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#el chico del tecla
piensoenversos · 1 year
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Tengo un sabor amargo en la boca; se suponía que estos iban a ser los días de una nueva historia, de una nueva versión de mí, de darme la oportunidad de vivir sin miedos.
Se suponía o así parecía. Que nos encontramos para bancarnos todas las palabras que se levantaran contra la carrera para quererse, y al final resultó ser una prueba de resistencia. Se suponía que había la misma fuerza de atracción entre tus ganas de querer y las mías. Cualquiera se hubiera dado cuenta que había algo entre cada mirada y cada sonrisa como un lenguaje secreto que salía sin mucho esfuerzo entre tú y yo.
Quería tanto correr hasta a ti y abandonarme en tus brazos. Romper contigo todas mis inseguridades, por primera vez cerrar oídos a todo juicio propio y solo escuchar que sí existía una persona con la que todo de mi encajara.
Quería que te acordaras de mi nombre a los noventa, cuando te preguntásen de tu anécdota más increíble y solo pudieras responder con una sonrisa apenas dibujada y tus ojos volviendo a ese lugar donde el tiempo y los kilómetros no nos impedían tocar nuestras almas. Quería ser ese nuevo acorde que tocaras, decirte que el día que escuché tu voz diciéndome: "Quédate y abrázame", fue mi canción favorita y que podría escucharla una y otra vez sin cansarme, y hacerme saber que me querías en tu vida.
Quería que mis piernas fueran la almohada donde tus penas y dolores encontraran alivio y quería entenderte, y escuchar todas tus razones que te hacen descomponerte y contarnos nuestros miedos y crear hechizos para ahuyentarlos, escuchar todas tus canciones, todo eso... juntos...pero al marcharte sin decir nada...supe que solo seré la pieza de música que jamás cantarás...
@piensoenversos
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analisword · 7 months
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high infidelity (Enzo Vogrincic x Fem! Reader)
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Capítulo 1: https://www.tumblr.com/analisword/742694471701037056/high-infidelity-enzo-vogrinc-x-fem-reader?source=share
Capítulo 2: https://www.tumblr.com/analisword/742809931904925697/high-infidelity-enzo-vogrincic-x-fem-reader?source=share
Capítulo 3: https://www.tumblr.com/analisword/742966287515402240/high-infidelity-enzo-vogrincic-x-fem-reader?source=share
Capítulo 4: https://www.tumblr.com/analisword/743085967194390530/high-infidelity-enzo-vogrincic-x-fem-reader?source=share
Capítulo 5: https://www.tumblr.com/analisword/743445192395423744/high-infidelity-enzo-vogrincic-x-fem-reader?source=share
Capítulo 6: https://www.tumblr.com/analisword/743445481826451456/high-infidelity-enzo-vogrincic-x-fem-reader?source=share
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Capítulo 7:
Alana sintió aquél familiar calor recorrerle la nuca en cuanto escuchó la puerta de la sala cerrarse, usualmente ella y Enzo se intercambiaban mensajes durante el día, él solía invitarle a que tomara cosas del refrigerador si es que ella lo necesitaba y ella le daba ánimos cuando el chico se quejaba una y otra vez sobre tener que sentarse durante horas a que le hicieran el maquillaje para las grabaciones, sin embargo, después de la situación del otro día, Alana se había tomado el fin de semana entero sin pisar el edificio ni poner sus dedos sobre las teclas de la computadora.
Intentó escribir en su propia casa, pero no funcionó. 
No lo veía ni había conversado con él desde aquél día en el que Enzo había besado su cuello, los recuerdos de  aquella noche profanaban su mente más de lo que le gustaría admitir: Antes de dormir, al despertar, en la ducha, de camino al departamento de Enzo, cuando Sebastián la miraba, todo el tiempo. 
Guardó la laptop en su mochila y salió del estudio, se había preguntado cientos de veces durante el fin de semana si su relación con Enzo cambiaría de alguna manera después de lo que había sucedido, lo menos que quería era que su amistad se fracturara, y aunque sabía que no había estado bien la manera en la habían terminado aquella noche, no pensaba dejar de hablarle o escribir en su departamento, claro, siempre y cuando Enzo pensara igual. 
—Hola—Enzo la saludó animosamente en cuanto la vio ingresar a la sala, el peso imaginario que cargaba en sus hombros desapareció del cuerpo de Alana—. ¿Te gusta la comida thai?
—Es mi favorita. 
—Bueno, eso tenemos en común—dijo él acomodando las cajas en la pequeña mesa de la sala, había algo íntimo en comer con Enzo ahí y no en el comedor o en la cocina—. Pero es vegana, obvio—apuntó. 
—Lo supuse. 
Alana se sentó en el suelo y apoyó la espalda en los pies del sillón.
—¿Comes así siempre?
—¿Cómo?—preguntó Enzo con la boca llena de fideos, se veía adorable y Alana rió. 
—Pues aquí, en el suelo—dijo tomando una de las cajas de comida. 
—Eh, usualmente comía afuera después de grabar—dijo él una vez que tragó su comida—. Llevo meses viviendo acá y la primera vez que comí en el departamento fue el día de la pizza—sus mejillas se tornaron rojas, Alana no supo descifrar si era por la información que acababa de brindarle o por recordar aquella noche. 
—No te creo—se burló. 
—¡Es la verdad! Siempre como afuera, se me da fatal cocinar. 
—Bueno, esa ya es otra cosa que tenemos en común. 
—Si viviéramos juntos probablemente moriríamos de hambre. 
—Lo último que he hecho desde que vengo acá es morirme de hambre—replicó Alana mostrando el gigantesco plato lleno de fideos y tofu, Enzo soltó una carcajada. 
Una calidez agradable invadió su pecho, era un alivio que continuaran su amistad justo donde la habían dejado, Enzo no parecía tener intenciones de mencionar lo del beso en el cuello y ella tampoco pensaba hacerlo, estaba bien, podrían vivir del recuerdo. 
—Entonces…—dijo él jugando con su comida—. ¿Cómo te has llevado lo de escribir?
—Genial—respondió—. Te digo que el lugar que preparaste para mí es mágico. 
—¿Me dejás leerlo?—preguntó él con ojos suplicantes, Alana bajó la mirada, se sentía avergonzada, siempre le había dado vergüenza que la gente leyera lo que escribía antes de que fuera publicado, pero por alguna razón con Enzo era diferente, quería que la leyera, saber su opinión.
A veces se sorprendía a ella misma pensando qué pensaría Enzo después de leer ciertas líneas.
—Si quieres—murmuró ella elevando los hombros, queriendo no mostrar mucha importancia. 
—¿De verdad?—gritó emocionado, Alana rió y asintió. 
—Quiero leerlo ahora. 
—¿Ahora? Estamos comiendo—replicó. 
—Y quiero leerlo a papel—alzó las cejas.
—No traje papel. 
—Acá tengo yo, anda, decí que sí. 
—Bueno, está bien—dijo ella tan emocionada como Enzo por la reacción que había tenido—. Pero hasta que terminemos de comer. 
—De acuerdo—resopló. 
Alana lo miró fijamente, nunca se había imaginado lo divertido y espontáneo que era, claro que lo había visto un par de veces en entrevistas o cosas así, pero no tenía idea de la energía que emanaba, la mayor tiempo estaba contenida, Enzo era una persona bastante tranquila, pero podía ser una ola de emociones cuando se le daba la gana. 
—¿Y de qué va?—preguntó él minutos después. 
—¡Enzo!
—¡Sólo quiero saber de qué trata!
—Ya sabes…dragones y esas mierdas—respondió Alana.
—¿Dragones y esas mierdas?—preguntó Enzo riéndose con el mismo tono de voz que ella había empleado. 
—Sí—dijo ella. 
—Bueno, suena bien. 
Después de comer, Enzo se adentró con ella al estudio, abrió el armario y sacó de ahí la impresora. 
—Debí conectarla desde antes que comenzaras a escribir aquí—se regañó a sí mismo, Enzo colocó la impresora en el escritorio y se apartó, dándole oportunidad a Alana de volver a sacar tranquilamente la laptop, conectarla y buscar el archivo del manuscrito. 
—La historia va algo lenta—le advirtió—. Digo, apenas es el inicio, son apenas unas 60 páginas yo creo—dijo ella abriendo el archivo, ¿desde cuándo sus manos habían comenzado a sudar?
—Alana—la nombró con tono apelativo—. Sólo dejáme leerlo. 
—Bueno—dio imprimir y en menos de 2 minutos el pequeño bonche de hojas estaba listo, Enzo estiró la mano para tomarlo, pero Alana lo hizo primero. 
—Damelo, es mío—dijo él. 
—¿Ah sí?
—Sí, dámelo—en un dos por tres se lo arrebató de las manos, era obvio que eso sucedería, Enzo no sólo era más alto y grande que ella, también mucho más ágil. 
—Regrésamelo—replicó Alana, de pronto se sentía muy nerviosa. 
—¿Por qué te ponés así?—dijo él riendo, ahora Enzo tenía el brazo estirado sosteniendo las hojas mientras que Alana saltaba una y otra vez intentando atraparlas. 
—¿Así cómo?—preguntó casi fuera de aire. 
—Toda roja y enojada, parecés perro chihuahua—se carcajeó alzando más el brazo. 
—¡Devuélvelo! ¡Volveré a escribirlo!—gritó. 
Enzo dejó de reír y se llevó las hojas a la espalda. 
—¿Decís eso en serio?
—No…sí. 
—Lana, no tenés que escribirlo de vuelta, estoy seguro que es genial.
—¿Cómo me llamaste?—preguntó Alana con una mano en el pecho, intentando recuperar su respiración. 
—Ay, ya, toma—dijo él devolviendo las hojas—. Si no querés mostrarlo, está bien.
—Me dijiste Lana.
Enzo rodó los ojos y se puso colorado, ¿estaba nervioso?
—Me gusta, es lindo—dijo ella aferrando las hojas en su pecho. 
—Bueno, ya.
—Ten—le entregó las hojas—. Puedes leerlo, pero con una condición. 
—¿Cuál?—preguntó de manera apenas audible. 
—Tienes que ser sincero al respecto, ¿de acuerdo? Si te lo confío es porque pienso que serás honesto conmigo.
—Sos la mejor—dijo él tomando las hojas—. Gracias—antes de que Alana pudiera hacer o decir algo más, el chico depositó un beso en su mejilla y salió del estudio, dejándola hecha un lío. 
                                                             ˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖ 
Alana no recordaba haberse sentido así de feliz desde que se había mudado a Sevilla poco más de dos años atrás, sabía que la responsable de esa felicidad era la paz que la rutina que había establecido desde un par de semanas atrás le brindaba. 
Ella despertaba temprano, se alistaba, desayunaba con Sebastián y se iba directo al departamento de Enzo a escribir durante todo el día, en las noches Enzo volvía de grabar, siempre con deliciosa comida vegana que comían como desesperados, conversaban durante un buen rato, hablaban sobre cualquier cosa, sus respectivas vidas en México y Uruguay, películas, otros libros, sus hermanos y temas banales,  la mayor parte del tiempo lo hacían tirados en el suelo o mientras Alana imprimía lo que había escrito durante el día, Enzo había mantenido su promesa, era completamente transparente con ella y aunque la mayor parte adoraba lo que ella escribía y la llenaba de elogios, también arrugaba la nariz o negaba con la cabeza cuando leía algo que no le parecía, Alana lo cambiaba únicamente si lo creía necesario. 
Cuando se le hacía muy de noche Enzo la llevaba hasta casa,  otras noches, cuando ambos se encontraban muy cansados, ella simplemente se iba por su propia cuenta.
Funcionaban bien juntos, cada vez mejor.
Alana tragó un poco del huevo que Sebastián había preparado y una arcada la sorprendió, tuvo que tomar el vaso de agua y darle un trago rápidamente para intentar borrar el sabor. 
—¿Pasa algo?—preguntó Sebastián al notar su reacción. 
—El huevo sabe mucho a huevo—dijo ella sacando la lengua asqueada.
—Pero qué tontería, si es huevo, obvio sabe a eso—dijo él riendo. 
—Está como más fuerte el sabor, ¿no? ¿los hiciste diferente?—preguntó ella intrigada, desde días atrás los desayunos de Sebastián no le sabían tan bien como antes, se preguntaba si había cambiado algo en su método de preparación. 
—Los hice igual que siempre—dijo él—. Sabes, he notado que has estado comiendo menos, de seguro tienes un bicho en el estómago—dijo apuntándola con el tenedor. 
Alana tragó más agua, era verdad que desayunaba más ligero, no porque quisiera, si no porque la comida en casa ya no le sabía bien, se estaba acostumbrando a la comida del refrigerador de Enzo y a lo que él llevaba de cena. 
¿Y si era eso?
Nunca se había interesado mucho por la comida vegana, pero ahora que la había probado, se daba cuenta que cada que comía algo de origen animal el sabor era demasiado fuerte.
—¿Has pensado ser vegano?—preguntó Alana con curiosidad, Sebastián frunció el ceño al escucharla. 
—Claro que no, es una tontería. 
—Hay comida muy rica—aclaró. 
—Eres la persona menos indicada para decir eso, comes tu carne casi cruda. 
—Hace mucho que no—replicó. 
—Como sea, nunca sería vegano. Y espero que tú tampoco. 
—¿Por qué no?—preguntó. 
—Es malo para la salud, no obtienes los suficientes nutrientes—respondió Sebastián con tono de obviedad para después darle un sorbo a su Coca-Cola. 
Eran las 9 de la mañana. 
—Hay suplementos, para la proteína y eso—dijo Alana jugando con su desayuno, de pronto el apetito se le había ido. 
—Nah, no funciona, ¿de dónde estás sacando esas ideas?—preguntó el confundido. 
Irónicamente, él era mucho más delgado que Enzo, estaba segura que si se hacían uno de esos estudios costosos de composición corporal, Enzo resultaría más sano. 
—Ya, de ningún lado—dijo ella parándose de la mesa—. Gracias por el desayuno. 
—No comiste nada. 
—Como algo en el  camino—es decir, iba a atacar el refrigerador de Enzo. 
Sebastián murmuró algo.
—¿Qué dijiste?
—Nada. 
—¿Qué dijiste? No escuché. 
—Nada, que ya ni los huevos que hago te parecen. 
Alana rodó los ojos, no le apetecía discutir a esa hora de la mañana. 
—Tengo que irme ya. 
—Yo te llevo. 
Alana frunció el ceño, el chico no se había ofrecido en llevarla durante semanas.
—No.
—¿Por qué no?
—Porque he estado yendo sola, no pasa nada—dijo nerviosamente, no quería que Sebastián supiera dónde vivía Enzo. 
—Anda, yo te llevo—insistió. 
—No, está bien—dijo Alana sacando las llaves de su bolsillo y guardándolas en la mochila—. Voy al baño y me voy.
Alana fue al baño y se echó agua en la cara, ¿era hora de contarle a Sebastián dónde había estado escribiendo en realidad? No, seguramente se pondría furioso, no quería ni imaginarlo. 
—Ya que no comiste nada te guardé unas cosas en la mochila—anunció Sebastián claramente dándose por vencido con la idea de llevarla. 
—Vale, gracias—Alana agradeció con una sonrisa fingida y salió de lugar.
Durante el camino a casa se Enzo se estuvo preguntando una y otra vez si era momento de contarle a Sebastián la situación, pero no podía convencerse así misma de hacerlo, sabía que se pondría furioso, tal vez ella no debió de permitir que esto se extendiera tanto sin que él supiera, pero si le hubiera dicho la verdad desde un principio, seguramente Sebastián hubiera hecho un drama, lo menos que quería es que su novio arruinara su amistad con Enzo, se sentía entre la espada y la pared. 
Negó con la cabeza varias veces, más tarde pensaría qué hacer, probablemente incluso lo hablaría con Enzo, Alana abrió la mochila buscando sus llaves, no las encontró. 
Se detuvo en seco, recordando como Sebastián le había dicho que le había echado comida, no había sido capaz de sacarle las llaves del departamento, ¿cierto?
Alana volvió a rebuscar sin obtener éxito, lo único que había en su mochila era su laptop, cargador y los contenedores de comida de Sebastián.
Alana sacó su celular y le marcó rápidamente. 
—¿Qué mierda?—soltó cuando Sebastián contestó. 
—Si quieres las llaves, ven por ellas y yo te llevo hasta la oficina—dijo desde el otro lado de la línea. 
—Estás loco—replicó—. No puedo creer que hayas hecho esto, tuve que tomar un taxi para venir hasta acá.
—¿Por qué no quieres que sepa dónde escribes?
—Porque no es de tu incumbencia, Sebastián.
—Eres mi novia. 
—Y este es mi lugar seguro—se sorprendió a ella misma diciendo. 
—Ven por las llaves. 
—No me las vas a  regresar a menos que te diga dónde queda la oficina, ¿cierto?—preguntó con ira. 
—Me conoces mejor de lo que yo a ti. 
—Pues vete a la mierda—le colgó. 
Apenas lo hizo, como por arte de magia, Enzo le llamó. 
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ardeportal · 6 months
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Brant Bjork: el desierto en la ciudad
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El baterista fundador de Kyuss sacudió Montevideo en una nueva edición de Fuzz Local
Por Ginny Lupin Fotos Gino Bomba
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Hay un indicativo infalible de la calidad de un show que no se encuentra arriba del escenario; se nota ya desde la entrada y se incrementa con los resagados que se van acumulando, cerveza en mano, al fondo de Plaza Mateo: si en el público abundan los músicos, el show va a estar increíble. Y el domingo pasado, en una nueva edición del festival Fuzz Local, estaban todos.
La tarde arrancó con bastante puntualidad y una afluencia de gente considerable; eso que era domingo, Nacional y Defensor jugaban a unas cuadras y el clima estaba inestable. Pero la jornada prometía distorsión de la mano de grandes exponentes locales y las verdaderas leyendas del desierto. No había justificativo para pegarse el faltazo.
Contramarea pateó el tablero con un set corto y al hueso. Banda insignia del festival, abrieron esta tercera edición de Fuzz Local para homenajear la distorsión, sacando provecho del fuzz único de los pedales Inspira como en cada escenario que pisan.
En medio de nuevas composiciones, los Contramarea desplegaron toda su energía, haciendo sacudir las cabezas con el diferencial de un sonido único y arrollador.
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Tempestad
Flor Sakeo está en "su prime". Acompañada de músicos de nivel, la reina del fuzz montevideano se prendió fuego sobre el escenario de Plaza Mateo.
Riffs seductores y envolventes lucieron la distorsión en su faceta más psicodélica, en sintonía con la estética de pantalones metalizados y pelo sacudido a todo volúmen.
En primera fila, un chico de pelo largo desafiaba la gravedad contorsionando la cabeza al ritmo de la música. En simultáneo, un grupete hacía señas para captar la atención de Mario Lalli, "el padrino del desierto" y ahora bajista de Brant Bjork, quien accedió a la foto mientras seguía atento el espectáculo de la uruguaya.
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"Canción para los planetas" y la nueva, "Casualidad" fueron cantadas a todo pulmón por su público, fiel asistente en cada partido de Sakeo.
La performance sobre el escenario justificó y recompensó esa fidelidad con un despliegue de nivel. Efusivos, Flor y su banda demostraron el entusiasmo por la primera fecha del año con una complicidad que excede lo musical y nos permite un vistazo de la dinámica del grupo. Guiños, risas y genuino disfrute sobre el escenario se trasladaron a la audiencia.
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La cúspide del set llegó demasiado pronto, con una cuerda rota que no detuvo el ritual del fuzz y la esperada liberación del pogo. "Abran un círculo", pidió Sakeo y el público obedeció, con una danza tan tentadora que Piotto tuvo que abandonar su posición detrás de las teclas para saltar a la pista y formar parte del ritual.
Si así empieza el año de Flor Sakeo, ¿qué nos esperará para los próximos meses?
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Duelo de leyendas
Si el titular "Brant Bjork en Uruguar" ya era movilizante para todos aquellos que hicieron del stoner desértico un pilar fundamental de su trayectoria musical, bastó con confirmar quiénes lo acompañarían en la travesía sudamericana para perder por completo la cabeza.
En la batería, Ryan Gut aporta el groove metal que cultivó junto a Hammerface. Gran colaborador de Bjork, no sólo forma parte de su proyecto solista sino que también compartieron Stoner, la banda que volvió a reunir a Bjork y Oliveri luego de la separación de Kyuss. Pero es Mario Lalli desde el bajo quien se lleva todas las miradas y ovaciones.
Precursor del stoner rock, Lalli es una de las mayores influencias en la escena del desierto californiano. Sus bandas Across the River y Yawning Man, activas a inicios de los 80, sirvieron de detonante para toda una generación de artistas. Junto a Bjork, Lalli experimenta un abanico de sonidos recorridos a lo largo de su trayectoria, desde el stoner más puro hasta coqueteos con el soul y el blues perceptibles en las últimas producciones del trío.
Sobre el escenario, la fórmula fue infalible. La poderosa voz de Bjork y la marea de distorsión que emana su guitarra lo valorizan como frontman del proyecto. Lalli llevó el groove inmutable, paseando sus larguísimos dedos por las cuerdas del bajo con una fuerza jamás vista para un índice humano. Y el ritmo estaba en buenas manos con Gut, controlando todo desde el fondo.
Frente a un Plaza Mateo atiborrado y mesmerizado, Bjork y compañía brindaron hora y media de oda al fuzz. No faltaron el pogo ni la emoción, en una fecha ciertamente inolvidable para el rock local.
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ares-49789 · 9 months
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Cap 25.5
-Cuénteme, señor García, ¿desde cuándo has sido consciente de la situación que vivían sus sobrinos?-Preguntó la jueza, la mujer no quitaba su mirada del hombre que estaba de pie a su izquierda, escuchaba también el sonido de las teclas del portátil sonar mientras la taquígrafa escribía todo lo que pasaba en la sala, el hombre suspiró, no pasaba nada, había pasado horas practicando mentalmente sus respuestas a cualquier pregunta que le pusiera hacer la jueza
-Hace dos semanas más o menos que sé del verdadero nivel del abuso hacia mis sobrinos - dijo el hombre - pero siempre los dejaba quedarse conmigo si necesitaban un tiempo fuera- explicó David con las manos a su espalda, con sus dedos intentaba calmar sus nervios, clavando sus uñas en las palmas de sus manos
-¿No lo sospechaba ni nada similar?- preguntó la mujer, apoyando su barbilla sobre sus manos, David devolvió la mirada a la mujer, una sombra oscureció su expresión al pensar en la respuesta
-Yo... Sabía que Pedro era duro- dijo el hombre - Después de todo había perdido a su esposa - David apoyó sus manos en la pequeña valla que había al frente de su podio - Lukas y José nunca hablaban de la situación en casa, preferían simplemente sentarse a ver cómo trabajaba cuando venían a verme al taller- explicó el hombre - Ellos son buenos chicos- dijo David - siempre se han cuidado el uno al otro cuando lo necesitaban, son fuertes- David sonrió a José y Lukas, que lo miraban desde su mesa
- Por favor, limítese a responder mis preguntas - pidió la jueza, viendo el intercambio de miradas entre el hombre y los demandantes, parecía que de verdad se importaban, eso era bueno, podía reducir las probabilidades de una manipulación
-Si señora - Dijo David, suspirando, la jueza se inclinó hacia atrás en su silla, pensando por unos segundos antes de mirar al demandado, el hombre parecía tranquilo después de haber contado su historia, cómodo incluido, aunque su abogado seguía pareciendo un ciervo iluminado por las luces de una camioneta en mitad de la noche
-El demandado tiene derecho a hacer unas preguntas al testigo- dijo la mujer- ¿Lo hará? - Pedro miró a su abogado y le dió un toque en el brazo, este se levantó dejando caer al suelo un par de papeles que rápidamente se agachó para recoger, la jueza suspiró cuando su atención pasó del joven abogado a la puerta que se abría tímidamente al otro lado de la sala de juicio, dejando que entrara un joven
-El lado del demandante hará preguntas al testigo- anunció el abogado, después de poner todos sus papeles en orden sobre su mesa antes de ponerse en el centro de la sala - Mi nombre es Marcos González y estoy aquí para representar a mi cliente Pedro Rubio- La jueza asintió y el abogado se acercó al testigo, aunque fue detenido por el mismo guardia que había llevado a David al estrado
Clara suspiró cuando Tobías se sentó a su lado, había desaparecido quince minutos antes y encima ahora aparecía despeinado y lleno de polvo
-¿Qué te ha pasado?- preguntó la chica, Tobías le dió una sonrisa cansada a su amiga, como si le quitara importancia a lo que le había hecho desaparecer tanto a él como a su prima... -¿Dónde está Helena?- Clara no la veía por ningún lado y se había ido junto al chico, seguro que le había pasado algo
-Han surgido cosas importantes - contestó Tobías, haciendo que la sangre hirviera dentro de las venas de la chica de pelo rizado y rubio
-No hay nada más importante que esto- dijo Clara
-Ella dijo lo mismo - Tobías recordó, poniendo sus manos sobre sus rodillas
-¿Entonces qué está haciendo?- preguntó la chica
-Algo importante- Tobías evitó la mirada inquisitiva de Clara, mirando a la espalda de José, que a su vez veía como su tío respondía a las preguntas del abogado de Pedro, José susurró algo a la abogada y luego a su hermano
-¿El qué?- preguntó ella, a punto de agarrar a su amigo por el cuello de la camisa
-No puedo decirlo- Tobías sabía perfectamente que no podía contarle a Clara la realidad, no porque ella fuera a ir largando información importante a cualquiera que se cruzara con ella por la calle, sino porque Helena había decidido que era mejor para su prima vivir en la ignorancia, en parte para no cambiar la forma en la que la chica miraba a la pareja
-¿Porqué?- preguntó la chica, intentando con todas sus fuerzas no golpear a Tobías hasta que le diera la información que pedía como un buen agente de la CIA lo haría
-Ella me dijo que no te contara - contestó Tobías, haciendo que Clara sintiera un jarrón de agua fría en toda su cara, como si algo la golpeara de pronto en el pecho, fue entonces que terminó su interrogatorio, si Helena no quería que lo supiera entonces era algo que de verdad no podía conocer, si, seguro que era para mejor
-Chicos, ¿cómo váis?- la voz de José sacó a Clara de su tren de pensamientos, el chico había salido de la sala principal y había caminado hasta ellos
-¿Qué haces aquí?- preguntó Diego, que lo había visto acercarse desde que se había levantado de la mesa de los demandantes, él y Diana estaban prestando mucha más atención al juicio que el resto de sus amigos
-Eres el próximo en salir - dijo José a Diego, el chico asintió, y José miró la fila de sus amigos, notando al instante que había una baja
-¿Y Helena?- preguntó el chico, haciendo que todos además de Clara fueran conscientes de la falta de la chica, Tobías suspiró
-Algo importante surgió - dijo el chico, José iba a preguntar por el origen de este asunto importante, pero Tobías se remangó un poco y le señaló su muñequera, José nunca había sido el más inteligente, de hecho de los dos hermanos era considerado el más tonto, y con razón, había cosas que desaparecían de su mente hasta que algo lo obligaba a recordar a la fuerza, así fue como recordó que su amigo era un superhéroe, y ese superhéroe tenía una compañera... Tonto tenía que ser para no sumar dos más dos
-Es el cuarto día - dijo el chico a media voz, Tobías asintió -Oye Tobías - dijo José- ¿Podemos hablar fuera?- preguntó el chico, Tobías se levantó y en silencio siguió a su amigo fuera, ni siquiera le importó que Clara los estaba siguiendo con la mirada
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avantimorocha22 · 2 years
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no quiero escribirte
me agarro las manos todo el día todos los días para no hacerlo cuando sí quiero escribirte
no quiero que sepas que cada vez que pienso "es imposible extrañar más" llega otro día u otra noche en la que te extraño el triple de lo que te extrañaba dos minutos atrás
no quiero que sepas que te extraño en cada puto momento del día
que todo te trae al presente aunque quiera enterrarte en un pasado que no se muere
todo
olores
tus gestos repetidos en otra persona
tu forma de mirarme
cosas que te gustaba hacer
comidas
las risas
tu forma de tocarme
tu piel
tus besos
algunas esquinas y una que otra plaza
unos que pasan en bici riendose
unos que están en el super comprando cosas light que son todo lo contrario a lo que eramos nosotros
unos que van al bar y discuten porque no saben si quedarse o irse a otro bar
el calor
el frío
el frío sin tus abrazos
las marcas que quedaron en la pared después de hacer el amor el primer día que me mude a esta casa
las cosas que me molestaban de vos
un chico con tu mismo tatuaje
tu casa
la casa de tu abuela que en mi mente estuvo habitada todos estos años por nosotros dos, llena de luz amor y plantitas
esa casa que no existe
esa casa que desbordaria la luz si estuviesemos ahí
puedo escuchar retumbando en el baño nuestras risas
o tus quejas por estar todo el día fumando en el patio
o las teclas de la compu que me dejaban sola en la cama pero eran el sonido de "no estás sola ni estando sola"
o mi voz hartandote con algún libro
o mi voz pidiendote que seamos una familia
o mi voz pidiendo que me quieras
o mi voz repitiendo una y otra vez por favor no te vayas nunca
no quiero que sepas que a veces se me sigue cruzando la idea por la cabeza de que sin vos no puedo vivir
no quiero que sepas que sigo obsesionada con tu compañía
no quiero que te enteres que me tienen que frenar para no llamarte
que me tienen que frenar para no llorarte
que me tengo que frenar para no llegar tan al fondo
no quiero que los días sigan pasando y me siga pesando tu ausencia
no quiero que me llames para contarme cómo te está yendo con tu nuevo amor
no quiero que sepas que no puedo abrirme a nada porque en todo estas vos
en cada persona encuentro algo tuyo
en cada charla apareces en mi cabeza
en cada recuerdo estás ahí al lado mío
no quiero que te enteres que sigo llorando todos los días
que a veces duele más el corazón cuando no tenés un abrazo pero también aprendí a abrazarme
no quiero escribirte
ni que sepas que te escribo
aunque no pueda escribir tu nombre
aunque tache tu nombre cada vez que lo veo escrito
aunque llore tu nombre cada vez que lo veo escrito
aunque putee cuando lo leo o lo tengo que qué escribir
aunque no pueda decirlo en voz alta
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lyon-amore · 5 months
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*Atención: Esta historia está inspirado en el canon del juego por el futuro de los personajes y secuela del oneshot 'Destinos cruzados'.
    No podría estar pasándome a mí. No…
    Miro la pantalla en azul del ordenador, con un pequeño ―o quizás mayor― ansiedad de no saber qué hacer.
   ―Vamos, reacciona ―comento apretando todas las teclas, pero no me atrevo a sacar el pendrive o apagarlo―. Por favor, no te estropees.
    Por suerte había llamado a secretaría explicando que tenía un problema y que buscarían al profesor de programación.
    Me apoyo en la mesa, mordiéndome las uñas. Un mal hábito que tengo de hace años. Es increíble que tenga que pasarme a mí ¿por qué habrá pasado? He hecho lo que me había dicho ¿Cuál habrá sido el problema?
    De nuevo intento teclear mientras sigo las instrucciones, pero vuelve a ponerse en azul la pantalla.
   <<Estupendo, la has hecho buena, Macie.>>
   ― ¿Problemas con el ordenador?
    Doy un pequeño salto en el sitio al escuchar la voz. Una voz conocida. La escuché ya hace dos años.
   Me doy la vuelta encontrándome con un chico de cabello negro y ojos verdes.
   ―No puede ser… ―murmuro para mí misma.
   ― ¿No puede ser qué? ―me pregunta, ajustándose la mochila.
    Sacudo la cabeza, intentando regresar a la tierra. Ahora me daba vergüenza hablar.
   <<Además, recuerada que tienes novio, tonta.>>
    ¿Recuerada? Ya hasta mis pensamientos se ponen nerviosos sin poder pensar en las palabras con claridad.
    Veo al chico esperando a que hablase, incluso arquea una ceja, impaciente.
   ―Perdón, estaba… ―inspiro profundamente, señalando el ordenador― Es que no sé qué ha pasado, estaba bien hace un momento y ahora ¡Puf! ―alzo los brazos dando un golpe seco a los lados de mi cuerpo, asintiendo con los ojos casi llenos de lágrimas― Adiós ordenador.
   ― ¿Así sin más? ―me echa a un lado con cuidado, incluso con un pequeño lo siento.
    Comienza a teclear. También le da error.
   ―Así sin más ―me cruzo de brazos, observándole.
    Me muerdo el labio mientras inclino la cabeza, fijándome en-
   ―Vale, sé lo que ha pasado ―reacciono aclarándome la garganta.
   ― ¿Qué ha pasado?
    Se echa a un lado y me acerco. Señala el pendrive conectado a la torre.
   ― ¿De dónde has sacado el pendrive?
   ―Un alumno de tercero me lo ha dado ―contesto, comenzando a pensar en lo peor―, me ha dicho que la profesora necesitaba que le enviase unos archivos urgentes y como él estaba ocupado, si podía hacerlo yo.
    Hace un sonido de asentimiento, pero se cruza de brazos mientras se lleva una mano a la barbilla.
   ―Pues tengo dos noticias para ti: Una buena y una mala ―me mira directamente a los ojos y en parte, siento que me reconforta― ¿Cuál quieres oír primero?
   ―La mala ―contesto con miedo―, quizás la buena me alivie después.
    Suelta una risa que me hace quedarme embelesada por ella. Espero que no note que me acabo de sonrojar porque noto calor en mis mejillas.
   ―La mala es que te han hecho la broma que se les hace a los de primero-
   ―Soy de primero año…
   ―Oh… ―se rasca la nuca, nervioso― Pues bienvenida oficialmente a la universidad.
   ―Gracias… ―inclino la cabeza, con un poco de malestar.
    No pensaba que esto sucedía en esta universidad, pensaba que era prestigiosa, por eso no escogí estudiar fuera del país.
   ―Aunque se suponía que ya estaba prohibido dado que puede generar un alto coste en reparar estos ordenadores.
   ― ¿Ah, sí? ―le miro con curiosidad a sus palabras.
   ―Cada curso tenía un pendrive como estos para asustar a los de primer año, se lo pasaban a los de segundo para continuar la tradición ―se apoya en la mesa, explicándolo―. Pero al ver que cada vez el ‘’virus’’ ―hace las comillas con las manos― era mucho más peligroso, lo prohibieron.
    Así que un virus para asustar a los nuevos. Pues no tiene ni una pizca de gracia, me he visto teniendo que pedirles dinero a mis padres y ya es bastante que me pagan el piso porque quería vivir sola. Al menos hasta que encuentre un trabajo.
    Intento calmarme, se supone que hay una parte buena en todo esto.
   ―Vale ¿y la noticia buena?
    El chico da la vuelta a la mochila y de uno de los bolsillos saca un pendrive.
   ―Soy al que llaman cuando sucede esto ―noto orgullo en su voz cuando lo dice.
   ―O quizás eres quien ha hecho estos pendrives que hacen que exploten los ordenadores.
   ―No, no es mi estilo, prefiero ser más sigiloso.
    Suelto una risa, recordando su entrada. Ni si quiera le he notado cuando ha llegado.
    Se da media vuelta y coloca el pendrive en la otra conexión USB. Se sienta en la silla y comienza a trabajar.
    Yo me siento en el escritorio, observando cómo trabaja. Intento colócame mejor la falda para que no se vean mis piernas, no quiero distraerle.
   <<¿O lo hago? Espera ¿En qué estoy pensando? Ugh… Cálmate, ni si quiera sabes si está saliendo con alguien, ya es raro que estéis en la misma universidad. No le hagas esto a Klaus, es un buen chico.>>
   ―Irte.
   ― ¿Qué? ―me despierto de mis pensamientos. Mirándole confusa.
   ―Puedes irte si quieres, tan solo es arreglarlo.
   ―No me quedaré tranquila hasta que lo vea arreglado ―veo que se apoya en la mesa, mirándome arqueando las cejas como si me estuviera diciendo ‘¿No te fías de mí?’―. Es que me he puesto nerviosa y necesito ver que se arregla, y también devolverle el pendrive a ese tío y decirle que su broma casi me cuesta un pie a la tumba.
    Suelta una especie de risa ―creo―, como si mi expresión le hubiera hecho gracia. No le veo que me haya mirado ni una sola vez, así que no es de ese tipo de chicos… Me gusta.
    Con una sonrisa, bajo de la mesa. Queda aprobado. No es un pervertido… De momento…
    Me siento en la silla de al lado, mirando cómo trabaja. Puede que yo sepa escribir rápido, pero él parece que ni si quiera toque las teclas. Me quedo mirando sus manos. Sus dedos son largos. De nuevo, otra ola de calor. Niego con la cabeza, tratando de quitarme estos pensamientos. Es que no me creía que le vería aquí ¿Qué posibilidades había de encontrarle de nuevo?
   ―Estará bien, no te preocupes ―dice con una sonrisa sin apartar la mirada de la pantalla.
   ―No es… ―me muerdo la lengua, será mejor que no diga nada― Sí, estoy preocupada, demasiado preocupada.
   ―Pues no te preocupes, que para eso estoy aquí ―me mira y guiña el ojo.
    Pongo los ojos en blanco. Se cree bueno con sus habilidades ¿eh?
   ― ¿Haces esto de arreglar el ordenador a los novatos que gastan bromas? ―pregunto, apoyando la barbilla en mi mano.
   ―No, hacía como dos años que no arreglaba uno ―contesta lanzándome una mirada rápida―. Me sorprende que aún sigan en circular los pendrives, se supone que tendrían que deshacerse de ellos.
   ―Bueno, pues, alguien no lo hizo de mi carrera.
   ― ¿Qué estudias?
   ―Periodismo.   
   ―Ya lo entiendo entonces ―parpadeo confusa―. Hay una promoción para poder conseguir un puesto futuro en las noticias ‘El Vigiliante’, así que están todos queriendo estar en las listas.
   ― ¿Y eso como lo sabes? ―ladeo la cabeza, curiosa― ¿Estudias también periodismo?
    Niega con la cabeza, con un suspiro un poco más pesado.
   ―No, mi… ―veo que se muerde los labios, ¿está dudando?― Mi novia estudia periodismo.
   ―Oh… ―bien, es una manera de enterarme que ambos estamos pillados y que no tengo que ponerme a hacerme escenas mentales. Demasiado Crónicas Vampíricas tengo en la cabeza― Y tú estudias programación ―señalo el ordenador.
   ―Si lo dices por el manejo del ordenador, eso es porque ya sé usarlo desde que era un crío ―veo cómo le brilla los ojos al pronunciar esas palabras. Es casi como si le hubiera trasladado a otro tiempo.
    Sonrío al parecerme adorable. Si no estudia algo que ya sabe, debe de ser para no aburrirse en las clases. Pero sí ha escogido algo que no tiene que ver con su especialidad, eso es o porque le gusta aprender o porque tiene algo más que le gusta. Al menos creo que alguien como él escogería algo que le gusta para no pasar años aburrido en la universidad.
    Al escuchar el sonido de notificación de mí móvil, levantó la mano a modo de disculpa por parar la conversación.
   Una sonrisa aparece en mi rostro.
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Klaus
Macie, este fin de semana hay una fiesta en la casa de un amigo, te apuntas? 😉
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    Sonrío mirando a la pantalla del móvil. Klaus es un buen chico y mi primer novio. La verdad es que se porta bien conmigo y tiene un lado divertido. Aunque quizás es por eso por lo que salgo con él, porque mi primo le escogió como amigo. Así que significa que no es un mal tío. Aunque no es lo que llevo soñando desde hace dos años, pero… Es agradable estar con él. Pero casi nunca nos podemos ver.
   ―Parece que estás mejor por el asunto ―escucho decir al chico y levanto la mirada de mi móvil.
   ―Oh, es que mi novio me acaba de enviar un mensaje ―respondo con un tono de felicidad―. Casi no podemos vernos porque vive a un par de horas de la ciudad, así que es agradable cuando se acuerda de mí para pequeñas cosas.
   ―Ah, ¿una relación a distancia? ―arqueo una ceja ante su pregunta ¿el tono era de molestia?
   ―Sí, ¿hay algo de malo?
    Suspira y continúa.
   ―Bueno, no creo que funcionen ese tipo de relaciones.
    Suelto aire cargado, junto con una risa un tanto molesta ¿Qué tiene que opinar de mi vida este chico? Ya le encontré algo malo.
   ―Perdona, pero una relación a distancia es muy romántico ―me cruzo de brazos echándome hacia atrás en la silla―, después el reencuentro es mágico ―no sé ni porqué me enfado, si solo he dicho que está a unas horas de la ciudad, tampoco es como si Klaus viviera fuera del país.
   ―Hasta que una de las personas de la pareja duda de ti o está constantemente queriendo saber con quién estás ―noto un tono molesto ¿lo dirá por su novia o por una anterior experiencia?
   ― ¿Ya has pasado por eso? ―pregunto sin darme cuenta de que quizás no debería haberlo hecho.
    Me lanza una mirada, aunque no es como si estuviera enfadado. Parece más bien cansado.
   ―Realmente te gusta hablar ―suspira y regresa al ordenador.
   ―Si quieres me pongo a hablarle a la silla ―señalo con la cabeza a su asiento y le veo sonreír mientras niega con la cabeza―, eres el único en esta sala con quien puedo hablar.
    Veo que el ordenador se apaga y abro los ojos de golpe ¿No era que iba a arreglarlo?
    Doy un grito alertando lo que está haciendo, pensando que es otra broma de los veteranos de la universidad. Seguro que me la ha jugado.
    El chico me mira y me señala a la pantalla, para que esté atenta y deje de gritar como una loca ―porque lo parezco― y veo que en realidad… Se reinicia.
    Suelto un suspiro, aliviada.
   ―Podrías haber avisado ―le doy un golpe en el brazo, enfadada.
   ―Era más divertido ver tu reacción ―me sonrojo avergonzada por su estúpida sonrisa ahora. Vale, es bueno con los ordenadores, lo admito―. Y sí.
   ― ¿Sí qué? ―le miro confusa a sus palabras.
   ―Sí que he pasado por eso ―se encoge de hombros― o bueno… Lo estoy pasando.
    Me muerdo el labio, un poco incómoda. Quizás no tendríamos que haber hablado del tema, pero…
   ―Entonces es que no es la persona adecuada si duda de ti ―respondo directamente.
   ―Oh, no es por que dude, es… ―mira concentrado a la pantalla, cruzado de brazos― Digamos que es por ella, ha pasado por cosas terribles y estoy para apoyarla en lo que necesite.
    Hago algo que hacía mucho tiempo que no hacía: Le analizo. Intento adivinar su expresión, lo que quiere decir ¿de verdad está a gusto con esa relación? Pero… Sus palabras han sido muy tiernas. Esa chica tiene suerte de tener un novio como él, espero que no le esté machacando demasiado con sus celos o lo que sea.
   ―Bueno, al menos ha quedado confirmado que eres de fiar ―sonrío de manera pícara y él me mira arqueando una ceja, confuso―, tu novia puede estar tranquila de que no le hayas engañado.
   ―Espera ¿todo este rato has pensado que iba a propasarme contigo? ― ¿’Propasarme’? ¿Eso se sigue diciendo hoy en día?
    Suelto una pequeña risa ante sus palabras. Es mono.
   ―No sé qué clases de hombres te has topado, pero me has ofendido, solamente he venido a arreglar el ordenador ―veo cómo vuelve a teclear en la pantalla, enfadado.
   ―Créeme que me has dejado con una buena impresión, señor Informático ―me apoyo en la mesa, sonriéndole.
    Me mira de manera disimulada y veo que… ¿Se sonroja? No creo que esté acostumbrado a los cumplidos.
    Termina de escribir y vuelve a reiniciar el ordenador. Esta vez me quedo callada esperando mientras me muerdo las uñas.
   ―Te vas a hacer daño ―oigo que me dice y bajo la mano despacio, avergonzada por mi actitud―. Mira, ya está.
    El ordenador se enciende de nuevo, junto con los archivos que estaban en pantalla. Suelto un suspiro de alivio.
   ―Lo admito, eres bueno ―sonrío aproximándome un poco más a él para ver mejor la pantalla―. Si tengo un problema con mi ordenador ¿te puedo llamar? ―le miro y veo que se ha quedado mirándome― ¿Estás bien?
   ―Sí, estoy bien ―responde y se levanta de la silla. Hago lo mismo y él saca el pendrive, extendiendo su mano, como si pusiera distancia entre los dos―. Toma, procura no meterte en una pelea con el chico.
   ―Oh, no te preocupes, solamente voy a esconder su cadáver en el próximo lago que me encuentre ―respondo seriamente y él se ríe ―voy a coger el pendrive, pero lo aparta.
   ―No seas demasiado dura con él ―dice con una mirada seria―. No hace falta que hagas llorar a un mayor.
    ―Me gusta ser dura a veces ―sonrío con malicia y él suelta otra risa ante mi comentario, pero su cara se muestra un poco roja.
    Vuelve a extender la mano y mirándome a los ojos. Me pregunto qué debe de estar pensando ahora.
    Extiendo también mi mano y me pone el pendrive en la mano. Intento calmarme al notar su mano, no quiero pensar que lo ha hecho a posta, sino que ha sido por la rapidez de querer dármelo y por eso me ha tocado. Intento distraerme manteniendo la mirada en el pequeño objeto, apartando la mirada. Seguro que se me nota que también estoy roja. Debe pensar que soy como una niña viendo a su actor favorito.
    Le doy vueltas al pequeño objeto en mi mano. Y creo que no puedo borrar mi estúpida sonrisa. Siento alegría de haberle vuelto a ver. Pensé que jamás lo haría y todavía no sé cómo se llama. Quizás pueda preguntarle ahora lo que no pude hacer hace dos años.
   ―Oye ¿Cómo te- ―levanto la vista y veo que ya no está.
    Me giro y veo que sale por la puerta ¿se ha ido sin despedirse? ¿Pero por qué es tan maleducado? O… Quizás le he caído mal…
   ―Otra vez sin saber su nombre ―susurro a mí misma, apretando la mano con fuerza en el pendrive.
    Lian entra por la puerta, con una sonrisa.
   ― ¡¿Quién es el tío que acaba de salir de aquí?! ―pregunta acercándose a mí, emocionada.
   ―Tan solo alguien que me ha ayudado ―cojo mis cosas y me coloco el bolso al hombro, mientras que la chaqueta en la mano.
   ― ¿Y tiene novia? ¿Novio? ¿Casado? ―niego con la cabeza y ella se ríe― Admite al menos que era más guapo que Klaus.
    Me quedo pensando el chico y en sus palabras hacia su novia. Le he encontrado dos años después. Pero quiero que sea feliz. No me meteré en su vida, es más, me alegro que haya encontrado a alguien y que se preocupe por ella.
   ―Oye Lian, ¿vamos a la cafetería de la zona de estudiantes? ―pregunto para cambiar de tema.
   ―Claro, me apetece tomar uno bien cargado.
    Coloco las sillas y apago el ordenador, sintiéndome un poco de nostalgia en este momento.
    Al final, mantendré este reencuentro y el primero en el fondo de mi corazón. Y lo que menos quiero hacer es meterme en una relación cuando yo estoy también saliendo con alguien.
    Espero que ambos seamos felices con nuestras respectivas parejas, señor Informático.
Adiós triste primer amor
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miacevallos-cas · 7 months
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¡¡ 📚Pequeños Genios 👩🏻‍🏫 !! (1 de marzo - 2024)
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Para nuestra actividad del mes de marzo del presente año (2024), trabajamos en conjunto, fuimos 11 chicos de IB a una escuela fiscal de educación básica en el recinto "Palo de Iguana", en la parroquia Los Lojas, vía Salitre.
Al principio, quisimos haCer algo con respecto a la infraestructura de la escuela, ya sea limpiar, arborizar, pintar paredes...pintar la cancha; pero al estar ubicados en una zona rural, y al estar en invierno, nos resultó imposible trabajar en el exterior. Mi mamá es la directora de esta institución, conversamos con ella porque nos interesaba trabajar con los chicos y poder ayudarlos a ver de forma diferente al aprendizaje. Ellos no tienen horas clase de inglés, computación, proyectos escolares, etc., como nosotros...queríamos compartir esa experiencia 🏫. La directora acepto nuestra propuesta. Proseguimos a realizar el comunicado a los PPFF para que puedan llevar a los chicos a la escuelita, sabiendo que estaban de vacaciones la asistencia fue obviamente opcional.
Eran niños y niñas 4to y 5to básica, algunos hasta de 6to y 7mo próximos a secundaria...y no tienen computadoras para afianzarse con el mundo tecnológico, por eso optamos por dar clases de computación, y además enseñarles lo básico de inglés. Trabajamos 2 horas. Asistieron 13 alumnos de la escuela Dos de septiembre, los dividimos en dos grupos para hacer las clases más personalizadas y, que nosotros pudiéramos vivir esta experiencia docente con más cercanía 🖍️📚.
Yo, junto con 5 compañeros dirigimos la clase de computación, cada uno llevó su computadora...justamente cada estudiante pudo tener la oportunidad de 'monear' en ella...eso les dije, que entren en confianza, miren como se escribe, las teclas, los símbolos...todo de lo que tuvieran curiosidad. Les pregunté si habían trabajado antes con word, ppt o excel...la respuesta fue que nunca 😵‍💫, por eso mismo trabajamos con Word, pasito a pasito. Los niñ@s aprendieron a dar formato a sus escritos, alinear sus textos, insertar y escribir en formas, añadir gráficos (smartarts) y editarlos, también a insertar y 'decorar' tablas. creo que fue un gran avance para ellos, más que todo en una hora (60min).
De lo que poco que conversé con ellos, si disfrutaron la actividad. era algo nuevo y novedoso, les despertó curiosidad, además considero que por medio de una laptop, de la cual se adueñaron en la tutoría, fueron capaces de ver otro mundo. Y que su mundo, va más allá que su recinto, se dieron cuenta de que son capaces e inteligentes, y que el conocimiento es inimaginable. Aún así nada se compara con su expresiones de asombro cuando lograban realizar una edición o un texto por su cuenta 🧠👀.
Adicional:
Realizamos un compartir
Llovió, no hubo peloteo 💔
Se hizo una donación a la escuela de educación básica "Dos de Septiembre"
Planificación Pequeños Genios 👈🏼 (click aquí)
Ejemplo de clases de computación - Erwin 👈🏼 (click aquí)
Ejemplo de clases de computación - Jade 👈🏼 (click aquí)
Fortalecimiento de Reflexión + TDC
En esta experiencia CAS, con algunos de los chicos fuimos a dar clases de TIC e inglés a estudiantes de 6to y 7mo básico de una escuelita fiscal. Nos llevó a  reflexionar sobre el deber moral de compartir el conocimiento en ciertas circunstancias. En este caso particular, nos surgío la responsabilidad ética de transmitir lo que sabemos cuando nos encontramos en una posición privilegiada en comparación con otros, como en el caso de estos niños de la escuela fiscal en Palo de Iguana.
La iniciativa de compartir conocimientos tecnológicos y lingüísticos con estos niños de comunidades rurales que carecen de acceso a recursos educativos avanzados es admirable. Este acto no solo les proporciona habilidades prácticas, como el manejo de computadoras y el conocimiento básico del idioma inglés, sino que también les abre las puertas a un mundo más amplio y les muestra posibilidades que pueden haber parecido inalcanzables.
Al compartir lo que sabemos, no solo estamos cumpliendo con un deber moral, que corresponde a no solo ayudar a aquellos, los menos favorecidos; sino que también se promueve un sentido de empoderamiento y autoconfianza en estos niños, mostrándoles que son capaces de aprender y crecer más allá de los límites de su entorno.
Además, al trabajar de cerca con ellos y adaptar las clases a sus necesidades y niveles de comprensión, se demuestra una comprensión profunda de la importancia de la personalización y la empatía en el proceso y contexto educativo.
Es por ello, que se ha concluído desde una perspectiva individual que cada uno, como seres humanos, tenemos un deber moral de compartir lo que sabemos. No solo podemos marcar una diferencia tangible en las vidas de quienes reciben esa ayuda, sino que también puede fomentar un sentido de responsabilidad social y empatía en quienes ofrecen su conocimiento y habilidades; y quién quita que al mismo tiempo nosotros aprendamos y crezcamos como individuos de una comunidad, de manera emocional, intelectual y espiritual, lo que me ha llevado a cuestionarme: ¿Hasta qué punto he mostrado ser agradecida con las herramientas y capacidades que poseo?
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Cine: Yo nena, yo princesa (2021)
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Manuel (Isabella G. C.) y Elías (Valentino Vena) son mellizos, pero no pueden ser más diferentes. Tal distinción comenzó a marcarse desde los dos años, cuando Manuel, criado, junto a su hermano, como un varón hecho y derecho, va deslizando pistas que confunden e inquietan a sus padres, Gabriela (Eleonora Wexler) y Guillermo (Juan Palomino). Y a los cinco, el asunto se les vuelve más desconcertante: dibujos de princesas, hebillas en el cabello, vestidos “robados”. La actitud de los padres es notoriamente contrastante: mientras Gabriela procura seguirle el ritmo y mostrarse más abierta y comprensiva, su esposo manifiesta su frustración de forma airada. 
A todo esto, Manuel padece la tensión familiar en su propia piel, mostrándose infeliz y perdiendo cabello. Ningún médico parece dar en la tecla. Una psicóloga (María Onetto) les ofrece una solución radical: imponer al niño la idea de que es varón, lo cual acaba empeorando la situación anímica de Manuel. Un documental emitido por televisión y alguna investigación posterior por internet le da a Gabriela la pauta de que quizás Manuel sea de esos chicos que se identifican con el sexo opuesto, una niña transgénero y una visita a la CHA (Comunidad Homosexual Argentina), adonde los atiende otra profesional, la licenciada Pavan (Paola Barrientos), les confirma la posibilidad.
A partir de allí comienza una nueva etapa, muy larga y angustiante, que se cobra el matrimonio de Gabriela y Guillermo y define el futuro civil de Manuel, que opta por el nombre de Luana, identidad que desea y necesita ser verificada en un documento argentino (un dato no menos interesante es que la actriz que interpreta a Manuel/Luana también es una niña transgénero).
La historia real aconteció en 2013, un año después de la sanción de la Ley de Identidad de Género de Argentina. Gabriela Mansilla contó en su libro “Yo nena, yo princesa (Luana, la niña que eligió su propio nombre)” (2014) cómo Luana logro el hito de ser, a sus seis años, la persona transgénero más joven en ser reconocida por la ley con su verdadera identidad. En ese año, María Aramburu y Valeria Paván estrenaron un documental alusivo (”Yo nena, yo princesa - Experiencia trans de una niña de cinco años”) y, en 2021, esta adaptación del libro, dirigida por Federico Palazzo. Además de los mencionados, aparecen otros actores de la talla de Valentina Bassi (como SIlvia, tía de los mellizos), Lidia Catalano (Esther, abuela de los pequeños), Mariano Bertolini (el tío Federico), Irene Almus (la tía Gori), Paula Morales (directora del colegio privado), Ana Celentano (directora del colegio público), Héctor Bidonde (Roberto, padre de Guillermo) y Claudio da Passano (quien está a cargo de la seguridad de la Casa de Gobierno argentino).
Aquì, imagenes de la verdadera Luana:
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gardenhqs · 2 years
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¡muestra tu lado más amable!, prepara la sonrisa de cortesía y saluda a tu vecina, esther heart, va pasando por el complejo, por un momento casi le confundimos con olivia scott welch, su departamento es el 16-G, muchas cosas escuché por ahí y me llena de curiosidad conocerle, ¿qué dices si le damos una visita un día de estos?
nube, ¡agradecemos tu interés en el proyecto!, desde este momento tu aplicación ha sido aceptada. cuentas con 24hrs para hacernos llegar la cuenta de tu personaje, no dudes en solicitar más tiempo de ser necesario, ¡saludos, vecine!
—   out of character:
nombre/seudónimo: nube
pronombres: ella/suya
edad: 25
zona horaria: gtm-3
¿algún trigger?: abuso sexual, incesto y maltrato animal
—   in character:
nombre completo: esther heart
cupo: b13
fecha de nacimiento, edad: primero de julio, veinticuatro años.
pronombres: ella/suya
nacionalidad: estadounidense 
rostro reservado: olivia scott welch
—   ficha para residente: 
ocupación: profesora particular de piano, guitarra y matemáticas. 
¿estudió en la ufb?: ( sí )
—   datos de personalidad: 
( + ) servicial, social, afable, leal y dedicada.
( - ) condescendiente, sumisa, prejuiciosa, caprichosa y mentirosa. 
—   datos relevantes: 
el matrimonio heart al momento de su primer embarazo era joven y soñaban con la familia tipo, así que esther fue la primera en darles una probada de aquello que tanto buscaban. por lo que el amor no escaseó cuando esther arribó. durante su infancia la de hebras doradas poseía una personalidad muy tímida, no hablaba demasiado y si lo hacía solo era con sus padres ; esto ocasionó que en el jardín de infantes no consiguiese hacerse muchos amigos. pero a eso a una esther de cinco añitos realmente no le importó, de todos modos tenía a sus hermanitos en casa. pero, claro, a su madre no dejaba de llamarle la atención y su desesperación para que esther no sea la niña rara del vecindario forzó a esther a envolverse en actividades que muy poco le gustaron : primero ballet, luego gimnasia artística, más tarde patín, el coro de la iglesia y por último piano. aunque, a diferencia de las anteriores, con el piano se llevó un poco mejor. 
durante adolescencia su pasión por las teclas floreció, tanto que incluso era reconocida como la pianista de la escuela y mismos directivos de la institución en reiteradas ocasiones la invitaban a tocar para diversos actos escolares a la par, de claro, la banda del instituto ( de la cual también formó parte ). la música fue entonces su puente hacía mundo exterior, con ella consiguió y aprendió a relacionarse mejor con los otros. a sus quince años fue capaz de invitar a más de cinco amigos a su fiesta de cumpleaños, algo que claro, consiguió tranquilizar a su madre. pero la costumbre era algo imposible de quitarse, entonces esther, pese a demostrarle que timidez de niñez ya no formaba parte de sí, en aquél tiempo aún escuchaba a su madre rezar por ella. 
el cristianismo fue algo que siempre estuvo en su vida de manera muy directa gracias a su padres, la iglesia formó parte de cada uno de sus domingos y jamás se cuestionó los conceptos de la fe ( a diferencia de su hermano menor ). ella siempre fue creyente, pero la religión tuvo un mayor protagonismo en su vida recién a sus dieciocho años cuando se encontró a sí misma siendo una de las seguidoras más activas dentro de la iglesia local, ayudando con festivales, proponiendo actividades y demás. ahí fue cuando experimentó por primera vez la enseñanza, ya que, una de las hermanas con la que había congeniado muy bien le sugirió enseñarle a los chicos del coro a tocar el piano, ya que, habían mostrado interés por los instrumentos. esther aceptó y se enamoró. le encantó ver como cada estudiante crecía y como sus pocas palabras hacían un gran cambio en ellos. decidir estudiar música en la ufb entonces resultó lógico. 
fue difícil separarse de su familia, especialmente de sus padres, pero emprendió viaje hacía los complejos estudiantiles con una sonrisa de oreja a oreja, sus padres estaban orgullosos de ella y esther también lo estaba de sí misma. fue una estudiante excelente, la tesis la entregó a tiempo y forma ; es hasta el día de la fecha que varios profesores la recuerdan y la saludan cada vez que la ven por el campus y ella les devuelve el gesto sin segundas intenciones. en alemania también le costó hacerse amigos y si madre la hubiese visto juraría que esa esther tímida había regresado, pero el estar acompañada de sus hermanos  ayudó muchísimo en ese sentido, al menos no se sentía sola o aislada de todos. 
comenzar a dar clases particulares fue una especie de plan b, su objetivo era entrar como profesora en algún instituto o conservatorio de música, pero claro, su curriculum era bastante pobre así que el teléfono jamás sonó. comenzó enseñando a los mismos vecinos del edificio, luego gracias a internet, a las clases de piano les sumó las de guitarra y por último matemáticas. no le deja una entrada económica desorbitante, pero sus padres jamás dejaron de ayudarla económicamente así que el dinero que hace es simplemente para sus hermanos y sus gastos. 
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ardeportal · 1 year
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Nada Menos y Mateo Roswell en Ducón
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El viernes 30 de junio, el trío de indie-rock Nada Menos debutó en la capital, con un set dinámico en el sótano del bar Ducón junto a Mateo Roswell.
Por Ginny Lupin Fotos Gino Bomba
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Este viernes la esquina de Durazno y Convención combatió el último frío de junio con una dosis de música en vivo, como suele suceder desde que Tundra (ahora Andrómeda) y Ducón impusieron una activa agenda de recitales para ir agregando párrafos anecdóticos al clásico de Jaime Roos. 
Esta vez la cita invitaba al debut oficial de Nada Menos, banda conformada por  Gonzalo Montero, Giancarlo Fiordelmondo e Ignacio Montero, que retoma el camino iniciado por sus proyectos anteriores: Overlook y Nuevos Amigos. Con dos singles editados, Nada Menos tuvo una breve presentación en sociedad el año pasado en el bar Sambó de Ciudad de la Costa, pero el show en Ducón fue la excusa para medir frente al público los temas que se encuentran grabando para un EP de próximo lanzamiento.
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Con el sótano lleno, el trio dio gala de un indie rockero, en formato power trío de batería, guitarra, bajo y voz.  Ocho canciones fueron suficientes para dejar al público pidiendo “otra” con sed de más. 
Nada Menos, canción que bautiza a la fue la encargada de abrir el set, seguida de Nuevo Comienzo; pero el punto alto llegaría con Lucía.  Uruguay es un país muy chico para escribirle una canción a alguien con impunidad, por lo que el destino hizo de las suyas haciendo que la protagonista de la canción se encontrara esa noche entre la audiencia. “La escribí para la Lucía de 2019″ se excusó Gonzalo (voz, bajo y compositor de la banda) frente a una musa que desconocía hasta ese momento la existencia del tema; y es que si bien Lucía es uno de los nombres más comunes de nuestra generación, no es fácil cantarle a alguien sin decir nada al respecto. ¿El desenlace de la historia? Habrá que esperar al próximo show. 
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Máquina de Decepciones es el tema que da nombre al EP en camino y tuvo a Lucas Nocetti (ex Nuevos Amigos) como invitado en el bajo, instalando un clima baladístico, de celulares con luces encendidas. También subió al escenario Mateo Roswell, poniéndole teclas a Venus. 
La despedida fue con los caballitos de batallad de su repertorio: los dos singles lanzados hasta ahora, Así No y La Banda Tributo. La noche recién empezaba, pero Nada Menos había dejado al público ansioso de más música. 
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Mateo Wels es un camaleón dentro de la escena musical montevideana. En Los Lugares Comunes, Naoko y su proyecto solista-pero-no-en-solitario Mateo Roswell, el multi-instrumentista experimenta con teclados, sintetizadores, vocoder, guitarra y voz, trayendo a la vida diferentes canciones. 
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En esta oportunidad, se presentó a banda completa, con guitarra, bajo, batería y teclados; haciendo un repaso por sus EPs: Hay Otras Cosas, Y Están en mis Sueños y Superficies Opacas.  Un set electropop de 17 canciones que dio lugar a un cover (”Everybody Wants to Rule the World” de Tears for Fear) e invitados: Naoko en voz para Superficies Opacas y Gonzalo Montero de Nada Menos en guitarra para Sillones y Siestas. 
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Una noche a puro rock y pop para decirle adiós a junio de la mano de la creciente escena de artistas que ofrece la capital. 
Mateo Roswell & Nada Menos están en Instagram, seguilxs para estar atentx a novedades.
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lovekookiemotion · 2 years
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mark twink gamer pa la bestie NSFW
Estiraste tus brazos sobre el colchón, sintiéndolo helado. Rodaste sobre tu espalda, intentando conseguir una nueva posición que facilitara volver al sueño, pero no lo conseguías.
Algo no se sentía bien.
No eran sólo el sonido de las teclas y el pinchazo del mouse. Algo más de distraía de tu tarea principal, y, lo que finalmente consiguió alertarte, fue darte cuenta de que no estabas en tu casa.
Te sentaste de golpe, cacheteando tus propias mejillas intentando recobrar la memoria
Bien, todo bien, noche con compañeras de universidad. Un bar, unos mojitos, sudor, baile… luego uno de tus amigas consiguió ampliar el grupo en la noche, más baile y de pronto unos ojos oscuros y un cosquilleo en tu cuello…
¿Acaso era posible que…?
En tu vida habías sido osada, no querías admitirlo pero habías hecho cosas que quizá no podrías contar en público. Sin embargo esto parecía estar más allá.
¿Tener sexo con un desconocido? Era ilógico, improbable, irracional y, sobre todo, ¡estúpido!
Empezaste a enrollar las sábanas sobre tu cuerpo, sin embargo, tú ropa seguía ahí. Te rascaste el casco, no entendiendo en absoluto la situación.
—¿Qué cara…?
—¡Ay!—sentiste un chillido al otro lado de la habitación.
Saltaste hasta la orilla de la cama, mirando a través de lo que parecía un separador.
Un chico te miraba asustado desde lo que parecía ser un setup que apostaste que costaba más que una matrícula universitaria.
—¿Ay? ¡Yo debería asustarme!—te ofendiste, inspirando aire.
—Pensé que todavía dormías, lo siento, me sorprendí—volvió a su micrófono—vuelvo en un rato chicos, tiren cola—finalizó, volviéndose a ti.
Se levantó, tomando algo del escritorio en el camino y acercándose velozmente a ti.
De pronto te sorprendiste de la situación. Había sido bastante rápido todo, pero el cuento iba así: te habías despertado en el cuarto de un extraño pelinegro que ocupaba unos sweatpants grises y un vaso de jugo de naranja.
—Bebe esto, por favor, es para la resaca—te tendió un par de pastillas también.
Tragaste en seco antes de susurrar un “gracias” bastante tímido para tu personalidad.
Luego del trago preferiste ordenar tu cabeza. El chico volvió a su silla gamer, acercándola a ti.
Ahora que te fijabas con atención era bastante atractivo. Parecía recién despertado, por lo desordenado de su cabello, pero unas lindas ondas se formaban en este. Sus ojos eran grandes y oscuros y sus labios remojados te dejaban sin idea.
Si habías dormido con este chico te aplaudías, tenías buen gusto incluso borracha.
—Eh, yo…—comenzaste, sin saber cómo seguir.
—Mark—completó.
—Mark—no pudiste evitar sonreír—… ¿acaso tú y yo…?
—¡Dios, no! ¡Claro que no!—se exaltó.
—Bueno, no creo estar tan mal…—bromeaste por su dramática respuesta.
—¡No, por favor, claro que no! ¡Estas perfecta, digo…! Ay, comenzaré de nuevo. No, jamás se me ocurriría acostarme con una mujer emborrachada, va en contra de mis principios.
—¿Principios básicos?
—¡Correcto!—sonrió, lo que te contagió al instante.
Tenía una sonrisa bastante linda.
—Y bueno, Mark, ¿cómo fue que terminé acá?
—Tus compañeras estaban igual de borrachas, cada una tuvo problemas para volver a su casa. Preferí que vinieras conmigo, no quería dejarte sola.
Mordiste tu labio, encantada.
—Es bastante caballeroso de tu parte.
—Nah, no lo es.
—¡Lo es! Me gustaría poder recompensarte…—una idea cruzó tu cabeza.
—No necesitas recompensarme por nada, está bien.
Miraste atenta las venas en sus brazos unos segundos, pensando cómo proseguir.
Tus ojos recorrieron la habitación en busca de algo que pudieras usar.
¡Bingo! Pensaste en cuando viste tu vestido sobre el mesón de noche.
—E imagino que esta es tu ropa… ¿tú me la pusiste?
—Algo así, te ayude más bien a desabrochar tus zapatos y vestidos, tú te pusiste mi camisa antes de que pudiera buscarte un pijama—rió tierno, era como si de alguna manera le divirtiera verte así anoche.
—Me describes bastante caótica, pero la verdad no soy así en el día a día.
—No creo eso, pienso que eres bastante linda… —sonreíste antes de que el pudiera percatarse de lo que dijo e intentara retractarse—¡Digo, atractiva! ¡Eres atractiva y linda! No, digo, ¡me refiero a que no parecías caótica en lo absoluto! ¡Eres linda!
—Soy linda…
Asintió con timidez.
—Y tú eres lindo también. Podríamos hacer algo juntos—mordiste tu labio, esperando su reacción.
—¿Algo como que?
—Yo, primero, debo compensarte, después haremos algo los dos.
—Ya dije que no debes compensar…—se quedó en blanco, viéndote agacharte frente a él, de rodillas en el piso.
Tu mano acaricio su muslo.
—Si no pasó nada ayer, podría pasar algo hoy…
Sus ojos brillaron mientras suspiraba. Parecía no entender del todo pero apostabas que reconocía el deseo en tus ojos.
—Eres caballeroso y yo linda, haríamos buena pareja—tu mano subió por su muslo a su estómago, donde metiste uno a uno los dedos bajo su camisa, acariciando su estómago.
Su piel parecía caliente bajo tus dedos y el parecía haberse quedado sin idea. Parecía perplejo.
Tu dedo índice llegó al elástico de sus calzoncillos, donde jugaste con él.
—¿Me dejarías compensarte?—acariciaste los pelos que salían de pubis.
Sonrió, algo cautivado.
—¿Cómo lo harás?
—¿Quieres que te explique?
—Por favor—asintió emocionado.
—Mmm, ¿que debo hacer? Soy mala para explicar, quizá debería mostrarte—acostaste tu cabeza peligrosamente en su muslo, sonriendo mientras tu mano subía por si estomago.
—Deberías…—un jadeo salió de sus labios, sorprendido al ver que pellizcaste uno de sus pezones.
Enrollaste su camisa, colocándola entre sus dientes. Te enderezaste, logrando llegar a su pecho, donde bajaste con besos hasta su abdomen.
Lo oíste suspirar con pesadez, cuando tus manos llegaron al elástico del pantalón. Simplemente lo bajaste, no estabas para seguir haciéndolo sufrir. Querías hacerle un favor así como el te había hecho uno.
Luego podían ponerse al día.
Bajaste sus pantalones hasta sus tobillos, teniendo a primera vista unos boxers verdes con un palpitante miembro debajo.
Lo miraste a los ojos una vez soplaste sobre la punta, sin bajar sus calzoncillos. Mark gimió, arrugando su nariz.
—Dime si lo hago bien.
Tu lengua subió desde la base, deteniéndose en la punta. Mark parecía en las nubes, sus ojos cerrados con la cabeza hacia atrás, empezando a mover sus caderas hacia ti cada vez que relamías la punta.
Empezaste a delinear su punta, antes de posar tus labios, dejando una marca de saliva sobre sus bóxers.
Cada vez sus gemidos eran más y el calzoncillo se humedecía, apostabas que empezaba a salir pre semen en cuando notaste una línea que se pegaba a tu lengua.
Fue cuando decidiste tu próximo movimiento.
Te levantaste frente a él, quitándote la camisa y dejándome una perfecta vista de tu cuerpo.
Pareció más entusiasmado, pues sus manos se acercaron a tus pechos, donde enterró la cabeza aún mordiendo su camisa
Sus manos masajearon tus pechos y pellizcaban tus pezones, mientras su cabeza se refregaba en medio.
No intentabas ser débil, por lo que escondiste que tus piernas empezaban a temblar y tú ropa interior se humedecía.
Decidiste volver a lo de antes y nuevamente te agachaste. Le pediste permiso con la mirada y el asintió con deseo.
Bajaste sus bóxers finalmente, teniendo a la vista su pene. Acercaste tu pecho al miembro y, con algo de técnica, empezaste a masajearlo entre tus pechos.
—Oh, por Dios…—soltó entre balbuceos, finalmente soltando su camisa y moviendo las caderas en busca de más.
Te movías de arriba a abajo, cada vez con más velocidad, intentándolo hacer llegar.
Cada vez Mark se movía con más desesperación, sus manos estaban perdidas, por lo que lo alentaste a sujetarte. Una de sus maños enredada en ti cabello y la otra sobre tu hombro, aferrándose lo más que podía a ti.
—Más rápido, voy a llegar…—lograba decir entre jadeos, con los ojos apretados y el cuerpo sudado.
Seguiste sus órdenes y en unos segundos fuiste capaz de oír el ruido mas lindo que jamás habías escuchado: su orgasmo.
Su cuerpo se quedó estático, tiritando por unos instantes mientras una línea de semen salía de él sobre ti.
Pero ni siquiera te importo, lo había hecho sentir bien y, aunque no lo conocieras para nada, nada podría quitarte la imagen de su orgasmo en tu cabeza.
Sonreíste, complacida, levantándote y decidiendo vestirte.
—No, no, no… ¿adonde vas? Me toca—te sostuvo por el brazo, trayéndote de vuelta.
—¡Me caigo!—pensaste que ibas de trasero al piso, pero te sentó sobre él—. Mark, ¿qué…?
—Tengo que ser caballeroso, no puedo dejarte así—sus manos separaron tus muslos, bajándote las bragas en un instante.
Estabas sentada con tu espalda sobre su pecho. Aún sentías su miembro en tu trasero y eso no te ayudaba a olvidar lo mojada que estabas.
—Si, no puedo dejarte así… —Sus dedos acariciaban tus pliegues y simplemente no podías hacer más que dejar caer tu cabeza sobre su hombro.
Besó tu mejilla, acariciando uno de tus pechos.
Lamió uno de sus dedos y lo atrajo a tu sexo, encontrando fácilmente tu clitoris y, con un solo toque, logro hacerte saltar de placer.
—Mark… —soltaste entre suspiros—No…
Su índice empezó a trazar círculos sobre tu zona más sensible y tú te sentías a desmayar. Intentabas cerrar tus piernas pero te lo impidió con las suyas.
—Déjame hacerte sentir bien.
—Los vecinos me escucharan…
—Que lo hagan, es el mejor sonido que he escuchado.
Sin más cediste y abrazaste su cabeza con tu brazo.
Empezaste a mover las caderas, en busca del orgasmo. Sus dedos entraban y salían de ti, aora después volver al timbre y seguir con un patrón que ya te estaba volviendo loca.
Empezaste a frotarte sobre su miembro, con velocidad. Estabas ansiosa, lo querías todo de él.
Llegó, con uno de sus dedos, trazar un círculo sobre tu clitoris que te hizo cosquillear de pies a cabeza.
Sin previo aviso se levantó, dejándote sentada en la silla, colocó tus piernas sobre sus hombros y empezó a lamer tu clitoris.
Estabas recibiendo la mejor mamada de tu vida.
Fue cuando ya no pudiste aguantar y empezaste a gemir como nunca. Ya estabas fuera de ti y sentías que estabas a nada de desmayarte. Era demasiado el placer.
Sus dedos se abrían paso dentro tuyo, penetrándote. Su lengua acariciaba tu clitoris y su mano libre pellizcaba tus pezones.
Estabas tan, tan cerca.
Solo un poco.
Un poco más.
Ya no aguantabas más.
Ibas a…
Y después llegó el orgasmo más intenso de tu vida. Te quedaste estática, sintiendo todo tu cuerpo vibrar. Una presión en tu vientre bajo te hizo querer… ¿orinar?
¡Alto! ¿Era acaso eso…?
Mark se alejó, pasándose la mano por la cara, limpiándose.
¿Acaso habías tenido un squirt sobre la cara del guapo desconocido?
—¿Eso fue…?—no podías hablar, estabas impáctala.
Mark sonrió de oreja.
—¡Eso fue fantástico! ¡Tuviste un squirt! Jamás había visto uno en la vida real…—con su camisa limpio su rostro y tus piernas.
—Y yo jamás había tenido uno…—suspirabas acelerada.
Mark se sorprendió unos instantes, antes de recobrar su risa característica.
—Si eso fue bueno, deberíamos intentar el sexo—sonrió sobre tu rostro.
Asentiste.
—Deberíamos intentar…—sin previo aviso te abalanzaste sobre el, besándolo apasionadamente. El sería capaz de sentir su sabor en tu lengua y tú en tuyo en la suya.
El beso finalmente comenzó lo que sería una bonita e intensa relación, llena de complicidad y squirts.
—Mark… ¿sabes que todos escuchamos, cierto?—de pronto unos grandes audiófonos se hicieron escuchar en la habitación, dejándolos a ambos impactados.
—No dejamos nada a la imaginación…—suspiraste.
—¡Espero que hayan escuchado con atención, porque acabo de encontrar a la mujer de mi vida!
No pudiste evitar reír, Mark era un diamante en bruto.
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you-moveme-kurt · 2 years
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Glee «Her mortal enemy» Part III
Agosto de 2022
-¿Tienen planes para esta noche? -¿¡Qué!?... ¿por qué lo preguntas?… —se adelantó en preguntar Kurt abriendo sus ojos como dos huevos fritos. -Por nada… -¿Segura?... ¿qué escuchaste cuando llegaste?... —insistió apuntándole. -Nada… ¿estás bien?... ¿aún piensas en esa araña que no fue?... —añadió la chica moviendo su cabello -No… -Entonces… -¿Entonces qué?... —repitió Kurt volviendo a lo de abrir los ojos. -Kurt… tranquilo… —murmuró Blaine abrazándolo por la cintura, Kurt lo miró un segundo y acto seguido suspiró aliviado, sintiendo, como siempre, que nada malo podía pasar si tenía los brazos de su esposo rodeándolo, ya sea en una situación seria, una estúpida, con Rachel, sin ella, como fuera y cuando fuera. -Super Blaine… —dejó escapar Kurt sin pensar, Blaine sonrió engreído y no pudo evitar bajarse la mascarilla para darle un beso, Rachel blanqueo los ojos para luego hacer notar que ella estaba ahí mediante una carraspera como de enfermo terminal— ¿necesitas agua querida?...—agregó apartándose de su esposo.
-No… —contesto alargando la «o»— solo necesito que me presten atención y que se den cuenta que hay más personas aquí…—añadió señalándose  ella y a Brandon que seguía inmerso en el universo de su teléfono móvil— así es que no se ponga a hacer sus… cosas… —añadió poniendo mala cara. -Muy bien entonces… —dijo Kurt caminando dos pasos para sentarse pierna arriba, Blaine se acercó a él y se sentó en el brazo del sofá— ¿pudiste grabar decías? -Por supuesto y no quiero parecer petulante pero… me quedaron sensacionales… ¿cierto Brandon?... —dijo dándose vuelta para mirar al chico en cuestión, este solo se limito a lo de alzar un pulgar nuevamente— hombres… —murmuró negando con la cabeza. -¿Y qué canciones escogiste? -Pues las mejores de mi «répertoire»… -Por favor no me digas que usaste los aparatos de última generación que tiene mi esposo para grabar «Don’t stop believing» y «Don't Rain On My Parade»… —dijo Kurt alzando su ceja inquisidora mientras le tomaba la pierna a Blaine cuando mencionaba lo de su esposo.. -Por supuesto que no… -Fue exactamente lo que hizo… —murmuró Brandon sin despegar sus ojos del teléfono, Kurt y Blaine soltaron una risa la unísono -¡Oigan!... ¡son mis canciones y yo sabré que elegir!… —exclamó la chica cruzándose de brazos molesta al máximo -Como digas…—agregó Kurt abriendo sus manos y aun riendo. -¿No deberíamos?... —dijo Blaine señalando su reloj pulsera, Kurt lo miró con el ceño fruncido tardando un par de segundos en caer en la cuenta. -¡Si!, ¡obvio!…—exclamó recordando lo de la cena— claro que sí… en fin… —dijo levantándose— ¿ya te vas Rachel?, con Blaine tenemos un montón de cosas por hacer antes de nuestro viaje a Lima… —añadió moviendo sus manos como si tratara de hacer que un rebaño de ovejas abandonara el salón y no su amiga del alma. -¿Que cosas?... -Cosas Rachel, cosas… —dijo Kurt repitiendo lo de las manos. -Pero pensé que podríamos cenar juntos… ya que a Brandon aquí lo único que le interesan son las teclas de colores del tablero P no se cuanto… -De hecho es la AR… da lo mismo… ahora bien… —añadió Blaine acercándose a ella— fue un gusto verte y ayudarte… vuelve cuando quieras… y lamentablemente no podemos cenar juntos porque como dijo mi esposo Elwood, mi jefe, nos invitó a  su casa en el lago Cayuga y el camino para allá es largo y… -Un momento… —interrumpió Rachel levantándose con las manos en alto— ¿no es que tenían que prepararse para ir a Lima?…—pregunto mirando a su amigo de manera alternada. -Bueno… -O uno o los dos me están mintiendo y me parece super horrible de su parte que lo hagan, parece que quieren deshacerse de mi o algo… —añadió haciendo tras la mascarilla, un gesto infantil de tristeza con su boca. -Nadie se quiere deshacer de ti Rachel —corrigió Blaine—  la verdad es que… -La verdad… —se adelantó en decir Kurt temiendo que su esposo tuviera uno de sus arranques de sinceridad y terminara por revelar todo— la verdad  es que Blaine tiene indigestión… -¿Qué?... —preguntaron Blaine y Rachel al mismo tiempo. -Eso,  ya sabes es super vergonzoso hablar de la palabra con «d»…—agregó con una mano cerca de su boca en un gesto de disimulo— por eso tenemos que quedarnos aquí… donde hay baños a la mano… lo siento. -¿Es verdad eso?... —preguntó Rachel mirando a  Blaine, este a su vez miró a su esposo que abría sus ojos como diciendo en silencio «di que si por favor» -La verdad es que sí… —contestó tocándose la panza— no se que fue, pero… ya sabes…—agregó haciendo una mueca de dolor como si le hubiera dado un retorcijón en ese mismo instante, Rachel puso cara de asco y se decidió a irse. -Esta bien… agendamos para otro día la cena entonces… -Oye… —dijo Brandon mirando su teléfono— ¿este eres tú?... —pregunto enseñando la pantalla del aparato y la foto de él con las protagonistas de West Side Story. -Con un demonio… —murmuró Kurt tocándose la frente. -¡No!… —contestó rápido Blaine acercándose a él— no… —repitió como mirando la foto de mas cerca— en fin… fue un gusto conocerte Brandon, las puertas de mi estudio siempre estarán abiertas para ti… —agregó casi llevándoselo a la salida. -No puedo creer que conozcas a Adriana de Bose y a Rarchel  Zegler… son super sexys… —insistió. -¿¡QUE!?... —exclamo la otra  Rachel levantándose como en cámara lenta y con cara de loca demente, se acerco a Brandon y le quito el teléfono de las manos. -Rachel.. —dijo Kurt tratando impedir con voz calma lo que seguramente venía. -¡¿QUÉ DEMONIOS SIGNIFICA ESTO?! —grito mostrando la pantalla a todos. -Rachel… —repitió Kurt aproximándose a su amiga. -¿Qué demonios significa esto Blaine?... ¿cómo puedes hacerme esto?… -¿Hacerte qué?... -¡ESTO!... ¡esta foto con esta gente!... ella es mi enemiga mortal… dile Kurt… —añadió meneando el teléfono de Brandon hasta que lo arrojó lejos. -¡Oye!... —dijo este yendo en busca del aparato que por suerte había caído en uno de los sillones de la sala. -Nunca olvidaré esto… ¿me oyen?...¡NUNCA! —exclamó mientras tomaba su bolso y se arreglaba la mascarilla. -Y yo nunca olvidaré que eres una histérica… no me vuelvas a llamar… —agregó el técnico en sonido mientras revisaba su teléfono móvil para cerciorarse que si funcionaba y encaminaba sus pasos a la salida. -Y yo nunca olvidaré que casi rompes mi lámpara Tiffany con ese exabrupto de adolescente que te dio… si eres tan amable… —dijo Kurt señalando la salida. -¡Uy!... —exclamó de vuelta Rachel empuñando sus manos— están en mi lista… —agregó señalando a ambos— además, yo soy la que debiera estar disgustada… te dije que ella era… -Tu enemiga mortal.. lo se… —dijo Kurt con fastidio -¿Entonces?… ¿por qué no se lo dijiste a él?... -Se lo dije… -Entonces es un problema de entendimiento… ¿tanto gel en el cabello te produjo una disminución de neuronas?… —añadió mirando a  Blaine. -Ok… ahora solo estás siendo una arpía desagradable… vuelve cuando  se te haya pasado todo esto…—dijo su amigo insistiendo en lo de señalar la salida -¡Uy!... —repitió Rachel con mas ahínco—nunca los perdonaré por esto… ¡nunca! —agregó mirando a ambos con el ceño fruncido como si les echara una maldición de manera silenciosa o algo parecido, se dio media vuelta y le dio un buen golpe a Kurt en la cara con las puntas de su cabello. -Vaya… —dijo este señalando hacia atrás y mirando por donde se había ido su amiga. -Si… vaya… —repitió Blaine con las manos en los bolsillos -¿Puedes creer su comportamiento? -En realidad… si… —respondió su esposo arrugando la nariz -En realidad yo también… —agregó Kurt soltando una pequeña risa. -Y lo más increíble, es que ni siquiera llegamos a mencionar lo de la cena de esta noche… —dijo Blaine también riendo. -¡Es verdad!... ¿te imaginas qué hubiera pasado?… -Una hecatombe más grande de seguro… -De seguro… -¿Crees que es verdad eso? -¿Qué cosa?... —preguntó Kurt acercándose a su esposo. -Eso que dijo que «no nos perdonará nunca»… —respondió Blaine tratando de imitar a Rachel con movimiento de cabello y todo. -No… de seguro ya nos perdonó en el piso 8… me disculpo en su nombre en todo caso… -¿Si? -Obvio… ¿por qué esa cara?...  —quiso saber Kurt al ver que su esposo lo miraba con suspicacia divertida. -Por nada… es decir… me encanta cuando haces eso…—contestó tomándolo por una de las trabillas del pantalón para ceñirlo a él. -¿Qué cosa?... —preguntó de vuelta dejándose llevar. -Eso de pedir disculpas o decir lo siento… —Kurt alzó un poco su ceja— y no me malinterpretes, no lo digo por criticar es… los problemas que tuvimos en el pasado esa fue una de las causas… y lo que trato de decir… es que me alegra que ya no lo sea…—termino por decir abrazándolo para luego darle un beso. -Ok…  —dijo Kurt coqueto— ¿qué tal…?... ¿qué tal si ahora me disculpo porque las cosas se están poniendo un poco calientes aquí?... —agregó bajando sus manos por el cuerpo de él. -Disculpas aceptadas… —contesto Blaine rindiéndose a aquello.
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lyon-amore · 11 months
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Contrarreloj Capítulo 9 - 'Los 4 Fantásticos'
Capítulo 8
    Estoy traduciendo un texto cuando escucho un leve sonido detrás de mi puerta. Parecía que alguien estaba llorando.     Me levanto de la silla, dejando el libro a un lado del teclado para evitar la presión en las teclas. Me está costando la traducción como para ver cualquier letra repetida. Apoyo la cabeza en la puerta y logró escuchar lo que es el sonido. Parecía una mujer que estaba llorando.
    Abro la puerta y veo que todo está oscuro, pero el sonido es más nítido. Saco el móvil poniendo la linterna y aún así, no lograba mostrar lo que tenía delante.    — ¿Hola? —grito, esperando una respuesta. Pero no recibo ninguna— ¿Dónde estás?     El llanto continúa y lo comienzo a seguir.     Giro la cabeza para ver la puerta de mi cuarto, pero ya estoy demasiado lejos.     Inspiro profundamente y continúo siguiendo la voz.
    La voz que llora se desvía del camino hacia el lado izquierdo. Giro un poco y la sigo de nuevo.    — ¿Dime cómo te llamas?     Al no recibir otra respuesta más que su llanto, continúo siguiendo la voz femenina.    — ¿Katherine? ¿Eres tú? —pregunto, esperando un sí.     Me pone nervioso que no contesté, temiendo que a lo mejor le hayan hecho algo para no hablar. O que la hayan obligado.
    Camino deprisa y la voz cambia otra vez de dirección.     Comienzo a correr, pidiendo que me hable. Que intente ponerse en contacto conmigo con cualquier palabra de ayuda.    Siento presión en el pecho al ver que no logro llegar hasta ella. Sea quien sea, el escucharla llorar hace que no lo soporte, porque no puedo ayudarla.    — ¡Por favor! ¡Déjame ayudarte! —siento cómo la voz se me rompe al gritar— ¡Háblame!     Siento que no me canso mientras corro, como si mi estamina fuera infinita.
    El llanto se oye por todas partes y me detengo. Miro a mí alrededor, pero no consigo ver a nadie.     Intento calmarme, pero la voz se mete en mi cabeza, lo que hace que me ponga a hiperventilar. No… no sé de dónde viene… no logro encontrarla…    —Jake, no me dejes sola —escucho detrás de mí y noto cómo me abrazan. Las manos presionan mi cuerpo, como si se agarrase, no queriendo soltarme.
    Me despierto de un salto en la silla del escritorio. Paso mis manos a la altura donde había notado sus manos agarrándome con fuerza. Había sido un sueño demasiado real.     Me froto la cara intentando despejarme ¿De quién era esa voz? Supongo que mi subconsciente la ha creado por el estrés.    Escucho la puerta de la entrada y me levanto despacio de la silla, todavía con el cuerpo temblando por el sueño.
    Cuando salgo, me encuentro con Albert, dejando las llaves en el mueble.    —Pensé que estabas durmiendo —dice al verme.    —Me he quedado dormido traduciendo textos —se me escapa un bostezo y me siento en el sofá—. Tenemos nueva información de Paul.    — ¿Y qué es? ¿Está en la lista de los más buscados?    —Siento desilusionarte, pero no —le escucho soltar un gruñido, molesto—. Sally ya ha mirado en sus antecedentes y al parecer, tiene varios delitos acumulados en su adolescencia.    — ¿Y cómo es que le aceptaron en la universidad?     Arqueo una ceja y él asiente, entendiéndolo.     Dinero. Seguro que sus padres pagaron una gran suma de dinero a la universidad para que le aceptasen.    —Pero hay más —veo cómo se cruza de brazos, esperando a por más noticias—. Bianca y Paul se conocían de antes y muy posiblemente tuvieron algo.    —El chico con quién fue a comprar drogas seguro que era…    —Paul.    —Vale, recapitulemos —Albert resopla y junta los dedos, dando pequeños toques—, así que, ambas chicas salieron posiblemente con un psicópata y ese psicópata metido en cosas turbias le haya hecho algo a las dos —asiento, pero no muy convencido dado que gracias a Sally, no entendemos por qué debió tardar en vengarse de ellas— ¿Y qué vas a hacer?    —Sally seguirá investigando todo lo relacionado con el pasado de Bianca que haya podido tener consecuencias ahora.     Albert asiente. Su expresión parece preocupado. También a él le afecta el pasado de Bianca, aunque le duela admitirlo.    —También… —tomo aire, preparado para contarle sobre el email— Recibí ayer un correo del ‘Maestro’ —la mirada de Al es de sorpresa. Creo que no se esperaba esta noticia.    —Y… ¿Qué te contaba en ese email? —arrastra despacio las palabras, como si tuviera miedo de preguntarlo.    —Ya han empezado a pujar —contesto un poco cansado—. Y no puedo hacer nada para evitarlo.    —Ey, Jake —Albert me mira compasivo, dándome un pequeño golpe en el hombro—, no es culpa tuya lo que a Katherine le está pasando, no dejes que ese tío te torture.    —Ya lo sé, estoy tratando de estar en calma —echo la cabeza hacia atrás, respirando con calma.    —Demasiado en calma, diría yo —me dice y giro la cabeza para verle— ¿Seguro que estás bien?    —Sí, perfectamente —contesto tranquilo—. Tan solo necesitamos acercarnos a Paul, pero como me lo han prohibido a mí, vamos a necesitar a Alice… pero no tengo su número de teléfono, así que me gustaría que me acompañases a-    —Espera, te paso su número —le miro sorprendido viendo cómo saca el móvil—. Me lo dio porque estaba preocupada, pero hasta ahora no lo he tocado. Ya sabes porqué.    — ¿Y por qué te lo ha dado a ti sabiendo que no os lleváis bien?    —Porque si te lo daba a ti, entonces creería que la tendrías miedo —recibo el contacto de Alice por el chat de Albert— ¿Y si creamos un grupo? Quizás así te sientas mejor.     La verdad es que sí, estaría mejor. Y compartiríamos mejor la información que tenemos cuando no podamos vernos.
    Creo un grupo añadiendo a Albert y Alice, que en poco segundos, ella se conecta. ----------------------------------------------------------------------------------------
Alice Y esto?
Albert Ha sido mi idea
Alice Así que puedes tener ideas?
Albert E ingeniosas 
Alice Aja… 🙄
Jake Vale, me gustaría seguir leyendo vuestra pelea de enamorados, pero no he hecho el grupo para eso. ----------------------------------------------------------------------------------------
   —¿Cómo puedes decir eso de nosotros? —el tono de Albert es como si se hubiera ofendido.    —¿No estáis ligando?    —Antes me arranco los ojos, Jake —le oigo soltar una risa floja. ----------------------------------------------------------------------------------------
Alice Yo diría más bien como unos divorciados
Albert En eso estoy de acuerdo
Alice Vale y qué queréis de mí? Una nueva misión de la jefa?
Jake Hay que conseguir que Paul hable.
Albert Y pensamos que un toque femenino vendría bien
Alice Queréis decir, que le haga preguntas?
Jake Bueno… Mejor no uses tus técnicas de interrogatorio, ya las he visto. Solo intenta acercarte a él y ser su amiga.
Alice Solo me puse un poco nerviosa, nada más!
Albert Aw… Alice es mala policía? Que cero sorpresa
Alice Aprendiendo! El interactuar con las personas aún me cuesta un poco
Albert Podrías amenazarlo, eso se te da bien
Alice Aún no tengo el título de “Poli mala” Pero si queréis, puedo encargarme de él por las malas
Jake Nada de problemas. Llamaríamos la atención.
Alice Vale, entonces, cómo lo hacemos?
Jake Hay un bar al que vamos y él se presentó. Quizás también se pase los fines de semana por ahí.
Alice Y si vamos mañana? Nos vamos en grupo, pasamos un rato divertido y esperamos a que aparezca
Albert No me parece mala idea Y hace mucho que no me divierto Y de paso, podemos invitar a Jeremy y que entienda por qué hacemos esto Y así puede que se disculpe
Alice Es necesario?
Jake A Albert le gusta ir con amigos a pasarlo bien. Es su forma de decir que perteneces al grupo :)
Alice Aw, qué mono! ----------------------------------------------------------------------------------------
    Noto la mirada de Albert sobre mí. Creo que no le ha gustado lo que he dicho.     Otra vez. ----------------------------------------------------------------------------------------
Albert Los amigos son importantes para mí
Alice 😊
Jake Entonces, mañana quedamos a las ocho en nuestro piso.
Albert Yo enviaré un mensaje a Jeremy Seguro que acepta si se lo explico antes
Alice De acuerdo Pues nos vemos mañana Adiós chicos 🙂
-----Alice se ha desconectado----- ----------------------------------------------------------------------------------------
   —Bueno —Albert se levanta del sofá y se estira— me voy a dormir, mañana quiero poder hablar con Jeremy con la mente despejada —hace un gesto con la mano de despedida—. Buenas noches, Jake.    —Buenas noches Al.     Veo cómo entra en su cuarto y yo me quedo en el salón mirando el móvil.     Después de aquel sueño, estoy nervioso. No quiero cerrar los ojos y escuchar esa voz que llora sin parar y no poder hacer nada.     Mi conciencia simplemente me tortura por no haber podido hacer nada por ninguna de ellas.
    Al final acabé durmiéndome en el sofá mientras veía ‘El Señor de Los anillos’. Seguro que Albert me mataría por haberme quedado dormido viéndola, pero necesitaba solamente relajarme, no ver una película. Algo que me reconfortara.     Recibo un mensaje de Facebook y sonrío. Me recuerda a cuando Hannah también me enviaba mensajes de buenos días todas las mañanas y me contaba lo que había soñado. A veces, yo también lo hacía si solamente era un sueño divertido, para no preocupar a mi hermana.     Y vuelvo a tener esta sensación al ver el mensaje de Sally, tengo a alguien a quien ponerle el apodo de ‘Hermana pequeña’. ----------------------------------------------------------------------------------------
Sally Buenos días Jareth 😊 Estuve ocupada con algunas cosas y hoy me tienen “secuestrada” todo el día Una compañera cumple años y quiere que todos los de la clase pasemos el día entero por ahí, luego ir al cine… 😑 Así que estaré todo el día fuera, pero mañana buscaré alguna red social de Bianca
Jareth Buenos días Sally :) No te preocupes, nosotros también tenemos planes hoy. Vamos a intentar acercarnos a Paul con ayuda de Alice.
Sally Y cómo lo haréis?
Jareth Vamos a ir al bar en donde nos encontramos con él por primera vez.
Sally Aw… Ojalá poder ir con vosotros, sería más divertido
Jareth Lo siento, no llevaríamos menores a un bar.
Sally Pero si hacéis de niñera… No estaría mal…
Jareth Olvídalo.
Sally Oh, vamos, estaba bromeando De verdad te lo has creído? 😝 ----------------------------------------------------------------------------------------
    Suelto un suspiro. La verdad es que sí, porque sabiendo que tiene ganas de investigar, la veo muy capaz de meterse en problemas por querer estar aquí ----------------------------------------------------------------------------------------
Jareth No sé cuándo bromeas, si soy sincero.
Sally Oh! Lo entiendo, hay gente que le cuesta pillar hasta el sarcasmo en texto En fin, que pases un buen domingo
Jareth Igualmente. Pásalo bien con tus amigos.
Sally Compañeros de clase Ugh… Lo intentaré 😑 ----------------------------------------------------------------------------------------
    Me sobresalto al notar peso sobre mis hombros. Albert se ríe alto tras haberme asustado.    — ¿Con quién hablas tan temprano, Míster Sonrisa?    —Sally me ha dicho que hoy no puede investigar a Bianca, está ocupada —le respondo y él se sienta en el brazo del sofá—. Al parecer prefiere venir con nosotros al bar que a un cumpleaños de su amiga —contesto dejando el móvil en la mesita, lanzándolo.    — ¿Habrá chicos? ¿Tenemos que preocuparnos por nuestra pequeña? —comienza a bromear y yo pongo los ojos en blanco— Venga Jake, deja ese lado ‘hermano mayor’, seguro que estará bien —le miro extrañado y él suelta una risa—. Hoy todos nos toca un día sin que nos preocupemos por la investigación-    —Sabes que vamos al bar para que Alice se acerque a un sospechoso ¿Verdad? No es un día de descanso.    —A veces resultas muy aburrido —me agarra de la capucha, echándomela por la cabeza para taparme—. Voy a escribir a Jeremy, tú cámbiate, sé que has dormido con la ropa puesta —le escucho alejarse mientras me voy bajando la capucha—, te vi anoche al salir del cuarto para ir al baño. Así que, a arreglarse ya.     Me levanto con un poco de esfuerzo, casi arrastrándome.     Debo de hacerle caso o se enfadará conmigo. Sé que la idea fue mía, pero no tengo muchas ganas de ir sabiendo que fue lo último que hicimos antes de la desaparición de Katherine. Solo espero que no se repita de nuevo esta noche.
    La mañana transcurre normal. Llevo ropa cómoda e intentamos tener temas de conversación ajenas al caso, sobre las clases, películas o series, cualquier cosa que nos haga sentirnos un poco más normales. Aunque sé que cuesta, fingir que todo está bien es duro.     Al final es Albert el que se excusa diciendo que va a estudiar un poco después de haber encendido la televisión para poder jugar con la consola y ver que en las noticias volvían ha hablar del caso. Fue lo que nos hizo recordar que aún seguía fastidiado.     Estoy seguro de que encontraremos algo más sospechoso en Paul después de esta noche. Todo indica que pudo ser él.
    A las siete llaman a la puerta y voy a abrir. Jeremy ya estaba arreglado, con una expresión un poco incómoda.    —Hola —dice casi con un hilo de voz—. He aceptado venir para disculparme…    —Hola, aún Alice no ha venido —le digo echándome a un lado—, ¿Cómo estás?    —Más calmado.     Entramos al salón y Albert sale arreglado. Sonríe al ver a Jeremy y le ofrece la mano para chocarla.    —Ey, Jer —le saluda con una voz animada—, me alegro que hayas decidido venir al final.    — ¿Cómo rechazar una invitación tuya? —contesta Jeremy a modo de pregunta— y no quiero tampoco estar enfadado con vosotros, así que… haré el esfuerzo de llevarme bien con ella.    —Perfecto, ¡Ah, Jake! Ya está libre el baño, ya he terminado de arreglarme.    —De acuerdo, Albert, explícale a Jeremy todo mientras tanto —le indico mientras me voy al baño.     Albert hace un sonido de garganta asintiendo.
    Cuando termino de ducharme, miro mi reflejo. Tengo un poco de mala cara porque casi no pude dormir anoche y el cuerpo me duele aún por haberme quedado dormido.     Paso las manos por detrás del cuello, estirándome. Hace mucho que no voy a correr para despejarme de todo esto y lo hecho de menos, al menos, para poder quitarme esta tensión que me acompaña en esos momentos en los que he estado nervioso.     Salgo del baño y escucho a Albert susurrar algo a Jeremy.     Escucho entonces el sonido del teléfono al sacar una foto, lo que hace que me giré rápidamente.    —Oye Jer, ¿Cuánto crees que pagarían las chicas por obtener una foto del tatuaje de Jake?    —Digamos ¿cien euros? —sigue Jeremy la broma.    —Borra esa foto, ahora —le advierto, notando mis mejillas arder por su pregunta.    —Nah, se lo pasaré a Katherine cuando la encontremos, seguro que después de esto querrá verlo en vivo y en directo.     Trato de no ponerme más nervioso, pero esto se supone que es lo cotidiano, hacernos bromas, no preocuparnos por ningún crimen por un momento.    —Yo creo que cualquiera desearía verlo —Jeremy coge su móvil, mirando la foto—, serías hasta el ídolo de todas las adolescentes, te tendrían en sus carpetas.     Agito la cabeza borrándome esa imagen al recordar a Hannah y su confesión, luego en Sally y sus bromas. Las había conectado demasiado como para separar esa imagen de la cabeza. La incomodidad recorre mi cuerpo, haciendo que tenga náuseas.     Le quito el móvil a Jeremy con facilidad y borro la foto. No quiero tener esos pensamientos de ninguna de ellas.    —Se acabó la broma —le tiro el móvil a Albert, que suelta un resoplido.    —Aburrido…     Me voy al cuarto y comienzo a recordar aquella noche. Son los mismos pasos que hice antes de reunirnos con Katherine.    Inspiro profundamente e intento no escoger la misma ropa de aquella noche. Cojo los colores contrarios de aquella noche, incluso saco la cazadora vaquera azul. No recuerdo la última vez que me la puse. Se nota que me siento cómodo con ropa simple, que no necesito nada llamativo.     Recibo un mensaje de chat.     Yo tenía razón. ----------------------------------------------------------------------------------------
Sally Ganas tú, valió la pena aceptar [IMG20231010113241] ----------------------------------------------------------------------------------------
    Suelto un suspiro largo al ver la foto. Era el póster de la última película de Crepúsculo en el cine.    &lt;<Nunca voy a entender cómo les puede gustar esas películas.>>     En la foto, también se veía su mano, —se ve pequeña por su ropa— haciendo el símbolo de la paz. Sus uñas están pintadas de negro, a juego con lo que parecía llevar una sudadera, por el aspecto de la manga.     Aunque hubo algo llamativo en esa manga, las iniciales rojas de la marca podía verse a un lado. Se parecía a la que regalé a aquella chica, pero eso ya sería demasiada coincidencia ¿No? Quizás solamente sea suya.     Escucho cómo me llaman y guardo el móvil, olvidando el mensaje por completo. 
    Salgo del cuarto y les veo preparados para salir.    —Alice ya está viniendo, vamos abajo a esperarla —me anuncia Albert.     Me acerco a ellos y mi amigo abre la puerta, cogiendo su copia de llaves.    — ¿Desde cuándo tiene su número de teléfono? —pregunta Jeremy.    —Yo también me sorprendí cuando me enteré —le susurro para que no nos oiga Albert. Estoy seguro que se volvería a molestar si digo algo sobre la relación que tienen ahora.     Bajamos las escaleras del edificio hasta llegar a la calle, en donde el coche de Alice aparca en frente de nosotros.     Saco el móvil y miro si tengo algún mensaje nuevo en el e-mail.    —Tío… —Albert me da un golpe en el pecho, llamando mi atención.    — ¡Au! ¿Qué te pasa?     Me señala con el mentón y dirijo mi mirada a Alice, que acaba de salir del coche.     No veo nada en especial en ella ¿Qué es? ¿Qué lleva un vestido? ¿Qué al igual que nosotros se ha arreglado? Porque no veo que tenga algo llamativo. Además, tiene que llamar la atención de Paul, que es lo importante.    —Hola chicos —Alice se acercaba nosotros, nerviosa—. Hola Jeremy…     Como veo que Albert está distraído observando como un idiota a Alice, le doy yo el pequeño codazo discreto a Jeremy, para que conteste.    —Hola Alice —Jeremy saluda un poco incómodo—. Yo… quiero disculparme por cómo te trate… —la voz de mi amigo suena temblorosa— Creía que podrías sernos un problema.    —Te han hablado de mí ¿Verdad?    —La verdad es que no —respondo, siendo yo el afectado—, no es algo-    —Que te guste contar, lo imagino —se encoge de hombros, incómoda—. Bueno Jeremy, acepto tus disculpas y, te prometo que no voy a ser un peligro y que —ahora nos mira a Albert y a mí, con una mirada de disculpa— haré todo lo posible por ayudaros.     Albert suelta una risa, cerrando la mano en un puño.     Alice lo mira, soltando una risa, aceptando el choque.     También hago lo mismo con ella, demostrando que es cierto, desde que nos hemos reencontrado, ha demostrado que ha cambiado. Ya no es esa adolescente molesta, aprendió la lección por lo que hizo.     Jeremy suspira y también lo hace con ella.    —Pues ya somos un equipo de verdad —Albert sonríe con orgullo— y también lo es Sally, aunque no esté.    —Se lo haré saber —respondo con una sonrisa.    —Buen, ¿Nos vamos ya? —Alice señala su coche.    —Es mejor que no nos vean juntos —comento, cruzándome de brazos—, si ven que vamos contigo, seguro que sospecharán. Nos sigues y espera un poco a que entremos para después entrar tú al bar.    —Se siente como una misión de verdad —Albert dice emocionado, yendo hacia su coche.     Alice asiente seria y regresa al suyo.     Jeremy y yo seguimos a Albert. Jeremy suelta una risa al ver a nuestro amigo.     Se siente bien una noche sin problemas.
    Cuando entramos al bar, vemos a Paul con sus amigos. Solo conozco el nombre de Christian y Phil. El grupo es bastante ruidoso, pero no parece que a nadie le importa.     Albert saca el móvil mientras nos sentamos alejados de ellos, evitando conflictos. Mientras se encarga de avisar a Alice, Jeremy y yo ordenamos las bebidas de siempre.    — ¿Y qué esperamos conseguir con esto? —Jeremy nos pregunta, cruzando los brazos por encima de la mesa.    —De que Alice pueda investigarle de cerca —contesto inclinándome un poco, para que nadie nos oiga—, si conseguimos saber qué tipos de contactos tiene, puede que nos acerquemos al ‘Maestro’.    —Entonces ¿vas a dejar que una persona normal y no la policía investigue gente peligrosa?    —Nadie en la policía sabe de esa página web —Albert le explica—, así que si conseguimos información, podríamos llevar a la policía al lugar indicado de dónde se encuentra Katherine —asiento ante sus palabras, todavía distraído esperando un mensaje nuevo—. Ya entra —Albert me da golpes en el hombro, avisándome.    —No llames la atención —le aviso—. Tan solo vamos a vigilar.     Suspiro nervioso y saco el móvil al escuchar el sonido de notificación. No pensé que iba a recibir otra foto. ----------------------------------------------------------------------------------------
Sally Estoy chillando! Qué bebé es este?! [IMG20231025124038] ----------------------------------------------------------------------------------------
    La verdad es que no sé mucho de la trama, pero cuando me veo la foto de la película, no puedo evitar en soltar una risa ¿De verdad esto es lo que le gusta?    — ¿Qué es divertido, Jake? —me pregunta Albert, antes de beber.    —Sally me ha pasado una foto de la última de Crepúsculo —le muestro la foto y casi se atraganta con la cerveza.    —Que cosa más fea ¿Cómo ha llegado a ser popular esas películas?    —No son tan malas —contesta Jeremy—. Solamente porque no os guste las películas románticas, no significa que sean malas.    —Ey, no tengo problemas con las películas románticas —Albert le señala, frunciendo el ceño. Aunque sé que no está enfadado de verdad—, solamente con esta saga, hacen que los vampiros queden como ridículos.    —Yo opinaría, pero no he visto ni una de ellas —les digo mientras me encojo de hombros.    —Te has librado de una buena —mi mejor amigo me da toques en el hombro—, la protagonista no es para nada interesante y el vampiro es un acosador.    —Eres un exagerado Albert —Jeremy pone los ojos en blanco—, solo porque no lo has entendido.    —Créeme, la entendí bien: todos son idiotas.     ¿Quién me iba a decir que estaría hablando con mis amigos, en un bar, sobre una película adolescente?
    Nos fijamos en que Paul se acerca a la mesa de Alice y comienzan a hablar. Nosotros nos quedamos en nuestra mesa atentos en el caso de que la cosa se complique, pero continuando con nuestras conversaciones.     Puedo notar nerviosos tanto a Albert como a Jeremy, cuando miran con disimulo. Albert sabe todo lo que Paul hizo en el pasado, así que entiendo que se preocupe por Alice.
    Siento que el tiempo transcurre lento, pero parece que no va mal la interacción entre Alice y Paul.     Vemos que Paul se levanta de la barra, y se dirige a los baños, dejando a Alice sola.     Uno de los amigos de Paul, Phil, se acerca a ella, sentándose a su lado.    —Mierda —escucho a Albert mascullar entre dientes cuando vemos que el tío se aproxima demasiado a ella—, esto no es bueno.     En un momento, Phil le acaricia el brazo despacio a Alice y esta le aparta con un poco de brusquedad, para luego él, reírse mientras se aproxima a su cara. Escuchamos a Alice decirle que le deje tranquila.    —Esto no me gusta —Albert se levanta empujando con fuerza la silla hacia atrás, marchándose a zancadas.    — ¡Espera Al! —exclamo por lo bajo, siguiéndole.    —Genial… —escucho a Jeremy decir siguiéndome él.     Llegamos a la barra y Al aparta a Phil agarrándolo de su chaqueta.     Alice me mira nerviosa y yo hago una señal de que mantenga la calma.    — ¿Y a ti qué coño te pasa, gilipollas? —Phil le empuja, ofendido.    —A que te ha dicho que no, ¿O acaso no lo has oído? —Albert responde su empujón con otro.    —Al, no te metas en problemas —le advierto, sabiendo que no le conviene por la policía y su investigación.    —Eso Al, haz caso a tu novio —Phil se ríe de nosotros, sacando un cigarro—, déjame con la tía esta y marcharos a un rincón a follar, ¿Queréis?    — ¿”Tía esta”? —Alice se levanta del taburete ofendida— ¡¿Pero quién te has creído que eres, capullo?!    —No, déjamelo a mí —Albert la aparta, evitando así que Phil le haga algo.    — ¿Y qué vas a hacer? —el idiota de Phil echa el humo a un lado, con una sonrisa estúpida en la cara— No fuiste capaz de tirarte a Bianca, tampoco creo que puedas con ésta, pero tranquilo, yo soy experto, tu madre me lo recordó anoche.     Con esas palabras, Albert le mete un puñetazo a Phil, lo que provoca la atención de la gente.     Phil se lleva una mano a la cara, le sangra la nariz. Levanta el puño para pegarle, pero… Albert le esquiva y el puñetazo en el ojo acaba en mi cara.     Me llevo una mano a la cara, sintiéndome dolorido. Nunca me había metido en una pelea a golpes, la verdad.     Verdaderamente, no soporto a este tío.     Iba a empujarlo contra el suelo, pero Albert se me adelanta y comienzan a pelearse entre ellos.    — ¡Albert, detente! ¡Para! —gritan tanto Alice como Jeremy, intentando separarlos.     Me uno a ellos y logramos separarlos.     Los amigos de Phil también le separan a él, porque no para de intentar lanzarse hacia Albert queriéndole pegarle de nuevo.    — ¡Soltarme! —exclama furioso— ¡Dejad que al menos le dé una paliza a este cabrón y me lleve a su zorra!    — ¡Bueno, esto si que no! —Alice se saca el tacón, preparada para lanzárselo.     Veo cómo una mano la detiene y nos giramos todos a mirar.     El agente Connors con otros dos policías con ellos.    —Nos han llamado porque había disturbios —nos dice con una voz fría. Puedo notar que está decepcionado con nosotros.     Estupendo.
    Nos llevaron a comisaría y nos metieron en una celda para, según Connors, calmarnos.     Nos han dado unas bolsas de hielo para que baje la hinchazón de los golpes.     Bueno, menos a Jeremy, es el único al que no han tocado y Alice está hablando con Connors, explicando lo que ha pasado. Supongo que, como no estaba en su horario de trabajo, no creo que la vayan a echar.    — ¿Estás bien? —me pregunta Albert, casi sin poder hablar por el golpe que Phil le había metido en el labio.    —Perfectamente —contesto, levantando el pulgar.    —En cuanto salgamos de estas celdas, os vais a enterar —escuchamos a Phil en la celda de al lado decir.    — ¡Cállate ya! —le grita Albert.     Escuchamos el sonido de unos tacones y Jeremy, que ha estado callado desde que nos han metido en la celda, se levanta y mira por las rejas.    — ¡Philip Hawkins! —Nos incorporamos asustados ante ese grito femenino— ¡Vas a regresar a Duskwood en el primer tren de la mañana!    —Es Angelica Hawkins —susurra Jeremy.    — ¿Quién? —arqueo una ceja, confuso.    —Está en su último año de carrera —me responde Albert también susurrando.    — ¿Y tener que ver a Jessy todos los días? Paso, me quedo aquí-    — ¡No! ¡Se acabó! ¡Regresarás y ayudarás en la casa! ¡No puedo estar sacándote de tus problemas toda la vida! ¡Puede que sea tu hermana, pero no puedo estar salvándote el culo siempre!     Albert se tapa la boca, riéndose. Y no puedo evitar en sonreír al escuchar en cómo su hermana le echa la bronca.     Escuchamos cómo abren la celda de al lado y esperamos a que nos digan algo mientras escuchamos a Phil y a su hermana marcharse.
    Al cabo de unos minutos, el agente Connors abre la puerta de nuestra celda y suelta un suspiro, mirándonos con decepción.    — ¿No teníais que alejarte de los problemas, chicos? —nos dice enfadado— Tenéis suerte que Alice ha contado que la habéis defendido, si no, creo que ahora mismo tendríais una detención por causar disturbios en el bar.     Agacho la cabeza, incapaz de mirarle a los ojos. Me siento bastante culpable por sus palabras, porque en parte hay una historia detrás de por qué estábamos allí.     Alice se asoma detrás de él, sonriéndonos.    —Aunque señor Fisher, va a tener que venir a la sala de interrogatorio para que hablemos de lo sucedido.     Albert asiente levantándose del banco.    —Vosotros regresar a casa, lo llevaré más tarde —dice Alice, haciendo un gesto con la cabeza a modo de señalar a Albert—. Gracias por querer defenderme, chicos.    —De nada Alice —Albert le dice con una sonrisa y luego nos mira—, pues nos veremos más tarde.    —Claro —le digo con una sonrisa pequeña, para que no vea    —Prometemos no causar más problemas —noto la voz de Jeremy temblar.     Puedo entenderlo, es la primera vez que nos detienen.     Salimos de la celda y Connors me detiene. Me siento incómodo, es como si me estuviera interrogando con la mirada.    —Es una casualidad que estuvierais en el bar justo en el mismo día que Paul Bailey.     Trago saliva un poco nervioso. Creo que debe de saber que algo ocultamos.    —Tan solo queríamos divertirnos una noche —le respondo intentando no sonar sospechoso.    —Eso espero...     Puedo notar que duda por la mirada que me echa ¿Habrá notado que miento? ¿Sabrá que oculto algo? No puede ser que pueda saberlo con solo mirarme.     Me suelta el hombro, alejándose de mí.    —Buenas noches chicos —hace una señal a Albert y Alice—. Vamos, tenemos que hablar.     Albert se despide con un gesto y Alice moviendo la mano con lentitud.     Un policía nos escolta a los aparcamientos de los civiles, donde han llevado nuestro coche y nos dan las llaves.
    Nos metemos en el coche y comienzo a conducir hasta la casa de Jeremy, que todavía sigue callado.    — ¿Crees que en la universidad se enterarán de esto? —le pregunto, intentando entablar una conversación con él.     Le miro rápidamente, viendo que está mirando por la ventana del coche, distraído.    — ¿Jeremy?    — ¿Qué? —me pregunta nervioso.    — ¿Va todo bien?    —Estoy… algo cansado —responde con lentitud—. Estar en comisaría me ha agotado, demasiado estrés.    —Estoy de acuerdo —asiento sin apartar la vista de la carretera—, por un momento pensé que de verdad nos iban a detener.     Hace un sonido de garganta, dándome la razón.    — ¿Jake?    — ¿Qué sucede?    —Yo...     Me mantengo en silencio durante el trayecto, esperando que Jeremy diga algo. Pero se queda callado.     Ha sido una noche dura, lo sé.
    Cuando llegó a casa, voy directo a mi cuarto, quitándome los zapatos y tirándome en la cama, tapándome la cara con las manos.     Me pregunto si después de esta noche seremos más sospechosos que antes.     Sally me envía un mensaje y cojo el móvil para mirarlo. ----------------------------------------------------------------------------------------
Sally Qué final más perfecto! ❤️ He incluso llorado y yo casi no lloro en las películas
Jareth Que bueno por ti :) Aunque nunca voy a entenderlas.
Sally Pues deberías En un futuro puedes encontrar a la mujer de tus sueños y que le guste la saga Vas a tener que aguantarla, jeje
Jareth Solamente si ella aguanta ver las películas de Star Wars.
Sally Friki 😝
Jareth Y a mucha honra :P
Sally Y? Tu noche qué tal? ----------------------------------------------------------------------------------------
    Me llevo una mano al ojo, todavía un poco dolorido. ----------------------------------------------------------------------------------------
Jareth Digamos… Que no creo que me pase por el bar en una temporada.
Sally Qué ha pasado?
Jareth Una pelea. Albert ha defendido a Alice y al esquivar un golpe, lo he recibido. ----------------------------------------------------------------------------------------
    Espero a que Sally conteste, porque noto que algo no va bien.
    Cuando lo hace, pongo los ojos en blanco ante su respuesta. ----------------------------------------------------------------------------------------
Sally Lo siento! Me estaba riendo! Es que me cuesta imaginar a un friki como tú metiéndote en peleas de bar!
Jareth Muy graciosa. Pues no sabes lo que ha dolido, ha pegado con ganas.
Sally Tan fuerte te ha pegado?
Jareth Sí. Pero al menos ya no duele tanto.
Sally Al menos estás bien? Te ha visto un médico en el caso de que te ha roto algo?
Jareth
Ya basta con bromas.
Sally No bromeo, me preocupo de verdad 🙁 ----------------------------------------------------------------------------------------
    Me pregunto si lo dice en serio o sigue bromeando porque ha puesto ese emoji. ----------------------------------------------------------------------------------------
Jareth ¿Lo dices de verdad?
Sally Por supuesto! Entonces… Estás bien?
Jareth Sí, gracias por preocuparte. :)
Sally No me lo perdonaría si te pasara algo por mi culpa Al fin y al cabo, te estoy pidiendo que investigues por mí 🙁
Jareth Es mi elección. Y tus ganas de investigar son más peligrosas que las mías.
Sally Me gusta poder observarlo todo Y qué tal la policía? Amables?
Jareth El agente Connors es el que vino a detenernos.
Sally Tienes suerte que haya sido él
Jareth ¿Y eso por qué?
Sally Porque si estás ya en casa, significa que sabe que no teníais malas intenciones Él sabe perfectamente cuando una persona es buena 😄 Y puede que le hayas caído bien, jeje
Jareth Ya me he dado cuenta. Es un gran hombre :)
Sally 😊 Tú solo no te comportes como un sospechoso y todo te irá bien con él Incluso puede que lleguéis a ser buenos amigos 😉
Jareth Haré caso a tu consejo ;)
Sally Jeje 😄 Y quién te ha pegado? Ha sido Paul? ----------------------------------------------------------------------------------------
    Iba a contestarla y me sorprendo cuando llaman a la puerta. Si fuera Albert, la hubiera abierto     Me disculpo un momento ante Sally y me levanto de la cama para ir a la entrada.
    Miro por la mirilla y veo a Jeremy, abrazándose así mismo.     Abro la puerta y le veo que está llorando. Nunca le había visto así.    —Jake…    — ¿Qué- Jeremy ¿Qué pasa? —pregunto asustado, dado que le había dejado en la casa tranquilo.    —Yo… —está pálido, como si hubiera visto algo que le hubiera asustado— Albert no fue la última persona en ver a Bianca… Fui yo.
Capítulo 10
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fernando-arciniega · 11 months
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Illustrator CS6 - Crea un Perro tipo Cartoon paso a paso
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En este tutorial aprenderás a crear un perro de dibujos animados como imagen vectorial, usando formas, busca trazos y flat design. - Para iniciar configura tu trabajo con las siguientes especificaciones:
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La cara
- Añade un ovalo con las siguientes medidas:
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- Prueba usar el panel de alineación, para centrarlo Horizontalmente. Si no funciona verifica las siguientes opciones:
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- Aplica el siguiente color de relleno:
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- Aplicamos el Efecto > Deformar > Estrechar
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- Usa las siguientes especificaciones
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- Haz clic en Objeto > Expandir apariencia
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- Puedes dejar alineado el objeto con los siguientes parámetros:
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La nariz
- Añade un óvalo, el cuál será la nariz:
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- Los parámetros de la nariz son:
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- Elimina el trazo, solo deja el relleno, para ambas figuras:
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- Con la tecla ALT + clic duplica la nariz, arrastra hacia la parte inferior del lienzo:
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- Con la herramienta de selección directa, vamos a eliminar los nodos (anclas): izquierdo e inferior, dando clic sobre el nodo y después la tecla suprimir.
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Elimina el relleno de esa figura, coloca el trazo en color blanco, con un grosor de 8px
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- Arrastramos hacia donde será el efecto de brillo en la nariz, como se muestra en la imagen:
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- Con los siguientes parámetros:
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- En el panel Apariencia > Trazo seleccionamos la opción de remate: Extremo redondeado
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- Añadimos un pequeño circulo, justo al lado izquiero del objeto anterior con los siguientes parámetros:
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La sombra de la cara
- Duplica la forma que se hizo anteriormente con la cara
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- Encima del objeto duplicado, añadiremos un rectángulo, para que con la herramienta busca trazos eliminemos el lado izquiero del rostro. Dibújalo justo del centro de la forma hacia el lado derecho.
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- Con la Herramienta de selección (v) da clic en ambos objetos, luego abre el panel Busca trazos
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- En busca trazos haz clic en dividir, y despues en Modo de la forma > menos frente, deberás tener la siguiente figura:
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- A esa forma le aplicaremos: - Relleno color blanco y negro con Degradado tipo lineal - Angulo del degradado a 90 grados - Elimina el trazo - En Transparencia, seleccionamos Multiplicar y Opacidad 50% - Alinea el objeto a la mitad del rostro izquierdo, de lo que será el perrito
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- Selecciona la Herramienta Degradado (G) y mueve el nodo inferior del degradado a la altura del círculo pequeño que se dibujó con anterioridad.
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Los ojos
- Vamos a dibujar una elipse, con un color café obscuro, serán los ojos del perrito
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- Dentro de esta figura, haremos un ovalo más chico en color blanco con los siguientes parámetros:
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- Selecciona ambos óvalos y muévelos a la siguiente posición, oprimiendo la tecla ALT
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- Añladimos un ovalo sobre los ojos que se dibujaron previamente
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- Después envía el objeto al fondo para que los ojos queden enfrente del ovalo gris.
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- Los parámetros son los siguientes
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- Para el ovalo gris, aplicaremos Transparencia > Multiplicar y en Opacidad escribimos 60% - Movemos los ojos a la siguiente posición
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- Para la mancha de los ojos la configuiración es la siguiente:
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Asegúrate que la cara y la sombra del rostro estén de fondo, la mancha originalmente de color gris, debe estar atrás del ovalo blanco y el ovalo café de los ojos, en las opciones de "Organizar" puedes mover los objetos.
La boca
- En el siguiente paso vamos a crear una pequeña boca, para ello insertamos dos ovalos, uno mas chico al fondo, y al frente uno grande, el cuál permitira eliminar con Buscatrazos la parte superior del ovalo anterior.
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- Se cambió el color de la segunda forma para que se aprecie mas la superposición de un objeto con otro. - Buscatrazos > Dividir > Menos frente
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- Acercamos a la parte inferior de la mandibula del perro y la forma quedará de esta manera
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- Aplica el siguiente color: (Este objeto debe tener opacidad 100%)
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- Duplicamos la forma con Copiar > Pegar en el mismo lugar - Encima de este objeto dibujamos un rectangulo para cortar la segunda boca por la mitad
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- Haz clic en ambos objetos y selecciona Buscatrazos > Dividir - Objeto > Desagrupar (Mayus + Ctrl + G) - Elimina la parte sobrante del rectandulo, y el sobrante izquierdo de la boca del perro, quedará la mitad derecha de la boca.
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Edita el color, en el panel dentro de Modo de Color selecciona B al 75%
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Las orejas
- Dibujamos un óvalo, aproximadamente de 150px por 540px - Con la herramienta de selección directa, vamos a seleccionar el Nodo superior y lo vamos a Convertir a Puntos de Ancla Seleccionados a Vertices tal como se muestran las opciones en la imagen.
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- Como relleno podemos utilizar el siguiente color
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- Duplicamos en objeto con Copiar > Pegar en el mismo lugar, lo hacemos un poco mas chico y le cambiamos el color.
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- Para continuar, agrapamos ambos objetos que formarán las orejas
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- Con la herramienta Tranformar rotamos 35° y enviamos detrás
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- Duplicamos la forma con Copiar > Pegar en el mismo lugar - Botón derecho sobre la segunda forma, Transformar > Reflejo > Vertical
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- Arrastramos a la siguiente posición y enviamos detrás
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El cuerpo y el collar
- Se dibuja un ovalo con las siguientes especificaciones, y lo enviamos al fondo (Organizar > Enviar detrás)
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- Con ayuda del cuenta gotas, seleccionamos el mismo color del lado derecho del rostro
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- Copia y pega el rostro y el cuerpo
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- Busca trazos > Dividir, y acontinuación desagrupa las formas. - Debemos tener la siguiente forma:
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- Copia la forma y pega en el mismo lugar, vamos a estirar la segunda forma presionando "Alt" para que no se mueva de su eje central X. - Arrastra un poco el nodo central superior, para reducir la altura de la forma
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- Busca trazos> Divir > Eliminar menos frente
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- Cambiamos el color y movemos el ancla inferior central:
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- Terminamos de ajustar con los siguientes parámetros, y ajustamos con Ctrl + 9 para colocarlo detrás de la lengua.
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- Repetimos los pasos, con lo que se hizo en la sombra de la cara, pero ahora con el cuerpo para dar sombra solo a la mitad derecha del cuerpo. - Aplica color de relleno negro
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- En transparencia ajustamos a Multiplicar > Opacidad 30%
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- Envía detrás el objeto con Ctrl + 9 hasta obtener el siguiente orden:
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Los pies y la cola
- Agregamos un círculo, que partiremos con busca trazos, para obtener solamente la parte superior como se muestra a continuación:
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- Duplicamos la forma, colocándola del lado derecho del perrito
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- Para lo que será el diseño de la "cola" utilizaremos "semi lunas", no importa si no te quedan exactamente igual, el propósito es utilizar las herramientas.
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- Agrega otro ovalo encima, modificando ligeramente la altura, he cambiado el color para distinguir una figura de otra:
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- Con Busca trazos elimina el sobrante del segundo circulo:
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- Duplica esa misma forma y gira levemente: Read the full article
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eacastilloc · 3 years
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and here we are again | #2
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Y aquí estamos de nuevo, una vez más, de pie sobre el borde, respirando, vacilando.
Siempre la toma por sorpresa por las mañanas; la forma en que la luz se filtra a través del vidrio, arrojando fractales en forma de diamante en el suelo; el escalofrío que atraviesa las capas de ropa, se le mete debajo de la piel y le llega a los huesos; los sonidos apagados de la ciudad despertando de su letargo, lentos y perezosos.
Akane camina rápidamente por las calles, con las manos escondidas en los bolsillos de su abrigo para protegerse de la brisa de la mañana, su aliento saliendo en pequeñas bocanadas de vapor. No es la primera vez que la envían a trabajar a Nueva York, pero es su primera experiencia del otoño fuera de Japón.
Debido al Proyecto 2501 y al incidente de tráfico de drogas Substance-D hace un año, el MWPSB ha estado trabajando en estrecha colaboración con el FBI y también ha enviado a sus inspectores y ejecutores para programas de capacitación de intercambio con el NYPD. Cinco años desde el incidente con Makishima Shogo y Japón está aprendiendo lentamente a abrir sus fronteras al mundo una vez más, como una flor mantenida demasiado tiempo en la oscuridad, desplegando cada pétalo lentamente, uno por uno, para beber y absorber todo el luz de la que se había ocultado antes. La SIBYL todavía ejercía la gobernanza sobre el bienestar público y todo el sustento y el futuro de una persona todavía están muy predeterminados para el ciudadano japonés medio. Tanto los ciudadanos como los extranjeros no son libres de viajar dentro y fuera de Japón todavía, pero incluso los administradores han comenzado a ver la importancia de mantener el comercio con otros países y, como mínimo, están dispuestos a aprender y adaptarse, a crecer. e intercambiar conocimientos, para cambiar.
Akane es inusualmente temprano esta mañana; la mayoría de los días se reunía con el resto de la Unidad 1 para desayunar en el comedor, antes de dirigirse al centro de formación.
Se había despertado de un sueño al amanecer- su corazón latía tan rápido dentro de su pecho que le dolía, su respiración escapaba en jadeos mientras trataba de ahuyentar las imágenes de rostros borrosos - "Yuki, Kagari, Masaoka-san… ¿Kougami?"
Incapaz de volver a dormirse, sintió la necesidad de salir de su habitación, eligiendo ahora vagar por las calles sin rumbo fijo; mirar el sol arrastrarse lánguidamente desde su nido metálico de rascacielos que bordean el horizonte y subir hacia arriba buscando el cielo; sentir el frío beso del otoño rozando su mejilla.
Respirar y recordar cómo es sentirse vivo.
A Masaoka-san le hubiera encantado ver el amanecer aquí, piensa, él le mostró sus pinturas del cielo al amanecer y al anochecer, compartiendo su fascinación por cómo los colores cambian con cada minuto que pasa, una ráfaga de emociones que se manifiesta en Cada tono. Ahora Kagari-chan... probablemente se había quejado por haber sido obligado a levantarse tan temprano solo para ver el amanecer, especialmente si no estaba de servicio. Akane sonríe un poco al pensarlo.
Mientras se abre paso entre la escasa multitud, pensando en tomarse un café caliente, oye una conmoción varios metros delante de ella. Ella mira hacia arriba para ver a un hombre (un ladrón) que amenaza a una mujer y a su hijo con un cuchillo, extendiendo una mano para arrebatarle el bolso a la mujer.
El niño, demasiado joven, demasiado ingenuo, pero tan imprudentemente valiente, se mueve para agarrar la muñeca del hombre, para alejarlo de su madre. El ladrón chasquea la lengua con molestia y corta al chico con el cuchillo.
Akane se apresura hacia adelante, agarrando el objeto más cercano que puede (un periódico enrollado de un puesto de carretera cercano) y lo arroja en su dirección, atrapándolo en el costado de la cabeza. Gruñendo en estado de shock, el ladrón tropieza, su cuchillo cortando el aire justo cuando el niño esquiva el golpe y libera a su madre del agarre del ladrón.
"¡Policía! ¡Suelta tu arma!" Ordena Akane, alcanzando a su Dominator (un arma de fuego). Aquí, sin la gobernanza de SIBYL, no puede medir el coeficiente de delincuencia del hombre. Pero el arma está bloqueada en el modo Paralizador y todavía puede disparar si también lo ha hecho. El ladrón maldice y sale disparado de la calle, con el bolso apretado fuertemente contra su pecho.
Akane les da a la mujer y a su hijo una mirada rápida, asegurándose de que los dos estén ilesos, antes de perseguir al hombre, siguiéndolo mientras corre hacia el parque de la ciudad.
Ella casi lo pierde de vista cuando él se abre paso a través de filas de arbustos cuidadosamente recortados. Akane reprime una maldición silenciosa mientras presiona hacia adelante, solo para escuchar un grito de sorpresa, seguido de un grito de dolor. Cuando finalmente dobla hacia la esquina, ve al ladrón dominado por otro hombre, uno a quien reconoce.
Ella se congela en seco, los ojos muy abiertos como si hubiera visto un fantasma; destellos de recuerdos de un tiempo pasado.
El ladrón lucha, pero el otro hombre más alto lo sujeta con fuerza. Un brazo está dolorosamente torcido detrás de él y la pelea habría terminado fácilmente si ella no hubiera dejado que su voz sonara mientras llamaba, "¿Kougami-san ...?"
Kougami se sobresalta cuando escucha los pasos que se acercan, escucha su nombre con esa voz tan familiar.
"Akane." Hay un tono en su voz, aunque no tan brusco como ella recuerda de años atrás. Es más suave, más suave, con algo parecido al cariño.
Un silencio momentáneo pasa entre ellos, sus miradas todavía se fijan el uno en el otro mientras ambos luchan por encontrar las palabras adecuadas para hablar.
No es una pausa larga, pero es suficiente para que el ladrón recupere su ingenio. Arrancando su brazo del agarre de Kougami, se libera y corta hacia arriba con su cuchillo.
El siseo de dolor de Kougami envía un escalofrío de miedo por su espalda; Más frío que el frío otoñal, frío como el hielo. Hace una mueca y da un paso atrás, la sangre brota de una herida en su brazo izquierdo.
"¡Kougami!" Akane se apresura hacia adelante y antes de que ninguno de los dos pueda moverse, apunta al Dominator y dispara. El ladrón cae al suelo fácilmente, un trozo de juguete roto desechado por un niño.
Akane deja escapar un suspiro de alivio, bajando su arma y las teclas un informe rápido a través de su comunicador de muñeca: los drones llegarán lo suficientemente pronto para recoger al ladrón. Entonces se acerca a Kougami, con una profunda preocupación en sus ojos mientras pregunta: "¿Estás gravemente herido?"
Kougami solo se encoge de hombros, esa familiar media sonrisa jugando en las comisuras de sus labios. "Es solo un corte..., no es nada serio..."
Sin embargo, ella toma su mano entre las suyas, revisándola antes de buscar un pañuelo en el bolsillo de su abrigo y comenzar a vendar la herida.
"Akane-"
"Kougami–"
Hacen una pausa, solo para reír torpemente, dándose cuenta de que ambos habían hablado al mismo tiempo.
Akane le ofrece una pequeña sonrisa. "Ha pasado un tiempo, Kougami-san."
"Ah, lo ha hecho".
"Parece que lo estás haciendo bien".
"Es..., diferente de antes, y toma un tiempo acostumbrarse, pero,..." Kougami hace una mueca cuando Akane aprieta el nudo alrededor de su vendaje improvisado. “Ha sido bueno en general, aunque es difícil encontrar trabajos ocasionales en esta época del año. Tal vez tenga que considerar ese trabajo de barista a tiempo parcial en la cafetería del centro."
"¿E-Eh? ¿En serio?" Las cejas de Akane se arquean con sorpresa. Intenta imaginárselo con un delantal de barista verde, con el logo de la cafetería estampado en el costado y una etiqueta negra con su nombre en la camisa.
La expresión de su rostro debe haberle delatado sus pensamientos, porque los labios de Kougami se curvan en una sonrisa más amplia ahora, antes de que estalle en carcajadas (no cree haberlo escuchado antes reír así).
Entonces ella se ríe, finalmente se da cuenta de que él solo se había estado burlando de ella. Cuando levanta la mirada para encontrarse con la de Kougami, solo puede sonreír, sintiendo el movimiento de las emociones y el alivio dentro de ella mientras dice en voz baja: "Me alegro de que estés bien, Kougami-san".
Y ella lo dice en serio, lo hace; ella está muy feliz de verlo de nuevo. Entonces, ¿por qué, entonces, hay lágrimas en sus ojos ahora? Ella no esta segura.
Una mirada extraña cruza el rostro de Kougami. Es un pequeño destello en su expresión de cara de póquer, pero ella sabe que está ahí (siempre lo ha hecho). Se da la vuelta y el silencio tenso se extiende entre ellos, una pared de vidrio de deseos no dichos que se elevan desde lo más profundo de sus corazones.
Cuando Kougami se gira para mirarla de nuevo, su mirada se suaviza, y tentativamente, con cautela, se acerca a ella. Inclinándose hacia adelante para que su frente toque la de ella, le roza las lágrimas con los dedos y dice: "Me alegra que tú también estés bien. Y lo siento. Por todo".
Y luego vuelve a sonreír, riendo entre lágrimas y levantando una mano para golpearlo suavemente en la nariz mientras dice: "Tonto. No hay nada de qué disculparse".
Las cosas nunca volverían a ser como eran antes, eso es lo que ella sabe.
Pero por ahora- Aquí sola, con sus brazos alrededor de su cuello en un fuerte abrazo, los sonidos de la ciudad en el fondo y sintiendo su toque, su abrazo a su alrededor, su voz; sintiendo todo eso y sabiendo que está vivo, está bien.
Por ahora, es suficiente para ella, para ellos, empezar de nuevo y tener un nuevo comienzo.
FIN
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1294bubbles · 4 years
Text
The guy upstairs | oneshot
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Pareja: NCT 127 || Johnny x OC
Idioma: Español / Spanish
Tipo: One-Shot / Relatos Cortos.
Género: Romance + Sobrenatural + Misterio + Angst || AU! Fantasma.
Palabras: 5,300
Descripción: “La vida de una estudiante universitaria se ve interrumpida por la aparición abrupta de un extraño frente a su ventana un domingo por la tarde. Johnny, el chico que vive en el apartamento de arriba, cae de las escaleras de incendios acabando frente a la habitación de Jane que lucha por escribir el proyecto final de su carrera. Con muchas historias que contar y momentos inesperados, ella se involucra en tardes de charlas y risas mutuas, sin saber a ciencia cierta cómo ayudará a este chico que nunca antes había visto habitando el quinto piso.”
Advertencias: Muerte de un personaje.
[♡] Nota de autora: Este escrito no pretende generar terror o miedo en el lector pero si eres susceptible a estos temas, evita leerlo. 
• Crédito de imagen @1294bubbles.
The Guy Upstairs
El sonido de las teclas inundaba toda la pequeña habitación, era domingo por la tarde y la fresca brisa del inicio de la primavera ondeaba las cortinas sobre la ventana, al tiempo que refrescaba cada rincón del lugar. 
Jane tecleaba afanadamente, llevaba más de dos semanas redactando su proyecto universitario exigido para poder graduarse de curso. Sus manos estaban enfocadas en desarrollar el contenido del tema, pero su mente divagaba cada cinco minutos buscando distraerse, era aburrido y no veía pronto fin a su enclaustre. Hacía más de tres días que no colocaba música en la computadora, le daba jaqueca y a veces ni recordaba que debía cenar. Debbie, su hermana y compañera de piso había empezado a preocuparse por ella y le exigía que al menos se alimentara a tiempo para no hacerla pasar un sofoco. 
-¡Jane! -Dijo Debbie apoyándose en el marco de la puerta y clavándole los ojos a la chica frente al computador- Son las 2:30 de la tarde ¡debes almorzar!
-Deb, déjame en paz… -Respondió ella en un suspiro- No tengo hambre y hoy he perdido demasiado tiempo, no he avanzado nada de este estúpido proyecto. 
-No te dejaré en paz hasta que almuerces -replicó la mayor- le prometí a mamá que te cuidaría y no dejaría que te pasara nada, si se entera que te estás saltando comidas el regaño va a ser para mi.
-¿Quieres largarte de mi cuarto para que al menos pueda avanzar otro poco más? -Insistía Jane sin despegar sus ojos de la pantalla, intentando teclear algunas palabras- Más tarde almorzaré, yo veré en qué momento, ¡no tengo hambre ahora!
-Ok, me largo, no voy a pelear contigo, debo ir a mi reunión de trabajo. Espero no regresar tarde y encontrarte inconsciente en el piso. 
-¡BIEN! Almorzaré en cinco minutos, solo deja de hablarme para poder concentrarme. -Debie Sonrió, en cierto modo disfrutaba molestar inocentemente a su hermana.
-Te llamaré apenas llegue a la oficina para comprobar que sí almorzaste, envíame foto al chat del plato vacío…
-¡SI MAMÁ!… ¿PUEDES IRTE YA?
Debbie bufó a eso último que su hermana menor dijo sin siquiera mirarla. Sacó las llaves del auto del bolsillo trasero de sus jeans y dio media vuelta retirándose de la habitación. 
-¡Ah por cierto! Mamá que la llames, te has olvidado de ella. -Dijo Deb antes de salir del apartamento-  ¡Adios!
Al escuchar el sonido de la puerta cerrarse Jane dio un largo suspiro cerrando sus ojos. Una notificación llegó a su teléfono obligándole a reincorporarse. Al desbloquear el aparato un aviso emergente le hizo saber que un nuevo capítulo de su podcast favorito de misterio había sido subido a la plataforma.
-Muy bien, -respiró profundo- Hora de una pausa, puedo escucharlo antes de almorzar.- Enseguida estiró la mano agarrando sus audífonos y conectandolos al equipo para poder darle reproducir al episodio: "Fantasmas en el ático".
Jane a sus escasos 24 años estaba segura de dos cosas, la primera que el chocolate caliente era la mejor bebida del mundo y segunda que los eventos paranormales existían y su fascinación por ellos era muy grande incluso sin haber tenido ningún suceso realmente significativo para contar. Inmersa en el podcast, no se percató como la pantalla de su computadora empezó de repente a fallar, el puntero se volvía loco de un lado al otro y el documento con su archivo de trabajo empezó a minimizarse y ampliarse una y otra vez. 
El podcast estaba llegando a su punto clave de emoción y la adrenalina de la chica iba en aumento, el volúmen de sus audífonos estaba por las nubes y su corazón bombeaba a mil por hora mientras escuchaba atentamente cómo el narrador avanzaba en la historia, pero antes de poder concluir el relato, un estruendo proveniente de la escalera incendios ubicada en la parte de afuera de su habitación la hizo soltar el celular de la mano yendo este directamente al piso y acabando con la pantalla destrozada. Jane se reincorporó en la silla como pudo y se levantó para acercarse lentamente a su ventana y ver que había sido tal sonido. 
Súbitamente un rostro masculino apareció del otro lado con una expresión de inmenso dolor, ella retrocedió unos pasos inmediatamente agarrando lo primero que tuvo a la mano para regresar a la ventana a golpear al extraño. 
-¡Wooo, wooo, WOOO! ¡ESPERA! -Gritó él colocando las manos frente a su cara.
-¿¡Quién diablos eres tú!? ¡¿Qué quieres?! ¡¿Qué haces en mi ventana?! -Inquirió la chica exaltada.
-Tranquila, calma, no voy a hacerte daño, ¡te lo juro!, me caí de la parte de arriba de la escalera, vivo en el quinto piso, ¡soy tu vecino!
-¿Vecino? ¡Arriba de nosotros no vive nadie! -Decía la chica aún empuñando el candelabro que había logrado tomar para defenderse. 
-¿Qué? Cómo que no vive nadie, ¡llevo viviendo arriba 5 años con mis padres! -Se quejó el extraño.
-No te creo una palabra de lo que dices...
-¿Quieres asomarte y ver la escalera rota y comprobarlo?… Adelante, no muerdo. 
Jane lo miró recelosa y empezó a acercarse lentamente para asomarse por la ventana sosteniendo con ambas manos su arma de defensa. El chico retrocedió unos pasos y ella sacó su cabeza mirando hacia arriba notando como la baranda de la escalera de incendios estaba realmente partida en dos y uno de los escalones era inexistente.
-Oh mierda, de verdad que esto necesita reparación urgente…
Johnny soltó una risita pequeña al comentario de la chica a lo que ella regresaba dentro de la habitación. 
-Soy Johnny, por cierto. -Añadió
-Ok Johnny... Si vives arriba hace tanto ¿por qué nunca te había visto antes? 
-Bueno… Usualmente llego muy tarde de la universidad todos los días, estoy en varios clubes y apenas puedo respirar… ¡Oh! y los domingos suelo pasarlos con mis padres en casa haciendo cualquier cosa o salimos todo el día e incluso...
-Vaya, eres el señor ocupado entonces… ¿No te cansas de estar en la universidad y hacer cosas todo el día? Yo estoy harta con mi estúpido proyecto de... oh no, no, no, no, no ¡NO! 
Jane tiró el candelabro hacia un lado, cayendo este sobre su cama y corrió a su computadora apenas vio como la pantalla estaba enloquecida empezó a mover el mouse descontroladamente pero nada respondía. Tecleó varias veces sin resultado alguno.
-¡Mi proyecto! No había guardado nada hasta antes de escuchar el podcast… el podcast… ¡MI TELÉFONO! 
Johnny miraba sin entender nada aún desde fuera de la ventana, la chica corrió hacia la esquina que daba con la puerta y levantó el teléfono para darse cuenta enseguida que toda la pantalla de este estaba astillada y prácticamente inservible. 
-¡Genial! Se arruinó mi teléfono ¿algo más que falte?
-Jane calma, puede que solo haya sido la pantalla externa…
-Espera... ¿cómo rayos sabes mi nombre?
-¿Qué? -Johnny sonrió extrañado- Me lo dijiste hace unos instantes tú misma… 
-¡Claro que no! -Replicó ella enseguida.
-Ok, entonces yo lo adiviné. -Finalizó el chico volteando los ojos y dejando a Jane con la duda en su cabeza mientras lo observaba. 
-Eres demasiado extraño ¿sabes?
-Bueno, not my problem. -Respondió Johnny levantando sus hombros. 
-Ahora eres bilingüe... ¿Sabes qué? deberías regresar a tu casa estoy ocupada y necesito encontrar la forma de arreglar este cacharro de computador para continuar con mi proyecto. 
-Puedo ayudarte si quieres, sé algo de computadores, mi padre los repara. 
-Sabes que no confío en ti ¿Cierto? -Le dijo volviendose a verlo.
-Bien, entonces… -Johnny se dispuso a levantarse para irse-  suerte con eso. 
-!Espera!...-Jane lo detuvo enseguida. Le tomó solo dos segundo analizar su situación y esta no era la mejor, estaba desesperada, su conocimiento sobre computadores era nulo y Debbie no estaba en casa. -Está bien, entra y ayudame con esta cosa, necesito avanzar. 
Johnny atravesó el umbral de la ventana y entró a la habitación de la chica. En ese momento Jane notó lo alto que realmente era su vecino. El muchacho pelinegro se acercó a la máquina, digitó unos cuantos comandos y luego de varios clicks el computador volvió a funcionar normalmente. 
-Listo.
-No sé cómo lo hiciste pero -Jane lo miró- Gracias.
-De nada ¿confías en mí ahora? 
-No tanto como confiar, pero al menos ya no creo que hayas venido a asesinarme. 
-¿A asesinarte? - Rió el pelinegro- ¿Por qué vendría a asesinarte? 
-Bueno, al aparecer así de repente en…
El sonido de la puerta del apartamento abriéndose interrumpió a la chica, ella corrió a asomarse fuera de su habitación para revisar quién había llegado, al cerciorarse por la forma tan escandalosa de abrir que era su hermana, se volvió a ver a Johnny quien en ese momento como por arte de magia había desaparecido de la habitación. 
-¡Hey Jane! -Saludó Debbie acercándose a donde estaba la menor- imagínate, el jefe se enfermó y corrieron la reunión para mañana en la tarde, gasté gasolina yendo... Bueno, no importa ya pero… -La mayor se detuvo al percatarse el rostro confundido de su hermana- Oye ¿qué tienes?
-N-Nada… -La chica frunció el ceño- Es solo que… ¿Sabías que tenemos un vecino en piso de arriba?
-¿Arriba? ¿Ese apartamento acaso está habitado?
-Al parecer, estaba igual de asombrada que tú cuando el hijo de los vecinos apareció frente a la ventana y me informó. 
-Espera ¿qué?
-Larga historia, se cayó de la escalera de incendios y terminó aquí arreglando mi computador. 
-¿Pero se hizo daño o algo?
La mirada de Debbie era de preocupación real, Jane le comentó que nada había pasado, que simplemente había sido el susto pero que Johnny parecía ser alguien amable, la mayor dejó de indagar por el chico y continuó con su regaño pertinente al llegar a la cocina y percatarse que el plato de su hermana seguía servido. 
Esa noche Jane no pudo continuar más nada. Decidió descansar, pero luego de dar varias vueltas en la cama se dio por vencida, no lograba conciliar el sueño pensando en que de cierto modo y sacando a flote su lado más crítico, la historia de Johnny no le convencía mucho, el chico tenía algo extraño, su instinto se lo decía. Miró al reloj que tenía en el buró constatando que ya pasaba media noche, acto seguido despejó su mente de cualquier pensamiento referente y se acomodó nuevamente entre sus almohadas, necesitaba dormir para poder continuar redactando su proyecto al día siguiente, en algún momento libre subiría a hacerle la visita a su vecino y descubriría la verdad. 
A la mañana siguiente luego de bañarse, cambiarse y desayunar Jane regresó a su habitación para continuar con su trabajo, por suerte el archivo tenía activado el autoguardado y su proyecto estaba hasta donde lo había dejado la última vez. Continuó escribiendo hoy más concentrada que el día anterior para suerte suya, a eso de medio día había conseguido redactar más de tres páginas completas y era hora de un descanso. Se levantó de la silla y fue por un bocadillo a la cocina, al regresar a su habitación una sombra grande sentada en su ventana le hizo retroceder unos cuantos pasos de la impresión.
-¡Woow! Has avanzado mucho hoy…-Dijo Johnny desde la ventana.
-Buenos días señor "me voy sin decir nada"
-Tardes… Ya pasaron las 12.
-¿Qué quieres?
-Pues ¿Saber cómo está funcionando el computador?
-Hasta ahora bien por suerte. 
-Claro, si lo reparó Johnny. 
-¿Por qué hablas de ti mismo en tercera persona?
-¿Por qué no hacerlo?... -Sonrió de lado- ¿Puedo pasar? Tu cama se ve cómoda.
Ambos dirigieron su mirada a la cama dentro de la habitación, él observando la cantidad descomunal de almohadas que había en ella, mientras Jane contaba mentalmente cada una para asegurarse que Johnny no intentaría llevarse alguna. 
-Ok podrás entrar pero con una condición…
-Una condición ¿Cuál?
-Que respondas a todas las preguntas que tengo sobre ti, quiero escuchar tu fantástica historia de vida en el piso de arriba de la cual me enteré ayer. 
Jane debía aceptar que a pesar de todo lo raro que sonaba lo que había sucedido la tarde anterior, el chico tenía su gracia. Si, era alguien aún extraño y si, la manera de conocerlo había sido algo rara, pero existía la posibilidad que esa situación hubiera sido la causante de tanta inspiración suya esta mañana y pretendía que esa inspiración no la abandonara tan rápido.
Johnny entró a la habitación, se tumbó en la cama y empezó a responder cada pregunta que la chica le hacía referente a su vida. Tenía 23 años, estudiaba comunicación y actualmente sus padres le costeaban los estudios, no tenía mascotas, tampoco hermanos, había crecido en Chicago y amaba con locura el café cargado por la mañana. Ese día Jane conoció más cosas de él que lo que hubiera podido averiguar por su cuenta, de su parte le comentó sobre su proyecto, toda la investigación acerca de fenómenos inexplicables basada en hechos reales recopilados por ella misma, cosa que a Johnny le pareció lo suficientemente interesante para regresar a diario a escuchar cada una de esas historias y fue así como esas constantes visitas se volvieron un  hábito con el pasar de las semanas. Una tarde soleada de Mayo, como ya era costumbre Johnny apareció en la ventana del 4to piso con una bolsa grande en sus manos. 
-Esta tarde la merienda va por mi cuenta.
-¡Wow! Gracias, que considerado de tu parte señor ocupado. 
Johnny entró a la habitación tomando su habitual lugar en la cama de Jane, esa tarde se veía excepcionalmente... ¿Atractivo? El cabello negro le caía partido a la mitad sobre su frente y sus ojos cafés se estaban más "claros" que de costumbre.
-Te traje esta vez la hamburguesa doble.
-Genial, ¡muero de hambre! -Dijo ella abriendo la bolsa y sacando el paquete que contenía la hamburguesa- Oye pero solo hay una…
-Ah si, yo comí la mía en casa… 
-¿Por qué no me sorprende? Siempre haces lo mismo desde que te conozco nunca has comido conmigo ¿sigues alguna dieta que no quieres que te vea comer poco y me burle de tí?
-¿Tú, burlándote de mi?
Ambos rieron al unísono y Jane empezó a devorar su hamburguesa, Johnny la observaba atentamente mientras seguía sonriendo ligeramente de forma inconsciente. 
-¿Qué? -Preguntó Jane de repente notando que él la observaba- ¿Ya me manché la cara con salsa?
-No, no -Johnny terminó de esbozar su sonrisa- Es que creo que nunca antes había conocido a alguien como tú, de haberlo hecho mi vida habría sido más fácil… -La chica tragó en seco.
-¿Pasaste por algún trauma de la infancia o algo así?
-La verdad… No, -Respondió el pelinegro- solo que durante la escuela no tuve muchos amigos…
-Espera ¿qué? Te he creído todo lo que me has contado hasta ahora pero dudo mucho que el gran Johnny haya pasado por eso, esas cosas le quedan solo a los desadaptados o emocionalmente inestables, no a ti, tu eres una mariposa social, entretienes a quien sea, mueves el ambiente apenas llegas. 
-¡Wow! Pues gracias por eso… Pero adivina qué... Ya lo sabía.
-Blah, blah, blah, ahora eres engreído, más bien pásame las papas…
Esa noche luego que Jane adelantara lo suficiente su proyecto, ambos se ubicaban en la ventana observando al cielo particularmente estrellado, con la esperanza de divisar alguna estrella fugaz o si tenían suerte un ovni. 
-A veces creo que el humano es demasiado egoísta asegurando que es el único ser vivo que habita el universo. -Dijo Jane de repente. 
-Los humanos son estúpidos.
-Hablas como si no fueras uno de ellos. 
-¿Por qué de repente debería ofenderme ese comentario? -Se quejó Johnny riendo al instante y contagiando a la chica. 
-El universo es demasiado grande para creer eso, aquí existe de todo para mi, incluso otras dimensiones, una para los espíritus, otra para los seres del bajo astral y otra a donde van a terminar los malditos que maltratan animales. 
-El infierno. -Añadió el chico.
-Exacto. 
Luego de un rato observando el cielo, Johnny volvió suavemente su cabeza hacia la chica, se quedó mirando atentamente como sus facciones eran iluminada por la poca luz de la luna que los abrazaba, ella estaba ensimismada en su búsqueda y no se percató como el muchacho se empezaba a acercar cada vez más a ella, no fue si no hasta cuando sintió la presencia lo suficientemente cerca para voltear encontrándose a escasos centímetros de su rostro observándola, percibió como la mano de él le acarició el rostro suavemente, debía hacer frío en el ambiente ya que su palma estaba helada al tacto. Enseguida sintió como los labios de su acompañante se posaban suavemente sobre los suyos e iban consintiendo cada parte de ellos, el beso era cálido, pero al mismo tiempo ansioso, como si necesitara más de esa sensación que se despertaba dentro de ambos. La otra mano de Johnny encontró la mejilla de Jane, acomodando suavemente sla cara de la chica para continuar el beso, ella lo dejaba ser, no era el momento para entender por qué o para qué Johnny había llegado a su vida tan de repente y ahora mismo fuera alguien tan especial para ella, aún le faltaban cosas por saber de él pero luego de esa noche y de ese momento, estaba segura que oportunidades iba a tener de sobra.
***
Dos semanas después con el ajetreo de la entrega de proyectos y finalización del semestre, hubieron días en que él no se apreció, fue en esos días en los que Jane más sola se sintió estando incluso con personas a su alrededor. Luego de aquella noche para sorpresa suya las cosas con Johnny empezaron a cambiar y no para bien, en lo que iba después de ese suceso si lo había visto en su ventana tres veces en un mes, era ser generosa con su pensamiento, la conversaciones siempre eran cortantes y frías por parte de él y su visita no extendía los diez minutos. Se le hacía extraño no ver su sonrisa cada mañana en la ventana o escuchar a veces el sonido de sus pasos cuando bajaba por la escalera intentando no caerse de nuevo.
Jane extrañaba a Johnny mucho más de lo que realmente debía. 
Esa tarde había decidido enfrentarlo, lo llamaría por la ventana para hacerlo bajar y aclarar la situación, si había sido ella causante de algo que lo molestara, quería escucharlo de boca suya antes que continuar con tanta incertidumbre. 
Convencida que obtendría respuestas, Jane asomó medio cuerpo fuera de su ventana y gritó el nombre de Johnny lo más fuerte que pudo, a los pocos segundos un rostro conocido se dibujó fuera en el piso de arriba lo suficientemente visible para saber que ese era a quién ella necesitaba en ese momento. 
-Baja, quiero hablar contigo. 
Johnny asintió y Jane regreso dentro de su habitación, al segundo el pelinegro apareció frente a su ventana con una expresión seria. 
-Pasa Johnny, hablemos…
El muchacho entró y se sentó en la cama, Jane no hizo más que mirarlo por unos segundos para luego abalanzarse sobre él y abrazarlo fuertemente, pero la respuesta nula de Johnny la obligó a separarse enseguida. 
-¿Qué sucede Johnny? ¿Qué pasa contigo? ¿Te hice algo malo?
Él no respondía y se limitaba solo a mirarla, ella lo detalló, su rostro estaba pálido, sus labios comúnmente rosados casi eran color morado y sus ojos el día de hoy eran de un café oscuro que Jane jamás había visto antes.
-¡Contéstame! Esto es absurdo, me siento tan mal por ti, por todo lo que pasó y no debería porque no es mi culpa, tú fuiste el que comenzaste a actuar extraño de repente. 
Los ojos de Johnny se clavaron en ella y su rostro inexpresivo iba volviéndose más ilegible con cada palabra que Jane decía, tanto estrés por la universidad y la situación de no haberlo visto por tanto tiempo sin una explicación válida habían detonado aquel vómito verbal que explotó en un gran grito el cual alertó incluso a su hermana Debbie quien apareció enseguida en el umbral de la habitación. 
-Jane, ¿qué sucede? ¿Qué son todos esos gritos de repente?
-¡Todo es culpa de Johnny! -Respondió irritada apuntando a su cama...
Ahora vacía. 
-De ¿Q-quién estás hablando? 
-De él Debbie, ¡acaso no lo ves con tus propios ojos sentado ahí en mi cama sin decirme nada desde que comencé a hablar hace quince minutos!
-Jane… -Debbie se acercó despacio a ella colocando ambas manos en los hombros de su hermana- Ahí no hay nadie sentado… 
-Ah claro ahora no hay nad- 
Un escalofrío recorrió todo el cuerpo de Jane de arriba a abajo cuando al voltear vio su cama completamente vacía y la ventana de su cuarto cerrada. Era imposible que Johnny hubiera escapado en esos segundos que su hermana llegó al cuarto y mucho menos con la ventana habiendo sido cerrada por ella misma justamente para evitar que el muchacho escapara.  
-Estaba ahí Deb, lo juro… -La menor volvió a ver a su hermana con desesperación en el rostro. 
-Jane, todo ese asunto del tal Johnny me tuvo intrigada desde la primera vez que lo mencionaste, no tenemos ningún vecino que se llame así y mucho menos que viva en el piso de arriba… Ese apartamento ha estado desocupado por años.
-Eso… Eso es imposible, entonces ¿a quién he estado viendo bajar a diario estas últimas semanas?
-Jane, te he escuchado reír muy fuerte por las tardes e incluso hablar con alguien en la habitación, pero nunca escuchado o sentido a nadie más y mucho menos he visto a ese muchacho que dices que viene a diario. Evité decirte algo para no asustarte, pero… Hice algunas averiguaciones.
Debbiele indicó a su hermana que se sentara en la silla junto al escritorio, salió a la sala y regresó con un sobre de manila del cual sacó una documentación firmada. 
-Este es el registro de inquilinos del edificio, aquí muestra todos los apartamentos habitados en el momento, el documento lo solicité hace unos días y me lo lo entregaron ayer… -Concluyó estirando el papel para que su hermana lo tomara. 
En la hoja yacían registrados todos los números de vivienda de la edificación, efectivamente al llegar al que debía corresponder al apartamento de Johnny, ningún nombre había escrito y en el resto del piso tampoco alguna coincidencia con al menos alguien de apellido “Suh”, el que alguna vez le escuchó mencionar al muchacho. 
-Esto debe estar mal Debbie, te juro por lo que más quieras que Johnny existe, creeme… 
-Cálmate, hay que pensar en posibilidades, quizás sea algún chico del barrio que llegaba a hablar contigo e inventó que vivía arriba para acercarse a ti. 
-No, Deb yo lo vi salir varias veces de la ventana de arriba y bajar con cuidado por la escalera de... incendios.
En ese momento la mente de Jane se iluminó, se levantó rápidamente de la silla, corrió hacia la ventana, abriéndola y saliendo por ella para enseguida mirar hacia arriba, tuvo ganas de gritar el nombre del muchacho pero se contuvo y empezó a subir con cuidado. Debbie se asomó enseguida buscando a su hermana. 
-Jane ¿qué haces?, eso ha estado abandonado podrías caer subiendo esa escalera. 
-Debbie él bajaba por aquí siempre, debo subir a buscarlo, quizás si se asustó al verte y subió a ocultarse.
Sus palabras resonaron en su cabeza mientras la lógica hacía lo suyo, ¿Ocultarse? Conociendo como conocía a Johnny sabía que no era del tipo que corría asustado, es más se le hacía demasiado extraño ahora que él mismo no se hubiera presentado desde el primer día con Debbie. Ignorando eso, se aferró fuertemente a una de las barandas del lado izquierdo y trepó hasta el quinto piso teniendo cuidado de no pisar algún escalón que pudiera devolverla a la parte externa de su habitación si se rompía. Finalmente logró llegar lo suficientemente alto para comprobar con horror que a través de esa ventana cerrada y sucia de polvo en aquel departamento del quinto piso, se mostraba una habitación vacía, con tan solo una pequeña caja en la esquina final del cuarto, el piso de madera completamente cubierto de polvo y las paredes abarrotadas de telarañas le confirmaban entonces la espeluznante teoría de su hermana mayor. Johnny no existía y al parecer nunca existió.
Fue entonces cuando recuerdos de las tardes con él se dibujaron en su cabeza y enseguida todo encajó, sus manos frías, su rostro a veces pálido o sus ojos que en sus últimos días de verlo eran totalmente oscuros. 
Que no lo hubiera visto comer nunca con ella...
**-Genial, ¡muero de hambre! -Dijo la chica abriendo la bolsa y sacando el paquete que contenía la hamburguesa- Oye pero solo hay una…
-Ya comí la mía en casa… 
-¿Por qué no me sorprende? Siempre haces lo mismo desde que te conozco nunca has comido conmigo…**
O no escuchar usualmente ningún ruido proveniente del departamento de arriba incluso cuando él regresaba entrando por la ventana, las conversaciones excluyentes consigo mismo o habladas en pasado…
**-A veces creo que el humano es demasiado egoísta asegurando que es el único ser vivo que habita el universo.
-Los humanos son estúpidos.
-Hablas como si no fueras uno de ellos. 
-¿Por qué de repente debería ofenderme ese comentario?**
**-¿Qué? ¿Ya me manché la cara con salsa?
-No, no, es que creo que nunca antes había conocido a alguien como tú, de haberlo hecho mi vida habría sido más fácil…**
Pero sobretodo, el hecho que siempre desapareciera de repente cuando Debbie estaba cerca.
Esa noche Jane no pudo conciliar el sueño, miraba todo el tiempo a su ventana esperando volver a ver a Johnny para hacerle la infinidad de preguntas que le daban vueltas en su cabeza, pero eso nunca sucedió, ni esa noche ni ninguna otra. Las tardes empezaron a ser vacías de nuevo para ella y simplemente empezó a dejar a un lado el tema, se concentró en su universidad como era debido, terminó el proyecto que tanto le había costado esos últimos meses y el recuerdo de Johnny junto a la esperanza de volver a verlo, habían pasado entonces a un segundo plano. 
***
Meses después la vida de Jane volvió casi por completo normalidad. Logró graduarse de la universidad con honores y había empezado a trabajar con una prestigiosa empresa no hacía más de 2 meses, ella y su hermana decidieron mudarse de aquel edificio pero aún vivía muy dentro de ella la duda sobre la existencia de aquel muchacho de cabello oscuro, a veces en los días solitarios lo recordaba, escuchaba las canciones que él solía disfrutar en esas tardes de charlas amenas y risas sonoras, no le daba miedo alguno pensarlo, simplemente intriga y aunque se escuche extraño incluso para ella, sentía nostalgia, esa misma nostalgia que uno siente extrañando a un ser querido. 
Una tarde de Otoño, Jane consiguió salir de su trabajo temprano para ir al antiguo departamento calle abajo a buscar unos papeles de arriendo que su hermana había quedado en recoger pero su ahora roll de nueva esposa le había impedido. Su visita fue rápida, llegó directamente a la oficina de arriendo en el quinto piso a recoger los papeles, luego de una corta charla con el arrendatario y los documentos en mano, de dispuso a irse. Al salir de la oficina se detuvo un momento observando la puerta del departamento ubicado en diagonal, el mismo donde alguna vez creyó que vivía Johnny, cuando de pronto la puerta se abrió y un hombre mayor de rasgos asiáticos salió del interior llamando profundamente su atención, su rostro de algún modo se le hacía familiar, podría tener alrededor de 60 años y llevaba consigo una pequeña caja de cartón algo sucia, Jane se acercó curiosa a él y lo saludó cortésmente. 
-Buenos días señor, disculpe ¿usted vive en este departamento?
-Oh no señorita, solía vivir aquí hace unos años con mi esposa y mi hijo, solo vine por esta caja que habíamos dejado olvidada. 
-Ya veo… ¿Y no sabe de alguna persona que haya vivido luego de usted o antes aquí?
-Según tengo entendido por el arrendatario, antes de nosotros vivió una mujer mayor y luego de nuestra mudanza nadie ha ocupado el departamento.
-Oh… Bueno, muchas gracias entonces. 
-Señorita… ¿Puedo preguntarle por qué le interesa saber eso?
-Ah… Es que estoy buscando a alguien que solía vivir aquí y de un día para otro se desvaneció como si no existiera, -Jane sonrió con ironía- era un muchacho bastante alto, cabello negro, muy bien parecido… Su nombre es Johnny ¿le suena de algún lado?
-Johnny… -El hombre la miró extrañado- ¿Usted conoció a mi hijo Señorita?
-Perdóneme… ¿Su hijo?
-Así es, mi hijo Johnny, él vivió con nosotros en este departamento. 
-¿¡De verdad!? No puedo creerlo ¡yo lo sabía! Oh Dios… Disculpe mi emoción señor, ¿podría usted darme su número de celular o algo para comunicarme con su hijo? Quisiera hablarle e incluso verlo de nuevo alguna vez. 
El rostro del hombre cambió enseguida a una profunda cara de tristeza, Jane lo notó y le cuestionó con su expresión.
-Creí que todos sus amigos cercanos habían estado aquel día…-Dijo en tono bajo para sí mismo pero la chica logró escucharlo- Señorita, mi hijo falleció hace más de seis años en este lugar…
Jane palideció al instante y el hombre continuó.
-Cayó por la escalera de incendios una tarde intentando escapar de casa al salir por la ventana de su habitación, en ese entonces las cosas no iban bien con mi esposa y al parecer todo eso generó mucha carga en él, pero no creíamos que tanta para que intentara escapar.
La chica no encontraba cómo articular palabra, se llevó una de sus manos a la boca mientras intentaba recobrar el aliento, el hombre enseguida preguntó. 
-Señorita, ¿se encuentra bien?
-S-si… Es solo que… Disculpe señor, sé que esto puede ser extraño y a la vez difícil para usted, pero… ¿Por casualidad carga alguna foto de su hijo que pueda mostrarme?
El hombre se quedó pensativo y enseguida sacó de uno de los bolsillos de su pantalón una billetera, la abrió y rebuscando entre los compartimientos encontró un pequeño recuadro tamaño polaroid, lo vio unos segundos y con una sonrisa enternecida le extendió la fotografía a la joven. 
-Esta es del día de su graduación de secundaria. 
Tumblr media
Jane tomó la fotografía y la observó, frente a ella una cara familiar apareció, la chica no podía creer lo que veía, ese par de ojos café claro, su sonrisa a medio lado y los mechones de pelo negro que caían sobre su rostro, no había duda, era Johnny. Ella tenía ahora en su mano la fotografía de alguien que había fallecido mucho antes de conocerlo, con quien sin explicarse cómo, había vivido momentos que en su mente ahora reposaban como bellos recuerdos, un muchacho cara dulce que no había encontrado paz luego de tan fatídico desenlace. En ese momento todas sus teorías conspiranoicas se esfumaron, nada tenía explicación, de lo único que estaba segura es que de algún modo extraño, esa alma se manifestó en busca de consuelo el cual ella esperaba  haberle dado en pequeña medida. 
La chica devolvió la foto al hombre y se secó enseguida un par de lágrimas que habían rodado por sus mejillas. 
-Tuvo usted un hijo maravilloso señor. Espero pueda seguir viviendo una buena vida con su esposa… Por favor no se culpe por lo sucedido, aunque estas palabras vengan de alguien extraño como yo, créame, no es su culpa ni de sus esposa, son situaciones que pasan. -Finalizó Jane sonriendo suavemente. 
-El hombre la miró asombrado y le devolvió la sonrisa. -Muchas gracias señorita…
-Que tenga un buen día. 
Luego de eso la Jane descendió las escaleras para salir del lugar. Al dar la vuelta por la parte trasera, se detuvo un momento frente a la edificación, algo dentro de sí le decía que volviera a ver al quinto piso, aunque sabía que nada iba a encontrar ahí, pero para su sorpresa no fue así. 
De pie frente al barandal de la escalera para incendios del quinto piso, una figura alta se divisaba mirándola fijamente, su expresión era tranquila e incluso podía jurar que estaba sonriendo. Jane enseguida, devolviendole la sonrisa dijo en voz baja para sí misma. 
-Descansa Johnny… Ya es tiempo de dejar este lugar. 
Seguidamente retomó su caminata dejando atrás la figura que a los pocos segundos y sin ella darse cuenta, desapareció de aquel piso deshabitado.
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