#capas del sueño
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-Capas del sueño- -...- -Quejidos.
#hakurines#capas del sueño#comic#comic español#comic art#ask#dream#sueño#español#novela#capitulo#bestia#no binario#arte#oc art#artwork#lore#on writing#my history
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-Capas del sueño-
Capitulo 1; Dos bestias.
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#pesamiento#pareja#filosofia#cancun#estoico#POESIA DE Sé Lo Que Deseas Parecer.#En El Espejo Del Alma#Reflejo De Tu Ser#Sé Lo Que Deseas Parecer#Lo Puedo Ver. Las Capas Que Te Visten#Como Telas De Sueños#Eres Un Lienzo En Blanco#En El Mundo De Los Empeños.#Pintas Con Tus Acciones#Los Colores De Tu Anhelo#Cada Gesto Y Palabra#Como Pincelazos En El Cielo. Muestras Al Mundo Una Imagen#Cuidadosamente Elegida#Pero Recuerda#Tu Esencia Es La Que Da Vida.#Detrás De La Máscara Que Pones Al Mirar#Existe Un Universo Profundo#Listo Para Explorar. Sé Lo Que Deseas Parecer#Pero Dime#¿Quién Eres Tú? Más Allá De Las Apariencias#¿Qué Historia Construyes En Tu Virtud?#No Temas Desnudar El Corazón#En La Penumbra Y La Luz#Deja Que La Verdad Florezca#Como Un Jardín En Tu Cruz. Porque En La Autenticidad
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hola reina te puedo pedir uno de matias recalt en donde haya consumo de marihuana?? si no queres esta todo bien pero me haria ilusion, me encantan tus escritos
‐🪽
HOLA HERMOSA !! Perdón por haber tardado tanto pero aca esta!! Gracias por la request, me super insipiraste jajsj.
𝜗𝜚⊹ ‧₊˚ slow down
synopsis: Matias pasa a buscarte para ir a fumar en pos de celebrar buenas noticias, sin embargo no es lo unico por lo que va a terminar celebrando.
pairings: Matias Recalt x reader
content: SMUT! car sex, uso de drogas, marihuana, alcohol,breeding, fingering, blowjob, sobre estimulacion, dirty talk
word count: 7,2k jeje
i.
Esto ya se habia convertido una costumbre; donde Matías te pasaba a buscar a horas intempestivas para ir hasta la reserva natural de la costanera en su auto, siempre estacionando donde la vista es mejor para pasar un par de horas ahí y compartir un porro mientras esperan para ver el amanecer. No suena como un gran plan, pero son las noches que más esperas. Y esta es una de esas noches.
Estabas en la cama, el ventilador girando arriba tuyo intentando apaciguar las grandes oleadas de calor del mes de enero. El verano en la ciudad de buenos aires era el infierno en tierra. Te estabas revolviendo en la cama contra las sábanas delgadas que causaban mas calor del que creias posible que podia existir luchando contra el insomnio veraniego en donde los dias siempre terminaban en noches calurosas y pegajosas; las peores en tu opinion.
Podias sentir la ligera capa de sudor cubriendote, haciéndote sentir sucia, el ventilador haciendo poco para aliviar la pesadez del clima. -miraste el reloj despertador junto a tu cama por lo que se sentia como la centésima vez, y viste cómo pasaba de la 1:43 a la 1:44. Gracias a Dios es viernes; no estás de humor para levantarte en las próximas 4 horas y prepararte para ir a trabajar con una o dos horas de sueño. Tu horario de sueño ya estaba completamente desordenado y planeabas aprovechar ese fin de semana para intentar arreglarlo. Es justo ahí cuando escuchaste el "ping" de tu teléfono, iluminando el pequeño rincón de tu habitación con el mensaje de texto de Matías.
Holis consegui el papel, ¿venis a celebrar?
Te tapaste la boca con una sonrisa antes de abrir el chat.
Obviamente él sabia que estabas despierta, despues de todo era el quien se ocupo de arruinar tu horario de sueño llevándote a estas escapaditas a altas horas de la noche.
Sin embargo agradeciste internamente la invitación de Matías, hubieras estado dispuesta a inventar cualquier excusa para salir de tu calurosa casa. Tu respuesta fue rápida, y esperabas que no pareciera demasiado desesperada.
"obvio que si, ¿me pasas a buscar?"
Matias tardo un poco más en responder; probablemente estaba preparando sus cosas, llenando sus bolsillos de papelillos y de marihuana. No te sorprendería si se olvidara de traer un encendedor. Podrías contar con los dedos de las manos todas las veces que Matías te había invitado a fumar y se había olvidado de llevar uno. La última vez que se habian juntado, su encendedor se rompió y no habia traido uno de repuesto. Por lo que creiste conveniente recordárselo, porque seguramente ya habia fumado y su memoria no era la mejor cuando estaba drogado.
"Mati"
"acordate de llevar dos encendedores"
"que no nos vaya a pasar lo de la otra vez !!"
"(que no TE vaya a pasar)"
Y no pudiste evitar sentir una pequeña emoción cuando viste el texto debajo de su foto de perfil que te indicaba que estaba escribiendo.
"Jajsjsa, andate a cagar"
"te aviso cuando esté abajo."
Sonreíste ante su respuesta. Estabas segura de que se habia olvidado por completo.
Sin mas preambulos te levantaste de la cama, caminaste hacia el espejo que estaba colgado atras de tu puerta y te observaste. Las ojeras alrededor de tus ojos, y tu pelo desordenado definitivamente delataban tu lucha por conciliar el sueño. Tras ver eso corriste a darte una ducha rápida para refrescarte y al menos estar presentable antes de que él llegara. Te pusiste una musculosa blanca y un par de shorts que ni siquiera recordabas haber comprado. Todavía hacía calor afuera, así que no llevaste una campera ya que estos encuentros generalmente solian durar un par de horas y era cuando comenzaba a refrescar, pero no lo suficiente como para llevar un abrigo, ¿verdad? El auto de Matías llegó antes de que pudieras decidirte.
El claxon te hizo correr escaleras abajo, casi tropezandote al bajar. No pudiste evitar sentirte emocionada, podias sentir que había una gran y estúpida sonrisa en tu rostro. Aun así, no encontraste razones para borrarla, estaban por verse para salir a festejar que matias habia conseguido el papel, era razon suficiente para estar sonriendl. Justo antes de abrir la puerta, te revisaste una vez más: llaves, billetera, teléfono y encendedor. Por las dudas.
Con tus zapatos apenas puestos, cerraste la puerta atras tuyo y corriste por el patio delantero. El aire nocturno se sintió maravilloso y lo recibiste mientras golpeaba tu pelo todavia mojado. Lo sentiste refrescandote y de repente estuviste contenta de haber decidido no traer un abrigo, despues de tantos días de calor este aire fresco se sentia fenomenal.
Pudiste ver el perfil de Matías a través de la ventana del pasajero y casi jadeaste. Su cabello estaba tirado descuidadamente hacia atrás, algunos mechones sueltos enmarcando ligeramente su cara. La luz de los faroles hacian un buen trabajo iluminando su mandíbula, y te preguntaste si realmente era el aire frío lo que causaba los escalofríos.
Esperabas que el color rojo en tus mejillas desapareciera antes de subirte al auto, querias ahorrarte las burlas de parte de tu amigo.
"Hola" dijiste alargando la "a" al entrar al auto, tu sonrisa de oreja a oreja mientras te acomodabas en el asiento para depositar un suave beso en la mejilla del castaño.
Él se inclinó hacia adelante y agarró el abrigo que estaba sobre el asiento del pasajero, tirandolo hacia atrás antes de que subieras. "Hola nena!!" te dijo con una sonrisa ladeada "mira que día festivo te clave ehh." Su habla salió un poco arrastrada; si no te habías dado cuenta ya por el olor en el auto, te dabas cuenta por su voz que ya estaba drogado, o al menos contentito. Te preguntabas qué pensarían tus padres si te hubieran visto ahi, en el auto del porrero de la facu yendo a fumar y a beber alcohol barato. Pero si no se enteran no les va a molestar.
"No es un día festivo, Matías. Deja de buscar excusas para fumar." dijiste riendote "Quiero que me cuentes TODO, como te llamaron que te dijeron que tenes que hacer." empezaste a hablar mientras te abrochabas el cinturon.
Conocías a Matías desde hacia ya bastante tiempo. Estuvieron en la misma secundaria sin embargo sus interacciones no comenzaron hasta que empezaron la universidad. Él se te acercó cuando mientras estudiabas para un examen. No era algo tan importante, pero siempre te estresabas y te ponias frenética dos semanas antes de cualquier examen. Matías no era tonto y habia notado eso, porque te ofrecio algunos consejos para tranquilizarte, por así decirlo.
Una cosa llevó a la otra, y de repente estabas en su habitación, con un bong en una mano y un encendedor en la otra. Empezaste a visitarlo más y más, quedándote por períodos cada vez más largos, hasta el punto en que habian dias que te quedabas a dormir, no siempre consumias porque tampoco te encantaba fumar, pero si disfrutabas de su presencia.
Cabe aclarar, desaprobaste el examen.
"Bueno che pero me estoy portando bien! Ahora decidí que solo voy a fumar en días festivos". Qué mentiroso. Hubieras apostado todo tu sueldo a que esa regla no le iba a durar mucho.
"Matías, si solo fumaras en días festivos, eso significaria que todos los dias de tu vida son festivos". Se metió entre los dos y subió el volumen de la música, chase atlantic sonaba dentro del auto.
"Y bueno, hay que festejar que estamos vivos" Se rió a tu lado, quitando una mano del volante para pasarte una cajita, empujándola contra tu hombro.
"Deja de reclamarme y abrí tu regalo".
Con una mirada confundida en tu rostro, la tomaste. Era larga pero pequeña, y estaba envuelta en una cinta que él había atado en un pequeño moño en la parte superior.
"¿Qué es esto?" Él estaba sonriendo como un nene chiquito.
"Si te fuera a decir entonces no lo hubiera envuelto, tarada", te dijo con un tono burlesco, y una amplia sonrisa en su rostro, "Dale, abrilo"
Y así desataste el pequeño lazo, la cinta se deslizó fácilmente de la caja. Levantaste la tapa y adentro había un porro enrollado de manera desordenada reposando sobre un pequeño almohadoncito de terciopelo. Rodaste los ojos.
"¿Posta envolviste un porro en papel de regalo?" dijiste burlandote.
Matias te miró, los ojos alternando entre tu rostro y la caja. "Ves que sos una forra, ni un gracias me decis..." dijo fingiendo estar ofendido. "Si sos tan desagradecida me lo quedo yo." Intentó agarrar el porro de tus manos, pero fuiste más rápida.
"Menos mal que no te dedicas a robar porque te cagas de hambre, no me podes ni sacar un porro de la mano." El castaño fingió estar herido antes de volver su atención a la carretera.
"Es culpa de la marihuana, hace que mis reacciones sean mas lentas."
"No me digas eso cuando estás manejando el auto, boludo", exclamaste.
"Ay nena. Vos sabes que manejé mucho mas drogado y nunca choqué."
Eso era mentira. ¿Se olvidó que estabas en el auto con él cuando chocó contra el auto de adelante? Tu mama no habia estado muy contenta cuando se entero, pero eras grande ahora; y no podía prohibirte verlo.
"Matias yo estaba con vos esa vez que chocaste contra el auto de un tipo que después te quería cagar a trompadas ¿O te olvidaste de eso?" Le recordaste.
"Bueno pero eso no cuenta. El flaco estaba frenando de golpe, se la buscó. Tuvo suerte de que yo no estaba con ganas de pelear."
"¿No estabas con ganas de pelear? Más bien estabas cagado." Te burlabas de Matías todo el tiempo por eso, pero para ser honesta siempre te sentías segura cuando él manejaba.
Bueno, sí, manejaba cuando estaba fumado, pero había fumado tanto a lo largo de su vida que parecía 100 veces más capaz que cuando estaba sobrio. Confiabas en él con tu vida, para la desgracia de tus papás.
"Y si boluda, ¿vos te acordas del tipo ese? ¡Era alto y estaba armado como si fuera un patovica! Nunca empiezo una pelea que sé que voy a perder. Soy más inteligente, no más fuerte, así sobreviví hasta ahora." Te reías, una sonrisa se te dibujaba en los labios cada vez que lo escuchabas hablar "Bueno, segui así y mira a la ruta cuando manejas."
ii.
Medio porro, tres birras cada uno y media hora de viaje en auto después, llegaron a la costanera. Eran poco más de las 3 am y el horizonte tenía un ligero tinte azul claro, una señal de que el sol pronto traería un nuevo día.
El aire era refrescante y llenaba tus pulmones mientras comenzabas a sentir como todos tus musculos empezaban a relajarse producto de la marihuana haciendo efecto en tu sistema nervioso. El calor parecía haberse ido y ahora el frío se instalaba en tus huesos haciéndote pensar en subir la ventana y en por qué no te habias traido ese abrigo. Matías debió haber notado cómo temblabas porque subió la ventanilla desde los controles en su lado.
"Gracias. ¿Estás pendiente de mí?" dijiste mirandolo a los ojos con una suave sonrisa.
"Siempre". Era verdad, siempre lo estaba.
Debía ser tarde, porque desde la última vez que escucharon al locutor en la radio habian pasado al menos cinco canciones. Ahora los débiles sonidos de clásicos de los 90 se filtraban por los parlantes uno tras otro. Un ruido de fondo perfecto para fumar a esas horas de la noche. Apoyaste tu cabeza contra el asiento y cerraste los ojos disfrutando la sensación de tus músculos volviéndose ligeros.
"Ya son casi las 4:20, ¿cómo vamos a celebrar?"
Matías preguntó sobre el sonido de la radio.
"No sé, ¿como siempre? Fumamos, tomamos, hablamos boludeces y despues vamos a comprar una happy meal." Giraste la cabeza hacia él. "¿Qué podría ser mejor que eso?"
Cogerte en el asiento trasero de su auto mientras fumaban un porro. Eso definitivamente superaría cualquier happy meal de McDonald's. Pensó, pero no lo dijo.
"Me parece perfecto." Dijo Matías aunque preferiria tenerte a su merced en el asiento de atras.
Te pasó el porro que había fumado hasta la mitad y observó como te lamiste los labios antes de deslizarlo entre ellos y tomar una profunda bocanada.
Matías siempre pensó que lucías mejor cuando estabas drogada. La hierba parecía hacer brillar tu piel, creando un cierto aspecto rosado en tus mejillas. Tus ojos siempre lucían más brillantes también, húmedos y un poco vidriosos. Se imaginaba que así era exactamente como te veías cuando estabas caliente, y no estaba equivocado.
Desde que empezaste a fumar, te habias dado cuenta que te ponía un poco más cachonda de lo habitual. No sabías qué te pasaba; era como si encendiera un interruptor adentro tuyo y tus sentidos se agudizaban. Te volvías un poco necesitada y un poco cariñosa, y definitivamente te mojabas mas que cuando estabas sobria. Y cuando estás con Matías fumando? Dios... Apenas dos porros y todo lo que ese hombre tenía que hacer era mirarte para ponerte como una perra en celo.
Tenías la sensación de que Matías sentia lo mismo, pero en todo este tiempo que habias estado haciendo esto con él, nunca habia dado el primer paso. Empezabas a pensar que tal vez no sentia lo mismo, ¿o estaba esperando a que seas vos la que daba el primer paso?
Bueno, apenas habías fumado medio porro y tomado tres cervezas. Pero capaz que otro porro y medio y dos cervezas más te iban a dar la valentia para encararlo.
iii.
El tiempo parecía volar. Matías te estaba contando una historia sobre una chica a la que le vendía marihuana en la universidad y cómo ella se ofreció a hacerle una mamada para pagarsela. Él le dijo que no era por ser desagradecido, pero que necesitaba el dinero. Una mamada hubiera sido genial y todo, explicó el castaño, pero no era lo que estaba buscando. En algún momento entre mencionar una mamada y algo sobre ser abofeteado por la chica mencionada anteriormente, dejaste de prestar atención. La cerveza y el porro ya te habian afectado, pero se mezclaban con algo más peligroso. No podías evitar que tus ojos se desviaran hacia sus labios, viéndolos formar palabras a las que no estabas prestando atención y preguntándote qué tan suaves se sentirían entre los tuyos. Luego tu mirada comenzó a bajar y ahora recién te diste cuenta de que estaba usando pantalones de jogging grises; por lo que podias ver contorno de su pene desde tu posición en el auto, haciendo que tus pensamientos se aceleraran.
"¿Me estas escuchando?" dijo matias cuando se dio cuenta que habias dejado de prestar atención.
No sabías por qué lo decías, pero no hubo forma de evitar que la pregunta saliera de tus labios.
"¿Te puedo chupar la pija?" Solo te diste cuenta de lo que habías dicho cuando volviste a mirar a Matías. Sus ojos estaban abiertos de par en par y parecía confundido.
Mierda.
Él simplemente se quedó allí, con la boca ligeramente abierta mientras procesaba lo que acababas de decirle. ¿Te había escuchado bien? No, seguro habia sido el efecto de la hierba jugandole una mala pasada. Aun así, tenía esperanzas y continuó, "¿Qué?"
Mierda, realmente acababas de decir eso. Pensaste en formas de recuperarte de esto, pero no había forma de que tu cerebro pudiera inventar algo que tuviera sentido. No habia vuelta atras, asi que continuaste, "La oferta no va a durar mucho más." Un nudo comenzó a formarse en tu garganta y tu boca se secó.
Matías empujó su asiento hacia atrás y dejó que sus ojos ligeramente enrojecidos te miraran fijamente, pasando su lengua por su labio inferior mientras su mirada recorría tu cuerpo antes de posarse en tus ojos. Pensabas que no se habia dado cuenta de cómo tus muslos se tensaron cuando el borde de su camiseta se levanto un poco con el movimiento, pero sí lo habia notado, y estaba disfrutando de la forma en que estabas retorciéndote a su lado. Se preguntaba si ya estabas mojada y si esa humedad estaba comenzando a manchar todo el asiento abajo tuyo.
Se preguntaba cuánto tiempo habías querido hacerle esa pregunta. ¿Fue desde que estacionó en la costanera, o mientras estaban en camino? Tal vez incluso antes de eso. ¿Podría haber comenzado cuando te envió un mensaje de texto? ¿O quizás habias tenido este sentimiento durante mucho tiempo, desde cuando solían pasar tiempo juntos en su habitación compartiendo un porro y jugando juegos de mesa? Tal vez, solo tal vez...
Mientras Matías pensaba, definitivamente disfrutaba de verte entrar en pánico. Se aseguró de que estuvieras mirando cuando llevó el porro a sus labios, humedeciéndolos antes de tomar una calada. Respiró profundamente, dejando que el humo llenara sus pulmones. Pudiste ver el extremo del porro brillar, ardiendo en un ámbar profundo.
Cuando Matías exhaló, estuvo velado por el humo; parecía un poco intimidante, sus ojos nunca se apartaron de los tuyos, y podías darte cuenta que estaba pensando en decir algo.
"Dale."
¿Dale? ¿Eso era todo lo que iba a decir? ¿No iba a cuestionarlo? Bueno. Ambos podían jugar ese juego.
Sin apartar la mirada de él, tus dedos fríos se deslizaron por el borde de su pantalón, él respiro entre dientes por el contacto repentino. Fue entonces cuando te diste cuenta de que no llevaba ropa interior, obvio que no, era Matías. Sacaste su miembro de sus pantalones viendo como ya estaba erecto, retorciendose ante tu fresco contacto. Casi jadeaste al verlo y tus muslos se tensaron. Sentiste como una vena prominente a lo largo de la parte inferior se hinchaba bajo tus dedos.
Delicadamente envolviste tus dedos alrededor de su eje y lo llevaste hacia tu boca, tu lengua rozando su punta y dejando que tu cálido aliento lo acaricie. Matías sabia que lo estabas provocando e hizo todo lo posible para no levantar la pelvis y follarte la boca, manteniendo sus ojos en los tuyos. No te iba a dejar ganar.
Sentiste cómo tu compostura comenzaba a flaquear cuando viste la punta goteante de Matías, y no pudiste evitar lamerla con lentitud. Él inhaló una bocanada entre dientes cuando sintio tu lengua, y cuando levantaste la vista, te encontraste con su mirada fija, incitándote con sus ojos.
Cuando saboreaste a Matías en tu lengua, no pudiste evitar succionarlo ligeramente hacia tu boca. Tenia un sabor un poco dulce, sin duda por la hierba que corria por sus venas. Cediste ante su miembro bastante fácilmente, ansiosa por sentir su pene llenando tu garganta. Tu boca se hundio en él lentamente mientras ahuecabas tus mejillas. Pudiste sentir como la saliva se acumulaba en tu boca y cubria su pene dandole un leve brillo. Matias gimió ante la sensacion e inclinó la cabeza hacia atrás, sus manos se hicieron puños a los costados del asiento. Sus gemidos y jadeos fueron los que te incentivaron a moverte y antes de que pudieras darte cuenta estabas subiendo y bajando tu cabeza con un buen ritmo.
Su pene era fino y largo, su punta golpeaba el fondo de tu garganta, cosa que hizo que tuvieras que separarte para retomar el aliento viendo como un jilo de saliva unia tus labios con su bombeante pene. Sus dedos se entrelazaron rapidamente al rededor de tu pelo, guiando tu boca de regreso a su pene.
"Dios nena, no me dejes asi, seguí por favor."
Sentiste tus rodillas temblar ante sus palabras y sin mas dilacion lo tomaste de nuevo dentro de tu boca.
Gemidos salian de tu boca y matias no podia creer que todo esto estuviera pasando, no entraba en su cabeza como podia tenerte wntre sus piernas chupandole la pija en su auto, por un momento pensó que estaba soñando. Sus caderas comenzaron a moverse hacia arriba, penetrando tu boca y haciendote tener algunas arcadas que no detuvieron tu labor. Sus dedos apretaban cada vez mas fuerte tu cabello hasta que en un momento, decidio tirar de ellos apartandote de su pene.
"Ah, mierda- si no te sacaba me iba a correr." dijo jadeando
Tratasgw de recuperar el aliento, ya sabias que posiblemente estabas hecha un desastre, sentias tu cabello pegado en tu rostro cubierto de saliva, la piel enrojecida y las lágrimas en tus pestañas. Pero él todavía te miraba como si estuvieras hecha de polvo de hadas.
"Vení para aca." musitó
Antes de que tu cerebro tenga tiempo de enviar ordenes a tu cuerpo, Matías se inclinó hacia adelante atrayendote hacia él, sus brazos rodeando tu pequeña espalda mientras te acercaba imposiblemente mas a su cuerpo, pecho contra pecho. Su boca se poso sobre la tuya inmediatamente, su lengua pasando por tus labios y metiéndose en tu boca. Podias sentir la tensión de su mandíbula contra la tuya y sus palpitaciones apresuradas contra tus manos sobre su pecho.
El momento era embriagador; podias saborear el dulce sabor de Matías en tu boca y su miembro presionando contra tu intimidad dejandote deseando mas. Simplemente no era suficiente.
Casi como si él hubiera leido tu mente, sentiste el leve roce de los dedos de Matías mientras jugando con el borde de tu musculosa. Sus dedos siempre habian sido fríos y gemiste ante la repentina sensación, gimiendo en su boca mientras sus dedos se deslizaban debajo de la tela, recorriendo la piel cálida de tu torso. Su toque provocó un escalofrío que provoco que tu piel se erizara.
Mierda, te sentías como una colegiala a punto de tener su primera vez. Ya lo habías hecho antes, pero nunca con Matías. Las mariposas revoloteaban en tu estómago por la forma en que te tocaba, y había algo en la forma en que te hablaba que te llenaba de nervios.
Sus dedos acariciando la suave carne de tus pechos te sacaron de tus pensamientos. Sentiste que la respiración de Matías se detenía, y ahí fue cuando recordaste que no estabas usando sostén. Abajo tuyo, tu amigo se rió para sí mismo por su pequeño descubrimiento. Sus pulgares pasaron sobre tus pezones endurecidos y, mierda, ¿habías estado sin sostén todo este tiempo? ¿Sentada junto a él, con los pechos desnudos rozando la tela de tu remera? Matias no pudo evitar preguntarse si tu coño estaba igual de desnudo y su corazón se aceleró ante la idea. Su sistema lleno de sustancias simplemente no podía con ello, y empezó a moverse hacia vos para averiguarlo.
"¿Sin sostén?" Matías susurró contra tu cuello, pudiste sentir el roce de sus labios contra tu piel, una sonrisa traviesa se extendio por su rostro. "¿Lo hiciste a propósito?"
Matías se rió contra tu cuello cuando tus muslos se contrajeron alrededor de él ante sus palabras. Por supuesto que era para él. Todo lo que hacías lo era.
Observaste cómo sus ojos, enrojecidos y vidriosos, caían sobre tus manos mientras tus dedos recorrian su piel hundiéndose ligeramente en esta y definitivamente notó tus escalofríos cuando tus manos encontraron su abdomen duro y, si ya de por si su ego no era lo suficientemente grande, definitivamente lo era ahora. ¿Lo habías deseado tanto como él te había deseado?
Fue entonces cuando Matías te miró, llevando el porro a sus labios resecos y tomando una larga calada, sosteniéndo el humo en su boca mientras se expandia en su garganta y pulmones. Desearías poder ver sus pensamientos en este momento; matarías por saber qué estaba pasando en esa mente nublada suya.
Después de lo que pareció una eternidad, finalmente soltó el humo y lo sopló sobre tu figura medio desnuda, envolviéndote en un suave halo de humo, con los ojos aún clavados en los tuyos como si estuviera esperando tu próximo movimiento.
El silencio de Matías te puso ansiosa. No podías decir si estaba disfrutando de la vista o pensando en cambiar de opinión. La mezcla de la marihuana corriendo por tus venas y los nervios que creaba la mirada de Matías te hizo sentir un poco mareada y nerviosa, así que le preguntaste.
"¿Me das una pitada?" Tenías una sonrisa coqueta en el rostro, un destello travieso en tus ojos mientras tu mano se aventuraba un poco más abajo. ¿Cómo podría decir que no?
Con una sonrisa ladeada, las palabras de Matías salieron lentas y un poco arrastradas mientras raspaban al pasar por sus labios. Siempre te había encantado lo ronca y áspera que se ponía su voz cuando estaba fumado. Nunca dejaba de hacer que tu conchita se mojara.
"Obvio hermosa." Sus manos apretaron más fuerte tus muslos antes de que llevara el porro a tus labios.
Recordó la primera vez que habian fumado juntos.
Nunca esperó que dijeras que sí, pero estaba muy, muy contento de que lo hicieras.
Fue cuando eras bastante inexperta. Ambos estaban en su habitacion, tu mente nebulosa por el consumo de marihuana. Era adorable lo exaltada que te ponías, riendote por cualquier cosa que él dijera o hiciera y haciendo chistes malos que solamente vos encontrarías absolutamente hilarantes. Pero tambien empezaste a volverte audaz, tus manos agarrando su mandíbula para acercarlo para pedir otro porro. Matias recordaba muy bien como tus labios se acercaban hasta que estuvieron casi rozando los suyos, prácticamente suplicando ser besados; pero nunca lo hizo, mas que nada porque no sabia si estabas en tus cabales. Pero se lo pusiste difícil.
La marihuana te ponia mas cariñosa y necesitada a medida que pasaba la noche. Agarrabas el cuello de Matías para acercarlo y susurrarle cosas al oído. Tan cerca que podía sentir tu aliento caliente contra su piel, tus labios presionando ligeramente contra su oreja. Matías apostaba a que tus labios sabrían deliciosos con tu brillo labial de cereza mezclado con el dulce sabor de la marihuana.
Sabia que iba a ser difícil para él detenerse, así que nunca comenzó. Pero con el pasar del tiempo, ibas cada vez más a su casa, y pronto ya no eras tan inexperta.
Dejaste de estar tan exaltada y necesitada a medida que desarrollabas tu tolerancia, incluso eras capaz de manejar un porro entero vos sola. Matías casi estaba orgulloso de lo lejos que habías llegado, pero eso significaba no más mimitos y no más trenzas en el cabello. Estaría mintiendo si dijera que no lo iba a extrañar.
Así que podías imaginarte lo emocionado que estaba en ese momento mientras te restregabas contra él, tan necesitada como las primeras veces que habias fumado, tu coño cubierto frotándose contra su miembro desnudo y palpitante haciendo un desastre en tus shorts.
Los dedos de Matías rodearon tu mandíbula, el pulgar pasando por tus labios incitandolos a abrirse. Lo unico que tuvo que hacer fue meter la punta de su dedo dentro para ver cómo tu boca lo recibia, tu lengua girando alrededor de su dígito. Te acercó un poco más, lo suficiente para mantenerte queriendo más mientras exhalaba, envolviéndote en una nube de humo.
Lo inhalaste y lo sentiste ir directo a tu cabeza, mareandote y haciéndote sentir tan ligera como el aire.
Joder, lo habías extrañado. No pudiste evitar la forma en que tus caderas se movieron hacia él mientras lo hacía de nuevo con su lengua sumergiéndose en tu boca esta vez.
"Mirate. Tan desesperada por tenerme adentro, ¿eh?" Dios, Matías sabia que te morías por él, y nada podía calmar tu hambre excepto su pene llenándote por completo. Cada vez estabas mas impaciente, pero antes de que tuvieras tiempo de tonar cartas en el asunto, sentiste los dedos errantes del castaño rozando tu entrepierna cubierta. La tela de tus shorts y de tus panties formando una especie de barrera y sentiste la necesidad de sentir esos largos dedos profundamente dentro tuyo, sentias que si pasabas un minuto mas sin ser follada ibas a estallar.
Sus dedos frotaron circulos sobre la tela por encima de tu clitoris y sentiste como tu ropa interior se empapaba bajo sus dedos.
"Matías, necesito tus dedos adentro." El simplemente se burló de lo desesperada que estabas y le encantó el hecho de tenerte suplicando encima suyo.
"¿No vas a decir por favor?" Matías podía ser un tarado a veces, pero hoy no estabas en condiciones de responder con algo inteligente, tu cerebro era un lío confuso y todo en lo que podías pensar era en Matías y sus dedos y su pene y cuánto lo necesitabas. Así que simplemente te rendiste, ni siquiera intentaste ser un poco sutil al respecto.
"Ugh, por favor, por favor. Cogeme con tus dedos, por favor." gemiste retorciéndote bajo el su toque, el cual simplemente no era suficiente.
"No puedo si tenes esos shorts puestos."
Obedeciendo a sus deseos, te sacaste los shorts sin rechistar, deseando que esa fastidiosa capa de tela ya no estuviera ahí. El castaño gimio debajo tuyo al ver lo que tenía adelante.
Tenías puesta ropa interior gris, y el color hacía que tu humedad fuera visible para Matías, quien no pudo evitar pasar su dedo índice a lo largo de tu entrepierna y hasta tu clítoris. La acción te sacó un gemido delicioso, y él tuvo que apartar la mirada de tu entrepierna para mirarte.
Observabas connatencion y anhelo cada movimiento de Matías, viendo como su dedo dibujaba circulos alrededor de tu clítoris, tu ropa interior oscureciéndose a medida que la humedad crecía. Tus caderas empezaron a moverse hacia adelante, desesperada por sentir esa presión que tanto deseabas.
Si Matías hubiera tenido la mente clara y no estuviera tan drogado, te hubiera hecho rogar por ello, te habría hecho esperar hasta que estuvieras al borde de las lágrimas antes de darte lo que querías. Pero él estaba tan desesperado como vos, y su compostura estaba al límite.
Entonces, con una mano, apartó tus panties hacia un lado, y un gemido gutural se te escapó cuando sentiste las yemas de los dedos del chico deslizarse entre tus pliegues. Sus dedos esparcieron tu humedad hasta tu clítoris, y despues, tal como había prometido, metio uno dentro de tu coño. Jadeaste mientras sentias como su dedo se colaba entre tus paredes, y soltaste un gemido de alivio que no sabias que estabas conteniendo.
"Mirate bebé. ¿Estas tan mojadita por mí?" Sí. Todo era para él. Siempre lo había sido y siempre lo sería. Tus interiores succionaban su dedo profundamente, apretandose contra sus nudillos, enviando olas de excitacion directamente a su polla palpitante. No podias esperar para que reemplazara sus dedos con su pene. El simple pensamiento de matias cogiendote duro hizo que tus rodillas temblaran con anticipacion.
Su dedo medio se unió a su dedo anular dentro tuyo, y movió su muñeca para posicionarse mejor para poder mover sus dedos a un ritmo más rápido. No tardo mucho en establecer un ritmo que te huzo temblar hasta el alma, y tuviste que extender las manos contra la -ya empañada- ventana. Con cada embestida tus yemas golpeaban ese punto dentro tuyo y justo cuando creias que era demasiado subio su otra mano a tu intimidad para frotar tu clitoris.
Sentiste la conocida sensacion de placer acumulandose en tu centro y antes de que tu cerebro pudiera procesarlo, te estabas corriendo contra sus dedos, tus piernas temblando y tus labios soltando gemidos con su nombre contra su cuello.
"¡D-dios, Matías!" exclamaste, tus uñas clavandose en su antebrazo.
"Shhh. Tranquila, aca estoy." Matías sintió cómo te apretabas alrededor de sus dedos después de haberte corrido, sin embargo retiro sus dedos de tu interior y se los llevo a la boca, gimiendo al rededor de ellos. "No puedo esperar más, bebé. Necesito estar adentro tuyo."
Antes de que tuvieras tiempo de calmarte de tu clímax volviona apartar tu rompa interior hacia un lado y alineó su polla con tu entrada. Lentamente, te hundiste en él.
Gimieron juntos mientras lo tomaste lentamente en tu coño, centímetro a centímetro. Podías sentir esa vena prominente sobresaliendo contra tus paredes, y tus interiores se apretaron ante la sensación.
Una vez que Matías estuvo completamente dentro tuyo, tu cuerpo comenzó a moverse por sí solo, desesperada por sentirlo. Empezaste a moverte hacia abajo, pero él agarró tus caderas para detener tus movimientos, manteniendote quieta encima suyo. Sus ojos estaban cerrados y su ceño fruncido, por lo que te preocupaste. "Mati? Estas bien?" dijiste pasando tus manos por su rostro, quitando el cabello que cubria sus hermosas facciones.
"Si gorda... pero si te moves tan enseguida me voy a correr... Deja, deja que me concentre."
Te reiste por lo bajo y empezaste a dejar un camino de besos desde la comisura de sus labios hasta su cuello, de vez en cuando algunos gemidos ahogados salian de tu boca, necesitabas moverte pero entendias que tenias que darle su tiempo, despues de todo sabias que la marihuana agudizaba todos los sentidos y esto no era excepcion.
"Matías, por favor, no sé cuánto más puedo aguantar.". rogaste en un jadeo que hicieron tido lo ckntrario a ayudarlo a que se concentre. La marihuana tampoco ayudó; lo volvió aún más sensible a las tus cálidas y húmedas paredes apretandolo.
Estabas arriba de él, con su polla bien dentro tuyo durante lo que pareció una eternidad. Te estabas impacientando un poco y casi comenzás a moverte hasta que lo escuchaste debajo de vos.
"Dale, bebé, movete". Y eso fue todo lo que necesitaste escuchar. Comenzaste a mover tus caderas sobre las suyas, la punta de su polla tocando ese punto tan placentero dentro tuyo. Soltaste un pequeño grito cuando sentiste como sus caderas subian para embestirte un poco.
Una de sus grandes manos estaba en tu cadera, balanceándose de un lado a otro con tus movimientos, mientras la otra sostenía el porro entre sus dedos, ofreciéndotelo después de darle una pitada y soplar el humo sobre tu cuerpo, envolviéndote en una neblina de humo. Mientras tanto, la luz naranja de las farolas afuera te bañaban en un resplandor celestial, suavizando tu piel. Matías se inclino a darte un tierno beso. Carajo, te veías etérea y el sabia que iba a recordar esta imagen para siempre, deseaba poder tatuarselanoara revivirla cuando quisiera.
La forma en que tu cuerpo se movía sobre él lo tenía mirándote con asombro. Juraba que eras un puto ángel enviado a la Tierra solo para él. Parecías estar bañada en una luz que lo rodeaba a el también. Todavía no podía creer que esto estuviera pasando realmente.
Parte de Matías quería darte vuelta y tenerte abajo suyo. Quería levantarte la pierna sobre su hombro y llegar un poco más profundo, la punta rozando ese punto dulce dentro tuyo... pero ¿por qué habría de hacerlo cuando lo estabas haciendo tan bien vos misma? Y él tenía la vista más perfecta desde abajo; podía ver todo, desde tu coño hasta los hilos de tu previo orgasmo acumulandose en la base de su polla, hasta tus tetas perfectas rebotando tan perfectamente frente a él. Ni hablar de tu hermosa cara. Si pudiera personificar la euforia, estaba seguro de que eras vos, con las cejas fruncidas, los ojos cerrados y la boca abierta, todos tus sentidos concentrados en todo lo que era él.
Matías no pudo evitar hablar. Tal vez era la marihuana hablando a traves de él o tal vez eran simplemente sus pensamientos sobrios, pero carajo, no podía mantener la boca cerrada y te volvía loca.
"¿Qué diría tu vieja si te viera ahora, ¿eh? ¿Su perfecta hija fumando porro y montandome en el auto?" Los ojos de Matías estaban oscuros, y te hacían sentir como si estuvieras haciendo algo que no deberías. Te daba mariposas en el estómago y sentías una ola de deseo ir directo a tu coño.
Matías se volvía tan charlatan cuando estaba drogado, y definitivamente había fumado demasiado, así que no había forma de detener las palabras que salían de su boca. Pero Dios, sonaba tan malditamente: su voz se escuchaba ligeramente ronca y quejumbrosa mientras te elogiaba, diciéndote lo bien que lo estabas haciendo, cómo estabas tomando su polla tan bien y montandolo como una puta diosa. Mientras tanto, la punta de su pene latía y se retorcía y golpeaba tan profundo desde este ángulo. El placer era casi insoportable pero se sentia tan bien que deseabas que el momento no se acabara jamas.
El ritmo era crudo, duro y tan jodidamente bueno. Era todo lo que podrías haberte imaginado y sabias que estabas al borde de correrte encima suyo. Ningún pensamiento coherente pasaba por tu mente y sentias que no podías formar palabras, pero Matías entendió. Podía notarlo por la forma en que tus movimientos se volvieron bruscos y por la forma en la que tus caderas titubeaban con cada embestida y tu respiración se volvía rápida, casi erratica. Por lo que comenzo a mover sus caderas, parando las tuyas connun fuerte agarre, empujando adentro tuyo con tanto vigor que sentiste que podrias desmayarte en ese momento.
"Muy bien, nena. Correte para mí dale, correte encima mio." Sus palabras de elogio, cargadas de deseo y teñidas de dulzura, fueron las que te llevaron al borde. Habías tenido muchos orgasmos en tu vida, pero ninguno habia sido como este, no cuando estabas tan drogada y encima de Matías. Se sintió glorioso, sentiste que tocabas las estrellas con las yemas de tus dedos. El orgasmo comenzó desde tu centro, extendiéndose a cada centímetro de ti de adentro hacia afuera. Te sentías sin peso y era como si estuvieras flotando, lo unico que te traia a tierra eran los suaves besos que el castaño estaba presionando sobre tu hombro y el fuerte agarre en tus caderas.
Matías no estaba muy lejos; de hecho, el pulsar de tus paredes lo hizo derramar todo lo que tenía dentro tuyo sin darle tiempo de sacar su polla. Era la marihuana la que lo hacía así, adormecía sus sentidos y hacía que sus músculos se sintieran pesados. Aunque en realidad no era eso en absoluto. Simplemente estaba demasiado atrapado en el momento como para detenerse sacar y correrse en tu panza. ¿Y por qué lo haría cuando estabas tomando pastillas anticonceptivas y te sentías tan bien? Sería un loco si no se corria dentro.
Guturales gemidos lastimeros pasaron por sus labios con cada carga que salía disparada. Tuvo que agarrarse de tus caderas como si ellas fueran a salvarlo mientras su orgasmo parecía arrastrarlo hasta el cielo.
Cuando Matías regresó a la Tierra de golpe, fue como si estuviera envuelto en una manta cálida y acogedora. Sus ojos finalmente parpadearon abiertos, y juró que se encontró con un ángel.
Realmente creyó que había muerto y había ido al cielo.
iv.
Ya eran las 5:17 am y ambos estaban de nuevo vestidos, la ligera campera que matias habia tirado anteriormente al asiento trasero -en el cual se encontraban recostados ahora.- te cubria los hombros, protegiendote de la fria brisa matutina. El sol ya comenzaba a asomarse lentamente sobre el horizonte, y Matías apenas comenzaba a sentir cómo la sobriedad lo alcanzaba. Percibió el peso reconfortante de tu cabeza sobre su pecho, tus pestañas y tu respiración suave le hacian cosquillas en la piel.
No puede evitar mirar a su alrededor y recordar con cariño. Las huellas de manos adornan las ventanas, y decide dejarlas allí, como un dulce recordatorio de lo ocurrido en las primeras horas del día. Una sonrisa tierna se dibuja en sus labios al rememorar, recuerdos tenues llenando su mente. Esa noche no solo había conseguido el papel de su vida, sino que también había compartido momentos íntimos con la chica de sus sueños. La vida parecía ser hermosa.
Tus respiracion pacífica lo reconforto mentrias sentia cómo sus párpados se volvian pesados. Antes de ceder al sueño observó con ternura hacia abajo, donde te encontrabas acurrucada junto a él, un ligero rayo de sol iluminando tu piel, y no pudo evitar desear que esta no fuera la última vez.
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hermana nececito cualquier smut con Matías me estoy muriendo no hay nada
+18! MeanDom!Mati but make it sleepy :)
Es de madrugada y Matías, que muere de sueño, no puede dormir.
Merodea por el departamento a oscuras en busca de sus cigarrillos y un encendedor, pero sólo encuentra la caja vacía con la que juega el gato. Regresa a la habitación y se desliza bajo las mantas para abrazarte por la espalda, disfrutando de tu calor y de la forma en que tu cuerpo busca más contacto con el suyo.
-¿Qué pasa?- preguntás antes de bostezar.
-No puedo dormir- dice contra tu espalda-. ¿Me ayudás...?
-¿Querés un té?
-No, no quiero un té...
El tono de su voz y tu estado adormilado son una combinación un tanto peligrosa: tus ojos se llenan de lágrimas y el sonido similar a una queja que deja tus labios llama la atención de Matías, que no duda en tomar tu rostro para obligarte a voltear.
-¿Qué pasa? ¿Te despertaste sensible...?- te suelta de manera brusca y su mano explora tu cuerpo-. ¿Qué dijimos hoy de llorar por nada?
Un escalofrío te recorre al recordar el castigo con el que te envió a la cama. Tu mente está aún nublada y no es de ayuda el haberte despertado hace cinco minutos, por lo que te cuesta recordar cuáles fueron los motivos del castigo y sus palabras exactas.
-No te acordás, ¿no?- sus dientes rozan tu hombro y su mano comienza a tirar del pantalón de tu pijama, la única capa que te cubre debido a su regla de no ropa interior por las noches-. No aprendés nunca un carajo vos...
Sus dedos recorren tus pliegues todavía húmedos por un segundo antes de tomar su miembro y guiarlo hacia tu entrada. Se detiene un instante, esperando en caso de que quieras utilizar alguna de tus palabras de seguridad, pero al no oírlas se introduce en tu interior de una estocada, haciendo arder tu entrada.
-Mati...
Te ignora y comienza a mover sus caderas lentamente, una mano sosteniendo tu cintura con fuerza. Suspira contra tu cuello y la sensación te hace temblar, pero no tanto como el placer que provoca el roce de su miembro entre tus paredes apretadas.
Tus gemidos crecen en frecuencia y volumen.
-Callate.
-Pero...
-Callate dije- sus dedos encuentran el frente de tu camisa y tira de ella sin importar que los botones se rompan. La palma de su mano colisiona con tu pecho en un ángulo que es perfecto para causarte el mayor dolor posible, ángulo que para Matías es prácticamente natural. Cubrís tu boca.
El ritmo de sus movimientos se acrecenta y en algún momento sus dedos se introducen en tu boca con la excusa de que hacés mucho ruido. Tu saliva corre y humedece la almohada, un reflejo de lo que ocurre entre tus piernas.
Matías se detiene y te abraza contra su pecho.
-¿Mati...?
-Dejame dormir- besa tu cabello-. Y ni se te ocurra tocarte porque me voy a dar cuenta.
taglist: @madame-fear @creative-heart @recaltiente @chiquititamia @delusionalgirlplace @llorented ♡
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Por si quieres saber más, escuché esta canción mientras lo escribía.
Una pequeña obscenidad para rascar la picazón que me ha dejado este relato sobre John Price x Cali x Me (Gigi). Si quieres conocer a una de las mejores escritoras de COD puedes encontrarla como @the-californicationist y aunque ella no lo sepa, probablemente tengamos una relación a distancia.
Como siempre, mis obras son +18. Si no te gusta algo, por favor no lo leas.
Johnny estaba, para decir palabras menores, celoso de lo afortunado que era su Capitán. El mismo Capitán que se había deslizado de su asiento, con Cali apretada contra su cadera, en busca del pajarito que les había dado la nota. Y aunque el resto del 141 intentó ignorarlo, o cómo había dicho la mujer de cabello negro cuando la invitaron a sentarse en su mesa: “hacerse los locos”, porque era difícil evitar el elefante en la habitación. Sin embargo, la más joven que les comentó le decían Gigi, parecía esa cosita dulce que cualquier hombre quisiera tener en sus fauces.
Ghost, al menos, podía sentirse aliviado de que Price se había llevado toda la atención. La amargura de sus celos mermaba al mismo ritmo en que Cali parecía derretirse, conversando animadamente, al igual que John pareció más relajado cuando la rubia le daba miradas de aprobación ante los avances de la desconocida.
Y no, Johnny después se enteraría, para disgusto de Price, que no tuvieron sexo con ella esa misma noche, ni siquiera dos semanas posteriores a ese encuentro. Les había tomado varias citas para comunicar claramente sus intenciones, límites y necesidades; Gigi estaba temerosa, esa servilleta la había enviado bajo los efectos de dos sangrías y quizás un gesto demasiado atrevido luego de admirar durante toda la noche a la pareja que se había refugiado en el lugar más cálido del bar.
Pero todo esa travesía había llevado a ese momento, una lujosa noche de viernes donde Cali había preparado pasta con su cremosa salsa alfredo, tarta como postre; y John sacó un delicioso vino para acompañar. La casa se había limpiado y acomodado, en la habitación principal se cambiaron las sabanas, se recogió el desorden de ropa sin planchar e incluso se encendieron velas aromáticas para que una débil fragancia a vainilla y coco impregnara la atmósfera.
Las negociaciones se habían elaborado. Y antes de darle la bienvenida a una persona a su cama, le habían abierto las puertas de su corazón, compartiendo su amor con la dulce joven que los había cautivado hasta cada célula de su cuerpo.
Tan arrollador y caótico como su espíritu. Se habían enamorado de sus sueños, luchas y aspiraciones.
Y ella, una migrante que había cruzado la frontera para construir una vida mejor, sin intención de encontrar el amor, los conoció a ambos, quienes la salvarían.
“¿Crees que me veo linda?” Cali se movía nerviosamente entre la sala de estar y la cocina, acomodando el escote de su llamativo vestido rojo que hacía resaltar el color de su piel, así como el lápiz labial que había aprendido, volvía loco a John.
Él la miró de vuelta, enrollando las mangas de su camisa blanca, revisando si las chuletas de su barba habían quedado bien recortadas. “Amor, estoy segura de que podrías recibirla vistiendo solo una tanga o una bata de abuelita y saltaría sobre ti”
“Oh, es que no me sentía tan nerviosa desde que cogimos por primera vez” señaló la rubia, aplicando otra capa de gloss para que sus labios luzcan mucho más provocativos.
“Sí, en la manera en cómo te arrodillaste por mí disimuló bastante esos nervios” bromeó John, agarrándola por la cintura y besándola hasta que escucharon el timbre.
__________
Lo que parecía ser una balada en español camuflaba la cacofonía de jadeos, gemidos y sonidos que rebotaban en las paredes de la habitación donde Cali, Gigi y Price yacían acostados como protagonistas de un cuadro renacentista. Las luces de hada brillando sobre la cama derramando sombras sobre los cuerpos que se fundían en el amor, cautivados, embrujados por la neblina de la lujuria que elevaba la temperatura sobre las sábanas con aroma a rosas y vainilla.
Cali acariciaba los pechos de Gigi, pellizcando los pezones y dejando besos en su boca que gemía de placer ante las ministraciones de John que devoraba su coño, presagiando el dulce ardor de la quemadura de barba con la que despertaría en la mañana. Gigi sujetaba con fuerza el cabello del capitán que observaba como sus dos chicas se divertían, riéndose cuando Cali se burlaba juguetonamente de la mujer más joven que habían descubierto era una princesa de almohada.
“¿Quieres que papi folle este coño, hmm, dulce?” susurró la rubia, compartiendo la misma sonrisa lobuna de John que empujaba los dedos índices y anular en su agujero de goteo.
“Por favor, los necesito a ambos, necesito…” su línea de pensamiento se vio interrumpida por la cadena de gemidos sin aliento que liberaba de su pecho y revoloteaba sus ojos del más asfixiante placer.
“Tenemos una cosita muy codiciosa aquí, amor” dijo John, embistiendo su coño con sus gruesos dedos mientras levantaba su rostro, el resbaladizo untado por toda la boca, su barba y cuello. Cali lo empujó contra sus labios, dándole un beso con lengua y dientes para probar el picante sabor a excitación de Gigi que seguía poniéndose más mojada al ver a los objetos de su deseo compartir esa intimidad con ella.
_____
John estaba extasiado, luego de haberle sacado un orgasmo a la mujer de cabello negro que yacía encima de Cali besándola y frotando su clítoris, mientras él follaba a la mujer de caderas más anchas, complaciéndola luego de que ambos decidieran entrenar a Gigi para que se volviera un desastre húmedo y desordenado, una gatita dispuesta a complacerlos a los dos.
Su miembro estaba duro y cubierto por el resbaladizo de ambas, embistiendo con vehemencia hasta que su espalda se arqueaba a causa de la excitación. Los ojos brillantes, viciosos, los labios enrojecidos y el los colores de los lápices labiales esparcidos por su cuello, abdomen, y la base de sus bolas peludas, incluso se había transferido a los pechos de ambas mujeres que sonreían al ver la obra de arte que habían pintado.
“¿Estás cerca, eh? Te ves tan deliciosa, cuando los vi no podía dejar de pensar lo bonita que serías con su polla enterrada en tu coño” las palabras más sucias se deslizaban de Gigi, que besaba y acariciaba la unión entre los dos mayores que gemían sin control.
Cuánto se alegraba de que ella hubiese rechazado a MacTavish.
#call of duty#john price#captain john price#fanfiction#cod fanfic#cod#griss x cali#te amo cali#x oc#cod smut
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The Cure - ENDSONG - Shows Of A Lost World - Live Mix 2022 #4 [Multi Sub]
Y estoy afuera, en la oscuridad Mirando la luna roja como la sangre Recordando las esperanzas y sueños que tenía Y todo lo que tenía que hacer Y preguntándome qué fue de ese chico Y del mundo que llamaba suyo Estoy afuera, en la oscuridad Preguntándome cómo me volví tan viejo
Todo se ha ido, todo se ha ido No queda nada de todo lo que amé Todo se siente mal Todo se ha ido, todo se ha ido, todo se ha ido Sin esperanzas, sin sueños, sin mundo No, yo, yo no pertenezco No, no pertenezco aquí
Todo se ha ido, todo se ha ido Me perderé en el tiempo No será mucho tiempo Todo se ha ido, todo se ha ido, todo se ha ido Quedándome solo sin nada al final de cada canción Quedándome solo sin nada al final de cada canción Quedándome solo sin nada Nada Nada Nada
"Endsong" es un himno sombrío y melancólico que encapsula la esencia introspectiva y emocional de The Cure. La letra, profundamente desgarradora, refleja una lucha existencial y una sensación de pérdida absoluta, temas recurrentes en la discografía de la banda, pero presentados aquí con una intensidad que impacta de forma visceral. La pieza parece un lamento del tiempo y los sueños desvanecidos, en un tono poético que equilibra la desolación con una especie de resignación apática.
La voz de Robert Smith, cargada de vulnerabilidad, se convierte en el canal perfecto para transmitir la crudeza de las palabras. Su interpretación tiene un tono casi confesional, que crea un vínculo inmediato con el oyente. Las líneas como "And wondering what became of that boy and the world he called his own" evocan una sensación de nostalgia dolorosa y un cuestionamiento sobre la identidad y el paso del tiempo, temas que resuenan universalmente pero que aquí adquieren un carácter devastador.
Musicalmente, "Endsong" es una obra maestra de atmósferas. La banda utiliza capas de guitarras etéreas y bajos pulsantes, creando un paisaje sonoro oscuro y envolvente que acompaña perfectamente el contenido lírico. Los acordes lentos y la progresión melódica transmiten una sensación de inevitabilidad y vacío, reforzando la idea de estar "perdido en el tiempo", como sugiere la canción.
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“MAMÁ POR CESÁREA”
"Entras al quirófano despierta trayendo en el vientre un bebé y en el alma una colección de sueños y expectativas.
- ¿Puedes doblar más la espalda?
Es la pregunta del anestesiólogo
La barriga estorba pero lo intentas así mismo, cierras los ojos, respira y confía.
¡Cómo confía la gente!
Las manos sudan el miedo y la ansiedad están en el corazón, quien ha vivido esta escena la entiende bien.
Las piernas son estiradas y de la cintura para abajo todo se amortigua.
Pusimos el cuerpo en pausa para que otro pueda venir al mundo.
Las siete capas se van rápido pero los próximos minutos duran toda una vida.
Y ahí llega! Sumen a la memoria las agujas, la sonda, las batas, las siete capas, los cortes, las manos, los tirones, el sudor, los puntos….
¿Qué otro amor haría eso?
¿Qué otro amor sería capaz de levantarse para sostener a un bebé incluso sin cargar su propio cuerpo?
Es el carrete que sostuvo el hilo de la vida recordándonos que nacer es realmente un milagro y que nacer por cesárea también es un forma sagrada de nacer!
Mamá por cesárea eres fortaleza!".
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ANNE DE GELAS & TOVE DITLEVSEN
DOMINGO
Nunca ocurre nada los domingos. Nunca encuentras un nuevo amor en domingo. Es el día de los infelices. Día de pensión o día de familia. Las horas más dolorosas de la amante cuando se imagina a su amado con sus hijos en las rodillas mientras su mujer, sonriente, entra y sale con tentadoras bandejas. Un día maldito. Alguna vez tuvo que haber sido diferente. ¿Por qué si no tendríamos todos que esperar con ansias el domingo durante toda la semana? ¿Quizá cuando íbamos a la escuela? Pero ya entonces las campanas sonaban compungidas y grises como lluvia y muerte. Ya entonces las voces de los adulto seran débiles e insonoras como si buscasen a tientas y en vano las palabras dominicales. El olor a humedad y a pan mohoso, a sueño, botas de goma y achicoria ya subía entonces por la escalera y la calle, que estaba dura, vacía y diferente de una manera desolada El olor dominical nos forrabacon la gruesa capa de la decepción que sigue a una expectativa sin meta específica. Pero, entonces ¿cuándo? En un lugar anterior a la memoria hubo felicidad, una expectativa irresistible que todavía nadie había sido capaz de defraudar. Entonces las campanas significaban que papá estaba en casa, el bigote, las negras cejas y el olor a tabaco mascado estaban allí y allí quedaban, en un lugar cercano, y quizá la risa de tu joven madre sonaba más alegre que los otros días. Es domingo. Tú nunca encontrarás un nuevo amor ese día. Estás sentada en el cuarto de estar apabullada y rígida como una figura de cartón a los ojos de los niños. Escarban con los piesy se pelean sin energía. «Deberíamos hacer algo», dices. «Sí», dice una voz detrás del periódico. Entonces os calláis los dos, porque todo lo que tenéis ganas de hacer es oculto y secreto y sería inaceptable para el otro. Las campanas de la iglesia suenan. Las narices de los niños se llenan de desesperanzado olor heredado. Sobre sus dulces rostros se desliza una fealdad pasajera. Una luz marchitanace en sus ojos. Pero todos esperamos el domingo toda la semana, toda nuestra vida, esperamos la ilusión de cientos de largos domingos vacíos, agotadores. Día familiar, día de pensión, el infierno de los amantes secretos. Ese día en que la nauseabunda grisura de los adultos impregna a los niños y establece la incomprensible melancolía dominical de los años venideros.
- Tove Ditlevsen, en "Poesía nórdica", Francisco J. Uriz, ed., Ediciones de la Torre, Madrid, 1999. Trad. de Francisco J. Uriz con la colaboración de Kirsti Baggethum, Mona Moltke, Pentti Saaritsa y José Antonio Fernández Romero
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Un mar de emociones, despuede la tomenta viene la calma...
quisiera gritarte a la cara que eres una imbecil y que solo mereces mi partida, mas... no soy capas de partir, mucho menos gritarte o hacerte daño intencionado, solo... en realidad dolio mucho...
es comico, tu lo hiciste por masoquista, yo por equilibrar la valanza esperando no encontrar nada, mas... fue igual o aun mas triste que eso...
ser infiel no se ve tan mal en realidad, ante lo que postulan tus actos, es curioso porque mi cabeza comienza analizarlo...
SIN FILTO...
como hpts me viene a decir usted a mi que esa maricada no es intencional, responder de forma sugerente a la afirmacion pero sin la necesidad de afirmar requieres de un trabajo de pre meditacion muy setenta hpt, desde el escoger las palabras que no te hagan quedar mal como aquellas que den el mensaje afirmativo, que pts y me dices que no es intecional, ponte seria y vete a comer mucha mierda.
Mierda marica me duele mucho porque tu sabias bien el trauma que yo tenia con eso, mismo trauma que reconoces en ti, y desde el cual entiendo la importancia para ti de contruir y sentirte parte del otro en su vida. pero dar a enteder que mas o menos puedes estar aburrida y te interesa el hecho de que te propongan otra relacion es porque simplemente en cuentras en el otro un atractivo y una oportunidad de verte realizada en tus sueños, que tienes aprisionados en ti desde que estas en una relacion conmigo, y es lo que no logras ver, que una relacion puede estarte robando la oportunidad de cumplir tus seunos creyendo que los vas a cumplir en tu relacion cuando todos los dias simplemnte te convences de lo contrario, que yo no quiero una vida contigo, que eres un piedra en el zapato para con mi familia, y muchas cosas que te generan querer buscar otras personas que te brinden el poder cumplir tus suenos sin necesidad de herirte o dañarte, estoy muy triste porque es inevitable que no llegue a mi cabeza el pensamiento de ser poco, se que no soy el mejor del mundo ni espero serlo, mas todos los dias intento, luchar con mis pulsiones, crianza, ideales y cosmovisioin de vida por brindarte esa seguridad que me pides para sentirte amda y tu sabes lo que me cuesta...
VINIMOS DE MUNDOS DINTINTOS...
Siempre nos hemos complementado de forma incriebla, en muchos ambitos de la vida, la convivencia no es algo dificil, bailar se nos da increible, y hacer el amor ni se diga, eres una mujer de ensueño para muchos, linda, inteligente, que solo pide respeto y fidelidad asi como apoyo y amor que son cosas fundamentales en una relacion convecional, de personas convencionales, mas... uno de los 2 no encaja en este rompecabeza llamado sociedad conteporanea, pese a que hayan muchos despertares intelectuales nostros somos renegados, vichos raros en esta sociedad.
por que?
Como, no me va a doler? que mi mujer sea penetrada por otro hombre o este con otro, jajajajaja no es mi mujer, ella es libre de experimentar placer con quien quiera con su cuerpo, se que eso no define nada, porque al final del dia quien dormira con ella, disfrutara de sus abrazos, sus besos, y su forma unica y espesial de solo estar conmigo sere yo, y el placer de ella es otra cosa diferente a nuestro amor y relacion que puede estar en nuestra relacion y tambien ser difrutado por fuera, porque el amor no limita de experimentar jugar y deivertirse, las inseguridades si.
ese es mi pensar amor mio, mientras tu... sientes del sexo y el amor un mismo placer cargado de emociones que te permiten llegar al gose y disfrute de tu cuerpo como el placer y la paz de tus emociones que son correspondidas y conectan con quien estas, por eso para ti no es consebible el hecho del que sexo sea un placer libre. porque tu lo atas a las emociones de afecto a largo plazo y por eso lo quieres solo para ti...
es asi como en medio de esta dicotomia de yo intenar serte fiel y respertarte en la forma en que te gusta y sientes amada, mientras tambien quiero que hagas lo mismo y me permitras jugar con el placer y el deseo sin restricciones morales o eticas.
pero no es asi...
logramos mantenerlo en yo te cuento con quien quiero estar para asi evitarme estar con esas personas y de alguna manera sublimar el deseo, ponerme a mi mismo en conciencia de que simplemente no porque te sentirias irrespetada y si te amo no te hare daño si en mis manos esta. ahi me detengo! y la relacion funcion y asi es y a sido y sera... es la realidad.
quizas por eso tu inconciente busca algo que enrealidad quieres, una persona monogama que no tede estos dolores de cabeza porque no sabe allarse dentro de si mismo en un marco en el que no se siente libre de ser el mismo y actuar bajo sus propios deseos y conviciones, por eso buscas otras cosas...
PENSAMIENTOS INTRUSIVOS
entonces comeinxo a pensar...
sera la primrea vez?
sera la unica persona?
yo siempre e confiado en ella y busco no mirar sus cosas por mas inseguridad que tenga porque la relacion se basa en la confianza, no?
pero... con esto, da que pensar y cuestionarse la cosas, no?
supongo que a esto le llaman ansiedad...
cuantas veces abra pasado y simplemente no me he sabido?
yo solo pido sincerida y claridad, dime quieres estar conmigo o quieres irte, no te pongas a buscar por fuera estando en la relacion cometenun serro de miereda, si quieres sexo cxon otras personas nunca he tenido problema y suimpre e atado mis inseguirdiades porque no quiero restringirte de vivir a tu conviccion y siempre e sido libre y estado abeirto a escuchar y entender, si... siempre que yo sea esa persona con la que estas contruyendo y quieres estar, mierda lo que haz hecho es todo lo contrario y si esta para mandarte para la porra
CLARIDAD
si... no dejo de pensar que soy un bobo por confiar como confio y creer en la vida como creo bajo mis convicciones crencias y respeto. no quiero cambiarlo, porque no es responabilidad mia que los otros me den un lugar en su vida, yo decido que lugar me doy a mi y desde ahi me permito o no que otras personas me pongan en ciertos puntos, desde la comunicacion y el respeto poniendo limites de forma sana con lo que considero no es negociable para mi.
ahora mismo no se que hacer conmigo mas que perder la conciencia y aqui estoy intentando auto gestionarme y ponerme en conciencia de mis pensamiento y emociones escribiendo en mi blog.
un respiro, seco mis lagrima y a pensar, porque las emociones no me daran respuesta
#tristeza#dolor#amor#vida#desamor#frases#texto de amor#reflexión#reflexiones#frases reflexivas#frases de reflexion#citas de reflexion#ansiedad#decepcion#olvido#amor no correspondido#notas tristes#frases tristes#citas tristes#amor y dolor#dolor del alma#citas de dolor#pensamientos#sentimientos#escritos#notas de dolor#calma#pensamientos intrusivos#verdades#la verdad
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Y si alguien vuelve a decir la palabra hormiga en este imperio, dijo el huei tlatoani mientras se levantaba del trono de Axayácatl y se sacudía la capa, lo matas, pero antes le recuerdas que aunque la hormiga no hable, al final siempre señala el camino.
Tu sueño imperios han sido, Álvaro Enrigue.
#tu sueño imperios han sido#Álvaro enrigue#read 2024#frases libros#frases literatura#frases literarias#libros#literatura
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"I feel like a doll,"
Dorian: "In my dream, I found myself trapped within a structure that seemed to belong to ancient Greece, even though it was surrounded by debris from pseudo-modern houses, evoking the Victorian era. Amidst the rubble, there were remnants of dolls, some of them resembling monochromatic clowns, but with variations in their attire, while others were notably more deteriorated.
At one point, a group of individuals violently burst into the place. They began to frantically destroy the dolls, as if searching for something specific. I remember that amidst the chaos, someone exclaimed, 'Where is that depressive Pinocchio?!'
That's when I noticed that Angel was moving among the debris. He walked towards the center of the circle of ruins where I was and stared at me intensely. In that moment, I knew it was him; I felt his presence, although he seemed distant, and his body felt stiff and cold.
My eyes began to fill with tears, and at one point, tears overflowed from them, flooding the place. I struggled to stay in that dream world, aware that I was asleep, while desperately repeating that I didn't want to be away from his side, that I wanted to stay with him, and that he shouldn't go. However, I received no response from Angel, and my distress grew as the dolls continued to be destroyed around me.
At one point, he raised his arms in a gentle, loose embrace. And that's when I heard, 'Not yet. Wait.' After that quiet murmur, everything turned black, ending the dream."
#hakurines#my art#drawing#oc#clown#mime#titeres#doll#my writting#lucid dreaming#dreams#dream#capas del sueño
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Entre muros y silencios (Prefacio y Parte 1)
by Aris
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Prefacio.
Como cualquier casa real que se preciara, la de los Burgos tenía un buen conjunto de leyendas y tradiciones familiares que se remontaban hasta los inicios de su dinastía. Esas historias eran transmitidas a todos y cada uno de sus miembros desde temprana edad, con la esperanza de infundir en sus tiernas cabecitas el respeto y temor necesarios para que ninguno cometiera una imprudencia que atrajera la desgracia e ira de las hadas sobre la familia.
De todas, una se destacaba en importancia y reconocimiento por los habitantes del reino, pues se encontraba tallada en las fuentes de todas las plazas principales de cada ciudad. Era aquella que hablaba sobre como el primero de los reyes de la familia se convirtió, de hecho, en rey.
Nacido sin riquezas, con el tiempo se volvió un joven caballero del reino, querido por la gente debido a su generosidad y buen corazón. Aconteció un día que, encontrando en su camino a una viejecita desvalida a merced del frío y la ventisca, le ofreció su capa y un lugar junto al fuego. La anciana en verdad resultó ser un hada que, agradecida por su bondad, decidió concederle un don.
"Dime, noble caballero, ¿qué es lo que más anhela tu corazón?" le preguntó.
El joven caballero, que estaba profundamente enamorado de la princesa del reino, le confesó su amor y amarguras. A pesar de sus proezas, seguía siendo pobre, y sabía que el rey nunca les permitiría casarse a menos que pudiera ofrecerle riquezas a la corona. El hada, tocada por la sinceridad de su amor, le otorgó un regalo especial: un Reloj de Arena mágico.
"Este reloj," explicó el hada, "te traerá gran prosperidad a ti y al reino si te casas con la princesa antes de que caiga toda la arena, es decir, antes de que cumplas 21 años. Si lo haces, no solo conseguirás la mano de tu amada, sino que también asegurarás la abundancia para ti y tus descendientes."
El caballero llevó tal regalo ante el rey y logró que accediera a la boda apenas la noche antes de la fecha encomendada. Con su unión, el reino prosperó más allá de lo que jamás habrían imaginado: los campos se volvieron fértiles y abundantes; los ríos, tempestades y bestias se hicieron dóciles, y la fortuna sonrió a todos los habitantes.
Pero cuando nacieron los hijos del caballero y la princesa, el hada regresó para advertirles: "La prosperidad que habéis recibido no es eterna o sin condiciones. Vuestros hijos, y los hijos de sus hijos, deberán seguir el mismo mandato: encontrar a su pareja y casarse antes de cumplir los 21 años. Si fallan en hacerlo, las arenas del reloj se detendrán, y todo lo que habéis ganado les será cobrado de manera terrible…"
Las transcripciones variaban en esa última parte. Algunos textos hablaban de una mano siniestra que les arrancaría la vida; otros, que el infortunado se marchitaría como una flor sin sol mientras su corazón se tonara de piedra, incapaz de amar o ser amado; o incluso que acabarían vagando eternamente por los confines de una tierra de fría oscuridad e inmensa desdicha. Sea lo que fuese, la historia se convirtió en una advertencia para todos los miembros de la familia y una responsabilidad particular de los monarcas de hacerla cumplir.
Tal angustiante premisa era justamente la que atormentaba las noches de la joven reina Catalina, imaginando que aquel terrible destino del que tanto le advirtieron de niña lograba alcanzar al menor de sus hermanos, el príncipe Francisco, el único de ellos que faltaba por casarse y a quien solo restaban dos días para cumplir los veintiún años.
-----o----
Parte 1
—Tiene que estar bromeando.
Francisco no podía creer lo que estaba pasando. Por un momento llegó a pensar que seguía dormido, un extraño sueño donde su hermana mayor lo levantaba a tirones de la cama para arrojarlo frente a un gran grupo de hombres, pero ya se había pellizcado lo suficiente como para entender que era real.
Francamente, por la desesperación con que Catalina solía abordar el asunto de su matrimonio -o mejor dicho, la falta de este- debió esperarse algo así por parte de la reina.
—Es por tu bien y el del pueblo, Francisco. Todo el reino está en vigilia ahora mismo temiendo por ti. Así que hazles un favor a tus súbditos y elige un esposo. —respondió su hermana, más una súplica que una orden, señalando nuevamente al grupo de hombres.
Era una buena selección de sus generales, comandantes y un par de eruditos los que se inclinaban respetuosamente ante ellos. A pesar de la prisa que traía, Catalina parecía haberse tomado el tiempo de escoger los mejores ejemplares entre los voluntarios que se presentaron para convertirse en su marido. Tal vez en otras circunstancias se hubiese inclinado un poco a complacerla, pero no era el caso en ese momento.
—Se te olvida que estoy comprometido. —Tuvo que recordarle Francisco a su hermana.
—Con un hombre que ni siquiera pudo enviar una confirmación de si vendría o no. —devolvió Catalina, suspirando frustrada con su obstinación—. El alba está a unas horas, Fran, no estoy dispuesta a arriesgarme por la débil esperanza de que ocurra un milagro y el príncipe llegue a tiempo.
—Sé que tú no, pero yo debo confiar en que lo hará y honrar mi promesa. Miguel llegará. —declaró con toda la confianza de la que fue capaz.
“Tiene que llegar”, era lo que se había estado repitiendo toda la semana, pero no podía negar que también comenzaba a inquietarse. Era cierto que el otro no respondió con claridad a ninguna de sus cartas, esas en las que le recordaba las preocupaciones sobre las fábulas familiares y solicitaba su presencia en palacio para disipar los temores de sus hermanas y del reino; pero Francisco sabía que si Miguel hubiese enviado una confirmación de que iría para casarse con él antes de que llegara la fatídica fecha, su padre lo hubiera detenido en el acto. No, no hubo confirmación, pero sabían que la caravana del príncipe estaba de camino a su encuentro, así que no tenía de qué preocuparse.
Miguel llegaría a tiempo.
-o-
El amanecer se elevó finalmente sobre el reino, pintando el mundo de suaves tonos dorados y avivando el murmullo inquieto del despertar de la gente.
Las primeras luces del día bañaban las colinas y campos por los que serpenteaba el camino real, pero este seguía completamente vacío. Francisco había permanecido de pie en el balcón principal desde que la pareja real y él fueron llamados al salón por los eruditos, el corazón expectante, escrutando en la oscuridad cualquier rastro de Miguel o su caravana. Pero en ese momento, mientras el sol ascendía lentamente en el cielo, la esperanza se desvanecía poco a poco y una profunda desazón se abría paso en su pecho, inundándolo de temor.
—Fran... —La voz de María a su lado lo sobresaltó. No supo en qué momento había llegado al castillo ni cuánto llevaba junto a él en el balcón, pero por lo fría que sintió su mano cuando envolvió la suya debía ser bastante—. Ya es hora.
Las palabras de su hermana lo obligaron a aceptar la realidad, ineludible para ese entonces: Miguel no llegaría a tiempo. Y él mismo se había condenado. Sea lo que sea que le sucediera de ahora en adelante, sería culpa de su ingenua obstinación.
—De acuerdo. —Con un último vistazo al camino y las colinas vacías, Francisco se apartó del balcón y siguió a María al interior del castillo.
Dentro, los eruditos no habían perdido el tiempo. Las mesas, bancas, macetas y tapices habían hecho lugar a una serie de altas antorchas alineadas alrededor de un gran círculo que los sabios acababan de dibujar en el piso. Solo los tronos donde Catalina y Fernanda se sentaban estoicas y majestuosas permanecían en su lugar. A sus pies, Francisco reconoció los baúles que los sirvientes habían empacado para su luna de miel. El recuerdo de la ausencia de su prometido lo azotó una vez más bajo los ojos acusadores y desesperados de su hermana mayor. Fernanda por su parte lo miraba compasiva, solo su cuñada podía entender lo que sentía al ver su futuro junto al hombre que amaba desaparecer en un instante.
—Aún hay tiempo, solo tienes que...
Un espantoso estruendo silenció a la reina, como si el destino se hubiese ofendido ante la idea de que intentaran burlarlo. Para enfatizar, un humo negro y espeso comenzó a brotar rápidamente desde el círculo dibujado y a esparcirse por el piso a sus pies. Una lúgubre figura se elevó en el centro de la habitación. Todavía difuso, el espectro abrió los ojos, mirando a todas y a ninguna parte. Finalmente hizo una pregunta que resonó en las paredes vacías.
—Una vez más me han convocado, ¿Quién es el vástago a quién la fecha ha alcanzado?
Escapando del trance y la impresión, uno de los sabios se ubicó tras Francisco para instarlo a responder, pero el joven estaba demasiado conmocionado como para emitir sonido alguno, más cuando el repentino movimiento guió la atención de la sombra sobre él. Nadie se había molestado en advertirles sobre cómo se desarrollaría la ceremonia. Tan acostumbrados a que todo saliera de acuerdo al plan, se esperaba que para ese entonces estaría partiendo a su gira de luna de miel y solo los eruditos tendrían que presenciar el rito.
—El príncipe Francisco de la casa de Burgos, en este día glorioso ha cumplido los veintiún años, y se presenta ante su merced para cumplir con el destino encomendado. —Habló el hombre que se mantenía escondido detrás de Francisco.
—Entiendo y aguardaré al siguiente... ¡Espera! ¡¿Qué?! —La voz fantasmal se agudizó para esas últimas palabras, haciendo evidente su sorpresa.
—El príncipe ha cumplido los veintiún años y se encuentra ante usted para cumplir con su destino. —Repite el sabio, agregando—. ¿Acepta usted su sacrificio?
Un par de manos enguantadas atravesaron la nube de humo, batiéndola hasta que se disipó lo suficiente para que todos vieran emerger al hombre que se ocultaba del otro lado.
Era un joven moreno, ataviado completamente de negro. Tenía una altura similar a la de Francisco, aunque bastante más enjuto. No se podría decir que era en realidad un hombre impresionante, pero a Francisco le pareció terriblemente imponente mientras se dirigía a su encuentro con una feroz determinación en la mirada.
—¿Realmente está soltero? —Le preguntó directamente.
—A-Así es, mi señor. — Respondió Francisco apenas con un hilo de voz.
—El príncipe está aquí para entregarse voluntariamente y así cumplir con su destino al no estar casado ¿Acepta su sacrificio? —Vuelve a insistir el erudito una vez más.
Francisco se esfuerza por mantener algo de dignidad y no temblar demasiado bajo el escrutinio del otro hombre ¿De qué clase de sacrificio se suponía que estaban hablando? ¿Qué pasaría si no lo aceptaba? En ese momento se esforzaba por recordar las palabras de la historia que había escuchado repetidas en un sinnúmero de ocasiones, pero su cabeza estaba vacía de cualquier cosa que no fuese la mirada severa de aquel extraño.
—Lo acepto. —dijo finalmente, y la tensión en la mandíbula de Francisco se hizo más intensa.
—Entonces procederemos con la ceremonia. Acérquense para enlazar sus manos y sellar esta unión.
—… ¿Qué? —La pregunta escapó de la boca de Francisco un instante antes que de la de sus hermanas.
—¡¿Qué?! —Exclamaron ambas con mucha más intensidad.
—¡¿Matrimonio?! Pero- No puede ser ¡¿Vas a permitirlo?! —Protestaba María a viva voz contra la reina, como si la idea de que se casara con ese hombre fuese peor a que acabara muerto, encerrado en un calabozo, vagando ciego por el mundo, o lo que sea que su hermana estuvo imaginando por el “terrible destino”.
—¡Espera un momento! —Catalina se levantó, deteniendo por un instante al sabio que anudaba sus muñecas con el lazo ceremonial—. Ninguno de ustedes me informó de esto. En ningún escrito se mencionaba…
—La mano de un vástago soltero debe ser entregada en matrimonio para cuando cumpla los veintiún años. Esas son las condiciones. —Recitó el hombre, un frío amenazante en la voz y en sus ojos que congeló a todos en la habitación—. El príncipe admitió estar soltero, así que vendrá conmigo. Impídanlo y verán lo que pasará con su hermoso reino.
Lo cierto era que, en ese momento, a él también le pareció un castigo mucho peor que los otros. Acabar atrapado en manos de un desconocido, el que francamente le aterraba, con toda la incertidumbre de no saber qué esperar.
Mientras repetía mecánicamente los votos que les dictaba el erudito, el rostro del hombre frente a él le aparecía desfigurado, como si la nube oscura hubiera vuelto a cubrirlo, como una ilusión, como un sueño. Francisco deseaba con todas sus fuerzas que está vez sí se tratara de un mal sueño, uno del que lo despertarían en cualquier momento para informarle de la llegada de Miguel y podría contarle esa horrible pesadilla de camino al altar. Podría decirle esos mismos votos al hombre que amaba, en quien había depositado todas sus esperanzas y anhelos.
Pero no fue así. Apenas acabaron con el acelerado rito nupcial el hombre -su marido- se inclinó para dibujar rápidamente un nuevo círculo alrededor de ellos y sus pertenencias. Mientras la niebla los envolvía y el mundo que conocía se esfumaba ante sus ojos, Francisco sintió como todas sus ilusiones de un futuro feliz se desvanecían también.
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24/08/24
Ni siquiera sé como comenzar.
Quiero tantas cosas, sueño con tantas cosas, pero a veces la vida no nos deja tenerlo todo. "Si el cielo es tan solo el cielo ¿por qué no puedo llegar?"
La vida va demasiado deprisa y no tengo tiempo para apreciar el paisaje, para disfrutar de las cosas simples de la vida, para respirar un momento y apreciar lo que he logrado, lo que hay a mi alrededor. La vida nos hace ir deprisa, porque ahora el tiempo se acaba y hay metas que cumplir, terminar el colegio, terminar la universidad, tener un título, ser alguien, ser más, lograr más que tus padres, establecer metas para tus hijos, ser grande, destacar, no solo ser bueno en lo que hacer, ser el mejor, hacer las cosas más deprisa, porque terminar primero es mejor o te hace más que simplemente terminar.
Tú y yo sabemos que es lo que establece la sociedad pero no es necesariamente lo que tienes que hacer, que cada uno debe llevar las cosas a su ritmo y que lograr lo que te propones es lo importante. Pero seamos sinceros, cuando haz crecido y te han criado para lograr perfección o siempre haz sentido cierta presión por ello, no hay quien te quite de la cabeza que debes ser más, todo el tiempo, ser más, ser mejor, ser grande.
El cielo es el límite, pero ¿el límite de qué?, el cielo puede extenderse infinitamente y seguir y seguir, y nunca lograrás estar arriba, nunca lo lograrás, pero ¿quién me va a meter eso en la cabeza?, ¿quién me va a hacer entender eso?, ¿quién me va a abrir la cabeza y va a cortar todas las partes de mi cerebro donde esas ideas están impregnadas?
Las cosas cambian con el tiempo, uno crece y se supone que evoluciona y supera todos los traumas que tiene, se supone que las ideas malas que tienes en la cabeza en algún momento se te quitan y maduras, comprendes que la vida no es como te la pintan, que el mundo no es bonito, y ahí maduras, y comienzas a aceptar la realidad, y en algún punto lo superas. Pero no siempre es así.
Llevo tanto tiempo con ideas suicidas, tanto tiempo, que ya no es solo una fase, se ha convertido en parte de mi, en parte de mi personalidad. A veces parece un chiste, pero cuando de verdad toco alguna parte sensible de mi mente, ya no es un chiste, y la ansiedad me consume y los miedos crecen y comienzan a devorarme poco a poco y me convierto en un pequeño chasco en el piso del baño, un charco que quiere pintarse de rojo para callar a los demonios que lo asechan, un charco que quiere la gema del tiempo y poder detenerlo por un momento y respirar, y volver a ser persona y dejar de ser un charco.
Por mucho tiempo cubrí todo esto con una gran capa de frialdad, para protegerme y salir al mundo, y en algún momento me sentí grande y permití que cada una de esas capas se fuera cayendo, y deje de ser así. Y ahora que los demonios han vuelto me siento desprotegida, porque cada pequeño detalle me destruye por completo, y ahora que siento que me encuentro en un lugar muy bajo, sé que puedo estar más bajo pero eso no quita el hecho de que me sienta como mierda ahora mismo, no tengo como pelear, ni salir del hueco.
Todo se vuelve más complicado cuando se supone que tienes a gente que te apoya y que esta ahí para ti. ¿Y si no hay gente? ¿Y si te alejaste? ¿Y si tienes miedo de pedir ayuda? ¿Y si no hay a quien pedir ayuda? ¿Y si tus problemas se sienten tan insignificantes al lado de la vida?
Maia
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Invéntame de nuevo en tus sueños, en tus deseos más profundos... Pero en la realidad, deja que el recuerdo de lo que fuimos descanse en paz, sepultado bajo capas de tiempo y olvido...Porque ya no somos quienes éramos, y en este nuevo camino, las huellas de nuestro pasado se desvanecen en el horizonte, perdidas en el susurro del viento que nos separó...
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Devoción | John Price x Fem! Reader
Estoy pensando en una colección de John Price como esposo y sus diferentes facetas. Si se preguntan de donde salió, les diremos que de mis ganas de tener un hombre fuerte que cuide de mí y la idea de John Luterano.
Reader es femenino pero no se mencionan los genitales. Es neutral en cuanto a raza.
¡Espero lo disfruten! 🩷
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El olor almizclado con el pino y las notas del picante whisky hacían cosquillas a tu nariz cuando escondiste tu rostro en la curva de su cuello. Por su parte, el hombre de brazos firmes te mantenían prisionera entre su robusta figura y el cómodo colchón que todavía permanecía caliente tras una noche de sueños dulces, reconfortantes…
La barba castaña dejaba una ligera picazón en tus parches de piel revelados por la vaporosa túnica rosa que te cubría escasamente. Cuando respiraste, embriagándote con el remolino de sentimientos y sensaciones que se apretaba como un nudo en tu bajo vientre, John levantó su rostro para que miraras sus apasionados ojos azules que ardían como las brasas congeladas de un gigante de hielo, poderoso, mágico y aterrador.
Tu mano se deslizó por la regordeta carne de su pectoral salpicado por pecas y cubierto con una capa de vellos rojizos que se enredaban en la piel tostada por el sol del desierto, como un cuerpo endurecido por la crueldad de la guerra pero que tú suavizabas con cazuelas de amor cada vez que regresaba a su hogar. Sentiste los latidos apresurados de su corazón desbocado, mientras te miraba con intensidad y acariciaba los contornos de tu figura, apretando la carne dulce y esponjosa.
“Te amo y cada día que pasa, crece mi devoción por ti, porque ahora me haces sentir más humano, digno de ser amado a pesar de lo que estás manos han destrozado”
Tu otra mano subió a su rostro, acariciando la barba espesa y desordenada, delineando la comisura de su boca y quedándote extasiada con la vulnerabilidad que te había mostrado. Nunca habías conocido un hombre que te amara con ese ímpetu, y mientras tu otra mano ascendí hasta el centro de su pecho donde reposaba la sencilla cadena de oro con una cruz que simbolizaba tu fe, correspondiste a su confesión:
“Siempre soñé con el amor, aun cuando pensaba que no era para mí y te encontré, y me abriste las puertas de tu corazón… John, eres más que digno de ser amado y cuidado. Prometí ser tu apoyo cuando necesites descansar”
Lo abrazaste nuevamente, besando su hombro, escuchando las promesas murmuradas en tu sien mientras sus ojos se llenaban de lágrimas que solo derramaría en la intimidad de su habitación.
“Eres mi único amor”
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