#sólo para terminar con el peor final
Explore tagged Tumblr posts
daeluin · 4 months ago
Text
última cosa del día q a nadie le importa pero hoy condenaron a uno de los asesinos de tehuel y es de nuevo ese sabor amargo porque el fallo es ejemplar e histórico, un hito para el movimiento trans, etc. pero también tehuel era un chico q merecía vivir en paz
1 note · View note
entre-el-cielo-y-la-tierra · 10 months ago
Text
Otoño, para siempre.
II
"General... ¡General! ¿Por qué se retrasó tanto? El portal está por abrirse. Si usted no hubiera llegado a tiempo…”. No alcanzó a terminar la oración, cuyo final sabíamos hubiera tenido matices apocalípticos. "Soren se habría horrorizado de haber sabido lo que ha venido hacer aquí. ¿Por qué habría de darle el corazón de nuestro pueblo, la última esperanza por sobrevivir, a alguien que nos había traicionado?”, casi podía escuchar su pregunta incrédula en mi cabeza.
Alana no había cambiado nada, aún en esta encarnación conservaba toda su belleza; su inocencia y su candor seguían presentes en sus verdes ojos. Me había quedado más de lo que hubiese sido prudente, pero es que no podía despegarle los ojos. Ella, mi mal logrado amor, y quien había sido sacrificada por el bien de los nuestros, pero, al mismo tiempo, había sido tildada como la más infame de las traidoras en nuestros libros de historia —aunque eso sólo el consejo y yo lo sabíamos—. A petición suya, sus valientes acciones y sacrificio permanecían en el más absoluto de los secretos. Me corroía el alma oír a la gente hablar, con odio en sus voces, sobre ella, así como escupir al mencionar su nombre. Mi bella Alana, tan sabía, tan valiente y yo... la maté... al arrancarle el cristal de Khaladar del pecho para salvar a nuestro pueblo. Todavía recuerdo a la luz extinguirse de sus ojos.
Los cristales de Khaladar contienen la energía mágica de un individuo y están conectados a nuestro corazón. Arrancárselo a alguien era considerado el peor de los crímenes, pues resultaba en una muerte dolorosa e irremediable. El de Alana tenía un poder increíble, ya que, al ser la última del linaje de sacerdotisas de nuestro pueblo, la hacían poseedora de una energía extremadamente purificadora y vivificante, algo que no sabíamos al momento de conocernos.
La guerra con los Quirzon había agotado nuestros recursos. Estábamos condenados al exterminio o a la extinción; ambas muertes inevitables con la sola distinción en el tiempo que necesitaban para producirse. Eran estos portales mágicos nuestra única salvación, pues mediante ellos podíamos hallar mundos de los cuales recolectar energía para recargar nuestros cristales y seguir luchando. Cuando los Quirzon drenaron la energía del PortaCristal atestaron un golpe mortal a nuestro pueblo, mas, el sacrificio de Alana logró recargarlo. Sin embargo, su energía ha comenzado a menguar desde hace un par de años. Los ancianos y yo creemos que tiene que ver con la reencarnación de Alana, pero no tenemos información suficiente para comprenderlo. Por ello es que vine aquí, para averiguar la razón, pero jamás me imaginé que me iba a sentir tan fascinado al verla y al darle el último pedazo del cristal de Khaladar que había latido con su corazón.
Era hora de regresar a casa y darle mi reporte al consejo. La neblina pronto se disiparía y el portal quedaría al descubierto. Los portales eran cada vez más inestables y las sacerdotisas tenían problemas para controlarlos. Oré por que esto funcionará y que nuestra corazonada fuera acertada: que, de algún modo, el último pedazo de Khaladar sería capaz de reconocer a su dueña y cobraría vida de nuevo. Pasara lo que pasara, estaba seguro de que volvería a Alana pronto. La verdad, no quería separarme de ella ni un instante, pero el consejo me había llamado a casa y debía acudir a dar mi reporte, además de ayudar a estabilizar el PortaCristal —cosa que cada vez requería más energía—. “Nos vemos pronto, Alana, amor mío, espérame”, murmuré y atravesé el portal que me llevaría de vuelta a Kalhadar y a su cielo índigo de dos lunas.
Tumblr media
III
¿Seguía soñando o estaba despierta? Alana abrió los ojos para toparse con el anillo que, el hombre tan extraño que había conocido en el café, le había dado el día anterior. Parecía un anillo de plata común y corriente, engarzado con una piedra transparente que, probablemente, era zirconio o cuarzo. No podría ser un diamante, ya que era demasiado grande para serlo y dudaba mucho que hubieran extraños que fueran por ahí, regalando anillos de diamantes a diestra y siniestra como si fuesen chocolates. Lo tomó en sus manos y lo examinó con cuidado. No parecía nada fuera de lo común, excepto que estaba grabado con unos símbolos extraños en la parte interior de la banda. ¡Qué encuentro más bizarro! El día anterior, el extraño desapareció en la bruma y, pese a haberlo buscado por espacio de media hora, no había logrado dar con su paradero. Preguntó a los empleados del café si alguien lo conocía, pero era la primera vez que alguien lo veía. Alana esperó, por un buen rato, para ver si regresaba, pero no lo hizo. Había sido imposible seguir escribiendo por lo que regresó a su casa. Igualmente bizarro había sido el sueño que había tenido esa noche. Era una plétora de imágenes disyuntivas; sangre, caos, una luz refulgente, dolor y esos ojos de un inconfundible azul zafiro, mirándola llenos de lágrimas.
Viendo el reloj que ya vaticinaba la llegada tarde a su trabajo, Alana se levantó de un salto de la cama. Dejando atrás todas sus preguntas y preocupaciones en el ajetreo de la mañana. Llegó a su trabajo, en el despacho contable, con cinco minutos de retraso. Por suerte, su jefe todavía no llegaba. Se apresuró a encender la computadora y a revisar los correos que le habían entrado a su bandeja, procediendo a continuar con las partidas que había dejado por anotar en el sistema contable. El día transcurrió como era lo usual, sumamente ocupado. El modesto despacho contable en el que trabajaba le llevaba la contabilidad a varios negocios pequeños del pueblo por precios muy módicos, por lo que la oficina estaba atestada de trabajo.
La hora de salida llegó antes de que se diera cuenta y, con un gesto de despedida, les dijo hasta pronto a sus compañeros de trabajo y se dirigió al café de la montaña. En su bolsillo cargaba con la cajita que contenía el anillo que el atractivo extraño le había dado. Caminando por el sendero que llevaba al café, se llenaba de tranquilidad, mientras respiraba y, de vez en vez, se detenía para mirar hacia las nubes y meditar un poco. Estar en contacto con la naturaleza la energizaba. Podía escuchar esas melodías que producían las hojas al chocar con la fugacidad del viento que envolvía, de repente, a los árboles, así como sentir el nacimiento y crecimiento de la grama, mientras el olor a invierno le acariciaba la nariz con el aire que respiraba.
Ya estaba llegando al café cuando sintió algo. Era difícil para ella describirlo, pues, de pronto, se percibió envuelta en un escalofrío que, al mismo tiempo, le hacía vibrar la piel. Esa energía parecía proceder de la dirección en donde se podía ver un claro en la profundidad del bosque. Por lo general, Alana no era una persona curiosa y bien hubiera ignorado ese sentimiento, pero era demasiado fuerte para ignorarlo. Parecía como si fuese una ligadura de hierro y ella un magneto. Fue así que, jalada por la fuerza que emitía el claro, se adentró en el bosque, hasta donde la luz de la luna iluminaba. Había una formación rocosa en el centro, en cuyo reflejo la luz de la luna parecía un espejo. De repente, le pareció ver que brillaba con una luz verde. En ese preciso momento sintió que una mano le amordazada la boca y un aliento caliente le humedecía el oído.
“Por Kandar, ¿cómo demonios nos halló Quirlon aquí? Debió haber perdido energía el escudo. Alana, escúchame, no tengo tiempo de explicarte. Necesito que confíes en mí, por favor.”
El pánico la embargaba al ver que, sobre las rocas, se abría un hoyo resplandeciente de energía verduzca y por el que tres hombres, muy altos y delgados, salían de él. Sin embargo, algo la hacía sentir confiada también, y eso lo provocaba el hombre que, con mirada suplicante, la observaba.
“Debemos correr. Por favor, no grites. Voy a soltarte la boca. Asiente con la cabeza si entiendes lo que te estoy diciendo”.
Alcanzó a asentir con su cabeza y él, sin mediar otra palabra, la tomó de la mano y procedió a correr hacia lo más profundo del bosque. Así corrieron por varios minutos hasta quedarse sin aliento. Por fin, tomaron asiento bajo el abrigo de un gigantesco abeto.
“¿Quién es usted y quiénes son esos hombres?", Alana le preguntó al recuperar el aliento.
“Soy Valdar y ése era Quirion y su secuaces. Deben haber seguido el rastro de energía del portal hasta aquí. Lo siento, Alana. Lo último que quería era traerlos hasta ti.”
“¿Por qué me llama Alana? Mi nombre es Alina. Creo que me ha confundido con alguien más".
Procedió a sacar la cajita que contenía el anillo de su bolsillo y lo abrió para entregárselo cuando, repentinamente, se le cayó de las manos. Se arrodilló de inmediato a buscarlo, pero, su mala suerte era tanta, que se cortó la mano con el filo de una roca mientras lo buscaba entre la hojarasca; aun así, lo encontró y, al levantarlo, extendiendo su mano hacia el extraño que la miraba, se percató de la expresión de asombro que éste tenía en el rostro.
Un poquito de sangre había caído sobre la piedra, pero Alina no creía que su aversión a ella fuera tanta para ameritar la expresión en su rostro. El anillo seguía igual. El extraño despegó los ojos del anillo y la miró directamente a los ojos. Esos ojos parecían dos pozos azules profundos, en cuyos yacían innumerables secretos que la amenazaban con tragársela entera. De repente, el extraño se desabotonó la camisa. Yacía sobre su corazón una pequeña gema que resplandecía con una luz rojiza. Los ojos de Alina debieron haber delatado su asombro al ver cómo la gema cambiaba a un color violeta y después un profundo azul.
“¿ Qué miras?”, le preguntó el extraño.
“Es muy curioso cómo cambia de color”, Alina le respondió.
“En Kandar, de donde provengo, los cristales que tenemos en el pecho son incoloros para todos, excepto para aquel o aquella con quien hemos establecido un vínculo de alma. Esa persona puede ver los colores de nuestras emociones reflejados en ella. Así como tú ves los mios, yo veo los tuyos, Alana", le dijo, mientras la miraba con el peso de un siglo de dolor en su mirada.
"Ya le dije que mi nombre no es Alana es Alina".
“Tú eres mi Alana y esto lo confirma. No sólo que tú puedas ver los colores de mi cristal, sino que yo pueda ver los del tuyo”, sostuvo su mano en la suya y tomó el anillo entre sus dedos. “Refluye de un profundo gris casi negro, porque estás confundida y temes, pero también veo un destello azul. Tu alma recuerda la mía".
Tumblr media
E.V.E
19 notes · View notes
j-g-t-f · 5 months ago
Text
A titulo personal.
Hola.
Ha pasado un tiempo desde la última vez que hablamos. La forma en la que terminaron para ambos las cosas, ciertamente no fue la mejor. Ambos nos encontrábamos en circunstancias muy complejas y era muy difícil que las cosas entre nosotros terminaran en los mejores términos posibles.
Espero que estés bien. No sé qué ha sido de tu vida, pero la mía en estos últimos meses ha sido un completo caos. Han pasado tantas cosas que, de no ser por la ayuda de nuestra amiga en común y principalmente de mi novia, no estoy seguro de si estaría escribiéndote en estos momentos.
Admito con mucha vergüenza que en el momento en el que terminamos, no estaba totalmente seguro de lo que quería. Me hiciste mucho daño, eso no se va a negar, pero al mismo tiempo te amaba mucho y estaba muy dolido no sólo por lo que sucedió, la verdad es que yo también tenía un tiempo pensando en dejar las cosas porque, no me sentía yo contigo. Me sentí abusado y poco valorado, me sentí solo y triste, no podría ser quien realmente era yo en tu vida y esto lo sentía, sino es que en todos, sí en la gran mayoría de los días. Era peor cuando nos veíamos, pues sentía que estabas en un lugar lejos, un lugar al que jamás iba a poder alcanzarte ni con todo el amor que te tenía, así que yo sólo me sentaba a esperarte, incluso cuando estaba a tu lado.
Sin embargo, aún te amaba y no te quería perder, eras en ese momento (y a como lo alcanzaba a ver) la única persona que tenía para mí, eras la primera en quien pensaba, eras en quien más confiaba, eras con quien me sentía tranquilo y hacía todo lo que podía para hacerte feliz y a pesar de lo que hiciste, por estas razones es que todavía quería tenerte en mi vida de alguna forma. Era muy bonito estar contigo, era apasionado, era arriesgado, era romántico y al mismo tiempo era muy solitario, era muy desgastante y terriblemente triste; la realidad es que al final sólo me aferraba sólo a lo bonito para mantenerme y mantenernos ahí.
A pesar de lo mucho que te amaba y el cuánto deseaba poder seguir teniéndote en mi vida, me di cuenta que no era saludable para ninguno de los dos continuar. Nos estábamos haciendo daño no sólo el uno al otro, sino a nosotros mismos. Para serte honesto yo ya estaba muy cansado y me sentía así casi siempre. Cansado del trabajo, cansado de mis pensamientos, cansado de mi casa, cansado de nosotros, cansado de la vida. Estoy de acuerdo en que las cosas pudieron terminar mejor, pero no estoy arrepentido de que terminaran. Sé que estamos mejor así.
Te escribo esta carta porque últimamente me he sentido invadido de pensamientos y recuerdos tuyos. Aclaro que no con el fin de querer volver. Me sorprendo a mí mismo pensando en los momentos buenos y en los momentos malos, en nuestras risas, en nuestros llantos, en nuestras discusiones y en nuestra intimidad. Con esto, me di cuenta que nunca tuve en realidad un cierre contigo, no tuve la oportunidad de decirte las cosas que sentía y cómo las sentía - que de cierta forma, tampoco tenía la forma de hacerlo porque no entendía bien mis emociones en ese momento -.
Hace poco más de un año que terminamos y es hasta ahora que tengo las palabras para expresarte correctamente el cómo me sentí y el cómo me siento. Con esta carta, quiero que sepas que nos libero a ambos de nuestra carga. Sé que tú ya lo habías hecho y quiero que sepas que yo lo he hecho también.
Te suelto, Señorita Mapache. Eres libre, quiero que seas feliz, porque esta es la forma en la que guardo y valoro lo que alguna vez fuimos.
Ya me di permiso de amar nuevamente, me siento increíblemente feliz, valorado, escuchado, acompañado y amado con la persona con quien estoy actualmente. Espero que tú también te hayas dado ya el permiso de amar de nuevo. No sé si sigas leyendo mis publicaciones, no sé si me bloqueaste también de aquí. Está bien, no te preocupes, es lo más sano, para ambos. Escribo esto para ti pero lo escribo mucho más para mí. Tengo la seguridad de que en algún otro universos, seguimos reinando el inframundo.
Adiós, Señorita Mapache. Cuídate mucho.
Tumblr media
7 notes · View notes
analisword · 9 months ago
Text
high infidelity (Enzo Vogrincic x Fem Reader)
Tumblr media
Capítulo 30 (Final).
2  años después. 
Enzo se encontraba en el aeropuerto, no era nada nuevo, los últimos 24 meses habían sido probablemente los más ajetreados de su vida, entre grabaciones, entrevistas, ruedas de prensa y promociones, no pasaba más de dos días en el mismo lugar, al menos en esta ocasión no se encontraba solo, su fiel compañera de aventuras, Zola, estaba plácidamente descansando en su transportadora, la gata desde hace mucho tiempo se había acostumbrado a viajar con él, unos pensarían que tanta ida y vuelta resultaría estresante para un simple gato, pero para Zola, estar lejos de casa resultaba una completa fiesta. 
Aunque bueno, ¿podría llamarle casa a lo que tenía en esos momentos? Pasaba más tiempo afuera que en Uruguay, pero hoy era día de volver con su madre y Martina, acababa de terminar la promoción de la película que durante tanto tiempo había estado grabando en España, oficialmente era libre por un par de meses. 
El maullido de Zola lo sacó de sus pensamientos, Enzo miró la hora de su reloj, era hora de su comida. 
—Vos tenés más claridad del tiempo que yo—dijo riendo restándole importancia a que alguien más lo escuchara, gracias al cielo sólo le habían pedido un par de fotografías en lo que esperaba su vuelo, quizá era por lo reservado que se había mantenido en los últimos dos años, después de Alana, su vida privada había dejado de ser muy interesante, se había hundido en el trabajo para no permitirse pensar tanto en ella. 
Claro que fallaba en el intento. 
No había día en el que no se preguntara si la chica se encontraba bien, sabía que lo estaba y tenía la esperanza de que, que Dios no quiera, alguna vez había algo malo sucediéndose,  Enzo fuese la primera persona a la que ella llamara. 
No se habían vuelto a ver desde aquél día en México, en el que Alana se fue en la mañana sin despedirse, no podía culparla, una segunda despedida sonaba igual o incluso peor que la primera, aún así, cuando Enzo despertó con frío aquella mañana en México sin Alana en sus brazos, lloró todo el viaje de camino al aeropuerto. 
Y un par de días más. 
Tampoco habían vuelto a hablarse, Enzo no había logrado conseguir salir con alguien más, ¿cuál era el punto? Alana era la única persona que él quería y odiaba tanto que la distancia y el destino haya podido con ellos. 
Sacudió su cabeza, no quería ponerse a llorar en medio del aeropuerto, decidió hacerle caso a Zola y sacó su pequeño plato y comida mojada de su mochila, la gata ronroneó apenas comenzó a comer. 
—¿Sos Enzo Vogrincic?—escuchó una voz infantil decir, Enzo levantó la vista y encontró un pequeño niño abrazado de una tableta electrónica, una mujer, la cual seguramente se trataba de su madre, se aferraba de su pequeño hombro, luciendo aún más nerviosa que él y con una sonrisa que lucía algo espeluznante. 
—Él mismo—dijo riendo, para ese entonces Enzo se encontraría cansado y en su límite de fotografías con fans, pero nunca se sentiría así con un pequeño niño, por lo que le regaló su mejor sonrisa. 
—¿Puedo tomarme una foto con vos?—preguntó.
—Eh, sí, sí, claro—dijo rápidamente—. Esperáme tantito—dijo abriendo la transportadora, ingresó el plato de Zola adentro y la gata se metió inmediatamente—. Listo. 
Después de pararse incómodamente, se limpió las manos en sus pantalones de mezclilla y se acercó al niño para tomarse la fotografía, la mujer le quitó la tableta electrónica de las manos.
—¿Necesita ayuda?—preguntó Enzo amablemente, la pobre mujer llevaba encima la maleta, la tableta, un libro y el celular. 
—Todo bien—dijo riendo—. Sonrían—indicó, Enzo tuvo que inclinarse un poco para que la diferencia de estatura no se notara tanto y sonrió ante la fotografía. 
Se despidió del niño y su madre, sin embargo, cuando el pequeño se acercó con su madre para tomar de vuelta su tableta, el libró cayó en el suelo. 
Enzo casi corrió a tomarlo, después de vivir con una escritora, había aprendido a apreciar y cuidar un poco mejor de los libros. 
—Aquí tiene—le extendió el libro y sin querer miró la portada, Enzo tragó en seco al observarla—. Disculpe, ¿cuándo salió este?
—Justo hace un par de días, sin embargo, pude obtenerlo hace casi una semana antes, la editorial me los manda con anticipación para escribir sobre ellos en mi blog. 
—¿Y qué le ha parecido hasta ahora?—preguntó mientras inclinaba un poco la cabeza, a juzgar por el separador, la mujer ya iba a más de la mitad de la historia. 
—Me ha encantando hasta ahora, si le soy honesta, es mejor que arco de sangre—dijo felizmente. 
—¿Puedo darle una hojeada?—preguntó con nerviosismo, sin responder, la mujer se limitó a devolverle el libro. 
Sus manos estaban temblando, cuando tomó el libro se sorprendió por lo gordo que era, conocía la historia perfectamente, se trataba del libro que Alana había escrito en su departamento, al fin estaba siendo publicado. 
El libro era más grande de lo que hubiera esperado, pasó las yemas de los dedos con delicadeza sobre las páginas, por un instante sintió que no se encontraba en el aeropuerto con unos completos desconocidos, estaba sumergido en otro mundo, con jardines secretos y dragones, Alana tenía el don de obtener ese tipo de reacciones incluso con sólo escribir un par de oraciones. 
Lo hojeó rápidamente, sabía que aunque quisiese, no podía simplemente ponerse a leer ahí. 
Antes de devolverlo, decidió revisar la contraportada.
Sintió que el alma se le iba a los pies. 
‘‘Para la persona que me prestó un escritorio para Escribir este libro Nada hubiera sido posible sin ti, también para ZOla, esta historia es de ustedes…’’
—No quisiera apresurarte, pero el vuelo a Uruguay estaba apunto de salir—dijo la mujer apuntando la pequeña pantalla, Enzo suspiró. 
¿Qué mierda estaba haciendo?
—No iré a Uruguay—exclamó entregando el libro, tomó su mochila y a Zola, necesitaba comprar un nuevo boleto de avión. 
                                                            ˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖ 
—Respira, tranquila, has hecho esto antes, puedes hacerlo una vez más—la motivó su hermana mayor mientras le echaba algo de aire con las manos, Alana sentía que el maquillaje en su rostro picaba de lo nerviosa que se encontraba. 
—¿Y si no les gustó?—preguntó nerviosamente por enésima vez. 
—Alana, hay como 300 personas esperando por ti allá afuera—dijo—. Además, el libro salió hace apenas unos días, dudo que alguien lo haya terminado aún. 
—¡Peor aún! ¿Qué si lo terminan después y se arrepienten de haber estado tanto tiempo esperando aquí?
—¿Podrías dejar de ser tan jodidamente pesimista por un momento? Esas personas llevan un buen rato esperando—coincidió—. Así que sal allá afuera y más te vale que les pongas una sonrisa bonita. 
Alana asintió efusivamente, se sentía como un luchador en la esquina del ring y con Anna como su entrenadora, era la feria de libros de su ciudad y por ello la firma de autógrafos de su nueva historia, al fin, después de tanto tiempo, la había compartido con el mundo entero. 
Tomó un último y largo respiro y subió al escenario, donde fue bien recibida con gritos y aplausos, Alana saludó con la mano hasta que se sentó en el enorme escritorio, un montón de sus libros estaban colocados estratégicamente como decoración, además el equipo de logística se había encargado de otorgarle una caja entera de marcadores permanentes para la realización de los autógrafos, durante casi tres horas, sonrió, conversó y firmó libros hasta que los dedos le cansaron, sentía el corazón llenó de amor y completamente agradecida por el recibiendo que le estaban otorgando, se encontraba hundida en sus pensamientos, con la mirada baja. 
—¿Podés firmarme este libro? Conozco la historia bastante bien.
Alana levantó la cabeza tan fuerte que sintió un tirón en su cuello, parpadeó varias veces. ¿esto era real, o era un producto de su cansancio y la cantidad exagerada de bebidas energizantes que había tomado desde temprano?
—Somos grandes fanáticos—habló nuevamente, Alana sintió un tirón en su corazón al ver que Enzo sostenía a Zola y sin pensarlo dos veces se abalanzó a ellos. 
No podía dejar de llorar, había un montón de emociones invadiéndola por completo, felicidad, confusión, amor. 
—¿Qué hacen acá? ¿Qué haces aquí?—preguntó Alana acariciando la cabeza de Zola, sentía una paz enorme al notar que su gata no la había olvidado aún y la dejaba tocarla de esa forma. 
—Leí tu dedicatoria—dijo suavemente, Alana era consciente  había un montón de personas viéndolos, algunos tomando fotografías y grabándolos, pero en ese instante, se sentía como si solo fueran ellos tres contra el mundo—. Lana, no quiero volver a perderme, mi lugar es con vos, ya sea que estemos aquí, en México, en Uruguay, en España, o hasta en Marte, pero mi lugar es aquí, con vos, vos sos mi lugar. 
—Enzo—fue lo único que podía decir, como siempre, él le quitaba las palabras a la mujer que más palabras tenía por decir. 
—Y se que no te puedo obligar a nada, no puedo obligarte que me sigas, y sé que será difícil y…
—Enzo—repitió. 
—Pero te he extrañado tanto y…
—¡Enzo!—dijo fuertemente, haciendo que el chico al fin se callara por unos segundos—. Te amo—declaró—. Te amo, yo tampoco quiero volver a perderme, mi lugar es contigo. 
Enzo sonrió fuertemente y Alana lo supo de inmediato, iban a estar bien, porque estarían juntos. 
Fin. 
9 notes · View notes
cinemaslife · 24 days ago
Text
Tumblr media
#185 Sólo los Valientes - Only The Brave (2017)
Brendan McDonough (Miles Teller) es un joven en paro con adicción a las sustancias que deja embarazada a una chica joven con la que ha tenido una fugaz relación, está embarazada de una niña. Por mucho que ella lo aleja, Brendan se siente comprometido con la niña, ya que él sabe lo que significa nacer sin padre, por lo que decide terminar sus estudios de ATS y presentarse a las pruebas de bomberos forestales de su pueblo.
Por otro lado, Eric Marsh (Josh Brolin) es el superintendente de Fire and Rescue Crew 7, una unidad de bomberos forestales que busca subir de posiciones para llegar a ser bomberos de élite y estar en primera línea de fuego. Para ello tienen que pasar como equipo varias pruebas.
El incendio se comporta como anticipó Eric y el vecindario se destruye. Eric habla con el jefe de bomberos sobre su deseo de que la Tripulación 7 se convierta en un hotshot certificado. Duane (Jeff Bridges) advierte que ningún otro equipo municipal del país tiene ese estatus y que tendrán que comprometerse con una temporada laboral más larga. Esto frustra a la esposa de Eric, Amanda (Jennifer Connelly), a quien le molesta que el compromiso de tiempo ya impida que Eric quiera formar una familia.
Tumblr media
La tripulación entrena duro y finalmente es enviada a un incendio forestal para su evaluación. Pasan y se convierten en los "Granite Mountain Hotshots". Natalie comienza a aceptar a Brendan y lo deja pasar tiempo con su hija.
Brendan quiere ser como Eric y no sabe que Eric tiene mucho más en común con él de lo que se imagina.
Tumblr media
El equipo trabaja duro y consigue ir avanzando posiciones, pero tienen que luchar con dejar a sus familias mucho tiempo desatendidas y ponerse en peligro constante. Brendan quiere estar más presente en la vida de su hija y decide pedirle una recomendación a Eric para otra brigada más alejada del fuego, Eric se enfada y le desea lo peor, recordándole que él lo sacó de las drogas y le dio un motivo.
Tumblr media Tumblr media
Los Hotshots de Granite Mountain son llamados al incendio de Yarnell Hill. Entrando en la zona de fuego, Eric le dice a Brendan que lo ayudará a asegurar una transferencia para que pueda pasar más tiempo con su familia. La tripulación comienza un contraataque para contener el fuego, pero un avión cisterna lo confunde con un fuego secundario y lo extingue. La tripulación ahora tiene que reubicarse, por lo que Eric envía a Brendan a un terreno más alto como vigía. Cuando el viento de repente se intensifica y cambia, Brendan es rescatado por otro equipo y evacuan a la sede móvil. El resto de la tripulación se dirige a una zona segura después de darse cuenta de que el fuego en rápido movimiento es demasiado intenso.
Tumblr media Tumblr media Tumblr media
El fuego toma velocidad y salta la zona segura, continuando hacia la brigada y cortando su ruta de escape. La tripulación despeja un sitio pequeño y Eric llama a un avión cisterna para apagar el frente de fuego que avanza rápidamente. La brigada despliegan sus refugios contra incendios compactos.
Tumblr media
A medida que el fuego azota a la brigada, varias llamadas de radio quedan sin respuesta. Por lo que todos son conscientes de que la brigada completa ha caído. Brendan escucha la llamada de radio desde el primer helicóptero que llega al lugar: se confirma que los 19 miembros de la tripulación fallecieron.
Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media
Brendan va al gimnasio donde están las familias de sus compañeros de brigada para dar la cara y darles respuestas, pero lejos de sentirse mejor, Brendan colapsa y se rompe por la maldición del superviviente.
Tumblr media Tumblr media Tumblr media
Tres años después, Brendan lleva a su hija al enebro que fue salvado por la tripulación. Durante los créditos finales, se muestran fotos de los verdaderos Granite Mountain Hotshots y sus contrapartes actores.
Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media
3 notes · View notes
escritos-en-flor · 4 months ago
Text
29-08-2024
Estos días puede que hayan sido de lo peor en cierta manera.
Volví a jalar, si, lo hice, no se porque mierda siempre caigo en el maldito demonio que es la falopa, siempre me atrapa y siempre la deseo, lo peor de todo es que esta vez me atrape con ella y no podía parar de pensar en que todo a mi alrededor estaba arruinado y que ya no tengo escapatoria (y quizás no sea mentira). Me siento estúpida por no ser capaz de controlar mis impulsos y dejarme llevar por cosas como el querer sentirme acoplado o sea cual sea la maldita razón por la cual este jalando, la wea es que jalé y que no debo volver a hacerlo, debo ser fuerte y demostrar a ese estupido de mierda que lo que habla es pura basura (y también hacerlo por mi).
Al otro dia de jalar lo único que quería hacer era matarme, mas encima era el cumpleaños del Daniel, y la verdad es que me empezó a afectar el ver como mis “amigos” se movían para ir a celebrar el cumpleaños de alguien como él. Ese día sólo pensé en lo triste que ha sido todo para mi desde que empecé a socializar y como siempre me terminan clavando un puñal en la espalda, me gustaría decir que lo que pienso es mentira y que solo es una rabieta o que soy yo exagerando y que en realidad la vida no me ha tratado tan mal, pero la verdad es que no es así, tristemente todo lo que me ha pasado me ha pasado y no se puede borrar por mas que quiera, tristemente, el cariño de la gente, el ser apreciado, valorado y nunca defraudado es de las cosas que más fallan en mi vida y de las que más anhelo. Maldita sea, por situaciones asi es que pienso en que el suicidio siempre sera una opcion o que quizas aislarme de todo el mundo solucionaria por fin este dilema de que existan tantas fallas a mi alrededor. Sea cual sea mi decisión, va a terminar conmigo solo….
En otro tema hoy empecé a jugar “Night in the woods” un juego que conocí hace muchos años en mi adolescencia y que siempre quise jugar pero que no podia, y ahora que lo empecé a jugar me siento totalmente identificada con el personaje principal  “Mae” LITERAL TENEMOS LA MISMA VIDA Y LA MISMA SITUACIÓN Y LOS MISMOS GUSTOS Y LOS MISMOS ACTUARES. Espero que esta aventura termine bien porque, a pesar de que me gustan los finales tristes, quiero que Mae tenga una vida feliz.
Tema de hoy: Cheri cheri lady - Modern talking
4 notes · View notes
cjvno · 7 months ago
Text
FAMILY LINE HABILIDAD: ADAPTACIÓN (1/3). Un momento con sus padres.
Seúl, 2001.
Los brazos de la pequeña apuntan a quién debería darle protección, mejillas llenas de lágrima, corre en busca de contención a penas se sostiene así misma. Se ha caído del tobogán y no le importa, la persona que debería estarla cuidando está enfrascada en una conversación con alguien más en busca de ganar una extraña competencia para ver quien tiene el mejor hijo. No hay cavidad para la existencia de Juno y ni siquiera se digna a verla cuando la rechaza. 
ㅡ¿Por qué no tienes cuidado? No pasó nada. 
Es lo único que recibe, ello y un movimiento de mano para que regrese a jugar, pues ella no tiene una hija débil. Pero si la tiene, llora de manera desconsolada ahora no solo por el dolor, sino por la idea de haber hecho enojar a su madre y es ahí donde los cálidos brazos de su padre se encargan de calmar a la pobre niña, es seguridad, es confianza lo que este le entrega, ¿acaso ahí se encontraba su lugar seguro? Joohee deja que las lágrimas broten, confundida, cediendo a las palabras de confort de su progenitor mientras se aferra a su cuello llenándole el cuello de lágrimas. 
Jeju, 2010
El calor acogedor que le regala lo familiar de la casa de su abuela no tiene igual, Juno es feliz visitando Corea, utilizando el idioma que con tanta insistencia su madre le obliga a hablar, como si en cinco años pudiera olvidar sus raíces. Además puede comer los dulces de su abuela, y disfrutar de la compañía de su prima, por fin alguien de su edad. Corriendo detrás de ella, es feliz al poder distraerse, esta vez su padre no ha podido acompañarle y se nota, al menos él la hubiera detenido, hubiera enaltecido a su hija, no le estaría reprochando por cosas que ella misma no tiene control, está creciendo, sigue siendo una niña, pero ella no lo entiende y queda claro cuando por error la escucha.
ㅡMinSoo es tan bonita, se parece a ti, SunHyeㅡpuede escuchar la risa de su propia madre al hablar con su hermana, ¿por qué no se ríe así con ella?ㅡ, quisiera que JooHee tuviera aunque fuera una pizca de eso, en cambio sacó lo peor de MyungJoo y de mí. La comida de allá sólo la ha hecho engordar, mira esas piernas, por eso le cocino mejor yo, para ver si de esa manera evito que se ponga como sus compañeras. 
¿Por qué no soy suficiente, mamá? 
Las palabras son como cuchillas, duelen, lastiman, pero parece que ya se ha acostumbrado. Y la situación pasa desapercibida cuando ingresan para cenar, después de todo ellas mismas les habían llamado. Juno mira el plato de arroz y por primera vez se pregunta si es demasiado.
ㅡNo, eso no, tiene demasiados carbohidratos, el entrenador dijo que tenías que mantenerte para el siguiente torneo ¿no? ㅡmentiras, ni siquiera se interesaba en cómo le iba en taekwondo, sonrisa forzada le ilumina el rostro, ¿así que así quería jugar? como si fuera la madre atenta, no la que se la pasa en el trabajo, la que reduce sus porciones para cuidar su figura. Toma el plato temerosa, percibiendo su porción mucho menor a las de los demás, lentamente come, no puede evitar ver a su prima, a la sonriente y bonita SunHye, ¿podría ser como ella? Come tan lento que parece no poder ingerir bocado para el final de la noche y se fuerza a terminar, pero no puede. 
Y la sensación no desaparece, sólo aumenta. Algún día espera ser suficiente para ella.
Austin, 2012
ㅡBueno, ya me voy, vuelvo en tres semanas.
Su primer viaje lejos de su familia, con mejor amiga. Las vacaciones acaban de comenzar y la familia Abrams había sido demasiado generosa al invitarla a su viaje familiar. La pelinegra estaba feliz, se alejaría de su madre por tres semanas, podría respirar y comportarse como alguien de su edad. No tendría que cuidar lo que comía, a donde miraba o como vestía, por primera vez podría ser ella misma. 
El abrazo que le entrega su padre es más cálido al corto y frío que le da su madre. Está por marcharse cuando la escucha llamándole.
ㅡToma, tu tía me dijo que son los mejores bloqueadores del mercado, por favor, cuídate… no quiero que termines como ya sabes, ella, tu amiga esa que siempre anda gritando. ㅡSe llama Jessica.  ㅡCariño, deja que se divierta ㅡes la voz de su padre yendo hacía su progenitoraㅡ JooHee-yah, diviértete, ¿sí? ㅡle sonríe, como si con ello su padre pudiera sanar todas las heridas que su madre a causado en ella, le corresponde, una sonrisa más que ensayada.
Se traga sus sentimientos y guarda el par de botes en la bolsa de mano. ¿Terminar como ella? sigue sin entender porque se aferra en no dejarla absorber la cultura americana, después de todo ellos mismo la habían llevado ahí. Pero claro, tenía que mantenerse, ser tan pálida como lo era SunHye, ese era el estatus ¿o acaso no quería ser igual a Im Yoona o Nana? toda la emoción se destruye en ese instante, con un par de palabras y su viaje se echa a perder sin siquiera haber salido de casa.
Se despide deseando poder tirar los botes junto con todo lo que su madre causa en ella a la basura, pero no lo iba hacer, quizás y esta vez estaba más cerca de que le aceptara.
Houston, 2014
¿Cómo era posible que la hubiera dejado así? Juno está deshecha en un rincón de la casa, las personas van y vienen dándole el pésame. Su padre les ha dejado y no puede consigo misma, la hija fuerte que tanto quería su madre se había deshecho él mismo día que su padre se fue. No dice nada, sólo llora en silencio mirando de manera borrosa a las personas pasando una tras otra, hablando en inglés, en coreano, pero no está, su cabeza ya hace en otro lugar, donde quiera que él esté. Se ha quedado sola, sola contra ella, no tendría compasión. Esa idea sólo la hace llorar más, aunque intenta desaparecer las lágrimas tan pronto salen.
Es ingenua al creer que al final de la noche su madre va estar para ella, se acerca a penas termina de hablar con la última persona que acude al velorio. 
ㅡMamá ㅡAhora no, JooHee, necesito estar sola.
Pulcra, como un robot sin sentimientos, como si los años con su padre no hubieran significado nada, la madre de  Juno se aleja, confirmando así lo que más se temía: estaba sola y nunca iba a ser suficiente para ella.
4 notes · View notes
poetailurofilica · 10 months ago
Text
No sé quienes son
No tengo idea quién es mi amigo, o mi enemigo, o quién mi próximo u actual depredador. No tengo razón para dar un juicio, así que sólo soy testigo de lo que sea que sucedió. Pero ya no vivo el momento, sino para mis adentros. El sol sale sólo, y la luna no desapareció. El cielo pierde sus pecas, y aunque me encuentre menos fea, sigo siendo sólo yo.
Ya no está en mi el buscarte, ya te dejé asentado en otro paraje, cuando por ti clamé y le oré a mi dios. Siento que otras dimensiones contestan, más que las penosas apariencias, que salen de tu mente: falsificador.
Pero ¿quién soy yo para dibujarte? Quería tan sólo algo darte, pero sólo encuentro que doy mayor verguenza que cuando estoy sin ropas y se abre el telón. Mejor insisto con los ceros, pareciera que aquellos fueron a marcar incluso mi sabor. En mi sangre se codifica el silencio, y al final era eso lo que tanto se me pidió. Mejor me quedo sola y llorando, no quiero más manos ni pañuelos que sólo se regocijen de mi dolor.
El odio no es mío, pero me hace añicos, y sólo repito lo que otra boca me enseñó: "ya no te quiero, no te amo, no te necesito". Mejor aprendo esto antes que el castigo se apodere de mi último valor. Les regalo toda mi moral, mis complejos, les regalo todo lo que no me pudieron quitar: mis deseos. Les doy todos mis recreos, nunca quise salir del salón.
Lévense todo, ¿por qué los tengo? Se los dejo acá tirados por si alguno se olvidó. Mis mesuras, mis mejillas, ya estoy hasta la coronilla de tener de mostrar siempre lo mejor. Lo peor realmente está viniendo, pero ¡qué digo! ya está aquí, y no es un complejo. Si soy la que vine a terminar con todo esto: que así sea. Se acabó.
Adiós.
© Todos los derechos reservados
3 notes · View notes
norvinasallow · 1 year ago
Text
Tumblr media
Willow
No existía la capacidad de escapar, lo repetían y demostraban una y otra vez. Lo que una vez fue conocido como un pacífico mundo o por lo menos uno funcional simplemente desapareció. Nadie lo pudo evitar. No alcanzó con la buena voluntad, ni los buenos corazones, ni el poder del amor. Nada de lo que una vez se pudo imaginar, ambos universos se hundieron en una profunda oscuridad. Una que nadie podía terminar.
Grindelwald logró su cometido y desde aquel día, no hubo lugar en el planeta donde los muggles pudieran esconderse, donde los hijos magos de ellos tuvieran paz o final feliz. La dignidad se redujo a nada, no había alma que aguantara aún cuando querían pelear. Las resistencias que de manera inminente se crearon caían una tras otra, las células que el mago supo armar no permitían que crecieran para luchar. Sus adeptos fueron fieles al encontrar la grandeza, el poder. Sus desertores, algunos con suerte, encontraron la muerte, triste y dolorosa, otros, simplemente fueron esclavizados cumpliendo roles aberrantes.
Hubo un impasse, uno donde muchos creyeron que la inminente muerte de aquel líder traería la liberación, pero lejos de ser una realidad, su sucesor a quien preparó fue muchísimo peor. Si eso podía ser así.
Los magos encontraron maneras diversas de existencia, quienes a lo largo de su historia pudieron acostumbrarse a aquella oscuridad, y quienes sus principios siempre los mantuvieron en lo profundo de las sombras, llevando a cabo cientos de intentos de derrotar aquella dictadura consolidada entre las mismas personas.
Tom, quien demostró ser más frío y despiadado, llevó los niveles de violencia a un extremo que nadie jamás había experimentado. Los constantes enfrentamientos entre los grupos de choque sólo parecían servir para tenerlo al pendiente y listo para cualquier tipo de batalla.
No había un futuro, no había una luz de esperanza, todo había muerto y él se encargó de llevarlo a cabo.
Dudaba poder lograrlo, probablemente sus tímpanos explotaron ya que el sonido constante de un pitido era lo que aturdía sus sentidos, con la única posibilidad que se le presentó en aquel momento para escapar, algo que meditó durante años, sus piernas la llevaban casi volando por las calles sombrías de Londres. Los destellos de luces que eran dirigidos hacia su persona indicaban que la muerte le acechaba.
Su varita era historia, quizás descansaba tranquilamente en algún lugar de la casa destruida, con suerte entera. El aire ardía al entrar en sus pulmones y los pocos hechizos que escapaban de sus manos no eran suficientes para matar a quienes iban tras sus pasos. No podía aparecerse, desconfiaba en que algo saliera bien en esos momentos.
Al doblar en una de las esquinas dió de frente con una fila de tres personas, completamente desconocidos, sus caras cubiertas le indicaba una sola cosa: “La resistencia.”
Pronto quienes la perseguían pasaban a caer en una clara emboscada, aquello no era aleatorio, las temporadas donde los atentados que realizaban quienes luchaban contra el líder no eran algo desconocido para ella, muchas veces escapó de los mismos. Ambos grupos chocaron y los destellos de magia, entre maldiciones para deshacerse los unos de los otros, le dieron la posibilidad de volver sobre sus pasos.
Su cuerpo pesaba más de lo que acostumbraba y no podía detenerse, no hasta estar a salvo. No hasta haber escapado, estar segura que nadie más la necesitaría, nadie más la querría ver era la última oportunidad de correr hacia la libertad, la última vez que podría tomar al maldito toro por las astas y liberarse.
Entonces una fuerza de empuje, probablemente una explosión terminó por arruinarlo. Todo. Cayó con tanta fuerza contra el suelo que el sentimiento de agonía que despertó terminar de romper la pierna que estaba mal, la hizo desear llorar como una niña pequeña. La diferencia era que, cuando notó como poco a poco la rodeaban aquellas máscaras, se volvía un animal herido decidido a no morir. Se arrastró contra el suelo, sintiendo dentro de su túnica cómo se aferraban contra su pecho.
No podía permitirse perder, no podía simplemente desistir. La pierna izquierda no respondía, probablemente la perdería y si pudiera, si tuviera la capacidad de realizar algún hechizo más poderoso, simplemente la dejaría atrás. Era imposible. La sangre que corría por su cara no la dejaba fijar la vista en quienes la acorralaban, y alzando su mano izquierda se dedicó a dispararlos lejos de ella, esperaba que algunos se golpearan con tanta fuerza contra algo que murieran. Se arrastró, su larga cabellera le evitaba poder luchar con mucha más asertividad, pero no iba a dejar de intentarlo aunque eso significara la muerte. Sus dedos se clavaban en el frío pavimento para poder mover su cuerpo pesado, dando manotazos de ahogado, la única pierna funcional era la que generaba el empuje, la otra, la agonía. Un grito desgarrador escapó de su garganta y la agitación dentro de su túnica le indicó que debía ser discreta.
Pero nadie parecía dar el último tiro de gracia. Ella rugía como animal pidiendo clemencia, pero horrorizado por ser alcanzado, una estela de sangre decoraba los pocos metros que se había arrastrado. Alzando una vez más la mirada, una figura diferente a todas las demás se abrió paso, levantando sus manos, sin dar la señal de fuego.
-Lilian…-Habló aquel hombre despreocupado, su rostro al aire, sin buscar ser tapado.
Sabía su nombre y eso la hizo gritar con más fuerza, movió su mano e intentó hacerlo a un lado. No logró, mas su larga barba y sombrero parecieron ser los únicos afectados, quienes lo rodeaban parecían dispuestos a atacar ante aquella ofensa, pero el hombre llamó a la calma una vez más.
-...no vas a llegar lejos, y morirás.-Afirmó señalando la sangre que la acompañaba.-Dejá que te ayudemos.-Pidió.
Su respuesta fue un grito rabioso, ahora no sólo era odio, era frustración, una vez más volvería a ser presa, atrapada…otra vez retenida. Una vez más intentó moverse juntando fuerza para sostenerse, otro grito desgarró su garganta ante el dolor, sus dedos ardiendo contra la piedra mientras el círculo se cerraba aún más a su alrededor. Expectantes. Listos para atrapar a aquel animal.
-No condenes tu destino y el de ella.-Habló el hombre.
Una corriente helada recorrió su espalda llevando su brazo hacia el pecho, aferrándose con fuerza. Sus ojos viajaban con rabia entre todos los presentes. No tenía escapatoria. Quizás eso hizo que sus lágrimas se mezclaran con la sangre en su rostro.
-Confía en mí.-Le pidió dando unos pasos hacia ella.
-¡No!-Era la primera vez en horas que escuchó su propia voz y por unos segundos se desconoció.
-Van a matarlas si las encuentran. O peor.
No necesitaba explicar qué era lo peor, ella lo sabía muy bien. Sintió entonces como el peso se soltaba y unos gimoteos le hicieron comprender que, efectivamente, no podría ir lejos y eso sólo sería una condena para ellas.
La túnica se abrió levemente para que por la misma asomaran dos brazos, poco a poco, en un simbólico acto casi de parir, la niña se encontró fuera de su escondite. Sus ojos lilas temblorosos la miraron y Lily quiso morir ante su falla, no podía salvarla. La tomó con uno de sus brazos para fundirla en su pecho, que nadie pudiera dañarla. Para que no entendiera lo horrible del mundo, aunque su infierno ya lo hubiera vivido tiempo atrás. No poder cumplir con su propio deseo la mataba. La niña rodeó su cuerpo para enredarse en aquel abrazo.
-No les pasará nada malo. Eso es lo que deseo evitar.-El hombre estuvo pronto a la altura de ellas dos y poniéndose de cuclillas las observó.-Soy Albus Dumbledore.-Se presentó.-Y sé que puedo ayudarlas.
-No sabes nada.-Gruñó, haciendo aún más fuerza con su brazo.
-Dame la oportunidad de demostrarte que puedo.-Pidió.-Por lo menos, sacarlas de acá con vida.-Se puso de pie para señalar a varios de los que se encontraban allí.-Va a necesitar un medimago.-Sentenció.-Después de que te mejores, tengas la pierna en condiciones, van a poder hacer lo que quieran, yo no las voy a detener.
Lily volvió cruzar la mirada con ella, no sabía qué clase de cosa podía pasar, pero dudaba que fuera peor que su, ahora, pasado. Dejó que su cabello rojo las bloqueara de la vista de cualquiera y asintió sin necesidad de pronunciar una sola palabra. No podían sobrevivir sin ayuda ahí.
Minutos después en aquel lugar solo quedaba el rastro de sangre decorando el empedrado de la calle, la lluvia se encargaría de llevarse con ella aquel detalle.
2 notes · View notes
noseque-putas-poner · 2 years ago
Text
Adiós...?
Siempre estoy diciendo que quisiera que las cosas fueran diferentes, pero me cansé de decirlo por mucho que lo quiera, siempre quiero hacer algo diferente o quiero obtener algo diferente pero al final siempre termino decepcionado de esta realidad, a veces quisiera simplemente no estar y ya. No haber llegado aquí, no estar en este mundo tan duro y lleno de decepciones. Te extraño, pero ya es tarde para eso, tú ya diste el paso hacia adelante, cambiaste el camino porque antes estabas en un camino en el que me dabas oportunidad de unirme, pero ya no, ya has cambiado eso, ya tomaste otro camino y en ese camino no estoy siquiera como una piedra que estorbe durante el proceso que llevas para llegar a ese destino que tantas veces has dicho que está escrito para ti. Eres una persona exitosa, tú no necesitas seguir el éxito, tú lo único que debes hacer es ser paciente con lo que tienes y cambiar algunas cosas para que el éxito llegué a ti por si solo. Nunca fuiste hecha para mí, tantas veces me traté de convencer de que lo eras realmente, pero con todo lo que pasó, con la relación que tuvimos y los problemas que nos ocasionamos, me doy cuenta de que en realidad nunca fuiste para mí, siempre, tanto tú, como yo, nos convencimos de que era así pero con la situación actual ya no tiene caso seguir pensándolo, tú ya me dejaste "atrás", ya has avanzado hacia adelante y yo no estoy avanzando, qué egoísta sería si te pidiera que me esperaras, no sé porqué lo intenté en algún momento, y lo peor es que yo estaba seguro de que tendría todo para ti después de ese tiempo de espera para una vida plena entre los dos, pero en realidad, contrariamente a lo que pensé que pasaría, quien necesitaba el tiempo para cambiar algunas piezas para su crecimiento personal, eras tú. Y creo que lo lograste, no diré que apoyé en eso, de hecho creo que estorbé como nunca en mi vida, jamás me sentí tan inútil como cuando intenté regresar contigo sin saber qué hacer, mas que regresar contigo porque yo sabía que los dos queríamos, pero encontraste la paz, y te felicito por eso, realmente estoy muy orgulloso de ti, me llena de felicidad que tú ya estás recibiendo el éxito que mereces, desde una pequeña situación como las peleas con tu mamá, hasta el trabajo ideal para ti. Te voy a extrañar siempre como el amor de mi vida por el que tuve que sacrificarme en ese momento sólo para que tú estuvieras tranquila y en paz. No me atribuyo que estás bien gracias a mí, sólo pido disculpas por lo mierda que fui contigo y dentro de la relación, lo bastardo que fui para no intentar al 100% una mejora de la misma.
Ni una vida bastaría para terminar de pedirte perdón por lo que provoqué, pero empecemos con una desde el corazón. Discúlpame, de verdad, te amaré siempre y siempre te desearé lo mejor de esta vida, que si pudiera dártelo en este momento, lo haría sin titubear. Adiós.
12 notes · View notes
zopermy · 1 year ago
Text
Conversaciones
John x Lectora
Sinopsis: Ambos tenían poco tiempo para pasar con el otro, por lo que su relación podía comprometerse. Aún que la chispa continuaba en ellos.
Advertencia: Escenas subidas de tono.
. . . . . . ╰──༄ ‧₊˚────── ❨🫧❩
Era complicado y ambos lo sabían, sólo se veían en las noches, aún que claro, tampoco se podría contar ya que dormían.
Cuando ella tenía libre, él estaba en misiones. Cuando él tenía libre, ella tenía proyectos. ¿Cómo podrían arreglar esta situación?
Ni siquiera tenían el tiempo para conversar ¿que se hacía en estos casos? ¿Terminar por mensaje? Claro que no, ninguno sería capaz de hacer algo tan horrible como eso, aparte de que ninguno quería terminar la relación.
— Necesitamos hablar… — Le dijiste una noche que él volvió de una misión.
— Lo sé — Dijo John
— Te prepararé la tina, hablemos ahí para que estes más relajado — Te acercas y lo besas, para después ir a preparar la tina.
John mientras iba a cambiarse su uniforme pensaba lo peor. Iban a terminar por falta de contacto, en su mente ya estaba preparado para declinar esa posibilidad a toda costa y si no era posible, al menos intentar seguir viéndose de vez en cuando. Aún que claro, si no se veían cuando estaban en una relación ¿cómo se supone que se verían sin estar en una? John analizaba todo caso posible.
— ven, ya está lista — John te siguió hasta la tina — Comenzaré para que esta conversación termine más pronto — Le dijiste cuando ya se había metido a la tina.
— Estoy de acuerdo —
— ¿Cómo lo solucionamos? Hablo del hecho de que ya no tenemos tiempo para nosotros —
— Créeme que es algo que he pensado desde hace muchísimo tiempo… — Se sinceró Price
— Tengo algo en mente pero no sé si te agrade, ya que puede ser difícil —
— Te escucho —
— Sólo me queda un semestre para graduarme, no es mucho. Cuando me gradúe quiero que pidas tus vacaciones y así podríamos recuperar el tiempo perdido. Pero como ya te imaginas, tendremos que ser pacientes —
— Por el momento es la única forma de poder seguir esta relación, pero por ti te esperaría toda una vida. No me preocupo por el tiempo, mientras logre estar contigo al final — Price acaricio tu mejilla suavemente.
Te acercaste para besarlo, hace bastante tiempo no obtenías un beso como ese. Apasionado.
— Podrías meterte también a la tina… — Te ofreció John con un tono seductor.
— Tengo un proyecto que terminar aún — La decilución en su rostro lo notaste — Hay que apresurarnos — Lo besaste nuevamente, devolviéndole la esperanza.
Te despojaste de tus ropas, no sin antes darle un buen show a tu amante.
— Dios, nena. Me estás volviendo loco… — No te quitaba la mirada de encima.
— ¿Loco por mí? — Preguntaste metiéndote en la tina, más concretamente, encima de él.
— Un maldito desquiciado por ti… — Comenzó a besar tu cuello.
— ¿Te metiste con ropa interior? — Le preguntaste.
— Bueno no quería incomodarte, se suponía que íbamos a tener una conversación seria, nunca imagine que terminaríamos en esta fortuita situación. — Seguía besando tu cuello mientras deslizaba sus manos por tus pechos.
Una de sus manos continuó bajando hasta llegar a la zona necesitada. Comenzó con toques ligeros por toda la zona, centrado sus movimientos en el clítoris.
Tus suspiros de placer llegaban a sus oídos como si fueran cantos angelicales, y sin dar aviso comenzó a adentrar uno de sus dedos.
— Mierda… estas muy apretada ¿hace cuanto no lo hacíamos? —
— No lo sé… — Tus gemidos eran cada vez más fuertes — ¿4 meses? —
— Eso es demasiado… hay que compensarlo — Continuó metiendo el segundo dedo y diste un fuerte gemido — Mierda, lo siento ¿te lastime? —
Negaste con la cabeza — Para nada, continúa por favor — Comenzaste a mover las caderas suplicante.
Price dio una sonrisa victoriosa. Disfrutaría con toda su vida aquel momento.
Metiste una mano por debajo del agua y por debajo de su ropa interior, liberando su creciente erección.
— No me hagas esto tan rápido… — Cerró sus ojos con fuerza.
— Tú iniciaste, que no se te olvide… — Juntaste sus labios en un acalorado beso, mientras ambos continuaban gimiendo — Necesito tenerte adentro… — Suplicaste.
— Espera, cariño, solo he metido dos dedos aún no es suficiente — Dicho esto metió el tercer dedo y diste un gran respingo.
El placer te inundaba y los gemidos no se lograban evitar.
— Debemos de apresurarnos o no podré terminar el proyecto… — Le decías entre susurros.
— Al carajo con el proyecto, después puedo sobornar al profesor… o amenazarlo, lo que salga más conveniente —
Sonreíste ante lo que él dijo, sabías que era broma, aunque Price no pensara lo mismo.
John continuaba con sus tres dedos adentro golpeando el punto G, mientras su pulgar frotaba suavemente el clítoris. Su otra mano se ocupaba de tus pechos y su boca no soltaba la tuya.
Te separaste de sus labios en busca de aire y dejar escapar algunos gemidos reprimidos. Pequeños espasmos inundaban tu cuerpo, avisando el inminente orgasmo, por lo que él se detuvo.
— Esto no puede terminar tan pronto… — Dijo mientras alineaba su miembro con tu abertura. — Cuando estés lista, cariño — Basaba tu cuello.
Bajaste lentamente tus caderas adentrándolo cada vez más en ti. Apoyabas tus manos en el pecho fornido de Price, lo que te otorgaba más estabilidad.
Comenzaste a hacer círculos con tu cadera, lo que les daba placer a ambos. Posterior a eso comenzaste a dar pequeños saltos.
Él agarró fuertemente tus glúteos para guiar el movimiento, se notaba que necesitaba más de ti y estabas dispuesta a dárselo.
Comenzaste a dar sentones cada vez más rápido y se notaba en su rostro y expresiones que a John le estaba fascinando. Él soltó una mano de tu retaguardia para ahora dar círculos en tu clítoris, haciendo que por unos instantes perdieras el ritmo y control de tus saltos.
— No sé si logré soportar mucho más… — Avisaba Price.
— Sólo un poco más… — Incrementabas la intensidad y por inercia apretaste más el miembro de él.
— Ohhh… Definitivamente no lo lograre… — Apretaba con fuerza tus glúteos y caderas.
Al cabo de unos segundos Price llegó a su ansiado orgasmo adentro tuyo y tú seguido de él. Sus respiraciones agitadas y sus corazones acelerados hacían no querer que ese momento acabara.
— ¿Te ayudo con tu proyecto? — Pregunto Price con las manos aún en tus caderas.
— Estas cansado, debes de dormir… —
— Mientras pueda estar contigo mi cansancio pasa a segundo plano — Te sonrío mirando a tus ojos y une sus labios una vez más.
— Aún así, no me gustaría verte cansado. Ponte tú pijama y ve a dormir — Besaste su mejilla y te retiraste de la tina.
— Me tiene malditamente loco por ella… — Dijo Price en un susurro cuando te fuiste del baño.
. . . . . . ╰──༄ ‧₊˚────── ❨🫧❩
6 notes · View notes
chicaescondida · 1 year ago
Text
Balanza injusticiera
Podría llegar a ser el capítulo más grande de mi vida. Es mi peor miedo, mi pesadilla más recurrente y el acecho constante de la soledad.
Luego de terminar de ver Succession y (spoilers ahead) el camino sin sentido y de incesante fracaso de Kendall, confirmo -mientras me pregunto si soy la única-, que me identifico severamente con él. Con sus intentos, porque es un tipo que nunca baja los brazos, que tiene un objetivo y convence a toda la audiencia de que va a lograrlo. Por su GOOD WILL, la buena voluntad. La justicia, piensa constantemente en la justicia, apela a que se juzgue a su padre y denomina castigo y que de alguna forma le corresponde ir a la cárcel por la muerte del camarero. Respeta el deber siempre y cuando sea justo. No juega, es justo y como no juega, no compite. Por eso no pierde, lo rechazan antes de empezar. Porque quien apela a lo justo se pierde la fiesta. Y esta última frase es mi conclusión de succession.
Reflexiono entonces, qué me depara a mi el futuro si soy esa persona pero sin dinero. Si apelo a lo justo y no quiero ensuciarme, no quiero jugar el juego. Lo veo de niños, lo veo innecesario. Me sucumbo a la votación por impaciente y por no jugar. No hay poder en juego, hay merecedores e injusticias. No hay decisiones azarosas, es el deber y la responsabilidad. Es aquello para lo que me hicieron, es una suerte de cabezadurismo, de ojos cerrados aunque irónico porque es el único que intenta abrirles los ojos a todo mundo.
Una review, que no esperaba escribir sobre una serie que entiendo ahora me identifica y no por los lujos como quisiera. La lucha constante por la aceptación. Busco la aprobación ajena sin parar, los miro a los ojos y pido una felicitación por haber terminado el libro que leía en mis horas de ocio. Aprueba y acéptame como "tal", porque no voy a ejercer ni ser sin tu aprobación.
La toxicidad de la mirada ajena constante para sentirme bien. Por favor dime que estoy bien, que voy guapa. Quiero ser "esto", pero sin tu aprobación no llegaré jamás a serlo. Y ejerceré infinitas actividades que lo representen pero si no me nombran rey/na, aunque me lo crea, no lo seré.
No hay adversarios en mi camino, solo más o menos dignos de recibir el premio al final. Y ese premio es trabajo. Porque se trabaja duro y así se vive mejor. No me cuesta admitir lo mucho que coincido con Kendall. Sin las drogas pero en su noción de amor.
Succession fue y será una oda al fracaso para quienes creemos que haciendo la cosas bien, el buen karma nos pagará, que admirando a los jugadores sin querer embarrarnos con una balanza justiciera en mano podremos lograrlo. Succession no es rechazo, es la viva demostración de que el poder sólo será para el tonto más vivo.
2 notes · View notes
atimeodyssey · 1 year ago
Text
Tumblr media
Las ANOMALÍAS TEMPORALES son fenómenos indeseables que surgen como respuesta del tiempo y el espacio ante las paradojas y la alteración de la historia. A medida que los eventos históricos son modificados, el catálogo de anomalías se expande constantemente, generando una variedad de formas y características.
Las hay de todo tipo, grandes, pequeñas y aterradoras o adorables, pero al final del día hay una sola cosa segura respecto a ellas: NO DEBERÍAN EXISTIR.
Las anomalías son impredecibles y se han registrado muchas variaciones de ellas, pero todas y cada una de ellas están habitadas por las llamadas ABERRACIONES, seres hostiles que atacan a cualquier agente externo a la anomalía, buscando mantener a salvo la vida del núcleo. El ya de por sí vasto catálogo de aberraciones que existe no hace sino ampliarse cada vez que un evento histórico es alterado y une nueva anomalía surge.
Los científicos de Tomorrow Tech especulan que, tanto las anomalías como lo que existe en su interior, son un intento del tiempo y el espacio para reconfigurar el momento y lugar previamente alterados por los Fantasmas.
La única forma de terminar con las anomalías es extinguiendo la vida del NÚCLEO, un objeto o criatura localizado justo en el centro de la anomalía que puede tomar cualquier forma. Una vez este objetivo es neutralizado por medio de un ESTABILIZADOR, dispositivo con el que cuentan todos los viajeros que anula y recluye al núcleo en un ambiente estéril, el núcleo finalmente queda reducido a una especie de pequeña esfera rocosa parecida a un meteorito, este material se recolecta y se lleva hasta la Colmena.
Cuando se destruye una anomalía temporal, se desencadena un proceso de «REINICIO» en la línea temporal que borra completamente la paradoja creada por la anomalía. Esto restaura la secuencia original de eventos, eliminando cualquier cambio causado por la alteración temporal.
ANOMALÍA DE BURBUJA
Son, literalmente, burbujas que alojan en su interior una mezcla de elementos de diversas épocas sumidos todos en un caos total. Es un ambiente hostil en donde literalmente puede encontrarse cualquier cosa y desplazarse en su interior para encontrar el centro no es sencillo en lo absoluto. Sin embargo, hay anomalías de burbuja peores que otras, y por lo tanto se ha creado una clasificación para ellas. Disponible solo en el foro.
ANOMALÍA DE GRIETA
Cuando una anomalía de burbuja de la peor clasificación «revienta» por haber crecido demasiado, nace la llamada anomalía de grieta, una fisura en el espacio tiempo que hasta la fecha Tomorrow Tech no sabe cómo arreglar. Son invisibles para el ojo humano promedio y sólo con el implante corneal o gafas especiales es posible apreciarlas en su temible esplendor. Aún no se cuenta con un número estimado de este tipo de anomalías en todo el mundo, sin embargo, es un hecho que el universo y la línea temporal no podrán soportar demasiadas.
0 notes
lapetiterobenoirez · 1 day ago
Text
Bowling my soul out (23 Dic 2015)
¿Alguna vez se han hecho la pregunta de cuánto tiempo puede llorar un ser humano consecutivamente? Yo les tengo la respuesta: cinco horas. Cinco irremediables, crudas y horribles horas de llanto desconsolado. Lo sé, yo tampoco tengo idea de cómo es eso físicamente posible, pero lo es.
¿Cuántas lágrimas no han visto las centrales de autobuses? ¿Cuántas lágrimas no han visto los taxis y taxistas?
—¿Está bien? -me preguntó el pobre chofer, que no sabía ni qué hacer ni dónde meterse. —Sí, todo bien. Perdón -le dije, al momento que me limpiaba las lagrimas con la manga de mi suéter y le sonreía por el espejo retrovisor.
Una vez un amigo me dijo: "No eres mala. Tú tienes un concepto feo sobre ti; tú te crees que eres de lo peor. Y sí, eres berrinchuda y necia, eso que ni qué. Pero tienes un corazonsote, eres muy noble. De mala no tienes nada, tienes que empezar a decírtelo a ti misma. Eres de las mejores personas y mujeres que he conocido".
Mi mamá me dijo que era muy valiente al hacer lo que estaba haciendo, y que me admiraba.
Yo sólo pensaba: "Eres humano. Solo eso. Y todo el dolor que te está desgarrando por dentro y por fuera, es un recordatorio de ello." Y sí, como todo humano, cometí, cometo y seguiré cometiendo errores, pero nunca, nunca con afán de herir a la gente. Eso nunca.
Y hoy lo he comprendido todo. A pesar de los errores cometidos, no soy tan mala persona, y creo que no merezco sentirme como me siento. Sentirse tan pequeño como es humanamente posible, sentir que el 95% de mi ser es culpa, es dolor, es llanto. Sentir que no hay perdón, que no merezco perdón por errores que tuve. Todos somos humanos, todos los cometemos. Pero no, no creo ser tan mala persona como para sentir que la cabeza me está a punto de explotar de todo el llanto contenido por no poder gritar en el autobús, por no poder cubrirme la cara con ambas manos y llorar con todas mis fuerzas sola, sentada en la central de autobuses. No creo ser tan mala persona como para no merecer que me contesten una simple llamada telefónica. No creo merecer el ardor que siento en las venas que detienen mis globos oculares. No creo ser tan mal ser humano para sentirme como si lo fuera.
Me quité los prejuicios, me quité las ataduras, me quité el "qué dirán", me quité las malas opiniones, me quité la armadura, me volví la mujer más vulnerable del mundo entero, para una persona.
¿Qué tal si muero mañana? ¿Qué tal si hay un accidente que lo cambie todo? ¿Qué tal si no regresamos de ese viaje que hicimos el fin de semana? A veces es preciso dejar de lado lo que se cree que está mal; dejar de lado la indiferencia, el orgullo, la soberbia. Y eso hice hoy. Lo dejé todo. Me despojé de todo. No me importó el dolor que llegaría a causar. No me importó nada. Todo con el afán de enmendar mi propio error. Y pasar meses tratándolo, pasar meses de noches de llanto hasta quedarme dormida, no se compara al pesar y desconsuelo de las últimas horas de mi vida. No creo ser tan mal ser humano como para merecer sentirme como lo hice hoy.
En mi tonta y patética cabeza, yo pensaba que no iba a encontrar a nadie más a quién amar, y que la persona a la que amaba, a su vez, tampoco iba a encontrar a nadie más, y que íbamos a terminar juntos por los años que nos restan de vida. Qué sandez, ¿no? Qué forma tan irreal y tonta de raciocinio. Pero me dijeron hace unos años: "mereces al mejor hombre del mundo". Y los finales marcan comienzos, y hoy, habiendo dejado todo lo que estaba en mis pobres posibilidades sin llegar a molestar y perturbar a nadie, habiendo dejado cada partícula de mi ser, habiendo dejado cada lágrima que creía que era humanamente imposible derramar, vuelvo a decir con deseo y esperanza: lo voy a encontrar, porque los errores no nos hacen monstruos, y podré volver a sonreír como hace mucho no lo hago.
0 notes
by-sunn · 1 month ago
Text
Guía rápida para sobrevivir a tu depresión
Por Sol Madero
¡Hola! Si estas leyendo esto probablemente tienes (o crees tener) depresión, así sea por un diagnóstico profesional o simplemente creas estar en esta posición por señales que has visto en ti, quiero decirte que lo siento. No en el sentido abstracto de "lamento que estés pasando por esto"; tambien en el sentido mucho más real de "yo también tengo depresión, puedo entender lo que estas sufriendo".
Primero que todo quiero recordarte que hay gente que te entiende, hay muchas personas que están en la misma situación, no tienes que sufrir en soledad. Y quizá este sea un momento importante para decirte que tus experiencias serán únicas y no porque alguien con depresión pueda hacer algo significa que tu debas (o puedas) hacer lo mismo, a veces no puedes ni lavarte los dientes y no pasa nada, el mundo no se acabará por eso.
Hoy quiero hablar de esos días de baja energía donde salir de la cama es el único logro que podemos tener.
Bueeeeno, ¿recuerdas lo que dije sobre lavarse los dientes? Todo el mundo te dirá que debes hacerlo tres veces al día como mínimo o eres asqueroso, yo te diré que la saliva tiene la función de evitar que nuestros dientes se pudran, así que mientras te laves los dientes al final del día, justo antes de irte a dormir, es un éxito que puede tomar (y en el peor de los casos, no pasa nada si no puedes hacerlo hoy, siempre habrá mañana y entonces será problema de tu yo del futuro).
También, sobre bañarse, a veces no tienes la energía para salir de la cama y entonces resulta que ya paso una semana y no te has bañado porque no has tenido que ver a nadie pero las voces en tu cabeza te dicen que apestas, que das asco y la sensación en tu piel solo les da la razón. Esto es porque la depresión es un monstruo que se alimenta a si mismo, te quita la energía para cuidar de ti y luego te hace sentir culpable por no estar en tu mejor forma.
Yo he llegado a llorar de frustración por como se siente mi cabello luego de dos semanas de no ver shampoo, pero en lugar de bañarme me doy de literales golpes contra la pared y sólo termino haciendo mas daño. Así que tuve que empezar a hacer cosas a medias porque de otra forma no podía hacer nada.
A veces, iba al baño con el único objetivo de lavarme el pelo, para que otra vez fuera suave y oliera bonito. Y a veces, me ganaba el "bueno, ya estoy aquí, bien podría lavarme la cara, pero ya me moje, podría terminar de bañarme", y así me engañaba hasta bañarme. A veces, simplemente me lavaba el pelo y luego tenia que reunir energía otro día para lavarme el cuerpo. No es un sistema perfecto, pero no tiene porque serlo, tiene que funcionar para mí y nada mas.
No te estoy diciendo que hagas exactamente esto, o que dejes de bañarte o que solo te laves la cara. Te estoy diciendo que a veces, solo podemos hacer lo minimo, y esta bien. Solo te pido que te sigas esforzando, sigue intentando hacer algo, por muy chiquito que se sienta, aunque sea solamente un paso chiquito mientras sigas avanzando estas ganando.
Vas a experimentar momentos increíblemente difíciles, donde todo se sentirá abrumador, donde se te cortara la respiración por cualquier cosa, donde te darán ganas de llorar por chistes que has hecho por años con tus amigos. Y en esos días, esta bien hacer el minimo, está bien solo ponerte alcohol en las axilas para matar las bacterias que generan el mal olor, esta bien solo lavarte la cara con toallitas desmaquillantes, esta bien solo desayunar cereal con leche (o cualquier cosa llena de azúcar que sabes no deberías estar desayunando).
Y en esos dias, busca algo que te haga feliz y que no sea cansado. Ve tus películas favoritas una y otra vez; si tienes energía para leer tus libros favoritos, hazlo; pide tu comida favorita (si tienes energía para cocinarla, adelante); colorea en hojas viejas; rompe libretas que ya no necesites de materias que odiaste; muévete como gusano en tu cama (si puedes dar un pequeño paseo fuera de tu casa, ve a disfrutar del sol); lo que sea que te haga feliz, para lo que tengas energía. Así sea escuchar canciones tranquilas (intenta evitar canciones con letras tristes, pueden sonar tristes, pero si su letras son felices entonces date).
Recuerda que tu cerebro puede ser entrenado, y en esos momentos es importante que no te dejes caer. Y créeme que entiendo que en esos días lo que menos quieres hacer es esforzarte, solo quieres quedarte en cama y sufrir en paz. Y si fuera sano para ti, te dejaría que lo hicieras; pero no es bueno. No es bueno que evites comer porque te sientes cansado para levantarte, no es bueno que solo mires al techo con las voces en tu mente por compañía, no es bueno que te dejes morir suavemente solo porque tu mente te dice que todos estarán mejor sin ti.
Quiero terminar esta entrega con una nota de esperanza. Y esa nota es "estos días van a terminar". Sé que se sienten eternos, que parecen ser infinitos, pero te prometo que van a terminar. Te juro que un día vas a despertar con ganas de un largo baño y la energía para tomarlo. Es una promesa, estos días donde todo se siente horrible y abrumador tienen fin; y quiza inicien otra vez pero siempre tendrán un final. Solo tienes que ser valiente como para llegar a el y encontrar lo que te funciona a ti en esos días de baja energía. Lo único que necesitas hacer, es encontrar lo que te anima, lo que te obliga a salir de la cama (asi sea la compañía de alguien a quien amas, pidiéndote que vean el amanecer juntos) y aferrarte a ello. Y así, antes de que te des cuenta, terminarán. Lo prometo.
1 note · View note
projectrevolutionff · 1 month ago
Text
Bajo el Sol del verano —VI
Viernes, veinte de mayo.
Dennis sirvió una buena ración de vodka en un vaso descartable. El plástico se resquebrajaba en sus manos mientras la música del salón resonaba a su alrededor, como un eco lejano que no lograba distraer su mente caótica. Aquella noche, que había esperado que fuese fenomenal, se estaba convirtiendo en una pesadilla.
La velada de vestidos elegantes y trajes en el gimnasio de la escuela, con música, comida y algarabía por el final del secundario. No fue ni por asomo esa idílica celebración juvenil.
Aún podía sentir las miradas indiscretas mientras caminaba junto a su acompañante, las habladurías y las risitas al momento de bailar algunas canciones lentas.
Apuró la fuerte bebida para luego rellenar el vaso. Necesitaba acallar la cabeza o le explotaría.
La fiesta “post fiesta de graduación” iba viento en popa. La vivienda familiar se había convertido en una meca de adolescentes por única noche; las drogas recreativas, el alcohol y las hormonas eran moneda de cambio.
«Necesito un porro del tamaño del Empire State. O dos.»
¿Por qué estaba tan molesto? Creía pensar que era superior a los cotilleos ajenos, en especial al ser bastante respetado dentro de la institución pública.
A un buen jugador de fútbol ese año nada lo movía, pero el segundo fondo en blanco contradecía su pobre argumento. Lo que más le fastidiaba era que lo vieran como un idiota sólo por haber llevado a Chelsea al baile.
¿Qué había de malo con eso? Era la noche y la quería compartirla a su lado, la última del secundario junto a una persona muy importante para él. Era su mejor amiga, estaba en todo su derecho de pedirle acompañarlo. Podían meterse los rumores donde no les daba el sol.
Aun así… Quizá pensaban que hacía beneficencia al llevar a la paria del colegio. O que bajaba su estatus solo por hacerle un favor a la “más ininvitable” de la clase.
A la huérfana de padre, a la que siempre perseguía la desgracia; a la chica que ocasionó que dos compañeros, un conserje y una docente recibieran lesiones de arma de fuego. No importaba que haya sido un secuestro: ella fue la causa de esas heridas.
Y, sin embargo, allí estaba Chelsea, ataviada con aquel bellísimo vestido celeste suave de encaje, silueta tipo trompeta y el cabello recogido en un elegante arreglo. Parecía imposible que alguien tan impecable pudiese portar semejante maldad.
Apretó la mandíbula al punto de hacerse daño. El contraste entre lo que él veía y los demás insinuaban lo molestaba. Estrujó el recipiente hasta romperlo, cogió otro mientras maldecía en voz alta.
Hasta sus amigos y compañeros de equipo lo cuestionaron largo y tendido. “¿Estás seguro?” “Oh, viejo. No sabía que te gustaran las causas nobles.” “Oye, Dex, había otras chicas más… normales para elegir.”
Y la peor de todas: “Amigo, la próxima llama a Julia Roberts. Ella ya hizo el papel con Richard Gere y es más bonita que esa Vickers”.
En la cocina ultramoderna, rodeado de botellas vacías, vasos y latas de cerveza, se sintió explotar ante las risas que estallaban en su mente. No solo no la defendió, sino que se rio junto a ellos y aclaró muchas veces que ellos dos no eran nada.
Solo amigos. Y un buen amigo lleva a su amiga al baile por honor, no por otra cosa. No eran nada ni nunca lo serían porque simplemente no podían.
Un grupo de chicos pasó por la sala hablando y gritando, soltaron sobre la abarrotada isla algunos envoltorios al igual que latas aplastadas. Al verlo contra la mesada se callaron unos segundos, para luego cruzar el umbral y estallar en risas.
Apretó la mano en un puño. Las uñas se le clavaron y dejaron marca. «Se rieron de mí. Los bastardos me vieron y se rieron.» Y todo por una simple compañía…
Refunfuñó agotado, dio bocado a algunas papas fritas dejadas sin terminar. Sirvió más bebida blanca, que esa vez mezcló con algo de jugo de naranja; quería embriagarse hasta que no tuviera idea de quién era o qué decía.
Y todo por el qué dirán. Qué ridículo era.
En momentos como ese, donde su cabeza no sabía poner punto final a sus maquinaciones, solía dar rienda suelta a sus temores más profundos. ¿Y si la gente se había enterado de… eso? ¿Su pacto era vox populi?
Quizá el secreto se había esparcido por los pasillos, un chisme fácil de esparcir al igual que incontrolable. ¿Lo habría esparcido ella? ¿A lo mejor a una amiga de una amiga que no sabe callarse?
«No, Chelsea me juró y lo volvió a jurar que no se lo mencionó a nadie. Tengo que estar a salvo.»
Habían estado mucho más cerca entre ellos, quizá diese la impresión equivocada a un tercero. Una mirada indiscreta, un chiste privado que alguien más percibió. «Y a eso súmale lo de la fiesta de hoy.»
Al masticar los trocitos resquebrajados se mordió el labio. Lanzó sendos gruñidos mientras masajeaba la zona, molestó y con varios tragos encima; irritado y confundido.
No solo era la mirada ajena lo que lo desconcertaba, sino también la mirada propia respecto al tema.
El sexo sin compromisos había sido un buen plan. Desde que la conoció, Chelsea le pareció una muchacha agraciada y con buen sentido del humor: fue exactamente eso lo que lo empujó a compartir una amistad. Cuando le propuso acostarse fue porque creyó que la relación era lo suficientemente sólida para no resquebrajarse ante el peso del “amigos con derechos”.
Sin embargo, se había equivocado de una forma tan garrafal que daba risa. ¿Qué podía esperar si pasaba tiempos de fin de semana con ella? No solo eso: un martes por aquí, un jueves por allá; un paseo por los sitios turísticos de DC para matar el tiempo.
Todo lo que podía salir mal, salió mal.
Ambos habían desarrollado algo más que simple camaradería, había abierto una puerta que ya no podía cerrar. Y lo peor era que lo sabía. Lo sintió después del paseo en el barco de su padre y luego de hacer el amor.
Él lo había planeado... y le encantó. Quería más. Necesitaba más. Pero también sabía que, si lo hacía, quedaría irremediablemente atado a lo que Chelsea representaba: la chica con mala fama, la huérfana que arrastraba consigo tragedias.
Se aferró fuerte a los bordes de la fría mesada, sus brazos temblaban y sus ojos se anegaban de lágrimas.
No estaba listo para enfrentar las consecuencias en el mundo real si decidía seguir lo que su corazón deseaba desesperadamente.
Tenía miedo, mucho miedo. Sabía que su relación estaba en un punto de no retorno, todo dependía de lo que hiciera a futuro.
«No quiero perderla. No me imagino una vida sin escuchar su risa, o sus chistes, o sus caricias.»
Dio un sorbo a su destornillador y encendió un cigarrillo. Dio dos pitadas rápidas en silencio, mientras la música fluía con la libertad que él parecía haber perdido.
Aparte de la confusión sentimental que lo abrumaba, estaba también el asunto con su padre, quien parecía presionarlo cada vez más cuando se trataba de Chelsea.
Douglas le expuso sus preocupaciones y recelos unos días antes del baile de graduación. Su madre, con sonrisa inocente, comentó durante la cena el hecho de que iría junto a Chelsea. En ese momento, los ojos de su padre se endurecieron; cuando habló, lo hizo en un tono bajo, casi frío, como quien emite una orden inapelable en el campo de batalla.
Para Douglas, Chelsea no era solo una mala elección por su pasado, sino una amenaza real a futuro. Era demasiado vocal, demasiado impredecible para la imagen sanitizada que debían proyectar. No entraba en las delimitaciones de una familia republicana.
—Las opiniones son peligrosas, Dennis —le había dicho—, y aún más cuando vienen de alguien con una vida tan desordenada. Si esto llega a la prensa amarilla, no solo pondrás en riesgo tu reputación, sino la de toda la familia. Y en nuestro mundo, el error de un hijo afecta a todos.
Fue el peor insulto que escuchó en mucho tiempo. La cena acabó en un incómodo silencio, del cual los hijos y la esposa escaparon cuanto antes.
«Para él todo se resume en números y encuestas. Nada es orgánico ni natural: todo es filtrado por su grupo de asesores y publicistas. ¿Cómo puede vivir así? Ni siquiera es real.»
Oyó vítores ante el cambio de canción. Al ritmo de Fetty Wap interpretando Trap Queen la velada había cambiado de energía.
Él también lo había hecho, y como respuesta resopló irritado: ya no tenía ni los deseos ni la energía de seguir festejando. Acabó su cigarrillo y lo metió dentro de una lata semi vacía; su apagado fue lo último que escuchó antes de ponerse en movimiento.
Llegó al arco que conectaba el pasillo hacia la cocina con la sala de estar. Un mar de rostros y risas se abrieron frente a él.
Miró en derredor a medida que avanzaba entre los cuerpos juveniles. Buscaba a su grupo de amigos de toda la vida, a la persona con la que había arribado. Era hora de irse y no volver más.
Algunas personas le sonrieron con cordialidad y otras simplemente lo miraron de soslayo. Se movió tranquilo, se deslizaba intrépido entre los adolescentes. Escondió la mirada frente a sus compañeros de equipo. La sola idea de aguantar sus comentarios o chascarrillos le revolvía el estómago. Un grupo de bailarines, gracias a sus brazos en alto, le mantuvieron cubierto de sus miradas y garantizaron su escape.
Arribó junto a círculo de amistades unos instantes después. Todos reían de algunos comentarios de Andrew, un chico alto y delgado de piel oscura y brillante, ojos redondos chispeantes y sonrisa alegre. En su mano tenía un vaso que levantaba para “brindar” con los demás.
Posó sus ojos sobre su acompañante: Chelsea estaba relajada, risueña y algo borracha. Se había quitado el ramillete de la muñeca para usarlo como decoración en el cabello. Meneaba los hombros con su mejor amiga de toda la vida, Delaney Templeton.
Fue ella, la muchacha de piel aceitunada y ojos café, quien lo vio acercarse. Lo recibió con un saludo y llamó la atención de la castaña. El rostro femenino se iluminó al verlo.
Sus orbes ambarinos echaban chispas de alegria y amor. Dennis sintió que le temblaban las piernas.
Algo dentro de él se rompió: fue allí en donde decidió su accionar, todo en pos de preservarla a ella y salvarse él. No podían seguir así, tenía que cortar el pasional contacto antes de que empeorara. Volver a ser meros amigos de toda una vida.
Era una conclusión lógica, pragmática, para todo el meollo entre ellos dos. Aquella decisión lo destruyó, consciente de que las consecuencias lo perseguirían toda la vida.
La música de fondo entonaba a Drake con su éxito Hotline Bling. Tragó saliva y sostuvo su mirada por lo que pareció una eternidad. Finalmente habló:
—Te llevo a casa, me voy.
—¿Pasó algo? —inquirió. Hizo ademán de tocar su mano, pero él discretamente la apartó—. Son las once menos veinte, la fiesta no termina hasta las dos.
—Lo sé, pero honestamente no tengo muchas ganas de quedarme. Coge tus cosas.
—¿Está todo bien? —intervino la muchacha, quien acomodaba un mechón de pelo negro tras su oreja—. Si quiere quedarse la podemos llevar nosotros. Ally trajo el coche de sus padres.
«No lo pongas más difícil de lo que ya es, Dela. No es el momento.»
—No, descuida —aceptó Chelsea—. No me importa mucho, mañana toca almuerzo con Emily y es mejor si me voy temprano.
Lo siguió de cerca en la rápida huida del lugar. Optaron por la puerta trasera, rodearon la casa y salieron a la silenciosa calle. La noche era templada, algunas nubes manchaban el negro cielo. No había luna y algunos grillos cantaban en la distancia.
Llegaron rápidamente al SUV del joven. Ella sostenía la falda del vestido para no enredarse con sus tacones, su diestra portaba un pequeño bolso de lentejuelas plateadas.
Ya en el silencioso coche, Dennis colocó las llaves en el contacto y sostuvo firme el volante. Debía concentrar la mente en devolverla sano y salvo, pese a que el mundo le bailara frente a sus ojos. La joven lo observaba atenta, inquisidora, sin emitir más que una suave respiración.
El fuerte perfume a lavanda fue suficiente para mantenerlo cuerdo. Arrancó y recorrieron la ciudad con la radio en volumen bajo.
—A ti te pasa algo —soltó repentina, en una intersección poco transitada—, y quiero saber qué es.
—Nada —replicó por lo bajo—, solo me duele la cabeza y bebí de más.
—No jodas. Tú bebes hasta desmayarte de ser necesario y nunca te cambia el humor.
—Me cayó mal la comida y el alcohol de segunda. Eso es todo. Necesito mi cama, analgésicos y mañana unos antiácidos.
—¿Estás muy seguro, Dex? —Por el rabillo del ojo, notó que su mirada estaba clavada en él—. Se me hace como que me mientes.
—Te juro que no. No pasa nada.
Ella se mordió las uñas, pulcramente arregladas en un color marfil.
—¿Te dijo algo alguien?
—No, quédate tranquila.
La joven se cruzó de brazos, tensa y obstinada. De las muchas cosas que le gustaban de Chelsea, esa no era una de ellas; querría llegar hasta el final de la cuestión a cómo diese lugar.
—La vena de tu frente está hinchada y tienes la boca tensa. Estás molesto, no soy estúpida.
—Ya te dije que no. —Continuaba con el mismo tono monótono; sus nudillos lentamente cambiaron de color—. Te dejo en casa y hablamos otro día.
La castaña movió sus labios, disgustada y nervios a flor de piel, mientras desviaba la vista hacia la ciudad.
«Mantente atento que todavía no llegas a casa. Vista fija en el camino y en los coches —pensó—. Está cabreada conmigo y la entiendo. Yo también lo estoy.»
Arribaron sin mayores problemas. Pese a haber detenido el coche, la joven no se movió ni un centímetro; Dennis rogó que la noche terminara de una vez.
—Fueron ellos, ¿verdad? —Un hilo de voz escapó de Chelsea—. Tus putos compañeros de equipo.
—¿De qué hablas?
—Tú lo sabes tan bien como yo, Dennis. No actúes como idiota.
—No inventes historias, Chels. Ve a casa, estoy cansado.
—¿Y si no quiero?
—Pues te quedarás sin nada, porque nada hay.
—Hoy estás hecho un maldito imbécil, ¿sabes? Disculpa por haberte aguado la puta fiesta con mi existencia, Dennis. —Abrió la puerta y descendió aireada—. Vete a la mierda. Llámame cuando necesites coger.
Chelsea echó a caminar furiosa hasta el camino de hormigón de su entrada. Verla así de furibunda, encorvada al igual que apurada, removió sus tripas. Cada paso que daba era un triste recordatorio de la situación que él creó, víctima de su propio pavor al escarnio.
Se lo debía. Después de todo ella era la persona inocente en una situación desagradable. El nudo en su estómago crecía y lo dejaba lentamente sin aire, alimentado por la certeza de que estaba eligiendo el camino fácil para él, aunque el más cruel para ella.
Frustrado, no aguantó y golpeó el volante. «¡Idiota, eres un idiota! —se maldijo—. ¡Ve tras ella!» Arañó sus mejillas y salió del coche, corrió para alcanzarla. Llamó su nombre mientras ella introducía la llave en la abertura negra, bajo la luz del farol tipo antiguo de la entrada.
—Chelsea, por favor —dijo al aproximarse, en ese momento ella logró abrir—. Siento todo esto, no es mi intención.
La aludida se tambaleó unos segundos. Se sujetó del marco de metal, ojos enrojecidos.
Estaba por echarse a llorar. Por un segundo todas sus reticencias se aflojaron, quería estrecharla contra sí y calmarla. Sentir el perfume de su cabello, la fragancia en su cuello mientras le susurraba que todo pasaría.
Logró recomponer su determinación a duras penas. No podía flaquear ni dudar un segundo más o todo su plan se iría al garete.
—¿Qué no te ibas? —escupió la joven—. No pienso dejarte entrar.
—Escucha, no tiene porqué terminar la noche así…
—Si, sí que tiene.
—Anda, C. Dame un minuto para explicarte y explicarme.
Ella soltó una risita sarcástica.
—Descuida, ya me figuro más o menos lo que sucede.
—Chelsea…
—¿Cuánto apostaron? ¿Eh? —El rímel corría por sus mejillas—. ¿Cuánta pasta te pusieron adelante para que me llevaras al baile? ¿Se rieron por mi ilusión? ¿A cuántas chicas más le hacen mierda el corazón?
Vaciló, completamente confundido.
—¿De qué hablas? ¿Apostar?
—No te hagas el desentendido, imbécil. Es obvio.
La chica se enjuagó las lágrimas con el dorso izquierdo, ojos y mejillas enrojecidas. La mirada destilaba desprecio, enojo y decepción.
El corazón de Dennis se estrujó y comenzó a faltarle el aire.
—Chels: yo no aposté nada. Nadie lo hizo. Es solo que…
—¿Te avergüenzas de mí? —Le clavó la mirada—. ¿Te hice quedar en ridículo frente a toda la promoción?
—No, C. Es solo que…
Chelsea sorbió por la nariz. Estrujaba los costados de su vestido al punto en que se soltaron algunas florecillas del encaje.
—Habla claro, Dennis. Dilo de una vez.
—Llegamos muy lejos, C. Eso es todo.
Su respuesta fue como un puñetazo. Chelsea se llevó una mano al pecho, hacia un collar que le regaló por su cumpleaños pasado; sostuvo el delicado dije de oro en forma de corazón.
—¿De qué hablas?
—De esto, de nosotros. — Dennis tragó saliva—. Nos dejamos llevar, Chels, y dimos una imagen que no es la correcta. Tú sabes de lo que hablo.
—No, Dennis, no lo sé. Solo sé una sola cosa. — Se enderezó, estoica y firme—. Te amo, Dennis. Eso es lo que sé, y que me trates así me destroza el alma.
«Oh, no. Chels, no me digas una cosa así.»
Un minuto de incómodo silencio se instauró entre ellos. A la distancia ocurrió la frenada de algún automóvil. Insectos del jardín llenaron la pausa con su inquietante canto.
—Chels, no lo hagas más complicado.
—Si, Dennis. Es la verdad. Yo al menos si puedo decirla en voz alta, y me importa poco lo que piense el resto. Te amo, ¿por qué tiene que ser algo malo?
Frotó su rostro, exasperado. Se había mudo, atontado en su sitio y la guardia por el suelo. ¿Cómo habían llegado a eso? ¿Por qué habían llegado a esa situación?
¿Cómo rechazar semejante tentación? ¿Cómo no confesarle que él también tenía sentimientos similares? ¿Cómo explicarle la delicada situación entre su familia y lo que sus amigos decían de ella?
Removió el cuello de su camisa. El aire era denso y opresivo, le costaba seguir respirando. Se mordió el labio inferior, presa de la ira contra sí mismo ante lo que dictaminaría:
—Chelsea, no puede ser. Lo nuestro no funcionará.
—No lo sabes. No tienes ni puta idea porque no lo intentas. —Sus manos temblaban, la voz era nasal y los ojos transparentes—. ¿Qué hay de malo de qué ocurra algo entre nosotros? ¿Por qué no podemos ir por más? Yo te amo, Dennis, y porque te amo estoy dispuesta a intentarlo.
El rubio quería echarse a llorar tanto por la embriaguez como por sus sentimientos. Exhaló, el nudo en la garganta lo dominaba y la presión del pecho lo asustaba.
A cada segundo se desmoronaba su fachada, ni siquiera las amenazas de su padre podía ayudarlo a mantenerse firme. ¿Había algo más doloroso que querer, pero no poder? ¿Anhelar, pero peligrar al mismo tiempo?
Se consoló pensando que era su deber, era menester ponerle fin a sus encuentros y su relación tan tumultuosa. Pasaría el resto de su vida odiándose por lo que iba a decir:
—No, C. Simplemente no se puede. Habíamos jurado nunca terminar así, ¿lo recuerdas?
Chelsea bajó la mirada, apenada al igual que avergonzada.
—Lamento haber roto la promesa, pero el corazón quiere lo que quiere.
Dennis se pasó una mano por el sedoso cabello, frustrado.
—Esto no es solo entre tú y yo, C. La gente y mi familia lo entiende. Las expectativas, la presión... —Tomó aire antes de continuar—. Simplemente lo nuestro no tiene futuro. No podemos funcionar juntos. Somos demasiado el uno para el otro, y tú te mereces a alguien mucho mejor que yo.
«Porque yo no puedo ayudarte o darte lo que te mereces. No soy lo suficientemente fuerte para ti.»
Chelsea temblaba como una hoja a la luz del farol. La tensión entre ellos se había roto finalmente, pudo ver en ojos como había roto su corazón.
El muchacho tragó sus lágrimas al igual que su orgullo, se mordía los labios mientras estrujaba los dedos. Estaba apenado y asqueado por la situación, se odiaba a sí mismo.
—Lo siento, Chels. No quería ni quiero darte falsas esperanzas, no soy lo que buscas. Tampoco puedo protegerte de lo que se viene en mi vida. Entiéndeme, por favor.
Ella se recostó suavemente contra la hoja de la puerta, rendida ante su congoja. Cerró momentáneamente los ojos e inspiró profundo.
—De acuerdo, Dennis. Lo comprendo alto y claro. —Su voz era un hilillo, tuvo que agudizar los oídos para oírla—. ¿Al menos seguimos como amigos? ¿O ya ni eso?
—¡Por supuesto! —la tranquilizó—. Eso jamás cambiará. Eres muy importante para mí, y nuestra amistad es lo último que quiero perder.
La castaña asintió, ida en su propio océano de pensamientos. No lo veía a los ojos, ni siquiera dirigía su rostro hacia él. Aquello le dolió tanto o más que mil puñaladas.
Chelsea suspiró exhausta. Derrotada y afligida, correspondió su mirada una vez más.
—Es una lástima, Dex. Yo te habría entregado todo mi mundo de ser posible. —Se enderezó y sostuvo el picaporte—. Hablaremos en otro momento. Ve con cuidado a casa, por favor. Bebimos mucho.
Una vez expresado el sentimiento, cerró con suavidad.
Dennis se quedó de pie por unos instantes, los oídos le zumbaban y el corazón le latía desbocado. El frío sudor caía por su espalda, le latían las sienes y quemaban las mejillas.
La calma nocturna contrarrestaba contra el huracán de su interior interior. El aire estaba teñido por los primeros trazos de primavera, dulces notas florales llegaban a su nariz. La sirena de una ambulancia se activó a la distancia.
Había sido lo justo y necesario, se repitió, todo con tal de preservarla… y preservarse. Cuantas más veces se lo dijera, más rápido se lo creería. O eso esperaba.
No obstante, sabía perfectamente bien que había quemado todos los puentes hacia su felicidad. Todo por los demás. Todo por la seguridad familiar y económica. Se sentía como un auténtico canalla.
Mordió sus labios al tiempo en que giraba sobre sus talones y lentamente emprendía la marcha hacia la camioneta.
En el interior se echó a llorar como un niño pequeño, y el viaje hasta su hogar fue una auténtica pesadilla. Repetía una y otra vez las palabras de su amiga, se mordía las uñas como un poseso hasta el punto de hacerse daño.
Al parar el motor se secó el rostro y enderezó el porte. En el espejo retrovisor vio a un impostor que acomodaba el cabello.
«Un auténtico mentiroso, a lo mejor tengo lugar en la política.» Suspiró, exhausto. Lo hecho, hecho estaba.
0 notes