#frederic nietzche
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What’s your favorite poet ?
Frederic Lorca, Paul Eluard, E.E. Cummings, i actually like Nietzche’s poetry which i think is kind of silly lmao. I know Charles Bukowski is problematic but id be lying if he didnt inspire me a bit too.
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Diez
Es una tradición irrefutable que, en su forma más antigua, la tragedia griega tuvo como objeto único los sufrimientos de Dioniso, y que durante larguísimo tiempo el único héroe presente en la escena fue cabalmente Dioniso. Mas con igual seguridad es lícito afirmar que nunca, hasta Eurípides, dejó Dioniso de ser el héroe trágico, y que todas las famosas figuras de la escena griega, Prometeo, Edipo, etc., son tan sólo máscaras de aquel héroe originario, Dioniso. La razón única y esencial de la «idealidad» típica, tan frecuentemente admirada, de aquellas famosas figuras es que detrás de todas esas máscaras se esconde una divinidad. No sé quién ha aseverado que todos los individuos, como individuos, son cómicos y, por tanto, no trágicos: de lo cual se inferiría que los griegos no pudieron soportar en absoluto individuos en la escena trágica. De hecho, tales parecen haber sido sus sentimientos: de igual modo que se hallan profundamente fundadas en el ser helénico la valoración y distinción platónicas de la «idea» en contraposición al «ídolo», a la copia. Mas, para servirnos de la terminología de Platón, acerca de las figuras trágicas de la escena helénica habría que hablar más o menos de este modo: el único Dioniso verdaderamente real aparece con una pluralidad de figuras, con la máscara de un héroe que lucha, y, por así decirlo, aparece preso en la red de la voluntad individual. En su forma de hablar y de actuar ahora, el dios que aparece se asemeja a un individuo que yerra, anhela y sufre: y el que llegue a aparecer con tal precisión y claridad épicas es efecto del Apolo intérprete de sueños, que mediante aquella apariencia simbólica le da al coro una interpretación de su estado dionisíaco. En verdad, sin embargo, aquel héroe es el Dioniso sufriente de los Misterios, aquel dios que experimenta en sí los sufrimientos de la individuación, del que mitos maravillosos cuentan que, siendo niño, fue despedazado por los titanes, y que en ese estado es venerado como Zagreo: con lo cual se sugiere que ese despedazamiento, el sufrimiento dionisíaco propiamente dicho, equivale a una transformación en aire, agua, tierra y fuego, y que nosotros hemos de considerar, por tanto, el estado de individuación como la fuente y razón primordial de todo sufrimiento, como algo rechazable de suyo. De la sonrisa de ese Dioniso surgieron los dioses olímpicos, de sus lágrimas, los seres humanos. En aquella existencia de dios despedazado Dioniso posee la doble naturaleza de un demón cruel y salvaje y de un soberano dulce y clemente. Lo que los epoptos esperaban era, sin embargo, un renacimiento de Dioniso, renacimiento que ahora nosotros, llenos de presentimientos, hemos de concebir como el final de la individuación: en honor de ese tercer Dioniso futuro resonaba el rugiente canto de júbilo de los epoptos. Y sólo por esa esperanza aparece un rayo de alegría en el rostro del mundo desgarrado, roto en individuos: el mito ilustra esto con la figura de Deméter absorta en un duelo eterno, la cual por vez primera vuelve a alegrarse cuando se le dice que de nuevo puede ella dar a luz a Dioniso. En las intuiciones aducidas tenemos ya juntos todos los componentes de una consideración profunda y pesimista del mundo, y junto con esto la doctrina mistérica de la tragedia: el conocimiento básico de la unidad de todo lo existente, la consideración de la individuación como razón primordial del mal, el arte como alegre esperanza de que pueda romperse el sortilegio de la individuación, como presentimiento de una unidad restablecida.
Ya hemos sugerido antes que la epopeya homérica es la poesía propia de la cultura olímpica, con la cual ésta entonó su propia canción de victoria sobre los horrores de la titanomaquia. Ahora, bajo el influjo prepotente de la poesía trágica, los mitos homéricos vuelven a nacer con figura distinta, mostrando con esa metempsícosis que también la cultura olímpica ha sido vencida entre tanto por una consideración más profunda aún del mundo. El altivo titán Prometeo le ha anunciado a su atormentador olímpico que su soberanía estará amenazada alguna vez por el mayor de los peligros si no se alía a tiempo con él. En Ésquilo percibimos la alianza del Zeus asustado, temeroso de su final, con el titán. De esta manera la antigua edad de los titanes es sacada a la luz otra vez, desde el Tártaro, de una manera retrospectiva. La filosofía de la naturaleza salvaje y desnuda mira, con el gesto franco de la verdad, los mitos del mundo homérico, que desfilan ante ella bailando: tales mitos palidecen, tiemblan ante el ojo relampagueante de esa diosa - hasta que el puño poderoso del artista dionisíaco los obliga a servir a la nueva divinidad. La verdad dionisíaca se incauta del ámbito entero del mito y lo usa como simbólica de sus conocimientos, y esto lo expresa en parte en el culto público de la tragedia, en parte en los ritos secretos de las festividades dramáticas de los Misterios, pero siempre bajo el antiguo velo mítico. ¿Cuál fue la fuerza que liberó a Prometeo de su buitre y que transformó el mito en vehículo de la sabiduría dionisíaca? La fuerza, similar a la de Heracles, de la música: y esa fuerza, que alcanza en la tragedia su manifestación suprema, sabe interpretar el mito en un nuevo y profundísimo significado; de igual manera que ya antes hubimos nosotros de caracterizar esto como la más poderosa facultad de la música. Pues es destino de todo mito irse deslizando a rastras poco a poco en la estrechez de una presunta realidad histórica, y ser tratado por un tiempo posterior cualquiera como un hecho ocurrido una vez, con pretensiones históricas: y los griegos estaban ya íntegramente en vías de cambiar, con perspicacia y arbitrariedad, todo su sueño mítico de juventud en una histórico-pragmática historia de juventud. Pues ésta es la manera como las religiones suelen fallecer: a saber, cuando, bajo los ojos severos y racionales de un dogmatismo ortodoxo, los presupuestos míticos de una religión son sistematizados como una suma acabada de acontecimientos históricos, y se comienza a defender con ansiedad la credibilidad de los mitos, pero resistiéndose a que éstos sigan viviendo y proliferando con naturalidad, es decir, cuando se extingue la sensibilidad para el mito y en su lugar aparece la pretensión de la religión de tener unas bases históricas. De este mito moribundo apoderóse ahora el genio recién nacido de la música dionisíaca: y en sus manos volvió a florecer, con unos colores que jamás había mostrado, con un perfume que suscitaba un nostálgico presentimiento de un mundo metafísico. Tras esta última floración el mito se derrumba, marchítanse sus hojas, y pronto los burlones lucianos de la Antigüedad tratan de coger las flores descoloridas y agostadas, arrancadas por todos los vientos. Mediante la tragedia alcanza el mito su contenido más hondo, su forma más expresiva; una vez más el mito se levanta, como un héroe herido, y con un resplandor último y poderoso brilla en sus ojos todo el sobrante de fuerza, junto con el sosiego lleno de sabiduría del moribundo.
¿Qué es lo que tú querías, sacrílego Eurípides, cuando intentaste forzar una vez más a este moribundo a que te prestase servidumbre? Él murió entre tus manos brutales: y ahora tú necesitabas un mito remedado, simulado, que, como el mono de Heracles, lo único que sabía ya era acicalarse con la vieja pompa. Y de igual manera que se te murió el mito, también se te murió el genio de la música: aun cuando saqueaste con ávidas manos todos los jardines de la música, lo único que conseguiste fue una música remedada y simulada. Y puesto que tú habías abandonado a Dioniso, Apolo te abandonó a ti; saca a todas las pasiones de su escondrijo y enciérralas en tu círculo, afila y aguza una dialéctica sofística para los discursos de tus héroes, - también tus héroes tienen unas pasiones sólo remedadas y simuladas y pronuncian únicamente discursos remedados y simulados.
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perili pınardan ve kavak sıralarıyla
çevrili geniş vadiden
uğurlanır giden cin iç çekişleriyle,
çiçeklerle örülü dağılmış bukleleriyle,
su perileri yas tutar sık ağaçların
alacakaranlıktaki gölgesinde
rimbaud
#chopin#frederic chopin#classical music#classical composers#bach#sebastian bach#music#music video#musica#felsefe#blogger#edebiyat#kitap#blog#poems#satirik#dionissos#friedrich nietzche#tragedya#nimph#nimphe#ophelia#hamlet#shakespeare#arthur rimbaud#poetika#şiir#video music#video clip#beethoven
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"Kutsal Tin'e karşı işlenen esas günah yerinden kıpırdamamaktır."
[ F. Nietzsche ]
| Frédéric Gros, Yürümenin Felsefesi (s. 17)
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@curekibouka
HI
OMG
IM SO SORRY FOR JUST REPLYING NOW I didn’t mean to take so long but well...lots of stuff got in the way, as usual...
Thank you so so so much for commenting. Your kind words truly do mean so much to me, I promise I didn’t forget about them 😭😭❤️❤️
Really?!?! Aww, that’s such high praise!!!! I agree it was redundant, (I kept trying to take one or two mentions of it out, but I couldn’t bring myself to XD plus I just get to a point in the editing process where I just...want to be done). But I’m really happy to hear it incited your emotions even so!!!
Aww!! I’m glad you liked that!! It was a rather late addition but one I liked.
Yeah!! I think I emphasized that aspect even more in later edits after I saw a post from @mycove—(she’s writing a Varian and Arianna fic too, by the way!! It’s called “He needs me”)—about how Varian is a child who lost his mother, and Arianna is a mother who lost her child...It was already present in my fic before that, but that phrase just really summed the relationship up nicely and made me think about it more deeply.
Perhaps even more so I liked exploring Arianna’s angst about not getting to be a mother to Rapunzel because of Gothel...I think it’s something she’d struggle with a lot that needs more attention.
That was one of my favorite lines in the chapter too!! Quite possibly my top favorite!! So I’m happy it stood out to you!! ☺️ I think it’s something that sums up his character well. In addition to being physically clumsy, I think he can be clumsy and awkward in relationships too. (I’m actually not sure how many friends he’s had in his life, so that’d make sense if he hasn’t had many). It’s something that makes him very lovable, but it makes situations like the storm more difficult for him to navigate.
😭 Had to work that line in somehow!!
I’m glad you liked that concept, and that you thought it fit in smoothly!! (I was nervous how those sorts of concepts turned out...really how this whole chapter flowed XD) It’s a concept I really like, and one I try to work into my writing as often as I can. A theme of my original story is “we become what we hate”—that in the act of hating something you actually end up emulating the very monster you are trying to take down (the thought is summed up well in the Nietzche quote: “Beware that, when fighting monsters, you yourself do not become a monster”) and consequently, if you are able to see yourself, and your own faults, in the villains and monsters, and love them, and see that they are human, and try to save them...the more heroic you yourself become. One of the things I like most about this story is that I was able to use that concept...so I’m glad you liked that too!!
And keep at it!! 💕 As I said, even I myself wasn’t sure the concept fit here!! XD I think it always seems more awkward to the author than the reader. I’m always happy to see people trying to work deep concepts into their writing!!
Yes, 100%!! This is perhaps the concept I find most relatable about Varians villain arc. I’ve always thought his arc was more about blame than anything else. You can hear it in “it’s not my fault! None of it is! It’s her fault!” You can hear that he is so desperate to get the weight of the blame off himself. I think he’s fully aware it’s his fault, not Raps’... but that’s exactly the problem. He can’t bear the fact that his disobedience towards his father may have cost his dad his life, so the only thing he can do to survive the burden of the fault line is to place it on Rapunzel ad become the villain...it’s another concept I was happy I was able to explore here!!
I’m so glad you liked that!! That was one of my favorite parts too!! I was talking about this in another response recently, let me find what I said...
I forget if it was this fic that made me see that image about Frederic, or if I saw it beforehand, but once I saw it, I couldn’t ever not see it.
I find it really interesting that they both stole the sun flower, (which is arguably a bad thing on both sides), to save someone they loved (arguably a good thing on both sides), yet Varian treated as a criminal and Frederic a hero. Largely because Varian stole the flower from the king instead of nature...but the flower doesn’t truly belong to Frederic.
I have another fic in the works (don’t know if it’ll ever get posted, but I really do like it, so I hope it does, and therefore will try to avoid spoilers XD) that’s an au, and in it there’s actually someone who was protecting the Sun Flower, who believed it would be a very bad thing if someone took it for themselves (and for good reason, because she had seen bad things happen in the past when people simply used its power for selfish reasons, even without digging it up). So writing that as well made me think about Frederic’s actions differently.
Not saying saving Arianna and Rapunzel was a bad thing, of course not XD But in the movie it’s presented as this grand act of heroism and hope, but...seeing the flower sitting there all shriveled up gave me pause.
Glad you liked that too!! It’s essentially the message of the entire fic so I had to put it somewhere impactful XD
A long time ago, when I was doing a a janterm class on Kierkegaard, we got to a passage about forgiveness and started having a deep discussion about it, and my teacher talked about how when he forgives someone it’s not about the other person, it’s about his own heart, and releasing that grudge...I wish I wrote down that exact quote but I think it was the first time I heard someone say that and it impacted my view on forgiveness deeply. I’ve heard others talk about it later and I think it’s the most accurate portrayal of forgiveness.
And indeed it is greatly tied to the next chapter!! Thank you so so much for the follow!! 😘💕 Not sure if you saw but I did post the next chapter!! If you have the chance I’d love to hear your thoughts on it!! 😘💕❤️❤️
Stolen Sunlight (Ch3)
Fandom: Tangled | Tangled the Series | Rapunzel’s Tangled Adventure
Fic Summary: Arianna never thought she’d find herself afraid of a fourteen-year-old boy, but the events of Secret of the Sundrop won’t seem to leave her.
She needs to talk to Varian in prison. Not for his sake…but for her own.
Character focus: Arianna
Notes:
Aaand here comes another internal monologue-heavy chapter XD
This was probably the chapter that gave me the most trouble when attempting to edit over the years, so this feels really good to finish! (At least a version of it, I may edit it more as time goes on XD). I would have liked to cut down the internal monologue, but I decided to just keep it in for now. I also kind of wanted to split this chapter into more than one to make it more palatable, but the ideas tie into each other so much I felt like I couldn’t really do that? By the time the next chapter came out, the connections between ideas would be lost? I don’t know…
The next chapter should have more dialogue XD But be warned it may take longer, as now we’re getting to the part I haven’t really written.
All your support for this fic has been such a HUGE help in giving me motivation to continue!! I definitely wouldn’t have posted the next chapters so fast without all your support!! So thank you all so so SO much!!!!
Also! I forgot to mention the songs I like for this story! I’ve been writing this for so many years I have a list of songs for this fic XD but the two songs I thing fit most for this fic (especially the themes in this chapter) are “Towards the Sun” by Rihanna and “The Sun is Rising” by Britt Nicole.
P.S. I’m thinking of creating a Tangled-specific side blog (mostly as a Tangled-only writing blog, but I’ll likely reblog other Tangled related things there too), do you guys have any ideas for urls? The one I like the most right now is “two-words-where-one-will-do” XD
Chapter 3: Burglarize, Criticize, Sympathize
When she arrives at the dungeon’s door, carrying notebook between her hands, it is almost nightfall. The last of the day is at her back, urging her onwards. Her shoes tick against the tiles as she ventures down the hall.
Everything looks different during the day. At night the navy air was a haze, clouding her thoughts, magnifying all the negative feelings within her. Now her head is clear, and the waning blue day urges her onward, fueling all the positivity and determination in her.
“Your majesty,” the guards hold their halberds higher, puffing out their chests, as if to show they’re strong for this kingdom, “Is there something we do for you this evening?”
“Thank you, Stan, Pete.” She folds her hands and inclines her head in a sort of bow to each of them. “There is, in fact.”
They stand expectantly for her request.
“You can let me into the dungeon.”
They glance at each other.
“Of course, your majesty,” Stan bows, reaching for the door.
“Um…May we ask what this is about?” Pete steps forward, more hesitant.
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Nota biográfica de Ada Martí (1915-1960)
María de la Concepción Martí Fuster, conocida como Ada Martí, nació en Barcelona el 1 de julio de 1915, en el seno de una familia de clase media. Anarquista, intelectual cultísima y escritora con gran facilidad de expresión, tanto en castellano como en catalán. Universitaria.
Dirigente de la Federación Estudiantil de Conciencias Libres. Militante de Mujeres Libres. Impresionó y sedujo a los jóvenes de su generación por su belleza, su inteligencia, sus amplias lecturas, su culta conversación, su pasión intelectual, su larga cabellera negra y su blanca vestimenta.
Había sido herida en los hechos de octubre de 1934, en la defensa del CADCI, junto a Jaume Compte. Citaba con maestría y profundo conocimiento a Kierkegaard, Unamuno, Freud, Reich, Romand Rolland, Gide, Rabelais… Se carteaba con Pío Baroja, a quien consideraba su maestro. En 1936 (abril y octubre) publicó dos relatos en la serie de La Novela Ideal, publicada por las ediciones de La Revista Blanca.
Vivía en Poble Sec, en un habitación llena de libros. Asidua asistente a las tertulias, que todas las tardes se celebraban en el cuarto piso de la Casa CNT-FAI, organizadas por González Pacheco, fundador del Teatro del Pueblo, en las que intervenían frecuentemente, cebando el mate, Simón Radowitzki, Vicente Tomé, Antonio Casanova (fundador de la FORA argentina), su amiga Dolores (Eva) Cascante y otros. En esas tertulias, Ada se enamoró de Lunazzi, miliciano de la Columna Durruti, con quien rompió tajantemente su relación el día que lo vio vestido de militar.
A finales de 1937 intervino en el congreso, reunido en Valencia, donde se fundó la Federación Ibérica de Estudiantes Revolucionarios (FIER), que publicó la revista Fuego, dirigida por Ada. Se enfrentó a las manipulaciones de Serafín Aliaga del Comité Peninsular de la Federación Ibérica de Juventudes Libertarias (FIJL), porque ella consideraba que la FIER no debía ser una especie de cenáculo de inútiles discusiones filosóficas, sino una activa organización a la vez específica y sindical.
Destacó en la enorme obra cultural realizada por los Institutos Obreros, que tenían por objetivo facilitar estudios superiores a jóvenes obreros, aunque su duración fue muy limitada, desde el 20 de diciembre de 1937 hasta la ofensiva franquista en Aragón, con el alistamiento de muchos de aquellos jóvenes.
Ada publicó, durante la Guerra civil, numerosos artículos en las publicaciones más diversas: Estudios, Evolución, Esfuerzo, Ruta, El Amigo del Pueblo (órgano de Los Amigos de Durruti), Libre Estudio, Tierra y Libertad, Nosotros (de la FAI de Valencia), Mujeres Libres, Acracia, el número único de Fuego, etcétera…
Ada fue tan inconstante y voluble con sus amantes, como intransigente y radical en las ideas. Durante la guerra mantuvo posiciones anticolaboracionistas, que le valieron el apelativo de “piel roja”.
Inconformista e iconoclasta, rechazó el culto a la personalidad, y escribió un artículo contra la deificación de San Durruti y San Francisco Ascaso. Su serie de artículos sobre el papel de la mujer en la revolución, publicados en Libre Estudio, son a la vez provocadores y muy sensatos, situando a la mujer como persona que debe autoliberarse y educarse como individuo libre, más allá de su condición femenina.
Desde muy joven se identificó con el nihilismo y el pesimismo existencial, bebido en Schopenhauer y en Nietzche. Afirmó que “el anarquismo es como el silencio: en cuanto se habla de él, se le niega”.
Durante la Segunda Guerra Mundial llevó una vida nómada y semiclandestina, intentando ayudar a los refugiados españoles, organizada en distintas agrupaciones, sin participar nunca en la Resistencia francesa, que consideraba demasiado nacionalista.
Una dolorosa infamia, nunca aclarada suficientemente; quizás su negativa a colaborar con los estalinistas (los asesinos de la revolución en España) en la lucha contra los nazis; quizás porque su vida sexual, sin tabúes ni normas, era insoportable para la moral cenetista en vigor; le impidió reingresar en 1946 en la CNT, pese a los avales incondicionales de Antonio García Birlán (“Dionisios”) y de Gaston Leval. Otra dolorosa ruptura. La libertad se pagaba con el aislamiento.
Lectora voraz, se interesó por el existencialismo de la bohemia parisina de postguerra: el café Flora y Edith Piaff, recomendando en sus cartas la lectura de Sartre, Camus, Beauvoir, Bréton, René Guénon, Robert Brasillach (fusilado por colaboracionista), el polaco Milosh, el maestro Eckhart, taoísmo, Ernest de Gegenbach, Mazo de la Roche…
En 1946 certificó el antifascismo de su amiga Dolores (Eva) Cascante, residente en Viena, atendiendo a una angustiosa llamada de auxilio de su amiga, que en 1943 había viajado a Berlín, acompañada de un oficial nazi del que se había enamorado. Las perturbadoras cartas de Eva registran, además del culto compartido por la literatura, a una íntima relación personal, que más allá de la amistad y del enamoramiento mutuo, apuntan a una especie de “tiranía” sentimental, fundamentada en la conjura de ambas por ser absolutamente libres, superando cualquier moral cristiana de carácter represivo o posesivo; lo cual parece implicar la obligación “que tiene” Ada de ayudar a Eva en todo lo que le pida.
Ada y Eva se complacían en el difícil arte de la seducción, obsequiando a sus esporádicos amantes una experiencia inolvidable y extraordinaria, que las satisfacía y realizaba. Abel Paz, en las páginas 167 y 168 de su libro "Entre la niebla", narra magistralmente su breve romance de una noche con Eva, en el Burdeos de 1941.
La intensa vida amorosa de Ada aborrecía la idea de matrimonio, pero incoherentemente se casó con un profesor y escritor danés, padre de su hijo Frederic, nacido en febrero de 1948. En septiembre de ese mismo año se divorció y obtuvo la tutela del niño, pese a la oposición del padre, que desde entonces se desinteresó completamente. En los años cincuenta, Ada fijó su residencia en París.
El 30 de noviembre de 1950 escribió a su amiga Adora (Adoración Sánchez): “la lucha por la vida material da al traste con cuanto pudo haber en mí, antaño, de transmisible. Sólo me queda sensibilidad para sufrir”. El alejamiento de su hijo, al que no podía ver, porque no tenía dinero para costearse el viaje al internado donde estaba, le atormentaban hasta la desesperación: “¡Para qué tener hijos si no se pueden tener junto a sí!”.
Era muy consciente de su carácter generoso, que contrastaba con su incapacidad para pedir o recibir cualquier ayuda personal. La torpeza e ineficacia para enfrentarse a los problemas de la vida cotidiana y el horizonte de una lenta muerte interior, en vida, se ense��oreaban de su ánimo: “todo lo esencial, lo único realmente importante, parece haber muerto en mí”; y también este tenebroso símil musical: “Las cuerdas rotas, no vibra el arpa”.
Se enamoró del ruso Boris, librero con cierto desahogo económico, con quien compartió piso en el boulevard Raspail. Boris le compró una “boîte” a orillas del Sena y contrató una “femme de menage”. Con la solución de los problemas domésticos volvieron la alegría y las ganas de vivir. En sus desplazamientos para comprar libros se reencontró en Toulouse a Ginés Alonso, vieja amistad y efímero amante barcelonés de los tiempos de la guerra, con quien desde entonces mantuvo una correspondencia intermitente. Boris también le dio una hija, Claudia, nacida en 1953, que pareció romper su frágil equilibrio. Boris marchó. De nuevo los problemas cotidianos se convirtieron en una insoportable tortura. Las pesadillas y el insomnio lo complicaban todo.
En agosto de 1956 su amiga Ana Sánchez, residente en Barcelona, la visitó en París, al tiempo que consultaba a un especialista por sus problemas cardíacos. Ada, en opinión de su amiga, vestía descuidadamente ropas amplias y masculinas. Ahora vivía en Saint Germain des Prés, con Roland, un contable culto y educado. Los niños vivían en un pensionado. Ada le pidió sorpresivamente a Ana que adoptara a sus dos hijos, organizándole una bronca por su negativa temporal. Al día siguiente le simuló un falso intento de suicidio. Ana regresó desilusionada a Barcelona: su mito de juventud se había roto. Roland también marchó.
En el otoño de 1957 Abel Paz la encontró casualmente en su puesto de bouquiniste. Ahora Ada vivía con el exiliado húngaro Georges Villa, en un lúgubre y oscuro apartamento, sito en el 115 de Notre Dame des Champs, muy cerca del boulevard Montparnasse. Pocos muebles y muchos proyectos literarios frustrados. Sus hijos continuaban en un pensionado. Su trabajo como vendedora de libros de ocasión (“bouquiniste”) a orillas del Sena, con un cajón (boîte) repleto de literatura española, en el Quai des Grandes Augustins, junto al Pont Neuf, apenas daba para sobrevivir.
En su correspondencia, Ada acumuló y arrastró a la nostalgia de la familia y la tierra, la tristeza de una desgraciada vida familiar y el alejamiento de sus hijos. La infinita angustia, causada por la derrota y el desarraigo del exilio, sumada a una deficiente alimentación, se manifestó en un omnipotente insomnio, que quebrantó aún más su siempre precaria salud. Se lamentó de la dolorosa pérdida sufrida en el uso y dominio del castellano y del catalán (su lengua materna) a causa de su plena inmersión en el francés. Vivió atormentada por la imposibilidad de dedicarse plenamente a la literatura, mientras tuviese que atender, siempre de forma muy apurada, a las necesidades económicas del pago del alquiler y del mantenimiento de sus dos hijos.
El 29 de agosto de 1959 fallecía su hijo Federico, que no se recuperó de la anestesia aplicada en una intervención quirúrgica de escaso riesgo. Brutal paradoja: su hijo no despertó; ella no podía dormir. Puso a su hija en un pensionado de monjas. Se sentía fracasada como escritora y realizó varios intentos de suicidio. La voz de su hijo la llamaba en sus pesadillas. Su autoanálisis era tan profundo como siniestro.
En sus cartas explicaba lúcidamente que ella interpretaba la loca sublevación del poeta que rehúsa enfrentarse a la realidad y se evade, para regresar renacida después de cada intentona suicida, con más ansias de vivir que nunca antes. Decía a sus amigos que, en el recuerdo de esas fallidas tentativas, experimentaba una satisfactoria rebelión absoluta contra la opresión de una vida cargada de sufrimientos.
Su compañero Georges Villa se desvivía por cuidarla y protegerla. Murió el 1 de diciembre de 1960 a causa de una sobredosis de somníferos, tras una horrorosa noche de insomnio, delirios y ansiedad, que terminó con la ingesta de todas las pastillas que quedaban en el tubo, con el justo y apremiante objetivo de descansar. Sus últimas palabras fueron: “Sólo quiero dormir”.
Asistieron al entierro (6 de diciembre) una treintena de amigos, entre los que se contaban muy pocos españoles o catalanes, como Carmen Quintana. Casi ninguno de ellos la había conocido durante su época de esplendor, en aquella Barcelona revolucionaria, tan lejana ya. Su hija Claudia fue recogida en un convento de monjas, sin que sus amigos pudieran hacer nada por evitarlo. Había desaparecido, quebrada, una de las mujeres más libres, sensibles y brillantes de su generación.
Abel Paz impulsó inmediatamente una recogida de materiales y correspondencia entre los conocidos y amigos de Ada, con vistas a elaborar una biografía que nunca llegó a publicar. Esta nota biográfica no hubiera sido posible sin ese excelente trabajo de investigación de Abel Paz.
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" And those who were seen dancing were thought to be insane by those who could not hear the music. "
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Je considère comme gaspillée toute journée où je n'ai pas dansé.
F. Nietzsche
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