Tumgik
#cocinas en Tomares
tiendacocinastomares · 10 months
Text
¿Abiertos o Cerrados? Los mejores diseños de cocinas en Tomares
Tumblr media
Cuando se trata de reformar tu cocina, la elección entre un diseño abierto o cerrado puede tener un impacto significativo. No sólo en la funcionalidad y el estilo de tu espacio sino en su impacto visual. Hemos analizado junto a los expertos de la mejor tienda de cocinas en Tomares las ventajas y desventajas de ambos estilos de diseño.
Descubriremos cuál es la opción ideal para ti. Si buscas renovar tu espacio, esta guía te ayudará a tomar una decisión informada y transformar tu cocina en algo excepcional.
Diseño abierto: Conexión y amplitud
Las cocinas de diseño abierto son conocidas por su sensación de amplitud y conexión con el resto del hogar. En este diseño, la cocina se integra con el comedor y la sala de estar, creando un flujo continuo entre los espacios. Esto es ideal para aquellos que disfrutan de la interacción social mientras cocinan o desean un ambiente luminoso y espacioso. Además, el diseño abierto permite una mejor circulación del aire y la luz, lo que puede hacer que tu cocina se sienta más acogedora y relajante.
Ventajas del diseño abierto
Mayor sensación de espacio: Al eliminar las paredes, el espacio se abre y se siente más grande y aireado.
Interacción social: El diseño abierto fomenta la interacción entre quienes cocinan y quienes se encuentran en las áreas circundantes.
Luz natural: La luz fluye sin obstáculos, creando un ambiente luminoso y positivo.
Diseño cerrado: Privacidad y organización
Las cocinas de diseño cerrado ofrecen un nivel de privacidad y organización que puede ser atractivo para muchos. En este diseño, la cocina está separada del resto de los espacios, lo que proporciona un ambiente más íntimo para cocinar y realizar tareas culinarias. Además, los olores y el ruido de la cocina se mantienen contenidos, lo que puede ser beneficioso en situaciones en las que deseas mantener la privacidad mientras cocinas.
Ventajas del diseño cerrado
Privacidad: El diseño cerrado ofrece un espacio más privado para trabajar en la cocina sin interrupciones.
Control de olores y ruido: Mantener la cocina cerrada puede ayudar a contener olores y ruidos no deseados.
División de funciones: Las áreas están claramente definidas, lo que puede contribuir a una mejor organización.
Tumblr media
¿Cómo decidir entre los dos estilos?
Al considerar entre un diseño abierto o cerrado, es importante tener en cuenta tus necesidades y preferencias personales. Aquí hay algunas preguntas que te ayudarán a tomar la decisión adecuada:
¿Valoras la interacción social? 
Si disfrutas de la compañía de tus seres queridos mientras cocinas, un diseño abierto puede ser ideal.
¿Prefieres mantener la privacidad? 
Si aprecias la tranquilidad y la privacidad mientras cocinas, un diseño cerrado podría ser más apropiado.
¿Cómo utilizas tu cocina? 
Considera tus hábitos culinarios y si tiendes a mantener la cocina ordenada o prefieres que esté fuera de la vista.
¿Qué estilo se adapta a tu hogar? 
Piensa en la arquitectura y el estilo de tu casa para determinar qué diseño encajaría mejor.
Diseños que se adaptan a ti en Tomares
Al buscar las mejores cocinas en Tomares, es esencial que los profesionales comprendan tus necesidades y preferencias. Un equipo de diseño experimentado puede asesorarte sobre las opciones que se ajusten a tu estilo de vida y espacio. Ya sea que optes por un diseño abierto o cerrado, lo más importante es crear una cocina que refleje tu personalidad y funcione para ti.
Tu cocina, tu elección, tu pasión
Sin duda, la elección entre un diseño abierto o cerrado depende de tus preferencias y necesidades específicas. Tanto el diseño abierto como el cerrado tienen ventajas únicas que pueden mejorar la funcionalidad y el estilo de tu cocina. Al explorar las opciones del mercado, toma en cuenta cómo utilizas tu cocina y cómo deseas que se integre con el resto de tu hogar.
Con la orientación de profesionales en diseño de cocinas, estarás en el camino correcto para crear una cocina que refleje tu estilo y se adapte a tu vida cotidiana.
1 note · View note
deepinsideyourbeing · 4 months
Text
Movie Night - Enzo Vogrincic
Tumblr media Tumblr media
+18! Friends to lovers, un poco de Dom!Enzo, sexo oral (fem!reader recibe), fingering, sexo sin protección (don´t do that), posible alusión a size kink/size difference, breve orgasm denial, begging, creampie, dirty talk, edades no especificadas, uso de español rioplatense.
Es viernes por la noche y llueve, diluvia, pero Enzo insistió en ver una película.
Es una tradición que mantienen hace tiempo, pero la costumbre se vio interrumpida por el casi interminable rodaje de una película y un sinfín de eventos y premieres. Naturalmente estás feliz por él, por su éxito profesional y personal, pero extrañás a tu mejor amigo y tenerlo cerca.
-¿En qué pensás…?
Su voz te saca de tu ensimismamiento y cuando volteás a verlo notás el atisbo de una sonrisa en sus labios, pero te forzás a mirarlo a los ojos y negás con la cabeza, sin saber qué explicación dar. El silencio se apodera de la habitación pero lejos de ser incómodo, es reconfortante.
-¿Qué querés ver?- pregunta, luego de un rato de ojear las opciones disponibles en Netflix.
-Lo que quieras.
Ambos se acomodan en el sofá, sus cuerpos en sintonía adoptan la posición usual: cada uno en un extremo, tus piernas sobre su regazo y uno de sus brazos aprisionando tus pies cerca de su abdomen.  Por un segundo te preguntás cómo es que después de tanto tiempo todo sigue igual, pero te distraen los créditos iniciales de la película y la trama te absorbe en poco tiempo.
Enzo arroja algún que otro comentario, se ríen de escenas que conocen de memoria, y es casi suficiente para olvidar la tormenta y el sonido del viento tras las ventanas. Casi… Cuando te sobresaltás una, dos, tres veces, él decide que intentar calmarte con palabras no basta.
-¿Tomamos algo?
Se ponen de pie al mismo tiempo y se dirigen hacia la pequeña cocina de su departamento. En algún momento entre tu llegada a su hogar y el inicio de la tormenta, la temperatura bajó y Enzo te prestó un suéter, pero ahora tus pies descalzos sufren un poco el frío de la cerámica; esperás a su lado mientras él prepara todo y se distraen repitiendo los diálogos de la película, él imitando las escenas al pie de la letra y vos adorando su interpretación, las muecas que transforman su rostro y cómo se ven las líneas de su cuerpo bajo la tenue iluminación.
El destello de luz proveniente de la ventana pasa desapercibido y segundos más tarde el fuerte estruendo de un trueno provoca que te asustes e intentes cubrir tus oídos. Tu mano golpea una taza (tu taza, esa que él compró exclusivamente para vos)  y cae directo al suelo, haciéndose añicos y arrojando sus restos en todas las direcciones. Apretás las labios y comenzás a disculparte, pero Enzo te interrumpe.
-No es nada, nena. Cuidado ahí- te agarra de la muñeca para evitar que te muevas, su mano cálida te provoca escalofríos y un temblor te recorre de pies a cabeza. En un rápido movimiento te sujeta por debajo de los brazos y te sube a la encimera para evitar que te cortes.
-Perdón- susurrás, angustiada, por lo que se acerca para consolarte y te abraza.
-No pasa nada- asegura, masajeando tu espalda con delicadeza. Deshace el abrazo lentamente, acomoda un mechón de cabello tras tu oreja, pero su mano permanece sobre tu mejilla y su mirada se posa sobre tu boca. Su pulgar comienza a delinear tu labio inferior, tira de él casi sin fuerza mientras te sostiene la mirada de manera intensa. Tu respiración se entrecorta y tus pupilas se dilatan, pero aún así él necesita tu confirmación-. ¿Qué querés? Pedímelo.
-Enzo…
-Decime qué querés- repite.
-Besame.
Al principio sólo roza sus labios contra los tuyos de manera delicada y cariñosa, casi inocentemente, pero el beso comienza a tornarse más y más desesperado conforme pasan los segundos. Sujeta tu rostro mientras su lengua se abre paso entre tus labios, asaltando el interior de tu boca y transmitiendo la necesidad y urgencia que lo consumen. Rompe el beso para tomar un poco de aire, no sin antes morderte el labio y robarte un suspiro que te avergüenza un poco.
Aprisiona tus mejillas entre sus dedos para obligarte a mirarlo a los ojos mientras acaricia tu cintura, tu cadera y por último tu pierna, erizándote la piel y provocándote. Tus manos en su cintura lo atraen aún más hacia tu cuerpo y es entonces cuando lo sentís entre tus piernas, duro. Estás a punto de bajar la mirada, curiosa y excitada, pero la fuerza de sus dedos te mantiene estática, volviéndote espectadora de cómo cambia su rostro cuando comienza a rozarse contra tu centro: cierra los ojos, sus cejas se contraen y sus labios entreabiertos dejan escapar una respiración temblorosa.
Sentís el calor emanando de su cuerpo a pesar de las prendas que separan su piel de la tuya y su agarre en tu muslo tornándose cada vez más fuerte, bordando esa línea que te causa más placer que dolor. En el instante en que cerrás los ojos, presa de las sensaciones, sus movimientos se detienen y él se aclara la garganta. Lo mirás, tus ojos suplicando, pero él sólo sonríe.
-¿Qué?
-Sos hermosa- besa la comisura de tus labios-. Pedime lo que quieras.
-Ya sabés lo que quiero- contestás, casi sin aire y un poco molesta-. Por favor.
-Por favor…,  ¿qué?- sus besos comienzan a descender por tu mentón hasta llegar a tu cuello y tus clavículas, alternando entre tus puntos más sensibles-. Decilo.
-Cógeme, Enzo, por favor.
Captura la piel de tu cuello entre sus dientes haciéndote gemir con fuerza, su cadera chocando una vez más con la tuya, antes de pasar sus manos por debajo de tus muslos para levantarte y poder llevarte hacia su habitación. Te recuesta en su cama, las sábanas limpias están impregnadas con su perfume y tus sentidos repletos de él, pero nada es suficiente para opacar el rastro ardiente que dejan sus labios en cada centímetro de piel que tocan.
Te despoja de tu short y tu ropa interior en un segundo y se recuesta entre tus piernas, comienza a regar besos en el interior de tus muslos y muerde tu piel hasta dejar una que otra marca, tus gemidos y suspiros incitándolo a continuar con su tortura por un tiempo prolongado. Su rostro es de concentración absoluta o devoción, no lo sabés con exactitud, pero eso deja de importarte cuando sentís su boca cada vez más y más cerca de tu entrepierna.
Uno de sus brazos te inmoviliza al rodear tu cadera, su pulgar traza una línea desde tu entrada mojada hasta tu clítoris para así lubricar la zona antes de comenzar a dibujar círculos sobre este. Observa atentamente tu reacción, casi perdiéndose en la imagen frente a él, y sólo aumenta la velocidad de sus movimientos cuando suplicás por más. Ahogás un grito cuando por fin sentís su lengua en vos, aunque es sólo sobre tus pliegues, y tus dedos se enredan en su cabello sedoso.
-Todavía no…- susurra, cesando sus movimientos.
Estás a punto de reclamarle, pero introduce un dedo en tu entrada y en lugar de una queja, de tu boca escapa un gemido. Sus labios encuentran tu clítoris y comienza a succionar con fuerza, alternando con su lengua, mientras continúa moviendo el dígito hasta sentir la forma en que te contraés. Introduce otro dedo, extasiado por el sonido que producen en contacto con tu humedad, y continúa asaltando tu interior hasta que tus piernas comienzan a temblar.
Tu orgasmo te golpea como una avalancha: cerrás los ojos con fuerza al sentir el placer extendiéndose hasta las puntas de tus dedos, tu espalda se arquea y repetís su nombre una y otra vez. Enzo no separa sus labios de vos y continúa moviendo sus dedos, cada vez con más lentitud, hasta que tu respiración vuelve a la normalidad. Retira sus dedos y observás casi avergonzada la forma obscena en que los introduce en su boca para probar tu esencia.
Comienza a desnudarse y notás, además de su bulto, que su ropa interior está humedecida con líquido preseminal. Se deshace de sus prendas rápidamente, pero incluso así percibís una sombra de inseguridad atravesando sus facciones y tu corazón se encoge por un instante. Cuando vuelve a la cama se posiciona entre tus piernas y entrelazás tus manos en su nuca, acercándolo para poder devorar sus labios frenéticamente: sentís tu rastro en su boca, en su lengua, y la idea te fascina.
Tus dedos se deslizan por su cuerpo ardiente, delineás con lentitud su pecho y su abdomen para luego tomar su miembro caliente con un firme agarre. Su respiración se torna agitada y jadea producto del placer que tus movimientos le otorgan, muerde tu cuello y tu hombro mientras la palma de tu mano y tus dedos se humedecen con su excitación. Tu pulgar juega con su punta, de un rojo furioso y tan tentadora, hasta que echa la cabeza hacia atrás. Una de sus manos se cierra sobre tu muñeca al tiempo que descansa su frente sobre la tuya, su cabello te hace cosquillas.
-¿Qué…?
 -Necesito cogerte- deposita un beso en tu sien antes de estirarse para tomar algo de la mesita de noche-. Eso es lo que querías, ¿no?
Asentís enérgicamente y ahogás un gemido cuando ves la forma en que el lubricante cae sobre su miembro, su mano masajéandolo para distribuir el producto, antes de dirigirse hacia tus pliegues y tu entrada para darles el mismo tratamiento. Coloca una de sus manos al lado de tu cabeza y descansa todo su peso en ella, bloquea tu visión del techo con su cuerpo haciéndote sentir pequeña y completamente a su merced, una sensación que adorás.
-Por favor- suplicás-. Metémela.
Desliza la punta de arriba hacia abajo, juega con tu clítoris por unos instantes antes de centrarse en tu entrada y comenzar a introducirse. Su tamaño es mucho mayor al que alguna vez experimentaste y provoca cierto ardor, así como un par de lágrimas que mojan tus pestañas antes de sentir sus besos sobre tus párpados repetidamente.
-Sh, yo sé que vos podés- susurra para calmarte. Sus caderas se mueven casi milimétricamente para permitir que te acostumbres a la intrusión, la sensación es suficiente para hacerte perder la cabeza y hundir las uñas en su piel-. ¿Así te gusta? ¿Sí…?   
-Más, Enzo, por favor.
Se adentra por completo y gritás de placer cuando sus embestidas se tornan brutales, abusa de tu interior mientras una de sus manos se cola sutilmente por debajo de su suéter y comienza a jugar con tus pechos: sus dedos se cierran sobre tus pezones, los pellizca, tira de ellos hasta hacerte llorar y pedirle que pare, que siga, suplicando hasta que tus palabras pierden todo sentido.
Se detiene por un segundo para adoptar otra posición y toma tus caderas con fuerza, acercando tu cuerpo al suyo tanto como le es posible y moviéndote completamente a su antojo. El roce de tu centro con su pelvis causa estragos en tu ser y te sentís al borde de otro orgasmo, pero lo que finalmente te lleva al clímax es su mano presionando sobre tu abdomen bajo, justo donde su miembro provoca un bulto. Tus manos encuentran sus muñecas y el placer es tan intenso que por un segundo intentás detenerlo, incapaz de tolerarlo, pero él continúa con sus movimientos.
-Dios, cómo me encanta tu conchita apretada- dice entre dientes, capturando tus muñecas con una mano y tirando de ellas hasta que quedás sentada sobre él-. Me encantás.
Su mano acaricia tu cabello, tu rostro y se desliza fugazmente sobre uno de tus pechos cubierto por su suéter. Se recuesta y colocás tus manos sobre su pecho desnudo para ayudarte, creás un suave vaivén con tus caderas mientras sentís las yemas de sus dedos recorriendo tus muslos y cómo la fricción con su piel amenaza con llevarte al borde de la sobre estimulación. Tus piernas se fatigan rápidamente y tus músculos protestan, pero aún así continuás con tus movimientos hasta perder el equilibrio.
-No puedo…- lamentás, avergonzada, pero su sonrisa es tranquilizadora al igual que sus caricias en tu costado. Incluso en un momento así, sus pupilas dilatadas no impiden que su usual calidez siga reflejándose en sus ojos oscuros y en los gestos que te dirige.
Apoya las plantas de sus pies en el colchón para darse impulso y comienza a embestirte con tanta fuerza que caés sobre su pecho. Besás su cuello, sus clavículas y cada centímetro de piel que encontrás hasta llegar a su boca y confesar entrecortadamente cuánto te encanta, cuán profundo se siente dentro tuyo, le otorgás permiso para hacer con vos lo que él quiera.
Tira de tu cabello para obligarte a mirarlo a los ojos, su mano desciende hasta tu cuello y te besa desesperadamente. Entre besos te ordena que te toques y cuando lo hacés sabés que no vas a durar mucho más: no con la precisión de sus movimientos, dando en tu punto dulce repetidamente, o con la forma en que su mirada busca la tuya constantemente.
-Voy a…- un gemido le impide terminar la oración.
-Adentro, por favor- suplicás.
El ritmo de sus caderas se vuelve errático, ansioso,  pero cuando te escucha gemir su nombre y siente tus paredes contrayéndose no puede evitar salpicar tu interior con su semen. El calor de su orgasmo prolonga el tuyo aún más y te movés levemente sobre él, disfrutando la forma en que se queja a causa de la sensibilidad. Tu oído descansa sobre su pecho y oís sus latidos.
-Enzo…- cerrás los ojos por un momento al sentir sus dedos dibujando formas sobre tu espalda, alzás la vista para encontrar sus ojos-. Te quiero.
Una sonrisa se apodera de sus labios, su belleza te hace suspirar.
-Yo también te quiero- besa tu frente-. Muchísimo.
Sentís tus fluidos y los suyos sobre su abdomen, goteando por tus muslos, pero permanecen así durante largo rato mientras repiten te quiero un sinfín de veces.
taglist:
@madame-fear @creative-heart @recaltiente @llorented @chiquititamia
446 notes · View notes
possession-swapbody · 7 months
Text
Los amigos se ayudan entre si
Mi mejor amigo Garret y yo acabamos de hacer la mejor broma del mundo, y creo que eso no le gustó mucho a los maestros en especial al coordinador ya que acabábamos de causar un gran desorden. El personalmente se encargaría de informar a nuestros padres de lo ocurrido, por lo que nos dio un reporte a cada uno y un citatorio donde decía que nuestros padres debían asistir mañana.
Mi padre estaba fuera de la ciudad por lo que el coordinador decidió que a él le informaría por llamada, pero mi amigo no tendría tanta suerte, así que decidí que le ayudaría un poco con este asunto.
Para poner contexto se podría decir que en mi familia tenemos una peculiaridad, todos recibimos un poder al cumplir los 17 años, mi abuelo puede sanarse inmediatamente de cualquier enfermedad o accidente, mi hermano tiene un olfato tan potente que puede oler y distinguir cualquier objeto, animal o persona que desprenda un olor a kilómetros, mi tío puede comunicarse con otros a través de los sueños y mi papá puede ver a través de los objetos, pero el mío es el mejor y eso que aún no he descubierto todo su potencial, digo hace 4 meses que lo obtuve así que aun ocupo explorar mucho, mi familia cree que mi poder es salir de mi cuerpo y explorar el entorno sin ser detectado, y en teoría lo es, pero lo que no les he contado ni a mi familia ni a Garret es que al salir de mi cuerpo obtengo el poder de entrar en los demás y tomar sus cuerpos, la desventaja es que al entrar en alguien esa persona puede sentir mi presencia en lo que tomo el control, pero si lo hago mientras duermen no pueden resistirse a mi posesión.
Garret sabe que mi familia no es normal, esto porque hace 2 años vio como mi abuelo callo del techo de mi casa y se clavaba una barrila en su pecho, solo para sacarla y sanarse en segundos, pero como esos sido amigos desde la infancia comprendió que debía guardar el secreto.
Así que bueno deje a Garret en su casa y le dije que no le dijera nada a su papá hasta mañana temprano, el me preguntó porque pero le dije que confiara en mi. Sabía que Sergio el padre de Garret llega del trabajo a las 6:30pm y debía asegurarme que Garret no dijera nada a su padre así que espere a que fueran las 6:00pm , le dije a mi hermano que me quedaría a dormir con Garret porque teníamos que hacer un proyecto en su casa y como se entregaba al día siguiente, tendríamos que trabajar en el aunque se hiciera noche, el solo me dijo que le llamara cuando llegara y así lo hice, para mi sorpresa llegue justo antes que Sergio ( el papá adoptivo de Garret), el me saludo y fue a su cuarto, espere unos minutos y le recordé a Garret que por nada del mundo le dijera a sí padre sobre que el coordinador lo mando a llamar.
Luego de la cena Sergio se fue a dormir, se veía muy cansado, Garret y yo hicimos lo mismo, bueno no exactamente, yo espere a que Sergio estuviera profundamente dormido, y luego de unos minutos escuche sus ronquidos, me concentre, y expulse mi forma astral de mi cuerpo, yo estaba en la sala así que flote hasta el segundo piso donde dormía Sergio, lo vi y estaba profundamente dormido, entonces tomé un poco de impulso y me abalance sobre el, sentí como mi ser estaba tomando posesión de su cuerpo, sentía sus sabanas rosando con su piel, escuchaba como el viento chocaba a la ventana, y por último abrí sus ojos, o bueno mis nuevos ojos, estaba un poco iluminado por la luz de luna que entraba por la ventana, pero entonces sentía como el cansancio me llevaba a un profundo sueño, era algo normal después de todo el se veía exhausto antes de ir a dormir y la posesión deja los cuerpo muy cansados.
Al llegar la mañana me despertó una alarma, entonces caí en cuenta que era Sergio, me levante y rápidamente escondí mi cuerpo inconsciente en el cuarto de Sergio antes de que Garret lo viera, decidí que le jugaría una broma. Después baje a la cocina y prepare el desayuno, Garret y me dijo:
Garret: papá no sabes donde esta Alex?
Alex: su hermano llegó a recogerlo, dijo que tenía que ir con el a hablar con él coordinador.
Levante una caja fingiendo ser un padre que sabe que su hijo le debe muchas explicaciones.
Garret: Hablando de eso...
Alex: Antes de que me digas algo, ya habale con Daniel y me dirijo que su hermano y tu estaban juntos en eso.
Garret: Entonces... ya lo sabes?
Alex: si y estoy muy decepcionado, yo no te eduque así, no pensé me ocultaras estas cosas, y más si se supone que hoy tendríamos que asistir, quien te dijo que debías ocultarle cosas a tu padre.
Miraba a Garret callado, así que lo miré fijamente como si estuviera demasiado enojado, prácticamente obligándonos a hablar.
Garret: lo que pasa es que Alex me dijo que te dijera hasta hoy, pero ...
Alex: pero nada, come y nos vamos.
Garret: pero aun faltan 1 hora para mi primera clase y la escuela a 5 minutos en carro, porque vamos tan temprano?
Alex: porque tengo cosas que hacer y como no me avisaste, ya no puedo ir mas tarde.
Procedí a servir su almuerzo y mientras comía pensé en que debía confesarle lo que hice, pero decidí esperar un poco más.
El camino a la escuela fue un poco incómodo, Garret no se atrevía a de ir nada pero yo no quería desatarse aun.
Luego de hablar con el coordinador y dejar en claro la sanción por lo ocurrido, me subí al asunto con Garret y comencé a charlar con el:
Alex: Hijo, quiero que sepas que estoy muy decepcionado.
Garret: perdón papá, no volverá a pasar.
Alex: eso espero, porque es muy molesto tener que aguantar esas juntas.
Garret me miró con extrañeza, por lo que acababa de de ir.
Garret: puedo bajarme, voy a buscar a Alex.
Alex: hablando de tu amiguito... debo dejarte algo claro respecto a el.
Garret: La idea fue mía, no de el, el no me invito a hacer esa broma.
Alex: Vamos la mitad de la broma fue idea mía.
Garret: que?
Alex: jaja, deberías ver tu cara, bro soy yo Alex.
Garret: no entiendo ...
Alex: bro, sabes de mi habilidad, pero resulta que no solo salgo de mi cuerpo, sino que puedo tomar el de otros.
Garret estaba completamente shock, su expresión era lo mejor, luego de procesarlo todo me dijo:
Garret: Entonces ahora eres mi padre.
Alex: si
Garret: y esto es algo temporal verdad.
Alex: si
Garret: Entonces mi padre nunca sabrá de esto.
Alex: no,solo yo y tu lo vamos a saber
Garret: genial, oye pero que va a pasar contigo, ya no puedes faltar más a clases.
Alex: descuida por eso venimos 2 horas Antes, tengo tiempo para ir y regresar.
Garret: Entonces, ya vas a dejar a mi papá?
Alex: si, solo que mi cuerpo está en tu casa, voy a regresar a y a dejar tu papa y regreso.
Garret se quedó en la escuela y yo regrese a casa de Garret.
Al llegar sabía que tenia que resolver un asunto, como lograría volver a mi cuerpo y salir de la casa sin que el papá de Garret se diera cuenta, cuando dejó a alguien tarda unos minutos en despertar, pero yo también tardo unos minutos en tomar conciencia, así que tome mi cuerpo, lo llevé asta la puerta de la casa, discretamente lo saqué y coloque detrás de unos rosales y arbustos que están en el jardín delantero, pero al hacer esto me atore con un rosal y por accidente rompí la camisa del padre de Garret, regrese a su habitación a cambiarme de ropa, al desvestirse note algo que en la mañana pase por alto, el padre de Garret estaba en forma, ver su cuerpo se volvió algo un poco incomodo al notar que mi nueva herramienta comenzó a apretar contra los pantalones.
Luego por mi mente paso una idea que me hizo dudar si acaso estaría bien que si me encargara de ese asunto, digo es algo personal y es el cuerpo de otra persona, nunca había echo nada indebido en otro cuerpo que no fuera el mío, pero para cuando menos lo pensé ya me estaba bajando los pantalones, una culpa comenzaba a inundarme, pero no podía hacer nada en contra del cuerpo de Sergio que se ponía cada vez más duro.
Me senté en la sala y comencé a acariciar si polla por encima de su bóxer, era tan sensible que un gemido salió de mi boca, comenzaba a presionar y a jugar con mi nueva polla por encima del bóxer, la sensación era única, la sensibilidad me hacia temblar de placer.
Tumblr media
Fue entonces que me traslade a su cuarto, me desnude por completo y comencé a bombear mientras acariciaba el pecho de Sergio, era demasiado placentero, mis piernas cedían ante el placer y me tumbe en su cama, seguí jugando cada vez mas duro con su pene, mi espalda se arqueo mientras dejaba salir toda la semilla de Sergio cubriendo mi pecho y parte de su cara, pero entonces algo pasó, salí disparado hacia fuera de su cuerpo, nunca me había pasado eso, pero no sólo salí yo, de alguna forma arrastre a Sergio conmigo, veía como su silueta comenzaba a reaccionar, así que en un momento de pánico solo pude empujar su forma astral hacia su cuerpo.
Acaso había descubierto una nueva parte de mi poder, estuve analizando todo durante unos minutos pero en eso Sergio despertó desconcertado, se notaba que no entendía lo que estaba pasando, vio su pene que aún pedía más, se acercó a la puerta y grito nuestros nombres, cuando se aseguró que no había nadie, vi como regreso a terminar lo que yo empecé, me acerqué con la intención de volver a entrar, pero entonces vi un reloj que decía que ya había pasado mas de media hora y recordé que debía regresar con Garret antes de que empezarán las clases o sería sospechoso, regrese a mi cuerpo y me fui rápido.
Llegue con un poco de tiempo antes de que empezara la primera clase, le dije a Garret que había descubierto que podía sacar a otros de sus cuerpos, el se veía emocionado y me comenzó a hacer preguntas
Garret: ¿como descubriste eso?
Alex: bueno...
Sabía que no podía decirle a Garret que me estuve masturbando con el cuerpo de Sergio así que omití esa parte.
Alex: veras cuando deje el cuerpo de tu Papá sentí algo diferente a cuando he salido de otros cuerpos y vi a tu padre a mi lado, lo dejé en su cuarto acostado así que lo poco que vio pensara era un sueño.
Garret: ¿y como regresaste?
Alex: solo lo tome y lo empuje fuera de si.
Garret: pero no se supone que cuando sales eres como un fantasma?, ¿cómo pudiste tocarlo si ambos eran intangibles?
Alex: primero,si soy como un fantasma y segundo talvez porque los dos eramos como fantasmas, la verdad no estoy seguro.
Garret: crees que podrías sacarme a mi de mi cuerpo?
Alex: no lo se
Garret: que te parece si saliendo de clases vamos a mi casa y lo intentas.
Alex: No lo se, digo me ayudaría a saber si es algo que podre hacer a voluntad, pero que tal si pasa algo.
Garret: no te preocupes, será interesante ver todo desde el plano en el que lo haces cuando sales.
Alex: si seria como si tuvieras un poder también.
Garret: bien, y crees que también pueda poseer?
Alex: creo que ya estas exagerando
Garret: que tal si tu poder no es salir a otro plano, sino manipularlo, quiero decir que tal que tu poder no solo es poder salir de ti, sino algo así como "controlar las almas".
Alex: Talvez... sabes se hace tarde vamos a clases
Honestamente veía a Garret muy emocionado, digo yo también lo estoy pero el se veía particularmente más emocionado que yo, era un poco raro.
En fían creo que debería hacerle caso a su idea, cuando terminen las clases iré a su casa.
152 notes · View notes
flan-tasma · 8 months
Note
Ok so this is for whenever you start posting again, and this contains a tiny spoiler for the new archon quest so if you haven't done it yet then you can ignore this So you know how during the archon quest Arlecchino confronts Furina when she's alone? That but with Dom Lyney (or Freminet if you don't do requests for Lyney yet i'll be happy with either one) and reader is Furina's assistant/servant (Not like neuvillette like they serve Furina and stuff) And instead of attacking the Reader Lyney (or Freminet depending on you choose to write) Fucks them? Yeah that's it, i feel like this is a little different from the other nsfw requests you've done so if this makes you uncomfortable then feel free to delete this
💖~ I haven't gotten to that part in the game yet, but I already wanted to write this kdhkdhd Sorry for the delay! :(((((
Writing Freminet crying and then Lyney horny is the most "sex mode: on" thing I've ever done.
I liked the idea of putting Reader as a lady-in-waiting in the care and service of Furina, I couldn't stop thinking that I would like to write for Furina with a Reader like this and the life they have together kdhkdhd ✨✨✨✨
Warning: smut, there is consent! Fem!Reader | Google Translate sponsors me (it's a lie) If I made any mistakes in the english translation, I would be happy to read your comments! | Content in spanish and english
Tumblr media Tumblr media Tumblr media
Spanish:
La arconte Hydro te había enviado a buscar comida para gatos con la esperanza de hacer que un pequeño minino se dejara acariciar, parecía una misión sencilla comparada con las tareas que solían darte en los momentos más aleatórios, pero sonreíste, te inclinaste y seguiste la orden de tu señora. Poco sabías que ni bien cruzaras la esquina para ir a la cocina algo te interceptaría.
Una flecha había dejado la manga de tu camisa atravesada en la pared, el metal no te permitía liberarte y el olor a fuego que chamuscó tu ropa te alarmó. Entre las sombras apareció a quien menos habías esperado encontrar entre los pasillos tan cercanos a tu arconte y eso te hizo sudar más.
Lyney, vestido con su usual traje de mago con sombrero de copa, no te miraba con la galantería usual que demostró entre sus actos en los que acompañabas a la arconte Hydro, su sonrisa coqueta se mostraba muerta, con una expresión seria. Se acercó poco a poco a ti, acorralándote contra la pared en la que estabas.
"Monsieur Lyney, el uso de armas contra mi está restringido." Recordaste al mago que por fin te miró a los ojos, sonriendo de una manera extraña.
"Vamos, mon chéri, ¿el riesgo no es la parte más divertida de nuestra relación?" Las palabras burlonas de Lyney te golpearon salvajemente en el corazón, sonrojándote cuando su mano alcanzó tu mentón para mirarte mejor. "Habíamos hablado acerca de algo como esto antes, ¿o vine en mal momento?"
No podías dejar esperando a Furina tanto tiempo o te haría algún berrinche, pero las manos de Lyney en tu cintura y sus labios en tu cuello se sintieron más embriagadores que las anteriores veces en las que el mago se coló a tu habitación para un encuentro carnal. Sus dedos hábiles desataron tu corsé y solo pudiste tomar su cuello con un brazo para acercarlo para besar sus labios. Su semblante serio te daba una inquietante señal de que no te dejaría ir en mucho tiempo, y te lo confirmó cuando quitó la flecha de tu manga y te metió a una habitación cercana, un almacén en donde te presionó contra la pared mientras dejaba caer la vestimenta que usabas como dama de Furina. La falda larga cayó al suelo junto al corsé y la camisa chamuscada, la blusa interior desapareció entre la oscuridad del armario mientras Lyney creaba marcas en tus pechos.
"Lamento si... vine en un mal momento." Las palabras de Lyney estaban cargadas de arrepentimiento y culpa, pero su tono hambriento mientras se metía una de tus tetas a la boca, chupaba y su lengua masajeaba tu pezón con furia. Estaba tan necesitado, habiendo pasado semanas desde que te había visitado por última vez y ambos se necesitaban. "Pero puedes hacer esto por mi, ¿verdad? Puedes perdonarme luego."
Los dedos de Lyney jugaron con tu botón sensible a través de la ropa, manchando cada vez más la tela hasta que no fuera más que un mal necesario que quitaría del camino para tocarte más profundamente con dos dedos que entraban y salían manchados de humedad.
"O s-si quieres no me perdones." Querías preguntarle a qué diablos se refería, pero sus labios te besaron más rápido, callando lo que fuera que tuvieras en la cabeza y haciéndote mover contra sus dedos en busca de lo que ambos sabían que tendrían. El miembro de Lyney jugó con tus pliegues antes de entrar al mismo tiempo que sus manos dejaban marcas severas en tu cintura, sus jadeos se quebraron cuando te empezó a empujar fuertemente contra la pared y besaba tu pecho, en donde estaría tu corazón mientras se disculpaba por necesitarte tanto, por amarte tanto que lo único que quería ahora era llenarte hasta que el día acabe. "Te amo, de ve-verdad. Eso no es mentira, mon chéri."
Lyney lloraba por el placer mezclado con la culpa de estar engañándote para que Padre pudiera quitarle la gnosis al arconte Hydro, por haber empezado a visitarte para descubrir la rutina de Furina, por haberte usado hasta enamorarse de ti hasta el punto en que ahora gemía contra tu piel caliente y sudaba contra tu carne, machacando su polla contra tus paredes que apretaban su forma de manera perfecta.
La culpa no superó al placer cuando pintó tus entrañas con su semen y mordió tu cuello hasta dejar una bonita marca rojiza. Sus caderas no se detuvieron y siguió golpeando tus zonas sensibles y mojadas entre beso desordenados. Soltó más frases amorosas contra tu oído, maldiciendo internamente si luego pensabas que eran las mentiras más viles, marcó tu cuerpo para que no lo olvides si lo mandabas al diablo cuando te enteres de su engaño.
"Me dejarás follarte como disculpa, ¿verdad?" Lyney sonrió ante tu rostro bañado en lujuria, con tu perfecto maquillaje corrido y los labios de ambos manchados con labial. "Me aseguraré de follarte tan bien que me perdonarás todo, déjame mostrártelo."
Tumblr media
English:
The Hydro archon had sent you to find cat food in the hopes of getting a little kitten to pet, it seemed like a simple mission compared to the tasks she usually gave you at the most random moments, but you smiled, bowed and followed the order of your lady. You didn't know that as soon as you crossed the corner to go to the kitchen something would intercept you.
An arrow had left the sleeve of your shirt pierced in the wall, the metal did not allow you to free yourself and the smell of fire that singed your clothes alarmed you. From the shadows, someone you had least expected to find appeared among the corridors so close to your archon and that made you sweat more.
Lyney, dressed in his usual magician outfit with a top hat, did not look at you with the usual gallantry that he showed between his shows in which you accompanied the archon Hydro, his flirtatious smile was dead, with a serious expression. He slowly approached you, cornering you against the wall you were on.
"Monsieur Lyney, the use of weapons against me is restricted." You remembered the magician who finally looked you in the eyes, smiling in a strange way.
"Come on, mon chéri, isn't risk the most fun part of our relationship?" Lyney's teasing words hit you savagely in the heart, blushing as his hand reached for your chin to get a better look. "We'd talked about something like this before, or did I come at the wrong time?"
You couldn't keep Furina waiting for so long or she would throw a tantrum, but Lyney's hands on your waist and his lips on your neck felt more intoxicating than the previous times the magician snuck into your room for a carnal encounter. His skillful fingers untied your corset and you could only grab his neck with one arm to bring him closer to kiss his lips. His serious expression gave you a disturbing sign that he wouldn't let you go for a long time, and he confirmed it when he removed the arrow from your sleeve and took you into a nearby room, a warehouse where he pressed you against the wall while he dropped the outfit you wore as Furina's lady-in-waiting. The long skirt fell to the floor next to the corset and the singed shirt, the undershirt disappeared into the darkness of the closet while Lyney created marks on your breasts.
"I'm sorry if... I came at a bad time." Lyney's words were laced with regret and guilt, but his tone was hungry for as he took one of your tits into his mouth, sucking and his tongue furiously massaging your nipple. He was so needy, it having been weeks since he had last visited you and you both needed each other. "But you can do this for me, right? You can forgive me later."
Lyney's fingers played with your sensitive button through your clothing, staining more and more of the fabric until it was nothing more than a necessary evil that he would move out of the way to touch you deeper with two fingers that moved in and out smeared with moisture.
"Or i-if you want, don't forgive me." You wanted to ask him what the hell he meant, but his lips kissed you faster, hushing whatever was on your mind and making you move against his fingers in search of what you both knew you'd have. Lyney's cock played with your folds before entering at the same time as his hands left severe marks on your waist, his gasps breaking as he began to push you hard against the wall and kissed your chest, where your heart would be as he apologized for needing you so much, for loving you so much that the only thing he wanted now was to fill you until the day is over. "I love you, really. That's not a lie, mon chéri."
Lyney cried out of pleasure mixed with guilt that he was tricking you so that Father could take Hydro Archon's gnosis, that he had started visiting you to discover Furina's routine, that he had used you until he fell in love with you to the point where he was now moaning against your skin hot and sweaty against your flesh, grinding his cock against your walls that squeezed his form perfectly.
The guilt didn't outweigh the pleasure when he painted your insides with his cum and bit your neck until he left a nice reddish mark. His hips didn't stop and he continued hitting your sensitive, wet areas between messy kisses. He blurted out more loving phrases against your ear, internally cursing if you then thought they were the vilest lies, he marked your body so you wouldn't forget it if you sent him to hell when you found out about his deceit.
"You'll let me fuck you as an apology, right?" Lyney smiled at your face bathed in lust, with your perfect makeup smudged and both of your lips stained with lipstick. "I'll make sure to fuck you so good that you'll forgive me for everything, let me show you."
325 notes · View notes
only-girlss · 4 months
Note
holaaa!! estuve leyendo tus historias, y me encanta como escribes, tu trabajo es muy bueno :)) quería saber si podías hacer algo para Fran: no sé por qué, pero desde que lo vi no dejo de pensarlo como uno de esos que frente a todo el mundo trata a su s/o como a una princesa, pero cuando están solos es todo lo contrario, tipo súper dominante y así, y nadie nunca se lo imaginaría pq Fran es tan soft y precioso, pero si supieran,,,🫣
Tumblr media
Francisco Romero - Innocent.
☆`~Advertencias: Smut. Sexo sin protección. Malas palabras.
Tumblr media
Vos y Fran se conocían desde la secundaria. Si bien en aquel momento no eran lo más unidos, compartían el grupo de amigos.
Una vez que esta etapa terminó, cada cual se fue por su lado. Y por alguna razón, ustedes siguieron en contacto, generalmente por llamadas y mensajes, pero muy de vez en cuando se veían. Todo dependía de sus clases y trabajos.
Y así fue como pasaron de ser compañeros que se llevaban bien, a los mejores amigos.
Era raro ver a uno sin el otro, nunca se pelearon enserio, y si se peleaban no duraban ni 3 horas distanciados. El chico te conocía como la palma de su mano, sabía lo que te gustaba comer y lo que no, sabía cómo tratarte cuando estabas en tus días, sabía hasta que marca de maquillaje usabas para regalartela.
Durante su amistad, ambos tuvieron uno que otro novio o novia, pero fueron cosas pasajeras. Excepto por esa vez hace años sufriste mucho por amor, tanto que te habías alejado completamente de la idea de tener novio. Desde entonces habían sido él y vos.
La gente a menudo sugería qué tenían que salir, qué harían linda pareja, y blablabla.
Pero ustedes siempre se negaban, riéndose. Ninguno veía al otro con ojos de amor. Creo.
Eran más de las 7 de la tarde, el sol ya se estaba ocultando de a poco, cosa rara debido qué estaban en pleno verano.
'El clima Argentino' pensaste.
De igual manera hacia tanto calor como siempre. Te estabas cambiando, te pusiste unos shorts de tiro bajo con una remera musculosa.
Ya tenias que ir yendo para la casa de Francisco. Enseguida llamaste un taxi y le diste las indicaciones.
No vivían tan lejos, pero tampoco tan cerca como para ir caminando. Siempre odiaste la distancia entre sus alquileres. Pero era la excusa perfecta para hacer pijamada.
Desde que Fran empezó su papel en La sociedad de la nieve, vos asististe a cada uno de los momentos del rodaje (A los que te permitían).
Así que conocías bien a los chicos, los amigos de Fran.
Estabas yendo a su casa ya que se había organizado una pequeña juntada casual entre todos. No eran más de 5 y solo iban a charlar y tomar.
Una vez que llegaste y pagaste al taxista, entraste a la casa. Tenias tus propias llaves, así de increíble la confianza.
Miraste al patio y notaste que ya estaban todos: Juani, Blas, Matías, Agus y Pipe.
Apenas te vieron, se levantaron de las reposeras y te saludaron.
- Yo también los extrañé chiquitos, ahora ¿Dónde está Fran?
- Justo recién salió, fue a comprar hielo. Respondió Juani.
Ya habían empezado a tomar, cada uno con una birra en la mano.
-Dale, voy a buscar una cerveza. Dijiste.
Fuiste a la cocina, buscando las latas. Agarraste la primera que viste, decepcionada. No era de la marca que te gustaba. Eras super mañosa.
En eso, alguien abrió la puerta.
-Holaaa. Fran había llegado con una bolsa de hielos. Y en su mano tenía una cerveza, de las que si te gustaban.
Enseguida lo abrazaste y saludaste.
Dejó la bolsa en el frezzer y te dio la lata.
Sonreíste encantada y le diste un beso en el cachete.
- Gracias por cumplir mis caprichos.
Fran solo sonrió contento.
Fueron rápidamente afuera y empezaron a hablar con el grupo.
La noche cayó y todos habían tomado bastante. Hubieron charlas tontas, chistes estúpidos, pero faltaba algo...
- Nena ¿verdad o reto? Dijo Agustín, leyéndote la mente.
- Verdad.
- Uy qué aburrida, aver... ¿Es verdad qué Bayona te tiró onda?
Casi escupís tu bebida. Todos se empezaron a reír.
- ¿Qué? Noo ¿De donde sacaste eso? Que enfermo sos.
Todos seguían tentados.
- Aver, Juani ¿Verdad o reto? Dijiste.
Y así continuó la noche, con retos qué podían terminar muy mal, y verdades que los hacían mearse de la risa.
- Fran? Ya sabes como va la cosa. Dijo un muy ebrio Blas.
- Verdad.
- ¿Es verdad que sos virgen?
Todos se rieron bajito, pero Fran estaba confundido ¿De donde habían sacado eso?
- No ¿Por qué?
- Bueno nunca te vimos hablar de tu vida sexual, es eso nomas. Además es raro pensarte cogiendo a alguien. Contestó Felipe.
Enseguida Francisco se puso serio.
- Pero gor, no lo dice de malo, sino que sos muy inocente como para cogerte a alguien, ¿Entendés? Dijiste intentando que no se sintiera incomodo.
'Y era verdad, el chico parecía un nene después de comer su golosina favorita, nadie se lo había imaginado nunca en medio del apareamiento' pensaste.
- Pero te estoy diciendo que si lo hice. Dijo sonriendo. Te lo juro.
- ¿Ah si? ¿Cuando fue la última vez que cogiste? Preguntó Agus.
- AGUSTÍN LAIN, ¿QUÉ ES ESA PREGUNTA? Gritaron vos y Juani al mismo tiempo.
Después se rieron.
Todos esperaban la respuesta de Fran, la cual nunca llegó. El chico solo se puso rojo y sonreía tontamente.
- Creo que todos sabemos lo que significa eso. Dijo Felipe riéndose. Pero esta vez se reía solo. Blas le dio un codazo, diciendo que se callara.
Todos podían notar incomodidad en Fran, estaba rojo y le temblaban las manos.
Este se disculpó y dijo que ya tenía sueño, total cualquier cosa vos te quedabas a cargo.
No lo detuviste, tampoco los chicos.
No pasaron ni 5 minutos para que todos se vayan. Dejaste todo más o menos impecable y cerraste la puerta. Te ibas a quedar a dormir.
No era algo raro que te quedes, incluso sin preguntar. Siempre dormías con Fran pero no sabias si iba a estar bien esta vez.
Quisiste ir a su habitación a hablarle y decirle que no tenía porque mentir, que no tenía nada de malo ser virgen. Pero en el camino escuchaste ciertos ruidos.
Te asomaste por la puerta mal cerrada y lo viste, tal como te lo imaginaste.
Estaba Fran, abierto de piernas mientras se masturbaba fuertemente.
Creíste que como después de todo lo que había pasado, lo ibas a encontrar durmiendo o llorando o algo así.
Pero ni cerca.
No quisiste interrumpir pero tenías que. Además esa rara sensación en tu entrepierna al verlo no te dejaba pensar bien.
Tocaste la puerta, haciéndote la tonta.
Escuchaste movimiento del otro lado de la puerta, y un segundo después Fran te dio permiso para entrar.
Estaba sentado en el borde de la cama, se veía agitado pero lo ignoraste.
- ¿Estás bien? Dijiste haciendote la tonta sobre lo que acababas de ver.
- De diez ¿Por qué?
- Gor, no tiene nada de malo ser virgen, no dejes que te jodan. Dijiste sería.
Pero Fran solo se rio despacito.
-Nena, ya te dije que no soy virgen.
Estabas confundida, entendías el porque les mentía a los demás ¿Pero a vos?
- No entiendo, ¿Por qué no contestaste? o ¿Por qué te fuiste?
Fran se puso rojito de nuevo.
-Es complicado. Dijo, así nomas, seco.
- ¿Por qué no me decís? Creí que nos decíamos todo Fran. Preguntaste sería.
Francisco solo suspiró y cerró los ojos.
-Prometeme que no le decís a nadie.
Asentiste, desesperada por la curiosidad.
-No soy virgen, tuve sexo en varias ocasiones, pero hace años que no puedo, y me daba vergüenza decirlo frente a todos.
- ¿De qué hablás? ¿Cómo que no podés?
Escuchaste a Fran respirar profundo, y cuando exaló, lo dijo.
- No se me para.
Te sorprendió lo que dijo. Te estaba mintiendo, hace 5 minutos vos viste claramente que la tenía más que parada.
Decidiste confesar.
-Fran, no mientas, te acabo de ver masturbándote.
-Si ya sé. Esa confesion si te sorprendió. Ahora sí que no entendias nada.
- ¿Entonces?
- Hace mucho tiempo que no se me para con otra mujer, únicamente sucede pensándote a vos. Y te juro que intento que no pase, últimamente lo tenía controlado bastante bien. Pero hoy... Me dolía, necesitaba tocarme porque dolía demasiado. Así que solo me fui.
Te quedaste sin palabras.
-Perdón si te incomodé, yo también estoy preocupado. Te miró serio.
Solo pudiste unir tus labios con los suyos como respuesta.
Fue un beso suave, necesitado. Sus bocas encastraban perfectamente. Hubo armonía.
Pero de repente Francisco te agarró de la cadera y te sentó arriba suyo. Hubo un cambio drástico en el ambiente. Estabas frente a él con una pierna a cada lado de su entrepierna. Te obligó a sentarte completamente, sintiendo su bulto.
- ¿Entendés lo que digo?
Asentiste tontamente, desesperada por seguir con el beso. Pero está vez fue violento y salvaje.
Empezó a tocarte por abajo de la remera, sacándote poco a poco la prenda. Quedando encantado al ver tus pechos semidesnudos.
Empezó a repetir besos, mientras intentaba quitar el broche del corpiño. Le temblaban las manos de la emoción.
Una vez fuera, empezó a chupar tu pezón izquierdo, intercalando besos y mordidas.
Vos, fascinada, agarraste su cabeza, empujandola más hacia vos, sin querer que se separe.
Después fue y le dio atención al otro pecho. Vos necesitabas más, querías verlo.
-Sacate esto. Mientras tironeabas de su remera.
Él rio por tu necesidad y te ayudó a retirarse la ropa.
Tocabas su cuerpo con mucho deseo, amabas su piel tan clara.
Bajaste tu mano por su abdomen, llegando a la parte más baja, donde metiste la mano en sus pantalones.
Lo tocaste, y si qué estaba duro. Tenía la punta empapada de preseme.
-Porfavor Francisco, cogeme. Te sorprendiste ante tus propias palabras pero ya no importaba.
- Obvio hermosa, pero antes...
Y te dio la vuelta, ahora estabas arriba suyo, ambos sentados en la punta de la cama. La diferencia fue que le diste la espalda.
Él empezó a tocar tu estómago, bajando lentamente la mano. Ya sabias lo que estaba por venir.
Te tiraste sobre su pecho, doblando tu espalda, mientras repartía besos por tu cuello. Acercándose a tu oído, susurró:
- Te quiero preparar, te necesito bien estirada.
Ambos sabían que era mentira, solo quería jugar un poco con vos.
Te abriste de piernas para el, gimiendo con antelación.
Sus manos bajaron tus pantalones, pero te dejó las bragas.
- Dios mio, mirate, mojando toda la bombacha, qué chica tan sucia eh.
En mil años hubieras creído que Francisco era así en la cama. Vos siempre lo creíste super tierno, de esos que lo hacen con cuidado y miedo a partirte. Pero no.
Francisco quería partirte.
Bajo la mano, tocando tu calor por encima de la molesta tela. Vos solo gemiste.
Simulaba embestidas y pasaba sus largos y blancos dedos por encima de tu clitoris vestido. Era tan desesperante.
Querías el contacto directamente.
Vos solo gemías tontamente, ese chico te iba a matar.
Una vez que tu única prenda estaba totalmente mojada, decidió moverla a un costado, por fin metiendo sus dígitos.
Tal acción te sacó un grito y él rápidamente, con su mano libre, te agarró el cuello. No podías respirar.
Amaba ver como te retorcias en su agarre. Como intentabas hablar y no podías, como tus pliegues empapados se tragaban tres de sus dedos sin problema, pero apretandolos tanto.
Estabas tan cerca del orgasmo, y él lo sabia, así que sacó sus dedos y comenzó a frotar con toda su palma en tu clitoris. Sentiste que te ibas a orinar.
- No, Fran pará, me voy a hacer pis. En respuesta, el mencionado solo empezó a hacer sus movimientos más fuertes y rápidos.
Las lágrimas llenaban tu cara. Y cuando sentiste que no podías aguantar más, cerraste los ojos.
Veías luces, escuchaste gemidos, tanto de tu parte como de Fran. Y querías abrir los ojos, ver que estaba pasando, pero no podías.
Cuando todo terminó, ese gran ardor en tu parte baja fue disminuyendo. Y pudiste abrir los ojos.
Estaba todo mojado.
Tanto las sábanas abajo tuyo, como el pantalón de Fran, y una parte del piso.
- Chorreaste nena. Dijo Fran después de chupar los dedos con los que te tocó.
Vos apenas lo creías, era la primera vez que alguien te provocaba un squirt, y eso que solo había usado sus manos.
Te acomodaste, avergonzada.
Estabas toda sudorosa, y cada vez que te movías sentías tus piernas temblar.
Fran te tranquilizó, acostandote en el centro de la cama. Repartiendo besitos tiernos por toda tu cara.
-Yo me encargo de limpiar. Dijo.
- Pará ¿Y vos? Dijiste, refiriéndote a que él no había acabado. O eso pensabas.
Ambos miraron su entrepierna, sus pantalones grises tenían tanto fluidos tuyos como de él, te dabas cuenta por la consistencia.
- Y bueno nena, te movías mucho. Dijo guiñandote el ojo, divertido.
Trajo una toalla y enseguida se puso a limpiarte.
- Fran...
- ¿Si?
- No me cogiste. Dijiste haciendo puchero.
- ¿Estás jodiendo? Dijo sin creer tu resistencia.
- Si, te estoy cargando, en realidad no doy más. Dijiste riéndo poquito. Pero lo vas a hacer ¿No? Me lo debés. Dijiste eso pensando que capaz era algo de una vez.
Fran soltó una carcajada qué te hizo sonreir.
- Obvió nena, las veces que quieras.
Dicho esto, tiró la toalla arriba de una silla y te acomodó bien para dormir.
Te dió un par de besitos antes de abrazarte. La diferencia de trato qué te había dado en ambas situaciones. Hacia mucho contraste.
- Los chicos no tienen idea de nada... Dijiste susurrando.
Y ambos rieron.
Xoxo - Emma.
52 notes · View notes
jartita-me-teneis · 2 months
Text
POLLO A LA PORTUGUESA: INGREDIENTES para 5 personas: 10 muslitos de pollo 250 ml de caldo de pollo 200 g de tomate triturado 1 vaso de vino blanco 2 patatas medianas 1 cebolla 1 pimiento verde 1 pimiento rojo 100 g de guisantes congelados 2 dientes de ajo Aceite de oliva Sal y pimienta
ELABORACIÓN: 1. Corta la cebolla en juliana, los ajos laminados, los pimientos en tiras y las patatas en rodajas.
2. En una cazuela con un buen chorro de aceite cocina el pollo por todos los lados con sal y pimienta hasta que esté dorado. Añade la cebolla, los ajos y los pimientos y cocina con una pizca de sal hasta que empiecen a tomar color.
3. Vierte el vino blanco y reduce el alcohol. Vierte el tomate y reduce de nuevo para que pierda agua. Incorpora el caldo y cocina tapado durante 20 minutos.
4. Mientras tanto fríe las patatas aparte y retira a un plato sobre papel absorbente. Una vez cocinado el pollo, introduce los guisantes y cocina hasta que estén blanditos. Antes de servir, añade las patatas al pollo a la portuguesa y sirve.
30 notes · View notes
46snowfox · 3 months
Text
Diabolik Lovers Daylight Animate Tokuten:「Durmiendo junto a un★Vampiro」 [Reiji Sakamaki]
Tumblr media
Título original: 「添い寝でおやすみ★ヴァンパイア」
//Traducción pedida en Ko-fi//
Reiji: Oh… La puerta de su habitación está abierta. Aah, no sé si tiene cero sentido de supervivencia o si es simplemente descuidada… *se acerca* ¿Estará dormida? Espero que no se haya quedado dormida encima de la cama sin cubrirse con alguna manta. *entra* Está sobre la cama… y no está tapada… solo sabe causar problemas. *te cubre con una manta*. ¿Hm? Esta revista… “técnicas para cortar verduras para decorar”.
Reiji (1:07): ¿Acaso quería probar a hacer esto? Dudo que puedas hacer algo tan complicado. Hm, supongo que puedo darle una ojeada. Voy a tomar prestada tu silla *se sienta*.  ¿Hm? Vaya, tiene una nota adhesiva y hay otra en la página siguiente, a ver. Jaja… Marcó unas decoraciones bastante llamativas porque pensó que podrían gustarme. Tienes un lado bastante adorable, no me molestaría que practicáramos estos cortes. Ya puedo prever que vas a cortarte un dedo, así que será mejor que tengas a alguien a tu lado, estarás más segura que estando sola.
Reiji (2:23): Oh, ¿te desperté? ¡…! Aah… ¿No recuerdas? Antes de caer dormida estabas leyendo una revista mientras pensabas en mí, incluso estabas dejando notas en ella… Y aun así dijiste el nombre de otra persona… ¿Qué significa? Me debes una explicación. Vamos, levántate.
Reiji (3:06): Sí, soy yo, no necesitas asustarte. No te preocupes, más importante, antes dijiste el nombre de otra persona mientras estabas medio dormida. ¿Acaso estabas soñando? ¿Fue un auto-reflejo? Pues eso se me hace más raro considerando lo mucho que piensas en mí. *te muestra la revista* Tras ver esta prueba no puedes excusarte. Ya es tarde para esconderla, puesto que ya he posado mi vista en las notas que escribiste en ella. Sí, las vi. Querías practicar cómo hacer decoraciones con las verduras, ¿me equivoco? Bueno, me lo imaginaba, si lo haces bien te felicitaré, pero dudo que suceda.
Reiji (4:13): ¿Lo lograrás si practicas? Si practicas estoy seguro de que desperdiciarás ingredientes, te cortarás y dejarás la cocina hecha un desastre, no puedo imaginar un futuro pacífico en donde eso no ocurra…  Tampoco te deprimas… te aconsejaré, pero ya es demasiado tarde, hagámoslo mañana. ¿Por qué te ves insatisfecha? ¿Acaso te incomoda que te ayude?
Reiji (5:03): La dificultad de estas decoraciones es demasiado alta como para que las domines en un solo día. Sé que querías sorprenderme, pero si hubieras practicado estas técnicas te habrías llenado las manos de heridas y te habría descubierto de inmediato. ¿O acaso planeabas causarme problemas de más a propósito? Entonces recibe mi ayuda sin quejarte. Aunque si te la pasas fallando incluso conmigo entrenándote tendré que castigarte, ¿de acuerdo? Entonces, como te ves cansada va siendo hora de dormir. Asegúrate de acostarte bajo las mantas.
Reiji (5:58): Vamos, cúbrete hasta el cuello. Me quedaré a tu lado hasta que te quedes dormida. Ahora, cierra tus ojos… *se vuelve a sentar en la silla* Estaré leyendo esta revista mientras observo tu rostro dormido. ¿Te tranquiliza? Es un honor saber eso. A diferencia de ciertas personas sin disciplina yo no te atacaré ni morderé de la nada. Aunque si eso es lo que deseas, puedo hacerlo. Oh vaya, ¿te has sonrojado? Déjame ver tu expresión. *se acerca a ti*
Reiji (7:06): Fufu, buenas noches, espero que tengas espléndidos sueños *beso*. Supongo que le encargaré el resto que limpien la casa o que salgan a comprar para evitar que no interfieran en nuestras prácticas… Si nos encuentran van a causar alboroto. Oh, ya ha caído dormida, debe de haber estado agotada. Dudo que leer un libro la haya dejado tan cansada, es probable que alguien la haya usado para cumplir recados… Ah, desearía que aprendiera a decir que no. Oh, debo evitar despertarla. Todavía debo pulir los platos, será mejor que me retire. Me llevaré la revista para leerla en mi habitación.
Reiji (8:15): ¡…! Ahora sí dijo mi nombre mientras dormía… No tiene remedio, supongo que veré su rostro dormido por un rato más… Ya va siendo hora de retirarme. Espero ansioso el tiempo que pasaremos juntos mañana. Yo seré el primero en decirte buenos días, así que descansa… *se retira de la habitación*
Reiji (9:17): *leyendo la revista mientras camina* Hm… Necesitamos pepinos, zanahorias, rábanos… y también… paprica. Voy a ver si tenemos todo eso en el refrigerador.  Oh, también necesitaremos curitas y desinfectante. Aparte de pulir los platos también afilaré los cuchillos. Seguiré leyendo al llegar a la habitación, debo acabar las preparaciones ahora y despertar a mi amada estando en plena forma.
¿Te gustan mis traducciones? Puedes apoyarme en ko-fi nwn
41 notes · View notes
analisword · 4 months
Text
high infidelity (Enzo Vogrincic x Fem Reader)
Tumblr media
Capítulo 15.
—¿Será que primero va el huevo  o el tomate?—preguntó Enzo con curiosidad mientras inspeccionaba de arriba a abajo el bote del sustituto de huevo, como esperando encontrar una instrucción de cocción ahí.
—El orden de los factores no altera el producto—respondió Alana haciéndose la sabia mientras hundía su cara en la espalda de Enzo e inspiraba su delicioso aroma, como cada mañana, se encontraban en el campo de batalla (la cocina) tratando no quemar el edificio entero en el intento. 
—Nena, ya vimos que eso no aplica acá—replicó Enzo, Alana rió al recordar cómo habían hecho un total desastre hace unos días al intentar hornear un pastel, Enzo estaba seguro que aquella abominación de repostería había salido tan mal por no mezclar los ingredientes secos y húmedos por separado.  
—Creo que es una vergüenza que estemos así de viejos y no podamos preparar unos simples huevos—dijo Alana despegándose del cálido cuerpo de su novio para servirse algo de café, gimió ante el delicioso sabor de este, al menos eso sí les salía bien. 
—Bueno, por algo se empieza—dijo Enzo dándose por vencido y vaciando en la sartén el tomate picado. 
Alana sintió algo rasposo en su pie, bajó la mirada y encontró a Zola lamiéndole un dedo,  la cargó en un abrazo, era increíble lo mucho que había crecido en los últimos días, la gata había pasado de tomar biberón a alimento húmedo y por muy mala suerte de Enzo, había comenzado a dañar los sillones, aunque a él no le parecía molestar mucho.
—Te voy a extrañar hoy—dijo Alana con algo de tristeza en su voz mientras acariciaba el pelaje de Zola, en los últimos días el chico había estado más ocupado que nunca entre entrevistas y grabaciones.
—Podés acompañarme hoy a grabar—sugirió él—. Escribís allá—dijo batiendo los huevos, Alana pensó que era una buena idea, quizá no podría verlo mucho, pero le haría bien escribir en otro lugar y estar cerca de él.
—Uy, sí, me gusta esa idea—dijo emocionada. 
—A mí me gustas vos—dijo Enzo. 
Alana se preguntaba si en algún momento la tan famosa fase de luna de miel terminaría, desde que Enzo le había pedido ser su novia no podían despegarse el uno del otro, y aunque seguían manteniendo una relación  bastante privada, el chico no temía a decir abiertamente en las entrevistas que la escritora era su novia.
Algunos odiaban a la pareja, otros la amaban, pero a ellos no podía importarles menos las opiniones, se encontraban bastante contentos en el pequeño mundo que habían creado juntos. 
Alana no tuvo que aferrarse a su mochila como la primera vez que había visitado el estudio de grabación, pues ahora Enzo la llevaba de la mano, dirigiéndola hasta el camper, el staff los saludaba efusivamente, se notaba de lejos que todo el equipo de producción se encontraba encantado con Enzo, así como el resto de los actores, Enzo la presentó con algunas personas, Alana se sintió halagada cuando uno que otro le mencionó haber leído uno de sus libros en alguna ocasión. 
—Buenas—exclamó Lucía cuando los vio entrar al camper, Alana le sonrió tímidamente, no habían tenido el mejor inicio de todos y se sentía un poco tonta por haberse puesto celosa de ella la primera vez que se vieron, Enzo se encargó de contarle tiempo después que su amiga en realidad era lesbiana y llevaba más de cinco años de novia con una chica chilena llamada Mayra. 
—Hola—dijo Alana sentándose en el sillón y procediendo a sacar su mochila para mantener sus manos ocupadas. 
—Enzo me contó que ya están de novios—dijo Lucía simplemente, Alana se sintió sonrojar—. Aunque bueno, no necesita que lo haga, la noticia está en todas partes, son como la nueva pareja real o algo así. 
—Lucía, me quería disculpar contigo, la primera vez que nos vimos no fui muy amable—dijo Alana. 
—Ah, ¿qué va? Yo también me porté grosera con vos, Enzo es como mi mejor amigo, si sos su novia automáticamente somos amigas.
Alana sonrió ampliamente, se sintió un poco triste por nunca haberse permitido entablar amistades desde que se había mudado a Sevilla, sin embargo, se sentía emocionada de que Enzo le estuviese presentando a tanta gente. 
—Mucha amistad y  mucho romanticismo, pero el director anda como loco llamándome—dijo Enzo echándose el cabello para atrás, invitando a Lucía que le aplicara los productos cuanto antes. 
—Qué pesado que sos—Lucía rodó los ojos y comenzó a trabajar en su rostro, Alana le sonrió por última vez y se hundió en la escritura.
Durante la mitad del día Enzo y Lucía estuvieron entrando y saliendo del camper, a Alana le parecía increíble todo el trabajo que la maquillista tenía que hacer en el chico a pesar de que su rostro luciera prácticamente natural, si no estuviera viendo todos los productos que la rubia le aplicaba, ni se hubiera enterado que Enzo llevaba maquillaje. 
—Estoy que me muero del cansancio—dijo Lucía moviendo las piernas, al menos Enzo tenía oportunidad de sentarse durante el proceso, ella se la pasaba moviéndose de arriba a abajo, Alana se había sentido tan estresada por ella que estuvo apunto de preguntarle si necesitaba ayuda con algo—. Me voy a comer en lo que te llaman de nuevo, chau—dijo saliendo de un portazo.
—¿Vos tenés hambre?—preguntó Enzo desde su silla, Alana protuyó el labio al escucharlo, aún se encontraba llena del desayuno que habían preparado esa mañana. 
—No realmente, ¿tú?
Enzo se negó y se llevó la mano a la frente para peinarse el mechón rebelde que le había caído por la cara, Alana no podía despegar la vista de él, para su papel tenía que llevar ropa bastante casual, así que técnicamente iba vestido como en  su día a día, sin embargo, la camisa negra que llevaba se acomodaba en su cuerpo de forma correcta y Lucía había hecho maravillas con su cabello, este se veía más suave que nunca. 
—¿Qué tanto me mirás?—preguntó Enzo con tono de nerviosismo, ¿cómo podía ser tan atractivo y adorable al mismo tiempo? 
—Lo guapo que eres—respondió. 
Enzo le sonrió a través del espejo para después caminar hacia ella y estrellar sus labios tan dulces como siempre, Alana no pudo evitar pasar sus dedos por el cabello de su nuca, lo cual pareció tener un gran efecto en Enzo, porque soltó un jadeo como respuesta, Alana mordió suavemente su labio inferior al escucharlo.
Como ella seguía sentada en el sillón, Enzo tuvo que arrodillarse frente a ella para estar a la misma altura, siguieron besándose con profundidad hasta que Enzo decidió romper el beso para dirigirlo a la mandíbula de la chica, ella cerró los ojos con fuerza, pensó en lo mucho que habían cambiado las cosas desde la última vez que habían estado en ese mismo lugar y se sintió agradecida de que lo hubieran hecho, era difícil apagar su mente, pero cuando sintió las manos firmes de Enzo sobre sus muslos desnudos se olvidó de todo lo demás de inmediato, todo lo que podía sentir y pensar era él. 
—En—suspiró al sentirlo profundizar el ataque en su cuello, él sonrió en su piel como respuesta. 
Ella no pudo evitarlo y elevó un poco las caderas, demostrando lo necesitada que se encontraba por el toque de él. 
—¿Puedo?—preguntó Enzo subiendo sus manos aún más sobre sus muslos, justamente ese día había decido usar un vestido de verano, Alana asintió rápidamente mientras soltaba un jadeo. 
Sintió los largos dedos de Enzo deshacerse de sus bragas y levantar aún más su vestido, dejándola completamente expuesta para él, Enzo abrió sus piernas y procedió a dejar húmedos besos en su entrepierna, Alana elevó las caderas aún más como respuesta.
—Me volvés loco—suspiró él contra su proximidad y Alana sintió que todo su cuerpo se encendía.
Enzo comenzó a acariciarla suavemente y una vez encontró el ritmo que ella claramente disfrutaba, procedió a adentrar su dedo índice, Alana suspiró ante la imagen de Enzo arrodillado frente a ella, su dedo se ocultó hasta donde su anillo del dedo índice llegaba, nunca volvería a ver esos anillos de la misma manera. 
—Enzo—gimió su nombre y dejó caer la cabeza sobre el sillón, si cerraba los ojos podía jurar que veía estrellas, sin embargo volvió a dirigir la atención hacia Enzo, pues esa era una imagen digna de adorar. 
Ella soltó un sonido de protesta cuando Enzo sacó sus dedos abruptamente, pero volvió a soltar un grito de placer en cuanto  ahora sintió sus labios.
Enzo la tomó de los tobillos y llevó sus piernas sobre sus hombros para poder llegar con más profundidad, al hacerlo, la laptop de Alana estuvo apunto de caer de su costado, por lo que ella la cerró abruptamente y la acomodó mejor en el sillón. 
—¿No se borra lo que escribiste?—preguntó Enzo con preocupación desprendiendo la boca de su clítoris, tenía las pupilas dilatadas y la respiración entrecortada, sus labios se encontraban entre abiertos y mojados, Alana por un segundo que se vendría en ese mismo instante ante la obscena imagen. 
—No, no—dijo rápidamente—. Tú sigue—ordenó empujando los hombros del chico, él soltó una risa y siguió con su trabajo, ambos se encontraban demasiado excitados como para importarles el lugar en el que se encontraban y que cualquier persona pudiera entrar en cualquier momento. 
Alana hundió sus dedos en el cabello de Enzo en cuanto sintió que él comenzó a utilizar tanto la lengua como dedos, no sabía lo mucho que podía sentir hasta que él comenzó a tocarla y besarla de esa forma, soltó otro gemido ahogado en cuanto otro dedo se insertó. 
—Me encantan los sonidos que hacés, mi vida, pero te me van a escuchar—dijo Enzo con la voz agitada para llevar su mano libre hacia la boca de Alana, silenciándola,  soltó otro grito cuando Enzo regresó sus labios en ella, sin embargo el grito fue disipado por la palma de él. 
—Santa mierda—exclamó. 
—Esa boquita—rió Enzo dejando un beso en su rodilla mientras aún la penetraba con sus dedos, Alana no pudo resistirlo más,  se dejó colapsar y que la ola de placer la invadiera por completo, Enzo sacó los dedos de ella en cuanto las pequeñas convulsiones se detuvieron, ambos se encontraban cubiertos por una ligera capa de sudor,  Alana no podía pensar en otra cosa que desnudarlo y subirse sobre él, así que cuando él volvió a estrellar sus labios contra los de ella, comenzó a jalar el cuello de su camisa. 
—¡Escena 4!—gritó alguien tocando la puerta de metal fuertemente, haciendo que ambos se separaran abruptamente. 
Enzo arrugó la nariz y apretó los ojos ante la orden, Alana soltó una risita. 
—Qué mala que sos—dijo él negando con la cabeza. 
—Tú fuiste el que empezó—exclamó ella para después dejar un corto beso sobre el cuello del chico. 
—No, fuiste vos por verte así—exclamó dando un pequeño golpe en su cadera—. Tengo que ir ahora. 
—Vale—dijo—. Suerte—exclamó para volver a llevar la laptop a sus muslos y bajar su mirada hacia la entrepierna de Enzo, él llevó la mano ahí como intentando disminuir el tamaño de su notoria erección y  volvió a negar con la cabeza. 
—Que sepas que te odio mucho—dijo él, Alana sabía que no lo decía en serio, pues tenía una enorme sonrisa en su rostro y en sus ojos había un brillo que demostraba adoración. 
—Te quiero—dijo ella lanzándole un beso mientras él salía.
El resto del día Alana intentó distraerse cada que Enzo regresaba al camerino junto a Lucía para el retoque de maquillaje, sintiendo la mirada profunda de él sobre ella cada que la sangre subía por sus mejillas.
Alana llevaba un buen tiempo viendo a la hoja en blanco que le mostraba la pantalla de su computadora, su imaginación se había ido por completo para la escena de guerra que se había encontrado escribiendo y se había centrado en ideas de qué podía hacer para recompensar a Enzo una vez estuvieran solos, entonces su celular vibró. 
Había un mensaje de Maricia, su agente, diciéndole que tenía que ir a la oficinas de la editorial de urgencia, Alana se sintió algo confundida, pero guardó sus cosas y salió del camper, tantos años trabajando con Maricia le habían enseñado que cuando ella le hablara, tenía que acudir cuanto antes. 
Enzo se encontraba viendo una de las escenas que acababa de grabar en una de las pantallas de la cámara, se veía satisfecho con el trabajo e intercambió unas cuantas palabras con el  director, pareció notar la presencia de Alana en el set porque se giró y la encontró parada en una esquina jugando con las correas de su mochila, Alana no sabía si despedirse propiamente de él o simplemente avisarle mediante un mensaje que tenía que ir a la editorial de emergencia.
Sin embargo, Enzo colocó una mano sobre el hombro de Julio, como indicándole que ahora volvía y caminó hasta su novia. 
—¿Qué pasa?—preguntó observando que la chica llevaba la mochila en los hombros, aún faltaba un rato para que Enzo terminara de filmar. 
—Me habló Maricia, dice que tengo que ir a la editorial cuanto antes—le informó.
—¿Pasó algo malo?
—No creo—respondió honestamente—. Pero tengo que irme ya, el taxi ya viene. 
—Dale mi amor, con cuidado, me avisas cualquier cosa—dejó un rápido beso en sus labios y volvió hacia su zona de grabación.
35 notes · View notes
elbiotipo · 4 months
Note
Bueno después de que alguien confesó su crush en vos, yo voy a dar una confesión también. Cuando me aparece un post tuyo en el inicio siempre voy a tu cuenta y scrolleo porque prefiero ver todos tus posts del día de una (?). Pero se siente como si entrase a mi cocina y estuvieses vos en la mesa hablando (de lo que sea que posteaste ese día) mientras yo me sirvo un vaso de coca y asiento con la cabeza. Esa es la imagen que tengo en mi cabeza.
Lo cual es medio irónico porque en realidad soy yo la que está invadiendo tu cuenta así que sería más como que yo entre a tu cocina a servirme algo para tomar mientras vos hablás ahí.
Amo toda esta imagen. Lo más probable es que si entraras a tomar algo en mí casa yo seguiría hablando como si nada.
22 notes · View notes
deepinsideyourbeing · 12 days
Text
Delirio de Condenados
Tumblr media Tumblr media
Cap I. Cap II. Cap III. +18! MeanDom!Mati, SoftDom!Enzo, Sub!Santi & Sub! Reader. Age gap, begging, biting, choking, degradation, face slapping, fingering, penetración doble, (hints of) Possessive!Mati, sexo anal, sexo oral, sexo con/sin protección, (alusión a) subspace. Uso de español rioplatense.
Matías coloca el plato de medialunas frente al rostro de Santiago y juega con sus rulos dorados para molestarlo. No podés precisar si el movimiento que percibís es producto de los dedos de tu novio tirando del cabello del rubio o si este último persigue el contacto físico.
-Dale, agarrá que no estás comiendo nada.
-Matías- decís entre dientes-. Santi, ¿querés otra cosa? Te puedo preparar…
-No- dice rápidamente-. No, está bien, gracias.
Matías hace una mueca a sus espaldas y deja el plato sobre la mesa. Toma asiento junto a Santiago –en su rostro una sonrisa para nada inocente que no se molesta en ocultar- y cuando enciende la televisión comienza a cambiar de canal con rapidez, bebiendo de su taza y fingiendo no notar el nerviosismo de su amigo.
Intentás concentrarte en tu propio desayuno e ignorás las miradas furtivas que te dirige Santiago o la forma en que Matías se aclara la garganta cada cinco minutos, consciente de que el sonido sólo empeora la tensión en el aire. Ignorás también los pasos de Enzo y el ritmo dubitativo de estos cuando llega a la habitación y contempla el panorama que le espera.
-Buen día- dice con voz ronca, sentándose en la silla ubicada junto a la tuya.
Los secretos son un peligro, ¿no? Enzo escondiéndose detrás del árbol, el semen de tu novio escapando de tu interior cuando ambos regresaron al jardín, el intento de ambos hombres por calmarte cuando llorabas desconsolada en las cerámicas frías del baño, con la mente alterada por las endorfinas y la adrenalina y angustiada luego de saber que Santiago los había visto.
Una sucesión de imágenes de la noche previa cruza tu mente y un escalofrío sacude tu cuerpo con fuerza; tus dedos se vuelven débiles y la pequeña taza de porcelana que sostenías cae sobre la mesa, rompiéndose y permitiendo que el líquido caliente en su interior se escape. Tu cerebro tarda en procesar la situación y tu reacción parece desarrollarse casi en cámara lenta.
-La concha de la lora.
-La boca- advierte tu novio cuando se pone de pie, molesto por tu lenguaje-. No lo agarres con la mano, boluda, ¿te querés volver a cortar…?
-Matías- interrumpe Enzo-. Traeme algo para limpiar la mesa, por favor… ¿Vos estás bien?
Intentás ignorar la mirada en los ojos de Matías cuando abandona la habitación y observás los labios del mayor cuando repite esa pregunta que no estás segura de comprender. ¿Habla de la taza, de la noche que compartieron, de Santiago, de Matías corrigiéndote frente a ellos? ¿No preguntó lo mismo hace menos de ocho horas, cuando se quedaron solos unos minutos?
-Estoy bien.
Tus palabras no son convincentes y aunque Enzo sabe que hay algo molestándote, también sabe que no sería correcto cuestionarte o dirigirse a Matías –porque él debería saber cómo y cuándo actuar si sus sospechas son ciertas, ¿no?- para tratar el asunto. Decide centrarse en Santiago, quien jamás le devolvió el saludo y no se atreve a mirarlo, sólo para encontrarlo inmóvil.
-Maleducado- bromea para sacarlo de su trance-. No me dijiste ni hola y ahora no ayudás.
Santiago ríe  y ese simple gesto basta para cortar la tensión. Coloca el resto de tazas y la comida en el extremo opuesto de la mesa, ayudándose de unas servilletas de papel para tomar los trozos de porcelana rota y ofreciéndote –todavía sin hacer contacto visual- un par de las mismas para que puedas contener el líquido que amenaza con caer de la mesa.
Matías regresa y te aleja del desastre.
-Buscate otra taza- señala la puerta como si desconocieras el camino y, para mayor humillación, agrega:- Y no la rompas.
Tu rostro se transforma en cuanto volteás -sólo porque sabés que no puede verte- y te dirigís hacia la cocina en silencio para encontrar allí la cafetera de nuevo encendida y esperándote. Tu taza, esa que Matías te regaló cuando te mudaste con él, está aún sepultada bajo tantas otras en el fregadero: permanecen allí desde la tarde del día anterior y creés recordar cuál utilizó Rafael y cuál peligró en manos de Felipe, así como tantos otros detalles de la velada.
Tomás otra taza que jamás habías visto, completamente negra por fuera y blanca por dentro, y esperás que el café esté listo para servirte más. Mientras oís la conversación que llega desde el comedor y la carcajada estrepitosa de Enzo, provocada por algún chiste que no captaste, el líquido caliente ayuda a revelar la imagen oculta en la taza. ¿Es una foto? ¿Es lo que creés?
Te mordés el labio, molesta por pensar que Matías todavía conserva un objeto relacionado con su ex y también molesta por sentirte celosa por algo tan insignificante. Es sólo una taza, ¿no? Beber de ella no debería generarte tanto conflicto, repetís una y otra vez para convencerte, aunque de todas formas tomás otra del fregadero para llenarla con tu bebida.
Unas gotas queman tu mano y en un movimiento más que calculado dejás caer la taza con la foto al suelo, deshaciéndote de la imagen en ella. No debería tener importancia, ¿no? Quién sabe cuántos años tenía y nadie la habría encontrado de no ser porque no había más opciones secas.
Los pasos de tu novio y de los invitados no tardan en llegar a tus oídos y por un momento planeás fingir que fue otro accidente, pero en cuanto los ojos de Matías encuentran los tuyos tomás un sorbo de café y alzás ambas cejas. Sus ojos van de tu rostro hacia el desastre en las cerámicas y su mandíbula se tensa tanto o más que sus labios apretados.
-Arriba. Ya.
-Todavía no desayuné.
-No te lo voy a decir dos veces.
Cuando pasás a su lado no esquivás su cuerpo y lo golpeás, molesta y sin importarte las miradas que los otros presentes en la habitación te dirigen. Te gustaría fingir que tu enojo es más grande que el temor que sentís y que tu cuerpo no se sacude cuando cerrás la puerta de la habitación.
Ignorás qué explicaciones estarán oyendo los invitados y no estás segura de querer saber, solamente pensás en cómo vas a disfrazar tus gritos cuando tu castigo tenga lugar.
Esperás a Matías de pie junto a la cama con tus manos entrelazas en tu espalda y cuando abre la puerta te sobresaltás más que cuando la cierra de un golpe. Tu mirada permanece fija en el suelo mientras se acerca a tu figura inquieta y tus ojos arden cuando comienza a estudiarte; una única lágrima cae por tu mejilla cuando se agacha para quedar a la altura de tu rostro.
-¿Me vas a decir qué pasó?
-Fue un accidente.
-Ayer, seguro- toma tu mandíbula entre sus dedos-. Y en la mesa fue un descuido, ¿pero esto último…?
-No sé por qué lo hice.
-No sabés…- repite y te suelta de manera brusca, haciéndote retroceder un par de pasos-. ¿Estás segura?
-Sí.
-Cuidadito con mentirme.
-No te…
Te interrumpen sus dedos cerrándose sobre tu garganta y presionando para privarte del oxígeno. Tomás su muñeca y tirás de su brazo para que te libere pero no cede, como era de esperarse, porque espera sacarte la verdad y es así como lo logra cuando es necesario. Mirás la puerta, todavía cerrada y sin rastros de oyentes del otro lado, y sabés que no tenés salida.
-Tenías una foto con…- tosés-. ¿Por qué la tenías?
-No sabía que estaba ahí.
-¿Te pensás que soy boluda?
-¿Y vos te pensás que porque hay gente no voy a hacer nada?- su rostro está a milímetros del tuyo y sus ojos son más oscuros de lo usual-. ¿Te pensás que podés romper todo y que no te voy a hacer nada?
-Ah, entonces te importaba…
-No, pelotuda- con su otra mano golpea tu mejilla-. ¿Qué te pasa?
Sólo cuando lo empujás te deja ir y permite que te recuperes un poco. Espera oír cualquier explicación que tengas para ofrecerle y ruega porque la palabra que le permita comprender tu comportamiento no sea celos, porque eso significaría que es él quien merece un castigo por hacerte sentir insegura.
-Te fuiste a la mierda- reclamás- Me trataste como una pelotuda en frente de…
-Si necesitás usar una palabra de seguridad lo vas a hacer ahora- cruza sus brazos-. Porque ya sabés lo que va a pasar si esto es un berrinche, ¿no?
Tus labios permanecen sellados y cuando Matías deshace la distancia entre ambos el pánico se apodera de tu cuerpo e intentás retroceder, aterrada, pero él es mucho más rápido que vos y te atrapa sujetando tu cabello.
Tira de tu ropa y te esforzás por permanecer quieta, respirando lenta y profundamente mientras sus dedos se adentran en tu ropa interior para acariciarte. Sentís las yemas de sus dedos deslizándose entre tus pliegues húmedos y evitás sus ojos cuando escanean tu rostro.
-Matías, no…
-Yo sabía- te empuja contra la cama-. ¿Cómo era eso que dijiste anoche? ¿Qué no querías que Santiago piense que hiciste algo malo?
Rebusca en los cajones de la cómoda y te preguntás cuál será el objeto que escogerá para tu castigo: pueden ser las cuerdas, con suerte alguna mordaza, tal vez utilice el vibrador que detestás por la intensidad y los patrones que siguen las vibraciones o el pesado cepillo de madera.
Cuando por fin voltea, revelando nada más que el lubricante en su mano, arrugás las sábanas entre tus palmas.
Ocupa el espacio libre en la cama y con un gesto señala su regazo para indicarte que te recuestes. Obedecés inmediatamente, ya que lo último que querés es empeorar las consecuencias de tu mal comportamiento, pero cuando acomodarte sobre sus piernas se te dificulta sus dedos se enredan en tu cabello para facilitarte el trabajo.
-Ya sé que hablamos muy poco de esto- se deshace de tu ropa y acaricia la parte posterior de tus muslos-, así que si tenés miedo podemos hacer otra cosa.
-¿Va a doler?
-Es un castigo.
-No me digas.
Te sacude por el cabello.
-No va a doler más de lo necesario- promete-. ¿Confiás en mí?
-Sí, pero…- volteás a verlo-. Van a escuchar.
Presiona tu rostro contra el colchón y escuchás el sonido del lubricante cuando lo abre.
-Sí- deja caer el producto frío sobre tu piel y temblás cuando cae hasta tus pliegues-. Ese va a ser tu castigo.
Te llevás una mano a la boca cuando sentís sus caricias sobre tu intimidad, mezclando tu excitación con el lubricante y manchando también tus muslos. Convencida de que Matías va a ser compasivo suspirás, entre aliviada y agradecida, cuando traza círculos sobre tu clítoris y posiciona su pulgar sobre tu entrada, pero el alivio y placer duran sólo unos segundos.
Deja atrás tu centro y se dirige hacia tu otra entrada sin vacilación, rodeándola delicadamente y ejerciendo una presión casi inexistente con su pulgar. Suspirás, recordando aquella conversación que tuvieron hace tiempo y en la cual recalcó la importancia de estar relajada en este preciso momento, pero resulta más sencillo decirlo que hacerlo.
Confiás en tu novio, por supuesto que sí, porque sabés que ya conoce tu cuerpo mejor que vos. Sabe cuando detenerse en caso de que seas incapaz de comunicarlo, sabe cuánto dolor podés soportar y jamás toma el riesgo de cruzar esa línea, es consciente de hasta qué punto puede humillarte, con qué hacerlo, y también sabe cómo cuidarte para evitar que esas hirientes palabras no permanezcan en tu cerebro más de lo necesario.
Su pulgar juega sobre tu pequeño agujero mientras sus dedos medio y anular se deslizan entre tus pliegues, sin otorgarte alivio y mucho menos placer. Intentás mover tu cadera en busca de más contacto y sólo comprendés que es un error cuando su otra mano golpea tu piel con fuerza, haciéndote ahogar un grito en la palma de tu mano.
Continúa con su juego durante largo rato y aumenta la presión sobre tu entrada de manera progresiva, entreteniéndose con tus suspiros y tu cuerpo tembloroso, deleitándose también cuando baja un poco más la mirada y ve tus pliegues brillando más y más. Tus músculos comienzan a relajarse luego de muchos minutos y es entonces que susurra:
-Respirá.
Tomás aire hasta que continuar haciéndolo te es imposible y cuando exhalás la punta de su pulgar logra penetrar en tu interior sin mucha dificultad. La ausencia de dolor te sorprende y volteás a verlo con una pequeña sonrisa de satisfacción, contenta por estar recibiendo tu castigo con tanta facilidad. Cuando Matías imita tu expresión no parece compartir del todo tu entusiasmo y creés que le molesta tu falta de lágrimas.
-No duele- decís sólo para restregar tu victoria en su rostro.
No habla pero aún así su voz resuena en tu cabeza (“Vos no aprendés nunca, ¿no?”) cuando en un arrebato introduce el resto del dígito entre tus músculos, tensos por la incertidumbre que provocó su súbita acción. La sensación es extraña, ligeramente incómoda, pero aún no hay indicio de dolor y de tus labios escapa un gran suspiro de alivio.
Mueve su pulgar con lentitud mientras ambos fingen que su erección no golpea tu costado y cuando un particular sonido resuena en tu garganta en su rostro se dibuja una sonrisa. No es exactamente un gemido y vos no estás segura de sentir placer, pero… ¿Por qué de repente necesitás descansar tu frente en tus brazos y cerrar los ojos? ¿Y qué es eso que está deslizándose más allá de tus pliegues y mojando tu piel? Seguro es sólo el lubricante.
-Así, ¿no?
Tu respuesta es un sí debilitado por las reacciones involuntarias de tu cuerpo, las cuales empeoran cuando Matías decide ocupar tu otra entrada –que resplandece con tu excitación- con sus largos dedos. Tu gemido es escandaloso y sentís tu rostro en llamas por la vergüenza que te genera pensar que Enzo o Santiago, sobre todo Santiago, pudieron haberlo oído.
Mordés tu brazo para evitar que los sonidos de tu boca sean todavía más evidentes que los sonidos de tu cuerpo y a tu novio parece no agradarle del todo: tira de tu cabello hasta que tu espalda se arquea en un ángulo doloroso y se inclina sobre vos lo suficiente para poder ver todas las expresiones que transforman tu rostro. El placer y la vergüenza que encuentra en tus facciones, combinados con el pánico, no hacen más que empeorar su erección.
Sus dedos comienzan a atacarte con mucha menos suavidad que antes, en movimientos rápidos y cortos que te roban la respiración y amenazan con hacerte gritar. Matías te suelta y caés sobre el colchón de manera brusca, quejándote y luego jadeando con fuerza. Te aferrás a las sábanas en un intento de contenerte pero, Dios, ¿cómo podrías cuando todo tu interior quema?
-Es mucho.
-¿Color?- pregunta sin dejar de abusar de tu cuerpo.
-Verde, pero…
-Callate entonces.
Tu lamento se mezcla con un gemido y cuando este último se prolonga como resultado de las acciones de Matías, morder tu brazo vuelve a ser tu única opción para apagar tus gritos… pero es inútil, porque no hay nada que pueda amortiguar todos esos sonidos indecentes que surgen en tu boca y tampoco detener la saliva que corre por tu piel.
Tu respiración agitada es ruidosa y tu cuerpo se mueve en busca de más, ignorando que tu cerebro parece rehusarse a tolerar tanto placer y que tu mente quiere obligarte a batallar con el autor del mismo: en algún lugar de tu ser todavía hay algún pequeño remanente de coherencia y te permite saber que estás hecha un desastre, completamente a merced de Matías, pero tu orgullo aún no te permite admitirlo.
Cuando su pulgar se libera de tu interior la sensación de vacío te hace suspirar y te esforzás por recuperarte mientras podés. Sólo un par de pulsaciones más tarde tu novio decide conducir sus otros dedos, que hasta entonces habían permanecido enterrados en tus paredes imposiblemente húmedas, hacia tu entrada.
Esta vez sí duele y aunque intentás disimular para no darle la satisfacción, tu cuerpo tensándose te delata.
El sonido de la puerta los distrae a ambos.
-¿Quién es?- pregunta Matías.
Es innecesario oír la voz del otro lado para saber de quién se trata y pronto te encontrás sacudiendo la cabeza en negación, volteando para ver a Matías y hacerle saber que estás en contra de que alguien te observe en este catastrófico estado. Su sonrisa de satisfacción, ya sea por tu vulnerabilidad o por la imagen que le regalás, te hace temblar más que la confirmación de tus miedos cuando oís:
-Enzo.
Matías está dándole la espalda a la ventana y es por eso que no encontrás explicación a la luz que ilumina sus ojos, resaltando el color miel en ellos y también la malicia que oculta su mirada cuando mueve los labios –junto con sus dedos- para contestar.
-Pasá.
Evita que abandones tu posición y cuando Enzo abre la puerta ocultás tu rostro entre tus brazos, avergonzada por los sollozos y los espasmos que recorren tu cuerpo cuando tu novio logra que tu entrada ceda para dar más lugar a sus dedos. Pateás el colchón cuando continúa presionando, deteniéndose sólo cuando sus segundas falanges están por desaparecer dentro tuyo.
-¿Qué querés?
-Santiago…- es lo único que contesta el otro.
Ante la mención del rubio dejás tu escondite y centrás tu visión nublada en Enzo. No parece sorprendido en lo absoluto por la escena que lo recibió cuando abrió la puerta, aunque sí se ve afectado, pero es un detalle que ignorás para concentrarte en su palma, la cual mantiene extendida hacia Matías para permitirle apreciar lo-que-sea que brilla en ella.
-Qué pibe- reniega tu novio- Andá, decile.
Está a punto de marcharse para comunicar quién-sabe-qué al cordobés, pero se detiene antes de cerrar la puerta.
-¿Y acá cómo estamos?- pregunta, deslizándose dentro de la habitación y acercándose a la cama. Se arrodilla para quedar cerca de tu rostro y toma tu brazo cuando nota las marcas de tus dientes, acariciándolas con su pulgar para calmar la irritación-. Mirá cómo te marcaste.
-No fue mi culpa, no…- te interrumpen tus propios gemidos-. Enzo, no fue…
-¿Por qué rompiste la taza? ¿Y si te lastimabas otra vez?
-Tenía una foto…- otro gemido y la brutalidad de los dedos de Matías entorpecen tus palabras-. Por favor, Enzo.
-¿Qué querés? ¿Qué necesitás?
-¿Me besás?
Antes de que tenga oportunidad de tocarte Matías te aleja de él, arrojándote sobre tu espalda contra las almohadas y posicionándose entre tus piernas: sus labios se adhieren a tu piel y sus dedos regresan a su lugar para continuar preparando tu entrada. Se deslizan en tu interior, ignorando la resistencia de tus músculos y haciéndote gritar.
Tus lágrimas caen libremente mientras Matías curva sus dígitos y muerde tus muslos sin piedad. Ante tu desesperación Enzo decide recostarse a tu lado y te entretiene rozando tu labio inferior con su pulgar, tirando suavemente hasta que permitís que lo introduzca en tu boca y lo deslice sobre tu lengua. Notás un sabor particular y lo mirás, entre confundida y curiosa.
-De Santi- explica.
Tu gemido oscila entre la excitación y la sorpresa. Succionás con entusiasmo y tu lengua acaricia descaradamente su yema poder probar mejor la esencia del otro, pero esto molesta a Matías y vuelve a morderte con más fuerza que antes, sin limitarse a un solo lugar para hundir sus dientes: tus muslos tiemblan por el dolor y cuando se contraen son tus pliegues los que se transforman en el blanco de sus mordidas.
-Duele.
-No pasa nada- intenta convencerte Enzo. Te ofrece su palma aún manchada por la excitación de Santiago y no hace comentarios cuando tus manos aprisionan su muñeca o cuando tu lengua humedece aún más su piel-. ¿Qué decís? ¿Querés que él también suba?
-Sí, sí, sí.
Otra mordida, otra falange y otro grito.
Los contornos de tu mente se desdibujan más y más y tu sensibilidad en aumento, combinación de todas tus terminaciones nerviosas encendiéndose gracias a tu novio, te lleva a buscar consuelo en el mayor: sostiene tu mano con firmeza y besa tu frente para contrarrestar el agresivo ataque de Matías.
Tu piel sufre con otra mordida y cuando te quejás notás en el rostro de Enzo una mueca de hartazgo, breve pero lo suficiente obvia para que aún en tu alterado estado te preguntes: “¿Es por vos?” y “¿Le molesta que grites?”. Tus ojos se llenan de lágrimas y no estás muy segura de cuál es el motivo que hace que acompañes tu renaciente llanto con un puchero en tus labios.
Cerrás los ojos con fuerza cuando Enzo toma tu rostro y te sorprenden sus labios rozando los tuyos con algo muy similar al cariño antes de besarte, las palabras que susurra para calmarte y el calor de su piel cuando descansa su frente sobre la tuya. Acomoda tu cabello despeinado y acaricia tus mejillas ardientes con sus nudillos una y otra vez para distraerte del dolor.
-Tranquila- dice sin dejar de mirarte a los ojos-. Ya va a terminar, ¿sí?
La risa del otro presente en la habitación llama la atención de ambos y voltean a verlo. Como si no fueran suficientes la burla y la mirada en sus ojos para dejar en claro lo que Matías quiere comunicarles, se asegura de acentuar sus intenciones mordiendo peligrosamente cerca de tu clítoris.
Negás y el miedo en tus ojos es la única motivación que le hace falta para arrojarse sobre tu punto más sensible, sin dejar de mover sus dedos con rapidez. El sonido que deja tu garganta es indescriptible.
Entrás en pánico cuando las manos que te ofrecían contención abandonan tu cuerpo y llorás con fuerza cuando Enzo se aleja de vos, pero tu inquietud no tarda en disiparse una vez que entendés el motivo por el cual se dirige hacia Matias. Lo aleja de tu centro tirando de su cabello, acerca su rostro al suyo y tu novio, sin palabras, lo mira a los ojos con una actitud desafiante.
-¿No te cansás de ser tan forro, pendejo?- pregunta Enzo.
-¿No te dije que traigas a Santiago?
La insolencia de Matías es retribuida con un golpe en la mejilla que resuena por toda la habitación y hace arder tu piel por pura simpatía. Te llevás una mano a la boca y mordés tus uñas, confundida y también ansiosa por la escena desarrollándose frente a vos.
-¿Y yo no te dije que seas más delicado, pelotudito? Mirá como la tenés.
-Para que aprenda.
Otro golpe, esta vez más fuerte. Matías masajea su mejilla adolorida.
-Vos tenés que aprender- asegura Enzo-. Voy a ir a buscar a Santiago y cuando vuelva no te quiero ver haciéndola llorar, ¿está?
-Seh, andá.
-Contestame bien- ordena tomándolo del cuello-. ¿Estamos?
-Sí, Enzo.
La puerta se cierra a espaldas del mayor y soltás una risa nerviosa que se desvanece en el aire cuando Matías fija sus ojos en tu rostro, sus cejas arqueadas mientras espera otra reacción de tu parte y sus dientes capturando el interior de sus mejillas como señal de ira reprimida. Temblás y estás a punto de disculparte, ofrecer alguna explicación, pero sus movimientos no lo permiten.
Intentás escapar pero es más rápido que vos y sus dedos capturan tus tobillos: te arrastra sobre el colchón y aprisiona tu cuerpo con el propio, dirigiendo sus dedos nuevamente hacia tu entrada para continuar con su trabajo. Tus gritos no son producto del dolor pero sí del sorpresivo y abrumador placer que logra cegar el resto de tus sentidos por unos instantes.
Matías muerde con fuerza tu hombro y esta vez tu grito es agudo, propio de una presa.
-Duele.
-Callate- ordena-. Esto no es nada comparado con lo que te voy a hacer cuando estemos solos otra vez.
-No es mi culpa que...
-¿No? ¿Y de quién es?- pregunta mientras deja caer más y más lubricante. Contenés la respiración cuando sentís tres dedos entrar en tu cuerpo y tus párpados se cierran con fuerza por el ardor-. Ya vas a ver cuando se vayan.
Lo mirás por un segundo y sabés muy en lo profundo de tu ser que tu siguiente acción sólo va a empeorar la situación. Los invitados se marcharán y tendrás que enfrentarte a uno, dos o tres mil castigos para compensar la humillación que vivió tu novio a manos del uruguayo, pero hasta entonces tenés un protector y no hay motivo para desaprovecharlo.
-¡Enzo!
Es una tormenta de emociones la que cruza los ojos de Matías.
-Qué puta que sos- se posiciona sobre tu cuerpo y escupe entre tus glúteos sólo para humillarte. La lubricación extra le permite alcanzar más profundidad en tu interior y ahogás un grito contra las sábanas arrugadas-. Dale, llamalo ahora.
Todo lo que lográs es balbucear un hilo de palabras rotas e inconexas que sólo interrumpís cuando la puerta vuelve a abrirse. Enzo arrastra a Santiago dentro de la habitación y el rubio, con las mejillas rojas y una mancha de humedad en los pantalones, no suelta su mano en ningún momento. Gemís por todo y por nada a la vez y ocultás tu rostro, pero Matías tira de tu cabello para evitar que te escondas.
-Andá- ordena Enzo antes de conducir a Santiago hacia la cama y hacer un gesto en tu dirección. Luego toma a Matías por la ropa y sin dar importancia a sus protestas agrega:- Vení vos, serví para algo.
Contemplás, en extremo aturdida, la nula dificultad con que maneja su cuerpo y lo deja sobre sus rodillas mientras se deshace de su cinturón para arrojarlo no muy lejos. Matías permanece en el suelo, para sorpresa de todos, y cuando Enzo toma su mentón entre sus dedos lo mira fijamente y sin hacer ningún comentario.
Buscás apoyo en Santiago y sujetás con fuerza su mano mientras tu novio acepta que el otro guíe su erección a sus labios, golpeándolos y delinéandolos con su punta goteante y desesperada por atención hasta hacerlos brillar bajo las luces de la habitación. Matías no parece sorprenderse por las acciones de Enzo y tampoco muestra duda alguna cuando lo recibe en su boca, ambos aún sosteniéndose la mirada.
Santiago tira de tu brazo para llamar tu atención y, cuando por fin apartás la mirada del espectáculo protagonizado por los otros dos hombres, te encontrás con su sonrisa casi pícara y sus ojos resplandecientes. Acariciás su mejilla y él imita tu acción, explorándote de manera tímida y temerosa.
Te ayuda a recostarte sobre las almohadas y aún sin mediar palabra se arroja sobre el colchón para situarse entre tus piernas, separándolas de manera delicada y tomando una muy profunda respiración cuando divisa  tu intimidad brillante. Te mira provocativamente y cuando su lengua entra en contacto con tu clítoris gemís, permitiéndole ver una de las muchas expresiones que también presenció desde su escondite durante la madrugada.
Tus dedos se pierden entre sus rulos dorados y sin ser consciente de ello comenzás a tirar de su cabello para obtener más contacto con su boca, que pronto cubre por completo tu centro: sus gemidos desesperados, que son una mezcla entre placer y el dolor provocado por tus manos, estimulan aún más tus nervios y en pocos minutos ya estás jadeando.
Santiago se ve y también es un ángel, estás segura desde que lo conociste, pero lo confirmás luego de sentir que uno de sus dedos recorriéndote suavemente para luego deslizarse por tu entrada húmeda. Estudia tus reacciones y cuando tus labios se separan para dar paso a un suspiro sonríe contra tus pliegues, feliz de poder complacerte con tanta facilidad.
En algún lugar de la habitación la boca de tu novio está aún ocupada y sólo lo recordás cuando  una voz grave resuena entre las cuatro paredes. Matías parece perdido en su tarea, con su saliva corriendo por su mentón y sus pestañas brillando con lágrimas que sólo pueden ser resultado de la humillación que siente o del ardor que los dedos del mayor generan en su cuero cabelludo.
-¿Por qué vos no te portás así con tu novia?- pregunta Enzo-. ¿Por qué siempre la hacés llorar?
Mueve sus caderas sin consideración, golpeando repetidamente con la punta de su miembro la garganta de Matías, ignorando cuando este araña sus muslos para rogarle que se detenga y su piel enrojeciéndose por la falta de oxigeno. Jamás habías visto a tu novio tan indefenso y vulnerable, pero mentirías si dijeras que no te excita verlo doblegarse ante Enzo.
Regresás tu atención al cordobés entre tus piernas y él te premia con otro de sus dedos. Su lengua dibuja figuras rápidas en tu clítoris y sus yemas acarician tu interior con movimientos circulares, rozando una y otra vez el punto que te hace arquear la espalda y sacudir la cabeza por lo intolerable del placer, magnificado por la espera y la tortura previa.
-¿Mati…?
-Sí- contesta Enzo en su lugar-, podés.
Esperar otro segundo o buscar en el rostro de tu novio más confirmación te resulta imposible. No estás segura de cuál es la última imagen que te empuja hacia tu orgasmo: los ojos azules de Santiago y su devoción hacia tu cuerpo evidente en sus embestidas contra el colchón o Enzo apartando los cabellos del rostro de Matías y las lágrimas de sus ojos mientras aún está utilizando su boca despiadadamente.
Tu visión se nubla por el placer y Santiago, en un intento de prolongar tu orgasmo, te inmoviliza rodeando tu pierna con un brazo: sus movimientos no fallan ni por un segundo y sólo se da el lujo de bajar el ritmo una vez que tus uñas arañan sus hombros en señal de advertencia. Está tentado a continuar y Dios, adoraría hacerlo sólo para verte luchar contra el placer, pero conoce a la perfección lo desesperante que es la sobre estimulación y no quiere someterte a algo así.
Cuando las últimas lágrimas que inundaban tus ojos caen, humedeciendo tus mejillas y todo lo que encuentran en su camino, te permitís respirar lentamente para calmar tus pulsaciones. Te llevás una mano al pecho y por unos instantes jurás que en lugar de sentir tus latidos los oís, pero se trata del sonido rítmico producido por otro cuerpo.
Otros, mejor dicho.
Matías golpea las piernas de su amigo hasta que este se detiene para permitirle respirar y cuando lo libera ambos permanecen conectado por varios hilos de saliva. En un gesto casi dramático, ante el cual el otro pone los ojos en blanco, tu novio se deja caer y se lleva ambas manos al cuello mientras tose y respira de manera agitada.
Preocupada y también menos coherente de lo que te gustaría admitir saltás de la cama para auxiliar a Matías. Tus piernas carecen de la fuerza necesaria y cuando caes a su lado él te atrapa entre sus brazos, permitiendo (y disfrutando, aunque no va a decirlo en voz alta) que tus manos recorran su rostro para asegurarte de que se encuentra bien.
-No pasa nada- intenta calmarte e ignorar el sonido de las prendas ajenas cayendo sobre el suelo-. Andá a la cama, dale.
-Pero…
-Estoy bien, de verdad.
Creerle es difícil porque su respiración todavía suena rápida y superficial, pero cuando Enzo te toma por los brazos y te lleva de nuevo hacia la cama no tenés más opción que permanecer allí. Regresa por Matías y su trato más es delicado cuando lo ayuda a ponerse de pie, sosteniéndolo por la cintura e ignorando todos los fluidos en su ropa cuando la retira para descubrir su cuerpo.
Una extraña sensación de celos te ataca cuando observás que se toma el atrevimiento de tocar a tu novio, llenando su cuello de besos húmedos y masajeando su miembro con una lentitud que hace temblar sus rodillas. Matías se muerde los labios para contener algún que otro suspiro, aferrándose a los hombros del más alto para no desmoronarse y permitiéndole continuar su recorrido hasta que este último decide que es suficiente.
El hormigueo entre tus piernas se reaviva con la escena y también tu excitación manchando tus muslos. Las manos de Santiago se aventuran nuevamente sobre tu figura, acariciando tus pechos sobre tu camiseta mientras frota su bulto contra tu espalda baja y sus dientes rozan tu oreja, sacándote un gemido que llama la atención de tu novio.
Cuando se separan Matías sonríe, estúpido por la situación, y se dirige hacia la mesita de luz para buscar algo. Es un momento que Enzo decide aprovechar mimándote, besando tus labios hasta que ambos se quedan sin oxígeno, acariciando tus mejillas y peinando tu cabello como si intentara así recomponer tu apariencia desaliñada. Luego juega con los rulos de Santiago y le regala, sumados  a unos besos en la mejilla, varios cumplidos sobre su buen comportamiento.
Te acomoda sobre su regazo y su erección más que húmeda roza tu centro, sensible por tu interminable necesidad y por la estimulación que recibió hasta hace algunos minutos: gemís y él sonríe, luciendo calmado e inamovible como siempre, mientras una de sus manos acaricia tu cadera y la otra el bulto de Santiago, que comienza a gemir con la primera caricia.
El colchón se hunde con el peso de Matías, que se posiciona a tus espaldas y besa tu hombro mientras le arroja –entre divertido y un poco molesto por tener que compartirte otra vez- los preservativos a los otros dos.
-Acordate- dice contra tu piel:- si tenés que parar, paramos.
-Y vos acordate también- tocás el envoltorio sobre su palma-. Soy tuya y de nadie más.
Su erección palpitante te golpea y es la única orden que necesitás para dejarte caer sobre Enzo. Buscás apoyo en su pecho mientras él sostiene tu cintura y guía su miembro hacia tu centro, su punta jugando con tu clitorís y deslizándose repetidamente entre tus pliegues antes de hallar su lugar definitivo en tu entrada. Su tamaño te hace gemir y arañar su piel.
Santiago se acerca a tu rostro, tocando la comisura de tus labios y dejando un rastro tráslucido de líquido preseminal en tu mejilla, y estás a punto de recibirlo en tu boca cuando la mano del mayor los detiene a ambos.
-No querés que te muerda, ¿no? Aguantá un poco.
Santiago suelta una risa tan encantadora como su expresión y pronto Enzo también comienza a reírse. Por su parte Matías, que está aislado de los otros dos pero siempre en contacto con vos, intenta contenerse al ver la forma en que tu entrada trasera se contrae sobre la nada misma con cada nuevo centímetro de Enzo que tu interior acepta. No comprende cómo puede encantarle tanto verte de esta manera con su amigo, pero…
-Respirá.
Masajea tu cadera con una mano mientras con la otra conduce su erección desnuda hacia tu entrada. Sentís su glande ardiendo contra tu piel y te esforzás por dejar de lado el terror y los nervios que desestabilizan tu cuerpo y tu respiración, pero el arduo trabajo deja de ser necesario cuando los primeros centímetros son muy bien recibidos y te relajás.
Luego de unos segundos la figura temblando bajo la tuya llama tu atención y abrís los ojos: Enzo se muerde el labio con fuerza, tiene los párpados cerrados y su expresión cuando arroja la cabeza hacia atrás parece ser ocasionada por un dolor inexplicable. Estás a punto de gritarle a Matías para que se detenga pero te interrumpe un gemido gutural y grave, claramente de placer.
Un par de centímetros más y en tu cuerpo también se desata un tremor incontrolable. Matías es cuidadoso y los movimientos de su cadera son lentos, prácticamente imperceptibles, pero eso no evita que te estremezcas violentamente cuando la mezcla de placer y dolor comienza a superarte. Tus dedos comienzan a jugar con tu clítoris para aliviar tu desesperación.
Matías jadea a tus espaldas y arranca el mismo sonido de tu boca cuando arroja más lubricante sobre su miembro, permitiendo con sus embestidas que el producto se deslice por tu entrada y hacia las profundidades de tu cuerpo. Tus labios se separan para dar paso a una infinidad de sonidos y también al hilo de saliva que cae por tu mentón hasta llegar al pecho de Enzo.
Santiago, que hasta entonces esperaba pacientemente y recibía las ocasionales caricias del Enzo como una bendición, emite un sonido de protesta para llamar la atención de quien sea que esté dispuesto a escucharlo. Lo mirás sin dejar de gemir y resulta ser un error, ya que toma tu mentón y penetra tu última entrada disponible.
Un río de lágrimas corre por tu piel y la esencia de Santiago por tu boca, sus ojos se mantienen firmes sobre los tuyos y no comprendes el origen de la sonrisa que adorna sus labios. ¿Disfruta verte en esta posición, con tu cuerpo a merced de todos ellos y tu consciencia resquebrajándose? ¿Es un tierno intento de calmarte, pretende transmitirte un poco de su usual serenidad? No podés saberlo.
Es una locura. Todo esto es una completa locura, todos están locos, pero eso no detiene a ninguno de tus acompañantes. Tampoco a vos.
Santiago utiliza tu boca, deleitándose cuando tus gemidos vibran en torno a su extensión y sosteniéndote por la mejilla para mantenerte firme en tu lugar; Matías continúa empujándose hacia tus profundidades, llenándote hasta que jurás no poder tomar más, y volviendo loco a Enzo en el proceso, cuyas uñas dibujan formas en tu cadera.
Para cuando tu novio se detiene, regalándote un momento para permitirte acostumbrarte a la sensación, ya es tarde: no podés controlar los gemidos que mueren en tu boca y estos provocan que te ahogues con el miembro de Santiago, tu garganta contrayéndose sobre él hasta que lo llevás imposiblemente cerca de su orgasmo.
Tus músculos se contraen con tu clímax, arrancando maldiciones de todo tipo de los labios ajenos y especialmente de los de Matías, para quien tu entrada hasta ahora desconocida e imposiblemente apretada resultaba ya demasiado. Intenta darte el tiempo y la quietud que necesitás para disfrutar de tu inesperado orgasmo, de verdad lo intenta, pero su cuerpo lo traiciona.
El primero en ordenarle detenerse es Enzo, abrumado por el placer que siente cada vez que Matías se desliza en tu interior, y cuando te separás de Santiago también se suman tus gritos, mezclados con gemidos rotos y sollozos desesperados. Matías los ignora se y ríe, disfrutando utilizar tu cuerpo y también de poder vengarse de ambos.
Tus brazos pierden la fuerza y te derrumbás: el nuevo ángulo, muy lejos de traer alivio para tu cuerpo o para tu mente cada vez más nublada, provoca que ambos te penetren con mayor profundidad y rocen todos los puntos necesarios para hacerte delirar.
Gritás con los movimientos de Enzo, que siguen un ritmo opuesto a los de Matías, y llorás sobre su pecho mientras él besa tu frente. Sus palabras pueden ser tranquilizadoras o alentadoras, no lo sabés ya que jamás llegan a tus oídos y todo lo que percibís es tu llanto descontrolado junto con los quejidos de Santiago.
Cuando estirás tu brazo para consolarlo cierra la boca, satisfecho, pero es un silencio efímero. Lo masturbás con movimientos rítmicos y girás tu muñeca de vez en cuando, no tenés dudas de que le brindás el placer que merece, pero lo que en realidad logra hacerlo suspirar y gemir es la mano de Enzo ubicada entre sus piernas, más específicamente su dedo medio deslizándose dentro y fuera de su entrada.
Te girás para poder observar a Matías y la visión que encontrás te deslumbra: está luchando para no dejar caer sus párpados, pesados por el placer que lo ahoga, porque no quiere perderse ni un segundo del show que estás protagonizando. No sos consciente de cómo se ven tus pequeños agujeros, brillantes y en extremo dilatados, tampoco de cómo se ven en esta posición los ángulos y las curvas de tu cuerpo, así que sólo te dedicás a tomar lo que te ofrecen.
No cree que haya una palabra para describir cuánto ama poder verte de esta manera, completamente ida y presa del placer, la coherencia abandonando tu mirada y tu cuerpo entregándose más y más a la condena que te fue impuesta.
Sin dejar de mirarte lleva su pulgar a sus labios y lo humedece con su lengua para luego acercarlo a tu entrada en un gesto amenazante.
-Sos una putita, ¿no?
Tu respuesta es un gemido, patético y desesperado, propio del porno.
-Decilo.
-No…
Ejerce presión con su pulgar y gritás, aterrada; sabés que da igual si tu cuerpo no resiste más, Matías va a encontrar la forma de hacer que eso que él desea suceda de todas formas.
-Decilo- te sorprende la voz de Enzo y su respiración golpeando tu piel-. Decí que sos una putita.
Escondés tu rostro en su pecho, empapado con tu saliva y tus lágrimas, y cumplís con lo que te piden. Tu voz es apenas audible y estás segura de que Matías -tan sádico como siempre- te ordenará que lo repitas, pero en su lugar hace otra pregunta que acentúa con una fuerte embestida:
-¿De quién sos?
-Tuya.
-¿Sí?- y golpea tus entrañas.
-Sí, tuya y de nadie más- asentís-. Por favor, amor, por favor.
-¿Qué querés?
-Llename toda.
No se molesta en ocultar el efecto que tienen en él tus palabras y tampoco oculta el sonido animal que brota de su pecho cuando se derrama en tu interior. Su miembro palpita con fuerza y su semen caliente que te marca, reclamando el último lugar intacto de tu cuerpo, te arroja hacia otro desgarrador orgasmo que llena tus ojos de cristales. Cubrís tu boca con tus manos, creyendo que servirá de algo, pero todos te oyen caer de ese precipicio.
Los espasmos de tu cuerpo son incontrolables, crueles e intensos, tan agresivos que provocan también el orgasmo de Enzo. Busca tus labios desesperado, los movimientos de sus caderas empujándote dificultándole el besarte, y cuando logra llegar a tu boca te muerde hasta que ambos saborean en sus lenguas tu sangre.
No se detiene hasta que tus paredes reclaman la última gota de su liberación ardiente… y luego se da el lujo de continuar abusando de tu entrada con movimientos lentos que sólo se extinguen cuando sus respiraciones se estabilizan.
-Nos olvidamos de un detallito, ¿no?- dice Matías, ya recuperado de su orgasmo, con un tono despiadado. Se posiciona detrás de Santiago, que no deja de tocarse con movimientos frenéticos y desacertados, y aparta su mano de un golpe para encargarse del rubio-. Te gustó ver a mi novia, ¿no? Te gustó que te la chupe y que te toque.
Santiago arroja la cabeza contra el hombro de Matías. Sus mejillas están rojas y muerde sus labios con fuerza, pero lo que más te impresiona es ver cómo entierra sus dedos en la carne de sus muslos para no desfallecer por el súbito placer que los movimientos expertos de tu novio le hacen sentir.
Estás rodeada por el cálido y reconfortante abrazo del uruguayo, tus músculos protestan y tu mente todavía le pertenece a alguien más, pero eso no impide que estires un brazo y dirijas tus dedos cuidadosamente hacia la entrada del rubio. Su gemido de sorpresa y sus ojos azules mirándote con una intensidad sofocante son tu recompensa.
Su entrada cálida no opone resistencia alguna y sospechás que la lubricación que encontrás allí son tus propios fluidos. Deslizás un único dígito en su interior para no abrumarlo o herirlo, sin saber hasta dónde llegó Enzo, y su reacción es inmediata. Tiembla entre los brazos de Matías antes de llevar sus dedos hacia su cabello.
Una mano bronceada toma tu muñeca y gira tu brazo.
-Así- explica Enzo-. Ahora con la punta del dedo hacé…
Santiago grita, incapaz de tolerar el placer que vos y tu novio provocan con sus manos, y en un parpadeo los hilos de semen que brotan de su punta caen sobre tu rostro y tu cabello. Continuás moviendo tu dedo contra su próstata hasta que se queja por la sobre estimulación y tus dedos lo abandonan junto con las manos de Matías.
-La próxima lo tenemos que tratar mejor, ¿no?- sugiere tu novio, plantando besos húmedos en el hombro del rubio y deslizando sus dedos por sus rulos despeinados. La carcajada de Enzo resuena entre las cuatro paredes y se lleva una mano al rostro-. No te rías, boludo, es verdad…
Abandonás tu lugar sobre el mayor y te sentás en el colchón, desorientada, con una expresión que hace sonar las alarmas en el cerebro de Matías. Toma asiento a tu lado y acaricia tus muslos con fuerza, estudiando tus reacciones.
-¿Qué pasa?- sigue tus movimientos cuando bajás la mirada, observando los fluidos que caen desde tus entradas y oscurecen las sábanas-. No pasa nada, ¿sí? Ahora nos bañamos y después limpiamos todo.
-Sí.
Matías le dirige una mirada a sus amigos, haciéndoles saber que necesita unos minutos sólo con vos, por lo que ambos abandonan la cama rápidamente y toman la ropa que arrojaron por ahí muchos minutos atrás. Santiago besa tu mejilla cariñosamente antes de dirigirse hacia la puerta.
Enzo intenta no entrometerse, sabe que no le corresponde, pero aún así no puede evitar tomar tu mentón y buscar tu mirada. Te sonríe y cuando le devolvés el gesto besa tu frente, susurrando:
-Lo hiciste bien.
Ambos abandonan la habitación y una vez en el pasillo el mayor arrastra a Santiago en dirección al baño, ignorando sus protestas y explicándole que tiene que asegurarse de que también se encuentra bien.
-Estás bien, ¿no?- pregunta Matías.
-Sí, tonto.
-Y Enzo tiene razón, ¿sabés?- besa tus labios-. Lo hiciste bien, muy bien.
-¿De verdad?
-De verdad.
Jugás con sus dedos y sonreís.
-No fue un castigo.
-No- te sonríe con dulzura-. Para castigarte voy a esperar a que no haya nadie que pueda ayudarte.
Me hace inmensamente feliz haber concluido la historia de esta forma y... nada, no sé qué decirles, vayan todas a la iglesia el domingo porque seguramente después de leer esta película porno lo necesitan más que nunca. Muchísimas gracias por leer este capítulo y también los otros si es que vienen siguiendo toda la historia, soy extremadamente feliz sabiendo que pude entretenerlas un ratito 🫶🏻❤️
Mención honorífica a @recaltiente porque sin ella no habría encontrado la hermosa foto de los chicos para la portada y además soportó leerme con mis millones de ideas para la historia y todos mis desvaríos. Te adoro infinitamente nena.
taglist: @madame-fear @creative-heart @chiquititamia @delusionalgirlplace @llorented @lastflowrr. Si alguien quiere que la agregue a la lista me avisa ♡
86 notes · View notes
esuemmanuel · 6 months
Text
No sé por cuánto tiempo lloré, pero… al despertar me sentí sumergido en un tanque de agua. Me dolía la cabeza y el pecho… No estaba bien. Me puse de pie. Me había quedado dormido en el sillón… Mis lágrimas habían dejado su húmeda huella en el cojín. Di varios pasos queriendo llegar a la cocina para tomar un vaso y servir un poco de agua en él. Lo hice. Traté de recordar porqué lloraba… No logré hacerlo. Miré hacia el reloj que descansaba en la pared del comedor… 11:53 p.m.
I don't know how long I cried, but… when I woke up I felt submerged in a tank of water. My head and my chest hurt… I was not well. I stood up. I had fallen asleep on the couch… My tears had left their wet imprint on the cushion. I took several steps wanting to get to the kitchen to get a glass and pour some water in it. I did. I tried to remember why I was crying… I couldn't do it. I didn't succeed. I looked up at the clock resting on the dining room wall…. 11:53 p.m.
Tumblr media
40 notes · View notes
pedripepinillo · 1 year
Note
Kiss prompt “come back to bed” with pedri please!! I love your writings btw <33
Tumblr media
“come back to bed.” con pedri y gavi:
advertencia: decidí hacerlos juntos, espero no les moleste anons <3
pedri:
las mañanas junto a tu novio podrían ser consideradas la mejor sensación de todo el mundo. pensabas que despertar a su lado era lo único que podía hacerte sentir bien, pues su compañía lo era todo para ti.
luego de una noche excepcionalmente larga, donde reinó el amor y las caricias vagas por tu piel, habías decidido despertarte temprano para hacerle el desayuno a pedri.
justamente te estabas levantando de la cama cuando sentiste una mano prominente tomar tu mano.
“¿a dónde vas? regresa a la cama” su voz ronca por dormir tanto te estremeció, cada vez te enamorabas más de él.
“haré el desayuno.” dijiste simple, soltando su mano para encaminarte a la cocina.
“pero yo quiero que te quedes aquí conmigo.” pidió, sus ojitos casi cerrados porque le molestaba la luz del sol que se colaba por la ventana abierta.
“pero debemos desayunar.” murmuraste y pedri se sentó en la cama por fin, sus manos viajaron a tu torso desnudo y te acercó a su cuerpo para luego besar tu frente.
“no quiero, quédate otro rato más conmigo, por favor.” dijo y vos asentiste.
su toque recayó en tu nuca, donde te acercó hasta sus labios para besarte en un beso paciente y lleno de amor.
tus manos se dirigieron a sus mechones azabache y aquel beso se sintió como el primero de muchos de aquel día.
amabas besarlo, pero amabas aún más cuando él te besaba por cuenta propia.
“¿podemos quedarnos un ratito más así? solo quiero estar junto a ti.” dijo y vos asentiste. ahora te acomodabas en su pecho y era ideal porque emanaba un calor hogareño.
gavi:
“entonces le dije que no era justo porque yo también había pagado la cena. te juro que no vuelvo a salir con ansu”
tu novio te platicaba sobre su semana, había estado ocupado con partidos y salidas con él equipo, así que cuando se enteró que tenía tiempo libre, decidió hacer una pijamada contigo.
amaban estar juntos.
“pablo, pero si te comiste como ochenta empanadas y dividieron la cuenta entre todos, vos fuiste el que comió más entonces no es justo para los demás pagar por tu comida…”
“¿estás de su lado? creí que me apoyarías”
rodaste los ojos mientras colocabas la mascarilla de aloe vera en el rostro de tu novio. pablo se dejaba hacer con vos, literalmente adoraba todo el tiempo que pasaban juntos incluso si eso significaba hacer “cosas de chicas” contigo.
“estoy de tu lado, pero no creo que sea justo eso, yo también me enfadaría si me hicieran pagar tanta comida que ni siquiera yo comí.”
“te amo tanto, pero no tienes razón.” suspiraste cuando pablo dijo aquello.
continuaste colocando la mascarilla en su rostro tibio, el contraste del producto frío le hacía escalofríos.
te removiste bajo su toque apretado, así que pablo te miró con confusión.
“¿a dónde vas?” preguntó cuando notó que te estabas levantando de sobre su regazo.
“a hacerme el skincare”
“¿y eso que es?” preguntó con el rostro en una mueca, la mascarilla se le escurría por los lados y te daba risa mirarlo tan lindo.
“me voy a lavar la cara para dormir bien” dijiste y él negó.
“no, mejor quédate aquí conmigo porque de todos modos vas a dormir bien si estoy aquí.”
“pablo-”
no pudiste decir nada más porque sus labios se impactaron contra los tuyos en un beso rudo y al mismo tiempo inexperto.
te tomó por la cintura y te acercó más a su cuerpo, te habías sentado a horcajadas sobre su regazo, y podías sentir sus manos hundiéndose en tu piel sensible por el frío.
“no te vayas.” dijo cuando se separaron.
sonreíste, cada vez te sorprendía más. “pero debo hacerme lo de la cara…”
“regresa a la cama, por favor” pidió y besó tu mano para convencerte.
accediste de inmediato, amabas los besos de tu novio, de cualquier forma y en cualquier presentación, incluso si implicaban dejar de hacer tu rutina para estar junto a él.
116 notes · View notes
Text
Task Force 141 + König, Alejandro y Rudy x Lectora Hebria
Estás en la fiesta de Año Nuevo y has bebido demasiado… pero eso resultó en algo positivo.
Capitán Jhon Price. 
Tumblr media
Como es el líder, siente que su deber es llevarte a salvo, lo ve casi como una misión, “Escolta a T/n a casa”.
El dolor de cabeza es mínimo pero está allí, te mueves inquieta en la cama, no debiste tomar tanto, pero rara vez haces este tipo de cosas así que… ¿por qué no?, giraste otra vez tratando de encontrar una posición cómoda, pero era inutil, la claridad del día ya no te permitirá dormir. 
-¿Cuanto más vas a retorcerte dormilona?- abres los ojos sorprendida. 
-¡¿Capitan Price?!- te incorporas. Tu capitán está en tu casa… en tu habitación, en tu cama.. y sin camisa, pronto te das cuenta de que estás desnuda.
-¿Qué pasó anoche?- chillas levantando la sábana para cubrir tus pechos. 
Price te mira con algo de diversión- ¿No te acuerdas?- una de sus manos viaja y se posa sobre tus labios, que están sensibles, no quieres ni sospechar porque.
Haces fuerza mental… y los recuerdos vienen en tropel, Price cargando tu cuerpo hasta tu apartamento, tu coqueteo descarado, la forma en la que le dijiste que te gustaba y qué querías que te jodiera toda la noche. 
Con horror llevas las manos a tu cara, lo miras -Presentaré mi renuncia Señor, esto fue mi culpa, no hay necesidad de que los altos mandos se enteren.- Estás planeando a mil por hora cómo resolver este problema.
-Calmese soldado, acaso me ves molesto por lo que pasó… Era cuestión de tiempo para que la tensión sexual explotara.
-Capitán ¿no está molesto?- lo ves negar con la cabeza, su mirada baja a tus pechos cubiertos, -Anoche me llamabas Price, creo que aquí podemos saltarnos el formalismo del ejército no crees bombón.- Y con eso vuelven a tener una ronda de sexo, en la cual dijiste su nombre varias veces.
Que gran forma de comenzar el año.  
Jhon “Soap” McTavish
Tumblr media
-T/n deberías dejar de tomar, ya estás bastante borracha- Soap te quita la cerveza de la mano. Molesta se la quitas y tomar otro sorbo, -¡Oblígame Lavandina!- Alguien explota en risas detrás de ti y no puedes evitar reír, “Gaz tiene una risa contagiosa”
-Soap llévela a casa y cuide de que nuestra chica no haga estupideces- Price niega con la cabeza.
-Capitán noooo- te quejas.  -Ya escuchaste las órdenes- Soap te saca del bar casi a rastras. 
Abres los ojos viendo la luz del día filtrarse por las ventanas, te levantas y al sentarte das un pequeño jadeo, estas desnuda, no recuerdas quitarte la ropa anoche, pero estabas borracha así que, no importa, aun asi te parecio extraño.
El olor de panqueques hace que mires hacia la puerta de tu habitación, está abierta.. siempre duermes con la puerta cerrada y con llave, “¿otro error de borracha?” Miras la habitación todo parece normal, salvo que la cama está muy desordenada, y entonces lo ves en tu mesita de luz,  un paquete de condones abierto. 
Con solo la sábana sales disparada hacia donde sientes ruido y para tu sorpresa Jhon está en tu cocina, preparando el desayuno, lo miras y él se percata de tu presencia. -¡Ya despertaste!- viene a tu encuentro y te besa apasionadamente entonces lo recuerdas, anoche… todo lo que hicieron juntos. 
-¿Qué está mal hermosa?- Soap pregunta.
-¿Sigo dormida? creo que estoy soñando, no pensé que te sintieras igual que yo-
Soap sonríe y te levanta dejando sobre la mesa -Sabes tengo hambre, creo que voy a conseguir una ración extra de miel antes de comer los panqueques- con eso hundió la cara entre tus piernas. Jadeas por que es como un fuego forestal disparandose en tu núcleo -Toda la que quieras- gritas entre jadeos.
Simon “Ghost” Riley
Tumblr media
-¿Estás segura?, si comienzo no voy a detenerme y no hay vuelta atrás, recuerda que…
-Las elecciones tienen consecuencias, lo sé, quiero esto, ¡te he deseado desde hace mucho tiempo!- jadeas aferrándote a un hombre grande en una oscura habitación.
Con esas palabras en la mente despiertas, la luz apenas visible se cuela por una hendidura en la ventana. Te sentaste de golpe jadeante por el dolor que sentiste entre las piernas, era extraño, pero a la vez un dolor placentero. Tu mente está muy confundida, te quitas la sábana de encima, pronto ves marcas rojas por todo tu cuerpo, -¡¿Son mordidas?!- jadeas. De la nada alguien está encima tuyo, cuando giras y ves la máscara de Ghost, lo sabes, sabes lo que sucedió. 
Pues bien, era un amante rudo y muy pasional. 
-¿Y bien, continuamos donde lo dejamos anoche?- sientes su miembro duro contra tus nalgas. 
-¡Si!- te dio una palmada fuerte en tu trasero- ¿Si… qué?- jadeas por el escozor y pronto te pones húmeda.
-¡Si, Teniente Ghost!- sus dedos viajan hasta tus húmedos pliegues y comienzan un masaje lento- Buena Chica- te encuentras jadeando y suplicando por su toque, y te lo da, no es nada mezquino cuando se trata de darte placer.
Kyle “Gaz”  Garrik
Tumblr media
Te despiertas acostada sobre algo cálido pero a la vez algo duro. Entonces siento unos brazos fuertes rodearte. Abres los ojos y ahí está, tu compañero de equipo Gaz, mirándote somnoliento y feliz.  -Buen dia dulce- deja un beso en tu boca y te derrites contra el- Entonces… quieres que continuemos con esto… ver hasta dónde llegamos?- estás un poco demasiado felíz. 
-Quiero que lleguemos hasta el final dulce, no soy de los que solo tienen cosas casuales, ¿qué dices?- Te levantas y te pones a horcajadas sobre su regazo- Digo que esta será mi nueva forma de iniciar el día, si es que te parece bien Gaz- sus manos aprietan tu cintura y comienza a moverse par sentir el calor de tu apretado núcleo- Kyle, aquí me llamaras Kyle- pone énfasis en sus palabras embistiendo más duro.
-Kyle… jodeme como anoche- -Copiado cielo- y lo hizo, tanto que tuvo que ayudarte a llegar al baño después.
König
Tumblr media
Aunque estas borracha te das cuenta que a König no le gusta ni un poco el ambiente, se mantiene estoico, pero sabes que se está volviendo loco por dentro, lo tomas de la mano y lo sacas de la fiesta, el pobre hombre accede a tu capricho de ir a una fiesta, pero no podías quedarte ahí sabiendo que él era muy infeliz. 
-Creí que querías quedarte ahí- te mira un poco confundido, pero no tenso como lo estaba dentro. 
-No si eso te hace sentir incómodo, somos un equipo, ¡buenas y malas!- el alcohol sigue trabajando en tu sistema, te golpeas el pecho justo en el corazón dos veces, un saludo usual entre ustedes, pero te tambaleas y el te agarra antes de caer. Suspira, -Te llevaré a casa- tus pequeños pasos estaban empezando a molestarlo, ya que los suyos eran tremendamente más largos. Sin decirte nada, te levanto de golpe y te cargo sobre tu espalda. 
Chillas por la altura, -No me sueltes o estaré muy enojada- pero no ayudas mucho ya que pataleas mientras ries. 
-Nunca… voy a soltarte- König se ahoga un poco debajo de su barbijo y sudadera con capucha.
Llegas a casa donde él se encarga de que tomes algo de agua fría, busca una camiseta y pantalones para que te cambies. 
-Wos, si así eres como amigo no me imagino como Novio…- tropezaste con tus palabras -¿cómo es que sigues soltero?, o ¿tienes una novia?, me pondré celosa porque te quiero pero soy cobarde para decirlo- te adheriste a él como un chicle al pavimento caliente- No tengas novia König, deja que haga mis movimientos para seducirte!!- antes de pensar un poco más ya estabas agarrandolo de los hombros para besarlo. 
König estaba petrificado, si bien T/n estaba muy borracha, él creía cada palabra de lo que decía, las señales habían estado ahí desde hace mucho tiempo, pero nubladas por pensamientos negativos, el nunca se había atrevido a creer que podría tener una oportunidad con esta increíble mujer, dura como el acero en los combates y misiones en las que habían participado juntos, y al siguiente dulce y gentil cuando encontraban a un civil o aún rehén asustado que había quedado atrapado en el fuego cruzado.
No dejaría ir esta oportunidad. Abrazo la pequeña figura de T/n y la estrelló contra su pecho, el olor de su shampoo floto e hizo cosquillas en su nariz. Sus ojos fríos como el hielo se abrieron con una nueva determinación. La levantó en brazos y la acostó en la cama y se acostó a su lado tapándose con la manta. T/n se quedo dormida, König dejo una caricia en su mejilla, -No te preocupes Liebe,(amor) no podría enamorarme de alguien más, tu ya eres der Besitzer meines Herzens- (la dueña de mi corazón)
A la mañana siguiente, - ¡Lo siento!- T/n se disculpó con König -Tuviste que quedarte aquí viendo que no hiciera ninguna estupidez en mi estado ebrio, ¡Te recompensare!- König sonreía, apenas ya que no lo hacía a menudo, pero era una sonrisa genuina. -No te preocupes por eso klein (pequeña)- su mano grande dejó una caricia sobre su cabello. 
Sonrojada T/n asintió -Ven preparemos el desayuno, es lo minimo que puedo ofrecerte- con el pasar de las horas König aprende a sonreír de manera más natural.
Alejandro Vargas
Tumblr media
-¡Dame otro Tequila!- gritas extasiada, la felicidad proporcionada por el alcohol rugiendo en tus venas.
-Tranquila dulce- Alejandro trata de hacer que te sientes - Fue suficiente por esta noche- . Alejandro te llevo a tu habitación, como eras la única mujer en el equipo, tenías el privilegio de que tu habitación estaba separada de las otras.
Pero no lo era querías más alcohol, pero se te negaba, sin embargo tenías a este hombre contigo, y eso no lo ibas a desaprovechar, te quitaste la camiseta-
-¿Qué haces?- Te ríes por su cara de sorpresa.
-Se como me miras Alejandro, vamos dame una noche inolvidable- tus manos viajaron a su cinturón.
-No, señorita cálmese, te arrepentirás de esto por la mañana- Sigues tratando de hacer que se quite el cinturón.
-Se lo que quiero-  -Estas ebria, ni hablar, duérmete, te veré en la mañana- 
Decepcionada por ser rechazada te encuentras furiosa -¡Ni que estuvieras tan bueno!- Te acuestas enojada, y de algún modo te duermes.
Hay un ruido ensordecedor, como si los truenos chocaran contra tu puerta, te levantas, la bruma del alcohol desvanecida ahora, miras el reloj 7 de la mañana, marcan sus número rojos. "Será mejor que  valga la pena  es mi día libre" te quejas.
Cuando abres la puerta Alejandro se metió como un vendaval  te agarro de las muñecas y te enjauló contra la pared con su cuerpo duro, pateó la puerta encerrandolos.
-¿Lo de anoche era verdad era producto del alcohol?
-Uh… lo de ¿anoche?- te acuerdas de tu patético intento de seducirlo -Bueno, el alcohol me dio valor para expresarlo de una forma torpe… pero no era broma- tus mejillas están rojas, te mueres de vergüenza.
-Gracias a Dios- con eso te besa como un hombre muerto de hambre, sus manos tocan todos los lugares correctos y tu te derrites contra el.  “Gracias Tequila”
Rodolfo “Rudy” Parra
Tumblr media
-Hey Cielito Lindo- Rudy toca tu hombro suavemente, estabas algo adormilada, la euforia del alcohol te abandono drenando tus energías. 
-Umm Rudy?- apenas mantienes los ojos abiertos.
-Si, bonita, creo que estas fuera de combate, los chicos se fueron buscando más fiesta alentados por Alejandro- escuchas a Rudy moverse pero no puedes abrir los ojos para ver que hace. 
En un momento te sientes pesada y al siguiente es como si flotaras en las nubes, confundida abres los ojos, tal vez así se siente entrar en coma etílico.
Pero nada de eso, Rudy estaba cargando en su brazos. -Rudy no!- lo miras con la boca abierta- Te lastimaras la espalda, bajame caminaré- te mueves un poco, pero te mareas y tu cabeza cae contra su hombro. Lo escuchas reír, y puedes oler su aroma, sudor, pero no desagradable, una esencia masculina, no puedes describirlo, pero ahí está.
-Eres tan ligero como un tamal- rie.
-¿Me estás comparando con una comida?- quieres parecer ofendida pero fallas.
-Los tamales son mis favoritos- te mira a los ojos y hay algo que se te escapa en su mirada.
 -¿Acaso quieres devorarme como a un tamal Rudy?- una pregunta pícara escapa antes de que pudieras censurarla.
-Con todo mi ser Cielito Lindo- se para en seco… te mira y sus ojos están tan abiertos como los tuyos, de repente no tienes sueño, un oscuro deseo lo ha reemplazado.
-¿Es una broma?- preguntas sin aliento.
-¡Si!... pero si quieres no es una broma- traga con dificultad, nervioso por tu respuesta.
Rodeas su cuello con tus brazos- Muéstrame entonces cómo vas a devorarme- dejas un beso en sus labios, apenas un picotazo. 
Rudy sonríe, muestra todos sus dientes en el proceso, te arroja sobre su hombro y sale corriendo en direcciona a su habitación
63 notes · View notes
cosita-mal-hecha · 26 days
Text
"La tienda de helados de nightmare"
Historia publicada en Wattpad
Contiene Nightcross, si no te gusta el ship eres libre de no leer esto.
Tumblr media
La alarma empezó a sonar muy temprano en la mañana, eran las siete y el sol apenas se estaba asomando por la ventana de una habitación monocromática, todo era de los colores blanco y negro, además de unos tonos de morado que se encontraban en algunas cosas de ese cálido lugar.
De una bola de sábanas salió la mano huesuda de un esqueleto que con toda la flojera del mundo apagó el sonidito que ya se estaba haciendo irritante, se sentó en la cómoda cama, tirando las brazos hacia arriba, sus huesos crujieron por el movimiento después de estar tanto tiempo sin moverse, su cuerpo estaba un poco entumecido.
Se levantó por fin, empezó a vestirse lentamente, para después bajar por unas largas escaleras hacia el living, tenía puesto su uniforme, un poco arrugado por como lo metía en su armario siempre que lo acababa de usar.
Ya en la cocina, prendió la pequeña cocinilla que tenía por cocina, hace poco se mudó de la casa de sus padres y le a costado poder independizarse pero hace más de tres semanas que no iba a comer la comida de su madre o a pedirle dinero "prestado" a su padre.
Se hizo unos simples huevos revueltos, los comía por mientras que miraba cosas en su celular y hacía tiempo para ir a su universidad, en Twitter estaban funando a una persona por mensajes racista por mientras que al mismo tiempo que pasaba eso una persona se burlaba de otra persona por su cuerpo defendiendo se con la escusa del humor negro, algo asqueroso y cobarde a su parecer.
Se canso de leer tanta estupidez junta, para pasar a fijarse en la hora, 7:50 a.m, ya iba tarde, se paró rápido de la silla para ir a buscar su mochila con sus útiles ya arreglarlos.
De camino a la universidad esperaba encontrarse con su amigo epic, el siempre lo esperaba para entrar juntos pero hoy fue la acepción, no lo encontró en todo el largo camino a su gran universidad, no se preocupo, seguramente ya había entrado o se había quedado dormido, no era la primera vez que le pasaba y seguramente no será la última.
La campana ya había sonado, empezó a correr hacia la puerta que ya se estaba cerrando, ahí un señor ya mayor lo veía con gracia, por suerte le dejo pasar sin mayor problema, al llegar a su sala, una cabra bien vestida estaba poniendo sus cosas en la mesa de profesores, me quedé quieto en la puerta esperando que me dijera algo por llegar unos minutos tarde, pero eso nunca llegó, en cambio me hizo un gesto con la cabeza indicando que me sentará dándome una sonrisa cálida cuando pase al lado de ella.
Y ahí estaba mi gran amigo epic, riéndose de mi por llegar tarde, cómo si el nunca lo hiciera.
Me acomode más en mi silla y puse atención en la profesora que ya empezaba a dar su clase, esperando que el tiempo pasara rápido y pudiera irme a mi casa.
-------+-------
Ya era la última clase, unos minutos antes de que sonara el timbre y por fin poder irnos, no se me hizo tan largo como espere, con las bromas y juegos de epic cada clase se alivianaban bastante, todos lo agradecían de alguna manera.
Aunque no fueron tan duras las clases pasadas este se podía considerar la peor de todas, cada que la teníamos terminamos muertos de cansancio, y como no, si tener a undyne de profesora de educación física no era poca cosa, nos hacía correr por todo el colegio hasta que no podamos más, ni mi compa el epic se atrevía a decir un chiste en su clase porque si lo hacía tendría que hacer más que todos.
Siempre que terminamos nos vamos a tomar algo fresco en el quiosco cercano al colegio, ahora solo estamos esperando el sonido del timbre para irnos arrastrando hacia la salida.
Y tal cual paso, el mismo sonidito de siempre dió paso a la lucha para ver quién salía antes de esa cárcel, con personas corriendo por esa puerta que se hacía pequeño en estos momentos, los únicos que no corrían era el curso que acababa de sufrir el infierno y que caminar lo hacía mil veces peor, además de esos grupitos que caminaban cómo modelos y se creía aesthetic.
Cross se junto en la entrada con su ya conocido amigo, según el para ir a comprar alguna bebida como siempre hacian.
-lo siento bro, pero tendrá que ser otro dia- se llevó la mano en el pecho fingiendo estar triste y arrepentido, se notaba el sarcasmo de lejos, cosa que hizo reír a cross
-y eso a qué se debe?- al monocromático le extrañaba que el tuviera algo más que hacer además de estar con el, si le era sincero solo lo veía como un npc muy raro en su vida y le era raro ver qué su amigo tenía una vida aparte.
-tengo que hacer algo super importante...-
-y...que es?-
-no puedo decirlo...-se le quedó mirando fijamente sin moverse ni un centímetro.
-ok señor misterioso, yo me voy a comprar algo, pásala bien haciendo su cosa súper secreta- se despidió con la mano y se fue caminando hasta el negocio, esperaba que ya no esté tan lleno como siempre está cuando recién salen todos, ese era un lugar muy transcurrido por los estudiantes por la variedad de cosas que tenía.
Por mientras que dejaba solo a epic, este miro para el suelo y empezó a pensar en voz alta - no siguió preguntando que es...- hizo un pequeño puchero hincandose para abrasar sus piernas y seguir mirando al suelo -bueno... Lo superaré, algún día-
--------+--------
El negocio estaba cerrado.
Ahora no sabía muy bien que hacer, se pondría ir a su casa pero realmente quiere tomar algo, algún helado o bebida, cualquier cosa, pero nada de eso tenía en su casa, se quedó pensando un rato, tratando de pensar a dónde ir ahora.
En su mente se mostró la imagen de un carrito de helados que siempre estaba en la plaza a la vuelta de la universidad, ahí era la única opción, solo tendría que caminar un poco más.
Así lo hizo, no era tan largo como recordaba, en un momento ya estaba estaba al frente de esa plaza que poco a poco se iba llenando de niños que acababan de salir de clases, en ese momento ese diminuto carrito no era capaz de atender a la cantidad de niños que se amontonaban para comprar un rico helado artesanal.
Un chico bastante grande estaba atendiendo a los niños que se peleaban por los diferentes sabores, espere a que se fueran, sería demasiado inmaduro ir cuando hay niños tratando de comprar, ese chico me miró fijamente examinando me de arriba a abajo, trate de no hacer contacto visual con su gran ojo rojo que se movía de un lado a otro viendo todo a su alrededor.
Me hizo una seña con la mano para que me acercará, yo extrañamente le hice caso enseguida sin pensarlo mucho, al estar ya lo suficientemente cerca de el pude escucharle decir.
-puedo pedirte un pequeñin, enanin y minúsculo favor?- asentí rápidamente sin dejar de mirarlo, el me tomo de las manos dándome algo - enseguida vuelvo!- se empezó a alejar a rápida velocidad, en mi mano tenía una cuchara de helados pero en mi mente solo tenía muchas preguntas diferentes, una pequeña niña se me acercó y tiró de mi chaleco.
- me da uno de fresa?- me mostró en su manita unas monedas no sabia muy bien cuantas eran pero eso no importaba, sus pequeños ojos se iluminaron cuando asentí
Supongo que ese señor quiere que lo cobra un rato en su trabajo, quizás si no llega pronto pueda sacar un poco para mí.
En un santiamén ya todos los niños tenían su helado, algunos de chocolate otros de fresa, cada uno con algo diferente pero todos se veían felices.
Otra vez pudo ver a ese esqueleto pero ahora no estaba solo, caminaba junto a un ser hecho de una baba extraña o eso creo que era, solo puedo decir que tenía cara de no haber dormido hace mil años, además que estaba encorvado y vestido como vagabundo o con ropa de Balenciaga, la línea entre esos dos era muy delgada.
Ese chico me saludo con la mano y corrió hacia mi, reteniendose apenas al tomar mucha velocidad.
-gracias por eso, realmente tenía GANAS de ir al baño...por qué me miras así? que sea un esqueleto no significa que no puedo ir al baño- el se rió por su comentario, y miro a su nuevo acompañante -ah, el es nightmare por si a caso-
Le iba a preguntar cuál era su nombre, pero no me dió tiempo ya que ese esqueleto llamado nightmare hablo primero
-que te e dicho de dejar tu puesto con un extraño?-
-que no lo haga si parece marihuano porque le puede poner algo a los helados?-
-sip, eso mismo, me puedes decir porque lo hiciste igualmente?-
-porque el no parece marihuano?-
-que te e dijo de juzgar a las personas por su apariencia, puto clasista-
-perdon, no tengo ninguna escusa, pero realmente hizo un buen trabajo- la baba viviente miro el carrito y a los niños, todo estaba en orden, no pareciera que hubiera pasado algo malo en su ausencia -lo máximo que pudo hacer es robarse un poco de dinero o helado pero eso lo hacemos todos-
-tienes razon, oye que te parecería trabajar de heladedo?-
Si quieres leer alguna historia de algún otro ship, no dudes en comentarlo y yo lo escribiré, realmente amo escribir aunque no lo hago muy bien, así que cualquier cosa no dudes en decirla.
Está historia continuará, así que sigueme para no perderte la!
Segunda parte: 2
10 notes · View notes
46snowfox · 3 months
Text
Reiji Sakamaki Chaos Lineage Capìtulo 5
Tumblr media
[Capitulo 4]
Tumblr media
Lugar: Mansión Scarlet, habitación de Reiji
Reiji: (…El otro día cometí un error garrafal.)
Reiji: (A pesar de que al ser el mayor mi deber es guiar a todos, soy una decepción…)
Reiji: (Aun así… ¿Qué habrá sido ese paisaje que vi durante mi mareo?)
Tumblr media
Reiji: (Eva estaba frente a mí, sonriendo alegre… y eso bastaba para darme una sensación de calidez que se esparcía por mi pecho.)
Reiji: (…Nunca había visto a Eva sonreír así. ¿Entonces cómo y cuándo—?)
Reiji: ¿Acaso la conocí antes…?
Reiji: (No, eso es ridículo. Puede que sea debido al cansancio que estoy llegando a conclusiones sin sentido.)
Reiji: (Debo espabilar. Yo soy quien guía a esta familia…)
Monólogo:
“Han pasado unos días desde la batalla contra los Violet.
En caso de cualquier ataque se decidió que debíamos permanecer en alerta máxima, sin embargo, Carla-san y los demás no han hecho ningún movimiento llamativo desde aquel entonces.
Sin embargo, la idea de que una batalla estallaría en cualquier momento lograba que se me dificultara conciliar el sueño.”
Lugar: Mansión Scarlet, cocina
Yui: Aah… Mi cuerpo entró en calor…
Yui; (Como pensé, el té caliente es relajante.)
Yui: ( Pero todavía no me siento somnolienta. Parece que hoy tampoco podré dormir…)
Tumblr media
Reiji: ¿Otra vez tú?
Yui: Reiji-san… Veo que seguías despierto.
Reiji: Sí… Recuerdo haberte dicho que descansaras.
Yui: Lo sé… pero no tenía sueño, así que pensé en venir a beber algo.
Yui: Si gustas podemos tomar té juntos.
Reiji: No gracias. No necesitas preocuparte por mí. Solo me levanté porque sentí una presencia.
Yui: Ya veo…
Yui: Últimamente te las pasado en misiones de reconocimiento y anotando cosas sobre varios documentos… No has descansado mucho, ¿me equivoco?
Reiji: La situación puede cambiar en cualquier momento. No tengo tiempo de para descansar.
Yui: ¿Pero no te parece que estás trabajando demasiado? A este paso vas a colapsar…
Reiji: Eso no es asunto tuyo. Ahórrate tus consejos.
Yui: …Entendido.
Yui: (Reiji-san está más tenso que antes.)
Yui: (Se encarga de recopilar la información, formular hipótesis y darle órdenes a los demás.)
Yui: (Debe de hacerlo porque se siente responsable de la derrota que sufrieron en la última batalla…)
Reiji: Bueno, yo me devolveré. Tengo que continuar el mapa.
Yui: ¿Mapa?
Reiji: No existe un mapa de estas tierras.
Reiji: Pero tener una comprensión precisa del terreno y la ubicación de todo es esencial para formular estrategias.
Reiji: Por ello le encargué a los familiares que salieran a reunir información para poder dibujar el terreno.
Yui: Así que también estabas haciendo eso.
Suena divertido♟
Suena complicado ♙
Suena divertido:
Yui: Suena divertido hacer tú mismo un mapa.
Reiji: No es un juego. Me molesta que te lo tomes así.
Yui: L-lo siento…
Suena complicado:
Yui: Suena complicado, tener que dibujar desde cero…
Reiji: Lo es, sin embargo, estoy seguro de que nos será útil, por eso no escatimaré en esfuerzos.
Yui: (No escatimará en esfuerzos eh. Es tan propio de él decir eso.)
Fin de las opciones
Yui: (Pero pasar tanto tiempo mirando un mapa ha de ser agotador…)
Yui: Disculpa, ¿puedo ayudarte en la elaboración de ese mapa?
Reiji: Dudo que puedas obtener información precisa sobre nuestra ubicación.
Yui: Entonces al menos puedo prepararte té. También puedo ayudarte a organizar documentos, ¿te sería útil eso?
Reiji: …Está bien. Si insistes tanto, entonces te cargaré esas tareas.
Yui: ¿De verdad? ¡Muchas gracias!
Reiji: ¡…!
Yui: ¿Qué sucede?
Reiji: Nada… Es que es la primera vez que te veo sonreír así…
Yui: ¿En serio?
Yui: (Ahora que lo dice, creo que últimamente no he sonreído mucho.)
Yui: (Incluso cuando tomamos té y limpiamos juntos seguía estando nerviosa…)
Reiji: Se supone que es la primera vez, ¿entonces por qué me recuerdas ese paisaje…?
Reiji: …Solo para corroborar, ¿no nos hemos conocido antes?
Yui: ¿Eh?
Reiji: No… es imposible. Tú estuviste durmiendo en la iglesia durante mucho tiempo.
Yui: Tienes… razón.
Reiji: Dije algo innecesario. Volveré a mi habitación, vamos.
Yui: Ah, ¡sí!
Yui: (Lo sabía, los recuerdos de Reiji-san están regresando lentamente…)
Yui: (¿Qué hago? Esto es frustrante. ¿Debería intentar nuevamente a hablarle sobre los Sakamaki?)
Yui: (¿O debería guardar silencio para evitar atormentarlo…? No sé qué hacer…)
Lugar: Mansión Scarlet, habitación de Reiji
Yui: Aquí tiene, Reiji-san.
Tumblr media
Reiji: Muchas gracias. Ya me estaba preocupando, pensaba que ibas a romper el juego de té…
Reiji: Pero veo que lo has preparado bien. Tanto el aroma como el color son agradables. Y el sabor… no está nada mal.
Yui: Que bien, muchas gracias.
Reiji: Sin embargo, esta exquisita astringencia y la temperatura. Es como si conocieras mis gustos.
Reiji: Dudo que sea una mera coincidencia, pero parece que cuando se trata de té nuestros gustos son similares.
Yui: M-muchas gracias.
Yui: (Me pone algo triste solo poder prepararle té… Pero ya fracasé limpiando, así que es inevitable…)
Yui: (Terminé memorizando los gustos de Reiji-san por costumbre. Me alegro de que hayamos tomado té tantas veces juntos.)
Reiji: Espero avanzar aunque sea un poco con el mapa.
Yui: ¿Este es el mapa? Esto que hay en el medio, ¿es esta mansión?
Reiji: Si, y por acá están la casa Orange y la casa Violet.
Yui: ¿Qué significa esta marca?
Reiji: Es la iglesia. Las tres mansiones se encuentran a su alrededor.
Yui: Entiendo…
Yui: (Viéndolo así siento que finalmente comprendo en dónde estamos.)
Yui: (¡Ah…! Puede que una vez que el mapa esté completo encontremos una forma de abandonar estas tierras desconocidas.)
Reiji: Te veo bastante feliz.
Yui: N-no, no es nada. Por cierto, ¿cómo haces esto?
Reiji: Le encargo a los familiares que midan distancia y el movimiento con el que se desplazan, a partir de eso hacemos varias mediciones más para determinar las ubicaciones.
Reiji: Todos los documentos que ves aquí es información que he recopilado.
Yui: ¡¿Eeh?! ¡¿Todo esto?!
Yui: (Él investigó todo esto… eso requiere un esfuerzo increíble.)
Yui: (Estudiar e investigar son las especialidades de Reiji-san… Pero sigo pensando que trabaja demasiado.)
Reiji: ¿Qué sucede? Te ves abrumada.
Yui: ¿Estás seguro de que no te estás esforzando demasiado? Deberías descansar un poco…
Reiji: No tengo tiempo para eso. No sé cuándo podría atacarnos el enemigo… Por eso quiero estar lo más preparado posible.
Yui: Pero si colapsas estaremos en problemas.
Reiji: De verdad eres testaruda. Te digo que no necesitas preocuparte.
Reiji: Pero si tanto insistes, ¿entonces por qué no me ayudas… con tu sangre?
Yui: ¿Eh…?
Reiji: La sangre es el alimento básico de los vampiros. Y estoy seguro de que una sangre de tu calidad será un alimento nutritivo para mí.
Reiji: Si deseas velar por mi seguridad, entonces ofrecerme tu sangre ha de ser algo sencillo para ti.
Yui: P-pues…
Reiji: Contesta bien. ¿O acaso no puedes tomar una decisión a menos que haga esto?
Tumblr media
Yui: ¡…Kya!
Yui: (¡Los colmillos de Reiji-san están rozando mi nuca…!)
Reiji: …Estás temblando. Veo que te aterra que succionen tu sangre.
Reiji: Si no estás dispuesta a hacer esto, entonces deja de intervenir.
Yui: …Sí estoy… dispuesta.
Reiji: Oh, ¿entonces puedo clavarte mis colmillos aquí y ahora?
Yui: Sí… no me importa que succiones mi sangre, no si eres tú, Reiji-san.
Reiji: ¡…!
Yui: (Los vampiros no me asustan. Si con esto Reiji-san logra sentirse mejor, entonces no me importa que succione.)
Yui: Pero a cambio quiero que descanses.
Yui: No solo necesitas alimentarte, necesitas descansar, incluso si eres un vampiro.
Reiji: Eva…
Reiji: …Pensaba que escaparías, veo que mi predicción fue errónea.
Tumblr media
Yui: (Ah… me soltó.)
Reiji: ¿Seguirás insistiendo en que descanse? Es algo digno de ti. Eres la única que me ha dicho algo así.
Yui: Lo lamento… Sé que estoy siendo entrometida.
Reiji: No necesitas disculparte. Tampoco le estoy dando tantas vueltas.
Reiji: Cuando te observo siento que eres una persona completamente distinta de aquella a la que le succioné su sangre por primera vez.
Reiji: Aquella vez temblabas de terror.
Reiji: Pero ahora no pareces temerme. ¿No te doy miedo?
Yui: Ya no. No siento nada de miedo.
Yui: (Ahora que he recuperado mis memorias no tengo motivos para estar asustada de Reiji-san.)
Yui: (A fin de cuentas, es la persona a la que más amo y aprecio.)
Reiji: Que mirada tan honesta… no pareces estar mintiendo.
Reiji: ¿…Pero entonces por qué? Una parte de mí es incapaz de aceptar tus palabras.
Reiji: Siento que si lo hago, algo en mí se romperá.
Yui: Ah…
Yui: (Mis sentimientos… Si Reiji-san recuerda que soy su novia…)
Yui: (Sus recuerdos actuales serán negados. Perderá todos sus recuerdos actuales, olvidará sus esfuerzos por convertirse en el rey supremo y también todo sobre su familia.)
Yui: ¡¿Kya…?!
Tumblr media
Yui: ¿Q-qué sucede?
Reiji: Hazme el favor de no voltear hacia acá. Siento que si nuestras miradas se encuentran me perderé a mí mismo.
Reiji:  Siento que mis experiencias, mis conocimientos, todo caerá…
Yui: (…Si recupera sus recuerdos, será consciente de que sus memorias actuales son falsas.)
Yui: (No puedo hacer algo tan cruel como… destruir aquello por lo que se ha esforzado tan desesperadamente por alcanzar.)
[Si tocas las flores:
Cabeza de Reiji: Aquí hay algo raro… no puedo creer que no sea capaz de controlarme.
Mano de Reiji: ¿Te llama la atención que nuestros dedos estén entrelazados? Sé consciente de que tú me has provocado a hacer esto.]
Reiji: Eres muy tranquila. No imaginé que te quedarías quieta entre mis brazos, esperaba que pelearas.
Reiji: No lo digo en broma, de verdad robaré tu sangre. Nn…
Yui: ¡¿Ah…?!
Yui: (Mi cuello, lo acaba de… Pero fue distinto, se sintió mucho más gentil…)
Yui: Esto… Por favor bebe mi sangre. Quiero que succiones mi sangre, Reiji-san…
Reiji: ¿En dónde aprendiste a seducir así? Es vulgar…
Tumblr media
Reiji: Sin embargo, está bien. Ahora mismo deseo ahogarme en tu sangre… Nn… Nn…
Yui: Nn… Aah…
Yui: (Lo sabía, es amable… Siento que me derrito…)
Reiji: El té que preparaste tenía un sabor profundo… Pero esto tiene un sabor peligroso.
Reiji: Mientras más la bebo más espesa se vuelve. No creo que pueda escapar… Aah, nn… nn…
Yui: (¿Será porque me estoy quedando sin fuerzas? Me siento muy tranquila…)
Reiji: Aah… ¿Por qué tu sangre… me enloquece tanto…?
Yui: Aah… Reiji-san…
Reiji: Lo sé. A cambio de beber tu sangre debo descansar, ¿no?
Reiji: Ahora… solo por esta vez te haré caso.
Yui: …Que bien…
Yui: (Si descansa, aunque sea un poco, es probable que su fatiga disminuya…)
Tumblr media
Reiji: …S-sabía que pasaría…
Yui: ¿Eh…?
Yui: (¿Otro mareo?)
Reiji: Quiero que sepas que… no necesitas… preocuparte…
Yui: ¿Otra vez estás mareado?
Reiji: Sí… Desconozco el motivo, pero ocurre siempre que succiono tu sangre, además—
Reiji: Siempre que pasa termino viendo un paisaje desconocido.
Yui: ¿Eh? ¿Un paisaje…?
Reiji: No sé qué es. Solo sé que es… una mansión, no es esta, otra.
Yui: (¿Será la mansión Sakamaki? Como imaginé, los mareos son un síntoma de sus memorias que empiezan a regresar…)
Yui: (¿Mi sangre es la causante de que sus memorias regresen…?)
Yui: (Si sigue succionando mi sangre algún día recordará todo— Pero…)
Monólogo:
“Al ser el hijo mayor de los Scarlet, Reiji es quien más se esfuerza al sentirse responsable del resto.
Recuperar sus recuerdos significa destruir toda esa identidad.
No quiero hacerle daño a alguien que quiero. Pero también quiero que recuerde todo.
Mi conciencia empezaba a desvanecerse, probablemente por la pérdida de sangre y lentamente caí en un sueño—.”
[Capítulo 6]
[Masterpost]
¿Te gustan mis traducciones? Puedes apoyarme en ko-fi nwn
10 notes · View notes
xjulixred45x · 3 months
Text
Yandere Platónico Nanami/ Yandere Platónico Higuruma x Lector@: come porfavor...(TRADUCCION)
La tensión fue especialmente alta ese día.
Siempre lo fue, quiero decir, era algo de esperar. Nanami era un hombre muy pulcro y íntegro, pero también muy controlador, especialmente con su pequeño (lector), a quien no estaba dispuesto a compartir con nadie debido a su propia paranoia.
así que tener que aceptar un ajuste tan grande como el de tener (lector) otra figura "padre" en su vida fue definitivamente algo difícil. No ayudó que las personalidades de ambos hombres fueran prácticamente opuestas y chocaran constantemente.
Higuruma también era justo, pero tenía algo que Nanami no tenía: espacio para el cambio y, sobre todo, hacer los cambios necesarios para hacer feliz al lector.
lo que incluyó deshacer varias de las estrictas reglas y regulaciones que Nanami había implementado hace años. Obviamente no fue fácil.
Esto causó un gran caos entre ambos hombres, ya que aunque Nanami iba a *tolerar* a Higuruma por el bien de (lector), no estaba dispuesto a reconocer que sus métodos de "crianza" con ellos estaban equivocados.
En palabras de Nanami, "Sólo estaría desviando (al lector), usted quiere que se revelen ante nosotros".
durante bastante tiempo todo se resumia un un juego de tira y afloja por parte de ambos por el control total sobre (lector), si Nanami estaba con (lector) viendo televisión, Higuruma iria y los sacaría a pasear. si Higuruma y (lector) estaban discutiendo sobre la sobreproteccion, Nanami se pondria del lado de (lector).
y asi sucesivamente..
aunque lo peor fue cuando en una ocasión (lector) fue demaciado lejos tratando de alejarse de los dos, que ambos decidieron que le darian castigos individuales.
Nanami fue con sus tacticas tipicas, aislamiento, (lector) ya se habia acostumbrado a tener no solo a Nanami sino también a Higuruma con ellos, por lo que el castigo fue considerablemente peor que veces anteriores.
y cuando termino, (Lector) fue a Higuruma en busca de consuelo, sin saber que el mismo le daria una repercusión.
el les amenazó con usar su dominio en ellos si siquiera pensaban en huir otra vez, casi matandolos del miedo al ver la entidad del juez...¿realmente hablaba en serio?¿les haria eso?
lo que llebava a la situación actual. por el severo castigo conjunto, ahora (lector) no queria comer.
no era que no pudieran, sino que quedaron en un estado de shock tan intenso que cada vez que trataban de comer temblaban como gelatina y no lograban ni dar un bocado.
llego al punto de que Nanami y Higuruma tuvieron que tomar turnos para darle de comer a (lector) con cuchara. en cualquier otra circunstancia, Nanami hubiera disfrutado el momento similar a la niñez de (lector), pero viendo lo mal que habían dejado a (lector) esta vez ...no sabia hasta donde era adecuado disfrutarlo.
Higuruma fue mas directo y trato de disculparse con (lector) por su rudeza, hacerles saber que el fue quien estuvo mal al haber ido mas alla de sus límites, no ellos. pero tomo bastante tiempo hasta que ocurrio un cambio real.
durante este tiempo, sorprendente Nanami y Higuruma lograron llevarse mejor, únicamente porque tenian que hacerlo para cuidar adecuadamente de (lector), pero al menos ya no se lanzaban dagas por los ojos.
aunque la pregunta real seria cuando eso cambiaria..
y paso cuando (lector) finalmente empezó a comer por su cuenta nuevamente.
Nanami y Higuruma estaban discutiendo (en bajo volumen) que le traerian a (lector) de comer ahora, y escucharon como alguien se movia en la cocina.
cuando fueron a ver que pasaba, encontraron a (lector) en la mesa, comiendo una pequeña merienda que aparentemente ellos habian preparado..
Nanami y Higuruma estuvieron quietos un buen rato antes de que uno de ellos diera el primer paso hacia (lector).
Higuruma se puso de su lado izquierdo, poniendo un brazo a su alrededor en un medio abrazo mientras los felicitaba suavemente por comer por su cuenta otra vez.
Nanami se coloco en su lado derecho, discretamente trato de quitar el brazo de Higuruma alrededor de (lector), mientras tambien daba suaves cumplidos a (lector).
una extraña dualidad, pero la nueva realidad de (lector), aparentemente.
14 notes · View notes