#por encima del hombro
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Él era alguien que tenía envidia hasta de las sombras de los demás.
#frases#pensamientos#citas#filosofía#vida#personas#reflexiones#textos#sociedad#literatura#sombras#envidia#pecado#dolor#enajenación#mirar de reojo#por encima del hombro
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Man. Me encanta hacer kinesiología pero siento que el lugar al que estoy yendo no me está ayudando a mejorar ni mantener mi condición física. Me están volviendo dolores que no tuve por un par de meses :b
#Hace que me tiente de probar de ir al gimnasio a pesar de la ansiedad social#Porque tipo#La kinesiologa divina etc pero la organización del lugar es muy despelotada#Las sesiones son muy irregulares y toman demasiados pacientes a la vez#Encima estoy pagando un copago por este#No sé che#Hace que me den ganas de no ir#Me están volviendo a doler las manos y los hombros :/#rambling#Español#ehlers danlos syndrome
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✮ lust for life ✮
enzo vogrincic x reader
tw: +18, un poco de exhibicionismo jj
a/n: lo escribí rapidísimo, pero me terminó gustando un montón;) manden requests!!
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tu novio y vos mantenían una relación privada.
era lo más razonable bajo las circunstancias en las que se encontraban; enzo pasó de nada a todo en cuestión de semanas gracias al estreno de su nueva película, y lo mas lógico era esconder a la novia del novio de internet. pero enzo nunca fue una persona privada.
cuando recién comenzaban a salir, no tardaste en notar que él tenía una manía con tenerte cerca cuando salían a la calle, o cuando estaban con amigos, o cuando iban a comer; cuando hacían cualquier cosa que involucrara a un tercero. esto al comienzo se manifestaba a través de el tomando tu mano y no soltándola, colocando sus manos en tu cintura o acariciando tu cuello mientras te encontrabas distraída haciendo algo más.
pero al pasar el tiempo, estas dulces muestras de afecto fueron escalando a sus manos sobre tus muslos, sus dedos rozando por fuera de tu ropa interior, o directamente bajarla por tus piernas para estremecerte.
como cualquier otra persona, te ves rápidamente colorada o exaltada por sus acciones, mirándolo con los ojos muy abiertos mientras el te respondía con una sonrisa ladeada sin prestarte mucha atención.
hoy no fue distinto.
te encontrabas en un bar, sentada en la esquina de la mesa al lado de tu novio y sus amigos, quienes se encontraban charlando y riendo audiblemente mientras los dedos de enzo rozaban por encima de tu ropa interior. tus ojos reposaban en su perfil, veías sus labios moverse pero tus oídos no registraban ningún sonido al estar todos tus sentidos enfocados en la sensación de sus dedos, y preocupada de no hacer ningún ruido.
miraste sus ojos achinarse justo antes de dedicarte una rápida mirada de reojo, la comisura de sus labios torciéndose hacia arriba al ver brevemente tus ojos suplicantes.
sus dedos se movían lento, rozaban apenas el delgado material de tu ropa interior desesperándote aun mas, y haciéndote mover las caderas hacia adelante de vez en cuando.
no soportabas mirarlo así, pretendiendo como si no estuviese sintiendo lo mojada que estabas al escucharlo charlar tan naturalmente sobre algo que tus oídos no lograban entender.
brevemente, tus ojos brillaron gracias a una idea.
te acomodaste en la silla sin hacer mucho ruido, acercándola más a tu novio, y cerraste tus piernas, haciendo que enzo girara tu cabeza para mirarte sin dejar de hablar. le sonreíste con inocencia, ladeando la cabeza para luego apoyar tu cabeza en su hombro y abrazarte a su brazo como un koala.
escuchaste un pequeño “aw” de alguno de sus amigos gracias a la acción, y reíste al saber tus intenciones detrás.
sin tener idea, enzo siguió siendo partícipe de la conversación mientras tu mano bajaba despacio hacia su bulto, haciéndolo acomodarse en la silla y sintiendo como el agarre que tenia en tu muslo paso de ser delicado, a dejarte la mano marcada.
lentamente, enzo giró la cabeza para mirarte, tenia el ceño fruncido y su respiración se había vuelto irregular y más profunda.
“cuidado, mi amor.” susurró al bajar la cabeza para acercarse a ti.
pestañeaste varias veces, mirándolo con inocencia y confusión. “¿que, en?” dijiste mientras aplicabas más presión en el bulto, ganándote un callado jadeo que te hizo apretar las piernas.
seguiste con el juego unos minutos, hasta que te diste cuenta que ya no tenía el mismo efecto en su hablar ni en sus acciones. charlaba con normalidad, mirándote cada cierto rato y tratando de mantener la compostura frente a sus amigos. pero vos querías hacerlo sentir como el te hacía sentir siempre.
agradecida de que llevara pantalones de fácil acceso, pudiste meter tu mano despacio por entremedio, y comenzaste a frotar y dar palmaditas por encima de su ropa interior, como el acostumbraba a hacer contigo.
sus facciones se endurecieron al darse cuenta de tu acción, bajando la cabeza casi inmediatamente para suspirar y callar los jadeos que amenazaban con salir al mirar tu cara de inocencia mientras lo tocabas por debajo de la mesa.
hacer contacto visual con vos lo estremeció completamente, logrando tu propósito: llevarlo hasta el límite.
“nos van a tener que disculpar, pero tenemos otro compromiso y se nos está haciendo tarde.” dijo enzo con la voz un poco más ronca de lo normal mientras sacaba su billetera del bolsillo, sacando un par de billetes y colocándolos sobre la mesa, haciéndote sonreír y quitar la mano de dentro de su pantalón para acomodarte tu propia ropa. “un gusto verlos a todos.”
abriste la boca para decir algo pero enzo agarró con fuerza tu brazo para hacerte acercar hacia el, caminando hacia la puerta con rapidez mientras saludabas con tu mano en forma de adiós a sus amigos.
caminaron a paso rápido al auto, sin decir ni una sola palabra. “te portás tan mal vos, eh.” dijo apoyándote contra la puerta del auto, acercándose hacia ti lentamente haciendo notar la diferencia de altura entre ambos. “no te puedo llevar a ningún lado.”
habían muy pocas luces en el estacionamiento, la única iluminación presente siendo las luces anaranjadas del cartel del bar que lo hacían parecer de otro mundo con las ojos oscurecidos, el semblante molesto y el cabello desordenado.
“cogeme.” susurraste contra sus labios, ganándote una sonrisa de parte del pelinegro.
“¿así se piden las cosas, chiquita?” negaste con la cabeza. “¿y entonces?”
“por favor.”
“¿por favor qué?”
te quejaste. “por favor cogeme.”
sonrió mirándote a los ojos mientras abría la puerta del auto entrando el primero y corriendo el asiento hacia atrás para luego sentarte a horcajadas encima de él.
apenas cerró la puerta del auto te lanzaste encima, tomándolo por las mejillas para acercarlo más hacia ti mientras el agarraba tu cintura con fuerza. el beso rápidamente se transformó en necesitado, con ambos jadeando mientras movías tu cuerpo de adelante hacia atrás sentada en el bulto entre sus piernas, haciéndolo gruñir mientras gemías en su boca por la sensación.
“sos una hija de puta.” dijo entre besos, haciéndote reír mientras bajabas por su cuello, pasándole la lengua y mordiendo cada parte que tus labios rozaban. “me vas a volver loco algún día de estos.”
“tú empezaste, enzo.” dijiste separándote de su cuello.
“mhm.” asintió con la cabeza mientras corría los tirantes de tu vestido hacia un lado. “no me puedo controlar si te ves así. parecés una muñequita.”
sentiste sus ásperas manos masajearte sin nada de delicadeza y echaste la cabeza hacia atrás; tus caderas no cesaban de moverse contras las de tu novio y tu espalda se arqueaba de placer, hipnotizando al uruguayo completamente con tu figura y los gemidos que salían de tus labios.
“¿te gusta, mi amor?” susurró burlescamente, mirando detalladamente cada movimiento de tu cuerpo y cada facción de tu cara. asentiste atontada, con los ojos cerrados buscando más fricción entre los dos. “decime cuanto.”
lloriqueaste. “mucho, enzo. sabes que mucho.”
“te ves tan bonita frotándote así, mi vida. te comería toda.” gemiste. “ah, eso querés. ¿querés que te coma? ¿querés moverte así, sentada en mi boca, hm?”
“basta, por favor” suplicaste, moviéndote más rápido. “cogeme.”
“¿como, bebé?”
“cogeme. no aguanto más.”
“pedilo bien, hermosa.”
“cogeme, por favor cogeme.”
mientras bajabas tus manos para desabrochar su pantalón, él sumergió la cabeza entre tus tetas, lamiendo y mordiendo todo lo que sus labios tocaran; haciendo mil veces más difícil la tarea de bajar sus pantalones.
mientras el se tomaba su tiempo lamiendo y besando, comenzaste a trazar circulitos en la cabeza de su miembro con lentitud, irregulando aún más su respiración y haciéndolo morderte para ocultar los gruñidos que salían de su boca.
te acomodaste encima de sus piernas, alzándote para poder sentarte encima de su miembro mientras el corría tu ropa interior hacía un lado, metiéndolo dentro por completo de un brinquito. enzo tiró la cabeza hacia atrás, gimiendo gracias a la sensación de estar dentro tuyo que a pesar del tiempo, se seguía sintiendo como la primera vez.
“mirá lo bien que me tomás, chiquita.” dijo mientras comenzabas a moverte de arriba hacia abajo, escondiendo tu cabeza en el hueco de su hombro para ocultar tus gemidos. “te sentís tan bien.” susurró mientras agarraba tu culo con fuerza, ayudándote a moverte más rápido.
enterraste las uñas en su espalda mientras te movías, mordiéndote el labio inferior tratando de no hacer tanto ruido.
“¿ahora te da vergüenza, mi amor? ¿después de todo lo demás?” dijo en un tono burlesco mientras movías tu cuerpo al compás de sus embestidas. “no te calles. deja que todos escuchen como te pongo, como te cojo.”
respondiste con un quejido, sintiendo una sensación conocida en tu cuerpo mientras escuchabas sus jadeos cerca de tu oído, y el uruguayo lo notó al sentirte estremecer y moverte más lento, apresurando sus embestidas y agarrando tu culo con más fuerza.
“te hacés la niña buena, la princesita, y estás por acabar mientras cogemos en un estacionamiento.” sentiste tus mejillas pintarse de color rojo con sus palabras. “sos una cínica.”
“es tu culpa, en.” lloriqueaste en su oído, bajando tu mano entre ambos cuerpos para frotarte. “estoy muy cerca.”
“yo también, chiquita.” dijo entre jadeos. “¿puedo?”
“por favor.”
un par de embestidas más y ambos alcanzaron el mayor punto de placer, acercando sus cuerpos a no más poder y llenando el ambiente de sus gemidos. pasaron unos segundos donde lo único que se escuchaba eran ambas respiraciones agitadas, y levantaste tu cabeza para besarlo con lentitud.
apoyaste tus manos en su pecho mientras se besaban; un beso lento y torpe mientras se acostumbraban a la sensacion y volvían a la normalidad. al separarte de el, lo miraste con dulzura.
“estás todo pintado, amor.” reíste mientras tratabas de limpiar el labial de su boca.
“y vos estás toda rojita. es parecido.” colocaste tus ojos en blanco y lo besaste, acariciando su mejilla.
“llevame a casa.” dijiste mientras el comenzaba a besar tu cuello, indicando que no quería parar. “no podemos hacer tanto acá.”
“pero tenemos que esperar que los vidrios se desempañen.” dijo pasando un dedo por el cristal del auto, haciéndote notar que todo el auto estaba así.
te tapaste la cara riéndote, mirando como era demasiado obvio lo que estaban haciendo. “sos un idiota.”
“a veces.” dijo sonriendo, y dibujó una carita feliz en el cristal.
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hi! i love your writing and i wanted to ask you if i can request a kuku fic? and could you make it a little smutty? thnx!!
sweet nothing | esteban kuku
summary: tú y kuku vivís juntos, y todos los días después del trabajo lo único que queréis es correr a los brazos del otro.
tw: bien poquito smut
cuando entraste en el salón, después de una ducha revitalizante y vestida con ropa más cómoda, viste a esteban sentado en el sofá con sus gafas leyendo uno de tus roteros de teatro, y sonreíste al verlo. formaba parte de tu rutina familiar después de un largo día de trabajo llegar a casa, ser recibida con cariño y poder pasar un rato de relax en el sofá con tu novio.
la tele estaba encendida, emitiendo sonido ambiente, pero el actor no la estaba viendo, concentrado en las pequeñas palabras de las páginas, desplomado en el sofá.
"¡vete para allá, que estás en mi lado del sofá!" te acercaste con un tono de falsa impaciencia sólo para romperle las pelotas, chocando tus rodillas contra las piernas de kuku.
esteban levantó la mirada, uniéndose a tus bromas mientras te fulminaba con la mirada por encima de sus gafas, observándote con falso fastidio. entonces te recorrió con la mirada, más concretamente se fijó en tu cálido pijama con estampado de monitos.
esteban soltó una carcajada y rodó los ojos cariñosamente, girándose perezosamente hacia el centro del sofá.
"oh, perdona, no había visto tu nombre escrito en él", dice irónicamente, torciendo los labios. te tiras sobre el cojín antes ocupado por él, siendo acogida por el calor de su cuerpo.
"es mío por honor, esteban. ¿ves esa mancha aquí? la hice yo. mi territorio". señalando una pequeña mancha más oscura en la tela, exclamas con expresión seria.
"ah, así que ahora admites que has sido tú" el pelinegro entrecierra los ojos en tu dirección, acusadoramente. te aguantas la risa al recordar la vieja discusión que tuvisteis sobre las manchas en el sofá, en la que negaste rotundamente ser la culpable.
"sólo era cuestión de marcar tu territorio para momentos como éste", te encoges de hombros, con cara desdeñosa.
entonces los dos os reís, en un momento totalmente doméstico y habitual, que te ayuda a deshacerte de la tensión del día y a reconectar con esa buena energía. esteban te tiende una bolsa de gominolas ácidas, que aceptas encantada, arrojándote sobre el sofá, imitándole.
después de un rato de mirar al techo, repasando inevitablemente los pequeños detalles del día, te vuelves y te encuentras con un esteban cariñoso, con la cara vuelta en tu dirección mientras tiene una mirada divertida clavada en ti.
"¿por qué me miras así?", le preguntas enarcando las cejas, apoyando la mejilla en el mullido cojín del sofá.
"porque eres guapa y eres mi novia, ¿puedo?", reta, como si tuviera la respuesta en la punta de la lengua.
"¿incluso con este ridículo pijama?", preguntas, casi incrédula, abriendo los brazos para que pueda contemplar tu elección de vestimenta.
esteban sonríe, mirando brevemente el pijama que llevas puesto. coge uno de los extremos tejidos entre los dedos y finge analizarlo seriamente.
"ah, definitivamente. estos monitos sólo añaden encanto", responde, guiñando un ojo juguetonamente. "además, es el pijama más sexy que he visto nunca".
"¡parezco una abuelita!" discrepas, asombrada, exageradamente estupefacta.
"pues entonces, supongo que me gustan las señoras maduritas. serías una señora muy apetitosa" bromea esteban con una sonrisa maliciosa en los labios, mirándote de arriba abajo como si te estuviera evaluando.
jadeas de sorpresa, sorpresa y humorada, mirándole con los ojos muy abiertos y una enorme sonrisa en la cara, divertida. kuku abandona el rotero que estaba leyendo, lo deja a un lado y te atrae en un cariñoso abrazo sobre su regazo. le duelen las mejillas de tanto sonreír.
esteban olía a su suavizante de ropa limpia, a desodorante masculino y a jabón. olfateaste la curva de su cuello una vez más antes de separarte para oírle hablar.
"me está gustando mucho la idea de envejecer contigo ahora, ¿sabes?" murmura, con la misma sonrisa traviesa, mientras la punta de su nariz casi se encuentra con la tuya.
"idiota", su cariñosa maldición se convierte en una risita nasal.
sus dedos se pasean por la cara de kuku, contando cada peca a lo largo de su mejilla y luego bajando por su nariz. los ojos del actor se pasean por su cara, admirándola con calma, repasando cada trocito que desearía no olvidar nunca.
"¿cómo te ha ido el día?" preguntó esteban, apoyando la cabeza en el sofá para verla mejor. sus ojos recorrieron el resto de pecas de su cuello hasta el cuello de la camisa, haciéndola suspirar con la tentación de besar cada una de ellas.
"muy bien, un poco cansada como siempre" contestó, pasándose la mano por el pelo en un intento de arreglárselo. él le ayudó pasándole los dedos por detrás de las orejas, recogiéndole algunos mechones rebeldes. "te he extrañado todo el día"
esteban sonrió dulcemente, pasando la otra mano por su muslo izquierdo mientras la otra bajaba hasta su mandíbula, acariciándola lentamente con el dorso de los dedos.
"¿y lo tuyo?" le devolvió la pregunta, dejando caer la cara hacia un lado, apoyada en la mano de su novio.
"es un poco pesado, ensayos y más ensayos, no quiero más leer ni una palabra", soltó, y se podía ver el brillo del cansancio en sus ojos marrones detrás de las gafas. "sólo he estado esperando este momento"
para satisfacer tu deseo, esteban bajó la mano hasta tu barbilla y te atrajo hacia un beso, lento y suave. el calor de su boca era agradable y familiar contra la tuya, encajando tan fácilmente en el contorno de los labios suaves y contorneados del actor. saboreaste el sabor cítrico del dulce ácido de antes y te reíste en el beso, rozando tu nariz contra la suya mientras inclinabas la cabeza hacia el otro lado.
las gafas de esteban empezaron a interponerse en la profundización del beso, y te apartaste rápidamente, retirando con suavidad la montura de su cara y colocándola sobre el brazo del sofá. sus miradas volvieron a encontrarse, tu sonrisa creció al poder ver la extensión completa de su rostro. inclinándose sobre su regazo, dejó un beso bajo las pequeñas arrugas que marcaban las comisuras de sus ojos, completamente adorables. sin poder contenerse, comenzó a repartir besos sobre su piel, sobre su ceja, sobre su frente, sobre la punta de su nariz. la risa de kuku era adorable y serena mientras aceptaba su arrebato de amor.
sus labios recorrieron la longitud de su cara, dejando un pequeño beso en el arco de cupido de sus labios y luego volvieron a buscar su boca, besándola sujetándola por ambos lados de la cara. era tan fácil amarle. las manos de esteban encontraron el dobladillo de la camisa de su pijama, y lo recorrieron lentamente por debajo, las yemas de sus dedos subieron lentamente por su torso, descansando alrededor de sus costillas, sujetándola. su pulgar acarició tranquilamente su piel en pequeños círculos.
instintivamente, a medida que el beso se alargaba y te perdías en aquella sensación, deleitándote en el rincón de su boca, sus caderas comenzaron a rodar, lentamente, hacia delante y hacia atrás bajo tu regazo, convirtiendo el movimiento en una deliciosa fricción, arrancando débiles gemidos de la garganta de esteban, que no tardó en sentir cómo su miembro se tensaba bajo su palpitante núcleo. sinceramente, no necesitaba mucho.
rápidamente, el roce se convirtió en algo más rápido e intenso, calentándole todo el cuerpo y agitándole la respiración. era difícil incluso igualar el beso, que con el movimiento de vaivén se perdía cuando sus bocas se alejaban, limitándose a rozarse.
esteban no perdió el tiempo, agarrándola por la cintura y deslizando todo su brazo por detrás de ella, acercando sus posiciones y colocándola ahora debajo de él, tumbada bajo el cojín del sofá, sintiendo el ligero peso de su cuerpo y la presión de su polla entre sus piernas.
sediento, ansiando tu sabor, el actor se quitó rápidamente sus pantalones y bajó sus labios hasta tus muslos, mordisqueando la sensible piel del interior de tus piernas.
tu cuerpo se estremeció ante la repentina proximidad de su boca a tus bragas, y el mero roce de la nariz de esteban con la tela bastó para que arquearas la espalda y jadearas.
"oh, de repente tu lado del sofá no es tan importante, ¿eh?", se burla, murmurando entre tus piernas, y tú te ríes, con la mente ya demasiado ida como para refutar sus insinuaciones.
━━━━━━━━ ✤ ━━━━━━━━
me estoy torturando con estas cosas, no aguanto 😣
gracias por la ask <33 ¡¡ ¡como lo has enviado en inglés (me dejé llevar y lo olvidé), lo traduciré y lo publicaré lo antes posible!!!
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Silencio, mi corazón está abrumado.
Ellos dijeron que sí sabían, pero en realidad no sabían nada.
No tenían idea de lo que sentía, de lo que pasaba por mi mente.
Sí, tal vez sabían que no estaba bien, pero no sabían qué tan mal estaba, lo que pasaba por mi mente, que tan agitada me sentía y la clase de pensamientos que tenía.
No era que pretendía irme, pero definitivamente no estaba presente, solo era un robot actuando en automático y cuando me di cuenta rompí en llanto.
No era fácil, no es fácil.
Tal vez lloraba frente a ellos porque empezaba a tener esa clase de confianza, pero no puedo quitar el hecho de que igual y lo hacía porque ya no podía más, ya era muy doloroso tratar de retener las lágrimas, tratar de hacer como si nada pasaba.
Estaba tan cansada, agotada.
Era simplemente agotador tratar de manejar todo a la vez.
No podía, por más que lo intentara, ya todo parecía que se venía encima, como una lluvia de bloques sobre mis hombros y no podía soportarlo.
No, no podía con todo, y me costó darme cuenta de este hecho.
Me costó semanas de cansancio mental, me costaron días de trasnocho y desvelo, me costaron sonrisas, me costaron pensamientos y cariño conmigo misma, me costó mucho.
La situación me quitó mucho y yo no supe verlo hasta cuando ya me temblaban las manos por el miedo al futuro sin yo poder controlarlas, no supe verlo hasta que ya no pude hacer nada más que tratar de escapar de la realidad a toda costa viendo y haciendo cualquier cosa que me alejara del producto de mi terrible estrés.
Ya no sonreía genuinamente, ya no podía leer en paz.
Mis hobbies más amados, los que en algún momento de mi vida se convirtieron en un abrazo en la oscuridad, ya ni siquiera eran una vía de escape fiable, ya no hacían nada en mí.
Y cuanto dolía… tanto dolía.
Ahí me di cuenta de lo profundamente hundida que estaba… y yo no sabía cómo nadar hacia la superficie.
Todos te dicen que lo bueno de estar abajo es que lo único que queda es subir, pero ¿qué pasa si no sabes cómo hacerlo?
Nadie te explicó, nadie te dijo cómo podías realizarlo y a esta altura te has encerrado tanto en ti misma que este tipo de cosas personales y vulnerables no las cuentas a diestra y siniestra.
No hay tanta confianza, pero no sabes qué hacer.
Así es que lo único que queda es llorar, arrastrarte por el suelo y gritar de dolor por todo lo que te está pasando, por sentirte tan hundida, sin saber qué hacer, por sentir que no hay salida, por sentirte tan encerrada, abrumada, sin poder notar una simple vía de escape.
Buscarás ayuda, sí, pero eso llevará tiempo. No te repondrás de todo a la primera y eso te llena de dolor.
Escuece en el fondo del alma.
Ahora solo queda una cosa, depositar toda tu fe en alguien que puede ayudarte a descifrar cómo manejar todo aquello que te está pasando, y tratarte bonito en el proceso.
Porque te lo mereces.
No eres una mala persona, no estás defectuosa, no estás hueca.
Son cosas que, lamentablemente, pasan, pero podemos solucionarlo.
Así es que quiérete bonito, trátate bonito, consiéntete y descúbrete en la inmensidad de pensamientos que llenan tu mente y aprende a poner un poco de silencio y solo decir:
Está bien, estoy a salvo.
Little Moon
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hola linda! podes hacer algo de orgasm denial con enzo? 😵💫💗
౨ৎ AGUANTA un poco MÁS
warnings: smut. +18. orgasm denial. unprotected p in v. dacryphilia.
n/a: lo siento por la inactividad, es que el último post tuvo poco apoyo y me desanimé haksbjs😓
Enzo no paraba de juguetear con tú clitoris mientras te embestía lentamente. Llevabais así varias horas, con una de tus piernas en su hombro y sin dejar que te corrieras.
“Enzo… por favor” lloriqueaste mientras intentabas apartar su mano de tu clitoris.
“Shh, ya está chiquita. Solo un poco más, respira hondo y aguanta” dijo con una gran sonrisa, viendo como te corrompías debajo suya.
Gimoteabas mientras arañabas sus fuertes brazos en busca de alivio, sus embestidas te brindaban placer pero el se las apañaba para hacer que no te vinieras.
Lágrimas caían por tus mejillas y eso solo le prendía más. Sus caderas empezaron a moverse más rápido haciendo que ambos gimieran alto.
Enzo bajó tu pierna de su hombro y se recostó encima tuya para besarte apasionadamente. Sus caderas chocaban frenéticamente con las tuyas, volvías a estar al borde del orgasmo y ya te estabas exasperando, arañabas la espalda de tu novio mientras enrollabas tus piernas en su cintura.
“Enzo, te lo suplico, déjame correrme” suplicaste en su oído mientras tus ojos rodaban detrás de tu cabeza por el placer.
“Lo sé bebé, estás siendo una buena chica, aguanta, ¿si?” contestó con una pequeña sonrisa de lado mientras apartaba algunos mechones de tu pelo fuera de tu cara.
Ahora fuiste tú la que juntó sus labios con los tuyos, os besabais sin cesar mientras la mano que masajeaba tu clitoris fue a apretar uno de tus pechos, haciendo que jadearas. Enzo aprovechó que tu boca estaba abierta para meter su lengua en tu boca y así explorar el interior de esta.
Sus besos hacían que te distrajeras del hecho de que aún después de tantas horas que Enzo se había pasado dándote placer, todavía no te habías podido venir.
“Ya casi estoy pequeña, solo un poco más y te podrás correr” susurra sobre tus labios mientras cierra los ojos echa la cabeza hacia atrás, acto seguido suelta un sonido gutural gracias al placer y empieza a moverse lento de nuevo, pero de manera en la que su pene toque todos los lugares correctos.
Poco tiempo después el hombre pellizca uno de tus pezones, dándote vía libre a que te corras ya que él iba a hacer lo mismo.
Con un grito tuyo y un gruñido de parte de Enzo ambos se corren. Tus paredes vaginales se tintaban de blanco mientras la masculinidad del pelinegro se manchaba con tus jugos.
Enzo disminuyó progresivamente sus estocadas y apoyó su cabeza en tu hombro, intentando recuperar su respiración. Tus manos fueron instintivamente a su cabello y lo acariciaste mientras cerrabas los ojos, dispuesta a dormir después de tanto esfuerzo.
#🎧. inbox#:3#lsdln#la sociedad de la nieve#enzo vogrincic#enzo vogrincic fanfic#enzo vogrincic smut#enzo vogrincic fluff#enzo vogrincic x reader#lsdln cast#anon ask
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can i have this dance? ; juani caruso
pairing: juani caruso x fem!r
summary: puro friends to lovers la verdad, eres amiga de juani y los dos estáis descubriendo nuevos sentimientos y lo que eso conlleva! 1.9k.
warnings: none
n/a: vale este no me lo ha pedido literalmente NADIE pero i'm just a girl que se monta muchas películas así que estaba escuchando highschool musical y se me vino un escenario a la cabeza y dije o hago esto o no hago nada so here we are
—juani no me puedo creer lo que acaba de salir de tu boca. retira tus palabras o me voy ahora mismo.
el rubio soltó una carcajada y miró a su alrededor. —¿a dónde piensas irte? estamos en la sección de patatas fritas de un supermercado.
la joven lo miró completamente seria. él se encogió de hombros. —esta vez has tenido suerte, pero a la próxima no me vuelves a ver.
lara cogió una bolsa de campesinas y comenzó a caminar hacia la caja, siendo perseguida por su amigo.
—vamos lai, eres una dramática. no puedes ponerte así solo porque te haya dicho que gabriella no me cae mal —ella lo miró de reojo, estaba con una sonrisa pintada en la cara. se estaba tomando a broma todo su numerito. grave error —. además, te escuchas todas las canciones que tiene… un poco hipócrita por tu parte, si me lo preguntas.
—genial, porque no te he preguntado nada.
llegaron a la caja y callaron su discusión. la cajera los miró curiosa mientras pasaba las patatas.
—son 2 euros, por favor.
por primera vez, lara miró directamente a juani, haciéndole un gesto con la cabeza.
—ah, ¿encima tengo que pagar yo?
—yo pongo la casa, es lo mínimo que puedes hacer.
el joven bufó y le tendió el dinero a la mujer, quien lo aceptó observando la situación bizarra que esos dos jóvenes se traían. lara cogió la bolsa y ambos salieron del supermercado tras despedirse.
juani la seguía de cerca. les quedaban unos quince minutos de camino hasta la casa de la chica, y no le hacía demasiada ilusión pasarlos en silencio. fue a entrelazar sus brazos cuando la chica se giró de repente hacia él, haciendo que abandonara su idea.
—es que no lo entiendo. ¿qué clase de fan de highschool musical eres si te gusta gabriella? estás fallando a un fandom entero. y a mí, sobre todo a mí.
—si te digo que era una broma, ¿queda todo arreglado? —el chico le puso un puchero al que lara ya no pudo responder con su molestia fingida.
—por supuesto que no, estaba dramatizando por dramatizar. no me importa que te caiga bien, pero tienes que admitir que es insoportable y tóxica.
—bueno, un poco sí, pero lo compensa con los temazos que canta.
la chica rio, en eso no podía llevarle la contraria. como si hubiera leído la mente de su amigo, entrelazó sus brazos. balanceaba la bolsa del mercado mientras tarareaba una melodía inventada, con el vaho acompañando la escena. era un invierno más frío de lo que estaban acostumbrados, de esos que te ponen las orejas rojas y hacen que te resfries en un suspiro. juani odiaba el frío, pero a lara le quedaba genial; las hojas secas combinaban con sus ojos y las noches invernales iluminaban su piel.
el rubio admiró el perfil de su amiga, siendo lo más discreto que pudo. rebuscó en su riñonera y sacó la cámara digital que siempre le acompañaba y que había sido objeto de burla de lara por el color tan feo que tenía. con un poco de esfuerzo, juani consiguió fotografiar la belleza de su amiga.
la chica no tardó en darse cuenta y posó para una siguiente foto, mostrando toda su hilera de dientes en una gran sonrisa.
—deberíamos hacer un canal para subir blogs. nos haríamos muy famosos, estoy segura.
—creo que nos verían solo por ti —juani dirigió su vista al suelo, a las hojas pisoteadas.
—¿por qué dices eso? somos un pack. además, tú eres el talentoso de los dos, además del gracioso, por supuesto. yo estoy de relleno para decir estupideces —la chica le dio un leve empujón, esperando una respuesta positiva, cosa que consiguió al ver que la seriedad se iba de la cara de su amigo.
—gracias. te aprecio mucho, lai.
lara le regaló un beso tierno en la mejilla. no era nada del otro mundo que se vieran tan cariñosos el uno con el otro, eran amigos desde los últimos años de instituto y con el pasar del tiempo el afecto que se tenían solo crecía. lara había estado en cada momento en el que juani se había sentido menos, uno más del montón, alguien que no podría cumplir nunca sus sueños; en todas las ocasiones siempre consiguió darle el apoyo para que siguiera intentando. y cada vez estaba más cerca de conseguirlo, ya que hacía pocos días se había presentado a un casting para una gran película. aún sí, de algún modo u otro, el pesimismo se le escapaba de vez en cuando, como en momentos como aquellos. y lara seguiría estando para él.
—¡eh, parejita! ¿os interesaría comprar una pulsera que os recuerde vuestro amor?
ambos pararon en seco ante el puestecito de madera en el que una mujer les enseñaba pulseras de colores a lo lejos. juani abrió los ojos sorprendido, algo acalorado.
—no, nosotros no… —el chico fue interrumpido por lara, quien comenzó a tirar de él para acercarse al puesto.
—¡por supuesto! vamos juani.
lara comenzó a observar cada uno de los modelos que la mujer tenía para ofrecer. tenía desde pulseras de plata con iniciales grabadas hasta pulseras simples, de todos los colores posibles.
juani, por su parte, no sabía dónde meterse. solo pensar que podría tener una pulsera con una "l" tallada le removía un sentimiento que quería tener lo más oculto posible.
—mira, es del mismo celeste que tus ojos —la joven llevó dicha pulsera a la altura de los ojos del otro, confirmando que eran iguales—. decidido. me llevo esta, por favor.
juani vio como pagaba por ella, ensimismado. bajó la vista de nuevo a las pulseras, encontrándose de frente con una que también combinaba con los ojos verdes de su amiga. no lo pensó dos veces y la cogió, bajo la atenta mirada de lara.
se alejaron un poco del puesto, recibiendo la gracias de la mujer. lara miró su pulsera y después a juani, a sus ojos.
—¿puedes ponérmela? —juani asintió torpe, anudando con un lazo la pulsera a su muñeca. sentía que se le subía el corazón a la garganta. le mostró su pulsera verde y la chica repitió sus acciones.
ambos se quedaron por unos momentos admirando sus respectivas muñecas: lara descubriendo nuevas emociones y juani rindiéndose ante las que había estado reprimiendo por un largo tiempo. después, conectaron sus miradas. el joven se sintió indefenso ante esos ojos verdes y su boca reseca luchaba por soltar todo lo que su corazón sentía.
—nunca me había fijado en que aquí había un jardín —gracias a dios, la joven aligeró la tensión del momento —. ¿sabes a qué recuerda? —el joven negó— a la escena de highschool musical 3 en la que gabriella y troy bailan en la azotea.
la chica le sonrió, dedicándole una mirada cómplice que juani entendió al momento. se dirigieron corriendo hacia el jardín como dos niños y una vez allí, dejando las patatas de lado, lara carraspeó para preparar su voz y quedó en frente del joven. entonces, comenzó a cantar las primeras líneas de can i have this dance? al tiempo que le tendía la mano a juani, quien la aceptó sonriente. la mano fría de ella contrastó con el calor que irradiaba la de él, estremeciendo a ambos.
comenzaron con su espectáculo, lo más parecido que pudieron al original. lara recorría el jardín, subiendo escalones seguida por el chico. daban vueltas juntos al ritmo de sus voces, dedicándose miradas que lejos estaban de parecer de simple amistad. llegó la parte en la que gabriella se paraba en un pequeño círculo y lara, deseosa de hacer lo mismo, subió a un escalón y trastabilló.
—¡cuidado!
juani llegó justo para sostenerla en el escalón. la chica estalló en risas mientras juani la miraba aún algo preocupado.
—estoy bien, estoy bien. gracias, mi caballero.
lara continuó la canción y juani con ella, haciendo que lara girara sobre ella, guiada por las manos firmes del chico en su cintura, tal como los protagonistas de la película. se acercaba el final de la canción, los jóvenes estaban jadeando, pero felices; confusos, pero expectantes.
terminaron abrazados el uno al otro, cogiendo el aire helado de la tarde. lara suspiró ante la cercanía y la extrañeza de la situación. en algún punto de la tarde, sentía que algo había cambiado entre ellos dos.
cuando se encontró con sus ojos celestes, vio en ellos algo que la asustó. se separó de él como si quemara, dándole una sonrisa apenada en respuesta.
—será mejor que lleguemos ya a mi casa, el frío se me está colando en los huesos.
—dale.
y así, retomaron el camino hacia la casa de la chica. lara tenía mucho que pensar en su cabeza y un remolino de sentimientos encontrados en el corazón, pero sobretodo se sentía una horrible persona por cortar de esa forma a juani. estaba claro que algo iba a pasar antes de que se separara de él. ¿una confesión? ¿un beso? pensar en cualquiera de las dos opciones hacía que le sudaran las manos de los nervios.
llegaron a su casa con solo el viento como sonido de fondo. la casa de lara siempre había sido uno de sus lugares favoritos, principalmente porque podía estar con ella y le ayudaba a despejarse de sus propios problemas. y con solo pasar por el marco de la puerta, sentía que toda la tensión se desvanecía.
—vamos, me he dejado todo preparado para vernos todas las pelis de una sentada.
esa tarde habían quedado para ver la saga de los juegos del hambre, la favorita de ambos.
la habitación de la chica te recibía con un golpe de aire caliente y una luz tenue que provenía de la mesilla de noche. se desprendieron de sus abrigos y de sus zapatos y poco después se acomodaron en la cama uno junto al otro.
—te quedas a dormir, ¿verdad?
juani asintió en respuesta y la chica reprimió una sonrisa contenta. mientras ella se encargaba de poner la película, el joven se quedó observando la pulserita verde de su muñeca. estaba decidido a dar el paso que llevaba temiendo tanto tiempo y después de lo ocurrido, no se equivocaba al no intentarlo. puede que nunca pudiera estar con lara en la forma que él quería, pero cualquier cosa era mejor que llegar a perderla.
—¡listo! a por la viciada.
lara se acomodó en la cama, cogió una manta y los tapó a ambos mientras la peli comenzaba.
después de ver la primera, el espacio que los separaba se había reducido. tras la segunda, sus hombros ya chocaban el uno con el otro. con la tercera, juani había recostado su cabeza en el cuello de la chica y esta había hecho lo mismo sobre los rizos del joven. cuando los créditos de la segunda parte de sinsajo ya estaban pasando, ambos chicos estaban profundamente dormidos: lara abrazaba el torso de juani y tenía su rostro sobre la barriga de este; juani se limitaba a arropar a la chica que tenía sobre él.
puede que ese día en el jardín no fuera el momento en el que confesarían sus emociones, pero una cosa estaba clara: el amor que les unía nunca podría desvanecerse, sino solo unirlos más hasta que fuera irremediable que ambos dejaran el miedo atrás y se atrevieran a sentir.
#la sociedad de la nieve#lsdln#lsdln cast#juani caruso#el amigo personal nunca fue un amigo...#he so cute#ff#fluff#the society of the snow#juani caruso x reader
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Calmar tu sed pt.2
Mis queridaaaas, les vengo con una segunda parte del fic que tantó le gustó (gracias por hacérmelo saber)
Mucho más desvergonzada que la primera, quedan advertidas.
probablemente el banner más feo que he hecho jamás, perdón
💕Sub!Blas Polidori x f!reader
❤️🔥+18 sexo explícito, blas es aún más insaciable, masturbación, sexo oral, mommy kink
Después de una mañana intensa de trabajo por fin podías relajarte en casa. Bendito horario de verano; la jornada empezaba antes y tenías que madrugar bastante más, pero el paseo hasta la estación al comienzo del amanecer con la brisa de la mañana te daba una tregua respecto al calor sofocante de la ciudad.
Hoy habías picado algo con tus compañeras, así que al llegar a casa ni siquiera tenías que pensar en qué comer. Después de una más que necesaria ducha fría te vestiste únicamente con una fina camiseta de tirantes y unas bragas de encaje, asegurándote de que todo fuera lo más fresco posible.
Recordaste al pasar por delante de la mesa del comedor que tenías que leer un manuscrito antes de que llegase el fin de semana. Habías prometido corregir la gramática del texto para una amiga que estaba iniciando sus andanzas en la escritura, y ya que tú habías hecho una carrera de letras, disfrutabas con ello.
Sin más, te recogiste el pelo aún húmedo por la ducha con una pinza de plástico y amontonaste unos cojines en el cabecero de la cama para leer recostada pero no totalmente tumbada.
La camiseta, además de ser de tirantes era bastante suelta e incluso un poco grande para ti, así que tus pechos amenazaban con fugarse de la tela y las tiras se caían de tus hombros constantemente, pero no le diste demasiada importancia, total, era tu casa.
El sonido de la puerta de la calla abriéndose y cerrándose.
¿Blas había llegado tan pronto?
-¿Amor? – preguntaste alzando la voz
-Sí, mi vida, llegué.
En realidad, habías reconocido el sonido de la forma particular que Blas tenía para entrar, y después, el sonido de sus llaves cayendo sobre el platito de cerámica que teníais junto a la puerta.
A continuación, sus pasos pesados por el pasillo. A Blas le afectaba el calor todavía más que a ti, le agotaba.
Cuando asomó por la puerta quitándose la mochila de la espalda ya te hizo reír con su expresión de sorpresa y su sonrisa.
-Pensaba que los bombones se guardaban en la heladera en verano, che.
Tú reíste ante su comentario-intento-de-chiste.
-¿Qué tal el día, bebé?
-Tch, tch, tch – te quiso silenciar de forma humorística, y, con exageración se pellizcó el puente de la nariz y cerró los ojos a la vez que levantó el índice de forma dramática – no vas a fingir que no te estoy viendo hasta el carnet de conducir desde aquí.
Riendo te tapaste un poco los pechos subiendo tu camiseta, pero uno de los tirantes se deslizó por tu hombro otra vez, dejándote claro que esa prenda ya no servía demasiado para cubrirte, quizás deberías reutilizarla para trapos.
-Y, hace un calor de mil demonios, nene, ¿qué querés?
-Bueno, si me preguntás… - dijo él con media sonrisa sentándose en el borde de la cama y acariciando tu pierna suave.
La verdad es que estaba tan guapo con la camiseta blanca que llevaba…
-Nah, nah, nah – le quitaste la mano de tu pierna como si fuera una mosca de las que molestan en esa época – quietito ahí que nos conocemos y tengo que leer esto, amor.
Blas hizo caso omiso a lo que le dijiste y empezó a juguetear con el elástico de tu ropa interior, pasando el dedo por debajo tentado de bajarlo.
-Blaaaas, sólo dame un par de horas que acabe de leer esto y soy tuya ¿sí? – pediste en tono de súplica.
-¿¡Dos horas!? ¡Pero…!
-Blas – dijiste intentando ponerte seria. En realidad, te estaba costando mucho no reírte ante las pataletas de tu novio. Este se cruzó de brazos y te miró enfurruñado resoplando.
Fingiste no mirar por encima de la pila de folios que sostenías, haciendo como si ya hubieses vuelto sin problema a tu momento de concentración en la lectura. Viste cómo tu novio se acomodaba un poco el pantalón, probablemente ya tenía una incómoda erección; eso te aceleró el pulso. No es que no quisieras, pero estabas muy ocupada y no ibas a adelantar trabajo si te la pasabas en la cama con ese pendejo toda la tarde. Este chico…
Cuando se levantó asumiendo su derrota e iba rumbo a la ducha le paraste.
-Blas, amor.
-¿Sí? – dijo con un tono menos lastimero que antes; a veces tenía que asumir que los adultos con responsabilidades hacían otras cosas a parte de coger, se dijo.
-Podés comer, pero… dejáme leer, ¿ta?
Blas te miró con los ojos muy abiertos como si le hubieses dicho que le esperaba su comida favorita después de estar toda la mañana pasando hambre. Bueno, en realidad, así era.
No perdió tiempo y se quitó la camiseta, dejándote ver ese torso delgado que a ti tanto te encantaba.
Si fuera un dibujo animado ahora mismo se estaría anudando una servilleta al cuello, pensaste divertida.
Se tumbó entre tus piernas poniéndose cómodo. La gran estatura de Blas os había obligado a comprar una cama de gran tamaño para que ambos pudieseis caber en ella.
Como si se tratase de un bombón exquisito, así como te había dicho nada más entrar en la habitación, comenzó a deshacerse de tus braguitas de encaje como si fuera el papel plateado que envolvía su dulce preferido. Las tiró a un costado ganándose una mirada reprobatoria de tu parte, la cual mitigó rápidamente con esa media sonrisa de nene que no ha roto un plato en su vida y por la cual se libraba de todas las veces que querías reprenderle.
Al retirarlas se había dado cuenta de cierta húmeda mancha, pero decidió no decir nada tal y como le habías pedido. Esta vez iba a ser obediente.
Tuviste que hacer uso de toda tu concentración para no gemir cuando sus dedos apenas comenzaron a rozar el interior de tus muslos. Y un carajo ibas a leer tú.
Escondiste tu rostro detrás de los papeles y cerraste los ojos con fuerza. Era un gemido profundo lo que querías dejar salir cuando su lengua caliente dio una primera pasada de cortesía por encima de tu sexo. Sin embargo, sólo te permitiste soltar un suspiro, que esperabas quedase ahogado por el sonido del ventilador del techo sobre vosotros.
Él hizo un ruido de placer al besar y lamer ya sin titubeos tus otros labios.
-Mmmmhhh…
Con una mano, sujetabas la pila de folios, pero con la otra decidiste ordenar los rizos de la cabeza de tu novio, no para marcar el ritmo ni nada de eso, qué va.
La sensación de su lengua era deliciosa, tan húmeda que cualquiera diría que había bebido agua justo antes, aunque que tú supieras, no lo había hecho.
Se introducía en ti con el músculo de su boca, con una fuerza y destreza que te hacía ver las estrellas. No creías engañar a nadie fingiendo leer a estas alturas, pero creíste que era necesario no romper la magia del juego y seguir sin mirar a tu novio.
-¿Está rico, nene?
Blas, que parecía temer que se agotase la fuente de su placer, lamía con auténtica sed entre tus piernas. Pero salió para tomar aire y responder, con los labios y la barbilla húmedos de su propia saliva y tu excitación.
-Sí, mami…
Dios, cómo querías tirar los documentos al mismo sitio donde Blas había tirado tu ropa interior. Doblaste tus rodillas y abriste más las piernas para darle aún mejor acceso.
Notaste - aunque intentabas mirar lo mínimo por si subía la vista hacia ti – como sus caderas se movían, probablemente de forma involuntaria, contra el colchón. Pobrecito.
-¿Y ya estabas muy cachondo? – preguntaste intentando fingir desinterés y casualidad.
Blas asintió con la cabeza, provocando con ese movimiento un pequeño gemido de tu parte.
- Y sí, mami, ya me iba a hacer una paja en la ducha, sabés – dijo rápidamente antes de continuar con su festín, así como uno sale del agua para tomar aire y vuelve a sumergirse.
-Pobrecito… - dijiste en tono de compasión, pasando una página que obviamente no habías leído del manuscrito, habrá que disimular, ¿no?- Pero ya hemos dicho que eso no, mi nene… mami te da lo que vos necesitás, ¿verdad?
Asintió de manera más enérgica y comenzó a dar estocadas en el colchón ya de forma voluntaria, de forma salvaje. Se estaba follando vuestra cama. Gemiste al imaginar como su ropa interior y sus jeans, que no le había dado tiempo a quitarse, se estarían humedeciendo bajo él, eso siempre te había parecido de alguna manera adorable. Soltaba pequeños gemidos mientras se agarraba a tus dos muslos como si su vida dependiese de ello.
-Blasito… la tenés muy dura? – preguntaste como si no lo supieras.
-Sí… - lloriqueó.
-Podés tocarte si querés…
Él te dedicó una mirada rápida como teniendo cuidado de no hacer que te replanteases tu decisión. Después se levantó de un salto y comenzó a bajarse el cierre del pantalón.
Cuando se bajó el bóxer intentaste concentrarte en las palabras escritas que tenías delante, pero fallaste miserablemente. Era un pecado no ver semejante obra de arte de la naturaleza.
Con la mano derecha agarró su miembro y, usando el líquido preseminal que llevaba un rato manchando su ropa, lubricó su punta con alivio, comenzando a masturbarse mientras te observaba aún a los pies de la cama.
Cuando volvió en sí, retornó a su posición, tumbado entre tus piernas, sin embargo, esta vez no lo hizo boca abajo, si no que se recostó de lado, para dar espacio a lo que tenía entre manos.
Aún así no había olvidado su cometido, y apoyó la mejilla en tu muslo, lo suficientemente cerca para poder seguir lamiendo cómodamente mientras conseguía aliviarse con su mano.
-¿Cómo decías vos? Estos adolescentes siempre con la pija dura, ¿no? – dijo con la respiración entrecortada entre lamida y lamida – ¿y que querés mamita? No podés poner a dieta a alguien y después prepararle tremendo dulce…
-Vos ya no sos ningún adolescente, Blasito …tenés- Ahhh!! … un… problema – gemiste sin poder evitarlo.
Él no hizo caso a tu comentario y siguió bebiendo de ti mientras se masturbaba desesperadamente.
Te agarrabas con fuerza a los papeles con una mano y a la almohada debajo de tu cabeza con la otra, no podías más del placer. Si seguía así un par de minutos, ya fue, pensaste.
-¿Puedo, mami? – dijo con voz ronca. No te dijó qué, pero la forma rápida y errática en la que movía su mano y su lengua te dio una idea de qué era lo que quería hacer.
-Sí…. ¡Sí! – gemiste casi gritando.
En un movimiento que ni viste, Blas se incorporó y se colocó entre tus piernas para penetrarte. La exagerada humedad que te había provocado hizo que no tuviese que prepararte primero con sus largos dedos. Antes de que pudieras darte cuenta ya se estaba moviendo dentro de ti, llegando muy profundo y haciendo sonidos que sonaban casi a una queja. Pareciese que no podía ir tan rápido como su miembro necesitaba.
-Mami….!!!
-Venite, mi niño…venite dentro de mami,…todo dentro….
-¡Mami, no puedo más! – gimió y encontró un patrón de embestidas más rápido todavía. Parecía un conejito desesperado entre tus piernas.
Notaste tu orgasmo arrasar dentro de ti, haciendo que te aferrases a su espalda clavándole las uñas.
Un buen grito salió de tu garganta, barriendo consigo todas las tensiones acumuladas de ese día con cada pulsación de tu sexo.
Blas te miró y abrió la boca, como si no pudiese creer lo mucho que le estabas apretando mientras te sostenía entre sus brazos.
-Me vengo, nena… me vengo… - cerró los ojos con fuerza y dejó salir un sonido casi gutural de su pecho.
Después de eso, solo pudiste notar como la corrida que llevaba guardando para ti desde… ¿anoche? ¿no hacía ni doce horas que habían cogido? Llenaba tu interior con fuerza.
Gimió mientras se venía, hundiendo su cara en tu pelo, desparramado por la almohada.
Os tomó un buen rato recuperar el aliento. Ahora ambos estabais empapados en sudor y hechos un completo desastre.
No hacían falta palabras, cuando intercambiasteis la mirada supisteis lo que queríais decir: a la ducha.
Te levantaste con esfuerzo de la cama, como quien se levanta de un viaje muy loco en los toros mecánicos; despeinada, con la ropa movida y sin aliento. Tuviste cuidado de no derramar lo que tu novio había derramado en ti antes de llegar al baño, aunque un poco escapó inevitablemente por tus piernas.
Ya desde la ducha gritaste para que te escuchase en la habitación.
-Si aún querés más vení a la ducha por que luego me tengo que poner a leer sí o sí, ¿ta?
Blas sonrió mientras recogía tus bragas del suelo
-¡Voy!
Agradezco mucho sus comentarios 💕
tags: @madame-fear @deepinsideyourbeing @loveinsprings @lunitt
@lastflowrr @iamjustadoll (como siempre, diganme si quieren que las incluya en la taglist o las borre <3)
#chiquitita-fics#la sociedad de la nieve#society of the snow#lsdln cast#lsdln x reader#lsdln fics#lsdln smut#blas polidori smut#blas polidori x reader
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TORNADA PT. 2
He vueltooo, os dejo aquí la continuación de esta.. vamos a llamarlo serie porque tengo otros dos capítulos hechos y seguramente surgan más, no lo se...
Disfrutad.
Parte 1
2 meses han pasado desde que Alexia volvió a pisar el césped, un par de días después volví a Mallorca. No nos habíamos visto desde entonces pero hablábamos a diario.
Le conté que había ido a ver varias veces a Paula y también le hablé de Alexandra pero no el porqué de estas visitas. No quería distraerla con mis cosas, tenía que ganar la Champions cosa que hizo y celebraron por todo lo alto.
Yo por otro lado me quedaba un partido que era decisivo para ganar la liga y firmé por dos años con el Barça.
En un mes me mudo a Barcelona junto con Ale así que quería aprovechar ahora que viene unos días para ayudarme con la mudanza a presentarle a Alexandra y decirle mi locura.
Ahora mismo estamos de camino al partido que tienen las chicas, como a Paula la han subido de categoría juega junto a Alexandra.
Llegamos justo a tiempo para ver cómo se alinean y se saludan, así que nos sentamos al lado de Marta.
-Hola- Saludamos
-Hola, ¿que tal el viaje, Alexia?
-Bien, cortito, Mallorca es increíble.
-Eso dicen todos los que vienen- Se ríen y entablan una conversación hasta que empieza el juego.
Ale pone su brazo encima de mis hombros.
-¿Paula es el 11?- Pregunta Ale
-Si, cariño y Alexandra el 10
Están todo el partido jugando sucio contra Paula al verla más pequeña piensan que es más débil, están metiendo piernas y cuerpo cuando no hay porque y el árbitro no dice nada.
-Y el árbitro este para que esta? - Dice Ale enfadada y se levanta- Pero mira coño, van a por ella a muerte.
-Siempre pasa lo mismo, piensan que con ella lo tienen fácil al ser más pequeña pero luego ven que no y se frustran y van más a por ella- Digo acostumbrada de verlo en partido si y partido también.
En ese momento una compañera le pasa el balón a Alex a la que le vienen dos rivales y como puede les regatea dejándolas a ambas en el suelo y enseguida se la pasa a Paula que se había desmarcado. Ella chuta y la portera rival no puede hacer nada.
-Vamoss- Me levanto a celebrarlo y abrazo a Ale.
-Son muy buenas, tienen buena técnica- Comenta Alexia- Destacan entre las otras
-Lo sé- Digo orgullosa
Nos volvemos a sentar y continuamos viendo el partido pero por detrás escucho como unas madres cuchicean.
-¿Has vista la niña esa? La 11?
-Si, no sé que hace aquí, esa tiene que estar con su categoría. Aquí se va a hacer daño siendo tan poca cosa
-En algún momento sale volando por querer jugar con los mayores- Se ríen
Me voy a girar para decirles de todo pero Ale me pone una mano en el muslo y se gira ella.
-Ahora se donde han salido vuestras hijas- Suelta Alexia.
-¿Perdón?- Dice la vieja rubia
-Digo que vuestras hijas son igual de groseras que vosotras, no se como podéis desearle el mal a alguien y menos a una niña pequeña- Pausa y veo como se callan, suelto una risita- Y para vuestra información la número 11 se llama Paula y juega con los mayores porque tiene más talento que todas, solo hay que ver cómo les está pateando el culo.
Dicho esto se gira para seguir viendo el partido y yo no puedo evitar reírme fuerte de las caras de las viejas.
Me acerco a su oído
-¿Te he dicho ya cuanto te quiero?
-Si, pero no me cansaré nunca de oírlo
-¿Y sabes lo que me pones cuando te pones en plan protectora?- Le doy un beso en el lóbulo y veo como se tensa.
Le beso la mejilla y me separo para seguir viendo el partido.
El partido finaliza 3-0 con los otros dos goles de Alex con asistencia de Paula.
Estábamos esperando a un lado del túnel a que salieran las chicas.
-T/n- Viene corriendo Paula y me abraza y detrás de ella veo que Alex viene también pero despacio, con cautela, mirándonos con desconfianza sobretodo a Ale- ¿Has visto esos goles?
-Sii- Digo eufórica mirándola- Ha sido increíble, habéis jugado genial- Fijo mi mirada en Alex ahora.
Detrás de ese muro que se ha construido veo un poco de emoción aunque intenta ocultarlo pero conmigo no lo consigue y le sonrío.
-Habéis jugado muy bien- Choca los cinco Ale con Paula y se gira a Alex- ¿Alexandra, verdad?- La niña asiente precavida- Tienes un pie izquierdo asombroso.
Asiente con recelo.
-Soy Alexia, por cierto- Mi novia sonrie cálidamente presentándose.
-Alexandra-
-Podemos ir a cenar algo para celebrar la victoria no?- Miro a Ale y a Marta que asienten con la cabeza y miro a las niñas.
-Siiiiiiii- Grita Paula y se gira hacia su amiga- Porfi porfi porfi Alex, nos lo pasaremos bien. Te lo prometo- Le suplica.
-Esta bien- Cede dándole una pequeña sonrisa que quita cuando ve que la miramos- ¿Qué mirais?- Se cruza de brazos.
Alexia niega con la cabeza y suelta una sonrisa.
-Creo que ella y yo nos llevaremos bien- Me susurra en el oído- Se parece demasiado a ti
El resto de la tarde pasa. Conocemos más a las chicas o por lo menos lo que nos dejan sobretodo Alex que sigue mirando todo con recelo y contestando a la mayoría de cosas con respuestas cortas.
Pero ahora de camino a dejarlas en el orfanato veo que Alexandra y Alexia están unos metros por delante de nosotras hablando animadamente.
-Parece que Alexia se la ha llevado al bolsillo- Comenta Marta.
-Tiene ese don, conmigo también lo consiguió y eso que me hacia la dura.
-Alex solo necesita un poco de cariño, seguridad y confianza- Suelta de repente Paula que estaba agarrada a mi mano- Yo no tengo recuerdos fuera de ese orfanato pero ella sí, ella a tenido una vida antes de eso y eso hace que le cueste confiar y abrirse a nuevas personas.
-Lo entiendo y no hay prisa, Paula. Conseguiremos que se sienta así- Le prometo- Ella y tú.
Después de despedirnos y dejar a las niñas Ale y yo volvimos a mi casa.
-Hola Thor- Acaricio a mi perro
-Que pasa grandullón, yo también te he echado mucho de menos
Me río al ver a mi novia y mi perro emocionados saludandose.
Cojo la correa para ir a pasearlo
-¿Vienes?-Le pregunto
-¿Contigo? Pffff... Al fin del mundo
-Eres un amor- Rodeo sus hombros y la beso.
Pasa sus brazos por mi cintura y pone las manos en mi culo mientras intensifica el beso pero cuando me quedo sin aire me separo.
-Na na, primero Thor.
-Tienes razón- Con un último beso me suelta pero entrelaza nuestras manos y salimos de la casa.
Paseamos disfrutando del silencio y de la compañia de la otra ya que no hemos podido tener todos los momentos así que hubiéramos querido en estos casi 4 años de relación.
-Echaba de menos estar así contigo- Pasa su brazo por mis hombros
-Y yo también
-Menos mal que esta es la última vez que vamos a estar separadas.
-Si, solo unos días más- Silbo para llamar a Thor y le tiro la pelota de tenis. -Vamos a los bancos esos.
Nos sentamos y la miro queriendo abrir la boca
-¿Qué pasa, cariño?- Me mira preocupada
Ahí va, sueltalo ya
-Quiero adoptarlas- Suelto rápida y jadea
Muy bien t/n, rápido y sin anestesia. Si no fuera porque estoy acojonada me estaría partiendo de risa con la cara de Alexia.
-¿Qué? ¿Adoptarlas? ¿En plural?- Abre la boca- Creo que cuando vaya a revisión médica le voy a decir que me miren la audición
-Has escuchado bien Ale, adoptarlas, a Paula y a Alexandra.
-Pero...
-Dejame terminar, luego me dices lo que piensas- La interrumpo- Se que es una locura. Voy a empezar una nueva etapa profesional y tú volviendo de tú lesión lo único que quieres es seguir jugando y centrarte en tú carrera. Pero cuando vi a Paula ese día y me enteré de una parte de su historia algo hizo que quisiera protegerla y que sintiera que tenía una familia. Luego está Alex, ambas podían haber sido adoptadas ¿sabes?- Le digo y niega con la cabeza.
-¿Si?
-Sí, solo que separadas y han hecho hasta lo imposible para que las volvieran a juntar y no voy a ser yo quien las vaya a separar ahora. Alexandra me transmite tanto sin decirme nada... ¿Sabes? Desde el momento en el que te ha visto la has impactado como con Paula la primera vez. No se esperaba que su ídola apareciera ahí y mucho menos de una manera tan mundana, pero no lo ha demostrado.
-Es muy buena, entonces- Suelta una risa.
-Cuando la conozcas un poco más te darás cuanta de que es pura fachada y que se muere por un poco de amor y atención.
-Estoy segura de ello- Me mira con adoración.
-Pero al caso, no quiero que te sientas presionada ni nada de eso, somos dos en esta relación y si no quieres voy a entenderlo. Puede que me haya precipitado un poco- Le cojo la mano y se la aprieto encogiéndome de hombros- Alomejor no es tu momento de formar una familia o alomejor no quieres formarla o no conmigo... Pero lo entenderé
-Ey, para el carro- Me da un apretón y pone su otra mano en mi mejilla- Claro que quiero formar una familia contigo, mi amor, quiero hacer cualquier cosa contigo- Pausa- Y sí, puede que me haya venido esto de sorpresa y que sea un poco precipitado- Se ríe y me seca las lágrimas- pero quiero hacerlo, me enamoré de lo poco que conocí ese día a Paula y ahora que he estado con ella más y Alex... Creo que podría tener una buena conexión con ella.
-Lo he notado- La abrazo fuerte y me acurruco en su cuello- Vas a ser una buena mamá.
-Tanto como tu seguro que no- Me besa la frente.
Nos quedamos así en silencio mientras Thor juega en el césped.
No pude dormir mucho esa noche y llamé pronto a Marta. Le comenté lo que hablé con Alexia y me dijo que se iba a poner con los papeles para que la adopción sea cuanto antes pero faltaba una parte importante, hablar con las niñas.
Y en eso estamos, esperando a que vengan las niñas al patio.
Y de pronto todos los niños que habían ya alrededor empezaron a murmurar.
-Esa no es Alexia Putellas?-Dice uno
Ale llevaba una gorra así que se camuflaba un poco pero es imposible con 40 miradas encima.
-¿Quién?- Pregunta otro
-Ahhh si, esa que a ganado dos balones de oro- Dice otra niña
-Creo que me suena de la tele.
Ale se acerca demasiado a mi para susurrarme
-Me siento un poco observada.
Pero antes de que pueda decir nada veo a alguien correr y estrellarse contra mis piernas. Paula.
-Hola, cariño.-La saludo dándole un beso en la mejilla.
-Hola t/n- Se separa y abraza a Alexia que me mira con sorpresa pero le corresponde.- Hola Alexia.
-Hola pequeña, ¿cómo estás?
-Bieen, ¿vamos a ir otra vez de paseo?- Pregunta ilusionada.
-Podemos ir- Le revuelve el pelo y hace un puchero.
-¿Esas están interesadas en las antisociales esas?- Escuchamos que dice una y enseguida a Paula se le cambia la cara.
-¿Pero quien las va a querer? - Dice otra.
Veo que Alexandra aparece. Ha escuchado todo y veo como esta apretando los puños lista para abalanzarse.
-Quieta ahí, señorita- Me pongo enfrente y hago que me mire- Te dejaría que le pegaras dos hostias bien dadas pero queremos salir con vosotras y si te castigan eso no va a ser posible.
Me mira y luego mira a Paula y Ale que se habían acercado.
-Sí- Alexia pone una mano en su hombro para tranquilizarla y parece que surge efecto ya que destensa las manos- ¿Os apetece un helado? Luego podemos ir al parque a jugar o lo que queráis un rato.
-Si, porque luego tengo el último partido de la temporada
-Vamos a ir a verlo ¿verdad? - Le pregunta Paula impaciente a Ale.
-Si, quiero ver cómo les pateas el culo al Villarreal.
-Me haría mucha ilusión que vengáis-Les sonrío y Ale pasa un brazo por mis hombros.
-Venga, vámonos que no nos dará tiempo a todo.
Íbamos hablando de lo que estaban haciendo estos últimos días en el cole de camino a la heladería.
Una vez tuvimos los helados nos sentamos en una mesa y asentí con la cabeza a Alexia.
-Chicas, tenemos que deciros algo importante- Comienzo.
-Ayer, T/n y yo estuvimos hablando...
-Os habéis cansado de mi ¿no? De nosotras. Y por eso ahora os vais a ir, no vais a volver.- Habla Alex y es la primera vez que la veo con los ojos llorosos- He escuchado que te vas a Barcelona, sabia que no podía ser tan bonito- Habla mirándome fijamente y se quita una lágrima con rabia.
-¿Qué? ¿De que estas hablando Alex?- Se gira a mirarme la pequeña- ¿Eso es verdad?
-Primero de todo-Agarro la mano de Alex aunque se rehúsa un poco- Alexandra, no me he cansado de ti y no me voy a cansar nunca de vosotras- Digo sería mirandolas
-Ni yo tampoco- Interviene Ale agarrando la mano de ambas niñas- Os he conocido hace poco pero ya tenéis una parte de mi con vosotras y siempre voy a estar cuando me necesitéis.
Joder. Me he enamorado más de ella y no lo creía posible.
-Y sí, es verdad que me voy a Barcelona, me ha fichado el Barça. Sois las primeras en saberlo.
-¿ENSERIO? Eso es genial, t/n- Dice emocionada Paula.
-Si que lo es- Ale sonrie orgullosa.
-Queremos que vengáis con nosotras- Les digo.
-¿Qué?- Dicen ambas a la vez.
-Queremos adoptaros- Dice Ale- Si vosotras estais de acuerdo- Añade nerviosa
-¿Adoptarnos? ¿A las dos juntas?- Dice la mayor.
-Juntas- Afirmo.
Paula y Alexandra se miran sin decir nada durante un minuto y luego nos miran.
-Vale- Dicen
-¿Si? -Me levanto emocionada de la silla y empiezo a esparcir besos a las 3- Siiii
-Entre nosotras y yo- Hace como que les cuenta un secreto a las niñas pero la oigo- Esta un poquito loca, así que os podéis ir acostumbrando pronto- Las niñas se ríen cuando le doy un golpe en la nuca
-Estoy loca si, pero así me quieres y lo que te queda por aguantar- La beso sentándome en sus piernas-
-También es un poco bipolar - Les susurra y intento levantarme pero me agarra fuerte de la cintura- Así te quiero
-Y yo te quiero a ti- Me giro a las niñas, Paula tenía una sonrisa boba mirándonos y Alex aunque lo intentara ocultar tenía una mirada soñadora- Queremos que os sintais en familia, queridas y protegidas con nosotras y enserio no tenéis la obligación de llamarnos mamás por adoptaros, es algo que sale solo y si no sale nunca también estará bien.
-Gracias por todo- Dice la mayor mirándome- A las dos- Gira a la capitana.
-No es nada- Mira el reloj la catalana y abre los ojos- Hay que irse, cariño. Tienes un partido que ganar.
POV ALEXIA
Estábamos en las gradas del campo de fútbol. Habían unas 500 personas alrededor, la mayoría apoyando al equipo mallorquín.
-Woah. Hay mucha gente con pancartas de t/n
-Es la mejor, hace magia con el balón-Dice la menor- Ojalá llegar un día a ser como ella-Susurra
-Pensaba que yo era la favorita de las dos- Hago como que me ha dolido
-Ella no lo sabe, se piensa que eres tú. Pero ella es increíble.
-Pienso lo mismo, te guardaré el secreto- Le guiño un ojo
Me da una media sonrisa y se gira a mirar el partido.
-La mayoría de esa gente han visto crecer a T/n y la han ayudado cuando era pequeña- Comento señalando un grupo de 15 personas todos con camisetas de ella.
-¿Qué quieres decir con esto?- Pregunta la menor
-Ella tampoco lo tuvo fácil cuando era pequeña y se merece todo lo mejor al igual que vosotras- Les sonrío un poco triste.
-Ella es una buena persona- Dice la número 10.
Sonrío de acuerdo y ya lo próximo es ver el partido y comentar todo lo que sucede.
-Alexia- Me llama Alex
-Mmmh? - La miro
-Ver contigo un partido es diferente- Comenta- Siempre tienes algo que aportar para ajustar, te adelantas a lo que puede pasar, ves cosas que otros no ven...
Me sonrojo sin decir nada
-Si, es increíble. Ver contigo un partido es muy guay- Dice ahora la otra.
-Bueno, vosotras también habéis visto cosas que no todos llegan a ver. Tenéis una muy buena visión de juego y eso lo lleváis dentro- Halago porque de verdad que siendo tan pequeñas me ha impresionado las cosas que han comentando.
-¿Has pensado en ser entrenadora cuando te retires?- Dice Alexandra
-Vaya, me estas llamando vieja?- Digo divertida y ella niega eufórica
-No, no, no, eres Alexia Putellas por favor- Dice escandalizada y me río de su cara
-Era broma- Informo y veo que respira más tranquilamente- Pero si, cuando me jubile, que espero que sea de aquí a muchos años, no pienso dejar el fútbol así que entrenadora es una buena opción.
-Hagas lo que hagas lo harás genial- Dice Paula y sonrío tiernamente.
-Gracias pequeña
El partido al final terminó 2-0 con ambos goles de mi novia.
Bajamos al campo y viene corriendo hacia nosotras con su medalla colgada.
-¿Habéis visto eso?- Dice toda emocionada
Paula la abraza primero, después Alex y por última yo.
-Han sido dos golazos, nena- Digo orgullosa.
-Sisi, ese caño de tacón y luego el chute a sido impresionante
-Y y ese regate de las 4 defensas para luego marcar- Dice exaltada Alex- Puffff
-Increíble, nena- La beso orgullosa de ella.
Viene la fotógrafa y nos pregunta si queremos fotos y T/n le dice enseguida que si.
Primero ella sola después conmigo y luego ella con las niñas
-Ven Ale- Me llama Paula y me acerco.
Me pongo al lado de T/n rodeando su cintura y ella mi cuello con una mano luego la otra mano la pone encima del hombro de Paula y yo en la de Alex, la copa está frente a las niñas que con sus manos la tocan y la medalla la tiene Pau en el cuello.
Desde ese momento se volvió una de mis fotos favoritas y también de T/n porqué nos la pusimos de fondo de pantalla.
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He only dates pretty girls —hhj
ー♡̵ pairing. hwang hyunjin x female!reader
ー♡̵ género y warnings. smut - sin muchos detalles, fluff, uni!au
ー♡̵ autora original. @leeknow-thoughts
ー♡̵ wc. 0.7 K
MASTERLIST
Fue una comprensión vergonzosa cuando descubriste que te habías enamorado de él. Estaba fuera de tu alcance y lo sabías. Oh, cómo lo sabías.
"Sólo sale con chicas bonitas", parecían decir todos sus amigos.
Como si ellos mismos te recordaran cuál era tu lugar.
Era inteligente, solo necesitaba clases particulares de matemáticas. Todos los martes y viernes ibas a su casa de fraternidad para ayudarlo con trigonometría. Cada vez que ibas, aprendías algo nuevo sobre él. Cada vez que ibas, él también aprendía algo nuevo sobre ti.
La semana pasada ambos hicieron menos matemáticas y hablaron más. Hablaron de todo, desde música hasta exámenes y zapatos.
Era guapo. Hasta un ciego podía ver su belleza, porque su belleza no se limitaba a su apariencia. Era hermoso en su voz, en su pasión, en su bondad.
Su presencia también era hermosa, aunque fugaz. Cada momento con él parecía fugaz, suave como una pluma, pero tan pesado como un ladrillo.
Te encuentras en una de sus fiestas. Sentada en el sofá de su fraternidad, rodeada de cuerpos sudorosos. "Ahí estás! No puedo creer que hayas venido!", escuchaste su voz frente a ti.
Cuando miraste hacia arriba, lo viste. Estaba hermoso, como siempre, con unos sencillos jeans azules y una camiseta negra sin mangas. Sin embargo, lucía elegante.
"Uhm, por supuesto! Gracias por invitarme!", intentas hablar lo suficientemente alto como para poder escuchar las palabras que salen de tu boca por encima de la música.
"¿Quieres volver a mi habitación? Hay un poco de ruido aquí", pregunta.
Por supuesto que accediste. Te tomó del brazo mientras te guiaba por los pasillos de la casa. Subiste por la escalera y llegaste a la primera puerta a la izquierda. Su habitación era así, él.
Estaba limpio y ordenado. "Apuesto a que tienes muchas chicas aquí", el pensamiento se te escapa de la mente antes de que puedas evitar que salga de tu boca.
Él se burla con fingida ofensa "¿Eso es lo que piensas de mí?"
Te encoges de hombros, él se sienta en la cama y da unas palmaditas en el espacio que hay a su lado. Quiere que te sientes a su lado. "Quiero decir que solo sales con chicas bonitas", te ríes entre dientes.
Su rostro se rompe por la sorpresa, "¿Jisung te dijo eso?"
Asientes, recordando cómo el chico te lo dijo después de que le informaste que Hyunjin fue quien te invitó. "Bueno, ¿es cierto?", le preguntas mientras balanceas ligeramente tus pies de un lado a otro sobre la cama.
"Sólo salgo con chicas que me parecen bonitas", responde con sinceridad, "me gustan las chicas que son inteligentes y divertidas y que no suelen salir de fiesta. Me gustan las chicas que son amables y que son buenas en matemáticas, esas son las que me parecen realmente bonitas", tararea.
"Mhm", haces una pausa, "¿te gusta alguna de las chicas de nuestra clase de matemáticas?"
"Oh", su tono baja, "no, estaba hablando de ti, pero sí, también estás en nuestra clase de matemáticas, así que sí"
Todos los pensamientos abandonan tu cabeza en ese instante "¿Crees que soy bonita?"
"¿Por qué crees que es imposible que piense que eres bonita?", cuestiona.
"Tú eres tú", le señalas, "y yo soy yo", te señalas a ti misma.
"Y eres perfecta!" exclama.
Una ola de silencio invade la habitación, no se oye nada más que el latido de tu corazón. Se siente como si te estuvieras viendo golpearte el dedo del pie, pero esperas unos segundos para que el dolor aparezca. Pero el dolor nunca llegó. Tal vez no tenía por qué doler de la forma en que esperabas que dolería. Tal vez nunca hubiera dolido de la forma en que creías que dolería.
Y antes de que puedas pensar, antes de que puedas hablar, sus labios están sobre los tuyos y sus rostros están a centímetros de distancia y él te está besando. Sabe a cerezas y tequila que debió haber bebido antes. Te está besando. Hyunjin te está besando. Te está besan-
"¿Por qué?" suspiras contra sus labios, sin atreverte a separarte de él por completo.
"Porque te necesito, te deseo, por favor", murmura contra tus labios agrietados.
No puedes evitar sonreír contra sus labios cuando dice eso "¿Me deseas?"
"Joder, sí", murmura contra tus labios antes de atraerte hacia otro beso húmedo, "te necesito, joder. Te he necesitado durante tanto tiempo"
No sabes de dónde sacas la confianza para decir, "Entonces tómame"
Y no duele cuando toca fondo dentro de ti. Sus cuerpos se aferran el uno al otro, temerosos del vacío sin el otro. Tus manos recorren suavemente su estómago. Cada una de sus embestidas te acerca cada vez más al borde, te aferras a él cuando te caes sobre él. Y oh es, tan perfecto.
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Sonó la campana que había encima de la puerta y salí lo más rápido que pude. El dueño de la tienda estaba discutiendo con otro cliente, lo que me dio la oportunidad perfecta de coger algo de los estantes y reservarlo. Había bastantes artículos en la tienda, la mayoría de ellos parecían más viejos que el polvo, así que escogí algo al azar con la esperanza de que al menos valiera un par de dólares. La discusión a mis espaldas se disipó al anochecer mientras corría por la calle evitando el contacto visual con nadie. Cuando finalmente llegué a mi apartamento, me encerré dentro y bajé la puerta.
"Veamos qué tenemos". Saqué la caja y le di la vuelta, mirando los grabados detallados a lo largo del costado. La sacudí un poco y noté que estaba cerrada con llave. Me levanté del suelo y saqué mi computadora portátil, escribí las palabras intrincadamente talladas en la barra de búsqueda solo para no encontrar nada que Internet pudiera encontrar. Busqué un poco más, recorriendo la web para encontrar algo que se pareciera, pero me encontré con páginas vacías y cebos de clics llenos de virus. La arrojé ligeramente a un lado y resoplé, dándome cuenta de que había robado la única cosa sin valor en esa tienda de antigüedades. El primer pensamiento en mi cabeza fue esto es lo que obtengo por robar y tomé la caja nuevamente.
No quería ser un ladrón, de hecho, era la primera vez que hacía algo así, y probablemente por eso elegí algo tan inútil. Siempre llego a tiempo al pago del alquiler y las facturas, pero hace poco me despidieron debido a recortes presupuestarios y mi nombre no figuraba en la lista de personas que deberían quedarse. Estaba explorando la tienda cuando ese pensamiento insidioso hizo que mis manos deslizaran la caja dentro de mi bolso.
"¿Qué es eso?" Mi compañero de cuarto había llegado a casa del gimnasio y lucía tan espectacular como siempre. Es un poco desalentador tener un compañero de cuarto modelo, pero no podía permitirme vivir en ese lugar solo y Ramón fue amable conmigo. Además, pagó el alquiler a tiempo, lo cual es más de lo que puedo decir de mí ahora.
"Es solo una cosita que recogí. ¿La quieres?", pregunté mientras la deslizaba por la encimera. Había vislumbrado sus abdominales y luego me volví hacia mi computadora. Todavía podía ver su reflejo en las partes oscuras de la pantalla, lo que me hizo sonreír. Ramon tomó la caja y jugueteó con ella, caminando hacia la sala de estar, donde escuché el clic.
—¿Qué fue eso? Me giré de inmediato y vi cómo Ramón abría la tapa. Justo cuando lo hacía, su boca se abrió y un orbe brillante se deslizó por su garganta hasta la caja. Se desplomó en el suelo, deslizándose por el suelo mientras la caja rebotaba en la madera y aterrizaba a mis pies. Rápidamente me acerqué a él, comprobando si tenía pulso y descubrí que era muy débil.
La caja retumbó en mi periferia y luego vi un par de orbes de colores aparecer de la caja. Un buen número de ellos atravesaron las ventanas y desaparecieron entre la multitud de la ciudad, pero uno permaneció allí. Rebotó en las paredes hasta que se curvó a mi alrededor y se estrelló directamente en la boca de Ramón .Su cuerpo se sacudió cuando el orbe brillante entró en su boca. Pude ver la luz brillar a través de su piel y allí se convulsionó. Tragó saliva cuando lo que acababa de volar hacia él tomó el control.
—¡Mierda, esto es increíble! —gritó, con los ojos más alerta que nunca. Bajó la mirada y su sonrisa era aún más grande.
—¿Estás bien? —pregunté, con una mano sobre su hombro. Él me miró, me miró rápidamente y luego presionó sus labios contra los míos. Mientras nos besábamos, sentí la necesidad de empujar hacia atrás, pero eso disminuyó lentamente a medida que él empujaba aún más dentro de mí, deslizando su mano contra mi nuca.
—Joder, qué rico sabes —dijo en un instante. Empujé su pecho, dudando al sentir sus pectorales bajo mis dedos.
"¿Qué acaba de pasar?" Intenté recomponerme y, aunque no quería, me levanté del suelo.
—Oh, mierda —se dio cuenta de que la caja estaba abierta—. ¡Joder, joder, joder! Corrió rápidamente hacia ella y cerró la tapa, haciendo que el mecanismo volviera a encajar en su lugar.
—¿Hola? —Fruncí el ceño y me crucé de brazos. Era muy extraño ver a Ramón actuar así, pero algo en ello me excitaba. Sus expresiones eran encantadoras y juguetonas en contraposición a la fría seriedad que normalmente adoptaba. La gente no se metía con él porque no solo era enorme, sino que parecía enfadado por la mayoría de las cosas. Solo las personas cercanas a él podían saber que era un tipo tranquilo.
“¿Viste cuántos salieron?” Incluso en pánico se veía lindo.
—No. ¿Por qué?
—Porque me distrajo con esto —dijo, moviendo los brazos de arriba abajo—, y contigo. Me sonrojé un poco cuando dijo esto. Se acercó a la ventana y miró hacia afuera para ver adónde habían ido.
“¿Qué son esas cosas? ¿Qué eres tú?”. Yo seguía mirándolo con una mirada curiosa y también confusa en mi rostro.
"Ah. Me dejé llevar por la emoción de nuevo. ¿Es este tu novio? Es sexy". Flexionó los brazos y miró su cuerpo sin camisa.
—No, me gustaría —dije demasiado rápido y la sangre volvió a correr a mis mejillas.
—Bueno, soy Luis. Me crearon como el primero en responder para asegurarme de que esas otras almas no salieran. Verás, cuando mi amo estaba vivo, esas otras almas se le cruzaron en el camino y eran personas terribles, algunas de ellas incluso asesinas. En realidad no soy humano, pero solía ser una especie de asistente. El tipo que solía habitar no se veía muy diferente de tu no-novio aquí. —Se flexionó de nuevo, enamorado.
"Está bien, deja de hacer eso", me estaba excitando muchísimo la exhibición de músculos frente a mí y necesitaba parar o de lo contrario no podría controlarme, "¿cómo arreglamos esto? No podemos tener un montón de asesinos corriendo por ahí, especialmente si se apoderan de los cuerpos como lo hiciste tú".
—Tienes razón. —Rápidamente buscó una camisa y se la puso, enredándose un poco con la camiseta suelta.
Todavía no estaba seguro de qué estaba pasando, pero pensé que sería agradable pasar algún tiempo con Ramon incluso si él no era el que tenía el control.
- ¿Ramón estará bien? - pregunté.
"Si está aquí, estará sano y salvo. Solo necesito usar su cuerpo para atrapar a los demás", se puso la camisa con éxito y se giró hacia mí, "Puedo decir que no te importa". Sus ojos se habían fijado en mi bulto y lo cubrí vergonzosamente.
"¿Qué debo hacer?" Arrastré mis pies.
—Pensé que vendrías conmigo. Después de todo, eres mi nuevo amo. —Me guiñó un ojo y luego desapareció por el pasillo, dejando la puerta abierta para que lo siguiera.
#malepossession#posesión masculina#possession#male body possession#hairy#hairyman#hairy pits#spirit#spirit possession
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❝ Drive ❞
Llevaban grabando dos días y Felix estaba agradecido que pese a haber acabado su parte 3 racha siguiera diciéndole al manager que le necesitaban solo porque sabían que gradecía tener algo que hacer fuera de casa. aun y si se pasaba horas sentado en el sillón del estudio charlando con los demás. Sin embargo no podía quitarse de la cabeza el hecho de que Hyunjin estaba a punto de entrar en celo, lo que hacía que estuviera él mismo tenso por todo lo que eso implicaba, y por eso achacaba a su nerviosismo el que estuviera algo más irritable de lo normal, y que le estuviera poniendo nervioso la forma en la que Han comía patatas con la boca abierta.
No estaba prestando atención a la conversación así que cuando alzó la cabeza vio a todos mirándole fijamente, y no entendía nada, cuando le explicaron que necesitaban que Hyunjin subiera a grabar un par de cosas lo entendió, aunque no pasó la oportunidad de llamarles cobardes cuando le dijeron que le hablara él porque a ellos no dejaba de bufarles esos días. Hyunjin ni siquiera estaba tan arisco, al menos no con Felix. Le dejó unos cuantos mensajes mientras acababa de comer pero al no obtener respuesta y dado lo ocurrido antes con los mensajes decidió llamarle. Tras dos tonos de llamada alguien descolgó. — Hyunnie ¿Estás disponible por un ratito? — preguntó con voz suave y cariñosa ignorando como Han le lanzaba una sonrisa burlona sin embargo quien le respondió al otro lado no fue Hyunjin, sino una voz femenina. — Felix oppa... Hyunjin está ahora mismo ocupado, y no está disponible, estamos ensayando para nuestra actuación mañana y si realmente te importa Hyunnie deberías dejar de distraerle con tonterías, sé que siendo un omega necesitas constante atención pero búscate a otro que te la de. — Felix sintió su sangre helarse y luego arder, casi de forma simultanea, antes de colgar bruscamente y ponerse en pie, los demás se le quedaron mirando confundidos pero él solo dijo que iba a por Hyunjin.
Salió de la sala sin importarle siquiera encontrarse con MinJoon, le ardía la sangre, y estaba notando aquel enfado crecer de forma exponencial y salvaje, su mente empezando a hilar cosas ¿Qué hacía Jinni con el teléfono de Hyunjin? Ni siquiera tomó el ascensor, bajando por las escaleras de tres en tres hasta llegar al piso donde estaban las salas de ensayo, revisó unas cuantas hasta dar con la que buscaba abriendo la puerta sin siquiera llamar, la música sonaba de fondo y ni siquiera tuvo que mirar para notar la presencia de Hyunjin allí, pero pasó directo hacia la alfa, con su mirada en modo túnel. — ¿Dónde está el teléfono? — sentenció, su voz encolerizada y visiblemente enfadada, la chica reculó a medio paso alarmada y con cara de susto. — ¡¿O-Oppa qué sucede?! — Felix ni se inmutó ante su tono de miedo, ya no era algo que colara, y mucho menos al ver como la chica miraba a Hyunjin por encima de su hombro en vez de a él. — Dame, el teléfono de Hyunjin .— sentenció puntuando cada palabra y extendiendo la mano. — No sé de qué me hablas, no tengo ningún teléfono. — Felix entrecerró los ojos.
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𝓞lder. d.wayne ୨ ໋ ˳ ⊹ esp. . . !
ADVERTENCIAS. . . drabble. damian!older. contenido nsfw. sexo, masturbación, negación del orgasmo, thigh riding, dirty talk, degradación.
SUMMARY. . . en donde la lectora molesta a Damian por ser mayor que él solo por unos años y este se venga de ella de la manera más cruel.
COPYRIGHT. . . ningún tipo de copia de mis obras está permitida. Se permite la libre traducción siempre y cuando se den los créditos correspondientes a mi persona.
𝓝o debiste burlarte de él. Te compadecías de ti misma por haber hecho ese chiste que lo hizo ponerse completamente furioso y hacer someter a tu cuerpo a tal hambrienta necesidad.
Querías con profunda honestidad correrte encima del muslo que se deslizaba en lo más profundo de tu coño mojado; siendo embarrado de manera grotesca de todos los fluidos provenientes de la excitación que él mismo te había provocado.
¿Realmente merecías tal trato solo por hacerle una broma sin sentido o maldad?
Tú tenías una ventaja sobre Damian, y era que eras mayor que él por un año exacto. La broma en la mansión sobre Damian siendo el más joven te hacía reír, sinceramente. Sin embargo, el único problema era que desconocías que tú no tenías permiso para hacerle una broma sobre su edad.
A pesar de que Damian había crecido y ahora era mayor de edad desde hace tiempo, decidiste unirte a la broma, pensando que lo peor que podría pasar sería que te mirara mal. Sin embargo, desconocías que eso sería el menor de tus problemas en comparación con lo que te esperaba.
— ¿Que pasa, tn? ¿No que era un puto crío para ti? Mira donde tenemos ahora a la famosa señorita madura, rogando desesperadamente por correrse bajo mi muslo. Siempre has sido una perra, pero me tomó por sorpresa que seas tan débil y patética.
Tus lagrimas se resbalaban por tus mejillas hasta caer sobre sus hombros debido a la manera humillante en la que se mofaba de ti.
El clítoris te palpitaba sobre la presencia de la piel caliente raspandote, estaba lleno. Tu propia entrada vaginal de la excitación chorreaba fluidos y se apretaba alrededor de la nada. La hipersensibilidad de la aproximación de tu orgasmo no te dejaba ver las cosas con claridad.
Lo que más dolía en ese instante era saber que Damian por nada del mundo te permitiría correrte. Ese era tu castigo por haber sido mala con él, tú penitencia.
Y ahora, su muslo no era suficiente. Tu entrada ansiaba que una polla se hundiera en ti para que bastara.
Cuando se hundió en ti, en un principio no sentiste nada más que plenitud, nada además de la sensación de tener el vientre completamente lleno. Luego, empezó a embestirte tan fuerte que sentiste por un momento que iba a partirte por la mitad; sus caderas se balanceaban contra tu agujero abusado en el cual su virilidad encajaba a la perfección. Damian adoraba la sensación de sentirse rodeado por tu calor.
Antes de que pudieras realmente darte cuenta y arrepentirte, ya había tenido lo suficiente de ti. Por lo que, te enfrentaste a una realidad donde estabas en su cama con los muslos manchados de su orgasmo sin obtener nada a cambio del encuentro más que sufrimiento.
— Pude haberte hecho sentir realmente bien, pero te tocó ser una puta bromista con tus chistes de mierda.
Lamentablemente, sabías que tenía razón.
#damian wayne#damian wayne x reader#damian wayne smut#smut#dc comics#dc universe#damian wayne x female reader#fanfic español
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❃ 𝙱𝙰𝙸𝙻𝙰𝙽𝙳𝙾 𝙴𝙽𝚃𝚁𝙴 𝙻𝙾𝙱𝙾𝚂 - 𝙲𝙰𝙿Í𝚃𝚄𝙻𝙾 4 ❃
» Temática: SKZ híbridos x Oc (Lis) » Género: Poly, fantasía, OMEGAVERSE » Warnings: Fluff, smut con historia, angst, tensión sexual, sexo, degradación, dinámica A/B/O explícita, dom/sub, sado, amor, entre otros. » Warning de CAPÍTULO: Menciones a comida, menciones a ansiedad (Han). Si me dejo algo me lo decis. » Tipo: Serie. » Palabras: 3.720.
» Masterlist « | Anterior | Capítulo 5
El resto de días antes del regreso de los miembros fueron como la seda a partir de esa noche. Las veces que Hyunjin salía de la habitación se las pasaba en la de Lis siempre que esta estuviera trabajando. Si no, ambos se quedaban hasta la madrugada hablando en el sofá o simplemente viendo la televisión sin necesidad de compartir nada.
Hyunjin no lo admitiría tan pronto, pero lo cierto es que estar en aquella habitación con su nueva mánager le producía tranquilidad, como si fuera un refugio a todos sus problemas. Así lo había decidido su lobo, quien estaba incluso más intrigado por la muchacha un año mayor que él. Como siempre, seguiría sus instintos hasta el final. Al fin y al cabo...
Habían encajado demasiado bien.
Era como si se conocieran de mucho antes, algo parecido a lo que había sentido Lis el primer día de hablar con Felix, o al volver a ver a Seungmin. Y le resultaba... Extraña la familiaridad. Hyunjin incluso se había tomado la confianza de aproximarse a ella y depositar la cabeza en el hueco de su hombro cuando cocinaba algo, o de estirar las piernas encima de los muslos de ésta si estaban en el sofá.
No es que le molestara, al contrario. Si de esta forma estaba más tranquilo... Ella también lo estaba. Fue el día anterior a que los chicos cogieran el vuelo a Corea que conoció a Han.
Con Hyunjin estirado en su cama detrás jugando a un ruidoso juego de móvil, escuchó a alguien golpear con los nudillos la puerta de la habitación. El bailarín y Lis se miraron, confusos. Era imposible que hubieran llegado ya, ¿no?
— Adelante. —dijo la chica, insegura.
La puerta se abrió lentamente, y de ella emergió una cabeza castaña llena de rizos que le oscurecían la vista. Llevaba una sudadera verde y unos pantalones negros de pijama. Con la actitud tímida con la que entró, parecía incluso más pequeño de lo que realmente era.
— Disculpad las molestias. —musitó. Sus ojos redondos estaban un poco apagados y profundas ojeras violáceas se los enmarcaban—. Soy Han, Han Jisung. Hyunjin me ha hablado muy bien de ti y quería presentarme como es debido una vez estuviera recuperado.
— Oh. —Lis se levantó e hizo una pequeña reverencia—. Lis. Encantada de conocerte.
Jisung asintió con una sonrisa en el rostro, aún sin mirarla del todo.
— Ah... Hyunjin. —se dirigió a él—. Tengo como veinte camisas oversize. ¿Adónde han ido a parar?
— Cinco me las he puesto yo estos días. —contestó desde su privilegiado sitio en la cama—. Tres de ellas han acabado echas trizas y el resto están por lavar. ¿No tienes más?
Han negó.
— ¿Necesitas camisetas holgadas? —quiso saber ella, incorporándose de nuevo.
— Sí. La mayoría de miembros se han llevado la ropa a Japón y... Aún no he hecho la mudanza total a esta nueva casa. Las cajas con mi ropa siguen en el anterior piso.
— Espera.
Lis fue hacia su armario y Han la siguió, alarmado.
— N-No, ¡no! Está bien, tengo la sudadera, puedo aguantar hasta que se laven las camisetas...
— No seas ridículo. No me cuesta nada. —abrió los cajones, con especial cuidado de no mostrar el que escondía los supresores. Tenía cientos de camisas grandes, suficientes como para vivir de ellas un mes entero, por ponerlo de alguna manera. Al fin encontró la que buscaba: Una de color cerezo con una frase motivacional que decía: "¡Abrazos gratis! Es broma, no me toques."—. Aquí está. Es mi camiseta favorita así que cuídala bien, ¿vale?
Al leerla, Han soltó una carcajada, iluminando de forma inmediata el rostro de Hyunjin. Hacía mucho que no oía la risa de su amigo, y el cariño que empezaba a sentir por la nueva mánager incrementó con ese sencillo gesto.
— Con permiso. —dijo Jisung, quitándose la sudadera y revelando la piel desnuda.
Lis tardó unos largos segundos en desviar la vista, y cuando lo hizo, ya era demasiado tarde. Había visto los rasguños y moretones en el delgado torso del chico, signo de lo que había ocurrido durante el celo. Estaba convencida de que no le había importado que Hyunjin lo arañara mientras hacía con su cuerpo lo que se esperaba que hiciera, cómo habría gritado de placer bajo las uñas que le acariciaban los costados... Cómo ella misma habría gritado de haber estado en su lugar.
Bajó la cabeza y tragó saliva. Dios, sentía la boca seca y un doloroso fuego crepitando en su entrepierna. Al bailarín no le pasaron desapercibidas las mejillas sonrosadas y la expresión de deseo. Contuvo una medio sonrisa.
— Acabas de perder para siempre tu "camiseta favorita". Ahora le pertenece. —comentó. Lis sonrió.
— Mientras me la cuide...
La camiseta le quedaba grande, como era de esperar, y la reacción satisfecha del quokka era más que compensación. Sin embargo, en cuanto olió el tejido puso mala cara.
— ¿Qué ocurre? —farfulló Lis, nerviosa—. ¿Huele mal?
— No, es que no huele más que a suavizante de ropa. Hay un leve deje de tu olor, pero... me falta algo más. Supongo que es típico de humanos. No he dicho nada. Ah, una cosa... —le acunó las manos entre las suyas en un apretón amistoso—. Gracias por la comida de estos días. Estaba todo delicioso.
Lis se sonrojó. Era demasiado precioso, por dentro y por fuera. Lo único que se le ocurrió hacer fue ponerle una de las manos en la cabeza y despeinarlo.
— No hay de qué. Has debido de pasarlo muy mal, ¿no?
— Un... poco.
— Me hago una idea. Tómate todo el tiempo que necesites para recuperarte, sin prisa. Yo me encargo del papeleo y demás.
Han tenía ganas de llorar. Echaba de menos a Jung Han por lo buen mánager que había sido, pero jamás lo habían incluido en ninguna actividad íntima de la manada, ni le hubiera contado todo lo que les pasaba por la cabeza a nivel personal.
Quizá fueran sus ojos claros y directos, o puede que la forma en que le hablaba lo que le estaba diciendo a gritos que podía fiarse de ella para lo que fuera. Había sido un clic automático en el rompecabezas de su vida.
Así era la intensidad y la rapidez con la que podía sentir un híbrido de lobo.
Un suave ronroneo le emergió del pecho. Cerró los ojos, dejándose llevar por la caricia. Luego, inclinó la cabeza y se apoyó en el hueco del hombro de la muchacha. Su olor a melocotón y naranja le invadió las fosas, y tuvo que contenerse para no dejarse llevar y exponer su naturaleza.
— ¿Podría...? ¿Podría quedarme aquí un rato? Me gustaría tener compañía. —pidió en un susurro.
Lis dejó escapar una pequeña risita.
— Como si estuvieras en tu habitación. —lo llevó al lado de Hyunjin, y este lo abrazó tiernamente, haciendo que descansara sobre su pecho.
El bailarín la miró un segundo.
— ¿Quieres unirte? —señaló el espacio en la gran cama al otro lado. Lis sacudió la cabeza.
— No, tranquilo. Aún tengo que terminar algunas cosas. —se volvió a sentar en la silla, y tras echarles un rápido vistazo y ver que no había ningún tipo de ansiedad en el ambiente, se dedicó a lo suyo como mánager.
Si tenía que llamar a Jung Han, lo había hecho fuera de allí, en el pasillo. Al cabo de las horas, el móvil de Hyunjin había resbalado hasta el suelo, evidenciando que ambos chicos se habían quedado dormidos. Ya bien entrada la tarde, Lis apagó el ordenador y buscó una manta con la que taparlos.
Iba a hacer cena para que, cuando salieran de esa larga siesta, pudieran llenarse el estómago como es debido.
— ¡YA ESTAMOS AQUÍ! —gritó Changbin desde la puerta. Felix y I.N se taparon las orejas, molestos, mientras que una risa escapó de la boca de Chan. Lee Know y Seungmin lo ignoraron, empujando las maletas hacia el interior de la vivienda. Ellos dos y el líder del grupo fueron los primeros que vieron lo que se cocía delante de la televisión.
— Una semana. —gruñó Minho—. ¿Una semana sin nosotros habéis tardado en acostumbraros a ella? ¿En serio?
A cada lado de Lis y bien espachurrados estaban Hyunjin y Han. En el centro, un gran bol de palomitas saladas y dulces completaba el encuadre. Jisung miró a Minho hinchando los mofletes y los señaló acusatoriamente.
— ¡Al menos nos trata mejor que muchos de vosotros!
— ¿Hay palomitas? ¡Yo quiero! —Felix saltó a la falda de Hyunjin y este aprovechó para rodearle la cintura y depositarle un suave beso en el cuello.
— Bienvenido de vuelta. —le murmuró al oído, arrancándole un escalofrío.
Chan se apoyó en el respaldo del sofá, alargando un brazo para conseguir atrapar una palomita salada, al tiempo que Han jugaba a acertar tirarle una en la boca a Changbin, fallando varias veces. Minho, por supuesto, se quejaba de lo mucho que iba a tener que barrer después, y amenazó con meterlos en la freidora.
Todos parecían estar pasándoselo bien. Todos, excepto I.N y Seungmin. Si bien la sonrisa del maknae parecía tranquila y jovial, el aura que desprendía decía otra cosa.
No podían aceptar a una humana en la manada. Era antinatural. Los humanos eran una especie reducida, casi en peligro de extinción. El hecho de que alguien de una "especie" diferente se involucrara con ellos llegaba al punto del tabú, y nadie parecía querer darse cuenta.
Seungmin lo notó, pero no dijo nada. Sabía lo que estaba pensando porque sería lo mismo que pensaría él de no conocer la verdad. Pese a ello, dudaba que la aceptara incluso al revelarse que era una beta. Por supuesto, sus labios estaban sellados. Respetar las decisiones de su amiga era su máxima prioridad.
Y no quería hacerla pasar por la negación de un alfa. A pesar de haber dos más en la manada, solo con que uno de los tres dijera que no, podría provocar que Lis cayera en estado de "subdrop".
No quería presenciarlo más. Había tenido suficiente con la falsa expulsión de Felix y Lee Know y el revuelo que esto había causado. El subdrop les había pegado tan fuerte que el mismísimo Chan estuvo a nada de caer con ellos. Temía que su amiga se hiciera ilusiones para luego acabar con el corazón roto... Más de lo que ya lo tenía.
— Hoy cocino yo. —dijo Minho, serio.
— ¿Eh?
Lis apartó lentamente las manos del cazo que pretendía llenar con agua cuando el bailarín principal entró como una exhalación en la cocina y la miró con cara de pocos amigos. ¿Cómo se había dado cuenta de sus intenciones si hasta hacía no mucho estaba encerrado en su cuarto? Empezaba a pensar que más que un lobo, era un gato con un oído finísimo.
— Que hoy cocino yo. Ya has hecho bastante.
La chica no entendió a lo que se refería y lo tomó como una reprimenda. Se apartó el pelo de la cara y, bajando la cabeza, empezó a juguetear con los anillos de la mano izquierda.
— ¿Tan mal sabe lo que hago? —musitó Lis por lo bajo.
Minho la miró, confundido y negó.
— La comida que haces es estupenda para ser extranjera. No obstante, la cocina es mi espacio, es lo que yo suelo hacer. Y agradezco que me tomaras el relevo y que hayas cuidado de Hannie y de Jinnie, pero ahora es mi turno.
— Tu turno de cuidarlos.
— Mi turno de cuidaros. —puntualizó.
Tres semanas pasaron. Estaba convencida de que Minho tenía mucho que decir contra ella... Todo infundado al parecer. Las mejillas se le colorearon de rosa y sonrió, sintiéndose bien de ser incluida.
— Gracias.
Significaba mucho para ella, aunque fuera extraño y su cuerpo demostrara la incomodidad. Minho se dio cuenta, no necesitaba ni olerla.
— Estás tensa.
— Estoy bien.
— Y un cuerno.
Se miraron. Minho con su usual semblante impasible se cruzó de brazos en silencio. La chica era preciosa, tenía que admitirlo. Algo en su estómago revoloteaba como loco alrededor de la persona que tenía delante. ¿Su estómago o su lobo interior? Más bien el segundo. Cuando más la miraba, más ronroneaba el pecho del híbrido.
Lis se acercó a su rostro con los ojos entrecerrados a modo de desafío y el bailarín resistió la tentación de apartarse, impresionado. Esperaba que no notara el calor que desprendía ni lo rojas que sentía las puntas de las orejas.
Por su parte, Lis frunció el ceño y se cruzó de brazos. Luego suspiró y se relajó.
— Agradezco tu preocupación, Minho. —dijo—. Solo estoy cansada. Haz mucho arroz, ¿vale? Pondré la mesa y llamaré a los chicos en cuanto esté hecho todo.
El chico asintió, concentrándose en su trabajo. Esa chica iba a ser su perdición.
No pasó ni un minuto desde que se sentó en el sofá tras haber puesto los palillos metálicos y los vasos en la mesa que oyó unos pasos y de pronto tenía a un Felix soñoliento estirándosele encima. Era el primer día que tenían libre al completo en meses.
Apoyó la cabeza rubia en el regazo de la muchacha y la miró con ojos grandes e inquisitivos. Dios, podría perderse cada día en esos orbes castaños, en las pequitas que le adornaban las mejillas sonrosadas.
Echó la cabeza hacia atrás tratando de controlar el ritmo de su corazón, pero se entretuvo en acariciarle el pelo distraídamente.
— Eres cálida. —le dijo el chico de pronto, girándose y apretando la cara contra su cuerpo—. Me gustas.
— Felix...
— ¿Qué? Que no seas híbrida ni de la manada no significa que no puedas caerme bien a nivel personal. Los demás chicos piensan lo mismo, pese a que algunos no quieran admitirlo. No es como si fuéramos a cortejarte ni nada por el estilo, ¿no? Podemos quererte, igual que queríamos al mánager Jung Han. Salvo que con él no teníamos ningún tipo de intimidad física.
— ¿Y conmigo sí crees poder tenerla?
El chico se dio cuenta de su metedura de pata, porque la vergüenza le encendió las mejillas.
— No era lo que... No quería decir eso. —balbuceó—. Quiero decir, somos un grupo poliamoroso. Sería cruel e irrespetuoso privar a nadie de nuestra compañía si es recíproco, aunque... Eh... Dios, cada vez la estoy liando más...
Lis suspiró, volviendo a mirarlo. Sería tan sencillo decirle que sí, desinhibirse y dar rienda suelta a sus instintos... Le quitó un par de cabellos de la frente y le rozó los labios con las yemas de los dedos. Felix se quedó muy quieto con la boca entreabierta y el corazón latiéndole con fuerza contra las costillas. Solo había sido un roce y necesitaba más.
— ¿Sabes? Mi madre era gamma. —soltó antes de poder callarse. ¿A qué venía eso? Lis... ¡Tú tapadera! —. Y-Y mi padre es humano. —mintió—. Mi madre murió durante el parto por complicaciones. Mi padre no me lo llegó a perdonar. No he tenido demasiado afecto en mi infancia.
Felix ladeó la cabeza, confuso.
— ¿Adónde quieres ir a parar...?
— Sé que para ti la intimidad física es muy importante para conocer a la otra persona, y no hablo solo del sexo. Tú necesitas abrazar para sentirte seguro de lo que sienten los demás, y eso es precioso. Es más, estoy segura de que estás intentando impregnarme de tu olor a fin de hacerme sentir como en casa... Pero no puedes. Al menos no ahora. —tragó saliva y siguió—. Si algo he aprendido estando con vosotros es que jamás os sentiréis completos conmigo... Ni aunque fuera híbrida.
El chico se incorporó, quedando a escasos centímetros de su cara. Solo le llevaría una breve inclinación de cabeza para besarlo si quisiera. Porque no quería, ¿verdad?
— ¿Quién te ha hecho eso? —preguntó.
Lis se removió, incómoda.
— ¿Quién ha hecho qué?
— Hacerte sentir así. Pensar que no eres suficiente. ¿Tu padre?
— Déjalo, Lix.
Por suerte, Minho emergió de la cocina y los vio juntos. Demasiado juntos.
— ¡A comer! —gritó, sobresaltándolos.
— ¡Ah, sí! Se me olvidó que tengo que avisar a la tropa. —No iba a desaprovechar la oportunidad que se le había brindado. Saltó del sofá y comenzó a subir escaleras, dejando a un Felix sentado allí, solo y con cara triste.
El omega tenía un nuevo desafío personal: Hacer que se sintiera amada, costara lo que costase.
La chica llamó a la primera puerta. No recibió respuesta, por lo que abrió la manilla y metió la cabeza por el hueco. I.N tenía los auriculares puestos, pero se los quitó para mirarla en una silenciosa interrogación.
— Minho está llamando a comer. —le dijo únicamente antes de volver a cerrar la puerta.
De todos, el maknae del grupo era el único con el que aún no se sentía cómoda completamente. No por ella, porque saben los cielos que había intentado conversar con él en más de una ocasión, sobretodo en las horas de la comida, y a pesar de su sonrisa, I.N le había contestado con monosílabos y frases que no podían derivar en una plática entera a menos que hubiera más gente alrededor. Era frustrante.
Uno a uno los llamó y salieron de sus habitaciones —algunos juntos, y no quiso saber por qué—, así que ya sentados en la mesa comieron en una charla animada la sopa de costillas, el ramen y el arroz que había preparado el primer beta del grupo. Minho le había hecho caso: Había MUCHO arroz.
— Comes bien. —la admiró Changbin, encandilado por la velocidad y la cantidad que era capaz de engullir—. No pareces tenerles miedo a las calorías.
— Soy una pila alcalina. —le explicó Lis con la boca llena, ganándose una pequeña mirada de disgusto de Chan. Tragó lo que le quedaba y prosiguió—. Antes de llegar al estómago ya lo he quemado.
— Quién lo diría, cuando te pasas los días en tu habitación frente al ordenador con cientos de cosas que hacer por nosotros. —se mofó Hyunjin.
— Eh, el cerebro necesita comer también.
— ¡Eres de las mías! —exclamó el rapero, contento. Ambos chocaron puños al más puro estilo "bro".
— Eso me recuerda... Chicos. La semana que viene bailáis en MCountdown. Estoy intentando conseguir un par de coches de lunas tintadas para entonces, pero si no lo consiguiera, ¿os importaría compartir uno de nueve plazas?
— En absoluto —dijo Chan—. Gracias por el esfuerzo que haces. Espero que la paga sea adecuada.
— ¿Adecuada? Chris. —le agarró las manos, seria—. En un trabajo normal, tendría que ahorrar el 85% de mi sueldo y no comer en doce meses para lograr llegar a lo que voy a cobrar en un mes. Créeme, es más que suficiente.
— ¿Dónde vivías antes? —Han se había llenado las mejillas de comida y la pregunta sonó extraña.
— En un goshiwon. Estando a media jornada es casi imposible pagarse una casa más grande. Podría haberlo hecho, pero... —era su único refugio. Pequeño y privado—. Con este trabajo...
— Podrías comprarte una casa, con el tiempo. —sugirió Seungmin—. Ya sabes, lejos de aquí, a salvo de un grupo de ocho hombres con las feromonas de un adolescente hormonado.
— ¡Oye! —gruñó Hyunjin, juzgándolo con la mirada—. No es como si estuviéramos tan desesperados.
— Ah, ¿no? —se giró hacia él arqueando una ceja—. Eso no es lo que me pareció ayer noche.
El chico soltó una exclamación ahogada y la punta de las orejas se le pusieron rojas de la vergüenza. Algunos se rieron ante su actitud nerviosa y otros como Changbin se quejaron porque no lo habían invitado a la "fiesta".
Sintió a Felix llamándola con un pequeño toque en el hombro.
— Oye, Lis... No te vas a ir, ¿no? —preguntó, bajito. Parecía... ansioso. Al otro lado de él, Han escuchaba atentamente a pesar de simular estar centrado en la comida—. Quiero decir... No se está tan mal aquí, ¿verdad?
La chica sonrió.
— ¿Con lo que me ha costado venir? Ni de broma. —lo tranquilizó—. Vais a tener que aguantarme bastante tiempo, ¿sabes? Siempre que me queráis aquí, por supuesto. Esta es vuestra casa.
El sonido de los cubiertos contra los platos los sobresaltó. Vieron a I.N con una expresión indescifrable en el rostro, —y una oscura sonrisa plastificada en la boca—, levantarse de la mesa y marcharse sin mediar palabra. Sus pasos se hicieron eco a medida que subía las escaleras, y Lis reprimió un escalofrío cuando la puerta de su habitación se cerró de un portazo. Apenas había tocado la comida.
— ¡Jeongin-ah! ¡Oye! ¡Eso ha sido horrible de tu parte! —gritó Changbin, molesto. Minho le palmeó el dorso de la mano para que parara de gritar.
— Déjalo en paz. Tiene sus motivos para estar así.
— ¿He... hecho algo mal? —Lis dejó los palillos, afligida. Chan negó efusivamente.
— Para nada. —le aseguró—. Solo que éramos cercanos al mánager Jung Han y, en fin. —se rascó la cabeza—. Son muchos cambios en las últimas semanas. Pero no tenemos ningún problema contigo, ¿a que no?
Algunos verbalizaron el estar de acuerdo, mientras que otros lo hicieron con gestos. Sin embargo, la semilla de la duda se había instalado en le corazón de la muchacha.
¿Había hecho bien aceptando este trabajo?
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© LUNEARTA, 2024. 𝘕𝘰 𝘦𝘴𝘵á 𝘱𝘦𝘳𝘮𝘪𝘵𝘪𝘥𝘢 𝘭𝘢 𝘤𝘰𝘱𝘪𝘢 𝘵𝘰𝘵𝘢𝘭 𝘰 𝘱𝘢𝘳𝘤𝘪𝘢𝘭 𝘥𝘦 𝘤𝘶𝘢𝘭𝘲𝘶𝘪𝘦𝘳𝘢 𝘥𝘦 𝘮𝘪𝘴 𝘰𝘣𝘳𝘢𝘴 𝘦𝘯 𝘯𝘪𝘯𝘨𝘶𝘯𝘢 𝘱𝘭𝘢𝘵𝘢𝘧𝘰𝘳𝘮𝘢.
#han jisung#lee know#changbin#bangchan#fanfic#skz#stray kids#skz stay#skz x reader#abo dynamics#stray kids omegaverse#omegaverse#abo#skz fanfic#fanfiction#fanfic writing#skz chan#skz smut
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Idea muy, pero muy loca... :/
la idea surge al volver a recordar esta imagen, tómenlo como una idea absurda, me salió en mi cabeza y solo quería sacarlo de mi mente, mas por parte de ver el lado mas loco de Sur.
Sur parece molesto con ella, por lo cual empieza a insultarla de las maneras mas ilegales posibles, hasta que nos encierran a ambos.
Tras eso intento convencer a Sur de que nos saque de aquí, pero este se niega porque le parece cómodo el lugar, intente razonar con el intentando decirle sobre su lado heroico, y sus grandes logros y buenas intenciones, pero no funciona, hasta empecé a discutir conmigo misma del porque es con Sur y no con Centro, Unidad o incluso el continente africano.
Sur solo se coge de hombros y se intenta dormir en el único asiento de la habitación, dejándome a mi y mis delirios en el suelo.
Tras unas horas, un sonido chirriante suena en la otra celda, levantando a Sur con mala cara, golpeando la pared intentando callar al del otro lado, pero este solo le sube mas a su insufrible mal toque de rock.
Sur se levanta y solo dice que será heroico como le dije y me jala con sus poderes a la otra habitación, se dirige al guitarrista y lo golpea con el amplificador, golpeándolo hasta que suena la alarma.
Sur nos saca de la celda y ve a los policías del fandom CH y con su habilidad cae encima de uno, le quita el arma y le dispara a los otros, robándoles cualquier cosa que le sea útil para lo que venia.
Así ambos buscamos la salida pero al ver a tantos guardián buscándonos, Sur decide hacer una locura, liberar a todos los seres que el Fandom tiene incluidos, desde lo mas bajo, hasta lo mejor.
Busca en centro de control y al llegar una risa maquiavélica sale de su boca liberando a todos.
De allí tomamos un mini auto, me hizo conducirlo mientras el le disparaba a todos para crear mas caos.
E Incluso le disipara a los que libero porque no es que les agrade igualmente, desde Oc, a un montón de N4z1 y URSS e incluso a si mismo, a excepción de los garry stu y las merry su, que a lo muchos los insultaba o los dejaba a manos de la policía del FCH porque sur ya intuía que pelear con ellos era como pelear con dios, por lo cual lo dejo a manos de los únicos que si podrían controlarlos.
Al final el caos se hizo, y ambos salimos por una ventana, nos dirigimos a la playa y tomamos un bote, solo escuchando a lo lejos la voz de la representante del fandom CH.
Sur sale feliz, satisfecho por su masacre y caos, y a mi con una cantidad de traumas que no sanaran en un buen tiempo.
Haciéndome preguntas de cuanta mierda le metí a Sur para que esto fuera posible.
Y así termina una verdadera loca idea :/
Y espero y no me juzguen...y una disculpa de antemano....V-Vu
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Una princesa y su príncipe
Sanji x f!reader (ESPAÑOL / SPANISH)
-¡Gracias Sanji! La comida estaba deliciosa.
-Sí, mañana haz carne, por favor.
-¡Y judías!
Eventualmente todos los piratas salen de la cocina dejando solo a Sanji. O eso creía él.
Él empieza a colocar en su sitio todos los ingredientes que ha ido sacando a lo largo de su cocinado. Ha pasado tanto tiempo en esta cocina que ya no necesita ni pensar para ir abriendo y cerrando armarios y poniendo todo en su lugar.
Sonidos de platos chocando hacen que Sanji mire por encima de su hombro. Y es entonces cuando nota por fin la presencia de Y/n, quien el parecer está recogiendo todos los platos de la mesa.
-Y/n, querida, no hace falta- al oír la voz de Sanji ella se gira con todos los platos en sus manos y una pequeña sonrisa en su rostro.
-Quiero ayudarte, siempre limpias todo nuestro desastre tú solo- se acerca y se pone delante del fregadero, donde deja todo-. ¿Yo lavo y tú secas?
Sanji asiente algo ensimismado. Estos actos de amabilidad eran los que podían con él, los que hacían que su corazón se saltase un latido.
-Gracias- respondió una vez rompió un silencio más largo de lo normal, que había usado para asegurarse que su voz no saldría temblorosa. Se acercó a Y/n mientras estaba se remangaba hasta los codos y depositó un beso en su sien. Y/n volvió a sonreír, esta vez más profundamente que la anterior y Sanji juró que si Y/n no se hubiera girado hacia al grifo para empezar a lavar los platos, no se habría resistido a besarla.
-¿Qué te pareció la cena de hoy?- pregunta él en pos de evitar el silencio, aunque este no fuera incómodo.
-Perfecta, como siempre. No por nada eres el mejor cocinero de todo el East Blue.
Ahora es el turno de Sanji de sonreír satisfecho. Pero no había ninguna posibilidad que él dejara que fuese un cumplido de un solo sentido.
-Todos mis platos mejoran cuando estoy cocinando para una chica guapa.
-¿Guapa?- Y/n miró a Sanji arqueando una ceja y sonriendo de medio lado- Siempre tan coqueto...
-De hecho, guapa es poco. Preciosa, más bien- esta vez el cocinero sí que logra su cometido y hace que Y/n se ponga completamente roja. Intenta ocultar su bochorno dirigiendo su mirada a los platos, aunque ya es demasiado tarde.
-No digas esas cosas...
-Bien, no lo haré más- ambos sabían que estaba mintiendo.
El silencio se instala entre ellos sin que Sanji quiera evitarlo. Por cada plato mojado que ella le pasaba, el cocinero se acercaba un poco más a Y/n imperceptiblemente y aprovechaba ese momento para rozar los dedos de ella con los suyos. Y aunque la pirata sí notó esto, no hizo nada por impedirlo.
-Siempre quisiste ser cocinero, ¿verdad?- sorpresivamente es Y/n ahora quien rompe el silencio.
-No recuerdo un solo día en que no lo hiciera.
-Eso es muy bonito.
-No tan bonita como...- ella lo mira serio con las cejas levantadas- Chopper- rectifica Sanji haciendo que su acompañante suelte una carcajada.
Sanji tiene que aspirar profundamente para soportar el inmenso amor que sentía en el pecho, la sensación podría hacer que se cayera redondo al suelo. La risa de Y/n le parecía el sonido más bonito del mundo.
-¿Qué querías ser tú de pequeña?- pregunta el rubio una vez se ha recuperado.
-Yo...- ríe para sí como recordando algo- Yo quería ser una princesa.
-¿Una princesa? ¿Tú?- Y/n asiente avergonzada pero sin arrepentirse de habérselo contado- Entonces debes estar contenta, porque siempre te trataré como a una.
-¡Sanji!- ella le da un codazo amistoso en el brazo pero ríe de su flirteo.
-¿Por qué querías ser princesa, igualmente?
-No lo sé realmente, era muy pequeña... Supongo que la idea de tener toda los libros y vestidos que quisiera me hacía ilusión. También me encantaban los bailes- sonríe imaginando algo-, esos en los que un príncipe saca a bailar a una chica y dan vueltas hasta el amanecer.
Sanji observa a la chica durante unos segundos y acto seguido se separa de la encimera, colocándose en medio de la sala y extiende una mano hacia Y/n.
-Bailemos, pues.
-¿Qué? -Y/n se gira hacia Sanji pero sin apartar las manos del fregadero- Sanji, no hay música, no hay nada.
-Yo cantaré si eso quieres... Y tenemos a una princesa- hace un gesto con su cabeza hacia ella- y a un príncipe… - esta última insinuación parece ponerle nervioso, pero Y/n no sabe descifrar por qué- Y a un chico que quiere sacarla a bailar. Tenemos todo lo que necesitamos- como no parece que vaya a admitir que quiere hacerlo, Sanji da un paso hacia ella y coge su mano.
-¡Sanji! Estoy mojada.
-Es sólo agua- agarra haciendo un poco más de presión la húmeda mano de Y/n y tira de ella hasta salir de la cocina, a la cubierta del barco.
La noche ya estaba totalmente instalada y la Luna brillaba en lo alto del cielo. Sanji tiró de Y/n hasta llegar al centro de la cubierta. Una vez allí se giró hacia la chica y conectó su mirada con la de ella. Y/n estaba nerviosa, y aunque no lo mostrara, Sanji también. Soltó su mano y con una reverencia demasiado exagerada volvió a ofrecer su mano.
-¿Me ofrecería este baile, mi princesa?- Y/n miró directamente a los ojos a Sanji durante unos segundos, y él podría haber jurado ver que le temblaban las manos.
-Por supuesto- ella estiró su temblorosa mano hacia él y la poso delicadamente sobre la del chico, quien entrelazó sus dedos inmediatamente.
Sanji cogió la otra mano de Y/n y la colocó sobre su hombro y puso su mano libre en la cintura de la chica. Cuando levantó la mirada se dio cuenta de que la mirada de Y/n estaba clavada en su pecho, como si no fuera capaz de mirarle a los ojos. Sanji tuvo miedo entonces de que Y/n pudiera notar su acelerado corazón.
-No sé bailar, Sanji- no levantó la mirada.
-No importa, sólo sígueme- Sanji comenzó a tatarear una canción que podría pasar como una canción de baile.
Al principio ambos estaban un poco torpes, pisando al otro, tropezándose. Pero una vez cogieron el ritmo podrían haber pasado de verdad por una princesa y un príncipe, si no fuera por la ropa y la localización.
Parecía que, Y/n estaba teniendo la noche de su vida, cada vez que Sanji alzaba sus manos entrelazadas para darle una vuelta ella no podía evitar soltar una carcajada. Incluso de vez en cuando Sanji dirigía sus manos a la cintura de la chica y la alzaba en el aire dándole unas cuantas vueltas. La sonrisa que tenía Y/n en la cara hacía que absolutamente todo mereciese la pena, esa sonrisa podría hacer que Sanji quemase el mundo entero si ella se lo pedía.
En algún momento Sanji dejó de tararear, pero a ninguno de los dos le importó. Y/n apoyó su cabeza en el hombro de Sanji y este posó su barbilla sobre la coronilla de ella. Los dos se mecían levemente hacía los lados, disfrutando la compañía, escuchando la respiración del otro. Y/n sentía el calor corporal de Sanji filtrarse a través de su camisa, y estaba luchando contra el sueño.
-Espero haber satisfecho tu sueño de pequeña- susurra Sanji en su oído.
-Ha sido... Fantástico. Mi yo de niña estaría eufórica- sonríe contra su hombro.
-Y sobre tener todos los libros y vestidos que quieras... Probablemente no pueda cumplirlo ahora mismo, pero encontraré la manera de hacerlo.
-No hace falta que cumplas todos los caprichos de mi yo de cinco años, Sanji- ríe levemente.
-Haría lo que fuera por verte feliz, Y/n- Y/n para de moverse, para hasta de respirar, para mirar a Sanji, quien se arrepiente un poco de sus palabras. De decirlas, pero no de sentirlas.
-¿Lo dices en serio?- mira directamente a los ojos de Sanji- Lo dices en serio...- parecía sorprendida. Sanji no podía creer que ella si quiera se plantease que no estuviera interesado en ella. Dios, estaba loco por ella, hasta el resto de la tripulación ya se había dado cuenta de ello.
-Y/n, nunca he dicho nada tan en serio.
La chica aparta una de sus manos de los hombros de Sanji y la acerca a su cara. Posa su mano en un lado de esta y con el pulgar hace leves movimientos acariciando su mejilla. Sanji cierra los ojos disfrutando del contacto, se sentía como si una corriente atravesara su piel. Cuando vuelve a abrir los ojos, sin que ella interrumpa su contacto, ve que ella está más cerca que antes, por lo que no puede evitar mirar a los labios de Y/n durante un instante.
-Tus ojos están brillando, Sanji- este no puede ni hablar, podría desmallarse allí mismo. Y/n se acerca a la cara de Sanji, poniéndose de puntillas y deja un pequeño beso en su mejilla, justo donde ella le estaba acariciando. De ahí comienza a dejar pequeños besos hacia abajo, hasta llegar su mandíbula y a lo largo de esta. Sanji aprieta la cadera de Y/n bajo su agarre.
-No tienes que hacer esto por mí...- antes de que pueda terminar la frase un beso en la comisura de sus labios lo hace callar.
-Si estoy haciendo esto, es porque quiero hacerlo- Y/n levanta su otra mano para acunar el otro lado de la cara de Sanji e inclina su cabeza para alinear sus labios con los del cocinero.
Estando a apenas a una mano de distancia, Y/n muerde su labio inferior, ante lo que Sanji no puede evitar abrir sus labios levemente y dar un suspiro.
-¿Quieres besarme, Sanji? - pregunta, ya totalmente consciente de la respuesta. Pero quería oírla del rubio frente a sí.
-Joder- dice con una voz más grave de lo normal-. Sí.
-Pues hazlo.
Y con esa frase, Sanji pierde toda la compostura que le podía quedar y estampa los labios contra los de Y/n, lleva una de sus manos a la parte de atrás del cuello de la chica para intensificar el beso y el otro se queda en su cintura, haciendo círculos con su dedo pulgar.
En un momento, Sanji atrapa el labio inferior de Y/n con sus dientes haciendo que esta suelte un leve gemido. Acto seguido se separa de ella, no demasiado, y admira complacido que Y/n está tan aturullada como lo está él.
-Dios mio, eres hermosa Y/n- Y/n suelta una carcajada y Sanji se agacha un poco para conectar sus frentes- Tan hermosa como una princesa.
-Entonces eso se te convierte en mi príncipe.
-Tu príncipe, tu cocinero, tu sirviente, tu amante... Me da igual. Seré lo que quieras que sea.
-Creo que ahora mismo me interesa la parte de mi amante- sonríe malévolamente. Sanji tarda exactamente tres segundos en reaccionar, pensando que quizás se habría imaginado lo que, Y/n acababa de decir, o incluso que tal vez estaba soñando. Pasado los tres segundos Sanji se agacha y agarra a Y/n por la parte de abajo de sus muslos y la levanta, de modo que esta solo puede rodear la cintura de Sanji con sus piernas.
-A mi también me interesa muchísimo- Y/n no puede evitar reír mientras es cargada hacia dentro del barco.
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