Tumgik
#ME HACE ENOJAR TANTO ESA DISCUSIÓN
kevotsuka · 1 month
Text
Write your own trans character fic it's that if what you want and stop trying to ruin others people fun and makes them feel bad about how they have fun in fandom <3
4 notes · View notes
deepinsideyourbeing · 2 months
Note
Lo que me tiento imaginando a soft!dom!Enzo saliendo a cenar con mean!dom!Mati y sub!Santi. Matias siendo una patada en el orto, portándose mal y haciendo todo lo posible para provocar a Enzo sabiendo que Enzo odia perder la compostura, sobre todo en público, mientras Santi en su silla todo ✨😇✨
Contenido sugestivo hacia el final :)
-¿Qué onda entonces? ¿Comemos gratis?- pregunta Matías cuando Enzo regresa a la mesa. Está jugando con un encendedor, golpeándolo repetidamente sobre la madera-. Ya que te rompieron tanto los huevos con la fotito…
-La boca- advierte el mayor-. ¿Ya saben qué van a comer?
-Yo sí, este boludo todavía no decide.
Señala a Santiago y el menú entre sus manos. El rubio -que se esfuerza por ignorar las típicas tácticas con las que Matías intenta molestarlo- relee la lista una y otra vez, cambia de página para sopesar otras opciones, vuelve a la anterior y el proceso se repite. Muerde su labio inferior, indeciso.
-Matías- dice Enzo-. Calmate. Hay gente.
-¿Y?- adopta una postura desprolija-. Hace como quince minutos está.
Siempre es lo mismo, lamenta Enzo, salir los tres juntos es imposible. Matías es ansioso, no tolera tener que esperar y siempre encuentra un motivo para irritarse; no se molesta en ocultar su mal humor y no le importa molestar a otros para pasar el tiempo, sobre todo si la persona en cuestión es Santiago y él puede abusar de su autoridad justo como hace ahora.
-¿Qué pasa?- pregunta Enzo cuando Santiago lo mira en busca de ayuda. Finge no ver la mano acariciando el muslo del rubio, peligrosamente cerca de su entrepierna, ya que mencionarlo podría empeorar el comportamiento de Matías.
-¿Qué vas a pedir vos?
-Ravioles- señala la opción en el menú-. Por ahí con esta salsa... o esta.
-Creo que yo también.
-Menos mal que dijiste milanesa con papas- interviene Matías-. ¿Todo lo que haga este lo vas a hacer vos también?
-Me gustan los ravioles- contesta Santiago. Esta vez en su voz se percibe la molestia ante los constantes ataques, sí, pero también el temblor provocado por los dedos ajenos que recorren su cuerpo.
Matías imita la respuesta de Santiago con voz aguda y un gesto de hartazgo. Enzo le dirige una mirada, otra sutil advertencia para que se comporte, pero la respuesta que obtiene es esa insoportable sonrisa que no puede evitar querer borrar con los métodos más sádicos que se le ocurren. No hace comentarios. Todavía no.
La cena transcurre normalmente. Y "normalmente" incluye una pequeña discusión que se desencadena cuando Matías confunde su vaso de cerveza con el vaso de refresco de Santiago, este último reclamándole porque detesta compartir vajilla.
-Me estabas chupando la pija hace dos horas y te molesta que tome de tu vaso, ¿dónde la viste?
-¡Matías!
-¿Qué? Es un egoísta de mierda este pendejo.
Enzo jura que su rostro está tan rojo como el de Santiago. En su caso no será por vergüenza, pero aún así las miradas que le dirigen los otros presentes en el restaurante le afectan.
-Vamos al baño... Matías, te hablé.
-Estoy comiendo todavia.
-No te lo voy a repetir.
Matías clava sus ojos en Santiago y se pone de pie.
-Es tu culpa. Cuando volvamos vas a ver.
Enzo lo acorrala en uno de los cubículos del baño y golpea su mejilla antes de sujetar su rostro. El otro lo mira con el ceño fruncido pero no pronuncia palabra alguna y eso sólo lo hace enojar más: ¿era esto lo que quería? ¿Atención?
-Dejá de romperle las pelotas a Santiago. Me tenés podrido.
Matías sonríe. Para él es un halago.
-¿O qué?
En lugar de desabotonar su pantalón, que es lo que le gustaría hacer, Enzo presiona las mejillas de Matías hasta que no tiene más opción que abrir la boca: dirige su otra mano hacia sus labios y los desliza sobre su lengua hasta llegar a su garganta. Los ojos de Matías se llenan de lágrimas en cuestión de segundos e intenta zafarse, fracasando debido a la clara diferencia entre su fuerza y la de Enzo.
Es así de sencillo.
-¿Querés que te haga lo mismo que le hacías a Santiago en la mesa? Y sabés que yo no voy a parar- Matías niega y el movimiento provoca que se ahogue con los dedos en su garganta. Tose y sólo luego de sentirlo reprimir una arcada Enzo retira su mano-. Entonces calmate.
-¿Por qué siempre lo defendés?
-Porque no me hace renegar.
-Cómo te gusta que te chupen las medias, eh.
Cuando regresan a la mesa Santiago está terminando sus ravioles.
-¿Qué querés de postre, Santi? Paga Mati.
MeanDom!Mati apologist right here porque a mí también me gustaría molestar a Santiago y hacer enojar a Enzo. taglist: @madame-fear @creative-heart @chiquititamia @delusionalgirlplace @llorented @recaltiente @lastflowrr ♡
27 notes · View notes
bitacoraveintiocho · 3 months
Text
---
Bueno todo venía relativamente bien hasta que empieza a ir relativamente mal.
Hace semanas que con G no hacemos nada juntos, de antes de la mudanza incluso.
Creo que sumado al estrés que me generó todas las secuencias del último mes, empezó a afectarme un poco más.
El jueves le conté que estaba angustiada por eso, porque no estábamos haciendo nada juntos. Se atajó cuando en ningún momento fue en plan ni en modo recriminarle nada, sino más bien contarle qué era lo que me pasaba a mi. Porque además yo entiendo que está con muchas cosas.
Pero una cosa no quita la otra, puede angustiarme que no estemos pasando tiempo juntos de la misma forma que puedo entender que está con muchas cosas y es lo que hay.
Todo el fin de semana le dije que hagamos algo aunque sea ir a dar una vuelta. En todo momento dijo que no podía. Pero quedarse hasta las cinco de la mañana jugando al lol si puede, levantarse a las tres de la tarde, si puede. Ayer le plantee varias veces que hoy salgamos a dar una vuelta por lo menos. Quedó en que iba a ver por todo lo que tenía que hacer.
Hoy después de almorzar me dice que vienen los padres a la tarde. Me cayó del orto porque le pedí no sé cuantas veces que estos días hagamos algo, pero en ningún momento podía, pero si otro le dice de hacer algo si puede.
Encima cuando le cuento que me molesta su respuesta es que yo no quiero que venga su familia.
Es verdad que no es mi plan favorito, porque encima nada me da más paja que me vivan encajando a mi suegra. Yo no tengo ganas de hablar con ella todo el día. Vos queres ver a tu madre, vos anda a hablar con ella. Fin.
Pero, por más de que no sea mi plan favorito, le pongo onda, salí a comprar para cocinarles algo y volví y preparé algo para cuando ellos vengan. Encima aunque se enojó y les dijo que no vengan vinieron igual. Así que hubo que vestirse de último minuto pare recibirlos y hacer como si nada.
Por suerte se fueron temprano. Pero, la discusión siguió cuando se fueron. El tuvo el tupé de decirme que yo tenía problema cada vez que venían, cuando el problema no es con ellos específicamente, es que hacen cosas que a mi me molestan no importa de quién sea. Si te digo que no vengas y venís igual "porqeu vos querías venir" o si te dicen vení a X hora porqeu estamos haciendo cosas de la mudanza, y caes dos horas antes "porque vos querías venir antes", o que te citan a una hora y te tengan que esperar casi tres horas porque estaban esperando a ver si él hermano se levantaba o no, y no dicen nada; obviamente me voy a enojar. Más cuando son cosas que tienen que ver con poner límites y que él no está poniendo, y con las que yo si pongo límites.
Que por fuera de eso si hay algo qeu yo detesto es la gente impuntual, y todo esto me parece una falta de respeto. Entonces, si ya me conoces, si ya sabes que todas esas cosas me joden, si sabes que me joden incluso de antes de saber yo que tu familia las hacía, por qué te sorprendes tanto si me enojo? Por qué venís a tirarme que tengo un problema particular con ellos cuando me molesta que cualquiera lo haga.
Yo no voy a dejar de enojarme porque hacen esas cosas, menos si él sigue sin decirles nada. Entonces va a seguir repitiéndose la secuencia.
De todas formas lo que me terminó de enojar más fue que cuando ellos se fueron y volvimos a hablar del tema, y yo contarle que me duele que no elija ni priorice que yo quiera pasar tiempo con él, cuando se lo vengo pidiendo hace rato, que su respuesta sea que estoy "desesperada" por pasar tiempo con él. Aguanta.
Me dio por las bolas que lo ponga así.
Sabes qué?
Arreglate solo chabon.
Yo no me muevo más.
0 notes
prussianbitch · 3 years
Text
"Remedio para el corazón" (Hetalia:PruCan)
English version of this shit? maybe I'll do it. Just spanish for now.
(Parte 1)
Mi piel está acostumbrada a ser manchada de morado gracias a los montones de porrazos que le son propinados frecuentemente, no es nada del otro mundo, ya es normal para mí recibirlos casi a diario, con el tiempo va doliendo cada vez menos, supongo, dicen que lo que no te mata te hace más fuerte. Sé que soy de apariencia frágil e insignificante, creo que eso me hizo el blanco perfecto para que algunos de mis compañeros descargaran su rabia contra mí. Prefería ser ignorado, era mucho mejor cuando era invisible y nadie me notaba en absoluto, durante tanto tiempo deseé que alguien se diera cuenta de mi existencia, que tan siquiera me voltearan a mirar... ahora sólo desearía volver a pasar desapercibido como antes. No importaba qué hiciera o no hiciera, a veces simplemente me agarraban y comenzaban a golpearme o a gritarme cosas sin razón alguna, evitaba cualquier contacto con ellos para poder tener algo de paz, pero era imposible; solía terminar pasándome las clases enteras en enfermería luego de los recesos en que recibía algunos puñetazos que casi siempre terminaban en magulladuras u otro par de lentes rotos, Con todo esto es fácil preguntarse: ¿Acaso nadie sabía lo que me estaba pasando? Bueno, sí, pero simplemente lo negaba cuando me interrogaban, pensé que sería mejor simplemente aguantarlo todo, tal vez así terminaría algún día, tarde o temprano, quizá así se aburrirían y me dejarían tranquilo de una vez. Me gustaría entender de verdad el cómo y por qué me volví víctima de algo así a mis 18 años, creo que aún con esa edad, no tenía ni la fuerza ni el valor para siquiera intentar defenderme, tampoco es como si pudiera hacer mucho yo solo contra 3 o más personas, jamás tuve a nadie que me defendiera ni mucho menos que me enseñara como debía defenderme o lidiar con este tipo de situaciones… en fin. A veces, sólo fingía estar enfermo para poder irme a casa o quedarme ayudando en enfermería, como la enfermera entendía mi situación solía dejarme acompañarla durante algunas horas del día y me permitía ayudarla con un par de cosas. No siempre era posible, pero las veces en que me quedaba con ella evitando el salón de clases, eran de los pocos momentos en los que podía permanecer imperturbable estando dentro de esa preparatoria.
Ese viernes me quedé ayudando a atender a algunos alumnos que iban llegando, eran cosas simples, como poner parches curitas y apósitos, además de eso, todo parecía estar muy calmado ese día. Hasta que escuché una discusión fuera de la habitación con quien parecía ser el director y un estudiante, estaba concentrado ordenando algunas cosas que había dentro de unos cajones así que no presté mucha atención, tampoco era de mi incumbencia, me convenía no inmiscuirme en los asuntos de nadie dentro de este establecimiento si no quería meterme en problemas, sólo seguí con lo que estaba haciendo esperando a que se fueran. De pronto un portazo me hizo dar un brinco por el susto, me volteé alterándome levemente al principio, pensando que eran mis compañeros que habían ido a buscarme hasta allá mientras no había nadie más cerca para pillarme solo y poder darme una paliza, pero suspiré de alivio al ver que sólo era un chico de otro curso.
-Qué tontería, ellos se lo buscaron. -Se quejaba mientras entraba con el director siguiéndole detrás-.
-Usted tiene edad suficiente para darse cuenta de que las cosas no se solucionan con violencia. -Le regañaban-.
-Esa es otra tontería, tan sólo estaba defendiendo– -Interrumpieron su conversación al darse cuenta de que estaba tan sólo yo ahí dentro además de ellos dos-.
-¿Qué está haciendo usted aquí otra vez? -Me preguntó ahora a mí-.
-Uh, yo no me sentía bien, así que– -Me interrumpió-.
–Bueno, eso no importa ahora ¿En dónde está la enfermera? -.
–No lo sé, dijo que iría a hacer algo rápido y me dejó aquí por si alguien necesitaba algo... -Respondí un poco intimidado-.
–Bueno, en lo que ella llega ¿Podrías encargarte de... este personaje? -Dijo mirando al chico que lo acompañaba-. Tiene unas cuantas heridas porque se estuvo peleando, ¿Puedes atenderlo? -.
–Sí, claro, no hay problema-.
–Gracias. Y tú -Volvió a dirigirse a él-. Compórtate.
–Sí, sí.
El director se marchó cerrando la puerta tras de él. Me fijé mejor en el muchacho; tenía el cabello muy claro, blanco prácticamente, era albino. Tenía algunos rasguños en sus brazos, pequeños moretones y un ojo morado que eran bastante notorios al tener una piel tan pálida, nada muy grave, pero aun así puede decirse que lucía algo adolorido. Ahora que puedo verlo mejor, creo que es... Gilbert, de último año de la clase B, todo el mundo lo conoce a él y a su hermano, se supone que siempre que hay una pelea alguno de ellos está cerca o involucrado, aunque nadie se atreve realmente a meterse con ellos, porque supuestamente dicen que si llegan a encontrarte afuera del edificio luego de las clases vas a querer cambiarte de escuela para no tener que volver a encontrártelos nunca más, no te conviene hacer enojar a ninguno de los dos si es que valoras tu vida, pero no creo que sean tan terribles como dicen, no tendría ningún sentido que siguieran estudiando en el establecimiento si fuesen tan peligrosos como para provocar esa clase de miedo en los alumnos. Me sostuvo la mirada con un semblante que parecía serio, sentí un escalofrío al instante y agaché la cabeza.
–Lo siento. -Me disculpé automáticamente pensando que lo había molestado al estarle mirando fijamente, me preparé para ser golpeado... pero no pasó nada-.
–¿Por qué te estás disculpando? -Su tono de voz no era el de alguien molesto, más bien, era el de alguien muy confundido con mis disculpas-.
–Porque... yo... -Volví a mirarlo, este se echó a reír-.
–¿Qué estás haciendo tú aquí? No pareces la clase de chico que se mete en problemas. -Me preguntó en un tono amigable, me desconcerté un poco, pero al menos pude relajarme al ver que no iba a lastimarme… de momento-.
–No me sentía bien, es todo-.
–Mientes. -Se sentó en la camilla-. No es por eso que estás aquí.
–¿Tú cómo podrías saber eso? No me conoces-.
–Es una capacidad increíble que tengo, sé cuándo alguien me está mintiendo. Es una de mis muchas cualidades. -Me sonrió ladinamente-.
No dije nada más, sólo busqué un par de cosas entre los cajones que sirvieran para desinfectarle las heridas que tenía. Él sólo volvió a reír sin agregar ni una sola palabra. Me acerqué, sintiendo aún su mirada puesta sobre mí.
–Déjame ver... por favor. -Quería revisarlo mejor-.
–¿Ver qué? -.
–Si tienes más heridas, raspones o lo que sea. -Dejé las cosas a un lado mientras él se desabotonaba la camisa del uniforme-.
–No es nada serio en realidad, fue una pelea bastante aburrida-Comentó como si pelearse fuese un pasatiempo inofensivo-.
No tenía más que algunos morados, casi nada realmente, parecían estar casi sanados por completo, además de un par de rasguños también prácticamente a punto de desaparecer. Al revisar cerca de sus costillas me pude percatar de que tenía una cicatriz que me llamó la atención, aún estaba rosada, por lo que era algo reciente, curioso decidí tocarla con delicadeza.
–Perdón, ¿No te duele? -.
–No, es de hace tiempo, no le prestes atención, no es la gran cosa. -Le restó importancia como si una marca así en esa zona fuese algo muy normal-.
–¿Seguro? Es que... olvídalo. -Dejé el tema hasta ahí, no tendría que involucrarme tanto en cosas como esa, no sé bien qué estaba pensando al intentar mantener una conversación con él-. Voy a buscar algo para tu ojo.
–No, déjalo así, no está tan hinchado, ni siquiera me duele.-.
–Pero...-.
–Tranquilo, créeme, ya estoy acostumbrado. Esto -Se apuntó la zona magullada-. No es nada, en dos días ya ni siquiera se notará.
–Déjame limpiarte un poco al menos. Si no, no tendría sentido que te hubiesen traído.-.
–Prefiero estar un rato aquí contigo a aburrirme allá afuera, además, si salgo probablemente termine causando otra pelea-.
Me tenté a preguntar qué había pasado, el por qué y con quién fue la pelea, pero me abstuve, no era de mi incumbencia. Sólo tomé un trozo de algodón y lo empapé con alcohol, lo acerqué a unos raspones que tenía en la mejilla y di toques suaves, sentí que se estremeció levemente, me contuve una sonrisa ¿Este tipo podía soportar una golpiza, pero no el ardor de un poco de alcohol en una heridita? Si no quería terminar con su puño en mi rostro era mejor no comentar nada al respecto.
–¿Te la pasas por aquí seguido? Creo que ya te había visto antes ahora que me acuerdo. -Me inquirió, de alguna forma, me sentí extraño-.
–Oh, sí, estoy por aquí ayudando a veces... -No quería decir demasiado, no era conveniente hablarle sobre mí-.
–No, estoy seguro de haberte visto afuera, esperando a que te atienda la enfermera. ¿Acaso tú...–?
Antes de que terminara la oración, la enfermera entró al cuarto, al vernos sonrió amablemente y se disculpó.
–Perdón, Matthew, me tardé mucho. -Sus ojos se posaron ahora sobre Gilbert-. ¿Otra vez aquí, jovencito?
–Sí ¿Me extrañó? -bromeó-.
–No te hagas el gracioso. Matthew, yo me encargo desde ahora, puedes volver a tu salón, esta es la última clase del día y luego tienen que irse de vuelta a casa. -Me miró con compasión-. Cuídate.
–Sí, está bien. Muchas gracias, nos vemos mañana. -Me despedí sintiendo un peso encima al tener que irme-.
Una vez llegué al aula intentaba ignorar todo a mí al rededor, realmente quería olvidar que estaba ahí, olvidar que era real, mi cabeza daba vueltas, pero aun así tenía que mantenerme firme. En cuanto el timbre sonó me levanté para irme lo más pronto posible, sólo quería llegar a mi casa y recostarme, dormir hasta el día siguiente, o el mes siguiente, o quizá dormir para siempre, me sentía demasiado angustiado todo el tiempo, lidiar con mi propia existencia a veces se me podía complicar bastante. Con la mente en otro mundo comencé a caminar, por suerte, ese día pareciese ser que habían decidido no molestarme, me alivié, podría tener una caminata tranquila por fin y darme un respiro después de mucho tiempo.
–¡Hey, tú! ¿Matthew? -Escuché que gritaban mi nombre, sentí que se me heló la sangre un instante antes de darme la vuelta para toparme con Gilbert corriendo en dirección hacia mí-.
–¿Qué pasa? -Sin querer comencé a jugar con mis dedos por los nervios, quizá el hecho de que se acordara de mi nombre (Siendo que en general la gente lo pasaba por alto) o que se tomara el tiempo de buscarme al terminar las clases era lo que me provocó nerviosismo de forma tan repentina-.
–No terminamos nuestra conversación. -Se paró frente a mí, era apenas unos centímetros más alto que yo, pero su fuerte presencia hacía sentir como si fuese más grande e imponente de lo que realmente era físicamente-.
–¿Qué conversación? -Me hice el tonto-.
–Oye, estoy preocupado por ti.-.
–¿Por qué lo estarías? No me ha pasado nada-.
–No es normal ver a alguien como tú en la enfermería con tanta frecuencia, no eres la clase de chico que busca peleas ni problemas -Sus ojos me transmitían calma, de alguna forma parecía compadecerse de mí como si entendiera lo que me pasaba sin habérselo dicho nunca-.
–Simplemente soy torpe, me la paso cayéndome o teniendo accidentes, es todo.-.
–Recuerda que tengo el poder de saber cuándo alguien me está mintiendo-. -Su cara expresaba preocupación. Al ver que yo no decía nada prosiguió-. La última vez que te vi, no tenías el mismo par de gafas que tenías ahora... ahora que lo pienso, sueles cambiarlas con frecuencia, no es normal que alguien rompa tantas veces sus gafas, aún si esta persona fuese torpe o lo que sea.
–¿Cómo...? ¿Acaso estás acosándome? -Le levanté la voz, molesto por sus palabras ¿Acaso llevaba tiempo espiándome? ¿Qué clase de persona se fija en detalles como esos en alguien que ni siquiera conoce? -.
–¡No! Simplemente soy atento a detalles, nada más. Ya te lo dije, uno de mis talentos -Me dedicó una sonrisa, como si intentase apaciguarme sabiendo que estaba molesto y dudando de lo que me decía-.
–Ni siquiera me conoces. ¿Por qué te fijarías tanto en un desconocido? -.
–Ya te lo dije, porque no es normal que un chico como tú se la pase yendo y viniendo de la enfermería. Hay dos opciones, o eres problemático, cosa que dudo mucho que lo seas, o.… alguien te está haciendo daño.-.
Contuve mis ganas de gritarle ¿Quién se cree que es? ¿Qué derecho tiene para hacer suposiciones sobre mi o meterse en mi vida? Le di la espalda sin más y retomé mi caminar, pensé que había sido todo, que había entendido la indirecta y se habría marchado. Pero no, me siguió, de hecho, escuché sus pasos apresurarse para alcanzarme y comenzar a andar a mi lado.
–¿Es eso no? -Preguntó con aparente seriedad en su voz-.
–No, no lo es... Y si fuera así ¿Qué te importa a ti? -.
-Pues importa, alguien como tú, no merece que lo maltraten de esa forma.-.
Paré en seco, sentía que en cualquier momento me echaría a llorar por la rabia y frustración acumuladas, estaba este tipo siguiéndome, diciéndome cosas que me inquietaban, cosas raras que me hacían sentir raro. Volví a mirarlo, quería gritarle que se fuera y me dejara tranquilo.
–Tú... -Me salió apenas un hilo de voz-. No me conoces, no sabes nada acerca de mí.
–¿Y si quisiera conocerte? -.
Me desconcerté aún más ante esa interrogante, Nadie había tenido interés en conocerme nunca, ¿Por qué de repente un chico con un comportamiento cuestionable se interesaría en un pobre tonto como yo? Volví a marearme, froté mi cara con mi mano para tratar de aquietarme, era muy extraño, casi sospechoso. Como si alguien quisiese jugarme algún tipo de broma muy pesada o intentara aprovecharse de mí y mi sentimentalidad.
- ¿Por qué querrías conocerme? Mírame. -Le espeté, abriendo los brazos para que pudiera apreciarme mejor y darse cuenta de que mi sola apariencia era aburrida y lo que menos provocaba eran ganas de querer si quiera mirarme-.
- ¿Qué tengo que mirar? -Me observó de pies a cabeza en un instante, sin entender a lo que me refería-. Tu apariencia es adorable.
Mi pecho se sintió extraño al escuchar su comentario, sentía que iba a ponerme a temblar, mis mejillas se acaloraron de un segundo a otro, él sólo soltó una risa burlona al ver mi reacción.
- ¿Lo ves? Das la impresión de ser alguien dulce, y yo creo que las personas que son así valen la pena. -.
Esas palabras, se sintieron tan cálidas que no pude evitar sonreír, se sintió extraño, se sintió… bien. Como si con esa sola frase, volviese a sentirme vivo.
-Gracias. -Dejé escapar por inercia-. Nunca me habían dicho algo así.
-Vaya, parece que en verdad necesitabas escuchar esas palabras... -.
--------------------------------------------------
No sé escribir ;-;
¿Parte 2? quizás...
quizá lo borré porque considero que todo lo que hago es mediocre
3 notes · View notes
sunnypills · 2 years
Text
14/12/2007
-Otra vez? Otra vez no va a salir de su pieza? - Cuestiono - Lleva 1 semana que no quiere salir, no ha comido, no ha salido y ya me preguntan porqué no quiere ir al colegio, no entiendo como la dejas faltar.
-Porqué siempre todo tiene que ser un problema? Capaz esta cansada y solo quiere tener un rato para ella, no es para tanto, aparte llevas rompiéndome las pelotas todo el día, no se que queres que haga, que la mande a un loquero, que llame a un psicólogo? No somos un servicio social, aparte, esta en la edad, no se por que te cuesta tanto entender, todo es siempre lo mismo, no tenes nada mas para hacer? - dijo para ser interrumpida + pero que te pasa? Porque me decís eso? Estoy preguntando porque me preocupa, no me parece una boludes, y si, capaz necesitas un psicólogo o no sé... Pero me preocupa que este así, no es la primera vez que se pone así + Lo dijo de una forma tan seca que hizo enojar a la señora con la que discutía, haciendo que tire el vaso de la bronca - Pero la puta madre, BASTA. Dios anda a tu pieza y hace algo, porqué te juro que te voy a hacer callar, harta me tenes, si te digo que no le pasa nada, es porque no le pasa nada, así de fácil, así que ándate y cerra el orto porque ya me estresaste a mi, era lo que querías? - se le quebraba la garganta y sus ojos ya se demostraban llorosos - estoy cansada la puta madre loco, que egoísta que sos, hay gente que simplemente quiere descansar y tener un momento a solas... Mira como actúas, no te das cuenta el daño que causas?
-Bueno, hace lo que quieras Mamá, voy a salir un rato- Sin recibir una respuesta y solo poder escuchar como resoplaba con cansancio mezclado con enojo, agarro una campera que era mas grande que él, una de invierno era, azul oscura. Y paseando por las calles de recoleta, las cuales estaban algo agitadas porque en ese tiempo estaba asumiendo Cristina Fernández de Kirchner como presidenta de la Nación. Sin importarle mucho la política, el solo caminaba y caminaba hasta llegar al ciber, donde lo esperaban varios de sus amigos. Ya se esperaba algunas preguntas como ¿Porqué te tardaste? ¿Qué te paso? Pero para su sorpresa, no le preguntaron absolutamente nada, solo bromearon diciéndole que seguro lo cagaron a pedo y que por eso vino con la cara de pan triste. Lo cual le molesto un poco, ya que la discusión si lo había dejado algo afectado, pero tratando de no darle mas importancia hizo como que no le causo efecto el comentario y se sentó a jugar en una de las computadoras que estaba disponible, teniendo que pagar 1 peso con 50 centavos por 20 minutos para poder jugar al Counter Strike 1.6.
Claramente no todo estaba bien, no paraba de pensar en que casi hizo llorar a su mamá, le dolía pensar en eso ya que sabia que ella no había tenido una vida fácil, y solo sonaba “que egoísta que sos” aunque no era la primera vez que se lo decía, era algo que por más que se lo dijera le generaba ese sentimiento de disgusto, de rechazo y de incomodidad, con toda esta presión que sentía solo quería llorar y romper todo pero sabia que no lo haría, este sentimiento se manifestaba en el ambiente, esto hizo que uno de sus amigos le dijera - Che, porqué estas jugando tan para el orto? Que te pasa? + Que te importa imbécil, no me pasa nada, aparte es un juego mogólico - Eso solo creo un silencio incomodo, y uno de los otros chicos lo miro diciéndole “si te vas a comportar así, mejor ándate, nadie se va a bancar esa mala onda” para que luego se levantara, agarrara el café de su amigo y se lo tirara en la cabeza, al caer en cuenta lo que hizo por impulso solo se puso a correr, dejando el lugar y con los gritos de enojo de su amigo “FORRO DE MIERDA, QUE TE PASA ENFERMITO MENTAL”
No le gustaba su casa, no le gustaba el colegio ni tampoco el ciber, no le gustaba nada y no quería nada, no necesitaba nada o eso se decía, no querer nada es no molestar, y no molestar es buen comportamiento, buen comportamiento es que todos estén felices con tu presencia, y que todos estén felices con tu presencia era que no ibas a estar solo, sin importar el como te sintieras por dentro, ya que el exterior era lo que le importaba, solo no quería causarle mas problemas a mamá, quien seguro se fue a trabajar después de la pelea, “que hago?” dijo agarrándose la cabeza, volvió caminando despacio, con los ojos llorosos de nuevo al ciber, donde sus amigos lo miraban con furia, y él solo le dio 10 pesos, le pidió disculpas y que de verdad lo lamentaba muchísimo. Sus amigos estaban sorprendidos al ver lo vulnerable que estaba, así que el grupito se fue caminando, dejándolo solo. Y así se quedo sentado en la vereda, pensando y divagando, total iba a tener que volver a su casa dentro de poco.
1 note · View note
wingzemonx · 4 years
Text
Resplandor entre Tinieblas - Capítulo 67. La quinta tragedia
Tumblr media
Resplandor entre Tinieblas
Por WingzemonX 
Capítulo 67. La quinta tragedia 
La repentina muerte de la Tía Marion hizo que Ann y Richard tuvieran que retrasar un par de días más la mudanza a su casa en Twin Lakes, para así poder atender los asuntos del funeral y la herencia. Marion no había llegado a vivir lo suficiente para cumplir la amenaza de cambiar su testamento, por lo que aún todo le sería pasado a Richard. Éste se sentía hasta cierto punto sucio de recibir esas acciones y propiedades luego de cómo había terminado su última discusión. Pensó seriamente en hacer justo lo que ella había dicho que haría la última vez que la vio: dar todo a los pobres. Fue la insistencia de prácticamente todos sus conocidos, principalmente la de Ann, lo que lo convenció al final de no hacerlo.
—Ella no quería darle su dinero los pobres, sino a Mark, ¿recuerdas? —le había dicho Ann una noche mientras reposaban en su cama—. Ella misma lo dijo. Si no quieres ese dinero para ti, entonces sólo guárdaselo a tu hijo. Y que él haga lo que prefiera con él cuando sea mayor.
Aquello para Richard tuvo bastante sentido, así que decidió hacerlo de esa forma.
Arreglado aquel asunto, la pareja continuó con sus planes originales. Pasar el invierno en Twin Lakes era una tradición que habían llevado a cabo desde hace siete años, por el tiempo en que Damien comenzó a vivir con ellos. Richard había adquirido aquella hermosa casa sobre el Lago Mary por un precio bastante razonable. Era de buen tamaño y acogedora. Durante el resto del año la rentaban o prestaban a sus amigos, en especial en el verano. Pero llegado el invierno, cerraban la mansión en Chicago, mandaban a todos los sirvientes a casa con sus sueldos pagados, y se movían para allá desde una semana antes de Navidad, hasta después de Año Nuevo.
Sin embargo, desde que los niños entraron a la Academia y pasaban la mayor parte del tiempo allá, Richard y Ann habían comenzado a irse ellos solos desde un poco después Acción de Gracias. No pasaban todo el tiempo en Wisconsin, y de vez en cuando se iban algunos días al extranjero, pero al volver lo hacían justo a la casa del lago. Aquellas eran las pequeñas vacaciones que Richard esperaba con más ansias cada año, especialmente cuando los chicos al fin eran libres y se les podían unir y pasar esas dos semanas como familia.
Ese año, sin embargo, ese lapso entre el Día de Acción de Gracias y el inicio de las vacaciones de invierno, fue manchado por una serie de desgracias para la familia Thorn, de las cuales la muerte de la tía Marion había sido sólo la primera.
La segunda pasó un poco desapercibida por los Thorn, al menos de forma personal. Joan Hart, una reportera que había estado cubriendo las excavaciones en el Medio Oriente financiadas por Thorn Industries para su Museo, había muerto atropellada por camión en la autopista. Había sido un accidente terrible, y lo fue aún más porque había ocurrido el mismo día que se presentó ante Richard cuestionándole sobre lo que había ocurrido con su hermano en Londres años antes. Aquello provocó que fuera sacada a la fuerza por seguridad. Un par de días después se enterarían de su tráfico desenlace. Richard se sintió por un momento satisfecho por ello, pues la manera en la que había abordado lo de Robert y Damien realmente lo había hecho enojar, pero se arrepintió casi de inmediato de haber tenido tales pensamientos.
La tercera fue un extraño accidente en la planta química de Thorn Industries, del cual aún se seguían investigando sus causas. Al parecer hubo una fuga en el contenedor que almacenaba un químico mortal, y afectó a doce trabajadores de la planta; cinco habían sido ya dados de alta, cuatro seguían hospitalizados, y tres habían fallecidos. Uno de estos tres había muerto en el acto, y había sido el más expuesto al químico. Dicha persona era el Dr. David Pasarian, científico jefe y encargado de su proyecto de cultivos orgánicos. Un verdadero genio en su campo, que había muerto de una forma terrible y dolorosa. La planta tendría que detener sus operaciones hasta que se hicieran las averiguaciones y arreglos pertinentes, y eso podría tomar hasta después de Año Nuevo. Sería un golpe significativo a las finanzas e imagen de la empresa, por no mencionar a las personas y familias involucradas. Pero hallarían la forma de sobrellevarlo, siempre lo hacían. Thorn Industries era una empresa fuerte, y había sobrevivido a escándalos peores (por ejemplo, lo ocurrido con Robert).
La cuarta tragedia fue bastante dolorosa para Richard a modo personal, incluso más que la muerte de Marion. Bill Atherton, quien había trabajado como Gerente General de Thorn Industries incluso desde la época en la que el padre de Richard encabezaba la empresa, se había aparentemente suicidado menos de una semana después de la muerte de Pasarian. Su esposa lo había encontrado encerrado en su cochera con su vehículo encendido. Se había envenenado a sí mismo con los gases del motor. No hubo ninguna nota, ni nada que explicara por qué lo había hecho. Había tenido algunos problemas con su esposa, y las presiones del trabajo ya habían comenzado a sobrepasarlo debido a su edad, y había considerado el retiro. Y encima de todo, el incidente de Pasarian ciertamente le había traído mucha más presión. Pero, ¿suicidarse por ello? Para Richard aquello no tenía sentido.
Bill había sido un gran amigo de Richard, e incluso un mentor. Su inexplicable pérdida simplemente lo devastó, y eso fue bastante evidente en su forma de actuar. Se volvió mucho más reservado y arisco. Intentó volver a la oficina para encargarse de los asuntos de Bill, pero su cabeza sencillamente no daba para eso y tuvo un par de altercados violentos con personas debido a su mal humor. Al final tuvo que nombrar a un nuevo Gerente General y retirarse de regreso a sus vacaciones, ahora más forzadas que antes para intentar despejar su mente. El nuevo Gerente era Paul Buher, un joven muy inteligente y ambicioso, que esperaba pudiera encargarse de resolver ambos escándalos de la manera más efectiva posible. “Yo me encargo de todo, Richard,” le había dicho Paul con una de sus radiantes sonrisas.
Richard había considerado que Ann y él volvieran a su casa en Chicago para estar cerca por si algo se ocupaba. Pero, además de todo, ya no se sentía con ánimos de estar en Twin Lakes, y fingir que todo estaba bien luego de lo que había pasado con Atherton, Pasarian, Marion y el resto de los trabajadores afectados. No se sentía correcto celebrar las fiestas en esas circunstancias. Pero, de nuevo, Ann se encargó de convencerlo de que se calmara. Los niños estaban a unos días de llegar y esperaban con ansías reunirse con ellos ahí en el lago. La casa ya estaba decorada con luces, y habían colocado un hermoso árbol en la sala. Además, estar lejos de Chicago era justo lo que Richard necesitaba para despejarse y volver a la normalidad. Y una vez más, todo aquello le sonó con bastante sentido a Richard. Intentaría sobreponerse por su familia. Lo intentaría, pero no lo lograría del todo…
Richard no podía sacarse de la cabeza que de alguna forma todo eso tenía que estar relacionado, aunque no podía ver claramente cómo. Y, en secreto, la propia Ann también se lo preguntaba. Ella sabía muy bien lo que le había pasado a Marion, pero desconocía lo que respectaba a los demás hechos. No se había comunicado con Lyons desde que tuvo que reportarle lo de Marion, y él no se había comunicado en lo absoluto con ella. Desconocía si acaso todo aquello había sido de alguna forma obra de la Hermandad, o… quizás de otro tipo de fuerzas. Aún recordaba a aquel cuervo que se había parado en la ventana la noche que mató a Marion, y lo nerviosa que la había puesto. ¿Qué hacía ahí y qué significaba?, no tenía idea. Pero sentía que era una especie de augurio de algo más allá de su comprensión.
Así que por separado, y movidos por fines un tanto diferentes, tanto Ann como Richard decidieron fingir que, en efecto, nada había pasado, y llevar las cosas en paz. En aquel momento, sin embargo, ninguno de los dos sabía que la quinta tragedia, y quizás la peor de todas, estaba de hecho bastante cerca.
Damien y Mark terminaron sus últimos exámenes el 19 de diciembre, por lo que para el jueves 20 ya estaban libres. Ese mismo día Ann y Richard fueron a recogerlos a la Academia, y fueron juntos a la casa del lago. La presencia de los jóvenes pareció en efecto animar a Richard. Volvió a sonreír y reír con ellos, y hasta había propuesto que vieran una película todos juntos esa noche. Fue una larga discusión para poder elegirla, pero el consenso final se fue por Rise of the Guardians, una película animada que había salido un mes antes pero que ya estaba disponible en Pago por Evento. Mark, a sus trece, comenzaba a entrar a esa etapa en la que ya se consideraba demasiado grande para ese tipo de películas; Damien, a sus doce, aún le encantaban y le seguirían encantando (incluso más) en años posteriores.
Con la película elegida y pagada, los cuatro se colocaron en los sillones de la sala frente a la enorme pantalla plana con su home theater, alumbrados únicamente por las luces parpadeantes del Árbol de Navidad y con dos tazones de palomitas. Vieron la película tranquilamente, solamente compartiendo de vez en cuando algunas risas o comentarios. Ann se acurrucó contra Richard a partir de la mitad, apoyando su cabeza en su hombro. Las palomitas se habían acabado desde antes de eso.
Cuando la película concluyó, incluyendo unas graciosas escenas adicionales que acompañaban a los créditos, ya era un poco más de las diez de la noche.
—¿Y bien? —Preguntó Richard, seguido de un pequeño bostezo—. ¿Qué les pareció?
—Está bien, supongo —respondió Damien, encogiéndose de hombros—. Pero no es How to Train Your Dragon.
—Mira nada más —exclamó Mark con falso enojo—. Tú eras quién más quería verla, pero siempre tienes que estar buscándole cualquier “pero” a todo, ¿verdad? —Se quejó y entonces arrojó un cojín a la cara a su primo, que lo desvió con sus manos entre risas.
—Perdón por ser un poco exigente.
Los cuatro rieron casi al mismo tiempo, incluso Richard. La tormenta pareció por un momento realmente haber pasado.
—Pues a mí me gustó —opinó Ann, estirando un poco sus brazos para desentumir sus extremidades—.  Muy apropiada para ambientarnos en la época, ¿no creen? ¿Vemos otra?
—Por mí está bien —secundó Richard—. Pero primero comamos algo que no sean palomitas, ¿les parece?
Todos parecieron estar de acuerdo, pues en realidad no habían cenado por estar viendo la película.
—Prepararé unos emparedados, ¿les parece? —Propuso Ann, parándose del sillón—. Me ayudas, ¿Damien?
—Seguro —respondió el joven de cabellos negros, levantándose también.
Mark encendió las luces poco después, y Richard se disponía a salir a la terraza y encender uno de sus puros. Sin embargo, antes de abrir la puerta de cristal, escuchó el sonido de un vehículo acercándose por el camino de tierra frontal hasta la entrada, y aquello lo detuvo. De hecho, todos los demás se habían detenido también, mirando en dirección a la puerta de entrada con cierta cautela en sus miradas.
No esperaban a nadie, y era de hecho ya bastante tarde.
«Dios mío, ¿ahora qué?» fue el pensamiento que le cruzó a Richard por la cabeza. Habían recibido tantas malas noticias últimamente, que no sabía si podría resistir una más si es que en efecto se trataba de eso.
Damien, que era el más cercano a la puerta en su camino a la cocina, se aproximó a la ventana y se asomó hacia afuera. Reconoció el vehículo rojo estacionándose delante de la casa, alumbrado con las luces externas. Su conjetura inicial fue confirmada al ver al hombre que se bajaba del lado del conductor.
—Creo que es el Dr. Warren —informó el chico, girándose en dirección a su tío. Éste suspiró pesadamente, pasando una mano por su cara.
Charles Warren era el curador encargado del Museo Nacional Thorn en Chicago, fundado por sus abuelos y financiado directamente por Thorn Industries. Warren era un buen amigo, invitado habitual de su casa, por lo que su presencia no sería en realidad tan rara. Sin embargo, que llegara sin avisar y a esa hora… no era buena señal.
—Si hubiera pasado algo en el museo, de seguro te hubiera hablado por teléfono para avisarte —mencionó Ann, intentando tranquilizarlo.
—No creo que haya hecho el viaje hasta aquí a mitad de la noche sólo para saludar, ¿o sí? —Espetó Richard algo áspero, dándose cuenta de inmediato lo fácil que había permitido que el buen humor se esfumara—. Lo siento… Por favor, háganlo pasar a mi estudio. Ahí lo atenderé.
Comenzó entonces a caminar en dirección a dónde se encontraba la habitación que habían acondicionado como estudio para que Richard pudiera trabajar cuando se ocupara. Quería tomarse unos segundo antes de verlo para intentar calmarse, y quizás beber algo.
—Richard, es nuestra primera noche familiar en un mes —señaló Ann intentando sonar calmada.
—Lo sé, lo sé —profirió Richard un tanto fastidiado, deteniéndose unos segundos para mirarla—. Descuida, lo atenderé rápido. ¿De acuerdo?
Sin esperar respuesta, siguió su camino y se perdió de sus vistas por el pasillo.
El aire se volvió algo tenso de golpe. Ann resopló despacio, volteando a otro lado. El timbre sonó en ese mismo momento, y la mujer sintió un deseo ferviente de sacar a ese sujeto a patadas de su propiedad.
—Yo le abriré —se ofreció Damien rápidamente, y Ann decidió que sería mejor así. Sin decir nada, se dirigió a la cocina para empezar los emparedados mientras los chicos lo atendían.
Damien abrió la puerta con una amigable sonrisa. Del otro lado se encontraba Charles Warren, un hombre de cabello rubio oscuro y rostro cuadrado, bien parecido, con un grueso abrigo café para protegerse del frío. En cuanto vio al chico que le había abierto, el rostro del hombre pareció ponerse tenso.
—Hola, Damien… —saludó el recién llegado, algo nervioso—. No pensé encontrarlos aquí. Creí que llegarían hasta el fin de semana…
—Hola, Dr. Warren —saludó ahora Damien, con tono afable. Mark se le había aproximado por detrás—. Terminamos antes nuestros exámenes, así que nos largamos temprano de ese lugar.  Supongo que viene a ver a mi tío, ¿no?
—Sí… —Asintió Charles, despacio—. ¿Se encuentra aquí?
—Lo espera en su estudio —se adelantó a responder Mark—. Déjeme lo guio hacia allá.
—Gracias, Mark —contestó Charles apresurado, y entró rápidamente a la cabaña, sacándole la vuelta a Damien. Éste lo siguió con su mirada un tanto perplejo.
—Por aquí, sígame —le indicó el joven rubio y comenzó a caminar por el pasillo, seguido de cerca por el curador. Damien los siguió mirando unos segundos, y luego cerró la puerta.
— — — —
Cuando Damien ingresó a la cocina, Ann se encontraba repartiendo las rebanadas de jamón entre los diferentes pares de panes que había distribuido para los emparedados. Al notar su presencia, la mujer se viró a verlo sobre su hombro derecho y le sonrió complacida.
—Creí que te habías olvidado de mí —comentó burlona, pero Damien no le respondió. De hecho su expresión se veía un tanto ausente—. ¿Todo está bien?
—No lo sé —Le respondió el joven, estando ya de pie a su lado. Su mirada estaba fija en la ventana delante de él, que sólo daba a la oscuridad de la noche—. El Dr. Warren parecía un poco extraño.
—¿Cómo extraño?
—Lo sentí asustado.
Aquello confundió Ann, e hizo que captara por completo su atención.
—¿Acaso te dijo algo?
—No, no fue algo que haya dicho o hecho. Sólo… —Damien vaciló un poco antes de poder hablar—. Lo sentí… asustado de mí.
—¿De ti? —Ann rio, despreocupada—. Qué tontería. ¿Por qué estaría asustado de ti?
Damien negó con su cabeza, sin apartar su mirada de la noche.
—No lo sé, pero eso fue lo que sentí cuando lo vi. Eso me ha estado pasando mucho últimamente.
—¿Qué cosa?
Damien se sobresaltó un poco al oír su pregunta, como si él mismo no hubiera sido consciente de lo que había dicho. De nuevo vaciló un poco, y luego todo su semblante cambio. Sonrió tranquilo, y se mostró totalmente relajado, como si lo de hace un momento no hubiera ocurrido en lo absoluto.
—Nada, olvídalo —le respondió indiferente—. ¿En qué te ayudo, tía?
Ann lo miró en silencio unos momentos. Todo eso en verdad la había preocupado, pero no podía permitirse demostrarlo demasiado, así que intentó igualmente tomar una postura relajada.
—Lava los tomates y la lechuga por mí, por favor —le respondió señalando hacia la tarja en donde había colocado las verduras. Damien se aproximó gustoso y comenzó a hacer lo que le pidieron.
Ambos continuaron cada uno con su labor en silencio por un rato más, hasta que Ann murmuró de pronto:
—Sabes que si algo te molesta, lo que sea, puedes decírmelo. ¿Verdad?
—Claro que sí —respondió Damien sin pensarlo mucho ni dejar de lavar las verduras, por lo que Ann no sintió que fuera muy sincero con su respuesta. Pero ella sí lo era con su ofrecimiento; muy sincera, pues en realidad le importaba el chico. Y no sólo por su deber secreto, casi sagrado, sino por mucho más que eso.
Poco antes de que terminaran los cuatro emparedados, escucharon como la puerta de la entrada se abría y se cerraba fuertemente de nuevo. Ninguno dijo nada, pero supusieron que el Dr. Warren se había retirado, aunque les pareció que había sido bastante más pronto de lo esperado.
Los dos salieron de la cocina, cada uno cargando dos platos con un emparedado y papas fritas a un lado. Cuando entraron a la sala, divisaron como Richard se dirigía apresurado hacia las escaleras de la planta alta.
—Richard —le llamó Ann alzando la voz, haciendo que el hombre se detuviera al pie de las escaleras. Ann notó en ese momento que Richard sujetaba en su mano derecha un sobre blanco, pero no le dio importancia en ese momento—. ¿Y Charles?
—Ya se fue —respondió secamente y siguió su camino.
—¿A dónde vas? ¿Y la película?
—Véanla sin mí si gustan.
—Tu emparedado…
—No tengo hambre —respondió por último cuando ya iba cerca de los últimos escalones. Lo escucharon andar por el piso de arriba y entrar a la habitación principal.
—¿Qué le pasa? —cuestionó Damien, algo molesto—. Si él fue quien dijo que quería comer algo.
Ann no tenía una respuesta para ello. Supuso que había ocurrido otra cosa, y eso ya había sido la gota que derramó el vaso para él. Igual fuera lo que fuera, de seguro se lo diría esa noche cuando estuviera más calmado. Ahora lo que le importaba era Damien.
—No es nada —respondió Ann con normalidad—. De seguro lo que le vino a decir Charles lo alteró un poco. Debió haber ocurrido algo grave en el museo. ¿Quieres que nosotros veamos la otra película?
—No veo por qué no —respondió Damien, encogiéndose de hombros.
—Perfecto. Veamos si Mark está de ánimos, ¿sí?
Pero Mark no estaba de ánimos. Se excusó diciendo que estaba cansado y subió también a su habitación; él si se llevó su emparedado, sin embargo.
Ann y Damien tuvieron que ver la segunda película solos, mientras comían. Por petición del chico, ésta sería How to Train your Dragon, que tan claramente había expresado que le gustaba. Para Ann, la noche resultó mucho mejor de esa forma.
— — — —
Cuando subieron a dormirse, alrededor de la media noche, Ann encontró a Richard ya acostado y vestido con su pijama. Supuso que estaba dormido. Esperaba poder cuestionarle sobre lo ocurrido, y quizás que tuvieran un poco de sexo para ver si eso le calmaba el mal humor. No lamentó mucho en realidad el que no pudiera hacer ninguna de las dos cosas, y prefirió ella también acostarse a su lado sin hacer ruido. Mañana se enteraría de todo.
A mitad de la madrugada, Ann se despertó abruptamente. Sumergida aún en el sueño, le pareció ver a Richard de pie en la puerta. Pero no estaba saliendo; de hecho, parecía que fuera entrando.
—¿Richard? —Susurró Ann confundida, seguida poco después por un largo bostezo—. ¿Dónde estabas?
—Sólo… me encargaba de un asunto —le respondió Richard escuetamente, mientras se retiraba su bata roja para el frío.
Ann volteó fugazmente al reloj digital sobre su buró. Eran las 4:12.
—¿Tan tarde? ¿Qué pasó?
—Vuelve a dormir, Ann —le indicó Richard, sentándose de su lado de la cama y volviéndose a recostar—. Mañana hablaremos de eso.
Ante de que pudiera preguntarle otra cosa, el hombre se recostó sobre su costado derecho, dándole la espalda. Ann lo miró en la oscuridad, confundida.
—Está bien…
Ann volvió a acostarse, pero se pegó por detrás a su esposo, rodeándolo con sus brazos. Richard no la rechazó, pero tampoco sintió que estuviera del todo feliz con su cercanía. De hecho, Ann lo sintió bastante frío; literal y metafóricamente.
— — — —
El viernes 21 de diciembre del 2012, fue una fecha muy sonada durante mucho tiempo anterior a ese momento. Casi todas las personas en el planeta esperaban expectantes la llegada de dicho día, que muchos afirmaban sería el “Fin del Mundo.” Había habido otras fechas con ese mismo significado antes, pero esa había sido por algún motivo la más popular, luego del inicio del año 2000. Pero Ann estaba totalmente tranquila al respecto; estaba segura que si ese día fuera a pasar algo importante, Lyons se lo hubiera comunicado… quizás. Ella estaba convencida que ese sería un día como cualquier. Sin embargo, no fue así. Y, de cierta forma, el mundo sí acabó para algunas personas ese día.
Ann se despertó antes que Richard por nos unos minutos. Se sorprendió un poco al no ver a los chicos en su cuarto, pero no le dio mucha importancia. Como tampoco estaba la cámara de Damien, supuso que habían salido a caminar muy temprano para tomar algunas fotos del amanecer. Se disponía a bajar a preparar el desayuno, cuando divisó la presencia de Richard en el marco de su cuarto, mirándola ausente como si se tratara un muerto viviente.
—Te ves fatal —murmuró Ann intentando sonar bromista, pero Richard no se rio—. ¿Tuviste mala noche? ¿Te preparó un café?
Richard ignoró su pregunta, quizás deliberadamente. Alzó su mano derecha, mostrándole claramente el sobre blanco que sujetaba, que Ann supuso era el mismo con el que lo vio la noche anterior.
—¿Qué es eso? —Preguntó Ann, azorada.
—Es lo que Charles vino a mostrarme anoche —le respondió Richard con voz apagada—. Es una carta, escrita por un arqueólogo llamado Carl Bugenhagen hace siete años para mí, pero que hasta ahora fue encontrada.
—¿Para ti? ¿Y por qué era tan importante como para traértela con tanto apuro?
Richard enmudeció unos momentos. Pasó su lengua por sus labios resecos, y miró hacia otro lado como si se sintiera avergonzado.
—No sé ni cómo explicarlo. Tienes que leerla tú misma. Pero antes de que lo hagas, te advierto que lo que dice puede parecerte absurdo, y a mí también me lo pareció cuando Charles me lo contó. Pero en la noche no lo podía sacar de la cabeza, y me tuve que levantarme a leerla yo mismo. —Ann recordó ese inusualmente momento a mitad de la madrugada, y supuso que a eso se refería—. Y luego de hacerlo… ya no sé qué pensar. Quiero que la leas con la mente lo más abierta posible, por favor. Y ten en cuenta que fue escrita hace siete años, pero de alguna forma parece predecir justo lo que nos está pasando ahora.
La mirada de Richard era bastante intensa, como nunca Ann la había visto. Parecía estar al borde de un colapso nervioso, ese que había estado todas esas semanas amenazando con ocurrir. Le extendía en ese momento el sobre, con su mano temblorosa, y Ann se sintió un tanto intimidada. No supo, sin embargo, si esa sensación se la provocaba la carta y lo que podría contener, o la actitud tan inestable de Richard.
—Está bien, la leeré —le respondió procurando mantenerse calmada, y tomó el sobre que le ofrecía.
Ambos bajaron a la sala y se sentaron el uno frente al otro mientras Ann se tomaba su tiempo para leer la carta con todo el cuidado posible. Lo más complicado, sin embargo, fue mantener una actitud normal, calmada pero a la vez confundida mientras lo hacía, cuando en realidad… cada línea que leía la llenaba aún más de un tremendo terror que le hacía palpitar su corazón con intensidad en su pecho.
Ann no podía creer lo que estaba leyendo. No tenía idea de quién era ese tal Carl Bugenhagen, pero en esa dichosa carta estaba describiéndolo absolutamente todo sobre Damien, incluso aspectos que ella misma desconocía.
Revelaba abiertamente la identidad de Damien como el Anticristo descrito en el Libro de las Revelaciones, el Conquistador que traerá consigo el inicio del Fin de los Tiempos. Describía como el hijo biológico de Robert y Katie había sido asesinado por seguidores de la Bestia y le habían dado a un recién nacido Damien a Robert para que lo hiciera pasar como su hijo. Como desde siempre ha tenido a discípulos protegiéndolo y eliminando a todos los que son una amenaza para él, incluida la propia Katie. Mencionaba que días antes de su muerte, Robert había ido a verlo y él le había dicho todo, incluida la forma de matarlo. Explicaba que las circunstancias de su muerte, llevando a su hijo a aquella iglesia en Londres, había sido por sus indicaciones de que el ritual debía realizarse en suelo santo. Hablaba de la marca de la Bestia en la cabeza de Damien, y de cómo el que ahora viviera con ellos era de seguro todo un plan mayor para posteriormente hacerse el control de Thorn Industries y sus casi ilimitados recursos. Advertía que Damien era un peligro para Richard y su familia, y que llegado el momento comenzaría a asesinar a todos a su alrededor que considerara obstáculos en su camino. Y que Richard debía detenerlo antes de que eso ocurriese…
Ann estaba atónita. Había sido entrenada para realizar acciones rápidas si alguna situación de peligro como esa se presentaba, pero aquello superaba bastante cualquier situación anterior por la que hubiera pasado o le hubieran advertido. Era suficientemente malo que una maldita carta salida de la nada revelara los grandes secretos que habían intentado ocultar por tanto tiempo, pero lo peor era que Richard parecía estarlas creyendo, o al menos no las desechaba como disparates de inmediato.
Bajó la carta lentamente, y volteó a ver fijamente a Richard. Debía ser muy cuidadosa con qué diría a continuación; mantener la calma para no dejar en evidencia su nerviosismo, pero aun así reaccionar lo molesta y confundida que una persona normal estaría al leer algo como eso por primera vez.
—¿Qué es esto? —Exclamó casi indignada, golpeando el papel con sus dedos—. Esto es ridículo, Richard. Nada en esta carta tiene el más mínimo sentido. ¿Anticristo?, ¿Damien suplantando al verdadero hijo de Robert y Katie?, ¿una conspiración? —Soltó una pequeña risa irónica—. Parece el guion de una película; y no una muy buena, si me lo preguntas. Es tan absurdo que ni siquiera sé si se le podría llamar difamación.
Arrojó la carta al frente de forma despectiva, y ésta se balanceó en el aire, cayendo en la mesa de centro entre los sillones. Se recargó entonces por completo contra su respaldo, se cruzó de piernas y pasó sus dedos por su sien derecha, como si comenzara a sentir el inicio de un dolor de cabeza (y bien podría ser el caso).
—No puedes realmente creer en algo de esto —indicó Ann, incrédula.
Richard estaba inclinado hacia el frente, con sus codos apoyados en sus muslos y sus ojos puestos en la alfombra de la sala. No reaccionó de forma alguna ante todos esos reclamos soltados por su esposa, como si ya los esperara de antemano.
—No dije que lo creyera —susurró muy despacio—. Sólo te estoy compartiendo lo que Charles vino a decirme anoche.
—Si no lo crees, ¿por qué te ves tan preocupado? —Cuestionó Ann, mirándolo de forma acusadora—. ¿Por qué no lo desechaste como la tontería que es desde un inicio? ¿Por qué no tiraste esta carta en cuanto te la dio en lugar de quedarte toda la noche leyéndola? —Él no respondía, sólo seguía mirando hacia la alfombra como si fuera un niño siendo regañado—. ¿Richard?
La cabeza actual de los Thorn soltó un profundo suspiro y se paró abruptamente de su sillón. Comenzó a caminar por la sala frente al ojo juzgador de Ann, pero no la volteaba a ver. Su mente de seguro era un verdadero desastre en ese momento.
—No lo sé, Ann. No lo sé —le respondió de golpe, alzando su voz con actitud defensiva—. Yo sólo… Han pasado tantas cosas raras desde la muerte de Katie y Robert. Lo del chico Powell, por ejemplo. Y ahora lo de Bill, Pasarian, esa amiga reportera de Charles…
—Todos esos fueron sólo accidentes, Richard —señaló Ann parándose también de su asiento—. Horribles y trágicos, pero accidentes aún así. No puedes creer que enserio Damien haya tenido que ver con todas esas muertes. ¿O sí?
Richard de nuevo guardó silencio, vacilante.
—La tía Marion… —susurró de pronto, como un pensamiento que se le vino espontáneamente—. Ella estaba convencida de que Damien era un peligro, y siempre tuvo muy buen instinto para los negocios y para las personas. ¿Qué tal si ella…?
—Marion era una mujer anciana, terca y prejuiciosa —exclamó Ann con fuerza, aproximándosele casi violenta. Se detuvo uno momento al darse cuenta de que quizás estaba perdiendo el control. Respiró lentamente, y entonces prosiguió con más calma—. Lamento tener que expresarme de ella de esta forma, pero es la verdad. No dejes que sus palabras te contaminen, y mucho menos esta absurda carta. Damien es tu sangre, es como tu hijo; nuestro hijo. Sólo olvida esta broma de mal gusto de una buena vez.
Lo tomó firmemente de las manos y lo miró a los ojos, suplicante. Richard también la miró, y aunque se le veía aún bastante afectado y ojeroso, pareció que de memento poco a poco las palabras que le decía comenzaban a cobrar sentido. Apretó las manos de su esposa con un poco de fuerza entre sus dedos, y entonces le sonrió.
—Está bien, así lo haré… —le respondió, no con demasiada convicción pero de momento era suficiente.
Ann también sonrió, y se apartó un poco, tomando una actitud más relajada.
—Y si fuera tú, reprendería fuertemente a Charles por venir a molestarte con esto; especialmente sabiendo lo afectado que estabas por lo de Bill. Y nunca les digamos nada de esto ni a Damien ni a Mark. ¿De acuerdo?
—Por supuesto —asintió Richard levemente. Sin embargo, Ann notó que su atención no parecía estar de hecho en su último comentario, pues miraba fijamente al frente con expresión perdida en el horizonte.
Ann miró en esa misma dirección, y notó que miraba por la gran ventana de la sala, desde la cual se podían ver los árboles y el bosque, cubiertos con una fina capa de nieve que había caído durante la noche.
—¿Qué pasa? —le preguntó confundida.
Richard se quedó en silencio un rato, y luego musitó sin apartar sus ojos de la ventana:
—¿Dónde están los chicos?
—Creo… que salieron más temprano a caminar. ¿Por qué?
—No, por nada… —respondió Richard en voz baja, pero no como una verdadera respuesta en realidad sino como un comentario al aire que no estuviera en lo absoluto relacionado.
Sin decir nada más, Richard comenzó a caminar apresuradamente hacia la puerta principal.
—¿Richard? —Exclamó Ann para llamar su atención, pero él siguió adelante en su camino. Tomó su chaqueta que colgaba del perchero y salió apresurado por la puerta, vestido únicamente con su pijama, su bata y sus pantuflas a pesar de que afuera estaba nevado—. ¡Richard! ¡¿A dónde vas?!
Ann se apresuró para alcanzarlo, pero no lo hizo a tiempo antes de que cerrera la puerta detrás de él. Ella la abrió rápidamente después y el aire congelado del exterior le golpeó la cara. Lo vio bajar por las escaleras del porche al tiempo que se colocaba encima su chaqueta, y comenzaba a caminar hacia el bosque abrazándose.
—¡Richard! —Le gritó Ann con fuerza, pero de nuevo el hombre la ignoró y se alejó caminando—. ¡Maldita sea!
No tenía ni idea de qué era lo que le había cruzado la cabeza en esos momentos, pero Ann no creyó que fuera nada bueno. Tuvo el arranque inicial de ir tras él, pero estaba sólo vestida con su bata de noche, por lo que hubiera significado un suicidio. Cerró la puerta azotándola y subió de prisa a su cuarto para al menos ponerse unos pantalones y unas botas antes de ir en su persecución.
Consideró contactar a Lyons, pero no tenía tiempo para eso. Si acaso Richard había salido con la intención de lastimar a Damien de algún modo, ella tendría que actuar primero y dar explicaciones después.
— — — —
Richard no había salido con la intención de lastimar a Damien, o al menos no había concebido tal idea por completo aún. Solamente le había brotado la imperante necesidad de salir en ese momento y buscar a su hijo Mark. Mientras miraba por la ventana hacia los bosques, la voz de Marion resonó en su cabeza como un eco que le martillaba por detrás.
“Mark es tu hijo, y el futuro de Thorn Industries.”
“Es una sabandija rebelde, egocéntrica y una horrible influencia para Mark.”
“Ese chico será la ruina de Mark si no haces algo al respecto.”
Fue como si la propia Marion estuviera a su lado, susurrándole todo aquello al oído, suplicándole que fuera a buscar a su hijo y lo alejara de Damien de una vez por todas.
Ella se lo había advertido. ¿Y si tenía razón?, ¿y se debió haber separado a los chicos desde un inicio? Quizás todas las desgracias que ocurrieron después podrían haber sido evitadas. La parte lógica de su mente sabía que lo que pensaba no tenía sentido, pero aun así aquel pensamiento era el combustible que lo hacía andar por esos caminos helados, intentando seguir el rastro de los dos chicos.
Se abrazó a sí mismo, sintiendo un gran frío del que su chaqueta no lo podía proteger de todo, especialmente en sus pies. En otras circunstancias no hubiera salido en ese estado, pero la urgencia se lo exigió. Además, no quería que Ann lo detuviera de alguna forma, y no tenía forma de convencerla y hacerla ver las cosas a su forma.
Quizás todo eso no era más que una locura provocada por todo el estrés por el que estaba pasando. Quizás para mañana viera todo mucho más claro, y se reiría de lo idiota que se había comportado. Pero, al menos de momento, no era así.
—¡Damien!, ¡Mark! —Gritó con fuerza, sin recibir respuesta más allá del pequeño y lejano aullar del viento— ¡Mark!, ¡¿dónde estás, hijo?!
Siguió avanzando lentamente por la senda, hasta que estuvo totalmente rodeado por árboles casi por completo desprovistos de todas sus hojas. Sus pies le dolían, pero por algún motivo cada vez menos. Lanzó los mismos gritos al aire un par de veces más sin recibir ningún tipo de contestación a cambio, como si realmente fuera el único ser humano (o incluso ser vivo) en todo ese paraje. Y mientras más tiempo pasaba, más la angustia y preocupación por su hijo lo inundaban.
Mark siempre fue un gran amigo de Damien, incluso desde esa primera vez que se vieron en la boda de Ann y él, aunque de seguro ninguno de los dos recordaba aquello. Cuando Damien llegó a vivir a su casa, Mark hizo todo lo posible para hacerlo sentir bienvenido, compartiéndole sus juguetes, su habitación, y tratándolo más que un amigo como un verdadero hermano. Damien siempre fue muy callado y hasta de mal temperamento, pero con Mark siempre fue diferente.
Dios obraba de formas misteriosas, pues en medio de la tragedia que había vivido por lo ocurrido con su hermano, una pequeña bendición les había llegado. Richard estaba tan satisfecho de ver cómo ambos se llevaban, que la idea de que su hijo pudiera necesitar un hermano se le esfumó por completo de la cabeza. Ya eran una familia, más que nunca. En ese mismo momento Richard fue feliz.
Pero ahora ahí estaba, arrastrándose por la nieve, temeroso y asustado, y sobre todo confundido. ¿Así era como Robert se había sentido? ¿Había sido ese el estado ánimo anterior al momento en qué decidido llevar a Damien a aquella iglesia y apuñalarlo con aquellos cuchillos? ¿Estaba él pasando exactamente por lo mismo?
—¡¡MARK!! —Escuchó de pronto un chillido agudo y fuerte que retumbó entre los árboles, haciéndolo detenerse—. ¡¡AAAAAAAAAAH!!
La sangre se le congeló al oír tal grito, y sintió como su respiración se cortaba al grado de casi asfixiarlo.
—Mark… No… No… —Se decía a sí misma, negándose a darle una forma definida a alguno de los muchos pensamientos que le cruzaron por la cabeza en ese momento.
Se olvidó por completo del frío o del dolor. Comenzó a correr con todas las fuerzas que tenía en el cuerpo, incluso deshaciéndose de sus pantuflas y corriendo descalzo si eso era lo que se ocupaba. Le pareció haber recorrido cientos de kilómetros, pero sólo tuvo que avanzar unos cuantos metros antes de divisar el abrigo azul oscuro de uno de los chicos a la distancia. Ambos estaban al pie de una alta colina desde la cual se podía ver el amplio lago. Richard corrió aún más rápido, esquivando todos los troncos usando toda la condición y agilidad que le quedaban encima de sus años como corredor de americano.
Realmente deseaba equivocarse, y que todos se rieran juntos frente a la chimenea de lo estúpido que había sido, mientras tomaban chocolate caliente. Incluso ya podía saborearlo. Pero cuando estuvo lo suficientemente cerca, se sintió horrorizado ante lo que vio, y toda la imagen feliz que podría haber sido capaz de dibujar en su imaginación, fue abruptamente destruida. Damien estaba de rodillas en el suelo, y frente a él Mark, su Mark, yacía boca abajo, como su mejilla derecha aplanada contra la nieve. Sus ojos se encontraban bien abiertos, pero sin ningún tipo de brillo en ellos. Y del ojo izquierdo, al igual que su nariz, brotaba un hilo de rojizo que le manchaba su cara.
—¡Mark!, ¡no! —Gritó Richard desgarradoramente.
Rápidamente se acercó, tomó a Damien de los hombros, y sin pensarlo ni un poco lo empujó hacia un lado, lanzándolo contra el suelo. El chico cayó con su barbilla contra la tierra, aturdido y confundido. Su rostro estaba cubierto de lágrimas, pero Richard ni siquiera lo miró. En ese momento aquel chico no le importaba en lo más mínimo.
Tomó a Mark y le dio la vuelta, y se sintió asqueado al sentir su cuerpo tan pesado e inmóvil, como un inerte saco de cemento. Al voltearlo, su cabeza se ladeó sin oposición alguna hacia otro lado, como si su cuello fuera sólo goma sin la menor fuerza.
—¡Mak!, ¡mi hijo!, ¡mi hijo! —Lo abrazó fuertemente, pegándolo contra él. La cabeza y brazos del chico colgaron como enredaderas y los ojos desorbitados se fijaron en el cielo, sin mirar nada en realidad.
Richard comenzó a llorar, con bastante fuerza sobre el pecho de su hijo.
—¡¿Qué pasó?! —Exclamó furioso volteando a ver a Damien sin soltar el cuerpo de su hijo—. ¡¿Qué le hiciste?!
Damien se sobresaltó, quizás incluso asustado, al oír cómo le gritaba de esa forma.
—Nada… —Dijo apresuradamente, aunque indeciso—. Estábamos hablando… y comenzó a…
—¡Damien! —Escucharon pronunciar la voz de Ann, que se aproximaba apresurada por la misma dirección en la que había llegado Richard. Se detuvo un momento en su sitio, mirando la escena delante de ella e intentando entenderla—. Mark… Oh, Dios mío…
La mujer posó sus ojos en Damien, que de inmediato se puso de pie.
—¡Yo no lo hice…! —Exclamó rápidamente, defendiéndose—. ¡Sólo se cayó…! ¡Yo no lo hice! Mark, Mark por favor…
Se aproximó con paso lento hacia Richard y Mark, pero a medio camino Richard lo miró de nuevo con incluso más fiereza que antes.
—¡Aléjate de él! —Le gritó agitando una mano en el aire para mantenerlo lejos. Damien retrocedió asustado, cayendo de sentón al suelo de nuevo—. ¡No lo toques!, ¡no te atrevas a ponerle una mano encima de nuevo!
Damien enmudeció, respirando agitadamente y comenzando a llorar una vez más. Ann estaba azorada, y  su cabeza le daba vueltas. De nuevo, se tenía que forzar a actuar con calma, aunque esa situación resultara prácticamente imposible.
—Ve a la casa, Damien —le indicó Ann con premura, al tiempo que sacaba su teléfono celular—. Por favor, todo estará bien.
Damien la miró en silencio unos momentos como si no comprendiera en qué lenguaje le estaba hablando. Al final, sin embargo, el chico se levantó de apresuradamente, y se alejó corriendo en dirección a la casa sin mirar atrás ni una vez.
Ann quería ir tras él, hacerle compañía y reconfortarlo en ese momento que se veía le estaba afectando demasiado más de la cuenta. Pero lamentablemente tenía otro deber en ese momento. Así que en lugar de irse con Damien, se aproximó a Richard, que lloraba descorazonado aferrado a su hijo.
—Llamaré a una ambulancia —le indicó con firmeza, comenzando a marcar el 911—. Tranquilo, todo estará bien.
Le decía eso, pero por supuesto que no lo creía. Con sólo ver el rostro y la mirada inmóvil de Mark, lo supo de inmediato. Y nunca la mirada de la muerte le había resultado tan difícil de sostener.
FIN DEL CAPÍTULO 67
Notas del Autor:
—Charles Warren es un personaje originario de la película de 1978 titulada Damien: Omen II, perteneciente a la franquicia de The Omen o La Profecía, basándose casi por completo en la interpretación del personajes hecho en dicha película.
—Se menciona casualmente en este capítulo las películas de Rise of the Guardians y How to Train Your Dragon, ambas películas de Dreamworks estrenadas en el 2010 y 2012 respectivamente.
—Gran parte de este capítulo se encuentran basado en acontecimientos ocurridos en la película Damien: Omen II, pero adaptados y modificados para la línea de la historia. Por ejemplo, las muertes de David Pasarian y Bill Atherton descritas en este capítulo, fueron cambiadas de orden y sus circunstancias.
0 notes
Text
Cómo saber si tu pareja te manipula
Tumblr media
Descubrir si tu pareja te manipula es tan importante como cuidar de tu salud mental, pues, la manipulación y el chantaje emocional son armas capaces de impactar negativamente en la autoestima. Muchos psicólogos concuerdan al afirmar que todas las personas, en cierto modo, pueden manipular en la vida cotidiana. Esto lo pueden hacer incluso los niños. Sin embargo, en un momento la manipulación puede convertirse en una conducta negativa en tanto que implica el ejercicio de control sobre otra persona y puede coartar totalmente su libertad. La persona que es manipulada puede sentir culpa al creer que ha herido a su pareja y esto, según algunos autores, podría producir ansiedad ante el temor de perder el amor de esa persona. Desafortunadamente, cuando se trata el tema de la violencia en las parejas, casi siempre se hace mención a los maltratos físicos y se deja en segundo plano el aspecto psicológico. El intento de ejercer control sobre la otra persona también es un tipo de maltrato que vale la pena considerar, debido al daño psicológico que causa. Entre los indicadores para conocer si tu pareja te manipula, las investigaciones señalan: Desvalorización Hostilidad Indiferencia Intimidación Imposición de conductas Culpabilización Bondad aparente Quienes son víctimas de manipulación o humillación, años después, pueden llegar a sufrir deterioro de la salud mental, de la misma magnitud, e incluso mayor, que quienes padecen daños físicos. Si tu pareja te manipula lo hace buscando su propio beneficio, en detrimento de lo que estás sintiendo.  
Cuando hay manipulación
Es normal que en una pareja existan varios grados de manipulación, pues, cuando se forma un vínculo ambos desean tener la razón y se establece una cierta lucha de poder. No obstante, los manipuladores utilizan la victimización y las mentiras para conseguir su ganancia. Estas personas manipuladoras no reconocen sus errores, culpan en todo momento al otro miembro de la pareja, tienen actitud defensiva y agreden de forma psicológica o físicamente.   Así, quien manipula, siempre busca que la víctima sienta culpa y cargue con la responsabilidad de haber provocado el maltrato. Con ello, la víctima siente malestar y actúa como el manipulador desea porque siente que “debe reparar el daño causado”. Las frases más usuales son: “tú me hiciste enojar”, “tú me haces sentir celos”, “tú comenzaste con este problema”, entre otros. Además de culpar, el manipulador juega al intercambio de roles y se posiciona como la víctima, haciéndole creer a su pareja que él es quien ha resultado afectado por la situación.   Los manipuladores también hacen que la otra persona sienta temor para poder controlar. De manera que la víctima tiene miedo a “quedarse sola”, y comienza a actuar con sumisión debido a ese temor al abandono. En estas situaciones influye mucho si se tiene una alta o baja autoestima. Es importante amarse lo suficiente para poder reconocer las señales de que tu pareja te manipula.
Cómo saber si tu pareja te manipula
Algunas conductas para identificar si tu pareja te manipula, son las siguientes: Revela pocas cosas de su vida: un manipulador pocas veces deja conocer detalles de su vida, ya que piensa que podrían perjudicar su imagen. Así que sus conversaciones acerca de su vida suelen ser triviales. Intenta “ganar” en todo momento: si su pareja le manifiesta que obtuvo un premio, él no sentirá alegría, sino que tratará de hacerla sentir mal. Si él consigue un logro en la vida, entonces deben celebrar. Es la víctima eterna: si su pareja comete reamente un error, el manipulador tratará de sacar provecho a esa situación repetidas veces. Intenta controlar el entorno social de su pareja: por ejemplo, puede hacer críticas sobre la familia, los amigos o los compañeros de su pareja hasta que la víctima se distancia totalmente. El entorno social es una red de apoyo importante en la vida, cuando la víctima no cuenta con esta red, entonces siempre acudirá al manipulador y se ve atrapada en ese círculo. Chantaje emocional: esto es clásico. Cuando pasa, se escuchan frases como: “si me dejas, me muero”, “lo hago por tu bien”, “te pido esto porque es lo mejor para ti”, entre otras que solo tienen la finalidad de hacer que la víctima siempre obedezca. Ataque a la autoestima de la víctima: ocurre cuando el manipulador ridiculiza a su pareja, le humilla, le insulta, entre otras. Algunas frases que el manipulador emplea pueden ser: “si no estoy en tu vida, no eres nadie”, “no sé qué harás sin mí en tu vida”, “¿cómo te las podrías arreglar si yo no estuviese cerca?”, entre otras que pretenden hacer sentir a la víctima como alguien “incapaz”, o sin recursos ante la vida. Otras señales de que tu pareja te manipula Genera malestar mediante provocaciones: diciendo cosas que puedan alterar el estado de ánimo de la víctima. Luego de ello, viene una discusión en la que el manipulador hace sentir a la víctima culpable de muchos errores, que muchas veces incluso son irreales. Decide por la víctima: cuando la víctima ha perdido sus mecanismos para afrontar la realidad y no cuenta con una red de apoyo, es más fácil para el manipulador tomar decisiones por su víctima. Así, podría impedir que esta continuara sus estudios, aceptase una oferta de trabajo, comenzara un nuevo curso, entre otras. Las decisiones del manipulador serán aquellas que impidan el crecimiento de la víctima. Distorsiona el pasado: para confundir a la víctima, diciendo cosas como: “yo no dije eso”, “entendiste mal”, “eso nunca pasó”, “malinterpretaste la situación”, y otras similares. Busca ayuda si tu pareja te manipula Si sientes que tu pareja te manipula, entonces busca ayuda con un psicólogo, cuéntale tus problemas a un amigo de confianza o a un familiar. Es importante que te vuelvas a conectar con tu red social de apoyo, retomes las actividades que antes hacías -pero que dejaste de hacer por permitir que el manipulador tomase las decisiones- y, lo más crucial, es que recuperes el control sobre tu vida. Es muy probable que la autoestima sea lo primero que necesitas comenzar a trabajar para salir de esa relación en la que tu pareja te manipula. Bibliografía: Del Castillo Arreola, A., Hernández, M. E., Romero, A., & Iglesias, S. (2015). Violencia en el noviazgo y su relación con la dependencia pasiva en estudiantes universitarios. PSICUMEX. Del Castillo Arreola, A., Hernández Díaz, M. E., Romero Palencia, A., & Iglesias Hoyos, S. (2015). Violencia en el noviazgo y dependencia emocional. Psicumex. Pozueco Romero, J. M., Moreno Manso, J. M., Blázquez Alonso, M., & García-Baamonde Sánchez, M. E. (2013). Psicopatía Subclínica, Empatía Emocional y Maltrato Psicológico en la Pareja: Empatía Cero Negativa y Violencia Instrumental-Manipulativa. Clínica Contemporánea. Redorta Lorente, J. (2005). El poder y sus conflictos o Quién puede más? In Paidós plural. Quirós, E. (2003). El impacto de la violencia intrafamiliar: transitando de la desesperanza a la recuperación del derecho a vivir libres de violencia. Perspectivas Psicológicas. Read the full article
0 notes
de-letras-somos · 7 years
Text
Amar y odiar dependiendo las circunstancias
En mis cortos años de facultad pude conocer muchas personas diferentes,con una valija llena de historias locas,graciosas,comunes,a veces dramáticas y otras tristes.Sin embargo,una de las personas que conocí y la cual podría decirse que cruzó un poco ese campo de distancia entre la amistad y el compañerismo es mi amiga a la que llamaremos por citarla,"S".Ella tiene un caracter peculiar,puede ser amable y divertida (de echo lo es) y de la nada puede ser el mismo demonio andante si algo ó alguien la hace enojar,muchos dirían "histérica".Y es algo que aún no puedo definir con exactitud.
Muchas de nuestras conversaciones (la mayoría a través del móvil porque no coincidimos mucho en las cursadas)se tratan de las materias que cursamos,finales por dar y que nos da pereza,el clima,moda,algún que otro tipo que le llamó el interés por stalkear ó a mi por músicos que ella no conoce,recetas de cocina,fotografía y lo más importante (para la gran mayoría de las chicas)relaciones amorosas y de desamor al mismo tiempo,específicamente la suya (ya que no suelo tener muchos contactos con el sexo masculino ó bien no me lío tanto).
A simples rasgos sería lo típico:"lo amo porque es un tierno,es un amor de persona".Y al instante salen de la misma persona el odio supremo ante alguna falta de atención,ó algo que no encaja en los parámetros de una buena relación,según su percepción.
Y ahí es donde me pregunto lo siguiente: ¿Por qué nos es muy fácil pasar del amor al odio con una persona? Y no solo me refiero al hecho de una relación estable sino también sobre otras relaciones que mantenemos a lo largo de la vida y que por h ó por b terminamos en la misma encrucijada.
Sí,yo también he sido víctima de ese problema y se siente tan pero tan mal cuando lo analizás,que fué algo que comencé a duras y penas a cambiar.
Quizás tengan que ver muchos sentimientos negativos como la decepción,las suposiciones,las especulaciones,las percepciones en cuanto al amor ó en cuanto a no saber lidiar con el otro.Pero si sé que muchas veces esta semilla que se incrusta en el alma nos cuesta mucho arrancar porque lentamente nos va envenenando hasta desencadenar en casos muy extremos de disputas,alejamientos,resentimiento y depresión por los desenlaces que se pueden presentar entre las personas.
Y me preguntarás: Bien,¿y a qué viene tanta palabrería Emilia?
Y te puedo responder en cuanto a experiencias personales y en cuanto a la vista hacia los demás que tener ese interruptor amor-odio no es sano ni para nuestra mente ni para nuestro corazón.
Podemos sufrir un breve período ante las problemáticas de un desamor ó de una discusión fugáz pero que éstas no sobrepasen el común de los males de desearle lo peor al otro,de aborrecerlo y que todo de esa persona te asquee porque todos podemos fallar en algo y a veces las relaciones se terminan ó se ponen en suspensión.
Debemos aprender a dialogar y ejercitar la comprensión y no permitir que lo negativo ingrese a nuestro sistema.Conozco tantas personas como "S" que se encuentran presas e insistentes en vivir constantemente prendiendo y apagando ése interruptor por mero capricho ya sea por no solucionar un error ó por no cortar cuestiones por lo sano por temor a lo que vendrá después ó al día de mañana al no tener a esa persona artífice de nuestros pesares.
Como dice mi papá y en esto coincidimos:"No podemos ir por la vida a la defensiva con cuanta persona nos encontremos.Sí,hay que batallar pero sólo cuando sea necesario".Ojo,esto tampoco implica que uno debe ser amigo de todos pero sí saber convivir y llevar una vida con el de la par de manera tranquila,sin dramas.Y si algo duele uno puede decirlo ó retirarse pero sin albergar en el corazón oscuridad que sólo nos va a convertir en seres amargados.
Comencemos a quitarnos esa mala costumbre de querer/amar a alguien en las buenas y en las malas odiarlo ó detestarlo,porque somos personas que también fallamos y acertamos.Y estaría bueno darnos una oportunidad para poder experimentar situaciones que no impliquen algo malo cuando el otro no cuadra con nuestros ideales.
Emilia
1 note · View note
jbnomad · 5 years
Text
Guión: Construcción de diálogos: Un Feriado de terror.
ACT I
SEC. 1 - ESC. 1
Tony: (Pensamiento, ansioso) Ya era hora de que tenga la casa sola. Pero necesito que se vayan... cuanto se demora ese taxi!? Por fin llegó. Ya suban las maletas y váyanse...
Madre: Verás hijo, mientras nosotros estemos de viaje vas a tener que ir a la casa de tu tía. Ya hablé con ella y me dijo que sin problema te va a recibir.
Tony: (sorprendido y molesto) Pero mamá que no se supone que me iba a quedar solo aquí en casa!?
Madre: Lo siento mijo, pero eres demasiado joven aún para que te quedes absolutamente solo. Me voy a sentir mucho más tranquila si estas con alguien mientras no estamos.
Tony: Pero mamá ya no soy un niño, soy lo suficientemente maduro como para hacerme responsable de la casa. Acaso no confías en mi?
Madre: (Un poco molesta) No es que no confíe en ti sino que aún eres muy pequeño y no quiero estar preocupada por ti durante todo el viaje.
Tony: (Pensamiento) Esto no va a llegar a ningún lado, mejor le digo que sí, espero a que se vayan, me quedo en casa y aunque sea el último día voy donde mi tía para disimular. Eres un genio Tony!
Tony: Bueno mamá voy a ir a la casa de mi tía, no te preocupes
Madre: (Con voz seria) En la noche voy a llamar a tu tía para ver si llegaste bien.
Tony: (sonriendo falsamente) Ok ma...
-
Tony: (pensamiento, decepcionado) Vaya eso se arruinó más rápido de lo que pensé, ya nada.
-
Tony: (exhalando profundamente) Este va a ser un largo feriado...
SEC. 1 - ESC. 2
Tony: (suspirando) Bueno aquí vamos...
-
Fred: (enojado) Qué me ves fenómeno? Quieres ya tu golpe diario? 
-
Tony: (somnoliento) Demonios, casi me pasó. Vaya si que es un viaje largo, ya oscureció. Qué hora es? Bueno será mejor que empiece a caminar.
SEC. 1 - ESC. 3
Tony: (sorprendido, en voz baja) Vaya esta casa está peor de lo que imaginé; necesitan un jardinero urgente. Espero que adentro este mejor cuidado.
Tía: (levantándose y abrazando a Tony) Mi querido sobrino, cómo estás? Qué tal el viaje? Cansado
Tony: Como estas tía? si, Bien gracias tía, si super cansado, he estado todo el día en ese bus y me muero del sueño.
Tía: Tienes hambre? o ya quieres ir a tu cuarto?
Tony: No tengo hambre tía muchas gracias, si me podrías mostrar mi cuarto te lo agradecería.
Fred: (Con una sonrisa macabra) Hola primo, como te va?
Tony: (con seriedad y rencor) Fred... buen provecho.
-
Tony: (con los ojos cerrados) Lo siento tía pero estoy requete cansado por favor, cuando salgas apaga la luz. Hasta mañana.
Tía: Claro sobrino, descansa, ya nos vemos mañana.
ACT II
SEC. 2 - ESC. 1
Tony: (gritando) Tía!? Fred!? (baja la voz) Parece que no hay nadie... mmmm. De seguro ya han de volver.
-
Tony: (Pensamiento) Que tanto habrá cambiado esta casa, bueno aparte de su apariencia, que la verdad está peor de lo que esperaba. Veamos...
-
Tony: Nop, ni de chiste entro ahí. Suficiente tengo de ese tipo sin hacerle nada, no le quiero dar una razón.
Tony: (pensamiento) Vaya que hambre que me dio. Será que hay algo en la refri? (Pensativo)
SEC. 2 - ESC. 2
Tony: (regresa a ver y con la ceja levantada) Hola? hay alguien ahí? Hola?
-
Tony: (Inhalando y sonriendo) Huele delicioso tía.
Tía: Sí verdad, es comida de una amiga que vive cerca de aquí
Tony: Cuando? de donde?... En donde estabas?
Fred: (serio) En mi cuarto.
Tony: (extrañado) Y que estabas haciendo, porque no oí nada, pensé que no estabas aquí
Fred: (serio) Que te importa estúpido
SEC. 3 - ESC. 1
Tony: Tía, ya llegaste? pasa... Hola? Tía?
-
Tony: (respirando fuertemente, tratando de tranquilizarse) Ok, tranquilo, fue solo tu imaginación, de seguro porque no he desayunado todavía. solo es mi estómago y mi cerebro haciendo bromas. nada más que eso.
SEC. 1 - ESC. 2
Tony: (asustado y sorprendido) Hola? Hay alguien ahí? Hola? Fred? si eres tú, eso no fue nada gracioso.
-
Tony: (estupefacto y paralizado) Pero que carajos fue eso...
-
Tía: (sorprendida) Mijo estas bien? respira, estás pálido... qué pasó?
Tony: (en shock) Nada tía, solo quisiera preguntarte si sería posible si puedo dormir aquí esta noche.
Tía: Por supuesto, sin problema. seguro que estas bien?
Tony: Si tía tranquila, gracias
Tony: (pensamiento) Que rayos fue eso? Será que fue el viento?... no es viento no hace que las tablas suenen como si las pisasen. Será posible que... no eso no existe, eso no existe! no tiene ninguna lógica. Pero siendo honestos lo que pasó tampoco lo tenía, como rayos pasó eso? Sea lo que sea no era algo natural...
SEC. 4 - ESC. 1
Tony: (decidido y pensativo) Ni de chiste me quedó otro día es esta casa!
-
Tía: (con el teléfono en la mano) Mijo tu mamá quiere hablar contigo.
-
Tony: Halo?
Madre: (preocupada) Anthony, esta bien? tu tía me contó que ayer tuviste un ataque de pánico.
Tony: Si ma, tranquila no fue tan grave como piensas. No fue nada en realidad. Pero la verdad es que quisiera regresar a casa.
Madre: (preocupada) Ni de chiste, ya te dije que no; además no importa que tan suave haya sido, necesito que te quedes con tu tía por cualquier caso. fin de la discusión.
Tony: Pero ma...
Madre: (enojada) Que no, es por tu seguridad. fin de la discusión.
Tony: (entre dientes) ok ma.
SEC. 4 - ESC. 2
Tony: (pensamiento) Si pasó a lado de mi tía, y pasa algo, ella lo vera y así podré explicarle que lo de ayer no fue un ataque de asma sin que suene demasiado chiflado.
-
Tony: (suspirando) Bueno, creo que ya quedó
Tía: Gracias mijo
-
Tony: Haber tía yo llevó eso y tú lleva eso.
Tía: ok
-
Tony: (pensativo) Interesante... es la primera vez que siento esta sensación desde que empezó el día. Y ahora que lo pienso tampoco la siento siempre que estoy con mi tía o Fred están en la habitación. que raro...
-
Tía: (enojada) Que carajo pasó!?
Tony: (nervioso y asustado) Tía te... te... te juró que no fui yo. se como se ve pero no fui yo.
Tía: Entonces quien demonios fue!!! el coco!? un fantasma!?...
Tony: No... No... No lo se tía, no fui yo.
Tía: Perdón sobrino, pero me resulta difícil de creer. estas castigado. Anda a tu cuarto. No vas a almorzar.
SEC. 4 - ESC.3
voz desconocida: Anthony... Anthony...
Tony: (extrañado) Hola? quién es? tía? Fred?
Voz desconocida: Anthony... Anthony...
Tony: (pensamiento) No hay nadie ahí, no hay nadie ahí...
voz desconocida: (gritando) Anthony!!! Anthony!!! abre la puerta!!!
Tony: (asustadísimo) Déjame en paz no te he hecho nada...
-
voz desconocida: (furioso) No eres bienvenido aquí, fue tu culpa, sal de aquí o te voy a atormentar toda tu miserable vida.
-
Tony: (pensamiento) Qué o quién rayos me atacó? Qué hice para hacerlo enojar? Como podría escapar de esta casa? Sera que haya pasado antes?
-
Tony: (curioso) Tía una pregunta; ¿En los años que has vivido aquí, alguna vez te ha pasado algo ehhhh… sobrenatural?
Tía: Bueno pues...
Fred: (Burlón) A qué viene esa estúpida pregunta...? Qué, tienes miedo de una casa un poco vieja, pequeño cobarde? Crees que hay fantasmas o demonios? No puedes ser valiente por un segundo de tu miserable vida?
Tía: (Defensiva) Fred ya es suficiente! Pues para ser honesta Anthony, No me ha pasado nada similar.
Tony: (acabando de comer) Tranquila tía, esta bien. Gracias por la cena.
-
Tony: (pensamiento) ... de tu miserable vida... mmm. Claro... todo tiene sentido ahora. La única persona que me ha tenido tanto rencor y odio era Fred, en especial desde que su padre murió. Pero de qué me está culpando? Cómo hace para que pasen estas cosas? Como demuestro que es él?...
ACT III
SEC. 5 - ESC. 1
Tony: (pensamiento) Es obvio que no va a suceder nada enfrente de mi tía. Voy a tener que conseguir evidencia...pero que podría ser. Como lo hace?... su cuarto! el pasa encerrado en su cuarto debe ser algo que hace ahí. Sea lo que sea, con tomar una foto de lo que hace debería ser suficiente. Pero primero debo conseguir la llave de su cuarto.
-
Tony: (con la boca llena) Disculpa tía, está delicioso, pero necesito el baño ya regreso.
-
Tony: (susurrando) Por favor, por favor que esté abierta... si!
-
Tony: (sorprendido) Esto no tiene sentido, yo lo sentí, sentí lo mismo que siempre siento antes de que algo pase. Pero solo esta dormido... Pensé que esto iba a funcionar. ya nada a buscar otra forma.
-
Tony: (pensamiento) Si no puedo demostrar como lo hace, al menos puedo demostrar lo que hace. Solo debo
-
Tony: Haber esta no sirve, esta tampoco, peor, nada, nada, nada, tampoco, na... espera que es eso. rayos no se ve bien necesito mejorar la definición.
-
Tony: (concentrado) Haber... espera acaso ese es... Fred?Lo sabía!!! esto lo cambia todo. Ese desgraciado va a caer, estoy seguro.
SEC.5 - ESC.3
Tony: (enojado) Fred!!! deja de molestarme, se que eres tu, no se como lo haces, pero sé que eres tú, tengo pruebas, vas a caer tenlo por seguro.
-
Tony: (gritando) Fred, ya para!!!
-
Tía: (preocupada) Anthony, mijo!!! estas bien! que te pasó!? parecia que te estabas ahogando! te atoraste o algo!
Tony: (con dificultad para respirar) Si tía, me estaba ahogando, pero hay algo importante que tengo que decirte y que mostrarte.
Tía: Luego me lo dices, tus padres ya estan afuera para recogerte.
Tony: No tía esto es más importan...
Tony: Mira tía lo que acabas de ver y todo lo que ha pasado en este feriado como lo del vaso o el ataque de pánico, fue Fred,no se como lo hace pero tiene alguna clase de poder. Sé que suena absurdo e ilógico. pero es verdad. No tenía pruebas, ni una explicación razonable, pero estoy 100% seguro de que es él, solo te pido que me creas y ten cuidado.
SEC. 6 - ESC. 1
Tony: (pensamiento) Pobre tía, tiene que tener cuidado. Si Fred fue capaz de tratar de matarme porque casi lo delato, es muy peligroso. Por favor tía ten cuidado.
-
Tony: No Fred, no lo hagas, no la mates!!!
-
Doctor: No señora, no existen resultados positivos en cuanto a asma ni tampoco ansiedad, su hijo está completamente sano.
SEC. 6 - ESC. 2
Tony: Lamentó mucho tu pérdida tía, mi más sentido pésame.
tía: (Desanimada) Gracias mijo, dignifica mucho. Pero hay algo que debo contarte.
Tony: Que pasa tía?
Tía: Te debo unas disculpas por lo que pasó con Fred.
Tony: Espera... entonces si me creíste?
Tía: Si, después de que te fuiste, estaba arreglando el estudio. Cuando conecté la computadora pudé ver la foto del espejo donde sale el rostro de Fred.
Tony: Y... que hiciste después?
Tía: Entonces lo investigue. sabía que hacía algo extraño pero no sabía que. Y cuando fui a preguntarle en persona, estaba "dormido". Traté de despertarlo, pero solo lo empeoré.
Tony: (intrigado) Porque?
Tía: No se despertaba de ninguna forma, así que busque ayuda profesional. Resultó que Fred sabía hacer una práctica llamada “Desdoblamiento personal”, es decir era capaz de separar su cuerpo astral, de su cuerpo físico y lograba moverse a través de la casa como un fantasma, teniendo, incluso cierto nivel de telékinesis. Pero cuando lo moví, hice que el cordón que unía su alma y su cuerpo se rompiera, haciendo que su alma se perdiera en alguna parte alrededor de todo el mundo, y en esté instante es un fantasma buscando su cuerpo.
Tony: (anonadado y sorprendido) Ok eso me explica muchas cosas, pero no me explica porque trató de matarme.
Tía: Resulta que esta práctica lo daño psicológicamente, alimentando su ira. Te confieso que lo más probable que creo fue que Fred siempre te culpó por la muerte de su padre, ya que lo dispararon después de ver tu partido de fútbol. Al parecer le afectó más de lo que imaginé. Lo siento mijo.
0 notes
mancipiumdaemon · 7 years
Photo
Tumblr media
15/10/2017
Eres adorable.
Sí, debía empezar por eso ya que quizá luego de leer esto olvidarás reprocharme por usar ese término para describirte.
Es 15 de nuevo. Estos meses he estado distante, sé que he sido perezoso y no te he podido dedicar tanto tiempo como quisiera, así que en esta ocasión quizá te debo una disculpa junto con un agradecimiento por tolerar a un demonio dormilón.
Te amo, Reeve, en pleno de tu ñoñería adorable, me encanta tu sonrisa y eso lo sabes muy bien, me vuelvo sumamente torpe con verte y por esos regalos que me haces ya que tienes talento para convertirme en IE y te culpo por mis delirios. Te amo aunque desee corromperte por la falta de morfina, me gusta tenerte a mi lado y por ti podría aceptar cosas como que me encuentres cierto encanto aunque yo dude tenerlo.
Eres esas cosas buenas que puede pedir un demonio. Eres más dedicado, creo que de no ser por tu determinación y esas ganas de aprovechar nuestro tiempo juntos hace mucho habrías desistido de mí cuando soy pésimo para expresarme y darte mi apoyo.
Sueles pensar que es por mi paciencia que las cosas entre nosotros siguen, pero yo creo que es por ti, por ese encantador poeta que me permite estar a su lado, por tu facilidad para expresar tu amor, porque me haces sonreír como idiota y amarte incluso cuando me haces enojar. . . Aún creo que decirme “cariño” en una discusión es trampa y debería besarte por ello, torpe.
Ah, como siempre no sé ni qué digo, tenía bien pensado lo que deseaba dedicarte y termino soltando cada tontería que me pasa por la cabeza. ¿Qué se le puede hacer? Tienes a un idiota por pareja. Supongo que solo me queda desearte un feliz mes-aniversario.
Feliz 15.
1 note · View note
moony-dragon · 8 years
Text
ACOMAF - Extra en Español
Este es el extra que viene en la edición Target del libro A Court of Mist and Fury en inglés. En español no está disponible esta historia corta entre Cassian y Nesta, así que lo traduje para unas amigas y ahora lo comparto. Sarah dijo que esta historia está entre los capítulos 38-39, PERO tiene spoilers de algunas situaciones que suceden mucho después y hasta casi el final del libro, así que yo recomendaría leerla una vez terminado el libro.
Esta historia no me pertenece, es de Sarah J. Maas y a quienes les correspondan los derechos de autor.
Para Cassian, el atrevido, guapo general Illyriano del ejército de Rhysand, lidiar con el sexo opuesto siempre ha sido fácil -y placentero. Pero cuando es enviado al reino humano a enviar un mensaje por su Alto Lord, Cassian se encuentra otra vez enfrentado a la hermana mayor de Feyre, de lengua filosa y voluntad de acero, Nesta. Honestamente, Cassian ha estado deseoso de otra ronda con la hermosa Nesta desde su primera y tensa reunión, semanas atrás, aunque ciertamente no le ha admitido eso a nadie, menos de todos a sí mismo.
Y Cassian en verdad no ha admitido que tal vez al fin haya encontrado a alguien que no es tan fácil de seducir con su rápida sonrisa y firme arrogancia.
Sigue leyendo por un vistazo exclusivo a lo que sucedió en esa segunda reunión, una privada -y por qué el general del Alto Lord se rehusó a divulgar cualquier detalle de ésta cuando más tarde regresó a la Corte de la Noche.
   No era que estaba buscando una pelea, Cassian se dijo mientras dibujaba círculos sobre la casa por quinta vez, a pesar del frío viento primaveral, tan brutal que podía robarle el aliento incluso a los guerreros Illyrianos más marcados.
   Rhys le había pedido entregar su última carta a las reinas humanas, ya que Az estaba ocupado intentando infiltrar las molestas defensas que tenían alrededor del palacio, y Mor no quería poner pie en el reino humano a no ser que fuera necesario. Amren, naturalmente, estaba fuera de discusión -simplemente porque ella era Amren y sería como enviar a un león a un corral de ovejas. Así que eso lo dejaba a él.
   Bueno, y a Feyre también, pero ella y Rhys estaban…ocupados.
   Y, bueno -tal vez él había aceptado venir un poco muy rápido, pero… Cassian inspeccionó la casa, los suelos embarrados y con deshielo, la villa a la distancia, y el tupido bosque. Él se había ido de su primer encuentro de aquí no tan seguro de en qué situación se encontraba, o quién tenía la ventaja. Y, que la Madre lo condene, en las últimas semanas, se había encontrado dando vuelta cada palabra y cada mirada que había intercambiado con ella, una y otra vez.
   Nada había sido placentero, cada sílaba que salía de la boca de ella era cruel y despiadada y… Cassian resopló. No se decidía qué era peor: que había pensado tanto en ello, o que había venido corriendo tan rápido. Y ahora estaba…perdiendo el tiempo.
   El pensamiento lo envió a un rápido y casi imprudente clavado hacia la casa de techo verde, su magia escondiéndolo para no ser más que el ruido del viento y el batir de alas. Los caballos que estaban cerca se quejaron y relincharon al acercarse, pero sus cuidadores escanearon sus alrededores, no encontraron nada alarmante, y resumieron su trabajo.
   Cassian intentó no pensar en qué tan sencillo era -cómo la falta de conocimiento, la falta de instinto, probablemente les costaría sus vidas si el muro era derribado. Si alguien como él hiciera de esta casa su jardín de caza personal.
   Él había visto eso en la última guerra -no muchos humanos habían sido lo suficientemente adinerados para tener una propiedad. Pero él había sido testigo de los restos que quedaban de los campos de esclavos cuando una de las hadas decidía divertirse. El pensamiento fue suficiente para apretar los dientes y devolver su atención a la puerta principal frente a él.
   Ellos habían avisado ayer la hora precisa en que tenían que esperarlo. Así que cuando llamó a la puerta, menos de un latido pasó antes de que se abriera de golpe.
   El movimiento feroz le dijo qué hermana había estado esperando.
   Pero con su magia escondiéndolo, Nesta Archeron y su perfecto rostro no vieron nada más que parches de nieve sobre el embarrado pasto y el camino resbaladizo que lo atravesaba, el empedrado brillando con pedazos de hielo. Ella casualmente abrió más la puerta para que él pasara, y le dijo a la entrometida ama de llaves que no había nadie en la entrada y que el sonido sólo había sido el viento.
   Claro. Porque sacar a todos los sirvientes de la casa tan seguido llamaría más la atención de lo que era seguro. Especialmente con la otra hermana comprometida con el idiota cazador de hadas.
   La ama de llaves se asomó al inmaculado vestíbulo para confirmar por si misma que nadie estaba allí, y Nesta le informó que se iba a su habitación y que no la molestaran por una hora. La mujer abrió la boca para protestar, pero Nesta repitió su orden y comenzó a ascender a la gran alfombrada escalera.
   La ama de llaves entrecerró los ojos y siguió con la mirada a la dama subir -y Cassian mantuvo sus pasos tan silenciosos como la muerte al rodear a la mujer, y luego al subir los escalones.
   Estaba tan concentrado en mantenerse en silencio, en mantener sus alas cerradas tan fuerte para que no se chocaran con nada, que apenas notó el pesado vestido color lila, más simple que otros vestidos que le había visto usar a Nesta, lo suficientemente ajustado en el cuerpo para mostrar una fina cintura, las mangas mostrando sus delgados brazos. Un cuerpo más delgado que el de Feyre y Elain -pero con generosos pechos que alcanzaba a ver mientras Nesta llegaba al tope de las escaleras y giraba a la izquierda.
   No que los mirara. Mucho.
    Por lo que parecía, Nesta entraba a su cuarto, tal vez un poco malhumorada y mareada. Pero tan pronto entró a su espaciosa habitación, adornada con terciopelos y sedas de varios tonos de azul y gris, y cerró la puerta de roble un momento después, la decaída y lenta postura desapareció.
   Junto con la magia encubridora de él.
   Un parpadeo fue su única muestra de incomodidad o sorpresa -y él tal vez o tal vez no haya abierto sus alas un poco más mientras ella lo miraba.
   “Llegas diez minutos más tarde,” fue lo único que dijo ella, moviéndose al final de la habitación, donde crepitaba un fuego para combatir el frío de la temprana primavera. Donde el sonido de las llamas podía cubrir sus voces. Chica astuta.
   “Tengo otras labores, ¿sabes?” le dijo de igual manera, mostrándole una sonrisa.
   Como por ejemplo circunvolar la casa porque estaba recopilando una lista de selectos insultos para arrojarle a ella, respuestas a discusiones inventadas. Como un completo idiota.
   “Aquí estaba yo,” dijo Nesta, un pilar de hielo y acero al lado del hogar, “pensando que te había escuchado aletear alrededor de la casa durante diez minutos. Debe haber sido una paloma atorada en una de las chimeneas.”
   Cassian simplemente se la quedó mirando. Ella le devolvió la mirada.
   Su temperamento aumentó a una velocidad vertiginosa ante esas palabras, ante la absurda perfección de ella. Una espada dada forma- eso era lo que ella era.
   Él sonrió, de manera lenta y descarada, precisamente en la manera en que había aprendido la hacía enojar. Una mirada que él sabía haría que ella sacara sus bonitas garras de inmediato. “Hola, Nesta. Me alegro de verte.”
   No hubo reacción, ningún cambio en su olor ante la sonrisa que usualmente hacía que sus enemigos empezaran a correr. Nada, excepto por el delicado ensanchamiento de sus fosas nasales. “¿Cómo está mi hermana?”
   Recuperándose, casi responde. Intentando escapar de la realidad de que se está enamorando de Rhys, e ignorando con énfasis el hecho de que él ha estado enamorado de ella por demasiado tiempo. Que todo apunta a que ellos son pareja, pero no soy lo suficientemente estúpido como para decírselo a ninguno de los dos.
   Así que solo dijo, “Ocupada.”
   Los músculos en el cuello de ella se tensaron. “Tan ocupada que no puede dignarse a visitarnos, parece.”
   “Feyre tiene ya muchos problemas con la situación actual -con Hybern y sin él.”
   El fuego hizo resaltar el dorado en el pelo de Nesta cuando ladeó la cabeza. Un depredador midiendo un oponente digno. “¿Y cuál es tu rol en todo eso?”
   Cassian separó sus pies en el suelo. “Yo comando los ejércitos de Rhys.”
   Sus ojos azul grisáceos lo escanearon en un barrido que podría haber cortado las bolas de un hombre inferior. “¿Todos?”
   “Los que importan.”
   Un resoplido, y luego ella miró el fuego. Lo más parecido a desestimación y menosprecio con el que él se había encontrado.
   Cassian se puso firme. “¿Y qué, exactamente, es lo que tú haces que es de tanta importancia?”
   Ella repentinamente levantó la cabeza. Oh, había dado en el blanco.
   “¿Por qué debería molestarme en defenderme,” dijo Nesta con una frialdad letal, “ante un hombre que está tan inflado en su orgullo dándose importancia que apenas si hay el suficiente espacio en la habitación para su enorme cabeza?”
   Fue el turno de él de parpadear.
   Luego él se estaba acercando a ella, su paso largo tragándose la ornamentada alfombra entre ellos. Ella no retrocedió, no dio ni un paso hacia atrás. Sólo levantó su mentón para encontrarse con su mirada mientras él la sobrepasaba, abriendo apenas sus alas, y dijo entre dientes, “¿Tienes noticias de las reinas?”
   Ella le mantuvo la mirada. “Líder del ejército del Alto Lord, y aun así el bruto permanece. No puedes intimidarme con palabras, así que buscas intimidarme con tu descomunal tamaño.”
   “Descomunal-“
   “Tú me necesitas más de lo que yo te necesito a ti. Así que sugiero que simplemente estés de acuerdo, pliegues esas alas de murciélago, y preguntes de buena manera.”
   Él no hizo tal cosa.
   Pero sí dio un paso hacia delante, poniendo una mano sobre la repisa de la chimenea, y se inclinó lo suficientemente cerca para respirar esa esencia de ella.
   Lo golpeó en las tripas tan fuerte que apenas se pudo concentrar, y le tomó cinco siglos de entrenamiento para encontrar su mirada en vez de poner los ojos en blanco, para mantenerse parado allí en vez de enterrar su rostro en el espacio entre el cuello y el hombro de ella, para evitar moverse más cerca, evitar…tocar.
   No había rubor manchando las mejillas de ella cuando él mantuvo la distancia entre ellos, apenas si había lugar para una mano entre sus rostros.
   Ella era joven -veintidós, veintitrés como mucho. ¿Pero había estado alguna vez con un hombre? A él no le debería haber importado, o siquiera preguntado, y para él no había diferencia, pero…normalmente, él podía darse cuenta. Ella… Cassian no podía leerla en lo absoluto. Así que movió su cabeza más cerca, su oscuro cabello deslizándose sobre su frente, y ronroneó, “Hay otras maneras en que yo podría jugar de buena manera, Nesta Archeron.”
----- 
   El hombre hada -Cassian- era peligroso.
   Por supuesto, era peligroso en las maneras que se esperaban; alto, musculoso, habilidoso con las armas y la guerra. Luego estaban esas enormes alas, y el pequeño hecho de que era un guerrero hada mortífero que servía a los pies del Alto Lord más poderoso de la historia. Un Alto Lord con el que su hermana ahora estaba enredada -enamorada, si había interpretado bien eso. El Alto Lord ya la amaba con locura, eso era seguro.
   Pero Cassian era peligroso por otra razón diferente. No el rostro magnífico, sino esos ojos color avellana… Tenían una manera de evaluar todo y a todos.
   Parada contra la repisa de la chimenea, el fuego crepitante era abrasador contra su lado izquierdo mientras Cassian se paraba lo suficientemente cerca para compartir aire. Nesta contó sus respiraciones. Mantuvo esa mirada, deseando que él no viera demasiado lejos, demasiado profundo. Era mejor mantenerlo distraído con las palabras crueles, el completo rechazo.
   O -esto. La oferta que le había lanzado, una prueba.
   Sin dudas para encontrar otras debilidades. ¿Había alguna manera de pasar por sus defensas en ese tema?
   Jugar de buena manera. Una pequeña sonrisa curvó sus labios. “Si quisiera que un hombre me tocara,” dijo Nesta, negándose a bajar su mentón, “preferiría que uno de los perros lo hiciera.”
   Esa sonrisa insufrible se mantuvo en su lugar. Y Cassian fue directo a la yugular al preguntar, “¿Alguna vez has estado con un hombre, Nesta?”
   Mentir o decir la verdad -¿dónde se hallaba la ventaja? Así que simplemente dijo, “¿Lo has estado tú?”
   Cassian resopló, el aire acariciando los labios de ella. “Yo pregunté primero, encanto.” Él ladeó la cabeza, ese cabello oscuro como la noche pasando por su frente como la seda. ”¿A no ser que prefieras a las mujeres?”
   No era ni mucho menos un insulto si así lo hacía, pero había tal provocación en esa pregunta que ella puso una mano sobre el pecho de él. Había músculos esculpidos debajo de esas ropas de pelea, la calidez de él se filtraba en su palma. Fuego -él le recordaba al fuego hecho carne. Ella hizo un poco de presión en su pecho, su mano pareciendo más pequeña en su ancho torso.
   Un asesino entrenado -depredador de nacimiento y entrenado para matar.
   Arrogante por naturaleza.
   Cassian sólo se enderezó cuando ella se atrevió a dar un paso más cerca, sólo forzado a hacerlo porque si no lo hacía, su boca y la de ella se habrían encontrado sin distancia entre ellos. “A quién y qué prefiero no es de tu incumbencia,” dijo ella. “Ni tampoco lo es-“
   “No has respondido mi primera pregunta. ¿O todas esas otras preguntas son una distracción?”
   “¿Qué es esto?”
  “Más preguntas.” Una sonrisa arrogante.
   Y así con facilidad, ella la encontró -la respuesta que sabía lo iba a marcar.
   Nesta rozó su cuerpo con el de él, apenas más que el suspiro de una caricia, pero aun así lo hizo poner rígido. Aun así, hizo que sus pupilas se expandieran hasta casi devorar esos irises color avellana. Ella murmuró, “No, no he estado con nadie.” La verdad. Su mano se hundió en ese pecho cubierto de cueros. “¿Por qué me habría molestado? Para cuando me hice mujer, estaba rodeada de brutos y bastardos. Preferí usar mis propias manos antes de mancillar mi cuerpo con las de ellos.”
   Cualquier rastro de diversión desapareció. Ella podría haber jurado escuchar la flecha de sus palabras dar en el blanco. Se había dado cuenta lo suficiente sobre su crianza. Así que ella le había dicho la verdad -y la envolvió con un manojo de cuchillos diseñados para cortarlo si pensaba demasiado en ello.
   No, ella no había estado con ningún hombre, hada o humano. Tomas había querido, y ella… alguna parte de ella había sabido que no le esperaba futuro con él. Sabía lo de su odioso padre, y que no hacía nada para prevenir al hombre de golpear a su madre. Apenas si había dejado que Tomas la besara, y ese día cuando ella lo había terminado, él había…
   Ella tragó saliva, cerrando la memoria de lo que él había dicho y hecho. El sonido de su vestido rompiéndose. No -no había ido muy lejos, pero… El terror ciego en esos momentos en que él lo había intentado, antes de que ella gritara y lograra liberarse. Y nunca se lo dijo a nadie.
   Algo debió de haberse mostrado en su rostro, en su olor.
   Porque su enfado se desvaneció -no, se transformó. En algo más, algo… Ira.
   Eso era lo que mantenía el rostro de Cassian inmóvil.
   Pura, ardiente ira.
   Le robó el aliento, junto con cualquier tipo de indicio de que tomaba la delantera cuando él soltó, “Quién.”
   Ella odiaba a Tomas, lo odiaba tanto que a veces deseaba que un carro lo arrollara, pero ella no le deseaba a nadie el tipo de muerte que prometían los ojos de Cassian.
   “No sé de qué estás hablando,” dijo, y quiso retirar su mano.
   Él se la sujetó, muy rápido para poder detectarlo, y la sostuvo allí.
   El corazón de él estaba galopando ahora -un galope tormentoso, poderoso.
   Peligroso, peligroso, peligroso, este hombre.
   Si solo fuera por el hecho de que la hacía sentir tan fuera de control. Que no tenía idea de lo que él haría -lo que ella haría- si él la encontraba vulnerable por siquiera un momento.
   “¿Alguien te hirió?” dijo él, su voz tan gutural que ella apenas podía entenderla.
   La furia, la absoluta inmovilidad con la que él estaba parado -así era como él se ponía cuando estaba cerca de asesinar. Cuando quería asesinar.
   Sus manos presionaron las de ellas, sus callos raspándola.
   Ella no le había respondido. “¿Cambiaría algo si alguien lo hizo? ¿Haría que me vieras de diferente manera, me trataras de diferente manera?
   “Haría que me fuera a cazarlos y a romper cada hueso de su cuerpo.”
   Un temblor recorrió su columna no por miedo a él, sino a la verdad en su promesa. La sinceridad.
   “Tú no me conoces”, le dijo ella. “¿Por qué molestarse?”
   Cassian gruñó, acercándose, sus manos aferrándose a las de ellas y luego se detuvo. Como si la pregunta tomara sentido. Como si la realidad tomara sentido. Él parpadeó. “Lo haría por cualquiera.”
   Ella sabía que lo decía en serio -y sabía que lo haría.
   Tal vez eso era lo que la desconcertaba, lo que le hacía querer golpearlo. La absoluta sinceridad. Que honraba sus promesas, y que no las hacía a la ligera. Que él veía y hablaba la verdad, y cuando la había visto ese primer día, él había sopesado sus…acciones cuando vivían en esa cabaña.
   Su cobardía, su egoísmo. La ira que la había consumido, tanta que quería que todos pasaran hambre, sólo para ver si su inútil padre se molestaría en salvarlos. Y luego la pequeña Feyre había intervenido, y Nesta la había odiado por eso, también -que Feyre había hecho lo impensable y los mantuvo con vida.
   Ella no sabía qué hacer con eso, esa ira. Aún ardía y la atormentaba, aún hacía que quisiera destrozar y rugir y rasgar el mundo en pedazos. Ella lo sentía todo -con demasiada intensidad, muy filosa. Odiaba y quería y amaba y temía, más que otras personas, pensaba a veces. Podía colarse entre esos sentimientos en cuestión de segundos, como si se estuviera probando diferentes vestimentas, y nadie podía verlo ni a nadie le importaba.
   Excepto a él. Él podía verlo, sentirlo.
   Esa primera tarde, él la había mirado, no a ese rostro ni al cuerpo que los hombres humanos marcaban, sino a ella -y lo había visto todo. Ella quería herirlo por ello antes de que pudiera revelar todas esas cosas a los demás, encontrar una manera de quebrarlo para que no pudiera-
   La mano que sostenía la suya contra el pecho de él se suavizó. El pulgar de Cassian acarició el reverso de su palma, su yema áspera con cayos.
   Una leña se movió en el fuego, crepitando mientras las brasas explotaban, iluminando la habitación con luz.
   Ella lo había estado mirado fijamente. Él parpadeó, sus labios apenas separándose.
   Cassian se inclinó sobre ella, y Nesta se encontró a si misma reclinando hacia atrás la cabeza, exponiendo su cuello, dándole completo acceso mientras él le rozaba la garganta con la nariz.
----- 
   Que la Madre y el Caldero los condenen a los dos.
   Esta mujer.
   Nesta.
   Cassian no se podía obligar a retroceder de la línea que tan claramente estaba dibujada entre ellos dos. Un momento, él había querido estrangularla, luego había leído el terror en el rostro de ella con respecto a su propio pasado y él se había puesto tan terriblemente calmo que hasta se había asustado a sí mismo, luego…luego todo había parado, el ojo de una tormenta con ellos adentro, y allí estaba ella.
   Y en esos ojos azul grisáceos, él podía ver los turbulentos pensamientos de ella como si fueran humo debajo de vidrio. La mente astuta trabajando detrás de ese rostro -el rostro que él no había sido capaz de quitar de su mente estas semanas.
   Así que él solo…se movió.
   Y luego Nesta había levantado su mentón, concediéndole acceso a su garganta.
   Cada instinto en su cuerpo había salido rugiendo a la superficie, tan violentos que había tenido que ahogarlos con un agarre brutal o de otra manera se encontraría sobre sus rodillas, rogándole por una caricia, por cualquier cosa.
   Pero él se inclinó, y la rozó con la punta de su nariz a lo largo del cuello.
   Suave -su piel era tan suave; tan frágil. Él podía sentir la sangre mortal de ella recorriéndole las venas. Cassian respiró el olor de ella hacia sus pulmones, excitando su pene como si asimilara alguna parte intrínseca de él y clavando profundamente sus garras.
   Nesta Nesta Nesta
   Los ojos de ella se cerraron, y un pequeño, ahogado sonido salió de ella cuando Cassian rozó con sus labios donde su nariz había tocado.
   Sus rodillas casi cedieron cuando ella clavó su esbelta mano en las ropas de pelea de él. Él intentó no pensar en cómo se sentiría tener esa mano en otras partes de su cuerpo. Sujetándolo; acariciándolo.
   Más más más, cantó su cuerpo.
   Él inclinó su cabeza y besó otro sitio, más cerca a la mandíbula.
   El corazón agitado de ella era como las alas de un colibrí, aunque su cuerpo se mantenía tenso y suelto en los lugares correctos, rubor esparciéndose sobre esos pechos hermosos. Lo suficientemente grandes para caber en sus manos, para acariciar con su boca hasta que ella le rogara-
   El pulso de ella zumbaba justo debajo de su boca. Él lo rozó su lengua.
   Fue esa caricia la que hizo que ella se tambaleara hacia tras.
   Nesta chocó tan fuerte contra el panel de madera que él se estiró para alcanzarla. Pero ella estaba con los ojos muy abiertos, lívida, y se llevó la mano a su garganta.
   Cassian le ganó antes de que ella lanzara su veneno hacia él, diciendo, “¿Te tensas muy seguido estos días, Nesta?”
   Ella bajó su mano y siseó, “¿Es algún tipo de magia de hadas tuya, hacerme hacer tal cosas?”
   Él soltó una risotada. “No. Pero me siento halagado de que lo pienses así.”
   Nesta lo fulminó con la mirada, pero rio por lo bajo. “Bueno,” dijo ella pasando al lado de él y caminando hacia la ventana con suaves y calculados pasos. “Si eso es todo lo que puede hacer un bastardo guerrero hada, con razón mi hermana se ha enredado tanto con los Altos Lores.”
   Perra.
   Perra por el insulto a él y a Feyre. “¿Te molestó más que lo querías, o que fue un bastardo don nadie quien te hizo sentir tales cosas, Nesta?”
   “Ha sido un largo invierno. Los mendigos no pueden ser quisquillosos, supongo.” Pared tras pared tras pared se cerraban en ella, su postura más rígida, y-
   ¿Qué le importaba a él? ¿Qué le importaba? Tenía suficientes problemas por los que ocuparse. Agregar una mortal con la que tendría que esperar un par de décadas más para que las cosas se arreglaran era…tonto. Y luego estaba el asunto de tener que explicárselo a todos.
   A Mor. Su sangre se heló.
   Él no era estúpido. Sabía que ella y Azriel eran…lo que sea que fueran. Sabía que Azriel había estado enamorado de Mor desde el momento en que ella se pavoneó en el campamento de guerra Illyriano hace cinco siglos. Y Cassian había estado celoso -de las tímidas miradas de Mor a Azriel en esas primeras semanas, y del hecho de que su amigo más querido y hermano…estaba mirando a alguien más. De que ella había aparecido, y luego Azriel cambió. Solo apenas, pero Cassian había sabido que su amigo ya no le pertenecía solo a él y a Rhys.
   Así que cuando Mor le había pedido a él que acostara con ella… Lo había hecho. Un celoso y estúpido cabrón, lo había hecho, y se arrepintió en ese primer empuje, cuando sintió su virginidad ceder ante él, y se dio cuenta de la enormidad de lo que ella había hecho.
   Pero luego ella se alejó, y Azriel no hizo nada, y… Mor aún estaba entre ellos. En algún lugar entre amiga y amante. Preciada como familia, pero… Cassian se había odiado por esa mirada en el rostro de Azriel luego de lo sucedido.
   Y luego por lo que le había pasado a Mor a manos de su familia.
   Él había tenido amantes, algunas por una noche y otras por algunos meses, y a Mor nunca le importó, pero…
   Esta mujer parada delante de él como un pilar de acero y fuego… Cassian no quería decirle a Mor sobre ella. Acerca de cómo había tocado su cuello.
   Cassian consiguió decir, “Como estabas feliz por una distracción, asumiré que las reinas no han estado en contacto y me iré.” Antes de que ella se las arreglarla para castrarlo completamente. Él movió sus dedos, la carta de Rhys apareciendo entre ellos. La arrojó sobre una mesa baja que estaba cerca. “Envíales eso a las reinas tan pronto como puedas.”
   Nesta miró la carta y luego a él, poniéndose firme. “Dile a mi hermana y a ese nuevo Alto Lord de ella que envíen a alguien más la próxima vez.”
   Cassian enseñó sus dientes en una sonrisa salvaje. “Dile a tu otra hermana que preferiríamos tratar con ella.”
   “Elain se queda fuera de esto. Mientras menos se asocie con los de tu especie, mejor.”
   “¿Por qué dejas que se case con ese imbécil prejuicioso?” Preguntó repentinamente.
   “Él tiene buenas razones para odiar a tu especie. Como todos nosotros.”
   “Esas son puras mentiras y lo sabes.”
   “Pensé que te estabas yendo.”
   “Tienes una opinión de mierda sobre todos los demás en este mundo. ¿Por qué no decirle a Elain que se casará con un monstruo?”
   “Tal vez todos ustedes los hombres son monstruos.”
   Si ella había sido herida por alguien, él no la culpaba para nada por sentirse de esa manera. Pero sus palabras aún fueron cortantes cuando dijo, “Ella se merece algo mejor que alguien como él.”
   “De hecho, si.” Monótona y fría.
   Él siguió presionando, simplemente porque no podía detenerse, “¿Y qué es lo que tú te mereces?”
   Una sonrisa lenta, un gato montés preparándose para matar. Luego, “Sin dudas algo más que un bastardo don nadie.”
   Perra. Pero él arrastró las palabras, “Qué buena compañera eres, Nesta. Recuérdame traer un libro sobre estrategia militar la próxima vez. Tal vez así tengas alguna chance.”
   Una mirada fría.
   “Es más sencillo, ¿no es así?” Cassian susurró, acortando nuevamente la distancia, sin importarle quién los vería del otro lado de la ventana. “Usar las palabras y la frialdad como armadura para que nadie vea dónde y a quién le fallaste y cómo no te importó hasta que fue demasiado tarde.”
   Solo odio brillaba en los ojos de ella, sin rastros de esa lujuria que había desconcertado sus sentidos.
   “Bueno, yo lo veo, Nesta Archeron. Y todo lo que veo es una niña aburrida y malcriada-“
   Ella se movió con una rapidez impresionante para un humano, pero aun así demasiado lento para evitar que él la bloqueara.
   Cassian sujetó la rodilla alzada de ella, apenas a unos centímetros de sus bolas, y apretó con la suficiente fuerza para hacerla sisear.
   “Golpe bajo,” dijo él con una media sonrisa. “Ven a jugar conmigo, Nesta, y te enseñaré maneras mucho más interesantes para poner a un hombre de rodillas.”
   Ella intentó liberarse, pero no la soltó. Ella se balanceó hacia atrás, y él la agarró por la cintura, sujetándola más cerca para evitar que cayera por la ventana. Él soltó una risilla por las polleras a su alrededor. “¿Qué estás escondiendo debajo de todo esto, de todos modos?”
   Nesta se estabilizó lo suficiente para liberar su rodilla del agarre. “Vete de mi casa.”
   Cassian simplemente le sonrió.
   Ella se abalanzó hacia él.
   Él pensó que lo iba a estrangular, por lo que la sujetó de las muñecas, pero-
   Sus manos, tranquilas y firmes, aterrizaron a cada lado del rostro de él. Tiraron de su cabeza hacia abajo.
   La respiración de Cassian se volvió irregular cuando ella dirigió su mirada hacia su boca, y su cuerpo se inclinó, esos pechos tan suaves contra él. Estúpido, estúpido, estúpido-
   A él no le importó. A él no le importó mientras ella se levantaba en puntas de pie, su boca acercándose a la suya-
   Explotó el dolor entre sus piernas, quitándole el aliento de su pecho cuando la maldita rodilla de ella dio en el blanco.
   Cassian se tambaleó hacia atrás, maldiciendo con saña. Ella resopló, mirándolo caer sobre su trasero en una silla, sosteniéndose el estómago, intentando reordenar su cerebro-
   “Ustedes son todos iguales,” dijo ella, imperativa como la noche y fría como el amanecer. “Tal vez ser un inmortal te hace predecible.”
   “Tú”, jadeó él.
   Una risa en voz baja salió de sus labios, los que él había estado preparado para probar, para devorar-
   “No, las reinas no han enviado respuesta,” dijo Nesta, yendo hacia la puerta. “No he sabido de ellas en lo absoluto.”
   Cassian obligó a sus piernas a moverse, pero el dolor permanecía, inmovilizando sus rodillas.
   “Enviaré la carta mañana en la mañana.” Nesta pausó con su mano en la perilla y miró sobre su hombro. “Tú no sabes nada sobre quién soy, y lo que he hecho, y lo que quiero. Y ya que estamos en eso… Envía a alguien más la próxima vez. Si te veo en mi puerta, gritaré con fuerza para que los sirvientes vengan corriendo.”
   Él se quedó mirándola boquiabierto, el dolor lo suficientemente menguado par que él se pudiera levantar tambaleando.
   Pero Nesta se había ido, yéndose por el pasillo, donde algún sirviente la llamó y ella murmuró una respuesta.
   Un minuto más tarde, él se fue. No por la puerta delantera, sino estrujado por la maldita ventana de su habitación como un ladrón en la noche. Se lanzó hacia el cielo antes que nadie pudiera preguntarse sobre el ruido y el batir de alas.
   Cassian no circunvoló la casa. Pero podía sentir la atención de Nesta al volar hacia el muro. Incluso oculto de la vista, podía sentir esos ojos azul grisáceos sobre él.
   La sensación lo persiguió todo el camino de vuelta a Velaris.
43 notes · View notes
dylanvergara · 4 years
Text
¿QUÉ SIGNIFICA PARA TI EL AMOR? [07/07]
Cuando pienso en tu pregunta lo primero q aparece en mi cabeza eres tú.
No puedo ordenar las ideas muy bn como para que tengan cohesión entre sí, así q haré una pequeña lista.
1.Amor para mi es desear todas las noches que aparezcas en mis sueños.
2. Agradecer a Dios por cada día que podemos estar juntos y encomendar nuestra relación para que nos guíe.
3. Amor para mí es querer pasar contigo todo el día y todos los días (obvio q respetando tus espacios).
4. Amor es sentirse afortunado cada vez que te veo la carita, cada vez q escucho tu voz o canto, cada vez que podemos regalarnos alguna caricia.
5. Amor es q cada vez q me hago una paja, imagino la situación contigo, y gimo tu nombre en medio del orgasmo.
6. Amor es cuando quiero regalonearte con cualquier cosa solo con tal de verte contenta.
7. Considero amor saber que puedes contar con el otro, que por más q piensen diferente querrá apoyarte.
8. Amor es sentirse débil y fuerte al mismo tiempo cuando estas a mi lado y no preocuparse de que puedas hacerme daño.
9. Amor es q con un abrazo te trae paz y tranquilidad. Como si ya nada importara, como si él tiempo se detuviese y  la vez pasara volando.
10. Amor es cuando siento que tu seguridad es primero antes q mi miedo o mi propia seguridad .
11. Amor es cuando solo con ver tus mensajes me siento mejor o cuando sonrió solo al recordarte durante el día.
12. Amor es cuando me enseñaste a salir de la burbuja con paciencia y deseando q no me pasarán a llevar.
13. Amor es querer q todo el mundo sepa q te amo y contarle a todos cositas buenas de ti.
14. Amor es defender cuando el otro no está y sientes q es peor que cuando te atacan directamente a ti.
15. Amor es querer saber todo de ti para poder usarlo en hacerte feliz.
16. Amor es cuando dejas el orgullo de lado para q la discusión no se estanque.
17. Amor es querer evitar dañarte y si sucedio, aprender y ejecutar para q no vuelva a ocurrir.
18. Amor es tratarte como a una reina, ser atento contigo. Querer abrirte cada puerta, que pases primero y decirte a diario lo hermosa q estas.
19. Amor es cuando vez al otro como lo más maravilloso del mundo, te brillan los ojitos y te sientes en las nubes.
20. Amor es cuando siento que podría con lo q sea solo con el hecho de tenerte a mi lado.
21. Amor es que seas lo primero q pienso cuando despierto y quiera saber altiro de ti  escribiéndote un mensaje.
22. Amor es cuando nos llamamos por las noches y nos acompañamos durante horas. Aunque sea hablandole al otro dormido.
23. Amor es cuando no quisieras perder a esa otra persona por nada y sacrificarias lo q sea.
24. Amor es cuando quieres ser un mejor versión de ti mismo para entregarle lo mejor a la otra persona.
25. Amor es cuando gastaste de tu platita para traerme ropa cuando pudiste usarla en ti misma.
26. Amor es cuando pusimos música y nos fuimos cantando durante el viaje a pica.
27. Amor es querer dormir contigo cada noche y anhelar ver tu carita por las mñns.
28. Amor es querer llevarte el desayuno a diario para hacerte sentir regaloneada.
29. Es cuando le quieres dar la mejor parte de algo q estas comiendo o el cachito del final.
30. Amor es cuando cada vez q te veo desnuda tengo la necesidad de dar las gracias al cielo
31. Amor es sentir q eres mi persona favorita.
32. Amor es cuando me tienes paciencia porque sabes q no tef  quiero hacer enojar por gusto.
33. Amor es cuando intentas perdomarme por mis errores y confías en q intento hacer las cosas bien
34. Amor es mandarte memes cada tanto para que sepas q pienso en ti o me acuerdo durante el día.
35. Amor es que esta última vez que me pateaste vi un meme y aun así quise guardarlo en la carpeta para enviartelos luego. (tuve un lapso en donde pensé "si no lo guardo es como que estoy resignado a su decisión")
36. Amor es cuando veo las papitas crujientes y te las separo.
37. Amor es cuando quieres sorprender al otro con detalles
38. Amor es cuando nos contamos si alguien nos habla o nos dice algo, para evitar q el otro piense tonteras
39. Amor es querer hacer cualquier tontera para poder robar un beso tuyo
40. Amor es cuando quiero acompañarte hasta al negocio cuando vas a comprar con tal de verte un momentito jajdhaja
41. Amor es q te prestaría el play sin drama jjffjkfd
42. Amor es cuando hablamos de nuestro futuro como familia, ya decididos por pasar nuestras vidas juntos
43. Amor es querer vivo mucho para estar el mayor tiempo posible juntos. Llegar a viejitos y seguir viendote con los mismos ojitos de enamorado.
44. Amor es sentir q estos sentimientos me acompañaran incluso si un día me faltas.
45. Amor es cuando te beso la frente antes de irme y extrañarte desde antes de separarnos.
46. Amor es q busquemos la manera de seguir viéndonos a pesar de la pandemia.
47. Amor es querer un mejor cuerpo para traerte loca jdjshaja
48. Amor es escuchar canciones románticas e imaginarte
49. Amor es tenerte un playlist mamonas en el celu
50. Amor es querer q nuestras fotos nunca se pierdan y verlas una y otra vez
51. Amor es adorar que bailemos e imaginar estar con música de fondo cuando estamos juntos
52. Amor es cuando quiero besarte en cada oportunidad q se presenta (como lo de los semaforos ajdhja)
53. Amor es dejar de ver un serie o tener paciencia de verla, ara q podamos hacerlo juntos.
54. Amor es que llevemos las cuentas juntos con el enfoque de juntar lo q nos falta e irnos a vivir juntitos
55. Es escuchar música de ytb para q puedas usar el spotify tranquila akdsjsjdj
56. Amor es querer escuchar tu risita  o cuando me haces reir mucho y penso "que sería yo sin ti"
57. Amor es cuando me regalas alguna fotito coqueta para que la disfrute una y otra vez en mis pajas skdhjsa
58. Amor es cuando me hiciste el audio gimiendo mi nombre (enserio muchas gracias por eso)
Siento q tantas cosas se quedan afuera pero mi estúpida memoria no recuerda en este momento.
Pero en resumen ahora q me explaye con todo eso. Creo q el amor es un sentimiento q mezcla:  obsesión, deseo, preocupación, admiración, fe, tranquilidad, paz, mamoneria, convicción, felicidad, alegría y muchas cosas más hsjdh sjsj
Eres mi fabrica de endorfina, dopamina y serotonina prácticamente hajedhakajdjsjs
0 notes
mr-brian · 6 years
Text
Quiero pedirte perdón, espero que me disculpes, si me gustaría que supieras que después de todo aceptó que me equivoqué en muchas cosas, quizás ya te hayas cansado de mí y no te culpo, pero créeme que me quitaría un gran peso decirte que ahora estoy muy arrepentido de todos mis errores.
• Perdón por todas esas groserías que dije cuando estaba contigo, la verdad nunca fue mi intención decirte ninguna de ellas
• Perdón por haberme comportado de una manera tan inmadura y tonta no solo en esta ocasión sino en muchas más.
• Perdón por tratar de remediar todo al último momento, por enojarme contigo sin razón.
• Perdón por las veces que te hice enojar, y las veces que te dije puras mentiras y no sé cómo siempre me las descubrías.
• Perdón por haber dicho que me dejaras en paz cuando para mi estar contigo me hace sentir tranquilo.
• Perdón por las veces que tomé las peores decisiones estando enojado, y por decirte que no confiaba en ti, estando muy molesto me vuelvo una mala persona y siempre termino alejando a las personas que más quiero.
• Perdón por todas esas veces que no confíe en ti
• Perdón por insistirte para que estuviéramos bien después de una discusión, mi intención era dejar de estar enojados.
• Perdón por no hacerte caso.
• Perdón si no se compartir mis sentimientos.
• Perdón por ser tan ostigoso.
• Perdón por quererte tanto yo no sabía que mi amor te molestaba.
• Perdón por mi falta de confianza.
• Perdón por decirte que no tenías sentimientos y sin embargo me demostrabas lo contario con tus acciones.
• Perdón por las veces que te hice creer que iba a irme y al final me quedaba.
• Perdón por los días que te dedicaba muy poco tiempo.
• Perdón por hacerte derramar un par de lágrimas, cuando tú me has regalado muchas sonrisas.
• Perdón por no cumplir las apuestas que te debo, que creo que son muchas.
• Perdón si en algún momento te ofendí con algún comentario, nunca fue mi intención y no sé si te molestaste por algo, pero igual discúlpame.
• Perdón por las molestias, los enfados, los malos momentos, las promesas incumplidas y por cada error que cometí.
• Perdón por tardarme tanto en disculparme debido a mi estúpido orgullo que me bloquea el cerebro y las palabras no me salen.
• Perdón por haberte traído asta aquí cuando al lo mejor tú no querías venir
• Perdón por haber tenido tantas cosas por disculparme.
• Perdón por haberte hecho escuchar todo esto. Bueno si lo escuchaste.
• Perdón por querer seguir siendo tu amigo cuando ya no sé si quieras seguir conmigo.
• Perdón si no supe quererte de la forma en la que querías. Sé que no fui lo mejor que se te pudo cruzar en el camino y estoy seguro que ni siquiera me acercaré a eso, pero hago lo mejor que puedo. No quiero que nuestra amistad termine por mi culpa.
Ojala un día puedas perdonarme.
Gracias por tantos buenos momentos que me has regalado té lo juro que nunca los voy a olvidar.
0 notes
gonharry · 7 years
Text
Hechos
Les quería compartir la compilación hasta el día de hoy de los diálogos de cinco personajes que se me han aparecido en diferentes contextos y sueños.Les quise dar vida más dinámica y generé lazos de conexión entre ellos.
Los personajes principales son Pablo y Tatiana, conocidos de barrio con amigos en común que un día se conocen por Leo, la mejor amiga de Pablo (aún falta este diálogo/parte en la historia) que terminan emparejándose al poco tiempo después de que Pablo termina con Daniela y finalmente Diego, amigo en común entre Tatiana y Pablo. Hasta ahora esto es lo que llevo y quería compartirlo con ustedes, amigos, familiares y conocidos, ya que he tenido buena recepción y mucha gente me ha preguntado qué es esto.
Para contestar a eso, la respuesta es un no sé. No tengo idea la verdad en qué quiero que se transforme esto, pero si me piden una explicación más cruda, puedo decir que es un proceso mío, quizás de limpieza, de transición a mis 30 años o de contar de alguna forma una realidad paralela en la que Pablo me hace reflejo.
Como consejo, traten de darse una pausa en los quiebres que dejé entre cada “capítulo/diálogo”, ya que representan en esta realidad un paso de tiempo que aún no determino, pueden ser días en algunos casos y horas en algunos otros, no sé si me dejo explicar.
Sin más que dar las gracias a quien se dé el tiempo para leer, acá les dejo lo que por ahora lleva por nombre “Hechos” - No vengai con weás después, por fa. - Nadie te ha dicho nada, weón, qué chucha. - Ya, listo. Escuchaste el tema? - Sí, ta bonito. - Cachaste cómo se llama? - Los Barcos. 
-------------------------------------------- 
- Estamos mal cierto? - Sí, lo estamos. - Vamos a terminar cierto? - Sí, lo he pensado harto y creo que es lo mejor, no quiero seguir teniendo esas discusiones imbéciles ni seguir haciéndote mal. - Yo tampoco, espero que funcione el distanciarse así. - Yo también lo espero. Igual no estaré tan lejos, es Santiago no más. - Voy a distanciarme real, real, Daniela. - En eso quedamos. Pero tratemos de verle un futuro, a ver si podemos ser amigos a largo plazo. - Dale, me parece. - Y nada de llamadas a las tres de la mañana, por fa. - Sabes que no me curo hace rato, no creo que me vaya a dar una depre cuática, estamos conversando esto para salir bien de todo y superar lo que no se pudo lograr. - Weón, cuando hablas así me da gusto, no sé por qué se nos acabó el amor. - Pasa, tranqui. Espero que no nos arrepintamos de nada en lo pronto ni a futuro. - Yo tampoco quiero arrepentirme.
-------------------------------------------- 
- No deberías estar acá. - Para de pensar tanto y ven. - No, es en serio, deberías irte. - Me revienta tanto cuando empiezas con esas mierdas. - Lo sé, perdón, pero hoy no puedo, ando raro. - Pfff, okay me voy. - Oye, sé que sonará ridículo, pero no te enojes. - No, no me enojo, pero me frustro. Deberías dejar correr las cosas y todo sería más simple. - Qué fácil decirlo. - Es más fácil hacerlo, de verdad. - ¿Te veo el finde? - Depende de ti. Aún así, no te prometo nada. - Dale, bueno, me lo merezco. - No, no te lo mereces, pero... agh ya, olvídalo. - Puta, ya, sorry, en serio. - Está bien, hombre, para de perdir perdón. - Bueno. - Ya, ¿déjame en la puerta? - Vamos.Suena el portón de la calle. Un eco sube por las escaleras. Una pena los inunda. Se abrazan como si jamás volvieran a verse. No hay más muestra de afecto que un roce de dedos al separarse. Ninguno mira atrás. El eco se devuelve al cerrar la puerta.
- La puta madre, toda la pieza huele a ella.
-------------------------------------------
- Aló, Leo? Tay? - Calmao, te llamo yo. - No te preocupes, si estay muy ocupá no importa. - Dame dos minutos. - Ya.- Aló, ya ahora sí. - Leo, pucha, qué paja molestarte por tan poco, pero la Dani, o sea, yo y ella terminamos. - Puta la weá, mal? - No, no, no te hagas mala imagen, salió mejor de lo que habíamos esperado, re piola. - Necesitai que te vaya a ver? Salgo temprano hoy, vamos por un vinito. - Ya, weno, pero no estoy bajoneao, es raro no más, fue súper en buena, estábamos medios cansados realmente, muy rutinarios y se nos fue en volá, terminamos en buena, pero distanciados por ahora. - Se va a la pega que le ofrecieron o no? - Sí, a Santiago. Aprovechó el vuelo y era mejor así, si no, no nos íbamos a ver hasta los fines no más. - Entiendo. Pucha, igual buena que hayan terminado así. - Sí, igual bacán, me siento bien. - Ya, me contai cuando nos veamos. - A qué hora? - A las seis y media si queri juntarte al tiro. Si no igual iría a la casa a cambiarme. - A la noche mejor entonces, nueve y media. - Ya Pablito, nos vemos en la Pinto entonces. Y tranqui. - Sí, sí toy tranqui, nos vemos, te quiero.
-------------------------------------------
- Antes de ayer soñé contigo, era raro el sueño. Como que no nos conocíamos, pero nos mirábamos caleta. - Y hablábamos? - Sí, el Diego nos presentaba, pero había onda, cachai? El Diego nos decía los nombres, nos miró un rato callado mientras nos preguntábamos lo trivial y nos dejaba ahí, se iba y ni si quiera nos dábamos cuenta. - Aww, el Diego, qué buen amigo, no? Y de qué hablábamos? - De historia, de música, de la fiesta, de ti y de mí. - Historia? Qué historia? - Europa, vikingos, romanos, griegos, escritores y artistas, teníamos mansos temas, igual serios, pero la conversa era como entrete. - Ah, buena po. Y qué me decías de ti? - Ah eso era lo mejor de todo, yo no hablé de mí, yo hablé de ti y tú hablaste de mí. Hacíamos como una dinámica de recién conocidos y nos decíamos lo que creíamos del otro, fue bacán. Me gustó escuchar lo que decías de mí, y tú también parecías cómoda con lo que dije de ti. - Entonces, qué decías de mí? - Te hacía trabajando en algo como educacional, la cagué pensando la edad que tenías porque te echaba dos años de más. Te saqué un par de bandas y escritores conocidos y te reíste cuando dije que vivías con tu mamá aún, lo cual es cierto. Te imaginé haciendo ejercicio de vez en cuando, pero sin comer sano, te dije que tenías cara de Sandra más que de Tatiana y te cagaste de la risa y ahí me dijiste que parara y que era tu turno. - Sandra? En serio tengo más cara de Sandra? Jajajaja, que eri loco. Creo que no conozco a ninguna Sandra. Ya y qué decía yo de ti? - Me cagabas al toque, dijiste "Hola, me llamo Pablo, soy profe, veo series, voy al cine solo, como lo que haya cuando tengo hambre y me gusta una niña que se llama Tatiana y creo que tiene más cara de Sandra", te acercabas mientras mi cara se adaptaba a lo que dijiste de mí y me dabas un beso. - Weón, qué onda lo lanzada. Jajaja, igual no fue tan diferente a como fue en realidad. - Para nada diferente. Sólo que no hablábamos de nosotros cuando pasó. - Sí, qué mala mía el tema que estábamos hablando ese día. - Ya, pero filo, ya pasó.
---------------------------------------------
- Hagamos algo ridículo y salgamos de nuestras casas con rumbo a algún punto que nos interese. Ninguno diga dónde es, pero intentemos conectarnos. Si nos encontramos aunque no sea el punto, bacán. Sino, no importa. Así cumplimos con salir "juntos" sin vernos o salir y encontrarnos con una alta chance de éxito.
- Dale, me gustó la idea. Pero reduzcamos la entropía, Valpo o Viña? - Voy saliendo, chao.
---------------------------------------------
- No quise abrir el teléfono a ver si dejabas pistas. Caché después que estuve ahí, pero llegué muy tarde. - Entonces pronto encontrarás el lugar. Estuvo buena la caminata para ser el primer intento. - Sí... Oye... - Mmm? - Te quiero. - Que eri tonto. Yo igual, menso.
---------------------------------------------
- Tengo que pedirte un favor. No sé si será grande o difícil de cumplir para ti, pero es un favor que me hará la vida y esta situación en la que estamos más fácil. - Ehm, ya, dale, ¿qué tengo que cumplir? - Prométeme que jamás, nunca, pase lo que pase, vamos a dedicarnos canciones de nuestras bandas favoritas. - Wow... nunca lo había pensado. Creo que te pediré lo mismo. Es un peso ridículo con el cual lidiar en caso de que esto termine mal algún día. - Sí. Lo es. Entonces, ¿estamos conscientes de esta promesa? - Sí. Nunca jamás te dedicaré un tema de ninguna de tus bandas favoritas. Espero que tú tampoco. - No lo haré, pase lo que pase. - Creo que entonces podemos estar tranquilos. - Mmm, no lo sé. Siento que igual nos vamos a aburrir restringiéndonos de hacer cosas que queramos hacer. - Entonces, ¿quieres dedicarme un tema?
- Rx Queen de Deftones.
---------------------------------------------
- Distraerme no era parte de esta historia. - Ya no es una historia, amor. Es tu vida. - Como así? - Decídete ahora por algo. Cualquier cosa. - Quiero inventar palabras contigo. - Jajajaja, siempre tan espeso de mente, me dan risa a veces tus propuestas y formas de demostrar cariño. - Tatiana, soy un inseguro de mierda, pero quiero validar esto y seguir adelante, estoy decidido a mantener una relación seria contigo. - Es en serio? - Pensé que el inseguro era yo. - No pensé que optaras por tomar esa decisión.
---------------------------------------------
- Oye, no tienes frío? - No, pa na. - Pero entra, tan solo que tay allá afuera. - Sale tú y me haces compañía. - Bueno... Te pasa algo? Andas raro hoy. - Un poco. Me acordé de alguien. Creo que sería bacán verla aquí. - A quién? - A la Leo, la echo de menos. - Mmm entiendo. Salgo o de verdad prefieres estar solo? - Mejor solo. Gracias, Tatiana. - Avísame cualquier cosa. - Yap. Dale. Gracias, de verdad. - No te preocupes. Te quiero. - Yo igual.
---------------------------------------------
- Promete que no te vas a enojar - Mmm, si me estás pidiendo eso es porque sabes que me voy a enojar. - Puta, sí. Pero de verdad no quiero que esto se transforme en una pelea o discusión cuática. - Ya. ¿Qué pasó? - No me has prometido nada aún. - No te pongai así si ya sabes que la cagaste. - Creo que terminaremos peleando. - Mejor no digai na, entonces. - Siento que debo decirte esto. De verdad. - Entonces córtala y dilo. Asume la weá y dilo. - Ayer acepté la pega que me ofrecieron en Stgo. Me voy el lunes. Creo que no te veré hasta el sábado. - Weón, es la mejor weá que me has dicho en la semana, por qué tendría que haberme enojado, enfermo, jajajaja. - Porque me la ofreció mi ex. - Ah, chuta. Conversemos en la casa mejor. Por ahora me quedo con el cincuenta por ciento de lo que me dijiste. - Bueno, pero no discutamos, ¿Ya? - Lo intentaré, de verdad. - Gracias. Sos la mejor.
---------------------------------------------
- Vas a llegar o no? - N... ucho... en... llamo... ato - Oka, creo que te entendí - Ven... el túnel... no te... ndo nada. - Tranqui, yo sí.- Aló, ahora sí? - Sí, es que venía en el túnel, no entendía nada. Cómo tay? - Bien, esperándote po. - Sí, es que me atrasé un poco, había taco. - Yap, en cuanto rato más entonces? - Yo cacho que el bus nica baja por Santos Ossa, así que como en una hora más. - Yap, voy a ir a la casa de mi tía que está cerca, toy que me meo. - Ajajaja, ya, dale, te llamo cuando venga en Av España. - Ya, hablamos más rato entonces. - Oye, espera. - Qué pasa? - Cómprame cigarros y te devuelvo la plata, por fa. - Ok, nos vemos. - Gracias, amor.
1 note · View note
monafiori · 7 years
Text
Carta a una pendeja
Hola, tal vez no me conoces más que lo que ella te ha contado de mi, no te conozco más que lo que me han contado de ti, sin embargo, tenemos algo en común; nos enamoramos de la misma chica. Quiero comenzar a decirte que la valores, que la valores en cada instante de tu  vida con ella. Valores sus celos, sus desplantes, sus caricias, sus besos. Que valores cuando tu piel se junte con la de ella, valores las sonrisas que te regala, sus detalles. Valora cada momento aunque parezca efímero. Ella no es cualquier chica que te encuentras en la calle, ella no es cualquier chica a la cual puedas olvidar de un día para otro. Ella es más especial que eso. Tenemos algo en común, ella nos miró. Tienes una grandiosa suerte al ser quien vio después de mi, que por fin pudo enamorarse de nuevo, tienes la suerte de haberla curado de cómo quedó cuando se alejó de mi. Curado de tanta pelea tonta, de tanta discusión sin sentido, la sacaste de ese lugar oscuro donde habitaba conmigo, gracias. Ella merece todo, merece que aprendas a leer cada uno de sus gestos. Esa mirada que da cuando de verdad está enojada, o esa sonrisa tan sincera que te regala cuando la haces reír; hazla reír. Hazla carcajearse de la risa cada día, que le duela el estómago de tanta risa. Ve por ella cuando se enoje, porque déjame decirte, que si no vas por ella, sería el peor error de tu vida. Si te hace una escena de celos, no importa. No existe nada más lindo que su carita hermosa llena de celos, y hasta sus mentadas de madre y ofensas. Créeme que las extraño. Extraño sacar toda la energía en las peleas y después estar como si nada porque había tanto amor, dale ese amor. Muéstrale que puedes sobrellevar sus celos irracionales, sus enojos ocasionales, sus manías, sus miedos, sus supersticiones, su nerviosismo, ayúdala a mejorar, no la entiendas, no lo intentes, te volverás loca si es así. Quiérela, quiere cada parte de ella como si fuera el primer día que te diste cuenta que la querías. Escríbele poemas; le encantan. Escríbele cartas donde le muestres lo importante que es ella para ti, dale detalles cada que se enojen, aunque se enoje más y no lo admita, los ama. Se lo más romántica con ella, pues ella es una persona cursi, romántica, apasionada. No la dejes ahí nada más cuando te diga algo cursi, cuando publique algo para ti pues eso hace que se aleje poco a poco y si se va, créeme, ya no regresa. Si ella pierde esos detalles ya no regresarán, veme a mi sufriendo aún por lo que perdí con ella Un consejo: nunca la vayas a despertar mientras duerme y si duermen juntas y hace calor, asegúrate de no abrazarla. Le molesta eso, no puede dormir y probablemente se despierte de mal humor. Quiérela cuando esté en sus días, cuando te extrañe buscala, quiérela cada que te pida que la quieras, que te pida la más mínima muestra de cariño pues son cosas pequeñas que ella ama. Demuéstrale lo mucho que la quieres día con día. No cometas mi error. Callala con un beso cuando se enoje, lo ama. Abrazala cuando lo necesite porque yo no puedo hacerlo. Cuando esté triste, cuando tenga problemas en su casa, cuando necesite de ti, o simplemente abrazala. Abrazala con tanto amor que le queme por dentro, que sienta lo mucho que la adoras, que la quieres, y si la amas, abrazala aún más.  Abrazala tanto que desaparezcas sus miedos, cada uno de ellos, pues está llena. No dejes que arruine su educación que trabajo le ha costado estar ahí, sé que quieres pasar tiempo con ella, pero ella necesita salir adelante, no es una satisfacción que tu le darás. Dejala ser feliz haciendo sus cosas de la escuela, dejala con su tiempo ahí, eres importante para ella, pero no debes ser más importante para ella que su futuro, porque puede que no estés en el. Y si no vas a estar en el, si no planeas apoyarla en cada paso de su vida desde el día que están juntas, mejor vete, ya que merece que la tomen de la mano y la empujen a ser cada vez mejor. Ama sus defectos, amalos más de lo que amas sus virtudes. Vaya, yo me enamoré de cada uno de los que me mostró. Ama cada lunar, en especial el lunar que tiene en un tobillo, ama su cabello, ama lo más hermoso que tiene, su sonrisa, ama sus hermosos ojitos café oscuro, ama sus manos, sus dedos que ella suele llamar gordos. Ama su abdomen, su clavícula, ama la forma en la cual te odie cada que la hagas enojar, ama sus gritos, ama su amor a los video juegos, que si está jugando alguno no te hará caso. Ama la forma tan explosiva que tiene de ser, de verdad amala por quien es y por la persona que llegará a ser.  Ama si algún día tienes la fortuna de llevarla a una de sus bandas favoritas y lo estresante que es al intentar estar hasta adelante para verlos, o tomarse una foto con ellos. No te enojes, síguele el juego, te lo agradecerá.
M. Aglae Campos
0 notes