#manos unidas
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Proyecto de Manos Unidas
Para el proyecto en el que nuestra parroquia está colaborando colaborando hemos reunido 1 120 euros, 820 euros en la fila 0 y 300 euros en la colecta del templo. Damos las gracias a todos los colaboradores.
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oh por diooooos no estoy soportando. están pasando muchas cosas y simplemente no puedo. no puedo
#mai reads tf comics#mtmte comic#y creo q apenas es el final del primer arco y tengo unas ganas de vomitar neta#no entiendo pq drift estaría de acuerdo con prowl para poner a overlord en una celda unida a la nave#según pq ambos drift y prowl tenían miedo de q la guerra no haya terminado pero. pues#varios murieron incluyendo rewind claro#y ahora echaron a drift de la nave y todos le están arrrojando cosas y el único q le ofreció su mano es ratchet y#...... i'm fine
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amo como escribess, te puedo pedir un one shot también medio doméstico pero de enzo y su hijo? donde su esposa espera otro bebé 😭😭😭
por favorr y amo tu one shot lo leo cada cinco minutos 💘💘💘💘
💐 ˚. ࣪ ⊹ UN RECUERDO . . . enzo vogrincic
♫ play beautiful boy by john lennon
⠀⠀⠀𐙚 ˚. ࣪ ⊹ . . . pairing : enzo vogrincic x fem!reader.
⠀⠀⠀𐙚 ˚. ࣪ ⊹ . . . warning(s) : enzo siendo un poco ⠀⠀⠀sobreprotector, embarazo, mucho fluff.
⠀⠀⠀𐙚 ˚. ࣪ ⊹ . . . summary : dejar un recuerdo familiar es ⠀⠀⠀todo lo que necesitas para llenar el corazón de tu ⠀⠀⠀esposo.
⠀⠀⠀𐙚 ˚. ࣪ ⊹ . . . emi's note : muchas gracias mi niñaa, me ⠀⠀⠀alegro mucho que te haya gustado y espero este ⠀⠀⠀también. esta es la referencia que use para que se ⠀⠀⠀hagan una idea del cuadrito y dios mio enzo papá ⠀⠀⠀me mata. gracias por el apoyo <3.
sonreíste cuando escuchaste la puerta de entrada abrirse y los pasos apresurados de su hijo.
enzo había ido a comprar un pequeño lienzo junto a su hijo, y tú, que no podías hacer mucho esfuerzo, te quedaste en casa.
habían escogido los colores desde antes, buscando tres de ellos que combinaran perfectamente, los habías ordenado ya en la mesa a la espera de los dos hombres.
¿y para que lo querían? pues bien, habías visto una tonelada de vídeos donde los padres con sus hijos marcaban sus manos en un cuadro, dejándolo como un recuerdo.
y no pudiste evitar querer lo mismo.
así que se lo contaste a enzo, tu esposo, que ante tu emoción y ojos estrellados, claramente no iba a decir que no.
"llegamos, chiquita" escuchaste a enzo antes de ver su figura atravesar el pasillo hasta la sala.
"¡mami!" eloy, tu hijo, apareció detrás de su padre, saltando al sillón donde estabas. reíste levemente cuando viste los ojos de enzo abrirse por la preocupación.
"ten cuidado, hijo" le dijo, acercándose y arrodillandose frente a ti. su mano cálida acarició tu vientre abultado con una sonrisa.
"¿y vos?, ¿te portaste bien?" acercó sus labios hasta tu vientre; dejaste un beso en la cabeza de tu hijo cuando este la apoyo en tu hombro y acariciaste el pelo de enzo.
"siempre se porta bien" respondiste por tú bebé por obvias razones, enzo subió sus ojos hasta tu rostro, observandote con una sonrisa.
"me alegro mucho, mi gordita" sus dos manos viajaron a los costados de tu vientre, acariciandolo mientras seguía dejando besos.
por mucho que amabas las caricias de enzo, tenías muchas ganas de hacer el cuadro, así que te estiraste con la intención de ponerte de pie. enzo bufó, demasiado concentrado en darle besos a su bebé.
"dale, gordita. déjame ayudarte" se puso de pie rápidamente, tomando una de tus manos y poniendo la suya en tu espalda baja.
te reíste de lo preocupado que era enzo en tu embarazo. no te sorprendió, el era exactamente igual en tu primer embarazo.
siempre queriendo cuidarte de lo más insignificante para ti, pero para él, todo era un peligro. no podía arriesgarse a que algo les pasará.
después de todo, eran su familia.
su hogar.
entrelazaste tus dedos con los de enzo y con los de eloy, caminando hacía la mesa donde anteriormente ya habías ordenado todo.
enzo frunció levemente su ceño cuando vio las cosas ordenadas "gorda, no tenías que ordenarlo todo" te dijo al oído, dejando un beso en el costado de tu cabeza.
sonreíste "pero quería hacer algo también" enzo asintió resignado.
te entrego el lienzo que le habías pedido. uno pequeño pero lo suficientemente grande para que sus manos entraran.
"muchas gracias, amor" con tu mano unida, lo atrajiste hasta ti, besándolo suavemente.
sentiste como enzo sonreía en medio del beso, llevo su mano hacía tu cintura, donde acarició y apretó suavemente.
no podía evitar tener sus manos fuera de tu cuerpo cuando, sobretodo ahora, que estabas embarazada. la idea de que tenías a su hijo dentro, cuidándolo y protegiéndolo hacía que sus ojos se llenaran de lágrimas.
"¡wakala!" escuchaste a tu hijo gritar y no pudiste evitar reírte justo en la boca de enzo, que de igual manera se reía.
"boe, cuando vos tengas novia no vas a decir lo mismo" lo señaló con su dedo, mostrando sus blancos dientes cuando su hijo negó con la cabeza.
"mentira" respondió eloy cruzándose de brazos. mientras enzo discutía con un niño de 4 años, te encargaste de desenvolver el lienzo, tiraste el plástico a la basura y te giraste a los dos vogrincic.
"dejen de discutir, bobos" llamaste su atención "vengan" enzo tomo a su hijo entre sus brazos, dejándolo sentado con cuidado sobre la mesa.
su brazo se posó en tu cintura mientras él se deslizaba a tu lado. dejo descansar su cabeza en tu hombro, haciendo un camino de besos hasta tu mejilla.
río levemente cuando observó tus movimientos nerviosos por sus besos. llevaban más de 10 años juntos y aún lograba ponerte nerviosa.
era su simple presencia la que te hacía tener una respiración acelerada.
le pegaste un codazo leve en el estómago, logrando llenar el pincel con pintura "vení, elo" tu hijo se acercó lo suficiente a ti, dejando su pequeña mano sobre tu palma.
deslizaste el pincel sobre su manito y sonreíste cuando lo escuchaste reír.
"me da cosquillas, mami" dijo el niño, dejando que guiaras su mano hasta el centro del lienzo.
su pequeña mano quedo pintada, destacando sobre el blanco del fondo. sentiste a enzo ajustarse a tu alrededor, sonriendo ante la marca.
la manito era tan pequeña, que te entristeció pensar que algún día dejaría de ser así.
un beso reconfortante llego a tu mejilla, al igual que las caricias en tu cintura. enzo entendía que a veces las hormonas golpeaban tus sentimientos más sensibles.
"¡te toca, mami!" sonrió eloy. enzo tomo el pincel de entre tus dedos y lo sumergió en el agua, buscando quitarle el color anterior.
lo saco y secó, colocándole el color que tu habías elegido; con la mano que tenía en tu cintura, tomo tu mano delicadamente, llevándola hasta sus labios antes de pasar el pincel desde la punta de tus dedos hasta la palma.
trazó tu mano con agilidad como si fuera un pintor, pero con delicadeza como si te fueras a romper.
cuando terminó, dejaste caer tu mano sobre la marca que la mano de tu hijo había dejado, haciendo presión para que quedara completamente marcada.
la quitaste, apreciando como la marca había quedado justo con la mano de tu hijo en medio, completando tu mano.
"es precioso" enzo juro casi derretirse en tu hombro ante la imagen.
eran las manos de aquellos que más amaba. las manos que se deslizaban por su cabello en las noches o por su rostro cuando querías un beso.
las manos que se estiraban hacía él para ser tomado en brazos o para envolverse en su cuello en busca de un abrazo.
enzo había formado un sentimiento de amor tan profundo y desorbitante por ti, por tu hijo, que podía dar su vida por la de ustedes.
y por último, fue el turno de la suya.
repetiste el proceso de limpiarla y llenarla de pintura, lo pasaste por su mano y la acomodaste para que quedara perfectamente centrada.
dejo caer su mano en el lienzo, haciendo la misma presión para que no sea su mano la que arruinará el lienzo.
cuando la quito, el recuerdo estaba terminado.
su mano era mucho más grande que la tuya o que la de tu hijo, pero parecía que las tres encajaban como piezas de rompecabezas.
una mano sobre la otra, sellando un vínculo como lo es la familia.
"me encanta" susurraste, acercando a tu hijo en un abrazo. enzo no tardó en envolver sus brazos alrededor de los dos.
bueno, tres.
los mecio de lado a lado, sintiendo un sentimiento de protección en su pecho. es aquí donde él pertenece. en ningún otro lugar más que con ustedes en sus brazos.
"te amo, gordita, mucho" susurró en tu oído.
© CUARZOROSITA | do not copy, steal, adapt or translate my works.
#cuarzorosita 𐙚 one shot#cuarzorosita 𐙚 enzo vogrincic#enzo vogrincic x reader#enzo vogrincic#enzo vogrincic x you#enzo vogrincic fluff#enzo vogrincic fanfic#enzo vogrincic one shot#la sociedad de la nieve#the snow society
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© Lucas Garcete , El hijo de Nosferatu (The son of Nosferatu)
Me busco en los oscuros acordes de hondos despertares en las densas orillas del cielo. Se filtra el viento dócil en mi sangre, y ya es naufragio y voz, manos que renacen: entrelazadas manos o palma a palma unidas en generosa renuncia.
I look for myself in the dark chords of deep awakenings on the dense shores of the sky. The docile wind filters into my blood, and it is already shipwreck and voice, hands that are reborn: intertwined hands or palm to palm united in generous renunciation.
#darkart#poetry#moon#macabre#fantasy#vampire#vampyr#dark#dark fantasy#darkartist#gloomy#gloomy art#dark art#horror#horror art#artists on tumblr#photographers on tumblr#film photography#filmisnotdead#dark photography#symbolism#surrealism#art#digital art#lucasgarcete#plague doctor#night#moonlit#occult#demon
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La distancia entre los dos
En el vasto océano de la distancia
navegan nuestros corazones,
como estrellas separadas por el cielo,
pero unidas por constelaciones.
Tus susurros llegan con el viento
acariciando mi alma solitaria,
y aunque no pueda tocar tus manos,
siento tu amor en cada latido.
La luna, testigo de nuestro anhelo,
brilla con la esperanza de un reencuentro,
y en cada noche de estrellas fugaces
deseo que el tiempo acorte su paso...
Porque aunque la distancia nos separe,
nuestros corazones laten al unísono,
y en cada pensamiento y suspiro,
te siento cerca, siempre conmigo.
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NEW MOON, última parte.
your TEETH crave my name.
my blood makes you MOONSTRUCK.
is this OUR end?
¿se sellará la indescriptible atracción que sentías hacia Park Sunghoon con el pinchazo de un colmillo? Sí, pero ¿sobrevivirá esa atracción a su propio sello?
pair: vampire!park sunghoon x f!reader
summary: finalmente, los colmillos de Park Sunghoon han penetrado en tu piel y tu sangre ha sido probada por él. ¿qué consecuencias traerá este mordisco? y, por si fuera poco, la figura misteriosa de Jay parece compartir un pasado con tu querida mejor amiga Aerin, si es que se podía seguir llamando de esa forma. Una historia en la que parecías destinada a participar en su final... ¿o en su principio?
warnings of part 4: sangre, mordiscos, besos en el cuello, menciones de dios, traición de una amistad, lenguaje malsonante y si veis alguno más decidme pls
words: 8288
parte tres masterlist
‧͙⁺˚・༓☾ ☽༓・˚⁺‧͙
Sunghoon succionó una, dos, tres y cuatro veces. Su lengua saboreó la sangre que caía de las perforaciones que él había hecho en tu cuello. No había palabras para describir la paz interior que su sabor provocó en su insaciable sed que, como vampiro, siempre le marcaría de nacimiento. O eso pensaba hasta que llegó tu olor, tus ojos, tu sonrisa, tu cuello, tu sangre... Cuatro veces succionó, insuficientes veces para satisfacer la sed por sangre humana de un vampiro corriente, de Jake o de Heeseung, pero curiosamente suficientes para él. Beber tu sangre era como tomar su manjar favorito estando lleno. Siempre había espacio, pero jamás abusaba porque no tenía hambre, porque ya estaba lleno.
Anulaste la sed del vampiro Park Sunghoon, realidad incoherente con la tradición, con lo común, con las leyes de la naturaleza. Y así, Sunghoon se separó tras apenas haber tragado más de una vez, sin necesidad de beber más, de morder, de matar.
Despegó sus colmillos suavemente, atendiendo al tiemble de tu agarre en su brazo, el calmado latido del corazón y el suspiro de placer que tus labios emitieron. Se alejó, quedando cualquier sonido que sus suaves besos húmedos en tu cuello podrían haber producido ignorado por tu débil risa llena de cariño y plenitud. Park Sunghoon te miró ahora abrazándote y teniendo tu cara enfrente de la suya, mirándote siendo él mismo, sintiéndose vivo, sintiéndose humano.
Un cambio que percibiste en sus ahora desaparecidos colmillos y en sus verdaderos ojos de carbón sujetando los tuyos como si en ellos estuviesen la clave de su vida, la respuesta al acertijo de su existencia.
Park Sunghoon seguía siendo vampiro pero, en el fondo de su mente que todavía no estaba presa de esa inocente felicidad de tenerte en sus brazos, supo que las leyendas eran ciertas y que había esperanza en su gran deseo de vivir sin estar muerto.
Siempre y cuando tú existieras junto a él.
Cuando sentiste los colmillos de Park Sunghoon penetrar en tu piel junto con su cálida lengua saboreándote, tu corazón sintió la extraña sensación de un sueño siendo cumplido, pero no el tipo de sueño que solemos tener en la vida, por el que trabajamos duro y nos ponemos metas, sino un sueño que el destino de tu alma tenía que cumplir en el camino de su vida porque, en efecto, estabais hechos el uno para el otro.
Vuestras manos unidas se mantuvieron de esa forma, juntas, incluso tras el final de aquel íntimo momento, reflejando que aquello no era una simple atracción. La duda sembró tus labios y Sunghoon te escuchó con el mismo pánico que interiormente podía llegar a sentir al darse cuenta de que os unía una conexión tan antinatural que os hacía olvidar el hecho de que no os conocíais. Su caricia sobre tu cuello te tranquilizó de cierta forma, parándote a pensar en su tacto mientras observabas su rostro tras haberte mordido, marcado. ¿Realmente no conocías a Sunghoon?
—Hasta hace nada pensé que tú no sentías lo mismo por mí, que todos esos detalles que veía en ti eran observaciones que jamás saldrían a la luz—. Comenzaste, siendo interrumpida por Sunghoon de una manera curiosa, al complementar tus palabras con sus observaciones. —Intuía que leías a Poe, y justo te encontraba en la biblioteca haciéndolo—. Susurró.
—Sabía cómo reaccionarias a algunas palabras del profesor Friedrich, y acertaba de lleno—. Continuaste. Sunghoon elevó una de sus cejas antes de hablar.
—Nunca te encontraba en los partidos oficiales de ninguno de los deportes de la academia y nunca me sorprendía—. Reíste mientras bajabas la cabeza. Tu mano libre acarició su pecho.
—Aquella vez que discutiste con Heeseung y todo el mundo se enteró poniéndose de parte suya, yo te vi cosiendo su camiseta de béisbol cuando pensabas que nadie te estaba mirando y no me sorprendió ese lado tuyo—. Sunghoon esbozó una pequeña sonrisa.
Su mirada se tornó un tanto dudosa mientras dejaba de llover, aclarándose el cielo y dejando brillar a las estrellas. Se acercó un poco más a ti, bajando la cabeza.
—Sabía que estabas escuchando cuando rompí con Aerin. Por eso fui mil veces más maleducado e imbécil. Quería que me odiases, pero con cada palabra se me rompía más el corazón al pensar que realmente podría conseguirlo. Yo... yo nunca quise esto, estar atraído hacia un humano hasta el punto de sufrir una sed inaguantable. Pero es que antes...— Se le rompió la voz un poco —No sabía que esto que nos une es distinto e inevitable.
Sus palabras agilizaron tu corazón y una carga en tus hombros fue levantada por la compresión y compasión. Te lamiste los labios antes de realizar una pregunta. —Jay mencionó leyendas ¿somos parte de una?
Sunghoon te miró asintiendo antes de echar un ojo hacia toda la estancia. En su interior, supo que Jay te había mencionado semejante información tan insólita siendo una humana porque desde el principio se lo había temido, Sunghoon y tú erais lo mismo que Aerin y él. Jay, de nuevo, le había dado razones para admirarlo.
Notando su mirada precavida, hablaste. —¿Quieres venir conmigo y así hablamos con más tranquilidad?— Tus mejillas no pudieron evitar encenderse tras tu invitación. Sunghoon sonrió, llegándole la sonrisa hasta los ojos y asintió. —Sí—.
Así, caminasteis hasta tu habitación con las manos todavía unidas.
Con vuestros meñiques tímidamente entrelazados, abriste la puerta caoba de tu habitación, entrando tú primero y Sunghoon detrás de ti. No te lo admitiría pero estaba nervioso, todo parecía encajar perfectamente muy rápido y el vértigo que le suponía ser plenamente feliz le atragantaba con risas. Apreció tu habitación, decorada con tu estilo rústico ideal pero con una pizca de tu esencia que no sabría muy bien señalar dónde. Era tu habitación y como tú, no podría haber otra igual.
Gesticulaste hacia tu cama y Sunghoon se sentó en ella mientras te dirigías hacia el escritorio, buscando ordenar un poco los papeles esparcidos y los libros abiertos, además de algún bolígrafo colocado a libre albedrío. Era un caos, pero no uno demasiado trágico.
Sunghoon aprovechó que no le mirabas para observarte. En su pecho hasta ese momento frio y muerto, sintió una calidez que le pedía a gritos abrazarte, protegerte, tenerte siempre en su vida junto a él. Eran sensaciones muy fuertes para alguien considerado muerto, para un inmortal que no tenía ninguna esperanza en la eternidad.
Tras tu breve intento de orden, te giraste hacia él y tu corazón se aceleró. El chico vampiro que reinaba cada uno de tus sueños desde la primera vez que tus ojos se posaron en él, estaba en tu cama, cómodo, portando una sonrisa amplia y juvenil, casi como la inocentemente feliz sonrisa de un niño. La vergüenza te comió por dentro y te quedaste de pie, incómoda en tu propia habitación, gesto que Sunghoon notó y que le hizo reír al instante.
—¿Por qué pareces tú la invitada? Es tu habitación—. Dijo mientras tu nombre se escaba de su boca con gran adoración. Tú estomago dio una voltereta mientras Sunghoon con la palma de su mano sobre tus sábanas indicaba que te sentaras a su lado. Te acercaste, dándole la mano que el te tendió para sentarte en la cama, como si fueras una princesa de porcelana frágil hasta ante una pluma o unas meras sábanas. Lo comentaste y las orejas de Sunghoon se encendieron al darse cuenta.
Una vez acomodados -vuestras manos todavía unidas- Sunghoon se lamió los labios antes de suspirar. —¿Qué quieres hacer ahora?—. Su pregunta te sorprendió porque de cierto modo, pensaste que él tendría el control, que él sabría el secreto y que tú solo tendrías que asentir y seguir junto a él. Pero eso jamás sería así con Sunghoon. Si tú decidías estar con un ser como él, era decisión tuya. Si tú decidías seguir con él, dejar que beba tu sangre hasta que se volviese humano, era tú decisión, tu voluntad. Él jamás te forzaría a nada, incluso si te ibas, no te rogaría que te quedaras porque significabas demasiado para él. Gesto que un vampiro normal no entendería porque la naturaleza era manipular, decirte que te quedaras, que te sometieras a él.
Sonreíste ante la expresión suave de su rostro, expresando siempre tanto con sólo aquellos ojos, hecho que mucha gente no sabía apreciar. Tu mano libre se acercó a su cara, acariciando suavemente su pómulo. —¿Puedes explicarme qué es lo que nos une?—. Sunghoon cerró los ojos fundiéndose con tu tacto mientras asentía. La calidez de tu mano curó heridas interiores que no sabia que tenía abiertas y sangrando.
Así Sunghoon, poco a poco, te empezó a contar la leyenda que todos los vampiros conocían, pero que nadie creía o nadie quería creer. —Muchos vampiros no quieren volverse humanos, y creer que podía existir su humano destinado que los salvaría de la vida de pecado y condena no les interesaba. Por ello, esta leyenda no tiene la popularidad que podría tener, pero sí que todos preferimos no contársela a los humanos. Al fin y al cabo, es la posibilidad de una debilidad de la raza vampírica. Además de que realmente todas las religiones siempre hablan de algo similar, no sólo la que llama al "algo" Dios—. Llegados a este punto de la historia, Sunghoon y tú estabais acostados en tu cama, no acurrucados pero unidos por las manos que todavía no habíais separado.
—Entonces ¿es algo así como estar destinados el uno al otro?—. Tu corazón saltaba de alegría al pensar que realmente tenía una otra mitad que lo comprendía. Bueno no, no era simplemente eso. Era tener a Sunghoon como tu alma gemela después de noches sufriendo por un interés no correspondido. Él asintió.
—Creo que ya lo notas pero no podemos evitar sentirnos el uno hacia el otro como lo hacemos, con esta necesidad tan...—. Su mirada bajó hacia tus labios sin poder controlarlo pero sin hambre o deseo, simplemente observando la belleza de su forma. —Sí—. Completaste su frase susurrando. No había más palabras que una afirmación para expresar que conocías perfectamente esa necesidad de la que él hablaba.
Un silencio cómodo se estableció entre vosotros mientras os mirabais. Eras consciente de que ahora era el momento de tomar una decisión pero, saber que existían los vampiros y que estabas destinada a él, era demasiada información para una noche. Tus ojos así lo demostraban, siendo por un momento cerrados con lentitud por tus párpados. Sunghoon lo notó y te besó la frente suavemente. —A dormir—. Susurró con esa voz que siempre has querido oír siendo dirigida hacia ti. Apretaste su mano y exclamaste adormilada —No te vayas—. Sunghoon devolvió el apretón —Nunca—.
Pero, en mitad de la madrugada cuando la luna todavía mostraba su majestuosidad pero con cansancio, un fuerte dolor en el pecho te despertó. Abriste los ojos sobresaltada, buscando agarrar la mano de Sunghoon a modo de protección. En cambio tu mano entró en contacto con la nada, con sábanas cálidas, con simple aire, con un vacío. Te incorporaste con un horrible sabor en la boca y una respiración acelerada. El dolor en el pecho no se iba, continuaba contigo pese a haberte despertado, tal y como Sunghoon había prometido hacer con su estancia a tu lado.
Pero Sunghoon no estaba. No había rastro de él en tus sábanas en las que anteriormente os habíais confesado una gran unión y dependencia el uno del otro. Tampoco estaba en el escritorio que habías intentado organizar horas antes, ni en la entrada por la que con las orejas rojas te había alagado la decoración de tu habitación. Park Sunghoon no estaba. Park Sunghoon se había ido, se había esfumado. Y él había prometido no hacerlo, había prometido quedarse en un momento en el que todavía no sabíais qué seríais en un futuro.
Una mente racional pensaría que tuvo que irse por cualquiera razón que no fuese un rechazo, un portazo. ¿Pero con aquel dolor en el pecho? Casi sentiste tu respiración ahogarte, desafiando la física y la biología. Tal y como vuestra conexión lo hacía, tal y como su existencia vampírica lo hacía.
Tus ojos se llenaron de lágrimas que intentabas retener con pensamientos racionales. A lo mejor estaba fuera porque fue al baño o estaba yendo hacia su dormitorio a prepararse para el día siguiente. Pero no había clases al haber acabado el semestre. Tus pies aceleraron el paso atravesando tu habitación. Abriste la puerta todavía con lagrimas sin caer, sin doler.
Allí, bajo el alba, Park Sunghoon se alejaba de los dormitorios, de tu habitación, de ti, por el mismo camino por el que horas antes se había entregado a ti y tu habías permitido la perforación de tu cuello por sus colmillos. Tus cuerdas vocales se prepararon para llamarlo y así relajar a tu corazón. Hasta que tus ojos la vieron y aquello no fue necesario.
Aerin caminaba por delante de Sunghoon, guiándole con su mano unida a la suya. La palma de Sunghoon acariciaba y rodeaba a unos dedos que no eran los tuyos. Estaba unido a alguien que no eras tú, sino Aerin. A quién primer amó, a quién tuvo que romperle el corazón por tu culpa, a quién verdaderamente quería en su vida.
Cerraste la puerta al instante mientras tus piernas fallaban y te dejabas caer lentamente en el suelo, con tus brazos acariciando tu ahora incompleto ser, con la huella de sus colmillos en tu cuello ardiendo, con el efecto que el dejó sobre ti como tu única identidad. Abandonada, con una promesa rota como última creencia.
¿Qué había sido esto?
‧͙⁺˚・༓☾ ☽༓・˚⁺‧͙
Prepararte para ir a cenar nunca había sido tan difícil. Saltarte el desayuno y la comida había sido totalmente sencillo al olvidarte completamente de comer.
Habías conseguido quedarte dormida tras el silencio sepulcral que el fin de tus sollozos produjeron. Era mentira, él no era tu otra mitad, tu persona destinada. Seguías igual de incompleta y sola. Pero eso no dolía realmente. Lo que dolía era que no fuera Sunghoon tu otra mirad. Que esto hubiese sido todo para ti y nada para él. Simplemente saciar su sed.
¿Cómo alguien podía mentir así de fácil? ¿Así de real? Vampiro. Era un vampiro. Estaba en su naturaleza y sólo fuiste un recipiente de sangre desde el principio. Pensar esto te devolvía el asesino dolor en el pecho. No encajaba, no podía ser de esta forma... Pero Sunghoon no volvió. No apareció ni a la hora de desayuno, ni para comer, ni al mediodía, ni por la tarde, ni a las ocho, ni a las nueve... nunca.
Así, decidiste -y como mecanismo de defensa ante su existencia y sus manipulaciones insensibles- odiar a los vampiros en un mundo gobernado por ellos.
Con esta nueva emoción dominante en tu cerebro, decidiste atender al último turno de cena de las diez de la noche, buscando saciar tu hambre y, con ello, culpar este vacío que sentías como causa de una razón alimenticia y no a la ausencia por abandono de Park Sunghoon.
Saliste de tu habitación luciendo presentable, desempeñando una nueva confianza fruto de la decepción y del odio. ¿Su humana destinada? Absolutas porquerías y mentiras. Recordar la pasión con la que os habíais abrazado hace horas mientras pasabas por el mismo camino por el que él se fue para no volver con Aerin fue una de las acciones más difíciles que habías realizado en tu corta vida. Agradeciste interiormente no haber probado sus labios, no haber sellado completamente vuestros, o más bien, tus sentimientos, o no sabrías si te recuperarías.
Mientras caminabas hacia el comedor por la desierta academia (a esas horas la gente estaba yendo hacia alguna fiesta o preparándose en las habitaciones para ello) el peso de todas las emociones que sentías te rompían los hombros.
Tras cruzar una esquina, la figura de Aerin caminado por el mismo pasillo al que habías entrado te hizo parar en seco. Sunoo iba junto a ella, caminando par a par hasta que vuestras miradas se encontraron y el ceño de Aerin se frunció, acercándose rápidamente hacia ti. Notaste las marcas de su cuello y antes de que pudieras siquiera mirarle a los ojos, un sonido desagradable reinó el pasillo.
Aerin te habia abofeteado.
—¿Cómo se te ocurre intentar seducir a mi prometido? ¿Es que a caso no tienes ningún tipo de vergüenza? Sabía que siempre me tuviste envidia pero llegar a estos extremos? ¿Cómo...?—. Dejaste de escuchar su discurso cuando la palabra prometido fue emitida por sus labios siempre pintados de ese característico rosa. Desconectaste tanto de lo que estaba diciendo que hasta la interrumpiste.
—¿Has dicho tu prometido?—. Aerin se rio de mala gana y supiste que quería darte otra bofetada. Pero, en vez de hacerlo con su mano, lo hizo con sus palabras. —Sí, Park Sunghoon—.
Tu cerebro seguía sin comprender y el gran escozor de tu mejilla no te ayudaba. —¿Y Sunoo? ¿No te estaba mordiendo ayer por la noche?—. Aerin parecía sorprendida y esta vez sí que no se aguantó, proporcionándote otra bofetada en la misma mejilla. Cerraste los ojos y te agarraste el moflete harta de semejantes actitudes que siempre habías aguantado de ella y que habían acabado en violencia.
Habías perdido a Sunghoon para siempre, si es que aluna vez fue tuyo. La plenitud que sentiste te había dejado tan feliz que su ida hizo que ahora ya no actuases en base a algo, simplemente siguiendo tus propios impulsos de protección. Nadie te volvería a pisar de esa forma, nadie se adentraría en tu corazón con semejante facilidad nunca más.
Antes de que Aerin pudiese empezar a chillarte, hablaste.
—Vas a pegarle otra bofetada a tu querido prometido pero a mi ni se te ocurra volver a tocarme. Puedes ser un vampiro, puedes ser la mismísima hija del director de la academia. No me importa. Ya te he aguantado lo suficiente como para ahora tener que darte explicaciones. Quédatelo, todo para ti. No quiero saber más de vosotros y de vuestras sangrientas manipulaciones. Tú sigue siendo una zorra y yo seguiré siendo educada. Que os den—. Con una rabia impotente, te giraste ante las exclamaciones de Aerin. Sunoo no se había manifestado, ni siquiera se había acercado, pero hubo algo en la forma en la que durante todas tus palabras sólo seguía mirando a Aerin que te descuadró completamente.
Olvidándote de que ibas al comedor, te giraste y rehiciste el camino hacia los dormitorios desviándote en un pasillo que nunca se usaba al dar a los almacenes de limpieza. Te sentase en el pequeño banco de roble que había como decoración usable y ocultaste tu cabeza en tus brazos mientras las lágrimas salían. Querías volver a casa, a junto tu querida madre que siempre sabia como ayudarte aunque fuese la persona mas imperfecta del mundo y aunque eso fuese imposible.
Sunghoon y Aerin se iban a casar. Vampiro con vampiro. Tal y como debía ser, como tenía que ser. Te diste cuenta que no debiste ni haberte metido, ni haberte dirigido a él, ni haberle mirado, ni nada. Ni saber de su existencia.
Tus sollozos eran tan fuertes que eran silenciosos, sacudiendo tu cuerpo mientras buscabas de alguna forma pensar en positivo, en otra cosa, en algo que no fuese nada ni nadie.
‧͙⁺˚・༓☾ ☽༓・˚⁺‧͙
Tras unos minutos en los que conseguiste calmarte a ti misma, el desquiciado hambre te atacó. Miraste hacia el infinitos techo de la bóveda de piedra que, con muchas más, conformaban la academia y suspiraste. Unos pasos te hicieron girar la cabeza, aunque tus ojos estaban muy pesados como para realmente procesar lo que estaba sucediendo.
Park Jay se paró al inicio del pasillo, con las manos en los bolsillos, observándote con unos ojos que de alguna forma, reflejaban perfectamente la desastrosa borrasca torrencial que se desataba en tu interior. Apartaste la mirada de él, no pudiendo soportar su mirada con conocimiento de causa. Jay continuó caminado hacia ti, sentándose a tu lado en aquel banco, descansando la cabeza contra el duro muro mientras suspiraba.
La presencia de Jay te reconfortó de cierta forma pese a ser un vampiro, pues cuando uno está en esa situación de dolor, la simple compañía de una mosca podía ser la más reconfortante del mundo.
En verdad Jay era el único que no te había mentido y que había sido lo más claro que nadie en esta academia había sido nunca, si omitimos los datos que, por una razón mayor, no te pudo dar. Esta reflexión te hizo pensar en Sunghoon.
Esa parte esperanzadora de tu interior pensaba que estabas sacando conclusiones demasiado rápido y que Sunghoon si volvería murió por tortura tras las palabras de Aerin.
—Que estés aquí me dice que algo sabes... Por no decir todo—. Comenzaste casi susurrando, buscando esbozar una sarcástica sonrisa mientras seguías mirando al frente, a esa piedra dura, oscura y rugosa.
Jay te miró, gesto que sólo pudiste captar por el rabillo del ojo. —Algo había sospechado pero el encuentro en el pasillo me lo confirmó—.
—Así que has visto eso. Wow—. Intentaste no sentir vergüenza. Fallaste. —Ya ves que tenías razón, tan amiga no era—.
Jay se rio muy débilmente, tanto que sonó más a expiraciones forzadas que a una risa para luego caer en un silencio dubitativo. Sentiste que te iba a contar algo importante, así que le miraste. Él no te devolvió la mirada, pero apreció el gesto de oyente activo.
—Aerin antes no era así. O eso siempre me digo yo intentando justificar por qué la sigo amando tanto—. Su confesión te sorprendió. Jay ahora sí, te miró a los ojos y te volvió a dejar ver el mismo torbellino de emociones que tu sentías ser reflejado. —Aerin y yo somos, o fuimos, lo que Sunghoon y tú sois. He visto como te mira y era imposible no notar su presencia en aquella azotea, antes de que me preguntes cómo lo sé—.
Pensar en la posibilidad de que sí que le importases a Sunghoon dolía demasiado. Ahora entendiste los espejos que sus ojos eran cuando le mirabas, él sabía perfectamente como te sentías. —Te equivocas Jay, él y yo nunca fuimos, ni somos... algo—. Jay miró al frente de nuevo, suspirando. Tras unos segundos, compuso sus pensamientos y comenzó.
—Sunghoon y Aerin se conocen desde la infancia, pero Aerin no es un vampiro—. Frunciste el ceño mientras continuaste mirándole, extrañada. —Es una hija adoptada y por ello, una humana intocable mientras no sea cambiada por su futura pareja. Además de ser nada más y nada menos que la hija del propio director de la única escuela de vampiros de Asia—. Jay gesticuló con las cejas y notaste un dolor de rendición en su voz. —Pero a mí eso nunca me importó, porque ella era mi destino, ella era mi futuro, mi todo. Nadie lo sabía, sólo ella y yo. Seguro que Sunghoon te explicó a lo que me refiero o si no, no estarías en este estado—. Le diste un suave golpe en el hombro, quejándote ante sus palabras.
Parte de ti se alegró porque Aerin también hubiese sentido algo tan bonito como pertenecer con alguien en una vida completa. Jay leyó tus pensamientos como un libro y te sonrió suavemente. —Pero yo jamás podría cambiarla, porque si bebo su sangre me debilito y cada vez me vuelvo más humano. No puedo darle la vida de eternidad que ella quiere para estar con su familia y sus amigos. Yo no podría hacerle eso a ella, especialmente cuando ya tenia toda su vida preparada al estar enamorada de Sunghoon—. Su voz perdió intensidad y suspiró.
—Yo decidí nunca sellar nuestro destino, nunca atarla a una vida conmigo de decepción y mortalidad y rechazo y me—. Paró de hablar y te miró. —Sabes que una vez que muerdes es imposible separarse y no podía encerrarla a mis colmillos. Por eso me los partí—.
—¿Decidiste arruinarte por ella?— Exclamaste susurrando. Jay te miró con seriedad. —Y lo haría las veces necesarias si eso significa que sea feliz—.
Apoyase tu mano en su hombro, entendiéndole perfectamente. Darías lo que fuese por volver a sentir esa conexión con Sunghoon, por poder llamar a Sunghoon tu destino y él querer serlo.
—¿Ella sabe esto?—. Preguntaste temiendo adivinar la personalidad de Jay.
—No estaba en sus planes de vida y cuando ingresé a mitad de curso en la academia el año pasado, no era el momento para un nosotros. Fingí que fue un accidente y ese mismo verano empezó a salir con Sunghoon—. Mirar a Jay se volvió doloroso. Era un absoluto reflejo de tus propias emociones, aunque el había arruinado su ser por Aerin.
Jay notó tus pensamientos de nuevo. —Pero Sunghoon y tú sois distintos. Le conozco y sé perfectamente que hay algo que le está haciendo actuar de esa forma y la razón no es que no quiera formar parte de tu vida. Sé que ahora debes odiar a los vampiros, pero debes creerme... ¿cuándo te hice dudar?—. Levantaste una ceja intentando ocultar la involuntaria esperanza que sus palabras te habían dado.
—Eso mismo es lo que dicen los manipuladores, Park Jay—. El nombrado se rio mientras ambos seguíais en aquel banco, lejos de la causa de vuestros corazones rotos. Jay estornudó, y le prestaste tu bufanda, compensando por la sudadera del día anterior.
Tras unos minutos de silencio reconfortante, Jay habló. —Vamos a cenar—. Aceptaste sin pensarlo dos veces, al fin y al cabo tu estómago no tenía por qué sufrir las consecuencias de un problema del corazón.
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Jay cortó uno de los filetes mientras tú te llevabas un poco de tomate a la boca.
—Así que los vampiros sí que pueden tomar comida humana— Señalaste mientras masticabas aquella fruta en el silencio de un vacío comedor. Jay alzó una ceja. —Es como los refrescos para vosotros, no los necesitáis para sobrevivir ni son realmente lo más idóneo, pero los tomáis igualmente—. Asentiste dirigiendo tu mirada al plato mientras jugabas con el tenedor. —Tiene sentido—. Jay te miró por un momento para después negar con la cabeza sonriendo.
Saber que Jay y tu tenéis experiencias tan similares y comprendéis lo incomprensible que es tener una alma gemela que no os quiere, os había acercado rápidamente. No tardaste en confiar de cierta forma en su criterio. Así, una vez tragado el tomate, decidiste hablar. —¿Crees que debería acercarme a Sunghoon?—.
Tu cambio de tema no le sorprendió y dejó de cortar aquel filete para mirarte mientras apoyaba su cabeza en una de sus manos. —No sé realmente qué es lo que ha sucedido. Aerin y él siempre tenían versiones distintas de los mismos acontecimientos. Lo que para ella es "lo hemos arreglado" para Sunghoon es "hemos roto". Aunque yo les conozco desde antes de que empezaran a salir, así que no se muy bien qué problemas han tenido entre ellos. Pero creo que será mejor que hagas lo que tú sientas—. Rodaste los ojos, aquello no te ayudaba. Jay te miró confundido. —No me hagas ese gesto, me has pedido una opinión—.
Sonreíste riéndote un poco. En verdad la pregunta había sido muy estúpida porque estabas convencida de que no ibas a hablar con alguien que te había dejado sus intenciones muy claras. La horrible sensación de ser abandonada te perseguiría en pesadillas futuras y simplemente no podías actuar como si pudieses perdonarlo solo porque Jay tuviese la opinión de que a Sunghoon realmente le gustabas, de esa forma tan del destino.
Suspiraste y seguiste comiendo, llenando tu estomago y sintiendo que por fin, algo bueno te había pasado ese día.
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Jay si que consiguió distraerte de todo lo que había sucedido, su presencia reconfortándote y haciéndote olvidar el hecho de que tenías el corazón roto. En cambio, tu libro favorito tendido en tus piernas siendo bañado por la luz de la Luna no estaba teniendo tanto éxito. Y eso que este libro siempre funcionaba.
El problema era que tu propia habitación también estaba impregnada de la sombra de Sunghoon. En cada rincón que mirabas, había una mínima referencia a él y a sus palabras emitidas hacía un día en esa misma cama. Habías cambiado las sábanas, hecho que te había ayudado durante todo el día antes de salir a cenar, pero ya no. La iluminación nocturna hacía viajar a tu habitación a la noche anterior, a un tiempo en el que Sunghoon existía en ella.
No podías soportarlo.
Habías decidido leer ese libro que siempre te reconfortaba y fue totalmente en vano. Tu mirada se perdía en algún rincón de tu cama y el círculo vicioso de acordarte de él te engullía. Nietzsche tenía algo de razón.
En una de estas pérdidas de concentración, tu mirada quedó pegada a la puerta en la que horas antes te habías derrumbado, habías sido abandonada. Te tembló el labio inferior pero no había ninguna lágrima formándose en tus ojos. Era simplemente las consecuencias de tus actos.
Entrecerraste los ojos mientras apoyabas tu cabeza en la pared a la que tu cama estaba pegada, todavía contemplando la gruesa y una vez bonita puerta. Si tan sólo hubieras continuado con tu vida como siempre, si tan sólo no hubieras asistido a ese evento, si tan sólo no hubieras dejado que te mordiera...
Con ironía, te preguntaste cómo Aerin podía haber sido capaz de romper su relación destinada con Jay. Pensabas que la conocías, pero la Aerin que te consolaba durante la enfermedad de tu madre los dos primeros meses del curso, fue la misma que no dudó ni un segundo en abofetearte. Sunoo también te sorprendió, especialmente por la mirada de satisfacción que le dirigió a Aerin, como si hubiera organizado y planeado todo.
Aunque aquello no tenía sentido. Nada tenía sentido.
Justo cuando tus ojos por fin iban a dejarse llevar y cerrarse hasta la mañana siguiente, cansados de tanto dolor y de percibir tantas imágenes asesinas, un ruido te despertó de cualquier trance. Alguien había llamado a tu puerta.
Fue un golpe de nudillos suave contra la madera pero intenso y tu inocente corazón se aceleró rápidamente. ¿Será Sunghoon? Pensó con esperanza para luego tu cerebro destruírsela tras recordar que le habías dejado tu preciosa bufanda a Jay y os habíais olvidado de aquel hecho. Así que, era él el que estaba detrás de tu puerta.
Te levantaste de tu cama yendo a abrir. Pero Jay no te dio tiempo y apenas dos segundos volvió a llamar, esta vez con más desesperación. —Ya...—. Ibas a seguir tu oración pero Jay te interrumpió. —Por favor, déjame entrar—.
La puerta era lo suficientemente gruesa como para distorsionar el sonido pero ¿era lo suficientemente gruesa como para que Jay sonase totalmente distinto? Es más, sonaba tal y como, tal y como...
Aceleraste tus pasos y con la respiración rápida abriste la puerta sin importante absolutamente nada, sin pensar en ningún "y si" mientras existiese la posibilidad de que aquella voz fuese su voz. Apenas rozaron tus manos el pomo y tiraste con desesperación hacia ti. Y ahí lo estaba.
Park Sunghoon en el otro lado de la puerta, justo en el lugar en el que hace un día decidió entrar en tu vida, marcarte, y luego no volver nunca.
La misma palabra con la que prometió quedarse.
Te quedaste completamente paralizada mientras observabas sus pupilas oscuras penetrarte. Sus ojos estaban casi temblorosos, con un ceño fruncido y unos labios partidos. Sentiste la misma sensación que cuándo sueñas con caerte de un alto al vacío, tus piernas temblando y el silencio reinando porque esto tenía que ser parte de tu imaginación. El hecho de ver a Park Sunghoon fuera de tu habitación y que te estuviese mirando de esa forma o el hecho de que tu cuerpo estuviese reaccionando todavía a él no podía ser verdad.
Sunghoon también sintió de nuevo aquella intensidad con sorpresa. Realmente sujetabas su mundo en tu suave mirada. ¿Le gustaba aquello? Según sus actos y tu propia percepción, no.
Juntaste tus labios en una fina línea, sintiendo de repente las inmensas ganas de llorar todas aquellas lágrimas que en verdad sí que existían, pero que tu propio cerebro decidió ocultarte para protegerte.
Una oleada de lágrimas tan impactante mientras volvías a percibir sus preciosos lunares que te hicieron tragártelas.
No sabías qué pensaba, no sabías qué veía pero, sobre todo, no sabías que hacía aquí.
Y recordar las verdaderas circunstancias que rodeaban ese contacto visual te devolvieron a la dura realidad y, con todo el dolor de un corazón roto y un tsunami de lágrimas trágico, bajaste la mirada, susurrando con una voz casi inaudible y débil, muy, muy débil. —Vete—.
Pero tu mano seguía en el pomo sin empujar la puerta, simplemente observando tus desnudos pies, sintiéndote la persona más pequeña e insignificante del planeta ante él, ante la persona que te dijo que eras el amor de su vida, su destino.
Pero Sunghoon no se fue y tampoco se quedó estático. Es más, acercó su mano con la que había petado a la puerta a la superficie de ésta y empujó con suavidad, abriéndola. No lo impediste, abandonando el pomo que sujetabas, siguiendo con la mirada en el suelo, junto con tu corazón. No tenías ninguna forma de defenderte ante el poder que le habías dado, ante la unión recíproca que supuestamente os conectaba. Querías odiarle, gritarle, expulsarle de tu puerta y nunca dejar que volviera en tu vida. Pero ahí estaba él, cerrando la puerta tras haber vuelto a entrar.
Sus palabras fueron como las tuyas, un breve suspiro de dolor en el silencio de rupturas y odio. —Lo siento —. Su voz despertó tu corazón con incomodidad. Así que realmente te había abandonado, realmente se estaba disculpando por simplemente cambiar de opinión en una noche, por darte el mundo y prometerte la eternidad para después desaparecer en el mañana.
Eso te hizo levantar la cabeza mientras comenzaste a hablar —Eres un mentiroso, un vampiro—.Usaste esa palabra con voluntad, queriendo hacerle daño. Querías producirle un mínimo de sentimiento causado por ti, como eran causados por él todos y cada uno de los tuyos.
Pero cuando le miraste a los ojos, ver su mirada fija en lo que parecía tu pómulo te despertó de cualquier posible comienzo de una discusión. —¿Qué?—. Susurraste. Sunghoon entonces te miró a los ojos y por primera vez desde que entró, sentiste ver al Sunghoon de la noche anterior. No tuvo que decir nada mientras su ceño se fruncía con frustración, regalándote unos ojos arrugados de puro arrepentimiento. —Nadie te debe poner el dedo encima, absolutamente nadie y aún así... —. Susurraba mientras volvía a llevar su mirada hacia ese lado de tu cara, perdiéndose en una batalla emocional interior. Aquello despertó tu chispa.
—¿Sabes quién realmente me ha puesto el dedo encima haciéndome daño?—. Hablaste sin susurrar, cambiando toda la atmósfera que os envolvía. Sunghoon entonces te volvió a mirar a los ojos, echando la cabeza hacia atrás ligeramente mientras negaba, no queriendo escucharte, no queriendo enfrentarse a la verdad de tus siguientes palabras. Pero ya era demasiado tarde y, con veneno, continuaste.
—Tú. El mismo que dijo que yo era su destino o mil estupideces más —. Sunghoon cerró los ojos mientras bajaba la cabeza.
—.Eso no es una estupidez—. Susurró, haciendo contraste con tu alterado tono. Sus palabras te provocaron cólera y tu dedo acusador se dirigió a su pecho.
—¿No ves? Sigues mintiendo y engañando y manipulando. No es una estupidez pero luego vuelves con Aerin?— Sunghoon se sorprendió ante tus palabras, mirándote incrédulo, cambio que no percibiste por tu ira. —Tener no sólo que verte irte con ella sino que también haber esperado como una tonta por una explicación para después ser abofeteada? —. Sunghoon dio un paso atrás, casi tambaleándose ante la incomprensión que tus palabras le producían.
—¿Qué estás diciendo? Yo no he vuelto con—.
—Mentiras Sunghoon y más mentiras. ¿Es que acaso no me has dicho ninguna sola verdad desde que ha pasado esto?—. Gesticulaste con rabia, señalando primero a Sunghoon y luego a ti, casi con asco. Aquello mató a Sunghoon, el cual dio un gran paso hacia ti para empezar a susurrar con ira reprimida —Nunca te he mentido. Ni una sola vez —. Te acercaste tú a él ahora, cerrando con peligro la distancia entre vosotros.
—Tú no sabes el significado de "nunca" —. La mirada de Sunghoon se dirigió a tus labios por un mínimo de segundo mientras los huesos de su cuello se notaban cada vez más, respirando con más intensidad y rapidez. Esperó tu continuación. Se la diste tras dos segundos. —Ayer dijiste que nunca te irías y me despierto a una cama fría y a, como no, tu ausencia —. Las lágrimas fueron inevitables pero el ceño se mantenía fruncido y la expresión dura.
—Pero es que no me he ido —. Tu nombre salió de sus labios con frustración mientras sus ojos se cerraban por más de un segundo y su boca se fruncía. —¿Cómo me voy a ir si te pertenezco desde que nos hemos visto por primera vez? ¿Si he sellado ese estatus para siempre tras probar tu sangre?—. Su frente chocó con la tuya mientras vuestras respiraciones se calmaban. Tus lágrimas empezaron a caer con más intensidad. Tenias más preguntas y más en lo que profundizar, pero ahora... ahora.. —¿Eres mío? —. Sunghoon se apartó, rompiendo el contacto de vuestras frentes mientras que luchaba la necesidad de secarte las lágrimas con sus manos, necesidad que notaste. —Desde siempre—.
Tras esas palabras salir de su boca y deciros verdades en forma de miradas brillantes de tristeza y cristalinas, tus manos se dirigieron al cuello de su camisa, agarrándolo y tirando de él, uniendo primero vuestras piernas, luego vuestros cuerpos y finalmente, vuestros labios.
Sunghoon se quedó varios segundos paralizado, luchando internamente con la sed que tus suaves labios le habían provocado. Estaba tan necesitado de ti que no sabía cómo actuar. El movimiento de tus labios sobre los suyos le despertó de cualquier bloqueo y sus manos se dirigieron a tu cintura mientras te giraba y tu espalada acababa chocando contra aquella simbólica puerta en vuestra historia.
No pudiste no gemir ante el cambio en su actitud, ante la recíproca necesidad que él también sentía y que te reveló, rompiendo con todos los miedos del pasado. Realmente era increíble.
Mientras tus dedos encontraban sus cabellos y él se separaba de tus labios para darle la necesaria atención a tu cuello con húmedos besos, ambos supisteis que erais el final del otro.
Y así os besasteis durante todo el tiempo que necesitasteis, con esa intensidad, para después pasar a esa anhelo, y acabar en ese cariño, en ese tú, sólo tú, sólo tus labios, tu cuello, tu sonrisa, tu cuerpo, tu pelo, sólo tú. Sin colmillos por su parte, sin odio por la tuya. Sólo vosotros.
Ese cambio en las emociones, en los mensajes húmedos que os emitíais de boca a boca, hizo tranquilizar vuestras emociones y vuestras respiraciones. Os separasteis creando un poco de espacio entre vosotros, Sunghoon echándose hacia atrás. Vuestras miradas se volvieron a unir y ambos sentisteis reforzarse la mágica conexión que os unía.
—No soy el prometido de Aerin—. Te miró con seriedad. Era su palabra contra la de ella, no había pruebas exactas...
—Lo que suecede es que Aerin se arrepiente muchísimo de lo que le ha hecho a Jay e intenta aferrarse a esa idea de que sigue enamorada de mí, cuando en verdad nunca lo ha estado. Nuestros padres eran los que nos querían juntos y Aerin al no ser de los nuestros, siempre intentó encajar temiendo ser apartada—. Sunghoon apoyó su cabeza en tu hombro. —Aerin y yo nos conocemos desde que su padre la adoptó, siempre fuimos solamente amigos hasta el curso pasado cuando apareció Jay. Nunca me enteré muy bien de qué había pasado entre ellos hasta hoy. Pero, en su momento, tanto Aerin y yo accedimos a salir falsamente. Era un favor a una amiga de la infancia y una forma de que mi padre me dejase más tranquilo—. La mano que se encontraba acariciando tu brazo lo apretó suavemente.
—Me arrepiento tanto de ello. No entendía la relación de Jay y Aerin hasta ahora y...—. Su voz se fue apagando— Creer que le he hecho tanto daño a Jay me parte el corazón—.
Tus manos rodearon su cuerpo, abrazándole mientras acariciabas su pelo, brindándole la calma que necesitaba. Sunghoon, tras unos segundos se apartó, y notando la seriedad en su expresión, le dirigiste hacia tu cama, sentándoos en ella frente a frente, tal y como la noche anterior.
—¿Por qué te fuiste?— Sunghoon suspiró, sabía que tenía que volver a ganarse tu confianza y lo haría costasen las explicaciones que costasen. Te ha esperado una eternidad, puede esperarte un poquito más.
—Aerin empezó a llamar a tu puerta descontroladamente ayer por la noche. Al principio pensé que sería un profesor o algo, y temiendo que te despertaran fui a abrir rápidamente. Cuando vi a Aerin, interiormente deseé que no te despertaras. Ella siempre ha sido una persona muy inestable y "romper" con ella ha afectado demasiado a nuestra relación de amistad. Los reproches estaban asegurados. Pero no fue así...—. Sunghoon te miró.
—Aerin empezó a llorar porque estaba aliviada de saber que estabas bien. Al verla en ese estado, recordé el peligro al que te había expuesto y me enfadé. Entonces empezó a decirme que no se acordaba de nada de lo que había sucedido y que estaba asustada. Me pidió casi rogándome que volviéramos a junto nuestros respectivos padres para zanjar de una vez la ruptura, pues a ellos no se lo habíamos dicho—.
Sunghoon calló por un segundo, dejando que digirieras sus palabras. Ante tu pequeño asentimiento de cabeza, continuó.
—Me iba a negar, no quería dejarte sola. Pero Aerin notó que lo nuestro no era tan simple y supuso que era como su situación con Jay. Me dijo lo de Jay y que justo por ello era más necesario que hablásemos las cosas... Ten en cuenta que Aerin llevaba mucho tiempo sin hablarme y, por lo que me decían, también hablaba bastante mal a mis espaldas. Sea lo que sea que produjese su cambio, no paraba de expresar lo urgente que era así que accedí. Había algo tan raro en su forma de comportarse que no pude evitar preocuparme, especialmente de camino, tras ver unas extrañas heridas en su mano—.
Sunghoon volvió a callar, buscando tu reacción. Aerin estaba preocupada por ti, Aerin había ido a comprobar como estabas... la memoria del escozor de tu mejilla te provocó emociones encontradas y sonando un poco incoherente, hablaste. —No... no puedo entender... sus acciones. A veces actúa como si le importo, otras no.. yo...—. Sunghoon agarro tu mano, entendiéndote. —Hoy desde hacía meses volví a ver a la antigua Aerin, pero tras llegar más tarde al ser obligado a cenar con mi padre, ¿me encuentro con la noticia de que anda diciendo mentiras y pegándote? Sea como sea la situación o sus emociones, Aerin no puede tratarte así sólo por sus problemas personales. Eres una persona muy preciada como para dejar que te traten mal—. Tu cabeza encontró el pecho de Sunghoon y te situaste cómodamente en él.
—Gracias Sunghoon. Tus palabras son muy bonitas. Pero realmente Aerin siempre me trató correctamente. Todo empezó a cambiar un poco cuando nos hicimos amigas de...—. Unos ojos rasgados imponentes aparecieron en tu cabeza y, volviendo a mirar a Sunghoon a los ojos, exclamaste — Sunoo—.
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Tu mano y la de Sunghoon se mantenían unidas mientras atravesabais los pasillos rumbo a los dormitorios de los alumnos SSR.
—Necesitamos a Jay—. Tus palaras hicieron parar en seco a Sunghoon. —¿Estás segura? ¿Y si la situación se descontrola?— Le miraste con determinación. —Jay más que nadie es la única persona que nos puede ayudar—. Tu sonrisa de confianza tranquilizó a Sunghoon y ambos continuasteis con vuestro camino.
Estando en el mismo piso que Heeseung, dirigirse a la habitación de Jay fue un camino ya conocido para Sunghoon. Tu sólo seguías sus grandes pasos con un ceño fruncido, preocupada por Aerin y temiendo que hayas juzgado a la persona incorrecta durante todo este tiempo. Miraste Sunghoon mientras apretabas su mano. —¿Tú crees que Sunoo pudo..?—. Tus palabras se silenciaron mientras Sunghoon te miraba por un segundo. —Lo único que sé es que Aerin es humana y él...—Tragó saliva y evitó mirarte. —un vampiro—. Completaste susurrando.
Sunghoon paró de caminar por un momento. Cogió tus manos y abrió la boca para hablar, pero lo interrumpiste. —Lo sé, Sunghoon. Tus ojos dicen lo que tu boca no es capaz—. Los ojos de Sunghoon parecieron cristalizarse para después sonreírte y continuar rumbo a la habitación de Jay.
Una vez allí, en un tétrico pasillo delante de una puerta carmesí de madera, yacía la habitación del nombrado. Sunghoon se aclaró la garganta y se apartó un poco de la escena, dejándote que hicieras tú lo necesario. Al fin y al cabo, después de todo lo que te había ayudado, era hora de que mostraras tu gratitud. Pero no era una cuestión de compromiso, realmente querías una amistad con Park Jay, el capitán del equipo de béisbol.
Te mordiste el labio con duda, para después acercarte a la puerta y petar. No pasaron ni cinco segundos hasta que Jay abrió la puerta. Tras veros a ambos con las manos unidas enfrente de su puerta, ni se inmutó. —No sois para nada silenciosos— Dijo y agradeciste interiormente por no haberlo despertado. Jay se fijó en vuestras manos y, mirándote con cariño, habló. —Te dije que sólo necesitaba un empujoncito—. Miró a Sunghoon con una sonrisa ladina burlona, pero cuando Sunghoon no le devolvió la sonrisa o no escuchó una carcajada por tu parte, supo que había algo que no estaba prediciendo realmente bien.
Saliendo de su habitación y cerrando la puerta detrás de él, frunció el ceño. —¿Qué sucede?— Sunghoon y tú os mirasteis, el primero asintiendo en tu dirección, dándote ánimos. Jay creció repentinamente impaciente y espetó una queja, sintiendo su interior removerse, algo estúpido siendo un muerto, sensación que sólo se producía cuando se trataba de cierta chica.
—¿Aerin? ¿Le ha pasado algo..?—.
—No Jay, no. Ella se encuentra bien en sentido físico pero...—Jay te miró con determinación.
—Guíame—. Tú asentiste y Sunghoon colocó una mano en su hombro, mostrando su apoyo.
Así, comenzasteis a avanzar rumbo a la habitación de Aerin, lugar que sólo tu conocías dónde se encontraba.
Una vez en el pasillo dónde la puerta rosa de la habitación de Aerin se encontraba, paraste en seco, haciendo que Sunghoon también parase al todavía tener vuestras manos unidas. Sunghoon te miró por un segundo, y eso fue lo necesario para entender tus intenciones. No fue el caso de Jay, el cual se giró tras darse cuenta de que os habíais quedado atrás un poco más tarde.
—¿Qué hacéis? Vamos—. Negaste con la cabeza mientras mirabas profundamente a sus ojos. Jay supo entonces a qué te referías y espetó rompiéndose involuntariamente su voz. —Me odia, no puedo simplemente—.
—No lo hace Jay, habla con ella.— Jay sintió todo el dolor de su rechazo, todo lo que dio por ella y supo entonces que podía hacerlo otra vez. Siempre pudo y siempre podrá si es por Aerin.
Sunghoon y tu mirasteis desde lejos como Aerin abrió su puerta para encontrarse con Jay, como intentó cerrarla pero Jay la paró, como tras segundos las lagrimas empezaron a correr por sus mejillas y como inmediatamente Jay la envolvió en sus brazos, protegiéndola de todo y de todos, como estaba destinado a hacer.
Sunghoon y tú supisteis entonces que vuestro trabajo ya estaba hecho.
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—Tengo una conversación pendiente con Aerin— Exclamaste mientras girabais entrando en un pasillo. Sunghoon te miró. —Y con Sunoo también, si realmente es lo que pensamos—. Suspiraste, él tenía razón.
—Sí pero siento que realmente quién debe hablar con el primero son Jay y Aerin, al fin y al cabo si nuestras apuestas son correctas, él fue quien se aprovechó de su situación—. Sunghoon acarició tu mano, escuchándote. Le gustaba ese lado tan amable tuyo, tan apreciativo del sufrimiento de los demás.
—Vale, pero que sepas que luego si tardas mucho iré yo personalmente a hablar con él—. Dijo mientras ladeaba la cabeza, haciéndote reír.
Aprovechando tu risa, comentó. —Me encanta cuando te ríes—. Tus mofletes se sonrojaron.
—A mí me encanta tu sonrisa—. Un sentimiento que conseguiste atrapar pasó por los ojos de Sunghoon y antes de que pudiera responderte, hablaste. —No me importa que haya unos colmillos que desean mi sangre. Sé que deseas tanto ser humano y vivir como nadie más en el mundo porque te llevo aquí.— Señalaste tu pecho. — Además de que tenemos la aprobación de tu padre—. Alzaste las cejas para después darle un beso en la mejilla. —Pero si yo no tuviera ese poder, seguiría contigo con colmillos, ojos rojos y una sed de sangre indomable—. Sunghoon se rio a carcajada limpia, primera vez que aquello había pasado desde que hubo un vosotros.
—No sabia que eras masoquista—. Comentó. Rodaste los ojos.
—Hay muchas cosas de mi que todavía no sabes—. Tus palabras resonaron a una pregunta indirecta que cambió la atmosfera a una de duda, duda que se resolvería segundo la respuesta.
¿Quieres continuar conmigo hasta el final?
—Lo sé, pero siempre estaré encantado de aprender sobre ti, de conocerte cada vez más. Siempre—. No pudiste ocultar tu enorme sonrisa mientras comentabas.
No hizo falta respuesta mientras caminabais hacia tu dormitorio, manos unidas, siempre unidas mientras la luz de la Luna os iluminaba el camino de vuelta a casa.
THE END !
taglist: @strxwbloody @baaamkyu @hashuuuu
notes: oh dios mio!! no me puedo creer que haya acabado esta serie ya :((((( espero que el final os haya gustado aunque es un poquito abierto pero así libre de interpretación jusjus!! los comentarios son super bien recibidos y gracias por leer jooo os amo <3
#teeth cuarta parte#enhypen jake#enhypen#enhypen fic#sunghoon x reader#enhypen fanfiction#español#fanfic#enha#enha x reader#enha imagines#vampire jake#vampire au#vampire sunghoon#vampire jay#vampires#romance#dark aesthetic#lee heeseung#jake sim#kim sunoo#the end
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SasuHinaMonth2023 PROMPTS and ARTIST OF THE YEAR!
Well, well, well.
Looks like we're finally here! After weeks of preparation and formatting and planning, we are FINALLY ready to make two announcements today!
Let's start with Artist of the Year, as congratulations are very much due!
Perhaps you recognize this beautiful art style! The MOD team took attentive care to go through the many fabulous artists we have in the SasuHina fandom, and we found one artist in particular whose dreamy style and beautiful color schemes fit our theme perfectly!
We'd like to congratulate @daifukumochiin for being SasuHinaMonth2023's ARTIST OF THE YEAR!
Mochi is such an amazing artist that keeps pumping out beautiful pieces, and we were so happy to see the amazing pieces she made for our banner and icon for 2023! Everyone, please send your love and joy to DaifukuMochiin. She deserves it!
Now, we think it's about we get into the meat of this post!
For anyone who needs a reminder, SHMonth2023's Theme is A SIGN OF AFFECTION. The MOD team has been working on the many prompts correlating with this theme, and right now, we're happy to share these prompts with you all! We've also translated the prompts in Spanish for all our hispanohablante friends :)
SHMonth2023 Prompts
Day 1 | Día 1
“Love at first sight” | “Amor a primera vista”
“Waiting for you” | “Esperándote”
Day 2 | Día 2
“Knowing me, knowing you” | “Conociéndome, conociéndote”
“Home is where you are” | “Mi hogar es donde estás tú”
Day 3 | Día 3
“A glance that reveals everything” | “Una mirada que revela todo”
“Doing chores without being asked” | “Hacer los quehaceres sin que lo pidan”
Day 4 | Día 4
“Knowing their favorite drink” | “Conocer su bebida favorita”
“First touch” | “Primer roce”
Day 5 | Día 5
“Forehead touches” | “Frentes unidas”
“Lips against fingertips” | “Labios contra sus dedos”
Day 6 | Día 6
“If you fall, I will catch you” | “Si caes, yo te atraparé”
“A warm embrace” | “Un cálido abrazo”
Day 7 | Día 7
“Noticing subtleties” | “Notando sutilezas”
“Tying ties” | “Uniendo lazos”
Day 8 | Día 8
“Playing with hair” | “Jugando con el cabello”
“Talk to me.” | “Háblame”
Day 9 | Día 9
“You can find something truly important in an ordinary minute.” | “Puedes descubrir algo realmente importante en un minuto”
“Cooking together” | “Cocinando juntos”
Day 10 | Día 10
“Kissing in the rain” | “Beso bajo la lluvia”
“Finding beauty in the ugly and broken” | “Encontrar belleza en lo feo y roto”
Day 11 | Día 11
“I love you” | “Te amo”
“Nicknames” | “Apodos”
Day 12 | Día 12
“Stay a little longer.” | “Quédate un poco más”
"A collection of kisses" | “Una colección de besos”
Day 13 | Día 13
“A love that cannot simply be expressed with words” | “Un amor que simplemente no puede ser expresado en palabras”
"Secret rendezvous" | “Encuentro secreto”
Day 14 | Día 14
“Bouquets” | “Ramo de flores”
“Enjoying a story together” | “Disfrutando de una historia juntos”
Day 15 | Día 15
“Take my hand, take my whole life too.” | “Toma mi mano, también toma toda mi vida”
“Love notes/letters” | “Cartas/Notas de amor”
Day 16 | Día 16
"The name you yell after a nightmare" | “El nombre que gritas después de una pesadilla”
"I missed you." | “Te extrañé.”
Day 17 | Día 17
“Sharing a meal” | “Comer juntos”
"Watching the sunrise together" | “Ver el amanecer juntos”
Day 18 | Día 18
“Unyielding encouragement” | “Apoyo inquebrantable”
“Daily routine” | “Rutina”
Day 19 | Día 19
“To be fond of dancing was a certain step towards falling in love” | “Ser aficionado (a) al baile era un paso seguro para enamorarse”
"Even shame can turn into love" | “Incluso la vergüenza puede convertirse en amor”
Day 20 | Día 20
“A shared bed” | “Una cama compartida”
“Sudden confession” | “Confesión repentina”
Day 21 | Día 21
“A hint of jealousy” | “Un toque de celos”
“You should be kissed, and often, and by someone who knows how.” | “Deberías ser besado (a), constantemente y por alguien que sepa cómo”
Day 22 | Día 22
“Talking through problems” | “Hablando a través de los problemas”
“Vacation time spent together” | “Vacaciones juntos”
Day 23 | Día 23
"Poetry spoken by a simple man" | “Poesía escrita por un simple hombre”
"Courage found in a shy woman" | “Valentía encontrada en una mujer tímida”
Day 24 | Día 24
"Finding the middle ground" | “Encontrar el punto medio”
"If there was a rose every time I thought about you, there would be only one, because you never left my mind." | “Si existiese una rosa cada vez que pienso en ti, solo habría una porque nunca dejaste mi mente”
Day 25 | Día 25
"Shared hobbies" | “Pasatiempos compartidos”
"I trust you" | “Confío en ti”
Day 26 | Día 26
"A quiet relationship" | “Una relación privada”
"Following you" | “Siguiéndote”
Day 27 | Día 27
I’ve loved you for a thousand years, I’ll love you for a thousand more.” | “Te he amado por mil años, te amaré por mil más”
"Tears and touches" | “Lágrimas y roces”
Day 28 | Día 28
"Calling late at night" | “Una llamada tarde en la noche”
"I would do anything to call you mine." | “Haría lo que fuera para llamarte mía (o)”
Day 29 | Día 29
"If God made it a Sin to love you, I would be beyond saving" | “Si Dios hizo que amarte fuera un pecado, entonces no tengo salvación”
"An excuse to pull you closer" | “Una excusa para acercarte a mí”
Day 30 | Día 30
"Sharing a secret." | “Compartiendo un secreto”
"Warmth of a body on a cold night." | “La calidez del cuerpo en una noche fría”
Day 31 | Día 31
“There’s nothing I wouldn't do to make you feel my love.” | “No hay nada que no haría para demostrarte mi amor”
“Will you marry me?” | “¿Te casarías conmigo?”
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We're excited for July to come to see all the creativity bloom from our little fandom! Just a reminder: we WILL be making weekly prompt cards for SHMonth, so keep an eye out for those as July creeps closer.
Thank you all for your patience and enthusiasm!
The MOD Team
#sasuhinamonth#shmonth#sasuhinamonth2023#shmonth2023#prompt list 2023#prompt list#artist of the year 2023
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Prayer to Lady Aphrodite
Written by me! Not the greatest, but did my best for her!
Born from the untamed seas, crashing against the rocks. Like a pearl, she's born from a shimmering shell. We admire her beauty, exuberant glare and natural divinity. Born from the looks between lovers. Present in every hug. Alive in every person, in every body, in every life, in every place, in everywhere once loved. Guide me through the map that is the body, through the eyes of my lovers, through the sweat in our united hands, through the taste of our mouths. Guide me through the love of the world Lover of Ares, because love feed the beasts. There's no lover without voracious passion, there's no warrior without something to protect. There's no love without war, there's no war without love. May your warm hugs lead me to see that, for once, I was loved. To see that love is virulent, unstoppable, perfect destroyer and builder of worlds. Alive in every action, in every being. Alive in my heart.
Spanish version
Nacida del mar bravo, chocando contra las rocas. Como una perla, nace de una brillante concha. Nosotros admiramos su belleza, exuberante fulgor y divinidad natural. Nacida de las miradas entre amantes. Presente en cada abrazo. Viva en cada persona del planeta, en cada cuerpo, en cada vida, en cada sitio, en todo lo que alguna vez fue amado. Guieme por los mapas del cuerpo, por los ojos de mis amados y amadas, por el sudor de nuestras manos unidas, por el sabor de nuestras bocas. Guieme por amor del mundo. Amante de Ares, porque el amor alimenta a las bestias. No existe amante sin pasión voraz, no existe guerrero sin algo que defender. No hay amor sin guerra, no hay guerra sin amor. Que su abrazo cálido me mueva a ver qué, por un momento, me han amado. Que el amor es virulento, imparable, perfecto destructor y constructor de mundos. Vivo en cada acción, en cada ser. Vivo en mi corazón.
#helpol#hellenic polytheism#aphrodite#lady aphrodite#hellenic deities#hellenism#hellenic worship#hellenic pagan#greek gods#the gods
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La piedra está posada sobre sí misma
En tiempos de indigencia no pedirás otra abundancia
Ningún otro verso o casa
Ninguna otra firmeza
La simiente brota bajo el peso de la tierra
La voz de las cigarras bajo el peso del calor
Una piedra pesa sobre la piedra
Las manos unidas no tienen fuerza así
En el tallo la hoja no tiene ese equilibrio
Y te columpias ojos adentro
Inundando de paisajes la ceguera
_ Daniel Faria, "Explicación de los árboles y de otros animales". Editorial Sígueme. Traductor: Luis María Marina.
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A lo largo de su existencia, había prosperado en el engaño, sin embargo, en un profundo pozo dentro de sí mismo vivían deseos, dolor y sentimientos ocultos.
Loki se encontró en el pensando y reflexionando. Su mirada fija en la forma dormida de Mobius.
Se había convertido en confidente de Loki, su aliado cuando no había una razón para que confiaran en él. Justo ahora mientras Loki observaba el tranquilo subir y bajar del pecho de Mobius pecho, sintió una pesadez sobre su ser.
Con cada día que pasaba, la conexión de Loki con Mobius era más profunda y a la vez sentía como cada vez era más distante. Cuando se tomaba el tiempo de observarlo era algo que le daba esperanza. Veía sus facciones suavizadas por el sueño, anhelaba verbalizar las profundas emociones que habían arraigado en su interior y tomar el valor de decírselas alguna vez.
Un velo de tristeza cubrió Loki, se encontró incapaz de romper la barrera que se interponía entre ellos. Ansiaba rozar sus dedos contra las mejillas de Mobius, sentir el calor de su tacto, pero el miedo siempre lo retenía. Miedo al rechazo, miedo a lo que pasaría estando juntos.
Pero el destino, como a menudo lo hace, tenía sus propios planes para Loki.
…Un gran golpe alcanzó a Loki mientras estaban en una misión de vigilancia, dejándolo herido y vulnerable.
Mobius se apresuró a su ayuda, acunando el rostro ensangrentado entre sus manos.
Los ojos de Mobius, llenos de una mezcla de miedo y amor, se clavaron en la debilitada mirada de Loki.
El ensordecedor silencio que una vez los había envuelto se hizo añicos, las palabras fluyeron como su un torrente largamente esperado.
Hablaron del amor, de miedos y deseos que habían florecido en de las profundidades de corazones.
Mientras el mundo a su alrededor se desvanecía y parecía colapsar por los disturbios y ataques, Loki y Mobius se aferraron el uno al otro, su abrazo volviéndose unidos como uno solo.
Fue justo en ese momento en que descubrieron que pase lo que pase jamás podrían estar separados.
Desde que se conocieron supieron que eran cuerpos separados, pero que sus almas y sus vidas siempre estarían unidas por fuerzas muy poderosas. Una fuerza irrompible que no sabían de donde provenía y que seria lo mejor que les pudo pasar, esa fuerza los unió para siempre
Su amor se convirtió en una esperanza para el mundo, una esperanza para nunca rendirse. Y aunque las palabras entre ellos sobraban por no poder salir o nunca terminar de pronunciarse, sus miradas decían cosas que las palabras jamás podrían.
Eso era mas que suficiente.
#mobius and loki#loki series#lokius#lokius fanart#boys love#fanfic#loki laufeyson#loki#loki x mobius#mobius x loki#mobius m mobius
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Cuando mi tiempo expire en este mundo, recuerda por favor que mi corazón fue tuyo, desde antes de nacer, porque así es como las almas gemelas funcionan, en otra vida te he de encontrar. De mi ser nacerán flores, provendrán del jardín de mi alma empezando su viaje. La primera noche la luna saldrá resplandeciente y en el oído te susurrará lo mucho que te amo y por siempre te amare. Admírala que desde allí estaré viéndote, limpiarás tus lágrimas y en cambio sentirás el abrazo que a través del viento vendré a darte. Cuando deba irme, no sufras, no te enojes, así es como funciona, mi tiempo ha terminado, la misión aquí acabo. Te aseguro que en la próxima vida te buscaré sin importar en donde estés, quien seas, porque nuestras almas habiendo sido unidas desde nuestro inicio, a través de los misterios del tiempo y los universos, se reunirán una y otra vez en un sempiterno ciclo. Te encontrare y cuando te abrace volverás a sentir mi calidez, y la sinceridad de mi amor es la que reconocerás, antes de conocer mi nuevo nombre. Cuando mi tiempo llegue a su fecha límite, ten la certeza de que lo que más me dolerá será dejarte, no el viaje, si no hacerlo sin ti. Alma mía en el proceso toma mi mano, te estaré mirando desde un nuevo plano. Estaré cerca antes de que mi alma sea llamada a otro sitio y a otra misión. Cuando sientas la soledad de mi ausencia física, mi espíritu vendrá a ti, permítete sentirlo.
#moongirl#una chica escribiendo#realidadqueduele#carta a mis seres queridos#sentimentosescritos#expresando#sintiendo#sinmiedo
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En este instante, breve y duro instante,
¡cuántas bocas de amor están unidas,
cuántas vidas se cuelgan de otras vida
exhaustas en su entrega palpitante!
Fugaz como el destello de un diamante,
¡qué de manos absurdamente asidas
quieren cerrar las más leves salidas
a su huida perpetua e incesante!
Lentos, aquí y allá, y adormecidos,
¡tantos labios elevan espirales
de besos!... Sí, en este instante, ahora
que ya pasó, que ya lo hube perdido,
del cual conservo sólo los cristales
rotos, primera ruina de la aurora.
(En este instante, breve, y duro instante...)
Angel Gonzalez
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Alguien que quiera abrirme su corazón para mostrarle el mío, que quiera hablar todos los días y conocer nuestras vidas.
Alguien que quiera darlo todo y dejar de lado las miseras migajas.
Alguien que aparte de loca sea intensa, cálida y suave.
Alguien que sujete fuerte mi mano en la tormenta más fria y que al final sigan unidas.
Alguien que quiera "construir" dónde nunca hubo nada.
#destino#vida#frases#escritos#mis escritos#desamor#sueño#pesadilla#visión#amor#amar#amores#amor verdadero#verdad#verdadero#verdadero amor#verdades#la verdad#real#mutuo#reciproco#construir#amores verdaderos#genuino#realidad
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y es que debo estar por encima de los ojos del cielo hecho tierra, y bajo los sueños de Dios; ya que siento que eres mi alma, (eres parte de mi alma) percibo tus suspiros en mis labios, entre mis dedos tus pestañas, en mi aliento tu piel. como raíz en mi vientre, como carne en mi cuerpo, la esencia que me mueve... Tu alma más unida a mí, más ligada a mí con la entrada de los días, aunque me digas que te vas con el mar, aunque se aasí, te derrites en mis caderas, nadas en los huecos de mi garganta, en los lunares de mi espalda, en mis manos y vicios, besas mis labios y tiemblo con ellos diciendo tu nombre en imperceptibles susurros... te cubres conmigo con tus alientos y nacen como árboles en mis ojos. Aunque me digas que te vas hacía la tarde, en la soledad y de noche sin mí, aunque llore por lo que me cuentas, me domina una sonrisa, tus brazos que se quedan conmigo y cuando los veo, eres latido en mi latido, eres corazón en mi corazón. amor que pronunció con el silencio y profeso bajo el albatros que anida en mis manos.
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En mi “molesta” opinión.- Del silencio de los corderos a los aullidos de los hipócritas.-
“Hoy la palabra progresista tiene un barniz de izquierdas, pero en el fondo habla de alguien que es profundamente conservador de su estatus. El progre es un esnob, un tipo de izquierda en los salones pero que no quiere entender que la vida es algo muy duro” (Julio Anguita, maestro, militante comunista y coordinador de Izquierda Unida en las décadas de los ochenta y noventa)
Figura 1)
07/10/2023, ataque de la banda terrorista Hamas que acompañado de numerosos civiles de Gaza invaden Israel y ejecutan el mayor pogromo (matanza de judíos) desde la segunda guerra mundial. Matan de manera brutal a mil doscientas personas sin distinción de edad, género, raza o religión. Torturan, queman, mutilan, violan y asesinan y secuestran a doscientas personas vivas, heridas e incluso muertas y las trasladan a Gaza en donde son recibidos por “civiles inocentes” de toda condición y sexo a golpes, escupitajos al tiempo que profanan sus indefensos cuerpos y mentes.
Respuesta de los defensores de los Derechos Humanos, campistas, odiadores profesionales, desinformados (voluntariamente), judeofobos de toda la vida, solidarios de vocación (de acción ya cuesta más), hipócritas a tiempo parcial y completo y señoritingos de la izquierda no diré caviar, esa denominación nació en Argentina, sino española, charcutera y embutido salchichero procesado: “Sssssssshhhhhhhhhhh”
“¡Bah!, Fake news”
Cola en el supermercado: “¿Que pasó?, “nada señora, unas riñas”. “¿Una niñas?”, “no señora, unas disputas”. “Ahhhhh, pues entonces no eran tan niñas”
“¡Cosas de judíos son unos quejicas y unos llorones!”
“Es un acto de resistencia llevada a cabo por soldados miembros del ejército de liberación Palestina”
“Un invento, se mataron entre ellos”
Figura 2)
El día 20/10/2023 tras la matanza y continuar recibiendo ataques a su territorio y contra sus ciudadanos de cohetes lanzados desde de Gaza, Israel da comienzo su respuesta con una ofensiva con dos propósitos; rescatar a los rehenes y acabar con los terroristas, las infraestructuras en donde se esconden y descabezar a las diferentes bandas islámico-terroristas. La respuesta de los “indignados” según qué y quién ya se escuchaba desde el mismo día siete de octubre: “¡Genocidas!”
“¡Israel asesino!”
“¡Sionistas criminales de guerra!
“¡Judíos mata niños!”
“¡Eliminación de la entidad sionista!”
“¡Palestina vencerá desde el río hasta el mar!”
“¡Viva la Lucha de Hamas, Hezbollah, la Yihad Islámica, los ayatolás de Irán y todos los mártires de Alá!”
Conclusión: como verán, queridos niños y pequeñas criaturas, ni una acampada universitaria, ni un comunicado o declaración del gobierno español y/o sus ministros exigiendo la liberación de los rehenes en manos de los terroristas desde hace siete meses. Hay quiénes no tienen suficiente con un sentido de la moral, por eso precisamente la tienen… doble.
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