#nada especial ni siquiera tiene edición
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mikrokosmcs · 2 years ago
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‘                the  shadow  walker  &  the  necromancer
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docpiplup · 4 years ago
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Estabamos hablando @alemr02 yo por privado, de cosas sobre la percepción de los espectadores de los personajes, como la presentación de la patru, y tal, y el background general de cada uno, ya sea por edad, estatus y su época, pues tenemos diferentes percepciones entre los personajes, de Alonso, Pacino o Julián se podría sacar que est��n digamos algo más espabilados, se podría decir que debido a sus posiciones sociales y haber vivido más se han tenido que desenvolver en más ambientes y situaciones o etapas de la vida más diferentes o variopintas que por ejemplo Amelia, también podemos tener en cuenta el aspecto de las tramas o las principales preocupaciones de Julián, Pacino y Alonso son o han sido enfocadas en sus pasados, Maite, el asunto de su padre, Blanca.... y Amelia, que prácticamente nos lo presentan al conocerlos o en el mismo capítulo en el que nos los presentan, pero por ejemplo el caso de Amelia lo que nos mostrarán un poco más tarde es el asunto de la tumba y las fotos, es decir, lo que será o lo que puede llegar a ser su futuro, una de las cosas que más le preocupa.
Amelia: ¡Es tan difícil encontrar una mujer con la que poder hablar de política, arte… de cosas importantes!
Irene: (Sonríe) ¿Y de qué hablan tus amigas?Amelia: De maridos, hijos y la moda de París. A veces creo que las mujeres somos nuestras peores enemigas. Estoy convencida que en un futuro las mujeres podrán hacer lo mismo que un hombre. Si nos oyera mi madre… Está empeñada en buscarme marido… que me case y tenga hijos.
Irene: (se va animando) Y tú no quieres… Amelia: (orgullosa) Yo no necesito un hombre. Irene se la queda mirando. Irene: Pues no sabes la alegría que me das…
Coge la cabeza de una sorprendida Amelia y la besa largamente en la boca. Amelia se queda depiedra, Irene lo nota.
Amelia: (confusa) Necesitar, no necesito a los hombres… pero el caso es que me gustan. Irene la mira, suspira…
Irene: En fin… (coge su pequeño bolso). A ver si esto te interesa más… Abre el bolso, saca un teléfono móvil.
Amelia: Eso… ¿qué es?
Irene: (marca y se lo pone al oído) Tu mundo se te queda pequeño, querida; y eso sí lo podemos solucionar. (al móvil)¿Angustias? Pásame con el jefe, reina… Amelia no puede abrir más los ojos.
El tiempo es el que es, 1×01
La situación de Amelia por ser una mujer joven de un estaus social alto del siglo XIX, le ha favorecido en el asunto de poder estudiar e ingresar en la universidad y otras ventajas, pero también ha tenido bastantes restricciones en cuanto a lo que debe o no debe hacer impuestas por la sociedad de la época. Y aunque la frase "A veces creo que las mujeres somos nuestras peores enemigas" pueda sonar algo controversial, pues creo que va en el sentido de que por lo general no pueden ir más allá por las dificultades de aspirar a más debido a las circunstancias en las que se encuentran. Teniendo esto en mente está bien que luego Amelia intente ayudar en ese sentido al facilitar el acceso a educación con el proyecto de la escuela.
Amelia está desayunando junto un hombre (Contable). Mira en un periódico una noticia sobre la inauguración de un centro de enseñanza a mujeres, abierto por su empresa. Sale una foto suya en el periódico “La fábrica Viuda e hija de Folch abre un centro de enseñanza para mujeres”.
Contable: Amb el degut respecte, no crec que obrir aquestas escoles per a dones analfabetes sigui bo per als seus negocis…
Amelia: No ho sé. Però el que sí tinc clar es que és bo per a elles.
Contable: Peró la seva mare està preocupada. Es molt dispendi…
Amelia: És que van malament els negocis?
Contable: No, no...
Amelia: Llavors, suposo que tindré diners per pagar el seu acomiadament, per impertinent.
El contable, boquiabierto… De repente entra una criada.
Criada: Té vosté visita.
Entra Angustias, vestida de época.
Angustias: Perdona la molestia, Amelia… Pero traigo un mensaje de don Salvador. Y es algo muy urgente.
Sorpresa de Amelia, que se levanta.
Amelia: Vamos de inmediato.
Contable: ¿I jo què faig?
Amelia: (Saliendo con Angustias) Buscar una altra feina
Bloody Mary's Hour, 4×03
En comparación con el resto parece que a estado más entre algodones, y por eso probablemente a veces al principio parecía que era un poco ingenua, pero al entrar a trabajar al Ministerio se le habren las puertas a vivir cosas nuevas (bueno, al resto de la patru también, pero hago énfasis en Amelia por estas razones)
Amelia abre la cama mientras Julián coloca su abrigo y alguna almohada en el suelo, púdicamente alejado. Por supuesto, ambos están totalmente vestidos.
Amelia: Si me viera mi madre durmiendo con un hombre, le daba un aire.
Julián: (Sonríe) Vas a dormir como a cuatro metros de un hombre…
Amelia: (Incómoda) Te debo parecer muy antigua.
Julián: ¡Mujer, naciste un siglo antes que yo! ¡Ya me dirás!
Amelia no puede evitar reírse. Julián también.
Amelia: ¡Pues soy muy moderna, no te creas! Soy la única mujer en la universidad. Y sigo soltera. A mi edad, todas mis amigas están casadas y con hijos. (pausa) Y tú, ¿estás casado?
A Julián le cambia el gesto, pero procura ocultarlo.
Julián: Lo estuve. Murió.
Amelia: Lo… lo siento…
Julián: Tranquila.
Se quedan en silencio unos instantes. Él sigue preparando su lecho.
Julián: La vida es muy extraña. Hace unos días pensaba que nada merecía la pena. Cuando me obligaron a trabajar en el Ministerio, creí que era una locura…
Amelia: No fuiste el único.
Julián:… y sin embargo, ahora sé que me ha dado la vida… Buenas noches.
Julián se acuesta y apaga el quinqué. Y todo queda a oscuras.
El tiempo es el que es, 1×01
El pincel de un pintor colorea un cuadro… En él vemos a la familia de Amelia retratada … Y a una Amelia que está pensativa, ida… Incómoda…
Amelia Off: Soy Amelia Folch. Tengo 23 años y, sin embargo he salvado la vida de El Empecinado… He conocido a Lope de Vega… … Y he visto la Armada Invencible… Viajo por el tiempo como quien se sube a un tranvía…
Volvemos a ver el cuadro que está pintando el pintor. El cuadro responde al gusto burgués del XIX. Está bastante avanzado, aunque no terminado.
Amelia Off: … Pero no puedo contar mi secreto ni siquiera a quienes más quiero: mis padres.
Pintor: Señorita, ¿puede dejar de moverse?
Amelia hace un gesto como de estar harta.
Carme: (A Amelia) Hija, últimamente no sé que te pasa: siempre estás en las nubes.
Todos se recomponen y vuelven a posar para el pintor.
Amelia Off: Aquel día, después de disimular en casa, viajé hasta el Ministerio.
Amelia está ante múltiples pantallas, absorbiendo información como una posesa…
Amelia Off: Julián se entrenaba en el arte de la guerra.
Julián hace prácticas de tiro… Tras disparar, el instructor da a un botón y se acercan las dianas: Julián no ha atinado ni una”. Ernesto cabecea preocupado. Julián intenta justificarse:
Julián: salvo vidas… no las quito.
Ernesto: Hay misiones en las que todo puede torcerse. Y pocas vidas podrás salvar si no salvas antes la tuya.
Julián mira las dianas:
Julián: Pues esperemos que no se tuerzan.
Amelia Off: Alonso, por su parte, se afanaba en ponerse al día con las costumbres del siglo XXI.
Alonso mira serio una revista. Está boquiabierto.
Alonso: ¡Madre del amor hermoso! ¡Qué bellezas!
Ahora vemos que está viendo unas fotos de motos (Harley Davidson).
Los integrantes de la patrulla, junto con Ernesto e Irene y otros agentes del Ministerio celebran el cumpleaños de Velázquez
Amelia Off: A veces, incluso teníamos tiempo para celebraciones.
Angustias entra con una tarta con una vela encendida y la coloca delante de Velázquez.
Irene: (Sonríe) ¿Sólo una vela?
Angustias: Quien quiera saber cuántos cumple Velázquez, que lo busque en la wikipedia.
Velázquez sopla y apaga la vela. Todos le felicitan por su cumpleaños.
Julián: (Irónico a Velázquez) Para haber nacido en el siglo XVII, estás estupendo.
Velázquez sonríe.
Velázquez: Uno, que sabe cuidarse.
Angustias: Venga… Una, dos y…. ¡¡¡Tres!!!
Velázquez sopla y apaga la vela. Todos le felicitan por su cumpleaños.
Amelia Off: De haber sabido lo que se nos venía encima, no nos hubiéramos reído tanto.
Cómo se reescribe el tiempo, 1×03
Se libera un poco de las presiones de su época y toma nuevas responsabilidades como es trabajar de agente y estar al mando de la patrulla, con todo lo que conlleva, y también a relaciones que por lo general no tiene oportunidad de tener.
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Como la del compañerismo, a nivel profesional y personal, las relaciones que entabla con su patrulla y otros miembros del Ministerio o algunos personajes históricos, ya sea de a amistad o amorosa/sexual, porque por ejemplo, intuimos que Lope puede ser una especie de crush adolescente de Amelia porque le admira muchísimo por sus obras y acaba un poco coladita por él, pero aparte de eso no parece que antes de que la conocimos haya tenido muchas experiencias en temas amorosos, luego llega Tiempo de Gloria y pues aunque al principio lo evita, pues al final baja la guardia y ve que tiene oportunidad de dejarse llevar y pasar un rato junto a Lope (aunque claro, ya sabemos el historial de Lope, aunque seguro que Amelia también)
Y a raíz de esto pues también podemos ponernos a pensar cosas como la situación de Amelia en su adolescencia/ primeros años de adulta, que para Amelia según las leyes de la época ha sido hace poco, por que la mayoría de edad a los 18 es bastante nuevo, se estableció con la constitución de 1978, antes era a los 21, y por eso no resulta raro que por lo que parece Amelia esté empezando en la universidad a los 23 (eso lo digo porque por lo que dice Amelia en Tiempo de Esplendor, aún le quedaban algunos años más para graduarse)
Amelia se acerca a su madre, sabe que algo le esconde. Amelia coge el libro. Es una edición del 1850 aprox. de Cuentos y refranes populares de Fernán Caballero.
Amelia: (Sonríe cariñosa) Me leíais estos cuentos de pequeña.
Carme: ¿Te acuerdas de la hormiguita que buscaba un pretendiente? Quería casarse cuanto antes.
Amelia asiente, sospecha por donde irán los tiros.
Carme: Guardaba este libro para leérselo a tus hijos… Los nietos son la alegría de la vejez. (Empieza a llorar) Pero se lo regalaré a la Núria Vidal, ella pronto será abuela.
Amelia: Pero madre… todavía soy muy joven.
Carme niega tristemente
Amelia: En tres años habré acabado los estudios y… (por salir del paso) podré pensar en el matrimonio.
Carme: ¿Quién te va a querer con 27 años? Algún viudo quizás…
Amelia no contesta, le enoja la conversación.
Carme: Estás obsesionada con los libros. No ves más allá. Que si Lope, que siCervantes… Pero las mujeres no podemos obsesionarnos en una sola cosa.
Amelia: ¿Y los hombres sí?
Carme: Los hombres pueden permitírselo. Por eso todos los escritores son hombres.
Amelia: (Sonríe satisfecha) Fernán Caballero era una mujer.
Carme se queda sorprendida con la noticia.
Amelia: (Triunfal) ¿Lo ve?
Carme: ¿Y cuántos hijos tuvo?
Amelia: (Con la boca pequeña) Ninguno.
Carme: (Preocupada) ¿Lo ves?
Tiempo de Esplendor, 3×05
Y por ejemplo como dice Carme que Amelia es casi una niña (bueno esto es un poco subjetivo por ser su madre, pero igualmente tiene sentido para la sociedad), aunque claro, eso no quita que la presionen con el asunto de obligar a casarse.
Carme parece escandalizarse un poco, bueno realmente como ya sabemos esa no es la razón, en general Carme estaba como estaba en las cenas porque
a)prefiere hacerle un tercer grado a Julián, no se fía de sus intenciones, porque es un completo desconocido para ella.
(@cucullas en un comentario de esta publicación lo resume muy bien)
b)probablemente el hecho de que Amelia se presente con un pretendiente muy diferente a lo que Carme tiene en mente al buscar un marido para su hija ha sido chocante para ella
Los Folch al completo cenan con su invitado: Julián. La criada sirve el segundo plato, un estofado.
Enric: ¿Y cómo ve el pacto de alternancia en el poder entre Cánovas y Sagasta?
Julián: ¿Yo? Estupendo, lo veo estupendo.
Enric: ¿Y qué me dice de la situación de Cuba?
Julián: Bueno, eso ya no lo veo tan estupendo.
Pausa, siguen comiendo. La madre mira a Julián:
Carme: Está usted comiendo la carne con el tenedor del pescado.
Julián: … Lo siento…
Julián cambia de tenedor. Luego, se echa agua en una copa…
Carme: Y esa es la copa del vino.
A Julián se le cae el cielo encima.
Enric: Déjale mujer, son los nervios…
Carme: Los nervios o la falta de hábito.
Amelia: ¡Madre!
Julián hace un gesto a Amelia.
Julián: Creo que es hora de dejar de hacer teatro…
Amelia coge aire: Julián no puede hacer eso… Carme, atenta a Julián, que la mira fijamente, con calma
Julián: Soy de familia humilde y lo soy a mucha honra. Nadie me ha regalado nada, pero sé tratar a un enfermo mucho mejor que algunos que distinguen los cubiertos de la carne de los del pescado, se lo aseguro.
Amelia suspira aliviada.
Carme: Permítame que la haga una pregunta… ¿Quiere usted a nuestra hija?
Enric: Mujer, tampoco hace falta ser tan directa…
Julián: No, no pasa nada… (A Carme) Claro que la quiero. Estoy aquí, cenando con ustedes, ¿no?
Carme: ¿Y qué es lo que más le gusta de ella?
Julián mira a Amelia, que está cada vez más tensa.
Julián: (Improvisando) Amelia es inteligente. Y divertida… Y guapa, muy guapa… (La mira y ahora dice lo que siente) Pero lo que más me gusta de ella es que haya decidido ir a la Universidad cuando la mayoría de las mujeres son sólo la sombra de su marido. Amelia sonríe.
Enric: Son tal para cual, no cabe duda.
Carme: (Seca) No vayamos tan deprisa. (Se gira a Julián) Mi hija es casi una niña. Y usted un hombre hecho y derecho. Y bien parecido. Estoy segura de que mi hija no es la primera de sus conquistas.
Julián recibe esta frase como un golpe ante el que tiene que reaccionar. Y prefiere hacerlo con la verdad.
Julián: No. No lo es. Soy viudo.
Carme: ¿Y de qué murió su mujer?
Amelia: ¡Ya está bien!
Julian: Murió en un accidente. La atropelló un… un carruaje.
Julián se queda ido. Los demás, en silencio. Cada día que me despierto me pregunto por qué la vida es tan injusta. Todavía lloro cuando la recuerdo. Creo que eso es el amor… Saber que sin la persona que quieres te mueres más rápido. Y buscas un milagro, aunque no creas en ellos.
Se para. Se controla un poco. Mira a Amelia.
Julián: Hasta que, de repente, ocurre. Y encuentras a alguien con quien cada día es una aventura, que lucha junto a ti… Y ese alguien es Amelia.
Enric: (Con la boca pequeña) Collons…
Julián: (A la madre, seco) Será mejor que me marche, pero antes le daré un consejo: usted ya ha vivido su vida, deje que su hija viva la suya.
Se levanta y sale de la casa. Amelia mira a su madre y va tras Julián, mientras los Folch se quedan a solas, mirándose sin saber qué decir.
*******************************************
Julián: Me gustaría pedirles perdón: anoche me fui dejando a mitad la conversación. Y tengo que decirles dos cosas muy importantes.
Los padres de Amelia y ésta se quedan mirando a Julián.
Julián: primera es que Amelia y yo queremos casarnos. Y espero que den su consentimiento.
Enric: Lo tiene.
Carme: Eso está por discutir.
Julián: Tiempo tendrán para ello. Porque la otra cosa que no les dije anoche es que boda no se celebrará de inmediato.
Enric: ¿Y eso? ¿Por qué?
Julián: La semana que viene parto a Cuba como oficial médico.
Enric: ¿Hay guerra otra vez con Cuba?
Julian: Se declarará en unos días… Un periodista amigo mío lo sabe de muy buena tinta. Así que, si consideran el compromiso inaceptable, lo entenderé.
Amelia sonríe levemente, emocionada.
Enric: De ninguna manera. Será un honor llamarte hijo cuando regreses.
Carme: Pero…
Enric: (La corta) Luego hablamos a solas de ello… (A Julián) Yo también quiero dar una noticia importante…
Amelia: ¿Qué noticias son, padre?
Enric: Hablé con un editor de tu novela, del diario ese de los viajes por el tiempo…¡Y le ha encantado la idea! Dice que puedes ser la Julio Verne española.
Julian: (A Amelia) ¿Vas a publicar un libro de viajes por el tiempo?
Mientras Amelia no sabe dónde meterse, Enric engulle otro trozo de filete… Y Carme estalla.
Carme: ¡No aguanto más! ¡Esto es una casa de locos!
El padre empieza a atragantarse.
Carme: Mi hija quiere ser novelista… (A Julián) Y usted no es más que un farsante que quiere aprovecharse de nuestra fortuna.
Inmersos todos en la conversación, no se dan cuenta de que el padre de Amelia se está ahogando.
Carme: Estoy segura de que usted ni siquiera es médico… Pronto lo sabré, porque he pedido que investiguen en su facultad…
Enric ya no puede más y tira del mantel. Está blanco.
Carme: ¡Dios mío, se está ahogando? (Le da un vaso de agua) Bebe, Enric, bebe…
Julián va donde él.
Julián: ¡Levántese!
A duras penas, y con la ayuda de Julián, que detrás de él, presiona con sus dos brazos en la boca del estómago (maniobra de Heimlich).
Carme: (Atacada de los nervios) Por Dios, ¡¿pero qué hace?! Amelia, que lo va a matar. ¡Haz algo!
Julián le da el enésimo golpe y el padre expulsa el trozo de carne con el que se había atragantado. Enric recupera el aliento y se deja caer en la silla.
Carme: (A Julián, agradecida) ¡Le ha salvado la vida!
Julián: ¿Va a seguir investigando ahora si soy médico o no lo soy?
Carme abraza a su marido mientras Julián se acerca discretamente a Amelia.
Julián: (Al oído de Amelia) Destruye el diario.
Una negociación a tiempo, 1×04
Siguiendo con el asunto de la edad de Amelia y la mayoría de edad a los 21, pues si suponemos que por aquella época por lo general se entraba a estudiar a la universidad a partir de de la mayoría de edad,  si suponemos que en 1880 es el primer año en la universidad o como mucho el segundo  (no se cuanto duraría una licenciatura de filología hispánica en esa época, tendría que buscarlo), pero por el comentario que he mencionado antes de Amelia en Tiempo de Esplendor sobre los años que le quedan en la universidad, supongamos que son 4/5 años, entonces a lo mejor no pudo obtener un permiso para estudiar hasta un par de años después por la dificultad de ser una mujer que quiere estudiar, o eso o ponemos que entro en la uni a los 21 y esté estudiando hasta 1884/1885 porque esos estudios llegan a requerir más años en el programa de la licenciatura, o bien por el asunto de estar compaginando los estudios con otras cosas como el trabajo en el Ministerio, u otras cosas como sacar adelante la empresa familiar  o en el caso de la línea de sucesos de lo de las fotos,está el asunto del embarazo y su hija, además lo más probable es que como sería en 1883, probablemente más de una vez que ha asistido a clases o a algún examen ha coincidido con alguna etapa del embarazo.
Además del efecto que tiene a nivel emocional todo el tema del supuesto futuro y su temprana muerte, que ha sido una de las cosas que probablemente pueda haber interferido en la capacidad de concentarse a la hora de estudiar o hacer alguna otra actividad relacionada con los estudios, aunque también podríamos asumir que al igual que en una misión, se abstrae de pensar en el asunto, y se enfoca en cumplir su cometido como estudiante/agente y jefa de patrulla.
Pacino está con Amelia delante de la tumba de ésta.
Amelia: Esta es mi historia y aquí se acaba. Sé cuándo voy a morir. Sé que tengo una hija. Pero tengo tanto miedo por saber la verdad que vivo paralizada.
Se gira hacia Pacino.
Amelia: Salvo cuando estoy en una misión. Es lo único que me mantiene viva de verdad.
Pacino: Debe ser duro saber cuándo te vas a morir.
Amelia: Sí. Y en el fondo debería asumirlo. Nací en 1857.
Pacino no sabe qué decir.
Amelia: Ya te lo he contado todo.
Pacino: Gracias.
Tiempo de Valientes II, 2×08
También podríamos decir que al trabajar en el Ministerio, también está estudiando al hacer uso de sus conocimientos de literartura e historia para la misión X de turno.
Me dejo varias cosas en el tintero pero gracias por vuestra atención y por leer hasta el final:)
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miguelmarias · 4 years ago
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CERCA DE ALLAN DWAN
Es realmente increíble. Cada vez que echo un vistazo (y eso es un decir, cada vez que contemplo intensamente) un par de películas de Dwan me asombra más y más lo poco reconocido que sigue siendo su talento. Y me parece tan evidente que es uno de los grandes genios de la dirección cinematográfica que no comprendo las razones de la ceguera dominante acerca de él. Por supuesto, es el verdadero maestro subterráneo, que nunca ha puesto en primer término su punto de vista ni su estilo, ni se ha promocionado a sí mismo. Y sin embargo, a nadie que mire y piense un poquito se le puede escapar cómo en sólo 87 minutos, aunque con calma y sin el menor apresuramiento, ni la mínima merma de la extremada claridad –tanto visual como narrativa– que es su característica principal, puede Dwan narrar tantas intrigas complejas e interrelacionadas, con tantas variaciones y tantos matices en sus personajes y en las cambiantes relaciones que se tejen entre ellos, como lo hace, y es un ejemplo tan sólo, en Tennessee's Partner. O, puestos a ello, en sólo un minuto más, la trama quizá más simple de Cattle Queen of Montana. Debiera bastar con ver seguidas otras dos películas, Silver Lode y Sands Of Iwo Jima, o The Inside Story y Angel in Exile, o Slightly Scarlet y Most Dangerous Man Alive, o The River’s Edge y Passion, para advertir que Dwan es uno de los verdaderos grandes, por muy modesto que fuera. Si junto con cualquier par de films de Dwan como los citados uno ve o revisa ese mismo día –como me ha sucedido a mí con cuatro de ellos– The Story of Dr. Wassell de Cecil B. DeMille y Two Rode Together de John Ford, el mero hecho de que los de Dwan aguanten la comparación con tan enormes (aunque aún no generalmente reconocidas) obras maestras parecería prueba suficiente.
Es una pena que John Alton esté muerto, y que probablemente nadie se ocupara nunca de preguntarle por esta parte de su carrera, la última, en la que mantuvo una ejemplar colaboración con Dwan; pero tengo la sensación de que o se tomaron la molestia y el trabajo de encuadrar dos veces cada plano y filmarlo simultáneamente con dos cámaras, o en el caso de Tennessee's Partner la versión presentada en formato "SuperScope" fue una idea “a posteriori” de la distribución, elaborado artificialmente en el laboratorio. Ni una sola vez, ni siquiera durante los fundidos, tengo la sensación de que falte algo del encuadre o de que haya el menor desequilibrio, y habitualmente en Dwan hay una tendencia tan clara al equilibrio y a compensar masas dentro de la composición que, de haberse rodado realmente con un “ratio” más ancho, se habrían echado en falta; y, ya que Dwan mueve la cámara más a menudo de lo que era habitual entre los directores de su generación, sería difícil que se mantuviera tal equilibrio si simplemente se redujera el campo visual simétricamente a ambos lados. Es una pena también que la edición en DVD americana, de VCI, de Tennessee’s Partner no incluyera en una cara del disco el formato “widescreen” y en la otra el formato en ratio “standard”.
Por otra parte, cada vez que contemplo una de las películas –casi cualquiera de ellas, lo mismo de los años 20 que de los 50– de Allan Dwan, me sorprende mucho darme cuenta de lo extrañas que son bajo su apariencia más o menos vulgar o corriente, lo lejos que están de la línea general, del caudal principal del cine americano de su respectiva época –da igual cuál–, no digamos ya de las absurdas y erróneas fantasías que circulan acerca del llamado "Cine Clásico Americano", asumidas inconsciente o acríticamente por los Gallaghers del mundo, y convertidas en dogma por la aparentemente obligatoria popularidad entre los estudiantes y profesores de cine de David Bordwell y compañía, y también, en contra de la suposición generalizada, de cuán diferente es de Griffith, Walsh, McCarey, Ford, Wellman, Hawks, Vidor, King, Borzage, DeMille o cualquier otro cineasta que pueda ocurrírseme como posible "paralelo". En el fondo, es tan anticonvencional –mejor, tan poco convencional– como Jacques Tourneur. No presume de ello, igual que nunca subraya su tratamiento de los personajes, con una especie de ojo clínico incansable y con una distancia muy crítica y al mismo tiempo con simpatía y comprensión, como si tratase siempre de mantenerse generosamente abierto a la posibilidad de encontrar en cada uno de ellos algo digno de respeto, más allá y a pesar de la reputación o las apariencias, a pesar incluso de su reincidencia o su debilidad, buscando algún rasgo que sea apreciable. Claro, The River's Edge sería la instancia más evidente de esta actitud tan poco puritana, pero el sheriff interpretado por Leo Gordon en Tennessee's Partner muestra como es algo que se aplica hasta a los personajes de segunda fila (uno presupone que Rhonda Fleming, Ronald Reagan o John Payne pueden ser algo más que lo que parecen a primera vista, lo mismo que no son realmente esos actores “de madera” o “inexpresivos” por los que a menudo los toman hasta algunos simpatizantes de Dwan que los juzgan por su “valor facial” o, peor aún, fiándose de su escasa reputación).
En fin, hay que resignarse. Algunas personas, incluso si tienen enemigos, son más bien visibles, o hasta “vistosas”, son más bien fáciles de ver y hasta acaba resultando relativamente sencillo reconocer o hacer que se admita en ellas algún mérito, hasta una cierta grandeza (Samuel Fuller, Sacha Guitry y Jean-Pierre Melville serían ese tipo de personas); otras, como Allan Dwan, o Jean Rouch puestos a eso, o Marcel Pagnol, o Henry King, o incluso Leo McCarey, son mucho más difíciles de hacer que sean comprendidos o reconocidos, hasta si en realidad nadie está decididamente en su contra: simplemente, no parecen importar, nadie piensa con convicción acerca de ellos. La inercia tiene una fuerza enorme, y nada que uno pueda decir va a parecer suficientemente probatorio para quienes no sean capaces de verlo por sí mismos con sus propios ojos. Es algo parecido a la fe: o la tienes o no la tienes, o lo ves o ni siquiera lo puedes imaginar, y nada que nadie pueda decir será suficientemente persuasivo. Y el cristal con que mira Dwan no es deformante ni distorsionante, sino tan claro y limpio que ni se ve ni el cambio de aquello que se ve a su través ni se nota la misma presencia del cristal. Otros dan algunas pistas, dejan huellas de sus pensamientos o sus ideas, iluminan lateralmente sus sentimientos, los colorean con focos y sombras, o afirman su presencia a través de una forma de hablar, o de alguna mezcla distintiva de humor y sentimiento trágico, o a través de los rostros de ciertos actores familiares (para él y para nosotros), o por medio de textos manuscritos y su voz (como Godard), cuando no su cara; Dwan no ofrece mapa ni señales, ni carteles ni flechas, ni siquiera tiene donde agarrarse mientras uno viaja dentro de su vieja diligencia o su furgoneta abollada de los años cincuenta desde cualquier sitio a ninguna parte. Y, por supuesto, al contrario que la mayoría de los cineastas actuales, nunca convirtió un solo plano de ninguna de sus películas en algo parecido a un spot publicitario acerca de sí mismo. Nunca dio una exhibición ni pronunció un discurso, ni hizo reverencias ni saludó al público. Se le pagó con silencio e indiferencia, y después el olvido. Ni siquiera tuvo la amabilidad de hacer sólo unas pocas películas, de modo que su producción fuese fácil de catar y valorar. Dwan es, desde luego, por inverosímil que pueda parecer, uno de los auténticos originales; incluso su presunta deuda para con D.W. Griffith había sido compensada con creces hacia 1922, así que estaba liberado también de esa influencia, y por tanto capacitado para ser sólo él mismo sin prestar la menor atención a su propia imagen, pues estaba siempre muy ocupado en el trabajo de construir imágenes muy desnudas, límpidas y nítidas con las que contar historias que van más allá de su intriga o de sus argumentos, concernidas sobre todo por los seres humanos y sus sentimientos, y centradas, como Pierrot le fou dijo citando a Elie Faure a propósito del Velázquez tardío, principalmente en el aire, el espacio entre las personas, más que en retratar directamente a las personas mismas, que se “revelan” mejor, un tanto químicamente, a través de sus reacciones con respecto a otras personas, los lugares o los sucesos. Por eso, en definitiva, aunque no lo parezca, puede que Dwan sea el ejemplo más extremado de la abstracción en el cine, superando a Bresson o Straub (pues en ellos se nota demasiado) e incluso a los más subrepticios como Jacques Tourneur y Edgar G. Ulmer o a veces (en México, sobre todo) el solapado Luis Buñuel.
Miguel Marías
Folleto del DVD de la edición española de “Silver Lode” (2009-10)
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licdakarlacorderorojas · 4 years ago
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ENTREVISTA: Esteban Pérez, el histrión argentino que llegó a la actuación por una equivocación.
Por: Karla Cordero | Periodista / Fotografía: Arnoldo Bulgarov | Fotógrafo TELEFE / Edición: Carlos Vásquez | Periodista
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Como un príncipe, así le recordamos las que nos perdíamos Floricienta; novela que le internacionalizó; porque, aunque no lo crean había para aquel entonces quienes no veíamos la novela por Federico Fritzenwalden (Juan Gil Navarro); sino por “Matute”; es que como justificación nos parecía un divino.
Hoy sentado frente a su computador, con la más que extraordinaria sonrisa que le caracteriza y esa mirada que derrite por el erotismo que trasmite; se dejó llevar por la fluidez de esta conversación y también nos explica su salida de la segunda temporada de Floricienta donde en vez de príncipe había un “Condorito” (Fabio Ditomaso).
 -       Hasta que se nos hizo a los dos tener está platica tan amena. ¡Bienvenido Esteban a este Blog y a esta entrevista que también es para TELEFE! ¿Cómo estás?
 Mi querida Karla, que alegría poder conversar contigo, que nos lean todos tus blogueros y que también nos escuchen los radioescuchas de TELEFE Radio. Es para mí un honor que se me dé este espacio para conversar contigo.
 -       Me contaste, en la preliminar, que tu llegada a la actuación es por equivocación. Explícanos eso.
 Yo estaba en Buenos Aires pasando las vacaciones de la universidad; para aquel entonces yo estaba estudiando, ese día fui a visitar a un amigo y él quería que lo acompañara para el casting de una obra de teatro. El no queda y quede yo que tan siquiera estaba interesado en el casting.
 -       ¿Cómo era tu relación con Juan Gil Navarro y Florencia Bertotti en las grabaciones de Floricienta?
 Juan (Gil) estaba incomodo con el personaje que estaba realizando, constantemente me comentaba que era muy infantil y que no sabría si podría quitarse el estigma de la novela infantil y conseguir posterior a esa participación papeles serios y de carácter; no obstante, él hacía su trabajo y se llevaba muy bien con los niños; Stefano Di Gregorio que era el menor; le tenía un especial cariño; de los que estaban en la producción. Florencia (Bertotti); por su parte, era tal cual la gente la veía en televisión; era toda alegría o toda tristeza según lo que le correspondía grabar. En general, éramos muy unidos y la pasábamos muy bien.
 -       ¿Por qué Esteban Pérez no regresa en la Segunda Temporada de Floricienta?
 La verdad, la verdad, la verdad… Cris Morena (la productora y creadora) no llegamos a un acuerdo económico y yo y tenía otras propuestas laborales que además de que eran económicamente más ventajosas, me ayudaban con el crecimiento profesional que necesitaba en aquel entonces.
 -       ¿Cómo es Esteban Pérez a los ojos de Esteban Pérez?
 Guapísimo (Risas) Ya en serio, muy comprometido con mi trabajo, mis llamados; soy muy puntual; respetuoso del tiempo de mis compañeros. Amante de la naturaleza, del deporte y de mi familia. Amo la buena música y la buena comida. Soy el que siempre ha mantenido los pies en la tierra y amo lo que hago; soy el mismo niño al que todo le hace ilusión.
 -       Dieciséis años después de Floricienta, ¿Qué aprendiste de “Matute”; tu personaje; que conserves hasta la actualidad?
 La lealtad con mis amigos. Matías no dejaba a Fede, ni a sol ni a sombra; era de esos amigos que estaban en las buenas y en las malas; que sabia que su amigo se estaba equivocando, pero no lo juzgaba ni lo dejaba solo; aunque trataba de hacerlo ver el error en el que iba a caer. Del Esteban de aquellos años al Esteban de la actualidad; lo que no cambia es la ternura que despierta en mi: los niños que provoca esa complicidad que se veía en la novela; esa parte era yo al 100%,
 -       La fotografía es una nueva pasión descubierta o esa pasión ya la traías desde antes; ¿Qué te gusta fotografiar?
 Soy un amante – fanático – amateur de la fotografía desde siempre. Amo tomar fotos a todo y todo el tiempo. Tengo una colección interminable de fotografías en mi computador; siempre ando de un lado para otro con una cámara fotográfica profesional, porque es una necesidad más fuerte que yo, el tomar fotos.
 -       Después de Floricienta; participaste en dos proyectos más en televisión; y después das un paso al costado y brincas, literalmente hablando, al cine y al teatro; ¿Cuál es la diferencia más grande entre la Televisión, el Cine y el Teatro?
 La Televisión te absorbe con llamados a cualquier momento del día; tenes que estar conectado al teléfono celular las 24 horas de los 7 días de la semana; un caso de esto era Floricienta; que en más de una ocasión grabábamos hasta 18 horas diarias y ya se notaba el desgaste.
El Cine; es un plazo más largo de grabaciones, una sola temática; pero respetan hasta los tiempos necesarios de descanso y alimentación; lo que muchas veces no pasa en Televisión.
Y en Teatro; si lo haces bien una noche; debes progresar y mantener o subir la vara hasta cierto tope y nunca bajar; pero te aseguras que tu salud siempre estará primero.
 -       Necesito que me cuentes de “Giro de Ases” que se estreno el pasado 17 de Septiembre; a ¿Cuál Esteban, veremos en la pantalla grande?
 Un romántico empedernido. Nada que ver con el Esteban actual; que es cero romántico.
 -       Quiero averiguar si tengo esperanzas contigo; ¿casado, soltero, viudo o divorciado?
 Ya no tienes ninguna esperanza conmigo; ¿quisiste casarte conmigo? (Risas) Casado, llegó esa mujer que tenía que llegar; y llegó en el momento indicado.
 -       ¿Quién es simona?
 El amor más grande de mi vida, mi pequeña hija. Ella es histriónica totalmente, vive como en un personaje, es muy cariñosa pero también tiene su carácter y llegó justo en el momento correcto.
 -       Por lo general, los medios de comunicación te pierden la pista y saben de ti; únicamente cuando estas promocionando una película o una obra de teatro y hasta ahí; ¿Por qué eres tan reservado?
Siempre he sido muy respetuoso de la vida de mis parejas y prefiero referirme lo menos posible a ellas; no porque no las ame; sino porque aunque ellas también ejercen en el mundo de la actuación y el modelaje; será siempre un acuerdo de los dos darnos a conocer como pareja. En relación; a mi pequeña; es que no me gustaría que estuviera bajo los reflectores; yo trato de llevar una vida muy tranquila alejado de cualquier clase de escándalo.
 -       Esteban, regálanos un mensaje final, ¿Cuál sería?
 Agradecerle a TELEFE Radio; a ti mi querida amiga y a toda la gente que ha seguido mi carrera, que se enamora de “Matute” como el primer día; y que cuando salgo a la calle me saluda y me atiende con amor. Yo soy uno más de ustedes, un argentino que ama a su país y que no deja de soñar en que Argentina estará mejor; porque nos lo merecemos; somos nosotros los que la hacemos grande. ¡Sos grande, Argentina!
Un saludo enorme también a todos los “ticos” que han visto la novela y las películas en las que he participado; y a todos los lectores del blog de mi querida amiga que es un sol de persona. ¡Pura Vida!
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¡Muchas Gracias, Esteban por compartir de tu tiempo con nosotros; tanto con mis queridos Argentinos y mis adorados lectores! Esta entrevista estará disponible el próximo Viernes 30 de Octubre en el Spotify de TELEFE (Exclusivamente para Argentina)
 ¡Nos leemos en la Próxima!
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idolish7-es · 5 years ago
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3.16.4: Con emoción
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Torvald: Nagi-sama. ¿Puedo preguntar algo? Nagi: ¿Qué? Torvald: ¿Por qué no pudo comprar esa mercancía de anime que tanto quería a pesar de hacer fila desde esta mañana? Nagi: Esa pregunta es tonta. No vine solo a hacer fila, vine a bañarme en el amor presente en la atmósfera otaku. Torvald: Ya veo. ¿Entonces no era un ítem tan deseado? Nagi: ¿Quieres pelea? Torvald: Disculpe mi rudeza. Nagi: Cobarde. Ya cumplí mi deber. Los que rechazaron la sangre de mi madre fueron ustedes. Nagi: Es su culpa que tuviera que decir falsedades innecesarias, a pesar de haber jurado nunca mentir a mis amigos. Nagi: Se suponía que solo sería una "sorpresa"... Mujer: ¡Ah! ¡Celebridades! Torvald: ¿Se referirá a usted, Nagi-sama? Nagi: Por supuesto que no. Después de todo, las estrellas aquí están en dos dimensiones.
Yamato: Uf, logramos comprar esa edición limitada de Kokona. Riku: ¡Nos disfrazamos y vinimos en el primer tren y todo! Espero que esto le alegre. Mitsuki: ¡Seguro lo hará! Aún así, espero que reciba noticias de Sakura Haruki pronto... Yamato: Cuando no está feliz, me bajan los ánimos a mí también. Han habido muchos incidentes que hicieron que personas tuvieran que volver a sus países, ¿Cierto? Así que, estuve investigando algo de Northmare. Mitsuki: ¿Encontraste algo? Yamato: No sé los detalles, pero hay algunos disturbios políticos enloqueciendo a los jóvenes de allí. Parece que es un país super rico. Riku: ¡¿En serio?! Yamato: Tienen una gran cantidad de recursos naturales pero poca población, así que los estándares de vida son altísimos. Si tienes seguro, no tienes que pagar nada por servicios médicos. Yamato: Hubo unas reformas nuevas para volverse una sociedad más sofisticada también. Pero lo interesante es que el noble que logró todo tenía diez años. Mitsuki: Woah, impresionante. Northmare tiene de todo, desde otakus hasta niños genios... Riku: ¡Por supuesto! ¡Incluso aquí hay negocios de electrodomésticos, de anime, maid cafes, y más! Mujer: ¡Ah! ¡Celebridades!
Rinto: ¡Esta es la primera vez que vengo a un butler café! ¡Adelante, siéntense! ¡Yo invito! Tsumugi: Gracias por la generosidad... Kaoru: Oh, no te preocupes por él, está cobrando muchísimo. Takanashi-san, has estado muy reservada estos días, pero no necesitas contenerte aquí. Kaoru: Tú fuiste quien consiguió que IDOLiSH7 alcanzara su nivel. Si te pasas todo el tiempo asustada de acabar en un escándalo, no podrás hacer nada. Banri: Así es, Tsumugi-san. Tsumugi: Anesagi-san, Banri-san… Kaoru: Ogami-san vino a pedirme consejos sobre cómo animarte... Fufu, ¿Quieres saber cuál era su idea? Banri: ¡Espera, no lo digas! Kaoru: "Mencionó que necesitaba un mouse nuevo, así que estaba pensando en comprarle uno que fuera lindo, ¿cuál crees que le guste más?" Pfft. Kaoru: Así que le dije "¡Sería ridículo que un hombre como tú le regalara un mouse! ¡Al menos dale un accesorio o algo, cielos!" Banri: Es que dijiste que el mouse que tenías te hacía doler la mano... Kaoru: Me sorprendió descubrir que era tan lento... Aunque ahora entiendo por qué pudo durar tantos años siendo compañero de Yuki. Tsumugi: ¡D-de todas formas el mouse me alegró mucho! Kaoru: ¿Qu...? ¡¿Se lo compraste igual?! ¡¿En serio?! Banri: ¡Pero elegí uno rosa con forma de conejito! Rinto: Suena lindo. Banri: ¡¿A que sí?! Kaoru: ¡¿Pero ustedes qué son, chicas de secundaria o qué?! Al final, nunca se puede esperar nada de un hombre... Hubo una vez en la que me fotografiaron con Gaku y... Tsumugi: ¡¿Los fotografiaron juntos?! Kaoru: ¡Sí! El titular decía "¡Yaotome Gaku, descubierto fuera de su apartamento junto a una mujer alta y hermosa!" ¡Hermosa! Rinto: ¿Y qué dijo Gaku-kun? Kaoru: "Anesagi, dicen que eres hermosa. Qué bueno por ti." Banri: Que reacción más tranquila... Kaoru: Por eso te digo que no hay por qué preocuparse tanto por los escándalos. Rinto: ¡Así es! ¡Los míos son hombres pero los fotografían todas las semanas! Kaoru: Si IDOLiSH7 hubiera sido un grupo de chicas, apuesto a que los titulares habrían hablado sobre Ogami-san siendo un lobo hambriento en el paraíso. Después de todo, se ve así... Banri: Así que así me veo... Rinto: Encargarse de idols mujeres tiene sus complicaciones... Si Yuki y Momo fueran dos chicas lindas, estoy seguro de que mis niveles de ansiedad estarían al doble... Kaoru: Probablemente acabarías saliendo con una de ellas. Puedes ser muy ingenioso cuando quieres. Rinto: Hm… No sería capaz de elegir entre ambas, así que acabaría haciendo ambas rutas al mismo tiempo. Banri: Eso sí que sería una relación complicada... Anesagi-san, ¿Qué tipos de hombres te atraen? Kaoru: Nag- Digo. Príncipes. Tsumugi, Rinto, Banri: Oh… Mayordomo: Traigo sus órdenes...
Torao: ¿Por qué vinimos a un butler café…? Touma: Cuando venía un mayordomo me dio un cupón y me invitó a venir tan animado que no pude rechazarlo. Minami: Si tuviera que leer a Inumaru-san, diría que parece fuerte para otras personas agresivas, pero en realidad es bondadoso, evita los conflictos y no sabe decir que no. Minami: Básicamente, es ese tipo de persona que no sabe negarse a las suscripciones de periódicos. Touma: Gracias por el psicoanálisis. Torao: Da igual. ¿Por qué nos llamaste? Touma: Nada en especial. Simplemente pensé que, ya que teníamos el día libre, podríamos reforzar nuestros lazos como compañeros. Torao: ¿Ah? Minami: Haberlo dicho antes... Me voy. Haruka: Yo me quedo por un parfait. Touma: ¡Espera, espera! Somos un grupo, ¿no? ¿No deberíamos poder tener conversaciones intimas y personales de vez en cuando? Torao: Yo solo tengo conversaciones íntimas en la cama. Touma: Siempre igual de sucio... Minami: Socializar es una molestia. Touma: ¡Al menos di que no eres bueno en eso! ¡No seas tan duro! Haruka: ¿Puedo pedir pancakes también? Touma: Claro, Haru. Todo lo que quieras. Torao: Nos vemos. Minami: Con permiso. Touma: ...Tch, ¿Qué les pasa...? Haruka: Era obvio. A nadie le importa el grupo en realidad. Touma: … Haruka: Ryou-san y los demás... Bueno, a mí tampoco me interesa tanto... Touma: Haru, ¿Por qué te volviste idol? Haruka: Para refregárselo en la cara a la gente que me molestó. En parte. Touma: ¿Y la otra parte? Haruka: Superaré a Zero. ¡Me volveré más famoso y me reiré en sus caras! ¡Zero, Kujou, Kujou Tenn, todos! Touma: ¿Y luego? Haruka: ¿Luego? Me reiré de mis fans también. Les diré "¡Ja, ni siquiera me importan!" Touma: ¿Y luego? Haruka: Luego… No lo he pensado. Con llegar hasta ese punto alcanza, ¿no? Touma: Tal vez lo parezca ahora... Pero tu vida no acabará ahí. Continuará luego de eso. Touma: ¿Qué quieres hacer una vez llegue ese momento? Haruka: …
Sougo: ¿Algo que alegre a Riku-kun? Iori: Sí. Al igual que un inhalador detiene un ataque, necesito algo que automáticamente alegre los ánimos. Iori: Todos tenían algo así cuando eran pequeños, ¿no? Una manta especial o un peluche, algo que les diera seguridad. Tamaki: Iorin, ¿tenías algo así? Iori: ¡Esto no tiene que ver conmigo! Ambos son muy cercanos a Nanase-san, ¿cierto? Me gustaría que eligieran por mí. Sougo: Creo que tú eres más cercano a él, Iori-kun… Tamaki: ¿Por qué no le compras una de esas cosas que te gustan y ya? ¿Cómo era...? Mimi-chan, Pero-chan, eso. Iori: No me gustan. Son juguetes sin valor, simplemente los guardo para estudiar las modas de las masas. Sougo: ¿Así que las coleccionas? Tamaki: La felicidad de Rikkun… Ah, ¿Y esto? Sougo: Tiene notas de música con los colores del arcoiris. Como nosotros, incluso los colores son los mismos. Iori: Ah… ¿Creen que tendrá efectos positivos en su estado emocional? Sougo: Creo que dependerá de la situación. ¿Por qué no se lo das tú, Iori-kun? Puedes decirle que es un amuleto de la suerte. Tamaki: Sí, eso. Rikkun entiende mejor los gestos directos. Iori: ¿Pero le alegrará que sea yo quien se lo dé...? Tamaki: ¡Definitivamente! Sougo: Sí que te gusta complicar las cosas más de lo necesario... Iori: No quiero que ustedes sean quienes lo digan.
Nagi: ¡¡¡OHHHHHHHHH!!! ¡¡¡LA DAKIMAKURA DE KOKONA!!! ¡¡¡OHHHH!!! I LOVE YOUUUUUUUU!!! VERY VERY VERY THANK YOU!!!! Riku: ¡Ahh, un llavero! ¡Los colores del arcoiris son como nosotros! Yamato: Bien, bien. Mitsuki: Tomó mucho coraje traer esa cosa en el tren. Iori: Lo vi de casualidad mientras venía, nada más... Tamaki: I-o-rin. Iori: Um… Consideralo un amuleto de la suerte. Riku: ¡¡Gracias!! ¡Estoy muy feliz! *abrir* Tsumugi: Buenas tardes. Mitsuki: ¡Manager! Hacia mucho que no venía a los dormitorios. ¿Acabaste el trabajo más temprano? Tsumugi: ¡Sí! ¡Han estado muy ocupados últimamente, así que les traje ramen para levantar sus espíritus! Tamaki: ¡Whoa! ¡Genial! Sougo: Gracias por todo. Nagi: ¡Qué hermosa noche! Tsumugi, por favor, ven a comer con nosotros. ¡Disfrutemos todos juntos! Riku: ¡Sí! Tsumugi: ¡Gracias! Tamaki: ...Sou-chan, ¿vas a decirles que mañana volverás a casa? Sougo: No hay garantías de que funcione, así que no... Sin embargo, voy con todas mis intenciones de conseguir lo que busco. Tamaki: …
Continuará...
-Todos los créditos a la traducción en inglés-
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the6thbulletchile · 5 years ago
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Febrero - 2020 ROCKIN’ON (Ruki y Reita)
¡the GazettE tendrá el concierto conmemorativo “DAY/6576” por su 18vo aniversario desde que debutaron! Una entrevista valiosa que ofrece una vista completa sobre el aniversario y los dos DVDs que lanzarán, por adelantado.
E: Primero, ¿qué tipo de concierto fue “Daikyuu” cuando miras al pasado?
Re: Creo que pudimos lanzar todo lo que reunimos en la gira. En el pasado, tuvimos muchas ocasiones en que el final de la gira no fue según lo planeado, pero esta vez recibimos la respuesta adecuada.
E: ¿Eso tuvo que ver con que el álbum de los conciertos fuera el NINTH?
Re: Así es. Cuando elegimos la lista de canciones juntos, también incluimos todas las canciones (del NINTH) y no había una canción que pudiéramos dejar fuera del setlist (risas).
RUKI: “¡No estará en el setlist” (risas).
E: Bueno, lo entiendo (risas). Si creas una canción única para el disco, es obvio que te partirás la cabeza tratando de introducirla en los conciertos.
Re: Sí (risas). Dependiendo del álbum, tienes canciones que probablemente no tocarás mientras termine la gira, ¿cierto? Esta vez no teníamos una canción así.
E: La mezcla con sus canciones “asesinas” y las canciones viejas también estuvo bien.
Ru: NINTH está basada en todo lo que creamos hasta entonces, es por eso que pudimos creas un buen flujo. En el pasado eramos reacios (a incluir canciones antiguas en el setlist), sin embargo, si la ideología del álbum se establece correctamente, terminaría convirtiéndose en algo diferente incluyéndolas. Ahora también podemos hacerlo de manera casual.
E: Aunque en la gira NINTH estaba bien tocar una de sus canciones después del bis, por lo tanto, la última canción de la parte principal fue "Kantou Dogeza Kumiai", ¿verdad? Eso no se sintió para nada extraño.
RUKI: Queríamos cerrar el encore con una canción de NINTH y usamos “UNFINISHED” (la última canción de NINTH) para ese propósito.
E: Ya veo. En el encore tocaron “ANATA NO TAME NO KONO INOCHI” de sus primeros trabajos, ¿cierto?
RUKI: Eso también fue algo que queríamos hacer casualmente. No queríamos enfatizar que era una canción vieja. Ese era nuestro objetivo.
E: Mencionaste la palabra “casual”… para referirte al Yokohama Arena casualmente, creo que eso muestra el crecimiento de la banda.
Ru: Es verdad (risas). Los cierres de gira son difíciles, no importa qué, pero tratamos de hacerlo lo más relajado posible. ¡Además, (en el DVD) no incluimos los ensayos estoicos que duraron días! Me pregunto porqué no los grabamos (risas). Por eso parecía que estábamos parados en el escenario de manera casual.
Re: ¡En realidad, nos preparamos bastante! (risas)
Ru: Sin poder dormir, ¿cierto?
Re: Bueno, de todas maneras, es mejor hacerlo de manera casual (risas).
E: El público tampoco se veía nervioso a pesar de ser un cierre de gira, o en el concierto del Arena. ¿Cómo se veía desde el escenario?
Re: Crearon un gran estado de ánimo desde el principio. Durante esta gira, tuvimos muchas distancias diferentes con los fanáticos, desde los conciertos de Zepp hasta los pasillos, por lo tanto, creo que hubo pocos fanáticos que nos vieron por primera vez. Por eso, el último día se recibió un encanto especial, y esa probablemente también sea la razón por la que no estaban nerviosos, ¿verdad? Creo que estaban más nerviosos el primer día. Lo mismo paso con nosotros en realidad.
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E: “Daikyuu” también se consagró para su rendimiento y una vez más pensé que los grandes salones son una gran combinación para the GazettE.
Ru: Es cierto. Fue un gran salón, por lo tanto queríamos mostrarles lo mejor.
E: Es decir, el “LIVE IN NEW YORK&WORLD TOUR19 DOCUMENTARY THE NINTH 99.999” tenía una configuración simple con respecto a los pequeños lugares, el maquillaje y los atuendos pero el rendimiento fue el mismo que en Yokohama Arena.
Ru: No cambió, ni siquiera un poco.
Re: Porque no podemos cambiar el rendimiento basados en la magnitud.
E: Hay bandas que actúan agresivamente en los live houses pero the GazettE se vuelve encantador y ataca cuando llega el momento adecuado, sin importar si es una Arena o un Live House, ¿verdad? Y eso no cambia, sin importar si el concierto es en el extranjero o en casa (Japón).
Ru: Ahh, ¡cómo actuamos sobre el escenario no cambia! Aunque, si el escenario es demasiado pequeño, no nos moveremos, de lo contrario chocaríamos (risas).
E: (risas) Donde sí hay una brecha es entre su actitud tranquila detrás del escenario y la artística sobre el escenario. En el “LIVE IN NEW YORK&WORLD TOUR19 DOCUMENTARY THE NINTH 99.999” también incluyeron un documental, de ahí obtuve esa impresión. Realmente son una banda que se enciende cuando estás en el escenario.
Ru: Reita definitivamente es así (risas).
Re: Cierto (risas). En el pasado, ya sabes, admiraba a la gente que era la misma dentro y fuera del escenario, pero eso no se aplica en mi en absoluto (risas). Se podría decir que es interesante por la diferencia. Creo que es bueno que “me prenda” antes de comenzar el concierto.
Ru: Es solo que, cuando vimos el documental, notamos que realmente no nos damos cuenta de las cámaras detrás del escenario (risas). Terminamos cortando las escenas en exceso (risas). Me pregunto por qué decidí usar mi camiseta durante la gira en el extranjero.
E: (risas). Con “Daikyuu” terminaron la fase NINTH, ¿está bien entender a “DAY/6576” como el comienzo de una nueva fase?
Ru: Bueno, debido a la edición (del DVD), ahora finalmente siento que NINTH ha terminado (risas).
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E: ¿Cuánto han avanzado en los preparativos para DAY/6576?
Ru: Estamos a punto de mostrar nuestro proyecto de escenario.
E: DAY/6576, que es el 18vo aniversario, ¿se puede interpretar como el comienzo de una nueva fase?
Ru: Me pregunto… sinceramente, ¿el que sea el 18vo aniversario lo hace más importante/fuerte?
E: ¿Pudiste ver un concepto para la nueva fase o fragmentos de ideas para su próximo trabajo?
Ru: Estamos pensándolo. En que dirección deberíamos ir, a eso me refiero. Bueno, la creación de NINTH también fue en una etapa donde decidimos la imagen completa.
Re: Era como si cada canción mostrará involuntariamente que ruta seguir.
E: Para dibujar una imagen completa del álbum, ¿incluyeron una canción después de otra?
Ru: Es cierto.
E: Pero, cuando hablamos de "Daikyuu" anteriormente, apareció la palabra clave: "casualmente". Continuarán con esta actitud natural incluso ahora, ¿no?
Ru: Si pudiste hacerlo con una actitud natural una vez, se queda en tu memoria, ¿verdad? Si estás nervioso, se siente como un momento fugaz, como si estuvieras soñando, pero si mantienes ambos pies en el suelo, te das cuenta de qué tipo de concierto estás mostrando. Para los cierres de giras (y conciertos) independientes, rara vez nos damos cuenta de qué tipo de concierto mostramos y lo lamentamos. Es por eso que queremos hacerlo esta vez.
E: Debido a que es el 18vo aniversario, tienen la posibilidad de resumir todo hasta ahora. ¿Creen que será un concierto donde puedan mostrar sus verdaderos yo adecuadamente?
Ru: Así es. Queremos que sea un concierto donde puedas ver todo lo que hicimos hasta ahora.
E: En ese sentido, ustedes presentaron una lista establecida en "Daikyuu" que mostraba todo hasta entonces, por eso tengo mucha curiosidad por DAY/6576.
Ru: Es así, ¿no?
Re: Incluso si tocamos canciones raras, si solo a unas pocas personas les gusta, no tendría sentido, eso lo hace difícil.
Ru: ¿Cómo lo están haciendo los demás?
E: Para conciertos especiales, hay bandas que hacen cuestionarios, ¿no?
Re: Hicimos eso también, pero no había canciones raras entre las más votas.
Ru: ¿Había muchas canciones que tocamos siempre!
E: Por el contrario, eso significa que siempre estás haciendo setlist que satisfagan a sus fanáticos, ¿verdad? ¿Se podría decir que se entienden?
Re: Bueno, si lo quieres decir así.
E: Es solo que, si quieres hacer un concierto que haga felices a todos y sorprenda a la gente, es bastante difícil.
Ru: Por eso pensamos en presentar algunas canciones. Si falla, se acabaría para nosotros (risas).
E: Un concierto así también es una oportunidad para que cada miembro mire hacia atrás, ¿verdad? Estar activo durante 18 años significa que tienen canciones que no han tocado en mucho tiempo. Eso los hace querer desafiarse a si mismos e incluir canciones raras que les gustaría tocar, ¿no?
Re: ¡Creo que todos tienen una canción que quieren tocar!
Ru: Pero si persisten en una, será rechazada si aparece en la lista de canciones (risas).
E: Ya veo (risas). Tengo muchas ganas de ver qué tipo de lista será. ¿Les importaría contarnos sobre la presentación? Es su primera vez en este lugar, ¿verdad?
Ru: Eso es correcto. Incluso cuando vimos el mapa del lugar, la imagen simplemente no apareció. Pero eso está realmente bien. Puede ser similar a los festivales donde actuamos sin ensayos.
E: Aunque eso significa que se convertirá en un concierto interesante, ¿verdad?
Ru: Espero que incluso las personas que han visto el GazettE en vivo puedan recibir nuevos sentimientos. Porque incluso entre los fanáticos, probablemente habrá pocas personas que ya hayan ido a ese lugar.
 E: ¿Todavía tiene ganas de hacer cosas nuevas, incluso después de continuar durante 18 años?
Ru: Por lo general, las bandas hacen los aniversarios décimo y vigésimo, pero hay pocos que cumplen 18 años, ¿verdad?
E : De hecho, para los humanos, ¡cumplir 18 años marca una nueva etapa en su vida!
Ru: Es el camino bifurcado en la vida, ¿verdad?
E: ¿Te importaría contarnos sobre esos 18 años?
Re: Pasaron muy rápido. Todavía es una época en la que todo puede suceder, ¿verdad? Tener 18 años de edad.
E: Ha pasado medio año desde el último concierto, ¿está bien pensar que nos mostrarán su yo recargado?
Ru: Sí, es cierto.
Re: Definitivamente, porque el estrés de no tener conciertos se ha acumulado. Sin embargo, me preocupa si podré mover mi cuerpo (risas). Cuando haya pasado un tiempo desde el último concierto, haré un headbang en casa con aproximadamente una semana de anticipación (risas).
E: ¿Comienzas con eso? (risas)
Re: Si no hago eso, no podré moverme en la segunda mitad del acto principal (risa amarga).
E: No solo estás preparando tus dedos (risas). Se podría decir que DAY/6576 es el comienzo de GazettE en el 2020 pero ¿qué tipo de año será para ustedes?
Ru: Esto es un inicio, pero también un final (risas).
E: ¿Ehhh?!
Re: Él está hablando de posibilidades (risas).
Ru: Comenzaremos con la producción de las canciones (después del concierto).
E: Ya veo, terminarán yendo a la clandestinidad, ¿verdad? Entonces, ¿DAY/6576 es la entrada para ir bajo tierra?
Ru: Exactamente (risas).
E: Entonces este concierto será una oportunidad preciosa.
Re: Eso es correcto. Debido a que no podemos decir cuándo será la próxima vez, definitivamente debes venir a vernos.
Ru: La próxima entrevista podría ser en un año (risas).
E: ¿Es eso así? Gracias por esta preciosa oportunidad. Estoy expectante entonces (risas).
Re: Sí. Espero que no pretendas tener resultados inmediatos (risas).
Trad. inglés: Paradoxsixguns@WP Trad. español: The Sixth Bullet Chile
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thedemonsinsiderei · 5 years ago
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Saint Sophie Highschool (SS I)
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Año: 2014, creo.
Corazón de Melón
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Trama: Tienes una vida perfectamente normal para ser un estudiante. El colegio consume gran parte de tu tiempo, los estudios también, y en tus ratos libres sales con tus amigos o pareja, si es que los tienes. O navegas en internet, o juegas en la Play Station, o miras televisión… quizás lees algo o tocas algún instrumento. En resumen, tu vida cotidiana, la que tuviste siempre, y probablemente aburrida. 
Una vida perfectamente normal…
¿Y sabes qué? Esto no es una reseña de película, por lo que no continúa “Era una vida normal, hasta que…”. No. Tu vida era perfectamente normal, y sigue siendo perfectamente normal. No pasa nada raro. Vives tu vida escolar como siempre lo has hecho. ¿Estás tratando de conquistar una chica? ¿El chico que te gusta no te mira? ¿Te diviertes con tus amigos? ¿Nunca apruebas una materia? O al contrario, ¿sólo vas al colegio a estudiar, y nada más? Bien. Sigue todo exactamente igual, porque esto es la vida real y las cosas no cambian de un día para el otro por arte de magia. 
O quizás sí…
En todas las ciudades del mundo, alguna vez se pasa por una racha de mala suerte. Donde de pronto todos los crímenes se vuelven más brutales, ocurren más accidentes, y suceden desgracias totalmente insólitas. Como bien se dice, “Las desgracias nunca vienen solas”. Se amontonan y aparecen todas juntas. 
¿Casualidad? Si tú lo crees…
Pues mala suerte. Te ha tocado vivir una de esas rachas. Esta vez le ha tocado a tu ciudad, y tú no te librarás de eso. Tu vida normal se verá afectada, pero seguirá siendo normal. Ya no será cotidiana y aburrida, pero sí normal. Después de todo, no es raro que pasen esas cosas. No hay nada de sobrenatural en ello.
¿Verdad que no lo hay…?
Así que vete preparando. Porque no sólo tendrás que enfrentarte con la terrible mala suerte que te acecha. Tienes que seguir con tu vida. Tienes que seguir estudiando, divirtiéndote, conquistando a esa persona que te gusta, yendo de compras o jugando Play con tus amigos. La vida sigue, como siempre, con sólo un agregado más… tu mala suerte. 
Hasta algo tan normal como ir al instituto ha dejado de ser aburrido… y seguro…
Este rol pasó a la historia por dos razones extra rol:
-Fue el rol donde tuve, para un máximo de 10 jugadores, 32 postulaciones y más de 24 jugadores con fichas terminadas, así que siendo que varios me dejaron dos fichas, calculen mi dolor. No hubo un casting más doloroso que ese, créanme, no para mí.
-Fue el rol donde rechacé a Rika e Isa, y particularmente por Isa me creé la fama de máster imparcial. Fama que hoy en día se ha desvanecido un poco debido a que el tiempo pasó y las jugadoras cambiaron y no vieron eso, pero que es culpa aún hoy de que mis amigas me envíen todo a tiempo, sepan que no las esperaré diez minutos más y en general no den por sentado que quedarán xD
-No pasó a la historia por eso, pero también acepté personas que casi no habían roleado. Por ejemplo, ese fue el segundo rol de Venuz. No sé si de su vida o nomás de CDM, pero un par de cosas me hicieron pensar que ella sí que escribía pero no solía rolear. Eso contribuyó al punto anterior, que acepté a jugadoras que nadie conocía y rechacé a algunas amigas.
SS (para abreviar) fue pensado como un rol de drama escolar, pero he ahí el tema: me aburren los roles de sólo drama sin sentido. Así que le metí una oleada de mala suerte para trollearlos y entretenerme cuando pasara el hype de la primera semana. Sin embargo, SS tiene un trasfondo, he de decirlo, lo que pasa es que aún no lo han descubierto. De todas maneras no importa mucho. SS no es un rol de pistas, investigación o lo que sea: es un rol de drama escolar, y drama escolar quería ver yo. De hecho, el primer objetivo fue elegir al chico y a la chica más lindos de la escuela y que reaccionaran a los resultados y eso. Ellos mismos decidieron que los varones que no ganasen irían vestidos de mujer, con falda y todo, al día siguiente: fue espectacular. Sobre todo porque surgió de los propios personajes. Eeeese es el tipo de cosas que uno busca en roles de drama escolar. Luego, como yo vivo de drama, les tiré un hermoso ataque terrorista. Con bombas y tiros y todo. Y ahí pasó lo, posiblemente, más memorable en las historias de las catástrofes de los roles.
A Pancho, el personaje de Mei, le derrumbé la pared del baño donde estaba. Y su reacción fue limpiarse porque estaba cagando y decirle a la gente que lo miraba que si no habían visto a nadie cagar o algo así. 
Épico. ÉPICO.
En fin: me divirtió mucho esa parte. Luego tuvieron algo de paz y les tiré un terremoto. Luego se perdieron en un bosque en una excursión. Agradezcan ser users y no personajes en mis roles, en serio. Pero terminamos con un hermoso baile final.
Obviamente, en un rol así, amistades y romances serían importantes. Los triángulos amorosos entre los personajes de Alice, de Venuz y los míos siempre me harán reír, sobre todo porque me gusta la amistad extraña de Silvie y Marjorie. Obviamente, Ciel y Oddie fue espectacular. Cero planeado. Más bien fue un reto para el resto querer ligarse a Ciel o hacerlo hablar y Oddie lo consiguió de alguna manera, y yo AMO esa pareja desde entonces. Me encantó, obviamente, el trío de amigos: Theo E, Claude y Sebas con su comercio de fotografías. Los extraño mucho. MALDITAS, DÉNMELOS. Gin y Lucy se llevaban asom, y su amistad es una que pensé que Lucy nunca podría tener. Obviamente, Omen y Lucy siempre serán especiales en mi corazón. Ross… uf Ross. 
Aquí hago un paréntesis. Los personajes de Juvia siempre fueron únicos. Juvia tiene la habilidad de rolear personajes que otros no harían y que se lean auténticos. Juvia puede rolear a un HDP y que realmente lo sea, a un estúpido que lo sea, a una badass que lo sea. Se siente así. No lees a Juvia roleando a un personaje: lees al personaje roleado por Juvia. Cuando empecé a rolear fue, probablemente, la primera que vi así, obviamente ya no, me topé con muchas jugadoras buenas luego. Pero siempre me ha quedado la admiración, incluso hoy en día. Sus personajes reaccionan de formas únicas y muchas veces Juvia es la que se anima a hacer personajes que otros no. Hablaré de Eamonn en su rol correspondiente, pero igual: Eamonn es el personaje más machista que he leído onrol. Sin embargo, no es alguien que en la vida real, tristemente, no conozcamos. Pero en roles salen pocos personajes así. Ross es, sin ser tan “polémica”, otro ejemplo. Hay muchas perras en roles, pero pocas como Ross. Ross es muy única y especial. Ross vive, al parecer, para molestar a la gente, meterse entre todas las parejas, pintar con aerosoles e investigar cosas. Ross siempre tendrá un lugar especial en mi corazón. Fin del paréntesis.
Hubo más personajes, claro, y muy buenos, recuerdo particularmente al chico gay con imagen de Kuroko de Yuuzuki que era tan cute y tan diferente en el agua, obvio estaba la perra de Nadine, Alex de Mei, Anthy, el primer (creo) self de Meru… en fin, había mucha gente. Fue un hermoso rol. Sólo me abandonó una user y cuando faltaba apenas una semana para terminar.
Aciertos: pues tuve muchísimos creo. Pude gestionar bien la cantidad de personajes y no restar protagonismo, al menos eso creo. Hasta hice en los sims una escuela a versión reducida para saber dónde estaban las ventanas y toda la bola. Me consta que todos se divirtieron. Aún hoy me hablan con cariño del rol. Es más, vi durante años los stamps del rol en algunas users, y siendo que sí cambiaban el resto de la firma, entiendo y acepto el cariño. Este fue el primer rol en el que hice stamps, miren:
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Errores: No tuve muchos, sorreh. Fue posiblemente el único rol del que puedo decir eso. Me divertí hard mastereando, posiblemente la única vez que todo el rol me divertí mastereándolo, porque como verán sobre todo más adelante, tiendo a vivir en una montaña rusa durante el transcurso del rol. Así que si tuve alguno, no lo recuerdo.
Sensaciones del momento: Aaah, casi todo se daba como quería, eso me encantó. Alcanzaron y superaron mis expectativas, que tras el desastre del rol anterior tampoco eran tan altas. Admito que me sentí, no sé, como revalidada a mis propios ojos, como que sí servía para ser máster. Me divertí un montón como máster y como user también, el drama fue genial, la diversión fue genial, qué sé yo, todo fue genial.
Me dolió mucho cuando eliminaron este rol. En esa época recuerdo que hasta escribía las malas palabras así: mi*rda, p*ta. Cuando me lo borraron, pues aparentemente fue… adivinen… 
Sí.
El famoso antivirus de Rouna.
Honestamente, justo entonces Venuz acababa de sumarse a la moderación, y cuando borraron el rol le fui a preguntar si sabía por qué, ya que ella había estado. Me dijo que o por las malas palabras o por el antivirus, que no sabía, pero que creía que posiblemente fuera por el antivirus. No saben cómo me dolió. O sea de verdad: NO JODAS. No pasó nada que ameritara borrar ese rol. Fue por ese borrado específico que salté yo con medio mundo cuando todo pasó, porque me consta, me consta hasta el alma que no lo merecía. Es decir, eran adolescentes y ni siquiera se habían drogado, emborrachado o manoseado. En Harry Potter pasan cosas más reprochables que las que pasaron en ese rol, carajo.
En fin. Los dejo con las cabeceras, tanto de NPC como de personajes. Debo decir que en su momento fueron originales, y justo después hubo tres roles que yo recuerdo que usaron el formato de identificación : D pero miren, para que vean que sin saber nada de edición decente y con imágenes cortadas por los cuatro lados igual se pueden hacer cabeceras hermosas.
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Y les dejo esta para las fans de Mercurio (?)
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rafaelmartinez67 · 6 years ago
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Rastros de pintura
Autor: Matías Candeira
¿Te has fijado alguna vez en las paredes? ¿Las has tocado con los ojos cerrados, un instante, y sentido los surcos desnudos de la pintura blanca que se extiende por las habitaciones? Dicen que las paredes están muertas, Ana. Dicen continuamente que las paredes -ya llevo dos meses aquí- mejor en ocre; las paredes no tienen que notarse. Y no es verdad, ¿entiendes?, eso no es cierto.
El blanco siempre ha servido.
El color blanco es la tierra de todos los mensajes.
Sabes que me gustaba el blanco de la nieve en las películas. Todo lleno de nieve. Me encantaba ver ese rastro de sangre que va dejando un hombre herido en la pierna, con barba y pasado, que busca como un dios hambriento a su hija (Clara, o Anabella, o Susan). Hombres oscuros, en un castillo, muy lejos de allí, piden un rescate por ella. Padre e hija vuelven a casa, una noche, dejando pisadas blancas enormes en el sendero, hay más sangre. Blanco de una sábana erizada de luz, la siesta, y nosotros cuando vivíamos juntos. El blanco de los ojos de los mastines (¿cómo está Nubia? ¿ya come bien?)
Las paredes de este piso son blancas. Todavía no me había fijado en ellas cuando llegué aquí, Ana, pero sí -a los pocos días- en la escritura del mundo, esa carretera de óxido donde se acumulan los mensajes. El mundo está lleno de mensajes. No mucha gente lo sabe o quiere recordarlo. Imagínatelo: en este momento hay cientos de dedos derrotados garabateando una servilleta que luego irá a un bolsillo, eso es; docenas de vestuarios de instituto siendo allanados por la escritura de un muchacho gordo lleno de poesía (“las tetas de Silvia Manfredi, un mundo”). Una niña, en otro país, escribe su nombre en la arena y después lo borra. Cuando muramos, el mundo seguirá lleno de mensajes. Eso es todo.
No sé por qué, desde que te echo de menos, pienso en los mensajes que deja la gente en las cosas, sus corazones derruidos, cómo hay que mirar los rincones de los autobuses para descubrir bibliotecas de humanidad. Al mudarme aquí, después de que lo dejáramos (ese cambio de aires que me exigiste), no me iba a ninguna cafetería a permitir que la tarde devorara todo, conmigo dentro, al fondo. No entraba en los cines a respirar el dolor de los detectives entre el humo, diciéndole a una mujer alta que era demasiado tarde para el amor, para vivir, para ellos. Lo que hacía era acudir a unos baños públicos de cierta plaza, echar una moneda y arrojarme a esa oscuridad. ¿Y sabes lo que venía entonces? Pues que me fijaba en los mensajes, y pensaba en ti; me he quedado horas mirando al techo de ese baño, el rincón junto a la taza. Fíjate, a veces los mensajes varían, se transforman, como una especie carnívora que sólo unos pocos hayan descubierto:
“Te quiero, Jorge Chavarri” “Vi cómo salías de este baño el día quince, no he podido olvidarte” “Voy a morir en dos días. Ayúdame, llama a este teléfono de lunes a viernes. Podríamos llegar a querernos”.
Una semana después de estudiar la caligrafía de ese urinario público me dieron trabajo en la tienda de tatuajes, y decidí empezar a llenar de palabras las paredes de este apartamento. Me encontré, una tarde, saliendo de una tienda con un bote de pintura rojo en la mano, alcanzando la escalera derrotada del edificio y después buscando un rincón de la casa. El primer mensaje lo escribí al lado de un cuadro que tengo en la entrada (los cuadros insultantes llenos de jarrones y flores chillonas estaban aquí cuando llegué, no es culpa mía). Me quedé mirando esa palabra diminuta, te juro que asustado. Por eso, si pulsaste la tecla de escuchar mensaje en el contestador, pudiste oír una respiración abrupta, creo que un bote de pintura que se vuelca, y cómo maldigo y continúo pintando.
Escribí tu nombre.
Los días eran una especie de madriguera con humo. A veces el sol salía y llenaba de luz este edificio lleno de ternura y olor a pescado cocido, todavía pasa. Era el final del primer mes. En la tienda de tatuajes empecé a fijarme en la espalda desnuda de la gente, es un gesto que todavía no evito. Mirar la superficie pálida, la curva de la espina dorsal (como una vía de tren en una estepa), esos lunares que manchaban el conjunto. Escucha, Ana: las espaldas, las paredes, no se pueden dejar de mirar nunca. Esa gente me pedía árboles negros, algunas letras góticas de las que cayera una gota de sangre, un escudo terrible, bajo los omóplatos, de algún equipo de fútbol. Y no sé por qué les decía: “¿No prefiere tatuarse un nombre? ¿De verdad no tiene a alguien a quien quiera recordar siempre? Hágame caso”. A veces me miraban, furiosos, y pedían cambiar de tatuador. Era como si alguien hubiera abierto su caja llena de vísceras y palpara el dolor que guardaban, muy dentro, con reparo. Tú a lo mejor creerías que estoy loco si no me conocieras bien. Pero no estoy loco, no más que cuando te quería.
Han venido más noches y más letras en las paredes, no podía evitar escribir (algún bolero, un mensaje inacabado, tu nombre en mayúsculas). Hace poco, vino un hombre a repintar. Era un tipo calvo, con labios de pez, y le imaginé devorando ratones los domingos en la oscuridad de un cuarto. “¿Le dejaron esto escrito cuando se mudó aquí?”, me preguntó. “Es obra de un imbécil”. Le odié, es verdad. Cuando terminó de pintar dije que podía haberse dado más prisa, aunque no fuera cierto, y desde entonces decidí repintar yo mismo el piso cada vez que lo necesitara. Has empezado a aparecer, escrita en rojo, siguiendo el rodapié. “Ana”, junto a los marcos de las puertas. “Ana” por toda una habitación vacía que está siempre cerrada, al fondo. No la uso para nada en concreto, aunque tu nombre ocupa bastante sitio.
Cuando no queda más espacio, vuelvo a pintar. ¿Te imaginas lo que hacen los vecinos? El olor penetrante a pintura blanca lo impregna todo. Salgo al rellano, con la mascarilla todavía puesta. Me acurruco en un rincón satisfecho. Y puede que sea el anciano oscuro de la puerta de al lado el que sale del ascensor, o esa mujer casi tísica, Eva, que tiembla siempre como un frigorífico a punto de morir cuando recoge sus cartas. Miran entonces la puerta entreabierta de esta casa, muy despacio, y luego me miran a mí y notan el olor a pintura. No puedo explicártelo, pero me gusta cuando se tapan la nariz y, al poco, se meten en el quirófano amarillento que es su hogar. Alguna vez han observado unos minutos por la mirilla, esperando. Les he saludado desde el rincón.
En cierto sentido, ahora que nos recuerdo, me entristecen las superficies desnudas. Hay una pereza espantosa en los pupitres sin arañazos, las bañeras, o en esa gente que ha tirado las cartas de otros (seguro que conocemos a alguien). Te echo de menos. Y puede que aún te quiera. Es todo lo que puedo decirte.
En la tienda de tatuajes a veces no soy capaz de terminar esos árboles negros, o ni siquiera intento hacer los colores del escudo. Quieren echarme si no cambio. Eso dicen.
Hace poco, una mano poderosa, manchada de la tinta de un informe, decidió cambiar el urinario de la plaza por otro nuevo. El corazón de la gente tarda en abrirse, eso es algo que he aprendido en esta ciudad. En ocasiones voy allí, meto la moneda, y al entrar noto sólo el hueco mamífero, un rastro de perfume, nada. Apenas hay un insulto a un partido político junto a esa taza moderna. Dos frases huérfanas, a medio hacer, sobre miembros viriles. Y nadie ha vuelto escribir que quiere a nadie (tardarán un poco).
Hoy, al despertarme, lo he hecho: he pintado un corazón con pintura fluorescente en la pared que hay frente a mi cama. Dentro, he escrito nuestros nombres. No ha quedado mal; hay un tramo que se derrama hacia abajo, bordes abruptos, varios churretes, pero el corazón es gigante, sólo se ve cuando apago la luz, y me parece hermoso. El resto del piso vuelve a tener sus paredes limpias, recién pintadas.
Ana, ¿has sentido alguna vez tu cuerpo junto a una pared blanca y hallado, de pronto, el punto justo donde debía escribirse un mensaje?
No sé, puede que no vuelva a escribir nunca. Puede que mañana, si encuentro las fuerzas, deje otros mensajes -“te quiero”, “¿te acuerdas de mí?”, “volvamos a vernos algún día”-, o regrese al urinario, o convenza a alguien de que se tatúe ese nombre querido en su espalda. Supongo que ese día, cuando vuelva a casa y no quede más espacio, te recordaré, volveré a repintar todo. Entonces, durante un buen rato, tocaré las paredes.
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Carta ganadora de la V Edición del certamen de cartas de amor Antonio Villalba, organizado por la Escuela de Escritores.
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moonlightangelprincess · 6 years ago
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Este oneshot empezó con una idea muy vaga y ha terminado convirtiéndose en uno de los más largos que he escrito.
Mi musa está muy caprichosa últimamente. Empecé con poca energía y hacia la página cinco del archivo original no sabía aún hacia dónde se dirigía la historia pero de repente la musa regresó de su retiro espiritual en Mallorca con ideas para parar un tres de mercancías. Escribí más de cinco mil palabras de una sentada y con los ojos vueltos. Todavía no tengo claro si es un buen oneshot o no pero la descarga de energía que me provocó dejarme poseer por la musa mereció la pena.
Fandom: Naruto
Pareja: Itachi e Ino [AU: Mundo actual]
Trigger warning: Lemonazo.
13. Left Behind
-Buenos días, pitonisa.
Ino compuso una sonrisa sarcástica sin detenerse. Llevaba una taza de café desechable en una mano y con la otra leía de reojo un artículo sobre las gemas asociadas a cada signo del Zodíaco. Podría haberlo dejado para cuando llegase a su mesa y justificarlo como trabajo de campo pero iba retrasada. Tan sólo tenía unas horas para terminar Libra, Escorpio y Piscis.
Llegó a su mesa y encendió el ordenador antes incluso de haber soltado el bolso. La jefa era bastante laxa con las horas de llegada siempre que el tiempo perdido se recuperase al final del día pero por una vez Ino no estaba por la labor de quedarse pasada su hora. Esa noche celebraba su cumpleaños.
Apenas unos días antes había cumplido los veintisiete. Eso significaba que llevaba la friolera de seis años trabajando en la redacción de la revista Flash Moda. Había sido la típica adolescente coqueta que soñaba con trabajar en el mundo de la moda. Su padre no había querido ni oír hablar del plan y la había matriculado en Empresariales para que se hiciese cargo del negocio familiar. Ino aguantó un par de cursos pero la oportunidad de escapar llamó a su puerta, o eso pensó ella, cuando vio un anuncio para postularse como becaria en Flash Moda. Se engañó a sí misma asegurándose que no tendría por qué descuidar los estudios al presentarse para el puesto, que acabó obteniendo. Menos de medio año después dejó la Universidad para integrarse como miembro de facto de la redacción de la revista.
Ino había pasado los primeros años en Flash Moda llevando las secciones más peregrinas, las que duraban un número o dos y que tenían el objetivo de rellenar páginas. Su veteranía no le había conseguido ni un solo editorial, ni un artículo sobre moda, ni una entrevista, ni una intervención en la sección de maquillaje. Ni siquiera le habían dejado escribir la sección de salud y bienestar sexual, que a la hora de la verdad era más bien un catálogo de juguetes sexuales. La excusa siempre era la misma: le faltaba experiencia. Finalmente había recalado en los horóscopos tras la salida de una compañera once meses atrás, y por fin tenía algo parecido a estabilidad aunque tuviese que inventarse todo lo que escribía porque, obviamente, no podía leer el porvenir. A pesar de todo sus compañeras la llamaban pitonisa, unas con mejor intención que otras. Ino empezaba a quemarse.
Una vez el ordenador se hubo iniciado abrió su programa de edición y tecleó la pieza dedicada a Escorpio, para la que se le había ocurrido una buena idea. Después inició el navegador y cargó su pestaña de favoritos, que incluían los recursos que empleaba para escribir los horóscopos, desde cartas astrales a fenómenos astronómicos a los que pudiera achacar los cambios que solía acabar vaticinando casi todos los meses a todos los signos, porque, después de todo, ¿qué era la vida sino una concatenación de cambios?
Salvo para ella, claro. Ella estaba anclada en la revista de Flash Moda al cargo de la sección que menos le importaba a todo el mundo. Todo lo demás en su vida estaba igualmente estático.
Dos de sus compañeras se pusieron de charla a apenas un par de mesas de distancia, así que sacó sus auriculares del bolso y los conectó al ordenador para escuchar música. Acabado el pronóstico de Escorpio se puso con Piscis. Siempre dejaba Libra, que era el suyo propio, para el final.
Una mano en su hombro la sacó de su ensimismamiento. Se quitó un auricular para volverse hacia Samui, que le dijo:
-Kurotsuchi quiere anunciar algo.
Su compañera estaba junto a Mei, la jefa, en el centro de la oficina. El resto del personal se arremolinó en torno a ellas.
-No quería hacer un espectáculo de esto, pero en fin. Chicas, Rokurō me ha pedido que me case con él así que, bueno, toca pasar por la vicaría.
Un coro de “ohs” y “ahs” precedió a un aplauso alborozado por parte de la redacción de Flash Moda. Mei felicitó a Kurotsuchi antes de anunciar que había encargado unas botellas de champán y una tarta que llegarían hacia el final de la jornada. Ino frunció los labios lamentando perderse una oportunidad para beber en la oficina ya que pretendía irse temprano pero acabó decidiendo que tampoco era para tanto. A fin de cuentas un sordo sentimiento de celos se adueñaba de ella cada vez que alguna de sus amigas o conocidas se casaba mientras que ella no lograba dar más que con tarados.
Acabó de escribir y revisar el horóscopo a tan sólo unos minutos de la hora límite y pasó el resto del día embebida en la consulta de sus materiales, tomando notas para elaborar los horóscopos del mes siguiente. Intercaló esa tarea con un correo electrónico recordándole a Mei que estaba dispuesta a saltar en cualquier otra sección fija que se abriera en caso de que Kurotsuchi decidiese reducir su jornada tras la boda, como hacían algunas, por si acaso. Comió en su mesa para no tener que unirse a las conversaciones que se iniciarían a raíz del anuncio de su compañera y acabó participando en el brindis cuando el champán y la tarta llegaron. Se tomó una copa rápida antes de agarrar sus cosas, excusarse y salir pitando de la redacción.
Había quedado con su mejor amiga frente a una cafetería que les quedaba a medio camino a las dos para ir juntas al restaurante en el que tenía la reserva. Cuando llegó Sakura ya esperaba.
-Hola, pensaba que no llegaba –le confesó al alcanzarla-. Teníamos celebración en la oficina. ¿Qué tal tú?
-Hola, bien –sonrió Sakura-. Estoy recopilando los resultados del estudio y pintan bien. Esta semana tengo que elaborar un informe con nuestro progreso para que nos concedan más financiación.
Ino asintió con la cabeza. Su amiga era un cerebrito a la que había reclutado una de sus profesoras en la facultad de Medicina como asistente de investigación. Era el comienzo de la trayectoria profesional brillante que siempre le habían augurado.
-Me alegro –dijo-. ¿No viene Sasuke?
-¿A tu cumpleaños? No –contestó Sakura.
Había sido una especie de pregunta de cortesía por parte de Ino. Prefería cruzarse lo menos posible con el novio de Sakura. No porque le cayese mal pero tampoco bien y desde luego el sentimiento era mutuo. En esa ocasión, sin embargo, Ino decidió forzar un poco más la buena educación:
-Shikamaru y Chōji van a venir acompañados. Me sabe mal que tú no lo estés.
-No le des vueltas. Sasuke y yo no tenemos por qué ir juntos a todas partes, no somos siameses. De todas formas ya sabes que las situaciones sociales no son su pasatiempo favorito.
Ino hizo un gran esfuerzo para no poner los ojos en blanco.
-Ya lo sé.
Nada que ver con…, empezó a pensar, pero se detuvo antes de completar la frase para sus adentros. Cambió de tema y le contó a Sakura un buen montón de chismorreos de la redacción de Flash Moda de camino al restaurante. Allí se encontraron con Shikamaru y Chōji, dos de los mejores amigos de Ino, así como sus novias Temari y Karui, y un par de amigos más. Ino recibió sus regalos: un estuche de maquillaje, un jersey de cachemir de una marca muy conocida y un vale regalo para un masaje de cuerpo completo en un salón de belleza que estaba deseando visitar, entre otros. La cena fue larga y amena pero pasadas unas horas sus amigos se fueron marchando hasta que sólo quedaron Sakura y ella. Ino guardó sus regalos en las bolsas satinadas en los que habían venido.
-Voy a pedir un taxi –comentó entonces Sakura echando un vistazo a la hora en su teléfono móvil-. ¿Cómo vas a volver tú?
-También en taxi.
-Puedo pedir dos.
-Déjalo, lo haré por mi cuenta. De lo contrario te lo cargarán a ti.
-No me voy a arruinar por pedir dos taxis –rio Sakura.
Las chicas salieron a la calle. La temperatura era agradable a pesar de encontrarse a finales de septiembre. Ino trasteó con la aplicación hasta que hubo pedido el taxi.
-Listo, cinco minutos –anunció-. ¿Tú?
-Tres.
-Siempre tan afortunada –rio entre dientes Ino.
Sakura se pasó el peso del cuerpo de una pierna a otra. Había estado observando a su amiga durante toda la velada, tratando de decidir si debía contarle algo a lo que llevaba varios días dándole vueltas, desde que se enteró. Tenía tres minutos y desde luego no era algo que tuviese el valor de decirle por mensaje. Se aclaró la garganta y habló:
-El fin de semana fui con Sasuke a comer a casa de sus padres.
-Apasionante. Podrías haberme enviado una postal desde el pasado –replicó Ino con sorna.
-Itachi también vino. –Ino separó los labios antes de volver a juntarlos en una fina línea. Sakura vaciló un instante antes de hacer la revelación-. Lo ha dejado con su novia.
Ino desvió la mirada. Un taxi que sin duda era el de Sakura se detuvo en un cruce a doscientos metros de ellas.
-¿Y a mí qué? –Preguntó Ino, desabrida.
-Pensé que debías saberlo. No has sido del todo la misma desde que lo dejaste con él –argumentó Sakura.
-¿No te parece que estás exagerando? Ha pasado muchísimo tiempo.
Ino siempre se cerraba en banda cuando salía ese tema, pero en esa ocasión Sakura no pensaba echarse atrás:
-No, no exagero. Te conozco desde que teníamos siete años y sé perfectamente de lo que hablo, y tú también. No digo que debas intentar volver con él ni nada por el estilo, pero desde luego creo que tienes cuentas pendientes con esa relación y me ha parecido… que quizá sea el momento de saldarlas para que puedas pasar página. Tú no te acercarías a un chico con novia en cualquier situación que pudiera dar lugar a un malentendido, por eso he pensado que ahora es un buen momento para ti.
El taxi se detuvo ante ellas. Sakura musitó una despedida antes de subirse al asiento trasero dejando a Ino sola hasta que llegó su propio taxi. No emitió ni un solo sonido hasta que llegó a su apartamento y dejó caer sus bolsas de regalos al suelo sin miramientos. Avanzó hasta el dormitorio sin encender las luces y una vez allí tomó asiento en la cama. Enterró la cara en las manos. Sakura tenía la mala costumbre de tener razón: su vida se había congelado el día que cortó con Itachi Uchiha, que por avatares del destino resultó ser el hermano mayor del chico que tres años más tarde se convirtió en el novio de su mejor amiga. Poco después Ino había entrado como becaria en Flash Moda y el resto era historia.
Se quedó un rato así, sentada en la cama a oscuras, hasta que decidió dejar de revolcarse en la autocompasión. A fin de cuentas ella era la única causante de lo que había sucedido. Extendió el brazo para prender la lámpara de su mesita de noche sólo para comprobar que era de madrugada y que al día siguiente le costaría mucho levantarse. Se puso el pijama, se desmaquilló y programó la alarma aunque sospechaba que no lograría pegar ojo.
Se equivocó, no obstante, y despertó apenas unas horas más tarde, cuando no había empezado a clarear siquiera, con una migraña martilleándole las sienes. Se tomó un analgésico tratando de recordar cuánto había bebido, pero no había cometido ningún exceso. Solía tener esa clase de dolores de cabeza soñaba algo muy intensamente. No recordaba el que debía haber acabado de tener pero imaginó que estaba relacionado con Itachi. Se metió en la cama a esperar que el medicamento hiciese efecto para volver a conciliar el sueño. Aunque trataba de poner la mente en blanco no dejaba de pensar en su ex novio.
Ino e Itachi se habían conocido en una fiesta durante el primer año de universidad de ella, que era el último de él. Ino acababa de llegar a la ciudad, fresca del instituto y deseosa de exprimir la nueva etapa que se abría ante ella cuajada de promesas sin dejar que los estudios impuestos por su padre le arruinasen los planes. Itachi, por su parte, estaba terminando Ingeniería Industrial y veía ese último año de universidad como el fin de una época de libertad que no recuperaría una vez que se viese abocado a entrar en la empresa familiar para acabar sucediendo a su padre. Pensaba apurar hasta el último instante y entonces Ino se cruzó en su camino.
Más tarde ella afirmaría que había sido un flechazo. Bebieron, bailaron, se enrollaron y al separarse a una hora intempestiva habían intercambiado sus números de teléfono. Una semana más tarde tuvieron su primera cita, que acabaron en la cama. Los amigos de Itachi le tomaron el pelo sin compasión porque había asegurado que le iban las chicas de su edad e Ino tenía la de su hermano Sasuke, pero le daba igual. A dos meses del comienzo del curso Ino e Itachi estaban saliendo.
Al principio todo fue maravilloso, claro. Buscaban verse todo lo posible, la directora de la residencia en la que ella vivía la llamó a su despacho con la amenaza de contarle a sus padres que pasaba cada vez menos tiempo allí, sus notas eran terribles, pero nada le importaba tanto como estar con Itachi. Le fascinaba que fuese tan guapo, tan atento, tan bueno en la cama, y que además fuese suyo. No es que creyera que no lo merecía, por supuesto; Ino era muy consciente de sus puntos fuertes y los explotaba para ser la mejor versión de sí misma antes de que Itachi llegase a su vida. Él la cubría de halagos y a Ino le encantaba que todo encajase tan bien.
Tras siete meses de relación empezó a darle la impresión de que Itachi se volvía más distante. Tenía menos tiempo para ella, sus mensajes eran más cortos y tardaban más en llegar, decía estar ocupado. Una de sus amigas tenía la teoría, muy bien argumentada, de que los chicos guapos se aburrían de las chicas después de tirárselas unas cuantas veces e iban cambiando porque podían permitírselo. Ino había oído su cantinela un buen montón de veces pero no le prestó demasiada atención hasta que Itachi empezó a responder al teléfono una de cada tres veces.
Si no está interesado en que sigamos juntos no seré yo quien se eche a sus pies ni a los de nadie, concluyó. Le llevó unas semanas tomar la decisión pero al final, cuando logró quedar con él, le confrontó acerca de su silencio y anunció que quería dejarlo. Itachi mantuvo el tipo, como había esperado de él, y tras mascullar una disculpa concisa por su comportamiento enunció que respetaba su decisión. Ino agarró su bolso y se fue. Tenía diecinueve años.
-Ocho años –susurró tendida en la cama-. Han pasado ocho años.
Los primeros rayos del sol se filtraron a través de las rendijas de las cortinas. Ya no le dolía la cabeza pero se sentía como esas noches en que estudiaba hasta las tantas a sabiendas de que sus resultados no estarían a la altura. Se dio la vuelta para tratar de dormir y una lágrima resbaló por el puente de su nariz para perderse en las sábanas.
-Mierda –siseó frotándose los ojos. Detestaba llorar incluso cuando estaba sola. Quería ser la clase de mujer fuerte e independiente a la que nada hacía llorar.
Volvió a quedarse dormida, tan profundamente que la alarma tuvo que sonar durante un minuto y medio para rescatarla de las profundidades del sueño en el que estaba sumida. Decidió hacer pellas del trabajo por primera vez y escribió a tientas un correo electrónico a su jefa explicándole que estaba enferma y que iba a tomarse el día libre. A continuación se durmió de nuevo.
Despertó desorientada unas horas más tarde cuando su móvil pitó con una notificación de Line. Estiró el brazo para comprobar que se trataba de Sakura:
“Estás bien? Le he dado muchas vueltas y me parece que anoche saqué los pies del tiesto hablándote de Itachi. Lo siento mucho si te hice sentir incómoda”
Ino se incorporó hasta quedar sentada.
“No te preocupes”, se apresuró a teclear. Añadió un segundo mensaje: “Me he dado cuenta de que llevo mucho tiempo tratando de olvidar que Itachi sigue existiendo. Es un milagro que no nos hayamos cruzado en todos estos años”
La respuesta de Sakura no se hizo esperar:
“Es una ciudad grande, y a fin de cuentas si sabes a qué clase de sitios va es fácil evitarle”
Ino se mordió el labio inferior. Ella sabía esa clase de cosas.
“Entonces me figuro que ahora que está soltero será todavía más fácil”
A veces la gente cambiaba de hábitos cuando tenía pareja. No le cabía la menor duda de que Itachi volvería a ser como ella le había conocido tantos años atrás.
Ino remoloneó en la cama durante algo más de media hora leyendo las noticias en su teléfono para tratar de distraerse de cualquier pensamiento que estuviese relacionado con Itachi. Después de dejarlo con él había tenido otros tres novios y ninguno de ellos duró más de un par de meses. Algo nunca acababa de cuadrar, no funcionaba por algún oscuro motivo que se le escapaba. Había sido el último chico, que por supuesto era psicoterapeuta, el que hizo una acusación que le dio la pista para armar el rompecabezas de su situación sentimental: “buscas en mí a una persona que no soy. Me atrevo incluso a aventurar que es lo que haces con todos los tíos a los que llegas a conocer”. No tardó en darse cuenta de que esa persona a la que buscaba tenía nombre y apellido. En ese momento había pasado un lustro largo desde que Itachi desapareció de su vida pero eso no impidió que, al darse cuenta de que era él quien poblaba todavía su mente, sus anhelos, sus fantasías, se le encogiera el corazón. Ino fue quien dio por terminada su relación, tan corta e intensa, y al hacerlo se había quedado atrás.
Se levantó de la cama, se dio una ducha y preparó un buen desayuno con el que pocas veces se daba el gusto. En un arranque de originalidad se puso a preparar tortitas como habían aprendido a hacerlas Sakura y ella viendo tutoriales en YouTube cuando eran unas crías de catorce años y puso música en su teléfono. Poco a poco fue mejorando su humor. Cuando acabó de dar cuenta de las tortitas, el café y el zumo se hizo de nuevo con el móvil para llamar a Sakura. Regresó a su dormitorio mientras el teléfono daba los tonos, activó el altavoz y lo dejó encima de la cama. Abrió su armario de par en par para examinar su contenido.
-Hola, Ino, ¿cómo vas? –Contestó su amiga.
-Bien, todo bien. Oye, he estado pensando en lo de Itachi y creo que tienes toda la razón. Es hora de que cierre ese tema.
Sakura no respondió de inmediato. Aunque había sido su idea estaba un poco descolocada ante ese cambio tan repentino. Finalmente contestó:
-Bien dicho.
-Voy a necesitar que nos juntes en algún sitio. No quiero organizar un encuentro ex profeso o salir a buscarle a esos bares que sé que le gustan, quiero que parezca una casualidad en un ambiente controlado –dijo Ino.
-Una casualidad muy estudiada –repuso Sakura, no del todo cómoda con la idea-. No sé, Itachi es impredecible a veces…
-Lo sé, vaya si lo sé –replicó Ino. Esa característica había hecho de su corta relación una montaña rusa de emociones fuertes en los momentos más inesperados. Ninguna de sus parejas posteriores habían sido capaces de sorprenderla y encantarla tanto como él-. No hace falta que organices un complicado sistema de poleas. Es la cara visible de la compañía familiar, con que me des el nombre de un evento en el que vaya a participar me las arreglaré para hacerme con una entrada.
Sakura exhaló un suspiro, pero accedió:
-Haré unas indagaciones pero no te prometo nada. Los Uchiha tienen una ley del silencio que ni la mafia calabresa.
Ino soltó una carcajada.
-Bonito símil. Pensaba que a estas alturas ya te habrían dado una toga y una máscara para participar en sus oscuros rituales. Sé que lo conseguirás.
Las chicas se despidieron cuando Ino ya había compuesto un par de posibles modelitos para su encuentro con Itachi. Había tomado la decisión de verle de forma impulsiva porque sabía que si se daba la oportunidad de sopesarla su estúpido orgullo, que le daba más disgustos que alegrías, ganaría el pulso. Sólo quería mirarle a la cara después de ocho años y decirle con la madurez que no había tenido entonces que sus motivos para dejarle habían sido egoístas y que su disculpa, aunque escueta, había sido válida. Quería confrontarle para ser capaz de salir del bloqueo en el que estaba atrapada.
Sakura le escribió esa misma noche para contarle que el próximo evento al que asistiría Itachi era una reunión de patrocinadores de deportistas de élite de la ciudad que tendría lugar el viernes siguiente. De hecho, continuaba Sakura en su mensaje, Sasuke y ella también estaban invitados. El nombre del evento resultaba conocido para Ino, y tras acceder a su correo electrónico de Flash Moda averiguó por qué: la revista también estaba llamada a acudir al evento como patrocinadora del equipo de gimnasia rítmica. Según la circular para empleadas las asistentes serían Mei, la jefa, y Tamaki, la Relaciones Públicas. Ino decidió que tenía que hacer lo que fuese para que Tamaki se descolgase y poder entrar en su lugar. Complicado, sin duda, porque Tamaki tenía un puesto importante y ella sólo era la que escribía los horóscopos, pero pensaba poner toda la carne en el asador para conseguirlo. Volvió a agarrar el móvil y tecleó en su conversación de Line con Sakura:
“Conoces algún método para provocarle una diarrea terrible a alguien?”
La respuesta de su amiga no se hizo esperar:
“Espero que nunca te enfades tanto conmigo aunque sea yo la que tiene la respuesta a esa clase de preguntas. De todas formas, no”
“Poco creíble por tu parte”
“Qué tienes en mente?”, preguntó Sakura ignorando el dardo.
“Sé cómo colarme en la fiesta en cuestión pero para conseguirlo tengo que hacer que ruede la cabeza de una mosquita muerta que conozco”, contestó Ino.
“De quién se trata?”
“De nuestra Relaciones Públicas. Tiene menos personalidad que una lata de pintura gris, no sé cómo le han dado ese puesto”
Ino contempló cómo Sakura escribía algo, lo borraba y acababa respondiendo:
“Pregúntaselo a tu jefa en vuestra próxima sesión de feedback”. Ino torció el gesto. Las sesiones de feedback con Mei solían limitarse a comer unos snacks y cotorrear un poco acerca de los resultados del período anterior sin que las verdaderas opiniones de ninguna de las partes implicadas llegasen a salir a la luz. De repente la asaltó un pensamiento que puso por escrito sin dudarlo:
“Están desperdiciando mi tiempo y mi talento en Flash Moda”
“Aleluya, por fin te das cuenta”, saltó rápida la respuesta de Sakura.
Ino frunció el ceño y escribió:
“Si es lo que pensabas, por qué no me lo habías dicho?”
Sakura pareció estar escribiendo un largo rato. Finalmente apareció su siguiente mensaje:
“Has tenido rachas. Unas veces me parecía que era el trabajo perfecto para ti mientras que otras pensaba que no te llevaba a ninguna parte, pero a fin de cuentas si no sabes hacia dónde quieres ir tampoco es tan importante. Sé que el tema del trabajo es delicado para ti desde que dejaste la universidad, pero da igual lo que digan tus padres o cualquiera de su generación, la valía de una persona no se mide por los títulos colgados en una pared. Eres una de las personas con más recursos que conozco y podrías hacer lo que quisieras, pero para eso tendrías que querer hacer algo”
Ino entornó la mirada. Sakura, certera como siempre, daba en la diana de sus inseguridades y sus remordimientos. Su relación con su padre nunca se había recuperado del todo del golpe que supuso su abandono de los estudios y probablemente no lo haría mientras viese su insistencia en mantener ese trabajo de mierda como una especie de huelga de las expectativas que habían puesto en ella. Si realmente hubiese querido el puesto de Tamaki, que tanto se adaptaba a su personalidad, podría haber ido a por él, pero se había colocado voluntariamente en una posición en la que tanto su jefa como el resto de la plantilla de Flash Moda esperaban poco o nada de ella.
Pero eso se iba a acabar. De momento iba a conseguir que Tamaki le cediese su invitación para el evento en el que se encontraría con Itachi. Para eso sólo tendría que hacer unas llamadas y jugar un poco con su astucia. Era hora de que volviera a ponerse al volante de su vida.
Al día siguiente llegó a la oficina de punta en blanco y puntual como un reloj. Encendió su ordenador para que se cargase el sistema operativo mientras preparaba una taza de café y charlaba con una de sus compañeras acerca de ese mozo de almacén tan mono que tenía la compañía del piso de abajo. Ino vio llegar a Tamaki por rabillo del ojo pero siguió de cháchara como si nada dirigiéndose lentamente hacia su escritorio haciendo una estratégica parada ante la mesa de Tamaki sin dejar de hablar con su compañera. Tamborileó distraídamente la superficie con las uñas y a continuación volvió a encaminarse a su mesa. Acababa de tomar asiento cuando Tamaki llamó su atención:
-Oye, Ino.
Ella esbozó una sonrisa angelical, la de “a tu disposición”.
-Buenos días, Tamaki –la saludó.
Su compañera le devolvió la sonrisa con timidez.
-Buenos días, oye… me acabo de fijar en tus uñas. Qué manicura tan preciosa llevas.
Ino alzó la mano en un gesto estudiadamente vacío de afectación.
-¡Vaya, gracias! Me las arreglé anteayer al salir del trabajo. –Mentira. Había ido el día anterior, pero supuestamente había estado enferma.
-¿Son de gel? ¿Porcelana, quizá? –Se interesó Tamaki.
Ino ensanchó su sonrisa.
-En absoluto, son mías. Me las arregla una chica de un salón muy pequeño que hace verdaderos milagros –confesó.
Ino siempre había sido observadora pero había ido abandonando paulatinamente su costumbre de usar las cosas en las que se fijaba. La tendencia cambió al recordar que Tamaki solía hojear revistas sobre manicura cuando creía que nadie le prestaba atención. Parecía sentir verdadera fascinación por los modelos más atrevidos pero era una chica tan anodina que Ino no lograba imaginársela atreviéndose a tanto, así que optó por una manicura sencilla para despertar su interés. A fin de cuentas, a pesar de gustarle tanto, Tamaki no se arreglaba las uñas más allá de un esmalte transparente.
La estrategia estaba dando resultado. Tamaki volvió a contemplar las uñas de Ino y preguntó:
-Va a sonar raro, pero, ¿te importa si las miro más de cerca?
-No, claro –respondió Ino sin moverse de su asiento.
Tamaki se puso de pie y rodeó su escritorio para acercarse a Ino, que estiró el brazo como en un besamanos, y volver a admirar su manicura. Ino esperó un segundo antes de proponer con aire inocente:
-Si tanto te gusta puedo conseguirte cita. La chica que me las hace es hermana de una amiga mía y siempre me encuentra un hueco con poca antelación. Tengo mucha suerte –le confió con tono confidencial-, porque se está corriendo la voz de lo buena que es y la lista de espera empieza a ser terrible –pronunció con énfasis la última palabra.
Tamaki la miraba casi sin pestañear.
-Sería… sería estupendo si lo hicieras –balbució.
-Faltaría más –Ino buscó su móvil en el bolso con una sonrisa beatífica en el rostro-. ¿Para qué están las amigas?
Tamaki se quedó de pie a su lado, expectante, mientras Ino llamaba, preguntaba por una tal Ame y conversaba en tono amistoso. A media llamada tapó el auricular y se dirigió a Tamaki:
-La siguiente cita que tiene disponible es el viernes a última hora.
Tamaki abrió la boca en una expresión de alegría pero se congeló a la mitad al recordar que tenía un compromiso previo.
-El viernes no puedo –murmuró-. Tengo que ir a la cena de patrocinadores de los deportes con Mei. No es que me apetezca mucho, pero… -dejó la frase en el aire, compungida.
Ino compuso una expresión abatida.
-¡Qué pena! Ame estaba dispuesta a hacerme el favor pero claro, si no puedes…
Tamaki cruzó los brazos, nerviosa, mientras sopesaba qué hacer al respecto. Estaba en una encrucijada moral, el deber contra el placer, y se le notaba. A Ino le estaba costando muchísimo que no se le notase lo bien que se lo estaba pasando. Se le había olvidado lo divertido que era sembrar el caos.
Tras unos agónicos segundos de espera Ino moduló la voz para añadirle un matiz de secretismo y propuso:
-¿Qué te parece si voy yo a la cena en tu lugar? Dile a Mei que te ha surgido algo importante, como que a tu mejor amiga la han desahuciado, y me propones a mí para que vaya en tu lugar porque estoy libre. A fin de cuentas soy una de las veteranas de la revista –apuntó-, y no me importa hacerte el favor.
A Tamaki se le iluminó el semblante.
-¡Es una idea fantástica! –Siseó.
-¿Confirmo la cita? –Preguntó Ino. Su compañera asintió enérgicamente con la cabeza-. Ve a hablar con Mei entonces.
Tamaki volvió a asentir y se dirigió al despacho de su jefa. Ino cerró la fecha y colgó la llamada. Pan comido. ¿Qué hacía alguien como ella limitándose a escribir horóscopos?
Al salir de la oficina de Mei Tamaki se dirigió directamente a su escritorio pero envió a Ino un correo electrónico asegurándole que la jefa había acabado aceptando. Ino le hizo un gesto de complicidad con la cabeza antes incluso de acabar de leer el email. La posdata, sin embargo, estuvo a punto de arrancarle una carcajada: Tamaki le preguntaba si los astros le deparaban algo bueno a los Tauro. Ino hizo click para responder al correo electrónico y tecleó: “Estás de suerte, es el momento propicio para un cambio de imagen. Tu número de la suerte es el tres”. No se giró para ver la cara de Tamaki: en vez de eso se hizo con su teléfono, abrió Line y entró en la conversación con Sakura:
“Te dije que conseguiría una entrada. Haz el favor de vestirte monjil como siempre, que no necesito que me hagan sombra”
El viernes siguiente Ino entró a trabajar un par de horas antes para ganar tiempo extra al final del día para ir a su casa a arreglarse. Le habría gustado pasar por la peluquería pero el riesgo de llegar tarde al evento era demasiado alto, así que se onduló el pelo ella misma y lo arregló para que le cayese sobre un hombro como una cascada. Se puso un vestido de noche de color esmeralda que iba cogido al cuello y le dejaba la espalda descubierta, se calzó unas sandalias con tacón y se roció con su perfume favorito. El taxi que había pedido la esperaba en la calle cuando bajó al portal. Tomó asiento en la parte de atrás y confirmó la dirección sintiéndose un poco como Cenicienta pero en una versión actualizada. Esta Cenicienta no se sentaba a esperar a ningún Hada Madrina.
Mei se encontró con Ino en el vestíbulo del edificio para eventos escogido para la cena de patrocinadores. Su jefa vestía un vestido de silueta sirena como el de Ino pero de color azul y con un escote que dejaba poco a la imaginación. Completaba el look con zapatos tipo salón con un tacón de vértigo y una boa de plumas un tanto excesiva, pero a Mei le gustaba ser excesiva. Caminaron juntas hasta el ascensor. Una vez dentro, en cuanto las puertas se cerraron, Mei le dijo con una sonrisa cómplice:
-¿También has oído que todos los empresarios casaderos de la ciudad van a estar presentes esta noche?
Ino separó los labios para contestar, pero la puerta del ascensor volvió a abrirse sin haber llegado a subir. Al otro lado estaban Sakura, Sasuke e Itachi.
Mei e Ino se movieron hacia el fondo del ascensor para que cupieran los tres recién llegados. Sakura intercambió una mirada fugaz con su amiga ante la repentina situación incómoda en la que estaban metidas. Sasuke estaba justo ante la puerta, dándoles la espalda; Itachi, por su parte, apoyó la suya en el lateral del ascensor. Estaba al lado de Ino y aunque no la miraba siquiera la intensidad de su presencia le había dejado la mente en blanco. Sus planes amenazaban con desmoronarse.
No seas tonta, se dijo. Este espectáculo va a concluir como fue concebido.
De todas formas sintió alivio cuando la puerta del ascensor se abrió dando paso a la sala donde tenía lugar el cóctel anterior a la cena propiamente dicha. Los hermanos Uchiha y Sakura salieron primero del ascensor pero ella se las arregló para quedarse atrás hasta que Ino y Mei hubieron hecho lo propio. Esta atrajo la atención de un camarero que se paseaba entre los asistentes portando una bandeja con copas de vino blanco. Tomó una e Ino la imitó.
-La atmósfera en el ascensor podía cortarse con un cuchillo, ¿eh?
Sakura se acercó a ellas con una sonrisa. Su vestido era corto, de color crema con adornos de encaje y un fajín negro.
-Mei –hizo las presentaciones Ino-, esta es Sakura Haruno, una amiga. Sakura, Mei Terumii, mi jefa en Flash Moda.
-Un placer –dijo Sakura.
-Lo mismo digo –respondió Mei-, aunque quiero que se me trague la tierra por lo que acabo de decir del ascensor.
Sakura sonrió con gesto comprensivo.
-En absoluto, tiene razón. Mi novio, Sasuke, no es muy amigo de esta clase de eventos. Normalmente no recibe invitaciones, esa tarea recae en su hermano Itachi, pero los organizadores han insistido en que acudan los dos.
-¿A qué se dedican, si puedo preguntar? –Quiso saber Mei.
Su jefa y los cotilleos. Ino respiró hondo con discreción. A fin de cuentas acabaría enterándose, para eso iba a esa clase de sitios. Sakura sonrió sin darle importancia y contestó:
-En Seguridad Uchiha.
-¿La empresa de alarmas? –Les fichó Mei.
-Esa misma. Son los hijos del Director General.
Mei alzó las cejas en un gesto muy poco sutil.
-Así que además de estar muy buenos son un par de partidazos, ¿eh? –Se inclinó hacia Sakura con tono confidencial y añadió-. Buen trabajo por pescar a uno de ellos.
Sakura puso cara de circunstancias pero mantuvo el tipo:
-Bueno… gracias.
Le lanzó una mirada a Ino que le hizo saber que quería escapar de esa conversación, así que su amiga intervino:
-Oye, Mei, ¿te has tomado una foto con el resto de patrocinadores? He visto un photo-call al fondo.
-¿Ah, sí? Voy a ver qué se cuece –decidió Mei, y se adentró en la sala dejándolas solas.
Las chicas intercambiaron una mirada. Ino fue la primera en hablar:
-¿Estás segura de que Sasuke está de morros sólo porque no quería venir?
-¿A qué te refieres? –Preguntó Sakura.
-A que si le has dicho algo acerca de mis planes para hablar con Itachi –contestó Ino.
Había conocido a Sasuke fugazmente cuando salía con Itachi pero no supo nada más de él hasta que empezó a verle con Sakura. En ese momento había llegado a soltarle, con su sequedad habitual, que no había entendido su relación cuando empezó más allá “de las razones obvias” y que por lo tanto no le sorprendía que lo hubieran dejado. Además añadió, porque Sasuke y el tacto no eran buenos amigos, que no la veía como la clase de chica con la que Itachi pudiese llegar a tener algo duradero. Ino recordaba muy bien esa ocasión porque se peleó con Sasuke y tardó tres meses en acceder a estar en la misma habitación que él. Claudicó porque era el novio de su amiga y la hacía feliz, pero esa discusión era el gran escollo entre ellos.
Sakura contempló a su amiga, un tanto herida por sus dudas.
-No, por supuesto que no le he dicho nada, pero no te voy a negar que seguramente se haya mosqueado al verte en el ascensor. No sé qué habrá pensado Itachi –Nadie sabe nunca qué piensa Itachi, pensó Ino-, pero Sasuke no es tonto. Se debe haber dado cuenta de que juntaros en la misma fiesta acabará desembocando en que habléis.
Ino dio un sorbo a su copa de vino.
-Chico listo –repuso.
-No le guardes rencor –pidió Sakura.
-No lo hago –replicó Ino-. A fin de cuentas no le falta razón, y si no se hubiera mosqueado por mi presencia aquí lo haría porque la música no es de su agrado o porque las cortinas son feas –a Sakura se le escapó una risa a su pesar-. Sasuke siempre encuentra algún motivo para poner cara de funeral. Menos cuando está contigo, claro. Es como si fueras su calmante.
Su amiga bajó los ojos con modestia.
-Creo que en cierto modo lo soy –contestó.
-Sí, sois una jodida película Disney. Bueno, tu labor aquí ha terminado, Sakura. Me hiciste el favor de decirme que veníais, a Itachi le encontraré yo sola. Ve a buscar a tu novio antes de que le prenda fuego a los canapés.
Sakura volvió a reírse.
-Está bien. Le saludaré de tu parte.
Ino enarcó una ceja con expresión mordaz:
-Faltaría más. No le voy a negar el saludo a alguien que tiene tantas ganas de verme.
Sakura se alejó de su amiga en dirección hacia donde había ido Sasuke. Formó las palabras “buena suerte” con la boca antes de que Ino la perdiese de vista. Esta apuró su copa de vino y la dejó en una mesa cercana. Notó unas cuantas miradas puestas en ella, como siempre que se arreglaba, pero las ignoró. Sacó su móvil del bolsito de fiesta que llevaba colgado del codo al notarlo vibrar. Tenía un mensaje de Tamaki en Line con una foto de su manicura y comentarios felices seguidos por media docena de signos de exclamación y un montón de iconos. Esa espontánea amistad era el precio a pagar a cambio de su presencia en esa fiesta, dedujo.
-Ese que te escribe no será tu novio, espero –dijo una voz junto a ella.
Ino se giró para encontrarse con un tipo de su edad, un guaperas estándar de los que se veían en packs de seis en las discotecas los fines de semana.
-Para nada –repuso ella, guardando el teléfono.
-Qué buena noticia –celebró el tipo.
-…Lo cual no quiere decir que tengas posibilidades conmigo –replicó Ino sin darle tiempo a que tratase de camelársela-. Circula.
Al tipo se le congeló la sonrisa en la cara pero no insistió. La fiesta acababa de empezar y la sala estaba llena de bragas que podía explorar. Has apuntado demasiado alto con tu primera bala, amigo, se dijo Ino. Hacía tiempo que no sentía tanta seguridad en sí misma y la visualizaba recorriendo su organismo como una droga. Tenía que retener la sensación para confrontar a Itachi con la barbilla alta.
Sin embargo la noche avanzaba y no había ni rastro de él. El cóctel terminó, pasaron al comedor para la cena e Ino tuvo que sentarse ante un cubierto que tenía el nombre de Tamaki en vez del suyo. Se pasó la cena tratando de avistar a los Uchiha discretamente pero no fue hasta el postre que Sakura le escribió un mensaje de tapadillo comentándole dónde estaban y lo aburrido que estaba siendo. Ino estuvo de acuerdo a pesar de estar desplegando sus habilidades sociales. Nadie en torno a esa mesa habría sospechado jamás que sólo era la autora de los horóscopos de Flash Moda. Hasta Mei parecía impresionada.
Después de la cena se sirvieron bebidas en la misma sala en la que había tenido lugar el cóctel pero muchos asistentes, sobre todo los más mayores, empezaban a marcharse. Ino vio al chico que había intentado entrarle tratar de reunir a gente de su edad con el plan de salir de fiesta a un sitio cercano del que había oído hablar. Ella se quedó en un lateral con su Cuba Libre en la mano. Sakura se acercó entonces:
-Hola. ¿Has hablado con Itachi?
Ino negó con la cabeza y añadió:
-No ha habido ocasión. La verdad es que no le he visto desde el ascensor.
Sakura hizo un mohín.
-Yo también le he perdido la pista hasta que nos hemos sentado a cenar. En esta clase de eventos la gente aprovecha para mantener conversaciones profesionales informales o eso me ha dicho Sasuke. Es como una especie de código.
-Ya veo.
-Nosotros nos vamos a ir ya –comentó Sakura-, pero no sé qué hará Itachi.
Ino asintió con la cabeza, despacio. Tuvo que forzarse a considerar que existía la posibilidad de que se fuese de ese edificio sin haber cumplido su objetivo.
-Creo que me quedaré un poco más –dijo de todas formas-. Se están yendo los carcas y los pesados, es una criba natural.
Sakura sonrió con cierto aire triste.
-¿En qué categoría entramos nosotros? –Preguntó con cierto humor en la voz.
-En la de gente que me gustaría que se quedara –contestó Ino-. Bueno, tú al menos.
Como invocado por sus palabras, Sasuke se aproximó a ellas. Tocó el codo de Sakura, que le dedicó una de sus afables sonrisas.
-¿Estás lista? –Le preguntó.
-Claro –respondió ella. Se giró hacia su amiga-. Hasta luego, Ino.
-Que tengáis buena noche –se despidió a su vez.
Sasuke se limitó a hacer un gesto con la cabeza que ella replicó. Les siguió con la mirada hasta el ascensor con un poco de envidia. Se les veía tan felices juntos. Sasuke no era santo de su devoción pero quería tanto a Sakura que Ino no podía sino darle su bendición aunque fuese a regañadientes. Él era una persona con un aura agresiva, como si estuviera hecho de espinos, pero cuando estaba con Sakura tan sólo resultaba amenazador para alguien que intentase algo con ella. Itachi, en cambio, era mucho más sutil. Allí donde Sasuke avanzaba por la vida como si fuera una batalla su hermano lo hacía como si fuese un juego. Tenía los mecanismos para ser calculador e incluso cruel, aunque por supuesto no era una faceta que le hubiese mostrado a Ino, pero había oído algunas cosas después del fin de su relación. Su modo estándar, sin embargo, estaba bañado de cierta ambigüedad. No le faltaban encanto y buenas maneras, pero bajo su fachada se adivinaban su determinación, su sagacidad, la fuerza de su carácter. Itachi había sido un misterio excitante que Ino no había acabado de desentrañar cuando estuvieron juntos, quizá porque era demasiado joven para hacerlo. No pudo sino preguntarse si sería capaz en el presente.
-¿Te das cuenta de que pones cara de abandono al ver alejarse a mi hermano y a su novia?
Ino dio un respingo. Se dio la vuelta despacio. Itachi estaba apoyado en la pared a su lado con las manos en los bolsillos del pantalón de su traje. Aun habiendo rebasado la treintena –treinta y dos, si sus cálculos eran correctos- su expresión socarrona no había cambiado ni un ápice. Ino se recompuso y contraatacó:
-¿Te das cuenta de que estás muy pendiente de cómo mira la gente a tu hermano?
-Sólo en casos muy señalados –replicó él.
-¿Me vas a dar un pin?
-Claro, el pin de chicas que les van detrás a los Uchiha. Tu amiga tiene uno dorado, es miembro de honor.
-Pues a mí dame uno negro. Más bien soy la chica que trata de tolerar a los Uchiha. –Itachi se rio entre dientes-. ¿Qué tal todo?
-En general, bien, aunque este evento está siendo bastante soporífero. En vez de Estrellas del Deporte deberían haberlo llamado Desfile de Carrozas.
A ella se le escapó una carcajada.
-No te falta razón. ¿Has visto a mi jefa? Era la de la boa de plumas.
Itachi enarcó una ceja.
-Llevaba un rollo un tanto asaltacunas.
-Ella prefiere el término “madurita sexy” –replicó Ino.
Se rieron al unísono. Se acababa de formar entre ellos un sentimiento de complicidad.
-¿Dónde trabajas? –Se interesó Itachi.
-En una revista, Flash Moda –contestó Ino.
-Entonces, ¿sigues allí? -Ella le miró de hito en hito. Cuando entró en la revista hacía meses que lo habían dejado-. Me lo contó Deidara. Salía con una chica de tu residencia.
La mención a uno de sus amigos de entonces pareció despertar los fantasmas del pasado, si es que su encuentro no lo había hecho ya.
-Sí… sí, es el mismo sitio –confirmó Ino fingiendo que no había oído la explicación-, pero estoy pensando en cambiar.
-¿Alguna idea en particular? –Se interesó Itachi.
-Nada concreto. Sólo es una idea a la que le estoy dando vueltas. -Se quedaron en silencio durante un incómodo instante. Finalmente Ino preguntó-. ¿Vas a ofrecerme un puesto en Seguridad Uchiha?
Itachi volvió a reír.
-No creo que te gustara. A veces no me gusta ni a mí. –Ino le interrogó con la mirada, así que Itachi explicó-. Trabajo muy de cerca con mi padre. Es agotador.
-Entiendo –contestó Ino.
-Tuve que mudarme hace dos meses. Vivía en la misma calle que mis padres y notaba que estaban demasiado involucrados en todo lo que hacía. Mi posición como heredero era una especie de excusa para ellos, era peor que cuando era un adolescente. Así que ahora vivo al otro lado de la ciudad. Mi madre actuó como si me hubiese ido a otro país.
-Se acostumbrará –se encogió de hombros Ino-. Siempre acaban acostumbrándose porque a fin de cuentas no les queda otra.
-Ya –Itachi observó cómo Ino se acababa su Cuba Libre y preguntó-. ¿Puedo invitarte a la siguiente copa? Pero no aquí.
Un camarero que pasaba tomó su copa vacía. Ella se lo pensó un instante. Su plan del entorno controlado amenazaba con irse al traste.
-¿Conoces algún sitio decente cerca de aquí? –Preguntó.
-A un par de manzanas –respondió Itachi.
-De acuerdo, vamos –accedió Ino.
Al diablo los planes. Viva la improvisación.
Caminaron hasta el bar que conocía Itachi, que exhibía un cartel de neón con la palabra BLUE. Tenía un gorila en la puerta que ni se inmutó cuando Itachi condujo a Ino hasta la entrada pasando de largo la fila de gente que esperaba. El portero apartó el cordel de terciopelo y en un instante estuvieron dentro.
El color azul predominaba en el local, desde el cuero de los sofás hasta las luces de la pista de baile, pasando por los uniformes de los camareros y las pajitas de cristal de los vasos rubricados con el logotipo de la entrada. Se dirigieron a la barra, donde Ino pidió otro Cuba Libre mientras que Itachi quiso un Gin Tonic. Había bastante gente pero no estaba abarrotado. Parecía un lugar bastante exclusivo.
-Este sitio está bien. ¿Vienes a menudo? –Preguntó Ino por encima de la música.
-Hace tiempo que no. A la chica con la que salía no le gustaba demasiado –respondió él. Era su primera mención a la ex de la que le había hablado Sakura-. Decía que parece un puticlub de lujo.
Ino rio mientras servían sus bebidas.
-No sabría qué decirte, nunca he estado en un puticlub de lujo. Prefiero los de carretera.
Itachi se rio también. Le ofreció a Ino su copa antes de hacerse con la suya. Le pasó entonces un brazo por detrás de la cintura en un gesto casual para conducirla hacia uno de los sofás al fondo de la sala que estaban siendo desocupados por tres parejas en diversos estados de embriaguez.
-En cierto modo la estética tiene sentido. La dueña era prostituta, supongo que al dejar ese mundo no logró deshacerse del todo de él.
Ino alzó las cejas, sorprendida.
-¿Te lo estás inventando o es verdad? –Quiso saber-. Conociéndote, estoy empezando a sospechar que estuviste involucrado de alguna forma.
Él frunció los labios:
-Es una historia muy rocambolesca. No te la creerías.
-Ponme a prueba –le retó Ino.
Itachi se recostó en el sofá.
-Un conocido se puso en contacto conmigo hace un par de años. Era cliente de esta… profesional y quería ayudarla a retirarse en honor a los buenos ratos que había pasado con ella –narró.
-Un alma caritativa –comentó Ino.
-Al tío no se le ocurrió nada mejor que crear una fundación para recaudar fondos. Me parecía un fin demasiado noble para ese individuo, así que puse a mi departamento antifraude a trabajar. En apenas tres días nos dimos cuenta de que la fundación era una pieza clave en una operación de blanqueo de capitales. Le denuncié y en el proceso conocí a otras personas a las que había convencido de donar dinero a la causa. Al final la prostituta salía perdiendo, así que hicimos un donativo para que por lo menos pudiese cumplir su propósito. Con el dinero abrió BLUE. Como agradecimiento quienes donamos a la causa somos clientes VIP.
-Final feliz –concluyó Ino-. A veces tienes complejo de superhéroe.
-A veces merece la pena ayudar a los demás –apostilló Itachi.
Ino apoyó la cabeza en una mano.
-Esa historia es digna de ti. Veo que no te has aburrido durante todos estos años.
-Es difícil aburrirse cuando eres yo.
-Sabía que dirías algo así –Ino dio un trago a su copa y volvió a dejarla en la mesita ante ellos-. Me alegra que nos hayamos visto, hablando del tiempo que ha pasado. Tengo una cuenta pendiente contigo.
-¿Te prometí algo que no llegué a cumplir? –Pareció preocuparse él de broma.
-No, para nada. Pero quería hablar de lo nuestro, o mejor dicho de cómo terminó –Ino apretó los labios para armarse de valor-. Tenía la sensación de que te habías aburrido de mí y ni siquiera te pregunté si era cierto. Me limité a tomar mis impresiones como ciertas y corté contigo sin más creyendo que así preservaba mi orgullo. Tú estabas mucho más ocupado que yo… estabas terminando la carrera y a diferencia de mí, a ti las notas te importaban. No tuve nada de eso en consideración, y lo siento.
A Itachi le había cambiado el semblante. Estaba mucho más serio, incongruente en mitad del bar. Una pareja se acercó a ellos con intención de ocupar el sofá libre pero cuando vieron la expresión de Itachi se lo pensaron mejor y dieron media vuelta.
-¿Has estado cargando con eso todos estos años? –Preguntó.
Ino se demoró un momento en confesar:
-Sí.
Él respiró hondo antes de responder:
-Pues no es justo, porque yo también tengo parte de culpa de que terminásemos. Podría haberte explicado todo lo que acabas de decir y lo habrías entendido, lo sé, pero yo también quise preservar mi orgullo. Decidí que si no querías estar conmigo yo no te iba a rogar que te quedaras. Yo también lo siento, Ino –echó la espalda hacia delante y apoyó los codos en las rodillas de forma que sus rostros quedaban muy cerca-. Lo he estado sintiendo todo este tiempo, y pensaba que en eso estaba solo.
Se quedaron en silencio un instante. Finalmente ella enderezó la espalda.
-Pues ya ves que no. Somos un par de idiotas.
Se llevó la copa a la cara y se acercó a los labios la pajita de cristal. Notó entonces los dedos de Itachi recorriéndole la curva de la oreja y descendiendo hacia su cuello. Tuvo que reprimir un escalofrío.
-Redomados. Si además reconoces que me has echado de menos, entraremos a la par.
Su mano se deslizó lentamente espalda abajo. Ino siguió sin mirarle.
-Tú primero –dijo.
-Te he echado de menos, sí. Sobre todo por las noches.
Ino despegó los labios. Su caricia, tan sugerente, despertaba recuerdos muy vívidos en ella.
-Tú, en cambio, eras más imaginativo por las mañanas.
-He ampliado mi repertorio –repuso Itachi.
Ino le miró por fin. Los ojos de Itachi tenían ese brillo de depredador que tan bien le conocía, que preludiaba sus caricias más salvajes. Se encontró deseándole con la fiereza de su yo de diecinueve años, que aprendía lo que era el sexo con un hombre de verdad y lo que quería de él.
Al inclinarse sobre él los brazos de Itachi ya la esperaban. Ino le sostuvo la cara al besarle con furia, como si cualquier otro beso que hubiera dado o recibido durante los años anteriores no hubiese sido más que una burda imitación. Una de las manos de Itachi se coló por la abertura de la espalda del vestido para acariciar las formas que ocultaba la tela verde esmeralda, que bajo la luz azul del bar había adquirido un tono turquesa. Algunas personas les miraron con poco disimulo. Ino quería ponerse encima de él y sólo el hecho de que su vestido fuera largo se lo impedía.
-Bésame –ordenó, aunque Itachi no hacía otra cosa-. Bésame –sólo sentía el cuerpo de él bajo el suyo, el resto del universo había desaparecido-. Bésame.
Notaba la erección en los pantalones de Itachi apretando contra ella. La acarició con la mano abierta y él echó la cabeza hacia atrás mordiéndose el labio inferior para ahogar un gemido. Ino sonrió y le mordió la barbilla. Le encantaba comprobar que todavía recordar cómo le gustaba que le tocaran pero sólo eso no era suficiente para ella.
-Te quiero ahora –siseó.
Itachi tragó saliva con dificultad. Sujetó a Ino por la cintura.
-Ven.
Se pusieron de pie, ella dejó que la condujese. Itachi hizo un gesto a uno de los camareros para que no perdiesen de vista sus cosas, que seguían en el sofá. Ino no fue plenamente consciente de adónde se dirigían hasta que estuvieron en el corredor de los aseos e Itachi echó un vistazo antes de entrar con ella en el de señoras. Abrió los ojos de par en par. Si por haberse vuelto imaginativo se refería a hacerlo en el aseo de un bar, tendrían que discutir ese aspecto. Después de haberlo hecho, por supuesto.
Sólo el cubículo del fondo sonaba a estar ocupado. Itachi entró con Ino en el segundo. Echó el pestillo.
-¿Tienes…? –Preguntó Ino en un susurro, pero era una pregunta retórica. Si la memoria no le fallaba, Itachi siempre llevaba condones encima.
-Siempre llevo condones encima –repuso él en voz igualmente baja. A ella se le dibujó una sonrisa tontorrona. La memoria no le fallaba, entonces.
Itachi sostuvo el condón con los dientes mientras se abría el pantalón. Ino tomó el preservativo, lo abrió y se lo puso despacio sin cortar el contacto visual. Sonó la cisterna al fondo del aseo y unos pasos enérgicos hacia los lavabos. Itachi tuvo que llevarse la mano a la cara y morderse los nudillos mientras la chica se lavaba las manos e Ino terminaba de ponerle el preservativo. Oyeron a la chica irse mientras Ino se subía la falda del vestido hasta la cintura. Dos chicas más entraron en el aseo parloteando a viva voz. Itachi movió la boca para formar las palabras “quítate las bragas”. Ino obedeció y las colgó del gancho para bolsos que había en un lateral del cubículo. Itachi volvió a acercarse a ella y la besó rodeándole de nuevo la cintura con un brazo. Con un movimiento enérgico la levantó en vilo y le hizo apoyar la espalda en la puerta cerrada del cubículo. Ino le rodeó la cadera con las piernas y sujetó sus hombros con los brazos. Las dos chicas habían ocupado sendos cubículos y seguían hablando sin parar. Sus voces ahogaron el jadeo de Ino cuando sintió a Itachi entrar en ella.
El cuerpo le pedía que no tuviera clemencia con ella pero contuvo su necesidad de ser rudo para deslizarse muy despacio y apreciar cómo el sexo de Ino le abrazaba, tan caliente, tan apretado. Ella había separado los labios en un gemido mudo, tenía los ojos vueltos hacia atrás, se parecía a las estatuas de santas en éxtasis del Vaticano. Itachi agarró con fuerza los muslos de Ino deleitándose en el tacto de su piel –las partes del cuerpo se volvían tan distintas, tan especiales, durante el sexo- y la besó para ahogar un gruñido de placer cuando embistió por fin en ella. Ino le tiró del pelo. Una de las chicas salió del cubículo frente al que ocupaban ellos y la otra no tardó en seguirla. Se lavaron las manos y se retocaron el maquillaje mientras Itachi embestía de nuevo en Ino. La puerta del cubículo tembló pero las chicas no se dieron cuenta. Salieron cuando él embestía de nuevo y su boca se había separado de la de Ino, que le miró a los ojos con las pupilas dilatadas. Siseó su nombre y echó la cabeza hacia atrás luchando con todas sus fuerzas para no gemir al alcanzar el clímax. Itachi la contemplaba como a una obra de arte, su pelo tan arreglado, su vestido tan elegante y el rostro descompuesto por el placer. Embistió una vez más antes de correrse, y entonces Ino le tomó el rostro y le dio muchos besos. La puerta del aseo volvió a abrirse y entraron varias personas.
-Qué suerte, ¡si no hay nadie! –Exclamó una chica
Ino tuvo que taparse la boca para evitar reírse, pero la expresión de Itachi era mucho más agria. Se retiró con cuidado y se quitó el preservativo, que anudó antes de encestarlo en la atestada papelera del cubículo. El grupo que acababa de entrar estuvo de charla unos instantes antes de empezar a hacer ruidos que indicaban que estaban esnifando cocaína.
Itachi e Ino intercambiaron una mirada. Estaban atrapados. Las braguitas de Ino seguían colgadas. Ella echó una ojeada a la entrepierna de Itachi. Su mirada fue lo bastante indiscreta para que él se la devolviera.
-¿Segunda parte? –Preguntó ella en un susurro.
Él hizo un gesto con la cabeza indicando a las chicas que se drogaban al otro lado de la puerta del cubículo. Ino se encogió de hombros y se acercó a Itachi para ponerse de puntillas y sisearle al oído:
-No tendrás remilgos ahora. Quiero que me lo hagas por detrás.
Él alzó la cabeza y la examinó con los ojos entornados.
-Entonces quiero que te quites el vestido –fue su respuesta murmurada.
No sabía si esperaba que se echase atrás, pero no estaba dispuesta a dejarse amilanar. Desabrochó el cierre que llevaba tras el cuello y se sacó el vestido por la cabeza. Se lo tendió a Itachi, que lo colgó en el mismo sitio que las braguitas. Tomó entonces la iniciativa de quitarle el sujetador, de esos diseñados para dejar la espalda descubierta, y pronto estuvo en el mismo sitio que el resto de la ropa de Ino. Se sintió vulnerable, completamente desnuda salvo por los tacones en el aseo de un bar aunque sólo los ojos de Itachi Uchiha pudieran verla. El hambre que veía en ellos la hacía morirse de anticipación.
-Itachi… -empezó a susurrar.
-Date la vuelta –ordenó él.
Ino se giró para darle la espalda. Itachi le besó entonces el cuello acunando sus pechos, haciendo que sus pezones se endurecieran en sus manos, frotándole en el trasero su erección. Ella estaba mojada, por supuesto, Itachi la olía aunque en ese aseo con un grupo de chicas colocadas cantando una canción de Rihanna a voz en grito hubiese dos docenas de olores más; ninguno era tan penetrante, tan singular y perfecto como el de Ino.
Se puso otro condón y acarició el clítoris de Ino antes de separar los labios de su sexo con los dedos para volver a entrar en ella. Oyeron a las chicas colocadas irse. Ino apoyó los brazos en la puerta, Itachi embestía con más fuerza que la primera vez sin dejar de estimular el clítoris de Ino con la mano, pero ella le cogió de la muñeca para guiarle y que el placer fuera aún mayor. Gimió entonces abiertamente por primera vez desde que entraron en ese aseo y a Itachi se le puso la carne de gallina. Le agarró la cadera con fuerza, notándose al límite, pero estaba dispuesto a conseguir que ella llegase primero. Por suerte dos embestidas después la notó contraerse; Ino se corrió con una sacudida que fue como un chispazo eléctrico para Itachi. Le mordió el hombro al alcanzar el orgasmo y jadeó con la frente apoyada en la coronilla de Ino.
-Joder –murmuró, con la voz ronca.
-Buena definición –silbó la voz de Ino.
Itachi volvió a retirarse y a quitarse el preservativo para tirarlo a la basura. Ino volvió a vestirse. Esperaron un momento para cerciorarse de que estaban solos antes de salir del cubículo. Ino se quedó para lavarse las manos mientras Itachi iba al aseo de caballeros a hacer lo propio. Se encontraron de vuelta en el sofá que habían ocupado. Uno de los camareros, que había recogido sus pertenencias, fue a devolvérselas.
-Acerca de lo que hablábamos antes –dijo de repente Ino-, sí, también te he echado de menos. Tu repertorio está bien. ¿Tienes algo más?
-Suficiente para que necesite toda la noche para ponerte al día –replicó él-. ¿Tienes planes mañana?
-Mi fin de semana está a la espera de un buen plan –contestó Ino. Habían vuelto a acercarse tanto que se oían por encima de la música incluso hablando a un volumen normal.
-Resérvamelo. Deja que te lleve a mi casa. Tenemos mucho tiempo perdido que recuperar –apostilló Itachi.
-Acepto. En tu casa entonces.
Itachi enlazó su mano izquierda con la diestra de Ino y se encaminaron hacia la puerta del local. Ya fuera él pidió un taxi mientras Ino le contemplaba de refilón. No era ninguna romántica pero de repente las piezas deslavazadas de su vida parecían empezar a cobrar sentido aunque siguieran sin juntarse. En cualquier caso algo se había puesto en movimiento dentro de sí. Fuese a donde fuese, estaba en camino.
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blogdefitnessyvida · 3 years ago
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15 Blogueros De Báscula Salter Que Debes Seguir
Las básculas digitales sin funciones auxiliares tienen costes asequibles desde 15 o bien veinte euros, si bien sean de empresas conocidas. Tienen una graduación de 100 o doscientos gramos y en la mayoría de los casos son bastante precisas y tienen un diseño moderno y atrayente.
Las básculas digitales multifuncionales, capaces de determinar la masa grasa, la masa magra y los líquidos, tienen costes diferentes, y el coste básico rara vez baja de 40 o bien 60 euros. Si la tecnología va acompañada de un diseño original, puedes gastar aun más de 200 euros.
No obstante, hay que decir que por tan solo 30 euros se pueden encontrar balanzas digitales muy buenas y precisas, por lo que no es necesario gastar mucho.
Le recomendamos que evite los modelos demasiado asequibles, en tanto que seguramente serán imprecisos.
En lo que se refiere a la marca, no hay garantía de que una balanza de calidad no pueda ser fabricada por una marca que no conoces. Desgraciadamente, esto es bastante difícil de medir, con lo que suele ser mejor optar por marcas conocidas como Imetec, Beurer y Omron.
Revisión de las mejores balanzas electrónicas
Echemos un vistazo a algunas de las mejores balanzas electrónicas del momento.
Tanita BC-545N
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La báscula electrónica de baño Tanita BC-545N es la mejor báscula de su clase. Es un instrumento de excepcional precisión, con una pantalla en color de alta resolución, muy simple de interpretar y dotada de renovadores iconos gráficos.
Su capacidad para leer tu peso es casi inmediata, ya que sólo tarda 15 segundos en decirte los kilogramos, y cuánta basculas digitales grasa tienes acumulada en brazos, piernas y otras zonas del cuerpo.
Además, sólo mide el exceso de grasa porque, zona por zona, asimismo es capaz de establecer una línea de ejercicios destinados a reducir el exceso en todas y cada una de las zonas afectadas.
Y no tienes que preocuparte de nada, ni siquiera de adquirir las pilas -4 miniaturas AAA- pues están incluidas en el paquete.
Si ya estás haciendo ejercicio y has establecido un curso completo de distintas actividades de fitness, la propia báscula te mantendrá informado de tus progresos, indicándote cada vez el IMC, el índice de masa anatómico, la cantidad de grasa que rodea la fascia de las vísceras, y guardando todos y cada uno de los datos, medida a la medida.
Se trata de una función extremadamente útil, en tanto que sólo se tarda un instante en recuperarlos de la memoria, consultarlos y compararlos con los datos más recientes para revisar su progreso.
Pero el sorprendo que esta báscula puede proporcionarle va más allí, sobre todo si piensa que también tiene la capacidad de transformarse en una báscula de impedancia gracias a los cables con electrodos extraíbles, lo que la convierte en un instrumento verdaderamente funcional, completo y capaz de satisfacer todas sus posibles necesidades.
Queriendo entonces hacer un rápido resumen de sus lados positivos, podemos decir que la báscula Tanita BC-545N es muy inteligible y clara merced a su pantalla a color y de alta definición, rápida en dar respuestas a las consultas, capaz de medir la grasa en múltiples partes del cuerpo, incluyendo el IMC y la grasa en las vísceras, se pueden desprender de forma fácil los electrodos, y tiene una capacidad de archivo mnemónico excepcional y de simple consulta automática.
Es una lástima que carezca de una aplicación concreta para registrar los resultados de las mediciones en otros lugares y hacer más comparaciones.
Renpho
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ES-26M Renpho ES-26M es una báscula de impedancia capaz de advertir todos los datos importantes, como la grasa corporal, la masa ósea y muscular y, como es lógico, el índice de masa corporal.
Si bien la medición no es tan precisa como en los instrumentos profesionales, se efectúa gracias a una serie de sensores rápidos y de alto desempeño.
Renpho ES-26M es una báscula inteligente, en tanto que le ofrece la posibilidad de conectarla a una aplicación propia instalada en su móvil inteligente. En el momento en que los sensores hayan recogido los datos, transmitirán los resultados a la aplicación, para que puedas verlos con comodidad en la pantalla de tu móvil.
En lo que se refiere a su funcionamiento, vale la pena aclararlo. Todos y cada uno de los datos se transmiten a la app, pero esto se hace a través de un proceso de sincronización con la báscula.
En otras palabras, puede pesarse de manera fácil sin tener el teléfono en las manos, para poder comprobar los valores después, ya que el dispositivo los transmitirá a su teléfono. Además de esto, la báscula es, de hecho, automática, ya que sólo hay que subirse a ella descalzo, esperar 4 segundos y comprobar los resultados de la prueba. Tiene una función de encendido y apagado automático, con lo que no es preciso pulsar ningún botón específico.
En conjunto, el Renpho ES-26M ofrece 13 medidas, ciertas cuales se han citado anteriormente.
Además de los valores ya citados, esta báscula es con perfección capaz de medir el porcentaje de agua en el cuerpo, las proteínas, el músculo esquelético, el BMR y otros muchos valores.
En lo referente al desempeño, hay que tener en cuenta algo. Teniendo en cuenta su coste bastante bajo, no se trata de una báscula de impedancia profesional.
Esto significa que tiene sus limitaciones, en especial si se tiene en cuenta la precisión de los valores medidos por los 4 sensores del dispositivo.
Si bien son fiables, no son completamente precisos, pero esta es una restricción que encontramos en todos los dispositivos de media gama.
A la hora de comprar una báscula, siempre hay que tomar en consideración la capacidad máxima del aparato, sobre todo si la persona que la va a usar es muy pesada.
Pese a su ligereza, el Renpho ES-26M no presenta sorpresas negativas en este sentido. Todo lo opuesto, teniendo en cuenta que es capaz de soportar personas de hasta un peso máximo de 180 kilogramos, un valor muy elevado.
En suma, puedes emplearlo aunque tengas sobrepeso, de modo que tienes un valioso aliado para controlar continuamente tus progresos en el proceso de pérdida de peso.
Beurer
setenta y cuatro mil ochocientos diecisiete Beurer setenta y 4 mil ochocientos diecisiete parece ser la balanza popular electrónica más popular, en tanto que es el instrumento más vendido.
Una balanza de edición limitada con bordes negros o plateados. Un instrumento de precisión bastante completo, capaz de medir tanto el agua como el peso total. Mas también es capaz de distinguir la masa muscular y definir las necesidades caloríficas reales para alcanzar el peso adecuado de la forma.
La medición es muy precisa y se logra simplemente pisando el plato de la báscula descalzo y activando los sensores. Una báscula con 5 niveles de actividad, que se pueden programar según las necesidades, es una ayuda valiosísima para poner en práctica un plan de actividad adaptado, así sea para adelgazar o bien para modelar los músculos.
Una báscula que puede usarse justo después de la adquisición, ya que las pilas ya están incluidas en el paquete y simplemente se instalan.
Merced a una pantalla singularmente grande y lumínica, los datos son muy claros y perceptibles, sin precisar agacharse y correr el peligro de falsearlos.
Otra característica interesante del Beurer 74817 es que, siendo de tamaño y peso bastante contenidos, se puede llevar incluso en sesiones de adiestramiento fuera de casa, y tener una respuesta inmediata sobre los resultados adquiridos.
En resumen, se trata de una báscula para personas de edición limitada, precisa y fiable, capaz de medir el peso, el agua, la grasa, la masa muscular y las necesidades caloríficas.
Otros aspectos positivos son sus cinco niveles de actividad, su manejabilidad y su gran legibilidad. En el lado negativo, la selección del usuario es bastante engorrosa y la duración de la batería no es en especial larga.
Etekcity
Con su capacidad máxima de pesaje de hasta 180 kilos, y su muy bajo coste, la báscula electrónica de baño Etekcity se ha ganado un lugar destacado entre las básculas personales, en tanto que es capaz de competir con modelos de mayor calidad y
Su pantalla es muy grande, con su display de 8,5 centímetros, y además es simple de ver merced al dispositivo de retroiluminación.
Bonita y funcional, esta báscula tiene una estructura de cristal temperado, una excelente resistencia a los golpes casuales y es muy simple de usar, puesto que es suficiente con pisar la superficie de pesaje y se enciende sola de manera inmediata.
Además de esto, se desconecta automáticamente en cuanto te bajas y los valores vuelven a cero. Sus mediciones, gracias a los cuatro sensores, son especialmente precisas, dándole siempre el peso correcto. Entre las opciones también tiene una cinta métrica con un gancho para las mediciones físicas, y la pantalla también muestra el estado de la batería. Finalmente, tiene protección contra sobrecargas y un acolchado antideslizante.
Para resumir, las cualidades de la báscula Etekcity incluyen una pantalla grande y perceptible, un diseño moderno de cristal temperado, cuatro sensores para una medición perfecta en todo momento, una cinta métrica y un acolchado antideslizante, y un control continuo de la batería.
Sin embargo, tiene el inconveniente de que no permite almacenar el peso, y la cinta métrica empieza en cinco centímetros, lo que fuerza a calcular de nuevo la medida.
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noticiasq · 3 years ago
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Gillmor Gang: Half a Loaf
Nueva Noticia publicada en https://noticiasq.com/gillmor-gang-half-a-loaf/
Gillmor Gang: Half a Loaf
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Cuando Salesforce anunció su plataforma de transmisión Salesforce +, Paul Greenberg y Brent Leary de CRM Playaz entrevistaron a Colin Fleming, vicepresidente senior de experiencias de marca global en la empresa CRM (divulgación: trabajo en Salesforce). Más tarde, le pregunté a Brent sobre su programa en este episodio de The Gang.
Brent: Con todas las cosas que están sucediendo con la privacidad de los datos y las cookies desapareciendo, las empresas tendrán que encontrar una manera de obtener primero, y ese tercero, pero los datos de primera parte de una manera limpia. Yo: ¿Puedes describir la diferencia? Bueno, un tercero, vas a un sitio web y este sitio web tiene socios con los que no tienes nada que ver y, de repente, aterrizas en un sitio web y lo siguiente que sabes es que es posible que te llegue un anuncio. o un correo electrónico de una empresa que ni siquiera esperaba, con la que no tiene una relación. Pero esa empresa tiene una relación con el propietario del sitio web. Entonces, todas estas cosas, todas estas interacciones o interrupciones molestas de su día debido a los anuncios y notificaciones que está recibiendo, no las están recibiendo porque tenían una relación directa, sino porque llegaron a un sitio que tiene potencialmente miles de relaciones con otras empresas que quieran llegar a ti. Y esa es la forma en que las cookies de terceros hacen las cosas. Bueno, eso se va. Y una de las cosas que [Fleming] Lo que Salesforce quiere hacer es crear un gran contenido para poder construir una relación directa y no tener que depender de los tradicionales acuerdos secretos de terceros. Y pensé que era realmente genial. Estaba realmente emocionado de escuchar esa parte, porque creo que es otra forma de obligar a las personas a alejarse de estas cosas de terceros y ser más directos sobre cuáles son sus intenciones y lo que están tratando de hacer.
Le pregunté a Keith Teare qué tan rápido desaparecerán los datos de terceros.
Keith: Bueno, ya está empezando a desaparecer debido a la implementación de Apple en iOS que bloquea las cosas. Navegador de Microsoft [market share] es bastante pequeño en estos días, pero también bloquea cosas. Entonces, se está moviendo de estos grupos comunes, lagos de datos, a lo que podría considerar más como datos de jardín amurallado, es decir, datos en primera persona. Las empresas ya no pueden confiar en la orientación a través de la red a menos que ellos mismos conozcan a los usuarios y luego puedan hacerlo. Entonces eso lleva a esta gran pregunta, que es: ¿cuál es el equilibrio correcto entre el marketing de contenido (que es lo que realmente creo que está haciendo Salesforce) donde tienes una audiencia directa, versus publicidad, donde le pagas a alguien para que muestre un anuncio? ? La segmentación de los anuncios se deteriorará y el marketing de contenidos, que es lo que podría considerar como medios ganados, es decir, que trabaja para llamar la atención, crecerá. Así que esta es realmente una oportunidad bastante importante en el brazo de lo que algunas personas llaman la economía creadora y su expansión a la empresa. Toda empresa tendrá que convertirse en creadora en este mundo.
Denis Pombriant agregó:
Denis: Leí un informe interesante esta semana. Fue la séptima edición de la Encuesta de marketing de Salesforce. La primera mitad fue muy positiva sobre el uso de nueva tecnología para respaldar el trabajo desde cualquier lugar y una variedad de otras cosas que lo liberan de la oficina. Pero la segunda parte tenía algunos datos muy interesantes sobre hacia dónde iban las inversiones de las corporaciones en el nuevo marketing. En aproximadamente una docena de categorías, ninguna categoría tuvo más del 50 por ciento de respuesta. Básicamente diciendo, sí, estamos invirtiendo lo suficiente o estamos persiguiendo esto activamente. Entonces, la conclusión de la que saco es que todo lo que parece que estamos haciendo para ser más conocedores de la tecnología en la Web y dirigirnos a los clientes, colegas y cohortes o lo que sea, está un poco retrasado y se retrasará hasta que las organizaciones inviertan en las habilidades y las personas. para respaldar algunas de las cosas nuevas como el desarrollo de contenido, el desarrollo de contenido de audio, el desarrollo de contenido de video, IA y algunas otras cosas también.
Creo que eso es correcto. No se trata de si hay una economía creadora o no. Las inversiones realizadas por los proveedores, aunque importantes y de creación de mercado, dependen de que el mercado se expanda más allá de sus raíces. Los blogs y podcasts comenzaron como una especie de extensión de los principales medios de comunicación, pero fracasaron cuando los lectores y oyentes se trasladaron a la autoridad social como medida de credibilidad. Los boletines y las retransmisiones en directo sufren cuando la propuesta de valor de los medios ad hoc se parece demasiado a los medios convencionales que espera reemplazar. En cambio, activamos el botón de silencio y finalmente escapamos a historias ficticias donde el bien triunfa sobre el mal o al revés.
La economía creadora ha producido una especie de vodevil, donde el talento brota para alimentar un nicho hambriento. El verdadero éxito es cuando ese consenso de lo que es correcto para el centro emocional mitiga los extremos de los grupos partidistas y la controversia que impulsa el actual modelo dominante. Las negociaciones de Rachel Maddow y los pesados ​​acuerdos de infraestructura sugieren un progreso de éxito moderado. Maddow se está moviendo hacia un programa semanal con escisiones de los creadores aún por definir, y el Congreso está desarrollando media barra más una pequeña estrategia legislativa para dividir una agenda inalcanzable en pequeños éxitos ligeramente unidos. No demasiado a la izquierda, no demasiado a la derecha, pero lo suficiente para rechazar el asalto a los derechos de los votantes mientras se protege el medio. Media barra es mejor que nada.
el último boletín de Gillmor Gang
__________________
La banda de Gillmor: Frank Radice, Michael Markman, Keith Teare, Denis Pombriant, Brent Leary y Steve Gillmor. Grabado en vivo el viernes 13 de agosto de 2021.
Producida y dirigida por Tina Chase Gillmor @tinagillmor
@fradice, @mickeleh, @denispombriant, @kteare, @brentleary, @stevegillmor, @gillmorgang
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La Ciudad del Progreso: Enunciado del director
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El enunciado del director, o “director’s statement”, es un escrito en el cual se plantean las motivaciones e intenciones creativas detrás de una obra cinematográfica. 
Es un documento de aproximadamente una cuartilla que piden algunos festivales de cine; sirve para entender y conocer un poco más a fondo a la persona detrás del proyecto. Para complementar el corto o largometraje enviado a los programadores de festivales. 
Es por esto mismo que, en mi experiencia, yo suelo escribirlos terminando los cortometrajes y no desde su desarrollo. Es así como me permito reflexionar de la obra ya terminada y no únicamente de su historia, mis motivaciones y lo que pretendo hacer con ella. 
Admito que en un principio me parecían innecesarios: es decir, ¿por qué debo hablar yo por la obra en lugar de que esta hable por sí misma? ¿En verdad se toman la molestia de leer esto los festivales de cine? 
Pero más allá de si los lean o no, he aprendido la importancia que tienen estos enunciados para uno mismo como realizador. Son importantes porque en ellos te tomas la molestia de comentar la obra no con un fin explicativo, sino como parte de un proceso creativo en el cual tomas decisiones. 
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Por lo general, en los talleres y convocatorias que he participado siempre te preguntan el por qué quieres hacer determinado proyecto y, para mi sorpresa, he descubierto que muchas veces nos cuesta explicarlo en pocas palabras. 
Nos cuesta porque aún no hemos descifrado la manera transmitirlo brevemente, de entender bien lo que buscamos. Y esto por sí mismo, lleva a cabo todo un proceso reflexivo e íntimo llamado “fase de desarrollo”. 
Llegar a la claridad y esencia de un proyecto creativo puede ser muy retador y esto me consta porque escribir un guion no es tarea fácil, mucho menos escribir uno bueno. Y en el mundo del cine, bien sabemos que el guion es tan sólo el punto de partida. 
A lo que quiero llegar con todo esto es que yo creo hay que emprender este ejercicio de los enunciados desde el momento en el que recién empezamos a escribir un guion (un enunciado de guionista) y, posteriormente, hacer uno nuevo cuando el proyecto haya sido terminado (ahora sí, un enunciado de dirección, en caso de escribir y dirigir el mismo proyecto). Las motivaciones no deberían cambiar pero la manera de expresarlas sí, además de que nunca podremos filmar en su totalidad el guion que tenemos en nuestras cabezas. 
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Con motivo de la selección de mi cortometraje documental La Ciudad del Progreso en el Festival Internacional de Cine Ambiental de Cali (FINCALI), me gustaría compartirles el enunciado que escribí a principios de año:
A la ciudad de Monterrey se le conoce por sus inmensas montañas y un estilo de vida industrial, sin embargo, es también una de las urbes más contaminadas de América Latina. Para la sorpresa de nadie, este es un tema de nula urgencia para las autoridades del estado de Nuevo León, quienes prefieren responsabilizar a la ciudadanía antes que asumir la culpa de su propia ineptitud y ponerse a regular a las empresas que, por décadas, han dañado la calidad del aire que respiramos. 
Lo peor de todo es que ni siquiera en un año de crisis a nivel mundial, ocasionado por la pandemia de Covid-19, han bajado los niveles de contaminación en la ciudad, lo cual parece indicar que no quedan muchas esperanzas de un cambio positivo para la salud de sus habitantes cuando sea que esto termine. Tendrán que disculparme pero no encuentro una forma más delicada de decirlo: la negligencia, corrupción e impunidad del gobierno del estado nos están matando lentamente. 
La Ciudad del Progreso fue realizado como parte del Reto Docs 2020, una convocatoria anual de DocsMX, que consiste en la realización de un cortometraje documental en 100 horas. La temática correspondiente se llamó “¿Una nueva normalidad, un nuevo futuro?” y proponía abordar la pandemia desde nuestras propias experiencias y, sobre todo, en base a nuestras expectativas del año 2021.
Una vez con la temática revelada, dio por iniciado el reto y mientras mi equipo y yo pensábamos en la historia que queríamos contar, fue que propuse la idea de una ciudad contaminada en la que, aún y con la pandemia, su contaminación no se detiene. Inmediatamente dimos paso a la pre-producción del proyecto y pensamos en locaciones que fueran propicias para ilustrar la industria de Monterrey y su intensa contaminación, así como algunas zonas lujosas que impregnan una falsa ilusión de progreso, cuando en realidad sólo acentúan la desigualdad en la que vivimos y, sobre todo, el desgaste de nuestros icónicos cerros. 
De esta manera, me gusta pensar en la fotografía y la edición como un juego de escondidas con los cerros que, de ser motivo de orgullo, muchas veces son opacados por el sector inmobiliario y empresarial; el diseño sonoro acentúa esta atmósfera de desolación y deterioro, así como una ciudad cuya vida industrial no tiene descanso; por último, nuestro entrevistado, Guillermo Martínez Berlanga, una de las voces más distinguidas en el tema ambiental de Nuevo León, fue la pieza fundamental para que la narrativa tuviera un personaje que pudiera encarnar la urgencia, seriedad y llamado a la acción que se necesita si es que verdaderamente buscamos conseguir un cambio. 
Si bien la pandemia aún no ha terminado, me queda claro que eventualmente terminará, lo que me aterra es pensar que nuestra situación empeore pues aquella cultura industrial fomentada por el sector empresarial y que forma parte del orgullo del regiomontano promedio es la razón de nuestro actual entorno insalubre. Esta distopía ambiental es más bien un eco de lo que está sucediendo a escala mundial, pues aquellos que están en el poder son los únicos que pueden revertir esta deplorable situación del cambio climático y, sin embargo, prefieren no hacer nada al respecto, asegurando un legado de muerte para la generaciones futuras. 
Este documental no ofrece un final feliz porque, de ser así, sería muy deshonesto e irresponsable con la realidad que vivimos, sino que busca generar un diálogo que para muchos podría ser incómodo pero que resulta indispensable en la construcción de un próspero mañana. 
Porque a pesar de todo, creo que esto aún es posible. 
Sergio Osvaldo Valdés
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Los enunciados de dirección son una especie de manifiesto, un diálogo honesto entre la visión del creador y su obra, por tanto tienen un valor muy especial. No es que existan reglas particulares para su redacción aunque bien vale la pena buscar ejemplos y leer más sobre el tema (por ejemplo, el enunciado de Bong Joon-ho sobre Parasite es de los mejores que pueden encontrar). 
Quise aprovechar la oportunidad para hablar sobre este tema porque son un ejercicio que disfruto y que ahora tengo muy presente al momento de llevar a cabo mis proyectos. 
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En cuanto a compartirles mi propio enunciado, esto representa una manera de aportar en la conversación y no quedarme quedarme callado con respecto a los temas que abordo en mi documental. Uno se concentra mucho en promocionar y dar a conocer lo que hace —siguiendo, en mi caso, la ruta tradicional de festivales de cine antes de compartirlo en redes— que puede olvidarse de intentar generar un diálogo con la audiencia o, peor aún, esperar a que se genere solo. 
Por lo mismo puede ser un camino muy solitario pues resulta complicado llegar a los medios y al interés del público común. Pero en el fondo espero que este cortometraje pueda abrir un diálogo con los espectadores y la ciudadanía de Monterrey sobre nuestra delicada situación. 
Si bien no creo que el cine pueda cambiar el mundo, sí creo que este medio puede cambiar la vida de las personas. Y visto así, todo es posible. 
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PD: El documental seguirá moviéndose en festivales de cine previo a su estreno en las redes de Voces de la Ciudad. Pronto esperamos compartirles nuevas noticias al respecto. Para más información, favor de escribirnos a: [email protected] 
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combogamer · 3 years ago
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[El Tema del Mes] Siempre en mi equipo (pokémon)
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Los juegos RPG siempre han tenido una alta capacidad de adaptación a cada jugador. De hecho, quizás sea esa una de sus características más atrayentes, en caso de que no sea la mayor. Pero, desde sus mismos inicios, Pokémon fue un paso más allá. Poder escoger 6 criaturas distintas entre 150 posibles (que además eran personalizables a nivel de ataques) ampliaba enormemente el abanico de posibilidades. Cada generación que le sucedió fue ampliando este concepto no sólo en lo cuantitativo (con una cantidad que a día de hoy llega a los 890), sino en lo cualitativo, pues cada individuo posee unos atributos únicos que los diferencian de otros miembros de su misma especie. El margen de elección es, por lo tanto, colosal. Por ello, hemos decidido escoger una pequeña muestra de aquellos pokémon que influyeron en nuestra historia particular de esta saga, o que simbolizan algo aún más grande para un conjunto de jugadores, o incluso la totalidad de ellos. Dada la enormidad de criaturas de bolsillo de la que estamos hablando (y como se encargará de recordarnos (Rubén/Serenion), no dejará de ser una muestra minúscula de todo lo que podría decirse, pero será bastante como para dejar un artículo resultón. Confiamos que lo disfrutéis.
Caterpie
Por Alf En mi equipo de la primera generación de Pokémon no podía faltar Butterfree. Si bien no era de los más poderosos, era el principal pokémon que utilizaba para dormir a los rivales mediante su técnica somnífero y, aunque es de tipo bicho, sus ataques de tipo psíquico como confusión o psicorrayo lo hacía muy efectivo contra oponentes contra los que se encontraba aparentemente en desventaja, como los de tipo veneno, especialmente en combinación con el mencionado somnífero. Pero si hablo de Butterfree, ¿por qué este apartado lleva el título de Caterpie? Pues básicamente porque 1) antes hay que haber capturado a su primera preevolución, mi querido pokémon gusano (salvo que prefieras capturar a un inmóvil Metapod que sólo sabe usar fortaleza); y 2) como pokémon incomprendido que es, es un buen momento para ponerle en valor en esta publicación.
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De hecho, creo que es esa característica lo que hace que sea uno de los que me parezcan más entrañables. De los episodios de la serie, unos de los que tengo más grabados es aquellos en los que Misty era muy cruel con él. Y en cuanto al juego, es fácil que te lo noqueen a poco que el rival sea un ápice más fuerte que él. Pero eso no es excusa para no tenerlo. Siempre está la opción de cambiarlo por otro más poderoso durante el combate para que se repartan la experiencia. Total, en cuanto te queras dar cuenta ya ha llegado al nivel 10 y se ha convertido en un magnífico Butterfree, pues es de los pokémon que más rápido evoluciona. Pues eso, por un Caterpie en tu vida.
Galvantula
Por Serenion Si bien he jugado a una ingente cantidad de juegos y generaciones de Pokémon, no suelo tener entre mis favoritos a la primera o segunda generación. Sí, diseños originales, ideas inteligentes, pero quizás demasiado idealizados debido al paso del tiempo. Es curioso que un viejoven como yo, que vive predicando que el tiempo pasado fue mejor, defienda esta postura en esta saga tan noventera. Pero eh, todos tenemos nuestros placeres culpables. Y, sumándome al tema del mes, hoy os hablaré de uno de mis pokémon favoritos: Galvantula. Este bichejo de la quinta temporada, fruto de la evolución de Joltik (sí, es una garrapata), es uno de mis diseños favoritos, ya sea porque el apellido del tito Serenion es Araña.
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Basada en una tarántula cobalto siempre ha traído a mi imaginación esas enormes arañas de las novelas fantásticas que tanto disfruté de adolescente. Y no es para menos, porque según la pokedex mide casi un metro y pesa unos quince kilazos. Encontrarte tres de estas en mitad de la noche y que te lancen la electrotela debe de ser una visión que bien podría pasar por un retazo de historia lovecraftiana. Os podría decir que bla bla y lo bien que va en mi equipo (con ese voltiocambio combinado con Gastrodon) pero seré claro: siempre está en mi equipo fijo por su diseño. Porque siempre viene bien tener una araña de tu parte. Y más una electrizante.
Abra
Por Alf Si Caterpie os pareció un pokémon flojucho para el combate, qué decir de éste. Se trata de Abra, un pokémon de tipo psíquico que, en la edición Azul, encontramos al norte de Ciudad Celeste. En ese momento me llamó la atención por dos motivos. Por un lado, su aspecto de gato permanentemente dormido lo hacía muy curioso (aunque al parecer está inspirado en un cánido, quizás en un fénec). Por otro, era extremadamente escurridizo, pues, en cuanto le llegaba el turno, realizaba su ataque Teletransporte, perdiendo la oportunidad para capturarlo. Por lo tanto, sólo se podía obtener este pokémon probando suerte lanzándole directamente una ball o durmiéndole con el Somnífero de Butterfree, en mi caso. En bruto, nos encontramos con un luchador aún más nulo que Caterpie. Mientras éste al menos puede dañar con Placaje, el Teletransporte de Abra es totalmente inútil en combate contra entrenadores (no, ni tan siquiera sirve para esquivar ataques enemigos con estilo como en la serie de dibujos). Digo “en bruto” porque al menos puede aprender algunas MTs que le permitan tener algo más de utilidad. A esas alturas, por ejemplo, ya tenía en mi poder Megapatada o Movimiento Sísmico. Con estos ataques tan poco ajustados a un pokémon supuestamente tranquilo y que básicamente se vale de sus poderes mentales se puede ir tirando hasta su evolución a Kadabra, máxime cuando no hay que esperar mucho para que suceda (nivel 17).
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A partir de ahí comenzaría de verdad la actuación de uno de los pesos pesados de mi equipo, tanto si se queda estancado en esa fase como si pasa a su estadio definitivo, Alakazam. Porque no olvidemos que para llegar a su tercera evolución había que intercambiarlo en aquel mundo de cables link de combates contra equipos anodinos, a base de legendarios clonados y dopados al máximo. Sí, ya sé que podría haber pasado directamente a Kadabra o Alakazam, pero, como dije en mi intervención anterior, empezar por lo más bajo no sólo es más satisfactorio, sino que da más lugar a las batallitas.
Aggron
Por Serenion Ya tenemos una tarántula eléctrica ¿a quién podríamos añadir ahora? Pues no lo voy a dudar: a Aggron. Esta bestia enorme con pinta de rinoceronte es una mole de casi 400 kilos cubierta de piedra y acero. Suele vivir en montañas, alimentarse de acero (¿no lo convierte un poco en canibalismo?) y es una mala bestia territorial, que suele partirse la cara contra los Tyranitar por su territorio. Siempre me ha encantado este bicho, es como un Rhyperior o un Nidoking pero bien hecho y hasta arriba de esteroides. Eso sí, terrible coñazo subirlo de nivel desde su inicial Aron. Creo que es uno de los que más tarda en subir, aunque no os negaré que vale muchísimo la pena. Si pudiera usarse como montura no dudo que Vladimir Putin tendría uno. Y ya el summún y lo que lo convierte aún más en un must have es que tiene mega evolución ¿cómo no tenerlo en el equipo?
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Charizard
Por Alf En la vida existen decisiones transcendentales que condicionan su desarrollo posterior. En el mundo académico tenemos los itinerarios del instituto que cristalizan en los grados universitarios, que a su vez llevarán a una especialización mayor. También es aplicable a las profesiones. Y ahí radica, en mi opinión, una de las grandezas de los juegos de Pokémon desde sus primeros títulos, el peso de las decisiones del jugador, como si de la vida real se tratase. En primer lugar, hay que decidir una de las dos versiones que te ofrecen, que necesariamente modela el equipo que se vaya a configurar (así como la política de intercambios a seguir). Y en segundo lugar, ya dentro del juego, habremos de decidir entre los tres pokémon iniciales que nos ofrezca el profesor Oak. Es por ello que no pueda dejar de escribir sobre este pokémon tan típico del que en principio no hay demasiado que decir: Charizard, la tercera evolución de Charmander. Y sí, ya sé que esto rompe con mi línea de centrarme en las formas originales, pero toda regla tiene una excepción. Como amante de los dinosaurios y los dragones no me puedo resistir, y también es la razón de que le haya preferido a los otros dos candidatos, cuando apenas era una lagartija bípeda. Pero, como digo, por encima de mis preferencias personales está el enorme simbolismo que tienen los pokémon de su clase en el “itinerario” que seguirá cada entrenador.
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Tampoco puedo evitar mencionar que en las primeras generaciones era la materialización de la paradoja, un pokémon con apariencia de dragón que no pertenecía a dicho tipo, y que tampoco se adscribía al tipo volador pese a sus grandes alas (y que, por lo tanto, era incapaz de aprender Vuelo). En ese sentido sí que nos encontramos ante un pokémon peculiar.
Gogoat
Por Serenion La sexta generación no ha sido la favorita de nadie, para qué nos vamos a engañar. Pero añadió al menos un par de pokémon que no solo valían la pena, sino que por diseño, características y carisma se pusieron en mi top. Y el que más entre todos el que traigo hoy: Gogoat, la evolución de Skiddo. Una cabra montesa de tipo planta que era utilizada como medio de transporte ¿a que suena maravilloso? Su diseño es magnífico, con esos cuernacos terribles con los que sabes que te partirá la boca si le calientas mucho. Cosa que se refleja de forma magistral en sus habilidades, con muchas orientadas al daño físico.
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Muchos soléis elegir a los tres clásicos de tipo planta, pero yo siempre que puedo me quedo con mi cabra. Y es que no creo que haya nada más carismático que una puñetera cabra violenta cubierta de musgo dando cabezazos mientras vas montada sobre su lomo partiendo la pana. Ya va siendo hora de que alguien nos de un sandbox con pokémon en un entorno más de corte rpg occidental ¿no creéis?
Infernape
Por SVGames ¡Buenas! Mi nombre es SVGames y este es mi primera intervención. ¡Comentad para ayudarme a mejorar! A la cuarta generación le tengo un cariño especial, pues aparte de ser mi primer juego de la saga, trajo algunos de los Pokémon que para mí, a día de hoy, son mis favoritos. Entre ellos, está el que para mí es uno de mis favoritos, acompañándome siempre en mis aventuras. Hoy, les voy a hablar de Infernape. Uno de los tres principales que te dan a elegir para comenzar tu aventura, siendo la última evolución de Chimchar, este mono de fuego fue el primer amigo que tuve al comenzar la aventura. Con un carácter amigable y juguetón, este Pokémon guarda en su ser un tremendo poder destructivo, pudiendo rivalizar a cualquier contrincante que tenga que enfrentarse. Siendo del tipo fuego/lucha, es un perfecto combatiente, ya que emplea todo sus miembros en el combate y una agilidad inigualable.
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Cabe destacar que su debut en la serie también fue memorable, ya que lo considero el mejor combate de la serie, siendo el último combate de Ash contra Paul, en el que enfrentaron a Infernape contra Electivire. En definitiva, si tuviera que elegir entre todos los Pokémon que existen, Infernape sería el primero al que le diría: "Te elijo a tí".
Hoothoot
Por Alf Si bien hasta ahora he tratado exclusivamente pokémon de la primera generación al ser aquella que más me marcó (y a la que más jugué, con muchísima diferencia), no quisiera cerrar mi intervención en este Tema del Mes sin mencionar alguno de la segunda. Y para ello he elegido uno que encontramos en unas coordenadas muy concretas: al principio de la aventura y de noche. Esto es importante porque un cambio tan destacado como la introducción de los cambios día/noche, que en aquella época en la que la portátil aún tenía gráficos de NES parecía prácticamente magia, es en sus inicios cuando más impactante nos resulta. Y eso que no tenía demasiado misterio, pues básicamente usaba la pila interna del cartucho para hacer funcionar su reloj. Esto es algo que a la larga haría que ésta se gastase mucho antes que en otros juegos, así que si te pillas uno de segunda mano o simplemente quieres desempolvar aquél Oro/Plata/Cristal que conservas celosamente desde entonces, no te quedará otra que usar el truco del boli para poder guardar la partida, pues estará descargada con toda seguridad. Pero, ¿a cuál voy a mencionar? Pues a Hoothoot, aquel pequeño búho que aparentaba tener cojera. Este rasgo, junto con sus grandes ojos y sus “cejas” a modo de flechas le daban un aspecto muy llamativo. Igualmente me llamó mucho la atención que aprendiese por su cuenta movimientos psíquicos como confusión y, sobre todo, hipnosis. Dormir a un rival con un pokémon volador no era algo muy frecuente. Pero sobre todo, y como hice con Charizard, debo mencionarlo más por su carga simbólica, en este caso encarnar una importante innovación de ser uno de los primeros pokémon nocturnos con el que nos topamos.
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Su forma evolucionada, Noctowl, es bastante molona, pero de nuevo reivindico la original.
¡Hazte con todos!
Por Sereniom Me parecía de mal gusto acabar el tema del mes sin haber comentado muchos más pokémon que merecen sus puestos en estas listas y que por tiempo y espacio no lo han logrado. Bestias magníficas que no tendrán nunca un reconocimiento merecido debido a que estarán siempre eclipsados por el mitomanismo inherente en los seguidores de una saga como esta. Pero para eso estoy aquí, para mencionarlos y darles los honores que se merecen. Y no me voy a limitar a una u otra generación, porque eso impediría que mencionara a mi amado Nidoking, con su veneno y su mala leche. O Ampharos, la oveja eléctrica que quiso ser dragón. Dustox, Volcarona y Scolipede, bichos terribles y peligrosos que poblarían pesadillas. Rampardos y Shieldon, dinosaurios que pegarían en Monster Hunter. O uno de mis favoritos y must have en mi equipo, Gastrodon, al que siempre busco, sea el juego que sea. No sin mi Gastrodon. O los grandes dragones, como Salamence, Dragapult, Haxorus o Hydreigon. Luxray, ese lince que tanta compañía me hizo. ¿Y los monos? Infernape, Primeape, Simisage, Simipour, Simisear e incluso el inútil de Ambipom. O Drednaw, esa tortuga mordedora que todos deseábamos tener en nuestro equipo y que sustituía a la gamba gigante, Gyarados. Pero si hay tres que merezcan mención y nadie nunca se acuerde de ellos son a mi ver un trío de aves magníficas y con un diseño espectacular. Unfezant, el faisán con ese diseño del macho tan hermoso, Talonflame, el halcón de fuego y Braviary, el espectacular águila que domina los cielos.
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Como veis no solo de la primera generación hay que vivir. Con más de 800 pokemon debemos buscar aquellos que más nos gusten y no solo quedarnos con lo que un anime rancio de los 90 nos diga. Recordadlo la próxima vez que encontréis a un pequeño Fletching o a un Venipede. Donde todos se quedarán con un Pidgey o un Caterpie vosotros apostaréis por lo desconocido. Y por lo duro y peligroso.     Read the full article
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teodorocronopio · 7 years ago
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Antes que nada quiero agradecer haber sido elegida para dar el discurso de apertura en esta Feria del Libro de Buenos Aires. La Feria es el evento literario más importante de la ciudad, del país y de la región. Y una de las ferias en español más destacadas del mundo. Vengo a esta feria desde antes de ser escritora. Valoro lo que tiene de literario y también lo que tiene de evento social, de lugar de reunión, de cofradía, de territorio por el que transitan infinidad de personas buscando un libro. Desde que fui convocada a dar este discurso me persigue una pregunta: ¿Qué se espera de un escritor? ¿Alguien espera algo de nosotros? Tal vez sí. O tal vez ni siquiera que escribamos un próximo libro. Cuando hace ocho años Griselda Gambaro tuvo que dar su discurso inaugural en la Feria de Frankfurt citó a Graham Greene quien había dicho: “Debemos admitir que la verdad del escritor y la deslealtad son términos sinónimos (…) El escritor estará siempre, en un momento o en otro, en conflicto con la autoridad”.  Me atrae ese lugar para el escritor: el de conflicto con la autoridad. Entendiendo por autoridad –en nuestro caso- el Estado, la industria editorial y los intolerantes que pretenden imponer cómo debemos vivir. Me siento cómoda en un colectivo de escritores para los que la lealtad nunca deba ser con la autoridad, sino con el lector, con el ciudadano, con la literatura y con nosotros mismos. Y retomo el concepto tal cual lo expresó Gambaro: “Así debe ser por razones de sano distanciamiento en la preservación del espíritu crítico, de la disidencia como estado de alerta, si bien es preciso no confundir la disidencia – trabajo de pensamiento – con la estéril rutina del antagonismo sistemático.” Quiero apropiarme de esa frase de Gambaro: disentir como estado de alerta, no como antagonismo sistemático. La vida está llena de gestos que tienen un significado y tratamos de decodificar. Nosotros, como escritores, estamos atentos a los gestos que nos muestran la industria, el Estado y por supuesto los lectores. Los nuestros también importan pero solemos creer que alcanza con escribir. Sin embargo, hay determinadas circunstancias sociales frente a las cuales la falta de acción o la falta de gesto explícito también trasmite un mensaje. Quiero señalar algunos de esos gestos. Los escritores somos parte de la industria editorial. Reivindico el ejercicio de la literatura como trabajo y nosotros como trabajadores de la palabra. Somos trabajadores dentro de una industria, pero a veces ni nosotros mismos tenemos conciencia de ese status. La confusión puede deberse a que trabajamos haciendo lo que más nos importa en la vida: escribir. Hay textos inolvidables de George Orwell, Marguerite Duras, Reinaldo Arenas, acerca de por qué escribimos. Dice Arenas: “Para mí, escribir es una fatalidad, no una razón; una fuerza natural, no una interpretación”. Podría suscribir lo que dicen todos ellos, en especial sumarme a lo que dice Arenas porque creo que cualquiera de esas búsquedas del origen de la propia escritura son posteriores al acto. En el acto de escribir hay pulsión, escribimos porque no tenemos más remedio, porque si no escribiéramos no seríamos quienes somos. Creo en la escritura como una marca ontológica. Nosotros tenemos plena conciencia de la crisis que atraviesa el sector; somos parte de la cadena de valor tanto como lo son todos los otros eslabones: el accionista que invierte en el negocio,  el editor, el imprentero, el librero, el distribuidor, los correctores, los traductores y cada uno de los que trabajan en la industria. Nos gusta lo que hacemos y tal vez, si tuviéramos de qué vivir, lo haríamos gratis. Pero el trabajo se paga. Se nos debe pagar en tiempo y forma lo que vale. Algunas editoriales lo hacen, algunas no. No se trata de tamaños: grandes, medianas o independientes, hay quienes hacen las cosas bien y quienes las hacen mal. En ese sentido yo me siento privilegiada. Pero tengo la responsabilidad de hablar no sólo por lo que me pasa a mí sino por mis colegas. Más allá de que el 10% por derechos de autor – porcentaje que no tiene otra explicación que “porque siempre fue así”- se liquide semestralmente y sin ajuste por inflación, hay editoriales que pudiendo hacerlo no pagan anticipos y otras que proponen contratos infirmables que no resistirían un análisis ni jurídico ni ético. ¿Por qué los firmamos? Porque queremos ser publicados, porque sabemos lo difícil que es conseguirlo, pero también porque estamos convencidos como “El mercader de Venecia” de Shakespeare,  que aunque el contrato diga que deberemos pagar con una libra de carne, llegado el caso Shylock no será capaz de tomar el cuchillo y cortarnos un pedazo del cuerpo: error. Y porque estamos solos. Hay un estado de indefensión ante ciertos usos y costumbres que deberían ser revisados. Algunos tenemos la suerte de contar con un agente que nos defienda. Algunos tenemos la suerte de trabajar con editoriales que cumplen con sus obligaciones. Pero muchos escritores no. Ante esas inequidades hay una ausencia del Estado. Es poco habitual encontrar diputados que estén pensando leyes que nos protejan. Los jueces no entienden nuestros reclamos. Los distintos actores del poder ejecutivo no dan respuestas a preguntas sobre la continuidad de premios nacionales y municipales, la ley del libro o la jubilación de los escritores. No pretendo que nos digan que sí a todo lo que pedimos, pero pretendo un intercambio de opiniones y una respuesta que demuestre que se nos escucha. La ausencia de gesto también es un gesto. Los dramaturgos y guionistas cuentan con Argentores, que con errores y aciertos, defiende sus derechos. El resto de los escritores no tenemos sindicato en el sentido estricto de la palabra. Tal vez porque somos seres muy solitarios y poco afectos a lo gregario es que nos cuesta reclamar en conjunto y este reclamo no puede ser individual. Tal vez porque sentimos que la literatura tiene que estar por encima de cualquier demanda. Y es cierto, la literatura debe estar por encima de cualquier demanda; pero hoy, en el 2018, los escritores somos un engranaje de una industria que genera bienes y servicios y nuestra tarea tiene que ser honrada como lo que es: trabajo. Algunos gestos novedosos y positivos. Han surgido en los últimos tiempos colectivos con conciencia de la necesidad de visibilizar lo que nos pasa. Por un lado la Unión de Escritores, que en su razón de ser dice: “Somos un grupo de escritoras y escritores interesados en instalar el debate sobre la figura del escritor en tanto trabajador”. Un grupo que iniciaron entre otros Selva Almada, Julián López, Enzo Maqueira, Alejandra Zina, y al que hemos adherido muchos más. Con ese debate, la Unión intenta lograr que escritores con menos experiencia adviertan que si alguien pide la libra de carne, no hay que firmar. Por otro lado está el nacimiento de NP literatura, una Asamblea Permanente de Trabajadoras Feministas del Campo Cultural, Literario e Intelectual que gestaron entre otras Cecilia Szperling, Florencia Abatte y Gabriela Cabezón Cámara. Ya adherimos más de trescientas cincuenta escritoras. NP literatura se define así: Nosotras proponemos diez puntos para un compromiso ético y solidario en la búsqueda de la igualdad de espacios, visibilidad y puesta en valor de la mujer en el campo cultural, literario e intelectual”. Soy mujer y he tenido la suerte de hacer una carrera que me llevó a los lugares donde quería estar. Incluso a lugares que no había imaginado. Pero que en un grupo invisibilizado algunas logremos hacernos ver no invalida la oscuridad sino que la potencia. Me han hecho infinidad de entrevistas relacionadas con la Feria del Libro y en muchas me preguntan cómo me siento, dada mi condición de mujer, por abrir esta edición. Mi respuesta: “El año pasado la abrió Luisa Valenzuela”. El error o el olvido denota la discriminación: es “exótico” que se le otorgue ese lugar a una mujer. Cuarenta y cuatro ediciones, cuatro escritoras. En estos días tuve la suerte y la amarga experiencia de escuchar numerosos ejemplos de discriminación e invisibilización de mujeres en el campo literario: en lo académico, en lo editorial, en lo institucional. No en la elección de los lectores. No en el éxito a lo largo del mundo. Voy a dar un solo ejemplo. Hoy los medios culturales a nivel mundial hablan de la literatura argentina nombrando entre otros pero con mucha mayor frecuencia a Samanta Schewblin, Ariana Harwicz –ambas finalistas del Booker Prize_ y Mariana Enriquez. Schewblin y Harwicz viven en el exterior, pero a Enriquez la tenemos a pocas cuadras. Si quieren oírla no la busquen en el programa de la Feria porque acá no estará. Van a tener que ir al Malba cuando converse con  Richard Ford. Un afortunado Richard Ford. Quiero marcar esto no como reproche sino para que se vea. Como el mingitorio de Duchamp cada invisibilización grosera de una mujer trabajadora de la literatura debe ser sacada de su lugar y expuesta para que se tome conciencia. Los festivales de literatura y las ferias salvo honrosas excepciones están plagadas de mesas para debatir -entre mujeres por supuesto- si existe la literatura femenina, literatura y feminismo, el papel de la mujer en la literatura. Pero en las mesas de cuento, novela, lenguaje, crítica, las mujeres son minoría o no están. Así como hoy creo que a nadie se le escapa lo políticamente incorrecto que resultaría preguntarle a Obama qué siente haber sido presidente de los Estados Unidos siendo negro, o a Johanna Sigundardottr qué se siente ser presidente de Islandia y lesbiana, llegará un día en que dará vergüenza preguntar qué se siente ser mujer y abrir la Feria del Libro. Pero más allá de los gestos acerca de nuestros derechos particulares, quisiera ahondar en un gesto que me parece trascendental para definir si se le da importancia o no a la literatura: la formación de lectores. Nadie nace lector. Se llega a ser lector transitando un camino de iniciación. ¿Qué estamos haciendo todos, la industria, los promotores culturales, nosotros escritores y especialmente el Estado para que haya cada día más lectores? Sin lectores no hay literatura. Lo dijo Sartre: “La operación de escribir supone la de leer como su correlativo dialéctico (…) Lo que hará surgir ese objeto concreto e imaginario que es la obra del espíritu, será el esfuerzo conjugado del autor y del lector. Sólo hay arte por y para los demás”. Permítanme repetirlo, si no hay lectores no hay literatura. Hace no mucho escuché a Martin Kohan hablando de un autor argentino que él considera de los mejores escritores contemporáneos y a quien lee muy poca gente. Kohan decía que su trabajo en la Universidad es revertir la situación, formar lectores que aprecien esa literatura y  quieran leerlo. No se quejó de que muchos no lo lean sino que expresó la conciencia de la necesidad de formar un lector. No cualquier lector se podrá encontrar con cualquier texto si no se lo entrena. Esta misma necesidad se puede transportar a otros niveles de lectura y concluiremos que hay argentinos que no están preparados para leer ningún texto. La democracia necesita ciudadanos y la lectura forma ciudadanos con pensamiento crítico y diverso.   Aún sin la competencia con la tv, el cine, series o entretenimientos virtuales, si una persona no está entrenada para leer nunca elegirá esa opción. Está claro que si un chico sale de la escuela primaria sin poder leer de corrido no podrá ser lector. Y no hablo de operaciones básicas de lectura como la elipsis, la anticipación, comprender una metáfora, poder hacer relaciones en base a conocimientos previos. Hablo de leer de corrido. Como primer paso tenemos que exigir que los alumnos terminen la escuela primaria con las habilidades indispensables para ser lectores. Lo tenemos que exigir no por la literatura sino por ellos. De otra manera estarán condenados a la exclusión. Es una deuda de la educación que lleva décadas. Luego buscar la manera de transmitir el entusiasmo por la lectura. Si de verdad un país cree en la importancia de leer, la promoción de la lectura debe ser una política de Estado. Además de lo mucho que esta Feria hace por la promoción de la lectura, hay tres modelos muy exitosos que me gustaría destacar. Uno es el que desde hace años desarrollan Mempo Giardinelli y Natalia Porta López en el Chaco. No he visto nada igual. Cientos de maestros, profesores y promotores de lectura absorbiendo materiales pero sobre todo energía para contagiarla a nuevos lectores. Es una actividad que emociona. El Estado debería apoyarla con vehemencia. Otro modelo de promoción de la lectura exitoso es la Conabip, tan reconocido que en este momento hay personal de esa institución trabajando en el proceso de paz de Colombia, enseñando el modelo de inclusión social que significan las Bibliotecas Populares. Lo que sucede con la Conabip además de deslumbrarme por su tarea, me conmueve porque es una obra de años que pudo sostenerse a través de distintos gobiernos. Las políticas culturales tienen que ser persistentes en el tiempo para que surtan efecto. Si un nuevo gobierno borra lo que hizo el anterior estamos siempre en la línea de largada. He visto la gran labor de la Conabip desde los años en que estaba María del Carmen Bianchi, hasta hoy que la dirige con tremendo entusiasmo Leandro Sagastizabal. No hubo ruptura por cambio de gobierno, el que llegó lo hizo para sumar. Así debería ser siempre. Por último, el Filba Nacional de la Fundación Filba, que cada año se traslada a una ciudad del interior a llevar literatura. El festival está pensado en cada caso para el público local. No son los lectores quienes deben trasladarse sino los escritores; además de que visibiliza autores de la región. Federalismo puro, eso que vemos tan poco a pesar de lo que dice la Constitución. Por último la pregunta inicial, ¿qué espera el lector de un escritor? ¿qué espera un ciudadano de nosotros aunque no nos lea? En el mejor de los casos, como dije, un próximo libro que satisfaga lo que cada lector busca: suspenso, manejo del lenguaje, personajes inolvidables, entretenimiento, incomodidad, inteligencia, ampliación del mundo propio. Cada lector exige a su manera. Pero además de un próximo libro, ¿se espera que opinemos sobre determinados asuntos de la realidad? Tenemos la habilidad de ver con un lente más fino y mostrar lo que vemos con palabras. ¿Debemos usar esa herramienta? ¿Esperan que lo hagamos? Hay escritores a los que no les interesa esta intervención. Hay otros a los que sí les interesa pero les da temor. Hay algunos a los que les interesa en exceso, tampoco es necesario opinar de todo. Hace un tiempo Juan Sasturain contó en la contratapa de Página 12 cómo trataba de mantenerse en silencio en reuniones familiares o con amigos para no entrar en discusiones. Hasta que de pronto alguien tocaba un tema y al hacerlo trazaba una línea que lo obligaba a dejar claro de qué lado estaba. Coincido con él. El año pasado vivimos acá, en esta Feria, una experiencia parecida cuando se convocó a una marcha para repudiar el intento de aplicar el cómputo de 2X1 a las condenas de militares por sus crímenes durante la dictadura. Muchos de nosotros y la misma Feria del Libro como institución decidimos suspender nuestras actividades para ir a la marcha. Hace pocos días, nos pasó lo mismo a cuatrocientas escritoras que acordamos defender con nuestra firma y con nuestro cuerpo la ley de interrupción voluntaria del embarazo. Yo sentí en la calle el agradecimiento por esos gestos en aquella oportunidad y ahora, la confirmación de que eran necesarios. Sin embargo nos cuesta apropiarnos de ese espacio de intervención pública. Tal vez sea porque nos incomoda la palabra “intelectuales”, como definición del escritor que interviene en la sociedad. Lo explica muy bien Carlos Altamirano en su artículo: “Intelectuales: nacimiento y peripecia de un nombre”. Dice:  “El concepto de intelectual no tiene un significado establecido: es multívoco, se presta a la polémica y tiene límites imprecisos, como el conjunto social que se busca identificar”. El uso del término en la cultura contemporánea nace en Francia en el año 1898 con el debate por El caso Dreyfus. En 1894, el capitán del Ejército francés Alfred Dreyfus, alsaciano y de origen judío, fue arrestado bajo la acusación de haber entregado información secreta al agregado militar alemán en París. Con pruebas inexistentes o controvertidas, se lo condenó a cadena perpetua en la Isla del Diablo. Aunque luego quedó claro que era un error, los jefes militares se negaron a revisar el caso, sostenían que admitirlo afectaría la autoridad del Ejército. Pero como diría años después Graham Green el lugar del escritor es el de conflicto con la autoridad y Émile Zola se involucró en el affaire. En enero de 1898 publica en L’Aurore  su carta abierta al Presidente de la República francesa, Yo acuso. El título se lo debemos al jefe de redacción Georges Clemenceau. Zolá advierte sobre la violación de las formas jurídicas en el proceso de 1894 y exige una revisión. Muchas firmas de peso lo acompañaron: Anatole France, André Gide, Marcel Proust. También muchísimos desconocidos, profesores, maestros, periodistas. A los pocos días Clemenceau hizo referencia a quienes firmaron como “esos intelectuales que se agrupan en torno de una idea y se mantienen inquebrantables”. Un nuevo actor colectivo -en palabras de Altamirano- “proclamaba su incumbencia en lo referente a la verdad, la razón y la justicia, no solo frente a la elite política, el Ejército y las magistraturas del Estado, sino también frente al juicio irrazonado de una multitud arrebatada por el chovinismo y el antisemitismo.” En cambio Maurice Barrès, en una editorial de Le Journal los descalificó diciendo: “Estos supuestos intelectuales son un desecho inevitable del esfuerzo que lleva a cabo la sociedad para crear una elite”. Vuelvo a citar a Altamirano:  “El debate sobre el caso Dreyfus deja ver que la apología del intelectual y el discurso contra el intelectual se desarrollaron juntos, como hermanos-enemigos. El conocimiento social es siempre impuro y la lucidez suele ser interesada.” Quizás sea el elitismo la acusación que más nos incomoda. Pero si la palabra intelectual incomoda la solución puede ser usar otra en lugar de no actuar. ¿Cuándo y cómo hacerlo? Cuándo lo sabrá cada uno. Cómo: con nuestros propios recursos. Los escritores tenemos herramientas literarias y lingüísticas que no todos poseen. No se trata de elite, se trata de oficio. De ser trabajadores de la palabra. Voy a destacar hoy tres: la conciencia lingüística, el punto de vista, la composición de los personajes. La conciencia lingüística es un término que tomo de Ivonne Bordelois en La palabra amenazada. Dice Bordelois: “Pero si esta cultura ataca la conciencia del lenguaje es, en gran medida, porque de algún modo se adivina que en ella, además de la fuerza refrescante de la poesía, reside la raíz de toda crítica. Para un sistema consumista como el que nos tiraniza, es indispensable la reducción del vocabulario, el aplanamiento y aplastamiento colectivo del lenguaje, la exclusión de los matices”. Nosotros tenemos conciencia lingüística y por lo tanto podemos señalar a la sociedad cuando el uso, la desaparición o la apropiación indebida de una palabra es parte de una operación del lenguaje para manipularnos. Hace poco hablé de la palabra vida en los debates por la legalización del aborto. Hoy quisiera traer otra palabra que creo que fue usada de una manera que nos hizo mucho daño: grieta. Todos sabemos lo que es una grieta. Pero la palabra se usó para definir la división de nuestra sociedad por pensar diferente. Si hay una grieta hay dos territorios separados por un vacío. No hay puentes. No hay comunicación posible. Si uno quiere pasar de un lugar al otro para dialogar se cae en una zanja. Los que no se sienten parte de ninguno de los dos sectores están condenados a desplomarse en ese tajo hecho casi de violencia: una grieta no se piensa, no se planea, desgarra la superficie de forma antojadiza. La democracia es pluralidad de voces viviendo en un mismo conjunto y espacio social. ¿Éramos una grieta o el lenguaje operó sobre nosotros y nuestras diferencias para que no haya diálogo posible? Tal vez, si hubiéramos hecho una advertencia desde la conciencia lingüística la historia sería diferente. Tenemos otro recurso muy valioso: el punto de vista. Nadie mira el mundo desde la misma ventana y por lo tanto no hay una sola imagen posible. Cuando escribimos elegimos desde qué personaje contaremos la historia y eso es una decisión trascendental. El cuento En el bosque , de Akutagawa, nos muestra que, en ciertas ocasiones, ni siquiera en un crimen existe una única verdad. Entender el concepto de punto de vista, en vez de dibujar una grieta, podría ayudar a ponernos en la ventana del otro para mirar el mundo, aunque luego uno termine eligiendo la ventana propia. Por último la composición de los personajes. Cuando creamos un personaje necesitamos que tenga lo que Mauricio Kartun llama tridimensionalidad, que el personaje no sea plano ni maniqueo. Ese requerimiento nos obliga a hacer un ejercicio de humildad: un personaje no piensa ni actúa como nosotros, lo hace desde su propia identidad. Cuando alguien lee también tiene que hacer ese ejercicio. Caminar con los zapatos de otro ayuda a comprender que ese otro vivirá su vida como lo indique su historia personal y su esencia. Y esa comprensión nos puede enseñar a no juzgar, a abrazar aún después de un acto que no compartimos. En dos de mis novelas y en un cuento toqué la temática del aborto. Pero no me arrogué la vida de mis personajes, no los hice actuar como yo habría actuado. En “Tuya”, la adolescente que queda embarazada y concurre a un consultorio clandestino finalmente decide no abortar. En el cuento Basura para las gallinas una madre le hace un aborto a su hija con una aguja de tejer tal como vio a su propia madre hacérselo a su hermana. En “Elena sabe”, una mujer es secuestrada por otra en el momento que está por entrar a hacerse un aborto; años después la mujer que no pudo interrumpir el embarazo es una persona gris que no ha superado el trauma que le ocasionó tener un hijo contra su voluntad. He mencionado muchos libros en esta tarde de apertura de la Feria. Esa tarea, la de prescribir lecturas como una entusiasta receta médica, es algo que aprendí de mi maestro Guillermo Saccomanno. Cuando empecé a trabajar con él me entregó una lista de más de cien libros imprescindibles que aún conservo, y a la que le fue sumando generosas recomendaciones a lo largo de los años. Me gusta recomendar lecturas también. Podría entusiasmarlos con distintos libros ahora mismo. Pero dado el debate que hoy nos atraviesa y en mi rol de escritora que sí desea intervenir en la sociedad, quiero dejarles una pequeña lista de novelas, textos de no ficción y cuentos que plantean el tema no sólo del aborto sino del derecho a la no maternidad, una cuestión clave en ese debate. En la buena literatura no encontrarán verdad sino puntos de vista, personajes que ante un abismo toman decisiones según su esencia y nunca, ojalá, preceptores de moralidad. Va mi lista. Anoten : “Lanús”, una novela de Sergio Olguín, “Pendiente”, una novela de Mariana Dimopulos, “Hospital de Ranas”, una novela de Lorrie Moore, Una felicidad repulsiva, un cuento de Guillermo Martínez, “Matate amor”, una novela de Ariana Harwicz, Colinas como elefantes blancos, un cuento de Ernest Hemingway, “Los príncipes de Maine”, una novela de John Irving, “La importancia de no entenderlo todo”, un libro de artículos de Grace Paley, “A corazón abierto”, una novela de Ricardo Coler, La llave, un cuento de Liliana Heker, “Santa Evita”, una novela de Tomás Eloy Martínez, “Enero”, una novela de Sara Gallardo, “Palmeras Salvajes”, una novela de William Faulkner, “Contra los hijos”, un libro de no ficción de Lina Meruane, El curandero del amor, un cuento de Washington Cucurto, “Vía revolucionaria”, una novela de Richard Yates. Sumen los suyos y pásenmelos. Antes de despedirme mi especial recuerdo para Liliana Bodoc, una ferviente trabajadora de la palabra. Liliana fue una mujer que vivió dando gestos, hermosos gestos. Y en disidencia como estado de alerta. A ella también tendrían que leerla si aún no lo hicieron. Buenas tardes, disfruten la Feria del Libro de Buenos Aires.
Discurso de Claudia Piñeiro en la inauguración de la feria del libro, una bella mirada de reivindicación que, creo, vale para todas las disciplinas artísticas.
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idolish7-es · 5 years ago
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3.16.2: Todo o nada
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Yuki: ¿Leíste todos los perfiles de ZOOL? Tan confiable como siempre, Momo. Momo: Son los favoritos de Ryo-san, y están esforzándose a su manera. Además, quiero asegurarme de que sus fans se diviertan. Seguro que tienen muchas expectativas. Rinto: ¡La actitud de Momo-kun es ejemplar! ¡Pero si te hacen algo malo no te contengas! Yuki: Está bien, nunca en mi vida me callé lo que tenía que decir. Momo: Yo tampoco. Rinto: ¡Pe-pero manténganlo televisable, por favor! Momo: Vamos Yuki, deberías leer algo de ellos también. ¿Recuerdas a Inumaru Touma-kun? Lo conocimos cuando estaba en NO_MAD. Yuki: ¿Ah sí…? Momo: Sí que eres malo recordando rostros... ¡Intenta hablarle, a cualquiera le alegraría saber que Yuki los recuerda!
Momo: ¡Buenos días a todos! Buenas, ZOOL ¡Suerte hoy! Torao: Ah, es 1111. Haruka: Es el tipo que tiene una contraseña estúpida a pesar de que es una celebridad. Momo: ¿Mm? Touma: ¡¡Buenas, Re:vale!! ¡¡Cuánto tiempo!! Minami: Inumaru-san, estás demasiado tenso... Touma: ¡No vamos a tratarlos de forma especial solo porque sean los campeones de BoW! ¡Recuérdenlo, Momo, Yuki! Yuki: Touma-kun de NO_MAD. Touma: ¿M-me... me recuerdas? ¿Yuki de Re:vale me recuerda? Yuki: Nunca podría olvidarte. Touma: Y-ya veo... Torao: ¿Qué haces poniéndote tan emocional...? Te ganó muy fácilmente. Haruka: Touma da pena. Minami: Momo-san, escuché que eres buen amigo de Ryou-san. Nos ha hablado mucho sobre ti. Momo: ¡Seguro que nada bueno! ¡Trabajemos duro hoy para hacer felices a todos! Haruka: Hmph. Lo haré como salga y ya. Momo: “¡¿Eh?! ¡¿Ya se acabó?!" Eso es lo que quiero que piensen en la audiencia cuando llegue el momento. Será más divertido así. Haruka: Tu cerebro es un campo de flores. Momo: ¡Jajaja, claro que sí! ¡Espera, Yuki! Haruka: Jajajaa. Yuki: Eso fue muy insolente. Momo: ¡Detente, seguimos en la fase de la zanahoria! Yuki: Creo que ya es hora del palo. Touma: Esa conversación me está asustando... Torao: Y una mierda. Ryou-san ya nos dijo todas sus debilidades. Torao: Si se callan y nos dejan hacer lo que queremos no saldrán lastimados, Re:vale. Yuki: Hmmm. Momo: Lo esperamos con ansias.
Tsumugi: Ah, ¿Puedo prender la televisión? ZOOL aparecerá en el programa de Re:vale hoy. Iori: Estoy seguro de que muchas personas estarán observando cuidadosamente cada detalle de este encuentro. Espero que las cosas salgan bien para Re:vale, pero es un programa en vivo... Riku: Los de ZOOL tienen mala actitud... Pero su presentación fue genial. Me pregunto cómo lidiarán con ellos Re:vale.
Momo: ¡El episodio de esta semana de “NEXT Re:vale” es una edición especial en vivo! ¡Y tenemos de invitados a los miembros de ZOOL! ¡Bienvenidos! Audiencia: ¡Kyaaaaa! Haruka: Hm. Torao: Je. Touma: … Minami: Buenas tardes. Gracias por invitarnos. Momo: ¡Son tan geniales! ¿Han visto nuestro programa antes? ZOOL: … Momo: ¡Jajaja! ¡Incluso si no lo han visto, podrían decir que sí! Audiencia: ¿…? Audiencia: Casi no hablan... Momo: ¡Wow, son más reservados de lo que esperaba!
Tsumugi: Momo-san está haciendo todo lo posible pero siguen callados... Increíble. Iori: A este paso, la transmisión será un desastre... Solo se quedan ahí, sentados, con expresiones de disgusto... Riku: ¿Qué van a hacer? Están en vivo...
Hombre: ¡Wow, los de ZOOL están super engreídos hoy! Es divertido. Mujer: ¡¿Qué?! Es tan molesto... Mujer: Pero ZOOL nunca antes actuó así... Tal vez los de Re:vale les dijeron algo. Hombre: Últimamente los de Re:vale han estado demasiado confiados. Es divertido verlos en problemas de vez en cuando. Mujer: ¡¡No hablen mal de Momo-chan y Yuki-san!!
Momo: ¿Tal vez siguen nerviosos? ¡En ese caso, hasta que los de ZOOL se sientan listos, es hora de una entrevista a Yuki! Yuki: ¿Sí? Momo: Yuki, ¿Qué impresión te dan los de ZOOL? Yuki: ¿Opinión real o versión televisiva? Momo: ¡¿Eh?! ¡Da algo de miedo, pero prefiero la opinión real! Yuki: Me recuerdan a ti cuando estás enojado. Audiencia: ¡Kyaaaaaa! Momo: ¡¡Oye, no seas rudo con los chicos de ZOOL!! Yuki: Por eso me parecen tan lindos. Audiencia: ¡Kyaaaaaa! Yuki: Momo, en momentos así debes decir algo, ¿no? Momo: ...Gh… ¡Darling, eres tan encantador! ¡Lo dices porque el rostro de Momo-chan es lindo, ¿No?! Audiencia: ¡Kyaaaaaa! Yuki: Así es. Momo: ¡Puedo sentir toneladas de amor de Yuki provenir de su penetrante mirada! Audiencia: ¡Kyaaaaaa! Audiencia: ¡El acto de pareja casada volvió! *Aplausos* Audiencia: ¡Hay aplausos! Audiencia: Ahhh, menos mal... Estaba empezando a creer los rumores de que Yuki y Momo estaban peleados... Gracias, ZOOL… Momo: ¡ZOOL-san, no se rindan! ¡Aún tienen muchas oportunidades de hablar! ¡Pero primero, comerciales!
Iori: Ah… Forzaron la broma para romper la tensión. Riku: ¡Los de Re:vale son tan inteligentes! ¡Dieron vuelta la situación en un instante! ¡Los idols con sus propias bromas internas son siempre tan impresionantes! Banri: Me pregunto por qué decidieron ir en esa dirección en primer lugar...
Personal: ¡A comerciales! Yuki: Felicitaciones, superamos el bajón. Momo: Gracias por tomar el papel del poli malo. Gran improvisación. Yuki: De nada. Momo: Oigan, ZOOL-san. ¿Saben? Sus fans quieren oírlos. Momo: Está bien si están enojados con nosotros, pero al menos hagan bien su trabajo, por sus fans. Haruka: Hmph. Son nuestros fans, no tiene nada que ver con ustedes. Momo: Sí que lo tiene. Este es el programa de Re:vale, así que ahora mismo sus fans son también nuestros espectadores, y quisiera que lo disfrutaran. Momo: Si tenemos que hacerlo, Yuki y yo podemos hablar una hora entera. ¿Aún así seguirán sentados allí en silencio todo el rato? ¿Para qué aceptaron el trabajo siquiera? Momo: ¿No vinieron a devorarnos? Haruka: Eso hacemos. Momo: No, lo único que hacen es darle problemas a todos. No hay batalla más inútil que aquella que ganas solo con molestar a tu oponente. Momo: ¡Bien, fin del regaño! Luego del corte seguiré tirándoles temas de conversación. ¡Las cosas pueden ponerse frenéticas, pero esforcémonos! Minami: Ya es suficiente, ¿cierto? Torao: Eso creo. Tenemos que hacerlos entrar en pánico. Momo: El único pánico que sufrí fue al ver a Yuki siendo tan dulce en medio de una transmisión en vivo... Yuki: Hoy estoy de buen humor. Momo: ¡Deberías haberme advertido!
Riku: ¡¿Eh?! ¡Luego del corte los de ZOOL comenzaron a hablar! Iori: Seguro que Momo-san les dijo algo. Se toma la calidad de sus programas muy en serio. Riku: Seguro... Me enseñó mucho cuando aparecí en su programa. Iori: Por ahora podemos relajarnos. Eso creo...
Momo: ¿Es cierto que Minami puede hacer adivinación? Minami: Siempre me preguntan lo mismo. Momo: ¡Es genial! ¡Podrías vender eso de "Idol adivino"! ¡Házmelo a mí! Minami: Los hombres con caninos marcados son populares pero tienden a ser inmorales e infieles. Momo: ¡¿Qué?! ¡¿En serio?! Yuki: Es cierto. En occidente, los colmillos se asocian a vampiros. Me lo dijeron cuando estaba filmando en el extranjero y les mostré una foto tuya. Momo: ¡Ya veo! Así que por eso Nagi me preguntó si me gustaba la sangre tipo AB... Yuki: ¿Y te gusta? Momo: Debería probarla alguna vez. ¡Ah, pero Torao da más impresión de vampiro que yo! ¡Como un tipo guapo que rapta doncellas por las noches! Momo: ¡Es el hombre más deseado #1 después de todo! Torao: No es tan impresionante. El #1 de antes no era nada impresionante después de todo. Torao: Y el #2 que estaba antes que Minami tampoco.
Gaku, Ryuu: ¡Aaaachú! Tenn: ¿Se resfriaron? No vayan a contagiarme. Pongan el aire acondicionado en fuerte. Gaku: ¡Te dije que se dice "alto"! Ryuu: Cielos... ¿Por qué no lo llamamos "strong" y listo?
Mujer: ¡Qué groseros! ¡¿Cómo se atreven a insultar así a Gaku-san y Ryuunosuke-san?! Mujer: ¡Torao-san no le teme a nada! ¡Es tan genial! Yaotome habría sido mi tipo si hubiera sido así de directo también~
Riku: ¡¡Se están pasando!! ¡¿Dónde está Tamaki?! Iori: ¿Para qué lo quieres? Riku: ¡Vamos a mejorar su nivel de sensualidad para que tome el primer lugar! ¡Cualquiera es mejor que ese tipo! Iori: Yotsuba-san sigue siendo menor. ¿Por qué no intentas tú tomar el primer puesto? Riku: ¡Yo ni siquiera entré al ranking!
Yuki: ¿Hmmmm? Torao: ¿Hm? ¿Tienes algo que decir? Yuki: Sí. ¿Qué tal yo? Torao: … Yuki: ¿Soy un hombre impresionante o no? Torao: Tú- Yuki: Espera, no te apresures. Antes de decir algo tonto, mírame bien, muy bien. Yuki: Bien o mal, ganar o perder, todo o nada... No temas. Vinieron a provocarnos, ¿cierto? Torao: … Yuki: ¿Qué pasa, guapo? Yuki: Quiero saber tus gustos. Dime.
Continuará...
-Todos los créditos a la traducción en inglés-
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elmartillosinmetre · 4 years ago
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“Es un privilegio ser el primero en grabar inéditos de Boccherini”
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[Rafael Ruibérriz (Sevilla, 1983)]
El flautista sevillano Rafael Ruibérriz de Torres registra para el sello Brilliant Classics, junto al Cuarteto de cuerda Francisco de Goya, la integral de quintetos con flauta de Luigi Boccherini que permanecía inédita en el medio discográfico
Bien conocido por su actividad como solista en diversos conjuntos de cámara y como colaborador habitual de la Orquesta Barroca de Sevilla, Rafael Ruibérriz (Sevilla, 1983) ha registrado, junto al Cuarteto Francisco de Goya, tres colecciones de quintetos de Boccherini que sorprendentemente nadie había grabado antes en su integridad. "Para mí fue asombroso darme cuenta de que ninguno de los grandes de las flautas históricas, ni Hazelzet ni Kuijken ni Beznosiuk ni Preston ni Hantaï se hubieran fijado en esta música. Ni siquiera los flautistas de la siguiente generación. Detrás de Haydn y de Mozart, ¿quién es el más grande compositor del Clasicismo si no Boccherini?"
–Pero ¿no había nada? –Sí, un flautista italiano grabó una de las colecciones y luego había algún quinteto suelto en un disco de miscelánea con Amandine Beyer. Con instrumentos modernos también había salido alguna colección. Pero ninguno de los grandes de los instrumentos históricos se acercó a esta música. Me sorprendió cuando me di cuenta. Yo tenía que hacerlo sí o sí. Para mí es un auténtico privilegio ser el primero en grabar inéditos de alguien como Boccherini.
–¿Cuándo conoció este repertorio y cuando decidió que tenía que grabarlo? –Sabía que estos quintetos existían, pero nunca me había puesto a investigar. Ni siquiera sabía cuántos eran. Fue en 2017 cuando me puse a mirarlo en serio y vi que había tres colecciones. En realidad, hay una cuarta, que tampoco está grabada, pero son obras distintas, ya que son quintetos con dos violonchelos, y están escritos en cuatro movimientos, tienen rasgos más sinfónicos. Mientras que estos son los divertimentos típicos de dos movimientos con un minueto casi siempre en segundo lugar.
–La elección del cuarteto no fue difícil. –No. Conté con Alejandro Marías y su grupo. Son músicos de mi generación y es el único cuarteto con instrumentos originales que intenta moverse con regularidad en España.
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–Es música escrita en Madrid, ¿para algún flautista en concreto? –Aunque no se sabe con certeza podemos hacer algunas conjeturas. Las dos primeras colecciones nacen en el palacio de Boadilla del Monte. El infante Don Luis se iba a los Reales Sitios con el príncipe de Asturias, el futuro Carlos IV, que, a diferencia de su padre, sí era muy melómano, y de hecho fue el creador de La Real Cámara. El infante se llevaba a los Font, que eran una saga de instrumentistas de cuerda, y a Boccherini a los Reales Sitios. Y el primer flautista que, siendo música de la Real Capilla, empezó a participar con La Real Cámara fue Manuel Cavazza. Era un extraordinario virtuoso. Supongo que en esas Academias de los Reales Sitios conocería a Boccherini, y el infante lo invitaría a pasar unos días en Boadilla. Cavazza es pues el principal candidato. Aunque en La Real Cámara participaron también otros dos flautistas de la Real Capilla, entre ellos un andaluz, que procedía de la catedral de Sevilla, Manuel Espinosa. Además el violinista Filippo Manfredi, gran amigo de Boccherini, nacido en Lucca como él y que llegó a España al mismo tiempo, tenía un hermano flautista, Vincenzo. Sería otra opción, pero yo apuesto por Cavazza. La tercera colección, la Op.55, es muy posterior. Fue posterior al trabajo de Boccherini para la Condesa de Benavente y Duquesa de Osuna, y ahí estaba ya Gaspar Barli, oboísta-flautista absolutamente reconocido, al que se le consideraba casi un “semidiós”, según cuenta un corresponsal del Allgemeine Musikalische Zeitung que pasó por Madrid en aquel tiempo.
–¿Hay diferencias de estilos entre las dos primeras colecciones y la tercera? –Pues curiosamente, y pese a la genialidad reconocida de Barli, en la última tanda no hay tantos pasajes concertantes para la flauta, que son más típicos de las dos primeras. Además es curioso que sólo en la segunda colección encontramos algún número con pasajes solistas para violonchelo, tan habituales en la música de cámara de Boccherini, y que seguramente tocaría él mismo.
–Pese al estilo de divertimento, ¿se aprecia, al menos en las obras en menor, ese toque tan boccheriniano de la melancolía? –Sin duda. En cada colección hay una obra en menor y son piezas que, dentro por supuesto del carácter de divertimento, son puramente dramáticas. Resultan sorprendentes y gusta mucho tocarlos porque crean un contraste muy interesante. En la presentación en Sevilla [que estaba prevista para mañana martes 2 de febrero pero se ha atrasado a abril] tocaremos al menos dos.
–Uno de los más conocidos es el de Las Parejas. –Sí, sabemos que, al poco de llegar a España, Boccherini participó en esas jornadas que se hacían en Aranjuez con el juego hípico de las parejas. Después de ver que al infante le gustaba participar e incluso lideraba una de las cuadrigas, decidió coger algunos motivos de la música que sonaba en aquel festejo, en el que incluso se formaban bandas de 40 músicos de viento, para hacer con ellos uno de los quintetos, sabiendo que haría las delicias del infante. Es simpático, pero seguramente el menos interesante de todos.
–Las obras se estructuran en dos movimientos, salvo ese de Las Parejas, que en efecto es un poco especial y tiene tres como el Op.55 nº5… –Este último es muy curioso porque tiene una estructura casi de superlied, ya que como tercer movimiento se repite el Andante del primero, aunque con los temas cambiados de orden. Yo ornamenté un poco ese tercer movimiento.
–¿Cuáles fueron las principales dificultades desde el punto de vista interpretativo? –En principio, encontrar la música. De la Op.17 existe una edición crítica. De la Op.55 también hay una edición que puede usarse. Más problemas hubo con la Op.19, de la que aún no existe edición. Por suerte, el musicólogo Marco Mangani, que es Presidente del Centro de Estudios Musicales Luigi Boccherini de Lucca, nos cedió el borrador de la edición que están preparando, porque allí están haciendo toda la opera del compositor. Pero estaba en crudo, y tuvimos que hacer un trabajo importante hasta llegar a interpretar las obras. En cuanto a problemas interpretativos, en realidad no muchos. Salvo los pasajes concertantes, la flauta tiene un tratamiento muy orquestal. Allí donde corresponde he ornamentado, pero lo justo. No he querido planteármelo como una forma de exhibir virtuosismo y de hecho en la edición final del sonido buscamos que la flauta no destacara especialmente, porque está muy integrada en el grupo, es como la flautita que escuchas en una orquesta.
–¿Es este de finales del XVIII su repertorio preferido? –Me interesaba mucho Boccherini. Y esto era algo que había que hacer. Por suerte, nadie se me adelantó en los dos años que trabajamos en el proyecto. En general me interesa todo el repertorio a partir del Barroco. Con el anterior no me he metido y no me apetece mucho. Ahora bien, con lo que más a gusto me siento es con la música del XIX.
–Es una pena que los grandes maestros románticos no escribieran apenas música para la flauta ni como solista ni en cámara. –No hay nada. Mucha música de salón. Y es una pena. Se sabe que desde principios del siglo XIX la flauta era un instrumento muy doméstico. Además es la época en la que empiezan los conservatorios. Se nota que había un auge de la flauta, y no entiendo por qué ni Mendelssohn ni Schumann ni nadie de los grandes le prestó atención. Sí, están las Variaciones de Schubert, pero eso es algo anecdótico, a pesar de una introducción impresionante. De Weber tenemos un trío, pero Weber no está entre los primeros de los primeros, está entre los últimos de los primeros. Hay que esperar a los años 1870, una vez que la flauta entra en el Conservatorio de París, para que podamos hallar ya un gran repertorio, que también me interesa mucho. De hecho, hice un recital con Cristina Lucio Villegas en la Maestranza de Caballería con obras de concurso dedicadas a Taffanel, y es impresionante. El repertorio que resulta ya idóneo para la flauta moderna es extraordinario, y me interesa también muchísimo, siempre que no sea demasiado experimental ni vanguardista, que ya me interesa menos. La pandemia se llevó el recital de música contemporánea que íbamos a hacer Cristina y yo en el Teatro Central, música muy interesante y original.
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[Rafael Ruibérriz con el Cuarteto Francisco de Goya en las Noches del Alcázar de 2018. La foto es de Actidea]
–En 2019 presentó también con cuarteto la versión que Barbieri hizo de Las siete palabras de Haydn. ¿Está ya grabado? –Está grabado. Aunque tres de los músicos del cuarteto son los mismos, Pablo Gutiérrez no pudo estar y por eso el conjunto figura como La Spagna, grupo de Alejandro Marías. El disco está en proceso de edición. Esperemos que salga este año. Me siento un afortunado. He tenido mucha suerte de que mi primer disco no haya sido un recopilatorio de aquí y de allá, sino que es algo fuerte. Esto lo considero como una aportación a la Humanidad, a la historia de la música o como lo quiera llamar. Los conciertos son efímeros, pero esto queda ahí. Ya está difundiéndose por las plataformas. En cualquier conservatorio del mundo, los profesores podrán usar desde ya la integral para que sus alumnos escojan lo que quieren tocar. Eso es algo que antes no se podía hacer. Me parece bonito. Siento eso como un privilegio: mis primeros tres cedés y el cuarto, que va a salir ya mismo, son inéditos de una enorme envergadura, de compositores como Boccherini, Haydn, Barbieri... Son primeras figuras. He tenido suerte de haberme topado con esto.
–Se dedica también a la gestión cultural. ¿Cómo ve la situación de la música en Sevilla desde esa perspectiva? –Yo agradezco mucho a Ventura [Rico], a Fahmi [Alqhai] y a todos los pioneros que han hecho que Sevilla sea un centro de música antigua. Que podría mejorar todo, sin duda. Pero que tengamos departamentos de música antigua en Conservatorio Profesional y Superior es algo importante. Podría ser de otra manera, pues sí. Yo me metí en la gestión cultural y no en la educación, porque ahí es todo muy complicado, y soy muy crítico con la formación académica. Vamos, estoy totalmente en contra del sistema de enseñanza musical andaluz. Pero entiendo que ese es un mundo muy delicado. Sin duda, muchas de las cosas podrían mejorar. Como gestor en la Asociación de Amigos de la OBS intento hacer a la Junta Directiva propuestas interesantes, como la beca, el coro, que esperemos que avance, los conciertos Prefemás, que este año no se pueden hacer, pero el año pasado fueron un éxito... Y yo ambiciones no tengo. Ni siquiera estoy pendiente de las plazas que salen en orquestas y tal. Me siento muy cómodo con mi trabajo en la Asociación. Que podría ganar el doble y no llegar ahogado a algunos finales de mes, bueno. Pero lo que yo hago es importante y muy bonito. Eso de ir por la calle y que te paren los socios de la asociación, a muchos que ni conozco, para darte las gracias o la enhorabuena por algo es impagable. Mil personas con las que te encuentras continuamente... Me siento valorado. Yo eso no lo cambio por nada.
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–¿Y cómo está siendo la gestión en medio de la pandemia? –Me siento muy orgulloso. El sector cultural está haciendo lo posible para que los trabajadores podamos seguir teniendo trabajo y para que el público pueda seguir disfrutando de conciertos. En tantos países se han cerrado teatros y se ha cancelado todo durante meses y aquí estamos defendiendo que los conciertos puedan seguir haciéndose. Yo me siento muy orgulloso de eso.
–¿Por qué Brilliant para la presentación de este primer álbum? –Siempre le he tenido mucho cariño al sello. Yo estudié en Holanda, y Holanda estaba plagada de discos de Brilliant. Tienen cosas buenísimas, integrales maravillosas, con intérpretes increíbles y baratitos. Te los encontrabas allá donde fueras, en las tiendas, los supermercados... Para mí es entrañable. Además le estoy muy agradecido al sello, que ha cogido el proyecto como algo propio.
–Hábleme de la portada, en la que sale su perra... –La tenía ya en mente. Mi perra, Telma. Y a su lado quería una silla que fuera emblemática, una silla del palacio de Boadilla del Monte, donde se compusieron las dos primeras tandas de quintetos. A través de amigos llegué hasta el actual Conde de Chinchón, heredero directo del propio infante Luis. Esa silla de la portada es diseño de Ventura Rodríguez, que fue el arquitecto del palacio del infante en Boadilla del Monte o de la fuente Cibeles, por ejemplo... Me costó mucho, pero lo conseguí. Hicimos las fotografías de Telma aquí en Sevilla. Me busqué un fotógrafo en Madrid para las de la silla. Las hicimos y montamos la portada. Me parece muy sugerente. En el cuadro de Goya de Carlos III cazador, aparece un perro tumbado al lado del rey, y si no es un weimaraner como Telma es primo hermano. Quién sabe si el infante pudo llegar a  sentarse en esa misma silla con su perra a los pies escuchando esta música, por supuesto con Boccherini en el violonchelo junto a los Font y Cavazza o quien fuera como flautista...
[Diario de Sevilla. 1-02-2021]
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