#Me están volviendo a doler las manos y los hombros :/
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Man. Me encanta hacer kinesiología pero siento que el lugar al que estoy yendo no me está ayudando a mejorar ni mantener mi condición física. Me están volviendo dolores que no tuve por un par de meses :b
#Hace que me tiente de probar de ir al gimnasio a pesar de la ansiedad social#Porque tipo#La kinesiologa divina etc pero la organización del lugar es muy despelotada#Las sesiones son muy irregulares y toman demasiados pacientes a la vez#Encima estoy pagando un copago por este#No sé che#Hace que me den ganas de no ir#Me están volviendo a doler las manos y los hombros :/#rambling#Español#ehlers danlos syndrome
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Su cabeza se inclina curioso, si ya le había parecido tierno que intentara armarle una comida, esto era igual o más encantador, intenta no reírse para que no crea que se burla de ella. Lammas, no conoce a nadie de ahí, aunque ahora la conoce a ella " ¿Morado? " la sorpresa no tarda en dibujarse en su rostro, el asuntó con su equipo resuena en su mente, mas no busca traerlo a colación, hay algo mucho más importante para él en ese momento y es la consecuencia de sus palabras, ni siquiera lo había hecho con esa intención, muchas veces actuaba sin pensar y el resultado estaba ahí, mano derecha se va a su cabello y lo despeina, no quería ponerle nerviosa, ni el quería hacerlo incomodo o extraño " Sé un poco de español " se apresura a responder y espera que eso ayude a que la situación se aligere, sonriente, lo dice con tanto orgullo, lo que no le dice es como lo entiende más que hablarlo y que su acento es hasta cómico. Ante comentario propio es necesario desviar la mirada, tomando los huevos para colocarlos junto con lo demás que iban a llevar en ese primer viaje, sólo esperaba no le pidiera su mejor frase en español porque ahí si lo iba a dejar evidenciado y no quería dejar esa impresión en ella, movió la cabeza al asentir, por todo, por nada, ya no sabía " si, soy inglés, ¿tanto se nota? mi madre estaría apenada " bromea con su propio origen, a su madre eso no le importaba tanto, aunque más de una vez la escucho maldecir en alemán por el peculiar acento que estaban adoptando sus hijos, mismo acento que mejor a penas llegaron a vivir a Berlín. Su madre, hasta ese momento se había dado el tiempo de pensar en ella y era extraño, ¿qué le diría por su accionar? otra carga más, no la quiere decepcionar. Su pregunta había reventado un silencio en que se había metido sin darse cuenta, concentrado por llenar la otra olla de la comida que faltaba, volvió a verle, aturdido, sabía que las mujeres eran lindas, pero a veces, como en ese momento, no entendía si eran reales " Puff, no me importa que piensen, ellos seguro también están fraternizando con el enemigo " le aseguro volviendo a sonreírle, sonrisas, sonrisas, las mejillas le iban a doler si seguía así. Se cargo con ambas ollas, una en cada brazo y le siguió muy se cerca. Haber ido a la cabaña no había sido tan mala idea después de todo " ¿acaso dijiste que nos encontraremos con una familia de conejos? " pregunto al ponerse a su costado, iba volver a hablar cuando mirada busca lo mencionado, qué bien le puso señalar una piedra y él lo hubiera visto con el mayor de sus detenimientos. Más aturdido de lo que le gustaría, casi tira una de las ollas, su piel choco contra lo frío de su dermis, lo distrajo más de lo que le gustaría. La dejo ser, ella no lo sabía, pero al alemán ni siquiera le gustaban los conejos, sin embargo ahí estaba, siguiendo los pasos de una desconocida que se había ganado su atención y le había ayudado a distraerse; como un ángel caído del cielo ¿Y si era un ángel? su mente ya estaba demasiado confusa " ¿te gustan los animales? " inquirió al acercarse a ella en un murmullo sólo audible para ambos, una de las ollas termino en el suelo para prestar más atención. Y ni bien subió la mirada, lo vio, un hermoso pájaro llegando a una rama en lo alto de uno de los arboles " mira hacía allá " le indico con el índice a la dirección contraria, en esos momentos para él era como un gran descubrimientos, la estaba intentando impresionar y ni siquiera se daba cuenta " es casi tan lindo como tú " admitió y luego se encogió de hombros. Siempre había sido así, demasiado directo, coqueto, muchas chicas lo habían ignorado por ser así, y porque se ponía el doble de idiota cuando algo realmente le llamaba la atención, sólo esperaba ella no cayera en esa lista, antes había bromeado, pero ahora, tal vez no lo estaba haciendo, pronto se aclaro la garganta y desvió la mirada para que no notara que le estaba mirando también. No la conocía, debía calmarse, sólo había sido cordial con él, le había seguido las bromas, ese era su problema, siempre tratando de esconderse detrás del buen humor.
‘ también necesitarás de las verduras, pueden hacer pasta con brócoli y un poco de atún ’ armó una comida básica con alguno de los ingredientes que encontró por allí, y recordó que había algunas carnes en unos coolers bajo el mueble. ‘ carne, ¿deben estar ahí también los huevos? ’ se arrodilló para tomar uno de los cubículos helados y abrió la tapa, encontró algunas porciones que le enseñó triunfante al rubio. necesitarían consumir la proteína necesaria para poder sobrevivir a los tres días con estas temperaturas, además de la luz, era una fanática del sol, pero esto era ridículo. ‘ lammas y ahora del equipo— ’ dejó su voz en pausa y se rió al no recordar del todo su color, aún no decoraban sus banderas, así que no lo tenía tan presente. ‘ ¡morado! ’ exclamó luego entre un par de risas, solía ser un desastre y algo despistada, la observación no solía ser lo suyo y mucho menos empezaría a serlo ahora. apenas lo escuchó, sintió como su rostro comenzó a subir de temperatura y sus mejillas se tiñeron de rojiza tonalidad, ¡no! levantó sus manos hasta sus mejillas en un intento de bajar la temperatura. dejó sobre uno de los mesones el cooler que le mencionó hace un rato, si él cargaría con el gas, entonces ella podía ayudarlo también con su parte. ‘ uh, no, es el español — gracias ’ y volví a sentir ese atisbo de timidez reflejado en sus mejillas y hasta en sus orejas, posó el dorso de su mano izquierda sobre su mejilla, mientras continuaba metiendo más comida en la cazuela más grande. ay, tampoco quería dejarla pesadísima. ‘ ajá, creo que con esta comida estarán bien, ¿no? ’ le enseña la olla que ha conseguido para su propio equipo y le sonríe. ‘ ¿tú eres de inglaterra? digo, por tu acento ’ jamás podría olvidar su último viaje junto a sus amigas a la isla, la pasaron tan bien. asintió y tomó con una de sus manos la cacerola más grande y la acomodó hacia un lado, apoyando parte de su peso sobre su cadera, en realidad no tenía tanto problema con las cosas pesadas, sólo se consideraba demasiado torpe. ‘ ¿no se va a molestar tu equipo porque estás fraternizando con el enemigo? ’ tiró en chiste, sólo para cortar la especie de afonía que nació de pronto entre ambos. odiaba los silencios y más cuando su cabeza estaba dando tantas vueltas y ella seguía algo nerviosa, dolores siempre se caracterizó por ser una enamorada del amor, por lo que apenas alguien se comportaba con ella como una persona mínimamente decente, caía rendida como una verdadera estúpida. por suerte, hasta el momento nunca se había equivocado, y esperaba que su ojo siguiese así de bueno. caminó tranquila, con cacerola en uno de sus brazos y un cooler cargado en la otra, estaba bastante liviano para la cantidad de comida que llevaban. ‘ en el camino hacia aquí, vi una familia de conejos, eran adorables — ojalá estén ahora que regresemos, sería lindo que pudieras verlos ’ la sonrisa en su rostro era imborrable, estaba lo suficientemente cómoda para permitirse hablar hasta por los codos y llenar todos los espacios que pudiera. aunque no era una amante de las acampadas, y apenas tuviera dos en el cuerpo, sentir el aire fresco en sus pulmones después de estar encerrados una semana, era todo lo que sus pulmones pedían. ‘ ¡mira! allí están ’ apuntó con el índice de su mano derecha en dirección a la familia de roedores que descansaban a lo lejos, su mano se movió hasta la muñeca contraria, y si tenía algo en ella no le puso atención. ‘ tienes que ser silencioso ’ bajó su voz, y se escondió tras uno de los matorrales para verlos mejor. eran adorables, lo que daría por poder llevarlos con ella y cuidarlos del frío.
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Aperitivo. [M]
Fandom: EXO
Tipo: Smut
Miembro: Kim Minseok (Xiumin)
Número de palabras: 1.642
Acabas de colocar el mantel sobre la gran mesa de madera de vuestro comedor cuando un par de cálidas manos te agarran por detrás. Sonríes pero no tienes ninguna intención de darte la vuelta porque estás segura de lo que quiere y no se lo vas a dar. Sus manos se deslizan desde tu cintura hasta tus caderas y les da un leve apretón.
—Minseok, para —dices, un ligero tono de risa en tu voz—. Tu hermana está a punto de llegar y necesitamos tener las cosas listas.
Tratas de liberarte de su abrazo, pero te envuelve aún más fuerte, su cabeza apoyada en tu hombro. Puedes sentir como entierra su nariz en tu cabello para después respirar tu perfume.
—Pero te quiero ahora —se queja—, y todavía tenemos 30 minutos. Eso es mucho tiempo para uno rapidito.
—Eres tan romántico —te burlas. Sin embargo te das la vuelta para mirarlo. Sus brazos aún te rodean.
Está increíble, como siempre. Su pelo negro azabache está peinado en forma de coma, apartado de su frente. Sus labios y su pequeña nariz están arrugados adorablemente en un puchero y sus ojos te miran con deseo. Esos ojos oscuros y penetrantes que tanto amas. Lleva una camisa blanca metida dentro de un par de pantalones vaqueros. Tener un novio tan guapo te hace sentir constantemente cohibida. Como si no fueras suficiente para él. Por suerte para ti, él no parece tener ese tipo de prejuicios porque siempre te mira como si fueras el mismo sol. Tal vez se ha quedado ciego de tanto mirar directamente y esa es la única razón por la que no puede verte bien.
Te da un corto beso en los labios mientras te mece delicadamente de lado a lado.
—Te quiero —susurra. Sus ojos se vuelven dulces. Tu corazón late muy fuerte en tu pecho y puedes sentir el rubor subir rápidamente a tu cara.
—Sólo lo dices porque quieres follarme contra la pared más cercana —le acusas, golpeando ligeramente su pecho.
—Eso no es cierto, sexy. No he dicho "te quiero" porque quiera follarte contra la pared más cercana. Lo dije porque quiero follarte sobre esta mesa.
Termina la frase con una sonrisa de autosuficiencia, señalando la mesa detrás de ti.
—¿Ah, sí? —respondes en tono provocador, acercándote a él.
El beso es lento, sensual, y puedes escucharle ronronear suavemente contra tus labios. Su boca sabe al queso que ha estado comiendo antes en la cocina y tú profundizas el beso, deslizando tu lengua sobre su labio inferior. Sus manos se mueven para agarrarte el culo mientras te empuja hacia la mesa. Cuando tu espalda choca contra el borde, dejas escapar un pequeño grito de sorpresa y deslizas las manos por la nuca de Minseok, enredando los dedos en su cabello.
Los dos os separáis, jadeando, mirándoos con ojos hambrientos y vuestras respiraciones mezcladas. Siempre ha tenido este efecto sobre ti, siempre te ha vuelto loca.
Sientes que tu cuerpo tiembla de expectación y agarras el cabello de Minseok, lo atraes hacia ti y lo llevas a tus labios para que te dé otro beso.
—Date prisa, Minseok, ¿quieres? —Jadeas contra sus labios cuando sientes que sus manos juegan con el dobladillo de tu falda.
—Oh, quién es la romántica ahora, ¿eh?
Aún así se agacha un poco para poder levantar tu falda hasta que está alrededor de tu cintura y te palmea el trasero con apreciación. Ríes de puro nerviosismo y él agarra tu otra nalga levantándote para ponerte sobre la mesa. Abres las piernas para que él pueda caber entre ellas y te besa una vez más. Podrías pasarte la vida besándolo, estás segura, pero ahora mismo quieres otra cosa.
Tus manos exploran su torso y descienden hasta que encuentras el cinturón de cuero que lleva puesto y lo aflojas con prisas. Puedes acariciar la punta de su polla ya dura con tus dedos y él deja escapar un gemido suave, sus ojos fijos en ti. Tu sangre está ardiendo, todo tu cuerpo está ardiendo y puedes sentir el latido de tu corazón contra tus costillas, emocionado. Su aliento caliente te da en la cara cuando entierra su nariz en tu cuello.
—Te necesito, pequeña —dice, mordiéndote ligeramente el lóbulo de la oreja. Tú dejas escapar un suave gemido. Sus manos acarician tus muslos para luego subir a juguetear con el elástico de tu ropa interior.
—Yo también te necesito —jadeas cuando sus dedos se acercan a tu entrepierna, pero sin acariciar dónde realmente quieres—. Por favor, Minseok.
Sus manos finalmente tiran de tus bragas y levantas el culo de la mesa para ayudarlo a deshacerse de ellas. Sus dedos apenas rozan tus labios extendiendo tu humedad, y tu aliento se queda atrapado en tu garganta por culpa del repentino contacto.
—Ah, siempre estás tan mojada. Tan mojada...
Si no fuera por el hecho de que su boca está cerca de tu oído, no lo hubieras escuchado. Claramente está hablando consigo mismo. Parece hipnotizado por la forma en que tu coño se siente contra sus dedos, resbaladizo, cálido y listo para él. Puedes sentir su fuerte brazo alrededor de tu cintura, manteniéndote cerca de él mientras su otra mano todavía está tocando tu vulva. Enredas tus tobillos detrás de su trasero y mueves tus caderas para ganar más contacto y él gruñe.
—Oh, no hagas eso, quiero que esto dure.
Tus manos agarran el cuello de su camisa, en parte para ayudarte a recuperar el equilibrio y en parte para volver a acercar su boca a la tuya.
—No tenemos tiempo —hablas contra sus labios, ambos jadeando en medio del beso, tus dientes golpeando ligeramente contra los suyos—. Tu hermana está a punto de llegar.
Refunfuña un poco, pero aun así quita los dedos de tu coño para desabrocharse los pantalones. Puedes escuchar el sonido de la tela golpeando el suelo. Sollozas por la pérdida de contacto y él se ríe.
—Paciencia.
—Que le jodan a la paciencia —murmuras molesta.
Finalmente consigues bajar su ropa interior, su pene libre para que lo agarres y él suspira de placer. Empiezas a acariciarlo lentamente, extendiendo su líquido pre seminal por todo su miembro. Gime cuando aprietas la base de su polla al mismo tiempo que acaricias la punta de su glande con la otra mano. No pierde ni un segundo en volver a poner sus dedos donde estaban antes. Su pulgar se mueve hacia tu entrada para recolectar un poco de lubricación antes de deslizarse hacia su clítoris para masajearlo haciendo pequeños círculos. Te sobresaltas ante la sensación, tu mano vacila en sus caricias.
—Por favor, Minseok, por favor —suplicas, tu voz un susurro desesperado—. Tan sólo fóllame ya, quiero sentirte dentro de mí.
El gruñido que sale de sus labios es casi inhumano. Te tira del pelo, exponiendo tu cuello para morder y tú gimoteas ante la sensación. Guías su polla hasta tu entrada y él empuja.
La primera embestida es demasiado para ti, su pene no entra completamente, así que simplemente retrocede y empuja otra vez. Esta vez te llena por completo y tú gimes en voz alta. Es una sensación deliciosa. Tus pies, cruzados detrás de él, empujan sus caderas hacia ti, queriéndolo aún más profundo.
—Podría pasarme todo el día entre tus piernas —gruñe Minseok, con los ojos fijos en tu cara, mordiéndose el labio. Descansas tu frente en su hombro, suspirando de pura felicidad.
Sus manos agarran tus caderas para mantenerte en tu lugar mientras sus acometidas son cada vez más rápidas. Tus piernas comienzan a doler y a temblar de tenerlas en el aire. Él se da cuenta y rápidamente pasa sus brazos por detrás de tus rodillas, obligándote a acostarte en la mesa.
—Relájate... tan sólo recuéstate y déjame hacer que te corras. Joder, te ves tan sexy así.
Dios, te encanta cuando dice cosas sucias. Te agarras a sus antebrazos y puedes sentir sus músculos tensos bajo tus dedos. El sonido de la carne contra la carne hace que te excites aún más, su pene te llena por completo y sus testículos golpean contra tu culo de una manera exquisita. Con cada empuje de las caderas de Minseok se forma un sollozo de placer en tu garganta.
—Desabróchate la camisa, sexy. Quiero verte jugar con tus tetas.
Difícilmente puedes hacer lo que él dice, pero te las arreglas para deshacer los primeros botones y bajar el sujetador, exponiendo tus pechos. Tus tetas se mueven al mismo ritmo de sus embestidas y pellizcas uno de tus propios pezones. Gimes y él empuja más fuerte.
—Oh, así, sigue así, Minseok —chillas—. Más fuerte, por favor, más rápido.
Él obedece, su pulgar vuelve a hacer círculos sobre tu clítoris mientras que sus caderas van más rápido y puedes sentir los principios de tu orgasmo. Retuerces tus pezones entre tus dedos, disfrutando de la sensación y después de unos segundos más, tu clímax te alcanza. Dejas escapar un largo y fuerte gemido, arqueando la espalda debido a la delirante sensación, tus paredes contrayéndose a su alrededor. Minseok todavía te está follando, pero puedes sentir que se está volviendo descuidado, sus estocadas erráticas, y se corre poco después de ti con un gruñido.
Ambos os quedáis quietos, mirándoos el uno al otro y él te sonríe, su mano acariciando tu mejilla mientras los dos recuperáis la respiración.
—Te amo.
Hay tanta ternura en su voz que te quedas sin palabras. Tienes el corazón en la garganta y necesitas toser un poco para evitar llorar. ¿Cómo conseguiste encontrar a alguien que te quiere tanto?
—Yo también te amo.
Él suspira contento y se retira de tu interior. Te quejas ante el repentino vacío, sintiendo su semen corriendo entre tus nalgas, y le oyes reír.
—Cariño, lamento tener que decirte esto, pero me temo que vamos a tener que cambiar el mantel.
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Glee «Four days for Halloween»
Octubre de 2041
-Espera al «Papáblen» cariño… —dijo Kurt mientras se bajaba de los primeros de la limusina que los había recogido en el aeropuerto cuando llegaron de Londres. -Yo me encargo de Noah Papá… no te preocupes...—se adelantó en decir Henry tomando su bolso para salir detrás de él. -Gracias cariño… -Gracias hijo… me encargare del equipaje entonces… —dijo Blaine haciéndole una señas al conductor para que liberara el seguro del portamaletas. -Yo estoy que me duermo aquí mismo, así es que no me pidan nada… ¡hola! —advirtió Lizzie bajando con los brazos estirados como un sonámbulo lo haría, Noah rió de buena gana. -¿Quieres ponerte el gorro hermanito?... —preguntó Henry mientras quitaba el cinturón de seguridad en la silla de su hermano. -No, estoy bien así… me gusta mi nuevo estilo… —respondió Noah tocándose la cabeza calva. -Pues a mi también me gusta… estas igual que un rockero transgresor… —añadió su hermano tomándole la mano para ayudarlo a bajar. -¿Que es tran…? —Noah no termino lo que iba a decir y enmudeció de pronto, cerró los ojos como si soportara un dolor en silencio y se quedó quieto y medio encogido. -¿Que paso «Goblin»?... ¿estas bien?... —preguntó Henry alarmandose. -Si… es que aun me duele donde me sacaron la sangre… pero no le digas a nadie...
-No puedo hacer eso hermanito… —respondió mirando de reojo a su padres— si te pasa algo malo, es mi deber decirlo… -Pero no es nada malo, ademas no quiero que se preocupen, ni que le digan a Liverpool Westbrook Stewart, él debe estar tranquilo para su recuperación, la señora que me saco la sangre lo dijo. -En efecto debe estar tranquilo, pero no lo estará si sabe que tu lo estas pasando mal en silencio… -Pero no lo estoy pasando mal, la señora también dijo que me podía doler por los «efepstpos» «poratorios» -Asumo y quieres decir efectos post operatorios… —repitió Henry sonriendo. -Si… -Bien… pero si te vuelve a doler y yo lo advierto le diré a los papás… ¿de acuerdo? —dijo alzando una de sus mano -De acuerdo… —dijo Noah dándole los cinco en señal de complicidad — Henry Anderson Hummel… -¿Si?... -¿Esas son calabazas de Halloween acaso?... —preguntó Noah abriendo sus ojos al máximo al darse cuenta de lo adornada que estaba la entrada del edificio, con calaveras en los vidrios y calabazas de diferentes tamaños a ambos costados. -Al parecer hermanito… ¿por que? -Henry Anderson Hummel, por el viaje a Londres, ¡aun no hemos escogido los disfraces!... —exclamó tomándose la cara. -Lo se, pero estoy seguro y el Papá ya tiene algo en mente, luego le preguntamos… —dijo Henry tomándolo de la mano, Noah se bajó de la limusina y volvió a disimular dolor en una mueca silenciosa.
-Vaya si se adelantó la decoración este año… —dijo Kurt mirando la entrada del edificio. -¿De que estas hablando?, como que adelantada, Halloween es en cuatro días… —recordó Blaine comenzando a agrupar el equipaje a los pies de su esposo. -¡Claro que no!, ¿por que inventas cosas?... —dijo Kurt mientras se acomodaba la ropa. -Yo no invento nada, pregúntale a quien sea… —respondió su esposo dejando el segundo grupo de maletas. -¿Preguntar qué?... —dijo Lizzie antes de emitir un gran bostezo. -Que Halloween es en cuatro días... -Pues considerando que hoy día es 28 de octubre... si, es en cuatro días… —respondió la chica volviendo a hacer evidente el sueño que tenía. -¡¿Que?!... -Mira… —dijo Lizzie enseñando el calendario en su teléfono móvil. -Con un demonio, con todo lo que ha pasado ni se los días que vivo… —dijo Kurt tomándose la frente. -Pues yo diría que es la edad… —agregó Lizzie dándole unas palmadas en la espalda, Blaine rió por lo bajo mientras dejaba las ultimas maletas y se despedía del conductor -¿Disculpa?... -Que tengo sueño… —dijo Lizzie sonriendo— ¡tanto equipaje!... mejor ayudo al «Papáblen», -Mejor… —sentencio Kurt tomando los bolsos más pequeños. -Pregunta hermanito… —dijo Henry llegando hasta donde estaban todos. -¿Preguntar qué «Goblin»?… — quiso saber Lizzie haciendo como que se dormía abrazada a uno de los bolsos. -Papá… ya es Halloween… -Así es bebé…¡y en cuatro días!… ¿puedes creerlo?, el «Papáblen» me lo dije y yo no le creí al principio… -Ni yo, pero vi las calabazas y todo cambio… -Me paso lo mismo… —añadió Kurt sonriendo. -Y aun no escogemos los disfraces… ¡Papá! -Lo sé bebé… pero... ¿sabes que?... —dijo bajando a su altura— podemos hacer el sorteo ahora, aprovechando que están tus hermanos… ¿qué te parece?... -¿Y tendremos tiempo para hacer los disfraces? —pregunto tomándose la cabeza. -No mucho tiempo, pero... ¿sabes lo que sí tenemos?... —añadió Kurt poniendo cara de travesura, Noah negó con su cabeza— influencias cariño.. —dijo haciendo un gesto engreído con su cara, Noah gesticulo un «oh» silencioso como si aquello lo impresionara al máximo aunque no supiera muy bien que significaba, Kurt se le quedo viendo un instante para luego preguntar lo obvio—¿estás bien bebé?... tienes una carita rara…—dijo acariciándole una mejilla Noah miró de reojo a Henry antes de responder y su Papá hizo lo propio con su hijo mayor, notando de inmediato que ambos le ocultaban algo. -Estoy bien Papá… -¿Seguro?... ¿no tendrás dolor?... ¿o si? -No��� solo tengo sueño como Lizzie Anderson Hummel… —respondió el pequeño estirando sus brazos hacia delante como lo hiciera su hermana segundos antes, Kurt río y le dio un pequeño beso— ¿entremos?... hace un frío del demonio… —agregó haciendo un tiriton con todo su cuerpo, tomo la mano de Noah y partió adelante. -Lo mismo digo… —dijo Blaine tomando tres piezas de equipaje, Henry tomó las restantes junto con Lizzie y todos terminaron por entrar al edificio siguiendo una fila bien divertida. -¿Crees que «Mister Stephen Whiskers» me «epstraño»? -Sería muy desagradecido si no lo hiciera bebé… —respondió Kurt caminando con él y el resto de su familia hacia los ascensores. -¿Cuando lo vamos a ir a buscar? -En cuanto terminemos lo importante... -¡Quiero dormir!… ¡quiero dormir!… —exclamó Lizzie siguiendo con lo de caminar como muerta en vida. -Pues vete a tu casa cariño… allí tienes una cama perfecta y confortable.. -¡Ay Papá!... eres super poco acogedor… ¡hola!... -Solo bromeo cariño… —agrego Kurt acariciándole la cara— en realidad tu cama no es tan confortable… -¡Oye!... —dijo la chica dándole un empujón divertido. -¡Señor Anderson!, ¡Señor Hummel!... bienvenidos... ¿que tal su viaje? —preguntó el Señor Jenkins acercándose a los recién llegados. -Muy bien Señor Jenkins, gracias, la verdad es que... -¿Pequeño Noah?... ¿que el paso a tu cabeza?... —pregunto mirando la cabeza calva del más pequeño de la familia Anderson Hummel. -Me corte el cabello para «sodiralizar» con mi amigo Liverpool Westbrook Stewart, él esta enfermo en Londres… —respondió con convencimiento. -Ok… —dijo el Señor Jenkins mirando a todos. -Gusto en verlo Señor Jenkins… —dijo Lizzie para cambiar de tema— me encanto lo que hizo en la entrada, cada año es mejor…. —agregó la chica alzando sus pulgares. -Gracias Señorita Lizzie… —dijo aun impactado por enterarse de lo del niño enfermo en Londres— tengo su correspondencia de la semana… —agregó rodeando el mesón, tomo una caja desde el piso y la dejó encima. -Gracias Señor Jenkins… cariño.. ¿puedes?... —dijo Kurt mirando a Henry y señalando la caja, el chico se acomodo los bolsos que cargaba y se puso la caja bajo el brazo, el Señor Jenkins los siguió mirando con cara de impacto extremo hasta que desaparecieron en el elevador.
-¡Quiero dormir!, ¡quiero dormir!... —volvió a decir Lizzie en cuanto entraron en el departamento, dejo lo que cargaba en el piso y se tiró como saco de patatas en el asiento junto al recibidor., Blaine y Henry hicieron lo mismo para luego estirarse al unísono como un gato que recién despierta lo haría. -Vaya con tanto cansancio… —dijo Kurt comenzando a revisar la correspondencia— si quieren descansar, tienen cinco minutos, luego los quiero a todos en al sala para hacer el sorteo de quien escogerá los disfraces de este año. -¡Pero yo quiero dormir!... -Lo harás luego… -Yo tengo que ir a ver a Amelia… la llame del aeropuerto y me esta esperando.. —dijo Henry señalando hacia atrás por sobre su hombro de lo más sonriente. -Solo será un segundo cariño… -¿Y cuando iremos a buscar a «Mister Stephen Whiskers»?... —preguntó Noah moviéndose un poco en el sitio, como si le incomodara algo, Henry lo miró ceñudo. -Iremos luego de hacer el sorteo, ¿te parece bien? -Si… -¿Como puedes tener todo organizado?... venimos llegando… ¡hola!... —dijo Lizzie haciendo como que se quedaba dormida apoyada en uno de los brazos del sillón. -Es porque es perfecto… —dijo Blaine dándole un beso en la mejilla, Henry sonrió al igual que Noah y Lizzie terminó por blanquear los ojos antes de levantarse de mala gana— voy a asearme… —añadió besándolo nuevamente, esta vez en los labios. -Cinco minutos, recuerda… -Por supuesto… —dijo Blaine levantando uno de sus pulgares. -También voy al baño… aunque, ¡quiero dormir!... —exclamó Lizzie alzando su brazos. -Yo voy a preparar las cosas de «Mister Stephen Whiskers, así cuando lo vamos a buscar y llegue, sabrá que lo «epstrañe»… —agregó Noah tomando su pequeña mochila. -Por mi que se quedara donde esta… —murmuró Kurt por lo bajo. -Yo llamare a Amelia entonces para decirle que… -Espera un segundo cariño… —dijo Kurt dejando las cartas ya revisadas sobre la mesita del recibidor, Henry dio un respingo y miró a todos lados por si se había perdido de algo importante— necesito que me digas que ocurre con Noah, porque se que me mintió recién cuando le pregunté si estaba bien… -¿Como? -¿Tiene dolor?, ¿no es así? -Papá… -Dímelo… los vi charlando antes de bajarse del auto e intercambiar miradas hace un momento… -Ok, pero no digas que yo te lo dije, no quiere alarmarte, ni que por nada le cuentes a Liverpool... -Dime… -Me dijo que le duele un poco la espalda... -¿Como? -Eso, me hablo que la señora que le extrajo la sangre le había hablado de los efectos secundarios… ¿no les dijeron nada a ustedes? -Nos dijeron, pero yo al menos creí a esta altura el dolor ya habría desaparecido… —respondió Kurt tomándose le mentón— llamaré a la doctora «marshmallow», seguro y nos dice que hacer… —dijo sacando su teléfono desde el bolsillo. -Papá… —interrumpió Henry impidiendo aquello— habla con él primero, que te cuente lo que le pasa y luego pides la cita… no quiero que piense que soy un delator o algo… ademas toma en cuenta las horas que estuvimos sentados en el avión… puede ser la causa del dolor que siente ahora… -Esta bien… iré a hablar con él… —dijo su Papá guardando el teléfono— pero quiero que sepas que a pesar que no me gusta que mientan… me siento muy orgulloso de tu lealtad hacia tus hermanos… —terminó por decir Kurt empinándose para darle un beso en la frente, Henry sonrió lleno de pundonor.
-¿Donde vas?... ya iba bajando… —dijo Blaine al encontrarse cara a cara con su esposo en medio del pasillo— ¿que paso?... —agrego al notar la preocupación en su cara. -Noah se siente mal… -¿Como mal?... ¿por qué? -Según Henry dice que le dijo que le duele la espalda, donde le hicieron la punción… pero que no quiere preocuparnos, ni preocupar a Liverpool... ¡maldito procedimiento!... te juro que nunca quise que nuestro hijo pasara por esto… -Ni yo, pero lo que hizo fue bien valiente y admirable… y lo que le pasa a él, no es nada comparado con lo que esta viviendo Liverpool… —dijo Blaine tomándolo de las manos. -Tienes razón… por supuesto que tienes razón… soy un egoísta, disculpa… -No eres egoísta… ven… —corrigió su esposo abrazándolo— eres el mejor ser humano de todos, y el mejor padre que existe… —dijo mientras le acariciaba la espalda, Kurt sonrió y quiso quedarse entre esos brazos para siempre— ¿qué quieres hacer?... —pregunto sin soltarlo. -No lo sé… —respondió apretándose— pensé en llamar a la doctora «Marshmallow» —Blaine soltó una risa— ya sabes, para pedir una cita, pero Henry me pidió que hablara con Noah primero y luego me recordó que tal vez las horas de vuelo pueden ser la causa de ese dolor repentino —explicó Kurt tocándose el cuello. -Mirándolo así, es lo mas probable… pero para que estés más tranquilo y todos lo estemos… pedimos esa cita si el dolor no se le quita luego de esta noche.. ¿que opinas?... —dijo haciéndole un cariño en la cara. -Me parece un buen plan… —respondió volviendo a sus brazos— ¿y si tenemos que ir al hospital?, debemos escoger los disfraces antes que nuestro hijos mayores vuelvan a sus vidas… faltan cuatro días para Halloween... -Pues lo hacemos allá y en el futuro podemos contarlo como parte de nuestra historia… diremos: «¿recuerdas ese Halloween cuando hicimos el sorteo de los disfraces en el hospital?»… —dijo Blaine sonriendo. -Todos querrán escuchar esa historia… —opino Kurt acurrucándose. -Por supuesto que querrán... -¿Y tu?, ¿ya pensaste en un tema por si es sales escogido? -Tengo pensado el mejor de los temas… ¿que hay de ti?... -¿Estas bromeando?... lo tengo pensado desde el día que me quite el traje del «Gran y poderoso Oz» el año pasado… —respondió Kurt como cantando.
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Hola, Hyung.
Soy yo, Minnie, gatito, ángel.
Mi intención era conformar este pequeño blog de fragmentos de nosotros, de cositas dulces, nuestras, y con el pasar de los días, decidí dedicarlo a expresar mis sentimientos por ti, aunque todavía me cueste muchísimo llegar a hacerlos llegar a ti, de a poco y cada día voy aprendiendo cómo hacerlo, como hacerte saber que te adoro, te quiero y te amo.
La vida, no es fácil, ni sencilla, Hyung. La vida a veces duele, entristece, deprime, enciega, y lastima, y yo más que nadie lo he aprendido de la peor forma, me he tropezado, me han lastimado y utilizado, y sé que también sientes que la vida ha sido injusta contigo, que te lastimó. Pero, amor, por otro lado y lo que quiero decirte es que, la vida también es hermosa. Es amor, es felicidad, son las risas, los abrazos y sonrisas de seres queridos, es los primeros pasos de bebés, el crecimiento de un arbolito, el florecer de las hojas, el aleteo de un pajarito. Es milagros, esperanza, es arcoiris, es lluvia, es sol, es todo. Toda nuestra historia es gris, algunas partes más coloreadas que otras, quizás en mi caso sean pequeños puntos, pero hay color. A lo que iba con todo esto, Hyung, es que la vida puede doler, pero cada dolor tiene su cura, y después de cada día, el sol vuelve a salir, o las nubes vuelven a brindar la vida que era necesaria ¿Y sabes? Hace bastante tiempo que estaba siendo fuerte, demasiado fuerte, convenciéndome de que iba todo a mejorar, no sé de dónde saqué fuerzas, o de donde me sostuve, pero había una vocecita pequeña (no en serio, no te preocupes) que me decía “No te rindas, Min”, y creo que finalmente entiendo por qué no me ha dejado rendirme. Siempre dices que yo soy tu ángel, Hyung, pero de entre los dos, siento que el salvado he sido yo. El chiquito regordete, el bobo nerd, el que tenía toda su vida aburrida, solamente viendo una porción de lo que podía ofrecerle el mundo, por fin entendió que sí existen dos partes. Porque una cosa es leer y otra vivirlo ¿no? Una cosa es leer del amor, de los besos, de los abrazos y cuánto puede curarte una persona, cuánto bien pueden hacer las palabras, como sí hay otras cosas que no sean el lastimar, el sufrir y el enojo.
Siempre has dicho que yo soy tu ángel, pero el salvado realmente siento que he sido yo. De sostenerme hasta estar en pedazos, haciendo lo que podía, pegando mis partes con cintas, por fin puedo apoyarme en el hombro de alguien, saber que puedo descansar de sentirme mal, de sentirme odiado, solo, desdichado y horrible, porque alguien me demostró que no es así, alguien realmente se dio cuenta que soy más de lo que presento, que soy más que mis errores o mi pasado, y que tengo mucho para dar, que no soy sólo un bailarín, o el chico golpeado. Me haces sentir como una persona. Me haces sentir amado, querido, y el hecho que jamás antes me haya sentido así, me hace querer llorar por los Minho del pasado, porque me dan ganas de decirles que sí, que van a estar bien, que no es su culpa, que los pueden amar. Pero no quiero ni voy a mirar al pasado, y por otro lado, estamos hablando de ti.
Siento que eres mi ángel, porque tomaste mi mano cuando más lo necesitaba, y me cuidaste en un momento en que estaba frágil. Fuiste el único que no me juzgó por mis gustos, o por ser muy raro, o por reírme como una licuadora. Como decía, yo ya me había rendido, en realidad, no tan así, había una pequeña parte dentro de mí, muy escondida, que te estaba esperando con ansias, y puedo decir, que ha contagiado a todas las demás partes, que de a poco se están abrazando y volviendo a ser una.
¿Y a qué viene todo esto? Dirás seguro... ¿Recuerdas que te dije que la vida es dolor, y es amor, Hyung? Quiero vivir contigo. No me refiero a sufrir por tu culpa, o a que suceda algo por tu culpa, o infiero en que sufriremos juntos, sino que, valga la redundancia, estemos ambos contra lo que nos ofrezca esta maravilla, y no, que tenemos de mundo. No todo es rosa, ni felicidad, ni flores, ni destellos de luz, pero de alguna forma, todo lo malo, siempre se siente menos pesado cuando estoy contigo. Cada marca, cada dolor, no se borra por completo, pero se hace llevadero con tu sonrisa. Un mundo contigo, Hyung, es un mundo en el que quiero vivir, no quiero perdérmelo a tu lado, y definitivamente no quiero perderte a ti.
No sé qué me depare en el futuro, que te depare, que nos depare, pero de lo que estoy seguro, es que te estaré eternamente agradecido por hacerme sentir lo más puro que un ser humano puede llegar a experimentar en su vida: amor.
Jamás he sido una persona que odia, que se enoja, o detesta, pero este amor que siento, puro, sano, dulce y especial, no se compara con nada que alguna vez he sentido por alguien, ni en lo más mínimo. Es felicidad, es acariciar o poner una mano en mi pecho, y decir con certeza “Amo a Emrys”, es sentirlo en cada parte de mi cuerpo, de todo lo que me conforma.
Es que, es imposible no sentirse así frente a alguien de tu porte, de tu magnitud, de una persona tan tierna y dulce que me da felicidad y alegría, orgullo, decir que estoy enamorado de ti, de lo que te conforma, de los día a día, de los abrazos, los besos y las palabras dulces.
Recuerda que siempre voy a estar para ti, para apoyarte, sostenerte, amarte y quererte. Y cuando sientas que todo el mundo está en contra tuyo, estaré contigo. Y cuando te sientas mal, como que nada importa, estaré para recordarte que todo puede ser hermoso, apretando tu manito bien fuerte hasta que así lo creas.
Hyung, te amo.
¿Hoy es nuestro primer día? Ahhhh, que nervios. Espero que sea el primero de muchos.
Te amito, recuérdalo ❤️
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