#Equipo de la Temporada
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EA SPORTS FIFA 23 desata la pasión con el lanzamiento del equipo de la temporada: ¡TOTS Ultimate, un sueño hecho realidad!
¡EA SPORTS desata la emoción con el Equipo de la Temporada (TOTS) Ultimate de FIFA 23! En esta lista explosiva se encuentran estrellas de renombre como Lionel Messi, Vinícius Jr. y muchos más. El TOTS Ultimate reúne a los mejores jugadores con las calificaciones más altas de todas las ligas y lanzamientos. Pero eso no es todo. Como parte de esta revelación espectacular, también podrás encontrar…
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Cristiano Ronaldo alcanza los 899 goles: La leyenda portuguesa sigue batiendo récords
#El resultado de su último partido (victoria por 4-1)#La liga en la que juega (Saudi Pro League)#Número actual de goles de Ronaldo (899)#Se acerca el hito de los 900 goles#Su edad (39)#Su equipo (Al-Nassr)#Su logro en tiros libres (23 temporadas consecutivas)
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#Yo estoy muy preocupado con este equipo y si...sé que aún queda un mundo#pero perder de la manera que se ha perdido hoy en Girona es doloroso#más que nada porque los equipos que suelen perder así los partidos son los que suelen irse al hoyo al final de temporada. :(#Ahora tenemos un parón que espero nos venga bien#pero nuestro equipo no le hace un gol ni al arco iris y sin goles...no hay permanencia que valga por mucho que apenas nos metan.#La paradoja vendrá en el siguiente partido#uno de los equipos menos realizadores de la liga juega contra el mas goleado y con diferencia del campeonato y claro...como tenemos fama de#Quiero pensar que vamos a mejorar los números y que el equipo irá remontando#pero o esto cambia pronto o nos podemos convertir en especie de Elche 2.0#Bendito parón liguero.
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Real Deportivo Dzidzantún ¡Nuevo Jersey, Nueva Historia!
Real Deportivo Dzidzantún ¡Nuevo Jersey, Nueva Historia! Descubre la pasión y la historia detrás del nuevo jersey del Real Deportivo Dzidzantún para la temporada 2023-2024.
Real Deportivo Dzidzantún Listo para la Temporada 2023-2024 Dzidzantún, 17 de agosto de 2023 – La emoción y la pasión se desbordan en Dzidzantún mientras el Real Deportivo Dzidzantún revela su flamante camiseta para la venidera temporada 2023-2024. Con un diseño cargado de historia y significado, el equipo local se prepara para enfrentar nuevos desafíos y continuar dejando huella en el mundo del…
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#Camiseta conmemorativa#comunidad deportiva#Diseño cargado de historia#Dzidzantún deportes#equipo local destacado#espíritu competitivo#estilo y tradicion#futbol local#historia del club#Homenaje a jugadores#Legado futbolistico#Lema "Todos somos reales"#Nueva camiseta temporada 2023-2024#Orgullo del equipo#pasion en el campo#Preparados para nuevos desafios#Real Deportivo Dzidzantun#Rostro de Jorge "Jo"#Temporada emocionante#unidad en la comunidad
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putita. — franco colapinto x lectora.
sin piedad dejás atrás un séquito de vana idolatría. / sos tan espectacular que no podés ser mía nada más. / (tenés que ser de todos.)
sinopsis: entre tu compañero de equipo, franco, y tu, hay muchas cosas sin decir.
wc: 4.1k
warnings: nsfw (18+), bratty teammate!reader, celoso & mean dom!franco. como esto es un regalo, les dejo el resto como una sorpresa ;)
A/N: FELIZ NAVIDAD MI GENTE LATINO!!! no crean que me olvidé de ustedes con esa pequeña investigación de mercado que hice hace casi un mes. consideren esto un regalo navideño de mi para ustedes. rompí mi récord personal de palabras escritas (3.7k) hehe pero creo que es pq la canción me dio la oportunidad de ponerle mucho trasfondo. mención especial a @deepinsideyourbeing pq aunque no lo sepa ha sido una súper ayuda e inspiración en esta travesía mía de volver a escribir en español. tqm niñita <3
now playing . . . putita por babasonicos
“¿Todo bien?”
Tu voz consternada sacó a Franco rápidamente del trance accidental en el que se encontraba, ojos fijos en tu posición frente a él en las mesas compartidas de trabajo, cuando se supone que debería estar concentrado en la pantalla explanando gráficas y estadísticas que su mente al parecer faltaba de ganas para comprender.
Por fin se acababa la montaña rusa que había sido la temporada 2024. Definitivamente las últimas carreras no fueron las mejores fechas para el equipo, pero el optimismo seguía predominando el ambiente desde el día que llegó alguien con un carisma para competir con el tuyo.
“¿Eh? Si, si; sólo me distraje, tranqui.” Explicó rápidamente, pupilas volviendo al enfoque que debió tener desde un principio. Permanecieron ahí mirando el contraste que hacían las líneas en un potente azul contra su fondo gris— casi negro— y nada le hacía sentido. No cuando ocupabas cada esquina de su mente, e inevitablemente su mirada empezó a trazar cada centímetro de tu rostro como si fuera a olvidarlo todo en cuestión de un par de horas.
Pero él simplemente no podía evitarlo.
Espectacular era un adjetivo relativamente acertado para describirte. Para los chicos (y chicas) de categorías inferiores eras como una leyenda urbana. Franco te había visto antes en las ocasiones que la Fórmula Dos tenía sus feature races en la misma pista que la máxima categoría de los deportes de motor.
Era impresionante la manera en la que todo el mundo volteaba a verte al pasar, como si de una figura mítica que flotaba en vez de caminar a paso firme se trataba. Solo los más valientes y quizás elegidos por el universo— en otras palabras, los que te conocían— tenían la osadía de retornar tu cálido saludo.
Ya para cuando recibió la noticia de su entrada al equipo, eras un espejismo que habitaba en la parte de atrás de su mente, completamente inalcanzable. Seguía con la misma mentalidad de pertenecer a una categoría inferior, quizás ibas a ignorarlo en el momento de las introducciones de equipo.
Realmente, nunca olvidará el abrazo que le diste. Cálido, podía oler tu perfume a la perfección, mezclado con el aroma de tus productos para el cabello.
Aún no se lo creía, ni cuando te veía todos los días.
Pero la parte lógica de su cabeza le recordaba que todo no podía ser glamoroso. Eras admirada y codiciada por tu belleza, no por tus logros a tu corta edad y en un monoplaza que— y seamos honestos— era tremenda mierda. Un auto volátil como una bestia indomable, que lograbas tranquilizar con magia negra, quizás. El todavía no estaba claro de cómo hacerlo una constante, y prefería teorizar una explicación lógica a lo inexplicable.
“Muy interesante la data del año, ¿hm?” Ahí estaba de nuevo, tu dulce voz ahora complementada por los remanentes de tu perfume, sacándolo de otro trance frente a la pantalla.
Lentamente, levantó la vista, encontrándose primero con tu torso antes de escalar por tu cuello para llegar a la sonrisa un poquito burlona; sabías muy bien que estaba distraído.
“Nos podemos ir.” Indicaste, observando cómo se quitaba los audífonos y los ponía en su lugar antes de log out de la sesión, cerrando todos los documentos antes de.
Tus ojos seguían cada uno de sus movimientos con cautela, evitando hundirte en tu propia locura sobre la atracción que sentías por él desde el día uno, pero evitabas con fervor dar algún indicio.
Cómo cambian las cosas.
“Vení,” El turno de sacar al otro de sus pensamientos fue de Franco, su mano tomando tu muñeca para prácticamente arrástrate fuera del motorhome, cerrando la etapa de un fin de semana tan… tétrico.
“Quiero dormir catorce horas,” Bostezaste mientras el auto que los llevaría al edificio donde la gran mayoría de pilotos se hospedaban al estar cerca de la fábrica, estirando tus extremidades de una manera intencionalmente inapropiada, tomando todo el espacio en el vehículo para hacerlo.
Sabías— de manera acertada— que luego de su retiro en Abu Dhabi Franco estaba un poco fuera de serie, y no hay nada que no harías para animar a quien ha sido tu compañero de equipo favorito hasta ahora.
¿Cierto?
“Pará,” Su risa rellenó el silencio cómodo que antes ocupaba el espacio, sus manos envolviéndose nuevamente en tus muñecas en un intento de devolverlas a los límites de tu espacio personal.
Completamente contraproducente, el hombre desconociendo el efecto que tenía la presión que su cuerpo contra el tuyo ejercía, tu risa debilitándose en ciertos momentos quizás podía ser un indicio del ardor suave que se esparcía por tu abdomen.
“¡Tú primero!” Te quejaste, tirando de tus manos para liberarlas, intentando olvidar lo suave que eran sus dedos contra tu piel. Quizás, si Franco se concentraba, podía sentir tu pulso acelerado contra la fina capa en el reverso de tu muñeca.
“¡Vos empezaste!” De la manera más infantil y tierna te sacó la lengua, su cara lo suficientemente cerca de la tuya para que pudiera notar la manera en la que lo miraste.
¿Mirabas a todo el mundo así igual? A todo el que te adulaba, buscando una de tus características sonrisas pícaras, buscando una reacción de ti. ¿Los mirabas con las pupilas dilatadas igual que como lo mirabas a él en ese momento?
“Bandera blanca; ya.” Reíste, completamente ignorante a la manera en la que él te miró en ese microsegundo, logrando zafarte con éxito de su agarre.
Al llegar al lugar de su estadía Franco te abrió la puerta del vehículo, esperando pacientemente a que tomaras tu cartera para salir.
“Ay qué caballeroso,” Tu voz salió como un gratificante arrullo, acercando tu mano para pellizcar sus mejillas, ignorando la cara de traviesa que se cargaba.
Grave error, concluiste cuando Franco intentó morderte.
“Hijo de tu puta—“ Ni te dejó completar la oración, cerrando la puerta rápidamente y caminando a paso rápido hacia las puertas deslizantes, corriendo al ver tu expresión de sorpresa.
Hay veces que simplemente no podías descifrarlo, por más que quisieras. Saltaba con cosas así, coqueto y carismático, buscando sacar cada nota musical que componía la sinfonía de tu risa. Pero otras veces, te miraba embelesado, y tú simplemente no tenías idea por qué.
Sea lo que sea, igualabas su actitud, sus vibras. ¿Por qué no lo harías, si al final del día, el vibraba tan bonito?
Tampoco era muy difícil convencerte.
Todo esto para entender que claramente corriste detrás de él, pidiendo permisos a los pocos residentes que te cruzaste, maldiciendo— porque Franco siempre empujaba tus límites a nuevas alturas que desconocías, de la mejor manera posible.
Viste como se cerraba la puerta al elevador en tu cara, la suya con esa sonrisa que en cualquier otra situación te haría derretir. Ahora, simplemente querías borrarla de su cara.
Tus pies te guiaron por las escaleras, efectivamente llegando a uno de los pisos reservados para el equipo, esperándolo frente al ascensor con los brazos cruzados. Su sorpresa por tu rapidez era evidente, y sus pasos hacia ti, cautelosos.
“Pendejo,” Simplemente le diste un ligero golpe vertical a la parte de atrás de su nuca, su risa haciendo eco en el pasillo desértico.
“¿Querés agua? Estás rojita,” Ahí estaba ese tono coqueto de nuevo, pero decidiste ignorarlo y dejar de lado el pequeño desacuerdo para asentir, viendo como sus manos exploraban lo desconocido del bolsillo interior de su chaqueta para sacar las llaves antes de quitarse esa prenda.
El pequeño departamento era parecido al tuyo en cuanto a estructura; una pequeña sala de estar con algunos muebles, el angosto pasillo que dirigía hacía la única habitación, la cocina que parecía que nadie había preparado un solo platillo, y la ventana que guiaba hacia un pequeño balcón.
Quizás, el tuyo un poco más desorganizado, tu intento de seguir a la moda a pesar del frío podría ser el culpable del tremendo desastre que habías dejado y seguías fielmente ignorando hasta el momento de empacar para el siguiente destino. Podías divisar a la lejanía las tenues luces de otros edificios y casas de familia. Woking era como cualquier otra ciudad no turística de Inglaterra; fría, nublada. Muchas casas pequeñas y un público poco emocionante.
“Para vos, señorita.” El tour que te estabas dando de su living quedó en el olvido— absteniéndote de tocar lo que sea— tomando la botella de agua mineral antes de beber largos sorbos, Franco tomando asiento en el sillón que pertenecía a la pequeña sala de estar.
“¿Te puedo hacer una pregunta?” Las palabras escaparon sus labios. Levantaste las cejas, acabando la botella de agua para ponerla en la basura antes de sentarte a su lado.
“Hasta tres,” Para él, tu sonrisa competía con las luces de la ciudad donde se encontraban, de tanto que deslumbraba.
“¿Te gusta alguien?”
La pregunta colgó en el aire por unos escasos segundos, tu expresión curiosa cambiando a una de confusión. Te moviste más cerca, como para descifrar con lo que te cuestionaba.
“Si, me gusta todo el mundo. Bueno… la mayoría de gente que conozco, si.” Una respuesta digna de una Miss Universo, pero no era nada cercano a lo que te preguntaba.
“No, no.” Franco sacudió su cabeza de lado a lado, acercándose más. Su rodilla chocaba con la tuya.
“¿Te gusta alguien? Como… más que amigos.” Notó rápidamente como tu expresión cambió a una que no reconocía exactamente bien. No sabría decirle a alguien más que pasaba por tu cabeza, pero era tristemente común; no sabía leerte.
“¿Por qué preguntas?” Evadiste su pregunta de manera exitosa dejando de lado la botella mitad llena, esforzándote para que la fachada que habías construido con el tiempo se mantuviera de pie frente a lo que considerabas un ataque. ¿Sabía? ¿Franco sabía lo mucho que le gustabas?
“Parece que estás enamorada de todo el mundo.” Su comportamiento calmado te estaba sacando de serie, te estaba dando ganas de trepar las paredes de la desesperación. Lo que desconocías es la furia que la idea de que esa fuera la realidad le daba a Franco.
¿Por qué tenías que ser de todos, y menos de él, a su parecer?
“¿O estás enamorada de la atención?” Su tono te sorprendió, al igual que la agitación que te estaba provocando le sorprendió. Eras la definición de perfección, hasta en momentos exasperantes asumías una calma impresionante.
“¿Qué pasa si lo estoy?” Observaste la manera en la que sus cejas se levantaron por tu tono; desafiante, grosero.
La cercanía repentina entre sus cuerpos fue algo que pudo notar, pero no podía dejar de mirarte a los ojos. Era como si hubiera volcado un switch en ti. Una sonrisa un tanto burlona se escondía detrás de tus labios. El aire que flotaba en frente de ustedes se sentía espeso, y por un momento, se quedaron mirándose uno al otro. No pudieron haber pasado más de medio minuto, pero se sintió como una eternidad.
Era como si Franco por fin había descifrado el código de la caja fuerte donde escondías tu actitud sincera, tu vulnerabilidad donde no eras tan inocente ni agradable de lo que parecías.
“Te comportás lindo con todo el mundo para que te den atención, por qué te encanta que te miren.” No le importó externar sus hallazgos; sus palabras eran como una pieza que acababa de encajar tanto para ti, como para el.
Pero no obtuvo ninguna reacción vocal de tu parte, solamente tus ojos fijos en él, siguiendo cada movimiento que ejercitaba.
“¿O estoy en lo equivocado?” Franco retó, buscando una respuesta explícita de tu parte, su mano posicionándose en tu muslo, el círculo deforme que trazaba con su índice dejaba piel de gallina a su paso que la ropa apenas lograba esconder.
“No, pero si me vas a juzgar, creo que es suficiente por hoy.” Intentaste extender tus piernas, pero sus reflejos fueron lo suficientemente rápidos para tomar tu mano y devolverte a la posición anterior.
“Yo nunca te juzgaría, preciosa.” Su tono de voz era algo que desconocías. Dulce, callado; íntimo. Tiernamente, acarició tu mejilla con el dorso de su mano antes de que sus dedos aprisionaran tu quijada.
“Sos una putita; eso no es nada.” Pudiste captar brevemente sus palabras detrás del latido ensordecedor de tu corazón, tu cara todavía no le brindaba una respuesta implícita a lo que necesitaba.
Por otro lado, ¿tus labios? Una historia completamente diferente.
Los anexaste a los suyos como si de una necesidad primaria se tratara, tus manos empuñaron la tela del team kit, y te aferrabas con una desesperación que gritaba más, más, más.
Franco simplemente ya no podía resistirse.
Desde el momento que entró en realización de que todo lo que pasaba era real, sus manos siguieron el camino para poder reposar más arriba de tus muslos, con suficiente fuerza para casi arrastrarte a sentarte en su regazo.
Sin embargo, eso no logró suceder, el beso terminó abruptamente. Te dejó persiguiendo sus labios mientras los suyos continuaban su camino a lo largo de tu cuello. El suspiro que salió de tus labios no fue lo suficiente para satisfacer esa sed que tenía por ti.
Tus manos se enredaban entre los rizos con highlights naturales, tu agarre apretándose el momento en el que sentiste un pequeño ardor particular cerca de tu clavícula. La marca producida por la combinación de sus dientes y sus labios logró su objetivo de sacar un gemido de tus labios.
Pero no era suficiente.
Sin recibir órdenes te quitaste el sweater de lana, y rápidamente Franco pudo comprobar que la piel de tu torso era mil veces más suave que la tela que te mantenía calientita… hasta ahora. Ya era su turno, después de infinitas horas de espera.
“¿Sabés algo?” Su voz era demandante, lo suficiente para sorprenderte justo como hiciste con él hace menos de veinte minutos. “Vos me gustás— no, me encantás. Pero siempre me tratás igual que todo el mundo.”
No encontrabas la voz para responder, atónita por la manera en la que ni se preocupó en quitarte el bra, simplemente rodando los straps hacia abajo para dejar que el aire acariciara la piel, endureciendo tus pezones casi instantáneamente.
La forma en la que se lamió los labios simplemente te hizo retorcer, algo similar a la electricidad recorrió tu cuerpo para detenerse entre tus piernas.
La excitación se mezcló con confusión en el momento que no se detuvo a darle atención a tus pechos, si no que siguió el camino con su boca luego de dejarte expuesta. La pausa al encontrarse con tus jeans fue suficiente indicación para que levantaras las caderas, dejando que remueva la pieza con más facilidad.
“Se me olvidó que eres friolenta.” Su risa fue un tanto sarcástica al encontrarse con un par de medias térmicas, casi arrancándote la pieza y llevándose tu ropa interior húmeda a su paso.
“Fran…” Ni sabías lo que ibas a decir, pero tu compañero tomó caso omiso a tus palabras, maravillado de la hermosa vista que tenía en frente de él.
“No sabés lo mucho que siempre he querido hacer esto.”
Fueron las últimas palabras que soltó antes de ocupar su boca en brindarte placer, su lengua trazando una línea que recogía el exceso de humedad que cubría cada centímetro de tu centro, el murmullo de aceptación chocó con el sonido del aire que tus pulmones exhalaron de repente por la sorpresa.
El sentimiento era inexplicable, la devoción y expertise con la que movía su lengua para estimular ese punto sensible era inexplicable. La timidez que tuviste por escasos momentos desvaneció, tus gemidos reemplazando el vacío que dejó en la habitación.
Elogios entre cortaron tus gemidos al momento en el que él encajó su índice más allá de tu entrada, la facilidad debido a la lubricación que ya empapaba su mentón. Muy en contra de su voluntad, Franco tuvo que separarse para tomar aire, pero se tomó la libertad para deslizar otro dedo.
Movía su mano con cierta lentitud, observando a detalle tus expresiones. Frunciste el ceño a la falta de estimulación, tu labio inferior destacándose en forma de protesta. Era una comunicación no verbal, la forma en la que rodó sus ojos indicó que entendía tu reclamo, aún más cuando empezaste a mover tus caderas para conseguir más fricción.
Franco sonrió para sí mismo antes de inclinar de nuevo la cabeza y volver con aún más ansias a probarte, los sonidos que producía al chupar suavemente eran obscenos. Cualquier queja o desagrado se desvaneció en el placer que sentías cuando posicionó sus dedos para acariciar ese punto dulce con una textura peculiar que te estaba haciendo retorcer, tus manos nuevamente apretando las hebras onduladas. El movimiento de caderas que mostraste en forma de protesta anteriormente se volvió a producir a causa de la creciente sensación en tu abdomen bajo.
Tú lo sabías. Franco lo sabía también.
Tu orgasmo llegó de manera repentina,— aunque no inesperada— haciendo temblar tus muslos que igual apretaban la cabeza de tu compañero de equipo que te devoraba con fervor.
“Que conchita tan rica,” El halago hizo que tu vista se dirigiera hacia donde provenía la voz, una sonrisa creciendo al momento que notaste la fina capa brillosa que cubría sus labios y mentón; se veía hermoso.
Casi haces que arrastre sus rodillas en la alfombra de la habitación cuando tiraste de su camiseta para otro beso, tus labios danzando en contra de los suyos con cierta desesperación en cada movimiento.
“Vamos a la cama,” Franco murmuró entre besos, aunque su petición fue ignorada al momento que le quitaste la pieza, tirándola a otro lado de la habitación antes de resumir la sesión de besos que compartían. No te importaba probarte a ti misma en su lengua; es más, te excitaba aún más.
“No, aquí y ahora.” Respondiste a su intento de levantarse, luego de regresar a su posición anterior, arrodillado enfrente tuyo. Tus dedos acariciaron delicadamente la cicatriz, como si la piel se volviera a romper. Franco tembló por la caricia, pero sus dientes hundiéndose en tu labio inferior superaron el breve momento de debilidad de su parte.
Un quejido salió de tus labios al sentir el tirar que producía su mano en tu cuero cabelludo, separándolos de beso. “Cuidá tu tono, putita.” Te advirtió, entrecerrando los ojos al ver la sonrisa burlona que produciste.
“¿Y si no quiero, qué?” Moviste tus pestañitas para continuar con el acto de inocencia, sabiendo que era todo lo contrario a tus acciones y palabras en momentos anteriores.
“No estaba preguntando.” Soltó el agarre que tenía en tu cabello, parándose rápidamente. Con la separación, tomaste la oportunidad de quitarte el sostén, tomando en cuenta que estaba estorbando en tu torso inferior; era casi una falda. “Cama. Ya.”
Prácticamente te jaló hacia su habitación, dejando atrás la ropa despojada, pero seguiste a paso rápido con una pequeña risita. Los roles se habían invertido, considerando que ahora tenías una nueva fuente de dopamina al hacerlo molestar.
Sus labios volvieron a conectar con los tuyos por un breve instante antes de que prácticamente te empujara hacia a la cama con cierta brusquedad antes de posicionar su cuerpo sobre el tuyo y volver a besarte con frenesí.
Sentiste algo contra tu pierna, y en un acto de inocente malicia, doblaste tu rodilla ligeramente. En medio del beso, un quejido escapó de los labios del hombre encima tuyo, sintiendo la piel de tu suave muslo estimular su entrepierna aún cubierta por ese par de cargo pants que casi salían solos.
“Te gusta provocarme, ¿eh?” Era una pregunta retórica pero aún así asentiste con entusiasmo, su voz entrecortada por la respiración agitada causó que un escalofrío recorriera tu cuerpo.
Sin otra palabra más, se apartó de la cama y del calor de tu cuerpo para desabrocharse los pantalones, rápidamente quitándolos del paso junto con la ropa térmica y su ropa interior. No pudo evitar ver la forma en la que te lamiste los labios, observando cuidadosamente cada movimiento.
Franco posicionó su cuerpo entre tus piernas, y sentías ese mismo peso ahora reposando entre el interior de tu muslo mientras besaba tu cuello con lentitud y cuidado. Por un momento, dejaste de lado la desesperación por sentirlo adentro tuyo, y dejaste que te manoseara como si de una pieza de porcelana se trataba, mientras tu mano acariciaba sus sedosos rizos.
Pero la paz duró poco, tus párpados desplegándose extensivamente para mirarlo fijamente mientras rozaba su punta— ya goteante por la excitación— desde tu entrada hacia tu clítoris, todavía sensible por el trato que le brindó hace unos momentos.
“Fran…” Tus quejas cayeron en oídos sordos, retorciéndote contra su cuerpo, intentando desesperadamente encontrar ese alivio de tanta necedad reprimida en ti.
Lo necesitabas, y en ese preciso momento.
“¿Qué pasa?” La voz de Franco resonó con sarcasmo al ver tu angustia. “¿Querés que te lo meta?” Asentiste, sintiendo el calor subir a tu cara. “Di por favor.”
Lo miraste como si estuviera loco, pero demostró la seriedad de sus palabras al alinearse contra tu entrada empapada y empujando su glande suavemente para luego volver a estimular tu clítoris.
Exhalaste como si su petición era lo más complicado que alguien te hubiera pedido nunca antes, tomándote un momento para pensar solo para seguir molestando, antes de responder “Por favor, Franco.”
“¿Ves que no fue tan difícil?” Besó tu mejilla antes de volver a alinearse con tu entrada, resistiendo la invitación que le brindaba el calor de tu centro de que lo tomaras completo en ese instante.
Un quejido ruidoso salió de los labios de ambos, casi armonizado, en el momento que su miembro entró por completo. Cerraste los ojos, tu respiración agitada durante el proceso de adaptación a la intrusión dentro tuyo.
Franco, por otro lado, sentía que se podía morir.
Estabas tan… apretadita, calentita y mojada para el que se sentía como si estuviera en un sueño. La mujer que tantos hombres codiciaban estaba debajo de él, con sus piernas envueltas en su cintura y besando la cicatriz de su hombro entre exhalaciones superficiales.
Y si moría, moriría el hombre más feliz del mundo.
“¿Bien?” Preguntó después de un momento, tomando el corto movimiento de cabeza como confirmación para empezar a mover sus caderas.
Quién diría que esa chispa malcriada e insolente podía ser apagada de una sola manera. Ahora te tenía a su merced, gimiendo y disfrutando el placer que te brindaba su miembro tocando ese punto dulce una y otra y otra y otra vez. Tus uñas dibujaban patrones rojos en su espalda, hundiéndose más en la piel al momento que se concentraba en llegar lo más profundo posible.
“Abrí la boca,” Franco demandó entre gemidos, una de sus manos colocadas en tu quijada, pero quizás se vería mejor alrededor de tu cuello— se estaba emocionando demasiado.
“¿Para qué?” Preguntaste pícaramente, mirándolo con ese intento de inocencia, como si no estuvieras tomando cada centímetro que podía ofrecerte sin ninguna queja.
“Abrí.”
“No.”
“Putita.” La saliva cayó en tu pómulo en vez de tu lengua, donde él la quería en un principio, pero tú terquedad no lo iba a detener. No lo detuvo al momento que colocó tu pierna encima de su hombro, probando tu flexibilidad para poder dibujar círculos sobre ese núcleo sensible.
La estimulación hizo que tus ojos se cerraran de repente, tu boca formando una O para poder dejar salir los gemidos que salían desde la parte más profunda de tu garganta.
“Fran… Franco—“ Jadeaste, tratando de recuperar un poco de compostura para la siguiente petición. “¿Puedo…”
“No.” Su respuesta interrumpió la pregunta, haciéndote fruncir el ceño. Sabía lo que ibas a pedir, por la manera en la que tus cálidas paredes internas estaban apretando su miembro de una manera tan deliciosa. “Si tan solo mi putita se portara bien…”
Un grito ahogado lleno de angustia rebotó por las paredes antes de que tu labio inferior resaltara, enseñando tu arrepentimiento justo cuando te convenía. “No, Fran, porfa.”
Oírte rogar trajo más satisfacción de lo que esperaba, pero aún así no tenía ninguna intención de doblegarse a tus exigencias. “No.” Insistió, moviendo sus caderas con más velocidad.
“¡Franco, no puedo!” Lloriqueaste, sintiendo el placer abrumador casi asfixiarte. Era demasiado; el peso de tu cuerpo sobre ti, el estiramiento que sentías en el músculo interior de tu muslo, como llenaba cada curva— cóncava y convexa— dentro de ti a la perfección, y la estimulación que te estaba volviendo loca.
“Ya.” Apretaste más el entrecejo en confusión a sus palabras. “Venite conmigo; ya.”
Fue un alivio para ambos, tu cara escondida en la coyuntura de su cuello y su hombro, gimiendo su nombre como si fuera un cántico para los dioses. Solo ahí, y subsecuentemente al ver tu centro goteando el líquido blancuzco mientras intentabas recuperar el aliento, Franco pudo confirmar que por más despampanante que eras, no podías ser de todos.
Tenías que ser solo de él.
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Que gran noche de Champions. Lo mejor? Mi corazón Balsh is full
Zipi y Zape!!
Ellas viven en una sitcom donde son las protagonistas
Estamos seguro que es Vicky la más joven del equipo?
La carcajada de maldad de Ona lo es todo🤭
Su última temporada juntas🥲
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Hijo desconocido (Lando / Charles / Lewis)
Resumen: años después de una relación fallida, descubren la existencia de un hijo.
Nota: Lewis no es un corredor que siga mucho fuera de la pista, por ende puede que me equivoque un poco en su personalidad.
Nota 2: uso de ____ (tu nombre)
Masterlist de mi autoría
Shot de Charles Shot de Lando
Lewis
Cuando los periodistas y Lewis no se llevaban bien, y el hombre sentía rechazo por las entrevistas, la aparición de una mujer cambió todo. La buscaba solo a ellas tras las carreras, se abría con seguridad y ansiaba poder verla. Cuando la relación escaló a más y comenzaba a sentirse demasiado serio, el piloto decidió alejarse.
Se sabía de sobra que la relación de Hamilton con el periodismo fue más que tenso en esos ultimos meses.
Leves pizcas de racismo y ninguneo por parte de la prensa hacían inmanejable la situación periodística, aún más teniendo en cuenta que Lewis estaba obligado a dar las entrevistas. Quiera o no.
Fue por esa razón que se acercó con la peor de las ganas al área de entrevistas, dispuesto a responder "si, no, no sé".
Pero entonces ella apareció, y con su mejor sonrisa, le hizo una de las mejores y más cómodas entrevistas que tuvo en toda su carrera. Y fue solo el comienzo, porque en cada carrera terminada, la mujer de actitud tranquila lo hacía sentir apreciado, respetado. Y eso era suficiente para que Lewis la tomara como su periodista favorita.
Ese aprecio hizo que cierta tarde post qualy Lewis la invitara a cenar, y ese aprecio rápidamente escaló a interés. Y luego a deseo.
La joven periodista brasilera se había robado su corazón, y por su parte, ella no dudó en entregarle el suyo. Se amaban con locura, y por meses mantuvieron una secreta pero casi obvia relación. Cualquiera que viera las entrevistas entre ambos lo notaban, esa obvia tensión. Pero nadie decía nada, eran tan buenos ocultando sus salidas y encuentros que nunca nadie tuvo pruebas de ello.
Fue así hasta que alguien los vio salir de un restaurante en su paso por Brasil en el último gran prix. Lewis se preocupó, y terminó de sentir la presión cuando la mujer le planteó la necesidad de dejar de ser escondida. Comenzaba a sentirse incómoda con tanto misterio e incertidumbre.
"¿Soy motivo de vergüenza? ¿No puedes blanquear una relación con una simple periodista?"
"Sabes que te amo... Pero no quiero nada serio ahora".
Y ____ no se haría de rogar, desapareció sin dejar rastro. Incluso del paddock.
—¿Sabes a quién ví hoy? Al amigo de ____.—George miró a Lewis, quien meditaba en su tina de hielo—. Ya sabes cuál, el que se casó con el camarógrafo de Fox Sports hace algunos años.—
—¿Bruno?—
—Si, ese mismo. Estaban instalando equipo en el paddock.—George notó como su compañero se removía en el agua—. No lo veía hace meses.—
—... Si.—
La verdad era que Lewis había estado siguiendo el trabajo del par de amigos periodistas por un tiempo.
Después de cortar lazos, ____ había terminado de cubrir la temporada -claro está que a Lewis no volvió a entrevistarlo-.
Luego se dedicó a conducir un programa de Formula 1 de Fox Sports desde Brasil un tiempo breve y luego anunció su retiro temporal, alegando que tenia "situaciones familiares" que debía atender. No dijo mucho más.
En las redes se habló de su padre, que venía atravesando una delicada enfermedad. Pero nada confirmado. Lo único que se sabía, es que no sabían nada. Y ella solo se esfumó.
Al menos por tres años, hasta esa tarde que George vio a su equipo de siempre acomodarse en el paddock. Y Lewis no podía más de los nervios. Cada vez que salía al patio, su mirada recorría a cada persona que se movía por su campo de visión. La buscaba a ella. No la encontró, pero si al famoso Bruno.
El camarógrafo caminaba junto a su pareja, charlando sin mayores inconvenientes. El detalle a destacar era el pequeño niño sobre los hombros de Bruno.
En un principio Lewis pensó que la pareja podría haber adoptado a un niño, o que se trataba de algún familiar. Pero entonces apareció ____, y el niño se desesperó por ir a sus brazos.
—Mamá ya esta aqui, Nono. No te preocupes.—lo estrechó entre sus brazos, llenando su rostro de besos y arrancándole risas desesperadas.
Mamá...
Lewis sufrió un escalofrío.
—Estuve preguntando y dicen que su programa de Fox volverá al aire, mañana es el primer capítulo.—
George volvió a los cuartos con toda la información recopilada. Lewis le pidió ayuda, y el piloto amante del chisme no pudo negarse.
—Dudo que nos entreviste a nosostros.—Lewis miraba algo distraído por la ventana, notando que la mujer almorzaba unos pisos abajo, en el jardín—... ¿Viste al niño?—
—¿Al pequeño morenito de rulos que tiene la edad aproximada desde que la viste por última vez y luego ella desapareció?—George frunció su rostro con fingida confusión.
—Yo también lo pensé, pero no puede ser... ¿Por qué no me dijo nada?... ¿Por qué lo trajo justo ahora?—
George se encogió de hombros, sin muchas intenciones de teorizar sobre algo tan delicado como lo era un posible hijo.
—Deberias hablar con ella, de forma casual... Y no asaltarla con preguntas sobre un hijo que ni siquiera sabes si es tuyo.—
—Comienzo a pensar que sí lo es... Tengo el presentimiento.—
—Hay moros en la costa.—
Un Bruno muy poco disimulado se arrimó hacia su amiga, soltando aquello en su oido. ____ no se inmutó mucho, en su lugar, solo asintió. La mujer siguió cuidando el cabello del niño, aplicándole una loción y desenredando sus rizos con todo el amor maternal que tenía.
El camarógrafo pellizcó la mejilla del niño con cariño antes de comenzar a alejarse, escapando del evidente momento incómodo. Lewis llegó a la pequeña mesita donde la mujer merendaba, sin despegar la mirada del pequeño sentado sobre la mesita con los piecitos colgando, moviéndolos vagamente.
—Hola.—soltó sin más al notar que la mujer no se dignaba a mirarlo. ____ finalmente levantó la mirada hacia él.
—Hola, Lewis ¿Qué tal la tarde?—volvió la atención al pequeño—. ¿Disfrutando del solcito? Nosotros también.—
—... Me da gusto ver que has regresado.—
—Si, ya iba haciendo falta... ¿Podrías dejar de verlo tanto? Vas a ojearlo.—
—¿Y qué es eso?—
—Cuando adultos cansados o con sentimientos negativos miran mucho a un niño, le transmiten esas malas vibras y después les cuenta dormir o están molestos.—
—No sabía que eso existía.—
—... ¿Qué diablos quieres, Lewis?—____ dejó los rizos del pequeño, mirando al hombre cansada—. Si sigues dos segundos más aquí, te volverán a inventar rumores. No quieres que te relacionen con la simple periodista ¿no?—
—Este niño es mio.—soltó sin más, y por la postura de la mujer, lo confirmó—. ¿No es así?—
____ se relajó, acomodando al niño para que Lewis lo apreciara bien.
—Lewis, te presento a mi niño: Bruno.—el pequeño rió animado al escuchar su nombre—. O Nono, como nos gusta llamarlo en casa.—Lewis se sentó en la silla vacía, mirando con atención al pequeño—. Me enteré de la existencia de la pequeña patata a las 4 semanas de romper contigo.—
—¿Por qué no me dijiste nada?—
—"no quiero nada serio, hay que terminar esto. No estoy listo para una relación".—citó de memoria—. Si no querías blanquear algo tan normal como una novia ¿Qué sería de un niño fruto de eso? No, Lewis. No iba a pasar un momento de mierda.—
El pequeño miraba con curiosidad a su padre, sintiendo una atracción innata por él. Extendió sus manos hacia el piloto, quien las tomó con cuidado entre sus dedos. Y entonces Lewis murió.
—Hola, Bruno...—La mujer se rompió un poquito al ver como el rostro de Lewis se iluminaba con los gestos del bebé, mirándolo con cierta fascinación—. En honor a tu amigo, supongo.—
—Estuvo conmigo durante todo el embarazo, me apoyó siempre... Era el detalle mínimo que merecía.—____ lo miró con curiosidad—. ¿No vas a enojarte?—
—No sé qué sentir en este momento.—su voz era suave, pero su rostro conflictivo—. Por supuesto que me molesta el hecho de que me hayas ocultado algo así... Pero entiendo el porqué. La verdad... No sé cómo habría tomado la noticia en ese entonces.—
La mujer pasó la mirada del niño al piloto, intentando averiguar qué diablos podía decir.
—... Cubriremos el fin de semana con Bruno y Lucas. Estaremos quedándonos en los cuartos de las instalaciones... Si quieres, y te parece bien, podemos arreglar para que tengas más tiempo con Nono.—Lewis la miró de inmediato—. Lamento haberlo ocultado... No te impediré tener contacto con él, si es lo que deseas.—
—... ¿Puedo cargarlo?—la mujer sonrió apenas, asintiendo enseguida. La idea de verlo cargar a Bruno en brazos le causaba intriga, pues durante años se hizo la imagen mental.
Lewis deslizó las manos por debajo de los brazos del niño y lo alzó, apoyándolo enseguida contra su pecho. Y sintió una sensación indescriptible.
Pertenencia. Calidez. Amor...
Lewis creía ser capaz de no volver a soltarlo nunca más.
—Es como mágico ¿No crees?—____ lo miró con ternura—. Es como tener un pedacito tuyo en brazos.—
—Un pedacito tuyo.—respondió sin pensarlo demasiado, haciendo que la mujer se sintiera extraña—. Y mio... De ambos.—se mantuvo en silencio un momento, hasta que finalmente la miró—. ¿Están libres en la noche?—
Lewis se paró más que nervioso frente a la puerta de aquel departamento, y no precisamente por la más reciente carrera.
Habían acordado una cena, para que la mujer le contara un poco sobre todo lo sucedido esos años. Y puede que sea solo por el tema del bebé, pero Lewis no podía evitar pensar que se trataba de una cita. De esas citas escondidas que tanto esperaba los fines de semana. Tocó finalmente.
En cuanto la puerta se abrió, un conocido aroma atacó a Lewis.
—¿Spaghetti?—miró con una pequeña sonrisa a la mujer, quien asintió enseguida.
—Adelante, pasa.—El hombre entró al departamento, sorprendido de lo grande que era—. Los cuartos del paddock son muy pequeños, por eso alquilamos un departamento.... Éste lo comparto con Bruno y Lucas, pero hoy salieron a cenar.—
—Ya veo... Es bonito.—caminaron hacia la sala, y el rostro de Lewis se iluminó al ver al pequeño en un pequeño corralito—. Hola, Bruno.—
El pequeño que miraba distraído los peluches colgantes sobre su cabeza, volteó al escuchar su nombre, y no tardó en reír al ver a Lewis.
—Puedes cargarlo si quieres, de todas formas, ya casi esta la comida.—____ pasó por su lado, acomodándose del otro lado del corral—. Nada de vino, supongo ¿Jugo de manzana?—
—Ya lo sabes, si.—Lewis la miró, notando la sonrisa que le regalaba.
El hombre cargó al bebé, comenzando a hamacarlo vagamente. Comenzaba a adorar el perfumito a bebé, lo calentito que se sentía y los balbuceos constantes que indicaban la necesidad de querer comenzar a hablar.
____ terminó de acomodar la mesa, y entonces llamó a Lewis a cenar. Sentó al niño en su sillita, y se acomodó a uno de los lados de la mesa cuadrada. Lewis se sentó del otro lado.
—Spaguetti con salsa de champiñones... Era la cena de victoria.—el piloto miró a la mujer que dejaba el plato frente a él.
—Ganaste hoy ¿O no?—____ se sirvió su plato—. Felicidades, por cierto.—
—¿Observaciones sobre el desempeño?—
La mujer se congeló por un segundo, pues recuerdos del pasado llegaron a su mente. Siempre solían discutir sobre la carrera en las cenas secretas, debatiendo sobre la parte técnica del asunto y como Lewis se había desarrollado en su performance.
Pero ahora se sentía extraño. Toda la situación era rara. Más ninguno de los dos pensaba arruinar eso.
—... Fernando corrió mejor.—
—¡Siempre dices eso!—Lewis la miró divertido—. Y siempre queda abajo.—
—Ah, disculpa señor Pole.—____ mezcló el puré de verduras para el bebé—. Pero me preguntaste por desempeño, no por posiciones... ��Quieres intentar?—le ofreció el platito de comida.
Cualquiera que viera la escena, pensaría que se trataba de una familia normal. A pesar de que le dieron fin a su relación, no fue en malos términos, no del todo. Por lo que no había resentimientos como tal. Ambos deseaban formar una familia en el pasado, solo que ____ no quería esperar de forma indefinida por ello. Y era justo lo que Lewis quería.
—Quiero dejar crecer su pelo, asi lo iré acostumbrando a las trenzas.—____ se sentó en el sofá, mirando a Lewis cargar al niño. Se dormiría en cualquier momento—. Pero no tiene el cabello tan esponjoso como tú, es más lacio. Sus rulos son suaves.—
—¿Tengo el pelo tieso entonces?—la mujer rió bajito, llevando su mano al cabello del bebé—. Es hermoso... Sacó mucho de ti.—la vio sonreír.
—Tiene tus ojos... Y se hacen chiquitos cuando sonríe... Es de las cosas que más amaba de ti, asi que me pone feliz saber que heredó eso.—
—¿"Amabas"?—la mujer no dijo nada—... Pues yo amaba tu risa... Y lo sigo haciendo.—
—... No vamos a hablar de eso ahora.—
____ se levantó, tomando al pequeño en brazos y llevándolo a su cuna en el cuarto al final de la sala. Lewis la siguió de cerca.
—Crei que la cena era justo para eso, para hablar.—
—Si, sobre Bruno. No sobre nosotros.—acomodó al niño sobre la cuna, arropándolo con cuidado.
—Una cosa abarca la otra.—
—Claro que no. Son dos cosas diferentes.—
—En ese caso hablemos.—La mujer salió seguida de Lewis—. Hablemos de todo, aclaremos todo.—
—¿Aclarar qué?—cerró la puerta, mirándolo frustrada—. No querías nada serio conmigo, me fui y fin. No hubo nada raro ni extraño. Ahora quiero que mantengas una buena relación con Bruno y ya. Nada más.—
—¿Nada más? ¿Segura?—
—Lewis...—
—No debí alejarte esa vez, pero tenía miedo... Muchos me odiaban, recibía mucho hate a diario ¿Qué quedaría para ti?—
—... Por ti, hubiese soportado lo que sea, Lewis... Y eso lo sabías muy bien.—
Lewis murió un poquito con aquello...
—Serías novia del piloto más odiado de la grilla.—
—Sería novia del piloto más lindo, amable y dulce de la grilla. Y padre de Nono... Pero creo que ya es tarde para eso.—
—No, no lo es.—el hombre tomó las mejillas de la mujer quién sintió como su cuerpo se tensaba por el tacto—. Vamos a intentarlo, intentémoslo de vuelta. Seremos una familia.—
—¿estás seguro? ¿y qué le diremos a todo el mundo? ¿"Ella es mi novia y el niño de dos años mi hijo"?—
—A estas alturas he aprendido... Que me debe importar una mierda lo que digan los demás sobre mi, sobre lo que hago y lo que amo. Lo único que debe importarme es estar junto a la mujer que amo, ese niño de ahi que fue fruto de ello... Y comer pasta con salsa de champiñones cada vez que gano.—____ sonrió, posando sus manos sobre las que presionaban sus mejillas.
—¿Me darás entrevistas exclusivas en mi nuevo programa?—
—Te daré lo que sea que me pidas, corazón...—
Al otro dia, luego de la carrera, ____ entrevistaría a Lewis en su programa. Lo último que esperaba era una descarada confesión.
"¿Y si mejor tú le dices a tu público la gran primicia? Sobre mi hermosa novia y el hermoso niño que compartimos..."
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Te quiero mucho, amigo.
Juan Martin del Potro writes a thank you note to Novak Djokovic after the latter came to Argentina to play in his last match
Delpo's note in full:
Querido Nole, No me alcanzan las palabras para agradecerte todo lo que hiciste por mí desde aquel día en la cena en Miami, cuando aceptaste esta gran locura de formar parte de mi despedida en Argentina, a pesar de tu temporada tan complicada. Desde ese momento hasta el día que te fuiste de mi país, demostraste una generosidad que nunca voy a olvidar. Estoy eternamente agradecido a vos, a Charly, a Mark y a todo tu equipo por haber estado a disposición en cada detalle, en cada necesidad. Entendiste y comprendiste la situación en la que me encontraba, y fuiste el mejor compañero, dentro y fuera de la cancha, para hacer realidad una despedida que ni en mis mejores sueños hubiera imaginado. Tu presencia no solo hizo que este evento fuera inolvidable para mí y para mi familia, sino que trascendió el tenis. Todo un país pudo disfrutar y emocionarse con vos, y quedó claro que no solo sos el más grande de la historia en el deporte, sino también en la vida. Argentina te ama, y estamos eternamente agradecidos por el show, la generosidad y la entrega que diste para que este día fuera perfecto. Siento que de todo esto nació algo muy especial: una amistad sincera que durará para siempre. Te quiero mucho, amigo. Gracias por tanto, y hasta pronto. 💙
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En que puede afectar negativamente el cambio de presidente a la sección femenina del club? No sé cómo lo hizo Bartomeu pero Laporta se mostró bastante interesado en la sección y pensé que tal vez podría ser reelegido pero viendo lo que pasó con Olmo y la obsesión de Font con ser presidente impida eso.
a ver. era una situación muy complicada para laporta, pero creo que ahora se ha salvado...al menos por un tiempo. bueno, no me preocuparía demasiado el tema de un nuevo presidente. el barça femení es el referente global en el fútbol femenino. además, en la temporada pasada, el equipo obtuvo un total de 600.000 euros de beneficios para el club. víctor font no haría ningún lío con eso. no me puedo creer que sería tan gilipollas como para meterse en esto con malas intenciones. 🙏
it's good news for the club and laporta at least in the short term. barça has returned to the 1:1 rule of financial fair play and la liga has just informed them that they can now register dani olmo and pau víctor. at this point, we are just waiting on the response of rfef, which should ideally just be a formality at this point.
but yes, it has been a rough period for barça and laporta, and he may eventually lose out the presidency to someone like víctor font. but barça femení has been the global standard for women's football and has made a profit last season, so any new president would be stupid to mess it up and screw up the women's team! 🙏
#joan laporta#victor font#fcb femení#financial fair play#dani olmo#pau victor#fc barcelona#futfem#woso#broso
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TORNADA
-Ven corre, vamos a pillar sitio
Cojo de la mano a Ona Batlle, mi mejor amiga y vamos haciendo un poco de espacio hasta llegar a la primera fila junto a la gente que esta esperando al bus de las jugadoras.
Habían al menos unas 500 personas repartidas y fue fácil hacerse hueco entre ellas. Ibamos vestidas con gorras, bufanda y las camisetas, ella de Aitana y yo de Alexia firmada por todas.
-Oye tu no eres T/n? La novia de Alexia? -Me giro para mirar a las chicas que estaban a mi lado y Ona también mira- Ooooh y tu eres Ona
-Si, encantada- Ambas sonreímos y las chicas amablemente nos pidieron fotos y que le firmaramos. Lo hicimos encantadas y nos pusimos a hablar con ellas mientras esperábamos.
-T/n t/n te puedes hacer una foto conmigo?? Voy a ver todos los partidos del Collerense, eres la mejor.
-Ohhh muchas gracias... -Esperando que diga su nombre
-Paula, me llamo Paula
-Muchas gracias Paula, claro ven- Nos hacemos una foto y también le firmamos una camiseta.
-Espero que la temporada que viene te fiche un equipo importante y si es en el Barça mejor, te lo mereces- Luego se gira a Ona- Todo estamos esperando a que vuelvas a casa- Sonrie dulcemente y yo me derrito, es una niña de unos 8 años muy dulce.
-Eres un amor, Paula- Dice Ona.
-Si, ojalá algún día poder jugar con unas jugadoras increíbles para una afición espectacular- Digo guiñandole el ojo y de verdad lo espero porque hace una semana me he enterado que tengo un ojeador del Barça encima mío y esta interesado en mi para el año que viene.
Ona me mira y sonrie
-¿Te cuento un secreto?- Le pregunta y la niña asiente eufórica.- Pero no se lo digas a nadie eh- La señala con el dedo y se agacha a su altura.
-Te lo prometo por el fútbol
-Guau esa es un promesa muy importante eh- Se acerca a su oído y susurra- Alomejor tu deseo se hace realidad.
Nos mira emocionadas y se tapa la boca con sus manitas.
-Es una gran fan del Barça y la he podido llevar una vez al Johan Cruyff pero es complicado ya que es mucho dinero, el orfanato rechaza las salidas y venimos de Mallorca...- Comenta la jóven de unos 24 años, sólo me quedo con la palabra orfanato- Pero ha sido su cumpleaños hace poco y estaba muy entusiasmada por ver este partido y conseguí algo de dinero para traerla
-Siii, Marta es la mejor del mundo- Se abraza a su pierna y yo sonrío mirando a Ona.- También me lleva a todos tus partidos-Me mira- Claro, cuando yo no juego los míos.
-¿En que equipo juegas?
-En Son Sardina Alevín, me han subido dos categorías más que las que me toca porque dicen que tengo potencial. Soy delantera
-Vaya, eso es increíble Paula- Dice Ona y le doy los cinco y ella choca- ¿Quieres ser profesional o quieres trabajar de otra cosa?
-Mi sueño es ser futbolista y jugar en el Barça- Trago duro al ver sus ojos brillantes de la emoción.
-Pues sigue ese sueño siempre y que nadie te diga que no lo puedes conseguir vale?- Le digo y me presta toda la atención del mundo- Pero no dejes de lado tus estudios porque son igual de importantes.
Asiente y se pone a hablar con Ona de otras cosas y aprovecho para preguntarle cosas a la asistenta social de Paula, Marta, y me enseña videos de ella jugando, es increíble para la edad que tiene.
Dejaron a la niña con 8 meses con una nota que decia "No puedo cuidar a la niña, se llama Paula y nació el 20 de abril", Marta me ha dicho que ha tenido varias asistentes sociales pero que no la han tratado demasiado bien y ha pasado a ella hace unos 6 meses, tambien tiene problemas con el resto de niños, por ser pequeña y querer jugar al fútbol, a veces se mete en problemas por defenderse y defender a otros...
Cuando me terminó de contar su historia el corazón me bombeaba rápido, miré a la niña que se estaba riendo de algo con Ona ajena a todo.
-¿No hay nadie interesado en adoptarla?- Pregunto extrañada, es una niña muy fácil de querer.
-Ha estado en unas 6 familias diferentes que querían adoptarla pero ella no quería y hacia cualquier cosa para que la acabarán devolviendo al orfanato.
-¿Sabes porque hace eso?- Tiene que haber un motivo
-Nunca me lo ha querido decir pero sospecho que es por Alex- La miro extrañada- Es otra niña, tiene 12 años y también las veces que una familia se interesaba hacía cualquier cosa para volver. Son uña y carne.
-No querrán separarse- Comento
-No, pero Alex ya tiene los 12 y a partir de esa edad es casi imposible que alguien la adopte y menos si ella no quiere y Paula todavia tiene más posibilidades para salir de ahí pero tampoco se deja y es casi imposible que alguien quiera adoptarlas a ambas...
Asiento pensativa
-¿Qué asientos tenéis?- Cambio de tema.
-Pues en un lateral arriba de todo, era lo único que quedaba.
-Cuando entremos venir conmigo, puedo conseguir algo mejor.
-Muchas gracias, de verdad. Paula se pondrá muy feliz.
-No se lo digas, es una sorpresa.- Le guiño un ojo y asiente sonriendo.
En ese momento veo que todo el mundo se revoluciona y es porque esta llegando el bus de las jugadoras.
Veo que Paula intenta mirar pero es bajita y hay personas delante de ella que le impiden ver.
-¿Puedo ponerte encima de mis hombros? - Le pregunto a Paula pero las miro a ambas buscando aceptación.
-Si quieres... - Dice tímida y Marta asiente así que en un movimiento rápido la aupo y suelta un chillido pequeño.
-Mira, por ahí vienen- Señalo el bus y le doy mi bufanda para que la mueva.
Mientras el bus pasa los aficionados sueltan bengalas de color azul y rojo y cantamos para animar al equipo.
-Un dia de partit
al Gol Nord vaig anar,
només entrar a la Grada
em vaig enamorar!
El cor em bategava,
no em preguntis perquè,
del Barça sóc supporter,
sempre t’animaré!
Alé, alé, aléeeee…
Alé, alé, aléeeeeeee…
Todos estamos aplaudiendo, saltando y moviendo las banderas y bufandas mientras pasa el bus y Ona, Paula y yo no somos menos.
Por el único cristal que no está tintado que es el de atrás del todo vemos a Codina y a Mapi dándole golpes al cristal y me río.
En ese momento todos se empiezan a mover para llegar a sus accesos y yo aprovecho para ir por donde a entrado el autobús con Ona y Marta detrás.
-No puede pasar por aquí, señorita- Me dice uno de seguridad y bufo. Dejo a Paula en el suelo con las chicas.
Miro alrededor y veo a Oriol con el móvil en mano grabando.
-Oriol- Le llamo acercándome a él y me mira.- ¿Me puedes dar 2 entradas más?
Me mira y se pone con el móvil
-Listo- Mira al guardia- Déjalas pasar.
-Gracias majo
El guardia nos deja pasar y le cojo la mano a la niña.
-¿Qué hacen esas personas ahi?- Señala a un grupo que esta cerca del bus esperando impaciente.
-Están esperando a que las jugadoras bajen para pedirles autógrafos. -Veo que tiene la mirada fija en esa zona- ¿Quieres ir?
-Me da cosa, no quiero molestarlas- Dice tímidamente y se sonroja.
Muero de ternura y por el rabillo del ojo veo que Ona también.
-Nose, pero algo me dice que no vas a molestarlas- Dice Ona para tranquilizarla y le coge la mano libre- Ven
Tira de nosotras y nos ponemos junto al grupo de personas pero en la puerta por donde entran.
Van apareciendo una a una y Ona y yo les deseamos suerte a todas mientras que a Paula le firman la camiseta que lleva puesta. Solo falta una firma.
Noto que Paula me tira insistente de la mano y me agacho.
-Esta viniendo Alexia- Me susurra nerviosa, estaba nerviosa con todas pero ahora lo esta más.
-¿No quieres conocerla? - Pregunto preocupada- Si quieres nos vamos- Le acaricio la mejilla.
Pero antes de que pueda decir algo más aparece la reina.
-Hola, Onita- Se abrazan fuerte y en ese momento me vuelvo a poner de pie
-Te he echado de menos, Ale
-Y yo a ti, pequeña- Se separan y me mira a mi y luego a Paula- ¿Quien es esta pequeñaja?- Se agacha a su altura y le da esa maravillosa sonrisa que tiene que cada día me enamora más.
-Me llamo... Paula- Dice tímida y me aprieta fuerte la mano.
-Encantada, yo soy Alexia- Le da la mano y Paula se la estrecha con la que no me tiene cogida.
-Creo que no te conoce- Suelta Ona y niego divertida.
-Hay que tener buenos modales con personas bonitas- Le guiña un ojo a la niña y veo que se sonroja.
Efecto Putellas
Le firma la camiseta y Alexia le pregunta si se quiere una foto.
-SiSi- Afirma y me mira- ¿Te la haces con nosotras?
-Esta muy nerviosa y le impresionas mucho- Le susurro al oído a mi novia y le doy un beso en la mejilla.
Paula se coloca delante nuestra ambas ponemos una mano en su hombro y Alexia y yo nos rodeamos la cintura con la otra.
-Tres, dos, uno- Dice Marta con el móvil en mano. -Listo.
Paula le da las gracias y va junto a la trabajadora social para ver las fotos.
Me giro para quedar frente a frente con Alexia
-¿Quien es ella?- Pregunta curiosa.
-La he conocido mientras esperábamos el bus, me dijo que veía todos mis partidos y me pidió una foto, nos pusimos a hablar y la chica que la acompaña me ha dicho que la dejaron en un orfanato y que juega a fútbol, la han subido dos categorías- Comento mirándola a los ojos- Ella es especial, Ale.
-Estoy segura de ello, cariño- Me sonrie tiernamente y me da un beso en la sien.
-Ya hablaremos de esto más tarde, ahora lo importante- La miro seria- ¿Cómo te sientes?
-Bien- Afirma pero veo en sus ojos que me miente y frunzo el ceño.
-Alexia... A mi no hace falta que me lo ocultes- Le digo suave, poniendo mis manos en sus mejillas.
-Puede que vuelva a pisar el césped vestida con el uniforme después de mucho tiempo así que estoy emocionada, eufórica y ansiosa pero también estoy nerviosa, muy nerviosa- Suelta un suspiro- ¿Y si no estoy al 100%? ¿Y si todavía no es el momento de que vuelva? ¿Y si vuelvo y decepciono a mi equipo? ¿A los aficionados?
-Ey ey, relájate, amor- Le pongo un mechon de pelo detrás de la oreja- No te machaques tanto. Estoy segura que estas al 200% vale, pero si hoy no tienes que volver no pasa nada y si lo haces vas a dar todo y más de ti, como lo haces siempre en cada entrenamiento, en cada partido y en cada situación que se te pone por delante- Pauso para quitarle una pequeña lágrima- Nadie se va a decepcionar, las chicas están agradecidas y orgullosas de tenerte, yo lo estoy y todos lo están también.
-Te quiero- Me da un beso suave y cierra un momento los ojos.
Cuando los vuelve a abrir ya no está mi novia que necesitaba un poco de ánimo, está Alexia Putellas, la capitana del FC Barcelona, la doble balón de oro. La Reina.
-Oye- Interviene Ona- Yo también os quiero
-Ven aquí, Ona- Ale abre los brazos y nos fundimos en un abrazo las tres.
-Ahora- Me separó y miro a mi novia- Ir a patear esos culos blancos ingleses
-Si, dejarlos tocados para que me pueda llevar la Copa y pueda volver a casa.
Alexia asiente con esa determinación propia de ella y despidiéndose con la mano de Marta y Paula, entra dentro para unirse al equipo.
-Vamos a coger los asientos
-¿También tenéis arriba del todo?- Pregunta la niña.
-No, tenemos otros mejores y para vosotras también - Dice Ona.
Al entrar ya empieza a haber mucha gente sentándose en sus sitios y a los encargados de animar al público haciendo su trabajo
-Alaaaaaaa- Abre la boca impresionada- Miraaa que grande es esto
-Es increible- Dice Marta.
Ona pasa un brazo por mis hombros cuando nos sentamos
-Dentro de poco estaremos jugando tu y yo aquí
Junto mi lado de la cabeza con el suyo y esperamos a que salgan las jugadoras a calentar.
-T/n, te puedo hacer una pregunta?- Dice Paula tímida y giro la cabeza para verla.
-Las que quieras- Sonrío tiernamente.
-¿Tú y Alexia sois más que amigas?
-Ummm... Si, ella es mi novia - Digo con cuidado.
No es que ocultemos nuestra relación pero me inquietaba no saber cómo se lo iba a tomar y no entendía el porque.
-Que guay, Lex siempre me ha dicho que no importa a quien ames mientras esa persona te cuide y te quiera
Me aclaro la garganta emocionada.
-Alex tiene mucha razón, estoy segura de que es muy especial, igual que tú.- Le sonrío- Estoy deseando conocerla.
-Es la mejor y también juega al fútbol- Exclama emocionada- La gente piensa que es mala y que no le importa nadie pero no es así, solo tienes que intentar conocerla por dentro.
Esta niña es muy lista para la edad que tiene.
En ese momento salen las jugadoras a calentar y todo el Camp Nou aplaude y chilla, la majoria centrándose en Alexia que es la primera vez que vuelve a pisar el césped vestida de blaugrana.
-Es buena en la tele, pero en persona es increíble- Suelta Paula.
-Espérate a verla en acción, te quedas embobada.
El partido está muy tenso por ambas partes y juegan sucio, a los pocos minutos el Barça mete un gol y el estadio se cae pero resulta ser mano y lo anulan.
Todo el mundo se queja pero el juego continua y con ello los minutos.
En el minuto 11 todo el mundo empieza a ovacionar el nombre de Alexia y obviamente nosotras también lo hacemos.
-SIIII JODER, ESA ESSS- Grito y todo el mundo grita.
Hansen en el minuto 63 vuelve a hacer de las suyas y nos vuelve a poner por delante del marcador como lo hizo en la ida con otro golazo.
El Chelsea estaba que echaba fuego y se reflejó en el partido con entradas innecesarias, golpes, malos gestos...
-ESO ES FALTA ARBITRA - Grita Paula a mi lado junto a todos.
Pero nada el Chelsea había tirado a una jugadora y a otra le habían dado un golpe que la arbitra no quiso ver
-PERO PITA FALTA, CIEGA-
Chillo cuando Reiten mete gol a causa del golpe anterior
-PERO COMO VAS A DAR EL GOL SI ERA FALTA ANTES- Dice Eli. Vino minutos después de que nos sentamos nosotras.
Me llevo la mano a la cabeza indignadisima por la incompetencia de la arbitra pero ya no se podía hacer nada, ese gol había subido al marcador, 1-1 en el minuto 67
-Esto va a ser muy difícil- Dice Paula a mi lado
-Lo conseguirán
En el minuto 70 el Camp Nou se vuelve a caer pero no es para quejarse de la arbitra ni para celebrar un gol sino para darle la bienvenida a la Reina que esta calentando para pisar el césped de nuevo, todo el mundo está aplaudiendo y yo no puedo evitar soltar unas cuantas lágrimas cuando minutos después veo que Torre se acerca a ella para darle el brazalete de capitana cuando entra al terreno.
-ESA ES MI CHICA TIO- Grito a todo pulmón sin importarme nada la gente alrededor que me mira.
Ona se ríe a mi lado y Eli y Alba también.
Quedan pocos minutos para que acabe el partido, exactamente 4.
El Barça esta atacando, la pelota es conducida por Patri que al levantar la cabeza ve a Ale que esta rodeada de 3 pero no duda en pasarsela.
Ale en la frontal del área en una fracción de segundo levanta la cabeza para mirar a portería y rodeada de las 3 defensas rivales chuta.
Berger intenta tocar con los dedos para desviarla pero no puede hacer nada y es pelota se estrella contra el fondo de la red.
-DIOOOOOOOSSSSSS- Grito
Todo el mundo se pone en pie y rápido cojo a Paula para que pueda ver.
-Es la mejor- Dice con un tono de admiración increíble- Solo le han bastado 3 minutos para hacer magia.
Las chicas van corriendo a abrazarla y veo como se seca las lágrimas con el dorso de la mano.
Una vez se separa de sus compañeras besa el escudo y hace un gesto como que ya está de vuelta la reina.
Viene corriendo hacia nuestro lado haciendo un corazón con las manos.
4 minutos después pitan el final y el equipo técnico y las jugadoras corren en una direccion, Alexia.
La levantan y la mantean mientras que las 72.262 personas corean su nombre.
Miro a mi lado y veo que Eli y Alba están igual que yo, con lágrimas en los ojos y me acerco a abrazarlas.
-Gracias por traer una persona tan maravillosa al mundo- Le susurro a Eli.
-Gracias a ti por quererla y apoyarla tanto- Me devuelve.
-Es imposible no hacerlo.
En ese momento sentimos otros 4 brazos rodeandonos. Ale y Ona
-Creo que faltaba yo en esta reunión familiar- Dice Ale aprentandonos fuerte- Gracias por todo.
-Lo has conseguido tu sola
-Sin vuestro apoyo no hubiera podido.
-Sabes que si- Dice su madre- Ahora ves a celebrarlo con las chicas. Disfruta de este momento
Eli la echa y me río pero cesa cuando me giro y veo a Paula sentada encima de Marta mirándonos con una sonrisa triste.
-Ona- La llamo y me acerco a su oido- creo que estoy a punto de cometer una locura- La miro y luego desvío la mirada a Paula.
-T/n...-Dice en advertencia- Vas a unirte al club seguramente en unos meses, es una nueva etapa de tu vida y criar a un niño no es fácil... Menos si te tienes que centrar en tu carrera profesional- Me aconseja- Además está Alexia, tienes que comentarlo con ella.
Miro a Eli y a Alba que ahora estaban jugando con Paula.
-No sería un niño, serian dos- Hago una mueca- Paula no se va a querer ir sin Alex y tampoco quiero que me odie por separarla de ella.- Pauso pero levanto la mano al ver que quiere volver a hablar- Y antes de que me digas nada más se que es una locura y más ahora que vendré a un equipo importante y tengo que demostrar que me merezco este sitio, se que tengo que hablar con Alexia porque no soy solo yo aquí- La miro- Pero me ha tocado la fibra
-Te apoyaré sea cual sea la decisión- Me da un beso en la frente.
#futfem#espwnt#futbol femenino#woso#woso imagine#woso soccer#woso community#fc barcelona#woso fanfics#alexia putellas fanfic#alexia putellas imagine#alexia putellas#alexia putellas x reader#woso x reader#fanfic
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insaciable. — cunty f1 driver!esteban kukuriczka x entrevistadora!lectora.
y en verdad la palabra saciedad no está en mi lista / y con el afán de superarme, arriesgarme no me importa / quiero el tener el pan pero también quiero la torta.
resumen: la vida va como esteban kukuriczka en la fórmula uno; rápido. el nunca había tomado el tiempo de festejar ni meditar ninguno de sus objetivos, y conquistarte no fue la excepción.
word count: 4k
advertencias: f1 au AAAA !!, red bull racing driver!kuku, backstory extenso pq me inspiré demasiado, enzo mention, la lectora matches his freak profesionalmente skfkskgke, flirty!kuku, pr nightmare!kuku, possessive!kuku !!!!! (me emocioné perdón), +18, soft dom!kuku.
A/N: feliz cumpleaños querida! este ha sido mi fic más largo desde q entré aquí y todo fue impulsado por la admiración que tengo hacia tu talento y literalmente todo lo que escribes. espero que la pases súper bien hoy !!
now playing… insaciable del cuarteto de nos
Esteban Kukuriczka era insaciable.
Desde pequeño, desde el primer momento que se había sentado en un kart por puro ocio, no había parado ni por un minuto a respirar. Rara vez contemplaba el paisaje cuando viajaba para competir en Europa y mucho menos cuando requería utilizar su encanto compuesto por su intelecto y cierta delicadeza que le faltaba en la pista para poder conseguir patrocinadores.
Pero ahora, ¿qué todos los días se sentaba en un Red Bull? Ni aunque lo intentaran— como pasaba todos los fines de semana, con colisiones de vez en cuando— podían detenerlo.
Era la adrenalina intoxicante que a este punto ya componía la química de su sangre lo que propulsaba a rebasar por dentro de las esquinas en vez de abrir e intentar batallar con el piloto que haya tenido la osadía de desafiarlo en la pista.
Eso no significaba que su sensatez era mínima; todo lo contrario. La mayoría del tiempo su carro era tan rápido que los retos dentro de las carreras eran pocos, y de corta duración. Aún así, él elegía sus batallas para evitar tener que pagar las sanciones millonarias de su propio bolsillo, o evitar discordia con sus compañeros de parrilla. Seguía siendo ese muchacho cortés y caballeroso que en categorías inferiores lo reconocían por ser demasiado maduro para su edad, con una hambre desmedida por el éxito y los resultados.
Todo el mundo reconocía, veteranos dentro del deporte como rookies por igual, que era mejor no meterse en su camino.
Tanto los pilotos como diversos miembros de staff hace tiempo se habían rendido en cuestionar sus estrictos métodos de entrenamiento y preparación, debido a que claramente estaban mostrando resultados deseados. Al final del día, sea su postura conocida públicamente o no, la mayoría admiraba su disciplina como método de saciar esa sed de ganar que se asentaba en la parte de atrás de su garganta y plagaba cada acción y pensamiento relacionado con su pasión.
Al entrar a la nueva temporada, era obvio para todo el mundo lo que el piloto tenía en mente para ese año. Siempre exigente pero igualmente realista, Esteban planteaba sus objetivos dependiendo de su actual situación; cuando era pequeño quería subir de categoría para llegar a la Fórmula Uno, luego allí en Toro Rosso su objetivo era subir a Red Bull Racing, y su primera temporada en Red Bull se planteó acomodarse en la posición en la que estaba— ganar y sobresalir, se repetía cada mañana— para llegar el año próximo con única y exclusivamente el trofeo dorado en mente. Se le aguaba la boca al pensar en su firma grabada en el metal.
Lo que no contaba, aún luego de advertencias por parte de compañeros veteranos, era como su ambición iba a ser vista por la prensa.
Arrogancia. Codicia. Malicia.
Interpretaban sus bailes de celebración y su maña de utilizar ropa de su armario personal— lentes de sol incluidos— en vez del kit del equipo para llegar al paddock como mala educación, una sonrisa y mirada suave que en Toro Rosso era el ejemplo de inocencia, en Red Bull se había convertido en un signo de burla.
“¿Burla de qué?” Esteban tiraba el periódico en la mesa del desayuno aquella mañana luego de leer el artículo.
“Ni puta idea.” Su entrenador encogió los hombros y siguió tomando café.
En un principio le molestaba, genuinamente sentía furia que sus logros sean opacados por tremendas ridiculeces como las que leía cada cierto tiempo. Solo cuando buscó apoyo y dirección, aprendió que parte del éxito era la crítica desmesurada (y en gran parte, sin precedentes)
Desde ahí se tomó eso como el sufrimiento del éxito, y bien sufrido que estaba.
Fue un cambio de mentalidad bienvenido por los verdaderos fanáticos del deporte, quienes podían disfrutar de la pesadilla que era para cualquier persona que tuviera un mínimo entrenamiento en relaciones públicas o conocía del tema. Respondía a las preguntas descaradas con atrevimiento y amabilidad, de una manera que el entrevistador se sentía incómodo por hacer la pregunta en primer lugar.
La estrategia empezó a funcionar a finales de la temporada pasada cuando dejó clara su actitud, esa certeza que tenía para saber lo que quería y que sabía cómo conseguirlo.
“No me voy a disculpar por ganar. Nunca; ni a ustedes la prensa, ni a mi compañero de equipo ni a los de la parrilla, ni a los espectadores. Buenas noches.” Fueron sus últimas palabras en la rueda de prensa de Abu Dhabi donde tomó hasta la última oportunidad para subir a la tercera posición en el campeonato de pilotos.
Dejó el micrófono en la mesa y se fue antes de tiempo, el silencio en la habitación que dejaba hizo que enderezara la espalda y sonriera relajadamente al salir del tent donde se organizaban las ruedas de prensa.
El silencio perduró a lo largo de las extensas vacaciones que se pasó escalando cerros para mantener la resistencia que tenía su cuerpo. Le daba pena admitir, pero en un punto, Esteban extrañaba que hablaran de él. Aún así, se encerró en su pequeño pedazo de paraíso sin ninguna molestia, cogiendo con quien se le pegara la regalada gana sin que fuera atacado públicamente.
‘Quizás fui muy grosero.’ El piloto pudo discernir en su mente al ver como la habitación llena de periodistas se tensó al verlo entrar y sentarse en la mesa junto a los otros en su ronda de entrevistas. Pensó lo mismo cuando las preguntas dirigidas a él directamente eran pocas, y hasta sintió la bilis subir a la parte de atrás de su garganta y juguetear con úvula antes de que tomara un largo sorbo del agua mineral que patrocinaba en el evento.
“Hola, buenas tardes, espero que estén bien.” La dulce voz llamó su atención de inmediato, y dejó sus pensamientos negativos a un lado para mirar de dónde provenía el sonido, sus ojos encontrando a los tuyos mientras te presentabas con tu nombre y la cadena de noticias donde trabajabas.
‘Por fin despidieron al viejo hijo de puta que trabajaba ahí,’ No conocía si ese era el caso, pero sonrío más ampliamente al hacerse la idea.
“Mi primera pregunta es para Esteban: según los últimos reportes pretemporada de tu equipo tienen posiblemente el carro más rápido en cuanto a ritmo promedio,” Él asiente para dejarte saber que entiende tu pregunta por el momento, y por dentro se impresiona de que ni miras tus notas; te sabes la pregunta de memoria y tus ojos nunca dejan los suyos. “¿Te sientes cómodo con tener que asumir el reto de maximizar y rebasar más en las rectas comparado con las curvas?”
Esteban sentía la necesidad de saltar de la emoción. Por fin, una persona con preguntas competentes que investigaba antes de sentarse enfrente de los pilotos. Tú sabías muy bien que su estilo era más de rebasar en curvas, no le iba bien en rectas largas a menos que el carro se lo permitiera o tenía ya una gran ventaja. Podía ver de reojo como sus compañeros se encontraban igual de impresionados, robando algunas miradas hacia él para notar su reacción.
“¿Vos sos nueva?” Preguntó sin una onza de filtro. Algunos periodistas rieron, pero frente a eso tú ni te inmutaste a lo que parecía ser una pregunta ofensiva, solo asentiste. Estabas acostumbrada, eran muy pocas las mujeres que estudiaban periodismo deportivo.Y muchos los hombres irrespetuosos dentro de tu campo de trabajo. “Tenía tiempo que no escuchaba una pregunta tan buena, y menos de una persona tan bonita y educada.”
Sonrió satisfecho en la manera en que las risas murieron casi instantáneamente. Le sonreíste en forma de agradecimiento, aunque por dentro chillabas como una adolescente hormonal. Esteban tenía una reputación con las pocas periodistas de tu mismo sexo; era extremadamente coqueto en las pocas ocasiones que se ha enfrentado a las otras. No es que no querías, simplemente no debías tomártelo personal.
“Bueno, si, yo adoro los desafíos. Es una buenísima oportunidad para mejorar esa pequeña, minúscula debilidad que tengo en las rectas,” Ahora las risas eran compartidas, en vez de dirigidas hacia alguien en específico. Al parecer, salvaste su reputación con una pregunta que no le molestara y que permitiera que mostrara genuino interés. “En general tenemos un carro muy bueno y especial y creo que podré adaptarme fácilmente. ¿Alguna otra pregunta?”
“Para ti, no.” Antes de que pudieras agradecerle, te interrumpió.
“¿Segura? Revisa tus notas; podemos pasar la tarde entera aquí.” Insistió, y tú sacudiste la cabeza con una sonrisa. “Que pena", se lamentó, y ya los otros pilotos escondían sus sonrisas; lo conocían tan bien.
“Nos veremos en otro grand prix, no te preocupes.” Se enderezó, rígido como una tabla, al darse cuenta que le seguiste el juego sin mostrar debilidad alguna. “Gracias Esteban, si tengo una para Enzo.”
“A ti, muñeca.” Respondió amablemente antes de que pudieras hacerle la pregunta a su compañero.
Esteban aprendió mucho más de ti que solo tu nombre y tu lugar de empleo esa noche. Eras decidida tanto en tus preguntas como en tus interacciones con los pilotos, se notaba como genuinamente habías estudiado para formular las preguntas y que de verdad sabías de lo que estabas hablando. Al hablar con sus compañeros notó que el sentimiento complaciente en torno a ti era un denominador común.
Pero Esteban sabía que no era lo mismo que él opinaba de ti.
Por primera vez en quizás una década, no se acostó pensando en ganar ni en trofeos. Tus ojos llenos de determinación plagaron sus pensamientos en medio de la oscuridad, tu sonrisa segura y relajada era cómo verse en un espejo. No le había pasado ni cuando tenía una mujer desnuda durmiendo a su lado, y su manera de pensar te convirtió en otro objetivo por alcanzar.
Investigó tanto sobre ti con oficiales de prensa de su equipo que solamente le faltaba llamar a la Interpol para saber más. Pedía que te asignaran a él en el media pen luego de las carreras, y mostraba genuina felicidad de verte durante cualquier posible interacción periodística.
Pero su conquista por el mundial de pilotos se veía más fácil que la conquista por ti.
Era como jugar a jalar la cuerda contra Hulk. El tiraba y tiraba, para que con un jalón de tu parte lo tumbaras a sus pies. Lo mantenías siempre a un brazo de distancia; él te lanzaba cumplidos y tú simplemente le hacías una pregunta lo suficientemente difícil para que se le olvidaran los términos afectivos con los que se refería a ti.
Ganaba carreras como si fuera fácil, peleaba a diario por estar en la pole y sacar los mejores tiempos en las prácticas. Solo pensaba en cómo mejorar sus críticas sobre el carro para que su equipo pudiera mejorarlo aún más.
¿Pero no podía ni enterarse si tenías novio o no?
Ridículo.
Esteban se volvió a sentir el favorito de Dios el día que, por primera vez en toda la temporada, coincidieron fuera de la pista. Llovía a cántaros en Canadá, como usualmente pasaba en la fecha del Grand Prix. Terminaba su café de la tarde con calma luego de pasarse la mañana en el simulador, abandonado las oficinas para dejar que su equipo registre los números antes de brindar su feedback.
Entraste claramente apresurada, colocando la sombrilla donde guardaban las demás y quitándote el sweater para quedar en un vestido con cuello estilo polo. Se había dado cuenta ya antes que vestías muy preppy, de buena manera. Era simple, elegante.
Le gustaba más de lo que quería admitir.
Te sentaste en una mesa cerca de la ventana sin notar su presencia, soltando la mochila con lo que asumía que utilizarías para trabajar.
Pero él nunca había sido el tipo de desaprovechar una señal divina, levantándose de su mesa con su taza medio llena en mano. Carraspeó, llamando tu atención. Por tu cara pasaron cien mil colores antes de establecerse un escarlata; sabías muy bien que ya no tenías escape.
Lo veías como un depredador, fuera y dentro de la pista. Lo que tenías era una negación inmensurable de que su presa fueras tú, aún cuando otros pilotos te lo habían traído a tu atención fuera de las cámaras.
“¿Está ocupado?” Apuntó al asiento con una sonrisa.
“No, pero mejor no nos sentamos cerca de la ventana.” Tomaste tus cosas, y a él le sorprendió tu sensatez mientras caminabas hacia un puesto cerca de una ventana pero contra una esquina. Era perfecto, llegaba la luz natural— un poco limitada debido al clima— y no había oportunidad de que alguien fuera del establecimiento les tomara una foto.
“¿Sigues muy bien las reglas, no?” Esteban apuntó mientras se sentaba frente tuyo, el camarero trayendo el chocolate caliente ya que no te permitías la cafeína a menos que fuera estrictamente necesario. “¿Te han dicho en el trabajo que no puedes salir con pilotos?”
“Hola, Esteban, feliz tarde. Sí, estoy bien, gracias por preguntar. No, no me gusta este clima, me deja el pelo con frizz.” Sacudiste tu cabeza con una sonrisa, decidiendo responder su pregunta de igual manera. Tenías que admitir que él era muy sincero; ya lo sabías, pero llegaste a considerar que pudo ser solo un acto frente a las cámaras.
“No debo,” Corregiste. Si él tuviera la más mínima idea de las veces que te repetiste esas palabras en tu cabeza obsesivamente cada vez que te encontrabas con él, creería que estás loca.
“Llámame Kuku,” Fue lo único que sacó de tu pequeño sermón por su supuesta falta de modales. Siempre te había insistido, pero tu siempre lo llamabas por su nombre. “Ah, pues si puedes.” Esteban casi ríe, pero se limita a esconder su sonrisa detrás de su taza de café. “¿Tenés novio?”
“No, Kuku, pero ¿qué tal con todas las preguntas? ¿Quieres cambiar conmigo de oficio?” Decidiste molestarlo un poco, ignorando fuertemente la manera en la que sus facciones se iluminaron por tu respuesta.
“¿Entonces por qué me tratás así, dulzura?” Observó cómo tomabas un sorbo lento de tu bebida, siguiendo la manera en la que tu lengua trazaba la comisura de tus labios para limpiar el líquido grueso.
“¿Así como?” Te encogiste de hombros inocentemente, haciendo reír al hombre frente tuyo. “Te trato igual que a todos los pilotos, no entiendo el problema.”
“Ese es el problema,” Esteban explicó suavemente, dejando su taza a un lado. “No sé cómo más te puedo hacer entender, vos me tenés loco.”
Eras lo único que no se relacionaba directamente con el mundo de los motorsports que vivía en su mente. Podía ser un poco obsesivo, pero así era con todo en esta vida. No iba a parar hasta conseguirte, como todo en esta vida, de igual manera.
Parpadeaste repetidas veces, copiando su acción y dejando tu taza de lado. “No,” A tu negación, abrió la boca, sorprendido. Se te había declarado, ¿qué significaba ese ‘no’? “Me tratas igual que a todas las otras reporteras mujeres, y yo te trato igual que los otros pilotos.”
Ouch.
¿Tan mala reputación tenía?
“No, muñeca, mira,” Empezó a explicarse. Su voz nunca mostró ningún indicio de molestia; todo lo contrario, era paciente, palabras cuidadosas. “No lo entendés. Si te fijás, yo no he vuelto a hacer nada parecido con nadie desde que nos conocimos. Yo soy que pido que me entrevistes cuando somos solo nosotros, yo siempre he querido saber de vos. Tú simplemente me has apartado siempre.”
Ya entendías cómo se sentían los pilotos cuando presionabas por una respuesta, haciéndolos realmente pensar. Karma.
“Nunca lo vi así, lo siento.” Admitiste, tomando un largo sorbo del chocolate caliente, con temor de volver a mirarlo a los ojos.
Sentiste su mano en tu mentón, haciéndote levantar la mirada. “¿Por qué te disculpás?” Preguntó con sinceridad con una sonrisa que solo se agrandó al ver como te sonrojaste de nuevo. La muralla que habías constituido diligentemente para sobrevivir en un campo dominado por hombres machistas había sido derrumbada, o por lo menos, Esteban logró adivinar la contraseña y pasar por la puerta que habías construido por si acaso.
Luego de ese momento, cualquier pregunta que te hacía, respondías con elaborada sinceridad. Se tomó dos cafés más y tú decidiste aflojar tus rígidas convicciones por un momento para ordenar un frappé, compartieron un pedazo de cheesecake con la promesa de que lo acompañaras a jugar pádel luego de que se acabara en fin de semana del Grand Prix y antes de ambos tener que partir hacia el siguiente destino en el calendario.
Y así encontraste un lugar dentro de su mundo, a su lado. Pasaron una parte de las vacaciones de Agosto juntos, fuera del ojo público. Muy poca gente conocía de su relación hasta cuando se había vuelto oficial, a petición tuya para evitar el escrutinio de tu trabajo y subsecuentemente, el de otras mujeres en el área.
El tiempo iba igual de rápido que el auto de novio, y para Abu Dhabi tenían varios meses saliendo. Todo quedaba puesto en ese fin de semana, solamente con quedar en algún lugar del top 10 tu novio era campeón del mundo de la Fórmula Uno.
“Señorita,” Interrumpieron tu sesión pre-entrevista que ahora llevabas rutinariamente, últimamente en el hospitality de Red Bull. Llevabas un vestido blanco como acostumbraban todas las WAGs para la última carrera de la temporada. Aún así, su relación no era de conocimiento público. “Esteban quiere que pase por su cuarto.”
Extrañada, te levantaste de tu asiento, recogiendo tus cosas para hacer la corta caminata hacia donde se encontraba. Estaba sentando en el pequeño sillón que apenas acoplaba la longitud de su cuerpo, mirando al techo.
“Amor, ¿todo bien?” Preguntaste sinceramente, un poco preocupada. Era una ley de oro no molestarlo antes de una carrera, entonces consideraste que mínimo se estaba volviendo loco o se sentía mal.
“Si,” Respondió rápidamente, sentándose para dejarte espacio en el mueble. Tomaste la pista para sentarte a su lado, dejando primero tus cosas en la pequeña mesa llena de driver cards que había terminado de firmar. Ya junto a él, observaste cómo extendía sus brazos para recoger una caja relativamente pesada del suelo.
“¿Para mí?” Preguntaste con el ceño fruncido, tomando el presente. Se supone que era él quien debía estar recibiendo regalos en un día tan especial en su carrera. Con cuidado, abriste la caja, despegando el pequeño sticker circular que mantenía el papel crepé cubriendo delicadamente la pieza.
“No entiendo.” Parpadeaste, levantando la chaqueta para una profunda examinación, la manera en la que estaba perfectamente doblada se deshizo por el movimiento. Azul marino, rojo y amarillo resaltaban en lo que reconociste luego de dos segundos como una chaqueta vintage del equipo de tu novio.
“Quiero que la uses hoy.” Volteaste a ver a Esteban con una ceja levantada antes de doblar la ropa en dos y ponerla hacia un lado.
“Amor, sabes muy bien que tengo que permanecer imparcial; no puedo usar eso,” Le explicaste apenada, y por un minuto pensaste que el te estaba jugando una simple broma, esperando voltear a ver esa sonrisa que en un principio te molestaba pero que desde hace meses te derretía.
“No, no debés,” Te corrigió simple y llanamente, su mano reposando en tu muslo.
“Literalmente tiene tu número en el dorsal. Pensé que no querías que nadie supiera de lo nuestro.” Intentaste generar una excusa, esta vez aún más válida que la anterior. Habían llegado a tal acuerdo con el propósito de protegerte, y no veías ninguna razón para que este no fuera el caso aún.
“¿Y si ya no quiero eso?”
Su pregunta te hizo tragar en seco, sin poder apartar tu mirada de la suya. Ni notaste cuando su mano se deslizó debajo de la suave tela de tu vestido, su pulgar dibujando gentiles círculos en tu piel.
Aquí te podías dar cuenta como la palabra saciedad no estaba en el diccionario de Esteban. Ya te tenía a ti como lo había planeado, pero en su mente, eso no era suficiente. El reto de conquistarte se había esfumado hace rato, pero el seguía corriendo dentro de su monoplaza hasta encontrar un nuevo objetivo.
“No me gusta como los otros pilotos te insinúan que deberías ser de sus equipos.” Era la primera vez que oías la queja, cejas fruncidas por un momento antes de que se inclinara a besar tu cuello mientras su mano se movía centímetros más cerca de la piel suave de tu muslo interno.
“Puedes mantenerte neutral por el resto de tu vida,” Siguió su discurso, sus nudillos acariciando tu centro, aún cubierto por la fina tela de tu ropa interior. “Pero cuando yo corro para un equipo, lo apoyás también. ¿Entendido?”
Las palabras se te quedaron estancadas en la parte de atrás de tu garganta junto con el aire que debería salir por tu nariz.
“¿Qué pasa?” Su voz era tierna, pero por la manera en la que uno de sus dedos apartaba la barrera que había entre tu centro— creciendo en humedad— y su deseo por convencerte de aceptar su regalo.
“Háblame, amor.” Insistió con una sonrisa dulce mientras su pulgar trazaba una línea desde ese punto más sensible hacia tu entrada. Solamente pudiste soltar un quejido, acomodándote para brindarle mejor acceso. Lo que te trajo a la realidad fue uno de sus dígitos adentrándose en tus cálidas paredes, una mano cubriendo tus labios para ahogar el gemido que salió de ellos.
Con una mirada y su otra mano apartando la tuya sabías que no te quedaba más que responder y pronto. Él nunca había sido demasiado duro contigo en cuanto a la desobediencia en la cama, menos cuando te pasabas de lista.
“Gracias por el regalo amor, pero…” Intentaste ir por la ruta más sensata, lo que te decía el poco de materia gris que quedaba intacta y no derritiéndose por la manera en la que su dedo se movía dentro tuyo.
“No te pedí peros,” Esteban reprochó, su cara tomando el mismo color que el que tus cachetes portaban. La diferencia es que se encontraba frustrado, contrario a ti que te hallabas sumida en el placer. Sin ninguna resistencia añadió otro dedo a la combinación, su ritmo era tan rápido como el de su monoplaza.
No podías más, si seguía así no ibas a aguantar. “Kuku, por favor,” Tu gemido se mezcló con un sollozo, notando como bajaba y subía de velocidad para dejarte justo en el borde.
“Respondé bien y lo pienso.” Esteban sentía la presión contra la entrepierna de su race suit, pero sabía que no tenían suficiente tiempo. Y la verdad, él no tenía tanta paciencia tampoco.
Pero él no podía parar. No hasta tener la respuesta que quería.
“¡Sí, lo voy a usar!” Finalmente lograste formular una oración coherente, sintiéndote aliviada en la manera en la que sus facciones se relajaron visiblemente.
“¿La noche entera?” Esteban preguntó mientras el ritmo volvía a incrementar considerablemente, tu orgasmo reposando en tu abdomen inferior.
Dijiste un sí con la cabeza, observando como se acercaba para que sus labios succionaran la piel de tu hombro a la misma vez que sus dientes mordían la pequeña área. El dolor placentero fue el detonante, intentando cubrir lo que usualmente eran gemidos escandalosos.
“Parece que te dejé una marquita y no puedes salir así en cámara, te tocará usar tu nueva chaqueta.” Sonrió inocentemente, sacando su mano para limpiarla con su lengua sin romper contacto visual.
“¿Vos sos mía, entendido?” Estableció luego de que había terminado de limpiarse, y tu asentiste, sonrojada. Observaste como se levantó y tomó tu mano para ayudarte a hacer lo mismo.
Ya dada la sesión por terminada, fuiste a arreglarte al diminuto espejo reposando contra la pared y encima del escritorio. Cuando te volteaste para irte, lo encuentras con la chaqueta en la mano, el pequeño movimiento de su cabeza indicando que te pusieras con la espalda frente a él.
Colocó la chaqueta sobre tus hombros con delicadeza, evitando que al ponerte la pieza se dañara la forma en la que portabas el vestido blanco.
“Y yo soy tuyo.” Murmuró antes de presionar un beso justo por debajo de tu lóbulo.
“Te amo mi campeón, ¿sabías?” Diste una vuelta en tus tacones para mirarlo, tomando sus manos gentilmente. El nombre que era puro chiste o una manera de molestarlo hoy se convertía en cruda realidad.
“Yo más,” Apartó un mechón de tu cara, ajustando el collar Van Cleef que te había regalado— y que aceptaste luego de un convencimiento similar al que habías vivido hace par de minutos.
“Por eso quiero que todo el mundo sepa que eres mía.”
#submission#sé q me dijiste que no eres hincha de red bull pero es q no pude dejar de pensar en seb vettel#y le pongo los tags para ahorrarte el trabajo#esteban kukuriczka#esteban kukuriczka x reader#esteban kukuriczka x you#lsdln x reader#lsdln fanfic
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Fórmula 1
Conoce los Fundamentos
¿Qué es la Fórmula 1?: Es la categoría más alta del automovilismo, donde los mejores pilotos y equipos compiten en circuitos de todo el mundo.
Equipos y Pilotos: Hay 10 equipos (escuderías) y cada uno tiene 2 pilotos. Algunos equipos populares son Mercedes, Red Bull, Ferrari y McLaren.
Estructura de un Fin de Semana de Carrera
Prácticas: Tres sesiones donde los pilotos ajustan sus coches y se familiarizan con el circuito.
Calificación: Determina la parrilla de salida para la carrera. Se divide en tres rondas eliminatorias.
Carrera: Generalmente se celebra el domingo y tiene una distancia de aproximadamente 305 km.
Puntos y Campeonatos
Campeonato de Pilotos: Se otorga al piloto que acumula más puntos durante la temporada.
Campeonato de Constructores: Se otorga al equipo que acumula más puntos, sumando los puntos de sus dos pilotos.
Terminología Básica
Pole Position: El primer lugar en la parrilla de salida.
Pit Stop: Parada en boxes para cambiar neumáticos o reparar el coche.
DRS (Drag Reduction System): Sistema que permite a los coches reducir la resistencia al aire para adelantar más fácilmente.
Tips para Disfrutar la F1
Sigue a tus Pilotos Favoritos: Conoce sus historias y trayectorias. Esto hace que las carreras sean más emocionantes.
Participa en Comunidades: Únete a grupos en redes sociales o foros donde puedas compartir tu pasión y aprender más.
Ve Documentales y Series: Drive to Survive en Netflix es una excelente serie para entender el detrás de cámaras de la F1.
Estilo y Diversión
Moda F1: No dudes en mostrar tu estilo con ropa y accesorios de tus equipos favoritos.
Eventos y Meetups: Asiste a eventos de F1 en tu ciudad o incluso a un Gran Premio si tienes la oportunidad.
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La Espada del Guardián ¿Causa locura al utilizarla?
La espada del Guardián es un elemento fantástico que se le otorga a Ace como parte de su arma insignia en la primera temporada, pero toma relevancia y es revelado su verdadero nombre en la segunda temporada, cuando Zadavia comienza a explicar (a regañadientes) las verdaderas propiedades que posee.
Si bien Zadavia indica en el episodio "Secrets of the Guardian Strike Sword" que la espada perteneció al legendario Guerrero Guardián de Freleng, podemos suponer que es un arma que se hereda al siguiente Guardián, aunque esto no queda claro en el programa. Al parecer, el puesto de "Guardián" quedó vacío en el momento que Freleng cayó, porque cuando Zadavia escapó a Acmetropolis, se llevo este artefacto con ella.
Si tratamos de suponer como funcionan los poderes de esta espada, una vez visto como la utilizan Deuce y Ace en el programa, además de la forma poco practica que adopta al transformarse, haciendola inutilizable para cortar (Que desperdicio), puedo afirmar que es un potenciador de poder.
Los potenciadores de habilidades en fantasía son artefactos que te dan más poder, pero te quita algo a cambio. Podríamos teorízar entonces que la espada del Guardián provoca algo negativo al utilizarla de manera descuidada, si escuchamos a Zadavia decirle a Ace “...Demasiado conocimiento puede ser algo peligroso" cuando le pregunta sobre sus verdaderas habilidades.
Siendo que Deuce fue el General más importante de Freleng no es contradictorio pensar que le hayan dado la espada del Guardián con el puesto, esperando que tome el lugar del nuevo "Guardián de Freleng". Sin embargo, este pierde el puesto por su extraño deseo poner a Freleng bajo su mando que aparece poco después de su ascenso, y la espada es recuperada por Zadavia.
Hay una enorme posibilidad que la espada no pueda ser utilizada por cualquier persona, debido a que no daña físicamente al individuo al usarla, sino que afecta psíquicamente a este. Deuce pudo haber enloquecido al usar la espada cuando la obtuvo, pasando de ser un General leal a la corona, a un magalómano con deseos de gobernar el universo.
Ahora tiene sentido que Zadavia no le haya dicho nada a Ace sobre las habilidades de la espada, no deseando que las active y dañe su cordura en el proceso. Podríamos suponer que se lo diría en su momento, después de de evaluar como se desarrolla como líder del equipo, y si su mente sigue estando estable a pesar de usarla. Sin embargo, la aparición de Deuce hizo que ella tenga que compartir algo de información, pero de manera muy acotada, para evitar que Ace se dañe.
Como pudimos ver en el programa, a Ace la espada no le genera ninguna influencia extraña, y solo la ha usado para disparar un láser bastante parecido al que dispara con sus ojos, y activar los agujeros de gusano que se encuentran en Blanc, para deshacerse de Deuce.
En conclusión, Zadavia fue muy cuidadosa sobre la información de las propiedades de la espada, porque temía por la salud mental de Ace, y también prefirió dejar que aprenda usarla por su cuenta, para evaluar si debía interferir y quitarsela.
Ahora ¿Por qué le dio la espada a Ace y no intentó usarla ella? Es bastante probable que el anterior Guardian de Freleng no haya sido humanoide, pero esa teoría la dejo para la siguiente publicación.
#loonatics unleashed#ace bunny#zadavia#general deuce#guardian strike sword#teorías#headcanon#loonatics#canon loonatics unleashed
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♡ ゜・ 。. 。・ ♡ ・ 。 . 。・ ゜ ♡
TAROSCOPE
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[english & spanish]
DISCLAIMER: this is just a general reading. If it doesn't resonate, let it fly, don't force it!
♥Fixed signs (taurus, leo, scorpio, aquarius): Do you want to start something but you're not entirely sure? This is the exact momento to start creating the basis of your projects so that it's sustainable over time. If you don't dare to do it alone, try to have a team to lean on or someone with more experience advise you and clear your doubts. Your only enemy is your negativity and lack of confidence. Believe in yourself. Lucky number: 5
Yes/No/Maybe: possible yes, if you trust in yourself.
Colour: orange.
♥Mutable signs (pisces, gemini, virgo, sagittarius): Winds of change and success are coming, but also of many responsibilities, where you need to keep a balance between the earthly and the emotional. It’s an excellent time to start a new business that you have been having in mind; since the difficult times are over or are about to do so; calm and peace is coming. It’s time to reconnect with yourself and with the things that surround you. Lucky number: 5
Yes/No/Maybe: yes.
Colour: blue.
♥Cardinal signs (aries, cancer, libra, capricorn): Moments of success are to enjoy or celebrate. You have been on streak of good luck in what you set out to do during this time and the cards say that this stage will continue that way. You are in a phase of self-sufficiency, fulfillment, freedom and independence; you are headed in the right direction. You recognize your brilliance and don’t seek approval from anyone, but it is also a call for you to recognize your achievements and effort and congratulate yourself for it. Lucky number: 9
Yes/No/Maybe: undoubtedly yes.
Colour: yellow.
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TAROSCOPO
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AVISO LEGAL: esto es sólo una lectura general. Si no te resuena, déjalo volar, no lo fuerces!
♥Signos fijos (tauro, leo, escorpio y acuario): Tenés ganas de iniciar algo pero no te animas? Este es el momento de empezar a crear las bases de tus proyectos para que sea sostenible en el tiempo. Si no te animas a hacerlo solo, intentá emprender en equipo o que alguien con más experiencia te aconseje y despeje tus dudas. Tu único enemigo es tu negatividad y falta de confianza. Cree en vos.
Número de la suerte: 5
SI/NO/TAL VEZ: posible sí, si es que confías en vos mismo.
Color de la semana: anaranjado
♥Signos mutables (piscis, géminis, virgo, sagitario): Se inician temporadas de éxito, pero también de muchas responsabilidades, en donde tenemos que tener un balance entro lo terrenal y lo emocional. Es un excelente momento para iniciar algún emprendimiento o negocio que veníamos teniendo en mente; ya que los tiempos difíciles han acabado o están a punto de hacerlo; viene la calma. Es tiempo de reconectar con uno mismo y con las cosas que nos rodean.
Número de la suerte: 5
SI/NO/TAL VEZ: sí.
Color de la semana: azul
♥Signos cardinales (aries, cáncer, libra y capricornio): Las etapas de éxito son para disfrutar o celebrar. Se ha venido con una buena racha en lo que te propusiste a lo largo de este tiempo y las cartas dicen que esa etapa continuará de esa manera. Te encontrás en una etapa de autosuficiencia, plenitud, libertad e independencia; vas por la dirección correcta. Reconocés tu brillo y no buscas aprobación de nadie, pero también es un llamado para que te felicites por ello y tu potencial.
Número de la suerte: 9
SI/NO/TAL VEZ: indudablemente sí.
Color de la semana: amarillo
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– Te lo digo, esta va a ser la mejor temporada en años –aseguró. La temporada de Quidditch se venía fuerte, y él desde su posición con pasante de administración del equipo de Inglaterra tenía la oportunidad de verlo de cerca.
#idk idk#pueden ser la persona con la que está hablando o alguien que se quiere meter de afuera#idk no andaba fuerte la inspo#☽. 𝐧𝐢𝐜𝐡𝐨𝐥𝐚𝐬 𝐦𝐚𝐜𝐦𝐢𝐥𝐥𝐚𝐧 – they say home it's where the heart is / interaction.#startergolden
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Acabo de Darme cuenta de que a Nezha y Red Son lo sacan de un episodio. Despues de ser derrotados facilmente, se quedan con el equipo de Monkie Kid, y aparecen en el ultimo episodio de la temporada con los heroes celebrando.
Como si quieren darles un momento de aparece, lo sacan y regresan el Final.
#lego monkie kid#lmk mk#lmk mei#red son lmk#monkie kid nezha#lmk macaque#sandy lmk#lmk pigsy#lmk azure lion#lmk tang
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