#guerras pírricas
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IMAGENES Y DATOS INTERESANTES DEL 11 DE SEPTIEMBRE DE 2024
Semana Europea del Cáncer de Pulmón, Año Internacional de los Camélidos.
Santa Régula, Apeles Mártir, Santa Teodora, San Paciente, San Pafnucio y San Verano.
Tal día como hoy en el año 2001
El terrorismo más bárbaro y descarnado sacude el corazón de Occidente. Las Torres Gemelas de Nueva York (EE.UU.) son reducidas a escombros al impactar dos aviones de línea previamente secuestrados. El Pentágono también resulta seriamente dañado por un tercer avión secuestrado. Un cuarto avión se estrella en Pennsylvania tras amotinarse sus pasajeros contra los secuestradores. Es el peor ataque sufrido por los Estados Unidos en sus más de doscientos años de historia. El resultado 2.997 muertos y desaparecidos. El terrorismo islamista está detrás de la acción. La respuesta se materializará en una guerra en Afganistán. (Hace 23 años)
1973
En Chile, el general Augusto Pinochet depone de forma violenta la democracia y el presidente constitucional Salvador Allende, que fue el primer líder marxista libremente elegido en las urnas en el continente americano, se suicida cuando no ve salida. Allende dirigió un socialismo democrático, gobernando por medio de elecciones libres y respetando la Ley. Redistribuyó la tierra y, para disgusto de los Estados Unidos, nacionalizó los grandes negocios en manos extranjeras. La CIA (Agencia Central de Inteligencia americana) consolidó una feroz oposición a Allende fundando grupos en secreto y su mano se encuentra detrás del cruento golpe de Estado. (Hace 51 años)
1926
Se produce en Roma (Italia) un atentado contra Benito Mussolini en el que resultan heridos 8 transeúntes y del que él sale ileso. Como consecuencia se cierran los periódicos de la oposición, se disuelven los partidos políticos y organizaciones no afines al régimen y se persigue a sus afiliados y dirigentes, se restaura la pena de muerte y se crean Tribunales "especiales" (compuestos por miembros de la milicia fascista) para la Defensa del Estado. (Hace 98 años)
1766
Mediante Real Cédula, el rey de España Carlos III declara la admisión de los aborígenes americanos a las comunidades religiosas y su aceptación para cargos civiles. (Hace 258 años)
1714
Barcelona se rinde a las tropas borbónicas comandadas por el duque de Berwick. A partir de ahora, el rey Felipe V puede decir que él es Rey de España. (Hace 310 años)
1709
En el marco de la guerra de Sucesión española tiene lugar la Batalla de Malplaquet (actual Bélgica), combate sangriento de gran importancia estratégica. Los vencedores (angloholandeses, comandados por el duque de Malborough y Eugenio de Saboya) sufren el doble de bajas que los vencidos (franceses, comandados por el duque de Villars). En Gran Bretaña esta "victoria pírrica" será aprovechada por los críticos al gobierno, y al mismo duque de Marlborough. (Hace 315 años)
1649
Tiene lugar la toma de la ciudad de Drogheda (Irlanda) por tropas comandadas por Oliver Cromwell con el fin de sofocar la rebelión monárquica irlandesa. Cromwell manda ejecutar a todo el que se halle en la ciudad y ordena quemar la iglesia de San Pedro, en la que se ha refugiado la población civil. Tras este salvaje acto, así como la toma de la ciudad de Wexford unos días más tarde, casi toda Irlanda quedará en manos inglesas. (Hace 375 años)
1541
En la madrugada chilena y por sorpresa, las fuerzas del cacique de Aconcagua, Michimalonco, atacan y destruyen la recientemente fundada ciudad de Santiago de la Nueva Extremadura, hoy conocida como Santiago de Chile. Inés de Suárez, amante de Pedro de Valdivia, ordena degollar a unos caciques presos, para amedrentar a los atacantes. Muchos de los atacantes huyen despavoridos cuando tenían la victoria al alcance de su mano. (Hace 483 años)
1297
En la Batalla del Puente de Stirling, las tropas inglesas mandadas por John de Warenne sufren una contudente derrota por parte de los escoceses de William Wallace y Andrew de Moray. Tras esta victoria, William Wallace gozará del reconocimiento de la nobleza escocesa. (Hace 727 años)
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México: La guerra contra los pueblos indígenas
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Durante cinco meses, Israel ha estado persiguiendo "victorias tácticas" para recuperar su imagen de omnipotencia militar perdida el 7 de octubre. Pero esta desviación infructuosa significa que Tel Aviv ahora enfrenta una "derrota estratégica" en Gaza... ¿Qué ha conseguido Israel hasta ahora? Los "avances" logrados en la Franja de Gaza, aunque significativos desde el punto de vista táctico, no han hecho avanzar de forma efectiva el objetivo estratégico de eliminar a Hamás... el asalto a Gaza se ha saldado con la masacre masiva de civiles palestinos, sobre todo mujeres y niños, la censura generalizada en todo el mundo y miles de soldados y oficiales israelíes muertos y heridos. Este trágico balance ha empañado de forma permanente la imagen internacional de Israel, socavando sus cuentos de hadas de "democracia" y "victimismo" y convirtiendo a Tel Aviv en el principal responsable del terrorismo de Estado en el mundo... Netanyahu y su gabinete de guerra han caído en una trampa clásica: permitir que victorias pírricas les distraigan de una victoria global... así que Washington ha intervenido para evitar la derrota estratégica de su aliado. La propuesta de resolución estadounidense hace hincapié en una estrategia política a largo plazo destinada a integrar aún más a Israel en la región mediante acuerdos de normalización... La cuestión crucial que se plantea es si la intervención estadounidense logrará realmente preservar los objetivos estratégicos de Israel
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Planeando el viaje
Así comenzó, como un plan, ¿todo empieza con un plan?, ojalá, la mayoría de las cosas solo las haces, y ya.
Estúpida guerra, bueno, gracias a esta guerra es que pude conseguir boletos a precio de regalo para el primer tramo. Nadie quiere vacacionar por estos zarinos lares hoy día. Y sí, cada que se posa en mi cabeza la palabra, no puedo dejar de pensar en tantas guerras y en especial algunas batallas que hicieron que hoy fuera el mundo como es. Habrá quién diga que para mal o incluso para peor, pero a mí me fascina decir que siempre ha sido para bien e incluso para mejor. Anotemos para que no se me olvide: ¿imagina que no hubiesen existido las intensiones de los Medos para conquistar a los estados griegos?, ¿solo imagina que en Salamina no se hubiese logrado la unión de los orgullosos reyes?, gloriosos Medos y sus ambiciosos reyes. Lograron lo que nadie, dar forma y comunión al pensamiento que floreció en occidente. Ya anotaré sobre algún fantástico escenario con Alejandro huyendo de Gaugamela, o incluso muriendo en batalla, y celebrando la victoria alguno de sus generales. Esto de la historia alternativa es una belleza. Tramar un relato con la comunión de algunos generales macedonios y al menos un ambicioso y avispado celta de La Tène, incursionando en la corte de Filipo, tejiendo con paciencia y disciplina hasta llegar a ser el verdadero Hefestión. Y que fuese este nuevo consorte todo poderoso el que confabulara para que Dario tuviese una pírrica victoria a cambio de la cabeza de Alejandro, y que debilitara lo suficiente a los dos grandes todo poderosos para que la aun latiente civilización centroeuropea tomase el control militar y cultural… da para toda una novela. Explorar el verdadero origen de nuestra cultura, y las posibilidades de al menos dos alternativas, tan divertidas como enigmáticas. Todo montado en la flemática ilusión del libre albedrío, de la bella mentira: eres dueño de tu destino.
Pues ya está, comienza a moverse el tren, la adrenalina fluye y tengo ganas de escribir todo lo que pienso. Y sí, por fin, logro escribir.
Décadas tomó llegar hasta aquí. Solo con describir el plan me dará para cubrir al menos un tercio de la novela. Necesito iniciar por ahí, como dicen los que saben: cuenta la historia en orden, de inicio a fin, di lo que quieres decir y ya luego le vas poniendo adornos y la deshaces tanto como sea necesario para que te guste lo que cuentas.
Quiero traer el hilo conductor de esta idea que tengo dando vueltas, sobre el génesis de la identidad judeocristiana occidental… Entonces, ¿en dónde comenzará la historia? Recuerdo que en Oaxaca, un 23 de diciembre, hablando sobre la tradición de la misa de San Silvestre, surgió ese primer esbozo de un mesías soportado en los textos de Plinio ¿O me llevo la historia hasta el hermoso relato del “Dios de Abraham”?
Comienza todo en la costa de un mar interior. El personaje llega con algunos peces para ser cambiados por sal y semillas. ¡Ya está! Por ahí pronto aparecerá el que será un abuelo de Abraham, antes de que sea necesario inventarse un dios a modo. Gloriosa religión con un Dios que te pide ser pobre y que no anheles la salud y riqueza de tus amos, a cambio de ¡vida eterna! Vaya premio, unos “pocos años" de miseria y sufrimiento, a cambio del gozo eterno. Sin duda el mejor, invento de la historia.
Carajo, sabia que iba a doler, pero… ya está. Ahora, lo que se planeó por más de media vida. ¡Ah!, se siente como suponía, es caliente… ¡ah! ¡Duele mucho! ¡Soy un imbécil! ¡Debí haber usado el revólver! ¡Todo por no querer tener el sabor de la pólvora en la boca! ¡Idiota!
Que romántico final, con una hoja Tanto perfectamente afilada en la porción izquierda del pecho con la precisión de alguien que pretendía explicar como es que la masa acelerada a la velocidad de la luz, usando los medios apropiados, hubiese permitido el viaje a través del tiempo para entidades conscientes. Corta las arterias sin perturbar el corazón. Así logra controlar el intenso dolor y compra un boleto de algunos minutos que le permite viajar de San Petersburgo a Ulan Bator, para escribir la novela que le permitiría vivir las semanas que duraría el viaje, y quedarse allá para aprender el idioma y seguir escribiendo. Mucho más civilizado que volarse la cabeza con un calibre 12, o con una 38 especial en la boca. Sale la hoja, y todo está por acabar. El dolor en el pecho es insoportable, pero llega la paz con un brutal sonido que revienta los oídos.
Sabia que dolería, por eso tomó tanto tiempo comenzar el viaje.
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Desde el inicio del gobierno del ex presidente Castillo, la mayoría parlamentaria antidemocrática y racista pretendió desconocer la voluntad popular y vacar al presidente hasta en 3 oportunidades, además de haber cambiado la Constitución a su antojo para quebrar el equilibrio de poderes y capturar el poder sin pasar por las urnas. Por su lado, el expresidente Castillo, en lugar de respaldarse en el pueblo cumpliendo sus promesas, prefirió abandonarlas y continuar el piloto automático neoliberal junto a pactos con bancadas que le aseguraron una sobrevivencia pírrica que terminó con el fallido intento de Castillo de perpetrar un golpe de Estado y en el golpe de parte de la dictadura parlamentaria que acabó sacándolo de la presidencia.
Desde el Nuevo Perú rechazamos categóricamente el golpismo venga de donde venga. Las salidas autoritarias nunca son el camino. Por eso, así como rechazamos el intento de golpe de Pedro Castillo, consideramos inaceptable que la mayoría parlamentaria golpista pretenda ahora presentarse como abanderada de la democracia cuando se ha constituido en una dictadura parlamentaria totalmente de espaldas a las necesidades del pueblo que sigue sufriendo las consecuencias de la pandemia y de la crisis alimentaria y climática agravadas por la guerra Ucrania-Rusia.
No podemos permitir que esa mayoría parlamentaria golpista, racista, clasista continúe llenándose los bolsillos a costa del pueblo peruano. No podemos permitir que una fiscal de la Nación que ha utilizado su cargo para librar a su hermana de las investigaciones por sus tratos con narcotraficantes aparezca como abanderada de la justicia. Por eso, rechazamos el llamado de la señora Dina Boluarte a una “tregua” con este sector golpista y el respaldo que le ha hecho a la fiscal de la nación, Patricia Benavides, como si no existiera estos cuestionamientos.
No podemos actuar como si no hubiera pasado nada, como si estuviéramos en tiempos normales cuando claramente estamos atravesando una crisis sistémica que requiere soluciones integrales. Ya antes Martín Vizcarra pretendió “voltear la página” y pactar con los sectores autoritarios y corruptos en nombre de la “gobernabilidad” y no solo las cosas no mejoraron, sino que empeoraron.
Por ello, desde el Nuevo Perú planteamos 3 pasos para salir verdaderamente de la crisis:
1. Que la presidenta Dina Boluarte no le permita al golpismo congresal gobernar a través de ella o su gabinete ministerial anunciado como de “ancha base” que es sinónimo de pacto con las fuerzas reaccionarias del Perú y el Congreso
2. Que la presidenta Boluarte tome medidas urgentes para atender la grave sequía que afecta a las familias de agricultores del país y que nos pone bajo la amenaza de una crisis alimentaria; que tome medidas urgentes para paliar los altos costos de los alimentos y los combustibles, entre otras demandas urgentes del pueblo.
3. Que se convoque a nuevas elecciones generales con nuevas reglas. Urge aprobar un conjunto de reformas que permitan nuevas elecciones realmente democráticas, plurales y participativas.
4. Que se consulte mediante referéndum al pueblo soberano sobre la convocatoria a una Asamblea constituyente que elabore una nueva Constitución. Sin la construcción conjunta de un nuevo pacto social la crisis seguirá agudizándose.
De nada sirve votar si se repite el mismo elenco electoral y de nada sirve un nuevo Gobierno y Congreso si no existe una Nueva Constitución que deje atrás la Constitución de la dictadura y que recoja todas las voces, sobre todo las que nunca se quisieron escuchar.
Sabemos que estos pasos los de arriba no los darán por su propia iniciativa, ya han demostrado que no les interesa el país ni la democracia, por eso, llamamos a todas las fuerzas políticas, sociales, ciudadanas democráticas, de izquierda, indígenas, estudiantes, mujeres…. A organizarnos y movilizarnos para impulsar las reformas urgentes y el proceso constituyente. Es tiempo de devolverle el poder al pueblo.
https://fb.watch/hhGAXhm95o/
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Episodio 60 - Alianza con Cartago
Episodio 60 - Alianza con Cartago - Roma y Cartago firman tratados. Pirro se pasea por Sicilia, y finalmente falla en la conquista de una ciudad llamada Lilibeo. Luego, regresa a Italia.
Roma y Cartago firman tratados. Pirro se pasea por Sicilia, y finalmente falla en la conquista de una ciudad llamada Lilibeo. Luego, regresa a Italia.
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Transcripción Parcial del Episodio
Hola, les habla Abel, desde Pekín, China.…
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#Agrigento#Cartago#Cayo Junio Bubulco#Enna#Eryx#Guerras Pírricas#Guerras Púnicas#Leontini#Lilibeo#Mamertinos#Messina#Panormus#Pirro de Epiro#Quinto Fabio Máximo#Segesta#Sicilia#Siracusa#Sóstrato#Tauromenio
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Todo amigo es imaginario. Toda vergüenza es ajena. Todo billete es falso. Toda edición es limitada. Todo sapo es de otro pozo. Toda propiedad es transitiva y ninguna es horizontal. Todo espejo es retrovisor. Toda libertad es condicional y todo preso es político. Todo embarazo es no deseado. Toda justicia es social. Todo inconsciente es colectivo. Toda pena es pasajera. Todo placer es culposo. Toda marca es registrada y ningún precio es amigo. Todo universo es paralelo. Toda misa es hereje. Todo punto es final. Toda cosecha es tardía. Todo pozo es ciego. Toda misión es imposible. Todo padre es ausente y toda madre es soltera. Toda carta es documento y todo documento es revelador. Todo contacto es falso. Toda garganta es profunda. Todo cadáver es exquisito y todo poema es colaborativo, este sobre todo. Toda guerra es mundial. Todo diseño es de autor y toda autoría es dudosa. Toda paja es mental. Todo estado es de excepción. Toda calma es tensa. Todo desastre es ambiental. Toda hora es pico y ninguna es feliz. Todo punto es suspensivo. Toda victoria es pírrica. Todo cinturón es de seguridad. Toda unión es soviética. Todo voto es en blanco. Toda parálisis es de sueño. Todo tacho es de basura. Toda ciudad es gótica. Todo pensamiento es recurrente. Toda obra es maestra. Todo meme es robado. Toda alarma es falsa. Todo curso es virtual. Toda cuenta es fantasma. Todo arte es moderno. Toda imagen es pagana. Todo sendero se bifurca. Toda memoria es histórica. Todo loco es de la guerra. Toda frontera es artificial y todo paraíso también. Toda zamba es para olvidar. Todo discurso es indirecto. Toda casa es matriz. Todo estilo es de vida. Toda conciencia es de clase.
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LA NOCHE ANTERIOR.
Las terracotas en el endosado de nubes se veían quebradizas producto de lo que el viento se llevó en la vorágine vespertina. Aún las nubes crujían con sus lingotes verdes desprendidos como hilachas de fugaces luces y enramadas. Caían producto de fuertes roces con rayos de la noche anterior y tormentas de relámpagos en el Catatumbo. Brotaba un blondo colorante de líquida espuma. Un aceitoso lubricante que untaba la desesperante viscosidad del cielo. Y ella se reía en su triunfante cenit de júbilo. Veía con indiferentes ojos el crisol de su aurora. Yo el acrisolado neanderthal fosilizado en sus pupilas. La nada convertida en pírricas agonías ilusas. Verdaderamente un estúpido flotando en quiméricos líquidos del absurdo sueño anterior. La verdad me creía un superdotado. Y fui descendiendo hasta los abismos buscando los aros de la aurora y los bordes del crepúsculo. Y mi Beatriz lejos de mí jugaba a los dados con el destino. Y así preferí bajar y bajar hasta los confines del abismo. Y allí donde la noche se roza con el día desperté a mi triste realidad de calzar mis pies de la realidad Ella ojeaba un periódico con las últimas noticias. “Hombre fallecía en el fango de sus ilusos y mortuorios sueños de la noche anterior”.
Rafael Deliso Guerra. 13 de junio de 2020 Uruguay.
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Emmm...que sucede hoy 21 de mayo??? .-.
El combate naval de Iquique... so fue uno de los enfrentamientos más importantes ocurridos durante la campaña naval de la Guerra del Pacífico, ocurrio en Iquique (obvio xd) el miércoles 21 de mayo de 1879, chilenos contra peruanos..El combate de Iquique fue una pírrica victoria peruana porque terminó con el bloqueo del puerto, al menos durante un tiempo, un barco chileno fue hundido y otro puesto en fuga. Pero, tomadas las acciones de Iquique y Punta Gruesa en su conjunto, se trató de una victoria chilena, porque se batieron las naves más antiguas de su Armada, una goleta y una fragata de madera, contra dos blindados peruanos, resultando uno de ellos destruido, y con él, casi el cincuenta por ciento de la fuerza naval peruano-boliviana.
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Episodio 83 – Quinto Fabio Cunctator
Los comienzos de un personaje que nos acompañará en el podcast por 20 episodios. Quinto Fabio Verrucoso Cunctator. Augur. Cónsul. Dictador. Censor. Leyenda.
(en iVoox prontamente también)
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#Amílcar#augur#Aulo Gelio#Aulo Postumio Albino#batalla de Aquilonia#Brucia#Campania#Cayo Flaminio#Cayo Livio Salinator#Cerdeña#Córcega#Doce Tablas#Escipión el Africano#Espurio Carvilio Máximo Ruga#Gadir#Galia#guerras pírricas#guerras samnitas#Hispania#Johannes Baptist Hagenauer#Lex Flaminia#Liguria#Lucio Metelo#Lucio Postumio Albino#Manio Pomponio Matón#Marcos Pomponio Matón#María Teresa I de Austria#Plutarco#río Ebro#Schönbrunn
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Incertidumbre
Para paliar su desdicha, consejos flamígeros; para ablandar su crudeza como carne recia a carne tierna y suave, y devorarte como adepto adicto a sus palabras. Me parecen melosos, y a mí me satura el dulce, pues soy de espíritu diabético. Solo me trago la realidad que te forja, pero nunca para ser espada. Y aun así, que te lleva a la guerra con poca armadura y entrenamiento de leva. Así con el tiempo, el pecho pertrechado y desechado, yace uno en el lodo escurridizo combinada con la tinta sangre fluyendo por el suelo maltratado. Espero que ese destino no sea por malos consejos o por poco consuelo, más bien sea que me lleve allí por mi propia voluntad, aunque sea corrompida. Y ya muerto de la batalla pírrica que nos profetizó lo que es o segundos o eones, diga: -será tu sangre los nutrientes de la nueva tierra y será la capucha negra su granjero quien dará de buena cosecha. El será el granjero de molinos y parcelas que llamamos “infierno”-.
Allí el diablo mora para que la vida surja para sí misma. Y en la cima de su reino, en donde vivimos las guerras, las plantas, antiguos espermas, reclamarán la victoria de todos y cada una de las batallas libradas; para ser asesinadas por quienes se asesinan. Y me calma saber que aunque mi vida sea inútil en vida, y la incertidumbre aceche como el asaltante en la penumbra nocturna, al final de esa noche, el sol saldrá siempre para ahuyentar a los ladrones. Mi cuerpo ya fétido bombardeado por moscas será el astro brillante que ciegue a la incertidumbre con la certidumbre de la muerte,que siempre llega y calmara, por fin, lo que nunca podré controlar o alguna vez llegar a saber.
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Walter Benjamin (I): Una vida de frustraciones y un legado de esperanzas
Raimundo CuestaPremio Nacional a la Innovación Educativa.
Co-fundador de las plataformas de pensamiento crítico
Cronos y Fedicaria
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Su último libro, «Verdades sospechosas. Religión, historia y capitalismo» (2019).
La vida intelectual de madurez de Walter Benjamin (Berlín, 1892 y Portbou, 1940) transcurre entre la República de Weimar, la trágica experiencia hitleriana del III Reich, y el primer año de la Guerra Mundial (1939-1945). Vivió en su infancia berlinesa entre los algodones de un hogar acomodado y los sufrimientos propios de un “niño difícil”, rodeado de las periclitadas formas del reinado de Guillermo II, que, al final, condujeron a la Primera Guerra Mundial (1914-1918), de la que se libró alegando motivos de salud física. Acto seguido, se instaló en Suiza en compañía de su reciente esposa Dora Pollack con la que hacía poco había contraído nupcias, y que sería uno de los tres grandes amores de su vida y la madre de su único hijo nacido durante su estancia en Berna. En ese exilio voluntario y subvencionado por su adinerado padre, conoció a los militantes antibelicistas e internacionalistas que, como Ernst Bloch, habían optado por plantar cara al militarismo alemán de manera frontal. Además, si hacemos caso de los testimonios de Gershom Scholem, su amigo de toda la vida, ni era partidario de hablar del conflicto bélico, ni albergaba una actitud pacifista y sí, en cambio, mostraba a la sazón una notable “aversión a discutir acerca de los acontecimientos de la actualidad política”[1].
A pesar de todo ello, Benjamin parece inicialmente deslumbrado por El espíritu de la utopía de Bloch (que lee en 1919) y de inmediato brota la amistad, no exenta posteriormente de roces y desavenencias, con el filósofo de la esperanza, siete años mayor que él. Al tiempo hace las primeras lecturas de Georg Lukács. Empero la filosofía de la esperanza de Bloch chocaba abiertamente con el pesimismo estructural del discurso benjaminiano. En efecto, en su obra solo brillaba ocasionalmente un hálito de esperanza cuando hacía apelación a eventuales interrupciones mesiánicas, rupturas revolucionarias del continuo histórico, momentos portadores de la iluminación de un mundo mejor. Ambos, sin embargo, coincidían en otorgar un papel descollante a la tradición religiosa: la del judaísmo en el segundo y la judeocristiana en el primero. Sin duda, la evolución fluctuante de sus vinculaciones amorosas (Dora Pollack, Juda Cohn o Asja Lacis) y las de amistad que sostiene en el curso de su vida (con Scholem, Bloch, Adorno, Kracauer, Hessel, Brecht, Arendt, Bataille, etc.) demuestra la complejidad de una personalidad asaz contradictoria, intermitente, puntillosa e hipersensible. Valga citar aquí lo que dijo Bloch al saber la opinión que su amigo se había formado de él, solo conocida con motivo de la publicación de la correspondencia de Benjamin con Bertolt Brecht: “ahora se me ha muerto un amigo por segunda vez”[2].
Tras haber estudiado en las universidades de Berlín y Friburgo, a los veintisiete años obtiene el doctorado en filosofía en la Universidad de Berna gracias a la presentación de un trabajo sobre El concepto de crítica en el romanticismo alemán, que ya marca y expresa de manera indeleble su duradera y profunda vocación literaria y su fulgurante pero hermético estilo de escritura. Al año siguiente, en 1920, su padre, dadas las condiciones de posguerra (una horrible situación económica y una galopante inflación), corta el suministro financiero y obliga a su hijo a regresar al hogar paterno de Berlín.
Durante su estancia en Suiza, se supone que le llegarían los ecos del estrepitoso derrumbe de la dinastía Hohenzollern en noviembre de 1918, la huida del káiser Guillermo II y la consecuente e inmediata proclamación de la República de Weimar, un régimen político que significa el intento, finalmente fallido, de construir un Estado democrático avanzado de una vez por todas, que viniera a quebrar esa secular, peculiar y burocrática vía prusiana hacia la modernidad, es decir, el autoritarismo con reformas desde arriba. El desplome del II Reich vino acompañado por la típica situación de doble poder, que suele darse en el origen de las coyunturas revolucionarias, a saber, por un lado, se forma un gobierno provisional presidido por el líder socialdemócrata Friedrich Ebert encargado de iniciar un proceso constituyente en la ciudad de Weimar y, por otro, surgen, desde el primer brote insurreccional a cargo de los marineros de Kiel, consejos de obreros y soldados a imagen y semejanza de los soviets de la Revolución rusa, que finalmente se debaten entre aceptar el proceso constituyente de Ebert u optar por un ensayo revolucionario al estilo bolchevique. Los comunistas de los consejos ensayarán, entre 1918 y 1919 la alternativa revolucionaria en varias ocasiones y distintas ciudades. En enero de 1919 en las calles de Berlín son bestialmente asesinados Karl Liebknecht y Rosa Luxemburgo, sus dos líderes más señalados, por los freikorps (tropas de choque formadas por antiguos soldados desmovilizados) y, en general, el fracaso de la revolución se oficializa con la aprobación de la Constitución de Weimar en agosto de 1919.
La victoria de los socialdemócratas sobre los marxistas revolucionarios tuvo mucho de pírrica, porque los primeros para acabar con las pretensiones de los segundos hipotecaron gravemente su futuro y el de la república, teniendo que acudir a la complicidad de los paramilitares de la ultraderecha y a la alianza con los poderes castrenses, burocráticos y económicos que habían constituido la columna vertebral del II Reich y que negaban cualquier legitimidad a la experiencia republicana de Weimar. De esta suerte, penosamente lastrado, nace un experimento democrático, político y socialmente muy avanzado, que, por añadidura, tuvo que cargar con una calamitosa situación de posguerra: dos millones de muertos y cuatro millones de almas heridas física y mentalmente merced a la espantosa experiencia de esa “guerra total”, que inaugura el primero de los dos cataclismos bélicos del siglo XX. Si a ello se suma que el Tratado de Versalles de 1919 establecía un revanchismo propio de los vencedores, los aliados arrastrados a una especie de ciega venganza, obligaron a firmar, bajo la amenaza de ocupación, unas cláusulas dacronianas basadas en la sencilla y perturbadora consigna de “que Alemania pague“.
De esta manera, los políticos de Weimar se vieron forzados a suscribir un pacto contra su voluntad y, desde entonces, con la ayuda de la propaganda militarista y de extrema derecha, cargaron sobre sus hombros con la culpa de haber traicionado a su patria. Y así, los militares propalaron el bulo de que los políticos habían propinado una “puñalada por la espalda” a la nación alemana al hacerlos responsables de haber perdido la guerra, cuando en realidad fueron ellos los que sabían perfectamente que a la altura de 1918 las opciones de victoria de los imperios centrales eran nulas (así se lo hicieron saber los generales Ludendorff y Hindenburg al propio Guillermo II). En fin, con ese gravoso fardo sobre las espaldas de la nueva república, sostenida por la apatía de la mayoría, la militancia antisistema de la derecha, del aparato burocrático, del estamento militar y del poder judicial, fue casi un milagro que durara quince años. Los más difíciles fueron los primeros (con la amenaza del golpismo prefascista-militar y de los más endebles conatos revolucionarios de izquierda), y más complicados aún se tornaron los últimos cuando la presidencia de la república la ejercía Paul von Hindenburg, un militar de ochenta y seis años y casi dos metros de estatura, héroe de guerra, ornado con todos los rancios atributos del militarismo aristocrático de la tradición prusiana. Él entregó el gobierno de la cancillería, con la complicidad de los poderes fácticos, al artero Adolf Hitler en enero de 1933. Así quedó miserablemente cumplida y rematada su hoja de servicios a la patria un año antes de morir. Que tal personaje fuera el presidente de la República de Weimar entre 1925 y 1933, habla a las claras de la patología incurable de una fórmula democrática que había nacido extremadamente débil. Ello, claro está, no supone ni mucho menos interpretar la llegada al poder de Hitler como una consecuencia necesaria de la República de Weimar, como “un mero prefacio del III Reich”[3]. Sí es más factible pensar, en cambio, que la persistente división e inquina entre socialistas y comunistas tuvo mucho que ver con el aciago desenlace final.
Como ocurre a veces, en momentos confusos y decadentes, baste recordar a tales efectos el llamado Siglo de Oro español, se encaraman sobre las ruinas de una sociedad en declive llamaradas de pensamiento crítico y de inusitado brillo cultural. Y así, los años veinte y principios de los treinta de la República de Weimar constituyen el humus sobre el que emerge la plena madurez de la magnífica e inclasificable obra benjaminiana. Todo ello coincide con el ingreso de Alemania en formas culturales propias de la sociedad de masas, que se abre paso a marchas forzadas fracturando de manera irremediable el viejo molde elitista fundado en el ideal humanista y educativo recogido en la Bildung. Esta eclosión de vida artística y cultural apenas conmueve, en cambio, a las viejas instituciones universitarias, dentro de las cuales prosigue el dominio del sacrosanto círculo de los mandarines, cuya amarga medicina excluyente y gremial probará el propio Benjamin, quien, ya entrado en la treintena, sufrirá en sus carnes en 1925 el dictamen académico implacable de la Universidad de Frankfurt merced al cual es reprobada su investigación (Los orígenes del drama barroco alemán) y con ello quedaba vetada la habilitación docente y frustrada de por vida una hipotética carrera universitaria. Los signos del intelectual outsider ya no abandonarán su amargo destino. Quizás convenga traer a colación que poco antes, en 1923, en esa misma ciudad, se había inaugurado el Instituto de Investigación Social de Frankfurt, germen de la Teoría Crítica, de donde brotará una corriente marxista occidental de carácter culturalista e innovadora que acabará dando muy caudalosos frutos y que, como veremos más adelante, cobijará, no sin conflictos, el trabajo de Benjamin durante los años treinta[4].
Claro que la aparición de la Escuela de Frankfurt no es un hecho aislado o un accidente inexplicable y caprichoso. Uno de los grandes logros de la época de Weimar fue el arrollador movimiento de desbordante vitalidad por encima y más allá de los convencionales nichos académicos: “pocos momentos de la historia cultural son comparables por su riqueza y creatividad con el Berlín de los años veinte o sus avanzadillas en Dessau, Múnich, Friburgo, Heidelberg o Marburgo”[5]. Fue un tiempo en que todo parecía posible. Ciertamente, dentro de aquella coyuntura de dificultades sociopolíticas y de horizonte nada claro emergió una arrolladora ola de intelectuales y artistas capaces de afrontar la situación con ideas y actitudes de renovada y brillante carga racional y emocional. Tal fenómeno coexiste con la irrupción de una infraestructura material de sistemas de comunicación y reproducción cultural (el cine, el gramófono, los altavoces, la radio, la prensa ilustrada, la publicidad, los espectáculos públicos de masas, etc.) que multiplica los mensajes de todo tipo. Se diría que los algunos alemanes, cansados de tantas penurias bélicas, económicas y políticas, atraviesan una especie de fou de vivre, una huida de las preocupaciones del presente que les permitiera experimentar cada instante como si fuera un inconsistente fin en sí mismo y no como un paso hacia un futuro mejor. En ese clima tan especial proliferan, para escándalo de las creencias tradicionales, los movimientos como el expresionismo y luego la nueva objetividad, los llamamientos a favor de una sexualidad más libre, la comparecencia con fuerza y autonomía de las mujeres en el espacio público, la invención de nuevas modalidades y lugares de ocio, el cabaré, el jazz, la transformación de la vida cotidiana, la recomposición de la estructura urbana, etc.
Ciertamente, Berlín se convierte en quintaesencia y faro de este incesante bullir artístico y cultural. La capital de la República de Weimar concita la seductora atracción de un potente imán cultural que empieza a guardar más de una semejanza con París, no en vano cuando nuestro escritor berlin��s viaja por primera vez a la ciudad del Sena en 1913 encuentra en sus calles un aire de familiaridad y siente unos lazos de empatía incluso más fuertes que los que toda su vida le ataron al Berlín de su infancia. Ambas ciudades serían objeto de su lúcida escritura urbana y de su magna obra inconclusa, el Libro de los pasajes[6]. Él, que fue un viajero incontinente y compulsivo, hacía del nomadismo un modo de escapar de una realidad cotidiana en exceso rutinaria y agobiante. No obstante, otro muy notable escritor berlinés algo mayor en edad, Franz Hessel, es el que descubriera a Benjamin el potencial hermenéutico de la trama urbana al convertir a la gran ciudad “en un enigma, un universo de signos por descifrar”[7]. Fue Hessel, alojado en París entre 1906 y 1914, quien le introdujo en 1926 en la vida parisina y le inició en el “callejeo” por los barrios de la espléndida ciudad del Sena y, como todo buen discípulo, llegó a superar a su maestro[8].
Él mismo, en 1932, escribiría sobre su infancia berlinesa pero de una forma tan bella, ensoñadora y elíptica que su relato queda muy lejos de una narración realista del yo [9]. No en vano retiradamente se ha dicho que “literalmente Benjamin se ha escondido en sus obras [porque era como] un clandestino de la vida cuyo único pasaporte son sus textos voluntariamente fragmentarios siempre atentos a borrar pistas, a extraviar al investigador y desconcertar a la policía, pero nutridos de todo lo que esa vida excepcional ha visto”[10]. Sea como fuere y a pesar del aura de secretismo que él no dejaba de cultivar con esmero, los trazos gruesos del retrato biográfico, psicológico y sociológico de nuestro autor son distinguibles si se atan cabos procedentes de diversos informantes.
En efecto, había visto la luz de la vida en Berlín en 1892 y fue el mayor de tres hermanos, que compartieron un destino amargo por su posición antifascista, dentro de una familia judía de muy lustrosos recursos económicos[11]. Su padre era un próspero comerciante dedicado al mercadeo de antigüedades y en su casa reinó la abundancia hasta que la hiperinflación de 1923 erosionó la fortuna paterna. Su relación con sus progenitores fue larga, conflictiva y un punto opresiva a causa de la prolongación de su dependencia pecuniaria hasta edad muy avanzada. Hasta cierto punto, las muertes de su padre en 1926 y de su madre en 1930 vinieron a ser como una liberación de una carga de dependencia que pesaba como un gravoso fardo sobre una persona como él incapaz de obtener una fuente de ingresos segura y regular. Se ha dicho que, en cierto modo, su vida se podría calificar como “una cierta adicción al fracaso”[12]. Tal vez el continuo recordatorio y censura materna acerca de su proverbial torpeza (solía llamarlo “el señor desamañado”) para la vida cotidiana dejara más de una huella en un niño, por añadidura, “extraño”, hipersensible y dotado de una inteligencia nada común. Por lo demás, su educación infantil fue la propia de una familia burguesa de ascendencia judía pero plenamente asimilada e integrada en el clima social de las clases altas de entonces. Así, gozó, como seña de identidad clasista, de una primera educación a domicilio a cargo de instructores privados. Cuando pasa a las instituciones educativas de carácter formal experimenta un total rechazo del “adiestramiento escolar”. Tanto es así que su familia opta por enviarle a la Escuela Libre de Haubinga en Turingia, un pensionado privado caracterizado por practicar una educación innovadora y abierta. Allí conoce a las primeras personas que tendrán una primera influencia intelectual en su vida juvenil. Finalmente, termina el bachillerato y, después del consabido viaje por Italia, ese obligado ritual de paso imprescindible en el ornamento espiritual de las clases altas alemanas, inicia en 1912 sus estudios en la Universidad de Berlín, donde llegará a presidir la Asociación de Estudiantes Libres. Luego prosigue su formación en otras universidades y en 1917, en plena Guerra Mundial, se instala en Suiza y, como ya mencioné, acaba haciéndose doctor por la universidad de Berna con la obra El concepto de crítica en el romanticismo alemán, estudio que muestra a las claras el interés por exégesis estética y literaria, que siempre le acompañará durante toda su vida[13].
Por aquel entonces se forjan algunas de las conexiones decisivas en su devenir como fueron la amistad con Gershom Scholem, la boda con Dora Pollack, los intercambios intelectuales con Ernst Bloch, etc. Ya en ese tiempo se vislumbra la impresionante originalidad y altura intelectual de sus obras, poco o nada comprendidas en el espacio académico. Así se va dibujando la figura de un ser excepcional y ajeno al mundo: melancólico, ingenuo, débil, dubitativo, tímido, maniático, de inteligencia relampagueante y proclive a la depresión, que, no obstante, guarda en su interior la fuerza de un gigante intelectual expulsada a borbotones en una prosa alemana de suprema elegancia y denso esoterismo. Dejemos por un momento correr nuestra imaginación leyendo el retrato que pintara Scholem, su amigo de toda la vida, erudito judío de estricta observancia y de militancia sionista.
“Las dificultades en el trato con Benjamin, pese a lo que pudiera inducirse a primera vista de su perfecta cortesía y absoluta disposición tanto para escuchar como para responder, eran, sin embargo, considerables. Parecía envuelto permanentemente por un halo de silencio, que trasmitía a los demás y que actuaba como una barrera intuitivamente perceptible a su alrededor aun en los casos, no demasiado frecuentes, en los que Benjamin evitaba hacerla visible. Esta barrera se manifestaba sobre todo en una manía por el secreto que llegaba a rozar los límites de lo extravagante. Esa costumbre afectaba en general a todo aquello que le concernía personalmente, cosa que no impedía, por cierto, que fuese de vez en cuando quebrantada por inesperadas revelaciones y confidencias personales”[14].
Scholem, amigo de por vida y fuente judaizante de su pensamiento, reprochaba acerbamente el giro de Benjamin hacia el marxismo a partir de 1924, fruto, entre otros motivos, de su romance con la revolucionaria letona, afincada en la URSS, Asja Lacis y de sus relaciones con Bertold Brecht[15]. En realidad, el estilo de pensar benjaminiano (él mismo a veces se veía metafóricamente hablando como si fuera un alquimista, un mago, un adivino, etc.) era de una originalidad tal que la universidad alemana fue incapaz de asimilarlo y digerirlo. Ya se narró el suceso del fracaso de su habilitación docente en 1925. La Universidad de Frankfurt fue incapaz de entender Los orígenes del drama barroco alemán y a partir de entonces se esfumó la esperanza de un trabajo “serio” y seguro, de modo que nuestro autor se convierte en crítico literario por libre, que también hará programas de radio entre 1932 y 1933. Aunque llegará a ser considerado como el mejor comentarista alemán de textos de literatura, el éxito económico nunca le sonreirá, entre otras cosas por su estilo de vida: por sus frecuentísimos viajes (Italia, Rusia, Ibiza y París siempre París) y por un sentido de la administración de su peculio un tanto extravagante y nada calvinista, que se agudizaba a causa de una cierta inclinación a visitar los casinos de juego.
En fin, como dijera su lejana prima Hannah Arendt, era una muestra del tipo homme de lettres, es decir, de un intelectual que, por su independencia de actos y juicio, se parecía más a Montaigne que a los profesores de la universidades de la época de Weimar[16]. Tampoco encaja en el ethos de la Escuela de Frankfurt, dentro de la que era un bicho raro. Como se comentó, conoció al entonces joven Adorno en 1923 y este quedó fascinado por la profundidad del talento del que será su amigo, si bien alguien ha comentado que los posteriores intercambios de cartas entre ambos, además de mostrar una “constelación melancólica” (esa proclividad a la melancolía era la seña de identidad más benjaminiana), señalan cómo se invierte la inicial asimetría (al principio Benjamin mayor en edad y conocimientos era el que dominaba en el dúo) conforme se deterioran sus ingresos y ha de hacerse cada vez más dependiente económicamente, en los años treinta, de la parca asignación proporcionada por la Escuela de Frankfurt cuando ya él había escapado de la Alemania nazi al poco de que Hitler se encaramara en gobierno[17]. Exiliado en París, y con crecientes agobios pecuniarios, el exiguo emolumento frankfurtiano le mantiene en un precario e inseguro hilo de vida[18]. En esta etapa final de su existencia va a intentar dar término a lo que juzgo que es su legado más duradero: el Libro de los pasajes (inconcluso) y el manuscrito de Tesis sobre el concepto de historia (1940)[19].
El 15 de junio de 1940, poco antes de la irrupción alemana, deja París, tras haber confiado a su amigo Georges Bataille, a la sazón director de la Biblioteca Nacional, una buena porción de manuscritos (entre ellos el Libro de los pasajes) y después de depositar en su maleta el manuscrito de las tesis sobre la historia, del que había hecho varias copias con objeto de hacer llegar alguna de ellas a los miembros de la Escuela de Frankfurt, que por entonces ya se encontraban exiliados en Estados Unidos. Desde París se traslada a Lourdes y luego a Marsella, ciudad en la que obtuvo el visado para su traslado a Estados Unidos pasando por España y Portugal. Su hermana Dora comparte una porción de estas mismas penurias. En Marsella pudo verse con su amiga de plena confianza, Hannah Arendt, a la que entregó una de las copias de su Sobre el concepto de historia (1940), que la escritora finalmente haría llegar a Adorno, cuya primera edición multicopiada en Estados Unidos data de 1942.
Un Benjamin, a sus cuarenta y ocho años de edad, prematuramente envejecido y con achaques cardíacos, emprende en septiembre de 1940, con la ayuda una guía y dos acompañantes, la huida a España por los Pirineos. Nueva frustración. En la Fonda Francia de la localidad gerundense de Portbou se suicida ante la eventualidad de ser entregado a la Gestapo[20].
El pensamiento de Benjamin, tras su fallecimiento, sufre un apagón informativo durante décadas hasta que en los años sesenta y setenta, cuando a hombros de nuevos movimiento sociales y de un replanteamiento del marxismo ortodoxo, adquiere una presencia masiva y expansiva que se prolonga y acentúa con motivo del llamado giro postmoderno y culturalista de las ciencias humanas. El pensador alemán fue, en efecto, un adelantado de la crítica de la modernidad y del capitalismo empleando un método y unas categorías que poseen plena vigencia en la hipermodernidad de hoy cuando asistimos al dominio de un totalcapitalismo que invade y se infiltra el conjunto de las facetas de la vida humana.
Notas
[1] Gershom Scholem. Walter Benjamin. Historia de una amistad. Barcelona, Random House Mondadori, 2007, p. 59. Scholem trabó amistad con Benjamin desde 1915 y la mantuvo hasta la muerte de aquel. Sí parece cierto que nuestro pensador, por aquel entonces, ni fue demasiado proclive a emitir juicios ni a debatir la actualidad política inmediata, lo que explicaría también su falta de interés por las revoluciones de posguerra ocurridas en Alemania o en Hungría (en este último país con la participación de G. Lukács, amigo muy cercano de Bloch y cuya obra ya había empezado a conocer y valorar muy favorablemente). Contrasta su proceder con la de sus dos hermanos menores, Georg y Dora, que tempranamente demostraron sus compromisos antifascistas, lo que llevaría a Georg a la muerte en 1942 en el campo de concentración de Mauthausen. Véase Uwe-Karsten Eye. Los Benjamin. Una familia alemana. Madrid, Trotta, 2020. Por lo demás, el marxismo no cristaliza en Walter, el hermano mayor, hasta mediados de los años veinte.
[2] Hans Mayer. Walter Benjamin. El contemporáneo. Valencia, Institución Alfonso el Magnánimo, Debats, 1992, p. 15. Mayer, frente a una cierta tendencia actual a la consideración un tanto apologética y un punto monocromática de la figura de Benjamin, subraya en cambio las aristas más cuestionables de la personalidad de un intelectual muy brillante pero de afectos cambiantes y a menudo caprichosos. En el centro de los malentendidos entre ambos estaba la cuestión teórica del judaísmo. Opuesto radicalmente al sionismo, Bloch adopta ciertos elementos del judaísmo, pero insertos en una cristología totalmente extraña a Benjamin y a su amigo Scholem, que aborrecía a Bloch. La filosofía de la esperanza de este último no dejaba de chocar con la tesis benjaminianas. Para echar más leña al fuego Benjamin consideraba que su amigo plagiaba parte de sus ideas. Véase Concha Fernández Martorell. Walter Benjamin. Barcelona, Montesinos, 1992, pp. 76-79.
[3] Eric D. Weitz. La Alemania de Weimar. Presagio y tragedia. Madrid, Turner, 2019, p. 16.
[4] El lazo primero de relación lo mantuvo con Theodor Adorno, al que conoció en 1923 en Frankfurt. Y también trabó amistad con Siegfried Kracauer. Lo que son las cosas: el informante que juzgó negativamente la obra de Benjamin con miras a su habilitación docente fue Max Horkheimer, quien llegaría a ser director de la llamada Escuela de Frankfurt cuando Benjamin en 1933-1934, en el exilio francés, empezó a depender totalmente de los magros emolumentos que le proporcionaba su colaboración con tal institución. Horkheimer era un catedrático de la Universidad de Frankfurt que compartía tareas docentes con gentes de elevada talla intelectual tales como Karl Mannheim y Norbert Elias. Véase al respecto la documentada biografía de Bruno Tackels. Walter Benjamin. Valencia, PUV, 2012. También se recomienda el muy interesante monográfico, entre otros motivos por su esmerada información bio-bibliográfica, de Varios Autores. “Walter Benjamin. La experiencia de una voz crítica, creativa y disidente”. Anthropos, 225 (2009). Así mismo, conviene aquí recordar el uso y la necesaria consulta de las obras de Stuart Jeffries. Gran Hotel Abismo. Biografía coral de la Escuela de Frankfurt. Madrid, Turner, 2018; y la de Martin Jay. La imaginación dialéctica. Historia de la Escuela de Frankfurt y del Instituto de Investigación Social. Madrid, Taurus, 1974.
[5] Eric Weitz. La Alemania de Weimar…, p. 462.
[6] En este proyecto de interpretación del mundo urbano y literario del París del siglo XIX trabaja Benjamin entre 1927 y 1940, convirtiéndose, a mi modo de ver, en la destilación más acabada del método de crítica benjaminiana, una literatura basada en la técnica del montaje cinematográfico y el collage, de modo que a través del mismo fuera factible descubrir “en el análisis del pequeño momento singular el cristal del acontecer total”. Véase la extraordinaria edición vertida al castellano de un discípulo de Adorno, esto es, de Rolf Tiedemann. Libro de los pasajes. Madrid, Akal, 2005, p. 11. Esta obra oceánica y laberíntica permite deambular al lector, como si fuera un flâneur, por una multitud de recovecos intelectuales de la modernidad. A mi modo de ver, esta es la creación cumbre de Benjamin por más que nunca llegara a culminarse, como otros muchos afanes del escritor berlinés.
[7] Jean Michel Palmier. “Prólogo. El flâneur de Berlín”. En Franz Hessel. Paseos por Berlín. Madrid, Tecnos, 1997, p. 10. Un hermoso libro de Hessel que resume perfectamente el arte del flâneur y la acción de “flanear”: “Es una forma de lectura de la calle en la que las caras de las personas, los acristalamientos, los escaparates, las terrazas, los cafés, los ferrocarriles, los automóviles, los árboles se convierten en letras con el mismo derecho, que juntas dan lugar a palabras, oraciones y páginas de un libro siempre nuevo. Para “flanear” adecuadamente no se debe tener ningún plan preconcebido” (Ibídem, p. 121).
[8] B. Tackels. Walter Benjamin…, p. 179.
[9] W. Benjamin comenzó a escribir en un cuaderno de notas su Infancia berlinesa en 1932. Véase Infancia en Berlín hacia 1900. Madrid, Alfaguara, 1982.
[10] B. Tackels, op. cit., p. 25.
[11] Véase Uwe-Karsten Heye. Los Benjamin. Una familia alemana. Madrid, Trotta, 2020. Su hermano, George, médico pediatra, se hizo militante comunista y murió durante la Segunda Guerra Mundial en el campo de concentración nazi de Mauthausen en 1942. Su hermana Dora, once años menor que Walter, estudió Economía Política y huyó del nazismo refugiándose en 1933 en Francia. Allí compartió muchas de las penurias de su hermano mayor. Logró finalmente pasar a Suiza y allí falleció en 1946. Hilde Benjamin, la esposa de Georg, que llegó a ser ministra en la República Democrática Alemana mantuvo la viva la memoria de los Benjamin, una familia antifascista en tiempos de desolación, tras la Segunda Guerra Mundial.
[12] H. Mayer. Walter Benjamin…, p. 13. El mismo Mayer sugiere que, según algunos de sus comentaristas, el coleccionismo de Benjamin era una forma oblicua de venganza hacia el padre y que sus estudios dedicados al arte moderno podrían equipararse con la tremenda requisitoria contra la figura paterna contenida en Carta al padre de Franz Kafka, uno de sus escritores predilectos.
[13] Esta obra y otras muy destacadas de crítica literaria pueden consultarse en W. Benjamin. Obras, libro I, vol. I. Madrid Abada Editores, 2006. La versión de Alfredo Brotons Muñoz se basa en la cuidada y casi definitiva edición de los Gesammelte Schriften a cargo de Rolf Tiedemann y Herman Schweppenhaüser, realizada en alemán con la ayuda de W. Th. Adorno y G. Scholem.
[14] Gershom Scholem. Walter Benjamin…, p. 58.
[15] Desde luego, entre esos otros motivos hay que considerar que desde años antes había conocido a Bloch y había recibido con entusiasmo el libro Historia y conciencia de clase (1922) de G. Lukács. Los amoríos con Asja Lacis fueron intermitentes, pero sin duda favorecieron su viaje a la tierra de la revolución soviética durante 1925-1926, aunque su militancia comunista nunca llegó a materializarse en un compromiso con el partido comunista, opción que el titubeante Benjamin no descartó pero que nunca llevaría a cabo. Asja Lacis, motivo de su ardor erótico, acabaría más tarde en los campos de reeducación estalinianos. Por su parte, tras su exilio de la Alemania hitleriana, gozó del cobijo eventual de la casa de B. Brecht en Dinamarca. Aunque este no dejaba de admirar la enorme inteligencia literaria de Benjamin, consideraba que la envolvente de metafísica judaica de las obras de su amigo era poco o nada compatibles con el marxismo que él profesaba.
[16] Otros de sus biógrafos han acudido a definirlo como “un intelectual que flota libremente”, conforme a la tipología puesta en circulación en Ideología y utopía (1929) por su contemporáneo Karl Mannheim. Así lo califica A. Mayer. Walter Benjamin…, pp. 8 y 46.
[17] Enzo Traverso. Melancolía de izquierda. Después de las utopías. Barcelona, Galaxia-Gutenberg, 2019, pp. 307-352. Véase también Correspondencia entre Theodor Adorno y Walter Benjamin. Madrid, Trotta, 1998.
[18] Se diría que W. Benjamin, portador de una inclinación reiterada al suicidio, mantiene su vida al servicio de su obra, consciente de que en esos aciagos tiempos que le tocaran en suerte no puede sucumbir.
[19] En mi trabajo cito a partir de la versión castellana de la tesis benjaminianas de Manuel Reyes Mate. Medianoche de la historia. Comentarios a las tesis de Walter Benjamin “Sobre el concepto de historia”. Madrid: Trotta, 2006. Su traducción del texto y su exégesis son muy recomendables. El contenido completo de las tesis, el contexto de producción y difusión de las mismas puede consultarse en Raimundo Cuesta. “Sobre el concepto de Historia (1940)”. Conversación sobre la Historia, 23 de septiembre de 2018.
[20] Sobre el fin de Benjamin existen muchas especulaciones más o menos aventuradas. Hay quien atribuye su muerte a la acción de sicarios de Stalin con la complicidad de agentes nazis; otros la atribuyen a una trampa tendida por la Gestapo y los franquistas. En fin, su aura literaria no ha cesado de crecer al tiempo que su impresionante legado intelectual se agiganta.
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Muchos en Occidente simplemente no son conscientes de lo rápido que se están desplazando las placas tectónicas geopolíticas: La ira va en aumento. La gente no se siente sola al rechazar la hegemonía occidental: «ya no les importa»... Sólo en la semana que precedió a la cumbre del G7, la Liga Árabe se volvió literalmente «multipolar»; abandonó su anterior automatismo pro-estadounidense... Para Occidente, es ontológicamente imposible tolerar que se desmonte su realidad... Con su actual modo mental y su supuesta «realidad» occidente está demostrando que es incapaz de presentar iniciativas políticas creíbles para poner fin al conflicto ucraniano... El lenguaje del G7 renuncia a toda diplomacia seria y señala que el imperativo sigue siendo seguir el mantra de «no perder»: La caída de Bajmut no es una derrota para Kiev, sino una pérdida pírrica para Putin; Ucrania está ganando, Putin está perdiendo, fue el mensaje del G7... La realidad es que Rusia está «ganando» en el frente de guerra financiero y en el frente diplomático mundial. Tiene una ventaja abrumadora en número de efectivos, en armamento, en los cielos y en la esfera electromagnética. Mientras que Ucrania está desorganizada, sus fuerzas diezmadas y la entidad que gobierna en Kiev se desmorona rápidamente (Alastair Crooke, diplomático senior inglés)
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Cuando la Humanidad extermina a los animales, malo. Pero es peor cuando los esclaviza –para matarlos antes o después- porque los embrutece por generaciones sin cuento. Y también los enferma físicamente para que nos transmitan sus zoonosis a cambio de las antroponosis que los humanos les hemos inoculado. Para mayor inri, los milicos antiguos y modernos sufren crisis esporádicas de imaginación animalista. En esos arrebatos, experimentan la mejor manera para que los brutos irracionales les ayuden a matar a los otros brutos racionales –léase, el Enemigo. Lo han intentado con todos, desde las aparentemente inofensivas aves migratorias que se utilizan en las guerras bacteriológicas hasta los mayores paquidermos que se usaron en las guerras antiguas. Por estúpidos aterrorizados y por sumisos babeantes, los caballos y los perros han sido mutados en armas preferenciales pero incluso en estos casos obvios de abuso animal –con independencia de género-, ha habido estrepitosos fracasos. Ejemplo: los perros bomba anti-tanques de la IIWW; tras miles de horas de entrenamiento, o los mataban los tanquistas antes de que se metieran bajo la panza del blindado, o se confundían y volvían con sus entrenadores con la relojería y el contacto a punta de caramelo.
Los ‘mayores paquidermos’ –los elefantes-, son muy atractivos para la niñez. En la madrileña Casa de Fieras del Retiro, siempre hubo un elefante solitario. Yo conocí al último, el famosísimo Perico, a quien dábamos cacahuetes porque, en materia gastronómica, creíamos que los monos omnívoros y los elefantes herbívoros sólo se diferenciaban por su tamaño -¿de los manjares o de los animales? Años después, mejoré mi formación en Proboscidia gracias a la lectura de Salambó (Flaubert), tremebunda novelota orientalizante que rezuma vaharadas de incienso, pachuli y lavanda destilada con comino. Salambó es heredera de Tanit/Lilith, la diosa del bozo. Como in illo tempore yo no tenía ni asomo de bozo, supuse que su iracundia divina nacía de la elusiva víscera del bozo que, por magia simpática, debía estar cerca del no menos elusivo hígado -como todos los niños sabíamos, cuévano itinerante de los malos humores.
Una de las primeras imágenes de Salambó no es precisamente heroica: Hannon (Aníbal) irrumpe en escena quejándose de la opresión extranjera… y de la carestía de la vida: “Ayer mismo, por un bañero y cuatro pinches de cocina, di más dinero que en otras ocasiones por un par de elefantes”… Y continúa con abundantes referencias a esos paquidermos: “Aquellos animales eran el orgullo de las grandes familias púnicas. Habían llevado a los abuelos, triunfado en las guerras, se les veneraba como favoritos del Sol… eran los vencedores de Régulo; el pueblo les quería; debía tratarse con esmero a aquellos antiguos amigos… Hannon, hizo refundir las planchas de cobre que cubrían su pecho, dorar sus colmillos, ensanchar sus torres y cortar las piezas de la mejor púrpura para las gualdrapas bordadas con franjas preciosas…. En seguida retembló el suelo, y los barbaros vieron avanzar en una sola línea todos los elefantes de Cartago, con sus colmillos dorados, las orejas pintadas de azul, cubiertos de bronce y balanceando sobre sus formidables torres de cuero en las que había tres arqueros con el arco tendido.”
Paginas adelante, Flaubert se deleita en las boucheries causadas por los colmillúos orejudos:
“Apenas si los soldados pudieron defenderse. Los elefantes atravesaron aquella masa de hombres y los espolones de su pretal la dividían, los puñales de sus colmillos la removían como rejas de arado; cortaban, rajaban, partían con las hoces de sus trompas; las torres, líneas de cohortes, semejaban volcanes móviles. Los terribles animales al cruzar el llano, trazaban nuevos surcos… Pasaban a través de las falanges, como los jabalíes por el monte bajo; arrancaban las estacas del campamento con sus trompas. Lo atravesaron de un extremo a otro derribando las tiendas con el pecho… Los espolones, como proas de navío, hendían las cohortes. Con sus trompas ahogaban los hombres, o levantándolos del suelo los entregaban a Ios soldados de las torres; con sus colmillos les despanzurraban, les lanzaban al aire, y entrañas palpitantes pendían de aquellos como los rollos de cuerdas cuelgan de los mástiles.”
Pero, como predica la canción, todo tiene su final / nada dura para siempre. Los elefantes no son invencibles. Son inestables y asustadizos –de ahí el chiste del monstruo encaramado a un taburete porque ha visto a un ratón. A veces, hasta unas simples teas les enloquecen:
“Los elefantes salieron. Pero los mercenarios, provistos de teas tomadas en los muros, avanzaban por la llanura rodeados de llamas y las enormes bestias asustadas corrían a precipitarse al golfo, donde se mataban unas a otras pugnando por huir y se ahogaban bajo el peso de sus corazas”.
Y, si enloquecen, suelen dar media vuelta y arremeter contra sus propias tropas:
“Los elefantes, asustados por aquellas llamas huyeron. El terreno estaba en pendiente allí y los cartagineses al ver la luz de aquellos animales, les echaron jabalinas que acabaron de irritarles, y con sus colmillos y bajo sus pies aplastaban a los cartagineses, les ahogaban, les destrozaban.”
En tal caso, los cornacs o mahouts [indios en la traducción de Flaubert], los caballeros o jinetes de elefantes, sólo pueden ejecutar medidas extremas:
“Irritados por las heridas retrocedieron; entonces, los indios cogieron el escoplo y el martillo [ankush, diríamos hoy] y aplicando aquél sobre la nuca dieron un gran golpe. Los enormes animales cayeron unos sobre otros. En aquel montón de cadáveres y de armaduras un elefante monstruoso llamado Furor de Baal, cogido por la pata entre cadenas, gritó desesperadamente hasta la noche, pues tenía una flecha en un ojo.”
Como lustros después pude colegir, Flaubert atinaba en el grueso de sus datos bélico-etnográficos. Dicho de otro modo, no estuve mal informado sobre Cartago y sus elefantes de guerra. Aun así, con el tiempo lo contrasté con algunos (pocos) artículos científicos.
Por uno dellos, me enteré de lo pésimamente que se había entendido una de las mayores ‘hazañas bélicas’ que diseñó Aníbal durante la II Guerra Púnica: el cruce del Ródano. Los Clásicos romanos nos contaron que Aníbal cruzó ese río subiendo a sus elefantes –más de 37 en esos momentos- en unas balsas o almadías con la mala fortuna de que algunas zozobraron ahogándose sus mahouts. Pero los elefantes salvaron los 800 mts. del vado pisando el fondo y esnorqueleando con su trompa. No me pregunten si el Ródano tiene vados donde el agua cubre menos de 3 o 4 mts. porque la anécdota es visualmente digna de Jólibu pero toda se viene abajo cuando nos enteramos de que los elefantes son buenísimos nadadores. Por ende, las almadías eran innecesarias –de hecho, los elefantes cruzaron a nado el Ródano cargando con hombres e impedimenta.
La imagen que más fama popular dio a Aníbal es su archiconocida travesía de los Alpes. Una proeza inaudita que le incrustó en la Historia con letras criselefantinas –nunca mejor dicho aunque eso de elefantina no tenga nada que ver con nuestros amados probóscides. El gran Polibio nos enseñó que los soldados cartagineses –en realidad, de una docena de etnias y naciones-, tardaron tres días en limpiar el paso para los elefantes. Desgraciadamente para el Clásico, fue al revés, fueron las bestias quienes abrieron camino. Et pour cause, porque calculan el paso con sus trompas y son tan seguros como las cabras montesas. No por despeñamiento sino por inanición, a los Alpes sobrevivieron pocos –y sólo uno sobrevivió a la travesía ��menor’ de los Apeninos.
Durante los 17 años que Aníbal ocupó Italia/Roma, quizá hubieran sido un arma de destrucción de cosechas porque pastan día y noche. Pero, al volver precipitadamente Aníbal a Cartago, los elefantes de refresco fracasaron estrepitosamente y es que, en la final y decisiva batalla de Zama (202 ane; ver collage arriba), se asustaron del griterío de los legionarios romanos, enloquecieron y dieron media vuelta contra los cartagineses. Algunos creen que eran jóvenes elefantes sin entrenar (ver Edwards, Jacob (2001) “The Irony of Hannibal’s Elephants”, en Latomus, http://www.jstor.org/stable/41542312
Como, por muy científicos que parezcan, es imprescindible cotejar cien veces los artículos, me apliqué esa máxima yéndome a dos autores que citan al anterior pero para rebatirlo y polemizar con él. Estos estudiosos, identifican la subespecie que Aníbal llevó a Roma: fue el elefante ‘africano’ (Loxodonta cyclotis) o elefante de selva –no de sabana-, que todavía existía en el norte de África y que es de menor tamaño que el elefante propiamente africano subsahariano y también menor que el elefante hindú –pero alguno de estos últimos llegó a los Alpes, como el coloso de nombre Surus, el Sirio.
Charles y Rhodan hacen un extensor recuento de las guerras más notorias en las que se usaron elefantes –hubo ejércitos que, dícese, contaron con 6.000 dellos-. De su paper, incluso se puede sospechar que Alejandro el Magno no pasó más allá del río Indo porque fue derrotado por miles de elefantes hindúes. También añaden que los orejudos nunca fueron absolutamente determinantes pues, desde Pirro –el de las dudosas victorias-, se sabe que unos defensores experimentados pueden hacerles frente. Asimismo, rebaten que los elefantes de Aníbal le fueran de alguna utilidad en aquella guerra de tierra quemada -arrasando los cultivos romanos- que duró 17 años puesto que, coincidiendo con Edwards, sólo un ejemplar sobrevivió al primer invierno itálico.
Finalmente, calculan que los cartagineses emplearon en la batalla de Zama a unos 80 elefantes –¿entrenados o bisoños?-. Pero, para ese día, los romanos habían aprendido a combatirlos -¿enseñanzas pírricas?-. De ahí que, con alaridos y con el estruendoso sonido de trompetas y cuernos (tubae cornuaque), provocaran la estampida antes citada (ver Charles, Michael B. y Rhodan, Peter (2007) “Magister Elephantorvm: A Reappraisal of Hannibal’s Use of Elephants” en The Classical World, http://www.jstor.org/stable/25434049
En lo que atañe a Hispania, el incidente del asedio a Numancia ilustra sobre la psicología y los pánicos masivos de los elefantes:
“Tras la “batalla de la vulcanalia” el 23 de Agosto del 153 a.C., donde los romanos sufrieron una imponente derrota, el cónsul Nobilior se encuentra acampado en las cercanías de Numancia a la espera de refuerzos. Los recibirá del norte de África gracias al númida Masinisa: trescientos jinetes de caballería númida [seudo-cartaginesa] y diez elefantes, animal nunca visto en las tierras de la Celtiberia. El cónsul intenta de nuevo la conquista de Numancia.
Nobilior dispone a su ejército en las cercanías de la ciudad ocultando con mamparas a los elefantes en la retaguardia. Los numantinos salen de su ciudad para presentar batalla, cuando esta se inicia los romanos abren filas dejando al descubierto los enormes animales, que se lanzan contra los numantinos, causándoles una enorme sorpresa, los numantinos presos del terror y espantados sus caballos huyen a refugiarse en su ciudad mientras el ejército romano se acerca a las murallas de Numancia.
Entonces surge lo inesperado: un elefante es alcanzado por una piedra lanzada desde las murallas, el animal lanza un espantoso bramido y dando media vuelta arrolla a los soldados romanos que encuentra a su paso. El pánico se trasmite al resto de los elefantes que imitan al primero y cargan contra los romanos. Los numantinos se arrojan sobre los romanos al ver el desorden causado por los elefantes, matando a 4.000 romanos y a los elefantes. La derrota romana es total. A Nobilior solamente le quedaban 10.000 hombres, por lo que se vio obligado a abandonar Numancia” (blog Tierra Quemada. Asociación Cultural Celtibérica)
Pa’ lo que me queda de estar en este convento, me cago dentro
Los elefantes se han utilizado en la guerra contemporánea hasta casi la actualidad aunque ahora se les esclaviza sólo a efectos laborales, de turismo y como atracción de ceremonias religiosas. Pero, como están domados individualmente pero no domesticados como especie, el mahout lleva siempre su arma letal: el ankush –anathotti en India-, equivalente al arma corta que llevan los milicos oficiales -inútil contra el enemigo pero efectiva contra los soldaditos que intenten darse la vuelta.
Y siguen siendo un pretexto para empuñar las armas regias. El rey Juan Carlos I (campechano y/o emérito) es el paradigma de esta psicopatía arcaizante. Es lo que tiene haber practicado desde su remota infancia con armas cortas y largas. Fruto de esta ‘familiaridad’, el 29.III.1956 -Jueves Santo-, se le escapó un tiro cuya bala impactó en la frente de su hermano pequeño Alfonso Cristino Teresa Ángelo Francisco de Asís y Todos los Santos de Borbón y Borbón quien sólo tenía 14 años pero ya contaba con una nutrida experiencia cinegética como atestiguaron el diario monárquico de turno y las cabras montesas de Guadarrama. A partir de aquella señalada fecha, el rey de Hispania continuó guerreando contra cuanto bicho se le pusiera en las gónadas. Hito señalado en este conflicto racional/irracional, fue el ursicidio o fusilamiento del drogado y emborrachado oso Mitrofán, (año 2006) quién sabe si perpetrado para vengar a aquel rey godo al que se previno “Espabila Favila que viene el oso”. Pero la apoteosis de esta guerra asimétrica entre el rey y los otros irracionales llegó en abril del 2012 cuando uno de los contendientes se vió obligado a pronunciar la tan ensayada como absurda frase “Lo siento, me he equivocado y no volverá a ocurrir” (¿equivocado en qué y qué es lo que no ocurrirá?), una sentencia que no pasará al bronce porque, dada su ambigüedad, fue una escandalosa declaración de guerra contra el pueblo español y ese tipo de soflamas tiende a ser engavetado por los cortesanos.
El caso es que, en aquella Botswana de caza enlatada para magnates, los elefantes, herederos de una milenaria manía de esclavizamiento y guerrerismo ajeno, murieron (físicamente) matando (simbólicamente) Se enfrentaron heroica y anónimamente a las escopetas pavonadas y blasonadas de un rey y murieron pero con las pezuñas puestas, como los Loxodonta de Aníbal. No podrá decirse lo mismo de sus cazadores.
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Rajoy Bonaparte en la Rusia catalana
Uno de mis libros preferidos es “Guerra y Paz” de Tolstoi, una gran obra que transcurre con el telón de fondo de las guerras napoleónicas.
No he podido evitar trazar un paralelismo entre el momento actual del procés y la funesta campaña de Napoleón en Rusia, en el que Rajoy sería Bonaparte y el independentismo catalán, Rusia.
El independentismo, con la aprobación de la ley del referéndum, ha tendido una trampa a Rajoy, provocando la invasión de Rusia por parte de Napoleón.
La opción sensata para el gobierno del PP tras la tramitación de la ley habría sido la de denunciar la actuación poco democrática del bloque independentista (la democracia es el respeto de las minorías, Coscubiela dejó bien retratados a los independentistas), recordar que el referéndum ya se hizo el 27-S y que no lo ganó el independentismo (47,2% de los votos y el reconocimiento de la CUP de que no habían ganado) y rebajar el 1-O a otro 9-N, resaltando que no tendría legitimidad, garantías ni reconocimiento internacional (sigo pensando que sólo se resolverá con un referéndum legal y pactado, con una consulta previa de reforma constitucional).
Pero Rajoy es prisionero de sus promesas de que no habría referéndum el 1-O y no tiene otra alternativa que ir al choque frontal.
El aviso de la fiscalía a los alcaldes que pongan las urnas y la prohibición del acto en defensa del referéndum en Madrid han sido el equivalente a la batalla de Borodino.
Napoleón buscaba una victoria decisiva que aniquilara al ejército ruso. No la consiguió y fue una de esas victorias pírricas, en la que pierdes más que de lo que ganas. Estas decisiones del PP de Rajoy lo único que han conseguido es reforzar la imagen autoritaria del gobierno (si hasta el editorial de El País ha criticado la prohibición del acto de Madrid, imagina), dando aún más aire al independentismo.
Pero Rajoy, al igual que Napoleón, sólo ve las torres del Kremlin de Moscú, el 1-O, como objetivo final con el que derrotar a su adversario. Cree que desbaratando el 1-O ya habrá ganado.
Pero se equivoca, como Napoleón. Para el independentismo, el 1-O es una fase más, una batalla más que se puede perder para al final ganar la guerra. Los rusos perdieron Moscú pero, quemándola, provocaron la retirada final de Bonaparte y acabaron expulsándolo de Rusia. Ganar Moscú no es conquistar Rusia, como impedir el referéndum del 1-O no es el fin del 47,2% de independentistas.
Puigdemont y Junqueras, como el general ruso Kutúzov, han atraído a Rajoy a la trampa del 1-O, forzando que empleara todos los recursos legales cuando una respuesta política hubiera bastado para desactivarla, buscando repetir un 9N.
¿Puede rectificar Rajoy? Lo tiene complicado. No sólo porque sería incumplir su palabra, sino sobretodo porque ya ha cruzado una línea en la que rectificar es imposible.
Podría reducir los daños si antes del 1-O planteara una oferta política EN MAYÚSCULAS para debatir el siguiente día 2.
Pero una cosa es clara: Rajoy ya ha perdido ante el independentismo y la opinión pública nacional e internacional (la imagen de la Diada ha tenido mucho efecto) la batalla del 1-O, aunque seguramente no haya referéndum. Rajoy ha de ver que la derrota a la que se enfrenta es culpa suya, por estar 5 años dejando pudrir el problema y aprovechando los réditos electorales de la tensión con el independentismo.
Tiene dos alternativas: seguir camino a Moscú y acabar retirándose como Napoleón e iniciar el principio del fin de su gobierno, o puede rectificar y ya plantear el juego del día después del 1-O, ya que procés no acaba el 1-O, haya o no haya consulta.
Porque si algo nos enseña la Historia es que nunca, nunca, nunca, intentes invadir Rusia.
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