#y hacia lo mismo que ella
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ultravioletqueen · 5 months ago
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Some time ago my sister introduced me to the world of the video game Hades and its sequel, all the lore and references to Greek mythology fascinate me (I'm a Greek mythology nerd, it's my weakness), I didn't think there would be anything that would bother me about the game Well, except one thing, ODYSSEUS.
Odysseus is by far one of my favorite heroes in Greek mythology, not only for his cunning, gray morals and determination, but also for his immense love for his wife and son, that made him different from the rest of the Greek heroes for me. ,that he was a genuinely loving father and a truly devoted husband even with the situations with circe and calypso, which to clarify, NEITHER OF THE TWO WAS CONSENSUAL, it was extortion and sexual abuse, Odysseus did not want to be with either of them.
For this reason it made me sad to see that Supergiant showed Odysseus as an unfaithful man (when in the Odyssey this man is the personification of simping) who is separated from his wife.
Even if I find the idea interesting that he is lying and Penelope is and working from the shadows like the partner in crime that they are, I have another idea:
After what happened with Circe and Calypso, he thinks that he no longer deserves Penelope, who according to his words "was waiting for years for an unfaithful man" and that is why he separated from her and calls himself "unfaithful" even though both situations were far from his control.
He loves penelope,he loves telemachus,he waited for years to meet them again,but the calypso and circe incident make him feel DIRTY(wich is common in victims of sexual abuse) and not deserving of the love of penelope and penelope in general.
using the lies about being unfaithfull could be a form of trauma block to avoid thinking about the incident,but at the same time it makes him feel WORSE because he thinks he betrayed the WOMAN HE LOVES,HIS SOULMATE AND LITERALLY HIS OTHER HALF.
Im not okay guys...i just want them to be happy again.
(Español)
Hace tiempo mi hermana me introdujo en el mundo del videojuego hades y su secuela,todo el lore y referencias a la mitología griega me fascinan(soy una nerd de mitología griega,es mi debilidad),no pensé que habría algo que me molestaría del juego,bueno,excepto una cosa,ODISEO.
Odiseo es de por lejos uno de mis héroes favoritos de la mitología griega,no solo por su astucia,moral gris y determinacion,sino tambien por el amor inmenso hacia su esposa e hijo,eso hizo que para mi fuera diferente al resto de heroes griegos,que fuera un padre genuinamente amoroso y un esposo realmente devoto aun con las situaciones con circe y calypso que para aclarar NO FUERON CONSENSUADAS NIGUNA DE LAS DOS,fue extorsion y abuso sexual,odiseo no quiso estar con ninguna de las dos.
por esta razon me puso triste el ver que supergiant mostro a odiseo como un hombre infiel (cuando en la odisea este hombre es la personificación del simping) que esta separado de su esposa.
incluso si me parece interesante la idea de que esta mintiendo y penelope trabajando desde las sombras como los partner in crime que son yo tengo otra idea:
que después de lo ocurrido con circe y calypso piensa que ya no se merece a penelope que segun sus palabras "estuvo esperando por años por un hombre infiel" y por eso se separo de ella y se denomina a si mismo como "infiel" aun cuando ambas situaciones estaban lejos de su control.
El ama a penelope,el ama a telemaco,el espejo por años para volver a verlos,pero los incidentes con circe y calypso lo hicieron sentir SUCIO(que es común en víctimas de abuso sexual) y no merecedor del amor de penelope y de penelope en general.
Usar las mentiras sobre ser infiel podría ser una forma de bloqueo traumático para evitar pensar en el incidente, pero al mismo tiempo lo hace sentir PEOR porque cree que traicionó a la MUJER QUE AMA, SU ALMA GAMELA Y LITERALMENTE SU OTRA MITAD.
no estoy bien gente...solo quiero que sean felices otra vez.
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soft-pxachy · 25 days ago
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⤷  ❝voyeur❞ — jjk (s.m)
➤ Pareja: jungkook!voyeur x lectora!fem
➤ Recuento de palabras: 9.2k
➤ Género: voyerismo! smut y obscenidad!
➤ Resumen: La culpa de ser un mirón pervertido consumía a Jungkook cada día, no sabía admitir si eran sus propias tendencias voyeristas las que lo empujaban a mirar a escondidas a su vecina por su ventana, o si realmente ella estaba bromeando con él, de todas formas, todo era parte de tu elaborado plan para hacerlo enloquecer y jugar un poco con tu adorable vecino.
➤ Advertencias: 20+| lenguaje maduro y explícito | Jungkook es un mirón | masturbación | charla sucia | sexting | exhibicionismo | halagosy bromas durante el sexo | sexo oral (r. Jungkook) | juego y estimulación del clítoris | juguetes sexuales | mucha sobreestimulación | lágrimas | nalgadas | jalar del cabello | sexo duro | sexo sin protección | Jungkook tiene un gran pene!
➤ Si no eres mayor de 18 años, POR FAVOR, no leas. Si lo haces es bajo tu propia responsabilidad, ten en cuenta las advertencias.
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♥︎ softpxachy's
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Jungkook sabía que estaba mal, Dios, él sabía que estaba mal, pero aquí estaba una vez más.
Actuando como si no tuviera la intención de dejar las persianas entreabiertas; inclinadas en el ángulo correcto que le permitía seguir viendo la vista que le otorgaba su propia ventana a solo unos cuantos metros de distancia.
Era divertido ahora, cuando compró la casa en la ciudad por primera vez, Jungkook odió lo cerca que estaban sus vecinos de él, y ahora aquí estaba, siendo un pervertido absoluto que estaba agradecido por la estrecha distancia entre sus edificios.
El autoproclamado pervertido con tendencias voyeristas, como se hacía llamar, simplemente se sentaba en su escritorio, revisando sin pensar demasiado en los correos electrónicos de su trabajo mientras sus ojos continúan mirando hacia arriba una y otra vez; observando a través de las ventanas de su habitación en busca de cualquier señal de movimiento al otro lado.
Podía sentir su pecho agitarse mientras esperaba, mirando el reloj en la esquina de su pantalla y viendo que a cada minuto la hora se acercaba más a las nueve de la noche y T/n, su vecina, aún no llegaba a casa.
Tal vez ella tenía planes para esta noche, salir con sus amigos, tal vez tenía una cita con algún chico, o simplemente salió a caminar, pero la mente demasiado preocupada para poder complacer un poco las sucias fantasías en la mente Jungkook lo tenían dándole vueltas a su cabeza. Le costaba admitirlo, pero se había convertido en su actividad diaria favorita echarle un vistazo a escondidas a su vecina, a veces viéndola hacer cosas simples como relajarse con una máscara facial o tener una fiesta de baile.
Por supuesto, todos esos momentos eran adorables, pero sus momentos favoritos eran aquellos en los que la miraba caminar por toda su casa en topless o cuando se cubría el cuerpo en loción después de una ducha, apenas logrando ver el destello de su piel brillando hermosamente y solo tentándolo a querer tocarla.
Incluso Jungkook podía asegurar que su vecina estaba llevando las burlas más allá de lo que él podía manejar; viéndola abrir las persianas de su habitación casi por completo y solo dejando que la cortina transparente se interpusiera entre él y su silueta sombreada, atrapándola en el acto de lo que solo su mente estimulada podía suponer que era ella mastubandose, y casi podía jurar que la vez que dejó una ventana abierta; pudo escucharla gimiendo tan hermosamente a sus oídos.
Y como era de esperarse, aquella vez tuvo una noche bastante acalorada con su mano, sus dominantes fantasías y la soledad de su habitación, dando fugaces vistazos hacia la ventana frente a él mientras frotaba su miembro duro a lo alto una y otra vez; alimentando su propia excitación y deseando que fuera T/n la que estuviera frente a él ayudándolo a calmar un poco el calor en su cuerpo que ella misma había instigado, y a decir verdad, ni él mismo entendía la fijación tan intensa que tenía por su vecina, solo sabía que la deseaba, demasiado, y sabía que se volvería loco en cualquier momento si no podía tenerla.
De cierta forma, Jungkook solía pensar que todo lo que pasaba era puramente accidental, solo una vecina descuidada que no tenía idea de que su habitación tenía la vista perfecta a la suya, pero Jungkook podía jurar que T/n había hecho contacto visual con él demasiadas veces como para que esto no fuera intencional.
Y antes de que su mente pudiera girar más en espiral, el repentino parpadeo de luz alumbrando el departamento frente a él lo hizo fijar sus ojos como un imán en su objetivo; viendo a T/n entrar a su habitación con una toalla pequeña sobre el hombro, un sostén deportivo y unos diminutos pantalones cortos para hacer ejercicio, mostrándole en primera fila como su piel y cuerpo brillaban en sudor.
Empujándose lejos de su escritorio, la silla rodó rápidamente a lo largo del piso para poder tener una mejor vista, completamente interesado en ver la forma en que su vecina intentaba relajarse y sentirse cómoda después de su viaje al gimnasio.
Llámenlo espeluznante o atento, pero Jungkook había aprendido horario de cada día de T/n;y de alguna forma sabía que ella disfrutaba dándole espectáculos, por lo que no fue difícil darse cuenta de la rutina habitual que tenía. Sin embargo, ésta era la primera vez que la veía regresar del gimnasio tan tarde.
Jungkook gimió de frustración al darse cuenta de eso, la palma de su mano frotó su rostro mientras podía escuchar sus propios pensamientos, casi comportándose como un hombre que tiene un cuaderno donde anota cada uno de sus horarios.
No lo tenía, pero aun así, se sentía como un pervertido. Un jodido pervertido.
Con los ojos bien cerrados, movió la silla de regreso al lugar que le correspondía como un niño avergonzado por sus pensamientos, inclinando su cuerpo hacia su computadora para evitar que sus ojos errantes miraran a través de la ventana una vez más, sintiendo como la vergüenza lo carcomía una vez más como lo hacía cada vez que caía en cuenta de su estado.
¿Realmente su vecina hacía esto a propósito?
Por supuesto que sí, T/n no era tonta.
Desde el momento en que Jungkook se mudó a su vecindario rápidamente se convirtió en la comidilla de la cuadra; las amas de casa suburbanas, las jóvenes adolescentes, incluso su vecino, el anciano del #13 comenzaron a preguntarse quién era el chico lindo que salía a correr por las mañanas.
Él gritaba atractivo sexual por todos lados, sin siquiera darse cuenta de lo desmayados que tenía a todos con su entrenamiento matutino, y no fue extraño que Jungkook pensara que todos lo saludaban y le sonreían por pura amabilidad, y aunque no tuviera idea de lo sexy que se veía, T/n había sido bendecida con el don de la buena vista y el sentido común. Sólo le tomó una mirada de él saliendo de su casa, con el cabello largo parcialmente atado hacia atrás y pantalones cortos para correr abrazando sus gruesos muslos que fácilmente T/n quedó encantada con él.
Y cuando se dió cuenta de que era su vecino de al lado, fue como si una bombilla se encendiera sobre su cabeza, ese simple hecho era una bendición disfrazada y T/n no iba a dejar pasar la oportunidad de que esto fuera a su favor. Darle un asiento de primera fila para ella y todo lo que tenía que ofrecer eran las cartas que escogió para jugar, y hasta ahora todo había ido de maravilla.
Eso fue hasta que salió de la ducha, podía sentir la emoción recorrer todo su cuerpo mientras se preguntaba cómo iba a burlarse de él esta noche. Con la toalla colgando holgadamente alrededor de su pecho T/n estaba lista para el pequeño espectáculo, pero cuando se colocó en su posición habitual, rápidamente notó que las persianas del departamento de Jungkook estaban bien cerradas, sin espacio entre ellas para permitirle verlo ni que pudiera verla.
Esta era una cadena de eventos repentina e inesperada, con un pequeño resoplido de decepción se sentó en el borde de su cama, directamente frente a la ventana mientras pensaba que sus planes descarados para esta noche se habían arruinado por completo.
Y prácticamente se pasó toda la noche preguntándose qué podría haber hecho que Jungkook no quisiera ver un poco de acción de su parte, así que cuando lo vió llegar a su casa de su rutina matutina justo cuando estaba punto de irse a su trabajo por la mañana, no lo pensó ni siquiera dos veces antes de hablarle.
Tuvo que reprimir soltar una risita al verlo estremecerse cuando lo saludó de buenos días, y no pudo encantarse más con la forma en que se puso nervioso al estar tan cerca de él.
— Ah, buenos días…— Jungkook respondió sonriendo cortésmente, al mismo tiempo que sacaba su AirPod para detener la música por completo y brindarle toda su atención sintiendo las palmas de sus manos sudar de repente, solo había hablado con ella una sola vez y no sabía a dónde iría esta conversación, ¿Acaso estaba a punto de llamarlo un pervertido repugnante?
— ¿Tuviste una noche tranquila? — T/n preguntó al instante formando una suave e inocente sonrisa que no revelaba sus verdaderas intenciones, pero Jungkook lo supo de inmediato, y la forma en que sus ojos se abrieron ligeramente ante sus palabras lo hicieron todo mucho más obvio.
— Sí…— Balbuceó a medias limpiándose las manos sudorosas en sus pantalones cortos negros, odiando la forma en que su corazón se aceleró al escucharla, ella lo sabía, y su culpable consciencia le hizo creer que lo que su vecina había hecho fue intencional para que él no se sintiera como el mirón que claramente era, pero escucharla admitir que sabía que no la había observado anoche lo hizo sentir como si le hubieran echado un balde de agua fría encima.— No he estado durmiendo muy bien últimamente, así que...
Y T/n simplemente asintió con la cabeza mientras él se desvanecía en una mentira, sus labios se abrieron en una sonrisita mientras lo miraba detenidamente, enfocándose en la apretada camisa que estaba usando y en la forma en que exponía por completo su brazo musculoso y cubierto de arte en forma de tatuajes, y cuando su vista bajó un poco más no pudo evitar imaginarse a ella misma brincando sobre su polla y sobre esos gruesos muslos una y otra vez, gimiendo de pura felicidad, tuvo que suspirar levemente ante esa fantasía dándose cuenta de que su vecino realmente estaba ciego a su buena apariencia.
— Lamento no haberte dado una buena bienvenida cuando te mudaste, ¿puedes darme tu número? — T/n habló al mismo tiempo que sacaba su teléfono de su bolso sabiendo muy bien que Jungkook no diría que no, pero aún así agregó una mentirita inocente para que su coqueteo fuera un poco más sutil.— Los vecinos tienen un chat grupal, te agregaré para que puedas obtener todos los chismes del vecindario.
Si Jungkook sabía que estaba mintiendo, no lo demostró, en cambio su semblante cayó a uno decepcionado de que T/n quisiera su número para agregarlo a un chat grupal del vecindario. Pero independientemente de eso se apresuró a recitar su número con una sonrisa y al momento su teléfono vibró en su palma con un mensaje de texto de ella; un amistoso "hola vecino" con un emoji saludando al final.
— Te enviaré un mensaje de texto si alguna vez necesito azúcar… u otras cosas de vecinos.— T/n agregó por lo bajo llamando su atención una vez más.
La provocación sugerente en su tono no se le escapó a Jungkook, sintiendo sus mejillas sonrojarse ante las implicaciones detrás de sus palabras, así que asintió con su cabeza mientras mordisqueaba levemente el piercing en su labio inferior antes de responder.
— Sí, lo que necesites.
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Era cierto que Jungkook estaba aún más que decepcionado cuando el hilo de su mensaje se agotó por completo, y T/n ni siquiera lo había agregado al chat del grupo de chismes por el que tenía curiosidad. Ni siquiera le había dado un espectáculo desde la noche en que cerró las persianas, pero todo era parte del plan de T/n diseñado por expertos para ir a su favor.
Porque mientras estaba en su trabajo, recibió el correo electrónico que pondría todo en marcha, una notificación de que su paquete estaba listo para ser entregado. Un juguetito color rosa bebé muy lindo se colocaría en el escalón de su puerta en un paquete discreto y, si las cosas salían como T/n esperaba, haría su debut esta noche, con suerte con una audiencia de uno.
Jungkook se alejó de la pantalla de su computadora cuando su teléfono vibró sobre su escritorio, el nombre se iluminó en la pantalla de inicio e hizo una pausa por un momento, preguntándose si esto era simplemente un mensaje de texto de que había sido agregado a ese maldito chat grupal que no tenía idea de que en realidad no existía, pero cuando lo desbloqueó y abrió el chat, vio que solo era su vecina.
T/n: Hola Jungkook, lamento hacer esto, pero hoy me entregarán un paquete súper importante, ¿podrías mantenerlo seguro hasta que llegue a casa más tarde esta noche? 🥺🖤
Quería que cuidara un paquete, solo cosas de vecinos, exactamente por lo que le había dicho por la mañana.
Jungkook: Claro, ¿Qué es?
Y de inmediato se sintió estúpido después de presionar enviar, sus manos se cerraron en puños mientras miraba la pantalla, ¿Por qué demonios iba a preguntar qué era el paquete? Ser un mirón claramente no era suficiente, no, él tenía que saber acerca de sus compras en línea.
T/n: Solo algo para los músculos adoloridos 😅
Al igual que lo haría un típico adolescente cachondo, su mente vagó por lo que podría haber exactamente en la caja, y rápidamente le envió un mensaje de texto con un "¡bien! 👍🏻" antes de bloquear su teléfono por completo. Estaba seguro de que iba a perder la cabeza.
Todo según el plan.
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Jungkook guardó ese paquete con su vida, colocándolo delicadamente en el mostrador de su cocina desde el momento en que vió que el cartero lo dejaba en la puerta de su vecina, y había estado pegado a su sofá desde entonces, mirando regularmente por encima de su hombro para asegurarse de que la caja marrón no fuera a desaparecer espontáneamente.
Y justo cuando estaba punto de mandar todo al carajo e intentar abrir la caja, unos suaves golpes en la puerta principal lo hicieron saltar de su sofá, deteniéndose a unos metros de la puerta mientras miraba la perilla antes de volver a mirar el paquete. ¿Debería saludar a su vecina con él en sus manos, o parecería que estaba tratando de alejarla rápidamente?
Cuando T/n tocó por segunda vez, Jungkook optó por abrir la puerta de una vez, viéndola allí de pie con esa sonrisa amistosa, vestida con una pequeña falda y top a juego, mostrándole que acababa de salir del trabajo, sus ojos rápidamente se posaron en sus piernas expuestas por un momento demasiado largo hasta que su voz lo sacó de eso.
— Hola, Jungkook…— T/n lo saludó con esa dulce voz de miel, y el pequeño brillo en sus ojos casi la traicionó pero él no lo notó.— ¿Recibiste mi paquete?
— Hola, sí lo hice.— Jungkook respondió encontrando su voz y dejando la puerta entreabierta, adentrándose más en su casa, recuperando rápidamente la caja y regresando con ella hacia su vecina que todavía lo esperaba pacientemente con esa sonrisa, como si no supiera lo que estaba empaquetado dentro de esa caja.
— ¡Eres un ángel! — T/n habló sosteniendo el paquete cerca de su pecho con un pequeño suspiro.— No sé qué habría hecho si me lo robaban…
Jungkook pudo sentir que su rostro se calentó de inmediato ante eso, incapaz de evitar que su boca funcionara en piloto automático, y sin querer mostrarse como un vecino extremadamente observador.
— Debes estar muy adolorida por ir al gimnasio todo el tiempo, ¿eh? — Preguntó y el silencio que vino después de su pregunta casi lo hizo querer golpearse la cara, casi pudo jurar que la mirada de T/n parpadeando con la misma picardía de antes se posó sobre él, haciéndolo tragar en seco.
— Definitivamente…— T/n respondió con una risa antes de regresar a su postura y despedirse de él.— Gracias de nuevo, ¡Que tengas una buena noche!
Y así como así, su vecina ya se había ido de su departamento, dejando a Jungkook con la frente presionada contra la puerta de la entrada mientras se sentía como todo un idiota. "¿De verdad, debes estar adolorida?" Se burló de su propia voz poniendo los ojos en blanco antes de enderezarse y retirarse a su habitación para terminar el trabajo que había descuidado por proteger el dichoso paquete.
El mismo paquete al que T/n se estaba aferrando mientras subía las escaleras de su casa con un par de tijeras en la mano opuesta, y no pudo evitar no sentirse como una mujer loca cuando las clavó en la cinta transparente para romper el sello, quitando las solapas antes de soltar una risita maliciosa cuando vio la elegante caja blanca con una foto del dispositivo impresa en el frente.
Se apresuró a sacar el preciado juguete, tirando descuidadamente las cajas vacías a un lado y escuchándolas aterrizar con un ligero ruido sordo al piso. La sensación de la silicona suave contra sus dedos la llenó de anticipación duplicada, y el clic silencioso contra el primer botón apagó la emoción en su cuerpo cuando se negó a encenderse.
— Malditos estúpidos cargadores.— T/n gruñó dejando el dispositivo de lado e inclinándose para buscar entre todas las cajas descartadas en el piso hasta dar con el diminuto cable blanco para enchufarlo.
El folleto que venía junto al juguete indicaba que la carga estaría completa en una hora, eso era mucho tiempo para que pudiera controlarse un poco, todo lo que necesitaba era abrir las persianas y encontrarse cara a cara con su vecino caliente y comenzar con la acción, pero ya se había divertido demasiado viéndolo todo nervioso, realmente no necesitaba asustarlo antes del evento principal.
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Y claramente Jungkook no la estaba pasando nada bien mientras se deslizaba sin pensar a través de los datos interminables de su computadora frente a él, sus ojos flotaban a través de los números de una manera aturdida y su mente estaba demasiado ocupada pensando en ese estúpido paquete. Sabía exactamente lo que era, orgullosamente descifró el código de algo que era supuestamente algo para los músculos adoloridos para terminar deletreando vibrador en letras gigantes de color neón.
¿Lo estabas usando ahora, en tu dormitorio a un metro de distancia del suyo, sobre tu cama directamente en su línea de visión? Su mente continuaba representando todos esos escenarios lascivos uno tras otro y solo lo hacían desear estar contigo para comprobar si sus sospechas eran ciertas. Pero sabía que era algo imposible, algo que nunca pasaría, y eso era lo peor de todo para él.
Para cuando T/n terminó de darse una ducha y mientras aplicaba su loción corporal favorita notó como los botones del juguete rosa sobre su cama parpadeaban indicando la carga completa y sonrió sabiendo que su plan estaba de nuevo en marcha. Abrió lentamente las persianas de la ventana, formando un puchero al darse cuenta de que las de Jungkook estaban cerradas, miró hacia el cielo viendo cómo se oscurecía lentamente; formando nubes sobre su cabeza y una sonrisita se dibujó en sus labios mientras pensaba la forma perfecta para hacer que su vecino abriera las persianas para el espectáculo.
El teléfono de Jungkook vibró con un mensaje de texto unos segundos después, y sus ojos se abrieron un poco cuando se dió cuenta de que era de T/n.
T/n: Jaja, ¿Te parece que va a llover?
Su cabeza se inclinó hacia un lado con confusión ante su pregunta, sin embargo, se levantó de su escritorio, subiendo completamente las persianas para mirar al cielo y dándose cuenta de las nubes grises, miró su teléfono de nuevo para comenzar a escribir cuando el pequeño destello de movimiento desde el otro lado lo hizo congelarse en su lugar; viendo directamente a través de la ventana de T/n una vez más, ahí estaba; sentada en su cama y mirándolo con una sonrisa felina en todo su rostro.
Jungkook casi juro que se quedó sin aire cuando observó con atención su posición, con una pierna cruzada sobre la otra y descansando sobre sus palmas, con la cabeza inclinada hacia un lado mientras T/n lo saludaba con la mano, teniéndolo justo donde ella quería.
Su mano se elevó para devolverle el saludo, pero la voz en su cabeza estaba gritando todas las obscenidades que se le ocurrían y que quería hacerle a su vecina en ese preciso momento mientras intentaba sonreír a medias, y la mueca en su rostro casi le hizo difícil a T/n no reírse al verlo.
Empezó despacio, queriendo darle el tiempo suficiente para cerrar las persianas si realmente no quería participar en esto, su mano se levantó para comenzar a quitarse la bata de su hombro solo un poco más, apenas dejando expuesta una pequeña porción de su piel a los ojos de Jungkook, quien quería gritar al verla mientras su cabeza caía hacia adelante golpeando contra el vidrio de su ventana levemente viendo la forma en que su piel brillaba, sabiendo muy bien que se había aplicado aquella loción que siempre le encantaba ver.
Y cuando Jungkook no se movió de su posición, T/n dejó caer la otra manga de su bata, la hinchazón de sus senos sostuvo el suave material contra su piel, protegiéndolos de su vista por otro momento más, sus ojos no dejaban de ver el rostro de Jungkook, sabiendo que necesitaba ver la reacción de su vecino cuando se sentó derecha sobre la cama; haciendo que los extremos de su bata se deslizaran por su pecho y se acumularan en sus caderas, dejando sus senos completamente expuestos para que él los pudiera ver.
Y por supuesto la reacción de Jungkook valió la pena, abriendo sus labios levemente al ver la forma en que sus rosados pezones se endurecieron en el aire expuesto, su frente casi chocó contra la ventana una vez más cuando vió a T/n elevar una de sus manos para delinear el contorno de uno de sus pezones suavemente; acariciando su piel con calma y haciendo rodar su pezón entre sus dedos antes de darle un pequeño y juguetón pellizco, y Jungkook pudo sentir como su pene se agitó dentro de sus pantalones viendo a T/n dejar caer su cabeza hacia atrás y abrir sus labios para dejar escapar lo que él sabía era el gemido más bonito antes de volver a mirarlo fijamente y morderse el labio inferior.
Jungkook no sabía que hacer mientras seguía observándola, viendo hipnotizado la forma en que las curvas de su cuerpo resaltaban gracias a la bata color negro que todavía enganchada alrededor de sus codos, y fue ahi cuando la vio inclinarse hacia un lado de la cama para tomar el juguete color rosa que había comprado hoy, la tapa metálica brilló con la poca luz de su habitación y lo hizo tragar duro mientras la veía exhibirlo a él.
Por un momento, su atención se movió de la figura casi perfecta y mirada maliciosa de su vecina para aterrizar en su teléfono, viéndola escribir rápidamente un mensaje antes de dejarlo a un lado una vez más. Y al instante su teléfono cobró vida en su mano, casi asustándolo con las vibraciones.
T/n: Tócate, por favor.
Y Jungkook pudo jurar que soltó un gemido ahogado ante eso, sintiendo como todo el calor de su cuerpo se acumulaba en su creciente erección, apenas pudiendo escribir un rápido “bien” y enviarlo, un mensaje que T/n obviamente ignoró por completo mientras encendía el juguete. Un destello de emoción brilló en sus ojos sintiendo como el dispositivo vibraba en su mano, y sonrió divertida viendo a Jungkook mover sus dedos ansiosos hacia la hebilla de su pantalón, desabrochando el botón casi con torpeza justo cuando la vió comenzar a arrastrar la cabeza vibrante del juguete por su pecho, pasándolo sobre sus pezones levemente y haciéndola jadear por la sensación de cosquillas contra su piel.
La vista de T/n regresó a la ventana, notando la mirada de Jungkook clavada en ella, la silueta de su cuerpo estaba iluminada por la luz de su habitación, lo que le permitió ver sus manos bajar apresuradamente su pantalón llevándose su bóxer al mismo tiempo, viendo su como su erección salía disparada a lo alto, y le fue imposible no morder su labio inferior al verlo elevar su palma para escupir desordenadamente sobre sus dedos antes de volver a bajar y apretar la base de su pene para empezar a masajearlo lentamente de arriba a abajo notando como el pecho de Jungkook se agitaba con un resoplido cuando trasladó los movimientos de su mano hacia arriba y hacia la punta rosada e hinchada de su pene, cubriendo su palma con las gotas sueltas de líquido preseminal que goteaban por todo lo largo de su pene.
Eso solidificó aún más que Jungkook era un pervertido, al menos en su propia mente, quién más estaría tan ansioso por masturbarse a la vista de su vecina tan fácilmente. Pero sin embargo, T/n no lo veía así, más aún sabiendo que cada una de sus acciones tenían un propósito, Jungkook no era un pervertido por ser un chico predecible, solo estaba haciendo exactamente lo que ella quería que hiciera.
A medida que la punta del juguete bajaba por su pecho, T/n se tomó su tiempo sólo para verlo perder la cabeza un poco más; moviendo el juguete sobre su vientre hasta llegar a sus caderas, deslizándose hacia abajo al mismo tiempo que comenzaba a separar sus piernas tan lentamente que Jungkook no pudo apartar la mirada de ella, y cuando finalmente se reveló ante él, los pliegues húmedos de su entrada brillaron con su excitación ante sus ojos, cubriendo la parte interna de sus muslos y permitiendo que el juguete se deslizara con facilidad.
Jungkook gimió en voz alta viéndola pasar el juguete zumbante sobre su clítoris de a poco, casi en un toque similar a una pluma que fácilmente la hicieron temblar y gemir sobre la cama, su mano se apretó firmemente alrededor de su pene mientras su pelvis se movía hacia adelante a la par de sus movimientos, bombeandose a sí mismo y buscando desesperadamente un poco más de fricción, y ahí se dió cuenta de que T/n era el pecado personificado frente a él; dándole un espectáculo mientras jugaba con ella misma, separando sus labios en un gemido cuando finalmente presionó el juguete contra su clítoris firmemente; haciéndola jadear y retorcerse sobre la cama antes de que soltar una risita entrecortada por la sensación mientras volvía a mirarlo los ojos con timidez.
Joder, Jungkook sólo quería poder escucharla gimiendo de puro placer, solo podía pensar en lo que haría para poder tocar su piel, ser él quien sostuviera ese juguete contra su coño hasta que se retorciera de puro placer.
Y T/n podía verlo en sus ojos, ese deseo carnal nublando su visión mientras la miraba, con su mano aún bombeando su dura longitud cada vez más fuerte y su rostro arrugándose en muecas de placer, y cuando alejó el juguete de su entrada las cejas de Jungkook se fruncieron en desconcierto, liberando su pene de su agarre para colocar su palma pegajosa contra la ventana, preguntándose qué estaba planeando ahora mientras la veía alcanzar su teléfono una vez más.
A T/n sólo le tomó unos segundos escribir el mensaje y presionar enviar, volviendo a mirarlo con la misma mirada depredadora que había estado usando toda la noche, y cuando lo vió desbloquear su teléfono, se puso de pie, dejando que la bata se deslizara por completo de su cuerpo, cayendo alrededor de sus pies mientras se acercaba a la ventana, con los brazos cruzados debajo de su pecho para empujar sus senos hacia afuera mientras lo miraba.
T/n: Ven.
Jungkook leyó ese mensaje tres veces, todavía con su pene de fuera para que su vecina lo viera mientras contemplaba todas sus opciones, y finalmente, cuando elevó su vista de nuevo hacia arriba casi se ahogó al ver la forma en que T/n estaba parada frente a la ventana, completamente desnuda y con esa dulce y maliciosa sonrisa en sus labios, y eso fue suficiente para tomar su decisión; bloqueando su teléfono y gimiendo mientras deslizaba su polla dentro de su bóxer y volvía a ponerse los pantalones.
Los ojos de T/n brillaron cuando lo vió darse la vuelta y salir de su habitación, la luz se apagó cuando Jungkook bajó las escaleras hacia la puerta principal y cuando salió al porche vió que el suelo estaba húmedo, las pequeñas gotas de agua comenzaron a caer con más fuerza y el frío se deslizó a través de su ropa mientras caminaba a través de las entradas conectadas de los apartamentos, haciendo todo lo posible de cubrir con sus manos el bulto extremadamente prominente en sus pantalones.
— Gracias, dios…— Susurró por lo bajo con alivio cuando giró la perilla de la puerta y cuando esta se abrió, ni siquiera le importaron los modales cuando entró cerrando la puerta detrás de él, subiendo instantáneamente las escaleras de dos en dos, sabiendo ya dónde estaba su habitación ya que la casa era una copia exacta de la suya.
Y cuando finalmente empujó la puerta de la habitación para abrirla, fue bienvenido con la vista de T/n sentada en su cama, completamente desnuda y esperándolo con ese mismo juguete arrastrándose hacia arriba y hacia abajo por su abdomen haciéndolo jadear de solo verla así, la necesidad de presentaciones se desvaneció por completo cuando cruzó la habitación a pasos firmes hasta llegar donde ella para sentarse a su lado, fue rápido para ahuecar su rostro y atraerla hacia él para poder besarla con dureza de una buena vez.
T/n ni siquiera pudo reprimir el pequeño gemido ahogado que dejó escapar de pura sorpresa contra sus labios, su vecino normalmente tímido que se ponía nervioso cada vez que lo sorprendía mirándola fijamente no esperaba que fuera del tipo que perseguía lo que quería de esta manera, y la forma en que tomó el control de ese posesivo beso la hicieron apoyarse en su toque.
Sus labios eran suaves pero la forma en la que la estaba besando dejaban de lado toda ternura, y tembló contra él cuando su caliente lengua se unió a la de ella, chocando la una con la otra y llenando el espacio con sonidos húmedos y respiraciones pesadas.
A menudo T/n había fantaseado con besarlo, preguntándose si Jungkook era del tipo que se burlaba, el que retrocedía y te dejaba con ganas de más, pero la desesperación en su cuerpo era la que guiaba sus movimientos justo ahora y la que le impedía no cumplir sus propios deseos. Jungkook la besaba con pura pasión, y el hambre dentro de él lo llevó a empujar su cuerpo hacia atrás y hacerla caer sobre la cama de espaldas, sus manos bajaron para sujetar suavemente su cuello y un nuevo gemido escapó de T/n al sentirlo, haciéndola arrojar el juguete hacia un lado y llevar sus manos hacia su cabello, deslizando sus dedos entre su largo cabello negro cuando lo sintió mordisquear su labio inferior.
— Quítatela…— T/n murmuró contra su boca, arrastrando sus manos por su pecho y tirando con fuerza de la tela de su camisa, decidida a arrancarla de él para finalmente poder ver su glorioso cuerpo y solo ganándose otro rápido y húmedo beso de Jungkook antes de verlo arrodillarse frente a ella para quitarse su camisa por el cuello, dejando cada centímetro de su piel expuesta a sus ojos.
T/n ni siquiera podía apartar la mirada de la forma en que sus músculos se ondearon y se tensaron cuando tiró la tela negra hacia un lado, abultándose cuando finalmente se relajó, ni siquiera pudo evitar no relamerse sus labios cuando pasó sus dedos entre cada surco de su abdomen, y una especie de jadeo pesado salió de sus labios cuando trasladó su atención a las líneas de cada uno de sus tatuajes por todo lo largo de su brazo hasta llegar a su hombro, antes de escucharlo soltar una risita oscura.
— ¿Te gusta lo que ves? — Jungkook preguntó con su voz ronca mirándola con sus ojos entrecerrados y mordisqueando su labio inferior dándole un repaso a todo su cuerpo, sintiendo su boca salivar al notar el rápido ascenso y descenso de sus senos con cada respiración que daba y la forma en que sus caderas se movían hacia arriba; buscando cualquier tipo fricción que pudiera encontrar.
— Eres jodidamente irreal.— T/n admitió en medio de un jadeo dándole un par de caricias más en su abdomen antes de ponerse de rodillas frente a él y comenzar a desabrocharle los pantalones, con toda la prisa por ver su polla sin la distancia que los separaba.
— Esto es lo que querías, ¿no? — Jungkook preguntó con firmeza, dándose cuenta de todo y con su mirada completamente desfasada en su rostro y en el movimiento rápido de sus manos, los textos perfectamente ejecutados y la entrega del paquete, solo sabiendo que había hecho todo lo que querías que hiciera.
— Fue divertido, ¿verdad, Jungkook? — T/n preguntó de la misma forma, bajándole los pantalones de un solo tirón junto a su bóxer para lanzarlos junto a su camisa en el suelo.— ¿Dime, qué te gustó más? ¿Verme hacer cosas cotidianas o mirarme tocándome y jugando conmigo misma?
Jungkook ni siquiera tuvo tiempo de responder cuando un gemido ahogado se le escapó de sus labios al sentirla envolver una de sus manos alrededor del duro eje de su pene, comenzando a bombearlo de arriba abajo una y otra vez mientras lo interrogaba, disfrutando de la forma en que luchaba por responder a sus preguntas.
— Dios, eres tan sucia…— Gruñó apretando su mandíbula al verla inclinar su cuerpo a la altura de su pelvis, quedando frente a frente con su enorme erección antes de clavar su mirada sobre él mientras pasaba la punta de su lengua por sus labios, justo antes de verla sonreírle con total astucia.
Y esa misma sonrisa le hizo saber que ella sabía muy bien que lo era, T/n sabía exactamente lo sucia que era llegando al punto de usar todo a su favor solo para obtener lo que quería, Jungkook contuvo el aliento mientras observaba la forma en que T/n avanzaba poco a poco hacia él, sacando la lengua para lamer suavemente la punta hinchada de su pene; atrapando la gota salada de líquido preseminal que amenazaba con escurrirse por todo lo largo para saborearlo con hambre, escuchándolo gemir sobre ella.
Y eso fue suficiente para envolver sus labios alrededor de su grosor por completo; haciendo rodar su lengua varias veces en la punta rosada antes de darle una ligera succión y comenzar a mover su cabeza de arriba abajo por todo lo largo de su pene, Jungkook soltó un suspiro al sentir el calor envolviendo todo de él, amando la forma en la que la humedad y calidez de su lengua lo cubría por completo haciéndolo tensar su abdomen evitando empujar su pelvis hacia su boca.
El pequeño gemido que T/n dejó escapar contra su longitud al sentir su pene duro y caliente sobre su lengua la hicieron envolver su mano en la base para estabilizarse mientras movía su cabeza una vez más hacia abajo, tratando de tomar todo de él, pero era tan jodidamente grande y estaba cien por ciento segura que esto era mucho más satisfactorio que verlo masturbarse a unos metros de distancia, los suspiros y gruñidos que brotaban de sus bonitos labios la animaban a seguir adelante, deseando verlo desmoronarse solo por ella.
Jungkook ni siquiera supo en qué momento sus manos se enredaron en su cabello; tirando con la suficiente fuerza de sus mechones para guiar sus movimientos de arriba hacia abajo por todo lo largo de su longitud, marcando un ritmo firme y constante; los sonidos húmedos y obscenos inundaron todo su cuerpo y solo lo hicieron obligarla a moverse con más fuerza, empujando su cabeza contra su pene y follando su boca con fuerza una y otra vez, gruñendo guturalmente al sentir como su garganta se cerraba alrededor de su punta en una audible arcada y formó una sonrisa cuando se encontró con su rostro, viendo sus ojos llenos de lágrimas y su nariz presionada contra su ingle mientras gemía alrededor de su polla, y estaba seguro que te veías tan bonita así.
Jungkook la apartó de su pene unos segundos después, el húmedo jadeo que T/n dejó escapar rasgó el aire mientras intentaba recuperar el aliento sin borrar esa sonrisa burlona de su rostro mientras observaba su longitud desordenada y húmeda balanceándose ligeramente de lado a lado con cada movimiento que hacía, sintió a Jungkook inclinarse sobre ella y a su mano tomarla por su mejilla con total ternura.
— Joder, apuesto a que te ves tan bonita cuando lloras…— Murmuró por lo bajo pasando su pulgar por su labio inferior hinchado y resbaladizo, notando las pequeñas lágrimas en sus ojos y en sus pestañas inferiores, casi a punto de deslizarse por sus mejillas.
— Hazlo.— T/n susurró sintiendo como el tono ronco de su voz hizo que su estómago se retorciera y que más humedad cubriera sus muslos, sonriendo cuando vió sus cejas levantarse en forma de pregunta.— Hazme llorar Jungkook.
Y Jungkook juró que sintió su polla palpitar ante sus palabras, queriendo nada más hacer lo que T/n le pedía, convertirla en un desastre de llanto mientras rogaba que la follara con fuerza.— ¿Estás segura?
Con un pequeño asentimiento T/n se arrastró hacia atrás sobre la cama antes de girarse sobre tus manos y rodillas, arqueando su espalda y poniendo su trasero en pompa; exponiendo su entrada húmeda frente a Jungkook justo antes de mover sus caderas levemente de lado a lado.— Estoy segura.
Y Jungkook no necesitó nada más convincente que eso, envolviendo una mano en su pene para bombearse un par de veces mientras se acercaba a ella, colocando sus rodillas entre sus muslos y siseando cuando apoyó su polla contra su húmedo coño comenzando a rodar su pelvis una y otra vez hacia enfrente; haciendo que la punta se deslizara entre sus pliegues con cada movimiento y escuchándola gemir cuando rozó su necesitado clítoris un par de veces antes de alinearse correctamente en su entrada y empujar su pelvis; presionándose dentro de ella poco a poco.
Los ojos de T/n se cerraron con fuerza ante la sensación, sus manos apretaron con fuerza las sabanas mientras sentía a Jungkook deslizar cada centímetro de su longitud dentro de ella, ajustando su interior a su tamaño y llenándola de una forma tan deliciosa, un gemido de placer goteó de sus labios cuando Jungkook le dio un tirón a sus caderas hacia su pelvis, asegurándose de que todo su pene estuviera dentro de ella, apenas deteniéndose para respirar correctamente, viendo hipnotizado la forma en que su coño lo tomaba, amoldándose tan bien a su alrededor como si estuviera destinado a estar allí.
— Esto es…— T/n balbuceó por lo bajo, quejándose cuando sintió a Jungkook deslizarse un poco hacia fuerza antes de recibir una nueva y rotunda embestida.— Así es como me lo imaginé…— Agregó en medio de un jadeo antes de soltar una risita baja que despertó el interés de Jungkook, inclinándose sobre su cuerpo para verla con la cara presionada contra las sábanas y una sonrisa burlona en su rostro.
— ¿Si? — Jungkook preguntó con su voz aireada y apretando el agarre en su trasero; clavando sus dedos en su piel y sin duda marcándolos para que los pudiera ver más tarde.— ¿Te imaginaste siendo follada por detrás por tu vecino?
— Mhm-hu…— T/n musitó sin poder evitar la risa ahogada que salió de sus labios cuando Jungkook comenzó a follarla con fuerza, saliendo casi por completo de su interior solo para volver a introducirse en una dura penetración, haciendo que el sonido de sus pieles chocando se mezclara con su risa y gemidos.
— Lo sabía…— Jungkook gruñó mientras deslizaba una de sus mano por toda su espalda desnuda hasta llegar a su nuca; rodeando su cuello con sus dedos hasta que su palma presionó su cara contra el colchón con fuerza, sosteniendo su cuerpo debajo de él mientras sus penetraciones se volvían más duras y desordenadas.— Sabía que lo estabas haciendo a propósito, joder, ¿sabes lo culpable que me sentí? — Un nuevo gruñido salió de sus labios al sentir su interior apretarse ante sus palabras, deleitándose con los sonidos húmedos y lascivos de su coño cada que volvía a hundirse dentro de ella cada vez más fuerte.
— L-lo siento…— T/n susurró con falsa inocencia en su voz rota por sus bruscos movimientos, pero Jungkook sabía que no lo decía enserio y la sonrisa juguetona que se sintió contra su palma le dió la razón.
— Oh, ¿lo sientes? — Jungkook preguntó tomando un puñado de su cabello y dándole un tirón hacia atrás con fuerza, escuchándola gimotear feliz cuando aceleró aún más el ritmo de sus penetraciones dentro y fuera de ella, sabiendo que había encontrado el ritmo correcto cuando la vió arquear su espalda más para él; rozando ese punto dulce en su interior una y otra vez, T/n podía sentir las primeras chispas de su orgasmo destellando dentro de ella, y el hecho de que obtuviera lo que quería la acercaba al límite más rápido de lo esperado.
— No, no lo siento.— admitió gimiendo descaradamente con cada embestida. De ninguna manera se arrepentía, si este fuera el resultado, haría todo de nuevo y exactamente de la misma manera.
— Sé que no lo haces, te encantó montar un espectáculo para mí, eh, sabiendo que te estaba mirando desde mi ventana mientras jodías conmigo.— Jungkook escupió deshaciéndose de la culpa que alguna vez llegó a sentir, soltando su cabello y viéndola colapsar de nuevo sobre el colchón, su mano volvió a presionar su cabeza contra las sábanas ahora siendo reemplazada por hambre pura que sólo aumentó cuando sus gemidos comenzaron a volverse más entrecortados, calientes y pesados contra su mano.
Sus palabras fácilmente hicieron que la mente de T/n diera vueltas, el balanceo embriagador de sus caderas contra su trasero la estaban arrastrando al mismo estado de desesperación en el que Jungkook estaba, fueron semanas de tortura sin sentido que los alimenta a ambos con más que suficiente frustración sexual para follarse como tantas veces habían deseado e imaginado.
— Me encantó hacerlo…— T/n se quejó en medio de un nuevo gemido roto sintiendo como su cara era empujada con más fuerza contra las sábanas, la aspereza que Jungkook le estaba mostrando hacía que su estómago se retorciera, como pudo se las arregló para abrir sus muslos más para él y dejó escapar un gemido tembloroso cuando lo sintió hundirse más profundamente en ella rozando ese punto dulce en su interior con cada rotunda embestida que daba solo arrastrandola al borde.
T/n iba a correrse, Jungkook lo supo por la forma en que su cuerpo se tensó, por la forma en que sus paredes se cerraron a su alrededor haciéndolo maldecir mientras continuaba embistiéndola, sin poder evitar sonreír al escucharla gemir con fuerza ante otra dura penetración; viéndola tirar de las sabanas con desesperación hasta que de repente, la sintió correrse alrededor de su polla con un grito de su nombre.
— J-joder, Jungkook…— Gimió una vez más sintiendo sus piernas temblar con la fuerza de su orgasmo, escuchando a Jungkook gruñir detras de ella sintiendo como todo su interior aprisionaba su pene dentro de ella, goteando por sus muslos y cubriendo su pene por completo con su orgasmo; dejándolo resbaladizo con su excitación y solo haciéndolo tararear de puro gusto.
Jungkook no perdió ni un segundo saliendo de su interior para girar su cuerpo hacia él, haciéndose espacio en entre sus muslos necesitando ver su rostro mientras se volvía a hundirse de nuevo dentro de ella en una deliciosa penetración, amando el suave gemido que T/n dejó escapar cuando tocó fondo una vez más, sus brazos se envolvieron alrededor de sus fuertes hombros cuando comenzó a moverse dentro de ella antes de sentirlo volver a estampar sus labios juntos.
El gusto salado de su transpiración potenció mil veces más su excitación, todo era tan carnal y tan sucio, el calor de sus cuerpos se fusionaba con cada empujón duro y decidido que Jungkook daba dentro de ella, sus lenguas calientes se juntaron, pero apenas y pudieron mantener la unión a causa de los desesperados jadeos en busca de oxigeno, y fue ahí cuando Jungkook se alejó solo un poco para poder mirarla; formando una sonrisa aturdida al ver su rostro sonrojado y su cabello húmedo cayendo sobre sus ojos, y T/n apenas y pudo sostenerle la mirada; admirando cada una de las expresiones de placer que hacía, creando un espectáculo privado tan erótico y sensual solo para ella.
— Quiero hacerte llorar…— Jungkook confesó inclinándose sobre ella para besar una vez más sus labios al mismo tiempo que su mano derecha golpeaba la cama torpemente hasta que encontró lo que estaba buscando, ese maldito vibrador que había guardado con su vida antes.
En el momento en que las pequeñas vibraciones llegaron a los oídos de T/n sus ojos se abrieron de par en par, apenas captando la sonrisa malvada en los labios de Jungkook mientras sostenía el juguete entre sus cuerpos, jugueteando con los ajustes hasta que las vibraciones fueron lo suficientemente bajas como para comenzar.— Espera Jungkook, soy muy sensible…
— Me dijiste que te hiciera llorar, ¿no es así, bebé? — Jungkook recordó comenzando a arrastrar la cabeza del juguete por su vientre y por su monte de venus lentamente, burlándose de ella mientras llegaba poco a poco al lugar deseado.
La emoción atravesó el cuerpo de T/n una vez más, haciéndola soltar un jadeo tembloroso cuando la cabeza del juguete apenas y rozó su sensible clítoris, todo su cuerpo se sacudió de placer y su interior se apretó con fuerza alrededor de su polla haciendo que Jungkook cerrara los ojos ante la sensación, volviendo a presionar el vibrador contra su pequeño clítoris, los ajustes bajos hicieron un zumbido a través de ella y sus uñas se hundieron en sus hombros.
— ¡Ah, Jungkook! — T/n lloriqueó su nombre una vez más, sintiendo su pecho agitarse con cada desesperada respiración que daba cuando Jungkook comenzó a follarla de nuevo; haciéndola girar sus caderas hacia arriba y contra su pelvis, sin saber exactamente si quería alejarse del juguete o presionarlo con más fuerza, el ligero dolor entre sus cuerpos rápidamente se transformó en placer cuanto más sentía su pene moviéndose dentro de ella.
— ¿Qué pasa, cariño? — Jungkook preguntó con falsa inocencia, elevando los ajustes del juguete hasta que un gemido particularmente fuerte resonó en la habitación, haciéndolo reír al sentir sus muslos apretarse en su cintura por reflejo, pero él sabía que a T/n le estaba encantando esto, con sus dientes mordisqueando su labio inferior mientras lo miraba con sus ojos llenos de lágrimas, instándolo a follarla más fuerte, rogándole silenciosamente por más.
Y por supuesto que Jungkook hizo lo que T/n mudamente le pedía, empujando sus caderas dentro de ella con la fuerza suficiente para empujar su cuerpo contra la cabecera de la cama, creando un audible y repetitivo golpeteo contra la pared que estaba seguro despertaría a más de uno de sus vecinos, pero eso le importaba una mierda, demasiado perdido en las olas de placer que se mezclaban con las vibraciones contra su clítoris. Jungkook podía sentir su propio orgasmo acercándose sigilosamente a él, arrastrándose por su columna vertebral con cada embestida húmeda y con cada gemido de su nombre.
Con unos cuantos clics más el vibrador alcanzó la configuración más alta, zumbando intensamente contra su sensible clítoris y casi haciéndola golpearse ante la sensación repentina, arqueando su espalda hacia el pecho de Jungkook mientras jadeaba una serie de cosas sin sentido que ni ella misma entendía, solo escuchándolo reír sin dejar de verla mientras presionaba el juguete con más fuerza.— ¿Vas a correrte de nuevo en mi polla, bebé?
— Jungkook…— T/n volvió a lloriquear su nombre buscando desesperadamente con sus manos sujetarse de su cuerpo, necesitando algo que la conectara de nuevo a tierra del abrumador placer al que estaba siendo sometida.
— Vamos, quiero verte llorar…— Jungkook la animó una vez más, observando con asombro cómo su cuerpo se tensaba por completo por un momento, sabiendo muy bien que estaba a punto de correrse de nuevo.
— Joder, joder...— T/n gimoteó sintiendo como sus palabras se mezclaban con los espasmos de su orgasmo brotando alrededor de su pene, sintiendo todo su cuerpo temblar cuando la sensación de euforia la inundó por completo, sus cejas se fruncieron mientras maullaba ante la sensación de su orgasmo llegando al punto máximo y fue ahí cuando las lágrimas finalmente se derramaron por sus mejillas, sintiendo todos sus sentidos abrumados por la cantidad de placer que sentía.
— Tan jodidamente perfecta…— Jungkook murmuró ante las altas vibraciones que se sentía contra su pene, el aleteo de sus paredes aterciopeladas evitaban que quisiera apagar el vibrador, deslizándolo un poco más cerca de su entrada hasta que él también jadeo.
— Es demasiado…— T/n suplicó por lo bajo, mirándolo con sus ojos empañados y aún llorosos de placer, los labios de Jungkook se abrieron en un gemido silencioso cuando aumentó sus embestidas buscando su propia liberación y elevó su mano libre para ahuecar su mejilla y poder limpiar las lágrimas perdidas que habían caído sobre su piel, corroborando que realmente te veías bonita cuando llorabas.
— Ya casi llego bebé, ¿estás bien? — Jungkook preguntó en medio de un suspiro, cerrando los ojos al sentir su interior palpitar alrededor de su longitud.
Su preocupación hizo sonreír a T/n, asintiendo levemente mientras colocaba su mano sobre la de él, luchando un poco más con la hipersensibilidad de él para obtener su propia liberación.— Sí, córrete dentro de mí, por favor…
Y Jungkook gimió en respuesta a sus palabras, deslizando el vibrador más abajo hasta que descansó contra la base de su pene, las fuertes vibraciones se arrastraron por todo lo largo de su longitud en cada una de sus desordenadas y torpes embestidas que daba dentro de ella, y cada zumbido solo hizo que su cuerpo se estremeciera.
— Ah, mierda…— Jungkook gruñó empujando su pelvis contra su coño con más urgencia, hundiéndose dentro de ella descuidadamente, sus ojos se abrieron hacia ella mientras llegaba, y la mirada llena de lujuria que T/n le dio fue todo lo que necesitó para dejarse ir por completo.
Un gemido murió en su garganta cuando se hundió dentro de ella lo más profundo que pudo con una descuidada y fuerte embestida, sintiendo como los chorros clientes y espesos de semen brotaban de su punta; llenando su interior y empujándose superficialmente unas cuantas veces más para asegurarse que todo estuviera dentro de ella hasta que finalmente se detuvo de a poco para apagar el juguete con sus manos temblorosas, lanzándolo a un lado de la cama sin cuidado antes de colapsar sobre el cuerpo de T/n en puro dramatismo. Ni siquiera se preocupó por su peso sobre ella y solo se concentró en tratar de recuperar el aliento mientras sentía a T/n pasar sus dedos entre su cabello húmedo.
— Me siento sudoroso y sé que hice un desastre en tus sábanas.— Jungkook murmuró después de unos segundos, con su mejilla presionada contra sus senos y los ojos cerrados mientras intentaba darle sentido a todo lo que acababa de pasar.
— Está bien, me gusta el desorden.— T/n respondió de la misma forma, y aunque parecía ser una broma, la forma en que el pene de Jungkook palpitó aún dentro de ella demostraba que él se tomaba en serio todo lo que decía.— Eres un pervertido.
— ¿Yo soy el pervertido? — Jungkook se burló sintiéndose completamente ofendido mientras salía de su interior, y cuando la vió asentir con su cabeza no pudo evitar soltar una risa y señalarla con su dedo.— ¡Lo dice la que me daba espectáculos gratis todas las noches!
— No es mi culpa que seas fácil de atrapar, te enganchaste en el segundo que me viste tener esa fiesta de baile aquí, ¿eh? — T/n preguntó de forma divertida y Jungkook asintió de inmediato sabiendo exactamente de qué noche estaba hablando.
— Bien, ¿Qué debería hacer ahora? — Jungkook preguntó poniéndose de pie y entrando al baño para tomar una toalla, pensando que lo mínimo que podía hacer era limpiar el desastre que había causado entre tus muslos.— ¿Debería enviarte un mensaje de texto sobre el clima mañana, y llamarte a mi departamento esta vez? Dejaré que me ahorques si te gusta eso.— Agregó de una forma tan casual que hizo que T/n soltara una risa ante sus palabras.
— ¿Te gusta eso? — T/n preguntó sintiéndolo limpiar con calma sus muslos y alrededor de su entrepierna, sintiéndose más que sorprendida cuando lo vió regalarle una mirada traviesa.
— Tal vez...— Jungkook agregó antes de formar un guiño coqueto, regresándole la bata y colocándose su bóxer de nuevo para dejarse caer sobre la cama a su lado.
T/n estaba segura que eso era algo con lo que podía trabajar, pensando en la próxima vez que torturaría a su vecino, preguntándose cómo se verían sus manos envueltas alrededor de su cuello, quién sabe, tal vez podría ver si se veía bonito cuando lloraba.
Y por supuesto que Jungkook notó la travesura en todo su rostro, pero antes de que pudiera sugerir una segunda ronda, había una cosa que lo estaba devorando por completo.— Por cierto, nunca me agregaste a ese grupo de chismes de los vecinos.
Los labios de T/n se fruncieron en una sonrisa tensa mientras sus manos regresaban a su cabello, haciendo girar un dedo alrededor de un mechón suelto y tratando de aguantar la risa, sabiendo muy bien que tal grupo no existía en absoluto, pero no estaba de humor para aplastar su espíritu, sabiendo que él quería desesperadamente conocer los chismes del vecindario, así que simplemente se encogió de hombros en una falsa disculpa, diciendo otra mentirita piadosa.
— Mi error, te agregaré mañana.
Y Jungkook sonrió en respuesta inclinándose para presionar un beso contra su muslo, mientras en su mente también se imaginaba cuán lindas se verían tus manos alrededor de su cuello.
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N/A: He vuelto por aquí titis🥺 yo sé que no me van a perdonar haber desaparecido así como así pero espero poder recompensar mi ausencia con este OneShot que muchas de ustedes me pedían que publicará de Jungkook y su vecina y no podía decirles que no porque estos dos me tienen mal sooo les prometo publicar la segunda parte de este oneshot muy pronto ♡
Una disculpa enormee por la tardanza, la vida de adulto no es muy bonita que digamos 🥺
Prometo estar más seguido por aquí ♡
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olee · 10 months ago
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Pelotudo | Francisco Romero
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*enemies to lovers (almost)
*pelotudo: dicho de una persona, que actúa sin entendimiento, razón ni gracia.
“Que lindo ojos tenés - Quiere que te dé un beso?”
~
Conocías a Francisco desde kindergarten, y la verdad es que nunca congeniaron. Desde aquel entonces, sentías que le caías pésimo, y no era para menos. Él siempre se codeaba con los populares y se paseaba con aires de superioridad. Además, compartían el mismo interés por el teatro, lo cual resultaba ser uno de los puntos más irritantes para ti.
Durante los ensayos en la escuela de teatro, Francisco no perdía la oportunidad de soltarte comentarios hirientes: “Eso no es así", "Pelotuda, ¿no te lo estudiaste?", "Boluda, estás re-te mal", "Sos una mierda", "Andate a la mierda", y una lista interminable de despectivos. Era difícil soportar sus constantes críticas y la mirada de desprecio que te lanzaba en cada oportunidad.
Finalmente, llegó el día de tu graduación y decidiste mudarte a vivir a la Ciudad de México, dejando atrás esos incómodos encuentros con Francisco.
Después de varios años, tus amigos te insisten en que veas la película "La Sociedad de la Nieve". Como amante del cine y el teatro, y teniendo conocimiento de la historia del avión uruguayo, decides verla un día con tus amigos. Sin embargo, durante la proyección, algo llama poderosamente tu atención.
Al reconocer a algunos colegas del teatro en la pantalla, te sorprende descubrir que Francisco también forma parte de la película. Al verlo, no puedes contener tu reacción y susurras entre dientes un "concha de tu madre". La expresión de asombro en la cara de tus amigos es inevitable, y te preguntan: "¿Qué pasó?".
No puedes evitar soltar la verdad: "Ese es el pelotudo que arruinó mi carrera en Buenos Aires". La revelación deja a tus amigos boquiabiertos, y a partir de ese momento, la película adquiere un matiz completamente diferente para ti.
Después de un mes, decides regresar a Argentina para visitar a tu familia. Al llegar, te encuentras con un escenario inesperado: Francisco está en la cocina, cocinando con tu mamá. Ella, con una sonrisa en el rostro, te señala y exclama: "Mira, tu amigo de teatro está aquí".
Te quedas atónita, ya que la relación que tenías con Francisco distaba mucho de la amistad. Eran prácticamente enemigos durante tus días de teatro en Buenos Aires. Sin embargo, allí está él, ayudando en la cocina como si fueran los mejores amigos.
Tu madre, notando tu sorpresa, te presenta a Francisco con una alegría contagiosa. Él, con una voz inesperadamente dulce y fresa, te saluda: "(Tu nombre!), tu madre me invitó y, obviamente, no podía decir que no". Su tono amigable y su actitud llena de encanto te desconciertan, ya que no esperabas encontrarte con esta versión de Francisco.
Tu madre te informa que hace falta zanahoria y papas para la comida, y te pide que vayas al supermercado. Lo que más te sorprende en ese momento es escuchar a Francisco decir con una sonrisa: "Bueno, yo también voy contigo".
La idea de ir al supermercado con alguien con quien solías tener una relación conflictiva te resulta extraña, pero decides aceptar su compañía. Te das cuenta de que Francisco ha cambiado mucho desde la última vez que lo viste. Su actitud es relajada y amigable, y se muestra dispuesto a ayudar a elegir las mejores zanahorias y papas.
Mientras caminas para el supermerkado, decides soltar las palabras que hasta hace poco te parecían impensables: "Eh... felicidades, te vi en la película, hermoso de verdad". Francisco te mira con una expresión de sorpresa, pero el sol refleja intensamente en sus ojos verdes, haciéndolos brillar de una manera cautivadora.
Agradecido, Francisco responde con amabilidad: "Gracias. ¿Y vos? Tu madre me contó que haces teatro en México". Hipnotizada por la luminosidad de sus ojos, respondes sin poder evitar mirar hacia abajo: "Bueno, sí, estoy en el teatro y me va tranqui".
Él asiente con interés y suavidad en su tono de voz: "Qué bueno. Siempre fuiste la mejor en el teatro, la verdad es que te envidiaba mucho". De repente, te detienes en medio de la calle, mirándolo en blanco, tratando de procesar esas palabras. La sorpresa y la confusión se reflejan en tu rostro mientras intentas entender la nueva dinámica entre tú y Francisco.
Después lo encarás con una mirada bien intensa y le largás un "¿Posta estás diciendo eso?". Después de un silencio medio incómodo, le soltás un "En serio, che, ¿te olvidaste de todos los insultos que me tirabas cuando éramos pibes?". Francisco tira un "Che, (tu nombre), era un pibe, ni me daba cuenta de lo que decía". Ahí le mandás un "Sos un gil, me terminé mudando a Ciudad de México por tu culpa". Francisco te clava la mirada y suelta un "La verdad, nunca entendí por qué te fuiste". Y vos, con cara de sorpresa, le tirás un "¿Qué no entendés? ¡Me arruinaste la vida con esos comentarios arrogantes que tirabas todos los días, loco!". Te quedás re en shock después de soltar todo eso, dándote cuenta de que sacaste todo lo que tenías adentro y sin tener ni idea de qué va a decir el boludo.
Francisco te sigue mirando con esos ojos como platos y tira un "No sabía que te afectaban tanto, posta". Ahí te quedás mirándolo, medio paralizada, y le soltás un "¡¿Cómo que no sabías?! ¡Me hiciste mierda con tus comentarios, Francisco!". Francisco intenta explicarse, "Es que no lo hacía con mala intención, era joda de pibes". Y vos, caliente, le retrucás, "¿Joda? ¿Te parece joda tener que dejar todo e irme a otro país por tu culpa?".
Él baja la mirada, como sintiéndose culpable, y murmura un "No pensé que lo tomarías tan en serio, boluda". Ahí te explota la paciencia y le decís, "¿En serio? ¿No pensaste que abandonar mi vida acá sería en serio?". Francisco, medio nervioso, trata de justificarse, "Pero mirá, ahora estoy acá, podemos arreglar las cosas". Y vos, sin aflojar, le disparás, "No sé si tiene arreglo, Francisco. Me hiciste pasar por un infierno".
Francisco, sintiendo la incomodidad del momento, decide romper el hielo de alguna manera. Mira las bolsas de supermercado que sostienes con esfuerzo y sin decir una palabra, se acerca y te las quita suavemente de las manos. Lo hace como si de repente se diera cuenta de la carga que llevas.
Te mira con una sonrisa apologeta y te dice, "Che, dejame ayudarte con esto. Parece que están pesadas". Le das una mirada sorprendida, agradecida por el gesto repentino, y asientes. "Gracias, de verdad", le dices genuinamente. En ese momento, entre las bolsas, se crea un pequeño espacio de complicidad, como si ambos recordaran que, a pesar de todo, alguna vez fueron amigos.
*Thanks to my sis por ayudarme a escribirlo! We had fun!!!
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florinaranja · 8 months ago
Note
Holaaaa, primero que nada escribes INCREÍBLE, me encanta tu redacción, cuando encontré tu blog mori por qué quería leer más trabajos tuyos y no encontré, ánimo.
Y segundo quería pedirte algo con pipeeee, es un golden tiernon, no sé, se me ocurre algo como una fiesta post partido de fut y que Pipe sea medio reservado, pero por estar tan feliz, no pueda esconder el PDA y se la pase buscando contacto físico inocente y al final no le importe nada estar sobre, mostrando afecto frente a sus amigos.
Espero con ansias leer todos los trabajos a futuro que escribas. 🙏🏽🙏🏽🙏🏽🙏🏽
afición de enamorados ; felipe otaño
pairing: felipe otaño x fem!r
summary: ¿qué hay mejor que pasar un día muy futbolístico y amoroso con tu novio pipe? exacto, nada. 1.6k.
warnings: none!! puro fluff como debe ser
n/a: muchas gracias por el request! siento la tardanza, los exámenes me consumen viva. espero que te guste muchísimo y de verdad muchas gracias por el apoyo y tu mensaje😢 me ha hecho super feliz y motivado un montón!! love u!!! also esto creo que es obvio, pero soy española así que siento que no tengan el habla argentina🙏 i'm trying
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nunca hubiera pensado que se emocionaría viendo un partido de fútbol, pero ahí estaba ella: gritando a puro pulmón cada vez que la pelota recaía en los pies de su novio. ahora entendía la euforia que sentía felipe cada vez que veía un partido de river, equipo del que era hincha hasta la raíz, y este ganaba. 
alegrarse por su novio no cambiaría el hecho de su poca afición futbolística, pero de vez en cuando era divertido pasar la tarde gritando como una loca apoyándolo. es un tipo de orgullo explosivo, eso era indiscutible. 
no era más que un partido entre amigos, una forma más de pasar el tiempo. pero felipe estaba corriendo decidido hacia la portería contraria, esquivando con agilidad a los contrincantes y con el sudor de un ganador corriéndole por la frente; y maría, desde su posición de espectadora, tenía los puños apretados y se iba levantando poco a poco de la grada hasta que felipe marcó gol. la chica pegó un salto emocionada, aclamando el último punto que le daba la victoria al equipo de su novio. 
bajó corriendo las escaleras hasta llegar a las vallas que la separaban del césped, esperando a que todos los amigos de felipe acabaran de felicitarlo. en cuanto terminaron, el joven se escabulló y dirigió directo hacia su novia, como un perrito que regresa a traerle la pelota a su amo. maría lo recibió con una amplia sonrisa. acunó su cara entre sus manos y comenzó a llenarlo de besos sonoros por toda la cara, casi pareciendo una madre orgullosa. 
—¡has estado increíble, cariño! eres bueno en todo lo que haces, que lo sepas —pipe rio acalorado, bien por el cansancio y el calor del verano o por las palabras cariñosas de la joven—. además me hace tan feliz verte disfrutar así, como un niño pequeño… 
maría se encontró con sus ojos azules, melosos. jugaba con los piquitos ondulados que se formaban en la nuca de su chico con una sonrisa tonta y felipe no pudo aguantar más sin sentir sus labios contra los suyos. se inclinó por encima de la valla y cogió firmemente una de las mejillas de la chica, entremezclándose en un beso de simple amor. 
los silbidos de los amigos de pipe no tardaron en llegar, como era lo normal. pipe cortó el beso y se giró hacia ellos, sacándoles el dedo. —no se cansan de joder ustedes. 
volvió a dirigirse a su novia. —esta noche los chicos y yo pensamos en celebrar la victoria y ya de paso ver el partido de river. ¿qué decís?
ella entrelazó sus manos. —si dijera que no a pasar tiempo contigo estaría loca. 
llegó la noche y la pareja estaba lista para la larga celebración que les esperaba en casa de uno de los amigos de felipe. lo primero que hizo su novio al entrar en la casa fue tirarse en el sofá, ansioso y con los colores rojo y blanco de su camiseta vibrando más que de costumbre. no era lo mismo que verlo en el estadio donde el ambiente estaba cargado de los gritos de los aficionados, pero si estaba con su chica cualquier cosa era extraordinaria. se giró por encima del sofá a mirarla, estaba charlando con otra chica y, cómo no, estaba radiante. cada vez que la veía, le era imposible no pensar que era todo lo que necesitaba con él, la chica de sus sueños. se acomodó bien, de nuevo enfrentando la televisión, mientras se mordía el labio intentando reprimir las ganas que tenía de besarla allí mismo. 
nunca habían sido del tipo de parejas que están pegadas todo el rato, uno encima del otro, sino que guardaban los momentos más íntimos y cargados de emoción para la mera presencia del otro. no es que no se mostraran cariñosos en público, siempre paseaban con las manos entrelazadas y se robaban besos cada vez que podían, pero el verdadero sentimiento que se tenían se daba en la soledad de su hogar.
el partido comenzó a las nueve en punto. fue acompañado por pizzas y fernet, las risas de los amigos (entre las que maría siempre destacaba la de felipe) y la pura afición que solo el fútbol conlleva. cuando su equipo marcó el primer gol, los bramidos se escucharon por todo el vecindario. felipe no cabía en su felicidad. buscó con la mirada a su novia, quien ya se encontraba mirándolo y le hizo una seña con el brazo mientras gesticulaba “vamos”. con ese simple acto, se le llenó el pecho de una alegría abrumadora. incluso llegaron a subírsele los colores y a cosquillearle la barriga, como si fuera la primera vez que hablaba con la chica que tanto le gustaba. 
le recorrió la necesidad de cogerla, apretujarla y dejar el partido de lado para susurrarle al oído y oír sus risitas en respuesta. pero lo único que hizo fue darle una sonrisa en respuesta y volver a sentarse en el sofá cuando el ambiente ya se había calmado. 
hasta que marcaron el segundo gol a favor de su equipo, el chico echó en falta algo, o mejor dicho alguien. de vez en cuando se le colaba por el rabillo de ojo la imagen de su novia charlando con uno de sus amigos —desde el primer momento se llevó bien con todos ellos y es que, ¿quién podría no hacerlo?— y en su mente solo podía pensar en tenerla cerca. así que, aprovechando la nueva emoción, felipe pegó un salto del sofá y se acercó a la chica. le tendió la mano y esta la aceptó gustosa aunque extrañada. la condujo hasta el sofá y miró a los dos chicos que lo ocupaban.
—échate para allá, dale. 
su amigo lo hizo, no sin antes lanzarle algún que otro insulto cariñoso y burlarse de él. ahora, con maría a su lado la noche de felipe solo había mejorado. no quería hacer tan obvio que estaba anhelando el tacto de la piel suave de su novia pero falló irremediablemente. mantuvo sus manos entrelazadas y acercó su rostro al cuello de ella, descansando en su aroma a lavanda. 
la joven rio por lo bajo por las cosquillas que su pelo le hacía y llevó su mano libre a su cabeza, acariciando cada mechón de pelo castaño.
—¿y este repentino cambio tan amoroso? —el chico suspiró.
—siempre puedes volver a irte si quieres, amor —siseó juguetón felipe, para luego dejar un casto beso en su cuello. 
por nada del mundo la chica se iría de ahí. se acurrucó contra él, intentando tener el mayor contacto que podía. estaba disfrutando esta muestra pública de cariño como la que más, era un hecho. 
sin embargo, las cosas comenzaron a complicarse para los rojiblancos. el equipo contrario había remontado acabando en empate, teniendo solo quince minutos de prórroga para ganar. el ambiente en el pequeño salón se notaba preocupado. felipe apretaba la mano de su novia con fuerza cada vez que veía un gol cerca aunque terminara en nada. cuando ya quedaban cinco minutos y todo los chicos habían aceptado la derrota, un jugador de river marcó, dándoles la victoria. 
todos los amigos que se habían reunido aquella noche saltaron exaltados, incluso maría se alegró por los vencedores. los chicos comenzaron a corear mientras saltaban, con unas enormes sonrisas plasmadas en sus caras y la joven esperó que felipe se les uniera. en cambio, fue sorprendida por un agarre brusco que la hizo girar para encontrarse con sus labios estampados contra los de su chico. correspondió a su beso, brusco y desaliñado por la emoción del momento, con su agarre fuerte en sus caderas derritiéndola por completo. 
al separarse, maría cogió una bocanada de aire jadeando. tampoco le dio tiempo a mucho más, porque pipe la tomó levántandola del suelo y girándola por el aire. la sala se inundó de sus risas.
—¡pipe, bájame! voy a vomitar la pizza.
el joven obedeció sin mucha resistencia y le plantó otro beso y otro y otro y así hasta que un carraspeo los interrumpió. —no bueno, si queréis nos vamos y os dejamos solos.
felipe reaccionó como hacía apenas unas horas: le mostró el dedo del medio. nadie le dio mucha importancia y la celebración continuó. maría alcanzó la mano de su novio y le sonrió. 
—quiero pasar toda mi vida contigo, cariño. acompañarte a todos los partidos de fútbol solo para verte así de feliz, a todos los castings que quieras… no sé, no puedo imaginar no estar a tu lado. es algo raro para decirte justo ahora, pero es que me lleva rondando la mente por un tiempo, quiero que sepas lo mucho que significas para mí. 
—nena, algún día de estos vas a matarme —le regaló un beso en la mejilla—,  no puedes ser más perfecta. no puedo esperar para que pasemos juntos toda la vida. 
la joven se colgó de su cuello y esta vez fue ella quien inició el beso: lento, saboreado, rosado. 
y así continuaron el resto de la madrugada, más melosos que unos recién enamorados, siempre a menos de cinco centímetros el uno del otro. al final, ni siquiera ellos podían escapar de la necesidad de sentirse cerca, no importaba el público o la situación. y qué decir que después de esa noche, maría comenzó a ver los partidos de fútbol con más cariño.
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deepinsideyourbeing · 14 days ago
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Mmmm quien sera, no?
Deaf!Enzo x reader smut donde Enzo se frusta al no ser capaz de escuchar a la lectora gemir y ella sin avisarle le pones sus manos en su garganta y el queda fascinado porque nunca se le ocurrió semejante idea
Kinktober, Día 28: Choking
Cuando conociste a tu novio lo primero que te llamó la atención fue su lenguaje corporal y sus expresiones faciales. Lo segundo, por supuesto, fue su voz y el hecho de que no la utilizaba porque se comunica casi exclusivamente mediante lengua de señas.
En unas pocas ocasiones intentó utilizar su discapacidad para rechazarte, argumentando (luego de derramar una que otra lágrima cuando tuvieron una conversación completa en lengua de señas) que no podrías sentirte plena a su lado, pero dejó de negarse la oportunidad de tenerte cuando entendió lo comprometida que estabas con comprenderlo.
Cuando llegaste a conocerlo descubriste que es fanático de las sonatas para contrabajo y que le encantan las tormentas eléctricas, ya que son frecuencias e intensidades que sí puede oír, aunque estas últimas pueden estar acompañadas de cambios en la presión atmosférica que invocan ese irritante y esporádico sonido que lo atormenta desde los siete años.
Es en esos momentos que te permite ver cuánto lo irrita su condición... Y en momentos como este también, cuando sus embestidas rápidas y profundas te cortan la respiración y te hacen gritar, pero él sólo puede ver las expresiones de placer que transforman tu rostro y te hacen morderte el labio.
Finge refugiarse en tu cuello, pero en realidad sólo busca estar más cerca de tu boca, porque tiene la esperanza de captar alguna frecuencia aguda con su oído derecho (el mejor, según múltiples estudios y especialistas). Tus uñas dibujando en su espalda y tus piernas abrazando su cintura logran distraerlo parcialmente de su objetivo, pero unos minutos más tarde se da por vencido y cesa sus movimientos.
Lo observás, entre preocupada y sorprendida, cuando se deja caer sobre el colchón. "¿Qué?" preguntás, pero en lugar de contestar cubre su rostro con su brazo y niega, dejando salir un interminable suspiro de frustración. Tomás su mentón entre tus dedos para llamar su atención y te mira con ojos vidriosos.
Con un gesto de furia señala su oreja. No es difícil descifrar qué intenta decirte.
Permanecen en silencio por unos segundos. Recordás la primera vez que escuchaste su risa, esa carcajada que se puede reconocer a kilómetros, también la primera vez que dijo tu nombre con esa voz grave y ronca por la falta de costumbre -veintitrés veces desde que se conocen, veintiún veces desde que son novios-, por no mencionar el desgarrador gemido de la primera vez que tuvieron sexo.
Enzo no puede compartir esos recuerdos, ya lo sabías, pero jamás pensaste en ese detalle desde esta perspectiva. Probablemente no recuerda cómo era su voz, porque la última vez que se oyó a sí mismo tenía siete años, y tampoco puede compartir esa sensación que te regala cuando oís tu nombre en sus labios: se siente especial, más valioso, como un tesoro.
Luego de reincorporarte te sentás sobre su regazo, tomás su muñeca y bajo su mirada curiosa llevás su mano hacia tu cuello. El calor de su palma contrasta con el frío de sus anillos, pero no te importa el escalofrío que provoca e incluso lo disfrutás, ya que podés ver sus ojos oscureciéndose nuevamente por la sombra del deseo.
Guiás su miembro nuevamente hacia tu entrada y cuando te dejás caer sentís la manera en que sus dedos se contraen. Enzo jadea cuando la calidez y humedad de tus paredes lo rodean por completo, pero no se deja llevar por el placer, mantiene los ojos abiertos para poder apreciar cómo se ve su mano en tu cuello.
En cuanto percibe las vibraciones de tus gemidos su abdomen se tensa. Sonreís -una sonrisa que sólo puede catalogarse como obscena- y él quiere halagarte por ser tan increíble, tan inteligente, tan ingeniosa, pero para hacerlo necesitaría de ambas manos y no está dispuesto a dejar de sentirte. No puede.
Movés tu cadera lentamente y gemís con fuerza por la sensación que provoca con su tamaño. Disfrutás sentirlo en los lugares más profundos de tu cuerpo, el placer que se vuelve más extremo con cada minuto que pasa, la manera en que el roce con su pelvis estimula tu clítoris y amenaza con desbordarte, pero...
Disfrutás más verlo arrojar la cabeza hacia atrás, con su cabello cayendo en todas direcciones sobre la almohada, mientras su mano -decorada con las venas que tanto te gusta sentir bajo las yemas de tus dedos- permanece en tu cuello y sus dedos presionan en los lados.
Es nuevo y peligroso, sí, pero lo desconocido y sus implicaciones dejan de importarte cuando Enzo, luego de sentir tus gemidos prolongándose y convirtiéndose en gritos, comienza a mover sus caderas para embestirte. El sonido del impacto entre su cuerpo y el tuyo es adictivo.
Perdés el equilibrio por la fuerza de sus estocadas pero te sujetás de su muñeca: podés sentir su pulso descontrolado bajo tus dedos y en ese preciso instante en el que comprendés cómo él percibe tu placer, te perdés en el orgasmo. En un principio intentás no gritar, pero la incoherencia propia del clímax y la falta de oxígeno no son suficientes para olvidar que él necesita ruido.
Cuando Enzo llena tu interior, manchando con su semen tus paredes sensibles y aún pulsantes, el sonido de sus respiraciones se sincroniza y resuena entre las paredes de la habitación. Por un instante lamentás que tampoco pueda oír esto, pero su mano en tu pecho te hace olvidar ese absurdo pensamiento, porque recordás que sí puede saber cómo se siente.
-Te amo- dice con voz quebradiza.
Sonreís. "Te amo" contestás con una seña.
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dudd-ie · 3 months ago
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Cuando la situación se torno peligrosa,nega ,el "jiang shi" decide alejarse de su joven maestra y sacrificarse para darle una oportunidad de escapar del ejército del maldito emperador mogeko.
Sin embargo,tras contarle su plan a su protegido humano,ella se niega entre lágrimas a dejarlo ir.
Atónito,el vampiro-zombie se ve paralizado por una aterradora sensación de Déjà vu que pone en alerta máxima todos sus sentidos.
Sus colmillos comienzan a doler a la par que sus garras crecen sobre sus helados dedos.
Incluso el sello sobre su cabeza se siente pesado,como si tratara de suprimir el flujo de energía que comenzó emitir su alma.
-"n-no...no vayas.."- susurra la joven maestra contra la tela de su ropa,y él casi puede sentir sus uñas clavarse contra su abdomen mientras se aferra con desespero.
El palpitar sobre su pecho se vuelve tan errático que siente su cuerpo retumbar con cada doloroso latido.
"¿Latido?"
Para un zombie con tanta antiguedad como él tal cosa debería ser imposible,
Algo de todo aquello debia estar siendo producido por su propia alma.
Sin embargo aquella conclusión tenia menos sentido para él.
¿Por que su alma estaria reaccionando de esa forma a esa humana?
Las dudas se acumulan en su lengua a la par que su cabeza duele como si fuera a partirse por la mitad.
Yonaka al notar su estado rígido,levanta su rostro para encontrar su mirada con la de él
-"¿e-eh?...¿jiang shi-sama?"-
-("¿sr.mogeko defectuoso?")-
cuestiona ella de forma llorosa,pero el contenido de su pregunta es confuso para el vampiro,ya que él juraría haber escuchado la voz de su humana llamarlo de otra forma al mismo tiempo.
"¿m..mogeko defectuoso?"  Se repite él internamente,encontrando aquel título confuso pero familiar en alguna parte de su mente.
Entonces el dolor de cabeza empeora,y el sello parece ejercer una mayor presión que casi lo pone de rodillas.
El sudor se acumula sobre su piel pálida mientras su visión se vuelve borrosa.
Siente su pecho apretarse,como si algo desde su interior  tirará con insistencia su alma para retenerla en su cuerpo.
De fondo logra escuchar la voz femenina de su humana compañera pedir por él con insistencia.
Nega dirige sus ojos hacia ella con dificultad,como para calmarla.
Su confusión no hace más que crecer cuando al enfocar su mirada en yonaka,él consigue apreciar la tenue imagen sobrepuesta de una chica bastante similar a ella.
Su vestimenta era extraña,en vez del Qipao rojo con bordes dorados ella  parecia llevar una especie de uniforme exótico que nega no reconoció al instante.
El rostro y las faciones eran identicas,sin embargo su peinado era distinto,pues su cabello oscuro era separado por dos largas trenzas que caian sobre su espalda.
"¿señorita?"
Debido a lo borroso de su visión no pudo examinar con mas detalle la extraña aparición.
Pero algo para él estuvo muy  claro.
Ella estaba llorando mientras rogaba para que no la dejara.
Justo como ahora...
Depronto sintio un calido toque sobre su mejilla,el zombie parpadeo lentamente mientras sentia como su malestar comenzaba a calmarse ante la suave caricia de la humana.
Era como si saliera de una especie de transe,ya que incluso él rostro de su actual yonaka pudo verse con mas nitidez.
Sus ojos temerosos y llenos de preocupacion lo acogieron con tanto afecto que casi hicieron que su mente quedara en blanco.
Como si no hubieran más preocupaciones.
Como si solo existiera ella.
En el silencio compartido,yonaka se percato de que aun seguia con su mano sobre la mejilla de su sobrenatural aliado apesar de haber cumplido con su proposito de calmarlo-"l-lo siento,no quise-"-trato de disculparse entre nerviosos tartamudeos,sin embargo fue interrumpida por el jiang shi,quien empujo su rostro contra la palma de la joven humana, Acción que hizo que ella se congelará rigidamente en esa posición mientras su rostro adquiría una tonalidad rojiza.
Él cerró los ojos,disfrutando brevemente de esa energia cálida que transmitia la mano de la pequeña mortal que lo libero de su prisión.
No podía dejarla sola.
Algo dentro suyo se nego rotundamente,como si intuyera que esa desicion los destruiría a ambos.
No podía dejarla sola de nuevo.
"¿De nuevo? " se cuestiono el zombie en su interior,antes de abrír sus ojos para mirar a la humana bajo su protección.
*ba-dum...ba-dum*
Otra vez sintió ese extraño latido desde el interior de su pecho.
Quizás...estaba vinculado a esa chica de una forma más profunda de lo que imagino...
.
.
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Fin.
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chiquititamia · 8 months ago
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Lo más dulce
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Enzo Vogringic x female oc +18
Este es mi primer fanfic, he intentado muchas veces pero esta es la primera que logro terminarlo. Seguramente tenga muchos errores, pero ahí les va. Les pido que me digan qué les pareció y si quieren una segunda parte, sí? Disfruten :)
warnings: sexo oral, todo muy explícito
Era un hermoso día de primavera, de esos en los que de repente te das cuenta de que el viento ya no es frío. Un dulce olor a flores inundaba las calles empedradas del pequeño pueblo de montaña en el que el cast de La sociedad de la nieve se había instalado durante el rodaje.
Tenían el día libre, así que Enzo había decidido dar una vuelta al mediodía. Su bicicleta rodaba por las calles bajo el sol, había olvidado lo agradable que es pasear de esa manera. Tan sólo el sonido de la cadena de la bici y de las cigarras llenaban el aire, al fin y al cabo, era la hora de comer y la gente se encontraba en sus casas protegiéndose del sol.
Hablando de eso, Enzo notó un pequeño gruñido en su estómago, el hambre comenzaba a formarse, sería mejor que encontrase un sitio donde comer.
Dejaba que la bicicleta le llevase pasivamente, sin pedalear, aprovechando una ligera cuesta hacia abajo.
Al doblar una esquina, no podía creer sus ojos: ¡un restaurante vegetariano! En un pueblo tan pequeño no esperaba algo como eso. No se lo pensó dos veces. Apoyó su delgada bicicleta en la puerta del humilde establecimiento, sin sentir la necesidad de atarla, ya que la honestidad y amabilidad de la gente no habían hecho más que acompañarlos durante su estadía allí. De todas formas, no había nadie a la vista.
Nada más entrar al pequeño restaurante, sintió el alivio inmediato de la sombra en su piel, caliente por el sol. Dentro se estaba fresco, y un maravilloso olor a comida le enamoró, no podía creer su suerte.
Tan sólo había cuatro mesitas de madera en ese local tan lindamente decorado. Junto a la barra, una vitrina albergaba deliciosos postres caseros: lo que parecía ser una tarta de zanahoria, una de chocolate y pequeños pasteles de manzana y crema. Los ojos de Enzo brillaban devorando los manjares ante él.
Una dulce voz le sacó de sus pensamientos.
¿Hola, puedo ayudarte?
Una hermosa chica de melena larga y negra le miraba con ojos curiosos, sonriendo. Llevaba una camiseta de tirantes y una falda debajo de un pequeño delantal. Ella debía ser la dueña del local, pensó Enzo.
Buenas, sí, eh…
¿Qué le pasaba? ¿Desde cuando era así de tímido frente a una mujer? Las palabras no le salían, lo que le hizo patearse a sí mismo mentalmente por que tenía que estar quedando como un tonto ante ella.
Ella se rio ante la falta de palabras del moreno.
¿Tienes hambre?
Soltó una risa.
Sí, sí… muchísima, vengo de pasear con la bici…yo… - explicó casi tartamudeando, con media sonrisa.
Bien, ¿por qué no tomas asiento y te traigo una carta y algo de beber?
Enzo tragó duro, y asintió mirándola fijamente. Ella, se dio la vuelta grácilmente provocando un soplo de aire perfumado con su melena. El olor a coco y mango de su champú no hizo si no despertar aún más su hambre, aunque quizás no tanto la que aquejaba su estómago.
Cuando se sentó, el uruguayo dejó su mochilita de tela en el asiento libre que tenía al lado. Sacó su móvil y comprobó sin mucha sorpresa que no tenía nada de cobertura y apenas batería, pero tampoco le importó, no tardaría en comer y volvería con los chicos a su residencia.
Antes de que se diera cuenta, la chica había regresado con un menú y un vaso de agua helada, lo cual él agradeció profusamente.  Si bien no había muchos platos entre los cuales elegir, todos sonaban estupendamente para su estómago vacío, con el plus de que no tenía que limitarse entre una o dos opciones como normalmente, ya que casi todos los platillos eran veganos o vegetarianos. Se decidió por lo que más le apetecía: Wok de noodles con vegetales, salsa teriyaki y aceite de chile tostado. “Suena bárbaro”, pensó.
Enzo observaba discretamente a la que parecía ser la dueña, la camarera y la cocinera, todo en la misma persona.  La chica danzaba en la cocina entre los fogones, manejando con soltura los utensilios; alguna llamarada ocasional salía de debajo del wok, alarmándole, pero ella parecía esgrimirlas como una hechicera, sin miedo.  
No puede evitar reparar en como sus caderas y su trasero se contonean con los movimientos. “Quizá esté escuchando música” se dijo Enzo, no comprendiendo si no, el ritmo hipnótico de su cuerpo.
Y aquí está – dijo ella depositando el plato humeante frente a él.
Muchas gracias, tiene una pinta buenísima…
La camarera volvió detrás de la barra tras desearle buen apetito a su único comensal y él comenzó a devorar el plato con gusto.
Las miradas entre ambos no eran directas, si no veladas e intermitentes. Ella fingía no prestarle atención y dedicarse a sus tareas, mientras que él trataba de limpiarse constantemente la boca con la servilleta para no tener además de todo, pinta de boludo con la cara manchada de salsa.
¿Estaba loco o ese era el mejor plato que había comido en su vida? Quizás tan solo estaba hambriento… ¿O era porque ella lo había preparado?
Cuando hubo terminado el plato se levantó tomándolo y lo llevó a la barra junto con su vaso, también vacío, para ahorrarle a la chica el viaje hasta la mesa, siempre tan galante.
Ella sonrío y sacó el ticket de la caja registradora. Él le devolvió la sonrisa y le sostenía la mirada mientras buscaba su billetera en la pequeña mochila de tela.
Más pronto que tarde, su rostro se tornó preocupado. No puede ser. Su cartera no estaba más ahí. Un pensamiento le cruzó la mente como un rayo. Esa misma mañana la había cambiado de sitio a una riñonera nueva. Lo había olvidado completamente. ¿Qué carajo iba a hacer ahora?
No era muy difícil adivinar qué estaba sucediendo, él dirigía su mirada al fondo de la maldita mochila y después a los ojos de la chica, frenéticamente.
Te juro que no sabía, yo… A-ahora mismo voy a buscar mi bille-
Es que estaba por cerrar -dice la camarera sin perder la sonrisa, como divertida por la situación.
Entonces esta noche, y-yo … mierda, lo siento mucho­­- Enzo notaba sus mejillas y todo su rostro ardiendo por la vergüenza, se sentía como un idiota.
¿No se te ocurre otra forma de pagarme? - ronroneó ella.
Enzo se quedó congelado, aunque a decir verdad estaba totalmente acalorado. No podía ser que estuviera escuchando lo que acababa de escuchar. Pero tampoco cabía la posibilidad de que se estuviera refiriendo a ninguna otra cosa, ¿no?
Todas sus dudas se derritieron cuando ella paseó su mano por el pecho de él, acariciando el borde de su camisa.
¿Eso querés? -trató de sonar confiado.
Ella se mordió el labio, respirando el aliento cálido de él.
Enzo no esperó a que ella respondiera, pues sus ojos ya le estaban dando la respuesta que buscaba, y que en el fondo había anhelado desde que entró en el pequeño restaurante.
La verdad que me he quedado con ganas de algo dulce… ¿sabés, chiquita?, como con hambre de algo vegano ¿entendés?
En ese momento él lanza una rapidisima mirada por la ventana del local para comprobar que no haya nadie cerca que vaya a interrumpirles. No hay nadie. Entonces, como si algo en su cuerpo y mente hubieran mutado repentinamente, Enzo toma su rostro entre las manos con una firmeza que ella había intuido, pero que no había experimentado hasta ahora. Se lanza a besarla sin ambajes, como si no fuera la primera vez que lo hace con ella, como si ya supiera qué es lo que le gusta, qué tiene que hacer para derretirla. Su lengua entra en su boca de forma imparable, la diferencia de tamaños entre sus cuerpos cobra importancia desde ese mismo momento, siente que la va a devorar. Si bien hasta ese momento ella había llevado la voz cantante con su actitud de femme fatale, eso ahora no le servía más. Él era el que estaba al control, sus labios guiaban a los suyos, contenía su mandíbula como una pequeña jaula donde introducir su lengua como una serpiente. Lo único que ella podía hacer era intentar seguir su ritmo y disimular lo muchísimo que le costaba no empezar a gemir.
Sin casi darse cuenta, él la había ido empujando hacia el interior de la cocina, habían caminado al unísono enredados en un nudo de cuerpos en el que ya casi no quedaba ninguna pena.
Pasó sus grandes manos por su cintura mientras seguía besándola, redondeando sus formas. Agarró sus gluteos por debajo de la falda. Ella se felicitó a sí misma por haber escogido sus braguitas negras de encaje para ese día, por ninguna razón en especial. Enzo metió sus dedos por debajo del elástico que abrazaba sus caderas, amenazando con bajarlas en cualquier momento.
Me estabas poniendo malo, nena, ¿sabías?
Ella aprovechó el pequeño respiro que le dio a su boca para contestar un leve “sí”
Ah, sí, eh? Mirá vos… - sonaba divertido, pero también desafiado.
Sin ningún esfuerzo colocó sus brazos debajo de sus muslos y la subió a la encimera, junto a los fogones. Ante eso, ella no pudo contenerse más y gimió sin poder evitarlo, mientras clavaba sus uñas bien cuidadas en la nuca de él, de donde se estaba agarrando.
Me vas a dar algún dulce, gatita? Mirá que tengo mucha hambre…
Ella asintió rápidamente, como una niña obediente.
Sí…? - Decía mientras depositaba besos húmedos por su cuello, ¿qué me vas a dar? – ronrroneaba entre cada lamida.
Ahh…yo…
No podía parar de gemir, ninguna palabra, y mucho menos frase coherente iba a salir de su boca, simplemente no podía pensar, no mientras su lengua caliente recorría su cuello, no mientas sus manos invadieran el interior de sus muslos como si fuera el pan que ella misma había amasado esa mañana, sobre esa misma superficie. Sentía que estaba arruinando su ropa interior, no recordaba haber estado así de húmeda jamás.
 ¿Y? ¿qué me vas a dar? -comenzó a bajarle las bragas por la cintura ¿Una frutilla? ¿Eso tenés? – en lugar de pedirle que se levantara para poder sacarle la ropa interior la recostó en la encimera, tumbándola ligeramente, deslizando la prenda ya empapada por sus piernas.
Sin pedir permiso, abrió sus piernas para contemplar lo que sus bragas, ya tiradas por el suelo escondían. Enzo tragó saliva, provocando que su nuez se moviera por su garganta deliciosamente. De forma involuntaria apretó la mandíbula, había encontrado el postre más rico del restaurante.
¿Esta frutilla es tuya?- la miró a los ojos mientras un pulgar delíneaba sus labios ahora expuestos, como si nada.
Ella atinó a asentir con ojos suplicantes.
No,… no es tuya, es mía, chiquita. Es mía y me la voy a comer, ta? ­­– nunca una corrección le había parecido tan bien.
Sin más preámbulos bajó su cabeza hasta enfrentar su centro, que estaba húmedo estaba claro, pero es que además emanaba calor, parecía palpitar con deseo.
Y entonces empezó a comer.
Empezó a comer, comer y comer.
Abría la boca y manejaba su lengua como si en realidad le estuviera dando un beso francés, solo que en una boca distinta. Se introducía en ella como si no dispusiera de nada más que esa parte de su cuerpo para satisfacerla, con avidez.
Ella se deshacía en gemidos, no se retenía más, le daba igual gritar, sabía que nadie podía oirla, a esas horas no había nadie en la calle, no bajo ese sol abrasador. Pero, si así fuera, ¿sería capaz de parar?
Claro que no, aunque quisiera no podría pararle. Su boca mamaba de ella como un cachorro hambriento, no podría apartarle. Y sinceramente no querría por nada del mundo.
Qué rica que estás nena, sabes a miel … - dijo mientras introducía su dedo corazón en su vagina, con maestría, sin parar de lamer, en perfecta sincronía, como si su lengua y su mano fueran entes separados que sabían actuar de forma perfecta e independiente.
No faltaba mucho tiempo para que llegara a su clímax, lo notaba formándose en su bajo vientre, si seguía así no iba a durar nada.
Me voy a…!
A venir? Venite, princesa, vamos…- paró dolorosamente un par de segundos para pronunciar esas palabras, y al volver a tocarla con su lengua ella no pudó más y explotó en su boca como un fuego artificial. Grandes oleadas de placer arrasaban en ella, que gritaba y gemía. Él notaba como el único dedo que le había introducido quedaba aprisionado y recibía apretones entre sus paredes que pulsaban en su orgasmo. No lo sacó hasta que ella le hizo un gesto, recostándose ,agotada y sudorosa en la superficie donde normalmente trabajaba.  
Aún le costaba recuperar el ritmo normal de su respiración, y por una vez, su mente no se encontraba preocupada por tonterías como si estaba despeinada, o qué le había parecido al otro su ropa interior o si había gemido suficientemente sexy. Esta vez su cuerpo simplemente estaba anegado por el placer tan animal que Enzo le había provocado. Todo lo demás no importaba.
Él se había parado y se estaba echando el pelo hacia atrás, también estaba sudando. Gracias a Dios que un pequeño ventilador metálico les estaba apuntando a los dos, de lo contrario habrían muerto de calor.
Qué linda que sos, muñeca.
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dreaming-star20 · 11 months ago
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Infidelidad
Una persona con el corazón roto es capaz de cualquier cosa por despecho. Cuando Antonio se enteró de que su esposa le había sido infiel, se volvió loco. 20 años de matrimonio se fueron directamente a la basura. Aparentaba estar tranquilo ante todos, incluso firmó los papeles de divorcio sin ninguna protesta. Pero de lo que nadie se había percatado era que Antonio cocinaba su venganza desde las sombras. Hasta donde él sabía, su esposa estaba por fugarse de la ciudad con su amante, varios años más joven que Antonio. Las piezas estaban en el lugar ideal para la venganza.
- Veo tu cara en el espejo, y por más que lo intento, no comprendo lo que vio ella en ti. 
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Germán, el joven hombre de 29 años, se dijo a sí mismo en el espejo, mientras con sus manos, acariciaba su musculoso cuerpo lampiño. Bueno, algo así. Si bien ese era el cuerpo de Germán, era Antonio quien lo utilizaba. El hombre había robado el cuerpo de este joven como parte de su plan.
- Quiero decir, eres guapo, bastante, a decir verdad. Y tienes un cuerpo bastante sexy. Pero yo también tengo lo mío. Para empezar, gano más dinero que tú. En lo que respecta a la apariencia, es verdad que no hago tanto ejercicio como tú, pero nunca he descuidado mi cuerpo.
Mientras estas palabras salían de su boca robada, Antonio continuaba sintiendo con sus nuevas manos cada centímetro del cuerpo de Germán. Poco a poco sus dedos se acercaron hacia su zona más íntima. Sin vacilar, sus dedos entraron por debajo de su ropa interior y le dio un buen apretón al largo y sensible trozo de carne circuncidada entre sus muslos.
Mientras estas palabras salían de su boca robada, Antonio continuaba sintiendo con sus nuevas manos cada centímetro del cuerpo de Germán. Poco a poco sus dedos se acercaron hacia su zona más íntima. Sin vacilar, sus dedos entraron por debajo de su ropa interior y le dio un buen apretón al largo y sensible trozo de carne circuncidada entre sus muslos.
- ¡Vaya muchacho! Puedes sacarle el ojo a alguien con esta cosa. Pero el mío es mucho más grueso.
Una sonrisa arrogante se dibujó en el rostro de Germán, una que el verdadero nunca haría. Antonio continuó con su monólogo frente al espejo, odiaba admitirlo, pero toda esta experiencia lo excitaba demasiado.
- Bueno, no importa lo sexy que seas, ahora todo esto me pertenece. Yo soy tu, al menos por ahora. No me malinterpretes amigo, esto tiene poco o nada que ver contigo. Tu no tenías idea de que te estabas metiendo con una mujer casada. Simplemente estuviste en las circunstancias incorrectas. Pero, en fin, eres justo lo que necesito para vengarme de ella.
Antonio terminó de quitarse la ropa que llevaba puesta, dejando al aire libre la hombría de Germán, además de su redondo y suave trasero. La figura redondeada del par de melones que ahora poseía fue irresistible para Antonio. Se dio una fuerte nalgada que hizo a sus glúteos temblar como dos gelatinas.
- La idea original era grabarme teniendo sexo con varias de las amigas más íntimas de mi ex, pero tengo una mejor idea. Llevo semanas con una inquietud en la cabeza, pero no me atrevo a intentar en mi propio cuerpo. Supongo que esta es mi oportunidad.
Antonio les dio un fuerte apretón a las suculentas nalgas de Germán. Estaba muy excitado por la emoción de estar en un nuevo cuerpo. Y más por el estar en uno tan sexy. Se dirigió a la mesa de noche junto a su cama, abrió el cajón, y de él sacó una bolsa negra. Dentro se encontraban un estimulador de próstata totalmente nuevo y una botella de lubricante. Solo Antonio sabía cuánto tiempo llevaban esos objetos guardados. Antonio sacó de su empaque el vibrador y se aseguró de cubrir meticulosamente todo lo largo del objeto de plástico con suficiente lubricante. Aún recordaba con recelo su último chequeo médico, cuando tuvo que consentir un tacto rectal. Salió del consultorio caminando como un cervatillo. Antonio se agachó casi hasta tocar sus pies, de tal manera que su trasero quedó expuesto al cielo.
Todo estaba listo, y con una mezcla entre emoción, duda y algo de miedo, Antonio acercó poco a poco el estimulador a su ano. Introdujo suavemente la punta en su culo virgen, y con toda la delicadeza que pudo, metió el objeto hasta el fondo. Antonio se incorporó y se vio de nuevo al espejo. Hasta el momento todo iba excelente, su rostro mostraba genuina emoción. Su pene incluso se había comenzado a poner erecto sin haberlo tocado. Antonio se recostó cómodamente en su cama y tomó el control del vibrador. La verdadera diversión estaba por empezar. Con mucha seguridad presionó el botón de encendido, haciendo así que un muy corto y rápido movimiento sacudiera el ano robado de Germán. Esto solo había sido el aviso de encendido, pero fue más que suficiente para que un gemido escapara de los labios de Antonio.
La mirada de Antonio se llenó de determinación. Configuró el aparato a una intensidad media y con vibración constante. Tan pronto cómo el estimulador comenzó a hacer su magia, Antonio comenzó a retorcerse de placer en la cama. Daba vueltas y vueltas por todos lados, intentando agarrarse de las sábanas. Las olas de placer recorrían su cuerpo, su respiración comenzó a agitarse. Gemidos, bufidos e incluso gritos se hicieron audibles por toda la habitación. Antonio estaba volviéndose loco de placer. Gotas de líquido preseminal salían de la punta de su pene erecto, que se sacudía erráticamente al ritmo de sus caderas.
Su parte consciente se repetía a sí mismo una y otra vez que debía controlarse, pero poco a poco la lujuria y el placer fue todo lo que su mente obedeció entre el caos sensorial. Constantemente Antonio tapaba su boca, en un intento deliberado de no dejarse llevar tanto por sus instintos. “¿Por qué hago esto?” pensó a la vez que apartaba sus manos de su rostro y se dejaba llevar por la excitación. Respiró profundamente, recuperando un poco el aliento, y a partir de ese momento dejó que el cuerpo que tanto trabajo le había costado robar fuera dominado por sus instintos más salvajes. 
Los ruidos de placer se hicieron más intensos. Probablemente podían escucharse desde la calle, pero a Antonio no le importaba. Su cuerpo estaba empapado por el sudor. El olor que emanaba de él era exquisito. Con sus fuertes manos recorrió cada parte del cuerpo bien tonificado de Germán. Su pene se encontraba ya a reventar. Antonio quería llegar de una vez por todas al clímax, así que tomó la botella de lubricante, se untó las manos con él y comenzó a acariciar furiosamente su verga. No pasó mucho tiempo hasta que hilos de blanco y caliente semen salieron disparados en todas direcciones. El cuerpo de Germán terminó cubierto en sus propios fluidos. Varios chorros aterrizaron en su cara, uno incluso en su boca, permitiendo a Antonio probar por primera vez en su vida el jugo viril de otro hombre.
- No puedo esperar para que metan algo aún más grande por allí. Esto va a ser aún mejor de lo que había pensado. - Antonio apagó el vibrador y recobró su aliento. Tras unos minutos pudo ponerse de pie, tomó una toalla de su baño y se limpió un poco. Sabía que debería haberse duchado, pero le pareció más apropiado conservar su cuerpo cubierto por fluidos corporales. Se puso de nuevo sus Jens y se recostó de nuevo viendo hacia el espejo.
- Voy a matar dos pájaros de un tiro contigo. Tú no te preocupes amigo, descansa allí adentro. Cuando salga de ti no recordarás absolutamente nada de todo esto, y yo abre obtenido mi venganza contra esa perra que alguna vez llamé esposa.
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silvertice · 12 days ago
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You Idiot.
[halloween especial]
Eddie Alden x fem!reader
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Summary: Ella ha estado enamorada de su compañero de cuarto durante años, pero con cada desprecio, su paciencia se agota. Una fiesta de Halloween ofrece la oportunidad perfecta para intentar seguir adelante, pero él no está dispuesto a dejarla ir tan fácilmente. Entre disfraces y juegos, la tensión se transforma en algo más.
Category: Slow Burn Romance, Friends to Lovers, Halloween Vibes, 2000s, Jealousy, Emotional Turmoil, Unrequited Love, Misunderstandings {TW: Light Humor, Emotional Moments, Friendship Dynamics, Flirting}
...
Me miro en el espejo, terminando de ajustar los últimos detalles de mi disfraz. No puedo negar que esta noche me veo increíble; algo en la luz tenue del cuarto, el maquillaje, el disfraz... todo parece estar en su lugar. Incluso mi confianza, que siempre tambalea cuando estoy cerca de él, parece haberse reforzado esta vez.
Eddie aparece detrás de mí, preparándose en su estilo despreocupado de siempre. Su disfraz le queda sorprendentemente bien, resaltando justo lo suficiente para que todas en la fiesta se den cuenta de su presencia. No es nada nuevo, claro; Eddie siempre ha sido de los que dominan la atención sin siquiera intentarlo. Me atrevo a lanzar un cumplido, un comentario ligero, esperando quizá un gesto que me demuestre algo más. “Vas a dejar a muchas chicas suspirando esta noche, ¿eh?” le digo, medio en broma y medio esperando algo más.
Él solo sonríe de esa forma suya, como si nada le importara demasiado, y responde con algún comentario casual. Una broma, un guiño, todo lo que dice sin comprometerse nunca. Siento el orgullo revolverse en mi interior; no puedo dejar que esta sensación se repita más. Y entonces se me ocurre una idea. Lo miro de reojo, y con una sonrisa casi indiferente, suelto: “Bueno, probablemente yo no vuelva esta noche... Un amigo me va a pasar a buscar más tarde, por si quieres traer alguien esta noche.”
La reacción de Eddie es casi imperceptible, apenas un pequeño cambio en su expresión que trato de no leer demasiado, pero está ahí. Y aunque mantengo la mirada en el espejo, noto que su postura se tensa un poco. Por un segundo, me permito disfrutar del poder de haberle dado una pizca de su propia medicina.
De repente, Eddie se inclina hacia mí, tan cerca que casi siento su respiración en mi cuello. Sus manos encuentran mi cintura con la familiaridad de quien sabe exactamente cómo afectarme, incluso sin proponérselo. Su toque es suave, apenas una presión en la piel que me quema de una forma que odio admitir.
Me mira a través del espejo con una sonrisa que tiene algo de desafío y algo de burla. “¿De verdad vas a dejar que otro te lleve esta noche?” Su tono es ligero, como si la pregunta fuera inofensiva, pero sus dedos se ajustan un poco más en mi cintura, manteniéndome firmemente en mi lugar. La tensión entre nosotros es palpable, como si ese simple contacto fuera suficiente para que todo mi plan de olvidarlo se tambaleara.
Mis manos se tensan en el borde del tocador, y me obligo a no mirarlo directamente, a mantener la mirada en mi reflejo. No voy a ceder tan fácil… o al menos, eso me repito en la cabeza mientras intento ignorar el torrente de emociones que él desata en mí con tan solo un roce.
Pero él, como siempre, parece saberlo. Su sonrisa se ensancha, y con esa confianza arrolladora de quien siempre obtiene lo que quiere, añade en voz baja: “¿Por qué buscar en otro lado cuando sabes que aquí tienes todo lo que quieres?”
Siento cómo algo se rompe y algo se despierta dentro de mí al mismo tiempo. Maldigo internamente, odiando la forma en que tiene de hacerme replantear todo. Justo cuando creo que puedo seguir adelante, aparece con esa actitud suya que me hace dudar, que me recuerda por qué me enamoré de él en primer lugar.
“Estúpido Eddie…” murmuro para mí misma, aunque no sé si intento convencérmelo a mí o a él.
Suspiro, tratando de mantener la compostura, y retoco mi labial en el espejo, aprovechando cada segundo para calmarme. Él sigue ahí, observándome como si disfrutara de cada una de mis reacciones. Cuando finalmente termino, me doy la vuelta para verlo y sacudo la cabeza, reprimiendo una sonrisa.
“¿De verdad no había otro disfraz?” le digo, cruzándome de brazos. Lo miro de arriba abajo, notando cómo su disfraz es una versión bastante similar al mío, pero con esos detalles que sólo él podría agregar para hacerlo único… y provocativo.
Él se encoge de hombros con una sonrisa burlona. “¿Qué? Pensé que haríamos buena pareja vampiresca.”
Ruedo los ojos y le doy un ligero empujón en el pecho. “No necesitamos ir a juego.”
Pero por dentro, esa parte de mí que todavía alberga algo de esperanza se pregunta si realmente eligió ese disfraz por casualidad o si, en algún rincón de su mente, quiso hacerme saber que le importa un poco más de lo que está dispuesto a admitir.
Eddie suelta una risa suave y se inclina hacia mí otra vez, con esa cercanía que hace que cada célula de mi cuerpo se ponga en alerta. “No podía dejar que te divirtieras sola, ¿verdad?”
Y ahí está otra vez, haciendo que una chispa de ilusión crezca dentro de mí, aunque sé que no debería. Me muerdo el labio y niego con la cabeza, porque a estas alturas, no puedo dejar que vuelva a quebrar mi orgullo… no de nuevo.
Finalmente, salimos del departamento que compartíamos, y la brisa fresca de la noche de Halloween me envolvió al instante. Eddie seguía haciendo comentarios juguetones mientras caminábamos hacia el auto. Una vez dentro, me acomodé en el asiento del pasajero, pero no podía dejar de pensar en lo que había estado sintiendo últimamente.
Mientras él encendía el motor, miré mi teléfono y vi un mensaje de mi amigo que decía que vendría a la fiesta mas tarde y que nos podiamos encontrar allí. Una mezcla de emoción y nervios me invadió. “Parece que esta noche podría ser más interesante de lo que esperaba,” murmuré para mí misma, pero Eddie lo escuchó.
Sin darme cuenta, él frenó de golpe, y el movimiento me hizo inclinarme hacia adelante, golpeando el cinturón de seguridad. “¿Qué carajos te pasa, Eddie?” le reclamé, irritada y sorprendida.
“Oh, nada, solo asegurándome de que no vayas a volar por la ventana si alguien decide buscarte un poco antes de tiempo,” respondió con una sonrisa que no ocultaba un toque de celos.
Lo miré, confundida. “¿Qué quieres decir con eso?” pregunté, sintiendo una chispa de tensión en el aire. Pero el no respondió.
La incomodidad se instaló entre nosotros mientras me debatía entre sentirme frustrada por sus comentarios y emocionada por la forma en que, incluso en su tono casual, dejaba entrever lo que realmente sentía.
Mientras continuábamos conduciendo, me resultaba cada vez más difícil entender qué le pasaba a Eddie esa noche. Estaba demasiado juguetón con sus comentarios, como si disfrutara de picarme. Aquella mezcla de humor y celos era nueva, y no podía evitar pensar que había algo más detrás de sus palabras.
“¿Por qué estás tan…?” empecé a decir, pero decidí callar. No quería profundizar en eso. La última cosa que necesitaba era complicar más nuestras dinámicas. Me obligué a sacar esos pensamientos de mi mente y concentrarme en la noche que tenía por delante.
“Solo relájate y disfruta, estamos a punto de ir a una fiesta, ¿recuerdas?” murmuré para mí misma, intentando hacer que la emoción del momento opacara cualquier otra inquietud. Había pasado demasiado tiempo deseando que Eddie me prestara atención, y ahora que lo hacía, no sabía cómo manejarlo.
Finalmente, llegamos al lugar de la fiesta, y la música ya resonaba en el aire. Abrí la puerta del auto y respiré hondo, tratando de despejar mi mente. “Vamos, no podemos llegar tarde,” le dije, forzando una sonrisa mientras bajaba del coche, decidida a disfrutar de la noche y dejar atrás cualquier confusión.
La fiesta era un caos encantador. La casa de dos pisos estaba completamente decorada para Halloween: telarañas falsas colgaban de las esquinas, calabazas iluminadas adornaban cada mesita y luces parpadeantes creaban una atmósfera espeluznante pero festiva. La música retumbaba en las paredes mientras la multitud se movía al ritmo de la canción, todos disfrutando de la noche disfrazados de criaturas de la noche y personajes de películas.
Me perdí en el mar de gente, saludando a amigos y conocidos. La noche era justo lo que necesitaba: risas, bailes y un momento para olvidarme de las complejidades. Disfruté de la libertad de dejarme llevar, riendo con amigas y compartiendo anécdotas sobre los disfraces que llevábamos. Pero a pesar de la diversión, había una parte de mí que no podía evitar buscarlo en la multitud.
Era difícil no notarlo. Eddie, con su disfraz de vampiro, se movía con una confianza que atraía las miradas de todos. Cada vez que pasaba cerca, una energía palpable me envolvía. Había algo en su forma de actuar que todavia me hacía dudar.
Más tarde, mientras estaba en la sala, rodeada de amigos, vi a un chico que se acercaba a mí. Era el que había mencionado antes, aquel que iba a pasar a buscarme. Tenía una sonrisa encantadora y una mirada que me hizo sentir emocionada. “¡Hey! Te estaba buscando,” dijo, acercándose y ofreciéndome su mano.
“¡Hola! Perdona, estaba en medio de la fiesta,” respondí, sintiendo que mi corazón se aceleraba un poco al verlo. La química entre nosotros era evidente, y me sentí aliviada al darme cuenta de que él también estaba disfrutando de la noche.
El chico comenzó a hablarme sobre lo que había hecho en la fiesta, y mientras intercambiábamos risas, sentí que Eddie me observaba desde un rincón de la sala. Era una sensación extraña, como si ambos estuviéramos conectados a pesar de la distancia. Sin embargo, decidí concentrarme en el momento y disfrutar de la compañía del chico.
Nos movimos por la fiesta, bailando y riendo.
Mientras charlábamos y reíamos, el chico me sonrió con una expresión cómplice. “¿Te gustaría ir a la cocina a buscar un trago? Escuché que tienen un ponche de Halloween que está increíble,” sugirió, su tono era casual pero atractivo.
“Claro, suena bien,” respondí, sintiendo una chispa de emoción al saber que tendríamos un momento a solas. Me dejé llevar por la idea de disfrutar de la noche y la compañía del chico, dejando de lado mis pensamientos.
Nos dirigimos hacia la cocina, donde la música sonaba más tenue y la iluminación era un poco más cálida. El ambiente era perfecto, y el aroma de las bebidas mezcladas flotaba en el aire. Él se movió hacia la mesa de la cocina, sirviendo dos vasos con el ponche.
“Aquí tienes,” dijo mientras me pasaba uno, sus dedos rozando los míos. El contacto me hizo sonreír, y por un instante, me sentí liviana y despreocupada.
Empezamos a charlar más relajados, compartiendo historias sobre los disfraces que habíamos elegido para la noche. “Me encanta tu disfraz de vampiro.” comentó, mirándome con una sonrisa genuina que hizo que me sintiera bien.
“Gracias, pero creo que tú te ves bastante bien también,” respondí, riendo mientras lo miraba a los ojos. Estaba empezando a olvidarme del caos emocional que había traído a la fiesta, y la química entre nosotros era evidente.
Mientras tomábamos un trago, el chico hizo un gesto hacia el jardín. “¿Te gustaría salir a ver la decoración afuera? Escuché que hay una fogata,” sugirió, y sin pensarlo mucho, asentí.
“si, claro.” exclamé, emocionada por la idea. Quería disfrutar de la noche y dejar que el momento me llevara, al menos por un tiempo.
Salimos juntos al jardín, riendo y disfrutando de la brisa fresca. A lo lejos, la fogata iluminaba el área y creaba un ambiente acogedor. Me sentía libre, y por un momento, olvidé todo sobre Eddie y las complicaciones que solía traer.
Mientras disfrutábamos del aire fresco y reíamos, compartiendo historias sobre nuestras aventuras pasadas, la atmósfera se sentía cada vez más relajada y divertida. La fogata chisporroteaba suavemente, y el calor del fuego contrastaba con la brisa de la noche.
“No puedo creer que viniste a esta fiesta,” dije entre risas, mientras él me contaba sobre una experiencia cómica que había tenido en otra fiesta de Halloween. Su risa era contagiosa, y me encontraba cada vez más cómoda en su compañía.
Justo cuando me preparaba para decir algo más, un grupo de chicos pasaron junto a nosotros, riendo y bromeando. Uno de ellos, evidentemente borracho, perdió el equilibrio y me empujó accidentalmente. “¡Hey!” exclamé, pero antes de que pudiera caer, el chico a mi lado me agarró de la cintura con firmeza, manteniéndome en pie.
Nos encontramos cara a cara, el espacio entre nosotros se redujo drásticamente. Su aliento era cálido y su mirada, intensa. Aquel breve momento me hizo sentir una conexión inesperada, pero decidí mantenerme enfocada en la diversión de la noche.
“Cuidado,” dijo él, una sonrisa juguetona asomando en sus labios, “no quiero que te caigas por culpa de estos locos.”
Reí, tratando de disimular la chispa de tensión que había surgido. “No te preocupes, creo que tengo un buen equilibrio,” respondí, alejándome un poco, aunque su mano aún permanecía en mi cintura.
“¿Quieres salir de aquí? La gente se está poniendo un poco densa,” sugirió él, lanzando una mirada hacia el grupo cercano que comenzaba a reírse más ruidosamente y a acercarse al borde de lo molesto. “Podríamos encontrar un lugar más tranquilo.”
Un alivio recorrió mi cuerpo al escuchar su propuesta. “Sí, eso suena bien,” respondí, y antes de que me diera cuenta, él tomó mi mano y comenzamos a abrirnos camino a través de la multitud.
La música resonaba a nuestro alrededor mientras la gente reía y bailaba. Pero había algo en su presencia que hacía que me sintiera más segura. La idea de intentar algo nuevo me llenaba de emoción.
Sin embargo, justo cuando estábamos a punto de salir, noté una figura familiar en el centro de la sala. Eddie, medio borracho, había levantado la vista y nos estaba mirando con una expresión que no podía descifrar. Su mirada pasó de la diversión a una mezcla de sorpresa y algo más, y en un instante, se acercó rápidamente.
“Ey, ey, ey ¿A dónde crees que vas?” preguntó Eddie, tomando mi brazo con firmeza y deteniéndome en seco. La intensidad en su mirada me hizo detenerme, y sentí un pequeño tirón en mi estómago. “¿No te quedas un rato más?”
El chico a mi lado me soltó, confundido, mientras yo intentaba procesar lo que estaba sucediendo mientras soltaba una risa nerviosa. “Solo íbamos a buscar un lugar más tranquilo,” respondí, tratando de sonar despreocupada, aunque mi corazón latía con fuerza.
Eddie me miró de nuevo, esta vez con una mezcla de celos y preocupación. “¿Por qué no me dijiste que te ibas con él?” su tono era un poco más intenso de lo que esperaba, y podía sentir la tensión en el aire.
“Si te dije que me iba con el, pero estás tan borracho que no te acuerda, solo... vete a casa, Eddie,” le dije, sintiendo que la situación se complicaba cada vez más.
El chico, aún a mi lado, parecía no saber qué hacer con la situación. Eddie, con su agarre en mi brazo, no me dejaba mover. La multitud seguía bailando a nuestro alrededor, pero en ese momento, solo había espacio para nosotros tres.
“No, estoy bien” respondió él, su tono firme aunque un poco tambaleante. “Solo quédate un rato más. No tienes que irte con él.”
El chico a mi lado, confundido por la tensión, miraba de uno a otro sin saber qué hacer. “¿Todo bien aquí?” preguntó, tratando de romper el hielo.
“Sí, todo bien,” respondí rápidamente, sintiendo la incomodidad en el aire. Pero la mirada de Eddie no se apartaba de mí, llena de frustración y algo más profundo que no podía descifrar.
“Vamos, solo un rato más,” insistió Eddie, dando un paso más cerca, ignorando al chico que estaba a mi lado. “No estoy tan borracho, ¿verdad?” trató de hacer una broma, pero su risa sonó más nerviosa que divertida.
“No sé, Eddie,” dije, sintiendo que cada palabra se volvía más difícil de pronunciar. “Quizás deberías pensarlo. De verdad, vete a casa.”
El chico se rascó la nuca, claramente sin saber cómo ayudar. “No quiero interrumpir…” dijo, mirando de reojo entre los dos.
“No es eso, solo… solo estoy tratando de aclarar las cosas,” respondí, intentando evitar el caos que estaba surgiendo.
Eddie se cruzó de brazos, la frustración visible en su rostro. “No quiero que te vayas, eso es todo. ¿Por qué no podemos quedarnos un rato más y disfrutar de la noche?”
La tensión creció, y la mezcla de emociones en el aire era casi palpable. Era como si Eddie intentara aferrarse a algo que ya estaba escapándose de su alcance.
Pero antes de que pudiera dar un paso más, sus pies tropezaron con el suelo y se desplomó, cayendo de espaldas. El golpe resonó en el suelo de la casa, y la gente a nuestro alrededor se giró, algunos riéndose y otros mirándolo con preocupación.
“¡Eddie!” grité, sintiendo una mezcla de frustración y preocupación. Me agaché a su lado mientras algunos amigos se acercaban para ayudarlo. “Dios mio. No puedo creerlo, ¡eres un idiota!” lo maldije entre dientes, sintiendo que la rabia crecía dentro de mí.
El chico a mi lado miraba la escena con sorpresa. “¿Está bien?” preguntó, tratando de contener la risa.
“Claro, solo es un borracho que no sabe cuándo parar,” respondí, sintiendo que mi corazón latía con fuerza. La situación que había intentado evitar se tornaba más complicada de lo que había imaginado.
Mientras ayudaba a Eddie a incorporarse, no podía evitar pensar en lo absurdo de todo esto. ¿Cómo podía seguir sintiendo algo por alguien tan imprudente?
El chico se acercó, preocupado por Eddie. “Déjame ayudarlo. Puedo llevarlo a casa,” ofreció, mirando de reojo a Eddie, que seguía tambaleándose.
“Sí, por favor. Eso sería genial,” respondí, sintiendo que esta era la mejor solución en medio del caos. No tenía ganas de lidiar con sus tonterías ni un segundo más.
Eddie murmuró algo incomprensible, pero el chico lo rodeó con un brazo por sus hombros, guiándolo hacia la salida. A medida que caminábamos hacia el auto, el aire fresco de la noche me despejó un poco la mente. Sabía que no podía dejar que Eddie arruinara mi noche.
Cuando llegamos al departamento, el chico y yo ayudamos a Eddie a entrar. Él se dejó caer en el sillón, y aunque trataba de mantenerse consciente, sus ojos se cerraron lentamente.
“Te dije que no debías beber tanto,” le dije, sintiendo una mezcla de frustración y preocupación mientras me aseguraba de que estuviera cómodo.
El chico me miró después de acomodar a Eddie en el sillón. “¿Te llevo a casa o quieres quedarte un rato más?” preguntó, con una sonrisa amistosa.
“Vivo con él,” respondí, señalando a Eddie, lo que hizo que la atmósfera se tornara un poco incómoda. “Así que tecnicamente estoy en casa.”
“Oh, claro...,” dijo el chico, su sonrisa desvaneciéndose un poco. “No sabía que eran compañeros de cuarto. Es... un poco raro.”
Me encogí de hombros, intentando mantener la conversación ligera. “Sí, bueno, es mas barato pagar la renta.” Sentí que tenía que defender la situación, pero la incomodidad entre nosotros se hacía palpable, dibujando una sonrisa algo nerviosa.
La atmósfera se tornó tensa tras el comentario del chico. “Es... un poco raro,” repitió, mirando a Eddie como si esperara alguna reacción. Yo me sentía atrapada entre querer aclarar las cosas y el deseo de salir de esa incomodidad.
“No es tan raro, solo es un compañero de cuarto,” dije, tratando de restarle importancia. “No pasa nada entre nosotros.”
Él me observó, y pude ver la duda en su mirada. “Ya, claro... pero, ¿no es un poco complicado vivir con alguien así?” cuestionó, frunciendo el ceño.
“Complicado o no, es...simplemente Eddie” respondí, un poco más defensiva de lo que pretendía. La frustración comenzaba a aflorar en mí, y podía sentir que las cosas no se estaban desarrollando como esperaba.
Finalmente, el chico dio un paso atrás, alzando las manos en señal de rendición. “Está bien, no quiero hacerte sentir incómoda,” dijo con un susurro. “Quizás debería irme.”
“No, no es eso,” intenté tranquilizarlo, pero era demasiado tarde. Él dio un paso atrás, murmurando algo sobre que era mejor dejar las cosas así.
“Está bien. Cuídate,” dijo antes de alejarse, dejándome sola en el departamento con Eddie.
Suspiré, sintiéndome frustrada y decepcionada. Había querido que la noche fuera diferente, pero aquí estaba, de nuevo lidiando con los efectos del alcohol en Eddie y la incomodidad que había creado. Me quedé mirando a Eddie en el sillón, preguntándome si alguna vez entendería lo que realmente quería.
Eddie se movió en el sillón y, como si despertara de un profundo letargo, se incorporó con una expresión clara en el rostro. “Era un completo idiota,” murmuró, frotándose los ojos. “Menos mal que no te fuiste con ese tipo.”
Mi indignación creció al escuchar su tono tan lucido. “No me jodas ¿Así que todo esto era un juego para ti?” respondí, cruzando los brazos con fuerza. “¿Estabas fingiendo estar borracho?”
Él se echó a reír, como si fuera la cosa más graciosa del mundo. “Vamos, no es tan grave. Solo estaba probando tus límites.”
La rabia se apoderó de mí. No podía creer lo infantil que era su actitud. “No es una broma, Eddie. No tienes idea de lo que siento, y te comportas como un tonto. ¿Por qué siempre tienes que jugar así?” Mi voz se quebró ligeramente mientras hablaba, la frustración acumulándose en mis palabras.
Eddie se detuvo, su risa se desvaneció. Se acercó un poco más, su expresión cambió a una de seriedad. “Espera... ¿qué quieres decir?” Su mirada se volvió intensa, como si realmente comenzara a entender la profundidad de mis palabras.
“No sé por qué siempre tengo que estar aquí rogando que te des cuenta de lo que hay entre nosotros,” seguí, sintiéndome vulnerable pero decidida. “Es como si no pudieras tomarte nada en serio. Eres tan estúpido a veces.”
Su rostro se suavizó, y la broma que había querido lanzar se desvaneció. Sentí el aire cargado entre nosotros, la tensión palpable. Estaba claro que ambos habíamos llegado a un punto crítico. La pregunta ahora era si estaríamos dispuestos a dar el paso hacia lo que realmente queríamos.
Sentí que las lágrimas comenzaban a acumularse en mis ojos mientras la frustración y el dolor se desbordaban. Me dejé caer en el sillón, sintiéndome atrapada entre la ira y la tristeza. “Siempre he estado aquí, Eddie. Siempre. Pero parece que nunca te das cuenta de lo que siento, simplemente lo ignoras y te comportas como un verdadero imbecil. He estado tratando de ser fuerte, de hacer como si no me doliera, pero no puedo más,” solté, mi voz temblando mientras hablaba.
“Me esfuerzo por seguir adelante, por no esperar nada de ti, pero siempre termino esperando, deseando que alguna vez reconozcas lo que hay entre nosotros. Me haces sentir como si estuviera persiguiendo sombras, como si mis sentimientos no importaran en absoluto.” Las palabras se deslizaban fuera de mí, un torrente de emociones que no podía controlar.
“Siempre eres el primero en divertirte, el que se ríe y juega. Siempre es ‘solo una noche’ o ‘solo diversión’ para ti, pero yo no puedo seguir pretendiendo que eso no me afecta. Quiero más que eso, y es tan frustrante porque sé que tú sientes algo, pero no lo admites. ¿Por qué no puedes simplemente ser sincero conmigo?” Mis ojos se llenaron de lágrimas, y sentí cómo una de ellas se deslizaba por mi mejilla.
Eddie se quedó en silencio, su mirada fija en mí, tratando de absorber cada palabra. Se acercó, y aunque la distancia entre nosotros era corta, me sentía más vulnerable que nunca. “No sabía que te sentías así,” dijo, su voz apenas un susurro.
“Claro, como si no fuera obvio, Ed. Pero estoy cansada. Estoy cansada de estar aquí, esperando que te des cuenta de que soy más que una amiga para ti.” La presión en mi pecho era abrumadora, y la realidad de mis sentimientos se hacía más clara.
“No quiero ser solo una opción para ti.” terminé, sintiéndome expuesta y al borde de las lágrimas. La combinación de la tristeza y la rabia me envolvió, y lo último que quería era que mis sentimientos lo asustaran o lo alejaran aún más.
Eddie se inclinó hacia mí, su expresión cambiando a una de sinceridad profunda. “Yo lo siento mucho, no quería que te sintieras así.”
Mis lágrimas comenzaron a caer libremente, y mientras los sentía deslizarse por mi rostro, comprendí que tal vez, solo tal vez, esta noche podría cambiar todo.
Se acercó lentamente, como si temiera romper la atmósfera delicada que nos rodeaba. Con cuidado, rodeó mi cintura con sus brazos, atrayéndome hacia él. Sentí el calor de su cuerpo, una sensación de protección que me reconfortó en medio de mi tormenta emocional. El silencio se alargó entre nosotros, un espacio en el que mis sollozos comenzaron a calmarse poco a poco, mientras él simplemente me sostenía.
Finalmente, rompió el silencio con su voz suave. “Lo siento de verdad,” dijo, su mirada profunda y sincera. “A veces soy un completo idiota, y no sé cómo reaccionar ante lo que siento. Pero no quiero que pienses que no me importas. Es justo lo contrario.”
Me miró fijamente a los ojos, y en su expresión había una mezcla de juguetonería y seriedad. “La verdad es que tengo miedo, ¿sabes? Miedo de que algo salga mal, de que nuestras risas se conviertan en lágrimas, de que si me atrevo a dar un paso adelante, no sea capaz de manejarlo. No creo que te merezca, pero quiero que sepas que te quiero con todo mi corazón.”
Mientras hablaba, acarició mi rostro con las yemas de sus dedos, secando mis lágrimas con un gesto tierno. Su toque era suave, casi reverente, y sentí cómo la calidez de su cariño comenzaba a calmar mi angustia.
“Lamento ser tan complicado y no saber cómo hacer las cosas bien,” continuó, su voz ahora llena de sinceridad. “No sé cómo manejar lo que siento, pero lo que más deseo es que no me pierdas. No quiero que te vayas.”
Las palabras de Eddie me envolvieron como un manto cálido, y por primera vez en mucho tiempo, sentí que tal vez, solo tal vez, estaba en el camino correcto.
“Ed…” susurré, tratando de procesar todo lo que me estaba diciendo. Su cercanía me llenaba de esperanza, y aunque sabía que había un largo camino por recorrer, su sinceridad me hizo creer que tal vez podríamos enfrentarlo junto
Eddie me abrazó con más fuerza, y, de repente, me sentí vulnerable, atrapada entre sus brazos y el sillón. Antes de que pudiera reaccionar, me tumbó, quedando él encima de mí, mirándome con una sinceridad que me desarmaba. Los latidos de mi corazón resonaban en mis oídos mientras lo observaba, buscando en su mirada alguna pista de lo que realmente sentía.
“Shh,” dijo suavemente, acercándose más. Su rostro estaba tan cerca que podía sentir su aliento cálido sobre mi piel. La luz tenue del departamento jugaba con las sombras, acentuando la intensidad de su mirada. Era un momento tan íntimo que casi podía olvidar lo que había pasado antes, las risas, los celos y la confusión.
“Solo escúchame,” continuó, y sentí que se me aceleraba la respiración. Cada palabra suya era un hilo que tejía un nuevo camino entre nosotros, un camino que temía recorrer, pero que a la vez deseaba con todas mis fuerzas.
Lo miré a los ojos, buscando respuestas. Era difícil ignorar el calor que emanaba de su cuerpo, la forma en que su mirada se posaba en mí como si estuviera intentando grabar cada detalle. “Eddie, ¿qué estás haciendo?” pregunté, mi voz temblorosa.
“No quiero perderte,” dijo, y esas palabras resonaron en mí como un eco. “Sé que he sido un idiota, pero, ¿podríamos intentar ser algo más que amigos esta vez?”
Su sinceridad me golpeó.
“No lo sé, Eddie,” respondí, sintiendo las lágrimas amenazando con escapar nuevamente. “Siempre estás en la cuerda floja entre el chico que me gusta y el que parece no importarle nada.” Mi voz se quebró, y, en un momento de vulnerabilidad, dejé caer mi guardia.
Eddie se acercó un poco más, sus ojos fijos en mí, como si cada palabra que decía contara. “No quiero que te vayas con el primero que se cruce en tu camino solo para olvidarme, y sé que esto es raro, vestidos de vampiros y todo, se que tarde un poco en darme cuenta pero...” bromeó, tratando de aligerar el ambiente, y por un momento, me hizo sonreír a pesar de la tensión.
Era una locura lo que estaba pasando, pero, mientras lo miraba, sabía que había algo real entre nosotros, algo que merecía ser explorado.
Nos miramos en silencio, el mundo exterior desvaneciéndose mientras nuestras miradas se entrelazaban. Era como si el tiempo se detuviera, cada segundo estirándose hasta el infinito, lleno de significado. La habitación se llenó de una energía palpable, y pude sentir el latido de mi corazón resonando en mi pecho.
Eddie, aún inclinado sobre mí, mantuvo su mirada fija en la mía. Sus ojos, llenos de sinceridad, parecían decirme todo lo que nunca había podido expresar. Sentí cómo la distancia entre nosotros se acortaba, un imán invisible atrayéndonos el uno hacia el otro. Era un momento cargado de promesas y posibilidades, de todo lo que podríamos ser.
Finalmente, sus labios se acercaron a los míos, lentos y deliberados, como si temiera que cualquier movimiento brusco pudiera romper el hechizo. Cerré los ojos, sintiendo su aliento cálido acariciar mi piel, y me dejé llevar por la magia del momento. Cuando nuestros labios se encontraron, fue como si todo cobrara vida de nuevo.
El beso fue honesto, lleno de la vulnerabilidad que ambos compartíamos. Sus labios eran suaves, exploratorios, y había una dulzura en su toque que me hizo sentir segura. Me devolvió todo lo que había sentido por él, y en ese instante, todas mis dudas se desvanecieron. Era solo nosotros, envueltos en un mundo que parecía pertenecer únicamente a nosotros dos.
Eddie inclinó un poco su cabeza, profundizando el beso, y la calidez que se expandía en mi pecho me hizo sentir viva. Era un beso lleno de amor, de esa conexión que había anhelado por tanto tiempo. La tensión que había existido entre nosotros se transformó en un sentimiento reconfortante, como si finalmente hubiéramos encontrado nuestro camino de regreso a casa.
Cuando nos separamos, nuestras frentes se tocaron, y sentí su respiración entrecortada mezclándose con la mía. Los ojos de Eddie estaban brillantes, y por un momento, el mundo exterior volvió a existir, pero esta vez, me sentí lista para enfrentar lo que viniera, porque sabía que, a su lado, podría ser quien realmente era.
“¿Qué hacemos ahora?” murmuré, una sonrisa tímida asomándose en mis labios, sabiendo que había dado el primer paso hacia algo nuevo y emocionante.
“Lo que sea que tú quieras,” respondió él, y en su voz, escuché la promesa de un futuro lleno de posibilidades y juguetón.
Lo miré a los ojos, una mezcla de risa y frustración burbujeando en mi interior. “Eres un idiota,” le dije con una sonrisa. “Podrías ser un gran actor con lo que hiciste para parecer tan borracho.”
Eddie soltó una risa baja, intentando mantener la seriedad. “Siempre he sido bueno para hacer teatro. Pero la verdad solo quería asegurarme de que no te fueras con ese tipo.”
Su sonrisa se amplió, y en ese instante, todo lo que nos había separado pareció desvanecerse. Nos miramos, y él se inclinó hacia mí, robándome un beso suave y tierno. Me reí entre los labios de él. “Eres un idiota,” murmuré, mientras él seguía robándome besos, cada uno lleno de cariño y complicidad.
“Quizás debiera seguir actuando así más a menudo,” bromeó, y ambos estallamos en risas, dejando atrás cualquier duda que nos hubiera atormentado.
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isabelagoth444 · 11 months ago
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PAC/ Primeras impresiones de la gente al verte ❤️‍🔥
Hola a todos y bienvenidos a mi primer pick a card en este blog! 🥰 Respira hondo y elige la foto que mas llame tu atención, recuerda quedarte con lo que resuene contigo y dejar el resto
· Barajas que he usado: tarot ethereal visions, oraculo de luces y sombras, oraculo lunología, oraculo de la sabiduria, astrodados
· Lecturas privadas aquí
Todas las fotos son de pinterest, creditos a sus dueños
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• Grupo 1
Para quien no te conozca personalmente le resultas alguien fuerte e intimidante, aunque tengas el carácter mas dulce y tierno del mundo la gente percibe tu fuerza interior, a algunos le inspira y a otros les asusta. Es posible que te hayas tenido que enfrentar a mucho rechazo en el pasado y que eso te haya hecho desarrollar tu independencia, sabes valerte por ti mismx y ser leal a tus valores. Veo que tu circulo social no es especialmente grande, ser selectivx con quien dejas entrar a tu vida es muy sano ya que no todos tienen buenas intenciones hacia ti, hay personas que te ven como una amenaza incluso si no son tus intenciones parecerlo. Eres una persona de acciones en vez de palabras, si te propones algo lo consigues de una forma u otra y la gente se siente muy atraída hacia ti por eso, tienes un magnetismo natural para atraer todo aquello que te propongas. La gente percibe que tienes un temperamento fuerte y aunque algunos te puedan demonizar por esto, déjame decirte que es una cualidad que te hará llegar lejos en la vida y cumplir metas que otros jamás podrían imaginar. La gente te percibe como alguien con gran auto confianza y seguridad personal, incluso si lidias con inseguridades, la gente parece engrandecerte y no ve que eres igual de ser humano que el resto, con el 7 de espadas siento que la gente te ve tan fuerte y capaz que no tiene en cuenta que también tienes sentimientos. Por si no lo sabías, también he de decir que tienes unos cuantos admiradores secretos orbitando a tu alrededor, si no han hecho amago de aproximarse a ti es porque están esperando la oportunidad para acercarse, alguno puede sentir que no estás receptivx a su energía y por eso prefieren no interferir.
Para quien no te conoce resultas una persona resiliente y capaz, la gente ve que tienes metas bien marcadas y que vas a por ellas aunque no sepan exactamente cuales son esas metas. Veo que la gente o te adora o no te soporta, no hay punto medio, los que no te aguantan es porque proyectan sobre ti sus peores cualidades o no saben como encontrar en si mismos las cualidades que ven en ti. Para la gente que te quiere, te debo decir que lo hacen con todo el corazón y a todo coste, quien entra en contacto con tu energía queda prendadx de ti y tu calidez, también tienes la habilidad de inspirar a otros a desarrollar su mejor versión y convertirse en las personas que realmente quieren llegar a ser. Tus animales de la suerte son el león y la estrella de mar y la verdad que te aplican muy bien porque tienes la fuerza y poder del león pero la sensibilidad y profundidad emocional de la estrella de mar, me recuerdas a la diosa Perséfone que puede ser tanto la diosa de la primavera como la reina del Inframundo, tu polaridad es muy bonita y deberías aceptarla en toda su esencia y sentirte super orgullosx, te hace un ser humano único e incomparable.
La gente que tiene idea sobre ti pero no te conoce personalmente sabe que has pasado por algún tipo de tragedia que has tenido que aprender a superar por tu cuenta y muchos te admiran por como lo has sobrellevado, puede ser la pérdida de algún ser querido que te marcó fuertemente. Puede que vivas en un lugar pequeño o que tengas cierta popularidad en el lugar que vives porque la gente que no ha tenido trato directo contigo parece tener ideas muy firmes sobre ti, en la gran mayoría de personas veo un gran nivel de admiración hacia ti porque pareces estar super enfocadx en tus cosas y no pareces prestarte a chismes ni a hablar de otros gratuitamente, esto es algo que a la gente le despierta una confianza natural hacia ti. La gente también te ve como alguien familiar o muy protectora de tus seres queridos, sienten que toda tu ambición va mas centrada en ayudarles y darle una buena vida a los tuyos que por ti mismx, esto les hace ver que aunque no tengan trato directo contigo eres una persona confiable y de buenas intenciones, aun así saben que tienes un temperamento fuerte y que es mejor no molestarte, sigues siendo un león y la gente lo sabe.
Para la gente que te conoce en mas profundidad eres una inspiración divina, te asocian a magia y espiritualidad por alguna razón que solo ellos sabrán, me recuerdas a Cassie de The Good Witch, como si tu sola precencia tuviese un efecto energético positivo en el ánimo de otros. Tus seres queridos también piensan que es el momento de que dejes el pasado atrás, que hay algo que todavía te pesa y que es momento de dejarlo ir y pasar página, puede ser esa misma perdida de la que hablaba antes. Te ven como alguien en buena sintonía con el Universo, con una gran intuición y con una energía maternal que hace que la gente se sienta muy cómoda hablando contigo, seguramente te haya pasado que algún desconocido que te has encontrado por la calle haya empezado a contarte toda su vida como si te conociese de siempre, esto es una señal de tu bonita energía y como los demás saben instintivamente que pueden confiar en ti. Los que te conocen también admiran muchísimo tu honestidad, saben que si acuden a ti les vas a decir la verdad aunque no les guste, aún así veo que sabes perfectamente como expresarte sin herir a nadie con tus palabras.
· Canalizaciones: 777, energía del sol, admiradores secretos, tu alma gemela está cerca, energía maternal, protección espiritual, ancestros, 1111, no pierdas la ezperanza, lucky girl syndrome, tréboles, margaritas
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• Grupo 2:
Cuando la gente te ve piensa en belleza, puede ser física o espiritual pero siento que tienes un físico realmente precioso que cautiva a la gente, tienes mucha energía venusina y esto hace que la gente se sienta atraída a ti como las moscas, aún así debo advertirte, hay gente que se acerca a ti por motivos superficiales, especialmente gente del sexo opuesto. La gente te percibe con una energía femenina muy fuerte, les transmites dulzura y sensibilidad solo con verte, puedes despertar de forma natural el instinto de otros a querer protegerte o cuidar de ti, no lo haces de forma consciente, es tu energía la que transmite eso. S e te quedó el as de oros invertido pero junto a la carta de la templanza así que, si no tienes pareja hay mucha gente que está dispuesta a comprometerse contigo y cuidar de ti, sobretodo económicamente por alguna razón, si eres mujer atraes a hombres con energía muy masculina de proveer y proteger, las personas que se interesan en ti románticamente te ven como la persona con la que se casarían, les resultas extremadamente atractivx independientemente de tu apariencia fisica, aunque estoy segura de que eres una persona muy muy bella físicamente.
El número 12 y el 21 se repitieron muchísimo durante tu lectura, incluso saqué tus cartas a las 12:12, se han repetido montón de números (que te dejaré escritos en la parte final) así que si tienes una conexión con tus guías ya desarrollada éstos se comunican contigo especialmente a través de secuencias numéricas, también veo que el 12 es tu número de la suerte. La gente por lo general te ve como alguien muy sensible o con unas emociones delicadas, te ven como alguien puro y de buen corazón que no puede soportar ver a nada ni nadie sufrir, seguramente tengas una bonita conexión con los animales y los niños o que estos siempre se sientan atraidos a ti por tu vibración que les resulta tan agradable. Veo que eres una persona espiritual por naturaleza, seguramente hayas nacido con dones psíquicos o habilidades especiales, tienes un sexto sentido maravilloso al que debes prestarle mas atención, si en algún momento no te dejaron desarrollar estas capacidades te super recomiendo que empieces a hacerlo, tienes una misión de alma relacionada a la espiritualidad y ayudar a otros.
A diferencia del grupo 1, a ti te veo mucho mas sociable y abiertx con la gente, seguramente te resulte fácil conectar con otros y llevarte bien con todo el mundo, tu energía se siente super amigable pero debes cuidarte porque eres una esponjita energética y puedes estar absorbiendo energias negativas de otras personas sin darte cuenta, te recomiendo llevar contigo una obsidiana o turmalina para protegerte. La gente que te conoce te adora, tu energía despierta la ternura en el corazón de los demás, la gente tiene muy buena opinión sobre ti, te ven como alguien dulce y amable que siempre está dispuestx a ayudar a quien haga falta. La única pega o defecto aquí es que también ven que te desvives por los demás pero no inviertes la misma cantidad de esfuerzos en ti mismx, sobre todo puedes tener dificultades a la hora de tomar decisiones importantes para tu propia vida, seguramente seas magnificx dando consejos pero terrible aplicándotelos a ti (te acompaño en el sentimiento), trabaja en tu auto confianza y poder personal y verás como te empezará a resultar mucho mas facil.
Las personas cercanas a ti piensan que eres un ángel caído del cielo, realmente te quieren y te valoran aquellos que entran en tu vida, de alguna forma saben que pueden contar contigo cuando haga falta que siempre vas a estar ahí para echarles una mano. Tus seres queridos piensan que es una bendición tenerte en sus vidas porque tu simple presencia les enriquece y hace sentir mejor consigo mismos, también piensan que tienes un ángel de la guarda bastante sobre protector que evita que te metas en líos o que los problemas se te hagan demasiado grandes, tus seres queridos son testigo de lo bendecidx que estás. Tus seres queridos te ven como alguien muy sabix, como si fueses la voz de la razón cuando las cosas se vuelven caóticas, seguramente sea el terapeuta o psicólogo de tu grupo de amigos porque de veras tienes un talento para entender y guiar a otros, tienes un don muy bonito que deberías aprovechar, se te da muy bien dar luz a otros cuando el camino está oscuro. Tus seres queridos también creen que piensas mucho y que le das demasiadas vueltas a la cabeza, como si no supieses muy bien que rumbo tomar en tu vida terrenal y tu mundo interno te resultase mucho mas cómodo, como quiera que sea ellos piensan que tienes mucho talento y que eres capaz de conseguir muchas cosas si no te pasases tanto tiempo pensando en todo lo que podría ocurrir, un consejo para esto es trabajar con el chakra raiz
· Canalizaciones: clarividencia, experiencias paranormales, sueños lúcidos o proféticos, 1444, 1221, 333, 1222, dolores de cabeza, buhos, la influencia de la luna te afectará, muchisima asistencia espiritual contigo, estás en el camino correcto, flores amarillas
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• Grupo 3:
La gente que no te conoce no sabe muy bien que opinar sobre ti, resultas un misterio para la mayoría de personas, veo que eres muy selectivx con las personas a las que das acceso a tu vida, la mayoría no tiene ni idea de que ocurre en tu vida privada así que cuando les das un poco de atención es como si hubiesen ganado algún premio, estar cerca tuyo es un privilegio que no todos merecen y eres consciente de ello. Hay algunas personas que piensan que valoras demasiado el dinero o que te apoyas en los recursos económicos para sentirte mejor contigo mismx pero estas personas están proyectando ciertas inseguridades sobre ti inconscientemente, este grupo se parece mucho al grupo 1, te recomiendo que le eches un vistazo e caso de que haya algo que te resuene ahí. A pesar de lo que algunos puedan pensar, tu conoces tu valor, sabe solo que quieres y lo que mereces para tu vida y estás yendo a por ello, ser ambiociosx no tiene nada de malo mientras no le estés haciendo daño a otros, además, ser prudente con la economía es de sabios y de personas que piensan en la estabilidad a largo plazo asi que no dejes que los complejos de otros te hagan sentir culpable o interesadx. Te saltó la carta del diablo pero también la templanza, por lo que como en el grupo 1, la gente o te adora o no te soporta, lo que no entienden es que recibirán de ti exactamente lo mismo que ellos te ofrezcan, tienes un angelito y un diablito dentro como todo el mundo, es cuestión de ellos que versión de ti quieran conocer. Tienes un aire como the 'old money', la gente te percibe como alguien muy elegante y con muy buen gusto, a la gente les resultas super sexy y atractivx pero muchos pueden acercarse a ti con intenciones de tener encuentros casuales contigo
De todos los grupos veo que tu eres el que mas desarrollo espiritual lleva recorrido, veo que has pasado por transformaciones muy profundas, realmente solo tu conoces el trabajo interno que has hecho y todo lo que has dejado atrás, veo que si has tomado esta actitud de aceptar en tu vida solo cosas que sumen en calidad es por razones de peso, la gente te ha herido profundamente en el pasado y has tenido que aprender a poner límites por tu propio bienestar. La gente no imagina el profundo cambio que has dado porque eres muy reservadx con respecto a tu vida, a lo largo de tu tirada siento que estoy describiéndote en vez de decirte lo que las primeras impresiones de la gente, pero es que la gente parece no saber nada de ti salvo lo que tu quieres que sepan.
Eres una persona super independiente que sabes valerte por ti mismx pero, cariño mio, el ser humano es una criatura social y un exceso de independencia puede llevar a la soledad. Eres una persona super poderosa e inspiradora, tienes muchísimo potencial, sobretodo en lo que se refiere a tus metas profesionales o la idea que tengas para ganar recursos económicos, pero como decía mi abuelito: en la vida y en los negocios hacen falta socios. Tienes una preciosa energía y algo único que solo tu le puedes aportar al mundo, sigue con tu maravilloso crecimiento personal y comparte un poco mas tu energía con los demás, tienes una tribu de alma con la que reunirte en esta vida, intenta abrirte un poco mas porque las cartas que salieron en el oráculo se sienten como una advertencia que te estan diciendo que a la larga esta actitud te hará exitosx pero no feliz, aprovecha para hacer unos ajustes y conseguir las dos cosas. Como recomendación para esto lo mejor que puedes hacer es conectar con tu chakra corazón y tu energía femenina, tienes una energía masculina super intensa pero la femenina está un poquito desbalanceada, busca un poco de información sobre Lillith en Astrologia, seguramente resuenes con su energía.
Los que te conocen personalmente te admiran y les intimidas al mismo tiempo, saben que contigo deben respetar una serie de normas y que no toleras ciertas cosas, saben que tienes un carácter fuerte y que si tu respetas sus límites ellos deben respetar los tuyos. Aun así, a la gente le gusta tenerte cerca, les das sensación de seguridad y protección, como si a tu lado nunca les fuesen a ocurrir cosas malas, tienes mucha energía de tierra por lo que la gente de forma natural se va a sentir a salvo en tu presencia. Tus seres queridos te ven como alguien sumamente fuerte y capaz de conseguir todo lo que te propongas pero les gustaría que estuvieses mas dispuestx a dejarte ayudar, les encantaría quitarte un poco de peso y echarte una mano con tus responsabilidades, tienes un sistema de apoyo bastante solido y comprensivo, apoyate en ellos mas amenudo que estarán encantadxs de ayudarte en lo que haga falta.
· Canalizaciones: crecimiento personal, oscura divina femenina, terquedad, exito escrito en tu destino, poder de manifestación, 444, energía de tierra, tauro, virgo, capricornio, energía lillith, sex appeal, color dorado o granate, 1010, meditación
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soft-pxachy · 6 months ago
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⤷  ❝oh, god❞ — ksj (s.m)
➤ Pareja: jin!sacerdote x lectora!fem
➤ Recuento de palabras: 7.9k 
➤ Género: sexo en una iglesia! smut y obscenidad!
➤ Resumen: Tu imperturbable devoción a la iglesia nunca había sido algo que realmente te importara, y sabias que no debías estar haciendo esto, sabias que estaba mal, pero no podías hacer nada desde el momento en que el Padre Seokjin entró en tu mente, haciéndote fantasear con él todas las noches, arrastrándote a un estado en el que sabias que estabas condenada, por suerte, el Padre Seokjin estaba dispuesto a perdonar todos tus pecados.
➤ Advertencias:  20+ | Lenguaje vulgar y explícito | uso de temas religiosos | tensión sexual | sexo en una iglesia | uso inapropiado del confesionario | blasfemia y jurar en nombre de dios | referencias religiosas | voyerismo | charla sucia | masturbación | frottage | sexo oral (r. ambos) | comer semen | algo de culpa religiosa | sexo sin protección | Jin es un sacerdote y tiene un gran pene! ➤ Si crees que el contenido de este oneshot te ofenderá a ti o a tus creencias, por favor, NO LEAS. ➤Si no eres mayor de 18 años, POR FAVOR, no leas. Si lo haces es bajo tu propia responsabilidad, ten en cuenta las advertencias.
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♥︎ softpxachy's
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Era otro domingo de congregación como cualquier otro, T/n estaba sentada en una esquina del banco de la iglesia lo más cerca posible del atril que se elevaba imponente frente a todos, con los brazos cruzados y completamente desinteresada en lo que pasaba a su alrededor, toda su atención estaba cien por ciento enfocada en el Padre Seokjin. 
Siempre se negaba a participar mientras el Padre Seokjin dirigía la congregación a través de oraciones y anuncios. Su suave voz reverberaba a través de toda la habitación, cautivando a los asistentes del domingo por la mañana con sus palabras de adoración, predicando sobre la divinidad del amor y de Dios. 
Se podía ver fácilmente cuánto había tocado los corazones de los creyentes con sus palabras y actos bondadosos con solo mirar alrededor de la iglesia.
Sus ojos seguían cada movimiento del Padre Seokjin, suspirando cada vez que mostraba una sonrisa encantadora, riéndose cuando hacía una o dos bromas ligeras. Si no supiera nada mejor, pensaría y estaría completamente segura de que las personas que iban a la iglesia estaban allí solo para ver al Padre Seokjin. Prácticamente había hecho que todo el pueblo se enamorara de él. El sacerdote encantador y de buen corazón que era un símbolo de la devoción del pueblo y era una luz cálida y brillante para aquellos que buscaban su providencia.
El Padre Seokjin hablaba y todos escuchaban. Bueno, todos menos T/n.
Sus sermones parecían entrarle por un oído y salir por el otro, y en su lugar, optaba por soñar despierta. Sus ojos nunca deambulaban por el interior de la iglesia, siempre estaban enfocados en la mirada suave y persistente del padre Seokjin. Y esto no había pasado desapercibido para él, por supuesto. 
T/n era la chica que asistía a sus misas todos los domingos pero que solo estaba allí; sentada entre la multitud, el mismo asiento todas las mañanas, interactuando con la menor cantidad de personas posible, siempre la primera en entrar y la última en salir. Y había llamado su atención por completo, cada vez más intrigado por ella y por la forma en que parecía querer arrancarle la sotana con los ojos, deseando poder saber que pasaba por su cabecita para ser tan persistente y dispuesta en cualquier cosa que tuviera que ver con la Iglesia, y ahora era él quien estaba completamente cautivado por ella,
La comunión era la parte favorita de la misa para T/n. Eso significaba que era casi la hora de irse y formó un pequeño puchero dándose cuenta de que ahora tendría que esperar hasta la próxima semana para volver a ver al Padre Seokjin, pero aun así se puso de pie y caminó hacia la fila para recibir la hostia, y mientras esperaba, no pudo evitar mirar el hermoso arte pintado en el techo de la iglesia y las estatuas de santos que la rodeaban a cada paso que seguía avanzando hasta que finalmente estuvo frente a frente con el Padre Seokjin.
Él le sonrió cálidamente y con ternura en sus ojos mientras la veía hincarse frente a él sobre el reclinatorio, esperando pacientemente a que ella lo mirara y sonriendo aún más al ver el destello de timidez que brilló en su rostro mientras parpadeaba a través de sus pestañas cuando finalmente elevó su mirada hacia él. Su imponente estatura fácilmente hacía sentir a T/n como si estuviera mirando a Dios mismo.
— El cuerpo de Cristo.— Anunció con su voz suave y amable mientras le ofrecía la hostia.
Los labios de T/n se cerraron alrededor del pan sin dejar de mirarlo a los ojos, sus labios rozaron de forma cálida y suave contra los dedos del Padre quien inclinó la cabeza levemente hacia un lado con diversión y una pequeña sonrisita tiró de la comisura de sus labios hacia arriba, había sido una acción pequeña e imperceptible que debió haber sido la primera bandera roja de que el Padre Seokjin no era en absoluto quien parecía ser, y tal vez T/n había sido demasiado ingenua por no darse cuenta.
— Amén.— T/n respondió por lo bajo mirándolo con pura adoración en sus ojos, odiando profundamente tener que alejarse de su presencia.
Pero simplemente obedeció cuando el clérigo hizo un pequeño asentimiento para que se levantara y regresara a su asiento, el Padre Seokjin aun podía sentir la sensación de sus suaves labios en la punta de sus dedos mientras le daba un rápido vistazo desde lejos, y tenía que admitir que sintió como si lo hubiera besado un ángel.
Y el pensamiento de T/n no abandonó su mente durante el resto de la misa, estando completamente seguro que tal vez ella era una especie de tentación divina puesta deliberadamente frente a él como si se tratara de una prueba de Dios o como si fuera un desafío en su camino. Una cosita curiosa e inocente que el Padre Seokjin amaría ver caer y derrumbarse frente a él solo para poder reclamarla como suya. 
Para él, T/n era como un pequeño cordero tembloroso, completamente ajena al lobo que la acechaba. Quizás hoy era el momento perfecto para atacar. Tal vez la presa ya estaba lista para ser capturada.
"Todavía no." El Padre Seokjin pensó para sí mismo.
Había decidido que se tomaría su tiempo, continuaría observándola desde lejos como siempre lo había hecho y planear cuidadosamente su siguiente paso antes de finalmente morder la manzana del pecado  que era esa jovencita de ojos de muñeca y labios rosados que atormentaban sus noches más solitarias y más pecaminosas. 
Él jugaría con su desinterés en la iglesia justo como ella lo hacía con sus pensamientos lujuriosos, después de todo, tenía que haber una razón que la estaban atrayendo a la iglesia, a él, y para ser alguien supuestamente irreverente, T/n estaba mostrando una gran devoción hacia cualquier cosa que estuviera planeando, pero el Padre Seokjin lo solucionaría, solo era cuestión de…
—¿Padre? —T/n lo llamó suavemente y su voz interrumpió sus pensamientos por completo.
—Vaya, ¿Todavía estás aquí, paloma mía? — El Padre preguntó, mirando alrededor de la iglesia, notando que ahora estaba vacía y solo eran ellos dos quienes seguían ahí.
—Quería hacerle una pregunta, padre. —T/n pidió en voz baja, mientras se distanciaba levemente de él.
El Padre Seokjin le hizo un gesto para que se sentara en uno de los bancos a su lado y T/n lo hizo evitando su mirada, mordiéndose el labio inferior cuando el silencio se hizo presente entre los dos, sin saber cómo empezar exactamente.
— Bueno, por supuesto que puedes hacerme preguntas.—  El Padre Seokjin aseguró dando un par de pasos cuidadosos hacia ella.— Ven, siéntate y cuéntame qué es lo que te preocupa. 
—Temo que me estén corrompiendo, Padre…—T/n comenzó a hablar por lo bajo y de a poco, cuidando cada una de las palabras que le decía.— Me está comiendo por dentro, es como si se estuviera extendiendo como el fuego del infierno dentro de mi.
—Está bien.— La voz del Padre era tranquila y firme, transmitiendole un poco de seguridad con sus palabras.— Estás a salvo conmigo, puedes confiar en mí.
Y con eso el corazón del Padre Seokjin se llenó de preocupación. 
—¿Corrompiendo? Oh, mi dulce paloma. ¿Es por eso que has estado tan distante recientemente? ¿Te has estado guardando todo esto para ti sola? —preguntó con voz suave acortando de a poco la distancia que los separaba sin llegar a ser muy invasivo, mucho menos cuando la vio ponerse rígida y asentir levemente con su cabeza.— Paloma mía, esta es una carga que no tienes que llevar sola. Estoy aquí para ti. No hay razón para que sientas que tienes que distanciarte cuando te sientas preocupada.
—Lo siento, padre. —T/n respondió por lo bajo, agachando su cabeza sintiéndose avergonzada.
—No hay necesidad de disculparse. —murmuró en medio de una sonrisa y elevando una de sus manos para frotar suavemente el dorso de la de T/n, viéndola suspirar y relajarse de a poco en su toque y se aclaró la garganta.— Entonces, cuéntame más sobre ésta... corrupción.
—Me condenaría, Padre… —T/n respondió con voz pequeña mordiendo su labio y sintiendo como su rostro comenzaba a arder de vergüenza.
— ¿Qué clase de sacerdote sería yo para condenar tal pureza? —Habló y su voz la tranquilizó más de lo que alguna vez hubiera pensado, era como miel para sus oídos.
El Padre Seokjin se levantó de su asiento y lentamente se dirigió hasta quedar de pie frente a ella, viéndola clavar sus ojos en el suelo, incapaz de siquiera mirarlo y él no podía entender del todo su actitud.
Había un silencio de muerte. La tensión en la iglesia de repente se hizo notar entre los dos y el Padre Seokjin se movió para pararse más cerca de ella y su sombra cayó sobre T/n como si fuera una manta con cada uno de sus pecados y, sin embargo, comenzó a sentirse más caliente que el calor del sol de ésta mañana.
—¿Has perdido el contacto con tu fe? —El Padre Seokjin habló con la voz más baja y suave que alguna vez hubiera escuchado.
T/n jugaba con sus manos en su regazo, retorciéndose bajo su profunda mirada y no respondió, estaba demasiado aturdida por la pregunta que le hizo para saber cómo responder correctamente.
—Dime, paloma. —El Padre volvió a hablar, usando dos de sus dedos para inclinar su barbilla hacia arriba y hacer que por una buena vez que lo mirara. —¿Buscas una nueva religión? 
—¡N-no! No he perdido mi fe…—T/n habló finalmente en medio de un sollozo, sintiendo como todo su cuerpo comenzaba a temblar bajo su toque y su mirada. —Ésta corrupción es…diferente.
—¿Diferente? —El Padre preguntó aún más confundido, inclinándose sobre ella para mirarla a los ojos.— ¿Cómo?
—Yo… —T/n balbuceó sintiendo como su mirada la hacía sentir increíblemente pequeña frente a él.— Tengo estos deseos. Impulsos pecaminosos que vienen a mí tarde en la noche. Padre, quiero deshacerme de ellos.
Y con eso el Padre Seokjin pareció comprenderlo todo, pero trató de guardar las apariencias lo mejor que pudo, pero fue incapaz de luchar contra la sonrisa divertida que se formó en su rostro justo antes de relamerse los labios.— ¿Impulsos pecaminosos? ¿Deseos? Querida, no estás hablando de lo que creo que es... ¿verdad?
—Es vergonzoso, Padre, lo sé… —T/n murmuró por lo bajo mordiéndose el labio con fuerza y sintiendo como pequeñas lágrimas comenzaban a brotar de sus ojos.
— Shhh, no hay necesidad de avergonzarse. —El Padre Seokjin susurró de forma tranquilizadora al mismo tiempo que elevaban sus manos para acunar su rostro con cuidado; limpiando de a poco sus lágrimas. 
Era como si su simple toque enviará olas de electricidad por todo su cuerpo, y T/n hizo todo lo posible para concentrarse en los tiernos ojos del Padre Seokjin mientras volvía a hablar.
—Las necesidades carnales son humanas, querida. Está en nuestra naturaleza querer ceder a esa tentación. —explicó suavemente, como si estuviera hablando con una niña pequeña mientras T/n se derretía por completo en su toque, mirándolo con ojos de cachorrito y presionando su mejilla más contra su palma. —Cuéntame más de cómo te consume esta corrupción.
—No podría, Padre… —T/n habló negando con su cabeza en medio de hipos y una que otra lágrima que  aún goteaba de sus ojos antes de darle un rápido vistazo a todas las estatuas y pinturas de santos a su alrededor.— No aquí…
—Entiendo, ¿Quieres ir al confesionario? —preguntó tranquilamente colocando un mechón de su cabello detrás de su oreja justo antes de verla asentir con ilusión haciendo sonreír.— Está bien, vamos.
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Y tan pronto como dijo el Padre Seokjin entrelazó su mano con la de ella guiandola por el pasillo que daba directo hacia el confesionario y que se escondía en una de las esquinas del gran salón de la Iglesia, lo suficientemente aislado del lugar para que nadie pudiera escuchar ninguna de las confesiones que los creyentes hicieran y se respetará el secreto de confesión del Padre Seokjin.
Era una especide de armario de dos espacios, hecho de la misma caoba lacada de los bancos y de tamaño solo un poco mas grande que para una persona en cada uno de ellos, una cortina de color rojo vino a lo largo de cada puerta que ayudaban a proteger la identidad de cada penitente, y tan pronto como llegaron el Padre Seokjin abrió la puerta del lado derecho, haciendole un leve movimiento para que entrara y ella lo hizo murmurando un pequeño ‘gracias’.
T/n sabía que no debería estar haciendo esto, sabía que estaba mal, incluso el mero pensamiento de confesar todos sus pensamientos pecaminosos eran suficiente para destrozar su conciencia, pero su conciencia ya estaba arruinada desde el primer momento en que hundió su mano entre sus piernas teniendo en su mente al Padre Seokjin, y sabía que eso era la mayor condena para sí misma. 
Así que se obligó a quedarse quieta en el banco de madera en el que estaba sentada, tratando de asegurar sus crecientes nervios, podía escuchar los latidos de su corazón en ese pequeño espacio, al menos estaba oculta por la tenue oscuridad de la cabina, pero de alguna manera se sentía desnuda y expuesta, como si la oscuridad fuera aún más reveladora, y sabía que sus pensamientos no estaban a salvo en este silencio y oscuridad sobresalientes.
El sonido de la puerta de la otra cabina se escuchó tres veces más fuerte cuando el Padre Seokjin entrò, T/n notó su silueta oscura moverse del otro lado, sus zapatos resonaron en el piso de madera con cada paso que dio y el asiento crujió cuando se sentó, sus manos se movian nerviosamente en su regazo cuando la voz profunda del Padre se escuchó a su derecha.
—No te pongas nerviosa, paloma. Tómate tu tiempo para encontrar tus palabras. —El Padre Seokjin murmuró suavemente, intentando transmitirle toda la confianza que necesitará. 
El corazón de T/n se estremeció en su pecho y se obligó a  inhalar y exhalar pausadamente. Podía hacer esto. Sus labios se abrieron y las palabras cayeron familiarmente, como un hábito perpetuo.
—Bendígame Padre, porque he pecado. Esta es mi primera confesión. —comenzó a hablar apretando sus manos en puño en el borde de su falda, pensando que la verdad debería mantenerse bajo llave como lo había estado haciendo los últimos días, esa verdad con la que no debería haber jugado en primer lugar.
—Independientemente de que estés aquí solo para decir tu verdad o para desahogar su mente, estoy aquí para escuchar, paloma.— El Padre aseguró y el sonido de su voz retumbó bajo y cálida a través de la rejilla que los separaba. 
Ya estaba aquí, ya no había vuelta atrás ahora.
—He tenido pensamientos impropios sobre éste… hombre, que está fuera de mi alcance. Sé que no debería tener pensamientos tan traicioneros sobre él. Pero no puedo parar. —T/n comenzó a hablar sintiendo como su voz salía temblorosa, manteniendo sus ojos enfocados en las tenues sombras de las estatuas que se reflejaban dentro de la cabina.— Yo… apenas puedo mirarlo, apenas puedo soportar estar cerca de él, porque lo deseo tanto y eso me vuelve codiciosa, ese es uno de los siete pecados capitales, ¿no? ¿Codicia? Eso es lo que soy, Padre. Lo quiero y quiero todo de él. Quiero su tiempo y sus pensamientos, y no quiero compartirlo con nadie.
Y tan pronto como su confesión salió de sus labios un silencio abrumador los inundó a ambos, un largo y agonizante silencio mientras esperaba la respuesta del Padre Seokjin quien parecía estar encontrando las palabras correctas que decir, imposible de ocultar la bruma de celos y posesividad que comenzó a crecer en su pecho después de escuchar a su pequeña paloma hablar de esa forma de otro hombre. 
Detestaba el simple pensamiento de T/n tocandose pensando en otra persona y le ardía en sus entrañas, él quería ser el único hombre que estuviera en su mente, el único que la hiciera sentir bien, el único que la viera doblegarse y caer de rodillas pidiendo mas placer, quería que fuera suya, y de nadie más. 
—¿Él está casado? —preguntó poco después, recordando sus palabras y con su voz más dura y áspera de lo que imagino, pero era algo que simplemente no pudo evitar.
—No, no lo está. Es... mucho peor. —T/n respondió pensando cual de las dos opciones era peor, ¿Fantasear con un hombre casado o con un hombre que comprometía su vida a Dios? 
—Solo eres humano, y el humano comete errores. Ningún error es imperdonable cuando te arrepientes de tus pecados.— El Padre Seokjin instruyó con prudencia, y casi sonó como si esas palabras se las estuviera diciendo a sí mismo.
T/n negó con su cabeza ante eso, como si el hombre al otro lado pudiera verla, eso no era lo que queria escuchar de él, queria que le dijera que estaba mal, algo que le diera un incentivo para acabar con esta tortura.
—Lo hace sonar tan inocente Padre, y no es así…—hablo casi burlándose sin humor de sus palabras.
—¿Por qué no lo es? —El Padre preguntó y su tono de voz cambió por completo, enviàndole un escalofrío que recorrió el cuerpo de T/n, sonaba diferente ahora, ya no se escuchaba reservado ni distante, sonaba cálido y curioso, y la animó a seguir hablando.— Dime más. 
Oh, Dios.
—Yo… —T/n balbuceó sintiendo de repente como si su garganta estuviera llena de ceniza. —Lo quiero de manera inocente, a veces. Quiero arrodillarme frente a él y adorarlo hasta que no pueda más, quiero ser buena para él y que me halague por eso. —habló con calma, dejando que su mirada se deslizara hacia el suelo, donde la luz de las velas iluminaba sus piernas. —Pero también lo quiero de otras maneras. 
Podía sentir cómo sus palabras se le clavaban en la garganta una tras otra. Estaba segura que la vaga forma de su deseo era suficiente para que el Padre Seokjin supiera que estaba hablando de él, pero parecía como si el sacerdote no tuviera intenciones de detenerla, era como si la estuviera provocando con su voz, y la tensión se podía palpar en el aire, espesa, a pesar de la rejilla que los dividía y el Padre tarareó levemente. 
Quería que siguiera hablando.
—Pienso en él cuando no debería, Padre. Trato de no pensar en él de esa manera, pero es tan difícil no hacerlo, siento que sabe cómo es mi alma, y me asusta, pero también me hace quererlo más… —T/n continuó hablando sintiendo como toda la sangre de su cuerpo circulaba con más rapidez, acentuándose en su rostro y entre sus piernas como ocurría todas las noches desde que conoció al Padre Seokjin. 
—¿Cuándo piensas en él? —El Padre preguntó con voz áspera, y ese mismo sonido era todo lo que T/n podía escuchar, todo lo demás se había desvanecido en la oscuridad del lugar. 
—Lo hago cuando los pensamientos me mantienen despierta por la noche. Cuando está oscuro y estoy sola. Me marean y me dan calor…—respondió con dificultad, sintiendo como las palabras quedaban atoradas en su garganta y como sus mejillas ardían de vergüenza ante lo siguiente que dijo. —Pienso en él cuando me toco, Padre.       
Y en ese preciso momento T/n deseaba profundamente que el suelo se abriera y la tragara por completo, pero aún así no podía dejar de hablar, no ahora que parte del secreto que la atormentaba estaba a la vista, necesitaba compartirlo todo, no pensaba seguir cargando con esa culpa sola, y no le importaban las consecuencias que vendrían con eso.
—Trato de no hacerlo, sé que está mal, pero no puedo, trato de pensar en alguien sin rostro, pero no puedo sacar su rostro de mi cabeza. Su voz. Trato de pensar en alguien menos en él, pero no puedo detenerme.
Su respiración era rápida y agitada, sentía como si acabara de subir corriendo tres tramos de escaleras. Las palmas de sus manos estaban pegajosas por el sudor y como pudo las limpió en la tela de su falda sintiendo su cuerpo arder en calor, y por una fracción de segundo, se le ocurrió correr, salir corriendo de ahí al aire frío de la noche, el hecho que el Padre Seokjin no hubiera dicho ni una sola palabra acerca de su confesión la hacía sentir mucho más nerviosa, completamente segura de que él la reprendería por tener ese tipo de pensamientos, que le diría que estaba condenada al infierno por ese pecado, pero lo siguiente que escuchó la dejó congelada en su lugar.
—Hazlo.
Esa palabra del Padre Seokjin sonó como un trueno dentro de la iglesia.
—¿Qué? —preguntó incrédula, sin entender exactamente lo que dijo.
—Muéstrame. —El Padre Seokjin corrigió rápidamente antes de que se escuchara un sonido resbaladizo, como si se hubiera humedecido los labios con su lengua.— Muéstrame tu pecado.
Y ante eso lo único que T/n pudo hacer fue jadear por lo bajo, esperaba internamente la broma, la risa, que él estuviera bromeando, pero eso nunca llegó. Y en cambio, sólo hubo silencio. Por primera vez miró hacia un lado, buscando alguna señal del Padre Seokjin pero todo lo que vio a través de la rejilla fue el contorno aproximado de su perfil.
Antes de que T/n pudiera reaccionar, vergonzosamente, su cuerpo lo hizo primero, reaccionando por completo a su voz, su piel se calentó más que el mismo sol, sus pezones se irguieron debajo de su blusa y el familiar cosquilleo se acentuó entre sus piernas como si se hubiera tratado de una orden del Padre Seokjin. 
Apenas y pudo murmurar un pequeño asentimiento antes de hacer exactamente lo que le había dicho, T/n podía escuchar el latido de su corazón retumbando en sus oídos y el ritmo incierto de su respiración mientras separaba de a poco sus piernas para deslizar su mano entre sus muslos. 
Su estomago se contrajo abrupatmente cuando sus dedos hicieron contacto con su centro vestido y su respiración se cortó aún más al sentir la pequeña macha de humedad en sus bragas, joder, había estado sufriendo tanto por esto que ni se habia dado cuenta, pero era algo obvio, el Pade Seokjin siempre había tenido un efecto especial en ella, y lo corroboró cuando presionó ligeramente sobre su clítoris, mordiéndose el labio inferior para evitar gemir demasiado pronto y sujetandose con fuerza del borde el asiento con su mano disponible.
La culpa y la excitación se retorcían dentro de su cuerpo, una con la otra, luchando por ver cual tendría el control, sus dedos se movían tan lentamente, torturándose a sí misma y con su respiración agitándose cada vez más con cada débil movimiento sobre su clítoris, estaba demasiado metida en sus propias sensaciones que apenas y fue consciente de la misma respiración agitada del Padre Seokjin, y cuando se dio cuenta de eso T/n no pudo evitar preguntarse qué estaba haciendo en su lado de la cabina, se preguntaba dónde estaban sus manos, tal vez agarrando sus rodillas o apretando con fuerza la tela de sus pantalones, o tal vez en otra parte; subiendo por sus muslos hasta…
—Oh, Seokjin… —T/n gimió por lo bajo antes de taparse la boca con su mano libre para sofocar otro gemido, aunque fue demasiado tarde para que el Padre Seokjin lo escuchara a la perfección.
—¿Es eso lo que haces? —El Padre preguntó con su voz baja y ronca, enviándole un escalofrío de deseo al rojo vivo a T/n por su columna vertebral, casi pudiendo escuchar su sonrisita al otro lado con lo siguiente que dijo. —¿Cuando te tocas dices mi nombre, paloma?
—Padre, por favor yo no… -T/n balbuceó ahogando un nuevo gemido ante otro movimiento de sus dedos, incapaz de poder mentirle ahora. 
—No mientas paloma, la forma en que dijiste mi nombre, suena tan familiar. Como si hubieras hecho esto antes. —El Padre agregó con soberbia, había una oscuridad en su voz que T/n nunca había escuchado en él.
—Oh, Dios… —Un nuevo jadeo se derritió en sus labios sin poder ocultarlo, sus caderas se movieron hacia enfrente y contra su palma, buscando desesperadamente un poco más de fricción para su clítoris necesitado, la culpa se estaba comiendo sus entrañas, pero no podía detenerse.— Padre, por favor, siento que empiezan a corromperme de nuevo…
Y con eso los ojos del Padre Seokjin se iluminaron en puro deseo, agradeciendo que ella no pudiera verlo.— ¿Ahora mismo?
—Sí, los pensamientos están volviendo, Padre… —T/n asintió con la cabeza con furia, como si él pudiera verla moviendo sus dedos con más fuerza sobre su centro ahora empapado con su humedad, mojándole los dedos vergonzosamente. 
Inesperadamente se escuchó un tintineo metálico al otro lado de la cabina y a T/n se le cortó el aliento al darse cuenta. Su cinturón, el Padre Seokjin se estaba desabrochando el cinturón, mierda, mierda. Cerró los ojos con fuerza intentando alejarse de eso, pero aún podía escuchar el roce de su cinturón cuando el cuero se movió contra sus trabillas y simplemente no pudo evitar imaginarse la forma en que se veía su mano sobre el bulto de sus pantalones.
—Dime de quien se tratan, paloma. —El Padre pidió en medio de un suspiro pesado y T/n juró que su cuerpo tembló sobre el asiento al escucharlo. 
—Se tratan de ti Padre, siempre has sido tu… —Admitió entrecortado presionando con más fuerza sobre su clítoris, lo necesitaba, demasiado, era casi carnal la necesidad que tenía por él.
Una especie de calor perverso le atravesó el pecho al Padre Seokjin, casi como un sentimiento de orgullo al escuchar a su pequeña paloma admitiendo que él era el que la hacía pecar, que él era el protagonista de sus fantasías como ella lo era de las suyas, era perfecto y eso le hizo apretar con más fuerza el eje de su miembro duro por encima de la tela de su boxer, casi gruñendo al imaginarse que era T/n la que estaba entre sus rodillas dándole la misma atención con su propia mano.
—¿Yo? —Él se rió entre dientes mientras la seguía escuchando sollozar y gemir por lo bajo, casi deseando poder estar con ella para ver como aliviaba el calor de su cuerpo.— No eres tan pura como yo pensaba, ¿verdad paloma?
—Por favor, Padre…— T/n gimoteó una vez más, presionando sus muslos juntos y moviendo sus caderas con fuerza contra su mano.— Por favor, ayúdame a deshacerme de estos deseos…
Y con eso el Padre Seokjin ensanchó su sonrisa, ¿Quién era él para negarle a su linda palomita que la librara de sus deseos carnales? Después de todo, ese era su deber como sacerdote, ¿no es así? Limpiar a los pecadores de sus pecados, y qué mejor manera que hacer lo mismo con ella, limpiar esos pensamientos pecaminosos de su linda cabecita y devolverle la pureza.
Hubo un silencio después de su ruego hacia el Padre que rápidamente fue cortado por un ruido repentino, demasiado rápido para que T/n lo procesara antes de parpadear ante la luz que inundó la pequeña cabina, y cuando pudo ver con claridad el Padre Seokjin estaba de pie frente a ella, su barbilla está inclinada hacia un lado, el cinturón de su pantalón colgaba pesado hacia ambos lados, la cremallera estaba abierta y una mancha oscura y húmeda decoraba el contorno de su dura erección haciéndola jadear sin ser capaz de cerrar sus piernas ante la imagen cuando el Padre Seokjin rápidamente apretó con sus manos su pantalón, levantando la tela para poder arrodillarse frente a ella. 
—Padre…— T/n susurró por lo bajo, sin poder recordar ninguna palabra excepto su título mientras lo veía hundirse entre sus piernas para tomarla por el cuello con una de sus manos, su palma ancha se envolvió alrededor de su garganta antes de inclinarse hacia ella y perseguir su boca ansioso con la de él. 
Sus rosados labios se estrellaron con firmeza contra los de ella, y T/n sintió como si estuviera en la puerta del cielo y jadeó contra su boca al darse cuenta de que el Padre Seokjin besaba como un hombre hambriento. 
Su cuerpo cayó en un flujo intenso con sus labios unidos a los del otro, sus manos se ajustaron a sus anchos hombros y los arañó por encima de su camisa negra, desesperada por más. Toda la mente de T/n se nubló con la sensación de él, con su aroma, con su sabor, con cada presión de sus labios sobre los de ella y sintiendo como acariciaba su cuello suavemente, rozando sus dedos sobre su pulso antes de presionar con la fuerza suficiente para hacerla jadear sobre su boca y él aprovechó la oportunidad para meter su lengua en la de ella, y rápidamente sus lenguas se enredaron en una danza ardiente, sin necesidad de música, solo el ritmo recién descubierto de sus lenguas, dientes y labios. 
—Seokjin… —la voz de T/n tembló mientras respiraba su nombre en una oración entrecortada contra su boca apenas separándose de él.
—Sí, cariño, estoy aquí. —El Padre respondió de la misma forma antes de volver a presionar otro beso voraz en sus labios, ajustando sus manos en su cintura para acercarla lo más posible a su cuerpo, y T/n dejó escapar un suspiro de alivio ante su entusiasmo por continuar.
—Lo siento, sé que no debería… no debería quererte así, pero…— T/n se lamentó de la misma forma ajustando sus manos en su cuello blanco y clerical, el recordatorio de que esto estaba mal, pero no pudo hacerle mucho caso a sus culpables pensamientos cuando sintió al Padre Seokjin tomar sus piernas con sus manos para ajustarlas en su cintura firmemente.
—Está bien, paloma. —Arrulló con su voz ronca volviendo a atrapar sus labios en otro beso, mordisqueando su labio inferior y escuchándola gemir desde lo más profundo de su pecho antes de tomar su mano y guiarla hacia abajo hasta dejarla sobre su entrepierna.— Sigue adelante, cariño. Sigue tocandote para mi. 
Y con eso ultimo T/n ahogó otro gemido contra sus labios, volviendo a frotar sus dedos una y otra vez sobre su botón de placer, amando la fricción que se producía entre sus torsos presionados el uno con el otro y de sus respiraciones agitadas coreando el pequeño y santo espacio en el que estaban.
—Pensé que me dirias que debía dejar de pecar…— T/n se las arregló para murmurar aquello descansando su frente contra la de él, sonriendo tontamente al escucharlo reír contra sus mejillas. 
—No creo que un pecador pueda decirle a otro que se detenga.— El Padre afirmó con sorna en su voz, presionando la parte inferior de su cuerpo para que estuviera al ras con la de él, situándose mejor entre sus piernas y viéndola jadear cuando su pelvis se hundió contra su entrepierna.
No había mucho espacio en la pequeña cabina, pero eso solo los acercó aún más mientras T/n le rodeaba el cuello con los brazos con fuerza; podía sentir su erección hurgando sobre su núcleo vestido, y no había nada más que quisiera que arrancar la tela que se interponía entre sus cuerpos.
El beso acalorado se estaba convirtiendo en algo más. El Padre trazó sus cálidos besos con la boca abierta por el arco de su cuello, hasta la base de tu garganta antes de darle un suave mordisco, sus labios rosados se cerraron alrededor del área, succionando y chupando su piel suavemente, haciendo que T/n exhalara un gemido estrangulado, el volumen se elevó un poco por encima de los sonidos de sus respiraciones agitadas pero tampoco les importó demasiado. Rápidamente las manos de T/n abandonaron su cuello y aflojaron los primeros botones de su blusa, invitando a la boca atenta y pecadora del Padre Seokjin a bajar un poco más, y él por supuesto que estaba más que ansioso por responder a su deseo.
Su cabeza bajó por tu cuello, tomándose el tiempo para besar minuciosamente tu piel caliente, acariciando su rostro entre tus pechos y un escalofrío recorrió el cuerpo de T/n al sentir la punta de su nariz rozar la curvatura de uno de sus senos antes de que su lengua caliente saliera para lamer su pezón endurecido a través de la delgada tela de su blusa, haciéndola gemir con fuerza y taparse la boca desesperadamente para evitar hacer más ruido.
—Dios se tomó su tiempo cuando te hizo para mi, paloma.— El Padre Seokjin murmuró sobre su pecho continuando con el implacable ataque de su lengua sobre su pezón, desviando su vista hacia arriba y hacia su rostro solo para verla con la cabeza hacia atrás contra la pared de madera y con sus labios entreabiertos, y se apresuró a elevar su otra mano para masajear su seno descuidado. 
T/n sentia que podia morir feliz justo ahora, siendo torturada con sus bonitos labios y su caliente lengua una y otra vez, podía sentir como la tela de su blusa estaba empapada con su saliva por la forma en que se adhería a su piel, haciéndola jadear ante la deliciosa fricción en su sensible brote y removerse en el asiento y que sus caderas se frotaran contra su dura erección. 
Y antes de pasar al otro lado, el Padre Seokjin le dio otra perversa succión a su pezón riendo por lo bajo de cómo su cuerpo se sacudió debajo de él y su voz salió ahogada en medio del beso de transición a su otro seno.
—Eres celestial, más de lo que podría haber imaginado.— Afirmó cuando su dedo encontró el tramo húmedo de tela, jugando con su sensible pezón una y otra vez, casi volviéndola loca y haciendo que ajustara sus movimientos con su cadera, prácticamente frotando su centro húmedo contra su dura erección atrapada en sus pantalones; haciéndolo ahogar un gruñido contra su seno ante la fricción.
Sus cuerpos seguían completamente vestidos, nunca antes habían estado tan excitados como ahora que su sucia fantasía se estaba haciendo realidad, la espalda de T/n se arqueó más hacia su boca, buscando su calor, rogando por mas, tenia miedo que esto fuera solo un sueño, uno más entre muchos que había tenido con el Padre Seokjin.
Sabía que ya había probado la fruta prohibida y, como un adicta, solo podía rogar por más. Sus indecentes oraciones de más se convirtieron en susurros en el momento en que escapaban de sus labios hinchados de tanto morderlos, y ni siquiera pudo mantener el volumen bajo cuando lo sintió morder con fuerza su pezón al mismo tiempo que sus manos deslizaron sus bragas por sus piernas en un rápido movimiento; el escozor de su mordida y el aire frío golpeando la piel sensible de su entrada convirtieron sus silenciosos gemidos en un grito agudo que reverberó desde el espacio confinado del confesionario hacia la extensión silenciosa y resonante de la iglesia. 
Ni siquiera pudo reaccionar cuando el Padre Seokjin tomó sus piernas para colocarlas sobre sus hombros, arrodillándose por completo frente a ella y haciéndola estremecerse aún más al sentir su aliento caliente y agitado abanicar su sensible entrada. 
—Eres como un ángel puesto delante de mi.— El Padre Seokjin volvió a hablar entrecortado, viéndola desde abajo morderse el labio para evitar gemir cuando deslizó uno de sus dedos entre sus pliegues resbaladizos, recogiendo su humedad solo para llevárselo a la boca y chuparlo ruidosamente; ronroneando gustoso al probar su sabor.
La vista que T/n tenia era algo completamente digno de contemplar, era algo que pensaba que nunca pasaría, pero ahora aquí estaba; viendo los ojos oscuros y cargados de placer del Padre Seokjin mientras se relamía sus labios enrojecidos por todos los besos que se habían dado, terminando de degustar los restos de su sabor justo antes de formar una sonrisita maliciosa y susurrar acaloradamente sobre su centro.
—Sabes a cielo, paloma, déjame adorarte…
Y tan pronto como dijo eso su cabeza se hundió por completo entre sus piernas y la vista de él desapareció detrás de tus párpados cuando los cerraste ante el primer contacto de sus labios sobre tu clítoris hinchado y necesitado. 
Empezó despacio, perezosamente, como si tuviera todo el tiempo del mundo, la mano de T/n se movió para tomar un puño de su cabello; tirando de los suaves mechones ansiosa y desesperada cuando su lengua caliente salió para lamer y chupar entre sus pliegues una y otra vez, le gustaba demasiado esto, la sensación de que el Padre Seokjin la devoraba, succionando su pequeño clítoris cada vez más fuerte que le fue imposible no enredar sus dedos entre su cabello para guiarlo hacia arriba y abajo mientras elevaba sus caderas para encontrar su lengua, y él se dejó hacer, no había nada que hubiera deseado más que probar su sabor justo como ahora lo estaba haciendo, podía sentir que su pequeña paloma estaba punto de romperse, el agudo gemido que soltó y el temblor de sus piernas se lo hizo saber, y justo cuando estaba listo para tomar todo de su dulce orgasmo su voz lo regresó a la realidad. 
—Jin, porfavor, necesito sentirte dentro de mi…— T/n rogó tan dulcemente a sus oídos que al Padre le fue imposible no obedecer sus plegarias. 
Le dio unas últimas lamidas en su entrada y clítoris antes incorporarse y colocarse de nuevo entre sus piernas sintiendo como las manos de T/n volaban hacia los botones de su cuello y camisa, comenzándolos a soltar desesperadamente y él hizo lo mismo con su pantalón, apretando su mandíbula con fuerza ante la dolorosa fricción de la tela de su boxer cuando finalmente liberó su miembro; viéndolo salir disparado hacia arriba completamente duro e hinchado, tuvo que reprimir una risita al verla relamerse los labios ante la vista y se apresuró a separar aún más sus piernas, siseando cuando apoyó su miembro contra su entrada para comenzar a deslizar la punta de su pene entre sus pliegues, cubriéndola con su humedad y haciéndole saber cuán grande era y cuán profundo estaría dentro de ella.
El Padre se inclinó sobre su cuerpo, volviendo a tomarla por su cuello para encontrar sus labios una vez más, jugando con su lengua y mordisqueando su labio inferior para amortiguar su gemido cuando comenzó a empujar de a poco la punta de su pene a través de su entrada, chistando suavemente al sentir su cuerpo estremecerse mientras su interior se apretaba imponente alrededor de su duro eje.
—Es… demasiado grande…— T/n jadeó luchando por asimilarlo, y le resultó difícil formar esas palabras en su estado sin aliento sintiendo su miembro empujarse contra cada parte de ella, hambriento de más, alentando a su interior a aceptarlo más profundamente, y el Padre Seokjin gimió en tu boca, con una voz ronca y áspera.
—Puedes tomarlo, paloma…— El padre siseó ajustando sus manos en tu cintura con fuerza, ayudándote a aceptar su tamaño mientras seguía empujándose dentro, hundiéndose cada vez mas hasta la base de su pene, gruñendo cuando terminó de empujar los últimos centímetros de su longitud dentro de ella.— Joder, te sientes increíble…
Aquel gruñido poco después de tocar fondo hizo que a T/n se le cortara la respiración, la quemadura dentro de ella hizo que su cabeza se confundiera de felicidad mientras luchaba por ajustarse a su tamaño, y aunque el Padre Seokjin estuviera un tanto abrumado con la estrechez que lo rodeaba, fue lo que lo animó a comenzar a marcar un ritmo lento y constante dentro y fuera de ella, hundiendo su rostro en su cuello, volviendo a salpicar toda su piel con besos húmedos y calientes. 
T/n se sentía en el cielo con cada una de sus embestidas profundas y duras, sus sueños y pensamientos pecaminosos nunca lograrían compararse a la realidad de estar siendo follada por el Padre Seokjin, todo se sentía mil veces mejor, su polla la llenaba de una forma tan deliciosa y los gemidos que goteaban como miel de sus labios la dejaban delirando por más, sus uñas se deslizaban y dejaban marcas rojizas por su pecho y hombros, el sudor que caía por sus sienes hasta su cuello lo hacían ver incluso más tentador y la hinchazón de sus labios la hacían querer volver a besarlo. 
A tientas extendió una mano para sostenerse de algo, cualquier cosa, y cuando su mano agarró el crucifijo que colgaba de su cuello, tiró con fuerza de él como si fuera una correa, acercando al Padre hacia ella viéndolo lanzarle una sonrisita siniestra justo antes de besarlo con fuerza, gimiendo contra sus labios cuando sus embestidas se volvieron brutales y profundas, su pelvis chocaba contra sus caderas de una forma tan deliciosa, los sonidos húmedos y lascivos de su polla hundiéndose una y otra vez en su coño llenaban sus oídos y la dejaban delirando sintiendo como el nudo apretado de su orgasmo amenazaba con romperse en cualquier momento. 
—Oh Dios, Jin estoy tan cerca…— T/n lloriqueó contra él sintiendo su aliento caliente y rápido contra la piel de su cuello, haciéndola sentir cada vez mas humeda.— Voy a correrme… —advirtió con su respiración atascada en la garganta y con los latidos de su corazón martillando en su pecho con fuerza. 
—Hazlo, paloma…— El Padre gimió sin aliento acariciando su mejilla caliente y luego la comisura de su labio, deleitándose con su simple belleza en su punto máximo de placer justo antes de volver a atrapar su pecho entre sus dientes, sintiéndola removerse y arquear su espalda aún más contra su boca mientras seguía chupando y mordisqueando con fuerza su endurecido pezón una y otra vez. 
En algún punto de la desastrosa mente de T/n esperaba que eso dejara marcas en su piel, entonces, podrían servirle como un recordatorio de a quién le pertenecía, la pelvis del Padre se acercó a su centro cada vez más errático y desesperado, todo su cuerpo rebota sobre su pene, el ardor en sus piernas mezclado con la fuerza de sus embestidas la estaba empujando a un punto sin retorno, al borde del límite, y fue justo ahí cuando lo sintió arrastrar una mano por su cuerpo sudoroso hasta llegar al centro de sus piernas para comenzar a frotar su botón de placer con su pulgar una y otra vez antes de ordenar entre dientes. 
—Correte para mí, paloma.
Y eso fue suficiente para que su orgasmo la atravesara como si se tratara de un resplandor celestial, todo su cuerpo tembló en sus brazos sintiendo como los espasmos de placer la hacían sentirse finalmente llena y satisfecha, su interior se apretó con fuerza alrededor de su miembro, aprisionándolo dentro de ella y cubriéndolo con su orgasmo, haciéndolo murmurar su nombre una y otra vez, como si se tratara de una oración divina.
Ni siquiera pudo evitar lloriquear por lo bajo cuando el Padre Seokjin besó suavemente su frente, sus mejillas y luego sus labios para salir de a poco de su interior, toda ella se sintió de nuevo vacía y buscó la mirada del Padre cuando se puso de pie frente a ella, sus ojos recorrieron su torso desnudo y cubierto de un sudor reluciente, siguiendo hasta su miembro aun duro y pesado que la hizo suspirar, y cuando lo escuchó hablar todo su cuerpo recibió una corriente eléctrica. 
—Ven aqui, paloma.— Ordenó con su voz ronca y profunda al mismo tiempo que su mano bombeaba de a poco su pene, y su mirada se oscureció aún más al ver lo rápido que T/n se arrodillo frente a él, como si hubiera querido esto desde un principio. 
Sus ojitos brillantes lo saludaron desde abajo, mirándolo con total adoracion cuando enredó sus dedos en su cabello alborotado para guiar su boca hacia su pelvis, gruñendo por lo bajo cuando la calidez de su boca y lengua envolvieron la punta de su pene; primero dándole una pequeña lamida, sonriendo cuando lo vio suspirar temblorosamente antes de tomar una porción completa en su boca sin dejar de mirarlo a los ojos. 
El Padre Seokjin echó su cabeza hacia atrás y sus labios se abrieron en gesto de puro placer mientras seguía sintiendo como los labios de su paloma tomaban todo de él cómo una buena niña, su respiración se cortó cuando la sintió elevar una de sus manos para envolverla en su grosor y comenzar a masajear las partes que no alcanzaba con su boca, y cuando abrió sus ojos mirando hacia abajo, la imagen fue lo mas caliente que alguna vez se llegó a imaginar, el agarre en su cabello se apretó con fuerza y su respiración se agitó sintiendo que estaba a punto de perderse, y su teoría fue cierta, porque cuando sintió a T/n lamer y chupar su uretra fue que se derramó en su boca con un audible gruñido. 
Le tomó unos segundos recuperarse de todo lo que acababa de pasar, sintiendo su pecho agitado y tratando de regular su respiración acelerada, y cuando finalmente miro hacia abajo ni siquiera pudo luchar contra la sonrisa de orgullo que se formó en su rostro, viendo sus ojitos brillantes y como unas gotas de su semen escurrían de la comisura de su labio, haciéndolo elevar su pulgar para reunirlas y volver a introducirlo en su boca, riendo entre dientes al sentir como su lengua lamía su pulgar degustando las últimas gotas hasta dejarlo limpio.
—Creo que tus pecados han sido perdonados.— Dijo suavemente despues de unos segundos, el olor a sexo se mezclaba con el incienso que se filtraba desde el santuario y sonrió al notar su mirada confundida.
—Pero Padre, si mis pecados han sido perdonados, ¿Por qué sigo pensando en ti? —T/n preguntó volviendo a su actitud inocente y volviendo a usar su título después de todo lo que había pasado, viéndolo reír por lo bajo mientras se inclinaba para estar a su nivel, sus mejillas fueron aplastadas con una de sus manos antes de recibir un febril beso en sus labios. 
—Bueno, quizás ahora yo soy el pecado con el que deberás cargar, paloma.
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N/A: Buenoo hace calor, no? Si asi lo sientes será mejor que sigas al siguiente oneshot de este pequeño maratón pupi! Espero que este gustando mucho estas historias titis, las estaré leyendo y díganme cual está siendo su favorita. ♡ next
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alas9 · 2 months ago
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Estas son fotos de mi trabajo y mi escritorio del día de hoy :)
Llegué a la mitad de los 100 días de productividad! y los días han pasado livianamente como si nada, con dos proyectos empezados y tres certificaciones, mas de 200 horas de practica en total, y muchísimas mas ganas de seguir. Creo que es seguro decir que tenemos un habito despierto nuevamente, el habito del estudio.
Hay muchas formas de lograr la disciplina, ya que a algunos nos puede costar mas que a otros. Pero hay algo que es universal y es el hecho de movernos por nuestras convicciones. Una vez un profesor de bellas artes dijo algo que me voló la mente: "Somos todo lo que somos y lo que no somos. Porque lo que somos nos define por dentro, y lo que no somos nos define por fuera". Está en nosotros elegir que lado de nuestra definición vamos a invertir nuestros esfuerzos.
En una época de mi vida creía tener algunas convicciones que me atormentaban día a día pensarlas, y compartirlas con otras personas. Convicciones que habitaban solo un plano mental de mi vida, ya que no militaba esas ideas ni hacia nada en la vida real al respecto de ellas. Pero esa angustia estaba allí presente porque yo elegia definirme por lo que yo no era. Y poner energía mental en lugares que no me llevaban a ningún lugar. Cuando me empecé a preocupar y ocupar de la persona que si quería ser, esas convicciones desaparecieron de mi vida, dando lugar a que otras surgieran. Esas convicciones iniciales pasaron de ser un tormento diario a desaparecer totalmente.
Es realmente game changing dedicarse a uno mismo, dejar de consumir desde el odio, la angustia o la desolación, y enfocarse en todo lo posible para ser alguien mejor.
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These are photos of my work and my desk today :)
I'm halfway through the 100 days of productivity! And the days have passed by as if nothing had happened, with two projects started and three certifications, more than 200 hours of practice in total, and a lot more desire to continue. I think it's safe to say that we have a habit awakened again, the habit of studying.
There are many ways to achieve discipline, since it may cost some of us more than others. But there is something that is universal and it is the fact of moving by our convictions. Once a fine arts teacher said something that blew my mind: "We are everything that we are and what we are not. Because what we are defines us inside, and what we are not defines us outside." It is up to us to choose which side of our definition we are going to invest our efforts in.
At one time in my life I believed I had some convictions that tormented me day after day to think about them, and to share them with other people. Convictions that inhabited only a mental plane of my life. I did not advocate those ideas or do anything in real life about them. But that anguish was there because I chose to define myself by what I was not. And to put mental energy in places that did not take me anywhere. When I began to worry and take care of the person I wanted to be, those convictions disappeared from my life, giving way to others to emerge. Those initial convictions went from being a daily torment to disappearing completely.
It is truly game changing to dedicate yourself, to stop hate-consuming, anguish or desolation, and to focus on everything possible to be a better person.
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florinaranja · 8 months ago
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can i have this dance? ; juani caruso
pairing: juani caruso x fem!r
summary: puro friends to lovers la verdad, eres amiga de juani y los dos estáis descubriendo nuevos sentimientos y lo que eso conlleva! 1.9k.
warnings: none
n/a: vale este no me lo ha pedido literalmente NADIE pero i'm just a girl que se monta muchas películas así que estaba escuchando highschool musical y se me vino un escenario a la cabeza y dije o hago esto o no hago nada so here we are
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—juani no me puedo creer lo que acaba de salir de tu boca. retira tus palabras o me voy ahora mismo. 
el rubio soltó una carcajada y miró a su alrededor. —¿a dónde piensas irte? estamos en la sección de patatas fritas de un supermercado. 
la joven lo miró completamente seria. él se encogió de hombros. —esta vez has tenido suerte, pero a la próxima no me vuelves a ver. 
lara cogió una bolsa de campesinas y comenzó a caminar hacia la caja, siendo perseguida por su amigo. 
—vamos lai, eres una dramática. no puedes ponerte así solo porque te haya dicho que gabriella no me cae mal —ella lo miró de reojo, estaba con una sonrisa pintada en la cara. se estaba tomando a broma todo su numerito. grave error —. además, te escuchas todas las canciones que tiene… un poco hipócrita por tu parte, si me lo preguntas.
—genial, porque no te he preguntado nada. 
llegaron a la caja y callaron su discusión. la cajera los miró curiosa mientras pasaba las patatas. 
—son 2 euros, por favor. 
por primera vez, lara miró directamente a juani, haciéndole un gesto con la cabeza. 
—ah, ¿encima tengo que pagar yo?  
—yo pongo la casa, es lo mínimo que puedes hacer.
el joven bufó y le tendió el dinero a la mujer, quien lo aceptó observando la situación bizarra que esos dos jóvenes se traían. lara cogió la bolsa y ambos salieron del supermercado tras despedirse. 
juani la seguía de cerca. les quedaban unos quince minutos de camino hasta la casa de la chica, y no le hacía demasiada ilusión pasarlos en silencio. fue a entrelazar sus brazos cuando la chica se giró de repente hacia él, haciendo que abandonara su idea.
—es que no lo entiendo. ¿qué clase de fan de highschool musical eres si te gusta gabriella? estás fallando a un fandom entero. y a mí, sobre todo a mí. 
—si te digo que era una broma, ¿queda todo arreglado? —el chico le puso un puchero al que lara ya no pudo responder con su molestia fingida. 
—por supuesto que no, estaba dramatizando por dramatizar. no me importa que te caiga bien, pero tienes que admitir que es insoportable y tóxica. 
—bueno, un poco sí, pero lo compensa con los temazos que canta. 
la chica rio, en eso no podía llevarle la contraria. como si hubiera leído la mente de su amigo, entrelazó sus brazos. balanceaba la bolsa del mercado mientras tarareaba una melodía inventada, con el vaho acompañando la escena. era un invierno más frío de lo que estaban acostumbrados, de esos que te ponen las orejas rojas y hacen que te resfries en un suspiro. juani odiaba el frío, pero a lara le quedaba genial; las hojas secas combinaban con sus ojos y las noches invernales iluminaban su piel. 
el rubio admiró el perfil de su amiga, siendo lo más discreto que pudo. rebuscó en su riñonera y sacó la cámara digital que siempre le acompañaba y que había sido objeto de burla de lara por el color tan feo que tenía. con un poco de esfuerzo, juani consiguió fotografiar la belleza de su amiga.
la chica no tardó en darse cuenta y posó para una siguiente foto, mostrando toda su hilera de dientes en una gran sonrisa.
—deberíamos hacer un canal para subir blogs. nos haríamos muy famosos, estoy segura. 
—creo que nos verían solo por ti —juani dirigió su vista al suelo, a las hojas pisoteadas.
—¿por qué dices eso? somos un pack. además, tú eres el talentoso de los dos, además del gracioso, por supuesto. yo estoy de relleno para decir estupideces —la chica le dio un leve empujón, esperando una respuesta positiva, cosa que consiguió al ver que la seriedad se iba de la cara de su amigo.
—gracias. te aprecio mucho, lai.
lara le regaló un beso tierno en la mejilla. no era nada del otro mundo que se vieran tan cariñosos el uno con el otro, eran amigos desde los últimos años de instituto y con el pasar del tiempo el afecto que se tenían solo crecía. lara había estado en cada momento en el que juani se había sentido menos, uno más del montón, alguien que no podría cumplir nunca sus sueños; en todas las ocasiones siempre consiguió darle el apoyo para que siguiera intentando. y cada vez estaba más cerca de conseguirlo, ya que hacía pocos días se había presentado a un casting para una gran película. aún sí, de algún modo u otro, el pesimismo se le escapaba de vez en cuando, como en momentos como aquellos. y lara seguiría estando para él.
—¡eh, parejita! ¿os interesaría comprar una pulsera que os recuerde vuestro amor? 
ambos pararon en seco ante el puestecito de madera en el que una mujer les enseñaba pulseras de colores a lo lejos. juani abrió los ojos sorprendido, algo acalorado.
—no, nosotros no… —el chico fue interrumpido por lara, quien comenzó a tirar de él para acercarse al puesto.
—¡por supuesto! vamos juani.
lara comenzó a observar cada uno de los modelos que la mujer tenía para ofrecer. tenía desde pulseras de plata con iniciales grabadas hasta pulseras simples, de todos los colores posibles.
juani, por su parte, no sabía dónde meterse. solo pensar que podría tener una pulsera con una "l" tallada le removía un sentimiento que quería tener lo más oculto posible. 
—mira, es del mismo celeste que tus ojos —la joven llevó dicha pulsera a la altura de los ojos del otro, confirmando que eran iguales—. decidido. me llevo esta, por favor.
juani vio como pagaba por ella, ensimismado. bajó la vista de nuevo a las pulseras, encontrándose de frente con una que también combinaba con los ojos verdes de su amiga. no lo pensó dos veces y la cogió, bajo la atenta mirada de lara. 
se alejaron un poco del puesto, recibiendo la gracias de la mujer. lara miró su pulsera y después a juani, a sus ojos.
—¿puedes ponérmela? —juani asintió torpe, anudando con un lazo la pulsera a su muñeca. sentía que se le subía el corazón a la garganta. le mostró su pulsera verde y la chica repitió sus acciones. 
ambos se quedaron por unos momentos admirando sus respectivas muñecas: lara descubriendo nuevas emociones y juani rindiéndose ante las que había estado reprimiendo por un largo tiempo. después, conectaron sus miradas. el joven se sintió indefenso ante esos ojos verdes y su boca reseca luchaba por soltar todo lo que su corazón sentía. 
—nunca me había fijado en que aquí había un jardín —gracias a dios, la joven aligeró la tensión del momento —. ¿sabes a qué recuerda? —el joven negó— a la escena de highschool musical 3 en la que gabriella y troy bailan en la azotea.
la chica le sonrió, dedicándole una mirada cómplice que juani entendió al momento. se dirigieron corriendo hacia el jardín como dos niños y una vez allí, dejando las patatas de lado, lara carraspeó para preparar su voz y quedó en frente del joven. entonces, comenzó a cantar las primeras líneas de can i have this dance? al tiempo que le tendía la mano a juani, quien la aceptó sonriente. la mano fría de ella contrastó con el calor que irradiaba la de él, estremeciendo a ambos. 
comenzaron con su espectáculo, lo más parecido que pudieron al original. lara recorría el jardín, subiendo escalones seguida por el chico. daban vueltas juntos al ritmo de sus voces, dedicándose miradas que lejos estaban de parecer de simple amistad. llegó la parte en la que gabriella se paraba en un pequeño círculo y lara, deseosa de hacer lo mismo, subió a un escalón y trastabilló. 
—¡cuidado! 
juani llegó justo para sostenerla en el escalón. la chica estalló en risas mientras juani la miraba aún algo preocupado. 
—estoy bien, estoy bien. gracias, mi caballero. 
lara continuó la canción y juani con ella, haciendo que lara girara sobre ella, guiada por las manos firmes del chico en su cintura, tal como los protagonistas de la película. se acercaba el final de la canción, los jóvenes estaban jadeando, pero felices; confusos, pero expectantes. 
terminaron abrazados el uno al otro, cogiendo el aire helado de la tarde. lara suspiró ante la cercanía y la extrañeza de la situación. en algún punto de la tarde, sentía que algo había cambiado entre ellos dos.
cuando se encontró con sus ojos celestes, vio en ellos algo que la asustó. se separó de él como si quemara, dándole una sonrisa apenada en respuesta. 
—será mejor que lleguemos ya a mi casa, el frío se me está colando en los huesos. 
—dale. 
y así, retomaron el camino hacia la casa de la chica. lara tenía mucho que pensar en su cabeza y un remolino de sentimientos encontrados en el corazón, pero sobretodo se sentía una horrible persona por cortar de esa forma a juani. estaba claro que algo iba a pasar antes de que se separara de él. ¿una confesión? ¿un beso? pensar en cualquiera de las dos opciones hacía que le sudaran las manos de los nervios. 
llegaron a su casa con solo el viento como sonido de fondo. la casa de lara siempre había sido uno de sus lugares favoritos, principalmente porque podía estar con ella y le ayudaba a despejarse de sus propios problemas. y con solo pasar por el marco de la puerta, sentía que toda la tensión se desvanec��a. 
—vamos, me he dejado todo preparado para vernos todas las pelis de una sentada. 
esa tarde habían quedado para ver la saga de los juegos del hambre, la favorita de ambos.
la habitación de la chica te recibía con un golpe de aire caliente y una luz tenue que provenía de la mesilla de noche. se desprendieron de sus abrigos y de sus zapatos y poco después se acomodaron en la cama uno junto al otro. 
—te quedas a dormir, ¿verdad? 
juani asintió en respuesta y la chica reprimió una sonrisa contenta. mientras ella se encargaba de poner la película, el joven se quedó observando la pulserita verde de su muñeca. estaba decidido a dar el paso que llevaba temiendo tanto tiempo y después de lo ocurrido, no se equivocaba al no intentarlo. puede que nunca pudiera estar con lara en la forma que él quería, pero cualquier cosa era mejor que llegar a perderla. 
—¡listo! a por la viciada. 
lara se acomodó en la cama, cogió una manta y los tapó a ambos mientras la peli comenzaba. 
después de ver la primera, el espacio que los separaba se había reducido. tras la segunda, sus hombros ya chocaban el uno con el otro. con la tercera, juani había recostado su cabeza en el cuello de la chica y esta había hecho lo mismo sobre los rizos del joven. cuando los créditos de la segunda parte de sinsajo ya estaban pasando, ambos chicos estaban profundamente dormidos: lara abrazaba el torso de juani y tenía su rostro sobre la barriga de este; juani se limitaba a arropar a la chica que tenía sobre él. 
puede que ese día en el jardín no fuera el momento en el que confesarían sus emociones, pero una cosa estaba clara: el amor que les unía nunca podría desvanecerse, sino solo unirlos más hasta que fuera irremediable que ambos dejaran el miedo atrás y se atrevieran a sentir.
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deepinsideyourbeing · 24 days ago
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Holi! Como estas? Soy la que pidió el request de dark!Enzo y la lectora con vibes Audrey Hepburn. Si bien no está publicado quería pedirte un smut dentro de ese mismo universo en donde ellos duermen juntos por primera vez y medio que se cambian los roles por ejemplo la lectora saca su lado más sucio y obsceno (me la imagino diciendo "dale si chupame las tetas" "cogeme mas fuerte" "como me encanta ser tu putita") y el pobre enzo todo suave en plan 😯😲😳 porque ella ni siquiera dice malas palabras
Kinktober, Día 16: Degradation
El plan original consistía en una meticulosamente planeada tarde/noche de películas en tu hogar. Esperaste durante todo el día que las agujas del reloj marcaran las cinco para recibir a Enzo, que llegó puntual como siempre y cargando un ramo de tus flores favoritas.
Ignoraban que unas horas más tarde -mientras comentaban el final de Orgullo y Prejuicio antes del comienzo de Constantine- se desataría una tormenta que cambiaría el desenlace de la velada. El rugido de un trueno los sorprendió y cuando las luces parpadearon un escalofrío te recorrió.
Una vez finalizada la última película Enzo insistió en marcharse, argumentando que no quería molestarte más tiempo y que sólo era un poco de lluvia, pero sus intentos de ser un caballero llegaron a su fin cuando con voz firme le dijiste que no permitirías que se marchara en esas condiciones.
Regresó a tu habitación en silencio luego de tomar un baño y la imagen que lo recibió le cortó la respiración. Estabas sentada en tu cama, sin saber que por la posición tu ropa interior era visible, masajeando una crema en tus piernas; la delicada seda rosa de tu pijama caía sobre tu cuerpo y...
Tu voz sacude sus pensamientos. Vuelve a centrarse en el presente.
-¿Me abrazás?- preguntás tímidamente-. Tengo un poco de frío.
Enzo tiembla. No tiene que ver con la temperatura.
Gira sobre su costado, rodeando tu cintura con su brazo, procurando que sólo su pecho entre en contacto con tu espalda. Suspirás cuando su calor te invade y te dejás caer aún más hacia su cuerpo, moviéndote hasta que la distancia que los separa se ve reducida a átomos, pero cesás tus acciones abruptamente cuando lo sentís.
-Perdón.
-¿Por qué me pedís perdón?- preguntas luego de dejar salir una pequeña risa-. No es nada malo.
-No, pero se supone que sólo vamos a dormir, no quiero que pienses que...
-¿Que me querés coger?- completás. Estando de espaldas y en completa oscuridad no podés ver la expresión en su rostro, la manera en que separa los labios para dar paso a palabras mudas o sus pupilas dilatadas, por lo que su silencio te preocupa-. ¿No querés...?
-Quiero- besa tu hombro-, pero sólo si vos querés.
Es tu turno de voltear y justo cuando lo hacés un relámpago llena de luz la habitación. No es la primera vez que tenés el privilegio de ver el rostro de Enzo desprovisto de su usual maquillaje pero todavía te maravillás por el largo de sus pestañas, más notorias sin el delineado, así como por la manera en que el color de sus ojos destaca.
De nuevo en la penumbra tu mano encuentra su mejilla y tu pulgar se desliza con suavidad sobre su piel. Podés percibir la manera en que busca más contacto con tu palma, pero interrumpís tus caricias y arrastrás tus dedos por su cuerpo -sus labios, su mandíbula, su pecho- hasta finalmente tocar el elástico de su ropa interior.
-Obvio que quiero.
Deja que tu mano explore bajo su ropa: es pesado, grande, y ya está húmedo, pero no lográs concentrarte mucho en esos detalles porque cuando comenzás a tocarlo, con movimientos lentos y un poco de dificultad por su tamaño, el suspiro que escapa de sus labios es más un gemido.
Buscás su boca y corresponde el beso con desesperación, mordiendo y tirando de tus labios, pero explorando tu cuerpo tímidamente con su mano. El calor de su palma en tu cadera, tu cintura y cuando roza brevemente tu pecho comienza a hacer efecto entre tus piernas. La necesidad se vuelve imposible de ignorar.
Te separás de Enzo y cuando te reincorporás para encender la lámpara su mano termina entre tus muslos, sujetando tu pierna con firmeza, expresando sus deseos silenciosamente. Podés ver en sus ojos el momento en que reúne el valor necesario y luego sentís sus dedos colándose bajo el dobladillo del short.
Bajás la mirada y gemís.
Las venas que decoran su brazo y el dorso de su mano hacen que la imagen sea más erótica. Roza tu centro por sobre el algodón ya húmedo y cuando te mira en busca de consentimiento asentís, estúpida por el deseo, sin recordar que querías buscar el lubricante.
-Estás muy mojada- dice en voz baja, como si se sorprendiera, cuando sus dedos entran en contacto con tus pliegues-. Vos decime si querés que pare, ¿sí...?
-Sí.
Enzo intenta controlarse pero es difícil cuando la imagen frente a él resulta así de tentadora. La suavidad de tu piel bajo sus manos, la manera en que separaste las piernas sin que tuviera que pedirlo, el tirante de tu blusa cayendo sobre tu hombro, tus pezones duros marcándose en la tela, tu centro brillando con tu excitación cuando mueve aún más la delicada prenda.
Te ayuda a recostarte y en un movimiento que parece dominar retira sólo tu ropa interior. No te da tiempo de preguntar o bromear sobre su acción, rápidamente introduce su dedo medio y suspirás, tentada por la manera en que el dígito trabaja sobre tus músculos.
El brillo en tus ojos y tu mirada fija sobre sus movimientos sólo empeoran el estado de su erección y no sabe qué quiere primero: sentir tus manos otra vez, utilizar tu boca o enterrarse en vos. Opta por prepararte para lo último porque llegado el momento quiere que estés más que cómoda.
Enzo está entre tus piernas, observando tu centro y tu rostro, su erección sobresaliendo y goteando sobre el bóxer. La punta está de un intenso color rojo y de sólo pensar en tenerlo en tu interior tus paredes se contraen, succionando el dígito y haciéndolos gemir a ambos, su voz grave empeorando tu humedad y los sonidos que sus movimientos provocan.
-Más.
Obedece sin pensarlo y en cuanto desliza el segundo dedo gritás. Intenta consolarte jugando con tu clítoris, implorando tu perdón, pero no tiene idea de cuánto disfrutás sentir ese ardor que nace por la diferencia de tamaño entre sus dedos y los tuyos.
En cuanto sentís los primeros indicios de tu orgasmo lo detenés.
-¿Qué pasa? ¿Te lastimé?
Negás y cambiás de posiciones, obligándolo a recostarse para sentarte sobre él, liberando su miembro para guiarlo a tu entrada. Mientras recorrés tus pliegues con su glande -arde- él mira, como en un profundo trance, mordiéndose los labios y brindándote un poco de apoyo con sus manos en tu cadera.
Sentís la forma en que juega con tu pijama. Estás segura de que quiere arruinarlo.
-Necesitaba tu pija- respondés finalmente. Te dejás caer-. Dios...
Es sólo la mitad, notás en cuanto bajás la vista, pero la sensación de plenitud ya es increíble y amenaza con desbordarte. Tu entrada arde por lo súbito de la penetración y Enzo insiste con que tengas cuidado, te recuerda que no hay necesidad de ir rápido, pero vos negás mientras continuás esforzándote por tomarlo.
-Necesito que me cojas de una vez- explicás entre gemidos y sollozos de placer-. Cómo me encanta tu pija, Dios, no sabía que la tenías tan grande...
La obscena confesión hace que sus caderas se muevan casi que involuntariamente, con la fuerza suficiente como para terminar de enterrarse en tu cuerpo y haciéndote caer sobre su pecho por el impulso de su acción. Sus brazos rodean tu cuerpo en un gesto protector, aunque extremadamente posesivo, mientras espera unos minutos para que te acostumbres.
-Estás muy apretada- dice contra tu hombro-. ¿No necesitás que...?
-No- te reincorporás lo suficiente para poder ver su rostro-. Necesito que me cojas toda, Enzo, por favor. Quiero ser tuya.
Toma tu mentón con sus dedos.
-Sos mía.
-Pero...- te interrumpe el palpitar de su miembro y el lento movimiento con el que se desliza fuera de tu cuerpo, hasta que sólo su punta permanece en tu interior. Dejás caer tu frente en su hombro-. Quiero que me tengas como a una putita.
-¿Qué?
-Llename toda, dale.
El shock es menor -mucho menor, ínfimo en comparación- que la excitación por tus palabras. Intenta contenerse, no quiere hacer o decir nada que esté fuera de lugar, pero la desesperación en tu voz y la forma en que permitís que manipule tu cuerpo hacen que peligre su autocontrol.
No te quejás cuando te sujeta con más fuerza para volver a penetrarte, tampoco cuando sus dedos rozan tu otra entrada o cuando escuchás el característico sonido de tela rasgándose bajo sus manos. Enzo se pregunta qué tan lejos lo dejarías llegar.
Muerde tu hombro y aumenta el ritmo de sus embestidas. Escucha tus gritos, amortiguados por tu mano o por la almohada, por lo que tira de tu cabello para obligarte a abandonar tu escondite. Un hilo de saliva mancha tu mentón.
-Mirá cómo estás- dice con tono burlón-. Y recién empezamos...
El dolor en tu cuero cabelludo te hace llorar y las lágrimas que corren por tus mejillas parecen ser un incentivo. Sucede lo mismo con la colisión entre sus cuerpos, con el obsceno y repetitivo sonido húmedo que genera, con tus gemidos y gritos.
-Querés que te escuchen todos, ¿no?- pregunta. Cuando no respondés suelta bruscamente tu cabello y golpea tu mejilla-. Contestá.
-No...
Otro golpe. Esta vez más fuerte.
-Querés que todo el mundo sepa que sos una putita, ¿no?- acentúa sus palabras con estocadas que te roban el aliento-. Querés que sepan que tenés dueño.
-Sí, sí, sí.
-Decilo- ordena luego de tomarte por el cuello-. Decí que sos una putita. Mi putita.
Humedecés tus labios mientras intentás ignorar la sensación en tu abdomen bajo, causada por el constante roce de tu clítoris con su pelvis e indudablemente agravada por el maltrato, pero no lográs pronunciar palabra alguna. Sentís sus dedos presionando para privarte de oxígeno.
-Soy...- negás frenéticamente-. Voy a...
-No- cesa sus movimientos y cuando protestás utiliza su agarre en tu cuello para sacudirte-. ¿Qué pasa? ¿Ahora no podés hablar?
Es mucho, pensás, consciente de cuánto te gusta la situación. Enzo vuelve a golpear tu mejilla cuando permanecés en silencio y por la fuerza del impacto unos hilos de saliva brotan de tu boca. Sentís su miembro pulsando.
-¿Querés que te llene la conchita?- su pulgar juega con tu labio inferior antes de deslizarse dentro de tu boca y presionar sobre tu lengua. Asentís-. Entonces me vas a decir que sos mía, ¿no?
-Sí.
-Sí, ¿qué?
Tus palabras son incomprensibles:
-Soy tuya.
-¿Y qué sos?
Cerrás los ojos. Todo tu cuerpo arde.
-Una putita- contestás con tu boca ahora vacía-. Tu putita.
Buscás refugio en su cuello, intentando ocultar tu estado, pero estás convencida de que es inútil. Esto recién empieza.
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dudd-ie · 25 days ago
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Especial de halloween.
"Luego de la Victoria del mar rojo,idate vuelve a la isla iceberg, pero ya no es él mismo de antes"
Au basado en el final normal de watgbs: la bruja del mar rojo.
Luego de que wadda es corrompida por el mar de la muerte, la influencia de este comenzó a fortalecerse y expandirse como un plaga entre los residentes marinos.
Idate no fue la exepcion.
Mientras él estaba escoltando a tatsumiya a un lugar seguro, está estraña"corrupción"se hizo más fuerte en su interior debido a que el mar de la muerte tenia a la bruja del mar de su lado.
Una repentina y insaciable sed de sangre lo invadio,parandolo en seco en mitad del camino
Tatsumiya quien hasta ese momento estaba siendo protegida por un caballeroso idate, noto de inmediato el cambio en el semblante sombrío de la orca.
Desgraciadamente era ya muy tarde.
Él hambre de idate se volvió incontrolable y a sus ojos tatsumiya no dejo de ser un "simple pez"
Para él se sentía correcto,como si en ese mar su verdadera sádica natureza floreciera entre la sangre y el sufrimiento de sus indefensas víctimas.
luego de terminar su asunto con la "ruidosa dama" idate sintió la necesidad de un cambio antes de volver a la isla iceberg.
Cuando regreso a su hogar fue"recibido"por una rocma disgustada,que estaba alerta ante cualquier intruso luego del enrojecimiento del oceano.
Tan pronto como la vio,idate supo que algo sobre sus sentimientos por ella habían cambiado de una forma retorcida.
Él le sonrío.
"¿𝑸𝒖𝒆 𝒕𝒂𝒍 𝒆𝒍 𝒓𝒐𝒋𝒐 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒖𝒏 𝒄𝒂𝒎𝒃𝒊𝒐 𝒅𝒆 𝒓𝒊𝒕𝒎𝒐?"preguntó idate.
Ella arrugó la nariz con desprecio,molesta por haber ido, cuando solo se trataba de esa estúpida orca.
"𝑨𝒔𝒒𝒖𝒆𝒓𝒐𝒔𝒐,𝒂𝒍𝒆𝒋𝒂𝒕𝒆 𝒅𝒆 𝒎𝒊"respondió ella con intención de irse.
Para sorpresa de rocma,tan pronto como le dio la espalda escuchó sus pasos detrás de ella con una velocidad que la hizo sobresaltarse.
Por el rabadillo del ojo rocma pudo ver como la mano enguantada se movía hacia ella con rapidez.
Ella no fue tocada por sus manos, sin embargo una parte de su vestido quedo atrapada entre los dedos de la orca con tal fuerza que el pedazo de la tela fue arrancada con violencia.
Rocma sintió los vellos de su nuca erisarse a la par un escalofrío le helo la sangre.
"?!..."
Por reflejo se movió fuera de su alcance.
Idate solo miro en silencio el pedazo de tela roto antes de guardarlo en su bolsillo con una escalofriante calma.
Luego la miro con entusiasmo,su sonrisa torciendose con deleite.
"𝑵𝒐𝒔 𝒗𝒂𝒎𝒐𝒔 𝒂 𝒅𝒊𝒗𝒆𝒓𝒕𝒊𝒓 𝒎𝒖𝒄𝒉𝒐 𝒂𝒑𝒂𝒓𝒕𝒊𝒓 𝒅𝒆 𝒂𝒉𝒐𝒓𝒂."afirmo idate.
Rocma retrocedio,alerta.
Algo había cambiado.
Incluso si su apariencia seguía siendo la misma,la osa sintió que algo estaba terriblemente mal
Entonces lo noto:
𝙀𝙡 𝙤𝙡𝙤𝙧 𝙖 𝙥𝙚𝙨𝙘𝙖𝙙𝙤 𝙥𝙤𝙙𝙧𝙞𝙙𝙤 𝙦𝙪𝙚 𝙨𝙖𝙡𝙞𝙖 𝙙𝙚𝙡 𝙢𝙖𝙧,𝙩𝙖𝙢𝙗𝙞𝙚𝙣 𝙥𝙧𝙤𝙫𝙚𝙣𝙞𝙖 𝙙𝙚 él.
.
.
.
Fin? Este sólo un previo de mi fanfic.
Para este au también me base en este arte oficial de idate coqueteando con rocma con un traje rojo, me dio la impresion de que está versión de idate es la que llega a la isla luego de que el mar se corrompiera,de ahí nació la idea.
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walker-skull · 11 days ago
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"Amigo, me alegro mucho de que hayamos podido salir de la ciudad", dije mientras caminaba por la densa vegetación hacia un pequeño estanque. Se oía el sonido de la cascada. Mi mejor amigo y yo acompañamos a su tío. Nos había invitado a esta pequeña aventura ya que habíamos estado encerrados todo el verano. A pesar de la maravillosa cantidad de videojuegos que teníamos para jugar, salir así era todo lo que podíamos haber deseado.
—¡Chicos, esto es increíble! —Pasamos por encima de los árboles y vimos al señor Díaz de pie con los brazos estirados, mirando la increíble agua que fluía por el acantilado. Nos quedamos asombrados por un momento. Jorge y yo nos miramos con una sonrisa y comencé a quitarme la ropa. Distraído, el tío de Jorge continuó preparando el área y se quitó la camisa, su cuerpo peludo y musculoso ahora expuesto al mundo. Yo me había quitado todo y ahora estaba desnuda. Guiñándole un ojo a Jorge, salí corriendo, teniendo cuidado de no resbalar mientras corría hacia el señor Díaz. De un salto, me zambullí directamente en su espalda peluda, haciendo que su piel se ondulara mientras desaparecía. Se puso de pie, sacudiendo los brazos mientras yo me estiraba dentro de él, moviendo mis dedos dentro de los suyos como un par de guantes carnosos. Con su cabeza hacia atrás, encontré mi camino dentro de ella, parpadeando repetidamente hasta que mi visión ya no era borrosa ni de colores y estaba mirando a Jorge con su erección furiosa.
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Maldita sea", dijo mientras se frotaba el bulto. Me metí en el agua, me puse el sombrero de paja en la cabeza y me estiré, posando para Jorge mientras el agua caía a mis espaldas.
"Tu tío es jodidamente sexy, me alegro de que me dejes llevármelo. Tenía pensado hacerlo de todos modos, pero me gusta aún más cuando lo sabes". Me agaché y agarré su pecho carnoso, frotando sus pezones mientras un escalofrío electrocutaba mi columna.
—Maldita sea —dijo Jorge de nuevo, con más entusiasmo, entrando al agua para unirse a mí. Sus manos se deslizaron directamente dentro de mi bañador, agarrando mi gruesa polla mientras presionaba contra la tela. Solté un gemido, casi cayendo al agua mientras el placer recorría mis músculos, cada uno contrayéndose hasta que tuve el control sobre él. Levanté a Jorge con mis fuertes brazos y lo sostuve en el agua, frotando mi dura polla contra su propio bulto.
En nuestra soledad, le quité los pantalones cortos y lo bajé sobre mi polla, usando el agua para ayudarlo a flotar. Comencé a empujar mis caderas y noté que mi traje de baño flotaba. Lo ignoré y gruñí mientras el placer me recorría el cuerpo. El agua salpicaba mientras empujaba hacia arriba, sintiendo que mis bolas se tensaban cuando estaba a punto de liberarse.
"¡Joder, sí!" gimió Jorge, mordiéndose el labio por el placer.
—¡Oh, mierda! —grité, empujando tan fuerte que Jorge casi se me resbaló de las manos. Me corrí dentro de él, llenándolo de semen como el pequeño zorrito que era y dejé que sus piernas cayeran a un lado. Mi polla semidura salió de su estrecho agujero y me estremecí por la sensación que me subió por la columna. Su propio semen flotaba sobre el agua.
"Deberíamos hacerlo de nuevo", dijo Jorge, mientras nadaba más adentro de la piscina. Observé su figura joven y me miré a mí mismo, sabiendo que toda esta escapada sería solo para nosotros dos y yo controlando a su tío galán.
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