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#garabatos caseros
edgysyamor · 9 months
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Tied Siblings💕
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i-must-be-complete · 2 years
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Nothing here, just me doing my things.
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a-go-ni-a · 1 year
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Read it in Português / Español / English
[PT] Dia 2 – Uniforme Feito em Casa
Miles rabisca ideias para um novo uniforme.
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[ESP] Día 2 – Traje Casero
Miles hace garabatos con ideas para su nuevo traje.
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[ENG] Day 2 -Home-made Suit
Miles doodles ideas for his new suit.
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wineup-es · 3 years
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Resumen de la cena #maridaje del pasado 7 de octubre con motivo del #WineUpTour en @restgarabato de #albacete. Nigiris de Vieira con Conde Valdemar #TempranilloBlanco 2020 de @bodegasvaldemar y Martín Códax #albariño Lías 2018 de @bodmartincodax Yakitoro de Pulpo con anticucho al carbón y patata criolla para Polémic@ brut #blancdeNoir #Monastrell 2020 #Croqueta de jamón ibérico con Velo de panceta con Finca Moncloa 2017 de @fincamoncloa y Bisiesto #Tempranillo 2015 de @bodegasoledad Pan Brioche con Tartar de atún, huevo de codorniz y #trufanegra con Verum #Merlot Selección 2014 de @verumbodegas Bloc de #Cochinillo con puré de patata morada y coral de remolacha con Dominio del Prior #Syrah 2014 de @fincarefugio La parte dulce: Tiramisú Casero acompañado de Conde Valdemar #Reserva 2012 de @bodegasvaldemar #foodie #experiencias #viajerodelvino #wineup (en Restaurante Garabato) https://www.instagram.com/p/CU3FYYXN3te/?utm_medium=tumblr
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ginevragaunt · 3 years
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⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀ ⠀⠀ ⠀⠀ ⠀⠀ ⠀⠀ ⠀⠀ ⠀⠀ ⠀⠀ — ascenso — Cuartel General. Londres, Reino Unido. 2021. ¿Nunca os ha pasado que cuando menos puedes moverte más ganas te entran de hacerlo? O que de pronto todo el cuerpo comienza a picarte y sientes la urgente necesidad de rascar aquellas zonas que amenazan con terribles picores constantes. Ya no solo aparece esa sensación en ese inoportuno momento, sino que alguien decide reclamarte y no se le ocurre otra cosa que hacer que llamarte innumerables veces. Culpable por no haber puesto el móvil en silencio cuando sabía perfectamente dónde me encontraba, una de las últimas pruebas para ascender dentro de la policía. Aquél examen psicotécnico en el que examinan qué tal estás de la cabeza. Son como pequeñas víboras indagando y cuestionando cada acto o acción en tu vida. Si conseguía superarla podía llegar a resolver esos casos donde la adrenalina (y el peligro) la tienes pegada a la nuca noche y día. La primera duda que tuve en mi cabeza suponiendo que había suspendido fue cuando uno de los examinadores abrió la puerta donde se iba a realizar la entrevista. Sentí su mirada recorrer mi cuerpo de arriba a bajo de manera irónica, forma en la que yo misma hubiese hecho tras encontrarme a una mujer con un traje rojo. ¿Alguna vez os han dicho que el color rojo a parte de pasión refleja otro tipo de aptitudes? Puede que no fuera buena idea vestirse con un atuendo de ese calibre, pero el traje que había preparado para la ocasión había sufrido un pequeño accidente. Bill, mi compañero de trabajo, había tenido la brillante idea de invitar a todos los de la oficina a un café. Su agilidad con la bandeja brilló por su ausencia, ya os podéis imaginar cómo terminó. (...) El examinador parecía impaciente por saber mi respuesta a aquella pregunta. Sabía que de alguna otra manera, podría tocarme dadas mis respuestas anteriores. Era conocedora de ella por compañeros que habían podido alcanzar el éxito una vez superada la prueba. - Si usted afirma que tiene vocación para este puesto de policía, ¿por qué ha esperado tanto tiempo para presentarse a esta oposición? - Verá, el trabajo en nuestro cuartel pese a ser pequeño es de un no parar, nos llegan todos los días casos a resolver y yo soy una de las jefas en mi departamento. - ¿Está insinuando que este trabajo es menos importante que el suyo? - “Zas” La primera en la frente. - No, jamás pondría en duda su trabajo. Ese u otro cualquiera, considero que todos son importantes. - “Mantén la calma Gin, te está probando.” - Pero acaba de decirme que su trabajo le ocupa la mayor parte de su tiempo, ¿Tiene usted pareja, agente Gaunt? - No, en respuesta a ambas cosas. - Tampoco le iba a contar que Thommy, el cartero que nos deja el correo en la oficina, me lanza esas miraditas obscenas cada vez que voy a por un café. O que el agente Oswald, uno de mis compañeros que está a dos mesas de distancia, no deja de lanzarme indirectas queriendo ir algún día a mi casa a tomar una cerveza. - ¿Y qué hace en su tiempo libre? - Descansar. - “Relájate, empiezas a ponerte nerviosa y cortante.” - Esa respuesta es muy ambigua. ¿Vive sola o con su familia? Fui a responder a aquella pregunta cuando el psicólogo levantó la mirada del dichoso papel que, de estar totalmente en blanco, había pasado a tener garabatos. Yo lo llamo garabatos porque no hay ni dios quien entienda ese tipo de letra. - Le voy a hacer una última pregunta, agente Gaunt. Pongamos un hipotético caso en el que está paseando por un parque con su pareja y es asesinado frente a sus ojos. ¿Cómo actuaría si estuviese cara a cara con el asesino? - Ya le he dicho que yo no tengo pareja. - ¿Y qué me quiere decirme con eso? ¿Le dejaría escapar? - ¡No!, a ver... - ¿Ah, no? ¿Se tomaría la justicia por su propia mano? - Si fuese alguien que tuviese aprecio, sentiría rabia y querría que ese mal nacido tuviese su merecido. - ¿No confía en cómo está hecha la ley? - Yo no he dicho eso. - Pero acaba de confirmar que se tomaría la justicia por su propia mano. - ¿Y usted cree que cualquier ser humano con corazón y sentimientos esperaría a que la justicia que tarda meses o incluso años se haga cargo de ello? Entendería si la persona querría tomarla por su propia mano. Además, va armado, sería un problema menos. - Que barbaridad... - Cualquiera que te diga lo contrario miente. - ¿Cree que todos los agentes de policía son unos mentirosos? - Me ha puesto un hipotético caso, y yo me he metido en el papel de una persona que tiene esos estrechos sentimientos hacia otra. Entendería que quisiera venganza. Creo que esas últimas palabras fueron lo que acallaron al psicólogo. Y digo creo porque se limitó a mirar sus anotaciones que llevaba recaudando desde hacía una hora con el ceño fruncido. Tampoco podía descifrar si sus labios me estaban maldiciendo por esa barba tan poblada que tenía o que era su manera de repasar lo apuntado. Con un gesto de despecho y desaprobación escribió con otro de los bolígrafos que se mantenían en la mesa, concretamente el rojo, un “NO APTO” tan grande que no me hizo falta ni inclinarme hacia delante para cotillear sus apuntes. - ¡¿En serio?! - Pruebe el año que viene, cuando calme su sed de venganza. - Pruebe a hacer las preguntas mejor y con menos hipotéticos casos e igual sus agentes no serían tan falsos como usted. - Ese rintintín me salió del alma. Se me habían jodido todos los planes que tenía en mente una vez entrado en ese cuerpo de policía. Ofendido por mis palabras, dio un portazo en cuanto salió de la sala, dejándome a mi y el insistente timbre del teléfono que llevaba desde que comenzó la entrevista sonando y aminorando mi paciencia. - Tú tienes parte de culpa, maldito aparato electrónico. - Gruñí mientras desbloqueaba el Smartphone con 10 llamadas perdidas. Dos de ellas eran de mi casero, seguramente me llamaba para reclamarme el alquiler que llevo posponiendo ya dos meses. Tres eran de mi compañero Oswald, seguramente sobre uno de los casos que parecía derivar a algo más grande. Si se enteraban nuestros superiores terminarían robándonos el caso. Las otras cinco lo tenía guardado con la imagen de una serpiente. Eso podía significar dos cosas, problemas o más problemas.
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Todos los capítulos de Porqué crecí tan rápido!
Puedes escuchar cada capítulo y comentar (siempre leemos todos los comentarios). ¡Este podcast es para toda la familia! (No decimos garabatos ♥)
TEMPORADA 1: La infancia y sus sueños
Capítulo 1: ¿Qué soñabas cuando niño? Los sueños de Infancia
Capítulo 2: Todo tiempo pasado fue mejor - Memorias de infancia
Capítulo 3: El Regalo Prometido - los Juguetes de Infancia
Capítulo 4: La Leyenda del Control Remoto - TV de Infancia | feat. Petite Maka
Capítulo 5: Tengo Miedo, Tengo miedo!! Terror en la Infancia
Capítulo 6: Sacarle las rueditas a la bicicleta - El Mundo del Futuro
Capítulo 7: Come on Barbie Let's go party | La música de nuestra infancia
Capítulo 8: Vamos de paseo Pi Pi Pi !! Vacaciones y recuerdos en Chile
Capítulo 9: Recreo! Recreo! ¿Dónde estás que no te veo? | Recuerdos escolares
Capítulo 10: El país de nunca jamás - Crecer y crecer | Final de temporada
TEMPORADA 2: La familia y la muerte
Capítulo 11: Yo soy tu amigo Fiel - La amistad en la infancia
Capítulo 12: Un gran Poder, una gran Responsabilidad - Super héroes de Infancia
Capítulo 13: Acabo de conocerte, y te quiero - Nuestras mascotas de ayer y hoy
Capítulo 14: Atrápalos a todos! Diógenes, Pokémon y coleccionismo
Capítulo 15: ¡Abra Kadabra! Trucos de Magia y Amor
Capítulo 16: ¡Querida encogí a los niños! | La misión de ser PADRES.
Capítulo 17: Si se la puede gana! Los concursos, sorteos y rifas
Capítulo 18: Si tú lo deseas puedes volar - El doblaje Latino
Capítulo 19: El cuento del VHS, el CD pirata y el Netflix  | La guerra de los formatos
Capítulo 20: El bullying , la envidia y la venganza
Capítulo 21: Comidas de Infancia - Un cuento Sabroso
Capítulo 22: Hoy es tu Cumpleaños Sí que Sí!! Celebremos con Pochito
Capítulo 23: Los NINTENDOS, los ARCADE y las TABLETS | Nuestros primeros videojuegos
Capítulo 24: Perdidos en Tokyo - La Magia de Perder
Capítulo 25: Más Abrigado que HIJO ÚNICO - Confesiones y Cuentos solitarios
Capítulo 26: Tres son multitud - Historias de hermanos
Capítulo 27: Abuelito dime tú - Los abuelos no son eternos
Capítulo 28: Los primos - Algo más que amigos
Capítulo 29: La familia NO SE ELIGE - Cuentos familiares
Capítulo 30: Cómo enfrentar la MUERTE y el paso del TIEMPO - Final de Temporada
TEMPORADA 3: Cosas de la vida cotidiana
Capítulo 31: Que NUNCA FALTE EL PAN
Capítulo 32: Materiales escolares, tips y recuerdos
Capítulo 33: TAREA para la CASA - Los Deberes escolares
Capítulo 34: El MEJOR sistema de salud del Planeta - Remedios Caseros
Capítulo 35: Es momento de TOMARSE un BREAK
Capítulo 36: COSAS de NIÑOS RICOS - Cuentos Millonarios
Capítulo 37: TRAUMAS de INFANCIA en ADULTOS CONTEMPORÁNEOS
Capítulo 38: De TODO un POCO - CUARENTENA RANDOM
Capítulo 39: CÓMO CELEBRAN los CHILENOS - FIESTAS TÍPICAS
Capítulo 40: ¿QUÉ es la CONCIENCIA? ARREPENTIRSE en la VIDA
TEMPORADA 4: Cómo ser adulto (joven y millennial)
Capítulo 41: IRSE de la CASA DE LOS PADRES
Capítulo 42: La MALA ALIMENTACIÓN - Causas, riesgos y consecuencias
Capítulo 43: El MUNDO LABORAL
Capítulo 44: El poder del DINERO
Capítulo 45: Amistades en tiempos MILLENNIALS
Capítulo 46: HOBBIES y PASATIEMPOS
Capítulo 47: Celebraciones de ADULTOS (jóvenes) 
Capítulo 48: ESTAR en PAREJA - CONFESIONES y CONSEJOS
Capítulo 49: El AMOR hace al MUNDO GIRAR - ¿Qué es el AMOR? 
Capítulo 50:  CÓMO MANTENER VIVO el AMOR - PAREJA en CUARENTENA
Capítulo 51: Qué TIPO de PADRES queremos SER
Capítulo 52: Siempre hay una PRIMERA VEZ parte 1
Capítulo 53: Lo podemos lograr - Siempre hay una PRIMERA VEZ parte 2
Capítulo 54: TIEMPOS análogos que NO volverán
Capítulo 55: Expectativa vs. Realidad
Capítulo 56: PLACERES de la Vida
Capítulo 57: Sólo sé que nada sé
Capítulo 58: Sueños y cosas Inconclusas
Capítulo 59: Cómo aprender a decir que NO
Capítulo 60: Los adultos NUNCA CRECEN - CIERRE DE TEMPORADA
TEMPORADA 5:
Capítulo 61: Quiero ser NIÑO OTRA VEZ ft. Todo Nerds!
Capítulo 62: La estupidez humana
Capítulo 63: La IMPORTANCIA del NANAI 💕
Capítulo 64: La LLAMA de la MOTIVACIÓN 🔥 ft. @piyoasdf
Capítulo 65: Prejuicios, Estereotipos y ROLES de GÉNERO 👮‍♀️
Capítulo 66: SANTIAGO NO ES CHILE 🔥
Capítulo 67: Somos y seremos PÉSIMOS FANS 💔
Capítulo 68: Las SUPERSTICIONES 🧠
Capítulo 69: El CAHUIN, la COPUCHA y el PELAMBRE 🔥🔥🔥
Capítulo 70: Millennials Malagradecidos 😅 FINAL de TEMPORADA
TEMPORADA 6:
Capítulo 71: TACAÑOS AL LÍMITE 💰 AHORRAR es MI PASIÓN 💖
Capítulo 72: Lo QUIERO y lo QUERO AHORA 🔥 Consumismo Responsable
Capítulo 73: TODO sobre tener un PERRO 🐕 TENENCIA RESPONSABLE
Capítulo 74: VIDA ECOLÓGICA y CALENTAMIENTO GLOBAL 🌎
Capítulo 75: MANOS A LA OBRA 🔨 Echando a perder se aprende 
Capítulo 76: Cuando ROMPEMOS COSAS 💔 
Capítulo 77: Vamos a TOMAR ONCE 🥪 
Capítulo 78: En CHILE NO HABLAMOS ESPAÑOL, HABLAMOS CHILENO 👽
Capítulo 79: ENTREGUEN SUS CORAZONES 🔥💖🔥
Capítulo 80: ¿Qué es la PROCRASTINACIÓN?🥳
TEMPORADA 7 ESCÚCHALA AQUÍ. Nos vemos en youtube e instagram!
Ilustración: Dextrous.sinistrous
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lionroots96 · 8 years
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Rutina.
               Hoy es otro día más, sin ninguna novedad que pueda perturbar la atmósfera de homogeneidad en la que llevo viviendo durante bastante tiempo.
               Un rayo de luz solar atraviesa el cristal de mi ventana y se posa en mí almohada, a mí lado reposando como yo mismo estoy haciendo antes de que suene la repetitiva alarma del dichoso despertador. A pesar de estar ''dormido'' noto como dicho haz de luz se encuentra conmigo, su calor delata su presencia, pero es un calor tan vago, tan lejano que a duras penas puedo sentirlo cuando se pasea por mi piel. Da igual que se deslice por la palma de mi mano o que me bese la frente en un intento de conseguir que abra los ojos, todo ese esfuerzo es en vano. Al menos tengo el consuelo de poder sentirme en cierta paz cuando esta luz pasa por mis ojos somnolientos pues es en ese momento en el que de verdad noto cierto calor.
               ''Ya son las siete y media de la mañana, creo que debería de levantarme.'' Buenos días querida mente, parece que hoy se te ha hecho más complicado el despertarte que a mí. ''¿Cómo que me ha costad más que a ti?'' Llevo despierto toda la noche; o eso creo, y estaba esperando a que tu despertaras de una vez para poder ser uno. ''No es posible que lleves toda la noche despierto. Si fuera así ahora mismo estarías con los ojos cerrados y durmiendo.'' Sinceramente, no quiero tener la misma discusión que tenemos a diario, hoy no estoy preparado para ello.
               La habitación ya está pintada gracias al haz que por la ventana me ha venido a visitar. El tono crema de las paredes ya es más que evidente, al igual que el horrible gotelé de gota gorda que las adorna. Paso la yema de mis dedos durante un breve instante por este, como si estuviera tratando de imitar a un invidente que lee su libro en braille, con la diferencia de que al menos el libro de este último tiene un contenido más interesante que el que podría ofrecerte este muro de cemento mal pintado. Con la punta del dedo índice dibujo estrellas y espirales imaginarias en la pared, imágenes que desaparecen al mismo ritmo que el dedo dibuja el siguiente garabato a unos pocos milímetros del anterior. Poco a poco voy creando constelaciones, sistemas y galaxias, poco a poco voy ilustrando mi propio universo. Si mi dedo tuviera tinta, estas horribles paredes ahora serían un nuevo planetario. Serían testigo del nacimiento de nuevas vidas, de nuevos proyectos, de nuevos sueños.
               Sin levantarme aún de la cama doy media vuelta para seguir descubriendo todo aquello que me rodea. Con esto también me cercioro de que nada en la estancia haya podido cambiar, en el fondo tengo la necesidad de que todo sigue tal cual lo deje en el momento en el que me acosté. La silla frente a la mesa, la mesa frente a la silla. El libro sobre la repisa, la repisa bajo el libro y el libro bajo las gafas. A voz de pronto, diría que todo está en su sitio a pesar de que aún me faltarían por comprobar unas cuantas cosas, pero lo que considero más importante sigue en su sitio.
               Alzo el cuello, y ahí está. El espejo del exterior, aquel que aparentemente permanece inmutable sin importar las circunstancias. La copa de un castaño se asoma tímidamente en el marco del espejo, parece que trata de comprobar que estoy despierto para poder darme los buenos días. Es gracioso, pero los capullos de los que brotan las nuevas y pequeñas hojas están expectantes de una muestra de algo que nunca han visto, algo completamente novedoso, puede que hasta el vuelo del más pequeño gorrión les resulte impresionante. Son como el pequeño grupo de niños y niñas de preescolar que están comenzando a conocer el mundo, tanta inocencia en un mundo tan corrupto, tal belleza en dicho despropósito. En el fondo resulta paradójico, aunque es la metamorfosis a la cual está sometido todo aquello que ha existido, existe y está por existir.
               Tras el pequeño grupo de niños del castaño se extienden otros tantos grupos similares, pero el fondo sigue siendo el mismo, el único que no recibe transformación alguna. El muro de treinta metros de alto que observa desde su máxima altura aquello que se encuentra a sus pies, aquel en el cual otro centenar de personas se encuentran emparedadas y que reciben los saludos de aquellos niños de las ramas y copas de los arboles. Me quedo mirándolo, mientras mis ojos van saltando de espejo en espejo, de terraza en terraza, de balcón en balcón, todo con el fin de ver si hay alguien más. ¿Hay alguien más? Mis ojos dicen que sí, que no estamos solos. Mis ojos dicen únicamente la verdad que a través de ellos se refleja, pero dicha verdad puede realmente apropiarse de tal nombre. ¿De verdad es meritoria de tener tal apodo? No lo sé, pero siendo sinceros, creo que nada podría tener el mérito de llamarse de tal manera. Lucir dicho nombre sería demasiado prepotente, para cualquiera.
               Inconscientemente he reptado un poco en el colchón y he logrado alcanzar el tirador del espejo, lo deslizo y el silencio se va por el mismo hueco que se ha posibilitado la entrada del exterior mí interior. ''Ahí está. ¿No lo notas?'' Sí que lo noto, siempre está. Como si fuera un perro esperando a que su dueño vuelva por la puerta por la que se ha ido a lidiar con su rutina, o como la mujer del soldado que aguarda la vuelta de su amado a casa ya sea vivo o muerto. ''Deberías dejar que entre.'' Sabes que va entrar en cualquier momento, no tienes motivos para impacientarte. Y así es, poco a poco se va haciendo su hueco y va entrando con cuidado, sin alterar lo que le rodea. Con suma cautela se acerca a mí, me acaricia la frente y el pelo. Mientras trata de abrazarme sus caricias van bajando por mi sien, dibuja el contorno de mis ojos con una delicadeza nunca vista. Sigue descendiendo con suavidad, como los labios que tratan de encontrarse con otros en la más absoluta oscuridad. Llegan a mi nariz y me besa con un tacto aterciopelado, sin prisas ni fuerzas. Probablemente sea una de las mejores sensaciones que tengo a lo largo del día, o al menos una de las que más tranquilidad me transmiten, de las que más me apaciguan. Lo único que hago es acomodarme y dejar que aquel beso me invada con su olor a humedad, a tierra mojada y a pan recién hecho. La banda sonora está a cargo de los repartidores, conductores y transeúntes que se han aventurado a pisar el exterior. Ni la peor comedia romántica permitiría que sonara esto en su cinta, pero a mí es la que más me gusta.
               - Buenos días.
               ''¿Has oído eso?'' No, no he oído nada. Lo que debes de haber ''escuchado'' ha debido de ser una ilusión. ''¿Cómo que una ilusión? No seas así de escéptico, porque ambos sabemos que tú también lo has escuchado.'' Te repito que no he escuchado nada, lo único que puedo oír es el rumor que viene de la calle y quitando eso, no he podido escuchar nada. ''Lo que tu digas...''
               Vuelvo la mirada al interior del habitáculo, allí está la estantería, allá la ropa, y al lado de la puerta el perchero con mi chaqueta y mi camisa de franela. La puerta está cerrada, dejando ver lo que tras de ella se escondía. Allí permanecía, nunca se iba, vigilaba mi sueño y las horas que paso en este rectángulo. Puede que sea quien mejor me conoce, quien más horas ha pasado a mi lado, quien más mierda ha oído y recibido. Es a quien más he evitado a lo largo de mi corta existencia y quien más me acompaña. Paradójico cuanto menos, pero ahí está. Esperándome como cada minuto, hora y segundo, pero yo rehuyo de su mirada, ni siquiera me atrevo a mirarle directamente. Cosa que no va a cambiar hoy.
               Tras un gran esfuerzo, me incorporo en el borde de la cama. Mis pies están colgando y bailando por la inercia del movimiento. Miro un momento hacia estos y el suelo me parece tan distante, tengo la sensación de que se encuentra a kilómetros de donde yo me encuentro. En cierto modo, la imagen me produce hasta vértigo. ''¿A qué esperas? Bájate de aquí, así no vamos a hacer nada.'' Ya, ya, no me metas más prisas. ''No te estoy metiendo prisa alguna, llevamos haciendo esto años y años. No tendría por qué ser tan difícil, ¿no?'' Ya, eso es cierto...  Solo hizo falta dejarse resbalar un poco por el borde y mis pies tocaron el desnudo y frio mármol que vestía el suelo de toda la casa. Llevaré años viviendo bajo el mismo techo, pero el suelo cada día me parece más frio. Me estiro un poco, camino hacia la puerta y la abro sin levantar la vista del picaporte. En el fondo creo que así estoy abriendo mis horizontes.
               El pasillo está iluminado por los otros espejos exteriores de la vivienda, como por ejemplo los de la habitación vacía que está a la derecha de la mía, o los de la sala de estar. Miro un momento a la habitación de la derecha, luego miro a la izquierda. Todo sigue igual. A la derecha, nada. A la izquierda, el radiador y dos cuadros con los que el casero trataba de dar cierto aire de refinamiento a la vivienda, es una pena que esos cuadros los encuentres en el bazar que está en la calle trasera. Camino sin prisas por el pasillo mientras observo aquellas obras. Son una imitación de Gustav Klimt, o mejor dicho, una degeneración de lo que podría haber sido una de las peores obras de Klimt. Si tuvieran que transmitir algo te dejarían frio como el radiador que está al final del pasillo, aunque al menos el radiador puede excusarse debido a las temperaturas a la que nos encontramos. Giro la esquina del pasillo y entro en el lavabo de la derecha, necesito utilizar el baño y lavarme un poco la cara.
               Salgo del baño con la pequeña toalla de manos rodeando mi cuello, como si de una bufanda se tratara. Me seco las pocas gotas de agua que quedan en mi cara, mientras me acerco a la intersección que conjuga la entrada en el centro, la cocina a la izquierda y opuesta a esta, el salón de estar.
               De este ultimo emana una luz que ilumina, la mayor parte de la raquitica cocina y que permite ver lo que en ella hay. Las encimeras en las que están la pila del fregadero, la cafetera, un pequeño microondas y una minúscula vitrocerámica con horno que funciona cuando le viene en gana. Al final de la cocina está la mesita de ''madera'' en la cual como, bebo y vivo. Rematada con un par de taburetes que más que acomodarte te deforman la columna vertebral y te destrozan las rodillas. ¿Cuánta gente habrá vivido aquí antes de mí? No lo sé, pero la cifra no parecer ser corta. O eso es lo que el hule puede atestiguar por su aspecto descolorido y el tono pseudomate que presenta. ¿Habría habido alguien que se hubiera puesto a contar el número exacto de flores que este había? Lo dudo profundamente. Lo más brillante de la estancia podría ser el cenicero de tono ámbar que reposaba en la mesa, siendo este acompañado por mi paquete de Brooklyn y las cerillas Tres Estrellas. Normalmente habría entrado y encendido el primer cigarro del día en ese preciso instante, pero hace ya un tiempo que no practico dicho ritual. El motivo exacto por el cual este ya no forma parte de mi rutina matutina es inexplicable. Sólo se fue. La cafetera la dejé preparada antes de acostarme, así solo tendría que echar el café y conectar a la corriente. La vajilla y la cubertería en su correspondientes aposentos. El reloj vigilando desde su puesto estratégico. La ropa planchada apilada cuidadosamente sobre un taburete en la esquina izquierda. Su vecina derecha daba cobijo a la lavadora y la zona de la colada, que se extendía por las cuerdas y pinzas hasta la pared de la despensa de mi vecina.
               Aparté la mirada, centrándola en la puerta contigua a la cocina. Una puerta blindada, con mirilla y tres cerraduras, acompañada a su vera por el telefonillo que me comunicaba con el portal. La madera no es que estuviera en malas condiciones, pero no había sido cuidada y tratada como hubiera sido necesario. Estaba un tanto seca y en algún punto un poco levantada, pero no astillada. Tenía golpes en el marco donde se encontraban las cerraduras, arañazos en las mismas, un picaporte y unos encajes de latón con el brillo comido por el paso del tiempo y el cambio de manos. Las bisagras habían adquirido un bronceado sucio, a la par que un chirrido la mar de desagradable. ¿De qué se estaría quejado? Vete a saber. El lustre del conjunto no había desaparecido en su totalidad, pero su debilidad era precoz. Lo más gracioso de esta escena es cómo el telefonillo se mimetiza con su entorno, ya que con el paso del tiempo había adquirido el mismo tono que vestían las paredes del pasillo. Una escena demasiado corriente.
               Tras contemplar brevemente aquella obra decidí mirar la última opción que quedaba, la cual daban luz a las anteriores y las dotaba de cierta vida. El salón, que a pesar de no ser especialmente amplio estaba mejor ornamentado que el resto de la vivienda. En este te recibía una puerta de madera acristalada que abría paso a la estancia. Al entrar en esta puedes apreciar que lo más llamativo es el mueble de palisandro que recorre gran parte de la pared izquierda, y que da cobijo a varios cajones y estanterías llenos de discos, películas, libros y comics. Para completar el conjunto está un pequeño mueble bar que he transformado en estantería/lugar-de-los-recibos, aunque en esta siga residiendo mi botella de whisky favorito. A decir verdad se han hecho grandes vecinos. Dejando atrás el mueble principal; y siguiendo el ritmo habitual de la lectura panorámica de un entorno, se encuentran dos plantas del casero que dan un poco de vida ''natural'' a la estancia. No sé que serán, pero su función la cumplen con creces. Encima de estas hay un cuadro con un poster de mi película favorita. El casero fue reacio a hacer agujeros, pero tras ver el poster de Drive supo que le daría un toque único. El fondo está compuesto por un gran espejo por la cual toda la luz entra. El marco de este es completamente blanco esmaltado, destacando sobre el tono crema que caracteriza a las paredes de toda la casa. Debajo de este había un radiador que aclimataba la sala, sino los inviernos serían una autentica pesadilla. Este conjunto estaba vestido por unas finas cortinas de un blanco inmaculado, ellas mismas ajustaban adecuadamente la intensidad de la luz. Un poco por delante del espejo exterior y el radiador, se encontraba el sofá negro como la hulla en forma de ''L'' que daba asiento a todo aquél que lo quisiera y la verdad es que era bastante confortable. En el lado derecho de la habitación; y obviando parte del sofá, no había mucho más que otra pareja de los cuadros del bazar, que al parecer le gustaban a mi casero. Por último había una mesa de cristal con un juego de seis sillas que alguna vez he utilizado cuando ha habido gente en casa, pero quitando esas veces su principal uso es el de reposo de mis llaves/cartas/publicidad. Del salón poco más queda decir, pues queda la mesa de café, la alfombra sobre la que reposa, la lámpara que da luz y un televisor con el DVD. Nuevamente me quedo contemplando esta instantánea, todo permanecía inmóvil, solo la pequeñas partículas de polvo danzaban grácilmente por el aire al soniquete de un melodía imperceptible. Según iba adentrándome en la plenitud de la habitación me detuve frente a un cajón del mueble principal, lo abrí y de él saque una pequeña caja que deposité en la mesa de cristal. De la caja saque una figura del monte Fuji y mí bolsa de conos de incienso de Ylang. Puse el cono en la plataforma, lo encendí, dejé que consumiera un poco más de oxigeno y lo encerré en la figura del volcán, que ahora parecía tener una mayor actividad. Continué mi marcha hacia el final de la estancia; mientras dejaba que el incienso perfumara la casa, con el objetivo de abrir y que entrara un leve brisa para oxigenar la vivienda. Esquivé la mesa de café, me apoyé en el respaldo del sofá y tras un suave movimiento de mano una débil corriente de aire fresco irrumpió en la sala. Volví a situarme bajo el marco de la puerta. Las hojas de plantas temblaban y se sacudían con el hálito del exterior, mientras las cortinillas dejaban danzar libremente la parte baja de sus finas faldas y el humo del monte Fuji viajaba por toda la casa. La música del exterior había conseguido penetrar nuevamente en la casa y había cierta vida en ella.
               Tras un minuto contemplando en lo que se había transformado aquella escena estática, decidí volver sobre los pasos que me habían transportado hasta aquella intersección de habitáculos y puertas. Volví a mi habitación, sin antes olvidarme de dejar la toalla que hasta aquel momento me había acompañado y; en cierto modo, abrigado. Me topé frente a la entrada, cerré la puerta tras mi paso y di media vuelta. Ahí estaba como cada mañana, como cada tarde, como cada noche. Nos miramos fijamente, nos estudiamos, conocíamos cada milímetro que nuestros ojos recorrían, pero era necesario volver a hacerlo. Algo nos impulsaba a ello, no éramos conscientes, simplemente lo hacíamos porque algo nos ''superior'' movía. Íbamos enumerando y tachando cada una de las cosas que nos encontrábamos, nos cerciorábamos de que todo se mantenía dentro de lo correcto. La lista se hacía cada vez más pequeña y todo se mantenía dentro de las previsiones, pero llegó el primer desequilibrio. Y un segundo, seguido de un tercero, que venía de la mano de un cuarto y un quinto, e incluso me afirmo que vendría acompañado de una ristra más, pero el peso algunos es mayor que otros; aunque el conjunto siempre es lo que más pesa. ''¿Qué miras con tanto detenimiento?'' Lo que no concuerda. ''¿Qué no concuerda?'' Esto. ''No veo nada.'' Ese es el problema. ''¿Qué no vea nada es el problema?'' No, no me has entendido. ''Te voy a ser sincero, no tengo ganas de empezar con la cantinela que tenemos todos los días.'' No hay que empezar nada, te lo he dicho miles de veces. Tan solo quiero que me escuches y me comprendas por una vez. ''Todos los días lo intento. Aunque no me creas cuando te lo digo, te juro que lo intento.'' Ya... ''Entonces, ¿cuál es el problema?'' Supongo que ninguno. ''Menos mal.''
               Supongo que será normal no ver nada.
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edgysyamor · 10 months
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Happy Family
37 notes · View notes
edgysyamor · 7 months
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He arreglado mi diseño anterior de Archie Fog 🧡y lo he colocado junto a los Graves (parece más enano de lo que realmente es, jeje)
Bonus con spoilers:
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Lo dibujé con la boca cerrada primero pero no quería hacer más planos donde mostrara sus dientes afilados, por eso lo dejé de esta manera. Me equivoqué también en el nombre, pues es Ezran Graves. Pero la pereza me impidió arreglarlo, jaja.
Ambos aparecen en mi reciente fanfic. Por obvias razones Archie es más adulto, aunque conserva el mismo estilo del edit que me regalaron.
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i-must-be-complete · 2 years
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Ahora les presento a Taras Vassiliev
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Aleksey
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y Tharaa Alabi.
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i-must-be-complete · 2 years
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Compartiré los prototipos de mis OC's en grupos de tres. Empezando por Diya Yarur.
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Everett Richter
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y Abel Gavia.
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i-must-be-complete · 2 years
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Y por último Sika Eto'o (junto a Johari)
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Keita Eto'o
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y Darren O'Donnell.
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Planeaba publicar estos dibujos cuando finalizara el primer arco de mi historia pero los terminé antes.
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edgysyamor · 4 months
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My Favorite Couples of Siblings🖤✨
Separated versions!
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i-must-be-complete · 4 years
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The ritos have more details than I tought.
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i-must-be-complete · 4 years
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"Mother taught me everything I know"
Just I wanted to draw kid Leon and his mother, my OC, Fedora Powalski. She is not affectionate, actually, but love her son.
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i-must-be-complete · 3 years
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My first time drawing my inward anthro.
Well, just wanted to share it. She’s here finally!
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