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#religiones mistéricas
bocadosdefilosofia · 1 year
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«Sin embargo, como ya se ha dicho, Pitágoras no fue sólo un reformador religioso y político, sino también hombre de ciencia. Comprenderemos mejor su ciencia si tenemos presentes sus ideas religiosas y políticas, que estaban íntimamente ligadas. La comunidad pitagórica fue una hermandad religiosa dedicada a la práctica del ascetismo y al estudio de las matemáticas. Sus miembros debían hacer examen de conciencia diariamente. Creían en la inmortalidad del alma y su transmigración. El cuerpo mortal perecedero era la prisión o tumba que el alma habitaba temporalmente. Estas creencias eran compartidas por los devotos de las otras religiones de los misterios difundidas entonces en Grecia. El pitagorismo era una forma artificiosa de misterio religioso. La particularidad de este sistema fue encontrar en las matemáticas la clave para resolver el problema del universo y un instrumento para la purificación del alma.»
Benjamin Farrington: Ciencia griega. Icaria Editorial, pág. 13.  Barcelona, 1986
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big-mawi · 3 months
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El vocablo "makárismos" en el contexto de los misterios antiguos
El vocablo griego makárismos (μακαρισμός) posee una rica e intrincada historia, abarcando un amplio espectro de significados y connotaciones. En el contexto de la religión y la filosofía griegas antiguas, se refiere principalmente a un estado de bienaventuranza o felicidad, a menudo asociado con una profunda conexión con lo divino o una comprensión profunda de las verdades espirituales.
En el contexto de las religiones mistéricas de la antigua Grecia, el término makàrismos era particularmente significativo, pues significaba el estado de beatitud o salvación alcanzado por los iniciados que habían experimentado las experiencias transformadoras de los misterios. Se creía que estas experiencias revelaban verdades ocultas sobre la naturaleza de la realidad, el alma y lo divino, conduciendo a un profundo sentido de liberación y paz interior.
El makàrismos de los misterios no era simplemente un sentimiento subjetivo o un estado emocional; se consideraba una realidad objetiva, una transformación de la esencia del alma. Se creía que los iniciados habían trascendido las limitaciones de la existencia ordinaria y alcanzado un nivel superior de conciencia, alineándose con el orden divino del universo.
El lenguaje del makàrismos se utilizaba a menudo en los himnos y rituales de los misterios, expresando la profunda alegría y transformación experimentada por los iniciados. Estos himnos solían describir el estado de beatitud de los makarioi (μακάριοι), aquellos a quienes se les había concedido el don de la iluminación espiritual.
El makàrismos de los misterios no se limitaba a la experiencia personal; también tenía una dimensión social y política más amplia. En algunas tradiciones mistéricas, los makarioi eran vistos como la vanguardia de una humanidad transformada, que encarnaba el potencial de despertar espiritual y armonía social.
El concepto de makàrismos continuó teniendo influencia en el pensamiento religioso y filosófico posterior, particularmente en las tradiciones cristianas. Las Bienaventuranzas en el Evangelio de Mateo, por ejemplo, se hacen eco del lenguaje del makàrismos, describiendo la bienaventuranza de aquellos que encarnan las virtudes espirituales.
En conclusión, el vocablo makàrismos, en su relación con aquellos que habían experimentado los misterios, significa un profundo estado de bienaventuranza, transformación e iluminación espiritual. Abarca una profunda conexión con lo divino, una liberación de las limitaciones de la existencia ordinaria y una alineación con el orden superior del universo. Este concepto ha tenido un impacto duradero en el pensamiento religioso y filosófico, destacando el potencial transformador de las experiencias espirituales.
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spirit-of-art · 2 years
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Gabriel von Max (1840-1915)
Gabriel von Max (1840-1915)
Grabiel Cornelius Ritter von Max (1840-1915), conocido también como Gabriel von Max, fue pintor reconocido por sus múltiples facetas e intereses, desde el darwinismo hasta el espiritismo, incluyendo el estudio de las religiones mistéricas, la parapsicología y el hipnotismo en su percepción más oscurantista y decimonónica. Hijo del escultor Josef Max y Anna Schumann, nació en Praga durante el…
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ancientoriginses · 3 years
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En los últimos años, ha sido popular sugerir en algunos círculos que el cristianismo fue influenciado, o incluso habría derivado de antiguas religiones mistéricas romanas –religiones de las que sabemos que practicaban rituales orgiásticos y buscaban la conexión con un dios personal.
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mitosenespanol · 8 years
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“¡Veneranda Deméter, que nos traes los frutos a su tiempo y nos haces espléndidos dones! ¿Cuál de los númenes celestiales o de los mortales hombres te robó a Perséfone, contristando tu corazón?” - Himno Homérico a Deméter.
Misterios Eleusinos Menores
Se cuenta que la diosa Deméter, protectora de la Agricultura, se reunió con su hija Core en Eleusis. La joven había sido secuestrada por el dios Hades y convertida en reina del Inframundo bajo el nombre de Perséfone. A raíz de este episodio, la diosa fundó su culto bajo el nombre de “Misterios Eleusinos”, un culto secreto pero fuertemente difundido en toda Grecia y que logró penetrar en la religión romana, encontrando su fin en el advenimiento del cristianismo.
Los Misterios se dividen en dos, menores y mayores. Los menores son los concernientes ahora, pues van del 17 al 23 de febrero, días que corresponden al mes Antesterión. En estos días se realizaban los ritos de iniciación a los Misterio Eleusinos y se hacían preparaciones para los mayores, que serían celebrados meses después. Se supone que todos los ritos, himnos, ceremonias y elementos del culto en Eleusis eran secretos; sin embargo, muchos escritores e historiadores griegos violaron las reglas y, para bien o para mal, gracias a ellos podemos conocer tan solo una parte de los Misterios Eleusinos. A pesar de ésto la información que se tiene no es muy clara y muchas cosas corresponden a meras conjeturas y teorías.
En Atenas, casi todos los hombres estaban iniciados, a excepción de las mujeres, niños y esclavos que no eran considerados ciudadanos. El rito de iniciación era una ceremonia individual que sucedía en Eleusis o en el Eleusinion, un espacio dispuesto en el Ágora. Cada hombre debía llevar un cochinillo con el que se sumergiría en el mar para más tarde asesinarlo, simbolizando cómo la tierra tragó a Core.
Después de dar muerte al cochinillo, el hombre debía entrar al templo cubierto por un velo para ser purificado mientras meditaba en un taburete forrado con piel de carnero. Una figura sostenía una antorcha, pues la purificación se hacía con viento y fuego.
La ceremonia terminaba cuando el hombre llegaba al Anáktoron, que en griego significa “palacio” (no se sabe si se refiere al templo o a qué otro sitio), y cargaba una cesta con utensilios de cultivo y mortero para elaborar agua de cebada. Una vez realizado ésto, podía ser llamado “iniciado”.  
Notas: 
Imagen extraída de aquí
Mito de Deméter: Prima parte, y Segunda parte y última parte.
Lee mitos de Japón aquí
FAQ
www.mitosenespanol.tumblr.com
Los mitos, antes que todo, son manifestaciones psíquicas del alma humana… - Carl Gustav Jung. Lee mitos.
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tarotporkema · 2 years
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Cultos mistèricos: las religiones populares grecorromanas.
Cultos mistèricos: las religiones populares grecorromanas.
Este breve texto pretende la temeridad de abordar las antiguas religiones mistéricas grecorromanas. Desde una perspectiva espiritual pagana, se trata de meterse con el tema universal de la muerte y las perspectivas de una vida futura a través de las historias sagradas – hieroi mistai– y la recreación de sus mitos de muerte y renacimiento. Buena parte de las dificultades que nos encontramos se…
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centroultreia · 3 years
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Ayer me pidieron mi opinión sobre un vídeo en el que un cristiano intenta aportar una explicación científica al mito bíblico de la creación. Y me acordé de Aristóteles, que a pesar de su preocupación por los hechos científicos, tenía una comprensión más profunda de la naturaleza e importancia de la mitología y la religión que todos estos cristianos anti-evolucionistas. Aristóteles decía que quienes eran iniciados en las religiones mistéricas no necesitaban aprender hechos históricos, sino experimentar ciertas emociones y asumir una cierta disposición. Por eso afirmaba que la tragedia griega, que originalmente formaba parte de una fiesta religiosa, producía una purificación (katharsis) de las emociones de terror y piedad que equivalían a un nuevo nacimiento. Las tragedias no presentaban necesariamente un relato objetivo de acontecimientos históricos, sino que intentaban revelar una verdad más profunda. En efecto, la historia era más trivial que la poesía y el mito: "Una describe lo que ha sucedido, la otra lo que podía suceder. Pues la poesía es algo más filosófico y profundo que la historia, ya que la poesía habla de lo que es universal y la historia de lo que es particular." (Poesía 1461 b, 3). Es posible que el mito de la creación bíblico, o Aquiles, o Edipo, no hayan existido nunca. Pero los hechos carecen de importancia, ya que sus relatos buscan expresar una verdad diferente, pero más profunda, de la condición humana. https://www.instagram.com/p/CW1f_YzqMT0/?utm_medium=tumblr
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big-takeshi · 3 years
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El Orfismo presenta más de un contacto con otras religiones mistéricas, e incluso en época tardía, conecta con el Judaísmo y con el Cristianismo. Ejemplo de lo primero sería el llamado Testamento de Orfeo, en que un escritor judío pone en boca del mítico cantor tracia una defensa a ultranza del monoteísmo, mezclando antiguas formulaciones con menciones de Moisés y Abrahám; ejemplo de lo segundo serían algunas representaciones paleocristianas de Orfeo como el Buen Pastor o, incluso, una curiosa imagen del Crucificado acompañado de la inscripción «Orfeo báquico», de la que encontramos diversos testimonios. Alberto Bernabé.
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bocadosdefilosofia · 9 months
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«Los pensadores cristianos asimilaron a fondo el pensamiento de Platón, el platonismo medio y el neoplatonismo, a pesar de que este último era anticristiano. Sólo pusieron limitaciones cuando chocaban abiertamente contra el concepto de verdad revelada. En este aspecto, los autores cristianos aceptaron la filosofía del momento, y hablaban el mismo lenguaje filosófico que los paganos, lo que favoreció la cristianización de un sector del pensamiento pagano y el trasvase de la filosofía platónica, del platonismo medio y neoplatónico, al cristianismo, que en gran parte ha llegado hasta hoy. En esta filosofía se modeló el dogma cristiano.»
J. M. Blázquez: «Platonismo, neoplatonismo y pensamiento cristiano», en Cristianismo primitivo y religiones mistéricas. Editorial Cátedra, pág. 238. Madrid, 1995.
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jgmail · 4 years
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ALTHEIM, SPENGLER, NIETZSCHE... Y LA DECADENCIA, EL MITO DE LA REVOLUCIÓN CONSERVADORA...
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Luciano Arcella
Traducción: Carlos X. Blanco
En su análisis de la novela (Roman und Dekadenz), Franz Altheim señala que esta forma muy particular de la literatura antigua presenta una especie de desorden estilístico, que corresponde a una época de profunda transformación de la sociedad y la política. Era una época en la que la civilización de la polis estaba llegando a su fin y la civilización alejandrina, concentrada en las grandes ciudades cosmopolitas, se estaba afirmando en imperios en proceso de expansión. Desde Alejandría hasta Pérgamo y Roma, donde los antiguos ideales republicanos estaban desapareciendo, triunfaba una plebe urbana de orígenes compuestos, pero homogénea en su estilo de vida. En toda Grecia, la novela había reemplazado a todas las demás formas literarias canónicas, como son la épica y la tragedia. La antigua novela se formó por medio de la concurrencia de retórica sofística, poesía erótica, historiografía, géneros en los que todos los estilos se confundían y luego se unificaban en una nueva forma, testimoniando así la desintegración de unas viejas formas en contra de su especificidad.
Altheim define la novela como una "forma abierta", es decir, abierta a todos los estilos pero también a la experiencia de lo diverso, lo exótico y lo aventurero. El lugar de la novela ya no es la ciudad-estado con sus leyes y su moral inscritas en el mito, ni la pequeña comunidad donde un Sócrates todavía se movía casi como si deambulara en el patio de su propia casa, sino la tierra lejana, la mítica ciudad de Thule o el misterioso Egipto, tierra de muerte y resurrección (Isis-Osiris) o Etiopía, tierra amada por los dioses, un lugar idílico de reconciliación final.
Apertura, cosmopolitismo, desintegración
Si el tema fijo de todas estas novelas, y no sólo de las Etiópicas de Heliodoro, es el amor entre dos jóvenes que se enfrentan a fuerzas enemigas que provocan su separación, iniciando así una interminable y dolorosa peregrinación, todas ellas en realidad acaban expresando la nueva realidad cultural del fin del mundo antiguo. El fin de un mundo cerrado basado en la idea de la medida, que tiene como corolario la creación de vastos dominios cuyos centros son las ciudades cosmopolitas superpobladas, hablando una koiné derivada de todas las razas y todos los idiomas, costumbres y religiones. Dentro de estos nuevos agregados humanos, donde prevalece el elemento caótico, Altheim, siguiendo los pasos de Burckhardt, Nietzsche y Spengler, percibe los signos de una fase de decadencia que caracterizó al mundo griego, luego al romano, y que ahora regresa al mundo occidental, donde también se escriben novelas que evocan este estilo de vida abierto, a la vez cosmopolita y desintegrado.
En su Historia de la Religión Romana, Altheim señala, con referencia a Roma, cómo, desde el siglo II a.C., los cultos de origen oriental comenzaron a ser introducidos en la urbs. Al principio, estos cultos no gozaron de ninguna fortuna, porque el aparato estatal reaccionó violentamente; luego, en el período imperial, estos cultos encontraron sin embargo un terreno fértil. En estos cultos, cuyo prototipo es esencialmente el de Dionisio y Baco, sucede que la dignidad del ciudadano es pisoteada, y es en ellos donde el ciudadano pierde su mens [espíritu] cuando entra en estado de posesión (el poseído es considerado loco, demente). Estos cultos tendían a disolver la realidad religiosa en experiencias puramente individuales de naturaleza extremadamente emocional. En otras palabras, estas nuevas formas de religiosidad, frente a la romana, reflejan una realidad en la que prevalece ahora el individuo, lo patético y a todas las formas que en su momento se atribuyeron a los polos femeninos de la existencia.
Como Dionisio, el mundo oriental envió a Roma magos y caldeos de todo tipo, sectas mistéricas y nigromantes, todas los cuales exigían aventuras para el cuerpo y el espíritu, para animar así el nuevo tipo humano de las grandes ciudades. Este cambio del mundo antiguo a un bazar religioso oriental es, tanto para Altheim como para Spengler, el signo tangible de una era golpeada por la decadencia. Una decadencia que puede definirse de la siguiente manera: las expresiones parciales y personalizadas de la religiosidad tienen prioridad sobre una religión unitaria que podría definirse como olímpica en Grecia y majestuosa en Roma.
No nos detengamos a enumerar todas las formas que ha tomado esta decadencia religiosa que Spengler identificó en la era moderna y en la civilización occidental (donde una estructura social jerárquica está llegando a su fin y está surgiendo una comercialización general de todos los actos humanos como resultado del fenómeno del desarraigo). Observemos más bien las reacciones de todos estos "filósofos de la cultura" a estos fenómenos de decadencia y a los valores que proyectan dilatadamente en nuestro propio presente. Tanto Spengler como Altheim, así como otras eminentes figuras de la cultura alemana de los primeros decenios de nuestro siglo (de Jünger a Benn) que anunciaron la decadencia de Occidente, se situaron automáticamente en el muy heterogéneo tópico que es la Revolución Conservadora y se interpretaron, por desgracia, exclusivamente como reaccionarios nostálgicos y puramente conservadores y reaccionarios del pasado (cf. los análisis compilatorios de Mosse y la ecolalia "inspirada" de Jesi).
Por último, si son "revolucionario-conservadores", ¿por qué sólo se han explorado sus aspectos conservadores? ¿Cuáles serían entonces sus dimensiones revolucionarias? En efecto, si se esfuerzan por denunciar sistemáticamente un presente degenerado, si evocan constantemente la desintegración moderna, entonces no pueden, si se mantienen en este nivel crítico, resolver el problema del retorno a una tradición que no pudo desplegarse en la realidad actual. Nietzsche, en un estallido del romanticismo tardío puede haber pensado, por un momento, que Wagner se convertiría en el continuador de Esquilo; pero rápidamente se retractó. Pero ni Spengler ni Altheim se hicieron pasar por defensores de una aristocracia desaparecida o de una nueva oligarquía falsamente aristocrática. Al final, dedicarse a observar la decadencia no es un hacer juicio moral, sino que más bien indica un estilo de vida y una inversión de la civilización en la que se trabaja. En una fase histórica de este tipo, sería utópico y artificial querer volver al orden antiguo y volver a poner en su trono a los antiguos monarcas o en sus altares a los antiguos dioses olímpicos, sino actuar coherentemente, tomando decisiones precisas.
El estudio del pasado de Spengler y Altheim fascina y no asusta al erudito que se dedica a ello y se enfrenta a una época que –ciertamente- ha perdido su rumbo pero que, sin embargo, es alguien que trata de vivir nuevas experiencias, de crear nuevas formas de expresión, de buscar nuevas solidaridades. Al igual que el estudioso que mira hacia atrás, el que explora el presente como una fase de decadencia, se ve realmente atrapado en la observación de todas estas nuevas cristalizaciones y esta curiosa simultaneidad entre, por un lado, la total homogeneización del planeta y, por otro, la desintegración de un tipo humano "megalopolítico", ahora excesivamente confinado en guetos dentro de una multiplicidad de pequeñas esferas privadas, mas homologado en un estilo de vida colectivo. En este sentido, hoy más que ayer, escribe Altheim, la novela está en su apogeo, y es simultáneamente el producto y el tipo de autor, el novelista, que es característico de esta fase de nuestra civilización.
Rechazo del optimismo burgués
Es precisamente en este aspecto de la novela donde encontramos la dimensión verdaderamente revolucionaria del análisis de nuestros estudiosos, que han sido catalogados -un poco demasiado apresuradamente- como "conservadores"; pues pertenecen a una generación que se niega a reconocerse en el optimismo burgués, pero no se enroca en el sentimentalismo irracional, en la evocación pura y simple de símbolos desaparecidos. En términos más directos, digamos que un monarca está en su lugar cuando encaja en un marco de vida tradicional, es decir, en un estilo de vida tradicional; de lo contrario no es más que una caricatura.
Nuestro tiempo es un tiempo de nuevos magos y ciertamente también un tiempo de nuevas formas de religiosidad personalizada, donde se buscan nuevos caminos de salvación en un área donde toda orientación ha desaparecido. La solución es buscarnos a nosotros mismos en los nuevos estilos de vida que nuestra época permite, es decir, un estilo de auto-presencia, de ejercicio de nuestra propia responsabilidad, modelado en el anarquismo kantiano o nietzscheano, para que podamos encontrar nuestro propio ser más allá de toda aventura y metamorfosis.
En relación con estos valores básicos, para los que existimos, el mito nietzscheano parece ser capaz de responder a esta demanda de acción revolucionaria y conservadora al mismo tiempo. Este mito es conservador cuando evoca las exigencias de nuestra más lejana antigüedad, pero es simultáneamente revolucionario cuando se posiciona justo al margen de nuestro presente y escudriña el tiempo por venir. En otras palabras, esta actitud se traduce en el "eterno retorno", que al final no es más que una transposición a la escala cósmica del imperativo categórico kantiano, del que encontramos ecos en Spengler cuando habla del Wartsoldat (del centinela) o en el principio de persuasión del italiano Michelstaedter. Por supuesto, lo que proponemos aquí, con estos autores revolucionarios y conservadores, son soluciones individuales, bien adaptadas al desarraigo de las grandes metrópolis; pero es precisamente ahí donde reside toda su actualidad, su modernidad, por más que esté desprovisto de progresismo, su profunda moral en el sentido de que se alejan de toda vana nostalgia y, finalmente, su capacidad de evolucionar a través de los meandros de la ciudad-mundo, en la aventura cotidiana que debemos vivir bien, para salir incesantemente en busca de nosotros mismos.
http://www.archiveseroe.eu/decadence-a48746008
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pangraphia · 5 years
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Diez
Es una tradición irrefutable que, en su forma más antigua, la tragedia griega tuvo como objeto único los sufrimientos de Dioniso, y que durante larguísimo tiempo el único héroe presente en la escena fue cabalmente Dioniso. Mas con igual seguridad es lícito afirmar que nunca, hasta Eurípides, dejó Dioniso de ser el héroe trágico, y que todas las famosas figuras de la escena griega, Prometeo, Edipo, etc., son tan sólo máscaras de aquel héroe originario, Dioniso. La razón única y esencial de la «idealidad» típica, tan frecuentemente admirada, de  aquellas famosas figuras es que detrás de todas esas máscaras se esconde una divinidad. No sé quién ha aseverado que todos los individuos, como individuos, son cómicos y, por tanto, no trágicos: de lo cual se inferiría que los griegos no pudieron soportar en absoluto individuos en la escena trágica. De hecho, tales parecen haber sido sus sentimientos: de igual modo que se hallan profundamente fundadas en el ser helénico la valoración y distinción platónicas de la «idea» en contraposición al «ídolo», a la copia. Mas, para servirnos de la terminología de Platón, acerca de las figuras trágicas de la escena helénica habría que hablar más o menos de este modo: el único Dioniso verdaderamente real aparece con una pluralidad de figuras, con la máscara de un héroe que lucha, y, por así decirlo, aparece preso en la red de la voluntad individual. En su forma de hablar y de actuar ahora, el dios que aparece se asemeja a un individuo que yerra, anhela y sufre: y el que llegue a aparecer con tal precisión y claridad épicas es efecto del Apolo intérprete de sueños, que mediante aquella apariencia simbólica le da al coro una interpretación de su estado dionisíaco. En verdad, sin embargo, aquel héroe es el Dioniso sufriente de los Misterios, aquel dios que experimenta en sí los sufrimientos de la individuación, del que mitos maravillosos cuentan que, siendo niño, fue despedazado por los titanes, y que en ese estado es venerado como Zagreo: con lo cual se sugiere que ese despedazamiento, el sufrimiento dionisíaco propiamente dicho, equivale a una transformación en aire, agua, tierra y fuego, y que nosotros hemos de considerar, por tanto, el estado de individuación como la fuente y razón primordial de todo sufrimiento, como algo rechazable de suyo. De la sonrisa de ese Dioniso surgieron los dioses olímpicos, de sus lágrimas, los seres humanos. En aquella existencia de dios despedazado Dioniso posee la doble naturaleza de un demón cruel y salvaje y de un soberano dulce y clemente. Lo que los epoptos esperaban era, sin embargo, un renacimiento de Dioniso, renacimiento que ahora nosotros, llenos de presentimientos, hemos de concebir como el final de la individuación: en honor de ese tercer Dioniso futuro resonaba el rugiente canto de júbilo de los epoptos. Y sólo por esa esperanza aparece un rayo de alegría en el rostro del mundo desgarrado, roto en individuos: el mito ilustra esto con la figura de Deméter absorta en un duelo eterno, la cual por vez primera vuelve a alegrarse cuando se le dice que de nuevo puede ella dar a luz a Dioniso. En las intuiciones aducidas tenemos ya juntos todos los componentes de una consideración profunda y pesimista del mundo, y junto con esto la doctrina mistérica de la tragedia: el conocimiento básico de la unidad de todo lo existente, la consideración de la individuación como razón primordial del mal, el arte como alegre esperanza de que pueda romperse el sortilegio de la individuación, como presentimiento de una unidad restablecida. 
Ya hemos sugerido antes que la epopeya homérica es la poesía propia de la cultura olímpica, con la cual ésta entonó su propia canción de victoria sobre los horrores de la titanomaquia. Ahora, bajo el influjo prepotente de la poesía trágica, los mitos homéricos vuelven a nacer con figura distinta, mostrando con esa metempsícosis que también la cultura olímpica ha sido vencida entre tanto por una consideración más profunda aún del mundo. El altivo titán Prometeo le ha anunciado a su atormentador olímpico que su soberanía estará amenazada alguna vez por el mayor de los peligros si no se alía a tiempo con él. En Ésquilo percibimos la alianza del Zeus asustado, temeroso de su final, con el titán. De esta manera la antigua edad de los titanes es sacada a la luz otra vez, desde el Tártaro, de una manera retrospectiva. La filosofía de la naturaleza salvaje y desnuda mira, con el gesto franco de la verdad, los mitos del mundo homérico, que desfilan ante ella bailando: tales mitos palidecen, tiemblan ante el ojo relampagueante de esa diosa - hasta que el puño poderoso del artista dionisíaco los obliga a servir a la nueva divinidad. La verdad dionisíaca se incauta del ámbito entero del mito y lo usa como simbólica de sus conocimientos, y esto lo expresa en parte en el culto público de la tragedia, en parte en los ritos secretos de las festividades dramáticas de los Misterios, pero siempre bajo el antiguo velo mítico. ¿Cuál fue la fuerza que liberó a Prometeo de su buitre y que transformó el mito en vehículo de la sabiduría dionisíaca? La fuerza, similar a la de Heracles, de la música: y esa fuerza, que alcanza en la tragedia su manifestación suprema, sabe interpretar el mito en un nuevo y profundísimo significado; de igual manera que ya antes hubimos nosotros de caracterizar esto como la más poderosa facultad de la música. Pues es destino de todo mito irse deslizando a rastras poco a poco en la estrechez de una presunta realidad histórica, y ser tratado por un tiempo posterior cualquiera como un hecho ocurrido una vez, con pretensiones históricas: y los griegos estaban ya íntegramente en vías de cambiar, con perspicacia y arbitrariedad, todo su sueño mítico de juventud en una histórico-pragmática historia de juventud. Pues ésta es la manera como las religiones suelen fallecer: a saber, cuando, bajo los ojos severos y racionales de un dogmatismo ortodoxo, los presupuestos míticos de una religión son sistematizados como una suma acabada de acontecimientos históricos, y se comienza a defender con ansiedad la credibilidad de los mitos, pero resistiéndose a que éstos sigan viviendo y proliferando con naturalidad, es decir, cuando se extingue la sensibilidad para el mito y en su lugar aparece la pretensión de la religión de tener unas bases históricas. De este mito moribundo apoderóse ahora el genio recién nacido de la música dionisíaca: y en sus manos volvió a florecer, con unos colores que jamás había mostrado, con un perfume que suscitaba un nostálgico presentimiento de un mundo metafísico. Tras esta última floración el mito se derrumba, marchítanse sus hojas, y pronto los burlones lucianos de la Antigüedad tratan de coger las flores descoloridas y agostadas, arrancadas por todos los vientos. Mediante la tragedia alcanza el mito su contenido más hondo, su forma más expresiva; una vez más el mito se levanta, como un héroe herido, y con un resplandor último y poderoso brilla en sus ojos todo el sobrante de fuerza, junto con el sosiego lleno de sabiduría del moribundo.
¿Qué es lo que tú querías, sacrílego Eurípides, cuando intentaste forzar una vez más a este moribundo a que te prestase servidumbre? Él murió entre tus manos brutales: y ahora tú necesitabas un mito remedado, simulado, que, como el mono de Heracles, lo único que sabía ya era acicalarse con la vieja pompa. Y de igual manera que se te murió el mito, también se te murió el genio de la música: aun cuando saqueaste con ávidas manos todos los jardines de la música, lo único que conseguiste fue una música remedada y simulada. Y puesto que tú habías abandonado a Dioniso, Apolo te abandonó a ti; saca a todas las pasiones de su escondrijo y enciérralas en tu círculo, afila y aguza una dialéctica sofística para los discursos de tus héroes, - también tus héroes tienen unas pasiones sólo remedadas y simuladas y pronuncian únicamente discursos remedados y simulados. 
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hipernikao · 7 years
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Mundos Superiores O Lugares Celestiales?
Qué acerca de mundos superiorres? Mi primer contacto directo de relación con Dios fue cuando tenía 8 años de edad. No sabía de la existencia de una Iglesia evangélica, sin haber leído la Biblia, ni haber tocado un libro de discipulado menos de teología, en la sencillez de niño sin intervención humana experimenté un contacto divino que comenzó el proceso de transformación de mi vida.
Mi segundo contacto fue solo al leer la Biblia a los 13 años de edad y mi tercera experiencia fue cuando a los 16 años por “accidente” (no accidente en realidad) visité una iglesia evangélica sin saber nada acerca de iglesias. Ahí continué una jornada preciosa de crecimiento en mi relación con Dios, el Padre celestial.
El discipulado y la teología vinieron después. Leí el libro de Efesios y en mi ingenuidad creí sin interpretar que tenía parte en “lugares celestiales”. Estos versos fueron determinantes para mí:
• Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo. Efesios 1:3.
• Esta fuerza operó en Cristo, resucitándolo de los muertos y sentándolo a su derecha en los lugares celestiales. Efesios 1:20
• Juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús. Efesios 2:6
• para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales. Efesios 3:10
• Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este mundo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Efesios 6:12
Estamos en días cuando creyentes me preguntan: Por qué algunos predicadores de hoy hablan de Mundos Superiores, Niveles únicos no dados a todos y esferas casi ocultas?.
La interpretación que algunos dan es que la frase: “Lugares celestiales” en el original es “mundos superiores”.
Mi cuestionamiento acerca de llamar “mundos superiores” a los lugares celestiales” se centra en los siguientes aspectos:
• En la era actual los que continuamente hablan de “mundos superiores” son corrientes cabalísticas, nueva era y algunas corrientes orientales. La Biblia no habla de mundos que parecieran ser solo para ciertas personas, sino que los “lugares celestiales” nos han sido dados por Cristo ya en su obra en el Calvario.
El Cabalista Rabí Yehudá Ashlag en su libro “Mundos Superiores”, entrega una descripción concisa de la estructura de los mundos espirituales que se desprenden desde arriba hacia abajo, desde el Infinito hasta el mundo. ¿La pregunta es, por qué la Biblia no habla de esa descripción? Sé que no todo ha sido revelado acerca de los detalles de los lugares celestiales, pero da la impresión que algunos lo saben todo como si ya hubiesen ido allá.
• Rudolf Steiner en su libro: “Cómo se adquiere el conocimiento de los mundos superiores” ponía bien alta la barrera de entrada a quienes desearan iniciarse en la disciplina, con un nivel de exigencia similar al de las antiguas religiones mistéricas.
Steiner defendía que toda religión es válida y verdadera en el tiempo y contexto cultural en el que nace, y que las formas históricas del cristianismo necesitan ser transformadas considerablemente en nuestro tiempo para acompañar la evolución de la humanidad.
Me surge otra pregunta: ¿Por qué Jesús lo expresó de una manera tan sencilla y ni siquiera habló de temas profundos imposibles de entender?
• Maichel Latman en su libro: Alcanzando los mundos superiores dice: “El Creador viven en el escalón más alto, mientras los seres humanos vivimos en el más bajo, el escalón del egoísmo y hay que desarrollar toda una jornada de subir de niveles y la verdad es que mucha de la terminología de Latman no me coincide con la sencillez de la Palabra de Dios que nos revela sí profundidades de Dios en forma sencilla pero que no presenta diferentes niveles.
• Cuando buscó en youtube la expresión mundos superiores los 50 primeros videos que se hayan allí son cabalísticos, teosofía, espiritistas, nueva era y no encontré un estudio serio cristiano con suficiente Escritura que sostenga la versión de “mundos superiores”, lo cual veo como un peligro para los creyentes que al oír uno de estos nuevos maestros hablando de mundos superiores caerían en alimentarse de esos videos llevándoles a tomar caminos de confusión y hambre sin saciar.
• Cada vez que leo las palabras del Jesús de los evangelios me sorprende que no habló de nada de esas nuevas corrientes nutridas de fuentes diversas. Expresó “Las Palabras que les he hablado son Espíritu y son vida” y ese Espíritu y esa vida me transformó sin mucha complicación hace 62 años. Sé lo que por gracia he recibido y a esta edad de 70 años cuando me hablan de “mundos superiores” no me entra porque sé que en Cristo ya estoy “sentado en lugares celestiales”.
Mi profesor y mentor en el Seminario Juan Kessler dice acerca de esto: “Todo esto me hace pensar en los gnósticos contra los cuales la iglesia luchó en sus primeros siglos. Los gnósticos hablaron de un Dios superior que tenía un entorno que se llamaba la Pleroma. En cambio la tierra fue creada, según ellos, por un dios inferior. El conocimiento de la Pleroma era reservado a los iluminados que se distinguían de los creyentes normales que sólo tenían conocimieto del dios inferior y del mundo que creó. Me parece que hay mucho orgullo en todo esto”.
Algunos me dirían que solo esto es para los “entendidos” “Iluminados” o “seleccionados”, pero sé que no soy teólogo, ni sabio ni entendido pero yo diría como el ciego a quién el Señor Jesús sanó cuando los “Maestros” de ese tiempo le cuestionaron el milagro recibido del Maestro verdadero , Jesús. El ciego sin teología pero con un corazón abierto enfrentó a esos maestros de esta manera en Juan 9:
Llamaron nuevamente al hombre que había sido ciego, y le dijeron:
—¡Da gloria a Dios! Nosotros sabemos que ese hombre es pecador.
Entonces él respondió y dijo:
—Si es pecador, no lo sé; una cosa sé, que habiendo yo sido ciego, ahora veo.
Le volvieron a decir:
—¿Qué te hizo? ¿Cómo te abrió los ojos?
Él les respondió:
—Ya os lo he dicho y no habéis escuchado, ¿por qué lo queréis oír otra vez? ¿Queréis también vosotros haceros sus discípulos?
Entonces lo insultaron, y dijeron:
—Tú eres su discípulo, pero nosotros, discípulos de Moisés somos. Nosotros sabemos que Dios ha hablado a Moisés, pero respecto a ése, no sabemos de dónde ha salido.
Respondió el hombre y les dijo:
—Pues esto es lo maravilloso, que vosotros no sepáis de dónde ha salido, y a mí me abrió los ojos. Y sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguno es temeroso de Dios y hace su voluntad, a ése oye. Nunca se ha oído decir que alguien abriera los ojos a uno que nació ciego. Si éste no viniera de Dios, nada podría hacer. Juan 9:24-33
Si eres un creyente te animo a reencontrar el Jesús de los evangelios, Sencillo, directo, nunca impresionó a nadie humanamente con nuevas revelaciones, siendo Dios mismo, se hizo “Emmanuel”, Dios con nosotros. El Espíritu da testimonio a nuestro espíritu de lo que nos ofrecen y en mí estas enseñanzas no han encontrado cabida porque el discernimiento espiritual que viene del Espíritu Santo me dice: Cuidado, alerta roja, detente no comas lo que te adornan y eso me hace levantar mi voz de agradecimiento a Dios.
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eabm · 5 years
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La Noche de San Juan
LA MAGICA NOCHE DE SAN JUAN
Al examinar la historia de Juan Bautista y la de Jesús, queda claro que nos encontramos en territorio mitológico. Las dos historias parece como si se reflejaran la una en la otra. Ambas nos hablan de nacimientos milagrosos. Juan nace de una mujer vieja.
Jesús nace de una mujer joven. La madre de Juan es estéril. La madre de Jesús no es fecundada. Juan nace en el solsticio de verano, cual el sol empieza a menguar. Jesús nace seis meses después, en el solsticio de invierno, cuando el sol empieza a crecer otra vez.
De aquí que el Bautista, refiriéndose a Jesús, dije: “es preciso que él crezca y que yo disminuya” (Juan, 3, 30). Juan nace bajo el signo de Cáncer, que para los antiguos representaba la puerta que cruzaban las almas cuando salían de la encarnación y entraban en la inmortalidad. Juan bautiza con agua, y Jesús, con fuego y espíritu.
El nacimiento de Jesús se celebra en la fiesta pagana del sol que regresa, el 25 de diciembre. El de Juan Bautista se celebra en junio y sustituye una fiesta pagana del agua que se celebraba en el solsticio de verano.
El bautismo era un rito fundamental a las religiones mistéricas. Ya en los himnos homéricos se dice que la pureza ritual era la condición para lograr la salvación y que se bautizaba a las personas para borrar todos sus pecados anteriores.
En los textos de las pirámides vemos que el faraón egipcio era objeto de un bautismo ceremonial antes de que tuviera lugar su nacimiento ritual como encarnación de Osiris.
En algunos ritos mistéricos el bautismo se simbolizaba simplemente mojando con agua bendita. …En otros implicaba la inmersión total. Se han encontrado piscinas bautismales en salones de iniciación y santuarios.
En Eleusis los iniciados se purificaban ritualmente en el mar. Durante la ceremonia de su iniciación Lucio Apuleyo recibió un baño purificador y después fue bautizado siendo rociado con agua. En los misterios de Mitra se bautizaba varias veces a los iniciados para borrar sus pecados.
Estas iniciaciones tenían lugar en marzo/abril, exactamente a la misma época en que, en siglos posteriores, también los cristianos bautizarían a las personas que se habían convertido, los llamados catecúmenos.
El parecido entre los ritos cristianos y los paganos eran obvios a los ojos de los cristianos primitivos. Tertuliano nos dice: “en ciertos misterios las personas se inician mediante el bautismo e imaginan que el resultado de este bautismo es la regeneración y la remisión de las penas por sus pecados”.
Según San Pablo, en un bautismo consistente en la inmersión total hay tres acciones simbólicas. Entrar al agua significa la muerte, la inmersión representa la sepultura y salir de ella, la resurrección.
Esta interpretación alegórica del bautismo concuerda por completo con los ritos mistéricos, los cuales también representaban la muerte y la resurrección místicas.
En la iglesia primitiva, se vestía a los recién bautizados con túnicas blancas, se les daba un nombre nuevo y se los ofrecía miel para comer. Del mismo modo, en los misterios de Mitra, a los iniciados que renacían espiritualmente les ponían miel en las manos y se la ponían en la lengua, como se acostumbraba a hacer con los bebés.
En los antiguos misterios, la purificación por el bautismo no la efectuaba solamente el agua, sino también el aire y el fuego. Apuleyo nos dice que antes de que lo consideraran digno de acercarse a la divinidad tuvo que viajar a través de todos los elementos.
Los evangelios también nos hablan de un bautismo en el cual intervendrían tres elementos: el agua, el soplo santo y el fuego.
El dios del agua y el dios del fuego son los dos elementos aristotélicos encontrados que también simboliza la cabeza del dios Jano bifronte: la dualidad.
La dualidad del fuego y el agua, del blanco y el negro, del bien y el mal, de la ignorancia y la sabiduría, del miedo y el valor. Y… de la ignorancia viene el miedo y del miedo vienen los dioses, aunque sean los del fuego o del agua.
De La Biblioteca Virtual Hiram Abif ( FB)
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canalesoterismo · 5 years
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La Nueva Era Y Otras Sectas Peligrosas: Esoterismo
La Nueva Era Y Otras Sectas Peligrosas: Esoterismo
La sed innata por la verdad, que todo hombre posee por naturaleza, si no está encauzada por la Revelación divina del Hombre-Dios Jesucristo, depositada, custodiada y proclamada sin error por el Magisterio de la Iglesia Católica, puede desviarse, y De hecho se desvía, hacia corrientes esotéricas O bien ocultistas (metafísica, cristianismo herético, religiones mistéricas paganas, masonería, etc.). P…
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elbiotipo · 5 years
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¿Que seria lo de pantheons and you en tu post de worldbuilding?
Una cosa que me dí cuenta es que los panteones en la fantasía suelen ser demasiado... ordenados. Hay un dios de la muerte, otro del sol, otro del mar, otra de la naturaleza (que siempre suele ser la única mujer, mirá vos), y así, cada uno con su rubro, nunca se tocan.
En las religiones politeístas históricas y modernas, esto nunca fue así. Demás está decir las complicadadas relaciones familiares de los dioses en muchas religiones, pero también hay dioses que tenían múltiples rubros a veces en conflicto, otros que eran adoptados de otros pueblos y conservaban caracteres de esas culturas, dioses que toman precedencia o que son olvidados, que cambian de identidad, nombre y forma, dioses que sólo son válidos en una sola nación (o ciudad!), espíritus y demidioses y toda una jerarquía, mitos que compiten entre ellos, y así.
La misma forma de creer cambia a lo largo de los siglos, con tendencias al monoteísmo (Atón en Egipto, las religiones mistéricas romanas, ciertas corrientes del hinduismo), intentos por categorizar a las deidades, y equivalerlas y sincretizarlas con otros pueblos (como la interpretatio greca), incluso, en la historia europea, con religiones monoteístas, que tienen dinámicas diferentes.
Básicamente, las religiones no tienen un orden preciso, y eso es importantísimo desde el punto de vista del wordbuilding, porque es mucho más interesante un panteón desordenado producto de las interpretaciones de muchas personas y muchos pueblos que los panteones perfectamente ordenados de la fantasía.
Por supuesto, voy a ser cuidadoso desde mi perspectiva monoteísta cristiana de hablar correctamente, porque las religiones antiguas no desaparecieron, hay creyentes aún hoy. Mi fin es hacer un comentario con respecto a la teología en la ficción, pero con suerte, aprender algo también sobre las creencias de nuestro mundo.
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Pitágoras
Filósofo y matemático griego. Aunque su nombre se halla vinculado al teorema de Pitágoras y la escuela por él fundada dio un importante impulso al desarrollo de las matemáticas en la antigua Grecia, la relevancia de Pitágoras alcanza también el ámbito de la historia de las ideas: su pensamiento, teñido todavía del misticismo y del esoterismo de las antiguas religiones mistéricas y orientales, inauguró una serie de temas y motivos que, a través de Platón, dejarían una profunda impronta en la tradición occidental.
La filosofía de Pitágoras entiende la realidad de una forma matemática geométrica. De esta forma, podría decirse que su arjé son los números, tanto en la naturaleza como en lo material. Los cuerpos físicos son una unión de puntos geométricos, la extensión de éstos forma líneas, la prolongación de éstas, superficies, y así sucesivamente.Para Pitágoras construir la realidad racionalmente significa dividirla en unidades, que se puedan medir, operar y abstraer de forma matemática, entendiendo finalmente todo como infinito. La teoría pitagórica introduce la creencia de que la razón es más fiable que los sentidos y es el primer paso hacia la racionalización de la multiplicidad de todo aquello que existe. Además, los pitagóricos fueron los primeros en hablar de la tierra como una esfera observando la sombra que proyectaban los astros en los eclipses.
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