#Profusa
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Está sanando la herida, es profunda y profusa. No me duele; pero me es confusa. Sé que la cicatriz está a la vista y no se oculta...
Mabel
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Que la historia de amor, siempre sea nueva y profusa; porque de tanto en tanto, me han herido de "muerte" varias veces...
Mabel
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Naturaleza muerta con flores y reloj de Willem van Aelst
Los bodegones de flores de Van Aelst son diferentes a los de sus predecesores. En lugar de pintar ramos simétricos, los dispuso a lo largo de una línea diagonal. Además, no los iluminó de manera uniforme, sino que optó por fuertes contrastes de luz y oscuridad. Esto le da tensión y dinamismo a sus ramos. Esta profusa pintura de flores fue concebida como una pieza de exhibición. Las flores se encuentran en un costoso jarrón de plata y junto a ellas hay un reloj de oro. Van Aelst, que había vivido en Italia, firmó la obra con su nombre italiano.
Material y detalles técnicos Técnica: aceite Material: lienzo Dimensiones: 62,5 x 49 cm Inscripciones: Firmado y fechado abajo a la izquierda: Guill.mo van Aelst. 1663. Procedencia: Palacio Het Loo, Apeldoorn, 1757; Príncipe Guillermo V, La Haya, hasta 1795; confiscado por los franceses, transferido al Muséum Central des Arts/Musée Napoléon (Musée du Louvre), París, 1795-1815; Galería Real de Imágenes, alojada en la Galería Príncipe Guillermo V, La Haya, 1816; transferida al Mauritshuis, 1822. Información e imagen de la web del museo Mauritshuis.
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" Quando comincio a scrivere c'è sempre un personaggio che si rifiuta di prendere vita. Non che abbia niente di falso nella sua psicologia, però resiste, lo si deve spronare, trovargli le parole: tutta la tecnica che ho acquisito in anni di fatiche va profusa affinché appaia vivo ai miei lettori. Alle volte provo un'acre soddisfazione quando un recensore lo elogia come il personaggio meglio tratteggiato della storia: tratteggiato magari no, di sicuro però trascinato. Ed è un tale peso sulla mia mente ogni volta che riprendo il lavoro, come un pranzo mal digerito che non si toglie dallo stomaco, sottraendomi il piacere della creazione in ciascuna scena dove compare. Non fa mai niente di inaspettato, non mi sorprende mai, e mai che prenda l'iniziativa. Tutti gli altri personaggi sono docili, lui è un intralcio e basta. Di lui, tuttavia, non si può fare a meno.
E arrivo a immaginarmi un Dio che prova la stessa sensazione rispetto a qualcuno di noi. I santi, si può dire che in un certo senso si creino da sé. Prendono vita eccome. Hanno una sorprendente capacità d'azione mediante la parola. Si tengono fuori dalla trama, senza esserne influenzati. Noi, viceversa, dobbiamo essere sbattuti da tutte le parti. Possediamo l'ostinazione dell'inesistenza. Siamo legati mani e piedi alla trama, e Dio ci spinge straccamente a destra e a manca secondo la sua volontà: personaggi privi di poesia, privi di libero arbitrio, la cui unica rilevanza è che, chissà dove e chissà quando, dovremo contribuire ad arredare la scena su cui un personaggio vivente si muove e parla, offrendo magari ai santi l'opportunità di esercitare il loro libero arbitrio. "
Graham Greene, Fine di una storia, traduzione di Alessandro Carrera, Prefazione di Scott Spencer, Postfazione e cura di Domenico Scarpa, Collana La memoria n. 1295, Palermo, Sellerio, 2024¹; pp. 331-332.
[Prima edizione originale: The End of the Affair, London: William Heinemann, 1951]
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Agarra un coco!!!
No podría asegurar que el relato que viene a continuación es realidad o ficción. Llegó a mí como un pseudo mito urbano, que en realidad fue presenciado por el primo de la polola de un compañero de universidad, enfermo de cuentero (mi compañero (bueno, y según él, el primo también)). En teoría el primo este dio jugo estudió medicina 1 semestre y medio con notas como la gran verga paupérrimo rendimiento, por lo que terminó rindiéndose y estudiando una promisoria y nutritiva carrera llamada periodismo.
Tan poco fue lo que aprendió en dicha carrera de las ciencias de la salud este muchacho, al que llamaremos Alfonso, que la única gueá que tiene para compartir con la demás gente cuando le preguntan cosas al respecto de su paso por la facultad de medicina, son las historias que según él vio en vivo y en directo.
Una de ellas, quizás la más tórrida, ocurrió en un servicio de urgencia de una localidad del país SAPU de Cerro Navia que no revelaremos.
Sucedió entonces que una noche llegó bastante compungido y alterado un paciente cuyo rostro evidenciaba una dolencia profunda e intensa. A simple vista algo raro se apreciaba ya que se notaba algo afiebrado y estaba más pálido que culo de esquimal. También se encontraba algo encogido y con una de sus manos se tomaba la entrepierna de manera insistente.
La enfermera jefe procedió a realizar su ingreso, y ahí fue cuando acudió Alfonso junto a uno de los médicos de turno para atender al paciente. Al comienzo no les quiso revelar el origen de sus molestias físicas, tan sólo se tendió en la camilla y no se sacaba la mano del paquete. No fue fácil hacer que los dejara llevar a cabo su labor médica, y tan solo lograron convencerlo de bajarse los pantalones (y no para chuparle el pico) una vez que la enfermera y la otra interna presente se marcharon, y ahí pudieron observar el origen del malestar del caballero en todo su esplendor.
Su aparato reproductor completo estaba envuelto profusamente en gasa y vendas, con manchas amarillas (debido a alguna clase de desinfectante) y rojas (por el shocolate) alrededor. Casi intuitivamente, él se resistía a que lo revisaran ya que si bien quería recibir atención médica, el dolor era extremo cuando le tocaban su vendaje artesa.
Después de cierto rato weveando, finalmente pudieron calmarlo y abrir el envoltorio: un olor penetrante se dejó sentir en el aire del box hospitalario. Pero el olor no era nada comparado con lo que podían admirar frente a sus ojos: el agilao este tenía una profusa herida en el escroto, con forma de marrueco de pantalón. La herida chorreaba sangre y pus, alrededor de la herida la piel estaba de un color como entre morado y azul, y el escroto propiamente tal lo tenía como balón de hándbol.
Se notaba que el longie había intentado, presumiblemente por vergüenza de mostrar su accidente al público, curar su herida en la casa, con lo que tuviere a mano, pues era evidente el el vello genital había sido cortado hacía no muchos días, y se percibían algunas lesiones posiblemente producto de su mal manejo del problema. Sin embargo, lo que más llamaba la atención, eran unas patitas metálicas que sobresalían de la piel en ciertos puntos de la lesión.
Algo confundidos, el doctor y Alfonso le preguntaron qué era eso, y él contestó que había tenido un accidente laboral, y que en su desesperación producida por una lesión testicular, había procedido a cerrar la herida con una corchetera industrial que tenía a mano en ese instante.
El misterio quedaba develado: este imbécil tenía corchetes en las weas, y eran varios y de 2,5’’ para peor, que en algunos lados los usan para fijar tableros de madera. Evidentemente lo que hicieron fue aplicar una vacuna antitetánica y desinfectar para prepararlo para una intervención quirúrgica.
Durante la operación, Alfonso y su médico le extrajeron 12 corchetes en un estado repugnante y realizaron aseo quirúrgico como se debía, sin embargo, luego de eso, empezaron a indagar dentro del paquete del pobre paciente, y se dieron cuenta que el weon tenía un coco desaparecido en acción. Lo buscaron por todo el escroto pero no lo encontraron, así que mi compadre quedó irremediablemente cojo.
Finalizado el procedimiento, todos los presentes se pusieron a elucubrar respecto a lo que acababa de suceder. Con una incredulidad propia de la situación, muchos no eran capaces de establecer una razón lógica para lo que le había ocurrido. Sin embargo después de puro sapos y hasta de mandarse una apuesta, lograron sacarle la información a la víctima de tamaña flagelación.
Resulta que este chuchesumadre grande, que luego de todo el weveo logró confesar lo ocurrido solamente a Alfonso (según él, pues no logró confiar en nadie más): este weon del paciente era un loser reculiao que no tenía mina ni que le pidiera plata, y que cada vez que se quedaba sólo en la planta donde trabajaba, pescaba un poco de lubricante para la máquina y metía la tula entremedio de algún rodillo de espuma para que se la sobajeara un resto y así poder obtener el placer carnal que era incapaz de conseguir con una mina.
Lamentablemente en dicha ocasión, la gente de mantenimiento no le avisó que debido a pruebas para un nuevo producto cambiaron los blandos y tulísticamente confortables rodillos de espuma por unos polines con pequeños dientes metálicos que a todas luces impedían la concresión de la placentera maniobra, mas nuestro amigo nunca supo de ello sino hasta que ocurrió el accidente.
Al ver que un coco ya se le había caído al piso debido a la herida producida en el saquito, no quiso por nada del mundo olvidarse de tener descendencia así que con lo más cercano que tuvo a disposición, procedió a cerrar la herida, siendo la herramienta utilizada para ello, una corchetera industrial. La cagada y la humillación fueron tales que antes de que su jefe siquiera esbozara la primera letra de su carta de despido, él ya estaba dejando su cargo a disposición.
El coco perdido finalmente lo recogió gente del aseo, y actualmente figura en un frasquito como trofeo en el camarín de los trabajadores de dicho lugar.
Comparte con tu familia, amigos y némesis!
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Palacio Municipal de Pellegrini
✒️ La fachada de este edificio está construida en similipiedra, y del mismo material los revoques y cielorraso del vestíbulo. El gran hall, caja de escaleras, los cielorrasos y paredes del gran salón de actos, confitería y sala de deliberaciones del H. Concejo Deliberante, están imbuídos en yeso. Todas las dependencias tienen sus respectivos “toilettes” y baños. El esqueleto de todo el edificio, incluso vigas, columnas, losas, etc., está ejecutado en hormigón armado. La torre tiene un reloj de hierro a caracol que proporcionará la hora exacta al vecindario. La instalación eléctrica es profusa en todas las dependencias, con un servicio de teléfonos internos y de timbres con las oficinas. El moblaje encuadra en un todo con las exigencias y confortabilidad del palacio. En la azotea del mismo se instalarán tres reflectores para la iluminación de la torre y otros tres sobre la plaza con frente a la fachada principal y dos laterales para la iluminación de éstas.
📗Cuatro años de gobierno, 1936-1940
📷2022 / Durante las obras de restauración del Palacio Municipal.
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A la esperanza de estar contigo, otras ilusiones se apostaron: la inconcebible inminencia de un beso tardío, la mocedad oscura de la inocencia más cándida, la abrupta mirada que pondera una sonrisa sosegada, el tacto tibio y húmedo de una mano reticente, y la profusa intimidad de un mudo amanecer.
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Un paio fa di pranzi mi ha canzonato ricordandomi che l’impegno non serve e che gli sforzi con cui gioco a fare Atlante non sono richiesti.
Davvero avrei voluto saperlo un paio di diottrie fa? Se l’avessi saputo avrei mosso solo il vento. Ti avrei forse tenuto la porta un po’ meno spalancata? Non ti illudere: siamo come le canzoni, finiamo molto prima di finire davvero.
Mi sono tagliata i capelli, ho una lentiggine sul naso, giro ancora attorno al sole, tutto nella norma. Piove tanto, stanno costruendo un palazzo dove prima c’era solo il cielo e dal tabaccaio sotto casa hanno finito le caramelle. In sostanza, sembra che il mondo avanzi. A me avanza un po’ di malinconia, quella classica da occhi stanchi e mani vuote. Compro nuovi cassetti per stringerci dentro sogni più grandi, cerco di ignorare che il vuoto che lasci non prende abbastanza spazio e che questa foga di rivalsa non mi sazia.
Mi ha tolto l’entusiasmo. Forse nemmeno se ne accorge, ma dire che la fatica profusa è un mero esercizio di stile, taglierebbe le gambe a chiunque. Mi faccio bastare l’aria viziata di questa stanza, per pigrizia, per paura. No, non è vero: il mio guinzaglio è la speranza.
Questo cielo grigio non mi abbatte, questa poca vita non mi finisce. Mi sono sfinita a forza di cercarti ma come me lo dico che non ho mosso un passo, non ho consumato gli occhi e non mi è esploso il cuore? Che occhi banali che mi ritrovo, chissà se riesci a rimanermi dentro. Agli occhi, mica al cuore, chè quello non sa farsi consumare. Solo amare non sarebbe bastato a tenerci stretti. Forse amarci, invece, avrebbe potuto salvarci.
Mi si scaldano le guance al pensiero del tuo fiato. Voglio le tue mani addosso, sentirmi persa nel tuo letto, non doverti chiedere se rimani.
Posso sopportare il suo sguardo, riconoscere la mia fortuna senza denigrare la fatica. Posso essere felice senza sentirmi completa. Posso cantare mentre preparo il caffè senza essere serena. Il cielo apatico ultimamente non mi sfama. Poi, una mattina qualsiasi, il sole mi scalda anche se nessun progetto è allineato. Nessuno spazio è occupato, sono solo prese di fiato, me lo ripeto per non morire soffocata dalle mie risposte lapidarie. Monosillabi che spargo in giro per illuderti di essere presente come non ti scordar di me ai bordi delle strade di città.
In quella foto non mi riconosco. Non ti voglio più, pensa che cosa stupenda. È disarmante, essere stati e non volere essere più. Non ti voglio più, pensa che cosa terribile. È rassicurante, non essere più e volere essere ancora.
Davanti alla sua ammissione di colpa sono rimasta senza fiato. Fatico a rimanere salda nelle mie convinzioni, vorrei andare un po’ più lontano, non voglio lasciarla. Ti ho fatto soffrire troppo da bambina, lo dice ma io ho lavato via la tristezza da ogni momento con il suo sorriso a cui il mio non assomiglia. Vorrei avere il suo coraggio, mica i suoi occhi, per dirti ancora che siamo come le canzoni. Non smettiamo mai di finire.
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Parte 8
La accionaron dejando abrir un cajón secreto, que se confundía con el fondo de la pared de dicho ropero. Lo abrieron y dentro descubrieron el tesoro que por mucho tiempo buscaron. En el interior yacían enormes, y gruesos desechables cuadrados, tan grandes como para arropar a nuestro protagonista. Habían de muchos tipos, blancos aburridos y coloridos infantiles, pero también había como los Pull ups, pero de adulto que verdaderamente simulaban a lencería. Ambos hermanos se quedaron estupefactos. -¡¿Tenia razón?!-. Gritó exaltado, porque por más descabellado que haya sido su teoría, había una parte de el mismo que dudaba de esto.
-Tenías razón-. Dijo Miguel guardando silencio después de aquellas palabras. -Ahora vámonos… no me gusta estar aquí-. Expresó de manera nerviosa. Cuando de repente se oye a lo lejos la voz de Romina acercándose, mientras le ordenaba a Dalila que subiera en diez minutos a su cuarto. -¡Que vamos a hacer!-. Dijo Miguel con un nerviosismo tan fuerte que comenzó de manera inconsciente a soltar su dorado fluido biológico de desecho, llenando su pañal de caliente orine que olía a desesperación. Se quedó parado en la mitad del lugar, mientras su hermano con cabeza fría pensaba rápidamente como encubrir el rastro de ambos, cerrando todas las puertas del armario de ella. Para acto seguido cogerlo de la muñeca y arrastrarlo hasta dentro closet de Ramiro, ocultándose en este.
Minutos después apareció la esbelta figura de Romina, abrió su armario, colgó su bolso y se quitó sus zapatillas, acto seguido mientras susurraba melodías inentendibles se acercó a su baño y descolgó del medio de la pared, un gigantesco cuadro abstracto de colores que recorrían toda la gama de azules, para dejar apreciar una plegada mesa de cambio como la que cada uno de sus hijos poseía en su respectivo baño. Tiró de la manija para abrirla y delatar la cantidad de utensilios que esta tenía.
Se desabrochó el cierra dorsal del vestido, y se quitó las mangas para acto seguido desabrocharse su brasier blanco, dejando apreciar unos enormes y pálidos senos por lo que alguna vez Miguel se amamantó. Se siguió bajando el vestido hasta dejar apreciar a plena vista de los escondidos polizones un enorme pañal rosado de cuatro tiras, con minúsculos dibujos de bailarinas y caballitos. Este colgaba de tal manera que delataba el estado del pañal, perfectamente empapado, dando la apreciación a que solo por algo inexplicable aquellas tiras no se habían roto, haciendo que el pañal no ceda a la gravedad.
Se acercó al armario, lo que provocó aceleración de los latidos cardiacos de nuestros protagonistas, pero sus intenciones no eran las que ellos esperaban. Abrió su parte del closet, y de este cajón, que ya nunca era secreto, sacó una extraña botella plástica que contenía un trasparente líquido, y que poseía un alargado pero fino pico en su tapa. También sacó aquel extraño y “averiado” micrófono de flexible cabeza prominente.
Luego se dirigió al cambiador abrió su pañal, flexionó las piernas y después de un profundo suspiro, procedió a destapar aquella botella, y con cierto esfuerzo fue comenzó a introducir el apéndice de esta, por su compuerta trasera. Una vez dentro, esta comenzó a apretar el contenido de esta, liberándolo dentro de su cavidad. Ya vacío, este lo retiró y de manera rápida procedió a cerrar su pañal. Sintiendo como se revolvían sus tripas dejando escapar constantes sonidos, mientras que ella frunciendo el rostro y acelerando su respirar, evitaba a toda costa ceder ante el impulso de aquella explosiva e inaguantable sensación. Se retorció unos minutos mientras ponía duro los músculos del suelo pélvico, y comenzó a sudar frio de manera profusa tornándosele rojo el rostro, hasta que su cuerpo cedió por medio de una ruidosa erupción, saliendo aquel lodo disuelto con muchos estruendosos y sonoros truenos, saliendo cantidades industriales de liquida materia fecal, logrando la totalidad de su desechable vaya adquiriendo un color pardo. Cada cierto minuto volvía a ocurrir otra contracción de su recto, que provocaba un pequeño grito en ella, para seguir expulsando aquella hirviente diarrea, hasta vaciar todo el contenido en su desastroso desechable.
Una vez acabado, comenzó a manosearse el pañal, sintiendo como un balde de excitación le caía encima, sentirse tan sucia de esa manera provocaba deseos incontrolables de autosatisfacción. Cogió el misterioso aparato y lo prendió, presionando aquel celeste botón del medio, comenzando a emitir las primeras vibraciones dejando escapar un casi imperceptible zumbido. Comenzó a pasarlo por sus oscuros pezones sintiendo como estos se endurecían. Después de un rato de tímidos balbuceos, bajó el vibrador posando su gran cabeza en el frente de su sucio pañal, sintiendo como aquel limoso excremento liquido le acariciaba sus partes, se soltó el moño del pelo y acto seguido comenzó a berrear cual gata en celo, mientras que de manera intermitente presionaba la móvil cada vez cada vez más fuerte contra su vagina, recibiendo aquellos sutiles pero imparables estímulos. Su corazón cada vez palpitaba de manera más acelerada y fuerte, sintiendo como golpeaba su pecho, estaba gozando como nadie. Hasta que gritos agudos salieron de sus abiertos labios, arqueando su cuello hacia atrás mientras flexionaba las piernas y daba pequeños movimientos con sus caderas. Hasta el punto donde sus gemidos se cortaron, dejando caer el artefacto a un lado, su respiración se volvió más profundo hasta que hubo silencio.
Tras una gran bocanada de aire perdió el conocimiento unos minutos. Ambos hermanos que se hallaban viendo aquel grotesco espectáculo salieron de manera sigilosa, tratando de no despertar a la bestia. Salieron del cuarto, y se dispusieron a devolver las llaves a su lugar, a la altura de la cocina se encuentran a Dalila, quien avisa que estará ocupada porque su madre requería de su presencia. Siguieron hasta la lavandería para darse cuenta que el fajo de llaves ya no se encontraba ahí.
Romina en su cuarto recuperó el conocimiento mientras pensaba: -¿Por qué tarda tanto?-. Hasta que fue lo suficientemente consciente como para oír un firme toque en su puerta, decidió ignorarlo unos minutos, porque no iba a abrirle la puerta a nadie estando ella hecha un desastre. Minutos que se sintieron como horas pasaron, al estar en aquel asqueroso desechable, y aquella ama de llaves seguía sin aparecer. Sin embargo, seguían tocando la puerta de manera intensa cada vez más. La dueña de la casa, repleta de rabia se pone de pie con su abultado pañal y camina con las piernas abiertas hasta la puerta, mientras que este dejaba escurrir una pequeña línea de gotas marrones en el recorrido. -¿Quién?-. Gritó desde el otro lado de la puerta.
-Soy Dalila, ábrame-. Lo que llenó más de furia a la jefa, lo cual abrió la puerta sin abrirla demasiado y la dejó entrar.
-¡¿Qué paso?! Te dije diez minutos-. Dijo Molesta.
-Señora, es que las llaves de su cuarto ¡No están!-. Dijo desesperada la niñera de todos. -Por eso tuve que tocar la puerta tanto tiempo-. A lo que respondió que como era posible que no hallara estas. -No están en el juego-.
Dalila desabrocho el horripilante pañal de su jefa, lo retiró y con la manguera comenzó a lavar dichas zonas, mientras le preguntaba: -¿Tu has estado limpiado el armario de Ramiro?-. A lo que esta respondió negándolo. -Es que cuando yo me fui, estaba cerrado y ahora está abierto de par en par-. Siguió enjabonándola y enjuagándola, hasta dejarla limpia, y la secó. -Ponme un pañal negro, voy a ir a cazar unos perros-. Exclamó irritada entre dientes.
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Aftermath
La oscuridad era tal que resultaba difícil distinguir la hora del día. El sonido de la lluvia repiqueteaba sobre la cantera de las escaleras y los estertores de los truenos acallaban cualquier otro sonido, incluido el débil crepitar del fuego que ardía en la sala del sumo sacerdote. La tensión en la habitación era casi palpable y el octavo custodio podía adivinar que en su rostro se encontraba una expresión casi tan marcial como la de Aiolia en esos momentos. Sin embargo, habían recibido la indicación directa del antiguo maestro de permanecer ahí, esperando.
Su quijada se tensó y sus ojos se entornaron ante lo ridículo de la noción. Después de todo, quedarse inactivo, a la expectativa, era algo diametralmente opuesto a lo que su naturaleza guerrera le exigía en ese instante, a sabiendas de que un enfrentamiento estaba desenvolviéndose en el Templo de Poseidón y con la vida de su diosa en peligro. Milo maldijo en voz baja, recibiendo como respuesta una sonrisa de lado por parte de Leo. Si había alguien que podía entender la frustración que le embargaba era el quinto custodio, por lo que Escorpio le dirigió una sonrisa cargada de ferocidad reprimida.
Recientemente ambos habían desarrollado una amistad mucho más sólida. El cambio había sido algo lento y progresivo. Primero había sido una diferencia apenas perceptible en la voz y en el tono de los insultos, que después dieron paso a pequeñas bromas. No obstante, el guardián de Escorpio se había dado cuenta de que Aiolia se había vuelto su amigo cuando éste había colocado su mano sobre el hombro de Milo mientras la tierra cubría la caja de piedra donde descansaba Camus de Acuario. No le había dicho nada, sólo había dejado su mano sobre el frío metal de la armadura. En ese instante no estaba consciente de ello, pero esa muestra de solidaridad, que incluso se habría aventurado a llamar afecto, había sido algo que Milo había necesitado mucho más de lo que le gustaba admitir.
Cansado de estar sentado, se puso de pie y comenzó a avanzar hacia la salida de la sala. Al llegar al lado de Mu simplemente asintió para indicarle que no saldría corriendo de ahí para dirigirse al templo de Poseidón. En cuanto su mirada se encontró con la escena de la tormenta que azotaba todo a su alrededor, una línea fina se dibujó en su entrecejo debido a la preocupación. Seguramente el pueblo terminaría por sufrir incontables estragos debido a la inclemente lluvia. Estaba por sugerirle a Aries que bajaran a asegurarse de que la gente se encontrara bien cuando percibió algo diferente. A lo lejos divisó un grupo de personas llegando al Santuario.
Sin decir nada, Milo comenzó a bajar a toda velocidad por las escaleras en dirección de los recién llegados. Cuando llegó no tardó en notar el estado deplorable en que se encontraban los jóvenes de bronce. Aiolia ya estaba a su lado, asegurándose de que Atenea estaba en perfectas condiciones, pese al agotamiento. Por su parte, Milo decidió ayudar a los jóvenes; al notar la cantidad profusa de sangre que se deslizaba por la mejilla de Hyôga, le tomó con firmeza por los hombros y comenzó a dirigirse hacia las barracas en busca de una cabaña donde pudiera atender las heridas del santo de Cisne.
Al llegar a una cabaña el octavo custodio comenzó a ordenarles a unos jóvenes aprendices que fueran por lienzos limpios, agua tibia y vendas. Una vez a solas en el interior de una de las habitaciones, Milo soltó con cierto descuido al joven ruso para comenzar a revisar sus heridas con premeditada brusquedad. Sus ojos siguieron cada laceración y sus dedos recorrieron contornos y apretaron buscando determinar la profundidad de las heridas. Después de unos minutos se alejó con el ceño fruncido y una mueca de desagrado en sus labios.
—La mayor parte de las heridas sanarán en unas cuentas semanas a lo más. Pero tu ojo…
Hyôga emitió un suspiro y asintió con algo que parecía alivio. La expresión trajo de inmediato una sensación de suspicacia al mayor.
—Lo sé…
Milo no era médico, así que lo mejor que podía hacer era estabilizarlo antes de mandarlo a un hospital en la ciudad, porque sin duda sin tratamiento médico aquello se infectaría y se complicaría. Un bufido fue su única muestra de impaciencia ante la tardanza en recibir lo que había pedido. Se giró dispuesto a salir de ahí, pero un presentimiento le hizo girarse de nuevo en dirección de la cama. Una vez que estuvo frente a Hyôga se sentó en la cama y le tomó por los hombros, presionando y sacudiéndole con más fuerza de la necesaria.
—¡Por Palas Atenea, dime que no hiciste la estupidez que creo! ¡No me vengas con que te hiciste esto o que dejaste que tu oponente lo hiciera!
Las facciones de aludido se endurecieron inmediatamente, tratando de cerrarse al escrutinio de Milo, pero el griego siempre había sido capaz de romper a través de las defensas de Camus, por lo que los intentos de su discípulo resultaban casi patéticamente infructuosos. La culpa era evidente en el único iris de tonalidad celeste, y aquella emoción sólo despertaba mayor ira en el heleno.
—¡Eres un guerrero de la Orden de Atenea, no un maldito mártir! ¡¿Se puede saber qué demonios estabas pensando?!
Por un momento parecía que el menor no le respondería, pero segundos después vio como Hyôga elevaba su mentón con una expresión testaruda e insolente en su rostro.
—No lo entenderías… además no tengo por qué explicarte lo que pasó…
La voz enronquecida del santo de Cisne se vio cortada por la presión firme de los dedos de Milo en torno a su garganta. La mirada fulgente de Escorpio parecía querer consumir su propia alma en esos momentos, dejándole anonadado. Su inmovilidad no logró apaciguar al heleno, al contrario, sus dedos parecían decididos a destrozar su tráquea en esos momentos.
—Escúchame bien Hyôga de Cisne. Si no te destruyo en este momento es por el maldito respeto que le guardo a Camus. Algo que es evidente que no comprendes, porque si sintieras aunque fuera un ápice de éste, no habrías hecho semejante estupidez. Y no pretendas sentirte indignado, porque entonces juro por Atenea que te vas a arrepentir de haber regresado al santuario.
Los orbes turquesas de Milo se entornaron al mismo tiempo que su cosmos comenzaba a encenderse, amenazante. El joven ruso esperaba un ataque, pero cuando sintió que era soltado por el otro, simplemente le observó en silencio, confundido por aquello. Por unos segundos consideró explicarle la situación, pero decidió que al final no valdría la pena. Milo no deseaba escuchar, ni comprender, sólo quería una razón para justificar su resentimiento hacia Hyôga.
Por su parte, el guardián se Escorpio observaba al menor con evidente desaprobación. Lo único que deseaba era hacerle entender lo importante que era su falta de sensatez. Cada vez que sus ojos se posaban sobre el discípulo de Acuario, una sensación de fracaso se apoderaba de su ser. Los errores del santo de bronce no eran sólo suyos, eran un producto del mal juicio del propio Milo que quizás nunca se perdonaría.
En ese momento alguien tocó la puerta y entró con lo que el santo dorado le había pedido. Después de una ligera inclinación les dejó de nuevo a solas. El mayor se sentó de nuevo en la cama, comenzando a limpiar las heridas con fría precisión, ignorando la mirada penetrante de su paciente.
—Agradecería tu preocupación, pero creo que no tendría sentido. Además, lo que suceda conmigo es algo que no te incumbe…
Por segunda ocasión el heleno invadió el espacio personal del rubio, esta ocasión presionando su palma sobre el pecho de Hyôga. Su índice después se enterró en el esternón, enfatizando cada una de sus palabras.
—Te lo advierto, niño. Estás colmando mi paciencia. ¿Qué no me incumbe tu actitud egoísta e inmadura? Te tengo noticias, eres parte de una Orden, y cómo tal, todas tus acciones afectan a los demás. En el momento en que Camus dejó de estar aquí, la responsabilidad de tus actos pasó a recaer en mí. ¡Di mi sangre por ti!
—¡Ya no soy un niño! ¡No necesito que nadie se responsabilice de mí!
—¡Demuéstramelo entonces, maldita sea! ¡¿Cómo pretendes que te trate como a un adulto cuando lo único que haces es comportarte como un niño?!
El cosmos de Milo comenzó a encenderse, y las marcas en el cuerpo de Hyôga comenzaron a atizarse en respuesta. Los ojos azules del ruso se entrecerraron al mismo tiempo que sus manos se crispaban en puños. No supo si Escorpio le estaba castigando o si era una coincidencia bastante irónica, pero lo que más molestaba al santo de Cisne era el rechazo, la falta de reconocimiento. Algo que no debía tener importancia, porque Milo no era su maestro. Nadie podría ocupar el lugar de Camus en su vida. Sin embargo, por muy difícil e incómodo que resultara, admitía que había algo en los irises turquesas del octavo guardián que en ese momento le llenaba de cierta desesperanza.
Su cuerpo entero era un cúmulo de dolor, nostalgia, anhelo —y muy probablemente— fiebre. No estaba seguro de cómo había sucedido, pero se encontraba prendido al mayor, en un contacto desesperado y agresivo. Los labios de éste en un principio inmóviles ante la presión de los suyos, pero segundos más tarde parecía estar dispuesto a responder el beso impaciente y demandante de Hyôga. Aquella no era una danza cadente y sensual, sino una batalla de labios y dientes que Milo dio por terminada con brusquedad. Los orbes de este último se entornaron, pero el menor sintió un alivio inexplicable al notar que no había limpiado sus labios aún húmedos por el contacto. El heleno se puso de pie, buscando distancia y dirigiendo después una mirada fría y cargada de reproche.
—Hasta que no comprendas lo que Camus intentó enseñarte, no dejarás de ser un niño. Eres valiente Hyôga de Cisne, pero también eres impulsivo, temperamental y arrogante. Cuando vea a un hombre digno de Acuario, quizás entonces te reconozca como tal…
—¿Por qué no simplemente aceptas que no deseas verme como a tu igual? No soy Camus, y nunca lo seré, pero puedo ser mejor. Era mi maestro y haré lo posible por ser el mejor guerrero porque lo respeto. No eres el único que…
—¡No! —La diestra de Milo se elevó para acallar las palabras del otro—. No digas nada. ¿Crees que puedes comprender lo que es perder a tu hermano de armas? Desde luego que no. ¿El chico que te revivió? Imagina su muerte y multiplica tu pena mil veces, y quizás entonces pueda dilucidar lo que sentía al tener que preparar el cuerpo de Camus para su funeral. No me hables de tu pena Hyôga, porque no encontrará simpatía en mí.
—¿Por qué no me explicas entonces? ¿Acaso era algo más que un compañero de armas? —Los ojos del joven ruso se entornaron—. Eran amantes ¿cierto? Por eso Camus venía con tanta frecuencia al Santuario, ¿no es así? Por eso me odias…
La risa metálica del guerrero de Escorpio resonó en la habitación y su aspecto le recordó el momento en que habían estado enfrentándose en el octavo templo. Sus ojos permanecían fijos en él, fulgentes y con cierto aire entre irónico y expectante. Avanzó unos cuantos pasos antes de inclinarse hacia el frente.
—¿Quieres saber la verdad? Mi relación con Camus de Acuario no es asunto tuyo, como bien lo sabes. Pero te aclararé unas cuantas cosas. Camus fue mucho más que un amante, llamarle así sería demeritar lo que nos unía. Era mi hermano, mi sangre, mi alma… Nunca he conocido a un ser más formidable que él. Cada vez que vino al Santuario fue por un llamado recibido. Jamás puso sus deseos ni necesidades por encima del deber. ��
Cuando se apartó, Hyôga supo que una sombra se había cernido sobre él, oscureciendo sus brillantes ojos y dotando al hermoso rostro de un aspecto demasiado frío para tratarse del octavo custodio.
—Ahora, quiero que te marches del Santuario y que no regreses hasta que hayas comprendido que los sentimentalismos no son un privilegio que puedas darte. Nunca se ha tratado de tener o no sentimientos, Hyôga, y eso es algo que aún no comprendes.
No deseaba seguir escuchando al discípulo de Camus, sólo quería salir de ahí y asegurarse de que el chico estaría lejos cuando empezara la Guerra Santa. Al menos trataría de cumplir esa promesa a Camus. En cuanto cerró la puerta una sonrisa de lado se pinceló en sus labios.
—Escuchar detrás de la puerta es de mala educación, ¿sabes?
Aiolia simplemente se encogió de hombros y se apartó de la pared sobre la que se recargaba para comenzar a caminar en dirección de Milo.
—No tienes que ser tan duro con él, —Leo pausó, buscando con su mirada la del otro, quien se rehusaba a verle de frente¬—, tampoco deberías serlo contigo mismo. Lo que pasó…
—Lo que pasó fue culpa mía. Puede que su discípulo haya sido quien le haya derrotado en combate, pero soy tanto o más culpable que él. Fue mi error el dejarle pasar por Escorpio. No estaba listo, pero supuse que Camus trataría de hacerlo entrar en razón… debí saber que ese maldito francés haría algo arriesgado con tal de hacer entrar en razón a su discípulo. Debí detener al chico, así de simple.
—Acuario se habría molestado si hubieras terminado con la vida de su discípulo.
—¡Pero estaría vivo! Además, no hablaba de matarlo, sólo de detenerlo. Camus se habría molestado, pero seguro habría comprendido, después…
El rostro de Milo permanecía impasible, pero sus ojos expresaban todo el resentimiento y la impotencia que tanto se esforzaba en contener. La atención de Aiolia se desvió un momento hacia un detalle aparentemente insignificante, pero que el castaño supo reconocer de inmediato. Su mano tomó con infinito cuidado un mechón, ignorando la postura erguida y tensa de su compañero. Escorpio no era una persona vanidosa, pero el cuidado dedicado a su cabellera era algo que siempre había causado cierta inquietud en Leo, incluso cuando comprendía su significancia. Por eso al ver aquel mechón dispar entre la abundante melena de Milo, sus facciones se suavizaron. El mechón dorado seguramente se encontraba en la ofrenda que había hecho su compañero en honor al guardián del undécimo templo.
—Tu cabello…
El otro dorado se apartó y Ailolia aceptó soltar su cabello ante la evidente incomodidad del otro dorado. Estaba por preguntar algo, pero el custodio de Escorpio simplemente asintió.
—Por Camus.
Su voz se quebró y Milo se odió por ello, así que simplemente pasó de largo, ignorando la mirada de Leo cargada de simpatía. Aquello sólo acrecentaba la agonía de su alma y en esos momentos lo que menos necesitaba era perder al concentración.
—Será mejor que estés atento Milo, después de todo, eres nuestra última línea de defensa.
El aludido se detuvo en seco, girándose para ver la expresión serena y sonriente del otro dorado. Ciertamente Milo era último guardián protegiendo los doce templos. Una sonrisa de lado se dibujó en su rostro.
—¿Quieres decir que voy a tener que hacer el trabajo por ti? Te aseguro que si me veo en la necesidad de defender los doce templos, te iré a buscar al mismísimo Hades para hacerte pagar. Tienes prohibido caer en la guerra, ¿entendido?
—Sí señor.
La voz de Aiolia iba cargada de humor, por lo que Milo no dudó en dirigirle una sonrisa sincera, de esas pocas que dedicaba a sus amigos. Esa era su muestra de agradecimiento. Salió de la cabaña sin decir más, decidido a prepararse para la próxima guerra.
═.☆.══════ .☆. ══════ .☆.═
El camino hacia la presencia de su diosa nunca se le había hecho tan largo. Sus dedos se aferraban a la figura que cargaba a su lado. Una maldición se escapó de entre sus labios mientras cargaba al otro. En cuanto Atenea les había pedido que llevaran a los otros tres hasta su presencia, Milo había decidido evitar posar su mirada en Camus. No deseaba verlo, ni mucho menos estar cerca de él ante el temor de irse encima del galo en busca de una respuesta lógica a lo que estaba sucediendo. Además, el único sentido que le quedaba al otrora guardián de Acuario era el oído y Milo no estaba seguro de querer decirle algo en ese momento.
Aún no podía decidir qué era lo que sentía mientras avanzaban por las escaleras. Cuando su mirada se había fijado por primera vez en el francés podría haber jurado que su corazón se había detenido. La incredulidad dio paso a la ira en cuanto notó la armadura que portaba el otro. De repente todo lo que sabía de Camus parecía una mentira, sus recuerdos se le antojaban una fantasía lejana que daba paso a la más cruda y vil traición. Una parte de él deseaba oponerse y defender a Acuario, pero le era imposible hacerlo. La muerte de Shaka era ineludible, así como la responsabilidad de Camus en ella.
Milo había estado equivocado cuando había pensado que no había dolor más grande que la ver la tumba del otro; verle ahí, revivido por Hades y buscando la cabeza de Atenea era mucho peor. Quizás por eso no sintió arrepentimiento al ver caer el cuerpo del francés frente a la diosa.
La presencia de Kanon sólo inquietó más a Milo, quien permanecía de pie observándolo todo con atención. Sin embargo, cuando vio el cuerpo inerte de Atenea cayendo hacia el piso, su primer impulso fue girarse en dirección de Camus y arremeter contra él. Sus dedos se cerraron alrededor de la garganta de éste antes de empezar a sacudirle con fuerza.
—¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! ¡¡Maldita sea!!
Gritó hasta que su voz enronqueció y se percató que su visión se tornaba borrosa debido a las lágrimas que resbalaban por sus mejillas. Durante años se había considerado incapaz de llorar y ahora estaba haciéndolo como un infante desvalido y confundido. Cuando soltó a Camus se dio cuenta de que él también lloraba silenciosamente. Le miró con atención, absorbiendo cada detalle del cuerpo maltrecho del galo. Por su aspecto era evidente que se encontraba agotado y malherido. Si seguía de pie era por mera fuerza de voluntad. Por un momento no supo qué hacer, pero su cuerpo parecía moverse por sí mismo. Milo cayó de rodillas frente a Camus, tomando el rostro de éste entre sus manos para que le encarara.
—¿Por qué lloras ahora Camus? ¿No era eso lo que querías? ¿No habías venido por su cabeza? ¡¿Qué no nos habías traicionado?!
El aludido simplemente comenzó a negar con la cabeza, tratando de controlarse y de responderle a Milo. Pero no fue necesario, Shion apareció y todo tuvo una explicación en ese momento. La parte del heleno que buscaba defender sintió un profundo alivio al saber que ese ser seguía siendo el Camus de Acuario que siempre había conocido.
Minutos antes de que partieran ambos se encontraban a solas, con el griego atendiendo con infinito cuidado las peores heridas del francés. La culpa que sintió al observar las marcas de la Aguja Escarlata en el cuerpo de Camus era casi tan intensa como la que sentía cada vez que recordaba la promesa que le había hecho a Acuario, esa misma que había terminado con la vida de éste. Sus dedos recorrieron con delicadeza cada una de las heridas y su cosmos se encendió para detener las hemorragias y el daño que había causado su ataque, si bien era imposible para el francés recuperarse.
Cuando Camus buscó comunicarse con él haciendo uso de su cosmoenergía, Milo le detuvo casi de inmediato.
—No es necesario… sé lo que me dirás y sería mejor que conservaras tus fuerzas. Mi respuesta es la misma, él no me necesita. Tu discípulo es un hombre digno, incluso si tiene muchos defectos que corregir. Además, la guerra ha iniciado y ambos sabemos que lo más probable es que no sobreviva.
El undécimo guardián parecía querer contradecirlo, pero Milo no se lo permitió; lo tomó con firmeza por la nuca antes de asaltarle en un beso cargado de anhelo y promesas que habían quedado sin cumplir. El contacto era igual a como lo había recordado, ni siquiera el sabor metálico proveniente de las heridas podía hacerlo menos perfecto. Cuando se apartaron el joven griego descansó su frente sobre la del otro y una vez que sus respiraciones se regularizaron, se apartó lentamente.
Los ojos opacos de Acuario parecían verle y sus brazos le rodearon y estrecharon con lo que Milo sospechaba que era desasosiego. Permanecieron juntos unos segundos, antes de que Camus se apartara lentamente, no sin antes haber acariciado sus mejillas aún húmedas y depositado un beso firme y suave en sus labios.
“Siempre has sido tú y siempre lo serás”
El octavo guardián asintió, sintiendo un nudo en su garganta al recordar la infinidad de veces que había increpado al otro, de manera velada y a veces irónica, que siempre habría cosas mucho más importantes que Milo en su vida. Hasta ese momento siempre lo había creído, y había aprendido a vivir aceptándolo. Ahora sabía que realmente no era así. Pero ninguno de los dos se podía permitir sacrificar al mundo entero por ese deseo de monopolizar al otro. Sus dedos apretaron la mano de Camus antes de soltarle y empujarle hacia la salida.
—Te esperan. Vete ya, al menos esta vez pude despedirme de ti, maldito francés egoísta.
Cualquiera habría pensado que sus palabras eran crueles o cargadas de acritud, pero Camus simplemente le dirigió una sonrisa antes dirigirse en dirección de Saga y Shura con paso presuroso. Milo se puso de pie, decidido a buscar a los demás para comenzar su viaje y cumplir así su misión. En realidad no se habían despedido, porque ese beso no había sido un adiós, sino una promesa de hasta pronto que el santo de Escorpio estaba dispuesto a ver cumplida.
#saint seiya yaoi#yaoi fanfiction#spanish fanfic#rating: m#one sided attraction#milo/camus#hyoga/milo#cygnus hyoga#scorpio milo#aquarius camus#leo aiolia
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La tristeza, la profunda.
Esa que miras al horizonte y te quedas perplejo
Pavido ante la soledad que te acongoja
Esa que recorre nuestros corazones hasta achicarlo, empequeñecerlo
Volverlo diminuto
Esa tristeza solo se siente en las manos
En la punta de los dedos
Agujas que nos recuerdan lo ínfimo de nuestra existencia
Incapaces de reconocernos
Nuestras manos nos recuerdan la profusa soledad
Tan fuerte es la sensación cuanto tan rápido se aleja
Un orgasmo de tristeza
Se va
Y nos deja solos
Solos con el mundo alegre
Solos con nuestra tristeza
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Una de las más populares herramientas consultadas para "conocer" que nos depara el destino: 𝕰𝖑 𝕿𝖆𝖗𝖔𝖙. Pero, ¿que nos dice realmente el Tarot cuando acudimos a él? ¿Qué es lo que vemos cuando disponemos estas cartas figurativas sobre la mesa?
Desde un punto de vista más objetivo, son imágenes que cuentan una historia, llenas de simbologías y de significados sujetos a los distintos puntos de vista de los personajes que lo comprenden: su creador original, su ilustrador, el intérprete y el consultante. Todos, seres con distintas intenciones, culturas, circunstancias, éticas, tiempos y experiencias. Entonces, estas imágenes, cada una de ellas, cada símbolo cuenta más de una historia, son infinitas, tanto como las vivencias de cada una de los involucrados en esta relación; y su lectura va a depender completamente de como el intérprete articula toda esta profusa información para dar una respuesta que comprenda tanto la realidad interior como la exterior del destino del consultante.
Entonces, volvemos a la pregunta original, ¿qué nos dice el Tarot cuando acudimos a él?: el tarot nos muestra las situaciones que conocemos y desconocemos o que no queremos ver, nos muestra las posibilidades y oportunidades disponibles con respecto a nuestra pregunta, e incluso, a preguntas no nos atrevemos a exteriorizar; nos muestra un camino despejado a la introspección de nuestra situación, para analizarla y ver las soluciones que están frente a nosotros, pero obviamos. El Tarot te aconseja, pero no decide por ti.
"Cuando los cambios anunciados comienzan a materializarse es porque no solo hay una intención, hay un trabajo interno y confianza en lo que quieres"
☽���𝔐𝔞𝔤𝔦𝔞𝔯𝔢𝔫 𝔄𝔩𝔞𝔟𝔞
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=”[ AS TREVAS SE EXPLANAM NA ESCURIDÃO EM DESDE A GRANDE OBSCURIDADE ]”=
-“{ Texto que os Seres Superiores que Não Procedem desta Terra me Ditaram e que Reajustei em Palavras Mais Entendíveis , Lógo uma NOVA VERSÃO }”-:
-:”( Diferença entre Escuridão e Trevas )”-:
“ A Escuridão é onde se Explanam as Trevas...,
em desde a “ Grande Obscuridade...,”
à partir do Mais Além...,
Ante o Vislumbrar de DEUS...,
O INOMINÁVEL...,
com seus Nomes e Mistérios Sagrados...,
onde na Escuridão o Escuro Advém à ser a Co- Substancialidade ( o Co- Substancial ) Semi – Plasmificada ( Aqui Plasma se refere a Substância , Plasmificada significa” dar Substância “ ) Intensa Expressa à Caracterização Semi- Profusa ( Semi-Profusão ) e de Natureza Impregnadora ( que Impregna ) e que se Pró- Espelha ( Espelhante) sua mesma e Simultânea Semi-Difusa ( Semi- Difusão ) para os Rumos do Divergente Desconhecido...,
Característica Alter ( Alta ) - Supra ( Superior) Co- Meso (“Através“) Ultra- Extensiva Iso (“Igual”: “ Igualada) Semi-Reversiva Pró- Assentativa ( Assentada ) Apta (Plausível) Predisposta Camuflada Plágio: Plagiadora Igualada - Equânime Uni- Pluri (Multi : Vários) - Excedente ( que Excede ) – Cromática : Excede a Côr : Engendradora Artificiária , que Engendra o Artifício , Alastrante Co- Sobressalente Ultra – Lacúnica , que Investe no Além das Lacunas , e por Detrás destas , as Lacunas ...,
Vera ( Verdadeira ) Arcana Hiper – Trans ( Via/ Além ) – Ergófaga ( Ergo , gaga: tragar , que Traga a si própria) : Auto- Subsidiária e na Semi Comoção Insurge Manifesta ou Imanifesta ...,
ou Ultra – Transcendente...,
à Transfulgurar Exuberante em sua mesma Aparição...,
no Expressar Plagiário (Plagiar) por Detrás do Negro, sua Investida Côr...,
onde o Escuro se Relaciona com a Co- Diversidade Compacta Expressa para a sua Formalidade Obscura Co-Diagrâmica (Co-Diagrama) Negroscópica ( Obscuroscopia : Obscuroscópica ) Negra Ultra – Supra - Excedente Mega – Espectral Artífice Engendradora , que Engendra a Substância Co- Esplanadocrata Ergo- Diretriz que Insurge no Meio Co – Planisférica , Adaptada a seu Assentamento no Semi – Planisfério à Divergências...,
Pró – Adentrativa , que Adentra também Via Meso : Intermediária pela Bissetriz Hiper - Ergo - “Clonada” Auto - Transposta Plotagiota , que se Investe também de Plotagem...,
Co- Extensiva Exímia ( Vitoriosa, Triunfante) Semi - Opuscular Semi Opúsculo ) Reveladora...,
que Delineia seu mesmo Traço e Ergo- Configuração...,
em Prol de sua Aparição Intensa , Monstruosa e Magistral...,
no quanto ao seu Expressar Manifesto ou Imanifesto...,
ou ainda Ultra Transcendente ...,
que Caracteriza o Exponencial Tomado pelo mesmo Obscuro (...)!
Lógo..., a Escuridão é sua Vertência Endo ( Raíz ) – Protônica : sendo aqui Protônico o Indicar do que se Traduz a Tipo ou Variante de Tipo: Tipóide...,
E em desde as suas Bases e Fundamentos Alicerçais...,
das quais se Descodifica no Tipo ou Variantes Outras , a Escuridão que se dá como Condutora do Obscuro ...,
Co-Amalgâmica Proto (Origem) – Procedente de si mesma , como seu próprio Arquétipo, o si mesmo como Protogenica , Referente ao si mesma , como Arquétipo, que o Arquétipo Destacado ante si é o mesmo Protótipo...,
à partir do si mesma no Além de seu mesmo Arquétipo...,
por Detrás do que Excede suas mesmas Raízes, Bases e Fundamentos Alicerçais...,
Além de seu Tomado Embasamento e Mais...,
para o seu Expressar Através de si como Tipo ou Variante de Tipo : Tipóide...,
Meso (“Através“) Obscurescente...,
como Aquela que Obscurece...,
Escura Co – Diagrâmica Pró – Extensiva ...,
que se Esteira: Esteiradiçoforme ou seja na Forma de Esteira...,
Semi - Ergo - Transposta Característica Assentada Co – Extensiva Supra - Auto - Clonada Ultra - Formatada Meso (“Através”) – Co - Heterodoxa Uni – Monoframológica ( Monogrâmica : Monograma ) Incógnita Vertente à Aparição...,
para Mais que Nesta Inter - Relação se Expressar Pura e Característica como o mesmo Escuro...,
onde as Trevas são a Obscurecencia Tradutora do Resplendor Obscuro...,
Endófaga , que Traga a sua própria Raíz ( Endo )...,
como a si mesma , para de si própria , Continuamente Ressurgir à sua Insurreição...,
com seu Destaque Negro Co -Germinal que Proto (“Origem”) – Refulge Obscura Fulgurante Eso ( Fechada : Hermética) Co – Aglutinante , que se Semi Aglutina Exo (Aberta) Co- Esteirante , de uma Forma que se Diverge de seu próprio Co - Esteirar...,
em sua própria Ergo Fusão Auto Integrativa...,
ào que Excede o Destaque de sua Tomada Integração...,
Íntegra...,
Meso (Através) Co - Substancial que Engendra o Coloidal ...,
Explanadora Ultra - Supra - Trans ( Via/ Além) - Apta - Ergo - Ajustável - Mega - Extensiva...,
Assim as Trevas dando Origem para a mesma Escuridão...,
a Escuridão que se Origina nas Trevas...,
em desde a Grande Obscuridade...,
para na Escuridão o Destaque das mesmas Trevas se dar à Explanar...,
como (...)-: a Co - Ultra - Supra – Trans (Via/ Além) – Expoencia : Exponencial Proto (“Origem”) Co – Amalgâmica (Co -Amálgama) Arsenal Vera Arcana Onomástica em sua própria Opulência , Magistratura e Fundamentação Ergo – Destacada por Detrás do mesmo Negro Co – Germinal Pró - Tenebrosa Magna Amorfa Simultânea Vertente Morfológica , Apraz à Forma...,
na sua Incursão Nauto (Nauta) – Filo – Mórfica e Divergente Co – Substancial Auto - Assentativa Semi – Diagrâmica Obscura -: Manifesta , Imanifesta ou Ultra – Transcendente...,
Incógnita Apta (Plausível) Predisposta Camuflada Revelada Aparicional...,
à sua mesma Aparição e Maestria...,
Através do qual , se Levanta...,
Para ser o Obscurismo Descodificado na Vertência do Pró- Diversificado ou da Pró - Diversidade do mesmo Negro Endo (Raíz) – Protônico : Típico ou Co - Atípico ..., ou então Convergente a seu Exprimir em Insurgência no quanto a Variantes Outras, Alheias a Explanação do Tipo...,
O Obscurismo Descodificado , Escuro - Tônico Co - Amalgâmico Proto (“Origem”) - Ergo - Protogênico : Arquétipo - Protótipo : em desde o si mesmo, no Exceder Ultra , que Determina para si o seu mesmo Arquétipo, e Destacado Protótipo...,
para o Assentamento Co – Semi - Heterodoxo Mono Pró - Homogêneo Co - Substancial Alastrante no Semi – Esteirar Transposto , Investindo também Através de Lacunas...,
Ultra - Supra - Exponencial Ávido Insurgente Exótico Tempestuoso Exuberante Incógnito Misterioso Enigmático Apto Revelador...,
em sua mesma e Magnânima Opulência e Maestria Ultra - Supra - Excedente- Magistral...,
onde a Negra Fulgurescencia : o Negro Fulgurar Onomástico Endo ( Raíz ) Co- - Germinal Arcano Arsenal Obscuro Co - Amalgâmico Proto (“ Origem“) - Escurecedor , que Escurece...,
Pró – Assentativo Adstringente Excedente Investidor Mega – Coloidal Semi- Aglutinante Co Heterodoxo Plástico Ultra Extensivo Co – Esplanométrico Uni - Formativo Ergo - Mono - “Clonado“ Plotagiota, que se Investe também de Plotagem Conversível Morfológico , Vertente à Forma...,
Exuberante e Auto Co- Integrativo à sua mesma Formalidade Tenebrosa Insurgente...,
é em si mesmo , a própria Obscurecencia...,
em Assim , desde a Grande Obscuridade...,
Ante o Divino Vislumbrar...,
Ào Enaltecer do próprio DEUS...,
O INOMINÁVEL...,
Com seus Nomes e Mistérios Sagrados...,
à sua Glória Maior (...)!!! ! !!! “
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Cuando lo bueno daña
Tras dos semanas de antibióticos, el médico del barrio se encontró en un laberinto. Doña Emilia, la costurera; madre, abuela y bisabuela de tantos vecinos, lejos de mejorar, se había demacrado y palidecía frente a las miradas acusatorias de su extensa parentela. Bermúdez – médico general de tercera generación y dueño de una profusa clientela – sintió el sudor correr hacia su ombligo. Se retiró…
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¿Perseguido o persecutor de la Fiscalía Camargo?
Opinión de Cecilia Orozco Tascón, 27/11/2024
Así como el presidente de la República no maneja, plenamente, el Ejecutivo y todas sus dependencias, la cabeza de la Fiscalía tampoco domina el curso de muchas decisiones en esa entidad. Presidente y fiscal general fueron elegidos por las mayorías y, por eso, obtuvieron el gobierno, pero no el poder. La explicación es simple: los antecesores de Gustavo Petro y de Luz Adriana Camargo eran sus antagónicos y son incompatibles en ideología política, en el caso del primero; y frente a la concepción de la Justicia, en el caso de la segunda. (No sucede lo mismo en la Procuraduría y la Contraloría porque los sucesores Eljach y Rodríguez Becerra son almas gemelas, en mañas apestosas, de la saliente Cabello y del bien ido Córdoba. En estos dos organismos todo fluirá, nada cambiará). Apenas ahora, dos años después, la administración Petro se da cuenta de que sus mandos medios, indetectables pero con margen de acción, no le responden a ella sino a sus jefes anteriores, los del periodo Duque. Entre tanto, en la fiscalía Camargo, el fantasma de la dupla Barbosa-Mancera (B&M) flota, maléfico, en los despachos judiciales y administrativos desde donde se le da continuidad al cuatrienio fenecido y se obstruyen las directrices de la nueva titular.
No es difícil probar que el plan B&M se ejecuta en la actualidad. Antes de entregarle, simbólicamente, la dirección a Luz Adriana Camargo, Mancera repartió sus fichas de manera que el núcleo duro de Barbosa, y peones menos visibles, se mantuvieran en la estructura del poder: la propia Mancera, en lugar de retirarse por decoro, maniobró durante estos ocho meses con el fin de devengar salarios que no trabajó, pues unas veces pidió vacaciones y otras envió incapacidades médicas hasta cuando, por fin, renunció. Pero antes, nombró al inepto Gabriel Jaimes, recordado por su penosa y prevaricadora actuación en el proceso contra Uribe Vélez, fiscal delegado en la Dirección de Justicia Transicional; a la subalterna de su confianza Luisa Obando, fiscal delegada en la Unidad Especial de Investigación; y a la abusadora de prensa Paola Tovar, profesional experta en la Dirección del CTI Cundinamarca. La fiscal general es Camargo. Sin embargo, la fiscalía o buena parte de esta, continúa en manos de los conspiradores B&M.
En este contexto oscuro, surge hoy una historieta que ignora hechos comprobables. El brazo mediático de los señores Barbosa-Mancera, es decir la revista Semana, cuya dirección cambió de dientes para afuera, les prestó sus espacios una vez más. En esta ocasión, con el objeto de que un individuo de conducta opaca aparentara ser víctima de persecución de la nueva administración. Se trata del investigador Víctor Forero, quien, casualmente, mantenía una relación muy cercana con la señora Obando, según se ha publicado en profusas informaciones que no han sido desmentidas. A Forero se le notificó que su contrato concluyó. La razón es clara: una abogada que obtuvo altas calificaciones en un concurso de méritos realizado en 2022 (en tiempos de B&M) es la adjudicataria legal del puesto que le habían concedido a Forero, graciosamente, en provisionalidad. Semana aceptó, sin interés por contrapreguntar, la versión del “perseguido” Forero. Según este, lo retiran de la Fiscalía por haber investigado a Nicolás Petro. Pero su hipótesis se cae con una mínima verificación de hechos y fechas: fuera del concurso de obligatorio cumplimiento, el 21 de abril de 2021 –en plena era del “fiscal más preparado de la historia” y mucho antes de que se supiera quién ganaría las elecciones presidenciales, ni quién iba a reemplazar a Barbosa en 2024–, una grabación de audio con la inconfundible voz de Forero fue entregada, con todas la formalidades judiciales a la propia fiscalía, en el marco de un proceso contra bandas de contrabandistas y narcotraficantes de Buenaventura. Agentes del CTI asignados a esa misión especial, le aportaron ese abril del 21 la voz de Forero al fiscal 51 de la Dirección Especializada contra el Narcotráfico, Jaime Hernán Ocampo, cuando él les exige eliminar, de sus informes, las sospechas que incriminaban a un funcionario de la propia fiscalía en ese puerto marítimo. Esos agentes también entregaron sus resultados a Mancera en el mismo proceso en que el principal involucrado resultó ser el director del CTI en Buenaventura, Francisco Javier Martínez, apodado ‘Pacho’, por su primer nombre y ‘Pacho malo’ por sus actos deleznables.
Pues bien, Víctor Forero, la “víctima” de la presunta persecución de la fiscal Camargo, la blanca paloma entrevistada por Semana, fue pillado prevaricando y pidiendo a otros incurrir en el mismo tipo delictivo. Varios periodistas, entre ellos, Daniel Coronell y Édinson Bolaños, director de la revista Raya, publicaron, a finales del año pasado y a comienzos de este, apartes de ese audio y otras piezas con la petición espuria (ver Cambio y Raya). Repito: la grabación en que se escucha a Forero pedir que se tergiversen evidencias judiciales fue aportada a la fiscalía en abril de 2021. Forero se disfraza de perseguido y afirma que lo sacan por investigar a Nicolás Petro, pero el proceso contra el hijo del presidente se inició en marzo del año de 2023, dos años después de la prueba en contra del amigo de Barbosa, Mancera y Obando. El refrán popular dice que primero cae un mentiroso que un cojo. Víctor Forero, el ocupante provisional de un cargo en la fiscalía Barbosa por sus graciosas relaciones, no es víctima de nadie. Es mandadero de victimarios.
Fuente: MSN
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Siempre reconvirtiendo su propuesta gastronómica. Enérgica, inspiradora, anclada en tradiciones pero con ánimo vanguardista. Conversamos con 5 chefs que están dando haciendo historia con proyectos que son bandera en la tendencia: Caffe del Oro, Dei Frati, Irene, Tecun y Four Seasons.
Hay una fama que te envuelve con paisajes y cultura. La Toscana, retratada como ninguna otra región de Italia, en el cine y la literatura, te cuenta mucho de sí antes de llegar a ella. Sin embargo, esconde tantas sorpresas que sólo recorriéndola se revela como una majestuosa integridad que desvela a los viajeros. Despejar sus secretos implica adentrarse en su corazón mismo. Nada como su gastronomía y sus productos para entender de sus orígenes, su trayecto y vibrante presente. Encontrarse con una identidad personal, construida a base del esfuerzo de su gente y la generosidad de su terruño es develar los misterios más ancestrales de la región.
La excelencia de la producción gastronómica y vitivinícola permite contar la historia de una buena y bella Toscana. Se encuentra entre las regiones más atentas a la calidad de su cocina. Esto es lo que relata con una historia profusa y un sentido auténtico Vetrina Toscana, un proyecto regional de veinte años concebido para promover la riqueza de la gastronomía y los vinos de la Toscana. Un trabajo que combina sostenibilidad, tipicidad y autenticidad de los territorios. Bajo esa inspiración, el carácter de identidad se expresa en cocinas arraigadas en las tradiciones que, con los fundamentos candorosos de la cocina de la abuela que aman los paladares inteligentes, se proyectan a la vanguardia de la mesa elegante y de tendencia.
En mi #columna semanal en @Dbiz.today cinco protagonistas nos cuentan en exclusiva la aromática #cocina de #Florencia
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#FlaviaTomaello
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