#no quiero hacerle daño
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3amdistress · 4 months ago
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uno se va porque no quiere o porque siente que no lo quieren, no se va porque no sabe querer. porque cuando quieres, sabes querer. y cuando te quieren te lo demuestran.
ángel no me quiere, por más que me diga que sí lo hace, él solo esta apegado a mi, le gusto y no me quiere dejar ir, porque sabe que lo amo más que a nada y no quiere perder eso.
no quiere perder a quien lo ama, igual que yo no quería perder a quien me amaba. pero los perdí a todos por él. y cuando él encuentre a quien ama, allí será cuando me dejará.
quería ser esa persona para él y amarnos como nos dijimos incontables veces, pero no podrá ser. no puedo forzar que me amen y no puedo esperar por alguien que no me valoró… o puedo. creo que no quiero. no quiero esperar por quien me engaño por tantos años, el único a quien le permití que me decepcionara…
pero puedo perdonarle todo. por que me cuesta tanto? por que no quiero perdonarle? por que no lo amo incondicionalmente como me jure hacerlo? porque lo sigo amando… porque sí quiero perdonarle. porque no es difícil. es demasiado fácil perdonárselo todo a él.
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cuita · 1 year ago
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chicas puede ser que lo peor que me haya sucedido en esta vida haya sido sobrellevar una venerea, afortunadamente tengo dinero para costearme el tratamiento, tengo el acompañamiento de mi pareja, amigos y familia, y aún así sigue siendo una de las cosas más feas que he vivido, ahhhhh re dramático el herpes
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orbita-fanini · 4 months ago
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Frase del día:
No quiero hacerle daño a nadie por llenar vacíos que me corresponden.
@Diego Dewitt
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chiquititamia · 7 months ago
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Make you feel better, parte 2
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Holaaaa, aquí les traigo la segunda parte de mi último fic, espero que les encante y me comenten qué cosas le gustan y qué cosas puedo mejorar. Gracias por leer!💕
+18
❤️‍🔥Por fin sucede
💞Enzo x fem!reader
⚠️Warnings: sexo menstrual, sexo sin protección, sexo oral, algo romántico también.
Make you feel better, pt.2
Tratabas de dominar tu respiración, los nervios te la estaban alborotando. Enzo estaba encima de ti, mirándote con esos ojos oscuros y profundos, su pelo negro enmarcándole el rostro.
-Tranquila, chiquita…
Soltaste una pequeña risa para intentar hacerle caso y darle a entender que deseabas esto tanto como él.
-Está bien si te toco? – preguntó con esa voz suya que era como chocolate negro derritiéndose y cayendo sobre tu piel. Asentiste sin quitarle la mirada de encima, pero, cuando su mano rozó tu cuello y fue bajando con la punta de los dedos hacia tus pechos, tuviste que cerrar los ojos. Su otro brazo le sostenía, apoyándose junto a tu cabeza y acariciando tu mejilla para intentar, de una vez, que estuvieses tranquila.
-Cómo no me llevás sujetador, nena? - provocó con media sonrisa de diablo.
-Me dolía…
-Ah, te dolía…-sonaba a falso reproche, a que te iba a enseñar porqué eso era una temeridad y estaba mal. Procedió a serpentear su mano por debajo de la vieja camiseta hasta llegar a tu pecho, el cual abarcó sin esfuerzo. Masajeó como si fuera un experto y lo tuviese todo bajo control, sin embargo, aunque lo ocultase mejor que tú, él también estaba nervioso, y sobre todo embelesado por lo que estaba pasando. Mientras pasaba el pulgar por encima de tu pezón, con cuidado de no hacerte daño, notabas como exhalaba su aliento caliente como fuego en tu cuello, indicativo que se estaba quemando por dentro tanto como tú. No era lo único, naturalmente, también podías sentir su erección, imposiblemente firme contra tu muslo, la cual hundió un poco más para su propio alivio y para hacerte saber cómo te deseaba. Eso provocó que gimieras en su oído.
Antes de que te dieras cuenta, Enzo se había desecho de tus shorts.
Un pensamiento cruzó tu mente como un rayo, ¿estarías sangrando? Aunque las molestias y el dolor habían comenzado, el sangrado no lo había hecho, según tus cálculos, lo más probable es que empezara mañana o esta noche, pero eras consciente de que no era una ciencia exacta. No podías aceptar la idea de que quizá manchases a Enzo, te morirías de la vergüenza y desearías que te tragase la tierra. Cuando éste deslizó tu ropa interior lentamente por tus piernas lograste echar un vistazo y comprobaste que no había restos de sangre, pero sí de toda tu excitación, lo cual él se tomó como un halago no verbal.
-Sigues teniendo cara de preocupada, chiquita… - dijo con una voz que te sonó aún más grave, pero como si casualmente no estuviera acariciando tu monte de venus.
-Es que no quiero mancharte, boludo-te reíste, al fin siendo tú misma con él.
-No sé con que clase de nenes has salido vos, pero a mí un poco de sangre no me asusta.
¿Es que acaso estaba dentro de tu cabeza para saber exactamente qué decir para prenderte aún más?
Tanteó con la punta de los dedos tu entrada, y la humedad que él había provocado en ti se adhería a su piel, pequeños hilos transparentes adornando sus dígitos. Poco a poco se introdujo en ti haciendo que te estremecieras y arquearas la espalda. Él resopló y te miró frunciendo el ceño.
-Ufff… qué apretada que estás, nena…-acercó su boca a tu oído provocando un nuevo vuelco en tu corazón- ¿Así me vas a apretar la pija?
Dios. DIOS. Un gemido que fue casi un grito escapó de tu garganta sin que tú pudieras (o quisieras) hacer nada por evitarlo. Hubieras jurado que cualquier pibe que te hablase sucio se hubiera ido de tu casa con una patada en el culo, pero joder, cómo te había prendido que Enzo dijera eso. De hecho, como si tu cuerpo quisiera darle la razón, tu interior se contrajo alrededor de sus dedos, provocando una risita maliciosa en él. Los movía con habilidad, dibujando el típico gesto de “ven aquí”, encontrando y masajeando un punto muy sensible de tu centro.
-Enzo…-gimoteaste.
- ¿Qué, nena? - contestó con la respiración agitada, notando, desde hace un rato como su líquido preseminal estaba formando una mancha húmeda en sus bóxers negros, su erección, pulsando dolorosamente.
Querías contestar, pero el placer te nublaba la capacidad de hablar, solo podías gemir y agarrarte con fuerza a su espalda, reparando en lo firme que era, y lo pequeña que parecías debajo de él. Le miraste a los ojos suplicante, queriendo comunicar tus deseos sólo con tu mirada.
-Ya sé, ya sé... – se apiadó él. Se apartó de ti con cuidado de retirar sus dígitos suavemente para no herirte. El vacío que dejaron te molestó intensamente, pero sabías que simplemente el aperitivo había terminado: ahora venía el plato fuerte.  Arrodillándose en tu cama comenzó a desabrocharse el cinturón. Iluminado solamente por tus tenues luces azules y la pantalla de tu televisión, la figura de Enzo era escultural: su cabello largo y oscuro, su torso definido y bronceado. Incluso el vello de sus axilas te pareció intensamente atractivo cuando alzó los brazos para sacarse la camiseta. Su aroma, su aroma parecía tener temperatura, emanaba calor, y un olor riquísimo a madera y café, a hombre.
Se bajó un poco el pantalón vaquero, y, aunque su intención era levantarse para desprenderse de él por completo, un instinto súbito tuyo se lo impidió. Te incorporaste y gateaste hasta que tu rostro quedó a la altura de su cintura. Acariciaste la tela de su bóxer, notando su dureza, cómo su anatomía estaba provocando que la prenda estuviese tirante. Cuando Enzo procesó lo que estabas a punto de hacer suspiró. Su caballerosidad no quería dejarte continuar, esta noche se trataba de ti, pero ¿cómo te iba a decir que no? Tu boquita debía sentirse como el cielo en la Tierra.
Apenas te tomaste un momento para admirar cómo su miembro se erguía ante ti, inflamado, expectante de tu atención. Lo tomaste con delicadeza en tu mano derecha e hiciste que entrase en tu boca, tus labios haciendo de cálida bienvenida para él, tratando de relajar la lengua para que pudieras acomodar su tamaño más fácilmente.
-Ay, sí…- gimió con voz ronca.
Sonreíste para ti misma, no era algo de lo que pudieras alardear en cualquier conversación, pero sabías que era algo que se te daba muy bien hacer.
Continuaste el movimiento de vaivén, utilizando tu saliva como lubricante, provocando una serie de sonidos que Enzo juraba que le iban a volver loco. Tenía su mano en tu mentón, sin sujetarlo, pero marcando la posición. Notaba como tu boca se llenaba y nunca se vaciaba del todo.
Su respiración, su pulso acelerándose, la forma en la que tensaba los abdominales, eran señales de que le costaría mucho aguantar si continuabas con ese ritmo.
-Basta – sacó su pija de tu boca sin previo aviso, y tú te quedaste con la cara que se le queda a un niño cuando le quitas su juguete favorito – tumbáte – ordenó.
Te dejaste caer sobre la pila de almohadas, que se desinflaron suavemente por tu peso.
No había ya lugar para miramientos o preámbulos, tenía que cogerte ya.
Enzo volvía estar encima de ti, pero esta vez frente a frente. Se mantenía en equilibrio, además de con sus piernas entre las tuyas, con su antebrazo sosteniéndole junto a tu cabeza. Su otro brazo, sin embargo, se perdía debajo de su abdomen, no podías verlo, pero pronto notaste cual era su cometido. Su mano estaba agarrando su propio miembro, pesado, duro, para posicionarlo en tu entrada, que no podía esperar para tragárselo. Sentías su sudor en tu piel, su calor, tus pulsaciones disparadas, la humedad que compartíais. Pero todas esas sensaciones se vieron ensordecidas por la más intensa que habías sentido probablemente en tu vida:
Enzo entrando en ti
Tus ojos y tu boca se abrieron como para sustituir el sonido que eras incapaz de generar.  Tu mirada se encontró con la suya. Él también tenía una expresión obscena, os mirabais incrédulos del placer que os estabais dando el uno al otro. ¿Porqué carajo no lo habíais hecho antes?
Tras un momento de adaptación, tú a su tamaño y él a tu estrechez, las embestidas se tornaron más rápidas y casi todo lo profundas que podían ser sin hacerte daño.
Enzo pareció leer tus preocupaciones (una vez más), y de forma inconsciente, las tomó como si fueran un papelito, las arrugó y las tiró lejos de ti.
-Dios, nena… -dijo con voz grave y entrecortada- ¿te gusta? ¿te alivia un poco…?
-Muchísimo, amor- Mierda. Eso se te había escapado, por mucho que estuvierais haciendo lo que estabais haciendo no debías haberlo llamado así.
-Me alegro, mi vida – al decir esto, besó tu mejilla con calidez, decidiste que su respiración era lo único que querías en tus pulmones.
¿Era posible que te sonrojaras aún más? Sí, era posible.
Habías conseguido entrelazar las piernas a su espalda, acercando más tu cadera a su cuerpo, haciendo que las estocadas fueran todavía más profundas. El movimiento cada vez era más errático, estaba golpeando tu punto más débil, la humedad que había provocado en ti estaba con seguridad creando una gran mancha en tus sábanas, escurriéndose por tus ingles y tus glúteos. Notaste fuego dentro, en tu bajo vientre y en el fondo que Enzo estaba tocando una y otra vez con su glande hinchado. No hacía falta que dijeras nada - tampoco es que pudieras- te aferraste a él con desesperación, como si no quisieras salir volando arrastrada por una corriente de viento brutal. Por instinto te encogiste, escondiendo la cara en su pecho.
-Dale, princesa, miráme cuando te venís- tomó tu cara en su mano y te obligó a encararle.
Como todo un experto eligió un ritmo y lo mantuvo para ayudarte a concentrarte en perseguir tu clímax, mientras tanto, agarró uno de tus pechos, estimulando tu pezón, añadiendo otro foco de placer a la ecuación.
-Vamos nena, dejate ir…-continuó animándote.
Tus labios dibujaron una ‘O’ que no se cerraba más, él miraba tus ojos y después tu boca, la cual se le antojaba la frutilla más dulce que había tenido el placer de devorar. Dios, como deseaba él acabar en esa lengua rosada.
Tu interior se contrajo exponencialmente, atrapándole y, a los gritos, te viniste agarrada a él, en el orgasmo más increíble de tu vida. Si había un cielo podías afirmar que lo habías tocado.
Enzo seguía haciéndote el amor, (por que ya no se podía decir que simplemente te estaba cogiendo), pero la sobreestimulación no te estaba incomodando, querías seguir sintiendo, y de hecho seguías sintiendo muchísimo placer.
-¡Dentro, Enzo!
-Nena, no voy a aguantar…- te miró con urgencia entre gemidos roncos- d-dime…dónde…
Te miró confundido. Estabas disfrutando malévolamente de su preocupación, omitiendo el pequeño detalle de que estabas en la píldora.
-¿Tomás la pastilla? -casi gruñó por el esfuerzo de aguantar su eyaculación.
Asentiste con sonrisa de diabla, divertida.
-¿Te lleno? ¿querés que te llene…? - su respiración cada vez más agitada, su voz, rota.   
En respuesta gemiste aún más alto, encontrando un momento para lamer su cuello, salado por el sudor, y terminar de volverle loco.
Un último quejido salió de su pecho y le obligó a cerrar los ojos con fuerza. Estaba derramándose por completo en tu interior. Jurabas notar los disparos blancos y ardientes inundando tu interior. El pulso bombeando alocadamente en su miembro había hecho que se sintiera todavía más ancho, arrebatando más lloriqueos desesperados de tu boca.
-Ufff… - resopló exhausto antes de unir su torso al tuyo y descansar encima de ti.
-Yo te tenía unas ganas inmensas, chiquita- confesó él por fin- Te quiero, ¿sabías? - remató, haciéndote sonreír inmensamente.
-No me lo puedo creer- te reíste peinando su pelo húmedo con tus dedos- ¿qué hemos hecho?
Le apartaste el cabello de la cara con dulzura para poder verle bien.
-Yo también a ti. - soltaste, sintiéndote ligera después de decirlo.
Una extraña nueva confianza se estaba apoderando de ti, Enzo te hacía sentir como la mujer más maravillosa, y con él en tus brazos, lo viste todo mucho más claro.
Parte 1
tags: @iamjustadoll @andyrubei @madame-fear @miskhalie @karylvsjuanii @koiibiito @quarzitos @voglatte @llorented @deepinsideyourbeing
(me he basado en mis reblogueos e interacciones para hacer la tag-list, diganme si quieren que les agregue o los borre de la misma ;))
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caostalgia · 1 year ago
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Curame los miedos.
Ven, no te vayas, quédate aquí, al ladito de mí. Apapachame, escúchame y limpia mis lágrimas. Que no sabes lo mucho que amo saber que no tú no lastimas.
Ven, ayudame a encontrar entre recuerdos y pesadillas algún momento bonito con papá. Alguna palabra que no hiciera retumbar las paredes y el suelo, que no me hiciera tiritar y caer de bruces contra el pavimento.
Algún gesto, o el mínimo esbozo de una sonrisa.
Ayudame a encontrar algo de mi yo de 6 años que él pudiera, tal vez, amar.
Ven, escucha y trata de no vomitar cuando te hablé de mi hermano, de su falta de inocencia y su actuar inhumano.
Por favor déjame hablarte de aquello, del dolor que cargo gracias a ello. De cómo me vi obligada a perder la realidad para no aceptar que sí había pasado en verdad.
Ven, déjame escribirte sobre mi tío, los secretos guardados y mis ahora delirios.
Quiero hacerte textos repletos de aquel amor envuelto en veneno.
Promete que leerás cada uno y aún así no te marcharás.
Ven, te quiero susurrar sobre esos dos hombres que intentaron ocupar el lugar de papá.
Creo que tú también los podrías odiar. Pero esa no es la razón de hablarte sobre ellos.
Quiero entre murmullos hacerte saber, lo mucho que deseé hacerles daño sin pensar en qué podría pasar.
Quiero confesarte cómo el odio que burbujeaba en mi interior, me hizo querer verlos diez metros bajo el suelo.
Quiero desahogar el rencor de mi pecho, borrarme los golpes y por fin renunciar a todo eso con lo que ya no puedo.
Ven, abrázame fuerte mientras te cuento sobre él. Su falta de querer y mi inevitable enloquecer.
Te explicaré como desarrollé aquella obsesión, cómo fue que cada fibra de dignidad, de mi cuerpo escapó.
El primer amor, pero sobre todo el primer desamor.
Quiero desnudarme la culpa, la insuficiencia y los complejos.
Quiero cesar el incendio, que por su partida, ahora siempre llevo dentro.
Abrázame muy fuerte que te quiero contar lo mucho que lo intenté amar, lo poco que le pude dar, pero aún así el vacío que me dejó después de a mí, renunciar.
Vamos, ven. Aún no te vayas, quédate aquí, al ladito de mí. Déjame creer que de entre todos los "no", tú eres un "sí".
No te pido comprensión, ni mucho menos amor. Solo quiero que intentemos olvidar el dolor con el que cargamos los dos.
Vamos, ven. Compartamos silencios, aquellos que escupen lo que nos destroza por dentro. Que yo quiero estar para ti, sin sentir que soy menos, y tú... tú tan solo curame los miedos.
(D.G.)
Coldissweet
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alquimistaliteraria · 6 months ago
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Soy de blanco o negro,
sin grises,
O todo o nada,
No me gustan las mitades,
Quiero a alguien completa,
Y tú estabas a la mitad,
en medio de dos amores,
Al saberlo,
a pesar de que mi corazón quería permanecer,
Por amor elegí hacerme a un lado,
Por amor me elegí,
Y por amor permanecería a la distancia hasta que el amor por ti desapareciera.
-Diario abierto-
No me elegiste pero si decidiste no elegirme. Con todo el amor en las manos y un corazón roto decidí que yo no me podía fallar, yo si debía elegirme y hacerme a un lado con todo este amor a sabiendas que te amaría en silencio hasta que todo el sentir desapareciera.
Bueno, eso intenté hacer pero observé a mi corazón queriendo permanecer en una amistad que no podía ser, mi mente bloqueada por el trauma se rehusaba aceptar la magnitud de la situación y el daño, y mi corazón fingiendo que su amor podría con una amistad a pesar de todo lo ocurrido, me convenció por un momento, después comenzó el dolor, obviamente no era cierto que podía seguir en su vida después de todo, me estaba mintiendo, me costó procesarlo, realmente todo fue tan rápido, muchas emociones, sentimientos y entré en crisis, realmente no respondí desde mi verdad por no tener claridad.
Después de meses, de darme en la pared y varias decepciones que yo misma me causaba por ciertas expectativa, después de… esto me da sentimiento (respira profundo) me di cuanta que estuve esperando a que me llegara a corresponder en algún punto/futuro y lo comprendí en la segunda ocasión cuando llegó de nuevo a su misma conclusión donde no me elegía pero decidía no elegirme, en ese momento deje la esperanza, debía aceptar y dejar de esperar a que me fuera a corresponder, a elegirme.
Ahí noté que todo esto dolía tanto por qué era la repetición de un trauma, y tenía que hacerle comprender a mi niña interior que no era personal, que jamás podría controlar las decisiones y acciones de los demás pero si podía controlar mi reacción ante ellas, que si, había un riesgo al amar pero no me evitaría hacerlo, debía aprender a cuidarme y respetar mis límites, debía cicatrizar y aprender amar desde la cicatriz.
También comprendí que elegía no compartir mi verdad con ella por qué era un aspecto tan vulnerable para mí, mi defensa era fingir que todo estaba bien pues no tenía la certeza de sus intenciones, no podía confiarle algo tan íntimo y doloroso, había mucho miedo de volver a confiar en ella, de tomar una elección errónea, había un remolino de sentimientos y a pesar de todo, en la raíz seguía vivo y aferrado un sentimiento el cual no podía evitar, un amor no correspondído. Debía vivir con ello, aceptarlo y dejar de negarlo, después comprendí que ese amor me pertenecía, acepté que le ame demasiado y debía direcionar ese amor hacia mí.
Todo esto fue muy complicado, muy duro, me encontraba en momentos luchando conmigo misma, destruyendo partes de mi que ya no me servían, realmente fue un espejo enorme para mí, fue un tornado y fue a la vez fue deslumbrante para mí, me encandilé con el sentir. Yo decidí amarle y a pesar de todos mis esfuerzos jamás pude odiarle.
Siento que esto estaba destinado y las decisiones que tomamos debían ser esas pues era las que correspondían a nuestra consciencia.
Algo importante fue dejar de preguntarme que habría pasado si… o que tal si en el futuro… era importante desaserme de esos pensamientos que no me llevaban a ningún lado y solo presionaba mi herida.
Si pudiera retroceder en el tiempo, me recordaría a mí misma que debo expresar mis emociones, retirarme con amor y enfocarme en sanar.
Y si pudiera decirle algo a ella, no necesitaría palabras, lo haría de la forma más íntima y certera, le compartiría en mi mirar y silencio mi verdad.
En cada etapa de mi proceso he escrito cartas que no llegarán a su destino, y en todas ellas le he expresado mi verdadero sentir, cada palabra no enviada, contiene mi esencia y mi proceso de sanación. Todo esto se convierte en la semilla de un libro que reflejará mi amor, mi dolor y mi crecimiento. Mi forma de escribir refleja mi alma, mi sensibilidad, mi empatía y mis observaciones de los patrones de las relaciones y el amor.
Realmente me sorprendo de mi forma de escribir, como fluye y surgen frases tan inefables.
Se que hay la probabilidad de que algún día llegue a leerme y tengo la certeza que en mis letras seguirá encontrando el reflejo de lo que encuentre necesario para ella. Creo firmemente que entre nosotras existe un entendimiento más allá de lo que vemos y también esa sensación que tanto ella como yo sabemos perfectamente el porqué de todo esto, información que guardan nuestras almas.
Al final todas las piezas se encuentran, los mensajes se revelan y el amor es transformado en un acto de liberación, autodescubrimiento y evolución.
By Yls.
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pablogavisgirl · 1 year ago
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Broken Love
read part six ➸ here
Shout out to @gaviandgrizisgirl love her to death for helping me out with this chapter and the rest of the fic 🩷🌷!!!
"Pedri! ¿Qué te paso?" Your jaw dropped in shock, it was 11 in the night a limping Pedri with a black eye stood in front of your doorway. (Pedri! What happened to you?)
You took him inside your apartment, sitting him down on the couch. Going to the freezer to give him some ice for his swollen eye.
"¿Que te paso menso?" You asked again placing the ice on his eyes. (What happened to you stupid?)
"Gavi." He simply responded taking the ice from your hand. "¿Por qué se lo dijiste?" He scoffed angrily. (why did you tell him?)
"¡Porque no iba a mentirle a la cara y decirle que lo amo cuando siento algo por ti!" She yelled out in frustration. (Because I wasn't going to lie to his face and tell him I love him back when I have feelings for you!)
"¿Sientes algo por mí?" Pedri asked, the anger leaving his body. (You feel something for me?)
"¡Sí, lo hago y joder, me odio por eso, me odio a por enamorarme de su mejor amigo!" (Yes I do and fuck I hate myself for it, I hate myself for falling for his bestfriend!")
You sunk back on the couch, pulling your knees towars your chest, hiding your face between your knees.
"Quería decirle que lo amaba, y que quería estar con él, pero si lo hiciera, no creo que pudiera contenerme estando cerca de ti como si nada hubiera pasado". You sighed looking at him,
"Cuando te miro quiero besarte, y me hace sentir tan culpable porque cuando miro a Pablo no me siento así." (I wanted to tell him that I loved him, and I wanted to be with him but if I did I don't think I could contain myself being around you like nothing happened, Even now when I look at you I want to kiss you, and it makes me feel so guilty because when I look at Pablo I don't feel this way.)
Pedri knew it was wrong but he couldn't help but smile hearing this. Did this mean she was choosing him? That she wanted to be with him rather than Gavi?
"Pero cuando te miro, a veces me imagino a Pablo". You admitted. (But when I look at you, sometimes I imagine Pablo.)
His smile faded, fuck did that hurt his ego, "¿Alguna vez pensaste en él cuando nos besamos?" he asked afraid to hear the answer. (Did you ever think about him when we kissed?)
You looked down, "No."
Relieve washed over him, taking your hands into his he pulled you closer. "Entonces, ¿qué nos detiene?" He smiled up at you, (Then whats stopping us?)
You stared at him those beautiful brown eyes of his, the ones that made you go week in the knees, the ones that you craved stared back at you hopeful.
"No puedo hacer esto a Pablo. ¡No quiero hacerle daño, o peor, hacerte daño a ti!" You sighed pulling your hands away and onto your lap. (I can't do this to Pablo. I don't want to hurt him, or worse hurt you!")
"Mi vida, ¿cómo puedes hacerme daño?" He laughed softly scooting in closer. (How could you hurt me?)
"Ni siquiera entiendo mis propios sentimientos, pasé años de mi vida enamorado de Pablo, incluso si no lo sabía en ese momento y luego me empiezas a gustar, es tan confuso Pedri". You sighed dropping your head down to your hands in attempt to hide your face.
"No puedo elegir Pedri, me romperá el corazón y el corazón de uno de ustedes, ya soy responsable de romper tu amistad, no quiero ser responsable de arruinarla por completo". You choked out, his hands gently lifting your face to look back at his. ("Because I don't even understand my own feelings I spent years of my life in love with Pablo even if I didn't know it at the time and then I start to like you, it's so confusing Pedri. I can't choose Pedri, it'll break my heart and one of you guy's heart I'm already responsible for breaking your friendship I don't want to be responsible for completely ruining it.")
"No puedo Pedri, no sería capaz de perdonarme a mí misma por destruir completo la amistad de ustedes debido a mis estúpidos sentimientos que ni siquiera tienen sentido". You closed your eyes it was so hard to focus when he was staring at you all lovingly, the longer he stared the more you fought to cave in and kiss him again, you couldn't do that to Gavi, not again. (I can't Pedri I wouldn't be able to forgive myself for completely destroying y'all's friendship because of my stupid feelings that don't even make sense.)
"Y si yo te eligiera, Pablo iría a un alboroto y haría más que darte un ojo morado". You sighed opening your eyes to meet his the dark crescent starting to form around his eye. The guilt panging your heart seeing him hurt, because of his bestfriend. And it was your fault. (And if I were to choose you, Pablo would go on a rampage and do more than give you a black eye.)
"No me importa puede darme tantos ojos negros como quiera, no importaría mientras te tenga a ti". He pleaded, he wasn't one to beg especially for a girl's attention. He was Pedri Gonzalez the girls came to him. (I don't care he could give me as many black eyes as he wants it wouldn't matter as long as I have you.)
But you were different he was willing to beg, chase, and get as many black eyes from his bestfriend just to call you his.
"Joder, por favor, Y/n, olvídate de Gavi por un segundo y piensa en nosotros". He begged as if his life depended on it. (Fuck, please, Y/n forget about Gavi for a second and think about us.)
"Pedri, no lo entiendes, no puede haber un nosotros, no importa cuánto lo queramos los dos, no puedo hacerle eso a Pablo, lo amo". You tried to reason with him. (Pedri you don't get it, there can't be an us no matter how much we both want it I can't do that to Pablo I love him.)
"No lo amas". (You don't love him.)He blurrted out, your eyes twisting into confusion. "¿Qué? ¡Por supuesto que lo amo!" (What? Of course I love him!)
"Sigues diciendo que sí lo amas, pero no te jodes a ti misma Y/n. Si lo hubieras amado, no me habrías dejado besarte. Dos veces. Si lo amaras como dices que lo haces, nunca te habrías enamorado de mí". Pedri scoffed, the truth hurt it always does. The truth was designed to hurt. (You keep saying you do, but don't fucking lie to yourself Y/n. If you loved him you wouldn't have let me kiss you. Twice. If you loved him like you claim you do you would have never fallen for me.)
He was right, maybe you didn't love Gavi as much as you claimed you did maybe the love you had for him had faded over time since you began talking to Pedri.
But you still cared for Gavi and even if it wasn't love you still had feelings for him. It wasn't fair to either Gavi or Pedri. You owed it to the three of you to take time and decide who you truly loved.
"Creo que deberías irte Pedri." You pulled away staring at the floor as you stood up, walking towards the door. (I think you should leave.)
"¿Por qué?" He asked standing up, confused on the sudden mood change and as to why you were kicking him out of your apartment. (Why?)
"Por favor, vete" You spoke, opening the door, he didn't fight you on it he walked out, you shut the door as soon as he stepped out not waiting for him to speak. (Please, just leave.)
You stayed at your door, your ear pressed against it making sure he was leaving and wasn't just standing there. The footsteps got faint, till eventually we're audible anymore.
You let out a shaky breathe taking your phone out from your pocket, dialing Isabella. You explained to her everything that happened, and how you were planning to take time off for yourself.
She encouraged you, believing it was the right thing and what you needed. And if you needed anything to call her.
You made your way towards your closet pulling out a small suitcase, taking clothes off the racks stuffing whatever fit into the suitcase. You briefly paused, staring at Gavi's jersey that hung from the hanger. You took it off balling it into a ball and tossing it to the back of your closet.
You stood up, reaching for your car keys. Was this a crazy idea? Were you crazy? No. Its what you needed, what they needed.
You drove, going over the speed limit it was the middle of the night no cops were going to appear out of nowhere. You drove fast because if you didn't you were afraid you would turn back to your apartment, and start off at step number one again.
You repeated in your head tha this was for the best and you gripped the steering wheel harder. You arrived to the airport parking, you texted Isabella you were leaving the car unlocked with your keys inside so she cold pick up your car.
You purchased your plane ticket, getting through security, sitting down at the waiting area till it was ready for your plane to take off. You pulled out your phone, opening your messages.
[You]: Me voy de Barcelona por un tiempo, para resolver las cosas, te lo hago saber para que no te preguntes por qué no has sabido nada de mí. (I'm leaving Barcelona for some time, to figure things out, i'm letting you know so you don't wonder why you haven't heard from me.)
seen by Pepi
You sighed not gaining a response you swiped over to Gavi's contact,
[You]: Sé que soy la última persona de que quieres saber algo de, pero solo te hago saber que me voy de Barcelona por un tiempo. Cuídate Pablito :) (I know i'm the last person you want to hear from, but I'm just letting you know I'm leaving Barcelona for a while. Take care Pablito :))
[Pablo]: ¿A dónde vas? (Where are you going?)
seen by Y/n
You powered your phone off, standing up as your flight number was called.
You sat down at your seat, watching as the plane took off. Watching as Barcelona grew smaller and smaller till it disappeared, and was nothing but clouds.
You leaned back on your seat, it was to late to turn back now.
Finally I finished writing it!! I hope y'all enjoy, me voy a dormir, estoy cansada😭
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letras-y-melancolia · 3 months ago
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Oh chico dulce, me miras pero no me ves, no quiero hacerle daño a tu corazón, te protejo de mis aguas desbordantes. Acaso no sabes que la marea sube? Que arrasa con todo a su paso?, no quiero apagar tus flamas, ni acabar con tu chispa...
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ghostbeliveinme · 1 month ago
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¿Quiero adelgazar?
El día de hoy he comido golosinas y bollería. Empiezo fuerte el post, pareciera que nunca tengo el control de lo que como, sin embargo juro que tuve una de las luchas internas más fuertes de mi vida.
"comer o no comer, esa es la cuestión"
Y es que trataba de, como siempre, hacer dieta. Me da vergüenza decir que fallé en el segundo día, me siento horrible... No entiendo mi vida, la ansiedad y la soledad hacen que me desconozca en cuestión de segundos. Se me olvidan por completo mis propósitos, mis planes, mis ideas... Es difícil.
"-Lo he intentado
-Pues no basta con intentarlo"
Hace poco tuve una conversación con un amigo/conocido. El sabe que estoy tratando de mejorar mi vida (no le he dicho nada sobre la anorexia), le comenté que lo estaba intentando y el simplemente respondió eso. Me molestó que alguien me dijera la verdad a la cara, pero es así. No basta con hacer intentos, debes hacerlo. Si tanto quieres algo vas a obligarte a hacerlo, independientemente de como te sientas...
Así pareciera que no quiero ser flaca, al menos no con todas mis fuerzas... Soy una persona demasiado sensible y emocional todo me afecta, hasta lo más pequeño. No sé como hacerle para no dejarme influenciar por todo...
Simplemente quería desahogarme y escribir un poco de lo que me ha pasado hoy, soy pésima. Las ganas de hacerme daño el día de hoy han sido inmensas, necesito expresar lo que siento internamente y sacarlo fuera.
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teddywook · 4 months ago
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chosing you ꨄ jung sungchan
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pequeño drabble pedido ➺aquí espero que te guste cariño, no es mi mejor trabajo pero dios sabe que lo intenté 💔
words. 773
⋅•⋅⊰∙∘☽༓☾∘∙⊱⋅•⋅
"¿cuánto tiempo vas a seguir figiendo que no te das cuenta?" siento la mirada de yeji taladrandome, puedo jurar que tiene esa boba sonrisita en su rostro 
"¿cuenta de qué?" juego con la pajilla de mi malteada, evitando su mirada a toda costa
"del par de ojos que te espían detrás de una enorme taza de café"
"sungchan no bebe café" las palabras dejan mis labios antes de poder retenerlas. me atrapé yo sola.
"entonces sí te diste cuenta" levanto la vista, en efecto, se burla de mí "ustedes dos necesitan hablar enserio"
"estamos bien así" hago una mueca
ella me mira y suelta un suspiro "el otro día lo vi ¿sabes? dijo algo sobre que sabe que habías hecho el sacrificio de dejarlo por su bienestar y que no podía obligarte a volver con él cuando tu habías tomado la decisión"
"me alegro de que entendiera que es lo mejor para él. no podía seguir soportando sus ojos tristes cada vez que sus padres salían a relucir. no importa cuanto me quisiera, cuanto lo quisiera yo a él... jamás le haría elegir entre su familia y yo"
"¿y donde quedas tú? ¿qué es lo mejor para ti?"
"yo..." las palabras mueren en mi gargata, el escosor del nudo que me rodea el cuello cortandome la respiración
"los dos son unos tontos" continua yeji, su mano viaja hasta mi mejilla y con su pulgar limpia una lagrima traicionera que escapa de mi ojo "tú por siempre poner a los demás por encima de ti, él por dejarte hacerlo"
"no puedo pedirle que se oponga a su familia"
"es una decisión que él debe tomar ¿no crees?" ella mira rápidamente a mi espalda y luego vuelve la vista a mi "supongo que pueden hablarlo ahora, sungchan viene hacia acá"
antes de poder reaccionar, ella se levantó de su asiento y saludó al chico pasando a su costado. sungchan está de pie junto a mi mesa, puedo ver su cuerpo por el rabillo del ojo. 
"¿te molesta si me siento?" su voz suena ansiosa y un poco áspera, como cada vez que está nervioso. la mía es solo un susurro cuando le respondo.
"hola, chan" quiero decirle tantas cosas, pero me obligo a permanecer callada. sus ojos me observan, recorren mi rostro en busca de algo.
"¿cómo has estado?" quiero decirle que lo extraño a morir, que cada día que pasa solo puedo pensar en él y lo mucho que lo necesito a mi lado.
pero no me atrevo, y sin embargo, tampoco me atrevo a mentirle "he estado mejor" 
sungchan me ofrece una sonrisa triste "somos dos"
lo analizo más de cerca, notando entonces la ausencia de luz en sus ojos y las manchas oscuras debajo de ellos, reflejando su agotamiento. los huesos de sus mejillas comenzando a notarse, sus labios resecos.
siento el nudo en mi garganta hacerse más grande, el pecho me duele y hago el esfuerzo de contener las lagrimas que pican detrás de mis ojos. yo lo lastimé, le hice daño cuando lo que quería era hacerle la vida más fácil.
"lo lamento" mi voz flaquea, apenas un murmuro quebradizo. pero él lo escucha perfectamente, porque lo siguiente que sé es que está a mi lado, con sus brazos rodeando mi cuerpo y mi rostro enterrado en su pecho. su calor y aroma me rodean, trayendo a mi mente una abalancha de recuerdos y vivencias a su lado que me hacen ceder al llanto
"tranquila cariño, estoy aquí contigo" sungchan me arrulla aunque me toma un rato recomponerme lo suficiente para poder mirarlo, tiene la nariz roja y un par de lagrimas se han deslizado por sus mejillas. me atrevo a limpiarselas, sus ojos no dejan los míos en ningún momento "sé que no debería pedirte que vuelvas conmigo, pero no puedo evitar el impulso egoísta de hacerlo. te extraño, tanto que duele"
"pero tús padres-"
"si ellos prefieren a su hijo siendo infelíz, yendo por la vida vagando como un zombie, en vez de verme felíz con la chica que amo, entonces el problema es de ellos"
mi corazón golpea contra mi pecho, ¿cómo pude renunciar a este hombre, cuando no ha hecho más que demostrarme que me ama? 
"yo quiero estar contigo, si tú quieres estar conmigo" 
miro a sus ojos que desbordan amor y anhelo, esperanza y súplica. no hay más dudas, no hay miedos. yo me alejé temiendo que estando conmigo tendría que elegir entre los seres que le dieron la vida y yo, no queriendo causarle ese dolor. cuando lo unico que conseguí fue hacerle daño. hacernos daño a los dos. 
pero sungchan ya ha tomado su elección. ha elegido ser felíz, y me ha elegido a mí. así como yo lo he elegido a él. 
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nightmare-knight · 8 months ago
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Confesiones Somnolientas
Fandom : Loonatics Unleashed
Clasificación : T
Pareja: Tech x Rev
(...)
Tech no había dormido en días, y estaba comenzando alcanzar el límite máximo de insomnio que su cuerpo podía llegar a soportar. Por regla general, el coyote disfrutaba mucho de sus horas de sueño, hasta tenía su pequeño oso de peluche que le acompañaba desde cachorro, para ayudarlo a descansar con más facilidad.
Pero esos últimos cuatro días habían sido una pesadilla. A parte de tener que lidiar con los villanos de turno, tuvo que trabajar sin parar en el laboratorio para construir las armas necesarias para solucionar la situación. Los primeros dos días que pasó sin dormir, Rev le acompañó, cuidando de que no beba demasiado café y obligándolo a parar de trabajar para comer, ejercitarse y bañarse.
Pero pasado los dos días, siguió completamente solo, porque Rev se ofreció a tomar su lugar en las misiones, para que pueda terminar el equipo necesario y nadie se atrevía a molestarlo mientras trabajaba. Al pasar el cuarto día, y tratando de no pisar las pilas de latas de bebidas energéticas que le rodeaban, Tech finalmente sale del confinamiento de su laboratorio, dando por terminado sus proyectos, dejándole las armas a Ace para que se asegure de derrotar al villano de turno, y caminando como un zombi a su habitación.
Debía dormir, y evitar por todos los medios hablar con sus compañeros, en particular con Rev. Cuando no dormía lo suficiente su cerebro le castigaba con el don de la honestidad y la queja permanente. Estaba seguro que iba a terminar obligándole a decir cosas que preferiría guardar en secreto.
El camino hacia un descanso seguro se sentía cada vez más lejos, porque la pesadez del cansancio en sus músculos y la sensación de tener un avispero en su cabeza por beber tanta cafeína, que seguro iba a provocarle una fuerte migraña en pocas horas, hacía que llegar a su habitación se volviera un martirio.
Sin poder evitarlo, se cruzó con Lexi, que parecía estar ocupada luchando con su cabestrillo. Se había quebrado el brazo izquierdo durante la misión y no estaba muy cómoda usando aquel elemento de recuperación.
—Déjame ayudarte— Tech no podía dejar que la coneja este haciéndose daño a si misma. Ella le miró sorprendida, y dejó que le acomode el cabestrillo, cuidando de no tirar de su brazo lesionado. Era bastante fácil hacerlo, ya que había tratado varias heridas del resto del equipo, desde hace meses.
—Te ves fatal Tech ¿Cuántos días llevas sin dormir?— Preguntó preocupada Lexi, de seguro al ver que apenas podía mantenerse de pie.
—¿Qué te importa? No es como si me meta con tu horrible gusto para la ropa— Tech se tapó la boca, molesto por hablar de más. Lexi le miró ofendida, y el coyote terminó de acomodar el cabestrillo antes de escapar de allí —Lo siento, he perdido la capacidad de guardarme mis pensamientos—
—¿Odias tanto mi ropa?— La coneja parecía que estaba cada vez más preocupada por su opinión. Tech sabía que debía irse, de seguro iba a terminar diciendo algo que no quería…
—No tengo idea de moda, pero estoy seguro de que padeces de ceguera a los colores, cada vez que te vistes pareces un maldito árbol de navidad… Lo siento, no me hagas caso, me iré antes de seguir diciendo tonterías— Tech se detiene antes de marcharse, a pesar de que Lexi quería matarlo en ese preciso instante. Cuando le faltaba el sueño, su capacidad de autoconservación eran mínimas y no le tenía miedo a nada —Dile a Rev que no entre a mi cuarto, estoy siendo demasiado desagradable y no quiero decirle algo horrible—
—¿Y no te molestó decirme algo desagradable a mi?— La coneja hubiera deseado no cruzárselo en ese estado, pero ya era demasiado tarde.
—En realidad no, me agradas mucho, pero los sentimientos de Rev son mucho más importantes para mi… ¡Maldita sea! ¡No escuchaste eso!— Tech escapó antes de escuchar a Lexi replicarle. Necesitaba dormir lo antes posible, no quería decir algo a su mejor amigo que pueda hacerle daño.
El pasillo se hacía interminable, pero no podía detenerse, si se quedaba en el laboratorio, terminaría trabajando o encontrando otro proyecto para hacer, y no podía perder otro día de sueño, o su pelaje iba a empezar a caerse. Lo que menos necesitaba es que Rev lo regañe por estarse quedando calvo en lugares donde debería tener pelo.
Tech estaba a pocos metros del ascensor cuando Ace y Duck lo detienen para hablar con él ¿Por qué no pueden esperar a que duerma? Si no se movía rápido, Rev iba a encontrarlo y le iba a decir cosas horribles.
—Jefe, realmente no tengo tiempo para esto— Protestó Tech de mala manera, mirando al techo exasperado.
—Es importante, no tuvimos problemas con el equipo, pero Duck atascó una de las armas— Ace empujó al pato hacia delante, y este le miró con altanería antes de contestar.
—Yo no la atasque, mi arma estaba defectuosa—
—¿Defectuosa? ¿Me estás acusando de darte un arma defectuosa? Escucha enano recalcitrante, todos mis inventos son creados con suma precisión y dedicación, para que no exploten en tus manos torpes e inseguras— Tech sentía que la bilis se le subía por la garganta, y estaba seguro que estaba mostrándole sus colmillos al pato, mientras se erguía para aprovechar su altura e intimidarlo —Ten más cuidado la próxima vez, o comenzaré a instalar chips de autodestrucción en todo tu equipo, y te aseguro…—
—¡Tech!— Ace le llamó la atención, parándose delante del pato y mirándolo directamente a los ojos. Desde su punto de vista, el conejo estaba tratando de cuidar del pequeño insolente —Solo era para avisarte del daño en el equipo, pero mejor lo dejamos para después—
—Como quieran, me voy a dormir, y la próxima vez vigila mejor a tus subordinados, intrépido líder— Escupió Tech con veneno. Estaba por irse cuando escuchó a Duck protestar por lo bajo.
—Voy acusarte con Rev, pulgoso insufrible—
Tech rechinó los dientes, y miró al pato como si fuera un bicho que quisiera aplastar. Realmente estaba muy molesto, e irritarlo aún más era la habilidad especial de Duck. Sabía que no podía estar cerca de sus compañeros cuando sufría de privación del sueño.
—Te sugeriría que no lo hicieras, si no quieres explotar en pedazos— Amenazó el coyote sin dudar. Rev no iba a regañarlo culpa de un pato con dedos pegajosos y descuidados. Duck estaba dispuesto a pelear, creando sus huevos de sorpresa, de seguro con una sustancia tan desagradable como él
—¿Quieres pelear pulgoso? Voy a darte la paliza de tu vida…—
—¡Ya basta los dos!— Ace empujó a Duck al otro lado del pasillo, obligándole a cancelar su ataque, y miró a Tech con firmeza —Vete a dormir, hablaremos de esto más tarde—
Tech gruñó por lo bajo, le dedicó una mirada venenosa al pato que estaba forcejeando para seguir peleando, pero lo ignoró. Estaba demasiado cansado para lidiar con el ave acuática. Tan solo esperaba que Rev no se entere de esto o iba a llevarse la reprimenda de su vida ¿Por qué no podían dejarlo solo cuando necesitaba dormir un poco? Solo un poco, para dejar de ser tan quejumbroso, desagradable y directo.
Su cerebro ahora estaba trabajando a media máquina, y de seguro parecía un borracho iracundo, a punto de arrancarle la cabeza al siguiente que pase delante de él.
La habitación de Slam se encontraba frente a la suya, la puerta estaba abierta y podía ver que el demonio de Tasmania estaba un poco deprimido en medio de su cuarto. Tech sabía que debía irse a dormir, pero su compañero estaba abrumado y parecía necesitar ayuda.
—¿Qué pasa Slam?—
—(Creo que rompí mi reproductor de música, lo golpeé al levantarme esta mañana)— El demonio de Tasmania se veía miserable, y eso hizo que el coyote quiera ayudarlo aun más, a pesar del cansancio.
—No te preocupes, ya lo reparo— Tech fácilmente atrae las piezas del reproductor de Slam con sus poderes magnéticos, y comienza reconstruir el reproductor de música, sentándose en el cómodo suelo de tatami. Fue una buena idea de parte del demonio de Tasmania tener aquel suelo afelpado, porque caminar descalzo allí era siempre agradable.
Mientras terminaba de reparar el reproductor, Slam dejó al lado suyo una botella de agua de medio litro.
—(Para sacar la cafeína de tu sistema)—
—Gracias, necesito dormir con suma urgencia— Tech comenzó a beber, tratando de acabar la botella por completo. Secó su boca mojada con el dorso de su mano, antes de comenzar hablar de nuevo —¿Has visto a Rev?—
—(Salió a comprar comida para todos, volverá pronto)— El estómago de Slam resonó ante la mención de comida, y Tech sonrió levemente, imaginando a Rev luchando con todas las bolsas de comida para el demonio de Tasmania.
Debía comenzar acompañarlo hacer esos encargos, era demasiado para él solo. Por ahora solo puede dormir, recuperar la compostura y tratar a sus compañeros de la mejor manera posible.
—Si lo ves, dile que no entre a mi cuarto, estoy siendo muy desagradable con todos, y no quiero decirle algo que le lastime— Tech sabía que podía contar con Slam, de todos en el equipo, el demonio de Tasmania era el más práctico y pragmático. 
—(Dudo que puedas ser desagradable con Rev, aun intentándolo)— Comentó Slam, subiendo sus hombros, restándole importancia al estado deplorable de Tech.
—Amenacé a Duck con hacerlo explotar en pedazos— Tech se sentía muy arrepentido ahora, no sabía si era porque sus manos estaban ocupadas, el agua estaba ayudando con retirar la cafeína de su sistema o la misma presencia de Slam, pero su irritación se estaba diluyendo, dejando un sopor agradable instalándose en su cuerpo.
—(¿Cómo todos los días?)— Preguntó Slam con tono casual.
Tech no replicó. Entregó el aparato en perfecto estado al demonio de Tasmania, y al levantarse del suelo para marcharse, casi se cae por el cansancio. Sus piernas estaban demasiado débiles para mantenerlo erguido, y se sentía demasiado mareado. 
Sin embargo, algo detuvo su caída. Tech solo pudo distinguir un destello rojo y un aroma que le era muy familiar, que le hizo sentir a salvo. Poco después, terminó perdiendo la conciencia.
(…)
Al volver en sí, Tech se da cuenta que su cuerpo estaba siendo depositado en su propia cama. Cuando logró enfocar su vista, notó en la penumbra de su habitación que Rev estaba sosteniéndolo en sus brazos. Podía distinguir su rostro con facilidad, gracias a que su vista era mucho mejor en la oscuridad. Se sintió patético en el momento que noto como los fuertes brazos del correcaminos, apretaban sus costillas. Su masa muscular era tan baja que el ave no tenía problemas de levantarlo y llevarlo a donde sea. No debería sorprenderle, había descuidado demasiado su alimentación como para quejarse.
—Hey, Tech, tranquilo solo voy a dejarte en tu cama para que duermas un poco— Rev trató con todas sus fuerzas hablarle lentamente y con suavidad, mientras movía las sábanas para arroparlo en su cama.
—Soy demasiado delgado, pero no debería quejarme, no puedo esperar que me alimentes todo el tiempo— Era una vergüenza. De seguro Rev preferiría a un hombre más corpulento y fuerte, como Slam, o más atlético y ágil, como Ace. Él solo era un alfeñique delgaducho que apenas podía mantener su pelaje en condiciones ¿Cómo esperaba que el correcaminos se fije en él?
—Sabes que no me interesa que tan delgado seas, te quiero tal y como eres, ahora a dormir— La mano de Rev acarició
su cabeza, justo detrás de sus orejas para calmarlo. Tech tenía muchas ganas de seguir sintiendo la presencia del correcaminos cerca de él.
—Quédate por favor, estuve solo por dos días, y necesito que te quedes porque te extrañe mucho y moriré si me despierto solo—
—No creo que mueras por despertar solo— Rev replicó esto con una sonrisa muy suave, que hizo acelerar su corazón. Tech debía insistir, porque dos días sin el correcaminos a su lado, fueron demasiado desagradable para él.
—Puede que se me caiga todo el pelo, y me odiaras por ser un zaparrastroso—
—Yo jamás podría odiarte, aunque te quedes completamente calvo, pero me quedaré hasta que duermas ¿Te parece?— Ofreció el correcaminos con tranquilidad, pero Tech no podía parar de decirle lo que deseaba.
—¿Te acuestas conmigo?—
El silencio entre los dos se volvió un poco laxo durante unos segundos. Rev no dijo nada, pero podía ver como su cara de coloreaba con un intenso rojo. Se veía tan bonito desde donde se encontraba, debería decírselo…
—Está bien, muévete un poco para que pueda acomodarme— Dijo de el correcaminos, evitando que el coyote pueda hablarle.
Tech obedece moviendo su cuerpo a un lado, y ve a Rev asomándose debajo de las sábanas, aun vestido con su traje spandex, pero eso no le importaba. Tenía muchas ganas de decirle algo más.
—Te extrañe—
—Yo también, este trabajo es demasiado demandante y no pude dormir bien en estos días que no pude verte— Reveló Rev, animándolo tanto que sus orejas de se movieron levemente de la emoción.
—¿Entonces me extrañaste?— Tech debía asegurarse, porque a veces estaba tan cansado, que se confundía al hablar con Rev. El correcaminos se rio, era una risa agradable, suave y feliz ¿Podría grabarla para reproducirla cada vez que estuviera solo?
—Si, Tech, te extrañe mucho— Respondió el ave, mirándolo con intensidad.
—No quiero volver a extrañarte ¿Puedes dormir conmigo todas las noches?— Tech se preguntaba porque no había pedido esto antes. Era posible que estaba diciendo cosas que no debía decirle, que Rev no debería saber hasta que muera, pero a estas alturas, estaba demasiado cansado como para importarle.
—Podemos discutirlo en la mañana, hora de dormir Tech—
Tech abrazó a Rev, acomodando su cabeza sobre su pecho para escuchar su corazón, que parecía estar latiendo cada vez más fuerte ¿Por qué sería? Se lo preguntaría en la mañana. Cerró los ojos, sintiendo el sopor invadiéndolo. La sensación de abrazar al correcaminos era mucho más agradable que abrazar a su oso de peluche.
—Te quiero mucho, Rev— Murmuró Tech sin pensarlo demasiado. Era la verdad de todos modos, y esperaba que no fuera algo desagradable.
—Yo también te quiero, Tech— Rev acarició su espalda con suavidad, haciendo que se relaje por completo —Ahora, a dormir—
Tech obedeció la orden, se quedó completamente inconsciente, estando tan cansado que apenas soñó aquella noche.
(…)
Tech miró su té de menta como si fuera la sustancia más asquerosa sintetizada en la faz de la Tierra, pero no iba a quejarse. Rev se lo sirvió, junto con una pila de panqueques y una buena ración de tocino, y adoraba todo lo que cocinaba el correcaminos para él.
A parte del asqueroso té, la hora del desayuno estaba siendo demasiado extraña, porque los demás miembros del equipo le miraban como si fuera una especie de fenómeno, y apenas habían cruzado palabras con él. Excepto Slam, pero el demonio de Tasmania siempre fue el más tolerante de todos, desde su punto vista. Estaba seguro que fue desagradable con todos, porque su cerebro ser volvía incontrolable cuando no dormía bien.
Era posible que deba disculparse con todos.
El coyote se armó de valor, bebió el té de menta, y sintió que su alma abandonaba su cuerpo ¿Qué hizo para merecer esto? Lo pensó detenidamente, y supuso que debía escarmentar de alguna manera sus malos hábitos de alimentación y sueño.
—Animo Tech, estoy seguro que vas acostumbrarte, más adelante conseguiré café descafeinado— Rev le sonrió de manera afable. Si su sonrisa no fuera tan bonita, Tech le ignoraría y volvería a su café habitual.
—Seh, que alegría— Dijo el coyote con tono sarcástico, mientras comía con desanimo. Al menos los panqueques estaban ricos.
—¿Y qué pasó anoche? Rev no durmió en su habitación— Duck llamó la atención de los presentes, posiblemente intentando molestar al coyote de alguna manera, porque de seguro anoche le dijo algo horrible.
—Si, es verdad— Comentó Lexi con un tono poco amistoso —¿Dónde estuviste anoche Rev?—
—Me quedé a dormir con Tech, porque él me lo pidió— Rev dijo esto con una sonrisa enorme, haciendo que el coyote escupa su té por la sorpresa. Aterrado por lo sucedido durante la noche, el pobre de Tech miró al correcaminos alarmado.
—¿Te dije algo horrible? Por favor, necesito saberlo— Tech sabía que por la mirada fría de Lexi y Duck, estuvo maltratándolos en su estado de cansancio absoluto. No quería imaginar que crueldad le haya podido decir al correcaminos…
—Nada malo, no te preocupes— El correcaminos parecía estar un poco alicaído, pero de inmediato volvió a sonreírle. Tal vez no fue algo desagradable, pero de seguro tuvo algo que ver con su relación. Era un problema no recordar nada al respecto, no sabía si debía disculparse o no, porque estaba siendo sincero.
—Está bien, gracias por quedarte Rev— Tech se quedó un poco pensativo, antes de agregar con cierta duda —¿Puedes decirme que opinas de lo que te dije?—
—Te responderé si me lo dices estando sobrio— El correcaminos se sentó a su lado, cortando una parte de sus panqueques con su propio tenedor, para dárselo directo en la boca. Tech no reacciona y deja que Rev lo alimente directamente.
Al masticar el dulce, Tech reflexionó que debía hacer al respecto. Miró su plato con comida, su té de menta y luego al correcaminos. Sonrió levemente, entendiendo que debía decir, y se armó de valor para confesarle a Rev la verdad que ya se había dicho.
De todas formas, estaba lo suficientemente sobrio como para escuchar su respuesta.
(…)
FIN
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caminodelermitano · 1 year ago
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Desvelando los Misterios de las Artes Oscuras: Explorando Maldiciones, Maleficios y Ataduras
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¡He publicado un video sacado de este artículo, puedes ir a verlo!
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En el siguiente artículo, se presentará información extraída del prestigioso libro titulado "Of Blood and Bones: Working with Shadow Magick & the Dark Moon" de la autora Kate Freuler. Este texto se caracteriza por ser una obra de referencia en el campo de la magia sombría y la influencia de la Luna Oscura.
"Una bruja nunca debe asustarse en el bosque más oscuro, le había dicho una vez la abuela Weatherwax, porque debía estar segura en su alma que lo más aterrador del bosque era ella".
~Terry Pratchett, Wintersmith
En el mundo de la magia, existe una creencia común de que la magia blanca es buena y la magia oscura (magia negativa) es mala. No sólo es una simplificación excesiva de la magia, sino que también refleja una visión poco realista de la naturaleza, la vida y la psique humana.
En este artículo, quiero dejar claro que no apoyo hacerle daño a ningún animal o persona. Los temas y conocimientos que se compartirán son para ser utilizados con respeto hacia todos los seres y con sentido común. La magia es como un cuchillo. Puedes usarlo para tallar madera, cosechar plantas, cortar y preparar tu comida. Sin embargo, al igual que un cuchillo, la magia puede utilizarse en casos de autodefensa y, en las manos equivocadas, puede convertirse en un instrumento de daño para los demás y para uno mismo.
Citando la película icónica de los noventa “The craft”
"La verdadera magia no es ni blanca ni negra. Es ambas cosas porque la naturaleza es ambas. Amorosa y cruel, todo al mismo tiempo. Lo único bueno o malo reside en el corazón de la bruja. La vida mantiene un equilibrio por sí misma".
Estoy plenamente convencido de que una bruja verdaderamente comprometida con el arte de la magia no debe eludir los matices más oscuros que la envuelven. Independientemente de si elige integrarlos en su arsenal mágico o no, esta determinación recae exclusivamente en su propio ser, pues solo ella o él puede tomar esta decisión. Me viene a la mente la poderosa noción de que la curación de una enfermedad solo puede lograrse mediante el conocimiento íntimo de sus raíces. De manera similar, el abordaje de la magia oscura demanda una inmersión profunda en sus misterios, pues solo al familiarizarnos con el veneno podremos desvelar su antídoto oculto.
Tomar plena consciencia de la oscuridad y la sombra que yace en nuestro ser interior se construye como un paso crucial en el proceso de sanación para aquellos que se adentran en el camino de la brujería y la magia. Este poderoso concepto, ampliamente acuñado por el célebre alquimista, psicólogo y pionero de la metafísica Carl Jung, nos invita a explorar los rincones más profundos de nuestra psique. Jung postuló que el propósito fundamental de trabajar con la sombra consiste en iluminar aquellos aspectos más oscuros que residen en lo más recóndito de nuestra conciencia. De esta manera, no seremos esclavizados por nuestros impulsos y deseos más sombríos, sino que lograremos integrarlos en una armonía holística que nutra nuestra identidad más genuina.
Antes de adentrarnos en la práctica de la magia oscura, resulta imprescindible dirigir nuestra mirada hacia nuestro interior y comprender plenamente nuestro papel en la situación y cómo hemos llegado a ese punto. Durante este proceso, la adivinación puede ofrecernos un valioso apoyo, al igual que la meditación y el trabajo con los sueños. Aunque en medio de emociones intensas pueda resultar tentador eludir la introspección, es imperativo realizarla para poder avanzar de manera efectiva en los hechizos, dotándolos de intenciones claras y contundentes.
Definición y alcance de las Artes Oscuras
Las artes oscuras, conocidas también como la magia negativa, aluden a la utilización de fuerzas sobrenaturales y ocultas con el propósito de manipular, dañar o ejercer control sobre individuos, eventos y el propio entorno natural, en aras de un beneficio egoísta o con propósitos maliciosos. Esta forma de magia conlleva frecuentemente el empleo de conjuros y rituales cuya intención es provocar daño, desgracia o incluso ejercer una dominación implacable sobre los demás. Es una senda que se adentra en las profundidades sombrías de la existencia, desafiando los límites éticos y morales, y explorando la faceta más tenebrosa de la interacción con lo sobrenatural.
En el vasto universo de la magia, nos encontramos con una realidad intrigante: aquello que puede ser una bendición para una persona, puede convertirse en una maldición para otra. La percepción de cada situación depende en gran medida de la perspectiva desde la cual se observe. Es en este contexto donde las líneas éticas se vuelven difusas, especialmente en el ámbito mágico.
Permíteme ilustrar esto con una historia real. Un conocido mío experimentó una situación peculiar. Su madre, llena de buenas intenciones, oraba fervientemente para que su hijo regresara a la universidad y pudiera graduarse. Sin embargo, él ya había encontrado su verdadera pasión en el mundo de los tatuajes y se encontraba enfocado en hacer crecer su estudio. Paradójicamente, las plegarias de su madre resultaron en un estancamiento para su negocio, impidiendo que pudiera alcanzar su pleno potencial. En este caso, su madre, al intentar hacer el bien, inadvertidamente estaba generando un resultado negativo.
Es en momentos como este que nos enfrentamos a la complejidad de evaluar la verdadera naturaleza de nuestra magia. Nos insta a reflexionar de manera profunda y sincera: ¿Es realmente beneficiosa para todos? ¿Acaso los efectos secundarios de nuestra magia superan los beneficios que buscamos brindar? ¿Contribuye en última instancia al bienestar general?
Estas interrogantes se vuelven esenciales al examinar nuestra propia ética y los fundamentos éticos que sustentan nuestra práctica mágica. Nos exhortan a considerar cuidadosamente las consecuencias potenciales de nuestros actos mágicos, más allá de nuestras intenciones iniciales.
Sin embargo la ética y la moral no es algo que debe detenernos en nuestra magia, si ya hemos hecho el trabajo interior y de sombra. Si se tiene un entendimiento profundo de las razones de por qué estoy realizando mi trabajo, realmente podemos actuar cómo deseemos, puesto que La figura de la bruja, en muchas tradiciones y representaciones, se presenta como un ser amoral. Esto significa que la bruja no se rige por las convenciones morales y éticas establecidas por la sociedad. En lugar de adherirse a una noción binaria de bien y mal, la bruja se adentra en un territorio más fluido y complejo. La bruja es una maestra de la dualidad, comprendiendo que el bien y el mal son conceptos relativos y subjetivos. Reconoce que lo que puede considerarse moralmente correcto en una situación puede ser completamente inapropiado en otra. La bruja entiende que la vida es compleja y que no siempre existen respuestas claras y definidas.
Esta amoralidad de la bruja también se relaciona con su autonomía y empoderamiento. Al no estar limitada por las restricciones morales impuestas por otros, la bruja tiene la libertad de tomar decisiones basadas en su propia sabiduría y discernimiento. Esto le otorga una gran responsabilidad y la capacidad de ejercer su magia de manera auténtica y poderosa. Sin embargo, es importante destacar que la amoralidad de la bruja no implica necesariamente la falta de ética. Aunque no se adhiera a los estándares morales convencionales, la bruja puede tener su propio código ético y seguir principios que guíen su práctica mágica de manera responsable y respetuosa.
Tenemos que entender que la brujería, en su núcleo, está impregnada de un profundo deseo de poder y de herramientas que nos permiten no solo sobrevivir, sino también prosperar en un mundo complejo y desafiante. Este deseo de poder no debe ser malinterpretado como una búsqueda egoísta o destructiva, sino más bien como una búsqueda de empoderamiento personal y de conexión con el entorno que nos rodea. La brujería nos invita a explorar nuestra propia autenticidad, a conectarnos con nuestras pasiones y a cultivar un sentido de autonomía y libertad personal.
Ataduras
Las ataduras o los “bindings” en la magia es un método para detener a alguien de llevar a cabo una acción o comportamiento al restringirlos energéticamente. Por otro lado, la maldición consiste en enviar de manera activa destrucción o desgracia hacia alguien. Ante una situación difícil, considera realizar un hechizo de atadura antes de recurrir directamente a las maldiciones. La atadura es un enfoque más suave en el sentido de que requiere mucho menos pensamiento y energía negativa. Al llevar a cabo una atadura, no es necesario sentir odio, rabia o tristeza como ocurre al maldecir. Sin embargo, con las maldiciones, sí debes experimentar y expresar esas emociones, lo cual puede resultar agotador y doloroso tanto para ti como para quienes te rodean.
Maleficios
Cuando nos sumergimos en el intrigante universo de la "magia negativa", descubrimos un abanico de sutilezas que se despliegan como una escala de consecuencias, donde los maleficios se presentan como un siniestro menos grave, eclipsados por el poder arrollador de una maldición. Estos maleficios pueden manifestarse de manera consciente o, en ocasiones, de forma inconsciente, cuando una persona alberga en su ser intenciones malignas hacia otra. Dentro de este vasto dominio, encontramos el enigmático fenómeno conocido como el "Mal de ojo", un tema en sí mismo, nacida de la envidia, la rabia y las malas intenciones dirigidas hacia un individuo. Similarmente, un maleficio puede gestarse con el simple acto de pronunciar palabras cargadas de energías negativas, o al dirigir intenciones perniciosas hacia otro ser. Tan solo con este sombrío propósito, consciente o inconsciente, se desencadena un maleficio capaz de tejer enredos oscuros en la vida de su víctima.
Los maleficios se pueden manifestar desde infortunios económicos hasta problemas de salud inexplicables. Son olas de mala suerte y malos momentos, pero que algún momento llega a su fin, algo que lo diferencia de una Maldición.
Maldición
Las maldiciones son un tema recurrente tanto en la cultura popular como en las conversaciones cotidianas. Estas aflicciones se caracterizan por su complejidad y duración prolongada, pudiendo afectar a varias generaciones de una familia en casos extremos y ejerciendo un fuerte impacto en diferentes áreas de la vida. Algunas maldiciones se extienden como un velo de negatividad que abarca todos los aspectos de nuestra existencia, generando una serie de adversidades sin llegar a causar una destrucción total. Por otro lado, existen maldiciones más específicas que concentran su poder en un área particular, pero su golpe se siente con mayor intensidad. No obstante, es importante recalcar que es poco común encontrarse bajo una maldición o tener la necesidad de recurrir a ella. La realización de una maldición es un acto mágico que requiere de una gran cantidad de energía, alimentado por sentimientos de rabia y odio.
Conclusón
En conclusión, en el mundo de la magia es crucial comprender que la distinción entre magia blanca y magia negra es simplista y no refleja la complejidad de la naturaleza humana. Siempre debemos evitar causar daño a otros seres, tanto humanos como animales, y actuar con respeto y sentido común. La práctica de la magia, ya sea a través de ataduras o maldiciones, conlleva responsabilidad y requiere una comprensión profunda de nuestras intenciones y motivaciones
La práctica de la magia conlleva una profunda reflexión sobre nuestras intenciones y el impacto de nuestras acciones en los demás. La exploración de las artes oscuras y la comprensión de las ataduras, maleficios y maldiciones nos permiten adentrarnos en las profundidades de la magia, siempre con el compromiso de actuar con sabiduría, respeto y responsabilidad. Teniendo en cuenta la extensión de este artículo, haré otro post donde les pueda compartir cómo realizar una atadura.
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versuasiva · 1 year ago
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my soul
me cansé de fingir que estoy bien todo el tiempo,
me cansé de sonreír y mostrarme como no soy si quiera el veinte por ciento de mi día, hoy quiero mostrar mis crisis, mis lágrimas, mis demonios, mi verdadero yo.
esa chica que llora viendo un gatito o se enoja si no le contestan bonito.
hoy quiero ser esa chica llena de sueños, esa chica que se está cosiendo de a pocos, esa chica sangrante que se arrastra a lo que podemos llamar “coherencia”,
me cansé de los hashtags vacíos, por eso: hoy quiero aceptar que me hicieron mucho daño, que me lastimaron de las peores y más crueles maneras, hoy no soy más #amorpropio #smile, hoy soy #estoyrota pero me voy reparando de a pocos,
hoy no estoy de humor para hacerle creer a la gente que no me cae o que me odia, que mi vida es perfecta, hoy sólo quiero ser yo: en mi desequilibrio, en mi crisis constante, en mi ansiedad, en mi dolor, sobre todo en mi intención de sanar.
hoy me quiero perdonar por lo estúpida que me estuve tratando de ver pretendiendo ser alguien que probablemente nunca sea.
me quiero perdonar por ocultar mis cicatrices detrás de un mensaje que ni yo misma practicaba, me perdono y acepto mi herida abierta, mi locura y mi ansiedad,
hoy quiero dejar todo de lado un rato, al menos un momento, para decir que,
hoy quiero amar lo que hago: escribir, cantar, pintar, tocar, no soy perfecta haciendo esas cosas y tal vez es porque siempre tengo miedo al qué dirán, ya que todo es hecho desde mi dolor, mi resignación a vivir en otra vida, tal vez más feliz, mi resignación a seguir la línea de lo políticamente correcto,
hoy quiero amar lo que hago y quiero hacerlo para siempre, así llore porque nadie me escuche, así me tumbe si nadie mira mis pinturas y entre en crisis si nadie me lee, de hoy en adelante lo quiero hacer, porque me cansé, por esto mismo:
hoy quiero aprender a amar mi soledad, amar lo que hago y sanar mi herida
para que, de hoy en adelante, mis hashtags llenos de sentimientos reales sean #mesané #hagoloqueamo #sinmiedo.
sí se puede.
esta soy yo, la autora de este blog y la que está detrás de “la desbarrancada” un personaje creado para poder expresarme un poco mejor, valerie es mi nombre y aunque suene increíble es la primera vez que me siento bien revelando y aceptando quien soy.
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viento-verbal · 5 months ago
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Ella dijo que soy pecado.
¿Pecado? ¿Yo?
¿Por qué lo soy?
Dijo que sentía algo por mí desde el año pasado. Pero yo sólo la veo como una amiga.
Ni siquiera lo había soñado
Mucho menos pensado.
Nunca la ví como te ví a tí.
No quiero hacerle daño,
No quiero ser como tú que causas estragos.
Nunca haría algo así,
No quiero ser como aquellos que me lastimaron.
Por que yo sí sé diferenciar entre lo que siento y lo destructiva que soy. A ella no la hundiría en mi miseria.
No soy como tú. Mi pequeña mentirosa.
Que tan rota y furiosa
Me dejaste con este dolor y amor en las manos.
-Viento Verbal
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loshijosdebal · 6 months ago
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Capítulo XXIV: Bienvenida a casa
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Cuando llegaron al nacimiento del río Hjaal, Seth la ayudó a desmontar del caballo. El majestuoso frisón tenía un aura morada que no recordaba, aunque la verdad es que sus recuerdos del día en que la rescató de los falmer eran algo borrosos. Miró a su alrededor, inquieta y llena de dudas. Había imaginado que irían al Cerro, pero allí estaban, en mitad de la nada. Lo único que había allí era un islote en cuyo centro había una vieja torre en ruinas. Alicent abrió la boca para preguntar dónde estaban, pero no tardó en cerrarla; él ya le había repetido en varias ocasiones que se lo explicaría todo a la vuelta, ya que ahora el tiempo apremiaba. 
Miró hacia el islote, preguntándose si ese sería su destino. Como si Seth hubiera notado sus dudas, alzó una mano y frente a ella hubo un ligero destello blanco seguido de una vibración sutil bajo sus pies. Poco a poco, un camino de piedras empezó a emerger de las profundidades del lago. Las piedras eran lo bastante grandes como para pasar despreocupadamente, pero aunque parecían estables, Alicent vaciló, temerosa de caer al agua helada. Seth la tomó de la cintura, pegándose a su espalda
—Puedes cruzar —susurró con cariño desde atrás, sobre su pelo—. Quiero que conozcas ya nuestro nuevo hogar.
¿Viviremos en unas ruinas? Alicent giró la cabeza para mirarlo, dubitativa. Sonreía. De hecho, parecía estar de muy buen humor. ¿Cómo puede estar tan tranquilo? Ella tenía un nudo en el estómago, estaba de los nervios pensando en su madre y en Idgrod, pero también en todos sus vecinos.  
Seth le dio un empujón suave para animarla a cruzar. Alicent sujetó los pliegues de su vestido con las manos y lo levantó un poco. Tras juntar algo de valor, se subió a la primera piedra tras tantear su estabilidad. Una vez lo hizo, saltó a la siguiente y así hasta seis veces hasta que alcanzó el islote. Conforme se iba acercando, algo empezó a cambiar a su alrededor. Como si cayera un velo o, mejor, como si lo cruzara, la torre en ruinas se fue transformando ante sus ojos. La maleza desapareció, revelando un bonito jardín, y también lo hicieron los escombros. La torre mostró su forma original, tal y como debía haber sido antaño, antes de que las guerras y el paso del tiempo la hicieran trizas. Era magnífica, de piedra gris clara y tan alta que imponía. Su arquitectura no se parecía a ninguna que ella hubiera visto antes; parecía mágica.
Se bajó del puente, ya en el otro extremo. Un pequeño camino empedrado bordeado de campanillas moradas llevaba hasta la entrada y Alicent correteó hasta la mitad, fascinada, olvidando por un momento lo que qué estaba pasando en Morthal. Allí se giró hacia él. Seth bajó de la última piedra del puente y caminó hacia ella con parsimonia. Cuando estuvieron frente a frente, él volvió a coger su cintura para pegarla contra sí y besarla. 
—Bienvenida a casa.
Alicent sonrió, con el corazón latiendo tan fuerte que podía sentir el pulso en los oídos. Vivirían en una torre escondida donde nadie podría encontrarlos salvo que ellos quisieran. Parecía un cuento de hadas. 
—Ahora debo irme, Ali —siguió él—. Entra y ponte cómoda. A mi regreso te lo explicaré todo —prometió una vez más.
—Vuelve pronto —pidió ella en un susurro. 
—Te lo prometo.
Tras decir esto, Seth se alejó, desandando el camino hacia el puente. 
—¡Ten cuidado! —gritó, viendo cómo desaparecía de su vista.
Cuando quedó sola, Alicent se abrazó a sí misma. Todas las preocupaciones volvieron a su mente y se le hizo un nudo en la garganta. Por un lado quería que él volviera a Morthal rápido para poner a salvo a sus seres queridos, pero, por otro, tenía miedo de que le pasara algo durante el combate. Esa parte deseó que se quedara con ella allí, donde nadie podría hacerles daño nunca.
Una nueva ráfaga de viento le provocó un escalofrío y la hizo volver en sí. Cogió aire y recorrió el camino que la separaba de la entrada. Las puertas de metal eran pesadas, pero se abrieron solas en cuanto posó la mano sobre ellas, como si la torre la aceptara y le diera la bienvenida. Aunque sus ojos se habían acostumbrado a la oscuridad del exterior, la luz del interior era tenue y no la molestó en absoluto. En cuanto se dio cuenta de los pequeños orbes azules que flotaban junto a las paredes, emitiendo luz, jadeó impresionada. Si por fuera la torre parecía mágica, el interior dejaba claro que lo era.
Avanzó mirando todo a su alrededor. A la izquierda, nada más entrar, había unas escaleras de piedra que daban al piso superior, y un gato recostado sobre uno de los escalones se quedó mirando hacia ella. A la derecha había otras escaleras que bajaban. Alicent siguió al frente y llegó a una gran sala circular, en cuyo centro había otra otra sala más, también redonda. Había tanto por explorar que se sintió abrumada. Desde su posición pudo apreciar que en la sala exterior había varias mesas. Una se parecía a la que Falion tenía en su casa, donde a veces encantaba armas, joyas o armaduras. Al otro lado había una parecida que tenía varios bastones al lado. Aunque la curiosidad la invitó a rodear el anillo exterior de la torre, escuchó voces hablando en la sala interior. ¿Serán los criados? Como noble que era, tenía sentido que Seth los tuviera. No supo cómo sentirse al respecto, ya que ella siempre había tenido que hacerlo todo por su cuenta. Como fuera, se animó a entrar para presentarse. 
La puerta era de madera oscura y no chirrió cuando Alicent la empujó. Abrió la boca para saludar, pero lo que vio en el interior la dejó sin habla. Había cuatro personas en el centro de la habitación. Un hombre al que no conocía, calvo y fuerte, estaba de pie frente a un atril sobre el que dibujaba algo en unos planos. Cerca suyo, sentadas junto a la mesa, reconoció a Alva y a Laelette. Entre ellas había otro hombre, arrodillado en el suelo y con la mirada clavada en este. No llevaba más que un taparrabos harapiento y parecía herido. Que Alva estuviera allí era raro, sin embargo, ella y Seth eran amigos. Pero, ¿Laelette? ¿Qué hacía ella allí? ¿Y por qué estaba así ese hombre?
Cuando se quiso dar cuenta, todos salvo el esclavo la estaban mirando. Alicent les devolvió la mirada uno a uno, deteniéndose en Laelette. Sus ojos, extrañamente rojos, se cruzaron con los suyos y la mujer sonrió de par en par. 
—¡Alicent! —exclamó, levantándose de la mesa y abriendo ambos brazos—. ¿Te acuerdas de mí? 
—Laelette —murmuró, demasiado confundida como para articular alguna de las muchas preguntas que tenía en aquel momento—. Pero tú… te fuiste con los Capas de la Tormenta.
Laelette se acercó hacia ella, pero Alicent retrocedió por instinto. Aunque Laelette seguía sonriendo, había algo extraño en ella, algo que no le inspiraba confianza. Sus ojos brillaban con el tono de Masser, su piel tenía el color de Secunda y contrastaba con su pelo oscuro. Esto, mezclado con sus rasgos finos y afilados, la hizo sentir bastante intimidada. Recordaba a Laelette como una mujer frágil y dulce que siempre parecía un poco confundida, pero ahora eso se había desvanecido. Seguía pareciendo frágil, pero de otro modo. Ya no parecía dulce, sino salvaje. Y la confusión se había convertido en algo más. Inestabilidad. Esta se transmitía en su mirada, pero también en su voz aguda. 
—Me fui para empezar una nueva vida, como tú —respondió Laelette, indiferente a su aversión—. Si te conviertes ahora serás joven eternamente. Qué envidia no haberlo hecho a tu edad —lamentó. De pronto sus ojos se abrieron, como si hubiera tenido una idea. Luego, brillaron con ilusión. Su sonrisa se ensanchó y se hizo más fina—. Alva me ha contado que Lami pasa mucho tiempo con mi marido. Si ella se va a quedar con mi pequeño Virkmund, es justo que yo me quede con su hija. Siempre quise tener una niña, ¿sabes? —Laelette giró su cintura en dirección al hombre calvo y batió las pestañas, coqueta—. ¿Qué me dices, Movarth? ¿La adoptamos? 
El hombre rodó los ojos como respuesta y Alicent retrocedió un paso más. Quiso gritar que mentía, que su madre no se había buscado otra familia sin contárselo a ella, pero los recuerdos del último año cayeron sobre Alicent como una revelación. Lami había pasado mucho tiempo con Thonnir y ella se había alegrado por tener un poco de libertad, ¿era posible que se hubieran hecho novios? Sacudió la cabeza, negando para sí. Se aferró a la única incógnita que se atrevió a confrontar en aquel momento. 
—Yo no me voy a convertir en nada, ¿de qué hablas? —preguntó con un hilo de voz. 
Alicent miró a Alva, buscando una explicación. Y la obtuvo, aunque no como esperaba, cuando ella se inclinó sobre el esclavo. Abrió su boca pintada de rojo y sus dientes se volvieron afilados y grotescos antes de hincarse en el cuello del hombre. 
Alicent tardó unos segundos en asimilar lo qué estaba viendo. Vampiros. Son vampiros. Su rostro se descompuso en una expresión de pánico y rompió a temblar.
—¿Te encuentras bien, cielo? Te has puesto pálida —dijo Laelette. 
Alicent la miró a tiempo de ver que le acercaba una mano, dispuesta a tocar su frente. La apartó de un manotazo. 
—¡No me toques! —exclamó, retrocediendo un paso más, aterrada. 
Giró sobre sí, buscando la entrada con la mirada. Estaba a punto de salir corriendo cuando Laelette la agarró de la muñeca y la sujetó con fuerza. Su piel estaba helada y su agarre era tan brusco que le hizo daño. 
—¿Es que Lami no te ha enseñado modales, niña? —preguntó enfadada. El falsete agudo desapareció y dio paso a una voz ronca de tono frío—. Muy bien, si piensas comportarte así, tendré que enseñarte algo de respeto.
—¡Suéltame! —gritó Alicent, asustada, y empezó a forcejear. Se volvió hacia Alva—. ¡Alva! ¡ALVA, AYÚDAME! —suplicó.
Pero Alva levantó la mirada despacio y, luego, negó. Tenía un poco de sangre en la comisura del labio y la retiró con el pulgar. Lo chupó para limpiarlo antes de pronunciarse.
—Te avisé de que te alejaras de él, pero no me hiciste caso. Ahora, te aguantas.
Laelette tiró de ella hasta las escaleras y la obligó a bajar. Por más que forcejeó, no consiguió zafarse de su agarre. El sótano estaba oscuro, tanto que Alicent no podía ver nada, aunque por la soltura con la que se movió su captora, parecía que ella sí que podía ver. La arrastró por la sala y Alicent avanzó a ciegas tras ella, a la fuerza. Cuando pararon, sintió un empujón seguido de un chirrido metálico; no tardó en descubrir que venía de la puerta de la celda en la que Laelette la acababa de dejar encerrada.
Aterrada, gritó y lloró en la oscuridad. Suplicó que la sacaran y amenazó, también a voces, con que Seth se lo haría pagar cuando volviera. En algún momento comprendió que, si Seth sabía que ellos estaban allí, entonces no podrían hacerle daño; él no lo permitiría. Aquello la consiguió calmar algo pero, aunque dejó de gritar, lloró tanto que se quedó sin lágrimas. La oscuridad era insoportable y aterradora. De vez en cuando sonaba algún gemido tenue, vacío, que le daba escalofríos. Recordó al hombre semi desnudo y se preguntó si habría más así en aquel sótano. ¿Cómo puede Seth permitir algo así? La pregunta se repitió en su mente, pero se negó a ella. Quizá había algún motivo, quizá él no lo sabía. Había prometido que se lo explicaría todo a su regreso, pero no imaginaba cómo podría justificar algo así.
No supo cuánto tiempo pasó allí encerrada. Sentía los ojos hinchados por el llanto cuando escuchó un chasquido de dedos, tras el cual varios orbes rojos repartidos por las paredes se encendieron, iluminando el sótano, también circular. Cuando la luz iluminó la estancia, Alicent vio a Seth acercándose a ella, pero también que la sala estaba llena de jaulas como la suya, la mayoría ocupadas por esclavos, hombres y mujeres con aspecto cansado, atolondrados, semi desnudos y casi sin vida, como el hombre que había visto antes. Se le revolvió el estómago y, por un instante, creyó que iba a vomitar.
Seth abrió la puerta. Cuando Alicent alzó la mirada vio que, además de cansado, parecía enfadado. 
—S- Seth —murmuró, con la voz seca y ronca. Lloriqueó sin lágrimas, con un nudo en la garganta y los ojos entumecidos—. Sácame de aquí, por favor. Me… Me quiero ir —suplicó cuando él se agachó junto a ella. 
Alicent intentó abrazarse a él, pero él la sujetó por los hombros y la miró con severidad. 
—¿Qué has hecho? —preguntó. La agarró por debajo de los brazos y la levantó—. Laelette dice que te portaste con ella como una…
Las piernas de Alicent fallaron en cuanto se puso en pie y cayó de bruces contra su pecho, cortando su reproche. Seth olía a sudor, a cenizas y a sangre. Era desagradable, pero no lo suficiente como para apartarse. Se abrazó a él, desesperada.
—Te dije que te lo explicaría todo a la vuelta —reprendió él, acariciando su espalda para tranquilizarla—. ¿Es que no podías esperar?
Alicent negó, apoyada contra su pecho.
—Quiero volver a casa, Seth —pidió, ignorando sus palabras—. Tengo miedo. Esto no me gusta. Esto… ¿Qué es esto? —levantó la barbilla para poder mirarlo a los ojos. Pese a la duda, seguía teniendo la certeza de que él no le haría nada malo, así que no se alejó incluso cuando preguntó—: ¿Eres un vampiro? 
Seth parpadeó, perplejo. 
—¿Qué? No, claro que no soy un vampiro Alicent. Venga, vamos a nuestra habitación y te lo explicaré todo. 
Alicent se tensó contra él. 
—No. No voy a ir a ninguna habitación —aseguró. Lo hizo con tal firmeza que hasta ella misma se sorprendió—.  Quiero… —vaciló al ver que él la miraba con el ceño fruncido, entre extrañado y cabreado—. Quiero ir a casa, Seth.
Seth frunció todavía más el ceño.
—Alicent, no puedes ir a casa. Y lo sabes. Además, esto es lo que querías. Lo que queremos. 
—¿Que esto es lo que quería? —negó, sorprendida—. ¡SETH! —alzó la voz, y él levantó ambas cejas—. ¡VIVES EN UN NIDO DE VAMPIROS! 
Las cejas de Seth volvieron a su lugar, pero apretó la mandíbula. Parecía aún más enfadado que antes. 
—Ya veo. —Su voz sonó fría, decepcionada—. Lo tenías todo planeado, ¿verdad? —Alicent parpadeó—. Querías que te mantuviera a salvo durante el ataque para luego buscar cualquier excusa para volver a Morthal sin mí. ¿Cómo puedes ser tan egoísta?
—¿Qué? Eso no…
—¿Es cierto? Pues muévete —ordenó Seth. Fue tan brusco que Alicent quedó helada. 
A pesar del miedo y la angustia, a Alicent le bastó un nuevo vistazo a su alrededor para devolverle la mirada con firmeza. No tenía ninguna intención de quedarse en aquel lugar horrible. Desvió la mirada hacia las escaleras. Su plan todavía no había terminado de coger forma cuando Seth se adelantó a sus intenciones.
—¡SUÉLTAME! —gritó cuando la cargó sobre uno de sus hombros, como un saco de patatas—. ¡SETH, BÁJAME! ¡QUIERO IRME! 
Seth la llevó escaleras arriba varios pisos, hasta llegar a lo que debían de ser sus aposentos. Alicent no dejó de patear y sacudirse todo el trayecto y estuvieron a punto de caer un par de veces, pero no le importaba, solo quería irse de allí cuanto antes. Cuando llegaron, Seth  estaba tan harto que prácticamente la arrojó de su hombro. De no ser porque chocó de espaldas contra la pared, se habría caído al suelo. Ni siquiera se molestó en ver cómo era la sala sino que, cuando recuperó el equilibrio, clavó sus ojos en los de él, desafiante, antes de dirigirse a la puerta. Pero Seth se interpuso entre ella y la salida.
—Déjame ir, Seth —exigió.
—Tú no vas a ir a ninguna parte —replicó despacio, enfatizando cada sílaba.
Para esas alturas saltaba a la vista que no le quedaba ni una gota de paciencia. Aunque en cualquier otra ocasión se habría sentido intimidada, estaba tan enfadada que intentó empujarlo. Alicent no tenía demasiada fuerza, así que Seth ni se movió. Frustrada, empezó a golpear su pecho con los puños.
—¡Déjame ir! ¡Déjame ir! ¡Quiero volver a casa! ¡Déjame ir! —exigió sin alzar la voz, atragantándose por los nervios con sus propias palabras. 
—Alicent, si sigues así me vas a obligar a hacer algo de lo que te arrepentirás —avisó. Lo hizo en un tono tan frío y afilado que la consiguió frenar. 
Alicent se detuvo y lo miró, procesando sus palabras. La amenaza avivó su enfado y volvió a empujarlo. Nuevamente, no consiguió nada, así que se dispuso a hacerlo otra vez, pero en esta ocasión Seth la paró a tiempo. Le apartó las manos con las suyas hacia los lados y Alicent perdió el equilibrio. Aunque estuvo a punto de caer de culo al suelo, solo retrocedió dos pasos tambaleándose, hasta que se volvió a erguir. Lo miró a los ojos, con la rabia encendida. No recordaba haber estado así de enfadada con nadie.
—¡Déjame marchar! No quiero vivir contigo, ¡TE ODIO!  —chilló. 
Seth quedó ojiplático, tan sorprendido que tardó en reaccionar cuando Alicent lo esquivó y se escurrió entre él y la puerta. Ya había puesto un pie fuera cuando, de repente, los dedos de Seth se enredaron en su pelo y tiró de ella hasta el interior de la habitación. Aunque su primer impulso fue gritar por la sorpresa, la ira escaló la violencia. Alicent se giró como un resorte y le pegó un bofetón con todas sus fuerzas. El impacto sonó tan fuerte que hasta ella abrió los ojos como platos al ser consciente de lo que acababa de hacer.
Ambos se miraron a los ojos unos segundos, congelados. Luego, Seth alzó la mano y le devolvió el golpe. También lo hizo con fuerza, tanta que la cabeza de Alicent se giró tan de golpe que le giró la cara tanto como su cuello dio de sí. Tanta que, en esta ocasión, sí que cayó de culo al suelo. Lo miró desde allí, con la boca abierta, sin dar crédito a lo que acababa de pasar. La había pegado. La había pegado, y con ganas. Puede que ella lo hubiera hecho antes, pero él ni se había movido. Él sin embargo tenía más fuerza y ella notó el dolor ardiendo en su mejilla. Me ha pegado. Se llevó una mano a la cara, temblando. Su labio tembló y sus ojos se llenaron de lágrimas. 
Quedó tan desconcertada, tan incrédula por lo que acababa de pasar, que ni se enteró de que Seth había salido de la habitación hasta que escuchó el sonido de la llave cerrando la puerta. Alicent levantó la mirada despacio, comprobando que Seth se había ido. Su pulso se volvió frenético. Tengo que escapar. Se puso de pie casi de un salto, con la adrenalina dirigiendo sus acciones. Alicent giró el pomo plateado varias veces pero la puerta, de madera robusta, no se abrió. Se agarró al pomo y volcó en él todo su peso pero, aunque la zarandeó con todas sus fuerzas, la puerta siguió cerrada. La desesperación continuó creciendo en su pecho. 
Miró a su alrededor por primera vez desde que había llegado, buscando alguna otra vía de escape. Igual que la primera planta, la estancia tenía la forma de una rosca, aunque en este caso las paredes concéntricas eran medios muros que definían la zona del dormitorio. Nuevamente, la iluminación venía de unos orbes que, en este caso, emitían una luz anaranjada y tenue. Alrededor del círculo interior había varias zonas, delimitadas por la organización de los propios muebles; Alicent vio muchos armarios, un tocador e incluso un pequeño hogar alrededor del cual había varias butacas y estanterías llenas de libros. Siguió caminando y llegó a un escritorio y otra mesa que dedujo que sería para comer. En otra zona vio una bañera inmensa, cuadrada y de piedra blanca. Aunque el espacio era magnífico y estaba decorado con gusto, Alicent no sintió ninguna fascinación.
Había unas cuantas ventanas alrededor de la habitación. Una de ellas era especialmente grande, como una puerta.  Alicent se acercó y comprobó que podía abrirla. Con el corazón palpitando y la esperanza en el pecho, la atravesó para comprobar que daba a un balcón tan espacioso que incluso parecía una terraza. Se acercó a la balaustrada, solo para comprobar que la altura era inviable. Si saltaba desde allí, lo más probable es que se partiera las piernas, si es que no moría en el intento. 
Agobiada, sintió el pánico creciendo todavía más en su pecho. Retrocedió hasta volver a entrar en la habitación e intentó abrir la puerta una vez más, sin éxito. Sus pensamientos eran cada vez más difusos. El ambiente, agobiante ante la creciente certeza de que no había escapatoria. Finalmente se dejó caer sobre el suelo, agotada. Se tapó los ojos con las manos y rompió a llorar desangelada, sintiendo que cada vez le costaba más y más respirar por el pánico. Tanto que las últimas bocanadas de aire que tomó sonaron ahogadas entre los sollozos.
No podía estar pasando aquello. Estaba en una torre lejos de todo el mundo, donde nadie la encontraría nunca si él no quería. Lo que al principio pensó que sería un cuento de hadas se había convertido en una pesadilla.
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justanotherjrd · 1 year ago
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No quiero hacerle daño a quienes quiero y esa es la razón principal por la que aún sigo aquí. Me sorprende haber llegado tan lejos, habiendo decidido irme de la vida hace varios meses.
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