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#productos de maquillaje
seofacescr · 1 year
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Compras en línea de productos cosméticos y acceso a las últimas tendencias y estilos
El maquillaje es una parte esencial de la rutina diaria de muchas personas, y comprar cosméticos en línea es una excelente manera de obtener una amplia selección de productos a precios razonables. Ya sea que esté buscando una base, un corrector, un rubor, una sombra de ojos o cualquier otro producto de belleza, puede encontrarlo todo en Internet. Comprar cosméticos en línea puede ser una forma conveniente y rentable de abastecerse de todos sus productos favoritos. Para saber más visítanos en-https://cr.faces.com/cuidado-corporal
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curlymangue · 4 months
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Maquillaje ético: 7 razones para abrazar la belleza sin crueldad animal
Explorando las razones y beneficios de elegir productos veganos y Cruelty-free El maquillaje vegano y libre de crueldad animal, no solo está de moda, también es una de las mejores elecciones que una puede hacer a la hora de comprar, no solo cosmética sino todos los productos de uso diario. Ya que con esta decisión estarás ayudando además de proteger el planeta, algo que parece muy abstracto, si…
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vahairstylist · 7 months
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Regala Belleza: Curso de Automaquillaje con Make Up Vartiz
Este curso de automaquillaje es la oportunidad perfecta para explorar técnicas profesionales y descubrir los secretos para realzar tu belleza natural.
¡Celebra la temporada de fiestas con un regalo único y lleno de glamour! Este curso de automaquillaje es la oportunidad perfecta para explorar técnicas profesionales y descubrir los secretos para realzar tu belleza natural. Verónica Artés, con su experiencia y pasión por el maquillaje, te guiará a través de cada paso, desde la preparación de la piel hasta la aplicación de productos de alta…
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makeupvartiz · 7 months
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Regala Belleza: Curso de Automaquillaje con Make Up Vartiz
¡Celebra la temporada de fiestas con un regalo único y lleno de glamour! Este curso de automaquillaje es la oportunidad perfecta para explorar técnicas profesionales y descubrir los secretos para realzar tu belleza natural. Verónica Artés, con su experiencia y pasión por el maquillaje, te guiará a través de cada paso, desde la preparación de la piel hasta la aplicación de productos de alta…
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soluniversal · 1 year
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Pestañina Rimel Double Lash Extend Mascara Farmasi
✨Destaca tu mirada con este rimel que define y cuida tus pestañas. Se verán naturalmente suaves y peinadas en todo momento. En solo unos minutos, estarás impecable para salir y deslumbrar. ¡Elegir la máscara correcta nunca fue tan fácil! ✅Está compuesta de dos cepillos giratorios de silicona que ayudan a aplicar cantidades precisas de máscara para añadir volumen, alargar yseparar las…
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castawaycherry · 4 months
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holaaa! tengo un request jiji de enzo x lectora
una donde la lectora tenga un tremendo complejo corporal por ser más ancha pero no se da cuenta que en realidad enzo adoraba sus curvas y se lo hace saber (como tu gustes jiji)
Amo este ask!!! como alguien con complejos corporales parecidos me hace muy feliz escribir algo así 🤎
si no te molesta lo quiero convertir en un fic! prometo que la parte dos saldrá hoy también
Alguien como tú- Enzo Vogrincic parte 1
warnings: angst, fluff, mención de inseguridades, age gap (reader tiene 23 y Enzo 30)
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A el le gustaban rubias y flacas como modelo, o eso creías tú..
Conociste a Enzo hace unos meses en el rodaje de La Sociedad de La Nieve, siendo tú una de las maquillistas en el set pasabas bastante tiempo con el, al paso de las semanas empezaste a sentir cosas por el Uruguayo pero sabías que estaba mal, trabajaban juntos y el era unos años mayor que tú, y en el fondo sabías que nunca te haría caso y eso te destruía por dentro, tu sabías que no eras su tipo, le gustaban modelos rubias y tu eras un poco lo opuesto, tenías el cabello negro y tenías curvas, gracias a eso por el resto del rodaje te guardaste tus sentimiento y actuaste siempre lo más profesional posible.
Unas semanas antes de que acabara el rodaje estabas haciendo inventario de todos los productos que faltaban y escuchaste que alguien tocó la puerta del trailer de maquillaje, era una hora después de que acabaron de rodar y todos los actores ya se habían desmaquillado he ido a su hotel, o eso pensabas.
Te levantaste a abrir la puerta y viste a Enzo del otro lado, lo cual te sorprendió pero lo dejaste pasar para evitar que estuviera en el frío.
"Pasa pasa" le dijiste con una sonrisa
El pelinegro asintió y devolviendote la sonrisa entró y se sentó en una de las sillas frente al espejo, no pudiste evitar que tu mirada se quedara unos segundos más pegada a el hombre, era obvio que era un hombre muy atractivo, el pelo negro y largo, sus facciones eran muy masculinas pero finas al mismo tiempo, sus ojos cafés y gentiles, y su espalda ancha, todo eso hacía que tus rodillas te faltarán cada vez que lo veías, tus pensamientos fueron interrumpidos por enzo preguntándote algo.
"Perdón por irrumpir así" se ríe
"Ay Enzo no te preocupes, sólo estaba haciendo inventario pero ya casi acababa" le aseguraste.
Con eso el hombre sonríe, esa maldita sonrisa que inundaba tus pensamientos
"Me alegra no haber interrumpido mucho, te venía a preguntar si querías salir conmigo y los chicos la próxima semana, vamos a celebrar las últimas semanas de rodaje y todos estuvieron de acuerdo que nuestra maquillista favorita tenía que venir, que dices?"
Tu no supiste que contestar y solo te sonrojaste.
Su maquillista favorita?, ósea que hablaban de ti?, el hablaba de ti?.
acordandote que no le habías contestado dijiste que si rapidamente
"Claro que voy! no dejaría solos a mis chicos favoritos"
Con eso Enzo sonrió feliz de que habías aceptado, realmente el quería que fueras más que nadie, desde que te conoció el primer día de rodaje pensó que eras preciosa, pero sabía que tenían una diferencia de edad de 7 años y eso evitó que actuara a favor de sus pensamientos aunque el sabía que no te había podido sacar de su cabeza durante 8 meses.
"Perfecto nena! en la semana te mando los detalles"
dijo levantándose de su asiento y dándote un pequeño beso en la frente, lo cual era bastante usual ya que se había convertido en una tradición que siempre que terminaras de maquillarlo te sonreía y te daba un beso en la frente.
sentiste el calor de tu sangre yéndose directamente a tu cara y rápidamente te volteaste para que no te viera mientras salía del trailer y te dejaba hacer tus cosas.
PERDÓN POR LO CORTO!! PERO QUERÍA CONVERTIR ESTA IDEA EN UN FIC, me encantó la idea y siento que tiene más provecho como fic que como oneshot 🫣🫣 prometo que la segunda parte saldrá hoy en la noche para compensar lo corto de esta primera parte 🩷🩷🩷
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bichotaaseason · 10 days
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califórnica - blas polidori x modelo!lectora.
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quiero clavar mis colmillos en tu carne, morena. / quiero hacerte el amor en una sala de espera.
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resumen: blas y tú se han visto en sesiones de fotos las veces suficientes para sentir atracción. pero nunca antes con ropa tan provocativa, ni con un director de fotografía que demande acciones tan... provocadoras.
wc: 3.3k
warnings: español neutro (ish), relación indefinida, nsfw (18+), sexo sin protección (chulo en teoría pero no lo practiquen amores), blas con mommy kink!!, risky sex, semi-público, dos idiotas bien pero bien horny.
A/N: eeeem yo usualmente escribo en inglés y para otros fandoms peeero @chiquititamia me dio tremendo brainrot con mommy kink!blas entonces tuve que hacer esto + tengo califórnica en repeat constante. cualquier retroalimentación es muuuy bienvenida ♡
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now playing . . . califórnica - la guasana ciega
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Por lo que Blas conocía de la marca, modelar para Diesel iba a ser… distinto. 
La ropa era de denim mayormente rasgado, con acentos en brillantina y colores que iban desde tornasol a neones brillantes. Pero lo que él veía como un mayor desafío era lo provocativo que solían ser las campañas. Cuerpos expuestos y brillantes simulando el efecto de sudor, manos atrevidas que podían hacer que cualquier peatón volteara la cabeza completamente para fijarse bien en el anuncio. 
Aún así, aceptó el contrato, sintiendo su estómago retorcerse por la emoción hacia lo desconocido. Era un reto, un buen reto. Era el tipo de adrenalina que muchos buscaban en las drogas o en la velocidad de un vehículo, sin importar las consecuencias en ambos casos. 
Sentado en el camerino del estudio los nervios disiparon con la música y la plática a su alrededor, su autoestima estaba igual de reluciente que el producto que le aplicaban en su torso desnudo. 
Hasta que entraste tú. 
Al sonido de la puerta, simplemente miró hacia un lado sin mover la cabeza, todavía concentrado en la manera que se movían los dedos de la estilista para definirle los rizos. Pero la voz de la directora creativa hablando directamente con él hizo que, por respeto, volteara su atención hacia el umbral desde que dejaron de trabajar en su aspecto. 
La mujer te presentó como su compañera del día, riéndose que debían actuar como pareja, y como respuesta su garganta se secó significativamente mientras dabas pasos lentos pero seguros hacia el. 
¿Era su imaginación o estudio estaba más caluroso? Según el recordaba el efecto del sudor era por maquillaje. 
Lo saludaste con una cierta felicidad, esperando que te recordara de otras sesiones pasadas que compartieron. El recordatorio de tu nombre se deslizó de tus labios como un cántico de los dioses, tu sonrisa más brillante que cualquiera de los productos colgados en perchas y modelos que se tomaban sus fotos antes que ustedes. 
Si no estuviera tan hipnotizado se hubiera dado cuenta la manera en la que tus labios se curvaban, convirtiendo tu sonrisa dulce en una con intenciones más profundas. También se hubiera dado cuenta como tus ojos examinaban cada centímetro de piel expuesta de su torso antes de que debían volver a su puesto; tú teniendo que ser arrastrada a otra silla a comenzar de inmediato con tu maquillaje. 
En ese momento, mientras veía de reojo por el espejo como te quitabas la camiseta oversize para quedarte solamente en el sostén de una tela casi transparente, Blas empezó a sacar las cuentas; ¿cuándo había sido la última vez que había cogido? No debió haber sido hace tanto, al menos no lo suficiente para sentirse así de caliente. 
Tuvo que empezar a recordar escena por escena la primera película de Shrek para poder disipar cualquier posibilidad de una erección. Tantas mujeres que había visto usando solo un par de pantysitos, y nadie había sacado una reacción tan adversa dentro de él. 
Pero para su alivio— proseguido por horror— pronto estaba a tu lado de nuevo, estilistas dando los últimos retoques. El solo portaba unos jeans anchos que dejaban ver el elástico de la ropa interior de la marca y un tank blanco demasiado cropped para su gusto, pero tus piezas consistían en unos jeans que parecían esculpidos a tus piernas y un micro top de la misma tela que apenas sostenía y cubría tus pechos en la posición perfecta. 
Él sabía que debía mirar hacia el techo durante la espera, pero tu voz simulaba un ronroneo mientras intentabas sacarle conversación, saber más de cómo estaba desde la última vez que se vieron. Su mirada se dirigía hacia abajo para mirarte, hasta con tacones el te sacaba una diferencia de tamaño, y por ahí mismo le daba una ojeada a tu escote. La piel brillante bajo las luces profesionales simplemente hacían que se le aguara más la boca. 
Y de nuevo a rogarle a su mente que empiece a relatar Shrek, esta vez la segunda película. 
Observaste su sesión en solitario de reojo; no eras tonta. Te diste cuenta como te examinó de arriba a abajo el momento que pisaste el camerino, y te pareció simplemente adorable. 
Tu adición a la campaña fue repentina; una de las modelos originales no contestaba el teléfono el día antes, y tu agente siempre había sido muy oportunista. Se sintió como si los astros se hubieran alineado para tu participación, considerando que la otra sesión que tenías había sido movida para el día siguiente. 
Saliste de tus pensamientos al oír al director preguntar por ti, indicando tu entrada junto a tu compañero frente a la cámara. Blas escuchó atentamente las indicaciones antes de posar, aprovechando lo apropiado que se consideraba tocarte en esta situación. 
Sus dos pares de cejas se fruncieron cuando el director creativo mandó a detener por un momento el trabajo, indicando a una asistente algo y apuntándote. 
“¿No le habrán enseñado en su casa que es de mala educación apuntar a los demás?” Le comentaste a Blas en voz baja, mirando hacia arriba para notar la manera en la que te miraba embelesado. El no pudo evitar reírse, el sentimiento de emoción propagándose como una enfermedad hacia ti, uniéndote en sus risitas. 
El fotógrafo captó algunas tomas de esa escena genuina antes de que un asistente viniera a tu lado. 
A Blas nunca se le había muerto una risa más rápido seguido del momento que presenciaron sus ojos; una corta conversación mientras la asistente te ajusta la tanga que traías para que los hilos sean visibles por encima del borde del pantalón que reposaban en tu cintura baja, la diminuta D brillaba bajo las luces. 
“Ahora si; esta vez, denme más pasión.” El director del rodaje comenzó. “Como si se quisieran arrancar la ropa uno al otro.” 
“No debo fingir mucho, no.” Tu voz era apenas un hilo de lo que era hace unos minutos cuando conversaban, pero Blas logró entender perfectamente lo que decías. Su garganta volvió a secarse, pero estar de frente a la cámara le da un cierto delirio de grandeza que no pudo controlar. 
Su mano ya se encontraba ubicada en tu cadera, y lo miraste cuestionante al sentir el movimiento de su tacto. No pudiste evitar el rubor que te subió a las mejillas al sentir como jugueteaba con uno de los hilitos de la tanga negra, recibiendo elogios del fotógrafo. 
Bajo el pretexto de brindar una mejor toma estiraste tus brazos para reposar en su hombros, tu espalda curveando para descansar tu pecho en contra del suyo. La manera en la que te miraba resultaba intoxicante, su mano soltando la tira para deslizarse dentro del bolsillo trasero del pantalón. 
“Van muy bien chicos, necesito una toma de los dos de frente antes de seguir contigo, dulzura.” El director se refirió a ti, pero aún así ambos asintieron ante las órdenes. Un quejido amenazó con salir de tus labios al momento que no sentiste su tacto en tu piel, pero obviamente resististe, dejando su mirada mientras te volteabas. 
Las primeras tomas fueron con poses rígidas antes de volver a la corriente artística de la marca, las indicaciones que recibieron fue aún más atrevimiento. Pegaste tu espalda cerca a la suya, tu cabeza reposando contra su hombro. Las palabras de agrado y aliento para dar más. Más pasión, más lujuria. 
Sentiste su brazo cruzar a través de tu pecho para mantenerte cerca, justo antes de inclinarse y hundir sus dientes en la piel de tu hombro. El director silbó complacido, pidiéndote mantenerte seria mientras mirabas directamente hacia la cámara con tus dedos colándose entre los rizos, para luego pedirle a Blas que dirigiera su mirada hacia arriba. 
Un gemido se quedó estancado en tu garganta, su otra mano reposando en un punto vulnerable de tu abdomen expuesto. Pero antes de que pudieras seguir fantaseando, le urgieron a tu compañero que saliera de la toma para captar el resto de las imágenes individuales. 
Seguiste la sesión como era habitual, pero el latido de tu corazón en tus oídos ensordecía las palabras del director. Sentías sus ojos quemando tu piel, pero no dejaste que sintiera la inseguridad cuando caminaste hacia él, asintiendo mientras uno de los asistentes los dirigía hacia una sala de espera. 
“Van a revisar su sesión, si todo está bien, les enviaré a alguien para que les quite las piezas. Cuidado con cerrar la puerta por completo, se queda trabada.” Dijo la muchacha antes de dejarlos entre percheros de ropa y un solo sillón de cuero en el fondo de la habitación. Estarían solos por un buen rato, faltaba el resto de su grupo y revisarán las fotos por si faltaba algo o requerían una sesión grupal. 
“¿Nos sentamos?” Ofreciste, apuntando hacia el mueble con tu cabeza. 
Blas asintió, dejando que camines enfrente de él. Es hombre, sus intenciones eran obvias, y no tenías miedo ni vergüenza en dejárselo saber. “No empieces con el acto caballeroso si lo vas a usar para verme el culo,” 
Te reías suavemente en la manera que quedó pasmado, parpadeando lentamente. “No te pongas tímido ahora, muñeco.” De nuevo tu voz salió como un ronroneo, y de nuevo se le secaba la garganta. 
Sus ojos escaneaban como cruzabas las piernas, tu mano daba palmaditas al espacio vacío al lado tuyo en el mueble. Lo mirabas atentamente cómo tomaba el lugar, sentado de la misma manera que tú para mirarte directamente. 
“¿Por qué tan tímido ahora, hm?” Tu mano se extendió para tomar su cara entre tus dedos. “Frente a la cámara te sentías muy seguro agarrando mi tanga.” 
Blas te miraba hipnotizado, como si fuera un pobre marinero hechizado por un canto de sirena. Notaste de inmediato cuando sus ojos bajaron hacia tus tetas, sacando una risa burlona de tus labios. 
“Mis ojos están aquí, ¿eh?” Sus mejillas se tiñeron de un rojo más profundo ante tu comentario, y sentías bajo tu pulgar como se le calentaba la piel. 
“Perdón.” Fue lo único que le salió decir, sus ojitos dulces mirándote con una aparente inocencia. 
“¿Por qué te disculpas, bebé?” Tu voz era dulce, contrario al pulgar que trazaba una línea en su labio inferior. “Ambos sabemos que no estás arrepentido.” Te acercaste más, tu otra mano reposaba sobre su erección, restringida por los jeans. 
“¿O me equivoco?” Lo miraste a través de tus pestañas, parpadeando lentamente. Notaste como tragó en seco, antes de asentir. “Usa tus palabras, nene.” 
“No,” Su voz salió como un suspiro, y la manera en la que tu cara se llenó de satisfacción y orgullo lo hizo sentirse aún más caliente. 
“Que bueno eres,” Elogiaste, viendo como se inclinaba más hacia tu tacto. Tu sonrisa se anchó al ver como partía sus labios para tomar tu pulgar entre ellos, succionando tímidamente. “E inteligente.” 
“Gracias,” El mismo tono de voz resonó en la habitación mientras sus ojos no se apartaban de los tuyos, y tú solamente podías sentir un cosquilleo en tu abdomen bajo. 
Para su desgracia, tus manos volvieron a tu costado, e intrigado observó cómo te levantabas del mueble. ¿Había hecho algo mal? Blas se preguntaba, el sonido de los tacones llenaba el silencio de la habitación. 
Hasta que te apoyaste en la puerta, cerrándola completamente. 
“Oops,” Te encogiste de hombros con una risita, prácticamente trotando de vuelta hacia el. Tu risa era contagiosa, pero te miraba un poco confundido. 
“¿Vas a dejar la timidez ahora? Soy solo yo.” Cuestionarse mientras prácticamente te le trepabas encima, sentándote en su regazo, una pierna a cada lado de su cuerpo. 
‘Ese es el problema’ pensó, pero respondió con cierta seguridad. 
“Creo que sí,” admitió con un poco de vergüenza, sus manos dirigiéndose a tus costados, sintiendo una calidez en su pecho por tu aprobación. 
“Me avisas; si no, saco una cámara,” Bromeaste— pero si él quería, no era broma— antes de inclinarte aún más cerca de sus labios, permitiéndole cerrar la corta distancia entre ustedes. 
Blas no desperdició ni un segundo, con miedo a que te arrepintieras, como si no eras la que estaba haciendo toda la gestión para seducirlo. Sus besos eran desenfrenados, demostrando toda su desesperación. El estado de frenesí que envolvió su mente prácticamente hizo que sus manos tomaran vida propia, dedos largos hundiéndose en la piel de tus caderas, jugando con la pretina del pantalón. 
Soltó un quejido cuando tus labios partieron de los suyos, pero sus quejas quedaron opacadas por la sonrisa gigante que se amplió en su cara cuando tus manos alcanzaron los dos botones que mantenían a la excusa de blusa en su lugar. No pudiste evitar soltar una risa; nunca habías visto a nadie tan hipnotizado ante tener tus tetas de frente. 
“¿Qué pasa?” Preguntaste genuinamente, empezándote a preocupar. Tus palabras sacaron a Blas de su trance, las manos que ocupaban su lugar en tu cintura delineando tu torso antes de colocarse suavemente en la piel suave de tu pecho, suspirando. 
“Están preciosas,” Su voz se mezcló con una exhalación, inclinándose para besarte el cuello. Pronto, sus afectos empezaron a descender por tus clavículas para finalmente plantarse en tus pechos. La manera en la que su lengua jugueteaba con tu pezón era suficiente para que tu columna se curvara, brindando un mejor ángulo. Su otra mano jugueteaba con el otro, y ahí decidiste prestarle atención al segundo latido que habías desarrollado, colocando una de sus piernas entre las tuyas. 
Notaste que soltó un gemido por la vibración en contra de tu pezón cuando empezaste a moverte en su muslo, sin darte cuenta que tu rodilla estimulaba contra el bulto en su entrepierna. Era una sensación de alivio momentáneo, pero te concentraste más en notar como tu compañero se encontraba más placer en comerse tus tetas. Al llegar a esa conclusión fue como si un bombillo se encendió en el tope de tu cabeza, y decidiste halar más coraje para tantear en tus sospechas. 
“¿Te gustan, bebito?” Preguntaste entrecortadamente. “Cualquiera cree que tienes días sin comer,” Prestaste atención a su reacción, considerando que estabas solamente probando las aguas. 
Él se limitó a asentir, ojos suaves mirándote por un segundo antes de cambiar de lado. “Respóndeme, si te quedas ahí pegado todo el tiempo te vas a quedar sin respirar.” Lo desafiaste, agarrando su mandíbula con tu mano. 
“Si,” Ahora era su turno de ronronear, parpadeando rápidamente con dulzura como lo habías hecho antes. 
“¿Si qué?” Si querías adentrar solamente la puntita de tus dedos al agua de tus sospechas, ahora estabas prácticamente hasta la cintura en ella, lista para sumergirte. Era como si su mente se había descompuesto por un momento, la nuez de Adán tan pronunciada en él rebotó mientras tragaba en seco, viendo como tu mano agarraba su duro miembro aún cubierto por el asfixiante denim. 
“Sí, mami.” Su voz bajaba otro decibel y no hubieras percibido las palabras que dijo con tanta vergüenza, pero te conformaste por ahora. 
“Tan lindo,” Tu voz salió como un dulce arrullo mientras tu mano jugaba con el cierre del pantalón, y él se apresuró a ayudarte a deslizarlo lo suficiente hasta abajo. 
Empezaste a tocarlo por encima de la ropa interior, viendo como echaba su cabeza hacia atrás, sus caderas se levantaban por la desesperación. “Por favor…” El gemía suavemente, sus plegarias evidentes en lo que necesitaba. 
Pero tú decidiste fingir demencia, levantando una ceja. “¿Hm, por favor qué?” Él te miraba como si estuvieras loca, pero al mismo tiempo con cierta obsesión en la manera que le hablabas. 
“Mami, por favor.” Rogó entre respiraciones entrecortadas, y no pudiste hacer más que quitarte de su regazo. Sabías que rogaba para que lo masturbaras, pero el miedo de manchar los jeans que costaban más de cien pavos era demasiado. 
Blas observó cómo te desabrochaste el pantalón, su miembro prácticamente palpitando al ver cómo te quedabas usando única y exclusivamente la tanga negra junto con los tacones que se te asignaron para la sesión. 
En ese momento, él juraba que se podía morir ahí mismito o que quizás ya tuvo un derrame y todo esto son delirios por la falta de oxígeno. Confirmó que no cuando te colocaste de nuevo en su regazo, tus manos actuaron lentamente para quitarle la pieza de ropa interior, ya manchada por el líquido preseminal que rodaba cálidamente por su punta. 
“Mírame,” Comandaste mientras movías la tanga hacia un lado, rozando su punta con tu entrada. El obedeció sin ninguna queja, labios ligeramente separados, los cuales dejaron escapar un gruñido bajo al sentir la calidez que proporcionaban tus paredes. 
“¿Se siente rico, hm?” Suspiraste, intentando suprimir un lloriqueo ante la profundidad de su miembro. No podías enseñar ninguna debilidad cuando lo tenías comiendo de la palma de tu mano. No era el más grueso, pero tenía una leve curvatura que te estaba volviendo loca. 
“Si, mierda—“ Notaste que aprendió a usar sus palabras, y eso fue suficientemente bueno para que movieras tus caderas en un círculo, la acción sacando gemidos de ambos. 
Tu mente se ausentó de la realidad, olvidando completamente que en la habitación posterior había un sin fin de personal y modelos por igual, dejandote guiar por el placer de por fin saciar tu deseo por el muchacho debajo tuyo, después de tantas sesiones compartidas en las que él se dejaba influenciar severamente por su timidez y no daba el primer paso. 
La manera en la que empezabas a subir y bajar la longitud de su miembro lo estaba volviendo loco, y tuvo que ocupar su mente en otra cosa para no acabar en ese preciso momento, sus dedos hundiéndose en tu cadera de una manera que te preocupaba si iba a dejar alguna marca. Pero dedujo de la manera en la que tus cálidas paredes lo apretaban que te encontrabas en una situaciónn similar. 
“Déjame ayudarte, mamita,” Blas dijo gentilmente, notando la manera en la que tus rodillas falseaban, el ritmo con el que empezaste había ido disminuyendo significativamente. 
Asentiste, dejando que él mismo fuera el que te tumbara para recostarte en el sillón de piel, la sensación de la tela pesada era ligeramente asfixiante. Aunque eso no perduró mucho desde que Blas te volvió a penetrar, forzando al aire de tus pulmones a comprimirse significativamente. 
No pudiste evitar rodar tus ojos hacia atrás, tus uñas— hechas a la perfección para la sesión— hundiéndose en sus brazos para descargar el placer abrumador que llegaba a cada esquina de tu ser. 
“Sigue así, se siente muy rico,” El elogio salió como algo cercano a un lloriqueo, y ya no podías aguantar más. 
“¿Dónde?” Logró preguntarte dentro de su propio placer cegador, y no tuviste que pedir ni una onza más de contexto para reclamar. 
“Dentro.” Las palabras que salieron de tus labios parecían demasiado buenas para ser verdad; aún así, Blas no iba a desaprovechar la oportunidad y siguió tu mandato sin queja alguna, pintando de blanco cada curva de tu interior. 
Colapsó encima tuyo, y tú no tuviste más remedio que arrullarlo en tu pecho, murmurando palabras dulces mientras ambos se recomponían. 
Justo ahí, sonó la puerta. “¡Se quedó estancada otra vez!” Pudieron oír a uno de los asistentes anunciar del otro lado mientras prácticamente volaban para volver a ponerse la ropa. 
“¿Qué vas a hacer después de aquí?” Blas rompió el silencio mientras ambos observaban y escuchaban como intentaban forcejear la cerradura de la sala de espera con un cierto aire espeso comparado al que había a la llegada de ambos. 
Lo miraste con curiosidad, alzando una sola ceja como modo de respuesta. “¿Salimos a cenar?” 
Tu sonrisa, la que era realmente genuina, hizo que se le ablandara el corazón. Tu movimiento de cabeza para asentir fue más que suficiente para que se inclinara, demandando un beso, compartiendo tu misma expresión de júbilo. 
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deepinsideyourbeing · 23 days
Note
se q debes tener muchismos pedidos pero vi este tiktok y no me podia aguantar 😫
https://vm.tiktok.com/ZMMGGub7N/
imaginate un smut con dark!enzo 🫦
Lights out, headphones on ♡
+18! Dark!Enzo + CNC. Leer con precaución.
Los corredores del teatro son oscuros y el escalofríante eco de tus pasos te hace abrazar los ramos de flores con más fuerza, ignorando las espinas de las rosas y el dolor en tu piel. Cuando cerrás la puerta de tu camerino te encontrás con la última persona que desearías ver después de la función y suspirás.
-¿Qué haces vos acá?
-¿Qué te parece que hago?
-Cualquier cosa menos disculparte por romperme el vestido- señalás las costuras deshechas de algunos parches del traje que utilizaste para la obra-. Casi me dejás en bolas.
-Y vos casi me dejás ciego- señala su ojo derecho, desprovisto del lente de contacto que cayó luego de que accidentalmente lo golpearas.
-Ya te pedí perdón… ¿Te podés ir? Me quiero cambiar.
Cruza sus brazos sobre su pecho, prácticamente sentado sobre el tocador donde dejaste tu maquillaje y otras pertenencias. Entrecerrás los ojos cuando te encontrás con el espacio vacío donde jurás haber dejado tu teléfono, pero elegís ignorarlo y también intentás ignorar la presencia de tu compañero.
Dejás las flores sobre una silla libre y evitás hacer comentarios cuando Enzo toma una rosa para jugar con sus pétalos. Ocupás la silla frente al espejo y tomás los productos necesarios para retirar tu maquillaje, preguntándote si sería terrible abandonar el edificio aún maquillada y abordar el transporte público así.
-Linda la escena de la luna, ¿no?
No puede verte pero le sonreís a través del espejo, más relajada.
-Esa me gustó, sí.
Un silencio extraño e incómodo se instala en el aire y cada pocos segundos lo interrumpe el sonido de los pétalos que Enzo arranca con fuerza. Fingís no darle importancia porque sabés que siempre hace todo lo posible por molestarte, desde jugar con tu vestuario hasta llegar tarde o ausentarse de los ensayos, y mostrar enojo sólo alimentaría su accionar.
Los minutos corren y la tarea de ignorarlo se vuelve cada vez más sencilla, más natural, hasta que casi olvidás que te acompaña y cubrís tus ojos con unos pads desmaquillantes. No podés verlo pero oís sus pasos alejándose y el sonido de la puerta cuando la cierra, dejándote por fin sola y libre para cambiarte en paz.
Dejás caer tus hombros, que estaban tensos desde que comenzó el segundo acto, y suspirás hasta sentir que ya no hay oxígeno en tu cuerpo. Podés oír muy a lo lejos cómo todo el mundo abandona las instalaciones del teatro y te preguntás dónde estará la llave de la salida de emergencias, la cual esperás no volver a necesitar.
Estás por retirar los discos de algodón en tus ojos cuando te sorprende un sonido a tus espaldas: una respiración silenciosa e inquietante que logra helarte la sangre y erizar tu piel. Tu reacción es lenta y no lográs voltear porque unos dedos toman tu cabello para empujarte contra el tocador, aturdiéndote en el proceso.
-¡¿Qué hacés?!- gritás en cuanto el rostro de Enzo entra en tu rango de visión, interrumpiéndote sólo para quejarte cuando captura tus muñecas con su otra mano y ejerce presión sobre tu espalda-. ¡Soltame!
-Callate- y el pequeño movimiento de su rostro te obliga a mirar en la dirección que señala, encontrando un cuchillo a pocos metros de distancia.
-No- negás-. Enzo, no.
Pero te ignora.
Contenés la respiración cuando sentís sus dedos danzando desde tu cabello hasta tu espalda, buscando el cierre de tu vestido y tirando de este con la fuerza suficiente para romper el traje en cuanto lo hallan. Te quejás y él emite ese irritante sonido siseante con el que siempre te molesta, obteniendo resultado por primera vez en años.
Sus manos frías deslizándose entre la tela y tu piel te hacen temblar violentamente y te estremecés aún más cuando te desnuda con lentitud. Las bajas temperaturas impactan en tu cuerpo y cuando Enzo tira de tus muñecas para enderezar tu postura lo primero que ve, reflejados en el espejo, son tus pezones erectos. Sonríe contra tu hombro y su mano repta por tu brazo de manera espectral.
-Qué linda que sos así- roza tu pecho y te sacudís para evitar el contacto, enfureciéndolo y provocando que tire con fuerza de tu ropa para romperla aún más-. Tendría que haber hecho esto en el escenario, ¿no?
Una lágrima corre por tu mejilla y cuando estás a punto de responder se lleva un dedo a los labios.
-Nadie te va a escuchar.
-Enzo…
-Portate bien- advierte, rodeando tu cuello con su brazo antes de liberar tus muñecas para permitir que tu vestido caiga al suelo-. No querés que te lastime, ¿o sí?
En un movimiento fugaz abraza tu cintura y te sostiene contra su cuerpo, imperturbable ante tus uñas enterrándose en su brazo y la fuerza con la que luchás para zafarte de su agarre. El ángulo en el que te dejó le permite tomar la última prenda que cubre tu cuerpo, esa delicada pieza de lencería color negro, para luego destrozarla de un tirón.
-Por favor, Enzo- golpeás su brazo con tus palmas, desesperada y sintiendo que tus piernas pierden la fuerza-. No voy a decir nada, te lo juro.
Su mano emprende su ruta en tu hombro, bajando por tu espalda y deteniéndose en la zona de tus costillas por unos pocos segundos, continúa por tu cadera y luego masajea tus glúteos con fuerza antes de colarse entre tus piernas para acariciar tu centro. Te retorcés, avergonzada y aterrada, pero es en vano y pronto sentís la erección del mayor contra tu cadera.
-¿Por qué estás mojada, chiquita?- inquiere contra tu piel. Sus dedos amenazan con colarse en tu interior y rozan de manera provocadora tu clítoris-. Vos querías esto, ¿no?
Las lágrimas que hacían arder tus ojos ahora brillan en tus pestañas y corren libremente por tus mejillas, humedeciendo también tus labios y llenando con su sabor el interior de tu boca cuando los mordés. No sos consciente de que estás regalándole a Enzo la imagen más excitante que vio en toda su vida pero mucho no importa, porque él se va a encargar de que hacértelo saber.
Aún aferrándose a tu cintura y sin importarle tu peso corporal manipula tu cuerpo como si se tratara del cuerpo de una muñeca de trapo, como si vos aún fueras el personaje que interpretaste sobre el escenario y estuvieras dispuesta a permitirle todo, tal como lo hacía el interés romántico de su personaje en la obra.
Con su otra mano te obliga a separar las piernas y luego rasga su propio traje para poder liberar su dolorosa erección. Toma su miembro y se asegura de dibujar sobre tu piel con las gotas de líquido preseminal que brotan desde su punta y brillan bajo la tenue iluminación de la habitación.
Encontrás sus ojos en el espejo y por un breve segundo se detiene..., pero dejás ir tu oportunidad.
Sin preparación previa se introduce en tu interior de una sola estocada y cuando gritás cubre tu boca, ocupándola con sus largos dedos para silenciarte. El ardor de tu entrada es insoportable y tu interior tarda en acostumbrarse a su tamaño, permitiéndote sentir sus venas y su palpitar entre el calor de tus paredes.
Mueve sus caderas unos pocos milímetros y el aleteo de tus pestañas aún húmedas te delata tanto o más que el casi inaudible gemido que opacan sus dígitos. Besa tu cuello y...
-Yo sabía que eras una putita.
Perdón, perdón, perdón.
taglist: @madame-fear @creative-heart @recaltiente @llorented @delusionalgirlplace @chiquititamia @lastflowrr ♡
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seofacescr · 9 months
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Las 10 mejores tiendas de cosméticos en línea para productos de belleza asequibles y de calidad
En esta publicación de blog, exploraremos las mejores tiendas de cosméticos en línea que ofrecen productos de belleza asequibles y de alta calidad en Costa Rica. En Faces Costa Rica, entendemos la importancia de encontrar los productos de belleza perfectos sin gastar mucho dinero. Ya sea que esté buscando la mejor tienda de cosméticos en línea, la mejor tienda de maquillaje en línea o los mejores productos de belleza facial, lo tenemos cubierto. A continuación presentamos un vistazo más de cerca a las 10 mejores tiendas de cosméticos en línea para todas sus necesidades de belleza: Continuar leyendo por favor visítenos en:https://penzu.com/public/5111e67814ae25ae
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vahairstylist · 9 months
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Descubre la Magia del Automaquillaje: Un Curso Exclusivo en Tu Propio Hogar con Verónica Artés
Imagina tener la oportunidad de aprender de una maquilladora profesional de renombre internacional. Verónica Artés, maquilladora de NavarraTV, DANZ, Got Talent España y muchas otras celebridades, te guiará a través de un emocionante viaje de belleza. Este
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makeupvartiz · 9 months
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analisword · 4 months
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high infidelity (Enzo Vogrincic x Fem Reader)
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Capítulo 12:
—¡Corte!—gritó el director, Enzo bajó los hombros al escucharlo, rezando por dentro que no les pidiera repetir la escena, esta era la séptima vez consecutiva que la grababan—. Se queda, Enzo, por favor ve a que te retoquen el maquillaje, podría freír un huevo en el brillo de tu frente. 
Enzo asintió y caminó directo a su camper, agradeciendo que no se encontrara muy lejos del sitio que estaban filmando.
—Retoque—dijo entrando al camper, Lucía echó la cabeza hacia atrás cuando escuchó la indicación, nadie estaba contento de tener que trabajar en domingo.
—En verdad, no entiendo cómo tu cara puede producir tanto brillo—dijo ella pasándole un algodón con desmaquillante, pues si aplicaba más polvo encima del que ya tenía, su piel se vería craquelada. 
—No es mi culpa, te juro que las lámparas de hoy están más potentes  que nunca—se quejó, aún le dolía un poco la cabeza por la potencia de las luces. 
—Bueno, entonces es culpa de Julio, hoy están grabando más temprano de lo normal, muy apenas hay luz natural—dijo ella comenzó a aplicar producto sobre la piel de Enzo, él sintió que en cualquier instante caería dormido, se había desvelado con Alana la noche anterior leyendo y comiendo. 
Se puso nervioso de sólo pensar en ella, no hacía mucho que la chica se había ido para hablar con Sebastián, no podía dejar de preguntarse cómo estarían saliendo las cosas, checó su celular pensando que tal vez encontraría algún mensaje de ella, pero no había nada, ¿cuánto era el tiempo estimado para terminar con una persona?
—¿La reina no te ha respondido?—preguntó Lucía juguetonamente, Enzo rodó los ojos, Lucía más que su maquillista, era su amiga, la conocía desde la preparatoria, cuando ella hacía su maquillaje para obras de teatro, habían trabajado juntos desde entonces. 
Era cierto que Lucía podía ser una chica algo explosiva e invasiva, pero conocía su piel como nadie más, también era la única que sabía toda su historia con Alana.
Enzo se limitó a volver a cerrar los ojos, las imágenes de la noche anterior invadieron su mente, Alana abriendo sus regalos, él cocinando para ella y ellos en la cama leyendo hasta quedarse dormidos, despertar junto a ella se había sentido maravilloso y no podía esperar más para poder hacerlo más frecuentemente sin ningúna barrera de por medio. 
—Escucha, antier hablé con ella—dijo Lucía. 
Enzo se irguió de golpe, Lucía podía llegar a ser algo imprudente. 
—¿Por qué?—preguntó Enzo ofendido, por más que apreciaba a Lucy, odiaba que se metiera en sus cosas, sobre todo si se trataba de su situación con Alana, era algo que sólo ellos dos podían entender. 
—Porque sos mi amigo—dijo—. Porque no me gusta verte mal por ella, sé que te gusta, pero ella tiene novio. 
—Ahora entiendo por qué te contestó de la forma que lo hizo, ella no es así—dijo Enzo atando cabos, aunque había sido bastante chistoso ver a Alana enojada y celosa, había sido extraño verla siendo grosera—. Dios, Lucy, ¿qué tanto le dijiste?
—Pues nada que no sepas—dijo ella pasando una brocha por debajo de sus ojos—. Enzo, lo que están haciendo no está bien. 
—Sólo han sido unos besos—dijo él sin querer tocar el tema a profundidad, sabía que era algo más que besos, no era algo meramente físico, Alana le gustaba de verdad y  lo sentimientos que tenía por ella rebasaban  el nível físico. 
—De todas maneras, ¿qué te hace pensar que no hará lo mismo contigo si es que llegan a estar juntos?
—Suficiente, no me apetece para nada seguir hablando de esto—replicó, suficiente tenía con estar desvelado, la ansiedad de qué estaría sucediendo con Alana y Sebastián como para seguir escuchando los comentarios de su amiga. 
—Ya, sólo quiero que vos seas feliz—dijo Lucía, ella y Mayra (la novia de Lucía) siempre lo habían apoyado, sobre todo en su última relación. 
—Alana me hace feliz—respondió, no pudo evitar sonreír al mencionarla, Lucía detuvo la brocha, inclinó la cabeza y lo observó durante varios segundos. 
—Mierda, en verdad te gusta—dijo ella—. Se te ilumina la cara al mencionarla. 
—Seguramente es el sebo de mi cara—respondió él riendo.
—Pelotudo—negó con la cabeza y continuó su trabajo—. Bien, sólo espero que las cosas salgan bien y los medios no empiecen  interferir. 
Enzo bufó al escucharla, ni siquiera se había molestado en pensar en eso, su mundo podía ser bastante dramático, aún recordó toda la polémica que se formó la última vez que tuvo una relación, odiaba tener que arrastrar a Alana a ello, sólo esperaba que fuera un riesgo que ella estuviera dispuesta a tomar. 
—Justo ahora está terminando con Sebastián—informó él, Lucía levantó las cejas al escuchar la declaración. 
—Oh, bueno, al menos ella también va en serio. 
—Tengo planeado llevarla a una cita esta misma noche—dijo él, Lucía hizo una mueca. 
—Ehh, adoro tu entusiasmo, pero Enzo, que Alana vaya a romper con su novio no significa que no vaya a estar triste al respecto, llevaban una eternidad juntos por lo que me has contado, quizá no le apetezca mucho. 
Enzo la escuchó con atención, no podía negar que encontraba sentido a lo que su amiga acababa de decirle, se sintió un poco idiota por no haber pensando en ello.
—Sólo digo que revisés cómo estará la pobre chica—dijo. 
—Ah, ves que sí te agrada—dijo él empujándola. 
—No puedo negar que tiene carácter—respondió Lucía rodando los ojos. 
El resto del retoque de maquillaje Enzo se la pasó mandando mensajes a Alana, principalmente preguntándole que cómo estaba y si todo iba bien, comenzó a preocuparse cuando notó que los mensajes no le estaban llegando. 
—Julio no tarda en llamarte, ya terminé de maquillarte—dijo Lucía guardando algunos productos—. ¿Qué pasa?—preguntó al notar la expresión de Enzo. 
—No le llegan mis mensajes.
—Quizá anda distraída terminando con el novio, ¿no?
Pero algo le decía a Enzo que eso era improbable, Alana siempre le respondía cuando él le preguntaba sobre su estado de ánimo. 
—No lo sé, esto no me está gustando—dijo nervioso. 
—Tranquilo.
—¡No puedo!—replicó agitado—. Tengo un mal presentimiento. 
—Se llama ansiedad—dijo Lucía—. Llámale. 
Enzo presionó su contacto inmediatamente.
—Me manda a buzón directamente—dijo observando a Lucía.
—Oh, no, no me gusta esa mirada. 
—¿Qué mirada?—preguntó él alterado. 
—¡Esa! 
Enzo sabía que estaba abriendo los ojos más amplio de lo normal, también sentía su respiración agitada y que la nuca le picaba, era justo como se sentía cuando estaba apunto de cometer algo impulsivo. 
—No puedo más, iré a su depa—dijo parándose abruptamente de la silla. 
—Te diría que le des su espacio a Alana, pero sé que no hay manera de hacerte cambiar de opinión. 
Cuando algo se le metía a la cabeza, nada lo sacaba de ahí, y ahora mismo lo único que podía pensar era que necesitaba saber que Alaa estuviera bien. 
No le importó que aún tuviera maquillaje en el rostro o que aún no terminaran de grabar, simplemente le avisó al director que tenía que irse de emergencia, Julio lo miró con cara de pocos amigos por un segundo pero lo dejó ir inmediatamente al notar su clara preocupación, el viaje se le hizo eterno, sabía exactamente en donde vivía Alana gracias a todos los taxis que le había pedido con anterioridad, también sabía el número exacto porque a Alana le parecía la cosa más divertida del mundo que su departamento fuera el 333, lo mencionaba cada que podía, era fanática a los números espejo, Enzo creía que se sentiría más relajado una vez que estuviera frente a la puerta del departamento pero no lo hizo, al contrario, comenzó a angustiarse más. 
Tenía que tranquilizarse, no quería armar un alboroto, tampoco quería parecer un psicópata parándose en medio de la ruptura de Sebastián y Alana, pero tenía una horrible sensación en el estómago, no le importaba llamarlo ansiedad, sexto sentido o una visión divina, lo único que sabía es tenía que ver a Alana cuanto antes. 
No escuchó ruido, lo cual no supo si lo hizo sentir mejor o peor, tocó un par de veces la puerta, volvió a llamar a Alana al menos unas treinta veces más (todas las llamadas regresaron a buzón) se rascó el cuello con frustración, caminó de un lado al otro frente a la puerta, estuvo apunto de ir con el portero para preguntarle si había visto o sabía algo de Alana cuando por mera curiosidad de le dio por girar la perilla, la puerta estaba abierta, no lo pensó dos veces e ingresó. 
El lugar lucía como si no hubiera ni una sola alma ahí, arrugó la nariz ante el olor de rosas, el lugar estaba repleto de ellas, seguramente gracias a Sebastián, a Enzo se le hizo un poco bajo intentar solucionar su error con las flores menos favoritas de Alana, pero después se pondría a pensar en eso.
—¿Alana?—preguntó, carraspeó y volvió a elevar la voz—. ¿Alana?—gritó. 
Sin importarle estar en casa ajena comenzó a abrir puertas al azar, se encontró con el estudio de Sebastián, la cocina y el baño principal.
—A la mierda—susurró para sí mismo y se adentró al pasillo y tocó fuertemente la puerta de la habitación de Alana y Sebastián.
Al tocarla por tercera vez, escuchó lo que pareció ser un quejido apenas audible. 
—¿Alana?—preguntó alarmado—. Soy Enzo, necesito saber si estás bien—pegó la ojera a la puerta. 
—Enzo—escuchó lo poco que daba de la voz de Alana, se le fue la sangre a los pies, claramente no estaba bien, no sonaba como ella misma, quiso abrir la puerta pero esta se encontraba con llave. 
—Amor, necesito que abras la puerta, tiene llave—gritó usando sus manos como micrófono, como respuesta obtuvo unos sollozos, Enzo quería arrancarse el cabello de la frustración, ¿qué mierda había ocurrido?
—No—tosió—. No puedo, duele mucho.
—Alana, si estás cerca de la puerta apartáte, la voy a derribar, ¿okay?—retrocedió unos pasos, se impulsó y dejó caer todo su peso sobre su hombro y tronco
El seguro de la puerta cedió y esta se abrió, su mirada se dirigió inmediatamente hacia Alana, estaba tirada a un lado de la cama, Enzo corrió hacia ella y se arrodilló ante ella, sentía que el mundo se le iba a los pies, la tomó del rostro, Alana apenas podía mantener los ojos abiertos, sobre todo el derecho, el cual se encontraba bastante inflamado, había un corte en su frente, Enzo sintió una ira que nunca había sentido en toda su vida.
—Te voy a mover, ¿vale?—dijo intentando cargarla, pero Alana soltó un grito de dolor, él levantó la sudadera, había un moretón gigante en el costado de su cintura—. Mierda, mierda, mierda. 
Enzo sacó su celular dispuesto a llamarle a una ambulancia, llevaría a Alana al hospital él mismo, pero tenía muchísimo miedo de herirla aún más, entonces escuchó que la puerta principal se abría, Alana abrió los ojos ampliamente y se aferró a Enzo con horror, comenzó a hiperventilarse. 
—Quedáte aquí, ¿okay?
—No vayas—murmuró con terror en su voz. 
—Voy a estar bien, Lana, no abras la puerta ni salgas—le ordenó, sabía que eso era casi imposible, la chica apenas podía moverse, pero sabía lo fuerte que era y lo que sería capaz de hacer por él, odiando el sonido que hizo Alana e intentando ignorarlo,  Enzo la cargó y la dejó en la cama, sin embargo, no necesitó salir, Sebastián entró a la habitación.
Enzo se paró frente a Alana inmediatamente y estiró su brazo, protegiéndola. 
—Apartáte de ella—apuntó a Sebastián con el índice.
El chico lo miró incrédulo, Enzo tragó saliva, nunca se había considerado una persona violenta, pero sentía unas enormes ganas de golpearlo. 
—¿Enzo? ¿Es en serio Alana? ¿Te has estado jodiendo a tu pinche actor favorito?—dijo acercándose peligrosamente, Enzo lo empujó con los brazos. 
—No se ha estado jodiendo a nadie y más te vale que no le vuelvas a hablar en tu puta vida—le dijo—. Sos un imbécil.
Enzo escuchó unas sirenas por fuera del edificio, Sebastián tragó saliva. 
—La ambulancia ya llegó—informó, Enzo no podía  creer el comportamiento del chico.
—Si pensás que con llamar a la ambulancia todo se solucionará estás equivocado, me voy a encargar de que te vayas preso—lo amenazó, no se apartó de Alana hasta que los paramédicos entraron a la habitación. 
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xlemonciel · 1 year
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❛❛ Circus ❜❜
Estaba muy nervioso ese día, habían acudido muy pronto al recinto donde era el evento y había un montón de gente por todos lados. Félix sentía la ansiedad en la boca del estómago constantemente ¿Qué pasaba si alguien se daba cuenta de lo que era? Esa mañana había devorado las pastillas casi sin pensar y a pesar de eso aún estaba aterrado. Últimamente había estado apoyándose en esas pastillas como si fueran a solucionar su naturaleza o como si pudieran cambiarle por completo, si que su olor ya era casi imperceptible cuando las tomaba pero su cuerpo empezaba a resentirse y en los ensayos acababa destrozado, se cansaba mucho antes y tenía dolores de cabeza constantes y a veces muy fuertes. Pero el pánico a que la gente descubriera que era un omega hacía que no pudiera vivir sin esas pastillas.
Los miembros aún así parecían darse cuenta de su estado porque estaban más pendientes de él que de costumbre, Felix nunca estaba solo, siempre había uno de ellos cerca dispuesto a ayudarle en lo que fuera que necesitara. Pero eso no calmaba del todo su pánico. Estaba tan nervioso que tras acabar su turno en maquillaje tiró sin querer uno de los productos al voltearse, la mujer le miró bastante mal antes de chasquear la lengua e ir a recogerlo, Felix se sintió terriblemente mal y se disculpó mil veces, sintiendo la mirada de Hyunjin que estaba en la silla de al lado clavada en él, pero también la del manager que estaba cerca y que le agarró bruscamente de la mano cuando se dispuso a ayudar a la mujer. — Deja de empeorar más las cosas Yongbok. — Felix asintió, callándose cualquier queja por el fuerte agarre. — Tsk, omega inútil — pudo escuchar al hombre murmurar entre dientes, no era la primera vez que pasaba, y de hecho era tan común en la discográfica que Felix ya casi se había hecho inmune a esa clase de comentarios, habiendo descubierto que era mejor callarse que afrontarlos, sobre todo en un lugar con más gente como aquel.
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pedripepinillo · 1 year
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Holiii, espero y estés teniendo un buen día<3 me preguntaba si podías escribir algo sobre el prompt 1 con Gavi? 🥺
gavi desmaquillándote luego de una noche larga:
- habían salido con amigos esa misma noche, los planes eran salir a cenar con ellos, pero todo se alargó cuando la fiesta siguió en casa de uno de los chicos del equipo.
- gavi y vos apenas eran mayores de edad, los habían cumplido el año anterior, así que no tenían mucha experiencia con el alcohol.
- menos tu que a duras penas lo habías probado con anterioridad
- así que era de esperarse que lograrás emborracharte con apenas dos tragos ):
- todo te daba vueltas y podías sentir las manos de tu novio enterrándose en tus costillas por la forma en la que te estaba cargando.
- no sabías a dónde iban, estabas tan mareada que ni siquiera podías pensar.
- “quiero ir al mcdonalds” dijiste alargando las palabras.
- “no, iremos a casa.” oíste a tu novio decir. pero vos querías una hamburguesa.
- ni siquiera te dió tiempo de discutir cuando caíste profundamente dormida en su hombro.
- momentos después pudiste notar como gavi te lanzaba a la cama sin mucho cuidado. tu cabeza se apoyó en la almohada y pensaste que por fin podías descansar.
- “¿t/n? no te duermas, aún debo cambiarte” le escuchaste decir.
- murmuraste algo apenas audible y te diste vuelta sobre la cama.
- gavi sacó tus pijamas de tu respectivo cajón, y comenzó a desvestirte para cambiarte a la ropa más cómoda.
- era delicado, pero al mismo tiempo parecía fastidiado. aunque atribuías eso a que gavi siempre, todo el tiempo, parecía molesto.
- “ahora te voy a sacar eso de la cara, ¿bien?” dijo y vos asentiste sin saber de que hablaba.
- “eres muy guapo, ¿tienes novia?” estabas perdida, así que le preguntaste eso, cosa que lo hizo reír en voz alta.
- “si, tengo novia.” dijo mientras colocaba agua micelar en un pad de algodón.
- “que malo, que suerte tiene tu novia”
- “seguro que si, es muy linda también” murmuró mientras pasaba el algodón por tus ojos maquillados. habías usado poca sombra y rímel, así que no era difícil de sacar.
- a gavi le gustaba repasar tus facciones con sus dedos, cuando te quitaba el maquillaje podía notar que eras aún más hermosa.
- él pensaba que no necesitabas tantos productos, pero aún así agradecía que los usaras porque resaltaban tu belleza.
- le gustaba desmaquillarte porque le encantaba contar los lunares en tu rostro.
- “yo quisiera ser linda también…” pablo observó como tus ojitos se aguaban, no sabía si era porque estaba tallando muy fuerte, o si realmente ibas a llorar.
- aunque sabía que uno ebrio, tendía a ser más sensible.
- “ya eres linda, hermosa de hecho.” dijo con una sonrisa, pasando la pad por debajo de tus ojos.
- “le diré a tu novia que me estás coqueteando, chico atrevido.” entrecerraste los ojos y gavi te miró enamorado.
- una vez terminó de quitar el maquillaje, pasó un paño húmedo por tu rostro, tan delicadamente que te sentiste en una nube.
- “duerme bien, linda.”
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blogcomunicacion12345 · 4 months
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Maquillaje y Salud de la Piel: Una Relación Intrínseca
El maquillaje es una herramienta de expresión y creatividad que muchas personas disfrutan utilizando en su rutina diaria. Sin embargo, es crucial reconocer la importancia de mantener la salud de la piel al aplicar productos cosméticos. En este sentido, la elección de productos de maquillaje de alta calidad y la adopción de una adecuada rutina de cuidado de la piel son fundamentales para garantizar que el maquillaje no comprometa la salud cutánea.
Preparación de la Piel: El Primer Paso hacia una Piel Saludable
Antes de aplicar cualquier producto de maquillaje, es esencial preparar adecuadamente la piel. Esto incluye limpiar el rostro para eliminar el exceso de aceites, suciedad y residuos de maquillaje anterior. Además, es beneficioso aplicar un tónico facial para equilibrar el pH de la piel y proporcionar una base limpia y receptiva para los productos de maquillaje. Esta preparación asegura que el maquillaje se aplique de manera uniforme y que los poros no se obstruyan, lo que puede provocar problemas cutáneos a largo plazo.
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Selección de Productos: La Importancia de Ingredientes Saludables
Al elegir productos de maquillaje, es fundamental prestar atención a los ingredientes que contienen. Optar por productos libres de químicos agresivos y formulados con ingredientes naturales y no comedogénicos puede ayudar a mantener la piel sana y prevenir la obstrucción de los poros. Además, es crucial tener en cuenta el tipo de piel al seleccionar productos, ya que las necesidades de la piel varían según su tipo (seca, grasa, mixta, sensible, etc.). La inversión en productos de maquillaje de calidad es una inversión en la salud a largo plazo de la piel.
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Remoción del Maquillaje: Un Paso Vital en la Rutina de Cuidado de la Piel
Por último, pero no menos importante, la remoción adecuada del maquillaje al final del día es esencial para mantener la salud de la piel. Dormir con maquillaje puede obstruir los poros, causar brotes de acné y contribuir al envejecimiento prematuro de la piel. Utilizar un limpiador suave y agua tibia para eliminar el maquillaje y luego seguir con un limpiador facial específico para el tipo de piel ayuda a eliminar eficazmente los residuos de maquillaje y mantener la piel limpia y saludable.
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En resumen, el maquillaje y la salud de la piel están estrechamente relacionados. Al adoptar una rutina de cuidado de la piel adecuada y utilizar productos de maquillaje de calidad, es posible disfrutar de la belleza del maquillaje sin comprometer la salud cutánea.
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makeupbyyanajuliaa · 4 months
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Make Up (maquillaje) en Sephora
En el blog de hoy hablaré sobre el maquillaje que podemos encontrar en la tienda de Sephora, tienda que destaca ofreciendo a sus clientes una muy buena experiencia única, ya que está contiene una gran gama de productos de belleza y es un destino donde la calidad y la innovación van de primera.
Sephora se distingue por su excelencia en cada producto que ofrece llevando marcar lujosas como Dior, Gucci, Givenchy, hasta marcas de artistas o influenced tales como Rihanna, Selena Gómez, Patrick Ta, entre muchos otros. En Sephora podemos encontrar desde bases de maquillaje, paletas de sombras, labiales en donde la marca (como las que ya mencioné) cuida de manera cuidadosa su selección para satisfacer las necesidades de belleza más exigentes.La calidad de los productos es evidente en su durabilidad y pigmentación, proporcionando resultados impecables que perduran a lo largo del día.
Además, en Sephora no solo es un espacio de venta, sino también un entorno de descubrimiento y aprendizaje. Hay expertos en maquillaje disponibles para brindar asesoramiento personalizado, la tienda fomenta la exploración de nuevas tendencias y técnicas. Esta marca se ha ganado la confianza de sus clientes al ofrecer productos de marcas reconocidas y al promover la diversidad en su selección, asegurando que todos encuentren productos que se adapten a sus necesidades y tonos de piel.
En conclusión, el maquillaje de Sephora va más allá de la mera aplicación de productos; representa una experiencia de belleza integral. Con una gama diversa de productos de alta calidad y un compromiso con la educación y la inclusión, Sephora se considera muy importante en el mundo del maquillaje. Desde el momento de entrar en una tienda hasta el resultado final en el espejo, la experiencia Sephora es sinónimo de belleza, innovación y confianza.
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