#Revistas científicas
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cmatain · 2 months ago
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Publicado el número 17 (2024) del «Anuario Calderoniano» (ISSN: 1888-8046)
Se acaba de publicar el número 17 del Anuario Calderoniano (ISSN: 1888-8046), correspondiente al año 2024. El volumen se abre con una necrológica, «Enrique Rull, maestro y amigo», escrita por Ignacio Arellano. Sigue la sección de artículos, que incluye 17 contribuciones: Fausta Antonucci, «Risa y llanto en la dramaturgia cómica de Calderón: unas calas» Enrica Cancelliere, «Sátira y subversión…
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elbiotipo · 5 months ago
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Es triste saber que estamos asistiendo al final de las revistas. Hoy pasé por una revisteria, una de las últimas que quedan, y me acordé que ya no existe Anteojito, Billiken ni Genios, ya no hay más National Geographic y creo que pronto no habrá más nada.
Entiendo que no hay manera que compitan con el internet. Pero que pérdida igual.
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freckles-like-stars-n-shit · 4 months ago
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SUPERSOLES
Las primeras estrellas del universo
Autor: Lic. Mariano Ribas, Planetario de la Ciudad de Buenos Aires Galileo Galilei. Revista Si Muove n°26 - Primavera 2023
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01: Ilustración de una de las extraordinarias estrellas de la antiquísima Población III.
Se encendieron cuando el cosmos aún gateaba, cuando todo era oscuridad. Eran enormes, supermasivas y extremadamente calientes y luminosas. Esas primeras estrellas vivieron pocos millones de años y luego explotaron como ninguna otra cosa haya vuelto a explotar. Gracias a su metamorfosis físico-química, cambiaron para siempre la historia del universo. Hoy, unos 13.600 millones de años más tarde, la astronomía, en una suerte de arqueología cósmica, arriesga modelos, juega con complejas simulaciones por computadora y busca pistas y radiaciones "fósiles" que puedan ayudarnos a delinear su perfil. Estamos comenzando a escribir la historia de aquellos arcaicos supersoles.
Al principio, todo era oscuridad. Luego del Big Bang, el universo en expansión era un pequeño, denso y muy caliente mar de espacio, energía y partículas elementales. No había estrellas, ni galaxias, ni planetas. Los primeros 200 millones de años del cosmos corresponden a lo que los astrónomos llaman las Eras Oscuras. En aquel cosmos primitivo, la gravedad fue organizando y agrupando la materia en estructuras cada vez más grandes, tanto la materia normal (o bariónica) como la materia oscura, que era y es abrumadoramente mayoritaria.
Poco a poco, a la par del progresivo crecimiento y enfriamiento generalizados, colosales nubes de hidrógeno, salpicadas de helio e ínfimas piscas de litio (y ningún otro elemento, porque no los había), fueron colapsando y ganando densidad y temperatura. Según los modelos actuales, se gestaron “mini-halos” de gas y materia oscura de alrededor de 1 millón de masas solares, en cuyo interior se formaron nódulos más densos. Eran los “embriones” de las primeras estrellas, soles primitivos que se encendieron gracias a la fusión termonuclear (de hidrógeno en helio) en sus núcleos; y que, a su vez y de a millones, darían cuerpo y luz a las primeras galaxias.
Universo diferente, estrellas diferentes
Tras ese necesario vistazo, breve y simplificado, al muy temprano y primitivo escenario cósmico, vamos directamente al punto de este artículo: según todos los modelos científicos vigentes, las primeras estrellas del universo eran muy diferentes a las actuales, tanto en escala como en composición química. Y eso fue así, justamente, porque las condiciones generales del cosmos eran bien distintas.
Tanto en el universo contemporáneo como en el de los últimos miles de millones de años, las nebulosas (que siempre fueron las “fábricas” de estrellas) están salpicadas de elementos pesados, como carbono, oxígeno, nitrógeno, calcio, hierro, y hasta granos de polvo. Elementos que las enfrían y facilitan la múltiple fragmentación de sus nódulos internos, sus partes más densas. Por el contrario, en los primeros cientos de millones de años, las nebulosas carecían de elementos pesados. Eran puro hidrógeno y helio. Y fue justamente esa pobreza química la que permitió que los nódulos protoestelares alcanzaran temperaturas relativamente altas (unos 500°C). Eso, a su vez, los hacía más resistentes a la fragmentación. De ese modo, los nódulos podían colapsar completos y dar origen a estrellas mucho más grandes y masivas que las modernas. ¿Cuán masivas?
La respuesta es sorprendente.
Estudios previos y actuales: ¿quién da más?
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02: El Telescopio Espacial James Webb es un instrumento fundamental para la búsqueda y el estudio de las primeras estrellas y galaxias del universo. Está equipado con un espejo primario segmentado, bañado en oro, de 6,5 metros de diámetro, y observa el cosmos en el rango del infrarrojo cercano y medio.
Durante los últimos veinte años, el escenario teórico que acabamos de plantear se consolidó gracias a una multiplicidad de estudios, observaciones y modelos. Los astrónomos han ido afinando, pacientemente, el perfil de aquellos primeros y monumentales soles.
Si hacemos un rápido repaso cronológico, no podemos dejar de mencionar los aportes que, en 2005 y de modo independiente hicieron dos equipos de científicos: uno, de las Universidades de Yale y Harvard, en Estados Unidos; y el otro, del Instituto Max Planck de Astrofísica, en Alemania. Mediante sofisticadas simulaciones por computadora, estos detectives del pasado cosmológico recrearon las condiciones de gestación estelar en el universo primitivo. En ambos casos, llegaron a conclusiones similares: los nódulos primigenios habrían formado estrellas de cientos de masas solares; incluso, de más de 1000. Tengamos en cuenta que las estrellas más masivas de nuestra galaxia (como Eta Carinae A, WR42e, WR93, Arches-F9 o la llamada Pistol Star) tienen entre 100 y 150 masas solares.
Investigaciones posteriores, realizadas durante la pasada década (como el programa EDGES, encabezado por científicos del Instituto de Tecnología de Massachusetts, EE.UU., que utilizó un radiotelescopio en Australia en 2018) ajustaron algunas tuercas. Pero coincidieron en lo esencial: esas primitivas criaturas estelares habrían sido mucho más grandes y masivas que las actuales.
Mil masas solares no es poco. Pero un flamante estudio sugiere que, al menos en ciertos casos, las primeras estrellas pudieron haber ido mucho más allá. El trabajo en cuestión fue publicado a fines de enero, y sus autores principales son los astrofísicos japoneses Masaki Kiyuna, Takashi Hosokawa y Sunmyon Chon, del Departamento de Física de la Universidad de Kyoto. Mediante simulaciones con supercomputadoras de una resolución sin precedentes, estos investigadores no solo demostraron que para “construir” estrellas supermasivas se requiere un medio denso, relativamente caliente y carente de elementos pesados; sino que también el proceso de colapso gravitatorio debe afectar a masas muy elevadas, en volúmenes pequeños y en tiempos muy breves. Las simulaciones de Kiyuna, Hosokawa y Chon se basan en el fenómeno astrofísico de “acreción fría”, en el que también intervienen colisiones de flujos de materia sobre los discos protoestelares, ondas de choque y mecanismos que remueven el calor del material durante el abrupto colapso gravitatorio¹.
Y ahora sí, la asombrosa y prometida conclusión: según este minucioso trabajo científico, es probable que, bajo las condiciones imperantes en aquellos primerísimos tiempos del cosmos, el repentino e imparable colapso de inmensos nódulos de gas haya encendido estrellas de decenas de miles de masas solares; incluso, hasta 100 mil.
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03: Gráfico a escala que muestra la relación de tamaño entre diferentes tipos de estrellas, incluido el Sol, y una de las colosales estrellas de la Población III que existieron en los primeros cientos de millones de años del universo.
Poblaciones I, II y III
Partiendo de la clasificación inicial realizada por el gran astrónomo alemán Walter Baade (1893-1960) durante la Segunda Guerra Mundial, los astrónomos de hoy en día hablan de tres tipos de poblaciones estelares a lo largo de la historia del universo. En su momento, Baade observó y analizó espectroscópicamente estrellas individuales de la vecina galaxia de Andrómeda (dicho sea de paso, fue el primero en resolverlas visualmente, con el auxilio del telescopio reflector de 2,5 m de diámetro del Observatorio de Monte Wilson, California, EE.UU.). Y así notó que podía dividirlas en dos grandes grupos: las azules, más jóvenes, calientes y luminosas; y las rojizas, más viejas y frías. La Población I y II, respectivamente. Mas tarde, los astrónomos se dieron cuenta de que esta clasificación tenía mucho que ver con la construcción de elementos químicos más pesados a lo largo de la historia de la Vía Láctea. Las estrellas de Población II, mucho más antiguas, estaban menos enriquecidas con elementos más pesados que el helio (carbono, oxígeno, hierro, por ejemplo). Las de Población I, en cambio, se habían gestado en nubes de gas mucho más “contaminadas” de elementos pesados, provenientes de estrellas ya extintas. Sin embargo, había algo que no terminaba de cerrar: a pesar de contener cantidades exiguas de oxígeno, calcio o hierro, las estrellas de Población II sí los tenían. Y esos elementos no podían haber nacido luego del Big Bang. Por lo tanto, debió existir una generación de estrellas aún más antiguas y primitivas, formadas solo a partir del hidrógeno y helio iniciales. Ya en la década de 1980, los astrónomos (entre ellos, el británico Bernard Carr), bautizaron a esas estrellas, arcaicas y fundacionales, como la Población III, y las modelaron teóricamente como colosales bolas de hidrógeno y helio crudos, esculpidas por la gravedad en los primeros cientos de millones de años del universo. Objetos de miles de millones de km de diámetro y cientos o miles de masas solares. Ni más ni menos que los supersoles de los que habla este artículo.
Monstruos luminosos y explosivos
Debido a sus descomunales masas, justamente, aquellos primitivos soles gigantes habrían sido decenas o cientos de millones de veces más luminosos que cualquier estrella común del universo actual (como el Sol, por ejemplo). Y qué decir de sus temperaturas superficiales, que según estos mismos modelos teóricos ardían a más de 100.000°C (contra los 5500°C del Sol; o los 20.000°C o 30.000°C de estrellas modernas fuera de serie, como las espléndidas y azuladas Spica, en la constelación de Virgo; Regulus, en Leo; o Rigel, en Orión). A punto tal, que su pico de emisión no estaba en el rango visible, sino en lo profundo de la luz ultravioleta (de menor longitud de onda, mayor frecuencia y mucha mayor energía). Con semejante perfil, esas superestrellas debieron haber calentado y ionizado todo el gas de sus alrededores, esa misma materia prima que les diera origen.
Semejante furia astrofísica iba de la mano de una brutal y muy veloz fusión termonuclear en sus núcleos todopoderosos. Y aquí se abre otra cuestión tan apasionante como decisiva para la posterior evolución del cosmos. Gracias a la fusión termonuclear en sus corazones, las primeras estrellas del universo reciclaron su hidrógeno y helio originales; y en etapas sucesivas, cada vez más calientes, breves y violentas, forjaron elementos más y más complejos: carbono, oxígeno, magnesio, nitrógeno, silicio e, incluso, hierro. Finalmente, tras brillar durante unos pocos millones de años, explotaron como hipernovas, estallidos cientos de veces más energéticos y luminosos que cualquier supernova contemporánea.
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04: Esta imagen infrarroja, obtenida por el Telescopio Espacial Spitzer en 2005, muestra un suave resplandor de fondo, posiblemente asociado a radiación emitida, en tiempos muy remotos, por las primeras estrellas.
Población III: revolución y legado cósmico
Ya es hora de etiquetarlas: técnicamente hablando, los astrónomos dicen que las primeras estrellas formaron la Población III, y que sus descendientes, aquellas que vivieron en los siguientes miles de millones de años, corresponden a la Población II y a la Población I. Estas últimas, por ejemplo, incluyen al Sol y todas las estrellas que vemos en el cielo nocturno (ver apartado).
La aparición y desarrollo de las primeras estrellas no solo dio por finalizadas las Eras Oscuras, sino que dio inicio a una nueva y revolucionaria etapa en la historia del universo. Por un lado, la intensa luz ultravioleta derramada por estos monstruos calentó y ionizó las masas de gas interestelar, que en las Eras Oscuras habían permanecido esencialmente en estado calmo y neutro. Es decir: en lugar de dejar los átomos de hidrógeno intactos, con sus electrones ligados a sus núcleos, la radiación ultravioleta les arrancó los electrones a los núcleos de hidrógeno. Por un lado, desde aquel lejano momento, el gas que flota en el universo está mayormente ionizado. Pero lo más jugoso es algo que dejamos picando en el párrafo anterior: a fuerza de la fusión termonuclear del hidrógeno y del helio, las estrellas de Población III forjaron elementos químicos más complejos, que no existían en el amanecer del cosmos. Y cuando explotaron como hipernovas, desparramaron esos nuevos elementos a cientos de años luz a la redonda, nutriendo y enriqueciendo el medio interestelar y las, hasta entonces, nebulosas vírgenes, de puro hidrógeno y helio.
De esa manera, las posteriores generaciones de estrellas, si bien ya no tan masivas, calientes ni luminosas (por las mismas limitaciones cósmicas que imponían las nuevas condiciones físico-químicas), se hicieron cada vez más ricas químicamente. Las nuevas recetas estelares ya incluían también carbono, oxígeno, hierro y tantos otros preciosos elementos que permitirían la gestación de planetas. Y en épocas mucho más recientes, al menos en este pequeño rincón del universo, la vida. Ni más ni menos. Un tema que, desde luego, merece todo un artículo aparte. El legado de los supersoles fue verdaderamente trascendental.
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05: Imagen artística que representa las primeras estrellas supermasivas aparecidas en el universo tan solo 200 millones de años después del Big Bang.
Huellas en el cosmos: antecedentes
Desde hace décadas, los astrónomos barren el cielo con toda clase de instrumentos para encontrar las posibles huellas de aquellas estrellas prodigiosas. No solo desde la superficie, sino también con sofisticados observatorios espaciales. Durante los años ’90, por ejemplo, el satélite COBE (Cosmic Backgroud Explorer), de la NASA, destinado principalmente a estudiar la famosa radiación de fondo cósmico de microondas (una suerte de “fósil” de los primeros tiempos del universo), detectó un muy débil “fondo infrarrojo”, tentativamente atribuido a la emisión de estrellas extremadamente lejanas/antiguas.
Ya a comienzos de este siglo, el observatorio espacial WMAP (Wilkinson Microwave Anisotropy Probe), sucesor del COBE, detectó curiosos patrones de polarización en la radiación de fondo cósmico de microondas, que fueron asociados a la ionización a gran escala generada por las primeras estrellas. También por entonces, el observatorio espacial Swift (también de la NASA) detectó un tremendo estallido de rayos gamma, aparentemente originado hace unos 12.800 millones de años. El brutal fogonazo cósmico bien pudo ser la señal de una hipernova de Población III.
Otra pista particularmente interesante surgió en 2005, cuando un equipo encabezado por Alexander Kashlinsky apuntó durante 10 horas el Telescopio Espacial Spitzer (NASA) hacia un rincón de la constelación boreal de Draco. El resultado fue una recordada imagen infrarroja, cargada de estrellas de la Vía Láctea y montones de galaxias de fondo (imagen 04). Pero lo verdaderamente interesante no eran las estrellas, ni las galaxias, sino el suave resplandor de fondo que bañaba la imagen. Mediante técnicas digitales de procesado, Kashlinsky y sus colegas le quitaron a la imagen original todas las estrellas y galaxias, y dejaron solo los manchones infrarrojos de fondo. Y fue entonces cuando arriesgaron una asombrosa explicación: “Creemos que esa es la luz colectiva de millones de los primeros objetos que se formaron en el universo (…), astros que desaparecieron hace eones, pero cuya luz sigue viajando por el cosmos”, decía el científico en la revista Nature. Si así fuera, es verdaderamente impresionante: luz estelar que viajó desde la infancia del universo, durante más de 13.000 millones de años, acompañando su expansión y “estirándose” y debilitándose a la par, pasando de ser furiosa luz ultravioleta, a ese actual y etéreo resplandor infrarrojo. Una suerte de fósiles electromagnéticos que permean el cosmos y hablan en nombre de incontables soles extintos.
En clara sintonía con aquel “fogonazo” detectado por el Swift, en 2009, y con la ayuda de un enorme globo que se elevó hasta la alta atmósfera, el programa ARCADE (Absolute Radiometer for Cosmology, Astrophysics, and Diffuse Emission) de la NASA registró breves y débiles pulsos de ondas de radio, cuyo posterior análisis sugirió que podían ser los “ecos” de una o más hipernovas extremadamente lejanas/antiguas. La lista de sugerentes indicios podría extenderse mucho más. De hecho, durante la pasada década los astrónomos sumaron pistas muy similares que, tomadas en su conjunto, apuntan en la misma dirección: todas serían posibles evidencias de la presencia de estrellas extremadamente masivas y luminosas que vivieron y murieron en los primeros cientos de millones de años del cosmos.
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06: El observatorio espacial de microondas WMAP (Wilkinson Microwave Anisotropy Probe) ha sido otra herramienta fundamental para detectar pistas sobre la existencia de las inmensas y extremadamente calientes y luminosas estrellas de la Población III.
Búsquedas con el Telescopio Espacial James Webb
Más allá de perfiles teóricos, sólidas simulaciones por computadoras y una muy buena cantidad de sugerentes indicios, ¿tenemos evidencias directas de aquellos arcaicos prodigios estelares? Oficialmente, aún no. Pero estamos cerca de lograrlo, fundamentalmente, gracias al flamante y prometedor Telescopio Espacial James Webb (JWST) de la NASA. A la luz de sus primeros e impresionantes imágenes y datos (que diferentes especialistas han abordado, incluso, en charlas especiales en la sala del Planetario), hay muy buenas razones para hacernos ilusiones. Gracias a su espejo primario de 6,5 metros de diámetro, sus múltiples sensores y espectroscopios, y su altísima sensibilidad en el rango del infrarrojo cercano y medio, el JWST es una máquina perfecta para escudriñar el universo más distante/primitivo. Eso incluye, por supuesto, las galaxias de hace más de 13 mil millones de años, donde anidaban las estrellas de Población III.
El JWST podría observar sin problemas las hipernovas en los límites del universo observable. Y mediante el análisis espectral de ese cataclismos, se podría perfilar mucho mejor los supersoles que los precedieron.
Otras pistas podrían surgir de la búsqueda y detección de helio ionizado (o helio II) en galaxias extremadamente antiguas. Los astrónomos sospechan que la brutal radiación de las estrellas de Población III debería haber “arrancado” electrones a sus átomos de helio, un fenómeno que emitiría patrones de luz específicos. Sobre este punto también tenemos novedades, y tienen que ver con el JWST. En febrero pasado se conocieron resultados muy preliminares de un estudio espectroscópico de más de 2 mil galaxias, realizado por el astrónomo Xin Wang (Academia China de Ciencias, en Pekín) y sus colegas. Entre los datos filtrados, aparece una galaxia que ya existía apenas 620 millones de años después del Big Bang, con claras señales de helio II. Es muy probable que pronto tengamos novedades.
¿Supersoles en los arrabales galácticos?
Dicho todo lo anterior, parecería completamente absurdo buscar aquellos supersoles en el universo actual. Sin embargo, hay quienes piensan que, no tan lejos, podríamos dar con criaturas bastante similares. ¿Dónde? La respuesta, una vez más, proviene de las simulaciones por computadora. Un estudio publicado en enero de este año por un grupo internacional de científicos², sugiere que en las zonas más externas de las más grandes galaxias modernas podrían existir reservorios de hidrógeno y helio esencialmente vírgenes. Regiones muy aisladas del resto del cuerpo galáctico, donde inmensas nubes de gas no “contaminado” de elementos pesados podrían gestar estrellas colosales, de características muy similares a las de la Población III original. Nuevamente, el JWST tendría la capacidad necesaria para encontrarlas, al menos, en galaxias situadas a decenas o cientos de millones de años luz.
Una asombrosa posibilidad
Para el final dejamos lo más extremo: bajo circunstancias tan extremas como fortuitas, el JWST podría lograr una imagen directa y puntual de alguna de las estrellas de la Población III. En principio, esto parece imposible dado que, incluso bajo la penetrante mirada infrarroja de este telescopio, galaxias enteras en los confines del espacio (y del tiempo) apenas lucen como vagas manchitas de unos pocos píxeles. ¿Cómo pretender, entonces, resolver una estrella, por más monumental que haya sido? La respuesta tiene que ver con el conocido fenómeno astrofísico de lentes gravitacionales.
En 2018, el astrónomo Rogier Windhorst (Universidad de Arizona, EE.UU.) y sus colegas, propusieron que la brutal fuerza de gravedad de los más grandes cúmulos de galaxias, podría torcer, concentrar y amplificas la luz estrellas individuales en galaxias ubicadas mucho más “atrás”, pero exactamente en la misma línea visual. Con esa ayudita de la naturaleza, la luz alguna vez emitida por los supersoles “podría sufrir una casi infinita magnificación, y así saltar a la vista (una imagen individual)”, dice Windhorst. No es casual que, sobre esa base y ahora mismo, este científico lidere un plan de búsqueda con el JWST: “Estoy muy confiado de que en uno o dos años veremos una… Ya tenemos algunos objetos candidatos”.
Sencillamente, fascinante. Quizás muy pronto, y desde la otra punta del espacio y del tiempo, aquellos super- soles que vivieron y brillaron durante el amanecer del universo, nos revelen el secreto último de su gloria, su tragedia y su revolucionario legado.
Notas ¹ Todo ha sido dicho de modo simplificado. Quienes quieran profundizar, pueden buscar el trabajo original en internet: First emergence of cold accretion and supermassive star formation in the early universe / Kiyuna, Hosokawa, Chon ² A needle in a haystack? Catching Pop III stars in the Epoch of Reionization: I. Pop III star forming environments / Venditti, Graziani, Schneider, Pentericci, Di Cesare, Maio, Omukai.
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poesia · 58 minutes ago
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Revista De Higgs: Nasce um novo periódico focado em ficção científica e fantasia cristã
Uma nova revista de literatura cristã acaba de nascer. Celebremos! https://marocidental.blogspot.com/2024/11/revista-de-higgs-nasce-um-novo.html
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edsonjnovaes · 1 month ago
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Jovem de 19 anos diagnosticado com Alzheimer 1.2
Neurologistas em uma clínica de memória na China diagnosticaram um jovem de 19 anos com o que eles acreditam ser a doença de Alzheimer, tornando-o a pessoa mais jovem a ser diagnosticada com essa condição no mundo, o adolescente começou a experimentar declínio de memória por volta dos 17 anos, e as perdas cognitivas apenas pioraram ao longo dos anos. Vivimetaliun – 2023 ago 01 Aos 17 anos, o…
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aldeiacomum · 2 months ago
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Lançamento da LEXLAB: Reflexões de um Editor de periódico científico
Hoje tive o prazer de falar um pouco da minha experiência como editor institucional da Revista Mineira de Recursos Hídricos -RMRH na live de lançamento da LEXLAB – Revista Eletrônica de Direito. Agradeço a querida amiga Professora Dra. Michelle Lucas Cardoso Balbino e os demais editores da Revista, Dr. Jéffson Menezes de Sousa e Me. Maria Isabel Esteves de Alcântara pelo convite. Abaixo o link…
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joelpuga · 1 year ago
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terezayamashita · 1 year ago
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A Família Fermento na Ciência Hoje das Crianças
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edisilva64-blog-blog · 2 years ago
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A Funarte lança - Ibrartes - O Indexador Brasileiro das Artes revoluciona a pesquisa nas artes
Ibrartes – O Indexador Brasileiro das Artes revoluciona a pesquisa nas artes A Fundação Nacional de Artes – Funarte, em parceria com o Instituto Brasileiro de Informação em Ciência e Tecnologia (IBICT), lançou recentemente o projeto Ibrartes – Indexador Brasileiro das Artes. Este programa é inédito e tem como objetivo agregar a produção científica nas áreas de música, dança, circo, teatro, artes…
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cmatain · 3 months ago
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«Anuario Calderoniano» (ISSN: 1888-8046) renueva el Sello de Calidad de la FECYT (2024)
Anuario Calderoniano (ISSN: 1888-8046), revista fundada y dirigida por Ignacio Arellano, ha superado la nueva convocatoria de evaluación de la calidad editorial y científica de las revistas científicas españolas llevada a cabo por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) en 2024. La resolución de la convocatoria establece que la revista cumple con los requisitos exigidos, por…
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dbernaschina · 2 years ago
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Invitación de artículo publicado en: https://dx.doi.org/10.12795/Communiars.2022.i08.04
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elbiotipo · 7 months ago
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Las revistas científicas deberían ser más divertidas. Muchos se imaginan que son tipo Muy Interesante o National Geographic (QEPD) pero en realidad son "revistas" (algunas del tamaño y formato de un manual de secundaria) que son colecciones de papers desconectados con capaz alguna editorial. Cuando por primera vez vi una en un formato no PDF me sorprendí, parecen guías telefónicas (traiciono mi edad)
Tendrían que traer crucigramas y juegos, cartitas al editor, consejos y tips, un espacio para dibujitos de los hijos de los investigadores, fanart, recetas y manualidades, CDs gratuitos llenos de shovelware, un montón de secciones estilo "sabías qué" de cualquier cosa, y por qué no hasta un par de pinups pero así artísticos, la cosa sana.
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notasfilosoficas · 6 months ago
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“Aquellos que buscan la felicidad en el placer, la riqueza, la gloria y el poder; son tan ingenuos como el niño que trata de atrapar un arco iris y usarlo como abrigo”
Matthieu Ricard
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Es un monje budista francés nacido en Lis-les-Bains en febrero de 1946.
Es hijo del renombrado filósofo francés Jean-François Revel y de la pintora Yahne Le Toumelin, por lo que creció rodeado de las ideas de los círculos intelectuales franceses.
Estudió en el Lycée Janson de Sailly de París y obtuvo el doctorado en biología molecular en el Instituto Pasteur bajo el patrocinio del premio Nobel de Fisiología François Jacob, y tras terminar su tesis doctoral en 1972, decidió abandonar su carrera científica para concentrarse en la práctica del budismo tibetano.
Vivió en el Himalaya y fue discípulo de Kangyur Rinpoche y posteriormente a la muerte de su maestro, fue discípulo cercano de Dilgo Khyentse Rinpoche hasta su muerte en 1991.
Matthieu Ricard es autor de diferentes publicaciones y fotógrafo destacado para numerosos libros y revistas. También ha sido traductor de numerosos textos budistas, siendo su libro denominado “El monje y el filosofo” (que recoge un dialogo con su padre), un best-seller en Europa y traducido a más de 21 idiomas.
La relación con la ciencia y el Budismo destacan su interés y conocimientos en ambos campos, y su libro denominado “El infinito en la palma de la mano” (la cual es una colaboración con el astrofísico y escritor vietnamita-estadounidense Trinh Xuan Thuan), refleja su interés por desarrollar los aspectos de la mente como un campo que la ciencia debe aprender del budismo.
En uno de los estudios llevados a cabo por la universidad de Wisconsin, investigadores colocaron 256 electrodos a su cráneo y mediante imágenes funcionales por resonancia magnética, se encontraron que Matthieu Ricard había logrado el nivel más alto de actividad en la corteza pre-frontal izquierda, un nivel nunca antes registrado en otro ser humano. Esta actividad cerebral, normalmente se asocia a las emociones positivas, por lo que fue declarado como “El hombre más feliz del planeta”. 
Actualmente y desde 1989 Matthieu Ricard ejerce como interprete de francés del décimo cuarto Dalai Lama Tenzin Gyatso y es uno de los primeros monjes en hablar y traducir el idioma tibetano.
Debido a su labor altruista y humanitaria en la India, Nepal y Tibet, fue galardonado con la Orden Nacional del Mérito, reconocimiento que ha otorga el gobierno Francés, a figuras destacadas como Jacques Costeau, los expresidentes Charles de Gaulle y François Mitterrand así como actores como Marcel Marceau y Gerard Depardieu.
Fuente: Wikipedia
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claudiosuenaga · 6 months ago
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Robert Maxwell iniciou a censura na ciência?
Robert Maxwell (1923-1991), o conhecido magnata judeu checo que se tornou um agente duplo logo após a Segunda Guerra e morreu de maneira misteriosa quando navegava em seu iate, deu início ao seu Império editorial com os apoios financeiros tanto da KGB como do M16.
Objetivo: "controle do conhecimento".
O certo é que nos anos 50, Maxwell já dominava o mercado editorial na área da Ciência, Tecnologia e Medicina por meio de sua Pergamon Press. Curiosamente, Pergamon é o local do trono de Satanás segundo Apocalipse 2:12-13.
Seria esta a origem da sempre crescente censura que se tem verificado na área das publicações científicas em relação a tudo que não esteja alinhado com a "Ciência Oficial"?
Censura essa que atingiu extremos paroxísticos com as narrativas Covid e das mudanças climáticas (antes referidas como aquecimento global).
Por sua vez, a filha de Robert, Ghislaine Maxwell, também se tornou uma empresária de sucesso, já não na área do "controle do conhecimento", mas na área da pedofilia, distinguindo-se como braço direito do pedófilo Epstein, cuja ilha era frequentada, entre outros, por Bill Gates e o Príncipe Andrew.
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Ghislaine, Robert e Betty Maxwell no Festival de cinema de Cannes em 1987. Foto: Steve Wood/Rex/Shutterstock.
Por Gloria Moss and Niall McCrae (em 22 de maio de 2024)
Tradução de Cláudio Suenaga
Fonte: TCW Defending Freedom
A PUBLICAÇÃO de resultados de pesquisas, proposições teóricas e ensaios acadêmicos não é algo gratuito. Tal como demonstrado pelo dogmatismo em torno das alterações climáticas e da Covid-19, os céticos lutam para publicar artigos impressos. O guardião é o sistema de revisão por pares, que as pessoas consideram um processo de triagem para garantir o rigor da literatura científica.
Nem sempre foi assim. Pelo menos até a década de 1950, a decisão de publicar era tomada pelos editores de revistas acadêmicas, que eram normalmente professores eminentes em suas áreas. A revisão por pares, por outro lado, implica que o editor envie um manuscrito anonimizado a revisores independentes que indicam se a submissão deve ser aceita, revisada ou rejeitada, embora o editor tome a decisão final. Isto pode parecer justo e objetivo, mas na realidade a revisão por pares tornou-se um meio de controlo do conhecimento – e como argumentamos aqui, talvez esse sempre tenha sido o objetivo.
Você pode se surpreender ao saber que o instigador da revisão por pares foi o magnata da mídia Robert Maxwell. Em 1951, aos 28 anos, o emigrado checo comprou três quartos da Butterworth Press por cerca de meio milhão de libras em valor atual. Ele a renomeou como Pergamon Press, com seu negócio principal em periódicos de ciência, tecnologia e medicina (science, technology and medicine, STM), todos os quais instalaram o sistema de revisão por pares. De acordo com Myer Kutz (2019), "Maxwell, justificadamente, foi uma das figuras-chave – se não a figura-chave – na ascensão do negócio de publicação de periódicos comerciais STM nos anos após a Segunda Guerra Mundial."
A empresa de Maxwell conquistou outras editoras e sua influência foi enorme. Em 1959, a Pergamon publicava 40 periódicos, aumentando para 150 em 1965. Em 1996, um milhão de artigos revisados por pares haviam sido publicados. No entanto, apesar do aumento dos meios de comunicação, as oportunidades para escritores com análises ou argumentos contrários à narrativa predominante são limitadas. Maxwell foi fundamental para que a revisão por pares se tornasse um regime para reforçar as doutrinas e o poder prevalecentes. Sete anos após o lançamento da Pergamon Press, Maxwell mudou-se para Headington Hill Hall, uma mansão de 53 quartos em Oxford, que alugou da Câmara Municipal de Oxford.
Mas como ele conseguiu adquirir inicialmente a Butterworth Press? Em 1940, Maxwell era um jovem de 16 anos, sem um tostão, de origem judaica, tendo deixado a Tchecoslováquia em busca de refúgio na Grã-Bretanha. Seus talentos linguísticos atraíram os serviços de inteligência britânicos. Em uma missão em Paris em 1944, ele conheceu sua esposa huguenote, Elisabeth. Após o fim da guerra, em 1945, ele passou dois anos na Alemanha ocupada, no Ministério das Relações Exteriores, como chefe da seção de imprensa. Quatro anos depois, sem nenhuma atividade lucrativa em seu nome, esse jovem encontrou dinheiro para comprar uma editora britânica estabelecida. De acordo com Craig Whitney (New York Times, 1991), Maxwell fez da Pergamon um negócio próspero com "um empréstimo bancário e dinheiro emprestado da família de sua esposa e de parentes na América".
Outra pista é dada por um videoclipe da BBC (2022) sobre as ligações de Maxwell com redes de inteligência. Enquanto trabalhava como agente do KGB em Berlim, apresentou-se ao MI6 como tendo "estabelecido ligações com cientistas de renome em todo o mundo". Segundo o jornalista investigativo Tom Bower, "inacreditavelmente, o que ele realmente queria era que o MI6 o financiasse para abrir uma editora". Este ponto é corroborado por Desmond Bristow, ex-oficial do MI6, que afirma que Maxwell pediu ao serviço secreto de segurança para financiar o seu empreendimento. Se foram os serviços de inteligência (britânicos e/ou russos) que financiaram a Pergamon Press, o seu motivo poderia ter sido garantir o controlo do conhecimento após os tremendos avanços da Segunda Guerra Mundial (tais como a física nuclear e as armas de destruição maciça).
A escolha do nome da editora por Maxwell é interessante. O antigo local de Pérgamo era supostamente o local do trono de Satanás (Apocalipse, 2:12), e um cínico poderia sugerir que o sistema de revisão por pares de Maxwell transformaria a ciência do Iluminismo para uma nova Idade das Trevas.
Uma estratégia de Maxwell foi rotular seus periódicos como globais: em vez do paroquial "British Journal of. . ." era sempre "International Journal of..." Em 1991, Maxwell vendeu seu império editorial acadêmico para a editora holandesa Elsevier por £ 440 milhões. Nessa altura, ele tinha alcançado o seu objetivo – e talvez o dos seus patrocinadores secretos – de uma imprensa acadêmica controlada globalmente.
Se uma conspiração de censura parece absurda, consideremos o caso da revista de pensamento crítico Medical Hypotheses. Fundada pelo estudioso britânico David Horrobin em 1975, esta revista publicou ideias novas e radicais sobre saúde que provavelmente seriam rejeitadas pelas revistas convencionais. Um único editor decidia o que publicar, sem painel de revisão. No obituário do British Medical Journal de 2003, Horrobin foi descrito como "uma das mentes científicas mais originais da sua geração".
Em 2009, as Hipóteses Médicas tornaram-se uma causa célebre. Bruce Charlton, que sucedeu a Horrobin como editor-chefe, aceitou um artigo altamente controverso do virologista Peter Duesberg, de Berkeley, que contestou a base do HIV na AIDS e argumentou que o governo sul-africano estava certo em não administrar medicamentos anti-retrovirais a pessoas que sofrem de AIDS porque a ligação HIV-AIDS permaneceu sem comprovação. A publicação causou furor no mundo científico. Cientistas associados aos Institutos Nacionais de Saúde dos EUA ameaçaram remover todas as assinaturas de títulos da Elsevier da Biblioteca Nacional de Medicina. A exigência deles não era apenas que a Elsevier retirasse o artigo, mas também que instituísse a revisão por pares na revista.
Elsevier concordou e dispensou Charlton. Mehar Manku, que o substituiu, garantiu que a revista agora "tomaria cuidado para não entrar em assuntos controversos", o inverso do que Horrobin pretendia. Charlton comentou mais tarde: "A revista que atualmente se autodenomina Medical Hypotheses é uma farsa desonesta e uma caricatura da visão legada pelo fundador, Professor David Horrobin; e, como tal, deveria ser encerrado – e, tendo em conta as tendências atuais, certamente o será."
Consideremos o caso do cientista britânico Rupert Sheldrake, cuja investigação sobre a ressonância mórfica desafiou os princípios fundamentais da ciência normal. Sheldrake foi alvo de intensa hostilidade por parte de John Maddox, editor-chefe da Nature, a revista científica de maior prestígio do mundo. Num editorial infame em 1981, Maddox denunciou o primeiro livro de Sheldrake, A New Science of Life (Uma Nova Ciência da Vida), como um "tratado enfurecedor" e "o melhor candidato para ser queimado que existe há muitos anos". Em 1999, Maddox revisou o livro de Sheldrake, Dogs That Know When Their Owners are Coming Home (Cães que Sabem Quando Seus Donos Estão Voltando para Casa), que apresentava evidências convincentes de poderes psíquicos em pássaros e animais, e declarou: "Rupert Sheldrake é firmemente incorrigível no sentido particular de que ele persiste no erro. Essa é a principal importância de seu oitavo e último livro. Sua principal mensagem é que os animais, principalmente os cães, utilizam a telepatia nas comunicações rotineiras. O interesse deste caso é que o autor era um cientista regular com um doutoramento em bioquímica em Cambridge, até escolher atividades que se relacionam com a ciência, tal como a medicina alternativa faz com a medicina propriamente dita."
Como o leitor perspicaz notará, Maddox joga com o homem e não com a bola, recusando-se, no seu ataque ad hominem, a se envolver com as evidências de Sheldrake. Esta não é uma abordagem científica, mas sim censura ideológica, com a vingança pessoal de "cancelar a cultura". Esse pensamento de grupo opressivo é facilitado pelo sistema de revisão por pares e não é aplicado apenas a teóricos "extravagantes" como Sheldrake.
Conforme explicado em Green in Tooth and Claw (Niall McCrae, 2024), o uso mais significativo de revistas acadêmicas para propaganda é com a agenda ecológica. O consenso supostamente esmagador sobre as alterações climáticas antropogênicas é um mito, uma vez que o número frequentemente citado de 97% dos cientistas foi derivado de quatro estudos, todos eles falhos. A ciência não é uma sondagem de opinião, e uma reformulação apropriada da afirmação seria que 97% dos cientistas acreditam em tudo o que lhes dá financiamento. A revisão por pares tem sido explorada pela indústria farmacêutica. Os medicamentos antidepressivos têm sido consistentemente endossados em revistas médicas desde que o Prozac foi introduzido na década de 1980, apesar da segurança e eficácia duvidosas. O marketing acadêmico dos produtos da Big Pharma atingiu seu apogeu com as vacinas Covid-19.
Para o bem da humanidade, precisamos regressar a um empreendimento científico aberto e objetivo. Tal como muitos desenvolvimentos supostamente progressistas na sociedade, a revisão por pares trouxe mais problemas do que soluções. O fato de ter sido iniciado pela figura desonesta de Robert Maxwell, com financiamento secreto, sugere um design ulterior.
Este artigo foi publicado na Country Squire Magazine em 17 de maio de 2024 e foi republicado com gentil permissão.
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A Rainha Elizabeth II cumprimenta Maxwell e sua filha Ghislaine em 1983. Foto: Bettmann.
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Jeffrey Epstein e Ghislaine Maxwell em 1995. Foto de Patrick McMullan.
A CIÊNCIA VAI BEM, OBRIGADO!
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friendmedusa · 8 months ago
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Começando aqui mais um choque de cultura, com os maiores nomes do transporte alternativo, sempre falando de cultura e hoje: livro de gótica sapatão.
Dá seu boa noite e o panorama geral, Maurílio.
Maurílio: Boa noite, necromantes de todo o Brasil. A obra que vamos analisar hoje é a saga túmulo trancafiado, da autora Tamsyn Muir.
Renan: Túmulo trancafiado? Livro de terror eu não gosto.
Maurílio: Não é livro de terror, Renan. É de ficção científica e fantasia, e ele fala...
Rogerinho: Parou, parou. Renan. Você não leu o livro?
Renan: Eu ia aproveitar pra ler fazendo um fretado voltando de Santos, mas caiu uma barreira perto de Paraty e eu precisei dirigir desviando dos socorristas da defesa civil. E, como vocês sabem, eu enjoo se ficar lendo e fazendo curva. Aí eu só coloquei o último missão impossível no celular e vim assistindo.
Rogerinho: Muito bom, Renan! Olha aí a importância de se conhecer! Olha o autocuidado!
Renan: Desde meu divórcio eu tô prestando muita atenção em mim, Rogerinho. Ouviu, dona Fabíola?! Eu tô me cuidando! Eu tô bem melhor agora!
Rogerinho: Parabéns, Renan! Mas e aí, gostou do filme?
Renan: Duas palavras: Quase show. A melhor cena infelizmente é numa moto.
Rogerinho: Uma pena saber que uma instituição como tom cruise se rendeu à praga da moto.
Renan: Mas é quase show porque tem uma perseguição de carro que o tom cruise e a agente carter tão num carro tão pequeno que parece um Fusca.
Julinho: Poooorra, aí sim. Só quem já meteu 210 quilômetros por hora num Fusca sabe o que é sorrir de verdade. Teve uma vez que eu tava dirigindo um fusquinha emprestado, contornando uma blitz ali por Seropédica e me ligaram falando que tava cheio de golfinho na praia de Guaratiba. Mermão, eu abri as janelas, acendi meu Marlboro light e eu achei que ia voar.
Renan: Que maravilha, Julinho.
Julinho: O único problema é que depois eu passei um bom tempo achando que nunca mais ia ser feliz daquele jeito de novo.
Renan: ...
Rogerinho: ...
Maurílio: E... E os golfinhos?
Julinho: Ah, cheguei lá só dava pra ver a barbatana. Não sabia se era golfinho ou tubarão e como não gosto de tubarão, na dúvida preferi não admirar nem ficar sorrindo.
Renan: Sempre me admiro como você é um cara cauteloso, Julinho.
Rogerinho: Bom, muito boa a conversa, mas vamos voltar pro livro.
Maurílio: A saga do túmulo trancafiado conta a história de necromantes no espaço e...
Renan: Esse é aquele do garoto que acha que é filho de deus grego?
Maurílio: Não.
Renan: Então é o que teve filme agora, dos góticos no deserto?
Maurílio: É de gótico, mas não é esse.
Renan: É o mais antigo da moça lá que teve um filho com o Javier Bardem e quebram a pia da casa dela?
Maurílio: Não, esse é o jogos vorazes.
Renan: Jogos vorazes não é aquele crepúsculo de arco e flecha?
Maurílio: Claro que não! Rogerinho, olha o que ele...
Rogerinho: Cala a boca, Maurílio. Cala a boca que cê tá errado. Se você não sabe explicar, a culpa não é do Renan e ele já disse porque que ele não leu o livro. Explica a história direito e sem enrolar.
Maurílio: ... Bom, o primeiro livro chama Gideon, a Nona, e ele conta a história da Gideon que...
Renan: Mas o primeiro livro é o nono?
Maurílio: É só o nome. É tipo guerra nas estrelas que começou pelo quarto filme. Ou o vingadores, que o capitão América: o primeiro vingador, só saiu anos depois do primeiro filme da Marvel.
Rogerinho, dá um tapa na mesa: Porra, Maurílio! Eu não falei pra você explicar direito essa merda?! Olha a confusão que você tá fazendo!
Maurílio: Mas foi o Renan que me interrompeu!
Rogerinho: Cala a boca! Chega! Julinho, dá sua explicação do livro aí.
Julinho: Você sabe que eu ainda tô correndo atrás do meu sonho de me formar aí no EAD, pegar meu diplominha de educação física. Então eu não tô com muito tempo pra ler, mas vou te contar que logo no começo eu fiquei vidradaço no livro. Se liga: a Gideon é uma jovem que só quer saber de malhar, arranjar briga, ler revista de mulher pelada e tentar fugir de casa. É como se eu tivesse lendo sobre eu adolescente só que versão feminina.
Renan: Haha que maravilha, hein, Julinho?
Julinho: Nem fala. E pra completar, ainda tem a tal da Aiglamene lá que é tipo a vó dela que ensina ela a brigar. É quase uma bibliografia minha. Beijo, vó!
Maurílio: É biografia que fala, Julinho.
Rogerinho: Eu já falei pra tu ficar na tua. Olha a explicação do Julinho como foi boa.
Julinho: Ah, é que eu me animei na história, né. Ainda não acabei o primeiro, mas tô empolgadão pra ler os outros livros e ver qual confusão que a Gideon vai arranjar.
Maurílio: Os outros não são sobre ela, Julinho. O segundo chama Harrow, a nona, e o terceiro chama Nona, a nona.
Renan: Eu só queria, Maurílio, que uma vez, uma única vez, você colocasse a mão na sua consciência antes de abrir a boca. Se eu não tivesse tão acostumado a escutar tanto estrume verbal seu eu ia achar que você tava tendo um derrame. "Nona, a nona"?
Rogerinho: Por falar em derrame, o Renanzinho já se recuperou do tombo que ele levou?
Julinho: Putz, Renanzinho caiu de novo?
Renan: Eu tava atrasado pra deixar ele na creche, aí fiz uma curva mais fechada já abrindo a porta, pra ele já sair voando do carro e cair na cadeirinha dele pra primeira aula, né. Aproveitar.
Rogerinho: Você é um pai excepcional, Renan.
Renan: É, mas eu me confundi em alguma rua, porque EU SOU HUMANO E TAMBÉM COMETO ERROS! Enfim, acabou que Renanzinho voou do banco do carona, quicou no muro de um Carrefour e caiu dentro de um caminhão cegonha. Eu saí desesperado buzinando e tentando fechar o caminhão, mas aí ele, IRRESPONSÁVEL, nem quis saber o que tava acontecendo e já foi chamando a polícia. Pra evitar fadiga, eu resolvi sair de lá e seguir com meu dia de trabalho e procurar o Renanzinho na hora que ele devia sair da creche. Ele tava um pouco zonzo quando deixei ele na Fabíola mas tá tudo certo.
Maurílio: Vai ver ele tava tentando ler enquanto tava preso nas ferragens do caminhão.
Renan: ... Puta merda, olha aí. Vou chegar em casa, me colocar de joelhos e levantar minhas duas mãos em graças ao meu bom Deus. Finalmente chegou o dia que eu concordei com alguma coisa que você falou, Maurílio.
Rogerinho: Bom, então vamos terminar aqui o programa, nessa nota de harmonia entre os pilotos.
Julinho: Pô, na humildade aqui, como eu quase li o livro todo, você me permite o recado final?
Rogerinho: Vai ser rápido?
Julinho: Jogo rápido. Seguinte, pra quem quiser chegar na próxima estação aí igual a Gideon, pronta pra brigar e dar espadada nos outros, só me adicionar no zapzap aí que eu te passo o programa e os produtos. Valeu.
Rogerinho: Pronto, tá dado o recado. Cabou o programa.
Maurílio: Mas eu nem falei da moça loira que é apaixonada na namorada da Gideon.
Renan: Aí, como coisa boa dura pouco. Não deu tempo nem de agradecer a Deus. Você falou que não era história de terror e agora vem me falar que a namorada dela é a loira do banheiro?!
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joelpuga · 1 year ago
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