Tumgik
#tienda de ropa para jovenes
dlupon · 20 days
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Algo fabricado.
La felicidad, era algo fabricado. O eso le habían dicho a Diana toda su vida. Aunque luego de dar a luz a su pequeño hijo, no creía en ello tan fervientemente. El tiempo pasaba rápidamente cuando se era genuinamente feliz, y su hijo generaba eso en ella, que ya tenia un par de años encima.
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En lo que a ella respectaba, Robert era un niño brillante, tan vivaz e ingenioso, aunque capaz de ejecutar mas de diez travesuras al día. Vivía por y para su hijo, quizás descuidando un poco a los hijos de su esposo pero, ¿Quién podía culparla?. Era el momento en que tendría que ocupar todo su tiempo en la educación de su hijo. Diana deseaba que este se convirtiera en alguien ejemplar.
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En la tarde, en un día nuboso, casi al borde de que comenzara la llovizna, la hermana de Augustus vino de visita nuevamente, ambas coincidían en que, al pasar el tiempo, y con el crecer de sus hijos, podían optar desde ahora, de vez en cuando, a tomarse una taza de te. Fidelia, ahora ya un poco mayor, incluso por llegar a lo que se consideraba adultez, escogió unirse a la charla, ahora lo que las mujeres adultas hablaban, le resultaba en demasía interesante. -Eh escuchado que en el pueblo, en la tienda de conveniencias, han traído nuevos modelos, actualizados al tiempo.- cuchicheaba Stella, con la atenta mirada de su sobrina. -Tal vez deberíamos ir a escoger algunos, eh vendido algunas ropas viejas a los Thomson y tengo algo de dinero, ¿Crees que podríamos ir mañana?- consultó Fidelia. -De hecho, si. Si diana esta de acuerdo, por supuesto.- sonrió, esperando aprobación. -Claro. Espero no les moleste que no asista, me eh estado sintiendo mal estos días.- inquirió cuidadosamente.
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La verdad era que hace días que siente nauseas al comer y se marea al levantarse de la cama. Sin mencionar que se agita demasiado al hacer cosas simples, como subir una escalera o lavar la ropa en el barreño. No tardo en darse cuenta que nuevamente estaba embarazada, algo de gran temor a su edad, ya que trae demasiadas complicaciones. Inmediatamente que comprendió la situación, corrió a decirle a su esposo lo que estaba pasando. Si bien, su situación económica ahora estaba estable y era buena, el miedo de Augustus a perder a su esposa era inminente.
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Temprano en la mañana, ambas damas salieron corriendo a por esas nuevas prendas. La emoción era palpable en el aire. Fidelia jamás había comprado ropa, su madre y luego su madrastra hacían la ropa para ella. Sobraba decir que estaba emocionada. La aventura de encontrar algo adecuado para su edad y que a demás le quedara bien, fue un intríngulis, pero finalmente lo logro. Y en tanto su tía encontraba algo para ella, fue enviada a por unas delicias dulces a la tienda de la esquina.
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Mientras caminaba, algo despistada por los colores de las tiendas y los pequeños pájaros que cantaban reposados en la fuente, choco con un joven fornido que sin previo aviso la arrojo al suelo bruscamente, sintiéndose desorientada por un par de segundos.
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-Discúlpeme.- rogo el joven, encogiéndose a su lado para extenderle su mano, en un intento de socorrerla.- permítame ayudarla. -Esta bien, puedo hacerlo sola.- sentencio, algo avergonzada, si no hubiera estado tan distraída, quizás lo hubiera conocido de manera diferente. -Esta bien señorita, como quiera.- Soltó, levantándose para seguir su paso.
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-¿Estas segura de estar bien?, no quisiera ningún desconcierto más tarde. Puedo hablar con su familia si quieres. -Esta bien, tía. El se disculpo, a demás, la culpa fue mía. El camino a casa resulto ser mas largo de lo que habían planeado. Hicieron varias paradas en distintas tiendas, comprando pequeños adornos para el cabello y aretes a juego, para los diferentes atuendos que lograron comprar. Prometiendo volver allí en cuanto consiguieran un poco mas de dinero.
Con todo el tiempo que habían perdido para llegar, dentro de la casa de los Hartley ocurría una tragedia. Augustus había encontrado a su esposa desvanecida en el suelo de la entrada de la casa, sobre un charco de sangre, no tan grande como para representar un riesgo de vida, pero si algo preocupante.
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No hacia falta explicar lo que había sucedido, Diana sabia perfectamente lo que estaba sucediendo, el bebe en su barriga no había resistido, por lo que ahora estaba despidiéndolo. Solo debia esperar a que este saliera por completo, lo que no tardaría mucho, solo estaba de algunas de semanas. Aun así, Augustus se quedo todo el tiempo con ella. Ese también era su hijo, y era su esposa quien estaba sufriendo.
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tigretulipa · 7 months
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Capítulo 3
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Antes de proceder, quería avisaros sobre que intento ir avisando por Instagram (TigreTulipa) y Bluesky (tigretulipa.bsky.social) de cualquier novedad o actualización sobre la historia. Antes tenía Twitter, pero como el señor ese se lo está cargando ya no sé dónde ir, así que me fui a la red social que conozco mejor después de esa TT-TT. Siento la tardanza, pensaba publicar los capítulos 3 y 4 antes de Navidad, pero no me dio tiempo porque los reescribí para cambiar algunas partes que no me terminaban de convencer. También he logrado sacarme el carnet de conducir tras mucho tiempo :’) Tenía la intención de publicar los capítulos 3 y 4 a la vez, pero he considerado que era mejor publicar por ahora el 3 y darme tiempo para arreglar el 4.
La mirada de _____ se encontraba perdida entre la multitud de la zona de embarque del aeropuerto mientras se distraía haciendo girar la maleta sobre sí misma. Visto que no tenía ni teléfono ni dinero, eso y ver las personas que iban de un lado a otro era lo más entretenido en aquel momento.
Aburrida, giró la cabeza hacia los ventanales que había a su derecha y se encontró con su reflejo, vestido con ropa que le había prestado Bélgica, sobre el cielo anochecido. Hacía rato que el sol se había llevado con él las tonalidades anaranjadas del atardecer para dar paso a los azulados oscuros y las estrellas de la noche, poco perceptibles por la contaminación lumínica de la ciudad.
Qué raro se le hacía referirse a alguien como país. Y qué raro se le hacía que un país tuviera cuerpo humano… Bueno, en cierta forma era más o menos como si fueran los representantes y presidentes de los territorios. Pero unos que eran prácticamente inmortales…
_____ volvió a mirar hacia la gente apretada en la pequeña tienda donde España había ido «un momento», según él, a comprar, pero desistió y puso la atención en sus pies al no lograr ver al español.
«Que sepas que a partir de ahora somos primos» le había dicho Antonio durante el trayecto hacia el aeropuerto. Según él, esa había sido la forma más rápida y fácil de darle unos apellidos nuevos y poder actuar como familiar si se daba el caso.
Eso le hizo recordar las palabras de Alemania.
_____ suspiró y apretó con un poco de fuerza su brazo derecho varias veces. Estaba nerviosa y, aunque Feliciano le había dicho que no la estaba regañando, se sentía culpable por estar allí y recibir su ayuda con la repercusión que-
—¡Ya estoy de vuelta! —anunció feliz España, con ambas manos ocupadas y una amplia sonrisa pegada a la cara—. Ay… —se quejó al sentarse—, uno no puede hacerse viejo —carcajeó, dirigiendo su vista hacia _____. Su rostro adquirió una expresión más seria, pero no dejó de sonreírle.
Casi podía ver cómo los engranajes de la mente de la joven giraban a mil por hora. Convivir con humanos durante tantos años le había permitido leerlos como si fueran un libro abierto.
La pobre chica le sonreía forzadamente, su mirada llena de confusión. Mañana hablaría con ella. Por entonces, con un movimiento rápido, la rodeó por la espalda con el brazo y la acercó a él a modo de abrazo.
—Sea lo que sea, no le des más vueltas al tarro, por el momento —le aconsejó—. Hoy, al llegar, directos a dormir. Mañana ya nos preocuparemos de lo que ronda por esta cabecita tuya —dijo usando el dedo índice para darle toquecitos suaves en la frente.
_____ tomó aire y lo soltó lentamente. Entendía lo que le sugería, pero no podía frenar la cadena de pensamientos. Era frustrante querer hacer algo pero no lograrlo.
Antonio parecía haberlo entendido y le volvió a sonreír, apenado.
—Te prometo que encontraremos la manera de llevarte de vuelta a casa, a tu mundo —le aseguró apretándole ligeramente el hombro con la mano.
La honestidad que había en las palabras de aquel hombre humedeció los ojos de la joven, pero se esforzó en retener las lágrimas para liberarlas en la intimidad y tranquilidad de su nuevo refugio en España. Ya solo le faltaba llorar delante de todos los que había por allí presentes.
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Afortunadamente, el vuelo fue tranquilo y apenas hubo turbulencias. Antonio se había pasado casi todo el viaje hablando, las pocas veces que permanecía callado era porque estaba ocupado bebiendo o comiendo. En otro momento le habría resultado abrumador lo que podía llegar a hablar, pero en ese momento _____ se sentía agradecida por no haber tenido oportunidad de retomar lo que su mente había dejado a medias. En algún momento se llegó a plantear si el español lo estaba haciendo adrede.
Tras bajar del avión, fueron a paso ligero a recoger el equipaje y tomar un taxi para llegar a casa de Antonio. Era entrada la madrugada y el cielo era totalmente oscuro, pero la luminosa ciudad no dormía: coches iban y venían por las calles y carreteas, la gente paseaba por las calles repletas de bares y otros locales llenos de vida y por las ventanas de varios edificios aún se podían ver luces encendidas. Poco a poco, fueron dejando atrás el bullicio del centro hasta llegar a una zona residencial más tranquila, donde el estruendo de las carreteras más cercanas quedaba ahogado por los árboles y bloques de pisos.
El taxista detuvo el vehículo delante de un bloque de apariencia bastante sencilla y _____ se bajó somnolienta del coche. A pesar de haber dormido hasta la tarde, el ajetreo del aeropuerto y el vuelo habían hecho que volviera a sentir sus párpados pesados. Temía quedarse dormida de pie si los cerraba ni que fuera unos segundos. Notaba que su cuerpo se iba relajando mientras contemplaba cómo el taxi se iba encogiendo a medida que se alejaba. Se sentía un poco más cerca de su hogar.
Con pasos pesados, Antonio y ella se dirigieron hacia el portal mientras Antonio rebuscaba en un bolsillo de su abrigo para sacar una gran cantidad de llaves que tintinearon cuando este intentaba dar con la correcta para abrir la puerta del edificio. Tras varios intentos fallidos, logró abrir la puerta chirriante. Era un edificio antiguo y por desgracia para sus pies agotados, no disponía de ascensor, así que tocaba subir por las escaleras de azulejos hidráulicos.
—No te preocupes, solo tenemos que subir tres plantas —le intentó animar Antonio.
La subida fue ardua y al llegar a la puerta del apartamento _____ luchó con todas sus fuerzas para no quedarse dormida en la entrada e intentó prestar atención a lo que Antonio le decía mientras le enseñaba rápidamente el lugar y le explicaba cómo funcionaban las cosas. Aparte de la cocina, tansolo se quedó con la ubicación del baño y del dormitorio de invitados, su habitación temporal. Y qué cómodo era el colchón cuando se dejó caer en él…
Mientras se ponía el pijama que le había prestado Antonio, se dedicó a examinar detenidamente su entorno: la tonalidad clara del parqué contrastaba con la madera oscura del armario y de la cama de matrimonio de estilos más antiguos que, a su vez, desentonaban con el resto de muebles un poco más modernos y minimalistas. Por lo que recordaba haber visto, el resto del piso parecía seguir el mismo patrón de contrastes pero sin llegar a ser visualmente incómodo. Parecía que Antonio había intentado modernizar el interior de su casa, pero no se había atrevido a deshacerse de algunas antigüedades.
Unos golpes suaves en la puerta de la habitación hicieron que rápidamente pusiera su mirada sobre esa.
—¿Se puede? —preguntó el anfitrión.
—¡Sí, adelante!
La puerta se abrió poco a poco y Antonio sacó la cabeza para comprobar que todo estaba bien. Acto seguido la abrió por completo.
—Solo venía a comentarte un par de cosas antes de dejarte dormir. —_____ le asintió para que prosiguiera.
—Mañana-, bueno, hoy —se corrigió al recordar qué hora era—, tengo una reunión a media mañana. No tardaré demasiado, pero si tienes hambre o lo que sea, que no te dé cosa beber, comer o hacer lo que quieras mientras no estoy.
—¿Seguro?
—Sí, seguro —le clarificó Antonio—. A ver, mientras no me quemes la casa o algo por el estilo, puedes hacer lo que quieras —se rio el hombre—. Tú, como si estuvieras en tu casa, ¿vale? Si quieres ver la tele, miras la tele. Si quieres leer, lees… Tengo para pintar, tengo películas, tengo juegos, … Usa lo que quieras sin problema.
—Muchas gracias Antonio, eh… España —. El hombre volvió a reír.
—Antonio está bien, no te preocupes. Casi que lo prefiero —confesó tímidamente—. Me hace sentir más… humano, por así decirlo.
—Pues Antonio entonces —le sonrió _____.
—Gracias. —La sonrisa del hombre parecía aún más sincera que todas las que le había dirigido anteriormente—. Espero que duermas bien. ¡Buenas noches! —le deseó antes de cerrar la puerta por completo.
De hecho, sí durmió bien. Se despertó cerca de ocho horas más tarde, aun con la esperanza de haber amanecido en su cama, en su mundo. Pero la realidad era decepcionante. A veces sentía que estaba dentro de un sueño muy largo y que todo a su alrededor era producto de su mente, como cuando algunas veces había sido consciente de que estaba soñando. Otras, tomaba consciencia de la realidad de su situación y sentía miedo y frustración: miedo porque todo era real y su vida se vería severamente afectada por algo que no había podido controlar y se escapaba de sus manos, y frustrada porque tenía que seguir adelante con su vida, un camino que no había elegido, pero que no le quedaba más remedio que seguir.
Estos sentimientos iban siempre acompañados por un sentimiento de culpa por no apreciar lo que los demás estaban haciendo por ella, por sentir que no apreciaba suficientemente la ayuda que estaba recibiendo. Realmente estaba muy agradecida y sabía lo afortunada que era. Pero no podía evitar sentirse contrariada.
Sintió la caricia suave de las sábanas cuando estiró su cuerpo antes de levantarse a subir con cuidado la persiana para dejar entrar la luz de la mañana. El cielo estaba completamente despejado y se podían apreciar sus bellos azules. _____ abrió la ventada para dejar entrar el aire fresco y ventilar la cama antes de hacerla. Entretanto, eligió su vestuario para el día: algo cómodo para estar en casa, tampoco tenía la intención de salir, y salió hacia el cuarto de baño que había justo al lado para acicalarse y estar presentable.
Al salir del dormitorio, oyó un alegre tarareo amortiguado y el sonido de algo cocinándose en una sartén proveniente de la cocina. El ambiente agradable de esa mañana le sacó una pequeña sonrisa y, soltando un suave suspiro, se puso en marcha. Al entrar al baño, vio que Antonio había tenido la amabilidad de dejarle preparados varios utensilios de higiene personal en una cestita de mimbre con una nota que indicaba que, en efecto, eran para ella.
—¡Buenos días y muchas gracias, Antonio! —le agradeció la muchacha al sacar la cabeza por la puerta de la cocina abierta.
El hombre, que estaba hincando el diente a un crujiente bocadillo de lomo aderezado, casi seguro por el olor que desprendía, con ajo y perejil, asintió con la cabeza mientras se cubría la boca para terminar de masticar y balbucear un «no hay de qué» antes de tragar.
—¡Buenos días! —le deseó antes de beber de la graciosa taza de plástico que tenía a su derecha. El asa morada tenía una extraña forma: eran como varios bultos pegados el uno al otro. El color morado predominaba en todo el objeto, con uno de los lados pintado de amarillo y naranja y un “Ferki” escrito en negro sobre el naranja.
Antonio, sintiéndose muy observado, miró de reojo a _____ e intentó descubrir hacia dónde iba su mirada. ¿Alguna mancha que no había visto? Ay, qué vergüenza si tenía restos del bocadillo en la cara… Pero, afortunadamente para su orgullo, era la taza lo que había captado su atención.
El hombre se rio bobamente y, por unos segundos, la joven recordó a Feliciano y pensó que la risa del italiano era más dulce. Avergonzada por dichos pensamientos, intentó deshacerse de ellos tan rápido como habían surgido. ¿Qué estaba haciendo?
—Me gusta coleccionar estas cosas —le confesó el español volteando ligeramente la taza mientras la observaba también—, antiguallas. Aunque puede que esto no cuente como una… Pero el mundo ha cambiado tanto en tan poco… —se lamentó y volvió a sorber de su bebida.
La fragancia dulce del líquido encandiló la nariz de la joven, quien se aproximó tímidamente a la mesa para ver qué era.
—Es Cola Cao. ¿Quieres? —le preguntó Antonio— Aún queda algo en el bote.
—¿Puedo?
—¡Sí, claro, mujer! —le afirmó él, sorprendido por la pregunta—. Espera —le pidió para poder terminarse la bebida.
Acto seguido, se levantó y se llevó de la mesa el plato y la taza para lavarlos en el fregadero y, tras ponerlos a secar, abrió uno de los armarios del gabinete y sacó dicho bote para darlo a _____.
—Y recuerda —le avisó levantando el dedo índice—: Come y bebe lo que quieras y cuanto quieras, mira la tele si te apetece, pinta si quieres también. Lo que te dije antes de ir a dormir. No quiero volver y encontrarte medio p’allá en el suelo, ¿vale?
—¿Seguro? —volvió a cuestionar la joven, aún sin creerse las palabras del hombre.
—Criatura de mi vida, ¿pero por quién me tomas? —insistió con voz dramática Antonio mientras sujetaba suavemente la cabeza de la muchacha con ambas manos— No tengo la costumbre de hacer que mis invitados pasen hambre y tú no vas a ser la primera —aclaró dándole un golpecito en la punta de la nariz.
Silencio.
—¿Y bien? —cuestionó Antonio alargando excesivamente la “e”. Intuía lo que se venía.
—Es que… Me sabe mal —insistió ansiosa _____.
—Pues que no te sepa —contestó divertido por la situación—. Y antes de que digas nada más, ¿tú qué harías en mi situación? —dijo cruzándose de brazos.
—Ofrecerte comida —contestó apenas audible.
—Pues eso —rio Antonio—. Que no te sepa mal, de verdad —reiteró el español—. Y si ves que falta algo, lo puedes anotar en la libreta que hay justo al lado del microondas, ¿de acuerdo?
_____ asintió con la cabeza.
—¡Perfecto pues! —se giró de repente para agarrar la cartera que colgaba de la silla—. Me voy que llegaré tarde. Si pasa cualquier cosa —añadió antes de salir pitando por la puerta y rebuscó en el bolsillo de su camisa blanca para sacar un papel en el que anotó rápidamente un número largo—, llámame usando el fijo, ¿vale?
—Todo claro, jefe —respondió sonriente y con voz firme. Antonio se rio de nuevo.
—¡Pues hasta luego! —se despidió—. ¡Llegaré antes de comer así que si te apetece podemos comer fuera! ¡Adiós!
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El tictac del reloj de péndulo que colgaba de la pared del salón y la respiración reposada de _____ eran los únicos sonidos perceptibles en esa pacífica mañana. Hacía un buen rato que había terminado de desayunar lo que había ido encontrando en la cocina y ahora estaba tumbada, aburrida en el sofá, contemplando el techo blanco.
Había estado mirando la tele mientras comía y al poco rato la apagó porque no encontraba ningún canal interesante y no tenía ganas de leer por el momento. Su cerebro le exigía entretenimiento, pero se sentía perezosa y nada despertaba realmente sus ganas de hacer algo.
Tal vez si le daba un poco el aire se le aclararía la mente. Uf, qué palo le daba levantarse… Pero, venga, que si no se pasaría todo el día allí tumbada sin hacer absolutamente nada.
Cuando abrió la puerta del balcón, el aire fresco de la calle acarició sus mejillas, aunque ya no se sentía tan frío como el de inicios de primavera. El caluroso verano se iba acercando y _____ no podía evitar dudar si lograría sobrevivir a las elevadas temperaturas de ese año viendo lo mal que lo había pasado el anterior. No era precisamente agradable recordar levantarse a las seis de la mañana empapada de sudor por el calor.
Apartando esos horribles recuerdos de verano, tomó asiento en una silla que había por allí fuera y se dejó caer en ella. Entre los espacios de la baranda observaba cómo se desarrollaba la vida en las calles del barrio: algunos paseaban perros, otros hacían deporte, algún que otro coche pasaba y rompía la tranquilidad de la calle, … La gente seguía con sus vidas, ignorantes de su situación, disfrutando de su lunes…
Con la tontería hacía casi tres días que había empezado todo. ¿Le habría llamado alguien en ese tiempo? ¿Su familia y amigos estarían preocupados por ella? ¿Y sus vecinos? Si tardaba demasiado en regresar, si seguían pasando los días así de rápido y aún estaba atrapada allí, seguramente alguien se preocuparía por ella. ¿Y si tardaba tanto que no llegaba a tiempo para pagar las facturas y el alquiler? ¿Y sus plantas? ¿Y su casa?
Fue entonces que comprendió la gravedad de su situación y todas sus dudas y temores se yuxtaponían en su cabeza.
Si lograba regresar, si lo lograba, ¿qué sería de ella? ¿Cómo justificaría su ausencia? ¿Qué haría con los impagos? ¿Y si no regresaba? ¿Con qué dinero pagaría las cosas y les devolvería los favores que le estaban haciendo? No podía vivir en casa de Antonio de gorra toda su vida, tendría que encontrar un trabajo allí, con lo difícil que ya era en su mundo. ¿Y sus seres queridos? ¿Ya no los vería más? Ni siquiera se había podido despedir de ellos.
Con torpeza y con las manos temblorosas apretadas sobre su frente, entró corriendo al salón. Las lágrimas brotaban sin parar de sus ojos, que buscaban nerviosos el frigorífico.
—Un limón, un limón —repetía con voz trémula mientras rebuscaba en los estantes del electrodoméstico. Recordaba haber oído decir que lamer una rodaja de limón ayudaba a distraer la mente en situaciones así. Por suerte, había medio limón en un rincón y se lo llevó directo a la boca, succionando el líquido ácido al mismo tiempo que intentaba rectificar su respiración agitada. La ansiedad no se la quitaba, pero por lo menos le había servido para calmarse un poco.
Una vez el sabor se volvió insoportable, retiró la fruta de sus labios, se pasó la mano por la cara para retirar el jugo que goteaba de su mentón y se fue al baño a remojarse la cara y limpiarse las lágrimas.
Cuando terminó de secarse el rostro, al levantar la mirada hacia el espejo, se encontró su reflejo desmejorado: tenía la frente, la nariz y las mejillas rojas por la presión de la sangre, los ojos vidriosos e hinchados y los labios, aún temblorosos, no tenían mejor aspecto.
_____ se pasó una mano por la frente y la deslizó hacia la nuca, soltando un suspiro entrecortado. Su mente cansada estaba en blanco y solo sentía desesperación. E impotencia, mucha impotencia.
«Una libreta».
A lo mejor anotando todo lo que le pasaba por la cabeza le ayudaría a ver las cosas con más claridad.
Echó un último vistazo a su reflejo decaído y se fue con pasos pesados hacia la cocina para proyectar su mente frenética en el papel de la pequeña libreta del microondas. Miles de imágenes y pensamientos sofocaban la joven llorosa. No sabía cómo gestionar todo aquello, era demasiado. Se sentía enjaulada. Por mucho que escribiera en el papel empapado por las lágrimas derramadas, nada se ordenaba, nada se resolvía, solo aparecían nuevos problemas.
Le dolía la cara y sentía el corazón punzado.
Estaba tan sumida en su torbellino mental que no se dio cuenta de la llegada de su anfitrión, quien la halló resoplando con una mano sujetando con desespero su frente, mirando fijamente la mesa. El español no tardó en descifrar qué estaba pasando.
Apenado, se acercó a la chica y, con voz suave, volvió a proferir un saludo para anunciar su presencia, apoyando gentilmente su mano en el hombro de _____. La muchacha se sobresaltó por el contacto inesperado y volteó todo su cuerpo para ver de quién se trataba.
Antonio se encontró con el rostro enrojecido y lagrimoso de _____, que cambió la expresión de susto por una de sorpresa. Se sentía avergonzada de haber sido descubierta en ese estado.
—Ay, cariño… —se lamentó Antonio— ¿Necesitas un abrazo?
_____ asintió, enjugando las lágrimas derramadas.
—Ven aquí —dijo acercando la muchacha hacia él para estrecharla contra su pecho mientras le acariciaba con cariño la cabeza.
El confort del abrazo despertó algo en la joven, como una llave abriendo un cerrojo, y liberó el llanto desconsolado que había intentado reprimir todo ese tiempo. Antonio permaneció en silencio, meci��ndola con delicadeza y ofreciéndole pañuelos para que se sonase la nariz.
Poco a poco, _____ se iba calmando, recuperando el ritmo normal de su respiración. La tempestad que esos pensamientos habían provocado había aminorado, pero le dolía un montón la cabeza.
—Pe- —jadeó la joven— Perdona… —suspiró—. Por todo esto… —se disculpó un poco avergonzada por lo sucedido.
—No me pidas perdón por esto —le dijo él, finalizando el abrazo—. Tú, saca lo que lleves dentro. No es bueno guardárselo —le sonrió—. Si necesitas llorar, llora sin problema.
—Gracias… —le sonrió ella— Por todo. —Antonio se rio.
—Para eso estamos, mujer —declaró dándole un golpe suave en la espalda, a modo de ánimo. Pero la cara de Antonio adoptó una expresión más seria—. Si quieres hablar del tema… —le invitó— ¡No tiene que ser ahora, claro! —clarificó rápidamente.
La joven bajó la mirada hacia el suelo, con expresión seria, y consideró la oferta de Antonio. Por un lado, no quería bombardearle con más cosas. Pero, por otro, ya había llorado sus penas delante de él, era una de las pocas personas en las que podía confiar en su situación y ya se había mostrado abierto a escucharla.
—Puede ser ahora —decidió levantando la vista nuevamente.
—Sentémonos entonces —ofreció él, señalando con su mano el sofá del salón-comedor.
Ambos se dejaron caer en él.
—Cuando quieras —indicó Antonio prestándole toda atención.
_____ tomó aire.
—Bueno, a demás de lo que ya sabes —empezó—, es básicamente todo lo otro. —Los labios le volvían a temblar—. Es… qué voy a hacer con mi vida, ¿sabes...? —dijo ahogando un sollozo—. ¿Cómo sigo con mi vida? ¿Qué hago si vuelvo mucho más tarde y ya no tengo a donde ir? ¿Qué les cuento a los míos? —jadeó.
El español solo podía escuchar en silencio mientras la miraba con ojos vidriosos.
—Luego —prosiguió la joven con voz temblorosa—, me decís que me vais a ayudar, pero ¿por qué? —le replicó aún sin comprender a qué se debía esa actitud tan servicial de las naciones—. ¿Por qué os molestáis tanto por alguien que no conocéis? No sabéis quién soy, ni siquiera soy realmente de aquí. ¡No tenéis…! —Bajó el tono— No tenéis ningún tipo de compromiso conmigo… —suspiró y se pasó una mano por la cara.
Antonio le tomó la mano y posó la suya encima para reconfortarla.
—Es que, no quiero ser un lastre para vosotros —admitió con voz apocada—. Ya tenéis vuestros problemas. Sois encarnaciones de naciones, ¡per l’amor de Déu! —No quería ni imaginarse lo que debía ser tener que soportar todo lo que ocurre en el mundo sin poder intervenir demasiado en eso, como le habían contado en la reunión—. Si no logro regresar, o si tardo mucho en hacerlo, ¿qué será de mí en esta Tierra que no es la mía?
¿Qué sería de esa vida a la que dedicó tanto esfuerzo?
España retiró la mano de la de la joven y se apoyó completamente en el respaldo del sofá, soltando un profundo suspiro mientras miraba pensativo el techo.
—Para ser honesto, me es difícil responder tus dudas —confesó apenado, volviendo su mirada hacia _____—. Lo que sí te puedo prometer —añadió girándose sobre el sofá para mirarla de frente—, es que si te quedas aquí, me aseguraré de que puedas llevar una vida más o menos normal, encuentres un trabajo y puedas seguir con tu vida aquí. —El tono y la expresión del hombre eran serios.
La muchacha le miraba atenta, conmovida por sus declaraciones.
—En cuanto a por qué nos tomamos tantas molestias… —prosiguió el español— Sinceramente, ojalá lo pudiera hacer con todos los que viven aquí, pero me temo que no soy nada más que un… humano, que digamos, que existe porque también lo hace el país. Más allá de esto, no tengo ninguna habilidad especial, solo años de experiencia y una libertad limitada... Lo mismo se aplica al resto de los nuestros. —Su mirada se volvió algo oscura—. No podemos levantar sospechas, tampoco podemos dejar que quienes no deben sepan de nuestra existencia… Es… Es algo complicado. Vivir así, es duro… No poder hacer nada…
Ahora era el turno de _____ para posar su mano sobre el hombro de Antonio, quien la miraba con esos cálidos ojos verdes vidriosos por las lágrimas que amenazaban con salir.
—Al verte en esa situación, cuando Italia me pidió el favor… Quise ser de ayuda. Me sentí un poco rebelde, pero no hay nada más en este mundo que me haga tan feliz como ver a mi gente ser contenta con sus vidas —reveló la nación—. Sueño… Sueño con que algún día pueda sentir a todos felices, que améis tanto como yo os amo… Escuchar vuestras risas alegres... —declaró emocionado— Es un sentimiento que compartimos todos…
—Antonio-
—¡Pero no va de nosotros ahora! —le interrumpió, rompiendo el ambiente apesadumbrado que se había formado. Se frotó los ojos y se levantó ágil del sofá—. Va de ti —recalcó ofreciendo su mano para ayudarla a levantarse.
_____ no quiso insistir. Por cómo había reaccionado, parecía que Antonio no quería seguir hablando de ello. Así que le sonrió agradecida y tomó su mano. Sentía el pecho más ligero tras haber sacado lo que llevaba dentro.
—¡Venga, salgamos a comer fuera! —le invitó el alegre español— Así nos dará el aire a los dos, que nos conviene —sugirió formando una sonrisa genuina en sus labios.
—Eh… ¿Podemos esperar un momento a que se me deshinche un poco la cara? —solicitó la joven señalando sus ojos aún bastante hinchados. Antonio carcajeó.
—¡Faltaría más!
Dejo aquí la traducción de la expresión para no cortar el momento y porque es prácticamente igual que en español: Per l’amor de Déu: Por el amor de Dios.
Capítulo 2 🐞 Capítulo 4
🧾Masterlist
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lyon-amore · 2 years
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Detrás de las Mentiras Duskwood Capítulo 2
Capítulo 1 -------------------------------------------------------------
Habían pasado tres meses desde que MC salvó a Hannah. Ya había dejado atrás todo aquello. No quería recordarlo. No Duskwood, no Hannah… No Jake. Quería olvidarlos a todos, se había mudado de ciudad, cambiado de número de teléfono, todo lo necesario para desaparecer ella también. Quizás le dolía haber dejado atrás al grupo, pero si seguía siendo su amiga, seguiría acordándose en todas esas mentiras que Jake le contó. Qué no le amaba. Que no era el hacker que había sido perseguido. Le había ayudado a despistar a los que seguía con su hermana ¿Acaso no había importado? ¿Todo lo que se habían dicho era mentira? Es por eso que, mejor olvidarlo. No estaba huyendo, solo quería empezar de nuevo a querer una vida normal.
Su turno de mañana había terminado en la tienda de ropa y ya regresaba a casa. Tenía ganas de descansar ese viernes. El sábado tenía una cita con un hombre maravilloso al que había conocido por una de sus nuevas amigas y tocaba sesión de belleza. Escuchó un leve llanto cerca del parque. Miró a todos los lados, confusa. Se acercó al tobogán y miró dentro. Una niña, de cabellos negros estaba llorando.   —Hola —saludó MC de manera amigable— ¿Te has perdido?    La niña negó con la cabeza, haciendo agitar sus dos coletas.   — ¿Y tu mama o tú papá? —Miró a alrededor, buscando por todas partes— ¿Estás sola?   —Quería ir a ver a papi a su trabajo—dijo entre lágrima la pequeña—, me separé de mamá porque quería ir a buscarle…   <<Habla mejor que yo para una ser una niña pequeña…>>    MC continuó mirando a todas partes ¿Qué iba a hacer? No podía dejarla sola. Le extendió la mano, con una sonrisa. Esperaba que no se asustara.   — ¿Por qué no vamos a comisaría y avisamos a los policías para que llamen a tu madre? —la niña miró con duda. Obviamente no iba a hacer caso a un desconocido, pero dejarla sola sería mucho peor— Y de camino te compro un helado ¿Qué te parece?    Pensaba que quizás así le haría más caso, aunque fuera un truco rastrero, pero era lo único que se le ocurría. La pequeña asintió, comenzando a salir del tobogán. MC se apartó para dejarla salir y le tendió la mano.   —Vamos, no te separes de mí ¿De acuerdo?   — ¡Sí! —la niña extendió su mano, con una sonrisa.   — ¿Y cómo te llamas?   — ¡Rose! ¿Y tú?   —Yo me llamo MC.   — ¿MC? —Se puso a pensar, para luego, reír— ¡Me gusta tu nombre!   —Gracias Rose, tú también tienes un bonito nombre.   —Papá me lo puso.   —Vaya, pues te escogió un nombre precioso —MC sonrió a la pequeña.    Su manera de hablar era muy graciosa, como si intentase parecer una adulta, pero aún hablaba como una niña. Sospechó que quizás era porque intentaba imitar a sus padres, para sentirse segura.
Le compró el helado y fueron a comisaría. La policía se sorprendió ver a la niña.   —Ya es la segunda vez esta semana, pequeña —dijo uno de los policías, agachándose a su altura.   —Yo sólo quiero ver a mi papi… —contestó la pequeña, agarrándose a la pierna de MC.   —Lo sabemos —el policía se incorporó con una sonrisa, mirando esta vez a MC—. Nosotros nos encargamos de ella, llamaré a su madre para que venga a recogerla.   —De acuerdo —MC se colocó a la altura de la pequeña, sacando un pañuelo para limpiarle la cara de chocolate—. Bueno Rose, un placer conocerte, pero me tengo que ir-   — ¡No! ¡No quiero! —La abrazó y miró al policía— ¿Puede quedarse ella también en el cuarto de los niños?   —Rose, a lo mejor la señorita tiene que hacer cosas-   —Claro que sí, estoy ocupada —separó a la niña con cuidado, arreglándola las coletas también. Quería que cuando su madre regresara, no la viera echa un desastre—. Lo siento, Rose, pero tengo que irme.   —Pero no quiero, porfi…—puso la mejor mirada convincente.    La joven MC suspiró. Suponía que por un poco más de tiempo, no pasaba nada.   —Supongo que puedo quedarme hasta que venga tu madre —contestó al final.   — ¡Bien! ¡MC se queda! —la niña se abalanzó a ella, abrazándola.   — ¿Está usted segura? —le preguntó el policía.    MC se encogió de hombros. No podía decirle que no a la pequeña Rose. Además de que, la niña parecía feliz estando con ella.
Esperaron en una sala en donde había todo tipo de entretenimiento para los niños. Rose se acercó a MC, con un folio en la mano. La joven lo cogió y la niña empezó a hablar.   —Esta es mamá, este es papá, esta soy yo y está eres tú.   — ¿Soy yo? —Preguntó sorprendida, aunque los dibujos casi eran indescriptibles— Vaya, me has retratado perfectamente.   —Se lo daré a papá cuando regrese.   — ¡ROSE! —Una mujer de cabellos rojos y cortos apareció en la sala, acercándose a la niña— ¿Dónde estabas? ¡Te he buscado por todas partes!   —Quería ir con papi...   —Lo sé cielo, pero hasta la noche no regresa —su madre no paraba de observarla, buscando alguna herida.   —La encontré en un parque —dijo MC, dejando el dibujo en la mesa.    La mujer cogió a la niña en brazos y la observó. MC se sintió incómoda.   —Estaba hablando por teléfono un segundo cuando se marchó —explicó la mujer—. Muchas gracias por traerla, soy Katherine —extendió su mano a modo de saludo—, siento que mi hija le haya causado problemas.   —MC y para nada, ha sido todo lo contrario, realmente es una niña muy valiente.    Katherine la miró de arriba abajo al haber escuchado su nombre. Quizás estaba mirando si de verdad era de fiar.   —Mira qué tarde es —miró la madre su móvil—. Tendrías que estar ya con la abuela.   —No quiero ir con la abuela —negó la niña, señalando a MC—, quiero quedarme con MC, al menos ella me da helado para comer, la abuela no me deja ver dibujos de la tela.   — ¡Rose! —su madre la recriminó, después mirando a MC como si estuviera pidiendo disculpas— Perdona, se supone que no debería hablar de manera tan directa, seguro que lo ha aprendido de su padre.   —No se disculpe, los niños tienden a ser demasiado sinceros.   —Mamá, porfi, porfi…. Qué me cuide MC….    Katherine miró a la joven y después a su hija. A continuación, volvió a mirar a MC.   —Solo será hasta la noche —le empezó a explicar Katherine—, tengo que irme fuera de la ciudad a un trabajo y necesito que alguien la cuide.   —No sé sí-   — ¡Te pagaré!   <<Ding, Ding, Ding.>>   —Claro —asintió MC. No pasaba nada por hacer de niñera un día ¿No?
MC las acompañó al edificio. Realmente era un piso carísimo y bastante alto. Entraron en el ascensor y la mujer metió una especie de llave, activándolo. Ni el piso de MC tenía un como eso.
Llegaron al piso, pero cuando abrió el ascensor, ya estaban directamente en el piso. Era bastante grande, con unas ventanas amplias y vistas maravillosas a la ciudad. Pero eso no fue lo que le llamó la atención. Encima de la chimenea eléctrica, vio unas fotos de boda. Y, en esas fotos, salía Jake. Su corazón latió deprisa al verle tan elegantemente vestido. Era demasiado atractivo como para ser real.   —Mi marido —Katherine se acercó, con una sonrisa—, estuvo cuatro años en una investigación contra una banda terrorista. Solo conoció a Rose cuando nació, antes de marcharse —la mujer suspiró, cruzándose de brazos—. Le dejó un montón de videos grabados para que conforme iba creciendo, le fuera reconociendo la voz.    MC no dijo nada, tan sólo escuchó atentamente. Tenía que largarse de allí en cuanto podía.   —Acabo de recordar de que tengo que hacer un par de cosas para mañana-   —Sé quién eres —le cortó Katherine y MC palideció. Pensaba que iba a gritar la o algo por el estilo, pero la sorprendió bastante— y me alegra mucho que llegases a rescatar a la hermana de mi marido. Cuando me lo contó, no paraba de hablar maravillas de ti y de lo bien que lo hiciste.   —Gracias….    Era algo normal ¿Verdad? Qué le hablase de ella y lo que le hizo, pero… ¿De verdad le había contado la investigación sobre los terroristas? ¿A ella? ¿A su mujer? Bueno, no le tendría que importar, al fin y al cabo, era su mujer… Tendría que confiar en ella.   —Gracias a ti…. Él pudo terminar su investigación y regresar a casa y conocer a su hija…. Gracias —Katherine la abrazó y ella se quedó sin saber cómo reaccionar.    La abrazó dándole palmaditas en la espalda, como si siquiera animarla. La verdad es que cuando Jake le contó la verdad, deseo que al menos un camión de camino a casa le atropellase o que se atragantara con la cena que su mujer le preparase y se quedase azul por la asfixia, pero después de esto, de saber que lo que había hecho le había devuelto también a una niña un padre, pues tuvo que dejar la ira apartada. Rose no tenía la culpa de tener un padre tan capullo.   — ¡Bueno! ¡Tengo que irme ya! —se separó corriendo, desapareciendo por el pasillo— Ven, te enseño todo rápido.    MC la siguió mientras iba contado dónde estaba casa cosa, qué hacía qué mando, si la nevera y los hornos… En fin, un tour por una casa mucho más magnífica que la suya con un montón de cosas que ella no podía obtener.   <<Jake, te odio…>>   — ¡Un beso Rose! —la madre se acercó a la niña, cogiendo su carita aplastando las mejillas, dejándole un beso en ellas— Pórtate bien y haz caso a MC, papá regresará en la noche, así que no vayas a buscarle ¿De acuerdo?   —Sí mami.   —MC —salieron del cuarto de la niña para dirigirse al ascensor—, te pagaré cuando regrese o si quieres, puedo decirle a Jake que-   —Puedo esperar a que regreses —la corto rápidamente. Se negaba que él le diera dinero después de que ella misma se lo tirase a la cara—. No me sentiría bien aceptando el dinero de la persona que ayude a salvar a su hermana —explicó entre mentiras.   —De acuerdo entonces —cogió su chaqueta y la maleta, llamando al ascensor—. Hay toda una lista de teléfonos en la nevera y si necesitas salir a por algo el código del ascensor es 725B—entró en el ascensor girándose.   —Está bien-   — ¡Y qué no se quedé hasta muy tarde despierta! —iba exclamando mientras las puertas se cerraban.   — ¡Que pase un buen viaje!    MC suspiró. Tenía que tener en mente que esa niña no tenía la culpa de nada. La había conocido sin saber quién era. No iba a ser cruel con ella, de eso estaba segura.
Fue al cuarto de la niña, para ver cómo estaba. Se encontraba pintando en los folios. MC se agachó para sentarse en la pequeña silla que tenía al lado. Su cuarto estaba hecho para una niña con mucho dinero, su cama, imitaba a un castillo de princesas, con escaleras para subir a la cama.   — ¿Quieres comer algo, Rose? —preguntó MC tranquila.   —Mmm… —la niña se puso a pensar, torciendo los labios y dándose golpecitos en la cara— ¡Helado!    MC se rió, viendo cómo extendía sus brazos de la emoción.   —No, no más helado por hoy y me refería a comer algo de verdad.   — ¿Y no puede haber helado de postre?    Oh, no… Ya le estaba poniendo la mirada inocente.   —Habrá helado si no se lo dices a mamá y a papá de que te he dado helado dos veces en un mismo día.   — ¡Prometido! ¡No digo nada!    La niña ofreció su meñique y MC aceptó. Las risas cómplice de la niña le hizo gracia.
Dejó a la niña comer en la cocina, mientras ella limpiaba lo que había utilizado.   —MC —la niña empezó a hablar y ella hizo un sonido de que la estaba escuchando— ¿Tú ayudaste a mi papi?   —Bueno, ayudar, ayudar… —terminó de fregar y se secó las manos con un trapo, sentándose a su lado— En realidad solo fue investigar, no hice nada más.   —Pero ha contado todo lo que hiciste y eso es genial —extendió sus bracitos en el aire— ¡Eres como una súper heroína! ¡Cómo papi! ¡Que derrotó a los malos!   —Vaya, es un honor ser una súper heroína —MC se levantó de la encimera para acercarse a la nevera, sacando una pequeña tarrina de helado y una cuchara—. Te lo mereces.   —Gracias Súper MC.    MC sonrió, viendo cómo comía. No lo había pensado en ese modo, que era una heroína. Quizás porque estaba más empeñada a sentir rabia que a sentirse bien por haber hecho algo bueno.
Se pasaron la tarde jugando a tantas cosas que MC acabó agotada antes que la niña. No pasó por su cabeza que era la hija de Jake, ni que estaba en su casa. Tan solo que cuidaba a una niña. Con unos padres demasiado geniales como para tener esa casa. Esperaba que el dinero que le diera, valiera la pena.
Mientras la niña cenaba, se escuchó el ascensor. Rose saltó del asiento, aunque MC llegó a tiempo para evitar que se cayera.   — ¡Papi! ¡Papi! —gritó de alegría, saliendo a correr.    MC suspiró. Sabía que esto iba a pasar y que se encontraría con él. Bueno, tenía que dar ejemplo a una niña y no mostrarse rencorosa delante de ella. Mejor tragarse el orgullo y mostrar su mejor cara.
Empezó a salir de las cocina, dirección al ascensor. Ya podía escuchar su voz. Un enorme dolor en el corazón se hizo presente.   —Cielo, ¿No tendrías que estar en casa de la abuela? —escuchó preguntarle a la niña.   —MC me está cuidando ¡Es genial!   — ¿MC?    La joven apareció y le miro de manera incómoda, con las manos en los bolsillos del vaquero. Jake la miró sin saber qué decir. No la esperaba en su propia casa después de tres meses sin saber de ella. Después de que le destrozara el corazón.   —Me encontré a Rose en la calle y en la comisaría, tu… —MC cogió aire pesadamente— Mujer me pidió que cuidase de ella porque no paraba de insistir.   —Claro, ya veo.    Se quedaron mirándose. Sin saber qué más decir. MC quería marcharse ya ahora que Jake estaba, así que decidió coger la iniciativa de ir a por su abrigo en el perchero.   —Bueno, yo ya me voy-   — ¡No! Quédate —dijo Rose, para luego mirar a su padre que aún la tenía en brazos—. Papi, dile a MC que se quede, al menos hasta que me vaya a dormir, por favor.    Jake suspiró. Tampoco él podía resistirse a la carita de su hija. Miró a MC y se encogió de hombros.   —Ya la has oído a la jefa —dijo finalmente, con una sonrisa.    MC se mordió el interior de la mejilla. Tampoco ella podía resistirse a su cara. Rose era una buena manipuladora. Al igual que cierta persona. Y su madre había dicho que no se quedase hasta muy tarde despierta, sería terminar de cenar y a la cama.   —Vale, me quedo —dejó la chaqueta, intentando poner su mejor sonrisa—. Pero tú tienes que terminar de cenar, jovencita.   — ¡Cierto! ¡Tengo que cenar, papi!    Jake la dejo en el suelo y ella salió corriendo. Se quedaron ambos en la entrada. Todavía sin decir ninguna palabra. En algún momento, alguien tendría que hablar.   —Tienes un buen aspecto —dijo Jake, con las manos en los bolsillos de su traje.   —Gracias —contestó MC, cruzándose de brazos— y tú.... Tienes una bonita casa.    El joven soltó una risa floja. Claramente ella seguía enfadada.   — ¡MC! ¡No llego a la silla! —escucharon a Rose gritar.   — ¡Voy a ayudarte! —MC gritó, sin apartar la mirada de Jake.    No sabía si había hecho bien en quedarse, pero por esa niña, aguantaría un poco más.
Estaban tranquilas en la cocina cuando el padre de la niña hizo su aparición, vestido con una simple camiseta negra y pantalones cómodos. La camiseta era tan ajustada que hizo que MC apartase la mirada avergonzada por sus pensamientos. No podía mirarle de esa manera con su hija delante. Y que aún lo odiaba.   —Lo…. Lo siento, sólo he preparado cena para Rose —se excusó MC, sin mirarle.   —No pasa nada, he cenado fuera por trabajo —se apoyó en la encimera, con una botella de agua— ¿Qué se dice, Rose?   —Gracias por la cena, súper MC —contestó la niña, riendo.   — ¿Súper MC? —Jake miró a MC, con una sonrisa.    La joven evitó su mirada. Sé que él iba de amigo, pero ella todavía tenía que alejar esas emociones.   —Soy su heroína por salvar a su tía —contestó, aclarándose la garganta—. Al parecer, alguien ha estado hablando demasiado de mí.   —Bueno, procuro no ocultarle nada a mi familia —contestó Jake, bebiendo un poco de agua. MC vio cómo pasó su lengua por los labios, secándose el agua que se quedó en ellos.    La joven tragó saliva, apretando la mano con fuerza. Menuda tentación le habían puesto en el camino. Pero claro, sus palabras habían sido lo bastante duras para ella. No le ocultaba nada a su familia. Lo contrario que a ella. Ojalá pudiera responderle a esa frase, pero causaría problemas con Rose y seguramente se lo diría a su madre. Y adiós dinero.   —Eso es muy bonito —dijo finalmente MC, evitando sonar molesta—, tienes que ser como tu padre Rose, sé totalmente sincera, nunca mientas a las personas que te importan.    Sabía que era como lanzarle una indirecta. Y él lo sabía. Rose asintió y continuó cenando.
MC fregaba lo platos de la niña con tranquilidad. Jake se puso a su lado apoyándose en la encimera.   —Agradezco que te hayas quedado un poco más con ella—dijo Jake, con calma—. Aunque no quiero que lo hagas por mí.   —Me he quedado porque Rose me lo ha pedido, no porque TÚ me lo hayas dicho—le dijo molesta—. Y sí, tú mujer me ha contado que sabía quién era porque le has hablado de mí —terminó de fregar, secándose las manos con un trapo, para después tirárselo a la cara.    Evitaba gritar por la niña, no quería que los oyera discutir. Jake suspiró, dejando el trapo en la encimera. Sí, aún seguía molesta con él.   —Bueno, Katherine y yo nos lo contamos todo —contestó Jake, encogiéndose de hombros—, no tengo nada que ocultarla.   — ¿Oh? ¿Seguro? —MC se cruzó de brazos, frunciendo el ceño cada vez más enfadada— ¿Exactamente qué le has dicho? ¿Qué querías coger mi mano y huir? ¿Qué no parabas de pensar en m? —Jake hizo una mueca, pellizcándose el puente de la nariz— ¡No! Espera: Le has dicho que me querías.    MC se quedó esperando a la respuesta de Jake, que parecía estar pensándoselo. Por supuesto que no se lo había dicho ¿De verdad le iba a contar a su mujer que había mentido a una chica para conseguir que siguiera ayudándolo a encontrar a su hermana? Claramente estaría muerto por jugar con los sentimientos de otra persona. Y MC lo sabía, porque Katherine la había tratado con amabilidad.   —Tan sólo le he contado que me ayudaste y que somos amigos —contestó finalmente, viendo cómo MC poco a poco se iba a aproximando a él con rabia, y Jake, iba retrocediendo con miedo—. MC, vamos a calmarnos ¿De acuerdo?   —Si no te mato ahora mismo es porque adoro a tú hija, es un ángel comparado con el demonio de su padre —le dio toques en su pecho, enfadada. Ni siquiera sabía por qué seguía allí, ya estaba todo terminado, Rose se iba a dormir y ella a regresar con su vida—. Un capullo que no tuvo en cuenta los sentimientos de otra persona.   —Eso no es cierto y lo sabes —le dijo Jake ahora en un tono más serio. Lo que hizo que MC se riera con sarcasmo.   — ¿Ah sí? Dime ¿En qué momento pensaste que hacerme creer que me amabas es parte de “preocuparte de mis sentimientos”?    Jake agachó la cabeza. Incapaz de verla a los ojos. MC asintió, entendiendo que no iba a contestarle. Pero al final, el levantó la cabeza, preparado para hablar.
Unos pasitos se escucharon entrar en la cocina. Rose tenía en su mano un cepillo de dientes. Miró a los dos adultos, que la miraron un poco asustados al ver la sangre de su labio. Jake cogió papel de cocina, acercándose a ella.   — ¿Rose, qué ha pasado? —preguntó su padre, agachándose para limpiar su labio.   — ¿Estás bien, Rose? —preguntó MC, también poniéndose a su altura.   —Me estaba cepillando los dientes y se me ha caído uno al agua —contesto, con voz temblorosa— ¡Papi! ¡¿Me voy a quedar sin dientes como la abuela?!    Ambos adultos se rieron. La tensión había desaparecido entre ellos gracias a la pequeña que los había salvado.   —No cielo, es algo muy natural, significa que te estás haciendo mayor —contestó Jake, con una sonrisa—, vas a cumplir seis años, es común que a tu edad los cambios de los dientes sucedan.   — ¿Y sabes qué es lo mejor? —MC comenzó a decir, manteniendo la atención de la niña— El hada de los dientes te pondrá debajo de la almohada un billete de cinco euros.   — ¿De verdad? —A la niña se le iluminó la cara, mirando a su padre ahora— ¿Es cierto? ¿Hay un hada que te da dinero por dientes?    Jake miró a MC, que sonreía con malicia. Podría no querer su dinero, pero no se iba a librar ahora de que tuviera que darle a su hija un billete cada vez que un diente se le cayera. Muy astuta, lo admitía. Usaba a su hija de manera inocente contra él. No le molestaba porque a todos los niños se le contaba esa historia, pero un billete era demasiado.   —Sí, te da dinero como agradecimiento —contestó finalmente Jake— ¿Tienes el diente?   — ¡Sí! —La niña abrió la mano, mostrándolo sin miedo— ¡Ahora mismo voy a dejarlo!    Se incorporaron viéndola marcharse. La discusión de antes había desaparecido.   —Gracias, ahora tendré que darle a una niña de seis años billetes —le recriminó Jake un poco jocoso.   —De nada, un placer ayudar en mantener la imaginación despierta de tu hija.    El joven asintió, aceptando la derrota.
La niña regresó corriendo, esta vez, con una película en la mano.   — ¡Me voy a mantener despierta a que venga el hada de los dientes! —Exclamó mostrando la película— ¡Papi! ¡MC! ¡Vamos a ver Frozen!    Jake y MC se miraron. Tenían que terminar con esto. MC ya estaba pasando demasiado tiempo con ellos y cada vez dolía más y más el estar con él.   —Rose, cariño —Jake volvió a agacharse, cogiendo la película—, ya es tarde, y estoy seguro de que mamá ya querría que estuvieras en la cama, además —dirigió la vista a MC, un poco incómodo y después se la devolvió a su hija—, MC ya tiene que irse, no puede quedarse aquí ¿Lo entiendes?   —Porfi, porfi —la niña suplicó, para luego acercarse a MC con esos ojos brillantes. Los mismos ojos que su padre— ¡MC! ¡Por favor! ¡Vamos a ver Frozen! Y esperamos al hada de los dientes juntas.    MC miró a Jake, que ya se había incorporado. Se encogió de hombros, suspirando. Ninguno quería ser demasiado duro con ella, aunque sólo por ese día, le estaba regalando un día con su heroína. Nunca más la iba a volver a ver.   —Claro —dijo finalmente—, vamos a ver la película.   — ¡Bien! —salió de la cocina corriendo.    Jake se acercó a MC, murmurando entre dientes.   — ¿Podías apoyarme un poco? —le preguntó a la joven, un poco molesto— No quiero tener que escuchar otra vez ‘Let It go’.   —Es la paternidad, Jake —MC le dio golpes en el pecho, con una sonrisa victoriosa—, te toca aguantar las princesas y los héroes con sus chistes malos.    Mientras MC salía de la cocina, le escuchó soltar un suspiro cargante. Cómo lo estaba disfrutando malcriando a su hija y luego, iba a recibir dinero de su esposa. Mejor imposible.
Se sentaron en el sofá, con Rose en medio de los dos, haciendo de muro. A veces, MC podía notar la mirada de Jake. No sabía si le resultaba incómodo o quizás excitante por ser algo prohibido.
Agitó la cabeza. No. Seguía enfadada. Le dirigió una mirada al pillarlo mirándola. Lo que hizo que él tosiera nervioso cuando vio la mirada asesina de la joven. Estaba claro. Había demasiadas cosas sin hablar. El problema era, que había hecho demasiado daño. Y eso quizás jamás lo iba a poder a arreglar.
Rose se quedó dormida, en el regazo de MC, que le acariciaba el cabello con suavidad. Al verla así, Jake quitó la película, levantándose del sofá.   —Dámela, la llevaré a su cama —el joven de cabellos negros cogió a la niña en brazos. Para luego marcharse del salón.    MC los siguió, al menos para ver a la niña por última vez. Se apoyó en el marco de la puerta, viendo cómo Jake la arropaba. Bueno, era un capullo, pero un capullo buen padre. Cuando Jake fue a alejarse, la niña empezó a despejarse un poco, pero aún seguía un poco dormida.   — ¿Hada de los dientes…? —preguntó, sin abrir los ojos todavía.    Jake hizo señales a MC para que entrara, asustado de que pudiera romperle los sueños de la niña. MC negó con la cabeza mientras que Jake la metió en el cuarto. Ella empezó entonces a buscar alguna cosa para fingir, mientras que Rose empezaba a incorporarse. La joven logro encontrar una corona y una varita de juguete, y se acercó a la cama deprisa. Jake le tendió un billete y se quedó fuera del cuarto, mirando detrás de la puerta.   — ¿MC…? —preguntó la niña, con los ojos un poco abiertos.   —Me has pillado —dijo la joven, con una sonrisa, dejando el billete debajo de la almohada—, has descubierto mi verdadera identidad.   — ¿Eres el hada de los dientes…?   —Sí, pero no se lo digas a nadie —levantó el meñique, mirándola cómplice—, es nuestro secreto.    Rose sonrió un poco, todavía dormida.   —MC, ¿Puedo pedir algo más que dinero?    MC miró atrás, en donde Jake negaba con la cabeza. Bueno, otra cosa más con qué arruinarlo.   —Claro, ¿El qué? —pudo escuchar a Jake quejarse entre dientes.   — ¿Puedes hacer que mamá y papá pasen más tiempo conmigo?    MC pasó de una sonrisa a una mirada triste. No esperaba que la pequeña Rose le dijeras algo como eso.   —Bueno, Rose —MC se sentó en la cama, quitándose la corona—, tus padres puede que estén siempre ocupados, pero eso no significa que no te quieran.   — ¿Y no podrías quedarte tú conmigo?    Tragó saliva con fuerza. No podía mentirla. No podía hacerle eso.   —Cariño, lo siento mucho, pero… Yo no puedo quedarme —le quitó las coletas, cepillándola el cabello con los dedos—, tengo también cosas que hacer, lo entiendes ¿Verdad?    La pequeña asintió. Parecía que iba a llorar en cualquier momento.   —Me he divertido mucho hoy hada de los dientes —susurró la niña, volviendo a estar cansada—, ha sido el mejor día de mi vida… Quiero que todos los días sean así…    MC la tumbó despacio, acariciando su cabello con cuidado. Para una niña, necesitar a sus padres era importante. Si no hubiera sido por ella, quizás Jake no hubiera visto su primer diente de leche caer. Ya eran bastantes años que se había perdido verla crecer.
Salió del cuarto y miró a Jake, que estaba mirando a su hija. No a ella como antes.   —Tienes una hija increíble —le dijo MC, sonriéndole.   —Y un padre como capullo, lo sé —dijo Jake, con un suspiro—. Te acompaño al ascensor. MC asintió, siguiéndole.
Cogió su chaqueta y su bolso, colocándoselo. Se acercó al ascensor y esperó a que subiera.   —Sí que me preocupé de tus sentimientos —retomó Jake la conversación de la cocina, mirándola—, el problema era que… Me dejé llevar por los míos. MC reaccionó despacio, mirándole poco a poco. ¿De verdad le estaba diciendo eso? ¿Ahora? ¿En este momento? Soltó un suspiro y se puso a darle deprisa al botón del ascensor, como si eso fuera a ir más deprisa.   —MC-   — ¡No! —Le gritó la joven, susurrando— Ni se te ocurra seguir.   —No pude decir nada en la comisaría porque estaban mirando por el espejo —continuó hablando Jake.    El ascensor llegó y MC entró deprisa en él, pulsando el botón del piso de abajo. Jake paró la puerta del ascensor, para entrar en él. Ella intentó mantener el espacio entre ellos, evitando mirarle a la cara.   — ¿Acaso no tengo derecho a decirte la verdad? —se intentó defender Jake, mirándola.   —No, no tienes derecho a decir que me vas a decir la verdad después de mentirme —MC le miró con enfado.   —Cuando te dije que era peligroso para los dos, en parte era cierto —continuó el joven, soltando un suspiro—, por mi misión y por otra parte, rechacé tus sentimientos porque recordé que estaba casado.   — ¡¿Recordaste?! —Le gritó sorprendida gesticulando rápidamente con las manos, controlándose en no abofetearlo— ¡¿Recordaste que estabas casado?! ¡¿En serio?! ¡¿Y también recordaste que tenías una hija?!   —No, nunca olvidé a Rose-   — ¿Ah, no? —Se cruzó de brazos, ofendida— Porque no lo parecía cuando me dijiste que no parabas de pensar en mí.   —Hay dos cosas que me arrepentiré en mi vida —la joven no quería fijarse en los ojos de Jake. Podía ver que estaba dolido. Y ella sabía que iba a ser su debilidad—: La primera en no haber podido ver crecer a mi hija y la segunda… Haberte engañado.    MC tragó saliva nerviosa. Evitó mirarlo de nuevo. No quería seguir escuchándole.
Se hizo el silencio en el ascensor. Jake sabía que no la escucharía.
Llegaron a la planta de abajo, pero MC, decidida, decidió cerrar las puertas y mirarle a los ojos. Quizás si de verdad le decía la verdad, podría al menos perdonarle y seguir con su vida normal, no odiándole.   —Dímelo.   — ¿Qué te diga qué, MC? —Se encogió de hombros Jake, sin entenderla.   — ¿De verdad llegaste a sentir algo por mí? Dímelo ahora que no hay nadie vigilándonos —apretó la mandíbula, asustada de la respuesta.    Jake suspiró. Colocándose en frente de ella. No la tocó. No la acarició. Pero ambos estaban lo bastante cerca como para sentir la respiración del otro. MC se sentía intoxicada por el olor de su colonia. Lo miraba a los ojos, esperando a sus palabras. Él asintió, despacio, sin apartar la mirada de ella.   —Sí —contestó, sin dudar ni un segundo—. Gracias a ti pude soportar el tiempo que estuve solo. Conocerte hizo que saliera unas emociones demasiado intensas que jamás había sentido con nadie-   —Jake ¿te das cuenta de lo que estás diciendo?   —Tú lo has preguntado-   —No es eso lo que te estoy diciendo —negó la chica con la cabeza, suspirando—. Sigues amándola ¿verdad? A Katherine.    El moreno agachó la mirada. Claramente, eso no se lo podía ocultar.   —Sí, la quiero —contestó despacio—. Ella siempre ha estado a mi lado y siempre ha sido comprensiva conmigo. Quizás es la mejor compañera jamás hubiera podido imaginar tener.
MC le dio al botón del ascensor para abrir la puerta. Soltó todo el aire cargado, saliendo del lugar.   — ¡Espera MC! —Jake fue tras ella, parándola, colocándose delante— ¡Pero eso no significa que no sienta nada por ti!   — ¡Jake! —Gritó su nombre furiosa, mirando a todos los lados asustada de que alguien los oyera— ¡¿Me estás diciendo que te parece bien que estés con TÚ mujer y que yo sea la amante?!   El chico la miró, casi dudando. MC no podía creerlo. Era increíble lo que estaba sucediendo.   —No pienso arruinar una familia solo porque tú no seas valiente en decirle a tu mujer de que la engañaste —negó MC con la cabeza, agarrándole con fuerza de la camiseta—. Que te quede claro, no pienso dejar a esa niña sin familia solo porque su padre es un gilipollas que le gusta jugar a dos bandas.   —No, no estoy jugando a dos bandas-   — ¡No puedes tenernos las dos a la vez! —MC comenzó a llorar, empujándole— ¡La quieres, Jake! ¡Esa es la verdad! ¡Yo no fui más que una aventura para ti! ¡Algo con lo que distraerte mientras yo me encargaba de buscar a tu hermana!   — ¡NO! —Jake gritó con fuerza, colocando sus manos en el hombro de la joven— Nunca pensé eso de ti, no pienses que fuiste la otra.    Evitó mirarle. Era increíble. Pasó la lengua por sus labios, notando el saber de las saladas lágrimas que le brotaban. Quitó despacio sus manos, respirando con dificultad.   —Pero lo era… Siempre lo he sido…   —Yo… —Jake cogió aire, mirándola con confusión— Yo solo sé que nunca he sabido cómo comportarme contigo… Y que fue cierto todo lo que te dije-   —Ahora no puedo creerte —MC le apartó, pero esta vez sin mucha fuerza, quería alejarse de allí—. Tengo que irme.   —MC… —Jake volvió a detenerla, cogiendo su mano. La chica se dio la vuelta, secándose las lágrimas— No dejo de pensar en todo el daño que te hice… En el dolor que te causé… La imagen de ti llorando por lo que te dije no la puedo olvidar.   —Para… No sigas…   —No puedo olvidarme de ti —colocó sus manos en las mejillas de la joven, acariciándolas despacio—. MC, me has marcado tanto que no puedo sacarte de mi cabeza.    La chica respiró con dificultad, pasando su mano por su flequillo. Al final negó con la cabeza. Lo que estaba haciendo era hacerse daño. Pero si de verdad él se lo estaba diciendo de manera sincera, tendría que dejárselo claro.   —Para estar conmigo, se tiene que estar en serio —dijo firme, cogiendo sus manos para quitárselas de la cara—, no te digo que dejes a tu hija, porque eso nunca te lo diría, no soy así —vio los ojos de Jake brillar. Pareciera que también él quisiera llorar. Sabía perfectamente que estaban haciendo daño a todos por su egoísmo—. Pero si de verdad me quieres, se lo tienes que dejar claro a Katherine —Jake fue a hablar, pero ella siguió—, si no… Entonces no me busques… No me hables… Déjame vivir, Jake… Si me consideraste también una amiga, entonces acepta mi decisión.   —MC-   —No —se alejó un poco, dejando de querer respirar su colonia. Su aroma. No quería cometer un error—. Lo siento Jake, pero no es mi decisión, es la tuya. Yo no puedo decidir a quién debes querer de verdad.    Se dio la vuelta, comenzando a alejarse.
Antes de salir del edificio, miró para atrás, viendo cómo él la observaba. Al ver que ni iba a por ella, teniéndolo claro, se marchó de allí.
No iba a romper una familia siendo la amante. No iba a destruir algo que Katherine y él habían creado: La familia perfecta. Y quería que Jake se lo pensase de verdad, que supiera lo que conllevaba a querer a dos personas. No quería que él lo destruyera tampoco solo por ella, un capricho. Algo fugaz ¿Emociones intensas? ¿Cómo le podía decir eso?
Cuando estuvo más alejada del edificio, continuó llorando hasta agacharse, abrazándose a sí misma.
Se había alejado para olvidar, pero parecía que no iba a librarse de esos sentimientos todavía.
Capítulo 3
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baki-tiene-un-simp · 2 years
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Especial por Halloween; planes.
Situación: Halloween es un día festivo repleto de dulces, cosas aterradoras, o que en su defecto lo intentan, y disfraces de todo tipo. ¿Qué planes tienen los hombres de Baki para estas fiestas?
Personajes: Baki Hanma, Jack Hanma, Katsumi Orochi, Retsu Kaioh y Yujiro Hanma.
Baki Hanma.
Saldrá con Kozue a una cita temática, si bien, ya no están en edad de ir a pedir dulces como tal, nada los detiene de comprar todo tipo de dulces, hacer vagos intentos de disfrazarse con piezas de ropa característicos de algún personaje y simplemente disfrutar de la compañía del otro.
También puede que se decidan por una maratón de películas de miedo, desde la más antigua hasta la más actual. Llegaron a la conclusión de que las películas nuevas de terror no dan taaanto miedo.
Sin embargo, Baki estira su mano para que Kozue pueda sostenerla el resto de la noche.
Quizá se sienten a calificar los disfraces ajenos, que tan originales son y eso, ya saben, no hay mejores conocedores de disfraces que los jovenes que solo se lanzaron una pieza de ropa encima y era todo su disfraz.
Jack Hanma.
No tiene planes para hoy, realmente no está muy entusiasmado con esta fecha como otros, pero es partidario de observar desde la distancia.
Puede que su plan sea ir al gimnasio y simplemente regrese despacio a casa para observar los alrededor, sorprendiéndose genuinamente cuando ve las decoraciones de las personas. Mentalmente las califica y cada que pasa junto a una tienda gran siempre hace una mueca y piensa "Hay cosas mejores que esto".
Quizá si alguien le insistiera lo suficiente, tipo Baki o un S/O, se dejara arrastrar para ir a una fiesta o algo, también se disfrazara, pero solo si su acompañante así lo quiere.
No es mucho de dulces, pero puede que coma alguna gomita agridulce cada tanto.
Katsumi Orochi.
¡Decora el dojo! Es tan tierno como va de un lado a otro colocando decoraciones y cosas temáticas solo para ambientar el lugar. Si por él fuera estaría impartiendo lecciones, pero le convencieron de que se relajara un poco y simplemente disfrute el día. Hasta el propio Doppo estaba de acuerdo con ello.
Katou estará por ahí también, con el único propósito de ir y asustar a toda persona que llegue a pedir dulces al dojo. Si no los espanta hasta el punto en que salgan corriendo o se desmayen Katsumi le dará algunos dulces.
Katsumi si se disfraza, de hecho, todos en el dojo se disfrazan, menos Doppo, a él solo le pusieron una máscara y solo para que no diera tanto miedo.
Harán una maratón de películas antiguas de miedo, esas que son tan malas que dan risa. De pronto la carcajada se levantan cuando el monstruo se come el brazo de un personaje y se ve tan irreal que es gracioso.
Yujiro Hanma.
Siento que a él le gusta mucho Halloween, tipo DEMASIADO. Es la fiesta perfecta para él, nadie está con esas tonterías de ser amable y cuidadoso con los demás, aquí estamos hablando de quien es el mejor para asustar y traumatizar a los demás. Y él es el mejor en ello.
No se disfraza, porque no lo necesita, pero sería mejor si lo hiciera. Esa maldita montaña de músculos y mala actitud impone duro cuando entra a cualquier lugar, no tienes que conocer su nombre, porque su enorme aura hará que te doblegues.
Asustará a todo lo que se cruce en su camino, quizá se quede con algunos dulces, no le gustan, pero lo hará solo para ser una molestia.
Su plan es solo ir por ahí asustando y siendo un completo imbécil, técnicamente, nada que no haga durante todo el año.
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angelalonsso06 · 1 year
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Bernice Loud, de 18 años, es una joven apasionada por la moda y siempre está al tanto de las últimas tendencias. Su estilo personal es una mezcla única de moda urbana y elegancia sofisticada. Siempre busca destacar con sus atuendos y experimentar con diferentes estilos y combinaciones de prendas.
Con una personalidad vibrante y extrovertida, Bernice se siente cómoda siendo el centro de atención. Le encanta expresar su creatividad a través de la moda y utiliza la ropa como una forma de mostrar su individualidad. Está constantemente explorando nuevas marcas, diseñadores y tiendas en busca de prendas exclusivas y únicas que reflejen su estilo distintivo.
Además de su pasión por la moda, Bernice también es una estudiante dedicada y ambiciosa. Sueña con convertirse en una diseñadora de moda reconocida y espera estudiar diseño en una prestigiosa escuela de moda en el futuro. Combina su amor por la moda con su talento artístico y habilidades de costura para crear sus propias prendas y accesorios únicos.
Bernice tiene una relación cercana con sus padres, Cristina y Lincoln. Ellos la apoyan en su pasión por la moda y siempre la animan a seguir sus sueños. Como familia, disfrutan explorando tiendas y asistiendo a eventos de moda juntos, compartiendo su entusiasmo por la industria.
En resumen, Bernice Loud es una joven de 18 años apasionada por la moda, con un estilo distintivo y una personalidad extrovertida. Está decidida a dejar su huella en el mundo de la moda y está dispuesta a trabajar duro para lograrlo. Su amor por la moda es una parte integral de su identidad y la impulsa a seguir creando, innovando y experimentando con su estilo personal.
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La insólita primera experiencia de un usuario de BlaBlaCar: "Yo no pensaba que me iba a pasar esto"
22 de Febrero 2023 - 10:31hs
Cada vez son más las personas que emplean vehículos compartidos como BlaBlaCar para trasladarse en coche de un lugar a otro debido a su económico precio. Sin embargo, algunas veces la experiencia es de lo más surrealista. Así le sucedió a un tiktoker que compartió en sus redes sociales su insólito primer viaje en este tipo de servicios.
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Adrian Espinosa contando en Tiktok lo que le sucedió
El usuario, Adrián Espinosa, desveló que nunca había hecho uso de BlaBlaCar porque le daba "miedo" que le pudiese pasar algo. Un día se vio en la necesidad de emplear este servicio de viajes compartidos. Lo que no se esperaba el era tener una aventura de lo más surrealista e inigualable. "Yo no pensaba que me iba a pasar esto", dijo antes de empezar a contar la experiencia.
Adrian explicó que reservó con Antonio, el conductor del BlaBlacar de unos 45 años, un viaje. "Me dijo que me iba a esperar en Lefties de Nervión (Sevilla)", expuso Adrián, quien fue el primero de los viajeros en llegar. El chófer le dijo al joven que tenía que ir un momento a la tienda de ropa a comprar algo. "Si viene alguien pita porque es que dejo el coche ahí en medio", siguió contando.
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Como se ve el auto de BlablaCar
Antonio no tardó mucho en volver al auto. Cuando estaba adentro del auto sacó de la bolsa los dos tangas que le había comprado a su esposa, quien estaba enojada con él, y le preguntó a él qué le parecían. Adrián no daba crédito a lo que acababa de pasar. "La verdad es que no lo sé, Antonio. Conmigo poco los vas a usar", Adrian contesto rápido.
Esto solo era el inicio de la aventura, poco después llegaron los otros dos acompañantes: "Un notas con rastas y la guitarrita y una muchacha de mi edad que parecía la prima de Santiago Abascal".
El joven asegura que durante el viaje nadie hablaba hasta que, inesperadamente, el chico pidió que parasen en una gasolinera. Antonio paró en un "sitio de mala muerte" y todos se bajaron del auto. Mientras estaban en la estación de servicio, Adrián empezó a hablar con el acompañante de las rastas. De repente, según contó, le dio el celular y la chica con la que había hecho match en Tinder.
El le dijo que le sonaba un montón la cara de la chica y la respuesta del chico fue de lo más inesperada. "Cómo no te va a sonar si es la chavala que viene con nosotros", le dijo al tiktoker, quien añadió que el muchacho había hecho match durante el viaje en BlaBlaCar con la chica con la que iba sentado.
"¿Por qué te crees que hemos parado? No hemos parado para ir al baño. Voy a ir a los servicios pero no para hacer pis", continuó respondiendo el de las rastas. En ese momento, Adrián se dio cuenta de que no había visto a la chica desde que se bajaron del auto y que, por lo tanto, ella estaba esperando al chico en los baños, dejando entrever que ambos habían tenido relaciones sexuales.
Por: Delfina Viel
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cristal-night · 1 year
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vamos a conocer un poco más acerca de la dueña de la tienda de ropa, su nombre es Aoi, ella es una diseñadora de modas que abrió su tienda hace poco en shadowland, es la tienda más nueva del lugar, toda la ropa es confeccionada por ella, el pez que está a su lado se llama Miko, aoi es un poco tímida y se suele ponerse nerviosa fácilmente frente a clientes así que miko suele hablar por ella la mayoría del tiempo, aoi pasa la mayoría del tiempo trabajando, en su tiempo libre suele cuidar de su jardín de anémonas y de los peces que terminan pasando por el lugar, también se sabe que es algo fan de los videojuegos online, los cuales son su principal fuente de inspiración para diseñar, aoi no tiene muchos amigos debido a que es percibida como una persona un poco ¨rara¨, su tatara tatara abuelo era un tiburón, del cual heredaría sus dientes afilados aoi creció originalmente en un pueblo pequeño a las afueras de inkopolis, desde que era muy pequeña aoi a tenido el sueño de ser una diseñadora de modas, empezó inicialmente haciendo prendas para sus peluches y algunos accesorios para su madre, aoi eventualmente estudiaría diseño de modas en la universidad, al terminar sus estudios tuvo un poco de problemas con el trabajo, aoi soñaba con diseñar sus propias prendas, pero en la gran mayoría de lugares en los que llegaba a conseguir trabajo solían rechazar sus diseños, aoi decidió intentar abrir su propia tienda en diferentes lugares, lastimosamente nunca le iba bien, las personas no estaban interesadas en comprar sus productos, lo que la llevó a tener algunos problemas financieros, esto la llevó a buscar lugares baratos en donde vivir, finalmente encontrando un apartamento pequeño en shadowland, también consiguió un trabajo en un pequeño puesto de comida, estando en este lugar aoi se empezó sentir muy frustrada, los problemas económicos y los fracasos empezaron a afectarle mucho cierto día de la frustración terminó lanzando varias prendas en las que estaba trabajando por la ventana, sin embargo cuando se calmó un poco y fue a recogerlos se dio cuenta de que ya no estaban, al parecer alguien había tomado la prenda, al día siguiente estando en la plaza de shadowlan ella vio a una joven octoling usando una de las prendas que había lanzado el día anterior, para ser exactos era una camisa, estaba un poco rota, pero la chica parecía feliz usándola, lo cual hizo a aoi un poco feliz, pensó que tal vez  en shadowland podría tener al menos una oportunidad en conseguir su sueño, así que decidió trabajar duro y ahorrar los suficiente hasta poder comprar un lugar donde pudiera poner su tienda, por su suerte un restaurante que se ubicaba cerca del metro había cerrado recientemente, al parecer querían mover su negoció a inkopolis y dejaron el local para vender, aoi eventualmente se compraría el lugar y abriría su tienda su tienda tuvo una muy buena recepción entre las personas de shadowland, los colores y la originalidad de sus prendas llamaron mucho la atención, la ubicación de su tienda era perfecta (a diferencia de sus otros locales los cuales estaban en lugares poco visibles) aoi por fin pudo cumplir uno de sus sueños!, su siguiente meta será hacer su tienda la más popular del mundo! ella será la que pondrá a shadowland en el mapa del mundo como un brillante cristal! (o al menos eso es lo que ella dice) (english) We are going to know a little more about the owner of the clothing store, her name is Aoi, she is a fashion designer who recently opened her store in shadowland, it is the newest store in the place, all the clothes are made by her, the fish next to her is called Miko, aoi is a bit shy and gets nervous easily in front of customers so miko usually talks for her most of the time, aoi spends most of the time working, in her free time usually takes care of his anemone garden and the fish that end up passing through the place, he is also known to be a fan of online video games, which are his main source of inspiration for designing, Aoi does not have many friends because she is perceived as a bit "weird", her great great grandfather was a shark, from which she would inherit her sharp teeth Aoi originally grew up in a small town on the outskirts of Inkopolis. Since she was very little, Aoi had the dream of being a fashion designer. She initially started making clothes for her stuffed animals and some accessories for her mother. Aoi would eventually study fashion design At university, after finishing her studies, she had a bit of problems with work, Aoi dreamed of designing her own clothes, but in the vast majority of places where she got a job, they used to reject her designs, Aoi decided to try opening her own store in different places, unfortunately it never did well, people were not interested in buying her products, which led her to have some financial problems, this led her to look for cheap places to live, finally finding a small apartment in shadowland , she also got a job in a small food stall, being in this place aoi began to feel very frustrated, the economic problems and the failures began to affect her a lot One day out of frustration, she ended up throwing several clothes that she was working on out the window, however, when she calmed down a bit and went to pick them up, she realized that they were gone, apparently someone had taken the garment, the next day she was in shadowlan plaza she saw a young octoling wearing one of the clothes she had thrown the day before, to be exact it was a shirt, it was a bit torn, but the girl seemed happy wearing it, which made aoi a little happy , she thought that maybe in shadowland she could have at least a chance to achieve his dream, so she decided to work hard and save enough until she could buy a place where she could put her store, luckily a restaurant that was located near the subway had recently closed, apparently they wanted to move their business to inkopolis and left the premises to sell, aoi would eventually buy the place and open her store Her store was very well received by the people of shadowland, the colors and originality of her clothes drew a lot of attention, the location of her store was perfect (unlike her other stores which were in inconspicuous places) aoi was finally able to fulfill one of her dreams! her next goal will be to make her store the most popular in the world! She'll be the one to put Shadowland on the world map as a sparkling crystal! (or at least that's what she says)
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karly-sims · 2 years
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~~ Rags to Riches Challenge ~~
{Escrito por Karly-Sims} {Créditos al creador de este maravilloso reto por inspírarme}
Hace tiempo atrás el primer Challenge que hice de los Sims fue el de pobre a rica, y me pareció espectacular, pero no me guíe de unas reglas y tal, hice lo que creí que haría una persona en esa situación y la verdad duré un montón de tiempo, por eso quiero compartirles a modo de actualización y a la vez no, pues mi reto de los Sims4 de pobre a rica, que puede que me lleguen nuevas ideas más adelante, pues claro que sí, así que no se pierdan por si agregamos más cositas interesantes.
Sabiendo que este es uno de los retos más básicos de los Sims4, saliendo un poco de la rutina típica de crear a un Sim y tener pues al final de todo una familia, a veces quedándonos sin ideas y llegando casi a ser aburrido, quiero poner mi granito de arena trayendo uno de los más famosos desafíos como lo conocemos ~ De pobre a rica ~ se que en este reto pues está lo típico, pero intentaré añadirle un poco de emoción a la hora de hacer el reto, guiandote un poco a través de las reglas que yo misma me inventare, objetivos principales que puedes hacer y más ¡Hora de disfrutar! ✨
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Historia
Eres un adolescente que ha cumplido su mayoría de edad, por lo que debes irte de la casa hogar en la que pasaste toda tu infancia y niñez. A pesar de estar emocionado/a por descubrir que te espera fuera de las paredes que siempre haz conocido, sabes que no será fácil y más porque lo poco que conoces son cosas que te han enseñado en aquel lugar.
Nota: Esta es la base del reto que tengo en mente, pero claramente aquí pueden añadir un Lore mucho más elaborado, como por ejemplo: el que sabes quiénes fueron tus padres o no, esto es totalmente libre albedrío.
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Inicio ✨
Para comenzar el reto compra un lote totalmente vacio en la ciudad y barrio que quieras, debes de comenzar desde 0 [Como mucho en la casa hogar te pudieron dar 10 Simoleones para no dejarte ir completamente desamparada]
Recuerda para hacer que se cumpla, activa la consola de trucos para quitarte el dinero restante o quedarte completamente a cero de dinero.
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Rasgos de tu sim
🥀: Melancólico, Nada coqueto y solitario
Aspiración de tu sim
💸: Fabulosamente rico
∆ Todo lo demás a tu gusto ∆
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Reglas y pautas
• Empezar como adolescente (Sim humano), pero no puedes ir al instituto, la edad debe estar puesta a velocidad normal a menos que quieras alargar la historia. [puedes simular cómo que no tienes móvil y comprarlo cuando tengas unos 200$ Simoleones o iniciar con el sin problemas]
• Ser solo una persona en tu unidad domestica...en un inicio.
• Como vestuario debes empezar con la ropa más sencilla que encuentres y solo tendrás eso hasta tener tu primera mini-casita y en ella que haya lo básico, dígase una cama, baño, ducha, armario y cocina.
•Ojo: este en si no es obligatorio, pero es interesante. Para hacer más interesante el reto, hasta que no llegues a tener 20,000 Simoleones o más y quieres tener una variedad de vestuario, pelo, accesorios y demás, por cada cosa nueva que agregues a tú vestuario del inicio quítate unos 100$ Ej: Nuevo pantalón 100$, nuevos zapatos 100$ o ve directamente a una tienda que allí el juego te cobrará a su gusto { De está forma es más "realista" el que tú sim no esté bien económicamente }.
• Los rasgos o la aspiración puedes cambiarlas más adelante una vez creas que tú sim "evolucionó", de acuerdo a tu historia, pero solo a la mitad de sus años siendo Joven-Adulta
• No puedes tener ninguna profesión, tu sim debe permanecer desempleado, comienza a ganar dinero como puedas, Ej: puede escribir libros para salir adelante, comprar una cámara y vender las fotos {Entre otras cosas}.
•No puedes en un principio ir a las parrillas públicas y cocinar allí, hasta que tengas una cocina con lo básico, espera a que algún Sim cocine en los lugares públicos para que puedas comer { Aclarando: Puedes pescar o cultivar alimentos y comer de lo que encuentres }.
• No utilizar trucos de dinero, ni hacer trampas en general para facilitar el desafio o perdería un poco la gracia del reto [ Solo se permitiría el código en la consola de trucos, para mover los objetos a tu gusto ].
• Si en un futuro tu Sim logra casarse, tu cónyuge tampoco puede estar empleado y si quiere trabajar debe ser igual autónomo, pero recuerda tratar de manejar a tu Sim principal lo más que puedas. Ojo: Nada de casarse para obtener el dinero de otros, si te casas ese sim irá contigo sin darte ni un solo Simoleon y solo casarse cuando tenga un techo asegurado.
• Cumplir 20 deseos de tus Sims a lo largo de su vida { La nube que sale en la cabecita de tu sim abajo a la izquierda }.
• Puedes utilizar cualquier Pack, perfectamente.
• Los mods y CC se pueden utilizar, pero cuidado con implementar algún mod que lo que vendas y demás, se haga por más dinero, la idea es que sea complicado.
• Y la regla más importante..... Disfruta y monta tu historia con tus movidas y demás, espero y seas Fabulosamente ric@.
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🌜Objetivos no obligatorios 🌛
• Tener la casa de tus sueños
• Ten al menos 2 relaciones oficiales
• Completa al menos 3 habilidades en su totalidad
• Si tienes hijos y quieres continuar tú historia, estos si podrán ir al colegio y/o universidad si llegaste a tener 20,000 Simoleones o más y por supuesto pueden tener trabajo
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Si logran hacer el reto con estas cosas en específico me gustaría que me lo hicieran saber, ya que lo había hecho hace creo 2 años atrás y a lo mejor por eso no lo tengo mejor actualizado.
Y nada un beso muy grande. 🥰
¡Sul sul!
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8ightisfate · 4 days
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[TRANS] I.N: El creador de tendencias
El miembro más joven de Stray Kids, I.N, siempre está sonriendo. Su sonrisa de zorro siempre aparece rápidamente cuando sus compañeros están bromeando.Incluso puede aparecer como el gato Chesire durante las actuaciones más intensas y serias del grupo, para gran diversión de sus fans. Pero cuando I.N se pone delante de la cámara para su sesión de fotos de portada de Rolling Stone UK, su expresión cambia inmediatamente a una actitud melancólica que resalta su increíble estructura ósea y sus pómulos imposiblemente angulares, todo ello enmarcado por una masa de pelo rubio dorado. Con un abrigo de Bottega Veneta de gran tamaño, crea formas acentuadas para el fotógrafo y se contorsiona en formas como un modelo de moda.
En una entrevista anterior con Rolling Stone UK, Hyunjin dijo que si pudiera compartir vestuario con cualquier otro miembro, sería I.N. Está claro por la forma en que trabaja la elección de atuendo de hoy que tiene una comprensión considerada de la moda y un ojo para las tendencias emergentes.
Para ser el miembro más joven del grupo, demuestra mucha madurez. Se toma su tiempo para dar respuestas reflexicas. "No solo me gusta la ropa, sino también las zapatillas y los zapatos. Hay un nuevo tipo de zapato de Puma con una suela muy gruesa. Todavía no es tendencia, pero creo que lo será, así que quiero usarlo primero", dice. Tal es el poder de Stray Kids, que si I.N comenzara a usarlos, podría iniciar esta tendencia por su cuenta.
En cuanto a admirar el estilo de los demás miembros, tiene la mirada puesta en el líder. "Me encantaría compartir el armario con Bangchan. No tiene mucha ropa, pero sabe cómo llevar su estilo. Me gusta la forma en que lleva sus prendas", dice.
Mientras hablamos de la forma de tocar el piano de I.N, el rasgo de determinación de la familia Stray Kids sale a relucir. I.N no solo quiere tocar canciones de la discografía actual del grupo, quiere componer las suyas propias. No es muy diferente del miembro mayor, Bangchan: motivado, humilde y centrado en todo lo que hace.
El maknae es una posición muy preciada en los grupos de kpop, pero aún más en Stray Kids. A menudo, como un hermano pequeño, sus hyungs se burlan de ellos, pero Stray Kids, por supuesto, siente tanta admiración por su miembro más joven que se ha manifestado en su sonido. Bangchan y Changbin honraron a I.N colaborando con él en su propia canción (y video musical que la acompaña) llamada 'Maknae on Top'. "Fue una experiencia muy divertida, todo el proceso de escritura, grabación y creación de ideas", dice. "Ni siquiera fue una cuestión de trabajo. El tiempo no pasó como de costumbre. Fue simplemente divertido".
Pero no dejó que esta atención especial se le subiera a la cabeza. "Creo que mientras trabajamos con Stray Kids, ahora más que nunca, es importante mantener la humildad", dice I.N. "Recuerdo de dónde vengo y no quisiera que mi actitud trabajadora cambie solo porque el grupo haya alcanzado un punto alto".
Cuando Stray Kids llegó a Londres, los fans fueron el centro de atención para I.N. Durante BST Hyde Park, a menudo se sentaba al lado del escenario, balanceando los pies alegremente, interactuando de manera tienda con tantos fans como podía, como si estuviera recuperando el tiempo perdido. "Ha pasado tanto tiempo desde que estuve en Londres, lo primero que quiero ver es a los fans", reflexiona sobre su visita a la ciudad.
La madurez y la visión de futuro de I.N se demuestra en su estilo interpretativo. Con el paso de los años, su voz ha madurado y sigue cantando con una sonrisa radiante, pero cuando interpreta versiones como 'Creep' de Radiohead durante una gira, demuestra lo magistral y versátil que puede ser su voz, al tiempo que incorpora elementos más rockeros a su sonido.
Irónicamente, aunque es el más joven, no es fanático del skinship, es decir, del afecto físico platónico. Por lo tanto, naturalmente, esto alienta a sus compañeros a colmarlo de amor y abrazos. Mientras cede ante el bombardeo de sus hermano de Stray Kids, admite la derrota y reacciona con su sonrisa característica. "Nos volvemos más cercanos. Hemos pasado la etapa de conocernos muy bien y nos conocemos de principio a fin. Ahora ha llegado la parte de la relación en la que simplemente nos volvemos más y más cercanos", dice sobre sus compañeros de grupo.
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pijamalindoco · 23 days
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Estilo Swiftie para pequeñas: ropa para niños Taylor Swift
 ¡Llamamos a todos los mini-Swifties! Deja que tus pequeños expresen su amor por Taylor Swift con opciones de ropa adorables y cómodas. Desde camisetas y pantalones cortos para jugar hasta pijamas cómodos para la hora de dormir, hay algo para cada fanático joven.
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Taylor Swift camisetas para niños y niñas y pantalones cortos pijamas deportivos para niños 1989 Taylor Swift pijamas conjuntos
Camisetas y pantalones cortos de Taylor Swift: la perfección para jugar
Diseños icónicos: elige entre una variedad de camisetas y pantalones cortos con las portadas de los álbumes icónicos de Taylor Swift, las letras o la estética característica.
Materiales cómodos: opta por telas suaves y transpirables como el algodón o el jersey para una comodidad durante todo el día.
Estilos versátiles: combina camisetas con jeans, pantalones cortos o faldas para un look casual y elegante.
Noches acogedoras con pijamas de Taylor Swift
Conjuntos a juego: encuentra adorables conjuntos de pijama con los diseños característicos de Taylor Swift o la carátula de los álbumes.
Telas suaves: elige materiales cómodos y transpirables como la franela o el algodón para una noche de sueño reparador.
Accesorios cómodos: completa el look con pantuflas a juego o una bata acogedora.
Ropa deportiva inspirada en Taylor Swift
Fomenta el amor por el fitness con ropa deportiva inspirada en Taylor Swift. Busca opciones de ropa deportiva con sus diseños icónicos, perfectas para clases de baile, juegos o días de gimnasio.
Cómoda y transpirable: opta por materiales como telas que absorban la humedad para mantener a tu hijo fresco y seco durante las actividades.
Diseños elegantes: elige diseños que combinen comodidad y estilo, con la estética característica de Taylor Swift.
Conjunto de pijama deportivo para niños y niñas de Taylor Swift, camiseta y pantalones cortos, 1989
Conjunto de pijama deportivo para niños y niñas de Taylor Swift, camiseta y pantalones cortos, 1989
Patrón: dibujos animados, letras
Estilo: conjunto de dos piezas
Forma de combinación: conjunto de dos piezas
Longitud de manga: mangas extralargas
Tipo de manga: manga voladora
Tipo de cuello: con capucha
Elementos populares: deportes, trajes, dibujos animados, letras, lindo, estampados, Europa y América
Proceso: lijado
Nombre de la tela: mezcla de algodón
Composición principal de la tela: fibra de acetato
Color: blanco, rosa, negro, azul cielo
Tamaño: 120 cm, 130 cm, 140 cm, 150 cm, 160 cm
Tipo de estilo: Temperamento para desplazamientos diarios
Componente principal de la tela 2: fibra de acetato
Contenido principal del ingrediente de la tela: 95 % o más
Dónde encontrar ropa infantil de Taylor Swift
Oficial Mercancía: Consulta la tienda oficial de productos de Taylor Swift para ver productos con licencia.
Minoristas en línea: Explora los mercados en línea para encontrar una gama más amplia de opciones, incluidos diseños hechos por fans.
Pedidos personalizados: Considera la posibilidad de comprar ropa a medida para tener una pieza verdaderamente única.
Consejos para elegir el atuendo perfecto:
Prioriza la comodidad: Opta por telas suaves y transpirables para estar cómodo todo el día.
Considera la ocasión: Elige la ropa adecuada para la actividad, ya sea para jugar, ir a la escuela o a dormir.
La seguridad es lo primero: Asegúrate de que todas las prendas cumplan con los estándares de seguridad para niños.
Taylor Swift, la icónica cantautora, no solo ha cautivado al público con su música, sino que también ha inspirado tendencias de moda con su estilo característico. Ahora, los fans pueden emular su elegancia sin esfuerzo incluso mientras duermen con el conjunto de pijama de Taylor Swift. Este conjunto de pijama, que combina comodidad y diseño elegante, permite a los fans canalizar su Swiftie interior mientras descansan en casa o se quedan dormidos. Exploremos por qué el conjunto de pijama de Taylor Swift es un complemento imprescindible para el guardarropa de cualquier fan.
Al incorporar prendas inspiradas en Taylor Swift al guardarropa de tu hijo, no solo lo vistes elegantemente, sino que fomentas su sentido del estilo, su creatividad y su amor por la música para toda la vida. ¡Deja que tus pequeños brillen como una estrella de Taylor Swift!
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SANFIRA
En una tranquila tarde, la Sra. Sanfira, una viuda de 66 años, sentía el peso de la edad en su cuerpo. La vida había sido buena con ella en ciertos aspectos, pero los achaques de la edad la mantenían en una constante batalla con su salud. Un día, su amiga Amalia, una mujer de espíritu joven y energía inagotable, le recomendó una infusión de hierbas exóticas venida de Indonesia, que, según ella, mejoraba la salud y estado de ánimo… Sanfira dudó al principio, pero la promesa de alivio era tentadora. Esa noche, decidió probar la infusión. El sabor era extraño, una mezcla agridulce que dejaba una sensación cálida en su interior. Se acostó esperando un sueño reparador, pero en lugar de eso, una fiebre fuerte la atacó durante la noche. Sudaba copiosamente, su cuerpo parecía arder en llamas. Al amanecer, la fiebre desapareció tan rápido como había llegado, y Sanfira, exhausta, se sumió en un sueño profundo. Cuando despierta, algo pareció diferente. Al mirarse en el espejo, su reflejo era el de una mujer mucho más joven. Su cabello, que antes era gris, ahora tenía un tono rubio intenso. Su piel brillaba con una vitalidad que no había sentido en décadas, y su cuerpo, aún reconocible, estaba tonificado y curvilíneo en formas que no recordaba haber tenido. Sanfira, sorprendida, sintió una oleada de energía correr por sus venas.
Entonces, decidió salir de casa, se vistió con una confianza renovada. Se dirige al centro comercial; compra el vestido que siempre veía en la vitrina cuando pasaba por esa tienda, bonitos zapatos. Caminaba con porte, sus tacones resonaban en el suelo mientras atraía la atención de todos los varones que pasaban. Se compró más ropa nueva, moderna y juvenil que nunca habría pensado ponerse antes. Fue entonces cuando un joven fotógrafo la abordó, impresionado por su presencia.
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—"Disculpe, se…señorita…" —tartamudeó, asombrado por la belleza que brillaba en ella—¿Ha pensado alguna vez en hacer sesiones fotográficas? Tiene un look impresionante".
Sanfira sonrió con picardía. Algo en su interior la empujó a aceptar la oferta. Lo siguió hasta su estudio, donde comenzaron las sesiones. Las fotos empezaron siendo elegantes y sofisticadas, pero pronto se tornaron más atrevidas, revelando una faceta que nunca había explorado. La cámara capturaba cada ángulo de su renovada belleza, y a medida que las tomas se volvían más provocativas, Sanfira sentía que un poder interior que crecía con ella.
Al día siguiente, al despertar, notó otro cambio en su cuerpo. Su busto había crecido notablemente. El mismo joven que la invitó a hacer unas fotos, la invitó a hacer más fotos, sin dudarlo, aceptó. Las sesiones fueron más intensas que las del día anterior, y Sanfira se sintió embriagada por la atención y el poder que emanaba de su nueva apariencia. Al final del día, cuando finalmente salió del estudio, la luna llena iluminaba la ciudad. Caminó por las calles oscuras con la misma energía que había tenido al amanecer. Pero su tranquilidad se vio interrumpida cuando un hombre salió de las sombras, intentando asaltarla. Con un instinto que desconocía poseer, Sanfira lo tomó del brazo y lo lanzó al suelo con una fuerza que lo dejó inconsciente de un solo movimiento. Quedo en shock.
Al darse cuenta de lo que había hecho, la conciencia de la Sra. Sanfira resurgió; asustada, salió corriendo hacia su casa. A la mañana siguiente, el busto de Sanfira estaba más caído y estaba recuperando el aspecto físico que tenía antes de tomar el té, pero unas preguntas la atormentaban… Llamó a su amiga Amalia, quién, había estado preocupada por ella en los últimos días. Se reunieron en su departamento. Sanfira le contó lo sucedido tras tomarse esa extraña infusión de hierbas. El asombro de su amiga era evidente, no estaba en conocimiento de los efectos secundarios, Así, que le pidió a Sanfira que no tomara más y que fuera a un laboratorio para analizar su sangre. Mientras Amalia hacía las gestiones para el análisis, Sanfira, impulsada por una mezcla de curiosidad y el deseo de mantener su nuevo empoderamiento, sacó un poco más de aquellas hierbas. Las vuelve a tomar y rápidamente retoma el aspecto juvenil y glamoroso que ganó la primera vez. Con cada nuevo sorbo del té, descubre que su busto vuelve a crecer con medidas más. En un momento, agarra un adorno de porcelana y con poca fuerza lo hace estallar en sus manos, con lo que descubre que posee una fuerza extraordinaria . En ese momento, considera lo que le pasó con aquel asaltante en aquella vez y decide convertirse en una vigilante nocturna. Permitiéndose enfrentarse a maleantes y asaltantes con su destreza, que aún la sorprendía. Con el paso de unos días, Sanfira sigue tomando las hierbas exóticas y con ello logra mantener su aspecto regio e increible fuerza durante más tiempo. Al final termina convirtiéndose en el rumor del barrio. Pero, con el tiempo, su cuerpo y mente sufre una tensión constante…
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Un día, Amalia la llama con noticias importantes. El laboratorio tuvo problemas para dar conclusiones de lo encontrado en la sangre de Sanfira; finalmente determinaron que las hierbas habían mutado sus células, convirtiéndola en una especie de superdotada, por así decirlo. Y, que los efectos secundarios podrían ser devastadores si continuaba abusando de las infusiones. Sanfira se enfrenta a una decisión difícil. Sabía que su tiempo como vigilante estaba limitado a lo que le podía otorgar ese exótico brebaje, pero también sabía que no podía renunciar a la sensación de poder y libertad que había ya probado. Decidió que, antes de retirarse, haría un último esfuerzo para erradicar una peligrosa red criminal que había estado amenazando al barrio. Sanfira se infiltra en la sede de la organización que estaba en un galpón, con una habilidad propia del mejor de los black-ops*. Su fuerza y habilidades la ayudaron a superar a los guardias y llegar al líder, un hombre despiadado. Estaba rodeada de los secuaces de este capo de la mafia, este se pone en guardia, ella también como lo había visto cientos de veces con su marido cuando boxeaba, este hombre con su figura imponente, también dan juntos dan una feroz batalla, dandose golpes y esquivándolos, Sanfira le da varias patadas a su costado con gran agilidad, pero no le hacen anda, así que el jefe mafioso le toma una pierna y la arroja a una esquina como si fuera una muñeca de trapo, luego, se levanta del suelo un tanto adolorida y vuelve a reincorporarse, de pronto, Sanfira se mueve a una velocidad imperceptible al ojo humano y le asesta un buen puño en la cara, rompiéndole su quijada y arrojándolo inconciente al suelo, Sanfira logró derrotarlo, pero el esfuerzo la dejó muy debilitada, los secuaces quedaron asombrados de como una glamorosa mujer acabo con su jefe, la dejaron ir.
De regreso en su casa, Sanfira se miró en el espejo una última vez. La mujer que la devolvía la mirada era una mezcla de su antiguo yo y la poderosa guerrera que se había enfrentado hace poco aquel mafioso. Con lágrimas en los ojos, vertió el resto de la infusión en el fregadero, sabiendo que era el final de su aventura. Amalia la visitó poco después, preocupada por el estado de su amiga. Sanfira le confesó todo, desde sus aventuras hasta su decisión de dejar de tomar la infusión. Amalia, conmovida, le prometió que estaría a su lado, sin importar lo que ocurriera. A medida que pasaban los días, Sanfira comenzó a sentir que su fuerza sobrehumana se desvanecía. Volvió a ser la mujer de 66 años que había sido, pero con una diferencia crucial: ahora llevaba en su interior una fortaleza y un coraje que nunca la abandonarían.
Pero así, aunque su vida como vigilante llegó a su fin, decidió usar su experiencia para ayudar a otras mujeres a encontrar su propio poder interior, empoderándolas y guiándolas para enfrentar sus desafíos con valentía. En su comunidad, Sanfira se convierte en una líder respetada y admirada. El renacer de Sanfira no fue solo un milagro de la naturaleza, sino una lección de que la verdadera fuerza viene del corazón.
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* Fuerzas especiales del ejército
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yoymialterego · 2 months
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Le Bleu du Caftan
En su nueva cinta "Le Bleu du Caftan", la directora Maryam Touzani nos ofrece siempre el privilegio de la lucidez, porque en todo momento apuesta por sumergirse a fondo dentro de su estilo tibio y apacible donde la clave está en solamente sugerir sin subrayar, y apelar a la inteligencia y el buen entendimiento de quien la mira.
Así, la película se nos va transformando en un cúmulo de tersa seda donde envuelve sus mensajes, secundada por una bella fotografía que adiciona carácter a la atmósfera cálida, y unas actuaciones que destacan por su capacidad de radiar emoción, y por su devoción al personaje.
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Cierto que no todo es "bello y apacible" en "Le Bleu du Caftan", porque la historia de esta pareja madura que maneja una pequeña tienda de hechura de ropa -caftanes en especial- en el Marruecos actual, tiene sus rincones obscuros y sus lapsos de oprobio.
Halim, el sastre (Saleh Bakri, fenomenal), realiza sus diseños de manera tradicional y digamos que purista. Nada de máquinas de coser. Todos los zurcidos y aplicaciones se hacen a mano, y la laboriosidad necesaria para terminar los vestidos, hace que constantemente los plazos de entrega se rebasen y la clientela se impaciente, o simplemente se vaya. Su esposa Mina (Lubna Azabal, espléndida) le auxilia en sus labores y de alguna manera administra el negocio, pero es evidente que necesitan ayuda.
Así, el joven Youssef (Ayoub Missioui, estupendo) llega a sus vidas como aprendiz de Halim, ante la mirada suspicaz de Mina, quien no le ve el perfil necesario para el trabajo, y mucho menos para la interacción cotidiana con su esposo, del que la historia nos va revelando un sombrío margen oculto.
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Maryam Touzani usa agujas finas para tejer las vidas de estos tres personajes que interactúan casi en su totalidad en interiores (pocos son las tomas exteriores, y por lo visto no son tan exteriores) pero la cinta no adolece de claustrofobia, y al contrario parece expandirse por las razones opuestas, porque "Le Bleu du Caftan" es una cinta colmada de rostros. Rostros que saben cosas, rostros que las ocultan, rostros que preguntan, rostros que buscan. Rostros. Un recurso formal notable de Touzani.
De esa manera, con su calma sensible, con su cálido aliento, con sus rincones de infamia también, y con sus anotaciones y señales que pueden ser densas o fluidas, pero que nunca se nos gritan a la cara, la directora cimienta un mundo cercano y entrañable -como ya lo había hecho en el 2019 con "Adam", su ópera prima- y termina literalmente haciendo un homenaje a eso que se construye con las propias manos pero que involucra el alma, a lo que significa el trabajo habitual de cada uno, ya sea en la faena física o en las más arduas tareas de las relaciones con los otros, a lo que se elabora con la pasión y la meticulosidad que plasman el amor a lo que se hace y también, sobre todo, a lo que se quiere.
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lyon-amore · 1 year
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La mitad de mí Capítulo 6
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Capítulo 5 ----------------------------------------------------------------------------------------
----Hace un año----
Jessy Dime, te escribes con ese hacker? 🤔 
MC A veces, por qué?
Jessy Es muy misterioso
MC Es... diferente
Jessy Te refieres en una buena o mala manera?
MC Buena manera
Jessy 🤔  No me malentiendas, pero no creo que él sea el secuestrador Sino él se pondría en peligro
MC Pero eso también le ayuda a tener un montón de información ----------------------------------------------------------------------------------------
MC no sabía qué pensar de aquel hacker. Estaba dividida entre si fiarse de él o no hacerlo, ¿quizás era porque él le había dicho que confiaba en ella? ¿Qué Jessy no era la única persona con la que había conectado? Nunca nadie antes le había dicho que confiaba en ella, solo su hermana. Que otra persona lo hiciera, era algo nuevo.
Y, por raro que pareciera, aún no sabía que tenía que ver ambos en todo esto.   — ¿Debería confiar en él? —se preguntó, mirando la conversación con el anónimo— Dado que confía en mí, creo que sería algo correcto confiar en él...    Dejó el móvil a un lado, mirándolo nerviosa recordando la amenaza que también había recibido ¿habría sido él? ¿Querría asustarla? ¿Sería alguien con múltiple personalidad? Suspiró, negando con la cabeza. Estaba buscando a una chica secuestrada ¿Por qué iba a hacerle eso?   —Él no es Krebs —murmuró MC, tirando del puño de su camisa—, no es un monstruo... ¿verdad que no?
----Presente----
Guardó el ordenador en una caja con ropa que iba a llevarse a su casa cuando Elliot se marchó. Evitó que cualquiera de sus amigos lo viera. Primero, tenía que saber qué era lo que Daliah le preocupaba como para bloquear su ordenador de esa forma.   — ¿Está todo guardado? —escuchó preguntar Jessy, con suerte, no llegó a ver cómo guardaba el portátil.   —Sí —contestó la castaña, levantándose de la silla—, esta me la llevo yo, era ropa que Daliah me iba a dar cuando se cansase de ella —contestó un poco dolida. Si su hermana quería que se quedase con algunas prendas de ella, entonces lo haría—. El resto quizás lo venda...   —Podrías venderla en la tienda —se acercó a coger una de las cajas, sonriéndola— ¿No era que ibas a abrir una? Quizás para empezar-   —Digamos que... La inauguración va a tener que esperar —contestó deprisa, recordando que había destrozado la tienda—. Pero sí, puede que venda lo que a ella no le gustaba.    Salieron con el resto, dejando algunas cajas en la mesa de la cocina, mirándolas. MC mantenía su caja sujeta, no quería mezclarla para no confundirla.   —Aún falta mucho que recoger... —suspiró Cleo, observando como la cocina ya estaba vacía.   —El salón se ha quedado un poco vacío... —comentó Lilly, con tristeza.   —Ánimo chicas —Dan las miró, manteniendo la fortaleza de ellas en él—, cuanto antes terminemos, mejor.   —Danos un minuto, por favor... —le respondió Jessy, observando a MC, que no apartaba la mirada de las cajas.    Meter las cosas de Daliah en una caja significaba que ya no iba a volver. Que era cierto que la había enterrado. Que no iba a escuchar más su voz. Le tomaría un tiempo admitirlo, pero ya era un hecho de que la vida de Daliah se había desvanecido para siempre.
Metieron las cajas en una furgoneta, conduciendo hasta unos almacenes para guardar sus cosas. Uno a uno, fueron apilando las cajas como podían. Había libros infantiles y juguetes de cuando ellas eran pequeñas. Sus padres lo habían guardado para sus futuros nietos. Recordaba a Daliah ignorando siempre el tema. Nunca le explicó el por qué.   —Y aquí la última caja —dijo Grace, dejando la caja donde ponía ‘Figuritas’ encima de la de la ropa— ¿O queda alguna más?   —No —contestó MC rápidamente—, la que tengo yo es para mí.   —Vale.   —Esto es deprimente —comentó Phil, mirando las cajas.    Todas las miradas fueron dirigidas a él, como si le estuvieran asesinándole con la mirada. El joven los miró, confuso.   —No lo he dicho en el mal sentido —puso los ojos en blanco, viendo cómo todos exageraban con él, o, más bien, era lo que pensaba—. Creo que nunca he tenido que guardar las cosas de una persona que murió joven, eso es todo… Supongo que te hace pensar bastante.    MC se abrazó a sí misma, escuchando sus palabras. Sabía que iba a ser la siguiente, justo como le habían enviado en aquella carta o en el cuerpo de su hermana. Esperaba que la policía descubriera quién es el asesino de Daliah antes de ir a por ella.
Se acercó a Lilly, que aún tenía los mismos ojos cansados que ella. Desde esa mañana, la rubia aún intentaba averiguar qué era lo que a la castaña le sucedía.   — ¿Crees que puedes venir a mi casa? —preguntó MC a su amiga, mirando de que los demás no les preguntase el por qué.   —Claro, pero ¿Qué sucede, MC? —Lilly se cruzó de brazos, preocupada—, llevas muy rara todo el día.   —Aquí no, solo acompáñame a casa ¿vale? —susurró la joven, como si estuviera haciendo algo malo.   — ¿Lista para volver al hostal, Lilly? —preguntó Cleo, acercándose a ellas.    Lilly miró a MC y luego a ella. Negó con la cabeza, soltando un suspiro.   —Iré a casa de MC —contestó, poniendo una voz de lástima—, pasaré la noche en su casa, si a Dan le parece bien que tome su ronda…   —Claro —Dan se acercó a ellas, abrazando a las dos chicas—. Hasta mañana chicas, pero nada de quedaros hasta tarde despiertas ¿de acuerdo?    Ambas soltaron una risa. Sonaba como un padre hablando con sus hijas.   —Oye, si necesitas algo —Grace se acercó, cogiendo las manos de la joven MC. Sus ojos brillaban, como si fuera a llorar— que sepas que Carter y yo te apoyaremos, me ha enviado un mensaje diciendo que si quieres te da su número para hablar con él para desahogarte.   —Gracias Grace —MC abrazó a la castaña de ojos marrones con fuerza. Tener de apoyo a los amigos de Daliah hacía seguir teniendo de cerca a su hermana—. Hablaré con él cuando pueda.   —Vale —tomó aire, separándose de ella despacio—. Y lo siento mucho MC… Daliah también era como una hermana para mí —empezó a llorar, llevándose la mano a la cara, tratando de evitar soltar sollozos.    A MC la dolió verla así. Sabía que Grace también había sido también apoyo para Daliah cuando fueron al instituto juntas. Ambas, eran las más conocidas del pueblo, las que lo hacían brillar. Ahora el pueblo había perdido a una estrella.
Se despidieron y MC y Lilly entraron en el coche. Primero comprobó que estaban solas, que el coche de policía se encontraba lejos. Tomó un suspiro largo antes de hablar.   —Lilly ¿Sigues teniendo el chat de Jake?   —Sí, por supuesto —contestó Lilly confusa, mientras se ponía el cinturón— ¿Qué pasa? ¿Ha sucedido algo?   —Necesito que lo borres.    La rubia parpadeó en confusión. Poco a poco, su cara se fue transformando. Sentía que la ira le recorría el cuerpo.   — ¿Para eso querías hablar conmigo? —alzó la voz Lilly, enfadada— ¿Para que borre el chat de mi her-   —Lilly —MC la miró directamente a los ojos, con decisión. Había cambiado bastante desde el año pasado, era un poco menos tímida, pero quizás era porque tenía confianza con ella—, lo sabrás cuando lleguemos a mi casa, pero por favor, borra ese chat —arrancó el coche, pasando la lengua por sus labios.   — ¿Por qué? ¿Te han vuelto a hackear? —Cada vez, su amiga estaba más nerviosa— Pero ¿y el programa de Nymos? ¿No te protege?   —Sí, sí me protege, pero… —¿Cómo decírselo ahora? No se sentía segura estando en el coche explicándoselo— Por favor… Confía en mí, no te lo digo porque esté enfadada con Jake si es lo que piensas —contestó con una voz de súplica, deseando que al menos eso la convenciera—, te prometo que todo se sabrá cuando hayamos llegado a mi casa.   —Hablas como él… —soltó una risa floja Lilly— Está bien, confiaré en ti.    Lilly cogió su móvil, buscando el chat de Jake. Todos sus mensajes habían dado como error, como si no hubiera señal en donde Jake estuviera. Pero sabía perfectamente que era porque no existía más. En su interior ya lo sabía que ese chat ya había dejado de funcionar. Eliminó el chat, con un sollozo pequeño. Confiaba de verdad que hubiera una buena explicación para lo que MC le pedía.
Entraron en el piso y MC dejó la caja en la mesa del pequeño comedor, sacando de él el ordenador de Daliah.   — ¿Lo has sacado del cuarto de tu hermana? —preguntó Lilly, arqueando una ceja.   —No puedo entrar en él —explicó MC, intentando de nuevo poner diferentes contraseñas— y viniendo de alguien que conocía perfectamente todas las contraseñas de su hermana, puedo decir que es raro…   —Deberías dejárselo a la policía —aconsejó Lilly, sentándose en una silla.   —No, tengo algo mejor…    MC sacó su móvil, yendo al segundo chat que tenía, Nymos. ----------------------------------------------------------------------------------------
MC Jake? Tengo algo que nos puede interesar para la investigación de Daliah
----Nym-0s se ha conectado----
Nym-0s Hola MC. ¿Qué es?
MC Bueno Primero, quiero decirte algo Lilly está en mi casa
Nym-0s ¿Lilly? Espera. Quieres que hable con ella, ¿no?
MC Es tu hermana Jake… Lleva un año preocupada por ti 🙁 
Nym-0s No he dicho que no quiera hablar con ella :) Bien, entonces ¿llamas tú?
MC Mejor… Mejor hazlo tú Seguro que le gusta la sorpresa 🙂 
Nym-0s De acuerdo.
MC OH! Y Podrías… No sé… No usar el modulador de voz?
Nym-0s Es porque tanto Hannah como tú habéis hablado conmigo con mi voz real y te sientes mal por ello ¿a que sí?
MC Parece ser que alguien ya está aprendiendo a detectar emociones por mensajes 🤔 
Nym-0s He practicado bastante durante nuestras investigaciones ;) Aunque de momento, solo se aplica a ti.
MC 🙂 Entonces… Por favor?
Nym-0s Por supuesto. Ahora llamo.
MC Gracias 😊 Tómate tu tiempo
Nym-0s Gracias. :) ----------------------------------------------------------------------------------------
Lilly miraba curiosa a MC. Podía apreciar en su cara una sonrisa que nunca había visto de ella. Se abstuvo de preguntar en caso de que fuera privado.   —Bien… —La joven castaña colocó el móvil en la mesa, esperando a la llamada.    Sabía que era difícil para Jake. Nunca había hablado con Lilly por tanto tiempo salvo para investigaciones. Quería que se preparase. La rubia, en cambio, puso los ojos en blanco, cansada de esperar.   —MC, mira, lo entiendo, todo esto te ha afectado mucho-   —Solo espera —le hizo una señal con las manos MC, para que estuviera tranquila—, te prometo que todo estará bien.    Su amiga suspiró, cruzándose de brazos esperando.
El móvil comenzó a sonar. En la pantalla, se podía leer que Nymos era el que estaba llamando.   — ¿Pero-   —Contesta —animó MC, con una sonrisa de emoción.    Lilly, al no fiarse de lo que estaba pasando, aceptó la llamada a modo de altavoz. Miró a MC y luego al móvil, deseando que no fuera porque empezaban a volverse locas las dos.   — ¿Hola? —preguntó, un poco temerosa.   —Hola Lilly.    No conocía la voz. No le sonaba. Miró a MC y ella asintió, como si le estuviera diciendo que era él. Lilly comenzó a llorar, llevándose una mano al pecho.   — ¿Eres Jake? —preguntó, con un pequeño gallo en la garganta.   —Sí —contestó con calma el joven al otro lado de la línea— ¿Cómo estás Lilly?   —Oh Dios mío… —se sentía como si fuera pequeña de nuevo y ese fuera el día de Navidad. Un año sin saber de su hermano mayor hizo que aquel momento valiera la pena— ¡¿Pero cuando?! ¡¿Cuándo has regresado?!   —Anoche, me puse en contacto con MC.   —Os dejo solos para que habléis —dijo la castaña, cogiendo la caja—, voy a guardar esto.   —MC, ¿Qué era lo que querías decirme? —preguntó Jake, curioso.   —Luego, primero hablar.   —De acuerdo.   — ¡Jake! ¡No sabes las ganas que tenía de volver a hablar contigo! —Exclamó emocionada Lilly,    MC se marchó del salón, para irse a su cuarto a guardar los vestidos que había recogido.
Primero los dejó en la cama, observándolos. Recordaba en qué momento se los había puesto Daliah. Uno de ellos fue en el cumpleaños de ellas. Su hermana insistió que ella se lo pusiera, pero no podía hacerlo cuando vio que a ella le quedaba precioso. Lo cogió y se miró en el espejo. Completamente blanco. Sin una mancha. Se mordió el interior de la mejilla, pensando en su probárselo ¿sería deshonrar su memoria si o hacía? ¿O quizás le hubiera gustado a ella? Suspiró y empezó a desvestirse, queriendo ver cómo le sentaba aquel vestido. Mientras, pudo escuchar la risa de Lilly, contenta de volver a hablar con su hermano. Una ola de celos le recorrió por el cuerpo. Sentía envidia de saber que estaba hablando con su hermano. De saber que estaba vivo. Se secó las pequeñas lágrimas que habían caído en sus mejillas. No debía de sentir envidia. Tenía que estar feliz porque había logrado que se pusieran en contacto. Se centró en ella en ese momento, en lo que Daliah diría al verla con ese vestido. Pasó su mano por la delicada tela mientras se mira en el espejo. Quizás era porque en su cabeza estaba la imagen de su hermana, pero sentía que le sentaba perfecto. Casi hecho a medida.   —MC, le he contado a Jake- —escuchó la voz de Lilly en el umbral de la puerta.    La joven castaña se giró y vio a su amiga con el móvil en la mano. Se quedó mirándola sorprendida al verla con el vestido.   —Madre mía… —empezó a decir Lilly, acercándose a ella— ¡MC! ¡Estás preciosa! —Exclamó la rubia— ¡Jake! ¡Tendrías que verla! ¡Nunca antes te había visto así!   —Que va… —contestó MC, un poco tímida. Sabiendo que se había traído el móvil con ella, le daba más vergüenza todavía— Además, me lo iba a quitar ya-   —Espera un momento —Lilly la detuvo, alzando la mano. MC soltó un suspiro, cruzándose de brazos—, Jake ¿de verdad es seguro este chat?   —Sí, ¿por qué lo preguntas?   —Porque tienes que verla —Lilly colocó el móvil en vertical, con una sonrisa maliciosa.   — ¡Lilly no! —exclamó MC con la cara roja, acercándose a ella— ¡Dame el móvil!   — ¡No! ¡Él tiene que verte así!   —Chicas… ¿Podemos centrarnos en lo importante? —escucharon a Jake suspirar.    Ambas se miraron y asintieron, saliendo del cuarto. MC no quería admitirlo, pero fue un momento que le hizo recordar a ella y a su hermana. Esos pequeños momentos eran lo que le hacía sentirla todavía. No quería que desaparecieran jamás.
Regresaron al comedor, donde el ordenador seguía con su pantalla de insertar la contraseña. Las dos chicas se quedaron mirando la pantalla, concentradas.   —Bien, cuéntame qué sucede —pidió Jake, con una voz seria.   —He intentado acceder al ordenador de Daliah, pero ninguna de todas sus contraseñas posibles ha funcionado —empezó a explicar MC, sin apartar la mirada del ordenador.   — ¿Te sabías todas sus contraseñas?   —Daliah y yo sabíamos las contraseñas y el PIN del móvil de la otra…   —Y por algún motivo, ese ordenador tiene una contraseña que desconoces.   —Creo que contiene algo que no quería que viese…   — ¿Qué podía esconder Daliah? —preguntó Lilly, mirando a MC y al móvil, como si estuviera viendo a Jake— Era una chica que no se guardaba nada, le encantaba decir todo lo que pensaba.   —Hasta hace meses…    MC agachó la mirada, recordando los recortes y el muñeco del caballo. Un muñeco verdaderamente escalofriante, porque a Daliah desde el día del secuestro, evitaba cualquier cosa que estuviera relacionado con los caballos. Un inocente animal la marcó durante años.   —Me preguntaba si podrías desbloqueármelo por mí —preguntó la castaña, con un hilo de voz incómoda—, sé que… Sé que te dije que no quería saber más, pero ha sucedido algo.   — ¿Qué ha sucedido, MC? —La pregunta de Jake sonó como si estuviera nervioso.    Aquella entonación hico sacar una sonrisa divertida a Lilly.   —Daliah… Al parecer tenía recortes de los secuestros de los niños —MC tembló al contarlo, abrazándose a sí misma—, así que, me preguntaba si el ordenador contiene algo sobre esos recortes…   —Lo siento mucho, trataremos de encontrar entonces una explicación a todo esto —las palabras de Jake eran sinceras. Tan sinceras, que a ella le hubiera gustado que estuviera delante de ella para decírselo—. Lilly.   — ¿Sí? —su hermana contestó enseguida, incorporándose en la silla.   — ¿Cuándo regresas a Duskwood?   —Mañana me iré en el tren de las dos —miró confusa al móvil— ¿por qué?   —Quiero que metáis el ordenador en una mochila —empezó explicando Jake— y que en la primera parada, te bajes y la dejes debajo de un banco, enviaré a alguien de confianza a por ella.   — ¿Quieres que se baje en Evergreed? —Preguntó MC, preocupada— es el peor pueblo que existe ¡Es más! ¡Si deja el ordenador allí, desaparecerá en pocos segundos!    Jake soltó una risa, aunque para las chicas, no le vieron la gracia la reacción de MC. El pueblo de Evergreed era conocido por tener alta delincuencia y venta de drogas. Claramente, no todo Evergreed era así, pero su mala fama lo había hecho pasar a la historia.   —No te preocupes, estoy ahora mismo comunicándoselo a mi persona de confianza —escucharon cómo empezaron a teclear en el ordenador—, me debe un favor, así que seguro que me ayuda con esto.   —Gracias Jake… —susurró MC, sonriendo un poco.   —Todavía no me las des, no sé cuánto tardaré en desbloquearlo —contestó el joven hacker, terminando de escribir—. Si tú misma lo has intentado y la conoces mejor que nadie, entonces voy a tardar en que el programa haga su trabajo y lo desbloquee.   — ¿Cuánto suele tardar? —preguntó Lilly con curiosidad.   —Bueno, en el mejor de los casos de que el ordenador esté intacto, como mucho, media hora o así —le escucharon suspirar. La mala notica— En el peor… Digamos que tendría que acceder a la fuerza y lo que implicaría-   —Hackearlo por completo —continuó MC.   —No quiero que te sientas mal por esto MC —sus suaves palabras la tranquilizaron. Echaba de menos esas preocupaciones suyas—, pero si de verdad quieres saber qué era lo que ocultaba, es la única manera.    MC asintió, tirando de la tela del vestido. Invadir la privacidad de su hermana no era lo que se esperaba, pero su preocupación había crecido. No le había contado nada sobre esos recortes y, ahora, existía una contraseña totalmente desconocida para ella.   —Así que… Nos quedaría entonces acceder a sus archivos uno por uno —dijo finalmente la castaña, soltando un largo suspiro—. Genial entonces.   —Esperemos que no haga falta eso. Me gustaría que tuvieras su ordenador de nuevo lo más rápido posible   —No me molesta si es para saber qué es lo que ha sucedido…    Los tres soltaron un suspiro. Se preguntó por un momento en si estaba haciendo lo correcto en meter a Jake en todo esto ¿sería peligroso? ¿Volvería a meterle en problemas? Esta vez no era el caso de un secuestro, sino un asesinato. Y uno que ocultaba el suicidio de un asesino en serie.
El silencio fue roto por un sonido leve. Lilly se sonrojó levemente, avergonzada.   —Lo siento… Ese fue mi estómago… —se disculpó la joven.   —También yo tengo hambre —se rió un poco MC—, de tanto trabajar en recoger la casa de Daliah, me ha entrado hambre —se levantó y fue a la cocina. Sintió vergüenza al ver que no tenía nada en la nevera. Esos días casi no había comido, todo lo compraba y lo hacía Cleo al instante, dado que no había tenido fuerzas para hacerlo ella misma— ¿Pedimos algo para comer?   — ¿Puedo sugeriros algo? —preguntó Jake. Su voz sonaba extrañamente emocionada.   —Veamos qué sugieres —la castaña arqueó una ceja, con curiosidad.   —Bueno, he visto que en Rosenschwarz hay un único restaurante chino que es fantástico.   MC puso los ojos en blanco, evitando soltar una risa. Recordó aquella conversación. Una conversación en la que le dio una esperanza muy pequeña de soñar por un momento. También recordó lo tonta que había sido. O, al menos, era lo que le había dicho su hermana cuando le contó su conversación ¿por qué hacerla tener esperanzas de llevarla a cenar si nunca iba a librarse de esa carga?   —Sí, claro —su sonrisa se borró, dejando caer sus brazos a los lados de su cuerpo—, puedo pedir un poco…    ¿Se había notado lo molesta que estaba? ¿Por qué le había hecho devolverle esas memorias? Claro que se había notado que estaba molesta. Lilly no entendía qué era lo que había pasado exactamente entre ellos. Sí que sabía que MC estaba enfadada con Jake por haber desaparecido sin más, pero ¿Qué pasaba? Para ella, no parecían sus palabras.
Cuando MC los dejó de nuevo solos, Lilly vio que había recibido un comando en el chat de Nymos. Parecía que Jake se había puesto con ella mientras habían estado hablando. Decidió llamarlo, para probar si funcionaba.   —Probando, uno dos, uno dos —comenzó a decir Lilly, cuando Jake aceptó la llamada.   —Jaja, no tienes por qué hacer eso —aunque Lilly no lo veía, Jake sonreía al escucharla—, funciona como un móvil, no te preocupes.   —Vale, entendido —asintió la rubia, mirando en la dirección en la que MC se había ido, para evitar que la viera hablar del tema— Oye Jake ¿Qué ha pasado entre MC y tú? ¿Por qué está molesta contigo?   —Bueno… —Jake se rascó la nuca, incómodo. Era un alivio que Lilly no le viera en ese momento, nervioso— Supongo que es porque no volví, aunque ya os he explicado el por qué-   —No, no es eso —Lilly volvió a mirar, dudando en si continuar—, es… ¿Cómo decirlo? Siempre ha sido así, un día habla de ti preocupada, como si le importases mucho —la joven miró con tristeza el ordenador, viendo la foto de las gemelas con sus padres—, luego es como si… Como si todos esos pensamientos ya no le importasen… ¿Acaso le dijiste algo?   —Si te soy sincero Lilly, no lo sé… Puedo entender su molestia, pero también a mí me sorprende su forma cambiante.   —Es como tú.    Jake soltó una pequeña risa, seguido de un suspiro.   —Sí, supongo que hay algo que oculta sobre sus cambios.    Lilly se mordió el interior de la mejilla. No le gustaba lo que estaba pensando en ese momento. La verdadera razón por la que MC se comportaba de esa manera hacia Jake.   — ¿Crees que puede ser por-   —Ya estoy —MC regresó y la miró frunciendo el ceño— ¿Estabais hablando de mí? —preguntó al ver que no estaba en altavoz.    Lilly dejó el móvil en la mesa, seleccionando la opción de altavoz.   —Tan solo iba a comentarle el tema Hannah —dirigió una rápida mirada a su amiga y luego al móvil— ¿Te has enterado? —preguntó a su hermano, preocupada.   —No ¿Qué ha pasado?   —Irá a juicio por el accidente de Jennifer —continuó Lilly y MC se sentó a su lado, viendo la joven poner una mirada triste—, han estado recogiendo todas las pruebas que tú y MC obtuvisteis, incluso la conversación con Amy…    Jake sabía que iba a suceder algún día. Hannah tenía que pasar por el proceso de ser juzgada por lo que hizo. Al menos, de los dos era la más valiente, él temía por su vida, pero más ahora que no podía perder algo bueno en este mundo.   —Era de esperar —contestó el joven tranquilamente—, no podíamos evitarlo Lilly, sé que no quieres que pase por esto, pero no puedes evitar que no quieran buscar justicia.   —Pero-   —Lilly —Jake la nombró con firmeza. Hizo que su hermana pequeña mirase el móvil con los ojos a punto de soltar las lágrimas—, sabemos que fue un accidente, pero lo que hizo después… Es algo que va a tener que juzgar el juez, no nosotros.    Asintió despacio la pequeña de los Donfort. Aún le costaba creer que su hermana llegase a esconder un crimen que podría haber confesado por aquel entonces.   —Voy un momento al baño —Lilly se levantó de la silla, con rapidez.    MC la vio marcharse. Se entristeció verla así. Saber que tu hermana hizo algo que no sabías y que era horrible debía de ser duro. No era comparable con lo que Daliah le ocultó. El dolor de Lilly era mucho más fuerte.   —Debemos darle tiempo —comentó Jake, con un tono de tristeza en su voz—, a mí me costó asimilarlo también.    MC se mantuvo en silencio. No debía de meterse en asuntos familiares de otras personas.
Miró al móvil, intentando saber qué decir para consolarle, pero sabiendo que ella también necesitaba ser consolada, no encontraba las palabras exactas.   —Estoy segura de que le gustaría que estuvieras con ella —le dijo finalmente, con tristeza.   —A mí también… —suspiró el hacker— Siento que la fallo como hermano mayor en estos momentos…   —Al menos ahora sabe que puede hablar contigo cuando quiera —sonrió MC, intentando ver un lado positivo.   — ¿Qué tal te fue en el apartamento de tu hermana? —le preguntó Jake con preocupación.    La joven se mordió el interior de la mejilla, se preguntó si Lilly le había dicho algo sobre la siguiente carta que había recibido. ¿Estaba bien en decírselo? Tampoco quería preocuparle más, pero ocultárselo haría que quizás se ofendiera por no confiar en él.   —Dejaron otra carta en la puerta de Daliah —contestó finalmente MC, un poco nerviosa—, pero era dirigido a mí esta vez.   —Entonces hay dos posibilidades —Jake dijo con calma, no mostrándose enfadado por lo ocurrido—: Que el acosador estuviera vigilando el apartamento de tu hermana o que te esté vigilando a ti.   —Ninguna de las dos opciones me calma —se cruzó de brazos encogiéndose en la silla, mirando el móvil intentando buscar consuelo en esa voz tranquila—, porque entonces ¿de qué sirve la policía que me esté protegiendo?   —Debemos suponer entonces de que este acosador puede pasearse sin problemas delante de todos.   —Jake… No me ayudas en absoluto.   —Lo siento, es solo una teoría, por supuesto.    La joven fue poco a poco incorporándose en la silla, como si de repente, las palabras de Jake tuvieran sentido.   — ¿Puede… ¿Puede ser que esta persona sea conocida para Daliah?    Jake iba a contestar cuando llamaron en ese momento a la puerta. MC se levantó y tanto ella como Lilly ya estaban cerca para abrir.
Se miraron un poco temerosas. Y sabían que no podía ser el asesino de Daliah, nadie podía ir al piso sin estar en la lista de personas no sospechosas. Como el grupo de Duskwood y sus padres. Miró por la mirilla y soltó un suspiro, abriendo la puerta.   —Buenas tardes- —Elliot se quedó mirando a MC, de arriba abajo.    La joven aún seguía llevando el vestido de Daliah, se había olvidado quitárselo. Y eso era lo que aquel joven policía estaba mirando: Una MC totalmente diferente a lo que estaba acostumbrado.   — ¿Elliot? —MC le llamó, frunciendo el ceño un poco incómoda— ¿Todo bien?   —Sí es solo… —Negó con la cabeza, para luego levantar una bolsa—Lo siento MC, no hemos querido dejar que el repartidor subiera en caso de sospecha —le entregó la comida china, a lo que la joven aceptó dándosela a Lilly—. Por cierto, me ha parecido oír la voz de un hombre ¿hay alguien más con vosotras?   —La verdad, es que… —comenzó a decir Lilly, nerviosa.    MC recordó lo mucho que le costó en el pasado ocultar el secreto de Jake al grupo, así que, intervino de nuevo en su ayuda.   —Estábamos viendo una película —contestó rápidamente—, después de lo ocurrido, me apetecía relajarme con mi amiga y ver una película.   —Exacto —respondió Lilly, más aliviada—. Es una película de…   —Misterio —contestó MC, volviendo a ayudarla—. Aunque tampoco creo que haya que dar tantos detalles.    El rubio asintió, evitando dejar demasiado su mirada en la castaña. Señaló las escaleras, nervioso.   —Después de lo ocurrido, he decidido cambiar mi turno, estaré abajo vigilando.   —Vale.   —Entonces… —Elliot se aclaró la garganta, mirando a la joven con un leve sonrojo en sus mejillas— Pasarlo bien.   —Gracias Elliot.    El chico asintió, marchándose escaleras abajo.
MC cerró la puerta y vio la sonrisa de Lilly. Una sonrisa pícara. Ella no entendía aquella sonrisa o por qué en realidad lo hacía.   —Me cambio y comemos —dijo la joven de ojos azules, yendo a su cuarto—, no quiero manchar el vestido.   — ¡MC, le gustas a ese chico! —exclamó Lilly a grito.   —No le gusto Lilly —MC asomó la cabeza por el umbral de la puerta—, tan solo le he recordado a Daliah, nada más.   —No sé… Parecía muy preocupado por ti cuando estábamos en el piso de Daliah.   — ¿Qué chico? —Escucharon desde el salón— ¿Habláis del policía que ha ido?    MC recordó que se había olvidado quitar el altavoz. Maldijo en su mente porque Jake estuviera escuchando todo aquello.   — ¿Cómo has adivinado que es policía? —MC salió con ropa más cómoda, acercándose a la mesa para sentarse al lado de Lilly, que empezaba a colocarlo todo en la mesa.   —Ha dicho que ha cambiado su turno y que estaría vigilando —le respondió Jake. En su voz se podía notar la molestia—, así que, asumo que es policía.   —Es el exnovio de Daliah —respondió MC, darle mucha importancia—. Es el hijo de Alan Bloomgate, Elliot.   —Entiendo…   —Bueno, puede que no completamente le gustes —le dijo Lilly, colocando los platos en la mesa—, pero que siente algo por ti, se nota.   —Elliot y yo nunca hemos tenido una relación cercana —contestó la joven, soltando un suspiro—, creo que es esta semana que hemos tenido más interacción que nunca.   — ¿Crees que Elliot podía hacerle algo a Daliah? —la pregunta de Jake le sorprendió a MC. Nunca antes habría pensado mal de Elliot, ni si quiera después de que cortasen. Sabía que no tenían una relación mala, que se llevaban bien.    Negó con la cabeza, recordando luego que no podía verla.   —No, Elliot no es capaz de matar a Daliah, él la amaba —parecía sonar molesta. Le pareció extraña la pregunta de Jake.   —Está bien, quería solo asegurarme.    Sabía perfectamente que quería saber si era de fiar. El exnovio siempre solía ser el primer sospechoso, algo que, incluso le pareció ahora extraño que estuviera encargado del caso, tendrían que haberle apartado para que sus sentimientos no se interpusieran en medio.
¿Estaba haciendo bien en confiar en Elliot?
Capítulo 7
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bhdvintage · 3 months
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Cazadora piel TB
Chaqueta de piel azul noche Thomas Burberry. Talla L, 42. Axila 56 centímetros Largo 65 centímetros Thomas Burberry nació en 1835 y en 1856, es decir siendo relativamente joven, abrió su primera tienda en Basingstoke. Ese sería el comienzo de la ya mítica marca Burberry. Gran observador, Thomas encontró en la ropa de trabajo de los granjeros de su alrededor la inspiración para su mayor logro: la…
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heavenlyscar · 3 months
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Adoptame
Scarlett había tenido un mes agotador en París. Participar en un Fashion Week tan extenso la había dejado exhausta, pero al regresar a casa, encontró un paquete envuelto con cuidado y una carta que decía "Adóptame". Intrigada, abrió el paquete para descubrir un pequeño erizo de la marca Sylvanian, junto con una nota que le recordaba su conexión con la comunidad de Karma Butterfly. Aunque sorprendida por el gesto, Scarlett sintió una oleada de calidez en su corazón y decidió darle un hogar al adorable juguete, sabiendo que su regreso no solo significaba descanso, sino también la oportunidad de cuidar y compartir momentos especiales con su nuevo amigo, Pincho Espin.
Dentro de la cajita, Scarlett encontró varios accesorios para su pequeño erizo, aunque decidió que le haría falta más para asegurarse de que Pincho Espin estuviera completamente feliz. Por eso, decidió buscar en internet y encontró el accesorio perfecto: un disfraz de Hello Kitty. Imaginó lo adorable que se vería su pequeño amigo con ese disfraz y no pudo resistirse a comprarlo. Con una sonrisa en el rostro, esperaba con ansias el momento en que Pincho Espin pudiera lucir su nuevo atuendo y juntos disfrutar de más momentos de diversión.
Scarlett guardó con esmero a Pincho Espin en su cajonera para asegurarse de que no se extraviara mientras ella viajaba fuera del país por unos días debido a sus compromisos laborales. Aunque le entristecía tener que dejar a su nuevo amigo atrás, se consolaba pensando en las futuras aventuras que compartirían juntos. Antes de partir, le prometió a Pincho Espin que traería más regalos y que disfrutarían de mucho más tiempo juntos cuando regresara. Con esa promesa en mente, Scarlett se despidió temporalmente de su hogar, con la esperanza de que pronto estaría de vuelta para continuar creando recuerdos con su querido compañero de juguete.
Pasaron un par de días hasta que la joven modelo regresó a su hogar, pero al llegar se llevó una desagradable sorpresa: el cajón donde había guardado a Pincho Espin estaba abierto y el pequeño erizo no estaba en su lugar, solamente sus accesorios y el disfraz de Kitty con el que lo había vestido la última vez que lo dejó allí. Scarlett sintió un nudo en el estómago al darse cuenta de que su querido compañero había desaparecido. Preocupada, revisó cada rincón de la habitación y preguntó a su familia si lo habían visto, pero sin éxito alguno. Con el corazón lleno de inquietud, comenzó a temer que alguien hubiera entrado en su casa y se hubiera llevado a Pincho. Sin embargo, se negaba a rendirse y estaba decidida a encontrar a su preciado amigo, sin importar cuánto tiempo le llevara.
Decidida a entender lo sucedido, Scarlett revisó las cámaras de seguridad de su casa. Para su sorpresa, notó algo completamente inexplicable: el erizo de juguete se había transformado misteriosamente en un erizo real y había escapado de su cajonera. Con incredulidad, corrió hacia el patio donde las cámaras lo mostraban y allí, entre las flores y las hojas, encontró al pequeño erizo real. Con cuidado y asombro, lo tomó entre sus manos, maravillada por el milagro que había presenciado. Aunque desconcertada por lo ocurrido, Scarlett estaba feliz de tener a su querido Pincho Espin de vuelta, esta vez en una forma completamente inesperada pero aún más especial.
Ahora, con la presencia real de la pequeña mascota, se había dado cuenta de que necesitaría más que un disfraz de Hello Kitty para amigo. Con una sonrisa en los labios, comenzó a buscar en internet tiendas que ofrecieran ropa y accesorios adecuados para erizos. Decidió que su nueva misión sería encontrar prendas cómodas y adorables que se ajustaran perfectamente al tamaño de su compañero. Con entusiasmo, navegó por diferentes opciones, imaginando cómo se vería Pincho Espin luciendo nuevos atuendos y como reaccionarian las personas de la comunidad al enterarse de aquel suceso.
Después de asegurarse de que Pincho Espin estuviera cómodo y feliz en su hogar, Scarlett decidió informarse más sobre cómo cuidar adecuadamente a un erizo. Se sumergió en la investigación, buscando en línea y consultando libros especializados sobre el tema. Aprendió sobre su dieta, el tipo de hábitat que necesitaba, cómo proporcionarle un ambiente seguro y estimulante, y cómo establecer una rutina de cuidado adecuada. Aprendió que los erizos son omnívoros y que su dieta consiste principalmente en insectos, pero también pueden comer frutas, verduras y alimentos para gatos de alta calidad.
Con cada artículo que leía y cada consejo que encontraba, Scarlett se sentía más preparada y comprometida con el bienestar de su nuevo amigo.
Decidida a proporcionar el mejor cuidado posible a su mascota, la joven había tomado una decisión crucial: preparar una habitación exclusiva para él en su hogar. Con diligencia, se dedicó a transformar una habitación pequeña en un espacio acogedor y seguro para su erizo. Instaló una jaula espaciosa equipada con juguetes y lugares para esconderse, así como una zona designada para sus momentos de juego y exploración. Además, investigó meticulosamente sobre la temperatura y la iluminación óptimas para garantizar el bienestar de Pincho Espin en su nuevo hogar. Cada detalle fue planificado con esmero, con la esperanza de proporcionar a su pequeño amigo un refugio cómodo, feliz y seguro donde pudieran compartir momentos especiales juntos.
Para completar el hogar de Pincho, se había hecho amigo de los perros de Scarlett. Con el paso de los días, los caninos aceptaron al pequeño erizo como parte de la familia, y juntos formaron un vínculo especial lleno de juegos y compañerismo. Observar cómo interactuaban los cinco animales llenaba de alegría a la morena, quien encontraba en su hogar un refugio de amor y armonía. Con Pincho Espin (O Púa, para darle un apodo más corto) en su nueva habitación y rodeado de amigos peludos, ella sabía que su hogar estaba completo y que su vida estaba enriquecida por la presencia de estos adorables compañeros.
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lyris-firaris · 5 months
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No soy buena en esto de las redes, pero ajá, aquí estoy actualizando mi cuenta con experiencias personales. El motivo por el que no estuve muy presente aquí es porque tuve un bloqueo de escritura, pero con estos son los motivos por los cuales ya andaré más despierta por aquí.
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Tuve dos encuentros espirituales fuertes en estas semanas, el primero está referido a Dioniso. Suelo meditar cuando las cosas me resultan muy sobrecargadas o me salen muchas señales o hago actos devocionales (sin querer) para otros dioses. Cuestión que medité para quitarme está duda ya de la cabeza y resultó ser que, efectivamente, él estaba rondando por aquí.
No voy a contar como era físicamente en mi meditación, pero si voy a contar como fue su trato hacia mi. ¿OK? Ok.
Se sabe que es el dios más joven de los que viven en el Olimpo, pero cuando me comuniqué con él, se sintió como estar hablando con tu hermano mayor o primo, más que nada porque él literalmente me dijo o dio a entender que iba a estar conmigo en todo este proceso de escritura de mi saga.
Y algo curioso es que en todas las tiendas de ropa veía animalprint, no dejé ver ropa así hasta que le compré sus velas a todos, a él le compré una roja con forma de piña del pino y ya quedó tranquilo.
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El segundo encuentro y el más reciente, fue con la señora Hera, sospechaba que era ella porque en mi meditación con Dioniso vi colores azules también, pero dejé pasar un tiempo para poder acomodar bien las ideas antes de volver a meditar.
Prácticamente hablar con ella fue como hablar con una tía muy cercana o una madre también, pero ella me dijo que no quería ocupar el lugar de Perséfone (ella es mi guía de por vida, mi madre espiritual como le digo), incluso al momento de despedirnos me dijo que ella estaría bien con una vela azul.
Les cuento esto por si tienen consejos sobre cómo trabajar o adorar a estos dioses.
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