#y dije lo haré de John
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Resplandor entre Tinieblas - Capítulo 126. Haré que valga la pena
Resplandor entre Tinieblas
Por WingzemonX
Capítulo 126. Haré que valga la pena
Al mismo tiempo que la reunión de los Apóstoles terminaba en Chicago, los ojos de Verónica se abrían en su habitación de hospital de Los Ángeles, enfocándose ahora sí en el techo sobre su camilla. Tras recuperarse un poco de la desorientación que el cambio de escenario le causaba, comenzó a darle forma a sus pensamientos lo mejor posible.
Habían ocurrido más cosas en esa reunión de las que se esperaba, y ciertamente Daniel Neff había sido la sorpresa de la tarde. No había previsto que tuviera bajo la manga todo un plan tan detallado para salvar a Damien, y al parecer nadie en la reunión tampoco. Sus intenciones igualmente resultaban evidentes para ella, pero más que preocuparse o molestarse como Adrián, Lyons o Ann, Verónica debía aceptar que se sentía un poco impresionada.
«Ahora veo porque Argyron siempre habló tan bien de ti» pensó, intentando a su vez imaginar de qué forma el mayor podría llegar a serle útil en un futuro. Algo surgiría, eso lo tenía seguro.
Sin embargo, de momento había que concentrarse en algo más. Si todo salía tal y cómo Neff había expuesto, la Hermandad estaba a punto de lanzar su ataque al Nido en máximo un par de días. Era algo que había previsto que pasaría, pero no pensó que fuera a ser tan pronto, o que estuvieran tan preparados como para que dicho ataque barriera con toda la base entera. Eso la obligaría a moverse más rápido de lo que se esperaba. Aunque claro, tenía la pequeña desventaja de que la condición actual de su cuerpo le impedía en realidad hacer muchas cosas fuera de esa camilla.
«Creo que tendré que despertar más pronto de lo esperado a mi nueva amiga» se dijo a sí misma. Pero antes de hacer cualquier cosa, tendría que hacer una pequeña excursión de reconocimiento para ver cuál era la situación real, y en especial qué opciones tenía disponibles.
Pasó entonces a moverse lentamente por la camilla hasta sentarse en la orilla. El dolor de sus heridas punzaba un poco con cada movimiento, pero sabía bien cómo lidiar con él. Se puso de pie con cuidado, y se dirigió cojeando hacia su silla de ruedas. Lo más complicado fue acomodar el suero al que aún la tenían conectada en el gancho de la silla, pero nada del otro mundo.
Quizás estaba un poco limitada de momento, pero nunca lo estaría del todo.
— — — —
A media tarde, los detectives Samantha Hills y Arnold Stuart arribaron al Hospital Saint John's para darle seguimiento a uno de sus casos; uno en particular que al Det. Stuart lo tenía intrigado desde hacía dos noches, cuando había encontrado a aquella mujer inconsciente a la orilla del río, gravemente herida pero al menos respirando aún; apenas. Estaban a la espera de que despertara y pudiera darles más detalle de su atacante, o atacantes, y de cómo había terminado en esas condiciones. Sin embargo, para ese momento la mujer seguía sin despertar.
El doctor encargado de la misteriosa paciente, un hombre bajo de tez morena y gruesos anteojos cuadrados, los recibió con gusto en cuanto llegaron, y los encaminó hacia el área de cuidados intensivos, en donde en esos momentos la mujer seguía reposando.
—Como les dije por teléfono, detectives, su desconocida no ha presentado ningún cambio en su estado —les informaba el médico con tono afable, aunque algo cansado, mientras ingresaba por las puertas del área de cuidados intensivos. Los dos oficiales de policía lo seguían de cerca—. Le extrajimos las balas, que ya deben estar camino a su laboratorio, y sus heridas fueron tratadas lo mejor que pudimos. De momento se encuentra fuera de peligro, pero la verdad es todo lo que podemos hacer por ella de momento.
Los tres avanzaron entre las dos filas de camillas, la mayoría desocupadas en esos momentos, hasta colocarse delante de la tercera del lado derecho. Ésta se encontraba ocupada por la persona en cuestión, una mujer joven, de rostro delgado y facciones finas, de piel pálida como nieve, con algunos lunares notables adornándola. A pesar de llevar al menos dos días inconsciente, sus cabellos castaños rojizos se veían brillantes y acomodados, casi como si alguien se hubiera tomado la molestia de lavarla y peinarla recientemente.
El médico encargado tomó de los pies de la camilla el expediente y lo hojeó de manera rápida para ver si acaso había algún dato nuevo que se le hubiera pasado. Sin embargo, no lo había; todo seguía siendo casi igual al último vistazo que había dado la noche anterior.
—No sabría asegurarles cuánto tiempo le tomará despertar —suspiró el doctor, colocando de nuevo el expediente en su sitio—, o si lo hará siquiera. Si sigue sin reaccionar, tendremos que trasladarla a un área de cuidados más especializados.
La Det. Hills se aproximó a un costado de la camilla, para poder contemplar más de cerca el rostro de aquella mujer, plácido y tranquilo, sin ninguna señal de dolor o incomodidad. De hecho sus mejillas presentaban un rubor natural saludable, al igual que el llamativo rosado de sus labios, que no se veían para nada resecos o agrietados. Si no fuera por sus ojos cerrados, los vendajes que envolvían su cabeza y brazo, y todos los aparatos que tenía conectados, uno creería a primera vista que se encontraba totalmente sana.
—Pobre chica —masculló Samantha en voz baja para sí misma.
Samantha Hills tenía ya para esos momentos casi quince años de experiencia como detective de la Policía de Los Ángeles. Aquella desconocida no era ni de cerca la primera víctima con la que le tocaba lidiar; viva, muerta, mujer, hombre, encontrada a la orilla del río, habitación de hotel, portaequipaje de un vehículo… No creía haberlo visto todo en absoluto (y cada nuevo caso parecía de alguna forma confirmarlo), pero sí lo suficiente. Y, aun así, había algo en aquella mujer que le causaba desde la otra noche una opresión en el pecho de congoja cada vez que la veía. Casi como si sintiera personal el verla en ese estado, como si fuera su hija o su hermana, y no una completa extraña.
No podía decir con seguridad por qué sentía eso, y quería convencerse a sí misma de que no era tan superficial como para que fuera s��lo por lo bonita que era; casi como una hermosa muñeca hecha con las delicadas y cuidadosas manos de un artesano. Una hermosura que le parecía ciertamente irreal. Pero encima de eso, era por mucho una chica fuerte. Recibir esos disparos, ese horrible golpe en la cabeza, caer al agua, y aún así salir de ahí con vida… Era una muestra impresionante de su deseo por vivir.
¿De dónde había venido? ¿Quién era en realidad? ¿Quién la odiaba tanto como para hacerle eso? Todas esas eran preguntas que Samantha quería de alguna forma resolver, y deseaba con una intensidad casi desbordada que abriera sus ojos y poder preguntárselo directamente; escuchar al menos una vez cómo sonaba su voz.
—¿Qué arrojaron los análisis? —escuchó de pronto que la voz de su compañero preguntaba con seriedad, sacándola de golpe de su ensimismamiento. Samantha apartó la mirada, se talló discretamente un ojo con sus dedos, y se dirigió de regreso a lado de Arnold.
—El examen de agresión sexual salió negativo —le respondió el médico—. Claro que el agua podría haberse llevado mucha de la evidencia, pero no presenta ninguna laceración, hematoma o algún otro signo esperado. De hecho, no presentó ninguna herida adicional a los disparos y el golpe en la cabeza al caer al canal.
—¿Y el examen toxicológico? —preguntó el Det. Stuart un tanto impaciente—. ¿Encontraron algo en su sangre?
El médico pareció ponerse un poco tenso al oír esa pregunta. Carraspeó un poco, y luego intentó responder con la mayor naturalidad posible.
—Están en proceso. Tuve que pedir que los realizaran una vez más.
Aquello dejó un tanto perplejos a los dos oficiales.
—¿Por qué? —inquirió Samantha, cruzándose de brazos.
—Nada de cuidado. Es sólo que los primeros análisis de sangre arrojaron valores… anormales en varios parámetros; bastante anormales —recalcó—. Además de saturación de una sustancia desconocida, igual en niveles que no podrían ser posibles, sea lo que fuera ésta. Muy probablemente se trató de algún error en el laboratorio —se apresuró a aclarar antes de que alguno pensara siquiera en preguntar algo más—. No es usual que pase, pero tristemente no es algo que se pueda evitar por completo. Pedí que se hicieran una segunda vez. Si vuelven hoy en la noche, de seguro ya estarán listos.
Samantha y Arnold se miraron el uno al otro en silencio. Sus ojos por sí solos le indicaron al otro que aquello les resultaba extraño, por decirlo menos. Pero tampoco tenían motivo para dudar de la palabra del doctor, mucho menos para cuestionarle más al respecto. Así que sólo les quedaba confiar.
—Supongo que volveremos más tarde, entonces —indicó Arnold con resignación—. Gracias por su tiempo, doctor —dijo justo después, extendiendo su mano hacia él.
—Encantado de ayudar como siempre —le contestó el médico, estrechándole firmemente su mano—. Si me disculpan, debo atender a más pacientes.
Ambos detectives lo despidieron con un ligero ademán de sus cabezas, y el doctor se dirigió con paso veloz hacia la puerta.
Los oficiales permanecieron un rato más de pie frente a la camilla, contemplando a su ocupante en silencio, casi como esperando que el deseo de Samantha se cumpliera y en cualquier momento abriera sus ojos y les hablara. Aquello, por supuesto, no pasó. Y tras unos minutos, o quizás menos, ambos se dirigieron a la puerta sin necesidad de indicarle al otro que era tiempo de irse.
—¿Balística ya comparó si las balas en el cuerpo de esta chica concuerdan con las de la otra mujer muerta en la bodega? —preguntó Arnold en voz baja mientras caminaban.
—No he recibido su informe —respondió Samantha, negando con la cabeza—. ¿Sigues pensando que ambos casos están conectados?
—Llámalo una corazonada.
La Det. Hills sonrió, divertida. Las corazonadas de su compañero solían dar en el clavo una de tres veces, pero eso no le impedía seguir cada una como un gato al punto rojo del láser, esperando que lo llevaran a algo. Y para bien o para mal, era ella a quien le tocaba acompañarlo en cada una de sus búsquedas.
En cuanto atravesaron las puertas del área de cuidados intensivos, doblaron a la derecha para dirigirse hacia el vestíbulo. Sin embargo, habían dado apenas unos tres pasos cuando escucharon una voz a sus espaldas:
—Detectives —pronunció con tono animado, obligando que ambos se detuvieran y se giraran en sincronía hacia atrás. Miraron entonces a una joven de cabellos rubios quebrados, aproximándose hacia ellos sobre una silla de ruedas que ella hacía avanzar lentamente con sus manos—. Qué sorpresa verlos por aquí —dijo aquella joven, esbozando una amplia y despreocupada sonrisa—. ¿Me estaban buscando, acaso?
Su cabello estaba algo desalineado, su rostro un poco pálido, y sus ojos mostraban unas discretas ojeras por debajo de ellas. Aun así, ciertamente les resultó familiar desde el primer vistazo, pero sólo cuando estacionó su silla de ruedas a un par de metros de ellos, Arnold logró identificarla con certeza.
—Tú eres… la asistente del joven Thorn —murmuró el Det. Stuart, señalándole—. No, corrijo. La asistente de su tía, ¿no?
Ese pedazo de información era justo el que le faltaba a Samantha para también identificarla. Era la joven que estaba en ese pent-house en donde dos desconocidos habían ingresado por la fuerza hace dos días. Ella estaba ahí con aquel chico, Damien Thorn, cuando ambos fueron a interrogarlo sobre el allanamiento. Samantha recordaba sobre todo que aquel muchacho había sido un tanto grosero con ella. Aunque claro, era difícil que aquello no fuera opacado por el hecho de que Andy Woodhouse en persona se había presentado también en aquel sitio de la nada.
Definitivamente había sido un día fuera de lo común.
—Qué buena memoria, detective —indicó la joven de la silla de ruedas, asintiendo—. Pero si vienen a hacerme alguna pregunta sobre el ataque, ya di mi declaración completa a los otros oficiales, y no creo tener algo más que añadir. ¿O es que tienen alguna novedad?
—No, lo sentimos, señorita… —se apresuró a responder Samantha, quedándose a la mitad de su explicación al no recordar su nombre, si es que acaso se los había dado en aquel entonces.
—Selvaggio —indicó la joven rápidamente—. Verónica Selvaggio.
—Srta. Selvaggio —pronunció la Det. Hills con mayor seguridad—. La verdad es que estamos aquí por otro asunto. Pero escuchamos lo ocurrido.
Era difícil no hacerlo. La extraña explosión ocurrida en el pent-house del edificio Monarch esa misma noche de hace dos días, había sido una noticia demasiado sonada por toda la ciudad. Y Arnold en particular no había soltado el tema en todo ese tiempo.
—¿Se encuentra bien? —añadió Samantha, sonando sincera.
Verónica le sonrió con sosiego, sus labios rojizos resaltaban en la palidez de su rostro.
—Bueno, lo más bien que se puede estar luego de recibir un disparo y que una varilla de acero te atraviese la pierna —bromeó divertida, encogiéndose además de hombros—. Pero sí, estoy bien. Recuperándome.
—Nos alegra escucharlo —expresó Samantha, y se dispuso al momento a disculparse para que se retiraran de una vez. Sin embargo, Arnold se adelantó a hablar primero; justo lo que intentaba evitar.
—Es una pena que haya tenido que estar presente cuando eso ocurrió —masculló el Det. Stuart, en un tono que no dejaba claro si era una afirmación, o algún tipo de pregunta disfrazada.
—Mala suerte, diría yo —respondió Verónica con tono relajado.
—¿Y el chico Thorn? —preguntó Arnold justo después—. Entiendo que él no estaba.
—Oh, no —contestó Verónica, negando rápidamente con la cabeza—. Gracias a Dios no. Él ya estaba en ese momento camino de regreso a Chicago.
—¿Y usted no iba con él? —preguntó Arnold, sintiéndose en ese punto ya algo insistente.
—Esa era la idea, pero me atrasé con algunos asuntos —respondió Verónica con tranquilidad, encogiéndose de hombros—. ¿Acaso me está interrogando, detective? Porque me dijeron que no hablara con la policía sin un abogado de Thorn Industries presente. Por seguridad, usted sabe.
—Lo entendemos —se apresuró Samantha a intervenir, dando un paso al frente antes de que su compañero prosiguiera—. Y disculpe las molestias, Srta. Selvaggio. —Sacó en ese momento de su bolsillo una de sus tarjetas, y se la extendió a la joven en la silla de ruedas—. Si podemos ayudarle en cualquier cosa, no dude en llamarme. ¿De acuerdo?
—Muchas gracias, detective —agradeció Verónica, tomando la tarjeta entre sus dedos, y después le sonrió con gentileza.
—Si nos disculpa —murmulló la Det. Hills justo después, y al momento tomó a su compañero del brazo y prácticamente comenzó a jalarlo a la salida.
Mientras se alejaban, Verónica los despidió desde su silla, agitando lentamente una mano en el aire.
—¿Qué te pasa? —le reprendió Samantha a Arnold, una vez que estuvieron lo suficientemente lejos—. Ese ya no es nuestro caso, y lo sabes.
—Y hace que te preguntes el porqué, ¿no crees? —le respondió Arnold con reticencia.
Samantha suspiró, un tanto cansada, y un tanto más resignada.
—¿Acaso también crees que esa explosión tuvo que ver con los otros dos casos?
—No dije eso —murmuró Arnold entre dientes, no sintiéndose del todo sincero—. Sólo que pasaron muchas cosas raras ese día.
—Ya hablamos de eso, ¿recuerdas? Son los Ángeles, Det. Stuart; pasan cosas raras todo el tiempo.
Ambos salieron por las puertas automáticas del vestíbulo principal, siendo recibidos por el sol de la tarde, intenso y brillante, pero el clima fresco lo compensaba un poco.
—Deja tus conspiraciones por un segundo y mejor dime qué planes tienes para Acción de Gracias —propuso Samantha de pronto, más que deseosa de cambiar de tema.
Arnold soltó una risilla irónica antes de dar su respuesta.
—¿Además de ir al bar, beber y ver el juego como siempre? Nada en especial. ¿Por qué la pregunta? ¿Piensas invitarme a cenar?
—Lo dices como si fuera una horrible alternativa —masculló Samantha con tono de ofensa. Ambos ya se estaban encaminando por el estacionamiento hacia su vehículo.
—No es eso, sólo que sabes que yo y tus pequeños no nos llevamos muy bien…
La Det. Hills no pudo evitar reírse divertida. Arnold Stuart era una persona curiosa que acostumbraba cuestionar a todo el mundo sobre casi cualquier cosa, pero se portaba evasivo cuando era él quien tenía que responder preguntas; en especial si estás venían de un niño de ocho y un niña de diez, y rozaban tan peligrosamente el terreno de lo personal como sólo un niño sin demasiados filtros podía atreverse. Samantha debía reconocer que resultaba divertido ver a su enorme compañero, cuya apariencia por sí sola bastaba para intimidar hasta los pandilleros más aguerridos, siendo intimidado por dos pequeños
—Supéralo, Arnold —señaló Samantha, dándole un par de palmadas en su brazo—. Además, estás de suerte pues Richard los tendrá toda la semana, y se los llevará a Flagstaff. Así que seríamos sólo tú, yo… —Hizo una pequeña pausa, carraspeó un poco, y sólo volvió a hablar cuando ambos se encontraban en lados opuestos del vehículo—. Y Minerva…
Arnold volteó a verla rápidamente por encima del techo del auto. Sus ojos se abrieron grandes, casi como los de un animal espantado preparándose para correr.
—¿Tu hermana? —exclamó con más fuerza de la necesaria. Por supuesto no era una pregunta real; él sabía bien de quién le hablaba—. No, Sam. No otra vez.
—Tranquilo —musitó Samantha entre risas—. Actúas como si te hubiera arrollado con el auto o algo. Sólo fue una cita, y según ella no salió tan mal como tú dices. Anda, sin ti, se me quedará todo el pavo guardado hasta Navidad.
Samantha hizo una nada sutil cara de inocente suplica, que muy poco pegaba con ella como bien Arnold sabía. Éste suspiró con pesadez y miró a su alrededor, como si en verdad estuviera buscando la mejor ruta de escape posible.
—Haré también ese puré que tanto te gusta —murmulló Samantha con tono juguetón.
—Lo pensaré, ¿de acuerdo? —respondió Arnold algo resignado, abriendo justo después la puerta de su lado para meterse al auto—. Pero nada de dejarnos solos, ni que me pidas llevarla a su casa cuando termine la cena, ni nada parecido.
—¿Por quién me tomas? —masculló Samantha entre risas, subiéndose también en el asiento del conductor.
El vehículo se dirigió a la salida del estacionamiento unos minutos después.
— — — —
Cuando los detectives la dejaron, Verónica se dirigió hacia el interior del área de cuidados intensivos, como era su plan original. Intentó ser lo más discreta que una chica en sillas de ruedas podía ser. Su Señor debía estarla cuidando, pues sólo se cruzó con una enfermera en su trayecto, pero ésta parecía tener algo mucho más importante que hacer pues prácticamente la pasó de largo sin cuestionarle si debería estar ahí o no.
Guió entonces su silla hacia la tercera camilla a la derecha, la misma que los detectives Stuart y Hills habían ido a visitar hace unos momentos. Su ocupante, por supuesto, continuaba en el mismo estado de inconsciencia. Verónica se colocó justo a un lado de la camilla, e inclinó su cuerpo al frente, lo más que su herida le permitió, para echarle un vistazo al rostro dormido de la hermosa Mabel, alias la Doncella del una vez temido, aunque poco conocido, Nudo Verdadero.
Fue una sorpresa el encontrarla en ese sitio; ni siquiera esperaba que siguiera con vida. Y, viendo las heridas que le cubrían el cuerpo, su suposición no estaba tan desacertada. Al parecer la Doncella se encontraba más fuerte de lo que pensaba. De seguro el vapor que Damien le había dado recientemente tuvo algo que ver. Aun así, evidentemente no había sido suficiente para evitar que entrara en ese estado comatoso. Y aunque no se consideraba del todo conocedora de cómo era la anatomía de estas criaturas no humanas en particular, dudaba que hubiera algo que la medicina de ese sitio pudiera hacer para ayudarle.
Lo único que podría darle el empujón suficiente para levantarla de esa camilla, era una dosis de vapor. Pero tendría que ser más directo que los vagos rastros que de seguro flotaban en el aire de ese sitio, cortesía de la gente muriendo o sufriendo de dolor de ese hospital, y que muy seguramente eran los culpables de ese envidiable rubor que le coloreaba las mejillas, pero que no haría mucho más por ella.
¿Quedaría alguno de los cilindros que Damien tenía? Lo dudaba. Le parecía que Mabel se había llevado el último cuando se fue del pent-house para buscar a Samara. Así que si la quería de pie pronto, tendría que obtener esa dosis de vapor de alguna otra parte. Y tendría que ser lo más pronto posible, pues mientras más tiempo pasara ahí más probable era que los médicos se dieran cuenta de que estaban lidiando con alguien, o algo, muy lejos de ser común.
Pero, ¿valdría la pena arriesgarse tanto? Era cierto que necesitaba a alguien que cuidara sus intereses en Maine mientras se recuperaba, pero esta mujer no era del todo confiable. Pero tenía dos cosas a su favor: primero, Verónica tenía algo que ofrecerle para que el trabajar con ella le resultara al menos tentador. Y segundo, la Doncella ahora estaba totalmente sola, y una persona sola se podría volver desesperada.
Como fuera, primero tendría que pensar de dónde sacar el vapor, y luego preocuparse si el riesgo lo valía o no.
Pensativa, y algo frustrada, dirigió su silla de nuevo de regreso al pasillo, y posteriormente se encaminó hacia los elevadores. En el camino, sin embargo, cruzó justo enfrente de uno de los módulos de las enfermeras, donde un chico con chaqueta de paramédico se encontraba al parecer firmando unos formularios.
Verónica se detuvo unos instantes y contempló a aquella persona desde la distancia. Le parecía conocido. Era alto y joven, quizás un poco más de veinte años. Piel morena, cabello negro corto; latino, si no se equivocaba. ¿De dónde lo conocía?
El chico terminó de firmar los papeles y se los extendió junto con la pluma a una de las enfermeras. Intercambió unas cuantas palabras con ella que Verónica no alcanzó a escuchar. Ambos se sonrieron, y luego soltaron una risa, con el volumen moderado considerando el lugar en el que estaban. El joven paramédico se despidió, y entonces avanzó en dirección a Verónica. Cuando estuvo a unos cuantos pasos de ella, supo al instante de dónde lo conocía. Y, cuando los ojos de él se posaron en ella a su vez, fue evidente que él también la había reconocido.
—Hey, hola —dijo el joven paramédico, esbozando una luminosa sonrisa.
—Hola —murmuró Verónica despacio, acercando un poco más su silla hacia él—. Yo te conozco, ¿cierto? Eres el paramédico que me atendió afuera del edificio la otra noche.
—Sí —asintió el joven—. Bueno, uno de ellos, sí.
—Muchas gracias —murmuró Verónica, sonriéndole de regreso—. Salvaste mi vida.
—No, claro que no —murmuró el paramédico, claramente apenado—. Yo sólo…
—Acepta el agradecimiento, ¿quieres? —rio la mujer en la silla de ruedas, y justo después le extendió una mano a modo de saludo—. Soy Verónica.
—Miguel, encantado —le respondió el muchacho, estrechándole la mano que le extendía, aunque cuidado de no ejercer demasiada fuerza.
En cuanto sus manos se tocaron, Verónica lo percibió claramente. Era poco, apenas lo suficiente para ser perceptible… pero podría ser suficiente para lo que necesitaba.
—¿Cómo te estás sintiendo? —preguntó el paramédico Miguel con genuino interés.
—Un poco mejor —respondió Verónica, encogiéndose de hombros. Su semblante se tornó serio de pronto—. Tú… atendiste también a ese otro hombre, ¿cierto? El que murió en la ambulancia.
Aquella repentina mención pareció poner notablemente nervioso a Miguel, o quizás más incómodo que otra cosa.
—Sí, yo… —balbuceó mirando en otra dirección—. No sabía que él había sido el responsable de aquello, o que te había atacado.
Verónica sonrió levemente. Así que esa versión de los hechos ya se había esparcido; eso le complacía.
—¿Hubiera cambiado algo si lo supieras? —inquirió Verónica con tono de complicidad—. Era tu deber intentar salvarlo, ¿cierto? Y pareces ser alguien que nunca haría a un lado su deber, sin importar de quién se tratase.
—Sí, supongo que es cierto —musitó Miguel en voz baja. No parecía ser que dudara de la veracidad de la afirmación, sino más bien le daba pena admitirlo frente a ella, temeroso de que aquello la pudiera molestar de alguna forma.
«Si supieras…» pensó Verónica, divertida por dentro como una niña que hizo una travesura por la que terminan culpando a su hermanito.
—¿Te dijo algo? —le preguntó de pronto, tomando un poco por sorpresa al paramédico.
—¿Cómo qué?
—No sé —respondió Verónica, encogiéndose de hombros—. Todo lo que pasó es muy confuso para mí. Ni siquiera estoy segura de por qué ese hombre hizo todo eso. Sólo pensé que quizás te habría dicho algo que lo aclarara todo un poco.
Miguel vaciló. Intentó disimularlo, y quizás a una persona común esto hubiera pasado desapercibido. Pero para el ojo observador de Verónica, fue claro que sí había algo que le cruzaba por la cabeza, pero no estaba muy convencido de compartirlo. Y tras unos segundos de meditación, su elección fue en efecto guardárselo.
—Nada, lo siento. Sólo desvariaba, pero no decía nada… con sentido.
Verónica asintió y sonrió, sabiendo con total certeza que mentía. Desconocía qué clase de “desvaríos” eran los que Jaime había compartido con él, pero podía imaginarlos, y le preocupaba un poco. En especial si entre ellos se incluía la palabra “Anticristo” o el nombre de “Damien Thorn”.
—Tengo que irme, lo siento —se disculpó Miguel de pronto, señalando en dirección a la salida.
—Sí, descuida —musitó Verónica, haciendo su silla a un lado para abrirle el paso. Sin embargo, Miguel apenas y dio un par de pasos antes de que le hablara de nuevo—. Pero, oye… ¿Qué harás hoy en la noche?
Miguel se detuvo y se giró hacia ella, un tanto confundido.
—¿Perdón?
Verónica aproximó su silla de nuevo hacia el joven paramédico, con movimientos de sus manos sobre las ruedas que se sentían incluso t��midos.
—La verdad es que… me he sentido muy sola —susurró la joven italiana, agachando su mirada con vergüenza—. No soy de aquí, y no conozco a nadie en realidad. Fuera de abogados y la policía, nadie más ha venido a verme; ni siquiera mi madre ha podido desocuparse de su trabajo lo suficiente como para tomar un avión y venir a visitarme. Y tú en verdad me pareces un chico lindo. Sólo pensaba que, quizás, sería agradable pasar el rato con…
Hizo una pausa, y desvió su rostro ruborizado hacia un lado, cubriéndose la boca con una mano.
—Olvídalo, es una tontería —comentó de pronto, haciendo girar la silla rápidamente—. No me hagas caso.
—No, no, está bien —pronunció Miguel rápidamente, avanzando con apuro hasta colocarse a su lado antes de que se fuera. Verónica detuvo su huida, volteando a verlo desde abajo con mirada reservada—. Yo… hoy termino mi turno a las ocho —le informó el paramédico, sonriéndole nervioso—. Puedo pasar quizás a esa hora o a las nueve. Podríamos charlar, o bajar a comer algo a la cafetería, si quieres.
Verónica sonrió dulcemente, y su rostro se suavizó un poco.
—¿Te dejarán entrar fuera del horario de visitas?
—Conozco a varias personas aquí —contestó Miguel con tono confiado—. Puede arreglarse.
—Muchas gracias —exclamó Verónica, visiblemente encantada—. En verdad eres un buen chico, Miguel…
La joven aproximó sólo un poco más su silla a él, pero esos escasos centímetros resultaban quizás ya ser demasiados. Y antes de que Miguel lograra reaccionar o decir algo más, notó que algo en la mirada de aquella chica cambiaba. En general la dulzura y agradecimiento seguían presentes, pero detrás de esos ojos claros, revoloteaba una chispa ladina, casi seductora, con la que Miguel debía aceptar no estaba del todo acostumbrado. Pero que aun así, lo tuvo lo suficientemente cautivado para que se quedara quieto, sin desviar su mirada en ninguna otra dirección que no fuera en la que se encontraba el delgado y sonrosado rostro de ella.
—Yo… te aseguro que haré… que valga la pena —susurró Verónica muy despacio, únicamente para los oídos del chico delante de ella. Miguel sintió de pronto una de sus manos sobre su brazo; no supo en qué momento la había colocado ahí, pero sí que sintió como las yemas de sus dedos se deslizaban por su piel, llegando a su mano, y saltando discretamente de está a su cintura, y luego bajando lentamente por el costado de su pantalón—. Quizás esté herida, pero… hay varias cosas que puedo hacer por ti, sin necesidad de levantarme de esta silla…
Miguel se quedó totalmente mudo, escuchando el sonido de su propio corazón retumbando en sus oídos. No lo había notado en un inicio, debido a su evidente estado actual. Sin embargo, de un momento a otro no pudo evitar reparar en lo singularmente atractiva que era aquella muchacha. No era precisamente una belleza convencional como las chicas que a Miguel le solían gustar, pero… había algo en sus ojos y en la forma tan específica de su sonrisa que simplemente lo flechó. Y el roce de sus dedos, aunque fuera a través de la tela de su ropa, lo hizo estremecerse como si lo hiciera directo contra su piel desnuda.
Se quedó tan embobado con todo esto, que sólo reaccionó hasta que sintió que los dedos que bajaban por su pantalón se retiraron abruptamente. Notó entonces que Verónica sujetaba ahora entre sus dedos su teléfono, mismo que hasta hace un segundo traía guardado en su bolsillo izquierdo, apenas sobresaliendo un poco de éste, pero lo suficiente para que Verónica lo tomara y lo retirara sin mucho problema.
La chica en la silla de ruedas le ofreció una discreta mirada coqueta, antes de voltearse hacia la pantalla de su teléfono y comenzar a mover sus pulgares sobre ésta, evidentemente escribiendo algo en ella. Miguel sintió el impulso de preguntarle qué hacía, pero su mente estaba tan aletargada todavía que ninguna palabra surgió de su boca, y en su lugar solamente permaneció en silencio, observándola como una obediente mascota.
—Mi número —indicó Verónica, extendiéndole el teléfono de vuelta una vez que terminó. Desconcertado, Miguel tomó de nuevo el teléfono y lo revisó. La pantalla desplegaba la lista de contactos, en la cual había uno nuevo bajo el nombre de V. S.
—¿Cómo lo desbloqueaste? —fue la primera pregunta que logró articular de alguna forma, aunque no por ello resultaba la más relevante. Como fuera, Verónica no le respondió, y se limitó a simplemente guiñarle un ojo.
—¿Hasta la noche? —comentó tras unos segundos, a lo que Miguel sólo pudo responderle con una afirmación:
—Hasta la noche…
Con su cabeza dando vueltas, y con una presión bajo su pantalón que había surgido repentinamente y resultaba difícil de pasar por alto, Miguel se dio media vuelta y comenzó a caminar hacia la salida, andando por un rato como zombi sin un rumbo fijo. Verónica lo contempló mientras se alejaba, sin borrar la sonrisa astuta de su rostro.
Era en verdad un buen chico, pero un chico al final de cuentas. Y Verónica había aprendido muy bien cómo leerlos y manejarlos; desde luego, mucho antes de que “Verónica” fuera su nombre.
FIN DEL CAPÍTULO 126
Notas del Autor:
—Los detectives Samantha Hills y Arnold Stuart son personajes originales no basados en ningún personaje ya existente. Estos ya habían aparecido anteriormente, primero en el Capítulo 105 interrogando a Damien, y posteriormente en el Capítulo 113, sacando a Mabel inconsciente del canal.
—El paramédico Miguel es también un personaje original no basado en ningún personaje ya existente. Ésta ya había aparecido anteriormente en el Capítulo 112 atendiendo a Jaime y posteriormente a Verónica.
#Veronica Selvaggio#Damien#the omen#doctor sleep#the true knot#stephen king#wingzemonx#fanfiction#fanfic
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Guðjón’s instagram ( AU SEGUNDA GENERACIÓN ) feat. Maddie @victxrmc and Gracie @rcmanwright
#iba a hacerlo de Joanna pero no encontraba fotos de Alona que me sirvieran (por eso hay tan pocas de ella *llora*)#y dije lo haré de John#y me di cuenta debe de tener como miles de Erin *amando a su 'nieta'*#al haberse perdido todas las etapas de Joanna por el secuestro debe de pasar mucho tiempo con ella#siento que mis manips son cada vez más feos pero me dan feels igual *se va rodando a seguir escribiendo*#( ;; Maddie )#( ;; Grace W. )#( ;; Joanna Judd )
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Capítulo 1
No es ningún secreto que la confesión es el sacramento menos popular. Tuve muchas teorías sobre el porqué: orgullo, inconvenientes, pérdidas de autonomía espiritual. Pero la teoría que prevalece en este momento, es que es por esta maldita cabina.
La odio desde que la vi, algo pasada de moda y descomunal de los oscuros días antes del Vaticano II. No soy un hombre claustrofóbico, pero esta cabina podría convertirme en uno. Junté las manos y agradecí a Dios porque pronto podría renovar la iglesia gracias a nuestros eventos de recaudación de fondos y esta cabina sería lo primero que cambiaría.
Fui asignado a esta parroquia hace año y medio, en un intento de la iglesia por renovarla y borrar su pasado. Lo segundo sería difícil, la gente no olvidaría fácilmente a un sacerdote acusado de pederastia, pero lo primero, casi estaba en marcha. Quería mostrarles a los feligreses que la iglesia era capaz de mejorar, de crecer y de ir hacia el futuro. Estaba determinado a que eso pasara.
─¿Tengo alguna penitencia, Padre?
Me distraje. Uno de mis defectos, lo admito. Uno por el que oraba diariamente para cambiar (cuando lo recordaba).
─No creo que sea necesario ─Dije. Aunque no podía ver mucho a través de la pantalla decorativa, reconocí a mi penitente en el momento en que entró a la cabina. John Walker era mi único penitente fiable en todo el mes, y sus pecados iban desde la envidia (detestaba a Steve Rogers, su superior en el departamento de policía) a pensamientos impuros (con Natasha Romanoff, la compañera de Steve). Aunque sabía que algunos clérigos aún esperaban el “di tres Padres Nuestros y seis Ave Marías”, los pecados de Walker provenían de su frustración y estancamiento, y por mucho que rezara, eso no cambiaría si no abordaba la causa de raíz.
─No hay penitencia, pero tienes una asignación ─expliqué─. Piensa en tu vida, en lo que quieres hacer, pero no te has atrevido. Piensa en lo que de verdad te apasiona, en la razón por la que te levantas de la cama todos los días. ¿Qué es lo que en verdad te hace feliz, John?
Walker no respondió, pero le oí respirar, pensando.
Se fue después de unos minutos, rumbo a la comisaría. Levanté mis brazos en señal de victoria, generalmente solo Walker venía a confesarse entre semana, así que no tenía que estar demasiado en aquel pequeño lugar.
Estuve a punto de salir de la cabina, pero me detuve cuando escuché que alguien ocupaba el asiento de junto. Contuve un hondo suspiro, en verdad quería salir de ahí.
Enfócate, me ordené.
Alguien despejó su garganta. Un chico.
─Yo, uh. Nunca he hecho esto antes ─Por alguna extraña razón que no pude describir, su voz me pareció seductora.
─Ah ─sonreí─. Un novato.
Lo escuché moverse en el pequeño espacio, quizá estaba dudando.
─Sí, supongo que lo soy. Solo he visto esto en las películas. ¿Se supone que debo decir “Perdóneme, Padre, porque he pecado”?
─Cerca. Primero debes hacer la señal de la Cruz. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo… ─Pude escuchar el eco de sus palabras junto conmigo─. Ahora me dices cuánto tiempo ha pasado desde tu última confesión
─Nunca lo he hecho ─Sonaba joven, quizá de mi edad─. Yo, quería… hay algunas cosas que me están molestando últimamente y el idiota de Steve insistió en que viniera. Me aseguró que aquí podría resolver todo para estar más tranquilo. No soy una persona religiosa, pero pensé, “qué mierda, iré” ─se calló un momento y luego inhaló bruscamente─. No. Lo siento por esto, quizá debería irme ─Escuché que se levantaba.
─Espera ─dije, sorprendiéndome a mí mismo a punto de ponerme de pie.
Enfócate.
Tomó asiento, y pude escuchar su inquietud.
─No te haré firmar un contrato ─dije, suavizando mi voz─. No quiero que prometas venir a misa cada domingo por el resto de tu vida. Este es un momento en el que puedes ser escuchado. Por mí… por Dios… tal vez por ti mismo. Has entrado aquí porque buscabas ese momento y puedo dártelo. Así que, por favor. Quédate.
Dejó escapar un largo suspiro.
─Solo… no sé si debería decirle esto a alguien. Menos a usted.
─Sería incapaz de juzgarte ─prometí─. Puedes decir lo que quieras ─de repente me encontré preguntándome cómo lucía: si era pálido o bronceado, si tenía los ojos azules, verdes o cafés, si su cabello era largo o corto.
─Bueno, supongo que es más fácil si no lo veo ─resopló, y de nuevo lo escuché moverse en su asiento, impaciente─. Hice algo muy malo. Muy malo. Y no sé qué sucederá después… Maldita sea, esto es sobre un hombre ─confesó por fin, y mi curiosidad se disparó al cielo─. Me siento demasiado atraído hacia él desde que lo conocí y he hecho… ─otro suspiro y mi corazón se empezó a acelerar ante la expectativa─ Diablos, Padre… si supiera las cosas terribles que he hecho pensando en él…
Su voz se agrietó en la última palabra y por primera vez desde que fui ordenado, sentí el impulso de ir hacia el otro lado de la cabina y tocar al penitente. Lo que hubiera sido posible en una habitación más moderna de confesión, pero probablemente hubiera sido alarmante y torpe en esta maldita cabina.
Pero en su voz… había verdadera incertidumbre y confusión. Y quería hacerlo mejor por él.
─Necesito saber que todo va a estar bien ─continuó tranquilamente─, necesito saber que seré capaz de vivir conmigo mismo después de lo que he hecho por un hombre que no puedo tener
Sentí un tirón en mi pecho. ¿Cuántas veces susurré esas mismas palabras al techo en la casa parroquial, yaciendo despierto en la cama, consumido por mis pensamientos de lo que pudo haber sido mi vida? Necesito saber que todo estará bien.
Cuando hablé nuevamente, no dije ningún consuelo estúpido, en su lugar, fui honesto.
─No sé si todo estará bien. Podría no ser así. Puede que pienses que estás en el punto más bajo ahora, y entonces un día levantes la mirada y veas que todo se ha puesto mucho peor ─Bajé la vista a mis muñecas, concentrándome en las cicatrices que me recordaban que estuve a punto de cometer el peor de los pecados, el suicidio─. Puede que nunca seas capaz de enfrentar lo que sientes, pero todo lo que puedes hacer es intentar encontrar un nuevo camino, un nuevo punto de inicio. Podrías encontrar todo el amor en tu vida y aferrarte a él con todas tus fuerzas, y un día, puede que las cosas se hayan vuelto menos malas. Un día podrías aceptarte a ti mismo y darte cuenta de que sí puedes tener una vida que te hace feliz.
Pude oír su respiración, profunda y corta, como si estuviera conteniéndose de llorar.
─Yo… vaya, no esperaba escuchar eso… gracias, supongo.
Solo pude captar un vago indicio de movimiento a través de la pantalla, lo que parecía como cabello oscuro brillante y lo que podría haber sido su rostro.
Una parte de mí quería oír más a detalle su confesión, esperando que se tratara de algo carnal para escucharlo susurrar aquellas cosas con su voz, quería tocarlo y que me tocara también.
Dios, quería tocarlo.
¿Qué carajos estaba mal conmigo? No había deseado a un hombre con esa clase de intensidad por tres años. Y ni siquiera vi su rostro. Ni siquiera sabía su nombre.
─Debería irme ─dijo, haciendo eco de sus palabras anteriores─. Gracias por lo que dijo. Fue… extrañamente acertado. Gracias.
─Espera ─respondí, pero la puerta de la cabina se abrió y se fue.
Pensé en mi misterioso penitente todo el día, tratando de asociar su voz con alguna de las personas que venían a misa cada domingo o se pasaban de vez en cuando por los eventos de recaudación de fondos, pero no era ninguno de ellos.
Pensé en él mientras dirigía el estudio de la Biblia y mientras elevaba mis plegarias nocturnas. Pensé en ese atisbo de cabello oscuro y en su voz. No es como si hubiese sido un cadáver desde que tomé el hábito, todavía era en gran medida un hombre. Un hombre a quien le gustaba mucho follar con otros hombres antes de haber oído el llamado del Señor.
Y todavía notaba a los hombres, ciertamente, pero me volví experto en dirigir mis pensamientos lejos de lo sexual. El celibato se convirtió en un controversial inquilino del clero en los últimos años, pero todavía me atenía con sumo cuidado a este.
Tenía que hacerlo por mis padres, que fueron muy claros al decirme que no querían un hijo desviado, y por lo que pasó en esta parroquia antes de que llegara. Quería ser el tipo de sacerdote que inspiraba confianza y eso involucraba que fuera increíblemente circunspecto, pública y privadamente, cuando se trataba de sexualidad.
Así que a pesar de que su voz resonó en mis oídos por el resto del día, firme y deliberadamente comprimí su recuerdo y continué con mis deberes, siendo la única excepción, que recé un par de rosarios extras por ese chico, pensando en su súplica. Necesito saber que todo estará bien.
Tuve la esperanza de que dondequiera que estuviera, Dios se encontraba con él, consolándolo, igual que me consoló a mí tantas veces.
***
En mi pequeña y envejecida parroquia, usualmente hay uno o dos funerales por mes, cuatro o cinco bodas al año, misas casi todos los días, y los domingos más de una vez. Tres días a la semana, guio los estudios bíblicos, una noche a la semana ayudo con el grupo juvenil, y cada día, salvo los jueves, ocupo horas de oficina para los feligreses que nos visitan. También salgo a caminar cada mañana y me obligo a leer cincuenta páginas de algo no relacionado en absoluto a la iglesia o la religión.
Ah, y paso mucho tiempo, quizá demasiado, en Spotify y Netflix.
El punto es que, estoy bastante ocupado, así que puedo ser perdonado por haber sido sorprendido esa próxima semana cuando el chico regresó a mi confesionario.
Walker acababa de salir y yo estaba a punto de hacer lo mismo cuando lo escuché entrar a la cabina. Pensé que Walker había olvidado decirme de algún pecado, no sería la primera vez que ocurriera. Pero no. Era esa voz conocida, la voz que inspiró mis rosarios extras la semana pasada.
─Soy yo otra vez ─dijo, con una risa nerviosa─. Ehm, ¿el novato?
Mis palabras salieron más profundas de lo que pretendía. En un tono que no usaba con un chico desde hace un largo tiempo.
─Te recuerdo.
─Ah ─sonó un poco sorprendido, como si no hubiera esperado realmente que lo recordara─. Qué bien, creo.
Se movió un poco y a través de la mampara pude ver los indicios del hombre detrás: cabello oscuro y corto, piel pálida y unos labios por los que mataría para que me besaran.
Cambié de posición inconscientemente, de repente me sentí ansioso.
─Usted es el Padre Zemo, ¿verdad? ─preguntó.
─Así es
─Steve me habló sobre usted. Me dijo que este lugar ha cambiado desde que llegó y que todos parecen bastante contentos con su trabajo
─Espero que así sea
Hubo un breve silencio, pero no quise presionarlo, aunque moría por hacerlo.
No, no puedes preguntarle su nombre.
No, no puedes ir a ver que aspecto tiene.
No, no puedes pedirle que solo te diga acerca de las cosas malas que hizo pensando en otro hombre.
─¿Estás listo para empezar? ─Pregunté finalmente, tratando de redirigir mis pensamientos de nuevo a lo que nos ocupaba, la confesión.
Sigue el guion, Helmut.
─Sí ─susurró─. Sí, estoy preparado.
Estuve fuera del país por algunos años, en Rusia, para ser más claro. Me fui luego de que mis padres me echaran de la casa cuando se enteraron de que era gay. Aunque me sentía culpable por eso, mientras estuve lejos no pude evitar caer en la tentación de acostarme con otros hombres una y otra vez y Dios sabe que lo disfruté.
Pero también tuve tiempo de estar con algunas chicas, engañándolas y haciéndoles creer que el sexo con ellas no me parecía absurdo y desagradable. Traté de besarlas hasta el cansancio y realmente quise que me gustaran sus labios, sus pechos y sus curvas… pero no funcionó y me sentí sucio por eso. Pensé que mi padre tenía razón, algo estaba mal conmigo.
Regresé hace unas cuantas semanas, gracias a mi mejor amigo. Steve se tomó el tiempo de ir por mí el año pasado e hizo de todo para hacerme entender que no estaba mal, simplemente soy gay y si mi familia no puede entenderlo, es su problema.
No llevaba muchos días aquí cuando conocí a alguien. Y no puedo dejar de sentir que “Bucky Barnes” es el tipo más estúpido del país por fijarse en alguien a quien ni siquiera le importo porque ya está comprometido. Podría estar feliz en mi nuevo empleo, con mis amigos, pero lo único que he hecho es pensar en él y masturbarme una y otra vez imaginando todo lo que le haría si tan solo tuviera la oportunidad. No es que lo considere un gran problema, pero lo cierto es que me gusta el sexo, demasiado y me siento tan frustrado ahora que estoy de un humor del demonio.
─Tal vez deberíamos seguir con esto luego.
Estuvo callado por un tiempo después de su última frase. Su respiración era agitada. No necesitaba ver el interior de su cabina para saber que apenas se podía contener y si estuviéramos en una cabina moderna de confesión, habría sido capaz de tomar su mano o tocar su hombro para tranquilizarlo. Pero aquí, no podía extender nada más que mis palabras.
─Oh. Está bien. Yo… supongo que este no es su campo de trabajo, después de todo…
─No, no es eso ─Dije suavemente─. Pero creo que ha sido un buen inicio, ¿no?
─Sí ─Murmuró. Pude escucharlo poniéndose de pie y abriendo la puerta mientras hablaba─. Sí, supongo que tiene razón. ¿Así que… cree que soy un enfermo adicto al sexo o algo? ¿Cree que debo hacer algo para que Dios me perdone por querer arruinar lo que ya tiene ese hombre?
Discutiendo conmigo mismo, salí de la cabina, pensando que sería más fácil explicar la penitencia y arrepentimiento en su cara en lugar de a través de una estúpida mampara, y luego me congelé.
Su voz era sugerente, su risa lo era aún más. Pero ni cerca de lo sexy que era él. Tenía el cabello corto y oscuro, era alto, fornido y su piel era pálida, perfecta para resaltar con un par de profundos ojos azules en los que podía perderme por horas. Delineé su barbilla con la vista, pero fue su boca la que me atrajo, sus labios se separaron ligeramente y casi pierdo la razón cuando lo vi morderlos con suavidad.
Y antes de que pudiera detenerme, pensé, quiero que este chico me folle.
Quiero esa boca en mi miembro.
Quiero sus manos en mi cadera mientras…
Miré hacia el frente de la iglesia, hacia el crucifijo.
Ayúdame, oré silenciosamente. ¿Este es algún tipo de prueba?
─¿Padre Zemo? ─Me llamó.
Respiré y envié otra rápida oración para que no notara que quedé paralizado ante su presencia.
─No hay necesidad de penitencia. De hecho, creo que venir aquí a hablar es un pequeño acto de contrición en sí mismo, ¿no?
Una pequeña sonrisa se alzó en su boca y deseé que me besara, que me presionara contra él hasta que me hiciera pedirle que me tomara.
Santa mierda, Helmut, ¿Qué diablos?
Dije un Ave María mental para mí mismo mientras él daba un vistazo a sus notificaciones del celular y volvía a guardarlo en el bolsillo de sus jeans.
─Así que, ¿tal vez nos vemos la semana que viene?
Mierda, ¿Podría realmente hacer esto otra vez en siete días? Pero luego pensé en sus palabras… Necesito saber que todo estará bien. Sentí ganas de acompañarlo, consolarlo, de darle algún tipo de paz, una llamada de esperanza y vitalidad de la que pudiera alimentar su vida. Sabía lo doloroso que era que tus padres te rechazaran y no quería que eso le siguiera afectando.
─Por supuesto. Esperaré por ello, Bucky. ─No quería decir su nombre, pero lo hice, lo dije con esa voz que ya no utilizaba y que solía usar para atraer chicos en los bares.
Y su reacción envió una sacudida hacia mi entrepierna. Sus ojos se ensancharon, sus pupilas se dilataron y volvió a morder sus jodidos sexys labios. No solo era mi cuerpo teniendo una respuesta increíble al suyo, sino que se vio afectado tanto como yo.
Y de alguna manera, hacía todo mucho peor, porque ahora era solo la delgada línea de mi autocontrol lo que me impedía que le pidiera besarme y tocarme hasta hacer que me corriera por todo el sagrado piso.
Aclaré mi garganta, tres años de disciplina era lo único que mantenía aún mi voz.
─Y para que sepas…
─¿Sí? ─Preguntó de forma sugerente, como si fuera un felino tanteando a su presa.
─Puedes venir en el momento que prefieras. Me tomaré el tiempo para escucharte.
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Los miembros que tu quieras cariño. Es sobre POR EJEMPLO **Taeyong con caracter de mafioso le toca estar presente en la menstruacion de ella. Es la primera vez
oh, okay, i got it! no puedo creer que no le haya entendido desde el principio, i’m that babo, hahahs, pero ya que me has dado a elegir los miembros entonces será con la hyung line de nct 127 porque siempre los he visto más como gang/mafia leaders. espero te guste, corazón, gracias por tu pedido uwu
taeil:
“¿estás bien, dulzura? debemos irnos ya”, taeil da dos pequeños golpes a la puerta del baño y te miras al espejo. aún si ya estabas lista para acompañarlo a la reunión con doyoung para hablar sobre sus “negocios” (los cuales aún desconocías pero claramente sabías que no era algo muy legal que digamos), te sentías morir.
“creo que vas a tener que ir sólo, amor”, gimes de dolor e inmediatamente escuchas a taeil intentar abrir la puerta.
“t/n, déjame entrar, ¿qué tienes?”, la voz de tu novio se escucha llena de preocupación y tú te apresuras a quitar el seguro para que pueda pasar. no querías que terminara llamando a uno de sus hombres e intentara tirar la puerta… otra vez. “¿qué pasa?”
“estoy en esos días”, dices con un puchero y te lanzas a sus brazos, él inmediatamente te estrecha con delicadeza y comienza a acariciar tu cabello.
“¿qué días, princesa? no enti… oh”, susurra al final, comprendiendo a lo que te referías y camina hacia atrás contigo aún entre sus brazos, dirigiéndose a su cama. te sientas sobre ella y él saca su celular, escribe rápidamente y después se levanta, buscando entre el armario tu pijama.
no había pasado ni un minuto cuando la puerta de su habitación se abre con fuerza. donghyuck, el segundo al mando y mano derecha de tu novio, entra agitadamente, sosteniendo entre sus manos un arma, haciéndote soltar un grito ahogado.
“mierda, donghyuck, ¿qué te pasa?”, tu novio, quien prácticamente había corrido a colocarse frente a ti cuando vió la puerta abrirse tan bruscamente, lo regaña y ves al menor suspirar.
“¿qué mierda te pasa a ti?”, le contesta igual de molesto poniendo de nuevo el seguro de su arma y colocándola en la parte trasera de sus jeans. “me enviaste un sólo mensaje de “urgente, te necesito en mi habitación”, creí que estaban en peligro”.
“es porque necesito que te prepares, imbécil, tú vas a ir a la reunión con doyoung”, taeil dice al momento en que recoge tu pijama del suelo y te la ofrece mientras que donghyuck y tú no pueden evitar verlo con sorpresa. taeil, al ser el jefe, no dejaba que nadie (incluso el menor) interviniera en sus negocios, y menos con doyoung, que prácticamente era su mayor competencia, por eso resultaba tan extraño que lo mandara solo.
“¿de qué hablas? doyoung no va a querer hacer tratos conmigo, lo conoces, taeil…”
“y por eso mismo te estoy mandando. si no te quiere recibir entonces el negocio con él se acaba y tú vas a asegurarte de dejarle claro quién sigue mandando en esta zona”, donghyuck asiente a las palabras de taeil y tú simplemente muerdes tu labio inferior, bajando la mirada al escucharlo. no era común que se expresara de esa manera frente a ti.
“bien, como digas. le diré a los demás que ya nos vamos, ¿quieres que te deje a alguien de más?”, donghyuck regresa a su típico rostro indiferente y la voz monótona que siempre usaba cuando se trataba de obedecer las órdenes de taeil.
“dile a seowoo que se quede, en un rato más le enviaré un mensaje con unas cosas para que las vaya a comprar”, el menor asiente y se retira de la habitación, sonriéndote apenado por haberte asustado.
“taeil, no es necesario que te quedes, voy a estar bien”, te acercas a él para dejar un beso sobre sus labios y él niega rápidamente.
“nada es más importante que tú”, te responde y coloca una mano sobre tu vientre, “¿qué necesitas para eliminar los cólicos? haré una lista y se la enviaré a seowoo”
johnny:
“¿t/n?”, te congelas al escuchar la voz de johnny detrás de ti y maldices hacia tus adentros. giras a verlo y aún si no podías ver su rostro con claridad porque dentro de la casa no había ninguna luz encendida, podías imaginar que no estaba feliz. “¿estás huyendo?”
tu novio se acerca más a ti y un pequeño rayo de sol se cuela entre las cortinas de la sala de estar posándose en su expresión molesta pero, al mismo tiempo, dolida.
“no, john, yo…”
“¿lista para ir…?”, mark se detiene en seco al ver a su jefe con expresión sombría.
“¿qué carajo está pasando?”, johnny dice con voz profunda y tu piel se eriza, se acerca a uno de los apagadores y lo enciende, llenando la sala de luz mientras tú y mark intercambian miradas nerviosos, dudando quién debería hablar primero.
“amor, te juro que no es lo que crees”, dices rápidamente y te acercas a él nerviosa. tu novio intentaba mantener sus facciones neutrales pero, ¿qué se supone que iba a pensar cuando había encontrado a su novia escabulléndose a las 8 de la mañana lista para irse con su mejor amigo y colaborador?
“t/n, sé que te acabas de enterar de lo que me dedico hace poco y seguramente es mucho para procesar para ti pero no tienes que huir, podemos hablarlo, ¿sabes?”
“tengo la regla”, hablas de repente y johnny te ve completamente sorprendido, “tenía mucha pena de decírtelo así que le llamé a mark para que me llevara a la farmacia y poder comprar mis cosas. jamás podría huir de tu lado, john”.
mark toma aquella última confesión como su señal para marcharse y los deja solos. johnny cierra los ojos con fuerza completamente apenado por pensar mal de ti y se acerca a ti para abrazarte.
“lo siento, desde que te dije sobre esto he estado pensando que quizá te ibas a sentir abrumada y me ibas a pedir un tiempo y, cuando desperté y no te vi a mi lado me imaginé lo peor”, tu corazón se encoge al escucharlo tan avergonzado y te separas de él para mirarlo a los ojos, acariciando sus mejillas con tus pulgares.
“claro que ha sido difícil de procesar, no siempre tu novio resulta ser el líder de una mafia pero, créeme, te amo y nada de lo que llegue a pasar puede cambiar eso”, johnny suelta un suspiro de alivio al escucharte decir eso y besa tu frente con dulzura.
“bueno, ahora que ya todo se aclaró, ¿quieres que yo te acompañé a la farmacia y, cuando volvamos, nos acurruquemos en la cama todo el día?”
taeyong:
“¿taeyong?”, sales del baño al escuchar la puerta de la habitación que compartías con tu novio abrirse. “oh por dios…”
“¡hola, t/n!”, hawon, el ama de llaves, te saluda con efusividad desde la puerta de la habitación, revisando que cada mesero (los cuales jamás habías visto en tu vida) pusiera las bandejas de comida sobre la gran mesa (que tampoco sabías en qué momento había aparecido) frente a ti.
“¿por qué es todo esto?”, preguntas luego de que el último mesero dejara la habitación.
“bueno, pregúntale a tu novio que a él se le ocurrió todo”, hawon te contesta riendo y se despide de ti agitando su mano.
taeyong entra a la habitación segundos después con una taza de té entre sus manos, sonriendo con superioridad al ver todo el banquete.
“¡sorpresa!”, habla en todo dulce y, aún si querías enojarte con él, al verlo sonreír todo lo que querías era llenarlo de besos.
“taeyong, literalmente yo sólo te pedí una taza de té y galletas”, dices mientras comienzas a levantar la tapa de todas las bandejas de comida frente a ti, salivando de manera inconsciente al ver tanta comida.
“y eso era todo lo que iba a traerte pero, buscando en internet, leí que la comida ayudaba a disminuir los cólicos pero, ya que no especificaba qué comida, ¡decidí traerte todo lo que se pudiera”, lo ves atentamente y niegas riendo. ¿de verdad aquel chico tan dulce era el líder de toda una mafia?
todavía dudabas de ello.
“gracias por preparar todo esto para mi”, respondes y te acercas a él, colocando tus brazos alrededor de tu cuello, “aunque debo confesarte algo”.
“¿qué pasa?”, tu novio frunce el ceño y te mira atentamente.
“a mi no me dan cólicos, sólo quería el té y las galletas porque tenía mucha hambre”, sonríes y dejas un beso en su nariz.
“oh…”, taeyong luce genuinamente sorprendido pero luego se encoge de hombros y te acerca más a él, sosteniéndote por la cintura, “pues entonces luego de todo esto quedarás más que satisfecha”.
yuta:
“¿cómo estuvo la reunión?”, preguntas inmediatamente que yuta aparece por la habitación y él simplemente niega con la cabeza, deshaciéndose de la chamarra negra de cuero que llevaba puesta, lazándola al suelo con cansancio.
“jiwoon pensó que no me iba a enterar del negocio que estaba haciendo a mis espaldas con kun y todavía cuando lo confronté el muy hijo de perra me negó todo, ¿acaso tengo cara de imbécil?”, tu novio se sienta en el borde de la cama y te acercas a él, te rodea con sus brazos por la cintura y hunde el rostro en tu estómago, respirando con tranquilidad al oler tu perfume en tu ropa. “no sabes cuánta falta me hiciste allá”.
pasas tus dedos entre sus cabellos con tranquilidad, dejando pequeños masajes para relajarlo y hacerlo olvidar de todo el estrés.
“entonces supongo que tuviste que encargarte de él, ¿verdad?”, susurras lo último pero yuta te escucha con claridad, se separa de ti y te mira fijamente. no quería que pensaras que era un asesino cualquiera, odiaba la idea de que quizá te estabas haciendo una idea completamente errónea de lo que hacía porque, bueno, quizá si se “encargaba” de algunas personas pero, no era porque quisiera, al final del día el negocio tenía que ser manejado por el más fuerte y yuta quería ser el jefe de todo.
“t/n, las personas saben bien en lo que se meten estando aquí”, responde y tú asientes mordiendo tu labio inferior, evitando su mirada. aún no podías acostumbrarte a todo eso y menos al saber que ahora tú también estabas metida en eso.
“lo siento, aún lo estoy asimilando”, dices con sinceridad y yuta te sonríe con tranquilidad. tenía muy poco desde que tu novio te había explicado todo lo que conllevaba ser el jefe de una mafia y, por más que lo amaras, tenía claro que te iba a costar acostumbrarte.
“ven aquí”, te jala hacia él, sentándote sobre su regazo, con las piernas a cada lado de las suyas y te besa con pasión, explorando tu boca con su lengua. tú te deshaces ante su tacto y sus labios hasta que lo detienes cuando posas sus manos en tu trasero. “¿pasa algo?”
“no podemos”, le sonríes sonrojada y te levantas de su regazo, yuta te mira completamente confundido y te adelantas a responder antes que él pudiera preguntar algo, “estoy en mis días”.
“a mi no me molesta”, dice mirándote atentamente de arriba a abajo y tú golpeas su brazo con diversión.
“por dios, cállate”, tu novio ríe a carcajadas al verte tan nerviosa y vuelve a acercarte a él para dar un último beso.
“¿quieres que pida que nos preparen algo de cenar y vemos una película juntos?”
doyoung:
“ow, mierda”, susurras y vuelves a girar en la cama. realmente estabas intentando no hacer ruido para no despertar a doyoung pero el dolor era insoportable.
“¿t/n?”, la voz adormilada de doyoung llega a tus oídos y un nuevo espasmo te hace gemir de dolor. tu novio se levanta con rapidez, enciendo la lámpara en la mesita de noche a su lado, abre el cajón de la misma y está a punto de sacar su arma cuando gira alrededor y ve completamente vacío el cuarto. “¿qué te pasa, bebé?”, pregunta luego de soltar un suspiro y se acerca a ti tranquilamente.
“los cólicos me están matando”, respondes girando de nuevo para quedar frente a él. te llenas de culpabilidad al ver sus ojos hinchados por el sueño y su cabello despeinado. otra vez había llegado muy tarde luego de arreglar unos “asuntos pendientes” (no había querido decirte con exactitud de qué se había tratado) y ahora lo estabas despertando en la madrugada.
“princesa, ven aquí”, te susurra con cariño mientras alarga sus brazos para que puedas recostar su cabeza encima de uno de ellos y pueda rodearte en un abrazo. “¿quieres que te traiga algo?”
“no, doie, debes dormir, últimamente has estado llegando de madrugada, no es justo que te sigas desvelando ahora por mi culpa”, hablas entrecortadamente, reprimiendo los quejidos que querían salir de tus labios.
“pero, amor, te escuchas muy mal”, habla lentamente y baja su mano hasta tu vientre, trazando pequeños círculos. “puedo hablar para que te vayan a conseguir una pastilla…”
estabas a punto de negar de nuevo pero no creías soportar el dolor más tiempo así que te rindes y asientes a su propuesta. doyoung rápidamente toma su celular y envía unos cuantos mensajes.
“bueno, ya pedí una pastilla, que te traigan un paño caliente y un te, ¿ahora te parece bien que, si mientras esperamos, me cuentes algo? para distraerte, corazón”, la voz de tu novio sale cargada de amor y ternura, haciendo que tu estómago se llenara de mariposas.
“me encantaría”.
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Feliz cumpleaños mejor amiga
Feliz cumpleaños mejor amiga 🥳✨
No soy de decir ey feliz cumpleaños que Dios te bendiga, siento que es lo que se dice por decir, por cumplir, por felicitar a la persona.
Hoy es tu día y aunque no esté a tu lado espero que me sientas allá contigo, me gustaría estar ahí contigo para despertarte con muchos Josefinos 🥚y decirte gracias por existir🍃, y que tú me voltees los ojos, prefiero eso a que no esté contigo💔
Sabes no importa cuánto estemos separadas, lejanas o cercanas. Lo importante es que me sientas contigo así sea por un rato. Sabes me gustaría estar allá contigo y sacarte las canas🔥.
Sabes he visto una imagen donde lilo dibuja a stichs y le colorea su nivel de maldad y le dice que es mucha maldad para alguien tan pequeño. Es tan tu... no mentiras no eres mala o bueno solo un poquito, ósea no audios no llamadas, si me contestas me ilusionas y no hablas. Pero sabes no me importa por qué se que llegarás en un par de días y que cuando te escuche sabré que valió la pena.
No sabes lo que me gustaría estar ahí, dile a tus amigas que son muy afortunadas al poder acompañarte hoy en tu cumpleaños.🙃
¡Felicidades! has ganado el prestigioso titulo de ser llamada “mi persona”, y lo siento pero desde ahora compartimos un vinculo más grande y especial que, creo, durará para siempre. Esta es la situación: 🌚Yo no te busqué, tampoco te vi venir y cada ves que miro hacia el pasado ni siquiera estoy segura en que momento te convertiste en mi persona, en mi alma gemela, pero ahora cuando miro al futuro, no puedo imaginarlo sin ti. Y ningún “gracias” podría describir lo agradecida que me siento de tener a una mejor amiga como tú. Eres mi mejor amiga♾⚓️. Gracias un millón de veces por ser mi persona favorita💕.
Hoy es tu día y aunque no me dejes subir nada haciéndole saber a todo el mundo que hoy cumple mi mejor amiga, que cumple mi fichita, mi hermanita fav . QUE CUMPLE MI TDO.🐹
Quiero que sepas que nadie te igualará y que si fuera por mi subiría 200 estados diciendo lo mucho que te amo y lo agradecida que estoy por a verte conocido 🍀
Eres la amiga que siempre quise tener, contigo lo puedo compartir todo pues eres la persona más confiable que puede existir. Cuando te conocí sabía que eras especial pero nunca me imaginé que llegar��amos a ser tan unidas, ese día sinceramente pensé que solo te vería ese día y que solo sería eso. Pero la vida se encargó de decirme que estaba muy equivocada, que esa persona iba a ser mi mejor amiga, que sería esa persona por la cual diría eres y lo serás siempre, esa persona que esperare lo que tenga que esperar. Esa persona que lo vale todo🤞🏻, así que por fa no te vallas de mi vida, ni tampoco me eches de la tuya, créeme que lucharé para que nadie nos separe, no te quiero perder, por que si te pierdo sería perder a una gran parte de mi, por qué allá contigo la tienes, y si eso pasará la seguirías teniendo🧩. Sabes el título de mejor amiga en estos momentos en nuestra sociedad la gente lo dice por decir por qué está de moda o por qué sencillamente te aburriste de la otra persona y como te lo dije para mi es serio esta palabra, esta vez quiero hacer todo bien, por eso te escogí a ti para que seas mi única y última mejor amiga. Mi cocora lo siente, el sabe que no se esta equivocando, no siento esa sensación de será que me estoy equivocado, estoy segura que así será siempre♾, créeme que no había sido así con nadie a duras a mis amigas les cuento mis cosas pero las de por encima, a nadie le había hablado de mis gustos, a nadie le había permitido conocerme al punto de saber como pienso como actuó. Así que por fa sigue haciendo lo que hagas, permíteme ser quien yo en realidad soy. A veces una celosa🙃
Y aunque más de una vez nos ha dicho que las mejores amigas no existen y que son todas unas falsas, que todo el mundo sepa que se equivoca, se equivoca y mucho, ya que nunca han tenido a alguien como tu. Que no hablen si no conocen a alguien como tú, me siento orgullosa de ser yo esa persona a la que celas y proteges... esa persona a la que le dices mejor amiga 🔒
Espero que un cuando soples esa velita 🎂pidiendo un deseo se te cumpla, que todo lo que quieras se cumpla.
Mira cuando llegues te dire este es tu día acá en la nada y como no te gusta la pizza normal pos vamos a papa john’s y le ponemos un fósforo y pides tu deseoooo... es muy original mi idea y unicaaaaa . Como siempre te haré pasar pena le dire a la gente ella esta cumpliendo años y así.
Enserio se me rompe el cocora 💔 al saber que no estoy asha para darte un abrazo y decirte el primer cumpleaños en el que te acompaño y espero que no sea el último, mira quiero seguir acompañándote en este día hasta que tengas 100 años y yo 104 años y decirte vamos por otro más o ya dejamos de molestar a todo el mundo 🌎
Espero que algún día te pueda acompañar y no por celular por qué esto si me parece muy feo de la distancia ósea me gustaría ser invisible🦸🏻♀️ y subirme a un avión✈️sin que nadie me note y llegar a donde tú vivas y robarme a stichs y dejarte una nota lo he secuestrado, si lo quieres recuperar tienes que ir aaaaaaaa no se no conozco... wueno digamos que a la tienda y ahí te esperaría en una caja gigante y tú re que jesto y la abres y salgo yo y té digo yo soy tu regalo y me salgo te abrazo y te digo no mentiras y sale un oso gigante 🧸de esos más grandes que uno y así te mandaría para la casa. Y te preguntan y tú no me lo compre jajajajajaja la verdad pienso que eso solo pasará si pasas un cumpleaños acá en Colombia. Por qué soy pobre, me da pena con tu familia y pos no te toca que algún día vengas
Eres una persona estupenda… pero en realidad no espero que lo entiendas. No sabes lo que es ser tu mejor amiga🐭, ni lo que se siente. Eres además una persona muy importante en mi vida🚀, entérate, así que debes cuidarte. No tanto dulce mira que vi tus historias y no , no solo las pase vi que habían muchos dulces en esa mesa . 🙄
Si has visto buscando nemo mira yo sería Martín buscándote así me toque pasar los mares más peligrosos,🌊 lo hago, pero yo no estoy dispuesta a perderte.
Creo firmemente que hay un momento en nuestras vidas en el que encontramos a nuestra alma gemela✨. Y no estoy hablando de ningún hombre, que quede claro. Estoy hablando de esa persona que conociste y que no te cayó NADA bien, pero que terminó metiéndose en tu vida y convirtiéndose en tu inseparable. Una persona que ha estado contigo acompañándote en cualquier momento que la has necesitado, esa persona a la cual puedes llamar a cualquier hora y que sabes que estará ahí. TU MI PERSONA. 🍦Así que esto es para ti, mejor amiga: En primer lugar tengo que darte las gracias por ser de la manera que eres. Porque me dejas ser yo misma cuando estoy contigo. Gracias por ser transparente y sincera. 💧Por compartir conmigo no sólo mis momentos felices, sino también los más desastrosos, vergonzosos y tristes
Yo siempre voy a estar ahí para ti. Nunca debes dudar en recurrir a mí para apoyarte cada que lo necesites, porque nada me dará más gusto, ni me hará sentir mejor, que saber que tengo tu confianza. Porque tú desde luego has sabido ganarte la mía. Nunca voy a darte la espalda, porque eres como de mi familia... corrección eres mi familia... mi hermanita 👯♀️
No hay nada que no podría intentar para lograr que te encuentres bien🤹🏻♀️
Me enfrentaría con lo que fuera y con quién sea, solo para demostrarte que en todo instante, tienes mi lealtad. Yo no temo decirte que Te Amo, porque eres de las personas más valiosas que tengo hoy y en el pasado. Antes bien me toca agradecerte, porque tú también has hecho tu parte al brindarme recuerdos incondicionales. 🎞Gracias por ser la persona más buena que conozco. En serio, haces del mundo un lugar mejor. O Por lo menos mi mundo 🌎
Antes, jamás había tenido una mejor amiga tan perfecta como tú, no uso el adjetivo “ perfecta” sólo porque sí, de verdad que lo eres. Jamás en amistades anteriores había tenido la total libertad de expresarme como quería, siempre había un miedo incontrolable dentro de mí que hacía que no contará cualquiera cosa a alguien, existía el miedo de que me juzgaran o se rieran de mí. Pero contigo, ¡dios!, puedo ser realmente yo🍂
pero también puedo mostrar mi lado más sensible y vergonzoso y sé que te quedarás a mi lado. 🌚🌝
Tengo más amigos, sí, lo sé, pero créeme que con nadie me siento tan cómoda como me siento contigo.
Por último, me gustaría dejar de un lado nuestro sobrenombre de “mejores amigas” y hablarte como una persona cualquiera; sé que quién haya conocido al menos un poco de ti sabe que eres una persona genial. Sí alguien te ha tenido envidia, coraje, odio, o cualquier otra cosa negativa es porque son unos envidiosos de caca 💩.Eres genial, tienes tantas cosas buenas… Bueno, también malas, pero más buenas que malas, jajajajajaja Espero que la vida te de lo que mereces, que en serio es mucho.
Te amo mejor amiga y nada ni nadie puede decir lo contrario
Yo desde aquí estaré feliz por ti
Feliz cumpleaños mejor amiga te amo con lo que soy y con lo que no soy, con mis 21 órganos, ♾•♾= ♾ no tiene fin
#citas#amistad verdadera#mejores amigas#siempre#te extraño#extrañar#escritos#mejor amiga#distancia#fotografia#feliz cumpleaños#feliz cumpleaños mejor amiga#te amo#nunca
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Desesperación
La desesperación clama por algo, y cuando ese algo (no importa lo insignificante), es recibido, entonces se cree allí mismo; porque la fe es receptiva cuando la está estimulando la desesperación. ¿Ven? El amor allí se mezcla con eso y lo trae a realidad. La desesperación lo hace.
Desesperaciones (63-0901e)
Aunque parezca imposible, el Señor está pendiente de nosotros. Si tenemos una necesidad, entonces todo lo que tenemos que hacer es pedir en Su Nombre. Entonces, como Él dijo: “Yo lo haré”.
https://branham.org/es/articles/12122019_Desperation
Algunas veces se requiere de desesperación para que Dios intervenga en la situación. Hace unos años, en medio de la temporada lluviosa, el techo de mi casa se encontraba en mal estado, estaba lleno de goteras.
Tenía que usar recipientes, baldes y cacerolas para recoger el agua. Mis hijos se quejaban de mojarse mientras dormían. Tenía todos los materiales para cambiar el techo, pero la temporada de lluvias no me lo permitía.
Llovía todos los días. No sabía qué hacer. Algo me sobrevino en medio de mi desesperación y frustración, así que salí a la parte trasera de mi casa, levante las manos y dije: “Señor, no permitas que llueva hasta que terminé mi techo”.
Como soy fabricante de acero, procedí a quitar el techo y no me fijé en el cielo. Al cabo de dos semanas, terminé la estructura. El segundo domingo, testifiqué en la iglesia de lo que estaba ocurriendo. Sin embargo, noté que un hermano se rio de mí.
A la semana siguiente, el lunes por la mañana, vi unas nubes negras acercándose a mi casa. Dije: “No, no, no va a llover”.
Les di la espalda y continué soldando las piezas de acero, cuando volví a mirar no había nubes. Se dispersaron y ni siquiera cayó una gota de agua. Durante todo este tiempo mi familia se quedó con mi suegra, donde llovió, pero no en mi casa.
Le pedí a un hermano que me ayudara a instalar las tejas del techo. Cuando terminamos de colocar la última teja, empezó a llover.
Dios es tan maravilloso, tan asombroso, tan fiel. Le agradezco por ser un pronto auxilio en las tribulaciones. Sin olvidar que mi vecino estuvo pendiente todo el tiempo, comentó: “Algo raro pasó en medio de toda esta lluvia; no llovió en tu casa”. Contesté: “No tuve nada que ver con eso, estaba desesperado y Dios suplió mi necesidad”.
El Hermano John
Trinidad
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Una lágrima rodó por su mejilla y el silencio de la noche se desvaneció con un susurro ansioso.
—No te vayas —dije con la garganta apretada y el corazón sangrante—. Por favor, no lo hagas.
Ella negó con la cabeza y ni siquiera me dio una sonrisa cansada. Sus ojos sin vida y sus labios agrietados me partieron el alma; también lo hicieron sus palabras:
—Es tarde; lo siento.
—Puedo cambiar —insistí.
—Sé que puedes —intentó sonreír—; el problema es que no lo haces. Durante doce años dijiste que lo harías y no lo harás porque no te importa —se encogió de hombros—. Lo siento. Ya es tarde.
—¿Qué haré si te vas? No puedo vivir sin ti. Por favor, amor.
—Y yo, si quiero vivir, debo estar sin ti —respondió entre murmullos
Esa fue la última vez que la vi.
La última vez que mi corazón latió.
La última vez que amé.
Y la vez que aprendí que hasta el amor más puro tiene un límite. Yo, con mi ira desmedida y los celos infundados, había destruidos eso.
Ara ❤️
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De no creer!!!: James LaBrie rechazó una audición para Iron Maiden
El artista de Dream Theater confirmó que recibió una oferta para suplir a Bruce Dickinson tras su salida de Iron Maiden a principios de los ’90.
James LaBrie confirma que rechazó una oferta de audición para suplir a Bruce Dickinson tras su salida de Iron Maiden en 1993. En una entrevista con The Metal Voice, el vocalista afirmó la verdad:
“sí, claro que hubo una conversación. El mánager por aquel entonces de Iron Maiden, Rod Smallwood, estaba jugando a los dardos conmigo, me llevó a un lado y me dijo ‘¿qué opinarías sobre…?’. Debes recordar, era una situación bizarra. Dream Theater ya habíamos grabado ‘Images And Words’, estábamos buscando management, estábamos listos para intentarlo y salir de gira ahí fuera”.
Una oferta inesperada
Cuando LaBrie se esperaba que iban a conseguir nuevo management, Smallwood suelta la inesperada pregunta:
“lo recuerdo diciéndomelo, me lleva a parte, y el resto de tíos de Dream Theater estaban ahí también, jugando a los dardos, porque estábamos buscándolo como management. Y dice ‘quiero soltarte algo’. Tenía a su asistente ahí con él, eran Merck por aquel entonces. Y estaban ahí quietos. Me dijeron qué me parecería ser el cantante de Iron Maiden. Dije ‘¿qué? ¿De qué me hablas? Estoy confuso. ¿No estás aquí para llevar el management de Dream Theater? ¿O estás para llevarme a ser…?’. Yo ya había grabado el álbum de Dream Theater. ¿Puedes imaginarte lo bizarro que fue?”.
youtube
Tuvo clara su respuesta debido a la situación actual de su banda:
“dije que no, de ninguna manera. ‘¿Sabes por qué? Te voy a decir las razones por las que haré eso’. Me preguntaron cuáles eran y dije ‘una, Dream Theater’. Y eso es todo, punto. Pero tengo que ir mucho más atrás con esto, a cuando tenía 22 años y firmé por una banda llamada Coney Hatch durante un año. Fui en lugar de otro cantante llamado Carl Dixon, me sentí como una máquina de discos glorificada. Fui a la banda y pude cantar todo sin problema, pero nunca iba a ser yo. Esto sí lo hice yo. No considero que me estén buscando por quien soy, y nunca lo harán”.
Iron Maiden y Dream Theater
A pesar de su rotunda respuesta de negativa, afirma que siente un respeto por Bruce Dickinson, y que se vieron varias veces en el escenario.
Afirma que ese respeto es mutuo. No se veía capaz de cantar cada noche canciones de Iron Maiden, a pesar de que los considera una gran banda y a Bruce un gran vocalista.
Pero LaBrie tiene claro que quiere salir a cantar su música. A pesar de no estar en el primer álbum de Dream Theater, ‘When Dream And Day Unite’, sí colaboró en trabajos posteriores.
Respecto a la oferta de audición para Iron Maiden, tras su negativa el cuento murió en seguida, como él mismo afirma.
Finalmente, el trabajo de cubrir a Dickinson fue para Blaze Bayley, de Wolfsbane, un barítono muy diferente a Bruce, tenor de rango alto. Grabó con la banda dos discos, ‘The X Factor’ (1995) y ‘Virtual XI’ (1998), tras los cuales Dickinson volvió a la banda. Los resultados en las ventas de esos dos trabajos fueron notablemente inferiores a otros anteriores.
En lo que respecta a la unión de Dream Theater e Iron Maiden, los primeros se animaron a interpretar en directo en su totalidad el álbum ‘The Number Of The Beast’ en 2002, en un show en London Astoria. Interpretaron el disco de forma casi exacta al original, a excepción de “Gangland”, que fue adaptada a un estilo más similar al jazz. Este fue un homenaje que Dream Theater ofreció a Maiden desde su mutuo respeto, con grandes momentos del guitarrista John Petrucci y del teclista Jordan Rudess.
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GLORIA RUBIO... ( Lady Guinness ) La mujer más elegante del mundo. Esta es la insólita vida de la olvidada 'socialité' mexicana Gloria Rubio: aristócrata alemana, princesa egipcia, amante de embajadores, supuesta espía nazi, esposa de un integrante de la célebre familia cervecera y amiga de Truman Capote. Una de las socialités más importantes del mundo en los años cuarenta y cincuenta del siglo XX fue mexicana. Su nombre: Gloria Rubio Alatorre, mejor conocida por su nombre de casada: Gloria Guinness. No se sabe a ciencia cierta si nació en Guadalajara o en el puerto de Veracruz, pues no se ha localizado documento que lo compruebe, solo se sabe que en agosto pasado habría cumplido 102 años de vida. Gloria Guinness es más reconocida fuera de México por su vida social que aquí, donde sólo un puñado de personas han tratado de reconstruir sus pasos. Al decir del periodista de sociales Pedro Luis de Aguinaga, Gloria Guinness era tapatía, en cambio para el también periodista y tío de la actriz Ana de la Reguera, Mario de la Reguera, era jarocha. Hija de un periodista pro maderista asesinado en la Revolución, cuando ella tenía cuatro años, y de una costurera veracruzana, Gloria nació el 27 agosto de 1912 y alguna vez declaró a la revistaHarper’s Bazaar (de la que fue editora entre 1963 y 1971) que de su madre había heredado el gusto por la moda y el porte. Al respecto, cuenta De la Reguera una anécdota que refuerza su teoría sobre sus orígenes jarochos “por la manera tan desenfadada como se comportaba”: un día, Loel Guinness le pidió que se apurara a vestir porque, de lo contrario, llegarían tarde a una cena que tenían, ella le contestó que no tenía qué ponerse, a lo que él le recriminó que tenía el clóset lleno de ropa. Al llegar a la casa de sus anfitriones y quitarse el abrigo de mink que la cubría, ¡oh sorpresa!, vio que estaba desnuda y, atónito, volvió a colocarle la prenda, no sin antes escuchar que le objetaba: “¡Te dije que no tenía qué ponerme!”. Alta, refinada y elegante, Gloria Guinness fue “la mexicana más extraordinaria que he conocido”, recuerda Elena Garro en su libro Memorias de España 1937 (Siglo XXI, 1992), y quien la conoció durante su exilio en París después de la polémica en que se vio envuelta Garro por el movimiento estudiantil del 68. Guinness se casó cuatro veces: su primer esposo, recuerda Garro, fue un alemán de apellido Scholtens residente en México de quien, agrega De la Reguera, a las primeras de cambio se divorció. Contrajo segundas nupcias el cuatro de octubre de 1935, en Kensington, Londres, con el conde de Fürstenberg-Herdringen, que en el nombre llevaba los de sus antepasados: Franz-Egon Maria Meinhard Engelbert Pius Aloysius Kaspar Ferdinand Dietrich (1896-1975); con él tuvo dos hijos: Dolores Maria Agatha Wilhelmine Luise, quien nació un año después, y Franz-Egon Engelbert Raphael Christophorus Hubertus, nacido en 1939, quienes por su padre recibieron el título de barón y baronesa. Garro recuerda: “Cuando empezó el desastre germano (la Segunda Guerra Mundial) huyó a Portugal para salvar a sus hijos. Solo llevaba sus alhajas. De allí pasó a Madrid, en donde Fakrí, el primo hermano del rey Faruk e hijo del embajador de Egipto en Madrid, se enamoró de ella. Gloria se vino a París”. Elena Garro recuerda que en su departamento de París “iban a visitarla las hermanas del rey Faruk: la princesa Faiza, esposa del sha de Persia, que estaba en París tramitando su divorcio, y la princesa Fawzia, casada con un diplomático egipcio, rubio y buena persona. Las dos eran bellísimas, de piel muy blanca, cabello negro y rostros perfectos. A principios de los años setenta, leí en los periódicos que a Fawzia la había matado su marido y luego él se había pegado un tiro en la cabeza. Vivían en Los Ángeles, acosados por la miseria. Ya estaban viejos y ambos trabajaban de sirvientes, a pesar de que Gloria Rubio, fiel a su amistad, les enviaba dinero. “Las dos hermanas deseaban que Gloria se casara con su primo Fakrí. Era la mejor manera de solucionar su vida. Pero Gloria, que había guardado siempre su nacionalidad mexicana, estaba en un grave dilema: su pasaporte había caducado y el consulado se negaba a renovárselo. Eso significaba para ella la deportación a Alemania, en donde su marido estaba preso, y el abandono de sus niños que se hallaban en un colegio de Suiza. ‘Nuestra Gloria Nacional’, la llamaban en el consulado. Ella estaba aterrada, pero llegó Anselmo Mena, el encantador Anselmo, del grupo Contemporáneos, que era nuestro cónsul en Londres, le extendió su pasaporte mexicano”, rememora Garro en su libro. El nieto del rey Fuad I de Egipto y, por tanto, sobrino de la princesa Fawzia de Egipto (la primera esposa de Mohammed Reza Pahlavi, Sha de Irán) y el rey Faruk I de Egipto, el príncipe Ahmad Abu-El-Fotouh Fakhry Bey (1921-1998) fue su tercer esposo; con él se casó en 1942. “Gloria iba bien como princesa egipcia, pues sus rasgos sólo la hacían comparable a Nefertiti”, agrega Garro. Para sus críticos Gloria Guinness era una descarada cazafortunas. Mientras estuvo casada con el príncipe Fakhry, fue amante del embajador del Reino Unido en Francia, Duff Cooper, por esa razón, dice Garro, “Lady Diana Cooper, la mujer más guapa de Inglaterra, detestaba a Gloria Rubio”. Después de que Gloria Guinness huyó de Alemania al inicio de la Segunda Guerra, se instaló una breve temporada “en el Madrid neutral”, como ya lo ha mencionado Garro. Allí conoció a Aline Griffith,aristócrata española nacida en Estados Unidos que más tarde se convertiría en condesa de Romanones. Con el seudónimo de Butch, Griffith fue espía de la OSS, la agencia estadunidense antecedente de la CIA, y a partir de los años ochenta ha escrito algunos libros sobre sus misiones secretas: El espía viste de rojo (1987), El espía fue al baile (1991) y El espía viste de seda (1992). En ellos, Griffith ha revelado que cuando estaba adscrita en Madrid durante los últimos años de la guerra supo que “la glamorosa Condesa von Fürstenberg” también era espía pero de las fuerzas del Eje y que tenía una estrecha amistad con importantes nazis como Hermann Göering y el mismo Adolfo Hitler. La verdad es que Madrid no era del todo neutral, pues el general Franco era adepto a las ideas del Führer, y si el esposo de Gloria estaba encarcelado era por oponerse al Tercer Reich. Además, el historiador Rupert Allason ha acusado a la condesa Griffith de inflar las historias que cuenta en sus libros con tal de que éstos se vendan más. La CIA, por su parte, ha evitado desmentir o si quiera comentar algo sobre el caso de la condesa Griffith. Por todo eso, los años de la guerra fueron difíciles para Gloria Guinness. En París, escribe Garro, Gloria “vivía en un palacio enorme, sin criados y sin dinero, vendiendo sus joyas poco a poco. Por las tardes iba a visitarla. Entraba al enorme vestíbulo de losetas de mármol blancas y negras cuya soledad y silencio me impresionaban. De pronto la voz de Gloria me llamaba: ‘Arriba, rubita’. En su lujosa habitación, tendida en la cama, me recibía. Gloria aparecía en las portadas de Vogue como la mujer más elegante del mundo. Manuel González y González, su protector y ministro plenipotenciario de México, se había ido de París y ella se encontraba desamparada. Yo me sentaba en una sillita baja, cerca de la ventana, y desde allí admiraba su belleza, fina e indescifrable como una estatuilla egipcia. Después, llegaba la embajada inglesa a rendirle tributo, con el embajador Duff Cooper a la cabeza. Yo escuchaba la conversación de Gloria en un inglés perfecto, a veces cambiaba al alemán y a veces al francés. No sólo era inteligente al hablar sino en sus movimientos y modales. Pero me sobrecogía su angustia, aunque ella no dijese nada, excepto cuando estábamos solas y entonces inventaba venganzas infantiles contra aquellos que le estaban haciendo daño: ‘¡Tú lo verás, rubita!... ¡Me compraré una casa preciosa, haré fiestas magníficas y no los invitaré nunca! ¡Nunca!’”. Entonces volvió la bonanza. Su cuarto y último esposo fue Loel Guinness (1906-1988). Se casaron el siete de abril de 1951 en Antibes, cerca de Cannes, después que él enviudó de su segunda esposa. Era miembro del Parlamento inglés y pertenecía a una familia de nobles irlandeses en la que hubo políticos, ministros religiosos y banqueros, y aunque la rama de su familia era propietaria de la famosa cerveza que lleva su apellido, él se dedicaba a los bienes raíces. Muy seguramente por esa razón, los Guinness tenían seis casas en diferentes países. Según enumera De la Reguera, las casas eran: un departamento en las Torres Waldorf, entonces las más caras de Manhattan; una casa de campo del siglo XVIII llamada Villa Zanroc en Epalinges cerca de Lausanne (con una bolera en el sótano); un yate de 350 toneladas con el que surcaban el Mediterráneo en el verano; una casa de siete pisos en la Avenida Matignon, en París, decorada por Georges Geffroy; un criadero de caballos en Normandía: Haras de Piencourt, cercano al que tenía el barón Guy de Rothschild; una mansión de Palm Beach, en Lake Worth, Florida, con el lago a un lado y la playa del otro. También tenían casa en Acapulco, cuando el puerto era la meca del jet-set internacional. Gloria misma había decorado esa casa, incluso algunos de los muebles los diseñó y se enorgullecía de que todo fuera mexicano “excepto mi esposo, que es inglés”, decía con peculiar sentido del humor. Uno de los habituales en la casa de Palm Beach era el célebre escritor Truman Capote, quien con su característica lengua viperina recuerda: “Lo que no entiendo es por qué todo el mundo decía que los Kennedy eran tan sexys. Sé mucho de pitos (he visto un montón) y si hubiesen empalmado todos los de los Kennedy habría salido una buena. Solía ver a John cuando estaba con Loel y Gloria Guinness en Palm Beach. Yo ocupaba una pequeña casita para invitados con su playa particular, y a veces él venía para poder nadar desnudo. ¡No tenía nada de nada! Y Bobby lo mismo; no sé cómo tuvo todos esos hijos. En cuanto a Teddy..., olvidémoslo” (citado en Capote, de Gerard Clarke. Ediciones B, 2006). Capote consideraba a Guinness una de sus cisnes, por su cabello negro como la seda, sus cejas bien dibujadas y su largo y esbelto cuello que, como bien lo dijo Garro, esos rasgos solo la hacían comparable con la reina Nefertiti. Capote y Guinnes eran tan amigos que fue una de las invitadas a la exclusiva fiesta “Black and White” que él organizó el 28 de noviembre de 1966 en el hotel Plaza de la Quinta Avenida, frente a Central Park, en Manhattan. Gloria Guinnes fue vestida por los diseñadores más importantes: Dior, Chanel, Saint-Laurent, Valentino y Givenchy, pero sus predilectos siempre fueron los españoles Antonio del Castillo y Cristóbal Balenciaga, que combinaba con exclusivas joyas de Cartier. Con un vestido de Balenciaga apareció en el número de diciembre de 1945 de Vogue, retratada por el famoso fotógrafo Cecil Beaton. Algunos de esos vestidos los donó después al Costume Institute del Museo Metro politano de Nueva York. Gloria Guinness tenía terror a subir de peso, así que sus últimos años prácticamente no comía. Murió de inanición en su casa de Suiza a los 68 años, el nueve de noviembre de 1980. “Antes de que Gloria se convirtiera en Lady Guinness, la gente más importante de la época le rendía amistad, como por ejemplo Winston Churchill. (Octavio) Paz, como buen poeta, estaba deslumbrado con ella y fueron grandes amigos durante muchos años”, apunta Elena Garro. Eleanor Lambert, árbitro de la moda y creadora de la lista de las mejor vestidas, la incluyó en su famosa lista varias veces entre 1959 y 1963 y la calificó como “la mujer más elegante del mundo”. En 1964, junto con la duquesa de Windsor y Jacqueline Kennedy Onassis, señala De la Reguera, Gloria Guinness fue de las tres primeras figuras sociales en ingresar al Hall de la Fama, por ser consideradas las mujeres más elegantes de todos los tiempos.
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No sé cuánto tiempo escriba acerca de ti y sinceramente no me importa demasiado porque 3 años no desaparecen. Tampoco sé si leas esto, espero que no porque para mí la última vez que hablamos fue perfecta, sin embargo creo que te debo una explicación y puede que esta sea. ¿Nunca te ha pasado que tienes "revelaciones"?, vas tranquilo por la calle o te encuentras en tu cuarto haciendo algo normal y sorpresivamente la solución a un problema se instala en tu mente, resulta extraño ya que tú no estabas pensando activamente en esa situación. Psicológicamente la explicación es que tenemos cosas en nuestro inconsciente que no hemos procesado y "toman sentido" cuando las llevamos a la parte consiente; a mí me pasa todo el tiempo y he aprendido a tomarlas como señales. Un día antes en la noche peleamos por algo sumamente tonto, debo decir que me dolió porque esperaba cruzar palabra contigo ya que mi día había sido difícil y que hayas tomado esa actitud a mis ojos no tuvo sentido alguno. Ahí fue cuando lo pensé, me dije, "no tienes necesidad de estar llorando, tal vez es mejor que lo hagas". Al día siguiente que hicimos video llamada yo estaba decidida pero me rompí y traté de esquivar lo que en realidad quería decir, estabas un poco reacio pero aclaramos lo de la noche pasada y yo quería creer que era suficiente para continuar. En el instante que te pedí otra llamada ya lo había pensado todo con cabeza fría y sabía que era lo correcto. Lamentablemente lo hiciste muy difícil porque fuiste muy dulce, lo contrario a horas atrás, me costó y dolió decirlo pero lo hice y ambos lo aceptamos. Cuando nos vimos para darnos todo lo que creímos que era pertinente me remontaste a nuestras primeras salidas y cómo nos desarrollamos afuera de mi casa; eras un sueño, eres guapísimo, lo reflejaste y mi corazón se volvió a partir. En general ese momento fue perfecto y lo voy a llevar como la despedida ideal aunque me haya hecho más difícil dejarte ir. Te regresé una sudadera pero si te hubiera dado todo lo que es tuyo estaría abrazándote. "No me siento a gusto", "ya no hablábamos y fue lo que me pesó más", "hice muchas cosas que no debí hacer" fueron las únicas explicaciones que te di y a decir verdad no encapsulan todo lo que descubrí estos días, por eso escribo y lees esto, porque mereces conocer todo y no la pequeña parte que tenía resuelta y cómo la expresé. No te quito responsabilidad ya que, como te lo dije, a veces no enfocas tu carácter en las situaciones adecuadas y terminas lastimando, pero la mayor parte fue mi culpa. Siempre escuché que en las relaciones hay que ceder por el otro, por lo que con tal de tener 5 minutos más me obligué a encajar en tu ambiente, ciegamente pensaba que era lo mejor y que si me abría y te contaba todo acerca de mí me ibas a rechazar. Por mucho tiempo sentía que tú me orillabas a eso, pero más que nada que debía de hacerlo, ahora entiendo que tú nunca me pediste nada y lo que hice fue a voluntad propia. En la última conversación dijiste "sabes que nunca cambié", no lo procesé ahí pero tienes toda la razón, siempre te mantuviste fiel a lo que eres, por nadie moviste tu pensamiento y mejoraste lo que para ti era importante, siempre fuiste el mismo del que me enamoré 5 años atrás. Yo me obligué a cambiar porque creía que era lo correcto, todo mi cuerpo decía que eras tú y no quería defraudarte; miro atrás y los momentos en los que fui más auténtica son los más llenos de risas y amor. Con todo esto no quiero decir que te mentí y cambié lo que soy, sino que fui escondiendo partes que creía que no amarías y nunca las podríamos compartir sabiendo que tú le dabas oportunidad a cientos de cosas. Fui quitando y rellenando partes de mí "para darte gusto" y muchas veces lloraba y berreaba porque nunca harías lo mismo por mí, agradezco infinitamente que no lo hayas hecho porque habría cambiado deliberadamente a la persona que más amo. Miro atrás y comprendo que en el intento de darte todo perdí mis partes más llamativas, en realidad nunca me pediste nada porque estabas feliz con todo lo que hacíamos y éramos. Yo me equivoqué, mi error fue intuir lo que querías y no darme cuenta de que no me pedías nada porque no lo necesitabas. Yo me equivoqué, me rompí y te puse una carga emocional enorme al querer que hicieras lo que yo. Yo me equivoqué, fui autodestructiva e inconscientemente quise romperte. Quiero que sepas que lamento no haberme dado cuenta antes, no haberlo hablado contigo y haberte puesto expectativas innecesarias. Me voy sabiendo que me hice daño al complacer estándares inexistentes pero con la certeza de que no cambié lo que eras, en todo caso te ayudé a mejorar y me hace sentir un poco mejor. Me alejo porque necesito sanar todo lo que me hice y no quiero causar más infelicidad con mis acciones, mereces una persona tan extraordinaria como tú, sé que yo lo soy pero erré, te lastimé y prefiero que nos amemos a odiarnos. Necesito arreglarme y hacer ese largo proceso por mi parte, me encantaría que estuvieras conmigo y vieras todo el progreso que haré pero habrán días muy malos y no puedo herirte más. Necesito que sepas que te amo con todo mi ser y no dejaré de hacerlo porque me regalaste memorias preciosas que no pensé que viviría, me hiciste sentir tan viva, querida y amada. Todos los días me decías que soy hermosa pero más que decirlo lo probabas, cuando me mirabas sentía tus palabras y nunca dudé. Mentiría al decir que estoy feliz con la decisión que tomé, la realidad es que estoy devastada, los días son pesados y las noches insoportables, sin embargo, estoy en paz porque sé que fue lo correcto. Una vez leí una definición de paz que me agradó bastante y en resumidas cuentas decía que la paz no es estar en una situación donde todo esté bien sino encontrar tranquilidad aunque el entorno sea caótico; siento bastantes emociones y muchas veces me encuentro perdida pero sé que hice bien y eso me trae tranquilidad. Los dos vamos a estar bien, no tengo dudas. Ayer fue tu cumpleaños y a pesar de que no te felicité pensé todo el día en ti, miré al cielo y te deseé una buena celebración. Probablemente suene tonto pero mi película favorita (Querido John) me enseñó que siempre veremos la misma luna. Tal vez algún día sientas todo lo que le digo de ti. También sería una mentira negar que quisiera volverte a encontrar para hacer las cosas mucho mejor, lamentablemente aferrarse a ese sentimiento lastimaría y (si tú también lo sientes) no nos dejaría avanzar, pero en el fondo siempre voy a desear que seas tú. Contigo aprendí que el destino junta y si estamos hechos el uno para el otro nos encontraremos de nuevo cuando ambos estemos más preparados, puede que pase o no, por lo que te pido que no limites y si llegas a amar a alguien más yo estaré feliz de saber que te encuentras bien y alguien te hizo sentir especial. Todo lo bueno que llegue a tu vida te lo mereces, no creas todo lo que la gente dice de ti, acepta las críticas constructivas pero no cambies a menos que sea para ti, mejora todas las bellas cualidades que tienes, de verdad eres una persona fantástica y nunca te conformes con menos. Quiero reiterar que te amo, el sentimiento no se va a ir y menos las ganas de estar contigo, sin embargo, me quedo con el último beso y abrazo, tienes un espacio realmente especial en mi vida. Sé que cuando nos veamos de nuevo vamos a ser mejores, sé que vas a crecer bastante y serás el hombre más espléndido del mundo. No te espero pero sí te deseo, como me lo dijiste "esto va a pasar", si se vuelve a dar voy a estar agradecida, si no es así igualmente porque nos quisimos y (parafraseando y adaptando a Neruda) te tuve entre mis brazos y te besé tantas veces bajo el cielo infinito. No te aferres a mí, yo tampoco lo haré contigo, llora lo que tengas que llorar y enójate si es necesario pero de todo se aprende y vamos a sacar muchas cosas buenas de aquí. Si alguna vez me buscas estaré en canciones, cartas y recuerdos. Yo estoy contigo y tú conmigo. Me reúso a despedirme pero si tengo que hacerlo no puedo pedirte nada más que seas feliz. Te amo pero no te retengo. Cuídate mucho y no te conformes con menos de lo que eres. Gracias por tanto y perdón por tan poco. Yo estaré si algún día lo necesitas. Te amo demasiado…
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Aún no caigo en que seas mi mejor amiga, o sea, solo mírate. Eres preciosa. Nunca pensé en que llegáramos a ser tan tan unidad y te lo he dicho. Puedo asegurarte que eres un ser humano con un brillo ingualable. Aún recuerdo la primera vez que te vi y dije: mmmmm interezanthe. Me parecías súper bonita y soft (a mi no me dabas miedo JAJAJA). Desde ese momento supe que te quería en mi vida de si o si pero dije: mmmmm, como le haré para que me hable. Recuerdo que estaba con la idea de abrir el squad y tomé esa oportunidad porque OBVIO tenías que ser mi amiga. Me aferré mucho a la idea y luché por tu amor, aveda. De ahí todo se dio bien natural pero la neta si me daba miedo que me dejaras por los chismes pero eres un SOL OK. Jamás hiciste nada que pudiese herir y de ahí supe que te quería para ser mi mejor amiga, mi media nalguita, mi niña, mi novia y mi esposa, ava.
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José Manuel Corral;“El fichaje de Rivaldo tuvo una connotación especial para mí”
Jose Manuel Corral ha pasado por todas las categorías del Depor. Como preparador de los Juveniles (ascendiendo a la categoría de Honor) luego al Fabril, subiendo a casi todos los jugadores del Juvenil y ascendiendo a 2ª B con un equipo muy novicio. Después de dos abriles en el Fabril y con la aparición de J.B.Toshack pasó a ser 2º preparador, e hizo que algunos jugadores del filial subieran al primer equipo. Tras la marcha de Toshack, llegó Carlos Alberto Silva y cuando fue cesado, se hizo cargo del equipo, en ese momento en descenso, sin ocurrir intervenido ese año en la confección de la plantilla. Tampoco se tuvo en cuenta que había un Mundial. Muchos jugadores se iban a esparcirse con sus respectivas selecciones y el equipo se veía mermado (a veces se decía lo de ‘Fran y diez más’) teniendo que echar mano de cinco o seis jugadores del Fabril. Incluso en un partido en Valladolid, jugaron siete canteranos de los nueve que llevó concentrados. A pesar de todos estos inconvenientes el equipo se menos, quedando en una posición media de la tabla cerca de la UEFA. El año venidero llegaba otro preparador, Irureta, y Corral continuó sin ninguna delegación concreta. Al venidero se fue con Toshack Madrid y luego por la Real Sociedad. De su marcha prefiere “no hablar más”.
¿Cómo vives estos días? Pues en casa confinado, lo que más me preocupa son las personas, que podamos acaecer este mal sueño lo mas pronto posible y con el beocio daño. Veo mucho fútbol a pesar de que no hay ligas, partidos antiguos, que siempre hay cuestiones para analizar. El fútbol me apasiona y me ayuda a acaecer las horas.
Claro que te tienes que callar muchas cosas, ¿y quién no?
Mucho ha cambiado el Depor desde tu época… Mucho, desde que entré en el Depor mi función ha sido de preparador y podríamos afirmar que secretario técnico, ya que el club carecía de esa figura. Esto me propició algunos enfados con el preparador John B.Toshack, ya que él me quería constantemente a su costado. Como suceso diré que en algún partido, estando en el banquillo, a pocos minutos del final, me iba corriendo para tomar un avión para ver a algún componente o equipo… estrambótico ¿verdad?. En aquel momento lo pasaba mal ya que estas y otras situaciones similares provocaban malestar con el primer preparador, que no entendía que su segundo tuviera que realizar estas funciones. Era una situación muy comprometida para mí que me encontraba entre el presidente y Toshack. incluso me he quedado sin ocio casi todos los abriles en este club por planificar y ver jugadores… De todos modos me siento muy satisfecho de todos los fichajes en los que participé de forma muy decisiva, estando en el club : Bebeto, Rivaldo, Flavio Martins, Naybet, y ya fuera del club todavía se me preguntó por tres delanteros. El conocido bueno lo di para Tristán. En esa misma reunión se me preguntó por si se traspasaba a Flavio al Madrid o se esperaba a revalorizarlo más. Yo fui muy sólido “traspásalo” y así se hizo. Todo esto y otros traspasos propiciaron al club mucho billete.
¿Cuál fue el fichaje que más te satisfizo? Todos, porque han hexaedro al club mucho rendimiento, tanto en lo deportivo como en lo financiero, pero el de Rivaldo tiene una connotación especial que voy a intentar resumir. Unos días ayer de finalizar la venda se me envía a Brasil para ver a un componente, Amaral. Yo estaba en Sao Paulo pero me desplazaba a cualquier ciudad donde se celebrasen partidos y así los veía en directo. Los que no podía través de videos. Un día veo a un componente suspensión, desgarbado, con un pequeño pelusilla que lumbre poderosamente mi atención. Eso que los partidos que realizó no fueron especialmente brillantes, pero le vi unas condiciones excelentes: técnica, física, potencia, rematador, buen pasador, habilidoso, buen disparo… En definitiva, muy completo. Aunque había jugadores con más nombre me decanté sin ninguna duda por el. Hablé con el ‘presi’ (Lendoiro) y se desplazó con un directivo. Tenían muchas dudas porque habían conocido esparcirse a Rivaldo en un partido. Al ascender a A Coruña, seguí presionando al ‘presi’ para que lo fichara y me dijo “no lo ha querido el Barça ni el Parma”. “¿Tienen que ser mejores los técnicos del Barça y Parma que los del Depor?”, le dije al ‘presi’. “No me interesa que digan los técnicos del Barça y del Parmaa, estoy completamente seguro de que es el jugador que nos interesa”. Me hizo caso y a la semana estaba fichado. Después se demostró quién tenía razón, pagando el Barça por Rivaldo ocho meses luego 4.000 millones de pesetas y creo que costó 1.000 millones. También diré que en los casi dos meses que Rivaldo tardó en adaptarse al club tuve que escuchar de todo. Se me criticó muchísimo. Incluso Toshack tuvo muchas dudas. Después me reconoció que tuve razón.
¿Cambiarías muchas cosas en el Depor presente? Si, creo que hay muchas cosas que cambiar. Estuve de componente en el Barça de los 16 a los 23 abriles. Tuve grandes entrenadores. Buckingham, Michels. El primero me hizo entrenar con el primer equipo con 16 abriles. Fue el que todavía hizo comenzar a Cruyff con el Ajax. Esto me marcó como preparador, y mi amistad con Cruyff y Rexach, me permitió ceder a entrenamientos del primer equipo y a todas las categorías, incluso reuniéndome con ellos. Mi criterio futbolístico es que todas las categorías inferiores deben esparcirse con la misma idea de diversión para que cuando lleguen al primer equipo conozcan los automatismos adquiridos Evidentemente el fútbol evoluciona y tenemos que cultivarse constantemente, nuevas metodologías a nivel técnico-táctico-tecnológico, pero la esencia del diversión debe permanecer. Jugar proporcionadamente al fútbol no está reñido con obtener buenos resultados, aunque hay momentos en que hay que priorizar el resultado al buen diversión como ejemplo: la situación que en este momento tiene el Depor ya que los resultados son vitales… Nunca he dejado de estar en el fútbol, ya que me paso seis meses en Barcelona todos los abriles y asisto a entrenamientos de todas las categorías para transformarse.
Me he quedado sin ocio casi todos los abriles en este club por ver jugadores
¿Te callas muchas cosas? Sí, por supuesto, y quien no? (risas) pero en una entrevista no se puede comprimir todo, necesitaría escribir un ejemplar. Algún día lo haré.
¿Crees que la propensión sabe todo lo que has hecho en el Depor? No, porque nunca lo he dicho y siquiera lo han dicho los que tenían que decirlo
¿Por qué cuentas algunas ahora? (Risas) porque me lo estás preguntando y ayer no me lo habían preguntado.
Hace tiempo, en una conversación privada, me hablaste de Rodrigo. Aún estaba en Brasil. Ah, ¿Te acuerdas ? Es verdad. Fíjate que un año ayer de que lo fichara el Madrid te comenté que vi un componente de 17 abriles en dos partidos unos 15 minutos y que era diferente, lo fui siguiendo y al año venidero lo fichó el Madrid por 40 millones.
Menudo ‘olfato’, ¿no? Sí, tengo esa astucia. Es intuitivo, no sabría explicarlo.
from La Crónica Coruña https://lacronicacoruna.com/jose-manuel-corralel-fichaje-de-rivaldo-tuvo-una-connotacion-especial-para-mi-2/
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José Manuel Corral;“El fichaje de Rivaldo tuvo una connotación especial para mí”
Jose Manuel Corral ha pasado por todas las categorías del Depor. Como monitor de los Juveniles (ascendiendo a la categoría de Honor) después al Fabril, subiendo a casi todos los jugadores del Juvenil y ascendiendo a 2ª B con un equipo muy nuevo. Después de dos primaveras en el Fabril y con la presentación de J.B.Toshack pasó a ser 2º monitor, e hizo que algunos jugadores del filial subieran al primer equipo. Tras la marcha de Toshack, llegó Carlos Alberto Silva y cuando fue cesado, se hizo cargo del equipo, en ese momento en descenso, sin sobrevenir intervenido ese año en la confección de la plantilla. Tampoco se tuvo en cuenta que había un Mundial. Muchos jugadores se iban a arriesgar con sus respectivas selecciones y el equipo se veía mermado (a veces se decía lo de ‘Fran y diez más’) teniendo que echar mano de cinco o seis jugadores del Fabril. Incluso en un partido en Valladolid, jugaron siete canteranos de los nueve que llevó concentrados. A pesar de todos estos inconvenientes el equipo se fuera de, quedando en una posición media de la tabla cerca de la UEFA. El año subsiguiente llegaba otro monitor, Irureta, y Corral continuó sin ninguna representación concreta. Al subsiguiente se fue con Toshack Madrid y después por la Real Sociedad. De su marcha prefiere “no hablar más”.
¿Cómo vives estos días? Pues en casa confinado, lo que más me preocupa son las personas, que podamos suceder este mal sueño lo mas pronto posible y con el pequeño daño. Veo mucho fútbol a pesar de que no hay ligas, partidos antiguos, que siempre hay cuestiones para analizar. El fútbol me apasiona y me ayuda a suceder las horas.
Claro que te tienes que callar muchas cosas, ¿y quién no?
Mucho ha cambiado el Depor desde tu época… Mucho, desde que entré en el Depor mi función ha sido de monitor y podríamos asegurar que secretario técnico, ya que el club carecía de esa figura. Esto me propició algunos enfados con el monitor John B.Toshack, ya que él me quería constantemente a su flanco. Como suceso diré que en algún partido, estando en el banquillo, a pocos minutos del final, me iba corriendo para tomar un avión para ver a algún componente o equipo… cotilla ¿verdad?. En aquel momento lo pasaba mal ya que estas y otras situaciones similares provocaban malestar con el primer monitor, que no entendía que su segundo tuviera que realizar estas funciones. Era una situación muy comprometida para mí que me encontraba entre el presidente y Toshack. incluso me he quedado sin recreo casi todos los primaveras en este club por planificar y ver jugadores… De todos modos me siento muy satisfecho de todos los fichajes en los que participé de forma muy decisiva, estando en el club : Bebeto, Rivaldo, Flavio Martins, Naybet, y ya fuera del club asimismo se me preguntó por tres delanteros. El gastado bueno lo di para Tristán. En esa misma reunión se me preguntó por si se traspasaba a Flavio al Madrid o se esperaba a revalorizarlo más. Yo fui muy convincente “traspásalo” y así se hizo. Todo esto y otros traspasos propiciaron al club mucho efectivo.
¿Cuál fue el fichaje que más te satisfizo? Todos, porque han cedido al club mucho rendimiento, tanto en lo deportivo como en lo financiero, pero el de Rivaldo tiene una connotación especial que voy a intentar resumir. Unos días antiguamente de matar la muérdago se me envía a Brasil para ver a un componente, Amaral. Yo estaba en Sao Paulo pero me desplazaba a cualquier ciudad donde se celebrasen partidos y así los veía en directo. Los que no podía través de videos. Un día veo a un componente detención, desgarbado, con un pequeño vello que fuego poderosamente mi atención. Eso que los partidos que realizó no fueron especialmente brillantes, pero le vi unas condiciones excelentes: técnica, física, potencia, rematador, buen pasador, habilidoso, buen disparo… En definitiva, muy completo. Aunque había jugadores con más nombre me decanté sin ninguna duda por el. Hablé con el ‘presi’ (Lendoiro) y se desplazó con un directivo.
Todas las categorías inferiores deben arriesgar con la misma idea de grupo
Tenían muchas dudas porque habían gastado arriesgar a Rivaldo en un partido. Al salir a A Coruña, seguí presionando al ‘presi’ para que lo fichara y me dijo “no lo ha querido el Barça ni el Parma”. “¿Tienen que ser mejores los técnicos del Barça y Parma que los del Depor?”, le dije al ‘presi’. “No me interesa que digan los técnicos del Barça y del Parmaa, estoy completamente seguro de que es el jugador que nos interesa”. Me hizo caso y a la semana estaba fichado. Después se demostró quién tenía razón, pagando el Barça por Rivaldo ocho meses posteriormente 4.000 millones de pesetas y creo que costó 1.000 millones. También diré que en los casi dos meses que Rivaldo tardó en adaptarse al club tuve que escuchar de todo. Se me criticó muchísimo. Incluso Toshack tuvo muchas dudas. Después me reconoció que tuve razón.
¿Cambiarías muchas cosas en el Depor contemporáneo? Si, creo que hay muchas cosas que cambiar. Estuve de componente en el Barça de los 16 a los 23 primaveras. Tuve grandes entrenadores. Buckingham, Michels. El primero me hizo entrenar con el primer equipo con 16 primaveras. Fue el que asimismo hizo iniciarse a Cruyff con el Ajax. Esto me marcó como monitor, y mi amistad con Cruyff y Rexach, me permitió aceptar a entrenamientos del primer equipo y a todas las categorías, incluso reuniéndome con ellos. Mi criterio futbolístico es que todas las categorías inferiores deben arriesgar con la misma idea de grupo para que cuando lleguen al primer equipo conozcan los automatismos adquiridos Evidentemente el fútbol evoluciona y tenemos que ilustrarse constantemente, nuevas metodologías a nivel técnico-táctico-tecnológico, pero la esencia del grupo debe permanecer. Jugar proporcionadamente al fútbol no está reñido con obtener buenos resultados, aunque hay momentos en que hay que priorizar el resultado al buen grupo como ejemplo: la situación que en este momento tiene el Depor ya que los resultados son vitales… Nunca he dejado de estar en el fútbol, ya que me paso seis meses en Barcelona todos los primaveras y asisto a entrenamientos de todas las categorías para progresar.
Me he quedado sin recreo casi todos los primaveras en este club por ver jugadores
¿Te callas muchas cosas? Sí, por supuesto, y quien no? (risas) pero en una entrevista no se puede comprimir todo, necesitaría escribir un compendio. Algún día lo haré.
¿Crees que la querencia sabe todo lo que has hecho en el Depor? No, porque nunca lo he dicho y siquiera lo han dicho los que tenían que decirlo
¿Por qué cuentas algunas ahora? (Risas) porque me lo estás preguntando y antiguamente no me lo habían preguntado.
Hace tiempo, en una conversación privada, me hablaste de Rodrigo. Aún estaba en Brasil. Ah, ¿Te acuerdas ? Es verdad. Fíjate que un año antiguamente de que lo fichara el Madrid te comenté que vi un componente de 17 primaveras en dos partidos unos 15 minutos y que era diferente, lo fui siguiendo y al año subsiguiente lo fichó el Madrid por 40 millones.
Menudo ‘olfato’, ¿no? Sí, tengo esa diplomacia. Es intuitivo, no sabría explicarlo.
UNO POR UNO “Si puedes fichar a Bebeto ahora, hazlo”, le dijo a Lendoiro
¿Qué recuerdas del fichaje de Bebeto? Estaba de monitor de juveniles, me fuego el ‘presi’ por la tenebrosidad, sobre las merienda y media, y me dice que me desplace al club, que quiere musitar conmigo. Yo le dije que me lo dijera por teléfono pero insistió en gusano. Me preguntó por Bebeto, si lo conocía, “por supuesto”, le dije. Además hacía 15 días que lo había gastado arriesgar con la selección de Brasil, ya recuperado de una menoscabo moribundo. Le dije al ‘presi’ las cualidades de Bebeto y me preguntó si lo ficharía. Mi respuesta fue convincente. “Si puedes firmarlo ahora, hazlo, no esperes a mañana”. Y no quiero contar más.
¿De Flavio Conceiçao? Muy pintoresco del ‘presi’. Me fuego a las tantas de la tenebrosidad y me dice que el Madrid quería fichar a Flavio pero nosotros teníamos un pacto verbal con el Palmeiras desde el fichaje de Rivaldo. Nosotros lo queríamos el año subsiguiente. Si lo queríamos nosotros teníamos que satisfacer un millón de dólares más. Le pregunté cuál era el montante de la operación y me dijo 850 millones de pesetas. “Fíchalo”. Hicimos la operación en invierno para que no se lo llevara el Madrid. Después se traspaso al Madrid por 4.000 millones.
¿Martins? También estaba de segundo monitor de Toshack. Me desplacé a Francia para ver al Paris Sant Germain, que nos tocaba en la Recopa, y en el equipo contrario el Auxerre ,jugaba Martins. Me llamó mucho la atención. Al regresar se lo comenté a Toshack y me dijo que se lo recordase más delante. En su equipo jugaba de media punta y nosotros necesitábamos un interior derecha, pero yo sabía que se adaptaría al puesto. Hablé con el ‘presi’ y se fichó
¿Y Naybet? Toshack ya lo había gastado en Francia, yo fui a verlo a Portugal la final de Copa. Su equipo fue un desastre. Se marcaba al hombre y estaba siempre fuera de su posición, pero sus cualidades: rápido, proporcionadamente de inicio, contundencia, sabía cuando tenía que despejar, cortar o recuperar el balón y quedarse con él, salir jugando… No tuve ninguna duda.
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Huracanes
Resulta que no hay ningún huracán con mi nombre. Con ninguno de los dos nombres que tengo, en realidad. Hay huracán Dorian, hay huracán Sergio, huracán Isis, John e Ileana —por mencionar algunos. Son las 12:42 PM del sábado 5 de octubre.
Sin embargo, no necesitas que un huracán tenga tu nombre para ser una fuerza destructiva de la naturaleza, a mayor o menor escala. Son las 12:43 PM del sábado 5 de octubre. Me duele la cabeza y solo quiero dormir. También quiero vomitar. El peso de las acciones lo llevo sobre los hombros, porque yo soy mi propio huracán.
«Seguro debe haber un huracán con tu nombre» me dijo —o algo muy similar. Dejé un recordatorio con mi mejor amigo, para hoy buscar esa información y luego hacérsela llegar. No se la haré llegar, pero aquí está la respuesta: No hay. «Si te acuerdas», fue la respuesta que me dio cuando le dije que lo averiguaría. Tenía una cantidad considerable de alcohol en mi organismo cuando le conté que buscaría si había un huracán con mi nombre. Podría haber sacado mi celular y buscarlo allí mismo, pero no lo hice. Solo bastaban unos segundos para decir: «Bueno, no. No hay». Persigo historias. ¿Qué le voy a hacer?
A los huracanes no se les puede controlar. Solo se puede esperar que disminuyan su intensidad conforme se acercan a la civilización, para que causen el menor número de estragos posible.
Soy una persona introvertida. Durante la preparatoria, no tomaba. Cuando comencé a hacerlo, descubrí que a través del alcohol era mucho más sencillo acercarme a los demás, hacerlos reír y reírme con ellos. Hablar de las cosas que aquí escribo, —son las 11:16 PM del lunes 21 de octubre— pero de frente, sin pensar en cómo lo tomarán. La vida en general debería ser así. He encontrado personas con quien puedo ser así —son las 8:49 AM del jueves 5 de diciembre— y es fascinante, aunque también acaba con mi paciencia.
Son las 8:18 AM del jueves 5 de diciembre y de vez en cuando vuelvo a pensar en huracanes y en todo lo que pueden causar. Los daños materiales se pueden reparar; la voluntad de las personas afectadas tal vez no. El huracán ataca por dos flancos: el físico y el emocional. Puede llegar y llevarse tu casa y con ella tesoros preciados para ti. Hará mella en tu interior —aquí entra en juego el deseo, por supuesto, pero durante toda esta entrada, daremos por hecho que no estamos siguiendo al pie de la letra esas reglas.
En estos dos meses que han pasado desde que intenté escribir este texto por primera vez, no he sido un huracán. No uno a gran escala, claro. Por mi naturaleza, tiendo a ser un poco— exasperante, si queremos usar el eufemismo, y cruel, si no. Cualquiera que haya convivido conmigo el tiempo suficiente puede ayudarme a afirmarlo.
"'Denna is a wild thing,' I explained. 'Like a hind or a summer storm. If a storm blows down your house, or breaks a tree, you don't say the storm was mean. It was cruel. It acted according to its nature and something unfortunately was hurt. The same is true of Denna.'"
«Denna es una criatura salvaje—expliqué—. Como una cierva o una tormenta de verano. Si una tormenta derribara tu casa, o derribara un árbol, no dirías que la tormenta fue mala. Fue cruel. Actuó conforme a su naturaleza y, desgraciadamente, produjo daños. Con Denna pasa lo mismo.»
Conozco personas que son huracanes y personas atrapadas en ellos. La fuerza de la naturaleza actúa sin dar cuartel —metafórica y literalmente hablando—, y entre los peores tipos de huracanes, están aquellos que continúan arrasando a pesar de que saben el daño que causan, uno que también se infligen a sí mismos. Es difícil, como una daga que se apuñala a sí misma, consigo misma, a la vez que atraviesa a alguien más.
Claro que, como nos demuestra El Principito, a las criaturas salvajes se les puede domesticar. Pero incluso hay quienes continuarán siendo un peligro, que volverán a destruir después de un tiempo. «Cría cuervos» es un refrán popular que, si bien lo entiendo, habla sobre la ingratitud. Bueno, trasladémoslo a: Si en la naturaleza del cuervo está comenzar consumiendo los ojos de un cadáver, ¿qué puedes esperar? ¿Transformar lo que es en esencia? No. No esperes tomar Lo Que Lo Conforma y arrancárselo.
Aunque, si son huracanes y actúan conforme a su naturaleza, ¿podemos culparles de ser como son? ¿Culparnos? Algunos podrían afirmar que sí, por el simple hecho de que los humanos no somos un huracán: somos seres capaces —en muchos de los casos— de comprender lo que estamos haciendo; somos seres empáticos, somos— somos la combinación de muchos elementos que no justifican el daño que podemos dejar a nuestro paso. Beber en exceso y hacer una estupidez no es un error excusable, sino una muestra de poco autocontrol; ser volátil y exigente, poco justo y estar consumiendo a los demás en el proceso, tampoco es justificable. Y no deberíamos esperar a que los demás se alejen o nos acepten o nos controlen. ¿Tan poco valor tenemos como para cambiar o como para dejar de destruir o alejarnos? Somos —son las 11:34 PM del sábado 7 de diciembre— responsables de nuestra propia tormenta.
Pero también somos humanos. Y necesitamos del otro. Y podemos darnos cuenta y no saber cómo modificar una actitud dañina. Imagina ser una fuerza destructiva incontrolable, asustada, sola, en medio del mar y la noche sin luna y sin estrellas y todo a tu alrededor es un caos que se desmorona. Tal vez quieres dejar de oscurecer el mundo, de arrasar con la belleza y la energía, pero es imposibles que te detengas. No tienes el cómo cambiarlo y de todos modos, no sabrías hacerlo. Una criatura asustada no actúa racionalmente.
¿Sabías que, al principio, los huracanes solo eran denominados con nombres de mujeres? De 1953 a 1977, esta regla se mantuvo, hasta que en 1978 se comenzaron a usar nombres de hombre y, en 1979, se decidió que se alternarían. La lista es cíclica y se repite cada 6 años, incluyendo un nombre por cada letra del alfabeto —excepto las letras Q, U, X, Y y Z—, pero nombres de huracanes que han causado grandes destrozos, como Katrina, se eliminan permanentemente o durante un periodo de 10 años. El primer huracán con nombre propio fue Santa Ana, que golpeó Puerto Rico en 1825.
Soy un huracán. Conozco huracanes. Y conozco víctimas. Son las 9:49 AM del jueves 5 de diciembre. Y a veces los huracanes disminuyen; otras, evolucionan a algo peor. Por suerte, siempre habrá locos. Cazadores de rayos en barcos voladores; cazadores de tormentas con su equipo listo para lo que se venga. Gracias por estar allí.
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[MiniFic! Johnlock]
(Solo una escena sin sentido, lo siento jajaja, por hoy mi cerebro no da para más 😝)
* * *
—¿Entonces...? —empezó a preguntar Greg a John. Ambos detrás de la cinta amarilla, mientras Sherlock revisaba la escena del crimen unos metros más adelante—¿cuando van a hacerlo público?
—¿Sobre que? —cuestionó John de vuelta, haciendo tiempo mientras buscaba una excusa para salir de esa conversación, ya sabía a dónde iba y no quería llegar a ese punto.
—John, tu sabes que Sherlock es el único que cree que soy un idiota, y he visto que hay un par de cosas entre ustedes, algo... diferente. —John tragó saliva, Lestrade tenía un punto.
—¿Quieres ser más específico? —Su corazón latía desbocado, su amigo ya lo sabía, lo había visto, esto no era para intentar confirmarlo sino para ver cuánto podría sacar de él. No tenía dudas, Greg era el tipo de hombre que ante cualquier cosa siempre elegía preguntar directamente—Yo y Sherlock hicimos pública nuestra relación desde hace años. Nada ha cambiado.
—¿Y la marca en tu dedo? —Por instinto, John arrastró a su espalda la mano, deltandose en cien niveles diferentes—. En estos días soleados, aún si llevas tu alianza poco tiempo, dejará su rastro —dijo Greg, apenas conteniendo una carcajada—Y ese sospechoso caso fuera del país hace un mes...
—¡Bien! —se rindió John—, es lo que piensas, y sí, fue el mes pasado. Pero en un principio nos fuimos por un caso...
—El caso de la boda clandestina ¿verdad? —Sonriendo, John miró a Sherlock, inclinado sobre el cadáver.
—Fue repentino. Estuve a punto de morir... y lo siguiente que supe es que ya estábamos... —deteniendose, el doctor descubrió que aún no podía decir la palabra en voz alta. No era miedo, pero luego de ocultarlo tanto tiempo su lengua ya estaba perfectamente entrenada para evitar cualquier palabra relacionada con eso.
—Mis mejores deseos para ustedes —susurró el inspector, divertido, luego de que un policía a lo lejos lo llamara—. Cuando esto acabe yo invito las cervezas. Brindaremos por esta nueva historia "La aventura de los esposos detectives" —le dio a John un suave golpecito en el hombro y salió a dónde el oficial.
El doctor estaba mintiendo, la primera vez que Lestrade había visto esa marca sucedió hacía ya casi medio año. Aun así, Greg estaba feliz por ellos.
(¿Recuerdas que hace unos días dije que había una razón súper espectacular por la que dejé de escribir diario? ¡Pues ahora ya ha terminado! Y puedo hablar de ello porque es oficial! 😄😄😄 Estoy tan feliz que no se como decirlo... Haré un anuncio o algo asi, poque es GRANDE, increíble y sin lugar a dudas una de las cosas más hermosas que me pasarán en el año y 🤣🤣🤣. ¡Todavía no lo creo! 😍😍😍)
(Lo dejaré así por ahora, muchas gracias por leer cada tontería que se me ocurre. Perdona las fallas ortográficas, las arreglaré en cuanto pueda ❤️✨❤️✨❤️✨)
#johnlock#sherlockbbc#sherlockholmes#johnwatson#sherlock x john#johnlock en español#greg lestrade#drabble en español
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«¡PUEDO NOMBRAR 22 MÉTODOS UNIVERSALES DE TRATAMIENTO CONJUNTO QUE FUNCIONAN, INCLUSO SI TIENE 50 AÑOS DE EDAD!». EL PROFESOR LIAO CHAN HABLA DE LAS CONDICIONES DE SALUD Y LAS DIFICULTADES DE LA EDAD MADURA.
Profesor John Wilson Jefe del Departamento Farmacéutico del Hospital Universitario de León. Más de 45 años de práctica médica en medicina tradicional.
«Recuerda la verdad y no escuches a nadie: las articulaciones son siempre tratables, incluso en la vejez».
Este médico afirma ser capaz de curar en un par de meses la enfermedad degenerativa del disco (DDD) que ha tenido una anciana de 78 años de edad con la peor artritis en el cuerpo durante 18 años y curarla por completo. ¡El dolor en las articulaciones, si se trata con el enfoque correcto, desaparecerá en 4 días! Cada una de estas afirmaciones fue confirmada por la práctica a lo largo de sus 48 años de experiencia médica. El famoso profesor Liao Chang aceptó amablemente una entrevista inmediatamente después del programa de televisión en el que discutió la manera de mantener las articulaciones sanas a cualquier edad.
- Saludos, profesor Chan. ¿Es verdad que las enfermedades comunes y la enfermedad degenerativa del disco son compañeros inevitables de la edad madura?
- ¡Hola, Phibie! Esta afirmación no es totalmente cierta. Un compañero inevitable de la edad madura es la fe excesiva en los doctores que lo han estado tratando por 10 años, pero todavía no lo han curado. De hecho, las articulaciones, la condrosis y todo el esqueleto producen resultados increíblemente buenos cuando se tratan a cualquier edad. Esto no es un milagro, sino pura ciencia.
Si conoce este secreto y está dispuesto a seguir algunas reglas, puede curarse incluso en casa y muy rápidamente. Este es el caso de miles de mis pacientes.
- ¿Y cuál es este secreto?
- El secreto está en comprender por qué usted siente dolor. Las enciclopedias nos dan hasta 147 causas posibles para la enfermedad degenerativa del disco y la artritis. Sin embargo, termina siendo una sola cosa: las articulaciones, las vértebras y los cartílagos pierden su elasticidad, de ahí el dolor. Se desgastan debido a la mala circulación de la sangre.
Aquí está el secreto: ¡al restaurar la circulación de la sangre en las articulaciones, se pueden curar!
- ¿Es verdad que restaurar la circulación de la sangre después de 45 años es casi imposible?
- ¡Eso no tiene sentido! Yo mismo pude salir de una silla de ruedas después de un accidente, y eso es más grave que cumplir 45 cumpleaños.
- ¿Ha sacado a otras personas de la silla de ruedas?
- Más de una vez; sin embargo, la mayoría de mis pacientes son personas comunes de más de 40 años con condiciones que aparecieron con la edad. Vienen a verme con problemas muy similares: enfermedad degenerativa del disco, artrosis, artritis, ciática, nervios pellizcados. Estas condiciones son agotadoras y arruinan sus vidas.
Lloran, sufren de dolores y apenas pueden caminar. Son personas comunes, no son atletas o discapacitados, que también quejan: «¿Qué hice mal?, ¿por qué me pasa a mí?». Yo les respondo: «no llore más, vamos a restaurar su circulación sanguínea».
- ¿Pero cómo se puede restaurar la circulación sanguínea a esta edad?
- Hasta hace poco, recetaba a las personas 96 rutinas de ejercicios físicos y mecánicos. Esto fue extremadamente eficaz, pero es un enfoque muy tedioso y largo. Las personas sufren de dolores, es inconveniente y no tienen suficiente tiempo para ir al gimnasio. Estaba convencido de que debía haber un camino más moderno y fácil, y lo encontré.
- ¡Suena interesante! Dígale a nuestros lectores sobre ello.
- Lo haré. Nuestra Asociación fue la primera en el país en tener acceso al fármaco nuevo para la enfermedad degenerativa del disco y el tratamiento del dolor articular. Debo decir que la primera vez que oí sobre él, simplemente me reí porque no creí en su efectividad, pero realmente me impresionó que los ensayos demostraran que 4567 personas fueran curadas por completo de sus dolores, es decir, más del 94 % de todos los sujetos. El 5,6 % sintieron mejoras significativas, y solo el 0,4 % no reportó mejoras.
- ¿Qué tipo de fármaco es?
- Estoy hablando de un gel especial llamado Flekosteel Le permite olvidar el dolor de espalda y las articulaciones en muy poco tiempo, literalmente en 4 días, mientras que las condiciones muy complicadas pueden curarse en un par de meses.
Este gel es un producto chino, y el Instituto de Salud de China gastó 1,3 millones de dólares para desarrollar su formulación. Por cierto, nuestra Asociación pagó una gran cantidad de dinero por el derecho a venderlo en nuestro país.
- ¿Cómo funciona este gel milagroso?
- Lo interesante es que no hay ningún milagro aquí, es solo ciencia. El gel ortopédico se compone de 32 componentes potentes que, al entrar en contacto con una célula humana vieja y débil, la hacen funcionar 7 veces más rápido, y se rejuvenece gradualmente.
Solo una aplicación del gel permite activar alrededor de 930 000 células, lo que tiene un impacto positivo en el flujo sanguíneo. Ese es el principio curativo; sin embargo, lo principal es ser constante con el tratamiento.
- Suena impresionante, pero díganos, ¿qué significa esto para las personas enfermas comunes?
- Esto significa que nuestra medicina medieval es una reliquia del pasado, y usted puede curar sus enfermedades en casa en un par de meses. El gel Flekosteel no adormece o anestesia, sino reinicia el cuerpo a nivel celular. Elimina la causa del dolor en sí y permite que las articulaciones y la columna vertebral restauren su condición original y normal. El paciente no solo se deshace de los síntomas, el medicamento también elimina la causa de la enfermedad, es decir, la mala circulación sanguínea del cartílago debilitado por las células lentas y viejas.
El primer día, el gel ortopédico reinicia la regeneración de los sistemas corporales. También interrumpe el síndrome de dolor, con lo que se sentirá mejor inmediatamente. En dos o tres semanas, el tratamiento se completará. Es muy importante prevenir la reaparición del dolor repitiendo el curso en poco tiempo.
- ¿El gel Flekosteel ayuda solo para la osteoartritis y la enfermedad degenerativa del disco?
¡Por supuesto que no! Como dije anteriormente, actúa a nivel celular y restaura el suministro de sangre. Trata cualquier enfermedad asociada con las articulaciones y la columna vertebral: artritis, artritis, ciática, reumatismo, enfermedad degenerativa del disco y abombamiento de los discos vertebrales. Además, también trata las dislocaciones, los moretones, los golpes, las fracturas e incluso los callos. Este gel es sorprendentemente eficaz.
- Qué producto tan interesante, pero, ¿realmente cura todas las enfermedades y no simplemente elimina el dolor?
El gel Flekosteel elimina el dolor (en las etapas iniciales del tratamiento) y elimina completamente la enfermedad. No me malinterprete, me gusta la actividad física y los deportes, no voy a pedirle que se detenga, pero para la mayoría de los pacientes este gel es el tratamiento más fácil, más eficaz y asequible.
- Creo que muchos están interesados en saber dónde pueden comprar este gel.
Esperábamos venderlo ampliamente en las farmacias, pero lamentablemente todavía no hemos llegado a un acuerdo con los farmacéuticos, porque vender este gel puede ser perjudicial para sus negocios. Las personas han comprado sus medicamentos durante años, pero siempre hay más pacientes que se enferman. Están satisfechos con esta situación.
Así que ahora estamos vendiendo el gel exclusivamente en la página web oficial . Esto tiene algunas ventajas. Lo vendemos sin intermediarios, lo que nos permitirá mantener el precio 4,7 veces más barato que en China.
La entrega se realiza por el servicio de correo, en efectivo a la entrega. Usted puede empezar a usar el gel en casa de inmediato y sin cita previa. Sin embargo, no me tome la palabra. Pruebe los remedios de otros fabricantes. Estoy convencido de que no encontrará nada similar o tan eficaz como Flekosteel.
¡Profesor Chan, gracias por esta entrevista! ¿Le gustaría decir algo a nuestros lectores antes de que nos despidamos?
¡Por supuesto! Quiero enfatizar el hecho de que las enfermedades de la espalda y las articulaciones están atacando a los jóvenes. Incluso en caso de dolores ocasionales menores es una buena idea prestar atención al problema. Los médicos no tratan de convencerlo de iniciar el tratamiento.
Recuerde: las enfermedades que surgen del dolor de espalda y las articulaciones traen más que malestar. Acortan su vida entre 10–15 años.
- P. D.: después de la entrevista, el profesor Chan aceptó amablemente ofrecer a nuestros lectores la oportunidad de pedir gel el Flekosteel con un descuento adicional y olvidarse de las condiciones de la articulación y la columna vertebral para siempre.
Entrevistado por Phibie Abernathy Fotos de fuentes abiertas
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