#corporalki
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💀 Nina Zenik Aesthetic 🫀









"Call me Grisha. Call me zowa. Call me death, if you like."
🧇 Nina Zenik, King of Scars
#Matthias coming tomorrow:)#nina zenik#soc nina#nina and matthias#nina x matthias#matthias x nina#grishaverse fandom#grishaverse#soc matthias#matthias helvar#matthias and nina#helnik#soc helnik#soc#ck#six of crows duology#six of crows nina#six of crows matthias#six of crows#crooked kingdom#leigh bardugo#bookish aesthetic#dark aesthetic#booklr#readlr#bookish#character aesthetic#heartrender#corporalki#moodboard
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Six of Crows- Chapter 40 (Leigh Bardugo)
Considering the way the sentence is worded, does that mean it used to be a part of standard Second Army education?
#Grishaverse#SoC Chapter 40#Corporalki#worldbuilding#Second Army#POV: Nina#grishanalyticritical#V#Six of Crows#Six of Crows duology#books#quotes#Leigh Bardugo
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Grishaverse knitting projects update:
On the one hand, terrible news, I made a major mistake in the six of crows blanket - like so bad that I actually have to undo everything I’ve done so far and restart. I’m really annoyed about this but luckily I’m not too far in and hopefully it will now be far more successful
On the other hand, more fun news, the Kefta I’m knitting (did I tell you guys about that? I can’t remember lol, but yeah I’m knitting a Kefta/kefta-inspired cardigan) is going wonderfully so I just need to make the sleeves and then begin the absolutely terrifying task of the embroidery. I am not good at embroidery; I’m very scared - but very excited too!
#grishaverse#six of crows#crooked kingdom#leigh bardugo#inej ghafa#kaz brekker#jesper fahey#nina zenik#wylan van eck#matthias helvar#kefta#healer#grisha healer#corporalnik#corporalki#grisha#shadow and bone#save shadow and bone#save six of crows#six of crows spinoff#six of crows spin off#kanej#helnik#Wesper#malina#knitting#knitblr#knitwear#six of crows fandom
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Just curious. Sometimes I see Nina as portrayed as SUPER powerful prior to jurda parem…other times it seems she’s only notable because she has a unique power no one else has.
I have my own thoughts I’ll share later!
#grishaverse#netflix shadow and bone#six of crows#shadow and bone#nina zenik#corporalki#corpse witch#poll
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For our next twitter party, we want to talk about the Grisha order of Heartrenders, Healers, and Tailors, and all the special things they can do! 📚✨ Come prepared with your best tweets, questions, comments, gifs, memes, and more. Let's make some noise! 🗣️
#SaveShadowAndBone and #SixOfCrowsSpinoff TWEETING PARTY 7/5 at 12PM! Come check it out here!
Remember to:
Only use three hashtags.
Enjoy and be engaging with your tweets! Keep sharing! Timezones under read more.
If you cannot attend, you can always schedule tweets ahead of time on desktop in order to help out still!
ALL TIMEZONES: Friday, Jul 5: 9am PST 10am MST 11am CST 12pm EST 2pm -03 5pm GMT 6pm CET 8pm MSK 9pm +04 10:30pm IST
Saturday, Jul 6: 1am CST 2am JST 4am AEST 6am NZST
#saveshadowandbone#six of crows#grishaverse#shadow and bone#netflix shadow and bone#netflix#sab#soc#six of crows fandom#soc and ck#six of crows spin off#six of crows spinoff#sixofcrowsspinoff#no mourners no funerals#emmy nominated#save the grishaverse#corporalki#heartrenders#healers#tailors#third army
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Grisha/Zowa Powers Conjecture
Adults concept uses for Grisha and zowa powers, ideas below.
I'm brainstorming various ways Grisha and zowa might use their powers for things for non-combat uses in their relationships, with their partners/lovers, in the bedroom, etc.
Heartrenders/Healers/Tailors and Corporalki in general seem to have some fairly obvious go to's. Affecting a partner's heart rate or mood. Temporarily or more permanently affecting various body parts. Using healing after BDSM scenes. There are some avenues for non-consent that I am not going to explore, but am aware are possible with Heartrender powers especially.
Fabrikators have options open to them for crafting items for sexual purposes. I've seen some great fics with Jesper making and manipulating sex toys. The possibilities of creating custom items for yourself and your partner are fun. What might a Durast be able to do with metal toys or magnets, etc. What might an Alkemi be able to do with lube, potions, etc. Again, there's the avenue for something like a love potion, but, enh.
What about Etheralki? Squaller and Tidemakers and Inferni and such. I imagine there's lots of fun to be had with warm hands and being able to heat things up, literally. Maybe Squallers can hold their breath for longer periods of time? Can Tidemakers affect bodily fluids?
I'd love to hear your thoughts in comments or messages.
#grishaverse#soc fandom#grisha#grisha powers#adult concepts#corporalki#etheralki#matieralki#zowa#zowa powers#a03 writer#writing#ideas#jesper fahey#nina zenik#zoya nazyalensky#tamar kir bataar#nadia zhabin#genya safin#david kostyk#shadow and bone
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De Sombra y Polvo
Nikolai Lantsov x platonic!fem!reader.
Advertencias: Angustia, monstruos, sombra, fuego, incendio, derrumbamiento, sangre, llanto, Nikolai siendo un amor.

Era de noche, y el paso del sol había dejado la aldea hundida en la noche. Apenas habian pasado un par de horas desde que te habías ido a dormir a tu cama, pero tu padre te había levantado a altas horas de la noche. Todavía estabas algo dormida y la confusión ante lo que le pasaba a tu padre no ayudaba a la situación.
Nunca le habías visto tan alterado, con manos temblorosas y mirada completamente abierta, sus movimientos eran rápidos, casi frenéticos. Y sus ojos... estaban llenos de miedo, dándote escalofríos y haciendote saber que algo andaba teriblemente mal.
Intentaste darte prisa mientras cogías tu mochila y lo seguías afuera, topándote con el puro caos.
No veías absolutamente nada, escuchabas gritos de personas y chillidos erráticos que no podían provenir de un ser vivo natural.
Se veían luces de antorchas en la oscuridad, demasiado difuminados en la sombra como para llegar a servir de algo.
Lo único a lo que llegabas a alcanzar era a tu padre, que te había cogido de la mano para no perderte. Echando a andar todo lo rápido que podían, intentando huir del caos.
Viste un volcra salir volando por encima tuya, atacando a un grupo de personas que teníais a varios pasos más.
Diste gracias de no ver al monstruo atacar cuando tu padre tiró de tu mano.
-Mi cielo, sé que estás cansada, pero tenemos que irnos ya- tu padre, con una bolsa en el hombro, luchaba por arrastrarte más rápido por las calles de tu aldea.
-Papá... me duelen los pies- dijiste, intentando no tropezarte y caerte, siguiendo el paso que tu padre marcaba.
-Lo sé, mi cielo, pero no falta mucho para salir del borde.
Ibas a preguntar a qué se refería con el borde, pero no era el momento.
Sabías que no había tiempo, pero lo único que querías era pararte y conseguir un respiro tranquilo, o tal vez un rayo de sol que rompiese todo a tu alrededor. Querías dejar de escuchar los gritos, pero cada vez taladraban un poco más tu cerebro.
Decenas de tus vecinos pasaban a tu alrededor. Unos intentaban buscar un refugio seguro de la sombra, los más sensatos corrían en la misma dirección que vosotros. Otros desgraciados yacían en el suelo, inertes.
El fuego de una antorcha se había propagado hasta incendiar un edificio, dando algo más de claridad y ahuyentando los monstruos, pero todavía parecía la escena del infierno.
Apretaste más la mano de tu padre, dirigiendo tu mirada hacia el frente. No querías ver esto.
Dirigiste tu mirada hacia tu padre. Él sabía lo que hacía, estabas completamente segura. Si él decía que el borde era un lugar seguro, entonces tenía que seguir la dirección hacia donde le guiaba.
Él nunca la había fallado, ¿por qué iba a fallar ahora?
Estaba segura a su lado, él la protegería de todo. Lo único que tenía que hacer ella era andar todo lo rápido posible.
Un grito salió de la garganta de su padre antes de empujarte hacia un lado, soltando su mano de la tuya.
Lo siguiente que registraste en tu cerebro fue la visión de un volcra clavando sus garras en el pecho de tu padre antes de alzar el vuelo y subir arriba y arriba.
Escuchaste sus gritos unirse a los de el resto de aldeanos, mientras te quedabas ahí, pegada a la pared de piedra a la que te había empujado para salvarte, sintiendo tu brazo palpitar por el dolor del golpe, viendo a tu padre alzar.
El volcra lo soltó desde la altura, su cuerpo cayendo inerte hasta el suelo, cayendo sin apenas ruido entre la algarabía.
Tenías que ponerle a salvo al igual que él había estado haciendo contigo toda tu vida.
Tu cerebro no se molestó en pensar en lo que estabas haciendo, ni mucho menos en registrarlo y guardarlo en tu memoria.
Sólo te tiraste hacia su cuerpo y lo arrastraste hacia la cabaña vacía a la que te había empujado.
Te tirarse la suelo, apenas pudiendo mantenerte, y te hundiste en el costado de tu padre. Abrazándolo todo lo que pudiste.
Su cuerpo se sintió extrañamente húmedo y rígido, cuando sus abrazos solían ser cálidos y suaves, pero te mantuviste ahí, con los ojos cerrados con fuerza, esperando hasta que los estridentes sonidos finalmente terminasen.
Todo te olía terriblemente mal. Desde la sangre que envolvía el ambiente hasta el humo del fuego que te hacía toser al intentar respirar.
Si levantabas la cabeza y mirabas por la ventana de la casa, podías ver la oscuridad profunda, con el crepitar del fuego de algunos edificios en llamas acompañado de el sonido de alguna que otra bala rozando el aire.
No había nada.
Al mirar a tu padre, sólo podías ver que sus ojos estaban firmemente cerrados mientras dormía, seguramente debido a las heridas de ese volcra, te aventurarte a pensar.
Pero despertaría, ¿verdad? Él nunca te había dejado sola, se despertaría a tu lado y te ayudaría a salir de aquí.
Tu propio cuerpo te dolía y temblaba con cada movimiento, pero usando todas las fuerzas que te quedaban, agarraste el brazo que todavía l3 quedaba a tu padre y lo arrastraste hasta la esquina más alejada de la puerta y la ventana.
Su cuerpo todavía estaba flácido y seguía cayendo hacia adelante sobre sí mismo, pero en el ángulo correcto podías colocar a tu padre relativamente erguido. Respirando profundamente, te inclinaste hacia su costado y lo volviste a abrazar con aun más fuerza, esperando alguna señal de ayuda.
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-Es una retribución- Nikolai suspiró, quitandose los rizos rubios de la cara. - Debería de haber sabido que el Oscuro atacaría a las aldeas cerca de la sombra.
Alzó la cabeza para mirar a todos los presentes en la tienda de mando que se había instalado cerca de uno de los puntos afectados.
Tan sólo estaban presentes Zoya, Genya, David y Alina. Pero aun así sintió las miradas de cada uno de ellos en él, siguiéndole mientras estaban delante del mapa ravkano de la mesa.
Después de que Alina hubiese devuelto la sombra a su forma original, habían mandado a la mitad de sus activos de las zonas fronterizas a intentar salvar lo que hubiese quedado allí.
Habían tenido que matar ya a varios volcra y apenas se habían encontrado supervivientes, enterrados en los recovecos más seguros de las aldeas o bajo las ruinas de algún edificio.
Genya, sin estar muy segura de qué hacer en ese momento cogió aire profundamente, asintiendo a sus palabras.
-Intentaré encargarme de que los suministros médicos y la comida llegen a todos los puntos afectados. Intentaré ayudar a curar a los supervivientes, aunque me temo que no hay muchos.
Nikolai vió marcharse a Genya por la salida de la tienda.
Zoya y Alina no tardaron en poner cada una una excusa y marcharse. Solía incomodar y decepcionar ver al rey de Ravka sin el control de su propio país.
Él solía tener todo bajo control, y la gente se había acostumbrado tanto a sentirse segura y alegre a su alrededor que cuando él estaba frustrado la gente se alejaba, sin saber muy bien qué había cambiado.
Nikolai apoyó sus manos sobre la mesa delante de él, viendo de reojo cómo David se acomodaba en una silla de la tienda y abría su libro, envorvándose sobre las hojas amarillentas como siempre.
Fijó su mirada sobre el mapa de ravka que tenía enfrente suya. Cuatro aldeas distintas habían sido arrasadas, todas en el lado oriental.
Había sucedido durante esa misma noche, no habían tenido ninguna advertencia por parte del Oscuro ni siquiera tiempo para reaccionar.
Nikolai aún no sabía cómo lo había hecho como para montar un campamento de refugiados y dos regimientos para restauración y sanación. Apenas había terminado de desayunar cuando a primera hora de la mañana había entrado un mensajero en el Gran Palacio para dar las noticias.
Lo único que recuerda desde entonces es haber llamado a todos los mensajeros posibles hacia todos los puestos militares cercanos para pedir refuerzos.
Y luego ir a caballo junto a los gemelos shu, Alina y un par de reclutas de la seguridad de Palacio para empezar cuanto antes, montando el campamento a media hora a caballo de la aldea más cercana.
Nikolai se volvió a pasar una mano por el pelo, tenía que haberlo visto venir. Eran un punto débil y debería de haberlos protegido.
-Perdón... ¿Puedes parar de dar golpecitos con el pie?- la voz de David hizo que Nikolai parase su pie casi al instante y volviese su atención hacia él.
El materialki se emostro incómodo ante la mirada del chico y volvió a bajar la cabeza hacia su libro, recorriendo los bordes de la hoja con sus dedos.
Se quedaron en silencio, cada un en su propio cerebro hasta que Nikolai sintió la necesidad de hacer algo para distraerse. No podía estar en su tienda sin hacer nada mientras el resto estaba esforzándose sin pata para salvar a todos los posibles de la situación
-David, ¿sabes donde está Tolya?- Nikolai volvió a captar la atención de David al romper el silencio.
-Ah... -David frunció el ceño y ladeo la cabeza, intentando recordar- Creo que se había ido a ayudar con la búsqueda de supervivientes. En ese pueblo de la iglesia de granito...
-¿Reijvak?- Nikolai preguntó. Era el más cercano al campeonato, cosa que agradeció en el fondo.
-Sí creo que era ese. ¿Sabías que el granito se forma a partir de la cristalización de magma bajo la superficie terrestre? Tarda millones de años y... Oh, ya se ha ido.
David observó a su rey desde la apertura de la puerta de la tienda, viendole abrocharse y alisarse su uniforme verde oliva antes de subir a una montura y galopar por el camino terroso.
Inspiró el olor a polvo del claro y volvió a su libro, haciendo caso omiso de todo el ruido del campamento.
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Cuando Nikolai por fin llegó a Reijvak, se encontró a Tolya en el interior de una casa semiderruida, de pie y con los brazos cruzados, mirando hacia un agujero entre un montón de escombros que deberían de haber sido en su momento una pared interior de la casa.
-Niña, por todos los Snaktos, tienes que venir conmigo- La voz de Tolya, normalmente calmada y segura, ahora sonaba desesperada y algo harta.
Nikolai vió asomarse una cabecita llena de polvo y hollín antes de volver a agacharse y esconderse entre el refugio improvisado entre los escombros.
El gigante suspiró y se llevó una mano al tabique de su nariz, negando para sí.
Cuando Nikolai se puso a su lado, soltando un breve saludo, mirando en dirección al agujero enfrente de los dos hombres.
El grisha le dió un asentimiento como saludo antes de relajar un poco su posición tensa.
-La niña lleva ahí desde el desastre de la Sombra -Tolya explicó con voz cansada- El equipo de recuperación se llevó un cuerpo, al que suponemos que era su tutor. Desde entonces no ha sido razonables.
-Eso es comprensible-Nikolai murmuró antes de avanzar en un par de pasos lentos para que la niña no se asustase.
La pequeña estaba intercalando su mirada entre la figura de Nikolai acercándose y la del charco de sangre al lado de Tolya, donde debería de haber yacido su tutor.
Tenía la ropa sucia y rasgada por algunas partes, con algunos rasguños y moratones, pero mayoritariamente ilesa, algo que tranquilizó al rubio.
Nikolai se puso de rodillas para ponerse a la altura de la pequeña. La menor alzó la cabeza entre curiosidad y miedo, dejando que Nikolai viese sus ojos.
Los tenía rojos, no sabía si de llorar o de la suciedad del aire. Pero lo peor era el miedo cadente que estropeaba sus ojos y hacía temblar su figura.
Parecían los de un cervatillo buscando un refugio antes de que él cazador lanzase la flecha final. Y eso Nikolai no quiso ni pensarlo, al sentir su pecho aplastarse.
La chica dejó su mirada del charco de sangre y Tolya para centrarse por fin en el rubio, su mirada emanado desesperación.
-¿Adónde os lo habéis llevado?-Sacaste más la cabeza del escondite, intentando sonar amenazante con tu voz temblorosa- Li quiero devuelta.
-¿Hablas de tu tutor?- La voz del rubio fue suave y calmada, tranquilizando a la chica. Su paciencia estaba más intacta que la de Tolya.
Saliste del tu escondite a rastras, intentando no darte con la piedra sobre ti. Te pusiste delante de Nikolai sentada sobre tus rodillas, a una distancia prudencial de él por si acaso tenías que volver a los escombros.
-Es mi... mi padre. Él estaba conmigo y luego su pecho estaba todo rojo y paramos a descansar -Empezaste a temblar entera mientras intentabas encontrar las palabras para lo que sabías que era verdad- Él... no va a volver, ¿verdad?
Nikolai vió cómo tus ojos se aguaron y tus manos temblaban sobre tus piernas. Negaste fuertemente con la cabeza, haciendo que algunas cenizas se escapaban du tu pelo mientras intentabas controlar tu llanto.
-Lo siento mucjo- Nikolai murmuró antes de acercarse lentamente a tí hasta estar a un palmo de distancia.
Puso su mano en tu hombro lentamente, dandote tiempo a negar su toque. Frotó pequeños círculos con su pulgar, intentando consolarte.
Nikolai esperaba que empezase a gritar o patalear, algo visceral que igualara el horror que te habían hecho vivir. No merecías eso. ¿Cómo iba a merecer eso un niña?
Una vez que tus lágrimas pararon, permaneciste preocupantemente silencioso, balanceándote suavemente.
Te echaste hacia delante, echándote sobre Nikolai hacia delante y abrazándole. Rodeaste su pecho con tus brazos y lo estrujaste todo lo que pudiste, con tu rostro hundido en la tela de su uniforme, inspirando su aroma a limpio.
Lo abrazaste todo lo fuerte que pudiste, llenándole el uniforme verde oliva de polvo, lágrimas y mocos.
Sentiste su brazo rodearte, y sentiste la seguridad y el calor hogareño que tu padre te hacía sentir en tu pecho cada vez que te arropaba en tu cama.
Otra mano se ubicó en tu cabeza, haciendo círculos suaves y tranquilizadora, que te hicieron respirar calmada.
Un rato después, cuando ya estabas debatiéndose entre el sueño y la vigilia, con tus párpados revoloteando para quedarte despierta, Nikolai afianzó su agarre sobre ti y se puso de pie con cautela.
-Gracias- Tolya susurró pata no despertarte, caminando al lado de Nikolai hacia el campamento de supervivientes- No creo que hubiese podido convencer a ese diablillo de salir de allí.
-No es nada, Tolya. -El rubio formó una sonrisa ladeada en su rostro en el silencio cómodo entre ellos antes de seguir- Todavía vamos a tener que hacer que un pobre sanador la intente curar.
El gigante soltó una carcajada profunda y grave mientras seguían caminando.
La grava y las piedras crujía bajo sus pies y el polvo se levantaba a su paso por las calles desoladas de la aldea. Todavía quedaba un trecho hasta la plaza, donde había ordenado ubicar el campamento.
En ese ambiente casi apocalíptico escucharon a un par de pájaros en el cielo cantar, rompiendo el silencio entre los dos hombres.
El viento hacía que la luz del atardecer no fuese suficiente para evadir el frío, por lo que Nikolai examinó arrojando a la kiña en el uniforme de su chaqueta.
-¿Quién se va a hacer cargo de ella?- Tolya rompió el silencio, dando luz a él pensamiento que había estado rondando por la cabeza de Nikolai.
Nikolai suspiró, sin saber muy bien qué decir. No podía estar eternamente en el campamento de refugiados, pero tampoco sabía de alguien con quien dejarte.
Había rondado una idea por su cabeza. Genya y Zoya llevaban buscándole una pareja para conseguir tener a un heredero después de morir. Tal vez podía tenerte a ti y cuidarte...
No. Era demasiado arriesgado. Además, Zoya lo mataría si se presentaba en el Gran Palacio con una huérfana d ela que no sabía ni su nombre.
-Por ahora le llevaremos al campamento -Nikolai respondió, ajustando la chaqueta sobre ti, que se había ido cayendo poco a poco- Allí podrá descansar mejor y podrá estar al cuidado de la brigada.
-¿Y después?- Tolya preguntó.
-Después... -Nikolai sonrió para sí, con el paso en el camino y la mirada en el atardecer- Conseguiré una solución más permanente.
Tolya asintió levemente, aunque frunciendo el ceño. No sabía lo que su amigo estaba retorciendo en su cerebro, pero había algo que le daba muy mala espina.
Pero no se sorprendió al verte tres semanas después correteando por los pasillos del Pequeño Palacio junto a varios de los estudiantes grisha más pequeños. Y mucho menos le extrañó escuchar los gritos de Zoya cuando se enteró de lo que Nikolai acababa de hacer.
#Nikolai lantsov reader#nikolai lantsov#español#fanfic#platonic#reader#sombra y hueso#shadow and bone#tolya yul bataar#El rey marcado#nikolai#lantsov#fem reader#ley de lobos#fantasia#spanish#escritura#Fanfics#grishaverse#grisha#corporalki
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It’s a good thing tailoring isn’t taught super in depth to corporalki students at the Little Palace because having a bunch of middle school/high school aged kids who can temporarily change their appearance would be horrifying. It would be a mad house.
There would be kids using it for:
Making themselves look prettier
Making themselves look like their crush's type
Making themselves look like other students and switching places (ex: taking a test for a friend)
Living out their anime dreams (ex: pink hair, purple eyes)
Giving themselves fangs
Giving themselves animal features (ex: dragon eyes, scaly cheeks)
Temporarily putting dicks on each other's foreheads. This would also work with "loser" on the forehead and stylized mustaches. Basically anything you would draw on their face in Sharpie while they're sleeping
Probably a million other things; teens are very creative lol
I know tailoring is super hard and it has its limits but I still feel like it's giving them too much power lol The teachers would be outnumbered
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I love hurting myself and making up Fedyors Backstory.
Fedyor Kaminsky's backstory revolves around his childhood marked by tragedy and loss. Growing up in the war-torn nation of Ravka, Fedyor endured the devastation and hardships that accompanied the ongoing conflicts. His family was torn apart, leaving him orphaned and alone at a young age. Amidst the chaos, Fedyor found solace and purpose within the Grisha Order. As he trained and honed his abilities as a Heartrender, Fedyor sought to find meaning in his life by using his powers to help those in need.
One significant event that shaped Fedyor's life was the loss of his first love, Aleks, during a mission into the dangerous Shadow Fold. Aleks, a fellow Grisha, was struck down by the horrors within the Fold, leaving Fedyor devastated and burdened with guilt. However, it was during this mission that Fedyor also encountered Ivan, a fellow Grisha, who provided him with support and solace in his time of grief. Their friendship grew stronger over the years, becoming a source of strength and healing for both of them.
As Ivan and Fedyor embarked on subsequent missions and faced the growing threat of the Darkling, their bond deepened even further. They became trusted confidants of the Darkling, working closely with him to serve Ravka's interests. Throughout their journey, Fedyor and Ivan also confronted their own traumas and fears, finding solace and understanding in one another. Their shared experiences of loss and sacrifice cemented their friendship and created an unbreakable bond.
#fivan#ivan x fedyor#fedyor kaminsky#ivan kaminsky#heartrender husbands#grishaverse#shadow and bone#julian kostov#simon sears#leigh bardugo#heartrender#corporalki
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✨ Which grisha order would you belong to?
I’ve always wanted to be a heartrender so I’d be Corporalki, the order of the living and the dead!
They’re just so cool and super dangerous, but I also like the fact that they can rend and… mend? I’m sorry for the cheesy rhyme but it’s true! They can burst your heart, but they can also help calm nerves, help someone relax. I’ve always liked that.
#thanks for the ask!#anon#I’m finally making my way through the ask game questions#slowly but surely#shadow and bone#six of crows#heartrender#grisha#corporalki#grisha orders#kazscrows answers things#kazscrows plays a thing#kazscrows
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I’d look so cool in a corporalki kefta i just know it
#there’s something about that shade of red#grishaverse#the grisha series#corporalki#I don’t even wear red that much#but I’d wear one of those no second thoughts
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Out of curiosity since I’m not finding an answer in my searching, are Heartrenders able to influence volcra at all? I keep thinking they should be able to just stop their hearts when they start to attack but maybe they can’t?
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Genya + David | Saturn
youtube
I made a fanvid for Danya! Let me know if you liked it. Thank you for watching <3
🎧 || Adjust your volume so you can listen it correctly. I recommend using headphones and watching it in HD.
👍 || Remember liking or commenting the video if you enjoyed it!
🎵 || Sleeping at last - Saturn
📺 || Shadow and Bone
👨 || Genya Safin + David Kostyk
Copyright Disclaimer under Section 107 of the copyright act 1976, allowance is made for fair use for purposes such as criticism, comment, news reporting, scholarship, and research. Fair use is a use permitted by copyright statute that might otherwise be infringing. Non-profit, educational or personal use tips the balance in favour of fair use.
#danya#genya safin#david kostyk#daisy head#luke pasqualino#shadow and bone#shadow and bone s2#shadow and bone netflix#sab#shadow and bone season 2#durast#corporalki#materialki#tailor#genya and david#david and genya#Youtube
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I have returned!
Gifs by @ladylrbloom
#netflix shadow and bone#my gifs#gifs#aleksander morovoza#ben barnes#genya safin#DarkGenya#the darkling#daisy head#daisy may head#Genya Safin#david kostyk#luke pasqualino#Durast#materialki#Tailor#shadow summoner#corporalki#Etheralki
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En la Noche
Emparejamiento: Nikolai Lantsov x fem!reader.
Nota de la autora: Tres noches en la que T/n va a la habitación de T/n y una en la que Nikolai va a visitarla a ella.
Advertencias: Pesadillas, estrés postraumático?, vómitos, temblores, miedo, mis habilidades para jugar al ajedrez.

El sol se había escondido hace rato, dejando paso a una noche sin luna. El cielo estaba en penumbra, alumbrado apenas por la tenue luz de varias estrellas, que sólo hacía distinguir el horizonte de las montañas con el cielo a través de una escala de negros.
Hacía horas que La Rueca había sido enterrada en la penumbra opaca de la noche, por lo que los pasillos y algunas habitaciones habían sido alumbradas con varias antorchas, haciendo que el ambiente fuese aún más tétrico y deprimente de lo que ya era de día, con la amenaza constante de un ataque del Oscuro o de un batallón fjerdano de la frontera.
A T/n le ponían nerviosa las noches tan oscuras como esa. En esas condiciones no se podía distinguir si el Oscuro estaba en pleno ataque sorpresa, infiltrando sus sombras en la oscuridad de la noche para que nadie pudiera distinguirlas, sumiéndolos a todos en una eterna noche hasta que sus nichevo'ya los atacasen y no hubiera escapada.
Bueno, tal vez T/n era una persona un poco pesimista.
Pero ella prefería ser precavida y pecar de paranoica antes de morir desangrada porque algún bicho maligno del merzost le había arrancado un brazo. Por eso tampoco la importaba que pareciese una niña pequeña asustada al acelerar el paso al pasar por los pasillos sin iluminación o parecer una loca al llevar siempre una vela cónica y un mechero en su bolsillo por si las cosas se torcían.
Ya había aprendido a esquivar los grupitos de guardias nocturnos que vigilaban los pasillos de la Rueca, evitando sus miradas escépticas y sus risitas ahogadas mientras la veían mirar de un lado a otro, asustada.
Tal vez el rodeo la llevaba mucho más tiempo que si cogía el camino directo, pero al darse cuenta de que había conseguido llegar hasta las puertas de los aposentos del príncipe Nikolai Lantsov sin ningún contratiempo, se dijo a sí misma que merecía la pena.
Se paró justo enfrente de la puerta, escudriñando fijamente la hoja de roble mientras reajustaba su agarre sobre su montón de documentos.
Negó con la cabeza para sí misma, dándose ánimos antes de llamar, dando tres golpes suaves y sutiles en la puerta, intentando no despertar al príncipe con el ruido si ya se había dormido.
Nikolai siquiera tardo un minuto en responder, abriendo la puerta casi al instante. Cuando se dio cuenta de que era ella la que estaba frente a él. Una pequeña sonrisa subió a su rostro.
Su cabello esta desordenado, creando una maraña de rizos rubios caótica. Llevaba su camisa desabrochada, dejando su pecho expuesto. De mala gana, T/n sintió el calor subir hasta tus mejillas y sus orejas.
-T/n Kuznetsova... Qué sorpresa -Nikolai miró a la chica de forma burlona, ganándose unos ojos en blanco por parte de ella. Su voz era suave y profunda, pero seguía teniendo su toque socarrón- ¿Tampoco puedes dormir?
La joven suspiró hastiada, obligándose a mirarle a los ojos fijamente, intentando no flaquear. Se irguió todo lo que pudo, apretando más hacia sí el fajo de papeles y documentes que llevaba en sus manos.
-Necesito que me firmes un par de cosas, Nikolai Lantsov-dijiste con el tono más serio e indiferente que pudiste encontrar, usando su nombre completo, sabiendo lo mucho que le molestaba.
Nikolai alzó una ceja, él también enderezándose, con la mano apoyada en el marco de la puerta mientras sus labios formaron una mueca.
-¿No puedes hacer esto por la mañana? Es un poco tarde.
T/n escudriñó con los ojos a Nikolai, manteniendo el contacto visual. Por supuesto que esos papeles podían esperar hasta mañana. No había que entregarlos a los Comandantes del Primer Ejército hasta dentro de tres días, pero ella necesitaba una distracción.
Él tenía razón. T/n no podía dormir. Llevaba semanas sin descansar completamente, y las ojeras y bostezos estaban empezando a acumularse en ella. Pero no podía irse simplemente a la cama y dormir felizmente. Era incapaz de hacerlo.
T/n siempre se despertaba con alguna pesadilla. Siempre cambiaban, yendo a peor cada día que pasaban, creando cada acontecimiento y situación que más la aterrorizaban hasta hacerla incapaz de cerrar durante un minuto los ojos, con su mente acechando cada segundo para volverla a hacer recordar sus sueños.
-No, no puede esperar -Mintió, mirándolo de forma retadora, sabiendo que él desistiría si seguía insistiendo- Cuanto antes o firmes antes te dejaré en paz.
T/n lo vió alzar las dos cejas ante la insistencia, seguramente encontrando la situación hasta cómica. La hija del Marqués Kuznetsov, una chica silenciosa y elegante que se pasaba las horas escondida en la biblioteca siempre que podía, sólo en varios meses de guerra se había convertido en su segunda al mando del Primer Ejército y ahora venía a exigirle que rellenase documentos por la madrugada.
Nikolai se encogió de hombros, soltando una pequeña sonrisa, notando el nerviosismo de la chica.
-Bueno, pasa adentro si eso es lo que quieres- dijo, dejando de reclinarse en la puerta mientras se hacía a un lado, dejando el paso a su habitación mientras extendía la mano en una reverencia, indicándola que entrase- Sabes que no voy a poder negarte nada, ¿verdad?
La chica bufó, pero pasó hacia dentro, con la cabeza alta, intentando que la vergüenza que inundaban sus mejillas y sus orejas se contrarrestarse con su paso firme. Tampoco es que no fuera a entrar tras haberse recorrido La Rueca en mitad de la noche.
Nikolai cerró la puerta detrás de él, intentando no sonreír abiertamente.
Nikolai lo sabía.
Las mentiras de T/n eran demasiado obvias como para no verlas, aunque eso no le impidió seguir con el juego. De hecho, a Nikolai le gustaba lo terca y combativa que ella podía llegar a ser. Solía estar acostumbrado a que hiciesen lo que él decía sin rechistar. Era bueno tener a alguien que le daba igual ofender al príncipe de Ravka.
Nikolai la miró dirigirse firmemente hacia su escritorio e intentar hacer hueco entre los infinitos planos e informes que tenía desplegados sobre la mesa. Había estado trabajando en una nueva versión del Pelícano y no se había molestado en recogerlo. La observó enrollar los papeles y dejándolos a un lado mientras se volvía a abrochar la camisa.
T/n cogió una pluma y un tintero, dejándolo al lado de sus documentos para que él los leyera.
Nikolai se puso a su lado, cogiendo y hojeando los papeles, frunciendo el ceño y deteniéndose de vez en cuando en algún que otro párrafo.
T/n se detuvo a observar la habitación. Estaba iluminada con lámparas de aceite, soltando un color cálido a ambiente. La habitación estaba ordenada, pero pudo observar pequeñas huellas de Nikolai en algunas partes de ella, como alguna taza vacía en una mesilla o varios libros desperdigados por toda la habitación.
La sala soltaba un sensación de hogar, embriagando con su propio calor y familiaridad a T/n, abrazándola y dándola la bienvenida como los rayos de sol en una tarde de verano.
T/n volvió a la realidad al sentir una mirada sobre ella, levantando la cabeza para encontrarse con los ojos del rubio fijados en ella, con su ceño fruncido sobre sus ojos marrones. La chica le devolvió la mirada, extrañada.
-¿Qué?
El chico negó con la cabeza y suspiró, aunque T/n pudo ver su sonrisa en los labios y un sonrojo en las mejillas.
-Nada- susurró, sonando resignado antes de volver su vista con disimulo al documento, de vez en cuando mirándote de reojo.
El silencio se volvió tenso. Nikolai estaba siendo muy consciente de su presencia. El documento, por supuesto, recibía toda su atención, pero ella estaba allí, a su lado, y es algo que no podía ignorar por completo.
Debería de firmar el documento lo antes posible y hacer que T/n pudiera descansar, pero había algo en ella que todavía no le cuadraba del todo. Tardó unos minutos de más para terminar de firmar y leer todo, mirando sus movimientos. Cómo sus ojos volvían otra vez a estudiar su habitación, como se balanceaba sobre ella misma desde la punta hasta los talones de sus pies, cómo fruncía el ceño con curiosidad ante algo que había captado su atención...
Sí. Definitivamente Nikolai se estaba tomando su tiempo.
Carraspeó levemente, llamando la atención de la chica, que volvió su mirada a él instantáneamente. Observó sus manos mientras dejaba la pluma en la mesa y la ofrecía el fajo de papeles.
Hubo unos segundos antes de que T/n reaccionase, como si no hubiera asimilado que Nikolai ya había terminado y ahora tenía que coger los documentos e irse de allí. El rubio la miró coger los papeles con indecisión y sonreírla.
-¿Algo más que deba hacer para mi general favorita o ya hemos terminado?-el chico observó cómo T/n rodaba los ojos. Siempre lo hacía cuando coqueteaba con ella, aunque fuese un mero cumplido.
-Esto es todo- la voz de T/n fue indiferente y superficial- Buenas noches.
La joven Kuznetsova hizo un breve inclinación de cabeza antes de darse la vuelta y dirigirse a la puerta de la habitación.
-Buenas noches, Milady.
La chica no se giró a observarle, pero si lo hubiera hecho se habría encontrado con la sonrisa de Nikolai. T/n se deslizó por la puerta, con el vuelo de su camisón bajo su abrigo desapareciendo por la puerta tras ella.
El rubio se quedó mirando la puerta un rato más, con el corazón vacío en el pecho. La decepción lo llenó por dentro al quedarse solo. ¿Qué coño había pasado? ¿Por qué se había comportado de esa forma con ella? No había pensado mucho sus acciones y, ahora que ella no estaba, no sabía si había hecho algo mal. ¿Se había pasado con los piropos? ¿Se había dado cuenta que la miraba?
El chico suspiró antes de meterse en la cama.
Nikolai sabía lo que venía ahora. Intentó dormir algo, pero su cerebro sólo pudo centrarse en ella y pensar en su breve conversación. Pensó en lo mucho que le hubiera gustado que se hubiera quedado algo más con él y lo maravilloso que habría sido.
Y luego pensó en tu mirada... No estaba tan viva como siempre. Estaba hundida y vacía, le faltaba el brillo sólido que la solía caracterizar. Sus ojos estaban posados en unas ojeras oscuras y su piel estaba más pálida de lo normal.
El príncipe se la pasó dando vueltas a esos pensamientos hasta que por fin se hundió en el sueño.
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Tres noches más tarde, cuando T/n volvió a la habitación del príncipe a altas horas de la noche por segunda vez, Nikolai no pareció sorprendido de que ella apareciese por allí.
El chico abrió la puerta y apoyó su cuerpo contra el marco, con la barbilla levantada sutilmente y su ceja alzada.
-Esta vez se te han olvidado los documentos, querida Kuznetsova- puntualizó Nikolai, con una sonrisa burlona iluminando su rostro al ver a la chica plantada frente a ella.
Era verdad, T/n no tenía ninguna excusa como para estar ahí esa noche. Había vuelto a tumbarse en su cama e intentar dormir como una persona normal, pero lo único que había conseguido había sido manos temblorosas y una respiración entrecortada al levantarse otra vez.
La sonrisa de suficiencia que Nikolai dibujó en su cara hizo que T/n quisiera quitársela de la cara a puñetazos, pero se contentó con ponerle los ojos en blanco e ignorarle. No estaba de humor para soportar la ironía de Nikolai.
Pero lo que no podía soportar era la soledad en su habitación, por lo que se tendría que contentar con él.
-Hoy no estoy de humor, Nikolai- Bufó T/n antes de mandarle una mirada seria.
El pecho de Nikolai volvió a estrujarse sobre sí, volviendo a sentir ese dolor sordo en él ¿Había pasado algo? A pesar de ello, Nikolai sintió que una parte de él se relajaba. T/n había vuelto a su habitación, la podía ver ahora, justo delante de él. Y eso era lo máximo a lo que podía aspirar ahora.
Nikolai sonrió, obviando el comentario de T/n, sus ojeras aun más profundas que la última vez y su rostro demacrado y sus ojos sin vida, que lo miraban como si estuviera vacía.
El príncipe, como la anterior vez, se hizo a un lado para dejarla entrar y cerró la puerta una vez que la chica estaba ya en el interior.
Esta vez, cuando se giró, no se la encontró moviendo cosas en su escritorio para hacer hueco para sus propios documentos, sino que se sentó en el extremo de uno de los sofás de la sala, en el asiento más cercano a la chimenea, que todavía chispeaba levemente con los rescoldos del fuego.
Se hundió en el sofá, con los brazos cruzados, haciéndose un hueco entre los cojines mientras se dejaba acariciar por el calor adormecedor de la habitación. El olor característico de Nikolai embriagaba la sala, haciéndola inspirar hondo, disfrutando de la calma que se había adueñado de ella.
El chico la observó a la chica arrebujarse sobre sí misma. Suavizó su mirada, sin poder evitar sonreír al verla. T/n Kuznetsova, al silenciosa hija del Marqués Kuznetsova y su reciente segunda al mando en el Primer Ejército ahora mismo se encontraba hecha una bolita en el sofá de sus habitaciones privadas.
El chico se sentó en el asiento justo enfrente de ella, posando un tobillo sobre su rodilla y cruzándose de brazos mientras la observaba. ¿Qué se supone que había venido a hacer esta vez?
Examinó con detenimiento a la chica enfrente a él, observando sus pies descalzos sobre la alfombra, su abrigo negro sobre su camisón blanco, su pelo revuelto y sus ojos cansados perdiéndose en un punto del suelo
-Hoy es más tarde que la última vez- Nikolai puntualizó, con una voz grave y suave, intentando sacar conversación. Había aparecido del pasillo en penumbra como un espíritu, para aparecerse ante él y hacer realidad sus sueños de su compañía. Ella no debería de estar aquí. Peor aun así Nikolai no quería que se fuera.
T/n alzó la mirada hasta dirigirla a los ojos de Nikolai, sintiendo la calidez de sus ojos calmarla. Se quedó en silencio, perdiéndose en sus pensamientos.
El príncipe ya casi creía que no iba a recibir una respuesta de su parte cuando un susurro salió de los labios de T/n.
-Necesito que me des el permiso para la organización de las tropas del norte y la reintegración de los grisha en los enclaves del Primer Ejército- Susurró T/n, intentando no ponerse nerviosa ante el silencio incómodo y pesado. Nikolai había pasado más de un minuto sin soltar algún comentario, y eso era preocupante.
Nikolai la miró, suspirando. Su mirada parecía triste... más bien decepcionada. T/n estaba segura de que sabía que le estaba mintiendo. ¿Por qué no la obligaba a decir la verdad? Su padre ya la habría gritado hasta hacerla decir la verdad.
En cambio, Nikolai la regaló una media sonrisa antes de levantarse. La miró a los ojos.
-Bien, si eso es lo que quieres...- Nikolai se encogió de hombros antes de dirigirse a su escritorio. Estuvieron en silencio, con el sonido de libros y papeles moviéndose, antes de que Nikolai hablase otra vez- ¿Te apetece un té o algo mientras redacto el permiso?
El príncipe giró la cabeza para mirarla perdida en sus pensamientos. Tenía su mirada fija en el asiento frente a ella que acababa de desocupar. Últimamente había estado demasiado descentrada como para lo que solía ser ella.
Tampoco es que fuera a conseguir nada si la preguntaba qué la pasaba. T/n nunca aceptaría que algo estaba mal. Le mentiría de una forma tan descarada como había hecho desde los últimos días. Tampoco iba a obligarla a contarle todo. No tenía por qué saberlo todo de ella. Al fin y al cabo, sólo era su segunda al mando, ¿no?
-T/n- Nikolai volvió a llamarla, esta vez siendo respondido por un leve tarareo de parte suya, y sus ojos yendo a los del rubio- ¿Quieres un té?
La chica hizo una mueca que se asemejó a una sonrisa y asintió levemente con la cabeza.
-Sí, por favor.
-Muy bien...-Nikolai murmuró para sí, cogiendo una pequeña tetera de una mesilla auxiliar y llenándola con agua, poniéndola en una pequeña estufa del cuarto.
T/n siguió todos sus pasos y movimientos desde el sofá, observándole tararear para sí mientras volvía a su escritorio y escogía un papel para escribir sobre él.
T/n cerró los ojos durante un momento, arrebujándose sobre sí mientras disfrutaba de la tranquilidad de la habitación. El sonido de la pluma rasgando contra el papel, el fuego chisporroteando, la voz de Nikolai jugando con los sonidos de las notas y la tetera silbando suavemente en el aire.
La chica abrió los ojos cuando se dió cuenta de que tenía a Nikolai justo enfrente de ella, con una taza humeante entre les manos y un papel en la mesilla de centro.
-Me he tomado la libertad de preparar una infusión en vez de un té. Creo que es más oportuno, dadas las horas que son. Ah, y le he puesto dos azucarillos- Nikolai la sonrió antes de poner la taza en las manos de la chica.
T/n frunció el ceño, viendo a Nikolai sentarse enfrente de ella con su taza en mano.
-¿Cómo sabes que me gusta con dos azucarillos?
El príncipe se encogió de hombros, con una media sonrisa en los labios.
-¿Por qué no lo sabría? Sueles echar dos azucarillos a tu té todas las mañanas en el desayuno.
T/n sintió el calor volver otra vez a sus mejillas y orejas, pero esta vez no soltó ninguna respuesta hiriente. No, tampoco sabía qué responder a eso. ¿Qué tipo de persona iba a fijarse en cómo se preparaba el desayuno? Obviamente, el futuro rey de Ravka no debería de ser una de esas personas. Ni tampoco debería ser la persona a la que acudía cuando el silencio de su habitación era demasiado como para soportarlo o cuando necesitaba una mera conversación trivial.
Los dos se quedaron en silencio, bebiendo la infusión mientras el tiempo pasaba lánguido sobre la noche, haciendo los segundos más lentos, dándoles un pequeño respiro entre la guerra, mostrando piedad antes de que los dos tuvieran que irse otra vez por su lado.
Nikolai rompió el silencio al dejar su taza ya vacía en la mesa de centro.
-¿Puedo hacerte una pregunta?- susurró, intentando no romper el silencio tranquilo de l momento, como si tuviera miedo de que la chica delante de él desapareciera.
-Dispara- T/n murmuró antes de dar un último sorbo a su taza. La mirada de Nikolai clavada en ella la hizo sentir su corazón expandirse.
-¿Estás bien?-Nikolai bajó la voz, como si intentase que la pregunta no fuese tan directa ni pusiese nerviosa a la chica. Cosa que, obviamente, no consiguió- Estás cansada, T/n. Y es obvio que no duermes lo suficiente, basándome en tus últimas visitas nocturnas. Tampoco te suelo ver en las horas de la comida y estás empezando a retrasarte en la reuniones cuando sueles ser la primera persona en llegar.
T/n se quedó en silencio, bajando su mirada hasta esconder su rostro de la mirada de Nikolai. No era lo demasiado fuerte como para que él viese el sonrojo de sus mejillas y sus ojos acuosos. Se sentía inútil.
Nikolai siquiera la había levantado la voz, más que eso, se había mostrado más preocupado por ella en ese momento que su padre en toda su vida y aun así estaba al borde de las lágrimas. ¿Qué la estaba pasando?
T/n escuchó a Nikolai levantarse, sus pasos fueron lo más silenciosos posibles mientras se acercaban a ella.
Sintió la mano de Nikolai sobre su nuca, acariciando su cuero cabelludo, moviendo sus dedos con una gentileza que contrastaba con los fuertes latidos del corazón de la chica.
Los dos se quedaron callados durante un rato, T/n sintiendo su cuerpo relajarse bajo su toque hasta sentir cómo todos sus músculos se relajaban. Estaba cansada y derrotada, y, de una forma bastante irónica, lo único que quería hacer ahora mismo era irse a dormir. Dormir sin ninguna pesadilla ni ninguna obligación esperando a ser terminada cuando se levantase.
T/n alzó el rostro al sentir que la mano de Nikolai frenó. Alzó el rostro para mirarle, estaba de cuclillas frente a ella, mirándola con esos ojos marrones brillando de preocupación, su ceño fruncido y sus labios formando una línea recta y tensa. T/n se sintió culpable al verle así.
Debería de haberse quedado en su habitación con su propio miedo en vez de ser una egoísta y buscar el consuelo en Nikolai. Ahora lo único que había conseguido era su preocupación innecesaria y una vergüenza que se apoderó en su estómago, haciéndolo un nudo.
T/n sintió el tacto cálido de la mano de Nikolai posarse sobre su mejilla. Deslizó su pulgar por una lágrima rebelde que se había deslizado por su rostro antes de hablar.
-Lo siento... -Murmuró- Soy un imbécil, yo...
-Cállate- T/n le cortó, negando con la cabeza mientras una sonrisa contenida salía de su boca- Sí que eres un imbécil, pero ahora no tienes nada de culpa.
Una sonrisa salió de la boca de Nikolai, una que fue aumentando hasta sonreír de puro alivio. Él no sabía cómo había terminado ahí, pero
-Eres de lo que no hay, T/n Kuznetsova.-Suspiró antes de ponerse en pie, con las piernas temblando al ver a la chica reírse- Casi tan imbécil como yo.
-Ey...-La chica se quejó, sonriendo burlonamente mientras veía a Nikolai levantarse.
T/n echó de menos la calidez del tacto de Nikolai en cuanto este quitó la mano de su mejilla, dejando una sensación fantasma en su piel. La chica se levantó y se secó las lágrimas del rostro con la manga de su abrigo antes de coger el permiso olvidado de la mesilla del café y guardárselo en el bolsillo.
No tenía nada más que hacer aquí. Había hecho el ridículo delante de la persona a la que menos quería defraudar.
-Se está haciendo demasiado tarde- la voz de Nikolai cortó el aire antes de que T/n tocase el pomo de la puerta- En verdad me preguntaba si ibas a quedarte.
T/n se giró, siendo recibida por la vista de un Nikolai de manos sudorosas y sonrisa dulce y genuina. El príncipe se sintió verdaderamente como un tonto bajo la mirada de la chica. ¿Qué tipo de impulso había sido ese? Seguramente ahora iba a pensar que era un psicópata.
Sentía su corazón a punto de romper su pecho y salir de él. Parecía como si hubiera la decisión más audaz que había tomado en su vida no fue convertirse en corsario ni enfrentarse al oscuro. más bien fue la de preguntarte si querías pasar la noche con él.
Lo malo fue que el príncipe no fue consciente de lo atractivo que le pareció a T/n en ese preciso momento. Con sus ojos de cachorro mirándola con nerviosismo y su pelo rubio revuelto. Parecía preocuparse por ella. Preocuparse de verdad. No un sentimiento de urgencia para que la gente no hablase de más y las cosas fueran bien. Sino una emoción genuina, que salía del corazón.
En ese instante, T/n sintió que estaba hablando con Nikolai y no con el heredero del trono ravkano.
Pero en el fondo, él seguiría siendo un Lantsov, ¿verdad? Al igual que su padre y su hermano.
-¿Sabes? No creo que debería de haber venido aquí en primer lugar, Nikolai- T/n murmuró, mirando desviando su mirada de los labios de Nikolai a sus ojos.
-Yo... -el príncipe tartamudeo, desviando la mirada del rostro de la joven- Sólo quería asegurarme de que durmieras un rato antes de tener que volver a levantarnos. Si quieres puedo dormir en el sofá y dejarte la cama.
-No quiero que duermas en el sofá, Nikolai-T/n le sonrió de una forma triste. No quería molestar. quería que las cosas entre ellos fueran bien, y ya había hecho demasiado caso a sus propias necesidades como para importunarle más.
El príncipe cruzó los brazos y suspiró, al ver cómo la chica negaba. Sí, definitivamente había sido una mala idea haber abierto el pico.
Deseaba que se quedase con él. Ansiaba su amor tanto como su corazón saltaba en su pecho, con el único pensamiento de cuándo volvería a verla en alguna reunión, una cena o incluso deambulando por el pasillo.
La quería como el mar al olor de la sal, sin poder desprenderse de ella y a la vez amando la forma en la que ella empezaba a hacerse un hueco en su vida, sin montar ningún espectáculo pero alterando cada forma de raciocinio de su ser.
Los dos se quedaron allí parados, uno enfrente del otro antes de que Nikolai se atreviera a cortar el silencio incómodo que se había empezado a formar alrededor de ellos dos.
-Entonces te veré por la mañana el príncipe se llevó la mano a la nuca, con una sonrisa desfigurada en su rostro.
-Sí... Te veré mañana- La chica dio un asentimiento de cabeza, con una breve reverencia antes de volverse a girar hacia la puerta y coger el pomo de la puerta con sus manos sudorosas.
-¿Me puedes prometer algo?-Nikolai aprovechó antes de que ella se fuera por fin. Un breve asentimiento de parte de ella, aunque no se giró a verle, le dio luz verde para seguir- si la noche es demasiada como para soportarla sola... ¿Vendrías aquí?
T/n giró su rostro hacia Nikolai, dándole una pequeña sonrisa.
-Por supuesto-T/n respondió.
Y Nikolai se volvió a quedar mirando cómo su figura desaparecía por le marco de la puerta hasta ser sumergida en la penumbra y desaparecer, volviendo a ser el espíritu que había venido a iluminarle la noche.
Estaba tan feliz que sentía que podía abrazara un volcra y decirle lo maravillosa que es la vida mientras seguía sonriendo como un tonto.
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Habían pasado ya tres semanas desde esa noche. Tres semanas en las que T/n había empezado a aparecer gradualmente por su puerta, cada vez con más frecuencia hasta el punto de llamar a diario.
Durante esos días se había ido tejiendo una rutina nocturna entre ellos dos. Según terminase la cena en el comedor, junto al resto de personas de La Rueca, cada uno se iba a su habitación. De vez en cuando acompañaba a T/n hasta su puerta, paseando los dos juntos por los pasillos, hablando sobre los próximos movimientos del Primer Ejército o el último rumor sobre el Oscuro.
T/n solía tumbarse en su cama, intentando descansar algo para luego estar más tiempo con Nikolai. Mientras tanto el príncipe adelantaba papeleo y trabajaba en su próxima actualización del Colibrí.
Ella solía llamar a su puerta entre la una y la una y media de la madrugada, a las dos como muy tarde. Entonces él preparaba dos tazas de infusiones y se sentaban los dos juntos. Solían hablar sobre el Ejército, el avance de la guerra, lo horribles que eran las poesías de Tolya, las próximas estrategias políticas y, sobre todo, de Literatura.
La obsesión de la chica por leer era llevada al extremo de una forma en absurdamente encantadora. Nikolai nunca lo aceptaría en voz alta, pero tal vez su mejor momento del día era sentarse en el sofá, con el calor de la chimenea languideciendo todo cuanto tocaba mientras observaba el brillo en los ojos de la chica cuando soltaba su monólogo interminable sobre el último libro que había encontrado en La Rueca.
De vez en cuando jugaban al ajedrez durante partidas interminables o simplemente se quedaban en silencio. No hacían más que disfrutar del chisporroteo del fuego y la sensación de hogar que se había empezado a instalar en la sala, simplemente disfrutando del momento hasta caer dormidos.
Y, en los días en los que Nikolai se consideraba el hombre más afortunado del mundo, ella se quedaba a dormir. Obviamente el terminaba durmiendo con una manta en el sofá, con una T7n demasiado cansada como para crear un argumento sólido en contra de quedarse la cama sólo para ella. Pero, aunque la mayoría de las noches terminase con dolor de espalda o durmiendo sobre la alfombra, nada le impedía quedarse dormido mientras veía el rostro de T/n en paz, con su pelo revuelto y su respiración tranquila mientras inhalaba el olor del chico impregnado en su cama.
-Jaque Mate- T/n murmuró, moviendo su reina, casilla por casilla, hasta derribar el rey del príncipe.
Nikolai intercaló su mirada sorprendida entre la sonrisa burlona de la chica y el tablero de la mesa.
-¡¿Me has ganado?!- Nikolai cruzó los brazos sobre su pecho mientras escrudiñaba el tablero- ¿Cómo se supone que me has ganado? Apenas hemos empezado.
T/n se encogió de hombros, disfrutando la indignación y el golpe de orgullo del príncipe.
-El mate del pastor.
-El mate del pastor... -Nikolai refunfuñó, observando la mirada orgullosa de la chica, sin dejar de fruncir el ceño- mi rey merecía una muerte algo más digna.
-Cállate y asume tu derrota, Lantsov- La sonrisa de la chica se ensanchó al ver ante ella un Nikolai resignado, que volvía a colocar las piezas en su sitio en un silencio ofendido.
El príncipe hizo una pequeña mueca, con una pequeña sonrisa mientras volvía a poner a su rey en pie y en su sitio original. Últimamente la chica estaba empezando a ganarle de formas completamente súbitas, y eso le sorprendía.
Por supuesto que ella había ganado esta. Pero eso no le impedía ser un poco irritante y burlón para hacerla sonreír. Al menos durante un rato. Y si con eso conseguía que T/n se sintiera más orgullosa de ella misma... bueno, su orgullo propio había recibido golpes más duros antes.
-Por lo menos déjame una revancha -Nikolai suspiró tras poner el último peón- Necesito recomponer mi ego después de esto.
Tal vez la sorprendente habilidad de la chica para jugar al ajedrez estaba empezando a intimidarle, pero no podía negar que se sentía orgulloso de ella.
Por eso sonrió de lado para sí y movió su peón a f3, comenzando la partida.
T/n se frotó el rostro con la mano, disipando el sueño acumulado del día antes de responder a la sonrisa de Nikolai y mover el peón negro a e5.
Nikolai movió su peón a g4, intentando hacer una barrera de peones bastante precaria, según la opinión de la chica.
T/n sacó a la reina, moviéndola a h4 usando el movimiento del alfil. Volvió a despegar el rostro del tablero para observar al chico. Alzó las cejas, con una mirada burlona y atrevida que Nikolai prometió que nunca había visto en ella.
-Jaque mate...- T/n susurró.
-Y de nuevo me ganó... -Hundió los hombros al ver la sonrisa de la chica ensancharse- Vale... Sí, lo que tu digas. Pero tienes que admitir que mi plan con los peones era espléndido.
La chica desvió la vista y se hundió de hombros.
-Te he conseguido hundir la barrera en un movimiento, Nikolai.
-Deshonrado otra vez... -El príncipe suspiró, con una media sonrisa que a T/n le pareció entre adorable y gracioso.
Al menos Nikolai sentía que había conseguido un contrincante. Por supuesto que se había encontrado con personas mucho mejores en muchas cosas. Pero seguía siendo el hijo del rey de Ravka. A nadie que quisiera mantener la cabeza sobre sus hombros o el honor en su nombre iba a superar nunca a un Lantsov en nada.
Por desgracia, esa regla también se había aplicado a él.
¿Cómo se supone que iba a conseguir que su pueblo crezca si tenían miedo de ofenderle por ganarle a una partida de ajedrez? ¿O a contradecirle en el diagnóstico del tiempo?
Por supuesto que T/n Kuznetsova también le había dado la razón en todo al principio. Bueno... En verdad siquiera le había hablado.
Sus primeros encuentros fueron hace años. Siempre la había visto de allí para allá. En alguna que otra fiesta y conferencia en la que ella tenía que acompañar a su padre al Gran Palacio o visita amistosa.
Pero cuando Nikolai por fin tuvo una conversación con ella fue en un día normal de otoño. La chica había cumplido ya los 15 cumpleaños y su padre estaba buscando pretendiente para ella. ¿Y qué mejor persona a la que pedir ayuda que al Rey de Ravka, su mejor amigo? Sus padres se llevaban demasiado bien como para que ninguno de sus hijos no se terminasen conociendo.
La había encontrado un día en una esquina de la biblioteca, leyendo un libro sobre las características de la expansión territorial zemeni. Estaba al lado de la ventana, en un lugar tranquilo y escondido de la sala, donde Nikolai no hubiera advertido de su presencia si él no hubiera pensado también en conseguir en ese sitio.
Ella apenas habló, soltando monosílabos y oraciones sencillas de vez en cuando para responder a sus preguntas.
Y al día siguiente, se la volvió a encontrar allí otra vez. Y al siguiente y al siguiente. Así durante una semana entera en la que Nikolai soltaba sus extensos monólogos en un intento de conseguir alguien con quien hablar de algo.
Dominik estaba ocupado en la granja, y Vasily lo vigilaba demasiado como para poder escaparse de día para ayudarle.
Además... No todo el mundo se interesaba tanto por la expansión territorial zemeni como para no poder tener una conversación interesante sobre las alianzas intercontinentales y la guerra de fronteras entre kaélicos y zemeni.
Pero ella se fue una vez que su padre terminó su visita con el rey de Ravka. Y Nikolai apenas supo algo de esa chica silenciosa de la biblioteca tras irse a la Universidad de Ketterdam y ha convertirse en corsario.
No supo nada hasta que, tras haber estrellado su barco volador contra el lado oriental de Ravka y haber recibido un puñetazo de la Invocadora del Sol, una tal T/n Kuznetsova se había hecho cargo de que el pueblo no se sublevase se pelease entre sí, los soldados del Primer Ejército no desertasen y los grishas no fuesen indiscriminadamente asesinados y encarcelados.
Tal vez esa chica silenciosa podía morder y ordenar cuando tenía que hacerlo.
Cuando entró al Gran Palacio, se la encontró allí, delante de las puertas con un vestido colonial demasiado sencillo y cómodo como para llegar a la categoría de noble. Estaba allí, de pie, observando con el rostro serio y lo ojos fijos en el en cuanto bajó del carruaje. Con su vestido contradiciendo su porte y su crudeza.
-Su majestad -T/n habló con voz clara y firme, digna de general- Los almirantes se harán cargo de darle a conocer todos los detalles de los últimos meses transcurridos. Su reino está preparado para que lo gobierne.
Nikolai alzó una ceja. T/n había calmado parte de toda la tensión y muchas personas se sentían atraídas por su eficacia en el gobierno, formando opiniones, cada vez más populares de que los Lantsov no deberían de subir otra vez al trono, sino dejarla a ella como responsable del país.
Había venido hasta alli creyendo que iba a tener que luchar por conseguir el trono.
Él no se lo creía.
-¿Me vas a dar el trono así como así, señorita Kuznetsova?-Nikolai la miró tan fijamente como ella a él, aumentando la tensión entre ellos.
La chica se hundió de hombros, sin romper la imagen de acero que creaba.
-La mitad de la gente de aquí cree que he implantado una demagogia a mi favor. La otra mitad cree que soy la esperanza de Ravka para una paz final y el comienzo de una nueva dinastía. Este es su reino, Su Majestad, no el mío. Apáñeselas como pueda- La chica hizo una reverencia- Le recuerdo que sus generales le esperan en la Sala de los Mapas.
Y se fue, dejando atrás a un Nikolai confundido y con la mirada perdida. Mientras pensaba en lo mucho que el carácter duro de la chica contrastaba con la suavidad de las flores de su vestido.
El reloj de la habitación de Nikolai dió las cuatro campanadas.
-Hmmm... Creo que me voy a dormir ya, Nikolai- T/n habló después de frotarse los ojos- Mañana tenemos una reunión pronto sobre la situación de nuestros espías en territorio fjerdano. Te dejaré tomar la revancha mañana.
Nikolai tarareó como afirmación a T/n mientras comenzaba a guardar las piezas en su caja.
Las manos de la chica se unieron a las suyas en la tarea, rozándose levemente entre sí de vez en cuando.
El corazón de Nikolai resonaba en su pecho más de lo humanamente posible, seguramente despertando a la mitad de los Corporalki que escuchasen su latido.
-¿Quieres quedarte a dormir hoy también?-Nikolai susurró, mientras veía a T/n guardar la última pieza en la caja y levantarse para guardarla en la pequeña cómoda de la esquina- Creo que tengo un par de almohadas guardadas en el armario.
La chica asintió y le sonrió con una dulzura que reblandeció el corazón de Nikolai hasta convertirle en una masa de felicidad y plenitud.
-Hoy me toca dormir a mí en el sofá, Nikolai. Ya llevo dos días seguidos encontrándote tirado en el suelo mientras usas la alfombra de colchón, y cada día tienes una posición más incómoda de la anterior.,
El príncipe de Ravka se rió levemente ante sus palabras.
-Si tú insistes- resopló Nikolai- Pero si terminas durmiendo en el suelo, quiero que vengas a la cama.
-Vaya, Nikolai. creía que te ibas a esforzar más para ganarte las alcobas de una señorita -T/n se burló- Por lo menos que serías más discreto.
El chico sintió su mejillas calentarse, intentando mantener la compostura todo lo que la vergüenza le dejaba.
-Soy un príncipe, no puedo ser discreto, querida. -Respondió Nikolai con una sonrisa pícara disimulando su sonrojo- Pero si terminas en el suelo o con un contractura por la mañana, te mantendré enterrada en mantas en lo que queda de semana.
-Hecho- la chica respondió mientras se tumbaba en el sofá en el que habían estado antes jugando al ajedrez, cogiendo la manta que estaba en el brazo del sofá- Buenas noches Nikolai.
EL príncipe se quedó mirando cómo la chica se acurrucaba sobre sí misma, haciéndose una bolita y cerrando los ojos.
El chico suspiró divertido. Esa chica era de lo que no hay, y él no se podía sentir tan afortunado de tenerla ahí, sintiendo como si estuviese intentando atrapar humo con las manos cada vez que ella escapaba de su agarre, sintiendo que ella no se quedaría a su lado. Temiendo que lo dejase sólo otra vez, luchando él sólo por el bien de un país entero.
Acarició levemente el cuero cabelludo de T/n de una forma fugaz, casi etérea, antes de irse a dormir a la cama de la habitación, sintiendo esa noche más que nunca en toda su vida el hueco vacío del colchón a su lado.
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T/n se pasó el dobladillo de su manga por los labios, quitándose una mezcla de vómito y lágrimas. Pero su pecho siguió convulsionando por el llanto, hipando por cada respiración que daba.
Hacía tiempo que las pesadillas habían empezado a disminuir, pero esa noche se había despertado sudando y llorando, con las imágenes del sueño todavía persiguiéndola si cerraba los ojos durante más tiempo do lo necesario, volviendo otra vez y arrastrándola hacia la oscuridad.
Había vuelto a su habitación después de la cena, como últimamente había cogido de costumbre. Se había tumbado en su cama, demasiado cansada como para adelantar papeleo para mañana mientras esperaba a ir a la habitación de Nikolai.
Pero se había quedado dormida. Y las pesadillas habían vuelto a ella, estrujando con una mano su tráquea mientras la hacía volver una y otra vez al su sueño. Sin soltarla.
Volvió a acercar su cabeza a la taza del váter antes de volver a echar su cena a medio digerir. Sus manos no dejaban de temblar y siquiera podía mantenerse en pie sin sentir que las rodillas la iban a fallar en cualquier momento. No podía hacer nada, no podía levantarse y seguir como si nada hubiera pasado. Simplemente no podía...
Necesitaba ver a Nikolai, como había estado haciendo durante todas las noches de estas últimas semanas. Necesitaba levantarse y alejarse de las pesadillas, del olor a vómito y del frío de las baldosas que la hacían tener la piel de gallina.
Lo único que quería en ese momento era sentarse en el sofá de la habitación de Nikolai, sintiendo el calor hogareño que parecía desprender esas paredes y perderse en esos ojos miel hasta que su brillo borrase cada partícula de miedo que había dentro de ella.
Lo primero que hizo fue intentar calmar su respiración y parar sus lágrimas. La sangre y los volcra volvían otra vez, yendo a por ella igual que habían ido a por su padre. La persiguen, con sus chillidos reclamando su cuerpo, reclamando su muerte.
La entraron arcadas otra vez, pero no vomitó, todavía con el sabor ácido en su boca. Lo único que hizo fue acurrucarse sobre ella misma en el suelo del baño, intentando que la oscuridad no volviese a por ella.
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Las lágrimas se habían ido hace tiempo cuando T/n escuchó que alguien llamaba a la puerta de su habitación.
La chica no respondió la llamada. ¿Qué se supone que iba a hacer? Nadie podía verla tal y como estaba ahora. Ella era una general, la protectora de Ravka, su soldado.
No era alguien débil, que tenía que ser cuidado y protegido. Y el hecho de que estaba tirada en el suelo de su baño, incapaz de hacer nada más que intentar respirar hondo y no sumergirse otra vez en el huracán de sus pensamientos... No era la forma en la que un general debería de ser visto.
La puerta volvió a sonar bajo el golpeteo de una mano, esta vez con más fuerza y precisión, casi con un poco de desesperación.
-¿T/n?-La voz de Nikolai se escuchó amortiguada pero clara desde el otro lado de la puerta de su habitación- ¿Estás ahí? Hoy no has venido para la revancha de ajedrez.
Un sentimiento de culpa se acopló en el corazón de la chica, apretándola un poco más el pecho hasta el punto de que la doliese físicamente. Se quedó congelada en su sitio. No podía ser él.
De todas las personas que había en toda la Rueca, él era la persona a la que menos quería mostrarse débil. Podía decepcionar a todos, pero jamás a Nikolai. A él no.
Sus manos volvieron a temblar más fuerte por el pánico que la había comenzado a invadir.
-Vete...- La voz de la chica sonó raspada, seca, y temblorosa, como el de el llanto lastimero de una urraca, demasiado débil como para no poder seguir pero demasiado orgullosa como para no ser fuerte.
Sintió la brevedad con la que el colapso se cernía sobre ella, se podía escuchar el sollozo y el temblor desde el otro lado de la puerta
Nikolai soltó un suspiro. Era su voz. Él se quedó quieto tras la puerta, con una sensación de pánico en su pecho, estrangulándole en el silencio.
-No me voy- susurró el príncipe de Ravka, golpeando la puerta- Por favor, abre al menos la puerta.
No se iba a ir hasta tenerla frente a frente. Sintió el tambaleo de su voz y el desgarro como propio. La chica no quería mostrar debilidad, ni a Nikolai ni a nadie. Pero él era demasiado cabezota como para dejarla a ella sola, a merced de sus propios demonios.
Él lucharía con ella y, si todo era demasiado, él soportaría el peso al igual que ella soportó el peso de su país.
Ella se quedó en silencio durante un momento, sin saber que decir o cómo actuar.
Por supuesto que Nikolai iba a ser un cabezota.
Pero prefería enfrentarse al enemigo en su cabeza antes que a Nikolai. ¿Qué se supone que le iba a decir? ¿Que era demasiado miedosa como para que sus pesadillas la asustasen? ?Que apenas se atrevía a moverse cuando la oscuridad la alcanzaba? ¿Que no podía dormir bien sin tenerle a su lado?
El príncipe de Ravka se quedó mirando la puerta. La escuchó respirar al otro lado de la puerta. La escuchó llorar. La escuchó temblar. La escuchó pedirle que se fuese. Y no podía hacer otra cosa que seguir estando allí, fuera de la puerta.
Nikolai se puso de rodillas, con sus ojos justo delante de el ojo de la cerradura. Sacó unas ganzúas de su bolsillo mientras bendecía a cualquier Sankto que le hubiera impulsado a aceptar el regalo del Bastardo del Barril y a llevarlo consigo.
-T/n, voy a entrar- Su tono se tejió con la desesperación y el pánico que retumbaba en su corazón, rompiendo su caja torácica por los golpes en su pecho.
Ella se quedó muda en el interior, sus manos se apretaron en los bolsillos de su bata de pura frustración mientras escuchaba a Nikolai juguetear con la cerradura.
Gritó de pura frustración y dio una patada a la pared que tenía enfrente a ella. La daba igual que cualquiera en la Rueca la escuchase, que la quitasen su puesto en el Segundo Ejército o en la Realeza.
Que pensasen lo que quisieran de ella, estaba harta. Lo único que quería hacer en ese momento era quitarse la sensación de miedo que la perseguía como su propia sombra, para de usar el apellido de su padre para que la tomasen en serio.
Quería quitarse el sudor que tenía como una segunda piel y poder respirar sin sentir una presión en su pecho que la obligaba a estar sumisa y en silencio. Siempre alerta.
Volvió a dar una patada, obviando el dolor punzante que se había expandido por su pie. Sus lágrimas volvieron a brotar en un llanto errático y descontrolado, nacido de la frustración.
Nikolai se quedó callado al otro lado de la puerta, escuchándola mientras seguía intentando entrar.
Y cuando escuchó el sonido limpio de un click cediendo bajo sus manos, bendijo a cualquiera ser superior que le hubiese guiado para abrir esa puerta.
Agarró el pomo y abrió la puerta todo lo rápido que pudo, cerrando tras de sí y observando alrededor de la habitación en penumbra, buscando la figura de la chica en algún lugar.
Se dirigió a la puerta entrecerrada del baño, con una luz amarillenta saliendo de ella, acompañada de leves sollozos ahogados que intentaban pasar desapercibidos.
-T/n...- la voz de Nikolai sonó como una cadencia tranquila mientras abría la puerta poco a poco, intentando no alterar más a la chica.
Estaba sentada en el suelo, el frío azulejo de mármol le provocaba una temblor en cada uno de sus huesos. Su pelo enmarañado le cubría la cara, sus manos y rostro estaban pálidos. Nikolai observó las lágrimas bajar desde sus ojos hasta caer por su barbilla, daba igual lo mucho que ella se restregara la cara.
Un susurro de "vete" hizo eco entre los azulejos del baño. Un eco ignorado.
Nikolai se sentó en el suelo a su lado, apoyando la espalda en la pared al igual que ella. Estiró sus piernas por el suelo y observó la pared frente a ellos dos.
Puso su mano en la rodilla de la chica, haciendo breve círculos con su pulgar. Era lo mínimo que ella se merecía. Él quería abrazarla enterrar su pena entre sus brazos hasta que ella pudiera volver a estar en paz.
Quería besarla. Besarla como nunca había hecho en su vida. Mostrando toda la verdad que había dentro de su corazón y dándoselo a ella. Quería ofrecerla más que una mano callosa y endurecida por las armas y el mar, un suelo frío de un baño y un silencio triste.
Nikolai sintió la mirada de la chica sobre él. Su respiración se había calmado y las lágrimas se habían secado sobre su rostro, pero la frialdad del miedo recorrerla y el temblor de los escalofríos todavía estaban en ella.
El chico la miró a los ojos detenidamente. Estaban rojos y hundidos, todavía algo húmedos y sin brillo. Esos no eran los ojos de una General ni de una Marquesa, pero le pareció lo más crudo y hermoso que había visto de ella. Más que su risa ni que sus ojos burlones.
-No me dijiste que las pesadillas habían vuelto- La chica suspiró y bajó la mirada a su regazo. Nikolai siguió observándola, mirando a través de sus ojos cómo el cansancio se acomodaba en su cuerpo.
Nikolai puso una mano en su barbilla, lo suficiente como para levantar su rostro para que le mirase a los ojos. Su otra mano fue hacia su nuca, enterrándose lánguidamente entre los nudos de su pelo.
T/n se sintió pequeña bajo la mirada de color miel del príncipe. No le merecía. No merecía absolutamente nada de lo que él le había dado. Ni su atención ni su empatía. Su padre se lo había dejado claro hace años. ¿Por qué luchaba por ella?
Pero a Nikolai no le importaba lo que había pasado, no le importaba lo que habría hecho, solo quería tenerla ahí. No se merecía su sufrimiento, no merecía toda esa carga a sus espaldas.
-¿Que pasó?-Nikolai susurró, perdiéndose en el color y profundidad de sus ojos.
T/n se encogió de hombros, desviando la mirada de Nikolai. La atención y el cariño de sus ojos le aplastaba el corazón y la hacía sentir una intrusa.
-Simplemente... estoy cansada.
-¿De qué?-Nikolai frunció el ceño
-De todo, Kolya.- La chica suspiró- De todo.
Un escalofrío la recorrió desde la cabeza a los pies, haciéndola temblar.
-¿De todo?-Nikolai preguntó, sintiendo el temblor instantáneo sobre ella, sus ojos brillaban de rabia y pena al verla así. No quería verla así, tan mal, tan frágil y tan sola.
Los dos se quedaron en silencio, T/n apoyó su frente en el hombro de Nikolai, mientras el desvió su mano hacia su espalda, acariciándola levemente mientras la otra se posaba en la nuca de la chica.
Desde el baño se pudo escuchar el sonido del viento chocar contra la ventana, y el olor a jabón de vainilla flotaba levemente sobre el ambiente del baño, haciendo una mezcla que, con el calor del tacto de Nikolai y su olor, hizo que T/n se sintiera en paz, al menos por unos instantes.
-¿Quieres irte a dormir?-Nikolai murmuró tranquilamente, con un tarareo en su voz. Su mano se quedó quieta sobre su espalda un segundo, aguardando su respuesta.
-Por favor...-Murmuró T/n. Toda la tensión de cada músculo se había deshecho, dejando la cáscara del miedo embadurnada de cansancio. Lo único que esperaba con todas sus fuerzas era el no volver a levantarse con otra pesadilla impresa en sus párpados.
Nikolai tarareó como afirmación y se puso en pie, haciendo que a T/n le recorriese y tacto fantasma del calor del príncipe sobre ella. Tal vez se podrían haber quedado allí cinco minutos más.
-Ven.-Nikolai susurró, mientras cogía las manos de T/n sobre las suyas, dándole impulso para ayudarla a levantarse. Su voz sonaba como siempre, sin nerviosismo ni ansiedad, sus manos soportando el temblor de las de ella.
Sus manos se posaron en su espalda baja, como un ancla en el suelo, estabilizándola y guiándola hasta la cama. La chica sintió su respiración en su nuca, y sus paso silenciosos siguiendo los suyos cansados.
El príncipe se alejó de ella para volver a colocar las almohadas, mantas y sábanas de la cama. la mitad estaban en el suelo y la otra mitad estaban arrugadas a los pies del colchón.
La cama parecía ser la escena viva en la que T/n se había levantado. Apenas había movido las mantas para levantarse y correr hacia el baño para intentar deshacerse del sudor y el miedo de su cuerpo.
Casi parecía que los monstruos seguían allí.
-No tienes por qué hacer esto, Nikolai- Su voz sonó ronca y débil, apenas un susurro grave en la habitación. El chico se giró un poco para mirarla de reojo con una sonrisa en la cara antes de volver a agacharse y estirar otra manta sobre el colchón-
-No es nada- el príncipe puso la última almohada en el cabecero, abriendo las mantas y haciéndose a un lado para dejar que T/n se metiese entre ellas.
T/n sintió el peso reconfortante de las mantas sobre ella en cuanto se tumbó en la cama, adormeciéndola como una madre acuna a su hijo. Apenas quedaban varias horas para tener que volver a levantarse y afrontar el día, pero en ese momento lo único que quiso en ese momento fue quedarse ahí, en el calor de las mantas y la presencia de Nikolai.
El colchón se hundió un poco a su lado. La chica giró su cabeza para ver a Nikolai sentarse en el borde de la cama, mirándola acomodarse en la cama y adormecerse, vigilando que ningún monstruo volviese a perseguirla.
-Gracias -T/n susurró bajo el silencio tranquilo que se había instalado en la habitación- Por todo.
El chico sonrió suavemente, de una forma genuina y sin malicia ni burla. No había rastro de su acostumbrado sarcasmo. Sólo había pureza.
-Intenta dormir un poco antes del amanecer, estás cansada-Nikolai susurró, acomodando y alisando un poco más las mantas.
Soltó como un pequeño suspiro, como si fuera a añadir algo más. Pero, en vez de eso, sonrió y negó con la cabeza para sí mismo, observando a la chica. T/n apenas sostenía sus ojos abiertos, esmerándose en observarle y mantener sus ojos en él todo lo posible.
El chico apartó un mechón de pelo que se había posado en la cara de la chica y sonrió aún más. ¿Por qué su corazón latía tan fuerte? Se había enamorado perdidamente de esa chica silenciosa pero letal cuando era necesario. ¿Cómo había terminado así? Él no lo sabía, pero lo único que quería era quedarse allí hasta que los cimientos de la Tierra se desmoronaran.
-Buenas noches, Lady Kuznetsova- Murmuró, antes de levantarse y dirigirse a la puerta.
-¿Puedes quedarte?- La voz de T/n fue apenas un murmullo casi inaudible, pero fue suficiente como para hacer parar a Nikolai- ¿Al menos por esta noche?
El príncipe se dio la vuelta y la miró, con su mano todavía en el pomo de la puerta. Pudo sentir la vulnerabilidad de T/n. Y agradeció a todo ser viviente que ella hubiese querido mostrarse así.
-Por supuesto -Nikolai hizo una pausa, antes de relajar los hombros y dirigirse al otro lado de la cama- Puedo quedarme todo el tiempo que quieras.
T/n sólo fue capaz de soltar un tarareo adormilado en forma de asentimiento. Nikolai sabía que apenas había registrado sus palabras, pero con eso le bastaba si implicaba que esa noche podía pasarla a su lado.
Nikolai se deslizó bajo las mantas de la cama, tumbándose en el lado vacío al lado de la chica. Miró el techo de la habitación mientras entrelazaba su mano con la de ella.
Escuchó la respiración de la chica ralentizarse y profundizarse, sumiéndose en el sueño que había estado persiguiendo desde hace horas.
El príncipe se quedó un rato quieto, oyendo la respiración de T/n , sintiendo sus piernas en contra de la suya.
La chica se movió en sueños, dando media vuelta y peleando levemente con las sábanas. Se movió, buscando el calor del tacto de Nikolai, colocando su cabeza en su pecho, encima del corazón del príncipe, sus brazos le rodearon, su pelo haciéndole cosquillas en la nariz.
Nikolai sintió el calor subir a sus mejillas. Y sonrió, sin moverse ni hablar durante largo rato, disfrutando del olor del pelo de T/n, de su peso sobre ella, de su tranquilidad.
-Te quiero-Nikolai susurró y abrazó a T/n, rodeándola con sus brazos hasta poder ahogarla en su calidez -Te amo, T/n Kuznetsova- volvió a susurrar, aunque T/n no la escuchase. Dicho así sonaba real, serio, profundo. Y también lo era. El príncipe besó la frente de la chica y cerró los ojos mientras sonriendo como un tonto antes de susurrar otra vez- Te amo, moya lyubimaya.

9688 palabras.
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*fangirl screaming*
Love to see Fivan getting married.
I really needed this especially after their s2 absence.
Every Grisha in the Little Palace at the wedding, seeing Ivan smile for the first time ever: *SCANDALIZED SHOCKED GASP*
My favorite canon ship from Shadow and Bone, the cinnamon roll and his grumpy ball 🥰💙 This idea comes from my rp with a dear friend, where Fedyor and Ivan ask the Darkling to do the honors of blessing their marriage when the big day arrives. Nina and everyone ofc attend, the poor woman knew what’s up the moment these two met, Ivan’s heart was pounding so heart she could hear it from miles xD
Their keftas in the first drawing are directly from the show, in the second drawing I made my own version of “wedding Corporalki” keftas, inspired by the originals ^^
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