#Estudios literarios
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Disponible en Acceso Abierto el volumen «La Edad de Oro de los aventureros españoles (tipos y figuras de la cultura hispánica)», editado por Juan Manuel Escudero Baztán (Colección «Batihoja», 82)
Se encuentra disponible en Acceso Abierto (Open Access) el número 82 de la Colección «Batihoja» del Instituto de Estudios Auriseculares (IDEA), el volumen La Edad de Oro de los aventureros españoles (tipos y figuras de la cultura hispánica), editado por Juan Manuel Escudero Baztán. Juan Manuel Escudero Baztán (ed.), La Edad de Oro de los aventureros españoles (tipos y figuras de la cultura…
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Mi luz en los tiempos oscuros
¡Nueva entrada en el blog! Prepárate para conmoverte con esta historia corta de amor que te hará llorar y reflexionar. ¡No te la pierdas! #amor #historiacorta #blog #tristeza
Photo by Dids on Pexels.com Cada noche me siento en la orilla de mi cama a recordar cómo te paseabas desnuda por mi habitación, a recordar los besos, las caricias y todas esas noches en las que hacíamos el amor. Tus ojos me miraban con tanta intensidad que podía sentir tu alma conectada con la mía. Pero ahora, esa luz se ha apagado para siempre. Ya no puedo tocarte ni oír tu risa llenando mi…
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¡Hola! Paso a presentarme y darles una idea de cómo va el proyecto.
Mi nombre es Keo (@bibliodiversidad), le propuse a Malena –la creadora de todo esto– colaborar con esta idea suya y ayudarle a agilizar un poco las cosas; como futuro bibliotecario, apasionado del libro y la lectura, me parece fundamental en tiempos turbulentos, donde decrece el poder de acceso a la cultura escrita y la actividad librera y bibliotecaria argentina quiere ser amenazada, tener este tipo de reservas.
Paso a contar cómo va la susodicha:
> Por ahora, seguimos trabajando con Google Drive para almacenar la biblioteca—aunque no sea ideal (es limitado el espacio, la navegación y búsqueda es tosca, no hay forma de etiquetar adecuadamente cuando, por ejemplo, un libro cae bajo una o dos temáticas distintas, ni de proveer organizadamente varios tipos de archivo para un mismo documento), es un comienzo.
> Recreamos la carpeta de Libros Argentinos, y separamos las temáticas según la Clasificación Decimal Universal (como se usa en la bibliotecología argentina a modo de gestión y organización). Esta clasificación la adaptamos al funcionamiento de Drive, y categorizamos cosas (como la sección de Literatura) según géneros literarios para que la ficción que se desea explorar sea fácilmente accesible por los usuarios de la biblio.
> También, comenzamos a organizar los libros por orden alfabético, según el primer apellido de le autorx.
Por otra parte, la biblioteca va a contar con tanto material académico (incluyendo artículos-papers) como literario. Por lo que se vuelve un espacio ideal para todo tipo de lectores, e incluso un propicio de referencia para diversos estudios.
Tenemos la suerte de que en nuestro país, las editoriales universitarias tienen catálogos abundantes y muchas permiten la descarga gratuita de materiales; en este sentido, queremos preservar y promover, no sólo a la cultura artística gracia del ingenio literario de nuestres autorxs y poetas, sino también nuestras producciones nacionales de ciencia y conocimiento.
Estamos trabajando para poder clasificar y ordenar todo como corresponde, pero siendo dos personas con responsabilidades indudablemente nos llevará tiempo, así que, por favor téngannos paciencia.
Por si quieren ir chusmeando, les acercamos:
Biblioteca Libros Argentinos (nuevo enlace)
Hoja de solicitud de libros
Correo electrónico para quienes quieran dejarnos más material: [email protected]
Como siempre, recordamos, que si ustedes tienen el poder de acercarse a comprar libros, si pueden acercarse a las bibliotecas pública y/o populares y asociarse, ¡lo hagan! Apoyemos a los autores, a las editoriales, a las bibliotecas, a las librerías, y perpetuemos con conciencia el libro que por tanto tiempo ha sido pilar de nuestra cultura.
En futuras publicaciones, estaré facilitando cómo mejor encontrar cosas claves dentro de tanta carpeta, y dando recomendaciones de aplicaciones para leer archivos .mobi o .azw3, entre otros. Si tienen dudas o sugerencias, sobre cualquier cosa, estamos a disposición por el inbox del perfil.
¡Buenas tardes a todes!
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“La verdadera felicidad se encuentra en dedicar nuestra vida a un propósito más grande que nosotros mismos”
Edith Stein
Fue una filósofa, mística religiosa, mártir y santa alemana de origen judío nacida en Breslavia imperio alemán hoy Polonia en octubre de 1891.
Nació en el seno de una familia judía, su padre era dueño de un aserradero y fue la séptima hija de un total de 11 hijos del matrimonio, y como tal vivió las raíces hebreas familiares y el nacionalismo prusiano.
Desde muy temprana edad mostró especial interés por la historia y la literatura alemanas y de las grandes figuras de la música como Bach, Mozart y Wagner.
A la edad de 15 años experimentó una etapa de ateísmo y crisis existencial, causada por el suicidio de dos de sus tíos y a la falta de respuesta de la religión al tema del más allá. Abandona el colegio y se traslada a Hamburgo para asistir a su hermana Elsa quien iba a tener un hijo.
En 1913, la lectura de “las investigaciones lógicas“ de Husserl le abrió una nueva perspectiva en vista a su orientación objetivista, por lo que decide trasladarse a Gotinga a terminar los cursos universitarios y por ejercer Husserl allí su magisterio.
En Friburgo, en 1917, aprobó con la calificación de summa cum laude su tesis doctoral titulada “Sobre el problema de la empatía”, tema que le sugirió Max Scheler, con el que inició sus obras filosóficas.
Como estudiante de filosofía, fue la primera mujer que presentó una tesis en esta disciplina en Alemania.
Gracias a su amigo Georg Moskiewicz, Edith Stein fue aceptada en la sociedad de la filosofía de Gotinga, que reunía a los principales miembros de la fenomenología naciente como Edmund Husserl, Adolf Reinach y Max Scheler, y durante estos encuentros una correspondencia personal y profunda con el filósofo, ontólogo y teórico literario Roman Ingarden así como con el filósofo francés de origen ruso Alexandre Koyré.
Durante la primera guerra mundial Edith Stein decidió regresar a Breslau, tomó cursos de enfermería y trabajó en un hospital austriaco. Cuando el hospital fue cerrado, Edith regresó a reanudar sus estudios filosóficos con Husserl obteniendo un doctorado en la Universidad de Friburgo.
Una vez obtenido el doctorado, se enroló en la cruz roja en donde fue enviada a ocuparse de los enfermos de problemas infecciosos y trabajo en salas de operaciones, obtuvo una medalla por su dedicación y debido a lo precaria de su condición de salud fue enviada a su casa y no la llamaron mas.
Estas experiencias con los jovenes que morían a muy temprana edad de todas partes de Europa del Este, la marcaron profundamente, y poco a poco fue acercándose a la fé católica, la entereza con la que su amiga Ana Reinach, sobrellevó la muerte de su joven esposo, una vez que ambos fueron bautizados así como su acercamiento a los escritos de Santa Teresa de Jesús, y la entrada en una iglesia católica de Frankfurt en donde reparó la presencia del santísimo, hizo que se decidiera a ser bautizada en enero de 1922.
Durante esta época, dedica parte de su vida a la docencia con poco éxito para ofrecer cátedra en universidades, por lo que se dedica a dar clases particulares de fenomenología y ética en Breslau y en ocasiones pronuncia conferencias en congresos de pedagogía en Alemania, Austria y Suiza.
En octubre de 1933 ingresa al Carmelo de Colonia y rehusa marcharse a Iberoamérica para huir del nacional socialismo prefiriendo permanecer junto a los suyos, hasta que el 31 de diciembre de 1938, tras “la noche de los cristales” es trasladada al Carmelo holandés de Echt que para entonces era un país neutral, sin embargo esto no impide su deportación en 1940 junto con 244 judíos católicos mas tarde, y ser llevada a las cámaras de gas de Auschwitz-Birkenau en donde muere en compañía de su hermana Rosa.
Durante su estadía en Auschwitz cuida de los niños encerrados en ese campo, los acompaña con compasión hacia la muerte y les enseña el Evangelio a los detenidos.
Fueron conmovedores relatos de sus últimos días dando ánimo a las demás profesas, haciendo que el papa Juan Pablo II la canonizara como Santa Teresa Benedicta de la Cruz en octubre de 1988.
Su sólida visión de personalista cristiana forjada entre la fenomenología, el tomismo y la mística, es fruto de una pasión que supo encauzar con audacia en medio de una vida singular, fruto de un arduo camino intelectual y vital que el hombre de la primera mitad del siglo XX se exponía con el materialismo, el nihilismo, el hedonismo, la xenofobia y el nazismo de su época.
Fuente: Wikipedia y philosophica.info, personalismo.org, vaticannews.va
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La caminata de varios días que a sus doce años hizo Ignacio Manuel Altamirano junto a su padre desde Tixtla, Guerrero, para cursar estudios en el Instituto Literario de Toluca, en 1848, donde había obtenido una beca.
Altamirano realizó esa caminata descalzo, con sus zapatos anudados al cuello para no gastarlos.
Llegaron tarde, cuando las clases ya habían comenzado, pero el joven Altamirano se pudo inscribir.
Nunca me olvido del todo de esa caminata, desde que Edgar me la contó hace poco más de diez años, en una de nuestras ociosas caminatas mientras hacíamos nuestro trabajo de investigación para la Enciclopedia de la Literatura en México. Contarnos esas anécdotas era una de nuestras estrategias para darnos ánimo en una tarea que nos rebasaba y que no queríamos hacer.
Entre mi repertorio mental de caminatas necesarias, la de Altamirano es, sin duda, una de mis favoritas.
Porque si había una que debía realizarse, era justamente esa.
La de Altamirano llegando para ser alumno y bibliotecario, para quedar prendado del temperamento combativo, crítico y ateo de su maestro Ignacio Ramírez "El Nigromante", ahí, donde años después, cuando la escuela les quedó demasiado pequeña, ambos serían expulsados por sus ideas radicales, donde el alumno seguiría los pasos del maestro, y sería uno de los escritores fundamentales de la literatura mexicana, además de un revolucionario destacado en los tiempos de la Guerra de Reforma y de la Invasión francesa.
Pero antes de todo eso, había que llegar, desde Tixtla, descalzo, acompañado de su padre, aunque fuera tarde.
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Soy escritora, o bueno no se si sea prudente llamarme así, pero amo escribir poesía, siempre he querido formar parte del mundo de la literatura y conocer gente que tiene mucha creatividad, escuché tu podcast y me pareció interesante, soy de México, estudio Comunicación, y llevo una materia que se llama arquitectura de la comunicación, tengo planeado que mi proyecto sea acerca de la literatura especialmente poesía.
Uno de mis defectos es que soy introvertida, no tengo interacciónes sociales, me gustaría que me ayudarás, bueno sería un vídeo sobre las personas introvertidas, ese es mi proyecto, pero en sí solo sería un mensaje para ellos, Me parece interesante conocer lo que piensan las personas que viven lejos de México,
Hola, querida anónima,
Primero, déjame decirte que ya eres escritora (y también un hermoso poema). El simple hecho de que ames escribir poesía y te atrevas a expresarlo te hace parte de este hermoso mundo literario. No necesitas esperar la aprobación de los demás para sentirte así; la pasión que tienes es lo que realmente importa. Si tú te consideras una escritora, lo que piensen los demás es secundario, ¿no crees?
Me alegra mucho que hayas escuchado mi pódcast. Aunque, confieso, lo he dejado en pausa debido a lo ajetreado de estos últimos meses. Han sido tiempos complicados, pero saber que ha resonado en ti y te ha inspirado me anima a retomarlo, así que gracias por ese empujón que no sabía que necesitaba.
Sobre tu proyecto, ¡me parece fascinante! Que quieras abordar el tema de la introversión desde la perspectiva de la poesía y la comunicación es algo muy valioso. Ser introvertida no es un defecto, es solo otra forma de ser, y muchas personas creativas y sensibles comparten esa característica. Estoy seguro de que tu voz puede conectar profundamente con otras personas que también se sienten introvertidas y que buscan una forma de expresarse en este mundo tan ruidoso.
Me encantaría saber más sobre ti y tu proyecto, así que si te parece bien, podemos hablar más a fondo en privado. Me interesa mucho conocer mejor tu visión y cómo puedo apoyarte en ello. Y no te preocupes, lo importante es que te sientas cómoda, ya sea a través de mensajes o cualquier otro medio.
Te mando un abrazo y mis mejores deseos en este viaje que has comenzado.
Vida plena para ti, querida escritora.
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Lovecraft: racionalismo fantástico
Por Jean Montalte
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
Con motivo de la publicación, el 17 de octubre, de un nuevo volumen de la prestigiosa colección Pléiade dedicado a los “relatos” de H-P Lovecraft, Jean Montalte se adentra de nuevo en la obra del maestro del horror literario, que considera nada menos que una “crítica de la razón pura” a la altura de la obra de Kant, explicándonos el por qué de ello.
“En la noche clara de la nada de la angustia se muestra por fin la manifestación originaria del ser como tal: a saber, que existe el ser y no la Nada”.
Heidegger, ¿Qué es la metafísica?
Me desperté en un estado lamentable. Era como si mis entrañas se hubieran enzarzado en una guerra interna, desgarrando lo más íntimo de mi ser con una furia sin origen, sin causa, sin motivo. El agudo dolor, más allá de lo que era capaz de concebir, me acosaba tanto y tan bien que, cuando por fin y bruscamente se desvaneció, por un momento me pareció recuperar no la salud, sino la vida. Al otro lado de la tumba, en ese pliegue, algo acecha al alma y al cuerpo para darse un festín. El azar indica la presa, a no ser que se trate de algún humor lascivo con miasmas astutamente exhalados. Recibí una invitación a una “gran fiesta”. Mientras me dirigía – era el final de mis estudios secundarios – a la casa que acogía a los invitados, situada en el confín del mundo conocido, la sombra de mis sueños se extendía hasta donde alcanzaba la vista, como si se repitieran ad infinitum, como el copo de Koch, un fractal de destino físico. Además de información práctica sobre cómo llegar al lugar, la invitación por correo electrónico incluía una enigmática afirmación: “No existe un más allá de esta casa, porque empuja hacia atrás los límites del mundo, expandiendo sus dimensiones indefinidamente. Se traga el mundo, lo digiere y, poco a poco, extiende sobre él su propia noche, total y vacía”. Esta invitación bastó para poner patas arriba todo mi sistema nervioso, como el cumplimiento de un deseo que, sin embargo, se consideraba quimérico y vano. La vida, antaño poblada de evanescentes cavilaciones, parecía salir de su inconsistencia para proporcionarme lo que deseaba por encima de todo. La apreciada y mimada lujuria llegaba a su fin, algo que me encantaba. A menos que todo esto fuera muy exagerado, una pequeña y fugaz ebullición de partículas elementales...
La Pléiade
La publicación del primer volumen titulado Récits de l'œuvre de Lovecraft en la biblioteca de la Pléiade ha sido anunciada – ¡por fin! – para el 17 de octubre. El último número de Metal Hurlant está dedicado a él. Se han hecho innumerables adaptaciones de sus cuentos, las dos más recientes, que yo sepa, son Colour Out of Space, protagonizada por Nicolas Cage, y la versión animada, mediante inteligencia artificial, del cuento Dagon por la revista Rage Culture, que se describe a sí misma como “un colectivo que destila una visión prometeica y aceleracionista del mundo”. En otras palabras, Lovecraft es muy actual, lo cual es mucho decir para un escritor tan intemporal como sin duda lo es el recluso de Providence.
No es estrictamente una exégesis de la obra de Lovecraft lo que propongo aquí, sólo algunas consideraciones en torno y a partir de Lovecraft, en torno y a partir de lo que nos hace pensar. Por eso me permito incursiones un tanto heterodoxas en temas que, sin embargo, eran consustanciales a su visión del mundo, como esta comparación entre sus ficciones fantásticas y la Crítica de la razón pura de Kant; una confrontación con el silencio monumental, no el silencio que llena los espacios infinitos que espantan a Pascal con su oscuridad, sino el silencio que nos imponen los límites del lenguaje, cuyo alcance total comprendió Wittgenstein. Porque el silencio – dice George Steiner en su libro Lenguaje y silencio – que rodea en todo momento al propio discurso, le parece a Wittgenstein una ventana más que un muro. Con Wittgenstein, como con ciertos poetas, nos sumergimos más allá del lenguaje en la luz y no en la oscuridad. Cualquiera que lea el Tractatus es sensible a su extraño y mudo resplandor. Por mi parte, creo que la escritura de Lovecraft posee virtudes similares, aunque por medios distintos y en un orden muy diferente al que estos dos filósofos distinguieron en el curso de sus investigaciones.
¿Realismo fantástico?
Jacques Bergier fue el primero en infectar a Francia con el virus Lovecraft, según Houellebecq. Colocó su obra en una categoría hecha a la medida de este creador de mitos: el realismo fantástico. Romain Estorc lo resume así en un notable artículo titulado Lovecraft écrivain, contribution à l’ouvrage collectif Les mythes de Lovecraft, publicada por Ynnis, que tiene el mérito de tomarse en serio la dimensión literaria del maestro del horror cósmico, algo más raro de lo que se cree: “Fue con Le Matin des magiciens, libro de culto de Louis Pauwels y Jacques Bergier publicado en 1960, cuando apareció la expresión réalisme fantastique (realismo fantástico). Esta densa obra era un fenómeno de la contracultura que pretendía no ilustrar el mundo sobrenatural a través de la creación artística de ficción, sino aportar pruebas de la influencia de lo irracional y lo fantástico como fuerzas que actúan sobre nuestra realidad, percibida de forma incompleta por nuestras conciencias supuestamente no despiertas. En el prefacio de su ensayo, los autores hablan de ‘ultraconciencia’ y ‘conciencia superior’. Entre otras referencias, invocan a Howard Philips Lovecraft, presentado como una especie de profeta, un visionario, ¡inspirado por las criaturas cuyos horrores relata!” Una interpretación esotérica, incluso mediúmnica, que Lovecraft, ferviente racionalista, sin duda habría repudiado, pues nunca creyó en la realidad de la mitología que produjo su imaginación creadora.
Me parece, en consonancia con las propias declaraciones de Lovecraft, que tal categoría – realismo fantástico – no es en absoluto apropiada para él. De hecho, como S.T. Joshi, autor de la biografía de referencia que todo lovecraftiano que se precie debería tener en su biblioteca, nos recuerda: “Como ateo, consideraba su ascendencia, especialmente por parte de padre, como ‘rebosante de eclesiásticos pero escasa en pensadores racionales’”. De su herencia en general, declara: “Ningún filósofo – ningún artista – ni ningún escritor – ni una sola maldita alma con la que potencialmente pudiera conversar sin aburrirme mortalmente”. Houellebecq, en su monografía sobre el autor, H.P. Lovecratf Contre le monde, contre la vie, dice de la relación de Lovecraft con la religión: “Considera las religiones como otras tantas ‘dulces ilusiones’, convertidas en obsoletas por el progreso del conocimiento. En sus períodos de excepcional buen humor, hablará del ‘círculo encantado’ de la creencia religiosa; pero es un círculo del que se siente, en cualquier caso, desterrado”. Y, aún más decisiva, su relación con su propia mitología: “Lo primero que me sorprendió al descubrir a Lovecraft fue su absoluto materialismo; a diferencia de muchos de sus admiradores y comentaristas, nunca consideró sus mitos, sus teogonías, sus ‘razas antiguas’ como otra cosa que creaciones puramente imaginarias”. Todas estas razones, así como las muchas profesiones de fe racionalista que se encuentran en sus escritos, me llevan a sustituir el término realismo fantástico por racionalismo fantástico, que me parece más apropiado para el espíritu con el que Lovecraft escribió sus obras de ficción terrorífica.
Aplastando a los intelectuales
La obra fantástica de Lovecraft es una Crítica de la Razón Pura en el mismo sentido que la de Kant, es decir, que advierte al hombre, tan propenso a forjar quimeras metafísicas para tranquilizarse sobre su lugar en el universo. Ciertamente, Lovecraft no desarrolla, como Kant, una teoría del conocimiento destinada a protegernos contra los desafortunados deslices de la razón cuando se aventura en territorios a los que no tiene acceso. De hecho, Kant describe la metafísica como “un campo de batalla” donde tienen lugar “interminables guerras” entre doctrinas rivales, luchas interminables, sin esperanza y sin victoria. No, Lovecraft envía sus masas de materia compacta, sus ensamblajes de electrones, Chtulhu, Dagon, y otras criaturas repugnantes, para aplastar al Hombre, y en particular a los intelectuales (antropólogos, arqueólogos, ingenieros, profesores de economía política, etc.), para recordarles que su pretensión de ocupar un lugar central en el universo es una pura usurpación. En resumen, Lovecraft envía quimeras, puros productos de su imaginación, para erradicar las quimeras de la razón... Como todo buen racionalista – y Kant es un ejemplo típico – acaba humillando a la razón, la única autoridad en la que confía, cuando hace afirmaciones desorbitadas. En la revista Time del 11 de junio de 1973, el crítico Philip Herrera afirmaba acertadamente, y esto puede servir de complemento a lo anterior: “Él [Lovecraft] sabía bien que el verdadero terror reside en la tensión entre el racionalismo de nuestra era científica y nuestra sensación primordial de impotencia, de estar enredados en algo vasto, inexplicable y formidablemente malévolo. Por esta razón evita los viejos hombres lobo y vampiros en favor de un horror más íntimo”.
Lovecraft podría haber suscrito la afirmación de Wittgenstein que cierra el Tractatus Logico-Philosophicus: “7. Sobre lo que no se puede hablar, conviene callar”. George Steiner explica que esta afirmación “no es una afirmación del potencial de la filosofía tal como la concebía Descartes. Al contrario, es una retirada radical de la autoridad de la metafísica clásica. [...] Wittgenstein quería clasificar la mayoría de los géneros tradicionales de la especulación filosófica como inexplicables (lo que él llamaba místicos). El lenguaje sólo puede desempeñar un papel pleno en un dominio especial y restringido de la realidad. El resto, y probablemente la mayor parte, es silencio”. Pero Lovecraft sustituyó los abominables aullidos de Cthulhu por el silencio que exige la humillación de no ser nada. Sin embargo, el uso intensivo del término “indecible” podría indicar que Lovecraft es un místico en el sentido en que el filósofo austriaco utiliza el término en su Tractatus: “6.522. Hay, ciertamente, lo inexpresable, lo que se muestra a sí mismo; esto es lo místico”. Pero tampoco nos muestra nada, porque no hay nada que mostrar en un mundo donde nada tiene sentido. Sus criaturas son siempre “indescriptibles”, los horrores que pueblan su mundo “indecibles” y los seres humanos son insignificantes racimos de células dentro de un gigantesco Caos. Esta es sin duda la razón del éxito de Lovecraft: su mundo es nuestro mundo... Nada parece tener sentido y nos aplastan los monstruos. El caos pulula en el silencio de Dios. “Caos” (Chaos) se ha escrito durante mucho tiempo “cahot”, lo que subraya su naturaleza de movimiento constante. Nos movemos en vano, presa de lúgubres enjambres, sin intención ni destino. ¿Podemos comprender el significado de tanto silencio, de tanta noche, de tanto caos? Según Gilbert Durand, autor de Structures anthropologiques de l'imaginaire, “semánticamente hablando, podemos decir que no hay luz sin oscuridad, mientras que lo contrario no es cierto: la noche tiene una existencia simbólica autónoma”. Esto es lo que Lovecraft sabía instintivamente, desde toda la eternidad cósmica que le vio nacer.
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13 tesis para escritorxs – Walter Benjamin
I. Quien proyecta empezar la redacción de una obra voluminosa debe pasarla bien y, una vez finalizada la cuota diaria de trabajo, permitirse todo lo que no perjudique su continuación.
II. Habla de lo logrado, si quieres, pero no leas en público tu trabajo durante el transcurso del mismo. Cualquier satisfacción que logres con esto refrena tu ritmo. Observando este régimen, el deseo creciente de compartir se transforma en última instancia en un motor para finalizar.
III. En circunstancias de estar trabajando, busca eludir el término medio de la cotidianeidad. La calma a medias, acompañada de ruidos triviales, envilece. En cambio, el acompañamiento de un estudio musical o del barullo de voces puede volverse tan significativo para el trabajo como el silencio de la noche. Si este agudiza el oído interno, aquel se vuelve piedra de toque de una dicción cuya plenitud sepulta en sí misma hasta los ruidos extraordinarios.
IV. Evita usar útiles al azar. Aferrarse de manera pedante a ciertos papeles, plumas y tintas tiene beneficios. No el lujo, pero sí la abundancia de estos utensilios es insoslayable.
V. No dejes que ningún pensamiento pase de incógnito y lleva tu cuaderno de notas con el rigor con que las autoridades llevan su registro de extranjeros.
VI. Haz que tu pluma sea reacia a la inspiración y entonces la atraerá con la fuerza de un imán. Cuanto más reflexiva sea la demora en la redacción de una idea, tanto más maduramente desarrollada se te entregará. El habla conquista el pensamiento, pero la escritura lo domina.
VII. No dejes nunca de escribir porque no se te ocurre nada más. El honor literario ordena sólo interrumpirse para cumplir con una obligación pautada (una comida, una cita) o cuando el trabajo está finalizado.
VIII. A falta de inspiración llénala pasando en limpio lo ya hecho. Con ello la intuición se despertará.
IX. Nulla dies sine linea… pero sí semanas.
X. Nunca consideres completa una obra ante la que no te hayas sentado una vez desde la tarde hasta pleno día siguiente.
XI. No escribas la conclusión de una obra en tu lugar de trabajo acostumbrado. En él no hallarías el valor suficiente.
XII. Etapas de la redacción: idea – estilo – escritura. El sentido de pasar en limpio es que, al fijar el texto, la atención ya sólo se centra en la caligrafía. La idea mata a la inspiración, el estilo ata a la idea, la escritura remunera el estilo.
XIII: La obra es la mascarilla mortuoria de la concepción.
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EL CATALÁN ES UN DIALECTO DEL VALENCIANO.
La construcción nacional catalana se levanta sobre mentiras y uno de los pilares sobre el que se edifica esta gran farsa es la lengua. El catalán es un invento reciente del siglo XX a través del cual los pancatalanistas han adornado sus reivindicaciones, victimismo e historia inventada.
A imagen y semejanza del nacionalismo alemán, el catalanismo tiene vocación colonial. Descartada la base racial, el único instrumento que le permite expandirse en su imaginado lebensraum es el idioma. El único problema es que nunca existió esa lengua por lo que para legitimar las aspiraciones pancatalanistas fue necesario construirla con los retazos de un idioma de frontera nacido en el Imperio Carolingio, el lemosín. En la misma fundación de España, en la Marca Hispánica, la lengua lemosina descendió con la reconquista por todo el levante español y se fundió con el habla de cada lugar alumbrando diferentes dialectos.
Una lengua no codificada y fragmentada en variantes que arraigaron en territorios dispares e incluso aislados como en el archipiélago balear hasta la autodesignada reinaixença. Incluso entonces, el fundador del Institut d’Estudis Catalans presidía la Diputación provincial de Barcelona desde la que se creó esta institución (18 de junio de 1907) que se convertiría con el tiempo, y por Real Decreto, en la autoridad única sobre el catalán en “todos los lugares de lengua y cultura catalanas”. Antes de que se iniciara este proceso en 1833, Buenaventura Carlos Aribau, uno de los impulsores de la Reinaxença, escribía en su Oda a la Pàtria que “en llemosí sonà lo meu primer vagit”.
Del proceso de normativización de la lengua se expulsó a todos aquellos que no compartían la visión catalanista y el mallorquín Antonio María Alcover tuvo que publicar por su cuenta el Diccionari català-valencià-balear. No tenían cabida en el catalanocentrismo que terminaría imponiéndose con la Gramática (1918) y el Diccionario (1932) inventados por el ingeniero industrial Pompeo Fabra. La gran obra de un planificador barcelonés con la que se ha cometido un verdadero genocidio cultural que los valencianos han conseguido limitar gracias a la creación de una autoridad lingüística alternativa a la implantanda desde Barcelona.
En Mallorca, el artículo salado ya solo se conserva en el habla popular de la gente. Desde las organizaciones pancatalanistas regadas con dinero público (balear y catalán) se ha perseguido su uso. La Universidad de las Islas Baleares ha actuado como cómplice necesario para barnizar de cientifismo este acoso cultural dictando que, salvo en situaciones “marcadamente informales”, se utilizará el artículo “literario” o “estándar”. Eso mismo nos obligaban a aprender en las escuelas, e incluso para conseguir el título de catalán exigido para optar a la mayoría de puestos de funcionario el artículo salado se tacha como “incorrecto” en los exámenes. La propia página web de lo que antes se conocía como “Junta Avaluadora del Català” deriva a recursos lingüísticos que dependen directamente del gobierno catalán. Una invasión de terciopelo que ha uniformizado todos los dialectos del lemosín para asimilarlo a la variante catalana tildando a todas las demás de “vulgares”.
Los pancatalanistas han “normalizado” también los topónimos procurando borrar todo rastro del artículo salado que cuestiona la unidad de la lengua impuesta desde el siglo XIX por el Instituto de Estudios Catalanes. El rodillo pancatalanista no ha respetado ni las calles del casco antiguo de Palma de Mallorca aunque todavía pueden encontrarse rastros de la lengua de nuestros abuelos.
El catalán es un dialecto, Ausias March era valenciano y, Raimundo Lulio, mallorquín. Los catalanes pueden seguir hablando en su dialecto que los mallorquines seguiremos hablando el nuestro, como ya escribió Mossén Alcover “que no s’escandalisin els nostres mallorquins catalanistes de que diga aquí llengo i no llengua” porque en Mallorca hemos sido aragoneses, independientes o españoles pero nunca, nunca, catalanes. Hemos soportado muchos años de neocolonialismo pancatalanista y ya es hora de que volvamos a escribir en mallorquín en lugar de usar el dialecto de Barcelona.
@dragonesdelaemperatriz
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La Literatura uruguaya en el circuito de la difusión y la preservación. Entrevista a Rafael Courtoisie
🇦🇷 Delgado Del Aguila, Jesús Miguel (2024). «La Literatura uruguaya en el circuito de la difusión y la preservación. Entrevista a Rafael Courtoisie», en: Argus-a. Artes & Humanidades. Buenos Aires, Argentina: Editorial Argus-a. Vol. XIII, n.° 52, junio, pp. 1-13. Disponible en https://argus-a.org/archivos-dinamicas/1791-1.pdf
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The Beginnings of Ladino Literature
En "The Beginnings of Ladino Literature: Moses Almosino and His Readers," Olga Borovaya presenta a Moses Almosino (1518-1580) como un destacado escritor sefardí otomano, conocido tanto en Europa como en el Imperio Otomano. Aunque sus obras en hebreo fueron valoradas, su literatura en ladino obtuvo una prominencia notable. Almosino se hizo conocido en Europa en 1638 cuando Jacob Cansino adaptó su obra en escritura latina, titulada "Extremos y grandezas de Constantinopla", para el Conde-Duque de Olivares en Madrid. Este texto alcanzó una amplia difusión y fue referenciado por historiadores como Joseph von Hammer y Eliakim Carmoly. Además, Almosino escribió "Rejimyento de la vida" y "Tratado de los sueños", que se imprimieron en Salónica en 1564 y se reeditieron en Ámsterdam en el siglo XVIII. A pesar de su fama, su literatura en ladino ha sido menos estudiada debido a la percepción errónea de que estaba escrita en castellano.
Borovaya señala que, aunque la literatura ladina suele considerarse originaria del siglo XVIII, los sefardíes otomanos publicaron obras vernáculas desde el siglo XVI. La percepción de que el ladino alcanzó su forma final en el siglo XVIII ha llevado a una marginalización de textos anteriores como los de Almosino. Elena Romero e Iacob Hassán clasificaron estos textos como español, contribuyendo a su exclusión de la literatura sefardí. Borovaya propone que toda la literatura producida en el Imperio Otomano desde el siglo XVI hasta mediados del XX debe ser considerada parte de la literatura ladina y destaca la necesidad de una nueva periodización para reconocer los múltiples estilos funcionales del ladino.
En su estudio, Borovaya también menciona que su obra anterior, "Modern Ladino Culture" (2011), y otros estudios se enfocaron en el desarrollo de la cultura impresa sefardí moderna desde el siglo XIX. La literatura ladina del siglo XVIII ha sido analizada principalmente por Matthias Lehmann, pero Borovaya busca llenar el vacío existente sobre el siglo XVI, investigando las obras de Almosino. Ella explora cómo Almosino dirigió sus escritos a los exconversos que, tras emigrar al Imperio Otomano, necesitaban educación judía antes de aprender hebreo. Este contexto educativo impulsó a Almosino a escribir en ladino sobre temas de ciencia, filosofía y teología.
El prólogo del libro examina la controversia sobre si los judíos ibéricos tenían un lenguaje propio antes de su expulsión en 1492. Aunque algunos académicos creen que hablaban dialectos locales similares a los de los cristianos, Borovaya sugiere que usaban un sociolecto más que un lenguaje separado. Los judíos en la Iberia del siglo XV hablaban varios dialectos como aragonés, catalán, portugués y castellano, y su capacidad para mantener el hebreo se vio afectada por las conversiones y la violencia antijudía. Pese a ello, continuaron produciendo textos literarios en dialectos vernáculos, utilizando tanto el alfabeto hebreo como el latino.
Borovaya también analiza la conversión forzada de judíos durante y después de la Disputa de Tortosa (1413-1414) y cómo muchos conversos continuaron practicando el judaísmo en secreto. La coexistencia entre conversos y judíos fue una característica común, aunque la Inquisición buscó separarlos. El siglo XV fue testigo de un intenso intercambio cultural e intelectual entre judíos y cristianos, con ejemplos como la Biblia de Alba (1422-1430), encargada por Don Luis de Guzmán, que incluyó comentarios rabínicos y elementos judíos.
El estudio concluye con una mención de Shem Tob ben Isaac Ardutiel (ca. 1290-1369), un autor judío destacado que escribió en lenguas ibero-romances. Su poema didáctico "Proverbios morales" y su tratado hebreo "Debate Between the Pen and the Scissors" reflejan la ambivalencia hacia el uso de lenguas vernáculas frente al hebreo.
En resumen, Borovaya argumenta que, a pesar de que los judíos ibéricos no dejaron una gran cantidad de escritos vernáculos, su producción literaria y glosarios muestran su compromiso intelectual con la cultura dominante y que, al emigrar, llevaron consigo tanto el idioma vernáculo como un vasto bagaje cultural.
Bibliografía: Borovaya, Olga. The Beginnings of Ladino Literature: Moses Almosnino and His Readers. Indiana University Press, 2017.
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Publicado el volumen «La Edad de Oro de los aventureros españoles (tipos y figuras de la cultura hispánica)», editado por Juan Manuel Escudero Baztán (Colección «Batihoja», 82)
Publicado el volumen «La Edad de Oro de los aventureros españoles (tipos y figuras de la cultura hispánica)», editado por Juan Manuel Escudero Baztán (Colección «Batihoja», 82)
Se acaba de publicar como número 82 de la Colección «Batihoja» del Instituto de Estudios Auriseculares (IDEA) el volumen La Edad de Oro de los aventureros españoles (tipos y figuras de la cultura hispánica), editado por Juan Manuel Escudero Baztán. Juan Manuel Escudero Baztán (ed.), La Edad de Oro de los aventureros españoles (tipos y figuras de la cultura hispánica), New York, Instituto de…
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Mal maestro
¿Por qué soy un mal maestro? Aquí hay por lo menos dos razones.
1. A pesar de haber estudiado una carrera para ser profesor, jamás he aplicado enteramente las técnicas pedagógicas y didácticas ni siquiera al 50%. Es que tuve una fuerte intervensión de los talleres literarios en mi vida y ahí la pedagogía era mucho más libre. Respondía a lo que cada participante necesitaba y los talleristas otorgaban justo lo que cada uno de nosotros necesitaba escuchar. Así que había una correspondencia directa y cerrada entre necesidad y educación, por así decirlo.
Esa correspondencia entre lo que cada uno reconoce como faltante, no se da en el alumno quien más bien va a recibir lo que el sistema educativo ha planeado para él. Claro que esto no es del todo exactamente así. Siempre habrá una serie de alumnos que sí busquen recibir una educación de manera más directa y con avidez. Cuando esto se da, el profesor lo siente tangiblemente y la enseñanza satisface al aprendizaje sediento.
Pero hay que admitir que eso no se da siempre y más bien estamos frente a un reducidísimo tiempo en que esto sucede.
Total que no termino por ajustarme a las exigencias que los planes y programas de estudio buscan en mi quehacer como maestro. De ahí el punto central de mi mediocridad como profesor.
Claro que esto no significa que no les enseñe algo valioso a mis alumnos. De hecho lo que sí ven es el entusiasmo que tengo al propagar los conocimientos de mi materia, y siemre espero que eso sea suficiente.
2.
He descubierto que no me gusta mi trabajo (recuerden que soy maestro frente a grupo), me refiero a trabajar con los alumnos y no me quejo de hacerlo frente a ellos. Permítanme puntualizar una cosa antes de que se malinterprete lo que digo.
Yo he tenido muchísimos otros trabajos, profesionales o no, en los que la convivencia con otros trabajadores era parte del trabajo que desarrollábamos. Claro que había momentos en que uno tenía que estar solo frente a su equipo de trabajo (computadora, muchas de las veces), pero teníamos que compartir algunas cosas que alguien necesitaba o que otra persona requería de nosotros. O, lo más habitual, la hora del desayuno o la comida, tiempos de libertad en que compartíamos intereses comunes fuera de las necesidades laborales.
Esos momentos, como bien están intuyendo, no se dan a la hora de la enseñanza. El maestro, en tanto trabajador, está fuera de cualquier contacto con otro trabajador igual a él. Los únicos momentos en que estamos realmente juntos son los famosos Consejos Técnicos Escolares que se dan una vez al mes. De ahí en más algunos maestros tienen tiempo de compartir sus minutos libres a la hora del receso y yo no tengo esos momentos.
Me gusta que mis alumnos aprendan de lo que yo puedo enseñarles, eso es innegable, no lo confundan con lo que dije al principio: no me gusta mi trabajo, pero sí me gusta enseñar.
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De nuevo "De nuevo en acción": Ahora si, el Sindicato de Guionistas de América terminó su huelga hoy 27 de septiembre a las 12:01 AM. El acuerdo para acabar el paro obliga a Hollywood a restringir el uso de Inteligencia Artificial o IA en guiones. Citando a la revista Variety:
La IA no puede escribir ni reescribir material literario.
El material hecho por IA no cuenta como material de origen en ningún modo que le quite créditos y/o derechos a guionistas.
Los guionistas pueden elegir usar IA para escribir (si su lugar de trabajo lo permite), pero nadie puede forzar a guionistas a usar IA.
Al dar material a guionistas, los estudios deben advertir si uno o más de los materiales fueron hechos parcial o totalmente con IA.
El Sindicato de Guionistas se reserva el derecho a declarar como prohibido el uso de material de guionistas para entrenar IA.
El acuerdo también incluyen mejoras salariales y mejoras de regalías por streaming. Los guionistas podrán volver a trabajar a partir de hoy. Dicho eso, los actores de Hollywood aún siguen en huelga para exigir (entre otras cosas) restricciones al uso de IA para sustituir actores. [x]
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“La vida es lo poco que nos sobra de la muerte”
Walt Whitman
Fue un poeta, enfermero voluntario, ensayista, periodista y humanista estadounidense nacido en West Hills, Nueva York en mayo de 1819. Considerado entre los mas influyentes escritores estadounidenses y ha sido llamado el padre del verso libre.
Sus padres tenían creencias afines a los cuáqueros, una comunidad religiosa sin credo definido que pretende revivir el cristianismo primitivo. Fue el segundo de 9 hijos y apodado Walt para distinguirlo del nombre de su padre.
A la edad de 4 años, Walt se muda con su familia a West Hills Brooklyn, viviendo en una casa de gran precariedad, y de la cual Whitman recordaría como una época de escasez, mas no de infelicidad por las características propias de la familia.
A los 11 años, terminó sus estudios formales y comenzó a trabajar para apoyar a su familia. Trabajó como empleado en una oficina de dos abogados y mas tarde pasó a ser aprendiz en el semanario de Long Island “The Patriot”, es allí en donde aprendería parte del oficio así como escribirá composiciones sentimentales.
Al año siguiente la familia de Walt regresa a West Hills pero el se queda en Brooklyn en donde trabajaría en otro semanario y en donde publicaría sus primeros poemas de forma anónima en el New York Mirror.
En 1836, derivado del colapso general de la economía en el nombrado Pánico de 1837, Walt regresa con su familia que ahora vive en Hempstead Long Island, dedicándose a la docencia.
En 1841 inició una carrera como periodista publicando diversos escritos en periódicos, revistas y foros culturales, llegando a ser director de periódicos como el Long Islander y el Brooklyn Eagle.
Viajó a Nueva Orleans en 1850, en donde trabajó como constructor por 5 años y posteriormente con sus propios recursos, editó la colección de poemas titulada “Hojas de Hierbas” que a la larga se convirtió en su única y esencial obra, acentuada por su libertad formal y de un lirismo y poderosa expresividad. La primera edición constó de un total de 795 copias.
El libro recibió un gran apoyo por parte de Ralph Waldo Emerson, quién escribió una carta de cinco halagadoras páginas a Whitman y habló excelentemente del libro a sus amigos.
Durante la guerra civil estadounidense, Whitman ocupó el puesto de enfermero y tras la finalización del conflicto, fue oficinista en el Departamento de Interior y en la Fiscalía General.
Tras sufrir un evento cardiovascular en 1873, Whitman se muda de Washington a Nueva Jersey, y posteriormente a Camden a casa de un hermano, esta época se consideró altamente productiva para el trabajo literario de Whitman, en 1884, Whitman compró su propia casa junto con una ama de llaves.
Al final del año de 1891, Walt Whitman preparó una edición final de Hojas de Hierba y preparándose para el final, hizo erigir un mausoleo de granito, muriendo finalmente en marzo de 1892 a la edad de 72 años.
Whitman fue llamado el primer poeta de la democracia estadounidense, su trabajó rompió todos los cánones de la forma poética y es generalmente cercano a la prosa. Utilizó imágenes y símbolos inusuales en poesía como ramitas de paja y escombros.
Whitman presenta un tono expansionista y afirmativo en su poesía, su voz poética celebra al nuevo hombre y a la nueva mujer en un mundo democrático. Para Whitman, “el poeta debe lograr que las palabras transmitan fuerza, haciendo que las palabras canten, dancen, sangren, naveguen barcos, ejecuten lo masculino y lo femenino, besen, y hagan todo lo que la mujer, el hombre o los poderes naturales pueden hacer”.
El erotismo, presente en los versos de Whitman, potencia una poesía intensa y sugerente a través de imágenes construidas sobre un lenguaje apasionado y delicado a la vez. El erotismo se manifiesta en una relación con el otro, que puede ser hombre o mujer, pero también en la experiencia de una relación autocrítica, que explora la propia sexualidad, recorriendo el cuerpo y las sensaciones sensuales sin pudor.
Fuentes: Wikipedia, alojacriticon.com, biografiasyvidas.com, sácielo.cl
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Yasunari Kawabata
"Ninguna palabra puede decir tanto como el silencio".
Natalicio de Yasunari Kawabata. Premio Nobel de Literatura 1968
Yasunari Kawabata (川端 康成, Kawabata Yasunari, 11 de junio de 1899 - 16 de abril de 1972) fue un novelista y cuentista japonés cuyas obras en prosa sobrias, líricas y sutilmente sombreadas le valieron el Premio Nobel de Literatura de 1968. Fue el primer autor japonés en recibir el premio. Nació en Osaka y quedó huérfano a los cuatro años, y pasó a vivir con sus abuelos, sin embargo, sus abuelos también fallecieron pronto, en 1906 y en 1914. Además, perdió a su única hermana en 1910. Ingresó a la universidad de Tokyo inicialmente para estudiar Literatura en inglés, sin embargo, más tarde se cambiaría a Literatura japonesa.
Entre 1923 y 1926 envió numerosos textos para su publicación, pero fueron rechazados, hasta que lograra la publicación de 'La bailarina de Izu' en 1927, alcanzando la consagración en Japón diez años más tarde con 'País de nieve'.
En 1959 recibió la medalla Goethe en Fráncfort y nueve años más tarde recibió el premio Nobel de Literatura 1968.
Adicionalmente a su trabajo literario, también incursionó en el periodismo, sin embargo, se rehusó a ser partícipe de la militarización y el fervor de la segunda guerra mundial.
Ejerció como presidente de PEN capítulo de Japón de 1948 hasta 1965, donde dedicó grandes esfuerzos para la traducción de la literatura japonesa al inglés y a otras lenguas.
Terminó con su vida en su apartamento a la orilla del mar el 16 de abril de 1972.
Lo bello y lo triste- Yasunari Kawabata [Fragmento]
La charla en idioma extranjero lo hacía sentirse más solitario. La butaca que giraba en el vagón panorámico volvió a su memoria. Era como si viera su propia soledad, que giraba y giraba dentro de su corazón.
Oki había llegado a Kyoto para escuchar las campanas de Año Nuevo y para ver a Ueno Otoko, pero se preguntó una vez más cuál sería la verdadera razón. Por supuesto, no estaba seguro de poder verla. Y, sin embargo, ¿no eran las campanas un simple pretexto? ¿No hacía mucho tiempo que anhelaba la oportunidad de verla? Había viajado a Kyoto con la esperanza de escuchar las campanas del templo junto a Otoko. Le había parecido que no era una esperanza tan loca. Pero entre ellos se abría un abismo de muchos años. Si bien ella seguía soltera, era muy posible que se negara a ver a un antiguo amante, que se negara a aceptar su invitación. —No, ella no es así —murmuró Oki.
Pero no sabía qué cambios podían haberse operado en Otoko. En apariencia, ella vivía en una vivienda situada dentro del predio de cierto templo y compartía sus habitaciones con una joven discípula. Oki había visto las fotografías en una revista de arte. No se trataba de una cabaña; era una casa amplia, con una gran sala de estar, que Otoko utilizaba como estudio. Hasta había un hermoso jardín antiguo. La fotografía mostraba a Otoko pincel en mano, inclinada sobre un cuadro. La línea de su perfil era inconfundible. Su figura era tan esbelta como siempre. Aun antes de que revivieran los viejos recuerdos, Oki sintió una punzada de remordimiento por haberla privado de la posibilidad de casarse y de ser madre. Era obvio que nadie podía sentir lo que sentía él al contemplar esa fotografía. Para la gente que la viera en aquella revista, esa fotografía no pasaría de ser el retrato de una pintora que se había establecido en Kyoto y que se había convertido en una típica belleza de esa ciudad.
Oki había pensado en telefonearle al día siguiente o esa misma noche. También había pensado en pasar por su casa. Pero por la mañana, cuando los niños vecinos lo despertaron con sus gritos, comenzó a experimentar dudas y decidió enviarle una nota. Sentado ante la mesa—escritorio contempló perplejo la hoja de papel con membrete del hotel y llegó a la conclusión de que no era necesario verla, de que bastaría con escuchar las campanas solo y luego regresar.
Los niños lo habían despertado temprano, pero cuando las dos familias extranjeras partieron, se volvió a dormir. Eran casi las once cuando despertó.
Mientras hacía lentamente el nudo de su corbata recordó la voz de Otoko: "Deja... Yo te haré el nudo...". En ese entonces ella tenía quince años y aquéllas habían sido sus primeras palabras después de haber perdido la virginidad en sus brazos. Oki, por su parte, no había hablado. No sabía qué decir. La había abrazado con ternura, había acariciado su pelo, pero no había logrado pronunciar palabra. Luego se había desprendido de sus brazos y había comenzado a vestirse. Se había incorporado, se había puesto la camisa y había comenzado a anudarse la corbata. Ella había clavado en su rostro los ojos húmedos y brillantes, pero no llorosos. Él evitaba aquellos ojos. Hasta cuando la besaba, antes de que todo sucediera, Otoko había mantenido los ojos muy abiertos, hasta que él se los cerró con sus besos.
Su voz tenía una dulce nota infantil cuando le pidió que la dejara anudarle la corbata. Oki sintió una oleada de alivio. Lo que le decía era completamente inesperado. Quizás estuviera procurando escapar de sí misma; quizá no fuera una manera de demostrarle que no lo culpaba; sin embargo, manipulaba la corbata con ternura, a pesar de las dificultades que parecía oponerle el nudo.
—¿Sabes hacerlo? —había preguntado Oki.
—Creo que sí. Solía observar a mi padre.
El padre había muerto cuando Otoko tenía once años.
Oki se había ubicado en un sillón y había sentado a Otoko sobre sus rodillas mientras mantenía la barbilla en alto para facilitarle la tarea. Ella se inclinó ligeramente sobre él mientras hizo y deshizo el nudo varias veces. Luego se deslizó de sus rodillas y deslizó los dedos por el hombro derecho de Oki, sin dejar de contemplar la corbata.
—Listo, chiquito. ¿Qué te parece?
Oki se había puesto de pie y se había encaminado al espejo. El nudo era perfecto. Se restregó el rostro con la palma de la mano. El sudor había dejado una leve película oleosa sobre él. Apenas si podía mirarse luego de haber violado a una muchacha tan joven. Por el espejo vio el rostro de Otoko que se aproximaba al suyo. Deslumbrado por su belleza fresca y punzante, se volvió hacia ella. Ella rozó su hombro, sepultó el rostro en su pecho y dijo:
—Te amo.
También era extraño que una muchacha de quince años llamara "chiquito" a un hombre que le doblaba la edad.
Eso había ocurrido veinticuatro años atrás. Ahora él tenía cincuenta. Otoko debía de tener treinta y nueve.
Después de tomar un baño, Oki encendió la radio y se enteró de que en Kyoto había helado, ligeramente. El pronóstico anunciaba que las temperaturas invernales serían moderadas durante aquellos días de fiesta. Oki desayunó en su habitación con café y tostadas, y adoptó las providencias necesarias para alquilar un automóvil. Incapaz de tomar una decisión con respecto al llamado o la visita a Otoko, ordenó al conductor que lo llevara al monte Arashi. Desde la ventanilla del auto vio que las sierras del norte y del oeste, bajas y suavemente redondeadas, ostentaban el gélido tono parduzco del invierno de Kyoto, a pesar de que algunas de ellas estaban bañadas por una pálida luz solar. Era un cuadro de atardecer. Oki descendió del auto al llegar al puente Togetsu, pero en lugar de cruzarlo, recorrió la avenida costanera en dirección al parque Kameyama.
A fin de año, hasta el monte Arashi, tan poblado de turistas desde la primavera hasta el otoño, se había convertido en un paisaje desierto. La vieja montaña se levantaba ante él en medio del más completo silencio. La profunda hoya que formaba el río al pie de la ladera era de un verde límpido. A la distancia se oían los ruidos de los troncos, que eran descargados de las balsas alineadas a la orilla del río y cargados en camiones. La ladera que descendía hasta el río debía de ser la celebrada vista del monte, supuso Oki; pero ahora estaba en sombras, con excepción de una franja de luz solar sobre el flanco más distante.
Literatura, arte, cultura y algo más
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