#parafilias
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https://onlyfans.com/reinasi2
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fictoconsang
[ficto-consang]
when an individual thinks their f / o should be / is consang. coined by me
#pro rq 🌈🍓#rad inclus#rad queer#rq 🌈🍓#rq 🍓🌈#rqc 🍓🌈#pro 🍓🌈#radqueer 🍓🌈#radquer inclus#fictoid#fictooid#fictoromantic#fictosexual#ficto community#mogai coining#mogai jesus#mogai term#mogai flag#fictoconsang#pro consang#consanguinamory#consang safe#consang please interact#pro radq#pro parafilia#pro para#antis dni#anti dni#anti anti#satisqueer🌪️🌈
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Hai I luv ur acc! Can u make a flag for transvamps who are afraid of blood? xx <3
~💉
I CANT BELIEVE IM ALREADY GETTING ASKS OMGOMGOMG!!!
this is the hemophobevamp flag!!! its for someone who's transvamp but afraid of blood! let me know if you guys have better names for it XD
#radq interact#radqueer#pro rq 🌈🍓#rq please interact#rq community#rqc🌈🍓#rq safe#rq coining#radq safe#radblr#pro rqc#pro para#parafilia#para safe
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Jeffrey Dahmer: La psicología de un asesino en serie
Jeffrey Dahmer es un conocido asesino en serie que cobró la vida de más de 15 personas en la ciudad de Milwaukee. Este hombre, después de sufrir necrosis, cometió canibalismo y actos extremadamente atroces. Su historia ganó popularidad recientemente con una nueva serie de Netflix titulada Monster: The Jeffrey Dahmer Story, que lo muestra cometiendo sus crímenes.
Jeffrey Dahmer explicó que la necrofilia es el sentimiento de que puedes estar con esa persona para siempre y nunca querer dejarla. Por lo general, los asesinos en serie no tienen contacto previo con sus víctimas y el encuentro casi siempre parece ser un accidente. Sin embargo, los asesinos en serie requieren un alto grado de planificación y control. JeffreyDahmer es mejor conocido por asesinar a 17 hombres en su apartamento de Milwaukee. Por estos horribles actos, fue arrestado en 1992 y sentenciado a 15 años de prisión. La Crónica del Juicio, publicada en la revista Psychology Today, explicó que mientras los expertos en la discusión se centraron más en detalles que pudieran indicar o descartar el descontrol de Dahmer (lo mismo ocurre con el sexo, la acumulación de "trofeos " ), también recibirá una larga lista de diagnósticos. En particular, la parafilia, la necrofilia, el trastorno de personalidad no especificado, el trastorno límite de la personalidad con rasgos sádicos y obsesivos, las ideas de Dahmer son muy discutidas, como él mismo lo es sobre los cuadros que dibujó para el psiquiatra que lo examinó. Tal como se describe en la explicación, el pensamiento patrones que indican psicosis o no. Una de las enfermedades mencionadas es la parafilia. La parafilia es un trastorno asociado con actividad sexual frecuente e intensa y fantasías placenteras que involucran objetos inanimados, niños o adultos que no dan su consentimiento, y posiblemente ansiedad y/o humillación de uno mismo o de la pareja. Otra enfermedad es la necrofilia. Los necrófilos exhiben excitación sexual frente a cadáveres. Estas personas suelen tener fantasías, tener posesiones del difunto e incluso tener relaciones sexuales con el cadáver. Aparte de estos, Jeffrey también sufre de varias otras condiciones, como el trastorno de personalidad, en el que las personas con trastorno de personalidad tienen patrones de pensamiento, conducta y comportamiento diferentes y poco saludables. Trastorno límite de la personalidad, una enfermedad mental que afecta gravemente la capacidad de una persona para controlar sus emociones. Rasgos de sadismo, donde la víctima tiene relaciones crueles, humillantes y agresivas con los demás; El trastorno obsesivo-compulsivo es un trastorno crónico (de larga duración) común que se caracteriza por pensamientos repetitivos e incontrolables (obsesiones) que pueden hacer que las personas adopten comportamientos repetitivos (compulsiones) y sin eliminar de estos, el canibalismo. Los asesinos en serie tienden a seguir patrones bastante repetitivos cuando cometen sus crímenes. Inicialmente, el sujeto comienza a experimentar fantasías mortales dominadas por el deseo de control, poder y autorrealización absoluta. Tal vez puedan actuar con normalidad ante el mundo, pero poco a poco se encierran en sus sueños interiores. El individuo entonces desea que estas fantasías se hagan realidad, lo que lo lleva a buscar posibles víctimas de la tentación. Les gusta crear una falsa sensación de seguridad, especialmente para aquellos que pueden estar en peligro. En algunos casos, los perpetradores conservaron los artículos como recuerdos de adoración y, en el caso de Dahmer, recogió las partes del cuerpo de sus víctimas. Al crimen le sigue un episodio depresivo en el que el acto termina y el éxtasis llega a un punto en el que pierde el sentido de la vida. Muchas personas tienen fuertes tendencias suicidas, aunque en la mayoría de los casos buscan nuevas personas para repetir el ciclo.
Jeffrey Dahmer mató a más de15 hombres homosexuales durante su vida. Este hombre sufrio devarios trastornos mentales principalmente debidos a su infancia. Dahmer fue sentenciado a 15 cadenas perpetuas consecutivas,equivalentes a 941 años de prisión, luego de ser declarado culpable de 15 asesinatos, por cargos de homicidio involuntario, canibalismo y otros cargos. Fue encarcelado en el Centro Correccional de Columbia en Wisconsin, donde fue asesinado después de cumplir tres años y cuatro meses. Dahmer fue asesinado el 28 de noviembre de 1994 por Christopher Scarver, quien golpeó a Dahmer con una barra de pesas hasta matarlo. El hombre pasó sus últimos días hablando con Herman Martin, cuya celda está al lado de la de Dahmer.
#jeff dahmer#Monster: The Jeffrey Dahmer Story#killer#criminal minds#psicologia#psicologiaforense#true life crimes#cannibal#parafilia#university#estudiante de psicologia#necrophilistic
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I appreciate your support, comments, likes, etc. OPEN COMMISSIONS!. follow me on Instagram!
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1.5 Trastornos Parafílicos
Los trastornos parafílicos son fantasías recurrentes e intensas de excitación sexual.
Las parafilias implican la excitación sexual ante objetos, situaciones y/o destinatarios atípicos. Son gustos y fetiches que van más allá de lo genital. Las parafilias NO son necesariamente un trastorno siempre y cuando no afecten su vida personal, sexual ni la vida/seguridad de otros.
Las parafilias se vuelven un trastorno cuando llega a afectar su propia sexualidad, la vida/seguridad de otros y también puede llegar afectar otras esferas de su vida, la personal, lo social, lo psicológico e incluso lo biológico.
Para que comprendan mejor la diferencia entre un trastorno parafílico y una parafilia te damos los siguiente ejemplos:
Durante tus relaciones sexuales te gusta que te muerdan -> Parafilia
No puedes disfrutar tus relaciones sexuales o no puedes llegar al orgasmo si no te muerden -> Trastorno Parafílico
Te gustan los pies -> Parafilia
Te excitas siempre que ves pies desnudos no importando el lugar donde te encuentres -> Trastorno Parafílico
Algunos de los trastornos que vamos a hablar pueden clasificarse de la siguiente forma:
En este tema se encuentran los trastornos como zoofilia (gusto por animales), necrofilia (gusto por cadáveres), pedofilia (gusto por los niños), como podrás darte cuenta pone en riesgo a otros ya sean personas o animales e incluso te pones en riesgo tu mismo tanto porque es ilegal o puedes provocar enfermedades como la necrofilia
Fuente:
Paredes, D. (2024). Trastornos Sexuales. [Clase Presencial]. Universidad del Valle de México
#trastornados#transtornos psicológicos#psicologia#parafilia#diferencias#trastorno parafilico#temas sexuales#trastornos sexuales#sexualidad
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Parafilia e o direito
Parafilia e o direito
A parafilia é um termo utilizado na psicologia e na psiquiatria para descrever padrões de comportamento sexual onde a fonte predominante de prazer não se encontra na cópula, mas em outras atividades ou estímulos. Estes padrões podem envolver situações, objetos ou indivíduos atípicos ou não convencionais. Exemplos comuns de parafilias incluem o fetichismo (atração sexual por objetos inanimados), o…
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#conceito de parafilia#definição de parafilia#o que é parafilia#parafilia#parafilia o que é#parafilia significado#significado de parafilia
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Cual es la psicología detrás del bdsm? Por que puede gustar cosas así?
Son fetiches o parafilias, googlealo tamos en 2024
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Transautozoo
[trans-auto-zoo]
an individual who think they sould be / identify as someone who is autozoo. coined by me
#pro rq 🌈🍓#rad inclus#rad queer#rq 🌈🍓#rq 🍓🌈#rqc 🍓🌈#pro 🍓🌈#radqueer 🍓🌈#radquer inclus#pro rq 🍓🌈#pro radq#pro radqueer#pro transid#pro para#pro parafilia#paraphilia#autozoo#transautozoo#transharmed please interact#transid please interact#transparaphilia#transid safe#transpara#transharmed#transid#anti contact non consensual paraphilias#antis dni#anti dni#anti anti#pro satisqueer 🌪🌈
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❀°• Caçador de Tchutchuquinha ᴶᴼᴱᴸ•°❀ (+18)
Sᴜᴍᴍᴀʀʏ: Iɴɪᴍɪɢᴏs ᴘᴇʟᴀ ᴍᴀɪᴏʀ ᴘᴀʀᴛᴇ ᴅᴀ ᴠɪᴅᴀ, ᴇᴜ ᴇ Jᴏᴇʟ ɴᴏs ᴇɴᴄᴏɴᴛʀᴀᴍᴏs ᴇᴍ ᴜᴍᴀ ғᴇsᴛᴀ ɴᴀ Rᴇᴘᴜ́ʙʟɪᴄᴀ ᴅᴀs Iᴍᴘᴇʀᴀᴛʀɪᴢᴇs
Tᴀɢs: ᴇɴᴇᴍɪᴇs ᴛᴏ ʟᴏᴠᴇʀs, ᴍʏ ғɪʀsᴛ sᴍᴜᴛ ᴇᴠᴇʀ, ᴀʟᴄᴏʜᴏʟ, ʙᴜʟʟʏɪɴɢ, ғᴇsᴛᴀ ᴜɴɪᴠᴇʀsɪᴛᴀ́ʀɪᴀ, sᴇxᴜᴀʟ ᴛʜᴇᴍᴇs (+18), ᴘʀᴏᴠᴀᴠᴇʟᴍᴇɴᴛᴇ ᴀ ��ɪsᴛᴏ́ʀɪᴀ ᴍᴀɪs ᴇɴɢʀᴀᴄ̧ᴀᴅᴀ ϙᴜᴇ ᴇᴜ ᴊᴀ́ ᴇsᴄʀᴇᴠɪ
MINORS DO NOT INTERACT!
Wᴏʀᴅ Cᴏᴜɴᴛ: 2.8ᴋ
(ᴅɪᴠɪᴅᴇʀ ʙʏ ᴀɴɪᴛᴀʟᴇɴɪᴀ)
Crianças são sempre vistas como seres de luz que nascem com pequena ou nenhuma capacidade de ódio. À medida que crescem podem adquirir comportamentos perversos para se adaptarem ao meio ambiente a qual são inseridos. E, quando nesse meio social, seja por ciúmes ou inimizade, a atitude negativa gruda como chiclete no cabelo e lhe acompanha por toda a sua vida.
Eu e Joel nos odiávamos desde o jardim de infância. Nenhum de nós saberíamos dizer quem havia começado ou porque não podíamos simplesmente parar de nos comportarmos assim; sentíamos em uma competição e não deixariamos o outro ter a palavra final. Ele colocava insetos e pequenos animais dentro das minhas coisas, gargalhando com meu choro estridente e meus gritos quando os animais tentavam subir pelo meu braço. Então, rasgava suas folhas de exercício e desenho no horário do intervalo, forçando-o a ter que refazê-lo depois.
O sistema continuou o mesmo por anos, forçando nossos pais a terem que conversar com os coordenadores para que nos auxiliassem com relações interpessoais. As aulas mais chatas que nós já tivemos! Falavam sobre dividir brinquedos, o espaço do coleguinha, como deveríamos ter empatia e se importar com os sentimentos do outro. Eu me importava, era exemplar… menos quando o assunto era Joel. Queria que ele sumisse – e ele esperava a mesma coisa de mim.
No ensino fundamental, quando sua fixação com insetos parou e os professores já não confiavam mais em mim perto do material de Joel, a tática de ataque teve que mudar. Ambos éramos extremamente inteligentes, capazes de influenciar quase todos os colegas de classe e, novamente, era impossível dizer quem quem havia começado com a disputa de fofocas – mas ela estava lá sempre estava.
Houve uma época em que nenhum aluno encostava em mim, já que Joel havia inventado que eu tinha uma doença contagiosa. Não muito tempo depois, ele seria alvo de zuação dos meninos já que, por ter faltado uma semana na escola, todos acreditaram na história de que havia amputado uma parte do pinto por não ter lavado adequadamente. Os alunos, preocupados, perguntaram até para os professores se aquilo poderia acontecer se não lavassem direito – e, sem saber exatamente o porquê estavam perguntando aquilo, responderam que sim.
As meninas acreditavam que sua mãe pagava para os meninos serem amigos dele, enquanto os meninos acreditavam que eu usava meias para encher o volume do sutiã. E continuamos assim, até que quando ele foi baixo, eu fui mais ainda. Havia mentido sobre eu ter pego sífilis quando eu estava com algumas feridas de catapora cicatrizando; então disse que Joel gostava de bater punheta e comer a porra.
Éramos mais que inimigos; queríamos ver a mais completa destruição um do outro. Competiamos por notas, pontos, atenção dos professores e havíamos encontrado um ódio fixo imutável, um no outro. Não recuavamos de nenhuma briga e, se parecesse que estávamos perdendo, dobravamos nossas apostas, criando uma fofoca tão absurda que fez com que tanto eu quanto ele ficássemos BV até o terceiro ano do ensino médio – mesmo que grande parte dos outros alunos achasse que tínhamos parafilias anormais e desvios perversos de desejo sexual.
Me mudei no terceiro colégio para outra escola, com intuito de estudar para o vestibular. Não haviam escutado nada sobre mim e, finalmente, não havia mais ninguém para encher o saco de Joel. Assim, durante os jogos, fizemos um pacto de não agressão – que acabou sendo quebrado no momento em que o vi com aquela fantasia felpuda horrível. Não conseguia parar de rir. Porém, ao contrário do que Joel esperava, a maior parte dos acontecimentos desafortunados não foram minha culpa – e isso havia, de certo modo, me deixado com uma raiva descomunal. Haviam feito-no sair correndo pela escola apenas de cueca e eu não tive nada a ver com a situação. Isso era loucura.
Não sabia o que fazer, então voltei aos meus sentimentos mais infantis e enchi os travesseiros de Eduardo e seus dois seguidores insuportáveis com minhocas da feira, que havia comprado naquela mesma tarde. Foi o que Joel faria, se estivéssemos no jardim de infância. Todos reclamaram do cheiro ruim que saia de suas coisas e, quando finalmente deitaram a cabeça para dormirem, sentiram as minhocas andando pelo seu corpo.
Ficaram meia hora tomando banho, com nojo do acontecimento. Se pensassem o suficiente, ainda conseguiam senti-las se movendo em seu rosto. Então, no meio da noite, os garotos foram tirar satisfação com Joel e quase saíram aos socos.
Fiquei encarando no canto da porta.
– Foi você? – ele perguntou, puxando meu braço para a sala de armazenamento.
– Só eu faço da sua vida um inferno – empurrei-o, de modo que batesse as costas contra a parede e sai da sala.
2009, três anos depois. Estava em Cafezinhos, com a mala pronta para passar o final de semana na casa da minha amiga Rafa – havíamos nos conhecido durante o terceirão. Atualmente, ela morava com outras meninas de Imperatriz em uma república não muito longe da faculdade e havia me convidado para a festa de início do ano letivo após a libertação dos calouros. Mesmo que eu estivesse fazendo faculdade em São Paulo, achei que seria legal conhecer pessoas novas e mudar os ares em um final de semana.
O trânsito demorou um pouco mais do que o esperado e acabei chegando atrasada. Mesmo do lado de fora já conseguia ver que o som estava estourado e a casa cheia, exatamente o tipo de festa que eu gostava. Quando passei pela porta, os convidados já estavam todos dançando com seus próprios amigos e Rafa veio me receber com um abraço.
– Dá aqui, vou guardar no quarto – tirou a bolsa do meu ombro e eu sorri, seguindo-a pela casa.
– Desculpa pela demora.
– Relaxa – ela riu. – Chegou na hora certa, tivemos que batalhar pela cerveja e pelos convidados.
– O que?
– A outra república da rua tinha marcado outra festa pro mesmo dia e interceptou o recebimento das cervejas, mas nós ganhamos no jogo que eles propuseram e agora todos estão aqui – enquanto me explicava, colocou minha bolsa dentro do armário, para que ninguém mexesse, e voltamos para a sala da casa, onde os convidados estavam. – Aproveita, viu?
Me deu um beijo na bochecha e saiu para falar com um garoto, pareciam íntimos. Era um namorado ou apenas um peguete? Ri comigo mesma, pensando nas possibilidades. Fui me guiando pela casa, sendo instruída a ir até o tanque pegar cerveja para entrar no clima da festa. Quando cheguei lá, com o abridor na mão, encontrei um rosto familiar. Estava mais velho, mais alto e mais maduro, mas era o mesmo de todos os outros anos que estudamos juntos:
– Fabrício? – exclamei, surpresa.
Ele abriu um sorriso largo e exclamou meu nome. Não sabia se o cheiro de álcool vinha dele ou das cervejas a possa volta, mas eu facilmente poderia dizer que ele já estava bêbado demais.
– Mentira que você tá aqui – gargalhou e me abraçou.
– Prazer em te ver, também – sorri e ele pegou a cerveja de minha mão para abri-la.
– Tem alguém que vai ficar louco quando te ver.
Ele saiu do lugar ainda a gargalhadas e eu dei de ombros, levando a borda da garrafa a boca e tomando um pouco da cerveja (que não era das melhores, mas dava para o gasto). Meu corpo balançava ao ritmo da música e eu andava entre os cômodos, recebendo alguns olhares de outros universitários interessados. Todavia, meu semblante sorridente desapareceu quando dei de cara com Joel, encostado no batente da porta do banheiro. Um “ah não” sincero saiu dos meus lábios.
– Nem em Cafezinhos você me deixa em paz – reclamei.
– Eu moro aqui! – deu de ombros. Sem querer levantou o braço demais e deixou com que um pouco da cerveja caísse no meu pé.
– Fez de propósito? – perguntei, mesmo sabendo que não havia sido.
– Por que? Se tiver sido vai inventar que eu fiz xixi nas cervejas e dei pras outras pessoas beberem? – esbravejou.
– Que nojo, Joel. Como consegue pensar nessas coisas? – disse em sarcasmo, ele revirou os olhos e eu tomei outro gole da cerveja. Estava com um sorriso malicioso ao canto da boca por tê-lo feito ficar na defensiva tão rápido.
– Por que não ficou em São Paulo? Não tinha ninguém que quisesse sair com você? Estavam com medo de pegar sífilis? – dessa vez ele riu, vendo o sorriso sumir de meu rosto.
– E você? Tá sozinho na festa porque teve que amputar uma parte do pau?
E, no momento em que se fala da virilidade de um homem, as coisas ficam sérias. Seu olhar se fechou e quase percebi sua pupila escurecer ainda mais. Me puxou pelo braço para dentro do banheiro e fechou a porta, me empurrando contra a parede e bloqueando minha possibilidade de movimentação.
– Você sabe muito bem que eu não fiz isso.
– Eu sei? – usei o tom de voz mais suave que possuía, como se não tivesse ideia do que estava falando.
– Eu tive que tirar uma hérnia do umbigo na quinta série, só isso.
– Tem certeza que não teve que amputar uma parte do pau por má higienização?
Sem pensar muito em seus movimentos, envolveu sua mão na minha e a trouxe para a região escrotal, fazendo com que eu sentisse o volume no meio de suas pernas. Isso fez com que eu travasse minha respiração e ele suspirasse, jogando a cabeça para trás. Se recompôs no mesmo lugar, tentando ficar mais alto e querendo cobrir meu corpo com o seu, tentando impor respeito.
– Parece que eu amputei alguma coisa? – esbravejou.
Sua respiração quente chegou ao meu rosto e eu suspirei, sem sair daquela posição. Quando havia chegado tão perto? A barba o deixava mais masculo, com cara de mais velho. Os pelos do meu braço se arrepiaram. Fitei meu olhar no seu e nos encaramos, sem dizer qualquer palavra por aqueles segundos que pareciam uma eternidade. Eu não recuaria de uma disputa assim…
Na verdade, ao contrário de recuar, nós nos beijamos. Nos tão rápido que seus narizes se chocaram brutalmente, mas mesmo a dor não impediu que o beijo continuasse. Ele trouxe uma das mãos para minha bochecha, enquanto a outra acariciou a lateral da minha perna e a apertou assim que entrou em contato com a pele. Soltei um gemido, puxando-o para mais perto quando senti seu volume roçar entre minhas pernas, até mesmo abrindo-as um pouco mais para senti-lo mais perto.
Precisava dele próximo a mim. Mais próximo. Queria sentir seu corpo em todas as suas mais peculiares extensões. Passei os dedos por baixo de sua blusa e minhas unhas passaram pela lateral da barriga, arrancando-lhe um suspiro. Apertou a ponta dos dedos contra meu rosto e nós nos olhamos, separando o beijo.
– Você tem camisinha? – perguntou.
– Você não tem? – ri e tirei um pacote de camisinha de dentro da bolsa. Era sempre bom estar preparada. – Não tem porque já sabia que nenhuma menina sã aceitaria transar com você?
– O que você acha que isso diz sobre você? – ele arrancou a blusa em uma única puxada. Observei seu corpo e quase não consegui manter a boca fechada. Desejo.
– Cala a boca – segurei seu rosto entre os dedos, marcando sua pele com as unhas, e trouxe sua boca novamente de encontro a minha.
Ele pegou a camisinha da minha mão e passou a abri-la, enquanto eu me foquei em abrir a braguilha de sua calça, sentindo-o roçar contra minha mão na busca por qualquer estímulo feito pelo atrito. Ainda sem romper o beijo, deslizei minha mão pelo seu membro e o ouvi arfar contra minha boca.
Alguém bateu furioso na porta do banheiro – provavelmente com vontade de fazer xixi.
– TÁ OCUPADO – gritamos juntos e nos encaramos.
Iamos mesmo fazer aquilo? Dar um passo tão grande contra nossa inimizade? Não pensamos muito antes dele colocar a camisinha em seu comprimento e eu tirar a calcinha por baixo do vestido – não vi onde ela havia ido parar, mas isso não importava. Ele passou a mão por baixo da saia e a trouxe até minha cintura, apertando-a com uma força.
– É a sua primeira vez vendo uma vagina? – mesmo em uma posição tão íntima, não consegui me conter de fazer um comentário. – Já descobriu onde é o clitóris ou – ele riu e colou sua boca na minha, me calando.
Envolveu sua mão no meu pescoço e apertou, o encarei de baixo para cima, com os olhos brilhantes (pedindo pica) quase impaciente com o jogo de flerte. Sua mão foi até a minha intimidade e, novamente, ele soltou um riso malicioso.
– Pra alguém que tá tão molhada que eu vou precisar passar um rodo no banheiro, você tá falando demais.
Enquanto num momento eu estava revirando os olhos com seu comentário, no seguinte estava revirando os olhos de prazer, sentindo-o se alinhar e entrar dentro de mim. Segurei em seu ombro e percebi que todos os músculos de seu corpo estavam tensionados. Nós dois gememos em uníssono e ele tombou a cabeça para trás, em completo êxtase. Aproveitei o momento para passar a língua por seu pescoço, no comprimento da sua carótida, e senti-o pulsar dentro de mim.
Joel segurou a minha coxa e a puxou para cima, desferindo um tapa na carne. Mordi seu pescoço e ele retribuiu, com respirações pesadas. Começou a se movimentar e me puxou para mais perto, mudando a posição da minha pelve, inclinando-a, o que me fez quase gritar de prazer.
– Assim? – sussurrou contra minha boca, com um sorriso convencido de quem havia encontrado o ponto certo. – Me xinga vai, me xinga enquanto eu te fodo.
– Você é um filho da puta, babaca, que precisa sempre da minha atenção e – senti um choro agudo sair dos meus lábios quando ele aumentou a velocidade de suas estocadas, enquanto eu fazia esforço para que meu corpo encontrasse com o dele.
Levou a mão ao meu clitóris e iniciou movimentos circulares em ritmo constante. Ele sabia o que estava fazendo, sentia meu cérebro derreter e o corpo formigar. Quase não conseguia controlar o volume dos meus gemidos, torcendo para que a música do Bonde do Tigrão que estava tocando na parte de fora abafar os barulhos. Nunca imaginei que estara transando ao som de “Caçador de Tchutchuquinha”.
– Você quer que todo mundo ouça você gemendo pra mim? Que saibam que você é a putinha do Joel? – disse a minha orelha e sua respiração foi o ponto gatilho para meu orgasmo.
Meu corpo inteiro tencionou e minha visão desfocou por alguns segundos, sentindo até as costas da mão formigar. Uma onda de ocitocina foi liberada rapidamente e eu gemi alto. O músculo do canal vaginal apertou contra si mesmo, liberando mais lubrificação e parecia querer esmagar o pau de Joel, que escondeu o rosto na curva do meu pescoço para que eu não visse suas feições de mais alto prazer.
Mesmo ainda durante o meu ponto alto, puxei sua cabeça para frente, fazendo com que olhasse em meus olhos. Queria ver seu rosto no momento em que gozasse, precisava ver suas feições se contorcendo de prazer. E, provavelmente, o contato visual foi demais para ele, que seguiu com movimentos erráticos até gozar dentro da camisinha.
Ficamos algum tempo parados naquela mesma posição, antes de nos separarmos para ele jogar a camisinha no lixo e eu procurar pela minha calcinha. Voltamos a nos encarar depois, enquanto ajeitamos nossas roupas; pude ver as marcas de arranhão que havia deixado em seus ombros e nas costas, junto aos chupões no pescoço – e eu deveria estar no mesmo estado. Tínhamos nos marcado e delimitado território subconscientemente, fosse pelo prazer extremo ou pela possessão que possuímos um com o outro.
Não conseguimos manter contato visual de maneira séria, então soltamos alguns risinhos quando voltamos a ficar frente a frente.
– Então o nosso ódio era tesão acumulado? – ele sorriu, tombando a cabeça pro lado enquanto se aproximava de mim.
– Pelo jeito… – ri e ele retribuiu a risada. Passou a mão pelo meu ombro e me deu um beijo suave no local.
– O que acha de eu te levar pra almoçar amanhã? – perguntou, de maneira sincera.
Joel não era de se envolver com transas repentinas em banheiros de repúblicas, era um cavalheiro, mas havia algo em mim que o desconcertava sempre que estávamos juntos. Talvez, se tivéssemos procurado ajuda profissional quando mais jovens, teríamos percebido que nossos atos estavam incrustados em baixa auto estima e necessidade de sermos vistos de maneira importante por outra pessoa – tendo elegido um ao outro como merecedores dessa admiração.
– Tipo um encontro? – perguntei e ele ergueu as sobrancelhas, com um sorriso.
– Você não sabe o quanto eu tô me segurando pra não dizer “Deus me livre ir em um encontro com você”.
Não pude deixar de gargalhar, me aproximando dele para dar mais um beijo. Velhos hábitos nunca morrem, mas a intenção era verdadeira e ambos sabiam que a inimizade havia acabado naquele momento.
Pessoal do lado de fora do banheiro: Joel????😨😨😨😨
Aliás, esse foi o primeiro smut que eu escrevi na vida (me propus a explorar gêneros textuais novos) e por mais que tenha sido uma experiência nova, meu deus que coisa torturante.
Aᴏ3
Wᴀᴛᴛᴘᴀᴅ
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Realmente estoy pensando en desaparecer del internet. La idea de no dejar rastros en línea me fascina y me hace sentirme viva devuelta, pase estos últimos 3 años conectada en un lugar por tanto tiempo que literalmente me hirió mentalmente, y estoy sufriendo de esas repercusiones.
Me pasaron muchas cosas, sufrí acoso masivo, grooming, y borraron la información del celular que me habían dado para mí cumpleaños 3 meses después. Por suerte recupere muchas de mis cuentas, pero el daño ya estuvo hecho. Todo esto fue por parte de adultos de un servidor que se llamaba Purgatory (era de un youtuber llamado Red Labs, el server ya no existe). Yo tenía 11 años, 12 recién cumplidos, y no sabía que hacer. Tuve más de 7 cuentas en discord, pero hoy no siento nada de ese caso. Muchas veces me manipularon para hacer cosas que no quería, y un desarrollador de juegos me groomeo para que yo tenga fetiches y parafilias, casi nada quedó en mí mente, y no recuerdo mucho (eso ya dice que fue traumático).
Tuve que mentir con mí edad en múltiples ocasiones, aún estoy a tiempo de vivir la vida como un adolescente que por lo menos este bien mentalmente, porque yo no siento que estoy así. Estoy a tiempo de cambiar el rumbo en mí vida, quiero un descanso, quiero irme, quiero desaparecer.
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Anal 👑
Per i molti "anal" può essere interpretato come una parafilia da debosciati... come affermerebbe lo stesso De Sade.
Anal, ha comunque un forte accostamento con il sadomasochismo che è per l'appunto questa l'attrattiva psicologica .
Anal è praticato nel BDSM per curiosità, piacere, dolore; e la peculiarità che lo caratterizza è la remissività consensuale.
La componente del piacere è strettamente legata al tema del sadomasochismo attraverso la sottomissione e la Dominazione.
La componente del dolore può trasformarsi in piacere solo se si ha una determinata predisposizione .
Tratto dal pensiero di Renée Sade
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oioi tori🙌 amo tuas capas viu
teria como cê me passar as fontes de traços no gelo, parafilia, quer conhecer o meu gato e verdades que o tempo traz?☝️ e o brush de "quer conhecer o meu gato"? pfv (e qnd puder claro❤️🩹
Oi, luv! Vamos começar pelas fontes:
Traços no Gelo - MUSSICA SWASH
Parafilia - BOYCOTT
Quer Conhecer Meu Gato - NIGHT DUST
Verdades Que o Tempo Traz - infelizmente não tenho mais essa fonte e nem lembro qual é 😅
Agora o brush:
Lápis Grosso
Esse brush é próprio do ibispaint.
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Un ideale pornomane fin de siècle o meglio ancora degli anni '50 che si trovasse catapultato per un prodigio della storia nel secolo attuale si domanderebbe stupefatto: che fine hanno fatto i peli pubici? Un'epidemia fulminante di alopecia genitalis deve avere colpito il genere umano lasciandolo glabro in quelle parti come una palla da biliardo. Fosse capitato da queste parti giusto una cinquantina d'anni fa non avrebbe colto troppe differenze con la vita reale, ma addentrandosi nel nuovo millennio di una ventina d'anni avrebbe notato questa diffusa tricofobia delle parti intime che ormai relega la peluria genitale a parafilia di nicchia, similmente agli appassionati del vinile. Sembra che l'umanità si sia scordata di essere fatta di carne e si sia messa ad inseguire un'ideale di levigatezza più affine al materiale plastico. Forse che abbiamo già compiuto la trasformazione in superuomini e la scimmia abbia messo il piede in fallo sopra la corda tesa sull'abisso? (cfr. Nietzsche). Ai posteri l'ardua sentenza.
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