#La siembra
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yesjuliethings · 1 year ago
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VUELVE EL OTOÑO
Recuerdos del pasado que son el ahora.
Vicent van Gogh – El sembrador. Esta imagen pintada por Vicent van Gogh, me trae el recuerdo de mi padre.De mi infancia, de aquella siembra a mano, sin máquinas, sin tractores, sinmás ayuda que el esfuerzo, el trabajo hecho con sus mulas, su arado, y ese saco colgado al hombro, al que llamaba “la sembradera”, ahí echaba el grano,luego, con su mano lo esparcía por los surcos y así se sembraba el…
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sentidoysensibilidad · 3 months ago
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Vive en paz y deja que la vida fluya. La ley de causa y efecto es inmutable: lo que siembras, cosechas. El universo registra cada acción, buena o mala. La paz interior es la mayor riqueza; cultiva tu bienestar y el universo te recompensará
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tetha1950 · 2 years ago
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El principio de sembrar y cosechar...
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Cada nuevo día nos brinda la oportunidad de escoger la senda hacia la bendición y de confiar en la fuerza del Espíritu Santo.
Gálatas 6.7-10
Satanás quiere que creamos la mentira de que nuestras acciones no tienen consecuencias. Pero la verdad es que usted no puede rebelarse contra Dios sin cosechar el fruto de esa decisión. Tampoco puede obedecer a Dios y no recibir con el tiempo su bendición. Las decisiones que usted toma son las semillas que siembra y determinan la cosecha que recogerá.
La esencia de este principio es que todas nuestras decisiones y acciones son importantes. En algún momento, todos hemos lamentado alguna de nuestras decisiones. Como las consecuencias nunca se evaporan, es posible que usted se encuentre acosado o gobernado por cosas que ha visto, dicho o en las que ha participado. Sin embargo, Dios perdonará todo aquello de lo que usted se arrepienta genuinamente, y trabajará con usted para salvarle de las decisiones del pasado. El camino a la redención a menudo incluye obstáculos, pero el Espíritu Santo puede capacitarle para superarlos. Si las consecuencias de su pasado le abruman, entréguele esas cargas al Señor, y pídale que le limpie y le transforme.
Hágase las siguientes tres preguntas: 
¿Qué clase de vida quiero vivir? 
¿Cómo quiero que sea mi carácter? 
¿En qué persona quiero convertirme? 
Deje que el Espíritu Santo le hable en cuanto a sus decisiones —pasadas, presentes y futuras— y de sus planes para usted.
(Ps. Charles Stanley).
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andrechi · 9 months ago
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🙂. Buena siembra. Creo que casi todo en la vida es así, sembrar, regar y cosechar. 🌻
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orlandjose · 11 months ago
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Inicia plan de formación “Mi Conuco Escolar Carlos Lanz” en Bolívar
Maestros y profesores de la U.E.C. José María Velázquez Fe y Alegría se reunieron para organizar el programa "Mi Conuco Escolar Carlos Lanz", en colaboración con el Ministerio de Agricultura Urbana y el Ministeri... Leer más »
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karlailustra · 4 months ago
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Holaaa, otoño!! Al final siempre tendremos momentos y espacios donde podremos florecer, ser nosotrxs mismos 💚
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Así quiero empezar otoño, de las estaciones favoritas para muchxs y es obvio, sus colores, de dejar ir, de encontrarse pero sobre todo es cuando hay siembra de cempasúchil 🏵️
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deepinsideyourbeing · 11 months ago
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Standing in the light of your halo - Esteban Kukuriczka
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+18! Dom!Esteban, spanking, breve nipple play, sexo oral, alusión a bondage y/o shibari, fingering, sexo sin protección, face slapping, spitting, begging, creampie, aftercare, edades no especificadas. Uso de español rioplatense.
Esteban te sostiene firmemente sobre su regazo, el bulto entre sus piernas roza tus costillas y la palma de su mano impacta con fuerza sobre tu piel ardiente una y otra vez, sin darte respiro. Tu voz es apenas un murmullo al contar y agradecerle por cada nalgada.
-¿Color?- pregunta, dirigiendo sus dedos a tus pliegues mojados y moviéndolos de arriba abajo. Te resulta difícil concentrarte y la siguiente vez que habla, acentúa sus palabras tirando más fuerte de los mechones entre sus dedos-. Contestá cuando te pregunto algo.
Tomás aire.
-Verde.
Siembra un par de besos en tu espalda luego de un último roce a tu centro y masajea tu cuero cabelludo por unos instantes antes de obligarte a reincorporarte para sentarte entre sus piernas, sus manos se deslizan desde tus caderas hasta tus pechos desnudos salpicados con las marcas de sus dientes. Besa tu mejilla, tu cuello, desciende hasta tus hombros y deshace el camino que trazaron sus labios hasta llegar a tu boca, pero no te besa.
-¿Querés que te coja?- asentís-. ¿Sí…?
-Sí, por favor.
Sus dientes capturan tu labio inferior mientras una de sus manos te aprisiona contra su pecho y la otra juega con tus pezones. Sus dedos no muestran piedad alguna y emite un sonido de falsa simpatía cuando te quejás a causa del dolor, sonido que sería convincente de no ser porque sentís la forma en que su miembro caliente palpita contra tu espalda baja y humedece tu piel.
En un rápido movimiento te deja de rodillas entre sus piernas y tus manos se ubican de manera instintiva sobre tus muslos para que pueda verlas con claridad. Acaricia tu rostro con suavidad y perseguís el calor y confort de su mano mientras mantenés contacto visual con él, los destellos verdes en sus ojos fundiéndose con el color ámbar ahora que sus pupilas están dilatadas.
Te perdés contando las pecas que salpican la piel de sus mejillas y el puente de su nariz, observando cómo los mechones rubios caen sobre su frente y sus cejas, la particular forma en que sus labios se fruncen y delatan así el deseo y la necesidad que siente por vos. Recostás tu cabeza contra su pierna y la sombra de una sonrisa amenaza con romper su semblante serio.
-¿Puedo…?- tu mirada alterna entre sus ojos y su miembro, erecto y goteando.
Cuando asiente dejás escapar una respiración temblorosa, deseosa de tenerlo en tu boca, y sin perder tiempo cerrás tu mano alrededor de él. Lo masturbás con lentitud y un agarre firme, hipnotizada por la aparición de gota tras gota de líquido preseminal, por los suspiros y por sus palabras de aliento que te incitan a continuar. Tu pulgar juega con su punta brillante y roja, provocando que su excitación impregne su miembro y también tus dedos.
Comenzás besando sus muslos, dando alguna que otra mordida inofensiva para luego plantar besos sobre su miembro y delinear con tu lengua la vena que lo recorre. No pasa mucho tiempo antes de sentir su mano sobre la parte posterior de tu cabeza, una silenciosa indicación o una orden que obedecés inmediatamente: cuando tu lengua se desliza sobre su punta y su sabor invade tus sentidos tus labios se cierran sobre esta para comenzar a succionar con fuerza.
Esteban no te la hace fácil, por supuesto que no. Su mano ejerce presión para que tomes más de su miembro en tu boca y no se detiene al sentir la forma en que tu garganta se contrae –una sensación que lo vuelve loco-, sabe que de necesitar parar vas a tocar su muslo dos veces. Acaricia tu mejilla y limpia las lágrimas que desbordan tus ojos antes de liberarte, observa fascinado la forma en que su miembro y tus labios permanecen conectados por un hilo de saliva.
Toma tus manos entre las suyas y masajea tus muñecas antes de llevárselas a los labios para besar con delicadeza las marcas en ellas, el recuerdo que las cuerdas de yute dejaron en tu piel. Cubre de besos el dorso de ambas manos y las yemas de tus dedos, cerrando sus ojos y suspirando cuando su lengua prueba el rastro que dejó en vos.
Te ayuda a ponerte de pie y te recuesta en la cama deshecha, el movimiento realzando el aroma de sus respectivos perfumes en las sábanas. Sus ojos recorren tu cuerpo de manera intensa antes de recostarse a tu lado y separar tus piernas con un simple toque de su mano, sus largos dedos instalándose entre tus muslos para acariciar superficialmente la piel alrededor de tu entrada.
-Mirá cómo te mojaste- acerca su mano a tu rostro para que puedas apreciar la forma en que sus dedos brillan bajo la tenue luz de la lámpara-. Abrí.
Tus labios se separan e introduce dos dedos en tu boca, el sabor de tu esencia esparciéndose sobre tu lengua rápidamente. Esteban clava sus ojos en los tuyos y observa la forma en que batallás para sostenerle la mirada cuando comienza a golpear tu garganta con sus dígitos: una de tus manos cerrándose sobre su muñeca a modo de advertencia, o tal vez súplica, basta para que los retire. Te recompensa besando tu mejilla y presionando sus dedos contra tu entrada.
-Por favor- humedecés tus labios-. Necesito…
-¿Qué necesitás?
-A vos.
Una sonrisa de satisfacción tira de sus labios y sus dedos se hunden en la calidez de tu interior con movimientos lentos, medidos y expertos. Centra su atención en tus puntos más sensibles, una acción reflejo del conocimiento que posee sobre tu cuerpo, y minutos más tarde su pulgar masajea tu clítoris siguiendo el mismo ritmo.
Tus gemidos cada vez más altos acompañan los sonidos obscenos que reverberan en las paredes desnudas de la habitación y las muecas que atraviesan tu rostro, junto con la contracción de tus paredes alrededor de sus dedos, le permiten saber que tu orgasmo se acerca. Normalmente te haría esperar, pero decide darte el capricho sólo por esta vez y cuando intentás advertirle asiente de manera comprensiva para hacerte saber que tenés su permiso.
Silencia tus gemidos besándote en el momento justo y disfruta el hecho de que te cueste corresponder el beso, tus piernas se cierran con fuerza ante el placer abrumador y no sos consciente de que tus uñas se entierran sobre la piel sensible de uno de sus hombros… Pero no le importa, Esteban adora que todo el mundo sepa que te pertenece tanto como vos a él.
Retira sus dedos y utiliza tus fluidos para lubricar su miembro, pero se detiene al posicionarse entre tus piernas para apartar los mechones de cabello que caen sobre tu rostro y asegurarse de que te encontrás en las condiciones adecuadas para continuar. Desliza su punta entre tus pliegues y el calor de esta te roba un suspiro que se transforma en un gemido cuando por fin te penetra.
Para distraerte del ardor inicial provocado por la intrusión, Esteban acaricia tu cadera y dibuja círculos sobre tu clítoris sensible. Observa la forma en que su miembro se desliza entre tus pliegues, tu entrada apretada cediendo lo suficiente para que él logre hundirse profundamente en vos, y aparta la mirada de vez en cuando para observar en tu rostro las expresiones que ya conoce. Están grabadas a fuego en su memoria pero no puede evitarlo, adora verte.
Te perdés en el placer y la sensación de sus caricias, de tu boca sólo surgen palabras sin sentido pero Esteban comprende que es la forma en que rogás por más. Descansa su peso sobre una de sus manos y la otra toma tu mejilla antes de comenzar a mover sus caderas con fuerza, abusando de tu punto dulce como sólo él es capaz de hacerlo.
El pulgar rozando tu mejilla se desliza entre tus labios y su mirada vuelve a perderse entre tus piernas, la imagen desplegándose frente a sus ojos es casi suficiente para hipnotizarlo y tus gemidos son su melodía favorita, siempre acompañada por el ostinato que producen sus pieles en contacto.
-¿De quién es esta conchita?- remarca sus palabras con una fuerte embestida-. Decime, dale.
El dedo en tu boca te impide hablar casi tanto o más que el placer que nubla tu mente y Esteban es consciente de ambas cosas, pero no significa que deje de esperar una respuesta de tu parte. Retira el dígito de manera brusca y la palma de su mano impacta con fuerza sobre tu mejilla, el escozor devolviéndote a la realidad demasiado tarde.
En un segundo te posiciona dejándote sobre tu estómago y se sienta sobre tus muslos, desliza sus uñas sobre las aun notorias marcas que sus manos dejaron en tu piel hasta hacerte llorar y luego masajea la zona afectada. La punta de su miembro roza tu entrada por una fracción de segundo antes de que te penetre con fuerza y deje caer su pecho sobre tu espalda, su peso corporal haciéndote sentir protegida al igual que sus labios besando tu cabello.
Con las fuerzas restantes en tu cuerpo te reincorporás lo suficiente para voltear a verlo, intentás pedir que te bese pero lo único que escapa de tus labios entreabiertos son gemidos y sonidos de desesperación. Acerca su rostro al tuyo y escupe sobre tu lengua, observando con atención la forma en que las emociones tiñen levemente tus mejillas antes de tragar su saliva.
La sensación de su miembro golpeando el punto más profundo en tu interior te lleva al borde de otro orgasmo, ocultás tu rostro contra la almohada y tu mano se cierra sobre su muñeca.
-Por favor, por favor- rogás, tus palabras apenas audibles-. ¿Puedo?
-Sí, bebé- besa tu sien con delicadeza, una acción que contrasta con la agresividad de sus estocadas y los sonidos húmedos que estas provocan.
Intentás ahogar un grito mordiéndote el labio, pero es completamente inútil una vez que alcanzás el orgasmo y el placer se extiende por todo tu cuerpo. Una de tus manos se cierra con fuerza, haciendo un puño con las sábanas, mientras las uñas de la otra marcan nuevamente la piel de Esteban y aprisionás la almohada entre tus dientes.
Unos segundos más tarde, cuando la sensibilidad  post orgasmo amenaza con convertirse en tortura, sentís la forma en que Esteban llena tu interior y sus movimientos se detienen. Susurra palabras dulces en tu oído, entre ellas apodos como princesa y bebé, y riega besos en cada sitio que sus labios encuentran en su camino hasta tu boca.
-¿Estás bien?
Te aclarás la garganta.
-Perfecta- le dedicás una sonrisa.
Su miembro abandona lentamente tu interior y observa la forma en que su semen escapa de tu entrada -que se contrae ante la pérdida de él-, cayendo sobre tus pliegues y manchando las sábanas. Utiliza un dedo para recoger los restos de ambos y los empuja nuevamente hacia tu interior haciendo caso omiso de tus protestas.
-¿Qué te parece si nos damos una ducha y comemos algo?- propone mientras te ayuda a sentarte. Es una pregunta retórica, no tenés otra opción; Esteban es sumamente cuidadoso y jamás permitiría que experimentes los efectos de un descuido o la falta de atención luego de una sesión. Además, ¿por qué te negarías a ser consentida por él?
Te acompaña al baño y ambos esperan a que la temperatura del agua sea la ideal para entrar en la ducha, ignorando el vapor que empaña por completo los azulejos y el espejo. Lava tu cabello con cuidado y hacés lo mismo con el suyo, masajea gentilmente tus hombros y los músculos de tu espalda, y cuando salen observa con atención cómo realizás tu rutina de skincare.
Se acerca y rodea tu cintura con sus brazos, la punta de su nariz rozando tu cuello mientras mira tus ojos en el reflejo del espejo. Te sonríe, agotado y somnoliento, y sabés que tu lugar en el mundo siempre será entre sus brazos.
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nebulamorada · 7 months ago
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Cregan Stark x Targaryen!reader
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Las mujeres de la sangre de dragón que han sido jinetes a lo largo de su vida, siempre sienten un particularmente duro calor en dos épocas espec��ficas del año; la incontenible necesidad de cargar una cría en su vientre. Algunos dragonkeepers mantienen la creencia que es este deseo de la madre lo que se trasmite a través del vínculo hacia el dragón, manteniéndolo anidando durante los meses de gestación humana para que los niños que nazcan acaben teniendo un huevo con el que compartir la cuna, otros creen que es a la inversa y es el calor del dragón lo que se siembra en la jinete desde el deseo primitivo de la reproducción; aunque nadie tiene alguna forma de comprobar ninguna teoría, el conocimiento de los dragones era demasiado limitado en los días que corrían y si alguna vez esto había tenido respuestas, encontraron su fin junto con la herencia de la antigua Valyria.
Siendo Dragonstone la cede del heredero, el primer lugar al que llegaron los Targaryen por primera vez desde que dejaron su tierra destinada a la ruina, la fertilidad de la princesa Rhaenyra que desembocó en la mayor cantidad de dragones en los cielos y el mayor número de huevos en las cuevas de la isla, esas creencias se fortalecieron mediante murmullos de algunos maestres y dragonkeepers, interesados en comprender más de la magia valyria. Murmullos que son demasiado débiles como para ir a algún lugar más allá de Dragonstone debido al desinterés y la comprensión escasa de los andalos...una pena, realmente, porque ahora, a kilómetros de allí en Winterfell, Cregan no tiene idea de por qué lo asaltaste en medio de la tarde en la sala vacía del consejo por tercera vez en la semana, comenzando a montarlo de forma desesperada, con tus uñas clavadas sobre sus hombros y tus tetas apretadas contra su rostro mientras continúas suplicando entre gemidos airosos lo mucho que deseas tener su semilla llenándote hasta que desborde tu coño y la sientas chorreando por tus muslos, pero créeme, no se esta quejando mientras sostiene tus caderas, embistiendo desde abajo al compás de tus caderas.
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p-r-o-m-i-s-e-s · 10 days ago
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"Mentir y destruir la vida de alguien tiene consecuencias. Lo que haces a otros, te será hecho a ti, y con intereses. Ten cuidado con las semillas que siembras."
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moonlightgospel · 3 months ago
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Diente de León como conciencia colectiva
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Jacobo Grinberg no se refirió explícitamente al diente de león, pero su enfoque sobre la interconexión de la conciencia y la realidad podría darnos una interpretación interesante. En su teoría sintérgica, Grinberg plantea que el "campo neuronal" no está confinado al cerebro, sino que forma parte de una red holográfica y cuántica llamada la "Lattice" o matriz universal. A través de esta estructura, toda experiencia sensible y conciencia están unidas en un espacio continuo y multidimensional que conecta a todos los seres vivos.
Desde esta perspectiva, se podría interpretar el diente de león, como otras manifestaciones naturales, como un símbolo de la conexión entre lo individual y lo colectivo. La capacidad del diente de león para dispersarse al viento y multiplicarse simboliza el flujo y la interdependencia que Grinberg atribuía al campo neuronal en su capacidad de influir y ser influido por el entorno. Al igual que una flor de diente de león que libera sus semillas, cada ser humano "siembra" información en el universo, contribuyendo al campo cuántico que todos compartimos. Así, el diente de león podría verse como una metáfora de la conciencia expandida que Grinberg exploraba, donde nuestras acciones y pensamientos impactan colectivamente en el campo neuronal global​​​​.
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ocasoinefable · 14 days ago
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"cuando un alma se enamora con locura, al darse cuenta siente deseos de salir corriendo, pero lo que sucede es todo lo contrario; se aferra y se siembra con más fuerza.. claro que tiembla, pero es feliz, quizás sabe amarga su boca, pero lo es todo.. claro que se asusta; porque sabe que solo esa única vez se va a enamorar, va amar de ese modo.. ¿Como no temblar, como no armarse de coraje y darlo todo?" Eso me dijo una vez la brisa. Aún si sonrió mientras que de mis ojos rueda el mar.
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dariann-garcia · 10 months ago
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Toma las riendas de tu felicidad y siembra las semillas de tu propio jardín, en lugar de esperar a que alguien más te traiga las flores.
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poemas-letras-y-artes · 2 years ago
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Quien desea perfumarse con el aroma de las flores un día, las arranca y toma para sí; quien por el contrario deseaque su aroma perdure en su vida, siembra y cuida un jardín...
Priscila Alcívar
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letra-vagabunda · 4 months ago
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Mantente conmigo, pequeña niña con sentimientos de seda. Busca el ojal que ayude a tejer tu abrigo en las frías noches de tormenta.
Mantente conmigo. Sé sorda ante las habladurías del mundo y siembra en mis versos un nuevo amanecer en el que tu corazón sonría una vez más.
Pequeña niña, ojos de miel y alma de porcelana. Recuperemos la inocencia que el huracán de engaños se llevó cuando creíste en sus palabras.
Camina conmigo al corazón del bosque, pídele al fuego la liberación de las cadenas que te atan al hastío de tan ruidoso existir
Mantente conmigo, tendremos una reunión con la utopía en las llanuras de tus anhelos. Habrán canciones que celebren tu vida y poemas para todos tus consuelos.
Mantente conmigo, pequeña niña. Hoy estás creciendo, no dejes atrás tu alegría. Vuelve a mí, que yo te abrazo, busca en tus lágrimas el perdón hacia tus malos actos.
Quédate aquí, música de mis días. Camina conmigo en esta aventura, no renunciemos a esta travesía.
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jardindecristo · 5 months ago
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Un amor inmerecido
Imagina por un momento que le fallas constantemente a alguien que te ama y que esa persona te perdona y no te devuelve el mal que le hiciste. Imagina que esa persona no guarda rencor en su corazón, ni tampoco te saca en la cara lo que hiciste mal. Imagina que esa persona te regala cosas, te brinda atenciones y te recuerda constantemente que te quiere. Parece algo irreal, ¿Cierto?
Hoy quiero decirte que esto no es un cuento de hadas ni una fantasía. Es real. Y es real porque esta escrito en un libro que tiene muchos años de antigüedad, un libro que no se ha perdido con el paso de los años y que quizás, tienes en la biblioteca de tu casa. Se trata de la Biblia.
Dios es tan misericordioso con el ser humano que decide perdonar sus pecados y no pagarnos con la misma moneda. Él mandó a su Hijo unigénito para que recibiese el castigo por nuestra maldad y aún habiéndole nosotros fallado está dispuesto a perdonarnos, fíjate que permite que respires, camines y hables aún cuando lo has ofendido y le has despreciado.
David, un hombre que amaba a Dios y que le dedicó muchos poemas también le falló. Su pecado le hizo hacer cosas horribles: tomar una mujer ajena, matar al esposo de esa mujer y emborracharlo. Dios, viendo y sabiendo todo esto no hizo que David lo matarán sus enemigos, sino que extendió sobre Él su misericordia y le perdonó la vida.
En uno de los tantos poemas que tiene la Biblia, específicamente en el Salmos 103:10 dice así:
[10] No nos trata según nuestros pecados, no nos paga según nuestras culpas.
¡Que maravilloso saber que Dios no nos trata mal aún cuando le fallamos!
Y quiero decirte que suena espectacular, pero debo advertirte algo: Cada vez que pecamos eso va a traer una consecuencia negativa a nuestra vida, y no porque Dios quiera hacernos mal o vernos sufriendo, sino que el que siembra mal recogerá de lo mismo que plantó. Nadie puede escaparse de eso.
Hoy Dios quiere borrar tu pecado, quiere que la culpa sea eliminada para siempre. Te hablé de David, que después de hacer todo esto (y ver las consecuencias de su pecado) se acercó a Dios y le dijo así:
Ten compasión de mí, Dios mío, conforme a tu fiel amor; conforme a tu gran misericordia, borra mis rebeliones. Lava todas mis culpas y límpiame de mi pecado.
Pequé contra ti y sólo contra ti, delante de ti hice lo que es malo; por eso tu sentencia es justa, y tu juicio es irreprochable. (Salmos 51:1-2, 4 PDT)
Conociendo que le había fallado a Dios le pidió disculpas, le pidió que lo perdonara. ¡Y Dios aceptó!
Así mismo, Él quiere hacer contigo en esta hora. Es momento de que te acerques y puedas degustar de Su misericordia y amor. Dios no quiere que vivas la vida fallándole, Él quiere transformar tu corazón. Si tú te acercas y estás dispuesto a conocerle Él puede hacer esa obra en ti.
¿Lo crees? Si es así, repite esta oración en voz alta:
"Dios mío, reconozco que te he fallado. Reconozco que he pecado delante de ti. Reconozco que he olvidado tu amor hacia mi, pero hoy creo que puedes restaurar mi vida y ayudarme a vivir como a ti te agrada. Ayúdame a conocerte para poder hacer lo que es correcto delante de ti. Hoy acepto a Jesús, quien murió por mi en una cruz como mi Salvador y te ruego que me aceptes y me ayudes. En el nombre de Cristo. Amén."
Ahora es momento de leer ese libro que tienes en la biblioteca de tu casa o que puedes descargar en la App Store. Abre tu Biblia y deja que Dios ilumine tus pasos.
Bendiciones.
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lapazdelmar · 5 days ago
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No sé si la noche es el camino de ida o de vuelta.
Solo sé que el sueño de ti permanece, es el amor el que me hace feliz con esa luz que yergue sobre todo lo imaginado.
Gracias por tus palabras, por la poesía que siembras en el silencio, y por ese latido inmenso que es el cielo inacabado que arropa el mío. Gracias por tu amor.
Un beso infinito
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