#listo lo hizo
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“bueno, pero no es para tanto,” intenta hacerlo recapacitar, y es difícil descifrar si lo que jäger dice es en serio, o por ganas de llevar la contraria al muchacho. son sus siguientes palabras las que lo hacen fruncir el ceño, expresión de desconcierto pintándose en su semblante como si lo que escuchó se tratase de una completa tontería. “¿tus compañeras del convento o de donde? estamos en una fiesta,” igual ya ha ordenado, por lo que cuando llegan los tragos desliza uno en dirección a interlocutor. “si no lo bebes es porque eres un perdedor,” la naturaleza con la que pronuncia aquellas palabras lo remontan a la época en la que de hecho eras un perdedor si no bebías (ridículo, y muy de adolescente).
miró al contrario con el entrecejo levemente arrugado, pues quería evitar la punzada que le daba en medio de la frente. ' yo le tengo respeto al gin ' dijo en un tono exageradamente solemne. ' el que no me respetó fue el bartender, creo que de tantos pedidos se equivocó y puso doble medida de gin en mi vaso ' o al menos eso quiso creer, porque la idea de haberse aflojado con el consumo de alcohol no le agradaba. ' ¿otro? no, no, por favor. tengo una reputación que cuidar ' no la propia, sino la de la banda. ' mis compañeras me van a matar si me ven ebrio como una cuba ' negó con las manos de forma rotunda. ' puedes tomarlo t��. '
#listo lo hizo#jäger de que: culo si no#uf es un pelmazo pero se le quiere#ojalá arlo sobreviva en su compañía#* . ´ 𝑨𝑴𝑬𝑹𝑰𝑪𝑨𝑵 𝑯𝑬𝑹𝑶 ﹕ conversaciones.#* jäger y arlo.
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Sinceramente, es para reírse
JAJAJAJ fan de este tío y su entusiasmo 😂 no es por NADA, pero yo de vosotros estudiaría leyes por iniciativa propia, no os digo de estudiar derecho pero si, sería muy útil porque os la meten doblada por ahí y no os enteráis
Aparte siempre cuando sale un producto al mercado hay fases previas y luego está la fase postlanzamiento (pero esto en todo) la farmacovigilancia se la pasaron x el forro porque hay un % de efectos adversos al que puede llegar un producto para ser retirado del mercado, pues no. Aquí te las metían por el culo si las pedías 💚 yo me puse a mirar bases de datos (patentes + componentes químicos + efectos adversos en 2020 y OJOOOO quien es un ignorante es porque quiere, la información está disponible en todos los lados)
#OpinoLiteralmenteIgual #DaleCanario #TengoUnAmigoCanarioYSonLaPolla #TeQuieroNelsoooooon #FuePadreYMueroConSuAngelitoDeHija 🥹
#VirgosAreTheShit #MyMoonIsInVirgoAndItIsWhatItIs #Hermanooooooo
#EnFinVanAVolverAHacerLoMismo…SiCaeisOtraVezSiQueSoisProfundamenteSubnormales
#YSiempreDigoQueTomareXDecisionYExplicarPorque #EnElTrabajoEnClaseEnMiVidaPersonalY99%DeLasVecesTengoRazonYMeLaDan #🧠
#IgualQueAlgunosQueSeQuejanDeTumoresQueAparecenEnSusMascotas #CoñoSiBakunaisSinPararALosPerrosPuesNormalMeCagoEnVosotros #NoOsDaisCuenta
#TengoAmigasDesdeLos12YSonSuperListasPeroMachoNoCaigasMas
Nah, que es culpa de los gases que echan las vacas, la vdd que me cago en vosotros 😂
La última vez que miré el vaers habían 1 million y pico de efectos adversos………. Y esto fue en 2021/2022 💀 no tiene buena pinta eh
#hoy abiertamente mucho sistémico te dice que eso era un resfriado#pero no hablan que todos los vakUUUUU***** están palmando#yo me reí y mucho#odiar ya no porque me importa MUY poco lo que la gente opine de mi o de mis preferencias/opiniones#pero vamos los que no nos hemos pinchado tenemos una claridad mental q lo flipes#vemos las cosas tal y como son#encima no hace falta tener un doctorado en psicología clínica#yo con 6 créditos en mi carrera entiendo y sé que han utilizado y utilizan armas fuertes de manipulación#por eso dejé de ver la tele cuando era adolescente#es para reírse de todos ellos#pena 0 y más con tanto insulto#algunas amigas si y les dije ‘tía …….. con lo inteligente que eres …….. ve con cuidado’#es que el miedo y utilizarlo como arma es muy efectivo tristemente#yo he visto gente morir en mi entorno y en prácticas he visto a gente con tumores raros ingresados de la nada#ósea daros cuenta de que esto es real#el negacionista promedio es MÍNIMO más listo que el vacunado#yo tambn les diría de denunciar lo que os han hecho JAJAJAJAJJA más que nada ya por vosotros#a nosotros nos la suda#y no - no era obligatoria#yo sude de muchas cosas y puse denuncias a establecimientos durante la plandemia#y conozco gente que viajaba y me hizo caso cuando les dije de esperarse#pero…¿es más importante viajar y el ocio a tu salud?#a disfrutar de lo vacunado 🤩#ves a niños y titulares sobre niños muriendo TODOS los días fulminados#los primeros vacunados por tener padres subnormales#menos mal q mi familia me escuchó y no se puso nada#y habían 2 que estaban a punto de hacerlo#yo cuando quiero que se me escuche se me escucha y doy argumentos tan contundentes que callan y te escuchan#y eran 2 sistémicos - hoy en día ya no lo son ❤️🩹 hay veces que la gente con estudios es estupida#este chaval se puso enfermo porque tiran veneno en el cielo (cadmio vanadio etc en dosis altas -> veneno) y lo llaman cambio climático
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Yo viendo el debate y dandome cuenta que seguramente Villa era el mejor
#encima que sale la noticia que el CNE no les dejo pasar a Andrea y Zurita a pesar que ya estaba todo listo y aprobado#y que ellos estaban afuera del CNE esperando a que les dejen debatir#Noboa me sorprendio la verdad ya me esperaba a un mini Alvarito sjdjjdjsjdj#Otto enojandose estaba chistoso aunque ya me dio pena pobre hombre#Topic no lo hizo mal#Ecuador
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Voy a compartir con otra mujer no hay pedo ,cuídate shaw
#te pedi un plaser sencillo y con humildad#esperaba alegría disfrutar mi sexualidad solo un instante#sabemos divertirnos el los bares#la fiesta#las cosas y placeres cool#nada tiene que ver con moral no nos ba eso#pero bien gracias y bueno voy a estar listo el sabado y tener lista la nave y unos pascuales y algo bueno para fumar#no seme hizo mi regalo de cumpleaños#ya mañana pues a trabajar
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Poseer cuerpos siempre ha sido mi forma de disfrutar de mi vida. La sensación de tener el control de alguien me pone muy cachondo. Actualmente vivo solo en un condominio de dos habitaciones y normalmente contrato a un stripper gay para que venga a mi casa y me apodere de su cuerpo cuando no está mirando, pero solo podría quedarme en ellos una noche y devolverlos al día siguiente para no levantar sospechas. No quiero que la policía venga y llame a mi puerta. Un día se me ocurrió una idea: ¿para qué tener un compañero de cuarto? Trabajo desde casa, así que apenas salgo, el alquiler no es un problema debido a mi trabajo y tener un cuerpo agradable disponible las 24 horas del día, los 7 días de la semana, sin plantear ninguna pregunta, es un plan perfecto.
Publiqué un anuncio en Internet buscando un compañero de piso y he recibido varias llamadas. Después de un par de entrevistas y encuentros, me he decidido por mi nuevo "compañero de piso". Alexis, de 25 años, busca un lugar donde quedarse mientras busca trabajo. Sus pasatiempos son hacer ejercicio y nadar. Tiene una personalidad increíble, pero lo más importante es que tiene un cuerpo atractivo.
El día de la mudanza, saludé a Alexis afuera de mi departamento y lo ayudé a llevar sus pertenencias. Después de que todo estuvo listo en el departamento, le dije que se sintiera como en casa y que fuera a descansar a mi habitación, ya que su cama aún no estaba allí. Me agradeció y entró a mi habitación. Sonreí cuando entró y comenzó a quitarse la ropa hasta quedar en calzoncillos tipo bóxer. Se volvió hacia mí y me preguntó si me molestaba que se desnudara, ya que estaba más cómodo así cuando estaba adentro. Le dije que no me molestaba. Agotado, se acostó en mi cama y se quedó dormido.
Momento perfecto. Me quité la ropa y entré en mi habitación y le sonreí al príncipe dormido. Serás mío. Lentamente le quité los calzoncillos boxer y me coloqué encima de él. Hay muchas formas de poseer un cuerpo, pero esta es, de lejos, mi forma favorita, el sexo. Pensar en estar dentro de su cuerpo ya me tiene dura, coloco mi pene frente a su ano y empujo lentamente hacia adentro. La invasión repentina despertó a Alexis cuando giró la cabeza para ver qué estaba pasando. Grita preguntando qué le estaba haciendo. Antes de que pudiera escapar, lo inmovilizo con mi cuerpo. Le digo que no se preocupe y que solo dolerá un poco antes de que se convierta en nada más que placer. Se retuerce debajo de mí haciendo todo lo posible por liberarse hasta que la cabeza de mi pene completa su entrada. Jadea por la sensación y deja de moverse. Sonreí y continué empujando más, lo que le hizo gemir. Una vez que todo mi pene estuvo dentro de él, me incliné hacia sus oídos y le susurré que su cuerpo iba a ser mío. Comencé a empujar dentro y fuera de él, lo que le hace gemir aún más fuerte. Antes de que se diera cuenta, comencé a fusionar sus piernas con las mías hasta que solo las suyas eran las únicas allí. Miré hacia atrás y admiré mis nuevas piernas antes de continuar el proceso. A continuación fue su torso inferior, mientras continuaba empujando pronto fue solo su cadera la que empujaba y se frotaba contra las sábanas. Gime aún más ahora que es su propia polla la que siente el placer de ser frotado contra las sábanas combinado con mi placer. Luego su torso superior, luego sus brazos y finalmente fue solo mi cabeza sobresaliendo de su cuello. Antes de completar la posesión, me puse de pie con nuestro cuerpo y caminé hacia mi espejo colgante para admirar nuestro cuerpo. Sonreí cuando vi a Alexis jadeando por el proceso de posesión tratando de recuperar el aliento. Alexis se mira a sí mismo y a mí sobresaliendo de su cuello y me ruega que pare. Sonreí y con sus propias manos agarré la cara de Alexis y la giré hacia la mía y cerré mis labios con los suyos antes de decirle que no. Regresé a la cama y comencé a frotar nuestra polla en las sábanas lo que lo hizo gemir nuevamente. Después de un par de frotamientos más, puedo sentir que estamos a punto de corrernos y antes de que nos corramos, empujé mi cabeza contra la suya y tomé el control total y me corrí por todas las sábanas. Me acosté boca arriba y admiré mi nuevo cuerpo mientras el semen seguía goteando de mi nueva polla. Tomé el semen y lo esparcí sobre mis nuevos músculos y sonreí. Voy a disfrutar de este cuerpo.
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✨️⚘️¡¡FELIZ DIA DE MUERTOS!!⚘️✨️
El día de muertos es una de mis festividades favoritas sin duda alguna, la amo ❤️🩹💖✨️. Siempre es bonito sentir esa ilusión de que aquellos que ya partieron regresen a visitarnos, yo creo que es un abrazo para el alma y el corazón ❤️🩹🫂✨️.
El día de muertos se divide en varios días dependiendo de que tipo de familiares tengas; me refiero a si te visitan mascotas, niños o adultos. Usualmente se menciona como la ofrenda se pone el 2 de noviembre. ¿Ustedes pusieron la suya? :3.
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Bueno como yo amo esta festividades planee este mini cómic. Lo veo como una situación especial que podría llegar a pasar en mi AU, seria algo asi:
Al navegar por Internet, Wukong encontraría un video sobre ✨️ 'El día de muertos' ✨️. En un principio pensaría en seguir deslizándose sin más, hasta que se menciona que es el día en que los fallecidos regrasan a visitar a los que seguimos vivos. Un día de reunión entre el más haya y el plano terrenal.
Se puso curioso de inmedito, así que comenzó a investigar más; podía sentir como la idea de que sus hermanos, maestro y hasta su estrellita pudieran venir a verlo comenzaba a llenarlo de una sutil chispa de esperanza.
Al final no pudo evitar ilusionarse con el tema y sin dudarlo comenzó a conseguir lo necesario para poner una ofrenda, para cuando llego el 2 de noviembre ya estaba listo y puso su propia altar.
El asunto fue laborioso por que queria que fuera especial, así que la mayoría de lo que puso en el altar lo hizo él mismo, con sus propias manos. El papel picado lo hizo él, la comida, el té, incluso las figuras que representaban a los visitantes, las tallo en madera por que no tenía fotos.
Se sentía como un niño pequeño, emocionado por que tal vez si creía lo suficiente podría tenerlos de vuelta aunque sea por una noche ❤️🩹.
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Esta cancion se la puse de fondo en mis otras rese sociales, la verdad ame hacer este mini cómic.
En el proceso termine dándole su diseño a mi changuito mayor >v<, luego lo subo completo ;3.
Ame hacer este mini cómic 💖, espero que hayan tenido un bonito día de muertos aventureros :3✨️, hasta pronto ⚘️✨️.
#dia de los muertos#dia de muertos#mexico#tradiciones#ofrenda#altar#altar de muertos#lmk#lmk au#lmk oc#lmk oc art#lego monkie kid#lego monkey kid oc#lego monkie king#monkie king#lmk sun wukong#sun wukong#lego monkie kid sun wukong#lmk au art#au#art#artedigital#arte tradicional#artists on tumblr#lego#especial#2 de noviembre#noviembre#ilusion#The Forgotten Warrior AU LMK
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Winter Falls.
Hugh Jackman x Fem!reader.
Summary: Hugh y ella son amigos desde hace un año, con una tensión subyacente entre ellos. Una salida juntos transforma su relación, llevándolos a explorar nuevos sentimientos.
Category: Slow Burn Romance, Friends to Lovers, First Date, 2000s Nostalgia, Fluff and Tension {TW: Light Humor, Emotional Moments, Friendship Dynamics}.
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⏱︎
El reloj en la pared marcaba las 7:20 am. Con el cabello medio seco y la camisa mal abotonada, el café en la encimera quedó olvidado. La promesa de salir temprano se desvanecía rápidamente. Tenía un plan: un atuendo decente, un desayuno tranquilo, pero el cansancio acumulado se burlaba de cualquier intento de organización.
Un suspiro salió mientras el número de Hugh aparecía en la pantalla del teléfono. Seguramente él ya estaba listo, probablemente en camino al trabajo, con esa actitud despreocupada que siempre resultaba irritante, aunque, de algún modo, también reconfortante. Pedirle un favor no era lo ideal, pero llegar tarde y enfrentar las miradas de reprobación de los compañeros tampoco era una opción. Con un leve tamborileo de dedos en la encimera, se marcó su número.
La llamada sonó un par de veces antes de que su voz resonara al otro lado de la línea, relajada y casi burlona.
—Vaya, ¿madrugando, princesa? —dijo, y se podía imaginar esa sonrisa que siempre usaba para molestar.
Se rodaron los ojos, pero una pequeña sonrisa se asomó. Su actitud siempre tenía el poder de aliviar un poco la tensión de las mañanas.
—¿Podrías pasarme a buscar? Estoy… un poco retrasada.
Hubo una pausa. En esos breves segundos, la duda surgió. Pero Hugh nunca dejaba colgado a nadie.
—Cinco minutos y estoy allí. —Su tono cambió, y luego añadió—: Ah, y trata de no causarme problemas tan temprano.
Un suspiro escapó, una mezcla de alivio y exasperación. El último sorbo de café se apresuró mientras se recogía el bolso. Era evidente que él haría algún comentario sobre el aspecto apresurado, pero eso ya formaba parte de su dinámica. Hugh tenía la habilidad de convertir cualquier situación en algo menos grave de lo que parecía.
Apenas terminé de poner los zapatos cuando el sonido del auto estacionándose afuera resonó. Al mirar por la ventana, allí estaba él, con gafas de sol y una expresión divertida, esperándola. Con un último respiro hondo, salió, lista para lidiar con los inevitables comentarios que vendrían en el camino.
Apurada, subí al auto y cerré la puerta con un golpe. El motor no rugió como esperaba. Miré a Hugh, que se había quedado mirando al frente con una sonrisa divertida en su rostro.
—¿Qué pasa? ¿Vamos a llegar tarde? —pregunté, tratando de contener la frustración mientras lanzaba un vistazo al reloj.
Sin embargo, en lugar de arrancar, se volvió hacia mí. La distancia entre nosotros se redujo cuando se acercó, y el corazón comenzó a latir un poco más rápido. Sin decir una palabra, tomó el cinturón de seguridad y lo pasó por mi cuerpo, asegurándolo en su lugar. Su cercanía era electrizante; podía sentir el calor que emanaba de él, y un pequeño nudo se formó en el estómago.
—Ah, ya veo. ¿Te puse nerviosa, linda? —dijo con esa voz burlona, un destello de diversión en sus ojos.
El comentario lo acompañó una sonrisa que me hizo desear poder esconderme. No sabía si quería reírme o simplemente querer que el momento se detuviera. La cercanía de Hugh siempre había tenido un efecto extraño, una mezcla de nerviosismo y emoción que nunca había experimentado con nadie más. Intenté ignorar el sonrojo que comenzaba a extenderse por mis mejillas.
—Claro que no —respondí, tratando de sonar segura, aunque la voz casi me falló. —Solo… solo apúrate y arranca.
Él se echó a reír mientras finalmente giraba la llave en el encendido, y el motor vibró a la vida. Con una última mirada hacia mí, puso el auto en marcha. El trayecto hacia el trabajo había comenzado, pero la tensión en el aire se sentía más palpable que nunca.
Mientras el auto avanzaba por la carretera, robé una mirada de reojo a Hugh. Su expresión estaba concentrada en la carretera, pero había algo en su forma de manejar que me hizo pensar, aunque rápidamente traté de alejar esa idea. Era un buen amigo, y pensar en él de esa manera no era lo que debía hacer. Sin embargo, había algo en la forma en que se movía, en su confianza al volante, que lo hacía parecer... bien, por así decirlo.
—¿Tienes en mente lo que vamos a hacer hoy? —preguntó Hugh, rompiendo el silencio y sacándome de mis pensamientos.
—Sí, solo lo básico —respondí, tratando de mantener la voz casual. —No creo que sea un día tan complicado.
Él sonrió, esa sonrisa que siempre tenía para hacerme sentir a gusto.
—Eso espero. Aunque tengo un par de ideas que podrían hacer el día un poco más divertido —dijo, levantando las cejas de forma juguetona.
No pude evitar sonreír. Esa era la parte de Hugh que siempre me hacía sentir cómoda, incluso cuando había una ligera tensión en el aire. Era como si supiera exactamente cómo hacer que el día se sintiera menos pesado.
—Bueno, solo asegúrate de que no sean ideas descabelladas. El jefe no se tomaría eso muy bien —le advertí, un tono de broma en mi voz.
Él se echó a reír, y el sonido resonó en el auto, llenando el espacio con una energía amistosa.
—Prometo que no te meteré en problemas... por ahora —dijo, guiñando un ojo mientras el semáforo cambiaba a verde.
La normalidad de la conversación me tranquilizó, aunque sabía que había algo más debajo de la superficie. Era como si la tensión que solíamos ignorar comenzara a hacerse más presente en cada pequeño intercambio. Pero por ahora, me contentaba con disfrutar de su compañía.
Al llegar a la oficina, Hugh aparcó el auto frente al edificio, y la rutina del día a día nos recibió con los brazos abiertos. Salí del vehículo y estiré los brazos, tratando de despejar la mente antes de entrar.
—¿Listos para otro emocionante día en la sala de guionistas? —bromeó Hugh, con una sonrisa amplia.
—Oh, sí, totalmente —respondí con un tono sarcástico. —No hay nada más emocionante que discutir si un personaje debe llevar sombrero o no.
Ambos reímos mientras caminábamos hacia la entrada. La oficina, decorada con afiches de películas y papeles esparcidos por todos lados, siempre había tenido un aire caótico, pero también creativo. Al abrir la puerta, el bullicio habitual de colegas hablando y riendo nos dio la bienvenida.
Tomé un respiro profundo antes de entrar y sentí cómo la energía del lugar me animaba.
—Primero café, luego guiones —declaró Hugh, llevándome hacia la máquina de café. —No podemos empezar el día sin nuestro combustible.
—No me obligues a recordar cómo sobrevivir sin mi dosis matutina de cafeína —dije, mientras me servía una taza. El aroma a café recién hecho me envolvió, y por un momento, todo parecía más fácil.
Mientras esperábamos, intercambiamos comentarios sobre las tramas que estábamos desarrollando y algunas anécdotas divertidas del fin de semana. Todo parecía fluir con naturalidad, sin que ninguna de las conversaciones tocara la ligera tensión que existía entre nosotros.
Finalmente, después de un rato, nos dirigimos a la sala de guionistas. Mientras nos acomodábamos en nuestras sillas, Hugh se giró hacia mí con una mirada intrigante.
—Oye, a las 8 pm te voy a pasar a buscar. Ponte linda. —dijo, su tono ligero, pero las palabras parecían cargadas de un significado que no podía ignorar.
Me quedé un momento en silencio, sorprendida. La normalidad del día se desvaneció por un instante, y todo lo que quedaba era esa invitación inesperada que llenaba el espacio entre nosotros. La idea de salir con él, de verlo vomo mi compañero de trabajo en un contexto diferente, hizo que mi corazón se acelerara, esta vez parecía algo totalmente diferente.
—¿A las 8? —repetí, tratando de sonar despreocupada, pero sabía que mi voz había traicionado mi sorpresa.
—Sí, no tienes excusas. —Hugh sonrió de una manera que me hizo cuestionar si realmente lo decía en serio o solo estaba bromeando.
Mientras continuábamos con nuestra jornada laboral, no pude evitar pensar en lo que eso significaba. La tensión que habíamos estado ignorando de repente estaba a la vista, y yo solo podía esperar que la noche revelara lo que realmente había entre nosotros.
Al llegar a casa, la familiaridad del lugar me envolvió, pero mi mente seguía atrapada en la conversación de esa mañana. Me dejé caer en el sofá y saqué el teléfono, buscando el contacto de mi mejor amiga. Después de un par de tonos, su voz familiar resonó al otro lado.
—¡Hola! ¿Cómo va todo? —preguntó ella, con ese tono entusiasta que siempre me hacía sentir mejor.
—Hola, tengo que contarte algo —dije, sintiendo que la emoción comenzaba a brotar. — Hugh... me invitó a salir esta noche.
—¿Qué? ¡Eso es genial! Ya era hora igual. —exclamó, y su entusiasmo fue contagioso.
—Sí, pero... no sé, estoy tratando de convencerme de que solo es una salida entre amigos —respondí, tratando de mantener la calma mientras me pasaba una mano por el cabello. —Llevamos trabajando juntos durante un año, y siempre ha sido amistad, pero esta salida, es diferente, ¿sabes?
—Claro, hay tensión entre ustedes. He notado cómo se miran en la oficina —dijo, y no pude evitar sonreír. —Así que, ¿qué piensas hacer?
—No lo sé. Por un lado, quiero ir porque ma hace sentir algo, pero también tengo miedo de que sea solo una cena entre amigos y que me haya confudido, agh—confesé, sintiendo un ligero nudo en el estómago.
—¿Y si no es solo eso? —me preguntó. —Tal vez él también siente lo mismo, pero no sabe cómo decírtelo, nadie invita a su compañera de trabajo un viernes a las 8 pm, amor.
Su comentario resonó en mi mente, y un pequeño escalofrío recorrió mi cuerpo. La idea de que Hugh pudiera tener sentimientos más profundos era tentadora, pero también aterradora. ¿Y si las cosas se volvían incómodas? ¿Y si la salida no iba como esperaba?
—No sé, tal vez debería jugarlo de manera segura —dije finalmente, tratando de convencerme. —Solo disfrutar de la cena y ver a dónde lleva la conversación.
—Eso suena a un buen plan —respondió mi amiga. —Pero recuerda, si hay algo más, no tengas miedo de explorar eso. La vida es demasiado corta para dejar pasar oportunidades.
Terminé la llamada con una mezcla de emoción y nerviosismo. La cena con Hugh podría ser solo una salida entre amigos, pero había un trasfondo de posibilidades que no podía ignorar.
Mientras el sol se ponía, me apresuré a prepararme. No quería verme como si hubiera salido de una revista, pero tampoco quería parecer descuidada. Opté por un vestido azul que resaltaba mis curvas de manera sutil, algo que me hacía sentir cómoda y segura. Me eché un vistazo rápido al espejo, dándome cuenta de que me veía bien, y eso me ayudó a calmar un poco los nervios.
Justo cuando estaba terminando, el teléfono fijo sonó. Sabía que era Hugh. Contesté rápidamente, sintiendo un ligero cosquilleo de emoción.
—¿Hola? —dije, intentando sonar tranquila.
—Hey, ¿lista para la noche? —su voz sonaba juguetona.
—Casi, estoy bajando ahora —le respondí, mirando el reloj.
—Perfecto. Nos vemos en un minuto —dijo, su tono despreocupado y familiar me hizo sonreír.
Colgué y respiré hondo. La idea de salir con Hugh ya no era solo una salida entre amigos; había una tensión palpable entre nosotros que no podía ignorar. Con una última revisión al espejo, me dirigí hacia la puerta, para bajar.
Cuando lo hice, la brisa fresca de la noche me recibió como un abrazo suave. Al abrir la puerta, me sorprendí al ver que Hugh no estaba en su auto habitual, sino que se encontraba de pie en la entrada, con una sonrisa en el rostro que iluminaba la penumbra. Llevaba una camisa de botones que acentuaba su figura y unos jeans que parecían un poco más cuidados de lo habitual.
—Hola —saludé, sintiendo una mezcla de nervios y emoción.
—Hola. Te ves hermosa—dijo, su mirada recorriéndome de manera sutil, pero sincera, lo que me hizo sonrojar un poco. Su tono era tan despreocupado, como si fuera lo más natural del mundo decirlo.
—Gracias, tú también... estás un poco más arreglado de lo normal —respondí, intentando mantener la conversación ligera y no dejar que mi nerviosismo se notara.
Él sonrió con complicidad y me hizo un gesto con la mano para que lo acompañara. Empezamos a caminar, el sonido de nuestros pasos resonando suavemente en la acera. Hugh caminaba con las manos en los bolsillos de sus jeans, su postura relajada, como si no hubiera nada más importante que el momento que compartíamos. La calle estaba tranquila, iluminada por las luces cálidas de las farolas, y el aire fresco hacía que el momento se sintiera especial.
—¿A dónde vamos? —pregunté, curiosa por lo que había planeado.
—Eso déjamelo a mí. No te preocupes, no te voy a defraudar —dijo con confianza, una sonrisa juguetona asomándose en sus labios.
Caminamos un rato en silencio, pero la tensión entre nosotros era palpable. A veces, nuestras miradas se encontraban y rápidamente desvíaba la vista, sintiendo un ligero cosquilleo en el estómago. Era como si el mundo se hubiera desvanecido, y solo existiéramos él y yo, en este momento.
De repente, Hugh rompió el silencio. —¿Sabías que desde que empezamos a trabajar juntos, he estado esperando una ocasión así? —dijo, girando ligeramente la cabeza para mirarme, sus ojos brillando con una chispa traviesa.
—¿Ah, sí? ¿Y por qué es eso? —pregunté, intentando no sonar demasiado interesada, aunque mi corazón latía más rápido.
—Porque, sinceramente, me gusta pasar tiempo contigo —respondió, su tono sincero y relajado. Su declaración me tomó por sorpresa, y no pude evitar sonreír mientras un calor agradable me envolvía.
Seguimos caminando, y mientras él hablaba, la tensión que había estado acumulándose entre nosotros se sentía como una burbuja lista para estallar. Era un juego sutil de palabras y miradas, pero ambos sabíamos que algo más profundo se estaba formando entre risas y complicidad.
Después de unos minutos de caminar y charlar, llegamos a una pista de patinaje sobre hielo iluminada con luces brillantes y música suave que llenaba el aire. La vista era mágica; el hielo relucía bajo las luces, y la risa de la gente patinando creaba un ambiente animado y festivo.
—¿Patinaje sobre hielo? —pregunté, con los ojos iluminados de emoción y sorpresa.
—¿Te gusta? —me miró, sus ojos brillando con diversión.
—Siempre he querido hacerlo, pero nunca tuve la oportunidad —admití, sintiendo un cosquilleo de anticipación.
—Perfecto, entonces hoy es el día —dijo, con una sonrisa amplia, y se acercó a la entrada para comprar las entradas. Mientras esperaba, no podía evitar notar cómo la emoción brillaba en su rostro.
Entramos a la pista, y él se aseguró de que me pusiera los patines correctamente. Mientras me ayudaba, sus manos rozaban suavemente mis brazos, y cada contacto provocaba un escalofrío agradable.
—Listo, ahora solo tienes que seguirme —dijo, tomando mi mano de forma despreocupada mientras caminábamos hacia el hielo.
Al dar mis primeros pasos sobre el hielo, perdí el equilibrio y me tambaleé un poco. Hugh se rió suavemente y me sostuvo antes de que pudiera caer.
—Vas a tener que hacer más ejercicio para eso —bromeó, guiándome con firmeza mientras me enseñaba a deslizarme.
La música de fondo mezclada con las risas y gritos de los demás patinadores creaba un ambiente de alegría que era contagioso. Mientras patinábamos, la cercanía de su mano en la mía me hizo sentir más segura, y poco a poco, empecé a disfrutar del momento.
—Mira, no está tan mal, ¿ves? —dijo, deslizándose con facilidad y gracia por el hielo, mientras yo trataba de imitarlo.
—Sí, claro, porque tú eres un experto —respondí, riendo mientras me esforzaba por mantener el equilibrio.
Él se detuvo frente a mí, mirándome con una sonrisa traviesa. —Dame la mano, vamos a intentarlo juntos —dijo, y, sin pensarlo, extendí la mano hacia él.
Juntos, comenzamos a deslizarnos, y la risa llenó el aire mientras tratábamos de mantenernos en pie. La tensión entre nosotros se sentía cada vez más cómoda, cada momento se cargaba de una complicidad que parecía florecer a medida que avanzábamos.
—Este es un buen comienzo para una cita, ¿no crees? —dijo Hugh, mirándome de reojo mientras patinábamos.
—¿Una cita? —repetí, sorprendida pero divertida.
—Solo estoy diciendo que podríamos hacer esto más a menudo —respondió, y en ese instante su mirada se detuvo en mí, el ambiente se volvió más íntimo.
Mientras patinábamos, me sentía cada vez más segura, pero justo cuando comenzaba a disfrutar plenamente, perdí el equilibrio y empecé a tambalearme hacia un lado. El hielo se volvió traicionero bajo mis pies, y antes de que pudiera reaccionar, me vi girando sin control, preparándome para caer.
De repente, sentí una mano firme en mi cintura. —Te tengo —dijo Hugh, con una sonrisa que mezclaba diversión y tranquilidad mientras me estabilizaba.
—Gracias, me salvaste de hacer el ridículo —reí suavemente, sintiendo la cercanía entre nosotros.
Él sonrió, esa calidez que siempre me hacía bajar la guardia iluminaba su rostro. —No te preocupes, es mi trabajo asegurarme que no caigas... y si caes, que sea por mí —añadió, guiñándome un ojo con un toque de nerviosismo que me hizo sonreír aún más.
Antes de que pudiera responder, un niño pasó a nuestro lado rozando sin querer a Hugh, lo que hizo que ambos perdiéramos la poca estabilidad que habíamos recuperado. Nos desplomamos torpemente en el frío y húmedo hielo.
—Parece que el primero en caer no fui yo —comenté, soltando una risa leve por la situación.
Hugh rió también, y luego su mirada se fijó en mí, notando algo en mi mejilla. Con un gesto suave, se acercó y quitó una pizca de nieve que se había quedado pegada. —Tienes un poco de nieve aquí —dijo, pero en su mirada había algo más que diversión.
El momento se volvió extraño, como si el tiempo se detuviera entre nosotros. Mis mejillas ardían con su cercanía y el toque de sus dedos. Ambos nos incorporamos después, algo nerviosos, ignorando la tensión que parecía envolvernos.
—Bueno, ¿quieres seguir patinando? —preguntó él, su sonrisa todavía en su rostro.
—En realidad, prefiero que no. Tengo un plan perfecto para continuar la noche —le respondí, sintiendo cómo mi corazón latía con fuerza. —¿Qué te parece si dejamos el hielo por ahora y hacemos algo diferente?
Hugh levantó una ceja, claramente intrigado. —¿Y cuál es ese plan? Me tienes con curiosidad —dijo, con esa sonrisa juguetona que conocía tan bien.
—Déjame sorprenderte —dije, tirando suavemente de su mano hacia la salida de la pista. —Confía en mí.
Nos reímos mientras salíamos del hielo y nos dirigimos a la entrada para quitarnos los patines y devolver lo que habíamos rentado. Lo que fuera que ocurriera después, sabía que la noche estaba lejos de terminar.
Mientras caminábamos de regreso, el aire frío de la noche contrastaba con el calor que aún sentía después de patinar. Hugh y yo avanzábamos en silencio, pero no era incómodo, al contrario, había algo en esa calma que me hacía disfrutar cada paso. Nuestras manos iban balanceándose a los lados, rozándose de vez en cuando, como si algo nos empujara a tomarnos de las manos, pero ninguno se atrevía a dar ese paso.
Cada pequeño roce me hacía consciente de su presencia de una forma que normalmente no permitía. Era como si el simple contacto de nuestras manos fuera suficiente para hacer que mi pulso se acelerara un poco más. No podía evitar preguntarme si él sentía lo mismo, si cada vez que nuestras manos se tocaban, ese pequeño cosquilleo también lo recorría a él.
Miré de reojo, observando su perfil mientras caminábamos. Hugh tenía las manos ligeramente abiertas, como si estuviera a punto de tomar la iniciativa, pero algo lo detenía, o tal vez estaba esperando a que yo lo hiciera. El pensamiento de entrelazar mis dedos con los suyos era tentador, pero, al mismo tiempo, intimidante.
—¿Te cansaste de patinar? —preguntó de repente, rompiendo el silencio con una sonrisa cómplice.
—No tanto como pensé, la verdad, fue divertido, me gustó mucho—respondí con una ligera risa, tratando de ignorar el hecho de que nuestras manos volvían a rozarse por un segundo más largo. Sentía que el simple hecho de no apartarla lo decía todo.
Seguimos caminando sin prisa, y el silencio volvió a instalarse entre nosotros, aunque esa energía entre ambos seguía ahí, suspendida en el aire frío de la noche. ¿Acaso él también estaba pensando en dar ese paso? O tal vez simplemente esperaba a ver si yo lo hacía primero.
Finalmente, me armé de valor, o al menos lo intenté. Mi mano dejó de balancearse tanto, acercándose más a la suya, pero en el último segundo, justo cuando estuve a punto de hacerlo, sentí cómo su mano se retiraba un poco, ajustándose el abrigo.
Me reí internamente, aliviada y frustrada a partes iguales. Claramente, no era tan fácil como parecía.
Después de un rato caminando en silencio, la ciudad nocturna empezaba a adquirir un ambiente más acogedor bajo las luces tenues de las calles. Las manos de ambos aún rozaban de vez en cuando, pero ahora, en lugar de centrarse en eso, se me vino a la mente un pequeño lugar no muy lejos de allí, uno que solía visitar cuando era niña, que era perfecto para la ocasion.
—¿Conoces el mejor chocolate de aqui, que está a unas cuadras? —pregunté, rompiendo la calma mientras nos acercábamos a la esquina.
Hugh me miró con curiosidad y negó con la cabeza.
—No, no creo haber estado por aquí muchas veces y nunca tome chocolate —admitió, levantando una ceja. —¿Por qué?
—Es uno de esos lugares que guardan historias —dije, sintiendo una pequeña sonrisa asomarse en mis labios. —Solía ir allí de pequeña con mi familia, especialmente en noches frías como esta. Sirven el mejor chocolate caliente de la ciudad, o al menos eso pensaba cuando era niña.
Él sonrió ante mi entusiasmo, asintiendo lentamente. —Entonces, ¿me estás invitando a tu lugar secreto? —preguntó, en tono juguetón.
—Bueno, no tan secreto, pero sí muy especial para mí, no puedo creer que no hayas probado el chocolate —respondí, sin poder evitar notar lo cálido que se sentía hablar de algo tan personal.
— y yo no puedo creer que no hayas patinado antes.— me contratacó sonando dulce pero sarcástico a la vez lo cual me hizo soltar una risa suave. —pero suena perfecto, confío en ti —dijo, mientras ajustaba el ritmo de sus pasos para seguirme.
Caminamos juntos hasta la cafetería, una pequeña joya escondida entre edificios más modernos, con luces amarillentas que hacían que se viera como un refugio acogedor en medio de la noche fría. Al entrar, el cálido aroma a cacao y pasteles recién horneados nos envolvió de inmediato. Todo en ese lugar se sentía exactamente igual que cuando era pequeña, desde las mesas de madera gastadas hasta la campanilla que sonaba al abrir la puerta.
Nos sentamos en una de las mesas junto a la ventana, y sin pensarlo dos veces, pedí el clásico chocolate caliente. Hugh me siguió el juego, observando con una mezcla de curiosidad y diversión mientras me perdía en mis recuerdos.
—Así que este es tu refugio —comentó Hugh, mientras la mesera dejaba frente a nosotros dos tazas humeantes y llenas de crema batida en la parte superior. —Tiene ese aire nostálgico.
—Sí, no ha cambiado mucho desde la última vez que vine —admití, sintiendo cómo una parte de mí volvía a ese tiempo de niñez en el que todo parecía más simple.
Tomé un sorbo, el sabor cálido y dulce inundó mis sentidos, haciéndome cerrar los ojos por un segundo. Cuando los abrí, Hugh estaba mirándome con una sonrisa suave.
—¿Qué? —le pregunté, sintiendo que el rubor subía ligeramente por mis mejillas.
—Nada, solo... te ves bien cuando estás feliz —respondió con una sinceridad inesperada, y aunque su tono tenía esa actitud despreocupada, había algo más profundo detrás de sus palabras.
El momento se quedó suspendido, y aunque el chocolate caliente estaba ahí para distraerme, no pude evitar sentir cómo esa tensión entre nosotros, la que había estado presente durante meses, se hacía un poco más evidente.
Mientras tomaba otro sorbo de mi chocolate, observé de reojo cómo Hugh se llevaba la taza a los labios. Fue un segundo después, cuando la taza ya estaba en la mesa, que noté algo que me hizo sonreír.
—¿Qué pasa? —preguntó él, levantando una ceja al ver mi expresión.
—Nada, es solo que... —No pude evitar soltar una pequeña risa, inclinándome hacia él mientras le señalaba la parte superior de su labio. —Tienes un poco de crema... justo aquí —dije, haciendo un gesto alrededor de mi propio labio para que lo entendiera.
Hugh frunció el ceño, confuso al principio, y luego, al darse cuenta de lo que había pasado, se pasó la mano rápidamente por la boca.
—¿Ya? —preguntó, pero todavía quedaba un rastro blanco en su labio superior.
Negué con la cabeza, riéndome un poco más. —No, todavía no —dije, alargando la mano para señalarle el punto exacto.
Él me miró, mitad avergonzado y mitad divertido, antes de intentarlo de nuevo. —¿Y ahora?
Suspiré, divertida. —A ver... no, no, déjame —dije finalmente, acercándome y, con una leve sonrisa, pasé mi pulgar suavemente por la zona afectada, limpiando los restos de crema batida. La cercanía entre nosotros me hizo sentir un ligero cosquilleo en el estómago, pero me obligué a mantener la calma.
—Gracias, supongo que ahora sí me salvaste a mí del ridículo —bromeó él, con una sonrisa encantadora que me desarmó un poco.
—Es lo justo, ¿no? —respondí, recuperando mi mano con una risa suave.
El ambiente volvió a relajarse después de ese momento, pero la tensión no desaparecía del todo. Seguía ahí, flotando en el aire, en esos pequeños momentos en que nuestras miradas se cruzaban, en la forma en que nuestras conversaciones parecían deslizarse entre lo cómodo y lo cargado de significado.
Después de terminar nuestros chocolates y dejar algunas monedas sobre la mesa, nos levantamos y salimos de la cafetería. El aire nocturno estaba fresco, pero no incómodamente frío. Mientras caminábamos, nuestras manos continuaban balanceándose levemente a los lados, rozándose de vez en cuando, pero ninguno hacía el primer movimiento para entrelazarlas.
Conversamos sobre cosas triviales, historias del trabajo, alguna que otra broma, y de repente me di cuenta de que habíamos tomado un rumbo conocido. Levanté la vista y me sorprendí al ver que estábamos justo frente a mi edificio.
—Bueno... —dije, deteniéndome en la entrada de mi casa. —Parece que llegamos.
Hugh se detuvo también, levantando una ceja al ver dónde estábamos. —Vaya, el tiempo pasó rápido —dijo, metiendo las manos en los bolsillos y acercándose un paso más, pero sin invadir mi espacio personal. —No me di cuenta de que estábamos caminando hacia acá.
Solté una risa suave. —Sí, yo tampoco...
Nos quedamos en silencio por un momento, mirándonos bajo las luces de la calle. Sentía que había algo más que ninguno de los dos estaba diciendo, algo que flotaba en el aire entre nosotros, pero también algo que no queríamos apresurar.
—Bueno, entonces... —Hugh rompió el silencio, pero sus palabras parecían colgar en el aire sin una dirección clara.
—Sí, bueno... —me mordí el labio, sintiendo ese nerviosismo que solía ocultar tan bien a su alrededor, pero que ahora me parecía imposible de ignorar.
Nos quedamos así, de pie, casi riendo por lo incómodo y emocionante que se sentía el momento, como si ambos supiéramos que esa noche había sido diferente, pero ninguno supiera cómo terminarla.
Hugh rompió el silencio, mirándome directamente a los ojos con una leve sonrisa en los labios. —La verdad, la pasé muy bien esta noche... —Su tono era más bajo, casi susurrante. Entonces, agregó—: Y, por cierto... te ves muy linda esta noche.
Sentí cómo mi corazón dio un pequeño salto, y no pude evitar sonreír ante el comentario. Era esa manera suya, siempre lanzando algo sutil pero directo, dejándome en ese limbo de no saber si bromeaba o si hablaba en serio.
—¿Ah, sí? —respondí, levantando una ceja, intentando mantener la calma mientras me mordía ligeramente el labio. —Entonces, ¿al final sí era una cita?
Hugh soltó una risa suave y se acercó un poco más, aunque manteniendo las manos en sus bolsillos. —¿Qué crees tú? —preguntó, su mirada fija en la mía, dejando la pregunta flotando entre nosotros. La forma en que lo dijo, con esa mezcla de desafío y diversión, me hizo sentir un leve escalofrío.
—No sé Hugh... —respondí, juguetona, ladeando un poco la cabeza y encogiéndome de hombros. — Pues pensaba que no, como no lo habias dicho...
Hugh mantuvo su mirada en la mía, y su sonrisa se tornó más suave, casi cómplice. Dio un pequeño paso hacia mí, quedando lo suficientemente cerca como para que nuestras manos se rozaran. —Pues si... —dijo en voz baja, con esa seguridad suya—. Era una cita.
Su respuesta me tomó por sorpresa, y sentí mi respiración volverse un poco más pesada al notar lo cerca que estaba. Nuestras manos seguían rozándose sutilmente, como si la energía entre nosotros nos empujara a cruzar esa línea.
Sentí cómo el calor se extendía por mis mejillas. La sinceridad en su voz, el toque sutil de nuestras manos, todo contribuía a un momento cargado de algo más que palabras.
Hugh no dejó que el momento se desvaneciera. Lentamente, deslizó su mano hasta tomar la mía con firmeza, entrelazando nuestros dedos. Ese simple gesto hizo que mi corazón diera un vuelco. Sin decir nada más, me acercó un poco más hacia él, hasta que el espacio entre nosotros se desvaneció casi por completo.
—Te ves hermosa —repitió, su voz apenas un murmullo, pero lo suficientemente clara para que cada palabra calara profundo.
Mis ojos no se apartaron de los suyos, y aunque mi mente me gritaba que debía decir algo, hacer algo, simplemente me quedé ahí, sintiendo su mano cálida sobre la mía y cómo el mundo a nuestro alrededor parecía desvanecerse. Las luces de la calle, el sonido distante del tráfico, todo desapareció en ese instante.
Nuestros rostros estaban tan cerca que podía sentir su respiración, y mis propios pensamientos empezaron a volverse un caos. Pero en ese caos había algo cierto: no quería que ese momento terminara.
Hugh sostuvo mi mirada por unos segundos más antes de inclinarse lentamente hacia mí. Apenas me dio tiempo de procesar lo que estaba sucediendo cuando sus labios rozaron los míos en un suave y sutil beso. No fue intenso ni apremiante, fue delicado, como si estuviera explorando la idea de lo que podría ser. Mi corazón se aceleró, y aunque el beso duró apenas un suspiro, dejó una sensación cálida que se expandió en mi pecho.
Cuando se apartó solo lo suficiente para mirarme de nuevo, una sonrisa juguetona apareció en sus labios. —No quería que esta cita terminara sin algo memorable, ¿no crees?
Mi respiración se entrecortó un poco, todavía sintiendo el cosquilleo de sus labios sobre los míos, y antes de poder decir nada, él añadió con una mirada traviesa: —Aunque, si lo prefieres, podríamos hacer esto más seguido. Solo dime cuándo.
Me quedé un segundo en silencio, tratando de procesar sus palabras y lo que acababa de pasar. Todavía sentía el calor en mis labios, y aunque mi corazón estaba latiendo a mil por hora, intenté mantener la compostura.
—¿Y si te digo que no necesito pensarlo? —le respondí, con una pequeña sonrisa, tratando de igualar su tono juguetón. Sentí que el rubor en mis mejillas se hacia mas intenso, pero no me importaba. Estaba cómoda en la cercanía entre nosotros.
Hugh soltó una risa baja, complacido con mi respuesta. Se tomó un momento para mirarme de nuevo antes de finalmente dar un paso atrás. —Entonces, lo tomaremos como un sí.
Con una última sonrisa, se giró hacia la calle. —Nos vemos mañana —dijo, mientras retrocedía unos pasos más, sus manos en los bolsillos de su abrigo. —Descansa bien, linda.
Y con eso, se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia la dirección opuesta, dejándome ahí, aún procesando la suavidad del beso, el calor de su cercanía, y la promesa tácita de que esto no era solo un encuentro casual.
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Ya está listo el Capítulo 6, Es algo corto porque estoy re leyendo la serie y organizando la para que tome el enfoque oscuro por el cual votaron.
También avisaré que el formato en el que escribo lo cambiaré para que sea mas compacto y no haya tanto espacio este los textos
Sin mas que decir, la imagen no es mía, créditos a quien corresponda y disfruten del capitulo
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Bubble:
Ya volví!
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*Bubble entro por la ventana del cuarto de los chicos*
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Caíne:
Oh? Bubble, justo a tiempo, ya estamos terminando el tiempo de descanso
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Bubble:
Tengo buenas noticias, encontré a tus amigos! Y encontre a muchas mas personas aquí
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Caíne:
Enserio?
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*Kinger y Jax se acercaron, ya que el dormitorio de chicos no era muy grande ambos escucharon la noticias*
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Jax:
Mas gente? Interesante
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Kinger:
Deberíamos ir a ver
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Caíne:
Andando, no tenemos que hacer esperar a nuestros nuevos invitados
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*Los 3 salieron rápidamente de su dormitorio y fueron al encuentro de los demás*
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Caíne:
Vaya, no pensé que fuera tanta gente...
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*Caíne llegó a la puerta y la abrió, allí afuera, observo como los bubbles, escupían a la gente y luego explotaban como burbujas*
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Shira:
Oh, Hola Caíne!
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*Shira salido a Caíne y a Kinger*
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Jax:
Y ella quien es?
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Kinger:
Es una historia muy larga...
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Gloink:
Pero que groseros, deberían sentirse avergonzados de tratar así a una reina como yo
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Kaufmo:
...
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*Kaufmo observo en silencio a Caíne y Kinger*
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Princesa Lu:
Así que usted es el rey de estás tierras, es un honor...
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Shira:
Oh, cierto déjenme presentarles
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*La reunión paso rápidamente, cabo de unos minutos, Caíne, Kinger y Jax conocieron a Fudge, Gummigoo, Chad y Max, Y a la princesa Lu*
*Mientras esa reunión pasaba, Shira le aclaraba a la princesa Lu la situación de Kaufmo, Gloink y de ella.*
*Al cabo de poco tiempo, Esos 3 volvieron al cuarto de castigo*
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Jax:
Hee... Oye Caíne, Podemos hablar un minuto?
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Caíne:
Claro? De que se trata
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*Jax se llevó a un lugar apartado a Caíne*
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Jax:
No te has dado cuenta?...
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Caíne:
De que hablas?
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Jax:
hola? Princesa, Reino, Y un ejercito de súbditos que no son mas que mariconetas con algo de IA
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Caíne:
sigo sin entender, además recuerda que bubble también es una IA
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Jax:
A lo que quiero llegar, es que esa gente está loca, o almenos no entienden bien la realidad...
Solo mirarlos...
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*Jax se asomo por la puerta*
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Jax:
3 de ellos se creen vaqueros, la chica se cree una princesa y ese tipo...
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*Jax observo seriamente a Fudge*
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Jax:
Ese tipo me da un mal presentimiento...
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Caíne:
No deberías ser tan paranoico
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Jax:
No es paranoia, conosco el peligro cuando lo veo
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Caíne:
Y que propones?
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Jax:
envía a todos al cuarto de castigo y organizemos esto
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Caíne:
Bueno, no deberíamos ser tan agresivos con los nuevos, pero supongo que tienes un punto...
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*Jax salió del cuarto rápidamente, Caine estaba por salir también Pero Jax trajo a Kinger*
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Gummigoo:
Hm?...
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Chad:
Pasa algo jefe?
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Gummigoo:
No es nada, es solo que tengo que confirmar algo, esperen aquí y no llamen la atención...
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*Gummigoo de movió rápidamente y fue a dónde había visto a Jax entrar junto con Caíne y Kinger*
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Zooble:
Por el amor de Dios que causa tanto ruido?
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*Zooble se levantó enojada y salió del dormitorio de la chicas encontrándose a la enorme cantidad de marionetas y personas afuera*
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Zooble:
Que mierda?
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*Debido al ruido Pomni, Ragatha y Gangle se levantaron y salieron también a observar*
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Gangle:
He? Y todo esto de dónde salio?
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Zooble:
Debe ser algún invento de Caíne
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Ragatha:
Wao, no sabía que tenía un projecto tan grande
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Pomni:
En serio todo esto lo hizo Caíne?
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Princesa Lu:
Ojalá, todos ellos son mis súbditos
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*Las chicas observaron a la princesa Lu y se asustaron*
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Princesa Lu:
Hola, disculpen que les asustara, soy la princesa Lu
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Ragatha:
No inventes, hasta una princesa, es un placer
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*Gangle, Pomni y zooble saludaron, sin embargo no interactuaron mucho con la princesa mientras que ragatha si*
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Ragatha:
Cuéntame, tu creaste todo esto?
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Princesa Lu:
Si, fue un trabajo complicado Pero una vez empiezas a replicar la conciencia no es tan difícil y-
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Gummigoo: hm?...
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*Gummigoo escucho la conversación de Caíne y los demás*
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Jax:
Me puedes explicar de nuevo, porque demonios no podemos poner a esa gente en el cuarto de castigo?
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Caine:
Kinger tiene razón, debemos verificar si están cuerdos o no
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Jax:
Y como demonios logras eso?
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Kinger:
Tal vez si le hacemos varias preguntas
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Jax:
Daaa...
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*Jax se quejo cansado*
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Jax:
Mira, hagamos esto, Hagan sus tontas preguntas mientras tanto Pero si uno De ellos hace una estupidez lo envían al cuarto de castigo de acuerdo?
Además, no creo que allá suficiente espacio para tantas marionetas
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Caíne:
En eso tiene razón
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*Jax salió molesto, por suerte gummigoo se escondio y no lo observo, pero luego escucho la conversación de Kinger y Caíne*
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Kinger:
No crees que esto se está saliendo de control?
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Caíne:
... Si, no quería tener que recurrir a los métodos de Gloink, Pero si son una amenaza no dudare en usarlos
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Kinger:
Y que haremos con Shira, Gloink y Kaufmo?
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Caíne:
Ya tengo un plan para eso, Pero lo probaré primero en Gloink y Kaufmo
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*Caíne saco otra esferas y la activo*
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Bubble:
Si Caíne?
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Caíne:
bubble, activa el mecanismo de vigilancia de Bubbles
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Bubbles:
Entendido!
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*Gummigoo observo varias pantallas aparecieron por todos lados y vio como Caíne mantenía bajo vigilancia el lugar*
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Caíne:
Hm?...
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Kinger:
Pasa algo?...
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*Caíne agarro Rápidamente a Kinger y le susurro algo, gummigoo al ver las cámaras intuyo que era mejor irse, pero cuando se dió la vuelta, Kinger lo había golpeado, Caine lo ato para que no pudiera hablar y lo llevaron rápidamente al cuarto de edición*
-
Continuará
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Infidelidad
Una persona con el corazón roto es capaz de cualquier cosa por despecho. Cuando Antonio se enteró de que su esposa le había sido infiel, se volvió loco. 20 años de matrimonio se fueron directamente a la basura. Aparentaba estar tranquilo ante todos, incluso firmó los papeles de divorcio sin ninguna protesta. Pero de lo que nadie se había percatado era que Antonio cocinaba su venganza desde las sombras. Hasta donde él sabía, su esposa estaba por fugarse de la ciudad con su amante, varios años más joven que Antonio. Las piezas estaban en el lugar ideal para la venganza.
- Veo tu cara en el espejo, y por más que lo intento, no comprendo lo que vio ella en ti.
Germán, el joven hombre de 29 años, se dijo a sí mismo en el espejo, mientras con sus manos, acariciaba su musculoso cuerpo lampiño. Bueno, algo así. Si bien ese era el cuerpo de Germán, era Antonio quien lo utilizaba. El hombre había robado el cuerpo de este joven como parte de su plan.
- Quiero decir, eres guapo, bastante, a decir verdad. Y tienes un cuerpo bastante sexy. Pero yo también tengo lo mío. Para empezar, gano más dinero que tú. En lo que respecta a la apariencia, es verdad que no hago tanto ejercicio como tú, pero nunca he descuidado mi cuerpo.
Mientras estas palabras salían de su boca robada, Antonio continuaba sintiendo con sus nuevas manos cada centímetro del cuerpo de Germán. Poco a poco sus dedos se acercaron hacia su zona más íntima. Sin vacilar, sus dedos entraron por debajo de su ropa interior y le dio un buen apretón al largo y sensible trozo de carne circuncidada entre sus muslos.
Mientras estas palabras salían de su boca robada, Antonio continuaba sintiendo con sus nuevas manos cada centímetro del cuerpo de Germán. Poco a poco sus dedos se acercaron hacia su zona más íntima. Sin vacilar, sus dedos entraron por debajo de su ropa interior y le dio un buen apretón al largo y sensible trozo de carne circuncidada entre sus muslos.
- ¡Vaya muchacho! Puedes sacarle el ojo a alguien con esta cosa. Pero el mío es mucho más grueso.
Una sonrisa arrogante se dibujó en el rostro de Germán, una que el verdadero nunca haría. Antonio continuó con su monólogo frente al espejo, odiaba admitirlo, pero toda esta experiencia lo excitaba demasiado.
- Bueno, no importa lo sexy que seas, ahora todo esto me pertenece. Yo soy tu, al menos por ahora. No me malinterpretes amigo, esto tiene poco o nada que ver contigo. Tu no tenías idea de que te estabas metiendo con una mujer casada. Simplemente estuviste en las circunstancias incorrectas. Pero, en fin, eres justo lo que necesito para vengarme de ella.
Antonio terminó de quitarse la ropa que llevaba puesta, dejando al aire libre la hombría de Germán, además de su redondo y suave trasero. La figura redondeada del par de melones que ahora poseía fue irresistible para Antonio. Se dio una fuerte nalgada que hizo a sus glúteos temblar como dos gelatinas.
- La idea original era grabarme teniendo sexo con varias de las amigas más íntimas de mi ex, pero tengo una mejor idea. Llevo semanas con una inquietud en la cabeza, pero no me atrevo a intentar en mi propio cuerpo. Supongo que esta es mi oportunidad.
Antonio les dio un fuerte apretón a las suculentas nalgas de Germán. Estaba muy excitado por la emoción de estar en un nuevo cuerpo. Y más por el estar en uno tan sexy. Se dirigió a la mesa de noche junto a su cama, abrió el cajón, y de él sacó una bolsa negra. Dentro se encontraban un estimulador de próstata totalmente nuevo y una botella de lubricante. Solo Antonio sabía cuánto tiempo llevaban esos objetos guardados. Antonio sacó de su empaque el vibrador y se aseguró de cubrir meticulosamente todo lo largo del objeto de plástico con suficiente lubricante. Aún recordaba con recelo su último chequeo médico, cuando tuvo que consentir un tacto rectal. Salió del consultorio caminando como un cervatillo. Antonio se agachó casi hasta tocar sus pies, de tal manera que su trasero quedó expuesto al cielo.
Todo estaba listo, y con una mezcla entre emoción, duda y algo de miedo, Antonio acercó poco a poco el estimulador a su ano. Introdujo suavemente la punta en su culo virgen, y con toda la delicadeza que pudo, metió el objeto hasta el fondo. Antonio se incorporó y se vio de nuevo al espejo. Hasta el momento todo iba excelente, su rostro mostraba genuina emoción. Su pene incluso se había comenzado a poner erecto sin haberlo tocado. Antonio se recostó cómodamente en su cama y tomó el control del vibrador. La verdadera diversión estaba por empezar. Con mucha seguridad presionó el botón de encendido, haciendo así que un muy corto y rápido movimiento sacudiera el ano robado de Germán. Esto solo había sido el aviso de encendido, pero fue más que suficiente para que un gemido escapara de los labios de Antonio.
La mirada de Antonio se llenó de determinación. Configuró el aparato a una intensidad media y con vibración constante. Tan pronto cómo el estimulador comenzó a hacer su magia, Antonio comenzó a retorcerse de placer en la cama. Daba vueltas y vueltas por todos lados, intentando agarrarse de las sábanas. Las olas de placer recorrían su cuerpo, su respiración comenzó a agitarse. Gemidos, bufidos e incluso gritos se hicieron audibles por toda la habitación. Antonio estaba volviéndose loco de placer. Gotas de líquido preseminal salían de la punta de su pene erecto, que se sacudía erráticamente al ritmo de sus caderas.
Su parte consciente se repetía a sí mismo una y otra vez que debía controlarse, pero poco a poco la lujuria y el placer fue todo lo que su mente obedeció entre el caos sensorial. Constantemente Antonio tapaba su boca, en un intento deliberado de no dejarse llevar tanto por sus instintos. “¿Por qué hago esto?” pensó a la vez que apartaba sus manos de su rostro y se dejaba llevar por la excitación. Respiró profundamente, recuperando un poco el aliento, y a partir de ese momento dejó que el cuerpo que tanto trabajo le había costado robar fuera dominado por sus instintos más salvajes.
Los ruidos de placer se hicieron más intensos. Probablemente podían escucharse desde la calle, pero a Antonio no le importaba. Su cuerpo estaba empapado por el sudor. El olor que emanaba de él era exquisito. Con sus fuertes manos recorrió cada parte del cuerpo bien tonificado de Germán. Su pene se encontraba ya a reventar. Antonio quería llegar de una vez por todas al clímax, así que tomó la botella de lubricante, se untó las manos con él y comenzó a acariciar furiosamente su verga. No pasó mucho tiempo hasta que hilos de blanco y caliente semen salieron disparados en todas direcciones. El cuerpo de Germán terminó cubierto en sus propios fluidos. Varios chorros aterrizaron en su cara, uno incluso en su boca, permitiendo a Antonio probar por primera vez en su vida el jugo viril de otro hombre.
- No puedo esperar para que metan algo aún más grande por allí. Esto va a ser aún mejor de lo que había pensado. - Antonio apagó el vibrador y recobró su aliento. Tras unos minutos pudo ponerse de pie, tomó una toalla de su baño y se limpió un poco. Sabía que debería haberse duchado, pero le pareció más apropiado conservar su cuerpo cubierto por fluidos corporales. Se puso de nuevo sus Jens y se recostó de nuevo viendo hacia el espejo.
- Voy a matar dos pájaros de un tiro contigo. Tú no te preocupes amigo, descansa allí adentro. Cuando salga de ti no recordarás absolutamente nada de todo esto, y yo abre obtenido mi venganza contra esa perra que alguna vez llamé esposa.
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AHORA VERAS LO QUE DIOS HARÁ:
Jehová respondio a Moises: Ahora veras lo que yo haré...
(Exodo 6 : 1)...
Mujer con alma de mariposa 🦋 Buenas Tardes...
Seamos sinceras, hace mucho tiempo estas orando para que Dios te ayude, te libre, te conceda milagros y no pasa nada...
Toda la gente a tu alrededor, ha visto lo que el diablo ha hecho en tu vida, porque la ola de desolación no se puede esconder, y esto no se debe a que seas mala, o estes en pecado, no, eso no es asi, lo que sucede es que Dios le permitio al diablo hacer eso para probarte...
Muchos han sido testigos de todos tus movimientos para sobrevivir en la tierra y han visto tus fracasos; ningun movimiento fue estable, y en un abrir y cerrar de ojos, lo has perdido todo...
Pero ni tu ni los demás, han visto lo que Dios hara por ti...
Ahora es cuando viene tu tiempo mejor, ahora es cuando los milagros comenzaran a venir a tu vida, uno a uno llegaran sin que nadie los pueda detener; el tiempo de ver lo que satanas podia hacer ha pasado, ahora es tu momento de recibir las bendiciones, de cosechar todo lo que has sembrado...
Dios jamás te ha dejado sola, El te ha estado cuidando enmedio de la tribulación, pero todo esta listo, preparado para que tu veas lo que Dios hara por ti...
Veras cosas mayores de lo que te imaginabas, porque vendra de la mente de Dios, del corazón de Dios y de las manos de Dios, El sabe todo lo que has sufrido, y tambien sabe que te has mantenido fiel...
Todo lo perdido sera restaurado, mucho mayor que antes, recibiras de la gloria de Dios, lo mejor, y todos los que vieron lo que el diablo hizo contigo, ahora veran y se quedaran maravillados al ver lo que Dios estará haciendo por ti, ten la seguridad que asi es, ya los angeles de Dios, estan listos para el desembarque en tu hogar, y la bendición postrera sera mayor que la primera...
Gozate, respira profundo, cobra animo que Dios ha dado su promesa, y la dio para cumplirla...
Oracion:
Amado Dios, te ruego por todas estas hijas y siervas tuyas que estan pasando por momentos de tribulacion, para que vengas y les ayudes...
Solamente tu, amado Dios, puedes solucionarles los problemas que tienen...
Dales una nueva oportunidad y sabidiria para administrarla...
En el nombre de Cristo Jesús Amén...DTBM !! 🙌🍇🦋🌼🍃
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INTERACCION CON LOS ABUELOS
INK Masfrit realizaba sesiones con Ink para ayudar a controlar sus campos de fuerza con la ayuda de sus emociones. Ink al no tener alma no le afecta de manera perjudicial los campos de fuerza de Masfrit, por lo que era un excelente compañero para los entrenamientos. Los dos viajaban a veces por el multiverso a peticion de Masfrit, para que cuando lleguase el dia en que Masfrit estuviese listo podria viajar por su propia cuenta. Los dos tienen una relación agradable, a veces cuando se encuentran hablan sobre sus viajes y de su dia a dia; Masfrit esta muy agradecido con el, debido a que los guantes de Masfrit fueron hechos con la ayuda de Science sans e Ink.
SWAP SANS
Para Masfrit, swap es uno de los familiares que aprecia junto a su madre y padre, cada vez que terminaba el entrenamiento con Ink y Dust, swap era quien lo trataba como un monstruo normal de niño, jugaban, cocinaban y hacian un que otro puzzle. El dia en que Masfrit tomo su camino de viajar por el multiverso Swap era el mas destrosado por la despedida, y cada vez que Masfrit viene de visita a su universo, lo trata como su fuera un niño otra vez a pesar de ser mayor de edad.
DUST - Encargado del entrenamiento fisico. Debido a la sangre de Masfrit, es un monstruo común, por lo que llevar un poder como los campos de fuerza debilita su cuerpo hasta el punto que si no se controla puede acabar con su vida. Por eso Dust se encargó de entrenar su cuerpo para obtener resistencia. Lo malo es que Masfrit obtuvo experiencias un tanto malas….., el entrenamiento de Dust a veces lo dejaba mal herido y aveces grave. Cuando empiezaba las sesiones Dust le prohibia usar los campos de fuerza ya que si los usaba contra él, le devolveria con el doble de ataques cuando se liberaba de ellos. Actualmente la relación de estos dos es un poco graciosa, Dust se burla de él pero de manera un poco respetuosa y masfrit le tiene cierto remordimiento por el pasado duro, pero no niega que se siente agradecido por el entrenamiento dado debido a que eso lo hizo mas fuerte. Ink sans - Comyet Swap sans - Au community Dust sans - ask-dusttale
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Que si me dolió?
Claro!
Eso sucedió cuando puse todo de mí para que funcionara, cuando salí de la soledad dónde me permiti estar para no salir dañado, ya había sanado de amores pasados, ya estaba listo para una oportunidad más, fue cuando vi un pequeño rayito de luz en tus ojos y no dude ni un segundo, no me importo el resultado, era mejor que donde estaba, total, ya conocía el dolor, la angustia, no sería un lugar extrañó.
Ya no me pregunto por las noches, donde estarás?
Con quien dormirás?
Quién te refugia en sus brazos y te hace sentir segura mientras un suspiro le regalas, esos que un día creí eran míos.
Cada día consigo una mejor versión mía, deje de escuchar tus canciones, borré tus fotos,solo quedan letras que algún día se dedicarán a otra persona.
En tu partida se partió algo en mi,no hizo ruido, fue sutil, casi quirúrgico, cuando reaccione ya no era el mismo, me habías cambiado, no entendí que era por mi bien,que los insomnios, las letras, los sueños y planes de un nosotros en el cesto de la basura, eran obligatorios, para dejar de recibir migajas de atención.
Llegaste a mi vida para cambiarme de raíz, tu eras fugaz,sin ningún ápice de remordimiento y yo rompí mi corazón por curar las heridas del tuyo,que "iluso" lo que no sabía, es que mientras lo hacía, preparabas tus maletas a tú mundo de los iguales, esos de amores de un rato, de amores que no serán dignos de escribir.
Me pido perdón por el trato especial que te dí, pensé sería correspondido, pero no sabes volar diría "Oliverio" .
Al final cada uno está dónde pertenece, yo aún creyendo en el amor y tú " ya no me interesa".
Esté es el único escrito que llevá punto final, pues después de tanto dar donde no es, el amor propio salió a la luz.
Gerardo Moreno Gutiérrez.
#escritos#pensamientos#sentimientos#escrituras#a tu medida#amor#corazón triste#corazón roto#love#desilusión#casi algo#notas tristes
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high infidelity (Enzo Vogrincic x Fem Reader)
Capítulo 16.
A pesar de que Alana llevaba un buen tiempo sin visitar la editorial, su cuerpo la transportaba por pura memoria muscular, se sintió como en casa cuando el olor a hojas y tinta invadió sus fosas nasales, el lugar no se veía muy diferente desde la última vez que había estado ahí, y aunque las oficinas que se encontraban en Ciudad de México fueran sus favoritas debido a la nostalgia que estas provocaban en ella, también le encantaban las de Sevilla.
—Alana, cuanto tiempo—la recibió la secretaria que se encontraba en el escritorio de la entrada.
—Hola—saludó Alana felizmente—. Vengo con Maricia, me pidió que viniera cuanto antes—informó mientras le mandaba un mensaje de texto a Enzo para avisarle que había llegado a la editorial con bien.
—Te está esperando en su oficina.
Alana le sonrió en agradecimiento y subió por el elevador hasta la oficina de Maricia, en los pasillos se encontraban retratos de las portadas de los libros más aclamados de la editorial, entre ellos por supuesto, la saga de Alana.
Debido a la confianza que se tenían, Alana entró a la oficina sin tocar, la sonrisa de su rostro se borró al notar que Sebastián se encontraba sentado ahí.
—¿Qué hace él aquí?—preguntó Alana elevando la voz más de lo normal, sintiendo de inmediato la necesidad de salir corriendo del lugar.
—Alana, siéntate por favor—le indicó Maricia pacíficamente, ¿cómo podía pretender que lo que le estaban haciendo estaba bien?
—No pienso sentarme si él está aquí—replicó, Sebastián la miró con aburrición desde la otra silla—. Tiene una jodida orden de aprehensión, si no se va, le hablaré a la policía—dijo sacando su celular con manos temblorosas.
—Me voy para que platiquen tranquilas—dijo Sebastián apunto de pararse, pero Maricia le hizo una seña con la mano para que volviera a sentarse.
—Necesitamos hablar entre los tres, por favor, Alana—dijo Maricia con ojos suplicantes, Alana tomó una bocanada de aire e intentando mantener la compostura se sentó en en la otra silla, no sin antes intentar alejarla de Sebastián lo más posible, hace semanas que no lo veía.
—Pudiste avisarme que estaría aquí, al menos—se quejó.
—Ambas sabemos que no hubieras venido si te lo hubiera dicho—respondió Maricia con tono apelativo, Alana chasqueó la lengua al escucharla, lo decía como si eso fuera su jodida culpa, si hubiera sabido que Sebastián estaría ahí, al menos le hubiera podido decir a Enzo que la acompañara, no podía evitar sentir miedo ante la presencia de Sebastián.
Dios, Enzo se pondría furioso cuando se enterara que Maricia le había hecho tal cosa.
—¿Podemos al menos hacer esto rápido? Por favor—rogó, su ante asintió fuertemente.
—Sé que ambos se encuentran escribiendo en este momento—dijo Maricia—. ¿Tienen un aproximado de en cuánto tiempo terminarán los respectivos libros?
—Un par de meses más, yo creo—dijo Alana, no tenía fecha exacta, pero en ese tiempo había avanzado hasta ¾ del libro.
—No tengo fecha definida, estoy escribiendo a mi propio ritmo—respondió Sebastián, Maricia lo miró fijamente y soltó un suspiro.
—Entiendo—dijo la mujer—. Alana, seré directa, no podemos publicar tu libro hasta que el de Sebastián esté listo.
Alana frunció el ceño al escucharla, Sebastián podía pasarse años escribiendo ese estúpido libro.
—No puedes hacer esto, no sabe cuándo lo va a terminar, el mío queda listo en unos meses, lo adelanto si quieres—exclamó rápidamente, para terminarlo más pronto tendría que sacrificar algunas horas de sueño, pero estaba dispuesta a hacerlo de ser necesario.
—Sebastián inició el trámite de su libro antes—le recordó la mujer.
—Sí, porque no me dejaba escribir el mío para que yo le corrigiera el suyo—escupió Alana.
—Bueno, no te tenía con las manos amarradas, ¿cierto?—preguntó Maricia, Alana la miró incrédula, Marcia no sólo había sido su agente, también la había considerado una amiga, familia incluso.
—Ignoraré tu comentario—bufó—. ¿Qué tiene que él haya iniciado su libro antes? Siempre se ha publicado el primero en ser terminado, no empezado.
—No es sobre eso—dijo Maricia.
—¿Entonces sobre qué es? Porque déjame decirte que no estoy entendiendo nada.
—Engañaste a Sebastián—soltó Maricia simplemente—. Todos lo saben, estás de novia con el actor ese en poco tiempo, no queda con los valores de nuestra editorial y ciertamente no queda con la reputación que llevabas como persona hasta ahora.
—¿Y sí queda con los valores de la editorial publicar a un jodido golpeador?—peleó—. Maricia, estuve en el hospital—le recordó, nunca creyó tener que explicarse a sí misma.
Sebastián veía la interacción con silencio, Maricia tomó una gran bocanada de aire y continuó hablando.
—Si te publicamos primero a ti, pueden haber bajas para la editorial, deja que lo publiquemos primero a él, una vez que termine su novela, esperamos un poco más y ya publicamos la tuya, eres una escritora rápida, podrías incluso hacer la parte dos en lo que inicia el proceso de publicación de Sebastián.
Alana la miró incrédula, sentía un nudo en su garganta, Maricia y la editorial la habían apoyado durante toda su carrera, joder, Alana había llegado ahí antes que él.
—¿Y cuándo será eso? ¿en uno, dos, diez años?
—No seas exagerada, Alana—dijo Sebastián volteando a verla.
—No te atrevas a hablarme—lo apuntó—. Me mantuviste sin escribir todo este tiempo, me golpeaste, me mandaste al hospital y ahora estás haciendo que no pueda trabajar. ¿Cuándo me dejarás en paz?
—Alana, sí puedes trabajar, sigue escribiendo, tu libro será publicado, te lo garantizo—dijo Maricia.
—¡En tiempo indefinido!—replicó—. No puedo creer que estés de su jodido lado, Maricia.
—Estuvo mal lo que Sebastián te hizo, pero tú tampoco hiciste bien.
—Me parece estúpido que incluso haya punto de comparación—dijo parándose dispuesta a irse.
—Alana, por favor no hagas esto difícil—dijo Maricia.
—¿Sabes qué? Vete a la mierda—escupió ella.
—Alana, no seas estúpida—advirtió Sebastián.
—Vete a la mierda tú también—dijo—. Renuncio, no pienso seguir trabajando en esta porquería de lugar.
—Alana, te tomará siglos volver a encontrar editorial—dijo Sebastián.
—Eso lo veremos—dijo ella saliendo de la oficina, sabía que él tenía razón, pero no pensaba mostrarse insegura ante él, ya no.
—No estás pensando adecuadamente—dijo Sebastián siguiéndola, Alana se giró al escuchar su voz.
—Me estás arruinando la puta vida, Sebastián, nunca debí abandonar mi país para seguirte, cada día me arrepiento de haber sido tan jodidamente estúpida.
—Dame dos años para terminar mi libro, después públicas el tuyo y ya está, aún estás a tiempo de pedirle disculpas a Maricia, no querrá perder a una escritora como tú.
—Pues yo no pienso seguir trabajando con ustedes dos, así tenga que iniciar de cero, lo haré—dijo firmemente.
—Alana—dijo Sebastián bajando la voz—. Será difícil encontrar una editorial aquí en España que te publique siendo mexicana, lo sabes bien, Enzo podrá tener muchos contacto en el mundo del cine, pero de literatura no sabe un carajo.
—¿Qué tiene que ver Enzo en esto?—preguntó Alana desesperadamente—. Tú y tu maldita manía de reducir mi trabajo al de un hombre, por eso tú y yo nunca pudimos funcionar.
—Lo hicimos durante cuatro años.
—Hasta que me golpeaste.
—Hasta que te acostaste con él—replicó.
—No pienso seguir discutiendo contigo, dile a Maricia que mañana presento mi renuncia formal.
—Alana, por favor hablemos como personas civilizadas—gritó Sebastián, provocando que varias personas en la editorial se giraran a verlos, Alana lo ignoró y tomó el elevador lo más rápido que pudo, intentando ignorar el hecho de que su ex novio la estaba siguiendo desde el otro elevador.
˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖
—¡Corte!—gritó Julio, Enzo se dejó caer en el suelo cuando lo escuchó, llevaba casi todo el día de pie y sus piernas ya no podían soportar más—. Se queda, Enzo, vete a casa claramente estás al borde del colapso—dijo con algo de lástima en su voz.
—¿No tenés que grabar más escenas?—preguntó parándose rápidamente mientras se limpiaba el césped de sus pantalones, sintiéndose avergonzado por lo dramático que estaba siendo.
—Contigo no, puedes irte a casa—le ordenó Julio, Enzo agradeció con un asentimiento de cabeza, no era común que Julio le permitiera irse antes de tiempo.
Enzo se despidió con la mano rápidamente del resto de los actores que se quedarían para seguir grabando y se dirigió al camerino para tomar sus cosas, Alana se había ido del estudio hace unas tres horas, se imaginaba que para entonces la junta de la editorial ya habría terminado y no podía esperar por llegar temprano a casa para estar con ella.
Entró al camerino y Lucía se paró abruptamente de la silla al verlo entrar.
—¿Retoque? Pero si está intacto el maquillaje.
—Nah, ya me puedo ir, terminé mis escenas por hoy—dijo felizmente, Lucía asintió efusivamente y comenzó a guardar tan rápido sus cosas que unas cuantas brochas se le cayeron de las manos.
—Dios, ¿pero qué pasa con vos?—preguntó riendo mientras le pasaba una gorda brocha.
—¿Qué pasa de qué?
—No sé, parecés maníaca—respondió observándola de arriba a abajo.
Lucía se rascó el cuello tan fuerte que dejó unas marcas rojas en su clara piel.
—Bueno, ni cómo decirte, mirá—dijo pasándole el celular para después empezar a morderse las uñas, su amiga podía ser una persona muy nerviosa.
Enzo la miró confundido y procedió a tomar el celular, al ver la imagen y el pie de foto se le fue el alma a los pies.
''Alana Lomelí, escritora y nueva novia de Enzo Vogrincic, es captada conversando afuera de su editorial con su ex novio, el editor Sebastián Villafuentes, recordemos que el actor tuvo una disputa con el mexicano hace un tiempo afuera de un hospital (...)''.
Enzo sintió que la boca se le secaba, el pie de foto y la noticia dejaba mucho que desear, claramente Alana y Sebastián no estaban conversando, sus expresiones demostraban enojo y frustración, se encontraban discutiendo, Enzo bloqueó el celular en cuanto alcanzó a leer uno que otro comentario donde se le juzgaba a Alana y se le llamaba de todo tipo de nombres hirientes por haber sido captada en cámara con Sebastián.
—¿Hace cuánto fue esto?—preguntó Enzo guardando sus cosas rápidamente, tenía que revisar que Alana estuviera bien, no había forma en la que ella hubiese ido hasta la editorial sabiendo que Sebastián estaría ahí, le habían tendido una retorcida y horrible trampa.
—Hace como una hora—dijo Lucía—. Alana tiene que estar bien, no hay forma en la que Sebastián la haya podido tocar en un lugar público, ¿cierto?
Enzo chasqueó la lengua al escucharla, no quería ni siquiera imaginar tal cosa, sintió como su pulso se aceleró y la forma en la que sus manos comenzaron a sudar, tomó su celular y encontró un mensaje de Alana de hace unos minutos en donde le decía que ya se encontraba en casa, Enzo se llevó la mano al pecho en alivio al leer el texto.
—Está en casa—informó.
—Qué alivio—dijo Lucía imitando su reacción.
—No puedo creer que su jodida editorial le haya hecho eso, claramente Alana no tenía idea de que Sebastián estaría ahí—dijo con tono de frustración.
Se encontraba nervioso al pensar en qué estado se encontraría a Alana, le rezaba al cielo que su novia no se encontrara muy alterada por el encuentro que había tenido con Sebastián, la pobre no podía tener un jodido respiro sin que algo malo sucediera, Enzo sentía la necesidad de protegerla y le irritaba el hecho de sentir que no estaba haciendo un buen trabajo.
Cuando entró al departamento se encontró con Alana sentada en el sillón con Zola ronroneando sobre sus muslos, la gata fue la primera en notar que había entrado a la sala, pues brincó hacia él apenas lo vio ingresar, Enzo se agachó y le regaló una pequeña caricia en sus orejas.
—Mi amor—susurró Enzo con pena en su voz, Alana soltó un sollozó y se le lanzó en los brazos, Enzo la sostuvo mientras acariciaba su cabello, se sentía fatal por la situación y le dolía hasta los huesos que Alana tuviera que pasar por eso.
—No debí de haber ido—dijo con un hilo de voz, Enzo sintió que su garganta se cerraba un poco, pero intentó guardar la compostura.
—Tiene una jodida orden de aprehensión, ¿cómo permitieron que se acercara a vos?—preguntó Enzo con enojo, Alana se separó unos centímetros de su cara y lo miró con confusión, probablemente porque el chico sabía lo que había sucedido antes de que ella se lo contara—. Está en todos lados, les tomaron unas fotos.
Alana frunció el ceño y Enzo tragó saliva en seco, sabía que no era su culpa, sabía que no era algo que él pudiera controlar, pero era consciente que él era el responsable de que las cámaras estuvieran puestas sobre Alana todo el tiempo, desde que se había dado la noticia de que ella y él eran pareja, le tomaban fotos hasta en el supermercado.
Alana se quitó el cabello de la cara con tono de desesperación y se dejó caer en el sillón.
—¿Querés hablar al respecto?
—Renuncié a la editorial—dijo simplemente, Enzo abrió los ojos ampliamente al escuchar la noticia, Alana adoraba la editorial para la que trabajaba, había firmado con ella desde su primera saga.
—¿Qué?
—No pensaban publicar ninguno de mis trabajos hasta que Sebastián publicara el suyo y él no sabe cuando terminará su libro, conociéndolo se tardaría años con tal de que yo no pueda publicar nada—explicó rápidamente.
—Pensé que no lo volverían a publicar por lo que te hizo—dijo Enzo enfadado, ¿cómo alguien podía seguir leyendo a un hombre golpeador?
—Supongo que el público en verdad separa el arte del artista—dijo Alana con un tono de sarcasmo en su voz—. Pero resulta que eso no aplica para mí, piensan que tendrán ventas bajas por lo que yo ''le hice a Sebastián''—dijo haciendo comillas en lo último.
—Es una tremenda boludez. Lo siento mucho mi vida, sé lo cómoda que te sentías trabajando ahí—dijo Enzo tomando su mano para ofrecerle su apoyo, Alana entrelazó sus dedos con los de él.
—Maricia claramente prefiere apoyarlo a él que a mí, así que no quiero seguir trabajando ahí, mañana presentaré la renuncia formal.
—Yo te acompaño—dijo Enzo, no pensaba dejar a Alana sola en ese lugar.
Ella asintió y le sonrió tristemente.
—No porque renuncies dejarás de escribir, ¿cierto?—preguntó con nerviosismo, Alana sin escribir era como quitarle el agua a un pez.
—No, claro que no—dijo—. Sólo que será difícil conseguir otra editorial.
—Sos Alana, obvio un montón de editoriales morirán por publicarte—dijo Enzo intentando animarla.
—En Latinoamérica, no aquí—dijo ella levantando los brazos—. Simplemente me siento tan tonta, me siento atrapada en esta ciudad—dijo ella llevándose la cara a las manos, Enzo sabía que Alana no se sentía del todo bien viviendo en Sevilla, la ciudad y la cultura era preciosa, pero el corazón de Alana se encontraba en su país.
—Bueno, vámonos—dijo él simplemente, Alana levantó la cara con curiosidad.
—No podemos simplemente irnos—dijo ella riendo con tristeza.
—No—coincidió él—. Pero podemos irnos aunque sea un fin de semana de aquí, ¿no? Necesitás un descanso de todo este lío, decí una ciudad, una parte del mundo y nos vamos este mismo el fin de semana—haría lo que fuera necesario para que Alana tuviera unos días de paz.
—En, eso nos costará una fortuna.
—Digo, tampoco estoy diciendo que nos vayamos a China—dijo él riendo con obviedad—. De preferencia algo por acá, estoy seguro que habrá un lugar que llame tu atención.
Alana se quedó pensativa por un momento mientras jugaba nerviosamente con sus dedos.
—Anda, no te hagas del rogar—dijo Enzo empujándola suavemente de la rodilla.
—Bueno—dijo ella suspirando—. Supongo que ir a la playa sería lindo—dijo tímidamente.
—Bueno, nos vamos a la playa entonces—dijo Enzo elevando los hombros—. Y hay que comprarle una transportadora a esta niña, no podemos dejarla sola acá—dijo cargando a Zola, Alana sonrió ampliamente, quizá las cosas no estaban pintando nada bien, pero irse de Sevilla por unos días les ayudaría bastante a distraerse.
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OFFtober 2024 Day 23: Happy ending
This fanfic is part of a little series I'm planning to continue, due to the dinamic of offtober, I couldn't finnish the series as one, so for now, please accept Part 1 of ??? This fanfic is in SPANISH, because it's easier for me to write.
A casa (parte 1 de ???)
Al despertar, las mismas paredes blancas de su claustrofóbica habitación lo saludaban, pero esta vez era diferente. Al fin dejaría de ser suya.
- ¿Listo para salir, Hugo? –
El pequeño niño miro a través de la ventana de su habitación y poso su vista en un pajarito que se encontraba en la rama de un árbol del camino. Llevaba tanto tiempo en el hospital que podía identificarlo. Este pajarito era su amigo, uno con el que podía entretenerse y contar los cuentos e historia que su imaginativa mente fabricaba, o al menos eso hacía hasta que su enfermedad volvió a postrarlo en cama. Recordó lo débil lo había dejado en ese momento, tanto que acercarse a la ventana le era imposible. Paso tantas semanas así, que cuando vio a un gato intentar treparse al árbol de enfrente, creyó que su amiguito había desaparecido. Pero aquí estaba, de nuevo visible por el marco de su ventana.
En el trinar del pajarillo, Hugo creyó escucharlo decir "¡Felicidades, lo lograste!". Movió sus sabanas para bajar de su camilla y acercarse a devolverle el saludo, pero antes de poner un pie afuera fue detenido con suavidad por su nervioso doctor.
- ¡E-ey, tranquilo! Primero hay que hacer un chequeo de rutina ¿ok? Se que estas emocionado, pero nunca es malo ser precavidos. –
Hugo hizo una mueca, después de todo, no puedes pedirle a un niño que esté quieto, y menos a un niño de 8 años tan mentalmente inquieto como él. Afortunadamente, sus padres lo educaron como un niño obediente. Después de ser examinado por lo que sería su última vez, el doctor se retiró, no sin antes decirle que espere un poco, que ya volvería su mamá a recogerlo.
Para la desgracia de su nervioso doctor de cabecera, la obediencia de Hugo desaparecía como el humo si se enfrentaba al hambre. Con cautela, Hugo bajó a de su camilla y se dirigió su puerta, la abrió y dio un paso afuera. La felicidad lo invadió, era la primera vez en meses que salía de esas cuatro blancas paredes. Bueno, no es que el pasillo fuera de otro color, era un hospital después de todo, pero para sus pequeños ojos, este nuevo blanco era mucho más bonito.
El dulce olor de la cafetería dentro del recinto llegó hasta su nariz. Pastel. ¿Hace cuanto que no comía pastel? Los dulces recuerdos vinieron como un torrente. Las tardes con su madre, los paseos con su padre.
Aferrándose a esos recuerdos, corrió por el largo pasillo en dirección al olor. Como era pequeño, los apurados doctores no se percataron de su presencia, a excepción de su doctor de cabecera.
- ¡Hugo, espera! ¡N- no deberías estar corriendo! –
El doctor intento perseguirlo, pero la congestión del pasillo le dificultaba correr. Un niño no debería estar solo corriendo en un hospital, si el director lo encuentra, seguro que esta vez sí lo despide… ¡No, no deberías pensar en eso Elsen! ¡¿Un niño que acaba de recuperarse de una enfermedad terminal está corriendo en medio del hospital y tu prioridad es tu trabajo?! ¡¿Qué clase de médico eres?!
Los piecitos de Hugo sonaban contra el piso y su respiración era agitada, sus manitos se movían a los lados para mantener el equilibrio y su cabeza solo tenía un objetivo. La cafetería.
¡PUM!
Hugo cayó al suelo luego de impactar contra alguien. Fue un duro golpe, pero no tanto como sus ilusiones quebradas, adiós pastel. El pequeño intento mirar contra qué o quien había chocado. Era una figura muy, muy alta.
Era un hombre alto con una gabardina, tenía botas grandes y una presencia muy aterradora, como si te fuera a gritar en cualquier segundo. Hugo no pudo contener las lagrimas que amenazaban con escaparse, y comenzó a llorar. Era un señor demasiado aterrador.
- ¡Oh no no, no llores pequeño! No quise asustarte. –
El señor alto levanto a Hugo del suelo y lo puso frente a si mismo, intentando desesperadamente de calmarlo. Estaba levantándolo por los aires cuando llegó el doctor, muy asustado, pero quedó aún más cuando vio al mismísimo director del hospital sosteniendo al niño.
- ¡A-Ah, s-señor Dedan, lo lamento! Hugo solo salió de su habitación solo por un momento, lo regresaré ahora mismo. No se e-enoje con él, es s-su último día en el hospital, e-esta muy emocionado. – Mientras hablaba, Elsen movía desesperadamente sus manos, como intentando disculparse por siquiera existir. Esto pareció tener efecto en el niño, ya que detuvo su llanto para poder observar mejor los curiosos gestos del doctor.
Dedan estaba muy molesto por la negligencia de su empleado, con su mirada y un gesto con la mano, le indicó que se fuera, después de todo, no quería que el pequeño volviera a llorar. Cuando el doctor se retiro de su vista, Dedan cruzo su mirada con la de Hugo
- Agh… qué voy a hacer contigo, niño. Supongo que tu madre aun no viene por ti, es una mujer ocupada ¿lo entiendes, verdad? – Le dijo con un toco menos brusco que el habitual, no era el mejor con los niños, en especial si apartaban la mirada de él como lo hacía Hugo.
- ¿Por qué saliste corriendo de tu habitación? –
Hugo le indico con su mano la dirección de la cafetería, solo volver a pensar en dulces hizo que su estomago sonara. Dedan pareció entender la situación, y cargándolo con una sola mano se dirigió a la cafetería del hospital.
Era un área mucho más tranquila y colorida, las paredes eran tonos de naranja e impregnaban el lugar con un ambiente acogedor. En una esquina de esta nueva habitación, se encontraba un mesón con escaparates de comida y un cajero. Quién lo atendía era un señor muy grande, pero no solo en altura, si no que también en tamaño. Tenía una gran y contagiosa sonrisa.
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Sin palabras.
Hablando de Jesús y la cruz, alguien conoce el cuento Otra versión de Marco Denevi? Cada vez que lo pienso me quedo un momento en silencio asimilando una vez más esa interpretación de Judas
#quizás no fueron las 30 monedas quizás fue su deseo de salvarlo de si mismo antes que sea tarde#pero igual su accionar fue guiado por su egoísmo y su falta de lealtad lo que hizo que sean terribles las consecuencias#un par de azotes y listo fueron su jesus crucificado el verdadero salio mal
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Nuevos inquilinos
Las cajas se alineaban en el apartamento y diego estaba en la cocina preparando limonada para pablo, que estaba subiendo las escaleras con la última caja del camión de mudanzas. El vecino estaba en la puerta listo para recibirlos.
“Bienvenidos al edificio”, dijo con una sonrisa cálida pero inquietante. “Si tienen alguna pregunta, mi nombre es Alexander Park. Pueden llamarme Sr. Parker si quieren, pero si necesitan algo, no tengan miedo de gritar”. Finalmente dejó de hablar y nos dejó volver a trabajar en nuestro nuevo lugar.
Pasaron el resto del día colocando sus muebles en los lugares apropiados, colgando cuadros y carteles, arreglando cables y enchufando televisores mientras disfrutaban de una limonada.
Diego cambió su camisa blanca deshilachada por una camiseta gris y cuando terminó se sentaron en la sala de estar, contemplando su nuevo entorno.
El vecino regresó y llamó a su puerta.
“¿Estáis bien, chicos?”, preguntó.
“Lo estamos haciendo de maravilla”, respondió Pablo. “Pero tenemos una pregunta”.
"¿Qué es?"
—¿Por qué este lugar se volvió tan barato? —preguntó Pablo.
“Bueno, no debería hablar de ello, pero aquí vivía una pareja de ancianos homosexuales. Éramos mejores amigos. Los encontré durmiendo felizmente juntos en su habitación después de ir a verlos. Ambos murieron mientras dormían.
—Oh —Diego se rascó la nuca—. Bueno, gracias por esa información.
-Espero que eso no te asuste. Ella sonrió.
—No te preocupes —dijo Pablo, dándole un puñetazo juguetón a Diego—. Bueno, gracias. Buenas noches, señor Parker.
-Buenas noches-dijo y los dejó nuevamente.
Se trasladaron al comedor y se apoyaron en el mostrador.
—Es perfecto —dijo Diego, mirando a Pablo. Pablo se inclinó y lo besó, sonriendo después.
Diego se inclinó hacia atrás y lo besó en represalia. Pablo se acercó y le quitó los pantalones a Diego, dejándolos caer y luego pateándolos cuando salió. Después de desabrocharse los suyos y empujarlos, se acercaron más, sus cuerpos calentándose por la excitación.
Desde la esquina Pablo vio dos luces azules, cada una con forma de orbe.
Pablo detuvo a diego: “¿Ves eso?”, preguntó.
"¿Qué ves?"
—¿Esos? —Le dio la vuelta y se le notó la erección—. ¿Qué son?
"No sé."
Los dos orbes se quedaron allí suspendidos por un momento y se acercaron. Pablo se acercó y extendió la mano para tocarlos.
Tan pronto como lo hizo, saltó y luego voló directamente hacia su pecho, donde fue enviado de regreso. Pablo se aferró al mantel y observó al otro mientras se acercaba a él.
"¿Qué eres?", preguntó. El orbe pareció girar y luego moverse a su alrededor. Antes de que Pablo se diera la vuelta, se clavó en su espalda.
Diego se estaba acomodando antes de mirar su pene. "Perfecto", dijo. Se acercó a Pablo, que estaba estirando sus propios músculos.
—El mío también lo es —dijo, mirándose a sí mismo.
—Estos dos chicos están muy bien. —Diego movió su mano a lo largo de su pene erecto.
Pablo terminó de estirarse y acercó a Diego, besándolo.
“Ha pasado mucho tiempo desde que hicimos esto”, dijo Diego en un descanso.
—Iban a hacerlo de todas formas. Además, estos cuerpos son nuestros ahora. Nuevas vidas, nuevas relaciones. No puedo esperar para contárselo a la Sr. Parker. —Pablo sonrió.
Diego le devolvió la sonrisa y se quitó la camisa. —Bueno, entonces será mejor que nos pongamos manos a la obra. —Sonrió y corrió hacia el dormitorio.
Pablo se quitó la camisa y la dejó caer al suelo. Flexionó los músculos y observó cómo su nueva polla se ponía rígida. "Joder, tienes un paquete estupendo".
Se estiró una vez más y siguió a Diego hasta el dormitorio.
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