#idos de la mente
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Nunca falta el melancólico domingo en el que te encuentras muy desnudo; de la piel, de la mente, del alma. Algo te falta, alguien se ha ido.
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gorgeous | felipe otaño
summary: tu intentas evitar enamorarse de pipe, pero durante una noche en la playa con los chicos, su atracción por él se hace evidente a pesar de sus esfuerzos por mantener la distancia. 3k.
tw: ligera mención de alcohol, aparte de que sólo un montón de flirteo
en realidad no querías enamorarte. no, en serio, era casi una misión. si lo hubieras sabido, te habrías ido a casa, habrías rechazado la invitación de blas, pero ahí estabas: intentando miserablemente no enamorarte de alguien que era demasiado difícil de ignorar.
desde que habías roto con el estúpido de tu exnovio, habías decidido que no ibas a interesarte por nadie indefinidamente. la pasión y los chicos no eran más que una pérdida de tiempo, y al final no te quedaba más que la decepción y la sensación de haber sido una completa idiota. pero alguien debería haberle advertido de que no tienes mucho donde elegir en asuntos del corazón. no era del todo tu elección enamorarte de alguien, pero podías intentar evitar esos sentimientos, ¿no?
y en ese intento, te estabas torturando. perdías completamente la cordura intentando ignorar ese sentimiento idiota que crecía en el fondo de tu mente. y era mucho peor cuando la persona que lo causaba estaba cerca, porque el sentimiento se esparcía por todo tu cuerpo, calentando tus mejillas y haciéndote actuar como una completa idiota. enamorarse de felipe era inevitable, y te estaba enfureciendo.
estabas alejada del grupo, sentada bajo la tienda que habían montado antes, mientras todos los demás disfrutaban junto al mar. blas te había invitado a una especie de tertulia playera que quería organizar para reunir a sus amigos, sin otro motivo que el de emborracharse y divertirse como si no hubiera un mañana. entre ellos estaba felipe, por supuesto, al que habías estado evitando más desde que te diste cuenta de que sólo hablar con él te ponía... bueno, agitada.
a pesar de la situación, aún tenías un problema más: tu ex. hubiera sido mucho más fácil bloquearle y seguir con tu vida, pero decidiste inocentemente ser amigable y acabaste cayendo en una trampa en forma de discusión. no era mucho más fácil que tragarte tus sentimientos, pero te ayudaría a distraerte. o no.
todo el tiempo, la gente va y viene desde la orilla del agua hasta la tienda, alcanzando una bebida junto a la nevera en la que estás sentado, normalmente con rapidez, apenas te das cuenta, demasiado concentrado en la pantalla de tu móvil, hasta que alguien se queda un poco más junto a ti, goteando agua salada a tus pies.
"espero de verdad que estés ganando esta discusión", oyes que dice su voz antes de que levantes la vista del móvil, pero reconoces enseguida al dueño. y a pesar de todo el calor que emana la playa en verano, se te hiela la sangre.
es como mirar al sol: al instante sus ojos reaccionan con repulsión ante el impacto del brillo, pero le dan ganas de volver a mirar, sólo para intentar admirarlo mejor. esa fue su primera impresión de pipe. tenía algo tan brillante e intrigante que era casi imposible mantenerle la mirada. pero es irresistible arriesgarse a otra mirada. felipe es cruelmente hermoso. con esos ojos azules del color del océano, las sardinas salpicándole la nariz y ese pelo por el que invitaba a pasar los dedos. y estaba a pocos metros, mirándote con curiosidad.
está sin camiseta, con una maldita cadena de plata brillando en su piel quemada y lleva una gorra hacia atrás, lo que aumenta su encanto.
"por toda tu concentración y... esa cara de nervios, tienes una arruga justo en medio de las cejas, me parece una competición bastante seria". felipe sostiene una lata fría en una mano, mientras con la otra se pasa el pulgar por en medio de sus propias cejas, tan tensas como las tuyas, para imitarte.
sientes cómo las gotas de agua salada que caen del pelo del chico golpean de nuevo tu cuerpo caliente y, sinceramente, es algo refrescante.
"¿ah, sí?" preguntas un poco avergonzada, imitando el gesto del chico, soltando de golpe el móvil entre las piernas y siguiéndole con la mirada. hay una sonrisa excitada e inconsciente en tu cara. "no me había dado cuenta, creo que es una costumbre".
"es precioso" felipe se encoge de hombros, como si el cumplido fuera algo casual para él, algo normal para su percepción. dan ganas de enterrarse en la arena". el sonido del precinto de su lata al abrirse llena los segundos de silencio, y entonces pregunta. "entonces, ¿estás ganando?".
te ríes, te llevas la mano a la frente y gruñes en silencio, sin saber qué decir. ¿vas ganando? era difícil de decir. tu ex intentaba firmemente hacerte creer que en realidad no se había acabado, que para él sólo era un descanso. para ti, era definitivo.
"en realidad, ni siquiera lo sé. sólo es mi novio, quiero decir ex-novio", te corriges, enfatizando. algo cambia en la expresión de pipe, un leve arqueo de cejas tal vez. "¡está en un club, haciendo quién sabe qué! probablemente borracho, y me está haciendo pasar un mal rato, intentando volver".
"parece bastante imbécil sólo por haber roto contigo en primer lugar".
hasta se podría oír caer un alfiler en la arena cuando lo comenta, y es casi como si toda la playa colaborara en silencio para que se oyera alto y claro el tono de flirteo en la voz del chico. pero ese es el problema, felipe es simpático, tan agradable que te daban ganas de odiarle por ello, porque parecía tan amable y tan acogedor, que te decía lo que quisieras oír. no estaba flirteando, ¿verdad?
tu móvil sigue vibrando en tu mano, pero te pierdes en el actor que tienes delante. tu mirada se detiene en su expresión desconcertada, y entonces sonríe. peor aún, tiene hoyuelos y un brillo que acompaña su mirada. ya habías memorizado todos los detalles, pero fingías no hacerlo. tal vez para volver a recordarlos, o para mentirte a ti misma un poco más.
sin saber muy bien cómo reaccionar, vuelves la mirada al mar, riéndote para tus adentros al sentir que el corazón se te sale del pecho. hay un silencio confortable entre vosotros mientras veis las olas romper y a vuestros amigos maldecirse en la pelota de voleibol, y sólo se rompe cuando de vez en cuando soltáis risas bajas o comentarios divertidos, reaccionando a juani y santi discutiendo en pleno partido.
es relajante y sencillo estar a su lado. felipe tiene una atmósfera propia que te envuelve en un ambiente confortable, aunque te acelere el pulso. quizá sea esa sensación post-adrenalina que te invade, quizá sean muchas cosas, pero él hace que te relajes y olvides que hace unos minutos estabas estresado por una discusión tonta.
cuando estiras las piernas, inevitablemente tu rodilla derecha se encuentra con la pierna izquierda de felipe, y por el rabillo del ojo puedes verle sonreír. no se mueve ni aparta la pierna de la tuya. al mero roce, su cuerpo responde, aumentando su temperatura al menos otros dos grados.
"¡joder, creo que me voy a morir de calor!", exclamas, estremeciéndote. ni siquiera sabes por qué lo has dicho, pero los nervios se han apoderado de ti.
"pues métete en el agua, que está riquísima". contestó felipe, volviendo la cara hacia ti, aún con esa sonrisita molesta que parecía reservar sólo para ti. se inclinó un poco más cerca "¿o tienes miedo?".
rodaste los ojos, negando su acusación con un bufido. apoyada en sus brazos, dejaste que tu cuello colgara hacia atrás, sintiendo que te derretías al sentir el calor que te envolvía. felipe te observaba mientras tú mantenías los ojos cerrados, recorría con la mirada todo tu cuerpo, sólo analizándote con curiosidad, queriendo entender de dónde venía esa sensación de bienestar por el simple hecho de estar en tu compañía, y por qué no podía quitar esa sonrisita de su cara.
según los chicos, se le notaba. pero tú no tenías ni idea de hasta qué punto le gustaba.
de repente, un escalofrío recorrió todo tu cuerpo, como una corriente eléctrica que te golpeara al sentir algo frío entrar en contacto con la sensible piel de tu cuello, y abriste los ojos de inmediato para encontrar a felipe aún más cerca, sosteniendo su fantásticamente fría y húmeda lata contra tu nuca. era tan refrescante que suspiraste satisfecha.
"¿mejor?", murmuró, tan cerca que fue como si una segunda descarga te golpeara. podías sentir las yemas de sus dedos helados en contacto con tu piel. dios, no sabías si querías salir corriendo o agarrarle allí mismo, sin previo aviso.
"ajá" fue todo lo que pudiste decir, sintiéndote débil. por un momento, el frescor se extendió, dejando que el alivio se apoderara de aquella sensación de calor. pipe se rió de tu reacción, y tus ojos siguieron las gotas que caían de la lata por tu clavícula, con naturalidad.
fue como si el mundo entero se ralentizara y, por un instante, lo único que importara fuera ese momento de pura complacencia.
" ¡pipe! no coquetees más, boludo. ven a jugar!", grita blas en la distancia, ahuecando ambas manos alrededor de su boca para que suene más fuerte, rompiendo instantáneamente la burbuja de tensión. apartas rápidamente la mirada de tu mejor amigo con el momento interrumpido, intentando no insultarle, y felipe resopla mientras ambos os enderezáis, recordando de repente el mundo real.
"deberías venir y disfrutarlo", sugiere, dejando la lata a un lado. tú asientes con la cabeza y te llevas la mano automáticamente al lugar, ahora helado, donde el chico sostenía la lata.
pipe se levanta, se pasa la mano por el pelo mojado y te sonríe suavemente, como si no te hubiera desestabilizado por completo.
ya está, decides, le evitarás durante el resto de la noche y, en consecuencia, evitarás que tu corazón sienta algo. se acabaron los saltos mortales y los tirones. oh, qué equivocada estabas.
más tarde, el grupo decide alargar la noche. al caer la tarde, la brisa marina empieza a refrescar y los chicos deciden encender una hoguera, mientras el crepúsculo tiñe el cielo de tonos naranjas y rosas. entre infructuosos intentos de prender fuego a los palos, juani y pipe discuten sobre la forma correcta de frotar la madera, hasta que una centella se escapa entre ellos y les hace saltar de sorpresa. juani se echa a reír, burlándose de la forma en que el otro chico se había sobresaltado.
"and it was like... desesperante", bromea el chico de pelo rizado, imitando con exageración a su amigo, que señala con el dedo medio en su dirección.
el fuego se enciende por fin, con la ayuda de unos cuantos mecheros más, y todos se colocan a su alrededor, sacando sillas y cojines. te acomodas con tu tanga y una botella de una bebida mezclada con vodka, sintiendo cómo el alcohol sube cada vez más alto en tu cabeza. a lo lejos se oyen las olas rompiendo tranquilamente, acompañadas por el ritmo tranquilo de un altavoz que toca reggae y el sonido de tus amigos riendo y bromeando.
intentas mantenerte ocupada, charlando con blas a tu lado y participando en las bromas, pero no puedes evitar que tus pensamientos vuelvan una y otra vez a felipe. está ahí, entre el grupo, frente a ti, en la hoguera, riendo y charlando animadamente, su presencia ilumina el ambiente como siempre.
vuestras miradas se cruzan constantemente, en medio de un chiste que alguien ha contado, o cuando él empieza a contar una historia, pero sus ojos se detienen en tu rostro sobre todo cuando te distraes con las risas. con cada mirada que intercambiáis, sientes que tu corazón se acelera y una mezcla de emociones encontradas invade tu mente. por un lado, hay una parte de ti que quiere entregarse por completo a la atracción que sientes por él, dejándote llevar por la corriente del momento. pero, por otro lado, hay una insistente voz interior que te recuerda las razones por las que decidiste alejarte de las relaciones y los sentimientos complicados.
desvías la mirada varias veces, intentando ignorar la electricidad que parece fluir cada vez que vuestras miradas se cruzan. pero es como si hubiera un imán invisible entre vosotros, que te acerca cada vez más a él.
blas se da cuenta de tu distracción y te mira con curiosidad. "¿nena, va todo bien?
fuerzas una sonrisa y asientes rápidamente. "sí, creo que es sólo la bebida".
pero tu mejor amigo no es tonto, se da cuenta de cómo intentas controlar una sonrisa idiota cuando pipe dice algo, aunque no tenga ninguna gracia, o de cómo pipe hacía todo lo posible por llamar tu atención. pero finge, no queriendo forzar la situación, conociendo tu estado. parece aceptar su excusa, volviendo su atención a juani y santi que estaban empezando una extraña competición de baile alrededor de la hoguera. pero sabe que no puede seguir fingiendo por más tiempo. algo dentro de ti está cambiando, y es aterradoramente irresistible.
pronto se forma un círculo de baile desorganizado alrededor de la hoguera, y te ves arrastrada al centro del mismo. incapaz de protestar o negarlo, te encuentras en los brazos de blas, bailando torpemente con él, riéndote de cada movimiento extraño que hacen.
el más alto se deja llevar por la música y empieza a darte vueltas y vueltas, una, dos, tres... cinco veces. empiezas a marearte con la cantidad de vueltas, y no sabes a ciencia cierta si es la bebida o el mareo, pero de repente, cuando las manos de blas te sueltan, chocas con pipe, que te abre mucho los ojos mientras te agarra por la cintura.
" whoa, whoa, whoa", dice torpemente entre risas exasperadas, y resulta encantadora la forma en que te sonríe mientras te acicala. "no me había dado cuenta de que tenías tantas ganas de caer así en mis brazos".
un suspiro y una risa tímida escapan de sus labios y tienes que parpadear un par de veces para recuperar el sentido, pero todo parece correcto, y él no te suelta, sino todo lo contrario. como una conspiraci��n, o debido a los aplausos de los chicos, el reggae más lento vuelve al speaker, y pipe tantea el terreno, deslizando una de sus manos hasta la base de tu espalda, y tu cuerpo se acerca a él de forma natural, como un baile ya coreografiado.
colocas tus manos bajo sus bíceps, sujetándole mientras vuestros cuerpos se mueven lentamente al ritmo de la música, evitando mirarle. observas por encima del hombro del chico y respiras hondo, sintiendo la presión exacta de sus manos contra tu piel. la piel de pipe está caliente y quemada, y huele a crema solar, a mar y a desodorante masculino, y tú, discretamente, respiras de nuevo, sintiéndote aliviada por el aroma.
te entran ganas de pegarle un puñetazo a blas cuando le ves detrás de ti, bailando con matias, mientras los dos hacen muecas y bromas en tu dirección, aprovechando al máximo la situación. el sonido de sus falsos y exagerados besos pronto es ahogado por la voz de pipe, y te entran unas ganas terribles de desmoronarte de vergüenza.
"¿te ha tragado la lengua el gato?", le dice, casi al oído debido a sus posiciones. "¿o debería tomarme como un cumplido que te hayas quedado sin palabras a mi lado?".
siente cómo se le revuelven las mariposas en el estómago, sabe que está perdiendo cualquier intento de no caer en su jueguecito. debería saber cómo le afecta.
"¿siempre eres así de gracioso?", preguntas retóricamente, apartándose un poco para poder mirarle con los ojos entrecerrados.
pipe tiene un puntito encima de la boca que te llama la atención, y te quedas mirándole hasta que sus labios forman una sonrisa de comisura. su rostro es sereno y sus ojos no pierden su expresión ni un segundo, sientes que podrías desaparecer en la inmensidad de sus orbes azules en cualquier momento, sería muy fácil sumergirte en ese océano y ahogarte. tiene las cejas espesas y la nariz ligeramente respingona, y sus labios tienen un arco perfecto bajo ellos, pero su mandíbula es definida y ancha, una mezcla perfecta entre la forma robusta de su cara y sus rasgos delicados, y es una tarea difícil controlarse para no trazar su rostro perfecto con las yemas de los dedos.
es tan hermoso que duele, y es una verdadera lástima que aún no sea tuyo.
"es muy difícil decirte algo a la cara, ¿sabes?" las palabras salen de su boca antes de que puedas procesarlas, y suena tan espontáneo que incluso pipe se sorprende un poco por su confesión.
felipe inclina ligeramente la cabeza hacia un lado, con una sonrisa en los labios mientras observa tu reacción. sus ojos azules brillan con una mezcla de diversión y curiosidad.
"ah, así que todo es culpa mía, ¿eh?", responde, bromeando. "bueno, espero que puedas perdonar mi terrible influencia".
pones los ojos en blanco, pero no puedes contener una sonrisa.
"me lo pensaré", respondes, con evidente sarcasmo en tu voz.
mientras la música sigue sonando a tu alrededor, te encuentras perdido en un animado intercambio de miradas y sonrisas con pipe, los sonidos y movimientos del entorno parecen desvanecerse en el fondo.
a pesar de todos tus intentos por mantener una distancia de seguridad, está claro que te hundes cada vez más en la red de encanto que pipe teje a tu alrededor. y en el fondo, una parte de ti empieza a preguntarse si esto es realmente tan malo.
"¡bésalo pronto!", grita uno de los chicos por encima de la música y tú te ríes, enviándole un dedo medio falsamente ofendido. pero en la realidad, la idea no te parece tan absurda.
te preguntas si realmente sería tan malo. si rendirte a los encantos de pipe significaría abrirte a algo nuevo y excitante, o si sólo sería otra trampa del destino, lista para causarte más confusión y dolor. de momento, decides dejarte llevar por el momento, permitiéndote disfrutar de sus brazos alrededor de tu cintura y de las sensaciones que despierta en ti.
cuando la música está a punto de terminar, ya te has decidido. una mezcla de miedo y excitación corre por tus venas mientras intentas reunir el valor necesario para tomar una decisión. mirando a pipe a los ojos, sabes que estás a punto de dar un paso importante, hacia delante o hacia atrás.
"creo que hoy me iré a casa... sola", empiezas, sintiendo que el corazón se te acelera ante la osadía de tus propias palabras. "a menos que quieras acompañarme".
por fin escribí algo con mi novio… aliméntense!! 💋 pero en serio, esta es su canción 😩
#felipe otaño#pipe otaño#felipe otaño x reader#felipe otaño fluff#pipe otaño x reader#felipe otaño smut
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Pienso en ti, aunque no quiera, amaneces en mis pensamientos todos los días. Sigo con mi rutina, sigo conociendo a otras personas pero de alguna manera siempre estás ahí en mi mente. Te he bloqueado, te he desbloqueado, llevo meses sin hablar contigo, he ido y vuelto varias veces y aun así ese sentimiento no muere! ¡Parece que cuanto más quiero olvidarte, más me fijo en ti!. Cada vez que veo un mensaje en mi celular mi corazón da un leve latido esperando que sea un mensaje tuyo. Es una extraña sensación de querer y no querer a la vez, esperando que me busques aunque sé que no serán solo mensajes. Me mentí durante mucho tiempo diciendo que no te amaba cuando en realidad todas mis acciones te decían lo contrario. Lo sabías, pero fingías no saberlo. Lo sabía, pero tenía miedo de admitirlo porque sabía que no llegaría a nada, porque ya habías dicho que no querías nada serio. ¡Pues bien, te amo! Fui y volví varias veces, intenté olvidarte varias veces, ¡pero algo me atrae hacia ti! Es un inmenso deseo de verte, de ser tocada por ti nuevamente. Es una mezcla de odio con amor, deseo, ira, miedo, alegría y voluntad, como si no tuviera el control de mi cuerpo, mis sentimientos, donde todo mi ser desea y quiere pertenecer solo a ti.
— Seguen y las cartas que lloran 💦
#seguen#pensamientos#frases#escritos#textos#notas#sentimientos#frases en español#citas#realidad#dolor#Tristeza#amor#desamor#queer#mientras dormias#mientras no estabas#a tu medida#emociones#cartas que lloran#amor y dolor#marzo2023#en tu orbita#lauren
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Make you feel better, parte 2
Holaaaa, aquí les traigo la segunda parte de mi último fic, espero que les encante y me comenten qué cosas le gustan y qué cosas puedo mejorar. Gracias por leer!💕
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❤️🔥Por fin sucede
💞Enzo x fem!reader
⚠️Warnings: sexo menstrual, sexo sin protección, sexo oral, algo romántico también.
Make you feel better, pt.2
Tratabas de dominar tu respiración, los nervios te la estaban alborotando. Enzo estaba encima de ti, mirándote con esos ojos oscuros y profundos, su pelo negro enmarcándole el rostro.
-Tranquila, chiquita…
Soltaste una pequeña risa para intentar hacerle caso y darle a entender que deseabas esto tanto como él.
-Está bien si te toco? – preguntó con esa voz suya que era como chocolate negro derritiéndose y cayendo sobre tu piel. Asentiste sin quitarle la mirada de encima, pero, cuando su mano rozó tu cuello y fue bajando con la punta de los dedos hacia tus pechos, tuviste que cerrar los ojos. Su otro brazo le sostenía, apoyándose junto a tu cabeza y acariciando tu mejilla para intentar, de una vez, que estuvieses tranquila.
-Cómo no me llevás sujetador, nena? - provocó con media sonrisa de diablo.
-Me dolía…
-Ah, te dolía…-sonaba a falso reproche, a que te iba a enseñar porqué eso era una temeridad y estaba mal. Procedió a serpentear su mano por debajo de la vieja camiseta hasta llegar a tu pecho, el cual abarcó sin esfuerzo. Masajeó como si fuera un experto y lo tuviese todo bajo control, sin embargo, aunque lo ocultase mejor que tú, él también estaba nervioso, y sobre todo embelesado por lo que estaba pasando. Mientras pasaba el pulgar por encima de tu pezón, con cuidado de no hacerte daño, notabas como exhalaba su aliento caliente como fuego en tu cuello, indicativo que se estaba quemando por dentro tanto como tú. No era lo único, naturalmente, también podías sentir su erección, imposiblemente firme contra tu muslo, la cual hundió un poco más para su propio alivio y para hacerte saber cómo te deseaba. Eso provocó que gimieras en su oído.
Antes de que te dieras cuenta, Enzo se había desecho de tus shorts.
Un pensamiento cruzó tu mente como un rayo, ¿estarías sangrando? Aunque las molestias y el dolor habían comenzado, el sangrado no lo había hecho, según tus cálculos, lo más probable es que empezara mañana o esta noche, pero eras consciente de que no era una ciencia exacta. No podías aceptar la idea de que quizá manchases a Enzo, te morirías de la vergüenza y desearías que te tragase la tierra. Cuando éste deslizó tu ropa interior lentamente por tus piernas lograste echar un vistazo y comprobaste que no había restos de sangre, pero sí de toda tu excitación, lo cual él se tomó como un halago no verbal.
-Sigues teniendo cara de preocupada, chiquita… - dijo con una voz que te sonó aún más grave, pero como si casualmente no estuviera acariciando tu monte de venus.
-Es que no quiero mancharte, boludo-te reíste, al fin siendo tú misma con él.
-No sé con que clase de nenes has salido vos, pero a mí un poco de sangre no me asusta.
¿Es que acaso estaba dentro de tu cabeza para saber exactamente qué decir para prenderte aún más?
Tanteó con la punta de los dedos tu entrada, y la humedad que él había provocado en ti se adhería a su piel, pequeños hilos transparentes adornando sus dígitos. Poco a poco se introdujo en ti haciendo que te estremecieras y arquearas la espalda. Él resopló y te miró frunciendo el ceño.
-Ufff… qué apretada que estás, nena…-acercó su boca a tu oído provocando un nuevo vuelco en tu corazón- ¿Así me vas a apretar la pija?
Dios. DIOS. Un gemido que fue casi un grito escapó de tu garganta sin que tú pudieras (o quisieras) hacer nada por evitarlo. Hubieras jurado que cualquier pibe que te hablase sucio se hubiera ido de tu casa con una patada en el culo, pero joder, cómo te había prendido que Enzo dijera eso. De hecho, como si tu cuerpo quisiera darle la razón, tu interior se contrajo alrededor de sus dedos, provocando una risita maliciosa en él. Los movía con habilidad, dibujando el típico gesto de “ven aquí”, encontrando y masajeando un punto muy sensible de tu centro.
-Enzo…-gimoteaste.
- ¿Qué, nena? - contestó con la respiración agitada, notando, desde hace un rato como su líquido preseminal estaba formando una mancha húmeda en sus bóxers negros, su erección, pulsando dolorosamente.
Querías contestar, pero el placer te nublaba la capacidad de hablar, solo podías gemir y agarrarte con fuerza a su espalda, reparando en lo firme que era, y lo pequeña que parecías debajo de él. Le miraste a los ojos suplicante, queriendo comunicar tus deseos sólo con tu mirada.
-Ya sé, ya sé... – se apiadó él. Se apartó de ti con cuidado de retirar sus dígitos suavemente para no herirte. El vacío que dejaron te molestó intensamente, pero sabías que simplemente el aperitivo había terminado: ahora venía el plato fuerte. Arrodillándose en tu cama comenzó a desabrocharse el cinturón. Iluminado solamente por tus tenues luces azules y la pantalla de tu televisión, la figura de Enzo era escultural: su cabello largo y oscuro, su torso definido y bronceado. Incluso el vello de sus axilas te pareció intensamente atractivo cuando alzó los brazos para sacarse la camiseta. Su aroma, su aroma parecía tener temperatura, emanaba calor, y un olor riquísimo a madera y café, a hombre.
Se bajó un poco el pantalón vaquero, y, aunque su intención era levantarse para desprenderse de él por completo, un instinto súbito tuyo se lo impidió. Te incorporaste y gateaste hasta que tu rostro quedó a la altura de su cintura. Acariciaste la tela de su bóxer, notando su dureza, cómo su anatomía estaba provocando que la prenda estuviese tirante. Cuando Enzo procesó lo que estabas a punto de hacer suspiró. Su caballerosidad no quería dejarte continuar, esta noche se trataba de ti, pero ¿cómo te iba a decir que no? Tu boquita debía sentirse como el cielo en la Tierra.
Apenas te tomaste un momento para admirar cómo su miembro se erguía ante ti, inflamado, expectante de tu atención. Lo tomaste con delicadeza en tu mano derecha e hiciste que entrase en tu boca, tus labios haciendo de cálida bienvenida para él, tratando de relajar la lengua para que pudieras acomodar su tamaño más fácilmente.
-Ay, sí…- gimió con voz ronca.
Sonreíste para ti misma, no era algo de lo que pudieras alardear en cualquier conversación, pero sabías que era algo que se te daba muy bien hacer.
Continuaste el movimiento de vaivén, utilizando tu saliva como lubricante, provocando una serie de sonidos que Enzo juraba que le iban a volver loco. Tenía su mano en tu mentón, sin sujetarlo, pero marcando la posición. Notaba como tu boca se llenaba y nunca se vaciaba del todo.
Su respiración, su pulso acelerándose, la forma en la que tensaba los abdominales, eran señales de que le costaría mucho aguantar si continuabas con ese ritmo.
-Basta – sacó su pija de tu boca sin previo aviso, y tú te quedaste con la cara que se le queda a un niño cuando le quitas su juguete favorito – tumbáte – ordenó.
Te dejaste caer sobre la pila de almohadas, que se desinflaron suavemente por tu peso.
No había ya lugar para miramientos o preámbulos, tenía que cogerte ya.
Enzo volvía estar encima de ti, pero esta vez frente a frente. Se mantenía en equilibrio, además de con sus piernas entre las tuyas, con su antebrazo sosteniéndole junto a tu cabeza. Su otro brazo, sin embargo, se perdía debajo de su abdomen, no podías verlo, pero pronto notaste cual era su cometido. Su mano estaba agarrando su propio miembro, pesado, duro, para posicionarlo en tu entrada, que no podía esperar para tragárselo. Sentías su sudor en tu piel, su calor, tus pulsaciones disparadas, la humedad que compartíais. Pero todas esas sensaciones se vieron ensordecidas por la más intensa que habías sentido probablemente en tu vida:
Enzo entrando en ti
Tus ojos y tu boca se abrieron como para sustituir el sonido que eras incapaz de generar. Tu mirada se encontró con la suya. Él también tenía una expresión obscena, os mirabais incrédulos del placer que os estabais dando el uno al otro. ¿Porqué carajo no lo habíais hecho antes?
Tras un momento de adaptación, tú a su tamaño y él a tu estrechez, las embestidas se tornaron más rápidas y casi todo lo profundas que podían ser sin hacerte daño.
Enzo pareció leer tus preocupaciones (una vez más), y de forma inconsciente, las tomó como si fueran un papelito, las arrugó y las tiró lejos de ti.
-Dios, nena… -dijo con voz grave y entrecortada- ¿te gusta? ¿te alivia un poco…?
-Muchísimo, amor- Mierda. Eso se te había escapado, por mucho que estuvierais haciendo lo que estabais haciendo no debías haberlo llamado así.
-Me alegro, mi vida – al decir esto, besó tu mejilla con calidez, decidiste que su respiración era lo único que querías en tus pulmones.
¿Era posible que te sonrojaras aún más? Sí, era posible.
Habías conseguido entrelazar las piernas a su espalda, acercando más tu cadera a su cuerpo, haciendo que las estocadas fueran todavía más profundas. El movimiento cada vez era más errático, estaba golpeando tu punto más débil, la humedad que había provocado en ti estaba con seguridad creando una gran mancha en tus sábanas, escurriéndose por tus ingles y tus glúteos. Notaste fuego dentro, en tu bajo vientre y en el fondo que Enzo estaba tocando una y otra vez con su glande hinchado. No hacía falta que dijeras nada - tampoco es que pudieras- te aferraste a él con desesperación, como si no quisieras salir volando arrastrada por una corriente de viento brutal. Por instinto te encogiste, escondiendo la cara en su pecho.
-Dale, princesa, miráme cuando te venís- tomó tu cara en su mano y te obligó a encararle.
Como todo un experto eligió un ritmo y lo mantuvo para ayudarte a concentrarte en perseguir tu clímax, mientras tanto, agarró uno de tus pechos, estimulando tu pezón, añadiendo otro foco de placer a la ecuación.
-Vamos nena, dejate ir…-continuó animándote.
Tus labios dibujaron una ‘O’ que no se cerraba más, él miraba tus ojos y después tu boca, la cual se le antojaba la frutilla más dulce que había tenido el placer de devorar. Dios, como deseaba él acabar en esa lengua rosada.
Tu interior se contrajo exponencialmente, atrapándole y, a los gritos, te viniste agarrada a él, en el orgasmo más increíble de tu vida. Si había un cielo podías afirmar que lo habías tocado.
Enzo seguía haciéndote el amor, (por que ya no se podía decir que simplemente te estaba cogiendo), pero la sobreestimulación no te estaba incomodando, querías seguir sintiendo, y de hecho seguías sintiendo muchísimo placer.
-¡Dentro, Enzo!
-Nena, no voy a aguantar…- te miró con urgencia entre gemidos roncos- d-dime…dónde…
Te miró confundido. Estabas disfrutando malévolamente de su preocupación, omitiendo el pequeño detalle de que estabas en la píldora.
-¿Tomás la pastilla? -casi gruñó por el esfuerzo de aguantar su eyaculación.
Asentiste con sonrisa de diabla, divertida.
-¿Te lleno? ¿querés que te llene…? - su respiración cada vez más agitada, su voz, rota.
En respuesta gemiste aún más alto, encontrando un momento para lamer su cuello, salado por el sudor, y terminar de volverle loco.
Un último quejido salió de su pecho y le obligó a cerrar los ojos con fuerza. Estaba derramándose por completo en tu interior. Jurabas notar los disparos blancos y ardientes inundando tu interior. El pulso bombeando alocadamente en su miembro había hecho que se sintiera todavía más ancho, arrebatando más lloriqueos desesperados de tu boca.
-Ufff… - resopló exhausto antes de unir su torso al tuyo y descansar encima de ti.
-Yo te tenía unas ganas inmensas, chiquita- confesó él por fin- Te quiero, ¿sabías? - remató, haciéndote sonreír inmensamente.
-No me lo puedo creer- te reíste peinando su pelo húmedo con tus dedos- ¿qué hemos hecho?
Le apartaste el cabello de la cara con dulzura para poder verle bien.
-Yo también a ti. - soltaste, sintiéndote ligera después de decirlo.
Una extraña nueva confianza se estaba apoderando de ti, Enzo te hacía sentir como la mujer más maravillosa, y con él en tus brazos, lo viste todo mucho más claro.
Parte 1
tags: @iamjustadoll @andyrubei @madame-fear @miskhalie @karylvsjuanii @koiibiito @quarzitos @voglatte @llorented @deepinsideyourbeing
(me he basado en mis reblogueos e interacciones para hacer la tag-list, diganme si quieren que les agregue o los borre de la misma ;))
#enzo vogrincic#enzo vogrincic fanfic#enzo vogrincic smut#society of the snow#lsdln cast#enzo vogrincic x reader#la sociedad de la nieve#enzo x reader#enzo x female reader#enzo vogrincic fluff#enzo vogrincic imagine
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Solo a Ella (Aegon x lectora)
Masterlist de mi autoría
Sinopsis: cuando Alicent descubrió que su hijo mantenía una cuestionable relación con la mucama, no tardó en intervenir. Aegon era un desastre, pero al menos era obediente. Asi que creyó que podría manejarlo. Se equivocaba.
Aegon adoraba a su mucama.
El rey de Westeros tenía una fascinación infinita por la mujer que se encargaba de mantener el orden en su cuarto y el de sus familiares.
Era el primer rostro que veía en la mañana, y el último en las noches. Lo escuchaba, lo aconsejaba y cuidaba con tal cariño que su maltratado corazón se aferró a esas muestras de interés con desesperación. Cuidaba su trato para con ella, pues ya había espantado a otros miembros del personal y no quería perderla también.
Era amable, simpático... Pasivo a todo lo que a ella se refería. Y poco a poco un sentimiento extra comenzó a nacer entre ambos, desencadenando en muestras mutuas de afecto que no tardaron en ser descubiertas por Alicent.
—¿Te acuestas con la mucama?—Alicent miró a su hijo, quien aún dormitaba en su cama.
—Solo nos divertimos, mamá. Ella me da su consentimiento... ¿por qué sería un problema?—
—... Te casarás con Helaena la próxima semana.—
Para cuando Aegon entendió el significado de aquello, Alicent ya había dejado el lugar.
¿Se casaría con su hermana?
____ terminaba de acomodar la mesa de bordado de Helaena aquella mañana, alabando sus recientes trabajos.
—¿Piensa hacer un vestido con estos, princesa? Por el tamaño y diseño serían perfectos para un corsé.—tomó unas enredaderas bordadas con pedrería.
—Para mi compromiso, quería armar algo bonito... ¿Me ayudas?—La joven que había estado de espaldas a Helaena volteó a mirarla al escuchar aquello.
—¿Con quién princesa? ¿Jacaerys?—
—Me temo que no... Será con Aegon.—
____ casi suelta lo que traía en manos.
Aegon no se sentía muy bien esa tarde. La noticia del casamiento no le importó mucho, pues era algo que se veía venir. Lo que lo preocupaba eran las libertades que él tenía ahora, y si se verían afectadas por su futura vida de casado.
Quería plantearle a su madre que no pensaba dejar sus placeres y vicios. Cumpliría con sus deberes y obligaciones, pero no pensaba atarse a Helaena sentimentalmente. Era su hermana, su esposa. No el amor de su vida.
Sonrió en cuanto la imagen de la joven castaña llegó a su mente.
Solo en ese momento, se dio cuenta de que ____ no había ido en la mañana a su cuarto cuanto su madre lo increpó. Y tampoco estuvo durante el desayuno, o el almuerzo...
Ya algo curioso por su ausencia, comenzó a buscarla por la fortaleza. No la encontró por ningún lado.
—¿Busca a alguien, señor?—lord Larys llamó su atención en plena escalera—. Ya ha pasado por aquí tres veces.—
—La mucama... ¿La ha visto por aquí?—
—¿La señorita ____?—Aegon asintió emocionado—. La he visto en el jardín, con las nuevas remodelaciones indicadas por su madre.—
—... ¿Por qué una mucama estaría en el jardín?—
—Ella ya no está vinculada a las tareas dentro de la fortaleza, príncipe. Pidió en la mañana que se la cambie a otro ámbito.—Aegon comenzó a preocuparse en verdad.
—Bonito arreglo, querida.—
____ miró orgullosa a aquel jardinero, quien miraba el pequeño cantero que acababa de plantar.
—¿Usted cree?—
—Elegiste buenos colores, acomoda la tierra y continua con el otro.—la chica asintió emocionada antes de levantarse y sacudir vagamente el polvo de su pantalón. Se dirigió a la carreta cargada de herramientas, tomando una pala pequeña.
Su mente comenzaba a planear cómo trabajaría el próximo cantero, cuando cierta persona asomada en el ventanal unos metros arriba llamó su atención. No tardó en desviar la mirada de nuevo a su tarea.
Aegon bajó enseguida al verla, sin poder disimular su ansiedad.
—Hola.—
—Buenas tardes, mi príncipe.—soltó ____ aún acomodando la tierra—. ¿Se le ofrece o necesita algo?—Aegon se agachó para estar a su altura, notando el esfuerzo que hacía la mujer por no mirarlo.
—Necesito que me digas qué haces aquí, cubierta de tierra... Eres mi mucama.—
—Era la mucama general, en todo caso... Y ya no lo seré. Como verá, ahora soy florista, príncipe.—le sonrió apenas. Aegon miró a la mujer levantarse y volver a la carreta, dejando la pala y empujando las herramientas a la siguiente cantera.
—... ¿Esto es por el compromiso?—
—Creo que es evidente.—
—Sabes que no me importa ese arreglo.—ella no contestó—. ¿Vas a ignorar esto que tenemos?—____ se cansó de disimular esa cortesía, y al ver que no había nadie cerca, lo enfrentó.
—Tú eres un príncipe, yo una criada... No hay nada, no somos NADA. Asi que olvídate de lo que sea que teníamos antes y enfócate en tus obligaciones.—
A ambos le dolió aquello.
Ese "nada"... No era tan así.
Ellos se amaban, se deseaban. Pero entendían que nunca podría funcionar. Al menos la mujer lo entendía. Aegon se aferraba con fuerzas.
—No... No digas eso.—Aegon quiso tomar sus manos, pero ella lo apartó. Eso solo hizo que Aegon se sintiera aún más herido—. Tenemos algo aquí, no puedes solo... Hacer de cuenta que no pasó.—
—Puedo y lo haré... Asi que si no te molesta, tengo cosas que hacer.—Un horrible pesar se instaló en el pecho de Aegon, y sus ojos comenzaron a cristalizarse.
—Sabes que yo no quería esto... No quiero a Helaena.—
—No importa.—
—Si importa. ____...—sollozó bajito al sentir que Aegon tomaba sus mejillas con cierta desesperación—. Tú deberías ser mi esposa, la madre de mis hijos... Te los daré, tendremos hijos.—
—¿Siquiera piensas en lo que dices?—____ lo empujó apenas—. ¿Crees que tendré tus hijos, condenándolos a ser simples bastardos? Ni siquiera podrías reconocerlos.—
—No es asi...—
—Ante la sociedad ellos serían un error, incluso correrían peligro. Y yo... Yo sería una puta... No quiero eso.—____ secó torpemente sus lágrimas, intentando recobrar la compostura—. Ya olvídalo, Aegon... Fue bonito solo... Solo recordémoslo asi.—
La chica dejó el jardín, y el príncipe no se sintió capaz de seguirla y recibir otra negativa.
No podía creer como de la mañana a la noche todo se había ido al diablo.
Algunas semanas habían pasado desde que Aegon se comprometió con Helaena, y para estrés de Alicent, Aegon no quería cumplir con sus obligaciones. No quería embarazar a Helaena. Por consecuencia, no había herederos en camino.
—No quiero... ¿Quieres obligarme a meter la verga en mi hermana, madre?—
Un cachetazo resonó en el lugar, y los consejeros de la mesa evitaron mirar a la reina y a su hijo.
—No tienes idea del esfuerzo que hicimos para ponerte en ese asiento, Aegon.—El rey no flaqueó, manteniéndole la mirada.
—No pedí ningún esfuerzo de tu parte, madre...—se inclinó sobre la mesa—. Pregúntale a Aemond si quiere colaborar con tu causa.—se levantó de la mesa, y todos lo imitaron. Salió del salón sin enfocarse en la mujer que lo seguía de cerca.
—Hiciste una escena ahí atrás.—
—Tú fuiste la que me golpeó, madre. A mi, al rey... debería castigarte por tal atrevimiento.—El hombre bajó las escaleras enseguida, pero su madre lo tomó del brazo y lo arrastró hacia el pequeño balcón que daba al jardín interno.
—Debes engendrar un heredero, Aegon... Quieras o no.—
—De querer, quiero, madre. Mucho, en realidad.—le sonrió con cierta falsedad—. Pero no quiero que salga de Helaena.—
—¿y de quién entonces?—Aegon desvió la mirada hacia el jardín, y Alicent miró hacia el mismo lado. Frunció el ceño al ver a aquella mucama—. Eso es una tontería, no es posible.—
—Bueno, solo de ella quiero bebés... Solo la quiero a ella. Asi que revisa la idea de que Aemond embarace a Helaena.—dejó el balcón—. No te preocupes, trataré bien a mis sobrinos.—
Alicent miró a su hijo salir del lugar, estaba sumamente molesta. Solo entonces volteó al jardín de nuevo. La joven plantaba jazmines, aquellas flores que ella misma había pedido para el jardín.
Parecía feliz con su nuevo trabajo, y desde el anuncio de la boda no volvió a acercarse a Aegon. La chica sabía que debía hacerse a un lado. Y justo por ello Alicent no la echó de la fortaleza. Pero a pesar de ya no frecuentar a su hijo, el fantasma de su relación aún trababa el compromiso de sus hijos.
—Se ven hermosos.—
____ levantó la mirada de las flores, sintiendo absoluto terror al ver a Alicent de pie a sus espaldas. Se reincorporó enseguida.
—Me alegra que le gusten, Majestad... Las escogí para usted. Oh, y en este otro cantero pondré gladiolos verdes.—
—No conozco esas flores.—
—Son maravillosas, lo prometo... Harán buen contraste con el blanco de los jazmines.—Alicent apenas sonrió por un segundo—. ¿Necesitaba algo, majestad?—
—No realmente, solo quería saber... Si Aegon te ha estado molestando en estos dias.—
____ sabía... Que Alicent sabía de sus encuentros con Aegon. No se haría la tonta.
—No, majestad... Cuando cambié mi trabajo le dejé muy en claro que yo ya no... Quería problemas.—Se removió incómoda—. No ha vuelto a buscarme.—
—Pero sabes que aún te tiene en vista ¿Verdad?—
—Mirar no es un delito, majestad... No lo hace menos inapropiado pero-
—No lo dejes acercarse.—Alicent la miró con severidad—. No caigas en sus tonterías, no te metas en problemas por él... Solo eso quiero advertirte. Sigue con tu trabajo aquí, te gusta ¿No?—la chica asintió—. Si mantienes un perfil bajo, puedes quedarte en esta área. Eso te lo prometo.—
—Haré lo posible por quedarme aquí, como florista... Gracias, majestad.—
Alicent acunó su mejilla con una falsa maternidad, una que a ____ le causó nauseas. Entendía el desagrado de Aegon por su madre ahora, era una pira de falsedad y desagrado. La reina dejó el jardín sin saber que su hijo, tal y como lo hacía cada vez que podía, espiaba a la mujer. Vio toda la escena, más no escuchó bien la charla.
En cuanto Alicent se fue, ____ juntó sus cosas y se marchó del jardín. Aegon la siguió enseguida. Y apenas la florista entró al cuarto de herramientas, el rey cerró la puerta tras de sí.
—¿Qué diablos estás-
—¿Ella te amenazó? ¿Te lastimó?—Aegon se acercó preocupado a ella.
—No, vete.—apartó las manos que intentaron tomar sus mejillas—. Me meterás en problemas, Aegon. Largo de aqui.—____ acomodó las herramientas en los estantes, para luego lavar sus manos en el agua de un gran barril y secarse con su delantal. Refrescó su cuello también—. Saldré primero, luego tú... Y no vuelvas a buscarme.—
—... ¿Tan rápido dejaste de quererme?—____ dejó de respirar con aquello.
—No hagas esto, Aegon.—Quiso dirigirse a la puerta, pero Aegon le cortó el paso.
—Responde... Por favor... Porque yo nunca podría dejar de amarte.—la miró con total desesperación—. Y si mi madre te asustó o-
—Me pidió que me alejara de ti... O me sacaría de la fortaleza.—____ suspiró cansada—. ¿Eso quieres? ¿Que me echen a la calle? ¿Que termine en el burdel para poder sobrevivir?—
—Jamás permitiría eso.—
—¡Entonces no me causes problemas!—se rompió un poco—. ¿crees que es fácil para mi estar ignorándote todo el tiempo? ¿Hacer de cuenta que no te veo en cada esquina mirándome?—
—Pediste que no me acercara, eso hago.—
—Ser un maldito acosador no es mejor, Aegon... Cumple tus deberes al menos, no provoques la ira de tu madre.—
—Prefiero no provocar la tuya.—____ suspiró en cuanto Aegon rodeó su cintura con una mano, y la restante se aferró a su nuca—. Dime... si el hecho de verme abrazar a otra no te molesta... Que cargue a un hijo que no sea tuyo... Que toque a otra de esta forma.—la pegó aún más a él—. Dime qué opinas de ello.—
—Nada, no opino nada. La servidumbre no opina.—
—Tú no eres una sirvienta... Eres mi amante, el amor de mi vida.—Aegon inclinó su rostro sobre el ajeno, rozando apenas su nariz con la suya—. Asi que dime... ¿Qué opinas de verme con Helaena?—no respondió—. ¡Dime!—
—¡Que debería ser yo!—lo apartó de un empujón al verlo intentar besarla—. ¿Eso querías escuchar, eh?—
—Si, totalmente.—
—Púdrete, eres un idiota.—
La mujer quiso esquivarlo para salir finalmente, pero Aegon la atrapó entre sus manos, besándola con desesperación. Se aferró a ella con necesidad, creyendo que si aflojaba aunque sea un poco su agarre, ella se esfumaría.
—Yo también quiero que seas tú, ____... Tú y solo tú.—besó su cuello, sintiendo cómo se tensaba con el gesto—. Mi esposa, la madre de mis hijos... Todo.—
—Pero no es posible, Aegon... Cuanto antes lo aceptemos, más sencillo será.—
—No, amor... No hay forma de que se haga más sencillo.—Aegon deslizó sus dedos por la camisa de la mujer, desabrochando los botones uno por uno—. No pienso tocar a Helaena... No pienso tocar a ninguna que no seas tú. MI mujer, mi esposa... Yo soy tuyo, ____. Totalmente... Por favor, deja de apartarme... Duele mucho aquí.—tomó la mano ajena, llevándola a su pecho.
—Pero tu madre...—
—Que se pudra mi madre, que se pudran todos...—Aegon tensó la mandíbula al sentir la mano de la mujer subir a su cuello de forma lenta—. Solo importamos tú y yo ahora.—
—... ¿Me prometes que no me echarán a la calle?—
—Lo prometo.—besó la palma de la mano que acunó su mejilla—. Nadie te pondrá un dedo encima... Nadie te dirá ni exigirá nada... Nadie te tratará mal... Porque tú eres mi reina, y eres digna del respeto de todo el reino.—
—No me importa el respeto de nadie, ni ser reina de nada.—____ presionó sus mejillas, obligándolo a agacharse un poco—. Solo quiero amarte tal y como te mereces... Sin miedo a que terminemos colgados en plena plaza.—
Aegon miró ese par de ojitos asustados brillar al verlo, expectantes de su respuesta.
—... ¿No dejaste de amarme entonces?—
—Ni un poquito.—
El hombre sintió que su pecho explotaba con aquello, y no se aguantó la necesidad de devorar los labios ajenos.
En cuanto ____ se aferró a su cuello con desesperación, correspondiendo su beso con tanta urgencia como la propia, Aegon decidió que le haría frente a su madre y quien sea que se oponga a su relación.
Lo único que el rey necesitaba era a esa florista bajita decirle al oído cuánto lo había extrañado y cuánto lo amaba. Nada más.
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flor
w.c: 1.8k fluff
Johnny se lembrava perfeitamente quanto te viu pela primeira vez: você estava linda, usando uma roupa confortável (que constava em uma mom jeans, alguma camisa com pequenas florzinha e um all star), cabelo amarrado e com os óculos quase que na ponta do nariz, se despedindo da pequena Flor (filha de Johnny) com um abraço apertado e um beijo na testa, enquanto ele observava a cena de longe, esperando a outra professora trazê-la para o carro.
Sempre que a pequena voltava da escola, falava o quanto tinha se divertido da aula e o quando sua professora tinha ensinado coisas incríveis.
Você também já tinha ouvido falar do pai solteiro mais cobiçado da escola, nunca deu muita bola porque estava o tempo todo muito ocupada para ficar fofocando sobre os pais das alunas e, por isso, nunca tinha o conhecido pessoalmente.
Até que um dia, quando a maioria das crianças tinha ido embora, avistou Flor sentada no balanço visivelmente triste, então se aproximou e sentou no balanço ao lado dela.
“Por que essa princesa tá tão triste?”
“Meu papai se esqueceu de mim”. Ela falou quase que num sussurro, olhando para os pezinhos que mal tocavam no chão.
“Claro que não, meu amor!” Disse pegando a mãozinha dela. “O papai é muito ocupado, tenho certeza que ele já já vai chegar e te dar um abraço muito apertado pra mostrar o quanto ele te ama muito”
“É sério?” Flor olhou para você com os olhinhos brilhando, agora de felicidade.
“Uhum. E se a gente brincar enquanto ele não chega?”
“Ebaaa!” A menininha se jogou nos seus braços e você se levantou para poder brincar com ela. Passaram mais um tempo no balanço, depois foram na gangorra e estavam prestes a brincar de esconde-esconde, até que ouviu uma voz chamar pela garotinha.
“Papai!!” Ela correu para os braços do homem e você finalmente conheceu o famoso John Suh. Achou engraçado como Flor era a cópia do pai. Os lábios bem desenhados, os olhos cor de mel, o sorriso muito igual. Não pôde deixar de reparar também como ele era muito mais lindo do que a descrição que as outras professoras tinham feito dele, principalmente por ele estar usando aquela camisa social com os dois primeiros botões abertos e com a gravata frouxa, indicando de alguma forma que o dia de trabalho dele tinha acabado.
“Baixinha! Desculpa pela demora. Papai tava muito ocupado na empresa.”
“A tia __ ficou brincando comigo e a gente se divertiu de montão, não foi tia?”
Parecia perdida em pensamentos quando a garotinha falou com você e apenas sorriu, balançando a cabeça. Johnny percebeu que você não tirava os olhos dele e riu com isso.
“Você é a famosa tia __? Prazer, Johnny, o pai dessa coisinha aqui” Disse bagunçando o cabelo da mais nova e, em seguida, estendendo a mão para você.
Depois daquele dia, os encontros com Johnny se tornaram mais constantes na saída da escola. Em vez de ser a outra professora, era você quem levava Flor ao encontro com pai e, com isso, passava alguns minutos conversando com ele sobre a pequena e suas aventuras na escola.
Johnny se via ainda mais interessado por você. Queria ter a oportunidade de conversar sobre outras coisas além dos assuntos relacionados a sua filha, queria saber mais sobre seus gostos, sobre como você decidiu sua profissão, sobre o que você gosta de fazer nos fins de semana, sobre sua cor favorita, enfim… sobre a mulher que ocupava a mente dele por dias. Ele até tentou de chamar para um “encontro” (bom, ele não deixou claro que era um encontro, mas na mente dele era), você acabou recusando alegando que estaria muito ocupada, mas isso tudo era uma desculpa, afinal, você achava antiético estar se interessando pelo pai da sua aluna.
Um dia, Johnny estava demorando mais do que o normal para buscar Flor, você não queria demonstrar, mas estava ficando preocupada com essa demora. Enquanto você brincava com a pequena, tentando a distrair um pouco, a secretária da escola te chama dizendo que você estava recebendo uma ligação do pai da garota e prontamente corre para atender.
“Oi Sr. Suh, aconteceu alguma coisa?” Disse e a preocupação estava clara na sua voz.
“Primeiro, já perdi a conta de quantas vezes eu pedi para me chamar só de Johnny. Segundo, sim, aconteceu. Não se preocupe, foi um problema aqui na empresa que vai demorar mais do que esperado para ser resolvido, então, preciso ficar mais um tempo aqui. Tentei falar com os meus pais, mas eles não podem buscar a Flor na escola, então, será que você poderia levar ela para o meu apartamento e ficar lá até quando eu chegar?”
Por algum motivo, ficou nervosa com o pedido do homem, queria recusar, mas também não queria deixar Flor mais tempo na escola. Ela também estava ficando muito cansada.
“Tá tudo bem. Me passa o endereço que eu levo ela.”
E lá estava você e a garotinha, de mãos dadas, entrando no apartamento de Johnny e por mais que fosse algo luxuoso, ainda tinha alguns brinquedos espalhados, indicando que uma criança morava ali.
Depois de dar um banho e arrumar a mais nova (que te ajudou dizendo onde estavam as roupas dela), você fez algo para jantar, deixando o prato feito para que Johnny pudesse comer caso chegasse com fome, e, enquanto vocês comiam, a pequena fez uma pergunta que te pegou de surpresa.
“Você gosta do meu papai?”
“Hm? Er.. sim, ele é um homem legal”
“Então, por que você não namora com ele?”
Nessa hora você arregalou os olhos e se engasgou com a comida. Como pode uma garotinha tão pequena te deixar nervosa com uma simples pergunta?
“O que?”
“Ué, você gosta do meu papai e ele gosta de você. Vocês podiam namorar.”
“Er… então… me-melhor você terminar de comer antes que a comida esfrie.”
Chegava a ser cômico como você ficou vergonha depois do que ela disse e como as palavras da mais nova não saiam da sua mente. Depois de a ajudar com os deveres da escola, você a colocou para dormir e foi para a sala, esperar Johnny chegar para poder ir para casa, mas com aquele sofá extremamente confortável e com o cansaço tomando conta do seu corpo, você acabou cochilando ali mesmo.
Já se passavam das 22:30 quando Johnny chegou no apartamento e, assim que entrou, achou adorável como você dormia no sofá, como se não tivesse nenhuma preocupação, respirando tão serenamente e aquela imagem deixou o coração dele quentinho. Como não queria te acordar, resolveu pegar uma coberta para te cobrir e te deixar mais confortável. Ele tentou te cobrir de uma maneira que não te acordasse, mas isso não funcionou. Você foi abrindo os olhos lentamente e deu de cara com o Johnny com o rosto a centímetros do seu e isso fez com que você praticamente pulasse do sofá com o rosto vermelho de tanta vergonha.
“Desculpa, eu não queria te acordar então…”
“Não Sr. Suh, tudo bem. Eu não deveria ter dormido. Er… é melhor eu ir.” Disse pegando suas coisas, indo em direção a porta e falando tudo atropelado, deixando bem claro como você estava nervosa. “Caso esteja com fome, tem comida na geladeira. A Flor já está dormindo e já fez todas as tarefinhas da escola.”
“__, calma! Pode dormir aqui se quiser, eu tenho um quarto de hospedes e já está tar-”
“Não!” Johnny até se assustou com o quão rápido você respondeu. “Realmente preciso ir, já estou até chamando o uber.”
“Muito obrigado por tudo.” Johnny disse, se aproximando de você, que já estava com a mão na maçaneta da porta. “Sei nem como te agradecer.”
“Não precisa, eu gosto muito da Flor”
“E de mim, você gosta?” A essa altura, você já estava ‘presa’ entre a porta e o homem alto à sua frente. Apenas engoliu seco, não sabia o que responder. “Porque eu gosto de você. E muito.”
“Johnny, você sabe que…”
“Não pode se relacionar com o pai de uma aluna, sim, eu sei. Mas o ano letivo está acabando, ano que vem você não vai ser mais professora da Flor.”
“Johnny, se você gosta tanto de mim, será que a gente poderia esperar mais um pouco?” Só pelo seu olhar, Johnny percebeu que você realmente sentia o mesmo por ele, mas que estava com medo do que podia acontecer. Ele se afastou um pouco e disse: “Vou esperar o tempo que for necessário.”
Foi o que aconteceu. Nos dois meses até o final do ano letivo, Johnny esperou, mas não significa que vocês se afastaram, pelo contrário, se aproximaram ainda mais. Ele foi te conhecendo, cessando todas as curiosidades que tinha sobre você e se apaixonando cada vez mais. Estava feliz que você retribuia o sentimento dele, mas não via a hora de te ter em seus abraços.
Esse dia chegou.
Era a apresentação de fim de ano da pequena Flor na escola e Johnny estava lá pois, além de assistir e apoiar a sua filha, estava louco para te ver.
No momento que a pequena se apresentava, Johnny era o pai mais babão da platéia, quando não estava gravando ou tirando foto, batia palmas para incentivar a sua filha e isso não passou despercebido por você que sorria toda derretida por ele.
No final do evento, você se despediu dos seus alunos, incluindo Flor, que foi para casa com alguém que parecia ser a mãe de Johnny e você ficou se perguntando o porquê dela não ir para casa com o pai, mas essa dúvida logo ia ser cessada quando sentiu uma presença ao seu lado.
“Feliz que mais um ano letivo acabou?” Johnny disse, fazendo com que você se virasse na direção dele.
“Muito. Amo esses meninos, mas preciso descansar um pouco. Por que a Flor não foi com você?”
Johnny foi colocando as mãos na sua cintura, te puxando pra mais perto dele com delicadeza. “Digamos que eu tenho um compromisso muito especial essa noite, então ela vai ficar na casa dos meus pais.”
Sua risada ecoou pelo local, entendendo muito bem o que ele quis dizer com “compromisso”. Então, você disse enquanto colocava as mãos nos homens largos no homem.
“E eu posso saber qual é?”
“Claro que pode.” Os seus rostos foram se aproximando, o troca de olhares não se quebrava e, quando seus narizes se tocaram, ele continuou: “Hoje vou finalmente beijar a mulher da minha vida”
E ele te beijou, no começo foi só um tocar de lábios, mas você tratou de aprofundar logo o beijo. Talvez estivesse tão impaciente quanto Johnny ou até um pouco mais. Se separaram quando precisaram de um pouquinho de ar.
“Valeu a pena esperar cada segundo por esse beijo” Johnny disse ofegante e fazendo um carinho na sua bochecha. “Acho que nem preciso falar o quanto eu te amo.”
“Ter esperado foi a maior prova de amor que você me deu, mas agora, não quero esperar mais nada para ficar com você.”
A sua frase pegou Johnny de surpresa. “Isso significa que…”
“Que essa noite eu vou provar o quanto eu te amo.”
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Siento de alguna manera que si no te has ido de mi mente es porque yo aún no me he ido de la tuya.
-Louisonrisas
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Yandere Satoru Gojo: Abre la Puerta(TRADUCCION)
-"knock knock"-
Lector@ habia entrado con prisa a su departamento, después de haber corrido por manzanas enteras, esquivando personas y mirando constantemente detrás de ell@ desde que habia logrado salir de la casa de Gojo. al aue estaban seguro habia quedado inconsciente por el sello que habia logrado ponerle.
pero en cuanto escucho esas palabras al cerrar la puerta, supo que tenia qué correr otra vez.
y lo hizo.
-"siento haber entrado por tu ventana! horribles modales, pero sabes como soy~"- lo escucharon hablar mientras huia inútilmente a su cuarto casi vacio, ya que la mayoria de sus cosas estaban en la casa de Gojo, cerraron la puerta y se dirigieron al primer lugar que les vino a la mente--
el closet.
si no puedes contra el, al menos entretenlo para que no te mate. penso.
Satoru se dirijio sin prisa hacia el cuarto de su pareja, viendole sin problema atravez de la venda. no sentia miedo, nisiquiera estaba un poco preocupado, sabia que no podia huir de el. mucho menos ahora.
aunque lo admitia, verlos intentarlo aún sabiendo lo futil que es era bastante divertido, mirale, cosita bonita, pensando que tiene una oportunidad, escondido en el closet como un niño asustado ¡pero no hay nada de qué preocuparse! el esta aqui después de todo.
-"ahora ahora, (lector@) ¿porque no sales por las buenas y vamos a casa? debes tener hambre después de haber corrido tanto."-
-"¡ALEJATE DE MI, LA ALARMA DEL DEPARTAMENTO SONO Y VENDRÁ LA POLICÍA!"-
"-nos abremos ido para entonces...¡vamos! ¡tuviste tu momento de "libertad"! sal y nos olvidaremos de esto--"-"porque?"- (lector@) corto abruptamente a Satoru, sorprendiendolo, pero no mas que su pregunta.
-"¿porque que?....no, espera, se lo que te refieres"-
Satoru nunca entendio muchas de las acciones de su pareja. el sentimiento era mutuo.
¿porque rechazaba su afecto?¿porque no veia que hacia todo esto por ell@?¿porque no solo acepta que esta destinad@ a ser suyo?
...¿porque Satoru le estaba haciendo esto?
-" estoy destiando a ser tuyo y tu a ser MI@...¡soy todo lo que necesitas!"-
Satoru se extraño un poco al no recibir respuesta después de eso. por lo que siguió hablando, esperando una reaccion o mínimo, que se hartaran de lo que decia y le respondieran. Dándoles la espalda mientras se sentaba en el piso.
-"FINALMENTE conoci a alguien que me da este tipo de emociones..incluso si esto no te gusta NO ME VOY A RENDIR CONTIGO"- Satoru esperaba aunque sea escuchar un sollozo de parte de (lector@) pero lo recibio de nuevo el silencio del pasillo..
-"¡tu SABIAS que no podia vivir sin ti! TU me forzaste a hacer esto! no puedo hacerlo solo! ¿porque te es tan DIFÍCIL aceptarme?"- Satoru dijo mientras se volteaba bruscamente, perdiendo su paciencia.
pero entonces el noto algo que le hizo sentir una sensación extraña en su estómago, al ver que atravez de la puerta del armario, la temperatura corporal de (lecto@r) estaba disminuyendo..
NO..
-"¡(LECTOR@)!- abre la- abre la puerta porfavor! (LECTOR@)! abre la puerta!"-
-"(LECTOR@) ¿podemos olvidar que paso esto y vovler a casa?¿podes decir algo..?"- Satoru estaba frente a las puertas del closet, con sus manos temblando mientras trataba de que (Lector@) le respondiera sin éxito. podia ver que estaban ahi pero algo andaba muy mal..
-"(LECTOR)¡ESTAS ASUSTADO!¡LO ENTENDI!¡AHORA DEJATE DE TRUCOS Y ABRE LA PUTA PUERTA!"- Satoru se paro de su pocision de rodillas y se preparo en caso de que (lector@) se moviera. no lo hizo.
-"!(LECTOR@) NO ME HAGAS ENTRAR AHI!¡¡VOY A CONTAR HASTA 3!!--
1-
2--
¡A LA MIERDA!"-
Satoru nisiquiera tuvo que mover un musculo para que la puerta del closet se hiciera pedazos frente a el, dejando a (lector@) expuesto.
-"¡SE ACABARON LOS JUEGOS!"-
(Lector@) se había puesto un cinturón alrededor del cuello lo más apretado posible para intentar suicidarse.
Por suerte o por desgracia, Satoru rompió el cinturón. Estaba prácticamente inconsciente, apenas respiraba, pero estaba bien. Iba a estar bien.
Satoru sintio como ese sentimiento extraño desaparecia y llegaba a el una sensación suave, al verle tan indefens@, estiró su mano y le acaricio la mejilla con cariño.
ay...que susto le dio... definitivamente ahora tendra que cuidarle mas. talvez pasar mas tiempo con ell@ y asi no se sientan mal, especialmente después de esto, lo van a necesitar.
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I’AM- Pablo Gavi (versión español)
Aviso: ¡angustia! (¿Estamos sorprendidos?) La canción empieza en el minuto 0:56 para que las letras coincidan. ¡Por favor, recuerden que todavía estoy tratando de ganar confianza en mi escritura otra vez! ¡Gracias! Igual esto está escrito en español Argentina, no español de España!
Estás sentada en tu departamento, mirando tu teléfono. Es tarde, y el silencio de la noche se siente asfixiante. El último mensaje de Pablo aún te persigue, las palabras se repiten en tu mente como un disco rayado. "Ya no sentía lo mismo que antes." Ni siquiera pudo decírtelo en la cara, ni siquiera tuvo esa cortesía. Estuvo distante durante meses, enfocándose completamente en el fútbol, en su carrera. Intentaste ser comprensiva, entender, pero cada llamada ignorada, cada mensaje sin respuesta, fue desgastando tu paciencia. Y cuando finalmente lo admitió, admitió que ya no sentía lo mismo, te rompió.
"Me alejé porque vos no te fuiste. Quería estar tranqui, no lo entendiste."
No entendiste porque él nunca lo explicó. Querías estar ahí para él, pero él veía tu presencia como una carga, una distracción de sus metas. Pensaba que intentabas controlarlo, manipularlo. Pero todo lo que querías era amarlo, y ser amada a cambio.
Las noches son lo peor. La cama se siente más vacía, más fría. Te acurrucás, tratando de encontrar consuelo en el silencio, pero solo amplifica tu tristeza. "Ni la luna vino a verme. Perra, duermo en paz, pero estoy más triste." Querés odiarlo por llamarte así, pero el dolor es demasiado crudo, demasiado abrumador para dejar espacio a la rabia. Deslizás el dedo por tu lista de reproducción, cada canción es un recordatorio doloroso de lo que tuviste, de lo que perdiste. "Me identifiqué con letras antiguas que antes no me hacían tan mal." Las canciones que antes escuchaban juntos ahora duelen con cada nota. Las apagás, incapaz de soportar los recuerdos que traen.
Recordás las peleas, su fría indiferencia, y tus intentos desesperados por hacer que las cosas funcionaran. Él nunca quiso cambiar, nunca quiso comprometerse. "No quería cambiar para gustarte. ¿Soluciones? Manipularme." Ahora te das cuenta de que nunca te amó de verdad, no de la manera en que vos lo amabas. Querías creer en él, en lo que tenían, pero todo fue una ilusión.
"¿Quién podría seguir? Vos querías la razón. Yo amarte, qué corazón cobarde." Te llamó cobarde, pero él es quien no pudo enfrentar la verdad, quien no pudo admitir sus propios errores. Querías creer que todavía había esperanza, que las cosas podían arreglarse. Pero él ya se había ido, mucho antes de decir esas palabras.
Tus amigas te dicen que sigas adelante, que encuentres a alguien que te valore. Pero no es tan simple. Estás llena de canciones que ahora llevan su nombre, cada una un recordatorio doloroso de lo que perdiste. "‘Toy lleno de temas que ahora sí tienen tu nombre, menos el que dice 'M.A.i'."
Te quedás ahí, el silencio pesado y opresivo. Sabés que tenés que dejarlo ir, pero el dolor es demasiado reciente, las heridas demasiado profundas. El amor que tenías, o que creías tener, ahora es solo una serie de recuerdos dolorosos. Cerrás los ojos, tratando de encontrar algo de paz, pero solo encontrás el vacío que él dejó.
Y así te quedás, con lágrimas empapando la almohada, deseando que las cosas hubieran sido diferentes, deseando que se hubiera quedado. Pero no lo hizo, y ahora te toca recoger los pedazos de un corazón roto, sola en la oscuridad.
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Una Bala |S.G
|Sinopsis: Satoru se queja de lo duro que esta siendo el destino con el, sin ti. |TW: Relacion toxica, angst, MUCHO ANGST. Basado en esta cancion de Milo J y Peso Pluma.
La forma en que imágenes tuyas pasaban alrededor de la mente de Satoru como si fueran pequeñas burbujas en un parque, lo hacían sentirse enfermo.
No podía creer que apenas habían pasado algunos meses desde que ambos terminaron y ya estabas saliendo con alguien más. Hasta cierto punto el era culpable de todo lo que estaba pasando, de todo lo que sentía.
La manera tan patética en la que te amaba, parecía mentira, una bastante mala. Nunca se había enamorado así de alguien, y lo supo hasta que comenzaste a empacar tus cosas el día que te fuiste.
Antes de que todo se fuera abajo, Llevaban casi 2 años de relación, al principio era bastante natural la forma en la que el expresaba su cariño, era atento y bastante cariñoso. Pero el mundo parecía cada vez mas cargarle los hombros con peso que no le correspondía. Así que poco a poco se fue desgastando todo hasta el punto de no retorno.
El comenzó a sollozar suavemente, mientras que el sol de la tarde se desvanecía entre su ventana, aun podía visualizar tu cara y la forma en la que tus ojos se hacían pequeñitos cuando sonreías.
Te quería de vuelta, y estaba decidido a regresar por ti, no como el asqueroso novio que había sido, si no el hombre que realmente te amaba, pero su pecho se estrujo al ver una publicación tuya en su feed donde te veías mas feliz sin el a tu lado.
Se sentía devastado, no por verte feliz, si no porque el parecía no poder vivir sin ti a su lado.
“Me aburrí de todo esto, no es mas lo que era, ¿no o notas?” Las palabras que te dijo ese día aun sonaban como alarma en su cabeza. Realmente el había dicho todo eso, pero solo para hacerse el difícil, porque sabia que siempre lo terminabas perdonando, pero esa vez fue la primera vez que ya no insististe.
Aveces, luego de que habían pasado unos cuantos días luego de haber terminado, Satoru sentía la necesidad de preguntarte si era realmente un adiós, o si regresarías en algún momento. Pero tu te habías ido odiándolo. “Aun no entiendo porque sigo aquí si me tratas horrible, siempre tratas de que todo el mundo se entere de que yo soy menos que tu, y talvez si, pero ¿no eres mi novio? ¿No puedes tratarme bien por una vez y decirme que es lo que realmente sucede contigo?.
Satoru nunca abrió su corazón completamente hacia ti, no quería abrumarte con problemas, esa era su forma de sacarte de su mundo, pero parecía que tu querías todo lo contrario. No fue buen novio, pero ahora no podía decírtelo, ya que tu ni siquiera querías que el respirara el mismo aire que tu. Ni siquiera podía darse el lujo de verte, solo le tocaba soñarte.
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Carta que não queria ter recebido
São seis da manhã de uma terça-feira. Não tive coragem de colocar meus pés no chão e tirar as cobertas do meu corpo, estou em posição fetal a tanto tempo que sinto dor em cada parte de mim. Ao lado da minha cama tem um criado onde coloco encima alguns objetos pessoais, mas parece que ele está tão pesado que irá desmontar a qualquer momento por conta de uma carta que abrir assim que acordei e uma quantidade razoável de lenços que utilizei para enxugar minhas lagrimas e o meu nariz entupido, não consigo abrir os meus olhos, estão inchados, doloridos e vermelhos. Em meu quarto se instalou um silêncio sepulcral e a escuridão nunca foi tão bem-vinda, me sinto acolhida dessa maneira apesar de me sentir tão sozinha. Não esperava um retorno seu depois de tanto tempo, foram tantas cartas que enviei sem esperança de uma resposta que quando o carteiro deixou na minha caixa de correios praticamente dei uma gargalhada pela sua coragem, algo que você nunca teve, mas o meu sorriso caiu no chão quando comecei a ler o conteúdo e agora me sinto perdida, arrependida por ter ido atrás de notícias suas, por ter lutado por alguém que fingia ser o que não é e lembrar disso me dói, minha alma grita por que está sendo quebrada em tantos pedaços que dificilmente conseguirei colar. Ao me virar para o lado, estendo a mão e ligo o abajur e a claridade incomoda os meus olhos, gera um pouco de dor, minha garganta está seca de tanto que gritei no travesseiro que ao olhar para ele vejo que está ensopado de lágrimas e gritos que fiz questão abafa-los, com as pontas dos dedos pego a folha que quebrou meu coração e olhar para ela é como queimar meus olhos e lê-la novamente é como empurrar mais uma faca no meu peito, suas palavras proferidas são de tamanha crueldade e ingenuidade por achar que não sinto mais nada por você.
‘’ Querida, Ex amor.
Estive criando e acumulando coragem para responde-la, recebi todas as suas cartas e confesso que me pegou de surpresa, não esperava que você aparecesse entre as entrelinhas e me surpreendeu como escreve bem, sinto-me feliz em saber que a sua vida seguiu em frente e que esteja realizando os seus sonhos. Não existe outra forma de falar então lá vai. O nosso amor foi um erro, um dos grandes, nunca te amei da forma que você imaginava, empurrei com a barriga até onde conseguir, não queria uma vida com você, meus planos queria realiza-los com outra mulher, me sentia sufocado, cobrado e não tinha nada para te oferecer e você sabia disso só não queria enxergar e acreditar que não te amava mais. A minha ausência quando você chegava em casa e não me encontrava era porque estava com outra mulher e te trair tantas vezes que você nunca percebia, sempre estava com sorriso no rosto e feliz, mas a minha felicidade não existia com você, tinha dó de terminar o nosso relacionamento fracassado, então resolvi fechar os olhos e agir como um babaca para você me deixar e isso não resolveu, as brigas por nada era para desgastar o que tínhamos e não funcionava e o único jeito que achei para acabar com tudo isso foi indo embora com outra pessoa sem me despedir e me casei com ela, tenho dois filhos e um emprego dos sonhos assim como eles são para mim. A família que construí é a minha base e sou realizado, não me arrependo da escolha que fiz, não irei te pedir perdão porque sei que fui duro demais com você, mas era o que queria para mim, uma vida sem você. Então agora posso te dizer adeus através dessa carta que não existe arrependimento pela escolha que fiz.’’
Minha mente está um caos e as palavras não saem da minha cabeça, parece que vou me afundar em lenços, choros, gritos e comprimidos para dor, vou tomar um calmante para apagar e esquecer que amei a pessoa errada, meu coração está em luto e sei que o processo de cura é doloroso, mas vou conseguir, mais só por hoje quero me afundar nessa cama e dormir um sono profundo e anestésico para não sentir mais dor e esquecer tamanha crueldade.
Elle Alber
#lardaspoesias#espalhepoesias#clubepoetico#escritos#versoefrente#pequenosescritores#pequenospoetas#pequenos textos#pequenosautores#autorias#pequenosversos#lardospoetas#pequenasescritoras
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holaaa reina,
estaba pensando... kuku domestico, asi super cariñoso cuando por fin comparten tiempo juntos que el no este filmando o actuando en obras.
y bueno, al ser domestico tambieenn kuku +18 dandote por toda la casa JAJA 🤤
Fluff with Smut and a cherry on top ♡
Esteban regresó durante la madrugada, agotado y temblando por el frío. Luego de un relajante baño caliente buscó refugio bajo las mantas y se abrazó a tu cuerpo, como si en el contacto buscara olvidar cuánto te extrañó mientras estuvo fuera del país. Sus movimientos delicados no evitaron que te despertaras.
-Hola...- bostezaste, volteándote para abrazarlo. Escondiste tu rostro en su cuello-. Te extrañé mucho.
-Yo también te extrañé- besó tu cabello-. No me quiero ir nunca más.
Te dormiste sintiendo sus labios besar tu frente y por la mañana despertaste todavía protegida por su abrazo, tu espalda descansando sobre su pecho y su respiración haciéndote cosquillas. También había algo más y no pudiste evitar rozarte con su cuerpo, desesperándote cada vez más.
-Buenos días- susurra contra tu piel y agrega con tono bromista:- ¿No querés desayunar primero?
Pero lo cierto es que Esteban está tan desesperado como vos y necesita sentir tu cuerpo, así que no pierde tiempo y tira de tu pantalón para comenzar a acariciarte con sus dedos. Tu humedad es cálida y demasiado considerando que aún no te tocó, pero le encanta y la aprovecha para introducir un largo dígito.
Cuando lo recibís en tu interior se esfuerza para contenerse: tus paredes, calientes y más estrechas de lo que recordaba, parecen succionar su miembro y casi dificultan sus movimientos. Besa tu mejilla y tu mandíbula y mientras sus dientes rozan la piel de tu cuello su mano juega con tus pezones por sobre el algodón de tu camiseta.
Ambos abandonan la cama media hora más tarde y Esteban prepara el desayuno mientras te duchás, un café y tostadas esperándote cuando ocupás tu silla. Le sonreís, entrelazás tu mano con la suya y lo observás cebarse unos mates.
-¿Anduviste paseando el termo por Croacia también?
-No- contesta con tono poco convincente-. No sabés cuánto te extrañé...
-Ahora que estás acá me podés... no sé, recompensar por haberte ido.
-Una recompensa- repite, como si considerara la idea-. ¿Y qué se te ocurre?
No se sorprende cuando le decís de qué forma puede demostrarte cuánto te extrañó y redimirse por la semana de puro sexting durante la cual te prohibió tener un orgasmo. Cuando te encuentra en la cocina horas más tarde, preparando un té para su garganta irritada, te acorrala y te obliga a sentarte sobre el mármol luego de despojarte de tu pantalón.
Hace a un lado tu ropa interior y juega con tu clítoris por un largo rato, besándote para silenciar tus patéticos gemidos desesperados y mordiendo tus labios para también poder oír tus quejidos, que sólo empeoran el estado de su erección.
No te permite recuperarte por completo de tu orgasmo y antes de que lo notes guía su miembro a tu entrada, sensible por las actividades de la mañana pero aún así ansiosa por recibirlo nuevamente. Acaricia tu mejilla para distraerte del ardor.
-Ya está, ya está- susurra, con voz entrecortada.
Cuando comienza a moverse gemís su nombre y tirás de su ropa en busca de más contacto con su cuerpo. Suspira sobre tus labios y silencia tus gemidos con besos hambrientos, su lengua ataca el interior de tu boca hasta dejarte sin respiración y borrar cualquier rastro de coherencia de tu mente.
taglist: @madame-fear @creative-heart @recaltiente @llorented @delusionalgirlplace @chiquititamia @lastflowrr ♡
#letters to kuku#deep in thought#deep answers#esteban kukuriczka#esteban kukuriczka smut#esteban kukuriczka x reader#lsdln cast
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"Siempre supiste lo que tenías pero nunca pensaste que lo perderías"
Palabras que le dan sentido a todo
En un instante tienes a esa persona a tu lado riendo de cualquier tonteria, al siguiente está persona se va sin darte razón alguna
¿la mente es extraña no lo creen?
Cómo después de perder a ese alguien especial es que tu mente te recuerda una y otra vez los momentos que pasaron juntos
¡basta¡ ¡basta! Mente mía deja de recordarme una y otra vez que esa persona se a ido... Y que jamás volveré a ver
-LoverYoons
#tumbrl#escritos#frases#notas#amor#a tu lado#a tu medida#escrituras#love#pensamientos#poem#poetry#sentimientos
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Querido Nadie:
De que me sirve alejarme de todos.
He sucumbido al abandono del mundo nuevamente, un día me sentí poderosa y capaz de todo entonces aleje a quienes me hicieron sentir mal en algún momento para que ya no me topen ni en la menor medida.
Amiga, ya no nos veremos nunca más. Me he marchado de tu lado y con el se ha ido tambien un amor fugaz, cosas que creía capaces y la para nada verdadera paz que creía que yo podría llegar a tener alguna vez. Se me ha dormido la mitad de la cabeza, un asemejo a la muerte misma. Moriré hoy, probablemente me suicide. Un intento por el descanso eterno nuevamente que espero, con todas mis esperanzas, de rienda al éxito.
Tomaré pastillas y descansaré en mi cama para que me encuentren durmiendo sin respirar.
De que me sirve alejarme de todos si al final del día termino encerrada en mi cuarto como siempre llorando. Ya nada tiene sentido, lo hermoso de lo cotidiano se ha desvanecido y solo hay ruido en el silencio de mi mente. Como un pájaro enjaulado al que le han abierto las puertas y teme salir porque un gato espera ansioso allí fuera. Veo todo desde la seguridad de mis ventanas pero ilógicamente esas ventanas apuntan a paredones sin color, húmedos y que hasta el sol esquiva. El sol del verano, temeroso y con mayor vergüenza comparte un poco de sus rayos que golpean con las otras paredes pero su luz entera jamás llega, ni la viste de las aves, ni el olor de los árboles. Solo las risas de los niños lejanas, solo las voces de lo que hay fuera y hace ruido dentro pero yo no lo veo.
Querido Nadie, voy a suicidarme esta noche, un intento desesperado por dormir eternamente y ya no sentir nada.
#poesia#escritos#textos#letras#citas#pensamientos#im sad yall#salud mental#dear diary#artists on tumblr#en tu orbita#a tu medida#emociones
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CUANDO VUELVA (FIC) (AGNES/AGATHA X LECTORA) Una historia de Agnes of Westview
1
La oficina sucia, vieja, pobremente iluminada y llena de pilas de papeles mezclados con carpetas de archivos se sentía helada a pesar de tener las ventanas cerradas. Cualquiera podría entrar y sentir un intenso frío al instante, las paredes húmedas empeoraban la situación y si alguien no llegaba a hacer una limpieza profunda muchas cosas importantes ahí se estropearían debido a la invasión de moho que empezaba en el techo. La luz del foco parpadeaba y nadie parecía haber llamado a un electricista en meses pero no se veía que fuese una prioridad debido a que estuvo vacía un buen tiempo. El bote de basura estaba reventando de papel arrugado (a saber de hace cuánto) y vasos de cartón vacíos, pero lo más deprimente en aquel entonces era la persona que volvió a pasar días de su existencia sentada en ese lugar.
La detective Agnes no recordaba la fecha exacta en la cual te conoció. Ni siquiera estaba segura de qué día era en aquel momento (como si pudiese ver el calendario sin que los días desaparezcan), pero tu llegada a la oficina se grabó en su mente con todos los detalles, incluyendo la ropa que usabas y las palabras que decías. Cómo tocaste tímidamente la puerta y el jefe te presentó, te asignó a apoyarla en un caso nuevo después de mucho tiempo de no haber ido a trabajar por motivos que le disgustaba mencionar y la primera vez que te observó. La detective recuerda haber levantado la cabeza y ver tu bello rostro de aspecto nervioso, sonreías pero notó que jugabas un poco con tus manos. Recuerda la vestimenta que traías, una camisa beige, un blazer sastre de botonadura sencilla que hacía juego con tu falda a cuadros, pocas joyas, sólo un par de perlas pequeñas en las orejas y el cabello recogido hacia atrás. En cualquier otro caso Agnes no hubiese querido trabajar con una persona así de temerosa como ayudante de investigación (asumió que te desmayarías con sólo ver la uña de un cadáver), y por un momento pensó que sólo te habían contratado por ser pariente o amiga de alguien pero en tu caso fue distinto, ella parecía sentir una especie de curiosidad hacia ti. Te observó por unos segundos y te invitó a pasar bruscamente como solía hacer con todo el pueblo.
"Ella es la agente T/A, y te va a ayudar con el caso desde ahora" Decía el jefe, pero Agnes no prestaba atención, su mirada se había fijado en tus características. Estudió tu imagen corporal cual escáner y apoyó su mentón en una de sus manos, la que llevaba el bolígrafo. La mujer se veía agotada, sus ojeras lucían marcadas, sus ojos algo irritados y la cola de caballo desaliñada como si hubiese salido directamente de la cama, incluso su ropa tenía un aspecto desordenado. Sin embargo, nadie tenía que ser un experto en la materia para darse cuenta de que te sentiste fascinada con ella al verla sin tener explicación alguna.
"Pasa. Me imagino que ya te dijeron que empiezas hoy, ¿verdad?...¿Nombre?"
Preguntó Agnes secamente, expulsando cada pregunta como si fuesen disparos. Ni siquiera le dirigió la palabra al jefe, quien se retiró poniendo los ojos en blanco y murmurando algo sobre Agnes siendo el problema de alguien más.
"T/N...T/A...De hecho...Agente T/A" Respondiste. Agnes dio un largo suspiro y se puso de pie para caminar hacia donde estabas con unos papeles en la mano.
"Así que, señorita T/N...primera misión del día. Saca copias de estos archivos sin perderte en el camino...para hoy" Dijo Agnes entregándote los papeles en la mano con firmeza sin dejar de observarte detenidamente. Miraba tus ojos y fingió una sonrisa a propósito, sin embargo notaste un ligero brillo en sus ojos. "Y tráeme un café ¿Quieres? No he dormido en toda la noche, me imagino que estas cosas no se van a repetir mientras estés aquí, ¿Hm?"
"Si...iré enseguida...oh, ¿Detective Agnes?" Agnes volteó a verte de nuevo "¿Cuántas de azúcar? ...En su café" Preguntaste. El hecho de oír tu voz la hacía sentirse extraña, se quedó pegada por un segundo pero salió rápidamente de sus pensamientos y contestó de la misma forma seca.
"Dos, pero...oh...no hay. Se acabó, sírvelo sin azúcar" Ordenó tras acomodar una pila de hojas de papel de su escritorio golpeándolas contra la mesa unas tres veces. Asentiste con la cabeza y te dirigiste inmediatamente a hacer lo que Agnes te pidió. La mujer se quedó sentada con los codos en la mesa y cuando finalmente decidió concentrarse en los archivos que tenía en su escritorio, notó que eran sólo un montón de hojas blancas. Algo había pasado, "Por fin el imbécil del jefe llamó al sujeto de la estufa?" Se preguntaba Agnes, mirando hacia ambos lados y con las pupilas dilatadas, algo no cuadraba. Agnes no podía señalar exactamente qué era, pero algo no encajaba, y esa sensación extraña era inexplicable en aquel momento. "No hace más frío. No es normal, es Westview"
Cuando volviste con el café caliente, las copias y una tierna sonrisa, Agnes se sobresaltó un poco y soltó otro suspiro.
"Lo siento detective, no podía tocar la puerta con ambas manos ocupadas..." Respondiste pasando a la oficina y dejando todo cuidadosamente en su escritorio. Agnes se puso de pie para tomar el vaso rozando ligeramente tu mano con la suya.
"Encontré azúcar, detective" Comentaste mientras le entregaste el vaso, sus dedos estaban colocados sobre los tuyos. "Espero que no le haya molestado que le agregue dos cucharadas" Agnes no dijo nada, sólo se volvió a dibujar una ligera sonrisa en sus labios. Agnes no había conocido a alguien que le produzca esa inusual mezcla de pensamientos, muchos tipos de pensamientos, pero trató de mantenerse firme en su enfoque hacia el caso mientras entrenaba a su nueva asistente.
"¿De dónde vienes, T/A?" Preguntaba Agnes mientras caminaban hacia los espacios que debías conocer y aparentemente el jefe no se molestó en mostrarte. "No te había visto por aquí"
"De Eastview, detective. Me mudé aquí hace poco" Respondiste y Agnes trató de no mostrar mucho lo extraño que le parecía que te hayas mudado justo a Westview, sólo asintió con la cabeza y se acomodó un mechón de cabello oscuro detrás de la oreja.
"Bien" Dijo Agnes. "Ahora...Lo que harás será investigar lo que te pida del caso, organizar lo que encontremos, recolectar información, básicamente apoyarme en el caso. Hay uno nuevo del que te hablaré al volver..." Agnes te hablaba como si acabases de llegar de mirar un par de episodios de CSI Las Vegas y no tuvieses idea de qué trataba el trabajo.
"Lo sé, detective" Respondiste. "Vine para eso, mi objetivo es apoyarla con la investigación" Tu tono seguía siendo neutro pero Agnes notó tu intento de imponer tu argumento y algo de firmeza. Al parecer, tú no eras ninguna pasante o algo por el estilo pero Agnes debía empezar a tomarte en serio. Caminó hacia tí hasta quedar a una distancia muy reducida, a tal punto que lograste ver todos los detalles de su rostro.
"Eso ya lo veré" Murmuró Agnes. Empezaba a ponerte nerviosa, pero quien tenía las palpitaciones era precisamente ella. No entendía el motivo, una posible desconfianza cruzó por su mente pero había otra cosa que no podía señalar.
"Va a necesitar apoyo. ¿No le parece?" Preguntaste, algo confundida por su tono. "Todos los detectives necesitan un respaldo. Además, ni siquiera sabe de mi experiencia en el área..."
Agnes te interrumpió, dando otro paso hacia ti.
"Cuida lo que dices, T/A, y te recuerdo que en sitios como este, lo mejor es no esperar un Great Place to Work. Investigamos casos de ASESINATOS, tratamos con sospechosos de CRÍMENES, personas DESAPARECIDAS, no somos un maldito retiro espiritual" Respondió bruscamente, haciendo que des un pequeño salto.
"Si voy a ser su mano derecha, creo que lo mejor es el respeto básico como mínimo. Lo importante es resolver el caso que viene, no tiene sentido trabajar en ello con alguien que le desespera todos los días de la semana"
Agnes no respondió. Exhaló por la nariz y trató de calmarse al volver a verte. No le gustaba pensarlo, pero verte le producía una extraña sensación de calma, no podía describirlo con palabras y apenas te conocía, no había forma de que tenga sentido para Agnes. Sin embargo, tal vez, trabajar con alguien sin esa irritabilidad le vendría bien a la investigación, pensó.
El resto del día Agnes te estuvo explicando sobre el caso de mala gana mientras te mostraba las demás oficinas, aún se notaba algo malhumorada por la forma en que insultaba a algunos oficiales de policía e incluso a la bibliotecaria (con quien intercambió algunas burlas). Te mostró a dónde ir en caso necesites información de algo, procedimientos, nombres de calles, te presentó a algunas personas y te tuvo que dejar nuevamente en la oficina a que organices documentos de casos anteriores que te pidió mientras ella fue a una escena del crimen de un caso reciente.
"Voy a necesitar que tengas esto listo para cuando vuelva. Y quiero el pizarrón para empezar a juntar lo que llegue, ¿Entendido?" Ordenó Agnes mientras cruzaba la puerta dejándote tomando nota de todo el trabajo pendiente, sus miradas se volvieron a cruzar antes de que su mano alcance la puerta para cerrarla y lo último que vio antes de salir fue a ti, de pie, en medio de la oficina con una libreta de apuntes en la mano observándola con la misma curiosidad.
"Sí, detective" Murmuraste sin que Agnes te oiga. Agnes tiró la puerta y el viento hizo que el sonido de ésta se intensifique. Había mucho que hacer.
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"Mujer de unos veintiocho años, un metro setenta, ojos verdes, y cabello color escarlata" Repitió Agnes de camino de regreso en el auto sintiendo un enorme fastidio, pero a la vez una tristeza indescriptible. Miró al cadáver y no entendía cómo es que llegó ahí. Escuchó que cargaron al cadáver y fue llevado hasta ese terreno pero no había evidencia de nadie que haya llegado en auto. Debía analizar bien todas las pistas al llegar y más te valía estar lista para empezar, si ibas a ser su ayudante, te exigiría un rendimiento excepcional. No quería ni imaginar cómo estaría esa oficina, qué habrás hecho en toda la tarde o si tal vez simplemente no aguantaste su trato y te fuiste. Eso ocurría con frecuencia con otros colegas, Agnes podía ponerse especialmente insoportable. Aún así, había algo que la hacía esperar volver a verte ahí con esa estúpida actitud servicial y esa mirada que podía hacerla sufrir de taquicardia o calmarla si así lo deseaba por alguna fuerza sobrenatural, no lo comprendía, pero esperaba que te hayas quedado.
Al volver a la oficina y abrir la puerta la mujer se quedó con la boca abierta. Habías organizado absolutamente todos los cajones, limpiaste cada rincón, te deshiciste de la basura, telas de araña, hasta las manchas en el piso, e incluso arreglaste el problema de la luz. Agnes no recordaba la oficina así, hasta el frío y la humedad habían desaparecido misteriosamente.
"Detective" Agnes oyó tu voz acercándose, habías salido de detrás de su escritorio cerrando uno de los cajones para ponerte de pie. "Le hice un par de cambios a su oficina, no tenía espacio en su mesa, espero no le moleste" Dijiste mientras caminabas hacia otro de los cajones y te inclinaste a sacar algo mientras Agnes observaba, con la vista fijada en ti. No abriste un cajón pero sacaste una enorme pizarra de corcho que colgaste en otra pared de la habitación.
"Espera...espera" Agnes caminó a paso rápido hacia donde estabas y tomó el otro extremo de la pizarra porque te costó un poco alcanzar el clavo para engancharla. "¿Tú hiciste esto hoy?" Preguntó y tú sólo le sonreíste amablemente.
"Así es. Que comience la investigación, entonces..." Respondiste. "...Estoy lista para empezar" Agnes volvió a perderse en tu mirada, algo que se quedaría en su mente el resto del día. Se preguntó muchas veces quién diablos eras tú, y qué buscabas, por qué aceptarías trabajar en un lugar así. ¿Por qué en su oficina?
"Desea otro café?"
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ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤpov: ㅤㅤㅤㅤㅤSEGUNDA NOITE,
Como na noite anterior, Natalia havia chegado com trinta minutos de antecedência. Seus olhos percorriam todo o espaço com a mesma curiosidade de antes, buscando acertar o caminho, pegar apenas o necessário e dedicar-se, por aquelas horas, apenas aos escritos antigos — algo que pudesse fortalecê-la e também ajudar os demais. Apesar das opções, mais uma vez, ela se via tomada pela indecisão. Na noite passada, já deveria ter feito sua escolha, usando o curto tempo disponível para aprimorar-se; contudo, a insegurança era imperativa, e Natalia temia não agir conforme o esperado pela deusa. Revisitando o que havia prometido a si mesma esquecer, Natalia encontrou o útil ao agradável: o livro estava aberto propositalmente em um feitiço que seria útil quando necessário, voltado ao fortalecimento e bloqueio mental contra forças mágicas inimigas. Seus dedos percorreram todas as páginas que detalhavam bem o passo a passo para alcançar o sucesso daquele simples feitiço. A filha de Hécate lia as palavras afoita, esperando memorizar cada verso que precisaria ser dito em voz alta.
Não, ela não podia falhar mais uma vez.
A noite anterior havia sido um desastre. Nervosa e ao mesmo tempo extasiada por receber lições diretamente da deusa da feitiçaria, Natalia derrubou grimórios, tropeçou em vasos de plantas e esbarrou em frascos secos e cheios de poções. Para onde tinha ido toda a confiança que passou o dia inteiro reforçando? Bom, ela não sabia; apenas chegou à conclusão de que aquele aspecto tão importante para sua presença ali jamais havia existido.
A segunda noite precisava ser diferente! Definitivamente, Natalia demonstraria seu valor e potencial, evitando aborrecer mais alguém com a bagunça. Escolheu um cantinho mais privado e decidiu se concentrar em apenas um livro por vez. Recitando as palavras baixinho, seus olhos estavam fixos no objeto à sua frente. Como saber se estava fazendo certo? Uma filha de Circe mantinha-se atenta à semideusa, como se esperasse ser chamada a qualquer momento, pronta para ajudar se necessário. Natalia percebia isso, mas, por pura teimosia, recusou silenciosamente qualquer ajuda.
“Da atenção, terá de haver a perfeição. Use sua energia mágica como aliada, não como algo à parte. Você pode fazer melhor que isso.”
As palavras da deusa ecoavam pela mente antes concentrada. Natalia sabia que ela estava certa. Não era tão difícil quanto imaginava. Apesar do pouco apego pela magia daquele modo, não havia possibilidade de erro. Bastava apenas a concentração, eliminando qualquer empecilho que pudesse desanimá-la. Mais uma vez, repetiu as palavras, desejando manifestar a magia ao pé da letra. Com um simples gesto com a cabeça, ela atraiu uma das orientadoras. As mãos inquietas sobre a pequena mesinha evidenciaram toda a ansiedade.
“Você poderia me ajudar? Vou repetir mais uma vez, e quero que tente furar o bloqueio. Um teste para sabermos da eficiência. Por favor.”
Não demorou muito, e as palavras foram ouvidas. Sem muito se movimentar, a filha de Circe parecia querer realizar o que foi pedido. Minutos longos se passaram em silêncio até a primeira resposta. “Você não conseguiu segurar por muito tempo. Fácil. Tente novamente.” Mais uma vez, Natalia aplicou sua força mágica, aumentando o tom da voz e atraindo olhares curiosos para a cena. “Mais uma vez.” Durante todas as horas dedicadas ao treinamento, a filha de Hécate errou, repetiu, concentrou-se novamente, aplicando as energias sem se exaurir. Ainda não havia aprimorado suas habilidades, claro. Era sua primeira verdadeira tentativa, com poucas ressalvas, mas que serviriam como um começo. Talvez, na última noite, ela estaria melhor, mais suscetível a manter e expandir o que havia aprendido. Os estudos não se limitariam àqueles domínios; Natalia buscaria continuar com a leitura, levando consigo o pequeno grimório emprestado, após receber permissão para isso.
Que Candace e Charlie a perdoassem, mas naquela noite, iriam dormir embaladas por palavras mágicas. Pura feitiçaria.
@silencehq
#swf:evento03#swf:traidor da magia#titico porque a feitiçaria vai ficar pra 'mais tarde' hihihihihi#as meninas dormindo e ela coberta pelo lençol#só o clarão e ela sussurrando baixinho#KKKKKKKKK#ㅤ꒰ㅤㅤ⋆ㅤ ͏͏͏ ͏͏͏𝑏𝑙𝑜𝑜𝑑𝑦𝗺𝗮𝗴𝗶𝗰ㅤ ͏͏͏ ͏͏͏。 ㅤ༄ㅤ ͏͏͏ ͏͏͏development.
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