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#trabaja en casa
dineroencasahoy · 1 year
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6 Negocios Rentables Hoy. ⬇️
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piwichu · 1 year
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Me siento como las we
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malkaviian · 2 years
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siento que damian perdió la virginidad ya entrado en años, como a los 30 y pico jdnfksnfjs o veintilargos como mínimo
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emma7555 · 9 months
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Buscar trabajo online: apps y consejos que pueden ayudarte 
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flan-tasma · 10 months
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Waking up with them (Fontaine ver.)
💖~ I really wanted to do a sequel of this and I finally found time to post this, I hope you like it! :D
Warning: Nope now💖, GN!Reader | Google Translate sponsors me (it's a lie) If I made any mistakes in the english translation, I would be happy to read your comments! | Content in spanish and english
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Spanish:
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Las mañanas frías siempre eran parte de la vida de Neuvillette, una ducha fría para despertarse y empezar el día con una rutina practicada antes de irse a trabajar. Claramente, todo cambió contigo en su vida. Los melusines entendían que el sol los saludaban y empezaron su rutina de la mañana con pasitos cortos y en fila para turnarse al usar el baño, Neuvillette y tú los ayudaron con gusto y poco a poco todas las pequeñas criaturas bonitas vestían sus ropas y se iban no sin antes pedirte un adiós especial. Neuvillette sintió que el frío de la mañana se distanciaba cuando su corazón se calentó al verte dándole tanto cariño a los melusines, sus labios formaron una sonrisa cuando todas salieron de la casa en dirección a sus respectivos trabajos y actividades luego de despedirse de él. Un baño caliente, que se desconocía completamente de sus habituales duchas frías, tu a su lado para compartir la calidez de la mañana rodeada de conversaciones y la música que habías puesto en el fondo que te hacía bailar junto al agua que los rodeaba. Neuvillette se sentía agradecido de las mañanas frías, pero adoraba las veces en que se despertaba y su cuerpo estaba junto a ti, envuelto en mantas calientes.
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A Wriothesley le cuesta salir de la cama, independientemente de en dónde duerma. Le gusta dormir, se siente bien para él, y hay puntos extras si se ha dormido junto a ti en su sofá. El lugar es estrecho, por lo que abrazarte lo más cerca posible es necesario y bien recibido cuando te levantas y estás sobre el bello durmiente. Sus ronquidos son bajos, hay ocasiones en las que de verdad ronca muy fuerte y se levanta por su propio sonido, pero ahora él no quiere salir de su ensueño. Sabes que ya está despierto cuando sientes sus brazos apretarte más para que no te muevas, reclamarle no es una opción viable pues fingirá estar dormido, entonces decides entregarte un poco más a tus sueños y te recuerdas sobre su pecho. Él sonríe porque sabe que ha ganado, como el vencedor decide acariciar tu espalda hasta que lo sigas al país de los sueños. Seguramente llegue tarde a su trabajo, pero el precio s pagar no está mal si significa poder dormir contigo más tiempo.
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Lyney tiene que levantarse temprano todos los días porque su vida está llena de actividades. Trabaja duro en sus shows y como fatui, tanto que se ha acostumbrado a levantarse junto a los pájaros que cantan entre el cielo nublado. Hace frío afuera, de intenta recordar mientras voltea a ver la ventana y el cielo casi blanco le saluda. Pero aquí está tan cálido, recuerda cuando sus ojos se pasean por tu rostro de manera inconsciente, sin querer alejarse de tus brazos que se aferran a su cuerpo. Debe terminar de planificar el siguiente show, pedirle algunas cosas a Freminet, asistir a las prácticas antes de la puesta en escena, debe de recibir información importante para su misión, y todo lo que está en su lista mental de pendientes lo empieza a regañar por seguir en la cama. Sus brazos ya se han aferrado a ti, su rostro ya se ha escondido entre tu cuello y tu aroma le llena los pulmones mientras te quejas entredormida. Ya nada importa, se dice mientras sus pestañas revolotean con cansancio. Solo cinco minutos más.
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A Freminet le gusta aferrarse a tus abrazos, siempre que duermen lo abrazas y él a ti, y así le gusta levantarse en la mañana. Despertar en una cama vacía y fría no es de su gusto, por lo que no te alejas hasta que ambos están despiertos. Freminet puede llegar a hablar entredormido cuando está muy relajado y al inicio siempre se callaba avergonzado, ahora ya no le importa si lo escuchas llamar tu nombre entre sueños. Freminet se levanta alrededor de una hora específica, a veces más tarde y a veces más temprano, pero siempre que despertaban juntos te miraba en silencio, no espera que le digas algo, solo quiere sentirte junto a él. Acaricia tu rostro, pasa sus dedos por tu cabello y te abraza con fuerza mientras respira profundamente mientras se prepara para retomar sus actividades mientras les da un repaso. Cuando suspira profundamente es la señal en que ya está listo para salir de la cama.
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English:
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Cold mornings were always a part of Neuvillette's life, a cold shower to wake up and start the day with a practiced routine before going to work. Clearly, everything changed with you in his life. The melusines understood that the sun greeted them and they began their morning routine with short steps and in line to take turns using the bathroom, you and Neuvillette helped them with pleasure and little by little all the pretty little creatures put on their clothes and left not before asking you for a special goodbye. Neuvillette felt the cold of the morning go away when his heart warmed at the sight of you giving so much love to the melusines. His lips formed a smile when everyone left the house heading to their respective jobs and activities after saying goodbye to him. A hot bath, completely unlike his usual cold showers, you by his side to share the warmth of the morning surrounded by conversations and the music you had played in the background that made you dance along with the water that surrounded you. Neuvillette was grateful for the cold mornings, but he loved the times when he woke up and his body was next to you, wrapped in warm blankets.
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Wriothesley has a hard time getting out of bed, regardless of where he sleeps. He likes to sleep, it feels good for him, and there are extra points if he fell asleep next to you on his couch. The place is tight, so holding you as close as possible is necessary and welcomed when you get up and are on top of the sleeping beauty. His snoring is low, there are times when he actually snores very loudly and is woken up by the sound of it, but now he doesn't want to get out of his daydream. You know that he is already awake when you feel his arms tighten around you so you don't move. Claiming him is not a viable option because he will pretend to be asleep, so you decide to indulge your dreams a little more and remember yourself on his chest. He smiles because he knows he has won, as the victor decides to caress your back until you follow him to dreamland. He's probably late for his work, but the price to pay isn't bad if it means being able to sleep with you longer.
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Lyney has to get up early every day because his life is full of activities. He works hard at his shows and as a fatui, so much so that he has gotten used to getting up next to the birds that sing among the cloudy sky. It's cold outside, he tries to remember as he turns to look at the window and the almost white sky greets him. But it's so warm here, he remembers when his eyes wander over your face unconsciously, not wanting to move away from your arms that cling to his body. He must finish planning the next show, ask Freminet for some things, attend practices before the performance, he must receive important information for his mission, and everything that is on his mental to-do list begins to nag him for lie in. His arms have already clung to you, his face has already hidden between your neck and your aroma fills his lungs while you complain in your sleep. Nothing matters anymore, he tells himself as his eyelashes flutter tiredly. Just five more minutes.
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Freminet likes to cling to your hugs, whenever you sleep you hug him and he hugs you, and that's how he likes to get up in the morning. Waking up to a cold, empty bed isn't to his taste, so you don't move away until you're both awake. Freminet can talk in his sleep when he is very relaxed and at first he always kept quiet embarrassed, now he no longer cares if you hear him call your name in his sleep. Freminet wakes up around a specific time, sometimes later and sometimes earlier, but whenever you woke up together he looked at you silently, he doesn't wait for you to tell him something, he just wants to feel you next to him. He caresses your face, he runs his fingers through your hair and hugs you tightly as he breathes deeply as he prepares to resume his activities while he gives you a refresher. When he sighs deeply it is the sign that he is ready to get out of bed.
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deepinsideyourbeing · 3 months
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Fuera de Foco - Felipe Otaño
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Preludio ♡
+18! SoftDom!Pipe. Begging, (leve) choking, (posible) dacrifilia, dirty talk, (breve) edging, fingering, masturbación, sexo sin protección, sex toys, size diference/size kink, edades no especificadas. Uso de español rioplatense.
Es de madrugada cuando Felipe se arroja sobre su cama luego de un relajante baño caliente. El aire del exterior es gélido y él se refugia bajo las mantas convencido de que el agotamiento de su cuerpo lo arrastrará hacia un sueño profundo; mientras tanto juega con su teléfono con la esperanza de no olvidar conectarlo antes de dormirse y también chequea sus redes sociales, eventualmente olvidando el paso del tiempo.
El sonido de una notificación lo sorprende y toca el ícono para ver de qué se trata, pero se lamenta inmediatamente cuando la imagen carga y lo primero que ve es tu cuerpo adornado con un delicado conjunto de lencería bajo tu pijama de seda. Se arroja con fuerza sobre la almohada e intenta reprimir todos esos pensamientos que normalmente le quitan el sueño… en vano, porque no puede evitarlos así como tampoco puede evitar su erección.
Normalmente no contestaría tus historias, limita sus interacciones a tu página azul porque allí es donde más probabilidades hay de obtener respuesta –sobre todo cuando acompaña sus mensajes con una generosa propina-, pero no está utilizando su cuenta pública de Instagram y eso le da el valor que necesita para arriesgarse.
Quería dormir y ahora no puedo, escribe y presiona enviar antes de poder arrepentirse. Bloquea la pantalla de su celular e intenta contener la sonrisa mordiéndose los labios, luego desbloquea el dispositivo y su pulso se incrementa cuando descubre que estás escribiendo una respuesta.
“perdón…?” es el mensaje que recibe. Contiene la respiración mientras espera que continúes escribiendo, pero con el correr de los segundos comprende que eso será todo y también que es lógico que no quieras conversar con alguien en plena madrugada. Acepta la derrota y está a punto de darle me gusta a tu mensaje para retirarse en silencio, pero lo interrumpís:
“qué lindos ojos! lo digo por tu foto de perfil :)”
Suelta una risa de puro éxtasis y dirige una mirada a su ventana, el espacio milimétrico entre las cortinas permitiéndole ver la tenue luz proveniente de tu habitación. Se pregunta por qué estás despierta tan tarde, por qué mantenés las luces encendidas y las cortinas abiertas, dudas que refleja en un mensaje antes de reparar en ello.
Vos también tenés lindos ojos :) Y creo que también andás con insomnio…
“tuve un día un poco agitado estaba tan cansada que cuando llegué a casa dormí siesta y ahora no puedo dormir vos qué hacés despierto a esta hora?”
Recién llego de un viaje de trabajo contesta, ignorando la voz en su cabeza que grita para advertirle que no debería mencionar ciertos detalles de su vida. Le gustaría saber qué te llevó a contestar su mensaje y chequear su perfil, lleno de fotografías que tomó con su cámara en algún que otro viaje, pero sin importar la respuesta pretende hacer lo posible para conservar tu atención.
“no me conviene preguntar de qué trabajas, no? ☠️”
Audiovisuales responde con simpleza. No es del todo una mentira, ¿no? El término resume perfectamente sus estudios y su profesión actual y cree que no habrá problema en tanto no se te ocurra pedirle que te enseñe alguno de sus trabajos (¿está soñando que la conversación llegará lo suficientemente lejos? Se reprende mentalmente por ser tan patético).
“ah, como yo ;)”
Se desliza fuera de la cama riendo y camina hacia la ventana sin dejar de ver la pantalla. La nueva habitación todavía le resulta extraña y la falta de iluminación no le permite ver la maleta –la dejó tirada allí antes de bañarse- con la cual tropieza: deja caer el teléfono y cuando intenta tomar su pie adolorido cae sobre la alfombra, que sirve para amortiguar el golpe pero no la vergüenza que siente.
Se sujeta de las cortinas para reincorporarse y sólo repara en la gravedad de su error cuando los soportes en la pared ceden y la barra metálica golpea su frente. Se lleva ambas manos al rostro y masajea con sus dedos la zona adolorida, intentando recordar en qué momento activó el modo auto-destrucción y también preguntándose cómo puede ser tan idiota.
Evita moverse por temor a sufrir otro golpe y contempla a través de la ventana una pequeña franja del cielo nocturno. Es demasiado tarde, tal vez es también demasiado temprano, son escasas las luces que titilan en el firmamento y no encuentra explicación al resplandor que golpea los cristales e ilumina la pared de su habitación con movimientos frenéticos.
-No- escucha el pánico en su propia voz-. No, no, no.
Se estira para tomar su teléfono y desbloquea la pantalla, la cual para su alivio está aún intacta. Teclea lo primero que se le ocurre y  luego se arrastra sobre la alfombra para lograr alejarse de la ventana, reincorporándose una vez que está seguro de que la pared cubre por completo su cuerpo y que tu linterna no logrará localizarlo si permanece escondido allí.
Abraza sus rodillas, temblando de frío mientras espera tu respuesta y mordiendo sus uñas para calmarse. Desearía ser mejor vecino y mejor hombre, también ser más inteligente y muchísimo menos torpe, pero de poco sirve arrepentirse luego de prácticamente destrozar su habitación en su afán por ver cómo lucías mientras hablabas con él.
Tu respuesta no llega y Felipe, que sólo lleva puestos una camiseta y un bóxer, muere de frío.
Dirige su teléfono hacia la ventana y ayudándose con la cámara observa a través de la pantalla tus cortinas cerradas: las luces de tu habitación están apagadas, seguro, pero eso no le garantiza que no estés espiando tal como él suele hacer a diario. Lleva una mano a su rostro, frustrado, quejándose cuando su palma le recuerda el dolor del golpe.
Se lamenta profundamente porque por fin tenía un día libre, planeaba dormir hasta tarde y ordenar comida para no tener que molestarse cocinando… Y ahora nada de eso podrá ser, ya que en cuanto despierte tendrá que buscar la manera de arreglar las cortinas e ingeniárselas para no llamar tu atención en el proceso.
Son pasadas las diez de la mañana cuando Felipe despierta en el sofá, desorientado y con las extremidades adormecidas por la incómoda posición en la que durmió. Rescata su teléfono de entre los cojines y aunque juró no continuar con sus malos hábitos, lo primero que hace es entrar a Instagram para chequear tus historias: tu desayuno, tu outfit, flores (cree saber a qué edificio vecino pertenecen) y por último una historia con el link de tu página, acompañada por el texto “Buenos días a todos ♡”.
Hace click sobre el enlace y una vez que el video comienza se recuesta sobre su espalda para mayor comodidad. Sigue tus manos cuando desabotonás lentamente la camiseta de tu pijama y la seda que cae para revelar tus pechos desnudos y tus pezones erectos por el frío, sensibles en extremo a juzgar por los quejidos que se oyen cuando tirás de ellos.
El masaje en tus pechos es acompañado por tus suspiros y respiraciones temblorosas, además de algún que otro comentario sobre cuánto te gustaría tener con quién despertar durante los días más fríos. Felipe no tiene idea de si tus palabras son ciertas o no, pero suenan lo bastante genuinas como para darle ideas de todo tipo y empeorar su estado.
Tira de su ropa interior para liberar su miembro y comienza a masajear su erección con movimientos lentos, casi perezosos, siguiendo el ritmo de tus propias manos sobre tu cuerpo. Jadea cuando ve que tu respiración comienza a acelerarse y que rozás tus muslos, como si llevaras ya una eternidad esperando por una caricia.
Tu contenido tiene siempre pequeños detalles que lo hacen sentir menos como producciones y más como encuentros verdaderamente íntimos, así que no se sorprende cuando en busca de una mejor posición se te escapa una pequeña risa (sólo la mitad inferior de tu rostro es visible esta vez) y comenzás a hablar sobre lo difícil que fue acomodar el trípode sobre tu cama.
-Además tenía mucho sueño- y bostezás-. Ojalá tuviera alguien que me ayude, me vendría bien tener de acompañante a alguien que sepa más sobre ángulos y tomas.
No es posible que recuerdes la conversación que tuvieron en la madrugada, ¿o sí? Porque adoraría ayudarte con lo que sea, por vos solucionaría cualquier problema técnico y también los otros, esos que provocan que te muerdas el labio con fuerza cuando tus dedos trazan una línea desde tu pecho hasta tu ombligo para luego colarse debajo de tu pantalón.
Tus labios se separan en un gesto de aparente sorpresa y dejás salir un gemido casi inaudible. Felipe sabe mucho antes de que muestres tus dedos brillantes ante la cámara que tu sorpresa es debida a la humedad que encontrás entre tus piernas y también sabe que esta no es producto de los escasos minutos que llevás grabándote. Se pregunta si despertaste excitada luego de algún sueño húmedo o si te encontrabas así horas atrás, cuando hablaste con él.
Intenta contenerse y no acelerar sus movimientos cuando te deshacés de toda tu ropa, permitiendo ver tu piel humedecida con tu excitación. Separás tus piernas para regalar una mejor vista de tu centro, tan tentador como para que Felipe quiera perderse en vos cada vez que lo ve, y cuando comenzás a acariciar tus pliegues y tu clítoris te mordés los labios.
Su mano imita el ritmo de la tuya cuando vuelve a ascender hasta tus pechos, masajeándolos y tirando de tus pezones, los cuales parecen suplicar por todavía más atención gracias a las bajas temperaturas. Ahoga un gemido cuando se permite jugar con su punta goteante y sensible, pero sólo lo hace porque no quiere opacar tus sonidos angelicales.
Conducís tus dedos hacia tu entrada y muy lentamente deslizás uno en tu interior, utilizando los otros para separar tus pliegues manchados con tu esencia. Cuando comenzás a mover el dígito entre tus paredes y rozás tu punto sensible gemís; Felipe no puede evitar recordar todas las veces que tuviste que batallar con tus propias manos y las cantidades de lubricante que necesitaste en tantas ocasiones para poder utilizar un dildo, lamentándote por no lograr introducirlo por completo.
Rodea con sus dedos y presiona la base de su miembro cuando nota entre las sábanas el dildo que admitiste usar pensando en él (y todavía le cuesta creer que ese sea uno de los efectos de su fama). Perdió la cuenta de cuántos orgasmos tuvo rememorando la manera en que dijiste su apodo durante aquella transmisión y cómo relataste el escenario que imaginabas con él.
Pronto son dos los dedos que preparan tu entrada y arrancan gemidos de tus labios, un poco hinchados y enrojecidos por tanto morderlos, y no pasa mucho tiempo antes de que tomes el juguete junto a la almohada y lo cubras de lubricante con movimientos que simulan otra cosa.
Utilizás la punta -que muchas veces es lo único que lográs tomar dentro tuyo- para jugar con tu clítoris por unos minutos y luego dejás caer tus manos hasta que esta roza tu pequeña entrada. Estás desesperada y es aún más evidente cuando presionás el dildo con fuerza, en un inútil intento de complacer inmediatamente tu necesidad.
Sollozás, ya sea por el ardor de la penetración o por tu excitación, y tu voz causa estragos en el cuerpo de Felipe. Acelera los movimientos de su mano y se ayuda de su muñeca, oyendo cómo los obscenos sonidos de su miembro comienzan a mezclarse con los sonidos que provoca el dildo en contacto con tu humedad.
Intenta controlarse, hace un esfuerzo prácticamente inhumano para no dejarse ir, pero contenerse es difícil cuando en su mente es él quien está atacando tu cálido y estrecho interior. Imaginó miles de veces cómo se sentiría tenerte bajo su cuerpo, todas las cosas que haría para complacerte y para arruinarte, y el ángulo que escogiste para el video sólo alimenta esa fantasía.
El orgasmo lo golpea repentinamente, corta su respiración y parece detener su pulso por completo, pero continúa acariciándose hasta que su sensibilidad y la sobre estimulación lo superan. Cuando por fin se detiene, jadeando y apretando los párpados con fuerza, todavía siente sus latidos acelerados y es alarmante la rapidez con que sube y baja su pecho.
En la pantalla de su celular tu video está aún reproduciéndose y ve los espasmos de tu cuerpo, pero lo que más llama su atención es el movimiento de tus labios y cómo parecen dibujar dos sílabas en particular. Su miembro palpita y unas últimas gotas de semen caen sobre su abdomen, uniéndose al no tan pequeño desastre que mancha su piel.
Casi de manera cronometrada recibe un mensaje tuyo y sólo entonces recuerda que lo último que te preguntó durante la madrugada estaba relacionado a cámaras y micrófonos.
Cuando relee tu respuesta y comprende lo que significa puede sentir que toda la sangre de su cuerpo vuelve a alojarse entre sus piernas y también su corazón latiendo con fuerza, pero esta última sensación intenta ignorarla.
“si tenés alguna recomendación podemos charlarlo profesionalmente con un café ;)”
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Días más tarde entrás a una cafetería y lo primero que notás es que está casi desierta; lo segundo, consecuencia del silencio generado por la ausencia de personas, es la claridad con que se oye la música que resuena en el lugar. Aún en la entrada tirás de la bufanda que protegía tu cuello del frío exterior y te quitás el abrigo cuando la calefacción comienza a agobiarte.
Escaneás el lugar y encontrás un suéter azul –que enmarca de maravilla la espalda ancha de tu cita- en una de las mesas más alejadas de la entrada. Tus pasos suenan sobre la duela brillante cuando caminás con fingida seguridad, procurando esconder los nervios que te consumen y la forma en que tus piernas tiemblan hasta casi hacerte tropezar.
Te aclarás la garganta cuando llegás a la mesa y Felipe voltea rápidamente, pálido y con los labios entreabiertos. Sus ojos son más impresionantes en persona, iluminados por la luz solar filtrándose a través de los ventanales que dan al jardín del establecimiento, y no estás segura de cuál es el color que utilizarías para describirlos.
-Hola- le sonreís, acariciando delicadamente su hombro antes de inclinarte para besar su mejilla. Tomás asiento frente a él y ante su silencio agregás:- ¿Todo bien?
-Bien, ¿vos? ¿Tuviste problema para llegar?
Negás y en un intento de calmar los latidos de tu corazón acomodás el delicado centro de mesa, un pequeño frasco de vidrio con flores frescas. Es la primera vez que visitás el pintorezco lugar que Felipe escogió para que se encontraran y te encanta la decoración, la música reproduciéndose y, por sobre todo, la compañía.
-Vivo cerca- explicás-. Pero eso ya lo sabías, ¿no?
Percibís la agitación en su respiración y te parece tierna la forma en que evita el contacto visual. Toma una bocanada de aire, se relame los labios y cuando los separa para hablar lo interrumpe la mesera que viene a tomarles el pedido, quien parece ignorar que llegaste hace unos pocos minutos y los observa extrañada cuando ambos comparten una risa por la incomodidad.
Te alegra ver en la mejilla de Felipe la huella de tus labios.
-Y vos ya sabías que era yo cuando me respondiste, ¿no?- contesta cuando vuelven a estar solos.
-Y mucho antes de eso ya sabía que eras mi vecino- tus dedos juegan con las flores en la mesa-. Y que te gusta espiarme todos los días, ¿o por qué creés que no cerraba las cortinas?
En pocos segundos la vergüenza hace arder su rostro y sus pecas resaltan como estrellas en sus mejillas ruborizadas. Permanece en silencio y concentra su atención en las flores con las que entretenés tus manos, permitiendo que sus largos dedos rocen los tuyos cuando acaricia los pétalos.
-Entonces supongo que no te interesan mis consejos sobre cámaras y micrófonos.
Soltás una risa y él te imita, más relajado.
-En realidad sí, me gustaría que me aconseje alguien con más conocimiento que yo- confesás-. Además miré varios cortos que dirigiste y me encantaron.
-¿De verdad?
-De verdad- te mordés los labios y te cubrís el rostro con las manos-. Soy tremenda fangirl.
-¿Y yo…?
Cuando volvés a reír te sonríe y te cuesta horrores dejar de mirar sus labios y la forma que toman cada vez que esboza una sonrisa o habla. Parece sentirse más cómodo, se ve mucho menos tímido de lo que lucía durante los primeros instantes del encuentro, y para cuando la mesera regresa con sus pedidos sólo mantiene sus ojos en vos.
La conversación se desarrolla de manera fluida y cuando pregunta es fácil compartirle los detalles sobre tu trabajo: qué te llevó a decidir incursionar en la creación de contenido para adultos, cómo fueron los largos primeros meses cuando todavía no tenías mucho público, cómo te sentiste con la mirada de las personas que sabían a qué te dedicabas.
En todo momento es respetuoso, amable, comprensivo y parece no importarle en lo absoluto la naturaleza de tu profesión. Hablan sobre cámaras y micrófonos, justo como habían acordado, pero luego la conversación toma un rumbo alejado de los aspectos técnicos que pretendían tratar y es así como te enseña su galería repleta de fotos que tomó durante viajes y en otros momentos.
Escuchás con atención cuando habla sobre la película que lo arrojó al estrellato, ofreciendo anécdotas divertidas y otras que no lo son tanto, reflexiones sobre las consecuencias de una experiencia como la vivida durante el rodaje y sus pensamientos respecto a este. Sus manos moviéndose acompañan su voz en todo momento y cuando nota tus ojos siguiéndolas evita comentarlo.
La agradable compañía y la familiaridad nacida en cuestión de minutos provoca que ambos pierdan la noción del tiempo, ignorando el cielo oscureciéndose o el reloj en la pared y sus agujas que caen, caen y caen. Comparten algún que otro dulce, le hacés saber sobre las migas en su rostro y en un momento de atrevimiento borra una mancha de azúcar glass de la comisura de tus labios.
-¿Y esta semana qué tenés planeado?- preguntás mientras tomás tu abrigo de la silla. Luego de ordenar otra taza de café uno de los empleados se acercó para informarles que estaban próximos a cerrar y deslizó sobre la mesa la cuenta, por la cual Felipe y vos pelearon hasta que dejaste de insistir.
-Con suerte descansar un poco- abre la puerta para permitirte salir primero-. ¿Vos…?
-Renegar con mi cámara y el programa de edición que uso para los videos.
-¿Por qué?
-El formato de los archivos- contestás cuando se detienen en una luz roja-. Ya no sé si el problema es la cámara, la computadora, el programa…
Caminan lentamente, deshaciendo el camino que los llevará a ambos a sus respectivos hogares y fingiendo no notar que se encuentran un poco muy cerca el uno del otro, tanto que cuando el viento corre su perfume invade tus sentidos de la manera más placentera y es por eso que decidís no acomodar tu bufanda.
La tarde es casi noche y mientras cruzan el parque del vecindario, repleto de hojas secas e iluminado por los faroles, Felipe finge que no observa tu rostro y tu cabello, tus labios moviéndose mientras hablás de algo que apenas procesa, sin saber que vos estás haciendo lo mismo cuando se te presenta la oportunidad.
-Cuando quieras te puedo ayudar- susurra al detenerse frente a la puerta de tu edificio, jugando con sus llaves y haciéndolas tintinear dentro del bolsillo de su abrigo.
Frotás tus manos, cubiertas con unos delicados guantes pero aún así frías y temblorosas, y observás a Felipe con la intensidad suficiente para memorizar todos los detalles de su rostro. Podés apreciar cada respiración que escapa de sus labios gracias a la temperatura, la cual no deja de descender, y también cómo intenta mantenerse en calor moviéndose sutilmente de un lado a otro.
-¿Ahora estás ocupado?
-No.
-¿Subimos?
Felipe te sigue hacia el interior de hogar y luego a tu habitación sin poder creer lo que sucede: la cama que tantas veces deseó conocer esta deshecha y aún así se ve prolija, el escritorio donde muchas de tus transmisiones inician sólo lo ocupan tu set-up junto con algunos libros, y puede ver a través de tus cortinas su ventana.
Te sentás en la cama y, concentrada en el menú de la cámara entre tus manos, no percibís su figura acercándose hasta que sus piernas entran en tu rango de visión. Dejás de jugar con los botones del dispositivo, un tanto avergonzada, y cuando su mano toma tu mentón para obligarte a mirarlo te forzás a no cerrar los ojos.
-¿Por qué estamos acá?
-Para que me ayudes.
-¿Con qué…?- acaricia tu labio inferior con su pulgar-. Y no me mientas.
Tomás con una mano su muñeca, obligándolo a permanecer en su lugar, y capturás su dedo entre tus labios para luego succionar con fuerza. Mantenés el contacto visual y podés apreciar el efecto que tienen tus acciones cuando tu lengua acaricia su piel y cuando comenzás a mover tu cabeza de arriba abajo.
-Te das cuenta de lo peligroso que es lo que hiciste, ¿no?- asentís y cerrás los ojos-. ¿Y todo por qué? ¿Querías qué…?
Presiona tu lengua con su pulgar y tira de su mano para desocupar tu boca, pero en lugar de alejarse acaricia tu mejilla y suspira cuando recostás tu rostro en su palma cálida. Acaricia tu pómulo con su pulgar aún húmedo y ante la falta de respuesta alza una ceja.
-Te quería a vos.
-¿Por qué?
-Porque me gustás.
-No me conocés- razona.
-Nos conocemos mejor de lo que creés- parpadeás rápidamente, nerviosa-. Me acuerdo de todos tus mensajes y de todas las cosas lindas que siempre me dijiste.
-¿Hace cuánto sabías que era yo?
-Desde que cambiaste la foto de perfil- confesás-. Tu nombre de usuario me parecía obvio y con esa foto de tus ojos…
Antes de terminar la oración Felipe te empuja contra el colchón y te acorrala con su cuerpo, haciéndote sentir indefensa y atacando tus labios antes de que puedas reaccionar. El beso es hambriento pero sus manos sobre tu figura son gentiles y sólo te exploran luego de oírte gemir. Entre besos pregunta:
-¿De verdad soy tu favorito?
-Obvio- sonreís-. Hace mucho, mucho, mucho.
Te responde igualando tu sonrisa y luego comienza un camino de besos en tus labios que baja por tu mentón y se detiene en la piel sensible de tu cuello hasta que tus gemidos se asemejan más a sollozos. Se aparta unos centímetros para chequear tu rostro, asegurándose de no estar ignorando cualquier límite.
Aún bajo el foco de sus atentas pupilas dilatadas arqueás tu espalda para poder sacarte el suéter y también la camiseta, permitiéndole ver el sostén que adorna tus pechos y su color contrastando con tu piel. Su mano rodea tu cintura y su pulgar acariciando la zona de tus costillas amenaza con hacerte reír.
-Si en algún momento querés que pare…
-No quiero que pares- y para dar énfasis a tus palabras alzás la cadera y rozás tu pelvis con su erección, haciéndolo jadear contra tus labios-. Por favor.
Adorna tu piel con besos húmedos, muerde tus clavículas para hacerte temblar y besa tus pechos por sobre el encaje, su lengua jugando con tus pezones visiblemente erectos a través de la tela. Sujeta tu cadera con firmeza para evitar más de tus movimientos provocadores y ante esto tirás de su cabello para rogar por más.
-¿Estás segura?
Acariciás su mejilla y tu voz tiembla cuando -perdiéndote en la seguridad que te brinda su mirada honesta y cálida- en lugar de dar una respuesta decís:
-Tus ojos parecen acuarelas.
La profundidad de tu observación y tu elección de palabras resultan encantadoras y busca refugio en tu cuello para evitar decir algo que lo deje en ridículo e intentar recomponerse, tomando respiraciones profundas. Exhala y su aliento sobre tu piel te hace temblar.
-No me respondiste- te recuerda cuando se aleja-. ¿Estás segura?
-Yo sí, ¿y vos? ¿Estás seguro?- jugás con un mechón de su cabello que cae y roza tu mejilla, intentando ignorar la extraña culpa que sentís con tan sólo pensar en lo que dirán otros-. ¿No te da cosa que...?
Te interrumpe con un beso.
-No.
-Entonces...
-¿Qué querés?
-Que me toques.
El ardor en tu rostro resulta insignificante una vez que sus dedos se deslizan entre tus pechos y por sobre tu estómago, dejando un rastro de fuego que conduce hacia el calor entre tus piernas. Desabotona tu pantalón y cuando llega a tus pliegues te encuentra completamente húmeda, tanto como para humedecer también tu ropa interior.
Gemís cuando te acaricia con movimientos suaves y delicados, dibujando círculos sobre tu punto más sensible mientras estudia las expresiones que transforman tus rasgos. Su tacto quema en el mejor de los sentidos y que sea él quien te toca sólo maximiza tu placer, haciéndote gemir más fuerte y con más frecuencia.
En pocos minutos te permite saborear tu orgasmo y cuando lo mirás, entre sorprendida y atontada, murmura alguna que otra palabra de aliento sobre tus labios. Besa tus párpados, muerde tus pezones sensibles y te sonríe cuando arqueás tu espalda buscando más contacto... Pero entonces sus movimientos cesan y se aparta.
-Estaba por...
-Todavía no.
Te gustaría reclamarle pero la profundidad de sus ojos basta para desorientarte y también para que desees complacerlo. Tira de tu ropa hasta despojarte de ella, prácticamente escaneando cada centímetro de piel que le es revelado, y cuando vuelve a posicionarse sobre tu cuerpo sus manos separan tus piernas con delicadeza extrema, como si temiera herirte.
Felipe finge que el ver tu intimidad en persona no le roba la poca cordura que le queda y vos intentás ocultar que tu excitación sólo empeora bajo su escrutinio; ambos fracasan, por supuesto, porque él no logra apartar su mirada de tu entrada brillante y vos goteás.
Te estremecés cuando vuelve a tocarte y tu mano toma su brazo con fuerza por la intensidad de sus atenciones. Humedece tus pliegues y luego toda tu entrepierna con tu excitación, que no deja de bañar sus dedos cada vez que rozan tu entrada, juega con tu clítoris hasta que tus muslos amenazan con cerrarse y se detiene, retomando luego de segundos el ritmo que –a juzgar por tus reacciones- te enloquece.
Estás tan mojada que no puede evitar tantear tu entrada con su dedo medio e introducir sólo la punta del mismo, moviéndolo sin prisas e insistiendo hasta que tus paredes estrechas permiten que este se deslice por completo en tu interior húmedo y ardiente.
Curva el dígito en busca tu punto dulce y cuando lo encuentra gemís, aferrándote a su cuerpo. Intentás comprender cómo logra acertar con todas y cada una de sus acciones, pero cualquier rastro de claridad en tu mente está desdibujándose y te es difícil pensar.
Entre gemidos y balbuceos Felipe cree distinguir su nombre.
-¿Querés más?
-Sí, por favor- suplicás con voz entrecortada. Sus ojos parecen oscurecerse y de no ser por el contexto creerías que su ceño fruncido y sus labios apretados son un indicio de molestia-. Por favor, más…
Tu interior ahora vacío te hace gemir de angustia y la única solución que Felipe encuentra para silenciarte es atacar tus labios y el interior de tu boca con su lengua. Continúa besándote mientras acaricia tu entrada con dos dedos y cuando presiona con fuerza bebe de tus gritos, producto del ardor.
Golpeás su pecho y sin dejar de jugar con tu sensibilidad rompe el beso para poder observarte, buscando cualquier pequeño indicio que le haga saber que debe parar y encontrando en los sonidos que emitís motivos para únicamente seguir satisfaciéndote.
Redobla el ritmo y cubrís tu boca para ahogar un grito. Tus párpados se cierran con fuerza y dejan caer las lágrimas que hacían arder tus ojos. Tus mejillas y las sábanas bajo tu cabeza se humedecen con rapidez pero Felipe, muy lejos de detenerse, continúa tocándote.
-¿Dónde está?
Estás completamente inmersa en el placer y no lográs descifrar sus palabras, así que optás por ignorar su pregunta y centrarte en llegar al orgasmo. Tirás de su suéter con fuerza, tanta como para rasgar el tejido, los dedos de tus pies se contraen y también los músculos de tu abdomen cuando oís los sonidos de tu humedad.
Tomás aire y estás a punto de dejarte llevar, pero tu clímax nunca llega porque Felipe se detiene nuevamente. Te abandona en la cama, ignorando tus quejidos justo como vos ignoraste la pregunta que él hizo, y rebusca entre los cajones de la mesita de luz hasta hallar el lubricante que siempre utilizás.
Comienza entonces a desvestirse y no logra ocultar su nerviosismo: sus manos tiemblan cuando tira de su cinturón y lo deja caer sobre la alfombra, también cuando desabotona sus jeans y baja la cremallera, dejando entrever su ropa interior manchada con sus fluidos y el contorno de su erección.
Desnuda también su torso y cuando ves  sus abdominales trabajados y su pecho tonificado te es imposible no suspirar. Cuando regresa a tu lado tu mano recorre todo lo que alcanza, desde su mejilla hasta su cuello -donde podés sentir su pulso- y también sus pectorales.
Tus dedos siguen el rastro de vello hasta perderse bajo su ropa interior, encontrando allí su miembro cálido y asombrosamente -aunque no sea sorpresa alguna- pesado. Tus movimientos lentos parecen gustarle y muerde su labio antes de tocar tu frente con la suya, permitiéndote apreciar sus largas pestañas rozar su piel.
-¿Te la puedo chupar?
-No voy a aguantar- lamenta-. Y no doy más, necesito cogerte.
Suspirás y la necesidad tira de tus músculos.
-Y yo necesito que me cojas.
Se deshace de su ropa interior y sólo entonces comprendés la gravedad de la situación: Felipe es alto, musculoso, y sus grandes manos tienen una razón de ser que no se reduce a adornar tu cuello. Soñaste e imaginaste mil veces con este momento, pero en todas tus fantasías su tamaño era... bueno, menos peligroso.
Intentás disimular la inquietud que ensombrece tus pensamientos, permitiéndole bañar tus pliegues y tu entrada con lubricante antes de aplicar el producto sobre sí mismo, pero cuando vuelve a buscar consentimiento en tu rostro sólo halla pánico y se detiene.
-No pasa nada- asegura-. Podemos parar o hacer otra cosa...
-No quiero hacer otra cosa, quiero que me la metas.
-Pero...
-Por favor- y masajeás su erección, palpitante y necesitada de atención-. Por favor, Pipe.
Felipe obedece, por supuesto, porque él también soñaba con vivir un momento así a tu lado. Observó mil veces cómo utilizabas tus dedos y tus batallas con dildos de menor tamaño, pensando en todos esos momentos cómo te arruinaría por completo y cómo tu única opción sería rendirte ante él.
Acaricia tu clítoris con su glande y luego lo guía hacia tu entrada, donde se detiene unos instantes mientras espera cualquier señal de arrepentimiento. Cuando tu mano se posa sobre su cadera sus dudas e inseguridades se desvanecen y comienza a penetrarte, siempre atento a las reacciones de tu cuerpo y en tu rostro.
Arrojás la cabeza hacia atrás y escoge ese momento para besar tu cuello en un intento de distraerte del dolor. Parece funcionar porque tus gemidos comienzan a caer de tus labios y te relajás tanto que él logra introducir otros cuantos centímetros entre tus paredes, las cuales se contraen sin cesar.
Lleva su pulgar a tu clítoris y comienza a jugar con el mismo con la esperanza de que te relajes aún más, pero también porque desea llevarte una vez más cerca de tu orgasmo para tal vez volver a privarte de él. Tu respiración es acelerada y tus pechos aún prisioneros de tu sostén llaman su atención.
Arranca la pieza de lencería de tu cuerpo y mientras continúa dibujando círculos en tu centro masajea con su otra mano tus pechos, dedicándole un par de minutos a cada uno y adorando escuchar todos los diferentes sonidos que te arrebata.
Mareada por las sensaciones y por su dedicación a tu placer te reincorporás, descansando tu peso sobre tus codos para poder admirar lo que sucede entre tus piernas. Tu respiración parece detenerse y mirás a Felipe con una mueca de incredulidad, preguntándole silenciosamente si ve lo mismo que vos.
-No va a entrar toda.
Toma el lubricante y arroja otro poco sobre su miembro.
-Vamos a hacer que entre.
Te dejás caer sobre el colchón y él cumple con su palabra. Mueve su cuerpo lentamente contra tu centro, desapareciendo la distancia que los separa y consolándote con las caricias de sus labios o limpiando tus lágrimas cuando el ardor de la penetración te hace temblar y protestar.
Tus ojos nublados no te permiten ver el movimiento de las agujas del reloj, el cual reposa junto a tu cámara sobre tu mesita de luz, por lo que no tenés manera de saber cuánto tiempo transcurre hasta que Felipe logra introducirse por completo en tu interior.
Descansa su peso sobre sus brazos y el movimiento de su cadera lo acompaña con besos en tus mejillas y en tu boca, las caricias de sus labios sobre los tuyos siguiendo el ritmo creciente de sus estocadas.
Abrazás su cuello y lo atraés aún más hacia tu cuerpo, desesperada por obtener más contacto y provocando con la nueva cercanía que su pelvis estimule tu clítoris. Tus gemidos aumentan sumándose al conjunto de sonidos obscenos que resuenan en tu cuarto y entre los cuales se escucha tu humedad.
Felipe jadea y también sisea, todavía más excitado, cuando tus uñas dejan marcas en su piel. Deja de preocuparse por la intensidad y la profundidad con que abusa de tu interior pero no se preocupa, porque tus gemidos son confirmación y guía suficiente.
Su mano se desliza entre tu cuerpo y el suyo pero en lugar de tocarte, como esperabas, la posiciona sobre tu abdomen bajo y ejerce presión para permitirte sentir la profundidad que alcanza en tu interior. Gritás por lo placentero de la sensación y él sonríe, una arrogancia impropia de su persona adornando su belleza.
Tomás su muñeca y tirás para que se detenga, creyéndote incapaz de tolerar el placer que el peso de su mano te otorga, pero él no cede y es así como finalmente te permite disfrutar de tu orgasmo. Rodeás su cadera con tus piernas y llorás bajo su cuerpo, padeciendo el placer que nubla tu mente, anuda tu lengua y te desorienta.
Recuperarte no es un lujo que te puedas dar porque mientras los espasmos aún te recorren Felipe manipula tu cuerpo para dejarte boca abajo, sentándose sobre tus muslos y acariciando tu centro todavía sensible con su punta. Cuando vuelve a penetrarte jurás sentirlo mucho más profundo que antes.
Con sus manos separa tus glúteos para poder apreciar mejor la forma en que su miembro, brillante por el lubricante y tus fluidos, luce contra tu diminuta entrada. Se muerde los labios y siente los músculos de su abdomen bajo tensándose, pero se contiene.
Finge no mirar la cámara que dejaste sobre la mesita de luz y se arroja sobre tu espalda, cada vez más desesperado. Sus largos dedos abrazan tu cuello para alejarte de las sábanas y encuentra tu rostro húmedo por tus lágrimas y tu saliva, que escapa de entre tus labios junto con su nombre.
Siembra besos en tu omóplato, en tu hombro y permite que sus dientes rocen tu oreja sólo para deleitarse con la contracción de tus paredes sobre su miembro, que golpea tu cérvix repetidamente y provoca que arrugues las sábanas bajo tus palmas sudorosas.
Volteás tanto como su mano te lo permite y separás los labios para hablar, frustrada cuando de tu boca sólo salen sonidos patéticos y palabras indescifrables. Felipe cree comprender que querés besarlo y es por eso que se acerca, pero antes de llegar a tu boca te oye decir:
-Adentro.
Felipe es débil y sólo lo comprende luego de procesar tus palabras, porque es entonces cuando sus movimientos se tornan brutales y sacuden tu cuerpo desconsideradamente. Tus gemidos mutan en gritos que se entremezclan con sus jadeos de placer y estos no se detienen en ningún momento, tampoco cuando sus bocas se fusionan.
Unos pocos segundos más tarde sentís la forma en que su miembro palpita, las venas recorriéndolo junto con el constante asalto a tus profundidades estimulándote todavía más que antes, y cuando salpica tus paredes con su semen otro orgasmo te golpea.
Temblás y el placer que contrae tus músculos también roba las últimas gotas de la liberación de Felipe, que llena con su calidez tu interior y amenaza con hacerte perder aún más la cabeza.
-¿Estás bien?- pregunta Felipe. Su voz está cargada de preocupación y ese usual deje de dulzura-. ¿Necesitás algo?
-¿Podemos quedarnos así?
Su confirmación es un abrazo y el calor de su pecho sobre tu espalda te hace sentir protegida. Besa tu cabello, ahora desastroso, tu piel brillante por el sudor y tus mejillas saladas por tus lágrimas.
-¿No necesitás nada, segura?
-A vos.
Sonríe contra tu piel.
-Me tenés- susurra-. Si de verdad me querés, me tenés.
El suspiro que deja tus labios es una mezcla de alivio y satisfacción pero se convierte en un quejido cuando Felipe abandona tu interior, haciéndote sentir vacía y luego molesta cuando los fluidos de ambos escapando de tu entrada, sensible e irritada.
-¿Te querés quedar...?
-¿De verdad?
-Sí.
-Bueno- sonríe y besa tu frente-. ¿Querés que cocine yo?
-Podría ser, pero no sé qué... ¿Qué hacés?- preguntás cuando lo ves tomar la cámara y arrodillarse sobre el colchón.
Separa tus piernas con cuidado y cuando oís el click gemís.
-Esta es sólo para mí.
Si están leyendo esto es porque vencí a Tumblr y... no, mentira, tuve que transcribir la historia no más. Quería publicarla más temprano pero en pleno delirio místico me pareció que era una muy buena idea sacrificar escenas, reescribir otras y editar todo lo que no me gustaba, pero no me arrepiento de nada porque el resultado me gustó :) Espero que hayan disfrutado la lectura y haberle hecho justicia a Pipe ♡
taglist: @madame-fear @creative-heart @delusionalgirlplace @chiquititamia @lastflowrr @recaltiente @llorented ♡
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fuckyeahmexico · 2 months
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Sirenas de Natividad: las mujeres que exploran y defienden el mar en México
• Desde hace más de 20 años, una cooperativa de pescadores en la comunidad de Isla Natividad, en Baja California Sur, México, trabaja en la adaptación y resiliencia frente a los impactos climáticos, como las tormentas tropicales, olas de calor marino, eventos de hipoxia y pérdida de bosques de algas en donde crecen las especies que les dan sustento y que han sufrido mortalidad masiva, como el abulón.
• Para ello han invertido en la diversificación de sus actividades económicas y han establecido reservas marinas voluntarias. El objetivo es promover en ellas la recuperación de las poblaciones pesqueras afectadas.
• En el 2019 se fundó un grupo conocido como las Sirenas de Natividad, mujeres dedicadas al buceo científico y comunitario. El equipo está integrado por cinco mujeres amas de casa, esposas e hijas de pescadores que se dedican a monitorear los recursos pesqueros y las reservas marinas voluntarias
Fuente: Noroeste
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cartas-de-eli · 2 years
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Cosas que he aprendido a la mala:
Nadie va a venir a salvarte, así que no te concentres en el problema, busca una solución.
No des más de lo que recibes, no es sano.
No tengas una relación cuando aún estás sanando, sólo lastimarás a la otra persona.
No caigas en el Breadcrumbing, Gaslighting, Ghosting, Negging, Benching, ni en ninguna técnica de manipulación que hoy en día se usan tanto, para que no caigas, aprende sobre ellas.
No bajes tus estándares por nadie.
No romantices el “mínimo esfuerzo”.
Trabaja en tu autoestima.
Cuida tu apariencia, tu alimentación, haz ejercicio; recuerda: “lo primero que los demás ven no son tus sentimientos, es tu apariencia y actitud”.
Ponte como prioridad SIEMPRE; porque cuando tu mundo colapsa, sólo te tienes a ti.
No dejes que las redes sociales te consuman, la mayor parte de lo que ves, no es real, de vez en cuando déjalas de usar, ya sea uno, dos o tres días.
Lee libros de autoayuda.
Finge que no te importa la opinión de los demás hasta que te lo creas.
No te aferres a nada ni a nadie, TODO es temporal.
No te agobies por algo que no puedes controlar, lo que hoy parece el fin mañana lo verás como un comienzo, sólo déjalo fluir.
Las demás personas no tienen responsabilidad sobre tus emociones, cuídalas y protégelas TÚ.
No justifiques los malos tratos de los demás por amor, cuando importas se nota y cuando no, se nota aún más; sal de donde no te traten como te mereces.
Deja de creer que: “el o la que me quiera me va a querer tal cual soy” cambia tus malos hábitos y actitudes, nadie se enamorará de esos defectos, ni siquiera tú.
Practica hobbies, te ayudarán a contemplar otros horizontes y verle lo bonito a la vida.
No te compares, “no todo lo que brilla es oro”.
Métete en tu subconsciente que sos un P*TO privilegio, recuerda: “aceptamos lo que creemos merecer”.
Trata a los demás como ellos te traten, pero ten en cuenta que todos estamos o tenemos algo que nos duele por sanar.
Sal con tus amig@s, diviértete, quedarte en casa sólo te hundirá más en tus problemas.
Dejará de doler, yo sé que quieres desaparecer, que no aguantas una lágrima más, pero te juro que pasará y cuando pase, serás más fuerte y más feliz.
No todos son cómo tú, y ese es tu poder y a la vez tu debilidad.
No estes con cualquiera sólo para no estar sólo, no es sano para tu salud mental y muy dañino para la otra persona.
No le temas a la soledad, ella es amiga y te enseñará lo que nadie de tu círculo social puede enseñarte.
Concéntrate en tus metas, sueños, en ti, en tu crecimiento personal, profesional y económico, trabaja en ello hasta sentirte orgullos@ de lo que eres.
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gyusimp · 1 month
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Podría ser un Ken Sumiso y Reader Dom(Dominante) Gentil? :3. La verdad no tengo una idea concreta pero amaré cualquier escenario en el que Ken sea sumiso 🙏
O talvez podría ser una situación en la que una de las partes de la relación este celosa por X situación/interacción que el otro haya tenido? 👉👈
(perdón sí soy demasiado o muy poco específic es que me da penita hacer requests JAJAJ)
°•𝑺𝒖𝒃 𝑲𝒆𝒏𝒋𝒊 𝑺𝒂𝒕𝒐 𝒙 𝑫𝒐𝒎 𝑹𝒆𝒂𝒅𝒆𝒓 [ᴴᵉᵃᵈᶜᵃⁿᵒⁿˢ⸴ ˡᵉᵛᵉ ᴺᔆᶠᵂ]
Gracias por tu solicitud! Espero llenar tus expectativas jaja y no tengas pena tú pregunta lo que sea que pienses! 😚💖
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Estabas en casa de Ken por la tarde, él te pidió si podrías amablemente ayudarlo a cuidar a Emi mientras él se ocupaba de unos asuntos. Tenía una conferencia de prensa y una entrevista luego de haber ganado con éxito su último juego.
Siempre que dejaba sola a la bebé su casa terminaba con algún nuevo destrozo o algo por el estilo porque después de todo, un pequeño robot no era un apoyo suficiente para mantener las cosas bajo control.
Accediste sin problemas a ayudar a tu novio y te sentaste frente a la unidad de contención en el sótano a jugar y hablar con Emi para distraerla con tu presencia. Kenji bajó y se despidió de tí repitiéndote sus cosas por hacer para mantenerte informada en caso de que él no pudiera contestar tus mensajes de forma rápida.
—¿La entrevista será hasta las 6:00, no? —preguntaste, poniéndote de pie para ir con él mientras le arreglabas el cuello del blazer negro que usaba.
—Si, será con la Srita. Wakita, no creo demorar mucho y luego ya estaré de vuelta —él te comentó, dejando que lo ayudaras. Pero te detuviste al escuchar su nombre. —¿Pasa algo, amor?
—Hhmmm, no me gusta esa mujer.
—¿Por qué? —él preguntó, un poco divertido.
—No me da confianza y ¿por qué solo te entrevista a tí? ¿A solas? ¿No crees que está buscando un papá para su hija? Y justo tú eres ese joven guapo y adinerado que podría resolverle la vida ¡y además Ultraman!
Kenji se rió ante todas tus deducciones, estabas claramente celosa pero de una manera adorable, causándole gracia.
—Ay linda, aún si fuera así ella no se compara a tí en absoluto, confía en mí.
—Confío en tí amor, es en las mujeres en las que no confío ¡más cuando eres tan perfecto!
Kenji continuó sonriendo, adulado por tus elogios mientras seguían conversando. Él dejó un beso en tus labios mientras te tomaba de la cintura y fue hacia su motocicleta para encargarse de sus asuntos.
Te quedaste con Mina y Emi, una tarde de chicas para cuidar a la bebé poniéndole sus programas favoritos, proyecciones de Kenji en sus juegos y otras cosas para hacerla sentir acompañada.
Estabas distraída con la adorable bebé pero no lo suficiente como para dejar de pensar en la entrevista de Ken. Preferirías que hubiera sido citado junto a todo el equipo o algo por el estilo pero ¿por qué tenía que ser siempre solo él? Eso te molestaba y no es que fueras insegura, era simplemente irritante ver la insistencia de otra por la constante atención de tu pareja incluso llegando a incomodarlo con sus preguntas sin relación al baseball en más de una vez. Se supone que si tiene preguntas son relacionadas a su carrera ¿no? Porque es su trabajo, y tampoco trabaja para un programa de chismes o farándula.
En fin, Kenji te dijo que estuvieras tranquila y eso hiciste. Eran casi las 8:00 de la noche, hora de que Emi se fuera a dormir. Te encargaste de que todas las luces del sótano se apagaran y que Mina proyectara pequeñas luces con forma de estrellas por todo el lugar mientras la bebé kaiju bostezaba y se acomodaba dentro de su unidad abrazando uno de los autos de la colección de Ken hasta quedarse dormida.
—Ken está en camino de regreso. Puedes subir con él mientras vigilo a la bebé —te ofreció Mina a lo que aceptaste. Subiste al primer piso y fuiste a ducharte y a cambiarte al cuarto de Ken mientras escuchabas el motor de su moto parqueándose abajo.
Kenji se quitó el casco y entró a su casa buscándote en el sótano a la vez que saludaba a Mina y observaba a Emi descansar. Fue su asistente de AI quien le hizo saber que estabas arriba, probablemente en su cuarto por lo que él fue a buscarte.
—Hola amor, ya estoy en casa —saludó Kenji, encontrándote con una de sus playeras puesta.
Le devolviste el beso y entonces él comenzó a hablarte sobre cómo estuvo su tarde y las cosas que hizo, incluyendo detalles de la entrevista donde él pudo notar tus celos de nuevo a pesar de que lo ocultaras, por lo que pensó en molestarte un poco a modo de broma.
—¿En serio sigues celosa? —preguntó, arqueando la ceja con una sonrisa, acercándose a tí, quien optó por no dejarse avergonzar.
—Claro ¿tienes problema con eso? —no estabas enojada, solo querías llegar a cierto lugar con tu actitud.
—Vaya, ¿alguien está molesta? —su tono era desafiante pero se notaba aún su modo de broma.
Lo tomaste de los hombros y lo empujaste para hacer que se sentara en la cama, te sentaste sobre su regazo a horcajadas y lo miraste seria, notando lo nervioso que estaba ahora.
—Tal vez. Imagina lo irritante que debe ser la insistencia de otra por estar extrañamente cerca de mi hombre más de una vez ¿entiendes, no?
Kenji tragó saliva, tratando de no mirar fijamente como la palabra "ICON" de su playera se curveaba sobre tu busto. Puso relajadamente las manos sobre tus muslos cuando notó que solamente llevabas bragas. Supuso que al ser su playera simplemente cubría tus shorts por ser más larga pero no era así. Lo habías planeado todo.
—Ahmm, si claro... —él no sabía cómo reaccionar o qué decir, simplemente se seguía poniendo nervioso. Estaba donde lo querías.
Le abriste el blazer y se lo quitaste para luego pasar tus manos por debajo de su playera blanca y acariciar tentadoramente su espalda y abdominales, subiendo la tela poco a poco hasta que se la quitaste. Su respiración era más rápida y su pulso enloqueció cuando lo tomaste de los hombros y comenzaste a dejar besos por todo su cuello y mandíbula, sus clavículas y pectorales dejando una que otra marca.
—¿En serio voy a tener que recurrir a esto para que todo el mundo sepa que eres mío? —hablaste contra su piel, haciéndolo jadear.
Tus besos se volvieron húmedos, leves mordiscos rozaban sus hombros mientras te movías sobre su regazo y sus manos se clavaban en tu cintura.
—Eres mío Ken... —le dijiste en un murmullo, llevando el lóbulo de su oreja a tu boca, jugando con su piercing en tu lengua—. Todo esto es mío —su alma casi se separa de su cuerpo cuando tomaste su longitud de repente entre tus manos sobre sus jeans de color negro.
Te inclinaste más a él e hiciste que se acostara por completo en el colchón, dejándolo ver cómo te quitabas la playera y te acomodabas el cabello para seguir besándolo.
—Ahora tendré que hacer uso de mis beneficios, ¿no te molesta, no? —tu tono era sensual y provocativo, jugando con el borde de sus jeans.
—En absoluto...—él respondió casi en un suspiro, con el rostro sonrojado debajo de tí.
Sonreíste victoriosa. No importa de todos modos cuantas mujeres o fanáticas lo deseen a él, al final del día, siempre serán tus brazos su lugar más seguro y tu nombre el único que su linda voz repetirá entre gemidos.
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somos-deseos · 10 months
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Para mí:
Trabajas de lunes a sabado, desde las ocho de la mañana hasta las 7 de la noche. Cuando llegas a casa, te encierras en tu habitación y estudias hasta las once o medianoche inglés y matemáticas. Los días festivos y fines de semana, cuando estás todo el día en casa, te vuelves a encerrar en tu habitación y exiges que no te molesten. Si dependiera de ti, este ciclo continuaría por el resto de tu vida. Tus padres se irán, tus sobrinos crecerán y tus amigos construirán su vida en otra ciudad, estado o país. El único recuerdo que cada uno tendrá de ti será el de ti cerrando la puerta de tu habitación. Y los recuerdos que tendrás de ellos serán de hace meses y años porque estabas demasiado ocupado para crear recuerdos vívidos.
— Seguen Oríah ☁️.
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rinconliterario · 2 months
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Pero el pueblo, como todos los pueblos, tiene sus prejuicios y sus castas: nadie lo dice en voz alta, pero hay «ypefianos» y resto del mundo y los «ypefianos» comen en restaurantes como esos, viven en un barrio especial en casas especiales, tienen autos especiales y conservan el esquema familiar más tradicional que imaginar se pueda: esposa ama de casa, esposo que trabaja, hijos al colegio. Sus hijas no quedan embarazadas a los 12 años, los maridos no destrozan a golpes a sus esposas, sus hijos de 15 no se inyectan vino tinto. Los demás —el resto del mundo— tienen poco de algunas de esas cosas, demasiado de otras, y las dos partes se miran con bastante rencor y no poco desprecio. "Los suicid*s del fin del mundo" Leila Guerriero, 2005.
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caostalgia · 1 year
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Los 20s son raros, estas en la etapa donde comienzas a trabajar, a vivir, a ser independiente.
Seamos honestos, uno empieza a serlo cuando trabaja pues siempre permanecemos bajo el yugo de los padres, de una casa, de una comida caliente al volver.
Todos estamos improvisando en este interminable mundo siempre móvil, nadie me dijo nunca que teníamos que comprar papel de baño que siempre había parecido interminable, o ese aroma a lavanda que siempre había en el closet era porque se ponían pastillas para madera.
Pero tampoco me dijeron la enorme satisfacción de un trabajo bien hecho, de comprarme todo lo que quise por mi propia cuenta.
Crecer es extraño, ser adulto es extraño.
Me encanta este mundo lleno de niños jugando a ser grandes.
Ser grandes jugando a ser niños.
¿Recuerdan lo primero que compraron con su primer sueldo? Es irrealista la felicidad que se siente.
Pero, ¿por qué nos preocupamos?
Seamos honestos, nadie sabe lo que está haciendo, solo nos queda hacer lo que nuestro instinto cree que es mejor bajo nuestras experiencias y todo lo que forma parte de nosotros.
Ser adulto es todo un performance.
-Mala poesía
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dudd-ie · 2 years
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Otro garabato en conmemoracion del estreno de la 5ta temporada/final de aggretsuko!
Hice algunos dibujos de haida y retsuko siendo padres para que fuera una especie de "secuela" de mi dibujo anterior.
¿Por que dibuje su hijo como un mini clon super lindo de haida? Simple : ME ENCANTA HAIDA.
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Considero que el final fue algo apresurado, y ENSERIO me hubiera gustado ver a haida esperando en el altar en alguna escena pós-créditos(igual me conformo con saber que al final de la serie siguen viviendo juntos 👀), haida es mi personaje favorito así que estoy contento de que la última temporada fuera un poco más amable con él (siguen tratando a mi pobre y tímida hiena como alguien super patético >:[ creo que el personaje de haida tenía mas potencial pero bueno... Al menos dejaron de patear TANTO su autoestima )
Mi parte favorita de la serie fue ese momento en que ellos están caminando con algunas bolsas de compras y tienen una corta charla sobre como seria genial tener un auto(es un pequeño momento tan trivial y la forma en la que hablan de las cosas que podrían hacer JUNTOS a futuro me llena de vida)
Mi parte menos favorita fue ... el "intento de asesinato" hacia haida😫,¡ las cosas le estaban llendo bien al chico y estaba motivado apoyando la campaña política de su novia! Y pum! Acontecimiento dramático que queda sin resolverse al final de la serie pero que lastima a haida!...ese momento...uff,lo pasé mal, estaba tan molesto cuando vi lá forma en la que a haida le estaba temblando la mano(mi mente no dejaba de gritar"¡RETSUKO LAPUTA MADRE TOMA SU MANO Y CONSUELA A TU NOVIO!¿no ves que necesita tu apoyo? Haz algo ! AHORA!"
Pero bueno,fueron al registro matrimonial y todo se resolvio(? Supongo que cuando haida dijo que estaria al lado de retsuko hasta el final,Pues...lo dijo muy encerio Xd )
Psdt:¿Soy el unico que le parecio chistoso el hecho de que al inicio de la serie retsuko deseara ser un ama de casa mantenida y que en su temporada final terminara manteniendo a su novio? Lo mejor es que no rechazo en lo absoluto la idea de que haida se vuelve el "amo de casa" y se encargue de cuidar a sus futuros hijos mientras retsuko trabaja 👀 ...de echo... ¿soy el unico que cree que haida se veria muy atractivo si le pusieras un delantal de cosina?(cada dia soy más fan de las situaciones domésticas de pareja arggg)
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revistapipazo · 19 days
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Hueona pobre vs. pobre hueón
A Claudia la conocí quince años atrás en la universidad. Cuento corto: vía Facebook nos hacemos “amigos” de nuevo y un sábado nos juntamos a chupar en Plaza Brasil. Tiene tres hijos a cuestas, pero sigue igual de flaca (que es lo importante).
Meses antes Claudia ha encontrado a su marido y a su mejor amiga follando en el catre de uno de los cabros chicos. Está con el ánimo hecho pico, pero ni tanto dadas las circunstancias; más cagado del mate estoy yo, debo admitir.
Ella es la pareja ideal. Se emborracha con un gin tonic, habla lo justo y necesario, se ríe de mis chistes rancios y no duda en dejar clarito qué chucha es lo que quiere. Y lo obtiene. Sin hacer atados, se va tempranito para su casa en micro; durante la semana saluda un par de veces por messenger, pero nunca pregunta hueás que sabe que no voy a contestar. Desde el principio queda claro que sólo nos veremos los sábados, porque es el único día que puede liberarse del jardín infantil. Durante la semana llego a echarla de menos, cómo será de buena la cabra.
Poco tardo en comprender que Claudia es pobre como una rata y le encanta serlo. Su ex es un actor de medio pelo que “trabaja” haciendo talleres de teatro callejero: un muerto de hambre pasado a sobaco que no la ayuda en ná. No es que ella gane una miseria, pero aparte de los tres guachos debe mantener una casa, a su abuelita de 87 años, un gato y dos perros.
Claudia relata entre carcajadas cómo les inspira lástima a sus colegas para que le regalen ropa y tintura para el pelo; cada mañana se va a la pega esquivando micros en una bici roñosa que recogió literalmente de un basurero. Un día acepta que la vaya a dejar, pero se baja tres cuadras antes porque reconoce que le da vergüenza que vea su covacha digno hogar de madre trabajadora.
Un domingo me cuenta que para el día siguiente tiene planeado viajar dos horas en micro para asistir a una reunión en un ministerio (porque la hueona además es talentosa y asesora a una comisión o algo así). Yo, imbécil, le digo que no sea rata y que al menos tome un colectivo para que no llegue toda transpirada. De paso, aprovecho de recomendarle que use un buen desodorante porque anda medio fuertona. Emputecida, Claudia pesca sus monos y se manda a cambiar. Sigo durmiendo.
Esa tarde me avisa por email que en su blog me ha dedicado unas palabras. Intentaré reproducir el rosario de chuchadas: “Eres un arribista reculiao. Te creís la raja porque tienes una casa con murallas, te quebrai con tu cagá de auto y con tu mierda de bicicleta de marca. Con lo que te gastai en un copete yo alimentaría a mis hijos en una semana. No quiero verte más conchetumadre, tú no entiendes el sufrimiento de los que tenemos carencias. Chao nomás, hediondo hijo de la puta tu madre que te parió”.
Y sería el final de una linda historia de amor.
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imaven · 3 months
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ENTREGA: MAVEN LIM. HABILIDAD: COMBATE CUERPO A CUERPO (1/3).
DETALLES FAMILIARES:
willem lim (60) — padre. médico internista, jefe del área de emergencias en queen astrid military hospital y profesor de internado en la université libre de bruxelles.
emilie lim (54) — madre. ama de casa, actualmente, imparte clases de gastronomía coreana, financiada por la embajada, y vende pasteles ocasionalmente.
minerva lim (34) — hermana mayor. casada y erradicada en corea. enfermera pediátrica, pero no ejerce y se dedica a la crianza de sus hijes.
siena lim (32) — hermana mayor. comprometida y dueña de dos perros. arquitecta, trabaja en el departamento de urbanismo del gobierno de bruselas.
chiara lim (30) — hermana mayor. comprometida, profesora de lengua y literatura en lycée français jean monnet, hogar temporal de gatos.
leonie lim (28) — hermana mayor. soltera. bióloga especializada en botánica. miembro de un equipo de investigación en la université libre de bruxelles y en el jardín botánico de la ciudad.
maven lim (27) — psicólogo de la université libre de bruxelles. especialista psicología clínica con máster en comportamiento criminal. solía trabajar en un hospital del estado ubicado en bruselas.
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kentinismo · 8 months
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SFW ALPHABET | Kentin, Corazón de Melón.
warning(s) ! ninguna, una que otra mención sobre relaciones sexuales.
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"A" is for Affection (¿Cómo demuestra su afecto?)
— Kentin demuestra su afecto a través de tiempo de calidad y contacto físico. Su principal lenguaje del amor incluye dedicarte todo su tiempo y disfrutar de sesiones de abrazos y besos para expresar cuánto te ama.
"B" is for Best Friend (¿Cómo sería si fueran mejores amigos?)
— En el canon, Kentin inevitablemente se enamora de ti. Su falta de discreción se refleja sus sonrojos ante el mínimo toque o palabra afectuosa. Fuera de eso, como mejores amigos, sería tu confidente, con el deseo de animarte en tus peores momentos y ofrecer confianza eterna.
"C" is for Cuddles (¿Le gusta abrazar?)
— Kentin ama abrazarte, especialmente siendo la cucharita grande. Busca mantener tu calor corporal contra el suyo, rodeando tu cintura como muestra de pertenencia y protección. También, en ocasiones de vulnerabilidad, disfruta acurrucarse en tu pecho mientras te pregunta cuánto lo amas.
"D" is for Domestic (¿Le gustaría una vida doméstica?)
— Siempre se imaginó viviendo contigo y sonreía al pensar en esa fantasía. Está dispuesto a ampliar su conocimiento gastronómico para prepararte las mejores comidas y recibirte con una comida caliente y la casa ordenada si trabajas o estudias.
"E" is for Ending (¿Cómo terminaría su relación?)
— En su primera ruptura, se sintió culpable, pero al reencontrarse, se esforzó por vivir un "felices por siempre". Si tú terminaras la relación, soltaría lágrimas agradeciendo todo lo compartido.
"F" is for Fiancée (¿Cómo se siente respecto al compromiso?)
— En el canon, se casan, ya que siempre quiso pasar toda su vida a tu lado y entrelazar sus vidas eternamente en el matrimonio.
"G" is for Gentle (¿Qué tan gentil es?)
— Kentin te ve como algo sumamente precioso y frágil, siendo delicado en cada acción contigo, incluso en la cama le cuesta ser rudo. Ah, pero con los celos es algo completamente diferente, que hablaremos más adelante;3
"H" is for Hugs (¿Le gusta abrazar?)
— Kentin AMA abrazarte, considerándolo la mejor manera de demostrar afecto y protección. No puede pasar mucho tiempo sin tocarte de alguna manera.
"I" is for I Love You (¿Cuánto tiempo tarda en decir que te ama?)
— Siempre estuvo seguro de amarte y probablemente fue el primero en expresarlo, quizás durante su primera vez contigo.
"J" is for Jealousy (¿Qué tan celoso es?)
— Antes era muy celoso y posesivo, pero después de aprender a manejarlo, controla sus celos. Aún puede ser protector y posesivo ocasionalmente, especialmente frente a otros hombres que coquetean contigo, soltando comentarios posesivos y besándote violentamente en frente de estos.
"K" is for Kisses (¿Cómo besa? ¿Le gustan?)
— A Kentin le encanta besar tiernamente, colmándote de besos húmedos y repitiendo "te amo" al alejarse de tus labios. Disfruta especialmente los besos de mariposa, le dan cosquillas en la piel y vuelve a sentirse como un adolescente enamorado.
"L" is for Little Ones (¿Cómo se lleva con los niños?)
— Aunque no se lleva bien con niños demasiado pequeños, disfruta jugar con los más grandes y ha pensado en tener hijos contigo.
"M" is for Morning (¿Cómo serían tus mañanas con él?)
— Le gusta seguir una rutina matutina, levantarse, desayunar, pasear a los perros y pasar el resto del día contigo.
"N" is for Night (¿Cómo serían tus noches con él?)
— Al igual que las mañanas, Kentin disfruta de una rutina nocturna que incluye cenar, bañarse contigo y acurrucarse en la cama para tener una noche amorosa.
"O" is for Open (¿Qué tan abierto es contigo?)
— Kentin prefiere hablar sobre cosas básicas de su vida, pero cuando se trata de sus sentimientos es más cerrado de lo normal, pero ya que te ve como alguien que merece toda su confianza, habla más fácilmente contigo de esto.
"P" is for Patience (¿Qué tan paciente es contigo?)
— Es increíblemente paciente contigo, conoce todos tus rasgos y su paciencia es casi infinita.
"Q" is for Quizzes (¿Qué tanto recuerda sobre ti?)
— Aunque a veces se le escapan detalles, Kentin intenta recordar todo sobre ti y se esfuerza en retener toda información importante.
"R" is for Remember (¿Cuál es su momento favorito en la relación?)
— Adora todos los momentos contigo, pero si tuviera que elegir uno, sería cuando cepilla tu cabello después de ducharse juntos.
"S" is for Security (¿Qué tan protector es?)
— Kentin te ve como alguien que merece ser protegido, proporcionándote toda la seguridad posible en sus brazos y a su lado.
"T" is for Try (¿Qué tanto esfuerzo pone en las citas?)
— Se esfuerza por hacer que todas las citas sean perfectas y planea todo con anticipación.
"U" is for Ugly (¿Qué malos hábitos tendría?)
— A veces se enfada fácilmente por cosas insignificantes, pero rara vez te culpa, ya que es paciente contigo.
"V" is for Vanity (¿Qué tan inseguro es?)
— Aunque ha mejorado sus inseguridades, aún puede sentir que no te merece completamente en algunas ocasiones en dónde no se siente con la mejor autoestima del mundo.
"W" is for Whole (¿Se sentiría incompleto sin ti?)
— Sí.
"X" is for XTRA (Headcanon extra que le gustaría agregar)
— A Kentin le gusta besar cada cicatriz, marca de nacimiento, lunar o peca que tengas.
"Z" is for Zzz (Hábitos de sueño que tiene)
— Duerme tranquilo, a veces babea un poco y tiene espasmos que pueden asustarte durante la noche. (me dió mucha risa imaginarlo 😭)
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