#de verdad recompuso algo que él nunca rompió
Explore tagged Tumblr posts
Note
Taeyong es un maestro de los instrumentos, con una increíble facilidad de pequeño de aprenderlos y componer pequeñas melodías cuando todo el mundo decía que de música no se podía vivir bien. Eso no detuvo a un joven y sus sueños de brindar felicidad a otros con sus canciones y dulce voz. La guitarra era su favorita y donde más inspirado se sentía desde que Sakmin apareció cual estrella y si bien él no era la primera persona de la cual se enamoraba, sí es con quien sueña pasar el resto de su vida, comenzando ahorrar en secreto para conseguirle un precioso anillo pronto. Y ahí estaba, sentado ahora junto al teclado y frente al hermoso chico de ojos rasgados que deseaba sorprender, sus dedos danzando entre las teclas con delicadeza, acariciándolas, mientras la cálida luz de la sala y las velas encendidas sobre el pastel creaban un ambiente romántico. “That I was made to fall in love with you, with every breathe with every move, I’m falling deeper, I’m falling deeper.” Todavía le cuesta creer que sus cumpleaños coincidan, es casi como si el destino le hubiese dado la señal más importante que él era su persona indicada. Una sonrisa se forma cuando hace contacto visual con su novio, abriendo la boca otra vez para continuar la canción. “Every melody I write for you, every symphony you are my muse. You’re all I want, all I want, just let me in.” se ríe suavemente, aquel sustantivo que definía cómo cambió su vida desde el primer el primer encuentro, lo cautivado que quedó por su belleza y personalidad, por esa radiante curva en sus labios y orbes llenos de ilusiones a pesar que no ha tenido una vida fácil. “And one day we could just share a home and we could travel far see the unknown, all you want, whatever you want. We’ll fall more in love each every day, we’ll break anything that’s in our way, the world is ours, the world is ours...” el ritmo comienza disminuir, tocando solo un par de notas con la diestra de tanto en tanto, extiendo la mano libre hasta sujetar la mejilla ajena, mimándola con el pulgar. “Won’t you lend your… heart?” se queda quieto tras finalizar la balada, su pecho se estruja ante las emociones que lo invaden y debe soltar otra risita para que las lágrimas no escapen de felicidad, aunque estas fuesen de alegría al poder compartir otro día más junto al dueño de sus sueños. “Feliz cumpleaños, mi hermosa musa, que tu corazón cante de alegría y tu sonrisa continúe iluminado el mundo, te amo.” ♡
Sakmin siempre ha sido un romántico empedernido, alguien que creía en el amor eterno inclusive cuando la vida le había enseñado muchísimas veces, que no siempre todo era miel sobre hojuelas. Su primer gran corazón roto vino cuando su propia sangre acepto que no amaba a su otro progenitor como lo hizo alguna vez, y debía marcharse, por su propio bien. Sakmin de aquel entonces entendió que Sakwon y los dos pequeños, lo hacían infeliz hasta el punto donde lo ultimo que recuerda es su espalda saliendo por la puerta del departamento. Luego vino el segundo golpe letal a su frágil órgano, cuando un chico tímido, inclinado a las artes y que profesaba el amor más dulce emanado desde un par de labios de muñeca de porcelana, rompió su corazón una segunda vez al simplemente dejarlo y no volver a saber de él. No era sencillo cree que te casarías con alguien y serían felices por siempre solo para que luego de un tiempo terminasen con él, pero Sakmin nunca se rindió ante su concepto de amor verdadero. Se nota en su radiante sonrisa cuando tiene a su tercera gran oportunidad delante, recitando las más bellas notas emanadas por labios humanos, con una sala adornada en cálidos colores y las velas del pastel indicaban un feliz cumpleaños para los dos, el destino los había unido y Sakmin no podía dudar de que estaban hechos el uno para el otro.
Sus ojos brillan con cada frase que el otro canta, la caja con el obsequio que él mismo tejió con sus propias manos para regalarle un bonito suéter color negro con detalles en blanco, se mantiene en contra de su regazo conforme se deja endulzar el oído con promesas y deseos que sabe, no son falsos o cosas esporádicas que un día se le pasaran, con Taeyong siente la sinceridad y como su corazón volvía a latir fuertemente en su pecho, como su ideología del amor eterno era alcanzable de nuevo gracias a aquel doctor del corazón que se encargó de sanar algo que él nunca rompió. El pelirosa alza la zurda para sostener aquella mano contra su mejilla, girando la cabeza para besar la palma y luego inclinarse sobre el teclado para dejar un beso sobre los labios del artista. - —Mi corazón, mi alma y mi cuerpo ya son tuyos, completamente y absolutamente Taeyong — -se ríe junto con él porque tampoco deseaba llorar, era un día feliz, Sakmin había preparado una cena exquisita para los dos y la habitación estaba adornada con pétalos y más velas, una velada completamente intima por su gran día especial. Sakmin extiende la caja con un moño negro y dorado, esperando que le guste lo que ha hecho. - —Feliz cumpleaños, mi príncipe, mi estrella brillante en la oscuridad. Te amo Taeyong, gracias por todo.
#* ⠀ 🍒 ⠀ ╱ ⠀ dialogue ⠀ 、 ⠀ ❪ ⠀ jun sakmin ⠀ ❫#* ⠀ 🍒 ⠀ ╱ ⠀ dynamic ⠀ 、 ⠀ ❪ ⠀ sakmin & taeyong ⠀ ❫#smileflowcr#AAAAAAAAAAA ME PONE TAN TRISTE ESTE ASK#FJKSLDDÑSD TAEYONGGGGGGGGGG 😭😭😭#siempre demostrando que es el mejor hombre ever y que ama y adora a sakmin ;;;;#de verdad recompuso algo que él nunca rompió#y no puedo más flskdñdsd#gracias por el ask como siempre love <3 you're the cutest#te quiero muchito mhwa mhwa
2 notes
·
View notes
Photo
No Name Capítulo 1 El Regreso y Café
Sunrise, 11 am.
Se dice que Sunrise y Springfall son dos caras de la misma monera, y cualquiera que cambie de ciudad regularmente puede notarlo.
Lo primero que notas es que en Springfall hay mucha gente que camina con un brazalete negro en la muñeca izquierda. ¿Moda? Pues no. Esas personas son basers.
“Baser”, según mis estudios, tiene origen el ese idioma arcaico de Ty en el que están las primeras historias de los Reyes y sus Coronas. Solo pocas personas vivas, si es que así se les pude decir, lo hablan en la actualidad, y esa es una de las pocas palabras rescatadas: Peligro.
Los basers siempre han existido en Ty, y tal vez en todo el mundo, y siempre han sido vistos como una amenaza, como bombas a punto de detonar. En algunos casos se tratan de personas normales con vidas normales, pero en otros…
Tomemos por ejemplo a un individuo que caminaba desgarbado por las calles de Sunrise esa mañana, con los cabellos claros formando rizos sobre su rostro y su mirada seria. Nadie le prestaba mucha atención y eso lo tranquilizaba. Era una de las cosas buenas de visitar Sunrise: ya no tenía que ir con el brazalete expuesto y la gente no caminaba a más de un metro de distancia mientras murmuraban al verlo pasar. Era un poco liberador, pero no iba a durar mucho. Nunca duraba mucho.
La fuente de Sunrise era un lugar turístico muy famoso. Era el preciso centro de la ciudad, y se encargaban de mantener el mármol del que estaba hecha limpio y reluciente, el agua limpia, los árboles bien podados y las lámparas siempre eran cambiadas apenas comenzaban a decaer.
Había niños corriendo y muchos estudiantes con uniforme del Saint Mugen, un uniforme que él mismo había llevado durante 6 años antes de que su vida se viniera abajo. Los pasó de largo, ignorando que varias chicas murmuraban a su espalda. Sus ojos llamaban mucho la atención.
La Fuente de Sunrise se encontraba en medio de una gran plaza llena de locales bonitos y uno que otro café elegante. Justo al lado de un local con un rotulo que rezaba “Óptica de la Luz” había un reloj.
11:05.
—A esta hora él ya debería estar en su oficina —pensó, mirando el gran reloj.
Miró el reloj un largo rato sin hablar hasta que escuchó un ligero bip, bip, bip saliendo de su muñeca.
No estaba listo. Se sentó en una banca de la plaza un segundo pensando en lo que hacer. ¿Por qué siempre era tan difícil? No era la primera vez que lo veía, ¿Por qué se alteraba tanto?
Respiró hondo. Primero necesitaba despejarse un poco. Se levantó y se alejó de la plaza para escabullirse entre los edificios. Camino por unos quince minutos, pero finalmente llegó a una puerta de madera, con una pizarra al pie, todavía limpia, y un cartel de metal cuyo relieve revelaba “Steel Lotus”. Empujó la puerta y una campana anunció su llegada.
—¡Korgi! —Saludó el sujeto en la barra. Jake.
El Steel Lotus tiene su historia, claro. Se dice que lleva siglos existiendo. Se ha destruido y lo han vuelto a construir, ha pasado tiempo cerrado y ha tenido años de prosperidad. No era una atracción turística, ya que siempre se ocultaba entre los edificios, sino más bien estaba hecho para la gente que vivía y conocía Sunrise.
Pero todo eso eran leyendas posiblemente. Lo que a Korgi le sorprendía es que nadie parecía notar lo extraño de Jake en sí.
¿Cuántos años tenía ese sujeto? Korgi llevaba visitando ese lugar desde que salió del Centro, hace ya casi siete años, y Jake parecía no envejecer un día, y estaba seguro qué pasarían años y el seguiría con la misma apariencia.
Pero lo que lo asustaba más era las cosas que sabía, cosas imposibles de saber. La gente intentaba no meterse con él o con su negocio por eso mismo. Muchos creían que era un espía o un investigador privado, otros que simplemente tenía una mafia detrás, pero Korgi no lo veía tan claro. Sabía, casi con certeza, que no era un humano, aunque no podía probarlo.
—¿Qué tal tu viaje? —Pregunto Jake, sonriéndole ampliamente mientras limpiaba la barra delante de él.
Korgi se sentó sin responder. No le gustaban las conversaciones casuales, y menos ahora que estaba tan cansado. Pensándolo bien no había dormido en casi un día entero. Pensaba dormir al acabar esa misión tan complicada que llevaba una semana planeando, pero en el momento en el que se recostó en su sofá, ese mensaje llegó a su nav.
Apoyo la frente en la barra y trató de recapitular lo que pasó la noche anterior.
Condujo hasta el depósito.
Apagó la moto.
Entro en su guarida.
Se recostó en su sofá y entonces…
Bip, un mensaje. Un mensaje de alguien que sabía la frecuencia que usar para contactarlo directamente. Pocas personas lo hacían.
Pensaba leerlo más tarde, pero podía ser importante. Y luego deseó no haberlo leído.
Ven a Sunrise ya. No decía quién era, pero solo una persona le podía ordenar algo como eso de esa forma.
Tenía que volver a ver a su padre.
Hacía casi un año que no le veía en persona y siempre evitaba hablar con él. Tal vez hablaba con Shion o si tenía muy mala suerte, con Chessire. Pero su padre…
La burbuja de recuerdos se rompió con la voz de alguien.
—¡Hey! —Dijo esta persona. Korgi miró entre sus mechones rubios al sujeto. Era un chico, pelo largo, piercing en la lengua, y una sonrisa amable— Disculpa, ¿Eres el perro de Springfall?
Genial. Alguien lo había reconocido. No sabía si preocuparse o no. El chico no tenía nada de amenazante, solo una voz muy estridente que le estaba comenzando a poner de malas.
—En las noticias no se dice que tuvieras nada que ver en la caída de Parva, pero yo sé que si ¿verdad?
Genial por dos. No solo lo había reconocido. Lo había reconocido un fanboy. Tal vez un mercenario novato que hablaba mucho como si fueran compañeros por hacer el mismo trabajo.
El tipo de mercenario que era comido vivo los primeros años. Si sobrevivía.
—Oye —Interrumpió Korgi el mar de palabras que salía de la boca de ese sujeto.
—¿Sí?
—Ya no hables. Me taladras los oídos. Ya vete.
Se levanto una cortina de silencio. Korgi se limitó a apoyarse en la barra, sin mirar al muchacho que le hablaba con tanta admiración, mientras este trataba de entender lo que le habían dicho.
Como si una luz de hubiese encendido, el muchacho se enteró de que había pasado: lo habían insultado.
–Pero ¿quién te crees que eres? –Le gritó, dando un golpe sobre la barra, pero sin inmutar ni un poco a Korgi– ¿Porque eres famoso crees que puedes tratarme así?
Korgi pensó por un segundo. No entendía mucho de emociones, pero estaba seguro de que lo que había dicho no podía hacer enojar a nadie.
–¿No me oyes? –Gritó, cogiendo el hombro del mercenario con brusqueza– ¡Mírame al menos, idiota!
La paciencia de Korgi era infinita, y en otra situación hubiera dejado que el chico se dejara la voz gritando, pero ahora le dolía la cabeza, no había dormido y estaba de mal humor. Lo pensó un poco, y decidió que solo necesitaba hacer una sola cosa. Si él que quería que lo miraran, claro que lo iba a hacer.
De repente volteó la mirada al muchacho, quien retrocedió de la impresión que le dejaron los ojos azules del mercenario. Lo atrapó con la mirada y comenzó el espectáculo.
El muchacho le sostuvo la mirada con cautela unos segundos antes de sentirse abrumado de pronto. Volvía a dar otro paso atrás, temblando cada vez más, y buscando asidero en la barra para evitar caerse. Su respiración se aceleraba y sentía que en cualquier momento iba a tener un infarto.
Korgi ya había notado que venía acompañado de dos personas más, un tipo alto de piel oscura y una chica que más bien parecía chico, los que estaban sentados en una mesa al fondo. Ambos se alarmaron y se acercaron, dispuestos a comenzar una pelea si era necesario. ¿Todo eso por decirle al muchacho de pelo largo que se callara? No le importaba enfrentarse a ellos, pero a alguien allí sí que le importaría si había una pelea en su establecimiento…
Un golpe sordo resonó en la habitación, deteniendo toda la acción que se estaba dando. Casi parecía que el tiempo se hubiera detenido. Korgi desvió la mirada al otro lado de la barra, y ahí estaba Jake de nuevo, después de haber dado en manotazo a la barra para llamar la atención de todos.
–Esto acaba ahora –Dijo, con una voz firme, y algo molesta, contraria a la que había recibido a Korgi al entrar–. Norris, Mara, regresen a su mesa o los tres se irán de aquí para no volver.
Korgi siguió con la mirada a los acompañantes, Norris y Mara, mientras volvían a la mesa de dónde venían. Tenían una expresión de abatimiento. Era increíble lo mucho que asustaba Jake a sus clientes.
–Y tú, Tyler –Continuó con el fanático azorado–. Si vas a ignorar que estoy aquí y buscar pelea, intenta que no sea con un oponente que solo con mirarte te deja temblando. Vete con ellos y haremos como que nada pasó.
Tyler se recompuso un poco y se marchó, aun con el mal humor en el rostro. Jake dejó una taza con café delante de Korgi. Siempre sabía que era lo que iban a pedir sus clientes habituales antes de que lo hagan.
–Disculpa por eso, Korgi. Tyler te admira mucho, es solo que a veces se exalta demasiado.
Korgi tomó un sorbo del café de Jake, sin tomar mucha importa a lo que este decía. Sabía que estaba haciendo tiempo ¿En qué momento iba a ir? Necesitaba algo que lo motivara a irse.
–Por cierto, ¿No tienes que ir a algún sitio? ¿A los Hunters?
Korgi casi se ahoga con el café. Bajó la taza lentamente, mirándolo con preocupación. Jake no lo notó de inmediato, puesto que estaba mirando a través de una ventana cerrada su derecha, un poco inquieto.
No le sorprendía que supiese quien era, qué hacía y quién era su padre. Le asustaba que supiera que hacía en la ciudad. El mensaje le había llegado apenas seis horas antes ¿Cómo alguien podía saber de eso?
Cuando se dio cuenta que Korgi lo miraba insistentemente, se sonrojó un poco.
–¡Lo siento! –Se disculpó–, no debí decir eso, Korgi. No es de mi incumbencia tus acciones de hoy.
Espera ¿Tus acciones de hoy? Pensó Korgi. ¿Qué más sabía de lo que iba a pasar ese día? Era inútil preguntarle porque él nunca develaba su secreto, e incluso amenazarlo era imposible. No por nada Jake asustaba a todo el mundo.
No sabía qué hacer en una situación como esta, así que opto por retirarse.
Dejo el café en la barra y se levantó rápidamente. Iba a pagar por el café, pero…
–Nonononono, El café va por la casa. Es la única forma que tengo de disculparme por decir algo así.
Korgi asintió con presura. Caminó con pasos largos por el establecimiento hasta la puerta, pero está ya estaba abierta antes de que él llegase. Alguien más había cruzado por ella. Korgi le dio una rápida mirada de arriba a abajo, para determinar que ese individuo no le interesaba, y salió por la puerta.
No notó que el sujeto lo miró salir y desaparecer por la calle, y sonrió, como si su presencia le divirtiera.
Tampoco notó que estaba rompiendo su perfil bajo al caminar tan rápido y la gente lo miraba. Aunque nadie lo reconocía por lo rápido que iba. A este paso llegó en menos de siete minutos a la plaza de Sunrise, y allí se detuvo abruptamente, recordando otro temor. Esta vez no escucho el bip de antes, puesto que ahora entendía que estar en Sunrise de por sí era un peligro. Respiró hondo e inició su camino hacia la Sede de los Hunters.
Caminó despacio, sin embargo. Tan despacio que comenzaba a notar el lugar en el que estaba. Había pasado su infancia en esa plaza, jugando con un amigo que siempre lo metía en problemas. En realidad, él solo se metía en problemas y arrastraba a Korgi consigo. Al final la libraban, y era divertido porque eran niños, y meterse en problemas rompía la rutina, pero ya de adulto no era tan atractiva la idea.
¿Qué habría pasado con él? Su amigo, un niño que nació un par de años después de él, pero que aun así era más alto e imponente. Se metían mucho con Korgi de niño y él siempre lo ayudaba. No lo veía desde que entró al centro y eso había sido hace muchos años. Tal vez él dejó Sunrise después de que Nana muriese.
Nana… otra parte de una infancia. Una mujer extremadamente dura que podría ser fácilmente la mujer más fuerte que uno puede llegar a conocer en su vida. Fría como el hielo, y aun así ¿cuántos días había pasado en su casa, jugando con su amigo mientras ella tomaba el café con…?
…Con su madre
Su madre
Un naipe.
Fuego.
(…)
Su padre.
Korgi se detuvo justo delante del gran letrero de piedra que delataba el conjunto de edificios como la “Sede de los Hunters de Sunrise”. No había cambiado en absoluto.
Explico a guardia su visita, deseando que este le prohibiese la entrada, pero simplemente lo dejó pasar, aunque le pidió que se pusiera una tarjeta de visitante.
Ya no había otra opción, debía entrar. Avanzó por el camino de cemento rodeado de césped y algún seto con flores y vio a otra persona caminando en dirección contraria. Esa persona casi ni lo veía pasar. Tan distraído iba que se chocó con él de forma torpe. Apenas lo miro y se disculpó, para luego seguir avanzando. Korgi se detuvo para verlo marcharse.
Levantó una ceja y luego reanudó su camino.
https://www.wattpad.com/839683554-no-name-la-corona-faltante-1-el-regreso-y-caf%C3%A9
1 note
·
View note