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Un erudito privado que viajaba en el carruaje del emperador. Sobre el libro de Hans Blüher El papel del erotismo en la sociedad masculina (1917/19)
Por Bernd Nitzschke Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
¿Hans Blüher era alguie famoso o infame? En la segunda década del siglo XX es cierto que el público hablaba de Hans Blüher (nacido el 17 de febrero de 1888 y fallecido el 4 de febrero de 1955) como autor de una forma que apenas hoy en día es comprensible. Blüher, con su monografía sobre los Wandervögel (1912), hasta entonces un autor desconocido, se hizo con un nombre de la noche a la mañana. Blüher comentó más tarde su meteórico ascenso en su libro autobiográfico Werke und Tage confesando su orgullo: “De un plumazo me convertí en un hombre famoso y notorio, ya que desde entonces figuro en las enciclopedias públicas” (1953, 342). A veces, sin embargo, la fama de un autor se desvanece casi tan rápido como la tinta del papel en la que escribió. Y por eso hoy se busca a menudo en vano el nombre de Blüher en las enciclopedias populares.
Blüher había analizado la clandestinidad erótica de un movimiento juvenil originalmente puramente masculino – al que más tarde se unieron “chicas” (y que, en opinión de Blüher, era ya un signo del declive de este “movimiento”) – que provocó un gran escándalo. El impacto de sus escritos en la generación que antes y después de la Primera Guerra Mundial se sentía en gran medida “huérfana de un padre” fue extraordinario. Por ejemplo, Franz Werfel escribió al Blüher en 1915: “Debo confesarle, señor Hans Blüher, que sus escritos han sido un gran consuelo para mí en mi profundo agotamiento nervioso de hoy” (citado en Blüher 1953, 35). Y en una carta que Rilke escribió a Lou Andreas-Salomé en 1919, dice: “¿Conoce usted los libros de Hans Blüher? En su recién publicado segundo volumen de Die Rolle der Erotik in der männlichen Gesellschaft (Volumen 1: 1917; Volumen 2: 1919 - B. N.) hay algunas cosas maravillosas” (citado en Blüher 1953, 350).
En esta obra Blüher había retomado una idea central en su trilogía sobre los Wandervölgel y la había desarrollado hasta convertirla en un sistema: “El Wandervögel es un movimiento juvenil revolucionario que se dirige contra la cultura de los padres y el espíritu de su época en favor de un estado libre de la juventud. Puesto que no se trata de una asociación por conveniencia, sino de un movimiento apasionado de la juventud masculina, pero la pasión nunca se produce sin Eros, es también un ‘fenómeno erótico’” (Blüher 1953, 181). El poder del Eros invertido (Blüher rechazaba el uso del término “homosexualidad” porque le parecía que se refería demasiado a un comportamiento sexual explícito) era considerado por Blüher como fundamental para cualquier formación masculina de la comunidad y del Estado. Es la afirmación del Eros masculino lo que Blüher había experimentado como miembro de los Wandervögel y que más tarde quiso extender este problema como la base de cualquier – a en su opinión – afirmación de una cultura “masculina” superior e ideal.
Esta suposición se basaba en un motivo profundo: el arrebatador anhelo de tener un padre ideal, un anhelo que desde entonces ha vuelto ponerse de moda por muchas razones. En aquella época (como ahora), la búsqueda de padres ideales por parte de los hijos surgía de una decepción con el “amor paterno”. La generación descrita por Blüher era una juventud “desesperada por padres” (Blüher 51920, II, 21) y que tras el cambio de siglo se había esforzado de diversas maneras por encontrar nuevos padres y nuevos ideales. El camino, la llegada a este nuevo siglo, era el medio para llegar a la meta, tanto de la “izquierda” como de la “derecha”. Lo caduco se veía como podrido, putrefacto e inerte; la meta, la redención, parecía estar en el futuro y, sin embargo, a menudo era sólo una utopía retrospectiva proyectada hacia el futuro.
Los entusiastas del movimiento Wandervögel buscaban “héroes masculinos” que colmaran el deseo de encontrar modelos de conducta. El nuevo líder se imaginaba como un ��padre mejor” (ibíd.). Sin embargo, dado que, siendo realistas, no puede haber mejores padres, sino sólo una mejor relación con el padre, esta búsqueda se basó desde el principio en una ilusión. Y, de hecho, los supuestos nuevos “padres” resultaron ser más tarde autoridades que debían su poder al abuso de los ideales proyectados sobre ellos. A lo largo de toda su vida Blüher siguió buscando figuras luminosas a las que honrar y admirar.
Blüher, de origen humilde, anhelaba lo sublime y exaltado, lo aristocrático, un emperador que se entronizara por encima de las disputas partidistas y los conflictos de intereses cotidianos, que a sus ojos eran mezquinos, sin perder de vista el panorama general. Blüher anhelaba la majestad. Reconoció esa figura luminosa en Guillermo II, que se contaba entre los entusiastas lectores de Blüher. Blüher describe con humor involuntario su encuentro con el emperador recién abdicado en su exilio de Holanda: “Me senté en el vagón central de la izquierda y el emperador alemán a mi lado, solo nosotros dos. Cada vez que pasábamos por un pueblo, los niños se paraban a vitorear en la cuneta y los campesinos nos saludaban con reverencia” (1953, 143).
Aparte de su existencia como admirador de la majestad de los soberanos, Blüher fue también un “erudito privado” (1953, 331) que intentó impulsar un renacimiento de los valores aristocráticos. Abrazó abiertamente convicciones antidemocráticas, antisocialistas, antisemitas y antifeministas. Y admitió abiertamente que siempre se había “sentido súbdito del rey de Prusia”. Porque “sólo esta relación política” – la del regente con el “súbdito” – “tiene sentido y dignidad para mí, mientras que no concedo la menor importancia a ser un ‘ciudadano libre’” (1953, 176). ¿Por qué esta añoranza por un gran hombre? ¿Por qué este desprecio por la democracia? Por eso: “(…) ‘el pueblo’, que últimamente se ha hecho tanto rogar, es una masa irracional con la que se puede hacer lo que se quiera; (…) si se le abofetea, sigue diciendo que en realidad se lo merece. Por eso siempre he opinado que sólo la pérdida de la monarquía fue grave (…); pero la pérdida de la monarquía resulta fatal, porque destruye el núcleo histórico de la nación. Lo imponderable que perece aquí ya no vuelve a crecer. Todo lo que viene después no es, pues, más que decadencia” (1953, 148).
Esta actitud de proyectar lo más alto y elevado en el pasado y querer recuperarlo en el futuro dio lugar a un peligroso desprecio por el presente, lo real, lo no ideal. Blüher evocó las virtudes tradicionales que parecían haberse perdido en el caos de los tiempos modernos: “(…) al fin y al cabo, otra cosa es que uno defienda su patria o abogue por vagas renovaciones de la humanidad. En aquella época (tras el final de la Primera Guerra Mundial, cuando Blüher dio una conferencia en Múnich sobre el Reich alemán, el judaísmo y el socialismo – B. N.) se reunieron a mi alrededor todos los jóvenes bien parecidos, la mayoría de uniforme, racial y personalmente excelentemente y destacados, mientras que en el lado opuesto se amontonaba toda la chusma de pelo largo y mal peinado, literatos con profundas miradas de humanidad, el tipo de desecho de la Alemania Libre que merodeaba por allí en aquella época: gente como Erich Mühsam (…)” (1953, 400).
Por extraño que pueda parecer, la actitud altiva, autoritaria-aristocrática de Blüher, que impregnaba tanto su entusiasmo por los Wandervögel como su teoría de la “sociedad masculina”, le impidió convertirse en partidario del “movimiento” nacionalsocialista después de 1933. Sin embargo, al principio le había atraído, ya que contenía muchos elementos de ese espíritu – por ejemplo, el desprecio de las masas como “femeninas” – que animaba a Blüher. También tenía una especie de relación de amor-odio con “los” judíos. Blüher opinaba que “los” judíos habían escindido el Eros del espíritu, por lo que este último se había perdido en las profundidades de la nada. El judaísmo, el librepensamiento, la literatura, en resumen, la modernidad, que había llevado a la destrucción de los valores conservadores que Blüher apreciaba y a la degradación de la razón convertida en un mero instrumento, eran sinónimos en según Blüher. Odiaba el “espíritu” libre, vagabundo y subversivo – supuestamente judío – que afirmaba que todo cambio enteramente positivo al mismo tiempo que admiraba muchos productos de ese mismo espíritu: “Mientras que en otros pueblos el espíritu ‘que se cierne sobre las aguas del diluvio primitivo’ está apasionadamente unido al amor (. …), en el judío tiene la tendencia casi patológica de alearse con el mero intelecto, lo que da lugar entonces a ese fatal ‘espíritu judío’ que tanto detestamos en la literatura judía” (1953, 92).
La retórica de Blüher, como la de muchos de sus contemporáneos, sobre las características “raciales” era poco racional y bastante áspera. Sin embargo, como ha demostrado Anna Bergmann (1992), el discurso sobre la “raza”, en el que también participaban los eugenistas de la época, no se limitaba en absoluto a los pensadores de “derechas”. Tampoco era sistemáticamente antimoderno. Al contrario: “(…) la figura del eugenista y socialista Alfred Grotjahn (1869-1931), o los movimientos de reforma sexual, emancipación femenina y medicina socialista proporcionan suficientes ejemplos de corrientes de izquierdas que combinaban la modernización social con las reivindicaciones eugenésicas. También el teórico marxista Karl Kautsky (1854-1938) proclamó en 1910 que la higiene racial hacia parte de la utopía socialista” (Bergmann 1992, 93). Y en ningún caso estos “primeros higienistas raciales y eugenistas (…) perseguían objetivos antisemitas; al contrario, bastantes de ellos eran judíos, y algunos se convirtieron más tarde en víctimas de la política racial nacionalsocialista. Este hecho ha permanecido en gran medida sin mencionar en la historiografía sobre la higiene racial y la eugenesia hasta la fecha” (1992, 58 y ss.).
Freud también utilizó ocasionalmente imágenes estereotipadas tomadas del discurso contemporáneo sobre las “razas” (cf. Gilman 1994). Y los políticos imperiales de la época también sabían utilizar este vocabulario. A principios del siglo XX, el presidente estadounidense Theodore Roosevelt justificó la guerra con las siguientes palabras: “La guerra más justificable es la guerra con los salvajes, aunque tiende a ser la más cruel e inhumana. Toda la humanidad civilizada está en deuda con el rudo colono que ha arrebatado la tierra a los salvajes (…). Americano e indio, bóer y zulú, cosaco y tártaro, neozelandés y maorí, en cada uno de estos casos el vencedor, por terribles que hayan sido sus hazañas, ha sentado las bases de la grandeza futura (…). Es de una importancia inconmensurable que América, Australia y Siberia sean arrebatadas de las manos de los aborígenes rojos, negros y amarillos y pasen a ser patrimonio de la raza dominante (léase: blanca - B. N.) del mundo” (citado en Rünzler 1995, 111).
No, Blüher no era el único que deliraba entonces con los “héroes masculinos”. En los “rudos colonos” de Norteamérica, que sabían combinar el robo de tierras con el genocidio y parecían defender las virtudes tradicionalmente masculinas frente a la civilización “feminizada” que se extendía por las ciudades del Este de EEUU, el “hombre heroico” de Blüher tenía un homólogo que – gracias a las numerosas películas de Hollywood sobre los “Western” – se convirtió en el modelo a seguir de varias generaciones de jóvenes. Los héroes de los Wandervögel, en cambio, eran más bien pálidas imágenes de este ideal pionero.
En el caso de Blüher, el discurso racista acabó combinándose con arrebatos antisemitas. No obstante, Blüher se mantuvo ambivalentemente apegado al estereotipo de “los” judíos. Por ejemplo, alababa “la belleza de las hijas de Israel” (1953, 165); pero se negaba a que una mujer judía fuera la madre de los hijos de un hombre “ario” porque creía que eso haría inferiores a las “razas puras”.
Las reacciones a la trilogía sobre los Wandervögel de Blüher también fueron confusas: Uno de los críticos, Georg Schmidt, preguntó si el propio Blüher era “judío”. Karl Wilke comentó en 1913: “¡Hay algo así como una lucha entre el germanismo y otra raza!”, y opinó que Blüher había manchado el honor de las ligas juveniles germánicas con su análisis de su clandestinidad erótica. Por este motivo, Wilke condenó la monografía de los Wandervögel: “Para nosotros, el libro de Blüher es un libro enfermo (…)”. (citado en Geuter 1994, 95). En 1920 Blüher fue incluso atacado en el Völkischer Beobachter como seductor de jóvenes para llevarlos a la homosexualidad (Geuter 1994, 171).
Blüher, por otra parte, ni veneraba al “Führer” en Hitler ni lo reconocía como un “héroe masculino”. Más bien, detestaba la actitud de Hitler como advenedizo, fascinado por las masas que lo admiraban, de modo que no podía dirigirlas soberanamente, como un emperador, como un espíritu que se cierne sobre las aguas, como un padre entronizado sobre el pueblo. Según Blüher, el autoproclamado “Führer” Hitler había usurpado el “poder del Estado” que por derecho sólo corresponde a un monarca de nacimiento. Y Blüher (1953, 40) despreciaba por completo a la chusma en la forma del movimiento nazi, ese “empuje desde abajo: la subraza germánica de tipo neanderthaloide”.
La época en la que escribió Blüher distaba mucho de ser unívoca. Los discursos se solapaban, las ideas se mezclaban: de autor a autor, de libro a libro, de compromiso a compromiso. Ernst Bergmann, por ejemplo, fue uno de los críticos más duros de Blüher, un autor reaccionario que intentó encasillar a Blüher en el ejército de los “médicos sexuales de la escuela freudiana” (1932, 287). Bergmann se equivocaba al hacer este juicio, porque Blüher no era ni médico ni psicoanalista, aunque ocasionalmente trabajara como consejero por su cuenta y practicara una forma de psicoanálisis “salvaje”. Bergmann atacó especialmente el respeto de Blüher por el Eros invertido. Pues “los hombres homosexuales deben ser tratados como enfermos mentales y excluidos de heredar su degeneración por infertilización (…) por razones de raza e higiene en el arte” (1932, 288). Y el juicio de Bergmann sobre la teoría de Blüher de la “sociedad masculina” fue: “Probablemente nunca se haya escrito un absurdo mayor sobre el origen sexual del Estado” (1932, 285). “Libros como La sociedad masculina pueden escribirse, imprimirse y leerse hoy, en la época de la ilustración higiénica, del deporte, de la biología, del movimiento femenino, del movimiento juvenil, de los Días de la Madre, de las Semanas de la Salud del Reich, en el ‘Siglo del Niño’. Toda la ‘Sociedad masculina’ de Blüher es una gran vergüenza” (…) (1932, 289). Por ello, Johann Plenge llegó a escribir en 1920 un libro titulado Antiblüher. Affenbund oder Männerbund.
Antes de que la monografía de los Wandervögel atrajera a tantas mentes y convirtiera a Blüher en un escritor conocido – razón por la que a partir de entonces pudo permitirse vivir como escritor-filósofo –, sólo la esperanza de figuras masculinas luminosas había mantenido a Blüher a flote. Más tarde, sin embargo, Blüher se comparó con Kant y creyó que con su libro El eje de la naturaleza (Blüher 1949) había iniciado un giro en el pensamiento similar al de Kant con la Crítica de la razón pura (cf. Blüher 1953, 130 y ss.). Antes de ser descubierto como un autor ligado a los Wandervögel, sin embargo, sólo había sido un estudiante sin título que luchaba por ganarse la vida. Su padre le había persuadido en repetidas ocasiones para que se dedicara por fin a una profesión que le permitiera ganarse el sustento. Y: “La idea de que pudiera estar condenado a llevar una vida de hambre en habitaciones amuebladas como un bohemio (…) me resultaba casi insoportable” (Blüher 1953, 327).
Sin la reputación que Blüher se había ganado gracias a su trilogía sobre los Wandervögel, y sin la fama que le proporcionó, probablemente se habría convertido en lo que tanto despreciaba: un “literato” que vivía cerca de las alcantarillas mirando a los grandes hombres que pasaban por allí y siempre en peligro de acabar definitivamente en la cuneta.
Freud fue uno de los muchos que elogiaron el talento de Blüher como escritor. El 10 de julio de 1912 escribió a Blüher: “Sin duda, usted tiene una inteligencia penetrante, es un excelente observador y un hombre valiente y sin inhibiciones. Lo que he leído de usted es mucho más inteligente que la mayor parte de la literatura homosexual y más correcto que la mayor parte de la literatura médica (…). Además, me alegra saber que usted no se cuenta entre los invertidos, pues he visto poco bueno de ellos” (citado en Neubauer 1996, 138 y ss.). Blüher había enviado a Freud el manuscrito del tercer volumen del análisis de los Wandervögel. Y Freud le había respondido. Sí, incluso quería ayudar a Blüher a encontrar un editor. Blüher vio esto como una confirmación de su logro como autor por parte de Freud y, como escribió a un confidente, sintió que este reconocimiento le daba las armas para la confrontación con los críticos de sus tesis sobre los Wandervögel (Geuter 1994, 80).
A pesar de todo el reconocimiento por parte de autores cosmopolitas, Blüher siguió siendo un joven intelectual durante toda su vida. Se mantuvo en la pose de alumno de gramática surgido de un centro educativo prusiano en medio del bosque y cuya rebeldía se limitaba a iluminar neorrománticamente los ideales autoritarios de sus profesores al resplandor de las hogueras. Aunque Blüher adoptó “una actitud rebelde, el contenido de esta actitud” permaneció en gran medida arraigado en los viejos valores (Jungmann 1936, 704 – citado en Geuter 1994, 77). Compartía la inclinación de Schiller por los ideales. Seis años después de abandonar la escuela Blüher informa – utilizando una comparación un tanto inapropiada – de que escribió a su raptor (1953, 32). Blüher se refería a su trilogía sobre los Wandervögel.
Blüher se aferró durante toda su vida a la convicción de “que los Wandervögel estaban sometidos a la ley de la ‘sociedad masculina’ y que ésta, a su vez, era un producto y una forma de vida del antiguo Eros masculino” (1953, 37). En otras palabras, nunca pudo liberarse de su miedo a un encuentro más profundo e inestable con el otro, lo femenino, el sexo ajeno. Al igual que Weininger (cf. Nitzschke 1980), a quien se refirió en repetidas ocasiones, Blüher sufría una obsesión: podía convertirse en un perpetrador, un violador, un maltratador si se acercaba a una mujer, a menos que se convirtiera en su “víctima”, su sujeto. Así que Blüher encontró seguridad y consuelo en la defensa frontal: “Lo femenino es idéntico al deseo (reprimido) de ser violado” como dice en uno de sus escritos (1953, 305). Con ello, Blüher probablemente se refería a lo “femenino” en sí mismo, de lo que no se atrevía a tomar conciencia.
Cuando Blüher se enamora por primera vez, lo hace de un compañero de colegio, un chico judío llamado Israel (1953, 87 y ss.). El Eros varonil de Blüher se dirige hacia Israel. Al mismo tiempo, concentra su odio y desprecio en otro compañero de colegio, también judío. Con él había compartido opiniones que le desagradaban profundamente: a saber, que “la ‘llamada muerte heroica’ no se diferencia en nada de un accidente en tranvía” (1953, 93). Esto era demasiado para el joven Blüher, que al menos en su caso quería aferrarse al sentido de lo sin sentido, es decir, al héroe: el “héroe” muere por lo “grande”, lo “bueno” y lo “ideal”. Y eso es algo bueno: la elevación de la muerte sin sentido a una muerte con sentido, a una muerte heroica se corresponde con el desprecio que Blüher siente por la existencia desdeñosa del hombre medio, por la gente que no está dispuesta a poner su vida al servicio de una causa superior, de una vocación; que no quiere morir en una misión. Blüher – como todo gañán y filisteo – no sólo necesitaba héroes a los que admirar, sino también antihéroes a los que despreciar.
“Pero los años que van de los catorce a los veinte, que para la mayoría de la gente están llenos de devaneos completamente inútiles con el sexo femenino, estuvieron dedicados en mi vida al amor a los chicos y a los amigos, es decir, a un erotismo muy sustancial, al que el movimiento juvenil y los Wandervögel deben su existencia” (Blüher 1953, 90). La afirmación de este erotismo es el secreto de toda “sociedad masculina” que debía organizarse como baluarte contra dos peligros: contra el retroceso de los hombres al nivel inculto del vientre materno (la sociedad “femenina” en la que los hombres se afeminan); y contra el progreso hacia la modernidad, en el curso de la cual la diferencia entre los sexos se nivelaría y las mujeres se convertirían en hombres. Pero este era el objetivo de Weininger, que se creía el verdadero defensor de la emancipación de la mujer: la abolición de la diferencia entre los sexos en favor de un ascetismo afirmado y practicado por ambos sexos, que debería ir de la mano de la masculinización de la mujer. Blüher, por el contrario, afirmaba la diferencia de los sexos organizada según la concepción tradicional de los roles y se describía a sí mismo como antifeminista (cf. Blüher 1915; 1916).
El hombre es una gota en el océano llamado mujer. Puedes quemarte el “dedo” con ello. De modo que los “héroes masculinos” se libran de este destino: mantienen las distancias con las mujeres y permanecen en “compañía de hombres”. Utilizando palabras prestadas de otro “antifeminista” Blüher advierte del abismo llamado la mujer, al que sólo se puede aproximar con extrema precaución, equipado únicamente con cuerdas y garfios: “La mujer es ‘llenada’ por el hombre porque ella lo vacía; nosotros llenamos a las mujeres porque estamos llenos. Al final, la mujer es un agujero. Siempre ronda el miedo a quedarse insatisfecha y caer en ese agujero de aburrimiento que es un pozo sin fondo. Por eso quiere tener un hombre para siempre y por eso hace esa desastrosa pretensión de totalidad que hace tan ridículo al hombre cuando se doblega” (1953, 314).
Que hay hombres “femeninos” que pueden ser incluso peores que las mujeres fue algo que Blüher también tuvo que experimentar dolorosamente, porque había dado un “grave paso en falso” (1953, 330 y ss.). Para conseguir un prólogo para la monografía sobre los Wandervögel había ido a conocer al sexólogo Magnus Hirschfeld (sobre su vida y obra, véase Herzer 1992). Blüher había publicado un artículo sobre el problema de la homosexualidad en el Jahrbuch für sexuelle Zwischenstufen de Hirschfeld en 1913, antes de volver a enemistarse más tarde con Hirschfeld, en parte porque este artículo sólo se había publicado cambiando varios parrafos. Hirschfeld defendía una teoría de la homosexualidad que disgustaba a Blüher. Según esta teoría había transiciones fluidas entre los sexos, es decir, “estadios intermedios”, mientras que Blüher quería ver lo masculino y lo femenino claramente separados. Pero, sobre todo, Blüher no quería que sus “héroes masculinos” homosexuales e idealizados fueran etiquetados como representantes “intermedios” feminizados. Blüher veía la masculinidad como una esencia fundamental que permanecía independiente de la elección de una pareja amorosa heterosexual u homosexual, mientras que Hirschfeld defendía el concepto de androginia (masculinidad y feminidad en una misma persona). Blüher era, por lo tanto, partidario de la teoría de la bisexualidad, según la cual es posible elegir un objeto sexual del propio género o de otro sin que la identidad de género masculina o femenina esté en discusión. En relación con los hombres, esto significa que la elección de alguien del mismo sexo como tal no permite concluir que la persona en cuestión deba ser poco masculina o incluso neurótica.
Esta es una tesis central que Blüher defiende en su libro sobre La sociedad masculina (1917-19): puede haber homosexuales neuróticos, pero no todos los homosexuales son neuróticos. La homosexualidad como tal es completamente normal, expresión de una parte del erotismo humano que siempre ha contribuido a la construcción de las instituciones culturales, incluida la construcción del “Estado”. El ostracismo social y la consiguiente represión forzada del erotismo homosexual tienen un efecto patógeno, afirma Blüher. De este modo, también contradice a Freud, que veía la elección por la homosexualidad en los niños como un estadio intermedio normal del desarrollo, pero en los adultos como patológica, es decir, como una fijación del estadio infantil del desarrollo (o como una regresión a este estadio), mientras que veía la elección de la heterosexualidad como un componente del desarrollo exitoso hacia la “madurez”.
Blüher representa un punto de vista ilustrado y progresista con su actitud libre de prejuicios y de aceptación del Eros del mismo sexo. Coincide con Hirschfeld en que el deseo homosexual es innato, pero – según Blüher – en todas las personas, no sólo en las que – según Hirschfeld – pertenecen a los llamados “estadios intermedios”. Blüher comparte la opinión de Freud de que el deseo entre personas del mismo sexo es normal; sin embargo, a diferencia de Freud, cree que esto se aplica no sólo durante una fase infantil del desarrollo, sino durante toda la vida. Freud describe la diferencia entre su punto de vista y el de Blüher en una carta a Blüher fechada el 10 de julio de 1912 de la siguiente manera: “La diferencia teórica entre nosotros realmente ya no es grande. Pero creo que al considerar la relación de la inversión con la impotencia frente a la mujer usted se vería obligado a modificar su apreciación de la inversión. No puedo tomarla con total normalidad, ya que la pieza de la inhibición del desarrollo puede demostrarse fácilmente en sus condiciones” (Freud – citado en Blüher 1984, 59).
En una carta a Werner Achelis del 30 de enero de 1927, escrita años más tarde, Freud profundizo en sus diferencias con Blüher: “(…) dos mundos que permanecen separados por un abismo que no se puede salvarse” (Freud 1980, 389). Este distanciamiento también tenía que ver con el hecho de que Blüher entretanto había lanzado comentarios antisemitas contra Freud: “Los judíos a menudo producen grandes eruditos que hacen importantes descubrimientos (…). Un ejemplo de tales descubrimientos es el judío Sigmund Freud. Es certero y de un gran calibre, pero tan pronto como aborda el fenómeno del amor, su carácter básico corruptor (puramente materialismo) se hace innegablemente evidente. Estas corrientes de pensamiento sólo se vuelven fructíferas cuando pasan por un cerebro alemán capaz de resistir sus orígenes traicioneros” (Blüher 1922, 23s.). Y en una carta de 1923, que escribió a Erich Leyens, miembro judío del movimiento juvenil, Freud también condenó firmemente a Blüher. Ahora lo contaba entre esas “corrientes ‘espirituales’ en Alemania” contra las que no valía la pena luchar, porque “las psicosis populares son inmunes a los argumentos (…). Blüher es uno de los profetas de este tiempo que se ha descarrilado. Ciertamente no es el más respetable de ellos en su parte analítica. No tiene nada que ver con la ciencia analítica (…). Por qué no te vuelves hacia las cosas que pueden elevar al judío por encima de todas estas locuras y ¡no te ofendas por este consejo, que es el reflejo de una larga vida! No te impongas frente a los alemanes” (Freud citado en Neubauer 1996, 131).
Las opiniones de Freud sobre la homosexualidad sólo fueron criticadas parcialmente por Blüher. Por encima de todo, quería que el más masculino de todos los hombres, el “héroe masculino”, es decir, la figura paterna que con tanto anhelo caracterizaba, se liberara del estigma de ser un neurótico fijado en una etapa infantil de desarrollo. El héroe no debe estar “enfermo” en ningún caso; debe estar “sano”. ¿De qué otro modo podría encarnar un ideal? “La leyenda del héroe sin motivos que sólo lucha por el bien y no tiene segundas intenciones recorre todas las naciones. Estos hijos de los dioses son los favoritos de los hombres colocados en los cielos” dice Blüher idealizándolos (1917, 246 – Capítulo VII: La imagen del héroe).
Blüher se opone por tanto a Freud, cuyo punto de vista exigiría una corrección del ideal de los “hijos de los dioses”: “Freud cree, por lo tanto, que existe una patogénesis de la homosexualidad en forma incondicional. Pero no puedo aceptarlo para este tipo, el héroe masculino; habría que decir entonces con el mismo derecho: existe también una patogénesis de la heterosexualidad; en todo caso, la ontogénesis de ambos es completamente la misma. Cuando Freud dice que la inhibición del desarrollo puede demostrarse fácilmente en los invertidos, bien puedo entenderlo en el sentido de su teoría sexual: que el joven no puede hacer frente a la oscilación entre los dos sexos que se instala después de la pubertad y la falta de la meta sexual normal (en Freud: ¡el objeto sexual! - B. N.) que es la mujer y por eso invierte (…). Pero, que yo sepa, todavía no se ha encontrado un punto de inhibición de validez general (…). Por lo tanto, por el momento no se puede hablar de una patología fundamental de la inversión, sino a lo sumo (y con razón) de una parcial” (Blüher 1924, 59s.).
La patología de la inversión no es “fundamental”; sólo puede existir “parcialmente”. Y, por lo tanto, no puede ni debe interpretarse de forma fundamentalmente distinta a los heterosexuales. En ambos casos existen procesos de desarrollo sanos. Por lo tanto, la homosexualidad en sí no es una enfermedad: “Los médicos (léase Freud – B. N.) no entienden nada al respecto (…). Pero la razón por la que declaro que la literatura médica al respecto (sobre el Eros del mismo sexo – B. N.) es inferior es que los médicos sólo han visto los casos que estaban enfermos. Por supuesto que existe tal cosa. Los que no dicen sí a la naturaleza enferman (…). Pero no es un punto de vista defendible analizar un fenómeno a partir de sus casos patológicos y tomar la mayoría estadística como la ‘norma’” (Blüher 1953, 91).
Este juicio revela una peculiaridad de Blüher que le obliga repetidamente a combinar lo que está bien con lo que está mal de tal manera que el resultado final son posturas reaccionarias: Blüher es tolerante con el amor entre personas del mismo sexo y, sin embargo, sigue siendo intolerante con lo que él (con otros convencionalistas) clasifica como “enfermo”. Sus “héroes masculinos” no deben estar “enfermos”. Tienen que estar “sanos” de una manera especial. Y eso les convierte de nuevo en enfermos de un modo especial: padecen – como Blüher – la enfermedad de la idealidad. Esta enfermedad es peligrosa porque aparece como salud y porque convierte fácilmente a los entusiastas en bestias que tienen que destruir lo que no quieren ser: los “enfermos”. Se separan de los “enfermos” porque son incapaces de reconciliarse con las debilidades propias y ajenas.
Para Blüher – a diferencia de Freud – sólo existen opuestos rígidos (ideales). El hecho de que “enfermo” y “sano” sean definiciones convencionales, es decir, opuestos que se corresponden poco con la realidad, que consiste en gradaciones y “estadios intermedios” y que, por lo tanto, no puede haber nadie que no sea una cosa o la otra – sano y enfermo, hombre y mujer – varias veces al día es algo en lo que Blüher no quiere pensar. Por eso trata a los “sanos” con respeto y a los “enfermos” con desprecio. Y así describe también una visita al “Club de los Degenerados” como Blüher llamaba a la sociedad dentro de la casa de Hirschfeld. Allí se encuentra con gente variopinta más allá de los límites rígidamente definidos. Ve travestis, incluso un “suboficial” vestido “de mujer” (Blüher 1953, 333s.). Esta sociedad no se corresponde con la refinada sociedad aristocrática a la que Blüher considera pertenecer. Se aparta de este lugar horrorizado y asqueado.
Apenas unas páginas antes de esta descripción de los “degenerados” reunidos en casa de Hirschfeld, Blüher describe en sus memorias otro círculo, al que le hubiera gustado pertenecer, pero al que se le negó el acceso: el "Club de Hombres Alemanes” de Heinrich von Gleichen. “Todas mis actitudes coincidían con las de esta organización social alemana de alto rango, que representaba un punto de vista conservador. A ella perteneció el verdadero florecimiento del germanismo en aquella época entre las dos guerras mundiales. Hindenburg socializaba allí al igual que la nobleza de Brandeburgo y la industria de Alemania Occidental; miembros de la familia real, altos dignatarios católicos, abades de las famosas abadías benedictinas, incluso clérigos protestantes eran invitados o miembros habituales; el posterior Canciller del Reich v. Papen surgió de este círculo (…). Las fiestas fundacionales anuales del club reunían a la élite alemana (…). Las mujeres no eran admitidas, por lo que realmente era el ‘Estado’ el que pensaba y actuaba aquí. Después de todo, yo tenía algún mérito en este club de caballeros alemanes. Sin embargo, no me fue posible ingresar (…). Debo confesar que a menudo me sentía bastante amargado por ello” (1953, 328s.).
Blüher no quería encontrar un lugar en el “Club de los Degenerados” y no pudo encontrarlo en el “Club de los Hombres Alemanes”. La amargura de Blüher era comprensible. Y también es comprensible que no dirigiera su odio a sí mismo – que no hacía sino intensificarse por el rechazo, el insulto – contra los ideales (los idealizados), sino contra los no ideales, de los que no quería tratar bajo ningún concepto. Por eso Blüher se distanció explícitamente de aquellos a los que la alta sociedad le encasillaba en secreto. Al menos quedaba abierta una salida: el camino hacia el mundo de las fantasías literario-filosóficas, mundo en el que podría crear su propia sociedad aristocrática, la “sociedad masculina”. Aquí, “la nobleza (…) no está ahí por estatuto, sino que viene dada por la naturaleza” (1919, 222).
Entonces, ¿cuál es la esencia de la sociedad ideal que lleva la etiqueta aristocrática de los Männerbund? En la unión de los puros no hay mujeres. Esta pureza se debe a la exclusión de lo impuro. Evidentemente, se trata de una comunidad que no vive en el pecado de la diferencia. Por lo tanto, el concepto de pureza presupone la diferencia, que debe ser destruida. La destrucción hace posible la pureza. Así es como triunfa la pureza. Así es como el bien triunfa sobre el mal. Así es como el bien vive de la destrucción del mal. No hay cielo sin infierno en la tierra. Y no hay amor en la tierra sin odio, ni espíritu sin carne, ni cuerpo sin sudor. Así que no puede haber amor por el cuerpo en la tierra sin amor por el olor corporal. El amor sin olor, esa es la ficción de los puros que no pueden olerse el uno al otro.
El filisteísmo que se difunde como cosmopolitismo ideal se nutre de la proyección del odio a sí mismo y del deseo de destruir lo “impuro”. “El oscurantismo es el peligro de todas las épocas cuyo deseo es lo absoluto” (Thomas Mann 1923). Blüher lo sabe muy bien: que no puede haber actos sin motivo, “puros”. “No se dan actos de razón pura (…)”, escribe. Así que tampoco puede haber una moral desinteresada. Habría que partir de la “imposibilidad de acciones no egoístas” (1917, 241). Sin embargo, la humanidad siempre ha deseado representantes de actos no egoístas, es decir, héroes fantaseados que actúan por motivos no egoístas. Serían figuras ideales, semidioses, héroes, como los “héroes masculinos” de Blüher.
La figura del héroe es la realización fantaseada de un deseo. Blüher también lo sabe: la “fantasía del héroe es una fantasía religiosa” (1917, 242). El anhelo de héroes surge de una necesidad infantil. El héroe nace de una fantasía infantil. El fantaseador, que desea ser otro de lo que es (por el momento) se fantasea a sí mismo (por el momento) como un héroe. Este héroe es el niño que tiene que liberarse “de la suave y sensual relación con su madre”. Quiere crecer. Para ello tiene que prescindir de su madre. Para este proceso de desprendimiento necesita de un guía, un modelo, una figura ideal en la que apoyarse; a la que recurrir para sobrellevar el dolor de la separación.
Por eso, en el momento del desprendimiento y la transición, el hijo busca un hombre al que admirar, un padre con el que identificarse. El anhelo del hijo heroico que quiere convertirse en hombre no es otro que una figura paterna: “Bajo la impresión de este amor, los niños ya son capaces de acciones grandiosas y se ven obligados a ser lo más valientes y capaces posibles” (Blüher 1917, 242). El “mecanismo típico es: uno quiere ser amado por el héroe y por eso realiza actos ‘desinteresados’” (1917, 246).
Este amor del niño por el hombre paternal retorna en el enamoramiento reverente del joven, en la humildad erótica del dirigido, en la voluntad de someterse a un líder. En la fusión fantaseada con este héroe-líder las acciones sin “yo” se hacen posibles porque el entusiasta realmente renuncia a su yo. Lo entrega al líder y toma de él la medida del bien y del mal, de lo sano y de lo enfermo, de lo puro y de lo impuro.
No se puede descartar que Freud también se inspirara en los trabajos de Blüher sobre la “sociedad masculina” (1917/19) cuando escribió Psicología de las masas y análisis del yo (1921). Blüher (1924) también elogió explícitamente el principio del líder más adelante. Freud, en cambio, se quedó en el análisis de los deseos correspondientes y no siguió los raptos pseudoreligiosos de Blüher que tenían mayor alcance. Analizó la enfermedad de la idealidad, que va unida a la voluntad de sacrificarse (y convertir a los demás en víctimas) a partir de dos alianzas masculinas clásicas. Utilizando el ejemplo del ejército y de la iglesia (católica) Freud mostró cómo las necesidades infantiles de dependencia y redención conducen a la identificación con los líderes y a la obediencia incondicional.
Thomas Mann (1922) también leyó a Blüher. Mann coincidió en gran medida con su elogio de la “sociedad masculina”: “En este contexto, que sigue siendo un contexto político, me atreveré a hablar con toda la cautela y reverencia debidas de la esfera emocional especial (…. ): me refiero a esa zona del erotismo en la que la ley universalmente creída de la polaridad de los sexos demuestra haber sido eliminada, haber caducado, y en la que vemos lo semejante con lo semejante, la masculinidad madura unida a la juventud que mira hacia arriba, en la que puede idolatrar un sueño de sí misma, o la masculinidad joven unida a su imagen en apasionada comunión” (1922, 47). Sin embargo, Thomas Mann intentó proteger la alianza masculina homoerótica de las aspiraciones reaccionarias. Refiriéndose implícitamente a Blüher escribió: “El Eros como estadista, incluso como creador del Estado, es una idea que nos es familiar desde tiempos inmemoriales y que ha sido ingeniosamente propagada de nuevo en nuestros días; pero querer hacer de la restauración monárquica su causa y punto de partido es básicamente un disparate. Más bien, la república es su fuerte (…)” (1922, 48).
Según Blüher, el Männerbund surgió originalmente en oposición a la mujer-madre. Por tanto, el Männerbund de Blüher también puede entenderse como un baluarte contra los miedos y los deseos: contra el retorno de la feminidad reprimida del hijo y como protección contra el deseo del hijo de volver a la madre (a la mujer como madre). Visto así, el Männerbund sería una organización defensiva dirigida contra la regresión. Es la alianza masculina que mantienen a raya los deseos que (podrían) despertar en el hombre en cuanto se involucra en una relación (demasiado) estrecha con una mujer. En este caso, el hombre podría perder la masculinidad que tanto le ha costado conseguir, su existencia heroica, y querer volver a ser un niño. Así que ahora hay que defenderlo con la guerra. Así pues, Blüher no se defiende en realidad contra la mujer, sino contra los deseos de regresión que percibe en sí mismo cuando piensa que hay que mantener a las mujeres a distancia para seguir siendo un hombre.
Blüher sabe de lo que habla cuando se refiere a las mujeres: “Los que están en unión no pueden hundirse: todos se dejan llevar por esta confianza. Pero, ¿cómo se ha hundido el hombre más fácilmente (…)? ¿Dónde han estado sus peligros más amargos? Con su amada enemiga mortal, la mujer. ¡Ay del hombre que se enamoró de una mujer! ¡Ay de la cultura que se abandonó a la mujer! Es justo y natural que la mujer se rinda, pero el hombre que se rinde está perdido (…). La mujer se esfuerza siempre por poseer completamente al hombre. Esa trampa hacia la nada que se esconde en un lugar secreto muy bien guardado de su ser y que exige un sacrificio. Así es como la mayoría de los hombres son destruidos por sus esposas. Por compasión y deseo de ayudar, no quieren tolerar el hambre noble que hace tan deliciosa a la mujer y quieren satisfacerla. ¿Ha conseguido algún hombre hacer esto sin estropearse a sí mismo?” (Blüher 1919, 221).
El miedo a la regresión obliga al hombre a convertirse en héroe. Como héroe, el hombre es entonces – aparentemente – un hombre que puede arrojarse a cualquier abismo sin perderse a sí mismo. Como héroe, el hombre preserva su identidad en la lucha contra todo monstruo creado por la fantasía; es más, gana su identidad de héroe precisamente en esta lucha.
Leamos, pues, la obra de Blüher sobre el papel del erotismo en la sociedad masculina con un corazón compasivo. Porque detrás de la homosexualidad que rodea a los “héroes masculinos” de Blüher podemos reconocer un miedo que es inherente a todos los hombres (y de ninguna manera sólo a los hombres). Leamos, pues, el libro de Blüher con la mente alerta. Porque sólo el miedo (auto)reconocido, comprendido y aceptado nos impide reaccionar de forma violenta en nombre de los ideales.
La necesidad de disolución orgiástica de los límites y el horror simultáneo a la ruptura de los límites – de la “nada” en la mujer – exige coordenadas, estrellas fijas en el firmamento de nuestra imaginación: el Estado, el líder, el “héroe masculino”, son tales estrellas fijas, garantes de los límites de nuestro ego, que hemos interiorizado gracias al hierro y que queremos mantener mediante la disciplina. Es por ello que reaccionamos con rabia asesina contra todo y contra todos los que atacan esta coraza; muerte todos los que se hacen la vida “fácil”. Y por eso adoramos al líder que nos ayuda a experimentar la embriagadora disolución de los límites manteniendo la dura coraza. Esta es la pieza de “arte” del líder, que simultáneamente disuelve y refuerza los límites del ego de los liderados. Stefan George (1934, 9) elogió al Führer con las siguientes palabras que parecían un himno:
Tú que nos liberaste de la agonía de la dualidad Nos trajiste la fusión hecha carne Uno y diferente a la vez: embriaguez y resplandor.
Bibliografía
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#homosexualidad#sociedad masculina#movimiento masculino#nacionalismo#psiconálisis#historia#nazismo#socialismo#heroísmo
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Scène d’été / Les Baigneurs (Francia, 1869) "El sol inunda sus lienzos". Frédéric Bazille Francia, 1841–1870 Fogg Museum de Harvard, Cambridge, Massachusetts (Estados Unidos) @harvardartmuseums Pre-impresionismo en estado puro, de la mano de uno de sus representantes menos conocidos: el muy joven Frédéric Bazille, que antes de nacer el movimiento ya estaba ayudando a construirlo y moriría a los 29 años en la guerra sin verlo todavía eclosionar. Poco reivindicados están sus cuadros todavía, pero hay quien lo considera una figura capital para la formación del grupo que cambiaría la historia del arte. Podría decirse que junto a Manet fue de esos pintores que quiso modernizar un poco el arte, no sólo desde un punto de vista técnico, sino también conceptual y temático cuando la vanguardia de la pintura era el realismo, Bazille nos da un ejemplo con estos bañistas masculinos en traje de baño. Es decir, la clásica escena bucólico-mitológica de bañistas en la Arcadia, pero llevada a la Francia contemporánea, cuando la burguesía empezaba a disfrutar del ocio como por ejemplo bañarse en un día de verano. El cuadro además transpira un evidente homoerotismo. ¿No os recuerda el tipo del árbol a San Sebastian, ese ya aceptado icono gay?
Desde el punto de vista técnico, Bazille pasa de perspectivas (más bien las viola) como también lo haría Manet, pero el pintor ya se estaba oliendo que algo gordo iba a cambiar en París. Iba a llegar un verano con mucha luz y color.
#bazille#paris#manet#impresionismo#homoerotismo#museoparticular#painting#arte#gayart#art#art history#artwork#culture#history#museums#vintage#curators#museum#paris france#cambridge
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SOBRE TRES FRASES DE GABRIELLE COLETTE
Colette escribió tres frases extraordinarias. Tres proposiciones muy densas, que apenas pueden seguirse, y que sin embargo emitió en un mismo movimiento. Quisiera comentarlas. Son éstas: "A menudo me digo que me gustaría vivir en el seno de una especie distinta de la especie humana. Hay una belleza natural más bella que la estética. Hay una belleza en los cataclismos, la tempestad, las tormentas, los saltos de los animales en la jungla, los galopes de los caballos sobre las mesetas y los prados, los meandros de los ríos en las llanuras, la gracia de los jóvenes que juegan".
Hay una superioridad silenciosa de Colette sobre todos los demás escritores franceses que "explican" lo que hacen, que exigen demasiado sentido en el curso de la vida, que anticipan demasiada racionalidad en el Ser, que proyectan demasiada orientación en la Historia, que quieren fundar su decir antes de enfrentar sus riesgos (Montaigne, Rousseau, Sade, Lados, Stendhal, Mallarmé, Ponge, Klossowski, Bataille ... ). Por desgracia, soy como eran ellos.
Ella, Gabrielle Colette, como la castellana de Vergy, como Madame de Genlis, no argumenta. Colette era perfectamente consciente de esa soberanía que ella asociaba además, indisolublemente, con el silencio sexual. Se aferraba como a la niña de sus ojos a ese silencio absoluto, testigo de la fuente viviente en ella. Lo ejercía sobre todos los hombres que la deseaban, sobre todas las mujeres que ella pretendía.
En sus Aprendizajes, confiesa que su "truco de enamorada" se restringió obstinadamente toda su vida a esa reticencia refleja. La sonrisa a escondidas, los ojos bajos, la mano que se retira, la evitación incomprensible, el retiro arisco, el silencio ante la pregunta que le plantean, el rostro inexpresivo ante cualquier súplica. Siempre responder mediante el rechazo a responder. Esa mujer nunca ocultó la admiración que sentía por los libros que Friedrich Nietzsche compuso en los años 1880.
Es Cibeles ante los ojos de su madre y también es Cibeles ante los ojos de su hija. Un acuerdo total con la naturaleza funda esa obra. Una crueldad vibrante la impulsa.
Despreciaba a los blandos, porque les faltaba desarrollar fuerza, a los gordos, porque no tenían el coraje de pasar hambre y adelgazar. Detestaba a los que se consideraban desdichados, porque le parecía que no había que añadir la necesidad al dolor que hace sufrir el azar. Fue voluntariamente Medea para su hija tal como lo habrá sido para su nieto.
De manera sorprendente, Colette es la ��nica escritora cuya concepción de la humanidad no fue ensombrecida por la experiencia de la primera guerra. Es lo contrario de Céline.
Los dos hombres que más amó eran judíos (Schwob, Goudeker). No sintió ningún horror ante los horrores de las trincheras, que para ella no eran peores que el sitio de París, no eran peores que la Semana sangrienta. Lo peor era normal.
Su padre, cuyo nombre masculino tomó como si se tratara de un nombre de mujer, había sido herido en la batalla de Melegnano, en 1859. Luego de que una bala de cañón austríaca le aplastara la pierna, fue amputado por un cirujano de Milán, justo debajo de los testículos, que quedaron ambos intactos. En el trimestre que siguió a su amputación, el emperador Napoleón III lo nombró por decreto imperial recaudador de impuestos en Saint-Sauveur-en- Puisaye.
Ella escribió que nunca había sido tan feliz como cuando se reunía con Jouvenel en el frente, multiplicando los abrazos en una cama de hostería con el ardor incomparable de un hombre maloliente que sale del barro de la trinchera donde estuvo enterrado todo el día y que aún está completamente impregnado de miedo.
"El único ser al que veo completo es el feto en vísperas de nacer, que todavía nada."
En esta frase de Colette, que fue bailarina nudista en el período de entreguerras, hay algo que anuncia las danzas extrañas, también desnudas, cubiertas de cenizas, del butoh, que siguieron a las bombas lanzadas sobre Hiroshima, sobre Nagasaki, y los siete años de ocupación norteamericana en el territorio de las islas del Japón que prohibían mencionarlas y llorar a sus muertos.
Fue en 1962 cuando Hijikata degolló en público, en la penumbra de un pequeño escenario, a un gallo que sostenía entre sus piernas desnudas.
La dependencia del origen, la inherencia al cuerpo continente de la madre de pronto, con un golpe de cadera, se rompe. Así es el instante natal.
Increíble danza expulsiva (pérdida del agua) intrusiva (la intrusión del aire en el cuerpo), caída al suelo ( en la no motricidad, en la posibilidad de la muerte, en la defecación, en el hambre), tal es el fondo de la experiencia de los hombres.
Cada uno de nosotros viene de esa manera del mundo oscuro.
Así es el ankoku butoh, la danza oscura que agita a los nacientes que tratan de desplazarse y de sobrevivir en la superficie de la tierra, empujando los huesos de los muertos que los engendraron con sus sexos aún tumefactos y vivos.
Estiran los cinco dedos de sus manos hacia adelante en la luz lanzando gritos.
"Ankoku-butoh" quiere decir exactamente "danza-salida-de-las-tinieblas-que-sube-a-ras-del-suelo . Que re-nace. Danza que intenta el renacimiento. Vida que procura renacer en el curso de una motricidad originaria.
Al día siguiente de una explosión estelar originaria.
Colette decía que tenía que hacer que su cuerpo gozara todos los días, sin excepción. Que había sido así toda su vida, sola o no, o con sus dedos, o con los labios de una amiga, o mejor aún, según lo que ella misma aclaró, penetrada por el sexo de un hombre más joven que ella. Colette explica esa necesidad por medio de una imagen potente: dice que le hacía falta "gozar cada día como un prisionero prepara la evasión"
- Pascal Quignard, EL ORIGEN DE LA DANZA. Traducción de Silvio Mattoni. Interzona Editora 2017
Imagen: “Colette” c.1896 Jacques-Fernand Humbert
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Sin motivo
En algún lugar, dentro de una silenciosa habitación, un hombre de aproximadamente 50 años se encontraba admirando su propio reflejo, con solo un short rosa encima.
-- Ufffffff. El rosa definitivamente es tu color
Dijo el hombre a su reflejo con una profunda y seductora voz, rompiendo la calma del lugar. Su cuerpo reaccionó instintivamente ante ese estímulo auditivo, comenzando a concentrar su circulación hacia su miembro, que había comenzado a crecer lentamente.
El hombre maduro contemplaba su reflejo, totalmente hipnotizado por la forma en que el short rosa resaltaba sus fuertes rasgos. La tela se ceñía perfecto a su redondo trasero. Los años de ejercicio habían dado excelentes resultados. Pero sin duda, lo que más le encantaba de esa prenda, era como marcaba perfectamente el contorno de su pene. Aún sin estar completamente erecto, se podía apreciar perfectamente su figura a través de la tela tensionada.
-- Definitivamente usaré estos en mi siguiente salida jeje
Dijo el hombre mientras le daba un buen apretón a su nueva verga, haciendo que más sangre fluyera hasta el enorme trozo de carne. La sensación de su miembro en crecimiento, presionándose cada vez más dentro de la tela, era un estímulo erógeno tan intenso para el hombre, que casi comenzaba a masturbarse en ese momento. Como le fue posible, reprimió ese impulso y continuó solo con el espectáculo visual, pues aún no era el momento oportuno para tal acto.
Aún sin apartar la vista del espejo, el hombre le dio a sus bíceps una buena y sensual flexión, antes de poner sus manos en la parte posterior de su cabeza, dejando sus axilas peludas al alcance de su rostro. Lentamente, la nariz del hombre se introdujo en la mata de vello axilar, y dando una fuerte y profunda inhalación, llenó sus pulmones con su aroma masculino. Era un olor sumamente exquisito, la perfecta combinación entre sudor de un largo día de trabajo y la fuerte colonia que tanto amaba.
-- ¡Joder, qué olor! Es tan delicioso. Apuesto a que todos los tipos en el club se pelearán por meter sus caras aquí, ¿No lo crees papá?
El hombre habló sin dirigir sus palabras a nadie en particular. Se dio vuelta sobre su propio eje, volviendo la vista a una pequeña pecera en su escritorio. Dentro del contenedor de vidrio había una especie de baba color verde. Esta baba no paraba de pegarse en las paredes de su prisión, en una serie de torpes y fútiles intentos de escapar. La baba no tenía ojos ni oídos, pero el hombre sabía que su espectáculo narcisista estaba siendo apreciado por el indefenso ser.
La baba, que hasta hace algunas horas había sido un ser humano, observó impotente y horrorizado como su propio hijo utilizaba su cuerpo y lo transformaba en un juguete sexual.
-- Es una lástima que un cuerpo tan bonito como este se haya desperdiciado tantos años en alguien como tú, papá. Pero ahora que yo estoy al mando, está hermosura recuperará ese tiempo perdido.
El hombre se colocó nuevamente frente al espejo. Dándole a su reflejo una sonrisa pícara, el hombre colocó ambas manos en sus caderas, tomó el elástico del short, y con un movimiento rápido hizo descender la prenda por sus gruesas y peludas piernas, hasta llegas a sus tobillos, revelándose así su grueso y palpitante pene. El hombre miró curioso su miembro viril, y en su mirada podía apreciarse un brillo particular de emoción. Aún en ese rostro marcado por arrugas, y con esa espesa barba blanca que reflejaba el paso de los años, la expresión que tenía el hombre era, sin duda, la misma que tiene todo adolescente cuando descubre que el trozo de carne entre sus piernas no sirve únicamente para orinar.
-- Soy tan sexy. Lo único que podría mejorar este cuerpo aún más serían algunos tatuajes. Pero eso ya lo pensaré mejor en otro momento. Por ahora, debo encargarme de tu pequeño amigo acá abajo
La baba comenzó a golpear frenéticamente los cristales de la pecera, mientras veía como el joven al que tanto quería, tomaba su cuerpo y lo utilizaba como un mero objeto de placer. La baba desconocía el motivo por el cual su hijo había decidido robar su cuerpo y su vida. Por más que lo intentaba, no encontraba una razón para esta locura. Solo podía pedir desesperadamente que todo esto se tratara solo de un mal sueño, la peor de sus pesadillas, y que pronto despertaría con el control de su cuerpo. Pero ese pensamiento esperanzador se disipaba con cada segundo trascurrido.
En la habitación se escuchaban gemidos y gruñidos guturales, similares a los de un animal en celo.
-- !!OH SI, ME CORRO PAPÁ, ME CORRO CON TU VERGA¡¡
Tras pronunciar esas palabras, el cuarto nuevamente fue llenado por fuertes gemidos, reflejo del placer que experimentaba el hombre en ese instante. Desde la punta de su pene, hilos blancos de semen salieron disparados con tal intensidad, que todos llegaron hasta el espejo. Solo las ultimas gotas blancas alcanzaron los pies del hombre. La habitación había recuperado su quietud. Poniéndose de rodillas en el suelo, el hombre gateo hasta el espejo y lamio todas y cada una de las manchas blancas en su superficie. Cuando terminó, el espejo lucía aún más limpio que antes de haberlo manchado.
El hombre se puso de pie nuevamente, recogió el short rosa del suelo y tomó una playera de la canasta de ropa sucia. Antes de ponerse las prendas, las acercó a su nariz y dio una profunda inhalación. Parecía disfrutar del olor que emanaba de esa ropa. Terminó de alistarse con algunos accesorios que había comprado previamente y antes de partir, se paró nuevamente frente a la pecera.
-- Bueno papá, te veo luego. Ya es momento de que el mundo conozca al "tú" 2.0. Seguramente traiga algún invitado cuando vuelva, si te portas bien podría considerar dejarte intentar tomar un nuevo cuerpo. Hasta entonces, no te muevas de ahí jajajaja
El hombre salió de la habitación con una enorme sonrisa. A decir verdad, su futuro era incierto, no tenía idea de cómo iba a sobrevivir teniendo que hacerse completamente responsable de toda esta nueva vida. Pero si algo tenía de sobra era actitud. El hombre estaba listo para devorar al mundo, y también todos los culos que se atravesaran en su camino.
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Eres mi luz en esta tierra salvaje. Una historia de Khal drogo x personaje masculino.
(La historia fue escrita en parte por mí, salvos unas cuantas situaciones que fueron para complacer una petición externa. Pero las bases principales, la trama y el personaje "Dhaevos" y su historia si son de mi creación).
En las vastas llanuras de Essos, donde el viento lleva consigo el aroma de la hierba y el eco de los cascos de los caballos, se alzaba un pequeño pueblo. Sus chozas de barro y paja se agrupaban alrededor de un pozo central, los animales de pequeños establos se alimentaban tranquilamente, y los habitantes vivían en armonía con la naturaleza.
Un día, como un torbellino de fuego y acero, Khal Drogo, el líder de los Dothraki, descendió sobre el pueblo, con el objeto de la conquista y la toma de recursos. Sus guerreros montados en sus corceles, con trenzas ondeando al viento, arrasaron los campos y saquearon las casas.El aire se llenó de gritos y el olor a sangre. En medio del caos, Dhaevos, un joven muchacho de ojos curiosos y manos hábiles, emergió de su choza. Era el antiguo aprendiz del sanador del pueblo, quien logro el título de su maestro, siendo conocido por sus habilidades para curar heridas y aliviar el dolor. Sus manos eran suaves y cálidas, y su corazón estaba lleno de compasión.
Khal Drogo, con su mirada fiera y su piel curtida por el sol, cabalgaba por el pueblo, a lo lejos vió a al muchacho, notando que no buscaba huir de la masacre, con un sentimiento de curiosidad se acercó y se detuvo ante Dhaevos. El joven sanador no mostró miedo; en cambio, sus ojos se encontraron con los del khal, y algo cambió en ese instante. Khal Drogo vio en Dhaevos algo más que un simple habitante del pueblo. Vio la sabiduría en sus ojos y la valentía en su postura. "¿Quién eres, y porque no peleas o huyes, muchacho?" gruñó Khal Drogo en su lengua gutural." Soy Dhaevos, el sanador", respondió Davos con voz firme. "No deseo luchar, eso sería inútil, y si huyo, no podría llegar muy lejos. Solo quiero ayudar a los heridos de mi gente". Khal Drogo lo estudió durante un largo momento. Luego, asintió. "Tus habilidades son valiosas. No te mataré. Pero debes servirme". Sabiendo que no tenía muchas opciones, Dhaevos aceptó su destino, el khal le permitió atender las heridas de los pocos sobrevivientes de su pueblo hasta que la noche se alzo imponente. Luego de la masacre khal drogo y sus hombres se marcharon, y Dhaevos con ellos.
Pasó los días atendiendo a los heridos dothraki, curando sus heridas de batalla y aliviando su dolor; a pesar de haber sobrevivido, la tristeza por la masacre de su pueblo lo inundaba, pero no se dejaba vencer por ella, si lo hacia entorpecería su labor, y si eso ocurría lo mataran por ser una carga, asi que asimilando totalmente su nueva vida, la acepto.
Khal Drogo lo observaba desde las sombras, sus ojos oscuros siguiendo cada movimiento de Dhaevos. El khal era un guerrero feroz, pero también un hombre de honor, y no veía necesidad alguna de que el chico muriera. No permitiría que nadie dañara al sanador. Notando que no toda su gente podía hablar la lengua del sanador, el khal tomo la decisión de enseñarle su lengua natal, sería un arduo trabajo, pero sabiendo que así el muchacho podria hacer mejor su labor.
Con el tiempo, habiendo asimilado rápidamente a lengua Dothraki, para sorpresa de muchos. Khal Drogo y Dhaevos comenzaron a hablar más allá de las heridas y las enfermedades. Compartieron historias de sus vidas, sus sueños y sus miedos. Khal Drogo admiraba la valentía de Dhaevos y su dedicación a su gente. Dhaevos, a su vez, veía en Khal Drogo algo más que un conquistador implacable. Veía al hombre detrás del título, al corazón que latía bajo la armadura de cuero. Una noche, junto a la hoguera, estando los dos solos, Khal Drogo tomó la mano de Dhaevos. "Eres más que un sanador para mí", dijo en voz baja, "aun no lo entiendo, pero solo contigo muestro esta parte de mi, te haz vuelto en mi debilidades y la fuente de mis fortalezas", guardo silencio un momento y luego continuo, "Eres mi luz en esta tierra salvaje". Dhaevos sintió su corazón latir con fuerza, no esperaba tal confesión del otro hombre, pero guiado por lo que le decia su corazón habló, "Y tú eres mi protector, mi khal, te haz vuelto lo mas valioso de mi vida". Así comenzó una historia de amor improbable entre un guerrero dothraki y un sanador. Sus mundos eran diferentes, pero sus corazones se encontraron en el espacio entre las estrellas. Khal Drogo aprendió a amar la ternura de Dhaevos, y Dhaevos descubrió la pasión ardiente que ardía en el khal.
En las noches silenciosas, cuando la luna brillaba sobre las llanuras, siendo la única testigo del amor de ambos hombres, Khal Drogo y Dhaevos se encontraban en secreto. Sus labios se buscaban, sus cuerpos se entrelazaban, y el mundo exterior desaparecía. No importaba que fueran enemigos en la guerra; en ese momento, solo existían ellos dos.
La gente del pueblo murmuraba sobre el extraño vínculo entre el khal y el sanador. Algunos lo veían como una traición, otros como un milagro. Pero Khal Drogo no se preocupaba por los murmullos, y el joven sanador se hacia de oidos sordos, si a su amado Drogo no le preocupan los murmullos de los demas, entonces a el tampoco. Mientras que a los ojos Khal Drogo, solo sabía que había encontrado algo más valioso que todas las riquezas del mundo: el amor de Dhaevos. Por su parte Dhaevos fue despertando la admiración y el respeto del pueblo Dothraki, la compasión y empatia que el muchacho mostraba a los que ayudaba es algo muy raro estre su gente, logrando que muchos lo comenzaran a ver cómo una bendición del cielo para su pueblo.
Y así, en medio de la sangre y el polvo, en un mundo donde las espadas hablaban más fuerte que las palabras, Khal Drogo y Dhaevos escribieron su propia leyenda. Una historia de amor inesperado para ambos pero que aprecian con ferviente intensidad.
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TODO EL MUNDO CONOCE A SÓCRATES, PERO NO A ASPASIA DE MILETO QUE FUE SU MAESTRA Y QUE PERMITIÓ QUE LA LLAMARAN PROSTITUTA PARA PODER FILOSOFAR CON LOS HOMBRES
Según Platón, Aspasia formó parte de los círculos intelectuales y políticos de su tiempo y fue una experta en retórica.
El origen jonio de Aspasia puede explicar tanto su estilo de vida libre como su formación intelectual.
Aspasia fue pareja de Pericles y profesora de retórica en el círculo del mismo. Se dice que escribió la famosa oración fúnebre de Pericles del año 430, y aparece en los Diálogo de Platón como maestra de Sócrates. Esquines, en su diálogo socrático "Aspasia" la menciona como maestra sofista.
Aspasia aunaría los roles de esposa y de hetaira (prostituita), dado que sólo por este estatus, podía incorporarse a los círculos masculinos de la sociedad ateniense; también fue maestra de oratoria, según se puede leer en el Menexeno de Platón.
Plutarco acepta que Aspasia fue una figura significativa, tanto política como intelectualmente, y expresa su admiración por una mujer que fue capaz de «dirigir a su antojo a los principales hombres del estado y ofrecía a los filósofos la ocasión de discutir con ella en términos exaltados y durante mucho tiempo»
Finalmente fue sometida a un proceso de impiedad por corromper a las mujeres de Atenas, del que salió indemne; en torno a ello hay quienes suponen que se desarrolló el incipiente movimiento de emancipación femenina.
Web
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LYGIA CLARK & HÉLÈNE CIXOUS
¿Dónde está ella?
Actividad/pasividad, Sol/Luna, Cultura/Naturaleza, Día/Noche
Padre/madre, Razón/sentimiento, Inteligible/sensible, Logos/Pathos.
Forma, convexa, paso, avance, semilla, progreso. Materia, cóncava, suelo (en el que se apoya al andar), receptáculo.
Hombre ———— Mujer
Siempre la misma metáfora: la seguimos, nos transporta, bajo todas sus formas, por todas partes donde se organiza un discurso. El mismo hilo, o trenza doble, nos conduce, si leemos o hablamos, a través de la literatura, de la filosofía, de la crítica, de siglos de representación, de reflexión.
El pensamiento siempre ha funcionado por oposición, Palabra/Escritura Alto/Bajo
Por oposiciones duales, jerarquizadas. Superior/Inferior. Mitos, leyendas, libros. Sistemas filosóficos. En todo (donde) interviene una ordenación, una ley organiza lo pensable por oposiciones (duales, irreconciliables o reconstruibles, dialécticas). Y todas las parejas de oposiciones son parejas. ¿Significa eso algo? El hecho de que el logocentrismo someta al pensamiento (todos los conceptos, los códigos, los valores, a un sistema de dos términos, ¿está en relación con (la) pareja, hombre/mujer?
Naturaleza/Historia, Naturaleza/Arte, Naturaleza/Espíritu, Pasión/Acción.
Teoría de la cultura, teoría de la sociedad, el conjunto de sistemas simbólicos –arte, religión, familia, lenguaje–, todo se elabora recurriendo a los mismos esquemas. Y el movimiento por el que cada oposición se constituye para dar sentido es el movimiento por el que la pareja se destruye. Campo de batalla general. Cada vez se libra una guerra. La muerte siempre trabaja.
Padre/hijos Relaciones de autoridad, de privilegio, de fuerza. Logos/escritura Relaciones: oposición, conflicto, relevo, retorno. Amo/esclavo Violencia. Represión.
Y nos damos cuenta de que la “victoria” siempre vuelve al mismo punto: Se jerarquiza. La jerarquización somete toda la organización conceptual al hombre Privilegio masculino, que se distingue en la oposición que sostiene, entre la actividad y la pasividad. Tradicionalmente, se habla de la cuestión de la diferencia sexual acoplándola a la oposición: actividad/pasividad.
¡Eso es una mina! Si revisamos la historia de la filosofía –en tanto que el discurso filosófico orden y reproduce todo el pensamiento– se advierte que: está marcada por una constante absoluta, ordenadora de valores, que es precisamente la oposición actividad/pasividad.
Que en la filosofía, la mujer está siempre del lado de la pasividad. […]
Ella no existe, ella no puede ser; pero es necesario que exista. De la mujer, de la que él ya no depende, sólo conserva este espacio, siempre virgen, materia sumisa al deseo que él quiera dictar.
Y si interrogamos a la historia literaria, el resultado es el mismo. Todo se refiere al hombre, a su tormento, su deseo de ser (en) el origen. Al padre. Hay un vínculo intrínseco entre lo filosófico –y lo literario: (en la medida en que significa, la literatura está regida por lo filosófico) y el falocentrismo. Lo filosófico se construye a partir del sometimiento de la mujer. Subordinación de lo femenino al orden masculino que aparece como la condición del funcionamiento de la máquina.
La puesta en duda de esta solidaridad entre el logocentrismo y el falocentrismo se ha convertido, hoy en día, en algo urgente –la puesta al día de la suerte reservada a la mujer, de su entierro– para amenazar la estabilidad del edificio masculino que se hacía pasar por eterno-natural; haciendo surgir, en lo que se refiere a la feminidad, reflexiones, hipótesis necesariamente ruinosas para el bastión que aún detenta la autoridad. ¿Qué sería del logocentrismo, de los grandes sistemas filosóficos, del orden del mundo en general, si la piedra sobre la que han fundado su iglesia se hiciera añicos?
¿Si un día se supiera que el proyecto logocéntrico siempre había sido, inconfesablemente, el de fundar el falocentrismo, el de asegurar al orden masculino una razón igual a la historia de sí misma?
Entonces, todas las historias se contarían de otro modo, el futuro sería impredecible, las fuerzas históricas cambiarían, cambiarán, de manos, de cuerpos, otro pensamiento aún no pensable, transformará el funcionamiento de toda sociedad. De hecho vivimos precisamente esta época en que la base conceptual de una cultura milenaria esta siendo minada por millones de topos de una especie nunca conocida.
Cuando ellas despierten de entre los muertos, de entre las palabras, de entre las leyes.
Érase una vez…
De la historia que sigue aún no puede decirse: “sólo es una historia”. Este cuento sigue siendo real hoy en día. La mayoría de las mujeres que han despertado recuerda haber dormido, haber sido dormidas.
[…]
Helène Cixous, La joven nacida, en La risa de la medusa. Ensayos sobre la escritura. Prólogo y traducción de Ana María Moix. Ed. Anthropos, 1995, reimpresión 2001.
_ Sem titulo (1952), Lygia Clark. Courtesy Alison Jacques Gallery, London. Copyright O Mundo de Lygia Clark-Associação Cultural, Rio de Janeiro. Photo Michael Brzezinski
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El simbolismo de las formas geométricas: Triángulo
El triángulo se relaciona con el número 3, que encierra el significado de la vida y la existencia: nacimiento, vida y muerte; pasado, presente y futuro; cuerpo, alma y espíritu; juventud, adultez y ancianidad. Se le atribuye a Aristóteles el triángulo retórico, que sirve para analizar un discurso por medio del ethos (credibilidad), pathos (emoción) y Logos (conocimiento). En el hinduismo, Brahma, Vishnu y Shiva son una triada: crean, sostienen y destruyen la vida.
En el mundo de la alquimia occidental, el triángulo se usó para representar los cuatro elementos:
Fuego (▲): Activo masculino. Representado por un triángulo apuntando hacia arriba, simboliza la ascensión, la energía y la transformación. El que apunte hacia arriba simboliza la forma en la que las llamas ascienden.
Aire (▲ con una línea horizontal): Activo masculino. También representado por un triángulo apuntando hacia arriba, pero con una línea horizontal a través de él, simboliza el equilibrio y la expansión. El aire se asocia con la humedad y el calor, y la línea horizontal sugiere la vastedad y el movimiento del aire.
Agua (▼): Pasivo femenino. Representado por un triángulo apuntando hacia abajo, simboliza la fluidez y la receptividad. El agua se asocia con la humedad y el frío, y el triángulo hacia abajo representa la naturaleza descendente del agua, fluyendo hacia abajo.
Tierra (▼ con una línea horizontal): Pasivo femenino. También representado por un triángulo apuntando hacia abajo, pero con una línea horizontal a través de él, simboliza la estabilidad y la solidez. La tierra se asocia con la sequedad y el frío, y la línea horizontal sugiere la firmeza y la estructura de la tierra.
El triángulo fue elegido para lo anterior dado que su base sugiere estabilidad, mientras que su punta simboliza movimiento; ambos conceptos combinan bien con la naturaleza de los cuatro elementos.
La pirámide está relacionada con el triángulo y evoca a una montaña; las construidas por las culturas mesoamericanas son, precisamente, representaciones de las montañas. La base de laspirámide cuadrangular simboliza lo terreno, mientras que su punta es el eje del mundo, alrededor del cual giran todos los hechos terrenos y naturales, como los cuatro puntos cardinales y las estaciones del año. El ser humano también esta simbolizado por la base; este asciende hacia la iluminación. Por ello, muchas pirámides fueron sitios de iniciación y umbrales que conducían a lugares más allá del terreno.
En el mundo cristiano, el 3 y el triángulo son los símbolos de Dios. Mientras que los santos llevan aureolas o nimbos circulares o hexagonales, Dios lleva una aureola triangular. Se trata de la representación de la Santísima Trinidad: padre, hijo y espíritu santo. Esta naturaleza triple también se puede ver en representaciones trifaciales de Dios o Cristo y en triángulos que contienen su anagrama.
El trébol, la arquería gótica con tres lóbulos, las montañas también son símbolos de Dios y su trinidad.
www.tarotdeana.tumblr.com
Imágenes:
Chichen Itzá.
"Trinidad trifacial", Escuela Anónima de Cusco, 1750 - 1770.
Lee mitos coreanos aquí.
Lee mitos griegos aquí.
Lee mitos japoneses aquí.
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― 𝐓𝐇𝐄 𝐃𝐀𝐈𝐋𝐘 𝐏𝐑𝐎𝐏𝐇𝐄𝐓.
julio & (mitad de) agosto de 198x.
Como cada mes, nuestra sección de eventos y sociales destaca los más relevantes en la comunidad.
* A tomar en cuenta que la mayoría de los eventos se realizan en la mañana o tarde dado el toque de queda. Los eventos caducan el día 16 de agosto.
𝐄𝐕𝐄𝐍𝐓𝐎𝐒 𝐎𝐅𝐈𝐂𝐈𝐀𝐋𝐄𝐒.
DESFILE DE MODA DE PETITE SORCIÉRE.
17 DE JULIO. Para presentar su última colección, que incluye diseños de creadores emergentes, la reconocida marca francesa ofrecerá un desfile. Las prendas exhibidas podrán costearse en Twilfitt y Tatting's en las próximas semanas. TÍTULO PARA STARTERS: DESFILE.
ooc: Evento público. Se necesita de una invitación especial para asistir. cualquier celebridad o persona del medio (en especial de la moda) puede ingresar. Si tienen duda sobre si su personaje es capaz de, no duden en preguntar.
EXPOSICIÓN DE ARTE REUNE A NUEVOS TALENTOS.
A PARTIR DEL 20 DE JULIO. Jóvenes artistas de múltiples países se apoderan de la sala "Morgana" del Museo mágico de Londres durante dos semanas. La exhibición marca la presentación de artistas frescos. Nuestra favorita de momento: "La mujer que no podía ver" de Martine Pyrites, aclamada por el público mágico en su natal Suecia. TÍTULO PARA STARTERS: EXPOSICIÓN.
ooc: Evento público. Las obras de arte mágicas poseen movimiento, como las fotografías mágicas.
CONCIERTO HOMENAJE A NINA MACFUSTY.
27 DE JULIO. Artistas de todo el globo se unen para un concierto gratuito en homenaje a la recién fallecida Nina Macfusty, quien falleció hace unas semanas en un terrible accidente. Lorcan d'Eath se postula como el acto de apertura, entre otros (...). TÍTULO PARA STARTERS: HOMENAJE.
ooc: Evento público.
APERTURA DE "VARITA DE REGALIZ".
2 DE AGOSTO. Para celebrar su apertura en Hogsmeade, la heladería ofrecerá productos gratis a las primeras treinta personas en llegar, además de un sinfín de promociones disponibles. ¡No olviden los descuentos especiales para alumnos de Hogwarts! TÍTULO PARA STARTERS: HELADERÍA.
ooc: Evento público.
FESTIVAL ANUAL DE CRIATURAS MÁGICAS.
3 & 4 DE AGOSTO. En esta ocasión Londres se vuelve la sede para el Festival anual de Criaturas Mágicas, el cual reúne a más de cien magizoologos de todas partes del planeta. Podrán encontrar venta de productos, adopción de criaturas, conferencias con expertos y la esperada presentación de Newt Scamander con uno de sus nuevos relatos. Entrada gratuita. TÍTULO PARA STARTERS: FESTIVAL.
ooc: Evento público.
𝐄𝐕𝐄𝐍𝐓𝐎𝐒 𝐅𝐔𝐄𝐑𝐀 𝐃𝐄𝐋 𝐏𝐑𝐎𝐅𝐄𝐓𝐀.
NOCHE DE DUELOS.
9 DE AGOSTO. Entrada exclusiva para caballeros. Asiste a apoyar a tu duelista favorito en esta velada que promete mucho. En esta ocasión daremos la bienvenida por primera vez a Hermann Bacharach, el reconocido duelista alemán que ha arrasado durante la temporada de su país. TÍTULO PARA STARTERS: DUELOS.
ooc: Evento para personajes masculinos puristas o de familias reconocidas. Es un evento ilegal, de modo que sólo se puede asistir mediante una invitación secreta.
SINFÓNICA DE BÉLGICA.
10 DE AGOSTO. Las familias Malfoy y Lestrange extienden su invitación al exclusivo concierto de la multipremiada Sinfónica de hadas de Bélgica, evento que se desarrollará a las afueras de la ciudad. La misiva se enviará de manera privada. TÍTULO PARA STARTERS: SINFÓNICA.
ooc: Evento para personajes puristas. Se realizará en un castillo mágico fuera de la vista muggle.
FIESTA VERANIEGA.
10 DE AGOSTO. Con el verano en su apogeo, la comunidad mágica ofrece una fiesta en la playa privada de los Bagman. Sin muggles en la cercanía, es posible utilizar la magia libremente. Se debe recordar el toque de queda, de modo que finalizará a las 17:00 p.m. TÍTULO PARA STARTERS: PLAYA.
ooc: Evento público.
PUNTOS IMPORTANTES:
Pueden utilizar los eventos para ubicar sus threads y abrir starters. ¡No olviden indicar donde se encuentra su personaje!
Cualquier duda estamos disponibles para ayudarles.
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close (2022) y el mandato masculino
Close retrata de forma cruda y honesta la forma en cómo el mandato masculino rompe la vida y los afectos, desde donde se le mire, sin importar el cuerpo que afecte. No es “masculinidad frágil” o “masculinidad tóxica”, no vislumbro ningún tipo de autonomía, decisión libre o satisfacción por la elección de ésta más allá de la presión social por cumplir un cierto rol. Como cuerpo feminizado me deja más preguntas que respuestas, y una afectación profunda a un lenguaje tan complejo.
En la infancia todo es borroso y el lugar que una se da en el mundo es completamente plástico, maleable y nebuloso. Una simple señal, un simple gesto proveniente del entorno condiciona actitudes que tienen grandes efectos; por ejemplo, un momento que he estado meditando estos últimos días, en el que, aun siendo una niña (12, 13), acostada en la cama donde dormía con mi abuela cuando íbamos de visita, una pariente me dijo que mi posición y la pijama que tenía hacía que se me vieran los cucos y con ellos el vello de mi entrepierna que aún hoy día me avergüenza, y que me persigue en la incomodidad que me genera usar vestido de baño. (Y que también me hace preguntar, lejos de apuntar a la pedofilia: ¿qué hacía esta mujer viendo a mi entrepierna? Y… ¿qué le importaba?)
Ante la sensibilidad de la infancia cualquier pequeño momento es significativo y definitorio, y aún más a la pubertad (edad de los niños protagonistas y mía en ese recuerdo) donde la definición en una identidad y una forma de ser empieza a ser más imperante; quizás con ésta el condicionamiento estético y de comportamiento.
Esto es lo que pasa con Remi y Leo. Y aquí es donde puedo repetir la frase que susurro entre compañer_s de que “el patriarcado nos afecta a tod_s desde puntos muy diversos”. Como un ritual de iniciación en el nuevo espacio social al que ingresan, la cercanía de Remi y Leo es inmediatamente sexualizada (¿quién les enseñó a est_s niñ_s a sexualizar la cercanía y el cariño?). Los intentos de defensa ante tal definición quedan en las palabras y los límites discursivos que Leo trata de poner sobre la mesa, cuando podemos ver bien la forma en que lo interpela. El rechazo a su compañero que lo lleva a la sexualización homosexual por parte de su entorno (porque no sólo es sexualización sino también es lejana a lo heterosexual) es casi inmediata y con ésta se desencadenan quiebres (también borrosos) que son naturales en la infancia, pero tan definitorios.
Me recuerda a todos aquellos amigos que me acompañaron antes de entrar a la pubertad y cómo la imposición explícita de este mandato nos fue separando y re-configurando nuestras propias relaciones; e incluso la relación con mis primos junto a quienes crecí, caminé y jugué durante tantos años. De un momento a otro dejé de visitarlos, de un momento a otro dejamos de jugar, de un momento a otro nuestro relacionamiento se empezó a sexualizar. La cercanía que lográbamos en la infancia desapareció, y yo intento retomarla de a pocos cada vez que ahora nos encontramos como jóvenes-adultos.
¿Realmente vivimos estos duelos? Duelos que no llegan a ser tan crudos o específicos como el de Leo, pero aun así, ¿lo vivimos? ¿lloramos esas distancias, o las asumimos como el movimiento de una vida que aún no comprendemos? (y mi pregunta ¿en algún momento la comprendemos? porque yo todavía no). ¿Por qué se dan estas distancias, cómo afecta la socialización sexualizada que de un momento a otro llega a ser protagonista?
La masculinidad de Leo y Remi no es tóxica; la verdad es que ni siquiera llegan al fin de su infancia, como para llamar a sus comportamientos tóxicos o frágiles. Son profundamente complejos e intermitentes, como lo muestra la película, porque la vida sigue andando a grandes pasos, y sobretodo desde un cuerpo en desarrollo. La amistad de Leo y Remi ni siquiera cabe en lo queer (y si para otr_s si lo hace pues bien, pero desde mi punto saltan a mi ojo otras cosas); y aquí es donde me asalta otra gran pregunta: ¿a los hombres/niños les enseñan a tener amigos, amigas? ¿y de qué forma, bajo qué normas y parámetros?
¿Alguna vez tuvieron amistades cercanas que se vieron interrumpidas con la sexualización de sus cuerpos y tuvieron que trasladar todos esos afectos a pactos de fraternidad o a desfogue deportivo, como Leo? ¿Y qué pasa con los cuerpos que no pueden asimilar ese quiebre, como Remi, y adoptan lugares marginales? ¿Es aquí donde se conforma la feminización de los cuerpos como aquello de lo no-hombre y no sólo desde lugares fisiológicos? ¿Dónde empieza en las infancias la reproducción de estos roles, más allá de la ropa azul o rosada y los juguetes de carros o bebés?
¿En qué momento el mandato masculino comienza a ser tan explícito en los cuerpos y los comportamientos, o acaso lo es desde que salimos del vientre de nuestra madre? ¿Incluso antes?
¿Cómo este tipo de ejemplos mostrados en las películas nos hace ver los quiebres que genera el mandato masculino en todos los cuerpos? El mandato masculino que separa a Leo y Remi es el mismo que habla en la sexualización de los cuerpos de las niñas y el mismo que lleva a la violencia sexual. Como si fueran ramas de un mismo centro, todas enraizadas en una misma voz que encuentra la forma de reproducirse mental y corporalmente como casete viejo.
En este análisis puedo estar perdiendo otras profundidades que espero descubrir con más respiro (sabiendo que escribo esto justo después de terminar de llorar en el final del film), como la profundidad en que se muestra el duelo. Yo también fui una niña que atravesó duelos y quiebres inmensos a edades tempranas y eso trajo efectos a mi vida que hasta ahora voy comprendiendo. Siendo que mi tema de obsesión ahora es la violencia relacionada con el mandato masculino, es lo que veo.
Espero encontrar otras miradas sobre la misma peli. La apertura, que llaman
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,_. Intuición .
Creación
… i …
Arte . Filosofía,
Una
tradición
se
rompe,
La razón…;
sus cánones,
Cinecelan
sistemas
frágiles,
quebradizos,
¿artificiales?
… ,simbolismo,
impresionismo, …,
Movimiento…
...transito perenne ¿?
Ignorancia
confusa del pensar:
El sentir
súbitamente
La unidad
del ser,
siendo
la intuición,
cambian conceptos.
Es Prometeo;
es el fuego infinita evolución ¿?
._,© Jorge Andrés Pareja
---
-¡-
circulo
-
femenino
...
Cuadrado
-
masculino
...
L.os
Triangulos
equiláteros,
Pa
arriba,
Pa
abajo,
unión
...lo
femenino
...lo
masculino
:
La
estrella
De
David
al
Tetraedro
...
Velocidad
Intemporal
-!-
,_.© Jorge Andrés Pareja
----
._,Esferas ~8~ Órbitas,_.
anarquía∞armonía.
Raíces
de
antaño,
raíces
de
siempre,
raíces
nacientes,
...
Trillar
en
noches
los
labios
del
grano
con
sabiduría
femenina
de
otros
tiempos
en
grandes
películas
fuera
de
la
cueva,
...
Siendo
la
vida
perfecta,
Llena
de
provisiones
gnósticas,
de
bambúes,
de
serpientes
con
orillas
oscuras,
desinteresadas,
guiadas
por
puentes
entre
corazones…
…mientras
hablan
las
almas,
...las
hechiceras
cantan
a
alegres
magos
Bailarines:
...la
riqueza
de
Los
Dioses
escultores
de
las
estaciones,
del espíritu
anhelado,
sanador,
de
un
combate
sin
feroz
urgencia;
un
silencioso
combate
sabor
a
playa
de
goce
fluido
de
despertares
continuos,
empalagoso
de
cuerpos
bellos
sin
molestia
palpitando
violeta,
trabajando
circulares
la
tierra
a
distancia
cercana-
soberana
-telepática
-individual
-en
comunión. …
Raíces de antaño,
raíces de siempre,
raíces nacientes.
,_.© Jorge Andrés Pareja
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Hola, alguien quiere ver un guión que hice como en 3 horas para una audición?
Nota: no sé el formato que debería tener pero yo lo voy a hacer en segunda persona y me voy a referir al prota como TN (tambien es género neutral pero con pronombres masculinos para consistencia o que sea gay no sé)
-----------------------------------------
(Fade-in)
Escenario: interior de un camión, asientos traseros, se puede ver el resto de las filas con claridad. Se ve que los otros pasajeros comienzan a levantarse rápidamente.
Narrador: te despiertas alarmado al escuchar el alboroto a tu alrededor. Y ves como los otros pasajeros recogen sus objetos personales con emoción, ansiosos de bajar finalmente, algunos de ellos están observando los alrededores desde las ventanas del vehículo, otros discuten sus planes dentro del campamento, si entrar a la caza del tesoro, o participar en el concurso de talentos, o sólo relajarse en la naturaleza, estás ideas pasan por tu cabeza y una parece más llamativa que las otras.
TN: me gustaría...
-1 ... Ir a la caza de tesoros
-2 ... Entrar al concurso de talentos
-3 ... Explorar el bosque
Narrador: "Que?" Dice la persona a tu lado que. Te das cuenta de que dijiste eso en voz alta.
TN: uy perdón, estaba pensando en voz alta.
Narrador: Te volteas a ver a la persona a tu lado.
1-
Sprite fox: pensativo
Narrador: un chico alto pelirrojo se te queda viendo, como si te estuviera examinando, no sabes bien que hacer
Sprite fox: confiado
Fox: no creo que tengas lo suficiente para vencerme.
Narrador: el desconocido tiene una sonrisa muy confiada, casi burlesca
TN: -di algo-
1.1- (presunción) yo te ganaría hasta con los ojos cerrados
1.2- (confusión) ¿Vencerte en que?
1.3- (vergüenza) ah, no creo que vaya a entrar
1.1-
Sprite fox: arrogante
Fox: ¿Ah si? Pues, ¡Yo no te lo voy a permitir!
Sprite fox: confiado
Narrador: el pelirrojo rie y se levanta de su asiento, toma su mochila y se dirige a la salida. (Sigue a final predeterminado)
1.2-
Sprite fox: incrédulo
Narrador: el pelirrojo no sabe cómo responder a la pregunta. Se forma un incómodo silencio por unos segundos. Hasta que él decide tomar su mochila e irse
TN: que tipo más raro (sigue final predeterminado)
1.3-
Sprite fox: buuu
Fox: buuu
Narrador: el chico hace un signo de desaprobación con su mano (👎 para los compas) y toma su mochila para salir del vehículo lo más pronto posible
TN: creo que se molestó (Sigue final predeterminado)
-2
Sprite Loon: pensativo
Narrador: es Loon, uno de tus compañeros de clase. Sabes que te está viendo con interés a pesar de que el cabello cubre sus ojos. Parece que quiere decirte algo, pero su timidez no lo deja.
2.1-TN: (amigablemente) ¿A tí te interesa el concurso también?
2.2- (no decir nada)
2.1-
Sprite Loon: emoción
Narrador: loon asiente, notas que aumenta su entusiasmo.
Loon: no sabía que te gustaba este tipo de cosas. ¿Tienes un talento que mostrar?
TN:
2.1.1- (entusiasmado) claro que sí
2.1.2 (vergüenza) no realmente
2.1.1-
Sprite loon: curiosidad
Loon: wow, ¿Y que es?
Narrador: tu mente queda en blanco tras la pregunta
TN: es un misterio (^_-)
Narrador: Loon rie ligeramente. Después, se escucha que una voz lo llama desde afuera del vehículo.
Sprite Loon: prisa
Loon: disculpa, tengo que reunirme con mi amiga.
Narrador: loon toma sus maletas y sale del autobús. (Sigue final predeterminado)
2.1.2-
Sprite Loon: vergüenza
Narrador: el chico no dice nada, parece que no sabe cómo continuar la conversación y decide recoger sus cosas y bajar del autobús. Mientras hace eso, escuchas una voz que lo llama desde fuera. Seguramente es la chica con la que siempre se junta. (Sigue final predeterminado)
2.2-
Sprite Loon: vergüenza
Narrador: tu compañero se ve más nervioso que antes, recoge sus cosas velozmente y baja del camión. (Sigue final predeterminado)
3
Sprite Mai: sospechosa
Mai: ¿En serio quieres aventurarte al bosque? He escuchado que es un lugar muuuy misterioso
Narrador: la chica a tu lado hace movimientos extraños con sus manos. Por su extraña expresión, parece que quiere que preguntes más al respecto.
TN:
3.1- (curiosidad) ¿De que tipo de misterios estamos hablando?
3.2- (valentía) no me preocupa nada que pueda haber ahí
3.3- (desprecio) ¿Que puede haber de misterioso en un bosque?
3.1-
Sprite Mai: interés
Mai: desde fantasmas y fuerzas sobrenaturales hasta laberintos y mosquitos, me sorprende que quieras entrar al bosque sin saber los riesgos.
Narrador: te parece que está chica está siendo algo condescendiente contigo. Pero antes de que puedas responder algo ella se levanta de su asiento abruptamente y empieza a caminar a la puerta. Pero se detiene y se da la vuelta.
Sprite Mai: feliz
Mai: espero verte en el bosque
Narrador: la chica se voltea nuevamente y se baja del autobús.
TN: que chica tan rara (Sigue final predeterminado)
3.2
Sprite Mai: feliz
Mai: ¡Me gusta tu energía!
Sprite Mai: sospechosa
Mai: pero en serio se cuidadoso en este lugar, no queremos que algo malo te pase
Narrador: después de esto, la chica se levanta abruptamente y sale del autobús.
Te das cuenta que la chica te dejó con los pelos de punta. (Sigue final predeterminado)
3.3
Sprite Mai: despecho
Narrador: la chica tiene una mirada que te congela hasta el alma, claramente le molestó lo que le dijiste. Ninguno de los dos dice nada después. Ella baja del autobús rápidamente.
TN: ella se molestó mucho (Sigue final predeterminado)
Final:
Notas que ahora hay menos movimiento en el pasillo del autobús, por lo que tomas tus cosas para bajar.
(Fade out)
#fnafhs#midnight things#esto es específicamente para un guión de novela visual#ayuda. como que es tan difícil encontrar chamba para trabajos gratis tmb. jaja#estoy en dos proyectos actualmente y sólo uno de ellos está en producción :v#en fin. disfruten. creo#ni quiero ponerlo en el tag de los personajes :'9
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Garçonne (pronunciación /garsón/) es una palabra francesa nacida en los años 1920 en París para referirse a un nuevo tipo de mujeres que reivindicando los derechos de la mujer y la igualdad de género adoptaron una figura andrógina, rebelándose contra los conceptos tradicionales y estrictos de la feminidad que había hasta entonces. Así comenzaron a aparecer siluetas más masculinas, acompañadas del cabello corto como el estilo bob cut o el Shingle bob y embutidas en esmoquin o en traje y corbata. Las garçonnes tienen sus orígenes en un período de liberalismo social, turbulencias políticas y aumento de los intercambios culturales transatlánticos que siguió al final de la Primera Guerra Mundial en Francia, con más auge en París, extendiéndose hacia Estados Unidos, así como el movimiento de las flapper que venía desde Estados Unidos hasta Francia. No obstante no se debe confundir el término Garçonne con Flapper. Las flappers norteamericanas eran mujeres atrevidas y con peinados cortos que se caracterizaban por romper las barreras de la "moralidad" tradicional, vistiendo con faldas cortas, fumando y bebiendo , su estilo se mezclaba entre lo femenino y lo masculino, mostrando detalles terriblemente delicados (sus collares, guantes, zapatos y bolsos) y otros soberanamente brutos (ademanes, comportamientos, formas de hablar…); Mientras las garçonnes europeas eran mujeres que prácticamente se habían travestido en los que sus rasgos externos se refiere, ocultando casi toda su fisonomía del sexo femenino para que así no se asociara su feminidad con el sexo débil: su filosofía era que físicamente y a primera vista eran iguales a un hombre, por lo tanto podrían ser tratadas con la misma igualdad que uno. Mostraban una moda unisex, donde ciertos accesorios tomaron protagonismo, y así se observó el auge entre ellas de los monóculos, bastones y boquillas, que hasta entonces habían sido complementos para hombres. Sin embargo, las garçonnes no tenían porque ser de ademanes brutos o masculinos. Al contrario, preferían la suavidad y la educación como mejor medio para dialogar. Las garçonnes en general eran mujeres muy cultas, intelectuales y entendidas en temas sociales, económicos y políticos. Las reuniones entre estas mujeres se daban en los cafés de Montparnasse y Pigalle, donde los visitantes se escandalizaban al percibir el aroma masculino de aquellas mujeres pues también hubo una tendencia a utilizar perfumes masculinos con matices de cuero. A pesar de todo, las garçonnes disfrutaban permitiéndose un toque femenino aquí y allá, un pequeño detalle casi imperceptible para ojos ajenos, como un reloj de mujer o una manicura excelente. Para ellas no era más que una pequeña mofa hacia los hombres, pues según ellas, sólo se fijaban en si había pechos o falda, ignorando que las mujeres eran mucho más que eso. El término Garçonne proviene de una popular novela del mismo nombre, cuyo autor Victor Margueritte relata la historia de una mujer que se pierde en las drogas buscando la igualdad de géneros. La palabra viene del francés, del sustantivo Garçon ("chico"), y el sufijo femenino —e, que duplica la última consonante.
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Cartas Kipper + Cartas extra que estoy planeando y algunos pensamientos al respecto:
Jurista
Buen resultado en el Amor
Cambio (mudanza)
Falsedad (falsa persona)
Corte (juzgados)
Robo (ladron)
Enfermedad
Malas noticias
Carcel
Militar (oficial)
Reunion
Bebe
Matrimonio
Buenas noticias
Viaje
Ganancia inesperada (suerte pequena)
Gran esperanza
Fortuna
Regalo
Casa
Trabajo
Pensamientos
Adversidad
Espera (expectativa)
Recibir altos honores
Pensamientos turbios
Muerte
Dinero
Largo camino
Estancia
+ Cartas de personaje
Significador masculino
Significador femenino
Buen senor
Buena senora
Nino rico
Nina rica
+ Cartas extra que estoy considerando
Alegria (fiesta, celebracion, felicidad, lugar donde se celebra)
Pelea (conflictos, separaciones, discusiones, golpes)
Despilfarro (malgastar el dinero, desperdiciar, abuso, adiccion)
+ Aun las estoy considerando
Amigo / Amigos (podria sustituir una de las cartas de personaje)
Padres (podria sustituir una de las cartas de personaje)
Desgracia (contraparte de la Fortuna, podria fusionarla con Adversidad)
Atajo (opuesto al Largo Camino, soluciones rapidas, cosas que ocurren pronto)
Comercio (compras, transacciones, movimiento de dinero, prestamos)
Puedo incluirlas pero no se que tan necesario es en realidad. Al menos con las cartas de personajes.
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Linea tradicional de personajes:
Hombre bueno (posible amante o significador)
Mujer buena (posible amante o significador)
Hombre mayor
Mujer Mayor
Hombre joven
Mujer joven
Hombre enemigo
Mujer enemiga
Bebe
Persona anciana
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El calzoncillo: una prenda imprescindible para el hombre moderno
El calzoncillo es una de las prendas más importantes del armario masculino. No solo cumple una función de higiene y comodidad, sino que también refleja la personalidad y el estilo de cada hombre. Por eso, elegir el calzoncillo adecuado es una decisión que no debe tomarse a la ligera.
Tipos de calzoncillos
Existen diferentes tipos de calzoncillos, cada uno con sus ventajas e inconvenientes. Los más comunes son:
Slips: Son los calzoncillos más clásicos y ajustados, que cubren solo la zona genital y parte de las nalgas. Son ideales para hombres con piernas delgadas o que practican deporte, ya que ofrecen un buen soporte y evitan rozaduras. Sin embargo, pueden resultar incómodos si son demasiado apretados o si se usan con pantalones ajustados.
Bóxers: Son los calzoncillos más sueltos y cómodos, que cubren la zona genital, las nalgas y parte de los muslos. Son perfectos para hombres con piernas gruesas o que buscan una mayor libertad de movimiento. Además, tienen un aspecto más juvenil y desenfadado. No obstante, pueden crear bultos o arrugas bajo la ropa, o subirse por las piernas si son demasiado largos.
Calzoncillos largos: Son los calzoncillos que cubren toda la pierna hasta el tobillo, y que se usan principalmente en invierno para abrigarse. Son muy calentitos y confortables, pero pueden resultar poco prácticos o poco atractivos si se ven por debajo de los pantalones.
Materiales de los calzoncillos
Los calzoncillos pueden estar hechos de diferentes materiales, que influyen en su calidad, durabilidad y sensación al tacto. Los más habituales son:
Algodón: Es el material más natural y transpirable, que absorbe la humedad y evita las irritaciones. Es el más recomendado para el uso diario, ya que es suave y resistente. Sin embargo, puede encogerse o perder color con los lavados.
Elastano: Es el material más elástico y adaptable, que se ajusta al cuerpo y proporciona una mayor sujeción. Es el más indicado para el deporte, ya que permite una mayor flexibilidad y evita el sudor. No obstante, puede perder elasticidad o deformarse con el tiempo.
Microfibra: Es el material más fino y ligero, que se siente como una segunda piel y ofrece una mayor comodidad. Es el más apropiado para el verano, ya que es fresco y se seca rápido. Además, tiene un aspecto más liso y brillante. Pero puede ser más delicado o menos absorbente que otros materiales.
Marcas de calzoncillos
Los calzoncillos también pueden variar según la marca que los fabrica, que suele imprimir su logo o su nombre en la cintura. Algunas de las marcas más famosas de calzoncillos son:
Calvin Klein: Es la marca más icónica y prestigiosa de calzoncillos, que se caracteriza por su diseño minimalista y elegante, y por su calidad y confort. Sus modelos más populares son los slips y los bóxers de algodón con elástico, que se han convertido en un símbolo de la moda y la sensualidad masculina.
Tommy Hilfiger: Es la marca más clásica y americana de calzoncillos, que se distingue por su estilo deportivo y casual, y por su variedad de colores y estampados. Sus modelos más destacados son los bóxers de algodón con botón, que transmiten un aire de frescura y dinamismo.
Pepe Jeans: Es la marca más urbana y moderna de calzoncillos, que se diferencia por su diseño original y atrevido, y por su comodidad y durabilidad. Sus modelos más innovadores son los bóxers de microfibra con cremallera, que aportan un toque de personalidad y diversión.
Lacoste: Es la marca más sofisticada y francesa de calzoncillos, que se reconoce por su estilo refinado y discreto, y por su calidad y suavidad. Sus modelos más elegantes son los slips y los bóxers de algodón con cocodrilo, que reflejan un gusto por el lujo y la distinción.
Consejos para elegir el calzoncillo perfecto
A la hora de elegir el calzoncillo perfecto, hay que tener en cuenta varios factores, como la talla, el color, el precio o la ocasión. Aquí te damos algunos consejos para acertar con tu elección:
Talla: Es fundamental elegir la talla correcta de calzoncillo, que se adapte a tu cuerpo sin apretar ni sobrar. Para ello, puedes medir tu cintura y consultar la tabla de tallas de cada marca. Si estás entre dos tallas, es mejor optar por la más grande, ya que los calzoncillos tienden a encoger con el uso y el lavado.
Color: Es importante elegir el color adecuado de calzoncillo, que combine con tu ropa y con tu tono de piel. Para ello, puedes seguir algunas reglas básicas, como evitar los colores claros con los pantalones oscuros, o los colores oscuros con los pantalones claros, para que no se transparenten. También puedes optar por los colores neutros, como el blanco, el negro o el gris, que son más versátiles y discretos. O por los colores vivos, como el rojo, el azul o el verde, que son más alegres y llamativos.
Precio: Es conveniente elegir el precio justo de calzoncillo, que se ajuste a tu presupuesto y a la calidad que buscas. Para ello, puedes comparar los precios de diferentes marcas y modelos, y aprovechar las ofertas y los descuentos que puedas encontrar. También puedes invertir en algunos calzoncillos de marca, que te durarán más y te harán sentir más seguro y atractivo.
Ocasión: Es aconsejable elegir el calzoncillo apropiado para cada ocasión, que se adapte a tu actividad y a tu estado de ánimo. Para ello, puedes tener en cuenta algunos criterios, como usar los slips o los bóxers de algodón para el día a día, los bóxers de microfibra para el verano o los viajes, los calzoncillos largos para el invierno o el frío, los bóxers de elastano para el deporte o los calzoncillos de marca para las citas o las ocasiones especiales.
Conclusión
El calzoncillo es una prenda imprescindible para el hombre moderno, que no solo le proporciona higiene y comodidad, sino que también le permite expresar su personalidad y su estilo. Por eso, es importante elegir el calzoncillo que mejor se adapte a cada hombre, teniendo en cuenta el tipo, el material, la marca, la talla, el color, el precio y la ocasión. Así, el calzoncillo se convertirá en un aliado para sentirse bien y lucir bien.
Autoría: Copilot con GPT-4
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Latin Rumble #1
Luis es el personaje masculino mexicano emblemático en mi universo conceptual, un tributo a los juegos arcade de los 90's como MK y TKOF que marcó mi infancia. Su papel va más allá de la lucha en el juego, pues representa mi respuesta a la polémica de Disney. Tras buscar una auténtica representación hispana en los medios y hallar estigmas y prejuicios, nació "Latín Rumble". Este proyecto es mi manera de conectar con nuestros hermanos latinoamericanos y romper con los estereotipos, ofreciendo una plataforma inclusiva y genuina que celebra la diversidad y la cultura de nuestra región.
Sin nada más por agregar, les presentaré a este personaje como lo haría una compañía de videojuegos.
Luis es un personaje fusionado entre la esencia de los samuráis urbanos en Japón y el espíritu trabajador y versátil del pueblo mexicano. Como samurái urbano, lleva consigo la disciplina y la destreza en el combate de los guerreros japoneses. Pero también es un reflejo de los mexicanos que, al igual que Luis, desempeñan varios oficios a la vez, luchando incansablemente por lo que creen y manteniendo vivas las tradiciones culturales.
Mecánicas de Luis:
- Luis utiliza su tubo espada con maestría, realizando rápidos ataques cuerpo a cuerpo que reflejan la precisión de un samurái.
- ¡No te pierdas su poderoso movimiento especial, la "Descarga Eléctrica"! Este ataque exclusivo de Luis envía una ráfaga de energía eléctrica a sus oponentes, causando daño y paralizando momentáneamente a quienes se atrevan a desafiarlo.
Item: "Pan de Muerto" (Item Regenerador)
- En el espíritu de la celebración del Día de los Muertos, el "Pan de Muerto" es un ítem que todos los jugadores pueden equipar. Proporciona una regeneración gradual de la salud durante el combate, permitiéndote mantener tu fuerza incluso en los momentos más intensos.
Item Exclusivo de Luis: "Descarga Eléctrica" (Item de Ataque)
- Inspirado en la habilidad eléctrica de Luis, este ítem le otorga un impulso adicional a su ataque eléctrico especial. Aumenta la potencia de su "Descarga Eléctrica", lo que lo convierte en un verdadero guerrero relámpago capaz de sorprender a sus oponentes.
¡Prepárate para desatar la energía eléctrica y la valentía de Luis en "Latin Rumble"!
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