#No será fácil sentarse a la mesa
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sentidoysensibilidad · 10 days ago
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𝑁𝑎𝑣𝑖𝑑𝑎𝑑 𝑒𝑛 𝐴𝑢𝑠𝑒𝑛𝑐𝑖𝑎, 𝐴𝑚𝑜𝑟 𝑒𝑛 𝑆𝑖𝑙𝑒𝑛𝑐𝑖𝑜
Esta Navidad, a muchos nos faltará un padre, una madre, un hermano, un hijo, un abuelo… familiares que se han adelantado. No será fácil sentarse a la mesa y ver ese lugar vacío, el que antes ocupaban. Pero su ausencia nos recuerda lo afortunados que fuimos de tenerlos. Si duele es porque significaron mucho, y extrañarlos es el precio del amor. ¿Quién no pagaría ese precio una y otra vez por todo lo que nos dieron, por cada lección, por cada risa, por su amor incondicional?
El amor en silencio es también una forma de honrar su existencia. ¿Te has preguntado cómo le gustaría a tu ser querido ser recordado esta Navidad? ¿Cómo quieres tú recordarlo? ¿Cómo deseas honrar su memoria?
Es normal que las lágrimas lleguen y la tristeza nos abrace, pero incluso en medio de la pérdida, la Navidad puede ser un tiempo de esperanza y amor. Podemos mirar al cielo y dar gracias: por lo que tuvimos, por lo que tenemos y por lo que vendrá.
Volver a las actividades que abandonamos tras su partida no significa olvido. Significa que hemos aprendido a llevarlos en un lugar especial de nuestro corazón. Tal vez el dolor no te ha dejado ver que hay alguien que te necesita, que espera con ansias tu abrazo y tus palabras: ¡Feliz Navidad!
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randolphcarteruniv · 4 months ago
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El gato y el ratón
- ¿Juan?
La voz me resultaba familiar.
Levanté la mirada para encontrarme unos ojos color miel que me observaban con curiosidad. Era una mujer joven, más o menos de mi edad, con el pelo castaño y piel aceitunada, la viva imagen de una Scheherezade.
- ¿Sofía?
- ¡Cuánto tiempo!
Aún sorprendido intenté ponerme en pie, tropezando con la mesa y derramando parte del café. Sofía sonreía divertida.
- Parece que no has perdido tus dotes como camarero -dejó caer con cierta sorna.
- ... le dijo la sartén al cazo -contesté mientras nos dábamos dos besos y la invitaba a sentarse.
- ¡Eh, cuidadito, que yo nunca rompí un plato estando de servicio! Y ya sabes que el cliente siempre tiene razón.
- Ya. Eso será allá en el país del sol naciente. Aquí el camarero siempre tiene derecho a réplica. Además, de servicio no sé, pero gracias a ti en "El David" se renovó la vajilla entera un par de veces en menos de seis meses.
Nos echamos a reír mientras se quitaba el largo abrigo y se sentaba en la silla de al lado.
- ¿Qué haces por aquí? La última vez que supe de ti andabas por Kyoto o Nara montando una academia.
- Ya, bueno, ese era el plan, pero...
- ¿No salió como estaba previsto?
- Digamos que resultó mucho más difícil de lo que parecía.
Su mirada se oscureció un segundo mientras sus ojos se perdían mirando hacia la barra. Viendo el percal, preferí no insistir.
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Pedimos otro café y seguimos charlando mientras nos poníamos un poco al día: el trabajo, la familia, las idas y venidas de los antiguos compañeros del bar.
- ¿¡Se casaron!? Bueno, normal, si es que se veía venir. Estaban siempre como el gato y el ratón.
- Ya ves. Cuando no era Esther la que buscaba a Alberto, era él el que andaba buscándole las cosquillas.
- No lo jures. ¿Te acuerdas de aquel guiri tan guapo que se pasaba siempre a comer, el canadiense, Jamie?
- ¿El periodista?
- Sí, ese. No sé si Esther te lo contó, pero durante un par de meses estuvo tonteando con él fuera del curro, se mandaban mensajitos, se pasaba a buscarla al salir... Creo que coincidió con el final de tu doctorado y andabas un poco out. Pues Alberto andaba como alma en pena, como si no estuviera, y luego, de vez en cuando, le daba el pronto y se ponía a gritarnos a todos.
- ¡Mira qué calladito se lo tenían!
- Pues el día de la fiesta de fin de año casi se lían a hostias. Alberto iba un poco pasadito, Jamie también, y encima había estado toda la noche rondando a Esther. Al final acabaron yéndose a un rincón y Alberto detrás. Si no llega a ser porque aparecieron unos colegas de Jamie y se lo llevaron, a saber cómo habríamos terminado.
- ¡Joder!
- Si nos decuidamos, salimos en los periódicos.
- Bufff... pues primera noticia.
- Ya imagino.
- ¿Por?
- Dejémoslo en que Marina se ocupó de tenerte entretenido toda la noche -se podía apreciar un cierto tono de reproche en su voz.
- Bueno, sí, qué quieres que te diga. Todos nos engañamos, o nos dejamos engañar alguna vez, ¿no? Desde dentro no siempre es fácil darse cuenta de las cosas.
-Vaya...
- Ahora vive en Londres. Se mudó hace un año o así con su novio.
Por un momento se hizo un silencio un tanto incómodo.
- Sabes, Marina no era la única interesada en ti. Si no se hubiera metido por medio...
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cambio-de-escuela · 9 months ago
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Parte 10
A la mañana siguiente estaban todos reunidos en un polideportivo techado, donde yacía en el centro una cancha de Basketball, con tribunas a los lados, sobre esta cancha habían montado una tarima con un podio, la directora subió y con un micrófono comenzó a explicar las reglas del siguiente juego: -Bienvenidos a nuestro primer día de nuestras Olimpiadas Pañaleras. Hoy será, “El que cambia el pañal en menor tiempo”. En este evento competirán hombres y mujeres por igual, para este necesito voluntario, que serán cambiados por nuestros competidores. Una vez terminado el cambio, deben tocar el botón rojo que está a la derecha de cada camilla, esto detendrá su cronometro personal, una vez que lo aplastan no pueden volverse a acercar a la mesa-. Anunció mientras veía a bastantes niños de todas las edades levantando la mano, estos fueron seleccionados de acuerdo al contenido que aguardaba en ellos, escogiendo solo a aquellos que tuvieran ganas de defecar o que ya estaban cagados, mientras les anunciaban ponerles un pasamontaña negro para evitar que se supiera su identidad, pues sin duda muchos sentirían vergüenza al dejar que sus compañeros vieran sus genitales.
Sobre el escenario había quince rudimentarias mesas de cambio, sin manguera de agua, solo contando con los elementos tradicionales del cambio. Primero compitió la categoría de los menores hasta tocar el turno correspondiente a la que pertenecían nuestros héroes. La directora primero hizo pasar a los voluntarios, mientras las maestras se cercioraran que tenían el pañal lleno, y la pulsera identificatoria que contenía el número exacto al de la camilla que debían ir, acto seguido los hicieron acercarse a las mesas y primero sentarse sobre ellas para ampliar el desastre que tenían dentro de sus pañales, para acto seguido acostarse.
Miguel y Ricardo sentían aquella descarga de adrenalina presente que le hacía temblar las manos, a su lado se hallaban Fausto, Milena, Yang Kim, e Isabela. Sobre las mesas se encontraban aquellos voluntarios esperando. -Recuerden, igual después hay que verificar si el cambio estuvo bien ejecutado, si no quedan descalificados-. Sentenció la directora.
Sonó el silbato de Alicia dando comienzo, se acercaron cada uno a su respectiva mesa, cada quien comenzó dicha operación, utilizando su respectivo estilo o técnica personal. Ricardo y Miguel, siguieron el estilo tradicional enseñado por su madre, despegar las cintas, alzar las piernas y comenzar a limpiar con toallitas húmedas para luego terminarlo con un talco y colocando el pañal limpio levantándoles nuevamente las piernas, cuando Ricardo subió la mirada, vio a su archienemigo ya descansando mientras se lavaba las manos. Fausto también siguió aquel método tradicional, empleado por los hermanos, pero ejecutado mucho más rápido. “¿Cómo?”. Pensó Ricardo, con envidia.
Isabela por su parte, le ordenó a su voluntario que se pusiera de rodilla, con la cabeza apoyada en el cambiador y las nalgas levantadas, así le desabrochó el pañal dejándolo caer, mostrando ante los ojos de todo el público sus sucias nalgas que yacían expuestas hacia arriba, eso le facilitó la limpieza de la zona con toallitas y la colocación del polvo, pero a la hora de colocar el nuevo pañal, le retrasó, tratando más de una vez, de manera fallida, de colocarlo en esa posición, solicitándole a su voluntario que se acostara boca arriba para colocarlo de manera más fácil.
Estaba Milu, quien al apenas comenzar pudo oír la voz de Valentina, quien era la persona con “Las manos más rápidas del oeste”, como se hacía llamar, por medio de los recuerdos de la mejor amiga de su hermana, esta pudo llevar a cabo el cambio con ese estilo, poniendo primero el pañal limpio por debajo del sucio, luego abrió el usado y comenzó limpiar una primera pasada con la parte delantera de este, alzó las piernas de su optativo mientras limpiaba los últimos detalles con pañitos húmedos, que los fue depositando todos dentro del sucio desechable. Puso talco sobre la piel del individuo, y acto seguido retiró el pañal sucio, dando a relucir el limpio que yacía debajo, lo cual le bastó un movimiento para cerrarlo y finalizar.
En cambio, Yang Kim tenía un innovador método, comenzó como un cambio boca arriba, despegando las cintas, para luego girar a su facultativo hacia la izquierda, quedando de lado, cogió paños húmedos y comenzó a limpiar con una velocidad impresionante, quitó el pañal sucio y en su lugar puso el limpio, para acto seguido de manera extraña espolvorear el nuevo desechable, mas no la piel de su tributo. Finalizó volviéndolo sobre su espalda y lo finalizó.
Cada cierto segundo se oían los timbres que detenían la marca personal de dicho competidor, con intervalos de silencio hasta que se oyó el último en finalizar. La directora se acercó mientras anunciaba el fin, apareciendo los resultados de tiempo en una pantalla negra con letras rojas detrás de los competidores. Apareciendo el nombre de Fausto en lo más alto, y el de Isabela en el puesto del final.
-Ahora voy a revisarlos-. Se pusieron de pie y caminaron hacia enfrente los anónimos voluntarios, quienes yacían con la cara tapada, estando de espaldas a la muchedumbre. Alicia y el resto de las maestras comenzaron a dejarlos desnudos dejando que el público y la directora puedan examinarles los glúteos. De manera rigurosa esta fue revisando uno por uno, hasta que vio a uno que aún tenía cierta suciedad pegada en él. -Este cambio se hizo incompleto, no está bien por lo tanto descalificaré a este concursante, las reglas era hacerlo bien y rápido, no solo velozmente-. Alicia le revisó el brazalete que tenía marcado el número cuatro. -El competidor de la camilla cuatro queda descalificado, siendo este…-. Hizo una breve pausa para aumentar el suspenso. -Fausto-.
Este comenzó a golpear con ambos puños de manera vertical el cambiador que tenía cerca, mientras que se recordaba a si mismo lo estúpido que era, voces de fracaso en su cabeza lo carcomían vivo, mientras trataba de contener la fuerza, por descuido se le había escapado la victoria, pero sabía que tendría más oportunidad, había iniciado la primera prueba con pie derecho, confiadamente pensaba en que la siguiente si le pertenecería.
-Por lo tanto, el ganador es…-. Pronunció aquel nombre que nadie se esperaba, todos exclamaron sorpresivamente al oírlo. -Milena-. Todos aplaudieron mientras a esta se le entregaba su respectiva medalla y diploma.
Ella no podía dejar de sonreír con sus incisivos grandes de ratón, y endureciendo sus grandes mejillas, mientras se sonrojaba y aceptaba humildemente aquel premio. En su Cabeza le agradecía a Valentina, por ser su mentora.
Así concluyó el primero día de los juegos, creando una exaltación y ambiente sano competitivo que se podía respirar en todo el colegio. Todos los estudiantes, y la directora no podían esperar a que fuera mañana para vivir otro emocionante día.
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wingzemonx · 1 year ago
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Monique Devil - Prólogo. ¿Cómo nos conocimos, preguntas?
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Hace dieciocho años, Harold Devil, el último "Gran Señor del Mal", estuvo a punto dominar el mundo, hasta que fue derrotado y despojado de sus poderes por la heroína Amanda Sanctis. Pero en un giro inesperado, ambos terminaron enamorándose y casándose justo después de terminada su pelea. Como consecuencia, ambos fueron obligados a apartarse de sus amigos y familia, y vivir una vida normal, en una casa normal, y con trabajos normales.
Tres años después, nació Monique, su primera y única hija, quien heredó la peculiar apariencia de su padre y las habilidades de ambos, lo que la ha llevado tener que seguir el camino de alguno de los dos: como la nueva Señora del Mal o como una Heroína de la Justicia. Sin embargo, Monique no tiene interés en ninguno de los dos, y lo que más desea es ser una chica normal, tener amigos, ir a la escuela y estudiar. Pero eso parece ser prácticamente imposible, pues a dónde quiera va pareciera que el pasado de sus padres la persiguiera.
¿Qué futuro que le depara a Monique Devil? ¿Será una villana?, ¿una heroína?, ¿o sencillamente una chica común? Sigan sus curiosas y divertidas aventuras en compañía de sus amigos y sus padres, mientras intenta descubrirlo.
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Prólogo. ¿Cómo nos conocimos, preguntas?
Aquello había sido una pregunta inocente, salida de los labios de una niña de ocho años, que se arrepentiría casi de inmediato de haberla hecho. Como era habitual en su padre, en lugar de dar una respuesta simple y rápida, hizo de todo el asunto otro de sus momentos de pompa e innecesaria efusividad.
Los tres se levantaron en ese mismo momento de la mesa del comedor, con su cena aún a medio acabar, y pasaron a sentarse en la sala; sus padres lado a lado en el sillón grande, y la pequeña enfrente de ellos en el sillón más pequeño. Su madre y ella se encontraban expectantes, y a la vez temerosas, por lo que su padre estaba por decir. Aun así, ninguna hizo intento alguno por detenerlo; sabían que resultaría inútil.
Tras carraspear un poco y sentarse derecho en su asiento, su padre comenzó con la narración, que fue más o menos así:
—Hace mucho, mucho tiempo, yo era conocido como el gran Señor del Mal; soberano de las fuerzas del Submundo, el más grande hechicero oscuro con vida, y el único elegido para controlar y mandar todo lo que existe. Logré dominar ciudades enteras, derrotar a cientos de legiones, y hacer que mi reino se extendiera hasta donde alcanzaba la vista. Aquellos realmente fueron buenos y grandiosos tiempos.
»Pero un fatídico día, llegó ante mí esta heroína entrometida y molesta, con su espadita brillante y mágica, queriendo arrebatarme todo lo que era mío por derecho. Sin razón aparente; quizás estaba aburrida, sin nada que hacer o algo así. Y yo, obviamente, no iba a dejar que se saliera con la suya tan fácil.
»Tuvimos una extensa y extenuante batalla; ¡de proporciones Apocalípticas!, se podría decir. Nuestros poderes eran demasiado similares, y parecía que ninguno saldría victorioso. Pero para desgracia mía, y por ende del mundo entero, esa odiosa heroína logró derrotarme usando sus sucios trucos. Y no conforme con eso, se atrevió despojarme de todos mis maravillosos poderes usando un monstruoso hechizo; ¿no te parece eso lo más grosero que has oído?
»Cómo sea, derrotado y humillado, esperé con honor mi inevitable destino. Incluso ya tenía preparadas mis palabras finales, y eran realmente buenas; de sólo recordarlas me dan escalofríos y se me llenan los ojos de lágrimas. Pero entonces, antes de poder tener la oportunidad de pronunciarlas, la heroína sorpresivamente decidió perdonarme la vida… Se agachó delante de mí, me extendió una mano, y empezó con un cursi y rebuscado discurso. Dijo algo sobre que, sin mis poderes, yo ya no era una amenaza para el mundo, y que ésta podía ser una oportunidad para mí de ser una mejor persona, empezar una nueva vida… bla… bla… bla… En realidad, no recuerdo todos los detalles; no puse tanta atención.
»Pero, aun así, logró tener un efecto importante en mí. Y fue en ese momento, cuando la vi directamente a esos hermosos ojos azules, y tomé la cándida mano que me extendía, que entonces lo supe…
Hizo una larga pausa dramática, y entonces se sentó firme, inflando su pecho con orgullo.
—Y esa es la historia de cómo conocí a tu madre —expresó con elocuencia, extendiendo sutilmente una de sus manos, con largos y afilados dedos, en dirección a la mujer sentada a su lado—. Qué interesante e impactante historia, ¿no te parece?
Su hija no respondió; sólo lo miró en silencio, bastante impresionada… y algo asustada. Aunque no por él exactamente, ni tampoco por su historia.
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—Se ve que aún no he perdido mi habilidad narrativa —concluyó su padre con jactancia—. Debería de escribir mis memorias como siempre quise hacer. ¿Tú qué opinas, querida?
Se viró al fin hacia un lado, en dirección a su esposa. Y, si lo hubiera hecho mucho antes, posiblemente se habría dado cuenta de que ella no compartía ni un poco su mismo buen humor. De hecho, su rostro se encontraba contraído en una mueca de cólera, y tenía sus puños apretados con tanta rabia acumulada que casi parecía que sus propios dedos terminarían por perforar sus palmas.
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—¡¿Se puede saber… —escuchó la niña como su madre musitaba despacio, y abruptamente alzó una mano, tomando firmemente uno de los cuernos de su padre (porque, en efecto, el antiguo Señor del Mal tenía dos cuernos decorando su cabeza, a diferencia de su hija que sólo había heredado uno), y lo jaló hacia ella con bastante agresividad— a quién acabas de llamar entrometida, molesta y odiosa?!
«Sin mencionar cursi y con trucos sucios» pensó la niña, sabiendo que era sensato no decirlo en voz alta.
Su padre soltó un fuerte quejido de dolor por la manera tan poco agradable con que lo sacudía.
—¿Por qué siempre te enfocas en lo malo? —se quejó su padre de mala gana—. ¿No oíste el resto del relato?, ¿cómo la parte en la que hablé de tus hermosos ojos azules?
—¡Mis ojos son rosados!, ¡no azules! —le respondió su madre, aún más molesta, y en el rostro del antiguo Señor del Mal se dibujó una mueca de escepticismo, que no desapareció hasta que les dio un segundo vistazo a los ojos de su propia esposa, y confirmó que su aseveración era correcta.
—Ah, es cierto —murmuró con bastante más calma de la esperada—. ¿Siempre fueron rosas? Juraría que antes eran azules. O, ¿acaso te confundí con alguien más…?
La mujer volvió a jalarlo de su cuerno, ahora hacia abajo hasta casi obligarlo a pegar su cara contra la alfombra de la sala.
—Debí haberte cortado la cabeza cuando tuve oportunidad —escuchó la niña que su madre espetaba con rabia, lo que provocó que su padre soltara otra risa, ahora irónica, pese a su nada cómoda posición.
—No es como si no lo hubieras vuelto a intentar otras veces, ¿o sí? —le respondió desafiante, lo que no hizo nada de progreso en mitigar el mal humor de su esposa, si es que acaso esa había sido remotamente su intención.
«Esto es más de lo que quería saber…» se dijo la jovencita a sí misma. Y en silencio, y sin llamar la atención ni un poco hacia ella, se paró lentamente de su asiento y se alejó casi de puntillas antes de que las cosas se pusieran más turbias.
Sorprendentemente, aquello era prácticamente una tarde normal en la residencia de los Devil.
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urgentlocksmith · 1 year ago
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10 juegos de mesa para adultos en línea para darle vida a tu noche de juegos
Introducción
¿Busca una forma divertida y emocionante de darle vida a su noche de juegos con amigos o familiares? No busques más, Todojuegosgratis, donde puedes encontrar 10 juegos de mesa para adultos en línea que seguramente traerán risas y competencia amistosa a tu próxima reunión. Desde favoritos clásicos como Monopoly y Scrabble, hasta opciones más exclusivas como Cards Against Humanity y Exploding Kittens, hay algo para todos en este sitio web. Estos juegos no sólo son entretenidos, sino que también ofrecen una gran oportunidad para establecer vínculos y crear recuerdos duraderos con las personas más cercanas a usted. Entonces, ¿por qué no abandonar la tradicional noche de cine y probar uno de estos juegos de mesa adultos? ¡Confía en nosotros, será una experiencia inolvidable!
Los beneficios de jugar juegos de mesa en la edad adulta
Los juegos de mesa a menudo se consideran un pasatiempo para los niños, pero en realidad también pueden aportar inmensos beneficios a los adultos. De hecho, jugar juegos de mesa en la edad adulta puede ser una excelente manera de relajarse, aliviar el estrés y conectarse con los demás. Uno de los principales beneficios de jugar juegos de mesa es que permite a los adultos tomarse un descanso de sus rutinas y responsabilidades diarias. Brinda la oportunidad de desconectarse del trabajo u otras tensiones y concentrarse en algo agradable y atractivo. Los juegos de mesa ofrecen a los adultos la oportunidad de relajarse y divertirse en compañía de amigos o familiares. Otra ventaja de jugar juegos de mesa en la edad adulta es la interacción social que fomentan. En el acelerado mundo digital actual, las conexiones cara a cara a veces pueden pasarse por alto. Sin embargo, sentarse alrededor de una mesa jugando crea un ambiente donde las personas pueden entablar conversaciones significativas, compartir risas y construir relaciones más sólidas.
Los 10 mejores juegos de mesa para adultos disponibles en línea
¿Quieres darle vida a tu noche de juegos con diversión temática para adultos? ¡No busque más! Los juegos de mesa en línea se han vuelto cada vez más populares y ofrecen una forma única y emocionante de disfrutar el tiempo con amigos u otras personas importantes. Ya sea que estés buscando un juego de fiesta atrevido o un desafío estratégico, hay un juego de mesa para adultos para todos. Aquí están los 10 mejores juegos de mesa para adultos disponibles en línea que seguramente agregarán algo de emoción a su próxima reunión virtual. 1. "Cartas contra la humanidad"
2. "Hitler secreto"
3. "Gatitos explosivos"
4. "Nombres en clave"
5. "El juego de la vida: Quarter Life Crisis Edition"
6. "¿Qué haces meme?"
7. "Telestraciones después del anochecer"
8. "Mentes sucias: el juego de las pistas traviesas" 
9. "Yo nunca lo he hecho: edición fiesta" 
10. "Jenga borracho"
Conclusión
En esta era digital, es fácil quedar atrapado en el mundo virtual y olvidarse del simple placer de reunirse alrededor de una mesa con amigos o seres queridos para una noche de juegos. Sin embargo, gracias a la creciente popularidad de los juegos de mesa en línea, ahora podemos disfrutar de lo mejor de ambos mundos: conectarnos con otros mientras participamos en una competencia amistosa. Jugar juegos de mesa en la edad adulta aporta numerosos beneficios más allá del simple entretenimiento. Fomenta la interacción social, mejora las habilidades cognitivas, alivia el estrés e incluso fortalece las relaciones. Con tantas ventajas a nuestro alcance, no hay razón por la que no debamos hacer de las noches de juegos de mesa una parte habitual de nuestra vida adulta.
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bookishnerdlove · 1 year ago
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PCJHI5 01
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*** "¿Quién iba a decir que iba a ser tan difícil verte la cara?", gritó una voz sarcástica en cuanto Arielle entró. Arielle se quitó la capucha y tomó asiento frente a Argen. "¿Creías que sería fácil reunirte con una Princesa?", dijo burlonamente, "Oh, claro. Bueno, llego un poco tarde, pero... enhorabuena por convertirse en Princesa, Alteza". Los ojos de Arielle recorrieron a Argen. Se veía perfectamente bien. Su brazo cortado estaba unido de nuevo y tenía ambos ojos. Al leer su mirada, Argen dibujó una sonrisa en sus labios. "Parece que estoy mejor, eso es todo. El tratamiento llegó demasiado tarde, así que ahora no puedo mover el brazo y estoy ciego de un ojo. Arielle no dijo nada. "Entonces, ¿qué piensas? De mi estado actual, quiero decir". - Esperó una respuesta que nunca llegó y continuó: "Mientras tanto, tú... consigues estar allí". Princesa y tener todo lo que siempre has querido. Algo no cuadra "¿Y?" Arielle dijo. "Entonces, es hora de que cumplas tu promesa". Argen agarró la mesa con su brazo bueno y se puso de pie para elevarse sobre Arielle. "Me dijiste que me darías a la Princesa Elvia, ¿verdad?". Volvió a sonreír, mostrando una hilera de dientes blancos. "¿Fuiste tú quien la atacó?" preguntó Arielle. La sonrisa de Argen desapareció mientras volvía a sentarse. "Supongo que podría decirse eso". "¿Tu abuelo, entonces?" "¿Has venido hasta aquí sólo para preguntarme eso? Qué decepción". Sus ojos eran cualquier cosa menos decepcionados: ardían de furia. Pero Arielle no prestó atención a su expresión. "¿Por qué debería mantener mi promesa?", dijo. "Su Alteza, el Duque, sigue vivo y fuerte. Arielle resopló. "¿No está encarcelado?" "No, sólo se está retirando por un momento. Un paso atrás, dos adelante, ¿ves?" "¿Y tienes un plan?" "Su Alteza... Su Alteza predice que usted se convertirá en el próximo Emperador". Arielle frunció el ceño. "¿No lo entiende? No la Princesa Elvia, sino..." "¿Se atreve a hacer predicciones sobre mí desde la cárcel?" "¿No desea el trono?" dijo Argen, sonando absolutamente seguro de sí mismo. "Sé que lo deseas". ¡Ding! "Te haré el próximo Emperador - siempre y cuando cooperes." *** Su ansiedad ha llegado al máximo, y ahora la Casa de Dominat ha decidido poner todo su destino en tus manos. No tuvieron opción en esta decisión porque retrasaste la reunión con él por tanto tiempo. Esto también se debe a que su último recurso -el reciente intento de asesinato- no tuvo éxito. Todo esto te beneficiará. Si aceptas, vendrán muchos peligros, pero si rechazas, tu primera preocupación será salir sana y salva de esta habitación. A. Aceptar. B. Dile que se lo curre. C. Declinar. D. Ofrecerle dormir aquí esta noche. Esta oferta nunca se habría producido si yo no la hubiera frustrado una y otra vez. Realmente parecía el argumento de un juego o de una novela, aunque no lo fuera. Los intentos del "villano" por obstaculizar al protagonista siempre acababan creando una nueva e inesperada oportunidad para el "héroe". Probablemente era un mensaje que me decía que nunca podría escapar a mi destino: que yo, como villano, tenía que acabar muriendo por el bien del crecimiento del protagonista. Este cuerpo fallido me susurraba: Mira a Arielle. Todo es por tu culpa. Estás arruinando al personaje principal. ¿Cuánto tiempo vas a fingir lo contrario? Morirás de esta manera. Tú, y toda la gente que amas. "¿Su Alteza?" Éclat hizo una pausa en su informe para mirarme fijamente. Si yo moría, ¿se despertaría por fin una verdadera princesa? Al principio, nada de eso me había importado; no me había importado cómo resultara porque estaba convencida de que mi enemiga no era Arielle, sino algo mucho más allá de ella. Pero ahora había otro problema. Mis seres queridos. Temía que mis propias esperanzas acabaran con ellos. "¿Qué pasa, Su Alteza? ¿Algo está molestando...?" "No, estoy bien", dije. "Continúa". "Entonces, ¿debemos decirle a todos nuestros espías plantados en la finca que se vayan?" "Todavía no." "Pero hemos encontrado al fabricante del veneno, así como a todos los testigos y pruebas. No ganamos nada quedándonos en la finca de Dominat y podrían atraparnos". "Hay una cosa que siempre me he preguntado", dije. ¿Cómo se las había arreglado Arielle para unirse a Argen Dominat? ¿Qué podía haberle hecho creer las palabras de una doncella expulsada de palacio? ¿Una investigación de antecedentes? Aunque hubiera averiguado que era hija de la niñera del emperador, no habría forma de demostrar quién era el padre, salvo por aquel collar. Al principio, sólo lo había descartado como un objeto interesante y sorprendente. El único legado de la familia imperial: una joya que reacciona a la sangre y brilla. Un objeto que podía probar la sangre imperial de uno con sólo llevarlo. Varias veces, había oído a la gente llamar a Arielle "la princesa que regresó junto con el legado perdido". "Ese collar", dije. "Por ese collar... ¿Te refieres al Collar de Sangre?" preguntó Eclat. "Sí, a ese. ¿Podría haber dos?" "¿Perdón?" Era una pregunta al azar, pero Éclat la meditó seriamente. "No, no puede haber dos". "¿Por qué no?" Recordé cómo las "pruebas" se habían convertido en "pruebas de traición". "Es un objeto único, último, del que sólo puede existir uno, igual que sólo puede haber uno de Su Majestad el Emperador. " "Pero si hubiera otro", continué, "¿y si alguien ocultara su existencia al palacio imperial?". "Entonces..." "Entonces ese alguien sería sospechoso de traición". Éclat comprendió de inmediato. "¿Es este el objeto que hemos estado buscando?" "Ahora sólo necesito probar mi corazonada." Puede que la sangre de Dominat se haya diluido con los años, pero aún podría ser suficiente para que el collar reaccionara. En ese caso, esta evidencia de traición funcionaría simultáneamente para justificar esa misma traición también. "Voy a necesitar un día libre, Su Alteza." "Por supuesto." Entonces, Arielle estaba oficialmente uniéndose a Dominat, ¿no? La mejor manera de detenerla... sería asegurarse de que no hubiera ninguna mano que tomar en primer lugar. "Por favor, vuelva a la cama ahora, Su Alteza", dijo Eclat con severidad, retirando las mantas para que me metiera en la cama. "Pero no he terminado, . protesté. "Puede esperar". Como no metí los pies bajo las sábanas, Eclat me miró fijamente. "¿Podríamos recostarnos y hablar?", sugirió. "Alteza... No es el fin del mundo si descansas unos días. Tenía razón, pero no me atrevía. Me sentía extrañamente incómoda cuando no tenía nada que me mantuviera ocupada. Pero aun así, por alguna razón, me sentí creyendo lo que decía: me había hecho sentir más tranquila. No mucho, pero sí un poco. De repente se me ocurrió algo. "El tiempo es mucho más cálido hoy en día", dije. "No, Alteza. No puede salir". "Pues no olvides abrigarte todavía, aunque no parezca hacer tanto frío", le aconsejé. Es más fácil resfriarse cuando cambian las estaciones". "Sí, Alteza. Ahora túmbate". No parecía disfrutar hablando del tiempo. *** Era de nuevo por la mañana. Etsen llegó al palacio antes de lo habitual. "Parece que tienes algo que decir, . le dije. "Tengo una petición, Su Alteza". Arielle había seleccionado "D" anoche... Ofrecerse a dormir aquí esta noche. No había pegado ojo debido a las notificaciones esporádicas que aparecían a lo largo de la noche. Aunque Eclat me había subido las mantas hasta la barbilla e incluso me había dado un vaso de leche caliente, no había sido suficiente para conciliar el sueño. No había nada útil en las notificaciones que habían aparecido mientras Arielle forcejeaba con Argen en la cama, pero aun así tenía que comprobarlo cada vez, por si acaso pudiera haber alguna pista importante. Ahora tenía un dolor de cabeza palpitante. Parecía que tendría que volver a tener en cuenta la destreza sexual de Arielle. Quiero decir, cómo era que aquella mujer ni siquiera se paraba a comprobar si estaban podridos o frescos, mientras tuvieran una cara decente... Uf, no importa, pensé con un suspiro. "Perdóneme, Alteza", dijo. "Es sólo una pequeña petición, así que espero que pueda considerarla". "¿Eh?" Le hice un débil gesto con la mano. "No, no, estaba pensando en otra cosa. Entonces, ¿cuál es tu petición?" "Necesito algo de tiempo para ocuparme de... asuntos personales. " Con todo lo que había pasado anoche, podía entender que estuviera preocupado por Arielle. No podía obligarlo a quedarse a mi lado cuando su corazón estaba claramente en otra parte. "¿Podría irme un poco antes por el momento, Su Alteza?" "Puede", respondí de buena gana. Etsen me miró un momento y luego bajó la mirada, como de costumbre. No tenía ni idea de lo que pasaba por su cabeza en ese momento, pero había algo que quería decirle. "No te esfuerces demasiado", le dije. No contestó. No es que esperara que lo hiciera. *** "¿No está haciendo las maletas, Alteza?", preguntó el ayudante al ver que el príncipe heredero no se preparaba para partir. Kairos se sentó junto al alféizar y balanceó las piernas distraídamente. "No". "¿Por qué no? ¿No tienes nada que empacar?", dijo el ayudante, volviéndose para mirarlo, desconcertado. La cálida luz del sol se colaba por la ventana, acompañada de vientos vigorizantes. Kairos sonrió. "No voy a volver. " "¿Perdón?" "Pero puedes volver". : Kairos giró la cabeza para volver a mirar por la ventana. "Alteza, ¿de qué está hablando? ¿Qué quieres decir con no volver?" "Que yo me quede no significa que tú debas hacerlo. Tienes una familia". "¡Tú también tienes una familia, Alteza!". Kairos soltó una suave risita y agachó brevemente la cabeza antes de volver a levantarla. "Gracias por aguantarme. Ahora vete a casa y hazle la pelota a mi hermano: sé que necesitas ese ascenso". "¡Señor!" "No voy a volver", repitió Kairos con firmeza. "No hasta que mi hermano suceda en el trono". *** Era tarde en la noche. El aire estaba tan quieto que incluso se podían oír las velas parpadeando y chisporroteando. "Querida, mi preciosa querida". Una mujer pálida y hermosa murmuró en voz baja mientras se hundía en el suelo, acunando a un niño pequeño en sus brazos y acariciándole las mejillas, para luego alisarle el pelo. "Mi precioso bebé, mi precioso bebé". El bebé era realmente hermoso y delicado, más bien como una muñeca, vestido con un vestido blanco y una diadema de flores, con el pelo rojo que le llegaba hasta la cintura igual que el de la mujer. Apretado en los brazos de la mujer, el bebé lloraba: "Ma... Mamá... Pero la mujer no parecía oírle. Se limitó a acercar su cara a las mejillas del bebé y murmurar extasiada: "Qué bonito... mi pequeña Eliza". Abrazó a la niña por los hombros con cariño y la envolvió en sus brazos. Atrapada e incapaz de escapar, la niña se atragantó: "Mamá, yo...". "El bebé luchó por agarrar la manga de la mujer. "Yo... yo soy..." No soy Eliza. *** Con un jadeo agudo, Kairos se incorporó en la cama, despertando de su sueño. Le temblaban las manos. Cuando se tocó la frente, estaba empapada en sudor. "Mierda...", jadeó, riéndose nerviosamente de sí mismo. Se inclinó hacia delante y enterró la cara entre las manos. Luego apretó los puños. Cuando se obligó a calmarse, aquella emoción familiar y espantosa empezó a invadirlo de nuevo. Kairos apretó los dientes y sus puños se cerraron con fuerza, pero nada estaba a su alcance. ¿Por qué me visitas en sueños después de tanto tiempo, madre? El cielo seguía oscuro en el exterior. Read the full article
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kybldo · 2 years ago
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Decisión
"¿Vas a hacerlo o no?"
"No lo sé, a lo mejor."
"¿A lo mejor qué?"
"Pues eso, a lo mejor."
Delante de ella, la pantalla del ordenador. En la pantalla del ordenador, una oferta de trabajo. Debajo de la oferta, un botón.
"A mí me parece que estás en una situación bastante binaria." Le dije. "O lo quieres o no lo quieres."
Habían pasado 3 días desde que le había llegado la oferta. Habían pasado 2 días y medio desde que empecé a cuestionarme su actitud.
"No es tan fácil, nunca lo es."
"O quieres el trabajo, o no lo quieres. Decide, por el amor de dios."
"No es que no lo quiera."
"¿Entonces?"
"Es que tampoco sé si lo quiero."
Me senté en la mesa, delante de ella. Sus ojos asomaban por la parte de arriba del portátil.
"¿Qué tiene de malo?"
"Nada."
"¿Y qué tiene de bueno?"
"Algo, supongo."
"Dinero, estabilidad. Esas cosas están bien. Son cosas que quieres."
No contestó. Me volvió a esconder la mirada detrás de la pantalla del portátil.
"Las quieres, ¿verdad?"
"Ehhhhhh-"
"Venga ya, no puedes decirme que no quieres el dinero."
"Quiero el dinero. Es decir, me gusta el dinero. La forma de ganarlo, en cambio, no sé si me convence."
"Llevas dos meses buscando trabajo, seguro que te convencía cuando enviaste el currículum."
"Para ser honestos, estaba en pánico cuando envié el currículum."
Me acordé del día que envió el currículum. No mentía.
"Touché."
Suspirando, cerró la pantalla del portátil. La expresión de su cara, ahora descubierta y sin la pantalla por delante, era de derrota.
"Día 4, allá vamos."
"¿Qué?"
"Mañana será el día número 4 desde que te llegó la oferta. Me interesa ver hasta cuál puedes llegar."
"Eres un capullo, que lo sepas."
Se levantó para darme un golpe en el hombro, sin éxito.
"Además", añadió, "estás equivocado."
"¿Cómo?"
"La oferta llegó la semana pasada. Mañana es el día 8."
"¿Y por qué has tardado tanto en decírmelo?"
"...porque quería segundas opiniones. Se suponía que no tenías que enterarte de esa parte."
Volvió a sentarse. Cuando lo hizo, le di la mano.
"¿Estás segura de que quieres el trabajo? Es decir, ¿estás lo suficientemente segura de no querer quererlo como para rechazarlo ya?"
"Sé que lo necesito. Sé que lo quiero. Sé que voy a aceptarlo. Lo único que no sé es cuando."
"¿Acaso esperas a algo?"
"A estar completamente segura, supongo."
"¿Crees que lo vas a estar en algún momento?"
"Cuando empecé a cuestionarme eso es cuando vine a pedirte consejo."
"Vaya por dios."
"Vaya por dios."
Le di la otra mano. Empecé a apretarlas. Ella hizo lo mismo.
"Albuquerque."
"¿Qué?"
"Albuquerque, Nuevo México. Vámonos para allá."
"¿Así de repente?"
"Tú y yo, sin preocupaciones, viviendo nuestra mejor vida. Piénsalo."
"¿Incluye esta propuesta una caravana?"
"Puede."
"¿Acaso intentas que nos montemos un Breaking Bad?"
"Que bien me conoces."
"Y supongo que también esperas que nos pongamos a hacer metanfetamina."
"Por supuesto, lo tengo todo planeado."
"Ajá."
"Además, tenemos la serie de referencia. Podemos ver lo que Walter hizo mal y asegurarnos el éxito."
"No sabemos nada de química."
"No con esa actitud."
"No con esta actitud, desde luego."
"¿Significa eso que te puedo convencer?"
"No."
"¿Ni siquiera un poco?"
"Te acepto unas vacaciones, si es lo que quieres."
"¿Incluirían el hacer metanfetamina?"
"..."
"¿Y bien?"
"No."
Quitó sus manos de las mías. Las miró un segundo. Volvió a mirarme.
"Te sudan las manos."
Me miré las manos. Estaban sudadas.
"Ya te digo."
La vista se me fue a la muñeca. Vi la hora.
"Son las 21:30, ¿quieres cenar?"
"A eso no te diría que no."
"¿Mexicano?"
"Tampoco te pases de listo."
Esa noche, cenamos chino.
El día siguiente, no pensó en la oferta de trabajo.
Dos días después, la aceptó.
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you-moveme-kurt · 3 years ago
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Glee «Re-married»
Septiembre de 2024
-¡Esto es un asunto de no acabar!... —exclamo Kurt llegando a la sala, tenía una libreta en una mano y el teléfono móvil en la otra, Blaine en tanto, estaba sentado en el suelo con la espalda apoyada en el sofá más grande, había movido la mesa de café y se encontraba concentrado haciendo lo que su esposo le había pedido. -... -¿Me escuchaste?...—agregó llegando hasta donde estaba— ¡Blaine!... —exclamó dándole un golpe en la cabeza con la libreta. -¡Oye!.. —dijo este sobándose divertido. -Lo siento… pero parecía que no me estabas prestando atención, y odio cuándo no me prestas atención… —sentenció dejándose caer en el sofá— ¿cómo vas con eso?... —pregunto mirando la pila de invitaciones que faltaba por organizar y meter a los sobres. -Bien… —respondió mientras tomaba una invitación, una tarjeta de RSPV, una estampilla y por último el sobre,— aunque en realidad, aquí hay gente que nunca había escuchado nombrar en mi vida… y mira… que ya he vivido bastante tiempo… aquí en… New… York… —agregó lamiendo el sobre para poder sellarlo, Kurt hizo una pequeña mueca de asco seguida de otra de ternura al ver que su esposo ponía cara de ácido al saborear el pegamento base sintética de acetato de polivinilo— ¿y  tú?... ¿por qué reclamabas?... —pregunto tomando otra invitación y el resto de cosas siguiendo el orden que había establecido. -Porque la Señora encargada del catering… -Kurt… -¿Qué? -Bien sabes que no es una señora… la vimos y es como  20 años menor que nosotros…—corrigió Blaine riendo. -Pues si fuera así, sería un bebé de horas de vida… en fin… esta PERSONA… —Kurt levantó la voz poniendo énfasis cuando decía lo de «persona»— me llamó para decir que no se que cosa pasó con la importación de salmones y por lo tanto habrá que cambiar el menú…
-¿En serio? -Si… me dio como ocho opciones ninguna de las cuales me convence… -Pues siéntate aquí conmigo y las discutimos… —dijo Blaine moviendo algunas cajas para hacer espacio. -¿Quieres que me siente en el piso? ?¿qué es esto? ¿el 2011 en Bushwick? -Bueno… -¡Uy!... ¡sabía que tarde o temprano todo empezaría a salir mal!… ¿por qué acordamos hacer esto? -¿Volvernos a casar, dices tú? -Si… -Porque hace como… —Blaine hizo una pausa para recordar bien el dato que estaba a punto de decir— dos o tres años, y en plena segunda dosis de la vacuna contra el COVID, nos encontramos con Brittney y Santana y ellas nos contaron que se volvían a casar cada año, en una especie de compromiso permanente o algo así,  y en aquella ocasión, tú te pusiste un tanto celoso de eso e inventaste que nosotros planeábamos hacerlo cada diez años porque era un número más  importante y serio… y terminaste diciendo «nos vemos en New York el 2024»… —dijo cerrando el tercer sobre y repitiendo lo de la mueca de ácido. -¿Quién eres? ¿el señor memoria? -Tu me preguntaste… -Lo sé… ¡uy!... —exclamó Kurt empuñando sus manos con teléfono y libreta incluidos. -Oye… se supone y acordamos hacer esto para disfrutar, bueno, disfrutar y hacer realidad eso que le presumiste a las Pierce Lopez… —dijo Blaine levantándose para sentarse a su lado en el sofá, Kurt se aprovechó del momento y se movió para dejar los pies en el brazo del sillón y la cabeza en el regazo de su esposo, este sonrió y comenzó a  acariciarle el cabello de inmediato— pero al parecer tu no lo estas disfrutando mucho… -No mucho… —contestó haciendo un puchero— pero no porque no quiera que hagamos esta ceremonia, si no porque no se… primero es una cosa, luego otra, luego la lista de invitados… ¿te fijaste que se supone que haríamos una cosa íntima y terminamos con una lista de como 350 personas?… ¡¿como diablos paso eso?!... —exclamó levantando los brazos. -No lo sé, pero estamos a tiempo de recortar la lista si quieres… nadie sabe sobre esto, creo que será más fácil dejar gente afuera… -¿Qué tal si la prensa entera?... -Pues solo se enteraran si nosotros filtramos la información, y no creo que eso pase, no somos Rachel Berry contratando paparazzis… -Oye… solo lo hizo una vez, bueno dos… —Blaine levantó una ceja— esta bien, ocho… pero la última le salió tan mal que creo que aprendió la lección… -Yo pensé que la había aprendido en la primera,  cuando los perros la arrastraron por varias cuadras… -Claro… -¿Qué dices? -No lo sé… no quisiera ofender a nadie… —dijo acomodándose de medio lado para mirarlo  a la cara, Blaine sonrió y se inclinó para besarle frente. -No ofenderemos a nadie, lo que sí es ofensivo es la cantidad de sobres que tendré que lamer si seguimos con ese número de invitados… ¿quieres hacer el intento? -¿Y qué criterios usaremos? -Pues no lo sé… tal vez el  tiempo que llevan en nuestras vidas, o si ambos los conocemos… —Kurt fue esta vez quien arqueó una ceja— ¿que? -Nada, pero es sabido que yo conozco a más gente  que tú y eso no los hace unos desconocidos… -Ok, pero al menos dejemos como criterio que yo los haya visto al menos una vez en la vida…. -Me parece justo… -Muy bien… creo que la lista esta bajo la caja de invitaciones… —dijo Blaine haciendo ademán de levantarse. -Pero no hagas eso… arruinas lo cómodo que estoy… yo tengo otra lista justo aquí.. —añadió Kurt pasado página de su libreta. -¿Y eso?... —pregunto Blaine señalando un corazón atravesado por una flecha y que decía Blaine y Kurt por siempre. -Cosas que dibujo cuando me ponen en espera en los lugares a los que llamo. -¿Te vino una añoranza del pasado? -Algo así… ¿recuerdas cuando encontraste el original?... —preguntó Kurt acomodándose un poco. -¿Recordarlo?, aun lo tengo señor Hummel-Anderson… —respondió Blaine dándole otro beso, esta vez en los labios. -¿De verdad? -Mucho… -Vaya… como no amarte Blaine Anderson-Hummel… —dijo Kurt estirando sus labios para recibir otro beso, su esposo no se hizo de rogar y volvió a besarlo— oye, una pregunta… ¿nuestras sortijas serán las mismas? -¿A qué te refieres? -A eso... a que si nuestras sortijas serán las mismas… -Pues la mía se ve muy bien… —dijo Blaine mirándose la mano. -Igual que la mía… —concordó Kurt mirándose la propia— además significan mucho para mi…. -¿Nos quedamos con las mismas entonces? -Nos quedamos… -Me parece bien… aunque fueron un regalo de Sue… creo y son hermosas... -Y costosas… las busqué en línea el mismo día de nuestro matrimonio y son joyas de 5 dígitos… -¿De verdad? -Muy verdad… me sorprendí al principio y quise hacer algo al respecto,   pero luego pensé que las merecemos, después de todo a  nosotros nos mandó a ProvinceTown y a las chicas a las Bahamas… -Excelente punto… ¿revisemos nombres? -Revisemos… —repitió Kurt llegando a la página correspondiente— un momento… -¿Qué? -¿No deberíamos llamar a nuestros hijos?, es el ultimo día que están con mi Papá y Carole en Lima, tal vez deberíamos darles instrucciones o algo… -¿A Burt y Carole? -No… a nuestros hijos… -¿Y qué instrucciones por favor?, porque te recuerdo que tienen 6 y dos años… -No lo se… que nos compren regalos en el «duty free» por ejemplo… -Kurt… -¿Que?… no se si sabes pero “Angie’s Cake” tiene un kiosko en el aeropuerto… —dijo Kurt como cantando, Blaine alzó sus cejas y de un segundo a otro sintió que su boca se llenaba de saliva. -Ok… si es tan importante para ti… llamémoslos… —terminó pro decir Blaine disimulando sus ganas de pastel de limón.
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elementalxwitch · 4 years ago
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❝                        › Rol privado.                ↳ with @msimpossiblewitch              And... you are?
No era novedad para nadie cercano que la arquitecta había desarrollado una fuerte adicción al café desde su instalación en tierras americanas, por lo que se podría decir que la rutina de Christine se basaba en salir a trotar con el sol saliente, parar en la cafetería más cercana al departamento, desayunar con la mirada pérdida y luego volver a su hogar para tomar una ducha rápida, ayudar a su hija para ir al colegio y finalmente ella pasar a su estudio para hundirse en los planos hasta nuevo aviso.
Sin embargo, sentía en sus poros que algo distinto ocurriría en el presente día. Mientras estaba sentada en aquella cafetería, tomando a pequeños sorbos aquel cappuccino que sostenía entre sus dedos, una mujer llamó su atención.
No se dio cuenta que tenía la mirada clavada en ella cuando ambas cruzaron miradas, casi de forma inmediata Hayden desvió su atención a uno de los carteles de menú, comenzó a leerlos mientras tomaba un gran sorbo de su café. Su sexto sentido estaba rascándole la nunca, no tenía idea de porqué esa mujer le despertaba tanta curiosidad, Christine simplemente trató de callar a sus pensamientos y buscó refugio en el calor de su taza, en su intento de no volver a posar los ojos sobre la castaña, todo con el fin de no parecer alguna especie de acosadora.
Nunca ha sido fácil enfrentar una situación como la que Aradia estaba por vivir. Tiene a su hermana a tan solo unos metros. Sabe que ha ido varias veces ya que según los datos que ha conseguido sobre ella dicen que su trabajo no está tan lejos de allí y es donde prácticamente se encuentra en su momento de descanso.
La observa y por un instante su mirada con la de su hermana se cruzan. Siente en su interior un nerviosismo que no ha sentido nunca. Observa sus manos y éstas le tiemblan. Cierra sus ojos y respira profundamente terminado con el té que se ha pedido un tiempo antes y decide levantarse y acercarse hacia donde Hayden se encuentra.
— No sé si es buen momento para esto pero necesito hablar contigo..—musita la castaña observando a la otra, mirando cada uno de los pequeños gestos de su hermana e incluso algún parecido físico que hay entre ellas. — Me llamo Aradia.. y sí, puedo imaginar lo que piensas.. “¿Quién es, qué hace esta desconocida aquí y qué quiere?
Antes que nada le observa mientras pone una de sus manos sobre una de las sillas que se encuentran frente a Hayden para poder sentarse. — ¿Puedo?
Levantó la cabeza de golpe al escuchar la voz, estudió el rostro ajeno ahora con más detenimiento— ¿Hablar conmigo? —fue lo único que pudo responder ya que la contraria volvió a hablar.
Hayden adoptó una postura erguida e inclusive en modo de defensa, su cabeza había vuelto a trabajar. Sabía que la mujer tenía noticias pero lo que no sabía era si era referente a su ex quién había logrado conseguir información sobre sus secretos pasados o si Elliot había logrado ventajas para investigarla y sacarle a la niña.
— Mira, si vienes departe de mi ex esposo, por favor, retírate que no quiero armar ningún escándalo y este es mi tiempo de paz mental, además por órdenes legales no podemos ni intercambiar palabras, ni miradas. —Christine hizo un gesto con la mano queriendo indicar que le negaba su compañía— No sé quién eres y la verdad es que no estoy interesada.
Cuando escucha sus palabras sabe que está malentendiendo las cosas pero le comprende. — No, no vengo de parte de tu ex esposo, tampoco se quien es ni que hace..—musita la muchacha mientras la observa. — Se trata de algo relacionado a tu padre y algo que jamás ha contado. —Aradia respira profundamente. — No quiero caerte de la nada con una noticia que te caerá pesada…—la muchacha la observa a su hermana. La misma no sabe ni siquiera de su existencia.
No piensa que ella vaya a creerle a la primera de cambio, pero la intención de decirle la verdad está. — Tu padre, es también mi padre..—le dice Lilly a Hayden esperando a su respuesta. — Pero nunca me ha dejado conocerlas a ninguna de ustedes.. —comenta. No quiere ni sacar a la luz que sus padres le han pagado a la madre de Aradia para que ambas se mantuvieran lejos de sus hermanas. Y es algo que con lo que ha crecido ella. Sabiendo que tenía familia, pero que esta tampoco sabía de su existencia. — Si no me crees, lo comprendo. Pero no estoy mintiendo.
Se tuvo que cubrir la boca con una mano debido al café que se le había escapado de sus labios gracias a la risa que sus palabras le provocado.— ¿Perdón? Te estás confundiendo y grande. —negó con la cabeza repetidas veces limpiando la comisura de sus labios con una servilleta.
— Mis padres son extremadamente correctos para que él tenga un desliz o un amor fuera del matrimonio, con decirte que por andar de caliente yo me han echado de la casa y no he pisado bajo ese techo en casi diecisiete años. —la castaña miraba aún con una expresión burlona a la muchacha que estaba parada frente a ella. Pero mientras la miraba podía notar en ella pequeños rasgos de su padre, pero era algo que no iba a aceptar— ¿Quieres dinero? No soy la que está para dar alguno, menos con que no me han dejado nada. —hizo una mueca con los labios acomodándose en su lugar— Eres una chica bastante graciosa, pero diste con el blanco equivocado.
Sabe que no será fácil convencer a Hayden de su verdad. Pero no se va a rendir. — No quiero plata, no necesito plata. Bien me mantengo con mi trabajo. Ese no es mi problema, ni mi punto..—musita Aradia tratando de no levantar la voz así las personas que están en la cafetería no las observan.
— Tu padre es un hipócrita por haberte hecho eso, porque sí..—le observa la castaña y suspira profundamente. — Ha tenido un maldito desliz con mi madre y lo único que ha hecho fue pagarle a mi madre para que no hablara de mi existencia. No me dejaban conocerlas, no podía..—niega suavemente con la cabeza. Sabe que no será fácil que le crea. Algunas lágrimas se asoman en sus ojos pero se los seca con rapidez. — No espero a que realmente entiendas a que vengo. Pero esperaré el tiempo que sea necesario para que puedas escuchar mi versión de esta historia y mostrarte que esto que te digo no es más que la verdad. Y que el único motivo por el que estoy aquí hoy es para tener la oportunidad de conocerte, de conocerlas a ti y a Auburne. Y tener de una vez por todas a mis hermanas mayores como ha debido ser siempre.
Tres cosas habían logrado que Christine bajara la barrera que había comenzado a levantar: las lágrimas, la mención de la paga y el nombre de su hermana menor.
Respecto a lo segundo, sí, era algo típico en su familia el ofrecer dinero para callar a los demás y era algo que habían hecho con la familia del padre de su hija. Esta vez, en una forma mucho más maternal Hayden hizo un gesto con la mano invitándola a sentar y con delicadeza extendió una servilleta para que la menor la use de pañuelo.
— Primero que todo, cálmate y no te descompongas que lo máximo que puedo hacer por ti es ofrecerte esta servilleta. —la voz de Christine por más pausada que suene, todavía existía la frialdad en su tono— En segundo lugar, me cuesta creerte y no creo que lo haga, pero tienes que darme la pincelada completa ¿De dónde eres? ¿Cuántos años tienes? Tengo que hacer mis propias investigaciones y si no me das toda la información, será muy dificil para mi creer que no quieres más que plata.
Aradia toma la servilleta para secar sus lágrimas y le agradece. Al ver que le permite sentarse, lo hace y la observa. Está un poco más abierta a escucharla y espera que realmente todo lo que ha hecho hasta llegar a ella, funcione.
—Soy de Londres, más bien del barrio de South Kensington. He vivido prácticamente pocos años allí ya que a mi madre la transfirieron sorpresivamente a la otra punta del mundo..—da a entender que probablemente su padre ha tenido que ver con ello para evitar el contacto estrecho entre las Vorgrimler y Aradia. — Tengo treinta, en octubre cumplo los treinta y uno. Soy periodista y gracias a mi trabajo he podido dar contigo ya que no tenía idea de que estabas viviendo aquí en Nueva York. —para Aradia haberse enterado de que Hayden estaba viviendo en la misma ciudad que ella ha sido una señal.
—Pregúntame todo lo que quieras que te responderé..—le observa mientras aprieta con suavidad la servilleta que se encuentra un poco húmeda debido a las lágrimas.
Un prolongado silencio se hizo presente en la mayor mientras analizaba y obligaba a su mente a indagar en recuerdos pero por lógica no iba a tener absolutamente nada, debido a que lo acontecido se dio cuando ella era prácticamente una bebé.
Hayden levantó la mirada hacia el techo e inhaló aire— Tiene sentido, a grandes rasgos. Nosotros siempre estuvimos en la misma ciudad de Londres, dónde vivían era un lugar vecino y dónde papá iba al museo a trabajar.
Apoyó sus brazos sobre la mesa e inclinó su cuerpo hacia el frente, buscando cercanía. "𝐇𝐚𝐲𝐝𝐞𝐧, 𝐧𝐨 𝐭𝐞 𝐞𝐬𝐭𝐚́ 𝐦𝐢𝐧𝐭𝐢𝐞𝐧𝐝𝐨.” escuchó en su cabeza y asintió confirmando aquel pensamiento.— ¿Cómo se llamaba tu madre? Desde que papá falleció sus cuentas se congelaron, así que, capaz pueda corroborar ciertas cosas con eso.
Poco a poco Aradia puede sentir un poco más de tranquilidad al observar que Hayden se está abriendo un poco más para escucharla. — Yo no tengo prácticamente recuerdo de Londres pero alguna vez desearía regresar a la ciudad que me vio nacer..—responde ella añorando lo que ha podido ser y no fue.
— Mi madre se llama Marguerite Loughty. Yo llevo los dos apellido, el suyo y el de nuestro padre..—musita la muchacha. Él le ha reconocido -prácticamente en su lecho de muerte- como hija pero jamás ha estado presente ni siquiera en ninguno de sus cumpleaños. Para ella él ha sido nada más ni nada menos que un total y completo desconocido. — Si precisas mi identificación, mi acta de nacimiento.. todo lo que necesites para comprenderme, lo haré. —Aradia muestra una mueca de lado. Realmente quiere conocer a su hermana y tener la oportunidad de crear una relación entre ellas.
— No, no es como que… —suspiró y negó con la cabeza varias veces. Christine se paró de su lugar mientras se arropaba con su abrigo para volver a la intemperie— ¿Sabes? Anótame tu número y veré de volver a colocarme en contacto contigo, necesito hablarlo con mi herm.. con Auburne y luego sentar cosas, esto es demasiado.
Hayden dejó dinero sobre la mesa y guardando su billetera en sus bolsillos volvió a mirar a Aradia— Mira, fue un gusto, en serio, pero no quita lo raro de todo esto ¿He pasado treinta y tres años de mi vida sin saber que tengo una hermana más? —arrugó su nariz sacando el cabello que había quedado atrapado por el abrigo. En su interior se movió todo de repente, las emociones siempre lograban dominar sus acciones— Solo, solo espera a que yo me vuelva a colocar en contacto ¿Te parece? Dame tu número. —volvió a pedir, esta vez entregándole el celular para que lo anotara.
Cuando Hayden le pide su número para ponerse en contacto duda que quiera hacerlo. Piensa que todo lo que le ha dicho ha sido en vano pero necesita tener otra oportunidad donde conversar más cosas. Quiere realmente tener contacto con ellas.
Cuando le da su móvil para que Lilly le anote su número, lo hace con rapidez. —Toma, y gracias por darme la oportunidad de poder hablarte. Sé que es difícil de asimilar todo eso y lo comprendo..—Aradia le dice con calma y con una sonrisa le agradece mientras le regresa su móvil. —También es difícil para mi pasar por esto..—concluye la muchacha mientras se para también para despedirse. No sabe si estrechar su mano o abrazarle, pero hace lo primero. — Esperaré tu llamado..—y una vez que cada una se despide, Aradia vuelve hacia su casa ya que han pasado horas de que ha terminado su horario de trabajo.
Rol cerrado.
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renewyoursoul · 4 years ago
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ㅤㅤㅤ; ✨ 。𝐎𝐧𝐞 𝐒𝐭𝐞𝐩 𝐂𝐥𝐨𝐬𝐞𝐫   ㅤㅤㅤ 𝗙𝘁. Lan WangJi (君含光) ㅤ ㅤ  Es muy común ver a Wei WuXian tomar siestas en los sitios más inesperados, generalmente en los tejados, pero esta vez se encontraba profundamente dormido bajo el cobijo de un árbol, si bien el clima en Cloud Recesses es frío al tratarse de una montaña, hay algunos puntos como ese donde se puede disfrutar de cierta calidez.  El joven cultivador permanecía apacible sumergido en un sueño que lo remontaba al Muelle de Loto, se divertía cazando faisanes hasta que un peculiar olor a sándalo lo distrajo de su tarea, la realidad comenzaba a mezclarse con el sueño, el aroma de Hanguang-Jun quien estaba tan cerca de su cuerpo se propagó hacia su subconsciente.  —Lan Zhan… —susurró adormilado y apretó ligeramente los párpados cuando sintió un cosquilleo en la mejilla, el suave tacto lo hizo despertar poco a poco, sus ojos se entreabrieron con pereza y delante se encontró con unos irises dorados devolviéndole la mirada, parpadeó para acostumbrase a la luz y entonces sonrió con aire travieso—. ¿Qué estás haciendo, Lan Zhan?
君含光 Recién salía de uno de los pabellones de la secta, había terminado de impartir las clases a algunos de los discípulos menores por lo que tenía algo de tiempo antes de seguir con sus ocupaciones, pensaba en ir al JingShi para revisar algunos informes que tenía pendientes, pero en su camino allá se topó con una imagen bastante curiosa que le hizo desviarse. No era la primera vez que le veía dormir en aquellos lugares, seguía sorprendiéndole la facilidad con la que lo lograba, y lo tranquilo que se veía al dormir, aun cuando la posición en la que se contraba parecía incomoda su rostro solo reflejaba tranquilidad. Una vez frente a él se arrodilló para quedar a su altura, estuvo observándole un par de segundos sin querer molestarle, pero una de sus manos ya se había movido tomando entre sus dedos una pequeña porción de cabello que estaba cubriendo su rostro para así acomodarla tras una de las orejas del menor. Estaba concentrado en realizar aquella acción con suavidad y no perturbar el sueño ajeno, aun así apenas estaba terminando de hacerlo cuando aquella voz llegó hasta sus oídos. —Si duermes fuera vas a enfermar. —se limitó a responder mientras con tranquilidad apartaba su mano.
Wei Ying Atrapó la mano del jade antes de que la apartara por completo y lo miró aún con esa sonrisa juguetona plasmada en los labios. —¿Estás preocupado por mí, Han GuangJun? —su expresión era alegre y lozana, esa cara por la que muchas jovencitas de Yunmeng suspiran. —¡Ya sé! ¿Por qué no bajamos la montaña y vamos a comer algo rico? ¡Necesito proteínas para no enfermar! —diría cualquier cosa con tal de salir de Cloud Recesses pero en parte sí está aburrido de los mismos platillos de siempre que carecen de picante, además si logra arrastrar a Lan WangJi a sus travesuras seguramente nadie lo castigará.
君含光 Entrecerró un poco sus ojos en cuanto su mano fue detenida, aun así no trató de retirarla, simplemente se quedó quieto mientras le escuchaba. Respondió aquello con un simple "Mhn" como una respuesta positiva a su pregunta, le preocupó el verle ahí afuera sin mayor abrigo, aun cuando él estaba más que acostumbrado a las temperaturas bajas de Gusu, el menor no lo estaba. —Vamos. —habló soltando de a poco su mano para poder levantarse. No era ningún secreto que Wei Ying odiara la comida de su secta ya que constantemente se quejaba de esta por lo que no podía negarse a su petición, tampoco es como si quisiera causarle algún tipo de castigo con su alimentación.
Wei Ying —¿De verdad? ¡Excelente! —dejo ir la mano que sostenía y se puso de pie, hizo un par de flexiones hacia los costados para desentumecer su cuerpo, estuvo un buen rato en la misma posición y su espalda se había puesto rígida. —¿Caminamos o prefieres volar en las espadas? —se desató la cinta roja del cabello para volver a peinarlo, deslizó los dedos por entre los largos mechones hasta formar la coleta alta. —Lan Zhan ¿me ayudas? —le ofreció el lazo para que él lo anudara mientras se sostiene el pelo.
君含光 Le esperó paciente observando sus estiramientos, no le sorprendieron aquellos movimientos ya que estaba seguro que podía sentirse un poco incómodo por la posición en la que había estado descansando. —Caminemos. Prefería llamar la atención lo menos posible, además, pensó que sería bueno dar una pequeña caminata hasta el pueblo, sería también una forma de distraerse. Ante su nueva petición asintió un par de veces mientras tomando aquel lazo se encargaba de atar su cabello, le había visto hacerlo varias veces por lo que conocía bien que tan apretado dejaba o la forma en la que lo ataba por lo que imitando las acciones que había visto lo anudó para así dar un paso hacia atrás. —¿Está bien?
Wei Ying Revisó el ajuste del lazo cuando Lan Zhan terminó y deslizó los dedos por toda la longitud del cabello hasta las puntas, sonriendo después. —Está perfecto, ¡vamos! —estaba demasiado animado, no sólo porque comerá algo delicioso apenas llegar al pueblo sino por la compañía del segundo jade. Inició lo que será una larga pero entretenida caminata, el sendero de la montaña es un poco rustico e ideal para jugar, de vez en vez brincaba encima de un pedrusco y luego a otro, esto con un perfecto equilibrio, podía ir incluso parloteando sobre esto y aquello, mirando el cielo o los alrededores y aún así no sufriría un sólo tropezón, sin duda hacía un gran contraste con el andar elegante del cultivador a su lado. —¡Lan Zhan! —lo llamó de repente y llevó la mirada hacia él—. ¿Te gusta el congee?
君含光 Bajaba la montaña con tranquilidad pareciendo ajeno a las acciones del menor cuando realmente se mantenía al pendiente de este, sabía bien que era alguien hábil y que no caería tan fácil, aun así no podía evitar el mantener su atención sobre él por si algo imprevisto llevaba a ocurrir. Mientras le escuchaba hablar respondía con algunos monosílabos, no preguntaba mayor cosa ya que todo aquello que hablaba eran cosas que al parecer quería contarte y él escuchaba atento a cada palabra. —Me gusta. —respondió mientras ya no solo le veía de reojo, sino posaba su mirada completamente en él. —Su sabor es suave, me gusta.
Wei Ying —¿Suave? Lan Zhan, oh Lan Zhan —negaba con la cabeza como un lamento—. Un día tienes que venir conmigo a Muelle de Loto para comer congee extra picante, ¡es lo mejor! —contempló por un momento la expresión serena y sublime de su compañero, estaba seguro de que al llegar al pueblo todas las chicas empezarían a suspirar por él y aprovecharía para hacerle algunas bromas. —Por cierto, ¿está bien si compro algunas jarras de Sonrisa del Emperador? Prometo beberlas todas allí, no traeré ninguna conmigo de vuelta —sus pasos seguían siendo ligeros y su cuerpo se movía con gracia, es verdad que Lan WangJi atrae miradas por ese aire elegante y majestuoso, en cambio Wei Ying debido a su aire juguetón e intrépido.
君含光 Esta vez no iba a negarse ante la invitación a Yunmeng, sin embargo sí pensaría un poco lo de comer congee picante, anteriormente ya le había hecho probar comida así y aunque no se hubiese quejado su lengua había recibido un daño considerable ante un sabor tan intenso. —Si no lo bebes en Gusu no hay problema. Su mirada regresó al frente dándose cuenta que estaba ya casi entrando al pueblo, algo que lamentó internamente, no solo debido a que aquel lugar era un poco más ruidoso a lo que acostumbraba, sino también porque la caminata que habían tenido estaba por terminar, y aunque seguirían juntos hasta la posada donde comerían, ahora tendrían más personas a su alrededor. —Hay un lugar donde puedes comer algo picante. —informó mientras encaminaba sus pasos en la dirección en la que se encontraba dicho lugar, había escuchado sobre él un par de veces, y aunque sabía que podría no ser demasiado picante para el paladar del menor, al menos era lo que más podía acercarse a lo que disfrutaba comer.
Wei Ying —¿Y si lo bebo en Gusu qué harás? —preguntó con aire travieso, sólo estaba bromeando, no iba a romper las reglas, al menos no por ahora. Su mirada también se dirigió al frente y sonrió al oír el típico bullicio de un pueblo animado, seguramente el mercado está en pleno apogeo, extrañaba ese ambiente un tanto caótico pues en Cloud Recesses lo que reina es el sonido de la naturaleza. —Oh, ¿en verdad? —se giró animosamente hacia el jade, sus ojos brillando de la emoción—. ¡Vamos, vamos! —instó y se dejó guiar por el mayor, ingresó al establecimiento como si se tratase de su propia casa y buscó una mesa desocupada para luego apropiarse de ella. —¿Beberás una copa conmigo, Lan Zhan? —preguntó al momento de sentarse cómodamente sobre el cojín.
君含光 —Deberás copiar las reglas. Sabía que no era la primera vez que bebía dentro de la secta, pero hacía tiempo que dejó de llamarle la atención por hacerlo, por lo que aunque había dado esa respuesta probablemente el otro sabía que se salvaría de ello. Adentrándose más en aquel pueblo siguió caminando con tranquilidad guiándole a la posada antes mencionada, era un buen lugar, pero tal vez debido a la hora que decidieron visitarla no habían demasiadas personas dentro por lo que habían unas cuantas mesas vacías. Dejó que el menor eligiera el lugar donde se sentirían mientras esta vez era él quien le seguía acomodándose frente a él. —¿Beber? —anteriormente se habría molestado por aquella pregunta, pero esta vez ni siquiera se inmutó, se limitó a negar con suavidad un par de veces. —Puedes beber tú, yo pediré algo de té. Tras terminar de hablar permitió que fuese él quien pidiera lo que deseara comer ya que uno de los mozos se les había acercado para poder atenderles.
Wei Ying —¡No, eso jamás, nunca más! —incluso se le erizó la piel al recordar esas largas y tediosas horas de castigo, mismas que fue capaz de soportar únicamente porque Lan WangJi estaba a su lado. Se desparramó un instante sobre la mesa sólo porque lleva el dramatismo en la sangre, por otro lado es consciente de que ya no será castigado y el otro hará la vista gorda a muchas de sus faltas. —Qué aguafiestas, HanGuang-Jun —hizo un pequeño berrinche antes de dirigir su atención al mozo—. Tres jarrones de Sonrisa del Emperador y Congee picante para ambos, por favor —sonrió de manera encantadora antes de regresar la atención al otro cultivador—. Y un té —agregó—. ¿De qué lo prefieres, Lan Zhan?
君含光 —Entonces no rompas las reglas. Estaba acostumbrado a sus acciones, y sabía que podía reaccionar de esa manera ante su negativa, aunque creía que el menor ya esperaba aquella respuesta de su parte. Aun cuando cuando en algún momento aceptó beber con él las cosas se le habían salido de control, su tolerancia al alcohol era nula, por lo que prefería seguir evitándolo, más al estar a pleno luz del día. —De jazmín.—habló tras escuchar aquel pedido. Escuchar que él también comería algo picante le hizo suspirar para sus adentros pero no se opuso a esto y permitió que aquel joven se retirara para ir por su orden, sabía que necesitaría demasiado té para poder soportar aquel sabor.
Wei Ying El mozo no demoró demasiado en volver con los alimentos y las bebidas, el vapor del Congee recién preparado tenía ese ligero toque a picante que le hizo agua la boca. —¡A comer! —cogió los palillos de madera y se llevó un bocado de arroz a la boca, sus mejillas se colorearon de rojo debido al enorme placer de su paladar degustando esa exquisitez de platillo. —Venga, Lan Zhan, tienes que probarlo, ¡está delicioso! —le acercó más el otro plato al jade y luego destapó una botella de Sonrisa del Emperador para empezar a beber, justo allí otro de sus placeres culposos, el licor lo hizo suspirar con satisfacción.
君含光 Observando aquel tazón frente a él optó por mejor beber un poco de té y únicamente ver a su acompañante comer aquel platillo tan... especial. Le alegraba el saber el que le hubiese sido de su gusto, y cuando pensó que se concentraría en comer lo suyo, el otro plato fue empujado un poco más dejándolo más cerca de él. Dudoso observó el color rojizo del congee, y haciendo un gran esfuerzo probó un poco de aquel platillo arrepintiéndose casi al instante debido a lo picante que era, ¿cómo era posible que Wei Ying pudiese comer algo así? Su lengua incluso se sintió un tanto adormecida, aun así fingió que no había ocurrido nada y tras otro trago de té comió un poco más.
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lubay-nue · 4 years ago
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La Guerra de las Plumas 5
Notas del cap:
 Solo puedo decir… E-P-I-C-O
 ¡A leer!
 5 - Canto de Guerra
 -V-Vamos… con cuidado-  susurra suavemente México dejando con mucho cuidado a su padre Azteca recostado en su cama en su hogar en la ciudad de México… el tricolor observa que tanto su madre como su padre ahora yacían tranquilamente recostados en su propia cama, ajenos al mal del mundo, descansado y curando sus heridas muy lentamente, México acaricia con cuidado la mejilla de su madre y la frente de su padre, sonriendo suavemente enternecido de al menos imaginar que ya había liberado de su prisión a sus padres… su pesadilla por fin había terminado ahora que él los había rescatado…
 Era, por lo menos, el pequeño placebo que quería tener en esos instantes que su mente y su vida eran un caos complejo. Suspiro aliviado y cariñoso a su familia, encontrando a Chile en la puerta, aun quejándose bajito por su espalda, después de todo, aun con sus heridas y lo delgado que estaban sus padres, no se negaba que tenían bastante peso del que no estaban acostumbrados ninguno… México sonrío suavemente cuando vio a Chile chillando bajito cuando su espalda trono
 -Gracias por ayudarme Chile-  anuncia suavemente, siendo el chileno que viéndolo por el rabillo del ojo hace un monologo donde asemeja demostrar nulo interés por la situación actual; México sonríe suavemente, aun tenía miedo… aun estaba preocupado por lo que pudiera suceder, no solo a él, sino a sus padres… a las aves…
 -Weon…-  susurro chile siendo ignorado cuando la sonrisa del mexicano se transformo en una mueca deforme y lagrimas cayendo grácilmente por sus mejillas. El chileno avanzo entonces, envolviéndolo entre sus brazos para ayudarlo a desaparecer esas lágrimas. Solo fue recibido por los brazos del mexicano que necesitado cual niño pequeño y asustado, se aferran a los brazos de alguien para no dejarse caer. México oculta su mirada en el hombro de Chile y ahoga sus hipidos suavemente. Las lagrimas empapan el hombro y la ropa de chile quien solo mira hacia el cielo suspirando y dando suaves palmadas al contrario
 Tiene que pasar media hora para que México pueda calmarse. Ahora que esto se ha logrado, es el tricolor quien invita (a punta de amenazas) a Chile a comer y quedarse en su territorio unos días en agradecimiento. Viendo su estado, Chile no se niega, estaba ahora más preocupado por México que cuando lo intento rescatar de las garras de Rusia
 -Gil ¿Estai seguro que te encuentras bien?-  inquiere Chile por cuarta vez en lo que lleva estando en la casa del mexicano, siendo guiado por el tricolor que ahora mostraba una sonrisa mas aliviada de sus penas, sonriendo alegre y avanzando
 -A huevo cabron… no será tan fácil hacerme caer, eso se los aseguro cabrones!-  anuncia alegre y determinado, con un puño cerrado, con una determinación que parece menguar aunque es fuerte. Por fin terminan de bajar las escaleras y ante la sorpresa de Chile y de México. Apenas entran a la sala. Encuentran a ambos perros de México, un Chihuahua llamado Paco y un Calupoh peleando en el medio de la sala, justamente arriba del sofá y, como si de una película se tratase, destruyendo el ultimo cojín del sofá, haciendo que haya una lluvia de plumas de diversos colores que casi deja en un paro cardiaco a Chile al observar que además de haber destruido los cojines (que eran 4 en total) habían dejado hechos girones el sofá y una silla por lo poco que se veía
 México, que iba adelante de Chile y quien vio la escena primero, aun viendo a sus perros peleándose por los restos de la tela… México se encuentra más mirando hacia el techo donde ayudado por los ventiladores del mismo, puede ver las plumas volando suavemente y cayendo grácilmente sobre todos lados… pero, curiosamente, los vivos colores de las diferentes plumas llama increíblemente su atención más que los deseos de regañar a sus mascotas…
 -Eso es-  susurra bajito, abriendo sus ojos ante la revelación que sus perros le han entregado. Su mirada vuelve hacia Chile quien pregunta por lo que sea que haya dicho, México lo mira, tomándolo de sus brazos y zarandeándolo con la fuerza de quien aun esta herido y sangrante
-¡Esa es la respuesta Chile! ¡Ya sé que puedo hacer!- grita al haber encontrado lo que necesitaba. Chile lo mira confundido. Sus perros se han detenido de sus peleas y corre a saludar a México quien, tan rápido como los ve y como cae en cuenta del desastre, se pone en modo “jefa emputada” sacando de quien sabe donde una chancla y comenzando a regañar a sus perros por el desastre. Luego de eso, cual mujer bipolar amante de sus mascotas; con gran sonrisa extiende sus brazos y deja a sus perros que le den la bienvenida que tanto le hacía falta
 … … …
 El rato pasa tranquilo después de ello, Chile mira que México se ha negado a limpiar el desastre que han dejado sus perros y que tranquilamente le esta sirviendo la comida. El chileno quiere preguntar qué es lo que le ocurre pero no tiene el valor y no sabe qué clase de palabras utilizar para hacer la pregunta que le lleva carcomiendo desde hacía rato con su grito de victoria
 -Weon… ¿Qué chuchas hablabas hace rato con tener la respuesta?-  pregunta Chile ya no soportando la tranquilidad del latino para tomar las cosas, sin embargo, antes aun de que pueda ser respondida la pregunta, los perros del mexicano comienzan a ladrar hacia las escaleras. México pega un brinco y corre en dirección encontrando que Mexica, su madre, se encuentra sosteniéndose de los lados para poder bajar
 -¡Jefa!-  grita el latino, ayudándola a bajar muy lentamente al ritmo de la herida mujer que, finalmente, una vez en la planta baja y dejada con cuidado en una silla delante de la mesa con comida, mira hacia la madera con mirada apagada y cansada
-¿Cómo se siente? ¿Desea seguir descansando o necesita algo? Dígame y yo enseguida se lo traigo-  anuncia rápidamente el tricolor tratando de cuidar en todo momento a la mujer que con trabajo sube la mirada haciendo a ambos verse a los ojos… México deja de lado ese ser tan hiperactivo para sentarse al lado de la mujer y tomar con mucho cuidado y amor sus manos… el momento solo se enfrasca en ellos, en las lagrimas de la mujer y como lentamente abre sus brazos para acunar a su hijo en ellos, como se llenan de besos mutuamente y como ambos gimen bajito en dolor por sus heridas
 … … …
 Lo que parecen minutos eternos de parte de ambos dándose besos amorosos de madre e hijo, pasan a México relatándole por encima todo lo que había estado sucediendo desde que se volvió Nueva España hasta la fecha… siendo, de hecho, extrañamente especifico al hablar sobre la ultima situación… el atentado contra las aves del destino
 -¡Tienes que estar loco weon! ¡¿Cómo que ha sido el gil del Vaticano?!-  grita alterado Chile poniéndose de pie de la mesa, siendo su madre, quien también observe con sorpresa lo que ha pasado en esos momentos, lo mas “actual” México por su lado, se encuentra mirando a la madera, hablando seriamente y viendo a ambos countrys que le miran en silencio (casi) prestando atención a sus comentarios
 -Exacto, desconozco con que motivo certero es que el desquiciado del Vaticano quería nuestras alas pero… Rusia llego en el momento justo para matarlo antes de que él me matara a mi-  habla por lo bajo, subiendo por fin la irada a ambos countrys que le miran fijamente, siendo Mexica la única que asiente preocupada, México suspira y su gesto apenado cambia a uno serio
-Lo que paso después… fue que Rusia confeso a lujo de detalle que tanto él como su padre, Urss, siempre supieron que yo era el ave de la guerra… además de comprender que los afectados por el Vaticano son Aves del destino… me amenazo a que si no me quedaba a su lado… “aceptando su amor” el haría una tercera guerra mundial donde más de tres cuartas partes de la población mundial morirían por mi culpa…-  el silencio se volvió pesado después de eso. Chile se dejo caer pesadamente en su lugar, Mexica solo miro la madera de la mesa y estiro su mano en silencio hasta tocar una de su hijo, ambos se miraron suavemente, siendo sonrisas rotas que intentaban decirse “todo estará bien” lo único que se pudiera apreciar en esos momentos de desesperación
 -¿Y a ti te va tan tranquilo que me lo estés contando todo weon? Piénsalo ¿Y si ahora que yo sé sobre las aves, trato de lastimar a alguna? ¿Por qué no has pensado en eso gil culiao?-  gruñe Chile, interrumpiendo la escena de madre e hijo. Cuando México lo mira, sonríe suavemente, sin malicia, solo con un único conocimiento claro…
 -Porque yo también se que tu eres una de las aves del destino y que no harías nada en contra de las demás sabiendo que todos estamos en peligro-  esa simple afirmación congela a Chile. Ahora, aun antes de que se pueda decir algo al respecto; México se pone en pie, viendo tanto a su madre como a Chile con seriedad, listo para lo que iba a comenzar a partir de ese instante
-Necesito de su ayuda-  responde mirando a ambos countrsy que lo miran con confusión, México toma un pequeño segundo en silencio, llenando sus pulmones de aire y, así como había estado mirando a ambos, con seriedad, se hiergue, poniéndose de pie correctamente y hablando con una seriedad que nunca le había visto ninguno de los presentes
-Quiero hacer una guerra contra aquellos cazadores que han tratado de tener nuestras alas desde que los countrys tenemos consciencia de nuestra existencia-  la mención hace un momento de silencio seguido de gritos de sorpresa y miradas sorprendidas de parte de los otros dos
 -¡¿Perdiste la cabeza weon?! ¡Concheturame weon gil!- comenzó entre gritos el chileno, poniéndose de pie y comenzando a girar alrededor de la habitación, México solo los miraba fieramente, de un modo determinado, siendo, al final, Mexica la única que con voz baja debido a su cansancio, hace la pregunta
 -¿Qué tienes planeado México? Por lo que has dicho, no puedes tomarte a la ligera la idea de empezar una guerra, además ¿Qué hay de ese tal Rusia? ¿O de USA?-  pregunta suavemente
 -¡Eso mismo weon! ¡No podei comenzar algo tan loco! ¡¿Querei ponerte una soga al cuello o qué?!-  grita alarmado el contrario, México gruñe, elevando sus alas ante la sorpresa de ambos countrys que silenciosamente observan ahora como hay un brillo carmesí en la mirada del mexicano y sus plumas en la punta, se vuelven a pigmentar en carmesí brillante, aun más atrayente que el color de una rosa. Chile calla bruscamente observando la escena, Mexica solo muestra un gesto apenado y preocupado por su hijo
 -Es precisamente por el resto de las aves del destino que estoy haciendo esto… y no seremos solo nosotros…-  amenazo suavemente el tricolor, encogiendo poco sus alas y tratando de calmar ese fuego que nacía en su pecho con la idea de ver lastimadas al resto de las aves o a sus padres otra vez
-Rusia me amenazo con atacar a las demás aves… estoy bastante seguro que no será el único que posee este conocimiento… piénsenlo solo un momento… el Vaticano sabe sobre nosotros y además Rusia… ¿Cuánto tiempo tendremos antes de que se reanuden las persecuciones hacia las aves del destino para robar sus alas? ¿O que pasara si a una de las aves de la devastación la ponen en la misma situación en la que yo me encuentro y es obligado a atentar en nuestra contra? ¿Tienen la mas mínima idea de lo que va a tener que sufrir esa ave?- amenaza molesto, sus alas aunque parecen luchar por no moverse, por momentos se elevan mas, por otros, retroceden intentando no ser intimidantes, México esta tratando de controlarse, y de algún modo, lo logra por momentos, antes de que sus pensamientos y sentimientos influyan y sea más fácil reconocerlo por la forma y modo de mover de su alas
 Los otros dos countrys por su lado bajan la mirada en silencio, procesando lo que han escuchado… es verdad, que solo sería cuestión de tiempo antes de que el Vaticano vuelva a estar libre y de nueva cuenta los countrys afectados vuelvan a ser atacados, además, no había garantía de que esta vez el Vaticano no trate de asesinar a México de un modo más oficial a modo de que no pueda volver a revivir y si eso era cierto, también lo sería el hecho de que el mundo caería más fácilmente sin el ave de la guerra… había mucho en juego con tan solo pensar en dos countrys peligrosos que supieran el paradero de varias aves del destino…
 -La guerra es la mejor opción para salvar a todas las aves del destino-  se escucha una tercera voz que no había sonado antes. Todos suben la mirada en dirección de las escaleras encontrando a Imperio Azteca, mas lastimado que Mexica, mirando desde la zona la conversación, con su mirada también brillando en carmesí determinado, agarrándose de las paredes para avanzar y, con determinación, tratar de mostrar las alas que ya no posee
-Si no actuamos ahora, lo que nos paso a nosotros, volverá a pasarle a aves inocentes… ya fue demasiado tiempo en el anonimato ¡Tenemos que hacer algo o seremos cazados y asesinados!-  asegura Azteca. México corre junto a Chile para ayudar al country a sentarse en la mesa. Ahora, todos reunidos, México los mira, siendo apoyado por su padre Azteca, mira a su madre y a Chile quienes aun muestran un gesto preocupado
 -Aun si tuvieras nuestra ayuda, no sabemos que esto pueda funcionar México… no seas weon-  anuncia Chile suavemente, aun preocupado por la situación
 -Si un ave del destino acepta ayudar a una causa por voluntad propia, no siendo obligado a aceptar, el poder del ave beneficiara la causa y el poder aumentará… Si México es el ave de la guerra, nosotros podremos ayudarle-  anuncia Azteca igual de serio, mostrado gestos adoloridos pero seguro de lo que habla, Chile lo mira incrédulo, Azteca ahora solo mira a Mexica quien, comprendiendo su punto asiente
-Yo soy el ave de la fuerza, un ave que podría ser considerada como “Aliada”  y Mexica es el ave de la Victoria… si ambos estamos del lado de nuestro hijo, tendremos la victoria asegurada y será abolizante… esta guerra será nuestra-  asegura Azteca, México sonríe aliviado de saberse apoyado, Mexica parece también estar de a cuerdo con la situación, ahora, el tricolor mira a Chile quien se muestra nervioso
 -A tu lado, los desastres podrían ser mas una ayuda que una desgracia… se que eres una de las aves de la “Devastación” pero podemos usar tus poderes de un modo ágil y estratégico… Chile, vamos… esto no es solo para nosotros ni para tener poder… ya es hora de que tengamos el derecho de ir con nuestras alas sin el temor de ser atacados o asesinados… ya es hora de crear un verdadero cambio-  anuncia México seguro, Chile se abraza un brazo y desvía la mirada temeroso, temblando honestamente ante la inseguridad que esto provoca
-Es hora de que el mundo vea… que las aves siempre volaremos en libertad ¡Nunca más nos ocultaremos ante el manto del miedo y la ignorancia al dolor de nuestros hermanos!-  asegura el tricolor, Chile solo lo observa preocupado…
 -Tengo miedo de esto México… muchos van a morir-  susurra por lo bajo, sin embargo México niega, dejando de lado la mesa donde antes había estado, pasa por un lado de sus padres y llega hasta Chile tomando entre sus manos, las manos del contrario, mirándose a los ojos y siendo el tricolor quien mire fijamente hacia sus ojos con seguridad
 -Te doy mi palabra Chile… Nadie será lastimado en esta batalla mas allá de los countrys… me comprometo a que nuestra gente no sea afectada por esta guerra… esto será solo entre countryhumans nada mas… pero te necesito… no podre hacer esto sin ti Chile… por favor-  pide, inclinándose ahora para dar un suave beso entre los nudillos del Chileno que, sonrojándose ante las acciones del tricolor, aparta las manos avergonzado
 -¡Esta bien, está bien weon! ¡Pero no tenei que ponerte joto!- gruñe avergonzado, México mira con esperanza al chileno que, aunque sonrojado, solo desvía la mirada a un lugar donde no tenga que ver a ninguno de los presentes
-Estai bien weon… ayudare en esta guerra tuya- termina murmullando por lo bajo con el sonrojo y aun sintiendo su corazón saltando violentamente… solo que no era precisamente por la vergüenza de lo que acababa de hacer México hace cosa de nada… sino por el miedo de saber lo que iba a pasar a continuación ahora que ha aceptado meterse en una guerra que no parecía dejar nada bueno a futuro…
 Y aun así, Chile se aferro a la idea del mexicano… se aferro a la promesa de que las aves del destino dejaran de ser cazadas… pero ¿Qué era lo que planeaba el tricolor?
 Notas finales:
 ¡¡¡¡Y como dije, aquí comienza lo bueno!!!!!! Ahora, ¿Qué clase de planes tiene en mente el mexicano? ¿Qué pasara a futuro? ¡espérenlo en los siguientes capítulos XD! Hahaha ok, me calmo
 Datos extras:
 *Finjamos que mágicamente no tuvieron problemas Chile y México para transportar a los padres del último desde España hasta el país de México… igual, no quería meterme en problemas con eso… imaginemos que los metieron a cada uno en una maleta y ya… el punto es que volvieron a México sanos y salvos y además nadie se dio cuenta de su presencia…
*No, España no sabe que robaron a Mexica y a Azteca de su lugar secreto… al menos no aun
*La idea de México viene cuando ve a sus mascotas destruir una almohada de plumas… ¿Cuál es su idea? Juntas a todas las aves del destino, sean aliadas o devastadoras para ponerse en una guerra cabrona que, se supondría, deberían de poder ganar ellos fácilmente… ya se irá viendo esto al avanzar la trama
*Este es el arco del ave temerosa, o sea, que las aves que veremos, tiene miedo a meterse a la batalla, en este caso, los primeros fueron Chile y Mexica quienes no estaban muy seguros de entrar en esto, en ave colérica, estuvieron Azteca y México… aunque bueno, Mexica también debería de estar… en fin… solo por si las moscas XD
*Me disculpo, no se los modismos correctos de Chile, aunque hice lo que mejor pude
 Bueno, es todo por ahora ¬u¬
¿Les ha gustado?
Que tengan lindo día
¡Comenten!
¿¿Les gustaría apoyarme con alguno de estos???
 Ko-fi 
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itslaurenturner · 4 years ago
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Bañeras para bebés
Así que puede que hayas traído tu pequeño paquete de alegría a casa desde el centro médico y el muñón del cordón umbilical se ha caído. ¡Finalmente, puede ser el momento de que comience con un baño real! Pero el placer por lo general se desvanece en inquietud después de que comprendes que de alguna manera podrías estar diseñado para Fusionar tu pequeño retorcido con espuma de jabón de limpieza resbaladiza. Aquí es cuando una bañera para recién nacidos puede ser de gran ayuda. Hasta que finalmente el bebé sea capaz de sentarse con su propia energía, tomar una tina en la tina para adultos puede ser una molestia y, en muchos casos, inseguro. Algunos papás y mamás verán tener durante la bañera con un niño pequeño, pero esto también tiene sus amenazas: una persona resbala y un niño pequeño podría golpearse la cabeza o ahogarse. Y esforzarse por inclinarse alrededor del aguijón con la bañera para limpiar todas las partes pequeñas de People es muy complicado en la espalda. Por lo general, las bañeras pequeñas pueden permitirle colocar al niño en la encimera, la mesa o mientras se encuentra en el fregadero de la cocina de forma segura. Opciones de bañera Descubrirá que hay numerosos tipos de bañeras para recién nacidos entre las que puede elegir. Algunas se pueden fabricar con plástico duro, otras se pueden plegar para un almacenamiento compacto y algunas incluso son inflables. La mayoría están diseñadas con funciones que ayudan a acunar al bebé en una posición cómoda durante la bañera. Incluso puede obtener uno que pueda coincidir con su bañera estándar o la mesa móvil si su casa es corta en el lugar. Para esta compra infantil, es cierto que no existe una solución equivocada: solo puede seleccionar la bañera para bebés que más le atraiga. La más simple de las tinas solo será una tina sustancial que contenga agua. Otras personas incluirán cosas como muchas capacidades creadas para hacer que el bebé sea más acogedor o que el trabajo de mamá y papá sea más fácil. Detalles a tener en cuenta Al buscar una bañera para niños, hay varios puntos a considerar: - Si está considerando una bañera de plástico, asegúrese de que realmente sea gruesa y resistente. La bañera deberá soportar el mismo peso corporal del bebé (y tenga en cuenta que es probable que la use hasta que el niño tenga al menos seis meses) y el peso del agua potable mientras se baña. - Si tiene poco espacio en la habitación, una bañera plegable podría ser mucho más fácil de vender. Sin embargo, muchos padres nunca piensan que estas bañeras para recién nacidos son tan fuertes como las que no se pliegan para guardarlas. - Algunas bañeras para niños pequeños están hechas para su uso desde la infancia hasta la niñez. A algunos padres les gustan estos porque las características ajustables les permiten utilizar la bañera por más tiempo, lo que les permite prolongar el tiempo cada vez que necesitan colocar a su hijo en la bañera para adultos. - Tenga en cuenta las bañeras de bebe que la humedad que queda en la bañera del bebé puede provocar moho y hongos. Un tapón en la parte inferior de la bañera para bebés podría hacer que sea menos difícil que el agua se vacíe cuando se completa la hora del baño. Inspeccione la bañera para niños a fondo antes de usarla. Esté atento a los bordes afilados y los lugares duros que pueden rayar o minimizar al niño pequeño mientras se baña.
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horosebi · 5 years ago
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⊰ Noona | 1 ⊱
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❥ su aspecto de bebé era demasiado para tu mente perversa.
「pareja」 ⇢ jungkook ⇿ lectora
「género」 ⇢ school au | smut
「words」 ⇢ 2k
「warnings」 ⇢ noona kink, sexo sin protección.
parts | one ✽ two
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Secó el sudor de sus manos en la tela del pantalón de su uniforme, se aferro a las correas de su mochila moviendo sus pies inquietamente, despidiéndose de sus amigos. Era su primer día de preparatoria y los nervios lo estaban matando, se consideraba una persona tímida y un poco antisocial. No hacia poco había vuelto de la escuela de baile, el ser trainee era agotador pero sus padres querían que al menos terminara sus estudios y no solo depender de algo no tan seguro, lo apoyaban, pero había una posibilidad de que fracasara.
Big Hit pagaba su estancia, al igual que la de sus compañeros en un edificio bastante cómodo, su habitación la compartía con otros dos chicos. Primero había conocido a un chico de Daegu, era con quien mejor se llevaba y lo hacia sentir confiado. Después se les unieron otros cinco más, se ayudaban entre todos y si uno no podía en algo entre ellos ideaban algún plan o solución.
Poco después de conocerse les dieron la noticia que debutarían todos juntos gracias a que un miembro no quiso debutar solo, si encontraban un buen patrocinador, claro está. Eso era lo que atrasaban sus planes, los frustraba el que por algo tan pequeño no pudieran avanzar, sabían que aquello no sería algo fácil porque la compañía no era muy conocida y estaba en la quiebra, pero no abandonarían sus sueños por algo que tendría solución pronto.
Caminó detrás del profesor con la cabeza gacha tratando de ignorar las miradas que se posaban en él, por poco choca con la espalda de éste al no percatarse de que se había detenido, y quiso salir corriendo cuando escuchó una dulce voz a unos pasos de él.
―¿Puede ayudarme señorita?―lo mirabas con fastidio―. Solo debe guiar al joven a la clase A, se lo agradecería mucho.
― Voy a llegar tarde a mi clase.
― Diga que necesité de sus servicios.
― Profesor Kim―susurraste con los ojos abiertos―, ¿se da cuenta que aquello no suena tan puro?
Jungkook se había dado cuenta de tu tono burlón pero el profesor no, quien se disculpo varias veces sonrojado, se despidió de ambos sin llegar al contacto visual. Reíste posando la mirada en él, con un movimiento con tu cabeza le indicaste que te siguiera y no pudo evitar fijarse en tus caderas y en como te lucía aquel uniforme, y unos pensamientos invadieron su hormonal mente. Al darse cuenta de estos se sonrojo al instante sintiendo cosquillas en su parte baja.
― Llegamos―te habías girado y te mordiste el labio inferior cuando notaste donde su mirada estaba minutos atrás, te acercaste hasta él cargando tus libros con una sola mano, la otra descansó en su pecho fingiendo acomodar la corbata pero diste un par de golpes algo fuertes desilusionandolo―. No poses tu mirada donde no debes, cuida tu culo, niño.
― N-no es como…―acompañaba sus palabras con continuas reverencias pero se detuvo al notar que ya no estabas―. Se fue…
Entró al lugar con la mirada baja, después de hacer la respectiva presentación ocupó el lugar indicado, notando a su compañero divagar cuando le pidió quitar los libros que tenía en el asiento y temblar cuando unos chicos de al lado sonrieron.
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Debió haberse imaginado que como en su antigua escuela también habrían idiotas tratando de imponerse como reyes, caminaba detrás de su compañero de asiento, quien lo guiaba a la cafetería para poder tomar el almuerzo, cuando su paso fue interrumpido por un grupo de chicos.
Trató de ignorarlos y seguir adelante pero uno de ellos se lo impidió poniendo una mano en su pecho, retrocedió intimidado, no buscaba meterse en problemas y decepcionar a sus padres.
― Bienvenido―dijo un chico alto de cabello negro que lo abrazó por los hombros.
― Sigue las reglas, Kim―dijo otro con un tono juguetón―. Sabes cómo funciona.
Tú te encontrabas sentada leyendo un libro a unas pocas mesas de ellos, escuchaste como soltaban carcajadas burlándose del chico que habías ayudado antes, tu humor no era el mejor, habías obtenido un buen regaño gracias al retraso por ello.
― Vamos―levantaste la cabeza al escuchar la inconfundible voz de tu ex novio, viendo como el pequeño oponía resistencia―. Será divertido.
Suspiraste cerrando tu libro de golpe, si había algo que todos conocían era que tu puntería nunca fallaba y se comprobó una vez más cuando sin interés lanzaste el objeto y éste golpeo directamente en la nuca del chico, sin ningún error. Caminaste hasta ellos y la imagen resultaría ridícula para cualquiera que no estudiara en aquel lugar, es decir, unos tipos de un metro ochenta intimidados por una chica de uno sesenta.
― Les he dicho que dejaran de seguir a éste simio sin neuronas―te dirigiste a los pobres adolescentes manipulados―, ¿cierto?
― N-noona―abriste tus ojos a mas no poder, nunca dejabas que te llamaran de aquella forma, pero lo dejaste pasar por lo dulce de su voz y la mirada inocente que te brindaba.
― No te metas en mis asuntos, ¿quieres?―MinSeok te miraba con enojo, lo ignoraste olímpicamente pasando de él y tomando la mano de aquel desconocido―. ¿Qué?
― Mi chico―con disimulo leíste la placa con su nombre para hacer la situación mas creíble―. JungKook es mi compañero, así que mas les vale mantenerse alejados si no quieren tener graves problemas conmigo.
El mencionado seguía en un trance observando sus manos juntas y tuviste que tirar de él para que avanzara y lograra sentarse en tu mesa, no te habías percatado de que todos los observaban con sorpresa, era la primera vez que defendías a alguien y que a parte ese alguien se sentara contigo sin ser insultado.
― N-noona―tu gruñido lo hizo mirar sus manos avergonzado―. Es que… aun no sé su nombre.
― ¿No has pensado en leer mi placa, tonto?
― Lo siento, noona―suspiraste cansada ya resignada, lo viste observando a los demás comiendo, pero desvió la mirada a tus libros. Uh, ¿habrá comido ya?
― JungKook―llamaste su atención―. Ve a comprar nuestro almuerzo.
Depositaste cuatro mil won en su mano, te miró sorprendido y sonrió como niño cuando le asentiste. Corrió dando saltitos para formarse en la fila. Minutos después apareció frente a ti dejando tu bandeja y la suya en la mesa.
― Gracias noona―sonrió mostrando sus adorables dientes―. Se lo pagaré cuando sea muy famoso, lo prometo.
Reíste negando y viéndolo comer. Esa maldita y adorable sonrisa.
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Lo viste sonreír desde lejos con sus amigos, quienes estaban en la misma banda y eran tus compañeros de año. El tiempo había transcurrido muy rápido, ya se encontraban a mitad del semestre y la cercanía de ustedes nadie la sabía, desde aquel día en la cafetería decidiste que si iban a juntarse sería lejos de todos.
Sin embargo, sus amigos habían notado el gran cambio, luego de cada práctica lo perdían de vista, ya no estaba detrás de Jin o NamJoon suplicando ayuda para resolver sus tareas, ya no respondía los mensajes y su ausencia en los grupos era notable.
De su propia boca te enteraste de que su agencia se trataba de la misma que tu padre iba a patrocinar, pero aquello no era seguro. No te pudiste reconocer cuando te encontraste rogándole a tu padre para que aumentara la ayuda, sacando tus dotes administrativos le mostraste el tipo de ganancia que obtendría si aquellos chicos triunfaban. Lo convenciste, por eso sonreía y muy en el fondo, te prometiste hacer lo posible para mantenerla.
Tu mirada se dirigió a tu teléfono cuando lo sentiste vibrar.
❝Nos vemos en su casa, Noona.❞
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Podías sentir sus ojos sobre ti, sentías lo intenso que era y todo lo que provocaba en ti. Él no soportaba que lo ignoraras más, fue muy fácil enamorarse de ti y la idea que sólo lo vieras como un niño al que proteger lo molestaba. Ahora se estaba convirtiendo en un hombre y quería experimentar muchas cosas contigo.
Apartó el libro de tu vista y se sentó en tu regazo, frunciste el entrecejo sorprendida por su nuevo comportamiento, solía ser muy tímido, bastante calculador y cuidadoso con sus movimientos.
― ¿Qué estás haciendo?
― Le voy a mostrar que ya no soy un niño―bajaste tus manos acariciando sus piernas―, me gusta mucho y no voy a perder la oportunidad de estar con usted. Pero sólo piensa que soy adorable, ¿no es así?
No era así, en absoluto. Su cuerpo se estaba desarrollando tan malditamente bien y tus hormonas no podían con eso, aun seguía siendo aquel niño ante tus ojos, pero con pensamientos impuros hacia ti.
Rozaste sin cuidado su masculinidad cubierta por sus pantalones deseando más de él, tiempo atrás también te había confesado que aun conservaba su virginidad. Desabrochaste y bajaste el cierre de su pantalón, tus manos se metieron debajo de la tela y apretaste suavemente sus muslos para tener una reacción de su parte, pero JungKook no sacaba la mirada de la tuya.
Tomando más iniciativa, ocultaste tu rostro en su cuello mordiendo su piel logrando que soltara un gemido. De pronto se volvió el sonido más hermoso que alguna vez hayas escuchado y te urgía obtener más.
― Noona…
― Tú querías más―Oíste su respiración volverse pesada y como todo su cuerpo se tensaba bajo tu tacto―, no te quejes ahora.
Tomaste su rostro entre tus manos y uniste tus labios con los suyos, no sería una follada, bajaste tus manos a su cadera para subir el borde de su camiseta y sacarla de su cuerpo, lo mismo pasó con la ropa restante. Él se dejó rendir ante ti, se movió dejándote sobre él y comenzaste a notar su nerviosismo cuando tu ropa también se unió a la suya en el suelo de tu casa.
Suspiró cuando sus labios se movieron sobre los tuyos torpemente, algo se encendió en ti cuando sus manos acariciaron tu cintura, con un poco mas de confianza se acercó a besar tu cuello y con timidez rodeo tus senos apretando con gentileza, y gemiste ante ello.
Corriste tu cabello a un lado para besar su pecho dejando más de una marca por el lugar.
― Eres muy travieso, ¿uh?
Una vez que ambos estuvieron completamente excitados como para no poder soportarlo más, estabas impresionada de lo hermoso que lucía con su cabello pegado a su frente por el sudor y lo hinchados que estaban sus finos labios. Cuando creíste estuvo preparado te apoyaste en sus hombros para elevarte sobre tus rodillas y dejarte caer de manera entre cortada sobre su miembro, sintiendo como se abría paso dentro de ti.
― Oh Dios―aferró sus dedos a tu cadera delirando por aquella placentera sensación―, mierda eso se siente muy bien noona.
― Lo sé, Kookie.
La desesperación por aumentar la velocidad era evidente en sus expresiones, asentiste dejándolo rodar y colocarse sobre ti comenzando a embestirte como si no hubiera un mañana, su mirada hambrienta se poso en donde sus cuerpos se unían haciendo que las embestidas fueran cada vez más fuertes y golpearan donde te gustaba.
― O-oh, justo ahí―notaste como su miembro crecía en tu interior antes de terminar justo después de tu orgasmo y que tus paredes lo apretaran―. Lo has hecho muy bien.
Sonreíste como idiota cuando recargó su cabeza en tu pecho buscando acurrucarse contigo, por inercia tus manos acariciaron su cabello hasta que levanto la vista viendo con adoración tu rostro, ambos sin buscarlo se habían enamorado del otro.
― Noona―murmuró embobado―, ¿puede ser mi novia?
Reíste negando, sin embargo, plantaste un dulce beso en sus labios .
― No puedes tener novia, si la empresa se entera podrían echarte.
Sonrió con la amargura brotando de sus ojos, a pesar de todo no te dejaría ir, la inmadurez de su pensar no lo dejaría dar la vuelta y abandonarte sin importar que su carrera corriera riesgo.
― Al menos… no se vaya de mi lado.
― Uh, eso no ocurrirá―besaste sus labios de nuevo y te apretó contra él―, aun me debes cuatro mil won.
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crecimiento-espiritual · 4 years ago
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20 DIAS CON DIOS
NO ES VIVIR UNA RELIGION, EL TE ESPERA PARA QUE VIVAS UNA RELACION VERDADERA...
Día 3: Disciplina, El Secreto de la Oración
Haciendo Tiempo para Orar
Disciplina: El Secreto de una Vida de Oración
Describe tu tiempo Devocional contestando estas preguntas:
1. ¿Cuántos días a la semana haces un tiempo para conectarte con Dios orando intencionalmente?
2. Cuando oras, ¿cuánto tiempo oras en promedio?
3. En una escala del 1 al 10 ¿qué tanto disfrutas, sientes propósito y qué tanto te llenas de vida en esos tiempos de oración?
Algunos estudios han revelado que cerca del 85% de los cristianos oran menos de 5 días a la semana mientras que casi el 90% cuando ora, ora menos de 30 minutos. Estas encuestas se han hecho a cristianos que tienen al menos ¡5 años de ser cristianos! El promedio de satisfacción de su tiempo de oración entre estos cristianos es de 5 en una escala del 1 al 10 donde el 10 es lo más satisfactorio y 1 lo menos satisfactorio.
La mayoría de nosotros tenemos el deseo de pasar más tiempo con Dios a pesar de que no lo hemos logrado aún. Nuestros espíritus anhelan estar con Jesús pero nuestro cuerpo no tiene la más mínima intención de dejarnos salir de la cama para encontrarnos con Él. Pero necesitas saber que: sí es posible disfrutar tanto pasar tiempo con Dios que se vuelva parte de tu estilo de vida. El secreto está en tener la motivación correcta y decidir firmemente ser DISCIPLINADO.
La mayoría odiamos esta última parte pero dentro de nosotros sabemos que no hay otra manera de lograrlo. Nuestra única esperanza y el único camino para entrar a una relación diaria con Dios, amarlo, conocerlo y disfrutarlo es decidir a cualquier costo ser disciplinados en nuestra relación con Él.
DESEO llevado a través de la DISCIPLINA genera el DELEITE.
¿Quieres disfrutar tu tiempo con Dios? ¿Quieres conocerlo? ¿Quieres enamorarte de la Biblia? No hay otro camino, no hay otra manera: Necesitas disciplinarte. Mientras no decidamos hacer espacio en nuestra agenda para buscarlo, esto por sí solo nunca sucederá. Será solamente un anhelo, un buen deseo y nada más. Una reconocida mujer de Dios decía “Si realmente deseamos orar y queremos orar, tenemos que estar listos para hacerlo ahora mismo… pero si nunca damos este primer paso con determinación nunca alcanzaremos el último paso: la presencia de Dios”.
Algunos quisieran mejor orar por unos minutos un par de veces durante el día, como para decir que oran sin cesar, pues fijar un tiempo suena muy rígido, muy estricto, muy legalista. Pero podemos orar mejor y mantener todo nuestro enfoque en Él cuando fijamos un espacio para estar a su lado sin distracciones. John Dalrymple decía. “La verdad es que uno no aprende a orar todo el día hasta que decide primero orar siempre algo del día”. No es tan complicado. Lo agendas, lo haces. Si no lo puedes hacer, pide ayuda.
Agendándolo
Busca el mejor tiempo del día para conectarte con Dios. Algunos usan la mañana levantándose más temprano, otros su hora de receso, otros en la noche cuando el día y las responsabilidades terminaron. Pero recuerda esto: Si no estableces una hora determinada, nunca lo harás. Es como cuando le dices a un amigo: “A ver si comemos un día de estos…” y nunca lo hacen. Puedes seguir diciendo lo mismo y teniendo la misma buena intención durante 10 años. Hasta que no defines el día, la hora, el lugar, nunca se hace real.
¿Cuánto debo orar?
La mejor respuesta es “suficiente”. Ora hasta que sientas paz y libertad en tu corazón del estrés y las angustias, hasta que hayas dicho las aflicciones que traes en el corazón, hasta que hayas derramado la gratitud, el llanto, la alegría que te provoca el día con día. Ora hasta que confieses tus pecados, hasta que aceptes su perdón, hasta que estés en condición de escuchar todo lo que Él vaya a decir en ese momento o el resto del día a través de lo que suceda. ¿Cuánto tiempo es eso? Pueden ser 15 minutos, generalmente te tomará 30 minutos diarios al menos. Sin embargo, lo importante no es completar una cantidad de tiempo, sino es abrir el corazón, confesar, aceptar la libertad, hablar, ser uno mismo sin reservas. El tiempo variará y generalmente tiende a ir aumentando con el tiempo pero no es una regla.
¿Qué pasa si no tengo ninguna sensación o emoción en mi tiempo de oración?
¿Qué hay de aquellos tiempos de sequía en nuestras vidas? Tú sabes, esos días que pareciera que Dios está lejos y que las oraciones apenas salen de nuestra boca y caen pesadamente al suelo. Todos hemos tenido esas temporadas. Pero cuando uno busca dentro de su corazón y expresa cómo se siente, aun decirle a Dios que se siente distante, seco o lejos causa algo dentro de nosotros que nos acerca hacia Él. Es como si un pequeño rayo de luz entrara, una pequeña planta de alegría comenzara a crecer. Cuando te sientas así, no hay otra opción, no hay otra solución, sólo hazlo. Ora. No hay otro remedio para la sequía y la distancia que sentimos que orar. El pastor Dante Gebel dijo una vez: “Orar es como sentarse a comer a la mesa con mi padre, no importa lo que haya sucedido en el día, siempre tengo derecho a hacerlo, siempre necesito hacerlo, es parte de mi vida, de mi crecimiento, de mi salud, de mi convivencia con Él”.
Hay mucha gente que ha tratado de establecer un tiempo con Dios y ha fracasado. La culpabilidad y la frustración parecieran apoderarse de uno en tal grado que ni siquiera quisiéramos intentarlo otra vez, nos sentimos avergonzados, malos cristianos fracasando vez tras vez. El secreto de ser consistente es la perseverancia. No alcanza aquel que deja de intentar, sino aquel que no deja de persistir. Obtiene la victoria el que intenta, el que sigue esforzándose, el que no se rinde, el que está dispuesto a intentar hasta que alcance lo que persigue.
Necesitas aprender a volver a empezar cada vez que sea necesario. Si fallé el Lunes, vuelvo a empezar el Martes, o el Miércoles. Lograr conectarme con Dios 2 ó 3 días a la semana es mucho mejor que nunca hacerlo. Los nuevos inicios eventualmente se convertirán en un hábito. En un estilo de vida.
“Pero yo no soy una persona disciplinada…”
La mayoría no lo somos, es ahí donde necesitamos el Espíritu de Dios. Necesitamos pedirle que motive nuestros corazones. Una difícil decisión, una aflicción, un evento importante, una experiencia en su presencia. Todas son buenas motivaciones para volver a empezar. Recordarnos continuamente que no podemos hacer algo sin él, que decidir orar es decidir amarlo, recordarnos que la oración es poder y no deber y mantener expectativas altas nos ayudará a mantenernos necesitados de orar.
Pide ayuda si la necesitas
La mayoría necesitamos rendir cuenta hasta que se convierte en un estilo de vida, hasta que la oración se convierte en un DELEITE. Un grupo de amigos que se pregunten entre sí continuamente “¿cómo vas?” ayuda mucho. No hay mejor amigo que aquel que entiende que el mayor amor y bien que puede hacerle a su amigo es motivarlo y empujarlo a mantener una relación diaria con Dios. Hay mucha ayuda en una comunidad cristiana. Ponte de acuerdo con otros de orar a la misma hora y llámense para asegurarse que lo están haciendo. Busca a alguien a quien enseñar a orar para afirmar los principios y el compromiso.
¿Alguna vez será fácil orar diariamente?
El pastor Dante Gebel contó en una ocasión lo siguiente: “El inicio de nuestro ministerio (de su esposa y suyo) fue el obligarnos cada día a ponernos de rodillas juntos y buscar a Dios. No llega el día en que a uno le encanta levantarse temprano, la carne no se rendirá…” Fred Stoeker y Steve Anterburn, dos escritores reconocidos afirman que “La obediencia es la única esperanza, Dios está buscando hombres que quieran precisamente eso, portarse como Hombres cuando se trata de buscarlo a Él”.
La primera sensación cuando suena el despertador para orar siempre será querer dormir más. Es como diría alguien: “Algunas mañanas puedo tomar el elevador al Cielo para encontrarme con Dios, pero la mayoría de ellas tengo que subir por las escaleras.”. ¿Batallas para levantarte? ¡Comienza a dormirte más temprano! Es tan simple como una decisión. apagar el televisor o el videojuego más temprano o desvelarme, platicar una hora más en el restaurante o irte a la cama más temprano. Es una decisión. A veces la disciplina que nos falta no es la de poner la alarma temprano y apagarla cuando suene. Es la de irnos a dormir más temprano.
Conclusiones
No hay nada que merezca más nuestra energía y nuestro enfoque que pasar tiempo con Dios, porque Él es vida para nuestra alma. Siempre hacemos lo que creemos que es más importante para nosotros. Uno no empieza a hacer ejercicio cada día hasta que le dicen que tiene problemas de colesterol o del corazón, porque su vida depende de su ejercicio diario. ¡Tu vida cristiana y tu relación con Dios dependen de tu oración diaria! Ora como si tu vida dependiera de la oración, porque la verdad es que sí depende de ella.
Ideas para tu Oración de Hoy
1. ¿Cuál es el mejor tiempo en tu día para separar un momento para orar? Encuéntralo y ¡Sepáralo!
2. Agenda un tiempo específico para orar mañana. Hoy es un buen día para comenzar una rutina nueva.
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comoencasa · 4 years ago
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Trucos para decorar la habitación de un recién nacido
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Las decisiones que vienen junto con tener un bebé y criar a un pequeño humano son interminables. Aunque algunas de esas decisiones pueden parecer bastante desalentadoras, estamos aquí para decirles que al menos una de ellas puede parecer fácil e incluso divertida. Aquí está su guía de lo que necesita saber para armar el lugar feliz de su nuevo bebé. Lo más importante que puede hacer para crear este espacio es diseñar un cuarto del bebé que le haga sonreír, relajarse y disfrutar. Después de todo, vas a pasar mucho tiempo en la habitación.
No tengas miedo de la oscuridad
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Asegúrate de que la iluminación de tu cuarto del bebé pueda imitar la noche en cualquier momento. Eso significa una cortina o una persiana suficientemente pesada (algunas personas recomiendan persianas de oscurecimiento) para simular la oscuridad cuando es la hora de la siesta durante el día. Instalamos una cortina muy linda sólo para darnos cuenta unos meses después de que empezamos a usar la cuna para las siestas que la cortina apenas bloquea la luz del día. ¡Y los bebés no son tontos! El nuestro piensa que la luz brillante significa tiempo de fiesta y no quiere que lo dejen fuera de la diversión, así que se esfuerza por mantenerse despierto aunque esté malhumorado. Pero sabe que la oscuridad significa la hora de dormir, y que sus ojos se caen cuando las luces se apagan. No tienes que hacer de tu cuarto del bebé un calabozo, pero date la opción de fingirlo y todos ustedes descansarán más fácilmente.
La silla del cuarto del bebé
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Esta puede ser la compra más importante en su cuarto del bebé, un lugar cómodo para sentarse. Te sentarás aquí para acunar a tu bebé para que se duerma, alimentarlo, leerle, reírte con él, acurrucarte con él, tal vez incluso compartir un buen llanto a las 4 de la mañana con él. En resumen, será un lugar de mucha unión entre padres e hijos. Así que, elige tu mecedora sabiamente.
Considere una mecedora o un planeador. El movimiento ayudará a que ambos se duerman. Busque una tela que se limpie fácilmente y que aguante mucho uso. ¿Mencionamos que te sentarás mucho aquí? Y habrá escupitajos, caca, etc. para tratar.
Elija una mecedora o un planeador con reposabrazos para apoyar sus brazos cansados. También, una que sea lo suficientemente espaciosa para que tu ahora pequeño bebé se acurruque contigo cuando sea un niño inquieto. Asegúrese de que la altura del respaldo de la silla sea cómoda para usted y su pareja. Considere la posibilidad de añadir un cojín para el apoyo lumbar adicional.
Si está dentro del presupuesto, invierta en una hermosa mecedora que luego pueda trasladar a su sala de estar o a su dormitorio principal. Una mecedora de alta calidad puede convertirse en una reliquia familiar que pasará a sus nietos (dentro de muchos, muchos, muchos años).
Por último, asegúrate de que tu mecedora o tu planeador sea hermoso y refleje tus gustos. Si tienes un presupuesto, esta es una oportunidad para reutilizar una pieza de otro lugar de la casa.
Asegúrate de que todo lo que puedas necesitar esté al alcance del cambiador
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Piensa en pañales, toallitas, más toallitas, cubiertas de mesa de cambio, cesto de lavandería, cubo de caca (es decir, tu sistema de eliminación de pañales), paños para eructar, un chupete, etc. Lo último que quieres hacer es alejarte del bebé y arriesgarte a que se caiga rodando porque necesitas agarrar algo limpio para deslizarte bajo su trasero después de la explosión de caca.
La cuna
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La cuna debería ser su pieza de inversión en la habitación. Puede que pienses que es un artículo temporal y que no vale la pena el gasto, pero muchos niños duermen en sus cunas durante tres o más años. Además, si planeas tener más niños, una cuna resistente puede durar hasta varios niños.
Asegúrese de que la cuna cumpla con todas las normas de seguridad de los Estados Unidos. Este no es el lugar para comprar una cuna de época, o para reutilizar la cuna de su infancia. Las normas de seguridad han evolucionado mucho en la última década, y como este es el único lugar donde dejará a su bebé en paz, vale la pena invertir en una cuna de calidad.
Algunas cunas se convierten en camas para niños pequeños e incluso en camas de tamaño completo. Un riel para niños pequeños es una gran opción para los bebés que empiezan a salir de las cunas a una edad temprana, pero que no están listos para una cama doble. Una cuna que se convierte en una cama de tamaño completo puede ser un punto discutible si el bebé # 2 llega y necesita la cuna.
En cuanto al estilo, elija una cuna que se ajuste a su gusto personal. Si vas a tener más niños, mantén el género neutral.
Incorporar cositas de la gente que los ama
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Vivimos lejos de la mayoría de nuestros amigos y familia, pero todos amamos elementos que llevan a nuestros seres queridos al cuarto de las niñas. No estoy sugiriendo que cada reliquia antigua que alguien te regale necesite hacer el corte, pero de aquellos que te conocen y saben de tus gustos, incorporarlos en la decoración puede añadir aún más calidez y amor al espacio.
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toabelovednightmare · 6 years ago
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Cosas de casas de campo
Parejas/Personajes: PeChi. Miguel y Manuel.
Notas: Countryverse.
Advertencias: nope.
A veces pensaba que Manuel trataba de matarlo de un susto.
Por un lado, ya estaba familiarizado con las bromas pesadas y el humor negro del chileno. Sabía, también, que este encontraba entretenido ver molestia o espanto reflejado en su rostro. Miguel odiaba como se iba dibujando lentamente esa sonrisa burlona en su cara y la manera como lo miraba; como si fuera un pequeño roedor entre sus manos.
Debió haber sospechado cuando Manuel sugirió que tomara el próximo vuelo a Santiago, solo para arrastrarlo consigo hasta Puerto Montt apenas puso un pie fuera del avión. La excusa rápida había sido que les haría bien pasar un tiempo juntos fuera de la ciudad. La excusa más larga—y la que Miguel presentía que estaba más cerca de la verdad—era que tenía que cuidar la casa vieja y polvorienta que tenía desde hace ya varias décadas, y que visitaba tan poco.
Miguel había estrellado una mano contra su frente, lamentando profundamente el haber aceptado subirse a ese auto.
-Debí haber sabido que me ibas a salir con algo así.
Se quejó, apoyando su cabeza en su mano y mirando con molestia como pasaban los campos, arboles y eventuales casitas que, a la velocidad a la que iban, parecían borrones de dibujos de niños. Manuel chasqueó la lengua.
-Si igual siempre te quejas de que no hacemos nada nuevo, nada improvisado.
-Sí, pero no me refería a esto.
-Oye, no es mi culpa que no seas especifico.
Miguel frunció el ceño. No necesitaba voltearse para saber que Manuel se estaba riendo de él en silencio. Maldita sea su habilidad para torcer todos sus deseos y joderle la paciencia.
Por lo menos no era él el que tenía que manejar. Puerto Montt no estaba para nada cerca de Santiago. Llevaban más de ocho horas en la carretera y, aunque el camino estaba más vacío a esa hora, seguía pareciendo que no tenía fin. Quizás era porque Manuel lo estaba arrastrando al fin del mundo, literalmente.
El sol brillaba tenue y una brisa helada soplaba cuando por fin llegaron a la dichosa casa. Habían parado brevemente en el camino un par de veces, pero eso no evito que Manuel soltara una maldición al bajarse del carro.
-Por huevas como esta es que no vengo acá nunca.
Gruñó mientras estiraba sus brazos detrás de su espalda, azotando la puerta del auto detrás de él.
Miguel lo maldijo entre dientes, arrastrando sus pies a la puerta.
-Será mejor que pueda darme un baño con agua calentita después de la tortura que acabo de pasar.
Manuel resopló, girando la llave en el cerrojo. Empujó la puerta, pero esta era pesada y apenas se movió un par de centímetros.
-Me sorprendería no encontrar a un loco viviendo dentro.
Miguel entrecerró los ojos con sospecha. Y debió haberlo visto venir. Debió haber sabido que Manuel ya estaba cocinando maneras de joderlo aún más dentro de su retorcida mente. La verdad es que la necesidad de una cama suave y cálida lo habían cegado, imposibilitándole ver cualquier bandera roja.
Manuel pateó la puerta varias veces, consiguiendo recién después de mucho esfuerzo que la puerta se abriera. Miguel rió entre dientes, tiritando y escondiendo sus manos en sus bolsillos.
-Oye, hasta una niñita raquítica hubiese abierto esa puerta más rápido.
Manuel lo remedó en un susurró, agregando un “cállate si no quieres dormir en el carro, huevón” antes de entrar. Miguel lo siguió, notando de inmediato que Manuel no estaba bromeando cuando decía que la casa había estado prácticamente abandonada desde hace años.
Con paneles de madera oscura, cuadros de caballos y paisajes de viñas, y lámparas viejas de fierro negro y vidrio ahumado adornando las paredes. Era, realmente, una casa de campo de aquellas que debieron haber sido envidiadas en su tiempo. Estaba a apenas unos pasos de la playa. Y no había mucho alrededor, además de un par de sitios de camping, y vestidores para bañistas.
Y no había luz, comprobó al tratar de encender el interruptor del recibidor.
Manuel bufó, desapareciendo en una de las habitaciones por un par de minutos. Miguel notó como parecía que la oscuridad se lo había tragado, y pasó con dificultad el nudo en su garganta. Entonces, una luz amarilla y tenue iluminó el descanso de la escalera. Apenas lo suficientemente fuerte para que pudiera notar la escalera y donde estaba cada puerta.
Era una casa grande.
Y tenebrosa, se dijo, teorizando que posiblemente de noche iba a ser mucho peor.
Cuando Manuel volvió a su lado, tenía cara de que quería pegarse un tiro.
-No creo que pueda tirarme a dormir. Algo anda mal con el sistema eléctrico, y no hay agua.
-Me estas jodiendo…
Manuel se encogió en hombros.
-No se que podría ser. Se supone que todas las facturas están pagadas. Así que fácil lo que necesito hacer es ir a quejarme o algo.
Miguel tiró su cabeza hacia atrás, dejando salir un sonoro suspiro de frustración.
-Pues vas tu solo. Yo necesito dormir.
Manuel se cruzó de brazos.
-Puedes quedarte a dormir si quieres. Igual no tiene sentido que vayamos los dos a dar pena.
Subieron las escaleras, entrando a un cuarto de apariencia más o menos decente. Manuel quitó la funda de plástico de la cama, tirándola a un lado para dejar que Miguel se desplomara sobre ella. Apenas pudo evitar reírse a carcajadas cuando la cama crujió bajo su peso.
Miguel lo mando a callar, cerrando los ojos con fuerza, rodando para quedar boca abajo.
-¿No tenías que ir a algún sitio?
-¿Por qué?¿Ya te quieres quedar solo?
Miguel arrugó el ceño, detectando la malicia en su voz, al mismo tiempo que sentía un dedo trazar una línea en su espalda baja.
-Ya, Manuel. Déjame dormir.
Lo escuchó reírse y cerró los ojos tratando de pensar en las imágenes borrosas del camino. Cuando volvió a abrir los ojos, una luz azul entraba por la cortina entreabierta y Manuel ya no estaba. Miguel se sentó en la cama un segundo, contemplando su alrededor como quien se despierta de un sueño confuso.
Manuel le había dejado la lamparita de la mesa de noche prendida. Miguel frotó sus ojos con el dorso de su mano, buscando su celular para ver la hora. Había dormido bastante, pero aún le pesaban los parpados y le dolían los huesos.
Le sorprendía que Manuel no hubiese vuelto aún.
Empezó a escribirle un mensaje, presionando con dificultad las letras del pequeño teclado táctil. No que su novio fuera a entender lo cansado que estaba cuando recibiera el mensaje. Se estaba imaginando como se burlaría de sus faltas ortográficas, cuando un sonido particularmente brusco llamó su atención.
Se asomó por la puerta, mirando al pasillo oscuro. Buscó el interruptor, encontrándolo a solo unos pasos de donde estaba. No sirvió de nada, porque la lámpara principal siguió sin encenderse.
Torció la boca, regresando al cuarto para comprobar que la luz de la lámpara de noche también se había apagado. Ese debía de ser el desperfecto eléctrico del que había estado hablando Manuel. Ahora que no había luz en la habitación, el pequeño rayo de luz que entraba por la ventana parecía ser el más débil intento del universo.
Abrió más la cortina, notando que estaba anocheciendo bastante rápido. Se apoyó en el marco, contemplando la vista tranquila y echándole un ojo rápido a los mensajes nuevos en el buzón de entrada de su celular. Entonces notó a la figura delgada que caminaba por el camino de tierra que separaba la casa de la propiedad de al lado.
Era una mujer, aparentemente joven pero de aspecto agobiado. Su piel blanca contrastaba con su pelo oscuro enmarañado, con el mandil rosado que vestía y la canasta de mercado que llevaba del brazo. ¿Cómo era que no se estaba muriendo de frío allá afuera con solo un vestido de manga corta? En especial con esa ventisca y lo huesuda que se veía.
Migue chistó los dientes, notando que la mujer parecía haberlo visto. Podía sentir como lo miraba con extrañez. Sonrió y agitó su mano, en un intento por ser amigable y caerle bien a los lugareños. La mujer, sin embargo, ignoró el saludo y siguió caminando hasta perderse de vista.
Chilenos, pensó Miguel. Realmente todo ahí era como Manuel.
Sin mucho más que hacer, se volvió a echar en la cama. Jugó con el celular hasta que el sueño volvió a apoderarse de él, y decidió volver a cerrar los ojos. Llevaba ya un buen rato así cuando el sonido de pasos lo forzó a despertar abruptamente.
Levantó la cabeza del colchón, mirando a la puerta, esperando a que el chileno entrara. Pero pasó un rato, y nadie entró. Miguel se dijo que debió haberlo soñado. O quizás fue uno de esos sonidos que hacen las casas viejas.
Se removió hasta encontrar una posición cómoda. Pronto sintió su cuerpo pesado de nuevo. Fue en ese estado somnoliento, y con los ojos tercamente cerrados, que escuchó a alguien entrar a paso veloz al cuarto. Casi como con desespero.
Poco después, sintió la cama hundirse y el peso a su lado.
Esperó a que Manuel dijera algo. Había estado afuera por un buen rato después de todo; asumió que ya estaría extremadamente cansado y con ganas de hacer explotar el planeta. Cuando no dijo nada, Miguel no pudo evitar preocuparse de si habría traído comida.
-Manu…
No hubo respuesta.
-Oye. Manu.
Susurró Miguel. Le pesaba mucho el cuerpo como para volver a sentarse en la cama o siquiera voltearse a ver a su pareja. Manuel parecía estar roncando, a decir por lo pesada de su respiración. Ronquidos que cada vez se hacían más fuertes.
Ya que, se dijo Miguel. Igual el tampoco podía pararse de esa cama por el momento. Sintió a Manuel moverse y se preguntó porque no se le habría ocurrido taparlos con una frazada o prender la estufa, si es que habría logrado solucionar los problemas de la casa.
Miguel podía sentir el frío trepar por sus piernas, y congelarle poco a poco los dedos. No era para nada divertido y seguro se iba a quejar mucho después. Por el momento, muy a pesar de todo, no se movió.
.
.
.
Despertó más tarde, con Manuel sentado a su lado, peleando con sus zapatos. Miguel lo miró con los ojos entrecerrados, sentándose en la cama lentamente. Manuel se volteó a verlo de inmediato.
-Tienes suerte de no haberme acompañado. Adivina que carro decidió dejar de funcionar en el camino. Y adivina quien tuvo que esperar que el mecánico se desocupara y los de la oficina de la luz regresaran de su refrigerio.
Manuel tiró sus zapatos lejos, dejándose caer de espaldas y tapando sus ojos con un brazo. Miguel lo miró extrañado.
-¿Tan mal? Con razón estabas roncando.
Manuel se quedó quieto por un par de segundos.
-¿Roncando?
-Seh. Tienes suerte de que estuviera lo suficientemente cansando como para no patearte fuera de la cama.
Manuel destapó sus ojos, mirándolo con el ceño fruncido.
-¿Roncando?¿De qué estas hablando? Acabo de llegar.
Miguel bufó, pasando una mano por el cabello del peli marrón.
-Ajá. Lo que sea. Estabas roncando fuertísimo. ¿Trajiste comida?
-Qué acabo de llegar. En serio.
Miguel no dijo más. No tenía ganas de lidiar con las bromitas de Manuel. Tenía hambre y mucha.
Hubiese preferido que fueran a la cocina y dejaran esa pequeña conversación en el pasado, donde ciertamente debió haberse quedado. Pero no.
-¿Roncando?...- Manuel se rascó la cabeza. Tenía los ojos entrecerrados por culpa del cansancio. Pero los abrió en un segundo al recordar algo.- Ah. Ya se que pasó.
Miguel lo miró fijamente, esperando a que le saliera con alguna tontería como de costumbre.
-Lo que pasa es que hace años, cuando recién compré la casa, me contaron que la dueña se había muerto en este cuarto, de tuberculosis o algo así. La cosa es que parece que roncaba muy fuerte. Seguro eso fue lo que escuchaste. Igual es muy amable y no hace nada. Probablemente solo estaba saludando. Además, los otros cuartos son como refrigeradores.
Miguel esperó a que dijera que era todo una broma o que estallara en risas. Cuando bostezo, y se paró de la cama con seriedad absoluta, empezó a sudar frío.
-Igual Puerto Montt esta super embrujado. Vamos, no quiero que luego digas que te mato de hambre.
Miguel no recuerda haber querido asesinar a Manuel tanto como en ese instante.
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