Tumgik
#guíon
svbinc · 27 days
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"Aquí no hay espacio para la duda, todos parecen seguir un guion." @wolfganqs
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‘ahora la pregunta es por qué y para qué’ expresó en voz alta interrogantes que sabía todos los detectives tenían presente. ‘¿cómo podríamos hacer que salgan del guíon? ¿qué tal si probamos seducirlos?’ sugirió, ladeando su cabeza y entrecerrando sus párpados observándolo ‘eres alto, guapo, tienes carisma y buen sentido del humor. creo serías el sujeto perfecto para este experimento’
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equipo-6-uaemex · 10 months
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Cultura Ambiental - Guíon
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tertuliadetodo · 1 year
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Barbie: una oda a ser mujer. 
Barbie llegó a los cines esta semana e inundó la realidad y la virtualidad de rosa. La película dirigida por Greta Gerwig y protagonizada por Margot Robbie y Ryan Gosling tuvo su estren o mundial esta semana. Dato: El guíon estuvo a cargo de la misma directora y su pareja Noah Baumbach.  
No es mi intención contar de que va la película porque el chiste radica en no saberlo tanto. Prefiero mencionar porque a mí, a mis amigas y a muchisimas usuarios de internet nos interpeló tanto. 
A partir de una trama divertida digna de una comedia, Barbie propone una diálogo abierto sobre diversos temas. Los roles de género y las presiones sociales son solo la punta del iceberg. Greta indaga en lo complejo y contradictorio que implica ser humano. Los recuerdos felices que nos llenan de melancolía, el miedo y las inseguridades en un mundo que sentimos inmenso, la vorágine que implica crecer y la desilusión al darnos cuenta que la vida adulta no es aquello que idealizamos cuando somos chicos. 
Pero, y aca aparece lo interesante, cala profundo en la experiencia que representa ser mujer. Permitiéndonos la reconciliación con aquello que en la adolescencia nos parecía un horror: ser igual al resto de las chicas. Nuestra sociedad sistemáticamente ridiculizó los gustos de las mujeres. Todo es “de cornuda, de minita, de boluda” (de hecho muchas personas creyeron que ir vestidas de rosa a ver la película lo era). Crecimos impregnadas de la idea sobre ser distinta, copada y la cool girl (Vease el monologo increíble en Perdida de la mano de Gillian Flynn). Ser como las otras chicas y que te guste lo que le gusta al resto era ser una tonta, una superficial. Barbie reivindica la feminidad y el ser exactamente igual a las demás, a brazando la experiencia colectiva que significa crecer como mujer y atravesar los 20s. SPOILER: El chiste de la Barbie depresiva que ve Orgullo y Prejuicioso siete veces por día es simplemente superior. Hubo carcajadas en el cine. 
Barbie representó un desafío. Era sumamente dificil plantear un proyecto de esta magnitud, en medio de una era feminista. Greta no ignora eso. Hay escenas donde, explicítamente, se critica a Barbie y a lo que representa. La contradicción habita durante toda la película en cada uno de los tópicos. La disyuntiva entre preguntarse si el juguete que te invitaba a “ser lo que quieras ser” pero a su vez mostraba un tipo de belleza imposible de alcanzar es feminista o no; lo difíciles que son las relaciones madre e hija; la busqueda de un propósito en este mundo que resulta cada vez más hostil; como se viven las nuevas masculinidades. La película muestra casi a modo de prisma -color rosa- todos los puntos de vista posibles. Retrata el mundo real lleno de inseguridades, injusticias, depresiones y fustraciones con una paleta pastel que resulta, por momentos, esperanzadora.
Solo queda hacer la aclaración que quizás no guste: es una película de chicas, para chicas. Hay chistes internos, momentos, frases y sentimientos que se entienden a partir de haber vivido la experiencia de crecer siendo mujer en un mundo capitalista patriarcal. Así que si quizás no la entendiste o no te pareció “la gran cosa” es válido. Probablemente no seas el p��blico al que esta destinado. 
Finalmente, el sentimiento y la sensación de reconciliación con una misma te inunda el cuerpo. Ser mujer es difícil, es complejo, es violento.... pero también es algo hermoso que nos permite sentir y experimentar emociones, situaciones y vivencias que sería imposible trasmitir en palabras. Barbie logra mostrar todo eso.
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princes-slash · 1 year
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7 ideas para reconstruir la comunicación después de un desacuerdo
Notas del podcast de "¡Con Amor, carajo!".
+Ambas partes quieren llegar a un acuerdo, y si no es así, entonces no se puede. No se puede rescatar algo que solo tú quieres rescatar.
Suelta las ideas preconcebidas: Si estas resentida, molesta o lo que sea (valido o no) debes intentar dejar de pensar quien empezó, quién dañó más. Más que dejar de lado, es que cuando quieres una comunicación real o estas presente y aceptas los que pasó para solucionar o traes un objetivo premeditado (tener la razón, que me pidan perdón). NO TENER UN GUÍON. Soltar el deseo de tener razón.
La pregunta valiente. ¿Cómo estamos? o ¿Cómo están las cosas entre nosotras? Para iniciar la conversación desde el amor, no para justificar, sino en reconfortar con la honestidad de nuestro amor. Mejorar la forma en la que demostramos nuestro amor.
Sé curiosa, no basta con hacer una buena pregunta, sino preguntar con curiosidad genuina, con querer realmente saber la respuesta. ¿De donde viene esa molestia? ¿Qué sí dijimos? ¿Qué sintió la otra persona? No atacar, no justificar, no defendernos, de inmediato. Respira, y escucha para saber qué es lo que siente el otro.
Escucha para comprender ¿Qué me entendiste? La oportunidad de aclarar lo que realmente quise decir.
Aquí hablamos nosotras. Cierra las brechas, se necesita: Apretura, confianza, compasión, claridad, honestidad e integridad. Aclarar las brechas ¿Dónde estamos? ¿Dónde quiero que llegue esta relación? -Aqui clarificas el lugar de esta persona en tu vida y decidir si es una amiga o una conocida o lo que necesites. Eso no significa que no haya funcionado la conversación.
Crear una visión conjunta: La voluntad no es suficientes, necesitamos palabras y acuerdos para llegar a una visión común de como queremos que esta relación llegue. ¿Cómo se ve nuestra relación ideal? ¿Y qué quieres de mi? Gracias por la confianza y por contactar.
No lo dejes pasar, disculpate, acercate, ¿como estamos? Nunca dejemos de comunicarnos
Tienes derecho a tu enojo, no tienes que empezar esta comunicación hasta que estés lista.
Escucha porque queremos ser escuchadas. Si vienes a resolver las cosas entonces ¿por que no me dejas hablar?
Esto es lo que quise decir, perdón si no se entendió, reconocer que hay cosas que se estan diciendo pero no entendiendo es importante para poner las cosas en conjunto.
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heartshappedkisses · 1 year
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perdón
a veces me pregunto si estoy esperando o morir o pidiendolo, si soy solo esto y simplemente no puedo ser nada mejor, ¿Porqué estoy destinada a ser?; si tuviera un guíon que dictar sería este triste y si es así quien lo escribió, si soy un personaje quien me creó y por que existo, por que entre un sin fin de posibilidades nací yo y no alguien mejor, si pidiera ser revocada de la existencia mis plegarias serían escuchadas o cualquier piedad sería negada, ¿Soy mala persona o alguien incomprendida?
algún día todo esto sería respondido, desde mi más pequeña duda, hasta mi más grande conflicto.
no soy quien para rogar pero si esta vida ha de perdonar, me pongo de rodillas y comienzo a rezar: "si hay una entidad en lo alto del más allá perdoname por la blasfemia que he de profesar".
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Registro de personas y creación de guíon
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lasideasdeluna · 4 years
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Canvas (versión original)
¡! Hola, les dice Luna <3
Bueno, quizás me haya desaparecido un poquito. Hasta mi madre me lo dijo y yo tipo: que va, niña. Un bloguero que no desaparezca no es real. Todos tenemos nuestros momentos y a decir verdad la edición de Desperfecto se roba la mayoría de mi tiempo. Solo quisiera que ustedes pudiesen ver cómo están descuartizando a mi bebito. ¡Y no digo que no me guste porque me encanta! Es un trabajo entre editor y escritor, pero es agotador porque debemos revisar el mismo capítulo una infinidad de veces para mirar qué cambios se ven bien y qué cambios no. Lo único que sé es que Desperfecto se convertirá en adulto. Ahora mismo es un bebé, y cuando culmine la edición, estará oficialmente listo para comerse el mundo. <3
Y bueno, ya sé que fue lo que les prometí, pero ahora mismo nadie se acuerda de eso. Lo del juego del colgaito se quedará para cuando Navidad sea en abril, o sea, nunca. Vamos, no se ofendan. Todos sabemos que el nombre del ángel masculino aka protagonista de Desperfecto se quedará para cuando puedan leerlo. A ustedes, Cabrita Loca y Henessy (sabrán que me refiero a dos de mis amigas en cuanto lean esos apodos secretos), a ustedes personalmente les digo: no se atrevan a abrir la boca. Es importante mantener la identidad de este ángel secreta. Mil gracias xoxo
Hombre, quizás esta introducción sea eterna, pero este es el último párrafo que escribiré antes de lanzar el escrito de CANVAS, JODER. ¡Lo atesoro tanto! Este manuscrito que les dejaré es el original; lo primero de primero que escribí en julio del 2019 para llevar a cabo este hermoso proyecto. Mi mejor amiga un día me dijo: siéntate y escríbeme algo que sea de amor, arte y medio fantástico. Y yo bueno, pues no se diga más, querida. Canvas fue una historia que desarrollé  en un intercambio de pensamientos con mi mejor amiga y luego plasmé en las notas de mi iPad, convertí en guión y luego el resto del equipo lo llevó a la pantalla. Haber tenido la oportunidad de ser parte de este increíble proyecto me llenó de inspiración, amor y alegría. Me hizo conocerme un poquito más a mí misma y trajo a mi vida personas genuinamente cándidas y bondadosas. Esta experiencia, en efecto, para mí será inolvidable, pero necesitaría hacer otra publicación para contarles cómo me siento en realidad o si no, no paro de escribir. 
Este manuscrito fue considerablemente corroborado y editado, pero si encuentran errores pues upppppsssss. Me estaba quedando dormida, lol. ALSO quédense conmigo hasta el final. El outro probablemente sea igual de largo, pero me quedan cosas por decir. Como el libro siempre tendrá cosas distintas a la película, disfruten aquí de:
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Merlí estaba acuclillada en el centro de su estudio masticándose las cutículas de las uñas. Se preguntó si realmente sería suficiente lo que había realizado para sí mimsa y para todos aquellos que tuvieran la dicha de verlo. Pero, ¿y por qué no iba a serlo? No pudo haberle salido mejor que eso. Merlí exhaló después de echarle una sistemática ojeada a todos los cuadros. Se limpió el sudor que se le estaba acumulando en las entradillas de la cabeza, o quizás simplemente lo hizo por inercia. Frente al espejo, intentó convencerse por última vez. Incluso buscó las últimas señales de incertidumbre que le quedaran en su propio rostro para desahacerse de ellas con rapidez. Si no salía ahora, no lo haría nunca. Puede que estuviese temerosa como un chihuahua, pero pensó que podía con eso y mucho más. Estaba finalmente preparada, o al menos eso fue lo que vino recordárdose mentalmente todos y cada uno de los días para poder aplicárselo.
Una vez salió de su departamento, tomó un taxi para dirigirse a la galería del pueblo… Bueno, con esos planes también se había dirigido hasta el taxista que se paró, pero enseguida hizo ademán de adentrarse al vehículo, el taxista le manoteó. Le dijo que no tenía espacio para todos sus maletines porque la cajuela del taxi estaba fuera de servicio por vete tú a saber qué y que si la dejaba montarse, habían posibilidades de que le rajara los ventalanes o que no pudiese mirar por el retrovisor en caso de que tuvierse que dar reversa. En fin, Merlí se quedó con la palabra en la boca cuando el taxista arrancó y la dejó. Merlí decidió no alterarse de inmediato. Quizás había empezado mal, malísimo, pero eso no significaba que el resto del día resultaría igual.
Merlí soltó el más exasperado de los suspiros cuando llegó a la galería del pueblo caminando con todos los maletines de sus cuadros a la mano, pero lo peor apenas estaba a punto de pasarle por la cabeza. Nadie llegaba feliz a ninguna parte después de haber caminado un sinnúmero de kilómetros bajo el resplandeciente sol de una grandiosa mañana de verano, pero nada de eso le cosntaba a Merlí. De hecho, era cierto que de antemano no estaba feliz, sin embargo, se echó a reír sin ningún tipo de gracia después de haber visto la calzada de la galería abarrotada de personas. Ni si quiera estaba muy bien orientada sobre cómo se realizaba la inscripción o a qué mostrador debía ir para identificarse como uno de los artistas. Le pidió al cielo que no le tocara hacer turno en esa fila, porque de lo contrario, allí mismo se declaraba vencida. Merlí optó por abrirse el camino entre el tumulto de la fila para alcanzar la entrada del bloque e identificarse. No había tiempo qué perder sin mencionar que estaba en contra del reloj. Una vez se presentó con el anfitión, le alivió que le pidieran el nombre y el apellido para pasarla directamente al salón. Después de todo, pensó que las cosas pudiesen estar yendo muchísimo peor.  
Las indicaciones del anfitrión fueron simples: Merlí cruzó un elegante vestíbulo con un candelabro colgando del techo hasta que se andentró en un espacioso y sofisticado salón. Aunque era su segunda vez participando del concurso, este año los contrincantes parecían ser más experimentados que los del pasado mientras ella permanecía con su tétrico y rancio estilo de pintura. Notó muchas variaciones en el estilo de los cuadros  de los demás. Había textura, surrealismo, realismo, paisajes, excelentes difuminaciones en los colores y entre otros. Merlí realmente se intimidó. Se preguntó si había dado lo mejor de ella. Le fue inevitable no poder compararse, quiso asegurarse de la credibiliad de la respuesta que ella misma sabía que podía darse. Su estilo era carasterístico por lo abstracto, los colores ténues y opacos, y el simbolismo. Ella lo tenía bastante claro, pero se preguntó en ese mismo momento si eso sería suficiente para el magistrado del concurso . Allí, alrededor de todas las demás exhibiciones. Merlí miró sus cuadros y luego los de los demás. Tampoco pudo evitar entrar en un mini ataque de ansiedad y pánico.
Merlí perdió la cuenta de cuánto había estado esperando por su turno en el salón. Se entretenía mirando cómo iban siendo menos los contrincantes a su alrededor. Eso la estaba inquietando bastante, aunque fueran puntos a su favor. Significaba que su turno se estaba acercando, pero esperanzaba no salir de la reuinión con el magistrado con las manos llenas, como todos los demás. Si sus cuadros cautivaban al magistrado del concurso, se los quedaban para iniciar el proceso de exhibición. De esa forma, declarando al ganador. Merlí estaba constantemente rogando que esta fuera su oportunidad y que nadie se la fuese a volver a quitar. Estaba sudando y temblando por la desesperante espera interminable cuando sucedió exactamente lo que deseó que no. Merlí se petrificó en el momento en que se encontró con las manos vacías de el último concursante que había entrado a la oficina hasta el momento y presenció cómo lo agasajaron entre aplausos y sonrisas. Miró a su alrededor, realizando que no era la única siendo testigo del gran momento del ganador. Todos lucían igual de abatidos que ella. Merlí se decepcionó. Así era esta industria. Así funcionaban las cosas para los artistas que intentaban alcanzar la cima de un salto sin un buen apellido ni mucho qué ofrecer. Ella lo sabía, pero esta vez realmente había creído que sí. Que este sería su momento de brillar y que nada sería capaz de arrebatárselo. Sin embargo, este capítulo de su historia tampoco tenía un final feliz.
Merlí tomaba de la botella de alcohol como si después de acabársela todo fuese a solucionarse. La noche estaba estrellada y encima de ella. A los vecinos de el siguiente edificio les pareció bien tirarse un fiestón el día en que ella lo había perdido todo. Sentía frustración, impotencia y ganas de finalmente tirarlo todo por la borda. Y también reconsiderar las palabras de su padre, quien sabía a la perfección a dónde la llevaría eso del arte y los museos. Pues a ningún sitio. Merlí se rio porque era exactamente en donde se encontraba en ese momento, en ningún sitio. En ningún sitio donde tuviera estabilidad, dinero y felicidad.
De hecho, estaba en la terraza de su departamento, lloriqueando y medio borracha.
Supo que la cosa podía ponerse peor cuando sintió lloviznas en su espalda encorvada. Con la mandíbula bien apretada y la mirada envenenada, encaró la pila de cuadros que había hecho en una esquina de la terraza. Los mismos cuadros con los que se había dirigido hoy a la galería. Si esperaba a que la lluvia se intensificara, todo su empeño, su trabajo y su dedicación, se disolvería con las gotas de la lluvia. Aunque eso no venía al caso en ese momento, Merlí realmente se tomó la molesta de hacerse la pregunta. Si la lluvia no los arruinaba, ¿qué se supone que haga con ellos? ¿En qué esquina del pueblo me paraba para ver a quién le interesaban?
Merlí explotó.
Se levantó de un salto, tambaleó, pero llegó hasta donde se encontraban los cuadros y los comenzó a destruír con sus propias manos. Chilló, maldijo y gruñó. Tomó sus cuadros y los convirtió en pedazos. Tiró uno que otro al vacío y no le importó que la acusaran de irresponsable y basurera. El camión de la basura pasaba temprano todas las mañana para hacer su trabajo, así que fue lo menos que le preocupó a Merlí en ese momento. De hecho, se distrajo cuando comenzó a patearlos. Como bien había imaginado que pasaría, los colores de sus pinturas se diluyeron con las gotas del torrente de lluvia que eventualmente se desató. Ya no podía distinguirse absolutamenten nada. Le mostró el dedo del medio de cada mano a los vecinos de la fiesta y los maldijo antes de darse la vuelta para irse.
Sin embargo, un pedazo de uno de los cuadros que Merlí había tirado por el vacío, de alguna manera u otra regresó y la golpeó en la coronilla de la cabeza. Merlí cayó tendida al suelo y se sumió en uno de los más profundos sueños que jamás había tenido antes.
A la mañana siguiente, Merlí se despertó un poco aturdida. A decir verdad, bastante. Cuando intentó levantarse, una punzada en la cabeza hizo que regresara a la cama de un tirón. Se regodeó y estiró los huesos antes de salirse de la cama con cautela y detenimiento. Se dirigió automáticamente al baño, aunque de camino fuera tambaleándose como si tuviera la cabeza más pesada que el cuerpo. Soñolienta, se miró en el espejo y entornó la vista. Necesitó enfocarla mucho más para poder mirarse. Mientras tanto, se animó a sí misma a la velocidad de una tortuga hasta que finalmente se encaró con sus propios ojos.
Y algo más a sus espaldas.
O alguien más.
— ¡Aaaaaah! — gritó y cerró la puerta a sus espaldas de un acto reflejo. Pegó la oreja a la superficie de la puerta y rodeó sigilosamente la manija de la puerta con su mano para trabrarla sin hacer sonar las bisagras. — ¿Qué quiere? ¿Quién es? ¡No tengo dinero!
Merlí no escuchó ninguna respuesta, no obstante, lo que escuchó a continuación le puso los pelos de punta. Alguien rebuscaba entre lo que parecían ser utelnsilios en la cocina de su departamento. Le estaba claro. ¡Se habían metido para robarle sus pertenencias! ¿Por qué no se trajo su celular para reproducir música como todas las mañanas? ¡Le hubiera sido considerablemente útil en ese preciso momento.
Merlí dejó de divagar y arrancó el sostén vertical de la pared donde tenía colgado su lienzo para usarlo como arma de defensa. En cuanto llegó a la cocina a pasos tremendamente cautelosos, se encontró con la anchura de la espalda de un sujeto que husmeaba entre las alacenas de la cocina. El sujeto no tardó en percibir a Merlí y reaccionó tomando un sartén y apuntándolo en su dirección. Merlí se sobresaltó y, en su defensa, también lo apunto con el sostén de metal.
— ¿¡Quién eres!? — Merlí fue en plan de golpearlo con el sostén, pero el sujeto se volvió cada vez más pequeño intentando protegerse del golpe.
— ¡Espera, espera! ¡No te haré nada, lo juro!
— ¿Y entonces qué quieres? ¿¡De dónde vienes!?
— Soy el vecino de arriba. — contestó con un drástico cambio de comportamiento. El sujeto parecía saberse los caminos del departamento tanto como Merlí, que cuando le pasó de largo con naturalidad, se quedó de piedra. — ¿No te acuerdas de mí?
— ¿Qué? ¿De arri..? — Merlí se cortó a sí misma en el momento en que miró el techo y reparó que no existía ningún “vecino de arriba”. Rápidamente recordó que vivía en un último piso cuando se encontró con el sujeto burlándose de ella. — Pero, ¿¡y tú quién te crees que eres!?
— ¡Basta, basta! — el sujeto chilló, saltando entre los muebles del departamento de  Merlí como si estuviera en una carrera de obstáculos.
En efecto, el obstáculo de esta carrera eran Merlí y el sostén de metal con el que lo estaba persiguiendo. Ambos llevaron la carrera hasta el comedor, donde el sujeto dejó caer las sillas del juego de mesa después de él para bloquearle el paso a Merlí. Luego el sujeto lo siguió de largo hasta la habitación de Merlí. Mientras cruzaron el corredor, él se giró para echarle un vistazo a Merlí sin dejar de correr.
— ¡Me llamo...!
— ¿¡Qué!? — Merlí siguió corriendo detras de él sin detenerse ni porque se cayera su jarrón favorito
— ¡Que me llamo...! — Pero el portazo no la dejó escucharlo.
Merlí se detuvo frente a la puerta de su propia habitación tratando de recuperar su respiración. Por un momento, era lo único que también se escuchaba al otro lado. Tenía el corazón en la garganta con miedo de que él ya se hubiera echado en los bolsillos más de lo que ella esperaba. Ella jamás había pasado por algo similar. La calle donde ella vivía no tenía mala fama, así que no tenía ni la más mínima idea de quién podría tratarse este tipo ni de dónde había salido.  
— Vamos a hacer una cosa. — el sujeto jadeó desde el otro lado.
— ¡Sal de ahí ahora o llamaré a la policía! — Merlí chilló y forcejó la manija de la puerta en un bruto intento de abririla.
— Abriré la puerta si sueltas esa cosa con la que quieres abrirme la cabeza y, de paso, te digo mi nombre. ¿Te parece?
Merlí exhaló y se tomó un tiempo. Tenía la garganta completamente reseca. Pensó en que si aceptaba el trato, le resultaría más fácil liquidarlo. Merlí tragó saliva y se sacó algunos mechones de cabello que se le habían pegado en la cara.
— Está bien.
Ni ella misma hubiera confiado en ese tono, pero al parecer para aquel tonto había sido suficiente, y cuando la puerta se abrió lentamente, Merlí había desplegado una sonrisa de oreja a oreja.
Empujó la puerta con toda su fuerza y entró zarandeando el sostén por el aire, esperando a encontrarse con la cabeza del tipo y golpearlo. Sin embargo, Merlí no se fijó cuando se tropezó con el pie del sujeto, que esperaba intencionalmente detrás de la puerta para hacerla caer directamente de cara al suelo.
Haciendo que se despertara de repente y se apoyara de un movimiento sobre las palmas de sus manos.
Merlí tosió, recuperándose del gran susto y se sentó. Se dio cuenta de que seguía en la terraza de su departamento y que se había quedado dormida después de haberse golpeado con algo que le cayó en la cabeza. Estaba empapada, y a pesar de que la lluvia ya había cesado, hacía demasiado frío como para soportar otro minuto allí sentada. Tenía el cuello y gran parte del cuerpo entumecido por todo el tiempo que sostuvo la posición en la que había caído sobre en el suelo. Decidió no darle más vueltas al asunto y se levantó para entrar a su departamento. Pensó en que aún podía recuperar el sueño si se apresuraba antes de que amaneciera por completo.
Se hizo el camino hasta su habitación a oscuras una vez dentro. Fue quitándose las prendas que sabía que no la dejarían conciliar el sueño y que estaban demasiado mojadas antes de llegar a la puerta. Cuando entró, la puerta se topó con algo en el suelo que no la dejaba abrir por completo. Merlí lo pateó a un lado sin prestar atención. La cerró a sus espaldas y siguió. No obstante, Merlí seguía encontrándose con cosas en el suelo en su caminata y que no recordaba que había dejado. Tuvo que encender una lámpara cuando se golpeó el dedo meñique del pie para ver si el golpe había logrado un sangrado, sin embargo, Merlí se distrajo con lo que su mirada se fijó más allá de su dedo adolorido.
Frunció el ceño cuando vio unos cuadros, pues ella no había olvidado ninguno antes de salir en la mañana. Notó que los tamaños eran más grandes de lo que ella usualmente acostumbraba a utilizar. Merlí no supo cómo habían llegado hasta allí ni de qué pinturas podían tratarse. Se acuclilló frente a ellos para poder voltearlos y encararlos. Merlí se frotó los ojos antes de encararse con el primero, pero cuando lo hizo, se paralizó. Cuando vio el segundo, el cuerpo comenzó a calentársele y luego de haber visto el tercero, no supo exactamente cómo seguir reaccionandio. Sin embargo, en su mente solo había podido relacionarse una sola cosa:
— Bruno
Merlí no pegó el ojo lo que restó de la noche. El amanecer se abrió como un lienzo brillante que cubrió toda la sala de estar de su departamento, el mismo lugar donde Merlí había pasado todo el rato sentada. Observó desde el primer cuadro hasta el tercero por lo que ya parecía una eternidad. Su pierna izquierda no podía dejar de moverse y tampoco había dejado de masticar sus uñas. No paraba de hacerse muchas preguntas dentro de su cabeza que no tenían ninguna respuesta.
Cuando volvió a mirar el primer cuadro, se levantó en dirección al baño de su habitación y se detuvo en frente del lienzo que colgaba verticalmente en el sostén de la pared. Estaba intacto y como lo había dejado la última vez, además de que nunca se le había ocurrido sacar ese sostén de sitio. Luego de haber regresado frente a los cuadros, se desvió a la cocina. Rebuscó entre sus alacenas y cayó sentada de golpe en el suelo cuando encontró el sartén que estaba buscando. Se lo llevó y se paró frente a los cuadros. Para finalizar, le dió una mirada desde su estancia a la puerta entre abierta de su habitación. Intentaba unir las piezas necesarias para corroborar que no estaba volviéndose loca. O tal vez sí... Y esto no tenía nada qué ver con lo que ella pensaba.
En la tarde a Merlí le tocaba cerrar en su turno de trabajo. No tan lejos de su hogar y un poco retirado del suburbio, trabajaba en una librería. Hoy que no había podido dormir como Dios mandaba, debía quedarse para revisar el registro de todos los libros que pronto estarían recibiendo. Así que después de haber asegurado las puertas de entrada, haber cambiado el letrero de <abierto> a <cerrado> y haberse llevado un vaso desechable con café, tomó asiento frente al escritorio del almacén, encarándose con todo el papeleo ahora le tocaba revisar. Esperaba que el café fuera el mejor de todos. No podía fiarse de que aún faltaba dos semana para la entrega. Debía terminar el papeleo con cinco días de anticipación.
Merlí comenzó a rebuscar entre los papeles hasta que uno llamó su atención. Frunció el ceño cuando notó que el papel no guardaba relación con los otros y que al parecer alguien estuvo lo bastante aburrido como para ponerse a hacer dibujitos. Merlí sabía que no podría seguir tranquila sin antes haber hecho algo por ese boceto inconcluso. Comenzó a arreglarlo un poco en el mismo momento en que le echó un vistazo a la hora. Sin embargo, se respingó luego de haber escuchado un sonido providente del salón principal. Cuando ella misma se había asegurado de cerrar la tienda.
Merlí salió de los almacenes con cautela. En cuanto se encaró con el salón principal lleno de estantes, mesas y la puerta, se quedó en silencio. A penumbras miró a su alrededor. Pegó el grito en el cielo cuando el sonido de un par de libros cayéndose al suelo la tomaron por sorpresa. Merlí abrió unos ojos como platos después de encararse con el intruso.
— Lo siento... — el chico dobló una pequeña y avergonzada sonrisa.
Merlí lo señaló con los dos dedos índices. Miró a su alrededor, se le trabó la lengua e incluso dio una vuelta en el mismo lugar. Volvió a mirarlo con la misma expresión de desconcierto mientras el chico parecía admirarla como si tampoco entendiera lo que pasaba.
— ¿¡Tú otra vez!?
— Así es. — suspiró como si estuviese cansado y se cruzó de piernas y brazos a la vez — ¿Te hice falta?
— ¿Qué haces aquí? ¿Cómo entraste? La tienda cerró ya hace... Yo no...
— ¿La tienda cerró? — el chico ladeó su cabeza, mirando a Merlí como supiera algo de lo que ella no tenía idea — Yo no estaría muy seguro de eso.
Merlí frunció su ceño luego de que él hubiera desviado su mirada a su alrededor. De repente la puerta principal se abrió, abriéndole el paso a un par de clientes dentro del bullicio de una noche común y corriente en la librería. Merlí ahogó un grito mirando el regocijo de su alrededor que momentáneamente había nacido. Las personas estaban yendo y saliendo de la sección de café, se escuchaba el crujido de las sillas al sentarse y hasta la leve música lo-fi que siempre se ponía de fondo. El sonido de la caja registradora fue lo más que espantó a Merlí.
— Hora de irse — el chico de la sonrisa se adelantó como si hubiera predecido lo que pasaría a continuación.
— Cambio de turnos, Merlí. — le avisó su supervisor — Vete a casa.
Merlí se volvió con cara de terror hasta el chico, quien la esperaba con una triunfante sonrisa de media luna. Ladeó su cabeza en la misma dirección que empezó a caminar en plan de que Merlí lo siguiera para salir del establecimiento.
— Dale, que tú tienes cara de las que tienen que estar temprano en casa. Como la cenicienta, porque si no — chasqueó los dedos — se te acaba el tiempo.
— Pero es que yo no voy a ir a ningún lugar contigo. — Merlí se detuvo en seco, después de que él le hubiese abierto la puerta de un taxi.
El chico enarcó una ceja.
— ¿Ah, no?
— No.
— ¿Ah, no? — repitió, haciéndose el sorprendido.
— Que no. — Merlí vociferó y retrocedió un par de pasos.
— ¿Por qué? — El chico cerró la puerta del taxi y escondió las manos en los bolsillos de su cazadora. — ¿Porque no sabes quién soy? — Merlí se sintió intimidada por la cercanía que de momento estaban experimentando entre sí. — ¿Porque no me conoces?
Inahaló después de haber reunido el coraje para mirarlo a los ojos.
Pero exhaló cuando se fijó en las tonalidades tropicales de sus ojos. Divisó verde, amarillo y marrón, y pensó que nunca antes había visto unos ojos tan bonitos como los de ese chico.
— Vámonos — el sujeto soltó.  
— ¿A dónde? — Merlí respondió, frunciendo el ceño.
— A París.
— ¿Qué?
— A dónde tú quieras — el chico se alzó de hombros — yo te llevo.
Merlí a penas conseguía respirar de la forma adecuada. No sabía en qué momento le quitaba la mirada de encima, ella estaba paralizada.
— Pero es que la última vez me pusiste el pie para tirarme al piso.
El chico soltó una risa vibrante.
— Así que tienes buena memoria... — Se tomó el tiempo de apreciarla o tal vez de anunciarle su próximo movimiento con la mirada. El chico deslizó sus dedos por la sien de Merlí hasta encajarle un par de mechones de cabello por detrás de la oreja. — ¿Cómo me llamo?
Merlí sintió su pecho caliente y a punto de explotar. Conservó su boca entreabierta para tener una mejor circulación de aire, pues no estaba segura de cuando podía perder la cordura.
— Bruno. — dijo a un hilo de voz.
Bruno sonrió. Realmente la chica tenía memoria.
— El placer es mío, Merlí.
Merlí no se volvió a preguntar qué hacía en el almacén a esa hora cuando se despertó. En su mente todo estaba completamente brumoso y confunso. Reposó su espalda del asiento e intentó analizar todo lo que en ese momento pasaba por su cabeza. Además de haberse levantado con una sensación de carencia, sostenía una percepción de déjà vu que no le dejaba enfriarse el cuerpo. En el momento en que espabiló, tomó sus cosas y corrió a casa. Corrió por el pueblo a altas horas de la noche como si de eso dependiera su vida. Al llegar a su condominio, abrió los portones que dejó como libros abiertos de par en par y subió las escaleras hasta la última planta. Con la garganta seca y el corazón agitado, se detuvo frente a la puerta de su departamento. Consideró abrirla antes de hacerlo. Sus manos estaban temblando y sudando, así que las entrelazó para desperezarse antes de agarrar la manija.
Merlí entró con la misma cuatela de un felino a punto de atrapar a su presa. Se adentró a su propio departamento con temor de lo que pudiera encontrar. Encendió la primera luz que tuvo cerca y se quedó estática, esperando a que alguien apareciera o explotara el microondas. Al confirmar que no había ninguna amenaza, emprendió una carrera hasta su habitación sin mirar atrás y empujó la puerta con más ímpetu de lo que pretendió. La cerró después de ella y la bloqueó para senrtirse completamente segura. Se arrodilló y asomó la cabeza por debajo de su cama para alcanzar con ambos de sus brazos los cuadros que había guardado. Volvió a confirmar que estuvieran los últimos tres que había visto, contándolos y asegurándose de que estuvieran intactos. Sin embargo, cuando volvió a asomar la vista debajo de la cama, se encontró con un par más que no había visto antes. Luego de alcanzarlos y haberles echando un vistazo, estuvo a punto de desmayarse.
Realmente estuvo a punto de desmayarse.
Por la estación de radio que Merlí más escuchaba pasaban su canción favorita. Era el fondo que se escuchaba la mañana en que se levantó con ganas de desayunar huevos fritos. Después de limpiar un poco la sala de estar, regresó de un salto a la cocina antes de que los siguientes huevos fritos se achicharraran y los emplató. Les echó una pizca de pimienta y se los llevó en una mano mientras que en la otra sostuvo un vaso con jugo de naranja.
Merlí se sentó en la cabeza de la mesa. Le echó una inquisitiva mirada de reojo a Burno, preguntándose en qué brujería debió haberse metido para explicar el tipo de cosas que habían pasado en los últimos días. Bruno solo se limitó a comer sin levantar la vista ni por equivocación.
— ¿Tienes alguna idea de eso? — Merlí le preguntó, señalando los cuadros que había encontrado en las últimas noches apilados en una esquina del comedor.
Bruno los miró con desinterés, negó con la cabeza y alzó los hombros
— Bien. Entonces, ¿por qué estás aquí?
— Pensé que ya habíamos pasado ese capítulo. — la miró con evidente agobio — ¿No te aburres de preguntar lo mismo?
— Es que necesito que alguien me explique lo que está pasado. ¡Eso es todo! — Merlí se rio de sí misma. — ¿Qué te parece?
— ¿Qué te parece a ti si recoges tus cosas y vamos a la playa?
Merlí frunció el ceño.
— Allí no se me ha perdido nada.
— Bueno, no sé... Quizá encuentres inspiración y te relajas un poco. Podrías encontrar algo qué pintar y de momento convertirlo en lo mejor que pudo haberte pasado nunca.
Merlí enarcó una ceja e intentó disimular la sonrisa que amenzaba con delatarla. No porque estuviera burlándose de él, si no más bien porque no podía visualizarse de esa manera. No con lo mal que últimamente estaba yéndole en la vida.
— Pues... ¿Te digo una cosa? — Merlí soltó y Bruno le prestó toda su atención — No tengo auto.
— No hace falta.
Merlí perdió el aliento y se cubrió el rostro cuando todo su cabello empezó a estorbarle. En un abrir y cerrar de ojos, la arena estaba hundiéndole los pies y lel sonido de las olas romopiendo en la orilla sustituyó la música de la radio. Merlí ya no sabía cómo volver a mirarlo, sin embargo, Bruno ya estaba completamente encantado.
— ¿Que demon…? En serio, ¿qué eres? — Merlí lo miró a los ojos. Bruno sonrió de costado, viendo cómo su cabello no la dejaba enfocar su mirada.
Y la apreció. Merlí definitivamente se veía más bonita cuando lo miraba a los ojos.
— Parte de lo mejor que pudo haberte pasado nunca.
Entonces, fue el momento en que Merlí y Bruno comenzaron a volverse inseparables.
Bruno y Merlí se habían vuelto tan unidos, que cada vez que Bruno no estaba con ella, Merlí sentía un gran vacío que se le alojaba en el pecho. Merlí comenzó a llegar a casa con apuros, esperanzando volver a encontrarse con Bruno en los momentos en que ella lo añoraba. Como no siempre pasaban el tiempo juntos, Merlí decidió empezar a escribir en una libreta todo de lo que quería acordarse cuando se vieran para contárselo. La obsesión fue tanta que incluso se metía en su propia habitación y cerraba todas las ventanas para simular que ya era de noche y así estimular sus ganas de dormir para ir a encontrarse con Bruno. Merlí perdió la cuenta de en cuantos lugares se quedaba dormida. De hecho, comenzó a tener problemas en el trabajo a consecuencia de llegar tarde o quedarse dormida en cualquier esquina. De alguna manera u otra, Bruno siempre conseguía estar ahí cada que Merlí lo necesitaba. Eso fue precisamente lo que comenzó a distorsionar los encuentros de Merlí con él, porque llegó un momento en que Merlí ya no podía distinguir en cuál realidad estaba viviendo. Comenzó a creer que vivía mejor dentro de sus sueños y no en la vida real. Vivía esperando con ansias la hora de dormirse y dormía deseando que jamás tuviera que despertarse.
Bruno y Merlí visitaron lugares que ella jamás pensó tener la oportunidad de ir. Luego de cada viaje, se sentaban en la terraza del departamento de Merlí a tener la platica más larga de sus sueños sobre todo lo que habían visto o hecho. Bruno descubrió que Merlí no le tenía miedo a nada siempre y cuando se sintiera segura de donde y con quien estuviera. Aventuraron en todas las partes del mundo a donde Bruno la llevaba y la traía de vuelta a casa para asegurar que se despertara como si en realidad todo no hubiera sido solo un sueño, sino la próxima mañana de uno de sus viajes. En varias ocasiones, Merlí se despertaba feliz. Eso después de haber visitado varios de sus lugares favoritos, Los cuadros que aparecían cada mañana luego de despertarse le devolvían la sensación de los lugares que visitaba con Bruno, pero lo más importante era que le confirmaban que había sido real. O por lo menos, así ella pensaba. Estar con Bruno le devolvió todo el ánimo que creyó haber perdido luego de la descalificación del concurso de la galería. Se mostraba más alegre y ella misma lo reconocía. Incluso su supervisor comenzó a  notarlo, cuando Merlí comenzó a despedirse de él antes de cambiar de turnos.
Merlí intentó recrear las pinturas de los cuadros que proyectaban sus sueños en varias ocasiones. Al parecer algo no hacía bien. Terminaba dándose por vencida cuando comenzaba a pintar a Bruno. ¡Era como si el chiquillo ya viniese hecho! Nunca podía conseguir pintarlo con la exactitud que los cuadros y eso la molestaba. Se le pasaba después de recordar que tenía las pinturas originales, no necesitaba copias. Sin embargo, esa se convirtió en la razón número uno de Bruno para burlarse de ella. Merlí se acostumbró demasiado a la vida que le daban sus sueños. Mientras el tiempo siguió pasando, y ella seguía levantándose y realizando que los mejores momentos de su vida solo se trataban de sueños, comenzó a desilurionarse y a perder las ganas de seguir viviendo de esa manera. Por más que le gustara estar con Bruno dentro de los sueños, nunca serían nada más que eso.
A ella no le gustaba darle muchas vueltas al asunto. Quizá debía conformarse y listo.
Luego del turno de su trabajo, Merlí llegó a casa y lo siguió directo hasta su habitación. No comió, se despojó de su ropa de camino al baño y se dio una rápida ducha. Regresó a su habitación para alistarse e ir a la cama, pero los últimos cuadros que habían aparecido llamaron su atención y tuvo que detenerse para echarles un vistazo. Sintió su pecho calentársele con un poco de melancolía luego de mirar la pintura en donde se gastaban una batalla de cosquillas en la cocina mientras preparaban pasteles de bolsillo. En el próximo cuadro aparecían recostados en la terraza mirando las estrellas, en donde Bruno se despidió de ella con un beso en la frente cuando estaba a punto de despertarse.
Merlí se subió a su cama y suspiró. Perdió la vista en un punto del techo cuando se acostó y dejó que el sueño la ganara pasivamente para así poder encontrarse con Bruno otra vez.
Pero esa noche Bruno no apareció.
Merlí se despertó de un salto recuperando frenéticamente su respiración. Saltó fuera de la cama y comenzó a buscar entre todos los cuadros. Pensó en que su memoria estaba fallándole luego de realizar que no podía recordar si había soñado o no. Merlí no encontraba nada que le probara lo contrario, y cuando pasó una semana, supo que Bruno no tenía intenciones de aparecer en lo asboluto. Merlí aprendió a dormirse tranquilamente, intentando no forzar el querer encontrarse con Bruno. Pero algunas noches no sabía cómo controlarlo y se despertaba ahogada en llanto y gritos desgarradores.
Merlí subió a la terraza de su departamento para tomar aire fresco, sin embargo, se detuvo en el momento en que lo vio sentado en el suelo. Miró a su alrededor intentado volver a localizarse y reparar que realmente, Bruno estaba ahí.
— ¿Bruno? — Merlí no sabía cómo dirigirse a él después de no haberlo visto por tanto tiempo. Si se lo preguntaban, sí que estaba molesta y sí quería que le dijera todo lo que ella quería saber, pero ella sabía que algo más allá debía ocurrir. Bruno no hubiera desaparecido sin una razón válida. — ¿A dónde fuiste? — Bruno no contestó ni hizo ademán de intentarlo. — Pensé que no iba a volver a verte…
Merlí escuchó un suspiro de parte de Bruno. Por alguna razón sintió quebrarse un poco más que antes. A lo mejor esto era una señal. Verlo después de tanto tiempo definitivamente debía significar algo que... probablemente no fuera a gustarle a ninguno de los dos.
Bruno la miró por encima de su hombro sin llegar a encararse con ella y luego devolvió la cabeza.
— Lo siento.
Merlí se acercó en cuestión de zancadas y se acuclilló frente a su espalda encorvada. Reparó en que su aroma estaba más que presente y que siempre era la misma. También en cómo inhaló y exhaló, demostrándole que respiraba y que estaba más vivo que en las pinturas de los cuadros. Lo sujetó por la nuca mientras lo rodeó para sentarse frente a él y se encaró con un par de ojos tremendamente desalentados. Esa noche, los tenía color café.
— Pero tenía qué hacerlo. — Bruno terminó de decir, mirándola de hito en hito. Luego de haberse espabilado brevemente, sonrió de costado y acunó la mejilla izquierda de Merlí en su mano. — ¿Qué quieres ha...?
— ¿Por qué? — Merlí lo interrumpió — ¿Por qué tenías qué hacerlo?
Bruno apretó su mandíbula y tragó saliva.
— Tú muy bien sabes por qué.
— No — Merlí logró levantar su debilitado tono de voz —, de hecho, no lo sé. Desaparecer no arregló nada y no arreglará nada, Bruno.
Bruno ladeó la cabeza en un gesto de desacuerdo con Merlí. Decidió agarrar su rostro con ambas de sus manos para asegurar que sus miradas no pudieran salirse de la del otro.
— Merlí, escúchame.
Merlí lo miró de hito en hito, pero en cuanto realizó que de su terraza habían pasado una vez más a la playa, cerró los ojos soltando la primera lágrima.
— Bruno... — sollozó.
— Quieres saber realmente por qué estoy aquí, ¿no? — Bruno limpió las lágrimas de Merlí con sus pulgares. — Merlí, tú me creaste. Todo por lo que has pasado durante toda tu vida lo haz hecho sola. Siempre lo haz hecho todo sola. Pero en el fondo — Bruno señaló el centro del pecho de Merlí con la yema de su dedo índice mientras que el labio inferior de Merlí tembló de miedo. —, muy, muy en el fondo, estás cansada. Ya no puedes soportar un minuto más. Un minuto más sola. Y desde pequeña has tenido esta... esta visualización del chico de tus sueños, ¿no? — Bruno sonrió con lástima — Pues eso es lo único que soy. Soy el chico de tus sueños y es ahí donde único me podrás encontrar.
Merlí derramaba un torrente de lágrimas que se atascaban entre las manos de Bruno. Deslizó un lado de su rostro en una palma de las manos de Bruno para sentir su tacto y sollozó como quien no podía respirar.
— Hey — Bruno susurró y juntó ambas de sus frentes para llamar la atención de Merlí. — Podemos hacer algo hoy. ¿A dónde quieres ir? — Merlí negó con la cabeza cuando volvieron a encontrarse con sus miradas. Bruno le sonrió ligeramente en plan de animarla, pero no tuvo éxito. — ¿Qué quieres hacer?
— Quedarme aquí — Merlí logró decir, amortiguando todo el dolor que sentía en el nudo de la garganta. — contigo. No me quiero ir. Quiero quedarme en este sueño para siempre.
Bruno volvió a apretar la mandíbula cuando sintió que estaba a punto de echarse a llorar. Soltó un exasperado suspiro que le aflojó el cuerpo y sujetó a Merlí por la nuca para limpiárle las últimas lágrimas. Merlí le sostuvo la mirada pensando en que debía memorizarse todo el rostro de Bruno a la perfección. También pensó en que debía asegurarse de recordar que su tacto siempre era caliente y que tenía un lunar encima del labio superior. Merlí le rodeó el cuello con sus manos y Bruno no dejó de observarla hasta que después de haberla acercado lo suficiente a él, su vista se distrajo con sus labios. El pulgar de Bruno se deslizó por la mejilla de Merlí como una de sus lágrimas y le acarició la comisura de los labios antes de capturarlos con los suyos sutil y delicadamente. Temiendo a espabilarla con el gesto lo suficiente como para hacer que se despertara del sueño, Bruno decidió no apresurarse. Cuando percibió que Merlí cedió al beso, Bruno intensificó las caricias y los movimientos con sus labios. Merlí enredó sus dedos por el cabello de la nuca de Bruno cuando ambos respiraron sobre los labios del otro y cuando el beso concluyó, Bruno le besó la frente.
— No... — Merlí murmuró — Bruno, no... No dejes que me vaya.
Pero pronto los brazos de Bruno se encontraron despejados, y esa noche, Merlí se despertó ahogada en llanto y con un inmenso dolor aplastándole el pecho.
Un año después
Merlí volvió a mirarse en el espejo muchísimo más segura de sí misma. Esta vez lo había conseguido. Su sueño se había hecho realidad y esta vez la oportunidad había sido puesta sobre sus manos. Merlí se presentó en la galería del pueblo con una vestimenta más elegante y sofisticada de lo que ella solía acostumbrar a usar. ¡Lo más que le entusiasmaba es que se había dirigido en su propio auto! ¿No era eso genial? El pecho se le infló de alegría cuando se encontró con todo el público que abarrotaba el lugar solo para echarle un vistazo a sus cuadros. Merlí era el centro de atención. Sus pinturas realmente habían sido todo un éxito. Incluso la llevaron a aparecer en las portadas de las revistas artísticas que a ella más le encantaban. Rompió récords y fue reconocida internacionalmente. Cabía mencionar que esa era la quinta exhibición en su propio país.
Entre todo el bullicio de reporteros, fanáticos y fotógrafos, Merlí logró hacerse el camino dentro de la galería sin saber que el chico de sus sueños también se encontraba allí. Merlí era recibida y escoltada por guardias de seguridad para dirigirla al salón de exhibición mientras Bruno se miraba a sí mismo, preguntándose por qué el chico de los cuadros lucía como él. Cuando Merlí finalmente llegó al salón, ella y Bruno llegaron a estar más cerca de lo que realizaron, pasándose de largo o coincidiendo en las mismas partes del salón sin siquiera notarse. Merlí estaba muy ocupada presentándose con todos los que se le acercaban para felicitarla. En fin, estaba ocupada disfrutando de uno de sus grandes días. Mientras tanto, Bruno seguía mirándose a los ojos en cada una de las pinturas. Con las manos guardadas en los bolsillos de su cazadora se preguntó si realmente el chico de los cuadros se trataba él, y si sí, cómo rayos podría ser eso posible. Se preguntó si podría tratarse de lo que estaba pensando y si realmente esta vez no estaba dentro de  uno de sus sueños.
Bruno se fijó en las firmas de todos los cuadros a su alcance y que todas estaban localizadas en la misma parte. De momento se espabiló y miró frenéticamente por todo su alrededor.
Merlí acababa de despedirse de unos empresarios cuando se dio la vuelta y fue sorprendida por más personas que se le acercaban para felicitarla. El propietario de las galerías le sonrió con un asentimiento y Merlí le devolvió el gesto. Internamente chilló de la emoción que le dio ser notada por él. Muchas personas le preguntaban de dónde había sacado la inspiración para hacer sus cuadros y si era cierto que fueron basados en hechos reales. Merlí no sabía cómo responder a eso, pero intentaba disimularlo con algo en que había pensado que era relativamente cierto. Depende de qué realidad estemos hablando, les decía a todos. Al final del día, su éxito había sido gracias a él.
Sin embargo, no cabía duda de que esta vez sería real. Bruno se paralizó en el momento en que la vio desde su estancia. Merlí estaba charlando con un grupo de personas cuando desvió su mirada inercialmente y no pudo volver a regresarla. Se le calentó todo el cuerpo y sintió mucho, mucho miedo.
De que volviera a estar en uno de sus sueños.
Mientras la distancia iba acortándose entre ellos, cada vez dudaba más. Estaba idéntico y por un momento pensó que debía apresurarse antes de que volviera a despertarse.
Pero no era un sueño, él era real.
— Dime que no estoy soñando. — Merlí susurró.
El chico que estaba parado al frente de Merlí ladeó una encantadora sonrisa. Merlí se derritió. No podía esperar a escuchar su voz.
— No — respondió — Tengo un cierto parecido con el chico de tus pinturas, ¿no?
Cuando Merlí escuchó su voz, contuvo la respiración sin darse cuenta. Luego de un pequeño trance, se rio de sí misma.
— Así es. — Merlí quería decir mucho más, pero no sabía cómo empezar a hacerlo. Tampoco quería echarse a llorar y arruinar su maquillaje. Si el chico no le decía su nombre, podría considerarse desalojar el lugar antes de que Merlí pudiera explotar.
Pero, de pronto, la siguiente pregunta cayó sobre ella como un balde de agua fría.
—¿Cómo se llama? — le preguntó, refiriéndose el chico de las pinturas.
Merlí esbozó una temblorosa sonrisa.
— Bruno.
Y Bruno, el chico que tenía en frente y el mismo de sus pinturas, le ofreció la palma de su mano para estrecharla.
— El placer es mío, Merlí.
No copias. Cero adaptaciones. Por favor, respeten los derechos de autor.
¡Ayyyyyyyyyyyyyy! Bueno, chillé. Que conste que la voy a ver otra vez... Espera, ¿qué? ¿Que si en dónde la puedes ver? ¡Coñoooooo, pero si está en youtubeeeeeeee, siiiiiiiiiiii! Me muero. Cariño, mira, la puedes encontrar aquí y la puedes ver cuantas veces quieras. Para aquellos que no lo sepan, Canvas es un cortometraje inspirado en este manuscrito que compitió en el Festival Ponte los Cortos de Puerto Rico y fue el ganador de: mejor track original, mejor actor y mejor actriz. ¡Polaris Productions es la casa productora que lo dio a luz! Aka mi equipo favorito, en donde tuve la oportunidad de ser la guionista este año. ¡Puedes conseguirnos aquí y darnos follow, like, share, de todo! Si por casualidad te enamoraste del Bruno o de la Merlí del cortometraje (que no me malinterpretes, eh. Que eso pasa. Hasta yo) bueno pues sus perfiles también los puedes encontrar en el último link. Escribir Canvas fue un proceso de imaginación y construirlo hasta ver el resultado final es algo que nunca podré superar. Literalmente. Jamás. Ever. Lo veo y es como volver a chillar por primera vez. Con sentimiento. Así como si yo no lo hubiese escrito. Real. Intenso. Recomiendo mi equipo aka casa productora al cien. Somos la hostia, tío. Somos un equipazo. Si los quieres conocer a todos, vuelve a presionar aquí. Les mando besos a todos y saben lo agradecida que quedaré por la eternidad. Espero que el manuscrito de Canvas les haya gustado igual. Varias cositas son diferentes al cortometraje, pero la esencia no se perdió en ningún momento y eso es lo más que me encantó de todo esto. Así es, tengo mucho más qué decir, pero no lo haré. Quizás esto merezca otra publicación. 
Sayonara <3
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niorvogrin · 6 years
Conversation
Una Decisión
(Al llegar la fecha mas importante del año en el pueblo de Palo Alto, los siete lideres de los linderos productores de viveres más importantes se reunen para discutir la inclusion de nuevas personas adineradas en el pueblo y en la inclusion de una nueva metodologia en su carnaval.)
Fermín: No estoy de acuerdo con lo que está diciendo! Llevamos años tratando de implementar esta ideología en la comunidad, para que usted señor Enrique venga a cambiar las cosas.
Enrique: Y entonces que propone usted señor Fermín? Que nos acomodemos a las costumbres erradas de nuestros antecesores? Esas mismas costumbres que están acabando el patrimonio cultural nuestro.
Fermín: Está siendo muy contradictorio! Si creemos que cambiar la metodología en que disponemos al pueblo para el carnaval es la mejor opción para sacar provecho lucrativo, estaremos asesinando nuestra cultura entregando a una falsa economía lo más preciado que tenemos y hemos conservado.
Enrique: Este hombre no desea que evolucionemos, no quiere que se expanda lo que hacemos aquí.
Fermín: Se equivoca señor Enrique… Yo nací en este pueblo, sembré con mis padres las semillas que dieron fruto al carnaval, para mí sería un honor que el carnaval se divulgara y se expandiera por todos los medios, pero no le confiare este patrimonio a una persona que le lame las suelas a los arrieros de los narcotraficantes.
(Los demas lideres murmuran)
Enrique: Blasfemia. Usted está manchando mi nombre sin pruebas.
Fermín: Todos los de esta junta han oído las constantes invitaciones que le hace el mal nacido de Pedro Salazar, más conocido como “El Cayo”.
Arturo: Señores esta reunión no fue hecha para divulgar la vida privada de nuestros compañeros.
René: Es verdad! Se nos está planteando una opción que en años no habíamos escuchado. Las nuevas generaciones necesitan sentir pasión por nuestras costumbres o terminaremos como el pueblo aledaño.
Fermín: Pero este señor está incitando a que se deshonre lo que han dejado nuestros padres tratando de incluir la mafia al carnaval.
Enrique: No es así señor Fermín.
Carlos: Usted bien conoce que al carnaval puede venir cualquier gente, no excluye a naide.
Enrique: Señores veo que mi propuesta les es buena, creo que para evitar más discusiones debemos votar… O que dice usted señor presidente.
(El presidente de la junta suspira.)
Presidente: Yo veo que esta decisión esta muy dividida. Sin embargo la única solución es votar. Empezaremos a mi derecha… Señor Arturo…
Arturo: A favor.
Presidente: Señor Gabriel…
Gabriel: A favor.
Presidente: Señor Fermín.
Fermín: En Contra.
Presidente: Señor René.
René:: En contra.
(Los lideres murmuran entre ellos.)
Presidente: Por favor silencio… Señor Enrique…
Enrique: Por supuesto a favor!
Presidente: Señor Carlos…
Carlos: A favor.
Presidente: En total serian cuatro a favor tres en contra.
Enrique: Señor presidente!?
(Enrique se levanta de la mesa al ver que el presidente de la junta estaba en contra.)
Presidente: El carnaval de la honestidad del pueblo de Palo Alto se ha caracterizado por el sudor de nuestros campesinos al sembrar los víveres de todo el país.
René: Estoy muy de acuerdo con usted señor presidente.
Enrique: Si pero no entiendo porque se ha opuesto.
Presidente: Ofrecer tributo de lo que se siembra para ponerlo en subasta me parece una canallada. Sabiendo que el señor Salazar se ha dedicado a extorsionar a los campesinos de este pueblo y los ha puesto a sembrar cocaína.
(Los lideres se sorprenden a las declaraciones del presidente.)
Gabriel: Es muy desafortunado lo que usted está diciendo señor presidente.
Carlos: Deseo cambiar mi voto!
Enrique: No! Sería totalmente deshonesto cambiar los votos por rumores!
Presidente: No son rumores señor Enrique.
Enrique: Me es una pena señor presidente su posición.
(Enrique desenfunda un arma, sin contar que el presidente de la junta guardaba una bajo la mesa quien al ganarle el movimiento dispara dos veces dejando a Enrique mal herido.)
Presidente: En este pueblo no se permitirán los malparidos narcotraficantes…
Niorv Ogrin
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prohibidoleerme · 5 years
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JU e GO
desato mis pasiones,
con mis dedos
transcurren el recorrido
y los miro
haer magia
Se llama pasión
le dije
es lo que sucede
cuando la luz conecta con la oscuridad
y se unen en armonía
para endulzar el jugo de la fruta
que disfruto recojer
(corromper)
mira y aprende
a veces solo pasa
una sola vez.
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elbiotipo · 2 years
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es la 5ta vez que busco como escribir una raya de diálogo y cada vez que lo hago me da más paja, son guíones y que se arreglen
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anijamthecat · 3 years
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Fluffy: jeje, es extraño, usualmente soy yo quien te abraza.... Hueles a limón.
Félix: sigues diciendo una palabra más y juro que no lo volveré a hacer.
Fluffy:.... -suspira quedándose quieto-
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@coneink lo volví a ver y se me ocurrió este guíon de la nada XD.
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montesito · 3 years
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Comfort movies
Cada tanto tengo días de mierda, o días que no son tan malos pero que son aburridos y lo único que quiero es ver una película que me haga liberar un poco de serotonina, porque todxs merecemos eso de vez en cuando. Para días así, me dedico a encerrarme en mi casa a re-watchear mis comfort movies predilectas.
Empecemos por el principio, qué es una comfort movie? Según The Urban Dictionary, una comfort movie es una película que te hace sentir un poquito menos mierda y te genera mucha felicidad sin importar la cantidad de veces que la veas, dicho esto, paso a dejar una lista de mis comfort movies que nadie pidió.
- Mamma Mía y Mamma Mía, Here We Go Again. Unas de mis favoritas que vienen en combo. Un grupo de muchas personas cantando y bailando temas de Abba en Grecia, es todo lo que tengo que decir porque es una master piece.
- La saga de Pitch Perfect. No puedo decidir cual de las tres es mi favorita porque cada tanto rota, pero el soundtrack que eligieron, el guion y el cast, my god es imposible cansarse de verlas(y obvio me se todas las canciones).
- The Duff. Bastante simple y un poco cliche, no tiene una fotografía increible y el guión no es pretencioso pero amo como se desarrolla la historia, el tiempo y la rapidez que tiene, es muy relatable y entretenida, also es muy 2015 en todo.
- Bring it on. Aca puedo hablar de todas juntas al decir que son películas medio malas y casi nada realistas pero son entretenidas. Acá de verdad apagas el cerebro y te reis del cringe que la gente podía dar; es un placer un poco culposo pero mentiría si dijera que alguna de esas películas no está en mi lista de "Ver otra vez" de Netflix.
- Our last summer. Una joyita underrated de Netflix, no vi a nadie hablar de ella y me enoja porque es hermosa. Es sobre el último verano de varios adolescentes antes de irse a la universidad, tenemos como 4 historias en paralelo y admito que la vi en mi último año de secundaria entonces la encontré muy relatable pero no por eso es mala, la fotografía es simple pero tiene algo que me llama mucho y el guíon y las historias en paralelo son buenas, cada tanto la vuelvo a ver y no me aburro nunca.
And that's it, algunas de las películas que me hacen feliz, from my heart to yours<3
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filosofia-a-la-luna · 4 years
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Nunca pensé estár en un punto de mi vida recostada en cama pensando en ¿Qué realmente es el amor?. Quizás siempre nos dejamos llevar por lo que vemos en una película, serie, libros etc. Pero sabes ahora yo tengo esa respuesta, el amor para mí es más que una sensación, un beso, una atracción sexual etc. Si no es aquello que en cuestión de segundos te vuelve loco, te alegra el día, te roba sonrisas y te hace sentir bien, pero a la vez es uno de los sentimientos más fuertes porque te puede destruir en cuestión de segundos.
Por eso te digo que sí, que te enamores, vive, experimenta todo y dame tu versión, quiero conocer más allá sobre el amor y no solo de un guíon de película.
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ambivalenciv · 4 years
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Autoayuda
Uno de mis peores miedos es terminar convirtiéndome en esas personas genéricas que comparten fotos re-editadas de personajes de una película con una texto que no sale en ninguna parte del guíon pero se ve lindo con un mensaje inspirador "Quédate con alguien que aumente tu autoestima, no tu inseguridad." Claro, lo entiendo pero no es tan fácil.
Para una persona con mis facultades le es casi imposible describir lo que siente porque los sentires son subjetivos, ¿pero sabes cuál es el colmo? Que el no saber las cosas de forma concreta nos juega la mente. No necesito que me digas nos vemos después... necesito que me digas nos vemos en 30 minutos, o 1 día, 4 semanas o simplemente no sé, creo que no nos veremos estoy ocupado.
Porque yo ocupada tengo la psiquis pensando 24/7 en todas la posibilidades en las que puedo ser mejor persona sin dañar a nadie ni perder mi escencia a costa de perder mil lágrimas y caer en cuenta de que todo lo que ya soy no soy yo.
Salgo y veo cosas para esa persona, ¿Te acuerdas que a esa persona que te mencionó solo una vez que le gustaba el color morado? Yo si. Me acuerdo y me gusta ese color por lo mismo. Lo absorbo.
Vivo por las impresiones al recibir buenas noticias de otres, un regalo, un abrazo.
Tan ilusa soy que a veces pienso que soy buena, pero no es cierto, se que soy mala, se que he dañado, que he odiado que he perdido o menospreciado. Lo siento tanto...
Me esfuerzo por entenderme todos los días pero conozco a personas que no se preocupan por si mismos y me angustia. Me angustia no poder ayudar, ayudarme, salvar de tanto a tantos.
Pero no soy una heroína, ni de droga ni se protectora de nadie, solo de mi misma.
Yo debería ser mi propia ayuda.
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javisuzumiya02 · 4 years
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1 dijiste que lincoln no puede hacer nada acerca de que lisa permita que jimmy la vea desnuda pero y si jordan lo supiera seria diferente (me imagino a jordan sosteniendo de su pie a lisa en un rascacielos) 2 Jimmy vendería su alma al diablo por ver a sarah y a lucy pelear estilo keijo 3 ¿stella 518 sigue siendo intima amiga no solo de lincoln si no de su familia de echo lina y shawn la consideran su segunda mama? 4 ¿si lincoln 319 pudiera acostarse con cualquier mujer del mundo con cual seria ?
1- Bueno, ya tratandose de Jordan la cosa cambia, por ello es un secreto muy bien guardado. 
2- Me trajiste flashback estilo vietnam al recordar escenas de ese anime...
3- No tanto como una segunda mamá, ella es como una tía para Lina y Shawn. 
4- Por el poder del guíon podría pero no se me ocurre alguna en especifico fuera de su entorno. 
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Quote
Mi vida por rato es como un argumento con contexto,o como un guíon sin ninguna coherencia.
Soy K-
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