#micro cuento en español
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mikazuki-juuichi · 2 years ago
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Diciembre 2022, extras.
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Lo último que alcancé a leer y ver antes de concluir el último mes.
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LIBROS
- Los hijos de los días. Eduardo Galeano.
365 breves anécdotas históricas que se transforman en micro-cuentos por arte de la prosa de Galeano. Ha sido una compañía idónea para el año.
PELICULAS
- Cerdita. (España, 2018. Dir. Carlota Pereda)
Cortometraje español que posteriormente fue ampliado a largometraje. Una historia tremenda de acoso y venganza.
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En total:
- 59 libros, 33 en español, y 26 en inglés.
- 46 películas.
- 39 series de televisión.
- 2 Webcomics concluídos.
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follame-apolo · 2 years ago
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Las flechas de Eros se clavaron en tu pecho por completo, atravesando tu corazón con sus puntas doradas, pero aún así, fue imposible hacerte sucumbir ante el amor.
Continuaste tú camino como si nada hubiese pasado, como si no te hubieses perdido en la misma fuente que Narciso. Como si no fueras tampoco el fruto de la semilla de la manzana dorada de Troya.
Las musas van detrás de tus pasos, recogiendo las hojas que se escapan de tu libreta, guardado cada suspiro al cielo que emites y buscando con su mirada lo que tus ojos parecen que ansían de ver.
Apolo y Artemisa se preocuparon cuando no te vieron nunca más pasear por sus templos, pues ni el Sol ni la Luna pudieron encontrarte de nuevo.
Nix te buscó por las infinidades del cielo nocturno, el que había sido antiguamente tu hogar. Perséfone removió el Lete entero por si de casualidad tu pequeña alma quedó varada alli.
Ni siquiera en el inframundo te pudieron hallar, y eso que fue el lugar donde naciste.
Hermes intentó enviar el mensaje de tu desaparición por todo el Olimpo, pero antes de que pudiese mediar palabra, el olvido hizo efecto en su memoria.
Algunos piensas que eres unas de las tantas estatuas de Medusa, otros dicen que te marchaste con los vientos de Eolo.
La leyenda después de tu partir dice que estás encerrado en la caja de Pandora, esperando para ser liberado nuevamente.
Dioniso fue quien te vio por última vez, pero no puede recordarlo por la embriaguez. Tan sólo pudimos encontrar tu vieja coronal de laurel...
Nuestro pequeño niño criado entre los dioses, ¿qué pasó contigo?
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letras-temporales · 4 years ago
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-locuerdo
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vaquero-espacial2 · 4 years ago
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En la teoría
Qué fácil que es el desamor en la teoría. Nos armamos con planes y esquemas para nada pragmáticos. Nos hacemos de mapas conceptuales y líneas de tiempo para olvidar. Bebemos pensamientos lógicos y soñamos ideas frías. Trazamos una parábola analizando escenarios. Plasmamos pasos a seguir. Fechas. Horas. Hasta latidos de corazón por minuto permitidos al día.
Pero en la práctica, en la práctica todo, todo, es diferente. No hay mapa conceptual que nos socorre. No hay línea de tiempo que nos alivie. No hay lógica, ni racionalidad, ni análisis, ni procedimientos, ni tres carajos que nos ampare ni nos consuele.
En el desamor nada queda que no duela. Duelen los pasos. Duele la ropa. Duele el lugar vacío de la cama. Duele el aire. Duele la voz. En el desamor no hay prevención. Todo es sorpresa. Todo es desgracia. Todo es infierno.
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Esperé, porque cuando uno quiere no importa el tiempo, uno no hace excusas.
-A mess
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manzanacuadrada · 4 years ago
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Pequeñita niña, vives en un mundo demasiado grande, demasiado turbulento. Tu pequeño corazón debe ser escondido, o será comido. 
— Cántame para dormir, L. Andrea.
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buscando-letras · 5 years ago
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Si un día tú fuiste mi país, hoy Chile es mi segunda patria.
Resiste Chile!, Brenda Ramírez.
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caos-mentales · 6 years ago
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Chico de mil preguntas.
Me dicen el chico de mil preguntas, tal vez debería ser de las inseguridades. Por que siempre estoy con un montón de dudas en mi mente. ¿Lo haré o no?, ¿Té quedaras? , ¿Me amas? ¿Que sientes por mi? Siempre una pregunta, para cada inseguridad. Tal vez necesito que alguien me lo recuerde a cada momento, para no insistir con mis tonterías.
Probablemente por eso la gente tiende a irse de mi vida a salir corriendo por la puerta, antes de atormentarles con las mil y un preguntas. Me siento como un niño, que apenas conoce el mundo, yo estoy aquí insistiendo como si no conociera el paisaje desolado del desamor. Con su río de lagrimas, sus arboles de memorias y la tierra yerma con los cadáveres de aquellos valientes que se quedaron en el intento de amar. Solía haber alguien que me encontré por estas tierras, una hermosa chica, qué venia del otro extremo.
Nos encontramos en un punto medio, ella venía cargando un pasado en la espalda con el que siempre se atormentaba. Poco a poco trate de adentrarme, sin embargo ella era fugitiva del amor, así que siempre corría y yo iba siempre detrás con mis preguntas. Algunas veces las respondía otras tantas las evadía hasta qué un día no fue más y me quedé aquí a hablar con las paredes. Escuchando los ecos de mis palabras y lo tontas que sonaban. ¿Por qué todos huyen? ¿Por qué sera que todos corren? Sin respuestas estoy aquí hablando con el viento, con el sol y la luna, pero no parezco interesarles, solo soy yo, el chico de mil preguntas.
Infernal wings
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auraalaide · 6 years ago
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Microcuento: El silencio
A mi vista estás ausente, pero a mi corazón no. Se supone que es silencio, pero él mismo me susurra tu nombre recordando el sabor de tus labios, sé que en mi vida estás pero no todo el tiempo.
Disfruto de tu presencia y respeto tu ausencia. Es gracias a esta última que puedo valorarte mejor, pues mi mente nunca logra hacerle justicia a la belleza de tu cuerpo y la pureza de tu alma. Luego de que vuelves a mi lado puedo volver a conocerte: eres mejor de lo que recordaba, y me amas mejor de lo que puedo explicar, mejor de lo que me lo platicaba el silencio, por que él y sólo él lograba hacer que tocara de nuevo tu alma con mi imaginación y sintiera el calor de esos brazos.
Termina con nosotros.
El silencio termina con nosotros, termina conmigo llevándome con sus olas a mis pies esos detalles tuyos que te hacen tan significativo en mi vida, esa luz tuya repartiendo paz por todos lados, esas miradas que valen más que todo lo que podrías decir... o más bien dicen más de lo que se puede expresar.
Las palabras no me bastan, pero no las necesito.
Junto a ti, el silencio es paz, y tus ojos, esos ojos que siempre brillan cuando me ven, llegando más allá... en esos ojos tuyos entendí lo que es el amor.
Aura Alaíde
Death King
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gagodines · 5 years ago
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Memorias sin autor.
Solemos creer que tenemos control sobre nuestro ser o nuestra mente, pero no nos damos cuenta que en realidad nuestro cerebro es quien nos controla. Creemos que tenemos el poder de dominar nuestro sentimientos, cuando en realidad, es nuestro cerebro quien maneja los niveles de distintas hormonas destinadas a hacernos sentir de cierta forma. En realidad nuestro cuerpo es solo una carcasa, una máquina de conversión de energía, un sistema de mecanismos que permiten la sobrevida del cerebro. Puede que suene algo frío o incluso desalmado, pero esto no nos hace aún más iguales entre nosotros, incluso a otras especies animales. Diferentes carcasas con un mismo objetivo, sobrevivir. Es raro pensar de esta forma, soy uno de esos cerebros, escribiendo sobre esta enferma situación de utilizar carcasas para sobrevivir. Significa que me auto describo?, Busco auto definirme?, Necesito darme cuenta de lo que realmente soy?, quizás llevamos demasiado tiempo viviendo dentro de estas maquinas convertidoras de energía, que olvidamos que somos realmente y comenzamos a aceptar esta carcasa como propia. Yendo aún más allá, puedo definirla como propia?. La verdad ya no se que pensar, ni si quiera se si alguna vez pensé o solo fueron monólogos autocomplacientes. Quien esta escribiendo realmente esta memoria?.
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rtquintana03 · 6 years ago
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Permíteme conocer cada espacio de tu piel.
— Rt
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follame-apolo · 2 years ago
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Con el paso del tiempo,
nuestros ojos volvieron a reencontrarse con los del otro
aunque nos costó un poco de tiempo reconocernos.
Primero nos vimos desde lejos
y lentamente nos fuimos acercando.
Ambos quisimos hablar
pero antes de poder mediar palabra
nuestros labios uniéndose hablaron por nosotros.
Volví a acariciar tus mejillas,
cálidas,
como el calor de un hogar.
Volviste a acariciar mis mejillas,
frías,
como una mañana de invierno.
Vuelvo a perderme en tu mirada
estrellada,
como siempre.
Vuelves a perderte en mí mirada,
desértica,
como estuvo siempre.
Volví a escuchar tu voz,
similar al canto de los ángeles.
Volviste a escuchar mí voz,
similar a los truenos caer.
Que manera tan graciosa tiene la vida de unir a dos jóvenes
que son como estaciones.
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noir-doppel · 6 years ago
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Condenado por mis ideas.
¿Que es lo que nos define como seres humanos? Creo que una de las respuestas más acertadas a tal pregunta es «la conciencia». Más allá de nuestra fisionomía, el que podamos pensar genera una gran brecha entre todas las especies y los humanos, sin significar un desligue del reino animal. Además, las ideas -nuestras ideas- nos dan identidad tanto como especie, como individuos; nos diferencian de nuestros pares y configuran nuestro actuar en cierta medida.
La razón de la exposición que antecede estas palabras es introducirlos a un suceso en el cual una idea -aquello que considero esencial en todo ser humano- me ha llevado a una gran miseria. Si soy sincero, nunca pensé que mi persona se vería envuelta en un acontecer tan desgraciado, menos aun por una idea de una naturaleza sumamente extraña. Desde pequeño se me consideró alguien bastante normal y con poca imaginación. Sin embargo, esto no evitó que cayera en la más decadente de las situaciones, arrastrado por ideas irrisorias y estúpidas. Entenderé a aquellos que duden de la veracidad de mis palabras o mi salud mental, yo mismo he puesto en tela de juicio mi actuar más de una vez acudiendo a especialistas para verificar qué era lo que fallaba en mi mente, pero nadie ha podido esclarecer mi condición, relevándolo a un simple arrebato de conciencia, aunque dudo que esta explicación sea factible ¿Cómo puede una persona pasar aproximadamente 5 años de su vida pensando que puede volar?
Si soy sincero, me es imposible decir una fecha medianamente exacta de cuando comencé con esta idea. Mucho menos la razón por la que nació en mi mente, sin embargo, inolvidable es la sensación que tenía mi cuerpo al pensarla. Comenzaba con un hormigueo en mi nuca, como si cierta electricidad estuviera pasando por ahí, luego se extendía por todo lo que yo «entendía» como mi cerebro. No era desagradable, al contrario, el placer se adueñaba de mí en esas instancias, haciendo que profundizara mis pensamientos en busca de tal sensación. Luego, pasaba a un estado de letargo inmensurable. Mi cuerpo se sentía ligero y pesado a la vez, existiendo dos seres que representaban mi ser; uno perteneciente a la carnalidad, conformado por huesos y carne, condenado a las sensaciones, a la automatización del movimiento; y otro que viviera dentro de este, como si fuera el contenido de un cascarón, compuesto de sentimientos, pensamientos e ideas. El primero era el que pasaba a estar ligero, la expresión física de mi ser se volvía libre al expulsar lo que yo interpretaba como mi mente, ya no respondía a deseos irracionales, sino sólo a necesidades físicas; era libre de mi avaricia, lujuria y gula. Las primeras veces esto fue incomodo, ya que no reconocía quien era «realmente» ¿Cuerpo o mente? Compartí en esas instancias algo parecido a la paradoja del barco de Teseo, lo cual provocaba horas de cuestionamientos existenciales, pero terminaba por caer en conforte luego de unas cuantas horas. Ya con meses de pensar constantemente en la idea de volar, se me hizo habitual este sentir. En esos momentos, el vuelo era distinto al que se tiene en sueños o cuando se intenta imaginar cómo sería. Desconozco si todos los seres humanos compartimos esta capacidad o si la sensación es siquiera parecida; mi experiencia se basa en una sensación corpórea, el viento golpeando mi cuerpo, rozando mi rostro y pasando entre mis dedos. Pero cuando entraba en el estado que intento describir era distinto, ya que me desligaba de mi cuerpo, la percepción que tenía se asimilaba al vértigo, podía sentir la altura, más bien lo alto de la altura. Al terminar estas «sesiones» -por llamarlo de alguna manera- la vuelta a mi cuerpo era dolorosa, no solo de manera física. Me sentía bien en el cielo, y saber que volvería a estar condenado por la gravedad, me sumergía en tristeza y frustración. Era libre en mis pensamientos, en mi mente, en mis ideas, pero en la realidad era prisionero de mi cuerpo.
Nunca exterioricé mis pensamientos sobre volar, pertenecen a mi y nadie más. Cuando era sorprendido abstraído por mis pensamientos y preguntaban «¿En qué piensas?», respondía de la manera más trivial y genérica posible, y procuraba que el tema al que podía inducir mi respuesta fuera lo más alejado de lo que ocurría en mi mente. No era tanto por el miedo del «qué dirán», sino más por miedo a perder el placer que causaba en mí la idealización de volar. ¿Sería lo mismo si alguien más disfrutara de esta experiencia? Sé que es un punto de vista sumamente egoísta, pero ¿Qué quieres que haga? Hay cosas que se deben disfrutar por uno mismo y nadie más, cosas que ni siquiera se comparten en pajera, como el cepillo de dientes. Y esta idea, el querer volar, es una creación propia, realizada nada más que con mi mente, sin ayuda. Sé que mi esposo lo entenderá, él también piensa como yo en ese sentido, aunque ahora mismo me arrepiento no compartir con alguien mis planes, quizás no era necesario dar motivos, pero tenía miedo de las preguntas, de que me arrinconaran y soltar todo lo que tenía en mente -en mi mente- y que fuera arrebatado de la exclusividad de mi pensar. Ese miedo es el causante de mi muerte próxima.
Nunca pensé en que concretaría mi deseo, cada vez que terminaba uno de mis «trances» me encontraba atribulado por saber que nada de eso era real. No obstante, durante una noche de verano un sueño significó el impulso que me llevaría a intentarlo. En este, me encontraba en una de las montañas del distrito, es de las menos visitada por los turistas -sobre todo en estas fechas-, por lo que me parecía ideal para intentarlo. En la cima, una explanada que daba a un acantilado con la suficiente altura para emprender el vuelo, servía como pista de despegue. Mi cuerpo adquiría movimiento de manera automática, en este sueño era un mero espectador contenido en lo que representaba mi cuerpo. El precipicio se acercaba a una velocidad exponencial, no sentía temor, era un estado de adrenalina. Al llegar al borde, en ese mismo instante, el sol terminaba por ocultarse en el horizonte; no hubo esfuerzo alguno por mi parte, simplemente estaba volando gracias a unas alas que no había notado hasta ese instante. Impresionado por la facilidad de mi vuelo, comencé a mirar a todos lados, parecía un sueño lucido, de esos cuya diferenciación con la realidad resulta del todo difícil, sin embargo, sabía que no era real. Al despertar, supe inmediatamente el significado de las imágenes vistas mientras dormía; era hora de volar.
Días más tarde me encontraba investigando aquel monte, era idéntico hasta el más mínimo detalle, solo que ahora podía mover mi cuerpo. Los preparativos no eran excesivos, me tomó un par de semanas tener todo listo, además de unos cuantos días más para calcular la hora exacta del atardecer. En cuanto a implementos, reuní comida y agua para poder esperar el tiempo que fuera necesario. Las ansias aumentaban en mí, el pasar de los días se volvía más lento y tortuoso mientras más cerca estaban del que escogí para hacerlo. Se sentía como un péndulo con una hoja afilada que baja de manera casi imperceptible para cortar tu cuerpo en dos, cambiando completamente mi forma de existir, asesinando quién soy de forma definitiva, transformando mi ser en lo que creía la cúspide de mi existencia.
Desperté más temprano de lo normal, por lo que aproveché de arreglar unos pequeños detalles que hasta ese día había pasado por alto, como afeitarme o escoger la misma ropa que llevaba en el sueño. A diferencia de los días que antecedieron a este, las horas pasaron a alta velocidad, impresionándome al momento de sonar la alarma que indicaba el momento de partir. El viaje es hermoso, pero también extenuante. Llegué 35 segundos antes de lo planeado a la cima, dejé mis cosas en un tronco derribado, aún faltaban 47 minutos para el atardecer. Me encontraba en un estado de ímpetu sumamente profundo, deseaba alcanzar lo que tanto he anhelado.
Ya era el momento, posicioné mi cuerpo de manera perfecta tal y como lo estaba en el sueño. Al ver cómo el sol comenzaba a tocar el horizonte sentí la pérdida de control en mis movimientos, mi cuerpo ya no me pertenecía, era propiedad de la naturaleza, del destino, de mi deseo. Sin que yo pudiera hacer algo, mis piernas iniciaron la carrera hacia el borde a una velocidad que nunca pensé podría alcanzar. Mis pies dejaron el suelo en el mismo instante en que el sol desaparecía; un segundo después, una especie de membrana unía mis brazos con mi torso, probablemente no era algo hermoso de ver, pero para mi lo fue, ya que significaba mi forma real, era la exteriorización de pensamientos que devanaron mi cerebro durante años. Finalmente lo era… o eso pensé.
Fue una experiencia extremadamente corta, de unos 10 o 20 segundos como mucho. Sin previo aviso, «las alas» que obtuve se deshicieron. Mientras caía en picada hacia los árboles, mi mente no era capaz de procesar lo que sucedía. Por desgracia, no morí al impactar contra el suelo, causa de las ramas que amortiguaron mi caída, no obstante, mis piernas carecían de movilidad. Tenían esquirlas de hueso saliendo de ellas, con litros de sangre brotando rápidamente, pero el dolor se ausentaba. Pronto fui encontrado por un grupo de guardias del parque, justo a tiempo para ser salvado de la muerte por desangramiento. Nunca volveré a recuperar la movilidad en las piernas, tampoco la sensibilidad. Nadie entendía el porqué de mis acciones, creyeron que era un intento de suicidio. Yo no quería develar la verdad, ahora si temía a lo que dirían, a lo que pensaran; desde mi punto de vista eso era peor que un suicida, pero al negar dar razones coherentes todos dejaron de confiar en mí, todos los que intentaban «ayudarme» se han rendido. Ahora mismo no tengo nada por lo que luchar; amor, felicidad, mi verdadera forma, todo eso se ha perdido y nunca podré recuperarlo. Por eso escribo estas palabras, verán que no quería acabar con mi vida en esas instancias, pero ahora, por mi intento de alcanzar lo imposible, la muerte resulta ser mi último consuelo.
~Doppelgänger. Un ultimo cuento antes de entrar al periodo de examenes.
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leecuentos · 4 years ago
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Quisiera vivir en secuencia, quisiera que el tiempo fuera una línea, pero mi mente me transporta al pasado nostálgico con mucha frecuencia, también me abre ventanas a futuros apocalípticos, atormentandome con destinos distantes. Solo espero que mi tiempo no termine en este caos mental, que el lío temporal se resuelva en presente, que se aquiete en mi mente y que se ajuste al sosiego de la nada.
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Tomate un respiro, suficiente tenemos con tratar de ser una "mejor versión" de nosotros mismos todo el tiempo.
A mess
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mondonguita · 4 years ago
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Un microrrelato o microficción es un texto breve en prosa, de naturaleza narrativa y ficcional que, usando un lenguaje preciso y conciso, se sirve de la elipsis para contar una historia. En Hispanoamérica, es un ejercicio literario muy popular.
Sin duda el microrelato más corto es el del español Juan Pedro Aparicio, titulado Luis XIV:
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