal platónica y deseaba recuperar el espíritu de la Restauración Meiji, con su poder absoluto, pero liberado de las falsas promesas de las potencias occidentales. El principal punto de divergencia radica en su uso del totalitarismo. Kita entendió el totalitarismo a partir de su lectura atenta de la República de Platón, que le inspiró a emular sus ideas. «La República de Platón era vista por estos radicales japoneses como el fundamento de las ideologías socialistas y comunistas occidentales. Cada vez más, por lo tanto, el texto era concebido como el anteproyecto de la revolución social...» (Hyun Jin Kim, Plato In East Asia ?).
Otro elemento central de la filosofía de Kita era su crítica a las élites gobernantes de Japón, a las que consideraba corruptas y alejadas del pueblo. Criticaba a los zaibatsu (grandes conglomerados industriales) por explotar a los trabajadores y mantener estrechos vínculos con el gobierno, lo que, en su opinión, comprometía el bienestar del pueblo japonés en beneficio de los zaibatsu. Una mezcla de budismo, lassallismo, marxismo y platonismo alimentaba su oposición al capitalismo y su deseo de ver Japón gobernado por líderes comprometidos con el bienestar del pueblo y no con el beneficio privado. Un aspecto intrigante de la ideología de Kita es su frecuente uso del término «socialdemocracia», que hace referencia a la versión defendida por Ferdinand Lassalle. George Wilson explica el impacto de Lassalle y Marx en Kita en este contexto: «En Sado, como en otros lugares, el cambio de siglo trajo consigo una oleada de nuevas ideas. El socialismo heredó el manto de protesta que antes llevaban los pensadores de minken. Los jóvenes socialistas se inclinaron hacia el romanticismo, influidos más por el ejemplo del efervescente Ferdinand Lassalle que por Karl Marx...» (George Wilson, Radical Nationalist In Japan: Kita Ikki 1883-1937).
Sin embargo, los liberales modernos y algunos críticos vieron en ello una admisión de «fascismo social». A pesar de su admiración por Marx, Kita discrepaba con él en ciertos aspectos, como su falta de espiritualidad. Sin embargo, en otras áreas, como el análisis económico de Marx, Ikki Kita fue uno de los primeros en elogiarlo.
«Aunque Kita no estaba de acuerdo con Marx en algunos puntos clave (por ejemplo, rechazaba vehementemente la teoría de los precios de Marx) y hacía hincapié en su propia interpretación independiente del socialismo, estaba fuertemente influido por las ideas marxistas. Desde las primeras líneas de Kokutairon se declaró dispuesto a defender el «socialismo científico» frente a sus detractores y en todos sus escritos posteriores elogió a Marx por su profunda comprensión del desarrollo histórico, económico y social. Incluso llegó a afirmar que la idea marxista de que «el capital es una acumulación de saqueo» era una «verdad inmutable igual a la ley de la gravitación» (Danny Orbach, A Japanese Prophet: Eschatology and Epistemology In The Thought of Kita Ikki).
En su programa político se considera necesario un golpe de Estado para establecer un estado de emergencia bajo el liderazgo directo de una personalidad fuerte. Debido a la estimada posición del emperador en la sociedad japonesa, Kita veía al soberano como el individuo ideal para suspender la Constitución, establecer un consejo iniciado por el emperador y reestructurar fundamentalmente el Gabinete y la Dieta, cuyos miembros serían elegidos por el pueblo y estarían libres de «influencias nocivas». Así se lograría la verdadera esencia de la Restauración Meiji. La «Dieta de Reorganización Nacional» propuesta revisaría la Constitución siguiendo los planes del Emperador, impondría límites a la riqueza personal, la propiedad privada y los activos corporativos y crearía entidades nacionales gestionadas directamente por el gobierno, como los Ferrocarriles Japoneses. La reforma agraria implicaría la transferencia de todo el suelo urbano a los municipios, de forma similar a las grandes reformas que Mao Zedong llevó a cabo posteriormente en China.
El nuevo Estado debía abolir el sistema de la nobleza kazoku, la Cámara de los Pares y todos los impuestos y garantizar el sufragio masculino, la libertad, los derechos de propiedad, los derechos de educación, los derechos laborales y los derechos humanos, todos ellos conceptos extraídos de su lectura de Lassalle. Mantener al emperador como representante del pueblo expulsaría a las élites privilegiadas y daría a los militares los medios para fortalecer Japón y permitirle liberar Asia del imperialismo occidental.
«Abolición del sistema nobiliario: Al abolir el sistema nobiliario, podremos acabar con la aristocracia feudal que forma una barrera entre el emperador y el pueblo. Esto realizará el espíritu de la Restauración Meiji» (Kita Ikki, Esbozo general para la reconstrucción de Japón).
Algunos estudiosos han traducido mal la obra de Kita y se han centrado demasiado en el darwinismo de su ideología, intentando vincularlo a figuras como Hitler. Sin embargo, el darwinismo de Kita estaba influido por Marx, que a su vez estaba influido por Darwin, lo que significa que Kita está más cerca del darwinismo de los Wobblies que del de la Alemania nazi. Su posición es, por tanto, comparable a la de Gramsci, Du Bois, Mao o Sukarno, que no estaban de acuerdo con Marx, pero, lo consideraban una fuente de inspiración. Además, incluso los estudiosos que atribuyeron el darwinismo a Kita, como Nicholas Howard, lo hicieron con sus propias palabras porque no encontraban la palabra para el realismo político, la teoría que se centra en la naturaleza competitiva y conflictiva de la política y en cómo el poder y la seguridad son las principales cuestiones de las relaciones internacionales.
En cuanto a la perspectiva geopolítica de Kita, también preveía que Japón desempeñara un papel de liderazgo en Asia y se opusiera al imperialismo occidental formando una «Gran Esfera de Coprosperidad de Asia Oriental». Los militaristas japoneses retomaron posteriormente este concepto en las décadas de 1930 y 1940 para justificar su expansión por Asia. La visión original de Kita de esta «esfera» era una alianza mutua de países asiáticos unificados bajo el liderazgo japonés para resistir colectivamente la influencia occidental. Aunque veía a Japón como un liberador de Asia, no abogaba por la explotación u opresión de otras naciones asiáticas, como han intentado hacer creer fuentes comunistas.
Como el mundo era injusto e irracional según la visión realista de Kita, éste sostenía que la lucha por el desarrollo positivo de Japón no era egoísta, sino una necesidad biológica y un acto revolucionario en favor de la justicia internacional. Este sentido de la justicia y la necesidad internacionales llevó a Kita a simpatizar con el desafío de Alemania a los «grandes imperios y la plutocracia internacional» durante la Primera Guerra Mundial. Aunque Alemania fracasó, Kita predijo que Japón no tardaría en hacer frente a estas injusticias y, tras la victoria, se convertiría en la «Alemania del Este», adquiriendo Australia, Siberia Oriental, las islas del Pacífico, Manchuria y Mongolia. Estas ganancias territoriales asegurarían la supervivencia de Japón como Estado-nación y garantizarían la integridad territorial de China y la independencia de la India. Sin embargo, Kita veía la liberación de Asia como el primer paso de una misión más amplia.
Kita afirmó el derecho de Japón como «nación proletaria» a tomar el control de Siberia, Extremo Oriente y Australia, sugiriendo que los habitantes de estas regiones deberían disfrutar de los mismos derechos que los ciudadanos japoneses. Argumentaba que los problemas sociales internos de Japón no podían resolverse sin abordar los retos de la distribución mundial. Este concepto se conoce como la Restauración Shōwa. Kita percibía el mundo dividido en dos clases: naciones burguesas y naciones proletarias. Veía a Japón como una nación proletaria, carente de un vasto territorio (un gran imperio colonial) y de recursos financieros (inversiones en ultramar). Por el contrario, veía a Rusia como un gran terrateniente con más territorio del que le correspondía, mientras que Gran Bretaña era vista como rentista y financiera. Esta visión era muy similar a la del protofascista italiano Enrico Corradini.
Para él, Japón debía aspirar a liderar una federación mundial difundiendo los principios sagrados del budismo por todo el mundo. Kita creía que la lucha de clases internacional contra los terratenientes y la plutocracia era la principal fuerza motriz de la historia. En su contexto histórico, la visión política de Kita era establecer un estado socialista utilizando un enfoque fascista conocido como «socialismo desde arriba» para unificar y fortalecer la sociedad japonesa. Las misiones internacionales de Japón tenían como objetivo garantizar la independencia de la India y salvaguardar la República de China, para evitar que se dividiera como África, en el espíritu de la unidad asiática. Otro objetivo de su plan era crear un vasto imperio que incluyera Corea, Taiwán, Sajalín, Manchuria, el Lejano Oriente ruso y Australia. Esta visión también implicaba el rechazo definitivo de la democracia de estilo occidental, que consideraba ajena a la conciencia asiática.
«No existe absolutamente ninguna base científica para pensar que una «democracia», es decir, un sistema estatal en el que los representantes del pueblo se eligen mediante un sistema electoral, es mejor que un sistema en el que el Estado está representado por una sola persona. La nación difiere según el espíritu del pueblo de cada nación y la historia de la formación de la nación. No se puede decir que China, que tiene un gobierno republicano desde hace ocho años, sea más racional que Bélgica, donde una sola persona representa a la nación. La idea estadounidense de «democracia» se basa en la idea de una sociedad formada por la libre voluntad de los individuos que celebran un contrato libre y en las ideas extremadamente burdas de la época en que los individuos se separaron de las patrias de Europa y formaron comunidades aldeanas que se convirtieron en naciones. La teoría del derecho divino de los electores no es más que una filosofía débil, lo contrario del derecho divino de los reyes. Esto no ocurrió cuando se fundó Japón, ni ha habido un periodo en el que dominara una filosofía tan débil. Un sistema en el que el jefe del Estado tiene que manipular las opiniones vendiendo su nombre, refinando sus modales como un actor barato para luchar en las elecciones, es para la raza japonesa, que ha sido educada para creer que el silencio es oro y la modestia una virtud, una invitación suficiente para permanecer muda y espectadora de esta extraña costumbre» (Kita Ikki, Una visión general de la reconstrucción de Japón).
Kita propuso que el Imperio de Japón adoptara el esperanto en 1919 como medio de unificación del mundo. Predijo que 100 años después de su adopción, el esperanto sería la única lengua hablada en Japón y en los vastos territorios conquistados y que el japonés se convertiría en el equivalente del sánscrito o el latín dentro del Imperio. Creía que el sistema de escritura japonés era demasiado complejo para imponerlo a otros, que la romanización sería ineficaz y que el inglés, enseñado en las escuelas japonesas de la época, no era dominado por los japoneses. Kita sostenía que el inglés era perjudicial para la mente japonesa, del mismo modo que el opio afectaba a los chinos, y que aún no había destruido a los japoneses porque la lengua alemana tenía más influencia. No obstante, pidió que se excluyera el inglés de Japón para evitar la anglización del país. Kita se inspiró en los anarquistas chinos con los que trabó amistad, que abogaban por sustituir el chino por el esperanto a principios del siglo XX.
Uno de los aspectos más significativos del pensamiento de Kita es la considerable influencia de su budismo. A diferencia de los sintoístas shōwa de su época, que en general se oponían al socialismo, Kita abrazó el budismo de Nichiren, una forma de budismo mahayana, o budismo del «Gran Vehículo», que fomentaba enérgicamente la acción política y la organización como preparación para la gran guerra venidera que Nicheren había predicho. Por tanto, Kita estaba más abierto al socialismo y a la diversidad de opiniones que los sintoístas. El budismo de Kita se diferenciaba del budismo teravada, o «budismo de los antiguos», en que se centraba en los bodhisattvas y en la ayuda comunitaria para alcanzar el nirvana. Esta forma de budismo encaja bien con el socialismo por sus aspectos comunitarios.
Su budismo nicheriano también desempeñó un papel en la formulación de su escatología o visión del ciclo de la historia. Al igual que Marx, creía que había progreso en la historia. Lo que le diferenciaba era su interpretación budista de la historia cíclica. Kita creía que la democracia social que implantaría sería la mejor etapa para que la gente alcanzara el nirvana y que el mantenimiento de este estado produciría el mayor número de bodhisattvas para acercar a la gente al nirvana. Esta mezcla de budismo y marxismo reflejaba el budismo de la Tierra Pura de una forma que se hace eco de las creencias de una antigua comunidad de monjes guerreros socialistas agrarios de Japón, los Ikko Ikki.
En Sobre el Kokutai y el socialismo puro Kita también cuestionó la perspectiva sintoísta de nacionalistas como Hozumi Yatsuka, que veía Japón como un «estado familiar» étnicamente homogéneo que descendía a través del linaje imperial de la diosa Amaterasu Omikami. Kita hizo hincapié en la presencia histórica de no japoneses en Japón y defendió que, junto a la integración de chinos, coreanos y rusos como ciudadanos japoneses durante el periodo Meiji, cualquiera debería poder naturalizarse ciudadano del imperio, independientemente de su raza, con los mismos derechos y obligaciones que los japoneses nativos. Creía que el imperio japonés no podía extenderse a regiones no japonesas sin concederles los mismos derechos o excluirlas del imperio. Al mismo tiempo, creía que Japón debía preservar una identidad japonesa diferenciada para servir de bodhisattva en el mundo. Sus opiniones sobre las políticas de inmigración y asimilación eran similares a las de Italo Balbo y Gentile.
Influencia en la sociedad japonesa y en el movimiento de los jóvenes oficiales
Aunque las ideas de Kita no gozaron de gran popularidad, sí resonaron entre los jóvenes oficiales militares japoneses desilusionados que se veían a sí mismos como guardianes del emperador y del futuro de Japón. Este grupo, conocido como los «jóvenes oficiales», era una coalición de elementos de derechas e izquierdas comprometidos con la purificación de Japón. Especialmente activos en la década de 1930 abogaban por una acción radical para destituir a los gobernantes corruptos y hacer realidad la visión de Kita de un Japón restaurado y poderoso. Creían que sólo un movimiento revolucionario dirigido por el ejército podría salvar a Japón de sus problemas sociales y económicos y mantener su autonomía frente a las potencias occidentales.
Una facción de esta coalición de jóvenes oficiales fue la Sakurakai, o Sociedad de los Cerezos en Flor, una sociedad secreta nacionalista formada por jóvenes oficiales del Ejército Imperial Japonés en septiembre de 1930. Su objetivo era reorganizar el Estado siguiendo líneas totalitarias militaristas, posiblemente mediante un golpe militar. La sociedad perseguía la restauración de Shōwa, con la intención de restaurar al emperador Shōwa (Hiro-Hito NDT) en la posición que le correspondía, sin partidos políticos ni burócratas corruptos, bajo una nueva dictadura militar. También apoyaban el socialismo de Estado, tal y como lo defendia Ikki.
Dirigido por el teniente coronel Kingoro Hashimoto, jefe de la sección rusa del Estado Mayor del Ejército Imperial Japonés, y el capitán Isamu Chō, con el apoyo de Sadao Araki, el Sakurakai comenzó con unos diez oficiales en activo del Estado Mayor del ejército. Luego se amplió para incluir a oficiales de rango de regimiento y compañía, y contaba con más de 50 miembros en febrero de 1931, llegando a varios centenares en octubre de 1931. Uno de sus principales líderes fue Kuniaki Koiso, futuro Primer Ministro de Japón. El Sakurakai se reunía en un dojo dirigido por Morihei Ueshiba, fundador del Aikido, en la sede del movimiento religioso Oomoto en Ayabe.
En 1931, durante el Incidente de Marzo y el Incidente del Color Imperial, los Sakurakai, junto con elementos nacionalistas civiles, intentaron derrocar al gobierno. Tras la detención de sus líderes después del Incidente del Color Imperial, el Sakurakai se disolvió y muchos de sus antiguos miembros se unieron a la facción Toseiha dentro del ejército. La admiración de los jóvenes oficiales por las ideas de Kita llevó a varios intentos de golpe de estado durante la década de 1930, siendo el más notable el incidente del 26 de febrero de 1936. En este suceso, un grupo de jóvenes oficiales intentó tomar el control del gobierno japonés y asesinar a figuras políticas clave que consideraban obstáculos para la reforma nacional. Aunque fue sofocado, el golpe de estado puso de manifiesto el alcance de la influencia de Kita en los círculos militares y la radicalización de ciertas facciones de la sociedad japonesa.
El incidente del 26 de febrero de 1936
La facción Kōdōha, o Vía Imperial, fue fundada por el general Sadao Araki y su protegido, Jinzaburō Masaki. Esta facción radical pretendía establecer un gobierno militar que promoviera ideas totalitarias agresivas, militaristas y expansionistas, obteniendo el apoyo principalmente de oficiales jóvenes. El Kōdōha apoyaba firmemente la hokushin-ron («doctrina de expansión hacia el norte»), abogando por un ataque preventivo contra la Unión Soviética, al considerar que Siberia formaba parte de la esfera de interés de Japón.
El Ejército Justo era un grupo de jóvenes oficiales del IJA que apoyaban a la facción radical de Kodoha. Estos jóvenes oficiales creían que los problemas de Japón provenían de su desviación del kokutai, un concepto que a grandes rasgos significaba la relación entre el emperador y el Estado. Creían que las «clases privilegiadas» explotaban al pueblo, provocando una pobreza generalizada en las zonas rurales y engañaban al emperador, mermando así su poder y debilitando a Japón. En su opinión, la solución pasaba por una «Restauración Shōwa» inspirada en la Restauración Meiji que había tenido lugar 70 años antes. Sus creencias estaban fuertemente influenciadas por el pensamiento nacionalista contemporáneo, en particular por la filosofía política de Ikki Kita. El 26 de febrero de 1936, intentaron dar un golpe militar destinado a purgar el gobierno y la cúpula militar de sus rivales y oponentes ideológicos.
El Incidente del 26 de febrero (26-28 de febrero de 1936) fue un intento de golpe de Estado en el Imperio de Japón, orquestado por jóvenes oficiales del Ejército Justo que apoyaban a Kodoha. Su objetivo era llevar a cabo la «Restauración Shōwa», purgar a sus oponentes políticos y restablecer el poder directo bajo el Emperador Showa (Hirohito). La «Restauración Shōwa» prevista pretendía ser un reflejo de la Restauración Meiji, con un pequeño grupo de personas capacitadas apoyando a un emperador fuerte. Aunque lograron asesinar a varios altos cargos y ocupar el centro gubernamental de Tokio, no consiguieron asesinar al primer ministro Keisuke Okada, tomar el control del Palacio Imperial ni ganarse el apoyo del emperador. Aunque sus partidarios en el ejército intentaron sacar provecho de sus acciones, las divisiones internas y el enfado generalizado por el golpe impidieron cualquier cambio gubernamental. Ante la abrumadora oposición del ejército, los rebeldes se rindieron el 29 de febrero. Las consecuencias han sido la represión de la sublevación, el declive de la influencia de la facción Kodoha y el aumento de la influencia militar sobre el gobierno.
El legado y la ejecución de Kita Ikki
Kita ejerció una profunda y compleja influencia en el nacionalismo y el militarismo japoneses. Su obra intelectual inspiró a reformistas radicales que apoyaban el establecimiento de una dictadura militar estricta y un gobierno autoritario. Estas ideas contribuyeron al avance de Japón hacia el militarismo en la turbulenta década de 1930 y principios de 1940, en un contexto de insatisfacción generalizada con una democracia ineficaz y de desafíos geopolíticos, como el fin del Tratado Anglo-Japonés, que dejó a Japón aislado. La visión de Kita de la Gran Esfera de Coprosperidad de Asia Oriental, concebida inicialmente como una organización idealista y cooperativa, se transformó en un sistema al que él se oponía, a medida que sus ideas se reconfiguraban para alinearse con la agenda del gobierno imperial. Personalidades como Konoe intentaron poner en práctica los ideales de Kita a través de reformas laborales, propuestas de igualdad racial en la Sociedad de Naciones y esfuerzos para obtener el indulto de los líderes ultranacionalistas implicados en el incidente del 26 de febrero, que habían intentado asesinar a su mentor Saionji. Sin embargo, Konoe se enfrentó a la oposición de varias facciones del gobierno japonés y a presiones externas, como la venganza de Estados Unidos y las intrigas de China. Finalmente, Konoe, partidario de la diplomacia, cedió el poder al más agresivo Hideki Tojo.
En 1937, durante la «Purga del 26 de febrero», Kita fue detenido y ejecutado por el gobierno japonés, que lo consideraba una amenaza para la seguridad del Estado. Aunque algunas de sus ideas fueron parcialmente adoptadas por las autoridades gobernantes, Kita era considerado un ideólogo peligroso, capaz de incitar al descontento y desafiar el arraigado poder de la élite. Su ejecución no acabó con su influencia; los escritos de Kita siguieron resonando, convirtiéndose en textos fundamentales para los pensadores nacionalistas y militaristas que imaginaban la salvación de Japón en forma de un estado socialista centralizado y autoritario.
Herencia
El legado ideológico de Kita ha tenido una influencia sorprendente, sobre todo dentro de la ideología Juche de Corea del Norte. Esta ideología refleja las creencias de Kita, como la dinámica líder supremo/emperador, la colaboración internacional contra el imperialismo occidental, el antiliberalismo, el anticapitalismo, el socialismo de Estado, el totalitarismo y el Songun. A pesar de su propaganda antijaponesa, estos principios permitieron que las ideas de Kita sobrevivieran en Corea del Norte. En Corea del Sur, algunos medios de comunicación liberales de izquierda han retratado la administración de Park Chung-hee como antiamericana, fascista panasiática y Chinilpa, cuyas influencias se remontan a la educación japonesa de Kita y a su estudio del incidente del 6 de febrero. Inejiro Asanuma, líder del Partido Socialista Japonés, estaba muy influido por Kita y abogaba por una alianza con Mao y Sukarno, haciéndose eco de los ideales de Kita de una esfera de prosperidad. Sin embargo, fue asesinado por Otoya Yamaguchi, un nacionalista japonés pro-inglés-estadounidense protegido por Bin Akao. El asesinato de Asanuma sirvió para sofocar cualquier movimiento genuino japonés en favor de la soberanía y para afianzar elementos neoconservadores en muchas facciones del nacionalismo japonés.
En el Japón actual, el movimiento nacionalista está muy atenuado y desconectado de las ideas de Kita, muy influido por las perspectivas angloamericanas, un escenario al que Kita se habría opuesto rotundamente. La Cuarta Teoría Política de Aleksandr Dugin se alinea con algunas de las ideas de Kita cuando se considera en el contexto de los actuales alineamientos geopolíticos, como explica Kazuhiro Hayashida en Lo que los japoneses necesitan para entender la Cuarta Teoría Política. Kazuhiro subraya la importancia de recordar ideas y figuras históricas para comprender teorías contemporáneas como las de Dugin. Kazuhiro se centra en Kanji Ishihara, antiguo soldado del ejército imperial y budista Nichiren influido por Kita, que fue reconocido por sus teorías estratégicas durante el periodo de entreguerras y por su planificación y ejecución de la reconquista de Manchuria por el emperador Qing, Esto permitió a Manchuria convertirse en una potencia económica multicultural al servicio de las ambiciones de Japón, gracias a sus prácticas agrícolas colectivas y a una industrialización que mejoró el nivel de vida, superando a Japón en la producción de acero. La minería del carbón, la extracción de petróleo y la agricultura se convirtieron en industrias importantes, los puertos y las ciudades se modernizaron, el comercio y los negocios florecieron y Manchuria se industrializó más que la República de China. Manchuria se convirtió en la región más industrializada de toda China, lo que llevó a los soviéticos a utilizarla como base de operaciones y permitió a Mao ganar la guerra. Aunque las teorías de Ishihara perdieron importancia tras la Segunda Guerra Mundial, el autor cree que siguen ofreciendo valiosas perspectivas. Las ideas de Ishihara, como las de Kita, se alinean bien con la Cuarta Teoría Política de Dugin, que cuestiona el liberalismo.
El gobierno chino contemporáneo tiene vínculos ideológicos con Kita, ya que las reformas económicas de Deng Xiaoping estuvieron muy influidas por Park Chung-hee y el modelo económico japonés que inspiró las economías de los Tigres Asiáticos. El burócrata chino Wang Huning también ha incorporado muchas de las ideas de Kita en China, dirigiendo la nación hacia el establecimiento de una Pax Sinica a través de iniciativas internacionales como el proyecto Cinturón y Ruta, que recuerda los esfuerzos de la Sociedad del Dragón Negro. Wang expresó su desdén por la política multipartidista y se distanció del marxismo, abogando en su lugar por un sistema corporativista.
Yukio Mishima, también muy influido por Kita, creía que su vida debía culminar con su propio incidente del 26 de febrero, destinado a restaurar la soberanía japonesa frente a la influencia occidental, o arriesgarse a una muerte artísticamente significativa. Para ello, fundó la Tatenokai, o Sociedad del Escudo. Mishima apreciaba la cultura tradicional japonesa y se oponía al materialismo occidental, al globalismo y al comunismo, temiendo que erosionaran la identidad cultural única de Japón y dejaran a su pueblo «desarraigado». El 25 de noviembre de 1970 Mishima y cuatro seguidores entraron en una base militar del centro de Tokio, tomaron como rehén al comandante e intentaron sin éxito reunir a las Fuerzas de Autodefensa Japonesas para derrocar la Constitución japonesa de 1947. Tras su discurso, gritó «Larga vida al Emperador» antes de suicidarse.
Kita sigue siendo una figura controvertida de la historia japonesa. Su ideología radical pretendía crear un Japón más fuerte y justo combinando nacionalismo, socialismo y militarismo para hacer frente a problemas como la disparidad económica y el imperialismo occidental. Sus ideas inspiraron a muchos y supusieron una amenaza para la Unión Soviética. Las potencias coloniales occidentales y el propio Japón lanzaron una campaña de desinformación para suprimir y tergiversar sus ideas. En realidad, Kita pretendía desmantelar el capitalismo y se veía a sí mismo como un budista totalitario que utilizaba Japón como vehículo para la iluminación mundial, haciéndose eco de la visión de Fichte para Alemania. Su búsqueda de la salvación budista mundial le convirtió en una importante figura del fascismo genérico/tercera posición en Japón, junto a figuras como Akira Kazami y Seigō Nakano.
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lovelikeinthebooks · 1 year ago
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Hoy estoy triste.
Estoy triste porque soy un fracaso.
Porque mi idea de salir de la miseria y sacar a mi familia de la pobreza se está convirtiendo en un sueño mas que una posibilidad. Porque antes me costaba, incluso cuando no tenia otras obligaciones más que la facultad y el viaje largo era mi único contratiempo. Ahora no solo el tiempo que requiere ese viaje, sino tambien la plata que cuesta es algo que no tengo para nada de sobra.
Por un lado, voy a tener (mucho) menos tiempo para dedicar a la facultad porque estoy siendo responsable de un ser humano que no elegí tener y mucho menos estoy de acuerdo de dónde salió, que aunque sé que ella no tiene la culpa de su origen, sigue dandome rechazo. No ella, sino su origen: mi mamá y esa basura. Nunca le creí cuando me dijo que fue con un hombre random que conoció bailando salsa y que casualmente se desligó de la responsabilidad porque "estaba casado y no confiaba en ella". Yo sé que fue con esa escoria. Y pensarlo me trae todos los recuerdos de ese tiempo oscuro que quiero dejar atras.
Por otro lado, la plata es algo que no tuve ni tengo de sobra. Esa era una de las motivaciones para elegir la carrera que elegí y, erroneamente, la universidad que elegí (a kilómetros y kilómetros, horas y horas de distancia). En el pasado, vivimos como pudimos con lo que conseguimos y con la situación politica actual (que parece estar empecinada en desaparecer todas las facilidades brindadas a la gente en mi situación, que intenta salir de su mala posición) parece que ese va a ser mi futuro también.
Y no sé de qué forma ayudar. Me siento cada vez mas inútil porque no se me ocurre nada para aportar económicamente; ya que pensar en un futuro mejor estudiando una carrera está quedando fuera de la ecuación, tampoco tengo disponible el tiempo necesario para un trabajo normal de 8hs diarías mínimo, ni la fuerza y conocimientos necesarios para hacer changas de construcción o jardinería.
Cada vez me siento mas desesperada y solo encuentro trabas en cualquier cosa que me plantee.
También es mi culpa obviamente. A esta altura tendría que estar recibida si hubiera seguido un plan fijo. Pero desperdicié mi tiempo y plata ganada de las formas mas patéticas. Intento justificarme diciendo que era mi forma de escape (los libros, las historias ficticias me hicieron vivir imaginariamente miles de vidas mejores que la mía) y tanto me hacía bien al corazón que se terminó convirtiendo en adicción. Terminé gastando la única plata que tenia disponible durante toda mi adolescencia y juventud en libros y en viajes a otra parte de la provincia para construir el camino de ascenso social. En vez de gastarlos (mi tiempo y dinero) en algo que en el futuro me rentaría más, como enamorar a un millonario o comprar dólares.
Es más no quería gastar en eso último (lo primero es imposible con mi forma de ser y mi apariencia física) porque sentía que traicionaba a mi país, a mi patria y a los argentinos. Y, al final, ellos fueron los que me soltaron la mano. Votando a personas que hablan de la gente como yo: pobre, con menos opciones y, por lo tanto, recibiendo ayudas del Estado diciendonos planeros, vagos, chorros; gente de ciencia (en mi caso, aspirando a ser) tratada como no rentable, ñoquis y sacando el apoyo y respeto que tenía el dedicar tu vida al desarrollo de conocimiento; mujer feminista siendo desvalorizada y volviendo a invisibilizar nuestras luchas; gente que cree en la justicia social y en la importancia de la convivencia organizada siendo rebajada a comunista y corrupta. Y muchas otras cosas que no me tocan personalmente o me olvido ahora mismo, pero que destrozaron tanto simbólicamente y que llegó a afectar en la vida real (los maestros y la educación pública, los ancianos y jubilados, la salud pública, los empleados públicos, la gente dedicada al arte, a la historia, etc. Sé que me quedo corta) Todo se redujo a números. A si da ganancia monetaria o no. Se redujo a un partido de futbol en donde hay ganadores y perdedores y como ellos ganaron el balotage (donde era uno u otro) ahora tienen el poder de decisión en todo, asi que nos toca jodernos porque "hubiéramos ganado las elecciones".
Sé que antes había cosas que mejorar, la gente no está disconforme y enojada de la nada (aunque hay gente para todo). Estábamos en una crisis económica con inflación en aumento y no parecía haber mejora en la inseguridad y corrupción. Pero estábamos es eso, manteniendolo a flote, remando para adelante e intendando mejorar poco a poco. Sin embargo, mucha gente se cansó, se bajó y dejó de aportar a la causa colectiva, decidiendo que era mejor destruir todo a seguir construyendo.
Que haya ganado la violencia, el individualismo y la intolerancia me decepciona mucho. Y si hablamos de victorias y derrotas, ya perdimos la batalla cultural. Porque ahora no importa cuánta formación, conocimiento y empatía tengas, si tenés más likes, plata y (sobre todo) si ganaste las elecciones podés manejar la verdad a tu antojo.
Sé que mi visión es limitada y espero estar equivocada con muchas cosas, pero la realidad que veo en el presente y a futuro es catastrófica. Hay incendios intencionales en la Patagonia, comedores, universidades, escuelas y hospitales desfinanciados, ministerios destruidos, gente de cualquier edad que reclama siendo reprimida, lastimada y encarcelada, inflación por encima de cualquier aumento de sueldo en más del 100%, gente que en pocos meses se queda sin vivienda, trabajo y comida, una estigmatización creciente por tener un color de piel no blanco (¡ahora usan la palabra marrón de forma peyorativa!), un genocidio en curso en el mundo, mayor desconexión entre personas habiendo más redes sociales y tecnología de comunicación; y la gente responsable sigue de fiesta sacando provecho de haber ganado poder, eliminando las ayudas y subsidios (que están por algo!), votando leyes que destruyen el avance de décadas y desprotegen a la mayoría de la población (millones de personas y ecosistemas), apoyando a los genocidas, mostrando orgullosa su falta de empatía y razonamiento, creyéndose mejores y con más valor de opinión que gente a la legua más inteligente y experimentada no solo en la vida sino también en asuntos que requieren formación profesional.
No cuento a la gente que no está de fiesta porque votó algo que al final los terminó perjudicando. Estuvieron siempre a la vista las intenciones e intereses de las personas gobernado, tomando decisiones que afectan a miles, pero aún así decidieron ser ciegos.
Me da lastima la gente ciega de verdad (metafóricamente hablando), que votó pensando que el cambio iba por ese lado. Sin ver que ese lado era formando más caos y rompiendo el tejido social a sierrazos.
Estoy que lloro escuchando No llores por mí Argentina.
De nuevo, espero estar equivocada y que mi visión sea muy alejada de la realidad con tal de que yo sola esté viviendo en este mundo cayéndose a pedazos. Y, de nuevo, me siento inútil porque no tengo ni poder ni ideas que puedan ayudar a mejorar algo, aunque sea algo simple.
Soy un conjunto de células existiendo que no lograron nada con su organización sostenida por mas de 25 años.
Volviendo a mi existencia diminuta en mi propio espacio tan pequeño como una cama de una plaza en una habitación 3x3. Debería estar estudiando para liberarme de 1(una) materia de 30(TREINTA) en vez de mover los dedos sobre la pantalla de mi celular para escribir letritas que solo tienen significado para mí, en este momento de mi vida y con esta tristeza dentro del pecho.
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ironnerdparadise · 4 months ago
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2024 - ELEIÇÕES MUNICIPAIS - PREFEITOS - VEREADORES
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brunojordanposts · 5 months ago
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Nuevos mapas para desertores
Por Franco Berardi (Bifo) Escritor, filósofo y activista de la izquierda en Italia. El imperialismo liberal democrático colapsa y el imperialismo nacional avanza. Necesitamos nuevos mapas para orientarnos, nuevas líneas de escape al desierto. Mapa del siglo XVI, Museo del Papa, Madrid.         Las elecciones de junio en Francia y las del 1 de septiembre en Turingia y Sajonia suponen la…
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El enemigo natural del globalismo y el único que puede combatirlo es el patriotismo...
Pensador
@teatro-magico-solo-para-locos
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cosasdelahistoria · 1 year ago
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bocadosdefilosofia · 2 years ago
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«Si los portavoces del nacionalismo fuesen capaces todavía de un mejor conocimiento, el desarrollo de las cosas en el último siglo les habría tenido que mostrar claramente que todas sus aspiraciones se basan en un completo desconocimiento de los hechos políticos y sociales y que especialmente son una ficción vacía para los pueblos menores. En realidad, ¿qué significación tiene el sueño de una soberanía nacional y de una llamada independencia nacional en la época de una ilimitada política de fuerza de los grandes Estados, que intentan subordinar siempre los Estados menores a sus esferas de poder y utilizarlos como vasallos de sus propios intereses? La mayor parte de las nacionalidades menores que han obtenido su supuesta independencia nacional, favorecidas por la momentánea traslación de las condiciones del poder en Europa, han pasado de ese modo de la lluvia al chaparrón. Su soberanía política no les ha proporcionado ninguna protección contra las pretensiones de los grandes Estados y no ha hecho sino volver más opresiva a menudo su situación. La casta de sus nuevos gobernantes y políticos profesionales puede haber logrado alguna ventaja de la unidad nacional, pero para los pueblos mismos la situación general no ha mejorado.»
Rudolf Rocker: Nacionalismo y cultura. Ediciones La Piqueta, pág. 711. Madrid, 1977.
TGO
@bocadosdefilosofia
@dias-de-la-ira-1
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mllanes2018 · 2 years ago
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Adriana Díaz Enciso escribe acerca de la coronación de Carlos III
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ancientoriginses · 2 years ago
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El gobierno indio provoca indignación al eliminar la evolución #darwiniana de los libros escolares en un movimiento que recuerda a la #anticiencia creacionista de la era Trump.
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sefaradweb · 2 months ago
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Los Conversos
🇪🇸 La historia de los conversos en Barcelona es compleja y se remonta a antes de la expulsión oficial de los judíos en 1492. Generaciones de familias conversas ya vivían en la ciudad mucho antes de esa fecha, tras haberse convertido al cristianismo para evitar la persecución. Después de ciertos atentados, se prohibió a los conversos vivir en la zona del Call Mayor y muchos se trasladaron a la zona del Call Menor, donde formaron comunidades cerradas. Estos nuevos cristianos mantenían relaciones y negocios solo entre ellos, viviendo de manera aislada, y se casaban dentro de su grupo. La Inquisición española, creada en 1478, perseguía a aquellos que seguían practicando el judaísmo en secreto, usando métodos brutales como tortura, humillación pública y muerte. A pesar de la expulsión de los judíos en 1492, la Inquisición continuó su labor, y muchos conversos se encontraron atrapados en un limbo social: no eran judíos, pero tampoco completamente aceptados como cristianos. Su condición de nuevos cristianos determinó sus vidas, enfrentando discriminación y sospecha constante, incluso generaciones después de la expulsión.
🇺🇸 The history of the conversos in Barcelona is complex, stretching back before the official expulsion of the Jews in 1492. Generations of converso families had already been living in the city long before that date, having converted to Christianity to avoid persecution. After certain attacks, conversos were prohibited from living in the Call Mayor area, and many relocated to the Call Menor zone, where they formed tight-knit communities. These new Christians kept to themselves, doing business and marrying within their own group. The Spanish Inquisition, created in 1478, pursued those who continued to secretly practice Judaism, using brutal methods such as torture, public humiliation, and death. Even after the expulsion of the Jews in 1492, the Inquisition's work continued, and many conversos found themselves trapped in a social limbo: not Jewish, but not fully accepted as Christians either. Their status as new Christians shaped their lives, facing constant discrimination and suspicion, even generations after the expulsion.
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jgmail · 1 month ago
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Consideraciones sobre la República Libre de Fiume
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Por Georges Feltin-Tracol
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
El armisticio del 11 de noviembre de 1918 puso fin a la Gran Guerra, pero no detuvo los combates. Tampoco permitió volver a la época anterior. Los tratados de paz de 1919-1920 impuestos a los vencidos cambiaron el mapa político del continente europeo y dieron lugar a nuevos y violentos conflictos.
En 1974, Dominique Venner publicó Baltikum, una síntesis dirigida al público francés sobre los combatientes alemanes en los Estados bálticos y Silesia. Tres años antes, Jean Mabire había escrito la historia del último general ruso blanco contra el Ejército Rojo, el barón von Ungern-Sternberg. En cambio, no lejos de Francia, la apasionante aventura de Fiume ha estado durante mucho tiempo rodeada de misterio, ya que este golpe de fuerza desconcertó a todos los defensores de la más rígida taxonomía política.
Situado hoy en Croacia con el nombre de Rijeka, en la costa del mar Adriático, el puerto de Fiume se abre al golfo de Carnaro, hoy conocido como bahía de Kvarner. Ciudad pintoresca poblada por italianos, húngaros y eslavos (croatas y eslovenos), antes de 1918 Fiume pertenecía al Imperio de Austria-Hungría, en concreto al Reino de Hungría (o Transleithania), en el que, al igual que los territorios croatas, gozaba de una autonomía especial.
Antes de que Italia entrara en la guerra del lado de la Entente en 1915, desafiando su pasada alianza con los imperios centrales, los nacionalistas italianos ya la reclamaban. Al igual que las vecinas Trentino, Istria y Dalmacia, Fiume era considera como una tierra irredentista. Sin embargo, las negociaciones de paz impuestas por los vencedores, el eje Washington-Londres-París, privaron a Italia de la mayoría de estas reivindicaciones territoriales. Sin embargo, los vencedores no asignaron Fiume al nuevo reino de serbios, croatas y eslovenos (la futura primera Yugoslavia). Como en el caso de Danzig, la ciudad recibió un estatus internacional que no satisfizo a nadie.
El sentimiento de «Victoria mutilada» y la terrible crisis socioeconómica que asoló la Península alimentaron el descontento popular. Los italianos se sintieron repudiados y abandonados por sus recientes aliados occidentales. En un ambiente lleno de tensiones políticas y sociales, el escritor y héroe de guerra Gabriele D'Annunzio (1863-1938) asumió el papel de condottiere.
A la cabeza de un grupo de voluntarios motivados, los «legionarios», D'Annunzio tomó Fiume y sus alrededores el 12 de septiembre de 1919. Fue el comienzo de una larga prueba de fuerza con el gobierno italiano, los Aliados y Belgrado. Criticado por los políticos italianos que desaprobaban su iniciativa militar, Gabriele D'Annunzio proclamó la República Libre de Fiume o Regencia Italiana de Carnaro. Ningún otro Estado reconoció el nuevo Estado. El Fiume se convirtió así en un «Estado fantasma», uno de los primeros de este estilo en el siglo XX. En 2021, todavía existen varios Estados de este tipo en los cinco continentes, como Transnistria, Artsaj, Osetia del Sur-Alania, Abjasia, las Repúblicas Populares del Donbass y, más recientemente, Sealand, la plataforma independiente frente a las costas británicas, y el Principado de Hutt River, en Australia Occidental.
Para sobrevivir al bloqueo impuesto por el ejército italiano, los fiumanos no dudaron en recurrir a un original sistema económico. Claudia Salaris lo denomina «economía pirata». El anarquista estadounidense Hakim Bey, teórico de la Zona Autónoma Temporal (ZAT), asocia sin reparos la experiencia de Fiume a las «utopías piratas» de los siglos XVII y XVIII que estudió bajo su verdadero nombre de Peter Lamborn Wilson. En su opúsculo subversivo, recuerda que las exiguas unidades navales de la república del Danubio tomaron «el nombre de Uscochi de los extintos piratas que vivían en islas de la costa local y asaltaban barcos venecianos y otomanos». Los modernos Uscochi dieron algunos golpes de efecto: ricos barcos mercantes italianos ofrecieron de repente un futuro a la República: ¡dinero en las arcas! Claudia Salaris confirma que «la extraña economía de la Fiume refleja las grandes líneas del antiutilitarismo», el antiutilitarismo que Alain Caillé desarrollaría siete décadas más tarde en Francia en el seno del MAUSS (Mouvement anti-utilitariste dans les sciences sociales).
Gabriele D'Annunzio sabía que Fiume simbolizaba la «nación proletaria oprimida». Creó la Oficina de Relaciones Exteriores, que denunció la Sociedad de Naciones en manos británicas. Esta organización alentó la formación de una Liga de Fiume abierta a todos los pueblos agraviados, ocupados y colonizados. La Regencia italiana de Carnaro apoyó a los alemanes fuera de Alemania, a los irlandeses, a los flamencos, a los malteses, a los egipcios, a los indios, etc. «Esta actitud», señala Claudia Salaris, «prefiguraba con excepcional claridad la idea que abrazaría la generación que crecería en los años sesenta con respecto al Tercer Mundo, los “condenados de la tierra”, frente al imperialismo y la supremacía económica y cultural de Estados Unidos».
Estos sonados golpes militares y diplomáticos no impidieron el fin de la Regencia. El 30 de diciembre de 1920, tras un potente cañoneo de la flota italiana, Gabriele D'Annunzio y sus legionarios abandonaron la ciudad. La ciudad se convirtió en el Estado Libre de Fiume hasta 1924, cuando Italia logró finalmente anexionársela. La «epopeya de Fiume» dejó una huella imborrable. El joven movimiento fascista adoptó el decoro (discursos-diálogos con el público), los símbolos, los eslóganes («¡A nosotros!») y ciertos ritos de los legionarios. Sin embargo, sería un grave error considerar la expedición de Fiume como una repetición de la marcha sobre Roma. Mientras que muchos legionarios se unieron a los arditi con camisas negras, otros adoptaron una decidida postura antifascista.
La ideología de la República Libre de Fiume o Regencia Italiana de Carnaro era, por lo tanto, compleja y, sobre todo, muy heterogénea. En ella influían nacionalistas conservadores, futuros fascistas, veteranos del futurismo, sindicalistas revolucionarios, socialistas intervencionistas, anarquistas, partidarios tempranos del bolchevismo ruso y corporativistas. Sabedor de que el futuro de Fiume descansaba únicamente sobre sus hombros, Gabriele D'Annunzio, que concibió aquí su obra cumbre, demostró ser un poeta clarividente (Vate) y un líder muy deficiente. Encargó a su jefe de gabinete (el equivalente a primer ministro), el sindicalista revolucionario Alceste De Ambris, la redacción de una constitución. Promulgada el 8 de septiembre de 1920, la Carta Carnaro se inspiraba en la antigua Res Publica romana y en las comunas libres italianas de la Edad Media. Representaba un audaz compromiso entre monarquía, aristocracia y democracia. Hombre de la izquierda intervencionista, Alceste De Ambris fue testigo de cómo el propio Vate reescribía gran parte del texto antes de su publicación oficial.
El aspecto monárquico es inequívoco, dada la primacía ejercida por Gabriele D'Annunzio. El texto preveía también la posibilidad de nombrar un «dictador» en caso de crisis grave. Como comandante del Estado, el hombre de letras italiano lo supervisaba todo. Su gobierno constaba de siete ministerios (Guerra, Asuntos Exteriores, Policía y Justicia, Trabajo, Economía, Hacienda y Educación). Llama la atención el carácter democrático del gobierno. Se concede la ciudadanía a todos, incluidas las mujeres, que por fin tienen derecho a votar y a presentarse a las elecciones. El habeas corpus las amparaba en teoría. El Fiume dannunziano era también una democracia directa, basada en la autonomía local y funcional, por un lado, y en el trabajo productivo, por el otro. Es a través de las tareas productivas donde aparece el aspecto aristocrático, una aristocracia del y por el trabajo. Además de un salario mínimo garantizado, el mundo del trabajo se organizaba en nueve gremios (trabajadores industriales y agrícolas, marinos, técnicos industriales y agrícolas, gerentes y directores de empresas privadas, personal administrativo y secretarios privados, profesores y estudiantes, abogados y médicos, funcionarios y trabajadores de cooperativas), mientras que el décimo, informal, reunía a artistas y creadores (¿el propio D'Annunzio?).
¿Cómo funciona este Estado democrático-corporativista o nacional-libertario? El Parlamento tiene dos asambleas:
- el Consejo de los Mejores, elegido por sufragio universal para un mandato de tres años y responsable de los asuntos de soberanía;
- el Consejo de los Gremios, compuesto por sesenta miembros elegidos por los propios gremios para un mandato de dos años, que se ocupa de las cuestiones económicas, el comercio, los asuntos sociales, los servicios públicos, el comercio y los transportes.
Por último, el poder judicial se dividía entre el Tribunal Penal, el Tribunal Civil, el Tribunal Laboral, el Tribunal Municipal y el Tribunal Supremo.
¿No remite este Estado-ciudadano a las instituciones de la república más antigua del mundo, San Marino? Aún vigente en 2021, su constitución data de principios del siglo XVII. La «Serenissima República» tiene un sistema asambleario. Elegido cada cinco años, el Gran y General Consejo nombra cada seis meses a dos Capitanes Regentes, los jefes de la República. Gobiernan con el Congreso de Estado (un gobierno de diez Secretarías de Estado).
Recordamos que en la Carta de Carnaro se dice que «la música es el principio de organización». Gabriele D'Annunzio comprendió instintivamente la importancia de «la música como factor social revolucionario». «La Constitución de Carnaro era mucho más, como le gustaba señalar a D'Annunzio, que un símbolo, un mito, una prefiguración poética e imaginaria de una sociedad futura. Es cierto que nunca tuvo la oportunidad de aplicarse plenamente, ni siquiera en la ciudad de Fiume, pero en el clima de la época representó quizás la síntesis más interesante y siguió siendo un punto de referencia para los especialistas en derecho corporativo y constitucional a lo largo de los años de la Italia fascista primero y democrática después». Recuperada por cierta extrema izquierda, reivindicada por cierta ultraderecha y examinada por algunos partidos no alineados, la breve tentativa política y humana de Fiume sigue siendo, sin embargo, un bello ejemplo de vanguardia política y estética. Más que nunca, es una lección sobre la que merece la pena reflexionar.
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cyprianscafe · 1 month ago
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A Ordem de Gênero e o Estado
O papel do estado não pode ser ignorado – especialmente seu projeto de construção da nação e a centralidade do gênero neste projeto (Charrad 2001). Gênero, política, sociedade e islamismo estão intimamente conectados não apenas na narrativa sobre a criação do estado, mas também em seu funcionamento cotidiano. Gênero é central para gerenciar a imagem do estado interna e globalmente. A narrativa da legitimidade islâmica, projetos de desenvolvimento e, mais recentemente, seu impulso para mudar para uma economia de mercado neoliberal baseada em tecnologia menos dependente das receitas do petróleo moldaram a maneira como as mulheres são construídas. O estado agora quer reduzir os benefícios de bem-estar e aumentar seu alcance global por meio de transferência de capital e investimento. Para todos esses projetos, as mulheres são os pilares da identidade do estado e do projeto de construção de uma economia não baseada em petróleo.
Mesmo quando o estado inicia guerras contra seus inimigos, ele é compelido a alistar mulheres. Este é um desenvolvimento recente na Arábia Saudita, em que as mulheres são atraídas para um novo tipo de nacionalismo militarizado liderado pelo estado, já que o estado adotou uma política externa regional mais agressiva no contexto da guerra saudita no Iêmen (de 2015). Esperava-se que jornalistas mulheres escrevessem artigos de apoio à guerra, e até apareceram entre os soldados na fronteira sul em trajes militares (Doaiji 2018).
Em todos esses projetos, o gênero continua sendo central para definir a identidade do estado e da sociedade no passado, no presente e no futuro. Embora o caso saudita não seja excepcional, ele concedeu um lugar privilegiado especial para interpretações wahabitas em seu sistema legal, discursos, políticas e práticas, forjando um tipo de nacionalismo religioso a partir dessas interpretações como uma agência moral para unir a nação fragmentada. As mulheres podem potencialmente ameaçar sua integridade ou promover sua piedade e pureza. Isso continua sendo uma característica constante do reino, apesar da recente promoção dos direitos das mulheres sob o governo do rei Salman. Talvez seja também por isso que a Arábia Saudita continua sendo um caso único na discussão sobre gênero em países de maioria muçulmana.
A estrutura nacionalista religiosa defendida tanto pelo regime quanto por seus clérigos wahabitas leais dominou o cenário social e político durante a turbulenta década de 1990. Mas quase desapareceu da retórica estatal após o 11 de setembro, quando a Arábia Saudita, junto com sua tradição religiosa wahabita e tratamento das mulheres, passou a ser cada vez mais examinada por ativistas locais e organizações internacionais de direitos humanos. Na era pós-11 de setembro, a globalização do discurso dos direitos humanos e as cartas da ONU sobre discriminação de gênero levaram organizações não governamentais internacionais a produzir vários relatórios sobre a situação das mulheres sauditas. Seu status de menores, participação restrita na força de trabalho, exclusão de eleições municipais limitadas, proibição de dirigir e o sistema de tutela no qual as mulheres são negadas uma personalidade jurídica estavam entre as questões urgentes destacadas em relatórios de ONGs, muitos construídos sobre a participação de ativistas sauditas, especialmente a geração jovem conectada das mídias sociais.
Gender, Governance and Islam (Exploring Muslim Contexts) - Deniz Kandiyoti
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ironnerdparadise · 5 months ago
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