#sombras de ojos a prueba de agua
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"What if... (He survives)?"
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[But... She* dies] | [👑♥️/🌷💜]
Cuando Aely reveló que el Rey Sombra humilló a un arcangel ante el cielo y los celestiales, tuve una idea. Cómo la tarea de Teddy era acabar con los monstruos pensé "¿Y si está tarea se la asignaron a TD por qué el Rey Sombra se negó a cumplir ese trabajo años atras?"
Este "What if" está inspirado en un escenario dónde en lugar de que muera el Rey Sombra a manos de Zalgo y Sonic.Exe, quien muere es *su esposa. Con la cicatriz de su ataque, su irá, rencor y resentimiento, el Rey Sombra adopta su papel como cazador de monstruos e incluso ayuda a TD para que también cumpla con ese papel adecuadamente. DESGRACIADAMENTE...
Axotlan, y sus habitantes (a ojos del Rey Sombra) entraban en la categoría de monstruos e invadieron el lugar para acabar con todos. Usando a Magne como prueba y ejemplo para Caos, para enseñarle como se supone que debe actuar un Rey.
Ajolote significa: Monstruo/Demonio de Agua
Esta de sobra decir que *Magne y los demás Axolotes se sintieron traicionados, pues 15* años atras los habían recibido con los brazos abiertos y ahora eran traicionados por uno de sus huéspedes:
El Rey Sombra.
#Creepyzone#creepyzone au#Axotlan#creepypasta#creepypastas#Caos#Rey Sombra#oc#Magne#original character#my comic#artists on tumblr#my art#art#aely artist#what if...?
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El Valle Del Sol y La Luna...(Cuento)
En un tiempo remoto, existía una aldea rodeada de montañas, frondosos bosques y riachuelos cristalinos. Sus habitantes vivían en armonía con la naturaleza, dedicándose a la agricultura y la artesanía. Entre ellos destacaba una pareja, Luna y Sol, nombres predichos por una anciana vidente al momento de su nacimiento. Luna poseía una belleza serena; su cabello rubio ondulado reflejaba los tonos plateados de la noche y sus ojos destellaban con la sabiduría de las estrellas. Sol, por su parte, emanaba una calidez única, su mirada ambarina y su sonrisa franca podían iluminar incluso la más oscura caverna.
A pesar de sus diferencias, o quizás debido a ellas, el amor que compartían era tan evidente como el ciclo del amanecer y el atardecer. Una tarde, cuando el cielo comenzaba a pintarse con las pinceladas del crepúsculo, el anciano del pueblo les contó sobre un valle místico, un lugar sagrado donde, según cuentan, el sol y la luna podían encontrarse en un espectáculo de eterna belleza.
-El camino es arduo y está oculto a la vista del común de los mortales, advirtió con voz temblorosa.
Los jóvenes, impulsados por la promesa de semejante maravilla y la aventura que significaba la búsqueda, decidieron emprender la jornada al amanecer siguiente. Prepararon víveres y enseres, y bajo la atenta mirada de sus convecinos, se adentraron en el bosque que custodiaba los secretos del valle.
Los primeros días de su viaje estuvieron llenos de descubrimientos y alegría. Pájaros de colores imposibles cantaban melodías que parecían bendecir su camino, y las criaturas del bosque les mostraban sendas ocultas entre la maleza. Luna y Sol se deleitaban con los sonidos tranquilos de la naturaleza, y cada noche, antes de dormir, compartían historias e ilusiones bajo el manto estrellado.
Conforme avanzaban, el paisaje cambiaba y el sendero se volvía más escabroso. Las risas se tornaron en silencio, la vía en estrechez y las certezas en dudas. Los desafíos afloraban frecuentemente, un día cruzaron un río cuyas aguas parecían danzar caprichosamente evitando que los enamorados tocaran su superficie.
-Debemos usar la lógica de las piedras y la gracia de las hojas, sugirió Luna al contemplar cómo una hoja caía, deslizándose con elegancia sobre el agua.
Tomando ese conocimiento, lograron cruzar, poniendo en práctica la paciencia y la observación en cada paso que daban. Las noches se hicieron más frías y una sombra de inquietud se acrecentó cuando atravesaron una espesa niebla.
-Pareciera que el bosque nos pone a prueba, comentó Sol quien, a pesar de su nombre, sentía el peso de la oscuridad.
-Pero no olvides, mi querido Sol, que incluso la noche más oscura se rinde ante la promesa del amanecer, respondió Luna, apoyándose en la esperanza que su amor les brindaba.
Pronto, la niebla se disipó, revelando estrellas que parecían guiñarles cálidamente. A medida que se adentraban cada vez más en lo desconocido, los rumores del viento les hablaban de criaturas encantadas y guardianes invisibles que velaban por las maravillas del valle. Y en una encrucijada, se encontraron con una criatura de aspecto etéreo, con alas tan livianas que su aleteo apenas susurraba.
-Yo soy el Guardián del Umbral, y les advierto que el camino hacia el valle donde el sol y la luna se encuentran está lleno de pruebas aún mayores, dijo la criatura con voz melodiosa.
-¿Qué clase de pruebas?, preguntó Luna con cautela.
-El viaje hacia el interior, hacia su propio corazón. Solo aquellos cuyo amor es puro y firme pueden cruzar el umbral, explicó el guardián, señalando una senda velada por una cortina de luminiscencia.
El primer desafío planteado por el Guardián fue el de la Confianza. Un puente colgante, frágil como la tela de una araña, cruzaba un abismo de sombras.
-Uno debe guiar al otro con los ojos vendados, confiando plenamente en su amor, dijo el ser alado, y así lo hicieron.
Con cada palabra de aliento de Sol, Luna cruzó segura. Luego, con la guía de Luna, Sol atravesó, superando la incertidumbre con la solidaridad de su vínculo.
El siguiente reto era el de la Comunicación. Un laberinto de espejos los rodeó, cada reflejo mostraba una perspectiva diferente de sus propias almas.
-Hablen con sinceridad, compartan sus miedos y juntos hallarán la salida, sugirió el Guardián. Así lo hicieron, y en cada reflejo, encontraron partes de sí mismos y de su pareja que solo el amor verdadero podría aceptar y comprender.
El último desafío era el de la Entrega. Llegaron a una sala con dos pedestales y una antigua inscripción: "Aquel que entrega su más preciado tesoro encontrará el camino al valle". Luna y Sol, sin dudarlo, colocaron en los pedestales sus propias creaciones: un amuleto tejido por Luna durante las noches de meditación y una melodía compuesta por Sol que resonaba como el abrazo del día. Al hacerlo, la sala se llenó de una luz dorada y plateada, y el Guardián asintió con aprobación.
-Han demostrado que su amor puede superar la oscuridad, la duda y el egoísmo. El valle les espera, anunció con beneplácito. El camino que se reveló ante ellos desembocó en un valle resplandeciente, donde el firmamento besaba la tierra y las flores brillaban con luz propia.
-Es más hermoso de lo que podría haber imaginado, susurró Luna, embelesada. Sol la abrazó, y juntos, contemplaron el fenómeno mágico: el sol y la luna, entrelazándose en el cielo, creando un eclipse perpetuo que iluminaba el lugar.
En ese valle pasaron la noche, bañados por la luz de la unión celestial. Descubrieron que la leyenda era cierta no solo en su espectáculo sino en su esencia; el sol y la luna, diferentes pero complementarios, eran el reflejo de su propio amor.
Al amanecer, con el corazón lleno de paz y la certeza de que su viaje había fortalecido su unión, Luna y Sol emprendieron el regreso a su aldea. La noticia de su éxito se esparció como un reguero de luz, y se convirtieron en un símbolo viviente de amor y perseverancia para todos los habitantes.
Años después, volverían al valle muchas veces, descubriendo en cada ocasión nuevos matices de su amor. Y aunque las pruebas del Guardián del Umbral ya no estaban, cada viaje era una oportunidad para reafirmar los lazos que los unían.
La pareja, bajo el influjo de su experiencia, llevaba consigo la serenidad del valle, enseñando a las futuras generaciones que el amor verdadero es una jornada de constantes descubrimientos y reafirmaciones; enseñanza que se perpetuó en la aldea como la más sagrada de las tradiciones.
Moraleja Del Cuento
La moraleja de esta historia, en la que Luna y Sol hicieron frente a pruebas y adversidades, es que el verdadero amor no está exento de desafíos. Sin embargo, cuando se enfrentan juntos, con confianza, comunicación y entrega, pueden superar cualquier obstáculo y encontrar bellezas inimaginables en su camino. El amor es un viaje que no se mide en distancia, sino...Sigue leyendo esta preciosa historia y descubre el final, aquí https://www.elrinconderovica.com/el-valle-del-sol-y-la-luna-cuento/
Abraham Cuentacuentos.
Rovica.
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RADLN 72
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Capítulo 72 "Pero todavía estoy muy feliz de haber sido elegido". Yan Xie cepilló suavemente el cabello de Jiang Ting con las yemas de los dedos. Las pestañas de Jiang Ting revolotearon y se despertó aturdido. "... Has vuelto, ¿ya comiste?" Jiang Ting luchó por levantarse pero Yan Xie lo presionó: "Duermes". Se levantó y fue a calentar la sopa. Después de que sonó el microondas, salió un cálido y rico olor a caldo. Yan Xie no comía arroz, solo bebía sopa y comía carne. La carne de perdiz salvaje guisada estaba muy tierna y dulce, y la sopa con fauces de pescado también muy espesa y melosa. Se eliminó la capa de aceite de la superficie. Aunque afuera no era una noche de invierno y el clima no era frío, este enorme plato de sopa caliente con carne y hierbas fue suficiente para calmar a una persona desde el estómago hasta el corazón. "¿Por qué volviste tan tarde?" Jiang Ting estaba acostado en el sofá, tapándose los ojos con los brazos y había una profunda somnolencia en su voz. Yan Xie sostuvo un pequeño trozo de carne con hueso. Explicó los detalles del caso y agregó: “Se ha emitido un aviso de auxilio a la policía de tránsito en todos los niveles, y en cualquier momento puede haber un reporte. Tengo que volver a la oficina de la ciudad al amanecer”. Las luces al costado del sofá se habían encendido al mínimo, pero todavía era un poco inquietante. Jiang Ting extendió la mano, buscó a tientas varias veces y sacó una almohada en lo profundo del sofá (la señora Zeng Cuicui había pedido innumerables almohadas y Yan Xie tenía al menos diez apiladas en el sofá), cubriéndose la cara con la almohada. En seguida. Yan Xie resopló. Pero antes de que pudiera hacer una broma, escuchó a Jiang Ting decir: "Es decir, ¿el grupo de personas que mataron a Li Yuxin en el condado de Jiangyang probablemente fue instigado por Wang Xingye?" Las palabras originales de Yan Xie fueron firmemente bloqueadas por él: “Sí, la posibilidad es muy alta. Los secuestradores que Li Yuxin conoció en el lugar de ejecución vestían túnicas y máscaras negras, y era difícil identificar sus rasgos físicos. Pero es posible que haya visto el rostro de Wang Xingye a través de su madre biológica, que consumía drogas. Si hubiera venido a Jianning y hubiera visto a este "tío" de Bu Wei, definitivamente habría notado algo anormal, por lo que Wang Xingye debió haberla silenciado. Además, ¿cómo supo Wang Xingye que habíamos encontrado la pista sobre Li Yuxin, así como el método que usaron para matar? Estas dudas no pueden explicarse por el momento. Le pedí a la gente que realizara una investigación exhaustiva del flujo de capital y las relaciones sociales de Wang Xingye”. Jiang Ting guardó silencio debajo de la almohada durante un rato y luego murmuró: "... pero no hay ninguna razón". "¿Sin razón para qué?" “¿Por qué quería matarme?” Los palillos de Yan Xie se detuvieron por un momento. —Sí, Fan Si. Pero luego inmediatamente tomó una fruta de níspero en la sopa como si nada hubiera pasado: "¿No dijiste que Fan Si y la banda de asesinos en el condado de Jiangyang probablemente no fueron asignados por el mismo empleador?" "Lo dije casualmente y lo creíste". “¿Entonces admites que no dijiste la verdad en ese momento?” Jiang Ting levantó la almohada para abrir una rendija y miró a Yan Xie a través de ella: "Si tienes tan buena memoria, ¿por qué no recuerdas más sobre el caso?" Yan Xie dijo: “¡Oh, todavía puedes responder! Efectivamente, después de entrar a la cámara interior, tu confianza ha aumentado. Cuando me conociste en el KTV de Yang Mei, ¿por qué fuiste tan dócil y de buen comportamiento?” Jiang Ting también se rió: "No seas pomposo, habla correctamente". Yan Xie bebió el último sorbo de sopa y se levantó para lavar los platos. Se lavó las manos, se cepilló los dientes y alzó la voz con el sonido del agua corriendo: "Antes de que Bu Wei confesara, mi sensación de perseguir el viento y agarrarme a las sombras. No pudo usarse como prueba para investigar a Wang Xingye. Hay muy pocas pistas por el momento y no podemos emitir un juicio fiable por el momento. Espere hasta mañana, con la ayuda del equipo técnico y de investigación económica, entregaré todas las cuentas antiguas de Wang Xingye. Entonces podremos saber qué tipo de papel tiene en el cartel de la droga del Rey de Picas y cuánta conexión tiene con Fan Si”. “De todos modos, debes continuar quedándote aquí de manera sensata y con buen comportamiento. Es mejor no salir a caminar solo y debes conducir mi auto si sales”. Yan Xie le estrechó la mano y regresó a la sala de estar, diciendo: “Ya sea que Wang Xingye quiera comprar gente para matarte o no, un personaje de ese nivel no se atrevería a provocarme en Jianning. Otra capa de seguridad no vendría mal”. Jiang Ting se deslizó del sofá y se levantó con un sonido de "oh". Quería volver a la habitación para dormir, pero no esperaba que cuando se levantara, Yan Xie de repente se agachara y lo levantara: "¡Oye!" Como si llevara un saco, Yan Xie cruzó el pasillo desde la sala de estar y lo llevó de regreso al dormitorio principal. Lo arrojó sobre la gran cama con fuerza, cubriendo el cuerpo de Jiang Ting con el suyo. Las luces no estaban encendidas en el dormitorio, solo una tenue luz provenía de la sala de estar. Antes de que Jiang Ting pudiera despertarse de la vertiginosa caída, Yan Xie lo presionó firmemente. En ese momento, parecía una pantera salvaje cálida y digna, su respiración uniforme rociaba el cuello de la bata de baño. "Es media noche..." "Shh". Los dedos de Yan Xie se deslizaron lentamente desde la frente de Jiang Ting hasta las comisuras de sus ojos, los lados de su nariz, sus mejillas y el costado de su cuello. Era como si estuviera representando una obra de arte querida. Usando su tacto para percibirlo y usando su temperatura para adorarlo. Las yemas de sus dedos índice y medio, que llevaron el aliento de viento, escarcha y espada durante muchos años, rodearon cuidadosamente las comisuras de su boca, pero nunca la tocaron realmente. El dormitorio estaba inusualmente tranquilo, como una corriente subterránea turbulenta bajo el agua, pero en la superficie solo se respiraba una respiración entrecortada, que revelaba vagamente algunas pistas. Yan Xie bajó la cabeza para acercarse y preguntó: "¿Puedo besarte?" Jiang Ting no dijo nada. Yan Xie parecía haber contraído algún tipo de enfermedad de caballero en la que debía obtener el consentimiento de la otra parte: "¿Puedo besarte?" "..." "Te lo pregunto, ¿hola?" “……” En la oscuridad a una distancia tan cercana, sus ojos se llenaron el uno del otro. Jiang Ting miró hacia otro lado y finalmente escupió la palabra: "No". Yan Xie dijo inmediatamente: "Entonces me voy". Aunque eso fue lo que dijo, no se fue. Ni siquiera apartó la mirada, como si esperara algo. La temperatura corporal de los dos se quemaba mutuamente, y parecía que incluso el toque de la piel se podía discernir claramente a través de la fina tela. Jiang Ting se movió incómodo, el movimiento fue insignificante, pero Yan Xie lo atrapó de inmediato: "Realmente me voy". Pero él todavía no se movió. "..." Jiang Ting finalmente se rindió y dijo: "Beso..." Antes de que pudiera terminar de hablar, Yan Xie bajó la cabeza y lo besó. Era tan dulce como si lo que acababa de beber no fuera sopa, sino un plato de miel. La noche oscura lo cubrió todo como si todo estuviera permitido. El abismo evocaba una canción seductora, tentando a los peatones a abandonar la helada realidad y caer en una dulce y suave tierra de ensueño, entregándose alegre y diligentemente a ella, hundiéndose más y más. Yan Xie dijo en voz baja: "¿Puedo mostrarte mi fuerte función renal?" "No." Yan Xie movió la mano pero fue atrapado por Jiang Ting, quien dijo hoscamente: "¡No!" El cuerpo de Yan Xie estuvo tenso por un momento. Parecía como si estuviera luchando con su racionalidad que caminaba sobre la cuerda floja. Después de un rato, finalmente dejó escapar un suspiro: "Está bien, si dices que no, entonces no puedo hacerlo". —Fue tan directo y franco que Jiang Ting quedó atónito por un momento. "Puedes hacer lo que quieras", Yan Xie inclinó la cabeza junto a la oreja de Jiang Ting y sonrió con picardía: "Me gustas mucho, por supuesto, quiero que seas feliz". Me gustas tanto. Fue como si una bala de cañón explotara silenciosamente en el vacío, la sangre inundara las extremidades por el corazón que latía violentamente, e incluso sus tímpanos sonaron durante mucho tiempo después del estallido ensordecedor. Jiang Ting no habló y Yan Xie no pidió ninguna respuesta. Estaban tan cerca el uno del otro que la indescriptible intimidad y el afecto aumentaron lentamente a medida que el río oscuro se arremolinaba alrededor del dormitorio. "¿Qué te ríes?" Jiang Ting preguntó de repente en voz baja. “Riéndome de mí mismo. “ “¿Por qué te ríes de ti mismo?” Yan Xie extendió su mano y frotó el cabello de Jiang Ting, luego le pellizcó el lóbulo de la oreja entre los dedos y jugó con él por un rato, antes de decir: "Hoy le dije a esa chica Han Xiaomei que tienes que tener dinero y una carrera para tener confianza, y sólo entonces podrás elegir a la gente en lugar de que la gente te elija a ti. Pero ahora, de repente, siento que incluso si tienes dinero y una carrera y conoces a alguien que te gusta, todavía tienes que esperar obedientemente para que te elijan”. Hizo una pausa y añadió: "Pero todavía estoy muy feliz de haber sido elegido". Yan Xie se levantó con una sonrisa y entró al baño. Después de un rato, se escuchó el sonido del agua de la ducha. Después de perder la temperatura corporal, la mitad de las sábanas se enfriaron gradualmente, pero Jiang Ting no se movió. Sabía que debía levantarse y regresar al dormitorio de al lado, pero no sabía por qué, no tenía motivación. Cada poro de su cuerpo exudaba un aliento perezoso. Simplemente abrió los ojos para mirar la nada arriba, con la mente en blanco. En realidad, esto era muy raro para él. Siempre hubo muchas cosas en su mente en todo momento, lógica intrincada y varias preocupaciones sutiles, como una enorme e invisible partida de ajedrez. Pero ahora Yan Xie limpió por la fuerza el tablero de ajedrez. Era afable y arrogante, grosero e irracional, guapo y con malas intenciones. Cuando reía, las comisuras de su boca parecían tener innumerables espíritus malignos y malos pensamientos, pero cuando se trataba de acciones, era firme y confiable, sin cometer ningún error. Jiang Ting cerró los ojos y en medio de la somnolencia aparecieron innumerables figuras idénticas: sentadas bajo la lámpara de noche en las primeras horas de la mañana para tomar sopa, acercándose al auto en el fondo del río sin dudarlo, un Grand Cherokee con luces intermitentes policiales, luces y exceso de velocidad en el puente y… o incluso hace mucho tiempo, el joven Yan Xie que acababa de retirarse de la escena de acción, que estaba siendo ayudado por algunas personas a salir del auto de comando. Su rostro estaba lleno de sangre y sin rastro de vergüenza, como una espada afilada cuyo aura de muerte aún no había desaparecido. El sonido del agua se detuvo, el colchón se hundió ligeramente y Jiang Ting abrió los ojos. Yan Xie se subió a la cama desde un lado con la cabeza y lo miró. Las gotas de agua en los hermosos músculos de sus hombros aún no se habían secado por completo. "No te vayas", susurró Yan Xie, "déjame abrazarte para que duermas". "..." "Si no objetas durante tres segundos, significa que estás de acuerdo". Antes de que Jiang Ting pudiera decir algo, Yan Xie bajó la cabeza y le plantó un beso largo, persistente y con aroma a pasta de dientes a menta en los labios. Cuando sus labios se separaron, levantó levemente la cabeza, con la luz de las estrellas en sus ojos. Los dos se miraron durante un largo rato. Yan Xie sonrió con voz ronca y dijo: "Estuviste de acuerdo". Se levantó pulcramente de la cama, apagó la luz y cerró la puerta del dormitorio. Las pesadas cortinas de color dorado pálido bloqueaban las luces de la ciudad en esta suave noche, protegiendo cuidadosamente el espacio íntimo y privado. Yan Xie regresó a la cama, acostándose al lado de Jiang Ting. Sacudió la manta del aire acondicionado y se la puso sobre las piernas, luego pasó un brazo alrededor de la cintura de Jiang Ting por detrás. Tan pronto como tocó la almohada, de repente recordó algo, así que levantó la cabeza y besó las patillas de la persona que estaba al lado de la almohada: "Buenas noches". En una noche de verano, el cielo estrellado brilla. Los faros de los coches que circulaban a lo lejos pasaban por los huecos de las cortinas, proyectando un fantasma fugaz en el techo, como un pez agitando la cola en un largo río, pasando como un relámpago una y otra vez. Jiang Ting yacía inmóvil en la gran cama, su nariz estaba llena del aroma de la luz del sol que aún no había sido disipado por la funda de la almohada. La respiración de Yan Xie gradualmente se volvió tranquila y larga, parecía haber caído en un sueño profundo. Abrió los ojos y miró las moléculas de aire que saltaban en la oscuridad y finalmente respondió en voz baja: "Buenas noches". Atrás BL Menú Siguiente Read the full article
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Décima muerte por Villaurrutia
I
¡Qué prueba de la existencia
habrá mayor que la suerte
de estar viviendo sin verte
y muriendo en tu presencia!
Esta lúcida conciencia
de amar a lo nunca visto
y de esperar lo imprevisto;
este caer sin llegar
es la angustia de pensar
que puesto que muero existo.
II
Si en todas partes estás,
en el agua y en la tierra,
en el aire que me encierra
y en el incendio voraz;
y si a todas partes vas
conmigo en el pensamiento,
en el soplo de mi aliento
y en mi sangre confundida,
¿no serás, Muerte, en mi vida,
agua, fuego, polvo y viento?
III
Si tienes manos, que sean
de un tacto sutil y blando,
apenas sensible cuando
anestesiado me crean;
y que tus ojos me vean
sin mirarme, de tal suerte
que nada me desconcierte
ni tu vista ni tu roce,
para no sentir un goce
ni un dolor contigo, Muerte.
IV
Por caminos ignorados,
por hendiduras secretas,
por las misteriosas vetas
de troncos recién cortados,
te ven mis ojos cerrados
entrar en mi alcoba oscura
a convertir mi envoltura
opaca, febril, cambiante,
en materia de diamante
luminosa, eterna y pura.
V
No duermo para que al verte
llegar lenta y apagada,
para que al oír pausada
tu voz que silencios vierte,
para que al tocar la nada
que envuelve tu cuerpo yerto,
para que a tu olor desierto
pueda, sin sombra de sueño,
saber que de ti me adueño,
sentir que muero despierto.
VI
La aguja del instantero
recorrerá su cuadrante,
todo cabrá en un instante
del espacio verdadero
que, ancho, profundo y señero,
será elástico a tu paso
de modo que el tiempo cierto
prolongará nuestro abrazo
y será posible, acaso,
vivir después de haber muerto.
VII
En el roce, en el contacto,
en la inefable delicia
de la suprema caricia
que desemboca en el acto,
hay el misterioso pacto
del espasmo delirante
en que un cielo alucinante
y un infierno de agonía
se funden cuando eres mía
y soy tuyo en un instante.
VIII
¡Hasta en la ausencia estás viva!
Porque te encuentro en el hueco
de una forma y en el eco
de una nota fugitiva;
porque en mi propia saliva
fundes tu sabor sombrío,
y a cambio de lo que es mío
me dejas sólo el temor
de hallar hasta en el sabor
la presencia del vacío.
IX
Si te llevo en mí prendida
y te acaricio y escondo;
si te alimento en el fondo
de mi más secreta herida;
si mi muerte te da vida
y goce mi frenesí,
¿qué será, Muerte, de ti
cuando al salir yo del mundo
deshecho el nudo profundo,
tengas que salir de mí?
X
En vano amenazas, Muerte,
cerrar la boca a mi herida
y poner fin a mi vida
con una palabra inerte.
¡Qué puedo pensar al verte,
si en mi angustia verdadera
tuve que violar la espera;
si en vista de tu tardanza
para llenar mi esperanza
no hay hora en que yo no muera!
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Kyungsoo lucha con los terrores nocturnos todas las noches desde que salió de aquella casa, corriendo despavorido colina abajo con la lluvia pegándole la ropa, ya fangosa por tantas caídas previas, al cuerpo. Lucha con las pesadillas casi tanto como lo hace con las voces que se aferran a sus oídos cuando se encuentra solo, esas que susurrantes y burlonas sólo dejan de escucharse en la oficina de la doctora Choi, su terapeuta desde el fatal accidente. ㅤㅤ Kyungsoo teme estar volviéndose loco, teme haber dejado una parte de sí en esa casa, oculta entre los gritos que no paraban de retumbar por los pasillos cuando decidió marcharse, escondida en los armarios que no deja de ver entre sueños, en la espera, quizá, de que alguien más valiente que él mismo le rescate de las penumbras.ㅤㅤ Cada día es más difícil lidiar con la fatiga que siente, producto del poco descanso que ha tenido, y los temblores involuntarios de los que se ha vuelto presa tampoco ayudan, pues aunque conoce una solución momentánea, en su estado Kyungsoo no puede permitírsela; y siendo franco, a esas alturas no se perdonaría si lo hace, no después de todo lo que ha pasado para alejarse de ella. ㅤㅤ El sonido del reloj lo despierta a mitad de la madrugada, abriéndose paso con un eco sombrío por las habitaciones hasta llegar a la suya, donde cubierto en sudor frío y con la garganta seca Kyungsoo abandona apresurado la cama. Sus manos se balancean sobre las bisagras de la puerta, agitándose nerviosas luego de remover el pestillo, Kyungsoo pega el oído a la madera como el niño asustado en el que se ha convertido, esperando a que la quietud de la noche haga su magia antes de poner a trabajar sus temblorosas rodillas, y huir en dirección a la cocina. ㅤㅤ Puede sentir como los cabellos de su nuca se erizan durante el trayecto, como dos ojos primero y después cientos le observan desde las sombras, analizando sus movimientos, paralizando la lógica y dándole el control a los instintos. Kyungsoo se abalanza sin pensar sobre grifo al llegar a su destino, el cuerpo le pesa más que de costumbre y siente la garganta entumecida, la lengua hecha algodón cuando las primeras gotas de agua le pasan encima, haciéndole más fácil respirar, más difícil desmayarse a pesar del mareo que le sacude la cabeza al incorporarse nuevamente. ㅤㅤㅤㅤ Kyungsoo sabe que a ojos ajenos podría estar siendo ridículo, pero aunque intente evitarlo todo es muy real para él, para su mente como le ha dicho la doctora Choi en su última consulta, para su cuerpo que cada mañana despierta con un moretón nuevo, con una nueva marca de aquella silenciosa tortura en la que se ha sumergido por obra de un descuido. Acaricia su vientre con terror cuando la primera punzada hace que le fallen otra vez las piernas, sus parpados no logran contener por demasiado tiempo las lágrimas al presentarse la segunda y junto a ella, junto al río que le corre por las mejillas y a la impotencia que le mantiene replegado contra el lavabo, el miedo no tarda en salir a flote. Rasgando sus entrañas, subiendo inclemente por su garganta en busca de la liberación.
Kyungsoo saborea la sangre cuando le siente acercarse, cuando el dolor se sobrepone al llanto y el escozor de aquella sorpresiva escalada le deja sin aliento. No puede enfocar bien la mirada pero sabe que algo está ahí, asechando a la distancia, burlándose de su sufrimiento como le hacen las risas que estruendosas y grotescas han estado zumbándole en los oídos desde que ese desastre hubo comenzado. Los músculos de su garganta se tensan cuando le recibe en su boca, haciendo que tire la cabeza hacia atrás mientras su quijada es puesta a prueba. ㅤㅤ Aún si no ha dejado de doler sus manos se retiran de su estómago, subiendo escandalizadas hacia sus labios, deseando darle nombre a eso que no ha dejado de reptar en su interior. Kyungsoo no puede dejar de llorar y de culparse, de sentir miedo y agacharse hasta donde no pueda ser visto, porque aunque quiera gritar no puede, no cuando esas cosas salen de su boca con violencia; como ansiosas por emprender el vuelo y presenciar todo, por observar en primera fila como Kyungsoo se aferra con todas sus fuerzas al borde del precipicio, asustado de lo que se encuentre allá abajo, en el abismo. ㅤㅤ Su cuerpo no tarda en buscar refugio contra el suelo cuando las arcadas comienzan a contorsionarle la espalda. Una mezcla turbia de sangre, gusanos y larvas se esparce por el suelo cada que Kyungsoo intenta gritar horrorizado, no comprendiendo lo que sucede pero tampoco siendo capaz de hacerlo parar. ㅤㅤ Se arrepiente de tantas cosas mientras hace lo posible para protegerse en un abrazo, sus piernas se flexionan y Kyungsoo se resigna al ponerse en posición fetal. Las risas no se detienen, pues guturales pero chillonas, parecen intentar romperle los tímpanos; tampoco lo hacen las lágrimas, incluso si han comenzado a pesarle los ojos. ㅤㅤ Por un instante Kyungsoo cree que puede ser por la perdida de sangre, quizá por la fatiga infinita que está comenzando a sentir, o por esa presión que no ha dejado de aplastarle las costillas, pero esas son sólo simples conjeturas que en la oscuridad de la noche y con los sentidos apagándose con lentitud, él jamás podrá averiguar.
*** Horas más tarde Kyungsoo despierta en el suelo de la cocina, muy cerca del lavabo. No hay rastro de aquellas bestias burlonas, de esos bichos que apresurados le quitaron la consciencia y el habla, ya no hay charcos de sangre pero sí un hilo que le recorre el labio y se detiene en su muñeca, junto a los estragos de aquellas lágrimas que sabe no han podido ser sólo una invención de su cabeza. En su hogar reina la calma esa mañana... Ya no hay peligro, o eso se dice para intentar convencerse, pues el terror aún reclama cada una de sus vertebras. Y lo hace aún más, cuando cree ver cerca del pasillo los vestigios de una sombra que se desvanece con la llegada del alba. 𝘁𝗼 𝗯𝗲 𝗰𝗼𝗻𝘁𝗶𝗻𝘂𝗲𝗱
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' mmmnh. ¿otros destinos? ¿quizá hayan diferentes infiernos dependiendo del tamaño de tus pecados? ' se remueve sobre su lugar para sacar dos monedas idénticas de los bolsillos. una la guarda, y mientras el otro vástago prepara la linterna para el viaje, ella examina el grabado de la segunda: una de sus caras tiene dibujado el faraón que le había llamado la atención. cuando tiene al malkavian por delante se asegura de llamarlo por su apodo y hacer girar el artículo en el aire, formando una curva que aterrizaría, como mínimo, en el regazo ajeno. ' ten. para que nos lleven al mismo lugar. ' apoya las palmas atrás, satisfecha, y esperando los movimientos de la embarcación que los alejarían de la tierra. siempre podía hacer una que otra excepción y compartir sus pequeños tesoros. ' ¿es tan siquiera algo que está en discusión? ¿me pones a prueba? ' anuda una confusión entre ceja y ceja, aunque sin abandonar el deje divertido. ' me gusta la noche. no sé si alguna vez haya extrañado el día... ' piensa que la noche significaba comodidad para una criatura que sólo sabía cómo moverse dentro de las sombras. a la espera por una segunda perspectiva, la atención se le va dispersando en los terrenos que atraviesan. en las colinas circundantes, el agua dibujando anillos alrededor de las rocas y el trocito de luna que poco les iluminaba. era casi como ver a kioto con otros ojos. ' me gusta el mundo sin humanos, por eso me gusta la noche. sin embargo, no podemos existir sin ellos. ¿no te pasa? ' @dckhwn
' ¿ el dinero no es pecado, también ? quizás se pongan quisquillosos o te lleven a otro destino ' parte de su cerebro pica con la idea de saber de aquellas reliquias que contraria guarda, tantos caminos alternos que curiosidad que late en la punta de su lengua podría darle — pero no puede permitirse distraerse demasiado cuando hay un plan en marcha. aprovecha distracción contraria para tomar aquella linterna de papel que ha robado del bosque, que está seguro que poco extrañaran, acercándose hacia la contraria con la misma en mano. no hace nada por disimular la sonrisa que se ensancha sobre labios que bajo manto oscuro, palidecen. ' el agua está tranquila, así que esto es lo único que podría ponernos en peligro ' no le toma demasiado reacomodarla en el techo de embarcación, nudito austero que espera asegure estabilidad mientras se acomoda con cautela dentro de estructura de madera, remos bien ubicados sobre manos una vez que vaivén orgánico se da tras alejarse de aquel borde sencillo de río. ' si el tipo al que le pedí esto también podría zafársele un tornillo si despierta temprano y nos ve pero...¿ qué prefieres, la noche o el día ? ' y desearía, se expanda en límites que pregunta no bordea, pero se limita a suavemente emprender viaje. @skirino
#mercury.#para qué ver el paisaje cuando tienes a mercury por delante de todos modos#* toca dos acordes de guitarra *
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Si un astronauta decidiera quitarse el casco en el vacío, pasaría por un calvario. En primer lugar, y de inmediato, todo el aire que tenía en los pulmones sale disparado con más fuerza que un estornudo.
Unos segundos después, el astronauta empieza a experimentar los efectos de la anoxia; es decir, la falta total de oxígeno en las células. También defecaría de inmediato.
Luego, el astronauta se da cuenta de que sus orificios nasales están muy secos y su saliva está “hirviendo”, pero no está caliente. Como explica la ley de Boyle, cuando la presión disminuye, el volumen aumenta; en el vacío no hay presión, así que el agua se convierte en un gas inmediatamente (aunque la temperatura no suba).
La piel, por su parte, se pondría muy tensa; una rigidez incluso dolorosa. El cuerpo se hincha por completo. Pero no explota como. Se hincha hasta que la tensión de la piel se iguala con la tensión exterior.
El sistema circulatorio es un circuito cerrado, así que cuando baja la presión arterial porque los vasos sanguíneos se expanden, la sangre de las venas entra en ebullición, según de nuevo, por la ley de Boyle. Esto ocurre también en los ojos, pero no se saldrían de sus órbitas.
Tras ello, las burbujas de gas en las arterias del astronauta podrían bloquear la correcta circulación de la sangre lo cual, puede ser mortal de muchas maneras distintas.
En el espacio el astronauta está expuesto a radiación cósmica de todo tipo, pero si puede observar el Sol, eso quiere decir que está muy cerca de la estrella y entonces se quemará inmediatamente, debido a los rayos UVA que impactarán contra su piel pues no cuenta con la protección de la atmósfera. Primero se quema el pelo, las cejas y el vello de cualquier tipo.
Si el astronauta está en la sombra entonces probablemente se encuentre a cientos de grados bajo cero. Pero no se congelaría, ya que el calor necesita algo adonde transferirse, y cuando se está en el vacío no puede irse a ningún lado, así que se mantiene en el cuerpo.
El astronauta se quedaría inconsciente en 15 segundos. Lo sabemos por los estudios que se han realizado con chimpancés y por los errores que han cometido los humanos en el espacio o en cámaras de vacío en la Tierra.
15 segundos es lo que tarda la sangre sin oxígeno en llegar al cerebro y dejarlo inconsciente. Después el astronauta se quedaría flotando en el espacio, hinchado y con la sangre en ebullición, pero con el corazón todavía latiendo.
Sus compañeros tendrían hasta 3 minutos y medio para rescatarlo con vida: es el tiempo máximo que sobrevivió sin secuelas uno de los chimpancés usados en las pruebas.
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Realidad (es)
Tengo miedo
Mamá me acompaña a nuevos exámenes, cada mes son más constantes mis desvanecimientos
Veo sombras a mi lado, luces verdes cuando me poso en un objeto
El objeto tiene un espectro que intenta decirme algo, lo ignoro y se desvanece cuando doy la vuelta.
Un día de desayuno, pensar en mi tristeza a causa de la dictadura
No puedo respirar bien, mis cabeza se adormece, caigo en la silla y me desvanezco mientras mamá aún prueba su fruta, no puedo continuar, no estoy.
Otro día mientras me baño, me arreglo las joyas de mi nariz, veo mis grandes ojeras negras, huyó de mi mirada y me concentro en mover el arito de mi fosa, me doy un pinchazo, sale un poco de sangre... Siento una corriente en los pies, mamá llama al celular, le contesto, hablamos por dos minutos "Me desmayo" le digo, continúa hablando, veo mi imagen borrosa, me acuesto en el piso, sudo tanto pero no siento calor, abro la puerta, desnuda caigo, me desvanezco, no estoy.
La bacteriología toma mi brazo, el brazo traumado por mi accidente, no tengo fuerza, pero intento, siempre intento algo nuevo, aunque las manos me duelan. No llega a la vena, se esconde.
Tengo miedo, mamá me sostiene el brazo, no puedo ver, desde pequeña me desmayo por las agujas, no encuentran mi vena, me pinchan, me duele!
Me da miedo que rompa algo debajo de mi piel, ya está, encontró la vena, ahí está, sacando tubo tras tubo, nueve exámenes más, otro tubo, MIERDA MIERDA MIERDA
Me desvanecí, adiós, no pensé en est... Me levanto, desayuno algo, llegan a mi todas las actividades inusuales en mi vida, caricaturas canceladas de Nickelodeon, caminar en Bogotá, el cielo gris, la rafaga de aire frío, los paisajes citadinos, no ver a mis padres, el... DESPIERTA!
abro los ojos y no reconozco a quien me mira, que angustia en su mirada ¿que hago aquí? ¿porque me tienen el brazo sangrando? NO ME TOQUE!
Mi cuerpo se tensiona, no entiende está pesadilla tan real, me da miedo vivir aquí, me quiero despertar, no puedo seguir aquí, quiero correr, mi cuerpo me duele, mis brazos están empuñados y quieren golpear a estas dos mujeres en frente mío, ¿Porque me lastiman? ...
Me desvanezco, sentí como no ví más que negro pero el cuerpo se relajo, una fuente de agua de abrió, la pierna izquierda me palpita, intento abrir los ojos, me pesan los párpados, mamá estaba en frente: era ella quien me miraba, me quiero sentar bien pero el cuerpo no me responde...
Entre alternar las realidades mi cuerpo se siente cansado, no puedo moverme bien, me siento de piedra y mi mente de plastilina, no concuerdo palabras, "Me s i e nto, bal"
El olor alcohol es dulce, "Quiero vomitar" digo despacio, después de un tiempo logro sentarme.
Pasa una hora o quizá dos, intento moverme, mi tensión está en 50, no pueden seguir haciéndome exámenes, camino con mucho esfuerzo a la sala de espera, mi cuerpo está tan frío que no siento las extremidades
Espero al sol, espero al calor, pero no existe
Retomo mi temperatura promedio después de otra hora, camino al médico, siento mojada mi entrepierna, ir al baño con miedo, orine en la sacudida de realidades.
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normalmente era más valiente, pero hoy no. ni durante aquella misión parecía que la valentía llegaría a el. suspiró ‘el problema es a qué le rinden culto y por qué’ aquello no llegaba a su campo cognoscitivo aún, tampoco se preocupó por indagar demasiado en aquel lugar y pronto le estaba acompañando a otro sitio lejos del agua. ‘¿cómo llevas todo esto y lo último que conversamos?’ inquiere, cubriendo sus manos en los bolsillos de su hoodie y dejando que la capucha cubra la zona de sus ojos ‘¿te dije me fue bien en la prueba?’ y carraspea con una sonrisa brillante comenzando a asomarse entre las sombras de su rostro.
en la COSTA ROCOSA, harin y dominika dicen "No deberíamos estar tan cerca del agua al anochecer." @yiharin @dcminikv
‘ tienes toda la razón ’ y contrarie no sabe hasta qué punto le parece correcto, ni cómo lleva las palmas directamente a los bolsillos de la chaqueta con intención de evitar la costa. ‘ devolvámonos, habrá más que ver en zonas como la playa ’ en fin, que cuanto más lejos del mar, mejor. le hace un movimiento de cabeza sutil, ya redirigiendo el camino. ‘ ¿viste al líder? parece una secta ’
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Desasosiego
- ¿Un ratón? - Se preguntó.
Ni siquiera se lo contestó, tomó la almohada y le hundió la cara. Un pánico inexplicable la había dominado a partir de que la última gota de luz vespertina se diluyó en la noche. Dos horas después ahí seguía, inmóvil y tratando de adivinar la forma de las cosas en medio de la obscuridad.
Se quitó la almohada para respirar mejor, aunque fuere el aire extrañamente helado de la habitación. Una tenue luz de luna roja se filtraba por el manto de nubes negras que la tenía secuestrada allá arriba, hasta meterse de a poco por la diminuta y única ventana de la buhardilla. No obstante, ese tímido haz le daba suficiente para distinguir el filo de la mesa y, desde ahí, perfilar la jarra con agua y algo cruciforme en la pared. Con toda seguridad algún Cristo colgado que no notó al entrar.
Después de una prolongada decisión, por fin saltó al piso para dar los dos pasos que la separaban del apagador del foco. Ella, agitada, supuso que bastaría guiarse por el tacto. Seguir la moldura rústica de la puerta hasta asir la perilla y, a unos 15 centímetros, supuso, podría alcanzar el botón.
Inexplicablemente, aquella maniobra aparentemente sencilla, resultó fallida por varios segundos, al grado que, acusando taquicardia, llegó a pensar que el apagador había desaparecido.
Hizo un esfuerzo por serenarse. Respiro hondo mientras se repetía una y otra vez que no era posible que desapareciera lo que hace apenas unas horas se encontraba justo ahí, a un lado de esa puerta. Después de porfiar en contra de esa absurda situación, lo palpó al fin, no sin soltar un ridículo grito de júbilo. Empero, aquella alegría espontánea fue fugaz, se encontró completamente frustrada al confirmar que el foco simplemente no prendía. No había corriente eléctrica.
Su siguiente pensamiento fue ir a quejarse con el encargado de la hostería.
Abrió la puerta sin meditarlo mucho, pero el ímpetu inicial se difuminó después de la fuerte impresión que recibió y terminó por descorazonarla. Se encontró con un pasillo largo y lóbrego al que no se le distinguía un fondo, ausente de luz y sin una sola señal de vida, aquello la confinaba de regreso al cuarto.
- ¿No estaba ocupado totalmente el hostal? - Se dijo mientras daba un paso hacia atrás sin apartar la vista al frente. Cerró finalmente la puerta de un portazo cuando, entre la obscuridad reinante y los nervios que la afectaban, creyó ver algunas sombras.
Cerrada la puerta se sacudió esas ideas. Le causaba coraje cuando su imaginación la ponía en jaque.
Enseguida, se lanzó sobre la cama como si esta fuera un sitio inexpugnable para cualquier tipo de amenaza, especialmente esas que su mente le fraguaba. Estando ahí, recordó que no había regresado el botón al modo de apagado. Poco le importó, ¡ya no se aventuraría más!
Deseaba dormir desesperadamente. Estaba convencida que, si lo lograba, despertaría hasta el nuevo día y se libraría de esa noche tan… ¿inquietante? Solo por darle un adjetivo.
Cerró los ojos y casi enseguida empezó a percibir algo que le sonaba amortiguado, algo francamente muy cerca de ella. No era un ratón. Ella conocía perfectamente el ruido de un ratón. Con sus pequeñas uñas y dientes rasgando y ruñendo lo que sea que encuentren a su paso. De hecho, hay que dejarlo consignado, ella había sido dotada de un sentido del oído realmente extraordinario, tenía la rara habilidad de desentrañar los sonidos más extraños y sutiles. Tanto era así, que continuamente le provocaba temores diversos, sobre todo durante aquellas noches en las que, como hoy, se hallaba en un sitio fuera de sus dominios y querencias. ¿Que sería si se llegara a topar con algo que no quisiera escuchar? O peor aún… ver.
Luchó para deshacerse de esa idea. Se disgustaba tanto cuando constataba como se sugestionaba gratuitamente. Se hizo un ovillo para enterrarse bajo una gran zalea de buey y una gruesa cobija de lana rasposa con un olor añejo de baúl.
Y hasta ese refugio improvisado le llegó otro rumor. Este era distinto. Parecía un murmullo que lo atravesaba todo, incluidas sus manos, con las que insistía en cubrirse los oídos. Desesperada por no poder ignorarlo, extrajo coraje desde algún punto de sus adentros para destaparse y, muy decidida, hacerle frente a aquello, lo que sea que fuere. Se sentó sobre la cama con las piernas en flor, siempre con el buen cuidado de no dejar colgando los pies, por figurarse que se los podría tocar algo o alguien.
Era inevitable la regresión a su niñez, cuando estaba segura de que, anidado en las paredes, vivía un ser con grandes extremidades que se descolgaba lentamente, como un reptil, para irse a habitar abajo de su cama, encaramado a los resortes del antiguo camastro de latón de allá, su casa paterna en Morelia.
Salvo la luz roja mortecina de la luna, el negro ahí era espectral. Por si aquello no fuera suficiente, en el cuarto primaba una sensación glacial incomprensible. Ella no lo veía, pero estaba segura de que soltaba un vaho cada que su respiración caliente chocaba con el ambiente polar que la tenía entumecida.
Otra vez, apenas audible, escuchó algo que la puso en guardia y a su concentración a prueba. La tensión estaba desbordada, claramente algo la acechaba adentro de ese cuarto de apenas 4 por 4.
Lo que estaba oyendo era muy similar a un jadeo. – Sí, ¡eso… un jadeo! – Se decía. Pero era uno muy peculiar: un jadeo diminuto.
En el pasado, cuando llegó a sentir que el misterio se impondría sobre la razón, ella optaba por la explicación más lógica y se aferraba a ella como a la vida misma, no daba pie al terror. Sabe que el terror paraliza, trastorna y la deja sin defensa. Ella prefiere por encima de todo al miedo. El miedo avispa los sentidos, abre la mente e inyecta chorros de adrenalina que la ponen alerta como espada desenvainada.
Un escalofrío lento le recorrió la espina cuando oyó con absoluta fidelidad la caída al suelo de algo metálico. Ella supo de inmediato que había sido un tornillo, uno minúsculo y ligero. Instintivamente se hizo pequeña, como una tortuga en su caparazón. Para ese momento, sus oídos se habían sensibilizado tanto que podrían haber identificado los pasos de una hormiga caminando sobre el piso.
Volvió a escuchar nuevamente esa respiración que, de tan pequeña, le parecía más y más enigmática. Unos minutos después un nuevo sonido se sumó.
Inadvertidamente, una suave pero pertinaz llovizna empezó a estrellarse contra el techo de dos aguas justo a metro y medio encima de su cabeza. Muy pronto, las gotas se fueron haciendo más gruesas y el golpeteo inicial se convirtió en un martilleo incesante que terminó por confundirse, al menos un poco, con aquello que la tenía completamente absorta, sumida en el desconcierto y la angustia.
Se quiso convencer de que así estaba mejor, sin escuchar nada, sin provocar a sus propios demonios. Decidió acostarse nuevamente y cubrirse con aquella zalea gigante y la colcha de lana con olor a granero. Dormir tan hondamente que terminara por olvidarse de todo. De los ruidos, de esa noche y de lo que sea que la amenazara.
Pero también quería expulsar de su pensamiento, aunque fuera momentáneamente, su vida presente, tan cargada de tristezas y desazones, de soledad, de nostalgia por tiempos y personas ya idos. No quería detenerse tampoco en su trabajo ni en el dictamen que debía emitir a primera hora en la mañana, y que era la razón por la que se encontraba hospedada en aquella hostería de mierda en Tepoztlán.
Quería en una palabra olvidarse de todo aquello.
Sin poder impedirlo, empezó a llorar. Su llanto era quedo y reprimido. Un llanto sin gimoteos ni grandes lamentos. Pero no por eso dejaba de ser desgarrador y doloroso. Y tuvo que ser en medio de esa tregua que, al final, liberó un poco su mente del entresijo que la había estado sobrecogiendo prácticamente desde que arribó a ese sitio. Aquello, además del cansancio por la tensión acumulada, hizo que se durmiera pesadamente.
Pero aquello no resultó ni plácido ni reparador. Ni siquiera duró mucho. Casi una hora después, un sueño terrible la expulsó de regreso a la realidad. Y aunque no podía recordar un solo detalle de la pesadilla, si se quedó con un sentimiento de desasosiego muy intenso. Todavía amodorrada, necesitó de unos segundos para percatarse que había estado sumida en un sueño muy tortuoso. En ese breve tiempo que pasa mientras se transita de un sueño profundo a la realidad, cuando la cabeza está concentrada en reordenar las ideas, en separar la realidad de lo onírico, hasta esa frontera donde lo fantástico se niega a regresar al inconsciente, llegaba el mismo rumor que la había mantenido en zozobra. Un jadeo incesante, un resuello casi angustioso. Algo que ocurría muy cerca de donde estaba.
Ese retorno le estaba resultando horrible. Después de la pesadilla despertó para encontrarse sumida en la incertidumbre, en el desconsuelo, el miedo hacia lo desconocido, hacia lo que no se puede controlar. Instintivamente se volvió a cubrir con la gran piel, cuando un poderoso trueno le recordó que afuera caía una tormenta, y que el topeteo de las gordas gotas de lluvia sobre el techo no eran ni escasas ni pacíficas. A pesar de esa batahola, en la que primaba un estrepito incansable, aquella respiración prevalecía por encima de todo.
En esas estaba cuando, inesperadamente, el foco de la habitación prendió. La energía eléctrica había regresado. Todavía incrédula volteaba en todas direcciones para cerciorarse que no era otro sueño. Aunque al principio quedó deslumbrada, sintió un alivio instantáneo al saber que la obscuridad había sido desterrada por una bombilla de 100 watts. El regocijo y el bienestar que la embargó era abrumador, tanto que terminó desternillada por una risotada loca.
Ahora, hay que decirlo, los seres humanos solemos atribuir todo lo enigmático y la ignominia a la obscuridad y, consecuentemente, la verdad y la justicia a la luz. Creemos que la claridad nos va a mantener siempre bajo buen resguardo de todos aquellos peligros que el misterio nos puede deparar. Ignoramos que el terror es más probable y severo bajo una luz plena.
Cuando sus ojos finalmente recuperaron su visión normal, se sorprendió de volver a oír aquel jadeo. Su vista siguió hasta donde parecía que ese rumor se originaba.
Estremecida observó con absoluto y profundo espanto, como nunca en su vida, que a unos tres metros de ella, el cristo del crucifijo se esforzaba denodadamente con su brazo derecho para liberarlo del tornillo que le tenía sometido su brazo izquierdo.
Fuera de sí, totalmente despavorida, escuchó como ese pequeño tornillo caía finalmente y se estrellaba contra el piso.
Entonces el cristo negro se dedicó a desenroscar el tercer tornillo que sujetaba sus dos pies. Ella, sin movimiento ni gesto alguno, absolutamente congelada, no movía otra cosa que los ojos que, abiertos como dos ventanas, seguían con un terror crudo aquel ente sin rasgos que respiraba copiosamente.
Sin saber cuánto tiempo transcurrió, el tercer tornillo cayó. El hombrecito se había liberado finalmente.
Ella trató de moverse, de reaccionar, pero no podía, seguía clavada en esa cama, estaba hipnotizada por esa visión tan detestable como fascinante.
Con un terror mayúsculo, vio como el aquel hombrecito se descolgó y se dejó caer sobre la mesa, después corrió diagonalmente a toda prisa para saltar hacia la silla. La que bajó por una de sus patas hasta el suelo.
Lo siguiente que ocurrió es que, raudo, no se detuvo hasta meterse debajo de su cama.
Ella, consumida por la andanada emocional que la tenía presa en esa habitación, sentía que perdía la conciencia. El corazón, a riesgo de colapsar, ya no podía latirle más fuerte.
A veces, cuando las circunstancias nos llevan hacía algún extremo, cuando nos apremian poniéndonos pruebas casi imposibles de superar, solo a veces, puede pasar que todo empeora.
Repentinamente, la luz se apagó. Nuevamente se había cortado la energía. Una negritud definitiva lo devoró todo.
Lo siguiente que escuchó fue distinto... se trataba del sutil reverberar de un resorte, lo que se terminaría mezclándose con unos gritos destemplados que nadie escuchará.
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Tips de Maquillaje
Maquillaliux es tu Tienda de maquillaje online
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El maquillaje está ligado al mundo de la cosmética, la ciencia y la belleza, se trata de una expresión artística que refleja las tendencias de moda, y el buen gusto a través del rostro, uñas y piel.
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Tu rostro, uñas y piel, necesitan productos especiales que brinden protección, un acabado de lujo y te hagan lucir espléndida.
Definitivamente, nada mejor que contar con productos con formulaciones especiales para cada tipo de piel, dermatológicamente aprobados y, por supuesto, que vaya con el estilo de cada persona.
En nuestra tienda podrás encontrar el maquillaje que desees, pero también todos los implementos que necesitas para aplicarlos y lograr los acabados más profesionales. Desde praimer para utilizar antes del maquillaje, hasta una gran variedad de brochas con diseños y texturas ideales para cada técnica a emplear.
Maquillaje para el rostro
Sin duda querrás adquirir productos que, no solo resalten tu belleza, sino que brinde beneficios a largo plazo.
Por ejemplo, maquillaje con amplia cobertura para corregir imperfecciones en la piel, con el que puedas mantener el mismo acabado durante horas y, además, que cuide la dermis hidratando y corrigiendo lo que la edad, los rayos solares u otros factores han originado.
Entre los productos que debes comprar no puede faltar una pre-base, con la que podrás preparar tu piel del rostro y dejarla homogénea en cuanto a textura, luminosidad y color; junto a los polvos compactos obtendrás el acabado perfecto.
Acentúa los rasgos de las mejillas, barbilla, nariz y el contorno de la cara, con los tonos adecuados para darle la forma que necesites. Para esto, son esenciales los correctores e iluminadores.
No olvides que una buena base líquida te permitirá lograr un tono uniforme y natural en el rostro, por lo que es necesario adquirir el tono adecuado al color de piel.
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Maquillaje para los ojos
Los ojos tienen mucho protagonismo en un maquillaje; ya que deben quedar perfectamente delineados y difuminados,para realzar la forma natural, darles un aspecto más alargado, almendrado o cualquier otra forma que prefieras.
Esta zona es delicada, por eso es necesario comprar makeup de calidad que garantice protección. En nuestra tienda online, definitivamente encontrarás maquillaje hipoalergénico para ojos, con variedad de colores, texturas y, lo mejor, adaptados a tu presupuesto.
Aparte de un buen corrector de ojeras, no puedes dejar de comprar rimel para pestañas y lápiz de cejas a prueba de agua o no. Además, dependiendo de tu estilo, necesitarás adquirir una paleta de sombras de ojos coloridas o tonos nude, pigmentos para dar mayor intensidad visual y brillo y delineadores líquidos o en crema.
El iluminador es otro producto que no puedes dejar de tener, para aplicar en zonas claves alrededor de los ojos y darle al maquillaje la luz discreta y sensual que necesita.
Maquillaje para labios
Si buscas aumentar el volumen, tener un delineado perfecto o mantenerlos con la mejor hidratación, en nuestra sección de labios te ofrecemos una gran variedad de cosméticos.
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Consejo extra: Si quieres ahorrar espacio y dinero, puedes optar por comprar paletas de maquillaje que combinanpolvos compactos, correctores, brillos de labios, iluminadores y rubores.
Accesorios para el maquillaje
Las herramientas para aplicar el maquillaje son tan importantes como el maquillaje mismo, pues te facilitará la aplicación de técnicas con las que podrás lograr el realce que buscas en tu rostro, uñas y piel.
Utilizarlos adecuadamente para cada zona, puede marcar la diferencia en términos de acabado.
En nuestra tienda online de cosméticos encontrarás una gama de brochas especiales para el rostro, la piel y las uñas. Además, también conseguirás esponjas y cepillos que debes utilizar en tu rutina de belleza.
Maquillaje para uñas
Si buscas un maquillaje perfecto, no puedes dejar a un lado el aspecto de tus manos y pies. Para eso, existe un mundo de colores, texturas y accesorios de amplia gama, para conseguir un acabado elegante, apropiado para cada evento.
Aquí podrás conseguir pinturas de uñas para endurecer, de secado rápido, satinadas, craqueladas, matte, metálicas, permanentes, acrílicos, acrygel y un sinfín de gamas y tonalidades para todos los gustos.
Productos de maquillaje según la edad y la piel
Con el paso de los años, la piel va perdiendo condiciones y sus características cambian. Sin embargo, existe un producto de maquillaje para cada tipo de piel, según la edad.
Maquillaje para pieles sensibles y grasa a los 20 años
La piel de 20 años es joven y tersa, pero no está exenta de que sea grasa y sensible. Para este biotipo cutáneo se recomiendan bases y polvos con textura mate para eliminar el brillo.
Además, si la piel es demasiado sensible, es necesario adquirir maquillaje hipoalergénico, libre de parabenos y aceites.
Maquillaje para piel seca desde 30 a 40 años
En esta etapa comienzan los signos del tiempo a aparecer en la frente, ojos y labios, por lo que se recomienda aplicar maquillaje hidratante y con protector solar.
Asimismo, para dar un aspecto rejuvenecido, se aconseja el uso de iluminadores para resaltar las facciones del rostro y de coloretes para dar un rubor juvenil a las mejillas.
Maquillaje hidratante para después de los 40 años
Lo ideal es escoger productos con efecto lifting y formulados contra el envejecimiento. Esto hidratará y realzará la belleza de tu piel en esta etapa.
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La Diabla Venezuela ㅅ6ㅅ
mi estación favorita del año es Otoño, sus hojas caídas, sus colores cálidos, la brisa que interrumpe la calidez del momento, la ultima calidez antes del frió invierno.
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detalle ¡importantes! y el resto de la historia en wattpad aqui
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Cualquier excusa es buena para visitar Japón, con sus luces cegadoras y gigantescos edificios, sus calles repletas de personas, todos caminando siguiendo las reglas, es hermoso de ver.
Como es de esperar realmente no soy bienvenida, pero trabajo es trabajo, Japón lo sabe, siendo uno de los favoritos de ONU después de todo, no nos cruzamos mas de lo necesario, y es... mi trabajo del que hablamos hoy, requiere de mi presencia lejos de casa, en las tierras de este sujeto. Si tuviera que describirlo en 2 palabras, "cretino perfecto" serian suficientes para mi, no lo odio, solo no lo soporto.
la cochina envidia que domina mi vida, que ironía.
Pensar que este lugar esta lleno de mis "protegidos", a los japoneses les encantan los tratos con el mas allá, sobre todo por venganza. Para ser honesta esto ya se ah convertido en una desagradable plaga para Japón y por desgracia, mas trabajo para mi. Llega al punto que es absurdo la cantidad de espectros que aquí existen, entiendo por que Japón me detesta, una Deidad tan pura y tan admirada, teniendo que recurrir a mi por una plaga que su propia gente ah provocado... me das asco Japón, eres incapaz de ver el por que esto es un problema mas que importante para ti, que para mi.
odio admitir que siento algo de envidia por ese petulante de 9 colas, todos lo aman, pero ni siquiera soportamos vernos mutuamente, sentimos asco el uno por el otro, no lo escondemos, es tan claro como el agua, de alguna forma y hasta cierto punto es normal, estoy acostumbrada al rechazo. Estamos tan llenos de hipocresía.
el motivo de mi visita a Japón, un aumento de Teke-tekes en las vías de los trenes, mi trabajo es mantener bajo control estos espectros, pero me es difícil hacer bien mi trabajo cuando solo tengo permitido venir a hacer mi trabajo contadas veces al año, por eso pasa lo que pasa, es tedioso, odioso y cansino, pero alguien tiene que hacerlo, y es mi área de trabajo.
—hola mis amores, me extrañaron... — evidentemente aquí todos hablan japones, así que no entiendo nada de lo que dicen ni ellos entienden lo que digo, no es como si dijeran mucho, solo sus característicos "teke-tekes" al caminar y reír —¡ay! no puede ser, se me olvida que no hablo taka-taka, escuchen, se que tampoco me entiende y no me interesan mucho la verdad, a ver... mira cuantos son... 50 ¿mas?... diablos ustedes son una plaga, ¿cuantas veces más debo venir a lidera con esto?, sinceramente no me pagan lo suficiente, después de esto... unas vacaciones no estarían mal... ¡hummm! pensándolo bien, me conformo con ir a una fiesta nocturna, que dicen chicos... ¿bailamos un poco?.
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Un par de piernas fuertes algo sexys y bien largas una cola en forma de flecha para cuidarme la espalda y brazos fuerte no es lo único que tengo a mi favor, de hecho la cruces en mi extremidades son suficiente protección, los espectros comunes no pueden tocarme, tomar estas almas en pena y consumirlas es como un aperitivo, al mismo tiempo es desagradable, son almas de muertos, no las recomiendo, pero mantienen el estomago lleno, dejo a la original Teke-Teke cumplir con su misión, despues de todo su alma ya me pertenecese, mientras los demás sucumben entrando en mis fauces, no tengo remordimiento, ni siquiera son una sombra de lo que alguna ves fueron, tan podridos como lo estaban en vida, ahora finalmente sus cuerpos pueden descansar, eso podría considerarse un consuelo tal ves, el ver que al final ya no tienen que seguir bagando por allí siguiendo a una condenada rencorosa siendo parte de la ruega que siga sin fin, otro siclo termina la cola del cerdo volvió a retorcerse, quisiera cambiar un poco esta rutina, la tarde es fria, la luz es cálida, los espectros se esconden listos para cuando caiga la noche, mi recomendación, aléjate de los baños.
mi trabajo es simple en muchos aspectos, pero no es sencillo, por ejemplo: con este tipo de espectros es complicado, y mas con las leyes que se aplican aquí en el tema de lo sobrenatural, son muy diferentes a las de América, aquí los tratos son mas difíciles de controlar para mi. El idioma es una cagada para empezar, lo peor de todo es que no tengo el poder para controlarlos continuamente y por eso estas plagas, espíritus descontrolados que terminan por multiplicarse, son un gran problema, uno del cual personalmente me encargo sin problema, el odio se esparce con facilidad gracias a estos espectros, por eso mi participación continua con espectros de este tipo es vital y ahora que la población de plagas se a controlado, es hora de divertirse, cada segundo lejos de América es un respiro muy agradable para mi.
aprendí a moverme entre los humanos, ellos no pueden ver nuestra verdadera apariencia si no queremos. Pasar por el centro de Tokio con sus multitudes y luces, es tan impresionante, es acogedor incluso, todo lleno de vida y muerte a la ves, sentir la presencia de sus espectros en cada rincón, un lugar tan dependiente de mi que asusta, pero no puedo hacer todo el trabajo de una sola noche, visito algunas esquinas encontrando personas asiendo rituales de invocación para algunos espíritus que son parte de leyendas, muchos jóvenes que comparte la atracción hacia el mundo sobre natural, no les entiendo pero si siento esta alegría al ver este interés por ese mundo que los rodea.
una mirada se clava sobre mi, es dificil de ignorar. Alli esta el, observándome del otro lado de la calle mientras las personas pasan a nuestro lados, evitando chocar con nosotros al caminar, nadie no ve ni notan sus hermosas colas, ni a mi mis llamativos cuernos, solo nosotros vemos debajo de estos mortales capullos con los que nos ocultamos a plena vista, olvidemos las diferencias y seamos directos.
— ¿que dices Japón? ¿aun recuerdas como divertirte?. — como resistirse a la llamada de la tentación, vamos a portarnos mal, solo esta noche y nadie lo sabrá~.
[ ... ]
La música a todo volumen con los Bip y los bajos, el techno retumba en las ventanas al ritmo del sonido que sale de las bocinas, las luces neón, la oscuridad, el pasar por aquí sin pena ni gloria, Japón no es tan desgraciado como creí que seria, de hecho, el interpreta muy bien su papel de "hijo perfecto" a los ojos de su padre, pero si supieran con quien esta ahora, toda esa blanca reputación seria solo una perdida de tiempo, me agradan los asiáticos, viven con un pie en el cielo y el infierno, los Coreanos son la prueba de ello, y quien lo diría... Deidades y demonios conviviendo juntos, ¿y yo donde quedo? ya no imparta, aquí eso no importa.
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este es el paraíso ... este no es el paraíso... pero se le parece mucho ... sigue sin ser el paraíso... por que cuando pienso en paz solo viene a mi mente esa persona no quiero volver a llorar.
en algún punto deje de bailar al son de la música, aquí donde estamos no tenemos que escondernos, pero tengo la necesidad de esconderme, el sentimiento crece, me siento pequeña, la noche es joven movida y animada, me siento tan aislada a pesar de la cantidad de personas y no personas a mi alrededor, todos llenos de energía, solo dejando salir su propia alegría, sus demonios, sus papeles, soy incapaz de sentir felicidad real en este momento, apenas un cascaron de lo que alguna ves fui.
una vos me llamo, alguien se me acerca, trata de decirme algo, realmente no los entiendo, aunque quisiera y supiera lo que dicen, es pura mierda, la presencia de alguien esta sobre mi, no soy tan alta como podría parecer, quien sea puso sus dedos debajo de mi barbilla para subir mi rostro, no es una deidad pero tampoco se quien carajos es, parece que es un demonio, acerco algo a mi boca rosando mis labios para introducir algo entre ellos, sin dudarlo lo trague, el se alejo, y yo me quede allí... esperando que algo pasase.
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la música volvió a mis oídos la tristeza finalmente se había ido, al menos por ahora puedo olvidarme de todo, dejar la mascara de lado y olvidarme de ella, las luces y las bebidas corrieron de un lado a otro a través de mis ojos en cámara rápida, la sensación de que puedo caminar por el techo (cosa que podría hacer sobria), todo da vueltas, se siente fantástico. Los humanos saben como disfrutar la vida cuando se lo proponen.
Japón sabe como disfrutar estos momentos de coas, donde no importa quien sea o con quien estés, desconectarse de todo es necesario, solo cierra los ojos un momento, olvídate de todo... flota a la deriva en el mar, la tormenta pasara y volverás a la costa donde termina este basto mar, quiero pisar tierra para poderme asentar, extraño mi hogar.
al despertar no me percate de donde estaba inicialmente al abrir los ojos, es un sofá, la noche estuvo loca, obvio no veo a nadie despierto, la mayoría de las personas que están aquí están inconscientes, dar pasos es complicado, tropezar es fácil, sin duda volveré a este lugar.
pensar que no soy la única atrapada en un papel imposible de completar sin morir un poco todos los días, Japón volvió eso un poco mas llevadero, ahora te admiro de verdad. el hijo perfecto de la ONU no es mas que una zorra de 9 colas cualquiera de noche, normalmente esto seria un insulto gratuito, pero el sabe que yo no lo insultaría con algo tan simple. creo que aprendimos un poco del otro anoche. Mi sangre caliente dejo salir el choque de mi cadera en su cuerpo, un baile tan caliente que pudo derretir su mirada sobre mi, del deseo nos gano por un rato en la pista de baile, tal ves incluso llegamos a besarnos, con lo que sea que me dieron a tomar el asco y lo que sea que nos alejaba del otro, se fue. Eso fue suficiente como para al menos intentarlo, no fue tan malo, incluso podría acostumbrarme a esto, no besa nada mal, claro que no estaba en mi en ese momento así que podría equivocarme. Esperó que no.
— no somos tan patéticos después de todo... podemos ser deidades pero estamos lejos de ser perfectos, por eso te respeto Japón. — el se despertó un poco después de mi y me atrapo saliendo de ese lugar, me acompaño para ir a donde debo estar para volver a casa, no soy nada buena con las despedidas. — bueno peludo... tu secreto esta a salvo conmigo.
— ¿de que hablas? ... nada paso anoche. — guiño el ojo de forma encantadora, realmente este sujeto no es nada como realmente esperaba, consiguió sacarme una sonrisa honesta.
— ¡JA! quien te conociera, si no lo hiciera juraría que estas tratando de coquetear conmigo y estas muy lejos de mi liga peludito. — una leves risas provenientes de ambos salieron sin cuidado, por primera ves estamos siendo solo nosotros sin prejuicios, ya mas relajado el ambiente entre nosotros puedo decirle sin miedo esto. — realmente me gustaría venir mas seguido, ya sabes trabajo... y si es posible también algo de diversión casual, no me esperaba que fueras tan divertido, prometo no abusar y seguir siendo una dama... dentro de los limites recuerda que debo mantener mi reputación —
— lo tomare en cuenta, no te preocupes Venezuela, tratare de mantener nuestros perfiles bajos, es posible... que alguien pronto empiece a buscarte. — el camino se torno un poco pesado después de lo ultimo dicho, es como si lentamente volviéramos de nuevo a colocarnos la mascara y volver a nuestros papeles, se bien lo que esto significa.
— ... ya veo, hace mucho que alguno de esos idiotas no se arrepentía de sus decisiones... no te preocupes, gracias por avisarme de hecho, entonces... aqui nos despedimos, fue un placer. — volviendo a las formalidades nos encaminamos de nuevo a nuestros deberes.
— claro que si fue un placer, te llamare pronto lo prometo, solo ten cuidado. — fue el segundo "ten cuidado" mas lindo y honesto que escuche jamas, suspire y para alibiar esto, me esta incomodando.
— se cuidarme sola, no te preocupes peludo, solo no dejes de sorprenderme. — llegamos a un templo escondido en un bosque de bambú que apunta a américa, aquí es donde nos separamos no quise decirle "adiós", odio decirlo así que solo cruce la linea y me fui a casa.
"bienvenida a América" hogar dulce hogar... es tan pesado como lo recuerdo, sale de una cueva no es nada glamoroso pero es lo que tiene cuando destruyen tus templos y lugares ceremoniales, no tengo muchas opciones y el "glamour" es solo postura, no lo necesito, no es como si vieran mucho de visita tampoco.
Volver a casa después de todo lo que pase fuera de América, volver a la rutina, a pelear con México por que la estúpida de la Sayona esta queriendo tomar el lugar de la Llorona, esas 2 gatas se descontrolan de ves en cuanto, México a veces es muy pesado, pero lo entiendo, estaría enojada también si el dejara de hacer su trabajo.
— mas te vale llamarme peludito... estaré esperándolo con ansias — es la primera ves en mucho tiempo que de verdad espero algo de alguien mas.
[ ... ]
si tuviera que adivinar primavera es tu estación ideal esos pétalos rosas cayendo esa mirada fría esconde tu verdad eres igual a las flores buscas florecer y relucir seguir el viento cuando buscas libertad yo te juzgue mal.
#Diabla Venezuela#diabla#diablita#country girls#countrygir#countryhuman#Countryhumans#venezuela#countryhumans venezuela#countryhuman venezuela#au#folclore#historias en español#escritos en español#escritos español#escritos
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Heartstrings:
Un te odio siempre puede ser un te quiero;
Los jóvenes habían escapado de las garras de aquellos enfermos. Pero ya solo quedaban 8. Cuando llegaron al lago, Samuel dejó a Violett en el suelo con sumo cuidado.
Luca se sentó junto a ella. Pero Noah miraba hacia el lugar donde Colette había caído. Apretó sus puños mientras que el humo tintaba sus mejillas rosadas.
— Lo siento mucho, Noah. — Zeus puso una mano sobre el hombro del chico.
Noah apartó su mano.
— No te mientas a ti mismo. No sientes nada que no sea por ti, Adora o Ayden.
Zeus apretó los labios y se apartó del chico.
Samuel se levantó lentamente y se acercó a Noah. Este ni siquiera lo miró.
Se mantuvieron en silencio, pues Samuel sabía que no había palabras posibles que pudiesen hacer sentir mejor la perdida de un ser querido.
Cuando Violett abrió los ojos, estaba diferente. Sus dos pequeñas luces violetas habían perdido el brillo. Ahora sus ojos eran más claros.
— ¿Que tal te encuentras? — Preguntó Luca, ayudando a su hermana a levantarse.
— Cansada.
— Después de destrozar lo poco que quedaba de este puto infierno y llevarte a Colette por delante, no me extraña que lo estés. — Dijo Adora.
— Por lo menos mi hermana ha hecho algo útil. ¿Que tal tu nariz? — Le preguntó Luca a Adora, sabiendo que Willy se la había roto.
Esta maldijo por lo bajo y se dió la vuelta.
— ¿Que hacemos ahora? — Le preguntó Samuel a Noah.
— Tenemos que buscar alguna manera de contactar con nuestros padres. — Dijo Noah, pensativo.
— Tiene que haber algo. Vivi, tu siempre has podido meterte en mentes ajenas. ¿Puedes hacer esto? — Samuel se acercó a Violett.
— Podría intentarlo, pero necesito descansar, estoy agotada.
Adora puso los ojos en blanco.
— Tenemos que ir a buscar comida. Nos dividiremos.
— ¿Esa es tu solución? ¿Dividirnos ante una panda de locos? — Emma se dirigía cargada de odio a Noah.
— ¿Prefieres que vayamos todos? Cuando era pequeño, Vegetta siempre dijo que había que moverse rápido, silencioso. Y si vamos todos, nunca lo lograremos.
Zeus asintió con la cabeza.
— Ayden y Adora iréis a por comida con Noah. Los demás nos quedaremos aquí, y buscaremos un sitio donde pasar la noche.
Aunque hubo un par de quejas, el grupo pronto se puso de acuerdo y se dividieron.
Cada uno partiendo hacia un lugar, sin saber lo que les esperaba.
En el Karmaland normal;
Merlon llevaba dormido un buen rato. Pero cuando se despertó, cogió una bocanada de aire, como si hubiese estado bajo el agua. Los chicos se sobresaltaron.
— ¡Esta despierto! — Luzu alertó a los demás.
Merlon parecía asustado, hiperventilaba.
Como si hubiese visto un fantasma.
— Otro ha muerto... — Los chicos se alegraron, pues sabían que eso significaba que volvería. — Pero esta vez, no viene solo.
— ¿Como?
— Trae consigo una presencia maligna, indeseada.
El cielo comenzó a nublarse, como si se avecinase una gran tormenta. Rubius se dispuso a salir de la iglesia.
— ¿A donde vas? — Preguntó Vegetta a su esposo.
— Pues a ir a por ellos, claramente podemos contra esos idiotas.
— Son más fuertes, más rápidos y más listos. — Dijo Ethan.
— Gracias hombre. — Willy puso los ojos en blanco.
De repente Alex dió un paso hacia atrás, y todos se giraron a verlo. Merlon se levantó.
— Coco es la que ha vuelto.
Todos se pusieron en marcha con una partida de búsqueda. Minutos antes, Merlon les había comentado que, si no encontraban a los jóvenes a tiempo, podrían fallecer rápidamente.
Esta vez encontraron a Colette en el cartel de Karmaland, pero no estaba sola.
Willyrex arqueó una ceja.
Un hombre alto y parecido a él yacía en el suelo junto a la joven. En cuanto ella abrió los ojos, también lo hizo el.
Colette rápidamente se lanzó a los brazos de Alexby.
Willy fue el primero en agarrar al "impostor".
— Hm.
El Willy paralelo también lo miró, pero de manera indiferente. Como si no le importase.
— Pues supongo que a ti tendré que matarte. — Dijo antes de intentar clavarle un puñal.
Pero nuestro Willy lo esquivó y rápidamente lo dejo inconsciente de un buen puñetazo en la cara.
— Ya, prueba de nuevo.
— Uff. — Dijo Auron ante tremendo puñetazo.
— Vamos a interrogar a este desgraciado.
En el Karmaland paralelo;
Noah Ayden y Adora se dirigían hacia las tiendas de Karmaland, en completo silencio. Los gemelos seguían a Noah, quién se movía en las sombras.
Cuando llegaron, no había mucho que coger, pero se llevaron lo que pudieron.
— Oh sí, tu conmigo, y tú. Y tú también, y tú para mí... — Cantaba Ayden mientras metía comida en sus bolsillos.
— Shh, nos van a pillar por tu culpa. — Adora le metió un codazo.
— Pues les tiramos naranjas a la cabeza.
Adora sonrió ante eso.
— Idiota.
Noah cogió lo justo y necesario, nada más y nada menos. Cuando se dispuso a irse, se detuvo en la puerta. Era de color azul.
El color favorito de Coco.
Se le cayó una naranja, con tal mala suerte, que activó una palanca. Una red salió del suelo, atrapando a los tres jóvenes.
— Que bien Indiana Jones. — Dijo Ayden intentando liberarse.
Se escucharon risas a lo lejos. Y los chicos comenzaron a ponerse nerviosos. Adora no tenía más dagas, así que era el turno de Ayden.
Este nunca había tenido una arma fija, pillaba lo que tenía a mano. Mientras cortaba la red con la daga, las risas se acercaban.
Cada vez más rápido, y Ayden no terminaba de cortar la red.
— ¡Date prisa! — Le instruía Adora, nerviosa.
Bajo ellos, se había abierto el suelo, dejando ver un lago de lava a sus pies. Si rompían la red, podrían columpiarse hasta tierra segura.
Fargan apareció por la puerta, y los tres gritaron.
Ayden entonces vio claro lo que había que hacer. Miró a Adora.
— Te odio.
Adora lo miró, al principio sorprendida. Luego confusa.
De un momento a otro, Fargan saltó a la red, intentando atrapar a los tres chicos mientras reía. Ayden consiguió romper la red, y tiró a Adora a la parte segura.
— Sin ti no podrán salir de aquí. — Le dio la daga a Noah. — Cuidala, ¿Vale?
La cuerda que sujetaba la red empezaba a deshilacharse.
Ayden empujó a Noah con Adora.
— Ah, y a Zeus también.
— ¡No! — intentó lanzarse a por su hermano, pero Noah la agarró por la cintura.
De un último empujón, Ayden tiró abajo la red, cayendo el y Fargan a la lava.
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Antares
Antarys sabía lo que debía hacer.
Hacía justo un año, cuando cumplía veintitrés en la noche de Midsommar, había descubierto que su sangre estaba impregnada por la magia antigua de un clan de hechiceras. Tenía que cristalizar formalmente aquella noche, un año después, y sabía lo que debía hacer. La tradición del clan marcaba que para que una hechicera reclamase legítimamente sus poderes a los espíritus elementales, tenía que pasar una prueba de iniciación.
Antarys debía acercarse al inmenso lago redondo situado en mitad del bosque y arrodillarse en sus orillas para contemplar su propia muerte. Según la naturaleza del poder de cada hechicera y la cantidad de energía que este requiriese, se abría un abanico con distintas posibilidades, líneas espacio-temporales por las que el universo se habría de decantar según fuesen transcurriendo los hechos, según las brujas fuesen utilizando su magia.
En el lago se reflejaba siempre el peor de los finales. Una muerte horrible, dolorosa, larga, casi interminable. Si lo observaban todo sin cerrar los ojos ni apartar la mirada de las aguas del lago, los espíritus elementales escuchaban y atendían su reclamo, entregándoles legítimamente por el resto de su vida la virtud del poder cuya naturaleza portaban en la sangre.
Finalmente, en un arrebato de rasmia propio de su carácter, se acercó al lago. La luna llena se reflejaba como un agujero blanco desde el cenit. Su luz le acariciaba la piel pálida. Antarys miró en las profundidades del agua, y al cabo de unos segundos, la oscuridad empezó a centellear entre sus largos cabellos mojados. Las imágenes se abrían paso a borbotones. Fuego. Brasas. Carne quemada. Tiras de piel arrancada. Unas tenazas de hierro manchadas. Piezas dentales en el suelo. Bultitos bajo la lengua: la boca llena de pequeñas muelas sacadas de su sitio, algunas aún medio adheridas a la encía. Sabor a hierro. Su ombligo cauterizado. Sus senos rotos para siempre, incapaces de dar alimento a ninguna criatura. Sus huesos rotos, fracturados. Un arrollo de sangre. Un vestido de espino rodeando su cuerpo desnudo. Una corona de zarzas en su frente. Finalmente, la quietud de la oscuridad del lago.
Antarys guardaba el aliento todavía. No había ni parpadeado. Entonces su reflejo comenzó a iluminar las aguas. Sus ojos se volvían dorados, recibiendo de las estrellas una luz interminable. Ahora podía mirar las cosas con la lumbre que todo lo descubre. Ahora podía entender las leyes físicas de una forma completa, absoluta. Mirase donde mirase, comprendía el por qué de las cosas. Sabía cómo manipular cada gramo de existencia que la rodeaba. Tenía dentro el fuego con el que iluminar al mundo hacia el conocimiento pleno, o con el que prenderlo en llamas.
Aquel año siguiente lo pasó junto al clan de hechiceras. Eran siete, y cada una poseía un poder elemental distinto y complejo. Antarys disfrutaba paseando por el bosque, amamantando a los lobos, a los ciervos, incluso a los cuervos, a todas las pequeñas bestias que acudían a celebrar su encuentro con la plenitud de su ser. Solían bañarse desnudas en el lago. Recogían estrellas fugaces, y con aquellos pequeños meteoros alteraban delicadamente la realidad para conceder deseos. Reían y bailaban haciendo pequeñas hogueras, bajo antiguos y bellos cantos que atraían seres y ánimas de todo tipo, y recitaban sus hechizos, conjurando todos los enredos, todos los guiones que podían ser alterados con el uso de sus dones. De este modo, cambiaban su suerte y la de otros. Muchas veces ayudaban a los aldeanos, pero también alteraban los acontecimientos si lo consideraban necesario bajo sus propios deseos, manipulando el tiempo, reordenando el espacio.
Antarys conocía a un muchacho desde hacía un tiempo. Él siempre estaba solo, paseando por las afueras de la aldea, sentado en los pilares de agua, lanzando pan a los pájaros. A veces ella se sentaba su lado sin abrir la boca, y entonces él le decía, ‘tienes el sol en los ojos’. Ella sólo mostraba el amarillo de su magia bajo voluntad. Pero aquel muchacho miraba sus ojos negros y le decía: ‘Tú tienes el sol en los ojos. Si tienes el sol en los ojos, quizá lo hayas vuelto loco, o quizá estés loca tú’.
Y Antarys corría, huyendo a la profundidad del bosque. Pasaba las noches mirando a sus hermanas, con sus ojos dorados, penetrando en lo más profundo de su corazón. Conocía sus anhelos, que sentía dentro de sí misma con la pasión exacta que las exaltaba a ellas; conocía sus miedos, que la invadían y torturaban del mismo modo que a ellas, cuando las miraba. No podía con la carga de ver las cosas exactamente como eran, no sabía cómo soportar el sol en los ojos.
Pero en los pilares de agua, el muchacho la miraba y entonces Antarys sentía que se caía. Sentía que se precipitaba hacia una oscuridad absoluta donde no podía ver nada, donde no había luz, donde no había sol. Era casi como poder cerrar los ojos para dormir, para que dejase de dolerle la cabeza, la caída que acababa con el vértigo. No podía conocer nada dentro de aquel muchacho. Podía volver a ser sólo humana y no entender aquel rincón diminuto del universo. Se refugiaba en aquel misterio.
Un día de invierno, el muchacho fue gravemente herido durante la jornada. Un carruaje le atropelló por la tarde, cuando él volvía de uno de sus paseos. Cuando el sol comenzaba a bajar del cielo, el muchacho sopló su último aliento.
Tras escuchar la noticia, Antarys voló hacia el bosque, invocando todas las fuerzas que conocía para que trajeran la noche y con ella la luna al lago. Cuando ésta estuvo en su cenit, Antarys se adentró en las gélidas aguas, hasta quedar bajo el reflejo de la luna. Entonces, haciendo uso de todos su conocimiento absoluto sobre la naturaleza del universo, condensó en el pequeño espacio que ocupaba el reflejo de la luna, toda la materia que fue capaz de movilizar con el alcance de sus poderes, con la energía de la que podía hacer uso. Manipuló la gravedad, alterando el tiempo y el espacio para poder pasar a través de ellos, construyendo así un túnel que la llevó a unos minutos antes del accidente. Antarys apartó al muchacho justo a tiempo, impidiendo que el carromato lo atropellase, salvándole la vida.
Él la miró sorprendido con las primeras luces del atardecer, y recobrando su expresión natural le dijo: ‘Tienes el sol en los ojos. Quizá estés loca’. ‘Lo sé. Padezco migrañas’. Ella miró sus ojos, sintiendo cómo el dolor se desvanecía ante la oscuridad, aliviando la fotofobia en sus pupilas, la tensión en sus sienes. El muchacho le besó la frente. Ella se dio la vuelta y volvió al bosque.
Sabía lo que le esperaba tras un uso de energía semejante. Sabía cómo había alterado las probabilidades, cómo aquellos acontecimientos se dirigían peligrosamente hacia su final más escabroso. No estaba segura de cómo ni cuándo, pero sí sabía que era muy probable. En un último uso grandioso de sus poderes, Antarys se conjuró a sí misma para transmutarse en las aguas que corrían por los pilares. Y allí, en un fondo azul y plateado, en perpetua quietud y calma, donde los rayos de luz no llegaban, Antarys, cuál sirena o sombra de agua entre los peces y las ranas, observaba al muchacho cada tarde, que sentado desde el pilar miraba hacia el agua profunda, dejando a Antarys caer en sus ojos, -ni rastro del sol, ni del fuego- , dejándola dormir refugiada en el misterio de su oscuridad.
Autora: María Benítez Soldevila (Alice Quinn)
Publicado en el Diario de Teruel en el año 2017.
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¿A quién le hablo? ¿A ti a quien amo o a mí a quien odio? Lentos recuerdos de la más triste infancia. Para pensar en ti necesito del prestigio de tus ojos que me acepten, que me reciban con dulzura, porque para pensar en ti necesito tu permiso, tu consentimiento, necesito que me digas que estás bien dentro de mí, que sientes alegría de saberte en mí, aun cuando no estés conmigo, aun cuando me esté vedado cualquier acceso a ti.
Si me dejas, te adornaré como sólo yo puedo: con mi manera torpe, lujuriosa, infantil y alucinada. No hablo sólo de máscaras y pelucas y trajes harapientos y vestimentas reales. Hablo de hacerte vivir en el vértigo de mi memoria, de hacerte representar los papeles más infames y más maravillosos. Quiero que me dejes jugar contigo como una niña loca con su muñeca. Aunque atrozmente idiota, te revelaré historias fabulosas. Junto al viejo fuego, en las tardes de invierno, habrá tus ojos claros navegando por el asombro de narraciones creídas imposibles. Si me dejas, asombraré a tu sombra - hija de tantas otras sombras que conozco más que a mí misma -. Y habrá el frío de siempre, el fuego consumido, pero en mis ojos detallaré la dicha de saberte conmigo. La dicha, el espanto, la humillación de que entre súbitamente mi vecino - un estudiante de medicina - y me vea dialogando a solas, arrodillada, en posición de viajera inverosímil, narrando a solas el cuento de su vida, que a nadie le importa, y menos aún a ti, que escuchas a otros en este instante, dejándome rota y avergonzada con un espejo, un fuego muerto y explicaciones triviales que dar sobre mi locura que es obra tuya.
Por eso te amo y te odio. Mi lenguaje termina en estas expresiones vacías. ¿Cómo sé que te amo y te odio? ¿Qué lo prueba? Además, mis historias no son fabulosas. He aquí una mentira más. Mi atroz infancia es inenarrable pero no exclusiva y ejemplar. Que tuve hambre y sed y frío y sueño y me negaron toda posibilidad de posibilidades, ya lo sabes. No por eso estás aquí. A lo sumo, sentirás piedad por esta sobreviviente que tirita y desea más de lo que humanamente es dado desear. Y aunque vinieras, qué podrías darme, qué podría yo hacerte. No sé, pero es como encender un fuego la sola idea de que me visites, de que duermas conmigo, aunque fuera en posturas fraternales. Pensar que eres todo para mí mientras tú, en algún lejano lugar, como en otro planeta, te alimentas, te vistes, sueñas, haces el amor y mientras en esta habitación todo te evoca, todo te invoca y no respiro ni una sola vez sin que tu rostro suba y baje por mi interior, como si fueras un órgano de mi cuerpo, una función vivificante sin la cual no es posible vivir. Cómo no arrastrarme por las pequeñas calles tristes, sucias, agrias, llevándome una brutal melancolía, un anhelo jadeante, un ardor sin límites.
Eres culpable de haber hecho de ti un vaso de agua inalcanzable para una sedienta que apenas te conocía. Llegas, me hablas, me sonríes, me fascinas: cómo no comprender que tu rostro bastaba para enloquecer a la pequeña huérfana que fui - que soy, que seré - por tu culpa. Me hablas y te vas. Me hablas y te quedas en mí.
-Alejandra Pizarnik. Diarios.
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