#merodeadores era
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waltzreprise · 2 months ago
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I posted the english translation of my One Shot!! Hope you like it ❤️
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gabihime-jegulusseeker · 1 year ago
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Sirius and regulus normal conversation pt2
Sirius: We literally learned cursive for nothing.
Regulus: Speak for yourself. My suicide note is gonna be fancy as fuck
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bailsgry · 14 days ago
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Ok but how do I find marauders mutuals from my country? Do I put an add somewhere? Can I join an instagram or whatsapp channel? WHAT DO I DO?
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starmoondany · 4 months ago
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THIS SONG IS SO JEGULUS AAAAAA
It's in Spanish but I'll translate it for you ;)
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It's never enough for me
Nunca es suficiente para mí
Because I always want more of you
Porque siempre quiero más de tí
I'll like to make you happier
Yo quisiera hacerte más feliz
Today, tomorrow, always, until the end
Hoy, mañana, siempre, hasta el fin
My heart bursts for your love
Mi corazón estalla por tu amor
And what do you think, that this is normal?
¿Y tú que crees, que esto es muy normal?
You're so used to being loved
Acostumbrado estás tanto al amor
That you don't see, I've never felt like this
Que no lo ves, yo nunca he estado así
If by chance you see me crying a little, it's because I love you
Si de casualidad, me ves llorando un poco es porque yo te quiero a ti
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Nunca Es Suficiente - Natalia Lafourcade.
Listen to it it's beautiful and so sad 😭
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nixnight1 · 11 months ago
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Hay mucho potential en canciones en español para quotear en los merodeadores pero traducidas pierden mucho efecto, necesito hablar con fans que hablen español y escuchen música en español, onda cuarteto de nos
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moxnsmxony · 7 months ago
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A James le dolió el corazón.
Le dolía el corazón porque pensar que Regulus a tan corta edad estaba tan lastimado, herido y ansioso por el futuro le dolía bastante. Regulus tenía 13 años y James tenía 14, pero eso no significa que bueno, tuviera que seguir herido.
Para James el hecho de que Regulus comprendiera tantas cosas a tan corta edad fue un dolor inimaginable, porque si bien Sirius tuvo que madurar muy rápido para cuidar de Regulus, este maduró también muy rápido para cuidar de Sirius.
Sí, Sirius asumía la mayoría de las culpas o trataba de lastimarse y hacer lo que no debía con tal de que tuviera la atención de sus padres en él y no en Regulus, pero Regulus también mantenía un perfil bajo para no equivocarse y que no lastimaran a Sirius porque Regulus sabía que Sirius tomaría la culpa de cualquier error que Regulus tuviera y gracias a eso Regulus se volvió un perfeccionista en todo lo que hacía y a James le dolía bastante porque ambos hermanos no tenían y no debían porque sufrir el dolor de las personas que se supone que deben de cuidarlos y de amarlos incondicionalmente.
fragmento de Fireworks and Rollerblades by mxonsmoxny en Wattpad :)
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dreams-1864kdj · 9 months ago
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I love reading about AU in fanfics, and there are many very common ones like coffee shop, royalty, criminal
But I like AU of mainly Disney movies, such as Mulan, Rapunzel, etc.
My favorite without hesitation is from the movie, Corpse Bride, so I can assure that many of my favorite couples in the future will have a fanfic from this movie.
Jegulus: ha I'm doing it already
Finney Blake x Robin Arellano: In progress.
Jercy: Of course I am
It's funny and sad why canonically at least one of them is definitely a corpse? Maybe that's a requirement?
I could ramble more about the story that would touch the fanfic according to the couple in another post.
(You know backstories so it's not all predictable fanfic for being from a movie, like for example Jegulus would definitely have to do with the Black family).
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anabanks99 · 20 days ago
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Deja Vu (James Potter)
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Summary: Venus Black y James Potter tenían algo especial pero entonces después del campeonato de Quidditch todo cambió.
Advertencia: Angstyyyy, AU
-James-. Venus murmuró sobre los labios del chico haciéndolo retroceder cuando escuchó el cambio en su voz.
-¿Hice algo mal?-. Sus manos se apartaron de su cadera y Venus inmediatamente extrañó su toque tan familiar.
-Debemos decirle...-
James y Venus comenzaron a escabullirse al inicio del curso, después de que durante las vacaciones de verano ambos reunieran el valor suficiente para confesar sus sentimientos.
Sin embargo nadie sabía de sus pequeños encuentros, ni siquiera Sirius, el mejor amigo de James y hermano de Venus.
-Va a odiarme-. Murmuró el chico.
Venus sintió un piquete de dolor en el pecho, sabía lo importante que era Sirius para él pero esperaba que aquello que hubiera entre ellos fuera igual de importante.
Lo único que ella queria era salir al mundo y poder decirles a todos que el chico del que había estado enamorada desde que tenía 13 años por fin estaba con ella.
-Despues del próximo partido-. Prometió James -Cuando ganemos la copa de Quidditch estará tan contento que no le importará-.
(...)
Venus se apartó el cabello húmedo de la frente, no era la primera vez que jugaba en un partido con lluvia pero si era la primera vez que el clima estaba tan horrible.
El viento soplaba tan fuerte que debía sostenerse con demasiada fuerza sobre su escoba y la lluvia le impedía ver las bludgers.
-¡Vee!-. El grito de uno de sus compañeros de equipo le alerto de la quaffle, se acercó al jugador de Hufflepuff y logró quitársela con facilidad.
Viró por los arcos antes de anotar otro tanto, la chica soltó un suspiro de alivio, el trabajo quedaba en el buscador y la copa sería suya.
No pasó mucho tiempo cuando escuchó el silbato de Madame Hooch, eso era todo. Habían ganado.
Tan pronto como Venus tocó el piso fue interceptada por Remus y Peter que alentaban al resto de sus amigos desde las gradas.
-¡Fué increíble! ¡Maravilloso!-. Repetía Peter una y otra vez.
-¡Gracias, Wormy!-.
Entonces sintió un par de brazos en su cintura y luego la calidez del cuerpo de James.
-¡Lo hicimos!-. Le dijo antes de levantarla en el aire -¡La copa es nuestra, Vee!-.
La chica soltó una risa y se abrazo mas a James -Todo gracias a ti, capitán-.
Sirius estaba muy ocupado admirando la copa como para darse cuenta de lo que pasaba entre su amigo y su hermana.
Tal vez James tenía razón, después de ganar no iba a importarle.
(...)
Las fiestas de gryffindor eran legendarias y los merodeadores habían prometido que esta no sería la excepción.
Habían decorado mejor que nunca y tenían un barril de cerveza de mantequilla y varias botellas de whisky de fuego.
-Gracias por acompañarme, Vee-. Peter cargaba un gran pastel en forma de snitch que había olvidado recoger de las cocinas.
Venus había sido lo suficientemente amable como para acompañarlo cuando ninguno de sus otros amigos quiso hacerlo.
-No hay problema, Pete-. Respondió de buen humor Venus, nada podría arruinarlo. Hoy era el día.
Los gritos de los estudiantes se hicieron mas fuerte conforme entraban a la sala común.
-¿Qué le pasa a todo el mundo?-. Preguntó Vee confundida.
La cara de Peter la dejo confundida y cuando siguió su mirada todo se vino abajo.
James sostenía fuertemente la cintura de Lily Evans mientras la besaba con pasión.
-¡Potter! ¡Potter! ¡Potter!-. Canturreaban a coro.
-¿Puedes creerlo, Vee? Al fin se cumplió el sueño de prongs-. Dijo Peter entre risas.
Pero Venus no podía ni contestar.
-¿Vee? ¿Estás bien?-.
Ella salió tan pronto de ese lugar como pudo, sin dar explicaciones y con el corazón destrozado.
(...)
Y entonces James y Lily comenzaron a salir.
Él no le dió ninguna explicación y parecía que era más feliz que nunca.
-Las vacaciones de invierno serán épicas-. Dijo Sirius cuando se levantaron del comedor.
-No iremos con los Potter este año-. Le recordó a su hermano de la carta que recibieron a principios de curso de Walburga Black.
-Como si fuéramos a hacerle caso-.
-Sirius...- le imploró Venus y es que por primera vez en seis años ella no deseaba volver a la residencia Potter.
El camino de regreso a Kings cross sucedió en silencio, por primera vez en muchos años los merodeadores estaban callados.
Tal vez por la resiente luna llena o porque los gemelos Black debían volver a casa o por el corazón roto de Venus.
Tan pronto como el tren se detuvo Venus se levantó a tomar su equipaje. Quería salir y pronto.
-Dejame ayudarte-. El brazo de James rozó con el suyo y por poco se echa a llorar ahí mismo.
-Puedo sola-. Contestó fríamente.
(...)
La honorable casa Black se sentía fría y lúgubre, diferente al espíritu navideño al que estaban acostumbrados con los Potter.
Aún así los primeros días pasaron sin ningún incidente...hasta noche buena.
Venus no recuerda como iniciaron los gritos o los golpes en la mesa, tampoco cuando su hermano lanzo su copa contra la pared.
-¡Eres una desgracia! ¡No se como puedes llevar el apellido Black!-. Los gritos de Walburga eran como dagas al pecho de Venus.
-¡Hubiera preferido ser un muggle que crecer en una familia como esta!-.
Venus se levanto en shock cuando vió a su madre levantar su varita.
-¡Tu deber es con tu familia! ¡Estas con nosotros o en contra!-.
Sirius le dió la mirada mas fría que pudo -Olvida que soy tu hijo-.
-¡Crucio!-.
El cuerpo de Sirius cayo al suelo y comenzó a soltar gritos de dolor.
-¡Ya basta! ¡Fue suficiente!-. Venus trató de acercarse pero Regulus la tomó del antebrazo.
-¡Madre, porfavor!-. Venus trataba de apartar la mirada implorando que se detuviera.
-Eso le enseñará una lección-.
Venus se acercó a su hermano tan rápido como pudo y lo ayudó a levantarse, dió una mirada a la chimenea. Si eran lo suficientemente rápidos podrían lograrlo.
Arrastró a su hermano y tomo los polvos flu tan rápido como le fue posible, murmurando el primer lugar que vino a su mente.
-¡Residencia Potter!-.
Flemont y Euphemia fueron los primeros en verlos.
-¡Mis niños!-. Gritó la señora Potter al verlos en esa condición, Sirius apenas sosteniéndose en pie y Venus temblando del miedo.
Euphemia trato de acercarse primero a ella pero Venus negó -Ayude primero a mi hermano-. Imploró.
-¿Qué sucede?-. Venus giró su cabeza a las escaleras y James entro en su campo de visión... Con Lily detrás de él.
Cuando se dió cuenta de lo que sucedía bajo las escaleras y sin aviso atrapó a Venus en sus brazos.
-Estas bien-. Murmuró -Estas segura, te tengo-. Venus se soltó a llorar y abrazó mas a James.
Euphemia les preparó a cada uno un baño y les llevó ropa limpia del armario que tenían en casa de los Potter.
-Querida ¿Te molestaría compartir habitación con Lily? Se esta quedando en la tuya-. Le dijo la señora Potter cuando le estaba cepillado el pelo. -Te haría bien compañía-.
-Prefiero quedarme con Sirius-. Le dijo sorbiendo su nariz.
Euphemia la miró con pena -Sirius esta con James, puedo poner una cama extra-. Se ofreció.
-Esta bien, me quedaré en la habitación de Sirius-.
Desde que habían comenzado a venir cada merodeador tenía una habitación, estaba la de James y luego la de Sirius. Al final del pasillo la de Remus y enfrente la de Peter.
Luego, junto al ventanal estaba la suya. Que estuviera ocupada por Lily fué otro gran golpe. La había invitado a conocer a sus padres y tal vez desde el inicio de vacaciones cada noche se escabullía para dormir con ella, justo como solía hacerlo con Venus.
Venus despertó cuando sintió la puerta abrirse -¿Sirius?-.
-Soy yo-. La voz de James era apenas un susurro. -Queria asegurarme que estuvieras bien-.
Silencio.
-Venus...- volvió a intentar James.
-Vete-.
Lo sintió a los pies de la cama y Venus solo se aferró mas a las mantas.
-Lo siento... por todo-.
-Es la disculpa más patética que he escuchado en mi vida-.
James se aclaró la garganta con nerviosismo -Quería decirle a Sirius, iba a decírselo y entonces...-
Venus apartó las mantas con furia -¿Entonces Lily te beso?-.
-Venus...-
-Nunca fuí importante para ti, James. Sólo me querías porque no la podías tener a ella-. Su voz comenzo a quebrarse -Hacias conmigo lo que no podías hacer con ella-.
-Eso no es cierto-.
-¿Ah no? Las pequeñas notas entre clase, la manera en la que la tomas por la cadera. Dos besos en la mejilla y luego uno en los labios ¿Te suena?-. Venus podía sentir el enojo en sus venas -¿Le cuentas los mismos chistes? ¿Van a las cocinas por helado?-.
James agachó la cabeza, incapaz de decir algo más -Lo siento-. Él la miró sabiendo que lo que estaba por decir la iba destrozar por completo -Lo nuestro nunca iba funcionar, Venus. Sirius es mi mejor amigo, no puedo.. Lo siento-.
-Sólo déjame en paz-.
(...)
Venus y Sirius no regresaron a la casa Black y cuando un notario llegó a decirles que habían heredado una fortuna de su difunto Tío Alphard Black además de una pequeña casa en el valle de Godric, Ambos decidieron mudarse.
Con el paso del tiempo las cosas se volvieron mas fáciles, a Venus le gustaba la casa y Sirius podía ir a ver a James cada que quisiera.
Para sorpresa de Venus, su antiguo amigo Amos Diggory vivía a unas cuantas casas. Solían hablar cuando estaban en Hogwarts, incluso habían salido a unas cuantas citas pero después de que Amos terminara sus estudios le fué dificil seguirle la pista.
Ahora pasaban tiempo juntos siempre que podían.
(...)
La amistad de Venus y James nunca volvió a ser la misma, eran cordiales pero esa magia que alguna vez existió desapareció por completo.
En su último año en Hogwarts se refugio en la biblioteca y con sus amigos pertenecientes a otras casas, además de las cartas que compartía con Amos.
Y entonces al graduarse de Hogwarts y con un trabajo en el ministerio, Venus comenzó a salir con el Hufflepuff. Con el paso de los años Venus comenzó a ser feliz otra vez.
-Sirius, trajimos comida-. Anunció Venus desde la puerta.
Se giró hacía Amos y sonrió cuando lo vio con nieve en su cabello, se acercó y le paso suavemente la mano.
-Gracias, cariño-. Ella se inclinó y le dió un beso en la mejilla
-¡Sirius!-. Volvió a llamar.
Encontró a su hermano en el sofá, junto a un hombre de espalda ancha y cabello azabache, no lo reconoció hasta que se giró por completo.
Era James Potter.
-Hola, Vee-. Saludo.
-Hola-. Por primera vez lo miró y no hubo dolor, simplemente un recuerdo que guardaba con cariño.
James se acercó sin saber muy bien como saludar y se sorprendió cuando Venus lo atrapó en un abrazo.
-¿Cariño?- Amos llamó desde la cocina -¡Hola, James!-.
James miro entre ambos con sospecha y luego su mirada cayó al dedo anular izquierdo de Venus.
Le había tomado años juntar el valor de recuperarla y ya la había perdido.
-¿Así que te vas a casar?-. Preguntó James después de la cena.
Amos había subido a preparar la habitación de invitados para James, Él era todo lo que Venus había soñado.
-Si-. Contestó con añoranza -En mayo, enviaremos pronto las invitaciones-.
-Que bien-. Venus pudo detectar el cambio en su voz.
-James, tu tenías razón... tu y yo juntos... Nunca hubiera funcionado ¿Lo sabes verdad?-.
El corazón de Potter se encogió -Claro-.
La había perdido.
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valxjournal · 2 years ago
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No dejes veritaserum cerca de los Gryffindor (WOLFSTAR)
La mañana era tan tranquila como cualquier otra en Hogwarts. Con el sabroso desayuno apareciendo sobre las largas mesas del Gran Comedor, generoso con los huevos revueltos, las tostadas con queso y el jugo de calabaza; los alumnos caminando religiosamente hacia sus salones de clase y ningún alboroto por los pasillos; el rocío de la mañana descansando sobre el pastizal y refrescando los jardines. Remus Lupin era el mayor fan de los días así, donde lo más emocionante que podía pasar era que los elfos decidieran hacer muffins con chispas de chocolate en lugar de moras. Así que se sentó con toda la tranquilidad del mundo en su asiento habitual en la mesa de Gryffindor, con una copia del Profeta doblada bajo su brazo. Marlene Mckinnon, que al parecer también había madrugado, le dirigió una sonrisa floja desde el otro lado de la mesa.
—Hola, Rems—saludó la chica, con los mechones rubios acariciando sus mejillas con colorete. Marlene llevó sus dedos llenos de anillos plateados a su cabeza, haciendo todos esos mechones hacia atrás y poder dejar su visión libre. —Madrugador como siempre.
—Para sorpresa de nadie —respondió, dejando el periódico sobre la mesa —¿Pero y tú? Pensé que solo madrugabas cuando hay entrenamiento de quidditch y a menos que alguien haya dejado mudo a James, no lo escuche hablar al respecto.
Marlene soltó una risa que burbujeo entre sus labios. Remus sonrió también y tomo un par de tostadas, pasándole una a su amiga.
—Hoy no es James quien me saco de la cama, si no Lily —le había dado una mordida a la tostada justo después, masticando con lentitud, delatando que, en el fondo, de verdad deseaba volver a la cama. —Me pidió que le ayudara con un proyecto que tiene en mente.
—¿Y dónde está Lily entonces?
—En el baño del segundo piso, le pedí piedad para venir a desayunar algo primero —terminó de explicar y de inmediato devoró lo que quedaba de su tostada. Se puso de pie y tomo un par mas y un muffin gigante con chispas de chocolate. —De hecho, ya tendría que irme, le llevare algo también. Nos vemos Remus.
Le dedicó una ultima sonrisa y salió disparada por la puerta del Gran Comedor, dejando a Remus con una mano alzada y meneándose a los lados para despedirla. Regresó su atención al desayuno, queriendo disfrutar de su paz el tiempo que pudiera.
Para su buena o mala suerte, no fue por mucho tiempo.
—¡Moony, Moony, Moony!
Estaba a punto de morder su tostada cuando un segundo peso cayó sobre él. Ahora tenia a James colgado de su hombro, sonriendo con todos los dientes y resplandeciendo como si no fueran las jodidas siete de la mañana. Tenía puesto su uniforme de quidditch y su escoba colgando en su otra mano. Se sentó a un lado de Remus, todavía sin soltarlo.
—Buenos días, Prongs —saludó con una sonrisa, tomando su vaso lleno de jugo de calabaza y dándole un trago. —Pensé que no habría entrenamiento, me encontré a Marlene más temprano y-
—Ah, esto es solo por diversión —aclaró James, comenzando a llenar su plato con todo lo que tuviera al alcance de su cuchara —, volare un par de vueltas con Sirius.
Remus apretó los labios. Sirius. Tuvo que obligarse a sí mismo a controlarse y no mirar hacia la puerta en busca de esa mata de rizos azabaches y una sonrisa tan brillante como el nombre de su sueño. Porque no sabe cuándo, cómo ni por qué, su cuerpo comenzó a reaccionar a Sirius. Y ahora no podía evitar buscarlo cuando llegaba a una habitación, o mirar hacia su cama cuando se despertaba primero en las mañanas y podía disfrutar del espectáculo que era ver a Sirius Black dormido, o sentir los dedos cosquillear cuando compartían un cigarro y sus pieles se rozaban accidentalmente (aunque no esta seguro hasta que grado es accidente y cuanto es él solo queriendo tocar al chico).
Claramente, esto era algo que mantenía para sí mismo.
Y para Lily, que tuvo que soportarlo como un borracho llorón por su crush unilateral en una de las tantas fiestas donde era espectador de un Sirius coqueto que besaba chicas en el cuarto escalón hacia los dormitorios.
—¿Tan temprano? —pudo responder, volviendo a enterrar a Sirius Black en el fonde de su mente.
El ceño de James se arrugó y cruzó los brazos sobre su pecho, volteando los ojos cual niño en berrinche. Remus tuvo que contener una risa, pero la sonrisa afloró de cualquier forma.
—Los slytherins apartaron el campo hoy, salimos a usarlo a esta hora o ya no salimos.
Después de eso, ninguno dijo nada más y se preocuparon por comer lo que estaba en sus platos. El ruido en el Gran Comedor era únicamente de conversaciones en voz baja, hojas de papel pasando por los dedos de algún estudiante, la platica de Dumbledore con la profesora McGonagall sobre una especie de mancha extraña apareciendo en las paredes del castillo y los cubiertos raspando los platos. Remus se sentía en paz en ese ambiente. Pero algo faltaba. Y ese algo se encontraba entrando por la puerta como una ráfaga de viento, con colores negros y plateados cual borrones.
—¡Moony, aquí estabas! —gritó Sirius, estirando los brazos en el aire y dejándose caer en el mismo lugar que Marlene cuando Remus la vio más temprano. También tenia puesto su uniforme de quidditch y su cabello estaba recogido en un desordenado moño.
Señor. Ten. Piedad. Remus Lupin no era un hombre tan fuerte.
—Hola, Pads.
—Creí que ya estarías hundido en la biblioteca a esta hora, últimamente no te separas de tu querido grupo de estudio —dijo Sirius, con un tono de voz algo amargo pero que no dejaba de tener ese tinte divertido que siempre tenia cuando hablaba del grupo de estudio de Remus.
Hace un par de meses, por mera casualidad, Remus terminó ayudando a un hufflepuff de años superiores (de cuarto año, sí mal no recuerda) a estudiar para algunos de sus exámenes finales. Al chico en cuestión le fue muy bien y más tarde volvió a pedir la ayuda de Remus cuando lo vio sentado en una de las esquinas de la biblioteca terminando el ensayo de Peter, puesto que el chico le pago con una generosa dotación de dulces para hacerlo. Al igual que su enamoramiento por un sangre pura caprichoso, no sabe cómo, cuándo, ni por qué, pero terminó reuniendo a una cantidad considerable de chicos y chicas que buscaban su ayuda en sus estudios. Los suficientes para ser llamados un grupo de estudio que se reunía todos los jueves por la tarde en la biblioteca.
A veces incluso James se había unido. Y Peter, cuando la vergüenza de estar con un grupo grande de personas no le ganaba. Pero no Sirius. Sirius jamás había puesto un pie en su grupo de estudio, salvo para observarlos desde lejos y quejarse de que les quitaba tiempo valioso para hacer bromas.
Remus no lo pensaba de esa forma, así que ignoraba a Sirius la mayoría de veces, incluso si moría por ir hasta él y estirar con sus dedos esa mueca hasta convertirla en una sonrisa.
—Pues no estás muy lejos de la realidad; sí tengo que ir a la biblioteca —anunció, poniéndose de pie mientras volvía a doblar el Profeta bajo su brazo. Observó a Sirius fruncir el ceño. —Pero no por mi grupo de estudio, voy a sacar un libro para mi ensayo sobre gente del agua.
—¿Nos vemos más tarde en la sala común entonces? —preguntó James.
—Por supuesto. Nos vemos, disfruten su vuelo.
Y sin prestar más atención innecesaria que podría poner a su corazón en una posición comprometedora, Remus se dio la vuelta y salió del Gran Comedor hacia la biblioteca. En su camino se topó con algunos fantasmas y miembros de su grupo de estudio, que lo saludaron con una sonrisa amable que el correspondió. Un chico de Ravenclaw, un año abajo que él, incluso le regaló regaliz rojo de fuego. No era su favorito, pero jamás podría decir que no a los dulces, así que lo guardo entre los pliegues de su túnica.
La biblioteca estaba prácticamente vacía, tan temprano como era y en un fin de semana donde el sol brillaba y calentaba todo afuera del castillo de piedra. Así que no le tomó mucho simplemente escoger su libro, pasar con Madame Pince para hacer el papeleo y salir marchando a su sala común. Al pasar por el hueco del retrato, se encontró con solo unos pocos de primer y segundo año jugando un juego muggle que, estaba seguro, alguna vez su madre le mostró. Estaba a punto de acercarse a observar por encima cuando una voz lo llamó.
—¡Remus, por aquí! —se trataba de Marlene, que descansaba en un sillón de dos plazas con Lily al lado. La pelirroja levantó su mirada del pesado libro de hojas amarillas sobre su regazo y la posó sobre el chico desgarbado, sonriendo.
Remus se acercó a sus amigas, dejándose caer en el sillón de enfrente con el libro encima de sus piernas. Sacó su varita y conjuró los materiales necesarios para comenzar su ensayo.
—Creímos que estarías en la biblioteca —dijo Marlene.
—Lo iba a hacer, pero la verdad prefiero estudiar aquí. Es más cómodo —asintió, sonriendo con una calidez que le llegaba al pecho y podía competir con la de la chimenea eternamente encendida a la mitad de la sala, bañando sus rostros con luces anaranjadas bailarinas.
—Eso es muy cierto, además de que hay menos ojos indiscretos, en especial los días soleados como estos —dijo Lily, hojeando de nuevo el libro —porque los idiotas del deporte prefieren quedarse dando piruetas en su escoba o asoleándose en las gradas.
—Oye —gruñó Marlene, fingiendo una mueca ofendida hacia su amiga pelirroja. Lily levantó el rostro otra vez y sonrió con todos los dientes.
—Tú eres una excepción, Marls.
Marlene y Remus rieron.
—Entonces, ¿por qué no te vi en el desayuno hoy? —preguntó Remus, abriendo el libro y revisando el índice. Lily suspiró con cansancio.
—Llevo toda la mañana intentando… algo.
Remus alzó una ceja ante el tono de voz de Lily; nerviosa, como si estuviera ocultando algo. Y como Lily no suele ocultar cosas a menudo, por ende, no es muy buena haciéndolo. Así que Remus de inmediato sabe que la pelirroja tiene algo entre manos y tiene algo que ver con que Marlene estuviera despierta desde tan temprano. Vuelve a cerrar el libro y pone toda su atención en su mejor amiga.
—¿Algo como qué?
Lily lo miró directo a los ojos, en los cuales se podía ver el debate interno entre decir la verdad o no. La chica retomó la compostura y simplemente dejo el libro que tenia en su regazo sobre la mesa, apoyando las manos en él.
—Algo como un secreto. —Lily sonrió de medio lado. —Lo siento, Remus, pero me dirías que estoy siendo imprudente cuando lo único que busco es mi enriquecimiento académico.
—… muy bien, ahora tengo miedo, porque eso es algo que diría James antes de terminar en detención.
Marlene soltó una carcajada al ver como la expresión de Lily cambiaba a una agria al escuchar el nombre de James Potter tan temprano por la mañana. Mientras Lily escupía todo un discurso de porque ella y James son las personas mas diferentes y más poco afines en todo el universo, Remus sacaba el regaliz picante que le habían regalado más temprano, dándole dos mordidas.
Y tan solo tres segundos después se dio cuenta que fue una mala idea.
Una muy mala idea.
Su rostro entero se coloreó de color rojo y su lengua salió, larga e irritada de su boca. Se puso de pie de golpe, dejando caer el libro y agitando sus manos en el aire, como si eso ayudara a disminuir la horrible picazón de su boca.
—¡¿Remus, qué pasa?!
—¡Agua! ¡agua! ¡agua!
Miró para todos lados con desesperación y casi pensó que meterse la punta de la varita a la boca y conjurar un aguamenti era una buena idea, pero un vaso lleno de jugo de calabaza a un lado de Lily fue la solución. Lo tomó sin hesitación y de un solo trago lo dejo vacío.
El ardor en su lengua se fue y el color normal de su rostro volvió. Jadeo como un perro cansado, lleno de alivio y miró a sus amigas para agradecerles, pero quedo congelado al ver las expresiones de pánico deformando sus bonitos rostros.
—¿Q-qué pasa? —balbuceó, volviendo a sentarse.
Las dos chicas intercambiaron miradas y fue Lily la que se puso de pie y sentó a un lado de Remus, tomándolo de las manos. El hombre lobo la miró con una ceja alzada. Qué rayos.
—Remus… ¿cómo te sientes?
—¿Bien…? —la duda escurría en su voz, de pronto confundido por la actitud de sus amigas— supongo.
—Remus —habló Marlene esta vez. Lily la miró con fuerza, como quien mira a un corredor olímpico a punto de llegar a la meta. —¿Qué opinas de los suéteres de pareja que tenemos Dorcas y yo?
—Honestamente, son tiernos y todo, pero simplemente es demasiado embarazoso y, la verdad, a veces hasta siento pena ajena —respondió con tranquilidad, pero apenas termino de hablar se dio cuenta de lo que realmente dijo. Sus ojos se abrieron como la luna llena y su boca se cerró con fuerza. El pánico inundo todas sus fracciones. ¿Por qué había dicho eso?
—¡Lo sabía! —exclamó Marlene, dejándose caer con fuerza contra el sillón. —Tendré que hablar con Dorcas más tarde.
—Remus —ahora fue turno de Lily. Él seguía en pánico y confusión total. La chica observó a todas direcciones para percatarse de que ni un alma estaba prestandoles atención, pero eso no fue suficiente y tomó a Remus de la mano para jalarlo hacia la habitación que compartía con los chicos, Marlene detrás de ellos. Cerraron la puerta de golpe y sentaron a Remus en la primera cama que vieron, que resultó ser la de Peter. —Remus, ¿eres un hombre lobo?
—Sí. —Dijo sin trabas, tan fluido y como si no hubiera confirmado el secreto mejor guardado de toda su vida. Habría entrado en verdadero pánico de no ser porque Lily y Marlene ya lo sabían. —Oh, por Dios…
Lily parecía a punto de volver a abrir la boca y preguntar algo más o quizás explicar que diablos estaba pasando, pero Marlene se le adelantó y saltó frente a Remus.
—¿Quién fue tu primer beso? —preguntó la chica, sonriendo con todos los lentes.
—Fue Peter. —Remus se llevó las manos a la boca. —¡¿Qué mierda?!
—¡Marlene! —regañó Lily a la chica que ahora parecía sorprendida mientras se sentaba en el piso de madera.
—¡Lo siento! —respondió — tenia que preguntárselo, me dejo intrigada cuando no quiso responder en la ultima fiesta.
—Lily, ¿qué rayos esta ocurriendo? —el tono de voz que uso el chico fue bajo, casi letal, mientras miraba a su amiga balancearse de un pie al otro con los ojos brillando en culpa.
—Veras… el “algo” en el que estaba trabajando… era veritaserum ���soltó la bomba, volviendo a tomar aire antes de decir lo siguiente: —… que tú tomaste. Hace un momento.
—… ¿qué?
—Lo que oíste.
Marlene parecía estar muy divertida en el suelo, conteniendo la risa al observar como el rostro del hombre lobo se descuadraba y sus ojos se inundaban con pánico.
—¡¿Por qué estabas haciendo veritaserum?! ¡Está prohibido en la escuela!
—¡Es por el bien académico!
—¡Bien académico mis pelotas! —exclamó, poniéndose de pie y caminando por la habitación como un animal enjaulado —¡¿Qué se supone que haga ahora?! ¡Podría revelar que soy un hombre lobo a cualquiera que se cruce frente a mí!
—Eso no pasara —sentenció Lily, acercándose para tomar las manos de Remus otra vez —, me quedare contigo hasta que la poción pase, para asegurarme de que no reveles nada acerca de tu condición.
Remus aun tenía sus dudas, sin embargo, pensó que no sería tan difícil mantener la boca cerrada. Ya era callado de por sí, sería pan comido. Y Lily y Marlene estarían con él.
Eso pensó.
—Bueno, todo saldrá bien —dijo en voz alta, más para convencerse a sí mismo que para las dos chicas—, solo tenemos que quedarnos aquí hasta que la poción pase.
—Es una buena idea —respondió Lily, sonriendo y tomando asiento sobre uno de los baúles. Marlene la imitó.
Remus estaba a punto de hacer lo mismo, pero la puerta se abrió de golpe, revelando a Mary.
—¡Aquí están! —exclamó mientras entraba a la habitación —Los estuve buscando por todos lados, tengo noticias.
—¿Qué pasa? —preguntó Marlene.
—Tienen que apresurarse para ir a Cuidado de Criaturas Mágicas —dijo Mary, recargándose contra el poste de una de las camas. —Fui a la sala de profesores a dejar unas cosas para McGonagall y escuché al profesor hablar con ella sobre un examen sorpresa. Hoy.
Jodeme, pensó Remus con cansancio.
Siendo los gusanos de los estudios que eran, Remus y Lily no tuvieron de otra que seguir a Mary (arrastrando a Marlene con ellos) y cruzar los dedos porque a nadie se le ocurriera preguntar nada a Remus hoy. Para su suerte, pudo mantener la boca cerrada toda la clase y en cuanto terminaron la clase corrieron de vuelta al castillo. Para tomar su siguiente clase (Remus quería volver a escapar a su habitación, pero su orgullo de estudiante de diez no se lo permitió).
Para la hora del almuerzo, pensó que lo mejor seria alejarse del Gran Comedor, así que bajo a las cocinas por algo de comida y se escondió en uno de los pasillos más desiertos de Hogwarts. Lily se encargaría que encubrir su ausencia en la mesa y se reunirían más tarde. Sin embargo, no contaba con que tenia amigos entrometidos. Uno en específico.
—Moony, ¿qué rayos haces aquí escondido?
Claro que Sirius Black tenía que ser la persona que lo encontrara. En momentos así detestaba haber tenido la idea del mapa.
—Estoy comiendo, claro.
Sirius lo miró con una ceja alzada y esa sonrisa que Remus quería borrarle de un golpe, o quizás un beso, o ambos. El chico se sentó a su lado, dejando sus rodillas rozándose. Remus sintió calentar su piel.
—Aja, me puedo dar cuenta —dijo Sirius con obviedad, mirando fijamente la comida de Remus. —¿Pero por qué estás aquí y no en el comedor con nosotros?
¿Cómo puedo explicar que tome veritaserum por accidente sin parecer un idiota? Pensó Remus, buscando cualquier manera de escapar antes de que por su boca saliera la verdad más vergonzosa que le ganaría un par de semana de chistes y burlas.
Y entonces, ahí estaba. Su salvación caminando con elegancia y túnicas de color verde revoloteando a su alrededor.
—¡Regulus! —exclamó, justo a tiempo, interrumpiendo la vergonzosa verdad. Se puso de pie y miro a Sirius para despedirse, sin embargo, otra cosa salió de su boca —Adiós, Sirius, me gustaría quedarme, pero justo ahora prefiero estar con Regulus que contigo.
El silencio cayó tan pesado como una tonelada de piedras. Remus no podía creer que de verdad dijo eso. Tampoco quería creer que la expresión herida de Sirius era de verdad. Se dio la vuelta y tomo a Regulus del hombro, corriendo por el pasillo lejos de su mejor amigo.
—Eso fue extraño y cruel incluso para ti. ¿Me vas a explicar qué pasa? —habló Regulus, caminando a la par de Remus hasta las mazmorras.
—Lo hare, pero solo porque sé que tu no te vas a reir, ya que tu tomaste amortentia por accidente una vez.
Regulus se alarmó en cuanto escuchó eso salir de la boca del hombre lobo y miro para todos lados, cerciorándose de que nadie lo había escuchado. Luego volvió a mirar a Remus, con enojo.
—Prometiste que no dirías nada —le reprochó—, ni siquiera lo volveríamos a mencionar.
—Créeme, no lo haría, pero justo ahora no tengo control de mis palabras porque tome veritaserum por accidente. —Escupió, recargándose contra una de las paredes de fría piedra y deslizándose hasta quedar sentado.
Regulus lo miró con los ojos abiertos y una pequeña sonrisa incrédula. Se sentó a un lado de Remus y se quedó en silencio un par de segundos.
—¿A dónde van los demás cuando tu vas y te transformas en la Casa de los Gritos? —preguntó de golpe.
Remus de inmediato se llevó una mano a la boca, pero Regulus fue más veloz y, aunque le avergüence admitirlo, fue más fuerte y no pudo cerrar la boca.
—Se transforman en animagos y me acompañan- ¡Mierda!
—¡Lo sabía!
—¡Aprovechado! —exclamó Remus, cruzándose de brazos y mirando en dirección contraria a su amigo.
—Por favor, no podía perder la oportunidad —Regulus se volvió a quedar callado y los dos se sumieron en un silencio que únicamente se veía interrumpido por el sonido del agua que rodeaba las mazmorras. El menor de los Black miró al otro chico por el rabillo del ojo. —Por eso no querías estar cerca de Sirius, ¿verdad? ¿Tienes miedo de confesarle tus sentimientos?
Por supuesto que Regulus sabía de sus sentimientos por el primogénito de los Black. Fue durante una de sus tardes en la biblioteca, donde se juntaban en una esquina y tomaban el té a escondidas de Madame Pince, salvó que ese día en específico, Regulus había llegado con una cara de pocos amigos y una botella de whiskey de fuego dentro de su túnica. Los dos aprovecharon sus insignias de prefecto y se habían pasado la noche en los invernaderos tomando hasta irritar sus gargantas y hablando hasta por los codos de lo que tenía afligido al menor de los Black. Resulta que el pobre Regulus había caído bajo los encantos del estúpido capitán de quidditch de Gryffindor; o sea, nada más y nada menos, que James Jodido Potter. En medio de la bruma alcohólica y el inesperado corazón abierto de Regulus, Remus terminó confesando sus sentimientos por Sirius, recibiendo un pésame en cambio. A la mañana siguiente, los dos regresaron a sus salas comunes con resaca y un lazo fortalecido por la desdicha del amor romántico.
—Sí, exactamente eso —Remus pegó sus rodillas al pecho y recargó su barbilla en ellas. —No quiero arruinar las cosas.
—Personalmente, no creo que arruinarías nada. Pero entiendo tu sentimiento; no creo que confesarte solo por estar bajo efectos de una poción sea lo más… romántico.
Remus giró a verlo con una ceja alzada y una sonrisa divertida jalando sus labios.
—¿Tú, hablando de lo que es o no romántico?
—Déjame en paz —gruñó Regulus —, hasta yo puedo decir algo como eso.
Se quedaron juntos por el resto del almuerzo, hasta que tuvieron que regresar a clases. Para desgracia de Remus, aun tenia dos clases más y una de ellas la compartía con Sirius. Mientras caminaba a la clase en cuestión, se preguntaba que tanto habría hecho Lily como para que la poción tuviera una duración tan larga.
Al llegar, se sentó hasta el fondo, justo al lado de Lily, sin embargo, fue muy consciente de que Sirius se sentó detrás de ellos y tenía la mirada clavada en su nuca. Sería una clase larga, pero sí podía soportar transformarse en una bestia una vez al mes, podía soportar esto. Claro que… no contaba con que Sirius Black de verdad podía ser alguien muy insistente, por no decir, terco. Se pasó toda la clase tirándole papelitos con mensajes a Remus, pero él simplemente no los contestó, temeroso que incluso al escribir no pudiera controlar lo que decía.
Así que simplemente guardó todos los papelitos en su túnica y esperó a que sonara la campana para poder marchar y esconderse entre las cortinas de su cama hasta que fuera capaz de mentir otra vez.
Corrió por los pasillos, dejando atrás a sus amigos, pero escuchando claramente como Sirius lo llamaba a sus espaldas. Finalmente, el chico lo alcanzó, tomándolo por el hombro y girándolo. Remus se sintió morir.
—Moony, ¿cuál es la prisa? —le preguntó, un poco molesto, podía decir. —¿A dónde vas?
No lo hagas, no lo digas, guarda-
—A cualquier lado donde no estes tú.
Soy un imbécil.
No hizo falta estudiar demasiado el rostro de Sirius para darse cuenta de que eso, claramente, lo había lastimado. Sus facciones se vinieron abajo al igual que el agarre en el hombro de Remus. El hombre lobo tenía tantas ganas de abrazarlo, acariciar su cabello y explicarle todo, pero sabía que estaría corriendo el riesgo de confesarle lo que realmente siente. Así que lo único que puede hacer es darse la vuelta y volver a correr lejos, sintiendo como su corazón protesta y se rompe un poco.
Se escondió en los invernaderos por el resto de la tarde, fumando cigarro tras cigarro y pensando en cómo arreglaría las cosas con Sirius. Detestaba lastimar a Sirius, lo único que quería era verlo feliz, porque era todo lo que merecía. Fumó un cigarro más, deseando tener algo de hierba, pero el Hufflepuff que la conseguía para él estaba en la enfermería por un hechizo punzante que salió muy mal desde hace dos días, así que se conformó con que el tabaco adormecería sus pensamientos y la culpa que parecía querer comer su pecho entero.
Cuando el sol finalmente desapareció en el horizonte del Lago Negro, Remus se puso de pie, limpió su túnica y arrastró su miserable cuerpo hasta la sala común, esperando con toda su alma que todos estuvieran dormidos y simplemente poder escabullirse en su cama.
Pero no tenía tanta suerte. Apenas cruzó el agujero del retrato, se encontró con la silueta recortada por el fuego de Sirius. La cabeza del chico volteó inmediatamente a verlo y se puso de pie, caminando decidido hasta él mientras Remus retrocedía un par de pasos.
—Remus… ya es tarde —murmuró Sirius. Parecía que ni él estaba seguro de que hacer.
—Lo sé, me quede fumando en los invernaderos —apretó los labios, se mordió el interior de sus mejillas, pero era como si sus palabras fueran balas de cañón listas para golpear contra sus labios y romperlos—… para esconderme de ti.
El rostro de Sirius se endureció. Pero en sus ojos nadaba la tristeza.
—Entiendo.
—No, no entiendes, te juro que no es lo que piensas —dijo atropelladamente, queriendo borrar esa tristeza de Sirius.
—¿Entonces que es, Remus? —Sirius se había acercado más y había alzado la voz —¿Qué más puedo pensar si llevas todo el día evitándome y me lo has estado diciendo a la puta cara?
—Puedes pensar que todo es un malentendido —dijo, nervioso.
—¿Malentendido? —repitió el otro. De pronto, el enojo que había en su voz se convirtió en un tono lastimero que casi hace llorar a Remus. —¿Acaso hice algo que te molestara? ¿Por qué me evitas?
Lo iba a decir. Sentía las palabras escalando por su garganta y no podía hacer nada para detenerlas. Sin embargo, tapó su boca con ambas manos justo a tiempo; quizás no podía evitar que las palabras salieran, pero sí el que Sirius las entendiera.
Te estoy evitando porque quiero evitar decirte que estoy enamorado de ti.
Pero Sirius no entendió eso, él solo escuchó un montón de balbuceos ahogados. Frunció el ceño y se cruzó de brazos. Aun no se daban cuenta, pero James, Peter y Lily habían bajado las escaleras y observaban todo desde ahí, debatiéndose en si debían interferir o no.
—¿Qué diablos dijiste?
Remus no quitó las manos de su boca mientras las palabras volvían a salir. Estaba quedando como un verdadero idiota, lo sabía, pero no había otra opción. Bueno, en realidad sí la había, que era simplemente decir la verdad, pero no estaba dispuesto a ir por ese camino y arriesgar una de sus mejores amistades.
—¿Puedes hablar claro? —pidió Sirius, ahora un poco molesto. Molesto y herido no era una buena combinación —Esta bien si no quieres pasar tiempo conmigo, pero creo que al menos merezco una explicación, ¿no crees?
—Sí quiero pasar tiempo contigo —dijo Remus, bajando las manos una vez más —, pero no puedo hacerlo justo ahora porque-
—¡Remus no!
Remus no se dio cuenta de en que momento Lily había caminado hasta su lado para taparle la boca en el momento exacto. Él le agradeció internamente incluso si pudo hacerlo por su cuenta. Pero el alivio se evaporó de su cuerpo en cuanto vio el rostro de Sirius. Tenia los ojos rojos y con los bordes brillantes, aguantando las lagrimas y mordiendo la esquina de sus labios, porque temblaba cada vez que sus emociones lo sobrepasaban.
—Está bien. Lo entiendo —dijo Sirius, con la voz rompiéndose al final. —Hasta yo puedo entender cuando no me quieren cerca. No hay necesidad de burlarse.
No. Eso no. Remus no podía permitir que Sirius pensara eso.
Agh, a la mierda.
Se quitó la mano de Lily de la boca y camino para tomar a Sirius de la muñeca antes de que se diera la vuelta y se fuera. Tomó aire y simplemente dejo que las palabras y sus sentimientos se deslizaran fuera.
—Sí quiero que estes conmigo y jamás podría burlarme de ti —dijo—, pero hoy he estado más escurridizo de lo normal porque por accidente tome veritaserum que hizo Lily y no quería terminar confesándote por accidente que estoy loca y perdidamente enamorado de ti, Pads.
Mierda.
De verdad lo había dicho. ¿Cómo es que se respira otra vez? Sentía que el aire a su alrededor se había vuelto denso y pegajoso, ensuciando sus pulmones y poniéndolos pesados, como dos globos llenos de agua. Todos los presentes se quedaron en silencio, procesando las palabras que acababan de salir de su boca tan tranquilo como quien habla del clima. Para nada como si se hubiera confesado a su mejor amigo desde que tiene 11 años. Quiere dar la vuelta y escapar por el cuadro, de vuelta a los invernaderos, o incluso hasta el Bosque Prohibido, pero sus pies parecen haberse fundido con la alfombra. Está atorado. Está acabado.
Siente ganas de llorar cuando por fin se atreve a mirar a Sirius a la cara y solo ve un rostro inexpresivo que le recuerda demasiado a Regulus.
Su cuerpo por fin responde y está por darse la vuelta y huir, pero unos dedos largos y fríos lo toman por la muñeca, le dan la vuelta y de pronto hay una boca encima de la suya, moviéndose con entusiasmo. Y no es cualquier boca. Es la boca de Sirius Black, demasiado entusiasmada de encontrarse con la de Remus.
—¡Lo sabía! ¡Lo sabía! —escucha gritar a James desde las escaleras, emocionado. —¡Peter, no te atrevas a huir, tienes que pagarme!
La boca de Sirius se separó de la suya antes de que pudiera reaccionar de verdad y tuvo que enfrentarse a sus ojos esta vez. Sus ojos, que ya no parecían heridos, y ahora brillaban tan fuertes como el nombre de su dueño. Remus pudo jurar que una galaxia entera acababa de nacer en los ojos de Sirius Black.
—¿Qué…? ¿Qué fue…?
—También estoy enamorado de ti —dijo Sirius, fuerte y claro, sin ninguna duda en su voz. Tenía una sonrisa tan grande que hasta parecía dolorosa. —Loca y perdidamente enamorado de ti, Moons.
—Oh mierda… creo que voy a escupir el corazón —murmuró, llevando una mano a su pecho y sentándose en el reposa brazos de uno de los sillones. Sirius rio y camino hasta él, rodeándolo con un abrazo que dejo el rostro de Remus en su estómago. Remus no pudo hacer más que devolver el abrazo y esperar que esto no fuera otro sueño.
—Por un momento de verdad pensé que Remus preferia al pequeño Black —dijo Mary con tono divertido, mirando a sus dos amigos de brazos cruzados.
Remus se separó del abrazo un momento y giró hacia su amiga.
—No, simplemente fui con Regulus porque él comprende lo de estar enamorado de un idiota. Sin ofender. —Dijo lo ultimo mirando a Sirius.
—No me ofendo —respondió Sirius, demasiado feliz como para darle importancia al insulto.
—Un momento… —la sonrisa de Mary creció —¿De quién esta enamorado Regulus?
—Pues de Jame- ¡NGH!
Apretó sus manos contra su boca con fuerza, pero era demasiado tarde. Regulus lo iba a matar cuando se enterara.
No quiso poner más atención cuando su amigo de lentes se lanzó sobre él a preguntarle un sinfín de cosas. Así que solo tomó a Sirius de la mano y lo arrastró escaleras arriba, abriendo la puerta con magia no verbal y encerrándose entre las cortinas de su cama y unos cuantos hechizos silenciadores.
Por el resto de la noche ya no importaron las palabras ni los efectos del veritaserum, porque su cuerpo solo podía ser honesto ante los besos y las caricias de Sirius Black. Con o sin poción.
Remus jamás estuvo tan feliz de decir la verdad en toda su vida.
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Hace casi un año y medio que no escribó nada, así que estoy un poco oxidada, en especial con el final todo pedorro, sin embargo, espero que haya sido de su agrado <3
siganme si fue así, porque habra más <33
(un saludo especial a los que vienen de tiktok)
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moonyscardigan13 · 1 year ago
Text
This song is sooo angst jegulus coded
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waltzreprise · 16 days ago
Text
Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media
Wolfstar Comfortfest Day 26!!
Prompt: Coming out
I hope you like it <3
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gabihime-jegulusseeker · 1 year ago
Text
wolfstar + regulus
Sirius: Remus and I are adopting a kid!~
Regulus: that's great-
Sirius & Remus*slamming adoption papers on the table* It's you, sign here
(I've seen this trope so much lately and i love it, Sirius and Remus being regulus """parents""" its so funny to me)
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latorredeastronomia · 1 year ago
Text
MAÑANA CANTARE CARDIGAN POR MIS MUERTOS FAVORITOS Y AUGUST POR MI SEGUNDA OPCIÓN FAVORITA 😭😭😭
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wolfstarproyect · 2 years ago
Text
Sirius no deja de leerle los memes de lobos a Remus, él solo está pensando seriamente en tirar a su novio por una ventana
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alwayssnilysworld · 7 months ago
Text
Knowing what he went through, even if I don't really know how he was stripped naked to make fun of it in front of so many people.... How can anyone downplay the importance of this? How can anyone ignore this fact?
And at the risk of getting a lot of hate, I have to ask if the Marauders had done the same thing with one of the Slytherin girls would those people still downplay it? Or is it that because it was Snape, everything is justified?
Sabiendo lo que vivió, aunque no sé vea realmente como lo desnudaron para burlarse ante tanta gente... ¿Cómo alguien le puede quitar importancia? ¿Cómo alguien puede ignorar este hecho?
Y a riesgo de recibir mucho hate, tengo que preguntar ¿si los Merodeadores hubieran hecho lo mismo con una de las chicas de Slytherin esa gente seguiría quitándole importancia? ¿O es que como era Snape, todo está justificado?
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frociaggina97 · 6 months ago
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algo que me MATA me destornilla de la gente que sigue metida en discourse de cierta saga, en especial lo que son los merodeadores y eso, es cuando te tiran son bullies! Wacha no existen son de mentirita encima le hacían bullying a no se ramiro marra o sea era merecido
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