#mochila pequeña
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Descubre, cuál es el color de bolso que combina con todo
Fotos de Pinterest Elige el color de bolso perfecto y combínalo con estilo Hola, Curly. La verdad es que hacía mucho tiempo, que quería tratar este tema. Pero.no me animaba a llevarlo a cabo porque me parecía que en el invierno prácticamente todas las mujeres llevamos los mismos colores y el mismo etilo de ropa. Y que lo que más no importa es protegernos contra el frío y no si el bolso…
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Vacaciones
Los rayos de luz atravesaron los árboles y se dividieron en haces más pequeños que crearon grupos de puntos en el suelo del bosque. La criatura que volaba a través de ellos los comparó con los barrotes de una prisión tras la que había visto encerrados a los humanos. Gruesos barrotes de metal que les impedían escapar. No era diferente a sus deberes en el bosque, estancado en patrullar las partes vírgenes. En realidad, se habría considerado afortunado de no tener que lidiar con la burocracia de los Parques Nacionales o incluso con pequeñas áreas del bosque donde los humanos hacían ejercicio corriendo.
"Somos protectores, Klick. El bosque es nuestro hogar y debemos hacer lo que sea necesario para protegerlo", decía su padre, aunque cada vez era más difícil con las máquinas derribando nuestros hogares y destruyendo cualquier signo de vida que alguna vez hubo allí. Máquinas que no podían ser detenidas.
Klick estaba flotando cerca de un árbol cuando escuchó el sonido de las ramas al romperse bajo un pie pesado. Un hombre estaba deambulando, mirando al cielo con una sonrisa en su rostro. Respiró profundamente y su equipo de senderismo se acomodó en su mochila. Era un explorador y tropezó con la tierra de Klick. Caminó entre los arbustos hasta que llegó a un claro, pétalos de flores rosadas dispuestos en un gran círculo. Klick había hecho este claro hace mucho tiempo, esparciendo los pétalos en un movimiento circular con sueños de que algo podría tropezar en él. Ahora, este humano estaba de pie en el centro.
Respiró profundamente y el aroma floral se arremolinó a su alrededor hasta que arrojó su bolso a un lado. Comenzó a quitarse la ropa, arrojándola por el perímetro de la trampa hasta que de repente quedó desnudo. Klick admiraba al humano y corría de un árbol a otro hasta que tuvo una vista excelente. El hombre estaba tendido entre los pétalos, oliendo el aire que intoxicaba su mente. Klick corrió hacia él, sin que nadie lo notara mientras rodaba por el suelo. Klick se metería en muchos problemas, pero aprovechó esto como una oportunidad para escapar de esta rutina repetitiva.
El hombre abrió la boca para tomar aire profundamente y justo cuando lo hizo, la pequeña bola de luz que era Klick apareció dentro de su boca. El aura brillante de Klick era visible a través de su piel hasta que desapareció por su garganta. El hombre tragó saliva, gimiendo mientras miraba las hojas ondeando con la brisa. Comenzó a gemir y retorcerse cuando de repente Klick le robó la piel y la hizo suya. El hada llenó su nueva forma hasta que de repente los ojos del hombre convulsionado se pusieron en blanco y se desplomó. Klick abrió sus nuevos ojos unos momentos después, con los brazos estirados y continuó tendido allí por un momento. Sintió la hierba en su espalda, el viento bailando sobre su pecho, los sonidos de la vida que existía en el hueco.
Klick se incorporó y olió los olores que estaban haciendo que el sentido del hombre se volviera loco. Ahora, inmune a Klick, solo podía oler la dulzura floral que lo rodeaba. Mirándose a sí mismo, admiró su nueva forma. Tocó su pecho con delicadeza antes de presionar completamente su palma en los pectorales carnosos. Se flexionó al sentir, el músculo sobresalía y se tensaba mientras deslizaba sus dedos sobre ellos. Finalmente encontró la polla, flácida al principio, pero una vez que la tocó, el órgano cobró vida.
—Guau. —Klick se sobresaltó por su voz y sus manos tocaron su garganta. Tarareó, las vibraciones lo hicieron sonreír. Cuando se puso de pie, no pudo ignorar la longitud que se había endurecido simplemente con un roce de sus dedos a lo largo de la punta. Ahora quería más, sus dedos envolvieron la longitud creciente mientras sus ojos revoloteaban de placer hasta que estuvo apoyado contra un árbol. La textura áspera del tronco raspó a lo largo de su columna vertebral, sumándose a la sensación de hormigueo que crecía con cada embestida. Klick observó el músculo a lo largo de su cuerpo mientras lo tensaba, admirando su nueva forma hasta que fue casi insoportable. Corrientes blancas salieron disparadas de su cuerpo y no pudo evitar gemir mientras se alejaba del árbol. Su trasero se tensó, su cuerpo se flexionó y su polla se sintió como si nunca fuera a dejar de estallar.
Con un último suspiro, Klick se calmó y sonrió complacido. Su pene agotado seguía latiendo mientras se estiraba, acostumbrándose a su nuevo peso y estatura. Klick tenía la intención de pasar solo un poco de tiempo fuera de su gruta, experimentando la vida humana, ya que tal vez nunca más tendría la oportunidad. Un respiro de la monotonía que ya demostraba ser adictiva.
—Solo por un rato. —Sus ojos se movían entre el paisaje de su cuerpo y el perímetro de la trampa de hadas. Hubo un repentino estallido de energía y él estaba recogiendo la ropa del humano para ponerse y caminar de regreso a través del lugar donde eventualmente se encontraría con la civilización humana para ver qué problemas podía encontrar.
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Abrí la puerta de mi habitación
Y ahí estoy...
-Ahí estás!
Mi yo pequeña
Mi yo inocente
Mi yo huida
Mi yo desesperada
Privada en llanto
Lastimada, con raspones,
la ropa holgada y manchada de panico.
Una vez más! Por que carajos lloras está vez?- grité. Que te hicieron?
No te eligieron?
No se disculparon por como te trataron?
No eres la favorita?
No te prefieren?
Vas al último?
Eres el puente a cambio de algo?
Se burlaron?
No te ven?
Tu cuerpo?
No te quieren?
No te aman?
Te engañaron?
Cuál de todas te paso de nuevo, Pequeña? - me mire y agregué-Ven, para acomodarte!
Cargue a mi niña,
Dios! Como lloraba y como no se calmaba!
Pesaba también, pero no es por su físico
Creo es por tanta acumulacion que ha tenido,
lo bueno es que tengo la fuerza suficiente
para sostenerla bien.
La bañe, la vesti, le puse su vestido favorito, le puse colonia dulce, su collar de toda la vida.
Un poco de cremita en los brazos y piernas; medias nuevas, sus zapatitos brillantes Y una chompita para que se abrigue por si tiene frio.
Le aliste una mochila de emergencia por si en algún momento yo no estaba y tenía que curarse sola, bandas, alcohol, pomada, ropa nueva, etc
Me miraba, con esos ojos de uvita y esas pestañas caidas, arrugando su nariz cuando sonría.
-Que manía la tuya de arrugar la nariz siempre! No te jales la costra, como te gusta lastimarte,no?
+Tú tambien lo haces! ... Te raspas tus pulgares...cuando estás nervio...
-Cállate!
Se paró en la cama, frente a frente, juguetona.
Me peino el cabello con sus manos
Me sacudió la casaca,
Me acomodó el collar de toda la vida
Me echo perfume dulce,
Me puso rubor,
Corrector para mis ojeras,
Un bálsamo de color encima para mis labios rotos.
Me hizo arrugar la nariz cuando me vi al espejo, estabamos bien, nos veíamos "lindas", como si nada hubiera pasado.
Me puso dentro de los bolsillos unas curitas y unas pastillas para el dolor de cabeza.
-Tú no necesitas mucho no?
+Nop, soy más cuidadosa ahora-me respondí
-Si pudimos controlarnos?
+De todas maneras- susurré
-Te extraño- casi llorando
A veces pienso en lo mucho que he avanzado
Pero tambien en algunos pasos que he retrocedido
Cada que me hieren no puedo dejar de pensar en ese plano y como pude no salvarme a tiempo.
Mi pequeña me está esperando
le dije que la cambiaré de cuarto algún un día, aún le gusta donde está porque están sus muñecas pero sabe que se merece mejores.
De todas maneras le tengo varias promesas, hay muchas cosas que me están costando pero como dice mami "nada es imposible".
Una vez más
abrazo a mi pequeña
después del desastre
Y me voy a dar una vuelta con ella.
Le cure las heridas y
tambien le calme sus miedos.
No me gusta verla asi,
No me gusta verme así.
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high infidelity (Enzo Vogrincic x Fem! Reader)
Capítulo 8:
Alana tuvo que tomar varias respiraciones profundas antes de atreverse a responder la llamada de Enzo, sus manos aún picaban del coraje que Sebastián había despertado en ella, había usurpado su jodida mochila.
Se rascó el cuello tan fuerte que le dolió y se dignó a contestar.
—Hola.
—Lana, hola—saludó Enzo tan amable como siempre, ella tragó saliva en seco, usualmente la voz del uruguayo tenía un efecto relajante en ella, pero esta vez ella se encontraba tan furiosa que no creía que eso fuera posible—. ¿Ya estás en casa? Olvidé echarle agua a las plantas de la ventana, ¿vos me podés hacer el favor?
Claro que lo haría, el problema es que no tenía forma de ingresar al departamento.
—Yo—pensó varios segundos qué decir—. No puedo.
—¿Eh?
—Me quedé afuera, no tengo forma de entrar al departamento—soltó simplemente mientras apoyaba la espalda en la pared y se dejaba caer en el piso del pasillo.
—¿Olvidaste las llaves?—preguntó él riendo, Alana cerró fuertemente los ojos y se apretó el puente de la nariz—. Alana.
—Algo así—respondió.
—Bueno, si querés te puedo pagar el taxi para que volvás por las llaves a tu casa y así escribas hoy, no hay problema—sugirió él con su típico tono tranquilizador.
—Eh…no, eso no va a funcionar.
—No te estoy entendiendo.
—Sebastián me sacó las llaves—se le rompió la voz—. Se enojó porque no le dije dónde queda la supuesta oficina y no me las va a devolver hasta que se lo diga.
—Es que no puede ser más pelotudo—bramó, nunca lo había escuchado así de enojado—. ¿Querés que vaya para allá? Decíme que querés que haga y dejo todo—exclamó.
Alana se restregó la cara con la mano que tenía libre, Sebastián no sólo estaba arruinando su día de trabajo, también estaba por arruinar el de Enzo.
—No, no, gracias—respondió—. Te espero acá, no quiero volver a casa.
—Lana, son las 10 de la mañana, no regreso al departamento hasta dentro de 12 horas.
—No importa—si tenía que quedarse 12 horas sentada en el pasillo esperando a Enzo, lo haría.
—Vos estás loca, voy por ti ahora mismo.
—Tienes un montón de trabajo.
—Vos también.
—¿No hay otra solución?—preguntó ella.
—Mmm…—esperó unos segundos, se escuchaba bastante ruido de fondo, claramente el chico estaba bastante ocupado—. Te puedo pedir un taxi para que vengas al estudio de grabación, te doy las llaves acá, ¿te parece?
—Sí, sí—respondió ella esperanzada—. Gracias, Enzo.
—Vale, ahora mismo te lo pido—dijo él—. Alana…
—¿Sí?—preguntó nerviosamente, sabía que probablemente Enzo quería quejarse de Sebastián.
—Nada—no lo hizo—. Te espero acá.
En menos de cinco minutos había un taxi esperándola afuera del departamento de Enzo, Alana apagó el celular, tenía la bandeja de mensajes repleta obviamente por Sebastián, el chico seguía insistiendo que ella regresara a casa por las llaves, claro con la condición de que él la llevara de vuelta a ''la oficina''.
Sonaba más como amenaza que como sugerencia, Alana no aceptaría eso por ninguna razón.
El viaje hacia el estudio de grabación no duró más de treinta minutos, no podía negar que se sentía bastante nerviosa por visitar a Enzo en su lugar de trabajo, nunca había pisado un set de grabación en toda su vida y sabía que estaría lleno de gente importante.
El de seguridad la dejó pasar en cuanto ella le dio su nombre, el set de grabación se trataba de una pequeña bodega con un patio gigantesco, había una gran variedad de campers de metal y personas con audífonos y cámaras caminando de un lado al otro, Alana se paró apretando las correas de su mochila sin saber muy bien qué hacer.
—¿Sois Alana Lomelí?—preguntó una chica bajita, al igual que la mayoría de las personas ahí, llevaba unos audífonos de diadema con micrófono y una carpeta.
—Sí—respondió tímidamente.
—Vale, por acá—le indicó el camino con su brazo—. Enzo me dijo que vendrías, justo ahora le andan haciendo el maquillaje en su camper.
Alana asintió con la cabeza y aún aferrada a su mochila siguió a la mujer, no tardaron mucho en encontrar uno de los campers plateados, tenía una pequeña escalera afuera y en la puerta había un cartel que ponía ''Enzo Vogrincic''.
—Enzo, tu amiga está aquí—la chica tocó la puerta de metal tan fuerte que Alana se sobresaltó, al instante Enzo abrió, llevaba el cabello recogido con unas horquillas y su piel lucía reluciente.
—Lanita, pasa, pasa—le indicó—. Gracias Mónica—le agradeció a la chica, ella le guiñó el ojo a Alana y desapareció de su vista.
—Wow—exclamó Alana ingresando al camper, no tenía nada de lujoso a decir verdad, sólo un grande espejo con la mesa llena de maquillaje, la silla alta que seguramente era de Enzo, una mesita con su libretos y un pequeño sillón.
—¿Cómo estás?—preguntó él con la voz llena de preocupación, su mirada la inspeccionó de arriba a abajo mientras colocaba sus manos sobre sus hombros.
—Estoy bien—le respondió colocando sus manos sobre las de Enzo.
—¿Segura? ¿Discutieron muy feo?—preguntó él, el cartílago de su garganta subió y bajó, Alana negó efusivamente con la cabeza, lo último que quería era seguirlo preocupando.
—Anda insoportable por saber en dónde he estado escribiendo.
—Podés decirle, no me importa—dijo él quitando sus manos, pero sin despegarse ni un centímetro de ella.
—Enzo, es tu casa, Sebastián no tiene por qué saber dónde vives.
—No es como que me vaya a hacer algo—rió.
—Pues no—dijo ella—. Pero no sé, es raro—dijo, Enzo no respondió a eso.
—Después hablamos más tranquilos de esto—dijo—. Ehh, voy a andar todo el día filmando, así que te doy las llaves y ya vos me abrís el departamento cuando regrese.
—¿Y si escribo aquí?—preguntó Alana observando el lugar, era silencioso ahí y de todas maneras podía disipar el sonido de afuera poniendo algo de música.
—¿Estás segura? Digo, por mí no hay problema, pero no sé si te encante escribir aquí.
—Por mí está bien—dijo ella sentándose y procediendo a sacar su computadora, de todas formas le haría bien cambiar un poco de aires para escribir.
—Bueno, será un placer tenerte aquí—dijo él sentándose en su silla, se sonrieron a través del espejo—. Sólo que van a estar maquillándome en lo que no grabo, Lucía puede hablar mucho—advirtió, Alana supuso Lucía era la maquillista.
—No pasa nada—dijo sinceramente.
—Escuché mi nombre—una mujer rubia entró al camper dando un portazo, llevaba ropa bastante casual y un cinturón con al menos unas 30 brochas.
—Lucía, Alana, Alana, Lucía—Enzo las presentó, Alana saludó con la mano pero la rubia se le acercó a plantarle un beso en cada mejilla.
—La famosa Alana Lomelí—dijo ella para después comenzar a colocar una crema sobre el rostro de Enzo, se notaba que lo conocía a la perfección porque sus dedos se movían con suma precisión y profesionalismo sin necesidad de verlo, Enzo por su parte tenía los ojos cerrados, claramente relajado al toque de la chica—. Enzo me ha hablado muchísimo sobre ti.
—Calla—dijo él.
—Espero que cosas buenas—rió Alana mientras bajaba la mirada hacia su ordenador.
—Obvio—respondió ella—. ¿A qué se debe que visites a Enzito? No se le para ni una mosca al pobre aquí.
Alana apretó los labios al escuchar el apodo, pero hizo lo posible para borrar su mueca y responder amablemente, abrió su boca para hacerlo, pero Enzo le ganó.
—Lana escribe en mi departamento—le informó—. Pero tuvo un problema con las llaves, así que escribirá aquí hoy—Alana agradecía que no hubiera entrado en detalles, pero aún así no podía evitar sentirse observada por la maquillista.
—Ah, claro, claro, sos escritora, ¿cierto?
—Te lo he dicho un millón de veces—replicó Enzo haciendo un ademán con la mano, permaneciendo con los ojos bien cerrados, Lucía le guiñó un ojo a Alana.
—¿Qué género escribís?—preguntó Lucía al fin viendo a Enzo, ahora estaba aplicando algo con una brocha.
—Fantasía principalmente—respondió.
—No podría jamás.
—¿No podrías qué?—preguntó Enzo riendo.
—Escribir, leer, me causa pereza—expresó la chica—. Soy más de películas, obvio.
—Bueno, tal vez podrías darle una oportunidad—sugirió Alana amablemente.
—Nah, prefiero ver a guapos como este en la pantalla grande—dijo dándole una palmada en el hombro a Enzo, Alana volvió a bajar la mirada, se notaba que se tenían bastante confianza, ¿y cómo no? Pasaban un montón de horas juntos, más de las que ella pasaba con Enzo…
¿Por qué eso le molestaba tanto?
Ni Alana ni Enzo respondieron, el resto de la hora Lucía se dedicó a preparar la piel del actor en completo silencio, para la suerte de Alana, pudo lograr escribir un par de páginas sin importarle que ellos estuvieran ahí.
—Tengo que ir a la primera escena—le avisó Enzo parándose de la silla—. Lucy tiene que estar allá para dar unos retoques, la toma puede tardar fácil un par de minutos o bien horas, así que tendrás el lugar para ti sola unos momentos.
—Claro, genial—respondió sin dejar de teclear.
Enzo salió primero, Lucía comenzó a guardar algunos productos en su cinturón, sin embargo, cuando Alana pensó que la rubia abandonaría el lugar, carraspeó.
—¿Te gusta?—preguntó seriamente.
Alana detuvo sus dedos en seco y levantó la cabeza para ver a la mujer.
—¿Disculpa?
—Enzo, ¿te gusta?
—Somos amigos—respondió Alana confundida.
—Es fácil caer por Enzo—dijo Lucía apoyándose del tocador—. Es un hombre bastante encantador.
—Lo es—coincidió.
—Pero vos tenés novio—dijo Lucía cruzando los brazos, Alana inclinó la cabeza.
—No sé a qué viene todo esto.
—Enzo es una buena persona, pero ser tan bueno lo puede hacer algo tonto, no ve la maldad en las personas.
—Enzo no es ningún tonto—saltó a la defensiva.
—Se la pasa todo el día hablando de ti, pero sé que vos tenés novio, así que no sé qué pretendés viniendo aquí con tu finta de niña buena, y por si no te habías dado cuenta, Enzo podría tener a la mujer que él quisiera, así que no le hagas perder su tiempo—antes de que Alana pudiera responder algo, Lucía salió del lugar, dejándola completamente consternada.
Alana rodó los ojos en cuanto la mujer abandonó el lugar, suficiente trabajo tenía con escuchar la mierda de Sebastián como para tomarle importancia a la mierda que una mujer desconocida le decía, así que tomó todo ese coraje para escribir durante horas.
El resto del día Enzo entró un par de veces más para asegurarse que todo estuviera bien, Alana se limitaba a asentir sin despegar la mirada de la pantalla, no lograba descifrar si no se atrevía a mirarlo por la concentración que había ganado en el camper o porque mirarlo le recordaba a lo que Lucía había dicho, entre casi 5000 palabras escritas y las visitas rápidas del actor, la noche finalmente cayó.
—Vaya forma de trabajar—la voz de Lucía la despertó, Alana miró a su alrededor, se había quedado dormida, miró la hora de la pantalla, dándose cuenta que había tomado una siesta de 15 minutos.
—Tiene la manía de quedarse dormida en los lugares más extraños posibles—mencionó Enzo sentándose en la silla, Alana cerró su computadora, se sentía irritada, tanto por haber sido despertada de su siesta tan abruptamente, como por haberse dado cuenta que Enzo iba por ahí soltándole comentarios a Lucía sobre ella.
Enzo cerró los ojos para que Lucía comenzara a aplicarle desmaquillante con un algodón, Lucía arqueó las cejas ante el comentario de Enzo y después le ofreció una mueca extraña a Alana.
—Es mejor que me vaya—dijo Alana guardando la laptop en su mochila, se sentía cansada, sus ojos pesaban y sus muñecas le dolían por tanto escribir, había avanzado bastante en la historia, pero tal vez había sido una mala idea escribir en el camper.
—¿Tu novio te espera?—preguntó la mujer haciendo movimientos circulares con el algodón sobre el cuello de Enzo, ni siquiera lo había maquillado ahí, Enzo carraspeó—. Qué lindo, ¿no? Tener a alguien esperando por ti en casa.
—¿Te vas tan pronto?—preguntó Enzo fingiendo no escuchar los comentarios de la maquillista.
—Son pasadas las 10 de la noche, tengo que pedir el taxi.
—Pero aún no me enseñas lo que escribiste hoy—dijo Enzo apartando la muñeca de Lucía de su cara y finalmente abriendo los ojos, mirando a Alana fijamente.
—¿Puedo leerlo yo también?—preguntó Lucía levantando la mano.
—Pensé que no sabías leer—soltó Alana abruptamente, Enzo hizo un sonido de sorpresa ante el comentario.
—Claro que sé leer, no me gusta—replicó elevando la voz.
—Misma cosa, buenas noches—Alana salió del camper con un portazo, a este paso el pobre camper terminaría desmoronándose, pero no podía importarle menos.
Respiró varias veces, tenía que controlarse, ¿qué mierda le ocurría?
Caminó hacia una de las esquinas del set de grabación, la mayoría de los actores ya se habían ido y sólo quedaban un par de personas limpiando el lugar.
—¿Qué fue eso?—preguntó Enzo riendo, ella se encontraba en una esquina del patio del estudio.
—¿Qué fue qué?
—Tú y Lucía.
—No sé de qué hablas—respondió Alana cruzando los hombros, Enzo inclinó la cabeza y rió.
—Vos la llamaste analfabeta.
—¡No la llame así!—dijo Alana riendo por primera vez en horas.
—Eh…—Enzo la apuntó con el índice—. Vos le dijiste que no sabía leer, la misma cosa.
Alana rodó los ojos divertidamente.
—Ya, me pasé un poquito, ¿verdad?—preguntó rascándose el cuero cabelludo.
—Sólo un poquito—dijo él juntando el pulgar con el índice.
Alana sonrió, de pronto toda la acumulación de enojo y frustración que había sentido a lo largo del día había desaparecido por completo, Enzo tenía ese efecto sobre ella ella, tenía el efecto de que ella olvidara que efectivamente había alguien esperando por ella en casa, tenía el efecto de que olvidara que estaban en un lugar repleto de gente con cámaras, tenía el efecto de que ella se diera cuenta que efectivamente, él podría tener a la mujer que quisiera, sin embargo estaba aquí, riendo con ella, viéndola a ella, cuando estaba con Enzo, se sentía invencible, sentía que ellos eran las únicas personas en el mundo entero.
—¿Qué tanto estás pensando?—preguntó Enzo en un susurro, el lugar estaba muy oscuro y a duras penas podía ver sus facciones gracias al reflejo de la luna, contrario a como usualmente lo hacían, en esta ocasión sus ojos se veían más oscuros de lo normal y sus pupilas estaban bien dilatas.
''Se la pasa todo el día hablando de ti, pero sé que vos tenés novio, así que no sé qué pretendés viniendo aquí con tu finta de niña buena, y por si no te habías dado cuenta, podría tener a la mujer que él quisiera, así que no le hagas perder su tiempo'' Las palabras de Lucía no dejaban de retumbar en el fondo de su mente, ¿lo peor de todo? Alana sabía que eran ciertas.
No podía seguir jugando ese juego, no podía darle sus noches a Enzo y fingir que no le interesaba más que un amigo, no podía permitirse sentir esa atracción cuando Sebastián era su pareja.
La sonrisa de Enzo se borró de su rostro y se acercó más a ella, Alana tomó una profunda bocanada de aire y se atrevió a hablar.
—Lo que pasó el otro día—murmuró—. No puede volver a repetirse—dijo refiriéndose al beso que Enzo le había dejado en su cuello.
—¿Qué pasó el otro día?—preguntó haciéndose el tonto, la seriedad duró sólo un par de segundos en su rostro, porque ahora volvía a irradiar esa energía despreocupada y hasta burlona.
—Enzo—suspiró.
—Alana—dijo él imitando su tono de voz, ella le dio un manotazo en el hombro, haciéndole saber que no estaba para bromas—. Ya, ya, estoy jodiéndote—rió.
—Sí, precisamente eso estás haciendo, estás jodiendo mi puta cabeza—bramó entre dientes dejando que sus sentimientos volvieran a apoderarse de ella, él tragó saliva en seco ante el tono que la chica había empleado.
—Repetí eso—dijo a pocos centímetros de su boca, colocó sus brazos a los lados de la cabeza de Alana, acorralandola contra la pared.
—Estás jodiendo con mi puta cabeza—respondió ella con un hilo de voz, bajó la mirada, escuchó la respiración agitada de Enzo, no supo si era por la proximidad o por la manera en la que ella le estaba hablando, Alana volvió a levantar la mirada—. Lo que pasó el otro día no puede volver a repetirse—volvió a decir, Enzo parpadeó pesadamente y bajó la mirada a los labios de ella.
—Lo que vos mandés—carraspeó Enzo empujando el interior de su mejilla con su lengua.
Alana asintió levemente, pero Enzo estaba tan cerca de ella, viéndola de una forma en la que nunca había sido vista, estudiada, apreciada.
Así que tirando a la basura todo lo que acababa de decir, tomó a Enzo del cuello y estrelló sus labios contra los de él en un beso desesperado que él respondió con un jadeo y tomándola fuertemente de la cintura.
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Au!Universitario jujutsu.
" Ofrecía sus cosas sin esperar nada a cambio"
~•~•~•~•~•~•~•~•~•
El sonido de la envoltura hizo que los ojos de Satoru miraran rápidamente en aquella dirección. Sus ojos miraron fijamente aquella pequeña bolsa y su necesidad de tomar uno invadió su mente.
Satoru era un goloso. Adoraba los dulces y todos lo sabían, bueno, al menos con los que convivía un poco más. Por eso mismo, un puchero apareció en su rostro ante la envidia sintiéndose como un chiquillo que quería arrebatar la golosina de las manos de Naoki.
Se hizo el loco, intentando ignorar a la muchacha que comía con tranquilidad sus chocolates.
—¡Satoru! — lo llamaron con tono elevado.
Sus ojos azules miraron rápidamente a la chica morena. Observando como aquel paquete estaba extendido hacia el.
— ¿Quieres?
Satoru sintió emoción y sus manos picaron ansiosas.
—Uh~ no deberías de ofrecerle a Satoru dulces, no tiene sentido de decencia y se acabara todos tus chocolates.
El jugador abrió su boca indignado.
— Eso es mentira, puedo detenerme de comer dulces cuando YO quiera.
—Aja si — secundó Suguru con una sonrisa divertida — eres un goloso cuando se trata de dulces, por eso tienes caries.
— Es para mantener energías.
Soltó rápidamente sentándose al lado de Naoki quien seguía con el paquete extendido.
—¡Solo tomaré uno! ~ — canturreó relamiendo sus labios.
La muchacha a su lado lo miró tranquila.
— Puedes seguir tomando, me molesta más ofrecer todo el rato — soltó la muchacha sin más, volviendo a la conversación con los otros.
Satoru no tomó muy enserio aquellas palabras, pues normalmente a las personas no les gustaba tanto compartir y solo decían esas frases para sonar amables. Lo había notado mucho cuando el seguía robando la comida de los otros y ellos llegaban a mandarle pequeñas miradas molestas ante su apetito.
Así que Satoru realmente estaba dispuesto a solo tomar una pequeña bolita. Al menos, hasta que notó como la muchacha mantenía el paquete entre ambos. También notó que poco después de que ella tomara un chocolate giraba el paquete en dirección a Satoru, para que él tomara otro con libertad.
No se dio cuenta cuando empezó a tomar por su cuenta sin siquiera esperar a que ella le ofreciera y Satoru estaba atento a las expresiones de ella, más Naoki parecía demasiado entretenida en la conversación de Suguru y Shoko.
Cuando Satoru iba a tomar otro chocolate se detuvo un tanto alarmado.
Solo quedaban dos chocolates y estaba seguro de que Naoki apenas había tomado unos cinco. El muchacho miro a otro lado, haciéndose el tonto como un chiquillo que se había dado cuenta de que había hecho algo malo. Espero unos segundos, mirándo de reojo para ver cuándo ella se daría cuenta que se había acabado todo el paquete. Su espalda se enderezó cuando notó como los ojos de la muchacha miraban la envoltura en su mano, sus dedos tomaron uno de los chocolates y con total normalidad le ofreció a Satoru el último.
El muchacho parpadeó lentamente tomando el último chocolate mientras la miraba arrugar la envoltura y meterla en su mochila.
Después Naoki siguió conversando normal.
Oh, asi que era verdad que no le importaba que tomarán de su comida.
(Conocidos)
~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~
URREIIII. Mono alimentando las caries de Satoru. Malamenteee.
De nuevo, mucho texto. La perspectiva de Satoru hacia Monito.
Después de este suceso Satoru se tomó enserio las palabras de Mono, que cada que ella le ofrecía algún dulce él seguía tomando sin parar.
Y pues en verdad a Mono no le molesta, cuando no quiere compartir solo no ofrece o advierte que solo tomen uno. (Casi nunca pasa)
Ahora sí babaaaaai.
Por cierto, ¿Alguien sabe cómo mantener la calidad de las imagines? Me estresa que se pixelle tanto ;0
#art#artists on tumblr#artwork#jjk gojo#jjk satoru#sketch#sketchbook#gojo satoru#gojou satoru x reader#jjk self insert#satoru gojo x reader#satoru gojo#jujutsu satoru#gojo x reader#jujutsu gojo#jjk x reader#jjk#jjk fanart
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¿Podrías hacer un shot de bjorn de Alien romulus de tu libro de space lovers pero esta vez en la parte donde es la muerte de bjorn pero ella se sacrifica por el?
No soy muy fan de los relatos con finales tristes, pero bueeeeno. Ustedes piden, yo cumplo.
Space lovers (Bjorn x lectora)
Masterlist de mi autoría
Nota: basado en mi libro Space lovers publicado en Wattpad (¿Debería publicarlo acá también? 👀)
Sinopsis: volver a compartir espacio con Bjorn no te resultaba para nada agradable. Su pasado juntos y los errores cometidos en el mismo aún estaban latentes, pero debías tolerarlo si querías ir a Yvaga. Quedarse varados en una nave y ser acechados por una criatura no estaba en los planes.
Ver a Bjorn en el transportador fue una sorpresa. Una que a la joven bióloga no le hizo mucha gracia.
Después de que él la dejara plantada tiempo atrás, dando por nulas sus intenciones de tener algo serio, la chica quiso cortar lazos por completo. Y lo había logrado, al menos hasta que Tyler le pidió que los acompañara a Yvaga. El plan de ____ era ignorarlo, pues le pareció un precio justo tolerar a Bjorn a cambio de una salida de Jackson.
Pero las cosas se complicaron, y ahora ahí estaba, sosteniendo a una Navarro ya muerta en sus brazos, manchándose de una sangre que comenzaba a coagularse.
Para cuando Bjorn llegó a la cabina, la nave ya estaba fuera de control. Pero poco y nada le importó. Su atención ya estaba por completo en la bióloga que se aferraba al cuerpo inerte de su hermana.
—¿____?—Bjorn se acercó a ella, notando que murmuraba cosas por lo bajo.
—Si no hubiese perdido tiempo en el laboratorio, si no hubiese discutido contigo... El tiempo... el tiempo... y Navarro podría...—
—____...—Bjorn quiso alejarla de Navarro, pero ____ se aferró incluso más al cuerpo de la chica.
—¿¡Es que no puedo salvar a nadie!?—
Un golpe seco hizo que el Corbelan se sacudiera, y entonces los adolescentes salieron despedidos hacia todos lados.
Navarro...
____ abrió los ojos de golpe, intentando levantarse enseguida. Pero una presión horrenda en su cabeza la hizo detenerse. Se sentó de forma brusca. Se había lastimado la nuca. Gimió de dolor mientras tanteaba su cabeza, buscando más heridas. Aplicó algo de medicina en el golpe y solo cuando se sintió en todos sus sentidos se paró. Y entonces recordó lo sucedido.
No había sido un mal sueño.
Navarro sí estaba muerta.
—... Rain... Tyler... Debo volver por ellos.—aún algo desorientada, ____ comenzó a caminar. Y fue entonces que vio a Kai en un rincón. Nunca fue alguien de su interés. No era su amiga, no a la misma altura que Nav o Tyler. Asi que su shockeada cabeza no se detuvo en ella.
Siguió caminando por el área superior, con la esperanza de que sus amigos estuvieran allí. No había nadie. Fue por ello que decidió salir.
Al bajar al área de acople, vio a Bjorn a los pies de las escaleras. La joven asumió que por el choque terminó cayendo por la escotilla. Por un segundo pensó en hacer lo mismo que con Kai y simplemente ignorarlo mientras iba por los demás.
Pero era Bjorn...
—Hijo de...—resopló por lo bajo antes de agacharse a su lado. Sacó de su mochila aquella máquina de rayos X que Nav le había dado momentos antes y lo escaneó. No tenía el parásito. Buena noticia—. Bjorn... Despierta, idiota.—
Presionó sus mejillas apenas, para luego darle un golpecito. Luego otro. Ya el tercero fue más fuerte, y entonces el chico abrió los ojos.
—... Me duele la pierna.—
—Esguince.—
—Y la cara.—
—Cachetada.—____ le clavó una pequeña ampolla bajo la rodilla—. Eso hará que no duela tanto la pierna, pero será mejor que te quedes quieto en un solo lugar. Asi que vete a la cabina.—
—¿Tú no vendrás?—
—Iré a buscar a Tyler y Rain.—La chica quiso levantarse, pero Bjorn la tomó de la mano.
—... No fue tu culpa.—La chica tensó la mandíbula, intentando mantener esa postura firme que necesitaba para afrontar esa horrible situación—. Siempre haces eso, ____... Crees que todo es tu culpa. No es asi.—
—... Debo ir por Rain.—la chica se soltó de su agarre.
—Iré contigo entonces.—
—Estás herido, solo estorbarías. Además te conozco, me abandonarás en cuanto todo se complique... no sería la primera vez.—acomodó la mochila en su espalda, caminando hacia el área de acople.
—Ya te dije que esa vez fui al bar y tú ya no estabas. No te dejé.—
—Claro, sí. Púdrete.—Solo entonces notó la extraña masa de tejido adherida a la pared—. ¿Qué mierda es esto?—Bjorn se acercó con algo de dificultad.
—Si digo lo que parece, me golpearás.—la miró de reojo.
—Una vagina, Bjorn. Parece una vagina.—el chico sonrió apenas—. ¿Qué tienes? ¿6 años?—
La joven revisó su holotableta, buscando en la información que había guardado antes si decía algo de esa cosa.
—El parasitoide brotó de Nav ya transformado en otra cosa...—____ apartó la mirada de la tableta, enfocándola en aquella cosa—. Esta por salir de su nueva crisálida... mostrará su nueva forma.—
Bjorn se preocupó. Había visto a la criatura salir de su hermana, era pequeña. Pero esa crisálida, como la llamó ____, era enorme. No quería ver qué cosa salía de ahí dentro.
—... ¿Puedo darle con esto?—le mostró a la chica aquel bastón eléctrico que había tomado antes, pero ____ negó.
—No sabes cómo reaccionará... Larguémonos de aquí. Según el informe tarda unos 40 minutos en dejar la crisálida.—la chica finalmente caminó a la entrada—. Dejemos la compuerta abierta asi sale, no puede estar aquí cuando regresemos.—
Bjorn miró preocupado como la chica pasaba totalmente de aquella cosa, comenzando a revisar la compuerta. Estaba bloqueada.
—Con el golpe de antes se habrá reiniciado... Tomará un momento abrirla.—Bjorn se acercó enseguida, revisando el tablero—. Yo la abro ¿Si?—
____ alzó las manos, haciéndose a un lado y dejándolo trabajar.
—Lo de abrir puertas aseguradas es lo tuyo, chatarrero.—el chico la miró, notando que la comisura de sus labios se alzaba un poquito—. Solo que esta vez no es la oficina del director.—
—En mi defensa, me quitaron mi consola sin justificación.—siguió trabajando en la puerta.
—Jugar videojuegos en plena clase justifica a la perfección que te lo quitaran.—____ rió bajito—. Esa tarde me arrastraste a la sala de profesores, nos colamos a su oficina... Fue divertido.—
—Hasta que nos atraparon. Te sancionaron por mi culpa.—
—Bueno... Pasamos todo un mes limpiando los salones después de clases... Al menos estábamos juntos, eso era genial... O eso creía en ese entonces.—____ se removió avergonzada por haberse sincerado tanto—. Como sea... Iré a ver que Kai esté bien. La dejaré en las criocápsulas. Si no ayuda, al menos que no estorbe.—
Bjorn la vio subir las escaleras, desapareciendo por la escotilla. Entonces se dedicó a revisar la puerta por completo.
Mientras cortaba y empalmaba algunos cables, el joven pensaba en mil y un formas de arreglar las cosas con ____. De verdad quería empezar de cero en Yvaga. Y quería que la relación con ella sea lo que desde un inicio debió ser. Lo que ella merecía... Y lo que Bjorn deseaba.
Estaba tan absorto en esos pensamientos que no vio a la criatura que comenzaba a emerger de la crisálida. Su mirada estaba clavada en el conjunto de cables, tratando el último par antes de que la puerta finalmente se abriera. Vio la oscuridad del hangar expandirse desde el limite de la compuerta. La sonrisa en su rostro por el reciente logro no duró mucho, pues en cuanto volteó hacia el pasillo dispuesto a llamar a ____, se encontró con el xenomorfo que terminaba de salir de la crisálida.
Se congeló por completo.
Su presencia era diminuta frente a la de la criatura, que además de superarlo en altura, lo intimidaba con su sola presencia.
Voy a morir...
Eso pensó Bjorn.
Navarro apareció en su mente, Tyler, Kay, Rain...
Y entonces miró hacia las escaleras, donde ____ acababa de aparecer. El horror se reflejó en su rostro al ver al xenomorfo. Y Bjorn lo supo, estaba tan aterrada como él. Pero a diferencia de su miedo paralizante, ____ se movió por inercia. Se apresuró a tomar el bastón eléctrico, clavandolo en el lateral del abdomen de la criatura. Bjorn no sabía qué hacer. Si se acercaba a la mujer, no sabía si esa cosa lo atacaría, y si se lanzaba por la puerta recién abierta, dejaría a ____ sola con esa cosa. No era siquiera opción.
Al final no tuvo que elegir nada, pues en solo segundos, ____ accionó. Y no de forma que a Bjorn le gustara mucho. El bastón eléctrico se clavó más y más en la criatura, quien a pesar de retorcerse de dolor, no se tumbaba. Luchaba contra la electricidad y su intimidante figura se mantenía erguida entre el par de jóvenes. ____ no podría pasarlo y dirigirse a la salida. Y Bjorn no podria pasarlo y entrar a la nave. Estaban separados, y cualquier movimiento era arriesgado.
—¡Bjorn!—____ llamó su atención, notando el terror en el rostro del chico—. ¡Busca a Rain y los demás!—
—¡No voy a dejarte aquí con esta cosa!—La chica sonrió, y Bjorn supo que se venía algo desagradable.
—Lo sé.—La joven bióloga finalmente pasó a la criatura, empujando a Bjorn hacia afuera. Cuando la espalda de Bjorn impactó en el suelo, un horrible dolor se esparció por todo su cuerpo, pero no era nada grave. Giró sobre si mismo, apoyándose en sus rodillas y manos. Su mirada estaba en el suelo cuando una importante salpicadura de sangre cayó desde arriba, impactando junto a sus manos y salpicándolo un poco. Sintió un nudo en la garganta al saber de quién era.
—____...—
La joven estaba suspendida en el aire, siendo atravesada por la cola de la criatura que se aferraba al techo del Corbelan.
—Corre... Bjorn...—
Cuando Rain y Tyler se cruzaron con Bjorn en los pasillos, se preocuparon por no verla con Navarro o ____.
—¿Qué sucedió, Bjorn?—Tyler lo sujetó de los hombros, notando lo nervioso que estaba.
—____... Ella me salvó...—su voz salía temblorosa—. Yo debía salvarla a ella, Tyler... Yo debía morir.—
—¿Está muerta?—Rain se desesperó con aquello—. ¿Dónde está?—
—Se la llevó...—
El par de jóvenes corrió hacia la nave, pero Bjorn se quedó ahí parado.
Perdió a su hermana.
Perdió a la chica que amaba.
Y ni siquiera pudo decirle que la quería. Que la quería bien.
Esperaba empezar de cero en Yvaga, borrón y cuenta nueva. Quería hacer las cosas bien con ____. Demostrarle lo que en un pasado no pudo. Que ella era importante para él.
Pero ahora ella estaba muerta. Y él estaba solo.
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¿A quien amas?
Personajes: Beelzebub, Lucifer y Solomon x F!MC
Advertencias: Smut, doble penetración, oral, sobreestimulacion, mordidas, negación del orgasmo.
Resumen: ¿Que es amor? Cuando una persona comparte los mismos sentimientos que tú, pero que pasa si más de una persona te ama, te vuelves el deseo profundo de ese alguien y tu corazón no es capaz de escoger.
Notas: (...) se usa como referencia para añadir al lector. Y demasiado largo.
Pedido hecho por @bl00dylust (perdón el retraso)
El camino hacia la escuela en su mayoría lo hacía acompañada de uno de los hermanos, en este caso Beel era quien iba a su lado, a menudo llevaba bocadillos consigo, pero hoy se veía bastante pensativo, algo inusual en él.
—Beel, ¿estás bien? —al escuchar su nombre giró su mirada hacia ti.
—Mmm —trataste de averiguar en su mirada que era lo que le tenía tan pensativo, pero nada, no había nada que pudiera indicar algo. —Si, (...), estoy bien, no tienes que preocuparte de nada—. Claramente si tenía algo, pero no creía que fuera algo malo.
—Esta bien, si tú dices que lo estás, entonces está todo bien.
Continuaban su camino en silencio, no era incómodo, pero había algo que se podía sentir entre ellos, Beel de vez en cuando desviaba sus ojos hacia ella, en como caminaba, en los movimientos de sus manos, las veces que sus labios se entre abrían ligeramente al suspirar e incluso en como sus piernas se tocaban ligeramente, Beel lo veía todo, como si ella fuera una presa.
Para (...) situaciones así no eran extrañas, pero siempre le daban un pequeña sensación de algo, quizás algo intuitivo, como esas veces en la que sentía que alguno de los hermanos la miraba, o cuando la evitaban porque ellos mismo sabían que no podrían controlarse, Beel estaba extraño, pero no entendía de qué manera, aunque podía sentir que no era algo malo.
—Bueno, creo que ya llegamos, ¿que clase tienes ahorita? —preguntaste mientras colocabas tu mochila al frente para buscar algo dentro de ella. Beel siguió cada movimiento tuyo con su mirada, tus manos eran tan pequeñas en comparación a las de él, y sus muñecas parecían tan frágiles.
—¿Beel? —te escuchó repetir su nombre, y con eso pareció volver a sus sentidos.
—Historia demonologica —respondió con pocos ánimos, sin duda era su clase menos favorita. Le sonreíste al ver cómo su expresión había cambiado, parecía ser el de siempre.
—Tranquilo, si necesitas ayuda, puedes pedírmelo —le respondiste con una sonrisa que él te regresó, sí, Beel lo sabía, eras demasiado buena, como acto involuntario se agachó hasta tu altura y depositó un beso en tu mejilla, no te sorprendió tanto, pero quizás con la delicadeza con la que lo hizo, si. Lo miraste un poco avergonzada, y de inmediato apartaste tu mirada.
—Bueno, hay que apresurarnos, nos vemos después de clases —dijiste, y sin esperar a que te respondiera de vuelta, corriste hasta tu salón. Beel solo se quedó ahí de pie sonriendo.
Pero a lo lejos, alguien había presenciado todo lo ocurrido.
•••
La clase había parecido durar demasiado, o eso habías sentido, pues te la pasaste pensativa sobre lo ocurrido, aquellos actos de los hermanos eran normales, bastante normales para ti, el poco respeto hacia tu espacio personal era normal, e incluso te habías rendido en decirles que te dejaran respirar un poco cuando llegaban a ti, exceptuando de algunos hermanos.
—¿Estás bien? —como un dejá vu escuchas la misma pregunta que le habías hecho a Beel, pero está vez viniendo de Solomon hacia ti.
—Si, si, estoy bien, solo estaba algo distraída —te excusas, pero él sabe que no es así, él a diferencia de ti, si podía decir que era bastante intuitivo.
—Sabes que puedes pedirme ayuda en lo que sea —toca la coronilla de tu cabeza y como acto seguido lleva su mano hasta tu barbilla—. Puedes contar conmigo —tan cerca, tan ligeramente cerca de tus labios pronuncia esas palabras, nuevamente sientes el mismo nerviosismo que sentiste como con Beel.
—Si, lo sé —dices apresuradamente y terminas de meter todo en tu mochila—. Debo ir a mi siguiente clase, nos vemos.
No esperas a que Solomon te responda, y sales del aula, el joven mago se queda mirando, la sensación que provocas en él lo volvía loco, tanto que no podía controlarse.
Cuando sales del salón avanzas algunos metros antes de dar vuelta en una esquina y chocar contra alguien, aunque por fortuna te sostiene antes de que pudieras caer o algo parecido.
—(...) debes tener más cuidado cuando caminas —uh oh, es la voz de Lucifer, parecía que el día había conspirado para ponerla en situaciones donde se sintiera tan avergonzada.
—Si, lo siento, es solo que he estado algo distraída —te excusas, levantas la mirada hasta él y puedes ver cómo enmarca una ceja mientras te sonríe. Cuando quieres retroceder te das cuenta que aún no te había soltado.
—¿Y que te ha hecho estar tan distraída? —pregunta a la vez que la presión de su brazo con tu cintura aumenta ligeramente— ¿Acaso tiene que ver con algo que te pasó está mañana?
Esas últimas palabras hicieron que tú corazón se volcara con una extraña sensación, ¿acaso él le estuvo viendo? ¿Y por qué? ¿Fue mera casualidad o fue por otra razón?
—No, no... —respondes nerviosa y como puedes, lo apartas de ti sin ser tan brusca, no eres capaz de levantar la mirada, pero tratas de alguna manera, darle una explicación—. Son por las clases, parece que se están volviendo algo difíciles, así que es eso —esperas a que diga algo, teniendo la pequeña esperanza de que te crea.
—Entiendo —sus ojos te miran fijamente, esperando que levantes la mirada, pero no lo haces—. Si necesitas ayuda en algo, llámame, vendré hasta ti —menciona, y con eso dicho, se retira, dejándote sola en el pasillo.
Nuevamente esa sensación, ese nerviosismo, la manera en que tu pecho sobresaltaba ante la cercanía de otro, aún cuando estuviste conviviendo con los demás, lo que sentías cuando ellos se acercaban a ti era extraño, Beel, Solomon y Lucifer, los tres te hacían sentir tan nerviosa.
Sientes que tu mundo se hace un poco pequeño ante ese pensamiento, y no puedes evitar preguntarte, ¿Y si ellos llegan a sentir lo mismo? Aunque igual te preguntabas si eso es posible, era bastante ambicioso de tu parte creer que ellos tres pudieran amarte, pero de ser así, ¿a quien amas? ¿A quien de los tres podría amar?
No lo sabías, y a su vez, temías saberlo.
•••
Después de ese día, los demás se habían vuelto similares, cada vez que te encontrabas con alguno de ellos podías sentirte nervioso incluso avergonzada, y querías evitarlo lo más posible, las veces que ibas a tu habitación y no querías salir solo por el hecho de toparte con Beel o Lucifer, al menos respirabas un poco de Solomon, pero aún así, el pensamiento seguía ahí, al igual que las sutiles señales.
Cuando Beel se acercaba a ti, la manera en que olía tu cuello, o las pequeñas mordidas que dejaba en ti. Cuando te encontrabas con Lucifer, su aura pareciera volverse un poco más intimidante, se volvía más atento a ti e incluso se acercaba más físicamente, y Solomon, al estar junto en la mayoría de clases, era tener su pierna jugueteando con la tuya, juntar sus manos o tener su mirada sobre ti, esas señales de que ellos querían tener algo contigo.
No podías más, necesitabas saber, no querías crear falsas ilusiones y quedar más avergonzada, pero al menos al preguntar, podrías quitarte un peso de encima, una decisión quizás demasiado valiente y directa de tu parte.
Y quería de alguna forma afrontar eso, ya que los demás hermanos parecían darse cuenta que algo le pasaba.
"Debemos hablar, nos vemos en la oficina de Lucifer"
Un mensaje breve y conciso, le das enviar y le llega a cada destinatario. Sales antes de la clase con la excusa de que te habían llamado desde antes, y esperas un poco, no deseas toparte con Beel o Solomon durante el trayecto.
Cuando crees que paso el tiempo justo, llegas directo a la oficina, al momento en que te escuchan llegar sus miradas van directo hasta a ti, Lucifer está sentado detrás de su escritorio, Beel está sentado sobre el sofá que está en la oficina y Solomon está de pie recostado sobre la pared.
—(...), al fin llegas —la voz de Lucifer es suave, pero autoritaria—. Dime, ¿de que querías hablar?
Tu valentía se desmorona, te sientes nerviosa e incluso acalorada por la situación, sientes que las palabras están atoradas en tu garganta, te tomas unos segundos y respiras profundamente, das varios pasos y estando en medio de ellos, sin pensarlo mucho, preguntas.
—¿Alguno de ustedes siente algo por mi?
Los miras, ellos te regresan la mirada, después se miran entre ellos y de ahí escuchas, ligeras risas, lo sabías, era demasiado tonto preguntar y bastante arrogante de tu parte.
—Fue algo que también me pregunté —el primero en responder es Solomon, lo miras inquieta—. No soy tonto, de vez en cuando veía como se comportaban a tu alrededor.
—Lo mismo digo —le sigue Lucifer—, en más de una ocasión llegué a verlos juntos, la verdad, no me importaba que estuviera Beel de por medio, pero a quien no aceptaba era a él —señala a Solomon quien le regresa una sonrisa, entonces piensas que esa vez que Lucifer te pregunto aquello era porque te había visto junto a Beel.
—Aunque nunca llegué a verlo, podía olerlo, las veces que estuvieron cerca de ti y como habías reaccionado —dice Beel, ves que se levanta y se acerca hasta ti—. Justo como ahora —se acerca y huele tu cuello. Te quedas quieta.
Y tiene razón, cada vez que él se había acercado a olfatear tu cuello, siempre había sido después de tener un encuentro con cualquiera de los otros dos.
—Asi que podríamos decir que si, que quizás los tres estemos interesados en ti, pero ¿que hay de ti (...)? —Solomon te mira, no sabes que responder, el hecho de que tuvieras a Beel cerca de ti, tampoco te ayudaba a pensar bien y sin duda, tu cuerpo pareciera que estuviera calentándose por estar con ellos tres en un mismo lugar.
—Yo... No sé...
—¿No sabes o no quieres decirnos? —Lucifer se levanta de su lugar y rodea la mesa, cruzando los brazos sobre su pecho.
—¿O es que no puedes pensar con claridad? —Solomon parece que se burla de ti con esa sonrisa.
Y Beel sin decir nada rodea su brazo sobre tu cintura, pegando su cuerpo al tuyo, aspirando con fuerza tu olor.
Tragas saliva, te sientes más nerviosa, no puedes pensar con claridad, remojas tus labios una y otra vez intentando decir algo, pero nada sale, y entonces recuerdas, que alguien alguna vez lo menciono, que no solo el corazón es capaz de sentir, sino que tú cuerpo también, lo que sientas con ello, podría darte las respuestas.
—Yo... —un gemido suave sale de tus labios, Beel parece desesperado, su lengua roza en la curvatura de tu cuello—. Beel... espera un momen- Ah...
Te sostienes del brazo sobre tu cintura, evitando que tus piernas caigan.
—No te preocupes (...) —Solomon se acerca, escucha a Beel gruñir ligeramente pero aún así continua probando tu cuello, mordisqueando ligeramente—. Te ayudaremos a aclarar tus pensamientos —su voz se vuelve un poco oscura.
Escuchas el timbre dando por finalizadas las clases del día, y sabes que te quedarás sola, sola con ellos, y que quizás, terminaste ahí porque así lo querías o porque tal vez ellos lo querían así. Sea cual sea la respuesta, ya no había vuelta atrás.
Las manos de Solomon van hasta los botones de tu chaqueta, quitando uno tras otro mientras las manos de Beel comienzan a acariciar tu vientre por encima de la ropa, y Lucifer solo te mira, la vergüenza que sientes sobre ti misma al sentirte tan expuesta provoca algo sobre tu feminidad.
Escuchas como la chaqueta cae al suelo, y ahora son las manos de Beel que ayudan a quitar tu camisa, yendo primero por los botones de arriba, dejando ver tu sostén, sus labios aún se pasean en la curvatura de tu cuello, mordiendo y lamiendo, tu mano llega a su hombro, empuja do más cerca de ti, dándole más permiso para que deje sobre tu cuello toda marca que quiera, tu respiración se agita y puedes sentir como su mano llega hasta tu seno, lo toma ligeramente y aprieta, su otra mano sigue quitando los demás botones restantes.
Aunque tú atención está en Beel aún puedes sentir las manos de Solomon dirigiéndose hasta tus pies, retirando tus zapatos, de ahí sus manos comienzan a deslizarse hacia arriba sobre tus piernas, rozando con sus dedos sobre tu coño encima de la ropa, tomando con su otra mano tu rostro para besar tus labios, su aliento es cálido y mentolado, sientes como se desliza tu prenda inferior, quedando solo en ropa interior, complemente expuesta.
Escuchas la hebilla del cinturón de Beel, y puedes sentir su miembro duro detrás de ti, sus manos siguen jugueteando con tus senos, tomándolos por completo y apretando, torciendo tus pezones y jalando, eres un desastre sensible y caliente, gimes sin parar entre ambos, y aún así, tus ojos van hasta Lucifer, quien no se movió de su lugar, pero en cambio ves como sus ojos están fijos en ti, en tu cuerpo, en el calor que emana tu cuerpo.
—Ah... Beel... —gimes al sentir el miembro de él detrás de tu trasero.
Miras como Solomon se agacha hasta la altura de tu coño, sientes como sus dedos se deslizan en tu prenda ahora húmeda por tus propios fluidos y das un grito cuando sientes su lengua por encima de tu ropa interior.
—¡Solomon!
Él se ríe y continua con su hazaña, una de tus piernas termina sobre su hombro, puedes sentir como hace a un lado la prenda para que su lengua pueda explorar dentro de ti, tu mano va involuntariamente hasta su cabeza atrayendolo mas hacia ti, su lengua pasa entre los labios de tu coño, besando esa parte de ti, presionando más y más ese botón tan sensible en ti. Las manos de Beel no dejan de recorrer tus pechos y como su miembro se presiona detrás de ti, una de tus manos va hasta su miembro y comienzas a moverla de arriba a abajo, lo escuchas gemir cerca de tu oído, tu otra mano no deja de empujar la cabeza de Solomon sobre tu coño.
—No pa- Ah.... no pares (...) —la voz de Beel es tan necesitada y tú no haces más que obedecer, no dejas de mover tu mano dándole placer mientras él no para de apretar y acariciar tus senos. Tu otra mano se enrosca en el cabello de Solomon cuando te sientes tan cerca de llegar a tu primer orgasmo.
—No tienes idea de lo buena que sabes (...) —dice desde abajo sin dejar de lamer tu coño y llevar dos dedos suyos dentro de ti, lo sientes moverse por dentro, entrando y saliendo con lentitud y curvandose en tu interior.
Tus gemidos se vuelven más altos, ya no te sientes capaz de sostenerte por ti misma, solo sigues disfrutando de la manera en que ambos te llevan al placer, tanto que parece que olvidas que Lucifer sigue ahí, esperando pacientemente su momento, quien desde hace rato había desabrochado su pantalón y sacado su miembro, el placer que le provoca verte siendo tomada por Beelzebub y Solomon fue algo que no esperaba sentir, pero ver cómo tú cuerpo se dejaba llevar por ellos dos lo volvía loco. Su mano subía y bajaba, al mismo ritmo en que tú movías tu mano sobre el miembro de Beel y por cada vez que gemias al sentir la lengua de Solomon deslizarse sobre tu coño.
—Si... más... más... —cada vez mas cerca, te desesperas, presionas con más fuerza la cabeza de Solomon contra tu coño, escuchas como la voz de Beel aumenta, él también está cerca de llegar, así que tu mano no deja de moverse de arriba abajo hasta que por fin lo sientes y al mismo tiempo tú también, los labios de Solomon besan tu coño, tomando todo de ti y tú sientes todo el líquido de Beel caer sobre tu mano, con tus dedos tomas lo que puedes y lo llevas hasta tus labios.
—Beel —de nuevo la voz de Lucifer llama a su hermano, y está vez tú le miras, te sorprendes al ver qué las cosas de su escritorio no están, estabas tan concentrada en tu placer que no viste cuando todo fue quitado—. Traela hasta aquí, ya se preparó lo suficiente para recibir un poco más.
Obedeciendo a su hermano te lleva hasta arriba del escritorio, colocando tu cuerpo boca arriba y ahora puedes ver a los tres, tan deseosos de ti, Beel a tu derecha, Solomon a tu izquierda y Lucifer a tus pies.
—Es hora de divertirnos en serio (...) —susurra jalando tu pierna, llevando tu cuerpo más cerca de él, tu coño más cerca de su miembro—. Así podrás saber a quien de nosotros amas.
Dice para dar como terminada la conversación, y sientes como la punta de su pene entra poco a poco a tu coño palpitante, sigue ese mismo recorrido lento hasta entrar por completo en ti, enterrandose por completo, tu espalda se arquea contra la mesa, la mano de Solomon toma tu mano izquierda y la dirige hasta su miembro y en cambio Beel toma tu cabeza para acercarla más al borde de la mesa.
El ritmo de Lucifer comienza a aumentar, golpeando contra tu coño necesitado, tu mano se mueve sin dejar de masturbar el miembro de Solomon, y la punta del pene de Beel descansa en tu boca, tratando de acostumbrarte al grosor, no puedes evitar gemir y que tus movimientos sean erráticos, el placer que te provoca el golpeteo en tu coño no te deja controlarte o tener una mínima de estabilidad.
—Estas tan caliente aquí dentro (...)
Las manos de Lucifer sostienen tu cadera con fuerza, sin dejar de golpearte contra ti, yendo tan profundo y a un ritmo considerado, incluso puedes sentir como la mesa se mueve ligeramente, tus ojos se cierran con cada golpe que pega en el punto correcto dentro de ti, sientes como tus pechos se mueven de arriba a abajo, Beel que tenía su miembro en tu boca toma tu cabeza y empieza a empujar lentamente, sientes unas leves arcadas, pero resistes, tu mano parece apretar un poco más el miembro de Solomon y no la dejas de mover de arriba a abajo.
Beel sostiene bastante bien tu cabeza mientras folla tu garganta, golpeando su miembro dentro de tu boca, un grosor que te hace abrir demasiado tus labios para que pueda entrar bien en ti, recibiendo bastante bien cada golpeteo, un ritmo que poco a poco va aumentando como el que recibe tu coño, la pelvis de Lucifer no deja de pegar contra la tuya, sus gemidos y gruñidos que lanza lleno de satisfacción, de todas las veces que llegó a pensar en volverte suya este fue una que jamás se le cruzó por su cabeza, ver cómo tomas bastante bien su miembro en tu coño y como comes la de su hermano mientras te ocupas de masturbar a Solomon que no hace más que morder sus labios al sentir tus manos subir y bajar.
Lucifer toma tu pierna izquierda y la coloca sobre su hombro, acostando tu cuerpo de lado para entrar más profundo en ti, Solomon se mueve mas cerca de la mesa y ahora tu boca tiene la posición perfecta para tomar la velocidad y brutalidad de Beel al golpear su miembro dentro de tu garganta. La mesa cruje y se mueve con cada golpe, tus gemidos ahogados y tus ojos llorosos, el dolor y el placer que provoca estar en esa posición, con ellos en tal forma. Chocas contra la pelvis de Beel, tu mano agarrotada que no para de masturbar el miembro de Solomon, sintiendo las primeras gotas de su orgasmo, el hechicero se ríe, disfrutando del espectáculo sucio en que te estabas convirtiendo.
Unas estocadas más golpean contra tu garganta mientras tu cuerpo se mueve contra las caderas de Lucifer, la gran mano de Beel se posiciona detrás de tu cabeza y te sostienen pegada contra su pelvis, dejando dentro de tu garganta su miembro, sintiendo como su semen te ahoga, tratas de empujarlo un poco para que te deje respirar pero él no te deja y no tienes más opción que empezar a tragar todo con dificultad, un sabor amargo y espeso. Cuando por fin sientes tus labios libres y como duele tu garganta, no eres capaz de cerrar tus labios y solo dejas escapar los gemidos que provoca las estocadas de Lucifer contra tu coño, estás cerca de llegar, cierras tus ojos esperando tu orgasmo y gimes cuando Lucifer sale de ti.
—¿Que...? —estas perpleja, incluso podrías decir desilusionada— Luci- ¡AH!
Lucifer hace un gesto para que guardes silencio, golpeando con su pene sobre tu coño.
—Beel, ven aquí —llama a su hermano, Lucifer te carga, tu espalda está contra su pecho, puedes ver cómo Beel se acomoda sobre la mesa, posiciona cada pierna a los lados de la mesa y su miembro esta erecto, un grosor gordo que incluso te hace pensar aún como fue que entró en tu boca.
Solomon que mira todo, se encuentra indignado, él es quien más espera poder follar tu coño. —Si, claro, déjenme al final —resopla con molestia, aunque su voz suena algo juguetona.
Lucifer que parece burlarse de él se ríe, pero no sé dejará convencer con sus palabras, te lleva hasta el cuerpo de su hermano y ahora es Beel quien te sostiene y empuja su miembro dentro de tu coño que al contrario de su hermano entra de golpe en ti, un grito ahogado sale de tu garganta y sin esperar a que te acostumbres comienza a mover sus caderas, empujando de arriba a abajo, te sostienes con el pecho de Beel, rebotando una y otra vez tu trasero contra su pelvis, y de nuevo sintiendo cerca del orgasmo, Lucifer detiene a su hermano.
—Es hora de ver cómo tomas a ambos, (...) —Lucifer te empuja contra el pecho de su hermano, colocando una mano sobre tu espalda, sientes como la punta de su miembro se coloca en tu otro orificio.
—Espera Lucifer, espe- ah... no... —tratas de detenerlo pero él continúa con su empuje, entrando poco a poco, tus uñas se encajan en la piel de Beel quien gruñe, suspiras fuertemente cuando por fin sientes que entró por completo.
—Ahora vamos a movernos lento —susurra Lucifer inclinado sobre ti, y ambos hermanos empiezan sus movimientos.
Solomon celoso de como ambos te tienen solo para ellos, atrae tu cabeza, si tomaste a Beel, claramente podias tomar la de él. Coloca su miembro dentro de tu boca y golpea con un ritmo muy diferente al de ambos hermanos, es tosco y brusco, también quiere poseerte, llenarte de él, llevarte hasta el borde de la locura, aunque cree que ahora estás ahí en ese punto. El ritmo de los hermanos empieza a aumentar, tus lloriqueos se hacen más fuertes, puedes sentir como ambos hermanos se esfuerzan por no salir de ti y solo seguir golpeando en tus orificios.
—Vamos, (...), mira lo bien que nos tomas a los tres —Solomon te sonríe, estás hecha un desastre, los tres tan sudorosos y excitados.
—Este lugar se siente mucho mejor —Lucifer no deja de golpear en tu trasero, inclinándose sobre ti mordiendo tu espalda y hombros, dejando marcas rojas y profundas.
Esta vez sin contenerse ninguno de los tres golpean en ti, con fuerza y brutalidad, te sostienes del borde de la mesa mientras recibes el miembro de Solomon en tu boca, golpeando dentro de ti una y otra vez, puedes sentir como sostiene tu cabello con fuerza, y las arcadas que suenan de tu garganta al recibir cada golpe de parte de Solomon. Ninguno de los tres paran con sus miembros entrando y saliendo de tus agujeros, te sientes adolorida y cansada, las fuerzas de tus brazos van decayendo, el ambiente en la oficina se ha vuelto más caliente, sus cuerpos rebotando uno contra otro, el sudor que se desliza entre sus pieles, los gemidos que cada uno de ellos deja escapar de sus labios, sus gruñidos y la fuerza con la que sostienen tu cuerpo y rostro, puedes sentir que estás cerca de tu orgasmo y ellos al mismo tiempo están cerca de llegar por la manera en que golpean con más brutalidad.
Solomon gime con fuerza, el líquido caliente golpea sobre tus garganta, te sostienes contra él dejando que tragues hasta la última gota mientras aún eres golpeada por Beel y Lucifer quienes aún no llegan a su orgasmo.
—Espero que después de esto me dejen probar allí —les reclama a ambos.
Lucifer sigue golpeando, viendo como tus agujeros reciben bastante bien dos pollas al mismo tiempo, sin duda es una buena vista, sus estocadas parecen cada vez más violentas y erráticas, el primero que parece en llegar es Beel, quien sostiene tus caderas para que pueda golpear más profundo y de ahí le sigue Lucifer, quien levanta tu cuerpo para llegar más adentro, ambos continúan golpeando hasta que te escuchan lanzar un grito y ellos gimen, tus fluidos se mezclan con los de Beel y sientes tu trasero caliente, te sostienes contra Lucifer, quien toma tus senos y los acaricia, él aún se siente con energía para otra ronda, Beel quien espera hasta que la última gota de él salga y se quede en ti para poder apartarse y le deja su lugar a Solomon quien sin duda estaba muy ansioso de probar tu coño, no le importa ver cómo tu cuerpo está agotado o que pareces perdida en el éxtasis, y se mete directamente a tu coño, sin esperar nada comienza a golpear, subiendo y bajando su cadera mientras que Lucifer aún tiene su miembro en ti, pero sin moverse, mantiene tu espalda sobre su pecho, retorciendo tus pezones, incitando a su hermano a que venga y los muerda, y es lo que hace, tentando a la vista, muerde ligeramente cada pezón mientras sientes tu coño ardiendo por cada golpe de parte de Solomon, ya no eres capaz de escuchar tu propia voz entre los gemidos o al menos tus propios pensamientos, tu cuerpo arde y duele, las manos de Beel bajan a tu clítoris, acariciando mientras recibes el miembro de Solomon una y otra vez golpeando en tu interior, la sobreestimulación te vuelve loca, dejándote mal con cada golpe.
—Solo un poco más (...) —dice Solomon.
Continua golpeando en tu interior, los dedos de tus pies se encogen, sientes como tú cuerpo se contrae, el ritmo rápido, la manera en que tu cuerpo fue tratado, el dolor palpitante y placentero, Solomon no paraba de moverse, sus uñas estaban enterradas en la carne de tu cadera, moviéndose de arriba a abajo chocando contra tu coño, tan húmedo y fácil de deslizar, tan excitado que te sentías cerca del final.
Tus pezones dolían, notas las marcas que Beel dejó en cada mordida, tu coño no para de doler, continuas recibiendo golpe tras golpe, el dolor te hace gemir, sientes que no puedes más, Solomon continua aumentando la fuerza de sus estocadas, el chapoteo de los fluidos que se mezclaron antes, tu cuerpo no para de subir y bajar, parece que poco a poco vas perdiendo tus sentidos y cuando sientes que eso pasa la boca de Beel hace su trabajo en traerte de vuelta, mordiendo con fuerza tu piel, jalando tus pezones y succionando con fuerza, un golpe, dos, tres más, los fluidos comienzan a deslizarse entre tus piernas, nuevamente, un golpe, dos más, un grito sale de tu garganta y Solomon se eleva para quedar frente a tus pechos y los acaricia mientras se mueve lentamente para salir de ti.
Lucifer que nunca salió de tu trasero ahora lo haces y sientes la diferencia, como si una parte de ti fuese quitada, tu cuerpo se siente solo, el hecho de que hace un momento estuviste siendo ocupada por los tres, que no pararon de golpear cada agujero en ti, ahora se sentía extraño, los necesitabas de vuelta a ti.
—Tranquila, pareces que estás muy necesitada —Solomon continua golpeando lentamente, parece divertirse con tu imagen toda sucia y maltratada.
—Pero ahora necesitamos una respuesta —ahora Lucifer se burla de ti—. Pero no te preocupes (...), si ahorita no eres capaz de responder podemos intentarlo nuevamente, para que decidas.
Tu cuerpo tiembla, las marcas en tu piel son rojas y visibles, sin duda quedarán por bastante tiempo, por fin, Solomon sale de ti. Beel te carga y te lleva al sofá de la oficina, brevemente podías verlos entre lo que tú conciencia iba y venía.
—Aun me falta disfrutar más de ti, así que no creo tener problema en volver a intentarlo —te dice Beel.
Lo que había sucedido ese día esperaban volver a repetirlo, esperaban de nuevo probar tu cuerpo, llevarte al límite, no permitirte opinar en nada y solo usarte, llenar cada agujero de ti con sus semen, marcarte como suya y solo de ellos.
Si, volverían a repetir hasta que estés bien y que pudieras responder, ¿a quien amas?
Esto fue demasiado largo, muy largo que ni sé cuántas palabras tiene, pero lo ame, y yo feliz de escribir esto.
Después de tres años, volví, la vida no le trato bien en esos años y me perdí en un terrible bloqueo que hasta ahora trato de salir y que espero que este os haya superado una parte.
#sheepindevildom#español#obey me español#spanish#obey me lucifer#obey me beelzebub#obey me solomon#obey me smut#obey me! lucifer#obey me! beelzebub#obey me! solomon#obey me mc
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Hoy tuve una cita con mi yo del pasado, el mismo muchacho que llevaba en el mismo día de hoy una mochila amarilla a su espalda y que hoy cargo una riñonera negra en su lugar, mas pequeña, mas cómoda y con menos equipaje para el camino.
Quedé con el, en el mismo lugar en donde me encuentro ahora, y que igualmente, es el mismo sitio que ocupaba el año pasado por este día.
Ambos nos encontramos sentados en mi azotea, compartiendo un petardo y un rato de lectura, aunque nuestros libros difieren de estilo y narrativa.
Y fijándome bien en el, las portadas de nuestros libros no es lo único que ha cambiado.
Si me detengo a observar sus ojos, sus dulces ojos de enamorado, me doy cuenta de lo realmente triste que estaba el año pasado. Pues incluso en su mirada de amor, sigue habiendo connotaciones de tristeza en su iris. Algo que en mi mirada actual no se refleja.
Él es más tímido de lo que recordaba, mas inseguro con su aspecto y forma, con su propio valor. Si hasta tiembla cuando lo abrazo y escucho su pecho crujir de dolor, a pesar de que siempre se le dio demasiado bien fingir.
Su sonrisa es más blanquecina que la mía, pues un año de tabaquismos hace la diferencia en nuestras dentaduras, pero eso no quita que la sonrisa que cargo ahora es más bonita, y sobre todo, mas sincera.
Llevamos pasatiempos diferentes en nuestros horarios, en el mio existen diversas actividades y hobbies, incluso algunos que ya tenía abandonados y olvidados en un rincón del pasado.
Él ocupa todo su calendario con el nombre de un muchachito, y rompió todos los acuerdos que teníamos con nuestras versiones de antaño.
Dejó atrás las noches de lectura, la tapa de su cuaderno ya no se abría ni para escribir una misera frase. Descuido las plantas del balcón hasta que se marchitaron.
Si hasta las raíces oscura de su cabello llegaban asomarse entre su melena rubia, señal de lo mucho que descuidó su aspecto.
Sí soy sincero, no puedo reconocerlo, incluso aunque se trate de mi mismo, y yo haya vivido ya esa experiencia.
El joven que veo antes mis ojos es demasiado difuso, incluso para el mismo.
–Podrías ser tan solo una sombre del amor.– pronucio y el me mira extrañado. –Llevas mi nombre, pero sin embargo parece que se trata de otra persona.
Y es la pura verdad.
Pues el joven del que hablo es más el reflejo de su amante que del suyo propio. O por lo menos, solo quiere enzarzar las cualidades que son alabadas por su amor, aunque nunca existieran en el.
Yo tampoco soy la verdad imagen de nuestra joven, pero si soy la mas fiel a lo que quiero de mi persona, y a lo que esperaba de mi en un pasado.
–Solo llevas las cadenas y promesas que todos cargamos una vez, no eres tan diferente. –dice el enojado. –Como bien dijiste, yo solo soy la sombra de un mal amor. Y también soy el que sobrevivió a todo aquello y dejó paso a que seas quien eres hoy. Yo puse los primeros cimientos. –ambos reímos.
“Que extraño es el amor propio.”
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Oye, puedes escribir una historia en la que, el joven cocinero de un campamento de verano de chicos pone adrede laxante en los platos de comida de algunos chicos para espiarlos después en el baño?
(Esta es una sugerencia) Puedes hacer diferentes escenarios para los chicos que fueron envenenados con laxante, como que un chico estaba en una competencia del campamento, o dando una caminata por el bosque solo, o tal vez un chico andaba nadando, etc.
Pd: me encantan tus historias <3
Un Campamento de Diarrea (Spanish Version of "A Diarrhea Camp")
En el campamento “Orange Lake” siempre se han vivido aventuras de todo tipo, desde persecuciones de avispas, cómo también casos en donde por ciertas razones, algunos campistas solían tener… problemas estomacales.
En esta ocasión un gran grupo de campistas llegaron al gran bosque verde, en donde compartirán grandes momentos juntos.
Jeremy era uno de estos campistas, era el rebelde del grupo, siempre buscando una manera de meterse en problemas. En el tercer día, Jeremy insulto a un compañero lo que fue escuchado por los guías del campamento y como castigo, tendría que servir los platos de comida a los campistas del lugar.
Así fue como empezó todo, el odiaba tener que trabajar cuando se suponía que debía divertirse con sus compañeros, en definitiva, él estaba molesto por la situación. El primer día, casi acabando su turno escucho a dos de los campistas quejándose de la comida:
“Vaya… ¿esta cosa siquiera es comestible?”
“¿Se supone que esto es pure de papas?”
“Lo único de pure aquí es como acabara mi estómago luego de comer esto”
“Mejor dicho, como quedara tu diarrea después de comer este intento de alimento”
Al escuchar esto, Jeremy no pudo evitar tener una sensación, una que nunca había sentido antes, era una mezcla de necesidad y lo obsceno, como un gran deseo dentro de su corazón que hizo que empezara a sudar. Pensó: “Solo imagínate como acabara esos baños inservibles si alguno de estos chicos tuviera una urgencia”
Llego la noche y se encontraba en su cabaña con otros 5 de los campistas:
“Oye, no te recomiendo ir a los baños de este lugar, están peor que el año pasado, elegiría un árbol para marcar mi territorio antes que ese intento de higiene”
“¿Y cuando te toque hacer del número dos?”
“Primero que nada, se le dice Cagar, segundo, no tendría otra opción para ser sincero”
Otra vez llego ese sentimiento, perforando su pecho y haciendo que ciertas partes de su cuerpo empiecen a llenarse de sangre. “¿Realmente esa clase de cosas me gustan…? Naaahhh… pero debería poder hacer algo para demostrar lo contrario… tengo una idea!”
Mientras nadie veía, Jeremy tomo su mochila y busco entre su ropa: “Usualmente suelo poner todos los medicamentos de mi repisa cuando me voy… ¡Aquí está!”
Entre varias capsulas encontró una botella de tamaño de una mano de un poderoso laxante, y si se preguntan por qué una persona tendría una gran botella de laxante, bueno, digamos que nuestro amigo ha tenido problemas con destapar la tubería cuando suele comer mucha comida chatarra.
Al día siguiente llego la hora de ejecutar el plan, espero a que los cocineros estén distraídos para verter al menos una pequeña cuchara del laxante a cada uno de los platos, el sabor no iba a ser un problema porque de por si la comida era asquerosa, la conciencia de Jeremy se hizo presente y casi ocasiona que el detuviese su plan, pero su deseo era más fuerte, y fue así cómo alrededor de 40 campistas fueron intoxicados con laxante.
Una vez que termino su trabajo, tomo un plato de comida y se sentó con sus compañeros:
“Esto sabe un poco raro de lo usual, pero sigue siendo asqueroso”
“Hoy hay muchas actividades en el campamento: remar en canoas, natación, una carrera a pie, manualidades y entre otras cosas, ¿Qué harás ustedes?”
Esto solo agrega más emoción al asunto, muchos de ellos tendrían que interrumpir sus actividades porque sus estómagos no aguantarían mucho tiempo.
Pasaron 20 minutos y Jeremy se encontraba sentado en un tronco cuando vio a lo lejos a un campista que intentaba ocultar el hecho de que traía un rollo de papel higiénico en su mano, era la primera victima de Jeremy, o al menos la primera que él pudo observar.
Lentamente se acerco a el cuidando que no lo viera, sorprendentemente llego antes al baño lo cual se debe a que el campista apenas podía dar pequeños pasos. Al llegar vio que el baño apenas tenía dos compartimentos, era una típica letrina de madera que tiene como inodoro un gran agujero en el suelo, de estos baños hay como 10 alrededor de todo el campamento, pero ni aun así eran suficientes para la gran ola de jóvenes diarreicos, Jeremy se oculto en el segundo inodoro y con una navaja que traía en su bolsillo hizo un hueco que permitía ver todo lo que pasa en la primera letrina y que se hiciera difícil observar lo que pasaba en la segunda desde el primer inodoro, una vez acabo, Jeremy se sentó en silencio.
Finalmente escucho la primera puerta chirriando y ser cerrada abruptamente, escucho una pequeña voz: “Oh Dios, Oh Dios, Oh Dios!” seguido del sonido de la correa de los pantalones del chico para después dejar caer sus pantalones, luego de eso el chico pudo liberarse:
*PPPPPFFFFFFFFTTFTFTFTFTFTFTFTFTFT* *HSRQQHRHRSQRSRSHSHSHSHSHSQRSFS* *FFFF*
El primer golpe fue uno devastador, se notaba de lejos cómo el había estado aguantando eso durante mucho tiempo
*JADEO* *PPRRRRHSHSHSHSHSHHS* *PPFFFFTTT* *SQHHQSHQHQ* *PPPFFFFFFTTTT*
El segundo golpeo violentamente el agujero, litros de liquido era expulsado desde el pequeño ano del sujeto que no bastaba para expulsar todo de un solo golpe:
“Porque a mí??!?!?” *PPPFPFPTTT* *PPPSPSPSPSPSPSPSPSSQHHQSHQSHQSHSQHSQH*
Sollozos se empezaron a escuchar los cuales eran confundidos por las gotas del liquido marrón saliendo del pobre chico, Jeremy pudo llenar su deseo, pero aquí no es cuando termina. De pronto un golpe se escucho en la puerta del cubículo de Jeremy:
“Oye amigo, perdóname, ¿pero ya desocupaste el baño? Es que de verdad necesito ir, y para ser sincero, el chico de alado se escucha como si apenas estuviese iniciando”
Jeremy quito sus ojos del hueco, abrió la puerta y contesto: “Todo tuyo”, era un joven alto con algo de musculatura, su ropa estaba pegada a el debido al sudor, y con una sonrisa agradeció a Jeremy obviamente sin saber que era el quien tenía la culpa de su sufrimiento.
El grandote cerro la puerta, Jeremy casi se iba del lugar desilusionado hasta que vio un pequeño agujero que le permitiría ver lo que pasaba también en el segundo cubículo: Vio como el alto se empezó a desvestir, el era del tipo de personas que se desnudan al ir al baño cuando es algo urgente, Jeremy logro ver parte del pene del sujeto antes de que su trasero callera al inodoro:
*PPPPPFFTFFFFFFTTTTTT* *PSSSSSS*
El primer golpe fue débil comparado al de la anterior persona, la cual por cierto seguía expulsando grandes cantidades de popo avergonzado ya que sabía que una nueva persona entro con el mismo problema:
*PSSSSSSSS* *PPFFFFFTTT* *PLOP*
El segundo golpe fue algo decepcionante para Jeremy, al parecer este tipo se encontraba pasando un fuerte estreñimiento, estaba a punto de irse a buscar a otros campistas hasta que un gran ruido hice que se quedase:
*PPPSFFTFTFTFTFTF* *PPRPRPRPRPRPRPRRRRRRRRRR* *HQSHHSQHQHHSHHSHSSSS* *PSPSPSPSSHSHHHHSHSHSSS* *PLOP* *PFFFTTT* *PLOP* *PRRRRRRRR* “Aghhhh”
El olor lo invadió de golpe, una mezcla de pan y carne con un toque de pimienta, el hombre logro destapar su tubería y logro liberar una tercera ola impactante mientras que la primera persona ya había terminado y procedía a limpiarse
Alto: “Uffffff realmente sí que tenía que deshacerme de un par de kilos extra… un momento… ME OLVIDE DE TRAER PAPEL…*KNOCK* *KNOCK* oye, sé que estas allí dentro, ¿podrías prestarme papel? Realmente tengo que limpiar el desastre que tengo en mi trasero”
Tímido: “ummmm… Ok… pero no te lo acabes todo, tengo miedo que esto sea una… diarrea”
Alto: “No te preocupes, tengo más en mi mochila, solo avísame cuando quieras golpear la porcelana otra vez”
Tímido: “Eso sería extraño…”
Alto: “En otro contexto sí, pero vamos, ambos escuchamos y olimos lo que pasaba en el inodoro del otro, ¡somos como hermanos de baño!”
Tímido: “Bueno… ¿quieres ir a remar después de esto… conmigo?”
Alto: “Claro, ¿Por qué no?, yo tampoco tengo muchos amigos por aquí”
Esas palabras hicieron recordar a Jeremy una de las otras actividades las cuales serían interesantes para su nuevo pasatiempo: el remo en canoa, tan solo pensar que una persona tenga una urgencia en un lugar rodeado de agua y que la única forma de salir es usando fuerza bruta que sube el riesgo de causar una fuga anal, es algo que a Jeremy le fascinaba.
Al salir de la zona vio que muy pocos campistas se encontraban en los alrededores, eso era una señal que ya a la mayoría les afecto y que solo a los del estómago fuerte no les afectaba, aun así tarde o temprano caerán todos.
Al abrirse camino hacia el lago pudo observar el inicio de la carrera a pie que escucho en la cafetería, había 5 concursantes, todos ellos estaban sudados, pero solo uno tenía una cara de preocupación, al parecer 4 de ellos ya habían usado el baño y el sudor quedo como recuerdo. El campista llevaba una camisa sin mangas amarilla con shorts negros ajustados que dejaban al descubierto sus piernas bien pulidas.
El guía dio comienzo a la carrera, el de la camisa amarilla que llamaremos como “Corredor” iba de primero, al parecer su urgencia le daba las fuerzas para explotar sus piernas y querer acabar la carrera lo antes posible, ni siquiera Jeremy tomando atajos pudo alcanzarlo, así que lo seguía con los ojos, luego de 5 minutos el corredor llego a la meta pero no se detuvo allí y siguió corriendo, a lo lejos Jeremy pudo distinguir algo entre las piernas del corredor: un gran bulto, Jeremy decidió de nuevo perseguirlo, incluso se podía ver como diarrea liquida empezaba a chorrear fuera de los shorts.
El corredor llego a su destino y después de 1 minuto también llego Jeremy, mientras el corredor estaba haciendo un enorme esfuerzo por sacarse sus apretados shorts sin causar un desastre, Jeremy aprovecho su urgencia y abrió un agujero con la navaja para observar lo que pasaba dentro: vio como un agitado campista con grandes piernas se desnudaba y con la velocidad la cual hizo que ganara la carrera hizo llegar su trasero hasta su propia línea de meta:
*PSQJSQHQSHQSHSQHQHSHQSHQHSHQS* *PLOP* *PLOP* *PLOP* *PPPFFFFTTTTT* *PPPRRRRRRRRRRR* *HSQHSQHSHQSHHSQHSHQSHSSSHSSHHSHSHSH*
La primera ola fue brutal, el olor empezaba a impregnarse en los ojos de Jeremy, pero también se impregnaba la gran vista de lo que de los más grandes traseros que Jeremy ha visto en su vida.
*PSPSPSPPSPSPSPSPSPS* *SQSHHSHQSHSQHSHQHSHQHHS* *JADEO* *PPPFFFFFFTTTT* *PRRRRRRRRRRRR* *PSPPSPSPSPSHHHHHH* *SQSHHSQHHSHQSHQSHQSHS*
La segunda ola no decepciono, tan fuerte era el olor que los ojos de Jeremy comenzaron a lagrimear y en su mente dijo: “alguien comió mucho ajo hoy, ¿no?”
*PPPPPPPFFFFFFTFTTTTTTTTTTT* *PLOP* *PLOP* *PLOP*
En la tercera las cosas ya se habían calmado, Jeremy saco su cara del agujero, se limpio sus ojos con un pañuelo y se dispuso a seguir con su plan original: ir al lago.
Solo había una persona ya en el lago, una persona morena que llevaba un traje de natación, parecía alguien ridículo usando eso sabiendo que no tocaría el agua, pero Jeremy no era alguien para juzgar ya que él estaba haciendo algo peor.
Se acerco al muelle y a lo lejos vio como el “nadador” empezó a abrazar su estómago, Jeremy se imaginó ese cuerpo deportista apretado por ese traje azul y cuando lo vio dirigiéndose hacia una costa apartada, Jeremy se propuso a correr solo para alcanzar a esconderse y tener una mejor vista del trasero del nadador.
No fue fácil pero finalmente llego antes que él, se ubico en un pequeño arbusto cuando la canoa fue estacionada:
Nadador “Dios mío, los baños están muy lejos y… no creo aguantar… mierda”
*PPPFFFFFFFTTTTTT* *PPPFFFFFTTTT* *PPPFRRTRTRR*
Una metralleta de pedos salía de ese culo apretado, con fuerza y desesperación el nadador empezó a quitarse rápidamente ese traje dejando al descubierto que debajo de ese traje se escondía un lindo trasero, apenas logro liberar su trasero y empezó a cagar sin siquiera ponerse en cuclillas:
*PFPDPDPDPDPPSPSPSPSPSPSPSPSPPS* *PPFPFFTFTFTFTTFTF* *PPDPSPSPSPSPSPSPS*
Eran pedos húmedos saliendo con fuerza mientras eran inundados por olas de diarrea violentas, tenia un color oscuro y apestaba bastante.
*PRPRPRPRPPRPRPRP* *PSPSPPSPSPSPSPSPSPSPPSS* *PRPPRPRPRRRRRSSSSSSSS*
Seguía lo líquido, no había rastro de ningún material sólido, la frecuencia de los pedos bajaba, pero eran mucho más ruidosos, en esta parte apenas el campista pudo ponerse en cuclillas:
*PPFFFFFTFTFTFTFTTF* *RPPRPRPRPRPR* *PRPRPRPRPRPPR* *PSSSSSSSSSSSSSSSS* *QSHQSHHSHQSHSHHQHQSHQHSHS* *PPFFFTTTT*
Un chorro aun más potente hizo temblar al nadador haciendo que por poco pierda el equilibrio y caiga en su propio material fecal. Finalmente, el pobre campista termino y se limpio su trasero con el agua del lago esperando a que nadie le hubiese visto.
Jeremy al ver que el nadador se fue estaba dispuesto a volver a su cabaña y descansar del maratón que corrió durante todo el día, pero algo lo extraño, en el lodo del bosque vio pisadas, un rastro de alguien que pasea por el bosque y que hasta el momento no regresaba, Jeremy agotado no perdió la oportunidad y se adentró también en el bosque.
5 minutos era el tiempo que Jeremy caminaba entre los grandes árboles, estaba a punto de regresar cuando oyó unos quejidos, al asomarse vio a otro campista sudado, caminado y abrazando su estómago, así que Jeremy decidió desviarse del camino de tierra y se oculto entre los arboles siguiendo al campista perdido.
Se veía agotado y mareado, se detuvo un segundo y cambio su ruta al lado de un árbol, derrotado, lentamente dejo caer sus pantalones dejando al aire su trasero algo plano:
*PPPPPPPPFFFFFFFFTTTTTTTTT*
Solo fue un pedo seco, al parecer otro más quien esta estreñido.
*PRRRRRRRRRRRRRRRRR* *SQHSQSSQSQHHHHHHHHHHHH*
Lentamente se abrió paso una caca monumental, era de gran tamaño que no pudo pasar fácilmente por el ano de aquel pobre chico:
*SQHHQSHSHSHHHHHHHHH* *SPLASH*
Finalmente, cayo dejando el paso libre para:
*SHWHSHWHSHWHHWHSHSQHHQHQSHSQHSH* *PPPFFFFFFTTTTTT* *PSSSSSSSSSSSS* *PPRPRPRPRPRPRRRR* *SQPSPPQSPSQPSPQSHHSHSHHSHSHSPRPRPRPRPR*
La mierda caía y explotaba al tocar el suelo, muchas moscas alrededor empezaron a acercar al chico lo que hizo que la situación sea más incómoda:
*PRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRR* *PPPPPFFTTFTFTFTFTFTFTF* *PQSPSPQSPQSPSSSHHSHSGSS* *PFFFFFFFT* *JADEO*
Campista: “Creo que… seguiré en el campamento…”
Lentamente tomo varias hojas y se limpio su trasero, eran ásperas, pero funcionaban bien para la situación. Luego de irse, Jeremy se acerco a la pila de mierda y la admiro tocándose cierta parte de su cuerpo.
Al llegar al campamento, sus amigos le contaron la noticia de que varios campistas tienen una severa diarrea.
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La heredera del Infierno
Avisos: En una parte del capítulo puse los diálogos provenientes del videojuego doblado al latino. No sé si en algún momento cuando haga la versión en inglés copie los de la versión en inglés. También mucha de las runas vienen de la página que se encuentra en el capítulo dos.
Academia Wu Shi
El atardecer había llegado y el trío se preparó para que Liu Kang los llevara. Equiparon toda la ropa, armas y algunas cosas para distraerse. Tuvieron que encontrar excusas bastante creyentes para ausentarse por varios meses. Adelina mintió a Pablo y Agustín diciendo que iba a buscar mejor información en los países nórdicos, esperó a que comprendieran que costaría encontrar las respuestas.
Adelina vio que sus amigos estaban nerviosos, sentía que los minutos pasaban a ser horas y las emociones la carcomían. Mariano se distrajo mirando algunas cosas en el celular y se reía alguna que otra vez. Daniela se mordía las uñas y daba vueltas en el comedor. Adelina comenzó peinarse el cabello negro con las manos que cubría su rostro, al mismo tiempo su pierna subía y bajaba constantemente.
También, revisaba su mochila, donde guardaba la daga y el mapa. Llevaba algunos libros de mitología nórdica para ayudarla en su investigación. Una parte de ella quería encontrar respuestas sobre lo que descubrió en las montañas y otra, esperaba que fuera solamente una pesadilla.
Liu Kang apareció en la puerta del departamento, el trío cargó todas sus pertenencias y lo siguieron. Llegaron al callejón oscuro y de las manos de la deidad salió fuego formando un portal por el que caminó. Adelina, Mariano y Daniela se miraron con cierta duda, pero dieron su salto de fe al pasar por el agujero. Ya habían tomado una decisión y no iban a retroceder. Cuando pasaron por la negrura, la muchacha sintió cosquilleos y mareos hasta que el aire invadió sus pulmones y vio un hermoso paisaje.
Un templo chino rodeado de enredaderas, árboles con diferentes tonalidades de hojas y montañas a lo lejos. Monjes arrodillados otorgando sus rezos a Buda, otros observaban el entrenamiento de sus estudiantes. Estatuas gigantes de luchadores que tenían un poco de verdín en algunas partes, decoraban el hermoso jardín repleto de árboles con flores de diversos colores y fragancias, también había grandes gongs y pequeñas campanas moviéndose con el leve viento que se había levantado.
Se quedaron fascinados con la belleza de ese sitio tan pulcro y tranquilo. Caminaron lentamente maravillados ante cada detalle que aparecía y hubo algunas miradas curiosas de los maestros.
–Bienvenidos a la Academia Wu Shi –dijo Liu Kang mientras se dirigía al centro del gran jardín.
–Es un lugar hermoso –exclamó Daniela boquiabierta.
–En la academia, aprenderán junto con otros estudiantes a mejorar sus técnicas de combate –Liu Kang se dio la vuelta y posó su mirada en el trío– y les enseñarán todo del Mundo Exterior.
Los tres jóvenes entraron a una de las secciones de la academia, donde se encontraban las habitaciones de todos los alumnos. Había pocas personas en la pequeña finca, los hombres hablaban entre ellos y vestían el uniforme naranja que representaba la academia.
–¿No me digas que uno de esos tipos es el mismísimo Johnny Cage? –preguntó Daniela.
Adelina observó mejor a uno de los hombres y sin duda alguna, era el actor de películas. El grupo dejó su conversación de lado y miraron a los recién llegados.
–¿Eres Johnny Cage? ¿El actor de películas? –preguntó Mariano.
–En persona –respondió el hombre con orgullo.
Hubo un silencio incómodo y un asiático de cabello negro preguntó al trío para romper el hielo:
–¿De dónde vienen?
–Argentina –dijo Daniela–. Soy Daniela Ramoter, ella es Adelina Acosta y él es Mariano Baldor.
La joven señaló con el dedo cuando mencionaba a sus amigos, mientras hacían un gesto de saludo. Adelina miró detenidamente al grupo. Estaba el hombre que habló y dos asiáticos que le resultaron bastante conocidos a Adelina. Ambos llevaban sombrero de paja y uno, tenía una pequeña cola de caballo y a los costados de la cabeza rapada. Eran los chicos del restaurante cuando había ido a comer en el pueblo luego de su caída en las montañas, pero no se acordaba de sus nombres.
–Soy Kenshi Takahashi –dijo el chico–. Ellos son Raiden y Kung Lao.
–Un gusto conocerlos –dijo Raiden.
El silencio volvió a rondar en el ambiente.
–Me resultas familiar –dijo Kung Lao a Adelina–. ¿Te vi en alguna parte?
–Me viste en el restaurante de tu pueblo –dijo Adelina con media sonrisa avergonzada–. Soy la chica que llegó toda golpeada.
–¿Qué te había pasado? –preguntó Raiden.
–Tuve una pelea con los Lin Kuei.
–Tuvimos –corrigió Mariano.
–¿También Liu Kang los probó mediante los Lin Kuei? –preguntó Kung Lao.
–Eh, no –dijo Daniela–. Primero, Adelina se peleó con Smoke, después Liu Kang vino con el Gran Maestro y sus hermanos a nuestra casa a ofrecernos la posibilidad de participar. En el proceso, Mariano le contestó mal a Bi Han y luego tuvimos una pequeña disputa.
–Le di un sillazo en la cabeza al Gran Maestro –dijo Mariano con una sonrisa en el rostro–, no me arrepiento.
–Yo también humillé a Bi Han –dijo Johnny orgullosamente–, creo que su orgullo debe estar demolido.
–Se lo merecía –el tono de Adelina rencorosa–. Tanto él como su estúpido hermano insultaron mi comida. Más mal educado no se puede ser.
Raiden guio a los tres a sus habitaciones. Adelina sacó todos sus libros del gran bolso y los ubicó al lado de su futón, encima de este había un uniforme naranja. Luego desempacó sus materiales de dibujo y ocultó debajo de la almohada la daga y el mapa. No iba mostrársela a nadie hasta que confiaran plenamente en estas personas. Se puso el uniforme y salió a esperar a sus amigos.
Esperaron junto con Johnny, Kenshi, Raiden y Kung Lao las órdenes de Liu Kang o algún monje. Pasaron unos minutos, cuando la deidad vino y los llevó al centro del jardín donde les habló sobre cómo iba a ser los entrenamientos y los nuevos horarios.
Luego de esa pequeña presentación, se dirigieron a un gran comedor donde todos recibieron la cena con mucho gusto. Adelina, Mariano y Daniela pudieron mantener buenas conversaciones con los otros luchadores, excepto con Johnny que varias veces intentaba coquetear con las dos chicas tratando de imitar el acento porteño.
–Minitas lindas, yo puedo ser un chabón –habló el actor.
–No busques una razón para que te putee de todos los colores y veas lo que significa nuestros insultos –soltó Adelina pacíficamente.
A pesar de esas intenciones, el trío disfrutó la basta cena. Adelina pudo pasar un momento de felicidad y olvidó sus pesadillas y alucinaciones. Por otro lado, Daniela y Mariano no pararon de devorar lo que encontraban en la gran mesa y casi rivalizaban con Kung Lao. Una vez que todos finalizaran de comer, se dirigieron a sus aposentos y poco a poco las velas que iluminaban las habitaciones se apagaron, excepto la de Adelina.
La joven observaba el mapa que encontró en las montañas. La figura pequeña de una bolsa se ubicaba en el mar entre España y Francia, cerca de las costas. En los costados del mapa. había runas, pero ninguna dejaba una escritura precisa. La runa Isa, Nauthiz y Raido se ubicaban en los extremos del mapa.
Nauthiz representaba obstáculos y Raido era la lucha y búsqueda. Recordó las inscripciones de las paredes en Arctika sobre unas pruebas a superar. Seguramente iban a estar en el sitio de las costas de España y Francia, ayudarían a encontrar los otros artefactos que aparecían en sus visiones tras tocar el cuchillo.
Esperaba que Liu Kang le diera respuestas sobre Hela o pistas para poder seguir el camino sola. No confiaba en él y no lo haría hasta que mostrara algún ápice de que valiera tenerla. Sus prejuicios sobre las divinidades se acrecentaron tras leer mitología griega. Los dioses no veían más que muñecos a los humanos, algo de entretenimiento barato y otras veces como objetos para el placer rápido. Cuando les convenía les daban buenos tratos para que hicieran tareas y limpiar sus desastres.
Pero lo poco que vio del dios parecía ser la excepción a la regla, aun así, Adelina prefería ser cautelosa antes que apresurada. Luego de guardar el mapa, la joven sacó la daga de su escondite y la observó una vez más esperando una señal, incluso una alucinación de muertos o de la mujer del féretro, pero no hubo nada. Por un lado, eso la alivió y por el otro necesitaba cuanto antes pistas sobre lo que estuvo viendo.
Intentó acallar sus pensamientos y después de ubicar en su sitio la daga, cerró los ojos. Dio un par de vueltas en la cama hasta que el mundo de los sueños la tomó por completo. No hubo ni una mujer del féretro ni muertos para acosarla, solamente una negrura que agradeció en lo más profundo de su interior.
El sonido estruendoso de un gong se oyó por todos los aposentos de los estudiantes y los quejidos de Adelina se hicieron presentes. Escuchó el sordo movimiento de los demás intentando seguir durmiendo, pero no pudo hacerse posible. Otro golpe del gong hizo que despertara por completo a Adelina, se sentó en el futón frotándose los ojos y salió de la habitación viendo caras soñolientas. El trío era quienes más destacaban en pijamas, Mariano llevaba pantalones holgados y una remera de Kill Bill, Daniela iba con un camisón de Attack on Titan y Adelina vestía con una remera de Tomie y pantalones cortos. Johnny llevaba puesto un pijama de seda, mientras que Raiden, Kung Lao y Kenshi eran los más modestos, tenían una camisa tradicional china y pantalones a juego.
Fuera del recinto, había baldes de agua donde el grupo se enjuagó la cara y quitarse lo poco que les quedaba de sueño. Después, volvieron a sus habitaciones a ponerse el uniforme de la academia, esta le resultó bastante cómoda a ojos de Adelina.
Una vez que todos salieron, se dirigieron al comedor a desayunar y dar inicio a los entrenamientos. Mariano desde que había salido de su habitación llevó un equipo de mate y lo puso tranquilamente en la mesa. Johnny, Kenshi, Raiden y Kung Lao se quedaron mirando con espanto el equipo como si fuera un veneno, mientras Mariano preparaba el mate lo más cómodo posible y recibían sus desayunos. Un arroz chino con huevo frito y nabo dulce con un poco de té.
Todos los presentes se inclinaron y empezaron a comer. Adelina y Daniela empezaron a masticar sus desayunos mientras esperaban que Mariano terminara de preparar el mate. Una vez que pudo darle una buena temperatura comenzó a cebarlos entre las chicas.
–¿No es muy temprano para la marihuana? –Cuestionó Johnny con sorna.
–No busques una razón para que te tire agua caliente a primera hora del día –dijo Daniela soñolienta.
Johnny cerró la boca antes que soltar otro comentario ante la mirada asesina de las chicas y Mariano.
–¿Qué es entonces? –preguntó Kung Lao.
–Una bebida que se toma en el desayuno y la merienda, se acompaña con algo –dijo Adelina antes de sorber de la bombilla.
–¿Querés probar un poquito? –ofreció Mariano.
–Por esta vez paso, pero muchas gracias.
Los tres siguieron cebándose mates mientras terminaban sus platos junto a los demás. El sonido del gong volvió a sonar por todo el lugar, los presentes se pusieron de pie y marcharon cada quien a sus tareas. Mariano sacó la yerba húmeda del recipiente y luego siguió a los otros para entrenar.
La primera clase fue teórica, sobre el Mundo Exterior, las diferentes especies que habitaban, el mandato de la emperatriz Sindel y las diversas batallas ganadas en su imperio. El gong sonó dando fin a la clase y los estudiantes se dirigieron al jardín iniciando su primera clase de entrenamiento.
Consistió en golpear repetidas veces los postes y esquivar los ataques de los diferentes palos horizontales de madera que se movían rápidamente. Luego, perfeccionaron las defensas de cada estudiante, también muchos maestros les enseñaron sobre la buena posición de un arma blanca y las posturas de las diferentes técnicas de combate. En varias ocasiones, tuvieron que soportar el gran ego de Johnny y sus delirios de crear una nueva película.
Cuando el sol comenzó a ponerse, el gong sonó dando fin al primer entrenamiento. Mariano y Daniela terminaron tirados en el suelo por el arduo día, los demás intentaban recuperar el aliento y ayudar al trío a ponerse de pie nuevamente.
–Mátenme –dijo Mariano con poco aire.
–Fue horrible –acompañó Daniela–. No siento las piernas. El viejo Mario era más amable.
Con lentitud, fueron a los baños a relajar los músculos rígidos. Hubo un pequeño intercambio de palabras entre ellos, pero fueron opacadas por los quejidos dramáticos de Johnny. Adelina y Daniela se separaron de los hombres y pudieron asearse sin ningún inconveniente.
Los músculos de Adelina se relajaron ante al agua caliente recorriendo su piel y luego se lavó el cabello repleto de sudor, masajeándose el cuero cabelludo con sumo cuidado. Salió del baño acompañada de Daniela, se pusieron ropa más cómoda y dejaron a lavar los uniformes sucios. Después, los siete se dirigieron a los aposentos y convivieron entre ellos, intentando saber un poco más uno del otro.
–¿Qué hacían antes de ser reclutados por Liu Kang? –habló Daniela.
–Kung Lao y yo éramos granjeros en la aldea de Fenjian –dijo Raiden tranquilamente–. Nos entrenaba la señora Bo para cuando Liu Kang viniera a probar nuestra destreza y valores.
Una pequeña sonrisa estuvo en el rostro del chico.
–Yo era miembro de los Yakuza –dijo Kenshi y ante eso Mariano casi se atraganta con el mate.
–¿Cómo? –soltó Mariano tosiendo.
–Sí, intentaba recuperar el buen camino que mis ancestros desviaron.
–¿No era que los Yakuzas estaban medio en la ruina? –preguntó Adelina.
–Había pequeñas facciones que seguían estando en pie y eran bastante poderosas –prosiguió Kenshi–. La facción que mi familia continuaba vigente, pero decidí que era mejor dejarlo y restaurar su honor.
–Yendo a mi casa y robar mi katana –soltó Johnny, enfatizando bastante el “mi”.
–Sento le pertenece a mi familia –dijo Kenshi con calma–. Intenté recuperar lo que me corresponde por derecho.
–Podrías haber pedido permiso para llevarte la katana, en vez de meterte ilegalmente a mi casa.
Los demás se quedaron en silencio viendo como la pequeña discusión iba a convertirse en algo más violento. Las miradas agresivas entre el actor y el ex mafioso iban a pasar a golpes y antes de que eso pasara Mariano habló:
–Yo soy piloto.
–¡Qué fantástico! –exclamó Kung Lao.
–Lo malo es que este pelotudo aterriza para el ojete –dijo Adelina con una sonrisa– y encima no pone los cinturones.
–Sí, las dos veces que nos llevó a nosotras casi nos da un infarto. –Habló Daniela indignadamente y le devolvió el mate a Mariano.
–Pero bien que les gusta el viaje gratis conmigo –dijo Mariano con gracia.
–Preferiría que por favor en tu viaje no nos mates –espetó Adelina.
–¿Y ustedes a que se dedican, preciosuras latinas? –el tono coqueto de Johnny se hizo presente–. Unas bellezas como ustedes deberían tener trabajos dignos y vivir tranquilamente.
Adelina y Daniela se posaron sus ojos asesinos en Johnny, y se miraron entre ellas antes de ignorar la mirada coqueta del actor. Las jóvenes sonrieron amablemente a los cuatro hombres.
–Yo soy periodista y crítica literaria –dijo Daniela.
–Arqueóloga, investigadora privada y artista –soltó la pelinegra.
–¿Cómo es eso de periodista y arqueóloga? Parece interesante –preguntó Raiden.
Las chicas sonrieron y luego Mariano le dio mate a Adelina, mientras Johnny se quedaba sorprendido de por qué las chicas no le dieron esas sonrisas.
–Un periodista es una persona que se dedica a contar un hecho lo más verdaderamente posible –explicó Daniela lo más tranquilamente posible–. El hecho puede ser actos criminales, deportes, vida de celebridades, clima e incluso lo que repercute en el mundo. La noticia tiene que responder las cinco preguntas ¿Qué?, ¿Quién?, ¿Dónde?, ¿Cuándo? y ¿Por qué?
–¿Es riesgoso? –preguntó asombrado Kung Lao
–Depende de qué área te vas a dedicar a reportar. Si vas a reportar lo que les ocurren a las celebridades o en deportes, no vas a tener tantos problemas –explicó Daniela mientras recibía mate–, pero si te metes en política o hablas de actos criminales prepárate para lo que se viene.
–¿Y el tuyo, Adelina? –cuestionó Raiden.
–La arqueología es una ciencia que estudia las ruinas antiguas de civilizaciones que ya no existen, para conocer sus costumbres a partir de los objetos materiales que dejaron –Adelina gesticuló con las manos mientras hablaba–. Y la parte de investigadora, una persona me paga cierta cantidad de dinero para que yo le resuelva algo que quedó confuso. Una desaparición sin sentido o amoríos, depende del cliente.
–¿Cuántas culturas estudiaste?
–Algunas, no para decir bastantes.
–¿Quieren mate? –ofreció Mariano.
Kenshi fue el primero en experimentar la bebida y luego se la devolvió al muchacho. Le siguieron Raiden y Kung Lao, para finalizar en Johnny quien no le gustó para nada.
El gong volvió a escucharse por todo el recinto y los siete se dirigieron al comedor. Todos los maestros se pusieron frente al pequeño asiento de honor y esperaron al invitado. Apareció Liu Kang y los presentes se inclinaron ante él, les agradeció el gesto y todos se sentaron para cenar sopa de pollo con maíz y vermicelli. El estómago de Adelina rugía del hambre y recibió con mucho gusto la sopa, cucharada tras cucharada, el exquisito sabor le invadió el paladar.
Hubo algunas risas compartidas entre los luchadores y pequeñas charlas entre los maestros hacia Liu Kang. Adelina, a veces vislumbraba al dios, esperando ver algún rastro de maldad o superioridad, pero no encontró nada sospechoso.
Al cabo de un rato, todos habían terminado la sopa y callaron aguardando las palabras del dios. Se puso de pie y habló:
–Su primer día de entrenamiento puede haber sido bastante agotador, pero espero que hayan podido prepararse para lo que se aproxima –sus manos se cruzaron en su pecho–. Sé que será una tarea ardua, pero espero que estén a la altura y uno de ustedes nos conceda la victoria contra el Mundo Exterior. Ahora por favor descansen y prepárense para mañana.
Adelina y el resto se inclinaron ante el dios y se marchó por donde vino, mientras los demás iban a sus aposentos. Hubo algunas palabras compartidas cuando se dirigieron al recinto y un pequeño “buenas noches” entre ellos antes de cerraran las puertas de sus habitaciones.
Las semanas siguientes fueron similares. Adelina logró tener un reloj biológico para despertarse antes de escuchar el gong. Sus compañeros también empezaron a desarrollarlo y algunas veces, cuando deslizaba la puerta veía a Raiden y Kung Lao despertarse más temprano, seguramente al haber tenido entrenamiento se despiertan antes que el resto.
Las primeras horas siempre eran teóricas, hablando de las diversas civilizaciones y hazañas del Mundo Exterior y luego tenían entrenamientos rigurosos. Practicar una buena postura, mantener el equilibrio, nuevas técnicas de combate y manejo de armas. Hubo en varias ocasiones en las que Adelina, Mariano y Daniela se caían constantemente de los postes de madera al intentar mantener el equilibrio en diferentes posiciones y en esos casos, acababan yendo a la enfermería para que les acomodaran los huesos o reposando por el rompimiento de estos.
En muchas de las tardes, el trío tomaba mate e invitaban a los demás a compartir la tarde y pasar un buen rato. Otras veces, Adelina se sumergía en la biblioteca buscando algo de información sobre Hela y su cuchillo, algunas veces iba a consultar con los maestros de la academia, pero sus respuestas eran desalentadoras para su investigación.
Quería buscar respuestas en Liu Kang, pero muy pocas veces lo encontraba en los alrededores de la Academia Wu Shi y no podía alcanzarlo para preguntarle sobre la diosa. Tampoco tenía la seguridad de mostrarle la daga, Sultin, para que le ayudara con la investigación. A pesar de las dificultades, Adelina siguió su entrenamiento junto a los demás. A veces, Johnny intentaba coquetear con las chicas, pero les daban contestaciones mordaces o lo ignoraban de una forma muy cruel.
En esas tantas veces en las que tomaban mate, Mariano había puesto música en un volumen moderado y Kung Lao, Raiden y Kenshi lo miraron de una mala forma. Mariano se había excusado de la siguiente manera:
–No aguanto el silencio de este lugar –absorbía de la bombilla del mate–. No me quiten lo único que me mantiene cuerdo. Necesito escuchar algo, necesito ruido para sobrevivir sino me voy a volver loco.
Las chicas tampoco pudieron argumentar algo en contra de eso y se sintieron más aliviadas al escuchar las melodías. Los cuatro hombres tampoco hicieron mucha queja después y siguieron pasando esa tarde en paz.
En esos días, también se comentaba la llegada de los Lin Kuei para atender un llamado de Liu Kang. Ante esas noticias, Adelina comenzó alejarse del recinto de estudiantes que se conectaba cerca de la entrada de la academia. No tenía intenciones de volver hablar con los tres ninjas ni tener que soportar su presencia y malas actitudes. Si Bi Han, su Gran Maestro, era un maleducado, no iba a estar para soportarlo y preferiría estar dibujando.
El día en el que vendrían los Lin Kuei, Adelina se marchó a las afueras del recinto y de la academia para pasarla dibujando y escuchando música. Le había avisado a los demás que estaría alejada por un tiempo hasta que los Lin Kuei se fueran. Tomó sus materiales de dibujo y caminó unos metros, lo suficiente para seguir viendo algunos indicios de la Academia Wu Shi. Se recostó en un árbol, se maravilló ante el vasto paisaje verde y empezó a dibujar.
Se enfocó en una estatua budista y su mano guio el lápiz sobre la hoja, dándole forma a las plantas que decoraban la piedra tallada y la mirada inerte. Le dificultó un poco debido al entrenamiento, pero tras relajar su mano logró mejorar el cuerpo de la estatua. Angry Again de Megadeth se reprodujo en su celular y un entusiasmo invadió a Adelina. Continuó formando a la estatua en el papel guiada por la melodía. Una vez que terminó prosiguió dándole un sombreado hasta que sus dedos se tornaron negros por la mina del lápiz.
Una vez finalizado su boceto de la estatua, dio vuelta a la hoja e inició un nuevo dibujo. Las canciones pasaron y llegó a In My Darkest Hour de Megadeth. Adelina trazó en la hoja, dando forma a la figura y tras terminas, contempló la creación que hizo inconscientemente. Era la mujer del féretro, su ojo derecho tenía un espiral y de sus labios emanaba sangre. Detrás suyo había árboles con las figuras agonizantes y encima del decrépito paisaje las runas decoraban el rostro espeluznante de la mujer.
Cambió el dibujo por la lectura. Tomó el gran libro que tenía guardado y leyó donde había dejado hace tiempo. Su mente empezó viajar por el mundo de las palabras, acompañada de la música.
–¿Qué lees? –preguntó una voz bastante conocida.
Adelina se sobresaltó y volteó alarmadamente para ver quien le dirigía la palabra. Había humo alrededor de la muchacha y luego apareció la forma de un hombre de cabello ceniciento y una cicatriz arriba de su ojo. Tomas, alias Smoke.
–¿No deberías estar con tus hermanos y subordinados, acosador?
–Estaba buscándote para hablar sobre mi hermano.
–Si Bi Han te hizo de mensajero para disculparse por su comentario –alzó la vista y sus ojos se posaron en los del chico–. Voy a matarlo, ya te aviso.
–No es por eso por lo que vine –dijo Tomas se puso al frente de la chica–. Él no me hizo de mensajero y nunca va admitir que no debió soltar ese comentario. Vine para decirte que fue un desubicado y lamento que lo soltara, también que tu comida fue muy rica.
–Se notaba bastante. Parecía que comías un manjar de reyes –soltó Adelina con una sonrisa.
El comentario tomó por sorpresa a Tomas y la joven notó un pequeño rosa en las mejillas.
–¿Qué era lo nos diste de comer?
–En la picada, salame y queso y de cena, milanesa con papas fritas –la muchacha cerró el libro y lo apoyaba en sus piernas.
–¿Qué era lo que leías?
–Algo.
–¿Sigues enojada por nuestra pelea en las montañas y la mesa rota?
–Sip.
Hubo un silencio incómodo entre ellos y la música seguía reproduciéndose en el celular de la muchacha.
–¿Qué escuchas? –preguntó el chico.
–Megadeth.
–¿Qué es?
–Una banda de metal.
–¿Por qué te alejaste de la academia? –siguió cuestionando Tomas tratando de seguir una conversación.
–Porque escuché que ustedes iban a venir y antes de soportar a Bi Han y sus insultos –dijo Adelina soltando un suspiro–, preferiría leer y dibujar, mientras escucho música.
–¿Y tus amigos?
A lo lejos una estruendosa música fuerte se oyó y los dos voltearon la mirada hacia el sonido. Los gritos de Mariano y Daniela se escucharon cantando Shinzou wo Sasageyo y Adelina, indignada, le apareció una pequeña sonrisa.
–No entendí bien que querían hacer esos dos usando Attack on Titan.
–¿Attack on Titan? –el rostro de Tomas se tornó curioso–. Parece un ejército ¿son fuertes?
–¿No conoces Attack on Titan? –cuestionó la joven–. Es un manga muy conocido.
El rostro de Tomas mostraba confusión y moviendo las manos mostrando más su duda.
–¿No sabes lo que es un manga? –preguntó Adelina.
–No, lo lamento.
–No necesitas disculparte por no saber –la chica acercó más sus pertenencias y comenzó a gesticular–. El manga es como un cómic, pero japonés.
–¿Ese manga tiene canción? Porque si no ¿por qué estarían cantando tus amigos?
–El manga tuvo éxito y tuvo luz verde para tener un anime, de ahí viene la canción.
–¿Hay muchos mangas así?
–Muchísimos. Hellsing, Jujutsu Kaisen, Shuumatsu no Valkyrie, One piece, Uzumaki, Tomie. Son muchos.
–¿Lo que lees es un manga?
–Es un libro solamente.
–¿Pero su género no es manga?
Adelina rio ante el comentario e hizo que Tomas también sonriera. La antigua tensión que había entre ellos se esfumó y la agresividad de Adelina hacia el chico poco a poco iba marchitándose reemplazado por una buena actitud.
La charla continuó por bastante tiempo hasta que el sol mostrara sus últimos rayos y las canciones de tanto el celular de Adelina como las que se oían a lo lejos se repitieran. Tomas ofreció amablemente acompañar a la muchacha a la academia y su conversación siguió.
–Acepto tus disculpas Tomas, las que me diste cuando viniste a mi casa.
–De enserio, pido perdón y mi hermano no quiso decirlo. Tu comida fue deliciosa.
–Ya lo dijiste y no hay de que –dijo Adelina, mientras se acercaban y la música era más fuerte–. Lo que leía era La Novena Casa de Leigh Bardugo y el tema que escuchaba de Megadeth era In My Darkest Hour.
Llegaron a la academia donde diversos lin kuei en posición firme y delante de ellos se encontraban Bi Han y Kuai Liang hablando con Liu Kang. En el techo del recinto de estudiantes, se distinguían un par de marañas de cabello pelirrojo y rubio, observando a los invitados y la llegada de Tomas y Adelina. Al notar la presencia de los recién llegados, Bi Han volteó su rostro y los miró de manera hostil, Adelina se marchó con un gesto de saludo y esperó en las afuera del recinto. Alzó la cabeza para ver a sus amigos que seguían escuchando música en el techo y compartían binoculares para vigilar la conversación, saludaron a Adelina y ella les devolvió el gesto con una sonrisa.
La charla entre el Gran Maestro de los Lin Kuei con el dios del fuego continuó por un buen rato, en el que la joven se la pasó dando vueltas en el mismo sitio y a veces su mirada se cruzaba con la de Tomas y la desviaba muy rápidamente. Los tres hermanos se inclinaron ante Liu Kang y se marcharon por donde vinieron, hubo un momento en el que Tomas se acercó a Adelina.
–Espero en otro momento probar tu comida y me sigas comentando de esos mangas.
–Probablemente, Tomas –dijo Adelina y vio como el chico se alejaba.
Liu Kang y los demás observaron distanciarse más y más al grupo de ninjas hasta volverse diminutos y luego desaparecer de la vista. El dios estaba a punto de marcharse cuando Adelina apuró el paso para hablar con él.
–¡Liu Kang!
El hombre se dio la vuelta ante el grito de la muchacha y detuvo su caminata.
–¿Qué necesitas, Adelina Acosta? –preguntó calmadamente.
–Quiero hacerte unas preguntas sobre algo que estuve haciendo previo al torneo.
Adelina le contó sobre las ruinas nórdicas, excluyendo la parte de la daga y las alucinaciones. El rostro del dios permaneció tranquilo e inexpresivo, pero ante la mención de la diosa la duda apareció en sus ojos blancuzcos.
–¿Hay algo sobre Hela o su cuchillo? ¿Un rastro de ella? Tengo muy poco en los libros.
Liu Kang hizo un gesto de acompañamiento y Adelina lo siguió.
–Hela existió y gobernaba el Infierno –dijo el dios mientras su pequeña caminata continuaba a la luz de los faroles–. Era muy poderosa y bastante temida.
–¿No sigue gobernando el Infierno?
–Es algo que no puedo contestar con certeza, Adelina Acosta –el dios sacudió negativamente la cabeza con cierta pena–. Lo último que supe de ella y fue hace bastante tiempo, era un conflicto en el Infierno. Hela no salía regularmente del reino, muy pocas veces lograba hablar con ella. Ni el emperador Jerrod y su esposa Sindel la veían constantemente. Era solitaria y no se abría con mucha gente.
–¿No sabes que le ocurrió? –preguntó Adelina deteniéndose enfrente de una gran estatua de un luchador–. ¿Alguien sabe si sigue con vida?
–Por desgracia nadie sabe si está con vida o no. Solo sé de ese conflicto que atravesaba el Infierno, pero no hay muchos detalles más que pueda dar–dijo el dios con pena en su voz–. Lamento no serte de mucha ayuda. Quizás la emperatriz Sindel te pueda dar las respuestas que buscas, si es que sabe.
–Muchas gracias por la ayuda, Liu Kang.
La chica se inclinó y volvió al recinto, sumida en sus pensamientos, ni siquiera se percató de que la música dejó de escucharse por todo el lugar. Entró al complejo donde sus amigos estaban dentro de sus aposentos esperándola.
–¿Cómo te fue con Liu Kang? –preguntó Mariano.
–No muy bien con mi investigación –dijo Adelina dejando al lado de su futón el libro y sus materiales de dibujo–. Lo único que sabe de Hela es que era una antisocial temida y poderosa, tenía un conflicto en el Infierno y se desconoce si está viva o muerta.
–Que cagada –dijo Daniela–. Ya vas a descubrir más hay que darle tiempo, Ade.
–Espero que sí.
Se quedaron compartiendo un pequeño momento entre ellos cuando el gong sonó para la cena y todos se dirigieron al comedor.
Los últimos días de entrenamiento pasaron rápido y Liu Kang anunció la elección para elegir quién los representaría en el torneo contra el Mundo Exterior. Todos se preparaban para dar lo mejor de sí y representar a la Tierra como era debido, todos mejoraban sus puntos débiles y agilizaban sus técnicas. Algunos como Raiden y Kung Lao entrenaban fuera del horario, mientras los demás conversaban y pasaban un buen rato.
Algunas veces aparecían los Lin Kuei, Adelina se marchaba al mismo sitio donde se topaba con Tomas y pasaban hablando sobre las cosas que hicieron en los días que no se veían. Por otro lado, se esforzaba para la elección de Liu Kang y al mismo tiempo, seguía buscando en la biblioteca sobre la diosa nórdica sin buenos resultados.
Las cenas eran alentadoras y pasaban un buen rato entre los estudiantes y los maestros. Las clases teóricas habían finalizado y eso les permitió a todos pasar más tiempo libre y entrenar. En varias ocasiones, Johnny seguía empedernido en coquetear con Adelina y Daniela, pero ellas lo rechazaban y al mismo tiempo mantenía su pequeña rivalidad con Kenshi y lo retaba para que recuperara a Sento.
El día de la elección había llegado, todos los maestros preparaban para la llegada de Liu Kang. Mientras Adelina y los demás veían como Raiden entrenaba con algunos estudiantes, haciendo golpes precisos y premeditados. Tras terminar de derrotar a sus oponentes, Kung Lao llegó emocionado y en su mirada destilaba orgullo, llevando en sus manos un peculiar sombrero.
–No parece ser una buena idea –soltó Raiden.
–Es genial, Raiden –contrarrestó Kung Lao orgulloso–. La próxima vez que veamos a Sub-Zero, tendré que agradecerle por ser la inspiración.
–Me es un misterio de como ese amargo fue tu inspiración para algo tan bizarro, pero bueno –dijo Mariano con una sonrisa resignante.
Los dedos del joven pasaron por el arma y casi logró cortarse con las filosas cuchillas. Los demás siguieron observando con curiosidad el extraño objeto.
–¿Ves? No será efectivo –dijo Raiden.
Kung Lao lanzó el sombrero y cortó un poste de entrenamiento como si fuera una simple manzana. Luego regresó a sus dedos y una sonrisa triunfante se apropió del rostro de Kung Lao.
–Quizás sea demasiado efectivo –dijo Raiden con sorpresa.
–Hay que hacerlo de una vez. Llevamos meses encerrados –Johnny se unió a la conversación y disgustado–. No puedo crear un universo ficticio con los monstruos y la magia del Mundo Exterior sin haber visto eso.
–¿Por eso estás aquí? –cuestionó Kenshi.
–Es la razón más boluda del universo –soltó Daniela.
–Liu Kang dijo que esto cambiaría mi vida. Las cosas se hacen así –señaló con el dedo al ex yakuza–. Mi ex lamentará el día que me abandonó.
–Qué abnegación –suspiró Kenshi.
–Ay, por favor, Tatuajes… –exaltó el actor indignadamente–, solo viniste a recuperar tu espada.
–Todos tenemos razones para estar aquí. –dijo Raiden tranquilamente, tratando de controlar lar aguas–. Algunas son mejores que otras… o desconocidas.
–Seguí participando con saber nuestras razones –dijo Adelina.
–Sin embargo, no vinimos a luchar entre nosotros. Sino a defender la Tierra –continuó Raiden
El gong sonó por todo el jardín anunciando la llegada del dios y todos dejaron por finalizada la conversación.
–Y hoy uno de ustedes será el elegido para pelear por ella en el torneo.
–¿Solo uno Lord Liu Kang? –preguntó Raiden–. ¿El Mundo Exterior no desplegará varios campeones?
–Según las reglas, el reino anfitrión tiene esa ventaja. Y ahora le toca al Mundo Exterior. –explicó el dios.
–Creí que todos los que seleccionaste eran campeones –dijo Mariano.
–No es de esa manera, Mariano Baldor –habló Liu Kang tranquilamente–. Todos los que son seleccionados a la Academia Wu Shi serán entrenados y luego se elegirá al representante de la Tierra.
–¿Y los demás estudiantes se van a sus casas o qué? –preguntó Adelina.
–No, Adelina Acosta. Los demás estudiantes acompañarán al campeón.
–No sé por qué nunca pregunté esto antes, pero…–dijo Johnny–. ¿Cuál es nuestro récord en este torneo?
–Por una vez, Johnny tiene razón –dijo Mariano.
–La Tierra y el Mundo Exterior llevan mucho tiempo igualados –contestó el dios seriamente–. Pero el Mundo Exterior se fortalece. Si ganan, sus facciones más extremistas serán más osadas.
–Qué encantador –soltó Daniela.
–Creía que admirabas el Mundo Exterior–dijo Raiden.
–Es un lugar lleno de conocimientos, riquezas y bellezas –afirmó Liu Kang–. Sin embargo, no tenemos los mismos objetivos y creencias. Coexistimos en paz porque el Mundo Exterior respeta nuestra fuerza. Si mostramos debilidad… el rival se convertirá en nuestro enemigo.
–No perderé Lord Liu Kang –exclamó Kung Lao.
–Para un poco, emoción –dijo Adelina.
–Primero deben ganarse el derecho a representarnos. –prosiguió el dios–. El que dure más que los demás será el elegido.
La conversación con la deidad hizo que los llevara a uno de los extremos del gran patio donde muchos maestros estaban detrás de un elegante asiento y Liu Kang se sentó en este observando al grupo. Al mismo tiempo, los maestros de la academia se arrodillaron en la piedra esperando la selección.
–Raiden, al frente –dijo el dios tranquilamente y al mismo tiempo Johnny comenzó a reírse.
–Buena idea –soltó el actor con orgullo–. Sacrificar a los débiles.
–Por respeto a Liu Kang y a los maestros –dijo Daniela tranquilamente–, me voy a contener de decirte algo sumamente vulgar y guardármelo para otro momento.
–Debes enfrentarlo, Johnny Cage.
–¿Listo para tu acercamiento? –cuestionó Kenshi.
–Obviamente no –contestó sarcásticamente Mariano por él.
–De acuerdo, vamos –el actor se acercó al círculo–. Pero recuerda granjerito, soy un ícono de las artes marciales. No creo que puedas con semejante eminencia.
Todos revolearon los ojos ante la arrogancia de Johnny, pero Raiden se mantuvo calmado ante los comentarios.
–Estoy listo, Johnny Cage –el chico se posicionó para el combate–. Mi mente y mi espíritu luchan como uno.
Raiden inició la pelea con una patada y Johnny la esquivó ágilmente, luego intentó contrarrestar el ataque con varios golpes que fueron bloqueados por el granjero. El actor le dio un puñetazo en un despiste de Raiden y este pudo hacer un combo de golpes que el actor no pudo esquivar. Johnny se estabilizó y volvió a contraatacar a Raiden con una patada giratoria, él tomó la pierna del actor para luego tumbar a Johnny al duro suelo de piedra y dando fin el combate.
–Me honra esta lucha –dijo Raiden y extendió su mano hacia Johnny.
–En efecto fue cine –exclamó Mariano mientras fingía fumar un cigarrillo y soltó una carcajada.
–De nada –dijo el actor resignado.
–Kenshi Takahashi, sigues tú –dijo Liu Kang.
El ex mafioso tomó una katana y al pasar miró con desdén al actor, luego se posicionó en el círculo.
–Tienes habilidad Raiden, pero te falta experiencia –dijo Kenshi.
–Compenso la falta de experiencia con corazón.
–El coraje gana combates, no el corazón –dijo Kenshi alzando su espada–. Yo lo sé, he participado en cientos.
Hubo un silencio y después comenzaron a pelear. Raiden esquivó ágilmente los ataques de Kenshi, mientras este se defendía las embestidas de la filosa espada. El ex yakuza perdió la espada cuando Raiden tomó su muñeca y tiró el arma lejos de ellos. El granjero intentó asestarle un puñetazo, pero Kenshi lo bloqueó con los antebrazos. En un momento, Kenshi dejó expuesto el pecho y Raiden aprovechó para darle una patada. Antes de que el ex yakuza pudiera defenderse, el granjero hizo un brutal combo de golpes, haciendo que su oponente cayera.
–¿Sigues dudando de mi coraje? –cuestionó Raiden ayudando a su compañero a ponerse de pie.
–No. Fue una victoria merecida –Kenshi se inclinó ante él y luego se marchó junto a los demás.
–Daniela Ramoter, ponte al frente –dijo Liu Kang.
La joven sonrió y se tronó la cabeza acercándose al círculo de combate.
–Esto va a ser divertido.
–No es un juego, Daniela Ramoter –dijo Raiden y se posicionó.
–En la vida hay encontrar el lado divertido –dijo la muchacha–. Es una de las tantas formas de afrontar el dolor.
Daniela se acercó al círculo y ambos se miraron mutuamente, analizando los pequeños movimientos del otro y la joven dio comienzo al combate. Raiden esquivó la patada y le asestó un golpe a Daniela haciendo que se alejara, inmediatamente volvió a atacarlo y el granjero contrarrestó los ataques haciendo que ambos retrocedieran.
Daniela se sacó el sudor de la frente y volvió atacar a Raiden, dándole un puñetazo y luego intentó abalanzarse sobre el chico, pero este aprovechó eso para tirar a la muchacha. Antes de que Daniela pudiera levantarse, Raiden la inmovilizó. Trató de soltarse, pero se le hizo imposible y no tuvo más opción que rendirse. El muchacho ayudó a Daniela a ponerse de pie y volvió con sus amigos con dificultad debido a la caída.
–Tienes un poco de razón, Daniela –dijo Raiden–. Es una forma bastante rara, pero efectiva.
–Te lo dije Raiden –rio Daniela con una mano en la nuca–. Valió la pena.
–Mariano Baldor eres el siguiente –ordenó el dios.
–Como dijo Dani, Raiden, la diversión es una de las tantas formas de lidiar con el dolor. Además, sirve para estudiar un poco al otro –dijo Mariano mientras se colocaba donde antes estaba su amiga y se preparó–. Te lo dicen personas que pasaron dolor en un lugar que estuvo repleto de miseria y el humor fue una forma de afrontarlo.
–Seguramente ese lugar los hizo fuertes, Mariano –dijo Raiden.
–Mayormente te hace inmune, porque no puedes herir a alguien que no se toma nada en serio.
Mariano no pudo detener el puñetazo de Raiden y cayó al suelo, pero antes de que el guerrero pudiera darle una patada, Mariano agarró el pie del granjero y lo tiró al piso. Rápidamente, se levantaron y se pusieron a la defensiva.
El piloto fue el primero en volver atacar con una patada voladora y el granjero la bloqueó, tomando la pierna de Mariano y lanzándolo hacia la otra punta del área de combate. El chico tosió y nuevamente se puso de pie con dificultad en una posición defensiva, avanzó hacia Raiden e hizo un combo de golpes que no pudo interrumpir, haciendo que el muchacho retrocediera y volviera a caer por la golpiza. Raiden se recompuso y contrarrestó el ataque de Mariano con fuertes puñetazos finalizándolo con una patada giratoria. Cayó una última vez al suelo con un gemido angustioso.
–Dejenme en el duro suelo –dijo Mariano riendo–. Es tan frío y reconfortante.
–Vamos Mariano, lo intentaste –Daniela y Adelina lo ayudaron recomponerse y se arrastró con un gemido angustioso.
–Adelina Acosta, es tu turno de luchar –dijo Liu Kang.
La joven se acercó y quitó de su muñeca una colita de cabello
–Vi tu forma de pelear Raiden, más o menos pude estudiarte.
–¿Qué pudiste ver?
–Alguien que tiene talento y debe pulirlo.
Adelina se ató el cabello negro mientras caminaba hacia donde estaba Raiden y se puso a la defensiva. Estudió la postura de su contrincante y esquivó el puñetazo sorpresa de él. Se alejó lo más que pudo de Raiden y cambió su postura de combate. Arremetió a la joven, pero se agachó y pasó entre sus piernas para luego abalanzarse sobre su espalda. Sus manos tomaron los hombros de Raiden haciendo que Adelina levantara sus piernas hasta el cielo y luego estamparlos fuertemente en su espalda. El muchacho soltó un quejido de dolor y cayó de espaldas haciendo que Adelina lo soltara. Rápidamente, Raiden se levantó, estampó un pie sobre las costillas de Adelina y emitió un sonido sordo de dolor que declaró su derrota.
–Muchas gracias por ver eso en mí, Adelina Acosta –dijo Raiden y ayudó a la chica a ponerse de pie.
–El conocimiento es un arma de verdadero valor –dijo Adelina y se limpió la ropa–. Espero que sepas usarlo como se debe.
Ambos se inclinaron con una sonrisa en el rostro y la chica con pasos lentos fue hacia sus amigos, levantando el pulgar hacia arriba.
–Puedes descansar, Raiden. Esta noche enfrentarás a tu último oponente –dijo Liu Kang mientras se ponía de pie y al mismo tiempo los maestros lo imitaron.
Seguido de eso, levantó su mano hacia Kung Lao y este hinchó el pecho orgulloso. Todos los luchadores se inclinaron ante Liu Kang y se retiró. Tras esto, los demás fueron a felicitar a Raiden por sus victorias.
La noche había llegado y el gran jardín se iluminó con las linternas encendidas por fuego, moviéndose con el leve viento que soplaba. El frescor en el ambiente se hizo presente, las luciérnagas comenzaron a iluminar alrededor de las flores y los grillos iniciaban su canto.
Todos los maestros, nuevamente, se posicionaron detrás del asiento de Liu Kang, al igual que los demás luchadores. Una vez ubicados, Raiden y Kung Lao se posicionaron en el círculo de combate, se sentaron y luego de unos minutos se levantaron para el combate.
–Apuesto cincuenta a que gana Kung Lao –dijo Johnny.
–¿¡Dólares!? –exclamó Mariano y Daniela miró al actor con horror–. Estás en pedo. Es mucho, pone otra cosa para apostar.
–Hazlo interesante –dijo Kenshi seriamente y con los brazos cruzados–. Apuesta a Sento.
El actor soltó una carcajada y tanto Mariano como Daniela soltaron un “uhh”, mientras que Adelina soltó una pequeña risa.
–Ni lo sueñes.
Liu Kang se paró y se acercó a Kung Lao y Raiden.
–Raiden. Kung Lao. El ganador de este encuentro representará a la Tierra frente al Mundo Exterior. –afirmó pacíficamente la deidad–. Es un deber que no puede tomarse a la ligera. Pueden retirarse ahora, sin ninguna deshonra.
–Elijo luchar, Lord Liu Kang –dijo Raiden.
–Igual que yo.
–Que gane el mejor –dijo Liu Kang y tras eso, unió el puño con la palma de su otra mano y se inclinó ante los guerreros, ellos imitaron la acción.
Los dos luchadores se miraron y se prepararon para el combate.
–Ríndete, Raiden, jamás me has vencido –dijo Kung Lao con orgullo–. Eso no cambiará hoy.
–¿No? Si algo nos enseñaron los monjes… –se posicionó en forma combativa– es que el cambio es la única constante del universo.
Kung Lao fue el primero en atacar con un puñetazo haciendo que Raiden lo evadiera. El chico contestó con una patada giratoria y una seria de ataques que fueron bloqueados por Kung Lao. Luego quiso hacerle una llave, pero Raiden logró escaparse para así darle una patada en la espalda. Kung Lao se estabilizó y volvió atacar con una un puñetazo. Raiden bloqueó el ataque y luego maniobró para derribar a Kung Lao.
–Hay una primera vez para todo, Kung Lao –dijo Raiden sonriente y extendió la mano a su amigo.
–Aunque todos entrenaron mucho, Raiden se destacó. –Liu Kang caminó hacia los dos estudiantes–. El resultado no me sorprende.
–¿Cómo pude haber…? –el tono triste de Kung Lao se detuvo y se inclinó hacia su amigo–. Felicitaciones, Raiden.
–Necesitarás esto para el torneo –dijo el dios y extendió su mano en la que había un pequeño objeto. Adelina junto a los demás alzaban la cabeza, curiosos, ante el regalo–. Lo forjaron los Dioses Antiguos. Le da al portador a capacidad de manipular rayos y truenos. Adelante, pruébalo.
Raiden le dio la espalda al dios y los demás, alzó su mano hacia el cielo y parecía sostener un medallón que destellaba pequeños rayos. Al elevarlo, el objeto soltó rayos sin parar hacia una estatua de un guerrero y los luchadores se quedaron sorprendidos ante tal poder. Adelina pudo vislumbrar que Johnny grababa el momento y su rostro era como el un niño eufórico.
–¡Santísima arca de la alianza! –exclamó.
Raiden bajó el medallón y todos se acercaron a mirar de cerca el pequeño artefacto. Parecía antiguo y en su centro había un dragón de aspecto oriental iluminado de celeste.
–¡Increíble! –dijo Raiden fascinado observando detenidamente el artefacto–. Pero ¿es necesario?
–Además de su gran poder, los combatientes del Mundo Exterior usarán una poderosa magia –explicó Liu Kang pacíficamente–. El amuleto nivela la balanza.
–Ah, como en Shuumatsu no Valkyrie –soltó Adelina.
–Ten cuidado, Raiden –habló Kung Lao–. Podrían herirte ¡O matarte!
–Creo que es mucho extremismo –dijo Daniela.
–Nunca murió ni resultó herido de gravedad ningún participante del torneo –apaciguó el dios y apoyó la mano en el hombro del campeón–. Jamás enviaría a mis campeones a un combate mortal. En siete días partiremos hacia la capital del Mundo Exterior, Sun Do. El torneo será en el palacio de la emperatriz Sindel.
Tras la victoria de Raiden como el campeón de la Tierra, todos fueron a celebrar temprano. Bebieron y se sirvieron una gran cantidad de comida, incluso, se quedaron mirando el medallón. Mariano y Daniela quisieron tocarlo, pero los recibieron pequeñas chispas de electricidad. Ante eso, los dos salieron a buscar algo de sus aposentos, mientras Adelina los acompañaba en su carrera. El dúo llevaba cargadores portátiles, la pelinegra se le escapó una risa y los acompañó en su locura.
Volvieron al gran salón y le pidieron a Raiden que disparara un pequeño rayo hacia los cargadores. Tras cumplirle la petición, sus rostros brillaron cuando sus celulares mostraron que cargaban. Bautizaron a Raiden como “Cargador humano” y también “Esclavo”, los demás luchadores no pararon de reírse ante esa pequeña acción y las caras de niños de Adelina, Mariano y Daniela.
Durante el gran banquete, repleto de exquisitos platillos y variedades de aromas. Muchos maestros de la academia fueron a felicitar a Raiden por su nuevo título y aconsejar a los demás luchadores que acompañasen al campeón en todo lo que pudieran. Se marcharon a altas horas de la noche, riéndose y cansados por el agotador día.
Luego de asearse, Adelina encendió su vela preparándose para dormir. Acomodó su cuerpo en las sábanas y antes de apoyar la cabeza sobre la almohada, agarró la daga nórdica y volvió a estudiarla sin sacarla de su funda. La mujer del féretro apareció pocas veces en la estadía de Adelina y eso la relajó. Cuando se presentaba, la observaba fijamente para luego desaparecer, se manifestaba en algún reflejo para desvanecerse al instante y otras veces, escuchaba susurros. Los sueños dejaron de ser frecuentes hasta ser un mal recuerdo.
Poco a poco, los párpados de la joven comenzaron a pesarle y poco a poco su visión se volvió borrosa. Los ojos de Adelina se cerraron y pudo sumergirse en el mundo de los sueños.
“Adelina caminó por el lugar oscuro, el mismo de hace tantos sueños, pero esta vez no solo había muertos sino también lobos que miraban fijamente a la joven. Los ojos verdes y brillantes de los canes se movían con cada movimiento de la chica y los muertos no emitían ni un solo ruido. Mientras la joven avanzaba se corrieron para que vea ahora a la mujer del féretro sentada en su trono hecho de hueso y músculos en estado descompuesto.
Parecía dormida y estaba acompañada por siete lobos a su alrededor que analizaban a la muchacha. Los demás se inclinaron ante la mujer y la única en pie fue Adelina. Se fue acercando con más cuidado hacia el trono y pudo escuchar mejor las respiraciones relajadas de la mujer. De repente, los muertos comenzaron a susurrar alabanzas:
–Salve la diosa Hela. Salve su carne y sangre. Larga vida a su poder y grandeza.
Los susurros se convirtieron en gritos más y más fuertes. Las voces le dieron escalofríos y como siempre, los sonidos de los huesos crujir y contorsionándose. Las alabanzas cesaron, dejando solamente los ruidos de los huesos y la mujer se levantó, gritó del dolor y sus lobos se pusieron de pie.
–Los ladrones se esconden tras títulos y lujos. Heredera y elegida, elegida y heredera, debes usar el poder de la familia que fue despojada –se acercó contorsionándose aún más y Adelina se alejó, pero los muertos le detuvieron su retirada, reteniéndola fuertemente con sus manos cadavéricas–. El orden fue alterado, corrompido, perturbado e invertido y los responsables deben pagar con sangre. Mi carne debe reestablecer la balanza y el juicio. Garm y los lobos de Armenia serán tu canto de guía y el camino al reino será la prueba definitiva.
La mujer se arrastró y extendió su mano derecha tatuada hacia Adelina, mientras que uno de los lobos la miró fijamente como queriendo decirle algo. En el instante en que la mano de la mujer tocó la de Adelina, sintió el dolor de los tatuajes hechos en Arctika y la invadieron visiones.
Unas manos ocultando dos reliquias sumamente importantes. La mujer del féretro siendo encerrada, gritando y luchando con su poder para librarse. Un recién nacido llorando en los brazos de un hombre. Un bosque de hierro oxidándose al instante. Una balanza romperse en pedazos. Un palacio que con el pasar del tiempo se iba cayendo a pedazos, invadido por el polvo y las telarañas. Una vez más, la mujer apareció.
–Heredera y elegida, elegida y heredera, ayúdame. Reestablece el orden.
#mk x reader#smoke x reader#tomas vrbada x reader#tomas x reader#mk1 x reader#heredera del infierno#liu kang mk1#raiden mk1#johnny cage mk1#tomas mk1#mk1#tomas vrbada#kenshi takahashi#mk1 kenshi#mortal kombat
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Día 31: Fantasy AU/Mundane AU
Fandom: Wednesday TV 2022
Relationship: Wednesday Addams & Enid Sinclair
Words: 1,387
Resumen:
Enid es una fotógrafa que necesita inspiración para su trabajo y sale a caminar por una avenida bastante peculiar. Se encuentra con una mujer que casualmenteya fotografió
Para este último prompt escogí el AU Mundano.
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Enid sujetó un montón de fotografías mientras estaba ordenando una caja que tenía en su estudio y a medida que las iba revisando, recordaba el tiempo en que fueron tomadas.
—Esta sin duda es mi favorita—. Enid la agitó mientras la sostenía entre su pulgar e índice. Las demás las dejó encima de su escritorio y sus pensamientos se llenaron de imágenes de esos años, entre los que destacan; encuentros, conversaciones y malos entendidos.
Hace 10 años aproximadamente.
Enid Sinclair estaba sufriendo una crisis nerviosa, producto de varios motivos; el rompimiento con su novio, su mejor amiga, Yoko se mudó a otro país hace unos días y su primer mes de trabajo estaba siendo peor de que se imaginó, eso influyó en la calidad de sus fotografías las cuales no lograban capturar el concepto que ella tenía configurado en su mente al momento de dar clic en su cámara analógica.
Superar este momento crítico, podía tener varias soluciones; cambiar su estilo de cabello, compras impulsivas de ropa, quedarse en el departamento que alquila y comer un montón de helados, mientras ve películas o recorrer la ciudad para despejar su mente.
Su opción fue la última, por eso que está caminando por la ciudad sin tener un destino en específico, solo se dejaría llevar por su intuición y si se perdía ella no tendría problema en encontrar la dirección correcta, porque confía en las indicaciones que obtendría de la aplicación del mapa de su celular.
Caminó por horas hasta encontrar una pequeña plaza, perfecta para un merecido descanso. Se sentó en una de las bancas que estaba vacía, y desde su mochila sacó una botella de agua, dando una gran sorbo, lo suficiente para saciar su sed. En otro bolsillo está su cámara digital, dudando por unos instantes si sería conveniente tomar algunas fotos, ella finalmente se decidió por probar diferentes ángulos, lo mejor de todo es que puede ver el resultado de inmediato.
Revisó las fotos que aún están almacenadas porque eran sus favoritas, así que se animó a probar suerte.
Observando hacia qué lugar podría favorecer la luz y los edificios que rodeaban el entorno, Enid presionó el botón de disparo después de ajustar la imagen en la pantalla LCD. Fueron varias fotografías, luego agarró su bolso y caminó unos metros e hizo otra serie de tomas. Sin revisarlas de inmediato, Enid se sintió más aliviada, por lo que volvió a su departamento. Desconocía el hecho que en una de sus tantas fotografías hubo una protagonista inesperada.
Cada día que tenía algo de tiempo libre después de asistir a reuniones con el equipo creativo de la revista, recorría algunos sectores que descubrió el día después de estar solo caminando al azar.
Hoy fue el turno de una avenida que tenía algunas características bastantes especiales, pues estaba cerca; un hospital, un centro psiquiátrico y al final un cementerio. Enid solo tenía curiosidad, porque según lo que vio en el sitio web del mapa digital de esa zona, estaba adornada por grandes árboles y la infraestructura de los edificios, se entrecruzan entre góticos y victorianos.
Al inicio de la avenida todo era común y tomó varias fotografías, solo en la mitad de su camino se encontró una pequeño parque y descansó unos momentos.
—¿Cuánto más debo caminar para encontrar el cementerio?— Enid se quejó en voz alta.
—También hay una morgue—. Enid se sobresaltó porque estaba segura que no había nadie cerca cuando hizo el comentario acerca de quién fue la idea de congregar esos centros de salud con la última morada de cualquier ser humano.
—¿En serio?— Enid se sorprendió por la información que le dio la desconocida, pero también por su timbre de voz atrayente y poseer una belleza particular, destacando las pecas en sus mejillas.
—Nunca daría información errónea a ningún turista—. La mujer respondió con una seriedad absoluta.
—Gracias por la aclaración, sin embargo te equivocas al suponer que soy turista, soy fotógrafa profesional—. No es la primera vez que alguien la confunde con una persona que viaja a otro lugar por un corto tiempo, cuando ella estaba fotografiando.
—Un pequeño error—. La mujer vio a la fotógrafa por segunda vez en menos de una semana, por eso se acercó a ella.
—¿Cómo sabes que hay una morgue?— A Enid le intrigaba saber más acerca de eso que seguir conversando acerca de la equivocación de confundir un pasatiempo con su profesión.
—Trabajo ahí—. Respondió brevemente.
—¿¡Qué!?— Enid apenas podía soportar ver esos programas médicos solo porque no mostraban sangre, así que no podía entender cómo aquella desconocida tendría un trabajo en un lugar como ese.
—Sí, soy médico forense—. Si ella sabía la profesión de la mujer de ojos azules, ¿por qué no diría la suya?
—Vaya, nunca había conocido a alguien que trabajara en un sitio así—. Enid de alguna forma parecía que esa profesión estaba acorde con la mujer.
—¡Que honor ser la primera!— Hizo una pausa. — Wednesday Addams.
—Enid Sinclair—. No sabía si estrechar su mano o darle un beso en la mejilla, así que mantuvo su cámara fotográfica en sus manos y mantuvo su mirada en el rostro de Wednesday.
—Enid, ahora sabes que antes de llegar al cementerio está la morgue, deberías ver la fachada es realmente…— Wednesday no pudo terminar su frase, porque su celular comenzó a sonar. — Si me disculpas tengo que contestar—. Wednesday se alejó y respondió la llamada que solo duró 20 segundos. —Debo volver al trabajo, un placer conocerte… al fin— terminó su despedida susurrando sus últimas palabras.
Enid se golpeó la frente con su palma, porque perdió su oportunidad de acompañarla con la excusa de comprobar qué tipo de fachada tiene su lugar de trabajo. Si la seguía podría confundirla con una acosadora.
Wednesday caminó con un ritmo constante, sin demostrar la emoción que la invadía por conocer finalmente a la mujer que casualmente vio hace algunos días. No me reconoció. Ella creyó que Enid la había buscado después de tomar fotografías de ella. O solo no las revisó.
Wednesday agotará todos los medios para reencontrarse con la fotógrafa.
Enid no logró seguir conociendo esa avenida, porque la luz no era la adecuada para las fotografías en blanco y negro. Sin otro lugar al que ir esa tarde, regresó a su departamento.
___________________
Los siguientes encuentros fueron en lugares aún más comunes. En una cafetería, luego en un concierto de una cantante que estaba en el auge de su carrera, en el estacionamiento de un centro comercial. En cada una de esas reuniones intercambiaban anécdotas e información acerca de sus futuros proyectos o en cómo había sido su niñez y adolescencia aunque Enid prefería no saber exactamente cuáles eran los procedimientos que debía realizar Wednesday para sus informes acerca de la causa de muerte. Enid le comentaba acerca de su elección de ser fotógrafa, hasta que un día ella tuvo un desliz.
—Yo...— Se ruborizó profundamente porque esa confesión debía ser en otro lugar, con otras palabras, no por contradecir a Wednesday, con respecto a esa sesión de fotos en la que Enid descubrió casualmente hace unas semanas que fue la figura central.
—El sentimiento es completamente mutuo—. Wednesday no iba a desperdiciar esta oportunidad. Sujetó cálidamente sus mejillas, acercándose a Enid, hasta que sus labios tenían una ínfima separación, la cual Enid suprimió. Su beso en un principio fue torpe, no encontraban la armonía adecuada, sin embargo a medida que fueron capaces de imbuir sus sentimientos en este gesto, se convirtió finalmente en un beso francés.
Cuando se separaron Enid tuvo una petición y Wednesday accedió a repetir el beso, porque sería un excelente recuerdo del inicio de su relación.
En la actualidad.
—Mon amour, ya es tarde—. Wednesday se acerca y le da un beso en la mejilla. Enid se sobresaltó al notar que estuvo divagando por varios minutos, cuando solo quería encontrar esa fotografía en especial.
—Perdí completamente la noción del tiempo—. Wednesday al ver la fotografía sonrió e imitó la pose. Enid profundizó el beso, gastando varios minutos en esa demostración de amor que llevan profesando tantos años.
—Ven, te ayudaré a cambiarte—. Wednesday entrelazó sus manos y caminaron hasta su dormitorio.
Enid Addams debía prepararse para la presentación de apertura de su exposición de fotografía en una de las más prestigiosas galerías de arte de la capital del país.
___________________
Gracias por leer este último prompt del Flufftober 2024. Agradezco sus lecturas, ayudan a seguir manteniendo un buen ritmo de escritura
Este año tuve más complicciones para escribir y relacionar las ideas que tenía en mi mente con los textos que finalmente publiqué.
Por último, espero que el próximo año, para este mes ya tengamos la segunda temporada de Wednesday y tener mejores ideas para el Flufftober.
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Pasó un año desde que saqué esta foto, un año de ese momento hermoso dentro del caos.
Esa mañana fue una de las más tristes. La angustia, el miedo, la desesperación y la soledad me golpearon toda la noche; intenté comunicarlo y buscar ayuda pero no encontré a nadie. Así que estaba solo yo conmigo misma, como lo estuve el 95% de las veces que me sentí así.
Hay algo empoderador en aprender a manejar tanta mierda sin ayuda. Sé que puedo darme el confort que necesito aunque me sienta morir de soledad.
Me levanté, armé una mochila con agua, comida, abrigo, una lonita, un libro, los auriculares y me fui a la playa. Eran las 10 de la mañana y el sol brillaba más fuerte desde septiembre, el frío se había empezado a ir. Así que estaba lo suficientemente cálido como para poder usar shorts y chapotear en el mar. Me descalcé, fui a la orilla y dejé que me mojara. Me metí hasta que el agua me llegó a las rodillas y me quedé parada mirando el horizonte.
Hay algo en la inmensidad del océano que se me hace tan tranquilizador. Tal vez porque me recuerda lo inmenso que es el mundo y lo pequeñas que son nuestras vidas (y nuestros problemas). Tal vez porque si estás lo suficientemente adentro podés mirar al horizonte y no ver nada más que mar y cielo, nada creado por el ser humano, ninguno cerca, es naturaleza pura.
Mientras las olas se acercaban a mis piernas me imaginaba que era una metáfora de cómo diferentes situaciones llegan a nuestras vidas acarreando emociones, cuando nos golpean se siente fuerte y puede dejar marca pero eventualmente pasan y al llegar a la costa (su fin) son más pequeñas, más suaves. Nada es permanente.
El agua estaba tan fría que ya me veía los pies rojos así que volví a la mantita que había preparado sobre la arena, me puse los auriculares y escuché "Devil in disguise" de Elvis Presley (porque no hay canción más perfecta para un día de playa soleado), comí una pera muy dulce, leí Rayuela, escribí lo que sentía y cuando me quise dar cuenta ya me sentía mejor.
Otra vez me había salvado sola; bueno, no tan sola, con la ayuda de la naturaleza, de Elvis y de Julio Cortázar.
"Aquel que se ama a sí mismo lleva el paraíso consigo a todas partes."
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"La tienda de helados de nightmare"
Historia publicada en Wattpad
Contiene Nightcross, si no te gusta el ship eres libre de no leer esto.
La alarma empezó a sonar muy temprano en la mañana, eran las siete y el sol apenas se estaba asomando por la ventana de una habitación monocromática, todo era de los colores blanco y negro, además de unos tonos de morado que se encontraban en algunas cosas de ese cálido lugar.
De una bola de sábanas salió la mano huesuda de un esqueleto que con toda la flojera del mundo apagó el sonidito que ya se estaba haciendo irritante, se sentó en la cómoda cama, tirando las brazos hacia arriba, sus huesos crujieron por el movimiento después de estar tanto tiempo sin moverse, su cuerpo estaba un poco entumecido.
Se levantó por fin, empezó a vestirse lentamente, para después bajar por unas largas escaleras hacia el living, tenía puesto su uniforme, un poco arrugado por como lo metía en su armario siempre que lo acababa de usar.
Ya en la cocina, prendió la pequeña cocinilla que tenía por cocina, hace poco se mudó de la casa de sus padres y le a costado poder independizarse pero hace más de tres semanas que no iba a comer la comida de su madre o a pedirle dinero "prestado" a su padre.
Se hizo unos simples huevos revueltos, los comía por mientras que miraba cosas en su celular y hacía tiempo para ir a su universidad, en Twitter estaban funando a una persona por mensajes racista por mientras que al mismo tiempo que pasaba eso una persona se burlaba de otra persona por su cuerpo defendiendo se con la escusa del humor negro, algo asqueroso y cobarde a su parecer.
Se canso de leer tanta estupidez junta, para pasar a fijarse en la hora, 7:50 a.m, ya iba tarde, se paró rápido de la silla para ir a buscar su mochila con sus útiles ya arreglarlos.
De camino a la universidad esperaba encontrarse con su amigo epic, el siempre lo esperaba para entrar juntos pero hoy fue la acepción, no lo encontró en todo el largo camino a su gran universidad, no se preocupo, seguramente ya había entrado o se había quedado dormido, no era la primera vez que le pasaba y seguramente no será la última.
La campana ya había sonado, empezó a correr hacia la puerta que ya se estaba cerrando, ahí un señor ya mayor lo veía con gracia, por suerte le dejo pasar sin mayor problema, al llegar a su sala, una cabra bien vestida estaba poniendo sus cosas en la mesa de profesores, me quedé quieto en la puerta esperando que me dijera algo por llegar unos minutos tarde, pero eso nunca llegó, en cambio me hizo un gesto con la cabeza indicando que me sentará dándome una sonrisa cálida cuando pase al lado de ella.
Y ahí estaba mi gran amigo epic, riéndose de mi por llegar tarde, cómo si el nunca lo hiciera.
Me acomode más en mi silla y puse atención en la profesora que ya empezaba a dar su clase, esperando que el tiempo pasara rápido y pudiera irme a mi casa.
-------+-------
Ya era la última clase, unos minutos antes de que sonara el timbre y por fin poder irnos, no se me hizo tan largo como espere, con las bromas y juegos de epic cada clase se alivianaban bastante, todos lo agradecían de alguna manera.
Aunque no fueron tan duras las clases pasadas este se podía considerar la peor de todas, cada que la teníamos terminamos muertos de cansancio, y como no, si tener a undyne de profesora de educación física no era poca cosa, nos hacía correr por todo el colegio hasta que no podamos más, ni mi compa el epic se atrevía a decir un chiste en su clase porque si lo hacía tendría que hacer más que todos.
Siempre que terminamos nos vamos a tomar algo fresco en el quiosco cercano al colegio, ahora solo estamos esperando el sonido del timbre para irnos arrastrando hacia la salida.
Y tal cual paso, el mismo sonidito de siempre dió paso a la lucha para ver quién salía antes de esa cárcel, con personas corriendo por esa puerta que se hacía pequeño en estos momentos, los únicos que no corrían era el curso que acababa de sufrir el infierno y que caminar lo hacía mil veces peor, además de esos grupitos que caminaban cómo modelos y se creía aesthetic.
Cross se junto en la entrada con su ya conocido amigo, según el para ir a comprar alguna bebida como siempre hacian.
-lo siento bro, pero tendrá que ser otro dia- se llevó la mano en el pecho fingiendo estar triste y arrepentido, se notaba el sarcasmo de lejos, cosa que hizo reír a cross
-y eso a qué se debe?- al monocromático le extrañaba que el tuviera algo más que hacer además de estar con el, si le era sincero solo lo veía como un npc muy raro en su vida y le era raro ver qué su amigo tenía una vida aparte.
-tengo que hacer algo super importante...-
-y...que es?-
-no puedo decirlo...-se le quedó mirando fijamente sin moverse ni un centímetro.
-ok señor misterioso, yo me voy a comprar algo, pásala bien haciendo su cosa súper secreta- se despidió con la mano y se fue caminando hasta el negocio, esperaba que ya no esté tan lleno como siempre está cuando recién salen todos, ese era un lugar muy transcurrido por los estudiantes por la variedad de cosas que tenía.
Por mientras que dejaba solo a epic, este miro para el suelo y empezó a pensar en voz alta - no siguió preguntando que es...- hizo un pequeño puchero hincandose para abrasar sus piernas y seguir mirando al suelo -bueno... Lo superaré, algún día-
--------+--------
El negocio estaba cerrado.
Ahora no sabía muy bien que hacer, se pondría ir a su casa pero realmente quiere tomar algo, algún helado o bebida, cualquier cosa, pero nada de eso tenía en su casa, se quedó pensando un rato, tratando de pensar a dónde ir ahora.
En su mente se mostró la imagen de un carrito de helados que siempre estaba en la plaza a la vuelta de la universidad, ahí era la única opción, solo tendría que caminar un poco más.
Así lo hizo, no era tan largo como recordaba, en un momento ya estaba estaba al frente de esa plaza que poco a poco se iba llenando de niños que acababan de salir de clases, en ese momento ese diminuto carrito no era capaz de atender a la cantidad de niños que se amontonaban para comprar un rico helado artesanal.
Un chico bastante grande estaba atendiendo a los niños que se peleaban por los diferentes sabores, espere a que se fueran, sería demasiado inmaduro ir cuando hay niños tratando de comprar, ese chico me miró fijamente examinando me de arriba a abajo, trate de no hacer contacto visual con su gran ojo rojo que se movía de un lado a otro viendo todo a su alrededor.
Me hizo una seña con la mano para que me acercará, yo extrañamente le hice caso enseguida sin pensarlo mucho, al estar ya lo suficientemente cerca de el pude escucharle decir.
-puedo pedirte un pequeñin, enanin y minúsculo favor?- asentí rápidamente sin dejar de mirarlo, el me tomo de las manos dándome algo - enseguida vuelvo!- se empezó a alejar a rápida velocidad, en mi mano tenía una cuchara de helados pero en mi mente solo tenía muchas preguntas diferentes, una pequeña niña se me acercó y tiró de mi chaleco.
- me da uno de fresa?- me mostró en su manita unas monedas no sabia muy bien cuantas eran pero eso no importaba, sus pequeños ojos se iluminaron cuando asentí
Supongo que ese señor quiere que lo cobra un rato en su trabajo, quizás si no llega pronto pueda sacar un poco para mí.
En un santiamén ya todos los niños tenían su helado, algunos de chocolate otros de fresa, cada uno con algo diferente pero todos se veían felices.
Otra vez pudo ver a ese esqueleto pero ahora no estaba solo, caminaba junto a un ser hecho de una baba extraña o eso creo que era, solo puedo decir que tenía cara de no haber dormido hace mil años, además que estaba encorvado y vestido como vagabundo o con ropa de Balenciaga, la línea entre esos dos era muy delgada.
Ese chico me saludo con la mano y corrió hacia mi, reteniendose apenas al tomar mucha velocidad.
-gracias por eso, realmente tenía GANAS de ir al baño...por qué me miras así? que sea un esqueleto no significa que no puedo ir al baño- el se rió por su comentario, y miro a su nuevo acompañante -ah, el es nightmare por si a caso-
Le iba a preguntar cuál era su nombre, pero no me dió tiempo ya que ese esqueleto llamado nightmare hablo primero
-que te e dicho de dejar tu puesto con un extraño?-
-que no lo haga si parece marihuano porque le puede poner algo a los helados?-
-sip, eso mismo, me puedes decir porque lo hiciste igualmente?-
-porque el no parece marihuano?-
-que te e dijo de juzgar a las personas por su apariencia, puto clasista-
-perdon, no tengo ninguna escusa, pero realmente hizo un buen trabajo- la baba viviente miro el carrito y a los niños, todo estaba en orden, no pareciera que hubiera pasado algo malo en su ausencia -lo máximo que pudo hacer es robarse un poco de dinero o helado pero eso lo hacemos todos-
-tienes razon, oye que te parecería trabajar de heladedo?-
Si quieres leer alguna historia de algún otro ship, no dudes en comentarlo y yo lo escribiré, realmente amo escribir aunque no lo hago muy bien, así que cualquier cosa no dudes en decirla.
Está historia continuará, así que sigueme para no perderte la!
Segunda parte: 2
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Les presento a mi nuevo amigo Manchas o Manchitas de cariño es del tamaño perfecto. Había querido tanto un peluche de apoyo emocional y ahora encontré a manchas creo que el podría ser perfecto, estoy pensando en hacerle un pequeño arnés con una pequeña mochila para guardar pequeñas cosas. Díganme si les gustaría que compartiera el proceso y patrón para hacer su propio arnés para peluches, en el que puedan poner pequeños parches o incluso una correa para llevarlo más fácil a todos lados.
#agere blog#sfw agere blog#age regression#autism#actuallyautistic#agere boy#safe age regression#actually chronically ill#nonbinary#actually disabled#safe space#sfw interaction only
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high infidelity (Enzo Vogrincic x Fem! Reader)
Capítulo 1: https://www.tumblr.com/analisword/742694471701037056/high-infidelity-enzo-vogrinc-x-fem-reader?source=share
Capítulo 2: https://www.tumblr.com/analisword/742809931904925697/high-infidelity-enzo-vogrincic-x-fem-reader?source=share
Capítulo 3: https://www.tumblr.com/analisword/742966287515402240/high-infidelity-enzo-vogrincic-x-fem-reader?source=share
Capítulo 4: https://www.tumblr.com/analisword/743085967194390530/high-infidelity-enzo-vogrincic-x-fem-reader?source=share
Capítulo 5: https://www.tumblr.com/analisword/743445192395423744/high-infidelity-enzo-vogrincic-x-fem-reader?source=share
Capítulo 6: https://www.tumblr.com/analisword/743445481826451456/high-infidelity-enzo-vogrincic-x-fem-reader?source=share
Capítulo 7:
Alana sintió aquél familiar calor recorrerle la nuca en cuanto escuchó la puerta de la sala cerrarse, usualmente ella y Enzo se intercambiaban mensajes durante el día, él solía invitarle a que tomara cosas del refrigerador si es que ella lo necesitaba y ella le daba ánimos cuando el chico se quejaba una y otra vez sobre tener que sentarse durante horas a que le hicieran el maquillaje para las grabaciones, sin embargo, después de la situación del otro día, Alana se había tomado el fin de semana entero sin pisar el edificio ni poner sus dedos sobre las teclas de la computadora.
Intentó escribir en su propia casa, pero no funcionó.
No lo veía ni había conversado con él desde aquél día en el que Enzo había besado su cuello, los recuerdos de aquella noche profanaban su mente más de lo que le gustaría admitir: Antes de dormir, al despertar, en la ducha, de camino al departamento de Enzo, cuando Sebastián la miraba, todo el tiempo.
Guardó la laptop en su mochila y salió del estudio, se había preguntado cientos de veces durante el fin de semana si su relación con Enzo cambiaría de alguna manera después de lo que había sucedido, lo menos que quería era que su amistad se fracturara, y aunque sabía que no había estado bien la manera en la habían terminado aquella noche, no pensaba dejar de hablarle o escribir en su departamento, claro, siempre y cuando Enzo pensara igual.
—Hola—Enzo la saludó animosamente en cuanto la vio ingresar a la sala, el peso imaginario que cargaba en sus hombros desapareció del cuerpo de Alana—. ¿Te gusta la comida thai?
—Es mi favorita.
—Bueno, eso tenemos en común—dijo él acomodando las cajas en la pequeña mesa de la sala, había algo íntimo en comer con Enzo ahí y no en el comedor o en la cocina—. Pero es vegana, obvio—apuntó.
—Lo supuse.
Alana se sentó en el suelo y apoyó la espalda en los pies del sillón.
—¿Comes así siempre?
—¿Cómo?—preguntó Enzo con la boca llena de fideos, se veía adorable y Alana rió.
—Pues aquí, en el suelo—dijo tomando una de las cajas de comida.
—Eh, usualmente comía afuera después de grabar—dijo él una vez que tragó su comida—. Llevo meses viviendo acá y la primera vez que comí en el departamento fue el día de la pizza—sus mejillas se tornaron rojas, Alana no supo descifrar si era por la información que acababa de brindarle o por recordar aquella noche.
—No te creo—se burló.
—¡Es la verdad! Siempre como afuera, se me da fatal cocinar.
—Bueno, esa ya es otra cosa que tenemos en común.
—Si viviéramos juntos probablemente moriríamos de hambre.
—Lo último que he hecho desde que vengo acá es morirme de hambre—replicó Alana mostrando el gigantesco plato lleno de fideos y tofu, Enzo soltó una carcajada.
Una calidez agradable invadió su pecho, era un alivio que continuaran su amistad justo donde la habían dejado, Enzo no parecía tener intenciones de mencionar lo del beso en el cuello y ella tampoco pensaba hacerlo, estaba bien, podrían vivir del recuerdo.
—Entonces…—dijo él jugando con su comida—. ¿Cómo te has llevado lo de escribir?
—Genial—respondió—. Te digo que el lugar que preparaste para mí es mágico.
—¿Me dejás leerlo?—preguntó él con ojos suplicantes, Alana bajó la mirada, se sentía avergonzada, siempre le había dado vergüenza que la gente leyera lo que escribía antes de que fuera publicado, pero por alguna razón con Enzo era diferente, quería que la leyera, saber su opinión.
A veces se sorprendía a ella misma pensando qué pensaría Enzo después de leer ciertas líneas.
—Si quieres—murmuró ella elevando los hombros, queriendo no mostrar mucha importancia.
—¿De verdad?—gritó emocionado, Alana rió y asintió.
—Quiero leerlo ahora.
—¿Ahora? Estamos comiendo—replicó.
—Y quiero leerlo a papel—alzó las cejas.
—No traje papel.
—Acá tengo yo, anda, decí que sí.
—Bueno, está bien—dijo ella tan emocionada como Enzo por la reacción que había tenido—. Pero hasta que terminemos de comer.
—De acuerdo—resopló.
Alana lo miró fijamente, nunca se había imaginado lo divertido y espontáneo que era, claro que lo había visto un par de veces en entrevistas o cosas así, pero no tenía idea de la energía que emanaba, la mayor tiempo estaba contenida, Enzo era una persona bastante tranquila, pero podía ser una ola de emociones cuando se le daba la gana.
—¿Y de qué va?—preguntó él minutos después.
—¡Enzo!
—¡Sólo quiero saber de qué trata!
—Ya sabes…dragones y esas mierdas—respondió Alana.
—¿Dragones y esas mierdas?—preguntó Enzo riéndose con el mismo tono de voz que ella había empleado.
—Sí—dijo ella.
—Bueno, suena bien.
Después de comer, Enzo se adentró con ella al estudio, abrió el armario y sacó de ahí la impresora.
—Debí conectarla desde antes que comenzaras a escribir aquí—se regañó a sí mismo, Enzo colocó la impresora en el escritorio y se apartó, dándole oportunidad a Alana de volver a sacar tranquilamente la laptop, conectarla y buscar el archivo del manuscrito.
—La historia va algo lenta—le advirtió—. Digo, apenas es el inicio, son apenas unas 60 páginas yo creo—dijo ella abriendo el archivo, ¿desde cuándo sus manos habían comenzado a sudar?
—Alana—la nombró con tono apelativo—. Sólo dejáme leerlo.
—Bueno—dio imprimir y en menos de 2 minutos el pequeño bonche de hojas estaba listo, Enzo estiró la mano para tomarlo, pero Alana lo hizo primero.
—Damelo, es mío—dijo él.
—¿Ah sí?
—Sí, dámelo—en un dos por tres se lo arrebató de las manos, era obvio que eso sucedería, Enzo no sólo era más alto y grande que ella, también mucho más ágil.
—Regrésamelo—replicó Alana, de pronto se sentía muy nerviosa.
—¿Por qué te ponés así?—dijo él riendo, ahora Enzo tenía el brazo estirado sosteniendo las hojas mientras que Alana saltaba una y otra vez intentando atraparlas.
—¿Así cómo?—preguntó casi fuera de aire.
—Toda roja y enojada, parecés perro chihuahua—se carcajeó alzando más el brazo.
—¡Devuélvelo! ¡Volveré a escribirlo!—gritó.
Enzo dejó de reír y se llevó las hojas a la espalda.
—¿Decís eso en serio?
—No…sí.
—Lana, no tenés que escribirlo de vuelta, estoy seguro que es genial.
—¿Cómo me llamaste?—preguntó Alana con una mano en el pecho, intentando recuperar su respiración.
—Ay, ya, toma—dijo él devolviendo las hojas—. Si no querés mostrarlo, está bien.
—Me dijiste Lana.
Enzo rodó los ojos y se puso colorado, ¿estaba nervioso?
—Me gusta, es lindo—dijo ella aferrando las hojas en su pecho.
—Bueno, ya.
—Ten—le entregó las hojas—. Puedes leerlo, pero con una condición.
—¿Cuál?—preguntó de manera apenas audible.
—Tienes que ser sincero al respecto, ¿de acuerdo? Si te lo confío es porque pienso que serás honesto conmigo.
—Sos la mejor—dijo él tomando las hojas—. Gracias—antes de que Alana pudiera hacer o decir algo más, el chico depositó un beso en su mejilla y salió del estudio, dejándola hecha un lío.
˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖
Alana no recordaba haberse sentido así de feliz desde que se había mudado a Sevilla poco más de dos años atrás, sabía que la responsable de esa felicidad era la paz que la rutina que había establecido desde un par de semanas atrás le brindaba.
Ella despertaba temprano, se alistaba, desayunaba con Sebastián y se iba directo al departamento de Enzo a escribir durante todo el día, en las noches Enzo volvía de grabar, siempre con deliciosa comida vegana que comían como desesperados, conversaban durante un buen rato, hablaban sobre cualquier cosa, sus respectivas vidas en México y Uruguay, películas, otros libros, sus hermanos y temas banales, la mayor parte del tiempo lo hacían tirados en el suelo o mientras Alana imprimía lo que había escrito durante el día, Enzo había mantenido su promesa, era completamente transparente con ella y aunque la mayor parte adoraba lo que ella escribía y la llenaba de elogios, también arrugaba la nariz o negaba con la cabeza cuando leía algo que no le parecía, Alana lo cambiaba únicamente si lo creía necesario.
Cuando se le hacía muy de noche Enzo la llevaba hasta casa, otras noches, cuando ambos se encontraban muy cansados, ella simplemente se iba por su propia cuenta.
Funcionaban bien juntos, cada vez mejor.
Alana tragó un poco del huevo que Sebastián había preparado y una arcada la sorprendió, tuvo que tomar el vaso de agua y darle un trago rápidamente para intentar borrar el sabor.
—¿Pasa algo?—preguntó Sebastián al notar su reacción.
—El huevo sabe mucho a huevo—dijo ella sacando la lengua asqueada.
—Pero qué tontería, si es huevo, obvio sabe a eso—dijo él riendo.
—Está como más fuerte el sabor, ¿no? ¿los hiciste diferente?—preguntó ella intrigada, desde días atrás los desayunos de Sebastián no le sabían tan bien como antes, se preguntaba si había cambiado algo en su método de preparación.
—Los hice igual que siempre—dijo él—. Sabes, he notado que has estado comiendo menos, de seguro tienes un bicho en el estómago—dijo apuntándola con el tenedor.
Alana tragó más agua, era verdad que desayunaba más ligero, no porque quisiera, si no porque la comida en casa ya no le sabía bien, se estaba acostumbrando a la comida del refrigerador de Enzo y a lo que él llevaba de cena.
¿Y si era eso?
Nunca se había interesado mucho por la comida vegana, pero ahora que la había probado, se daba cuenta que cada que comía algo de origen animal el sabor era demasiado fuerte.
—¿Has pensado ser vegano?—preguntó Alana con curiosidad, Sebastián frunció el ceño al escucharla.
—Claro que no, es una tontería.
—Hay comida muy rica—aclaró.
—Eres la persona menos indicada para decir eso, comes tu carne casi cruda.
—Hace mucho que no—replicó.
—Como sea, nunca sería vegano. Y espero que tú tampoco.
—¿Por qué no?—preguntó.
—Es malo para la salud, no obtienes los suficientes nutrientes—respondió Sebastián con tono de obviedad para después darle un sorbo a su Coca-Cola.
Eran las 9 de la mañana.
—Hay suplementos, para la proteína y eso—dijo Alana jugando con su desayuno, de pronto el apetito se le había ido.
—Nah, no funciona, ¿de dónde estás sacando esas ideas?—preguntó el confundido.
Irónicamente, él era mucho más delgado que Enzo, estaba segura que si se hacían uno de esos estudios costosos de composición corporal, Enzo resultaría más sano.
—Ya, de ningún lado—dijo ella parándose de la mesa—. Gracias por el desayuno.
—No comiste nada.
—Como algo en el camino—es decir, iba a atacar el refrigerador de Enzo.
Sebastián murmuró algo.
—¿Qué dijiste?
—Nada.
—¿Qué dijiste? No escuché.
—Nada, que ya ni los huevos que hago te parecen.
Alana rodó los ojos, no le apetecía discutir a esa hora de la mañana.
—Tengo que irme ya.
—Yo te llevo.
Alana frunció el ceño, el chico no se había ofrecido en llevarla durante semanas.
—No.
—¿Por qué no?
—Porque he estado yendo sola, no pasa nada—dijo nerviosamente, no quería que Sebastián supiera dónde vivía Enzo.
—Anda, yo te llevo—insistió.
—No, está bien—dijo Alana sacando las llaves de su bolsillo y guardándolas en la mochila—. Voy al baño y me voy.
Alana fue al baño y se echó agua en la cara, ¿era hora de contarle a Sebastián dónde había estado escribiendo en realidad? No, seguramente se pondría furioso, no quería ni imaginarlo.
—Ya que no comiste nada te guardé unas cosas en la mochila—anunció Sebastián claramente dándose por vencido con la idea de llevarla.
—Vale, gracias—Alana agradeció con una sonrisa fingida y salió de lugar.
Durante el camino a casa se Enzo se estuvo preguntando una y otra vez si era momento de contarle a Sebastián la situación, pero no podía convencerse así misma de hacerlo, sabía que se pondría furioso, tal vez ella no debió de permitir que esto se extendiera tanto sin que él supiera, pero si le hubiera dicho la verdad desde un principio, seguramente Sebastián hubiera hecho un drama, lo menos que quería es que su novio arruinara su amistad con Enzo, se sentía entre la espada y la pared.
Negó con la cabeza varias veces, más tarde pensaría qué hacer, probablemente incluso lo hablaría con Enzo, Alana abrió la mochila buscando sus llaves, no las encontró.
Se detuvo en seco, recordando como Sebastián le había dicho que le había echado comida, no había sido capaz de sacarle las llaves del departamento, ¿cierto?
Alana volvió a rebuscar sin obtener éxito, lo único que había en su mochila era su laptop, cargador y los contenedores de comida de Sebastián.
Alana sacó su celular y le marcó rápidamente.
—¿Qué mierda?—soltó cuando Sebastián contestó.
—Si quieres las llaves, ven por ellas y yo te llevo hasta la oficina—dijo desde el otro lado de la línea.
—Estás loco—replicó—. No puedo creer que hayas hecho esto, tuve que tomar un taxi para venir hasta acá.
—¿Por qué no quieres que sepa dónde escribes?
—Porque no es de tu incumbencia, Sebastián.
—Eres mi novia.
—Y este es mi lugar seguro—se sorprendió a ella misma diciendo.
—Ven por las llaves.
—No me las vas a regresar a menos que te diga dónde queda la oficina, ¿cierto?—preguntó con ira.
—Me conoces mejor de lo que yo a ti.
—Pues vete a la mierda—le colgó.
Apenas lo hizo, como por arte de magia, Enzo le llamó.
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Una bien merecida bicicleta!!!
Nova estaba feliz, sus notas habían subido y como papá le habia prometido hoy irían por su ansiada bicicleta.
Mamá había llamado a Wyatt para que se acercará a la tienda y así pasar el día juntos. Era increíble lo pegajosa que estaba Zoe con Wyatt, y es que tenerlo fuera de casa, aunque solo fuera unos metros, la ponía en un nivel de intensidad algo elevado.
Zoe: Mi niñooo !! estás más delgado!!
Wyatt: Pero mamá si me viste hace un par de días, como voy a estar más delgado?
Zoe: Que si, ven aquí, que nadie te cuida como yo.- dijo mientras se abalanzaba a sus brazos.
Wyatt: Mamaaa! que nos ve todo el mundo!! - dijo rectificando rápidamente al ver los pucheros de su madre al escuharle- que es broma, ven aquí anda !! - y la devolvio aquel cálido abrazo .
Se veían super graciosos desde fuera, o eso le parecía a la pequeña rosita que les miraba con adoración.
Nova: Eres un poco malo!! Debería colgarse de tu espalda cual mochila para que aprendieras!! Jiji!!
Wyatt: Tú si que eres un trasto enana, ya sabes que bicicleta vas a elegir???
Que pregunta era aquella?? Claro que lo sabía!!! Lo que no sabía es como iba a disfrutar de su premio, si no tenía ni idea de montar en bicicleta
Nova: Obvio!!! Sin duda la ROSA!! Pero , alguien me ayuda?? Mamaaaa!!!
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