#como para sacarme las ganas
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Necesito 3 dias para pudrirme en cama
#ya termine todas las comisionws q tenia#me queda zine work y hacer cosas nuevas para la feri#y aunque realmente quiero meterle a eso#por otro lado ya no quiero saber mas nada de la vida en general. me quiero quedar tirada todo el dia#siento q no importa lo q haga me va a seguir yendo para el orto y vale realmente la pena seguir haciendo cosas?#es como q mi mente acepto q soy un fracaso en todos los sentidos pero mi cuerpo sigue moviendose en automstico#me falta nomas una voz externa q me diga q todo es un fracaso y me deje de joder a ver si finalmente lo entiendo#no sirvo para trabajar asi q nadie me contrata. no sirvo para hacer comisiones. no sirvo para feriar#no sirvo ni para ser persona asi q no se por que crei q podia hacer cualquiera de las otras#despues de la feria q ya pague ahora el 5 me voy a tomar un tiempito para stockearme tranqui y capaz ir a caba#como para sacarme las ganas#pero ya se q no deberia. estoy encaprichada nomas#realmente a veces no entiendo como una persona puede llegar a ser tan inutil (yo)#haunted.txt
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Estoy traduciendo CSAU al español y estoy sufriendo tratando de que los personajes suenen neutros porque cada tanto se les sale lo porteño. Estoy aca como:
Así que nomás para sacarme las ganas acá están paneles random con los diálogos todos mal y con jerga Argentina (tranquilos, no se van a quedar así, lo hice para reírme sola nomas mientras traduzco)
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Traumas (Jace / Benjicot / Cregan)
Masterlist de mi autoría
Parte anterior
Jace: El mayor de los Velaryon, al igual que su hermano menor, tenía serios problemas de confianza. No se creía suficiente. Y ver que los bastardos tenían dragones hizo que sus inestables sentimientos de pertenencia a la corona se desmoronaran. Y esa frustración y miedo se desviaba a otros ámbitos. El amor era uno de ellos.
—Soves.—
—Sovvvesss.—____ rió bajito al ver como Smoke miraba a Addam con confusión.
—¿Soy muy malo?—
—Conozco a alguien peor.—El joven marinero le sonrió a la mujer, pero ese pequeño momento pasatista se tornó pesado en cuanto Jace llegó a la playa.
—... Mi madre te busca.—miró a Addam con expresión seria, y el marinero entendió enseguida que debía irse cuanto antes porque se marchó sin rechistar.
El par quedó a solas.
—¿No te parece maravilloso volver a ver a Brumita tan cerca de casa?—____ acarició el hocico del animal—. Es como si mi tío volviera a-
—¿Te gusta él?—
Aquella pregunta descolocó por completo a la princesa.
—¿Qué dices, Jace?—
—Pasaste toda la tarde con él, no viniste a la reunión.—
—Tu madre no me solicitó para la reunión... Me pidió que ayudara a Addam.—la chica quiso tomar sus mejillas, pero el joven la apartó de mala gana, frunció el ceño indignada—. ¿Qué te pasa, Jace?—
—Él apareció y te perdí, congeniaron tan bien que yo...—agachó la mirada, jugando vagamente con sus manos.
—¿Que tú qué, Jace?—el chico no respondió. ____ notó lo tenso que estaba su prometido últimamente, y a pesar de que intentaba calmarlo, nada funcionaba—. Jace... Habla conmigo.—esta vez, el chico se dejó tocar. ____ tomó sus mejillas, notando sus ojitos humedos—. Dime... ¿Qué te preocupa?—
—... No soy suficiente para ti, ____... ¿Qué me diferencia de Addam?—las manos de Jace tomaron las muñecas de la chica con preocupación—. Dos bastardos, dos dragones... Incluso su cabello se parece más al de sir Laenor. Ya no soy un bastardo privilegiado. Como tu esposo no valgo nada.—
—Jace...—____ se acercó al joven, quien bajó sus manos a la cintura ajena. La rodeó con cariño—. A mi no me importan esas cosas, piquito de pato.—rozó su nariz con la ajena, sacándole una pequeña sonrisa—. Yo te amo a ti por quién eres... Un príncipe hermoso, caballeroso, muy muy cariñoso y algo caprichoso, sí... no me importa de los testículos de quién saliste... Y me da cierto alivio no ser primos, aún se me hace raro todo eso.—
—... ¿Aún me querrías si otro bastardo toma el trono?—
—Nadie te quitará el trono, patito.—le dio un besito fugaz—. Y aunque no estés en el trono, yo te seguiré a donde vayas. Príncipe, rey, caballero, pescador... Seas lo que seas, no podrás sacarme de tu lado.—
—¿De verdad?—
—Si, corazón.—le dio otro besito, y luego otro—. Asi que deja de espantar a los jinetes de tu madre ¿Si?—
—... Escuché cuando dijiste que mi alto valyrio es horrible.—
—No dije tu nombre.—
—No, pero era evidente.—____ rió con aquello, rodeando su cuello y volviendo a besarlo, esta vez de forma más seria. Las manos de Jace se entrelazaron en su espalda baja, acercándola lo más posible.
—Te amo, piquito de pato.—____ dejó un último beso en sus labios antes de separarse.
—Y yo te amo a ti, ____...—
Benjicot: a pesar de que en el campo de batalla era un guerrero despiadado, fuera de el Ben es una persona relajada e introvertida.
Pero esa paz enseguida se quebraba en cuanto algo o alguien agitaba la calma de su día a día. Era muy explosivo, y por si no fuera suficiente eso, era muy celoso y algo inseguro.
Desde que Benjicot Blackwood fue comprometido a la hermana mayor de Oscar Tully, todos sus días eran de dicha. Amaba a la joven. Tanto que su vida giraba completamente alrededor de ella.
Desayunaban juntos, luego Ben atendía asuntos generales mientras ____ buscaba algo con lo que entretenerse. Luego paseaban juntos por Riverlands, o simplemente por Raventree. Hasta que al atardecer cenaban y se iban a la cama. Tenían una rutina simple, una disfrutable.
Pero entonces Oscar vino una tarde, con otro planteo más de alianzas Bracken-Blackwood.
—Esas mierdas no sirven, amigo mio.—
Ben miró a Oscar con cierto aburrimiento.
—Porque tu padre era muy terco, pero confío en que tú podrás lograr que sea un éxito.—Oscar lo miró emocionado, y luego a su hermana—. Además tienes a ____ a tu lado, ella sabrá manejar las cosas de forma pacífica.—
—¿Qué tienes en mente, pequeño revoltoso?—la mujer miró a su hermano con un cariño infinito.
—Intercambio de caballeros... Un Bracken velará por la seguridad de ustedes. Y un Blackwood irá a tierra de los Bracken. No es muy complejo.—
—Suena bien, pero arriesgado. No quiero que ningún Bracken nos apuñale mientras dormimos.—
—Conoces al postulante Bracken. Nunca te apuñalaría...—
—¡Aeron!—____ miró emocionada al joven que se acercaba a caballo.
—Ha pasado tiempo, milady.—Aeron bajó de su montura, acercándose a la mujer sonriente—. Es un placer poder salvaguardar su seguridad.—
Solo entonces Aeron se dirigió a Ben, quien no estaba para nada cómodo con la presencia de un antiguo rival frente a él. Tal vez para la mujer era un viejo amigo, uno de los tantos que tenía por todo Riverlands. Pero para Ben no era nada de eso. Años atrás, por disputas relacionadas a los límites de tierra, ambos se fueron a los puños de forma grave. Y esa espina todavía seguía ahí.
—Milord.—Aeron lo miró—. Espero que las asperezas del pasado sean eliminadas a partir de ahora.—
Benjicot no estaba muy seguro de eso.
Desde ese día, Aeron se estableció como guardia principal de la fortaleza. A pesar de las asperezas entre casas, el rubio no tardó en adaptarse al resto de guardias y trabajadores del lugar. Era simpático para los hombres, atractivo para las mujeres. Se ganó su lugar con gracia.
Pero aún así, Benjicot no lo quería cerca.
—¿Tardarás mucho con las reuniones?—
—Me temo que si.—
____ abotonaba la chaqueta de Ben, terminando por acomodar su cuello. Se aferró a él acercándolo y dejando besitos en sus labios. El chico sonrió con aquello.
—Pero puedes ir a los campos del norte, querías hacer un huerto pequeño en el jardín ¿No?—
—¡Cierto! Le pediré a Aeron que me acompañe. Su padre era granjero, debe saber mucho de eso.—
Aeron...
Ben comenzaba a molestarse.
Durante toda la tarde atendiendo sus obligaciones, Ben no pudo dejar de pensar en la idea de que su bella esposa estaba compartiendo un momento de relajación con el Bracken.
Mientras él discutía inversiones y futuros eventos de Raventree, ____ escogía semillas y plantines junto al rubio. Probablemente riendo, charlando de tonterías que él no entendía, pues la agricultura no le interesaba para nada.
¿Ella apreciaría más a Aeron por compartir pasatiempos?
¿Y si comenzaban a compartir más momentos juntos?
...
¿Y si ella lo prefería a él?
—No estamos en época para plantar esas. Guárdalas para más adelante.—
—¿No se echarán a perder?—
—Son semillas, no pan.—____ rió bajito, aún revisando las semillas que traía en aquella cesta.
La mujer había vuelto del mercado hace un buen rato, y como aún había luz del sol, decidió organizar lo que haría el día siguiente. Lo último que esperaba esa tarde era a su esposo apareciendo de la nada y maltratando a su guardaespaldas.
—¡Benjicot!—____ apartó como pudo a su lord, quien le había atinado un gran puñetazo al caballero, tumbándolo en la removida tierra de la huerta.
—¿Te robabas nuestras tierras y ahora quieres robarte a mi esposa, eh? Escoria Bracken.—
—Solo elegíamos semillas, Blackwood. No es nada de-
—¿¡y si te corto las manos!?—
—¡Ben!—Un cachetazo resonó en el lugar, y Ben parpadeó una y otra vez. Parecía haber salido de un trance gracias al ardor en su mejilla—. Deja en paz a Aeron, no ha hecho ni insinuado nada.—
—Me pegaste...—
—Y lo haré de nuevo si no te despejas.—____ tomó sus mejillas, mirándolo con cierta ansiedad—. No estamos en un campo de batalla, Ben... No seas un bruto.—
El hombre se arrepintió enseguida al ver que su esposa estaba algo asustada por su comportamiento. No solo la asustó, sino que rompió el inestable acuerdo de paz al golpear a Aeron.
—Lo lamento...—Ben miró como su esposa ayudaba a Aeron a levantarse, para luego alcanzarle un pañuelo para la sangre que escurría por su nariz.
Se marchó sin más, pues no supo qué decir o hacer.
Un asfixiante sentimiento de que había arruinado todo le carcomió los pensamientos durante todo el camino hasta la fortaleza.
Cuando ____ llegó a su cuarto, no encontró a Ben ahí. Se preocupó un poco, pero enseguida supo dónde podía estar.
—Sabía que estarías aquí.—se sentó junto a Ben en aquel banquito frente al arciano.
Un silencio algo raro los rodeo, hasta que Ben lo rompió.
—... ¿Estás muy enojada?—
—No es mi enojo el que debería preocuparte.—
—... ¿Pero estás enojada?—
—Si, Ben. Estoy enojada.—____ lo miró—. Ya hablamos muchas veces sobre ese autocontrol que necesitas.—
—Estaba muy cerca tuyo... ¿Cómo esperabas que reaccionara?—
—Romperle la nariz era lo último que esperaba. Y no estábamos haciendo nada, Ben. Elegíamos semillas.—
—... Debiste esperarme a mi.—
—No sabes una mierda de plantas.—
—Pues aprenderé. Aprenderé para que no tengas que volver a hablarle.—
—Es mi amigo, seguiré hablándole.—Ben se levantó del banco frustrado—. ¿Qué te molesta? ¿Que sea un Bracken?—
—Que le sonrías.—____ se sorprendió con aquello—. No tengo el tiempo necesario para compartir momentos contigo, y él si... Además te hace reír... Me sentí mal, molesto.—la miró con cierto ruego—. Así que por favor, no te enojes conmigo.—
La mujer no tardó en abrazarlo, sintiendo como Ben le devolvía el gesto con cierta necesidad.
—Eres dueño de mi mano, mi corazón y mi completo y absoluto amor, Benjicot... Pero mi sonrisa y voz... Me temo que dártelos solo a ti es mezquino ¿No te parece?—
—Sonríele a quien quieras... No a él.—la chica resopló apenas.
—Ya, deja eso...—atrapó sus mejillas—. Te amo, Benjicot Blackwood... Tú eres y serás la única persona dueña de mi corazón, con quien pasaré el resto de mis días, con quien tendré hijos... Es la verdad, y tú debes entender eso.—
—... ¿Solo a mi me quieres?—
—Solo a ti.—____ lo besó.
Ben suspiró con cierto alivio, volviendo a abrazarla.
Cregan: Cregan es una persona que ama mucho, de forma intensa. Ya perdió dos esposas y la tercera, como es de esperarse, no termina de entrar en su corazón. Tiene miedo de volver a abrirse a ella, y esa tosquedad no hace más que generar inseguridad en su esposa.
Los días de ____ Mormont en Winterfell eran grises.
No debido al clima complicado, no debido a la gente, sino debido a la llana y deprimente vida que llevaba entre las paredes de la fortaleza.
Su casamiento fue por mero beneficio, pero creía que podia llegar a mejorar. Veía en Cregan a un buen hombre, un buen esposo. Tenía la ilusión de que podrían formar una bonita familia.
Pero estaba equivocada.
El lord de Winterfell era correcto, si. Educado y muy respetuoso. Pero su actitud era incluso más fría que la nieve del otro lado de la montaña.
No me ama.
No me desea...
¿Para esto se casó conmigo?
¿Para tenerme aqui sin hacer nada?
____ pensaba a diario en romper el compromiso, después de todo, incluso su pureza estaba intacta. Cregan ni se había molestado en cumplir sus obligaciones.
Ese pensamiento intrusivo terminó de explotar cuando el príncipe Velaryon aterrizó en la muralla.
La mujer no solía ir tan al norte, pero justo ese día, justo esa tarde, había decidido enfrentar a Cregan y romper lazos. Grande fue su sorpresa al conocer al joven de bonita sonrisa.
—No deberías estar aquí.—Cregan rompió el pequeño trance que la mujer tenía con Jacaerys.
—... Envié un cuervo a mi isla, para mi padre. Y podría haberte enviado un cuervo a ti también pero preferí decírtelo a la cara.—lo miró—. Romperé nuestro compromiso... Bueno, ya lo rompí.—
—... ¿Qué?—
—Los Mormont se mantienen siempre firmes... Pero yo no le haré frente a este... Ninguneo. Soy tu esposa, no un potus colgado en el salón.—
Cregan no supo qué responder. Aquello lo tomó completamente por sorpresa. Y lo peor fue cuando ella ignoró su presencia, enfocándose en el príncipe.
—Principe, como habrá escuchado, acabo de romper mi compromiso y he recuperado el control sobre mi ejército... Cuente con la casa Mormont. Seis mil hombres están a su disposición.—
—Gracias, milady.—____ le sonrió, y Jace lo hizo también.
—Bueno, eso era todo. Volveré a recoger mis cosas y marcharé a mi hogar en unas horas.—
El par de hombres miró a la mujer alejarse con gran porte, como si no hubiese roto un casamiento y jurado miles de hombres en solo unos minutos.
—... Hablaré con ella, esto ha sido un malentendido.—Jace miró a Cregan con aquello—. Pero no se preocupe, el apoyo prometido por mi esposa seguirá vigente.—
—Algo me dice que ya no es su esposa... Lady ____ no parece ser de las que se retractan.—La pequeña sonrisa de Jace se desvaneció al ver que a Cregan aquello no le hizo gracia.
—¿Qué fue esa escena frente al príncipe?—____ no se molestó en mirar al hombre que entraba al dormitorio.
—Esté o no él ahí, la escena se daría igual. Si me conocieras un poco sabrías que vergüenza es lo último que tengo.—acomodó unos pocos vestidos en una maleta pequeña—. Alégrate, Cregan. No volverás a verme aquí, parece que eso te molestaba.—
—Eres mi esposa.—
—Era.—
—... No puedes romper nuestro compromiso sin consultarlo conmigo antes.—
—¿Por qué? ¿Qué dirás para evitarlo? ¿Que me amas? ¿Que no podrías vivir sin mi? ¿Que me quede por los hijos que ni siquiera te has molestado en darme?—El hombre se removió incómodo, pues la lengua de la mujer era filosa. Rasgo que desconocía de ella. Uno de los tantos, en realidad—. Sigue llorando a tus esposas muertas, que la viva no llorará por ti.—tomó la maleta, mirándolo con cierto alivio—. Y la próxima vez que quieras casarte, procura pensar que la mujer tiene sentimientos también, no somos un adorno.—____ caminó hacia la entrada, pero entonces Cregan se interpuso en la puerta.
—Debiste plantearme antes estas inquietudes.—
La indignación de la mujer fue absoluta con aquello.
—No son inquietudes, son obviedades. Si plantas una flor, es sabido que debes cuidarla, regarla, que le dé el sol, que el frío no la lastime... Porque si esperas que exista sin un mínimo de atención... Eres un idiota.—
—No te ha faltado nada desde que llegaste.—
—Amor, aprecio... Aunque no lo creas, es algo necesario en un matrimonio funcional.—La chica pasó de él, saliendo del lugar.
Mientras que el pecho de la mujer se aligeraba, el de Cregan se hundía. No tanto por el sentimiento de falta, sino por las asperezas que surgirían entre las casas.
Cregan lamentaba que aquello no funcionara, pues de verdad creía que con el tiempo podía llegar a abrirse a la mujer. Pero no entendía que, asi como él esperaba que ella le tuviera paciencia, ____ se hundía en un pozo de incertidumbre y soledad.
#español#hotd#house of the dragon#hotd fandom#jacaerys velaryon#jacaerys x reader#cregan x you#cregan stark fanfic#cregan stark x you#cregan x reader#benjicot x reader#benjicot hotd#benjicot blackwood
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ADVERTENCIAAAS: +18, obscenidad, sexo sin protección, ¿degradación?, lenguaje explicito. creampie
Nos encontrábamos en una de las spider fiestas, obligue un poco a Miguel para que viniera, pero accedió con demasiada felicidad, se veía demasiado guapo, lucía unos pantalones y una camisa color negro, color que le sienta de maravilla, usaba unos lentes oscuros que le cubrían sus ojos rojos. mientras tanto yo vestía una falda y un top negro con unas botas largas, al principio Miguel no estaba muy convencido con mi elección, sin embargo, se mantuvo mirandome un rato, de arriba abajo y dejo de discutir aceptando mi vestimenta, sin duda tiene planes para cerrar la noche.
Miguel se encuantra sentado en una silla junto a la barra conigo parada enre sus iernas, una de sus manos sostiene el vaso de whisky que pidió mientras su mano libre se encuntra sosteniendo mis caderas, mientras me muevo al ritmo de la musica en los altavoces, mi respectiva bebida sobre la barra. El resto de los spiders mpezaban a entrar en ambien y la pista comenzaba a llenarse, mi intención era ambientar a Miguel, pero nada parecía funcionar.
— Vamos Miggy — dijo mientras acariciaba mi cintura de arriba a abajo
— No tengo ganas de bailar ahora, pero ve a disfrutar mientras
— Pero quiero bailar contigo — dije mientras le bateaba las pestañas inocentemente
— en un rato más, primero quiero verte bailar — recibí una sonrisa coqueta de su parte, a pesar del tiempo que llevamos juntos cosas como estan logran sonrojarme, intente seguir insistiendo pero por más que le insiste no logré doblegarlo, fue entonces cuando vi a Alexia, una de mis amigas mas cercanas en la cede quien se acerco a nosotros.
— Ven Ali, acompañanos — dijo emocionada — Te la robaré un momento — Se dirige a Miguel, quien asiente y palmea mi cintura
— Ahorita vuelvo — me desped[i de Miguel con un beso en los labios
— Anda diviertete — podía sentir su mirada sobre mi mientras me alejaba, Alexia me guio hacia un grupo que bailaba y cantaba una canción latina, pero muy tipica en estas fiestas, pues todos se la sabían
"CANDY" de Plan b
— Le gusta a lo kinky, nasty y aunque sea fancy se ponte crakly si lo hago romantic — cantaban todos al unisono, mientras se movian al ritmo de la musica, rodeando a personas al azar quienes bailaban en el circulo, Alexia y Peter fueron algunos de los que pasaron.
Al terminar la canción, hicieron un cambio drstico de genero musical, iniciando con una bachata, eres mia de Romeo dantos,
justo en la primer estrofa, se acerco alguien para sacarme a bailar, cuando descubrí quien era, se trataba de Jacobo, otro de mis compañeros y un amigo no muy cercano, al estar en contacto visual con Miguel despues de dedicarle mi anterior baile pude apreciar el momento en que miro por encima de sus lentes, con los ojos osciuros y una mirada asesina a mi pareja de baile, dejo su vaso de whisky sobre la barra mientras se ponía de pie y caminada hacía nosotros.
Ellos siempre habían tenido un tipo de rivaliad que jamás entendí, desde antes que yo fuera parte del equipo, Jacob detuvo sus movimientos mientras Miguel me extendía su mano
— Jacobo — dijo mirandolo friamente mientras envolvia mi mano con la suya — con permiso — rodeo mi sintura y yo pose mi mano en su pecho mientras guiaba mis movimientos, direccionando mis caderas con las suyas, a decir verdad a Miguel de le da muy bien bailar, aunque no lo parezca, fue el quién me enseñó, seguimos bailando, me giro elegantemente y termine con mi espalda en su pecho mientras me seguía moviendo Contra él, para finalizar la canción me giro sobre mi propio eje, terminado cara a cara, con sus labios cerca de los míos, no pude resistir y lo bese, beso que el correspondió, nos fundimos tanto en nuestro baile, que solo los aplausos nos hicieron salir de nuestra burbuja.
Continuamos bailando un par de canciones más, después de unas horas, comenzó a sonar "Me rehuso" de Danny Ocean tome a Miguel de la mano y nos dirigi a la pista nuevamente.
Me abrazo desde atras con su boca a la altura de mi oreja, donde lo escuché cantar, yo estaba sonriendo moviéndome con el ritmo de la música con mi mano sobre su mejilla cantando también, me giro para esta cara a cara, aún con sus manos en mi cintura, junto nuestras frentes.
- Sin mirar atrás sin buscar a nadie más solo quiero estar contigo... - canto mirándome directo a los ojos
Si no te tengo aquí conmigo yo no quiero ser tu amigo
Porque tú eres mi camino, woh
Y yo solo quiero estar junto a ti
Nena, por favor entiéndelo
Solo dame tu mano y confía en mí
Si te pierdes sólo sigue mi voz
Y dale tiempo (tiempo)Mami, al tiempo (tiempo)
Que tú, que yo
— Estamos hechos para estar los dos — terminamos de cantar ahí, tomé su mano y nos dirigi a la salida, en la puerta me detuvo y deposito un beso que me dejó sin aire
— Tengo ganas de verte solo con esa falda — dijo al separarse, le tocó a él llevarme hasta el coche, pues me había dejado atontada por el beso.
Al entrar por la puerta del departamento que compartimos me recargo sobre está y me empezó a besar frenéticamente, agachándose para poder alcanzar mis labios, decidió tomarme de los muslos obligándome a enrollar mis piernas alrededor de su cintura, mi falta se subió ante el movimiento y Miguel aprovecho para acariciar mis piernas.
No supe en qué momento nos separamos de la puerta y comenzamos a movernos por el departamento terminado en la habitación, donde me depositó en la cama, no muy amablemente, dejo un beso corto en mis labios, pero antes de que se separará por completo, lo tome del cuello de la camisa y lo bese de nuevo, está vez más intensamente, mientras me encargaba de desabotonar su camisa, deslizandola por sus hombros, admirando su torso desnudo, deslizando mi mano por este, al llegar a la pretina de su pantalón me tumbó sobre el colchón y se encargó de dejar besos húmedos en mi cuello, deslizándose por mi torso, una de sus manos tomaba mi cintura mientras la otra amasaba uno de mis pechos por encima del top, sus besos llegaron al inicio de la falda, pero no hizo ningún ademán por quitarla del camino, se alejo de mi cuerpo quedando arrodillado entre mis piernas, me encontraba demasiado vestida, prácticamente como llegué, pareció pensar lo mismo que yo, se inclino nuevamente a besarme como distracción mientras extendia una mano y destrosaba mi top, dejandolo inservible
— Oye — me queje de inmediato, separandome del beso, momento que aprovechó para deslizarse hacia abajo — me gustaba mucho —
— Lo sé, te compraré otro y todos los que quieras — lo escuché decir antes de tomar mi pezón izquierdo entre sus labios, subsionandolo, amaso mi peón derecho y cuando estuvo erguido se inclinó hacia este, tomandolo entre sus dientes.
— Ahh Mig — atine a soltar ante la sensación dolorosa, pero placentera. Se alejo de mi pecho, incandose entre mis piernas, estando en su altura, metió una de sus manos entre mis piernas, tentando mi clítoris por encima de la tela, dibujando círculos sobre este.
— Tan mojada — se burló de mí, como no le bastó con el top, hizo jirones mis bragas — Ups, ahora será el conjunto completo — no tuve voluntad suficiente para quejarme. Continuo acariciando mi clítoris, hincado en medio mió, de repente sentí como abofeteaba mis tetas, provocando un escozor demasiado placentero.
— Por favor Miguel, por favor — lo escuché soltar una risita malvada, disfrutando de mis ruegos.
— Aún no preciosa — se bajo de la cama deshaciéndose de su pantalón y ropa interior, en lugar de retomar la posición anterior y darme lo que ambos necesitábamos, se arrodillo quedando por encima de mi cabeza, con la punta de su polla roja, hinchada y necesitada cerca de mis ojos.
— Abre esa linda boquita — obedecí sin objeción, alineó su punta en mi boca, introduciendo solo un poco, cuando cerré mi boca a su alrededor con la intención de profundizar, se alejo burlandose, tomando mi intención de protesta como distracción, introduciendo su polla por completo en mi cavidad, ahogándome mientras me acostumbraba, comenzó a follar mi boca, atragantandome, antes de extender su mano y jugar con mi entrepierna, con dos de sus dedos abriendo mis labios vaginales, para luego seguir tentando mi entrada con uno de sus dedos, mientras mis manos estrujaban las sábanas debajo de nosotros, hasta que dos de sus dígitos se abrieron pasos en mis paredes vaginales, haciendome soltar un gemido alrededor de la polla de Miguel, quien por la vibración gimió — Preciosa, que linda te ves con mi polla en tu boca, tragandola toda — aleja su mano de mi centro, posa una alrededor de mi cuello para sentir su longitud en mi garganta, mientras la otra pellizca mis pezones. —No no, de ninguna manera — comienza a decir cuando cierro mis piernas en busca de fricción para alcanzar mi orgasmo — te correras alrededor de mi polla solamente — se aleja de mi boca y vuelve a entre mis piernas, tomandolas para ponerlas sobre uno de sus hombros,
Me impulsó hacia delante para que se hunda de una buena vez en mi, pero se aleja.
— Miguel, Por favor, ya no puedo más —
— ¿Qué es lo que quieres muñeca? — se burla golpeando su hinchada punta en mi clitoris
— Follame, por favor —
— Como desees — susurra mientras deja un beso en mi chamorro antes de hundirse en mi — ah, tan apretada
— Oh Sr Ohara — gemi mientras arremete contra mi lento, pero profundamente, con sus manos en mi cintura, tan fuerte que seguro dejará marca.
— Eso es, ¿te correras encima de mi, eh? —gruñe — ¿dejaras que te llene? — abre mis piernas bajandolas a su cintura y escupe un fajo de saliva en nuestra unión, para frotar mi clitoris — vente para mi princesa, vamos, dejame llenarte mientras me aprietas —
—AHHH,por Dios — el orgasmo fue intenso, los músculos de mi abdomen se relajan mientras me dejo ir, mi vista se pone borrosa por las lágrimas del intenso orgasmo, Miguel continua dentro mio por un par de embestidas, antes de correrse en mi interior, procede a sacar su polla de mi núcleo, y se inclina, para limpiar los restos de ambos con sus dedos y depositar un beso en mi clitoris.
— Abre — dice antes de llevar sus dedos a mi boca, los cuales chupó con avidez ante sus ojos, cansada por la intensidad de la noche. — Buena chica — Deja un beso en mi frente mientras se viste con unos pantalones chandal —
— Me debes un conjunto eh, no se me olvida —lo recrimine con la voz apagada, a lo que suelta una risita
—Lo sé amor — acaricia mi cabeza despegando los mechones que se quedaron ahí por el sudo — ahora vuelvo iré a prepararnos un baño — me cobija con un camisa antes de adentrarse en el baño.
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Los felices no escriben. ¿Cómo hacen para soportar la vida? No tengo idea porque no soy uno de ellos. Pienso en eso ahora que una depresión express me cogió me hizo hijitos y me dejó tirado en la cama con el pulgar derecho en la boca. Como pude me arrastré hasta la computadora abrí el Word y puse algunas palabras. Acá están mis pastillas mis placebos mis botellas de alcohol mis venas visibles listas para ser cortadas. La página en blanco es un desierto ardiente y peligroso. ¿Cómo soportan la vida los felices? Estoy desnudo todavía porque para vestirse hace falta ánimo y ganas de mejorar el mundo, yo no tengo ganas de eso. Lo mío es modesto. Tipeo palabritas que son como larvas proyectos de vida que tiene que cumplir una función: sacarme unos segundos de este estado. ¿Cómo soportan la vida los felices? Voy a recordar durante mucho tiempo esta madrugada. La madrugada en la que se murió Bowie y quise despertar a todos mis familiares para contarles. Pero ellos están lejos ahora y no les gusta Bowie como a mí. Para mí es vital escuchar un tema suyo al menos una vez al día. Ahora él ya no está y yo sí y eso, por donde lo mires, es una injusticia. All the youngs dudes en la oscuridad. ¿Cómo soportan la vida los felices? Este poema se me escapa. Las gotitas de sudor caen en el teclado cerca de las miguitas de pan. ¿Qué estoy queriendo decir? Que el calor es un espanto que mis sueños adolescentes se convirtieron en pesadillas que hoy se volvió a su planeta alguien hermoso que el rock está vivo que tengo ganas de escribir algo decente. ¿En serio? ¿Es eso? ¿Cómo soportan la vida los felices? Enero en Buenos Aires con mucho cemento alrededor sin un peso ni aire acondicionado. Estas son las peores vacaciones de la historia y el planeta sigue siendo un lugar solitario. Sin embargo, hay una cerveza en la heladera que me dice: no te vayas. // Describir la belleza también es un trabajo.//
Walter Lezcano.
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Rin Rey Demonio del Amor
No puedo sacarme de la cabeza a Rin como Afrodita o con el titulo del Rey Demonio del Amor y querer hacer un fanfic de eso!!!! Y como ahorita no estoy para hacer fanfics, les dejare la ide y ustedes ven si la quieren adoptar.
Bon tiene una prometida y esa prometida lo quiere poner aprueba, asi que ella hace un trato con el Rey Demonio del Amor (osea Rin) de que si logra conquistarlo, él puede hacer lo que se le de la gana con el clan pero si Bon se mantiene fiel a su prometida, Rin sera el protector de su descendencia. Rin acepta y se aproposito falla porque su dominio no es ese tipo de amor, lo suyo es el amor materno, familiar, fraterno, hermandad, etc etc, menos el romantico.
-Si... Eso no va conmigo
-Pe... Pero eres el Rey Demonio del Amor
-Je ¿Ironico, cierto?
Pierde esa apuesta y como prometió, se vuelve el cuidar de la descendencia de Bon, pero aqui esta el pequeño e importante detalle... Rin si gano la apuesta, si logró conquistarlo y Bon quedo con el corazón roto cuando se entero que todo habia sido por un trato y no que genuinamente Rin se habia interezado en él y para colmo de males... Rin ya tiene, por asi decirlo, un "amante" Que si, lo suyo no es el amor rómantico pero bien que se pone como colegiala enamorada cuando esta con este otro Rey Demonio.
Pueden usar cualquiera. No me molesta. Solo quiero que alguien haga un fanfic u one-shot con esta trama porque yo no puedo. Gracias por su atención.
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A veces siento que no puedo respirar,
se me sientan en el pecho una manada de elefantes,
tres ratones,
una mosca,
cuarenta hormigas,
y cinco pensamientos intrusivos,
el corazón se me revienta
la cabeza pide calma
pero la paz no existe,
así que nada,
no queda nada,
y me tiro en el vacío sin ganas de llorar ,
sin ganas de vivir,
sin ganas de nada más que ser
una fina brisa sanando mis pulmones,
y nada más.
A veces siento que no puedo respirar,
y es irónico,
porque estoy existiendo,
estoy respirando,
pero no es suficiente,
como yo,
como el mundo,
con las pequeñas cosas,
como lo que pasa,
como lo que fue,
como lo que está,
nada es suficiente,
necesito tragarme el mundo
respirar en el espacio,
tragarme la vida,
comerme las estrellas,
incendiarme,
arrancarme la piel,
sacarme los ojos,
necesito superar el extremismo,
partirme la cadera,
reventarme la cabeza contra la pared, vomitar mariposas,
destilar mi sangre,
y sigo sentada,
quieta,
en el mismo lugar
a la misma hora en la que pienso
que no puedo respirar,
y mis pulmones no revientan,
mis ojos no sangran,
mi piel sigue aquí, conmigo,
el mundo es el mundo,
no puedo respirar en el espacio,
y las estrellas no me incendian,
y la existencia me desborda,
el tiempo me da igual,
no escucho lo que me está diciendo mamá
y el amor es el amor,
pero no lo entiendo,
y entonces estoy sentada respirando
y siento que la vida
tiene que ser algo más que la vida
para que importe,
y la gente que me mira sentirá
que mis pulmones son pulmones
porque respiro,
y que ironía,
no soy más que humana,
y por eso siento que el respirar
no es suficiente,
porque el aire es tan solo el aire,
y mi cuerpo,
que es tan solo mi cuerpo,
soy tan solo yo,
respirando.
-danielac1world ~El mundo después de tu eclipse ~
#mi vida#pensamientos nocturnos#pensamentos aleatórios#pensamientos#frases#fragilidad#escape#escritura#escribiendo#escribir#escritos#cosas que escribo#cosas que pienso#cosas de la vida#cosas que pasan#cosas que siento#cosas sobre mi#cosas del alma#almas#mi alma#realidadalterada#realidad#poesía#un poeta#desolada#desolación#un vacío dentro de mi#un viaje a la vida#melancolía#literatura
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Les voy a contar algo hiper bizarro que me pasó el otro día y que me dejó fantaseando boludeces divertidas y de adrenalina durante todos estos días.
El finde estaba viajando en subte a la tarde con amigos y se subió una piba rubia con una especie de pañuelo o bufanda que le tapaba la parte de la boca, con la nariz al descubierto. Estaba yo, mi amiga, y al lado suyo se puso esta chica rubia, todos parados. Yo venía con lentes hablando con mi amiga, y cuando miro a esta chica que se subió no lo podía creer. No podía parar de mirarla porque me parecía una locura. Esta chica era exactamente igual a mi primera ex. Era tan pero tan igual que tuve que analizarla toda porque entré en un punto donde empecé a creer que era ella de verdad. Me repetía a mi mismo cosas como "naaa no puede ser". Mi ex se supone que está en otro continente. Sería imposible.¿No? ¿No...? Miré sus ojos y eran celestes, exactamente igual. La forma de su cara, de la zona de sus cejas. Analicé su nariz (osea qué carajos hacia analizándole la nariz a una persona desconocida en el subte) y si bien no era exactamente igual... o sí? O no? O por momentos sí, ya no sabía. Llevaba una campera tipo parka verde. Sus manos estaban a medio tapar, pero algo se veían. Por dios, sus manos son iguales, los dedos un poco gorditos, la forma de sus uñas.Lo enamorado que debo haber estado para acordarme hasta de la forma de sus uñas, gruesas como levantadas hacia arriba. Esta chica tenía sus manos tatuadas como con ramas y tallos, ni ex no. ¿O quizás ahora sí?
Su pelo lacio, rubio, atado hacia atrás. Hasta que en un momento me miró, y apartó la vista al instante. Miraba hacia abajo. Era imposible, no puede ser.Y con mi personalidad no pude hacer otra cosa más que tomar la mejor/peor decisión: sacarme los lentes para que se diera cuenta cuánto la estaba mirando. Por momentos había tics de arrepentimiento de mi parte. ¿Y si no era y estaba quedando como un terrible freak psicópata acosador? ¿Pero y si era y en realidad ninguno se animaba a hablar? ¿Y si no era y le terminaba hablando a una desconocida de la nada en el subte B?
Las miradas entre los dos siguieron. Ella nunca se destapó la boca, verla hubiera sido la confirmación o la negativa total.
Fue mágico realmente. Me aflojó todo. Uno nunca deja de querer al primer amor. Fui un niño de 17 otra vez, encontrandome siendo un hombre ya con la chica que me hizo reír mil veces, también siendo una mujer. Quería hablarle con cualquier excusa, por momentos quería que sea ella, me daban ganas de invitarla a tomar un café, una birra, que me cuente qué onda ella, pedirle perdón por mil cosas, aclarar temas, entender las cagadas mutuas desde el lugar de adultos, rememorar todo como chiquilines.
Hasta que llegamos a mitad del recorrido y se bajó. Fue lento, caminó de a poco hasta la puerta, esperó a que el tren llegue a la estación y bajaran primero los demás. Nunca miró hacia atrás. Ahí confirmé que no era. En el fondo espero equivocarme mucho. Es hermoso si era ella. Y si no lo era, ahí viene la cuestión más extraña de todas.
De todas las posibilidades que hay, cómo puede ser que me encuentre con una piba exactamente igual a mi ex en el subte? Cuántas probabilidades existen en el planeta de que pase algo así?
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Septiembre, 1999
Llevaba alrededor de un semestre estudiando Medicina, y a pesar que mis padres estaban contentos con la noticia de haber logrado pasar mis estudios, no estaba del todo emocionado como deseaba.
Boyun cortó nuestra relación no hace mucho, ni siquiera tenia ganas de levantarme de la cama ni de comer. Al menos era bueno disimulando, o mi madre se habría dado cuenta de mi estado.
No me animaba a salir con mis compañeros, me parecía que no era correcto, había mucho que estudiar y darme el lujo de salir a sus fiestas no era propio de mi, ni siquiera en el instituto lo hacia.
Así que en un parque dentro del campus, mientras descansaba de mis clases de las 6 de la tarde antes de volver a casa. Recuerdo lo bello que era ese parque, sus jardines estaban llenos de flores de distinto tipo. Así que me dispuse en acostarme en el césped y soltar todo. La figura de Boyun dejándome en el café, la imagen de sus labios carnosos que tanto besé sin sonreír, el de sus muecas evitando que llorara por verme llorar o sus oídos se volviéndose sordos a mis suplicas de que no rompiéramos, y juntarlo, me ardía. ¿Qué seria de mi sin ella? Realmente era la mujer que amaba.
Hasta que escuche la risa de una chica, dejaba que mis pensamientos flujeran. Ante esta presencia note sus zapatos de tacón plateados primero, para después ver su vestido azul oscuro y su cabello azabache.
—Veo que hay un dulce príncipe llorando por aquí—
—Eh! E-Eres una chica muy extraña—Me levanté aturdido, limpiando mis pantalones—No estaba llorando ni triste, no te preocupes—
Esa chica me tomó la mano bruscamente y me hizo sentarme en una de las bancas. Nunca la había visto o no recordaba haberla visto, éramos demasiados en la Universidad.
—Mi instinto presiente que es una por una mujer al que querías mucho ¿verdad?... conozco a las mujeres, amigo, no importa lo que hagas, ellas son tan complicadas...—
No quería decir mucho porque era una total desconocida... pero ya me encontró en esta situación tan patética.
—Mira...si, es por mi ex novia, pero no se lo cuentes a nadie ¿vale? —
—Ay, no te preocupes, será un secreto entre los dos...¿quieres ir a tomar algo? Conozco un bar cerca de por aquí donde realizan poesía...tu amiga Su Ahn te va a apoyar—
Después de que ella tomará mi brazo para levantarme, mantuve la compostura, establecí distancia. No estaba en condiciones de recibir expresiones de cariño de nadie...al menos ella entendió bien y caminamos juntos a su bar, que no estaba lejos del campus.
Cha Su Ahn era su nombre, era seis meses mayor que yo, y estudiaba Literatura coreana, cursaba primer año. El ambiente cálido y luces de neón que me presentó esa vez, intentando sacarme una sonrisa, me iban a acompañar por un buen tiempo.
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Advertencia de contenido: Fantasía de violación, abuso, rapto.
No era nuestra primera cita, eso me tenía emocionado, saber que me habías querido vuelto a ver ya al menos 3 veces, la conexión de apoco se iba reforzando, ah, mi corazón estaba inquieto y no pude evitar ponerme un ropa un tanto menos recatada, no sabía si tenía más confianza o buscaba generar algo en ti, llamar tu atención y que quisieras verme una y otras veces más. Llegó un mensaje a mi teléfono de mi parte avisándome que estabas afuera esperandome, tomé lo necesario y fui a donde estabas, me subí a tu auto y un saludo amable con un coqueto beso en la mejilla, no pensaba que el haberme subido habría sido tan grave “error” te veías realmente inofensivo o yo estaba cegado. Fuimos a nuestra cita, me hiciste tomar un poco más de la cuenta a pesar de saber que mi resistencia al alcohol ya era baja, me presionaste a “relajarme”, la noche pasó rápidamente y al fijarme en la hora solo te dije que preferiría irme a solas, pero de la nada sacaste algo punzante, ni idea que habrá sido pero sentía el frío y el filo en mi pierna, quedé congelado y en mis ojos se reflejó el terror, al parecer apenas sentiste el miedo en mí sonreíste…de un brazo me tomaste para llevarme al auto nuevamente mientras movías la navaja debajo de mi ropa, tocando directamente mi piel, me empujaste adentro y sacaste debajo del asiento cinta de embalaje, tenía ganas de gritar pero no podía imaginar de qué eras capaz…al final solo amarraste mis piernas y mis brazos para volver al asiento del piloto y poner el auto en marcha, no quería preguntar nada, no podía hablar honestamente, solo sentía como mi corazón iba a mil por hora, viendo como lentamente nos íbamos alejando de los lugares más concurridos “Tranquilo, estamos por llegar” hablaste con voz serena mientras acariciabas mi pierna y la apretabas con fuerza, actuabas con tal normalidad como si no estuvieras haciendo absolutamente nada malo…
“Esta es nuestra parada” estábamos en medio de un bosque, no había nada de luz, solo la luz de la luna se encargaba de dejar divisar entre los árboles. Te bajaste del auto y fuiste a mi puerta para abrirla sin dejar de sacarme los ojos de encima ya con una sonrisa maliciosa en tu rostro… sacaste la cinta que tenía en mis piernas y me bajaste del auto con brusquedad hasta tirarme al suelo, no soy capaz de modular ninguna palabra, solo un quejido y la respiración agitada es lo único que sale de mi boca “Eres adorable…” te lanzaste sobre mi y rápidamente sacaste la navaja colocándola en la orilla de mi ropa, comenzando a rasgarla con lentitud, mi cabeza empezó a moverse de lado a lado y finalmente salió algo más que un quejido de mi boca “No…¡NO! ¡NO! ¡¿QUÉ ES LO QUE INTENTAS HACER?!” Parecía que mi desesperación y angustia te gustaba porque acercaste tu rostro al mío a pesar de los gritos, tu miraba me derretía pero a la vez era tan intimidante, infundía un miedo inexplicable pero por qué…¿por qué me sentía tan expectante de lo que harías conmigo? era casi…agradable estar en esa situación, pero no, no tendría por qué ser así… “Ah…esa expresión de miedo…quiero más, quiero más de eso” y con esa frase rasgaste por completo la parte inferior de mi ropa dejando al descubierto mi entrepierna y llevando la navaja a mi ropa interior, ahí el terror me invadió por completo pero mis piernas no dejaban de moverse “Detente por favor, te lo suplico detente…” tampoco podía ser muy brusco ya que cualquier movimiento en falso podía hacer que me lastimara… “Me pides que me detenga pero…” soltó la navaja y sus dedos se pegaron a mi entrepierna por encima de mi ropa interior “Estás dejando un desastre aquí y pides que me detenga…realmente eres raro” empezó a mover sus dedos en círculos mientras se reía con suavidad, me miraba con lujuria pero también con…¿hambre? Me sentía como un animal indefenso bajo los colmillos de su depredador, me estaba volviendo en la presa de ese hombre con cada segundo que pasaba “Saca tu mano de ahí si sigues molestándome ahí claro que…claro que me voy a mojar…” poco a poco se iba quebrando mi voz al terminar esa frase pero quería echarle la culpa a una supuesta reacción natural que realmente no existía…pero ya nada hacía que te fueras a detener cada vez con mayor rapidez frotabas tus dedos en la parte externa de mi vulva hasta que tus dedos se empaparon por completo, aquel sonido pegajoso me hizo intentar cerrar las piernas pero llevaste tu otra mano a mi cuello con suma brutalidad, haciendo que mi cabeza quedara completamente contra el suelo “No me vas a privar de nada, ahora eres mío ¿entendiste? y voy a hacer lo que quiera contigo, puedes gritar, llorar e intentar liberarte pero estás aún débil por el alcohol y soy mucho más grande y fuerte que tú, nadie puede venir a salvarte, nadie puede ayudarte…” tenía toda la razón, estaba atrapado en esta situación, sin nada con que protegerme, a la merced de aquel hombre…”No…no podrías hacerme nada ¿verdad? Te veías como alguien que no sería capaz de hacer algo así no no…” apenas podía hablar debido a que su mano aún apretaba mi cuello, pero de apoco mi cuerpo empezaba a ser cada vez mas honesto con la situación, mis pezones se estaban endureciendo y mi entrepierna ya más que empapada, era una situación más que vergonzosa y desesperante… él ya parecía más que encantado con mis reacciones, mis quejidos y mi desesperación, separó sus dedos de mi ropa interior y me mostró como se habían empapado a pesar de no tener contacto directo, después de enseñarme aquello lentamente sacó su lengua y comenzó a lamer sus dedos para limpiar el fluido que había manchado estos “Ah es como un suave nectar…”
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no me gusta que pregunten por ti en el trabajo, de repente mientras estamos en la hora del lunch alguien te menciona, me mira directamente a los ojos y sus labios pronuncian las letras de tu nombre que sin pensarlo dejo que se quede suspendido en el aire como una bocanada que lanza las hojas sin destino y no hace siquiera un solo ruido. hay silencio, casi siempre son silencios prolongados y agudos que chocan con una secuencia de otras palabras que salvan el momento que implica para mí dejarme desnuda el alma , descubierta, sin chaleco antibalas, inspeccionada hacia adentro, como si pudieran descifrarme la cara, los gestos, la tristeza que me espabilo sin éxito del cuerpo, como si pudieran percibir el hueco que dejó tu ausencia e intentaran arduamente ayudarme a buscarla. a mí me parece nostálgico, un poco lastimero, que puedo decirte, mis amigos van por la vida buscando personas desahuciadas a las que por alguna razón les hace falta algo y la idea de ser yo quien les diga que aquello que pretenden devolverme salió por sus propias ganas es una navaja terrible y atascada de este veneno llamado desilusión. la estrategia es optar por el silencio, aunque duela más que las palabras, aunque pese más que las lágrimas regadas, aunque sea más ancho que un sueño titilando a lo lejos, elijo el silencio. no me permito hacerle frente a que le rompas el corazón a mi gente, basta con el mío, porque yo te quiero, yo aguanto tu portazo, tu despedida y las palabras que dijiste sobre hace tiempo ya no amarme, yo puedo echarme a la espalda esta tristeza, pero para quienes te vieron a través de mi, sería injusto darles esa carga. así que me planto firme y opto por el silencio, y en ese mismo silencio mientras sonrío y desvío la mirada a un punto imaginario, intento averiguar de donde puedo sacarme fuerzas para mantener la imagen que puse en los demás de ti, porque como ya lo he dicho y sé que sabes que me gusta recalcarlo, te quiero, y por ahí, todo esto sea simplemente porque yo, como ellos, te sigo viendo igual, como siempre, incluso sabiendo, que con el paso del tiempo te volverás una fotografía desgastada en mi pecho, y por mucho que te cuide en mis adentros, la vida no pretende darme treguas, me apunta con la seguridad de que me olvidaras por completo, no me pensarás de vuelta a casa en el metro, no te provocará ternura la forma tan chistosa que tengo de encapricharme con algo que quiero, no habrá más yo, ni mi rostro, ni mis cabellos, ni los poemas en los que pretendí siempre volverte eterno. un buen día dejarán de preguntar por ti a la hora del almuerzo, por ahí se les olvida la forma de tu reflejo, o tu acento que no era italiano pero tampoco argentino, tus dibujos, tus horas del té, las manías, alguien dejara de preguntarlo, que se yo, ninguno de mis amigos sabe todo eso, lo volví tan mío que ahora soy experta en el hábito de compartir menos cero, y supongo que si estás leyendo esto, te darás cuenta que el silencio le teme al miedo, no externo, porque hablo hacia adentro con la franqueza de alguien que sabe que por mucho que corra para alcanzar la línea de llegada como el primero, va perdiendo
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Del cuaderno... (XIV)
RECORDANDO A HUBERT SELBY
La imagen de Hubert Selby se me viene a menudo a la cabeza. Al legendario escritor neoyorquino tuve la ocasión de visitarlo, en su modestísimo retiro de Hollywood, hace algo más de veintiséis años: en el mes de octubre de 1997. Recuerdo que tras mi primer contacto escrito con él hablamos personalmente por teléfono algún tiempo antes de mi viaje a Los Ángeles. Lo llamé desde un locutorio de Telefónica situado en el paseo del Muro, en Gijón, a la altura de la Escalerona.
Era una de esas situaciones en las que no te acabas de creer que un particular deseo, largamente acariciado, pueda estar realmente verificándose; la sensación experimentada comparte aspectos —salvando las sutiles distancias— con ese frisson de alegría que sin poderlo evitar se apodera de uno el día de su cumpleaños, o en fiestas como Navidad. Me imagino que quien gana un modesto premio de lotería (los premios gigantescos serán sin duda otra cosa) siente algo parecido.
Al cabo de unas semanas, el nada desdeñable premio de lotería (lo que Pla hubiera llamado una «propina») se había hecho realidad, y allí estaba yo, en Hollywood, charlando de la vida y la muerte y de lo divino y lo humano nada menos que con el autor de la mítica Última salida para Brooklyn. Era una cosa mágica, todavía un tanto irreal, por más que yo en ese momento ya hubiera tenido tiempo para hacerme a la idea de que no se trataba de un sueño.
He contado en al menos dos ocasiones mi encuentro y larga conversación con Hubert Selby. La charla, que transcribí entera a mi vuelta de los EUA, se convirtió en un pequeño libro de entre sesenta y ochenta páginas a simple espacio en mecanuscrito (calculo que unas treinta mil palabras). Ese original, por desgracia, terminó traspapelándose; impreso y encuadernado, acabó en manos de José Ángel Mañas, que pretendía enseñárselo a una especialista francesa en literatura norteamericana contemporánea, muy interesada en mi intercambio con el novelista de Brooklyn; y luego, entre cajas de mudanza y avatares vitales —tanto de Jose como míos— se extravió definitivamente. Lo cual resultó ser una pequeña tragedia, aunque la pérdida no fuera completa, porque las cintas en las que registré íntegramente mis horas de plática con Selby obran aún en mi poder (llevo lustros diciéndome que debería volver a la carga y transcribirlas de nuevo, y el asunto se va tornando verdaderamente urgente, pues el único reproductor de casetes que todavía poseo ni siquiera sé si funcionará como es debido; y ese aparato debe ofrecerme la última oportunidad para rescatar el impagable material. Otra tarea que se añade a mi casi inabordable cúmulo de labores actualmente pendientes).
De Selby, que estaba ya bastante enfermo y físicamente depauperado, recuerdo muchas cosas; pero hubo un momento de nuestro encuentro que se me quedó especialmente grabado en la memoria: «Tengo días y tengo días —me decía hacia al final de nuestro dilatado coloquio el autor de Réquiem por un sueño—. Hay mañanas en que me levanto y estoy más o menos bien, y puedo sentarme ante la máquina de escribir y sacarme de la manga unas horas de trabajo; y luego hay mañanas en que apenas me levanto me encuentro tan mal que he de volverme a la cama y olvidarme de cualquier posible intento de actividad, creativa o de otra clase, porque estoy que no puedo ni con mi alma».
No he llegado a los extremos de Selby; afortunadamente, gozo de buena salud, y por ahora no se presentan obstáculos verdaderamente insalvables para seguir adelante con mi trabajo. Mi «mente poderosa», sin embargo, no me da tregua; en ciertas jornadas, como la de ayer (vértigo, mareos, caídas hacia los lados, ataque de ansiedad en toda regla), siento que ya sin demora me voy para el otro barrio, psíquicamente al menos. Después se dan jornadas, como la de hoy, en que por suerte estoy infinitamente mejor (ayer tuve que tomarme una cápsula de sulpirida; tal vez eso me ayudara); y aquí me hallo, útil de escritura en mano, laborando de nuevo en la faena que me salva.
A Dios rogando y con el mazo dando, prosigamos otro día con nuestra empresa y misión.
[27/02/24]
ROGER WOLFE
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Hoy me costó, más que nunca.
Hoy me costó todo, me costó levantarme, bañarme, no diría que comer porque prácticamente hace días que no como de la manera en la que debería para sobrevivir, le tenia tanto miedo a este día que incluso sin ganas de nada, busqué la compañía de un amigo para hacerme este vacío en el pecho algo un poco soportable al menos por hoy.
Pero llego a mi casa y la historia es la misma, solo quiero sentarme en el baño a llorar, que tanto puede llorar una persona? Las lágrimas se acabarán en algún momento? Ya perdí la cuenta de los días que llevo llorando, por eso últimamente mis mejores amigos se llaman “sedantes” no se que haría sin ellos, noches sin dormir, pensando, en lo que fue en lo que pudo ser, en lo que no será, se que estoy mal cuando recurro a ellos, son mi relación más tóxica, me hacen feliz, me hacen daño, los dejo por un tiempo, pero inevitable allí vuelvo cuando la vida me pesa y lo ultimo que quiero es pensar.
Siento que hoy escribo cosas sin sentido, solo con el afán de sacarme las palabras del pecho para que no me inunden, hay días en que me quiero comer el mundo, recibir ayuda, sanar, mejorar, pero todo se borra al día siguiente cuando me doy cuenta de lo cómoda que estoy en este pozo sin fondo, que la vida me cuesta tanto, que incluso volver a lo que era antes de tanta tristeza parece imposible.
Anhelaba un once de mayo a tu lado, ahora solo cuento los segundos para que se acabe.
#trastorno limite de la personalidad#borderline life#salud mental#tlp#mental health#sorry for being depressing#depressing shit#heart been broke so many times#heartbroken
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i made this
Era para sacarme las ganas, porque creo que queda bien como presentación del personaje.
Dudo mucho en que vuelva a dibujar al estilo satoi lol
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Un cobarde(3 puntos)
Cada tiempo es perfecto o al menos eso dicen, tanto tiempo sin volver aquí… no puedo mentir la verdad me gusta escribir y dejar salir todo lo que he guardado dentro de mi… Lucio ya no se quiere morir o bueno en algunas ocasiones… también Lucio acabo una carrera este 2023 ha estado lleno de subidas y bajadas… Lucio antes no se imaginaría que iba llegar hasta donde está… y es que hace un año todo era tan incierto… aún me sigue dando miedo conducir la verdad… pero al Lucio de hoy se le exige que tiene que manejar… yo no pedí ser adulto ¿te acuerdas cuando caminabas al antiguo parque de pequeño y soñabas con lograr cosas grandes y estabas con un chingo de ganas de ese momento?… hoy en día tu banda favorita ya se está separando… la mitad de tu familia ni te pela y tu… te acabas de mudar de casa que aún que siempre fue tu casa… aún no te sientes como si lo fuera… el ser humano es tan extraño y tan hipócrita… ya no escribo para liberar un odio interno… escribo solo para liberar lo que extraño o por lo menos lo que recuerdo y me resulta nostálgico… y es que en si siempre he vivido sin familia y nunca me ha importado… cala que te dejen… pero cala más que desde un principio supieras que ese no era tu lugar… el Lucio de hoy no le dan ganas de tomar… el Lucio de hoy no está muerto pero viviendo… solo está viviendo.. extraño la universidad y esas clases interminables que me hacían sufrir.. hoy el Lucio quiere volver… por que aún deja temas sin conclusión… por que siempre escapa de donde no hay que escapar… por que siempre está en lugares donde le corresponde… el Lucio de hoy… no murió a los 21 como él le hubiera gustado… gracias a Dios me rodeado de buenas personas que saben cómo sacarme del pozo cuando estoy en el… el problema es que al Lucio de hoy a veces le dan ganas de tocar fondo.. al Lucio de hoy… se siente más solo que el año pasado.. el Lucio de hoy ¿sabrá si conocerá el éxito? ¿Éxito? El nunca conoce eso… lo poco que a conseguido solo es eso… pasa por su vida por que son obligaciones… el Lucio de hoy… el otoño de hoy… el octubre de hoy… el cobarde de ayer… al final el éxito siempre se va… el Lucio de ayer se fue… el de hoy… no sabremos qué pasará…
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Un cuento muy sabio sobre las relaciones tóxicas:
«Érase una vez una niña. Era muy feliz y le encantaba perseguir las mariposas, corriendo por los hermosos campos verdes donde vivía. Un día soleado ella, como de costumbre, iba detrás de una mariposa azul, cuando, de repente, se topó con un sapo enorme lleno de verrugas.
¡Qué asco! -exclamó la niña, tapándose la boca.
-Es posible que te dé asco, pero soy un principe encantado.
NO puede ser -dijo la niña incrédula.
-Es verdad afirmó el sapo-. Una bruja me lanzó un hechizo. En realidad soy un principe muy guapo, apuesto y rico. Si rompes el hechizo, me casaré contigo y viviremos felices. Cada día te llevaré en brazos y te regalaré flores y joyas...
-¿Cómo puedo romper el hechizo?-preguntó la niña.
-No será fácil. Me tienes que llevar a tu casa, cuidarme, darme de comer, dormir conmigo en tu camita, darme muchos besitos, sacarme a pasear, hasta que un día te despiertes y veas que me he convertido en un príncipe. Entonces tu vida será como un cuento de hadas.
La niña escuchaba al sapo y ya no veía su piel llena de verrugas, sus ojos saltones y su boca babosa, solo veía a un joven guapo y apuesto, con cabello moreno y ojos verdes, también se veía a sí misma a su lado con un vestido blanco majestuoso, bailando en un castillo grande y lujoso.
Reprimiendo el asco, la niña llevó al sapo a su casa. A partir de aquel día su vida cambió por completo. Dejó de ir al campo para perseguir las mariposas, dejó de cantar y pasársela bien. Solo cuidaba al sapo que resultó ser muy caprichoso; le pedía cruasanes para desayunar, spaghetti con salsa bechamel para comer y ensaladas exóticas para cenar.
Dormía en la cama de la niña, dejando sus babas asquerosas por toda la sábana. La niña no paraba de fregar, cocinar y lavar la ropa de cama. No tenía tiempo para cuidarse; ya no se ponía vestidos bonitos, ni hacía peinados con lazos de colores.
Pasaron tres años y el sapo seguía siendo asqueroso; no se convertía en un príncipe azul.
A veces la niña lo miraba y le entraban ganas de echarlo a la calle para vivir como antes, pero luego empezaba a dudar y tenía miedo de equivocarse. «¿Y si falta poco?» «¿Y si mañana se despierta y el sapo se ha convertido en un príncipe con ojos verdes? Y otra aprovecha lo que yo hice? Y si no encuentro a otro príncipe y me quedo sola?
Pasaron meses. Ya nadie la podía reconocer. Estaba hecha un desastre. El sapo se hizo dueño de la casa y la niña se convirtió en su sirvienta.
Un día el sapo le gritó a la niña por haberle traído tarde su comida. Ella empezó a llorar y se fue de casa. Por el camino se encontró con un pajarito.
¿Por qué estás llorando?-le preguntó el pajarito.
-Un sapo repugnante y asqueroso vive en mi casa. Cada día limpio sus babas, le cocino y le cuido; estoy muy
cansada y no quiero seguir haciéndolo.
-¿De quién es la casa?-preguntó el pajarito.
-Es mía -respondió la niña, secándose las lágrimas.
-¿Y quién te trajo el sapo?
-Lo hice yo.
-¿Por qué?
-Porque me prometió que si lo cuidaba, se convertiría en un príncipe y se casaría conmigo, pero han pasado años y nada ha cambiado.
-¿Por qué no le echas de casa?
-¿Y si es verdad? ¿Y si ya queda poco para que ocurra el milagro? Me he esforzado muchísimo y me sabrá muy mal si lo dejo y se convierte en un príncipe.
-¿Y si pasas toda tu vida cuidándolo y jamás se convierte en príncipe?
-Ojalá lo supiera con seguridad -dijo la niña desesperada.
De repente sus ojos se llenaron de esperanza:
Podría ir a ver a la bruja que vive en el bosque. Es vieja y sabia, seguro que me dirá si el sapo se convertirá en un príncipe o no. Se puso muy contenta y se fue a ver a la bruja.
-Me gustaría saber si el sapo que vive en mi casa es un príncipe encantado.
La bruja miró su bola de cristal y dijo:
-Es solo un sapo repugnante y jamás será un príncipe.
La niña se puso muy triste y decepcionada.
«La bruja puede equivocarse. ¿Qué sabe esta vieja sobre los príncipes? Voy a ver a una hechicera», pensó la niña. La hechicera vivía en un castillo bonito con tres torres altas.
-Estoy tan cansada del sapo, pero me da miedo de que si lo echo de casa, perderé mi oportunidad de casarme con un príncipe.
La hechicera empezó a hacer sus rituales mágicos y al día siguiente le dijo:
-Es solo un sapo. Nunca será un príncipe. Es mejor que lo lleves al campo.
La niña escuchó a la hechicera y se marchó. Estaba furiosa:
-¡Me tienen envidia! -exclamó enfadada. Claro, ¿quién no querría casarse con un verdadero príncipe? Estoy segura de que todos mis sacrificios no han sido en vano.
Y la niña volvió con el sapo. Tuvo que escuchar muchas palabras desagradables por haberse marchado. Limpió la casa de la baba del sapo, le preparó la cena, le baño y le acostó.
El sapo se durmió contento. La niña, se acostó en la cocina, en una colchoneta pequeña e incómoda. Antes de dormir, como de costumbre, soñaba con casarse con un príncipe, con tener muchos hijos y un jardín lleno de flores. Se durmió y tuvo un sueño: iba por un bosque y vio su casa que estaba a punto de derrumbarse. En el patio estaba sentada una anciana que parecía una bruja malvada. La anciana llamó a la niña y le dijo:
-¿Me reconoces?
-No, nunca te he visto antes contestó la niña muy asustada. Yo soy tú en el futuro. Todo el mundo me decía que era un simple sapo, pero estaba cegada por el deseo de casarme con un príncipe. Pasaron muchas años y el maldito sapo asqueroso murió ayer. Lloré mucho por todos los años perdidos, por haberme convertido en una bruja vieja y amargada que nunca más pudo perseguir las mariposas, lloré por un príncipe con el que jamás me casaría.
-Mírame, mírame, soy tu futuro.
-No, no, -gritó la niña asustada.
-No me dejas dormir -oyó la voz del sapo. La niña abrió los ojos y vio al sapo en el suelo.
-Llévame a la camita y cállate-le ordenó el sapo. La niña recordó las palabras de la bruja del bosque y de la hechicera: «Es sólo un sapo».
Se levantó, le agarró fuerte y se acercó a la puerta. El sapo sintió el peligro.
-Eh, tú, ¿a dónde me llevas?
La niña abrió la puerta de par en par y tiró al sapo lo más lejos que pudo.
-¡Fuera! Y no vuelvas nunca más. No te voy a cuidar y acostarte en mi camita. Es mi casa y voy hacer lo que me dé la gana. Volveré a correr por el campo, perseguir las mariposas y disfrutar de la vida. Ya no creo en tus falsas promesas. Eres un simple sapo repugnante y asqueroso. Cerró la puerta y sonrió por primera vez en muchos meses.
Es un cuento con un mensaje muy profundo que nos enseña que no tenemos que aguantar humillaciones, malos tratos y desprecios a cambio de falsas promesas que nos dan nuestras parejas. Nadie nos puede hacer felices, ni tampoco hacer que nuestra vida sea un cuento de hadas. La única persona que es capaz de crear una vida de ensueño, eres tú, cariño. Confía en ti, mímate, cuídate y jamás permitas que tu felicidad y alegría dependa de un "sapo".
Autor desconocido se comparte con respeto y amor.
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