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Hoy hice mi primera comisión, un perrito

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Dibujé un Yorkshire con bolígrafo

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Mi mamá viene de Michoacán, por ello dibujé a una purépecha

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Ilustré a mi más grande inspiración: Safo.

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Hoy dibujé a Kate Moss Fumando con su pie, es una de mis fotos favoritas

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Klompen

Een paar miniatuur keramische klompen symboliseert de eenheid tussen een persoon en de liefde van zijn leven. Deze liefde voor iemands leven kan een persoon zijn, zijn kind, een object, zijn baan of zijn beroep. Volgens de legende moet, als de liefde van iemands leven een persoon is, die persoon één klomp aan zijn/ haar geliefde geven, zodat ze beiden een klomp hebben. Ze moeten beiden klompen in de grond begraven, zodat hun liefde wortel schiet. Maar als de het een object of activiteit is waar je van houdt, moet je de naam van dat object of die activiteit op een stuk papier schrijven, het oprollen en in een klomp stoppen. Je schrijft je eigen naam op een vel papier, om deze ook weer op te rollen en in de andere klomp te stoppen. De twee klompjes moeten bij elkaar, bij een raam staan. Deze instructies moeten tot op de letter worden gevolgd zodat een kabouter de begraven klomp vind en een hart maakt dat beide mensen verenigt. En als het op papier in de klompjes bij het raam staat, zal de Kabouter de woorden lezen en zal hij zich verantwoordelijk voelen voor de eeuwige vereniging van de persoon met hun ware liefde. Als je je ware liefde niet kent, moet je het keramische paar klompen scheiden en elk in een andere rivier gooien en de ware liefde zal jou vinden.

Ilustration made by me

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La plegaria

Escribir, no saber de qué

Escribir, no saber cómo

Escribir, cómo continuar

Pedía yo una fuente inagotable de inspiración

La respuesta: alucinaciones cada día peores después de los 29.

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La lejanía

El corazón camina en la zona roja

Cuando todo se va y nada dice adiós

Cuando caminas solo por la playa

Te hincas y le ruegas al mar

Que se una con el cielo

Y te saque cada hilo de tristeza

Le pides a la luna

Que con cada hilo de agonía te teja un abrigo

Un abrigo para que sea tu único abrazo

Un abrazo para no sentirte solo

Te hincas al mar para renacer

Tomas el agua con tus manos

Pero no la puedes sostener

Tu única orientación son las estrellas

Cuando el cielo se oscurece

Te quedas en medio del cielo y el mar

Pidiendo un abrazo

Pero el sol está lejano hoy

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La marea controlable

Me gusta escribir porque me libero de fantasmas

Me gusta escribir porque libero fantasmas

Me gusta escribir porque sana mi cuerpo

Me gusta escribir porque le doy narrativa y una historia a mis alucinaciones

Me gusta escribir porque mareas incontrolables caben en menos de una hoja, caben a veces en una página o a veces la mitad

Me gusta escribir porque me relaja mi mente

Me gusta escribir porque las violencias vividas caben en una fuente genérica del computador (no dominan más mi mente)

Con letras pequeñas se hace un exorcismo de tristeza y se pulen las alegrías

Alegrías bien pulidas que caben en mi boca y sale una sonrisa de oreja a oreja

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Los perritos de Valaquia

Había un joven rumano de las regiones de Wallachia que necesitaba hacer una flauta de la corteza de un árbol.  Estaba indeciso sobre qué árbol elegir, él no tenía experiencia con la carpintería, sólo era un granjero al que le gustaba cantar y pastorear sus ovejas. 

Una noche se dirigió a las casas blancas de Tara Luanei para meditar, la meditación ahí es algo normal ha sido una práctica recurrida por monjes en la historia de Rumania. En sus meditaciones vio cosas que normalmente un granjero ve en su cotidianidad: las ovejas que iba a pastorear en las mañanas, sus caballos (para cada rumano tener caballos es entrañable, es más, ellos forman parte de las familias), romaníes alegres tocando el violín haciendo música en las calles, hasta que quedó en un estado de meditación profundo y en su mente vio el cielo y se imaginó viajando, tocó las nubes y fue subiendo hacia arriba al espacio exterior; vio figuras cósmicas espaciales como nebulosas, polvo cósmico y cometas, hasta que chocó con una estrella, que le pertenecía al señor Orión, la cual le dijo tímidamente:

—Disculpa, no quise lastimarte. -- dijo la estrella cuyo nombre era Mintaka, pero Orión se mostró molesto al no saber qué criatura era Mihai, el granjero.

— ¿Quién crees que eres al perturbar mis estrellas?

—Soy un granjero.

— ¿Quién te manda?, Este espacio es sólo para mí y para mis estrellas?

— Es…toy soñando, señor.

— Como disculpa ante mí, plantarás árboles de las semillas que te dar��. Plántalas por todo Wallachia y serás perdonado por tu insolencia de molestar a Orión, que soy yo. 

Mihai despertó con un costalito de semillas, quedó espantado, pero supuso que iba a estar más espantado si no seguía las órdenes de Orión. Ya de era de noche y se dirigió a su casa, prendió la estufa que estaba cerca de su cama como típica casa tradicional rumana e hizo café, en lo que se calentaba salió de su casa y al menos plantó un árbol, regresó a su casa, cerró su casa y procedió a tomar su café y dormir. 

Al despertar se preocupó porque su casa no se iluminó como todas las mañanas, entonces se levantó pensando que casi no durmió y que aún era de noche, salió de su casa para darse cuenta que sí durmió bien y que en realidad la semilla que plantó se transformó a árbol en una sola noche y que ese árbol en realidad le tapaba la luz del sol. Él tomó una rama grande de ese árbol, porque le pareció muy especial, y empezó a tallar su flauta, le tomó toda una semana hacer su flauta y la empezó a tocar en su casa y funcionaba bien, se la llevó a su granja y se acercó a sus animales, sus caballos se ponían agresivos cuando el tocaba la flauta, sin embargo, él no sabía por qué.

Al día siguiente pensó tocar la flauta más temprano, lejos de sus caballos, los caballos enojados rompieron una reja de su establo, se dio cuenta que a lado de ellos aparecían perros muy lanudos, pero eso era raro, él no tenía perros ni para pastorear. Para controlar el estrés de reparar su reja, él empezó a tocar la flauta de madera, pero empezó a ver que mucha paja del alimento de los caballos se vaciaba y empezaba a agruparse, paró de tocar la flauta y la paja dejaba de juntarse cuando él paró de tocar su instrumento. Él lo vio como ordinario, pero se acercó a una bola de paja que se formó, él pensó que era el aire, sin embargo, descubrió que de toda esa paja se formó como un perro parecido a los que encontró en el pesebre. ¡Un perro hecho de paja del alimento de los caballos!, pero sólo pasaba cada vez que él tocaba su flauta.  Siguió tocando y podía ver como la paja se unía para formar más bolas de este material. Mihai estaba asombrado de los cuatro perritos que se formaron gracias a la paja, eran de colores distintos y cada uno de ellos era un perro de raza rumana, un Pastor rumano de Mioritza, un Pastor de los Cárpatos, un Pastor rumano de Bucovina y un Pastor de Corb, cada uno merecía un nombre, pero el pastor Mihai no tenía imaginación, quizá con el tiempo cada uno será nombrado.

Continuará...