Tumgik
editorialtazadegato · 19 hours
Text
Tumblr media Tumblr media
My OC as a sim
0 notes
editorialtazadegato · 19 hours
Text
Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media
Of course, I made my OC/sim and Agatha girlfriends because I can 💅
Aggie is also her mentor, and they live together
4 notes · View notes
Text
Tumblr media Tumblr media Tumblr media
Spaces I built 🔨🔧
2 notes · View notes
Text
Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media
Aggie as a sim
7 notes · View notes
Text
Después de la tormenta [FIC] [ESP] Agatha x reader
Tumblr media
Han pasado AÑOS desde la última vez que escribí un fic, espero que lo disfruten y descuiden, esto no va a ser un caos todo el tiempo. Agatha ama a reader en todos mis universos.
Después de una amarga situación que te hizo replantear la relación que tenías con Agatha, decidiste terminarla el mismo día de Nochebuena. No fue algo de lo que te enorgulleces ni algo que te hacía feliz pero sentías que no tenías otra opción mientras que Agatha, de un modo u otro, hace algo que no te esperabas viniendo de ella: tratar de salvar la relación que tú diste por expirada. Al parecer hay facetas de Agatha que aún no conocías, ¿le darías otra oportunidad?
TAGS: Angst, Fluff, ruptura, intento de reconciliación, problemas de confianza, celos
.........................
1
¿Un repuesto?
Te desvelaste pensando y llorando en silencio sin ser capaz de hacer un mínimo esfuerzo para pretender que el episodio de llanto de la tarde era algo que quedó en el pasado. No pudiste abrazar a Agatha, ni siquiera acercarte a ella, no quisiste que ella se acerque a ti, ya habías soportado suficiente humillación cuando tuviste que hacerlo a las 5:00 pm mientras la veías y escuchabas llorar amargamente porque recordó a una amante del pasado que murió asesinada a manos de unos cazadores de brujas muchos siglos atrás. Viste los segundos pasar en el reloj antiguo pegado en su pared, viste los adornos que tú misma colocaste en sus paredes con su permiso aunque no le agradaba la navidad, y te tragaste tus lágrimas porque no querías causar más sufrimiento, pero por dentro sentías que ella te daba una enorme bofetada, especialmente cuando decía cosas que no hacían más que seguir lastimándote.
- Te amo...pero...la extraño.- Decía Agatha entre lágrimas, con su cabeza enterrada en tu hombro y tratando de apoyarse en tu cuerpo.
Esa fue la gota que derramó el vaso. Tal vez su intención no era hacerte sentir que te desmoronabas en el sofá de la sala, pero daño ya estaba hecho. No había vuelta atrás, algo dentro de tí te pedía, te exigía a gritos que esa relación estaba basada en mentiras y debía terminar de una vez por todas, por tu propio bien. No deseabas seguir en un lugar donde no te sentías amada y apreciada, donde eras sólo un repuesto barato de Ikea, y Agatha se la había pasado de un humor espantoso, quejándose de cada mínima inconveniencia una y otra vez desde que empezó la época navideña. Aquel comentario fue la cereza en el pastel, algo que te hizo despertar de un momento a otro y sentir la necesidad urgente de tomar una decisión. Hablarías con ella, le dirías que ya no deseabas continuar la relación y te irías de su casa a tu viejo apartamento a (intentar) volver a seguir con tu vida. Buscarías algún hobby, tal vez, el tejido a crochet, o alguna otra actividad que te permita canalizar la inmensa tristeza y la amargura que te empezó a torturar desde aquel episodio.
La extrañaba, eso significaba muchas cosas para ti, y ninguna fue tomada de un modo "razonable". Ella deseaba que aquella mujer estuviese presente en aquel momento, deseaba verla, y tal vez hasta decirle cosas que te hagan sentir apuñalada. Ese hechizo de tortura que Agatha usaba contra sus enemigos vino a tu mente, y te preguntaste si así se sentiría ser torturada con magia. 
No le dijiste más que un débil y apagado "lo sé" mientras tus manos se posaban en su espalda y esperabas que la tortura se acabe. Habalr con ella sobre el fin de la relación no era la mejor idea en aquel momento, así que decidiste esperar a que pase la noche. Fue la noche más incómoda que pasaste junto a Agatha Harkness desde que empezaron a salir, jamás pensaste que sentirías un rechazo tan fuerte hacia su persona, era algo que no podías controlar, te sentías herida y no había gesto o palabra que te haga sentir ese cariño que se fue agotando hasta ese día.
Recordaste que unos días atrás fueron a tomar un café a un lugar muy bonito, sólo para sentir un poco de aire fresco como de costumbre, y al salir viste unos guantes que te atraparon apenas tus ojos los encontraron. Eran tejidos, de un suave lila y con bordados de copos de nieve por todas partes. "¡Agatha, mira!" le dijiste, mientras tomabas su brazo, pero tu entonces novia sólo les lanzó una mirada desdeñosa y te dirigió de vuelta al camino a casa "tienes un montón de esos en otros colores, que podrías armar tu propia tienda" dijo secamente, haciendo que la sonrisa en tu rostro se borre como en esas pizarras infantiles.
No tenías idea de que diantres le sucedía, sólo sabías que a Agatha no le agradaba la navidad y trataste de respetar sus deseos dejando de mostrarle cosas relacionadas a ello. Sin embargo, Agatha te permitió una pequeña celebración con pavo y champagne, y te dejó decorar su sala (sólo su sala) mientras ella se iba a trabajar al sótano. Te sentías algo incómoda, no podías negarlo. Agatha fue la que te propuso vivir juntas en su casa y recuerdas bien haber oído que todo, a excepción de su sótano, lo estaba compartiendo contigo. No entendías qué pasaba por su mente en esos días, y supusiste que el llanto por aquella mujer con quien estuvo en el pasado tendría algo que ver con la época. De todos modos, una fuerza indescriptible te llamaba constantemente a dejar todo y volver a tu lugar. A tu vieja casa, lejos del estrés, el sufrimiento, la amargura y la inseguridad que sentías.
Llegó el día siguiente, y era nochebuena. "¿Qué tendrá de buena en este momento?" te cuestionaste, y armaste un plan de acción. Como lo imaginaste, Agatha bajó al sótano después de decirte un débil "hey, buenos días cariño" y tú empezaste a organizar todo. Sacaste de debajo de la cama matrimonial tu vieja maleta con la cual llevaste las pocas cosas que tenías a casa de Agatha, antes de que Agatha multiplique todo con regalos que te dio incluso fuera de fechas festivas o tu cumpleaños. Guardaste todo lo que pudiste. Lo más importante, algunos objetos como libros, cofres con joyas, abrigos hermosos que te regalaba cada invierno, y algunas piedras preciosas que te regaló a inicios de la relación y conservabas en tu propia cómoda (la cual fue también un regalo de Agatha). 
"Oh, mierda" pensaste. Agatha te había obsequiado más del 50% de lo que poseías en el momento, pero tu mente inmediatamente te hizo volver a la realidad con la sugerencia de que tal vez fue alguna estrategia de manipulación, o fue lo que los mortales de hoy en día suelen llamar "love-bombing".
Tal vez hiciste mucho ruido, o Agatha Harkness era una bruja más astuta de lo que creías, porque a la mitad del paso 1 de la operación "deja a Agatha y para de sufrir" la bruja subió con prisa desde el sótano. Su expresión de confusión y angustia la delataban, Agatha sospechó rápidamente que algo no andaba bien, cosa que tú hiciste al comienzo del mes.
Agatha seguía despeinada, su cabello seguía igual de alborotado que en la mañana pero ya no llevaba puesto el camisón púrpura, lo cambió por un suéter del mismo tono y unos pantalones negros con botas que hacían un ruido fuerte al subir las escaleras.
- ¿T/N?-Preguntó Agatha, con la expresión de quien ha visto una mancha de chocolate caliente en su alfombra nueva. - ¿Qué crees que estás haciendo?
Cuando Agatha usaba ese "qué crees" en una pregunta, significaba que ella ya sabía la respuesta, que la tenía frente a sus ojos, pero deseaba que tú seas quien se lo diga.
Diste un largo suspiro. Comenzaste a tener palpitaciones.
- Agatha. - Dijiste, con un tono apagado. - Tenemos que hablar.- Continuaste tratando de sonar firme, con la espalda muy erguida y la cabeza muy en alto. Te sentías un personaje importante de una serie de época con un vestido de la era victoriana, a punto de causar caos en la historia universal por un simple capricho.
Pudiste ver cómo los labios de Agatha se separaron por un momento, como si tratara de decir algo pero a último minuto decidió no hacerlo. Su mirada denotaba mucha tristeza, jamás habías visto así a la mujer de la que una vez te enamoraste perdidamente. Su ceño fruncido y sus ojos acuosos te fulminaban, pero ya no había marcha atrás.
Cruzó los brazos.
- Voy a ser sincera contigo, Agatha. - Empezaste. Tomaste aire. - deseo terminar la relación y marcharme. No deseo más seguir aquí...
Agatha frunció más el ceño, su rostro se iba tornando ligeramente rosa. - ...Contigo
- Por qué - Preguntó secamente, parecía estar exigiendo una respuesta. 
- No...no me siento cómoda aquí. No me siento cómoda, querida, respetada y apreciada contigo.- Soltaste lo que para Agatha pareció ser un balde de agua helada justo en su cabeza. Tu tono también fue firme, aunque titubeaste un poco al inicio. - Por eso...por eso alisto mis cosas y me marcho hoy mismo.- Intentaste que tu voz no se quiebre pero no pudiste evitarlo, hubo un tono muy agudo en las últimas palabras.
Hubo un silencio incómodo en la habitación, pero Agatha lo cortó de un momento a otro.
- Así que te sientes incómoda, no querida, no respetada, y toda esa palabrería posmoderna, pero no se te cruzó por la mente, siquiera un segundo, discutir esos temas conmigo en lugar de sólo agarrar tus cosas y largarte? - Dijo Agatha mientras empezó a dar unos pasos por la habitación tratando de procesar lo que acababa de escuchar. Agatha sonaba furiosa, pero sus palabras no te doblegaron, tú estabas decidida.
- Sí. Pero eso no es todo - Dijiste solemnemente, mirándola a los ojos. Te rompía el corazón verla así, a pesar de que ya no sentías ese afecto y esa admiración hacia ella. Agatha te cortó soltando algo que para tí sería un poco más difícil de abordar.
- Déjame adivinar...¿tiene este teatro algo que ver con lo que pasó ayer en la sala? - Agatha dio en el blanco. Siempre lo hacía, y eso empezó a ser molesto. Antes aquello era algo que te fascinaba y te hacía sonrojar cada que la escuchabas "adivinar" lo que harías o dirías.
- Sí - Te sentías en un interrogatorio policial, con el deber de decir toda la verdad, y nada más que la verdad. - Y no es un teatro, Agatha. Lo siento, pero ya no deseo continuar con esto, para mí esto se ha roto y lo único que quiero en este momento es irme. - Tu voz se empezó a quebrar de nuevo y tu respiración se hizo agitada. - Quiero dejar de ser un repuesto.
- ¿Un QUÉ?- Gritó Agatha, indignada. - Algo me decía que me reclamarías sobre lo de ayer, cuando noté que ni siquiera pusiste a descongelar el pavo noté que algo no andaba bien, pero ¿esto? ¿esto, T/N? - A Agatha se le asomaban las lágrimas y una muy delgada empezó a correr por su mejilla, cayendo en su suéter púrpura. ¿Estás termimando conmigo y echando a la basura dos años de nuestra relación por algo que tiene arreglo?
- No tiene arreglo, Agatha.- Respondiste, con un tono que Agatha podría calificar como altanero. - Se acabó. 
El rostro derrotado de Agatha te había partido en mil pedazos, pero como a veces oías de otras personas, cuando las cosas ya no dan para más, lo más sano es ponerles un fin.
- ¿Tienes idea de lo que estás haciendo, T/N? ¿De lo que estás causando? No puedo creerlo, ¿Un respuesto? simplemente, wow. Estoy...no sé cómo proceder.- Dijo Agatha, muy alterada. - Pero sí sé algo, sé dos cosas. La primera es que no estás usando la cabeza, creí que tú no saldrías con estas ridiculeces, y ¿sabes cual es la segunda?
No respondiste. Agatha soltó una risa burlona.
- Parece que elegiste el peor momento para hacer tu rabieta, porque justo en este mismo instante hay una tormenta de nieve y si no quieres morir afuera vas a tener que quedarte aquí, con la bruja malvada que supuestamente no te ama, no te aprecia, te dejó decorar su casa, pero no te aprecia, te cuidó cuando enfermaste todas las veces y se quedó contigo en las noches, pero no te ama. Buena suerte soportando la noche. ¡la pobre y triste T/N!
Aquel comentario te llenó de una ira irrefrenable, y estabas lista, con la respuesta en la punta de tu lengua.
- ¡Quién dice que voy a pasar aquí la noche!- Exclamaste. Cerraste tu maleta a medio armar y fuiste lo más rápido que pudiste hasta la puerta de entrada. Agatha apareció justo frente a ti, intentando detenerte y con una mirada de decepción que jamás viste en sus ojos. Te tomó de los hombros
- Agatha, ¡SUÉLTAME!- Gritaste.
- ¿Crees que voy a dejar que mueras allá? ¿Eso es lo que realmente piensas de mí, en estos años?- Te contestó Agatha. Tú forcejeaste, ya habías roto en llanto y sólo querías liberarte de sus fuertes manos. "¡SUÉLTAME, SUÉLTAME!" Hasta que pudiste liberarte y sin pensar en nada más que alejarte de ella, saliste de su casa.
2 notes · View notes
editorialtazadegato · 7 months
Text
Tumblr media Tumblr media
MAY CALAMAWY
ELLE ARABIA (jul/aug 2023)
233 notes · View notes
editorialtazadegato · 7 months
Text
it's very disheartening to see that Palestine or Gaza is no longer the highest trending tag on Tumblr so early on in Global Strike week, especially considering how many people have said they still need to work and buy food (100% valid, by the way). don't lose momentum. keep talking about what's happening. keep reblogging and sharing useful resources and information. we need the Palestinian people to know that we see what's happening to them, we care about what's happening to them and we stand with them. Percy Jackson and Tumblr Live are no where near as important as the genocide of Palestinian people.
22K notes · View notes
editorialtazadegato · 7 months
Text
if anyone has money to spare for donations, im forwarding more links for palestinian aid
CareforGaza is a nonprofit that provides direct aid to Palestine, and you can donate directly here
Operation Olive Branch is a document that lists evacuating families that need assistance, which gives information on the families, the urgency, and tracks the progress of their fundraisers
eSims for Gaza lists very clear instructions on how to purchase e-sims to keep them connected, they are urgently in demand
Here is a project that distributes feminine hygiene kits directly to Gaza
Mutual Aid Diabetes has channels set up for you to donate insulin and medication to diabetics in Gaza, as well as lists fundraisers for diabetics seeking to evacuate
please keep sharing and adding links on this site, please add more if i'd missed any, and please don't stop talking about Palestine.
26K notes · View notes
editorialtazadegato · 7 months
Text
Tumblr media
Renee Hair
Not named after the Renee Rapp, but now that I think about it, I really should make her hair!
Base Game Compatible
24 EA Swatches
All LOD’s
Hat Compatible
All Maps
My Terms of Use
Download Here | Patreon | Twitter
360 view of the hair:
Tumblr media
4K notes · View notes
editorialtazadegato · 10 months
Text
Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media
Instagram credit: co.nfused
14K notes · View notes
editorialtazadegato · 10 months
Text
Tumblr media
taylor outfit
base game compatible
fullbody outfit
25 swatches (plain and plaid skirt combinations)
downloads page / cc tag
inspired by this taylor swift look.
download on patreon (early access)
public release: 19 dec
twitter | instagram | curseforge 
credits: taylor swift sim is by Paulusion on the gallery. plaid patterns by @trillyke
4K notes · View notes
editorialtazadegato · 10 months
Photo
Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media
Art by 一布小欣
11K notes · View notes
Text
Listening to "Judas" religiously with so much feeling and angst pretending Agatha is real and that we're in love and our love is forbidden cause I'm mentally ill
7 notes · View notes
Text
Un hermoso secreto FIC (ESP) 3
3
El último año
Tumblr media
Había llegado el fin de Agosto y las clases en Hogwarts empezarían al día siguiente. Todos los estudiantes se preparaban, (algunos a último minuto) para dejar sus hogares, hacer un viaje en tren, y empezar un nuevo año escolar. Para algunos, especialmente los nuevos, no perderse en los pasillos ni en los amplios terrenos del castillo sería una de las mayores preocupaciones mientras que para los más experimentados, aprobar sus exámenes T.I.M.O y EXTASIS (entre otras tareas) les quitaría toda la carga de estrés acumulada desde el quinto año.
Muy lejos de los terrenos del castillo, y muy lejos de cualquier acontecimiento que involucre la magia tenebrosa, uno de los tantos hogares mágicos en Londres se preparaba para dejar la casa e ir por última vez a la estación King´s Cross porque su hija empezaría el último año en la escuela. La familia Redwood ya tenía la costumbre de dejar la casa con equipaje sin levantar sospechas de muggles, pretendiendo tomar unas vacaciones a algún destino elegido al azar (el año anterior fue Barcelona, este año sería Tokio). Aunque no lo parezca, los vecinos muggles de los Redwood eran bastante entrometidos y siempre buscaban algún tema para interrogar, muchas veces retrasando el viaje en taxi hasta la estación.
-¡Date prisa, Hazel, los Waters están mirándonos a través de sus ventanas!- Exclamó la madre, una mujer de abundante cabello rizado y ropa de muggle puesta. Llevaba un saco largo color beige y unas botas negras de cuero.
El señor Oliver Redwood, un muggle inglés quien se adaptó sin dificultad (y fascinado) al mundo mágico gracias a su esposa, ya estaba enterado de todo lo que implicaba la educación mágica de su hija desde que ésta empezó a mostrar sus poderes a temprana edad, incluso sabía las posibilidades de una carrera para ella al terminar la escuela. El hombre había aprendido qué era el Ministerio de Magia, como entrar al callejón Diagon, cuáles eran las casas de Hogwarts (se quedó con el libro de texto escolar de "Historia de la magia" para el primer año), sabía qué eran los squibs, y había sido advertido sobre exponer el mundo mágico a otros muggles. La señora Isis Redwood, su esposa, era una bruja que estudió en Hogwarts y trabajaba en la oficina de trasladores en el Ministerio de magia. No era sencillo ir a trabajar cuando sus vecinos siempre le estaban preguntando a qué se dedicaba, y no podía modificar sus memorias todos los santos días sin que el ministerio se meta la nariz en sus asuntos, así que sólo le quedaba usar algún encantamiento o poción de invisibilidad en algunos casos para despistar a los muggles. Tampoco permitieron que Hazel tenga un puffskein de mascota por el riesgo a que la criatura escape y los muggles lo vean.
Hazel Redwood, quien verificaba cuidadosamente si olvidaba algo importante en su maleta, estaba por comenzar el séptimo y último año en Hogwarts. Como la mayoría de los estudiantes elegidos en la casa Hufflepuff, Hazel era una joven aplicada y con gran sentido de la responsabilidad y el deber a pesar de su dificultad para interactuar con el resto de su clase. Esas cualidades parecían ser heredadas de su madre, quien fue una estudiante ejemplar durante sus años en la escuela. Hazel también heredó sus abundantes rizos color castaño oscuro, su piel oliva y sus grandes ojos café. Isis había adquirido un aspecto maduro y sereno, mientras que Hazel aún conservaba una mirada inocente y un rostro angelical.
-¡Enseguida! - Exclamó Hazel, tratando de que su suave voz se escuche hasta el primer piso. - Veamos…ya están todos los libros, apuntes del año pasado…plumas…pergaminos…¿la varita? ¡oh! La tengo en el bolsillo. Uniforme…ya está.
Cuando verificó que todo estaba bien guardado, cerró su maleta, bajó dando pequeños saltos y salió rápidamente hacia la entrada.
Los Redwood no tenían idea de por qué llamaban tanto la atención de sus vecinos muggles. Se vestían como muggles y el señor Redwood hablaba de cosas de muggles cuando se los cruzaba (esas cosas de muggles incluían el precio de las verduras en el mercado, el nuevo programa de televisión, chismes de celebridades muggles y cosas absurdas de políticos muggles). Hazel aprendió de ambas culturas mientras crecía pero sólo les hablaba cuando era necesario. Salió de la casa para entrar en el taxi, llevaba un suéter delicado y tejido de color ámbar, unos jeans simples y unas zapatillas cómodas, ya se pondría el uniforme y la túnica de la casa en el tren.
-¿Todo listo, cariño?- Preguntó la señora Redwood. - ¿Tus libros nuevos, plumas, pergaminos, todo lo que necesitarás?
-Si, madre, ¡ya tengo dieciocho!- Contestó Hazel con una sonrisa. - Y los nervios de punta también.
-Oh, no te angusties. - Dijo el señor Redwood. - Estoy seguro de que vas a pasar esos exámenes, todo irá bien, acuérdate de mí cuando los pases todos.
-Tus resultados en los TIMOs fueron excelentes. - Agregó la señora Redwood. - Sólo necesitas pulirte un poco en los duelos si es que te interesa convertirte en auror.
-Voy a extrañarlos.- Respondió Hazel con una sonrisa.
El taxista se veía confundido, no tenía la más remota idea de qué podrían ser "TIMOs", pero no dijo una sola palabra.
Unos meses antes de la llegada del inicio de clases, los Redwood tomaron unas vacaciones a destinos libres de muggles con motivo de celebración de las notas de Hazel el año anterior. Rentaron una habitación en el Caldero Chorreante por un par de semanas y visitaron numerosos lugares donde no tengan que lidiar con miradas curiosas de muggles, Hazel hizo algunas compras aunque se quedó con las ganas de comprarse una bonita bufanda exhibida en la tienda de Madame Malkin. Hazel podía ser una excelente estudiante que sabía sacarle provecho a todos los ratos libres en el sexto año para estudiar y practicar, pero también era muy tímida y carecía del don de liderazgo, por lo cual no llegó a ser prefecta como su madre cuando era joven. Sin embargo, trabajaba muy duro por conseguir buenas notas y sacó muchos "sobresaliente" en sus TIMOs.
Acerca de la vida en la escuela, en esos seis años estudiados a Hazel le costaba hacer y mantener amistades, y al contrario de sus compañeras no llegó a experimentar ningún romance en la escuela. Mientras muchas chicas de Hufflepuff y de otras casas empezaban a tener citas y a entrar el relaciones románticas, Hazel sólo pasaba por el lado de las parejas rumbo a su sala común o a la biblioteca a seguir estudiando.
Sus años en la escuela fueron agridulces. No se sintió miserable desde que ingresó pero a veces tenía que lidiar con algunos estudiantes obsesionados con la pureza de sangre llamándola "sangre sucia" o "tu madre es una traidora a la sangre", especialmente los chicos de Slytherin, y uno que otro comentario despectivo sobre su cabello por parte de las chicas. Hazel, con los años, empezó a ignorarlos y enfocarse plenamente en los estudios. Para su buena suerte, muchas de las compañeras que tenía en Hufflepuff no le prestaban suficiente atención como para esparcir rumores vergonzosos sobre ella como hacían con alguna otra chica, pero fuera de esos peligros se podía llevar bien con algunas chicas de otras casas. Saludaba al grupo de Lily Evans de Gryffindor y reía cuando James Potter y Sirius Black, también de Gryffindor, hacían comentarios divertidos.
En la estación, Hazel pudo reconocer algunos rostros. Algunos muy nerviosos con jaulas de lechuzas y enormes maletas, otros despidiéndose de sus padres, otros reunidos antes de subir al tren, por ahí pudo ver a Lily Evans con un grupo de chicas de Gryffindor, a Amelia Bones de Hufflepuff, a Sirius Black con el cabello despeinado, y a Severus Snape con la expresión de quien entra a una alcantarilla. Hazel lo consideraba un cretino pero estaba en sexto año así que no tenía que lidiar con él más que en los pasillos.
-Iré subiendo de una vez, madre, antes de que me ganen el asiento.- Dijo Hazel con una débil sonrisa y la señora Redwood procedió a darle un cálido abrazo.
-Recuerda mantener la calma durante la época de exámenes, cariño. - Respondió la señora Redwood mientras el señor Redwood le dio otro abrazo a Hazel.
¡Todo saldrá bien!- Dijo el señor Redwood mientras estrujaba a Hazel en un abrazo. - Pero, Hazel, trata de pasártelo bien al menos este año. ¿si? disfruta los partidos de Quidditch, pasea por los terrenos del castillo, ¡es tu último año! Y ¿hay alguna forma de saber más o menos cómo son los terrenos del castillo? ¡me mata la curiosidad!
-Lo intentaré, papá. - Dijo Hazel tras soltar una pequeña risa. - Les escribiré.
-Cuidate mucho, Hazel.- Dijo la señora Redwood, mientras Hazel subía al tren con su equipaje y sacudía la mano para despedirse.
Después de chocarse con Sylvester Scratch, un Slytherin más joven quien volvió a llamarla "sangre sucia" y darle un empujón, Hazel pudo encontrar un compartimiento vacío donde aprovechó para ponerse el uniforme y la túnica hasta que entraron unas chicas de su clase con el mismo objetivo.
-Redwood, Los demás están llenos y queremos cambiarnos.
-No hay problema.- Contestó Hazel con un tono neutral, sacando un libro cualquiera y empezando a darle un vistazo. Las tres estudiantes eran también de Hufflepuff pero sólo se limitaban a saludar y hablar entre ellas.
-He escuchado que va a haber un nuevo maestro de defensa contra las artes oscuras.- Dijo una de las chicas llamada Henrietta Pidgeon. Era alta, pelirroja, y tenía pecas en la nariz. - Oh, Hola Redwood.
Hazel sólo devolvía el saludo y continuaba con la lectura.
-¿No hubo uno nuevo el año pasado?- Preguntó otra de las chicas, Beatrice Corner.
-Quien quiera que sea, espero que no sea tan duro con nosotros.- Dijo la tercera chica. - Las pruebas EXTASIS son las más difíciles, son el tripe de dificiles que los TIMOs. Por algo se llaman "exámenes terribles".
-Y defensa contra las artes oscuras es la asignatura que peor se me da.- Respondió la segunda chica, dando un suspiro. - No sé si sobreviva a este año con los hechizos no verbales, mi madre ya me lo ha dicho, si quiero trabajar en el ministerio debo salir de acá con notas aceptables pero también quiero salir a Hogsmeade con Frank.
-Creo que este año voy a tener que pedirle a Augustus un tiempo. Los exámenes me van a devorar viva si no me concentro.
-Frank me dijo que también va a necesitar concentrarse, ¡qué fastidio es tener tanta carga encima!
Para Hazel, la idea de tener una pareja en la escuela era algo muy ajeno, algo que apenas podía fabricar en su mente y sentirse extraña o incómoda en su propia mente segundos después. No se imaginaba con ningún chico de ninguna casa de Hogwarts. No le atraían en absoluto, no había ninguno que despierte el más mínimo interés y no estaba segura si esa "etapa" de interesarse por ellos llegaría en algún momento para ella. Las chicas en su clase tampoco le llamaban la atención, pero una parte de ella sentía alivio porque, de no ser así, le resultaría más difícil concentrarse en los EXTASIS. "Los hechizos no verbales, saber dominarlos, y aprobar los EXTASIS son más importantes que un romance en la escuela" pensaba Hazel cada que la idea de enamorarse y el misterio que suponía tener una relación cruzaba por su mente.
Hazel era muy buena en herbología, pociones, encantamientos, y cuidado de criaturas mágicas. Defensa contra las artes oscuras se le daba bien, pero le costaba un poco perderle el miedo a los duelos de magos, y más si se trataba de lanzar hechizos no verbales. Su reputación como estudiante era decente y los maestros siempre la felicitaban por conseguir preparar pociones difíciles como el filtro de muertos en vida, antídotos de venenos, o saber datos importantes sobre las tentáculas venenosas en herbología. En sus ratos libres cuando acababa las montañas de deberes que le habían dejado el año anterior, Hazel daba caminatas en solitario por los terrenos del castillo y recorría Hogsmeade sola cuando se les permitía hacer visitas desde el tercer año. A veces regresaba a su sala común y en el dormitorio encontraba algunas botellas de pociones para alisar el cabello apiladas en su cama. Las responsables de la broma estaban sentadas con Hazel en el tren.
No faltaba mucho para llegar al castillo y el cielo había oscurecido. Hacía frío y Hazel ya se había cansado de intentar concentrarse entre la ruidosa conversación de las chicas a su alrededor, así que sólo fingía leer mientras escuchaba los dramas personales de cada una de ellas y los chismes de los que comentaban.
-¿Sabían que el hijo de Marcus Scratch, el cazador de Las Avispas de Wimbourne, está en Slytherin? - Preguntó Henrietta.
- Mi hermana está en su clase, dice que es un idiota obsesionado con la pureza de sangre, y está sólo en tercer año. - Contestó Beatrice. Hazel recordó al mocoso que le dio un empujón en el tren y la llamó "sangre sucia". - No tiene nada que ver con su padre. - Añadió Beatrice.
-Y ahora que está en el equipo de Slytherin es aún más insufrible, he oído que su madre lo abandonó por algo relacionado a las artes oscuras.- Dijo Henrietta, mientras se hacía una trenza en el cabello. Hazel empezaba a escuchar con más atención.
-¡Oh, de hecho!- Dijo Beatrice enérgicamente. - Mi hermana me ha dicho que él se la pasa diciendo que como su madre es una vergüenza, su padre es el único que le importa y demás cosas personales. Jamás ha dicho su nombre, sólo ha comentado que estudió en Ilvermorny.
-¿En Estados Unidos? ¡Vaya!- Exclamó Henrietta.- Siempre habla maravillas de su padre, pero se expresa terriblemente de su madre, como si estuviera hablando de un mago oscuro.- Dijo Beatrice y Hazel no pudo evitar arquear las cejas al escuchar el comentario.
Hazel moría de hambre. La señora del carrito ya había pasado y Hazel sólo comió una rana de chocolate pensando que no tendría espacio para el banquete, pero se arrepintió de su decisión porque su estómago empezaba a rugir. El enorme Hogwarts ya se podía divisar desde la ventana del tren y la idea de comer la llenaba de emoción. Le encantó la arquitectura de Hogwarts, le fascinó desde el primer momento en que vio el castillo desde la ventana del tren, seis años atrás. Su madre le había contado muchos datos interesantes pero aún así, a pesar de la posibilidad de perderse, a Hazel le parecía fascinante.
Cuando salieron del tren, Hazel se subió sola a uno de los carruajes. Sabía que los thestrals los llevaban, pero Hazel sólo había visto esas criaturas en los libros. Las demás chicas que viajaron en el mismo compartimiento se subieron a otro juntas, dejando a Hazel sólo observando el camino con curiosidad. Todo estaba oscuro, así que usó Lumos para no sentirse tan perdida. Se sentía en paz sin la presencia de esas chicas, pero había algo en ella que sentía la urgencia de llegar al castillo, supuso que tal vez sería su estómago.
0 notes
Text
Tumblr media Tumblr media Tumblr media
Mona Conley
Hii this is my submission for @akitasimblr BC Challenge!
She/Her
Pansexual
118 years old
Materialistic, Music Lover, Mean
Vampire
Mona used to be the daughter of a Viscount in victorian London meant to marry a wealthy man that could support her for the rest of her life, but that's not what she wanted. She feel in love with another high society lady and they started a secret relationship. A month into their relationship Mona found out she was actually a vampire. Mona was turned by her secret lover, the idea was for them to be able to spend the rest of their lives together away from society. And for over 70 years it worked, they got a little cottage next to the beach in Cornwell. But one day in the middle of the night while they were taking their weekly stroll a werewolf came out of nowhere and attacked them. Mona barely got out of it alive but her lover died and she's never been the same since then. After the worst of the grief had passed her mind filled with rage and she swore to take revenge on that werewolf. She was outcasted from the vampire society of Cornwell, known for their pacifist ways, they didn't approve of Mona's plan for revenge. After years of search she found out the werewolf from that night had died in a werewolf brawl and even though she was very frustated at first, her thirst for blood eventually dried out. Now 50 years after the death of the love of her life, she thinks she's ready to try to find love again.
Private Download
39 notes · View notes
Text
una de las protagonistas de mi fic se ve más o menos así
Selene Grimm
Tumblr media
0 notes
Text
Un hermoso secreto FIC (ESP) 2
Selene Grimm tiene dificultades para entrar al castillo, pero se ve recompensada con una oferta que la hará olvidar esa incomodidad.
...................................................................
El colegio Hogwarts de magia y hechicería, el colegio Ilvermorny de magia y hechicería y el mundo mágico de Harry Potter (incluidos los nombres de hechizos, criaturas mágicas, escuelas y lugares) le pertenecen a J.K Rowling. Sin embargo, Los personajes principales (Selene Grimm y Hazel Redwood) y algunos personajes secundarios (la familia Grimm, la familia Scratch, la familia Crow y la familia Redwood) me pertenecen :) Si esta historia tiene datos erróneos sobre el mundo mágico de Harry Potter, por favor háganmelo saber. Esta historia sería material para Rita Skeeter, estoy segura, Gracias y disfruten la historia <3
TAGS: OFC x OFC, personajes originales, romance, fluff, angst, wlw, drama, Hogwarts AU, Harry Potter AU, age gap, relación profesor/estudiante, uso de varitas, uso de magia oscura, uso de pociones, uso de maldiciones imperdonables, redeption arc.
...................................................................
Tumblr media
2
Sin pensarlo dos veces
Selene despertó muy temprano en la madrugada (de todos modos no pudo dormir mucho) y tomó un baño rápidamente para alistarse y desayunar. Sentía mucha curiosidad sobre aquel tema del director de Hogwarts, el famoso Albus Dumbledore. Selene sólo escuchó hablar de él como maestro por Marcus y por Blaise, Marcus tenía un buen concepto de él como maestro y persona mientras que Blaise lo consideraba aburrido y a veces no asistía a sus clases (cosa que dejaba a Marcus boquiabierto las primeras veces que Selene conversó con ellos sobre sus escuelas en las Tres Escobas). Decidió maquillarse para ese día, era muy extraño que un director de la escuela británica le envié un mensaje con tanto secretismo y quería dar una mejor impresión, tal vez necesitaría su ayuda o algo por el estilo, pero lo que Selene se preguntaba constantemente desde que abrió ese sobre fue ¿Cómo diablos supo quién era, cómo la encontró y cómo supo exactamente dónde se hospedaba? Aquello no dejaba de causarle confusión. No estaba segura si sería a través de Sylvester o de Marcus, tampoco estaba segura si ese hombre sabía del pasado vergonzoso de Selene como bruja oscura, algo ella misma llamaría una secta tenebrosa. El espejo reflejaba a una Selene más madura, algo agotada, tan pálida que posiblemente algunos magos hayan sospechado que ha sido convertida en vampiro, pero sin perder su característico atractivo. Sus facciones y los ángulos de su rostro parecían cuidadosamente talladas, y su nariz romana encajaba a la perfección con el resto de sus rasgos. Los mechones grises que adornaban su oscura cabellera la hacían ver incluso más atractiva e interesante, al punto de dejar a muchos magos y brujas voltear a verla en medio del callejón Diagon más de una vez. Se colocó su traje negro preferido y su túnica color púrpura que hacía juego con sus ojos, acompañada de un broche que brillaba justo en el botón que cerraba la túnica. Se dejó el cabello suelto a la altura de los codos y no dudó en usar sus botas de tacón alto. Selene se sentía algo confundida, pero extrañamente confiada. Asumió que pudo ser una idea en su mente sobre volver a ver su hijo o alguna oportunidad para asistir al castillo y poder interactuar con él, pero presentía que algo bueno vendría con esa curiosa invitación. Además, deseaba dejar bien parada a la escuela Ilvermorny, porque supuso que, de algún modo, Albus Dumbledore sabía dónde estudió.
"¿Ahora cómo diantres entro a ese colegio?"
Selene pagó por un par de días más en el Caldero Chorreante y salió hacia Londres a buscar una manera rápida de llegar, deseó que el director le haya permitido usar la red Flu, pero lamentablemente no fue el caso. Se paró en una calle con una pequeña maleta y levantó su varita cuando no habían muggles cerca, ni siquiera los ebrios que vagaban por la noche.
- Lumos.-Dijo Selene en voz baja, y en menos de dos parpadeos un bus de un tono morado apareció de la nada a toda velocidad, deteniéndose justo frente a Selene (estuvo a muy pocos centímetros de atropellarla). Algunas personas que iban adentro chocaron estrepitosamente entre ellas y muchas maletas, libros, y jaulas de lechuzas también cayeron violentamente. El vehículo tenía escrito "Autobús Noctámbulo" en letras doradas sobre su parabrisas.
"Oh, ¿hace cuánto que no me subo a uno de estos?" Pensó Selene al ver al bus detenerse. Selene había olvidado por completo la existencia de aquel medio de transporte, estuvo viajando mediante la aparición por tantos años que no recordaba que este bus podía llevarla cerca a Hogsmeade a comer algo, de ahí podría caminar hasta el castillo.
De ahí salió un mago serio con uniforme del mismo color que el bus, miró a Selene, a su varita, y procedió a abrir la boca para hablar.
- Bienvenida al autobús noctámbulo, transporte de emergencia para el brujo abandonado a su suerte, levante la varita, suba a bordo y lo llevaremos a donde quiera. Me llamo Quentin Birch, Estaré a su disposición esta noche.- Dijo muy seriamente el mago, como si lo estuviese leyendo en un papel. Selene recordó que dentro de ese bus no era recomendable pedir bebidas, así que se abstuvo de comprar chocolate caliente, al menos hasta antes de bajarse. El autobús estaba repleto de un montón de camas de latón ocupadas por magos y brujas de aspecto cansado. Algunos recogían sus maletas del suelo y otros trataban de calmar a sus lechuzas alteradas dentro de sus jaulas.
- Estación de Hogsmeade. - Dijo Selene.
- Son trece sickles, señora.- Dijo Quentin. - Disculpe…¿es usted de aquí?- preguntó Quentin, mirándola con curiosidad, al parecer había reconocido su acento.
- Soy estadounidense, pero vivo en Gran Bretaña desde hace más de diez años.
¡Vaya!- Exclamó el conductor, quien hasta ese entonces no había dicho una palabra. - ¿Entonces, usted estudió en el instituto de las Brujas de Salem?
- Iba a hacerlo al graduarme de Ilvermony. - Respondió Selene, sentándose en una de las numerosas camas de latón dentro del bus. - Pero decidí cambiar de aires y me mudé a Europa.
- Así que usted estudió en el colegio Ilvermorny, ¿eh? Interesante.- Dijo Quentin. - ¿también llevan defensa contra las artes oscuras? El auto avanzaba a la velocidad de la luz, esquivando edificios, autos, peatones, y hasta animales sin parar. Selene tuvo que cerrar un momento los ojos y sostenerse fuertemente para no sentirse mareada ni caerse. No quería estropear su túnica favorita.
- ¡Oh! sí, por supuesto. - Dijo Selene. - La diferencia es que nosotros llevamos esa asignatura desde el tercer año, aquí están dos años más adelantados.- Continuó Selene. - Mi hijo estudia ahí.- Añadió Selene, cambiando su tono a uno menos animado y algo melancólico. - Está en Slytherin.
El bus avanzó velozmente como si estuviese hechizado, haciéndose angosto mientras trataba de pasar por un camino demasiado estrecho y volviendo a la normalidad después, Selene no podía creer que ya estaba cerca a la estación cuando el conductor, un hombre de anteojos llamado Ernie, le dijo que se bajaría en la siguiente parada. Selene no podía aparecerse cerca del castillo porque jamás pisó los terrenos en persona, tampoco recordaba bien la estación de Hogsmeade ni cómo llegar desde la aldea de Hogsmeade, así que el autobús le fue de ayuda. Aquella sería la primera vez que visite Hogwarts.
Al bajarse del bus, tanto Quentin como Ernie se despidieron amablemente de Selene y el auto se fue antes de que Selene pudiese sacudir la mano. Selene caminó hacia la aldea de hogsmeade sólo para memorizar la ubicación y poder aparecerse nuevamente en la estación para recién caminar hacia el castillo. Selene se preguntó si Albus Dumbledore intentaba jugarle una broma pesada al no proporcionarle una manera más sencilla de llegar al castillo y hacerla pasar por un camino tan largo. Una parte de ella no podía culparlo, Selene pasó largos años usando sólo la aparición como medio de transporte y con propósitos perversos, sin embargo eso no impidió el fastidio de Selene al tener que hacer todo eso. Después de un almuerzo y cerveza de mantequilla en Las tres Escobas, Selene dio un corto paseo por las tiendas y se dijo a sí misma que después de aquella cosa intrigante que Dumbledore le diga, tomaría unos tragos en Cabeza de Cerdo, sentía que realmente lo necesitaba. Algunos magos atrevidos intentaron coquetear con Selene en Las tres Escobas con frases pobres y vergonzosas (uno de ellos le dijo directamente, en su cara, que le gustaban las "mujeres maduras"), pero Selene los mandó al diablo para después retirarse y comenzar su camino hacia el castillo, a pie.
Selene tuvo que seguir a una manada de Thestrals sin carruajes hacia el llamado "Sendero de entrada". El sendero resultó ser más largo de lo que Selene se imaginaba, y necesitó algunas cortas pausas para descansar, ver a los Thestrals no le resultó agradable en absoluto a Selene, que se pasó todo el camino recordando todas las veces en que usó la maldición asesina en magos, muggles, y unos duendes. Aunque ya había pasado el medio día, el sendero seguía viéndose tenebroso y opaco. El cielo gris lo iluminaba pobremente, una espesa niebla dificultaba la visión de Selene y los thestrals, a pesar de ser criaturas hermosas, hacían el ambiente aún más lúgubre. Tuvo que subir unas escaleras de piedra para llegar a una colina, Selene supuso que ya estaba cerca y el corazón volvió a acelerarse un poco cuando llegó a un lugar del terreno rodeado por piedras gigantes. "Ya no falta mucho" Se decía a sí misma Selene, tratando de animarse pensando en qué diablos haría en Hogwarts y si ese mensaje de Dumbledore tendría algo que ver con Sylvester. Llegó al puente cubierto y una enorme sonrisa se formó en su rostro cansado. Ni siquiera volvió a tomar otro descanso, Selene sólo siguió caminando por aquel largo puente hasta acercarse más a la gran torre del reloj. Ya casi era hora de la reunión, Selene aceleró el paso. "Excelente" Se dijo a sí misma Selene, en voz muy baja, cuando llegó al castillo. La puerta enorme se abrió sola y vio a una mujer alta de expresión seria. Llevaba una túnica color verde esmeralda, unos lentes cuadrados y un sombrero negro puntiagudo.
Usted debe ser la señora Grimm.- Dijo la mujer con una débil sonrisa. - Mi nombre es Minerva McGonagall, subdirectora de la escuela, profesora de Transformaciones y jefa de la casa Gryffindor. Acompáñeme a la oficina de director, por favor.
- Gracias.- Dijo Selene, sin tener la más mínima idea de qué decir y siguiendo a la subdirectora. Esa mujer había sido quien redactó la carta. Selene la siguió sin dejar de mirar todo a su alrededor. Las escaleras, los numerosos retratos que se movían, las estatuas, las armaduras en los rincones, todo era tal y como Marcus describió una vez, muchos años atrás.
- Estoy enterada de que usted es la madre del alumno Sylvester Scratch, señora Grimm.
- Así es, señora McGonagall.- Contestó Selene, algo nerviosa. ¿Y si esa mujer sabía de su pasado?
- Soy su maestra de transformaciones. No se le da mal la asignatura, convirtió con éxito un escarabajo en botón, pero el muchacho no deja de hablar de Quidditch.- Aquello le sacó una pequeña sonrisa a Selene. Desde que Sylvester era muy pequeño mostró un gran interés en el Quidditch. Marcus le compró una escoba de juguete cuando aún tenía dos años y hacía desastres en la sala (Marcus se encargaba de arreglar todo, por un acuerdo entre él y Selene).
- Me imagino. - Dijo Selene. - Le fascina el Quidditch desde que aprendió a hablar y caminar.
- Tiene sentido, su padre es un famoso cazador - Respondió McGonagall. - ¿A usted también le interesa el Quidditch?- Preguntó McGonagall.
- Solía interesarme cuando era estudiante, pero después de mudarme a Europa no me he subido a una escoba, ha pasado mucho tiempo. - Contestó Selene mientras ambas mujeres seguían caminando por los pasillos de Hogwarts. Selene no dejaba de sorprenderse con lo grande que eran ese lugar si se preguntaba si alguna vez Sylvester se ha perdido ahí (Selene no podría volver a la puerta de entrada aunque lo intentase después de tantas vueltas). McGonagall se detuvo frente a una gárgola y enseguida dijo algo.
- Pastel de limón.- Dijo McGonagall y la gárgola giró para mostrar una escalera de caracol de piedra. - Sígame, por favor.
Selene y la profesora McGonagall subieron por esa escalera de caracol que las condujo al despacho del director, el cual parecía más una inmensa y elegante biblioteca con dos escaleras al lado del escritorio. Un mago anciano con una larga barba y anteojos de media luna estaba sentado en el escritorio donde también estaba parada un ave fénix de plumas color carmesí y una cola dorada. Ese mago era Albus Dumbledore.
- Ha llegado la señora Grimm.- Dijo McGonagall. El hombre sólo mostró una débil sonrisa y abrió la boca para hablar.
- Gracias, Minerva. Bienvenida, señora Grimm. Pase, siéntese, por favor. Dijo Dumbledore, invitándola con caballerosidad y con un encantamiento no verbal hizo que la silla que estaba del otro lado del escritorio se mueva para que Selene pueda sentarse.
- Gracias, director. - Dijo Selene, después de aclararse la garganta. - Es un castillo muy grande, es la primera vez que lo visito.
- Así es, señora Grimm, espero que pueda acostumbrarse a los pasillos precisamente por el tema que quiero tocar con usted.
- Oh - Dijo Selene. - Por supuesto, quería saber en qué puedo ayudarle. Me imagino que usted sabe que yo soy…- Selene no pudo terminar la frase porque Dumbledore habló enseguida.
- La madre del joven Scratch, así es. Como alguna vez habrá oído, los estudiantes de Hogwarts son admitidos desde su nacimiento y sólo a los once años reciben la carta. Lamento ser imprudente, señora Grimm, pero también estoy enterado de que usted no estuvo presente el día en que el señor Scratch recibió su carta. Selene no dijo nada, quería responder pero aquella última frase la dejó helada.
- Sólo para que lo tenga presente, y no pretendo asustarla, también estoy enterado de las actividades que usted ha realizado en compañía de una ex alumna de Hogwarts hasta hace poco. La señora Blaise Crow.- Dijo Dumbledore, Selene no sabía si era idea suya o el director le estaba hablando en un tono acusatorio. Escuchar el nombre de Blaise Crow de alguien más la hizo sentir un fastidio que no podía describir con palabras, un rechazo inmenso.
- Sobre eso…señor Dumbledore…- Selene intentaba articular sus frases pero Dumbledore volvió a interrumpirla.
- Este largo camino que usted ha tenido que cruzar no fue casualidad, señora Grimm, y me disculpo, pero sentía que necesitaría un poco más de desafío para lo que deseo pedirle, o más bien, ofrecerle. - Esta vez usó un tono más amable, Selene estaba algo confundida. Al parecer Dumbledore la hizo pasar por el sendero a pie a propósito.
- Como usted sabe, en toda la comunidad mágica, las artes oscuras están terminantemente prohibidas y a pesar de que usted ha lanzado maldiciones imperdonables más de una vez, y ha ayudado a la señora Crow a salir de Azkaban, también entiendo que desea, genuinamente, volver al buen camino. Selene titubeó, pero pudo contestar.
- A-así es, yo no deseo volver a practicar las…artes oscuras.
- La entiendo, señora Grimm. Más de lo que usted imagina, y por eso lo que deseo ofrecerle es un puesto en esta escuela. Selene abrió mucho los ojos del asombro. ¿Trabajar en Hogwarts? Su corazón se aceleró después de escuchar aquellas palabras. El ave fénix no volteó a ver a Selene en ningún momento.
- Un puesto como maestra de Defensa contra las Artes oscuras. - Añadió Dumbledore. - Me parece que alguien que ha decidido no volver a practicar es tipo de magia y sobre todo, alguien que conoce bien las consencuencias de practicarla, sería ideal para enseñarle a mentes jóvenes como protegerse. Es la primera vez que la veo y hablo con usted, lo sé, pero conozco parte de lo que usted ha vivido desde que empezó en ese camino y confío en que tiene razones para abandonar la magia oscura.
Sylvester llegó de inmediato a su mente. La vez en que lo vio con Marcus en el callejón Diagon, el retrato de la tienda de escobas, el día en que lo escuchó hablar de Quidditch antes de marcharse, Selene sí tenía razones para alejarse permanentemente de ese lado, la traición de Blaise llegó a pasar a un segundo plano.
- Además…- Continuó Dumbledore. - Necesitamos toda la información posible sobre los pasos de la señora Crow y cualquier detalle de parte de alguien que trabajó con ella nos vendría de ayuda. Minerva y yo la ayudaremos a ubicarse y familiarizarse con el castillo antes de que comiencen las clases, y usted tendrá un despacho en el castillo. Creo que eso también la ayudaría a acostumbrarse al entorno…Eso si usted acepta, por supuesto.- Dijo dumbledore, mirándola por encima de sus anteojos de media luna.
Selene trató de evitar quedar boquiabierta y soltar un grito de la emoción. Albus Dumbledore le acababa de ofrecer un puesto como maestra en Hogwarts, era su oportunidad perfecta para alejarse del callejón Knockturn y acercarse a su hijo. Tal vez hasta podría formar un lazo con él. Selene no dudó en aceptar la oferta, y estaba dispuesta a firmar los papeles necesarios en ese mismo instante sin leer una palabra si así lo requería. Ambos se pusieron de pie y Dumbledore extendió una mano que selene estrechó sin pensarlo dos veces, aceptando el puesto.
- Es un honor, señor Dumbledore. - Dijo Selene.
5 notes · View notes