#Aspecto Natural
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makeupvartiz · 1 year ago
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Aprende la Técnica de Maquillaje Micro-Concealing con Verónica Artés desde la Comodidad de tu Hogar
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El mundo del maquillaje está en constante evolución, y siempre hay nuevas técnicas y tendencias que surgen para ayudarnos a lucir lo mejor posible. Una de las últimas tendencias que ha estado causando sensación en el mundo del maquillaje es el “Micro-Concealing”, y en Make Up Vartiz by Verónica Artés, estamos emocionados de ofrecer un curso online para enseñarte esta técnica innovadora. ¿Qué es…
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cristincruz72 · 2 years ago
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flowers-in-august · 2 months ago
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Acho curiosa a expressão "entrei para o ed". Querida, eu não sei se você sabe, mas "disorder" pode ser traduzido neste contexto como "transtorno". As pessoas que estão aqui não "entraram" e decidiram do dia para a noite pensar da maneira como pensam e agir da maneira que agem.
A comunidade existe simplesmente para pessoas que possuem a questão poderem explorar suas ideias, pensamentos, desabafos em um lugar seguro e sem julgamentos onde apenas quem pensa exatamente como elas irão compreender. Absolutamente qualquer discurso dessa bolha, se chega às mãos erradas, pode ser interpretado de maneira totalmente distorcida.
Sim, aqui não é um ambiente saudável! Sim, apesar da maioria ser pro-recovery o estímulo para não perder o grande caminho conquistado também existe. Não é pra ser bonitinho, legal, fofinho... Sim, é tóxico e essa comunidade existe e foi construída por pessoas doentes. Não existe isso de entrar para o ed, pelo menos não de maneira racional e consciente.
É algo muito natural, ele surge geralmente quando você está fazendo suas pesquisas pessoais, quando precisa de inspirações e de um dia para o outro você se vê completamente aprofundada no ambiente, entendendo as siglas, compartilhando experiências. Se você procura grupos, comunidades e contas de transtorno alimentar para perder uns quilinhos, esse lugar não é para você. É prejudicial e você corre risco de desenvolver um problema sério. Se achar acima do peso, feia ou qualquer coisa do tipo não é NECESSARIAMENTE t.a, existem dezenas de aspectos que fazem um transtorno ser o que ele é (falo como uma pessoa diagnosticada há mais de dez anos).
Enfim, cuidem da saúde de vocês. Ninguém escolhe estar onde estar simplesmente por estética, por achar "bonitinho"... Com o tempo você pode realmente desenvolver uma doença séria e em muitos casos sem volta. As nossas frases de encorajamento aqui existem porque nós somos sim meio cruéis com nós mesmas, estamos no fundo do poço SIM e romantizando ou não nosso transtorno, todas nós sabemos disso. Então, não veja como um estímulo para você QUE NÃO POSSUI T.A continuar o que está fazendo. Procure um médico nutricionista, faça exercício físico e terapia.
ps: já vi meninas aqui julgando as outras ou invalidando t.a alheio. não é uma competição. ninguém tem que ficar provando nada. cada um está passando por uma situação diferente e lidando de uma maneira diferente.
Xoxo, Dasha.
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ellizxs · 3 months ago
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História de sucesso
oii amores! já tem um tempo que estou procrastinando de vir contar pra vocês, mas hoje lembrei do quanto eu gostaria de ter mais histórias de sucesso com a lei da suposição em português. Então vim contar 3 coisas que manifestei instantaneamente pra vocês (sem entrar no vazio), mas antes, quero pedir que não se comparem. o tempo não existe, não é real! se quiserem saber como eu manifestei instantaneamente, podem pular para o final do blog, mas já aviso que não é nada irreal e complicado.
1° coisa: corpo desejado.
a primeira coisa que eu quis manifestar, já que sempre fui muito insegura com meu corpo. e hoje viver com meu corpo dos sonhos? é maravilhoso e ainda tenho vontade de chorar toda vez que me olho no espelho.
2° coisa: rosto/cabelo desejado.
logo em seguida, já manifestei meu rosto é meu cabelo desejados. se eu contar pra vocês que passei duas noites inteiras chorando de alegria por me olhar no espelho e amar TUDO o'que eu vejo, vocês vão me achar louca KKKKKKKK
3° coisa: minha vida dos sonhos.
país, amigos, boletim, dinheiro, casa, e cada mínimo aspecto desejado da minha vida!!
Como manifestar tudo isso instantaneamente?
primeiro, toda manifestação já é instantânea.
segundo, eu afirmei de forma natural todas as vezes que eu me lembrava. (ex: eu sou uma grande gostosa, olha meu corpo mano!)
segundo, eu visualizava tudo que eu queria antes de dormir e assim que eu acordava (quando eu estava bem sonolenta, já que nosso subconsciente fica mais vulnerável nessas horas)
terceiro, eu vivia cada dia aproveitando tudo, sem me preocupar e ficar obcecada com algo que já é meu.
qualquer dúvida vai ser um imenso prazer responder vocês nos comentários!
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stuckwthem · 10 months ago
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te extraño | enzo vogrincic fluff
summary: tu y enzo tuvieron una discusión antes de que él se fuera a viajar, pero ni siquiera recuerdas por qué.
hola! si quieres, hazme asks para fics con enzo ;)
dedico esta para mis amores de ternurinas <3
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hace una semana, enzo estaba fuera de casa, rodando en españa. llevaba siete días sin ver a su novio. habían pasado 10.080 minutos sin él, la angustia le oprimía el pecho tan dolorosamente que sólo pensar en volver a verlo la dejaba sin aliento. no era extraño extrañar a su novio, la otra vez llevaban dos meses sin verse, pero esta vez la sensación de nostalgia era diferente, porque hacía exactamente ocho días habían tenido una discusión que acabó con enzo yéndose sin despedirse. cosa que nunca ocurrió. 
inevitablemente, volvieron a hablarse a través de mensajes. un aviso de que había llegado y alguna que otra conversación para comprobar que todo iba bien, pero nada muy natural, todo seguía pareciendo tenso. y lo más cómico era que al menos recordaba lo que habían discutido. 
ahora se encontraba en el sofá, mordiéndose las uñas, ansiosa por saber cómo sería cuando él volviera, ¿cómo se disculparía? ¿cómo se justificaría? no tenía ni idea. probablemente debería haber empezado. algún comentario insinuante, alguna sospecha estúpida, algo que nunca debería haber ocurrido, pero ahora era demasiado tarde. enzo había dicho que volvería al día siguiente, y desde entonces se había estado devanando los sesos intentando planear algo bonito, un poco romántico, una rendición. ¿quizás una cena? ¿un regalo? ¿qué haría si él parecía tan molesto?
su mente iba a demasiados sitios, a demasiadas situaciones, invocaba paranoias que empezaban a deprimirla aún un poco. ¿y si estaba cansado de la relación? ¿y si lo de iros a vivir juntos había sido una decisión precipitada? ¿y si puso fin a las cosas cuando regresó? sería horrible perderle. no volver a despertar a su lado probablemente te sumiría en un horrible estado de desesperación. sólo pensarlo te daban ganas de vomitar. aunque suene dramático, es la verdad.
uma y ada, las bellotas peludas, estaban en una disputa incansable sobre su regazo, como si se dieran cuenta de lo preocupada que estaba, y como fieles escuderas, la rodeaban y ronroneaban como si quisieran responderle cuando empezaba a murmurar para sí misma.
"oh, chicas, ¿cómo puedo ser tan idiota?", un suspiro cansado salió de sus labios mientras acariciaba el pelaje de uma, que maulló en respuesta. quizás tenía razón. 
incluso pensó en enviarle un mensaje a matías y preguntarle cómo estaba enzo, tal vez personalmente sus nervios podrían ser muy diferentes ahora. tal vez matí le daría una pista sobre qué hacer, después de todo, eran amigos íntimos. pero temía ser demasiado invasiva. sólo sabía que tenía que encontrar la manera, pero se le escapaban todas las palabras. cena en casa, algo íntimo y su postre favorito, decidió finalmente. algo íntimo, tal vez una botella de vino y podrían hablar de lo que fuera que estuviera mal. enzo siempre sabía hablar, era fácil hablar de sentimientos con él, ¿no? pero al mismo tiempo, temía que enzo lo interpretara como un intento de compensarlo. no quería parecer desesperada, pero no podía ignorar el hecho de que había que decir algo.
finalmente se levantó, decidiendo revisar la heladera y ver qué podía preparar para el día siguiente, pero faltaban muchas cosas, por lo que un viaje al mercado sería su distracción para la tarde. sin pensarlo mucho, se puso las zapatillas y se echó un jersey por encima, demasiado inerte en sus pensamientos como para preocuparse por su aspecto. y justo cuando estaba frente a la puerta, el picaporte se movió. su cuerpo se congeló, una reacción de miedo. alguien intentaba entrar en el piso, por el amor de dios. cogió rápidamente una cuchara de madera de la cocina y observó a quienquiera que fuese a través de la mirilla. y entonces sus piernas flaquearon un momento. 
"¡enzo!", exclamó eufórica, abriendo la puerta a velocidad récord. una sonrisa se dibujó en su rostro al ver de nuevo a su novio, y cuando abrió la puerta del todo, allí estaba él, con sus inseparables joggers negros y el pelo detrás de las orejas, tan precioso. tan hermoso, con una sonrisa en la cara tan grande como la suya.
enzo tenía una expresión que mezclaba sorpresa y alivio. sus ojos se encontraron con los suyos y, por un momento, lo único que pareció importar fue que volvían a estar juntos. sin pensarlo, sus piernas rodearon su cintura, y enseguida, las manos de enzo la sujetaron por los muslos. manteniéndola firme y tan cerca como pudo de su pecho.
"no pude resistirme. tenía que volver antes", confesó, con la voz tan dolida como sentía su corazón. pareció vacilar un momento antes de continuar. "te extraño tanto, gorda".
sus labios se encontraron con los de él tan vorazmente que era imposible saber quién había empezado el beso. sentir la suave y caliente boca de enzo contra la tuya después de tanto tiempo era como entrar en un oasis privado, que restauraba cada pequeña parte de ti y hacía que todo lo demás, tu entorno, el mundo, tus problemas, todo desapareciera. en un instante, todas las preocupaciones e inseguridades parecían extinguirse, sustituidas por la felicidad de tener a enzo de vuelta en casa. era adictivo e insaciable besarle, sentir su lengua bailar suavemente bajo la suya mientras sus manos recorrían su espalda. ahora sentía las piernas como gelatina, todo su cuerpo reducido a nada más que una sensación cálida y líquida. sentir el calor de su piel mientras sus manos recorren su nuca y luego bajo la tela de sus hombros, sentir la contracción de los músculos de su espalda. es casi una experiencia religiosa.
"lo... lo siento, estaba preocupadísima..." te apresuras a decir cuando se rompe el beso, porque desgraciadamente aún hacía falta oxígeno, pero enseguida te interrumpe enzo, que apoya su frente contra la tuya. de repente, te das cuenta de que sigues en medio del pasillo del edificio.
"lo sé, cariño. lo sé", murmura contra tus labios, abrazando tu cuerpo con tanta ternura, como si pudiera romperse en mil pedazos si te soltara. tal vez lo haría.
así que enzo la colocó suavemente sobre su regazo, cogió su mochila y entró en el piso, sin la menor intención de soltarla. ahora que había vuelto, sería difícil escaparse al menos tres días seguidos. empuja la puerta del piso con el pie y, sin perder tiempo, la coloca bajo el brazo del sofá, dejando caer la mochila en cualquier rincón, para poder por fin sujetarle la cara con ambas manos, estirando desde los pulgares bajo la mandíbula hasta las puntas de los dedos en las sienes. la rodilla de enzo golpea contra su muslo e, instintivamente, hace espacio entre sus piernas para que él quede entre ellas. pasa un rato acariciando tus mejillas, sus ojos apreciando cada marca de tu cara que conoce tan bien, que incluso si cerrara los ojos podría nombrar cada una. sus ojos tienen un brillo familiar e intenso que te envuelve por completo, haciendo imposible estar fuera de esa burbuja construida alrededor de los dos. de nuevo, saboreas su beso cuando se inclina para besarte, disfrutando de cada detalle, de la textura, de su olor familiar y agradable, de la cercanía, de las pequeñas interrupciones en su respiración, de los pequeños suspiros. se disfruta cada bendito segundo. enzo la besa como si estuviera hambriento. como si contara cada segundo desde que salió por la puerta.
"ni siquiera recuerdo por qué nos peleábamos", dice entre bocanadas de aire. sigue con los ojos cerrados, pero se le nota que está sonriendo. qué cabrón. "¿te acuerdas?"
"no tengo ni idea", es todo lo que puedes responder. toda la expectación de todo el día, toda la preocupación y el miedo se olvidan y quedan enterrados en ese momento. la idea de estar separados está ahora muy, muy lejos de tu mente. "creía que estabas enojado conmigo"
"creía que tu estabas enojada conmigo", admite, con énfasis. una risa al unísono es compartida, la confusión se convierte en una broma tonta.
su presencia desborda júbilo, su corazón como una fuente de amor, acompañado de inquietas mariposas en la boca del estómago. esa sensación nunca desaparecería. nunca sabría lo que sería no amarle. la sensación de estar con él era algo completamente indescriptible, incluso las luces parecían más cálidas, los colores más vibrantes. como volver a estar en órbita.
"y sólo quiero que sepas que, pasase lo que pasase antes, ahora estoy aquí, y no quiero estar ni un minuto más lejos de ti". con la más pura sinceridad, declara enzo, cogiéndole la mandíbula e inclinándola para que le mire. para asegurarse.
le dan ganas de tragárselo. es algo extraño, pero está creciendo dentro de ti. no quieres perder ni un segundo enfadándote por estupideces.
las bellotas peludas, uma y ada, que observaban la escena con curiosidad, se acercaron y empezaron a frotarse contra las piernas de enzo, como si le dieran la bienvenida. enzo volvió a reír y se inclinó para acariciarlas.
"vosotras también me extrañában, ¿no?", bromea con las gatas, con un tono de voz como si hablara con bebés.
sonríe ante la interacción, dejando que se aleje un momento, sabiendo que ellas le extrañaban tanto como tú. miras el piso por encima del hombro de enzo y te das cuenta de que, cuando él no está, es una casa más. su mera existencia convertiría cualquier lugar en un hogar. dios, cómo le extrañaba.
"pensaba hacer una cena especial mañana, pero ahora... creo que ya hemos empezado a celebrarlo, ¿no?" dices, sintiendo que tu cara se ruboriza al recordar su estado. no esperabas que llegara tan pronto, desearías haber hecho algo para darle la bienvenida. debía de estar muerto de hambre. y a ti también te gustaría estar más presentable, pero a él no parece importarle.
enzo asintió, todavía con una sonrisa radiante, volviendo a centrar su atención en ti. "por supuesto. me encantaría que me hicieras la cena, pero por ahora creo que necesito quedarme aquí, cerca". te acerca y apoya tu cabeza contra su pecho. "ya no te preocupes, ¿vale? sólo nosotros dos, las gatas y este momento".
te ríes, asintiendo, y él se inclina para besarte la nariz. 
"te quiero, chiquita".
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hansolsticio · 7 months ago
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✦ — "expectativa". ᯓ joshua h.
— namorado! joshua × leitora. — 𝗰𝗮𝘁𝗲𝗴𝗼𝗿𝗶𝗮: smut (+ muita fofura e contexto). — 𝘄𝗼𝗿𝗱 𝗰𝗼𝘂𝗻𝘁: 4932. — 𝗮𝘃𝗶𝘀𝗼𝘀: continuação de "natural" (várias referências), primeira vez da pp, fingering, dry humping, a pp é um tantinho insegura, sexo fofinho & não muito realístico. — 𝗻𝗼𝘁𝗮𝘀: eu meti digressão sem dó nessa aqui, mas juro que tentei deixar compreensível... por favor me digam que funcionou.
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"Não sei responder, meu bem. Mas acho que nunca toquei nesse assunto por medo de te colocar pressão.", acariciou suas bochechas com os polegares. Sempre era sincero com você, mas esse nível específico de sinceridade exigia que ele não olhasse nos seus olhos — optou por olhar para cima, fingindo pensar. "Fiquei com receio de te dar a impressão de que eu queria... alguma coisa, entende?", havia verdade ali, mesmo que muito acanhada.
Você suspirou, tinha medo de perguntar e tinha medo da resposta — ambos infundados, Shua nunca havia te dado motivos para se sentir insegura. Mas, ei! 'Quem tem boca vai a Roma', não é? (ou será que é 'vaia'?, honestamente não importava).
"E você já sentiu vontade de... 'cê sabe?", torceu os lábios. A expressão do homem deixou claro: ele entendeu o que você quis dizer.
[...]
Como vocês chegaram nesse tema? É difícil saber. A conversa nada discreta que você teve com as suas amigas numa 'Noite das Meninas' uns três dias atrás não tem nada a ver com isso. Ah! E o jeito como as coisas entre você e Joshua tem esquentado rápido até demais nas últimas semanas com certeza não tem relação nenhuma com a sua pergunta. Claro que não!
Porém, estava se tornando um acontecimento recorrente: você e ele acabam se deixando levar pelos toques e algum dos dois precisa 'dar uma segurada', porque não sabem onde isso poderia acabar — francamente, sabem sim, mas ainda não conseguem lidar com essa informação.
Não é algo ruim, definitivamente não. Você gosta do fato de finalmente se sentir mais confortável com seu namorado (fisicamente falando). Já fez algumas coisas com Shua que nunca havia feito com ninguém e isso te deixava acesa por dentro. Era um frio na barriga que não te incomodava. Na verdade, ansiava pela expectativa — desejava desejar e ser desejada em consequência. Honestamente não consegue pensar em nada que não deixaria Joshua fazer com você — e sabia que ele compartilhava do mesmo sentimento, ainda que não te dissesse.
Pareciam estar presos numa eterna 'honeymoon phase': Já conheciam tanto um sobre o outro, mas isso parecia dar mais abertura para ter o que descobrir. Esse aspecto também se transferia para o plano físico: Já haviam sentido tanto, mas é tudo sempre tão bom que surge a necessidade de sentir ainda mais. Quer dizer, você gosta muito das mãos de Joshua, gosta do que elas fazem com você, mas não consegue evitar de pensar no que elas poderiam fazer com outras partes ainda intocadas — pensa o mesmo sobre a boca dele, mas teme ser engolida pela timidez caso algum dia precise trazer isso à tona.
[...]
"Eu sou completamente apaixonado por você. Que tipo de pergunta é essa?", se esquivou pela primeira vez na noite, o questionamento era um tanto embaraçoso.
"Mas isso não garante nada."
"Claro que garante!", franziu as sobrancelhas se esquivando novamente.
"Shua!", queria uma resposta concreta.
Joshua suspirou derrotado, reprimiu tudo o que já sentiu vontade de fazer com você bem no fundo da memória — algumas coisas não precisavam ser ditas. Escolheu o conjunto de palavras mais leves que conseguiu pensar:
"Sim, meu bem. Eu já senti vontade de fazer amor com você. Respondi sua pergunta?", jogou a questão para você, não queria ficar com o peso do assunto.
"E por que você nunca tentou nada?", deu errado, os holofotes voltando para ele quase tão rápido quanto o deixaram.
[...]
Não é que ele não tenha tentado. Sempre se deparava com a própria mente fantasiando demais sobre você e tudo o que ele poderia fazer com você. Essas fantasias curiosamente ganhando destaque sempre que ele sentia seu corpo no dele. Não dava para não pensar nos barulhinhos que você produzia toda vez que ele te beijava com mais fervor sendo emitidos em outras situações e por outros motivos. Tinha que refrear a si próprio sempre que divagava muito sobre como seria quando ele finalmente tirasse sua roupa. Bom, ao menos evitava fazer isso quando você estava perto, porque quando ele estava sozinho... é outra história.
Mas, com você ali pertinho, a barreira existia, mesmo que de forma imaginária e sem a necessidade de palavras para estabelecê-la. E ela aparecia sempre que vocês estavam prestes a descobrir algo novo...
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"Joshua, eu juro que se eu me atrasar-"
"Não vai! Confia em mim.", te assegurou entre risos. A mão que prendia seus dois pulsos não te deixava escolha. Talvez ter caído na conversinha ir pro colo dele só um pouquinho não tenha sido a melhor das ideias, você já tinha experiências demais para prever perfeitamente que Shua ficava super grudento quando sabia que você ia sair.
"E o que você quer?", se fingiu de brava, um teatrinho muito meia-boca.
"Um beijinho.", te ofereceu um biquinho fofo. Você selou os lábios bonitos esperando que aquilo fosse suficiente para fazer ele te soltar. "Um aqui agora.", ele usou a mão livre para apontar para uma das bochechas. Você obedeceu, dando um beijinho rápido. "E aqui.", a outra bochecha. Mais um beijinho. "Aqui também.", agora era a testa. Mais um. "Aqui", a ponta do nariz.
"Joshua, eu-'"
"Além de me abandonar você quer me negar carinho também? Cê acha isso justo?", fez drama com direito a beicinho e tudo. Você sorriu com o jeitinho dengoso.
"Eu tô falando sério, amor. Preciso me arrumar.", tentou libertar suas mãos, sabia fazer tanta birra quanto ele.
"Só mais um beijinho então. O último. Juro que te solto.", a proposta te fez suspirar derrotada, concordando com a cabeça. "Quero aqui dessa vez.", apontou para a própria boca.
"Mas aí eu já dei.", argumentou.
"Quero um de verdade.", sussurrou, os lábios macios roçando no catinho da sua boca. Como provocar não machuca, você ofereceu um selo demorado a ele.
"Que foi? Te beijei de mentira por acaso?", um sorriso vitorioso adornava suas expressões. Ele mordeu o lábio inferior em pura descrença — como quem diz 'se eu te pegar...'. "Já pode me soltar, Shua."
"Tá tão espertinha hoje, 'né?", a mão livre acariciando sua coxa num carinho absorto. Ele parecia não ter nenhum pensamento e, ao mesmo tempo, todos os pensamentos do mundo por trás dos olhinhos hipnotizados. "E se eu não quiser te soltar? E se eu quiser você só 'pra mim hoje?", sentiu os dígitos circularem seus pulsos com mais firmeza, como se não houvesse a mínima intenção de te libertar. "E então, amor? O que 'cê vai fazer?", provocativo. Era uma faceta meio inédita da personalidade do homem, mas que você estava amando conhecer.
"Shua-"
"Eu sou tão bonzinho com você, não sou? 'Cê não acha que eu mereço um agradinho não, linda?", o timbre envolvente fazendo coisas com o seu corpo. Era um jogo gostoso de se jogar: Joshua fazia o máximo para te conquistar — como se você já não fosse completamente dele — e você adorava se fazer de difícil. Ele aproximou mais o rosto. "Hein, amor? Só um pouquinho?", a respiração quente batia no seu rosto, sentiu seus pelinhos arrepiando. Não dava para negá-lo. Avançou nos lábios dele sem fazer muita cerimônia, o sorrisinho que ele deu quando sentiu você ceder te fazendo sorrir em resposta.
Te beijar já havia se tornado algo instintivo para o homem, sabia o que fazer, o que tocar e como tocar. Shua conhecia seu corpo como ninguém e isso estava se tornando uma maldição. Não demorou nada até que você se esquecesse do mundo lá fora, optando por se concentrar na maneira gostosinha que ele brincava com a sua língua. Suspirava desejosa, sentindo o homem trazendo seu corpo mais para perto. O calor da pele dele queimava a sua. As mãos entraram sorrateiras embaixo da sua blusa, os dígitos repousaram na sua cintura.
Em certo ponto estava tão perto que já não havia mais para onde ir. O peito colado ao seu te obrigava a inclinar o rosto para beijá-lo direito, sentia o quadril dele bem embaixo do seu e isso te fazia imaginar coisas demais. Seu namorado interrompeu o beijo e você estava prestes a reclamar, isso até sentir os mesmos lábios quentinhos sugando a pele do seu pescoço. Foi inevitável, seu corpo quase derreteu no colo dele. Puxava os fiozinhos curtos na nuca de Shua para tentar descontar os arrepios que sentia toda vez que a língua dele entrava em contato com sua pele.
Sua mente já ia longe e nesses momentos você gostava muito de não ser capaz de pensar. Joshua desligava seu cérebro com facilidade. Mal notou quando seus quadris passaram a se mover timidamente, como se ganhassem consciência própria. Shua também parecia não perceber que retribuía, impulsionando a própria intimidade contra a sua. Arfavam baixinho, os corpos presos num transe prazeroso.
Emaranhou as mãos no cabelo dele, precisava muito descontar a sensação gostosa no meio da suas pernas em alguma coisa. Não via motivos para parar, tudo parecia tão certo. Sentia ele pulsar embaixo de você, mas vocês dois conscientemente fingiam não notar quando isso acontecia — até porque você sempre acabava do mesmo jeito que ele. Você queria testar algo, impulsionou os quadris com mais intensidade, os olhos se apertando quando o estímulo acertou bem onde você precisava.
"Shua...", foi inevitável gemer, principalmente quando ele pressionou os dentes no seu pescoço, tão afetado quanto você. Continuou com o movimento, tinha certeza que de fora vocês provavelmente pareciam dois desesperados — mas não tinha cabeça para pensar nisso agora.
Joshua moveu as próprias mãos para o interior das suas coxas de modo involuntário e foi aí que o cérebro dele clicou. Estabilizou sua cintura com as mãos e te deu um beijinho inocente na base do pescoço. Encheu seu rosto de selinhos para não deixar as coisas ainda mais embaraçosas, só cessando quando te viu sorrir.
"Pronto, finalmente te libertei.", brincou, se referiu aos seus pulsos. "Vai se arrumar, amorzinho."
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"Eu quero esperar seu tempo, amor.", ele tentou esclarecer com a maior sinceridade.
"Eu...", respirou fundo. "Eu tô pronta, Shua.", tá bem, mais um choque — Joshua recebia informações demais ao mesmo tempo. Tentou pensar com cautela, não queria fazer nada por impulso.
"Tem certeza disso? Não tem pressa. Eu posso esperar por quanto tempo você precisar.", te assegurou. Era sincero, Joshua não queria que você se sentisse pressionada a nada — queria que tudo fosse tão natural quanto sempre foi.
"Eu tenho certeza. Eu quero você.", seu rosto queimou em admitir isso. Mas sentia que precisava falar, senão ele nunca iria saber.
"Okay, hm, calma...", viu ele soltar um risinho nervoso, coçou os olhos como se fosse informação demais para processar — e de fato era mesmo, Joshua nem sabia mais como que vocês haviam chegado nesse assunto. "Droga, você não pode falar essas coisas assim do nada, amor.", sorriu novamente parecia até meio desacreditado.
"Por que não?"
"Porque eu não vou conseguir parar de pensar nisso. Acho que eu é quem não 'tava preparado.", confessou. O homem não sabia mais o que fazer consigo mesmo. Ter a noção de que você queria ele desse jeito desconfigurava-o completamente — você conseguiu, finalmente quebrou ele de vez.
"Você quer...?", testou, não sabia bem o que estava fazendo.
"Não.", pontou rápido até demais. "Quer dizer, não agora.Tô totalmente despreparado, linda. 'Cê me pegou de surpresa.", esclareceu, não queria passar a impressão errada. Tinha muitos detalhes para acertar.
"Então quando?", soou claramente impaciente. O homem não segurou o risinho.
"Não sei... quando tiver que acontecer vai acontecer.", te viu suspirar. "Quero que seja especial, meu bem.", selou o topo da sua cabeça.
𐙚 ————————— . ♡
Você não sabe como e nem o porquê, mas finalmente conversar sobre isso não te tranquilizou tanto quanto você achou que iria. Dormia e acordava pensando nesse assunto. Era uma expectativa boa e meio angustiante ao mesmo tempo. Sua mente estava um caos: Podia acontecer a qualquer momento, não é? Ele sabe que você quer. Será que ele pensa nisso tanto quanto você? Espera muito que ele não tenha se assustado com o modo repentino que você surgiu com essa história. Ele sempre foi gos-... atraente assim ou é coisa da sua cabeça? Você se sentia até meio indecente — não que fosse santa. Era meio maluco... espera muito que ele não tenha notado você encarando quando ele tirou a camisa e-
"Amor?", foi como um estalo te tirando de um estado hipnótico.
"Oi.", ficou até sem graça.
"Perguntei se você viu minha camiseta quadriculada. A de botão."
"Não sei.", não sabe se ouviu o que ele acabou se falar, essa é a verdade. "Ah! Eu separei, porque queria usar ela pra dormir. 'Cê quer?", seu cérebro voltando a funcionar do nada.
"Não. Pode ficar.", sorriu fofinho — adorava te ver com as roupas dele.
Assistiu-o fazer o mesmo ritual que sempre fazia antes de dormir. Vestiu algo confortável, conversou um pouquinho, te deu um beijo de boa noite e finalmente caiu no sono. Você se esforçou para não colocar expectativas sobre cada uma dessas ações, mas foi mais forte que você — até mesmo estranhou o fato de Joshua não questionar sua inquietação. Suspirou meio decepcionada quando percebeu que ele havia dormido mesmo. Significava que era a sua vez, precisava dormir também.
[...]
Forçou as pálpebras para continuarem fechadas, virou-se na cama mais uma vez, nada parecia te deixar confortável. Suspirou impaciente, abrindo os olhos. Joshua dormia tranquilo, o peito subindo e descendo com a respiração compassada. Você engoliu seco, sabia o motivo por trás da sua insônia — os pensamentos não deixavam sua mente nem por um segundo. Droga, talvez trazer esse assunto à tona tenha sido má ideia. Não sabia mais o que fazer, só sabia que queria muito isso. Sentia seu corpo esquentar, mesmo que tentasse apaziguar sua mente.
Seu erro talvez fosse achar que Shua pularia em cima de você quando finalmente conversassem. Erro de principiante. Conhecia o homem muito bem, ele nunca foi apressado em relação à intimidade de vocês. Mesmo que quisesse tanto quanto você, ainda te esperaria com paciência. Gostava que as coisas acontecessem de forma espontânea.
Mas, poxa, era até paradoxal: sentir desejo é algo que acontece de forma espontânea. E foi com essa conclusão que você finalmente tomou coragem para acordá-lo, balançando o corpo dele com delicadeza.
"Amor?", a voz não ultrapassava o volume de um sussurro. Ele abriu os olhos, dando um sorrisinho preguiçoso.
"Hm?", o timbre era áspero, culpa do sono.
"Eu não consigo dormir."
"Tá se sentindo mal, amor?", franziu a testa, se esforçando para te ver melhor com a pouca luz do ambiente.
"Não. Só 'tô sem sono.", suspirou.
"Quer que eu faça algo?", pausou a frase para bocejar. Você negou a cabeça, encolheu-se, agora se sentia meio mal de ter o acordado. Ele se aproximou em silêncio, tateando pelo seu corpo na escuridão. Quando percebeu, já estava presa num abraço apertadinho. Seu corpo esquentou ainda mais, sabia que Joshua era a causa, mas agora não sabia classificar muito bem a razão (era o corpo dele ou era o corpo dele?). "Amor, você quer me falar alguma coisa?", o tom agora era cauteloso, como se ele tentasse não soar acusatório.
"Não...?", isso não era uma pergunta, você não sabe porque soou como se fosse.
"Tem certeza?"
"Não sei.", a estratégia do homem não funcionou muito bem, você se sentia meio intimidada. Sorrateiramente selou o cantinho dos lábios dele, não queria falar sobre isso de novo e sabia qual era o único jeito de manter Joshua calado. O silenciou com um selinho demorado. Ele te afastou com carinho, rindo um pouco.
"Isso tem a ver com a conversa que a gente teve?", sussurrou contra sua boca. Simples e direto. Você suspirou frustrada.
"Sim. Tem sim.", tentou beijá-lo novamente e ele te impediu de novo. Sorrindo com o seu estresse.
"É tão apressada... deixa eu fazer direitinho, pode ser?", pela primeira vez naquela noite você se sentiu intimidada — e isso era bom, muito bom. Ele guiou seu corpo, te fazendo deitar totalmente. Arfou quando o viu em cima de você, aquilo não era novidade, ele já havia estado naquela posição anteriormente. Mas não daquele jeito, não pelo mesmo motivo que agora. O homem pareceu perceber seu nervosismo, pois fez questão de brincar com os botões da camisa que você vestia. Ameaçava abri-los, sem tirar os olhos dos seus.
"Shua!", você repreendeu a provocação.
"Que foi?", disse junto a uma inocência forçada, como sempre fazia quando queria te testar. "Não era isso que você queria?", inclinou a cabeça em 'confusão'. Você cobriu os olhos com o antebraço, frustrada com o fato de estar envergonhada. "Eu tô brincando com você.", ouviu ele rir. "Desculpa, amor.", retirou o braço dos seus olhos. "Fica assim não.", selou sua boca. "Vai ficar bravinha comigo?", ele não estava te ajudando a se livrar do biquinho contrariado.
Mas você se esqueceu que era Joshua ali, o homem era fluente em te fazer feliz. Bastou ele iniciar um beijo lentinho e você ficou mole, sorvia os seus lábios só para te ver suspirar. Usava a língua do mesmo jeitinho que costumava fazer quando vocês ficavam de chamego no sofá — e sabia que era extremamente eficiente, pois você sempre terminava sentando no colo dele só para poder rebolar um pouquinho. Sentiu o peso de Shua em cima do seu quadril, suas pernas se abriram de forma instintiva, queria sentir ele bem ali. Era previsível que ele começasse a simular estocadas por cima dos tecidos, rapidamente se sentindo sobrecarregado com a situação. Desabotoou a camiseta, você mal parecia perceber.
"Posso tocar aqui?" abriu a peça por completo, referindo-se aos seus seios. Você concordou timidamente. Ele os apalpou com cuidando, entendendo como um sinal verde para que pudesse chupá-los também. Suas bochechas ardiam demasiadamente, ter que assistir seu namorado te mamando sem tirar os olhos dos seus não estava na sua cartela para aquela noite. Não nega que a sensação era gostosa, teve que morder o interior da própria boca para segurar os sons teimosos. Shua beijava e sugava seus biquinhos da mesma maneira que fazia com a sua boca, roçava os dentes uma vez ou outra só para ver o modo que você reagia, mas logo passava a língua ali, como se quisesse acalmar o local. O homem distribuiu selinhos até a barra do seu short e foi aí que os alarmes da sua mente soaram.
"Shua.", esperou ele olhar para cima, negando com a cabeça assim que ele o fez. Você confiava em Joshua com todo o seu coração, porém essa ainda era uma das questões que vocês tinham que resolver em conjunto. Queria muito dar o próximo passo com ele, mas, por algum motivo, ter ele bem ali, vendo tudo tão de perto, fazia você se arrepiar de um jeito ruim. Era um problema mal resolvido entre você e o seu corpo, uma parede que você ainda tinha que quebrar — e, aparentemente, Joshua também precisaria te ajudar no processo.
"Não quer minha boca aqui?", você negou novamente. Não sabe o porquê, mas se sentia incerta com a reação dele, não queria acabar com clima por conta das suas inseguranças. E era um medo infundado, no fundo você sabia, o homem nunca faria você se sentir mal por algo assim. Ele refez a mesma trilha de beijinhos, só que de forma contrária, subindo até o seu rosto. "Tudo bem, meu amor.", te deu um selo demorado, como se quisesse te assegurar. "Você ainda quer continuar?"
"Quero.", concordou com a cabeça, mais rápido do que havia planejado.
"Okay. Eu posso tirar isso aqui?", os dedos brincaram com a barra das suas peças de baixo, te viu concordar novamente. Se livrou das peças com a sua ajuda, observando o seu rosto a todo momento. Os dedos logo se colocaram no interior das suas pernas. "Tudo bem fazer isso?", você suspirou ansiosa, não era mais capaz de negar nada. Os dígitos resvalaram no seu pontinho, fechou os olhos, sentiu sua pele queimar.
Se perdeu nas sensações, especialmente quando ele começou a te tocar de uma maneira muito gostosinha. Tanto tempo desejando isso fazia tudo ser grande coisa. Seu interior pulsava. Era diferente saber que eram os dedos de Joshua ali, não os seus. O homem friccionava a própria ereção contra o seu quadril, dava para perceber que era involuntário. Ele observava seu rosto, hipnotizado com as suas reações. Colocou um dos dígitos dentro de você com cuidado, queria testar até onde podia ir.
"Tá tão apertadinha, amor.", o comentário saiu impensado, mas foi suficiente para te fazer apertar mais. Seu namorado franzia o rosto, como se estivesse se imaginando ali. "Vou colocar mais um.", brincava com o local meladinho, movido pela luxúria. Estocava os dois dedos com cuidado, te estimulando com o polegar. Não parou quando suas pernas se fecharam em volta do braço dele, sabia o que significava. Suspirou desejoso quando te viu gozar, fez questão de observar cada uma das suas expressões — admirava como se você fosse alguma espécie de miragem, jurava ter se apaixonado ainda mais.
[...]
Sentiu ele encaixar devagar, os olhos treinados no seu rosto buscavam por qualquer sinal de desconforto. A sensação era diferente dos dedos de Shua: era maior, mais pesado, sentia como se ele estivesse te esticando — e sua pele parecia frágil demais para abrigá-lo. Era como se ele enchesse o seu corpo todo, te obrigando a sentir cada movimento, cada pulsação.
"Respira, amor.", a voz dele te trouxe de volta, os pulmões cheios automaticamente se esvaziando com o comando. "Tá tudo bem? Cê quer que eu tire um pouquinho?", sempre cuidadoso, assistia ele tentar ignorar as reações do próprio corpo. Parecia estar quase tão sobrecarregado quanto você, os quadris vacilando com a sensação, enquanto o rosto se segurava para não se contorcer em prazer. Você queria ver mais, queria sentir mais.
"Não. Fica.", a voz saindo em um fio. Você achava que conseguia ser capaz de ignorar a ardência se isso significasse poder continuar observando as expressões do homem. Era tão gostoso quanto parecia? Seu íntimo contraiu e ele jura que quase te repreendeu, mas sabia que não era culpa sua. As mãos fixaram sua cintura na cama, como se isso fosse te impedir de apertá-lo. Não funcionou, você pulsou ainda mais. Joshua começava a questionar o próprio autocontrole, mordia os lábios para tentar controlar os sons teimosos.
"Tá doendo, meu amor?", organizou os fios de cabelo soltos pela sua testa. Você negou com a cabeça, incomodava um pouco, mas dava para aguentar. "A gente vai esperar um pouquinho, tá bom?", fechou os olhos quando ele se aproximou mais do seu rosto. Seu corpo ardia, finalmente sentia Joshua por inteiro — nada até aquele ponto parecia ter sido tão íntimo quanto isso. Ele estava ali de um jeito que era só seu. Rodeou os braços em volta dos ombros dele, puxando-o para um beijo lentinho. Queria fazer seu corpo relaxar, queria dar prazer para ele também — mesmo que já estivesse fazendo isso indiretamente.
E talvez fosse uma estratégia muito boa. Não havia espaço para incômodo quando seu namorado sugava sua língua de um jeito tão gostoso. O contato era lascivo, mas cheio de amor ao mesmo tempo — você não sabia como interpretar. Sentiu o braço dele serpenteando até o seu íntimo, abriu ainda mais as pernas por puro instinto. Ele sorriu no meio do beijo — toda e qualquer ação sua mexendo com a cabeça dele. Seu corpo retesou ao sentir ele levar as pontas dos dedos até o lugar onde vocês estavam conectados, recolhendo parte do líquido viscoso. Usou os dígitos molhadinhos para estimular seu clitóris com cuidado. Você arfou contra os lábios dele. Okay. Isso é muito bom. Por alguma razão era muito mais gostoso pelo fato de ter algo dentro de você.
"Shua...", não sabe porque o chamou, mas parecia certo.
"Que foi, amor? É bom assim?", soltou um risinho soprado ao te ver concordando, o corpo relaxando no colchão. Respirou fundo quando sentiu ele estocando de forma rasa, era uma pressão diferente, mas muito gostosinha. Forçou os quadris contra os dele algumas vezes, querendo experimentar melhor. O carinho atencioso no seu pontinho te fazendo esquecer de qualquer incômodo que você jurava não sentir mais. Seu namorado enfiou o rostinho no seu ombro, enchia o local de beijinhos — com a intenção de te relaxar mais ainda.
Em certo ponto, você não sabia mais onde prazer começava ou terminava. Talvez começasse a entender o porquê das pessoas serem tão fissuradas nesse tipo de coisa. Era sim tão bom quanto diziam — você só não tem certeza se o fato de estar com quem você ama tornava tudo melhor (claramente sim). Quando percebeu que você não oferecia mais nenhum sinal de desconforto, Joshua passou a estocar com mais velocidade. O corpo ia e voltava em cima do seu, a mão trêmula não sendo mais capaz de te masturbar direito. Sentiu as mãos dele procurando pelas suas, achou-as sem dificuldade. Os dedos se entrelaçando e o peso forçando seus braços contra o colchão, como se não quisesse te deixar ir embora — e ele sabia que você não iria.
Finalmente sentiu o homem se afastando do seu pescoço, a ausência da respiração quente deixando uma sensação de estranheza. Seu namorado entrou no seu campo de visão e você jurou que ia gozar. Nunca havia visto ele tão... fraco. O rosto completamente entorpecido, os olhinhos pesados — como se estivessem prestes a se fechar — e a boquinha entreaberta, esforçando-se para suspirar seu nome. Ele ainda se movia, sedento, como se te dar prazer fosse a única coisa na mente dele. Naquele momento, você não tinha autoconsciência suficiente para perceber, mas espelhava as expressões dele perfeitamente. Gemia sensível, como se estivesse hipnotizada com tudo. Era uma conexão quase que visceral, te tirava toda a noção do mundo lá fora. Só precisava disso, só precisava dele.
"Amor...", chamou com manha, não sabia o que queria, ele já estava bem ali. Mas ele sempre entendeu suas vontades. Abaixou-se com cautela, soltando suas mãos para envolver seu rosto. Te beijou com necessidade. Ou ao menos tentou, o "beijo" nada mais era que uma troca atrapalhada. Ninguém ali tinha forças para retribuir, inconscientemente optando por gemer e arfar contra os lábios um do outro.
Os quadris de Joshua começavam a falhar, ele se sentia tão perto... Se enfiou no seu pescoço novamente, como se buscasse por algum tipo de apoio. Os dedos dele achando seu clit��ris sem dificuldade alguma e isso pareceu te quebrar mais que da primeira vez. Algo no seu ventre apertou, te enchia de ansiedade e era delicioso de sentir. Ouvia Joshua gemer baixinho bem perto do seu ouvido e ainda não sabia lidar muito bem com isso. Apertou os olhos, cravando as unhas nas costas do homem. O som ficando mais claro, as palavras começando a fazer sentido.
"Amor, goza 'pra mim, goza. Por favor...", suplicava, a voz frágil, saindo por um fio. Seu corpo respondeu com uma submissão que você nunca havia sentido. Contorcia-se por completo, parecendo não te obedecer mais. Forçava-se contra ele, querendo sentir ele perto, mais fundo. Sua mente estava presa num limbo interminável: era excruciante, mas você queria mais. Os braços apertavam o homem com carência, sabia que ele podia te dar mais.
Voltou a si aos poucos, seu corpo era pura gelatina. Ele já estocava com lentidão, aproveitando as últimas sensações do próprio orgasmo — que aliás passou despercebido por você (uma pena, queria muito ter visto o rostinho dele). O quarto enchia-se com os arfares de vocês dois, que lutavam para recobrar o fôlego. Os selares repentinos no seu pescoço te fizeram sorrir. Ele saiu de você, retirando o preservativo para descartar depois.
"Shua?", chamou acanhada, ainda não havia processado tudo o que tinha acabado de acontecer. Ele te olhou por alguns segundos, mas logo te puxou para um beijo apaixonado e preguiçoso — como se quisesse responder todas as dúvidas na sua mente.
"Eu te amo tanto, meu amor.", suspirou as palavras, a testa ainda colada na sua.
"Eu também te amo, Shua.", sussurrou. Os olhos fechadinhos se abrindo quando ouviu um risinho baixo vindo do homem.
"Você é tão boa 'pra mim, amor. Mas eu queria ter feito algo especial.", confessou baixinho, não parecia desapontado, só queria comentar.
"Mas foi especial, Shua.", tentou assegurar, as pontinhas das unhas fazendo carinho na nuca dele.
"Eu sei que foi, meu bem. Tão especial que não vejo a hora de fazer de novo.", disse sapeca, sorrindo com o apertão que você deu no braço dele — ainda sentia um tantinho de vergonha. "Só que eu queria ter te levar 'pra sair antes, te tratar igual princesinha, acender umas velas...", agora ele mesmo se sentia envergonhado com o quão meloso estava soando.
"Você ainda pode fazer isso.", pontuou cheia de razão, selando o cantinho dos lábios dele. Joshua sorriu, como se tivesse acabado de pensar em alguma coisa.
"Eu posso...", arrumou seu cabelo atrás da orelha. "Vou encher a banheira, amor. Me espera aqui.", disse já se levantando.
"São três da manhã...?", ele já atravessava o quarto completamente nu, você poderia se acostumar com essa visão.
"E daí? 'Cê falou que eu ainda posso te tratar igual princesa, não posso? Quero que minha princesa durma cheirosinha então.", parte do diálogo sendo abafado pelo eco do banheiro. Ele voltou depois de alguns minutos, uma toalha branca presa no quadril. Te ofereceu uma das mãos e você já ia se levantando para acompanhá-lo até o banheiro. "Assim não!", você o olhou confusa com a bronca repentina. "Vou te carregar no meu colinho, amor.", você não conseguiu segurar o riso, deixando ele finalmente te pegar no colo. "Não tenho fama de ser cavalheiro à toa, eu hein."
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# — © 2024 hansolsticio ᯓ★ masterlist.
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cherryblogss · 3 months ago
Note
Oi, divaaa!! Você pode fazer um abc nsfw do della corte, por favor?? Tô obcecada nele
n revisado pq a vergonha me acometeu glr
A = Aftercare
Agustín tende mais a ficar de chamego e agarradinho contigo depois de transar. Gosta de ficar deitadinho escutando sua respiração desacelerar e também ama ficar todo manhoso sussurrando entre beijinhos como te ama. Demora e procrastina um pouco para ir se limpar, geralmente quando transam antes de dormir ele só cai no sono mesmo ou se limpa rapidamente com alguma peça de roupa suja, mas quando ele tem tempo te leva para tomar um banho refrescante, te mima muito até fazendo alguma comida para ti e levando na cama.
B = Body part (parte favorita do próprio corpo e da parceira)
Agustín não tem problemas com a aparência - apesar de as vezes se sentir grande demais - mas se tem uma parte que ele adora em si mesmo são os braços e mãos que servem para te abraçar, segurar e te tocar de todas formas.
Agustín ama tudo em você e sempre muda qual aspecto físico mais o atrai em ti, mas tem um apego especial aos seus lábios, fica tontinho de felicidade com seu sorriso e outras expressões suas no geral. Na hora de foder ele nota que tem uma certa tendência em segurar sua cintura e quadris a quase todo momento, gosta muito de toque físico então é crucial para ele estar em contato pele a pele.
C = Cum (onde gosta de gozar)
Gosta de gozar dentro (quando é seguro), mas prefere gozar na sua bunda ou barriga, gosta de assistir as gotas de porra caírem na sua pele e ver a bagunça melecada que fica depois, ainda nesse ponto aqui, quando se lembra prefere tirar o pau de dentro da sua buceta e gozar na sua sua entradinha só para ficar admirando a mistura dos fluídos de vocês dois.
D = Dirty secret (um segredo sujo ou algo que ele deseja mas não fala)
Sempre quis fazer 69, mas tem vergonha de pedir. Sempre fica sonhando acordado pensando em como seria te chupar enquanto você mama ele. Até bateu uma e gozou em tempo recorde só de imaginar a cena dos seus gemidos misturados e abafados.
Antes de vocês transarem pela primeira vez sem querer te viu sem camisa e ficou horas bestinha pensando em chupar seus peitos, nesse dia você até pensou que ele estava doente de tão avoado que ficou de repente.
E = Experiência
Acho que se encaixa em um nível intermediário de experiência. Já fez muito o básico, se aprofundou mais um pouco com algumas mulheres, entretanto só começou a realmente explorar além com você.
F = Favorite position (Posição favorita)
Agustin sente algo MUITO diferente quando você tá por cima. Um tesão a mais de ver seu corpo no topo do corpo gigante dele. Além disso, ele consegue manter o olhar fixado nos seus peitos, cintura, quadril e rosto, também gosta de ficar admirando seus movimentos e o pau dele sendo engolido pela sua buceta. Agustin é um homem que gosta muito de um showzinho por isso sempre fica extasiado quando você senta nele.
Não imaginem esse homem com os braços atrás da cabeça todo relaxado te apreciando com um olhar bobinho lesado😭
Um adendo, ele também gosta de te foder no banheiro com vocês dois de frente para o espelho. O bração dele te mantendo de pés enquanto te empurra na pica dele.
f cherryblogss
G = goofy (se ele é mais sério ou brincalhão no momento)
Puxa mais para o lado brincalhão, acha que esse é um momento que deve ser mais descontraído e por isso sempre acaba dando umas risadinhas entre beijos enquanto te fode. Gargalha real quando algo muito engraçado acontece, você só não perde o tesão porque até a risada desse homem é de molhar calcinhas.
H = hair (higiene com os pelos)
Não liga muito para isso, mas raspa tudo e só deixa crescer um pouquinho até ficar confortável para depilar tudo de novo.
I = Intimidade
Agustín é uma pessoa que te faz ficar totalmente a vontade e isso é algo muito importante na hora de ter relações sexuais. Independente do que vocês estão fazendo no quarto sempre parece algo espontâneo e natural. Também acredito que ele só se entrega de verdade quando já tem um tipo de afeto pela pessoa o que só intensifica a sintonia entre vocês.
J = jerking off (masturbação)
Não tem muito o costume desde que começou a namorar contigo, mas se você não estiver por perto ou cansada demais ele não tem problemas em se masturbar. Gosta de fazer no chuveiro.
K = kink (fetiches)
Size kink: é meio óbvio que ele adora comparar o seu tamanho com o dele e sente um tesão insano em como consegue manipular seu corpo com uma certa facilidade de tão forte que é. Gosta de te foder de frente para espelhos só para admirar como a figura musculosa e forte dele praticamente engole a sua.
Tigh riding: novamente, ele é gigante! então, você se esfregar na coxa grossa dele se torna algo meio rotineiro quando está menstruada ou nas preliminares.
Agora um monstro
Pet play: realmente nunca parou para pensar nisso, mas quando você foi fantasiada de coelhinha para uma festa só faltou gozar nas calças de tanto imaginar como seria te foder nessa roupinha.
Praise kink: é muito natural para ele te elogiar e gosta de escutar você elogiar dele volta. Apesar de ser gigante, é um bebezão que ama escutar o quanto você acha ele bonito e como te fode bem.
hiperestimulação: te fode até lágrimas de prazer deslizarem pelo seu rosto e sua mente só conseguir focar em quão deliciosa é a sensação do pau dele socando todos os seus pontos sensíveis.
L = local
Qualquer lugar com uma porta e privacidade já é um motel para ele. Claro que tem lugares que ele não pensa em sexo, como restaurantes e outros nesse viés, mas de resto, como casa de amigos, festas e carro é hora de te foder sim.
Uma vez até te fodeu enquanto faziam uma trilha na floresta e tem certeza que as outras pessoas viram.
M = Motivação
Não precisa de muito para ele ficar todo desesperadinho querendo migalhas de buceta e te comer, as vezes só de pensar em ti já sente o pau latejar. Entretanto sente um tesão especial quando vocês estão deitadinhos depois de um dia separados e fica naquele chamego todo até virar algo mais sexual do que carinhoso.
N = Não (o que ele não gosta ou faria na cama)
Nada que te traria dor extrema ou te deixe desconfortável. É um não definitivo para qualquer coisa que não tenha seu consentimento explícito e também não é muito de compartilhar.
O = oral
Não é algo fora desse mundo, mas sabe muito bem o que faz. No início era um pouco desleixado, aí com o tempo aprendeu o que você gosta e agora consegue te deixar com as coxas tremendo só com a língua dele. É do tipo que poderia passar horas no meio das suas pernas.
Não tem preferência em dar ou receber. Os dois são lucro e prefere muito mais foder sua buceta do que ser chupado.
Quando você mama ele, fica totalmente perdido e vocal, segura seus cabelos e fica soltando gemidos curtos a cada movimento seu.
P = Pace (a velocidade que eles gostam de transar)
Gostar de foder rápido e bruto alternando a velocidade para lentinho quando sente que vocês vão gozar cedo demais. Também gosta de fazer devagarinho antes de dormir para saborear cada partezinha sua e matar a saudades.
Q = Quickie (rapidinhas)
Grande adepto de rapidinhas de manhã ao acordar ou em locais públicos, mas somente em lugares que ele tem certeza que é seguro e minimamente confortável. Gosta muito de rapidinhas também porque consegue te carregar contra a parede ou qualquer superfície com os braços fortes.
R = Riscos (o quão disposto ele está a fazer algo mais arriscado)
O único risco que Agustín realmente te expõe ou corre é quando vocês transam em público, mas de resto nunca quer tirar o conforto desse momento e prefere jogar no lado seguro.
O maior risco que ele lembra de ter passado foi quando te fodeu no vestiário do clube de rugby dele e quase pegaram vocês no flagra.
S = Stamina ( quantos rounds ele aguenta)
Se tem tempo e disposição, aguenta 3 rounds tranquilo (só se não chupar ele, senão só 2 mesmo).
Se ambos estão de férias ou viajando pode crer que ele vai te foder em quase toda situação oportuna.
T = Toys (brinquedos sexuais)
Não entende muito desse mundo de brinquedos e não tem curiosidade. Ele tem pau, dedos e boca que são o suficiente para te deixar burrinha e esgotada. Mas quando descobriu como usar um vibrador em ti ficou alucinado e raramente tenta brincar contigo.
U = Unfair (quão injusto ou provocante ele é)
Não te provoca tanto porque ele mesmo não aguenta, ou seja, é mais o inverso na relação, as provocações na maioria das vezes vem de você.
No entanto☝🏻ele ama te provocar quando consegue segurar a onda. Por exemplo, as vezes ele te deixa abertinha para ele, se deita no meio das suas pernas e calmamente beija sua bucetinha, sugando o clitóris até você ficar perto de gozar, mas aí ele se afasta rindo dos seus choramingos e botando os dedos dentro do seu buraquinho iniciando novamente o ciclo de você chegar perto e ele tirar até ambos não aguentarem mais.
V = volume (quão vocal ele é)
Geme alto só quando tá gozando, mas de resto são só uns grunhidos e suspiros másculos delicioso de escutar. Parece até que ele tá na academia hehe
Agustin ama um praise kink tanto direcionado a ele quanto ele te enchendo de elogios. Na maioria das vezes é ele te enchendo de palavras doces e chamegos sussurradas diretamente no seu ouvido e adora te escutar se declarando para ele toda apaixonadinha. O dirty talk no sentido degradante ocorre sempre quando ele chega energizado depois de um jogo ou quando ele tá ciúmes.
W = Wild Card (Um headcanon aleatório)
Apesar de ser meio tímido, sente um prazer diferenciado quando as pessoas sabem que ele acabou de foder. Por exemplo, se estão em uma festa e vê como os amigos ficam te encarando com a sua face toda corada e andando com as pernas bambas, sente o ego dele aumentando um pouco, ainda mais que claramente marca o território.
Nesse ponto, ele não é um homem ciumento, mas é possessivo e demonstra a dominância dele de diversas maneiras, como gozando dentro e te mandando voltar para a festa com a porra dele na sua calcinha ou distribuindo inúmeros chupões onde só ele pode ver.
X = Raio x (tamanho do brinquedo)
Como já dizia beyonce: its too big, its too wide, it wont fit😛
Brincadeiras a parte, ele tem uns centímetros a mais que a média e é bem grosso. Tem uma corzinha rosa puxada para um vermelho, bem veiudo e um pouquinho mais escuro que o corpo dele.
Y = yearning (sex drive/libido)
Ele é jovem, atleta e obcecado por você, então a libido dele sempre está nas alturas e literalmente te foderia a qualquer momento, até quando chega exausto dos jogos ou dias em set de filmagens ainda quer pelo menos um dry humping ou chupada.
Z = zzz (nanar depois do sexo)
Depende do momento e do tipo de transa, se for uma rapidinha antes de dormir, na hora que termina já tá caindo no sono agarrado ao seu corpo igual um koala. Mas se for em um momento em que ele não tá tão cansado ou no clima para dormir, te chama para tomarem um banho juntos ou simplesmente te mima muito enquanto você tá bem deitadinha toda pillow princess.
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yourteght · 3 months ago
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» OS FILMES DE ROMANCE MENTIRAM — pedido pessoal
⟅17.08.2024 — eu sou péssimo com clean :') eu sou uma fraude, já ta na hora de mudar minha bio pq eu já estou me envergonhando a essa altura do campeonato ;_; eu não sei se deu pra notar mas tô tentando puxar uma composição mais jogada e menos reta esses últimos tempos, venho tentando sair dessa faz um bom tempo e estou praticando pra deixar as capas com aspecto mais natural. Falando sobre a capa, eu falhei em alguns fatores, principalmente com as cores e a culpa é toda minha pq eu sou uma ameba e sempre taco quase a mesma configuração para TODAS as minhas capas, dai elas ficam com esse fundo bem mais alaranjado :'') em minha defesa, laranja define meu espírito. Essa é minha primeira capa zosan, eu não esperava um pedido com eles (menos ainda que uma das minhas maiores inspirações como capista, iria aparecer pra me pedir capa) mas eu achei um amor, não parece aqueles filmes românticos que a gente assiste na sessão da tarde? Ficou fofa :3
Art by @themetalhiro, thank you very much for the permission <3
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sunshyni · 6 months ago
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não sou santo não
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ღNOTAS DA SUN: ontem eu tava escutando “Santo” do Jão e brotou esse plot na minha cabecinha pensante. Me inspirei também em “Surpresa” do Gaab, então pode-se dizer que esse é o primeiro texto daquela série “Haechan + músicas do Gaab” que eu acabei de inventar KKKKKK
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ღAVISOS: tá um teco sugestivo, br!au mais especificamente teatro municipal do RJ (tá orgulhosa, mamãe @moonlezn??? KKKKKK), Haechan sendo um grande gostoso e acredito que seja isso!!!
BOA LEITURA, docinhos!!! ♡
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não me ponha no altar, que eu sou meio desonesto
– Você tá bem? Parece trêmula – Jeno tocou seu queixo com os dedos, virando sua cabeça para a direção dele, você focalizou os olhos no bailarino à sua frente que cobriu as suas mãos com as palmas maiores dele – Tá assim por causa dos olheiros ou a sua preocupação tem nome e sobrenome, e sorriso fácil?
– Eu não gosto de ficar com assuntos pendentes prestes a ser protagonista de um espetáculo tão importante pra minha carreira, Jeno.
– Te avisei que se envolver com ele resultaria nessa mesma historinha.
Não era à toa que Lee Jeno era o seu parceiro nos palcos, ele conhecia seus movimentos dentro do balé e também conhecia sua mente muito melhor até que quem te colocou no mundo, tratou de deixar explícito que se relacionar com Lee Donghyuck seria como se banhar nas praias do Rio de Janeiro com um sol escaldante aquecendo o corpo e a alma, mas assim como toda estação do ano, o verão tinha começo, meio e fim, e o fim era inevitável.
– Tá bom. Esfrega na minha cara que você tava certo desde o início – Você se ouviu dizer, os olhos começando a arder com a anunciação de lágrimas que seu corpo tentava a todo custo conter, lembrar de Haechan, da conexão que tiveram desde que se encontraram pela primeira vez no último banco da igreja, numa quarta-feira cinza anual, fazia seu coração diminuir e doer dentro de si. Sentiram a textura e o sabor dos lábios um do outro naquela metade da semana mesmo, quando o Lee te beijou na orla da praia, tocando seu rosto com leveza e delicadeza como ninguém havia feito antes.
Faziam balé juntos, mas quase não se tocavam nos ensaios, após eles, saíam para algum barzinho próximo dali ou simplesmente optavam pela varanda do seu apartamento, onde poderiam relaxar achegados um no outro ao som de algum vinil enquanto assistiam aquela troca de personagens habitual, em que o sol se despedia para a lua entrar em cena. Você só não esperava que Donghyuck fizesse o mesmo, desaparecesse, desistisse do seu esplendor sem nem ao menos se despedir da sua platéia, vulgo você.
– Falando no diabo... – Jeno soltou as suas mãos que começavam a transpirar, pelo nervosismo para a apresentação e também porque sabia quem estava atrás de você, segurando uma única peônia solitária, os cabelos naquele aspecto natural que você era completamente gamada, os olhos brilhantes feito duas bolinhas de gude, a maquiagem suave ressaltando toda a sua beleza, as pintinhas que em hipótese alguma deveriam ser encobertas te deixavam com vontade de desbravá-lo mais uma vez como um náutico.
Você tinha mais do que consciência de que idolatria era um pecado, mas você poderia facilmente adorá-lo num altar, e não fazia ideia do que era preciso para parar de venerá-lo com todo corpo e alma.
– Lembrou que eu existo depois de duas semanas me ignorando? – Esperava que tivesse conseguido pronunciar aquela indagação de forma firme, mas alguma coisa te dizia que você havia tropeçado nas palavras. Dispensou a flor que ele te oferecia com um gesto de mão, com medo de tocar o caule e encostar nos dedos dele no processo – Não aceito presentes antes do espetáculo.
– É por isso que essa é do buquê que vou te entregar depois – Donghyuck justificou, deixando a flor em qualquer lugar para segurar seu pulso e te impedir de sair andando sem arrependimentos, ele te olhou nos olhos, depois desviou o olhar estrelado, sem saber como começar, como se expressar com dizeres, afinal ele sempre fora melhor na arte do toque – Conversa comigo. Não tô pedindo pra você me perdoar por ter te dado um gelo, só tô te pedindo por uma chance pra eu me explicar.
A mão de Haechan desceu do seu pulso, sentindo os seus batimentos cardíacos que evidenciavam o quanto ele mexia com a sua estrutura, para o centro da sua palma e finalmente seus dedos gélidos e os dedos quentes dele se encaixaram. Donghyuck te levou embora dos bastidores, mesmo que a apresentação começasse dali uns 12 minutos e você fosse a Julieta e ele, Benvólio, primo de Romeu.
– 'Cê lembra do que me disse quando a gente se beijou pela primeira vez? – Você afastou uma mecha levemente ondulada do rosto dele, o que serviu como um convite para que ele soltasse a sua mão e encaixasse a própria na sua cintura. É claro que se recordava do que havia sussurrado para ele no calor do momento e com medo de se ferir, depois de ter passado por um término complicado e delicado – Disse que eu te perderia se me apaixonasse.
– Isso ainda não explica o seu sumiço depois da gente...
– Depois da gente ter transado? – Você cobriu a boca de Haechan no mesmo milésimo de segundo que ele deixou escapar a questão, não era como se as pessoas já não soubessem que vocês estavam juntos e se distraiam um com o outro há meses, no entanto parecia falta de profissionalismo falar sobre aquilo no ambiente de trabalho. Donghyuck afastou sua mão, beijou os nós dos seus dedos e sorriu, aquele sorriso fácil que Jeno havia comentado antes, que chegava aos olhos e iluminava o rosto lindamente – Que foi? Ninguém pode saber que a gente fez amor e que foi perfeito?
– Escuta o que eu quero te falar. Eu não me apaixonei por você, fiz pior – Seu peito subia e descia numa velocidade que provavelmente não indicava saúde e sim a falta dela, quando Donghyuck encostou a testa na sua e você só pôde e só teve forças para admirar as pupilas que se expandiram e as íris se reduziram a um arco finíssimo castanho escuro – Eu te amo.
– Caralho, eu te amo – Ele repetiu a confissão, como se a frase resumisse tudo que estava sentindo por você, e realmente foi a única junção de palavras que uniu tudo que ele queria dizer com as outras milhões de frases que formulou na cabeça muito antes de te ter nua nos lençóis – Deixa eu te mostrar o quanto eu te amo, deixa?
– Se afastou de mim porque não queria me perder? – Haechan te beijou de leve, unindo os seus corpos quando enlaçou sua cintura de fato, uma das mãos a acariciar o seu rosto. Você sorriu em reação às cócegas que ele provocou ao cariciar o lóbulo da sua orelha entre o indicador e o polegar.
– Prefiro te observar de longe do que te perder – Ele afirmou confiante – Só, só me namora, pelo amor de Deus.
– Benvólio deveria ser tão impaciente assim? – Donghyuck revirou os olhos com a sua brincadeira e te beijou pra valer, pressionando o corpo no seu enquanto segurava sua nuca com firmeza, o dedão num carinho lento na sua garganta que te fazia perder a estabilidade nos joelhos.
– Não me olha nos olhos em cima daquele palco – Haechan estreitou as sobrancelhas docemente – Todo mundo vai perceber que Julieta Capuleto e Benvólio Montéquio estranhamente têm química.
Haechan chupou de leve o lóbulo da sua orelha, alí, a vista de todo mundo, sem vergonha alguma, ao contrário de você que sentiu as bochechas se esquentarem e provavelmente atingirem a cor púrpura. Se divertindo e muito com o seu constrangimento, ele sussurrou, os lábios rosados e inchadinhos roçando suavemente na sua pele.
– Infelizmente, vou ter que ser o Benvólio talarico então.
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kyuala · 8 months ago
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ranking de paus-mandados do cast de lsdln
fontes: nao foi preciso.
10. enzo
gente vcs que me perdoem mas não consigo comprar muito a fic de que o enzo é pau-mandado não 😔 imagino que num relacionamento ele seja mais propenso a fazer as vontades da outra pessoa do que o normal (acho um suspiro e um "olha o que vc me faz fazer, nena" a cara dele 👁️) mas mesmo assim ele tem limites. este homem tem orgulho. então fica em 10º lugar no nosso ranking pois temos piores
9. fran
eu vejo o fran muito neutro na real? (o que diz muito sobre esse ranking uma pessoa neutra estar em penúltimo rs) não acho que ele vá te negar muitas vontades mas tbm não acho que ele saia fazendo tudo que vc manda (talvez na fase da lua-de-mel pra querer te agradar, mas só). acho que ele gosta mais de relacionamentos igualitários, onde as vontades dos dois são saciadas. mas como eu disse, não acho que ele te negue muita coisa até pq é muito do "vamo?" "vamo!" então acho que ele acaba sempre indo na tua mais pq ele também já tava querendo fazer aquilo do que só pq vc quis, sabe?
8. matías
o famoso reclama mas faz. na maior parte do tempo ele até finge que não (já admitiu uma vez ser teu pau-mandado mas nega até hoje e até jura de pé junto que não foi ele) mas a verdade é que ele faz sim a maior parte das tuas vontades. faz reclamando, faz bicudo, pode até fazer xingando, mas faz. o problema é que às vezes ele também gosta de negar algum desejo ou outro teu só pelo prazer de ver você toda bicudinha e emburrada pois acho que ele é atentado nesse nível sim. aí é foda
7. pipe
aposto que vcs acharam que ele estaria mais pra baixo mas CALMA LÁ eu tenho minhas razões. já falei aqui e vou repetir: acredito firmemente na ideia de que o pipe caga e anda pras pessoas que não sejam da família ou dos amigos dele, então ficante ou peguete não tem mt papo com ele não; se desagradou ele mete o pé, não deixa se crescer muito pra cima dele não. agora no momento que ele fica apaixonado, minha filha... ele se fudeu pq perde todo e qualquer senso de orgulho que tinha antes e a vida dele passa a ser vc. quer sim sempre fazer todas as tuas vontades e não liga muito de ser praticamente teu capacho pq pra ele é muito óbvio e natural ele simplesmente?? fazer tudo??? que a princesa dele quer???? o único aspecto que ele perde aqui é que na verdade ainda tem um pouquinho de orgulho sim e não costuma ser muito do amistoso quando estão brigados ou acabaram de se resolver. pra piorar quando o time dele perde ele fica todo esquentadinho e não quer mto saber de nada, mas isso é com todo mundo (não só vc) então tudo bem. só dê o espaço dele que em pouco tempo ele volta todo dengoso pra ser teu cachorrinho de novo
6. della
simplesmente quase não há momentos em que ele não queira te agradar, são raríssimos. acho que só se for uma coisa tipo, muito absurda, fora da realidade ou que possa vir a fazer mal pra alguém de alguma forma, sei lá. mas de resto ele é da mesma ideia do pipe de que pra ele é muito natural ele querer sempre fazer todas as tuas vontades até pq vc é a rainha da vida dele e ele apenas um maluco apaixonado, claro que ele vai querer te fazer feliz o tempo inteiro. e tem zero vergonha de ser teu capacho: só da uma risadinha quando os amigos zoam chamando ele de gado, nem contesta pq sabe que é
5. pardella
mesma linha do della. você = rainha, ele = teu servo e ele tem isso muito claro. ia deixar os agustíns juntos mas, além do coração fraco do pardella (acho que até se for algo muito fora da realidade ou uma ideia não tão boa assim, talvez um biquinho teu e um olhar de cachorro pidão sejam o suficiente pra ele se derreter todo, jogar toda a noção pela janela, falar "claro, minha princesa" e ir dar um jeito de fazer), o critério de desempate aqui foi que o pardella tem seus momentos de bater no peito e falar "eu obedeço minha mulher MESMO" com muito orgulho, enquanto o della já é mais na dele, só acena com a cabeça e concorda. acho que só
4. kuku
aqui se separam os homens dos meninos: não é necessário nem relacionamento pra esses aqui começarem a te servir. bastou pintar um clima ou uma pontinha de sentimento pro kuku já te olhar com os maiores corações do mundo nos olhos e querer te atender em tudo. tá sempre à tua disposição pro que vc precisar, vai querer sempre saber de todos os teus gostos e dos teus quereres e lembra de tudinho. pra ele tudo que vc quer tá bom e isso só se intensifica quando tá num relacionamento. é muito fácil de lidar com ele pq ele muda todo o planejamento dele só pra atender as tuas vontades, dá até dó. se vc perguntar o que ele quer e se dispor a atender os desejos dele, independente dos seus, ele entra em curto-circuito e é capaz de te pedir em casamento na hora. só não entrou no top 3 pq ainda é um homem sensato e se ele acha uma ideia sua ruim vai tentar te convencer disso - com muito jeitinho, mas vai
3. santi
queria iniciar dizendo que foi bem difícil desempatar o top 3 pois aqui está apenas a nata dos homens capachos. só os mais mandados dos mais mandados. o santi segue à risca os mandamentos do homem pau-mandado (no caso todos os mandamentos são teus) simplesmente pq ele tem muito amor no coração, principalmente por vc, e quer fazer de tudo pra te fazer sentir esse amor o tempo inteiro. ele é completamente incapaz de lidar com a sua infelicidade ou insatisfação, odeia te ver descontente e é capaz até de chorar junto quando você não se sente bem. dá tudo de si por vc e pela relação e só pegou o 3º lugar pq quando acha uma coisa má ideia vai hesitar (mas só hesita mesmo pq no final é sempre vencido pelo amor)
2. rafa
bom simplesmente desafio qualquer um a olhar para este homem e não falar que ele é o capacho mais submisso do planeta terra. assim que ele bate os olhos e se encanta por vc a cabeça dele já começa a funcionar só para te agradar. ele é o tapete pra vc pisar (mas por favor tenha cuidado com ele, ele é apenas um homem 😔) e as suas vontades viram as vontades dele, perigoso até perder um pouco a noção de si ou dos limites da vida se não tomar cuidado. do tipo que você precisa dar uma dura de vez em quando pra fazer ele pensar um pouquinho em si mesmo. parabéns rafael federman nos nossos corações vc já ganhou
1. simón "vivo para minha mulher 🙏🏼" hempe
O PÓDIO SÓ PODIA SER DELE, PARABÉNS SIMÓN! PAU-MANDADO DO ANO 2024 🥳 ele pode até chegar com uma desvantagem (na vida de cachorrada que ele levava antes de vc não tinha espaço pra ficar obedecendo os outros não - era só uma sacanagem e tchau 👋🏼) mas ele mais do que compensa uma vez que está apaixonado. não tem desejo teu que ele não queira atender ou vontade tua que ele deixe passar sem ser saciada. move céus e terra e faz das tripas coração por vc. vc mandou? ele obedece. vc pediu? ele faz. vc comentou por cima? ele já está indo atrás. vc começou a pensar? o sexto sentido dele já se aguça. bate no peito (e na aliança) com orgulho e fala que é teu pau-mandado SIM e que sabe o lugar dele, que é só te obedecer. não suficiente ele ainda fala pra deus e o mundo e quem quiser ouvir que mulher é pra ser obedecida e respeitada e ainda tenta espalhar essa ideologia pros amigos. ícone dos paus-mandados e presidente da associação dos homens cachorrinhos <3
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interpretame · 7 months ago
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sobre mudanças
A mudança é uma constante na vida, uma força dinâmica que nos molda e nos impulsiona a evoluir. Se parar pra pensar já não é o mesmo de ontem, alguma coisa está diferente aí. Embora possa ser assustadora e desafiadora, a mudança também traz oportunidades de crescimento e renovação. É através da mudança que aprendemos valiosas lições, nos adaptamos a novas circunstâncias e descobrimos novos aspectos de nós mesmos. Às vezes, a mudança é deliberada e planejada, outras vezes é imposta pelo curso natural da vida. Em qualquer caso, a chave para navegar com sucesso pelas mudanças é manter uma mente aberta, uma atitude positiva e uma disposição para aprender e crescer com as experiências que elas trazem consigo. É sua melhor escolha quando há insatisfação, não dá pra esperar resultados diferentes e uma vida diferente sem sair do lugar, fazendo as mesmas coisas, as vezes vezes é necessário arriscar.
interpretame.
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silvertice · 13 days ago
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Faraway Down.
Drover (Jack Clancy) x female reader.
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Summary: Dos hermanas llegan a un lugar remoto buscando respuestas tras la muerte del esposo de una de ellas, pero se ven envueltas en un desafío inesperado: conducir un enorme ganado a través del desierto australiano. Mientras que la otra se ve envuelta en una conexión inesperada con el jefe del viaje.
Category: Slow Burn Romance, Strangers to Lovers, Period Piece Meets Modern World, Wholesome Romantic Tension, Sweet and Lighthearted Encounters, Playful Banter. {TW}: Mild Social Misunderstandings, Brief Assumptions of Relationship Status, Emotional Tension, Nostalgic Yearning, Period-Modern Clashes, Mild Fluff, Playful Banter.
El viaje no podía ser más extraño, pensé mientras el calor abrasador del sol australiano quemaba mi piel y el polvo se acumulaba en las esquinas de mi vestimenta. Llegar hasta este continente había sido una idea que rozaba la locura, pero a estas alturas ya nada me parecía imposible. La noticia de la muerte del esposo de mi hermana, aunque impactante, no logró provocar en mí un pesar desgarrador. Era un buen hombre, eso nadie lo negaba, pero no habíamos cruzado océanos para quedarnos de brazos cruzados lamentándonos. Ashley tenía su propia forma de lidiar con las cosas; la mía era observar y esperar.
Y en medio de todo este caos, mi atención encontró un punto fijo: él. Aquel hombre que nos había llevado hasta este rincón remoto del mundo, conocido como Faraway Downs. Era tan diferente a cualquiera que hubiera conocido, con su aire rudo, su andar confiado y esa mirada que parecía no tener tiempo para tonterías. Su aspecto desaliñado contrastaba brutalmente con mi mundo ordenado y pulcro. Era incómodo admitirlo, pero algo en esa rudeza, en esa indiferencia tan natural, me intrigaba más de lo que estaba dispuesta a aceptar. 
Después de días de discusiones y la impactante revelación sobre quién era realmente Fletcher, mi hermana, en un arrebato de determinación, decidió emprender un viaje imposible para recuperar la tierra que le correspondia a su amado: dirigir un enorme rebaño de ganado hasta la otra punta del país. Aunque sabía que la idea rozaba la insensatez, no tuve mucho que objetar. Por un lado, la testarudez de  Ashley no tenía rival, y por otro, algo en mí veía el desafío como una forma de escapar del caos que había sido nuestra llegada. Y, por supuesto, estaba él. Drover. Encargado de liderar aquel plan asignado. No podía evitar la electricidad en el aire cada vez que nuestras miradas se cruzaban, y aunque no era una mujer especialmente dada a las coqueterías, un par de comentarios más atrevidos de mi parte parecían arrancarle una sonrisa que hacía que el viaje prometiera ser mucho.
El primer día del viaje fue un caos absoluto. El calor era abrumador, los animales parecían desafiarnos en cada paso, y el polvo se adhería a mi piel como una segunda capa. Intenté mantenerme útil, aunque estaba claro que no era mi terreno. Fue entonces cuando Drover se acercó por primera vez.
—No así —dijo con su voz grave, su acento cargado de ese tono directo que siempre parecía llevar. Me tomó la mano con firmeza, pero sin brusquedad, y me mostró cómo sujetar las riendas del caballo correctamente. Era un gesto simple, pero el contacto fue suficiente para que mi corazón se acelerara.
Intenté responder con indiferencia, como si el gesto no hubiera tenido ningún efecto en mí.
—¿Así está mejor? —pregunté, alzando la barbilla con algo de orgullo.
Drover asintió, sus labios curvándose apenas en una sonrisa.
—Mejor. Aunque no sé si serás capaz de aguantar todo el trayecto. Esto no es para cualquiera, señorita.
—Me estás retando? —réplica, sin pensarlo.
Sus ojos se encontraron con los míos, una mezcla de diversión y desafío que me dejó sin palabras.
—Talvez. Veremos si llegas al final.
Al caer la noche, después de un día agotador arreando el ganado, finalmente encontramos un lugar para detenernos y descansar. Mientras Drover y los demás hombres acomodaban a los animales, mi hermana insistió en supervisar la instalación de las tiendas. Tan pronto como vio una sola de ellas, puso el grito en el cielo.
—¿Cómo esperan que seis personas duerman aquí? Esto es inaceptable —protestó, cruzando los brazos como si estuviera frente a un mayordomo descuidado en vez de un grupo de hombres acostumbrados a vivir al aire libre.
Drover, que estaba bebiendo agua cerca, soltó una carcajada.
—Así es como se duerme aquí, Lady Ashley. Juntos y apretados. Algunos incluso dirían que es parte del encanto.
Yo no pude evitar reírme ante su tono burlón, pero mi hermana no se lo tomó con el mismo humor.
—Ridículo —bufó, girando sobre sus talones para regresar a la tienda con un aire ofendido.
Cuando nuestras miradas se cruzaron, todavía había una chispa de diversión en los ojos de Drover. Su sonrisa persistía, y la mía también. Sentí un calor extraño subir a mis mejillas, algo que intenté disimular mirando hacia otro lado, pero no antes de notar que él seguía mirándome, como si el momento hubiera sido nuestro pequeño secreto.
Mientras todos se ocupaban de organizar el campamento, mis ojos no podían evitar seguir a Drover. Estaba cerca de la fogata, en un rincón donde la luz del fuego iluminaba su figura de manera casi hipnótica. Vi cómo se quitaba la camiseta sin el menor pudor, con una naturalidad que me dejó sin aliento. Sus músculos, marcados y definidos por años de trabajo bajo el sol y el sudor, parecían cobrar vida bajo el brillo cálido del fuego. Cada movimiento que hacía, desde el simple gesto de dejar caer la tela sobre el suelo hasta la forma en que se pasó una mano por el cabello, hacía que mi pulso se acelerara.
Me obligué a apartar la mirada, pero no pude evitar que mis ojos volvieran a él. Drover estaba completamente ajeno a mi presencia, o al menos eso quería creer. No hacía nada especial, solo se acercó a un balde de agua, lo levantó con un gesto fluido y lo volcó sobre su torso. El agua cayó en cascada, mojando su piel, resaltando aún más sus músculos, y los reflejos danzaban con el brillo del fuego, como si el mismo calor del campamento fuera insuficiente para la intensidad de lo que sentía en ese momento.
Mi mente se descontrolaba, dando vueltas, tratando de racionalizar lo que estaba pasando. No quería mirar. No debía mirar. Pero, simplemente, no podía dejar de hacerlo. Mis ojos se clavaron en él, en la forma en que el agua recorría su torso, trazando un mapa en su piel, cada gota como una caricia que yo no podía tocar. No me sentía culpable, pero sí atrapada en algo que no entendía.
Estaba tan absorbida por la escena que ni siquiera me di cuenta de que mi mirada era demasiado obvia. Fue Magarri quien rompió el hechizo.
—Vaya, señorita, parece que alguien aquí está disfrutando de las vistas —dijo con una risa burlona que hizo que todos los hombres se volvieran hacia mí. Su voz resonó en el campamento, y el silencio que se creó fue suficiente para que mi estómago se apretara. Mi rostro se encendió al instante, y aunque intenté disimular la incomodidad, sabía que no podía esconder lo evidente.
Drover, que seguía con su rutina, no pareció notar el cambio en el ambiente. Sin embargo, la sonrisa en su rostro, esa sonrisa que hasta ahora había sido reservada para momentos en los que me desarmaba con su actitud desenfadada, ahora parecía un poco más cargada de algo más. ¿Era mi imaginación, o estaba disfrutando de la atención que no quería darle?
Rápidamente, me levanté, la incomodidad apoderándose de cada rincón de mi cuerpo.
—Voy a hacer la primera guardia de la noche —dije, forzando una voz que intentaba sonar firme, pero que seguramente traicionaba mis nervios. Sin esperar una respuesta, me di la vuelta, apresurándome a alejarme del campamento.
El sonido de las risas quedó atrás, y al fin pude respirar sin esa constante presión en el pecho. Caminé en la dirección contraria, sin mirar atrás, pero sentí que la mirada de Drover seguía persiguiéndome, como una sombra que se negaba a desaparecer.
Me senté sobre una roca fría, observando el vasto paisaje árido frente a mí, donde el horizonte se perdía en la oscuridad. El aire nocturno era fresco y seco, y el silencio se sentía pesado, roto solo por el crujir lejano de la fogata y algún que otro ruido de los animales en la distancia. Las estrellas, tan brillantes, parecían estar mucho más cerca de lo que yo podía alcanzar, colgando sobre nosotros en un lienzo interminable.
Intentaba calmar mi mente, buscando en las estrellas un poco de paz, cuando de repente sentí el peso de alguien en la roca a mi lado. Al principio pensé que era uno de los hombres, pero al girarme y ver sus ojos, supe inmediatamente que era Drover. Estaba tan cerca que casi pude sentir el calor de su cuerpo. Sin pensarlo, me corrí un poco hacia el costado, dándole más espacio.
Pasaron unos segundos de silencio, y aunque intenté ignorar su presencia, era imposible no sentir su cercanía. Finalmente, él habló, sin la intención de molestar, pero sí con su típica manera directa.
—¿No puedes soportar estar cerca de mí, o es porque te deje sin palabras? —dijo, una sonrisa apenas perceptible en sus labios.
Miré hacia otro lado, incómoda, tratando de mantener la calma.
—No, claro que no —respondí rápidamente, pero mi tono fue algo cortante, como si quisiera evitar más conversación.
Él se acomodó, como si no estuviera perturbado por el silencio —Bueno, no hay mucho que hacer, ¿verdad? —dijo finalmente, mirando también el cielo estrellado. La conversación, aunque breve, era una de esas cosas simples que no necesitaban más explicación.
Nos quedamos en silencio un momento, ambos mirando las estrellas, pero sin la tensión de antes. No era un momento coqueto, solo... tranquilo.
Pasaron unos segundos de silencio, y aunque intenté ignorar su presencia, era imposible no sentir su cercanía. Finalmente, él habló, sin la intención de molestar, pero sí con su típica manera directa.
—¿No tienes sueño? —preguntó, mirando el horizonte con calma.
Lo miré de reojo, un poco sorprendida por la pregunta tan directa, pero no podía evitar responder con la misma franqueza.
—No, no suelo tener sueño a esta hora. —Hice una pausa, un poco pensativa, mientras mi mente viajaba a otros tiempos. — De pequeña, mi hermana y yo solíamos quedarnos despiertas hasta tarde, con la excusa de que no queríamos ir a dormir mientras nuestra madre aún estaba ocupada. No sé... supongo que me acostumbré a estar despierta durante las horas en que todo está en silencio.
Mi voz sonó más suave al final, como si esas palabras me hubieran dejado una sensación de nostalgia.
Drover asintió, como si no necesitara más explicación, y se acomodó de nuevo en su sitio, mirando las estrellas sin decir una palabra más. Yo también volví a observar el cielo, pero con la sensación extraña de que había algo más en el aire, algo que no podía identificar, pero que me hacía sentir más viva que nunca.
Nos quedamos un rato en silencio, cada uno perdido en sus pensamientos y mirando las estrellas. Yo, aunque intentaba concentrarme en el cielo, me encontraba robando miradas a Drover, como si su presencia tuviera un magnetismo al que no podía resistirme. No era solo el silencio entre nosotros, sino la tranquilidad que se había instalado, algo que me hacía sentir una extraña calma.
Finalmente, mi mirada comenzó a fijarse en él, más allá de la silueta que se recortaba contra la oscuridad. Observar sus facciones me resultaba casi hipnótico. Sus ojos, que antes me parecían duros y desinteresados, ahora parecían más suaves bajo la luz tenue de las estrellas. Su mandíbula cuadrada y marcada, los rasgos tan definidos que cualquier movimiento sutil de su rostro los destacaba, de alguna manera me mantenía cautiva.
Me sorprendí a mí misma analizando cada detalle: el modo en que su cabello caía ligeramente sobre su frente, la manera en que sus labios estaban partidos de tanta tierra y sol, parecían moldearse a la forma de su rostro como si de alguna forma estuviera en completa armonía con la noche. No era solo su físico, aunque sus músculos marcados y su cabello oscuro también formaban parte del conjunto que me mantenía hipnotizada. Había algo más, algo en su carácter tranquilo pero también desafiante, en esa confianza sutil que desprendía incluso en los momentos más simples. 
Pero justo cuando mi mirada se detuvo un poco más de lo que debía, Drover levantó la vista hacia mí, sus ojos encontrándose con los míos en un parpadeo, como si hubiera notado mi observación. Fue un instante breve, pero suficiente para que un rubor rápido subiera a mis mejillas.
Su expresión fue un tanto desconcertada, como si estuviera a punto de formular una pregunta que no sabía cómo formular.
—¿Qué estás mirando? —preguntó, con una nota de curiosidad que me hizo sentir aún más expuesta.
—Tus facciones —respondí, sin pensar del todo, mi voz saliendo más baja y más sincera de lo que había querido. Volví a mirar hacia otro lado, incómoda con la manera en que esas palabras me habían dejado al descubierto.
Drover se quedó callado un instante, y luego soltó una risa suave, como si no creyera del todo lo que acababa de escuchar.
—¿Facciones? Eso es nuevo —dijo, pero no había burla en su tono, solo una especie de aceptación como si también hubiera sentido la intensidad del momento.
El silencio volvió a caer entre nosotros, pero no sentí la necesidad de llenarlo. Las estrellas seguían brillando, y por un momento, el peso de las miradas y las palabras no dichas me envolvía como una manta invisible, creando un vínculo que me era difícil entender del todo.
Después de unas horas, el silencio de la mañana fue interrumpido por un susurro lejano que me hizo sobresaltarme. Mi hermana, que había estado en la tienda más alejada, apareció de repente, su rostro visiblemente alterado, y se acercó rápidamente hacia nosotros. Cuando vio que estaba acostada en el suelo, junto a Drover, sus ojos se abrieron de par en par, claramente sorprendida y molesta.
—¡¿Qué estás haciendo?! —exclamó susurrando, levantando las manos en señal de desesperación—.
La forma en que me miraba, como si fuera lo peor que pudiera haber hecho, me hizo sentir una mezcla de incomodidad y algo de vergüenza. Ella avanzó hacia mí, claramente molesta por la situación. Drover, por su parte, ni siquiera pareció inmutarse. Estaba acostado con los brazos detrás de su cabeza, y con sus ojos cerrados, como si nada de eso fuera tan importante.
—No es tan grave —dije, levantándome lentamente, mientras trataba de encontrar las palabras para calmarla—. Simplemente estaba descansando un poco. El suelo es cómodo, y la noche estaba fresca... no quería volver a la tienda. Y Drover no me ha hecho nada.
Mi hermana no parecía convencida. Su expresión era de total incredulidad.
—¿Qué?! ¿No te das cuenta de cómo te ves? —su voz, casi histérica, me sorprendió—. ¡Durmiendo aquí, con él, a solas! 
Suspiré, mirando a Drover para ver si él decía algo, pero él no reaccionó.
—No pasa nada —respondí, algo cansada de la reprimenda. Mi hermana parecía no entender que no siempre buscaba seguir reglas o expectativas.
Ella no me dejó terminar.
—Espero que no pienses en hacer nada, ¿si? —y su mirada se clavó en Drover como si él fuera la causa de todo lo que estaba mal en ese momento.
Por un segundo, sentí una leve molestia. Nadie, ni mi hermana, tenía derecho a juzgar algo que no entendían.
Mi hermana me fulminó con la mirada, y aunque intenté calmar la situación, no pude evitar que una parte de mí se sintiera molesta por su actitud. No entendía que necesitaba estar tranquila, que este viaje había sido algo más para mí que solo un simple escape.
Finalmente, mi hermana dio un paso atrás, respirando hondo, y con una mezcla de desaprobación y frustración, se alejó de nosotros, murmurando algo sobre "lo que era correcto" y "mantener la compostura". Yo me quedé allí, mirando cómo se alejaba, con la sensación de que algo había cambiado, que esa tensión en el aire ahora era aún más pesada.
Me quedé mirando a Drover por un momento, mientras mi hermana se alejaba, todavía murmurando palabras de desaprobación entre dientes. No pude evitar sentir una ligera molestia por su reacción, pero también algo de gratitud por la tranquilidad que Drover me había ofrecido en silencio.
Al darme vuelta para mirar a Drover, me sorprendí al encontrarlo observándome con una ligera sonrisa en su rostro. Parecía que no se sorprendía en lo más mínimo por la escena, como si ya estuviera acostumbrado a que mi hermana actuara de esa manera.
—Tu hermana no parece muy contenta con lo que está pasando —comentó Drover, con una mueca divertida, mientras su tono mostraba que no era un comentario ofensivo, sino más bien uno que veía con algo de diversión.
No pude evitar sonreír ante su observación. La situación había sido incómoda, pero su forma de decirlo me hizo sentir un poco más ligera.
—Oh, no, no te preocupes. Ella siempre es así —le respondí con una risa suave, intentando restarle importancia al asunto—. Si no está discutiendo sobre algo, no se siente bien. Pero, ya sabes, está preocupada por mí.
Drover soltó una pequeña risa, y aunque su mirada estaba relajada, había algo en su expresión que me hizo pensar que entendía perfectamente cómo era la dinámica entre mi hermana y yo.
—¿Así que esto es solo otra de sus... preocupaciones? —preguntó, arqueando una ceja, claramente intrigado, pero también con un tono amistoso.
—Exactamente —contesté, relajándome más al saber que Drover no estaba tomando la situación tan en serio. Sonreí, sintiendo cómo mi tensión se desvanecía poco a poco—. Si la tuviera que describir, diría que es como un volcán que no sabe cuándo dejar de erupcionar.
Drover rió, y esa risa me resultó más relajante de lo que pensaba. Había algo en su actitud que me tranquilizaba, algo que me hacía sentir que no importaba lo que sucediera, las cosas seguirían adelante de la manera más sencilla posible.
—Bueno —dijo Drover, mirando hacia la tienda donde mi hermana se había refugiado—, parece que te tiene bien vigilada.
Sonreí una vez más, y aunque todavía había algo en el aire entre nosotros, esta vez no lo sentí tan pesado. Drover y yo compartimos un momento de complicidad en el que las palabras sobraban. En ese instante, la tensión de la noche anterior parecía disolverse, reemplazada por una calma más agradable.
La mañana llegó sin previo aviso, con el sol ya alto en el cielo, marcando el inicio de otro día caluroso en el que el paisaje árido se extendía interminable ante nosotros. Todos ya estábamos a punto de continuar el viaje, el ganado listo para ponerse en marcha, y el ruido de los caballos comenzaba a llenarlo todo.
Estaba montada en mi caballo, cuando, de repente, sentí una presencia cercana. Miré hacia un lado y vi a Drover cabalgando junto a mí. No dijo nada al principio, solo se acercó con esa mirada tranquila que siempre parecía acompañarlo.
Luego, con un gesto tan natural como si fuera lo más común del mundo, extendió su brazo y, sin decir una palabra, colocó su sombrero sobre mi cabeza.
—Hay mucho sol —comentó simplemente, como si eso fuera toda la explicación. Pero yo sabía que había algo más en ese gesto, algo que lo hacía diferente a cualquier otra acción rutinaria.
Sentí una ligera calidez en el rostro, no solo por el sol, sino por la cercanía inesperada. Mi corazón dio un pequeño brinco, pero me esforcé por no mostrar lo que estaba sintiendo. Aunque no era un gesto grandioso, su cercanía, su presencia, me había tomado por sorpresa.
—Gracias —respondí, casi en un susurro, mientras tomaba el sombrero con las manos y lo ajustaba un poco mejor. Sentía cómo las yemas de mis dedos rozaban el borde, sin querer soltarlo de inmediato. Algo tan sencillo, pero me hacía sentir... emocionada.
Drover asintió, su mirada no se apartó de mí, pero no dijo nada más. En su rostro había una mezcla de serenidad y algo más, algo que no podía leer completamente.
—No es nada —dijo finalmente, con una leve sonrisa, mientras se alejaba un poco para seguir el camino. Su voz era baja, pero su tono tenía algo en él que me hizo pensar que sabía perfectamente lo que había hecho.
Yo me quedé allí, mirando su figura alejarse, y por un momento, el mundo a mi alrededor pareció desvanecerse.
Después de días agotadores atravesando el desierto, finalmente llegamos a Darwin. El aire parecía distinto allí, más húmedo y lleno de movimiento. La ciudad estaba en plena actividad, con el bullicio de trabajadores y el sonido constante de barcos en el puerto. Era un cambio abrumador después del silencio casi ensordecedor del desierto.
Las reses, a pesar del arduo trayecto, estaban en buena forma, y fue un alivio ver cómo se dirigían hacia el puerto bajo las indicaciones de Drover y los demás hombres. Todo el trabajo, todo el esfuerzo, había valido la pena.
Entonces apareció Carney, con su porte altivo y una expresión que oscilaba entre la sorpresa y el enfado. No podía creer lo que estaba viendo.
—¿Cómo es posible? —exclamó, mirando a las reses siendo embarcadas una por una. Su voz era una mezcla de incredulidad y frustración—. ¡Nadie atraviesa el desierto con este ganado y lo logra!
No pude evitar sentir una chispa de orgullo ante su reacción. Mi hermana, que había sido la más decidida a emprender este viaje, se mantenía firme a mi lado, con una expresión que mezclaba satisfacción y determinación.
—Bueno, parece que nadie les informó a nuestras reses que era imposible —respondió ella con frialdad, sus palabras como un golpe directo.
Carney se quedó sin palabras, viendo cómo nuestro ganado llenaba el barco que se marcharía pronto. El trato con el ejército ya estaba cerrado, y no había nada que él pudiera hacer para cambiarlo.
Drover pasó junto a mí, su mirada cargada de una mezcla de satisfacción y alivio. Sus labios se curvaron en una pequeña sonrisa al cruzar su mirada con la mía, y en ese instante, sentí el peso de todo lo que habíamos logrado.
No solo habíamos atravesado un terreno implacable y desafiado las expectativas, sino que lo habíamos hecho juntos, enfrentándonos a cada obstáculo y saliendo victoriosos. Era un logro que sabía que recordaría por siempre.
La tarde dio paso a una pequeña celebración organizada por los hombres del equipo. No era nada ostentoso, pero después de tantos días de esfuerzo, el ambiente se sentía ligero, casi alegre. La música improvisada llenaba el aire, acompañada por risas y el chisporroteo de una hoguera en el centro.
Me alejé un poco, disfrutando del calor del fuego y observando a los demás relajarse. Entonces, lo vi.
Drover apareció, pero no con su habitual aspecto desaliñado y lleno de polvo del desierto. Esta vez, llevaba una camisa blanca ligeramente abierta y un pantalón limpio que parecía incluso planchado. Era una imagen completamente diferente a la que estaba acostumbrada. Su cabello, todavía un poco húmedo, caía desordenado, pero de una forma que le quedaba sorprendentemente bien.
Por un momento, me quedé mirándolo más tiempo del que habría querido admitir. Algo en mí se revolvió al verlo así, tan distinto pero tan él.
Él notó mi mirada y, como si fuera un reflejo, sus ojos buscaron los míos. Cuando nuestras miradas se encontraron, el bullicio a nuestro alrededor pareció desvanecerse. Una ligera sonrisa apareció en sus labios mientras caminaba hacia mí.
—¿Y esa mirada? —preguntó con un tono divertido, inclinándose un poco hacia mí cuando llegó a mi lado.
Sonreí, intentando parecer más tranquila de lo que realmente me sentía.
—No sé, solo me sorprende verte tan... limpio. Casi no te reconozco. ¿Es tu intento de parecer civilizado? —dije con un toque de broma, levantando una ceja.
Él soltó una risa baja, esa que siempre parecía hacer que algo en mi interior se agitara.
—No te acostumbres. El polvo me sienta mejor, ¿no crees? —respondió, con esa mezcla de confianza y despreocupación que era tan propia de él.
Negué con la cabeza, reprimiendo una sonrisa mientras me apartaba un mechón de cabello del rostro.
—Tal vez, pero no te queda nada mal este cambio. Aunque no lo admitiré en voz alta de nuevo.
Él me miró fijamente por un momento, y sentí cómo mi pulso se aceleraba ligeramente. Luego, simplemente asintió, su sonrisa nunca desapareciendo del todo. Había algo en él, algo que me atraía cada vez más, incluso cuando intentaba resistirme.
Mientras intentaba retomar el ritmo de mi respiración tras ese intercambio, sentí que Drover no se alejaba del todo. En lugar de regresar por completo al grupo, su mano, algo áspera por el trabajo, rozó la mía de manera sutil. Al principio, pensé que había sido accidental, pero luego la deslizó con más decisión, entrelazando sus dedos con los míos.
Lo miré, confundida y sorprendida al mismo tiempo, pero él ya me estaba observando con esa expresión tranquila, como si todo estuviera perfectamente en su lugar.
—Esto es por la victoria —dijo, su voz grave pero suavizada por una nota de calidez—. Estuviste genial ahí afuera, de verdad. Te lo mereces.
La firmeza y sinceridad en sus palabras me desarmaron. Era extraño recibir reconocimiento, más aún de alguien como él, que solía guardar sus emociones bajo una capa de humor y comentarios sarcásticos.
—¿Celebrar agarrando mi mano? —pregunté en un murmullo, intentando mantener el control, aunque sentía cómo mi corazón comenzaba a latir más rápido, casi como un tambor desbocado.
Drover dejó escapar una pequeña sonrisa y, con ese mismo gesto seguro, dio un paso hacia mí. Ahora estábamos tan cerca que podía percibir el tenue olor a jabón en su piel, mezclado con algo más natural que me resultaba imposible de ignorar.
—Celebro a mi manera —respondió, y su voz sonó tan baja que hizo que todo mi cuerpo reaccionara—. Pero si tienes una mejor idea, podemos intentarla.
Por un momento, nuestras respiraciones se mezclaron, y la cercanía era tan palpable que no sabía si el calor que sentía provenía de la hoguera o de él. Mis ojos se encontraron con los suyos, y sentí que el tiempo se detenía, como si en ese instante solo existiéramos nosotros dos.
No dije nada, incapaz de formular una respuesta coherente, pero mis dedos, aún entrelazados con los suyos, se apretaron ligeramente, como si mi cuerpo hablara por mí.
Drover sostuvo mi mirada por un instante que pareció eterno. El mundo alrededor desapareció; no había música, risas ni conversaciones, solo nosotros dos bajo el manto de estrellas y la tenue luz del fuego.
Sin decir nada más, su mano libre subió lentamente, rozando mi mejilla. El contacto fue tan suave como inesperado, y no pude evitar cerrar los ojos por un segundo, como si mi cuerpo aceptara rendirse a lo inevitable. Cuando volví a abrirlos, él estaba más cerca, lo suficiente como para que su respiración cálida rozara mi piel.
Y entonces sucedió.
Sus labios encontraron los míos en un beso que no tenía dudas ni reservas. Fue un beso lleno de emoción contenida, de algo que había estado creciendo entre nosotros desde aquel primer cruce de miradas en el desierto. Mis manos, casi por instinto, subieron hasta su pecho, sintiendo los latidos firmes de su corazón, mientras los suyos se apoyaban en mi rostro y mi cintura, acercándome aún más a él.
Era como si todo lo que habíamos vivido hasta ahora culminara en ese momento. No era un beso apurado ni torpe, sino uno que hablaba de una conexión profunda, como si ambos supiéramos que este instante cambiaría algo dentro de nosotros.
Cuando finalmente nos separamos, solo lo suficiente para recuperar el aliento, nuestros ojos se encontraron de nuevo. Sus labios todavía rozaban los míos, y en su mirada había una mezcla de emoción y sorpresa, como si tampoco él pudiera creer lo que acababa de pasar.
—Asi que asi querias celebrarlo.—dijo con una media sonrisa, su voz baja y llena de una calidez que hizo que mi pecho se agitara aún más.
Solté una risa suave, incapaz de ocultar mi propia sonrisa.
— No sea una mala idea después de todo, ¿no? —respondí en un murmullo, mis dedos aún aferrados a su camisa.
Por un momento más, ninguno de los dos quiso romper la burbuja que nos envolvía. Solo estábamos él y yo, como si el resto del mundo pudiera esperar un poco más.
Drover se separó apenas un poco, dejando que nuestras respiraciones se mezclaran por última vez. Por un momento, sus dedos aún acariciaron mi mejilla, pero luego dio un paso atrás, rompiendo esa burbuja que habíamos creado.
—Vamos, será mejor que volvamos con los demás antes de que empiecen a buscarnos —dijo, con una sonrisa apenas perceptible, como si quisiera que aquello quedara entre nosotros.
Asentí, aún algo aturdida, mientras comenzaba a girar hacia el campamento. Pero, antes de que pudiera dar otro paso, sentí un impulso. Su mano aún estaba cerca, y no lo pensé dos veces antes de tomarla y tirar suavemente de ella, deteniéndolo.
—Espera —susurré, sin soltar su mano.
Él se volvió hacia mí, con una ligera curiosidad en la mirada.
—¿Qué pasa?
Lo miré, estudiando cada detalle de su rostro bajo la tenue luz. Había tantas cosas que no sabía de él, tantas preguntas que me rondaban desde el momento en que lo conocí, pero solo una salió de mis labios:
—¿Cuál es tu nombre?
La pregunta pareció tomarlo por sorpresa. Durante todo este tiempo, había sido simplemente "Drover" para todos, un título que definía lo que hacía, pero no quién era.
Por un instante, vi algo diferente en sus ojos, algo más personal, más vulnerable.
—Jack... Jack Clancy —respondió finalmente, con un tono tranquilo pero firme, como si esas palabras llevaran un peso especial.
Repetí su nombre en mi mente, como si quisiera grabarlo para siempre y solamente asentí y me deje guiar hacia el.
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okeutocalma · 2 months ago
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Brahms Heelshire * Capítulo um.
Leitor masculino.
Boys love.
É uma long-fic.
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Prezados leitores,
Permitam-me apresentar-me de forma sincera, reconhecendo os aspectos mais sombrios de minha personalidade. Sou alguém que carrega consigo a inquietude da inveja e a voracidade da ambição, sempre buscando ser o melhor em todas as áreas da vida.
Desde os primórdios de minha existência, cultivei a ânsia por alcançar a excelência e ser aclamado por todos. Contudo, quando outra pessoa supera minhas conquistas, sinto minha alma corroer-se pelo pecado da inveja, que me perturba profundamente, ainda que um sorriso falso se manifeste em meus lábios.
Apesar dessas características infelizes que carrego, guardo em meu íntimo um sonho que ilumina meus dias e me faz perseverar:
Eu sou um escritor sonhador, alguém que vive imerso em um mundo de palavras, histórias e personagens que só existem em minha mente. Anseio por ser reconhecido, por ver meus escritos ganhando vida nas páginas de um livro, mas ao mesmo tempo sinto um medo avassalador da exposição, da possibilidade de não ser compreendido e apreciado.
Por isso, me escondo atrás da tela do computador, criando e recriando universos que só eu conheço, esperando pacientemente o momento em que minhas palavras serão descobertas e apreciadas pelo mundo. Cada frase, cada linha escrita é um pedaço de mim, uma parte do meu ser que deseja ser compartilhada com os outros.
Tenho medo da rejeição, do fracasso e certamente isso me trouxe a este fim de mundo que estou no momento, mas ao mesmo tempo tenho uma imensa vontade de ser lido, de ver meu trabalho reverberando na mente e no coração daqueles que o lerem. Sonho com o dia em que serei reconhecido como um grande escritor, cujas ideias e emoções transbordam das páginas dos livros e tocam a alma dos leitores.
Enquanto isso, continuo a escrever, a me expressar através das palavras que fluem de mim de forma natural e pulsante, me mantendo atrás da tela, essa que me esconde daqueles que me procuram como se eu fosse um monstro.
Recentemente meu perfil foi descoberto, meu lugar seguro foi mostrado para aqueles que tomava coragem para me assumir, os meus pais. Fui expulso de casa, jogado na rua como se fosse apenas um saco de lixo.
No momento estou indo para um lugar que futuramente terei paz, me deitarei na minha cama sem me arrepender de meus sonhos e sem ter vergonha daquilo que sou. Não desistirei dos meus livros e quando finalmente tiver oportunidade para postar, estarei lançando novos capítulos.
Agradeço pela compreensão,
[Nome].
[...]
Após publicar o aviso, eu fechei o notebook e dirigi o olhar para a janela do carro observando as formas passarem lentamente à medida que o veículo se deslocava pela estrada. Um suspiro baixo deixou os lábios e voltei a guardar novamente o meu aparelho dentro da mochila.
Querendo ou não, ainda sentia uma dor em meu peito, não era tão forte como antes, quando escutei aquelas palavras, ameaças e pragas jogadas em mim. Me feriram como álcool em minhas feridas mais profundas e após uma enchurrada de merdas em minha vida, finalmente havia um pouco de sorte. Graças a ajuda de uma amiga, consegui chegar nesse finalzinho de mundo e no momento estava sendo levado em direção ao meu novo emprego.
Não seria algo muito difícil, afinal era cuidar de uma criança. Uma grande parte é atentada, mas também há as quietas, que me fazem repensar sobre minha vida e que talvez sejam um incentivo de adotar um.
Fui arrancado de meus pensamentos quando escutei batendo na janela, foquei meus olhos e pude ver o senhorzinho me olhando com um sorriso simpático nos lábios.
— Desculpe senhor. Eu não sabia como chamar sua atenção, te chamei e infelizmente não escutou. — Ele abaixou o banco do carro e eu desci do automóvel tendo minha bolsa em mãos. — Os Heelshire tiveram que sair e pediram desculpas, e pediram para esperar na sala de estar, levei sua outra bolsa para dentro.
— Parece que saiu de um livros — Comentei enquanto olhei a belíssima mansão antiga, era linda e devidamente sombria. Parecia que saiu diretamente de um conto de terror ou de vampiros. Foquei meus olhos na minha mochila desgastada e quando abri o zíper escutei as palavras.
— Não se preocupe, os Heelshire já cuidaram disso. — Ele falou e me virei para olhá-lo.
— Oh… entendo, então tudo bem. — acenei novamente dando um sorriso para o senhor — Agradeço por me acordar e por me trazer aqui.
Assim que me despedi comecei a caminhar até a enorme mansão tendo em mãos minha mochila. Estava abismado, totalmente apaixonado pelo local que iria trabalhar, mas no momento que empurrei a porta e pisei dentro do local, me senti observado.
Olhei para dentro da casa, os móveis antigos mas bem cuidados, a mansão era linda. A decoração clássica e elegante me encantou, cada detalhe parecia ter sido pensado com muito cuidado. Fiquei impressionada com a beleza e a grandiosidade daquele lugar, me sentindo-me privilegiado por ter a oportunidade de conhecer aquela bela mansão.
Pude ver minha bolsa em cima de uma poltrona e tudo que fiz foi colocar a mochila junto a bolsa, tirar meus tênis para não sujar nada na bela casa e comecei a caminhar casa adentro. Era como se tivesse sido transportada para outra época, onde o luxo e a sofisticação eram abundantes. A sensação de estar em um lugar tão imponente me deixou apaixonado, e me senti grato por ter a chance de explorar cada canto daquela casa.
Quando percebi que estava andando para mais fundo na casa, voltei para onde estavam minhas malas, pois as palavras do senhorzinho vieram em minha mente. Eu sabia que não deveria me afastar do que era familiar e seguro, e suas palavras me lembraram disso. Decidi voltar ao meu ponto de partida.
— Ooi?
Quando menos percebi já tinha saltado para um bom espaço de distância daquele ser. Era um homem jovem, estranho por assim dizer.
— Prazer, eu sou Malcolm, você deve ser “a nova babá” certo? — Ele perguntou fazendo aspas com as mãos. Acenei positivamente.
— Sim, sou [Nome].
— Eu sou o garoto da entrega, quer conversar na cozinha? Eu vou guardando as compras e enquanto esperamos os Heelshire?
Não vi motivos para negar tal proposta, então concordei e o mesmo guiou o caminho até a área até então desconhecida por mim.
[...]
Como um piscar de olhos, o tempo passou até com rapidez, conversamos enquanto lentamente guardei algumas coisas me lembrando de onde deveria colocar tal coisa. Infelizmente aquela sensação de está sendo observado não passou. Por mais que Malcolm estava comigo, eu podia sentir que não era ele.
E sem mesmo perceber a senhora tinha chegado e agora estava na sala conversando com a Heelshire.
— Você deve ser o cuidador. — A elegante velhinha falou comigo, seu tom era bastante sério e sua face estava dura. Ela me analisava, me observava de cima a baixo como se estivesse olhando algum tipo de ralé.
Não posso culpá-la, uma mulher rica e elegante frente a frente com alguém como eu. Roupas desgastadas, cabelos arrepiados, olheiras fundas e não posso negar que é bem provável que esteja pálido, já que não tenho uma refeição minimamente aceitável desde que fui expulso.
— Sim, sou [Nome].
A velhinha me levou para conhecer a casa - e ignorei totalmente o fato que estava fingindo não conhecer uma boa parte do térreo - quanto mais ela mostrava mais eu ficava encantado, a casa era realmente bela e encantadora.
— E seu filho? Onde está? — Questionei enquanto subimos a escada de madeira.
— Brahms está lá em cima, vamos apresentar você para ele. — ela disse me guiando. Assim que adentramos a sala, o velho senhor Heelshire saí da frente da poltrona e me permite ver o boneco. Tendo conhecido Malcolm alguns minutos antes do encontro, sua maneira de falar sobre o garoto dizia pelo menos que havia algo estranho nele, então já estava preparado para manter uma cara séria.
— Pelo visto você conheceu o famoso Brahms. — Malcolm fala sorridente e se aproxima.
— Ele é adorável.
— Claro que é, não é mesmo garotão? Trate eles bem, ambos vieram de longe pra conhecer você. — Ele comprimenta o boneco de cerâmica, se despede e depois saí.
Eu caminho até ele, me abaixei e o comprimento.
— Olá Brahms! É um prazer te conhecer! Espero que possamos ser bons amigos. — Pego a mão do boneco e o comprimento, depois me afasto.
Depois de conversar a sós com Brahms, eles me ensinaram o necessário e partiram, agarrando as malas e sumindo pelos portões da casa.
[...]
Brahms estava observando-o novamente através das paredes. Essa ação normalmente nunca o fazia se sentir sujo, mas... isso acontecia porque ele era diferente. Tudo nele era diferente. Ele tratava o boneco dele com muito cuidado e a comida que o homem fazia para ele era muito melhor do que a que sua mãe fazia para ele há anos.
Observar aquele belo ser sair do chuveiro e caminhar pelo quarto vestido apenas com uma toalha. Brahms ficou tenso, os olhos concentrados em cada movimento do dono dos fios [claros/escuros]. A maneira como seus pés descalços pisavam no carpete. Seu cabelo úmido caindo em mechas pelas costas. A curva de seus ombros nus e o rubor em seu rosto e peito. Ele é... lindo. O pobre Brahms nunca tinha visto alguém tão bonito antes.
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loveandife · 1 year ago
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“A vida é como um processo, cheia de transformações e ciclos, ela é como as estações do ano. Há momentos que enfrentamos dias ensolarados, há momentos que enfrentamos dias tempestuosos. Assim como o sol vem para todos, assim acontece com a chuva, porém devemos estamos preparados para os dias rudes. Diz a bíblia que há tempo para tudo, mas vivemos em um ritmo frenético e não percebemos a nossa condição e mergulhamos na fadiga espiritual ou na mais profunda depressão. Então vêm os dias maus, dias de tristezas, dias de grandes lutas. E quando esses dias baterem na porta do nosso coração é importante buscamos abrigo em um lugar seguro que é a presença de Deus. Os dias maus, as dificuldades se olhamos com os olhos da fé pode nos servir como degraus para crescemos espiritualmente, porque é nesse tempo que mais buscamos a face do SENHOR e Ele não negará a nossa busca e virá ao nosso socorro. Mas o que vem a ser o DIA MAU que tantos temem? Para muitos o dia mau, é um dia de luta, um dia de frustrações e perplexidades, um dia em que o inesperado acontece. Mas, o dia mau, vai muito além de uma luta natural, do dia-a-dia. O dia mau, é a prova da nossa fé. Quando ele chega, precisamos resistir em nossa fé em Cristo, honrando-o até o fim. Há pessoas que os seus dias maus será uma dor forte de cabeça, uma perda de um familiar ou um amor intenso, talvez bicho de estimação. Ou até mesmo um dia lutando contra os seus próprios pensamentos. É certo amigos, que dias maus sempre vão existir! Mais será que o dia “MAU” é tão ruim quanto pensamos? Cada pessoa tem sua conclusão de dias maus O que nunca devemos esquecer é que, mesmo quando passamos por um período muito difícil, podemos decidir qual será a nossa atitude, positiva ou negativa, perante uma determinada situação. É útil saber que é normal sentir-se preso e não saber que direção tomar diante de uma escolha ou de uma situação difícil, mas dar o primeiro passo é essencial, e ter consciência da situação em todos os seus aspectos, aceitando-a como ela é, isso é fundamental para enfrentá-la. Medo, desespero, estresse, falta de paciência são os fatores de não encontrarmos soluções para dias maus. Você de fato irá passar por esses dias, mais não se desespere tudo há uma solução, para Deus o impossível torna-se possível e não queira questionar sobre isso, apenas aceite os dias difíceis. Porque um dia difícil é como um dia em escuridão, existe ausência de luz, saiba iluminar nos dias das angústias e sofrimento e se apegue com Deus. Quando teus dias forem difíceis, clame ao nome do SENHOR e permita Ele segurar e te guiar para dias melhores.”
— Fred A. Lima
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cartasparaviolet · 9 months ago
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Eu sonhava em ser livre, mas quem sonha ainda não alcançou. Esqueci que a liberdade reside em mim, é um aspecto natural de nossa essência. Em termos de cocriação, é preciso ser para ter. Senti-me, então, como um pássaro de asas renovadas voando pleno sob o céu azul. A tão almejada soberania flutuando pelos quatro cantos de um mundo particular. E algo em minha estrutura notou a força dessa mudança.
@cartasparaviolet
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editorialtazadegato · 22 days ago
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¿Quién ríe ahora?[One-shot] [post-canon]
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Post-canon, angst, venganza, violencia, tortura, Agatha!fantasma, Lady Death. Darkfic (el último que hago antes de pasar a la programación habitual!)
No se hace enojar a Lady Death. Sólo un idiota lo haría, un idiota y Agatha Harkness.
"Adivina qué, Agatha. Tenías razón, yo no tengo corazón. ¿ves?"
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La muerte había abandonado el nombre Rio. Lo dejó hace siglos, muchos siglos. Lo perdió como el lado humano que había desarrollado y también como su negro corazón, al cual pudo ver hacerse trizas dentro de ella. Los restos, como cenizas semitransparentes, se fueron con el viento para desaparecer completamente y para siempre.
A partir de ese momento, la muerte no se enfocó en absolutamente nada más que su trabajo. Los cuerpos. Las almas que necesitaban ser atendidas con urgencia. Cada vez llegaban más, una después de otra, y aquello la mantenía ocupada realizando viaje tras viaje, transportándose hacia distintos lugares de la tierra a presenciar los momentos finales de cada ser viviente. Continuó haciendo visitas a Italia, Brasil, México, Francia, Rusia, Bolivia, a todos los países y ciudades del mundo para tomar los cuerpos, hacer que sus almas crucen la puerta al más allá, tomarse un par de minutos y volver a lo mismo.
Jamás volvió a mostrar su forma humana. Ni siquiera para guiar a las almas de niños, su forma original se volvió su uniforme diario y ya no necesitaba aquel cuerpo humano que no le trajo más que dolor y miseria. La muerte desearía poder tirarlo a un bote de basura en la tierra y quemarlo, pero tenía mucho trabajo que hacer.
Olvidó la piedad, la consideración, la empatía.
"De todos modos tampoco es que todos los humanos la posean, al diablo con eso"
Repetía para ella misma, porque, sin las almas, la muerte se pasaba los días sola y habían días en los cuales ni siquiera escuchaba su propia voz. Se había vuelto un ser de aspecto aterrador, digna de las peores pesadillas, pero no le importaba lo que la sucia raza humana piense, ni lo que desee. Ya cometió ese error una sola vez y se juró a sí misma no volver a caer bajo la trampa de cualquier insignificante ser viviente. Se volvieron poco menos que ganado.
"Soy el orden natural de las cosas" se repetía constantemente.
Le tocó ir de nuevo a los Estados Unidos, la muerte le guardaba un poco de fastidio al país y mucho más si se trataba de Salem, Massachusetts. Después de hacer una visita a Los Ángeles para esperar a que una mujer madura y ebria se vuele la cabeza de un balazo, apretó los puños y fue a Salem igual, desapareciendo en una niebla negra para volver a un lugar que conocía muy bien.
No podía ser ella. No justamente ella. ¿Qué clase de tortura cósmica era todo esto? Esa forma fantasmal, el cabello blanco y largo y el vestido, el aura púrpura, y la sonrisa triunfante que la hizo enfurecer.
"No esta malnacida de nuevo"
Agatha Harkness, el fantasma, flotaba con animosidad justo a unos pasos. Jugaba a atravesar cosas y un ave pequeña.
La última vez que se vieron fue en el llamado sendero de las brujas, siglos atrás. Aquel último encuentro la dejó destrozada desde entonces, aborreciendo a la mujer y haciendo intentos desesperados de quitarla de sus recuerdos con una carga enorme de trabajo duro. El único motivo por el cual Agatha pudo haberla llamado era irse como correspondía y estar lista para ver a su hijo.
"NO" pensó la muerte. "Me NIEGO a llevarme a esto. ¡NO!" Deseó irse, pero al parecer Agatha Harkness había decidido que su trabajo estaba terminado y, así como si nada, deseó irse a ver al niño. Siempre hacía lo que quería, sólo pedía las cosas y exigía ser atendida. No lo tendría esta vez, la muerte le cumplió su último deseo la última vez y se juró a sí misma no volver a ser un tapete. No más deseos, ni contemplaciones.
Deseó gritar y destruir todo a su paso, no pudo evitarlo y todos los árboles a su alrededor murieron, cayeron, las plantas se iban secando y el fantasma se aproximó observándola detenidamente.
La muerte tenía puesta la capa negra encima que jamás se quitó. Cogió su daga y apretó fuertemente el mango, algo le sucedía y no se explicaba bien qué era. Su corazón negro ya no estaba, no podía explicar ese arranque de ira.
"Cuánto tiempo" Dijo Agatha Harkness observando a la muerte con curiosidad y sin tener respuesta alguna.
Silencio.
"No pensé que llegaría a decir esto pero ya no es tan terrible verte" la voz fantasmal de Agatha hacía eco, y la muerte no dijo una palabra de nuevo. Sólo mostró la daga.
"Oh, ¡vamos! han pasado siglos. Muestra tu otra forma" Agatha sonreía maliciosamente y extendió la mano hacia su hombro, tratando de invadir su espacio personal pero la atravesó. "Yo sé que quieres" Agatha siempre se la pasaba dando órdenes y comportarse como si estuviese en un hotel de lujo a donde vaya.
Silencio.
"¿Vas a continuar haciendo este teatro? No te deja bien parada en tu trabajo, ¿o me equivoco? ¿Puedo hablar con tu supervisor? La señora Rio Vidal..." Agatha empezó a usar su clásico sarcasmo como lo hacía en vida, gastando bromas pesadas hasta que la muerte la interrumpió.
"Rio se ha ido. Soy la muerte"
Agatha se burló y siguió flotando en círculos alrededor de ella.
"Lo dices como si no lo supiera, pero te recuerdo querida que Rio también es tu nombre y es más fácil para mí decirlo así, y menos problemático para Marvel Studios y Disney, por supuesto..."
"Sólo dirígete a mí como corresponde, además ¿qué diablos haces tú aquí? Me haces perder el tiempo. ¿Vas a marcharte o no?"
"Cumplí mi misión, el trabajo no resuelto. Es tu tema ¿no? Tú ves y sabes esas cosas, es tu área. El asunto es que acabé y deseo..." Agatha hizo una corta pausa, reacomodando sus ideas. "...y deseo verlo. Tú sabias que en cualquier momento yo querría ir" Agatha fantasma se cruzó de brazos y miró fijamente al cráneo que la muerte mostraba por cara. Por una parte odiaba hacer lo que Agatha deseaba, pero otra parte de ella encontró en la acción un motivo para fastidiarla.
"Fui una guía espiritual. Conduje a Billy y a su hermano hacia donde debían ir. Volví a morir, volví a ser un fantasma porque al parecer alguien no quiso tomar mi alma" dijo Agatha en tono acusatorio. "Pero creo que es tiempo de irnos. No me sentía preparada pero ahora sí. Llévame con él." Ordenó.
Si la muerte mostrase un rostro humano, hubiese puesto los ojos en blanco.
"¿Alguien no quiso tomar tu alma? Por favor, Agatha. No seas ridícula. ¿Quién fue la que me hizo prometer que no volvería a mostrar mi cara? Es más..." la muerte hizo una pausa "tú rompiste el pacto que hicimos y lo último que hice por ti fue respetar lo que deseabas, incluso cuando no merecías nada más proveniente de mí. No haré más por ti"
"Pero debes hacerlo, es lo que siempre haces. Además, rompí el trato que hicimos" Dijo Agatha, en tono desafiante. "Así que muestra tu otra forma, con esta no me dan ganas de tener una conversación"
"¿Y qué si esta vez hago una excepción?" La muerte empezó a jugar con su daga pasando los dedos por la hoja mientras hablaba "y si ahora decido romper las reglas por mí y no llevarte a ningún lado porque no lo mereces?" Dijo calmadamente. "Si, es mi trabajo...pero así como cometí el error más estúpido de darte seis años con tu hijo, hoy puedo decir no, paso."
La sonrisa pícara de Agatha se fue desvaneciendo, y la fantasma frunció el ceño.
"No serías tan cruel. No te creo capaz"
"¿Ah, si?" Respondió la muerte en un tono burlesco. "Adivina qué, Agatha. Tenías razón, yo no tengo corazón. ¿ves?"
La muerte se quitó la capa mostrando una figura femenina casi esquelética, el traje tenía aspecto gastado, pero lo que horrorizó a Agatha al punto de atravesar su rostro con su mano transparente fue el enorme agujero en el medio del área del pecho. Parecía como si alguien hubiese sacado el corazón violentamente y hubiese dejado así el cuerpo. La piel se secó, dejando una espantosa vista que la muerte mostraba con orgullo, como si de un emblema se tratase.
"Nada me detiene de no llevarte a ningún lado y hacer que te la pases por aquí vagando y flotando como estúpida el resto de la eternidad. Simplemente dejarte aquí, sin que conozcas la paz, sin darte la posibilidad de que tu mugrienta alma reencarne. Si no fuera por la enorme carga de trabajo que tengo en estos momentos me quedaría a ver cómo entras en crisis y suplicas pero ya no eres importante" dijo la muerte, volviendo a jugar con su daga.
"¿Sabes? Antes te quería en el más allá, con nosotros, y me preguntaba por qué te negabas a ir...pero cambié de idea el momento en el cual te moriste por primera vez. Lo mejor de todo es que esto no afecta el balance, así que yo gano, y tú te quedas atascada aquí y ni siquiera la familia con la cual estás asociada te va a poder ayudar, esto va más allá de cualquier tipo de magia"
La sonrisa pícara que Agatha tenía al inicio se esfumó totalmente. Incluso, la forma cómo flotaba indicaba que estaba realmente asustada. El miedo podía verse en su rostro semitransparente.
"¿Y si quiero irme?"
"Decidiste ser fantasma, Agatha, lo hiciste para deshacerte de mí y lo hiciste porque SABÍAS que yo respetaría tu deseo incuso al morir, cosa que hago así no lo merezcas. Lo habrás planeado todo pero ahora yo decido si te vas o no. Así como escuchaste" La muerte disfrutaba al ver a Agatha lucir confundida y alterada.
"Pero espera..." Dijo Agatha. "No puedes hacerme eso, ¡tú me amas!" Exclamó Agatha señalando a la muerte con el dedo y la mirada fija en los orificios que tenía por ojos. "Yo sé que aún me amas"
"¿Quién dice? ¿Tú?" Contestó la muerte en un tono burlón. "Eso fue hace tiempo. Lo que quedó de esos sentimientos se fue contigo y esa escena melodramática que hiciste antes de morir. No te amo más, Agatha. Eso sí, reconozco lo buena actriz que eres, ¿Dónde está tu Emmy? a mejor actriz de serie dramática"
Agatha sólo flotaba, confundida y sin saber qué responder, sus palabras parecían quedarse atascadas.
"Pobre Agatha Harkness...por fin quiere reunirse con el pequeño Nicky...pero no tomó en cuenta que fue un pedazo de mierda en vida. Falló la estrategia está vez, Agatha"
"Primera vida" contestó Agatha. "En la segunda salvé a Billy, ayudé a esos chicos, ayudé a Jen, entendi que Nicky debía irse...y lo quería conversar contigo ¿eso no cuenta?" Agatha sonaba irritada, tenía los labios fruncidos y los brazos cruzados, sólo quedó suspendida a un metro del suelo.
"¿Y eso qué? No vas porque yo lo decido" Dijo la muerte. "No me interesa si salvaste a la humanidad, así como pude romper las reglas por ti, también lo puedo hacer contra ti. Ahora si me disculpas, tengo trabajo real que hacer, y otra cosa más..." hizo otra corta pausa.
"...no vuelvas...a mostrar...tu cara"
Dijo la muerte dándose la vuelta y a punto de desaparecer entre más niebla negra.
"Te seguiré llamando hasta que lo hagas" Dijo Agatha, muy confiada y cruzada de brazos. "No voy a parar" Agatha ya sonaba muy alterada.
"Suerte con eso, Agatha. No atiendo a más fantasmas varados en la tierra por siglos, nueva política de la empresa. Yo me buscaría un pasatiempo"
"¡RIO!" Gritó Agatha, todas las plantas alrededor de ambas entidades se habían marchitado. "¡...Por favor, mi amor, quiero ir, quiero verlo!"
Antes de desaparecer, la muerte se detuvo y volteó por un segundo.
"No esta vez, Agatha, lección aprendida, no meterse con la muerte, ¡Es una mala, muy muy mala idea! No se usa a la muerte, no se traiciona a la muerte"
Se retiró entre risas, desapareciendo, dejando un gesto con la mano mostrando el dedo medio al irse y dejando a Agatha Harkness dando un grito tan desgarrador que pudo haber espantado a las criaturas que vivían en ese bosque si no se hubieran muerto con las plantas ya marchitas.
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