#nubes blancas
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johnbeytia · 2 years ago
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Tan hermosa..
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bichox · 2 years ago
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Por muy pequeña que sea tu ventana, el cielo sigue siendo igual de grande
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the-color-life · 10 months ago
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spidersinmysoup · 1 month ago
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Vapear debe ser lo menos atractivo que podes "fumar"
Smoke a Cuban cigar like a real man
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blancaliliaibarra · 1 year ago
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09/08/2021
En México, el cómputo en la nube, la cobertura LTE, las redes 5G y la virtualización de las redes son consideradas por las y los usuarios como innovaciones tecnológicas de alta importancia para el desarrollo del ecosistema digital. De acuerdo con los resultados del “Reporte sobre las expectativas en el mercado de los servicios de Telecomunicaciones en México 2021”, elaborado por el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), el cómputo en la nube y la inteligencia artificial son prioridades para el sector de las telecomunicaciones en México.
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dakota-zen · 1 year ago
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《Rima XXIV》
Dos rojas lenguas de fuego
que, a un mismo tronco enlazadas,
se aproximan, y al besarse
forman una sola llama;
dos notas que del laúd
a un tiempo la mano arranca,
y en el espacio se encuentran
y armoniosas se abrazan;
dos olas que vienen juntas
a morir sobre una playa
y que al romper se coronan
con un penacho de plata;
dos jirones de vapor
que del lago se levantan
y al juntarse allá en el cielo
forman una nube blanca;
dos ideas que al par brotan,
dos besos que a un tiempo estallan,
dos ecos que se confunden,
eso son nuestras dos almas.
Gustavo Adolfo Bécquer
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blancdansnoir · 3 months ago
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"All the stars may shine bright All the clouds may be white But when you smile Oh, how I feel so good That I can hardly wait to hold you Enfold you Never enough Render your heart to me All mine You have to be..." "Pueden brillar todas las estrellas pueden ser blancas todas las nubes pero cuando sonríes oh, me siento tan bien que apenas puedo esperar para abrazarte para envolverte nunca es suficiente entrégame tu corazón tienes que ser toda mía..."
youtube
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imaven · 4 months ago
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— food court.
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vio las nubes dulces en tonalidades rosas, blancas, azules y amarillas; y sus orbes se iluminaron. hacía tiempo no se sentía tan ligero. tan bien. se sacó una mochila durante la primera semana de vacaciones y no tenía planeado añadir más peso en su espalda. ‘ ¿quieres uno? ’ apuntó el algodón de azúcar, mientras recibía el propio en rosa tonalidad y tomó un bocado. ‘ invito yo ’ 
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caostalgia · 1 year ago
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Lo conocí y directamente sabía que él era magia. Que había encontrado una de esas personas que son el sol para calentarte, el mar para calmarte, la luz para iluminarte... Tanto fue así que mi corazón empezó a latir más fuerte de tan solo pensarlo cerca.
Me interesé tanto por su interior, por lo que contiene bajo su piel blanca como la nube más pura, por disfrutar de ese brillo que desprende, por desnudar su mirada... hasta que se marchó y ni si quiera sé su nombre, pero sé que es magia.
CosmosNea
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la-cafeina-de-tus-ojos · 10 months ago
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Me recoste
entre las nubes
blancas de tus cielos.
Allí te soñé despierto.
Se acercaban
tus vientos
a mis miedos.
Uno a uno,
caían a merced
de la tierra
que sostiene tu cuerpo.
Tan lleno
de paisajes perfectos,
tan transparente,
como el agua
que sacia y sostiene
la vida.
Y yo,
tan sediento,
tan vacío antes de ti,
tan perdido
y tan muerto.
Das el aliento
al corazón.
Haces,
que los ríos de sangre
se llenen de versos.
Que los latidos
empujen los pasos
que caminan
por las lomas
de tus pechos.
Todo rima.
Sí,
todo es tan perfecto,
aquí y ahora,
sintiendo
como tu mundo
se posa sobre mi.
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kiyovazquez · 10 months ago
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Little rainbow (Wukong x Kiyo)
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Los cálidos rayos del sol se filtraban en la habitación del hospital, donde dos dioses contemplaban a su pequeña criatura. Kiyo se encontraba recostada sobre blancas almohadas, con el monito acurrucado en sus brazos maternales.
El recién nacido dormía plácidamente, ajeno al mundo, apenas unas horas después de ver la luz por primera vez. Kiyo lo miraba enamorada, olvidando el cansancio de tantas horas de parto.
Con delicadeza, deslizó sus dedos por la espalda del bebé, conteniendo a duras penas las lágrimas que amenazaban por escapar. A su lado, su amado esposo la miraba en silencio, compartiendo aquel momento de gracia.
—Es tan pequeño...— musitó Kiyo, derritiéndose de ternura. Su criatura era aún más diminuta que los niños humanos, siendo tan pequeño y delgado.
—Los monos son más pequeños que los bebés humanos— observó Wukong con sabiduría, recordando a los pequeños monitos de su montaña.
Con suma delicadeza, envolvió a Kiyo en un cálido abrazo, cuidando de no causarle el menor malestar tras las horas de parto. Recargó su mentón en el hombro de su amada, uniéndose a ella en la contemplación del pequeño milagro entre sus brazos.
Sus toscas manos, endurecidas por las batallas, rozaron con infinita ternura la mejilla del bebé. Sus deditos eran más frágiles que el pétalo de una flor, y su boquita y sonrosadas mejillas despertaban una oleada de amor en lo más hondo de su alma.
—¿Has pensado ya en un nombre para él? —preguntó Kiyo después de unos minutos de silencio, buscando la mirada dorada de su amado.
—Eso es fácil —rio Wukong entre dientes, estrechando con más fuerza a su familia—. Claramente se llamará Wukong Jr, es mi viva imagen— expresó con orgullo.
La pelinegra frunció el entrecejo al escuchar tal ocurrencia. Con delicadeza acunó al bebé entre sus brazos, como protegiéndolo de aquel nombre.
—Nuestro hijo no llevará tu nombre —se negó con suavidad—. Él es su propia persona y merece un nombre propio
—Pero, mi lluvia... —se quejó Wukong con un puchero, antes de dejar escapar un suspiro resignado—. Bien, dime qué nombres tienes en mente. Espero al menos que sean más bonitos o será Wukong jr —soltó con una sonrisa burlona.
Kiyo sonrió, preparándose para crear unos segundos de suspenso antes de hablar.
—Se llamará Mixtli —anunció con orgullo. Un bufido escapó de los labios de Wukong.
—¿Mixtli? ¿Qué clase de nombre es ese?
—Significa "nube" en náhuatl —explicó Kiyo mirándolo con dulzura. — Nuestro hijo no será solo chino, también llevará en sí las raíces de mi cultura.
—Lo sé, lo sé —concedió Wukong haciendo muecas. — pero no estoy seguro...
—Pero solecito, a mí me encanta Mixtli —insistió Kiyo con un puchero. Tras reflexionar un momento, propuso. — ¿Qué tal si tiene dos nombres? elige tú su otro nombre, pero no Wukong Jr
Wukong frunció el ceño, sumido en reflexiones. Jamás había pensado en tener que nombrar a un hijo, acostumbrado a la idea de llamarlo como él. Pero deseaba honrar los orígenes de Kiyo también.
Se apartó un poco y contempló al bebé en silencio, analizando sus delicados rasgos en busca de la esencia oculta tras ellos. Poco a poco, una sonrisa se dibujó en su rostro.
─Creo que tiene cara de Kai ─declaró con orgullo.
─ ¿Kai? Podrías haber elegido algo más corto ─bromeó Kiyo con tono sarcástico.
─Oye, Kai es un nombre noble... ─se quejó con dulzura─ Además, dijiste que serían dos. Kai Mixtli suena armonioso, ¿no crees?
—Pero solecito, el punto no es...
Kiyo no alcanzó a terminar cuando un llanto interrumpió sus palabras. Con delicadeza acunó a Kai, susurrándole cálidas palabras mientras lo mecía.
—Tranquilo, mami y papi están aquí... —musitaba arrullándolo. Pero los sollozos del bebé no cesaban.
Wukong los contempló en silencio y un semblante serio. Con suavidad acarició los finos cabellos del pequeño, calmando su llanto para sorpresa de todos. El silencio reino en la habitación unos momentos.
—¿Pensaste alguna vez en ser madre? —preguntó Wukong en tono reflexivo, sin apartar la vista del niño.
—No realmente, al menos no tan pronto —confesó Kiyo confundida—. Cuando nos casamos comencé a imaginarlo, pero nuestro hijo fue... Una sorpresa.
—Y... ¿No te molesta? — murmuró Wukong con una vulnerabilidad poco común en él.
Kiyo lo miró con ternura, intuyendo sus inquietudes. Sostuvo al bebé con una mano mientras la otra tomaba la mejilla de su amado.
—¿Qué es lo que realmente te preocupa, cariño? — inquirió acariciando su rostro.
Wukong suspiró hondo.
—Tengo miedo de ser mal padre —confesó al fin. — Yo no tengo padres, nací de una roca, sólo estuvieron mis maestros, pero jamás los vi como figuras paternas. Sé que podría cometer errores y lastimar a Kai sin querer. No quiero defraudarlo...— decía, alzando su mirada al pequeño fruto de su amor. Sus ojos se entrecerraron un poco. — tengo miedo de lastimarlo o ponerlo en peligro como he hecho con MK, Macaque... Con todos. No quiero que él pase por todo eso y mucho menos por mi culpa...
—Wukong, no puedo asegurarte de que serás el mejor padre, el futuro es incierto —susurró Kiyo acariciando su rostro con dulzura. — Tampoco yo sé si estaré a la altura, pero una cosa sí puedo prometerte: estaremos juntos en esto...— sonrió, buscando confortar a su esposo. — Tus dudas y temores demuestran que realmente lo amas y quieres lo mejor para él. Eso es lo verdaderamente importante. No necesitas ser el padre perfecto, sólo ser el padre que Kai merece: aquel que lo ame incondicionalmente, lo escuche, lo guíe y proteja. Y de eso estoy segura de que eres capaz...
Wukong sintió que sus miedos comenzaban a disolverse ante la mirada llena de fe y confianza de Kiyo. Ella creía en él aun cuando él mismo no lo hacía. Y si ella confiaba en que juntos podrían ser buenos padres, él también empezaba a creerlo. Sus labios se curvaron en una sincera sonrisa, entregándose de lleno a su nueva misión como protector de aquella preciosa vida que había creado junto a su esposa.
—Gracias, mi amor— murmuró, estrechándola entre sus brazos con cuidado de no aplastar al bebé. — Estar juntos es todo lo que necesito. Haré lo mejor por nuestro hijo, te lo prometo.
—Confía en mí, también tengo mucho miedo... —susurró Kiyo separándose lentamente de su abrazo para mirar el rostro de su esposo. — Pero ¿sabes qué es lo que me da fuerzas? Ver tus ojos dorados. Al mirar en ellos cada día recuerdo todo mi pasado y veo todo lo que hemos recorrido juntos. Ya no soy aquella chica triste y sola que una vez fui, ahora soy tu esposa, la madre de nuestro pequeño hijo y la diosa de la lluvia. No podría desear un futuro mejor. Tú salvaste mi vida tan solo con tu mirada...y seguir viendo esos lindos ojos todos los días solo me recuerdan lo feliz que soy actualmente y lo feliz que seguiré siendo a tu lado.
Wukong acarició su mejilla con ternura y la estrechó de nuevo entre sus brazos, ocultando el rostro en su cuello y respirando su aroma.
—Creo que en realidad nos hemos salvado mutuamente sin darnos cuenta —susurró, con la voz quebrada por la emoción, soltando un pequeño suspiro como si de esa forma, sus miedos se borran para siempre.
Kiyo sonrió dulcemente, entregándose al abrazo de Wukong con calma. Unas lágrimas de profunda felicidad se deslizaron por sus mejillas al recordar el largo camino recorrido para llegar a este momento de felicidad junto al amor de su vida. Había valido cada tropiezo, cada lágrima derramada.
Pocos segundos después, como si supiera que era el centro de atención, Kai volvió a despertar sollozando bajito y removiéndose entre sus mantas. Sus padres se separaron despacio, mirando al pequeño niño envuelto en mantas azules demandando atención.
—Creo que un buen comienzo para cualquier padre es cargar a su hijo entre sus brazos— susurró Kiyo con ternura, trasmitiéndole toda la confianza que él aún no se atrevía a darse. Extendió al pequeño bultito que sollozaba, acunándolo un instante más entre sus manos antes de depositarlo con cuidado en el pecho de Wukong.
—K-Kiyo, no creo poder...— murmuro Wukong nervioso, cortando sus palabras de inmediato cuando sintió el menudo cuerpecito de Kai acurrucarse con confianza sobre su pecho.
En silencio, el mono naranja miró con asombro al fruto de su amor. Cada respiración y movimiento del bebé lo absorbían por completo, logrando que su corazón latiera como loco. Las pequeñas manitas de Kai se agitaron buscando aferrarse a la ropa paterna, hallando en ese simple gesto el consuelo que demandaba.
Wukong contuvo el aliento, admirado por la fragilidad y perfección de tan pequeño ser. Sus miedos se desvanecieron al comprender que aquel niño ahora formaba parte de su alma. Lo envolvió con infinito cuidado entre sus brazos, maravillado al contemplarlo moverse plácidamente sobre su pecho.
—Será un honor y un privilegio ser tu padre, Kai Mixtli— susurró conmovido, sin apartar la mirada de su rostro. En ese instante supo que haría cualquier cosa con tal de verlo feliz y protegerlo por siempre. Finalmente conocía aquella palabra tan desconocida para él, paternidad.
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esuemmanuel · 5 months ago
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Your eyes kiss my wounds when you look at me, they make me feel accompanied and not so sad, for that reason I am grateful that they look at me and that, in their pupils, they keep the precious cotton of the whitest clouds; in this way you heal me, you cleanse me, and take pity on this soldier wounded in battle.
Tus ojos me besan las heridas al mirarme, me hacen sentir acompañado y no tan triste, por eso agradezco que me miren y que, en sus pupilas, guarden el algodón precioso de las nubes más blancas; así me curas, me limpias y te apiadas de este soldado herido en batalla.
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gh-0-st-2 · 6 hours ago
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Querido F, hoy deje de amarte y de odiarte al mismo tiempo, ya no pienso en ti como solía hacerlo pero el sol al salir me recuerda a aquellos ojos color café que brillaban en el atardecer, me recuerda a ti aquel cielo azul que mirábamos encontrando figuras en esas nubes blancas, me recuerda a ti ir a aquel lugar en donde pasábamos tantas tardes juntos, me recuerda a ti el mirar a alguien más jugar tu deporte favorito y pensar que eres tu a quien estoy admirando, me recuerda a ti aquella playa en la que juramos viajar algún día, me recuerda a ti los fines de semana aquellos en los que me acompañabas incluso "al fin del mundo", me recuerda a ti un paisaje o un auto, una canción o una voz, una risa preciosa y una mochila de color amarilla, las mañanas frías en las que me abrazabas y esperabas hasta el último minuto y más, aquellas tardes que pasábamos juntos mirándonos a través del retrovisor, me recuerda a ti leer nombres de niñas porque así se llamaría la nuestra, ver a un super goleador y saber que es tu motivación, me recuerda a ti incluso un sacapuntas o un "te amo de aquí a la luna, a pasitos de tortuga".
¿Todo me recuerda a ti o solo busco recordarte en todo?
¿Aun te sigo extrañando o solo quieres seguir aquí?
¿Te amo o te odio? ¿Te odio o te amo?
Te extraño, pero ya no quiero seguir recordando, de eso vivo de recuerdos enterrados en llantos.
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elbiotipo · 7 months ago
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La camiseta de la selección de la Tierra tendría que ser de bandas celestes y blancas. Para representar los mares y las nubes vistos desde el espacio. Obviamente.
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ritmos-eternos · 7 months ago
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Merodeando el jardín
Cae el silencio y su peso,
y pienso en ella
en su tono exacto que alcanza el sol,
¡Oh! querido calor, que toca su cuerpo
y abraza su piel,
¡Feliz tú! qué haces brillar sus ojos
y resalta su color café.
¡O tú! cielo, que recibes su mirada,
que contemplas su tiempo
y abrigas su ser.
Oh, prados verdes,
llega la primavera y
en su corazón no florece el amor,
ay árboles de mi jardín
que triste estoy
blancas están las nubes,
blanco su corazón que no siente por mí,
que late sin alteración
Royine
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entre-el-cielo-y-la-tierra · 10 months ago
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Aprovechó el momento y escapó. Saltó al cielo buscándolo, sentía un jalón en la muñeca, era el cordón rojo el que la llevaba por el aire, la subía, haciéndola dejar atrás las colinas y montañas, y el mar verde que cantaba lleno de gozo por el abrazo del Sol, al cual ella era elevada.
Alto, más alto, subía y, al pasar por las nubes, al más profundo azul del alto cielo, se le enredaban trozos de ellas en el cabello, como cintas trenzándose en su larga cabellera. Estaba en el borde, donde el etéreo silencio celeste se encuentra con el bullicio de la vida, y se quedó allí un momento, suspendida, con los brazos abiertos y los ojos cerrados, queriendo empaparse de lo sublime que tocaba cada centímetro de su cuerpo. Sintió, de repente, que el cordón de la muñeca la jalaba. Sonriendo se dejó llevar, feliz de saber que él la pensaba, que la llamaba. Su alma se alegró y cobró la velocidad que sólo puede imprimir la felicidad más absoluta. Al bajar, vio a los pájaros curiosos volar junto a ella; querían ver por qué estaba tan feliz ese ser que, aun sin alas, se atrevía a surcar el cielo.
Bajando esta vez por en medio de las nubes y, al ver que se volvían más grandes las cosas que parecían tan pequeñas desde el cielo, se percató de que se había olvidado de su pequeñez. Al acercarse vio algo que brillaba como una estrella blanca, era la pluma plateada de un ángel, olvidada en una nube, probablemente del lugar en donde había estado descansando y observando a la humanidad. Estiró la mano lo más que pudo, atrapándola y pegándosela en el corazón, mientras descendía hasta donde estaba el anhelo de su alma. Su forma astral se materializó junto a él. Estaba en aquel café al que siempre le gustaba ir, sentado, observando el horizonte donde el mar besa al cielo, y pensaba en ella. Libreta abierta, lápiz empuñado y dispuesto, pero pausado, mientras su alma se derramaba.
Brillaba el cordón rojo en su muñeca y palpitaba destellos llegando al de ella. Ella lo contempló con infinita ternura y, por un momento, se quedó allí, sintiendo palpitar el cordón que los unía. Cerró los ojos y dijo una oración, mientras sostenía la pluma del ángel en su pecho. Caminó unos pasos hasta él y se la puso en el bolsillo de la camisa, justo sobre su corazón. En ese momento él miró hacia arriba directo a sus ojos y se tocó el pecho con sorpresa, poniendo su mano sobre la etérica de ella.
En ese momento, refulgió como un Sol el cordón que los unía y ella despertó sonriendo.
e.v.e.
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