#racionalidad instrumental
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bocadosdefilosofia · 24 days ago
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«El anarquismo no es un partido en el sentido tradicional del término, no es sólo un movimiento organizado que, en este segundo sentido de la palabra política puede ser definido como político, sino que es también una visión general de la vida, la búsqueda de un modo de vida. Y, como tal, siempre ha tenido un fundamento ético, que lo distinguió de las demás tendencias dentro del campo socialista (me refiero al anarquismo socialista, heredero del internacionalismo obrero antiautoritario del siglo pasado, y no del anarquismo individualista, de los secuaces de Stirner que, a mi modo de ver, son algo muy distinto). Dentro del socialismo, los integrantes de la veta llamada científica, que adoptaron las teorías de Marx, se han mofado durante mucho tiempo del “moralismo” de los anarquistas. La paradoja es que ellos mismos, en la medida en que militaban por el socialismo no llevados por deseos de dominio o intereses personales, sino por una exigencia de justicia, obedecían a un impulso ético. Pero no lo reconocían, al buscar para la lucha y la conquista de un mundo mejor los caminos del poder, ya se situaban en el terreno dominado por la máxima “el fin justifica los medios”, encuadrando su acción en el marco de las leyes, pretendidamente “científicas”, de la historia.»
Luce Fabbri: El carácter ético del anarquismo. La Neurosis o Las Barricadas Ed., pág. 4. Madrid, 2013.
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esenciayapariencia · 3 months ago
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La fuerza que oblitera la memoria.
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La maquinaria global del capital y la vida cotidiana.
El sonido de las grúas y los barcos, cargados de mercancías, resuena en el aire. Aquí, en este rincón del borde costero, la racionalidad instrumental se despliega ante mis ojos, como una maquinaria implacable que organiza el espacio, el tiempo, y a las personas según las demandas del capital global.
Al comenzar este ensayo, dudé en tomar este concepto: racionalidad instrumental. Me preguntaba si realmente lograría conectar esta noción abstracta con lo que veía en Valparaíso. Pero pronto comprendí que esta idea estaba más presente de lo que imaginaba. La racionalidad instrumental, como dirían Horkheimer y Adorno en su texto la "Dialéctica de la Ilustración" (1944), no es solo una forma de actuar en el mundo, sino un principio que gobierna nuestra existencia moderna, reduciendo todo —incluyendo a nosotros mismos— a medios para un fin. Critican la racionalidad instrumental, mencionando que la modernidad, al imponernos una l��gica instrumental, nos reduce los espacios y experiencias humanas a sus valores de cambio. Además de que este tipo de racionalidad prioriza la utilidad sobre el valor intrínseco de las cosas y de las personas, lo que lleva a una cosificación del mundo y de los sujetos, reduciéndolos a meros instrumentos.
Nos movemos en este puerto como partes de una maquinaria mayor, donde lo único que importa es la eficiencia, la optimización, el rendimiento.
Jacques Lacan y Sigmund Freud señalan que el ser humano no es completamente racional, sino que está profundamente influenciado por el inconsciente, el deseo y la pulsión.
Al entender que no todo es racional, podemos analizar cómo no todo se pliega a la maquinaria del capital. El deseo, la pulsión, lo irracional se cuelan en las caminatas de quienes bordean el puerto, en las miradas hacia el horizonte. Y en ese espacio, en ese breve momento, se revela algo más: la posibilidad de resistir. Resistir a la lógica instrumental, al imperio de la eficiencia, y recordar que la vida es más que una herramienta al servicio del capital.
El puerto, es un espacio cargado de significación. Un lugar donde se hace presente la lógica del capital y la eficiencia opera a gran escala. Esto debido al transporte de mercancía, la exportación de recursos, y la constante actividad productiva que se despliega en su entorno. Un espacio donde todo está subordinado a la lógica del mercado global.
Veo el borde costero de Valparaíso, como un símbolo del poder de la economía global, donde ciertas dinámicas de producción y consumo determinan la organización del espacio representando cómo la racionalidad instrumental se materializa en un entorno urbano. Sin embargo, el borde costero, además de ser un lugar de trabajo, es también un lugar donde las personas caminan, observan el mar, descansan o interactúan de maneras que no se ajustan a la lógica de la eficiencia productiva.
Existe una tensión bastante visible, debido a los sonidos de las grúas y los barcos resonando en las interacciones de las personas que paseaban a mi alrededor, haciéndome entender como este espacio esta compartido por fuerzas opuestas.
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travesiadedirreccionunica · 4 months ago
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Critica de la racionalidad instrumental.
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En esta imagen, se puede explorar cómo la crítica de la racionalidad instrumental se hace visible frente al puerto.
Al comenzar este ensayo, pensé mucho si tomar este concepto o no debido a mi deficiencia sobre este tema, me preguntaba a mí misma ¿Cómo lo relaciono con Valparaíso? ¿Cómo hago una relación entre este concepto y una fotografía? Pero luego me di cuenta de que estaba más presente de lo que personalmente creía. Al buscar una definición de la racionalidad instrumental podemos entender que es una forma en la que el individuo se comporta en el mundo de tal manera que consigue lo que más desea, dados los recursos tanto físicos como mentales disponibles. Dándole un sentido más técnico, podemos ver la racionalidad instrumental como la optimización del cumplimiento de las metas del individuo.
Aquí es donde comienzo a recordar y tomar en cuenta a ciertos autores como Max Horkheimer y Theodor Adorno, quienes critican la racionalidad instrumental, mencionando que la modernidad, al imponernos una lógica instrumental, nos reduce los espacios y experiencias humanas a sus valores de cambio.
En el texto dialéctica de la ilustración (1944), nos mencionas que la racionalidad instrumenta es un tipo de razonamiento que se centra en la eficiencia, el control y el uso de medios para alcanzar un fin, muchas veces sin cuestionar los fines en sí mismos. Además de que este tipo de racionalidad prioriza la utilidad sobre el valor intrínseco de las cosas y de las personas, lo que lleva a una cosificación del mundo y de los sujetos, reduciéndolos a meros instrumentos.
Incluso con este concepto recordé a Jacques Lacan y Sigmund Freud quienes plantea que el ser humano no es completamente racional, sino que está profundamente influenciado por el inconsciente, el deseo y la pulsión.
Por lo tanto, tome la decisión de fotografiar el puerto, ya que, es un espacio cargado de significación.
Un lugar donde se hace presente la lógica del capital y la eficiencia opera a gran escala. Esto debido al transporte de mercancía, la exportación de recursos, y la constante actividad productiva que se despliega en su entorno. Como mencione anteriormente, la racionalidad instrumental es la forma en que la modernidad ha estructurado la vida en función de la productividad, la eficiencia y el control. Por ende, podemos visualizar como en el puerto esto se hace presente en cada movimiento de grúas, barcos y contenedores que están diseñado para maximizar el rendimiento, minimizar costos, además de producir de manera rápida y eficaz.
El puerto es un espacio donde todo está subordinado a la lógica del mercado global. Los trabajadores portuarios, los sistemas de logística y la infraestructura misma están orientados a un fin económico.
Veo el borde costero de Valparaíso, como un símbolo del poder de la economía global, donde ciertas dinámicas de producción y consumo determinan la organización del espacio representando cómo la racionalidad instrumental se materializa en un entorno urbano. Sin embargo, el borde costero, además de ser un lugar de trabajo, es también un lugar donde las personas caminan, observan el mar, descansan o interactúan de maneras que no se ajustan a la lógica de la eficiencia productiva. Al tomar esta fotografía me di cuenta de una tensión bastante visible, debido a los sonidos de las grúas y los barcos resonando en las interacciones de las personas que paseaban a mi alrededor, haciéndome entender como este espacio esta compartido por fuerzas opuestas.
La maquinaria global del capital y la vida cotidiana.
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neidanrol · 4 months ago
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Rework de las facciones
Antes de adentrarnos en las categorías disponibles en el foro, es esencial definir algunos términos fundamentales:
I. Facción: Se denomina facción a un grupo de individuos unidos por ideas o intereses comunes dentro de una agrupación o colectividad. Así, por ejemplo, un bloque conservador dentro de un partido político se clasifica como una facción conservadora.
II. Ideología: Es el conjunto de ideas fundamentales que caracteriza el pensamiento de una persona, colectividad o época, y que define a un movimiento cultural, religioso, político, entre otros.
III. Territorio: En este contexto, "territorio" se refiere a una área geográfica o extensión de tierra bajo el control o dominio de un grupo, entidad o autoridad. Este concepto abarca tanto la administración como la influencia que dicho grupo ejerce sobre la región en cuestión. Por lo tanto, el término "territorio" no solo denota una ubicación específica, sino también la extensión del poder y la influencia en términos políticos, militares o sociales.
Con estas definiciones establecidas, los territorios se dividen en las siguientes facciones:
Heroínas, Neutrales y Villanas. Cada facción posee un territorio definido del cual no pueden salir sin la debida autorización.
Al igual que en la realidad, los territorios controlados por estas facciones aceptan exclusivamente determinadas ideologías. Para las heroínas, estas ideologías incluyen:
Tradicional: los tradicionales poseen un deber deontológico, un imperativo categórico, y una estricta moral por la que luchan. Su sentido del deber está profundamente enraizado en una ética que no permite concesiones, donde los valores inmutables y la justicia prevalecen por encima de cualquier circunstancia personal o emocional. Para ellos, la rectitud no es una opción, sino una obligación inquebrantable que guía todas sus acciones, aun cuando el camino esté plagado de dificultades y sacrificios.
Utilitario: héroes pragmáticos que miden el valor moral de sus acciones por sus resultados. Su lema podría ser "el fin justifica los medios", siempre y cuando el fin sea la maximización del bien común. No están atadas a reglas fijas ni imperativos categóricos, sino que sopesan cada situación con frialdad y racionalidad, evaluando qué acciones traerán el mayor beneficio o reducirán el mayor sufrimiento posible. Es decir, poseen una flexibilidad moral que a veces les hace ser cuestionados y no temen ensuciarse las manos si con ello logran salvar más vidas o asegurar un futuro mejor para la mayoría. En consecuencia, ellos, siempre, buscarán el bien aún cuando deban sacrificarse.
Cuidador: los cuidadores se basan en la empatía y la compasión, exhibiendo así dichas cualidades en sus esfuerzos por entender y cuidar a otros, incluso a aquellos que se consideran enemigos. Ellos priorizaría las relaciones y la responsabilidad hacia individuos específicos sobre la justicia abstracta, con lo cual, tienen dos objetivos como héroes, a saber, el deber universal y el cuidado profundo por su comunidad y seres queridos.
Por otro lado, las villanas se adhieren a las siguientes ideologías:
Utópico: el villano utópico se origina en la búsqueda de un ideal absoluto, como la creación de una sociedad perfecta o la implementación de una ideología. Aquí, los actos malvados se justifican en nombre de un bien mayor o un objetivo supuestamente noble pero retorcido y desfigurado. La maldad utópica suele ser particularmente peligrosa porque quienes la cometen creen que sus acciones son moralmente justificadas por el resultado final que buscan alcanzar, incluso si esto implica cometer atrocidades. Ejemplos históricos de maldad utópica se encuentran en regímenes totalitarios que han cometido genocidios o grandes crímenes en nombre de una ideología.
Instrumental: el villano instrumental, por otro lado, es aquel que comete un acto vil como un medio para alcanzar un fin. En este caso, el mal no es el objetivo principal, sino un instrumento para lograr algo que el perpetrador considera valioso o necesario. Por ejemplo, cometer un crimen para obtener poder, dinero, o control puede ser visto como maldad instrumental. Aunque sigue siendo maldad, la diferencia clave aquí es que el mal es un medio para un fin mayor, no el fin en sí mismo, y que, además, ese fin mayor es siempre un fin egoísta y que únicamente beneficia al perpretador.
Demoníaco: los demoníacos son aquellos cuya acción es realizada por puro deleite en la destrucción o el sufrimiento de otros. Es el mal que se comete sin una razón pragmática o utilidad, simplemente porque el acto de hacer el mal es un fin en sí mismo. Se trata, por lo tanto, de un villano cuyo mal es absoluto, donde el perpetrador actúa de manera puramente maliciosa, disfrutando del daño infligido a otros.
En cuanto a los Neutrales, en esta facción podemos encontrar de todo. Desde renegados, gente que antaño fue héroe o villano y que decidió abandonar, hasta indiferentes campesinos que solo quieren su propia tranquilidad. Ellos no desean inmiscuirse en los problemas entre buenos y malos, héroes y villanos, por eso, aunque haya infinidad de ideologías, todos se mueven bajo el estandarte de la libertad individual. Para los Neutrales, la paz no es un ideal compartido, sino una necesidad personal. No siguen leyes impuestas ni se alinean con grandes causas, pues cada uno define su propio camino y establece sus propias reglas. Por eso, la ambigüedad moral de los Neutrales los convierte en un enigma para aquellos que intentan clasificarlos. No son héroes ni villanos, y esa es precisamente su fortaleza. Son la sombra en la que nadie repara, el espectador en la guerra de otros, y a veces, el catalizador inesperado que puede inclinar la balanza hacia un lado o hacia otro, si así lo desean. Para ellos, el mundo no es blanco o negro, sino una vasta gama de grises en la que prefieren navegar sin ataduras. Se podría decir entonces, que es la facción más parecida a la vida cotidiana o real.
Estas son las categorías ideológicas vigentes en los territorios de las facciones. Ahora bien, ser afiliado de una ideología no implica que debas ser devoto a ella. Lo que queremos decir con esto es que, en los territorios de las facciones, uno debe estar etiquetado en algún tipo grupo pero que, en la intimidad del hogar, uno no debe estar obligado a seguir a raja tabla la ideología. Eso sí, si algún líder adivina que no eres lo que dices ser, pasarás a ser considerado un traidor y, en consecuencia, castigado por tus actos. Por ello, aclaramos que: cada ideología contará con un líder que, subordinado al líder de la facción, guiará a sus seguidores. La estructura jerárquica de los territorios comienza, por lo tanto, con el líder de facción, seguido por el líder ideológico y, por el momento, concluye con el ciudadano.
Los líderes ideológicos serán personajes canónicos, de modo que habrá un total de nueve (9) personajes canónicos disponibles, siendo así 1 lider por cara territorio, y luego 3 sub líderes más por cada ideología en las heroínas y las villanas.
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ghosted-media · 4 months ago
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Theia - Giant Impact
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Theia - Giant Impact
Nota: 95
Desde seu debut, o girlgroup RAVEN já sustenta a fama de ter um dos impactos mais coerentes e marcantes na nova geração do K-Pop, conseguindo equilibrar de forma maestral na maioria das vezes tudo que é levado em consideração quando se faz uma música de sucesso, com todo o conceito cuidadosamente desenvolvido que o grupo trás, tanto nas narrativas líricas como principalmente, no cenário da lore do grupo. Bebendo de vertentes eletrônicas e de rock, o “Giant Impact” é um perfeito exemplo de tudo que o grupo faz de melhor, num passo ousado e muito interessante, já que o lançamento não é pela formação completa do grupo, e sim, por THEIA, uma sub-unidade do grupo formada pelas integrantes Jisook e Moon Yoon.
Começando pelas bases, antes de chegar nas músicas, se formos falar apenas dos títulos de tudo relacionado ao álbum, já é notável que temos algo muito bom em nossas mãos: Teoricamente, “Theia” é o nome do planeta que atingiu a terra há bilhões de anos atrás, sendo responsável pela criação da lua (outro elemento com grande simbolismo dentro dos conceitos do RAVEN), e tal teoria se chama “Hipótese do grande impacto”, que foi justamente o que nomeou o álbum Giant Impact. É a conexão tão artesanalmente bem feita de cada um dos significados e elementos que deixam tudo ainda mais fascinante nos projetos do RAVEN, consolidando de mais o selo de qualidade que o grupo carrega.
Um das mínimas falhas desta era infelizmente se dá no visual do álbum: o logo desenvolvido pela sub-unidade é definitivamente muito bonito (mesmo que um pouco “moderno” para a fonte escolhida). O photoshoot principal, apesar de simples, consegue amarrar bem o conceito: Jisook e Moon Yoon em um cenário que lembra muito o brutalismo, movimento moderno arquitetônico que evoca a simplificação extrema da estética, associado a ideias de racionalidade e funcionalidade, onde o concreto “bruto” é usado como o principal elemento de composição. Essa estética em si já é um grande paralelo com o conceito visual inicial do RAVEN: o apocalipse, a destruição; então apesar de não vermos nada realmente destruído e arruinado, ainda sim o movimento brutalista consegue encapsular muito bem o sentimento vazio e quase tétrico onde o “Giant Impact” é desenvolvido. Apesar disso, as fontes tiram muito foco do que era para ser um ênfase no minimalismo, já que as tipografias são desproporcionalmente grandes em relação aos outros elementos da capa, e ocupam tanto espaço que faz tudo parecer bem “apertado”, imediatamente prejudicando todo o resto do conceito visual.
Ainda mais contrastante a isso é a “segunda estética” que vemos nas páginas do encarte, mais cósmica, com um céu noturno vermelho, e o próprio planeta Theia  sendo o maior destaque. Esta estética funciona excepcionalmente muito bem, conseguindo evocar o medo e o pesar enervante que um corpo celeste de proporções absurdas causa em comparação à visão de um ser humano no planeta Terra. Infelizmente, a contra capa sofre do mesmo problema da capa, sendo sobrecarregada com fontes bem grossas que não adicionam de maneira alguma ao conceito visual, e apenas quebram ainda mais a estética que poderia ser uma das melhores que o grupo já teve.
O Giant Impact é aberto pela introdução instrumental “Crimson Eclipse”. FENOMENAL. É complicado dar tanto crédito a uma música que é somente instrumental, mas essa sem dúvidas está entre as melhores introduções de toda a história da música; representando muito bem os aspectos visuais do álbum, “Crimson Eclipse” começa com um som oscilante pulsando no instrumental, enquanto um sintetizador distorcido aparece em intervalos, como se fosse algo macabro se aproximando cada vez mais (de forma lúdica, traçando um paralelo com o planeta se aproximando da Terra para colidir), aos poucos, mais sintetizadores começam a ecoar no fundo até chegarem ao primeiro plano, compondo as principais melodias da intro. Tudo isso culmina até estourar em um drop dançante do mesmo sintetizador distorcido de antes, agora em notas organizadas, já abrindo o projeto com os dois pés na porta, e definitivamente, um grande impacto.
Logo depois, é a vez da title track principal, a faixa “Giant Impact”. Estranhamente, é a faixa com a produção mais simples de todo projeto, de uma forma até positiva. Iniciando com os vocais em coro sob um riff agudo, os vocais parecem o que seria se um canto gregoriano fosse encarnado numa música eletrônica de 2010. Já começando com o refrão, esse também é composto por um drop eletrônico distorcido com bastante espaço vazio no fundo, deixando praticamente apenas o sintetizador gritante guiar a música. O resto dos versos tem uma cadência de rap (sendo mais uma das propostas da unit, mostrar a versatilidade de Jisook e Moon Yoon no rap), com algumas notas de xilofone dispostas em cima da percussão, quase parecendo um beat de trap. Em “Giant Impact” a letra não é um dos maiores destaques, já que se detém muito a uma simplicidade ameaçadora e sutil, em alguns momentos falando do evento catastrófico do impacto gigante, e em outros momentos parecendo uma diss track.
Esta última ressalva definitivamente prejudica um pouco a title-track, mas um detalhe importante a se mencionar é como tudo sempre acaba fechando na estética brutalista que mencionamos, sendo do calmo ao agressivo, ou do ameaçador ao vazio.
“Nemesis” oficialmente é a sugestão principal da Ghosted International Media Group para a categoria de Melhor B-Side no Mnet Asian Music Awards deste ano. A faixa se abre com uma guitarra afogada em sintetizadores, e vocais numa melodia extremamente emocional, que imediatamente começam a descender aos versos de rap agressivos e ameaçadores. A maneira que Theia constrói a dinâmica entre suave, misterioso, dançante com agressivo, potente e avassalador definitivamente é um gosto requintado que, até o momento, RAVEN é o único grupo da indústria capaz de entregar. A letra da faixa pinta um cenário onde esta dinâmica é ainda mais enfatizada, onde elas lamentam estarem num cenário de inimizade, mas ainda sim, afirmando que se precisarem ir a guerra, não irão se segurar de forma alguma. Na primeira volta do refrão, é quando finalmente é revelado o drop intenso da música, bem eletrônico e impactante, se iniciando com um vocal distorcido até explodir nos sintetizadores gritantes. Infelizmente, esta é a última faixa do Theia onde as integrantes cantam juntas, e as duas próximas faixas são os solos de cada uma.
O primeiro solo do álbum, e também o primeiro single lançado da unit, é “Moonlight”, solo da integrante Moon Yoon, dançarina principal do grupo. Essa música pega tudo que eu mencionei sobre construção de uma música “ameaçadora” e potencializa em mil vezes. “Moonlight” mistura sons eletrônicos com o elemento de rock que tanto vemos o RAVEN trazer em suas músicas. Se reconhecendo como um perigo eminente, Moon Yoon fala na letra sobre traçar sua ambição para conquistar os objetivos; o que fica um tanto ambíguo na música, disfarçado dentre as nuances de algumas frases motivacionais levemente clichês.
A última faixa com letra do disco é “One Last Time”, o segundo single lançado da unit, solo de Jisook, a vocalista principal do RAVEN. Diretamente contrastante com a agressividade do solo anterior, “One Last Time” captura a emoção vibrante dos vocais de Jisook em um EDM um tanto datado, mas extremamente bem executado. A questão da faixa ter elementos dos eletrônicos “datados” aparece em mais de uma faixa do projeto, sendo um detalhe consistente, e deixando de ser um demérito acidental para se tornar parte da identidade sonora que o Theia criou.
Definitivamente, trazendo a melhor letra do projeto, “One Last Time” fala sobre o pesar de perder as forças para insistir numa batalha perdida, e juntar seus pedaços para seguir em diante, o que combina muito com o EDM melódico que acompanha a voz da vocalista principal em toda a faixa, até culminar no drop do refrão. 
Como pontuado, grande parte do mini-álbum “Giant Impact” trabalha em cima da dinâmica de uma força e uma delicadeza, sendo representadas de inúmeras formas diferentes no álbum, e os solos são mais um exemplo disso, onde “Moonlight” traz a agressividade e a destruição com elementos de rock, e “One Last Time” traz a emoção e a resiliência com elementos eletrônicos. É definitivamente um trabalho incrível de engenharia musical que merecia muito mais atenção do que lhe foi dado.
O álbum termina com três instrumentais, um de cada um dos três singles que o álbum teve. Apesar de ser uma técnica recorrente do RAVEN, disfarçando os álbuns para os deixarem maiores, e fazendo “render mais”, o “Giant Impact” tem 5 faixas escritas, que já é de muito bom gosto para o projeto de primeira unit do grupo.
Na noite do dia 12 de Agosto de 2028, a equipe da Ghosted International Media Group foi até o Stull Cemetery no Kansas, abandonado há mais de 60 anos, para realizar a crítica do Giant Impact do Theia. A equipe já mantém a tradição de sempre ouvir os álbuns do RAVEN em cemitérios, e este não foi diferente. Dado a geografia do local, foi um desafio encontrar um lugar apropriado para realizarmos a crítica do álbum, até chegarmos na capela central do cemitério, que já estava bem corroída pelas intempéries. O caminho dos portões do cemitério até a capela foi a pior parte, onde diversas vezes ouvíamos vozes distorcidas gritando pelas florestas que rodeiam o cemitério, e também diversas vezes o equipamento da equipe apresentou falhas eletrônicas.
Porém, uma vez que conseguimos instalar todo o equipamento, as atividades diminuíram significativamente. O ambiente foi iluminado pela projeção da capa na parede da capela, vazando pelos tijolos que faltavam na parede, enquanto o play foi dado na primeira faixa. Durante toda a execução do álbum, todos nossos equipamentos começaram a apitar na direção das paredes da capela: sensores EMF, Spirit Box, Microfones Direcionais, como se uma legião de entidades estivesse se acumulando do lado de fora do local. Foi definitivamente preocupante, mas nada ruim aconteceu com a nossa equipe; pelo contrário, lentamente, o ambiente começou a ficar mais quente, registrando uma média de 30 graus, mesmo sendo uma capela de pedra, numa noite de outono.
A temperatura foi gradualmente baixando enquanto a equipe discutia sobre o álbum durante os três instrumentais do final, até se normalizar novamente. O caminho de volta até a van da equipe foi surpreendentemente calmo; apesar de várias pessoas da equipe terem a impressão de verem vultos perto das árvores, o clima estava bem mais sereno em comparação ao terror que foi sentido inicialmente.
“Giant Impact” de Theia é um exemplo muito grande de como projetos incríveis de K-Pop podem experimentar com diversos gêneros musicais e construir uma estética sólida e única, e mesmo que não tenha tido nenhum grande impacto em qualquer parada musical, definitivamente recebe o selo de aclamação fantasmagórica da Ghosted International Media Group.
- Crítica por Bane Lee
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yo-sostenible · 5 months ago
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El libro está disponible gratuitamente (en español) como archivo PDF • Pluriversum es una serie de contribuciones del libro del mismo nombre, dedicado a todos aquellos que luchan por el pluriverso resistiendo a la injusticia y buscando formas de vivir en armonía con la naturaleza. El mundo que queremos es un mundo en el que coexistan muchos mundos. Por Maristella Svampa* Enfoques críticos de la visión hegemónica del desarrollo ha habido en América Latina desde el comienzo de la discusión sobre Los Límites del Crecimiento (1972), pasando por los debates sobre el Desarrollo Sustentable, hasta la actual crítica a la expansión de la frontera de mercancías. En esa línea quisiera destacar tres momentos clave del pensamiento latinoamericano: el primero, centrado en la crítica a la sociedad de consumo (década de 1970-80); el segundo, en la crítica posdesarrollista (década de 1990-2000); por último, en la crítica al extractivismo (principios de la década de 2000-actualidad). La primera etapa aparece ilustrada por el brasileño Celso Furtado, quien ya alejado del cepalismo clásico respondió al Informe Meadows afirmando que una de las conclusiones indirectas del informe era que el estilo de vida promovido por el capitalismo debía ser preservado para una minoría (los países industrializados y, dentro de los subdesarrollados, las minorías dominantes), pues todo intento de generalizarlo provocaría un colapso del sistema. En la misma línea se destaca el grupo interdisciplinario de la Fundación Bariloche (Argentina), coordinado por Amílcar Herrera, que sostuvo que detrás del Informe Meadows había una lógica neomalthusiana, propia del discurso hegemónico. En 1975 dicho grupo elaboró un modelo alternativo (¿Catástrofe o Nueva Sociedad? Modelo Mundial Latinoamericano), que afirmaba que el uso devastador de los recursos naturales y el deterioro del medio ambiente no estaba ligado al aumento de la población, sino al alto consumo de los países más ricos, lo cual imponía una división entre países desarrollados y subdesarrollados. Los sectores privilegiados del planeta debían, por ende, reducir su consumo excesivo, disminuir su tasa de crecimiento para reducir la presión sobre los recursos naturales y el medio ambiente. Aunque estas críticas no escapaban a productivismo dominante (la importancia del crecimiento económico como un valor en sí mismo, sin límites), tuvieron la virtud de colocar un primer cuestionamiento a la episteme dominante. Asimismo, hacia los años ochenta otros conceptos enfatizaron la crítica al consumo (entre ellos, la noción de «desarrollo a escala humana y la teoría de las necesidades del economista chileno Manfred Max-Neef), pero, como señala Arturo Escobar, la crítica cultural más aguda a la sociedad posindustrial, caracterizada por la racionalidad instrumental y el materialismo craso (que en Europa realizaba Marcuse), provino de Ivan Illich, el creador de la noción de convivialidad, que tendría una gran influencia en la región. Así, en esta primera etapa, la crítica al desarrollo pasaba por repensar centralmente el consumo y los patrones culturales, en función del interés social y de la creación de sociedades más igualitarias, asentadas en estilos de vida más austeros y en un sistema productivo de mayor longevidad. El segundo momento está asociado a la perspectiva posdesarrollista que analiza el desarrollo como discurso de poder. Ahí se destacan aportaciones de Gustavo Esteva, en el Diccionario del Desarrollo, coordinado por W. Sachs (1992), quien realizaba una crítica radical subrayando la matriz colonial de la idea de desarrollo; esto es, la invención por parte de Estados Unidos y las demás potencias occidentales, al finalizar la Segunda Guerra Mundial (1949), del desarrollo y de su contracara, el subdesarrollo. En esa línea, la otra gran aportación es la crítica posdesarrollista de Arturo Escobar, quien desmontaría el concepto moderno de desarrollo, mostrando los mecanismos principales de dominación (la división entr...
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jcdecisneros-blog · 8 months ago
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Entre la Expresión y la Función Análisis del proceso de extrañamiento de la realidad y el valor educativo de la práctica teatral. Estudio de caso (De Cisneros, JC; 2013) En el ámbito del teatro, la actuación no solo sirve como un medio para dar vida a un guion, sino que también actúa como un vehículo para una profunda expresión simbólica. Esta dualidad presenta un desafío único y fascinante: ¿debería la actuación teatral priorizar la fidelidad a la obra literaria que representa o debería enfocarse en la actuación en sí misma como una forma de arte autónoma? Esta pregunta recuerda el dilema planteado por la teoría crítica de la Escuela de Frankfurt, particularmente en la obra “Dialéctica de la Ilustración” de Horkheimer y Adorno, donde se debate la razón en relación con los fines frente a la razón en relación con los medios1 17. La Influencia de la Teoría Crítica en la Actuación Teatral La teoría crítica de la Escuela de Frankfurt ofrece una lente a través de la cual podemos examinar la actuación teatral. Según Horkheimer y Adorno, la sociedad moderna ha sido moldeada por una forma de racionalidad que prioriza los medios sobre los fines; es decir, el cómo se hacen las cosas se ha vuelto más importante que por qué se hacen117. En el contexto teatral, esto se traduce en una tensión entre el propósito de la obra (el “para qué”) y la ejecución de la actuación (el “cómo”). Weber y la Racionalidad Instrumental Max Weber, en su análisis del espíritu del capitalismo, identifica cómo la ética protestante vincula la predestinación con la lógica del éxito económico, sugiriendo que los fines pueden justificarse por los medios utilizados para alcanzarlos13. Esta idea de racionalidad instrumental se puede aplicar al teatro, donde la ejecución de una obra puede llegar a ser más significativa que el mensaje o la intención original del escritor. En otras palabras, la forma en que se presenta una obra puede tener más impacto o ser más valorada que el contenido que intenta comunicar. La Disociación en el Teatro: Obra vs. Actuación La disociación entre el “para qué” y el “cómo” en el teatro puede verse como una fractura dialéctica donde el significado de la obra (el órgano) es subsumido por la función de la actuación (la función). Esto plantea preguntas críticas sobre la autenticidad y la integridad artística. ¿Es la actuación teatral simplemente un medio para un fin, o es un fin en sí mismo? ¿Debería la actuación servir fielmente al texto, o debería explorar nuevas interpretaciones y posibilidades expresivas que trasciendan el guion original? Implicaciones de la Racionalidad Instrumental en la Actuación La aplicación de la racionalidad instrumental en la actuación teatral sugiere que el proceso y la técnica de la actuación pueden llegar a dominar la intención artística detrás de la obra. Esto puede llevar a actuaciones que son técnicamente impresionantes pero que tal vez no capturen la profundidad emocional o el mensaje subyacente de la obra. La industria del teatro, al igual que muchas otras formas de producción cultural, no está exenta de las presiones del mercado, donde la demanda de eficiencia y efecto puede sobrepasar la necesidad de expresión auténtica. Conclusión: ¿Qué Debería Prevalecer? La dicotomía entre la obra y la actuación en el teatro refleja un dilema más amplio en la cultura contemporánea,
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cristiancarlos · 8 months ago
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La promiscuidad egoísta le rompió el corazón al perro maldito
PARTE 1
Su situación debía cambiar.
La desesperación de no haber sentido su carne dentro de alguien desde hace bastantes meses –sino es que años– lo llevó a tomar decisiones igual de inteligentes que las que había tomado constantemente desde hacía casi una década. Esta historia, por tanto, no debe apreciarse como novedad. De saberse inteligente al menos una milésima de lo que él se cree que es, le habría evitado colocarse en esta posición desesperadamente descerebrada, descerebradamente desesperada.
Salvado únicamente por la semántica, prefirió contar que se trataban de meses quizá porque, para el oído de los demás, habría sido extremadamente vergonzoso para alguien como él contarlo en años. Ahora, imagínense haberlo obligado a contarnos cualquier fragmento de esta historia que –según él– nadie conoce –o que nadie debería (debiera) conocer–.
La intuición me conecta con los hechos, no con suposiciones.
Sus entrañas hirvieron de más el jueves, 22 de diciembre. E hirvieron en tal magnitud que su desesperación –esa que tanto había cuidado incluso con el lamentable argumento de «cuidar su semilla»– dejó rastros –como en todo lo que hace– entre desconocidos y anónimos a quienes, con un coraje improvisado por la desesperación –coraje descuidado más tonto que intempestivo–, preguntó, con absurdo e ingenuo anonimato, dos veces por el costo de admisión a ese universo hasta entonces velado, dejando entrever si la cuota de USD$25 a USD$30 cubría únicamente su entrada o, con suerte, la de alguien más. A saber si los desconocidos, tan desesperados como él, le proveerían respuesta. Desde la última vez que me permití revisar, ahí quedó la interrogante sin contestar.
En cualquier otra ocasión, en cualquier oportunidad, siendo cualquier otro el contexto y siendo cualquier otra la persona, cabría sensata la pregunta: «¿Desde cuándo le importaba pagar una cuota así?». Sólo repasar esa pregunta me hunde en la profundidad abismal de la ironía.
Desde fuera, se le cuestionaría toda falta de racionalidad instrumental. Así que, para él, el paso siguiente era el más lógico: (…)
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patoanacoreta · 9 months ago
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IDENTIDAD Y FUTURO DE LA CIVILIZACIÓN OCCIDENTAL
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Dr. Hamid Parsania
El secularismo, con su abandono y negación de lo sagrado, es la noción más importante para referirse a la identidad de la nueva cultura y civilización de Occidente. Si bien en tiempos pasados el fenómeno de la secularización estuvo siempre presente, fue el enfoque espiritual y sagrado de la realidad el dominante y ascendente, tanto en la cultura general de la sociedad como en los centros de educación y enseñanza superior.
Es por ello que en aquellos tiempos las tendencias y corrientes seculares trataban de permanecer ocultas tras la cobertura de lo que parecían ser interpretaciones sagradas y espirituales de la realidad. Sin embargo, con el paso del tiempo, la secularización prosiguió su marcha y, en última instancia, la mera acumulación de tendencias secularistas permitió que el Occidente moderno adoptara un comportamiento teórico y filosófico en forma de ideología dominante, el secularismo, que tenía el mandato de desmitificar el mundo e introdujo nuevas formas de pensamiento en el tejido de la existencia humana.
En el mundo moderno, el intelecto, que antes, como locus del Espíritu Santo y de la efusión divina, iluminaba el sentido mismo del mundo y del hombre, quedó reducido inicialmente al ámbito del conocimiento discursivo y conceptual, después a construcciones mentales subjetivas y, por último, a fenómenos culturales e históricos intersubjetivos. El empirismo y el materialismo, que es una especie de "realismo" mundano, se convirtieron en las corrientes intelectuales dominantes de este valiente nuevo mundo.
Fueron filósofos como Descartes, Bacon, Hume, Kant, Nietzsche, Foucault y teóricos como Hegel, Feuerbach y Marx los que modelaron y dieron forma a este mundo. El resultado de estos desarrollos fue el predominio de la racionalidad instrumental. Aunque este tipo de racionalidad pasó a llamarse ciencia, literalmente "conocimiento", su directriz primordial tanto en las ciencias naturales como en las humanidades no es otra que la explotación de la naturaleza y la dominación de los seres humanos.
Es cierto que algunos, como Max Weber, han hecho mención de otro tipo de "racionalidad", centrada en valores, ideales y verdades sagradas y trascendentales. Weber, en particular, creía que este tipo de racionalidad existía en otras culturas y civilizaciones, pero admitió sin reparos que no hay rastro de ella en la sociedad occidental contemporánea.
La civilización occidental, en consonancia con su enfoque secular y mundano de la realidad y con los fundamentos epistémicos de su identidad, ha creado instituciones académicas, científicas, económicas y políticas que se han introducido en distintas regiones del mundo de forma que, o bien marginan a las culturas y civilizaciones allí existentes, o bien las subsumen bajo su visión global del mundo.
En la actualidad, Occidente no es una cultura específica de una región geográfica, sino una cultura dominante y global; cualquier dicotomía o pluralidad política y socioeconómica global existente -como las divisiones en los bloques políticos de Oriente y Occidente que tuvieron lugar durante el siglo XX, o la agrupación socioeconómica de las naciones en el Norte Global y el Sur Global- son todas divisiones que se producen dentro del propio contexto de esta cultura y civilización global única que todo lo impregna, según sus necesidades y contradicciones internas. Por esta razón, los problemas de esta civilización y sus daños son problemas y daños globales; y buscar soluciones a estos problemas, o resolverlos, equivale a abordar e intentar resolver el predicamento humano contemporáneo.
Podría decirse que el rasgo más significativo de la civilización occidental contemporánea se deriva de la constatación de que, mientras sus dimensiones civilizacionales, junto con sus correspondientes necesidades y requisitos, se han expandido globalmente hasta niveles históricamente inauditos, se ha vuelto más vulnerable en sus dimensiones epistémica y espiritual. Así, mientras la civilización occidental siente más que nunca la necesidad de sentido, carece del discurso y los métodos que podrían hacer posible su adquisición; porque mientras se beneficia de una racionalidad instrumental como nunca antes, es incapaz de discernir valores y cualidades que puedan explicar el sentido y el propósito de la vida. En un ethos así, según Max Weber, no hay más alternativa que "seguir a tu demonio".
La civilización occidental ha fijado su identidad en torno al eje de una existencia terrenal y de este mundo. Cuando se trata de la presencia de lo sagrado en la topografía mayor de la existencia y de su relación con ella, si no niega rotundamente su existencia, en el mejor de los casos finge una actitud de ignorancia hacia ello.
Lo sagrado no es algo que pueda situarse dentro de la amplitud y anchura del reino terrenal y de una vida mundana de este mundo. Lo sagrado, por principio, pertenece a la existencia no limitada, ya que, en primer lugar, la unicidad es esencial para su realidad, es decir, no puede ser más que uno; en segundo lugar, se sabe que las existencias múltiples y limitadas no son más que sus signos, manifestaciones y efusiones. En otras palabras, la presencia o ausencia de lo sagrado influye en cualquier interpretación y designación de la identidad y realidad de los múltiples niveles del ser y sus correspondientes mundos. Por esta razón, la ignorancia de lo sagrado y trascendental conduce a la ignorancia del significado y la realidad de las muchas y múltiples realidades que están presentes en la vida de este mundo.
El descuido de lo sagrado por parte de la cultura occidental y la ausencia de lo sagrado de la materia de cognición y conocimiento en esta civilización no equivale a otra cosa que al descuido de la realidad y a una alienación de la verdad, algo que es la marca de esta civilización y de las instituciones que la componen. Que la intensidad de esta alienación y negligencia se debe a la falta de verdadera intelectualidad es algo que hoy más pensadores que nunca están dispuestos a admitir.
La salida de este atolladero consiste en superar las dificultades que los pensadores y filósofos de esta cultura moderna han ido creando gradualmente a lo largo de los últimos siglos. La interacción creativa y activa con el patrimonio espiritual y sagrado de la humanidad puede ayudar al hombre contemporáneo y a la civilización y cultura humanas actuales a superar estas dificultades.
El Imam Jomeini, en su carta a Mijaíl Gorbachov, señaló una parte del patrimonio intelectual de la cultura islámica mediante la cual puede tener lugar esta interacción. Hablaba de las potencialidades de la filosofía avicena y de su capacidad para superar las limitaciones del positivismo, y de las innovaciones de la filosofía iluminacionista de Suhrawardī, que podían hacer frente al enfoque moderno que reduce la intelección humana al ámbito del conocimiento conceptual y sienta las bases para subjetivizarla o eliminar sus dimensiones trascendentales y sagradas.
En esa carta histórica, el Imam pedía que la élite intelectual de la sociedad rusa viajara al extranjero con el propósito de interactuar creativa y activamente con el patrimonio místico del mundo islámico, para que fueran capaces de ver la multiplicidad terrestre del mundo moderno a la luz de la unicidad divina del reino sagrado, como no es otra cosa que el mensaje perenne de todas las religiones monoteístas.
Traducción por el Dr. Refoyo.
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jgmail · 11 months ago
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Entrevista a Guillaume Travers sobre Werner Sombart: ¿sigue siendo un pensador actual?
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Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
Werner Sombart vuelve a ser actual en Francia gracias a las publicaciones y traducciones que usted ha hecho. ¿A qué se debe este renovado interés por su obra, hasta ahora tan olvidada?
Hace exactamente un siglo Sombart era considerado como uno de los pensadores más destacados de Europa. Fue él quien popularizó el término “capitalismo” en el mundo académico a partir de 1902 y escribió varias obras explicando los orígenes y el auge de este sistema. En las primeras décadas del siglo XX también se le consideraba como uno de los padres fundadores de la sociología, junto con Max Weber. Desgraciadamente, su obra ha caído en el olvido, entre otras cosas por las acusaciones infundadas de que colaboró con el Tercer Reich. Sin embargo, es una obra que proporciona claves muy importantes para entender el mundo contemporáneo; personalmente, me ha dado mucho de que pensar sobre el capitalismo, la burguesía, el socialismo y los valores heroicos. Como se trata de una obra bastante complicada, a veces puede resultar difícil de abordar. En mí ensayo sobre “¿Quién soy yo?” he querido dar las claves fundamentales para la lectura de su obra.
¿Cuál era la relación de Sombart con Marx?
Sombart fue un ávido lector de Marx desde que el capitalismo era uno de sus principales problemas de estudio. En numerosas ocasiones él mismo se declaró como un discípulo y admirador de Marx, el cual murió en 1883 cuando Sombart tenía 20 años. No obstante, también criticó muchas de sus ideas, especialmente su materialismo: Marx creía que el capitalismo era ante todo un fenómeno cuya naturaleza era material y se expresaba en relaciones entre las clases sociales, los propietarios del capital y los trabajadores, el desarrollo técnico, etc., mientras que Sombart consideraba que el capitalismo era ante todo un fenómeno espiritual (Geist), ya que nos convertimos en capitalistas desde el momento en que nuestros valores cambian y comenzamos a ver el mundo exterior desde una perspectiva utilitarista y pensamos únicamente en como obtener beneficios de él. Este cambio de perspectiva tiene implicaciones muy importantes pues para Sombart no basta con “hacer la revolución” en el plano material, sino que es preciso cambiar nuestra mentalidad y ¡empezar a ver el mundo a través de otros valores! Además, diría que Sombart es un crítico del internacionalismo defendido por Marx, ya que cada pueblo tiene su “espíritu” propio que debe ser respetado por el socialismo. Es por eso que fue un defensor de un “socialismo alemán” y no de un socialismo internacionalista.
A Sombart le fascinaban los momentos de transformación y el cambio de las sociedades. ¿Qué ruptura con el pasado dio nacimiento al capitalismo?
Esta pregunta es a la vez una de las más ricas de la obra de Sombart y quizás la más decepcionante de estudiar para cualquier neófito. ¿Por qué? Porque Sombart nunca sucumbe a la tentación de realizar un análisis unidimensional de este fenómeno. Jamás se encontrará en sus libros “la” causa del capitalismo ni su “fecha de nacimiento”. En lugar de eso nos ofrece una serie de hipótesis fascinantes. Sombart nos dice que se dio un cambio importante en la década de 1750 con el hecho de que se empezará a usar carbón en la industria, pero sus análisis se remontan mucho más atrás en el tiempo. Como hemos dicho, el capitalismo es ante todo un “espíritu” que predispone a ver el mundo únicamente a través del prisma del materialismo, el beneficio, el cálculo y la racionalidad instrumental. Todo lo que impulsa a las personas hacia este espíritu del capitalismo es, por lo tanto, una de sus “causas”. Entre los ejemplos que cita Sombart figuran el desarraigo provocado por las migraciones, el judaísmo, el triunfo del pensamiento abstracto (en particular, la contabilidad por partida doble), el auge de los Estados centralizados y la guerra, el lujo, los grandes descubrimientos, etc.
Las reflexiones de Sombart sobre el lujo y la transformación de las relaciones amorosas son fascinantes. ¿Cómo se convirtieron estas nuevas pasiones en una palanca que nos hizo pasar de sociedades orgánicas tradicionales hacia sociedades capitalistas?
Sombart constata que a partir del siglo XII se produce una transformación progresiva de las relaciones amorosas y, más ampliamente, de las relaciones entre hombres y mujeres. El proceso duró varios siglos – podríamos decir que se prolongó hasta nuestros días –, pero hubo ciertas constantes: las mujeres adquirieron cada vez más importancia y las relaciones entre hombres y mujeres se volvieron más sensuales, lo que significó que las mujeres eran cada vez más valoradas por los placeres que proporcionaban. Y así, después de varios siglos, empezó a surgir lo que podríamos llamar una “economía del placer femenino” donde una proporción cada vez mayor de los recursos obtenidos se desviaba hacia la satisfacción de estos placeres. Este cambio se produjo en primer lugar en las cortes principescas y papales, donde el mantenimiento de varias amantes era algo habitual, y donde el gasto en cada una de ellas alcanzó proporciones considerables. Este proceso condujo al desarrollo de un nuevo tipo de lujo, ya que el lujo tradicional era de carácter público y colectivo (por ejemplo, la organización de torneos o banquetes), mientras que el lujo moderno era más bien privado y se centraba en el placer. Con el tiempo, este lujo erosionó profundamente las jerarquías sociales tradicionales. Por ejemplo, si un burgués recién enriquecido disponía de más medios para mantener una “corte” que un viejo aristócrata, ¿cuál de los dos tomaría tarde o temprano el relevo del otro? En una palabra, podemos decir que, a través de las mujeres, el lujo ha terminado por demoler las viejas jerarquías sociales y, con el triunfo del lujo, el utilitarismo y el materialismo vulgar lo corroyeron todo.
¿Cómo definiría el “socialismo alemán” que Sombart defendió en la década de 1930?
Para Sombart toda alternativa al capitalismo sólo puede ser viable si respeta el espíritu del pueblo. El “socialismo alemán” era, por lo tanto, un socialismo conforme al espíritu alemán. En primer lugar, es una auténtica “tercera vía” entre el capitalismo y el socialismo marxista. A los ojos de Sombart el socialismo de Marx era profundamente materialista. El socialismo alemán del que hablaba Sombart era, en cambio, de carácter “espiritual”: él afirmaba que existían valores “heroicos” mucho más importantes que los valores materiales. Sombart fue mucho más preciso en ese sentido, pues su socialismo era específicamente alemán y tuvo que preguntarse qué era exactamente el espíritu alemán. Él intentó esbozar muchos de estos rasgos alemanes de la siguiente manera: un país profundamente marcado por su relación con la tierra, por las estructuras comunitarias, por una ética del honor, etc. El socialismo debía ajustarse a estos rasgos mediante la exaltación de valores “prusianos”.
Sombart sostiene que el capitalismo estaba llegando a su fin en la década de 1920. ¿Cuáles son los puntos débiles de este sistema que pueden impedirle renovarse ad infinitum?
Cuando estalló la crisis de 1929, muchos creyeron asistir a la crisis final del capitalismo. Sombart era un poco más circunspecto, aunque esperaba que esto se convirtiera en una oportunidad para cambiar el sistema. Una de las predicciones que hizo en su momento me parece muy clarividente: dijo que el capitalismo de su tiempo ya no tenía nada del espíritu original del capitalismo. El espíritu capitalista original era emprendedor, aventurero, movido por el gusto por el riesgo. En cambio, las grandes empresas de su época eran monstruos muy cautelosos, una especie de burocracias privadas. Esto me parece bastante clarividente, pues todavía vivimos en esa realidad: la mayoría de las personas que se incorporan a las grandes empresas no lo hacen para ser emprendedores, sino para “gestionar” lo que ya existe y disfrutar de las pocas rentas que esto conlleva. Por desgracia, esta evolución no basta para acabar con el capitalismo. Sombart también contemplaba la posibilidad de que las crisis ecológicas, en este caso el agotamiento de los recursos de carbón, acabaran con el capitalismo. En aquella época no tenía mucha fe en ello y le despertaba mucho entusiasmo los experimentos que en ese entonces se hacían con las energías renovables, entre ellas la solar. Eso fue hace un siglo y la cuota de la energía solar en nuestro consumo energético apenas ha aumentado desde entonces. En este punto, es posible que Sombart se equivocara y que precisamente este problema cause el fin del capitalismo.
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vh4zt · 1 year ago
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Lanzamiento libro ¿Pasó de moda la locura?: Apuntes sobre el actual trance necrófilo, publicado en Editorial Adynata.
Viernes 3 de Noviembre en librería Alma Negra en Providencia.
Valor del libro (preventa): $10.000 CLP (Las compras internacionales serán desde Buscalibre a fin de mes).
Tengo un poco abandonado Tumblr, pero acá fue donde subí las primeras versiones (mucho más breves y menos reflexionadas) de lo que iba a ser mi libro (escrito junto a Amapola Fuentes). Así que aprovecho de promocionar el lanzamiento.
Prologo. Catalepsia.
Somos espectadores pasivos del espectáculo más grande de nuestra época: el de nuestra propia desintegración pasiva. Los eslóganes de salvar al planeta, de avances biotecnológicos, de automatización a gran escala y masificación de la crisis climática son parte vital de las narrativas que nos bombardean día a día, y que nos impiden dormir sin pastillas por las noches. Ansiedad, depresión, burnouts, fatigas psíquicas por compasión, el deseo de luchar contra una historia de la humanidad prometeica, y a la vez la necesidad transhistórica de llevar la racionalidad instrumental hasta sus últimas consecuencias. En una era de irremediables y, a veces, insoportables contradicciones, la principal preocupación de las instituciones que sostienen al Capital mundial (en el sistema político tradicional Estado-nación, en el trabajo y el mercado) es poder mantener una fachada vulgar de estabilidad, un intento absurdo de limpiar una casa que se está cayendo a pedazos debajo del polvo.
Ese movimiento necrótico que convierte a la muerte en lo sagrado y oculto bajo el manto fantasmagórico del Capital es lo que define la identidad de una época llena de desencanto, descontento, depresión e ideaciones suicidas. Dentro de este contexto que nos desola —o que acecha constantemente con llevarnos más allá de los límites de lo que conocemos y podemos soportar—, se nos hace interesante y urgente el quehacer de pensar en esta misma desolación, en vez de solamente asumirla como parte de una realidad ineludible. No la tomamos como un reformista y cómodo “es lo que hay”. Hundirse en ella para decodificar qué aspectos bio/técnico/necropolíticos están operando a nivel psíquico, qué cargas mnémicas e históricas son las que estamos arrastrando y, por qué no, pensar en dinámicas de biorresistencia, ya sea inmunitarias, como comunitarias —siendo esta última opción la que, como comunistas radicales, consideramos la única salida a esta crisis, no sólo como especie, sino como agentes geofísicos.
Frente a esto ¿Cuál sería nuestra labor? Lejos de continuar la búsqueda de burdas respuestas temporales —para ello ya está toda la blanda “crítica social” que simula una conciencia torpemente reflexiva—, nuestra acción puede resumirse a un gesto desafiante contra el orden existente, un desafío a la altura de los tiempos que propone desfetichizar un cadáver que se iconográfica y se confunde por divino —el capitalismo tiene mucho más que ver con lo religioso de lo que a menudo le guste admitir—. Hemos de criticar la dominación, porque la servidumbre, aunque menos visible que en otras épocas, domina. En esa visibilidad más tenue, pareciera que somos más libres. Pero, el hecho de haya esclavos «felices» no justifica la esclavitud.
Contrario a los proyectos que nacen y sirven al seno de la sociedad mercantil, preferimos abrir nuevas preguntas y superar las viejas. Este texto hace una apertura a la técnica de la cordura capitalista y una rasgadura a las tecno-arquitecturas que pretenden configurarnos y prepararnos para un “futuro postcapitalista” que, contrario a ser un por-venir, ya está aquí. Y, desde el contexto situado en el que nos encontramos aquí, en el territorio dominado por el Estado de Chile, nos urge pensar en el triunfo del progresismo y en la complicidad que hay entre esto y la expansión de las redes de explotación, como parte de un proceso planetario de actualización del capital. Esta urgencia porque, pese a la desmovilización conformista y ciudadanista, queremos seguir moviéndonos, aunque sea mediante páginas de libros, porque nunca nada está totalmente estancado.
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condenadoshqs · 2 years ago
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* ST. MARY MAGDALENE HA ABIERTO UN NUEVO EXPEDIENTE.
los directivos analizan datos de yasper di santis para recibirle en su tercer año de curso. se encuentra estudiando composición musical en st. clare of assisi y ha sido asignade a la mansión diez. todos los datos parecen ser correctos en lo que estampan sello para declararlo como procesado. sin embargo, días después expediente desaparece y en su lugar dentro del archivo, una hoja con la firma de una sociedad secreta queda como demostración de lo que fue robado. ¿ganar o perder? todavía nadie lo sabe.
VAL, bienvenide al universo de condenados. ¡nos encanta tenerte entre nosotres! esperamos que tu estadía en el grupal sea larga y que disfrutes de cada cosa que esta maravillosa historia tiene para ofrecer. esperamos la cuenta de tu personaje en las próximas 24 horas.
FUERA DE PERSONAJE. 
nombre: val 
pronombres: femeninos
edad: 24
país / zona horaria: gmt-3
triggers: noncon, incesto
¿aceptas que tu personaje reciba cualquier tipo de intervenciones?: sip
¿algo que agregar?: here we go again. pd hice un cambio en una extracurricular, está especificado en su sección del form. 
DENTRO DEL PERSONAJE. 
nombre completo: yasper di santis
faceclaim: timonthee chalamet
pronombres: masculinos
edad: 24 años
fecha de cumpleaños: 14 de febrero
lugar de proveniencia: milano, italia
descripción psicológica: 
yasper se destaca porque, desde lejos, se nota que es una persona BIEN INTENCIONADA Y OPTIMISTA. siempre sabe ver lo mejor de cada situación, priorizando el bienestar y la diversión. esto último es, para él, lo más importante. siempre busca estar entretenido y DIVERTIDO, pues no soporta la sensación de aburrimiento. es muy CARIÑOSO con sus allegados y nunca se avergüenza de demostrarlo. sin embargo, naturaleza es TORPE e INDISCRETA, siempre haciendo desastres y terminando en el peor lugar o situación posible. 
descripción física: 
delgado, de un metro setenta y ocho. ojos celestes y cabello oscuro, negro, siempre enrrulado. no suele usarlo ni muy corto ni muy largo, la mayoría de las veces dejándole la forma de estos. por lugar de origen, ha crecido rodeado del buen vestir, por lo que siempre busca vestirse bien. siempre se lo suele ver con algún instrumento al hombro.
historia: 
yasper es el hijo único de un segundo matrimonio, donde padre ya tenía un hijo bastante mayor por su parte, y si bien madre era varios años más jóven que él, tampoco lo era tanto. padres adoraban al pequeño, pero estaban grandes y cansados, por lo que yasper creció bajo la filosofía de “dejarlo ser”. curiosidad en el pequeño era lo que lo motivaba a moverse, subir, bajar, trepar de árboles, robar cuchillos de la cocina, prender fuego el sillón. siempre fue difícil para sus padres llevarle el ritmo, pues parecía ir a doscientos kilómetros por hora.
desde que tenía días de vida lo único que parecía calmarlo era la música instrumental, gracias a que padres estaban dispuestos a probar todo para calmarlo, menos la medicina tradicional. padre aficionado a la música, descubre que su hijo con tan solo cuatro años, tiene una facilidad enorme para identificar notas y melodías. podía reproducir en el piano notas con solo escucharlas antes que pronunciar palabras esdrújulas. así fue que empezó con clases de piano y no mucho más tarde ingresó a la sinfónica infantil en la cual aprendió teoría y a tocar el violonchelo.
para yasper, el lenguaje musical es lo único en lo que parece encontrar lógica y sentido. incluso a su edad, el mundo real le resulta caótico, que se mueve aún más rápido que su cabeza. en la música encuentra racionalidad y calma.
nunca destacó en nada que no sea la música y dejar un desastre a su paso. de hecho, todo lo contrario. si no fuera por talento innato en la música, futuro dependería de que alguien encuentre un trabajo para darle que no pudiera terminar prendido fuego. julliard era la promesa de su futuro, con un lugar asegurado según sus maestros.
negativa llega como un baldazo de agua fría. nunca supieron bien el por qué, ni siquiera sus maestros, que aseguraban que talento de yasper era excepcional. creencia religiosa de su madre intentó convencerlo de que si no había sucedido era por voluntad de Dios, y yasper quiso convencerse de eso. si bien familia tenía buen estatus, tampoco era tanto. sin embargo padre consiguió mover algunas influencias para conseguirle a su hijo la posibilidad de aplicar a una beca en st. mary magdalene, con el argumento de que tenía aún más prestigio que julliard.
dato adicional opcional:    
removido por la administración.
¿estudiante matriculado o becado?: becado
facultad: st. clare of assisi
carrera: composición musical
año de curso: tercero
extracurriculares: saxofón en la orquesta universitaria, sonido e iluminación en el club de teatro musical,  miembro del coro universitario, miembro del club de español, pivot en el equipo de baloncesto masculino.
¿cuál es la sociedad secreta de su interés?: removido por la administración.
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achoeldiablo · 2 years ago
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Nolte o la infamia investigadora.
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Hay autores que esconden bien su infamia, sobre todo los que lo hacen a través de una pátina académica, de aparente vocación investigadora, neutrales, doblegados ante la lógica y la racionalidad. Nolte es de los peores en este aspecto, no sólo porque es un fascista de cuidado, sino porque es un fascista que se esconde conscientemente bajo el disfraz de liberal-conservador. Diréis, "bueno, como todos los fascistas, que son liberales hasta que la situación se lo permite", o, al contrario, como todos los liberales, que lo son hasta que las circunstancias se lo permiten. Pero muchas veces este es un proceso inconsciente, ideológico, que no dependen tanto de una conciencia crítica sobre tu propia posición política como el dejarse llevar por los procelosos mares del contexto. No, Nolte es fascista, lo sabe, y lo esconde con precisión.
Este libro es una especie de testamento político y vindicación de toda su obra durante la Guerra Fría. Su título original es Lehrstück oder Tragödie?, y realmente es más adecuado, no esa tontería de Después del comunismo, porque apenas si habla de comunismo. El comunismo es la excusa para poder vindicar su obra, o, más exactamente, la caída del comunismo (el libro es del 94). Con la desaparición del socialismo realmente existente, Nolte se da el lujo de hacer un resumen de su obra en este libro con la vocación de un "veis, tenía razón", en aras de hacer un revisionismo del siglo XX. El título original podría traducirse como "¿drama didáctico o tragedia?", donde opone ambos conceptos con la idea de matizar las interpretaciones del siglo XX en esa lucha épica entre el bien y el mal, entre comunismo y fascismo, y ante la demonización radical del fascismo. En esa matización es donde aparece la infamia, porque es, como está de moda decir hoy, un blanqueamiento del fascismo.
El argumento clave es el siguiente: ahora que ya no hay socialismo realmente existente, podemos hablar de sus crímenes, y si hacemos balance, los crímenes del fascismo fueron mucho menores tanto en cantidad como en cualidad que los del bolchevismo (principalmente), durante todo el siglo XX. Y no hace falta mucho leer entre líneas para llegar a esta conclusión. Nolte se avala en su idea de la "guerra civil europea", que sería una interpretación del periodo conflictivo entre Primera y Segunda Guerra Mundial. La idea es que, hasta la aparición del bolchevismo (sic), la guerra era siempre entre Estados, entre entidades de derecho regulares que respondía a un convenio internacional; cuando aparece el bolchevismo, como bien decía Lenin, se convierte la guerra imperialista en guerra civil, pero Nolte lo lee de forma hobbesiana y no marxista. Ante esa guerra civil INICIADA POR LOS COMUNISTAS, los Estados y los componentes políticos de los Estados buscan formas inmunitarias de defenderse, y una forma es, para Nolte el fascismo. En resumen, el fascismo surge como legítima defensa ante las agresiones bolcheviques.
Pero es que esto no se queda aquí. Nolte profundiza en esta idea de la autodefensa legítima por cualquier medio en un contexto de guerra civil con que, y esto es de las cosas más flipantes del libro, que ni los nazis ni Hitler eran realmente antisemitas, y que el Holocausto fue un genocidio instrumental: los nazis a quienes odiaban era a los bolcheviques, pero como no tenían bolcheviques que aniquilar (estaban en Rusia, para eso hacía falta una guerra, aunque, claro, se olvida Nolte de todos los comunistas que sí aniquilaron los nazis en Alemania); el caso, que como no tenían bolcheviques en Alemania, se buscaron lo más parecido para ejercer violencia política y presión política contra los bolcheviques, y su chivo expiatorio (nunca mejor dicho), fueron los judíos, porque la retórica de finales del siglo XIX y principios del XX los homologaba a agentes antisistema (Los protocolos de los sabios de Sión y todo eso), aparte de que muchos líderes comunistas eran judíos (Trotsky, sin ir más lejos). Los judíos, para Nolte, son un daño colateral, y el tema racial era un mero instrumento de la lucha política, no un tema esencialista.
Eso es este libro y, por extensión, porque este libro es una defensa de su obra, eso es Nolte. Rollo "Franco fue malo pero, ¿y ustedes?". Para Nolte, los fascistas fueron malos, pero en comparación con lo que hicieron los comunistas, y con lo que obligaron los comunistas a hacer al resto del mundo para su supervivencia, los fascistas en comparación fueron simples ciudadanos que querían preservar su modo de vida frente a los ataques comunistas, al precio que fueran. No fueron tan malos, sólo se defendieron. Los nazis no eran antisemitas, sólo odiaban a los judíos porque era lo que tenían más a mano. Ese es el nivel de infamia disfrazada de investigación histórica de Nolte. Y el caso es que no es el único. Aquí en España igual estamos más advertidos de la desfachatez de los franquistas, pero porque estos ganaron y se sufrió durante mucho tiempo su yugo. Probablemente pasaría lo mismo con los nazis. Pero este tipo de discursos, hoy, con la distancia de la historia, son muy peligrosos, porque bajo la pátina académica esconden el inicio del fascismos.
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rescatandoletras · 4 years ago
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“...es propio de las democracias capitalistas (Moore, 1979; Lenin, 2003) mantener niveles elevados para la propiedad, Io que se traduce en que el Estado no adopta un rol garantista del derecho a la vivienda sino más bien, se constata un Estado ausente, pues, con la política de "dejar que el mercado regule", abandona a los/as ciudadanos/as a un espacio abierto de racionalidad instrumental económica, donde el derecho a la vivienda desaparece tras la plusvalía de la ganancia capitalista, abriendo incluso la posibilidad de caer en procesos de burbuja inmobiliaria. Frente a este adverso escenario sociopolítico, el movimiento Okupa resiste al capitalismo en uno de sus espacios más importantes como es la propiedad privada, defendida a ultranza por la clase política y el Estado, que tal como hemos señalado, son defensores de un orden social inequitativo de capitalismo financiero.
— Movimiento okupa: resistencia contra el capitalismo, Mg. Cristian Alejandro Venegas Ahumada
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vinhcrose · 5 years ago
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         ৴ ˙ ˖ . ℬ𝑒𝑐𝛼𝑢𝑠𝑒 𝑖𝑡 𝑖𝑠 𝘣𝑖𝑡𝑡𝑒𝑟  𝑏𝑦   𝐑𝐨𝐬𝐚𝐥𝐢𝐞 𝐇𝐮𝐧𝐭𝐞𝐫
                                                                     𝐓𝐀𝐒𝐊 𝟎𝟓
                                                                 ❝ But I like it                                                              Because it is bitter,                                                       And because it is my heart. ❞                                                            — Stephen Crane
Inspos: Aro Volturi (The Twilight Saga: Breaking Dawn); Seelie Queen (The Mortal Instruments); Jigoku Shoujo (Hell Girl); Law of Surprise (The Witcher); Nogitsune (Teen Wolf - Season 3); Wendigo Transformation (Hannibal); Menções: @gcrotaverde​; @amordemaeve​; @littlegotbrooke​; @yourhghness​; @x-distrustful​;
                                                           (...)
Alguns dizem que sonhos são produtos de desejos subconscientes, desejos tão profundos que quando totalmente despertos não poderíamos ser capazes de compreender ou reconhecer. Esse tipo de desejo é o mais puro de todos, mesmo quando se é obscuro, ainda sim o mais puro, livre de qualquer intencionalidade ou interferência, o que Sigmund Freud diria ser o homem animal. Hunter não costumava pensar sobre esse tipo de coisa, era raro ver a caçadora falar sobre sonhos que não fossem imediatos, sua mãe tinha lhe ensinado a guardar suas intenções e desejos a sete chaves, assim, ninguém poderia intervir contra. Ela também havia a ensinado algo muito importante: Não deixe com que saibam seus temores. Medo era algo mais perigoso que desejos; desejos eram controláveis, algo que você pode escolher entre querer realizar ou não, mas medo? Medo é irracional. Medo é algo que você não controla. Ele controla você.
Um claro exemplo de um medo que pode te controlar é a Nictofobia. Existem tantos nomes para essa fobia que os listar seria uma perda de tempo, afinal todos os nomes dizem a mesma coisa: Medo do escuro. É comum entre crianças e muitas vezes se resolve sozinha, mas adultos também podem tê-la e talvez essa versão adulta seja pior, afinal, na maioria das vezes, o medo de uma criança é totalmente ligado à sua imaginação fértil e lúdica, mas em adultos? Não é sobre imaginação, é sobre memórias. Lembranças que usualmente doem tanto quanto a realidade e que tornam o fato de se estar no escuro algo aterrorizante, algo capaz de te fazer perder o sono, ter dores, náuseas e outros sintomas físicos. O temor de Rosalie era causado por memórias. Um temor que sua própria mãe dizia ser insano, quando elas ainda conviviam, e sinal de fraqueza; mas ela discordava, não achava que temer era sinal de fraqueza.
Temer não é algo que deveria ser desencorajado, temer é bom, o medo é bom; se na medida certa é claro. Medo é o que te motiva a se proteger, a sobreviver, é o que te impede de se jogar do precipício mesmo quando o desejo de saber o que há depois do fundo parece maior que qualquer ponta de racionalidade. Medo é a voz no fundo de sua mente que lhe implora para dar a meia volta, é a voz baixinha e assustada que te pede para checar duas vezes se trancou a porta. Medo, às vezes, é a única coisa que separa uma presa dos dentes de um predador faminto. A coragem, por outro lado, é exatamente o que leva um coelho curioso a procurar pela toca da raposa. O único sentimento que sobra no coelho enquanto é devorado é o arrependimento de não ter ouvido aquela pequena voz. Aquela voz baixinha e assustada que dizia ‘dê meia volta e saia’. Catherine, naquele momento, não passava de um coelho, e de arrependimentos ela entendia tão bem.
As mãos tremiam, não de frio, ainda que de fato a noite estivesse gelada e a camisola com a qual fora dormir não ajudasse em nada em se proteger do frio de Mítica. Elas tremiam de antecipação, medo, adrenalina, lembranças, ansiedade, arrependimento, haviam tantas coisas passando na mente de Rosalie naquele exato momento. Seu corpo tremia. Não possuía qualquer poder sobrenatural que envolvesse a clarividência, mas bastou que a lua cheia não aparecesse naquela noite, para que sentisse um comichão em sua nuca, fazendo com que os pelos ali presentes se arrepiasse de acordo com que se deitava na cama ao lado da de Melena — poderia não ser da Imre, mas já estava acostumada a tomar a forma da amiga para que adentrasse tarde da noite na Casa, e repousasse no quarto que a bruxa dividia com Maeve, só se sentia bem dormindo ali, ou afastada o suficiente de todos, para que não precisasse explicar seus pesadelos.
Naquela noite, contudo, tudo fora diferente. Estava tendo um sono calmo e pacífico, mas conforme o gotejar de água aumentava de intensidade, Hunter parecia afastar-se da inconsciência, chegando a resmungar algumas vezes antes de se encontrar no caminho da consciência. ❝—— Maeve, você esqueceu a banheira ligada de novo? ❞ A voz era grogue, e ainda estava parcialmente adormecida a medida em que repreendia a amiga, uma sutil instrução para que a sereia se levantasse e cuidasse daquele problema, considerando que a causadora de tudo aquilo era ela. Jurou ter ouvido uma resposta feminina, e apenas por isso ela virou-se para o outro lado. Porém, o plin da água gotejando outra vez, não a deixou voltar a dormir. Bufou, tentando colocar o travesseiro sobre a cabeça, contudo, o som pareceu transferir-se para dentro de seu crânio, repetidamente, algo que fizera Hunter levantar-se em um salto. E quando o fez, percebeu não estar em seu quarto.
Encarou as árvores secas com os olhos estreitos e lábios pressionados. Definitivamente não estava em um dos quartos da Imre. Riu sarcasticamente e observou as roupas escuras que sempre vestia… o que comprovava ainda mais sua teoria. Um sonho? É, definitivamente estava em um sonho. "Inconfiável. Fria. Macabra. Má. Falsa." As palavras surgiram, carregadas pelo vento, em um sussurro ácido. Reconhecia aqueles adjetivos e eles se lançaram sobre ela como uma flecha, lhe acertando tão fortemente que ela se manteve paralisada, olhando para o céu sem lua ou estrelas, daquela estranha noite. O ar estava pesado, e possuía um cheiro de podridão. Não, aquele não podia ser seu interior. Ela era fria e não costuma confiar nas pessoas, além de se esconder atrás de algo. Mas ela não era podre daquela forma. Era a visão dos outros sobre ela? Não, era seu sonho. Nada além de um sonho, não se deixe abater, era o que ela dizia para si mesma.
Mas ela reconhecia aqueles adjetivos, eram os direcionados para si quando mais nova. Assim que chegou a Aether, quando era considerada uma garotinha estranha da qual ninguém sabia o passado. Ou melhor, nada além do nome de sua mãe. "Sádica. Sem coração. Anti-social. Demônio." Ela não conseguiu evitar se encolher um pouco. Seus pés começaram a se mover sozinhos, pequenos passos tropeçantes que cada vez mais se aproximavam da entrada da Floresta Encantada. Um vento frio passou por ela, lhe arrepiando e a fazendo se sentir mal. Como se aquele vento trouxesse algo além daquela friagem... Algo mais. Algo além. "Pobre sombra envolta em escuridão." Agora era a voz de um garotinho, mas era uma voz sem emoção, talvez uma voz acostumada a ver tantas mortes que a descendente de asiáticos não conseguiria contar nos dedos. "Tuas ações trazem dor e sofrimento à humanidade." Ela estava reconhecendo a voz e as citações. Ergueu a cabeça e olhou novamente em volta, não se deixando abater. Não passavam de memórias. Confusas, embrenhadas e colocadas em um local estranho, quase esquecido pela caçadora, mas ainda assim, apenas memórias. "Tua alma vazia afoga-se nos teus pecados." Um sonho muito real, os sussurros parecendo vir de todo canto e, ao mesmo tempo, de canto nenhum. Assobios cortando o silêncio entre as árvores até chegarem nela. Quando ergueu a cabeça, sentindo-se observada, viu um olho gigante surgir no céu, e as memórias finalmente tomaram forma. "De que forma desejas ver a morte?"
Talvez ela mesma tivesse esquecido que havia sofrido. Ou talvez tivesse apenas escolhido esquecer e substituir toda aquela dor por algo mais feliz — se não feliz, ao menos mais suportável. Era isso que fazia todos os dias, não? Mentia, e era forte. Viu com uma vagarosidade torturante um passado distante voltar à sua mente, quando ainda era uma menina de seis anos. Ela corria e brincava com seu irmão por aquele descampado lamacento que tanto chamavam de quintal, as roupas simples completando o ar camponês que transmitiam ao desafiar um ao outro a adentrar a floresta — a mesma que a mãe alertara para manter distância. A bola, dura e feita de pele, havia sido atirada mata adentro apenas como desculpa para adentrarem o local, e teriam conseguido completar a pequena ousadia caso o jantar não ficasse pronto, a voz de Gretel anunciando que deveriam entrar e se banhar, antes da família reunir-se para a refeição. Aquela fora sua última noite naquela casa, já que na calada os gêmeos deixaram suas camas para recuperar a bola, e nunca mais voltaram. Agora, repetia os passos que dera quando criança, adentrenado uma floresta um pouco diferente. 
Bastou um passo a mais, contudo, para que tudo mudasse. Mãos saíram do chão, almas atormentadas se retorcendo nas sombras a agarraram e começaram a puxar para baixo, pelos lados e até seus cabelos! Lhe causava uma dor muito grande, e além de ferimentos feito por arranhões, suas roupas começaram a ficar em farrapos. Mas então, caiu, no que sua lógica dizia ser uma floresta subterrânea, dentro da floresta. Mas suas memórias reconheciam aquele ambiente como a floresta atrás do quintal de onde vivera por seis anos com Gretel. Os gritos que reconhecia como seus podiam ser ouvidos, e ela os seguiu, parando do lado de fora de um casebre que lhe causava arrepios. Não era mais a mesma garotinha assustada de outrora, e como o coelho curioso que estava sendo por toda aquela noite, ela adentrou. Descobrindo, então, que não podia ser vista, era uma mera telespectadora, que via a si mesma amarrada à cadeira, chorando, e não podia fazer nada. ❝—— Levanta e corre! ❞ Gritou para sua versão infantil, e até tentou chacoalhar o corpinho, no entanto, seus dedos encontraram o vazio, como se fosse uma grande ilusão. "Você não pode mudar o passado, criança." A mesma voz monótona de antes soou, contudo, desta vez, ganhava forma ao seu lado: um feérico. Que parecia divertir-se com seu desespero para tirar a si mesma da cena. O ser da floresta, no entanto, continuou andando pelo casebre que cheirava a queimado, parando ao lado da pequena jaula, e só então, ela pôde o ver: Graham encolhido no canto, dizendo para a irmã que tudo ficaria bem, se ficassem juntos. 
O cenário começou a escorrer, como tinta fresca. Aliás, o cheiro de tinta estava lhe atordoando os sentidos. Olhou para o lado e como se estivesse dentro de um quadro ela viu seu pintor sorrir macabramente com seus dentes podres. Foi naquele momento em que ela finalmente sentiu falta de algo. Estendeu a mão e a região a sua frente tremulou. Uma passagem. Se jogou na passagem, sendo automaticamente mandada para outra cena. Reconhecia aquela cena, reconhecia ela bem. As amarras ainda estavam presas em seus pulsos e ela corria desesperada, lágrimas molhando seu rosto, já vermelho pela falta de ar causada pelo esforço. Ouvia ao longe as risadas diabólicas da bruxa, e seu coração acelerava mais que as asas de um colibri. Ela não podia voltar para lá, e também não devia deixar Graham. Mas não havia conseguido abrir a jaula a tempo, e, talvez, se encontrasse sua mãe… Se questionada, não saberia dizer por quanto tempo correu, mas o fez como se sua vida dependesse disso — e dependia. E quando chegou ao vilarejo, pode ver o desgosto impresso no rosto de Gretel, que chorou por uma semana antes de mandá-la para longe. Não suportava ter perdido o filho preferido.
"É de cortar o coração, não é mesmo?" A voz do feérico soou irônica conforme conduzia Rosalie por entre as árvores, um enorme tabuleiro de xadrez se mostrando a frente deles enquanto a bruxa o seguia sem dizer nada. Estava chocada demais para fazer qualquer um de seus ácidos comentários. "Foi quando descobriu que não valia nada." Ele estalou a língua, ao mesmo tempo em que repetiu o estalar com os dedos, fazendo uma cadeira surgiu às costas de Rosalie, obrigando-a a se sentar antes de ser amarrada ali, e posicionada a beira da mesa. O estalar da língua, no entanto, teve uma reação mais tenra do que o completo desespero desencadeado em Hunter ao encontrar-se presa outra vez, a mercê de um ser mágico. "O restante da história você conhece. Drogas, overdose, não consegue manter um relacionamento amoroso. Um clichê de garota revoltada." Ironia escorria como veneno dos lábios dos ser centenário, que apesar da idade, parecia ter vinte e ao mesmo tempo duzentos anos."Um desperdício de potencial, de fato." O fae comentou antes de posicionar-se na ponta oposta onde a bruxa estava sentada, estalando o dedo novamente para que pixies minúsculas surgissem ali, servindo vinho em seu cálice.
Ela conhecia a sensação, seu corpo tremia na cadeira a medida em que os olhos inspecionavam cada centímetro de suas amarras. Havia conseguido se soltar uma vez, e agora contava com habilidades especiais. Como se lesse seus pensamentos, o que deveria ser óbvio já que imaginava estar sonhando, o fae desatou a rir, de forma histérica e assustadora, fixando os olhos na caçadora, que agora sentia-se mais parecida com a garotinha de seis anos que fora sequestrada. "Sua mágica não funciona aqui, Rose querida." Confidenciou em tom jocoso, rindo sozinho ao ver Catherine testar seus poderes, miseravelmente. Ele poderia ter avisado aquilo sem todas aquelas bobagens, mas o que ele desejava era ver Hunter presa, lutando como uma borboleta para escapar. Ela julgava que o tédio vinha com a imortalidade, e as respostas afiadas, incontroláveis, não ensaiadas e lamentáveis dos seres humanos eram para os feéricos como sangue fresco para vampiros. Algo que eles não tinham, e os divertiam, alimentava, um sopro de vida. Dava para ver na postura do ser, em como o indicador, esguio, contornava a borda fina do cálice. Estava completamente entretido com tudo aquilo, e a constatação só a enervava.
"Se você ganhar o jogo, eu te concedo a resposta que mais deseja. Mas se eu ganhar… opto pela lei da surpresa. Possuímos um acordo, Rosalie Catherine Hunter?" Ele propôs, mas não estava negociando, estava apenas esclarecendo os termos para a bruxa fadada ao fracasso. Nunca havia sido boa em xadrez, na verdade, não se lembrava de ter jogado alguma vez em sua vida — era o jogo dos engomadinhos. Sem que esperasse por uma resposta, o feérico murmurou para onde desejava mover seu primeiro peão, e ele se moveu. Peças encantadas, muito interessante. Hunter, no entanto, não se divertia tanto assim, e foi capaz de sentir escorrer uma gotícula de suor, da sua nuca ao findar de suas costas. Estava definitivamente na merda. ❝—— Terceiro Peão para a casa B3. ❞ Conjurou, uma quase réplica do movimento feito pelo feérico, e tratou de ignorar o risinho alheio, que indicava justamente que havia percebido o que ela fez. Outro peão fora movido por seu oponente, e, outra vez, ela replicou o movimentou na sua metade do tabuleiro, dando a chance, então para que o fae movesse seu cavalo. Dali por diante, fora ladeira a baixo.
Ele moveu o bispo, outro peão, a rainha devorou um cavalo de Hunter, e, quando percebeu, o feérico estava lhe dando um cheque-mate. Estava tão desarmada quanto seu rei, ao final da partida, e ainda selava uma dívida da qual sempre ouvira que deveria se manter afastada. Não aperte suas mãos, não confie neles, mas sobretudo, não beba do vinho. Os lembretes de Gretel sobre criaturas como aquela, que estava sentada à sua frente e sorria orgulhosamente, lhe atingiram a mente enquanto o observava, claramente afetada. O ser milenar estalou os dedos outra vez, e a pequena mesa que sustentava o tabuleiro se tornou em uma mesa de banquete, e quando Rosalie se dera conta disso, o som metálico chamou sua atenção. Coelho, ela reconheceu a carne que sangrava no prato alheio, e os olhos ergueram-se ao rosto passional do feérico. Os olhos dele eram como o mar antes de uma tempestade mortífera, um azul escuro que podia ser apreciado mesmo de longe.
Antes que pudesse falar qualquer coisa, no entanto, teve sua atenção aprisionada pelo filete de sangue que escorria do canto do lábio da criatura até a altura de seu pescoço, que fora inclinado para cima no instante em que uma pixie surgiu para o limpar. Deveria ser alguma espécie de rei, ela supôs. “Eu sou uma criatura bondosa, Rosalie. Por isso, irei te conceder a resposta. Mas jamais se esqueça que está me devendo mais de um favor.” Ele anunciou em tom suave, as pixies afastando-se para deixá-los à sós. Aquilo a assustava, e seu coração estava atordoado em seu peito. Como havia sonhado com algo tão real?  “A resposta para aquilo que se pergunta todos os dias, é sim. Sim, Rosalie.” Franziu o cenho para demonstrar que não entendia. Sim? Aquilo respondia que droga de pergunta? Se teria um conto, se salvaria Njord, se algum dia seria feliz? Era vago demais, e ela sabia que sua confusão divertia o feérico.  “Sim, Rosalie.” Repetiu, deixando que o riso esganiçado preenchesse o espaço entre eles, e ela se sentiu enjoada.
Seu estomago parecia querer expulsar todo o conteúdo de sua última refeição para fora, a bile salgada se formava em sua boca e ela odiava a sensação de enjoo que o medo a causava. Seu peito doía. Sua cabeça girava. Todos seus músculos pareciam rígidos. Respirar começava ser uma tarefa impossível. O que diabos significava aquele sim? E então fora bombardeada com a imagem do irmão. Vinha trabalhando há um bom tempo junto de Brooke para tentar um feitiço que não fizesse com que Candy Witch descobrisse sua pequena intromissão em sua vida, mas ainda não haviam tido sucesso. Ainda não sabia se o garoto estava vivo. Graham não poderia estar vivo, a bruxa dos doces jamais permitiria isso. O ser milenar dera um gole no vinho, ignorando a presença ou as teorias de Hunter como se, de fato, não fossem preocupantes para si. E não eram. Talvez não fossem nem para ela, por isso guardou a informação em sua mente antes de sustentar o olhar dele.
Não gostava de ser ignorada, por isso, ainda que estivesse presa na cadeira, Rosalie endireitou sua postura, sustentando o olhar sobre a criatura. ❝—— Eu sou uma traidora, se esqueceu? Pode perguntar a Njord, se não me vendo facilmente por algum punhado de moedas de ouro. O que te leva a pensar que eu não o trairia, após fechar um acordo apenas para me safar? ❞ Ela sabia o quanto acordos eram importantes para criaturas como aquela, e poderia levar sua ideia como ofensa. Mas não expressava nada além de entretenimento. ❝—— Você sabe que eu já deixei até mesmo meu irmão para morrer uma vez, e não teria problemas em deixar de novo. ❞ O feérico na outra ponta da mesa sorriu. Era um sorriso lindo, e ao mesmo tempo, macabro. E por aquele gesto, Rosalie supôs que poderia ter cem ou vinte anos. Mas a beleza não a encantava, pelo contrário, causava um sentimento frio em seu peito, como se houvesse ingerido um copo repleto de água gelada em uma única golada — o sentimento de frio, e vazio, alcançando seu estômago.
"Eu sei que não me trairia, criança." Enquanto demonstrava o semblante de espanto, o ser místico ria, e a sensação gelada no peito da caçadora se intensificou. O fae só estava brincando com sua cabeça, como aqueles seres estavam acostumados a fazer. Ela remexeu-se na cadeira, as amarras parecendo mais firmes em seus pulsos e tornozelos. O feérico cortou outro pedaço da carne, ainda ensanguentada, com a faca de prata, e levou o pedaço à boca. “Fique tranquila, eu sei onde a encontrar.” Batera as palmas levemente, e simples assim, foram transportados para um cenário completamente diferente. Um que definitivamente não era propenso a finais felizes. Quando olhou para o lado, o feérico não estava mais lhe fazendo companhia.
Estava sentada no chão, quando ergueu os olhos e viu a criatura. A silhueta esguia, os chifres de antílopes e o completo breu espalhado por todo seu corpo, sendo difícil distinguir o que era o monstro e o que era a floresta atrás dele, pouco iluminada. Era assustadoramente lindo. Mais assustador do que lindo, ela reparou quando o viu movimentar, não demorando para que ficasse em pé, sacando o chicote de seu cinto. O estalou no chão uma vez, como se atraísse a criatura para si. Contudo, diferente do que fizera quando o fauno surgiu, Hunter não esperou, tomando a iniciativa ao sacar, da outra lateral de seu corpo, a pequena adaga que aprendeu com a mãe a carregar sempre, atirando-a contra a criatura mesmo com a mão esquerda. Esperava que acertasse, mas devido o treinamento, sabia que, caso errasse, seria por pouco. 
O líquido viscoso que começou a escorrer do braço da criatura possuía a mesma tonalidade escura do restante dela. Era denso, como se petróleo escorresse do ferimento causado por Hunter, que estava tão concentrada naquilo, que só percebera a lâmina voltando em sua direção quando esta cortou o ar próximo de si. Poderia ter se esquivado se houvesse notado antes, tê-la parado com magia, contudo, o máximo que conseguiu fazer foi mover-se para o lado, evitando que a lâmina perfurasse sua pele, mas não evitando o corte de raspão em seu braço. Não fundo o suficiente para necessitar de poções, mas nem tão superficial. Rasgara a roupa e lhe tirava sangue. Urrou de dor, vendo a lâmina ceder ao chão alguns metros atrás de si, o líquido rubro vazando do corte. E então, o olhar voltou-se para a besta, a tempo de capturar sua aproximação com orbes amendoadas.
O zunido do ferro cortando o ar próximo a sua cabeça a deixou espantada por um milésimo de segundo, mas sabendo que ficaria com o corpo estirado ali caso não atacasse, Hunter empunhou o chicote, estalando-o na direção do braço da criatura, com o intuito de o prender. Era uma forma básica de imobilização, e tentou deixar de lado a vontade de envolver o pescoço da criatura com o couro negro. Não era sua arma preferida, e talvez devesse ter pego mais facas, mas era o que tinha no momento, e precisava improvisar. ❝—— Incarcerous. ❞ Recitou o feitiço recém aprendido, torcendo para que funcionasse, e as raízes segurassem aquele ser no lugar. Ganharia tempo, fosse para fugir, ou atacar.
O sorriso orgulhoso despontou no canto direito do lábio de Hunter, ao notar que havia capturado o braço da criatura, contudo, arqueou uma das sobrancelhas em estranhamento por um instante, ao notar algo caindo ao seu lado. E então, o sorriso alargou-se, tornando quase macabro ao notar que a conjuração havia sido bem sucedida, os olhos brilhando ante a movimentação das raízes que aprisionavam a criatura. Tudo parecia ter melhorado desde que buscara a magia negra, abrindo mão do poder puro herdado de Gretel — aquilo não a salvaria naquele momento, salvaria? Puxou o chicote, para que o mesmo aplicasse pressão maior no braço do ser, a medida em que se aproximava, enrolando a outra ponta do couro no próprio braço. Os gritos da criatura a atordoavam, ao mesmo tempo em que causavam uma estranha satisfação. O prazer experimentado era fruto do uso impróprio da magia, mas não era como se Rosalie pudesse saber disso, enquanto continuava a diminuir a distância entre eles.
O questionamento que chegara a seus ouvidos, indagando o que era, possuía o mesmo timbre infantil e masculino de quando entrara na Floresta Encantada, no início daquela noite, e por um instante, ela parou no lugar, afrouxando a pressão aplicada no chicote — se a criatura fosse esperta, conseguiria se soltar. Surpresa era evidente em seu semblante, mas não levou muito para se recuperar. ❝—— Hoje só precisa saber que sou aquela que sobrevive. ❞ A voz era ácida quando direcionada a criatura, ignorando o tremor que a voz lhe causava, em decorrência de memórias despertadas. Era a mesma voz de Graham, quando criança. E por um instante, Rosalie cedeu, sem conseguir atacar. Parada, à frente daquele estranho ser, ela não observava os chifres longos que brilhavam, ou a estatura assustadora, seus olhos se fixavam na pedra amarela que parecia cintilar em seu peito. E não conseguiu fazer nada, se deixando a mercê.
Seu corpo não parecia mais responder aos estímulos primordiais de medo, não se defendia, e também, não reagiu com surpresa ao ter o pescoço agarrado. Tudo parecia correr em câmera lenta, seus olhos fixos na pedra dourada que parecia atrair tão fortemente suas íris, enquanto a pressão em seu pescoço a fazia fechar os olhos vagarosamente, só sendo capaz de observar a pedra, e nada mais, enquanto a visão escurecia. Mas não demorou para que seu corpo recobrasse o ar com uma lufada forte, a cabeça pendendo para o lado a tempo de ver o pequeno incêndio que se formava na mata. Independente do que aquela criatura era, parecia estar querendo os matar. Ela podia sentir os dedos longos passeando por sua pele e o nojo crescendo dentro de si, a sensação ganhando maior intensidade ao reconhecer traços humanos na criatura feita de breu.
A criatura transformava-se em Desmond diante de seus olhos, mas Rosalie estava tão esgotada, se questionando o porque de estar sonhando com ele, com ele possuindo aquela pedra, que ela simplesmente não conseguiu se mover, sendo capaz de sentir a umidade da relva abaixo de seu corpo inerte no solo. Nunca havia se dado bem com ele, sequer possuíam intimidade. O que aquele idiota estava fazendo em seus sonhos? Ela estava mesmo sonhando? Era capaz de compreender um total de zero coisas naquele momento. Observou ele livrar-se das raízes a medida em que se sentava, a vontade de recuperar o chicote e deixar que o mesmo resvalasse contra a pele alheia quase a consumindo por completo. Por isso, afundou os dedos na terra. Ela teria o respondido, se não desejasse perguntar a mesma coisa. Ou se não houvesse simplesmente se afastado.
Piscou os olhos calmamente, enquanto observava suas costas serem engolidas pelas sombras, e ele finalmente desapareceu de seu campo de visão. O que havia acontecido ali? Poderia não estar fisicamente ferida, ou muito ferida, mas seu cansaço psicológico era enorme. Ainda assim, as chamar requeriam de sua atenção, e Hunter estendeu uma das mãos na direção do fogo crepitante, recitando um encantamento enquanto via o elemento desaparecer. Aquilo requisitou certa energia que estava guardando, tendo recorrido à magia negra. Mas tudo estava bem, agora. E ela sorriu como se pudesse tudo, antes de cair em um buraco. Era o vazio. Não, não era o deserto, não era areia que tinha abaixo de seu corpo, eram cinzas. Cinzas de memórias queimadas, sentimentos queimados, ela queimada. 
Lágrimas escorreram e ela se deixou cair, derrotada, sendo coberta por aquilo. Tudo só se cessou quando ela despertou na manhã seguinte, encolhida na beira da floresta, com as roupas aos frangalhos, uma forte dor de cabeça, e a sensação de que estava perdida.
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identidadpolitica · 5 years ago
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Los marcos interpretativos y la politización de las identidades
Para comprender qué es un marco interpretativo y cómo funciona en la construcción de los movimientos sociales, es preciso hacer un breve recuento del debate científico desde donde se desprende el desarrollo de esta teoría. El punto de partida es la problematización de la teoría de la estructura de oportunidades políticas (EOP) a partir de las críticas sobre las condiciones restrictivas de las estructuras sobre la capacidad de agencia, que virtualmente hacen imposible el cambio social.
En una relación de complementariedad, se desarrolló en la escuela de Chicago la tradición del conductismo colectivo que recogió el aporte desde la economía de la teoría de la elección racional y cuyo producto fue la teoría clásica de la movilización de recursos (MR), tal como lo afirma Eyerman (1998).
Estos paradigmas presentan serias limitaciones teóricas ya que por un lado la EOP sobrevalora el peso de las estructuras, y por otro lado la MR asume presupuestos de racionalidad que difícilmente se cumplen en los objetos de investigación. Gamson y Meyer (1999) afirman que la contrastación entre los postulados teóricos y las pruebas empíricas demuestran que una oportunidad política no es solamente una circunstancia definida por el escenario, sino que debe ser aprehendida por los actores sociales. En ese sentido, los actores sociales son capaces de crear sus propias oportunidades.
A partir de esto, el debate se centra en explicar qué factores hacen posible la creación de las oportunidades, pero enfocando sus esfuerzos en los propios movimientos. Para intentar responder esta cuestión, el teórico Ervin Goffman (1974) usa el término “marcos interpretativos” (frames) para referirse a “los principios organizativos que rigen los hechos sociales y nuestra implicación subjetiva en ellos” (Eyerman, 1998: 141)
Robert Benford también se fundamenta en la obra de Goffman para ensayar una definición más detallada: “Los marcos son esquemas de interpretación que permiten a los individuos localizar, percibir, identificar y etiquetar hechos dentro de su espacio vital y el mundo en general. Sus funciones son simplificar y condensar aspectos del mundo allá afuera, pero de manera destinada a movilizar adherentes potenciales y desmovilizar adversarios. Además están orientados a la acción por un conjunto de creencias y significados que inspiran y legitiman las actividades y campañas de la organización del movimiento social”. (Benford, 2000: 614)
De esta manera, asistimos a la incorporación del “paradigma de la identidad”, que se abrió un nuevo espacio de debate e investigación sobre las implicaciones de la acción social y los movimientos sociales en tanto precursores de su propia identificación y la de los individuos, lo que a su vez supone poner en discusión una serie de mecanismos cognitivos por los cuales la gente fundamenta su acción.
Con la irrupción de los marcos interpretativos, fue necesario reconceptualizar y recategorizar la EOP, trabajo que se plantean Gamson y Meyer. En primer lugar, estos autores distinguen el Estado (instituciones) y la cultura (sociedad) como dos dimensiones desde donde se producen marcos interpretativos, cada una con sus propias características en la construcción de estructuras sociales. En este sentido, incorporan la noción de estabilidad o volatilidad de los marcos interpretativos como un factor que puede marcar una correlación con el impulso o la inhibición de la acción social. Dicho de otra forma, mientras más estable es una estructura en función de un marco institucional, ya sea institucional (Estado) o cultural (sociedad), menos apertura existe para las oportunidades políticas.
Existen algunas variables que caracterizan a las estructuras como estables o volátiles, estas últimas entendidas a partir de eventos contenciosos a nivel institucional como cambios de alianzas políticas, rupturas entre élites, cambios de políticas públicas o errores en el control social. Aquí, en la volatilidad de las estructuras “se puede comprender el proceso de interacción existente entre la apertura y el cierre del espacio político y las opciones estratégicas de los movimientos” (Gamson y Meyer, 1998: 410) Como vemos, Gamson y Meyer aportan a la discusión cuando redefinen el carácter de las estructuras, que si bien es cierto mantienen una influencia en la generación de acción colectiva, son producto de dinámicas sociales concretas en donde la acción reclama más atención.
Por su parte, Benford ofrece una categorización centrada en los procesos de dinámica social, en donde los marcos distinguen dos tipos de características: unas que conciernen a la función orientadora de la acción (una tarea central del marco de la organización del movimiento social). Las otras tienen que ver con los procesos interactivos y discursivos que asisten a esas tareas fundamentales y además generan marcos de acción colectiva. (Benford, 2000: 615)
El autor además destaca varias tareas centrales del marco interpretativo. En primer lugar está el diagnóstico, que es la identificación de situaciones problemáticas por las que se expresa la necesidad de un cambio. En segundo lugar está el pronóstico, es decir la identificación del movimiento que lo hace consciente del momento y el lugar en donde se plantea intervenir para corregir una situación problemática. Finalmente, la motivación implica la solución al problema que está determinado por la justificación al problema que se quiere resolver. A partir de esta tarea se ejecuta la concreción de una demanda que se hace pública y que busca legitimidad.
Sin embargo, si nos quedamos en esta descripción, parecería que los movimientos sociales solo tendrían un carácter puramente instrumental. No obstante, los marcos interpretativos tienen también un sentido cultural, por el cual lo más importante no es ejercer influencia en un escenario de manera estratégica, sino más bien crear y recrear identificaciones colectivas. Esto representa un nuevo elemento que complejiza aún más la discusión sobre los marcos interpretativos.
Los autores que abordan con mayor precisión la relación entre cultura y política son Álvarez, Dagnino y Escobar. Estos autores aportan con nuevos elementos a la discusión partiendo de la influencia cultural en la política. En primer lugar, los movimientos sociales no solamente se manifiestan a través de una acción contenciosa en el sentido planteado por la EOP, como una protesta sustentada en una demanda puntual, sino que también se reafirman a través de acciones mucho más diversas, en las cuales el objetivo central puede ser también, como dijimos, la construcción de una identidad colectiva.
Por otra parte, es necesario destacar que los movimientos sociales son considerados como campos en donde se construye diversos tipos de dominio político-cultural. En este sentido, la cultura también cumple una función de legitimación de relaciones de poder, por las cuales la construcción de la identidad colectiva también es objeto de conflicto. Estas premisas presentan desafíos por los cuales es necesario redimensionar la noción de estructura, así como la aparición del conflicto como principio gestor de la acción colectiva.
Frente a este reto, es necesario considerar la noción de política de la cultura,entendida como “un proceso que se desata cuando entran en conflicto conjuntos de actores sociales que a la vez que encarnan diferentes significados y prácticas, han sido moldeados por ellos” (Escobar, Álvarez y Dagnino 2001: 26) Como vemos, los significados y las prácticas son los elementos que reclaman nuestra atención, ya que deben ser entendidos como objetos en constante disputa a distintos niveles de interacción social.
La incursión de significados y prácticas en un escenario político nos lleva a afirmar que los movimientos sociales no siempre tienen como objetivo interpelar al Estado a través de demandas, sino que además pueden buscar la visibilización; y que el conflicto puede no ser siempre evidente, sino que depende de la tensión generada por la diversidad de interpretaciones sobre los hechos sociales. Esto representa un giro importante en la comprensión de los marcos interpretativos, ya que a través de estas reflexiones, éstos se visualizan como procesos dinámicos en los que se involucran aspectos culturales y son objeto de constante conflicto en esferas mucho más diversas que las comúnmente consideradas como políticas.
En esta misma línea, Eyerman desarrolla la noción de praxis cultural, definida como el desarrollo estético de la praxis cognitiva, es decir de la formación de conciencia de los movimientos sociales. “La praxis cultural se centra en la contribución de estético a la construcción del significado y la formación de la identidad colectiva en el seno de un movimiento social y entre los distintos movimientos sociales” (Eyerman, 1998: 143) De esta manera es posible explicar por qué existen ciertas manifestaciones culturales como tradiciones o rituales pueden tener implicaciones políticas en momentos y lugares determinados.
Pero, ¿cuándo una manifestación cultural incursiona en un escenario político? Para responder esta pregunta, Eyerman distingue dos niveles de la praxis cultural: uno llamado “prepolítico” y otro abiertamente político. El primero se refiere sencillamente a “los procesos cotidianos de construcción del significado”, pero advierte que estos elementos se convierten en elementos de identificación que influyen en la creación de un marco interpretativo. En el momento en el que un movimiento político se apropia de unos significados y prácticas y los incorpora en su construcción de la realidad, nos aproximamos al nivel político. (Eyerman, 1998: 143) Eso nos demuestra que todo significado y toda práctica cultural es susceptible de conformarse como parte de la identificación de un movimiento, y por ello, es susceptible de incidir en un escenario político.
Sofía Argüello se fundamenta en esta nueva aproximación teórica para explicar cómo funciona el proceso de politización de las identificaciones relacionadas con el género y la sexualidad. ��Esta autora retoma la necesidad de estudiar la identidad de manera constructivista, situacional y estructural, y cuando prefiere usar el término “identificación” en lugar de “identidad”, apela a considerarla como una construcción social, es decir como un producto inacabado de unas relaciones sociales que se encuentran en disputa permanente. De aquí viene la importancia entre esta perspectiva y otras que pueden ser catalogadas como esencialistas, que tienden a naturalizar las estructuras de dominación (Argüello, 2013: 176).
Tras un breve recuento del feminismo, que discute las estructuras de dominación que producen relaciones de poder injustas para las mujeres, la autora hace hincapié en determinar cómo el proceso de identificación y por ende de politización, ha jugado un papel trascendental en la construcción de un marco interpretativo que entra a disputar la legitimidad de la estructura del patriarcado. “Los despliegues y repliegues identitarios han pasado por ser, a la vez: enfoques analíticos que permiten orientar la mirada hacia el estudio de las construcciones de las identidades; espacios de emergencia, construcción y deconstrucción de identidades otrora esencializadas, y momentos de politización identitaria y constitución de actores” (Argüello, 2013: 178).
Ahora bien, cuando hablamos sobre la politización de las identificaciones, nos aproximamos a un trabajo que requiere el conocimiento detallado, tanto de los contextos como de las esferas, ya sea pública o privada, en los cuales se lleva cabo una acción determinada. Los marcos interpretativos están en juego en esta lucha política por la significación, en la cual se definen los actores, la situación y las estrategias y recursos para la acción.
Referencias
Robert D. Benford, David A. Snow (2000) “Framing Processes and Social Movements: An Overview and Assessment”, en Annual Review of Sociology, Vol. 26
W. Gamson y D. Meyer (1999) “Marcos interpretativos de la oportunidad política”, en
Movimientos Sociales: perspectivas comparadas, McAdam, McCarthy y Zald (comp.). Madrid: Istmo
Ron Eyerman, (1998) “La praxis cultural de los movimientos sociales”, en Los movimientos sociales. Transformaciones políticas y cambio cultural, P. Ibarra y B. Tejerina (eds.). Madrid
S. Álvarez, E. Dagnino y A. Escobar (1998), “The cultural and the political un Latin American Social Movements
Sofía Argüello (2013) “El proceso de politización de la sexualidad: identificaciones y marcos de sentido de la acción colectiva”, en Revista Mexicana de Sociología Vol. 75
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