#tu me encontraste en la orilla
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Tu
me encontraste en la orilla
no has buscado
ni a sabios ni a ricos
tan solo quieres
que yo te siga
Senor!
Me has mirado en los ojos
sonriendo
has dicho mi nombre
En la arena
he dejado mi barca
junto a ti
buscare otro mar
#there's one song that every time i sing it I just burst into tears recently#tu me encontraste en la orilla#no has buscado ni a sabios ni a ricos#and that just makes me burst into tears recently#i don't know why#i've been completely unproductive for like a whole week#i'm so far behind on everything#i don't know if i'll ever catch up#i'm a senior in college btw#i have two freshmen assigned to me to be their mentor#i'm supposed to be providing an example of how to succeed#instead i'm failing harder than i have ever before#i have my navy initial counseling tomorrow#and i guess i'm going to tell him: hi i'm behind on everything i almost had a panic attack yesterday and i have no real plan for catching u#i have half a plan#maybe#i'm neither sabio nor rico#i'm losing my mind is what i am#i'm going to go to my school therapy on friday#because everytime i sing that song what my brain does is: you are not sabio and not rico and you don't deserve it
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CAPITULO 19 - SUSURROS BAJO LA LUNA
Después de un corto trayecto en auto, me encuentro caminando hacia la orilla de una playa encantadora. Las olas rompen suavemente sobre la arena oscura, mientras la luz de la luna creciente se refleja nítidamente en el agua ante mí. Al sentir la textura de la arena, me quito las sandalias y disfruto la sensación del frío entre los dedos de los pies.
Llego a un pequeño puerto donde Liam está de pie, mirando hacia el mar junto a un bote de remos. Me acerco y toco suavemente su hombro. Él se voltea rápidamente, sin aliento, y exclama emocionado:
|| ¡Viniste! || Avanza hacia mí y me abraza, presionando su cuerpo contra el mío. Como el hierro atraído por un imán, nuestros labios se encuentran en un beso apasionado. Por un instante me dejo llevar, pero luego recuerdo que estamos al aire libre y me separo rápidamente.
|| Liam... No es que odie besarte, pero ¿qué pasa si alguien nos ve? ¿No tendrás problemas con tu prometida? ¿No estarán vigilándote los fotógrafos? || pregunto preocupada. Él señala hacia la parte superior, donde claramente puedo ver a Sebastián, y luego acaricia suavemente mi mejilla.
|| No te preocupes por eso, mi amor. Madeleine no importa en absoluto porque no le debo explicaciones y, además, lo tengo todo bajo control... bueno, Sebastián lo tiene bajo control || se ríe entre dientes || Nadie sabe que estoy aquí… || Y nuevamente me besa, levantándome entre sus fuertes brazos. Sonrío entre sus besos y, luego de un momento, nos separamos.
|| Muy bien, Su Majestad... imagino que no me pediste que viniera aquí solo para besarme a la luz de la luna. Aunque no me importaría demasiado si así fuera || digo sonriendo.
|| A mí tampoco || me responde con una sonrisa, colocándome suavemente de nuevo en la arena || Pero quería conversar contigo. Hay algunas cosas en las que he estado pensando últimamente || añade, pero su expresión se vuelve seria, lo que me preocupa.
|| ¿Es algo malo? || pregunto con duda, acariciando su brazo y mirándolo a los ojos.
|| No, no es nada malo. Se trata de nuestro futuro, pero no quiero hablar de eso en esta playa. Hay un lugar cercano que quiero que conozcas. Solía ser el baño de los emperadores romanos. Es... || sonríe y hace un gesto hacia el bote antes de mirarme de arriba abajo, inhalando profundamente || Es... absolutamente impresionante. Solía ir allí cuando era niño, cuando mi familia venía a Italia en viajes diplomáticos. Ahí es donde podía escaparme del aburrimiento de las conversaciones políticas, pero eso era antes, cuando mi hermano iba a ser rey en lugar mío. ¿Quieres conocer este lugar conmigo? ||
|| Me encantaría, Liam. ¿Cómo podría decir que no a eso? || Rápidamente abrazo su costado y le doy un pequeño beso en el hombro.
|| ¡Qué bueno! Moría por mostrártelo || Liam entrelaza su brazo con el mío y me lleva hacia el bote.
|| ¿Y cómo encontraste este lugar? ||
|| Como príncipe, no era seguro para mí andar por lugares turísticos típicos. Entonces, Sebastián encontró este lugar... ||
|| Dime, ¿usas este lugar para cada cita romántica de medianoche? || Le doy un codazo en el hombro y ambos nos reímos.
|| Este lugar es mi secreto y nadie sabe de él... Aparte de Leo, Sebastián y yo. Ahora solo tú lo conoces || Le sonrío levemente y de repente nos detenemos frente al bote. Él extiende su mano || ¿Lista? || Asiento con la cabeza. Liam sube al bote sin esfuerzo mientras que yo deslizo mi mano en la suya y él tira de mí. Nuestras manos se encuentran juntas, es difícil mantenerlas separadas. Una vez que me encuentro sentada a salvo frente a él, Liam levanta los remos y comienza a remar.
|| Préstame uno, yo puedo ayudarte || exclamo mirándolo.
|| No, tranquila. No necesitas hacer esto, yo puedo hacerlo solo || Liam responde, pero me mira sorprendido. Parece que nunca ha recibido ayuda de una chica.
|| Se que puedes solo, pero quiero ayudarte. Para ser honesta, no quiero que se me conozca como alguien inútil que necesita ayuda constante o que siempre está en apuros. Creo que una chica puede remar en su propio bote si quiere. Aunque no puedo negar que tener la ayuda de un rey apuesto y sexy es un plus || Al decir estas palabras, Liam suelta una gran carcajada || Ahora sí, dejando a un lado todo, debemos trabajar en equipo. Así es como las cosas funcionan bien || Rápidamente me muevo y me siento junto a Liam, tomando uno de los remos. Liam me mira aún más asombrado || ¿Qué? || le pregunto, a lo que Liam solo sonríe ampliamente y suavemente deposita un dulce beso en mi mejilla.
|| Me encanta que seas tan natural y auténtica, amo eso de ti... || Susurra contra mis labios || Eres increíble, Riley. Nunca he conocido a alguien como tú. Cada vez que estás cerca, me haces sentir más vivo, más humano || Nuestros ojos se encuentran en un instante de pura conexión. En ese momento, el mundo parece desaparecer, dejando solo el sonido de las olas y el suave crujir de los remos en el agua. Sonrío, sintiendo cómo mi corazón late con fuerza.
|| Liam, estar contigo es lo más natural del mundo para mí. No necesito ser perfecta, solo necesito ser yo misma, y contigo, eso es suficiente || Liam me besa de nuevo, con una pasión y ternura que me hace olvidar todo lo demás. Al separarnos, cada uno toma un remo y, con movimientos suaves y sincronizados, comenzamos a impulsar el bote hacia un acantilado escarpado. El sonido rítmico de los remos cortando el agua acompaña nuestro avance. La luna llena ilumina el mar con su resplandor plateado, y las estrellas brillan intensamente en el cielo despejado. A medida que nos alejamos de la costa, la ciudad se convierte en un distante destello de luces, dándonos la sensación de estar completamente solos en el vasto océano. Mientras seguimos remando, la brisa marina trae consigo el aroma salado del mar y el susurro del agua contra el bote. De repente, me acuerdo de que él no ama los botes. || Espera un segundo... ¿No odiabas los barcos? ||
|| Pues realmente no los amo || responde Liam, con una sonrisa || Pero como es una noche tranquila y tengo una gran compañía, vale la pena arriesgarse. Además, esta gruta es un viaje que vale la pena ||
A medida que nos acercamos al acantilado, la entrada de la gruta comienza a hacerse visible, una abertura oscura que contrasta con la luz de la luna. El agua aquí es más tranquila, reflejando la piedra caliza que se eleva imponente sobre nosotros. Los sonidos de la noche se intensifican, con el susurro del viento y el eco de nuestras voces resonando en las paredes de la gruta.
|| Es absolutamente impresionante || digo en voz baja, maravillada por la majestuosidad del lugar.
|| Te lo dije || murmura Liam, con una mirada llena de cariño || Quería compartir este lugar contigo, donde puedo ser yo mismo y olvidar por un momento las responsabilidades de ser rey || Nos detenemos en el interior de la gruta, donde el agua es de un azul profundo y brillante. La luz de la luna entra por la abertura, creando reflejos mágicos en la superficie. Liam suelta los remos y se acerca a mí, rodeándome con sus brazos. || Gracias por venir conmigo || susurra, besándome suavemente || Este lugar es aún más especial ahora que estás aquí conmigo || Sonrío, sintiendo cómo mi corazón late con fuerza.
|| Liam, no hay lugar en el mundo en el que prefiera estar. Esto es perfecto ||
Nos quedamos allí, deleitándonos en la tranquilidad y la belleza de la gruta, conscientes de que este momento es solo para nosotros, alejados del bullicio del mundo. Ambos disfrutamos el silencio, sumergiéndonos en la paz del momento. Después de unos minutos, Liam rompe la quietud.
|| ¿Te gustaría nadar? || me pregunta con una sonrisa. Sin pensarlo dos veces, nos despojamos de la ropa y la dejamos en un estante de piedra. Liam se levanta con cuidado en el bote para no perturbar su equilibrio, revelando sus músculos tonificados. Me acerco lentamente y, con una mirada cómplice, empujo suavemente a Liam al agua || ¡Riley! || exclama Liam al emerger en la superficie.
|| ¿Sí, su Majestad? || respondo, riéndome a carcajadas. Liam se une a mi risa mientras sacude el agua de su cabello y me mira desde el bote. Se acerca más y apoya las manos en el borde.
|| ¿Te animas a venir? || me pregunta con una chispa traviesa en los ojos.
|| ¿Está muy fría? || dudo, levantándome y acercándome al borde del bote.
|| ¿Por qué no lo compruebas tú misma? || Responde Liam con un guiño antes de empujarme al agua con un movimiento rápido. Su risa resuena en la gruta mientras salgo a la superficie, el cabello mojado cubriéndome el rostro. Me sumerjo de nuevo, jugando a acomodar mi cabello antes de volver a salir.
|| Está bien, me lo merecía || admito, riendo junto a él, sintiendo la complicidad crecer entre nosotros en este momento especial.
|| "Ojo por ojo y diente por diente", señorita Brown. || Su risa llena la gruta, resonando con felicidad.
|| Pues si así lo dice el Rey, así debe ser. || Respondo con una sonrisa.
|| ¡Vamos, en guardia! || Liam exclama con una sonrisa y rápidamente me salpica con una cascada de agua sobre la cabeza.
|| ¡HEY! || Exclamo, pero antes de que pueda reaccionar, él está al otro lado de la cueva.
|| ¡Atrápame si puedes! || Me desafía mientras intento salpicarlo, pero se sumerge y desaparece de mi vista.
|| Bien, tú ganas, Rey Liam. Nunca te había visto tan juguetón. || Observo a mi alrededor sin obtener respuesta. Preocupada, comienzo a buscarlo por la cueva. Mi corazón empieza a latir más rápido mientras llamo su nombre en un susurro desesperado. La preocupación se convierte en ansiedad a medida que busco frenéticamente entre las sombras del agua || ¿Liam? ... ¿Liam? || Mis llamados no obtienen respuesta, aumentando mi preocupación. ¿Le habrá pasado algo? || ¡¿LIAM?! || Grito más fuerte mientras examino el agua, pero no logro encontrarlo. Aguanto la respiración y me sumerjo para buscarlo, pero no lo veo por ningún lado. Cada segundo que pasa sin respuesta me llena de un miedo creciente || Liam, ya basta, me estás empezando a asustar. || Mis palabras se pierden en la caverna. Justo cuando empiezo a sentir el pánico creciente, su voz llega desde la distancia, calmando mi ansiedad
|| ¡POR AQUÍ! || Su voz viene desde una parte oscura de la cueva. Lo veo limpiarse el agua de la cara mientras se dirige hacia una plataforma de rocas, haciendo señas para que lo siga.
|| ¡Cielos, Liam! || exclamé mientras nadaba tan rápido como pude, sintiendo un alivio inmediato || Me tenías preocupada ||
|| Lo lamento, pero mira, tengo algo que quiero mostrarte || dijo Liam mientras dejaba una concha sobre las rocas y la abría, revelando una perla brillante, hermosa y perfectamente redonda.
|| ¡Wow, es bellísima! Nunca había visto una dentro del caparazón. ¿Cómo la encontraste tan rápido? || pregunté asombrada.
|| Estuve aquí el año pasado con mi hermano y la encontré mientras buceábamos || explicó Liam || Me dijo que ganaría el corazón de cualquier mujer a la que se lo diera. Pero en ese momento, no había nadie en mi vida a quien quisiera conquistar. Así que la dejé aquí, escondiéndola en uno de los riscos. Pensé que, si estaba destinado a ser así, la encontraría de nuevo. Ahora que tengo a alguien a quien quiero dársela... quería ver si podía encontrarla... || Liam sonrió entre dientes || Y aquí estamos. Suena un poco tonto decirlo en voz alta, pero... me gustaría que la tuvieras ||
|| ¿Esta perla? ¿Estás seguro? ¿No quieres esperar a que todo se aclare? || pregunté, aún dudosa.
|| No, Riley. No deseo esperar. Estoy completamente seguro de que eres tú a quien quiero dársela. Tú eres la mujer que ha ganado mi corazón || afirmó Liam con confianza y seguridad.
|| Liam... es un honor || respondí mientras él deslizaba su dedo debajo de mi barbilla, inclinando su rostro para que lo mirara antes de colocar un suave beso en mis labios. Nos separamos después de unos minutos y él acomodó un mechón de mi cabello detrás de mi oreja.
|| Dicen que las perlas blancas simbolizan belleza, pureza y nuevos comienzos. Otras personas dicen que traen suerte y protección || Liam colocó la perla en la palma de mi mano mientras sus dedos permanecían cerca de los míos || Me gustaría creer que eso es cierto y pensar en que la usarás. Tal vez podrías convertirla en un anillo o en una pulsera. Sea como sea que la uses, se vería impresionante en ti ||
|| Liam... eres tan dulce || murmuré antes de intentar besarle de nuevo, pero un escalofrío recorrió mi espalda de repente.
|| ¿Tienes frío? Estás temblando || Liam me abrazó y sentí cómo su cuerpo me calentaba.
|| Creo que empezó a hacer un poco de frío aquí || respondí mientras lo abrazaba más cerca.
|| ¿Quieres que te lleve de regreso? || me preguntó.
|| No... todavía no || Lo miré, acurrucada en sus músculos, sin querer dejar nunca la calidez de su toque || Quiero quedarme un poco más ||
|| Honestamente, yo también quiero quedarme un poco más. Aún no estoy listo para dejarte || añadió apretándome más hacia su pecho || Quédate cerca de mí, Riley, así te mantendré caliente || Me acomodé en su regazo mientras él me rodeaba con sus brazos y suavemente frotaba mi espalda y piernas, devolviéndome el calor casi al instante. De repente, Liam soltó un gran suspiro.
|| Liam, ¿qué sucede? Sé que algo te pasa, dime qué es... || Le pregunto separándome un poco de el y mirándolo.
|| Sí... Hay algo de lo que quería hablar contigo... || Bajó la cabeza mirando hacia el agua || Pero antes, tengo algo que deseo preguntarte. Francamente, he estado evitando hacerte esta pregunta, pero necesito conocer la respuesta... || Pensó unos segundos hasta que finalmente la formuló || Riley, tú... ¿Sientes algo por Drake? ||
De repente, sentí que mi sangre se helaba. Atónita, lo miré fijamente. Esta pregunta no era la que esperaba. Me quedé unos segundos en silencio, buscando las palabras correctas para responder.
|| Liam... Yo... || Antes de que pudiera responderle, Liam me cortó.
|| Te hago esta pregunta porque he notado cómo Drake te mira, cómo te cuida. Lo conozco desde hace años y nunca lo había visto así con ninguna mujer. Ha tenido sus aventuras, sus romances pasajeros... Pero nunca se ha preocupado por alguien como lo hace contigo. No puedo mentirte, pero no me gusta la forma en que él te mira, porque esa mirada es exactamente la misma que yo uso cada vez que pongo mis ojos en ti. Estoy seguro de que Drake está enamorado de ti, aunque no me lo haya dicho, pero lo sé || dijo con firmeza. Lentamente, lo miré, sintiendo un nudo en la garganta.
|| Es verdad || le confirmé || Él me confesó sus sentimientos hace meses ||
|| ¿Te los confesó? || preguntó con un deje de duda || ¿Y tú qué le respondiste? || agregó con un toque de rabia y celos. || ¡Te das cuenta de que no me equivoqué! Ahora necesito saber si tú correspondes a esos sentimientos ||
|| Liam, he rechazado sus avances muchas veces porque estoy completamente enamorada de ti, eso es una verdad inamovible para mí... Pero... || Guardé silencio, dejando que mis pensamientos se aclararan antes de hablar. || En estos últimos tiempos, he empezado a sentir algo por él. Drake ha estado ahí para mí cuando tú no has podido. No estoy segura si es amor, amistad o qué, porque ni yo misma estoy segura... Y decirte esto ahora me hace sentir terrible… Lo lamento tanto pero no quiero mentirte || Mis palabras se quedaron suspendidas en el aire, cargadas de una verdad incómoda que finalmente había dicho en voz alta. Bajé la mirada, sintiendo el peso de la vergüenza por haber confesado que mis sentimientos estaban divididos entre ellos dos. Este momento era más difícil de lo que imaginé. Liam suavemente tocó mi barbilla, levantando mi rostro, y en sus ojos, vi una mezcla de dolor y resignación.
|| Sé que Drake ha estado ahí para ti cuando yo no pude estarlo. Fui yo mismo quien le pidió que no se alejara de ti y que estuviera pendiente, así que lo entiendo. Sin embargo, siento una gran impotencia e incomodidad al verlos juntos, intentando resolver este lío mientras yo no puedo hacer nada. Saber que disfruta de tu compañía cuando a mí solo me queda Madeleine me causa molestia, frustración y, lamentablemente, celos que me consumen. Cuando Rashad se acercó a ti, los celos me dominaron y perdí la compostura. Aunque sabía que tú no sentías nada por él, ahora saber que Drake está enamorado de ti, que sus sentimientos son reales y que tal vez tú puedas corresponderle, me llena de desesperación y angustia. Aprecio y quiero mucho a Drake, es como un hermano para mí, pero no estoy seguro de estar dispuesto a compartirte, Riley. Como te dije la última vez que estuvimos juntos, eres solo mía y no quiero que nadie más te tenga || Me lo dijo sinceramente y me costó mucho mantener su mirada, así que bajé los ojos de nuevo.
|| Liam, lo siento. Nunca fue mi intención lastimarte... Yo... || Mis palabras se atascaron en la garganta. Liam intervino rápidamente.
|| No es tu culpa, Riley. No te culpo. Y tampoco culpo a Drake || dijo Liam, levantando mi barbilla con delicadeza para que nuestros ojos se encontraran de nuevo || Nuestros corazones pueden ser indomables a veces. Aunque agradezco lo que Drake ha hecho por ambos, no puedo evitar sentir envidia de su cercanía creciente contigo. Él puede estar contigo siempre que quiera, a diferencia de mí. Cada vez que los veo juntos, solo puedo desear estar yo en su lugar, a tu lado. Cuando pasó lo de Tariq, debería haber sido yo quien le diera un puñetazo esa noche. Debería ser yo quien te sostenga de la mano mientras enfrentamos esta conspiración en tu contra. Pero no puedo hacerlo, estoy atado y no tengo derecho a reclamar nada. A veces siento que no tengo derecho alguno para decirte algo... || Liam bajó la mirada, visiblemente angustiado. Rápidamente, tomé su rostro y levanté su barbilla para que me mirara.
|| Liam, mi prioridad principal eres tú y lo que menos quiero es causarte dolor || respondí, y rápidamente él levantó los ojos para mirarme con atención || Drake es un gran hombre, que solo busca tu bien, nuestro bien... Y, obviamente, también se siente incómodo por estos sentimientos hacia mí, pero jamás te traicionaría... Y yo tampoco lo haría. Te prometo que estoy haciendo todo lo que está a mi alcance para limpiar mi nombre y liberarte de este compromiso... ||
|| Riley, no quiero que te sientas mal ni que pienses que dudo de ti. Admito que es una locura de mi parte comportarme de esta manera, pero aunque sea un rey, sigo siendo un hombre después de todo. Y, lamentablemente, estoy propenso a los celos, especialmente cuando se trata de ti. A veces, mi mal juicio y los celos me ciegan, y para ser sincero, me asustan. Pensar en la posibilidad de perderte con Drake me llena de temor. Pero tienes razón, Drake es un buen tipo, y después de todo lo que ha hecho por ti, no es difícil imaginar que puedas llegar a sentir algo por él || Hizo una pausa, su voz cargada de sinceridad y vulnerabilidad || Tener que fingir estar en un compromiso que no deseo mientras tú luchas por limpiar tu nombre y buscar pistas sobre quién te hizo daño... Me ha hecho pensar mucho últimamente. Pensar en una forma de cambiar todo esto… ||
|| ¿A qué te refieres? || pregunté confundida. Liam me miró fijamente y comenzó a acariciar mi rostro con sus manos.
|| Riley Brown, he estado reflexionando sobre nosotros, nuestro futuro. No puedo continuar así, comprometido con un destino que no deseo mientras tú sufres. Quiero encontrar la manera de estar contigo sin que nada nos separe. Estoy tan enamorado de ti que me niego a perderte; deseo tenerte a mi lado siempre. Necesito que comprendas que estoy dispuesto a enfrentar cualquier obstáculo, a sacrificar lo necesario, para estar junto a ti. Por eso he decidido que debo abdicar al trono ||
|| ¿QUÉ? || exclamé, llena de preocupación, mis ojos se abrieron de par en par || Liam, ¡no! || Exclamé y comencé a negar con la cabeza, sorprendida por lo que Liam acababa de confesarme || Esa no es la única manera, Liam, y lo sabes || le dije mientras Liam suspiraba profundamente.
|| Puede que suene radical... Pero vivir así no es justo ni para ti ni para mí. Nunca antes me he sentido tan impotente. Cuando mi hermano abdicó, acepté y me resigné a casarme por el bien de la corona y de Cordonia. Jamás imaginé que tendría la oportunidad de casarme por amor. Pero entonces te conocí, y todo cambió. Ahora no puedo imaginar mi vida sin ti, Riley. No quiero un matrimonio sin amor. Te deseo y quiero pasar el resto de mi vida contigo. No puedo dejar de pensar en cómo sería nuestra vida sin la carga de la corona. Podríamos escapar juntos y construir la vida que soñamos. Podríamos ir a Nueva York o quedarnos aquí en Cordonia, o explorar algún lugar nuevo para ambos. Solo quiero empezar nuestra vida juntos, sin más ataduras. Si huir contigo es la única forma de estar juntos, lo haré || Liam extendió su mano y comenzó a acariciar mi mejilla con ternura || Haría cualquier cosa por ti, Riley. Eres lo más importante para mí ||
De repente, no puedo evitar imaginar la vida que podríamos tener sin la corona. Imagino escapar juntos, alejados de todo este drama y de las responsabilidades que conlleva el título. Sería liberador, vivir sin el peso de las expectativas y las obligaciones reales. Pero rápidamente suelto un gran suspiro, consciente de que esa fantasía es demasiado buena para ser verdad.
|| Liam... todo suena increíble, te lo juro... pero no puedes abdicar. Además, yo nunca podría pedirte que hagas eso ||
|| Sé que no me lo estás pidiendo... Yo te lo estoy ofreciendo || me responde con certeza.
|| Liam, no estarías completo si abandonaras el trono. No serías tú. En lo más profundo de tu corazón lo sabes. Y sinceramente, no me sentiría bien sabiendo que renunciaste a todo por mí. Sería un sacrificio demasiado grande para ambos ||
|| Tal vez tengas razón, pero... ¿Y si las cosas nunca mejoran? ¿Y si no logro romper el compromiso? No quiero casarme con Madeleine y seguir robando momentos contigo a escondidas. No porque no quiera, sino porque no sería justo para ti. Jamás te haría eso... nunca te relegaría a un segundo plano de esa manera || De repente, guarda silencio, deliberando cuidadosamente sus palabras mientras me mira fijamente || Dime algo, ¿te gustaría estar conmigo bajo un acuerdo Cordoniano si nada se solucionara? ||
Su pregunta me toma por sorpresa. ¿Ser como una amante? Niego rápidamente con la cabeza, llena de frustración.
|| ¿En un acuerdo Cordoniano, Liam? No creo que eso sea posible. Es diferente mientras todavía haya una oportunidad para nosotros, pero si te casas con ella... No podría seguir adelante con eso. Sería como engañar. Sería oficialmente tu amante, Liam || exclamo, aunque me duela aceptarlo. Si él se casa con Madeleine, sería el fin entre nosotros. No quiero ser solo su amante.
|| No veas las cosas así, Riley. Entiendo tu postura. Si no lo aceptas, sería demasiado pedirte || suspira Liam || No puedo negar que tengo la esperanza de que reconsideres todo, pero si mantienes tu decisión, respetaré lo que elijas. Creo que mereces algo mejor... Y desafortunadamente, Drake o cualquier otro podría tener una oportunidad contigo, mientras que yo no podría hacer nada || Liam baja la cabeza, demostrando resignación. Tomo su rostro entre mis manos para levantarlo, acariciando sus mejillas.
|| Liam, no pensemos en eso ahora. Aún tenemos tiempo, aún hay una oportunidad. Debemos encontrar a los culpables para que puedas liberarte de tu compromiso. Es solo cuestión de tiempo. Eso es todo lo que podemos hacer en este momento || Sus ojos brillan mientras toma mis manos entre las suyas y me besa las manos.
|| Riley, tienes razón. Necesitamos descubrir quiénes son nuestros enemigos. Hasta entonces, debemos disfrutar de nuestro tiempo juntos || Exclama Liam mientras sus ojos estudian los míos y luego recorren mi cuerpo, que todavía brilla por el agua de la gruta. Sin parpadear, mis labios encuentran los suyos en un beso tierno y anhelante. Me abraza con fuerza contra su pecho desnudo, profundizando el contacto en un abrazo ferviente. Con cuidado, me levanta y me coloca sobre él mientras nos recostamos de nuevo sobre las rocas.
|| Liam... || Lo miro fijamente a los ojos || ¿Aquí? ||
|| Claro... ¿por qué no? || Lanza besos en mi cuello, descendiendo lentamente hasta mi pecho y me estremezco de placer. Susurro sin aliento su nombre en su oído, dejando escapar un gemido. Sus manos recorren mi espalda mientras paso mis dedos por su cabello húmedo. Gruñe en mi oído y besa diferentes puntos en mi cuello antes de llegar a mis labios. Me cautiva con un beso intenso hasta que finalmente se aparta, ambos respirando con dificultad || Cuánto te amo Riley ||
|| Yo también te amo demasiado || respondo. Él me lanza sobre la roca con un movimiento rápido y fluido, quedando bajo su mando.
|| Siempre tengo más para darte || me dice mientras mis manos se deslizan por su pecho. Se eleva sobre mí, sus brazos capturando mis costados. Me atrae más cerca y posa sus labios sobre los míos, su beso profundizándose intensamente.
Ambos nos perdemos el uno en el otro sobre las rocas, mientras jadeos, gemidos y más afectos susurrados llenan la cueva iluminada por la luz de la luna. El resto de la noche se desvaneció en una amalgama de sensaciones indescriptibles, dejando en nuestra piel la huella ardiente del deseo compartido.
@tessa-liam, @kingliam2019, @choicesficwriterscreations
If anyone else wants to be tagged, just let me know. I hope you enjoy this wonderful love adventure.
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¡Hola! Amo tu cuenta, así que quería darte este pedido, tomate tu tiempo. ¡Me preguntaba si podrías Acer una reacción de Ariel(versión masculina) Aurora (versión masculina) Bella(Versión masculina) pocahontas (versión masculina) y Elsa (versión masculina) cuando vean que su novia está triste y llorando?, porfavol!
¡Me encanta! Espero que te guste 🥰
Chicos Disney Male x Fem ____
Escenario: ¿Cómo actúan cuando ven a su novia llorando?
Personajes:
Male Ariel
Male Aurora
Male Bella
Male Pocahontas
Male Elsa
Male Ariel:
Conociste a Ariel cuando lo encontraste en la playa, no tenía voz y lo llevaste al castillo, te había visto en la fiesta de tu hermano Eric y desde entonces no pudo dejar de pensar en ti.
Pasaron muchas cosas desde que se conocieron hasta que se hicieron finalmente novios, descubriste que era un tritón y que una bruja le dio piernas, que era un príncipe, ect... Finalmente su padre vio el amor que se tenían en el enfrentamiento contra Ursula cuando se protegieron el uno al otro.
Tritón le dio piernas y le dejó vivir contigo en la superficie siempre y cuando lo visite, pero no todo era tan hermoso...
A menudo el rey y ya reina, tus padres, te presionan demasiado con ser la princesa perfecta y esto te lleva a finalmente romper en llanto.
Cuando Ariel te vio corriendo por el pasillo hacia tu habitación se preocupó demasiado, ni siquiera lo habías saludado.
Tocó la puerta pero como no respondiste entró y te vio recostada en la cama.
— Cariño... ¿Estás bien?
— Sí, no te preocupes... estoy bien...
Claramente esa respuesta no fue suficiente, estuvo preguntándote por casi 20 minutos hasta que finalmente llegaste al limite y le dijiste todo mientras llorabas en su hombro.
Te abrazó con fuerza mientras te escuchaba, pero como no le gusta verte llorar te tomó de las manos y le obligó a levantarte de la cama.
En ese momento salieron a escondidas del castillo y te llevó al muelle, así como él sentía fascinación por el mundo humano tu la sentías por el mar.
Se las arregló para conseguir un barco y te llevo mar a dentro, ya era tarde así que cuando el sol de escondió ambos se sentaron a ver las estrellas.
No se quedaría quieto hasta saber si algo te afecta y estará dispuesto a hacer cualquier locura para hacer sentir mejor a su amada novia.
Intentaría distraerte de tu tristeza y trataría de alegrarte con las cosas que te gustan y te hacen feliz.
— Te quiero ver feliz siempre, mi amada princesa...
Male Aurora (Rosa):
Vivías en el pueblo pero amabas ir al bosque por fresas, te pasabas horas por las orillas del bosque y esto te trajo problemas con la gente del pueblo, pensaron que andabas en malos pasos y que eras una bruja.
La forma en la que se conocieron fue extraña, un día un búho te quitó tu canasta y corriste detrás de él, terminaste chocando con un joven, el cual más tarde supiste que se llamaba Rosa, que perseguía a un par de conejos que tenían sus zapatos.
Inmediatamente sintieron una conexión y al poco tiempo se hicieron novios en secreto.
Él te amaba mucho, y cuando te encontró escondida entre los árboles llorando se le partió el corazón.
— ¿Mi flor? ¿Qué pasa? -Diste un salto del susto, este chico podía ser muy sigiloso cuando quería-
— N-nada... Estoy... estoy... -No aguantaste y volviste a llorar cubriendo tu rostro-
— Mi vida... -Fue hacia ti y te sostuvo entre sus brazos-
Él no había interactuado con mucha gente antes, pero recordó lo que sus madrinas hacían cuando él estaba triste.
Te abrazo contra su pecho y comenzó a cantar una canción de cuna para ti mientras te daba caricias en el cabello.
Esto hizo que te calmes muy rápido y aprovecho el momento para saber exactamente que paso contigo.
Unas personas del pueblo te habían insultado en medio de la plaza y saliste corriendo.
Inmediatamente te hizo saber que estaban equivocados, se dejó llevar y hablo sobre lo hermosa que eras pero se detuvo cuando vio que tu rostro se ponía rojo y el de él también lo hizo.
— Jamás olvides lo que yo ya sé... Que eres la persona más hermosa y buena del mundo...
Male Bella:
Eras nueva en el pueblo, te había fascinado el lugar desde el principio y mucho más cuando conociste a cierto chico en la librería, ambos compartieron el amor por los libros e historias de fantasía.
Pasaron dos meses cuando finalmente se hicieron novios, él te presentó a su padre que estaba encantado contigo, te enseñaba sus inventos y tu le ayudabas a veces.
Para tu fortuna (o desgracia) en el tiempo que llegaste Gaston estaba de cacería y nadie te advirtió sobre él.
Cuando te vio comenzó a coquetear contigo haciendote sentir incómoda, cuando intentó besarte (a la fuerza por cierto) entraste en pánico.
Pero como en toda buena historia el héroe siempre salva el día, Bell vio lo que pasaba y no dudo en golpear a Gaston.
No es mucho de resolver las cosas con violencia pero ya había tenido roces con el cazador idiota y nadie podía tocar a su novia.
— Princesa, ¿te encuentras bien?
Negaste y comenzaste a llorar, habías tenido mucho miedo en ese momento y estabas triste al no poder defenderte sola.
Te cargo en sus brazos y te llevo a su casa para calmarte, trato de todo pero lo único que funcionó fue leerte tu historia favorita.
Luego de que te calmaras por completo se dio la vuelta para mirarte.
— No te preocupes por ese tonto... Yo seré tu caballero de brillante armadura y te salvaré las veces que sean necesarias...
Male Pocahontas:
Pocahontas y tu se conocían desde niños, eran buenos amigos y era inevitable que gustaran el uno del otro.
A menudo se quedaban viendo al otro sin saberlo y cuando tuvieron edad se hicieron pareja oficialmente.
Todo era muy lindo hasta la llegada de los invasores, no les bastó con llegar y excavar la tierra, sino que habían talado muchos árboles haciendo que algunos animales perdieran sus hogares.
Esto te daba mucha tristeza, ¿cómo pueden tener tan poco respeto por la naturaleza?
Estabas mal así que decidiste alejarte un poco del pueblo, pero como nunca lo hacías tu novio se preocupo y te siguió.
— Hermosa, estas lejos de la aldea, ¿que suce-? -Dejó de hablar cuando vio tu rostro lleno de lágrimas-
No era tonto, sabia lo que te pasaba y no iba a dejarte sola.
Te tranquilizo diciendo que la naturaleza tomaría nuevamente su lugar y que esos invasores se irían pronto.
Te abrazo mientras te guiaba nuevamente a la aldea y cuando llegaron a tu casa comenzó a peinar tu cabello, otra forma de tranquilizarte era esa, acariciar tu cabello mientras le hacia algunas trenzas.
Siempre le gusto hacer eso, desde niño buscaba algun lindo accesorio para poner en tu cabello y a ti te fascinaba.
— No debes preocuparte, los espíritus siempre saben que hacer y tarde o temprano la naturaleza tomará lo que es suyo, solo debes ser paciente. -Después de decir eso movió tu cabello hacia un lado y dejo un beso en tu hombro-
Male Elsa:
Ambos se conocieron en una fiesta que organizo su hermano luego de que todo el asunto con sus poderes se solucionaran.
Su hermano lo empujó a bailar contigo y ambos lo hicieron, aunque muy nerviosos.
Eras una princesa de otro reino pero tenías dos hermanos que ocupaban el trono antes que tú, así que cuando se hicieron novios te ofreció vivir con él en su palacio.
Los días eran divertidos y te llevabas bien con su hermano, pero a menudo extrañabas tu hogar y a tu familia, se escribían pero con toda la responsabilidad que tenían tus hermanos preferias no molestarlos.
Els te encontró en uno de los pasillos mirando por la ventana, se acercó pero cuando te escuchó llorar se puso tenso.
Era nuevo en esto de las emociones de los demás, así que no sabía que hacer con exactitud.
— Ah... Yo... -Se aclaró la garganta y te acercó a él- ¿Qué puedo... hacer para hacerte sentir mejor?
Estaba algo nervioso así que trato de hacerte figuras de hielo para divertirte, cuando eso no resultó tomó tus mejillas y te miró a los ojos.
Lo miraste mientras limpiaba tus lágrimas, le dijiste lo que te ponía triste y entendió perfectamente, arregló un viaje para que volvieras a tu hogar y vieras a tus hermanos.
Fue contigo esa vez y conoció a sus cuñados, todos se llevaron bien y ahora estabas feliz, eso le alegraba el corazón.
Debes tenerle paciencia, a penas aprendió a controlar sus emociones y no sabe con exactitud cómo ayudar con las de los demás, pero ten seguro que hará lo que sea para verte sonreír de nuevo.
— Esa es la sonrisa que siempre quiero ver en mi princesa...
(Las imágenes no son mías, créditos a su autor)
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... Y fue un fuerte vendaval.
No me convencen ninguna de las teorías que tejo sobre qué hay del otro lado. ¿Hay algo acaso? Busco, rebusco, pero nada parece dejarme conforme. ¿Te encontraste con los tíos? ¿Con los abuelos?
Por acá, sin embargo, tengo un registro impoluto de todo. Un fuerte dolor, un departamento a medio desarmar y un sentimiento de vacío que amenaza con escindirme en mil pedazos. Junto a eso tus perfumes, tus camisas, tus paquetes de gomitas. La tele que se enciende en volumen par. Tus palabras flotando en el aire.
Fuiste lo más real y auténtico que conocí en esta vida. Gracias por dejarme como legado absoluto la capacidad de amar incondicionalmente, la integridad incorruptible y esta fragilidad que se me escapa por debajo del disfraz de mujer valiente. Gracias por las sorpresas, los muñecos de las maquinitas de peluches, los juegos de mesa, los álbumes de figuritas. Gracias por prestarme tus piernas para que me suba a ellas y juegue a barrenar en la orilla de las playas de Mar del Plata. Gracias por Maradona.
Se que siempre voy a encontrarte en Tucumán, en los caballos, en Boquita. En un tango. En el café de siempre.
Gracias por dejarme mucho, mucho más de lo que se me fue con vos. Espero haber estado a la altura de todo lo que soñaste e imaginaste para nosotras.
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Carta a mi yo del pasado
Mis palabras siempre encuentran la forma de llegar a ti, pero cuando les otorgo tu rostro se desvanecen cual espuma. No te preocupes, nos desharemos con ellas hasta llegar a la aurora.
Las ruinas de Chris se volvieron habitables. Construimos los latidos que nos ayudan a seguir. Con cada ladrillo encontramos la fuerza de vivir aquí.
Un navegante que se encomienda a las estrellas, eso es lo que siempre hemos sido. Restos de ellas, la materialización del cosmos, la humanización del infinito.
Comenzamos a leer sobre héroes sin saber que éramos tan valientes y perseverantes como ellxs. Tal vez en eso se encuentra la magia (la nuestra). A capa y espada me defendiste de los horrores.
Un rostro y una voz tan lejanos que se han perdido… ¿alguna vez te reconociste en el espejo? Independientemente de tu respuesta, tus laditos son mi fuerza, así que siempre te encontrarás entre los susurros que nos regala el viento, donde puedes, por primera vez, descubrir la libertad.
¿Qué es eso que se esconde tras tus ojos? El negro del abismo es más claro que tus pupilas. ¿Cuándo volverá tu brillo? No recuerdo la respuesta, pero sé que tú la encontraste en las estrellas… ¿acaso les pediste prestada su luz? Inteligente como sólo tú, capturaste la efimeridad.
Hay cargas que aún necesitamos soltar para aprender a nadar, pero llegaste a la orilla con nada más que amor. Gracias por nacer, ahora puedes descansar.
Siempre con amor, Frey.
20/06/24
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RADLN 86
Capítulo 86 Yan Xie: "Tu cuñada está cocinando hoy..." Oficina Municipal de Jianning. “Ella dijo 'la policía no puede atraparme ' y luego saltó. Intenté impedir que se suicidara, así que salté y la agarré del brazo. ¿Quién hubiera imaginado que en su lugar intentaría arrastrarme al río? ¿Cómo podría dejarme arrastrar por una niña como ella? Al ver que cayó al río, solo pude seguirla y saltar al agua para llevar a cabo el rescate…” Varios expertos del departamento provincial estaban sentados detrás de una mesa larga, cada uno con papel, un bolígrafo y una taza de té frente a ellos. Sus rostros con diferentes expresiones estaban confusos en el humo del incienso. "¿Rescate?" Wei Yao, la persona directamente a cargo, se sentó en medio de la larga mesa, frente a Yan Xie, y dijo fríamente: "Desde el momento en que el sospechoso cayó al agua hasta la llegada del personal de búsqueda, estuviste fuera del alcance de más de una hora. ¿Cuánto tiempo lleva el rescate?” En la silla en el centro de la habitación, Yan Xie vestía una camisa azul claro que rara vez se usaba; su uniforme de policía completo estaba tan impecable como nuevo con la estrella de cuatro puntas del inspector de policía de tercer nivel en su hombro, y en su cinturón, el sello de acero de la placa de policía era claramente visible. En marcado contraste, llevaba varios días sin afeitarse la cara. Aunque estaba sentado erguido, su expresión obviamente no era tan respetuosa y seria e incluso un poco indiferente. “Lo he dicho muchas veces, Jefe Wei, realmente tomó mucho tiempo. ¿Sabes qué tan rápido es el río Sanli? Incluso las personas que están acostumbradas a nadar pueden no atreverse a ir. Sumado a la compleja situación de la corriente subterránea, los giros y vueltas del terreno del río, la falta de cooperación de los rescatados y la temperatura del agua demasiado baja por la noche, ¿realmente crees que podría nadar de un lado a otro? ¿En el río durante cincuenta metros y luego desembarcar fácilmente?” El subjefe Wei golpeó la taza de té: "Tú, pequeño ..." Experto provincial: "¡Tos!" "Palo de golf." Wei Yao terminó gentil y amigablemente sus últimas palabras, apretó los dientes y dijo: “Entonces, ¿por qué no te reportaste al centro de comando inmediatamente cuando encontraste a Bu Wei en la orilla del río? ¿Por qué no solicitar primero el soporte a través del walkie-talkie antes de saltar al río?” “¡Realmente llegué demasiado tarde, líder!” Yan Xie dijo con sinceridad en su rostro: “Bu Wei estaba muy emocionada cuando la descubrieron, así que solo pude estabilizarla lo antes posible. Si me hubiera reportado al centro de comando, tal vez ella ni siquiera habría confesado el caso y habría saltado de inmediato. Después de eso, la vi saltar al río y rápidamente me quité los pantalones y los zapatos para entrar al agua a rescatarla. Realmente no tuve tiempo de volver al auto a buscar el walkie-talkie… Al final, fue mi culpa. Fui demasiado descuidado y entré en pánico. Estoy dispuesto a aceptar la educación y el castigo del sistema”. El subjefe Wei dijo enojado: “¡De qué sirve educarte ahora! ¡Ya se ha dicho antes que una persona no puede manejar el caso sola! Cuente usted mismo cuántas regulaciones ha violado en este caso, ¿todavía puede recibir educación?” Otro experto provincial dijo: “Hola, Lao Wei, no te enojes tanto. Las regulaciones son correctas, pero todos sabemos que la situación en el manejo de casos de primera línea es en realidad…” Yan Xie se reclinó en su silla de manera relajada y rápida y secretamente le hizo una mueca al subjefe Wei cuando varios expertos provinciales miraban hacia abajo o hacia otra parte. "¡Tú!" El subjefe Wei quedó atónito ante este pequeño bastardo atrevido. “Lo sé, lo sé”, Yan Xie inmediatamente hizo lo mismo: “Violé la disciplina y las reglas. Estoy dispuesto a aceptar todas las investigaciones y castigos”. Wei Yao respiró hondo y continuó desempeñando el papel del estricto superior cuando de repente se abrió la puerta y entraron el Jefe Lu, que llevaba una gran taza de té de baya de goji, y otro viejo líder de cabello gris. "Liu Ting está aquí", varios expertos del departamento provincial se pusieron de pie solemnemente: "¡Liu Ting!" "¡Oye, Liu Ting!..." Si todavía hubiera alguien que estuviera murmurando en sus corazones en este momento, ya estaría realmente convencido: no es de extrañar que el anciano de apellido Wei de la Oficina Municipal de Jianning tuviera fuertes truenos pero poca lluvia . Ya hicieron tres indagaciones en varios turnos, pero no se mencionó ni media palabra de castigo. Era bueno poder nacer como el único hijo de la familia más rica, que podía violar cualquier disciplina e invitar al comité provincial del partido Liu Ting en persona... “Todos ustedes pueden regresar ahora. Los hermanos deberíamos ir a beber juntos algún otro día”. El jefe Lu sonrió y envió a los expertos a salir por la puerta. Luego le indicó al subjefe Wei que los despidiera con la mirada y luego cerró la puerta. Con un clic, solo Yan Xie, Liu Ting y él mismo quedaron en la pequeña sala de conferencias. "Hablemos." El jefe Lu se volvió lentamente y dijo: “Tu padre le dijo a Liu Ting que has estado escribiendo una autocrítica de diez mil caracteres en casa durante los últimos dos días. Fuiste muy concienzudo y meticuloso y lo leíste y recitaste muchas veces hasta que lo recordaste. Vamos, escuchémoslo”. Yan Xie no se atrevió a recostarse perezosamente en la silla y se levantó rápidamente: “Liu Ting, jefe Lu, lo siento mucho. Ignoré la disciplina y las regulaciones del sistema cuando estaba manejando el caso. Mi manejo inadecuado en el momento crítico reflejó mi falta de estudio adecuado de la disciplina en tiempos normales…” "Está bien, está bien, ya es suficiente". Liu Ting sonrió irónicamente y agitó la mano para detenerlo: “Xiao Yan, eres joven, pero también eres un policía criminal que ha manejado casos durante más de diez años. ¿Cómo cometiste un error tan básico?” Yan Xie sonrió disculpándose. “Afortunadamente, este caso no ha sido anunciado al público y Bu Wei no tiene familiares. En caso contrario, un menor de edad participando en el secuestro y lanzándose al río por miedo al castigo; sin un historial de aplicación de la ley, sería muy difícil controlar la opinión pública sobre este asunto. Si nos hubiéramos encontrado con una situación más difícil como el punto en el que el sospechoso criminal era una niña menor de edad y Yan Xie también era un oficial de policía soltero que fue solo a la escena del crimen, eso llevaría a – oye”, Liu Ting se volvió hacia El jefe Lu, moviendo dos veces el dedo en el aire con mucho énfasis: "Eso habría causado un alboroto". El Jefe Lu inmediatamente señaló a Yan Xie sin ceremonias por un tiempo: Liu Ting no era bueno regañando a Yan Xie directamente, por lo que solo podía hacerlo a través del Jefe Lu, y los tres formaron una relación perfecta de piedra, papel y tijera. "Afortunadamente, tenemos una cadena completa de pruebas". El jefe Lu dijo: “Fan Wu y sus cómplices explicaron dos hechos criminales: uno fue que Wang Xingye lo contrató para matar a la víctima Li Yuxin. En segundo lugar, bajo la persecución de la policía, estaba desesperado y, sabiendo que su hermano mayor, Fan Zhengyuan, había escondido 250.000 dólares en efectivo pagados por el empleador en su casa, se arriesgó y regresó para robarlos, solo para ser atrapado por Yan. Xie y los demás. Además, las huellas dactilares de Bu Wei fueron extraídas de la bolsa de dinero en efectivo de la casa de Fan Zhengyuan, y la identificación de la escritura también coincidió completamente, lo que confirma la confesión de Fan Wu de que Fan Zhengyuan fue contratado para matar…” "El viejo Lu maneja todo muy a fondo" Liu Ting asintió mientras escuchaba y elogió: "Incluso si este archivo se envía a la fiscalía, no podrán decir nada". El jefe Lu agitó las manos una y otra vez. "Pero hay una cosa que no entiendo", Liu Ting frunció el ceño, "Dijiste que la niña le dio 250.000 yuanes a Fan Zhengyuan, ¿a quién estaba tratando de asesinar?" Yan Xie de repente levantó los ojos. Efectivamente, el Jefe Lu también asintió solemnemente: “Es difícil de decir. Entre la serie de crímenes de Fan Zhengyuan que conocemos bien, uno fue atacar a Yan Xie con un arma. Luego alguien lo estranguló hasta morir y su cuerpo fue aplastado en la carretera. Pero parecería descabellado concluir que Bu Wei o Wang Xingye le ordenaron asesinar a Yan Xie basándose en esto”. ——Por supuesto, no fue para asesinar a Yan Xie. Bu Wei intentó asesinar a Jiang Ting por sus celos. El rostro de Yan Xie estaba lleno de humildad y comprensión únicas de la generación más joven, pero sus palmas en realidad estaban sudando. Luego escuchó a Liu Ting estar de acuerdo mientras se tocaba la barbilla: “Es realmente descabellado, especialmente cuando fue silenciado de inmediato… ¡Xiao Yan! Si no hubiera creído en el carácter de tu padre, todos habrían pensado que fue tu padre quien mató a Fan Zhengyuan, y fue bastante bueno jajajajajaja——” Yan Xie: "..." Liu Ting probablemente también se dio cuenta de que este comentario no era gracioso, por lo que se tocó la nariz un poco avergonzado: “Entonces, Lao Lu. Este asunto todavía tiene que comenzar con la investigación de la conexión entre Fan Zhengyuan y Wang Xingye, y la presencia de Wang Xiangye como traficante de drogas. Tenemos razones para creer que Wang Xingye tenía estrechos vínculos con un grupo de narcotraficantes activo en la frontera en los primeros años. Después de regresar, escribamos un plan e informémoslo al Ministerio, e intentemos establecer un grupo de trabajo especial para seguir las pistas más a fondo”. El jefe Lu pensó que era verdad y respondió continuamente. Los dos continuaron hablando entre sí. Los ojos de Yan Xie recorrieron rápidamente a los dos viejos líderes, uno regordete y otro delgado, y levantó la mano tosiendo: “Eso, yo me encargaré del trabajo realizado por el grupo de trabajo especial. También escribiré un plan detallado cuando regrese esta noche y pediré a los líderes que lo aprueben. También puedo…" "¿Tú?" Liu Ting lo miró y se rió: "¿Sabes en qué nivel se encuentra esta organización de narcotráfico transfronterizo?" Yan Xie se frotó las manos. “Ésta no es una organización narcotraficante común y corriente. Los nuevos compuestos de fentanilo incautados en su último caso no sólo se han extendido por la frontera suroeste de China y países del Sudeste Asiático como Myanmar y Vietnam, sino que incluso Estados Unidos y México han reportado casos relevantes. Incluso si se crea un grupo de trabajo especial para manejar este asunto, sigue siendo un caso grave que estará bajo la supervisión del Ministerio de Seguridad Pública”. Liu Ting le dio unas palmaditas en el hombro a Yan Xie y dijo con una sonrisa: “En cuanto a tus palabras, todavía tienes que darme un informe de investigación bien escrito para presentarlo al departamento del gobierno provincial. Usted merece el castigo, por lo que lo suspenderán para su revisión; pase lo que pase, el proceso debe continuar. Tu papá dijo que cooperaras decididamente con el manejo del sistema y te diera un mes libre para ir a casa para… una cita a ciegas”. Yan Xie quedó atónito: "¿Suspensión por revisión por un mes?" El jefe Lu sonrió y le hizo un gesto. "No, la salud de nuestro Capitán Yu no es buena, y el subjefe Wei también está envejeciendo..." "El viejo Wei no tiene opinión y Lao Yu puede posponer el momento de la jubilación debido a una enfermedad". El jefe Lu dijo amablemente: "¿Ve a casa para analizar y reflexionar sobre tu comportamiento y ver si te atreves a violar la disciplina la próxima vez?". Yan Xie: "..." “Oh, claro”, el jefe Lu pareció recordar de repente algo: “El trabajo de inspección y verificación del contrabando en el almacén que se va a destruir está a la mitad. Si no tienes nada que hacer, tómate el tiempo de ayudarlos a mover las cajas, para no desperdiciar un puñado de energía”. "Ah, pero yo..." Antes de que terminara la discusión de Yan Xie, Liu Ting agitó la mano: "¡Bueno, entonces está arreglado!" La suspensión para revisión fue algo nuevo en la carrera de Yan Xie como oficial de policía criminal. Incluso hace cinco años, cuando tuvo problemas con la oficina de la ciudad debido a méritos personales de segunda clase, nunca sufrió tal castigo. El motivo no fue él, sino la escasez de personas en la investigación criminal. Estos días había escasez de gente en todas partes. Los médicos forenses con un poco de habilidad en el departamento forense tenían que viajar cada tres días para dar conferencias, y cada vez había menos estudiantes de medicina que se graduaban y tomaban exámenes cada año. Los investigadores técnicos necesitan cualificaciones y diplomas, pero sólo unos pocos policías técnicos criminales podían aprobar el examen cada año. A los ojos de los forasteros que no entendían la situación, la investigación criminal debería ser un trabajo menos solicitado, pero de hecho, el oficial de policía de base podría ser transferido al departamento de investigación criminal en las comisarías y suboficinas de policía locales. , pero no pudieron llegar a la oficina de la ciudad. Además, el corazón del Capitán Yu se ha estado deteriorando durante los últimos dos años, y todo el trabajo dentro y fuera estaba en manos de Yan Xie y él era el único que podía presidir el trabajo bajo el mando del subjefe Wei. Cuando la gente llegaba a la mediana edad, el suelo se tambaleaba y tenían que sostener a los mayores y cuidar a los más jóvenes. El trabajo diario de Yan Xie era reemplazarlos. "Está bien", dijo, "Laozi estará de vacaciones entonces". Yan Xie agarró la chaqueta del uniforme de policía con una mano y se la puso sobre los hombros, se enrolló los puños izquierdo y derecho hasta los codos, dejando al descubierto los firmes músculos del antebrazo y observó, luego, con la otra mano, casualmente se sacó las gafas de sol y se puso ellos en su hermoso rostro. Dondequiera que iba, parecía que había una música de fondo de una película policial estadounidense. Bajó los escalones de la puerta de la oficina de la ciudad como un tornado y cerró la puerta del auto de golpe. El G65 arrancó con un rugido y se incorporó al tráfico de la hora punta de la tarde. Clic: la cerradura de la puerta con huellas dactilares del apartamento de lujo se abrió automáticamente. “No comas comida occidental, ¿comes qué comida occidental? Pídale a un chef que venga y prepare dos tazones de fideos con pechuga de res. La pechuga de ternera debe quedar fresca y buena con moderación en grasas y además ponerle mucho cilantro. El pepinillo de brotes de bambú hecho por su chef la última vez estuvo bastante bueno, también elija cuatro guarniciones más frescas y refrescantes que no sean demasiado picantes…” Yan Xie colgó su abrigo en la percha de la entrada, se dio la vuelta mientras hablaba por teléfono y de repente quedó atónito. En el comedor, los tazones y los palillos estaban cuidadosamente dispuestos sobre la mesa del comedor, con un plato de lechuga verde fresca con ajo salteada y un plato de pechuga de ternera guisada humeante con patatas. El aire se llenó de una cálida fragancia, y el sonido de la campana extractora y el gorgoteo del agua hirviendo provenía de la cocina, animado y familiar, como si alguien estuviera a punto de poner fideos en una olla con agua hirviendo. "¿Joven maestro? ¿Hola?" el gerente del restaurante en el lado opuesto gritó por teléfono: "¿Quieres algo más o es suficiente?" "...No, no necesito nada." Yan Xie murmuró como un sonámbulo: "Tu cuñada está cocinando hoy". Yan Xie colgó el teléfono y fue a la cocina a echar un vistazo. Jiang Ting vestía una acogedora camiseta de manga larga, pantalones de algodón y pantuflas, y estaba de pie frente a la estufa con el costado hacia él. Tenía un puñado de fideos secos en la mano y estaba a punto de ponerlos en la olla. "¿Estás de vuelta? Lávate las manos y prepárate para comer”. Jiang Ting dijo sin levantar la cabeza: "Esta noche comeremos fideos de huevo con tomate". Yan Xie había vivido durante más de 30 años y, por primera vez, tuvo la vaga sensación de que un hombre casado regresaba a casa del trabajo por la noche para comer. Se pellizcó, pero no sintió el dolor y por unos segundos estuvo casi seguro de que estaba soñando. "¿Qué estás haciendo?" Jiang Ting levantó la cabeza y lo miró de arriba abajo con cierta sorpresa. Al darse cuenta de que Yan Xie vestía uniforme de policía hoy, no pudo evitar fijar sus ojos en él durante dos segundos, luego sonrió levemente y bajó la cabeza para mirar la olla nuevamente. Yan Xie preguntó con curiosidad: "... ¿De qué te ríes?" "Nada." "No, te reíste hace un momento, ¿de qué te ríes?" Jiang Ting esparció los fideos con palillos: "No te dije nada". “Claramente me miras…” "Toma los tazones y los palillos", lo regañó Jiang Ting, "no creas que puedes sentarte ahí y esperar tu comida sin hacer nada". Yan Xie dijo "oh" y dijo enojado: "Eres bastante bueno dando órdenes a la gente". Luego dejó la bolsa, se cambió de ropa y zapatos y fue a la cocina a buscar los tazones y los palillos del gabinete de desinfección. Pegándose detrás de la oreja de Jiang Ting, susurró: "Es inútil no admitirlo, sé que estás sonriendo porque me veo guapo... ¡Hmm!" Jiang Ting tomó un huevo de la olla y se lo metió en la boca: "Come tu comida". Fideos de huevo con tomate, primero cortar una cruz sobre los tomates frescos, hervirlos en agua hasta que se ablanden, ponerlos en agua fría para quitarles la piel y luego sofreírlos en un poco de aceite para hacer una salsa espesa; agregar a la salsa trozos de huevo medio cocido, y cuando los cubitos de huevo tiernos absorban la salsa de tomate, agregar un poco de sal, azúcar, esencia de pollo, luego agregar agua, condimentar con chalota triturada y cilantro, y finalmente rociar unas gotas de aceite de sésamo. Tomates de color rojo brillante, trozos de huevo de color amarillo brillante, cebollas verdes picadas y cilantro y, finalmente, un plato de fideos de colores brillantes y sabor delicioso. Yan Xie comió como si un fuerte viento dispersara la última nube . Así de simple, barrió un gran plato de fideos con la tierna y grasa pechuga de res. Estaba tan delicioso que ni siquiera tuvo tiempo de decir una palabra y se levantó para ir a la cocina a llenar otro plato. Cuando regresó, dijo solemnemente: "Vale la pena". "¿Qué vale la pena?" Preguntó Jiang Ting mientras bebía la sopa. “Hay un informe de crítica presentado al sistema y estoy suspendido por un mes para revisión”. Yan Xie agitó su dedo índice en el aire y señaló el cuenco frente a él: "Es todo por esto". Jiang Ting se rió, le dio una pechuga de ternera con palillos y le preguntó: "¿Te arrepientes?". Read the full article
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Tengo el espacio en la punta de los dedos y mientras escribo para ti, lo acaricio; tus ojos en su recóndita belleza profunda, me llenan de pensamientos el alma que despeja cualquier duda de tú vastedad de mujer hermosa, ahora que mis ojos vuelan, te ven desde la otra orilla, desde la orilla del deseo, por eso todos los días quiero volver a tu cuerpo que es sinónimo de volver a las estrellas...Hoy recordé que ando por la vida soñándote y yo soñándome contigo. Tú, señora me encontraste desnudo y me vestiste de infinito...
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A todes les profes del mundo.
A Claudia
Comprabas las colecciones de libros infantiles que venían con el diario y los repartías entre tus sobrines, a cada une nos tocaba uno distinto, también nos grababas caseramente películas en vhs, en la etiqueta escribías los títulos y nuestros nombres, para Julieta y Leo, recuerdo La era del hielo 1, Los Aristogatos, Anastasia, Winnie Pooh con los comerciales de la tv incluídos.
Tu departamento en los monoblocks frente al parque central me encantaba, ¿Cómo se llamaba tu gata? Una vez dormimos las tres en tu cama. Me parece tan increíble la cantidad de veces que he vuelto a pasar por ahí y no se me pasa por la cabeza visitarte.
Tengo muchas cosas que fueron tuyas. Remeras que me quedan enormes. Unas muñecas mexicanas de tela a las que les dibujé la cara, les corté el pelo, les rompí la ropa e hice tatuajes practicando con una máquina de verdad, perdón, siempre fui destructiva con los juguetes. Un tambor de cuero que apesta y en el que un compañero del secundario escribió en la parte de atrás con corrector uno de esos mensajes estúpidos de nunca cambies con t.k.m, siempre pienso que voy a lijarlo. un bolsito negro de tela con un dibujo bordado de gente dándose la mano al rededor de un mundito. Montones de tarjetas dedicadas que te regalaban tus alumnes por el día del maestro.
Un álbum de fotos de tu viaje a México del 98', el año en el que nací, ese año tu otro hermano también estaba por ser padre. Vos te ibas de viaje con tu amiga, tiene fotos juntas, de los sitios que visitaron, plantas y cascadas, de un avión sobre el cielo celeste, postales compradas de paisajes, iglesias, murales, tejidos, ruinas, fotos con gente que conocieron allá, una de un chico, tal vez amigo tuyo envuelto en telas indígenas riendo sosteniendo una vela encendida y usando el bolsito negro que tengo, una imagen del Subcomandante Marcos, fotos de una protesta con la que te encontraste, en una hay una pancarta que narra “el olvido está lleno de memoria”, eso fue en Puebla, lo sé porque pegaste pequeñas etiquetas que escribiste indicando de qué lugares son tomadas las fotos, lo que ahora haríamos al publicar una foto con su ubicación. También estuviste en Las Ruinas de Cholulá, Mitla, Chiapas, Ocosigno, Palenque, Kabah, Tulum.
Hacías tu propia ropa, eras zurda, usabas lentes, tenías muchísimos libros, en mi mente de niña eras Vilma de Scooby-Doo. Una vez caminando por la sexta tuvimos una conversación sobre pijamas.
Siempre que nos visitabas agarrabas todas nuestras zapatillas y las lavabas a mano, se secaban al aire, desbloquee ese recuerdo cuando ví París Texas.
Eras la única adulta que me dejaba sentarme en el asiento de copiloto del auto. Moriste en un accidente que no fue tu culpa, el 24 de diciembre.
Una vez soñé regresabas después de pasar años en la cárcel, pero me decías por qué te habían encerrado, me sentí enojada porque te habías ido tanto tiempo, pero era enojo conmigo, porque no me había dado cuenta de tu ausencia. Cuando desperté todavía se sentía real, iba a preguntarle a mis xadres por qué habías estado en la cárcel pero mientras bajé la escaleras recordé que habías muerto, y que no había pensando mucho en vos desde entonces.
Una vez en la playa nos metimos juntas al mar, nos alejamos un montón de la orilla, quería ir más profundo todavía, hablamos sobre qué pasaría si nadáramos sin parar hacia adentro: en un momento los músculos se cansarían de esforzarse y aunque quisieras seguir nadando te ahogarías.
Una vez tuvimos una discusión sobre si los perros pueden comer alimento de gato o si los gatos pueden comer alimento para perros.
Eras la hermana mayor, igual que yo. Tuviste dos hermanos, uno tenía una edad similar a la tuya, el otro mucho más chico. Igual que nosotrxs, el mismo patrón, no llegaste a conocer a Marcos, el hermano menor.
Tuve un profesor de lengua en el secundario que te conoció, la primera vez que pasó lista me preguntó qué era tuyo, por el apellido, me contó que fueron amigos, que comían asados y vos lo delirabas porque le gustaba Draghi Lucero y a vos no.
El otro día te imaginé en la movilización de les docentes, será por ese no sé qué fantástico qué se crea cuando se unen tantas personas en un sólo lugar. Te ví encontrándote con tus colegas que te recuerdan, con una pancarta prolijita que hiciste vos misma, sacando fotos con una kodak descartable, después iríamos a alquilar una película conversando como lo hacíamos, de cosas importantes, como el mar y las mascotas, porque todo lo que me recuerda a vos es analógico y tiene una mística infantil a la que siempre quiero volver.
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Holaaaa, al fin encuentro una escritora de TR en español 🥰, este te puedo hacer un pedido NSFW de Mitsuya?👀, De que, mientras que Mitsuya se este tomando una ducha, la lectora le esta esperando acostada con lencería que él mismo le hizo para ella haciendose la dormida, lo demás te dejo a tu cargo 🤗
PD: Que ambos Mitsuya y la lectora sean mayores de edad (18+)
omg, mi primer request,,,,
no he estado sintiéndome muy bien, así que no tuve mucha inspiración para escribir estos días, pero creo que esto me ha devuelto el humor, ah ♡♡ espero q te guste
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Contenido: NSFW, Aged-up characters
Pairings: Mitsuya x reader
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La mejor parte de tener un novio modista es el hecho de que hará ropa para ti.
Takashi es en esencia un tipo muy dedicado y detallista, así que constantemente aprovecha que puede usarte como su modelo para poner en práctica sus habilidades trabajando en diseños especialmente para regalártelos. Si adora lo que es el diseño en sí mismo, diseñar para ti lo hace aún más especial.
Él recientemente ha estado experimentado con prendas diferentes a las que está acostumbrado a hacer, así que te ha regalado un par de conjuntos de lencería con esa misma excusa.
A pesar de los beneficios, salir con Mitsuya no es para nada sencillo, pues es un tipo muy ocupado y a pesar de que son novios y pasan mucho tiempo juntos, la mayor parte de ese tiempo su atención es monopolizada por sus hermanas, sus tareas escolares, o por la concentración que le dedica a aquello que tanto le apasiona.
Y en realidad esto es algo que no te molesta en absoluto, pues comprendes bien lo complicada de su situación y aprecias que pesar de ello te mime bastante, pero de vez en cuando necesitas que se dedique a ti y te dé otro tipo de atención.
Por suerte, hoy es sábado y han acabado con sus deberes de la semana, la madre de Mitsuya descansa y ha quedado de llevar a sus hermanas al parque de diversiones, por lo que tienen el día para ustedes solos.
Hay un buen clima, está soleado y caluroso, así que deciden ir a comprar helados y pasear por ahí en su motocicleta hasta que comienza a oscurecer, entonces vuelven a casa a descansar y relajarse el tiempo que queda hasta que llegue su madre.
Ya que no muy seguido tienen días como este, desde temprano te has preparado y has traído contigo uno de los conjuntos de lencería que te regaló y que de hecho no has podido mostrarle.
Al llegar, han decidido tomar una ducha para refrescarse un poco después de haber pasado tanto tiempo en la calle y así poder relajarse.
Eres la primera en entrar, Mitsuya te espera en la sala mirando la televisión y dejando libre su cuarto para que al terminar te vistas cómodamente mientras él toma su turno en la ducha.
Tras salir de la ducha te quedas un momento contemplando qué tan buena es la idea de ponerte el conjunto ahora, sabes que es el momento perfecto, pero aun te pone nerviosa el pensar en su reacción, al final te convences diciéndote a ti misma que es tu deber como su modelo mostrarle cómo ha quedado su trabajo para que pueda mejorar, así que decides ponértelo.
El conjunto consta de dos piezas, unas bragas color lila con listones delgados que se atan a los costados, en tus caderas, y un blusón de tirantes de tela semitransparente también de color lila, los tirantes están hechos de los mismos listones.
Te recuestas en su cama esperando a que salga de la ducha, te has probado la lencería un par de veces antes en tu casa y sabes que te queda bien, pero por alguna razón sigues estando nerviosa, escuchas la regadera cerrarse, y como acto reflejo te volteas boca abajo, sabes que es tarde para arrepentirte, así que en cuanto escuchas la puerta abrirse no encuentras mejor solución que hacerte la dormida.
Mitsuya ha salido vistiendo únicamente un pants sencillo que usa para andar en casa y trae la toalla colgando en sus hombros para evitar que el agua de su cabello escurra por su torso. Al abrir la puerta se queda estático, él realmente no esperaba encontrarse contigo recostada en su cama y vistiendo aquella lencería que tantas veces, mientras diseñaba, te imaginó usando.
Al no ver ningún movimiento tuyo, asumió que estabas dormida, así que entró con cuidado de no hacer ruido, sus mejillas están ardiendo, definitivamente está sonrojado, y no sabe qué hacer con la repentina excitación que le ha provocado la imagen de tu trasero y tu espalda cubiertos únicamente por la delicada tela de la aquella lencería que te ajusta a la perfección, justo como la imaginó.
Se acerca a sentarse en la orilla de la cama, pasa la toalla por su cabello para secarlo un poco y la deja botada en la cabecera, acaricia con delicadeza tu brazo y luego acerca su mano a tu cabelo para acomodarlo, pues está todo encima de tu rostro, él está haciendo un gran esfuerzo conteniéndose, pues no le gusta la idea de aprovecharse de ti estando dormida, sin embargo, al notar como tu cuerpo se tensa al remover los mechones de tu rostro una sonrisa curva sus labios.
—¿Sabes? Te ves realmente preciosa con esto, tal y como pensaba.
Él se dirige a ti con un tono dulce, tratando de darte confianza. Tú sabes que se ha dado cuenta de que estás despierta, así que ya no tiene caso que sigas fingiendo. Abres los ojos y los diriges a su rostro, él toma tu barbilla y se acerca a dejar un beso en tus labios. A pesar de que su tacto es cálido y dulce, puedes sentir cómo está cargado de deseo, y ahora estás segura de que ha sido una buena desición.
Durante el beso, quedas boca arriba, Takashi se separa y no puede evitar pasear su mirada por tu torso. Tus pezones están erectos y puede verse tu cuerpo prácticamente desnudo por debajo de la fina tela. Mitsuya vuelve a besarte, está vez el beso se siente mucho más caliente.
—Bebé, luces increíble.
Te dice en cuanto se separa de ti para tomar aire, se inclina nuevamente a besar con cariño todo tu rostro y vuelve luego a tus labios, ahora introduciendo su lengua; te toma por la nuca y sin separarse del beso cambia tu posición, acomodándote a horcajadas sobre su regazo.
—Te queda realmente hermoso, pero se supone que me asegure de que cada pieza haya quedado perfecta, ¿o no?
Te mira con una sonrisa juguetona, no estás segura sobre lo que deberías responder, sus besos siempre te dejan un tanto aturdida, así que te limitas a asentir.
—Bien, pues entonces modelalo para mí.
Te dice, tomando tu mano para levantarte. Te encanta cuando tienes su completa atención, cuando te hace sentir que eres lo único para lo que tiene ojos, así que no te niegas a seguirle el juego, finalmente, era esto lo que querías desde el inicio.
Tomas confianza y correspondes su sonrisa con una igual, le das la espalda y caminas un par de pasos hacia el frente, luego te das la vuelta y caminas de frente hacia él, su mirada lasciva está clavada únicamente en ti, y eso te enciende más.
Vuelves a sentarte a horcajadas sobre él haciendo que tus pechos queden frente a su rostro y colocas tus manos en sus hombros —¿Entonces, encontraste algo malo?
—En absoluto, pero no me parece que esté demás asegurarme de la calidad.
Coloca su mano en tu cintura, sus dedos se pasean por todo tu cuerpo como si realmente estuviera asegurándose de que que la tela y las costuras sean de buena calidad. Acaricia tus pezones sobre la tela, mirándote a los ojos, y luego pasa su lengua sobre ellos, haciendo círculos y presionando.
—Bien, parece que no hay ningún problema con la parte de arriba.
Con un movimiento desata los moños de los listones que funcionan como tirantes, haciendo que caiga, deslizándose por tu torso, entonces vuelve a tomarte por la cintura y besa tus pechos ahora desnudos, la posición te permite sentir su erección presionando tu entrepierna, haciendo que sueltes un leve gemido.
Al notarlo, él te presiona más contra su erección.
—Ahhh, Takashi —vuelves a gemir, él te besa usando su lengua y aprovecha la posición de sus manos para mover tus caderas en círculos sobre su erección, haciendo que te derritas.
Te recuesta en la cama, saca la parte de arriba del conjunto por tus piernas y agacha su rostro hasta tu intimidad, te dirige la misma sonrisa juguetona de antes y desata el moño que sostiene las bragas usando sus dientes, lo hace tomándose su tiempo con cada lado, disfrutando de ver como el pulcro color lila de la tela se mancha cada vez más con tus fluidos.
Una vez desatados, abre tus piernas con sus dos manos y se deshace por completo de las bragas jalando con sus dientes. Al ver tu intimidad expuesta frente a su rostro, sin dudarlo arrastra la punta de su lengua desde tu entrada hasta tu clítoris.
—Sabes tan bien como luces.
Te dice, mirando embelesado tu expresión de verguenza adornada por un fuerte sonrojo, y vuelve a lo suyo.
Lame en círculos sobre tu clítoris y de vez en cuando se pasea peligrosamente al rededor de tu entrada, provocando múltiples gemidos y jadeos de tu parte. Tus manos se encuentran enterradas en su cabello cuando ha decidido que es suficiente, porque la erección atrapada dentro de sus boxers comienza a doler, se separa de tu intimidad, se levanta para deshacerse de la ropa que ahora mismo le estorba y se posiciona encima de ti.
Coloca su miembro en tu entrada, y antes de introducirlo te besa en los labios, durante el beso puedes sentir como su miembro va adentrándose con lentitud, haciéndote arquear levemente la espalda conforme profundiza. Una vez dentro, Mitsuya comienza a dar embestidas, lo hace lento y profundo. Tus manos se aferran a su espalda, sientes la necesidad de enterrar tus uñas cuando te inunda el placer, sensación que Takashi realmente disfruta.
Entonces con una de sus manos comienza a estimularte y bastan tan solo un par de estocadas más para que llegues, Mitsuya termina unos segundos después y se desploma a tu lado en la cama, tratando de regular su respiración.
—Creo que debería regalarte lencería más seguido.
#tokrev mitsuya#mitsuya hcs#mitsuya takashi#mitsuya x reader#tokyo revengers headcanons#tokrev#tokyo revengers mitsuya
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Glee «False labor» Part II
Enero de 2022
-Olvidaste tu mascarilla… —dijo Kurt llegando en silencio hasta la entrada del edificio donde estaba su esposo, le había pedido que buscara un taxi para ir al hospital y no de muy buenos modos. -Gracias… —contestó Blaine poniéndosela de inmediato— con razón la gente me miraba raro… —agregó echando un vistazo a su teléfono— ¿hablaste con Julianna? -Si, le explique todo y también me dijo que su mamá o su hermana o alguien le había pasado lo mismo, que estuviera tranquilo… —Blaine hizo ademán de responder a eso— pues te digo de inmediato que yo estaré tranquilo cuando el Doctor Jacobs me diga que todo esta bien y que nuestra hija no se va andar saliendo antes de tiempo… —agregó dejando a su esposo con la respuesta en la boca tras la mascarilla— ¿ya encontraste taxi?... —pregunto mirando hacia la Fifth Av. -Como ves… no… pero esta a cinco minutos… —respondió enseñando su teléfono móvil con la aplicación de transporte abierta. -¿Usaste la aplicación?… ¿por qué?... —dijo caminando hacia la orilla de la acera— estamos en New York, hay taxis hasta debajo de las piedras… —agregó moviéndose hacia la calle, miro hacia ambos lados y levantó el brazo como solía hacerlo cuando necesitaba un taxi. -Hay como 50 grados bajo cero… terminaras congelado… tres minutos…—dijo con la vista fija en la pantalla y en el pequeño vehículo que venía por la 69th en dirección de la ubicación que tenía registrada. -Llevo más de 10 años tomando taxis y en todas las estaciones del año, créeme que… ¡uy!… ¡con un demonio!… —exclamó Kurt guardándose las manos en los bolsillos de la chaqueta, un inusual ventarrón lo había dejado a segundos de perder un dedo por congelamiento. -Te lo dije… —murmuró Blaine sin despegar sus ojos del teléfono— 1 minuto… —añadió moviéndose hacia la orilla de la acera— se supone y tendría que venir de allá… —dijo apuntando hacia su derecha. -¿Que auto es? -Un Bentley rojo del 2015…
-¿Alguien usa un Bentley como Uber?... -Así parece… —dijo Blaine mirando la pantalla y la calle en forma alternada— la pandemia dejó a muchos sin trabajo, tal vez es él uno de ellos… ¡aquí!... —exclamó Blaine levantando una mano para hacerle una seña al chofer. -Vaya y si es un Bentley… —dijo Kurt al ver acercarse el auto rojo con la parrilla extra grande en la parte delantera característica de la marca— si el chofer es guapo me voy adelante… -¿Qué?... -Me oíste… por muy enojado que esté contigo no voy a dejar que te coqueteen -Un segundo… ¿tú estás enojado conmigo? -Así es… bien sabes que A lo primero que odio son las mentiras, B, cuando me compro algo y al día siguiente está en rebaja, C, las palabras «te lo dije» y Z, cuando me quieres convencer de que todo está bien sabiendo que no porque todo esta patas para arriba… se lo dije a Julianna, te lo digo a ti y si esta persona empieza con palabras tipo Doctor Phil… también se lo diré… -Ok… -¿Blaine Anderson?... —preguntó el chofer bajando la ventanilla, era joven, usaba barba y tenía acento del medio oriente— ¿es usted?... -Lo soy… —respondió el aludido abriendo la puerta trasera, Kurt se dio media vuelta y rodeo el auto para sentarse adelante como había dicho— Kurt… -Es lo que dije y es lo que haré… —sentencio subiendo.
-¿Quieres contestar esos mensajes?… puede ser el doctor… —dijo Kurt mirándolo por sobre su hombro al escuchar el pitido de los mensajes entrantes en el teléfono de su esposo. -No es el doctor… -¿Y quien es? -Es Sam… insiste en que quiere devolvernos el juguete ese y que hoy es su ultimo día en New York… —contesto Blaine leyendo el mensaje. -Pues dile que tenemos cosas mucho más importantes de las que preocuparnos, ¡que no insista con esa estupidez!... —exclamó de vuelta con un tono de voz mas alto que el socialmente aceptable— lo siento… —agrego al ver que el conductor y el mismo Blaine lo miraban con cara de impacto extremo. -¿Los dejo aquí o me doy la…? -No se de nada, aquí esta bien… —interrumpió Kurt bajando de inmediato, el chofer volvió a lo de la cara de impresión máxima.. -Kurt… espe… ok… no importa… —murmuró al ver que su esposo se encaminaba como desaforado hasta la entrada del recinto médico— muchas gracias… —agregó mirando al conductor por el espejo retrovisor. -¿Usted es cantante?... —pregunto este mirándolo de vuelta. -Algo así… -Es cantante… lo reconocí incluso bajo la mascarilla, lo sé porque creo que mi hija lo ama… -Pues dígale a su hija que muchas gracias… —dijo Blaine sonriendo, acto seguido abrió la puerta y se bajó casi tan rápido como lo había hecho Kurt segundos antes, saco su teléfono y llamó a su esposo— ¿Kurt? -¿¡Donde demonios estas!? -Siguiendo tus pasos… ¿dónde esta tú? -Aquí en la entrada de urgencias, pero no se donde hay que ir… ¡con un demonio como odio los hospitales! -Kurt… espérame un segundo, ya estoy llegando… cálmate por favor… -Ya dije que me calmaré cuando sepa que mi hija esta donde tiene que estar los próximos cuatro meses… mejor te cortaré para llamar al doctor… -No, Kurt, espe… Ok… —Blaine soltó un suspiro de fastidio al darse cuenta que su esposo lo dejaba hablando solo por segunda vez en menos de cinco minutos, se guardó el teléfono en el bolsillo de la chaqueta y se abrió paso adelantándose a todos los transeúntes hasta que llegó a la entrada de las urgencias médicas— creo que mejor lo llamo…—agregó haciendo ademán de sacar su teléfono. -¡Blaine!... ¡Blaine!... —grito Kurt desde la entrada de uno de los pasillos, tenía al lado al Doctor Jacobs y hacía una serie de señas que lo indicaban a él, al doctor y a la ficha médica que tenía el facultativo entre sus manos.
-Te iba a llamar… —dijo Blaine llegando hasta ellos. -Y yo, pero pensé que era más rápido y eficaz esta antigua forma de comunicación… -Siempre es mas eficaz… —opinó el Doctor mirando a ambos— ¿cómo esta Señor Anderson?... —agregó estirando su mano. -Bastante preocupado… —respondió Blaine estrechándola de vuelta— ¿qué novedades nos tiene? — añadió parándose al lado de su esposo. -Pues le comentaba al Señor Hummel que todo fue una falsa alarma… —empezó por decir Douglas haciendo ademán de pasar página a la ficha que sostenía entre sus manos. -¿Es verdad eso?... —pregunto mirando a sus dos interlocutores de manera alternada, Kurt se limitó a sonreír y a gesticular un sí con su cabeza, el Doctor Jacobs por su parte dijo un «por supuesto que es verdad» mas serio de lo que Blaine esperaría— y… ¿y que fue lo que paso?… -Fueron las «brixton» esas… —contestó Kurt adelantándose al doctor. -De hecho se llaman… -¿En serio?... ¿esta todo bien entonces?... —pregunto de vuelta Blaine mas feliz que nunca, Kurt sonrió su respuesta y estiró los brazos para recibirlo a su lado, el doctor Jacobs se apartó un poco y miro a su alrededor sintiéndose un poco demás— todo esta bien…—repitió Blaine mientras se confortaba en los brazos de su esposo. -Blaine… —dijo Kurt apartándose un poco, listo para ofrecer disculpas, suplicar perdón, resarcirse de sus palabras y todo lo que hiciera falta. -No digas nada…—interrumpió este sonriendo— el hecho que esté todo bien es lo único que importa…—agregó emocionándose un poco, luego lo volvió a abrazar y se quedó cobijado en él como si fueran los únicos en aquella urgencia, o en el mundo. -Bueno… —dijo el Doctor Jacobs carraspeando para hacerse notar luego de unos cuantos minutos— si quieren tener más antecedentes estaré alla esperando… -Doctor… ¡disculpe!… —exclamo Kurt apartándose de su esposo—- nos dejamos llevar… -Como siempre… —añadió Blaine sonriendo coqueto. -No hay problema… se cuanto esperaron a su primer bebé y se cuanto quieren a este… si gustan pasamos a mi consulta y le enseño los análisis y la ecografía que tomamos. -Por supuesto… —contestaron ambos al unísono. -Muy bien… —dijo Douglas queriendo reír de aquella improvisada coordinación— síganme… —añadió partiendo adelante, Kurt tomó un poco de aire y sintió la mano de su esposo tomando la suya, como quería, como siempre.
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Nieves Mingueza & Edith Södergran
LLEGADA AL HADES
Aquí está la orilla de la eternidad,
aquí ruge la corriente
y en los arbustos toca la muerte
su misma melodía monótona.
Muerte, ¿por qué te callaste?
Hemos venido de lejos
y tenemos hambre de escuchar
jamás hemos tenido una nodriza
que pudiera cantar como tú.
La corona que nunca adornó mi frente
dejo en silencio a tus pies.
Me mostrarás una tierra maravillosa
donde las palmeras se yerguen altas
y donde entre las columnatas
las olas del deseo se marchan.
- De "Últimos poemas", 1925. En Encontraste un alma. Nørdica libros. Versión de Neila García Salgado.
- Snow falling soon, 2016, Nieves Mingueza
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5x13: “Actualización Caso Carstairs”.
[ Playa de Los Angeles - Flashback ]
[…]
En circunstancias normales, primero habría ido a buscar a Julian a su estudio, pero echando una mirada a través de la ventana vio que era un luminoso día de verano. El cielo estaba marcado por finas pinceladas de nubes. El mar relucía y su superficie estaba salpicada de bailoteantes puntos dorados. En la distancia, Emma distinguió los puntos negros de los surfistas en equilibrio sobre las olas.
Abandonó el Instituto y tomó el camino que llevaba a la autovía; luego la cruzó corriendo, esquivando furgonetas de surferos y convertibles de lujo de camino a Nobu.
Julian estaba exactamente donde ella había pensado que estaría: en la playa, de cara al mar y al sol, con el aire salado alborotándole el cabello y sacudiéndole la camiseta. Emma se preguntó cuánto rato llevaría de pie allí, con las manos en los bolsillos de los vaqueros. Dio un paso vacilante hacia él sobre la húmeda arena.
—¿Jules?
Este se volvió. Por un momento pareció deslumbrado, como si mirara hacia el sol, pero el astro rey ya estaba en su cénit. Emma notaba su calor en la espalda.
Julian sonrió. Emma trotó hasta la orilla; estaba subiendo la marea y el agua se deslizaba sobre la arena hasta la punta de los zapatos del chico.
—Has madrugado —comentó Emma mientras avanzaba hacia él salpicando al andar. El agua formaba caminos plateados al adentrarse en la arena.
—Es casi mediodía —contestó Julian.—. ¿De qué querías hablarme?
—¿Qué? —La había pillado desprevenida.
—Anoche —contestó él—. Me dijiste que querías hablar conmigo. ¿Te parece buen momento ahora?
—Sí. —Emma miró a las gaviotas que revoloteaban sobre ellos—. Sentémonos. No quiero que me lleve la marea al subir.
Se sentaron un poco más arriba, donde el sol había calentado la arena. Emma se quitó los zapatos y hundió los pies en ella, disfrutando de la sensación granulosa. Julian se echó a reír.
Ella lo miró de reojo.
—¿Qué pasa?
—Tú y la playa —contestó—. Te encanta la arena, pero no soportas el agua.
—Ya lo sé —repuso Emma, y lo miró abriendo mucho los ojos—. ¿No te parece irónico?
—No es irónico. La ironía es el resultado inesperado de una situación esperada. Esto es solo una de tus manías.
—Me has impresionado —replicó Emma mientras sacaba el móvil—. Estoy impresionada.
—Pillo el sarcasmo —dijo él, y le cogió el móvil con la mano derecha.
En la pantalla aparecieron las fotos que Maeve había hecho aquella noche. Mientras él las miraba, Emma le explicó que había ido a Sepulcro siguiendo una pista de Johnny Rook, que se había topado con un cadáver, que Joshua la había reñido después de que Rook se pasara por el Instituto. Mientras hablaba se fue relajando, y la sensación de extrañeza que le había producido Julian fue desapareciendo. Eso era lo normal, así era como siempre había sido: hablando, escuchando, trabajando como parabatai.
—Sé que es la misma escritura, las mismas marcas —concluyó—. No se me ha ido la olla, ¿verdad?
Julian la miró.
—No —contestó—. Pero Joshua piensa que si investigas esto afectará a la decisión de la Clave sobre la vuelta de Helen, ¿no?
—Sí. Nunca haría nada que pudiera perjudicar a Helen, ni a Mark, ni a ti —aseguró—. Si crees que Joshua tiene razón, no haré… —Tragó saliva—. No seguiré adelante.
Julian estaba quieto, pero una vena se le había disparado en la base del cuello; ella la veía latir con fuerza. Debía de haber sido la mención de su hermana.
—Han pasado cinco años. La Clave no ha cedido en lo de dejar a Helen volver a casa. No cedió en su tiempo en lo Mark. Y tampoco en lo de considerar que tal vez tus padres no fueran asesinados por Sebastian. No parece justo sacrificar la posibilidad de descubrir qué le pasó a tu familia por una esperanza inútil.
—No digas que es inútil, Jules…
—También existe otra manera de pensar en esto —continuó él interrumpiéndola, y Emma casi podía ver las ruedas girándole dentro de la cabeza—. Si resolvieras el caso, si lo resolviéramos, la Clave estaría en deuda con nosotros. Yo te creo cuando dices que quién fuera que mató a tus padres no era Sebastian Morgenstern. Estamos buscando demonios o alguna otra fuerza que tiene el poder de asesinar a cazadores de sombras y no pagar por ello. Si derrotáramos a algo así…
A Emma comenzaba a dolerle la cabeza. La goma con la que se sujetaba la coleta estaba muy apretada. Se la soltó un poco.
—Entonces nos darían un trato especial, ¿te refieres a eso? ¿Porque todo el mundo se fijaría y estarían pendientes de nosotros?
—Tendrían que hacerlo —afirmó Julian—. Y podríamos asegurarnos de que todos lo supieran. —Vaciló un momento—. Tenemos buenos contactos.
—No te refieres a Jem, ¿verdad? —preguntó Emma—. Porque no sé cómo localizarlo.
—No hablo de Jem y Tessa.
—Entonces, Clary y Jace —concluyó Emma.
—Sí. —Julian se frotó la nuca. Parecía cansado. La piel bajo los ojos le brillaba un poco, como si la tuviera tensa de agotamiento. Se mordisqueaba los labios, como hacía siempre que estaba nervioso o preocupado—.
Julian se puso en pie, y Emma se levantó con él mientras se soltaba la coleta. El pelo le cayó libre en grandes ondas sobre los hombros y la espalda. Julian la miró un segundo y apartó la vista.
—Jules… —comenzó ella.
Pero él ya estaba alejándose hacia la carretera.
Emma se puso las chanclas y lo alcanzó donde se acababa la arena y comenzaba el asfalto.
—¿Va todo bien?
—Claro. Toma, perdona. Me había olvidado de devolvértelo. —Le pasó el móvil—. Mira, la Clave hace las reglas. Y viven según esas reglas. Pero eso no significa que, con la presión adecuada, no puedan cambiarse.
—Ahora estás siendo críptico.
Julian sonrió y le aparecieron arruguitas en el rabillo de los ojos.
—No les gusta que cazadores de sombras tan jóvenes como nosotros se metan en cosas serias. Nunca les ha gustado. Pero Jace, Clary, Alec e Isabelle salvaron el mundo cuando eran incluso más jóvenes. Y por eso les concedieron honores. Conclusión: eso es lo que les hace cambiar de idea.
Habían llegado a la autovía. Emma alzó la mirada hacia las colinas. El Centro se asentaba en un risco no muy alto sobre la carretera costera.
—Julian Blackthorn —soltó Emma mientras cruzaban la autovía—. Estás hecho todo un revolucionario.
—Así que investigaremos esto, pero lo haremos sin que se enteren —continuó Julian—. El primer paso: comparar las fotos del cadáver que encontraste con las de los de tus padres. Todos querrán ayudarnos. No te preocupes.
Estaban a medio camino del Instituto. Seguía habiendo coches, mundanos que trabajaban en el centro de la ciudad. El sol les salpicaba el parabrisas.
—¿Y si resulta que las marcas son solo garabatos y se trata de algún lunático al que le ha dado por ir por ahí matando?
—No lo creo. En esos casos, los asesinatos se dan el mismo día, pero en sitios diferentes. Como si el tipo fuera conduciendo de un lado a otro disparando a la gente.
—Y entonces ¿esto qué es? ¿Asesinato en masa?
—Los asesinatos en masa también pasan a la vez, pero en el mismo sitio —replicó Julian en un tono altivo, el mismo que empleaba para explicarle a Tavvy por qué no podía comer más cereales para el desayuno—. Sin duda, esto es obra de un asesino en serie. Eso es cuando los asesinatos están separados en el tiempo.
—Es inquietante que sepas todo eso.
Delante del Centro, a lo largo del borde del risco, había una zona de hierba quemada por el sol y bordeada de hierba marina y arbustos. La familia pasaba poco tiempo allí: estaba demasiado cerca de la autovía, no había sombra, y la hierba picaba.
—Dru se ha aficionado a los crímenes reales —le explicó Jules. Llegaron a la escalera—. No creerías todo lo que me ha contado sobre cómo esconder un cadáver.
Ella lo adelantó de un salto y tres escalones más arriba se volvió para mirarlo.
—Soy más alta que tú —anunció.
Era un juego que les gustaba de pequeños. Emma siempre había afirmado que crecería más que él, pero tuvo que dejarlo a los catorce años, cuando Julian dio un estirón de más de doce centímetros.
Alzó la mirada hacia ella. El sol le daba directamente en los ojos, cubriendo aquel verde azulado de oro. Parecían la pátina que recubría los antiguos cristales romanos que coleccionaba Arthur.
—Emma —dijo—. Por mucho que podamos bromear, ya sabes que me lo tomo muy en serio. Eran tus padres. Mereces saber qué pasó.
Emma notó un repentino nudo en la garganta.
—Esta vez tengo una sensación diferente —susurró—. Sé cuántas veces he pensado que había encontrado algo y luego ha resultado no ser nada, y cuántas he seguido una pista falsa, pero esto es distinto. Esto parece real.
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En circunstancias normales, primero habría ido a buscar a Julian a su estudio, pero echando una mirada a través de la ventana vio que era un luminoso día de verano. El cielo estaba marcado por finas pinceladas de nubes. El mar relucía y su superficie estaba salpicada de bailoteantes puntos dorados. En la distancia, Emma distinguió los puntos negros de los surfistas en equilibrio sobre las olas.
Abandonó el Instituto y tomó el camino que llevaba a la autovía; luego la cruzó corriendo, esquivando furgonetas de surferos y convertibles de lujo de camino a Nobu.
Julian estaba exactamente donde ella había pensado que estaría: en la playa, de cara al mar y al sol, con el aire salado alborotándole el cabello y sacudiéndole la camiseta. Emma se preguntó cuánto rato llevaría de pie allí, con las manos en los bolsillos de los vaqueros. Dio un paso vacilante hacia él sobre la húmeda arena.
—¿Jules?
Este se volvió. Por un momento pareció deslumbrado, como si mirara hacia el sol, pero el astro rey ya estaba en su cénit. Emma notaba su calor en la espalda.
Julian sonrió. Emma trotó hasta la orilla; estaba subiendo la marea y el agua se deslizaba sobre la arena hasta la punta de los zapatos del chico.
—Has madrugado —comentó Emma mientras avanzaba hacia él salpicando al andar. El agua formaba caminos plateados al adentrarse en la arena.
—Es casi mediodía —contestó Julian.—. ¿De qué querías hablarme?
—¿Qué? —La había pillado desprevenida.
—Anoche —contestó él—. Me dijiste que querías hablar conmigo. ¿Te parece buen momento ahora?
—Sí. —Emma miró a las gaviotas que revoloteaban sobre ellos—. Sentémonos. No quiero que me lleve la marea al subir.
Se sentaron un poco más arriba, donde el sol había calentado la arena. Emma se quitó los zapatos y hundió los pies en ella, disfrutando de la sensación granulosa. Julian se echó a reír.
Ella lo miró de reojo.
—¿Qué pasa?
—Tú y la playa —contestó—. Te encanta la arena, pero no soportas el agua.
—Ya lo sé —repuso Emma, y lo miró abriendo mucho los ojos—. ¿No te parece irónico?
—No es irónico. La ironía es el resultado inesperado de una situación esperada. Esto es solo una de tus manías.
—Me has impresionado —replicó Emma mientras sacaba el móvil—. Estoy impresionada.
—Pillo el sarcasmo —dijo él, y le cogió el móvil con la mano derecha.
En la pantalla aparecieron las fotos que Maeve había hecho aquella noche. Mientras él las miraba, Emma le explicó que había ido a Sepulcro siguiendo una pista de Johnny Rook, que se había topado con un cadáver, que Joshua la había reñido después de que Rook se pasara por el Instituto. Mientras hablaba se fue relajando, y la sensación de extrañeza que le había producido Julian fue desapareciendo. Eso era lo normal, así era como siempre había sido: hablando, escuchando, trabajando como parabatai.
—Sé que es la misma escritura, las mismas marcas —concluyó—. No se me ha ido la olla, ¿verdad?
Julian la miró.
—No —contestó—. Pero Joshua piensa que si investigas esto afectará a la decisión de la Clave sobre la vuelta de Helen, ¿no?
—Sí. Nunca haría nada que pudiera perjudicar a Helen, ni a Mark, ni a ti —aseguró—. Si crees que Joshua tiene razón, no haré… —Tragó saliva—. No seguiré adelante.
Julian estaba quieto, pero una vena se le había disparado en la base del cuello; ella la veía latir con fuerza. Debía de haber sido la mención de su hermana.
—Han pasado cinco años. La Clave no ha cedido en lo de dejar a Helen volver a casa. No cedió en su tiempo en lo Mark. Y tampoco en lo de considerar que tal vez tus padres no fueran asesinados por Sebastian. No parece justo sacrificar la posibilidad de descubrir qué le pasó a tu familia por una esperanza inútil.
—No digas que es inútil, Jules…
—También existe otra manera de pensar en esto —continuó él interrumpiéndola, y Emma casi podía ver las ruedas girándole dentro de la cabeza—. Si resolvieras el caso, si lo resolviéramos, la Clave estaría en deuda con nosotros. Yo te creo cuando dices que quién fuera que mató a tus padres no era Sebastian Morgenstern. Estamos buscando demonios o alguna otra fuerza que tiene el poder de asesinar a cazadores de sombras y no pagar por ello. Si derrotáramos a algo así…
A Emma comenzaba a dolerle la cabeza. La goma con la que se sujetaba la coleta estaba muy apretada. Se la soltó un poco.
—Entonces nos darían un trato especial, ¿te refieres a eso? ¿Porque todo el mundo se fijaría y estarían pendientes de nosotros?
—Tendrían que hacerlo —afirmó Julian—. Y podríamos asegurarnos de que todos lo supieran. —Vaciló un momento—. Tenemos buenos contactos.
—No te refieres a Jem, ¿verdad? —preguntó Emma—. Porque no sé cómo localizarlo.
—No hablo de Jem y Tessa.
—Entonces, Clary y Jace —concluyó Emma.
—Sí. —Julian se frotó la nuca. Parecía cansado. La piel bajo los ojos le brillaba un poco, como si la tuviera tensa de agotamiento. Se mordisqueaba los labios, como hacía siempre que estaba nervioso o preocupado—.
Julian se puso en pie, y Emma se levantó con él mientras se soltaba la coleta. El pelo le cayó libre en grandes ondas sobre los hombros y la espalda. Julian la miró un segundo y apartó la vista.
—Jules… —comenzó ella.
Pero él ya estaba alejándose hacia la carretera.
Emma se puso las chanclas y lo alcanzó donde se acababa la arena y comenzaba el asfalto.
—¿Va todo bien?
—Claro. Toma, perdona. Me había olvidado de devolvértelo. —Le pasó el móvil—. Mira, la Clave hace las reglas. Y viven según esas reglas. Pero eso no significa que, con la presión adecuada, no puedan cambiarse.
—Ahora estás siendo críptico.
Julian sonrió y le aparecieron arruguitas en el rabillo de los ojos.
—No les gusta que cazadores de sombras tan jóvenes como nosotros se metan en cosas serias. Nunca les ha gustado. Pero Jace, Clary, Alec e Isabelle salvaron el mundo cuando eran incluso más jóvenes. Y por eso les concedieron honores. Conclusión: eso es lo que les hace cambiar de idea.
Habían llegado a la autovía. Emma alzó la mirada hacia las colinas. El Centro se asentaba en un risco no muy alto sobre la carretera costera.
—Julian Blackthorn —soltó Emma mientras cruzaban la autovía—. Estás hecho todo un revolucionario.
—Así que investigaremos esto, pero lo haremos sin que se enteren —continuó Julian—. El primer paso: comparar las fotos del cadáver que encontraste con las de los de tus padres. Todos querrán ayudarnos. No te preocupes.
Estaban a medio camino del Instituto. Seguía habiendo coches, mundanos que trabajaban en el centro de la ciudad. El sol les salpicaba el parabrisas.
—¿Y si resulta que las marcas son solo garabatos y se trata de algún lunático al que le ha dado por ir por ahí matando?
—No lo creo. En esos casos, los asesinatos se dan el mismo día, pero en sitios diferentes. Como si el tipo fuera conduciendo de un lado a otro disparando a la gente.
—Y entonces ¿esto qué es? ¿Asesinato en masa?
—Los asesinatos en masa también pasan a la vez, pero en el mismo sitio —replicó Julian en un tono altivo, el mismo que empleaba para explicarle a Tavvy por qué no podía comer más cereales para el desayuno—. Sin duda, esto es obra de un asesino en serie. Eso es cuando los asesinatos están separados en el tiempo.
—Es inquietante que sepas todo eso.
Delante del Centro, a lo largo del borde del risco, había una zona de hierba quemada por el sol y bordeada de hierba marina y arbustos. La familia pasaba poco tiempo allí: estaba demasiado cerca de la autovía, no había sombra, y la hierba picaba.
—Dru se ha aficionado a los crímenes reales —le explicó Jules. Llegaron a la escalera—. No creerías todo lo que me ha contado sobre cómo esconder un cadáver.
Ella lo adelantó de un salto y tres escalones más arriba se volvió para mirarlo.
—Soy más alta que tú —anunció.
Era un juego que les gustaba de pequeños. Emma siempre había afirmado que crecería más que él, pero tuvo que dejarlo a los catorce años, cuando Julian dio un estirón de más de doce centímetros.
Alzó la mirada hacia ella. El sol le daba directamente en los ojos, cubriendo aquel verde azulado de oro. Parecían la pátina que recubría los antiguos cristales romanos que coleccionaba Arthur.
—Emma —dijo—. Por mucho que podamos bromear, ya sabes que me lo tomo muy en serio. Eran tus padres. Mereces saber qué pasó.
Emma notó un repentino nudo en la garganta.
—Esta vez tengo una sensación diferente —susurró—. Sé cuántas veces he pensado que había encontrado algo y luego ha resultado no ser nada, y cuántas he seguido una pista falsa, pero esto es distinto. Esto parece real.
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Soledad en paralelo y la asíntota del síndrome del protagonista
|Siempre he llegado en mal momento. Muy temprano llegaba a esos amores para los que no me había preparado. “Llegará algo más” me repetía. Pero al final, muy tarde venía para descubrir que el resto de mis amores me habían sido arrebatados. Sentía que cada conexión futura con alguien, sería en vano. Porque tenía el presentimiento de que esa vida no me correspondía, la idea de que había alguien más. Y es a ti a quien me refiero.|
Estamos solos. Te toma tiempo aceptarlo, pero una vez hecho, te resulta todo más cómico, más ligero. Somos un único portal que interpreta al universo, y el significado varia en cada uno. Nadie puede entrar a nuestras puertas de percepción y compartir exactamente lo que estamos sintiendo. No se puede compartir una mente, por más que lo quisiéramos, así de trágico es. Es por eso que nos abrazamos a alguien más, nos enamoramos, anhelando al fin fundir las barreras del cuerpo. Es en las calderas que notamos que aún nos sentimos solos. Y es que el cerebro es un mar en el que nos ahogamos por nuestra cuenta, nadie, ni la persona más empática, mirándonos a los ojos podría adivinar qué ocurre allí, sólo nos vería desde la orilla, ahogada en su propio mar.
|Tengo la certeza, cariño mío, de que son muchas las veces en las que no nos hemos conocido|
¿De verdad estamos solos? Tenemos esta tonta idea de ser los protagonistas de una historia, donde todos los demás son sólo personajes que se pierden en la escena. Tiempo después descubrimos que este es un sentimiento universal, que cada individuo está viviendo una historia compleja por su cuenta. Pero aún así, decidimos aislarnos, somos el personaje principal y nadie más que un lector imaginario nos entenderá. ¿Quién es este lector al que nos queremos traducir tan meticulosamente? ¿Seremos nosotros mismos en nuestro lecho de muerte, será un Dios, o nuestra amorosa alma gemela con la que deseamos fundirnos? Que alguien nos entienda por completo, que el eterno monólogo interno con un mismo tenga sentido es quizás lo que realmente añoramos. ¿Y quién nos podría entender tan perfectamente afuera de nosotros mismos? Sería una persona con nuestra misma historia, sería una vida ocurriendo simultáneamente a la nuestra, un extraño con quien lo compartiríamos todo, todo, menos el tiempo y el lugar, y eso ya inferiría quizás bastante con la habilidad de poder leernos claramente el uno al otro. Probablemente este gran amor de nuestras vidas al que siempre vamos buscando para terminar de entendernos, ese amor que ha pasado por nuestras experiencias y que piensa igual a nosotros, esa otra parte de nuestra mente, de nuestra alma, haya nacido hace miles de años, o dentro de miles de años lo hará, acaba de sufrir un accidente letal en otro continente, quizás murió en Pompeia. La posibilidad matemática de que existamos en el mismo tiempo es ínfima, y aún si fuese así, las posibilidades de conocerse son igual de desoladoras. ¡Lotería! Lo encontraste, pero ibas tan absorto en tu historia, en ser tu protagonista, que sólo pasó a tu lado en el metro como una persona que iba tarde a algún sitio, una cara borrosa que ni siquiera recuerdas en aquel café, un ente cruzando el otro la calle, una interacción en internet sin relevancia alguna, ambos durmieron esa día sin la menor idea de su posible conexión.
|Justo ahora me es difícil dejar de mirar entre las multitudes de reojo a los extraños, imaginándome la vida que podríamos compartir si las cosas hubiesen sido diferentes. Escuchando en mi ser un eco de algo que pudo ser.
Es prácticamente una verdad que nunca encontraremos a esa persona que es la mejor cualificada para entendernos... Son increíbles las cantidades de coincidencias que tendrían que ocurrir para que, de hecho, tu añoranza se realizara. Y así de increíbles fueron los eventos que tuvieron que ocurrir para que conocieras a esa persona que amas ahora mismo (o dentro de algún tiempo, depende de quién éste leyendo), quien no es exactamente tu ideal del amor, pero sí que es lo suficientemente buena para ti. Y es que hay muy poca gente afuera que de verdad nos pueda comprender.
|Siempre pensé que podría ser feliz con cualquier persona, que podría amar a quien se me pusiera en frente, que no importaba nada de su pasado, mi compresión sería más fuerte, pero no dejaba de sentir esa dolor por no poderme conectar con nadie, la herida de que nadie me pudiese entender mientras seguía con mi vida.|
Mirando en retrospectiva, es que nos daremos cuenta de lo fácil que el destino nos pudo haber llevado por otros caminos, quizás a conocer a otra persona que también se sentiría como el amor de tu vida. Toda tu historia se construye sobre pequeñas coincidencias, nada de profecías, sólo decisiones, ajenas y propias, echadas al azar.
|Me cuesta trabajo no imaginar en dónde te encuentras ahora mismo. Me angustia tanto que justo ahora nos seguimos desviando, separados por una una asíntota, cada uno en su universo paralelo.|
Es fatal, pero nuestra alma gemela será sacrificada por alguna otra vida. No se puede besar a un espejo. Que dos líneas sean paralelas significa que nunca se encontrarán.
|Por años, nuestras historias ocurrieron en paralelo, en armonía desde distintas partes del mundo.|
La soledad es una multa a pagar por la posibilidad de tener una mente propia.
|Yo sé que ambos sabíamos que el otro existía, pero nos conformamos con la triste realidad; que nunca nos conoceríamos. Y en la misma noche, después de escuchar la misma canción, miramos a la misma luna, queriendo decirnos, cantarnos, quizás escribirnos el uno al otro algo muy parecido...|
Todos sabemos ya cómo terminarán nuestras historias: en soledad. Lo debimos de haber aceptado desde el principio, que un cierto grado de incompresión mutua, era nuestro final. Pero nos negamos a aceptarlo, nos tapamos los ojos con esa curiosidad de saber qué es exactamente lo que sigue. Avanzamos en la vida, queriendo olvidar nuestro final, ignorándolo como si de no hacerlo fuésemos a morir, con la esperanza, o la ansiedad, de que los próximos dos segundos lo vayan, (por favor, por favor que lo hagan), a cambiar.
|-Sé que estás en algún lugar. Quiero que sepas que he estado aquí todo el tiempo. No tienes cara, no tienes nombre, pero tienes algo de mí. Somos lo mismo...Aunque la vida nunca nos permitió estar juntos, ten en mente que te amo. Que quiero que seas feliz con tu otra vida, yo lo seré con la mía. Hay que ser felices por el otro mientras nuestra historia ocurre en la soledad de nuestras cabezas, aunque sólo sea un instante en nuestras mentes. Nuestra vida juntos podría estar ocurriendo mientras miramos la hoja de un árbol ser tocada por un rayo de Sol, durante un sueño donde nos reconocemos, en cualquier pequeño momento de soledad en el que nos imaginemos que nos tenemos al lado. No estamos solos, estamos juntos, al menos en la soledad de nuestras mentes.|
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En la soledad me encontraste ... sin forma como una memoria.
En mi prisión de mi pensamiento, soldé un pasado que prometió un profundo dolor; un propósito de vida, un mito prosaico hasta que apareciste en mi visión; elegí amarte en silencio, porque en el silencio no encontré rechazo. Decidí amarte en mis sueños porque en mis sueños eras solamente mía...Tu voz hizo eco en mi corazón, y dejé la sensación de frío. Te sentí cerca,sin embargo estabas más allá de la orilla; dejada por ojos hundidos, una silueta bajo las estrellas.
Jamie Campbell bower - caer
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A Elizabeth
Mira, esa canción es jodidamente especial para mí, estos vatos me rompen el alma entera para después recomponerla poniendo todos los trozos juntos de nuevo en su lugar y por obvias razones me acuerdo de ti.
Feliz cumpleaños, iba a poner una foto tuya que siendo honesta me da mucha risa y la veo cuando ando de malas o medio chillona, pero después de todas las que puse hoy en todos lados, supuse que es suficiente.
Gracias por existir, cuando necesito reír no tienes idea de lo mucho que me haces falta, necesito a alguien que me siga en mis jaladas y aunque tú no siempre lo hiciste, siempre estuviste ahí, al final del día, en la orilla del camino siempre te encontraste ahí para regañarme, para escuharme o para verme llorar o a veces las tres juntas y eso te lo voy a agradecer infinitamente porque el que las personas te aguanten de esa manera solo indica amor y no tienes idea de lo mucho que eso me hacía falta, a la fecha me hace falta, alimentaste mi alma con un poco de lo que tu tenías (tienes), así que gracias.
Decir que eres especial estás de sobra, te veo y pienso en la libertad, siempre he creído que eres un espíritu libre, salvaje (en el buen sentido) y justo por esa razón es que me gustaría verte triunfar, sé que el mundo es grande y está lleno de maravillosas personas (si hay algo que he aprendido de la vida es que no importante cuanto te lastimen las personas, hay más personas buenas que malas, ahí están, existen en todas partes de este mundo, así que no importa cuanto te fallen amor, cree en las buenas personas porque existen) sé que conocerás a muchas y puede que en el camino nos separemos, puede que cuando tú llegues a la cima no esté para verlo o viceversa, pero créeme cuando te digo que sé que cumpliras todos tus sueños, que vas a estar con quien tanto amas y aquí o en China, lejos o cerca, sé que serás feliz y si hay momentos en los que no sea así, sé que sabrás como reponerte.
Te quiero mucho corazón, vive, ama lo que haces y haz lo que amas, sé noble, sé fuerte, sé valiente (no recuerdo si el verbo ser de la segunda persona del singular al conjugarse en tiempo futuro lleva acento jaja, ahí perdona la ortografía).
Con amor, siempre con amor...
Laura
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