#un forastero de la tierra firme
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Lecturas del Domingo 3º de Adviento - Ciclo A
Lecturas del día Domingo 11 de Diciembre de 2022
Primera lectura
Lectura del libro de Isaías 35,1-6a.10
Esto dice el Señor: “Regocíjate, yermo sediento. Que se alegre el desierto y se cubra de flores, que florezca como un campo de lirios, que se alegre y dé gritos de júbilo, porque le será dada la gloria del Líbano, el esplendor del Carmelo y del Sarón. Ellos verán la gloria del Señor, el esplendor de nuestro Dios. Fortalezcan las manos cansadas, afiancen las rodillas vacilantes. Digan a los de corazón apocado: ‘¡Ánimo! No teman. He aquí que su Dios, vengador y justiciero, viene ya para salvarlos’. Se iluminarán entonces los ojos de los ciegos y los oídos de los sordos se abrirán. Saltará como un venado el cojo y la lengua del mudo cantará. Volverán a casa los rescatados por el Señor, vendrán a Sión con cánticos de júbilo, coronados de perpetua alegría; serán su escolta el gozo y la dicha, porque la pena y la aflicción habrán terminado”.
Palabra de Dios
Salmo Responsorial
Sal 146 (145), 7.8-9a.9bc-10
R./ Ven, Señor, a salvarnos.
El Señor siempre es fiel a su palabra, y es quien hace justicia al oprimido; él proporciona pan a los hambrientos y libera al cautivo. R./ Ven, Señor, a salvarnos.
Abre el Señor los ojos de los ciegos y alivia al agobiado. Ama el Señor al hombre justo y toma al forastero a su cuidado. R./ Ven, Señor, a salvarnos.
A la viuda y al huérfano sustenta y trastorna los planes del inicuo. Reina el Señor eternamente. Reina tu Dios, oh Sión, reina por siglos. R./ Ven, Señor, a salvarnos.
Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol Santiago 5,7-10
Hermanos: Sean pacientes hasta la venida del Señor. Vean cómo el labrador, con la esperanza de los frutos preciosos de la tierra, aguarda pacientemente las lluvias tempraneras y las tardías. Aguarden también ustedes con paciencia y mantengan firme el ánimo, porque la venida del Señor está cerca. No murmuren, hermanos, los unos de los otros, para que el día del juicio no sean condenados. Miren que el juez ya está a la puerta. Tomen como ejemplo de paciencia en el sufrimiento a los profetas, los cuales hablaron en nombre del Señor.
Palabra de Dios
Evangelio
Lectura del santo evangelio según San Mateo 11,2-11
En aquel tiempo, Juan se encontraba en la cárcel, y habiendo oído hablar de las obras de Cristo, le mandó preguntar por medio de dos discípulos: “¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?” Jesús les respondió: “Vayan a contar a Juan lo que están viendo y oyendo: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios de la lepra, los sordos oyen, los muertos resucitan y a los pobres se les anuncia el Evangelio. Dichoso aquel que no se sienta defraudado por mí”. Cuando se fueron los discípulos, Jesús se puso a hablar a la gente acerca de Juan: “¿Qué fueron ustedes a ver en el desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? No. Pues entonces, ¿qué fueron a ver? ¿A un hombre lujosamente vestido? No, ya que los que visten con lujo habitan en los palacios. ¿A qué fueron, pues? ¿A ver a un profeta? Sí, yo se lo aseguro; y a uno que es todavía más que profeta. Porque de él está escrito: He aquí que yo envío a mi mensajero para que vaya delante de ti y te prepare el camino. Yo les aseguro que no ha surgido entre los hijos de una mujer ninguno más grande que Juan el Bautista. Sin embargo, el más pequeño en el Reino de los cielos, es todavía más grande que él”.
Palabra del Señor
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#BARNES & NOBLE (también por AMAZON la versión española y alemana SP��TES BEKENNTNIS *) e italiano IL DISSIMULATORE (editore GUIDA)#AMAZON las 2 versiones (E-book) Gratis 26-1 – 30-1-2022!#El Espadachín De Espejos#de Peter Schoenau#Formatos: E-book y tapa blanda#Resumen#Bruno Prete#cerca a los 40#trabaja en una funeraria en Sicilia. Sus amigos son los llamados Ragazzi: Pierangelo#Marco#Renzo y Franco#su punto de encuentro es el bar Tutto Sport.#Bruno cuenta su historia#es un observador quieto pero atento. Es consciente de la jungla de convenciones#tradiciones#prejuicios e tabúes crecidos en siglos – y quiere ser diferente. Cuando encuentra Gino#un forastero de la tierra firme#la vida de Bruno cambia#Sobre el autor:#Es de origen alemán#vivió aprox. 13 años en Italia y vive actualmente en Coimbra#Portugal y algunos meses del año en Buenos Aires. Conoce bien gran parte de los países europeos (Italia#España#Portugal#Gran Bretaña#Irlanda#Dinamarca#Suecia#Austria#Suiza
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En un universo paralelo, su Corea no es la misma que la que conocemos. Mantiene su sistema de dinastías, manteniéndose firme contra potencias como China, Japón, Rusia y Estados Unidos. El rey Yi Kwan se niega rotundamente a aceptar la cultura de occidente porque solo han traído dolor a su tierra, su cultura se basa en perfeccionar lo que sus antepasados propusieron, teniendo ropas, construcciones y artículos de épocas pasada.
Sin embargo le avisan que ha llegado un forastero, de apariencia muy semejante a el. El se inquieta, su marca en su ojo el se levanta de su trono y ordena que lo detengan, que es un incitador, un peligro....porque la única manera de entrar a esa tierra es algo que el rey y unos pocos saben.
Participantes:
@waideweik
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Alguna vez los hombres fueron Europa y las mujeres América.
Desde un continente lejano zarparon los hombres más codiciosos y viles que pudo conocer el viejo mundo.
La sed de poder, riquezas y gloria movió carabelas. Y aquellos mares que eran desconocidos, fueron cediendo al paso de la tempestad en las aguas calmas.
Algunos de esos hombres solo ansiaban el oro, la plata y las riquezas propias de una tierra que les era inhóspita, pero que veían en ella el oasis a su sed.
El ancla ha de tocar tierra firme, pero el forastero será quien deba descubrir el territorio con el cual fueron montando lo desconocido y las fábulas con que dichos ojos se adosaron a las tierras.
Algunos solo saquearon y se llevaron una parte del botín, ya que tuvieron la osadía de navegar por las aguas calmas, pero solo querían el oro.
Saquearon lo bello de un mundo que les era cándido.
No supieron cultivar rosas en el territorio, solo saquearon el oro.
Y aunque así lo fuese, las rosas se hubieran marchitado al crepúsculo.
Alguna vez los hombres que nacieron en aquel viejo continente.
Solo saquearon el oro de nuestros territorios.
Por lo mismo hoy, el oro ve desde lejos a los conquistadores.
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En otro lugar...
Aquiles: ok!!!hay que bajar lento!!!no asustemos a nadie.....si ven que tenemos estos poderes se asustan.....
Catalina: quienes?
Aquiles: *retira unos arbustos y deja a la vista a unas Sirenas en el lago* estamos cerca pero hay que tener cuidado con ellas.....gritan muy fuerte.....
Liria: no son malas?...
Aquiles: las malas viven en el océano osease el mar y pantanos.....
Liria: como sabes tanto de eso?
Aquiles: soy el inteligente del grupo......vamos....*a paso lento van rodeando a las sirenas*...
Catalina: creo que vamos bien....
Liria: si...*rompe una ramita* demonios!!!
*las sirenas se asustan y empiezan a gritar con voz mega chillona y fuerte desafinadas y roncas*
Aquiles: no!!!*se acerca a las sirenas* hey!!!!chicas!!!*empieza a aplaudir y las sirenas lo miran* calmense, si? Lo sentimos mucho, somos forasteros por aquí y no queríamos incomodarlas, por eso no nos dejamos ver, sus grandes entidades *crea una flor de agua y se la entrega* para ustedes, generosos ancestros...
*las sirenas honradas y felices reciben la ofrenda y le entregan una perla a Aquiles*
Aquiles: gracias por su perdón.*camina de regreso con las chicas*
Catalina: que fue eso?
Aquiles: les encantan las flores, y más si son de agua, aunque las flores sirven como ofrenda para pedir disculpas o simplemente dar un regalo de respeto y amistad.
Liria: y esa Perla?
Aquiles: me la dieron porque aceptaron mi regalo y mis disculpas así que me devuelven el gesto con algo del agua, les gusta ver cosas de la tierra ya que no les gusta salir del agua no pueden ver mucho.
Liria: pfffffft que raras.....
Aquiles: más respeto con tus raíces, ellas son parte de nuestra sangre Sirada ya que sin ello no existiría esa raza....
Liria: si, si, bla bla bla.....les preguntaste dónde queda el reino o el pueblo más cercano?
Aquiles: esperen aquí.....*va donde las sirenas*
Catalina: ok....
Aquiles: disculpen, damas, saben dónde queda el reino?
*las sirenas ríen y apuntan hacia adelante*
Aquiles: gracias, bonitas *se va y regresa con sus hermanas* está adelante, hay que seguir caminando....
*después de mucho caminar, encontraron uno de los pueblos del reino*
Aquiles: ok es aqu-qui?.....que pasa?....*pregunta confundido al ver a muchas casas cerrada sin ninguna persona afuera*....que ocurre?
Catalina: no lo sé.....*camina hacia una puerta y toca* hola?no somos peligrosos, hay alguien aquí?
Liria: HOLA!?*pregunta a ver si alguien sale*
Aquiles: Perdonen nuestra llegada así de repente pero necesitamos a alguien que nos diga que ocurre aquí, y los dejaremos en paz!!!
Catalina: creo que no hay na-*abre la puerta y hay una persona con la mirada fija, parece no tener alma pero sigue con vida*AHHHH!!!
Aquiles: que pa- QUE LE PASO A ESE TIPO!?
Liria: OH DIOS OH DIOS OH DIOS OH DIOS!!!!
Catalina: .....*al ver que el tipo no hace nada se acerca más*....hola?...m-me llamo Catalina yo......estás bien?
???: ......
Liria: sus ojos me dan miedo.......*le tira tierra a sus ojos y este se queda con los ojos abiertos llenos de tierra* jejeje
Aquiles: Liria!!!hay que ser serios!!!!.....está en trance creo.....algo le debe pasar.....
Catalina: ...hay más en la casa.....todos están iguales.......
Aquiles: ....ya sé que ocurre.....están siendo controlados.......todos están fuera de sí......es como si estuvieran dormidos......pero alguien los controla.......son como cámaras......o unos títeres.......si la persona que controla le dice que haga algo.....este lo hará sin ningún problema e incluso es capaz de ver a través de sus ojos.......
Liria: que rayos.....
Catalina: *toma la mano del tipo* está fría.....
Aquiles: que raro..... normalmente estar bajo este efecto sería mortal ya que alguien querría matarnos pero en cambio todos están en sus casas......sin hacer nada solo quedándose quietos......
*se escucha un sollozo por fuera de la casa, en el bosque*
Aquiles: esperen aquí....
Catalina: que? No Ac, puede ser un truco....
Aquiles: entonces es un truco inútil....*se acerca a los sollozos con sus hermanas* hola?
???: *Sigue sollozando* ...
Aquiles: *ve a una pequeña niña en una cueva* hola, preciosa, que pasa?
???: v-vete!!!n-no me hagan daño....
Aquiles: no vamos a dañarte.....que pasó?....todos en tu pueblo están en trance....
Catalina: da miedo....
???: No van a hacerme nada?
Aquiles: no, yo y mis hermanos estamos aquí de paso, pero vimos esto y nos quedamos impactados....
Liria: más que eso....
???: Tienen suerte de no haber estado aquí.....
Aquiles: que pasó?
???: L-La realeza.....ellos hicieron esto....
Aquiles: que?...
Catalina: como?...
???: Dijeron que era por nuestro bien, y les creo, no estoy enojada solo que.....pensé que algunos podríamos safarnos de eso si queríamos pero era obligatorio ese plan.....
Aquiles: que plan?
???: Es un plan para que nadie sufra hasta que esto acabe....hasta que acabe el reinado de la Reina Maddy.....
Aquiles: quien?
???: Maddy.....la hermana mayor de los reyes principales.....es una hyena mala......muy mala....nos hizo sufrir a todos......por eso es este plan.....mientras estemos así......no nos pasará nada......pero si no somos controlados seremos vulnerables........ella preferirá matarnos.......por eso están en trance y escondidos ya que si están con sus cinco sentidos harán un escándalo y a la Reina Maddy no le gusta eso......
Aquiles: que horrible....
Liria: eso apesta.....
???: Pero nosotros si creemos en nuestro verdaderos reyes......en los 3 hermanos.....ellos arreglaran todo......confiamos en ellOOOOOOOOOS!!!!!!*la vista de la niña empieza a dilatarse y cae al suelo, al cabo de un rato se levanta con la misma mirada del hombre*
Aquiles: hay no.....
Catalina: que le pasa!?Ac que tiene!!!!
Liria: esperen....
???: SILENCIO*habla firme y con otra voz*FORASTEROS DEBEN SALIR DE AQUÍ, NO ES SEGURO, O TENDREMOS QUE CONTROLARLOS A USTEDES TAMBIÉN.
Aquiles: esa voz....
Catalina: MAMÁ!!!
???: Yo no soy su madre, vallanse o sean controlados hasta previo aviso *la niña se levanta y empieza a caminar hacia una casa* es una advertencia, lo hacemos por su bien, porfavor, no queremos hacer esto pero debemos.*la niña entra a la casa y se cierra con un silencio raro*
Aquiles: todo esto está horrible.....sé que nadie disfruta de controlar a todos.....es mucho cansancio.....
Catalina: hablamos con mamá.....
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16-La Llamada Telefónica
Tu existencia no es imposible, pero tampoco es muy probable
Bienvenidos a Night Vale
En vista de las declinantes ventas de periódicos, y el alza de la competición por los medios digitales. El Periódico Diario de Night Vale anuncio que ha desarrollado un nuevo modelo de negocios. La editora de publicación Leann Hart, hablando con los reporteros de televisión e internet afuera de la carcasa quemada de la anterior planta distribuidora del Periódico, dijo que su nueva misión es matar a los blogueros de noticias con hachas
En esta atrevida nueva iniciativa – una estrategia que cambiara el juego por uno de los inquebrantables de la industria – el Periódico Diario tan solo planea ir a las casas de los blogueros y sus lugares de empleo (con hachas) y luego cortarlos en pedacitos(los blogueros) hasta que ellos(los blogueros) estén muertos
Ella añadió que el Periódico aun planea usar la Guía de Estilos AP y que están trabajando para diseñar una nueva cabecera que luzca más moderna
Luego varios reporteros del Periódico y representantes de anuncios empezaron a arrojar cuchillas a los reporteros de medios no impresos en asistencia
La Policía Secreta del Sheriff está emitiendo un mensaje urgente a todos los ciudadanos
ATENCION A TODOS LOS CIUDADANOS:
Memoricen esta lista. Memorícenla ahora. No se repetirá ahora, o nunca. Memoricen esta lista para su seguridad y protección. No podemos decirte cuando o donde la necesitaras pero cuando lo hagas, estarás a salvo. Aquí está la lista
Memoricen. Ahora
Avellana
Desconcertar
Sepia
Alondra
Merodear
Robert
Anglicano
Feromona
Top tipo halter
Mermelada
Hardware
Laser
Pimienta
Liberación
Rotula
Falafel
Periodo
Cazar
Casto
Leggings
Lana
Sweater
Latido del corazón
Latido del corazón
Corazón
Latido
Corazón
Latido
Latido
Latido
Latido
Latido
Memoricen la lista, ciudadanos, en orden
La Policía Secreta advierte que si te saltas una sola palabra, o si traspones un par de palabras como “merodear” y “mermelada” podría haber desagradables consecuencias
Esto ha sido un anuncio especial de la Policía Secreta del Sheriff
Oyentes, adivinen quien me llamo este fin de semana. Bueno, hey, no me gusta hablar demasiado acerca de mi vida personal aquí. Esta es tu estación de noticias comunitarias, no la Estación de la Vida Personal de Cecil, ¿cierto?
Okay, está bien. Tan solo lo diré:
♫ ¡Carlos! ♫
Carlos, el científico de delicada piel oscura que vino a nuestro pequeño pueblo y nuestros aún más pequeños corazones hace varios meses
Bueno, le di mi teléfono hace mucho, y el nunca llamo, y no pensé nada al respecto ¿cierto? Digo, a veces la gente simplemente no llama, y eso está bien. Bueno, el punto es:
Carlos llama, y estoy como que “¿Hola?” ¡Como si no tuviera identificador de llamadas!
Y él esta como que “Necesito hablar contigo. Esto es importante”
Y estoy como que “Umm, OK”
Digo, eso es muy directo, ¿cierto, radioescuchas? Pero no puedo decir exactamente que quiere aun.
Y él dijo “Cecil”
¡Tan solo el sonido de su voz de caramelo!
“Cecil” dice el “Cecil. Creo que el tiempo se está atrasando en Night Vale”
Y luego dije, después de un lento trago de Armañac “¿Oh?”
Y perfecto Carlos dijo “La semana pasada: siete días, 24 horas cada día, 60 minutos en cada hora. Eso son 10,080 minutos en una semana, ¿cierto?”
“¿Uh huh? Sigue…” Dije, tratando de sonar como alguien con un pulso normal a quien no le sudan las manos
“Bueno, hice algunas cuentas, y durante ese mismo periodo de tempo en Night Vale, 11,873 minutos pasaron en el resto del mundo. Eso es más que un día más largo. No sé qué es lo que está pasando”
¡Así que eso fue lo que dijo Carlos! Radioescuchas, ¿Qué piensan? Siempre siento que el tiempo se detiene cuando estamos juntos, Carlos y yo. ¿Es eso lo que está tratando de decir? ¡Yo me siento de la misma manera!
Pero no dije eso, tan solo dije, ohh, esto es malo… tan solo dije “¡Fabuloso!”
¡Ugh! ¡Qué vergonzoso!
Digo, ¡Carlos es tan inteligente, y dice muchas cosas inteligentes! ¡Y no soy tonto! Me gusta la ciencia y los libros aprobados por el municipio tanto como a cualquiera, así que no puedo creer que eso fue todo lo que le pude decir
“¡Fabuloso!”
Pero…logre preguntarle si quería que nos reuniéramos alguna vez, y hablar más acerca de este realmente fascinante tema. Dijo que no…pero necesitaba que le ayudara a esparcir la voz para ver si alguien ha notado un masivo cambio en el tiempo, así que eso es lo que estoy haciendo ahora. Cualquier cosa por la comunidad científica; ¡Estoy muy interesado en la ciencia estos días!
¡Wow! ¿Pueden creer que me llamo a mí?
Actualización acerca de la inminente invasión de la Ciudad Subterránea:
La Policía Secreta del Sheriff ha revisado el granuloso montaje de seguridad de Teddy Williams del Complejo Recreativo de Bolos y Árcade Desert Flower, y dicen que la casi indiscernible mancha gris haciendo un ligero movimiento cerca del dispensador de queso definitivamente prueba que una ciudad perdida se está movilizando hacia la guerra con Night Vale
Un hombre usando un pasamontañas, mitra, capa, y una estrella plateada gigante, y hablando a través de un codificador de voz – tu sabes, ¿el hombre que todos creemos que es el Sheriff de Night Vale? – anunció esta mañana que todos los ciudadanos deberían preparar a su pueblo para la guerra
Esto incluye: fortificar los pórticos con costales de arena, entrenar a los niños a detectar minas terrestres, y no quitarse las máscaras de gas para comer (a pesar de que es considerado educado)
Hablamos con Teddy en persona. Nos dijo que durante el torneo de la liga de bolos de anoche, la rocola se averió y no dejaba de tocar “Mr. Brownstone”. Teddy dice que esto podría ser un código, alguna especie de mensaje amenazador, o tal vez incluso una sutil llamada a la paz
También les pide a los ciudadanos de Night Vale que se aprendan su número de calzado. Las rentas de zapatos están tomando demasiado tiempo y realmente no es tan difícil memorizarse un número de uno o dos dígitos
La Policía Secreta del Sheriff además le pregunta a los residentes de Night Vale que por favor ayuden en el programa de vigilancia del vecindario. La Policía Secreta esta en todos los vecindarios, observando a todos, así que aquí hay algunos consejos de cómo puedes ayudar en este invaluable programa de control comunitario
Mantén todas las ventanas abiertas durante el buen clima, y si debes cerrarlas durante la lluvia, o tormentas de polvo o carbón, por favor mantenlas limpias, y párate cerca de ellas, para que las cámaras y los micrófonos puedan identificarte claramente
Cuando tengas cualquier conversación privada, sin importar si es telefónica o con aquellos en tu hogar, bájale a la televisión y a la radio para reducir la contaminación auditiva. También, trata de mantener tus conversaciones interesantes, por favor. Tal vez algún chisme local, u opiniones deportivas polarizadas. Demasiada charla aburrida acerca de los planes para el jardín o donde comprar buenos discos láser puede cansar a la Policía Secreta y hacerlos menos efectivos en su trabajo.
No uses sombreros de aluminio. Esta trillada técnica no funciona para nada. Los helicópteros pueden escanear tu mente a través de 6 m de plomo. No deberías de usar estos sombreros caseros porque atraen innecesariamente la atención hacia ti. Es patético y paranoico. La Policía Secreta siente vergüenza por ti.
Y como siempre, si ves algo, di “algo”. Esa es la palabra clave para llamar una redada especial sobre un vecino o extraño
Si ves algo, di la palabra “algo”
Ahora, las noticias. Después de varios meses de protestas de los ciudadanos comunes de Night Vale de carácter decidido y firme, el Ayuntamiento ha anunciado varias mejoras para la Biblioteca Pública. Estas mejoras son las siguientes:
Una entrada está siendo construida enfrente del edificio, para que nunca más tengamos que entrar al despertarnos en medio de dos estantes en una bruma de aturdimiento, inseguros de cómo llegamos ahí, y luego tener que merodear alrededor, atrapados, hasta despertar con un sobresalto en nuestras propias camas, cubiertos de sudor, y con algunos libros que nos prestaron en la mesa de noche.
Se instalaran bebederos en el lobby, así como recamaras empapadoras, y una piscina para desmayos de última generación
Los dispensadores de repelente de bibliotecarias están siendo colocados a través del edificio. Recuerden, si se te acerca una bibliotecaria, quédate quieto. No huyas. Trata de hacerte más grande que la bibliotecaria.
Finalmente, la sección infantil tendrá sillas tipo puf
Eso es todo
¿Lo es?
¡Sí!
¿Pero lo es?
Sí.
Y ahora el trafico
Todos los caminos conducen a alguna parte, y todos los caminos vienen de alguna parte. Y en el medio son un enredo y una curva, un giro y un doblez. ¿A dónde vamos? Digo, metafóricamente ¿De dónde venimos? Digo, literalmente ¿Es posible detenerse, o regresarse? y si no, ¿qué significa eso para las últimas encuestas y reportes económicos?
Damas y caballeros: damas y caballeros, la Ruta 800 se está viendo despejada en ambas direcciones. El viejo camino de tierra hacia la pequeña choza de madera esta congestionado con una espera de al menos 30 minutos
Ya está. Ahora lo sabes. ¿Ha llenado eso el vacío para ti? ¿Eres más feliz ahora? Espero que si
Esto ha sido, y como siempre lo será, el tráfico
Radioescuchas, ¡no puedo soportarlo más! Durante las pasadas noticias, mi teléfono ha estado vibrando silenciosamente. ¡Adivinen quien!
Dado que soy un conductor de radio es entonces mi obligación leerte las noticias, sería completamente inapropiado que conteste mi teléfono – sin importar lo mucho que quiera empapar mis oídos con los sólidos tonos del forastero más significativo de esta comunidad. Pero…bueno…me dejo algunos correos de voz. Esto puede ser algo inortodoxo, pero necesito su ayuda, queridos oyentes, para determinar a donde quiere llegar Carlos con todo esto. Escuchemos esto juntos. ¿Okay? ¿Qué creen que intenta decirme?
Primer mensaje almacenado:
Cecil, lamento molestarte. Necesito que corras la voz acerca de que los relojes en Night Vale no son reales. No he encontrado un solo reloj verdadero. He desarmado varios relojes de mano y de pulsera esta semana y todos ellos están vacíos por dentro. No hay engranes, no hay cristales, ni tampoco una batería o fuente de poder. Algunos de ellos actualmente contienen una masa gelatinosa gris que parece que le está creciendo cabello…y dientes. Necesito saber si todos los relojes son así, Cecil. Esto es muy –
Hay alguien en mi puerta, Cecil Necesito irme, ¿okay? Te llamare otra vez en…bueno, no sé.
Fin del mensaje.
Siguiente mensaje:
Hay un hombre con una chaqueta sosteniendo un maletín de cuero afuera de mi puerta, Cecil. No está tocando, tan solo está parado en frente de mi puerta No puedo distinguir su cara. Lo estoy viendo a través de un espacio de las persianas de la sala – ¡Oh no, me vio!
Fin del mensaje.
Siguiente mensaje:
Lamento eso, Cecil. Olvide lo que estaba haciendo. Creo que alguien vino…pero no recuerdo quien o para qué.
De todos modos, necesito verte. ¿Estas libre mañana por la tarde? Tú tienes el número del alcalde y alguien de la policía, ¿cierto? Y de nuevo, ¿puedes correr la voz en tu programa de radio acerca de los relojes?
Fin del mensaje
¿Escucharon eso, radioescuchas? ¡Una cita! ¡Vamos al clima!
[Those Days are Gone, and My Heart is Breaking - Barton Carroll]
Bueno, acabo de estar en el teléfono con Carlos, oyentes ¡y tenemos una cita! ¡Mañana por la tarde! ¡Tan solo es un café, pero tal vez sea más! Tal vez sea mucho más ¿Quién sabe?
Tu sabes, siempre dicen que si estas intentando conocer a alguien, puede que nunca los encuentres, pero es cuando no estás buscando, ahí es cuando te encuentran a ti. Siempre he oído esto en referencia a los agentes gubernamentales, pero pienso que también se aplica a las relaciones.
Carlos quería que les preguntara si alguno de ustedes alguna vez han visto en realidad la Torre del Reloj de Night Vale. Le dije que era invisible, y se teletransporta siempre, y por eso no puede verla nunca. Digo, eso parece algo obvio
Okay. Eso fue injusto. Carlos es un hombre muy inteligente, y no debería voltear mis ojos solo porque no comprende arquitectura básica. Obviamente tiene muchos otros intrigantes intereses, como…relojería, y sismología ¿Y quién sabe qué más?
¡Oh que feliz día, radioescuchas! Gracias por escuchar, y por ayudarme a través de esto. ¡Estoy tan emocionado!
Antes de que nos vayamos, la pasante Stacey me acaba de dar esto:
A la Policía Secreta del Sheriff le gustaría emitir una corrección a su alerta especial de hace rato. En su advertencia, declararon que memorizar una muy específica lista los mantendría a salvo. Esto es incorrecto. De acuerdo con su nueva declaración, y cito:
“No estamos a salvo. Todos estamos siendo cazados por el tiempo y nuestros propios cuerpos falaces. Memorizar la lista tan solo prevendrá un dolor externo adicional más allá del que experimentas a diario tan solo por estar vivo. La Policía Secreta del Sheriff lamenta este error”
Fin de la cita
Eso es todo de las noticias. Mantente sintonizado por un estremecimiento de toda la comunidad por el miedo cósmico. ¡Gracias otra vez, Night Vale! Que tú también encuentres el amor en este oscuro desierto. Que sea tan permanente como las luces parpadeantes, tan reconfortante como el sordo rugido del espacio
Buenas noches, Night Vale. Buenas noches
El proverbio de hoy: ¿Si dijera que tienes un hermoso cuerpo, siquiera importaría porque somos tan insignificantes en este vasto, incomprensible universo?
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DEMSKI
En Demski, por el momento, no se han visto privados de alimento. Destacaba por sus granjas de maíz y patatas y sus criaderos de cerdos, gallinas y caballos de tiro y arrastre. Si bien la mayoría de granjas y criaderos han quedado destruidos por el Bosque, todavía resisten algunas granjas menores y varios de los habitantes mantienen un pequeño huerto privado. Apenas hay ya caballos, y los pocos que quedan se mantienen a buen recaudo en una cuadra en el centro del pueblo, en un esfuerzo conjunto para poder utilizarlos en viajes rápidos para comerciar con Kazmierczak y Piatek.
El pueblo, de aproximadamente 20 habitantes, es el más pequeño de los tres y se encuentra dividido en dos por un pequeño río que, pese a no albergar más que minúsculos pececillos, les ha servido bien a los lugareños para regar los cultivos y dar de beber a los animales.
PUNTOS DE INTERÉS DE DEMSKI:
Gallinero de la anciana Kaminski: Una vieja y enorme casa de madera en la orilla este del río, cerca del límite con el Bosque. Es el hogar de la anciana Jozefina Kaminski, o como la llaman entre susurros "la bruja de las gallinas". Consta de un gran jardín donde reposa un oxidado tractor, propiedad del difunto marido de la anciana, y una casa de invitados que se ha convertido en el refugio de las gallinas. Aún así, las aves se pasean por el interior de la vivienda principal como quieren y cuando quieren. Todas las ventanas han sido cubiertas por firmes tablones, haciendo difícil la tarea de curiosear el interior.
Clínica del Dr. Goro: el doctor Hayashi Goro, uno de los pocos Forasteros aceptados en el pueblo, recibe aquí a quienes requieren de cuidados médicos. La primera sala es la clínica en si, mientras que tras una puerta cerrada con llave se encuentra la vivienda personal del doctor. Hayashi lo mantiene lo más limpio posible, pero es imposible pasar inadvertidas las manchas de sangre. Allá donde la mirada se pose.
Cuadras: Solo quedan tres caballos de arrastre en el pueblo, y los tres permanecen a buen recaudo en las cuadras que se han improvisado en el centro de Demski. Solo se permite coger a los caballos para viajar por las rutas hacia los otros pueblos o para trabajar la tierra de las pequeñas granjas que han sobrevivido.
Carnicería de Maziek: el huraño anciano Maziek sigue trabajando en la carnicería que hace generaciones construyó su familia, preparando para su consumo la carne de los animales que todavía quedan en Demski. Se dice que fue el primer negocio del pueblo.
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—¡Oh forastero! Mucho te envaneces por lo del vientre; también las ranas tenemos muy muchas cosas admirables de ver, así en el lago como en la tierra firme. Pues el Cronión nos dio un doble modo de vivir y podemos saltar en la tierra y zambullir nuestro cuerpo en el agua, habitando moradas que de ambos elementos participan. Si quieres comprobarlo, muy fácil te ha de ser: monta sobre mi espalda, agárrate a mí para que no resbales y llegarás contento a mi palacio. #homero o #pigresdehalicarnaso
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Un árbol. Una roca. Una nube
Carson McCullers (Columbus, Georgia, 1917 - Nyack, Nueva York, 1967)
“A Tree. A Rock. A Cloud” The Ballad of the Sad Café (1951)
Llovía aquella mañana y todavía estaba muy oscuro. El chico de los periódicos había terminado casi su recorrido cuando llegó al cafetín y entró a tomarse una taza de café. Era un sitio que estaba abierto toda la noche y pertenecía a un hombre amargado y mezquino llamado Leo. Después de la calle desolada y vacía, tenía un aire simpático y alegre; junto a la barra había un par de soldados, tres tejedores de la fábrica y, en la punta, un hombre encorvado, con la nariz y media cara dentro de un jarro de cerveza. El chico llevaba un casco como el de los aviadores. Cuando entró en el café se lo desató y levantó la orejera derecha sobre su orejita colorada. Casi siempre, mientras bebía el café, alguien le decía algo cariñoso. Pero esa vez Leo no le miró y ninguno de los hombres le habló. Pagó, y ya se iba, cuando una voz llamó: —Hijo. Eh, hijo. Se volvió y el hombre de la esquina le hacía señas con el dedo llamándole. Había levantado la cara del jarro de cerveza y parecía de repente muy feliz. El hombre era largo y pálido, con una gran nariz y el pelo anaranjado marchito. —Eh, hijo. El chico de los periódicos fue hacia él. Era flaco y tenía unos doce años y un hombro más alto que otro por el peso del saco de periódicos. Tenía la cara chupada y pecosa y sus ojos eran unos ojos redondos de niño. —¿Qué, señor? El hombre puso una mano sobre los hombros del chico de los periódicos, luego le cogió la barbilla y le movió despacio la cara de un lado para otro. El chico retrocedió incómodo. —Diga, ¿qué quiere? La voz del chico era chillona. El café de pronto se quedó muy silencioso. El hombre dijo despacio: —Te quiero. En la barra los hombres se rieron; el chico ya se había echado para atrás, y quería irse, no sabía qué hacer. Miró por encima del mostrador a Leo y Leo le miraba con una mueca aburrida de burla. El chico intentó reírse también, pero el hombre estaba serio y triste. —No he querido tomarte el pelo, hijo. Siéntate y toma una cerveza conmigo. Tengo que explicarte una cosa —dijo. Cautamente, con el rabillo del ojo, el chico de los periódicos consultó con los hombres de la barra, preguntándoles qué hacer. Pero ellos habían vuelto a sus cervezas y a sus desayunos y no le hicieron caso. Leo puso en el mostrador una taza de café y una jarrita de nata. —Es menor de edad —dijo. El chico de los periódicos trepó hacia el taburete. Su oreja, debajo de la orejera levantada, era muy pequeña y muy colorada. El hombre asentía con la cabeza seriamente. Es importante —dijo. Y buscó en el bolsillo de atrás y sacó algo que enseñó en la palma de la mano para que lo viera el chico. —Míralo atentamente— dijo. El chico miró, pero no había nada que mirar con atención. El hombre tenía una fotografía en la palma de la mano grande y mugrienta. Era un rostro de mujer. Tan borroso que solamente se veían con claridad el traje y el sombrero que llevaba. —¿Ves? —dijo el hombre. El chico asintió y el hombre le enseñó otra fotografía. La mujer estaba de pie en una playa, en traje de baño. El traje de baño le hacía un estómago muy grande, eso era lo primero que se notaba. —¿Has mirado bien? Se inclinó más todavía acercándose y, finalmente, preguntó: —¿La habías visto antes? El chico estaba sentado sin moverse, mirando de soslayo al hombre. —No, que yo sepa. —Muy bien —el hombre se volvió a meter las fotografías en el bolsillo. —Era mi mujer. —¿Murió? —preguntó el chico. Despacio, el hombre negó con la cabeza. Frunció los labios como si fuera a silbar y contestó de manera indecisa: —Eh…—dijo. —Te explicaré. La cerveza, en el mostrador, delante del hombre, estaba en su gran jarro oscuro. No la cogió para beber; en vez de eso, se inclinó y, poniéndole la cara sobre el borde, estuvo así un momento. Luego, con ambas manos, agarró el jarro y sorbió. —Cualquier noche te vas a dormir con tu narizota dentro del jarro y te ahogarás —dijo Leo. ���“Eminente forastero ahogado en cerveza”. Sería una muerte muy graciosa. El chico de los periódicos trató de hacer una seña a Leo. Cuando el hombre no miraba volvió la cabeza e hizo un gesto con la boca como si preguntara sin hablar: —¿Está borracho? Pero Leo levantó las cejas y se volvió para poner dos trozos de tocino en la parrilla. El hombre apartó de él el jarro, se irguió y juntó sus manos sueltas y huesudas sobre el mostrador. Tenía la cara triste, mirando al chico. No pestañeaba; sólo, de vez en cuando, bajaba los ojos de color verde pálido. Estaba casi amaneciendo y el chico se cambió de hombro el peso del saco de periódicos. —Estoy hablando de amor —dijo el hombre. —Para mí es una ciencia. El chico se empezó a escurrir del taburete. Pero el hombre levantó el índice y hubo algo que retuvo al chico, que no le dejó moverse. —Hace doce años me casé con la mujer de la fotografía. Fue mi mujer durante un año, nueve meses, tres días y dos noches. La quería. Sí… —aclaró su voz ronca y dijo de nuevo. —La quería y pensaba que ella también me quería a mí. Yo era maquinista de ferrocarriles. Ella tenía todas las comodidades y lujos en casa. Nunca se me pasó por la cabeza que no estuviera satisfecha. Pero, ¿sabes lo que pasó? —¡Hummm…! —dijo Leo. El hombre no quitaba los ojos de la cara del chico: —Me dejó. Una noche, cuando volví, la casa estaba vacía y ella se había ido. Me dejó. —¿Con un fulano? —preguntó el chico. Suavemente, el hombre puso la palma de la mano sobre el mostrador. —Claro, naturalmente, hijo. Una mujer no se escapa de esa manera, sola. El café estaba tranquilo; la lluvia, negra e interminable, en la calle. Leo aplastó el tocino que se estaba friendo en las púas de su gran tenedor. —Así que llevas doce años persiguiendo a esa… ¡Asqueroso viejo verde! El hombre miró a Leo por primera vez: —Por favor, no seas grosero. Además, no te estoy hablando a ti —se volvió hacia el chico y le dijo en tono de confianza y secreto: —No vamos a hacerle ningún caso, ¿eh? El chico de los periódicos asintió, no muy convencido. —Fue así —continuó el hombre. —Soy una persona que se impresiona mucho con las cosas. Durante toda mi vida, una cosa tras otra me han impresionado: la luz de la luna, las piernas de una chica bonita… Una cosa tras otra. Pero la cuestión es que, cuando había disfrutado de algo tenía una sensación extraña, como si estuviera dentro de mí andando suelta. Nada parecía llegar a terminarse ni a encajar con las otras cosas. ¿Mujeres? Ya tuve mi ración de ellas. Es lo mismo. Después, quedaban vagando sueltas en mí. Yo era un hombre que no había amado nunca. Cerró los párpados muy despacio y el gesto fue como la caída del telón cuando termina un acto en el teatro. Cuando habló de nuevo tenía la voz excitada y las palabras venían de prisa; los lóbulos de sus orejas grandes y sueltas parecían temblar. —Luego encontré a esta mujer. Yo tenía cincuenta y un años; ella siempre decía que tenía treinta. La encontré en una estación de servicio y nos casamos a los tres días. ¿Y sabes cómo nos fue? No puedo ni decírtelo. Todo lo que siempre había sentido estaba reunido alrededor de esta mujer. Ya no había más cosas sueltas dentro de mí, todo estaba concluido en ella. El hombre se calló de repente y se dio golpes en la nariz larga. Su voz se sumergió en un tono bajo, firme, de reproche. —No lo estoy explicando bien. Lo que pasó fue esto. Ahí estaban esos sentimientos hermosos y esos pequeños placeres sueltos, dentro de mí. Y esta mujer era para mi alma algo así como una cinta que los ataba. Hacía pasar por ella esos poquitos de mí mismo y salía completo. ¿Me sigues ahora? —¿Cómo se llamaba? —preguntó el chico. —Oh —dijo él. —Yo la llamaba Dodo. Pero eso no tiene importancia. —¿Y trató usted de hacerla volver? El hombre no pareció oír. —En esas circunstancias, ya te puedes imaginar cómo me quedé cuando me dejó. Leo cogió el tocino de la parrilla, y dobló dos tajadas dentro de un panecillo. Tenía una cara gris, con ojos hundidos, una nariz respingada y salpicada de suaves sombras azules. Uno de los obreros textiles pidió más café y Leo se lo sirvió. Leo no dejaba que repitieran gratis. El obrero desayunaba allí todas las mañanas, pero cuanto más conocía Leo a sus clientes, más tacaño era con ellos. Se puso a roer su bocadillo como si se lo escatimara a sí mismo. —¿Y no la encontró usted nunca? El chico no sabía qué pensar del hombre, y su cara parecía incierta, con una mezcla de curiosidad y duda. Era nuevo en el recorrido de los periódicos; todavía le parecía raro estar fuera por la ciudad en la madrugada negra y extraña. —Sí —dijo el hombre, tomé algunas medidas para hacerla volver. —Estuve por ahí tratando de localizarla. Fui a Tulsa, donde ella tenía parientes. Fui a Mobile. Fui a todas las ciudades que había mencionado alguna vez, buscando a todos los hombres que habían tenido alguna relación con ella. Tulsa, Atlanta, Chicago, Cheehaw, Memphis… Durante casi dos años corrí por todo el país tratando de encontrarla. —Pero la pareja había desaparecido de la faz de la tierra —dijo Leo. —No le escuches —dijo el hombre confidencialmente. —Y además olvida esos dos años. No son importantes. Lo que importa es que por el tercer año me empezó a pasar una cosa muy curiosa. —¿Qué? —preguntó el chico. El hombre se dobló e inclinó el jarro para beber un sorbo de cerveza. Pero mientras se agachaba sobre el jarro las aletas de la nariz le temblaron ligeramente; olfateó el olor rancio de la cerveza y no bebió. —La verdad es que el amor es una cosa extraña. Al principio no pensaba más que en que volviera. Era una especie de manía. Luego, según pasaba el tiempo, trataba de recordarla, pero, ¿sabes qué ocurría? —No —dijo el chico. —Cuando me tumbaba en la cama y trataba de pensar en ella, mi cabeza se quedaba en blanco. No podía verla. Y entonces sacaba sus fotografías y las miraba. Nada, no había nada que hacer. Era como si no la viera. ¿Puedes imaginarlo? —¡Eh, tío! —gritó Leo a través del mostrador. —¿Puedes imaginarte la cabeza de este borracho en blanco? Despacio, como si espantara moscas, el hombre movió la mano. Tenía sus ojos verdes fijos y concentrados en la carita chupada del chico de los periódicos. —Pero un pedazo de cristal inesperado en la acera o una canción de cinco centavos en un gramófono automático, una sombra en una pared por la noche, y recordaba. A veces me ocurría por la calle y yo me echaba a llorar y me golpeaba la cabeza contra un farol. ¿Me comprendes? —Un trozo de cristal… —dijo el chico. —Cualquier cosa. Daba vueltas por ahí y no tenía poder sobre cómo y cuándo recordarla. Uno cree que se puede poner encima una especie de blindaje. Pero el recuerdo no viene al hombre así, de frente, viene por las esquinas, dando rodeos. Estaba a merced de todo lo que oía o veía. De repente, en vez de ser yo el que atravesaba el país para encontrarla, empezó ella a perseguirme en mi propia alma. Ella, persiguiéndome a mí, ¡fíjate! Y en mi alma. El chico preguntó finalmente: —¿Por qué parte del país estaba usted entonces? —Huy —gruñó el hombre. —Era un pobre mortal enfermo. Era como la viruela. Te confieso, hijo, que me emborraché, forniqué, cometí cualquier pecado que de pronto me apeteciera. Me avergüenza confesártelo, pero así es. Cuando recuerdo esa temporada, está todo confuso en mi mente; fue terrible. El hombre inclinó la cabeza y pegó la frente al mostrador. Durante unos segundos estuvo así, doblado, con la nuca nervuda cubierta de una pelambrera anaranjada y las manos, con sus largos dedos retorcidos, palma contra palma, en actitud de rezar. Luego el hombre se irguió; sonreía y de pronto su rostro fue un rostro radiante, trémulo y viejo. —Pasó en el quinto año —dijo. —Y con él empezó mi ciencia. La boca de Leo se movió con una mueca pálida y rápida: —¡Vaya! Ninguno de nosotros se va haciendo más joven —dijo. Luego, con furia repentina, hizo una pelota con el paño de secar que tenía en la mano y lo tiró con fuerza al suelo: —¡Vaya Romeo viejo con el rabo a rastras! —¿Qué pasó? —preguntó el chico. La voz del viejo era alta y clara: —Paz —contestó. —¿Eh? —Es difícil explicarlo científicamente, hijo. Me figuro que la explicación lógica es que ella y yo nos habíamos perseguido tanto tiempo que al fin nos hicimos un lío, nos echamos atrás y lo dejamos. Paz. Un vacío extraño y hermoso. Era primavera en Portland y llovía todas las tardes. Yo me quedaba allí, en mi cama, echado en la oscuridad. Y así me vino la sabiduría. La luz del nuevo día teñía de azul pálido las ventanas del cafetín. Los dos soldados pagaron sus cervezas y abrieron la puerta; uno de ellos se peinó y sacudió sus polainas fangosas antes de salir. Los tres obreros se encorvaron en silencio sobre sus desayunos. El reloj de Leo sonó en la pared. —Es esto. Escucha atentamente. Medité sobre el amor y saqué la conclusión. Me di cuenta de qué es lo que nos pasa. Los hombres se enamoran por primera vez. Y, ¿de qué se enamoran? La tierna boca del niño estaba medio abierta y no contestó. —De una mujer —dijo el viejo. —Sin sabiduría, sin nada para poder ir por ahí, emprenden la experiencia más sagrada y peligrosa de este mundo. Se enamoran de una mujer. ¿Es esto, no, hijo? —Sí —dijo el chico desmayadamente. —Empiezan por el revés del amor. Empiezan por el punto crítico. ¿Te das cuenta de por qué es algo tan desgraciado? ¿Sabes cómo deberían querer los hombres? El viejo alargó la mano y agarró al chico por el cuello de la chaqueta de cuero. Le sacudió suavemente y sus ojos verdes miraron hacia abajo sin pestañear, graves. —Hijo, ¿sabes cómo debería empezarse el amor? El chico seguía sentado, pequeño, callado, tranquilo. Poco a poco movió la cabeza. El viejo se acercó más y murmuró: —Un árbol. Una roca. Una nube. Todavía llovía fuera en la calle: una lluvia sin fin, suave y gris. La sirena de la fábrica sonó para el turno de las seis, y los tres obreros pagaron y se fueron. En el café no quedaban más que Leo, el viejo y el chico de los periódicos. —El tiempo estaba así en Portland —dijo— en la época en que empezó mi sabiduría. Medité y empecé con precaución. Cogía cualquier cosa de la calle y me la llevaba a casa. Compré un pececillo dorado y me concentré en él y lo amé. Pasaba gradualmente de una cosa a la otra. Día a día iba adquiriendo esa técnica. En el camino de Portland a San Diego… —¡Oh, cierra el pico! —aulló Leo de repente. —¡Calla, calla! El viejo seguía agarrando la chaqueta del chico; temblaba y su rostro estaba muy serio, iluminado, salvaje. —Ya hace seis años que voy por ahí solo haciéndome mi saber. Y ahora soy un maestro, hijo. Puedo amarlo todo. No tengo ya ni que pensar en ello. Veo una calle llena de gente y una luz hermosa dentro de mí. Miro a un pájaro en el cielo o me encuentro con un viajero en el camino. Cualquier cosa, hijo, o cualquier persona. ¡Todos desconocidos y todos amados! ¿Te das cuenta de lo que puede significar una ciencia como la mía? El chico se sostenía, tieso con las manos curvadas agarrando fuertemente el borde del mostrador. Al fin, preguntó: —¿Y encontró a aquella señora? —¿Qué? ¿Qué dices, hijo? —Digo —preguntó tímidamente el chico—, ¿se ha vuelto a enamorar de alguna mujer? El hombre aflojó las manos del cuello del chico. Se volvió y por primera vez asomó a sus ojos verdes una mirada vaga y dispersa. Levantó el jarro del mostrador y bebió la cerveza dorada. Movía la cabeza despacio, de un lado a otro. Por fin, contestó: —No hijo. Fíjate, ése es el último paso en mi ciencia. Voy con cuidado. Todavía no estoy preparado del todo. —Bueno —dijo Leo. —Bueno, bueno. El viejo estaba de pie en el vano de la puerta abierta. —Acuérdate —dijo. Allí, en medio de la húmeda luz gris de la madrugada parecía encogido, andrajoso y frágil, pero su sonrisa era luminosa. —Acuérdate de que te quiero —dijo, sacudiendo la cabeza por última vez. Y la puerta se cerró sin ruido detrás de él. El chico no habló durante un buen rato. Se alisó el pelo sobre la frente, y pasó su dedito mugriento por el borde de la taza vacía. Después, sin mirar a Leo, preguntó: —¿Estaba borracho? —No —dijo Leo. El chico levantó aún más su voz clara: —Entonces, ¿es un drogadicto? —No. El chico miró a Leo, con una carita fea y desesperada y su voz chillona y urgente: —¿Está loco, pues? ¿Crees que está chiflado? —la voz del chico de los periódicos bajó de pronto con una duda: —¿Eh, Leo? ¿O no? Pero Leo no le contestó. Hacía catorce años que tenía su café nocturno y se consideraba experto en locuras. Estaban los tipos de la ciudad y también los forasteros que llegaban como si vinieran del fondo de la noche. Conocía las manías de todos. Pero no quiso satisfacer la curiosidad del niño. Contrajo su cara páida y siguió callado. Así, el chico se bajó la orejera derecha del casco y, volviéndose para marcharse, hizo el único comentario que le parecía seguro, la única observación que no podía ser ridiculizada ni despreciada: —Se nota que viajó mucho.
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enero 2020
01
Hizo falta que la mirada artística se atreviera a ver lo que existe en lo terrible y en lo en apariencia repugnante, que vale lo mismo que las demás cosas que existen. Igual que no tiene elección, el espíritu creador no puede tampoco apartar la mirada de nada que exista: con que lo haga sólo una vez, pierde su estado de gracia y se hace culpable para siempre.
Rilke
02
Si el animal tuviera una conciencia
semejante a la nuestra
el seguro animal que se acerca a nosotros
en dirección contraria,
su paso firme nos arrastraría.
Pues para el animal su ser es infinito,
sin límites
y sin mirada sobre su existir puro, como
su mirada tendida hacia delante.
Y allí donde nosotros sólo vemos
un futuro,
él lo ve todo y se ve en todo, a salvo
para siempre. Y, no obstante,
en la bestia, avizor y caliente, gravitan
el peso y la inquietud de una enorme y pesada
melancolía.
[...]
Rilke
03
[...]
Porque a ella le agobia siempre lo que a nosotros
nos subyuga a las veces: el recuerdo
como si ya una vez, eso, a lo que se aspira,
hubiera estado próximo, más fiel
y dándonos en ese nuevo apego
su infinita dulzura.
Aquí todo es distancia,
hálito allí. Después de aquel hogar
primero, este segundo le parece
ambiguo y a merced de los vientos. ¡Oh dicha
de la pequeña
criatura, que prosigue en el regazo
que la trajo a su fin!
¡oh dicha del insecto, que brinca en su interior
siempre, incluso en el trance de sus bodas!
El regazo lo es todo.
Y observa
la semicertidumbre
del pájaro
que, por su origen, casi conoce entrambas cosas,
como si fuera el alma de un etrusco,
evadida de un muerto, que recibió el espacio
pero con su figura yacente como lápida.
[...]
Rilke
04
[...]
Mas
¡qué turbación la del que tiene
que volar al salir de su regazo!
¡Cómo, asustado de sí mismo,
rasga en zig-zag del aire, cual resquebrajadura
en una taza!
Así la huella
del murciélago raya
la fina porcelana de la tarde.
¡Y nosotros,
meros espectadores,
en todo tiempo, en todos los lugares,
vueltos siempre hacia todo y nunca más allá!
El mundo nos agobia.
Lo organizamos. Pero
se derrumba en añicos.
Lo organizamos otra vez y, entonces,
nosotros mismos
caemos rotos en menudas trizas.
[...]
Rilke
05
[...]
¿Quién nos conformó así
que hagamos lo que hagamos,
tenemos siempre la actitud
de quien se va?
Como el que sobre la última colina,
desde donde divisa todo el valle,
una vez más, se vuelve, se detiene y rezaga,
así vivimos
despidiéndonos siempre.
Rilke
06
«No dejes de seguir pensando porque pudiera perjudicarte, no es seguro que te vaya a perjudicar. Aquí no se puede hablar de “perjudicar” o “no perjudicar”. Te ocurrirá como le ocurre al río en primavera. Crece su caudal, se vuelve más poderoso, nutre mejor la tierra de sus largas orillas, mantiene su propio ser incluso en el interior del mar, luego iguala en condición al mar y éste lo acoge en su seno. Hasta ese punto puedes pensar las ordenanzas de la jefatura. Pero luego el río inunda sus orillas, pierde sus contornos y sus meandros, su curso se torna más lento, intenta formar, contra su vocación, pequeños mares en tierra firme, daña los campos y no puede mantener mucho tiempo esa expansión, sino que fluye de nuevo en su lecho, e incluso llega a secarse de un modo lamentable en la próxima estación calurosa. Hasta ese punto no pienses las ordenanzas de la jefatura».
Kafka
07
cualquier noticia, en el caso de que nos llegara, lo haría siempre demasiado tarde, ya hace tiempo que estaría anticuada. Alrededor del Emperador se arraciman los brillantes pero oscuros miembros de la Corte, el contrapeso del poder imperial, siempre esforzándose en derribar con flechas envenenadas al Emperador de su pedestal. El poder imperial es inmortal, pero el Emperador en particular puede caer y precipitarse, dinastías completas se han hundido por entero y han dejado de existir con un único estertor.
[...]
Kafka
08
[...]
De todas estas luchas y sufrimientos el pueblo no quiere saber nada. Como llegados tarde, como forasteros en la ciudad, así permanecen apretados al final de las callejuelas laterales, comiendo tranquilamente de las viandas traídas, mientras mucho más adelante, en el centro de la plaza del mercado, se procede a ejecutar a su soberano.
Kafka
09
Precisamente así, a un mismo tiempo esperanzado y desesperanzado, es como el pueblo ve a nuestro Emperador. No sabe qué Emperador gobierna e incluso existen dudas acerca del nombre de la dinastía en el poder. En la escuela se aprenden estas dinastías de memoria, pero la inseguridad general es tan grande que hasta el mejor alumno queda confuso.
[...]
Kafka
10
[...]
En nuestros pueblos, Emperadores muertos hace largo tiempo acceden al trono y el que sólo vive en las canciones ha promulgado hace poco una ordenanza que el sacerdote lee ante el altar. Batallas de nuestra historia más remota se libran en la actualidad y el vecino, sofocado, irrumpe con la noticia en tu casa.
[...]
Kafka
11
[...]
Las mujeres del Emperador, cebadas y reclinadas en sus cojines de seda, apartadas por astutos palaciegos de las nobles costumbres, hinchadas por las ansias de dominio, estremecidas de codicia, entregadas a la lujuria, cometen sus fechorías una y otra vez; cuanto más tiempo ha transcurrido, más horribles lucen todos los colores y con gritos de dolor conoce el pueblo que una emperatriz, hace miles de años, bebió la sangre de su esposo a grandes tragos.
Kafka
12
No tenía ninguna salida, así que me vería obligado a buscar una, ya que sin ella no podía vivir. Siempre mirando las tablas de la caja, habría reventado irremediablemente. Pero los monos de Hagenbeck están destinados a mirar la caja, bueno, entonces dejaría de ser un mono. Un pensamiento bello y claro, que de alguna forma tuve que fraguar en el estómago, pues los monos sólo piensan con el estómago.
[...]
Kafka
13
[...]
Temo que no se entienda correctamente lo que quiero decir con la palabra «salida». Empleo la palabra en su sentido más frecuente y normal. Intencionadamente, no empleo el término «libertad». No hago referencia a ese gran sentimiento de libertad hacia todas las direcciones. Como primate lo he experimentado y he conocido seres humanos que lo anhelaban. Pero en lo que a mí respecta, no he reclamado libertad ni entonces ni ahora. Dicho sea de paso: con la libertad se engañan los hombres entre sí con demasiada frecuencia. Y así como la libertad pertenece a los sentimientos más elevados, el fraude correspondiente equivale al mismo nivel.
[...]
Kafka
14
[...]
A menudo, cuando trabajaba en las Variedades, he visto, antes de salir a escena, cómo una pareja artística, allá en lo alto, hacía ejercicios sobre el trapecio. Se balanceaban, giraban, saltaban, quedaban suspendidos en el aire cogidos de los brazos, uno de ellos sujetaba con la boca al otro por el cabello. «Eso también es libertad humana» —pensé—, «movimiento soberano». ¡Ay, escarnio de la sagrada naturaleza! Nada quedaría en pie ante las risas de toda la especie simiesca ante semejante visión.
Kafka
15
Han abierto la puerta. Una racha de aire apaga la lámpara. Ve la oscuridad y entonces deja de pensar. Siente pequeños susurros. En seguida oye el percutir de su corazón en palpitaciones desiguales. Al través de sus párpados cerrados entrevé la llama de la luz. [...] Entreabre los ojos. Mira como si cruzara sus cabellos una sombra sobre el techo, con la cabeza encima de su cara. Y la figura borrosa de aquí enfrente, detrás de la lluvia de sus pestañas. Una luz difusa; una luz en el lugar del corazón, en forma de corazón pequeño que palpita como llama parpadeante. «Se te está muriendo el corazón» —piensa—.
Rulfo
16
-Dice que ella escondía sus pies entre las piernas de él. Sus pies helados como piedras frías y que allí se calentaban como en un horno donde se dora el pan. Dice que él le mordía los pies diciéndole que eran como pan dorado en el horno. Que dormía acurrucada, metiéndose dentro de él, perdida en la nada al sentir que se quebraba su carne, que se abría como un surco abierto por un clavo ardoroso, luego tibio, luego dulce, dando golpes duros contra su carne blanda; sumiéndose, sumiéndose más, hasta el gemido. Pero que le había dolido más su muerte. Eso dice.
Rulfo
17
La ausencia de ruido lastima: nos recuerda que el abandono existe; aún aquellos abandonos milimétricos que estamos condenados a repetir día con día en los pasillos del supermercado o en la anónima hora pico del meto.
Aniela Rodríguez
18
un nudo que todo lo puede y todo lo arrebata: la pérdida, ese terrible error de cálculo en nuestras vidas que entre las doce de la noche y las cinco de la mañana se vuelve insoportable.
Aniela Rodriguez
19
Morir es no acertar el golpe, dejarlo todo a la suerte.
Para fallar no es necesario cometer grandes errores: todos los días fallamos a nuestros compromisos, invariablemente de lo inverosímiles o mundanos que estos parezcan. Fallamos cuando no logramos levantarnos de la cama en el minuto que la alarma comienza a taladrarnos los oídos.
Una vida sin errores es monótona, pasa de largo. Fallar nos hace reconocibles, únicos. Humanos.
Aniela Rodriguez
20
esa falla, esa grieta en nuestras vidas llamada cáncer, hubiera cambiado todo de una vez y para siempre
Aniela Rodríguez
21
Amar la vida y creer en ella significa también amar su dolor; significa amar la época en la que hemos nacido y sus abismos de terror; y significa amar, del destino su oscuridad y su tremendo carácter imprevisible
Natalia Ghinzburg
22
Nadie vino a verla. Así estuvo mejor. La muerte no se reparte como si fuera un bien. Nadie anda en busca de tristezas.
Rulfo
23
está ausente todos los males tiene y teme [...]. Loco soy, loco he de ser hasta tanto que tú vuelvas con la respuesta de una carta que contigo pienso enviar a mi señora Dulcinea; y si fuere tal cual a mi fe se le debe, acabarse ha mi sandez y mi penitencia; y si fuere al contrario, seré loco de veras y, siéndolo, no sentiré nada.
Cervantes
24
No digo que mi madre sea mala, Morona
es sólo madre
y todas las madres sueltan dentelladas
quién va a herir más a sus criaturas
que ellas mismas
Clyo Mendoza
25
Marchitará la rosa el viento helado,
todo lo mudará la edad ligera
por no hacer mudanza en su costumbre.
Garcilaso de la Vega
26
¿Cuál de vosotros sabe estimar el tiempo y poner precio al día, sabiendo que todo lo que pasó lo tiene la muerte en su poder, y gobierna lo presente y aguarda todo lo porvenir, como todos ellos?
Quevedo
27
Vinieron la Verdad y la Justicia a la tierra; la una no halló comodidad por desnuda, ni la otra por rigurosa. Anduvieron mucho tiempo ansí, hasta que la Verdad, de puro necesitada, asentó con un mudo. La Justicia, desacomodada, anduvo por la tierra rogando a todos, y viendo que no hacían caso della y que le usurpaban su nombre para honrar tiranías, determinó volverse huyendo al cielo. [...]
Quevedo
28
[...]
Salióse de las grandes ciudades y cortes y fuese a las aldeas de villanos, donde por algunos días, escondida en su pobreza, fue hospedada de la Simplicidad, hasta que invió contra ella requisitorias la Malicia. Huyó entonces de todo punto y fue de casa en casa pidiendo que la recogiesen. Preguntaban todos quién era, y ella, que no sabe mentir, decía que la Justicia; respondíanle todos:
-¿Justicia y por mi casa? Vaya por otra. [...]
Quevedo
29
[...]
Y ansí no estuvo en ninguna. Subióse al cielo y apenas dejó acá pisadas. Los hombres, que esto vieron, bautizaron con su nombre algunas varas que, fuera de las cruces, arden algunas muy bien allá, y acá solo tienen nombre de justicia ellas y los que las traen, porque hay muchos deseos en quien la vara hurta más que el ladrón con ganzúa y llave falsa y escala. Y habéis de advertir que la cudicia de los hombres ha hecho instrumento para hurtar todas sus partes, sentidos y potencias que Dios les dio las unas para vivir y las otras para vivir bien. [...]
Quevedo
30
[...]
¿No hurta la honra de la doncella, con la voluntad, el enamorado? ¿No hurta con el entendimiento el letrado que le da malo y torcido a la ley? ¿No hurta con la memoria el representante que nos lleva el tiempo? ¿No hurta el amor con los ojos, el discreto con la boca, el poderoso con los brazos (pues no medra quien no tiene los suyos), el valiente con las manos, el músico con los dedos, el gitano y cicatero con las uñas, el médico con la muerte, el boticario con la salud, el astrólogo con el cielo? Y al fin, cada uno hurta con una parte o con otra. Solo el alguacil hurta con todo el cuerpo, pues acecha con los ojos, sigue con los pies, ase con las manos y atestigua con la boca
Quevedo
31
il nome è di fatto il primo ritratto di una persona che non si sa ancora come sarà, racchiusa tra il passato da cui proviene attraverso la famiglia, e il futuro verso il quale si proietta una promessa di vita
Rossebastiano [I nomi di persona d'Italia]
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Presentación de sus obras en castellano:
El vendedor de almas
Kindle Edition y Tapa Blanda
de Peter Schoenau (Autor)
El gran poeta del que voy a hablar más tarde murió hace tiempo ya y no sé qué ha sido de Juan. Lo conocí en una de las tantas estaciones de mi vida que durante algún tiempo me llevaron a un país extraño. Era un país que no figura en ningún mapa y por más que lo busqué no volví a encontrarlo nunca. Quizás haya países que sólo existan en la fantasía.
Donde sino puede ocurrir que un vendedor de almas venda cápsulas de gelatina en las que dormitan almas de candidatos ideales hasta anidarse en la personalidad de su comprador.
Claro que las personalidades destacadas tienen su precio y todas las almas son siempre funcionales a los fines del Estado. No sorprende entonces, que la Iglesia y el Estado consideren al vendedor de almas la eminencia gris de este negocio.
La manipulación de almas es el tema de esta fábula fantástica – un angustiante análisis literario del tema de la manipulación genética y la desindividualización niveladora del ser humano en el marco de un cálculo de estado despreciativo del hombre.
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o n.° 2924 en Literatura y ficción (Tienda Kindle)
La diosa ciega Kindle Edition y Tapa blanda
de Peter Schoenau (Autor)
La presente novela es una paráfrasis de la "maldición de los faraones" o, diciéndolo con otras palabras, una variación del tema si maldición y castigo irradian una energía suficiente para buscar todavía después de unas generaciones su cumplimiento.
El juego con el tiempo:
Prólogo:
Un grupo de personas parte en el año 1850 de Galway en la costa de oeste de Irlanda en la cubierta intermedia de un velero de tres mástiles para el viaje al Nuevo Mundo
Parte principal:
Nos las experimentamos en dos generaciones: durante la guerra de secesión donde hacen historia y en el presente, como protagonistas de un espectáculo dramático.
Al fin, pasado y presente se sobreponen.
“A veces quisiera regresar a ese tiempo," dice John, "tenía grandeza y estaba pleno de desafíos, el coraje del individuo se mesuró en sangre. Hoy ya no somos más que metástasis de un cáncer global que se llama globalización, el denominador mayor común de una fracción que deja como resultado sólo espacio para la mediocridad.”
Chas cierra el diario de bordo de John Guthrie y responde: “Esto de regresar, quiero decir, no es ningún problema, sólo hay que quererlo, pues el presente es parte del pasado y el pasado es parte del futuro. Todo está interconectado, John, nos movemos en una red de coordenadas globales, ¿porqué no debería ser posible navegar en el tiempo?”
Climax: John Guthrie y Charles Eytinge se enfrantan en una batalla naval y Charles Eytinge es matado por John Guthrie. Casi140 años más tarde, Chas Eytinge se venga terriblemente (sin saberlo) de este hecho. Todas las 13 personas involucradas hacen parte de un grupo de teatro de colegio y están estudiando una versión de la novela "1984" de George Orwell editada para el teatro. Inicialmente John Guthrie no estaba seguro si podía asumir el papel de Winston Smith porque sus problemas de visión todavía no estaban resueltos. Pero Taylor Guthrie lo convence (el “guiño” para el pacto con el diablo). En una prueba, un proyector cae de su fijación y mata a Winston Smith alias John Guthrie conversando con Tom Parsons alias Charles Eytinge. Poco antes Chas había reclamado el ajuste del proyector y lo corregido el mismo. Hay una investigación policial, pero con el resultado que la muerte de John fue un accidente sin injerencia de terceros.
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o n.° 1734 en Fantasía oscura
o n.° 1746 en Historias de ocultismo
o n.° 322 en eBooks de fantasía oscura
Un final perfecto
Kindle Edition y Tapa blanda
de Peter Schoenau (Autor)
Una novela argentina entre tango, amor, traición y política.
Historia de un triángulo amoroso con todos los ingredientes de una tragedia griega: amor, traición, ambición, triunfo y derrota, que se desarrolla en Buenos Aires, entre la tanguería Señor Tango, el Teatro Colón y la Plaza Serrano.
Los protagonistas:
Los gemelos Eduardo y Joaquín: ambos son partidarios de una renovación de la sociedad civil, tienen los mismos ideales, pero mientras Joaquín, un artista, tiene miedo del futuro porque los médicos le diagnosticaron una artrosis articular, está sumergido en un profundo pesimismo, el otro es un hombre de la acción y, como líder del sindicato de los "Cartoneros", convencido de que el cambio es posible.
El hombre que tiene un don muy particular, llamado el "vidente". Su lema continuamente repetido: "Yo soy un representante. Otros venden aspiradores o enciclopedias. Yo vendo a la gente verdades incómodas". Puede prever el día de muerte de los otros.. Se hace muy popular, mismo el presidente de la república lo consulta.
El presidente de la república muere, varios de sus ministros dimiten.
Los "Cartoneros" aprovechan de la situación y proclaman la huelga por más justicia social y contra la oligarquía. La ciudad ahoga en la basura. Eduardo cree la primera vez verdaderamente en el éxito de su movimiento, jamás la situación fue tan propicia.
Lucía; Lucía trabaja en una farmacia en Avenida Corrientes, no muy lejos del teatro "Opera", donde funciona desde algunas semanas el musical „Dracula“. Mantiene relaciones no sólo con Eduardo sino también con Joaquín. Pero es muy ambiciosa, y bajo la nueva presidencia Eduardo, el presidente del sindicato de los "Cartoneros", tendría todas las perspectivas de integrarse en el centro del poder. Cuando Joaquín le declara que cree su deber como hermano de informar Eduardo de su doble juego, ve sus planos ambiciosos amenazados,
Visita Joaquín en su departamento para una última tentativa de que desista de sus intenciones. Pero el hombre que le abre la puerta es Eduardo que había visitado a su hermano. Joaquín salió por algunos momentos de la habitación para comprar en el kiosco vecino cigarrillos y una botella de whisky, dejando Ecuador solo en su departamento. Eduardo no aclara la equivocación. Esto decide su destino. Ella lo mata a los tiros.
La muerte de Joaquín fue declarada como suicidio.
Los medios hablaron de una enfermedad grave que no perdona y a la que anticipó con su muerte, aunque la autopsia no confirmó esta teoría, a pesar de que Joaquín había sufrido en el último tiempo por depresiones. Había resultado a Eduardo siempre más difícil hacerlo emerger del agujero negro de sus premoniciones tenebrosas y inocularle algo de optimismo. Pero mismo así no encontró en todo eso una explicación viable para su decisión de terminar su vida.
En la noche antes de la investidura del nuevo presidente, para la cual también Eduardo y Lucía tienen una invitación, hacen el amor y de repente ella tiene la sensación que no esta delante de Eduardo pero que hace el amor con Joaquín que, gimiendo por placer, dice "tengo dolores en el anca". Y cuando llega a su orgasmo, sonríe y dice: "Un final perfecto".
Ya que Eduardo se convirtió en Joaquín, y ella está más cerca que nunca a la realización de sus sueños ambiciosos.
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o n.° 192 en eBooks Kindle
EL ESPADACHÍN DE ESPEJOS (AMAZON, Barnes & Noble**)
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El espadachín de espejos es alguien que lucha con su propia imagen. La mayoría de nosotros lo hace toda la vida. No esta dispuesta a aceptar la imagen que ve reflejada en el espejo.
Bruno Prete, cerca a los 40, trabaja en una funeraria en Sicilia. Sus amigos son los llamados Ragazzi: Pierangelo, Marco, Renzo y Franco, su punto de encuentro es el bar Tutto Sport. Bruno cuenta su historia, es un observador quieto pero atento. Es consciente de la jungla de convenciones, tradiciones, prejuicios e tabúes crecidos en siglos – y quiere ser diferente. Cuando encuentra Gino, un forastero de la tierra firme, la vida de Bruno cambia.
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n.° 49 en Policíaca, negra y suspense (Tienda Kindle)
Selección de cuentos
Malas rachas y otras extrañezas
Kindle Edition y Tapa Blanda
de Peter Schoenau (Autor)
Esta es una colección de cuentos, poemas, ensayos y extractos de dos de mis novelas. Son cuentos que cubren un gran campo de temas y también geográficamente (algunos hacen hincapié a mi vida de cinco años en Buenos Aires). Tratan de emociones, pérdidas, sueños, victorias, derrotasm supersticiones – todo el calidoscopio humano. incluye "Carta abierta al Honorable Senado Argentina" y el poema "El carpintero gigante" – subtítulo "La presidenta en su laberinto" en memoria del fallecido presidente Néstor Kirchner
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Lecturas del Domingo 3º de Adviento - Ciclo A
Lecturas del Día Domingo 15 de diciembre de 2019
Primera lectura
Lectura del libro de Isaías 35,1-6a.10
Esto dice el Señor: "Regocíjate, yermo sediento. Que se alegre el desierto y se cubra de flores, que florezca como un campo de lirios, que se alegre y dé gritos de júbilo, porque le será dada la gloria del Líbano, el esplendor del Carmelo y del Sarón. Ellos verán la gloria del Señor, el esplendor de nuestro Dios. Fortalezcan las manos cansadas, afiancen las rodillas vacilantes. Digan a los de corazón apocado: '¡Ánimo! No teman. He aquí que su Dios, vengador y justiciero, viene ya para salvarlos'. Se iluminarán entonces los ojos de los ciegos y los oídos de los sordos se abrirán. Saltará como un venado el cojo y la lengua del mudo cantará. Volverán a casa los rescatados por el Señor, vendrán a Sión con cánticos de júbilo, coronados de perpetua alegría; serán su escolta el gozo y la dicha, porque la pena y la aflicción habrán terminado".
Palabra de Dios
Salmo Responsorial
Sal 146 (145), 7.8-9a.9bc-10
R./ Ven, Señor, a salvarnos.
El Señor siempre es fiel a su palabra, y es quien hace justicia al oprimido; él proporciona pan a los hambrientos y libera al cautivo. R./ Ven, Señor, a salvarnos.
Abre el Señor los ojos de los ciegos y alivia al agobiado. Ama el Señor al hombre justo y toma al forastero a su cuidado. R./ Ven, Señor, a salvarnos.
A la viuda y al huérfano sustenta y trastorna los planes del inicuo. Reina el Señor eternamente. Reina tu Dios, oh Sión, reina por siglos. R./ Ven, Señor, a salvarnos.
Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol Santiago 5,7-10
Hermanos: Sean pacientes hasta la venida del Señor. Vean cómo el labrador, con la esperanza de los frutos preciosos de la tierra, aguarda pacientemente las lluvias tempraneras y las tardías. Aguarden también ustedes con paciencia y mantengan firme el ánimo, porque la venida del Señor está cerca. No murmuren, hermanos, los unos de los otros, para que el día del juicio no sean condenados. Miren que el juez ya está a la puerta. Tomen como ejemplo de paciencia en el sufrimiento a los profetas, los cuales hablaron en nombre del Señor.
Palabra de Dios
Evangelio
Lectura del santo evangelio según San Mateo 11,2-11
En aquel tiempo, Juan se encontraba en la cárcel, y habiendo oído hablar de las obras de Cristo, le mandó preguntar por medio de dos discípulos: "¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?" Jesús les respondió: "Vayan a contar a Juan lo que están viendo y oyendo: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios de la lepra, los sordos oyen, los muertos resucitan y a los pobres se les anuncia el Evangelio. Dichoso aquel que no se sienta defraudado por mí". Cuando se fueron los discípulos, Jesús se puso a hablar a la gente acerca de Juan: "¿Qué fueron ustedes a ver en el desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? No. Pues entonces, ¿qué fueron a ver? ¿A un hombre lujosamente vestido? No, ya que los que visten con lujo habitan en los palacios. ¿A qué fueron, pues? ¿A ver a un profeta? Sí, yo se lo aseguro; y a uno que es todavía más que profeta. Porque de él está escrito: He aquí que yo envío a mi mensajero para que vaya delante de ti y te prepare el camino. Yo les aseguro que no ha surgido entre los hijos de una mujer ninguno más grande que Juan el Bautista. Sin embargo, el más pequeño en el Reino de los cielos, es todavía más grande que él".
Palabra del Señor
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Rodríguez (Francisco Espínola)
RODRÍGUEZ
Como aquella luna había puesto todo igual, igual que de día, ya desde el medio del Paso, con el agua al estribo, lo vio Rodríguez hecho estatua entre los sauces de la barranca opuesta. Sin dejar de avanzar, bajo el poncho la mano en la pistola por cualquier evento, él le fue observando la negra cabalgadura, el respectivo poncho más que colorado. Al pisar tierra firme e iniciar el trote, el otro, que desplegó una sonrisa, taloneó, se puso también en movimiento... y se le apareó. Desmirriado era el desconocido y muy, muy alto. La barba aguda, renegrida. A los costados de la cara, retorcidos esmeradísimamente, largos mostachos le sobresalían. A Rodríguez le chocó aquel no darse cuenta el hombre de que, con lo flaco que estaba y lo entecado del semblante, tamaña atención a los bigotes no le sentaba. -¿Va para aquellos lados, mozo? -le llegó con melosidad. Con el agregado de semejante acento, no precisó más Rodríguez para retirar la mano de la culata. Y ya sin el menor interés por saber quién era el importuno, lo dejó, no más, formarle yunta y siguió su avance a través de la gran claridad, la vista entre las orejas de su zaino, fija - ¡Lo que son las cosas, parece mentira!... ¡Te vi caer al paso, mirá... y simpaticé enseguida! Le clavó un ojo Rodríguez, incomodado por el tuteo, al tiempo que el interlocutor le lanzaba, también al sesgo una mirada que era un cuchillo de punta, pero que se contrajo al hallar la del otro, y de golpe, quedó cual la del cordero. -Por eso, por eso, por ser vos, es que me voy al grano, derecho. ¿Te gusta la mujer? Decí Rodríguez, ¿te gusta? Brusco escozor le hizo componer el pecho a Rodríguez, más se quedó sin respuesta el indiscreto. Y como la desazón le removió su fastidio, Rodríguez volvió a carraspear, esta vez con mayor dureza. Tanto que, inclinándose a un lado del zaino, escupió. - Alegrate, alegrate mucho, Rodríguez - seguía el ofertante mientras en el mejor de los mundos, se atusaba sin tocarse la cara, una guía del bigote. –Te puedo poner a tus pies a la mujer de tus deseos. ¿Te gusta el oro?... Agenciate latas, Rodríguez, y botijos, y te los lleno toditos. ¿Te gusta el poder, que también es lindo? Al momento, sin apearte del zaino, quedarás hecho comisario o jefe político o coronel. General, no, Rodríguez porque esos puestos los tengo reservados. Pero de ahí para abajo... no tenés más que elegir. Muy fastidiado por el parloteo, seguía mudo, siempre, siempre sosteniendo la mirada hacia adelante, Rodríguez. 8 -Mirá, vos no precisás más que abrir la boca... -¡Pucha que tiene poderes, usted!- fue a decir, Rodríguez; pero se contuvo para ver si, a silencio, aburría al cargoso. Este, que un momento aguardó tan siquiera una palabra, sintióse invadido como por el estupor. Se acariciaba la barba; de reojo miró dos o tres veces al otro... Después, su cabeza se abatió sobre el pecho, pensando con intensidad. Y pareció que se le había tapado la boca. Asimismo bajo la ancha blancura, ¡qué silencio, ahora, al paso de los jinetes y de sus sombras tan nítidas! De golpe pareció que todo lo capaz de turbarlo había fugado lejos, cada cual con su ruido. A las cuadras, la mano de Rodríguez asomó por el costado del poncho con tabaquera y con chala, Sin abandonar el trote se puso a liar. Entonces, en brusca resolución el de los bigotes rozó con la espuela a su oscuro que casi se dio contra unos espinillos. Separado un poco así, pero manteniendo la marcha a fin de no quedarse atrás, fue que dijo: -¿Dudás, Rodríguez? ¡Fijate en mi negro viejo! Y siguió cabalgando en un tordillo como leche. Seguro de que, ahora sí, había pasmado a Rodríguez y no queriendo darle tiempo a reaccionar, sacó de entre los pliegues del poncho el largo brazo puro hueso, sin espinarse manoteó una rama de tala y señaló, soberbio: -¡Mirá! La rama se hizo víbora, se debatió brillando en la noche al querer librarse de tan flaca mano que la oprimía por el medio y, cuando con altanería el forastero la arrojó lejos, ella se perdió a los silbidos entre los pastos. Registrábase Rodríguez en procura de su yesquero. Al acompañante, sorprendido del propósito, le fulguraron los ojos. Pero apeló al poco de calma que le quedaba, se adelantó a la intención y dijo con forzada solicitud, otra vez muy montado en el oscuro: -¡No te molestés! ¡Servite fuego, Rodríguez! Frotó la yema del índice con la del dedo gordo. Al punto una azulada llamita brotó entre ellos. Corrióla entonces hacia la uña del pulgar y, así, allí paradita, la presentó como en palmatoria. Ya el cigarro en la boca, al fuego la acercó Rodríguez inclinando la cabeza, y aspiró. -¿Y?... ¿Qué me decís, ahora? 9 -Esas son pruebas- murmuró entre la amplia humada Rodríguez, siempre pensando qué hacer para sacarse de encima al pegajoso. Sobre el ánimo del jinete del oscuro la expresión fue un baldazo de agua fría. Cuando consiguió recobrarse, pudo seguir, con creciente ahínco, la mente hecha un volcán. -¿Ah, sí? ¿Con que pruebas, no? ¿Y esto? Ahora miró de lleno Rodríguez, y afirmó en las riendas al zaino, temeroso de que se le abrieran de una cornada. Porque el importuno andaba a los corcovos en un toro cimarrón, presentado con tanto fuego en los ojos que milagro parecía no le estuviera ya echando humo el cuero. -¿Y esto otro? ¡Mirá qué aletas, Rodríguez!- se prolongó, casi hecho imploración, en la noche. Ya no era toro lo que montaba el seductor, era bagre. Sujetándolo de los bigotes un instante, y espoleándolo asimismo hasta hacerlo bufar, su jinete lo lanzó como luz a dar vueltas en torno a Rodríguez. Pero Rodríguez seguía trotando. Pescado, por grande que fuera, no tenía peligro para el zainito. -Hablame, Rodríguez, ¿y esto?... ¡por favor, fijate bien!... ¿Eh?... ¡Fijate! -¿Eso? Mágica, eso. Con su jinete abrazándole la cabeza para no desplomarse del brusco sofrenazo, el bagre quedó clavado de cola. -¡Te vas a la puta que te parió! Y mientras el zainito -hasta donde no llegó la exclamación por haber surgido entre un ahogo- seguía muy campante bajo la blanca, tan blanca luna tomando distancia, el otra vez oscuro, al sentir enterrársele las espuelas, giró en dos patas enseñando los dientes, para volver a apostar a su jinete entre los sauces del Paso.
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PREOCUPACIÓN POR CONTAMINACIÓN EN EL RIÓ SALAZAR, NORTE DE SANTANDER
Miércoles 16 de mayo del 2018 - En el municipio de Salazar de las Palmas, Norte de Santander se llevaron acabo actividades pedagógicas y recreativas con el objetivo de sensibilizar a la comunidad sobre el cuidado del medio ambiente; por otro lado, se realizó una jornada de limpieza al río, en la cual participaron personas aledañas al lugar y hubo acompañamiento de la plataforma Juventudes Unidas por la Sostenibilidad del Planeta y la organización Hijos de la Tierra.
“Dale una mano a Salazar” se denominó la jornada que se realizó con niños, jóvenes y adultos Salazareños, buscando sensibilizar y concientizar por medio de intervenciones artísticas y de recreación, a la protección de los recursos hídricos.
Para la recolección de basuras se dividieron tres grupos. Las personas que participaron en esta dinámica manifestaron que los mayores culpables de los desechos que se encuentran a orillas del río son de los turistas que visitan el municipio
Foto: Colombia Informa
“Nosotros limpiamos los alrededores del río, pero de nada sirve porque a la semana siguiente vuelve a estar igual o más sucio”, menciona Edinson Florez, integrante de la organización sin ánimo de lucro Hijos de la Tierra.
El río Salazar, que nace a una altura de 3580 (msnm) en el Parque Natural Regional Santurbán, es uno de los más limpios de Norte de Santander, y es precisamente el encanto de sus aguas cristalinas y sus senderos ecológicos que conducen a los Siete Chorros – el balneario más turístico del municipio-, lo que hace que el lugar sea bastante concurrido y visitado, y que por la falta de cultura y el desconocimiento de los forasteros, la contaminación a las fuentes hídricas vaya en aumento.
Los niños de Salazar en condición de víctimas del conflicto armado también hicieron parte de las actividades. “Por medio de estos espacios de talleres artísticos denominados ‘Pintando el futuro’, los niños pueden cambiar sus historias, forjar un proyecto de vida firme y visibilizar un futuro en paz con la sociedad y con el ambiente”, expresó Margeli Ramírez profesora y guía en la jornada.
Los integrantes de la plataforma ambiental mencionan que este tipo de jornadas se seguirán realizando con poblaciones afectadas, llevando así el mensaje para la protección de la Pachamama –Madre Tierra. “Es muy importante seguir con la pedagogía ambiental y que la gente se entusiasme y se apropie de sus alrededores con esta labor, es amor por nuestros espacios”, comentó Daniela Pedraza, integrante de la plataforma.
Fuente: Colombia Informa
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Audición para Vaughn Dunn (Boyd Holbrook)
¡Hola, Vaughn! Luego del ajetreado papeleo, finalmente nos complace darte una muy cálida bienvenida a Derry, un lugar donde vemos por el bienestar de cada uno de nuestros residentes y nos esforzamos por brindarles también la mayor seguridad posible, aunque con frecuencia resulte complicado. Un lugar donde la paz que puede apreciarse a simple vista se trata solamente de una pantalla que los mismos pueblerinos se han encargado de mantener, en un intento por aminorar el creciente temor que ha comenzado a esparcirse como hiedra venenosa entre las calles, pues el pasado que sin mucho problema decidieron olvidar ha vuelto para acecharlos nuevamente. ¡No olvides el toque de queda! Tal vez, si procuras regresar a casa sano y salvo antes del anochecer, tu nombre no acabe en la sección de personas desaparecidas del periódico local.
¡LUPE! A partir de este momento, cuentas con 24 HORAS como lapso límite para enviar la cuenta de tu personaje. De llegar a necesitar más tiempo, no dudes en pedírselo a la administración. Reiteramos una vez más lo agradecidas que estamos por el interés que le has dado al proyecto y esperamos que te diviertas durante tu estadía con nosotras.
INFORMACIÓN OOC
NOMBRE O SEUDÓNIMO: Lupe
EDAD: veinte
PAÍS/ZONA HORARIA: arg.
NIVEL DE ACTIVIDAD: seis/siete
¿TOLERAS CONTENIDO 18+? seh.
CONTRASEÑA: removida
INFORMACIÓN IC
NOMBRE COMPLETO: Vaughn Finn Dunn
EDAD: veintinueve años de edad
FECHA DE NACIMIENTO: cuatro de febrero
OCUPACIÓN: jardinero del cementerio local
FACECLAIM: boyd holbrook
PERSONALIDAD:
( + protector, observador y leal – taciturno, descarriado y cerrado emocionalmente )
DE TRES A CINCO PUNTOS RELEVANTES ACERCA DE SU VIDA:
i. Nueve medallas de honra, por el honor desplegado en campo de batalla cuando la balacera caía firme en terreno enemigo, crujiendo las vísceras hambrientas, con la mugre en las uñas largas. Pero el abuelo no limpiaba ni una de las reliquias de su pasado, dejaba que una gruesa capa de polvo grasiento vuelva ilegibles las letras grabadas en el oro, las maldecía porque ningún áurea joya pegada en el pecho sana las consecuencias de siete años arraigado a la guerra vietnamita. Su abuelo le aterraba, a él y al resto de los niños, alrededor de la casa Dunn, una de fachada blanca y hecha en madera carcomida por la plaga de termitas, bailoteaban los rumores de los delirios de un hombre que despertaba sudoroso en pesadillas y gritos al nombre de su nieto, quien con vaso de agua en mano buscaba disipar los fantasmas. No pasaba nada, ningún helicóptero pasaba cercano, ningún muerto a tus pies, los hombres no van a la guerra a matar, van a morir, si vuelven con vida no entienden, no saben de otra forma de vida que difiera de la del combate constante. Ni su padre ni su madre eran malas personas, sino seres ocupados, desgastados por horas y horas de trabajo por un sueldo que no reflejaba directamente los esfuerzos puestos, el dolor en la espalda y la falta de tranquilidad en el evento nocturno. Ambos eran empleados de una fábrica cercana a las fronteras de Derry, y dejaban al pequeño de hebras al cuidado del matrimonio anciano.
ii. Siempre firme, soldado. Por si no saben, hombres de verdad son aquellos que se ponen firmes, con el rostro casi de mármol y la firmeza por el deber de la obediencia. Pero nadie parece tomar en serio aquellos alaridos de comandante a las tempranas horas del alba, debe ser que la noche anterior sus amarillentos dientes y rotos labios no se habían abierto al consumo de la medicina del día. De rodillas raspadas y barro en la cara, una mano de arrugada dermis limpia con suavidad de miel la tierra del maxilar infante con un hilado de palabras que conoce de memoria desde prematura edad: Vaughn, quédate quieto. Pero no sabían que la culpa de aquella llegada desastrosa de sus prendas y apariencia estaba lejos de ser fruto de una tarde de travesuras y juegos, la infancia fue imán de las consecuencias de la actitud poco carismática, de la provocación al resto de los niños y las constantes peleas cuando algún chiste de mal gusto le llegaba al oído: no los soportaba. Se defendía como podía, pero siempre terminaba todo en dulces fugas. Leer a Kerouac y desear ferviente escapar de Derry, infierno pueblerino donde la carne joven era sinónimo de peligro. Recuerda bien esos tiempos de caos y temores, su abuelo decidió sacar esa gran escopeta de su escondite y enseñarle lo básico de un buen disparo.
iii. Flores, ella, verano. No parece tener deseo de acceder a un estudio universitario, falta de aptitudes que destaquen sobresalientes, ausencia de talento en los deportes y calificaciones medias, no es tan complejo aceptar el destino de ser un prototipo de pueblerino más. De su abuela aprende el gusto por la flora, la muerta o la viva, a la primera cómo salvarla y convertirla en fuertes verdosas gramíneas, a la viva sobre las luces, sobre la cantidad de agua a consumir, nombre de especies y semillas, corte de césped perfecto. El supuesto amor, separado porque la dueña de cabellera fuego es movida por la inminente posibilidad de conocer más que Derry. Le dijo que tenía miedo, que no era que no tenía capacidades o talentos o inteligencia, le sobraba el miedo, le dejaba pétreo y lo enterraba en una tumba de la monotonía, del hábito al tabaco barato. Y ella a los veinte no se iba a condenar a esa repetición de amaneceres y noches.
iv. El fallecimiento de sus abuelos es casi en las mismas fechas, dos entierros divididos por una brecha de pocos meses. Casi todos esos rostros que recordaba del instituto se habían largado, a las universidades, en cacería de sus sueños y aspiraciones. Los ahorros constantes de trabajos pasajeros vienen bien, se atreve al viaje, a conocer. Primero tierras americanas: la antología del motel, la ruta que nunca acaba y un firmamento cargado en astilladas estrellas, luciérnagas y un calor insoportable en las cercanías al desierto. Ampollas en los pies de tanto alquitrán consumido, dedo pulgar acostumbrado a levantarse cuando los motores rugían cercanos. Le preguntaban por el humilde equipaje: una mochila y una guitarra algo desafinada. Un cuaderno donde escribe cada relato, de cada estado. La aventura surca fronteras y llega al país vecino, desciende y llega hasta la punta del continente, el cambio de temperatura lo recibe sin abrigo y pocos billetes. Las favoritas experiencias y memoria de su vida cercana a la tercer década vienen en otra lengua, con comunicación a través de señas, con conteo de penas en lenguaje desorbitado, fuera del reglamento de la academia, dialecto mezclado. Cansado el forastero, el viajero, el gringo como le decía la enigmática morena al oído, encuentra reposo en las piernas de azúcar negro. Pero como todo fugitivo, como todo nómada cobarde, se va, en deleite de la filosofía del espiral de fotografías y momentos de temporalidad efímera.
v. Hallar trabajo no fue difícil, el apellido tiene la fama de servir para el labor de esfuerzo, de manos sucias y sudor en frente. El sosiego de la tierra de los caídos, maleza mala creciendo a la espera de arrancarse, plaga de insectos a aniquilar y pétalos coloridos que deben decorar el gris de las tumbas. Con esos habla, con los que no reciben visitas hace años, con esos buenos padres, amigos y novios, pero ni una sombra llorando encima. Datos curiosos son pocos, el manejo del idioma español sin dilemas, lento pero seguro. Un apartamento solitario, tiene de mascota un pez llamado Arthur, se promete afinar esa maldita guitarra hace meses, la existencia es agria, monótona, pero igualmente la escribe, la narra para no olvidar. Hace rato se da cuenta que no puede pasar mucho sin beber alguna copa de licor, brinda entre casonas y ataúdes a metros bajo tierra, la sed de ellos y de él nunca se van.
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No man is an island
Si hace un año me hubieras dicho que hoy ya no estarían aquí, no te hubiera creído. Y no, no murió nadie, solo se me perdió algo en el camino.
Usualmente no me importa, la existencia es un mar en que se navega con coraje, pero a veces, la vasta inmensidad te hace dudar. ¿A dónde voy? ¿Voy por el camino correcto? ¿Quién me creo, para vencer a esto que ha estado aquí por mucho más tiempo que yo?
Sabes que ese mar, en su vasto contemplar, guarda secretos, que pueden proveer de lo que necesitas pero también te pueden sumergir en un azul profundo y melancólico, donde no te espera nada en el fondo.
Pero no todo es malo, en este navegar hay islas, tierra firme que alivian el viaje, si ya te hartó la dirección en la que navegas. El tamaño de las islas puede ser engañoso, hay unas que aparentan poco pisar, pero si la marea baja, puedes apreciar un lugar para estar, hasta que decidas volver a navegar, porque quizá el viaje ha sido implacable, y necesitas sentir el abrazo de la tierra antes de continuar una vez más.
Hoy, se me han hundido dos islas, marcadas en mi mapa desde hace mucho, a las que podía acudir cuando el mar me arrastraba sin piedad. Una, tenía un clima mixto, al inicio era tropical, un calorcito romántico que conformaba un lugar muy dulce, pero a veces, cambiaba a un aire seco, que amenazaba el ambiente de la isla. Como resultado, el suelo comenzó a agrietarse, esas grietas servían como recordatorio de que la isla debía cuidarse de este clima no natural; con el tiempo me di cuenta de que por más que intent�� salvarla, las fracturas de su fundación eran parte de la naturaleza misma de la isla, por lo que decidí abandonar el otrora aire dulce, antes de que mis intentos por salvarla amenazaran mi integridad.
La segunda, poseía un clima templado, casi demasiado perfecto para un lugar que no corresponde al de nacimiento, con un aire rico, muy hermano. Esta isla llevaba más tiempo en mi mapa, sin embargo, un aire muy extraño comenzó a soplar en ese lugar, forastero y frío. Poco a poco comenzó a hundirse, a pesar de que yo me encontraba ahí, hasta que un día dejé de ver sus playas y dejé de sentir el aire rico que predominaba.
Ambos eran lugares de reposo, a los que regresaba después de luchar con la corriente. Aunque otras islas se han hundido en este año, ninguna como esas dos. Ahora, ambas descansan bajo el mar de mis recuerdos, ése en el que es muy peligroso navegar, pues vas contra corriente, y puede hacer que pierdas tu rumbo, o peor, la estrella guía, la esperanza de encontrar más islas en las cuales prosperar, donde puedes sentirte bienvenido y agradecido de vencer al gigantesco mar, porque valió la pena encontrar ese lugar.
No sé si pueda volver a ellas, quizá un día la corriente baje lo suficiente y me permita ver, aunque sea un poco, aquellas tierras donde fui feliz, y a pesar de que sé que nunca volverá a ser igual, puede ser que solo el mirarlas en el horizonte, me vuelva a hacer sentir bienvenido.
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