#QUÉ COQUETA
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' hola — ay... sí, ay... ' comenzó a reír mientras jugó a ocultar un rubor en mejillas que no existió. ' claro que te guardaré el secreto, digo... ¿como podría no hacerlo cuando me regalas una flor? — no soy tan tonta ' bromeó, por supuesto, en eso que se hizo con la rosa y la llevó a la altura de su nariz para poder embriagarse un par de segundos en su aroma. ' aunque debo admitirte algo: ahora espero una cita cuanto menos ' agregó a su gracia anterior, logrando así cerrar la índole. sin embargo, entonces tenía compañía, por lo que no podía pasar por alto lo evidente; « ¿también debería pedirle que me guarde el secreto de no estar haciendo mi supuesto turno o pretendo que no estoy en falta y haga como si nada? ». ' es chiste. te guardaré el secreto, tranquila... pero, ¿por qué recoges flores de igual modo? ¿estas..? ¿quieres armarte un ramo? ' cureoseó en su lugar.
* LOCACIÓN ›› jardines formales.
lejos de los numerosos invitados y del corazón del evento principal de la noche, leonie se encontraba a gusto entre el muro de rosas bajo la luz de la luna, ignorando responsabilidades como mesera tras haber cumplido por un rato. con unas cuantas flores diferentes ya en su mano izquierda que tomó durante el trayecto hasta allí para añadir a su diario, acaba de arrancar con cuidado una rosa cuando unos pasos reclaman su atención. “ oh, hola... ” mientras levanta la mirada, se aparta lentamente un mechón de pelo que le enmarca el rostro. “ ¿puedes guardarme el secreto, por favor? podemos meternos en problemas si no ” le dice, dulce sonrisa en labios en lo que le ofrece con aires despreocupados la rosa rosa que recogió a esa persona. “ para tí. ”
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needy
pairing. enzo vogrincic x reader
cw/tw. smut, praise, established relationship, dry humping, unprotected sex, enzo un pocooo bromista, oral (reader recibe), dirty talk, age gap (no especificado), afab!reader/pronombres femeninos.
word count. 1.4k
rating. +18 (dejé ganar a mis pensamientos intrusivos)
"enzo" la joven musita bajito el nombre del hombre que se hallaba en la habitación que ambos comparten, acostado en la cama, viene de haber estado lavando la poca vajilla que quedaba sucia. él se encontraba leyendo un libro, llevando puesto lo que parecía ser una camisa bastante liviana y el resto de su cuerpo cubierto por una sábana.
"¿qué pasa, mi amor?" dice y aparta la mirada del libro brevemente para enfocarse en ti por unos segundos, sonríe y vuelve a prestar atención a su libro. "vení y acostáte ya".
"sobre eso..." ella ríe nerviosamente y empieza a caminar hacia su dirección, su ropa consistía en una camiseta negra oversize, la más grande que pudo haber encontrado, sus bragas y no llevaba sostén porque al encontrarse sola con su pareja, en su hogar ¿quién en su sano juicio usaría sostén?
la muchacha se sube a la cama, con enzo en la cabecera y ella en el otro extremo, pero planea cambiar eso. empezando a gatear hacia él y una vez a su costado, toma suavemente el libro de las manos del uruguayo y lo deja en la mesita de noche "¿podrías seguir leyendo mañana? tengo una situación aquí.”
él alza una ceja "bueno dale, pero tengo una pregunta para vos, ¿la situación es; 'necesito una culeada'?" él aprieta los labios divertido "no estoy que me quejo".
"¿cómo sabes?" se hace la sorprendida, como si esa no hubiese sido la intención de todo el asunto para empezar.
empieza desabotonar los botones de la camisa de enzo con paciencia, logra su objetivo y se la saca delicadamente por la cabeza, quita la sábana que cubría el resto de su cuerpo, para ahora bajar su bóxer, tarea que acaba con una sonrisa coqueta.
"un poco bastante necesitada andas vos"
ella ignora su comentario y se sube sobre él. pone sus piernas en los costados de enzo, al nivel de su miembro y de su clítoris cubierto, lleva también sus manos a la cintura del mayor. ambos jadean por el roce más que placentero y enzo agarra sus caderas guiando su ritmo, conociendo mejor que nada cómo es que a su chica le gusta.
la fémina mueve sus manos con la intención de quitarse la camiseta, sin dejar de jadear, una vez que cumple con su objetivo agarra las manos de enzo de donde estaban y las lleva a sus senos, incitandolo a tocar y masajear tanto como quiera. “vos serás mi muerte.” menciona mientras acaricia suavemente los pezones ya duros de su novia. “decime qué querés y lo tenés, mi sol.”
se mueve con más rapidez encima del miembro de enzo y toma fuerzas antes -casi- susurrar “q-quiero que me folles.” entre jadeos.
“¿con esa boca besás a tu vieja?”
“dios, enzo no menciones a mi mamá mientras estamos en esto.” dice ella, sintiendo sus cachetes más que calientes.
él se ríe “mmh, vienes acá, te hacés la que no pero sí, no demorás ni dos minutos y ya estás saltando sobre mí.”
“no estoy saltando-” menciona, podrían estar cogiendo como si de eso dependiera su vida pero jamás permitiría la oportunidad de llevarle la contra a su novio. “y yo vine a lo que vine.”
“quizás debería cogerte tan fuerte y duro como estoy seguro vos esperás.”
con delicadeza (no la misma que acaba de usar para decirle que la va a follar hasta el cansancio) él la toma y voltea a la chica acostando la en la cama.
le baja las bragas, su mirada sigue todo el breve momento y procede a quitarlas, sin importarle donde las arroja. su cabeza sube a la altura del centro de la muchacha, sus dedos caminan por los muslos de ella y los acaricia haciendo camino hasta llegar a su estrecho agujero e ingresa dos dedos que mueve a propósito, a un ritmo lento, lleva sus ojos en dirección a los de ella “toda mojada, no tenés ni puta idea de lo que me hacés sentir.”
sus labios van a su clítoris donde comienza el trabajo de chuparlo con adoración, la mujer gime alto y acaricia sus senos dejándose llevar.
“muy exquisita si querés saber.” comenta enzo, lo que causa que la chica suelta una pequeña y nerviosa risa, él mantiene su trabajo en ella, dedos en el fondo de ella y lengua y labios en su clítoris, moviéndose, chupando y lamiendo como solo él sabe y aprendió, que a su compañera le gusta.
sus labios dan lentas vueltas alrededor del punto más dulce de la muchacha y suelta bajos jadeos al probarla “mierda, sos tan adictiva.”
“e-en, yo…”
“decime qué querés”
“ya lo dije, en, sabes lo que quiero”
“no lo recuerdo” se encoge de hombros sabiendo que ella mantiene sus ojos en su figura.
“te quiero dentro, te necesito, quiero que me folles” dice con todas sus fuerzas, enzo nunca detuvo sus movimientos y los gemidos de la chica a la par, tampoco nunca cesaron.
enzo asiente con una sonrisa burlona. “nunca te diría que no.” aleja su rostro de ahí abajo, saca sus dedos contemplando lo mojados que están y alza una ceja divertido. nivela sus rostros y sonríe una vez más, sus dedos llenos de la esencia de la muchacha, van hacia la boca ella, donde los mete y mueve. “mi amor siempre sabe lo que quiere y yo se lo doy.” la fémina mueve su lengua alrededor de los dedos de enzo.
él después de un par de segundos separa sus dedos de su boca, usa ambas manos en el trabajo de poner las piernas ella a los costados de su cintura.
una mano finalmente se dirige a su miembro erecto para llevarlo al encuentro del centro de la joven. “siempre luces tan deliciosa cuando estoy apunto de enterrarme en ti.” finalmente comienza los movimientos de sus caderas contra las de la muchacha, suelta un par de gemidos mientras susurra su nombre, lleno de lujuria, adoración y gran amor. mantiene un ritmo rápido, estocadas que llevan a ambos a un muy alto placer.
“sos tan hermosa.”
“por-por favor, te necesito.” dice.
“lo sé, mi amor.” no planea detenerse y observa con fascinación la figura de la mujer que tanto ama debajo de él. “me tomas tan bien. ”acerca su rostro al de ella y empieza un más que apasionado beso, lenguas se tocan y exploran todo lo que el otro le puede dar a cada uno.
enzo, como ya se mencionó, conoce cada punto que tocar, besar, lamer y acariciar para que su novia se siente en el mismo cielo, y no duden en que usará cada uno de sus conocimientos sobre ti en cada oportunidad que se le presente de hacerte sentir bien. “justo así, mierda, esa es mi chica.”
desesperadamente, la joven lleva sus manos a la espalda del pelinegro, donde las mantiene y acaricia con veneración, respiraciones pesadas se sienten el uno contra el otro, besos mojados son depositados en el rostro de ella.
puede sentir como las paredes de ella lo presionan en su interior y sonríe, con más ternura que lujuria, al conocer que su amor está cerca de llegar a la cúspide de placer.
tal cómo él también lo es.
no tiene reparos en preparar y calcular cada uno de sus siguientes movimientos en ella, cualquiera podría llevarla al tope. sus estocadas premeditadas son un poco más lentas, entrando y saliendo, disfrutando cada segundo, sabiendo que es suya y que momentos así, estarían acompañándolo toda su vida, específicamente, ella lo estaría acompañando.
“sos tan linda desmoronándote debajo de mí.” susurra.
pensamientos de cómo es que dijo esas palabras con tanta facilidad llegan a él y sonríe, una sonrisa cargada de todas las posibles emociones que la situación le podría brindar, sigue los gemidos de ella diciendo todo los sinónimos de hermosa que llegan a su mente.
enzo acelera una vez más, moviendo sus caderas contra las de ella con la mayor precisión posible, toma el rostro de la jóven en sus manos. “mírame mientras te corres.” logra decir, muy sumergido en la neblina de placer en la que se encuentran ambos.
ella asiente, diciendo todo tipo de obscenidades, su orgasmo llega de manera abrumadora y suelta un último gran gemido. más respiraciones pesadas le siguen mientras el pelinegro busca también su liberación, ya que su prioridad ya había sido alcanzada.
luego de lo que parece casi nada, ella siente la carga de semen del mayor bañando sus paredes de forma deliciosa.
“¿fue esto más interesante que el capítulo de tu libro que estabas leyendo?”
“déjame en paz, amor, vamos a limpiarte.” le responde con una sonrisa cansada pero satisfecha.
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writer's note: esto fue, definitivamente más rápido de lo que pensé 😭 si me olvidé de algún tag ¡avísenme!
otra vez, cualquier tipo de feedback es bienvenido :p espero que les guste <3
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Una noche compartida
(Enzo Vogrincic & Pipe Otaño x reader)
1/2
tw: +18, diferencia de edad (no especificada), malas palabra.
————
Tu relación con Enzo era lo que siempre habías soñado, él era y será tu chico ideal. Su apariencia tan suave hizo que te llevaras una sorpresa demasiado grande al inicio de su relación. Realmente te volvía loca la dualidad que poseía en el ámbito sexual, era un espectáculo gratificante de ver, podía ser el hombre más vanilla del mundo visualmente, pero estando caliente era irreconocible, le gustaba todo lo que tenía que ver con verte a ti a su completa merced, juego previo, palabras denigrantes durante el acto, hasta fetiches que te daba vergüenza mencionar, todo consensuado claramente. Algo que te gustaba mucho de él era su seguridad en sí mismo, jamás fue alguien celoso, sabe bien lo que vale y lo que merece.
Desde que estás con el uruguayo no podías apartar la mirada de él, y estabas bien con eso, para ti este era el "primer amor de tu vida" y él se encargaba de darte la mejor experiencia de eso. Pensabas que era casi imposible que alguien más acaparara tu atención, y esto fue así, hasta que conociste a Felipe. Un hombre encantador de ojos claros y cabello oscuro, sonrisa cautivadora y personalidad mucho más que coqueta. Desde que lo viste comenzaste a dudar de tus propios criterios, jamás habías sido alguien infiel, y entre tus planes no estaba serlo, simplemente te parecía atractivo, era atractivo.
————
(semanas despues)
Para tu sorpresa, Felipe se había vuelto muy amigo de todo tu grupo, incluido En. Jamás cruzaron palabras estando solos, siempre fue el saludo cordial y uno que otro chiste cuando compartían tiempo juntos. Te gustaba su amistad así, era alguien muy simpático y casi siempre lograba sacarle una sonrisa a todo el grupo.
Estaban todos charlando en el comedor hasta que fuiste a la cocina por un vaso de gaseosa, no te percataste de ese alguien que seguía tus pasos de manera sigilosa hasta estar solos en el otro cuarto. Estando ya ahí, te diste cuenta de quién era; enseguida te ofreciste para servile algo de beber, y él sin decir palabra alguna negó con su cabeza.
El silencio que había entre ustedes dos era agobiante, ninguno decía nada pero mantenían contacto visual. Como veías que no tenía nada para decir, ibas a salir de la cocina, pero su oportuno agarre te detuvo.
Andy espera, nunca hemos tenido la oportunidad de hablar solos y siempre he deseado hacerlo. —Confesó el argentino sujetando de mi brazo suavemente.
Algo sorprendida por sus palabras y sin decir nada aceptaste esa pequeña invitación a conocerse más por lo que te sentaste con cuidado sobre la encimera.
Dale pipe, aprovechemos ahora entonces. —Dijiste tratando de sonar divertida.
Estuve conversando con Enzo, hace cuanto son pareja ustedes? tengo curiosidad —Enunció él soltando una suave carcajada.
Para ti era muy curioso, el argentino dice querer conocerte más y lo primero que hace es preguntarte sobre tu relación con Enzo. De igual forma, lo dejas pasar.
Pues somos pareja hace 9 meses, casi diez. —Le comentaste con voz dulce. Hablar de En no te molestaba en absoluto, al contrario, amabas hablar de su relación, después de todo él ha sido tu pilar durante estos meses, y haz aprendido bastante gracias al uruguayo.
¿A qué se debe tu curiosidad? Si puedo saber claramente. —Preguntaste con cierta intriga.
Pues me intrigaba el saber cuanto tiempo lleva Enzo con una mujer tan guapa y joven como vos. —Expresó mientras se acercaba lentamente a ti, quedando frente a frente, jamás evitó el contacto visual, es más, había algo en su mirada que te impedia despergarte ella, él apoyo sus manos sobre la encimera encerrandote en medio de estos.
Tenías los nervios de punta, esta cercanía tan repentina te tomó por sorpresa, más aun cuando sentías que te había coqueteado descaradamente. No podías alejarte, te era imposible. Su maravilloso aroma te había atrapado y su mirada penetrante recaía sobre ti, lo cual te intimidaba ligeramente y te impedía el habla.
No te hagas la loca, me has devorado con la mirada toda la noche, preciosa. —Dijo él con obviedad acercándose aún más a ti, estando a centímetros de tu rostro, podías sentir como su respiración tibia chocaba contra tus labios. Pero tú no eras tan fácil, y jamás le harías algo así a Enzo.
Discúlpame pipe, no puedo. —Apoyaste tus manos sobre sus hombros alejándolo rápidamente de ti. Enseguida saltaste de la encimera y caminaste hasta la sala para sentarte junto a tu novio. Felipe no tardo mucho en venir detrás de ti, sentándose justo enfrente mientras te miraba fijamente.
Enzo al instante notó que algo no andaba bien, estabas rara.
Acompáñame un segundo a la cocina, corazón. —Habló el uruguayo mientras se levantaba de su lugar buscando tu mano para guiarte nuevamente a ese lugar.
Desentendida lo seguiste tomando de su mano.
¿Qué pasó con Pipe? —Vocalizó el más alto mientras te miraba fijamente. ¿Fue tan evidente tu disgusto?
En, si te cuento lo que sucedió prometes no molestarte? —Enunciaste en tono bajito tratando de mantener la mirada firme. Él asintió esbozando esa sonrisa que te encantaba.
Felipe intentó besarme, y yo casi no puse resistencia. —Confesaste ante él, a pesar de que es algo de lo que no estabas orgullosa, querías ser sincera para evitar problemas a futuro.
Te juro que fue todo muy repentino, de la nada quizo hablar conmigo diciéndome que quiere conocer más y luego estaba ahí mismo donde estás parado queriendo romper el espacio entre nosotros. —Decías con algo de culpa.
Mira ese pendejito. Es obvio que te tiene ganas, nena. Te comía con la mirada y juraba que nadie se daba cuenta. —Comentó divertido.
Y lo entiendo perfectamente, a mí también me cuesta controlarme cuando te tengo cerca, parece que la única que no sabe lo buena que estás eres tú, amor. —Dijo posando una de sus manos sobre mi mejilla acariciándola levemente.
La cosa aquí es, vos también le tienes ganas, amor? —Preguntó con cierta emoción en sus palabras mientras se agachaba un poco para estar justo a tu altura. Su pregunta obviamente te sacó de onda, ¿a dónde quería llegar con ésto?
Nada que ver En, el único que me despierta ganas aquí, eres tú. —Le explicaste con obviedad mientras te pegabas más a él para abrazarlo.
¿Estas segura, amor? porque si queres garchartelo, hacelo, pero yo quiero mirarte. —Expresó él dejándote sin palabras. Claramente Enzo está algo pasado de copas, no está ebrio, pero siempre con un par de tragos se calienta hasta con el mínimo roce.
Decíme si querés hacerlo, yo lo converso con él, corazón. —Insistió.
No estoy segura de hacer eso, En... —La idea sí te llamaba, pero sentías que no era algo correcto, ni aunque él mismo te lo ofreciera. No negabas que el ojiazul sí te calentaba, es algo que habias imaginado en repetidas ocasiones, estando sobre él apoyando tus manos sobre su pecho mientras sentias como susurraba tu nombre en suaves quejidos. Pero siempre pensaste que se quedaría ahí como una simple fantasía.
Dale chiquita, te conozco lo suficiente como para no conocer tus fantasias más oscuras. —Expresó el más alto con voz profunda mientras te atraía hacia a él con uno de sus brazos.
Y no sabés lo mucho que me calentó la idea de verte cogiendo con otro mientras yo te miro. —Posando su mano cerca de tu nuca con un fuerte agarre; atrapó tus labios con los suyos y una apasionada danza entre estos comenzó, su lengua no perdió tiempo para explorar tu cavidad y el grotesco sonido que producían sus bocas chocando era algo que le generaba aún más placer. Su mano libre recorría tu cintura con fascinación, levantando un poco tu blusa para tener mejor acceso. Tu no perdías tiempo, mantenías una de tus manos por debajo de su camiseta y el frío contraste de tu manos con su tibia piel lo erizaba, mientras que con la otra, tímidamente la dirgiste hasta su entrepierna tocandolo suavemente por encima del jean.
Estaban tan hipnotizados el uno con el otro que habían olvidado donde estaban. Entraron en razón y la mejor decisión fue irse. Iban tan desesperados que el ascensor fue el mejor lugar para empezar. Enzo te acorraló contra la esquina apoyando tu espalda sobre el espejo, comenzó a besarte desesperadamente sin querer distanciarse ni un milímetro de ti, tus manos vagaban alrededor de su cuello enredando pequeños mechones de su cabello entre tus dedos, saboreando el exquisito sabor de su boca. Ese sabor amargo por el tabaco pero con suaves toques dulces por alcohol que había bebido. Este hombre realmente era tu perdición. Cuando las puertas del ascensor se abrieron, retomaron la compostura y caminaron normalmente tomados de la mano hasta llegar a tu puerta.
Cerrando la puerta detrás de ustedes, En se pegó a ti de nuevo, quitó tu chaqueta y tu blusa con mucha facilidad, dejándote en brasier; comenzó a desabotonar su camisa mientras caminaban sin cuidado hasta el sofá tirandote de espaldas sobre este. Te acomodaste sobre tus codos para disfrutar de la escena más erótica del mundo, ver como su torso ligeramente marcado quedaba desnudo ante ti era una de tus cosas favoritas en el mundo. Rápidamente se puso con cuidado sobre ti, y si había algo que a él le gustaba, era darte placer y hacerte sentir cosas que nunca antes habías experimentado. Besaba tu cuello con frenesí, dejando pequeñas marcas sobre esa blanquecina zona, adoraba tu sabor, tu olor, cada parte de ti para él era maravillosa. Sus besos mojados comenzaron a bajar por tu abdomen, llegando peligrosamente al borde de tu falda. Enzo cada vez carecía más de cordura, hasta que levantó sin cuidado tu falda, dejándote casi expuesta ante él. Sus dedos masajeaban tu zona por encima de la tela mojandote completamente, lo cual le encantaba.
Mira como estás por mi, toda mojadita. —Dijo observandote fijamente, adoraba lo rápido que te ponías colorada al escucharlo hablar así. Sus dígitos seguían recorriendo el camino sobre la tela mientras que se acercaba a la altura de tu boca para besarte y calmar tus jadeos.
Enzo... por favor... —Decías entre gemidos, recién estaban comenzando y él ya te tenía como quería.
Que boquita tan linda que tenes, mi amor. Úsala, decíme qué querés. —Dijo demandante.
Escucharlo hablarte de esa manera era algo que realmente te enloquecía. Verlo sobre ti, con su cabello ligeramente largo recayendo en sus mejillas algo coloradas era todo un deleite para tu vista. Estabas por contestarle una vulgaridad, pero fuiste interrumpida por un golpe en la puerta el cual te trajo devuelta a la tierra. Enzo esbozó una sonrisa bastante sospechosa y se separó de ti no sin antes besar dulcemente la comisura de tus labios; a paso rápido se dirigió a la puerta para abrirle a quien estuviera del otro lado. Esperabas que él se encargara de hacerle saber a cualquiera que estaba ocupado, pero al contrario, escuchaste como cerró la puerta dejando entrar a alguien más junto a ustedes. Estando aún más confundida cuando viste quién era, una mirada cómplice entre ellos los delató y algo en tu cabeza hizo clic.
no sé de dónde me saqué la fuerza de voluntad para escribir esto, pero en mi mente era una idea genial, y hay parte dos. 🤓
es mi primera vez escribiendo algo así. dont judge me. 🙏🏻
#enzo vogrincic#pipe otaño#la sociedad de la nieve#society of the snow#matias recalt#blas polidori#lsdln x reader#aaaaaa#esteban kukuriczka#x reader
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FOE TO FLAME
Logan Howlett/Wolverine x mutant f! reader
Summary Logan y tú, dos rivales en la casa de los X-Men, deciden fingir una relación para hacer sentir celosos a Scott y Jean, quienes ocultan su romance. Sin embargo, la farsa se vuelve más complicada cuando sus propios sentimientos comienzan a entrelazarse.
Category: Enemies to Lovers, Fake Relationship!Reader x Grumpy!Logan trope {TW: Tension, Tension sexual, Jealousy, Mild Aggression, Flirting}
— ᳁ —
Mientras tanto Xavier's school for gifted youngsters
La casa de los X-Men era un lugar lleno de energía y complicidad. Después de un largo día de entrenamiento, el ambiente se llenaba de risas y conversaciones animadas. Mientras la mayoría se relajaba en la sala de estar, tú te sentabas en un rincón, observando a tus compañeros. Era tu primera semana en la mansión, y aunque te sentías un poco fuera de lugar, había una energía especial que te atraía.
Mientras tanto, Logan, con su actitud ruda y su mirada intensa, también se encontraba en un rincón, a un lado de Scott y Jean. Cada vez que mirabas hacia ellos, podías ver cómo Logan dirigía furtivas miradas hacia Jean, su interés evidente. Pero a ti te preocupaba más tu propia situación: estabas secretamente enamorada de Scott, y la tensión entre los tres creaba un ambiente incómodo.
Un día, tras una intensa sesión de entrenamiento, te acercaste a Logan, buscando desahogar tus frustraciones. “No puedo creer que Scott ni siquiera me mire”, dijiste, cruzando los brazos en señal de descontento.
Logan te lanzó una mirada burlona. “¿Tú? ¿Con el chico más perfecto de la mansión? No sé si te has dado cuenta, pero él no se fija en ti. Siempre está mirando a Jean”, respondió con un tono sarcástico.
“Oh, ¿y tú qué sabes de eso? Solo eres un tipo con un mal humor y un peinado raro”, retaste, tratando de mantener la compostura.
Logan sonrió de manera desafiante. “Quizás deberíamos hacer algo al respecto”, sugirió. “¿Qué tal si fingimos que estamos saliendo? Así los hacemos sentir celosos”.
La idea te pareció absurda, pero al mismo tiempo, una chispa de emoción recorrió tu cuerpo. “¿En serio crees que eso funcionará?” preguntaste, intrigada.
“¿Por qué no? Un poco de drama siempre es divertido”, dijo él, encogiéndose de hombros.
Así comenzó el acuerdo entre tú y Logan. Cada vez que estaban juntos, se lanzaban miradas coquetas y bromas, mientras la tensión en el aire crecía. Se volvía cada vez más difícil distinguir si los sentimientos que comenzaban a surgir eran parte del juego o si había algo más.
Con el acuerdo en marcha, cada vez que te encontrabas con Logan, era como si una chispa invisible iluminara el ambiente. Cada encuentro estaba lleno de bromas mordaces y miradas que parecían durar demasiado tiempo. La farsa se había convertido en un juego, y aunque ambos intentaban no involucrarse emocionalmente, había algo inevitablemente electrizante en la interacción.
Una tarde, mientras todos estaban reunidos en la sala de estar, decidiste sentarte junto a Logan. Te inclinas hacia él, sonriendo, y lanzas un comentario despreocupado. “¿Sabes? Creo que deberíamos empezar a hacer más ruido con esta ‘relación’”, dices, haciendo referencia a la atención que Scott y Jean parecen prestarte cada vez que estás cerca de Logan.
Logan te mira de reojo, su expresión seria desafiada por una ligera sonrisa. “¿Qué sugieres? ¿Un beso en público? Porque eso haría que Scott se sintiera como un perdedor. Aunque ya lo es, así que no es gran cosa”, responde, dejando escapar una risa burlona.
Eres un idiota, logan. "una sonrisa se asomó en mi rostro y golpee suavemente su hombre juguetonamente ante su comentario infantil"
A medida que los días pasaban, la tensión entre ambos crecía, especialmente durante las sesiones de entrenamiento. Mientras los demás se dispersaban, tú y Logan permanecían en el gimnasio, ambos respirando con dificultad tras el esfuerzo.
“¿Te crees tan genial por empujarme al suelo?” preguntaste, intentando mantener el tono sarcástico, pero no pudiste evitar que una sonrisa se asomara en tus labios.
Logan se encogió de hombros, su expresión desinteresada. “Es solo un recordatorio de que siempre hay alguien mejor. No me malinterpretes, me gusta que lo intentes, pero a veces deberías saber cuándo es el momento de rendirse”.
“¿Rendirme? Nunca. Tal vez solo necesites que alguien te muestre que no siempre puedes ganar”, le respondías, pero la chispa en sus ojos te hizo dudar. Había algo en esa rivalidad que estaba comenzando a sentirse más como una conexión.
En un instante de desafío, decidiste lanzarte de nuevo hacia él, pero esta vez no con furia, sino con un giro inesperado. Lo esquivaste, usando su propia fuerza en su contra para hacer que tropezara ligeramente. La sorpresa en su rostro era suficiente para hacerte reír. “¿Ves? No soy tan fácil de desestimar”.
Logan se recompuso rápidamente, su mirada fija en ti. “Impresionante, realmente. Quizás no seas tan inútil como pensé”, dijo, aunque el tono burlón aún estaba presente.
Te acercaste, disfrutando de la pequeña victoria, pero en el fondo, esa satisfacción era solo una fachada para ocultar lo que realmente sentías. “No soy inútil, Logan. Solo estoy aprendiendo a jugar con las reglas. Quizás tú deberías hacer lo mismo”.
“A veces las reglas son lo que nos mantienen en línea, cariño" comentó desde el suelo mirándome con aquellos orbes claros.
"Tal vez deberías despejarte de tu zona de confort”, dijiste, sabiendo que esas palabras podrían ser más que una simple provocación.
En ese instante, Logan se acercó un poco más cerca, y sentí su presencia dominante envolviéndome. “No te preocupes por mi zona de confort. Me gusta donde estoy”, respondió con una voz baja, y aunque había una desafiante certeza en sus palabras, algo en su mirada te hizo cuestionar si realmente lo creía.
“¿De verdad?” desafiaste, manteniendo la mirada. “Porque parece que te aterra la idea de salir de esa burbuja. ¿Qué pasaría si un día decides arriesgarte?”
La sonrisa que apareció en su rostro fue inesperada y genuina, un momento raro en su comportamiento normalmente cínico. “¿Arriesgarme? No sé. Pero quizás, solo quizás, podría considerarlo. Aunque te advierto, no soy fácil de manejar”, dijo, su tono de burla regresando, pero esta vez había un matiz diferente.
Ambos sabían que la línea entre la rivalidad y algo más se estaba desdibujando. A medida que continuaban intercambiando miradas y palabras cargadas, la tensión se volvió casi insoportable.
De repente la atmósfera se vio interrumpida por dos figuras entrando al gimnasio, ambos desviamos nuestras miradas encontrándonos a nuestros objetivos.
“¿Viste cómo le di un golpe a ese tipo? No pueden imaginar su cara”, exclamó Scott, su risa resonando en la habitación.
Jean se unió a la risa, y su mirada brillaba al ver a Scott en acción. Era un momento perfecto, y mientras los veías interactuar, sentí cómo una punzada de tristeza se alojaba en mi pecho. Habías estado intentando ignorar tus propios sentimientos hacia Scott, pero verlo tan cercano a Jean te hacía cuestionar tu propio papel en todo esto.
Logan, que había estado concentrado en el combate, notó el cambio en tu expresión. La forma en que te encogiste un poco, como si te doliera ver a Scott y Jean tan felices juntos, no pasó desapercibida para él. Su mirada se volvió intensa, estudiándote con una curiosidad que parecía ir más allá de la rivalidad habitual.
Sin pensarlo, y en un impulso repentino, Logan se acercó a ti, aún en posición de combate. “¿Te molesta verlos juntos?” preguntó, su tono entre sarcástico y serio.
“No es eso”, intentaste responder, pero la tensión en tu voz era evidente. Te estabas perdiendo en tus propios pensamientos, y cuando Logan giró su cuerpo para enfrentarte, sus ojos estaban tan cerca de los tuyos que sentías que la respiración se te cortaba.
En un movimiento inesperado, Logan te giró hacia él, atrayéndote hacia su cuerpo. Antes de que pudieras reaccionar, lo sentiste acercarse y, en un instante, sus labios se encontraron con los tuyos en un beso apasionado y sorpresivo. Era un gesto que hacía visible todo lo que había estado oculto bajo la superficie de su rivalidad.
El mundo a tu alrededor se desvaneció. Era como si el aire se hubiera encendido, y por un breve momento, todo lo que importaba era la conexión entre ustedes. La sorpresa en tu rostro se transformó en aceptación, y te dejaste llevar por la intensidad del momento.
“¿Qué…?” Scott comenzó, su voz una mezcla de incredulidad y confusión.
Logan y tú os separasteis lentamente, ambos respirando pesadamente mientras realizabais lo que acababa de suceder. Era como si el tiempo se hubiera detenido, y la realidad comenzara a establecerse. La relación que habían fingido había pasado a ser algo real y visible para todos.
“Esto... esto no es lo que parece”, intentaste balbucear, sintiendo una mezcla de vergüenza y emoción.
“¿Entonces, qué es?” preguntó Jean, su tono sereno pero cargado de sorpresa. “Porque parecía que te estaba besando”.
Logan miró a Scott, su expresión era desafiante, pero había un destello de vulnerabilidad en sus ojos. “Es exactamente lo que parece. Y sí, hay algo más que solo rivalidad entre nosotros”.
La confusión y la sorpresa inundaron la habitación, y mientras Scott procesaba la información. Había pasado de ser un juego a una nueva realidad, y las emociones que habían estado reprimidas ahora estallaban como un volcán.
...
Días después de aquel inesperado beso en el entrenamiento, la situación en la casa de los X-Men se había vuelto aún más tensa. Scott y Jean estaban más cercanos que nunca, y la verdad sobre su relación había quedado al descubierto. No podías dejar de pensar en la forma en que habían estado ocultándolo, cómo habían jugado con tus sentimientos sin que lo supiera.
Esa noche, a la medianoche, decidiste que necesitabas un respiro. Te levantaste de la cama y te dirigiste a la cocina, con la esperanza de encontrar algo de tranquilidad en la oscuridad. Sin embargo, al entrar, la vista que te recibió te sorprendió: Logan estaba allí, recargado contra la encimera con una cerveza en la mano, la luz de la nevera iluminando su figura robusta.
Te detuviste en la puerta, sintiendo una mezcla de emociones. No habías tenido la oportunidad de hablar con él desde aquel día en el entrenamiento, y ahora el simple hecho de verlo te hizo sentir un cosquilleo en el estómago. Pero a la vez, la confusión y la frustración volvían a ti.
“¿Buscando algo?”, preguntó Logan, levantando la vista hacia ti. Su tono era despreocupado, pero había algo en su mirada que delataba que sabía que no estabas bien.
“No, solo… necesitaba aire”, admitiste, sintiéndote un poco vulnerable. Te acercaste, apoyándote contra la encimera opuesta a la de él.
“¿Por Scott y Jean?” preguntó, su voz grave pero suave. No necesitabas responder, la expresión en tu rostro lo decía todo. Logan dejó escapar un suspiro. “Eran un par de tontos por no decírtelo. Pero eso no cambia lo que pasó entre nosotros”.
Aquel recordatorio de su beso resonó en tu mente, pero la realidad de la situación te golpeó con fuerza. “No puedo creer que me hayan engañado así. Pensé que éramos amigos. ¿Por qué no me lo dijeron?”.
Logan se encogió de hombros, su mirada intensa fija en ti. “Porque a veces las cosas son más complicadas de lo que parecen. No siempre se puede jugar limpio.
“Lo sé”, murmuraste, sintiendo que las lágrimas comenzaban a asomarse. “Me duele pensar que he estado tan ciega, confiando en ellos”
"shh" dejó la cerveza en la encimera con un golpe seco y dio un paso hacia mí, sus ojos prendidos bajando hacia mis labios.
Antes de que pudiera reaccionar, Logan cruzó la distan cia entre nosotros en un solo paso, y sus manos grandes me atraparon por la cintura, apretándome contra su cuerpo. Mi respiración se cortó de golpe cuando nuestras miradas chocaron. La intensidad en sus ojos me quemaba, pero no retrocedí. Algo en su mirada me desafiaba, y yo estaba dispuesta a enfrentarlo.
"No eres ciega", dijo, su voz más baja ahora, sus labios rozando apenas los míos. "Sabes perfectamente lo que es esto".
El aire se volvió denso. Su agarre en mi cintura se intensificó, y sentí el calor de su cuerpo irradiando contra el mío, nuestros pechos rozándose en cada respiración contenida. Era una batalla, y ambos lo sabíamos. Pero esta vez, no había armas ni palabras afiladas. Solo deseo reprimido.
Sin más advertencia, Logan inclinó su cabeza y me besó. No fue un beso suave, ni dulce. Fue desesperado, como si ambos estuviéramos buscando algo en el otro que habíamos negado por demasiado tiempo. Mi cuerpo respondió antes de que mi mente pudiera alcanzarlo, mis manos se aferraron a sus hombros mientras su boca reclamaba la mía con una intensidad que me dejó sin aliento.
Sus manos recorrieron mi espalda, bajando por mi cintura hasta apretarme más contra él. Un gemido bajo escapó de mis labios, y me odié por lo mucho que lo deseaba en ese momento. Pero no podía detenerlo. El beso se profundizó, cada movimiento más urgente, más hambriento, hasta que me faltó el aire y tuve que separarme.
Logan me miró con sus ojos entrecerrados, su respiración pesada, y una sonrisa ladeada asomó en sus labios. "Te lo dije, no era un juego".
No pude responder. Mis pensamientos estaban nublados por el deseo, por la necesidad que todavía vibraba entre nosotros. Logan no me dio tiempo a procesarlo. Tomó mi mano con firmeza, entrelazando sus dedos con los míos, y tiró suavemente de mí, llevándome hacia la puerta de la cocina.
"¿A dónde vamos?" pregunté, mi voz apenas un susurro mientras lo seguía sin resistencia.
"A despejarte de todo eso. Te lo dije, fuera de tu zona de confort", respondió sin mirar atrás, su tono decidido, pero con ese matiz juguetón que lograba desarmarme.
Y así, me dejé llevar por él, sabiendo que lo que había comenzado como una mentira para darle celos a Scott, ahora se había convertido en algo real. Algo que ya no podía ignorar, aunque quisiera.
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𝐒𝐄𝐂𝐑𝐄𝐓 - 𝑇𝑂𝐷𝐷 𝐼𝑁𝐺𝑅𝐴𝑀
Todd ingram x Male!GayInCloset!Reader
Advertencias: NSFW, sobrestimulacion, lector masculino, pronombres masculinos. Todo lo que escribo es meramente ficción.
★ Las imágenes utilizadas no son de mi propiedad, créditos a su respectivo artista.
Todd esperaba con ansias tu llegada al pequeño espacio de ensayo. Había planeado la velada a la perfección: solo él y tú solos, durante horas. Sin Envy, sin distracciones, sin interrupciones. Solo ustedes dos, improvisando, bebiendo y, por supuesto, follando. En cuanto entraste, Todd sintió que se le aceleraba el corazón. Tu estilo metalero lucía tan sexy como siempre. Ese pelo rojo ligeramente desordenado, esos ojos oscuros intensos... Todd era como una masa en tu presencia. ── Oye, por aquí! ── Dijo Todd con naturalidad, intentando parecer tranquilo a pesar de su pulso acelerado.
── ¿Listo para el rock? ── Asientes, echando al hombro el estuche de la guitarra. ── Sí, hagámoslo.
Los dos se acomodaron en el estrecho escenario, preparando sus instrumentos. Mientras afinabas tu guitarra, Todd le lanzó miradas furtivas. Había algo en el serio y melancólico en ti cada vez que tocabas que realmente hizo que su motor se acelerara. Una vez que estuvieron listos comenzaron a tocar.
Todd no pudo evitar mirarte con lujuria. La forma en que tu cabello oscuro se balanceaba mientras movías la cabeza suavemente al ritmo de tu guitarra, la forma en que tus pantalones abrazaban tu cuerpo ligeramente tonificado.
Todd se estaba poniendo duro de solo mirarte.
── Estuviste increíble, _______. ── Jadeó Todd, dejando la guitarra a un lado. Se acercó a ti, mirándote como un depredador a un trozo de carne.
── ¿Quieres tomar un descanso rápido? Estoy sediento. ── Dijo, mostrándo una sonrisa coqueta. Todd sabía que eras gay en closet debido a problemas familiares con tu hermana Envy. Le encantaba la emoción de estar contigo en secreto, o más bien tener relaciones. Envy nunca necesitaba saberlo.
Todd se ocupó de sacar dos latas de alcohol de su mochila, sin apartar la mirada de tu rostro. Cuando te entregó la lata, sus manos se tocaron, enviando electricidad a través de ambos. ── Gracias. ── Susurras, con voz ronca debido al cansancio. Bebes un largo trago, con tu garganta moviéndose.
A Todd le encantaba verte beber, le encantaba imaginar otro tipo de cosas. ── Eres tan sexy cuando bebes. ── Susurró Todd sin pensar con claridad con los ojos pegados a tus labios.
Sin pensarlo, extendió la mano y pasó los dedos por la curva de tu cintura, sintiendo cálida esta. ── Te necesito. ── Dijo Todd de repente, con voz baja y desesperada.
Sostuvo tu cintura y te acercó a él. Sus labios se estrellaron en un beso abrasador, hambriento y salvaje. Todd te inmovilizó contra la pared, frotando tus caderas contra las de él. Dejas escapar un gemido ahogado mientras tus manos suben para enredarse en el cabello de Todd.
El chico rasgó la camisa de tu camisa exponiendo tu tonificado pecho. Inclinándose, Todd chupó con suavidad uno de tus montículos rosados. Dejando una linea de besos húmedos hasta tu cuello. ── Déjame tenerte, otra vez. ── Suplicó Todd, con la voz entrecortada por la necesidad. ── Nadie tiene por qué saberlo. Será nuestro secreto. ── Mordió y mordisqueó tu garganta, mientras que sus manos recorrían tu cuerpo con avidez.
Todd te ansiaba como una droga, y estaba a punto de obtener su dosis.
La lengua de Todd se arremolinaba alrededor de tu cuello, dejando besos húmedos haciendote gemir entre suspiros. Estaba siendo muy oral, muy codicioso con su boca.
Sus manos vagaron por tu espalda, acariciando y apretando tus músculos a través de tu espalda expuesta sin camisa. Todd rompió la succión de tu cuello. Sus manos se movieron alrededor del frente de tu cuerpo, apretando el bulto en tus pantalones. ── ¿Tienes alguna idea de cuánto te deseo? ── Todd susurró, mordisqueando tu clavícula. ── He estado contando los días hasta que podamos estar solos nuevamente. Sueño contigo por la noche.
Sus dedos desabrocharon hábilmente el cinturón de tu pantalón abriendo el botón de tu bragueta. Todd bajó la cremallera tu pantalón, bajándolo junto a tu ropa interior, dejando al descubierto tu longitud dura.
Todd se lamió los labios y engulló tu erección en su boca, comenzando a chupar y a mover la cabeza.
Sueltas un gruñido al sentir la caliente garganta de alrededor de tu longitud. La boca de Todd era tan hábil y hambrienta. Inclinó la cabeza rápidamente, sorbiendo ruidosamente mientras tomaba todo profundamente en su garganta. Una de las manos de Todd bombeaba la base del eje de tu longitud mientras la otra acariciaba tus bolas.
A Todd le encantaba el sabor del tu líquido preseminal, buscaba ese sabor salado y dulce con su lengua. Quería probar cada gota que tenías para ofrecer. Mientras se atragantaba y quitaba tu miembro de su boca, Todd pasó las yemas de los dedos por la piel sensible de la parte interna de tu muslo acariciando tu zona vulnerable, haciéndote estremecer.
── Todd... ── Gimes, con la cabeza echada hacia atrás contra la pared. ── Todd, no puedo... h-ha pasado demasiado tiempo mmm... m-me voy a...
── ¿Vas a hacer qué, _______? ── Todd arrulló, bombeando tu miembro, aún más rápido. Sabía exactamente lo que estabas tratando de decir. Él había estado en esta situación antes contigo, y sabía exactamente cómo manejarlo. Con una sonrisa pícara, Todd tomó tu longitud de nuevo en su boca y continuó chupando y moviendo su cabeza, atragantándose levemente cuando su cabeza golpeó la parte posterior de su boca.
Le encantaba la sensación de tu eje palpitando contra su lengua, y el sabor de tu líquido preseminal era embriagador. Todd chupó más fuerte, ahuecando sus mejillas para crear más succión, sus dedos bombeando al ritmo de su cabeza que se movía. Agarras el cabello de Todd, tus caderas se sacudieron erráticamente mientras luchabas por contenerte.
Pero el implacable asalto oral de Todd pronto resultó demasiado. Con un gruñido sueltas toda tu carga en la garganta de Todd. Tu miembro estaba palpitando en la boca de Todd mientras arrojaba carga tras carga de semen espeso sobre la lengua y la garganta del rubio.
── Ah, ah, sí... ── Gimió Todd alrededor de tu miembro, lamiendo hasta la última gota. Cuando tu orgasmo finalmente comenzó a disminuir, Todd se apartó, con un hilo de tu semen que conectaba sus labios antes de romperse.
Se chasqueó los labios y había un brillo de satisfacción en sus ojos. ── Mmm, delicioso. ── Ronroneó Todd, lamiéndose los labios. Se inclinó para capturar los tuyos en un beso profundo y apasionado, su lengua bailando con la tuya mientras transmitía su propia excitación. Las caderas de Todd se balanceaban contra tu muslo, su propia erección se tensaba contra sus pantalones. Se apretó contra ti, desesperado por fricción y alivio. Con un gruñido, Todd manoseó su cinturón, desabrochó la bragueta y liberó su dura longitud que ya estaba goteando líquido preseminal con anticipación.
Todd agarró nuevamente tu cadera con una mano, la otra acariciaba su eje con urgencia mientras besaba tus labios con deseo y hambre ── Te necesito ahora, _______. No puedo esperar. ── Jadeó en el beso. Separándose, te miró con ojos suplicantes y llenos de lujuria.
── Por favor, déjame hacerte el amor. ── Rogó Todd, guiando tu manos hacia su dura longitud. ── Tócame. Hazme sentir bien. ── Envuelves tus dedos alrededor del eje de Todd, acariciándolo con movimientos lentos y provocativos. Todd gimió con sus ojos cerrados en éxtasis. Estaba cerca, muy cerca ya, y tú ni siquiera lo estabas tocando, directamente todavía.
Las caderas de Todd se sacudieron hacia adelante, buscando más de tu toque. ── Sí, así. ── Jadeó, su aliento caliente contra tu oído. ── Eres tan bueno con tus manos.
El miembro de Todd palpitaba en tu agarre goteando constantemente ahora. El líquido preseminal goteaba sobre tu puño, haciendo que tu mano se volviera resbaladiza mientras acariciabas el eje de Todd más rápido, con más firmeza. Los gemidos de Todd se hicieron más fuertes, más desesperados, y comenzó a empujar en tu palma persiguiendo su clímax que se acercaba rápidamente.
── A-Ah me v-voy a correr.. ── Advirtió Todd, con la voz tensa. ── No pares, por favor no pares. ── Se agachó para ayudarte a trabajar su miembro, deseando alcanzar ese pináculo del placer. Sus manos se movían al unísono, resbaladizas por el líquido preseminal de Todd, hasta que finalmente Todd se vino con un grito ronco, su miembro se sacudió en tu mano mientras inundaba el puño del otro chico con semen caliente y pegajoso.
── Mmm... S-Sí... ── Gritó Todd, su cuerpo temblando por la intensidad de su orgasmo. Se aferró a ti con su rostro enterrado en tu cuello, mientras sentía las olas de placer. Cuando el orgasmo de Todd se calmó, guías su miembro gastado hacia sus pantalones. Todd jadeaba pesadamente, su pecho subía y bajaba mientras recuperaba el aliento, te mira con una expresión aturdida y saciada, sus ojos entrecerrados y vidriosos por la dicha posorgásmica.
── Eso fue... increíble. ── Susurró Todd, acurrucándose en tu cuello con cariño. ── Siempre sabes cómo hacerme sentir tan bien. Sonríes, frotando la espalda de Todd con dulzura. ── Es todo para ti, Todd. Tú también me haces sentir increíble.
Las manos de Todd se deslizaron alrededor tu trasero, dándole un apretón posesivo. ── Necesito estar dentro de ti. ── Gruñó, sus caderas ya comenzando a frotarse contra las tuyas. Tus mejillas arden ante el deseo de Todd.
── Ahora, antes de que pierda la cabeza. ── Sin esperar una respuesta, Todd hizo girar tu cuerpo y lo inclinó sobre el borde del escenario. Rápidamente le arrancó la ropa que te quedaba y la arrojó a un lado, dejándote desnudo, vulnerable y expuesto. Todd se colocó detrás de ti, con su miembro duro golpeando contra tu trasero.
Intentas hablar pero reemplazas tus palabras por un gemido ahogado al sentir el agarre de Todd en tu cabello, tirando de tu cabeza hacia atrás mientras él hacía una mueca con la punta de su longitud en tu entrada. ── ¿Listo para mí, lindo? ── Susurra Todd, su mano libre se extendió para acariciar tu cintura.
── Estoy listo para ti, Todd. ── Sueltas un jadeo empujando tu trasero contra su miembro erecto. Todd gimió, sus dedos apretaron tu cabello mientras se alineaba y comenzaba a empujar dentro.
Podías sentir la gruesa longitud de Todd extendiendo tu agujero, como cabeza de su miembro empujaba contra tu próstata con cada embestida. ── Mmm, te sientes tan bien... ── Gimió Todd, sus caderas se movieron hacia adelante con creciente urgencia. Tiró de tu cabello con más fuerza, tirando de tu cabeza hacia atrás mientras embestía dentro de ti.
El escenario crujió bajo su peso, el sonido resonó a través del pequeño espacio de ensayo. Te apoyas con una mano en el piso del escenario, no pudiendo evitar arquear tu espalda, encontrando las embestidas de Todd y llevándolo aún más profundo. Sus bolas chocaron entre sí con cada embestida frenética, el sonido resbaladizo llenó el aire junto con su respiración pesada y jadeos de placer. Todd soltó tu cabello y deslizó la mano para acariciarle tu longitud, mientras la otra mano seguía agarrando tu cadera.
── Te voy a llenar... ── Gruñó Todd, sus embestidas se volvieron más rápidas y desesperadas a medida que se acercaba al borde una vez más. ── Córrete para mí, _______ Déjame verte... ── La mano de Todd sobre tu longitud se aceleró, bombeando al ritmo de sus embestidas agresivas.
── Hazlo, córrete para mi. Ahora. ── Ordenó Todd, con la voz ronca por el deseo. Su propio orgasmo se estaba acumulando, el placer se enroscaba cada vez más fuerte en su centro.
── Estoy cerca. Voy a correrme dentro de ti, voy a pintar tus entrañas de blanco. ── Con un gemido, Todd empujó profundamente y se mantuvo allí, su miembro palpitaba mientras liberaba semen caliente en tu apretado agujero. Su orgasmo pareció durar una eternidad, chorro tras chorro de espeso semen llenandote hasta que Todd estuvo exhausto y se desplomó contra ti. Cuando las réplicas de su clímax se desvanecieron, Todd se retiró lentamente, su miembro ablandado se deslizó libre con un plop húmedo. Líquido preseminal gotearon de tu agujero estirado, la vista hizo que la longitud de Todd se contrajera de nuevo. Todd dio un paso atrás, admirando el desastre que había hecho en tu trasero.
── Te ves muy desastroso. ── Dijo con una sonrisa orgullosa y perversa, pasando un dedo por la mezcla pegajosa en tu entrada y llevándola a sus labios para probarla. ── Delicioso.
Todd levantó tu cuerpo cansado y lo giró, capturando tus labios en un beso profundo y dominante. Mientras se besaban, las manos de Todd recorrieron tu cuerpo suavemente, tanteando y apretando cada centímetro de piel desnuda. Todd se inclinó atrayendo tu cuerpo a su regazo, sus ojos emanaban lujuria mientras él se lamia sus labios. Desnudo, se mantuvo erguido, su erección sobresaliendo orgullosamente. Ambos estaban en una parte oculta del escenario, mientras que Todd nuevamente estaba posicionándose entre tus piernas abiertas. Agachó y alineó su longitud contra tu entrada una vez más, ahogando un gemido antes de empujar con un gruñido.
Estabas montando a Todd.
Cuando Todd tocó fondo, se detuvo para dejar que te ajustaras a su circunferencia. Tus paredes internas se apretaron con fuerza, ordeñando el eje de Todd, haciéndolo gruñir de placer. ── Tu trasero es mejor que un juguete sexual. ── Dijo Todd, sueltas una pequeña risita para luego jadear al sentir la longitud de Todd rozar entrada.
Sus caderas comenzaron a mecerse lentamente. Se retiró hasta que solo la punta permaneció dentro de ti, luego volvió a empujar con fuerza, marcando un ritmo castigador. El escenario crujió siniestramente mientras montabas a Todd con desenfreno salvaje, la fuerza de sus embestidas hizo que rebotaras y deslizaras por la madera. Todd agarró tus caderas, usándolas para profundizar más sus estocadas. Todd se inclinó hacia delante, apoyando sus manos a ambos lados de la tus hombros mientras empujaba con fuerza su caderas.
Su longitud estaba golpeando tu próstata de con cada golpe. Gemias y jadeabas, tus dedos arañando el escenario mientras las poderosas embestidas de Todd sacudían todo tu cuerpo. El placer era intenso, abrumador, pero intentaste igualar el ritmo de Todd. El sudor goteaba del cabello de Todd, su rostro se contorsionaba en éxtasis mientras tomaba tu trasero con hambre salvaje. Sus bolas golpeaban ruidosamente contra tu agujero, el sonido lascivo se mezclaba con sus gruñidos y gemidos. ── Tómalo todo... ── Todd jadeó, sus caderas chasqueando salvajemente ahora mientras perseguía su próximo orgasmo. Inconscientemente comienzas a saltar en el regazo de Todd.
Con un grito de placer, Todd embistió tu agujero una última vez, su miembro palpitaba mientras soltaba una nueva carga en tu interior. La intensidad de su clímax pareció sacudir el escenario debajo, y Todd se desplomó hacia adelante, enterrando su rostro en tu cuello mientras disfrutaba. Cuando el orgasmo de Todd se calmó, levantó la cabeza de tu cuello, jadeando en busca de aire.
Su longitud ablandada se deslizó fuera de tu agujero con un chapoteo húmedo, el semen y el líquido preseminal gotearon para mezclarse con el sudor en su piel. Te estiras, limpiando tiernamente el sudor de la frente de Todd antes de inclinarse para depositar un beso suave y relajante allí. ── Gracias por el viaje.
Todd con los ojos entrecerrados por la satisfacción sonrió. Se sentó sobre sus talones, haciéndote señas para que te acerques a él. Bajas obedeciendo con tu cuerpo todavía zumbando de placer.
Todd te atrajo hacia sí para un beso lento y sensual, sus lenguas se entrelazaron lánguidamente mientras sus corazones se desaceleraban por el esfuerzo. Separándose, Todd te miró con un brillo travieso en los ojos. ── Abre tu linda boca. ── Lo persuadió, guiando tu cabeza hacia su miembro ahora flácido pero todavía resbaladizo. ── Veamos esa talentosa boca tuya, de nuevo. Sonríes separando tus labios, invitando a la longitud de Todd a tu boca.
La longitud de Todd se deslizó suavemente sobre tu lengua, el calor y la humedad eran un agradable contraste con el aire fresco. Dejó escapar un suspiro de satisfacción cuando comienzas a succionar suavemente, tus labios formando un sello hermético alrededor de la sensible cabeza. Los ojos de Todd se cerraron de placer, su mano libre subió para acariciar tu cabello suavemente mientras saboreaba la tierna atención oral.
Trabajas con la longitud de Todd con cuidado, tu boca era un paraíso extasiado para el rubio. Las caderas de Todd se balancearon sutilmente, alentando el ritmo lento y sensual. Podía sentir que ya comenzaba a moverse, respondiendo a las suaves atenciones de su boca favorita.
Cuando te apartas para recuperar el aliento, Todd lo miró con adoración. ── Eres increíble... ── Murmuró, trazando tu labio inferior con su pulgar. ── Un chico tan bueno... ── Todd se inclinó para darte otro beso profundo y apasionado, enredando su lengua con la tuya mientras él transmitía su gratitud y afecto.
Cuando se separaron de nuevo, Todd te miró con un brillo decidido en los ojos. ── Mmm... ya sabes como continúa. ── Ronroneó, colocando tu polla frente a su cara. ── Quiero saborear tu orgasmo, de nuevo. ── Con un gemido hambriento, Todd descendió sobre ti.
Todd envolvió tu longitud en un movimiento rápido, su boca cálida y húmeda envolvió el eje por completo. Comenzó a chupar con intensidad urgente, su lengua girando alrededor de tu parte inferior sensible mientras sus manos agarraban la base de la tu miembro con firmeza. Jadeas, tu espalda se arqueó cuando la boca experta de Todd te llevó rápidamente al borde. Las vibraciones de los gemidos de Todd alrededor de tu miembro se sumaron a la estimulación, enviando escalofríos por tu columna.
── Todd, mmm... y-yo... ── No pudiste terminar tu oración, tu orgasmo lo golpeó como un tren de carga mientras Todd lo chupaba hasta secarlo. Tu longitud palpitaba y se retorcía en la boca de Todd, disparando chorro tras chorro de semen espeso y caliente directamente sobre la ansiosa lengua de Todd.
Todd se lo bebió todo, saboreando el sabor dulce mientras extraía hasta la última gota. Finalmente, se apartó con un chasquido de satisfacción, sus labios y su barbilla brillaban con tu semen. Todd te mira con una sonrisa satisfecha y petulante, sus ojos brillaban con diversión y afecto. ── Mmm, delicioso. ── Ronroneó, lamiéndose los labios hasta dejarlos limpios. ── Siempre tienes un sabor tan rico.
── Me dejaste seco. ── Jadeas sonriendo con cansancio, tu cuerpo todavía hormigueaba por la intensidad del clímax y el fuerte sexo que acababas de tener con Todd.
Todd se puso de pie y te abrazó, sosteniéndote cerca mientras recuperas el aliento.
Luego de unos minutos toman la decisión de ponerse nuevamente sus ropas, ya que no era un lugar para estar necesariamente desnudo. Sus cuerpos ya vestidos se apretaron, el calor se filtraba de piel a piel mientras Todd acariciaba tu cuello con ligero cariño y cansancio.
── Te amo. ── Susurró Todd, su voz suave y sincera.
Un pinchazo de culpa se apodera de tu cuerpo ante las palabras de Todd. Sabías que lo que hacías estaba mal. Meterte con el novio de tu hermana no era ciertamente correcto. Pero tu sabías cosas de Envy que si Todd supiera su relación con ella acabaría
── Yo también te amo. ── Respondes apretando tus brazos alrededor de la cintura de Todd.
No podías negar que te habías enamorado de este chico.
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La incógnita.
Me hablas y en realidad no te presto atencion, prefiero detallar una a una tus pestañas, miro la pupila de tus ojos, mirando mis labios, se dilatan y eso me encanta, observo tus cejas, tu cabello, tu nariz, tu labios color carmesí, te observo y detallo tu sonrisa, un poco coqueta alivian el dolor que hay afuera, me encantan tus manos... Grandes manos, con tus brazos me siento protegida, y Dios, no hay nada más excitante que tus besos, besos... En mi cuerpo, mis labios, en mi espalda; en mi alma... Me di cuenta que haría muchas cosas por ti, y tal vez ¿por qué no? Morir, morir encima de tu cuerpo. Tus labios, chocando en cada una de mis curvas, tú haciendo mis pechos tuyos y mi pecho agitando mi respiración, tu lengua a oscuras en mi cuerpo, sin miedo a caer en mi ombligo o a perderse en el fondo de mi corazón.Me di cuenta de la conexión tan perfecta que tenemos cuando cogemos, tus gemidos y los míos son una hermosa melodía de Beethoven, me encanta estar encima de ti y verte desde arriba, sentir tú corazón latir...Tu mirada se cierra un poco y te beso, beso... Los besos caen donde quieran, como si fueran hojas en otoño y nos hacemos daño, pero un daño delicado, excepcional.Tu cuerpo y el mío se vuelven uno solo, se ve como las auroras boreales, una anomalía inexplicable de la naturaleza pero perfecta, nos contemplo en recuerdos que nunca más volveránSin embargo se que te tengo, y que eres mío. Tú aliento recorre cada kilómetro de mi piel, sé que eres mío, mío, mío... Aunque soy egoísta quiero tenerte a mi lado mucho tiempo, no quiero soltarte, sin conocer cada una de tus cicatrices, cada uno de tus pensamientos; cada uno de tus sentimientos; de tus emociones; comprender tu ideología, tu forma de ser; pensar y actuar.Quiero seguir perdiendome en tus pensamientos y ¿Por qué no? En tu corazón. Aunque aún estoy incrédula cuando aquella noche me dijiste "que era lo mejor que te había pasado" no lo escuché de tus labios, no sé si es verdad no obstante sigo pensando que es cierto, un poco incrédula, algo...Pensando si mañana me vas a querer, me desespera pensar en mañana, mañana... ¿Me vas a querer? ¿Quererme? ¿Quererte? Aún no lo sé, me encantaría poder vivir entre tus pensamientos y así cultivar un sin fin de emociones, ¿Emociones? Hoy ví en una clase que las emociones y sentimientos son dos cosas muy diferentes, que extraño ¿No? Porque aunque tiene similitud no son iguales, quiero provocarte Miles de sentimientos y Miles de emociones, y que todo sea igual, en partes iguales, medidos con una regla, iguales... Me gustas, jamás nadie me había gustado tanto, me siento como una niña escribiéndote cartas de amor, pero... ¿sabes que más me gusta? Cómo coges.
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Escrútame los ojos, sorpréndeme la boca, Sujeta entre tus manos esta cabeza loca; Dame a beber veneno, el malvado veneno Que te moja los labios a pesar de ser bueno. Pero no me preguntes, no me preguntes nada De porqué lloré tanto en la noche pasada; Las mujeres lloramos sin saber, porque sí: Es esto de los llantos pasaje baladí. Bien se ve que tenemos adentro un mar oculto, Un mar un poco torpe, ligeramente estulto. Que se asoma a los ojos con bastante frecuencia y hasta lo manejamos con una dúctil ciencia. No preguntes, amado, lo debes sospechar, En la noche pasada no estaba quieto el mar, Nada más. Tempestades que las trae y las lleva Un viento que nos marca cada vez costa nueva. Sí, vanas mariposas sobre jardín de Enero, Nuestro interior es todo sin equilibrio y huero. Luz de cristalería, fruto de carnaval Decorado en escamas de serpientes del mal. Así somos, ¿no es cierto? Ya lo dijo el poeta. Movilidad absurda de inconsciente coqueta. Deseamos y gustamos la miel de cada copa. Y en el cerebro habernos un poquito de estopa. Bien; no, no me preguntes. Torpeza de mujer, Capricho, amado mío, capricho debe ser. Oh, déjame que ría… ¿No ves qué tarde hermosa? Espínate las manos y córtame esa rosa.
CAPRICHO de Alfonsina Storni
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The purity of your eyes
What would this world be without your eyes? Without that luminous glow that comes from them when you contemplate the little things in life? Without that flirtatious spark that shines when you meet love?
I'm sure there would be no poetry, because it is your eyes and their purity that give meaning to the form, to the background and to the intention of every word and work that meets your vision.
You are too beautiful for this world, too sweet, too pure, and too noble.
You are an offering for love! And what a pleasure it is to be able to look at you, to know you, and to feel you in this vast space, but so small, when it is a matter of engaging a dialogue with the heart!
That is why I kiss your eyelids… and my lips become wings that soar through the air and reach the softness of the clouds, impregnating themselves with the ardour of the stars, while from the moon they snatch its majestic mood.
La pureza de tus ojos
¿Qué sería de este mundo sin tus ojos? ¿Sin ese brillo luminoso que nace de ellos al contemplar las pequeñas cosas de la vida? ¿Sin esa chispa coqueta que resalta cuando te encuentras con el amor?
Seguro estoy que no existiría la poesía, porque son tus ojos y su pureza los que le dan sentido a la forma, al fondo y a la intención de toda palabra y obra que se topa con tu visión.
Eres demasiado bella para este mundo, demasiado dulce, demasiado pura y demasiado noble.
¡Eres una ofrenda para el amor! ¡Y qué grato es poder mirarte, saberte, conocerte y sentirte en este espacio tan amplío, pero tan reducido, cuando se trata de entablar un diálogo con el corazón!
Por ello beso tus párpados… y mis labios se vuelven alas que se elevan por los aires y alcanzan la suavidad de las nubes, impregnándose del ardor de los astros, mientras de la luna arrebatan su majestuoso talante.
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El contrasentido.
Esa tarde llegué pensando en nada con la mente llena de todo. El calor no daba espacio para premeditar nada y tampoco llevaba el interés de algo. Como pocas veces suelo hacer, llegué tarde y tuve que improvisar un lugar. Al sentarme de pronto sentí una sensación de alivio, de libertad, como si finalmente y después de un largo viaje llegara a casa. Misterioso, ¿no crees?
Poco podía imaginar lo que sucedería después y a la mitad de una discusión tan frágil y efímera como esa. Fue una pequeña interrupción la que cambiaría el curso de las cosas. Pero así sucedió, así sucediste. De una forma sorpresiva y tempestuosa llegaste y sin hablarme o siquiera tocarme me abriste los ojos del alma y por primera vez desde hace mucho tiempo pude verme clara y precisa en el reflejo soberano de tus ojos, en la prodigiosidad de tu belleza, en tu peculiaridad exquisita, en el fuego de tu alma.
Fue un instante. Después de jamás coincidir en esta vida me reconociste en seguida, como el colibrí a la flor silvestre, como el solitario a la luna, como el desamor a la soledad. Fui a ti como se va a lo inevitable, sin querer, sin saber y sin pensar. Fue una mirada la que marcó el tiempo y nos deshizo en un segundo, a ti y a mí.
La ironía es que discutíamos intempestivamente acerca de la felicidad. «¿Qué consideras felicidad? ¿Como se llega a ella? ¿Acaso existe un lugar así siquiera? ¿Como se obtiene?». Todavía no terminábamos de discutir cuando yo ya había encontrado la mía, acrecentada por tu sonrisa coqueta, por tus pensamientos inquietos, por tus manos sin mácula, tu voz de torrente, y tus ojos que son paz. Son la calma entre los dos, el contrapunto que nos une, la fragancia que me acompaña desde aquel día tortuoso.
Te pareces a la felicidad porque eres un puñado de cosas que no comprendo todavía pero que tampoco intento comprender. Me basta con haber cifrado mi recuerdo en tu memoria, me basta con encontrar mi gloria en tu mirada, y con haber labrado mi morada en lo más hondo de tu pecho; tal cual tú lo has hecho en mi,
en pensamientos,
en mis ojos, y
en mi corazón.
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Celos [1\2]
Meses de viaje. [[Yuuji ya presenta atracción por su sensei]]
Gojo desde que conoció a Yuuji le contó que nadie puede tocarlo por su técnica Infinito; Yuuji se sorprendió y cuestionó por qué él sí pudo tocarlo la primera vez que llegaron a la posada. Gojo le cuenta que sólo se deja tocar por Yuuji, haciendo al joven muy feliz por ese permiso que le da.
Una tarde un cuervo llega con un mensaje para Gojo. El mensaje en clave le dice que necesita reunirse con [esa persona] para pasarle los detalles de la misión que Gojo le había dado.
El par va al restaurante de la reunión y así Yuuji conoce a Mei Mei, una hechicera a sueldo que investiga en secreto para Gojo Satoru.
Durante la cena Yuuji se siente incomodo por la relación cercana/relajada y coqueta que llevan.
Mei Mei sabe de Yuuji hace meses por sus cuervos vigilantes, sabe que Gojo tiene interés por Yuuji y este último también pero es más denso. Así que decide darle un empujón.
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No sé quién soy, ni dónde estoy, ni qué hago aquí. Normalmente la vida no me exige hallar una contestación a ello. Viajo con el particular andar de la existencia y me diluyo en sorpresas de algodón que encuentro en el camino.
Todo es utópico, hasta que se desfiguran los días. La mente se viste de luto y me convierto en bufón de rey, lirio olvidado y nube gris. Las melodías celestiales se esconden en el abismo y la lluvia de un alma rota, me incita a saltar. Mi percepción es la de un espejo empolvado, un mimo que quiere gritar, una atracción de circo.
No soy artista, ni soy poeta; no tengo rostro, ni hogar. Camino con las letras en mis bolsillos, como sogas que ahorcan y que salvan; sogas que son refugio y escudo ante ojos que apuñalan, ante corazones infectados por doctrinas, resignaciones y dominios.
A veces no quiero estar aquí, pero los versos me obligan a quedarme. Observo si llevaré encima tantas grietas, cicatrices de olvido y recaídas, que ya no podré encontrar un lugar habitable que no termine sangrando por esquirlas del ayer.
En soledad contemplo la presencia del ser y el raciocinio corre en busca de una lógica que no se encuentra. ¿Qué es la vida entonces, sino un género literario todavía no descubierto?, ¿de qué les sirve callarme si los que hablan son mis textos?, ¿para qué sigo en pie, si no es para quemar todo y buscar mi libertad en esto?
Sé que no me olvidarán, porque me encuentro en toda métrica rebelde a la estética, en toda prosa desordenada, coqueta y que incomoda. Mi esencia está en todo corazón al que las palabras alguna vez endulzaron. Partes de mí descansan en toda existencia que una vez amé.
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En mi canon a México le encanta que por un lado chilito sea reservado, pero en el sentido romántico, por qué la personalidad de el es fría, lo cual, hace que aleje weones/as que obviamente no le interesan.
Tipo México wawa tiene exclusividad asegurada kajskajs, en chile se nota mucho el cambio de cariño en familia, pareja, amistad y conocido. Sabiendo como es México, también quizás le guste que chile no anduvo con pocas parejas antes (solo estuvo con 2, otros 2 casi algo y un pelagatos que lo rechazaron por weon), aunque la perso de mi mex es como coqueta jsjsjs y es atractivo para muchos, este nunca fue buscando una pareja seria hasta que conoció a chile.
(que conste, que las personalidades se basan en cosas que comúnmente congenian a nivel social ambas sociedades de ambos países, por ej, como en chile la mayoría suele ser "bueno pal webeo", chilito igual lo será)
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AU: ARMANDO SE VUELVE AUN MÁS LOCO. Betty y Nicolás van a estar juntos o eso parece. ¿Qué va a hacer Armando? Lo veremos a continuación.
- Muy bien, doña Betty. Va a dejar de jugar conmigo. - Dice Armando mientras arranca el auto, dispuesto a seguir a su asistente y su amigo.
"Amigo..." mastica él con amargura en lo privado de su mente.
Es su viaje en carro más sombrío de los últimos días. Dentro de su cabeza se repiten las palabras de Mario en un loop infinito. ¿Cómo es que ella estaba tan lejos de él? El designio de Mariana era la respuesta, y tal parecía que él no iba a poder contra el destino.
"¡No!" gritó él para sus adentros. A mi Betty este saltimbanqui no la va a tocar.
El Mercedes último modelo, aparca en Le Noir y Armando se prepara para ralentizar su paso con el fin de que no noten su presencia. Espera con impaciencia a que entren. No puede evitar observar cada detalle. ¿Se toman de la mano? ¿Se miran fijamente? ¿Tienen mucho contacto físico? Es tan difícil determinarlo a esas horas de la noche, que sólo se abstiene a confiar en que, una vez en el restaurante, pueda ver con lujo de detalles.
Una vez que los ve ingresando, se prepara para avanzar su vehículo hasta la entrada. Ahí le da sus indicaciones al valet parking para que estacione su auto lo más escondido posible.
_ Tan bonitos que se ven, cogiditos de la mano. - Murmura al entrar a Le Noir y ver cómo ellos buscaban una mesa.
_ ¡Dr. Mendoza! - Lo interrumpe el mesero - ¡Buenas noches!
_ ¡Shhh! - Se apresura a contestarle en bajo volumen. - No quiero que nadie se de cuenta que estoy acá.
_ Acaba de entrar su asistente con un señor. - Le comenta.
_ Ya me di cuenta, ya me di cuenta. Pero quiero que ellos tampoco se den cuenta de que estoy acá.
De repente, el mozo cae en la cuenta de lo que implica el pedido del doctor; que Marcela Valencia, su prometida, y su asistente, la feita, no se enteren. Generalmente, veía al Doctor Mendoza esconderse de su futura esposa para tener citas con modelos, eso no era tan nuevo para él. Sin embargo, lo de su asistente sí. Con cara de póker decide responderle.
_ Claro Doctor, ¿una mesa?
_ No, un whisky. - Susurra Armando, concentrándose de lleno en su Betty de vuelta.
Para sus ojos ningún gesto o roce pasaba desapercibido. Si bien, al comienzo, nota expresiones de enojo en ella, se imagina que son reclamos de celos y eso hace que no baje ni un poco la guardia. Hasta que nota que los ojos cafés de Beatriz se asoman entre la gente. Con rapidez atina a esconderse detrás de otras personas y debajo de la barra.
La observa preguntando, saliendo y volviendo. Tenso y pensando en qué hacer si lo descubre, qué decirle y cómo llevarlo en tal espacio público.
_ ¿Se dio cuenta de que yo estaba aquí? - Le pregunta al camarero mientras se incorpora.
_ No Doctor, dijo que le pareció verlo pero que todo fue un espejismo.
Esto lo hace respirar con un poco de alivio, no obstante, éste no le dura mucho. Pues cuando vuelve a dirigir su atención en la parejita están mucho más cariñosos. La ira dentro de su alcoholizado ser comienza a emerger más de lo que, últimamente, ella lo tiene acostumbrado. Los ve tomados de la mano, cada vez con menos espacio que los separe, caricias entre los dedos y sonrisas coquetas. Armando aprieta con fuerza el vaso de whisky entre sus manos, antes de pegarle un trago largo.
_ Así la quería ver Beatriz Pinzón, así la quería ver. - Miente.
Más allá de los motivos que lo llevaron a involucrarse con su asistente íntimamente, nunca esperó realmente verla admirando y queriendo a otro hombre. Él, por dentro, sabía que ella estaba avocada a su trabajo y a él, sobre todo a él. Por esa razón, Bertha lo pilló desprevenido cuando le contó que él era su amor platónico. Y, una vez que la aseguró y reaseguró a su lado, siguiendo los consejos de su mejor amigo, se llegó a sentir con la tranquilidad y la certeza de que ella ya era suya y de nadie más. Después de haber hecho el amor y conocer su pasado, no habría esperado esto de Beatriz. Su angelito... que ahora le mentía para escaparse con ese tal Nicolás Mora cada vez que quería acercársele.
Sin previo aviso, una vieja conocida lo saluda e intenta entablar una conversación con él. Éste desvía la mirada un segundo, por reflejo al percibir que le están hablando a él pero no lo suficiente como para descifrar de quién se trata. Tampoco le importa. A pesar de la insistencia de la mujer, él no aparta sus ojos de Beatriz y Nicolás. En eso, ve que se están parando de sus asientos, listos para hacer su retirada entre descarados mimos.
_ Con que se fueron de planecito éstos... - Dice Armando en voz baja.
_ ¿Quiénes son? - Pregunta la chica un poco molesta ante la actitud de ingrato que estaba teniendo Armando con ella.
_ Unos enemigo. - Fue lo único que tuvo ganas de contestarle.
Ni siquiera tuvo tiempo para preguntarse qué pasaba con esa mujer, quizás le decían a Marcela que lo habían visto en Le Noir o quién sabe. Fuera lo que fuera no le preocupaba lo suficiente. "Ahora es momento de saber la verdad sobre lo que traen estos dos a sus espaldas."
Sale del restaurante directo hasta su carro. No debe perderlos de vista.
_ Va jugando, Beatriz Pinzón, va jugando.
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Con las manos apretadas alrededor del volante y con más alcohol en su sangre que cuando salió de Ecomoda, Armando continúa la persecución.
Está al borde del desespero pues no quiere creer realmente que Beatriz sea capaz de hacerle esto. A medida que va viendo cómo toman un camino distinto que el de la casa de sus padres, su tensión aumenta y siente que no está preparado para conocer la verdad. Los ve dando vueltas, como si estuvieran buscando un lugar, hasta que percibe cómo empiezan a tomar una ruta específica y... familiar. ¿Mm?
Armando puede imaginarse lo que ocurre dentro de ese carro en ese momento.
Nicolás sugiriéndole ir a un lugar más íntimo. Betty sonriéndole como en Le Noir, aceptando su propuesta. Mirándolo como lo miraba a él mismo el día de su cumpleaños. El "muelón" ese saboreándose ante la idea de atar a Betty a él para quedarse con todo. Para después botarla por esa tal peliteñida, origen del conflicto que parecían haber resuelto con mucha facilidad.
_ ¿Qué? - Exclama con incredulidad al caer en la cuenta del lugar al que están yendo, de la razón por la que le resultaba conocido el camino. - No, Betty, ¿qué hace?
El Mercedes parece estar yendo en dirección al mismo hotel en el que ambos compartieron su primera vez haciendo el amor. Entonces las imágenes de Betty hablándole de ese lugar para seguir la noche no tardan en atormentarlo. Su mente empieza a nublarse en rabia y dolor.Está consternado ante la insensibilidad y descaro de Beatriz hacia él, parece no ser la misma que una vez conoció.
Armando saca otra botella de whisky de la guantera y se toma otros buenos tragos. No obstante, y a pesar de estar lejos de sus sentidos, su pulso y su conducción no parecen verse afectados todavía. Sigue en línea recta detrás del Mercedes, ya ni siquiera con la preocupación de que no se den cuenta que los sigue.
Está tan saturado imaginándose horribles escenarios en el hotel, en la misma habitación, en la misma cama que ambos compartieron, que su mínima cordura de a poco va brillando por su ausencia.
En medio de la ráfaga de esadillas que cruzan por su cabeza, tiene un debate interno sobre qué hacer.
_ Lo mejor es que los intercepte en el estacionamiento.
_ ¿Estás loco? ¿Y eso a cuento de qué? ¿De armar un escándalo en público? ¿De que Beatriz sepa que la he estado siguiendo? ¿Cómo me justifico?
_ Gracias por plantearme preguntas que no me interesan. ¡No puedo dejar que entren al hotel y sea demasiado tarde! Ese idiota no me va a tocar un pelo de Betty en la vida.
_ Beatriz Pinzón... Usted va a tener que decirme todo a la cara esta noche. Nos vamos a dejar de jueguitos.
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_ Betty, ¿usted está segura de esto? Mire, está pisando nuestros talones. Hasta le puedo ver la cara de energúmeno que tiene desde aquí. ¡Está totalmente loco! Ya ni siquiera se molesta en disimular. Es capaz de hacer cualquier cosa, ¡hasta de acostarse con usted!
Beatriz mira a su mejor amigo con mala cara.
_ Disculpe Betty, fue un mal chiste. ¡Pero mire!
Apunta una vez más al espejo retrovisor.
Ella lo ignora, convencida de hasta dónde va a llevar las cosas. Seguramente esa noche estaba destinada a colapsar pues difícilmente las cosas se resolverían de manera decente después de todo esto. "Esta noche Don Armando tendrá que enfrentarse a mí y admitir todo, darle las explicaciones que le debe a la persona que tanto asco le produce y que, aun así, fue capaz de acariciar, besar y tocar con tanto cinismo.
_ Armando va a pagar cada herida que me ha hecho, Nicolás. Y sí, estoy totalmente segura de lo que estoy haciendo.
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Patricia Fernández llama por tercera vez a su última conquista pero, otra vez, el celular le da apagado.
_ ¡Maldita sea, Nicolás Mora!
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Beatriz y Nicolás estacionan el auto a las afueras del hotel aunque no se bajan de inmediato. Los minutos que se tardan se manifiestan en los latidos acelerados de Armando, que está a un milímetro e salir y enfrentarlos como sea. Pero parte de él guarda esperanzas en su Betty, en que no lo va a hacer., en que va a rechazarlo antes. En el fondo desea saber hasta dónde es capaz de llegar con ese estúpido.
Esa parte es la que logra, con mucho esfuerzo, refrenarlo antes de verlos bajar del auto.
Los observa tomados de la mano y caminando juntitos.
_ Dígale que no, Betty, se lo ruego. - Susurra para sí.
Sin embargo, ella parece no escuchar sus plegarias. Pues entra al hotel con una sonrisa pintada en su rostro y susurrándole cosas en el oído a su acompañante. Armando ni siquiera tiene fuerzas para imaginarse las cosas que le debe estar diciendo. Conociendo lo cariñosa y pura que ella es en la intimidad... Pensar en que comparta esa parte suya a otro es más de lo que puede tolerar.
Él baja del auto luego de que ellos pongan apenas un pie en la entrada del hotel. Intenta estar lo suficientemente cerca como para escuchar el número de habitación que les dan, pero sin dejar de estar oculto entre otras personas que pasan por ahí. Acto seguido, habiendo ellos subido al ascensor, él le habla a la recepcionista para pedir una habitación próxima a la de ellos.
Finalmente le entregan la llave y se apresura a tomar el ascensor igualmente.
_ Esto se ha terminado, Beatriz Pinzón Solano. - Murmura mientras las puertas se abren.
Aquí está la primera partecita de lo que me imaginé ante esta posibilidad en la novela. Espero que lo disfruten (? se viene armando mortal kombat era?
#ysblf#yo soy betty la fea#betty la fea#au#armando se vuelve aun mas loco#el hotel de la muerte#oremos por nicolas
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LOST THEM
Fragmento de fanfiction escrito por Alejandra Frausto
—Ten cuidado, por favor.
Jo lo miró con ojos tristes, el peso de un presentimiento oscuro hundiéndose en su pecho. Algo iba a salir mal; lo sabía.
—Siempre lo hago, cariño.
Bucky sonrió con esa expresión coqueta y despreocupada que parecía grabada en su rostro, como si ningún peligro pudiera tocarlo.
—Hablo en serio, James. Nada de hacerte el héroe, ¿me oíste? —La seriedad en su tono lo hizo fruncir el ceño—. Stevie te necesita —hizo una pausa, buscando su mirada—. Yo te necesito.
El rostro de Bucky se suavizó al instante. La atrajo hacia él, sus manos firmes sosteniéndola por la cintura, y depositó un beso en su frente.
—Tranquila, amor. No te vas a deshacer de mí tan fácilmente.
—Más te vale.
Y antes de que pudiera responder, lo besó. Fue un beso cargado de amor, un anhelo silencioso que intentaba aferrarse a algo que ambos sentían que se desmoronaba.
—Disculpen.
La voz de Steve los hizo voltear, aunque ninguno de los dos se soltó.
—Creo que no debí agitar demasiado a Stevie.
Steve sostenía a su hijo en brazos, y el bebé, con las mejillas enrojecidas, parecía peligrosamente cerca de vomitar.
Bucky y Jo no pudieron evitar soltar una risa divertida ante la escena.
—Dámelo antes de que ocurra una tragedia —dijo Jo rápidamente, estirando los brazos hacia el bebé.
Con un suspiro de alivio, Steve le entregó a Stevie, quien se acomodó en el pecho de Jo mientras ella lo tranquilizaba con suaves caricias.
—Steve, creo que alguien necesita lecciones de cómo sostener a un bebé —bromeó Bucky, todavía riendo.
—Oh, cállate, Barnes —replicó Steve, fingiendo indignación, aunque una pequeña sonrisa se asomaba en su rostro.
—¿Steve?
El nombre apenas salió de los labios de Bucky antes de que su cuerpo comenzara a desvanecerse. Primero sus dedos, luego sus brazos. En cuestión de segundos, no quedó nada más que polvo, arrastrado por el viento.
Steve permaneció inmóvil, su mirada fija en el espacio vacío donde su mejor amigo había estado. Su respiración era irregular, sus manos temblaban mientras el peso de la realidad se hundía en su pecho como un golpe demoledor.
—No... —susurró, su voz rota. Sus piernas cedieron, y se dejó caer al suelo, incapaz de contener el torrente de emociones.
Antes de que pudiera procesar lo ocurrido, Natasha llegó corriendo, su rostro pálido y sus ojos reflejando la misma desesperación.
—Perdimos.
Fue lo único que logró decir, su voz apenas un murmullo.
El mundo a su alrededor parecía haberse detenido, como si el universo entero estuviera de luto.
A partir de ese momento, todo sucedió en cámara lenta para Steve. Se levantó mecánicamente y comenzó a ayudar a los heridos, sus movimientos automáticos, como si no fuera más que un reflejo vacío. Su mente, sin embargo, estaba atrapada en un bucle, repitiendo una y otra vez lo que acababa de suceder.
Cuando finalmente llegó a la base central de Wakanda, su respiración se detuvo al ver a Jo. Estaba arrodillada frente a una cuna, abrazando una pequeña manta que ahora solo contenía polvo. Su llanto desgarrador llenaba el aire.
—No... —pensó Steve, el dolor apuñalándolo. Su mente se negaba a aceptarlo—. No...
No supo en qué momento las lágrimas comenzaron a rodar por su rostro, ni cuándo sus rodillas cedieron de nuevo, golpeando el suelo con fuerza. Estaba destruido, completamente derrotado.
—¿Steve?
La voz entrecortada de Jo lo sacudió, destrozándolo aún más.
—Steve, ¿dónde está James? —insistió, esta vez con una mezcla de desesperación y firmeza.
Él intentó hablar, pero solo un sollozo desgarrador escapó de sus labios. Negó con la cabeza repetidas veces, incapaz de mirarla a los ojos. Era la primera vez que Steve Rogers se quebraba de esa manera, y no tenía la fuerza para detenerlo.
—¿Steve? —La voz de Jo se quebró aún más al comprender lo que implicaba su silencio—. Steve, ¿dónde está Bucky?
Se acercó a él, su llanto volviéndose cada vez más desesperado.
—¿Dónde está?
El silencio era insoportable, interrumpido únicamente por los sollozos de ambos, que llenaban la habitación como un eco de su pérdida.
—¿¡Dónde están?! —gritó finalmente Jo, su voz temblorosa mientras las lágrimas corrían por sus mejillas—. ¿¡A dónde fueron?!
Steve no tenía respuestas, y eso era lo peor de todo.
Steve miró a Jo desde el otro lado de la mesa. Habían pasado dos semanas desde que Thanos chasqueó los dedos, pero ella seguía atrapada en el mismo silencio abrumador. No había pronunciado una sola palabra, ni tocado la comida que tenía frente a ella. El plato de avena que Steve le había preparado seguía intacto, frío y olvidado.
—Jo, vamos —dijo con suavidad, acercándole una cucharada a la boca—. Solo una más, por favor.
Ella no reaccionó. Sus ojos permanecían fijos en algún punto lejano, perdidos en un vacío al que Steve no podía llegar. Él dejó escapar un suspiro cargado de preocupación y cansancio.
El mundo, y el universo, estaban conmocionados. Nadie sabía qué hacer, y Steve no era la excepción. Hacía lo que podía: ayudaba a los damnificados, buscaba soluciones y se aferraba a cualquier tarea que pudiera distraerlo de su propio dolor. Pero, incluso mientras trabajaba, su duelo lo seguía como una sombra implacable.
Desde ese día, no se había alejado de Jo. Si tenía que salir, se aseguraba de que alguien confiable estuviera con ella, incapaz de soportar la idea de dejarla sola. Steve había perdido a su mejor amigo, a su hermano en todo menos en sangre. Pero ella había perdido aún más: a su esposo y a su hijo.
El miedo constante lo carcomía. Jo se estaba consumiendo bajo el peso de su dolor, y él podía verlo en cada movimiento lento, en la forma en que evitaba hablar, en lo rápido que su cuerpo se debilitaba. La velocidad con la que había adelgazado era alarmante. Cada día parecía más frágil, y Steve temía que, si ella caía, él no podría soportar otra pérdida.
—Jo… —susurró con desesperación contenida, inclinándose hacia ella—. Por favor, dame una señal. Lo que sea.
Pero ella permaneció inmóvil, atrapada en su tormento.
Nota: Mientras limpiaba un cajón de mi cuarto, encontré una hoja con un fragmento de fanfiction que había quedado olvidado y acumulando polvo con los años. Antes de deshacerme de ella, quise compartirla con ustedes. Si les gusta o les interesa saber más, puedo retomarla, escribirla y publicarla. Solo díganme qué opinan.
Gracias por leer.
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CAPITULO 25 - PASEO POR LAS RUINAS
|| ¡Lady Riley! Qué gusto verte. Supongo que me recuerdas, ¿verdad? Soy Tariq. Nos conocimos en la despedida de soltero de Liam || se presentó nuevamente. Al principio, al verlo, pensé que era un idiota. ¿Quizás no lo sea y todo esté en mi cabeza? Decido comportarme amablemente a pesar de su mirada no tan agradable.
|| ¡Tariq, qué gusto! Claro que te recuerdo. Ha pasado un buen tiempo desde la última vez que nos vimos. ¿Cómo estuvo tu cabalgata? || le sonreí cortésmente.
|| Fue un viaje largo; muchas gracias por preguntar. Lo agradable de todo esto es que tengo unos buenos sirvientes listos para darme un buen masaje || de repente, él toma mi mano entre las suyas y roza sus labios contra mis nudillos, imitando la manera en que lo hace Liam. No se sintió tan bien, de hecho, resultó un tanto incómodo, ya que nadie más ha hecho esto conmigo. Sonreí incómodamente ante la situación.
|| Qué bien por ti entonces || le respondí, retirando rápidamente mi mano de las suyas.
|| ¿Y tú viaje? Espero que lo hayas disfrutado || exclamó él.
|| Estuvo perfecto. Podría hacer todo ese viaje de nuevo ahora mismo || respondí con entusiasmo.
|| Vaya, Lady Riley, eres ciertamente impresionante || me dijo con una mirada casi coqueta.
|| Este... ¿Gracias? || respondí de manera cortés. De repente, comenzó a hablar solo de sí mismo, así que actué como si estuviera genuinamente interesada en lo que me estaba diciendo, mientras mi mente intentaba analizar cómo escapar de esta conversación incómoda. Me sentía tan incómoda con sus miradas y su excesivo uso de colonia, que era demasiado fuerte para soportarla. Sinceramente, nunca me había sentido tan intimidada de una manera desagradable. De repente, exclamó mi nombre, haciendo que lo mirara con atención.
|| ¡Lady Riley! ¿Sigues conmigo? || preguntó Tariq || Te preguntaba si te gustaría dar un paseo por las ruinas exóticas || Sin embargo, su tono bajó al mencionar la palabra "exóticas", lo cual me hizo sentir aún más incómoda. Afortunadamente, Liam se acercó a nosotros y golpeó levemente el hombro de Tariq, como si hubiera percibido sus intenciones. En el fondo, experimenté un gran alivio.
|| Disculpa, Tariq. ¿Puedo hablar con Lady Riley? || dijo Liam en un tono serio.
|| Por supuesto, su Alteza || respondió Tariq con voz inconforme, apretando los dientes. Luego, dirigió su mirada hacia mí || Lady Riley, espero que nuestros caminos se crucen de nuevo. Y si alguna vez quieres echar un vistazo, no dudes en preguntarme. Yo con mucho gusto te mostraré todo || Su voz ronroneó mientras pronunciaba las palabras, y le sonreí incómoda. Tariq se inclinó antes de retirarse, mientras Liam lo observaba en silencio durante su partida. Confundida por la situación, me volví hacia Liam, buscando entender lo que estaba ocurriendo.
|| ¿Y qué fue eso? || preguntó Liam, con una expresión seria, una vez que Tariq estuvo fuera del alcance del oído. Parece que Liam se siente un tanto celoso.
|| No lo sé, esa misma pregunta me la hago yo. Me sentí muy incómoda con él, la verdad. Es la primera vez que lo veo desde tu despedida de soltero en Nueva York, pero nunca se había insinuado de esa manera ||
|| Si lo prefieres, puedo hablar con él y poner las cosas en su lugar || me expresa molesto, una faceta que nunca antes le había visto. Con delicadeza, acaricio su mejilla, asegurándome de que nadie nos esté observando.
|| ¿Te sientes celoso, Liam? || le provoco, sosteniendo su mirada de manera intensa.
|| ¿Yo? No, claro que no. Lo que pasa es que... || responde nervioso, empezando a balbucear. Antes de que pueda continuar, lo interrumpo.
|| Mis ojos son solo para ti, tenlo claro. No le demos importancia, ¿de acuerdo? || le digo con una sonrisa. Él se sonroja y me devuelve la sonrisa.
|| Puede que haya sentido un poco de celos, lo admito. Pero, como dices, es mejor no prestarle atención. Aunque es complicado encontrar un momento contigo entre toda esta multitud, me siento frustrado || expresa Liam con ansias.
|| Me alegra que hayas elegido compartir ese momento conmigo. Es algo que me llena de felicidad ||
|| También estoy contento por ello || responde, y una sonrisa ilumina su rostro. En ese instante, Drake, Maxwell y Hana se nos unen.
|| Oye, Li, parece que la fiesta se está apagando || comenta Drake mientras rodea a Liam con un brazo y nos sonríe.
|| Además, ya han traído los platos supuestamente bendecidos por los espíritus de las ruinas cercanas, según Bertrand || añade Maxwell, tomando mi mano y señalando el lugar del banquete.
|| ¡Oh! He escuchado leyendas sobre esas ruinas. Suena mágico. La gente viaja desde todas partes solo para verlas || Hana aplaude y yo sonrío.
|| Es lamentable que no hayan incluido una visita a las ruinas en el itinerario || Liam niega con la cabeza y me dedica una sonrisa.
|| ¿Quién nos dice que no podemos añadirlo por nuestra cuenta? || Liam me mira con sorpresa. || ¿Por qué no vamos ahora mismo? Parece una oportunidad única en la vida. Podríamos hacerlo antes de la cena || sugiero, animándolos a unirse.
|| Sabes, tiene razón y realmente nadie nos lo impide. Sería agradable pasar un tiempo juntos sin toda esta multitud alrededor || comenta Liam con ilusión en sus ojos.
|| ¡Qué emocionante! Entonces, tengamos una aventura || digo con una amplia sonrisa.
|| ¡Perfecto! || Maxwell toma del brazo a Hana y comienzan a dirigirse hacia las ruinas. Dirijo mi mirada hacia Liam, quien me devuelve la sonrisa. Parece que él también ha notado la conexión entre este par.
**
Caminamos a través del bosque, disfrutando de una agradable caminata mientras nos acercamos a las ruinas más conocidas y famosas de Cordonia. Liam lidera nuestro grupo, encabezando el camino.
|| Estoy realmente emocionada de explorar otra parte de la historia de Cordonia || expresa Hana con entusiasmo, y de repente, llegamos a un espacio abierto donde los antiguos templos en ruinas se revelan ante nosotros.
|| Muy bien, chicos, hemos llegado || exclama Liam con una sonrisa.
|| Hermoso y sereno || comenta Hana, admirando el entorno. Los edificios de piedra se mezclan con árboles que crecen desde la parte superior y los lados, creando una escena sinuosa. Un río silencioso fluye con pequeños puentes rotos a cada lado. El sol brilla a través de los árboles, creando una luz mágica en todo el lugar.
|| En mi opinión, este lugar nunca me ha atraído. Estoy convencido de que solo vamos a encontrar cosas antiguas aquí || se queja Drake.
|| Vamos, Drake, hay mucho más que eso y tú lo sabes || Liam contempla la naturaleza y sonríe || Existe algo tan apacible y mágico en este sitio, ¿no lo perciben? ||
|| Lo único que siento son un millón de serpientes listas para atacarnos || Maxwell toca uno de los árboles y se estremece.
|| Maxwell, dudo que existan esas cosas aquí... Estoy de acuerdo con Liam; siento la necesidad de intentar absorberlo todo y relajarme || Me muevo sin rumbo, inhalando el aire fresco || ¿Por qué no nos separamos un poco y exploramos el lugar? || planteo.
|| Esa es una excelente idea || exclama Liam, y todos empezamos a dispersarnos por el área, maravillándonos ante su belleza.
Mientras avanzo, estos sentimientos divididos vuelven a ocupar mi mente. Liam logra arrancarme suspiros; me encanta su manera de ser. Es tan apropiado, caballeroso y tierno. Sin embargo, Drake posee algo que aun no comprendo, a pesar de su tosquedad y rudeza a veces. Sé que dentro de él hay un lado tierno que no muestra a todos. Antes, solo experimentaba una especie de electricidad al estar con Liam, pero ahora, también la siento cuando estoy con Drake.
La temporada social está llegando a su fin, y lo más probable es que Liam me elija como su esposa. Sin embargo, ¿y si no lo hace? ¿Habría alguna posibilidad con Drake? Aunque él sea el mejor amigo de Liam. ¡Vaya, Riley! Deja de darle tantas vueltas a cosas sin importancia.
|| Brown || interrumpe Drake, sacándome de mis pensamientos. Lo observo, notando que se apoya contra las raíces de un árbol que resguarda un templo || ¿Perdida en tus pensamientos? ||
|| Parece que estás disfrutando explorando el lugar, ¿verdad? || comento irónicamente al ver que no se mueve para explorar.
|| Sabes, la arqueología no es lo mío || responde tranquilamente.
|| Pero al menos podrías echar un vistazo a tu alrededor. No siempre tendrás la oportunidad de venir a un lugar como este || le sugiero.
|| Brown, podría volver aquí cuando quiera, pero lamentablemente no me interesa, y nunca lo ha hecho. He explorado el lugar, y solo encuentro edificios antiguos. Eso es todo lo que hay aquí ||
|| Entonces, ¿por qué viniste si este tipo de cosas no te interesan? ||
|| Sinceramente, no creo que tengamos muchas más oportunidades como esta || responde pensativo.
|| Pero no comprendo... ¿A qué te refieres? || pregunto con curiosidad.
|| ¿Recuerdas cuando te hablé sobre vivir el momento? || pregunta, y asiento con la cabeza. || Muy bien, lo que quiero decir es que Liam pronto será rey y quién sabe, podrías ser su reina. Entonces todo va a cambiar || desvía su mirada hacia el hermoso bosque.
|| Drake, sabes que Liam hará tiempo para ti. Después de todo, eres su mejor amigo. Sus aventuras son como una especie de leyenda || le digo, tratando de animarlo, pero su mirada es triste y perdida.
|| No lo creo; más bien, diría que ahora soy como una nota al pie al final de una historia || me responde sin mirarme.
|| Vamos, Drake... Liam no te va a sacar de su vida, así como así || advierto.
|| No lo sabes con seguridad, Brown || responde con duda.
|| Vamos Drake, es de Liam de quien estamos hablando || Y lo señalo a lo lejos.
|| Lo sé, pero es algo que se ve venir. De hecho, Liam últimamente ha estado más ocupado de lo habitual; ya no es como antes. Nada será como antes ||
|| Pero eso se debe a que está en transición hacia algo nuevo. Además, si alguien sería diferente, sería él || le digo con completa seguridad. Drake se sumerge en un momento de reflexión.
|| Tal vez tengas razón, ya que, si alguien se opone a la tendencia, es él || sonríe a medias. Luego, hace una pausa y me mira fijamente a los ojos || Brown, es posible que hayamos tenido algunos altibajos entre nosotros, pero quiero que sepas que, aunque no lo creas, he disfrutado esta pequeña aventura contigo. Y no me refiero solo a este viaje a las ruinas, sino a todo, desde que entré en tu bar en Nueva York y todo lo que hemos compartido estos meses. La verdad es que tú... tú no eres mala ||
|| Gracias, Drake... || Sonrío ante esta afirmación, sintiéndome especial.
|| Para ser sincera, no han sido meses malos. En este tiempo, has llegado a importarme mucho || confieso. Y no miento, he llegado a quererlo a pesar de su malgenio.
|| Tú eres tan diferente; sabes cómo leerme. Nadie me ha visto a través de mis ojos. Aunque no debería, tú también me importas || me mira con atención || Es decir, no me importas demasiado || añade, luego se da cuenta y se corrige || Rayos, no quise decir eso, porque me importas de verdad, pero es que yo... || Suspira y me mira por un buen rato, completamente frustrado, sin saber qué más decir || Rayos ||
|| Drake, tranquilo. Capté lo que dijiste y se lo que querías decir. Sin embargo, es esencial que te alejes de aquí antes de perderte por completo. Sumergirte en esta reflexión no es saludable para ti || le comento entre risas amigables.
|| Tienes razón. Si permanezco mucho tiempo aquí, podría convertirme en una gran bola de musgo || se estremece y luego suelta una risa || Mejor voy a buscar a los demás || añade Drake, alejándose rápidamente en busca del resto del grupo, Ahora confirmo lo que presentía: Drake siente algo por mí. La incertidumbre sobre mis propios sentimientos se apodera de mí. Estoy confundida, pero reconozco que hay algo en él que aviva una chispa en mi interior. De pronto, la voz de Liam interrumpe mis pensamientos.
|| ¿Qué te parecen estas ruinas? Son asombrosas, ¿no crees? || comenta mientras que yo sonrío al mirarlo || Estar entre edificaciones que atesoran tanta historia es magnífico. Mi padre siempre me recuerda nuestra historia, creo que a medida que envejece, le preocupa más su lugar en ella || reflexiona Liam || Pronto, la corona adornará mi cabeza, y en algún momento, un historiador inmortalizará este día como el inicio del reinado del Rey Liam Nielsen. La pregunta que me intriga es: ¿Qué legado dejaré? ||
|| Liam, la decisión recae en ti, pues serán tus acciones las que configuren la percepción de la gente. No obstante, quiero que tengas claro que confío plenamente en tu capacidad para desempeñar este papel de manera excepcional. Tu integridad y sabiduría son cualidades que, sin duda, trascenderán y dejarán una marca indeleble en la historia. Estoy convencida de que tu reinado será recordado como un período de sabiduría y liderazgo ejemplar. La confianza que deposito en ti es un reflejo de la certeza de que dejarás una huella positiva en el reino. Estoy ansiosa por presenciar el legado que construirás y la huella única que dejarás en la memoria de todos || Él se acerca con una sonrisa y acaricia con ternura mi mejilla, cerrando mis ojos ante su contacto.
|| ¿Cómo logras expresarte siempre con tanta precisión? Valoro sinceramente la confianza que tienes en mí ||
|| Liam, simplemente expreso lo que observo. Creo que la gente te percibirá como "Liam, el rey compasivo", ya que te preocupas constantemente por los demás más que por ti mismo. Aunque aún no lleves la corona, desde que supiste que sería tu destino, has buscado siempre el bienestar de tu gente, incluso si eso implicaba sacrificar tu propia felicidad. Creo firmemente que la gente te recordará por esa calidad || Lo afirmo con una sonrisa llena de gratitud.
|| Esto es lo que amo de ti: en un instante, experimento la carga de toda Cordonia sobre mis hombros. Sin embargo, al tenerte a mi lado, esa pesadez desaparece por completo. Lo único que experimento es un sentido de posibilidad y esperanza. Me siento capaz de enfrentar cualquier desafío. Debería haber comprendido desde el principio que eres la única persona capaz de transformar todo esto ||
|| Liam, tienes la capacidad de lograr cualquier cosa, y no requieres mucho de mi || Le digo, pero rápidamente Liam sujeta mis manos entre las suyas.
|| Riley, aunque no lo creas necesito de ti. Me he dado cuenta de que despiertas en mí sensaciones y emociones únicas, incomparables con las de cualquier otro || Comenta mientras su mirada persiste, intensa.
|| ¡Hey! ¿Tienen planes de unirse? Siento un rugido en mi estómago de hambre || exclama Maxwell, cuya voz perfora el silencio y dispersa nuestros pensamientos.
|| Estamos en camino || le grita Liam sin apartar la mirada de mí; luego sonríe con una sombra de tristeza en sus ojos || Sinceramente, me encantaría disfrutar toda la tarde aquí contigo, pero preferiría evitar la molestia de un Maxwell enfadado por la comida || comenta, y ambos nos sumergimos en risas contagiosas.
** Poco después, nos encaminamos de regreso al pueblo, cada paso resonando en la suave brisa de la tarde. Mientras avanzamos, descubro una cálida sensación de hogar entre nosotros. Las amistades que he forjado y la perspectiva de un amor latente crean una experiencia asombrosa. No me atrevo ni a imaginar dónde estaría ahora si hubiera declinado la propuesta de Maxwell y me hubiera quedado en Nueva York.
Al retornar a la festividad, observo cómo los nobles se congregan alrededor de una majestuosa mesa de banquetes medievales, desbordante de delicias culinarias. La escena cobra vida con la charla animada y la risa, creando un telón de fondo encantador para la oportunidad de conexiones más profundas y momentos compartidos.
En medio de risas y charlas animadas, nos aventuramos entre las mesas abarrotadas de manjares, cada uno seleccionando los platillos que avivan nuestra curiosidad y despiertan nuestro apetito. La única excepción es Liam, quien opta por ubicarse en la mesa junto a sus padres
|| ¡Vaya, esto es un auténtico festín de carne! || exclamo, maravillada por la abundancia ante nosotros. Drake, con una chispa de entusiasmo, comenta:
|| Exacto, no sería una fiesta sin esta deliciosa carne, ¿verdad? || Exclama mientras sirve generosas porciones en su plato. Pero mientras tanto, Hana, con una expresión más reflexiva, sugiere:
|| Quizás un toque más de fruta o algunas semillas no vendrían mal || explorando la habitación en busca de opciones más acordes a sus preferencias.
|| Vamos, nena, diviértete y prueba otras cosas || le dice Maxwell emocionado. Una vez que todos hemos escogido nuestros alimentos y estamos sentados a la mesa, Maxwell se pone de pie con una copa en la mano || ¡Muy bien, un brindis por todos nosotros y por nuestra amistad! || nos dice lleno de felicidad y alegría.
|| ¡Por la amistad! || todos al unísono lo decimos y aplaudimos. Incluso Drake brinda; luego, nos sumergimos todos en la fiesta.
**
Más tarde esa noche, después de disfrutar de una suntuosa cena, el grupo y yo emprendemos el viaje de regreso a la Mansión de Applewood. Liam va con sus padres, Drake se va solo, y Hana regresa con las demás damas. Mientras tanto, yo estoy junto con Maxwell y Bertrand. Después de un largo viaje por el sendero, veo la luz de bienvenida de la ventana de la mansión a través de la oscuridad.
|| Vaya, sí que fue un viaje largo || les digo, llena de cansancio por el trajín de todo el día || Ahora solo puedo pensar en sumergirme en una tina por el resto de mi vida || Cierro los ojos, imaginando el agua tibia acercándose a mi cuerpo.
|| Por una vez, estoy de acuerdo contigo || responde Bertrand con cansancio en los ojos.
|| ¡O más bien sumergirte hasta que el Jamboree Campestre comience mañana! || exclama Maxwell extasiado. || ¡Espero que estés lista para otra fiesta! ||
|| ¿En serio? ¡Cielos! Voy a morir || murmuro, frunciendo el ceño.
La jornada no me concedió tregua; desde temprano me vi obligada a levantarme para alistarme con esmero para el esperado "Jamboree Campestre". Mi elección de vestuario consistió en un elegante vestido blanco adornado con flores rosas, realzado por un cinturón marrón que ceñía mi cintura. Presentaba un escote delicado con tirantes finos, y para culminar el conjunto, unas botas marrones que sin duda resaltarían en el evento. Se trataba de la indumentaria perfecta para una chica de campo destinada a robar el espectáculo.
Conté con la colaboración de Anita, quien, como de costumbre, se encargó de mi cabello y maquillaje. Sin duda, ella se ha convertido en una parte indispensable de mi vida. No puedo evitar reflexionar sobre qué haría sin su presencia.
Finalmente, tras una intensa mañana de preparativos, alrededor del mediodía, Bertrand y Maxwell tomaron la iniciativa de guiarme por la espaciosa escalera de la mansión. Observo cómo varios nobles caminan por los pasillos socializando, disfrutando de aperitivos, bebiendo y admirando pinturas.
|| Pero miren… Parece que prepararon bebidas y comida temprano para este evento || observa Maxwell, frotándose las manos mientras Bertrand lo mira con severidad.
|| Concéntrate, Maxwell. No tenemos tiempo para payasadas de fiesta || le recuerda Bertrand.
|| Pero tengo tantas ideas para hoy || responde Maxwell, ansioso por compartir sus planes.
|| ¿De qué sirve una fiesta si no se celebra como si no hubiera un mañana? || Comento mientras tomo del brazo a Maxwell y le sonrío.
|| ¡Exactamente! ¿Ves, Bertrand? Mi Flor me comprende... || Responde Maxwell.
|| Lady Riley, ¿tú también? || Exclama Bertrand, mostrando su decepción || Miren, muchachos, para la Casa Beaumont es muy posible que no haya un mañana || Bertrand se cruza de brazos y nos observa con atención.
|| Pero... ¿No te parece entonces que es el momento perfecto para una fiesta? || Intento aligerar el estado de ánimo, pero solo hace que el rostro de Bertrand se arrugue con más rabia.
|| Difícilmente || comenta Bertrand, relajándose aún más || Los eventos de hoy adoptan un encanto rústico... habrá juegos en el césped, cenas en los jardines. Lo que me gusta es que hayas elegido una vestimenta acorde a lo que necesitamos demostrar hoy || Bertrand expresa estas palabras con notable calma cuando, de repente, suena su teléfono || Nos vemos en las afueras || añade rápidamente antes de sumergirse en una llamada telefónica.
|| Está bien, será mejor adelantarnos entonces || sugiere Maxwell mientras comenzamos a caminar por los pasillos de la mansión, dirigiéndonos hacia las afueras de Applewood.
|| Oye, Max, ¿por qué estás más feliz de lo normal? || Pregunto curiosa al notar su evidente emoción.
|| ¿Más feliz de lo normal? No, para nada, mi Flor. Estoy feliz como siempre || responde Maxwell, pero de repente en nuestro trayecto, avistamos a Hana absorta en una conversación telefónica junto a la ventana. Hago señas a Maxwell para que continúe, y ella termina su llamada rápidamente antes de acercarse a mí.
|| ¿Está todo bien? Parecía que peleabas con alguien || le pregunto con preocupación.
|| Con mis padres, pero puedo decir que todo está bien, ya que es lo mismo de siempre: sus quejas, preguntas sobre cómo va todo con el príncipe, si tengo oportunidad, que gane aliados, etc. Pero en estos momentos eso no importa; tengo algo importante que confesarte... || Hana echa un vistazo a su alrededor, asegurándose de que nadie escuche || Maxwell y yo decidimos tener una relación ||
|| ¿En serio? ¡Felicitaciones! || Exclamo mientras me río y le doy un abrazo fuerte. Esta es la razón de la felicidad excesiva de Maxwell || Esto es asombroso... Lo has hecho oficial antes que yo. Estoy un poco celosa de ti ||
|| Bueno realmente no es tan oficial que digamos ya que no podemos decírselo a nadie hasta que Liam te elija porque todavía soy considerada una pretendiente || Menciono con tristeza.
|| Tienes razón, la situación es complicada, pero no te preocupes. Estamos a punto de finalizar todo esto, y finalmente podrás estar con Max || le aseguré.
|| Sí, lo sé. Maxwell y yo hemos discutido todo esto, y de hecho, tenemos un plan sobre cómo revelarlo a todos después de la coronación. Sin embargo, queremos que parezca que comenzamos a salir después de ese evento || compartió Hana con emoción y ansias.
|| Me alegra saber que han considerado cómo comunicarlo a todos. Pero, ¿qué sucedió exactamente? ¿Te pidió que fueras su novia? || Pregunte y mi emoción era palpable mientras ella me dirigía una gran sonrisa.
|| De hecho, ocurrió ayer. Después de que él te dejara en tu habitación, me envió un mensaje. Se acercó a mi habitación, empezamos a hablar, coqueteamos y, de repente, él simplemente preguntó si deberíamos estar juntos. Sin pensarlo mucho, dije que sí. Entonces, nos besamos, una cosa llevó a la otra y... ¡Cielos, Riley! Realmente me gusta mucho || confesó, riendo como una colegiala.
|| Hana, espera... ¿Te acostaste con Maxwell? ||
@tessa-liam, @kingliam2019, @dutifullynuttywitch, @choicesficwriterscreations, @garrusknight
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Cuando sonríes, aparecen unos gestos perfectos, donde me escondería sin ningún pretexto. Donde me sentiría dueño absoluto de tu risita y guardián de tu belleza, que no puede ser circunscrita. Quiero hacerte reír y hacerte feliz, y lo único que consigo, cuando lo haces, es no dejarte escapar y tenerte conmigo.
Quiero dibujar en tu rostro un montón de sonrisas y hacer de tus lunares mis galaxias y constelaciones preferidas.
Quiero conocer más allá de tu nombre o tu color favorito. Quiero saber lo que piensas, descubrir ese mundo que hay en tu mente. Qué secretos guardas y qué es lo que más anhelas. Quiero saber de tus manías y lo que expresan tus gestos.
Lo que conseguí es que me enamoré de tu sonrisa coqueta y de los pequeños hoyuelos que se forman como dos comillas de mi cita favorita. Me vuelves demente con esos gestos que iluminan tu sonrisa.
No he de negar que te la pasas merodeando por mi cabeza. Y lo único que puedo hacer es permitirte caminar por mi corteza, y cómo no hacerlo si me embelesas con tu rareza.
Me miras fijo, intentando explicarme algo que no escucho. Me señalas, me sonríes otra vez y te deslizas alejándote unos metros.
No puedo sacarte los ojos de encima, y cuando lo hago, ¿qué hago con el alma? Si sigo escuchando tu voz profunda y no puedo evitar sonreírle a la nada y mentir al explicar mi cara de felicidad extrema.
Eres hermosa y tal vez eres consciente de ello, deberías serlo.
¿Sabías que cuando te tengo a unos centímetros se me da vuelta el mundo y las palabras no me salen y simplemente puedo responderte que sí a todo? Porque ya nada me importa; porque te ríes y me estremezco.
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