#siglo ii a.c.
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Atleta
Ya al comienzo de las excavaciones austriacas en 1896, se realizó uno de los hallazgos más importantes: en la esquina suroeste de la Palaestra del Hafengymnasium, se encontraron un total de 234 fragmentos de una estatua de bronce destrozada. El área de la cabeza y los hombros estaba bien conservada, por lo que el tipo de estatua fue reconocido de inmediato. Se trata de un deportista que se limpia después de un ejercicio físico, tal y como ocurría en la palestra de un instituto. Para eliminar la arena y el aceite con los que uno se frotaba, se usaba un στλεγγίς (strigilis), un raspador. El atleta acaricia esta herramienta (no conservada aquí) con el pulgar de su mano izquierda y la limpia. La instantánea aparentemente accidental de una persona recostada sobre sí misma apunta a un modelo del siglo IV a.C., así como a las características estilísticas de la estatua. Finalmente, se consideró que la estatua era una copia del famoso "Apoxyomenos" (el raspador) de Lysipp. Las estatuas de bronce de la antigüedad rara vez se conservan, ya que el valioso material se fundió en su mayor parte. A menudo "debemos" la tradición a una catástrofe como el hundimiento de un barco o, como aquí, un terremoto en el que la escultura fue arrojada del pedestal y aplastada por la caída de partes. En Viena, los fragmentos fueron remodelados por el escultor Wilhelm Sturm y atornillados a tiras de latón. Las piezas más grandes producidas de esta manera se montaron sobre un esqueleto de varillas de hierro cuadradas y la estatua se rellenó hasta el cuello con un cemento especial que se suponía que proporcionaría estabilidad y cerraría los defectos. En 1996, otra estatua del mismo tipo fue descubierta en el mar frente a la costa croata (Muzej Apoksiomena, Mali Lošinj). Este "gemelo" excelentemente conservado permite una comparación directa de dos copias en bronce y una reevaluación del sistema copista en la antigüedad.
Nombre de la propiedad: Estatua Cultura: Romano Periodo: Período imperial temprano Datación: Siglo I d.C., según el original griego alrededor del 330 a.C. Hábitat: Éfeso, Harbour High School, Palaestra, Selçuk, Asia Menor, Turquía Material/Tecnología: Bronce Métricas: 192 cm Derechos de imagen: Kunsthistorisches Museum Viena, Colección de Antigüedades Clásicas Nº Inv.: Colección de Antigüedades Clásicas, VI 3168 Procedencia: Sultán, Abdul, Hamid, II.; Excavaciones austríacas en Éfeso; Regalo al emperador Francisco José; Posteriormente inventariado en 1911
Información e imagen de la web del Kunsthistorisches Museum.
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The Jews of Spain: A History of the Sephardic Experience
"Migration of Jews throughout the Roman diaspora (c. 200 BCE-200 CE) was so widespread that the ancient Greek geographer Strabo reportedly exclaimed, ‘This people has already made its way into every city, and it is not easy to find any place in the habitable world which has not received this nation and in which it has not made its power felt’ (Josephus, Antiquities, XTV, 115)."
La migración de los judíos a lo largo de la diáspora romana (c. 200 a.C.-200 d.C.) fue tan generalizada que, según se informa, el antiguo geógrafo griego Estrabón exclamó: "Este pueblo ya se ha establecido en cada ciudad, y no es fácil encontrar un lugar en el mundo habitable que no haya recibido a esta nación y en el que no haya hecho sentir su poder" (Josefo, Antigüedades, XIV, 115).
"Jewish merchants and travelers followed the expansion of Phoenician and Syrian trading colonies all along the shores of the Mediterranean, certainly including the Iberian peninsula."
Los comerciantes y viajeros judíos siguieron la expansión de las colonias comerciales fenicias y sirias a lo largo de las costas del Mediterráneo, incluyendo ciertamente la península ibérica.
"Jews in the Roman diaspora flourished in some measure because the Empire recognized Judaism as a legal religion (religio licita)."
Los judíos en la diáspora romana prosperaron en cierta medida porque el Imperio reconoció el judaísmo como una religión legal (religio licita).
"Rome also continued to recognize the Jewish cultural ties to their national homeland in Palestine even after the great Jewish revolts there in the first and second centuries."
Roma también continuó reconociendo los lazos culturales judíos con su patria nacional en Palestina incluso después de las grandes revueltas judías en los siglos I y II.
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Dedicación de la Basílica de San Juan de Letrán
09 noviembre
Dedicar o consagrar un lugar a Dios es un rito que forma parte de todas las religiones. Es "reservar" un lugar a Dios, reconociéndole gloria y honor. Cuando el emperador Constantino dio plena libertad a los cristianos -en el año 313-, éstos no escatimaron en la construcción de lugares para el Señor. El propio emperador donó al Papa Melquiades los terrenos para la edificación de una domus ecclesia cerca del monte Celio. La Basílica fue consagrada en el 324 ( o 318 ) por el Papa Silvestre I, que la dedicó al Santísimo Salvador. En el s. IX, el Papa Sergio III la dedicó también a San Juan Bautista; y en el s. XII, Lucio II añadió también a San Juan Evangelista. De ahí el nombre de Basílica Papal del Santísimo Salvador y de los Santos Juan Bautista y Evangelista en Letrán. Es considerada como la madre y la cabeza de todas las iglesias de Roma y del mundo: es la primera de las cuatro Basílicas papales mayores y la más antigua de occidente. En ella se encuentra la cátedra del Papa, pues es la sede del Obispo de Roma. A lo largo de los siglos, la basílica pasó a través de numerosas destrucciones, restauraciones y reformas. Benedicto XIII la volvió a consagrar en 1724; fue en esta ocasión cuando se estableció y extendió a toda la cristiandad la fiesta que hoy celebramos.
Del Evangelio según San Juan
“Se acercaba la Pascua de los judíos. Jesús subió a Jerusalén y encontró en el Templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas y a los cambistas sentados delante de sus mesas. Hizo un látigo de cuerdas y los echó a todos del Templo junto con sus ovejas y sus bueyes; desparramó las monedas de los cambistas, derribó sus mesas y dijo a los vendedores de palomas: «Saquen esto de aquí y no hagan de la casa de mi Padre un mercado».
Y sus discípulos recordaron las palabras de la Escritura: El celo por tu Casa me consumirá.
Entonces los judíos le preguntaron: «¿Qué signo nos das para obrar así?».
Jesús les respondió: «Destruyan este templo y en tres días lo volveré a levantar».
Los judíos le dijeron: «Han sido necesarios cuarenta y seis años para construir este Templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?».
Pero Él se refería al templo de su cuerpo. Por eso, cuando Jesús resucitó, sus discípulos recordaron que Él había dicho esto, y creyeron en la Escritura y en la palabra que había pronunciado” (Jn 2,13-22).
Lugar de encuentro
Las lecturas bíblicas elegidas para este día desarrollan el tema del "templo". En el Antiguo Testamento (Primera Lectura, Ez 47), el profeta Ezequiel, desde su exilio en Babilonia (estamos en torno al 592 a.C.), trata de ayudar al pueblo a salir de su desánimo por no tener ya tierra ni lugar para orar. Surge así el mensaje -la Primera Lectura- en el que el profeta anuncia el día en que el pueblo adorará a su Dios en el nuevo templo. Un lugar donde el hombre eleva su oración a Dios y donde Dios se acerca al hombre escuchando su oración y socorriéndolo allí donde suplica: un lugar de encuentro. De este modo, el templo asume el papel de Casa de Dios y Casa del pueblo de Dios. Un lugar donde se practica la justicia, la única capaz de curar al pueblo. De este templo, el profeta ve brotar agua: "Y vi que salía agua por debajo del umbral de la Casa". Un agua que es don y que traerá vida, bendición.
¡Fuera de aquí!
Todo judío varón estaba obligado a subir a Jerusalén para ofrecer el cordero de la Pascua; tres semanas antes comenzaba la venta de animales aptos para la ofrenda (las palomas eran el sacrificio de los pobres, Lv 5,7). Los cambistas tenían la tarea de cambiar las monedas romanas por monedas acuñadas en Tiro. No era esta una cuestión de ortodoxia religiosa, aunque se hiciera pasar por tal. Al fin y al cabo, también las monedas de Tiro tenían una imagen pagana, pero contenían más plata, por lo que valían más. Los sacerdotes del templo supervisaban este "comercio" y siempre obtenían un beneficio en el cambio.
Este es el entorno que Jesús encontró en el Templo, precisamente en el Hieron, es decir, en el patio exterior del Templo, el Patio de los Gentiles. El Templo propiamente dicho es el Naos, el santuario, que se mencionará en los v. 19-21. "Hizo un látigo de cuerdas... y los expulsó del Templo": con el látigo Jesús azota este "comercio" presente en el Templo. Derriba los puestos de los vendedores y los expulsa a todos (cfr. Ex 32, el becerro de oro).
«Saquen esto de aquí y no hagan de la casa de mi Padre un mercado». Son palabras y acciones que remiten al profeta Zacarías, que anunció lo que sucederá cuando el Señor venga a la ciudad de Jerusalén: "Y aquel día, ya no habrá más traficantes en la Casa del Señor de los ejércitos" (Zc 14,21).
“«¿Qué signo nos das para obrar así?». Jesús les respondió: «Destruyan este templo y en tres días lo volveré a levantar»”. Los sacerdotes del templo le preguntan a Jesús con qué autoridad actúa, y Él responde invitándoles a destruir el templo, porque Él lo hará resurgir. La respuesta de Jesús se refiere no a todo el edificio del templo, sino al "santuario" propiamente dicho, allí donde estaba la presencia de Dios: "Él hablaba del templo de su cuerpo". Con la Pascua de Jesús -con su cuerpo destruido y resucitado- comienza el nuevo culto, el culto del amor, en el nuevo templo (naos) que es Él mismo. La resurrección será el acontecimiento clave que hará que los discípulos sean finalmente capaces de comprender; el Espíritu Santo (Jn 14:26) les hará recordar los acontecimientos y verlos de una manera nueva.
Jesús, el nuevo templo
La fiesta de la Dedicación de la Basílica de Letrán nos permite recordar el camino del pueblo y el cuidado constante y fiel de Dios. Al mismo tiempo, se nos recuerda que hoy cada uno de nosotros, en Jesús resucitado, es "templo de Dios", porque el Espíritu mismo habita en cada uno de nosotros (1 Cor 3,16). Ser conscientes de ello nos lleva, por un lado, a alabar al Señor; pero, por otro lado, nos lleva a decir, a veces de forma desproporcionada: "Señor, no soy digno de que entres en mi casa..." (Mt 8,8), olvidando que Él ya está en nosotros, y que nos acoge y nos ama no por cómo quisiéramos ser, sino por cómo somos, aquí, ahora. Son las cosas con las que nos distraemos en nuestro interior las que hacen borroso el Rostro del Señor. Cuando aprendamos a mantener nuestra mirada fija en Jesús, Autor y perfeccionador de nuestra fe, de nuestra amistad con Él (cfr. Hb 12,1-4), nuestro rostro brillará con la luz que brota de un corazón "unificado". El equilibrio requerido no es el trabajo de un momento, sino el resultado de toda una vida, de un continuo reentrar en nosotros mismos dirigiéndonos directamente al “aposento del Rey" (cfr. Castillo interior, Santa Teresa de Ávila).
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youtube
En 1901 se rescató cerca de las costas de Anticitera, a más de 40 metros de profundidad, los restos de un complejo mecanismo que luego fue datado como originario del siglo II a.C. Si bien hay importantes estudios en los años 70, recién a principios de la primera década de este milenio se han esclarecido las funciones principales del mecanismo. Contaba con más de 30 engranajes y, mediante distintos punteros, mostraba la posición del Sol en el zodíaco, el día del año según el calendario egipcio, el día y mes en un complicado calendario lunisolar e, incluso, servía para predecir eclipses, entre muchas otras cosas. Era, en efecto, un pequeño universo, un universo que cabía en una caja de zapatos. La presentación aborda la historia del descubrimiento e investigación, muestra sus principales funciones, reseña las investigaciones en curso y enuncia los desafíos que plantea a la historia de la técnica y de la ciencia. (x) con el Dr. Christián Carlos Carman
Recién vengo de ver esta charla en vivo y nada, re interesante! Si les interesa la historia, historia de la ciencia, e incluso la antropología les recomiendo verlo
Y de paso, el viernes que viene (viernes 8/11) hay otra charla de ciencia acerca del llamado Planeta 9, vayan si pueden (y si no, chusméenlo en el canal de youtube ;) )
#space#science talk#ciencia#argentina#planetario galileo galilei#divulgación científica#tani's log#Youtube
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El equilibrio del poder geopolítico en diferentes momentos cronológicos. Parte 1.
Por Maxim Medovarov
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
Presentamos al lector una nueva serie de ensayos históricos y didácticos sobre la historia del equilibrio del poder geopolítico, comparando varios momentos cronológicos que permiten evaluar los hitos de la formación de la multipolaridad entre las diferentes civilizaciones. La idea de este ciclo es sencilla y al mismo tiempo no tiene nada de trivial: contar desde el año actual 2024 los grandes aniversarios históricos (3000, 2500, 2000, 1500, 1000, 500 y 100 años atrás) con tal de demostrar las regularidades geopolíticas universales mediante el uso de un material variado. Trataremos de encontrar cada vez que nos sea posible las interrelaciones entre conflictos simultáneos en distintas regiones del mundo, siguiendo así los pasos de la revisión de las relaciones internacionales realizadas durante tres décadas por A. J. Toynbee, cuya metodología nos sirve de modelo, aunque no de manera exhaustiva.
Quiénes en los últimos tres mil
años no hayan adquirido una comprensión
del mundo entonces serán ignorantes, tontos, mendigos
en medio de la vida cotidiana.
J.W. Goethe
Ensayo 1. El equilibrio geopolítico hace 3000 años
Hace exactamente 3.000 años, en 977/976 a.C., el Viejo Mundo se encontraba en su mayor parte subsumido baja una Edad Oscura. Las anteriores civilizaciones de la Edad de Bronce se habían derrumbado o se habían debilitado y transformado radicalmente bajo el golpe de los bárbaros cuyas oleadas no habían cesado su embestida por tercer siglo consecutivo. Fue durante este periodo que se produjo una profunda ruptura en el sistema de relaciones internacionales en Oriente Medio. Egipto, Asiria y Babilonia habían quedado extremadamente debilitados bajo la embestida de los nómadas arameos, en lugar del antiguo reino hitita había aparecido una enorme cantidad de pequeños reinos hititas tardíos y sólo en medio de este caos que se extendía desde el Nilo hasta el Éufrates pudo crecer, surgir y fortalecerse el Estado de Israel. Hace exactamente 3.000 años, el anciano rey y poeta David seguía sentado en el trono de Jerusalén, orgulloso de la obra que había realizado. La ciudad santa aún no tenía un Templo, pero sobre ella ya resonaba el Salmo 99 de acción de gracias del rey con su arpa: «Ҳariu l'Adonai kol ҳaaretz. Ivdu et Adonai besimha, bou lefanav birnana. Deu ki Adonai ҳu Eloҳim, ҳu asana, velo anachnu, amo, vezon marjito. Bow shearav betoda, hazerotav biteҳila, ҳodu lo barhu Shmo. Ki tov Adonai, leolam hasdo, vead dor vador emunato» («Salmo. Para dar gracias. | Cantad a Yave en toda la tierra, Servid a Yave con júbilo, | venid gozosos a su presencia. Sabed que Yave es Dios, | que él nos hizo y suyos somos, | su pueblo y la grey de su pastizal. Entrad por sus puertas, dándole gracias, | en sus atrios, alabándole. | Dadle gracias y bendecid su nombre. Porque bueno es Yave, | es eterna su piedad, | y perpetua por todas las generaciones su fidelidad»).
El resplandor del poder de David eclipsaba la miseria de todos sus vecinos: Abibaal en Tiro, Siamón el libio, que acababa de ascender al trono egipcio (que más tarde se convertiría en suegro de Salomón, hijo de David, y anexionaría la franja de Gaza a Egipto), y más aún los de Nabu-Mukin-apli, el babilonio, y el asirio Ashur-rabi II, reyes absolutamente insignificantes, que, aunque gobernaron durante tres o cuatro décadas, fueron incapaces de defender ni siquiera sus capitales de las invasiones de los arameos, cuyas incursiones durante años les impidieron celebrar fiestas religiosas y destruyeron el sistema ritual mesopotámico. El caos que devoraba a todos los vecinos de Israel creó un siglo de prosperidad único para el reino de Jerusalén de David y Salomón, un precedente geopolítico cuya repetición los sionistas contemporáneos desean realizar, siendo tan aficionados a esta clase de método.
Sin embargo, un cambio mucho mayor se produjo ese mismo año en China. En el 977/976 a.C., durante la batalla con las tribus del sur del reino de Chu por el acceso al río Yangtsé, cayó el rey de Chjou, Chzhao-wang. Ascendió al trono su hijo y sucesor Mu-wang, que gobernaría durante más de medio siglo y también continuaría las guerras externas. Sin embargo, la principal hazaña de Mu-wan no fueron las guerras. Era muy consciente de lo anormal de la situación en la que se encontraba: había transcurrido medio siglo desde el derrocamiento de la dinastía Shang y la conquista del estado Shang por los Zhou, pero la antigua aristocracia Shang aún conservaba su influencia y tres generaciones de soberanos Zhou seguían rezando no a los suyos, sino a un antepasado celestial extranjero perteneciente a los Shang-di. La amenaza de una restauración Shang podría darse en cualquier momento. Cualquier inundación o señal celestial podría haber supuesto una amenaza para la pretensión del mandato celestial de los Zhou. En estas circunstancias, Mu-wang decidió dar un paso sin precedentes sobre el cual los confucianos posteriores prefirieron guardar silencio. Ni siquiera los historiadores modernos pudieron comprender durante mucho tiempo lo que ocurrió hace 3000 años en este recodo del Huang He. Los historiadores soviéticos durante el conflicto con la República Popular China imaginaron lo siguiente: los guerreros de Mu-wan metidos hasta la cintura en un campo de mijo gritaron: «¡Debemos continuar la obra de Wen-wan y Wu-wan hasta que nuestro Estado se convierta en un Estado mundial!»
El sentido común sugiere que semejante estribillo mundialista sencillamente no podía haber existido en el año 976 a.C. Y, en efecto, una revisión de las fuentes reveló la verdad. Esta frase es una mala traducción de una línea de una inscripción en una cacerola ritual de metal, «Shi Qiang Pan». Esta línea es muy oscura de entender, contiene dos jeroglíficos en desuso, pero que significan lo siguiente: «Hijo del Cielo heredó y continúa los atributos de Wen y Wu, llevando el orden en el universo (cosmos) hasta los límites más lejanos». Esto se refiere al papel ritual de Mu-wan como rey del mundo y polo, como motor inamovible que da armonía a todo el cosmos. Al mismo tiempo, en este fragmento «Wen y Wu» pueden entenderse tanto como los nombres de los fundadores de la dinastía Zhou, antepasados de Mu-wang, como literalmente, en sentido nominativo, de la siguiente manera: «wen» 文, virtud, y «wu» 武, castigo. En otras palabras, Mu-wan afirmaba ser la emanación de las cualidades divinas de la virtud y el castigo. Apeló al Dios celestial Shang-di con una queja contra los espíritus de los antepasados Shang, tras lo cual, según el rey, el Dios respondió ordenando a los espíritus que renunciaran a los antepasados Shang y obedecieran al antepasado de la dinastía Zhou, Hou-ji (el Tío del Mijo, cuyos monumentos aún se conservan en China).
Tras anunciar tal cambio, Mu-wan lanzó inmediatamente una reforma religiosa, anulando ciertas formas de nombrar a los espíritus de los difuntos, sustituyendo los relieves metálicos hundidos de los antepasados (tao-tae) en vasijas de bronce por ornamentos geométricos planos en forma de cinta. Además, ambió la forma de las vasijas y los cultos astronómicos. Se extendieron rumores de que Mu-wan voló en sueños al paraíso celestial donde estaba la diosa Sivan-mu y comió allí las peras de la inmortalidad. Y alegres campesinos corrían a los campos de mijo en primavera, cantando: «Mgra's mra's mra' gwii tiiv, / Laps gwae' tret gwang, / Srums gro' ze' l'in, / Gwang pheis dian krang» («Ahora Mu-wang aprueba el gobierno de Zhou, / Sabios reyes fueron oídos en generaciones anteriores, / Los tres soberanos de Zhou están ahora en el cielo, / Su sucesor se encuentra en la capital con vastos dominios»). En sentido estricto, la historia religiosa de la China antigua clásica comienza con las reformas de Mu-wang, igual que la historia religiosa del judaísmo clásico del Antiguo Testamento comienza con las reformas de su contemporáneo David. Y todo esto fue posible como resultado de un cambio en el poder geopolítico hace exactamente 3000 años, cuando Israel se convirtió temporal e inestablemente en un poder mundial junto con China.
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Los Celtas
Los antiguos griegos los llamaron "Κέλτες ο Κελτοί" (Kéltes o Keltoi), que significa Guerreros en antiguo celta, o gente "Απόκρυφο", (Apóckryfo), Oculta, que proviene del griego Hecateo de Mileto del 517 a.C.
Anterior al siglo V a.C. Heródoto se refiere explícitamente a grupos de celtas en Europa en general:
"Empieza el Iustro en la ciudad de Pireno desde los Celtas, los que están más allá de las columnas de Hércules, confinantes con los cinesios, último pueblo de la Europa, situado hacia el Ocaso, y después de atravesar toda aquella parte del mundo, desagua en el Ponto Euxino, (Mar Negro) junto a los istrienos, colonos de los milesios."
Heródoto, historia, libro II.
Tomado de Mundo Helénico
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Delos
Delos es una isla griega en el archipiélago de las Cícladas que fue al mismo tiempo una fuerza política influyente y un importante centro religioso en los períodos Arcaico y Clásico, con su santuario al dios Apolo. La isla también fue un importante centro comercial en los siglos II y I a.C. Delos está catalogada por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.
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Estatua de la diosa Ceres en el Museo Pio-Clementino, Ciudad del Vaticano, datada en el siglo II a.C
(foto de Ivan Bertolazzi)
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CANARIA
O
TAMARAN
El Legado: Cultura y Patrimonio.
¿Tamaran/Tameran o Canaria?
Uno de los debates más controvertidos en la historia de la isla de Gran Canaria ha sido sobre cuál era el primigenio nombre de la isla, en cómo llamaban los antiguos canarios a la actual isla de Gran Canaria.
Lo cierto es que ninguno de los antiguos cronistas cita a la isla de Tamaran/Tameran, se trata de un registro muy tardío y todo apunta que los antiguos canarios llamaban a su isla Canaria y no Tamaran/Tameran.
CANARIA
En diversos textos de la Antigüedad se hace referencia a unas islas situadas en el extremo occidental del mundo que bien pudieran relacionarse, en muchas de las ocasiones, de forma directa con el Archipiélago Canario. En todo caso, formarían parte de lo que se ha dado en denominar la “geografía mítica”: “la geografía que acompaña al mito y las
fabulaciones o idealizaciones de lugares reales”(según Cruz Andreotti, G., citado por
Martínez, M.; 1997). Sin embargo, será en el sobradamente conocido relato de la expedición del rey Juba II de Mauritania en el último cuarto del siglo I a.C., y del que no se conserva una versión original, sino que sería transmitido posteriormente por Plinio, ya en el siguiente siglo, donde al hablarse de las Islas Afortunadas, por vez primera aparece reflejado el nombre de Canaria. Juntamente se señalan otra serie de topónimos que corresponderían hasta un total de seis islas más. Lo que Plinio recoge en su Naturalis Historia se basa además en la obra del geógrafo Estacio Seboso, lo que le añade mayor interés documental.
Tradicionalmente se ha venido aceptando que tal denominación responde a lo señalado por Plinio: “... se llama Canaria por la cantidad de canes de enorme tamaño, de los cuales se le trajeron dos a Juba; que en ella aparecen vestigios de edificaciones; que, si bien todas abundan en cantidad de frutas y de aves de todas clases, ésta también abunda en palmeras productoras de dátiles y piñas piñoneras; que hay también abundancia de miel y que se cría también el papiro y esturiones [siluros] en los ríos; ...”. No obstante, autores como Celso Martín de Guzmán o José Juan Jiménez González, asevera en el primer caso o plantea la duda el segundo, acerca de la posibilidad de que lo enviado al rey de Mauritania no fueran dos “canes” sino dos “canarios”, error consecuencia de una confusión del autor latino o de algún copista anterior o posterior. En este sentido, G. Marcy recoge que precisamente el nombre de “Canaria” proviene del etnónimo de los indígenas de Gran Canaria, desde la época del referido Juba. A partir de aquí surge la discusión acerca de si tal denominación, Canaria, tiene que ver con el hecho de ser una isla de grandes perros, cuestión esta última que L. Torriani no parece tener muy clara, o por el contrario procede, como se ha dicho, de los “Canarii”, tribu bereber del Atlas que es citada por vez primera por C. Suetonius Paulinus en el año 42 de la Era (Jiménez, J.J.; 1990).
Lo que parece fuera de toda duda es lo
referido por Abreu Galindo cuando afirma que: “Desde que hay noticia destas islas debajo del título de Fortunadas, siempre ha tenido y conservado esta isla el nombre de Canaria, que jamás lo ha perdido, y las otras comarcanas por ella se llaman las Canarias. Quién se lo haya impuesto, y por qué, no se sabe ni hay autor que lo escriba. Diré acerca desto lo que me parece”.
Entra a considerar Abreu a continuación la relación de dicha denominación y la existencia de grandes canes, e incluso de pobladores que los consumieran: “Y más conveniente a razón es que los canarios se llamen deste nombre por Canaria, la tierra en que viven, que no que se haya ella así llamado por los que en ella vivían, que sería pervertir el orden de lo natural; y así es cierto llamarse siempre Canaria, desde el tiempo de Plinio, del cual se colige no haber en estas islas habitación de gente y se llamaba Canaria; y se colige que
no se dijo Canaria por los naturales que comían canes, pues no estaba la isla poblada”.
Aparte de otras disquisiciones, Abreu termina señalando que “En las faldas del monte Atlas, en África, hay unos pueblos que llaman los naturales de aquella región canarios; y podría ser que el primero que esta isla fuese de aquellos pueblos, y a no contemplación de su tierra la llamase Canaria, como al presente, en nuestros días, lo han hecho los descubridores y pobladores de las partes de las Indias.
«La que está a su lado [de Ninguaria] se llama Canaria, por el gran número de canes de enorme tamaño que allí se crían –dos de los cuales se los ofrecieron a Juba» [Fontán et al. 1998: 412].
«La isla de la que fueron sacados se llama Canaria». [Recco (1341) > Boccaccio ca. 1342: 124r].
«[…] e [fui a] otra [isla] que dizen Canaria […]» [Anónimo LC (ca. 1350) > Bonnet 1944: 218].
[…] quod in Canaria et aliis ei adiacentibus insulis, quae Insulae Fortunatae numcupantur, sunt personae utriusque sexus nullam legem tenentes nec aliquam sectam sequentes, sed dumtaxat solem et lunam adorantes […]» [Urbano V (1369), Ad hoc > Rumeu (1986 (1960): 187-188].
N. B. El fragmento dice: «[…] que en Canaria y otras islas adyacentes, llamadas Islas Afortunadas, hay personas de uno y otro sexo que no tienen leyes ni siguen secta alguna, pero hasta ahora adoran al Sol y la Luna […]». Cf. Álvarez Delgado (1945: 12).
«[…] e a otra [isla decían] de Canaria la Grande» [Crónica de Juan II (ca. 1419) > Carriazo 1946: 6].
TAMARAN
Fue en el año 1844, cuando Manuel Osuna Saviñón publica su Resumen de la Geografía física y política y de la historia natural y civil de las Islas Canarias en la capital santacrucera, como parte de la sección recreativa del periódico El propagador de los conocimientos
útiles, no existe referencia escrita del nombre de “Tamarán”, o más exactamente, “Tamerán”, aplicado a la isla de Gran Canaria. Así, Osuna señala en la página 49 de su trabajo, en relación a Juan de Bethencourt, que arribó éste “por vez primera a la tierra de tantas esperanzas: reconoció las costas y los campos que halló bellísimos pues estaban cultivados en gran parte. Los habitantes eran benévolos y afables, como los ya conocidos, altos de cuerpo y bien formados, y más blancos que los de las otras islas conquistadas. De ellos se supo que la isla se llamaba Tamerán, que quiere decir país de los valientes”.
En una nota de pie de página, Osuna desarrolla las diferentes opiniones acerca del nombre de Canaria, pero no vuelve a hacer referencia a “Tamerán”.
Sin embargo, en ninguna de las versiones de Le Canarien aparece por parte alguna que los canarios llamasen a su isla de dicha forma. Es más, tampoco, como es conocido, se recoge que el normando Bethencourt añadiera el calificativo de “Grande” a la Isla de Canaria, pues ya en la propia relación de la crónica francesa se hace alusión a dicha isla como la “Grant Canare”. Abreu Galindo, que por otra parte no tuvo acceso a Le Canarien es el que por su cuenta atribuye a Bethencourt la calificación de “Grande” a Canaria, en el
año de 1405, tras la derrota sufrida en Arguineguín: “..., por la resistencia que en sus naturales halló y la mucha sangre que derramó de su gente, que la habían herido y la de los naturales, ...”. No obstante, Osuna añade más adelante en su obra, a cuenta de la derrota sufrida por las tropas bethencurianas que “la valentía que mostraron los canarios en aquella acción
mereció a la isla el título de Grande, que desde entonces le dio el conquistador”.
Entre 1860 y 1861, Agustín Millares Torres publica su Historia General de la Gran
Canaria, obra poco conocida. Aquí Millares Torres señala “que los primitivos habitantes de la isla daban el nombre de Tamarán, que en su dialecto significaba, país de los hombres valientes”, sin apuntar de qué fuente se vale para llegar a tal afirmación.
En 1842 se publica en París la Ethnographie et el Annales de la Conquête de Sabino Berthelot, la cual, traducida al castellano saldría a la calle en 1849, en Santa Cruz de Tenerife. Como se ha señalado, Osuna comenzó a publicar su Resumen ... en 1844, pero sin duda tuvo acceso a la obra original de Berthelot, pues de hecho, como el mismo Sabino comenta en su Recuerdos y epistolario (1820-1880), les unía una gran amistad, entablada durante los diez años de estancia, de 1820 a 1830, que pasó en las Islas. De hecho Berthelot comenta, en referencia a Osuna que “su gabinete, sus instrumentos, sus mapas, su biblioteca compuesta por los mejores libros antiguos y modernos, estaban a mi disposición”.
En el Catálogo de los diferentes dialectos de los antiguos habitantes de las Canarias que elabora Berthelot, no aparece por parte alguna el término “Tamerán”. Sí, en cambio, el de “TAMARASAITE”, por Tamaraceite, del que indica que es un “pueblo de la Isla de
Gran Canaria, cuyos alrededores cubiertos antiguamente de olivos salvajes y en donde se ven muchas palmeras”. Añade en la explicación que “pueden encontrarse a la vez varias etimologías para este nombre canario, a saber: 1º BENI-TAMARAH, tribu berberisca que cosechaba muchos dátiles. 2º TAMARAK (dátiles) y EZZEITOUN (aceituna) en árabe (Aceituna y Aceite en castellano). 3º TAMARIRGHT, los libres o los nobles, en bereber".
Moviéndonos en el campo de las hipótesis, que resultan difícilmente confirmables o
contrastables, pudiera ser que Osuna se “inspirara” en alguna de estas referencias apuntadas, con el añadido de su posible significación. Para ello acudiría al nombre actual de la Isla, Gran Canaria, y a la falsa atribución del mismo a Bethencourt, según se desprende de lo escrito también por Viera y Clavijo, de quien Osuna copiara repetidamente, en relación a la ya comentada victoria canaria sobre los franceses en Arguineguín: “función memorable que le adquirió a Canaria el título de Grande y que se le adquirió por boca de sus propios enemigos. En efecto, se dice que desde este día la llamó siempre el señor de Béthencourt la Gran Canaria”. Como ya se ha escrito, tampoco en ningún momento hace referencia Viera a otro nombre para esta Isla.
A pesar de todo lo expuesto, sorprendentemente el término “Tamarán” ha hecho fortuna, quedando introducido incluso en la nomenclatura científica. Pero es que además, y como es de suponer, se ha aceptado sin más su pertenencia a
la lengua aborigen canaria, incluyéndose en las relaciones de palabras indígenas que se conservan, e incluso llevándose a cabo intentos de traducción. Varios de los autores que la han incluido en sus trabajos, dan por cierta su correspondencia con la lengua de los antiguos canarios, citando referencias falsas y presentando posibles traducciones, algunas realmente ingenuas, si bien no dejando de manifestar su extrañeza ante su ignorado origen.
CONCLUSION
La palabra “Tamarán” es una invención de Manuel de Osuna Saviñón, recogida en su
Resumen de la geografía física y política y de la historia natural y civil de las Islas Canarias publicado en 1844. Anteriormente a dicha fecha y publicación, no existe referencia alguna en ningún tipo de fuente documental a que los habitantes de Canaria, los canarios, denominaran a la Isla de otra forma, siendo conocida así desde la descripción que Plinio hiciera del Archipiélago.
La aparición del dicho término en un autor de tanto prestigio como Millares Torres,
así como la referencia a un “país de valientes”, aceptado por todos desde el romanticismo, hizo que el topónimo prosperara, aceptándose sin más.
FUENTE:
●“TAMARÁN”, EL FALSO NOMBRE DE UNA
ISLA LLAMADA CANARIA (Rubén Naranjo Rodríguez)
●https://imeslan.com/2017/10/15/tameran/
IMAGEN:
DIbujo de Gran Canaria por Pedro Agustín del Castillo (1686)
https://www.facebook.com/permalink.php?story_fbid=pfbid0BuHBHGrqqvdr4iH8T2LS5E88w4R8G3bRaAznnLLQD5E4rXHAMhdWA6apyn9SHjAql&id=100064538238894&__cft__[0]=AZWSJw1O54GubtaX_j6CUhtLiMfdlznttz01j-ZWXS2LruenRuylcMDrJllhW3y6g8PAxobWlGrtLo8YB0GiYgQ_L7aZqhSNqdD7jfdPKNyLnJGFeIxXLV7cPhJ5nlQzWolbNkaIvN4Fx7rdrbABbuyI1Gu_2oSC2kypvXK8-cM0muEIHEURmNJ08KSAleO4qiB6XamFwwZccPN89tfNyOax&__tn__=%2CO%2CP-R
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Necropoli de Chauchilla, Peru
Necrópolis de Chauchilla, Perú
Necropoli di Chauchilla, Perú
(English / Español / Italiano)
It is a pre-Inca necropolis. Some sources link it to the ancient Huari culture and others to the Nazca culture, which flourished in the area between the 2nd century BC and the 9th century AD.
The mummies are in a good state of preservation despite their age, and many of them still show traces of hair and even some skin. Preservation has been made possible in part by the arid climate of the Nazca desert in which the cemetery is located. It is the only Peruvian archaeological site where the mummies can be seen in their original tombs.
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Se trata de una necrópolis de época preincaica. Algunas fuentes la relacionan con la antigua Cultura Huari y otras con la Cultura Nazca que florecieron en la zona entre el siglo II a. C. al siglo IX de nuestra era.
Las momias están en un buen estado de conservación a pesar de su antigüedad y en muchas de ellas se pueden ver aún restos de cabellos e incluso algo de piel. La conservación ha sido posible en parte gracias al clima árido del desierto de Nazca en el que se encuentra enclavado el cementerio. Se trata del único sitio arqueológico peruano en el que las momias se pueden ver en sus tumbas originales.
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Si tratta di una necropoli pre-Inca. Alcune fonti la collegano all'antica cultura Huari e altre alla cultura Nazca, che fiorì nella zona tra il II secolo a.C. e il IX secolo d.C..
Nonostante l'età, le mummie sono in buone condizioni: molte mostrano tracce di capelli e persino di pelle. Questa conservazione è stata resa possibile in parte dal clima arido del deserto di Nazca, dove si trova il cimitero. È l'unico sito archeologico peruviano in cui è possibile vedere le mummie nelle loro tombe originali.
Source: Curiosidades universales y algo más
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El viaje histórico de la percepción de nuestro mundo respecto a los astros lo podemos iniciar desdes la perspectiva de Aristóteles, se decía que “Aristóteles creía que la tierra estaba en reposo y que el sol, la luna, los planetas y las estrellas se movían en círculos a su alrededor” y no fue sino hasta que “en el siglo II a.C. otro griego, Ptolomeo, convirtió esta idea en un modelo completo del firmamento”, es importante destacar que los modelos estaban inspirados y desarrollos en base a la percepción de Aristóteles unos 340 años antes de Cristo.
Sin embargo en 1514 “Copérnico tuvo la revolucionaria idea de que no todos los cuerpos celestes deben girar alrededor de la tierra. De hecho, su idea era que el sol estaba en reposo en el centro del sistema solar y que la tierra y los planetas se movían en órbitas circulares a su alrededor”, esto marcó un nuevo precedente cambiado un poco lo ya establecido por un modelo donde el centro estelar es el sol y nosotros junto al resto de astros lo orbitamos.
Otro de los puntos importantes a destacar es que Nicolás Copérnico fue un sacerdote Polaco y su propuesta del modelo estelar fue publicada anónimamente ante el miedo a ser quemado en la hoguera por herejía.
Una breve historia del tiempo — Stephen Hawking & Leonard Mlodinow
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Torso del Lancero (Doríforo)
La estatua del joven se remonta a una obra maestra de Policleto del siglo V a.C.: un joven, probablemente un atleta, está de pie relajado sobre su pierna derecha, en la izquierda lleva una lanza (de ahí el nombre "Doryphoros" = portador de la lanza). A principios del período clásico, se crearon estatuas por primera vez, que hacen que el cuerpo humano parezca estar ligeramente movido con una pierna de pie y jugando. Este "contrapposto" también está ejemplarmente ejecutado en esta estatua de Policleto. Se considera una implementación escultórica del "Canon", un estudio de Policleto sobre las proporciones ideales del cuerpo humano. La copia superviviente, basada en un modelo de bronce, data de la época imperial romana.
Nombre de la propiedad: Estatua Cultura: Romana Periodo: Período Imperial Medio Datación: Siglo II d.C., según el original griego de Policleto alrededor del 440 a.C. Hábitat: Desconocido Material/Tecnología: Mármol Métricas: H. 126 cm Derechos de imagen: Kunsthistorisches Museum Viena, Colección de Antigüedades Clásicas Nº Inv.: Colección de Antigüedades Clásicas, I 166 Procedencia: Barth, José Dr.; Benedetti, Thomas, Viena; Compra en 1824
Información e imagen de la web del Kunsthistorisches Museum.
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¡Hola, buenos días, humanidad! 🌍 ¡Feliz jueves! 💪🌟🚀🏆🌈📈🌱🌞🎯🌺 Hoy os dejo la imagen del majestuoso Templo de Abu Simbel. Situado a orillas del lago Nasser en Egipto, es una obra maestra arquitectónica que data del reinado del faraón Ramsés II en el siglo XIII a.C. Tallado en la roca viva, el templo se compone de dos colosales estatuas de Ramsés II que flanquean la entrada, cada una de 20 metros de altura, impresionando con su imponente presencia. El interior del templo alberga una serie de salas decoradas con relieves y jeroglíficos que narran las victorias militares y los logros del faraón. Pero más allá de su esplendor arquitectónico, la historia de Abu Simbel incluye un impresionante esfuerzo de ingeniería moderna durante la década de 1960, cuando el templo fue desmontado y reubicado para evitar su inundación debido a la construcción de la presa de Asuán. Este asombroso rescate preservó este tesoro histórico para las generaciones futuras, destacando la habilidad y dedicación humana para proteger y apreciar el legado cultural de la antigüedad.
Para tener en cuenta...
Cómo reaccionas ante la vida cuando las cosas van completamente en contra de tus deseos, muestra tu madurez espiritual. Cuando las circunstancias no te sacan de tu zona de confort, no creces, por eso muchas personas enfrentan toxicidad y problemas en forma de familias disfuncionales o relaciones tóxicas. Necesitas aprender a mantener la calma en medio del caos, sin necesidad de aceptar menos de lo que mereces. En situaciones difíciles, el Universo te da la oportunidad de fortalecer tu resistencia espiritual. Cómo enfrentas lo que va en tu contra también revela tu nivel de conciencia.
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Clasicismo II
Periodo atico, clásico o ateniense (el gran siglo de Pericles)
480 a.c. (combate de Salamina) hacia el 323 a.c. (muerte de Alejandro magno)
EL APOGEO DE LA DEMOCRACIA ATENIENSE: PERICLES
Consolido la democracia ateniense
Embellecio Atenas con la construcción de grandes obras publicas como el partenon, obra del arquitecto Fidias.
Hizo de Atenas el centro de la vida intelectual al rodearse de filósofos como socrates y anaxagoras.
Los 3 grandes trágicos de la era de Pericles S. V ac
ESQUILO: Padre de la tragedia griega, agrega 2 actores e introduce el dialogo. La orestiada
SOFOCLES: agrega 3 actores, mayor juego al diálogo, complejidad psicológica.
“trágico paradigmatico” “El poeta de los dioses” “La abeja ática”
Tragedias masculinas: Ayax, Edipo rey, Edipo en colona.
Tragedias femeninas: Electra, las traquineas, antigona.
EURIPIDES: El trágico de los trágicos
Introduce en sus historias los sentimientos y las pasiones humanas , por eso es el humanizador de la tragedia.
Obras: Las bacantes, Las troyanas, Andrómaca, Hécuba, Medea, etc.
LA ORESTIADA
Se divide en 3
AGAMENON:
Menelao y su hermano Agamenón reúnen un ejército de más de cien hombres para lograr conquistar Troya. Sin embargo, la diosa Artemis logra impedir los vientos en contra de las embarcaciones del ejército a la hora de partir, exigiéndole el sacrificio de Ifigenia, su hija.
Luego de diez años, Agamenón regresa victorioso de Troya y es cuando su esposa lo asesina como venganza por el fallecimiento de su hija, uniéndose a ella su primo hermano Egisto, quien era también su amante.
De esta forma Egisto, no solo apoyo a Clitemnestra, sino que también vengó el fallecimiento de sus hermanos por parte del padre de Agamenón.
LAS COÉFORAS:
El libro inicia con la visita de Orestes a la tumba de su padre, en donde también se encuentra su hermana con otras esclavas.
En ese momento, los dos toman la decisión de vengarse de Egisto y su madre por el asesinato de su padre, pero las furias, quienes eran una figura vengadora de los crímenes de sangre del reino, toman la decisión de perseguir a Orestes y hacerlo recordar crueles recuerdos y actos que hizo hasta ese momento.
LAS EUMÉNIDES:
Cuando Orestes es acosado por sus pensamientos, encarnados por las Furias, visita a Delfos para solicitarle ayuda al Dios Apolo, quien lo envía para Atenas para que la diosa le solucione de alguna forma sus problemas, iniciando el primer tribunal de justicia democrático.
Al presentarse ante ellos, Orestes es absuelto del crimen que comentó hacia su madre y Egisto por falta de votos. La furia de las Erinias, convertidas desde ahora en Euménides, se ve aplacada por promesas de honra y de veneración en la ciudad de Atenas.
EDIPO REY
Edipo es hijo de los reyes de Tebas, Yocasta y Layo. El rey, Layo, es advertido por un oráculo de que será este, su vástago, quien le va a asesinar. Por eso decide escapar a su destino, atando a su hijo a los tres días de nacer por los pies y dejándolo en manos de uno de sus esclavos para que lo abandonara a su suerte.
No obstante, el esclavo decide darlo a un compañero suyo pastor, que es súbdito de los reyes de Corinto, Merote y Polibio, quienes, al no ser capaces de tener hijos propios, viven apenados. Así pues, reciben al niño, al que nombran Edipo, y le educan como un legítimo descendiente que será el futuro rey de Corinto.
Ya de adulto, Edipo recibe la noticia de que no es hijo biológico de los reyes de Corinto, por lo que queda preocupado y decide marcharse de la ciudad en secreto para consultar con el Oráculo de Delfos y así saber cuál puede ser la mejor forma de proceder en su vida.
El oráculo se niega a contestar a sus preguntas y solamente anuncia a Edipo que va a matar a su propio padre y se va a acabar casando con su propia madre. Ante tal terrible presagio, Edipo enloquece con dicha información y huye de Corinto para evitar que se cumpla la profecía.
Durante su travesía, se encuentra con Layo, su verdadero progenitor, a quien asesina junto a sus dos acompañantes, confundiéndolos con una banda de ladrones. Así se cumple la primera parte de la profecía.
Edipo llega a Tebas mientras es acosado por una Esfinge, un monstruo que mata a los viajeros que no sepan responder al enigma que plantea. Sin embargo, esta se suicida cuando Edipo resuelve la cuestión.
La gente de Tebas, creyendo que Layo había muerto a manos de asaltantes, agradecen Edipo el haber asesinado a la Esfinge y brindan a Yocasta (su verdadera madre), en matrimonio.
Ante la atroz epidemia que está asolando Tebas, Edipo envía a su cuñado, Creonte, para que consulte con el oráculo sobre cómo actuar. La solución que da el oráculo para que la calamidad termine es que se debe de buscar a los asesinos de Layo, el rey anterior, y castigarlos con el destierro o con la muerte. De esta manera, Edipo se dedica a investigar sobre la muerte de Layo.
Edipo acude a donde Tiresias, un adivinador, para descubrir al asesino de Layo. No obstante, el vidente se niega y cuando es insultado por el rey, lo culpa a él mismo de haber acabado con la vida de Layo.
Edipo, muy confundido, interroga a Yocasta sobre su primer marido, y observa que los datos que ella le brinda, concuerdan con su asesinato. Asimismo, un mensajero de Corinto le informa que el rey Polibio ha fallecido, por lo que entiende que él es el culpable de la epidemia que asola Tebas.
Al ser consciente de la situación, se da cuenta que fue el niño abandonado por Layo, y que ha matado a su propio padre y se ha casado con su madre. Presa del horror de la situación, Yocasta se suicida. Edipo, al descubrir a su madre y esposa muerta, se hiere los ojos con los broches de oro de su manto y se queda ciego. Finalmente decide exiliarse junto a su hija Antígona para acabar con la mala fortuna de Tebas.
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Trono de Eurídice I hecho de mármol. Fue hallado en 2014 en uno de los túmulos de la necrópolis de la antigua capital de los Macedonios: Aigai, hoy Vergina (Grecia). Eurídice I fue madre de Filipo II de Macedonia, por lo tanto abuela de Alejandro Magno.
Siglo IV a.C.
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El deporte contado por escritores
Por François Bousquet
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
El deporte está tan asociado a las imágenes que olvidamos que originalmente fue celebrado por los escritores, “desde Homero hasta Blondin”, como reza el subtítulo de la antología literaria del deporte publicada en la colección Bouquins por Denis Gombert, el cual nos deleita con su erudición, su curiosidad y sus descubrimientos. Este es el libro del verano o, más bien, uno de los libros del verano, ya que reúne unos ciento sesenta textos que van desde los clásicos del deporte hasta un sinfín de nuevos descubrimientos y pequeñas joyas. Es recomendable leer esta antología entre cada una de las pruebas olímpicas. El libro ha salido justo a tiempo para hacernos olvidar los comentarios de Léa Salamé sobre el pavo y los chistes de Paul de Saint Sernin sobre golpearse la cabeza contra una mesa de ping-pong. Desde hace 3.000 años los escritores, y no los payasos, son quienes mantienen vivos a los dioses del Olimpo y el oro de las Olimpiadas. Denis Gombert ha recogido su néctar.
Denis Gombert escribe: “No hay actos de valentía sin un cantor que los celebre, ni héroes sin una narración, ni hazañas sin un drama recitado, ni récords sin un testigo. ¿Qué habría sido de maratón sin la leyenda del mensajero griego, Filípides, relatada por Heródoto y recogida por Plutarco? ¿Qué sería del Tour de Francia sin Blondin? Sí, ¿qué sería del deporte sin sus edificadores y poetas, sus héroes sin sus heraldos y sus deportistas, sin su Patrick Montel?”
Sport se pronuncia “sporteuh”, según el acento de Cambridge. La palabra se empezó a utilizar en el siglo XIX y proviene del inglés sportman: alguien que se dedica a actividades físicas al aire libre. Pero, como muchas palabras inglesas, tiene un origen francés que se remonta a la Edad Media y fue utilizada de forma significativa por Rabelais. “Desport” significa entretenimiento, placer físico, “ejercicio corporal”, dice el autor de Gargantúa, el personaje XXXL de la literatura universal que practicaba doscientos dieciocho tipos y variedades de deporte.
El Olimpo del deporte
El deporte es una actividad tan antigua como las colinas, aunque no fue hasta el siglo XVIII a.C., en Mesopotamia, cuando los escritores de la Epopeya de Gilgamesh grabaron los primeros gestos deportivos en tablillas de arcilla. En Egipto, fueron escribas y grabadores quienes, en forma de estela mortuoria cubierta de jeroglíficos, nos legaron la crónica y las hazañas de deportes como el remo, la equitación y el tiro con arco de Amenofis II (fallecido hacia el año 1400 a.C.).
Pero fue en Grecia donde empezó todo y fue el viejo pirata Homero quien recogió por primera vez la crónica del deporte en su Ilíada, el Canto XXIII, al hablar de los Juegos organizados por Aquiles en honor de Patroclo. En el año 776 a.C. comenzó la celebración deportiva más largo de todos los tiempos, los Juegos Olímpicos, que se prolongaron hasta finales del siglo IV d.C., en el 394. Entonces, ¿es Grecia la madre de todas las cosas? Como mínimo, fue Grecia la que dio al “deporte” sus primeras estructuras e instituciones, y la que proporcionó sus primeros campeones: Hipócrates de Tesalia (atletismo) y Alcimedes de Egina (lucha) cantadas por Píndaro, que les escribió a ambos triunfales odas. En aquella época no existía el COI, pero ya había boicots y tráfico de influencias. Los lacedemonios fueron expulsados de los Juegos durante la Guerra del Peloponeso (fuente: el historiador Tucídides, también un gran escritor), mientras que Esparta monopolizaba regularmente los primeros puestos.
Si Roma tuvo tantos autores propensos a la sátira fue quizá porque se diferenciaba de sus vecinos griegos en un aspecto: prefería los juegos vulgares a los nobles y en particular los juegos circenses, los ludi circenses. Luchas de caballos y combates de gladiadores. Allí fue donde nació la sociedad del espectáculo que el romano Guy Debord vio venir claramente. Nada menos que 250.000 espectadores en el Circo Máximo. Pan y circo decía Juvenal. Mucho antes que Gustave Le Bon, Polibio, otro magnífico historiador, reflexionaba en el siglo II a.C. sobre la forma de manipular a las multitudes.
Los caballeros suceden a los gladiadores
La conversión de Constantino en el siglo IV puso fin a los “libertinajes” que dos siglos antes habían horrorizado a Tertuliano, formidable polemista cristiano poco aficionado al placer. La sociedad medieval buscaba así un nuevo héroe. Lo encontró en la caballería y sus torneos. Guillermo el Mariscal (hacia 1146-1219), maestro de armas anglonormando y temido en los torneos por tener “cuernos tan bien cortados”, fue la figura arquetípica (véase Georges Duby, Guillaume le Maréchal ou le meilleur chevalier du monde, 1984). El soule, por su parte, apareció hacia el siglo XI y era un deporte popular y rural, una mezcla indomable y violenta que anunciaba los terroríficos – y magníficos – Alain Esteve y Gérard Cholley del XV francés.
Durante el Renacimiento tales placeres son renovados y Gargantúa jugaba con “el balón, las palmas y el campo”. El Renacimiento fue también el “Renacimiento del cuerpo”. En la encrucijada de los siglos XV y XVI florecieron los primeros tratados y manuales, entre ellos un Arte de la gimnasia. El juego de palmas, antepasado del tenis y la belote, nació en los claustros del siglo XIII y se convirtió en el rey de los juegos. También tuvo sus campeones (el gran Masson) y sus jugadores.
¿Milon de Crotone o Teddy Riner?
Pero esto aún no era deporte en el sentido en que lo entendemos, eran juegos. El deporte, en el sentido moderno, nacería en la Inglaterra del siglo XIX, aunque la Revolución Francesa experimentó con la “Primera Olimpiada de la República” en 1796, la cual fue demasiado prematura. La primera publicación periódica exclusivamente deportiva, la Sporting Magazine, fue impresa en 1792 y fue en 1846 cuando Thomas Arnold, director del Rugby College, y sus alumnos inventaron las reglas del mejor de los deportes: el rugby.
En aquella época, el deporte estaba reservado a una élite, cuyo santuario era el amateurismo, muy apreciada por el Barón de Coubertin. Esto excluía inmediatamente a la plebe, que no tenía ni el lujo ni los medios para disfrutar de estas actividades de ocio. Por lo que se necesitaba de la profesionalización para que naciera el deporte. A los grandes campeones olímpicos de la antigüedad no sólo se les pagaba con gloria, sino con dinero contante y sonante. Y, piensen lo que piensen los admiradores de Teddy Riner y Léon Marchand, Milon de Crotone tuvo un palmarés inigualable, ganando las competiciones de lucha de 532 a 516. Píndaro, por supuesto, lo inmortalizó.
Antes de ser codificados los gestos deportivos eran rituales. El transporte de la llama olímpica y el encendido del pebetero olímpico nos lo recuerdan. La religión nunca fue ajena. De hecho, el deporte tiene sus orígenes en los Juegos Funerarios griegos. Denis Gombert escibe: “redención por el sufrimiento” y “victoria por el sacrificio”.
Hoy existen casi cuatrocientas disciplinas deportivas. No existirían sin un modelo económico y una necesidad mediática. El periódico L'Auto (hoy L'Équipe) mostró el camino: fue su fundador quien tuvo la idea, en 1903, de lanzar uno de los monumentos del patrimonio deportivo francés: el Tour de Francia, hasta entonces sólo corrido por dos niños en un famoso manual escolar de la Tercera República.
La violencia bajo control
Adornado con todas las virtudes, el deporte es, en efecto, lo que Norbert Elias y Eric Dunning, pioneros de la sociología del deporte (véase su Sport et civilisation. La violence maîtrisée, 1986), decían de él: una socialización, una codificación, una domesticación de la violencia, cuya obsesión por el rendimiento, no tan contemporánea (ya obsesionaba a Hobbes, socialdarwiniano de ese entonces), que nos recuerda sus orígenes belicos. La vida es, en efecto, un deporte de combate.
Denis Gombert, Le sport. Anthologie littéraire, de Homère à Blondin, Bouquins, 736 p., 30 euros.
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