#y despertar lo peor de él
Explore tagged Tumblr posts
Text
@binnas 'eisk! ¿asustarme de casper? ' sea que capte la referencia o no, vale comino para chino. monótono, puede llamarle hasta predecible escuchar repetitivo sermón de ¿te asusto? cuando historia es distinta. aspecto exterior de castaño podría confundir a más de uno, esa aura de inocencia acompañada de grandes ojos caobas. ¿un coctel magnifico, cierto? aquella que no se inmuta por caos de alrededores, como si viera panorama a diario. no puso resistencia alguna al despojo de arma, excepto contracción de cuello ante grotesco espectáculo. puede detectarlo en postura, detrás de maliciosas orbes cuánto espera reacción suya. miedo o asco, tal vez arrepentimiento. ninguna ensombrece facciones masculinas. oculta naturaleza aparece durante eventos de esa índole, particular trastorno mental escondido por máscara de cordero. ' pudiste hacerlo ahora, ¿o es misericordia tardía? ' se hizo evidente que provocaciones buscan alterarlo, pulsar botones más frágiles del cainita. lamentable que ensuciar prendas de sangre no evoque reacciones explosivas, ladeando cabeza con leve tirón de carmines. ' gracias, binna. me salvaste de vestirlas por segunda vez. stephen estará en la obligación de lanzarlas a la basura, lo que significa que oiré su dramático discurso hasta aburrirme. ' comenta inexpresivo, enhebrando dedos por los cabellos de contraparte, nivelando sus alturas al aproximar rostros. ' no me asustas. eres responsable de tus acciones, ¿piensas que voy a sentirme culpable por lo que hiciste? ' ríe, continuando palmeándola con dulzura. un contraste enorme con su mirada y vocablos. ' lamento comunicarte que no. tengo cosas más importantes por las que preocuparme. ' echa unos pasos hacía atrás, recuperando conducta habitual. psicópata de beau la manera en que puede pasar de una personalidad a otra, saboreando en punta de sinhueso nombre de enfermedad. ' busquemos pañuelos y agua para que tu vestido no se arruine, dudo que los demás estén pendientes de nuestras acciones. '
@binnas ' decirle mi príncipe suena muy posesivo. ' sería absurdo profundizar sobre quién lidera clan de inmortales, contentándose con los datos al azar que sire ha compartido a lo largo de los años. este como fiel seguidor que últimos meses mostraba menos pasión. acciones contrarias lo despiertan de semi-ensoñación, avanzando unos pasos con lentitud. sin preocuparse por mandona lasombra. ' ¿debería asustarme tu sed de sangre? ' sonríe mientras bromea al respecto, los copos blanquecinos resbalando por cabello y vestimenta. lo único bonito de la noche. ' por cierto, no puedo encontrar lo que nosotros nunca tendremos. ' tardó unos minutos en responderle, su sentido de justicia podrido desde antes de conocer a stephen. nunca existió siendo humano, ¿le salvará ahora? ríe, agachando mirada. ' me da curiosidad, ¿estaremos pagando karma pasado? '
#binnas#tw: sangre#badummm#hsvfj#lo que hizo binna es el tw de beau para apagar la cordura que le queda#y despertar lo peor de él#gracias binna#te amamos#creía que no iba a tocar eso con él jamás#ojalá te acostumbres y lo veas como el loco que es a veces
63 notes
·
View notes
Text
❃ 𝙱𝙰𝙸𝙻𝙰𝙽𝙳𝙾 𝙴𝙽𝚃𝚁𝙴 𝙻𝙾𝙱𝙾𝚂 - 𝙲𝙰𝙿Í𝚃𝚄𝙻𝙾 3 ❃
» Temática: SKZ híbridos x Oc (Lis) » Género: Poly, fantasía, OMEGAVERSE » Warnings: Fluff, smut con historia, angst, tensión sexual, sexo, degradación, dinámica A/B/O explícita, dom/sub, sado, amor, entre otros. » Warning de CAPÍTULO: Menciones a comida, menciones a inseguridad física. Si me dejo algo me lo decis. » Tipo: Serie. » Palabras: 3.630.
» Masterlist « | Anterior | Capítulo 4
Al despertar al día siguiente, no encontró a Seungmin en la cama con ella.
Intentó sofocar el absurdo sentimiento de abandono que empezaba a acuciar su mente estirándose y bostezando. Había dormido raro. Aunque al principio de la noche lo había pasado genial en brazos del vocalista, ahora notaba el cuello tenso y contracturado, y el cuerpo entumecido. No se había cambiado las ropas de calle y para su horror estas estaban arrugadas de mala manera.
Emitió un gruñido exasperado y buscó una muda limpia y, con ellas en la mano, cruzó el pasillo hacia el baño. El agua le relajó los músculos y le calmó la mente. El vapor le destapó las fosas nasales y le aplacó la creciente ansiedad de un trabajo para el que no estaba mentalmente preparada. Al salir, planteó mirarse al espejo, pero se contuvo. No quería verse, no quería ver su reflejo en él.
No sabía realmente si tenía algo como una dismorfia corporal. Era un tema serio desde el maltrato sufrido en casa que no había hablado ni con Seungmin. Cada vez que se miraba en un espejo, solo veía defectos. Odiaba su cara, odiaba su pelo. Odiaba su pecho, odiaba cada parte de su ser incluso solo pensando en ello. Y el único que la había aceptado por quien era, con sus —escasas— virtudes y —crecientes— defectos desapareció de su vida al acabar el instituto.
Ahora que lo había reencontrado y parecía que todo seguía igual entre ellos, ¿podría cambiar también la percepción que tenía de sí misma?
La suerte no estaba de su lado hoy tampoco. Al intentar llegar a por la toalla se dio cuenta de que no había traído ninguna. Se acercó a la puerta, escrutando el exterior con ojos atemorizados. Una opción era correr a por ella a la habitación y volver a recoger sus cosas una vez seca. ¿Qué podría salir mal?
Sin embargo, un movimiento al pie de las escaleras la clavó en el sitio y cuando vio a uno de los chicos subir, tuvo que contenerse para no soltar un improperio. En fin, tenía otra opción un poco más... violenta.
— ¿Hola? —dijo con un hilo de voz.
La figura se detuvo y se dio la vuelta. Minho. De TODAS las personas en la casa tenía que ser él. El chico alzó las cejas y se acercó a la rejilla de la puerta, curioso.
— ¿Sí?
— Eh... Verás... —bajó la cabeza, ruborizada—. Me he dejado la toalla. Podrías... Si no es molestia... Por favor... ¿Traerme una?
Hubo un silencio prolongado. Un silencio en el que Lis empezó a tiritar bajo la penetrante mirada del beta. Vio cómo tragaba saliva lentamente y ladeaba la cabeza con una expresión nueva. Casi como si se estuviera... divirtiendo, y algo más...
— ¿Dónde? —preguntó de improviso.
Lis casi se olvidó de lo que le había pedido.
— ¿Qué?
— Que dónde están tus toallas.
— Ah, eh... —se rascó la nuca, nerviosa—. En el armario. Segundo cajón.
Minho no dijo nada y Lis cerró los ojos. La cosa no podía ir a peor.
O sí.
— ¡Los supresores! —exclamó, dándose cuenta de que estaban en ese mismo cajón, justo al lado de las toallas.
Por favor, que no los viera. No estaba segura de poder soportar las preguntas que recibiría al respecto y no estaba preparada para ello. Al cabo de un rato que le pareció eterno, Minho asomó una mano por la rejilla de la puerta y le tendió una de las toallas color caoba que había encontrado. La chica le buscó los ojos, alterada.
— Gracias...
— No hay de qué.
— Y... —se mordió el labio—. No has visto nada más de allí, ¿no?
Una sombra le cruzó el rostro al híbrido, tan breve y tan rápida que Lis creyó que se lo había imaginado. Lo vio dudar, hasta que por fin se puso las manos en los bolsillos y sonrió con sorna.
— Demasiadas toallas. —fue lo único que dijo antes de marcharse.
La joven se arropó en la toalla (aunque ahora le era bastante inútil, puesto que casi estaba seca), y suspiró aliviada. No se había fijado, menos mal. Había estado a punto de poner en el ojo de la tormenta su tapadera.
Minho los había visto, por supuesto. No era tan tonto como para no reparar en las cajitas blancas con prospecto de farmacia. Al principio frunció el ceño, confuso. ¿Por qué tendría una humana esas pastillas? Creyó que sería como con los preservativos: Siempre había que tener uno en la billetera por si el otro se los olvidaba, pero descartó esa opción. Solo llevaba un día en aquella casa y no podía hacer asunciones de una persona que no conocía.
Le echó un vistazo a la habitación de Jisung, donde, por el momento, dormía entre los brazos de Hyunjin. Este levantó la cabeza un segundo y asintió, viendo en él una maraña de cabello húmedo y labios al rojo vivo.
— ¿Cuándo paró? —susurró, no queriendo despertarlo.
— Hace unos cinco minutos. —le contestó el chico con voz ronca. Estaba empezando a cansarse, su pecho subía y bajaba rápidamente. Hasta el más insaciable tiene que descansar de un poco—. En última instancia quería verte.
Minho asintió.
— Después de desayunar le traeré algo y me quedaré con él. Así podrás parar unas horas.
— Gracias.
Cerró la puerta y siguió su camino. El tema de las pastillas seguía manteniendo su mente ocupada. Iba a descubrir el por qué. No solía ser un cotilla, pero últimamente estaba muy aburrido. Y eso era peligroso para todos. Cuando estaba así necesitaba estímulos externos, ya fuera encontrándolos en el cuerpo de los demás miembros, o resolviendo enigmas.
Y por fin había encontrado uno que valía la pena investigar. Solo esperaba que no le decepcionara el resultado. ¿Sabría Seungmin, su amigo de la infancia, lo que ocurría?
Cuando Lis bajó con el pelo mojado y la camisa blanca de cuello alto, ya había movimiento en el comedor. Minho terminaba de hacer el desayuno de algunos miembros, mientras que Felix y I.N comían cereales charlando animadamente. Changbin tenía un plátano en la mano y el mando a distancia de la televisión en la otra haciendo zapping, distraído.
Seungmin terminaba un bol de arroz que debería haber sido el acompañamiento de lo que fuera que estuviera cocinando el segundo mayor, pero no había tenido la paciencia necesaria para esperar.
El estómago de la muchacha gruñó como el motor de un coche, llamando la atención de los presentes. En cuanto la vio, Seungmin se acercó a ella y Felix lo secundó con una sonrisa plasmada en la cara que le iluminó las cientos de pecas esparcidas por sus mejillas como estrellas.
— ¿Has dormido bien? —quiso saber el primero.
— No había mucho polvo, ¿verdad? —preguntó el segundo—. Lo limpiamos todo el día anterior.
— Qué va, todo es perfecto, muchas gracias. La habitación es genial, el cochón es cómodo y me encanta la vista desde la ventana. —miró a todas partes, no encontrando al que faltaba—. ¿Y Chris?
— Viene ahora. —dijo I.N con la boca llena de cereales—. Está con Jung Han recogiendo los papeles del contrato.
Como si los hubieran invocado, la puerta de la calle se abrió y de él emergió un Chan con gorra negra y el que hasta ahora había sido su mánager, los dos charlando animadamente. Llevaba una camisa blanca que le hacía parecer incluso más ancho de hombros de lo que era. En cuanto los vio reunidos en el comedor, sonrió.
— Genial. Esto facilita las cosas. Lis, ¿puedes venir un segundo con nosotros a mi despacho? Vamos a empezar con el contrato. —dijo, animado.
— Creía que quien se encargaba de estos asuntos era el propio PD-nim. —lo miró, confusa, refiriéndose a Park Jin Young.
— Por lo general, sí. Pero ahora mismo está atendiendo unos premios en Busán, así que me ha delegado el trabajo. Te aseguro de que esto es completamente legal y los papeles irán a su oficina en cuanto vuelva. —levantó el contrato al aire.
Los tres ingresaron en el pequeño despacho, se sentaron en las sillas y Lis tuvo todo el tiempo del mundo para leer con atención cada cláusula. Pasando por alto la suma de dinero que iba a recibir —eran 25.000.000 wons en vez de 20.000.000 y casi le da un infarto—, reparó en una específica.
"...no tendrá la obligación de participar en las actividades de apareamiento, así como la persona contratada no podrá obligar a nadie a aceptarla en dichas actividades."
Lis enrojeció recordando lo que había pasado la noche anterior. No es que nadie la hubiera forzado a besar a Hyunjin, pero... No, no iba a comentarlo. Estaba fuera de lugar. Se mordió el labio y firmó. Al terminar, Jung Han lo metió en una carpeta que tenía bajo el brazo y se pusieron en pie.
— Bien, ya está todo. —una vez de vuelta al salón y encarándose a la puerta, el ex mánager parecía reacio a despedirse de ellos. Chan le dio un apretón de manos al más estilo occidental, que derivó en un abrazo de oso. El aroma de ambos hombres se entremezclaba en una profunda emoción de tristeza, junto a la de los demás. Sin embargo, Lis no dijo nada.
Se sentía una extraña en una manada que no era la suya y que no creía que nunca lo fuera. Tras la marcha del mayor, algunos ojos se volvieron hacia ella. Minho ya no estaba. En su lugar, más apartado del grupo había la última persona que se esperaba encontrar. Hyunjin, tomándose un zumito de naranja con la mirada perdida, el pelo mojado y las mejillas rojas.
En el momento en que sus ojos se encontraron, el chico desvió la vista, incómodo. Oh, sí. Recordaba demasiado bien lo que había hecho.
Y lo peor de es que, ahora que la había visto, sabía que lo volvería a hacer sin dudar.
Horarios, vuelos, contactos, números de teléfono, Excel... Ser mánager era peor que ser secretaria de Samsung.
Los chicos tenían concierto y no regresarían hasta dentro de cuatro días al tratarse de Japón. Jisung y Hyunjin habían detenido las actividades durante un tiempo, uno para recuperarse y el otro para cuidar del celo del primero. Con un poco de suerte, a la vuelta estaría ya recuperado y haciendo vida normal.
Lis se encontraba en su cuarto con la cabeza metida entre varias libretas, el portátil abierto con una tabla de números y letras y el cerebro frito. Vestía una sudadera ancha de color vino, así como un recogido alto y enredado.
— No sé por qué no me muero ya. —gimió, cansada. Eran las doce de la noche.
Hacer que coincidieran los horarios de actividades de ocho personas era un trabajo casi suicida. En varias ocasiones había tenido que llamar al ex mánager, presa del pánico, sin mucha idea de cómo narices reservar cuatro habitaciones en el hotel más lujoso de Seúl, ni de qué manera pedir un coche con las lunas tintadas a fin de entrar en el garaje de la MCountdown en unas semanas.
Por no hablar de que, una vez volvieran tenían que hablar de los planes de comeback, y eso comportaba la realización de un nuevo horario de ensayos, las interminables comidas que debía solicitar horas antes de que los chicos subieran a escenario, organizar el equipo de maquillaje y el de estilismo y, no nos olvidemos de los más importante, pillar los vuelos de los miembros que iban a ir a París en primavera poco después.
Dio un cabezazo contra el teclado. Solo llevaba siete horas frente a la pantalla, aunque siete horas sin hacer otra cosa. Como era novata, Chan había procurado encargarse de las actividades de Japón.
Suspiró, poniéndose en pie. Era hora de al menos, cenar.
La nevera estaba llena a reventar; no le fue complicado encontrar algo que echarse a la boca. Minho no había dicho directamente que le había hecho bibimbap el día anterior y que lo había dejado en la nevera por si tenía hambre, sino que la cosa había ido algo así como: "Nos hemos olvidado una porción de bibimbap en la primera bandeja del frigorífico. Cuando regresemos estará malo. Haz lo que quieras con él, pero limpia la fiambrera después."
Llevaba un par de días allí y ya entendía más o menos cómo eran los chicos bajo su cuidado. Minho pretendía que nada ni nadie le importaba, aunque en realidad siempre tenía un ojo puesto en las necesidades de los demás. Bangchan era algo parecido, pero por activo y por pasivo se preocupaba de todo el mundo más que de sí mismo.
Felix era un sol. Antes de irse le dijo que si necesitaba algo tenía la tarjeta negra de la empresa y le proporcionó todos los teléfonos del grupo. Changbin alegraba la estancia solo con su presencia, y se sentía a salvo con él siempre que aparecía por alguna esquina. I.N fue el primero en despertarse. Pese a que había cierta distancia entre los dos se sentó en el sofá junto a ella e intentó iniciar una conversación que, curiosamente, fue mejor de lo que esperaba.
Y eso que, a los coreanos, charlar sin un motivo no es que les apasionara, pero recibió sus intentos como una manera de acercarse más a su nueva mánager y aprender de su cultura. Lis no tenía ni idea de lo que le estaba por venir con él.
Seungmin... Seungmin despertaba en su pecho todas las emociones contenidas en su interior que con tanto ahínco había querido suprimir. Por una parte fue agradable tenerlo de vuelta, rememorar los días pasados en el balcón y dormir con él... Pero hasta ahí. Varios años después, eran dos extraños con la nostalgia de los recuerdos bailando en sus corazones.
Sin contar que tenía siete maravillosos compañeros, amigos y parejas a la vez. Una manada cerrada en el que no tendría cabida más que para ser una miembro platónica. Lis resopló contra la cucharada de bibimbap caliente que seguía sosteniendo delante de sus narices.
No tenía que afectarle así. Apenas los conocía de dos días.
Antes de lograr meterse la cucharada en la boca, la puerta de la cocina se abrió y Lis dio un respingo. Hyunjin entró a paso lento y se detuvo al verla sentada en la mesa. Como siempre pasa en estas situaciones, el silencio se cernió sobre sus cabezas, y el arroz se resbaló de la cuchara, acabando en la mesa.
Esta vez, Hyunjin iba vestido, más o menos. Tenía el pelo mojado, con una toalla rodeándole el cuello y la camisa blanca tres tallas más grande que él pegada a su abdomen por encima de los pantalones holgados.
De pronto, el chico soltó un sonido parecido a una risa por lo bajo, cortando así el contacto visual. Se giró, abrió la nevera y agarró una botella de agua. Estaba sediento. Lis por su parte no sabía qué decir, era una situación bochornosa. Le sobresaltó el sonido de la silla siendo apartada con un crujido metálico nada agradable. Reparó en cómo Hyunjin se desplomaba en la silla perezosamente, en la parte de la izquierda de la mesa, cerca de ella.
Tiró la cabeza hacia atrás y tragó saliva, exponiendo su cuello. Dios, era condenadamente atractivo, demasiado incluso para ser real. ¿Se trataba de un personaje anime y no se había dado cuenta? Cuando volvió a mirarlo a los ojos, vio que este también la observaba con una sonrisa cansada.
— ¿Qué? ¿Disfrutando de las vistas? —dijo con la voz ronca.
Ah, y al parecer estaba bastante pagado de sí mismo.
— Si hubiera algo que ver te diría que sí. —mintió, roja como un tomate.
En vez de enfadarse Hyunjin soltó una risotada, rompiendo la fachada de tipo duro y sexy. A decir verdad, tenía una sonrisa preciosa. Su aroma le transmitía una sensación de calma absoluta.
— Esa ha sido buena, te lo admito. —puso la barbilla contra la mesa y cerró los ojos—. Estoy cansado, jefa.
— No... No soy tu jefa. —el sonrojo se hizo más profundo, uno del que Hyunjin por supuesto, se había percatado.
— ¿Qué serás entonces? Déjame pensar. —se inclinó, juguetón. El olor a sal marina y chocolate se le metió en el paladar y contuvo un jadeo cuando su loba comenzó a despertarse—. ¿Líder? ¿Luna? ¿Reina? ¿Princesa? —arrastró la última palabra, degustándola en el paladar. Sí, esa era la adecuada. Ya que Seungmin parecía tenerla en tan alta estima, se merecía un buen nominativo.
Lis negó con la cabeza y fue a abrir la nevera.
— ¿Has comido? —preguntó al chico.
Hyunjin negó, aceptando el hecho de que lo había ignorado. Sin embargo, ya no había vuelta atrás: El sobrenombre estaba escogido.
— Solo agua. —añadió.
— ¿Qué te apetece? No soy demasiado habilidosa en la cocina, pero algo puedo hacer. He visto carne en el congelador y conozco un plato de mi tierra que puede que os guste.
— "¿Os?" —puntualizó.
Lis lo miró.
— A ti y a Han. Me imagino que estará hambriento. El sexo llena, pero no de la manera que el cuerpo necesita. —empezó a sacar cosas y a prepararlas.
— Pero, ¿no te caigo mal?
Ahora sí que la había dejado clavada en el sitio.
— ¿Qué? ¿Por qué tendrías que caerme mal?
— Ayer noche. El beso. Lo recuerdo todo, aunque es como ver a través de un televisor. Estaba, pero no estaba consciente. —Se le veía afectado de verdad. Supongo que ni él mismo había querido hacerlo. Dejando el tema del híbrido desencadenado a parte... ¿quién en su sano juicio querría besarla?
— Ah, eso. —siguió con su tarea con la cabeza gacha—. No fue nada, tranquilo. No te lo tengo en cuenta. Fue el momento equivocado y la persona equivocada. Si Seungmin hubiera venido unos segundos antes que yo, seguramente tú...
— Habría escogido besarte antes a ti que a él. —se sinceró, para sorpresa de la muchacha—. ¿Sabes? Desde que te vi, supe que había algo... Algo diferente. No es el simple hecho de que seas humana. No, hay algo más.
Lis se tensó. A pesar de sus esfuerzos por ocultar su naturaleza, ¿seguía siendo sencillo descubrirla? ¿Qué le fallaba?
— No hay nada de genial. Solo soy, MUY humana.
— Puede que sea eso, en realidad. —continuó Hyunjin, moviendo la botella de una mano a otra—. Puede que tu humanidad sea lo que me atraiga. Soy casi como tú.
— ¿Cómo yo?
Hyunjin inclinó la cabeza y se relamió los labios, pensando. ¿Podía dejar de hacer eso, por favor? Lo único en lo que podía pensar era en mordérselos.
— Eres nuestra mánager y creo que mereces saberlo. —inspiró profundamente antes de soltarlo—. Soy un omega sin órganos femeninos.
— ¿Perdón? ¿Te importaría repetir eso? —la cara de Lis era de estupefacción. ¿Un omega sin genitales femeninos ocultos? ¿Eso no lo convertía en beta o en alfa? No obstante, Hyunjin le dio la respuesta que no esperaba.
— Nací omega, sí, pero con un defecto genético. Impide que pueda engendrar... Y, por mi experiencia con los chicos, también de encintar a nadie. Soy estéril, a efectos prácticos. ¿A que es útil para ayudar en el celo de los demás? —sonrió, fingiendo un orgullo que no le llegó a los ojos.
— Y aun así tienes celo, ¿no? Los demás me han hablado de tus... fuertes instintos. —carraspeó, incómoda.
— Sí, pero estoy relegado a segundo plano, por detrás de cualquier otro. —bajó la cabeza y cuando la volvió a subir juraría que tenía los ojos llorosos—. Incluso por detrás de ti. La empresa me tiene en el punto de mira desde que lo saben. Un movimiento en falso, un escándalo de más y estoy fuera de la manada si así lo quiere Park Jin Young.
Tras esas palabras, Lis siguió removiendo la comida con gesto serio. Hyunjin parpadeó un par de veces antes de decir, ansioso:
— ¿En qué piensas?
La chica suspiró, tranquila. Ahora entendía el trabajo de un mánager. No era únicamente concertar citas y comprar vuelos. Se trataba de proteger a esas personitas que, de una forma u otra, se estaban colando por un resquicio de su corazón. Empezando por el chico rubio que con el que compartía la cocina en esos momentos.
— En que no vas irte a ninguna parte. —le contestó, segura—. No mientras yo esté aquí. Abre la boca, a ver qué te parece. —sostuvo la cuchara de madera y sopló un par de veces antes de tendérsela.
Hyunjin, sorprendido más por las palabras de su nueva mánager que de la comida, no dejó de taladrarla con la mirada hasta tragárselo todo. Un sentimiento cálido se le había alojado en el pecho. Se sentía protegido una vez más.
Puede que la humana que tenía delante no fuera de su manada, pero sabía con certeza que, si hubiera nacido híbrida, la cortejaría hasta que aceptara ser la novena miembro de Stray Kids.
Sin bailar y esas cosas de famosos, por supuesto.
TAGLIST: @hwangrfrnd
© LUNEARTA, 2024. 𝘕𝘰 𝘦𝘴𝘵á 𝘱𝘦𝘳𝘮𝘪𝘵𝘪𝘥𝘢 𝘭𝘢 𝘤𝘰𝘱𝘪𝘢 𝘵𝘰𝘵𝘢𝘭 𝘰 𝘱𝘢𝘳𝘤𝘪𝘢𝘭 𝘥𝘦 𝘤𝘶𝘢𝘭𝘲𝘶𝘪𝘦𝘳𝘢 𝘥𝘦 𝘮𝘪𝘴 𝘰𝘣𝘳𝘢𝘴 𝘦𝘯 𝘯𝘪𝘯𝘨𝘶𝘯𝘢 𝘱𝘭𝘢𝘵𝘢𝘧𝘰𝘳𝘮𝘢.
#hyunjin#lee felix#lee yongbok#skz stay#skz x reader#skz x oc#skz#skz fic#skz fanfic#skz fluff#skz felix#stray kids#changbin#lee know#han jisung#seungmin#bangchan smut#bang chan#skz ot8#stray kids omegaverse#omegaverse#omegaverse au#abo
15 notes
·
View notes
Text
"¿Qué es lo que he hecho mal? Siempre que creo que voy haciendo bien las cosas, sucede un quiebre... Todo se detiene, mis alas se fracturan, ya no hay un cielo por surcar, se termina la esperanza, se desperdiga el sueño y la vida vuelve a plantarme en la realidad. Te juro que he hecho las cosas bien, alguna vez me equivoqué, sí, lo acepto... Alguna vez erré, me llené de egos y lastimé... pero dime, ¿quién no ha lastimado a alguien en su vida de manera inconsciente? Yo hice consciente mis fallos y he intentado encaminarme de forma recta por este trayecto. Tal vez no merezco la compañía de un otro. Tal vez nací para solamente soñar que merezco dormir con alguien, compartir con alguien mi vida, enamorarme y ser amada. Tal vez es sólo una utopía. Pero te juro, te juro que ya no sé cómo detenerle las lágrimas a la niña que llevo dentro de mí. ¿Cómo le hago entender que todas esas puertas que hemos tocado y se han abierto, son puertas que no debieron abrirse y mucho menos tocarse? ¿Cómo le hago entender que probablemente no hay para ella unos brazos, un oído, una sonrisa, un nombre, un hombre que sea para ella, un alguien donde ella pueda resguardarse, a donde pueda correr cuando se siente sola y triste, con quien pueda ser auténtica y llorar cuando sienta esa necesidad sin ser señalada como una débil, sin sentirse mal por ponerse mal? Ya no quiero luchar. Me he cansado de luchar y de nadar contra corriente en un río donde todos los cauces llevan a lo mismo... A una eterna soledad. Me he cansado de intentar proteger esa parte más inocente de mí. Me he cansado de hacerle creer que vamos a encontrar eso que estamos buscando porque todos "somos merecedores" de ello. Me he cansado de hacerla sonreír cuando yo no tengo ni ánimo de reír. Me he cansado de cargarla en mis brazos cuando no puedo sostenerme ni yo misma. Me doy, me rindo... Ya no puedo. Sé que el amor no tiene la culpa, sé que la vida no tiene la culpa, ni Dios, ni las circunstancias... Ni siquiera yo misma, tal vez... O tal vez sí, no lo sé... Pero me rindo. Mi hinco ante quien tenga que hacerlo. Ya ni siquiera hay llanto... Mira, mis ojos están secos, ya no hay brillo en ellos, ya no hay vida, ya no hay aliento, ya no hay nada. Bien lo decía Nietzsche "la esperanza es el peor de los males, pues prolonga el tormento del hombre", y así es, toda esta tortura ha sido por aferrarme a mi esperanza de algún día poder entrelazar mi mano a la de un otro, y compartir lo mucho o poco que tengo en el alma, con él... Me he fracturado infinitas veces por mantener la llama prendida, y ciertamente, es esa llama la que me consume día con día... No hay en esta vida, para mí, un lugar seguro, un pecho seguro, una historia segura donde pueda caminar sin temor a caerme y despertar sin el temor de que me trague un infierno. Tal vez ha llegado el momento de soplar ante esa flama y apagar todas mis ilusiones... Pero dime, de qué va vivir sin una ilusión. De que va tener una ilusión si nunca se cumple."
Ella me miraba fijamente a los ojos como buscando una respuesta a todas esas preguntas que se elaboraba. Me observaba como si yo fuera una especie de santo, de ángel, de dios; ese ser que tiene en sus manos y en su volición la forma mágica de resolver un conflicto. Me veía como si con una palabra fuese yo a ejecutar un milagro. Si bien es verdad que en esta vida no hay ser humano libre de heridas, estamos esos que las llevamos mudas, demasiado dolorosas, bastante carcomidas y hasta putrefactas, pero las sublimamos en la hoja de papel, las convertimos en poesía, en verso, en prosa, en alguna historia de contenido manifiesto, disfrazando lo latente, lo que se ha reprimido y lo que duele. Si bien es cierto, no hay hombres libres de dolor, aún cuando se cree que nosotros como hombres no tenemos derecho a ir rotos, a llorar, a sentir, y que tenemos que estar ahí para todos, resolviendo montones de asuntos, protegiendo, resguardando; que no tenemos ese derecho a rendirnos y a implorar por clemencia también. La mujer va por la vida buscando a un hombre que pueda protegerla, la naturaleza las ha hecho así, un hombre que pueda besarles sus roturas y cocerlas. El hombre también va buscando esa ternura que nos haga volver a hacernos sentir hombres de bien, capaces de proteger en un alguien la pureza con la que nacimos. Pero, lamentablemente, muchos hombres desquitan sus traumas con la mujer y así mismo sucede a la inversa. Hemos aprendido a enemistarnos más que a ser amigos. Sin embargo este caso no es mío. Porque ¿sabes? Yo a esta mujer la adoro con toda el alma pues va rota igual que yo, y llevamos a la par la misma profundidad en las heridas. Por dios, tal vez hemos nacido para dolernos, nadie que no haya peregrinado por la vida sale invicto de alguna honda herida. Pero, si encuentras a alguien igual de roto que tú, ¿no sería más hermoso partir del cuidado de ambas heridas y construir con las ruinas de ambos un paraíso imperfecto con la perfección de la paz bendita que todos nos merecemos?
Me acerqué a ella y la traje a mí, a mi pecho, al latido de mi corazón. Ahí sostuve su hermosa cabeza mientras acariciaba sus cabellos como si se tratara de la pieza más costosa y frágil de todo el universo. Entonces le dije: "tal vez no sea yo ese hombre entero y sin roturas que te mereces, tal vez estoy más roto que tú y hasta en cenizas voy. Pero yo me comprometo a cuidar de ti y de tus heridas, así como de mí y de las mías, en esta y en todas las vidas que vengan, porque si te amo es por la razón misma de que eres una mujer auténticamente humana, una mujer sensible, una mujer enamorada del amor, leal y brillante en toda la palabra. Entonces, no importan las roturas del empaque sino el contenido que existe ahí dentro, ahí dentro es donde está el verdadero valor. Sanémonos juntos y vivamos. Sanémonos juntos y seamos felices, pero juntos, a partir de hoy. El refugio que ofrezco tal vez no sea el más hermoso, se puede equiparar a una enorme construcción donde hubo ya varias guerras pero al fin hay sosiego, a pesar del desastre. Aquí, a este lugar, puedes llegar las veces que tú quieras para con las cenizas ayudarme a construir nuevos palacios y por fin convertirnos en los reyes de nuestra historia."
Todos en verdad merecemos amar y ser amados así.
—Leukiel.
#un escritor dice#escritores en tumblr#un chico escribiendo#cosas que escribo#mis escritos#poetas en tumblr#un poeta dice#poetas en español#diario de un ángel#un poeta#prosa de amor#prosa#letras tumblr#mis letras
85 notes
·
View notes
Text
Decoraciones de Halloween (Español ver.)
Prompts de @raven-cincaide-words
Missa estaba mirando a Chayanne dormir, no tenía el corazón para despertar a su niño, pero Tallulah sí tenía el corazón para despertar a su hermano, si ella tenía que levantarse temprano, él también tendría que hacerlo.
Así que ignorando a su papá Missa parado a un lado de la cama, se subió sobre esta para empezar a saltar y despertar a su hermano.
“Sí, ya, ya voy.” Chilló el mayor al sentir a su hermanita saltando en su cama, “Es muy temprano, ¿para qué me despiertas, tarada?” Le grito agarrándola de la pierna y tirándola a la cama.
“Halloween” dijo en lenguaje de señas la niña gruñéndole tratando de librarse del agarre de su hermano.
“Verdad,” dijo el niño levantándose de un golpe de la cama, “rápido apa, tenemos que empezar a decorar.”
El niño empezó a correr hacia la escotilla para salir de la habitación, pero Missa lo atrapo antes de que el niño pudiera salir.
“¿A dónde vas aún en pijama, Chay?” Dijo Missa sin poder contener un poco su risa.
En ese momento Philza entro con una caja de decoraciones y dos tazas de café balanceándose sobre esta. “Creo que podemos decorar en pijamas.”
Missa sonrió y fue a tomar la caja de las manos de su esposo, “Buenos días, querido.”
“Buenos días, darling.” Dijo el rubio dándole un casto beso en los labios a Missa y dándole la taza de café, “tiene dos cucharadas de café, una de azúcar y dos de crema.”
“Gracias, querido.” Dijo el mexicano, bajando la caja de decoraciones para que los niños pudieran ver qué decoraciones tenían para empezar a decorar Casa bonita
“¡Wow!” Dijo Chayanne, sacando una calabaza de plástico, “Si ponemos un par de velas dentro se vería genial en la entrada.”
Tallulah había descubierto las telarañas y estaba tratando de desenredarlas, quedando atascada en el proceso.
Philza se rio “déjame ayudarte, mi niña”
Philza se arrodilló junto a Tallulah para quitarla de entremedio de todas las decoraciones, de que alguna manera se habían metido en su vestido y cabellos. “Ugh, estas telarañas son peores que las reales, ahora sí, Queen, ve a ayudar a tu hermano.”
Mientras tanto, Chayanne estaba sacando pequeñas calacas de la caja, “¡Mira Lullah! Podemos ponerlos en la puerta.” Dijo el niño, para luego jadear al encontrar un esqueleto de tamaño real, “¡mira, apá, mira, es una calaca como tú! ¿Podemos ponerle tu sombrero? Por favor, por favor.”
Missa paro lo que estaba haciendo, dándole besos a las ‘heridas’ de la niña, para pensar un poco, “Sí, podemos, pero tenemos que tener cuidado.”
Tallulah se alegró inmediatamente, y salió corriendo a buscar el sombrero de mariachi de Missa.
Philza empezó a sacar unas guirnaldas de cempasúchil, “Podríamos colgar estas en la cocina.”
“¡Y estas en el patio!”, grito Chayanne sacando guirnaldas de fantasmas y calaveras.
Tallulah jaló la manga de Missa para llamar su atención, “¿podemos tallar calabazas?”
Missa miro a Philza, preguntando con la mirada si tenían calabazas.
“No tenemos calabazas, pero podemos comprar unas y tallarlas mañana.”
Tallulah bufó, pero asintió y rápidamente se unió a su hermano en el proceso de decorar el resto de la casa, rápidamente llenaron toda la sala de estar con decoraciones espeluznantes.
“Bueno,” dijo Philza, “la casa parece un cementerio.”
“Lo sé,” exclamó Missa, “¿no es emocionante?”
Philza sonrió, amaba a su familia bonita, en su casa bonita, con sus decoraciones no tan bonitas.
#qsmp#pissa#qsmp pissa#pissa nation#speakerwriting#qsmp tallulah#qsmp chayanne#qsmp missasinfonia#qsmp philza#español#qsmp español
7 notes
·
View notes
Text
Los felices no escriben. ¿Cómo hacen para soportar la vida? No tengo idea porque no soy uno de ellos. Pienso en eso ahora que una depresión express me cogió me hizo hijitos y me dejó tirado en la cama con el pulgar derecho en la boca. Como pude me arrastré hasta la computadora abrí el Word y puse algunas palabras. Acá están mis pastillas mis placebos mis botellas de alcohol mis venas visibles listas para ser cortadas. La página en blanco es un desierto ardiente y peligroso. ¿Cómo soportan la vida los felices? Estoy desnudo todavía porque para vestirse hace falta ánimo y ganas de mejorar el mundo, yo no tengo ganas de eso. Lo mío es modesto. Tipeo palabritas que son como larvas proyectos de vida que tiene que cumplir una función: sacarme unos segundos de este estado. ¿Cómo soportan la vida los felices? Voy a recordar durante mucho tiempo esta madrugada. La madrugada en la que se murió Bowie y quise despertar a todos mis familiares para contarles. Pero ellos están lejos ahora y no les gusta Bowie como a mí. Para mí es vital escuchar un tema suyo al menos una vez al día. Ahora él ya no está y yo sí y eso, por donde lo mires, es una injusticia. All the youngs dudes en la oscuridad. ¿Cómo soportan la vida los felices? Este poema se me escapa. Las gotitas de sudor caen en el teclado cerca de las miguitas de pan. ¿Qué estoy queriendo decir? Que el calor es un espanto que mis sueños adolescentes se convirtieron en pesadillas que hoy se volvió a su planeta alguien hermoso que el rock está vivo que tengo ganas de escribir algo decente. ¿En serio? ¿Es eso? ¿Cómo soportan la vida los felices? Enero en Buenos Aires con mucho cemento alrededor sin un peso ni aire acondicionado. Estas son las peores vacaciones de la historia y el planeta sigue siendo un lugar solitario. Sin embargo, hay una cerveza en la heladera que me dice: no te vayas. // Describir la belleza también es un trabajo.//
Walter Lezcano.
#frases#citas#notas#palabras#textos#fragmentos#escritos#letras#poesía#poemas#poeta#poetry#poetas#acción poética#argentina#buenos aires#latinoamerica#Walter Lezcano#literatura#libros#arte#artistas#tumblr#writing advice#writerscommunity#artists on tumblr#space#ao3#lgbtqia+#salud mental
50 notes
·
View notes
Note
Como serían las videollamadas con Gavi ❤️🩹
headcanons de las videollamadas con gavi:
- pablo no puede vivir sin saber que estás haciendo las 25 horas del día, los 8 días de la semana
- así que agradece con todo su corazón a la persona que inventó las videollamadas TT
- literalmente te llama en los momentos más inoportunos. puedes estar en el baño y te llama, y cuidado si no le contestas a la primera porque te arma tremendo lío.
- te llama mientras cocinas, mientras te cepillas los dientes, mientras haces los deberes de la escuela y peor aún, cuando te acabas de levantar.
- pero es justo porque él también se acaba de despertar, lo primero que hace es pensar en vos y llamarte para ver cómo amaneciste !!
- TIENE LA VOZ RONCA CUANDO TE LLAMA POR LAS MAÑANAS !!!1!11!1!1!!!!!!
- amas su voz, you can’t get enough of it. (yo la más yanki)
- “amor, sonríe” TE TOMA FOTOS HACIENDO CARAS GRACIOSAS TT
- su carrete esta totalmente repleto de fotos tuyas de videollamadas que tienen <3 le encanta mirarlas cuando se siente solito, así siente que estás con él.
- tengo el presentimiento de que siempre tiene mal internet, así que espera muchas imágenes con pixeles y cortes mientras hablan ):
- en el video solo muestra un 25% de su rostro porque siempre tiene el celular muy pegado a su cara,,,
- “pero no te veo” dice cuando haces lo mismo, y no puedes resistirte ante su rostro porque te parece lo más lindo del mundo cuando te pide que te alejes más de la cámara para poder verte.
- le gusta mucho hablarte cuando están lejos, cuando él tiene algún partido en otro sitio y no puede dormir bien, te llama por videollamada antes de irse a dormir.
- de repente estás hablando con él y sale pedri en pelotas atrás en el fondo 💀
- nunca quiere colgar ): te quiere seguir viendo, así que muchas veces hacen facetime mientras duermen.
- casualmente llevaban 15 horas de llamada TT
- “cuelga tu”
- “no, cuelga vos”
- “no. mejor cuelga tu…”
- “ok paz”
nota: gracias por el pedido, espero que te guste anon 💗
#fc barça#barça tumblr.#gavi x reader#gavi barcelona#gavi#gavi blurb#pablo gavi#gavi imagine#gavi headcanons#gavi hcs#pablo gavi headcanons#pablo martín páez gavira#gavi x pedri#pablo gavi x you#gavi x you#gavi x vos#pablo gavi x y/n#gavi x tu#pablo gavi x reader#gavi tumblr
72 notes
·
View notes
Text
Volví a casa con la sensación de una absoluta soledad.
Generalmente, esa sensación de estar solo en el mundo aparece mezclada a un orgulloso sentimiento de superioridad: desprecio a los hombres, los veo sucios, feos, incapaces, ávidos, groseros, mezquinos; mi soledad no me asusta, es casi olímpica.
Pero en aquel momento, como en otros semejantes, me encontraba solo como consecuencia de mis peores atributos, de mis bajas acciones. En esos casos siento que el mundo es despreciable, pero comprendo que yo también formo parte de él; en esos instantes me invade una furia de aniquilación, me dejo acariciar por la tentación del suicidio, me emborracho, busco a las prostitutas. Y siento cierta satisfacción en probar mi propia bajeza y en verificar que no soy mejor que los sucios mounstros que me rodean.
(…)La vida aparece a la luz de este razonamiento como una larga pesadilla, de la que sin embargo uno puede liberarse con la muerte, que sería así, una especie de despertar. ¿Pero despertar a qué? Esa irresolución de arrojarse a la nada absoluta y eterna me ha detenido en todos los proyectos de suicidio. A pesar de todo, el hombre tiene tanto apego a lo que existe, que prefiera finalmente soportar su imperfección y el dolor que causa su fealdad, antes que aniquilar la fantasmagoria con un acto de propia voluntad. Y suele resultar, también, que cuando hemos llegado hasta ese borde de la desesperación que precede al suicidio, por haber agotado el inventario de todo lo que es malo y haber llegado al punto en que el mal es insuperable, cualquier elemento bueno, por pequeño que sea, adquiere un desproporcionado valor, termina por hacerse decisivo y nos aferramos a él como como nos agarraríamos desesperadamente de cualquier hierba ante el peligro de rodar en un abismo.
8 notes
·
View notes
Text
𝐂𝐈𝐄𝐑𝐑𝐄 𝐃𝐄 𝐀𝐂𝐓𝐈𝐕𝐈𝐃𝐀𝐃 ;
El torbellino de ideas que la atormenta a diario jamás han sido barrera para aquella intención aguda que guía los pasos de la líder Malkavian. Su vestimenta pulcra y elegante no condice con el lugar sombrío en el que se fuerza a encontrar asiento sobre un mueble de antaño, firme como nunca con sus muñecas cruzadas sobre sus rodillas. Pasar de los años ha sido poco benevolente, pero aún así, encuentra cierto disfrute en aquella espera que nunca sabrá cuando dictará su final.
Cuando escucha el eco de tacones en la lejanía, simplemente lo sabe. Quizás ha ignorado las señales hace tiempo, pero por primera vez en décadas, todo en sí parece abrazarse a las pequeñas partes de su historia. El fracaso siempre fue inminente, más nunca lo esperó de aquella manera.
— Entendí que la estima sólo lleva a la decepción. Tal vez subestimé su ingenio, Anastasia.
Una risa corta y seca proviene de la Lasombra, quien sólo baja la mirada para observar aquellos diamantes que reposan sobre un pedazo de terciopelo.
— ¿No le resulta vergonzoso? Ocultar todos los crímenes que ha cometido de una forma tan amateur.
— Me parecería peor fingir ser algo que no soy.
Simples palabras bastan para despertar la rabia en la mujer de Osaka. Mano ocupada se cierra en un puño, apretando con fuerza lo que sujeta hasta que cae en cuenta de su reacción. No tarda en recomponerse, pero la transformación sobre sus facciones es demasiado obvia.
— Es tarde para amenazarme con algo tan poco creíble. Hasta los chiquillos saben que es posible aprender otras disciplinas.
Aiko la observa con tanta intriga como satisfacción, tomando la pulsera de oro que carga en mano izquierda, recubierta por diversos diamantes que ha encontrado en el pasar de las décadas. Un regalo de su mentor, Hinata.
Ahí donde todas las adversidades apostaban contra ella, él había encaminado su futuro. Pero de nada sirve lamentarse si poco ha logrado con el poder que se le ha transferido.
— No creeré que me llame aquí sólo para amenazarme con eso. ¿Acaso va a arrastrarse hasta el suelo y rogar por la misericordia de los chiquillos como Naoki o Wilhelmina? Todos saben que a los de su calaña no se interesan más que por su propio poder.
Se sabe inocente de los casos de diablerie. Pero al mismo tiempo, tiene todas para perder frente a quienes han terminado por derribar todo en su tablero paso a paso.
— Sin nadie a la cabeza, alguien debe perderla por todas esas tradiciones que han roto los últimos meses. Es lo que alguien de su estirpe honraría por sobre todas las cosas.
— ¿Puedes distinguir la verdad de la mentira, Anastasia? ¿O ya estás tan perdida en las sombras que no puedes ver la luz?
Todo para Anastasia es conveniencia. En especial cuando el destello de algún recuerdo que cruza sobre la mente de la salvaje logra resplandecer en sus iris. No hay perdón frente a quienes la abandonaron.
Sus brazos reposan detrás de su espalda, y sólo para evitar seguir observándola es que gira a su alrededor.
— Terminará humillada. Escape o muera.
— Nunca prestaste atención a lo vital que es la lealtad.
— Y tú la aprendiste del menos indicado.
Cuando la Lasombra abandona también sus formalidades, debe obligarse a tomar un segundo antes de continuar.
— Nunca estaremos de acuerdo en eso. Pero terminarás aprendiendo que es cuestión de supervivencia. Tus ideales te llevarán a la ruina, Anastasia. Pero si eso es lo que eliges, no seré yo quien te detenga.
— Tokyo ya está bajo la sombra del Sabbat y la Camarilla es una reliquia del pasado que se desmorona ante nuestros ojos. La unidad no bastará para proteger tu territorio cuando el Sabbat avanza implacablemente.
— Prefiero caer luchando por lo que es justo que ceder ante el caos del Sabbat.
— La noche será testigo del cambio.
Sus miradas vuelven a cruzarse por última vez, en lo que la Malkavian se pone de pie frente a la contraria.
— Eres tan ignorante.
Su sonrisa irónica es fría, y punza cada parte de quien recibe el insulto, mas se traga el rencor hasta que la ve cruzar el umbral de la puerta una última vez. Sellar el lecho de muerte luego de todo lo que luchó no es fácil. Pero cuando partes turbias de la mente manejan la realidad de otra forma, es sencillo irse con la frente en alto.
𝐀𝐂𝐋𝐀𝐑𝐀𝐂𝐈𝐎𝐍𝐄𝐒 𝐎𝐎𝐂.
⦾ Los sucesos narrados son de conocimiento OOC.
⦾ El tiempo límite para cerrar toda interacción correspondiente a la actividad actual será hasta la publicación de la siguiente, a las 14 HRS GMT-6.
⦾ Cualquier consulta, les recordamos que estamos a su disposición y a tan solo un mensaje de distancia. ¡Nos seguimos leyendo!
10 notes
·
View notes
Text
El rubio abre los ojos, sintiendo la luz de la mañana en su cara. Mira a su alrededor y recuerda la noche anterior, sonríe.
Puede ver a una joven pelinegra desnuda a su lado, con el cabello resuelto y durmiendo tranquila.
— Incluso durmiendo te ves hermosa...— murmuró sin esperar una respuesta de la joven.
Observo el techo de la habitación, se encontraba pensativo. Pensaba en él, en Sophie, en su futuro. No lo pensó dos veces y se levantó. Buscando por toda la habitación sus pantalones y su demás ropa para cambiarse. Se puso los zapatos y sin despertar a Sophie salió del lugar para ir a su casa.
Al llegar, mira la fachada de la pequeña casa de madera. Siento quizá está la última vez que vuelta a estar ahí. Sin más, entra y se dirige a su habitación, se acerca a su cama y saca debajo de está un folder gris.
— ¿Walter? ¿Eres tú?— se escuchó la voz de Kitty por el pasillo.
Pensaba en ir a buscar a Kitty pero ella ya se encontraba en el marco de la puerta. Ella lo mira por un momento y luego a lo que tiene en las manos.
— ¿Qué es eso? — pregunto preocupada la castaña.
Ella se acercó a Walter y le arrebato el folder de las manos. "DIVORCIO" decía en letras grandes en la primera página, con la firma de Kitty, y a un lado su firma.
Él suspira frustrado por su comportamiento y la mira, logrando ver lágrimas caer por sus mejillas.
— Por fin te voy a dar lo que tanto querías.— explico Walter.
— Walter, por favor. ¿Por qué me haces esto?— pregunto la castaña dolida.
El suelta una risa por su comentario, parece que olvidó que lo engaño hace un tiempo.
— Lo hago porque amo a otra mujer.— confesó Walter.
— ¿Es por Sophie? ¿Es por ella, verdad?— pregunto con la voz quebrada.
- Obviamente.
— Esa hija de...
— ¡Hey! —alzo la voz, acercándose a ella de manera desafiante—. Ni se te ocurra insultarla eh
— ¿Cómo no quieres que lo haga, Walter? ¡Si me robo a mi marido!— exclamó exaltada la ex esposa Fane.
— ¿Ella te robo a tu marido?— el rubio suelta una risa de burla—. Ella lo único que hizo fue amarme. Tú arruinaste este matrimonio acostandote con Charles Townsend.
— ¡Fue un error!— explico tratando de controlar sus lágrimas.
— Eso ya no importa.— dijo sin darle importancia y se dirigió a la puerta.
— ¿A dónde vas? Walter.... ¡Walter!
Kitty comenzó a seguirlo por toda la casa hasta que llegaron a la entrada de está. Y antes de irse Walter le dedico unas últimas palabras a su ex esposa.
— Adiós Katty, espero que seas feliz con alguien más, así como yo lo seré con Sophie.— dijo con sinceridad a Kitty, antes de dar la vuelta y seguir su camino.
— No... Walter, Por favor.... ¡Walter!
La castaña lo siguió eufórica, sin dejar de llorar. Pero Walter ni siquiera la volteaba a ver, hasta que Kitty cae al suelo y su llanto es aún peor.
Después de varios minutos caminando hacia la casa de Sophie, Walter suspira, sintiéndose liberado después de mucho tiempo.
Al llegar, puede ver a Sophie con una bata larga de color durazno, con las mejillas rosadas y el cabello aún desordenado, esperándola en la puerta. Para Walter ella se veía adorable.
— ¿Walter?— lo llamo con duda en su voz.
— Ahora soy solo tuyo mi querida Sophie.— extendió los brazos sin dejar de acercarse a ella.
El rubio le sonríe y los ojos de Sophie se llenan de lágrimas ante sus palabras. Una sonrisa ilumina su rostro.
— Oh Walter.
Ambos se abrazan, y él le da pequeños besos en todo el rostro, Sophie suelta una suave risa ante su gesto de cariño.
Completamente enamorados y con ganas de comenzar una nueva vida juntos.
7 notes
·
View notes
Text
La revelación: Capitulo 1
Era una fría mañana en el reino de Trébol, cuando los rayos del sol entraron por las cortinas de la habitación de los reyes, Nightmare el Rey, sus huesos plateados se iluminaban con los rayos de luz que caian en el, movió sus manos atravez de las sábanas buscando algo, cuando encontró una mano cálida y suave no pudo evitar sonreír.
Abrio sus ojos y vio la figura de su amada reína Error, quien dormía tranquilamente a su lado.
Bajo la vista y llevo su mano libre hasta su vientre hinchado.
Nightmare suspiro, habían pasado 7 meses desde que su reina y el se habian enterado de que serian padres. La oscuridad que una vez lo cubrió se había contraído a su vientre y actuado como una capa protectora.
Segun él medíco real no habia peligro para el o él bebé, lo cual fue una alegría. Aunque su oscuridad se ponía agresiva con cualquier persona que intentará acercarse mucho a su vientre, solo su Reina era capaz de acercarse.
Nightmare dejo de mirar su vientre y miro el techo de su habitación.
Había pasado la mayoría de su embarazo en su cuarto por recomendación del médico y por la paranoia de su esposo.
Error se había vuelto muy protector, hasta el punto de gruñirle a las sirvientas que lo ayudaban a bañarse. Y aunque Nightmare pensaba que era sexy ese lado de su Reina, no pudo evitar extrañar un poco su libertad.
Suspirando nuevamente, Nightmare pudo sentir como Error comenzaba a despertar.
– ¿Mi Rey...?– Pregunto Error con suavidad mientras se frotaba los ojos.
–Buenos días, Mi Reina...– Dijo Nightmare mirando a su esposo con una sonrisa cálida.
–¿Cuanto tiempo llevas despierto?– Pregunto Error mientras se acurrucaba al lado de su pareja y ponía la mano en el vientre de Nightmare, la oscuridad se movió y envolvió la mano de la reina, en señal de aprobación.
– No mucho... unos 5 minutos.– Informo el Rey mientras rodeaba a Error con su brazo.
La pareja se quedó un rato en silencio en esa posición, felices de estar juntos. Hasta que el sonido de la puerta de su dormitorio sonar los saco de su burbuja.
– ¿Mis Reyes? Es Killer.... vengo a buscarlos para la reunión...– Escucharon la voz del Jack de Trébol, Killer, al otro lado de la puerta.
Nightmare parpadeo y luego tomo aire ¡Hoy era la reunión! Lo había olvidado por completo.
Cada 10 meses los Reyes y Jacks se reunían en uno de los reinos para discutir rutas de comercio, la continuación de la paz entre los reinos y ponerse al día en la vida de cada uno.
Esta vez la reunión seria en Trébol.
¿Y lo peor?
Su hermano.
El Rey de Diamante.
Hace años había fingido su muerte y cambiado su nombre, su hermano ahora pensaba que el era el asesino de su preciado hermano mayor. No sabía como reaccionaría al saber la verdad.
Nightmare no se había dado cuenta que había comenzado a temblar hasta que su reina lo sujeto de los hombros.
–¡Mi Rey! Respire... mírame a mi...– Dijo mientras tomaba el rostro de Nightmare con sus manos y lo obliga a mirarlo.
El esqueleto embarazado respiro de forma rápida y profunda mientras trataba de calmarse.
– ¿Mi Rey? ¿Mi Reina? ¿Esta todo bien?– Dijo con preocupación Killer al otro lado de la puerta, listo para entrar.
–¡Estamos bien, danos un momento!– Dijo Error mientras miraba en dirección a la puerta por un segundo y luego volvía a su esposo.
–E-Error... yo...– Trato de hablar Nightmare pero su voz no salia.
– Tranquilo mi Rey... entiendo... no te preocupes, Yo y Killer estaremos a tu lado en todo momento, no dejaremos que se te acerque...– Trato de tranquilizar Error a su Rey.
Nightmare abrazo el pecho de su Reina y respiro hondo. Después de muchos años tenía miedo nuevamente como cuando era un niño, pero sabia que Error y su Jack lo protegerian con lealtad. Eso lo tranquilizo.
–¿Estás listo?– Pregunto Error mientras acariciaba la cabeza de su Rey.
Nightmare solo asintió con la cabeza y se separó de su esposo.
Ambos se levantaron de la cama y se vistieron formalmente.
Aunque a Nightmare no le gustará tenía que usar un vestido para estar cómodo con su gran barriga.
–Te vez hermoso~– Dijo la reina con un traje formal, era de las pocas veces que no usaba un vestido.
–Los vestidos te quedan más hermosos a ti...– Dijo Nightmare con un suspiro.
–¡Tonterias! Te vez hermoso y más con nuestro hijo en tu vientre~– Error dejo un beso en la frente de su Rey.
Nightmare se sonrojo suavemente y miro a otro lado.
–Ahora vamos, no hagamos esperar a la tormenta...–Le extendió el brazo a su Rey.
Nightmare sonrio suavemente, sabía que en el fondo a su reína le gustaba el drama. Tomo su brazo y salieron del cuarto donde los esperaba Killer.
–Buenos días, mis Reyes~– Sonrio y con un suave movimiento hizo una reverencia.
–Buenos días a ti tambien, Killer... ¿Estamos llegando tarde?–Dijo el Rey.
–Aun tenemos unos minutos antes de que empiecen. Aun tenemos tiempo...– Informo Killer.
– Perfecto. Guíanos entonces... –Dijo Error.
Killler asintió con la cabeza y se hizo a un lado para que sus reyes fueran al frente. Error y Nightmare comenzaron a caminar seguidos muy de cerca por su Jack, el cual miraba con atención a todos los sirvientes que saludaban a la pareja.
No paso mucho tiempo para que llegaran a una puerta de color verde oscuro. La sala donde se está celebrando la reunión de los reinos.
Nightmare respiró hondo y agarro con más fuerza el brazo de su Reina, el cual le dio una sonrisa suave en respuesta.
Killer espero la señal de su Rey y cuándo la obtuvo abrio la puerta.
----------
La sala de juntas estaba llena con un trio de soberanos qué correspondían cada uno a su reino.
El reino de Corazón. Gobernado por el Rey Sans, la Reina Red y el Jack Lust se encontraban en la esquina de la mesa de reuniones conversando tranquilamente entre ellos, sin molestar a nadie.
Luego estaban los gobernantes del Reino de Espada. Reaper el Rey, Geno su Reina y Cross su Jack; ambos reyes estaban teniendo una discusión, o mejor dicho, la reína le estaba gritando al rey por haberle tocado el trasero en público mientras Cross trataba de calmarlos.
El Reino de Diamante era el que seguía. Siendo liderados por, Dream su Rey, Ink su Reina y Blue el joven Jack. El Rey y el Jack trataban de que su reina no hiciera drama por no haberlo dejado traer a su mascota.
Solo faltaban los anfitriones de esta reunión.
Fue la Reina Geno (Quien dejo de gritarle a su marido), quien se dio cuenta que aun no habían llegado.
–¿Donde esta Error?– Pregunto a Cross enun tono bastante alto.
–Vi a Killer ir a buscarlos, dijo algo de que estaba con su Rey, algo de estar en reposo...– Informo Cross a su Reina.
–¿Nightmare esta enfermo? Esto es inusual... – Hablo Sans mientras se recostaba en la silla.
– Error no me contó nada en nuestras cartas... ¡No debe de ser nada grave!– Tratode sonar positivo Blue.
– Se merece estar enfermo y más...– Gruño en voz baja el Rey Dream con bastantemal humor.
De pronto la puerta de la sala de reuniones se abrio y todos giraron sus cabezas hacia esa dirección.
El primero en entrar fue Killer quien se paro recto y anunció la llegada de sus reyes.
–¡El Rey y Reina de Trébol están aquí!– Dijo en voz alta.
Lo siguiente que vieron los presentes los dejo en shock.
Un Error con traje, sin vestido, entrando a la habitación con los brazos entrelazados con un hermoso esqueleto de huesos plateados y pupilas moradas que vestia un bello bestido estilo imperial, pero lo que más sorprendió a los presentes es su gran barriga de embarazada.
–Perdón por la demora... mi Rey necesita reposo.– Hablo Error rompiendo el silencio que se había hecho presente.
–Error... ¿Quien es el...?– Pregunto suavemente Reaper mirando a el nervioso esqueleto qué abrazaba el brazo de la Reina de Trébol.
–¿Es por eso el silencio? Ya pensaba que era algo grave... como que el estúpido de Ink había iniciado una guerra...– Bufo molesto.
–¡Oye! ¡Vuelve a repetir eso narcisista!– Gritó Ink con molestia.
–Cuando quieras, vomito de tinta~– Sonrio de forma larga y malvada.
–Suficiente. ¿Error podrías presentar al esqueleto?– Dijo Sans en un tono cansado.
–¿Que? Pero si Killer ya lo presento... es mi Rey, Nightmare...– Dijo mientras sonreía y apoyaba el costado de su cabeza sobre la coronilla de su esposo.
–¿¡QUE!?– Gritaron casi todos los presentes.
Todos excepto Dream.
Nightmare y Dream estaban teniendo un concurso de miradas.
Dream tratando de procesar lo que tenia en frente y Nightmare tratando de que las hormonas del embarazo no lo dominarán y se pusiera a llorar.
–¿N-Night...?– Dijo el Rey de Diamante mientras se paraba de su asiento.
Killer se puso delante de sus reyes, bloqueando la vista de todos.
–¿No se supone que tenemos que hablar de mierdas de comercio y de mantener la paz? Hagamos eso... sus preguntas pueden ser respondidas luego.– Dijo fríamente.
Todos parecian despertar de su shock y asintieron suavemente.
Error acompaño a su pareja hasta su asiento al lado del Reino de Espada y de Corazón, lejos de Diamante.
Nightmare quien no habia dicho nada desde que había llegado, lo cual era bastante inusual para todos, se aclaro la garganta.
–Quería iniciar la conversación, ofreciéndole al Reino de Corazón un intercambio...- ¿Rey Dream, podría tomar asiento?– Pregunto Nightmare con un tono aburrido en su voz.
El Rey de Diamante había permanecido de pie, mirando a Nightmare, se encogiócomo si le hubieran pegado un puñetazo ante el tono de este y lentamente tomo asiento en silencio.
–Ehm... okay... ¿Que tipo de intercambio propones, Nightmare?– Hablo la Reina de Corazón, Red.
La charla rápidamente se reanudó en la sala entre los reyes buscando sacar provecho de las posiciones de los otros.
Pero Dream no se unió, permaneció en silencio y mirando el suelo con los ojos abiertos como platos, nadie parecia notar el desconcierto del Rey con excepción de un monstruo.
–¿Mi Rey? ¿Esta bien?– Diko el Jack Blue mientras ponía una mano en el hombro de su Rey, haciendo que este se sacuda.
Dream miro a su Jack con los ojos nublados, luchando por no llorar ahí mismo.
–E-Es Night... todo... t-todo este tiempo era e-el...–Dijo en voz baja y temblorosa.
Blue miro a su Rey y luego a Nightmare. Había escuchado el relato de la trágica muerte del hermano de Dream a manos del Rey de Trébol. Pero ahora resultaba que todo esté tiempo habían sido la misma persona, Blue entendía el shock de Dream.
–Mi Rey... entiendo que este desconcertado... quizás abrumado... pero debe ser fuerte. Recuerde que ahora esta representando al Reino...– Hablo en un tono serio y maduro para alguien de su edad hacia su Rey.
Dream respiro hondo y asintió, podría resolver sus problemas luego. Y se aseguraría de que Night no se escapara esta vez de la conversacion.
-------
Esto no es CANON
Gracias por leer, no se si lo continuaré pero espero que les guste~
#undertale au#alternate universe#au#ut au#cardverse#cardverseut#sans au#undertale multiverse#dreamtale#undertale aus#reapertale#aftertale#error sans#passive nightmare sans
3 notes
·
View notes
Text
Es muy difícil dejarse sentir cuando toda la vida has estado acostumbrada a reprimir y dejar esas emociones para después, cuando haya que enfrentarlas. Es pura mentira porque esa emoción no es como si se guardara y después se sintiera, sino que cada día sientes parte de eso, como en dosis pequeñas, hasta que se vuelve un sentimiento mucho más grande que después te colapsa.
Tuve un año que me dejó de aprendizaje que no debo reprimir nada, porque finalmente el no vivir el duelo hacía que no sanara y terminaba volviendo a lo mismo, a lo que me hacía daño porque según yo "no sentí nada". Recuerdo a mi mejor amiga, ese 2 de diciembre diciéndome "Ana, no vayas por allá porque sé que vas a regresar mal", yo, convencida de que no sentía nada, terminé yendo. Esa noche pasaron muchas cosas y justo ahí me di cuenta que sí sentía, pero yo no quería aceptarlo. Todo diciembre pasé con mis peores crisis te ansiedad, me dolía el pecho todos los días, no era capaz de respirar y solo me sentía bien cuando estaba borracha y nada de lo demás me importaba, en esos momentos yo solo lo besaba mucho y le decía "te amo" porque yo solo lo quería cuando no estaba sobria, él igual a mí. Eso me llevó a que cada vez que lo iba a ver yo compraba alcohol para verlo. Al despertar, sobrios, cuando caía la fachada, éramos como dos desconocidos que tuvieron que juntarse.
Te voy a decir algo, no sé por qué me siento tan mal, no sé por qué mis manos tiemblan y sudan cuando te veo, no sé por qué se siente tan mal cuando me hablan de ti, ni siquiera soy capaz de escuchar tu nombre y no sentir un vacío en el pecho. No sé por qué se sintieron como cinco puñaladas el saber que tus papás ya conocían a tu nueva novia. No sé por qué no soy capaz de avanzar y me quedo constantemente en el 14 de enero, cada palabra ya me la aprendí de memoria, recuerdo incluso cómo se sentía la distancia entre los dos.
Han pasado ya casi dos meses y no he dejado de odiarte. Debes estar enojado porque no te saludé ese día, pero ¿Cómo puedes siquiera pensar en que iba a saludarte?
Si de algo estoy segura es que no quiero volver contigo, me alegra mucho que hayas aprendido a tener una novia y aunque me duele ver que a mí no me trataste así, en ningún momento ha pasado por mi cabeza el querer que vuelvas para que me trates así. Quiero pensar en que esto me está afectando solamente porque estoy aburrida y no tengo en quién más dedicar mi tiempo. Quizás para algunas personas sea fácil "bloquear" pensamientos y simplemente dejarlos ir, pero cuando eres una persona con ansiedad tu mente trabaja a una velocidad en la cual no te da tiempo para pararlos.
Yo solo quisiera que la tranquilidad fuera suficiente para mí y no tener la necesidad de buscar vivir otras emociones.
38 notes
·
View notes
Text
Dentro de ti — K.SJ fanfic
Capítulo 1
Cuando An Yuri abrió los ojos esa mañana lo primero en lo que se fijó fue que estaba en otro lugar que no era su habitación, pues aquel techo era mucho más alto que el de su casa. Y la principal y más notoria diferencia que le sacó de toda duda sobre si se había confundido: su póster de Jin de BTS no estaba en su lugar, justo sobre su cama, acompañado de estrellitas fluorescentes de decoración.
Miró cautelosamente a su alrededor. Recordaba perfectamente haberse ido a la cama la noche anterior y sabía que era su cama. ¿Estaría confundida? No. Estaba segura de que la noche anterior no había hecho nada más que eso, además, aquella habitación no la conocía en lo absoluto.
Se incorporó levemente, apoyándose sobre sus codos, e inspeccionó mejor la estancia, pero algo la hizo sobresaltar y sintió su coriazón latir desbocado. Había una chica durmiendo a su lado. Una chica de cabellos dorados y rostro bastante hermoso, pero que se le hacía totalmente desconocido. Y eso no era la peor parte.
Aquella mujer desconocida estaba totalmente desnuda, únicamente tapada con una sábana.
Lentamente comenzó a entrar en pánico. ¿Qué era lo que había hecho la noche anterior? ¿Cómo es que había acabado durmiendo junto a una chica desnuda? La verdad era que nunca había tenido problemas con la gente homosexual, pues pensaba que cada persona debía de amar a quien quisiese, pero jamás se había planteado a sí misma su sexualidad. O sea, sabía que le gustaban los hombres, ¿pero las chicas?
Sacudió su cabeza de un lado a otro, intentando alejar aquellos abrumadores pensamientos, y una segunda cosa llamó su atención. Quedó sin respiración al ver que su cuerpo no era parecido al suyo, en absoluto. No tenía pechos, sino pectorales, y su abdomen estaba regado de músculos. Incluso su piel le pareció de un color ligeramente más moreno. Sin embargo, lo que más le llamó la atención fue un bulto cubierto por las sábanas, justo sobre su pelvis.
Tragó saliva y levantó una mano para mirarse. Ya no era pequeña y delicada, era grande y de dedos largos.
Se terminó de incorporar y pudo divisar un espejo de cuerpo completo junto a la puerta de la habitación, por lo que, con sumo cuidado, se levantó y caminó hasta él manteniendo los ojos en el techo, temiendo lo que se pudiera encontrar si miraba hacia abajo. Cuando se miró se dio cuenta de que no sólo su cuerpo no era suyo, sino que su rostro tampoco.
Pestañeó un par de veces, como si aquello la hiciera despertar de aquel sueño en el que pensaba que estaba. Se acercó más al cristal y se observó de cerca. Sabía de quién era ese rostro, lo había visto múltiples veces, y no era de cualquier persona.
Era de un hombre mundialmente hermoso.
Sin quererlo, sus ojos se fueron hacia abajo, encontrándose con algo que precisamente no quería ver y sus mejillas se enrojecieron violentamente. Aplanó sus labios y volvió a mirar el techo a la vez que comenzaba a dar pequeños golpes en el suelo con su pie derecho.
Esto no es real. Se repitió varias veces a sí misma, intentando convencerse de que todo no era más que producto de su gran imaginación.
— Hyung, ya es hora de despertar. —la puerta a su lado se abrió de pronto.
Un chico notoriamente menor apareció en el umbral y se le quedó viendo con los ojos muy abiertos y una expresión de horror. Su cabello casi negro estaba despeinado y tenía los ojos levemente hinchados.
— ¡Ah! —exclamó, retrocediendo inmediatamente y cerrando la puerta.
— ¡Ah! —gritó Yuri al mismo tiempo, cubriendo su cuerpo, que no era suyo, en sus partes íntimas.
Y finalmente supo que su voz era mucho más grave, una voz masculina que en algún momento le había sacado suspiros, pero que en ese mismo momento le aterraba.
— ¿Por qué te miras desnudo en el espejo? —gritó con pánico el chico menor desde el otro lado de la puerta— Creo que estás llevando el egocentrismo demasiado lejos.
— ¿Qué? —fue lo único que atinó a decir.
— ¿Jin?
Su corazón se detuvo al escuchar una tercera voz. La chica rubia acababa de despertar con todo el revuelo de los últimos segundos y se había incorporado levemente. La sábana había resbalado por su cuerpo y sólo le tapaba hasta la cintura.
Yuri se giró lentamente y se encontró con el rostro confundido de la mujer desconocida. Trago saliva y soltó un suspiro tembloroso, quitando inmediatamente los ojos de los pechos de la rubia. Realmente no quería ver eso.
— ¿Qué ocurre? ¿Estás bien? —insistió.
No respondió nada, pues realmente no tenía palabras para explicar que justo aquella mañana había despertado en el cuerpo de un famoso al que idolatraba desde hacía años.
A cualquiera le sonaría como un chiste, un pésimo chiste, como los que acostumbraba a hacer Jin.
— ¿Por qué Jungkook gritó? —la mujer se levantó y se plantó frente a ella— ¿Estabas mirándote desnudo?
De manera inevitable, Yuri paseó sus ojos por el cuerpo de la chica, y le pareció exuberante, pero inmediatamente corrió los ojos y se giró, dándole la espalda.
No habían pasado más de cinco minutos y ya estaba harta de ver cuerpos ajenos desnudos. Con suerte había visto el suyo, aunque rápidamente alejaba la vista del espejo porque se sentía avergonzada.
— ¿Estás bien, cariño?
La chica estiró sus brazos con la intención de rodearla y abrazarla, pero Yuri se alejó inmediatamente, como si fueran dos polos iguales de un imán.
— Creo que debo ir al baño. —murmuró con voz temblorosa.
Dio grandes zancadas, porque su nuevo cuerpo se lo permitía, hasta otra puerta que había dentro de la habitación, suponiendo que era el baño, y cuando abrió la puerta cerró los ojos por un momento ya que se había encontrado con un montón de ropa y colgadores.
— Jin, el baño es la puerta de al lado.
Sin mirar atrás, abrió la siguiente puerta y se encerró dentro.
Estuvo un momento con la luz apagada, porque sabía que si la encendía se encontraría nuevamente con su reflejo, y no estaba preparada para verlo de nuevo. Aunque las inaguantables ganas de orinar le hicieron dudar.
Claro, cuando te acabas de levantar te dan ganas de orinar. Pensó, sintiéndose estúpida.
Y tuvo que encender la luz, porque la idea de orinar a ciegas, sin saber realmente dónde estaba el inodoro, y encima siendo hombre, no le pareció buena. No quería dejar un desastre.
Se acercó al inodoro, ignorando su reflejo en los grandes espejos del baño, y con un poco de recelo bajó su mano. Los hombres orinaban de pie. Tenía que sostenerlo, aunque de todas formas ya estaba erecto. Ahogó un grito cuando lo sintió contra la palma de su mano y cerró los ojos, dando grandes bocanadas de aire.
Era increíble que su primer acercamiento sexual con un hombre fuera de ese modo.
Agarró con un poco más de confianza el miembro, soltando todo el aire que tenía acumulado en sus pulmones, y apuntó hacia el inodoro. Tuvo dos problemas: el primero era que por más que intentaba apuntar hacia abajo, le era prácticamente imposible sin sentir dolor, y el segundo lo descubrió cuando retrocedió un paso y haciendo cálculos mentales se había atrevido a predecir dónde caería la orina si mantenía el miembro como estaba y simplemente no salió nada.
Los hombres no pueden orinar con el pene erecto. Lo sabía desde hace un tiempo, aunque no se relacionaba prácticamente con hombres, porque lo había aprendido en las pésimas clases de educación sexual que le habían impartido en la escuela.
Lo soltó inmediatamente y se limpió la mano en sí misma. ¿Qué iba a hacer? No podía salir así de la habitación, y ni siquiera del baño porque estaba aquella mujer, y no podía ignorar las tremenda ganas de orinar que sentía.
Caminó hasta el lavamanos y se mojó la cara con agua fría. Se observó en el espejo, su rostro no era su rostro, y la verdad nunca, ni en sus más locas ocurrencias, había imaginado que la tendría.
Frunció el ceño de repente. ¿Quién era aquella mujer y por qué llamaba cariño a Jin?
Jin no tenía novia, ¿o sí?
Se tapó la boca cuando se dio cuenta de que mantenía una relación secreta. Y se sintió decepcionada de que pudiese esconder algo como eso.
— ¿Hyung? —escuchó otra voz masculina al otro lado de la puerta.
Esa voz también la conocía.
— ¿Todo bien? —insistió el chico al no escuchar respuesta.
¿Qué diría Jin en un momento así? No lo sabía. Pues lo conocía, pero sólo la imagen que mostraba al público, aquella con la que hacía chistes malos y se adulaba a sí mismo por ser tan guapo.
¿Sería así realmente?
— ¿Acaso no puedo admirar la belleza de mi cuerpo con tranquilidad? Además, el mocoso de Jungkook debería aprender a tocar la puerta antes de entrar.
— Hyung, tú mismo le dijiste que no lo hiciera.
— ¿Ah, sí? —su voz salió ligeramente más aguda que antes.
Hubo un momento de silencio. Sentía que la había cagado con ganas y ahí se dio cuenta de que no se le daba bien actuar de una manera diferente a su forma de ser.
— ¿Namjoon? —preguntó después de un rato, pensando en qué el chico se había marchado.
— Sólo ven a desayunar, hyung.
— Sí. —respondió con un suspiro tembloroso, estaba dispuesta a salir del baño, pero miró su cuerpo desnudo hacia abajo y volvió a ruborizarse— Oye, ¿puedo hacerte una pregunta extraña?
— Dime.
— ¿Cómo bajas tus erecciones matutinas?
(...)
La mesa del comedor donde todos desayunaban se mantenía en un absoluto silencio, todos los chicos se miraban entre ellos preguntándose lo mismo con la mirada:
¿Qué le pasa a Jin hyung?
En cambio, Yuri comía con la mirada fija en la mesa. Había podido orinar, sí, pero después de diez minutos encerrada en el baño porque no lograba bajar esa maldita erección, pues cuando le preguntó a Namjoon cómo hacerlo se había largado a reír y le había dicho que le esperaría en la mesa.
Quien también le miraba extraño era la chica rubia, cuyo nombre descubrió era Hwang Haneul y que, como había supuesto cuando estaba en el baño, era la novia de Jin. Estaba sentada a su lado y Yuri evitaba su mirada a toda costa porque no se podía quitar la imagen mental de ella desnuda.
Como si tener que ver al mismísimo Kim Seokjin desnudo no fuera suficiente.
Ya se había preguntado varias veces si estaba soñando, pero ¿cómo podría tener un sueño tan lúcido? Todo lo que estaba sucediendo le parecía completamente real y las caras de los otros miembros eran muy parecidas a las que ella ya había visto un par de meses en los fanmeeting. Incluso, Yuri aseguraría que eran iguales.
Por todo ese rato se había olvidado de algo importante. No se había preguntado qué había ocurrido con su cuerpo o dónde estaría la conciencia de Jin, porque estaba totalmente ausente en su cuerpo.
Eso hasta que su celular negro comenzó a vibrar sobre la mesa. Haneul se lo había llevado hasta allí después de vestirse. Tragó saliva y corrió sus ojos con miedo hacia la pantalla. Conocía el número que estaba marcando.
Era su número.
El número del celular de An Yuri.
Estiró la mano hacia el teléfono y lo silenció, dejando que la llamada continuara hasta que se cortara, simplemente porque no estaba preparada para enfrentar ni una cosa nueva más. Durante esa mañana habían sido muchas cosas nuevas.
— ¿Quién es? —preguntó Haneul a su lado.
Yuri se encogió de hombros, con los ojos fijos en su cuenco de arroz.
— No lo sé.
— ¿No vas a contestar? —preguntó otro chico en la mesa. Yoongi.
— No. —respondió rápidamente, negando con la cabeza.
Vio que todos se dedicaron miradas extrañas, pues lo más extraño era cómo estaba actuando Jin.
Después de un nuevo momento de silencio en el que todos se miraban extrañados, Namjoon se atrevió a hablar.
— En media hora debemos estar en la empresa.
Todos se pusieron de pie, a excepción de Haneul y Yuri, que todavía no acababa de comer. Y ambas se quedaron solas.
La rubia no apartaba su mirada penetrante de Yuri, haciéndola sentir extremadamente nerviosa, pues sentía que ella más que todos se había dado cuenta de que había algo extraño con su novio, sobretodo el hecho de que se demorara tanto en comer, cuando Seokjin siempre era de los primeros en terminar. Por su parte, Yuri se echó todo el arroz que le quedaba en el cuenco y con las mejillas expandidas por la comida se atrevió a hablar por voluntad propia en mucho rato:
— Me iré a vestir, creo que…
— Sí, me iré a casa. —le interrumpió Haneul.
Y la rubia se puso de pie, tomó sus pertenencias que había dejado la noche anterior por ahí cerca, le dio un beso en la sien a Yuri y se marchó, sin decirle lo molesta que se encontraba porque, al igual que su novio, prefirió no hablar sobre lo que le ocurría.
Si había algo que le molestaba a Haneul era la falta de comunicación y, hasta esa mañana, lo estaba llevando bien con Jin.
Yuri se apresuró en dejar sus cosas en la cocina, donde Taehyung lavaba lo que habían ocupado, y se encaminó hacia su habitación, o sea, la habitación de Jin, donde había despertado hace un rato. Cerró la puerta con llave, con miedo de que Jungkook quisiera volver a entrar sin tocar antes, y se pasó la mano por el rostro repetidas veces.
¿Qué era lo que estaba haciendo ahí? Se suponía que a esa hora debería estar en clases en la universidad.
¡La universidad!
Tomó el celular negro, que gracias a Dios se desbloqueaba con la huella digital porque de otra forma no hubiese podido, y buscó entre el registro de llamadas, allí donde estaba su número. Tragó saliva, un poco indecisa, pero sabía que tenía que ponerse en contacto con la persona que estaba en su cuerpo para que así actuara de la manera más natural posible, así que cuando estuvo a punto de llamar de vuelta sintió un par de golpes en su puerta.
— ¡Hyung! —exclamó Jimin al otro lado— En cinco minutos llegan a buscarnos, eres el único que falta.
— ¡Ya voy! —respondió.
Negó con la cabeza y dejó el celular de lado, pero no se iba a olvidar de llamar de vuelta cuando se encontrara nuevamente a solas. Se levantó y buscó en la puerta que —ahora sabía— era el armario algo que ponerse. Pasó sus dedos entre los colgadores sin estar totalmente convencida de lo que podría usar.
¿De qué forma tenía que vestirse? ¿Cómo estaría vestido el resto?
Tuvo miedo de asomar la cabeza hacia el pasillo para averiguarlo, pues el resto de los miembros lo seguiría mirando extraño. Así que simplemente buscó algo casual. Terminó sacando unos jeans, una camiseta de talla grande y unas zapatillas, todo del mismo color: negro. Porque, a pesar de que no era su color favorito por ser muy oscuro, lo consideraba algo versátil. Se arregló el cabello en el espejo y se puso un cubrebocas blanco. Y antes de girarse se encontró con un lindo reloj color plata que reposaba en un exhibidor acolchado sobre la cómoda, así que también se lo puso.
— ¡Ya era hora! —Yoongi puso los ojos en blanco al verla aparecer por el pasillo.
Yuri no respondió nada, en cambio pasó su mirada sutilmente por el resto de los miembros y se sintió ligeramente agradecida de verlos a todos vestidos de manera casual.
— ¿Por qué te vistes igual que yo? —demandó Jungkook.
En efecto, ambos llevaban prácticamente lo mismo, con la única diferencia de que el menor llevaba unos pantalones deportivos. Yuri trago saliva y se preguntó qué respondería Jin en ese momento.
— Tú te vistes como yo porque yo nací antes.
Los miembros ahogaron una risa. Todos, incluyendo Yuri que ya se estaba sintiendo tonta, sabían que era una respuesta estúpida, por lo que no dijeron nada al respecto, a excepción de Jungkook, que tenía la intención de seguir reclamando.
— Ya, Kookie, basta. —Hoseok se puso en medio de ambos con una sonrisa y luego se giró hacia Yuri con una expresión totalmente seria que sintió que le caló hasta los huesos. Una expresión que desapareció inmediatamente cuando la miró de arriba hacia abajo— Hyung, te pusiste el reloj que te regalé. Creí que no te había gustado.
Yuri bajó la vista hacia su muñeca, donde brillaba el accesorio plateado, y sonrió tímidamente.
— Me gusta.
— ¿En serio? Porque cuando te lo di por tu cumpleaños me dijiste que nunca habías visto algo tan feo y realmente me sentí mal…
La expresión de la chica cambió a una de horror. ¿En serio Jin había dicho algo como eso? Entonces, si no le había gustado, ¿por qué lo tenía tan bien mantenido y sobre la cómoda?
Soltó una pequeña risa nerviosa.
— No sé de qué hablas.
— Ya están aquí. —intervino Namjoon.
Yuri soltó sutilmente el aire que estaba acumulando y se puso en marcha junto con los otros miembros. Prefirió mantenerse en silencio durante el resto del camino, pues aparte de no saber qué decir, no sentía verdaderas ganas de hablar. Todavía estaba afrontando esa nueva y extraña realidad en la que se encontraba en ese momento. ¿Cómo es que había terminado en algo tan turbio? ¿Cómo era siquiera que algo así pudiese estar sucediendo? Porque su mente era de An Yuri, pero el cuerpo era de Kim Seokjin.
¿Kim Seokjin estaría en su cuerpo en ese mismo momento o estaría otra persona? Porque existía también la posibilidad de que muchas personas hayan intercambiado sus cuerpos y ella haya quedado en el cuerpo de Jin, pero Jin en el de otra persona. ¿Y si el que estaba en su cuerpo en ese momento era un psicópata o algo así? Se alarmó al imaginar que le podría haber hecho algo a su familia.
Cuando llegó a la empresa se bajó en silencio y caminó desde la calle hacia la entrada, y al pasar su mirada entre la multitud que la rodeaba vio una cara conocida y palideció. Fue como verse en un espejo, claro que ella en ese momento no estaba dentro de su cuerpo, pero lucía un poco diferente. Llevaba una capucha y un pantalón deportivo gris, un conjunto que le habían regalado para su cumpleaños número dieciséis, hace al menos tres años, que estaba guardado en el fondo del armario y que seguramente debía de oler a guardado. Esa otra Yuri, o la persona en el cuerpo de Yuri, tenía una expresión de desagrado, muy inusual en ella porque siempre andaba sonriendo, y tenía el ceño fruncido y el labio inferior tirado levemente hacia adelante, como si estuviese haciendo un puchero que no se veía para nada tierno.
Tragó saliva al verse a sí misma, pero no tuvo la oportunidad de detenerse, pues la estaban empujando suavemente para que entrara lo más rápido posible a la empresa. Giró su cabeza para seguir mirando y aquella persona dentro de su cuerpo le miraba molesta, como si quisiese ir a golpearle la cara por algo que ella ni siquiera tenía la culpa.
Miró nuevamente hacia adelante cuando estuvo frente a las puertas de cristal, sintiendo su corazón acelerado, y no tuvo más opción que hacer como si nada hubiese ocurrido.
#bts army#bts jin#fanfic#bts fanfic#español#jin#kim seokjin#escritos#historia#fanfiction#bts#bts jungkook#bts jimin#bts jhope#bts taehyung#bts namjoon#bts suga#heterosexual#soft
7 notes
·
View notes
Text
𝙉𝙊 𝙎𝙊𝙔 𝙔𝙊 (2)
» Temática: SKZ Han x Lectora (Uso de la segunda persona "tú") » Género: Angst. Hurt/Confort. Final feliz. » Warning: Menciones a problemas con la comida. Inseguridades. Mención a la ansiedad. NO PROOFREAD. » Tipo: Mini serie. | 2.296 palabras.
» Masterlist «
PARTE 1 | PARTE 2 | PARTE 3 - FINAL
En apariencia, todo había vuelto a la normalidad.
No habías vuelto a llorar —aún— y esa noche, Jisung te encontró dormida en la cama como tantas otras veces. Creyó que era verdad y lo habías perdonado, porque en cuanto enrolló sus brazos en torno a tu cuerpo, no lo apartaste. La presión en el pecho remitió un tanto, bajo la promesa de compensarte cada día de su vida a partir de ese momento.
Pero a la mañana siguiente, al despertar y no verte a su lado —siendo las siete de la mañana y consciente de que empezabas a trabajar a las once—, supo que algo iba mal. Miró el móvil: Nada. Ni un mensaje de buenos días, ni una llamada perdida. Silencio.
Bajó corriendo las escaleras hasta el recibidor, encontrándose allí a Jeongin, que se había pasado por la casa de los cinco para desayunar con el grupo. Sin embargo, nadie parecía haberse despertado, y el maknae se estaba tomando un café a sorbitos pequeños con la mirada perdida y el cabello revuelto.
Cuando vio a Jisung, sonrió y le indicó que se sentara con él en el sofá. La televisión emitía uno de los programas de variedades que presidía Yoo Jae Suk. No es que alguien le estuviera haciendo caso, en realidad.
— ¿Cómo es que estás levantado tan temprano? No es propio de ti. —le preguntó Jeongin.
Jisung se encogió de hombros y le contó que no estabas.
— Estoy preocupado. —se sinceró—. Siempre me da un beso cuando se va, y me deja un mensaje con cualquier tontería en el teléfono.
— Ugh, no hace falta que me restriegues que tienes a alguien que hace eso. Es asqueroso.
— Lo digo en serio, Innie. —se miró las manos—. Esto no es normal.
— Quizá se le ha olvidado. —le restó importancia el menor—. O quizá tenía prisa. Pueden haber sido muchas cosas.
— Ayer… —se mordió el labio inferior, indeciso de si debía contárselo—. Ayer le falté al respeto. Todo por esto. —se señaló la frente.
I.N frunció el ceño, intentando averiguar a qué se refería. Al percatarse del problema, abrió mucho la boca.
— ¡Ahhh! ¿Fue por eso? Estaba enterado de la situación gracias a Minho, pero no del motivo que desencadenó el problema. —se cruzó de brazos—. ¿En serio? ¿Por un grano que puede quitarse con Photoshop? ¿Tú me has visto la cara? Soy un grano humano cada dos por tres y, ¿me oyes quejarme?
Así que Minho se había ido de la lengua en cuanto cruzó la puerta de la casa… Genial. Estupendo. Todos sabrían lo que había pasado. Los chicos sabrían lo increíblemente idiota que era Han Jisung. Felix lo miraría con disgusto, y Seungmin lo juzgaría hasta el fin de los tiempos. Y si se juntaba con Hyunjin, el resultado sería incluso peor.
— No sé qué me ocurrió, Innie. Tuve un momento de histeria, me bloqueé y la herí en el proceso. Ayer la llamé…
— ¿Pordiosera? ¿Muerta de hambre? ¿Mendiga? ¿Vagabunda? ¿Sin estilo?
El corazón de Jisung tocó fondo, y las lágrimas empezaron a picarle en los ojos. Era más grave de lo que pensaba.
— Creía que lo entenderías, Innie…
— Lo único que entiendo de lo que he visto esta mañana cuando se ha marchado tras saludarme es que has metido el pie en arenas movedizas, y es posible que mueras en ellas antes que lograr que te perdone. Tendrías que haberle visto la cara.
— ¿Tú no podrías hablar…?
— Ah, no. —Jeongin negó con la cabeza, serio—. No voy a meterme en vuestras peleas. Ni yo ni nadie lo hará. Sé que con el tema de la ansiedad y demás te ayudamos y te protegemos, pero en esta cagada estás solo. Aprende un poco a valerte por ti mismo.
Fue como una bofetada en toda la cara, pero sabía que tenía razón. No podía involucrar al grupo en asuntos tan personales sin dañarlos en el proceso. Era uno de los requisitos que aceptó cuando pidió que te mudaras con ellos. Se llevó las manos al rostro, estresado. Estaba en blanco y apenas lograba respirar con normalidad.
— ¿Y qué hago? —preguntó con un hilo de voz.
— No lo sé, hyung, pero tienes que hacer “algo”. Hacerla sentir querida, valorada. El problema es el dinero y la imagen, ¿no? Asegúrale que no te importan tanto. Pero créetelo, no lo digas por decir.
— Vale… eh… —la cabeza del rapero iba a mil por hora—. Pensaré en algo. Sí, lo haré.
En ese mensaje había tres cosas que hicieron que las alarmas se le disparasen: La primera, el uso de su nombre completo. Ni un “cariño”, ni un “Hannie”. Solo “Jisung”. La segunda, “tu casa”. TU casa. Se había excluido de la ecuación. Y la tercera y más importante: No le habías dicho “te quiero”. Tu siempre terminabas con un “te quiero”, un “te echo de menos”, un “necesito mimitos” … Algo. Siempre.
Las manos empezaron a temblarle, y el labio inferior no podía estar más rojo y despellejado por el incesante mordisqueo ansioso. No, no, todo estaba mal y no tenía ni idea de cómo arreglarlo.
Tu casa, tu casa, Jisung, Tu casa, Jisung, Jisung…
Esta constante se alargó durante una semana más, y la situación empezó a afectarle seriamente dentro y fuera de casa. Se había vuelto lento en las prácticas, fallaba notas a la hora de grabar y colisionaba con los demás en coreografías que ya tendría que tener asumidas. A pesar de las miradas de Minho que le pedían estrictamente que se dejara de tonterías y se centrara en lo importante, nadie se atrevió a sacarle el tema. Aún quedaba poco más de un mes para el nuevo comeback.
Tampoco cabe explicar que, en el fanmeeting que se celebró tres días después del incidente, nadie, ni fans ni staff, se percató del grano que tanto revuelo había causado. El maquillaje de las estilistas obró milagros, y en caso de notarse algo en las fotos, fueron retocadas de manera profesional.
Al ver que el centro del problema había tenido una solución tan sencilla, Jisung se hundió incluso más en su desesperación. El lunes siguiente por la noche, tras un día de descanso, el líder del grupo sacó al rapero de su ensoñación en el sofá.
— ¿Jisung? —preguntó Chan, desde la cocina—. La cena está casi lista. Ven a poner la mesa.
— Sí, claro, voy… —dijo de manera automática.
No se había movido de allí en lo que llevaba de día, ya fuera viendo la televisión, jugando a algún juego de móvil o hablando con los miembros que pasaban. No quería ir a la habitación y recordar una vez más el daño que te había hecho. Si se quedaba solo, su mente entraría en una espiral tóxica de la que le sería muy difícil salir.
La comida no era nada ostentosa, tan solo arroz y bulgogi con una sopa de miso que Minho les había traído el día anterior. Si estuviera bien, Han ni parpadearía mientras se llenaba las mejillas de carne y legumbres. No obstante, ahora, allí, junto a los chicos que charlaban animadamente, se sentía fuera de lugar. El estómago se le revolvió y apartó el plato suavemente.
No tenía hambre. No sabía si volvería a tener en el futuro próximo.
¿Cómo podía haberlo fastidiado tanto? ¿Cómo podría solucionarlo a largo plazo? La puerta de la entrada se abrió, y de ella emergiste tú cargada con la mochila del trabajo y la bolsa de la comida de mediodía.
—¡Hola, chicos!
— Hey. —saludó Chan en inglés sin despegar la vista de la sopa. Estaba disfrutando demasiado de la comida como para permitirse levantar la cabeza.
— ¿Cómo ha ido? —quiso saber Changbin.
— ¡Bien! El mismo rollo de siempre. Papeleo, papeleo, jefes gritando… Un día normal. —depositaste la fiambrera de cristal en el lavavajillas y te apoyaste en la encimera, encarándolos.
Han no la miró, no quería enfrentarla. Sabía que lo había hecho mal y estaba seguro de que en el momento en que vuestras miradas se cruzaran, se pondría a llorar. Hyunjin sonrió.
— Si trabajaras para nosotros, el sueldo y los jefes serían mejores. —te tentó. ¿Por qué daba la sensación de que sabía algo que los demás no?
Soltaste una carcajada.
— ¿Y tener que veros no solo en casa, sino en el trabajo? No, gracias. —le sacaste la lengua—. Lo siento, pero ya estoy bien donde estoy. De hecho… No os lo he contado, pero, ¡he conseguido un segundo trabajo! Puede que tarde un poco más en llegar a casa, y saldré algo más temprano… Aun así, eso significa más dinero para mí.
— ¡Eso es genial! Seguro que puedes hacerlo. —Changbin aplaudió—. Cuando tengas un día libre que coincida con el nuestro, ¡hay que celebrarlo!
— ¡Claro! —miraste la hora—. Vaya, ya es bastante tarde. Tengo que irme a dormir ya si quiero descansar para mañana.
— ¿No comes? —preguntó Chan, extrañado.
— He comido tarde, si te soy sincera. —te encogiste de hombros—. Así que no, no tengo hambre. Desayunaré algo mañana y ya está. ¡Buenas noches!
Pasaste por al lado de Jisung sin ninguna clase de contacto físico, cosa que todos los presentes notaron. Han enterró la cabeza entre las manos. Notó la mano de Hyunjin en la espalda, intentando consolarlo.
Este tipo de interacción llegó casi al mes. ¿Cómo lo soportó Jisung? Bueno, ni él mismo lo supo. Te despertabas temprano, salías sin decir una palabra y lo máximo que interactuabas con él eran castos besos a la hora de dormir. Ni siquiera lo mirabas a los ojos más de tres segundos seguidos. Habías palidecido un poco, quizá bajado unos quilos de peso, pero todos podían ver una rara determinación en tus ojos. ¿En qué estabas pensando?
Chan te interceptó en la escalera una noche cuando volvías sin comer del trabajo. Empezaba a tener suficiente de tu actitud esquiva con su compañero.
— Oye. —dijo, más serio de lo que pretendía—. Quiero hablar contigo.
— ¿Por qué? Si no pasa nada—
— ¡Y una mierda! —exclamó entre dientes. Cerró los ojos, tratando de contener la rabia que burbujeaba en su pecho. Respiró hondo y tiró de la manga de tu camiseta—. Vamos, hablemos en la cocina.
Dudaste. No porque no quisieras hablar con él, sino porque sabías que tendrías que explicarle el porqué de tu actitud con todo lujo de detalles. Y ahí te rendiste. Te dejaste caer en la silla frente a la de Chan y mientras jugueteabas con el extremo de tu camisa, rehuías su mirada imperativa. No tuvo que presionar demasiado para que al final soltaras lo que te rondaba por la cabeza, y cuando lo hiciste, la cara del chico pasó de la sorpresa a la incredulidad y después soltó una carcajada.
— ¿En serio? ¿Eso es lo que estás intentando hacer? No quiero faltarte al respeto, pero considero que es una estupidez. Conoces a Han: Te quiere con locura. Y no justifico lo que te dijo… Sin embargo, creo que ya lo has torturado suficiente.
— Solo quiero estar a su altura. —enrojeciste.
Jisung no debía estar despierto a esas horas. Al rodar sobre su lado de la cama, descubrió que aún no habías llegado y frunció el ceño. ¿No se suponía que llegabas sobre las once? Sentía la boca seca, así que bajó al primer piso… Y se detuvo en seco el escuchar voces en el interior.
— No se trata de estar a su altura, ¿sabes? —escuchó decir a Chan.
— Lo sé. Nunca lo estaré, al menos de manera económica.
— Vivís en mundos diferentes. Todos nosotros vivimos en un mundo diferente al tuyo.
— Sí. Por ese motivo debería dejarlo ir cuanto antes.
Han se llevó una mano a la boca, anonadado. Las lágrimas se le desbordaron por las mejillas en aquel instante, y rápido como el rayo se dio media vuelta y regresó a la habitación. Sus suposiciones eran ciertas. Planeabas dejarlo. La ansiedad creció a tal punto que, en medio del pasillo, tuvo que sentarse a intentar recobrar el aliento. Respiraciones cortas entre las rodillas, sí, así era. Una adentro, una afuera… Series de cinco, o de diez, dependiendo de la necesidad. Esta vez necesitó veinte.
La peor parte fue sentirse traicionado por quien se suponía que era su amigo. ¿Te estaba incitando a que te fueras? ¿Por qué no lo ayudaba a él en vez de perjudicarlo? Debía hacer algo. No estaba dispuesto a perderte a casi dos años de relación, no cuando sabía que eras el amor de su vida y que jamás lograría recuperarse de una ruptura así.
Te necesitaba como se necesita respirar.
En la cocina, la conversación seguía normal y completamente inadvertida.
— Pero… —añadiste—. No voy a hacerlo a menos que él me lo diga. Quiero demostrarle que soy digna de estar a su lado. Como has dicho, es estúpido. Quizá estoy reaccionando de manera infantil…
— Pues sí.
— Vale, gracias Chris, ya sé tu opinión, era una frase retórica.
— Mira. —puso los codos sobre la mesa y cruzó los brazos—. Es verdad, estoy metiéndome donde no me llaman. Pero lo que ocurre es que estás con uno de mis amigos, que está en mi grupo de música, a quien todo el mundo conoce. Y esto está afectando a su carrera.
Bajaste la cabeza.
— Lo siento.
— No te disculpes. Son cosas que pasan. Es por eso que voy a ayudarte. ¿Has dicho que cobras mañana de los dos trabajos?
— Sí. Me he embolsado un buen pellizco, aunque estoy bastante cansada. ¿Cómo pretendes ayudarme?
— Iré contigo a donde quieres ir. Necesitas a alguien con sentido de la moda.
— Auch.
— Es la verdad. Y I.N está de promoción individual, así que… Soy el único que conoce tu secreto.
Soltaste una risa por lo bajo.
— Te odio. —le espetaste.
— Sabes que no, pero finjamos que sí.
.
.
.
Tercera parte mañana~
Taglist: @shuporanporang
© LUNEARTA, 2024. 𝘕𝘰 𝘦𝘴𝘵á 𝘱𝘦𝘳𝘮𝘪𝘵𝘪𝘥𝘢 𝘭𝘢 𝘤𝘰𝘱𝘪𝘢 𝘵𝘰𝘵𝘢𝘭 𝘰 𝘱𝘢𝘳𝘤𝘪𝘢𝘭 𝘥𝘦 𝘤𝘶𝘢𝘭𝘲𝘶𝘪𝘦𝘳𝘢 𝘥𝘦 𝘮𝘪𝘴 𝘰𝘣𝘳𝘢𝘴 𝘦𝘯 𝘯𝘪𝘯𝘨𝘶𝘯𝘢 𝘱𝘭𝘢𝘵𝘢𝘧𝘰𝘳𝘮𝘢.
#stray kids#skz#stray kids x reader#fanfic#bang chan#hyunjin#han jisung#han x reader#han jisung x you#han jisung x reader#skz han#skz jisung#stray kids han#han skz
10 notes
·
View notes
Text
Sokushi Cheat ga Saikyou Sugite, Isekai no Yatsura ga Marude Aite ni Naranaindesu ga HD Anime Japonés (My Instant Death Ability Is Overpowered) Eps. 1 al 12
- Descripción: Al despertar en un caos absoluto y una carnicería durante un viaje escolar, Yogiri Takatou descubre que todos en su clase han sido transportados a otro mundo. De alguna manera, él mismo había logrado dormir durante toda la terrible experiencia, perdiéndose el Don: poderes otorgados a los demás por un misterioso Sabio que parecía transportarlos. Peor aún, él y otro compañero de clase fueron abandonados sin piedad por sus amigos y utilizados como cebo para distraer a un dragón cercano. Aunque no le molesta demasiado la idea de morir, decide de mala gana proteger a su único compañero. ¡Después de todo, un humilde monstruo de nivel 1000 no tiene ninguna posibilidad contra su poder secreto de invocar Muerte Instantánea con un solo pensamiento! Si puede permanecer despierto el tiempo suficiente para molestarse en usarlo, eso es... Disfruta de nuestro contenido y entra a nuestra web como redes sociales para ver mucho mas.. El siguiente contenido a ver no es de nuestra autoría los derechos están reservados al autor de la obra y al estudio de la adaptación Episodio 01 Episodio 02 Episodio 03 Episodio 04 Episodio 05 Episodio 06 Episodio 07 Episodio 08 Episodio 09 Episodio 10 Episodio 11 Episodio 12 Catalogo 2024 Series de Anime Esperamos que les guste el contenido recuerda compartir lo y dejar tu DONACION eso nos apoyara Read the full article
#IsekainoYatsuragaMarudeAiteniNaranaindesuga#MyInstantDeathAbilityIsOverpowered#SeriesdeAnime#SokushiCheatgaSaikyouSugite
3 notes
·
View notes
Text
El llamado del hogar
Resumen
Johnny ama dar, siempre ha buscado que Kenshi tenga todo lo que quiere y más. Es experto en desarmar a Kenshi para darle justo lo que necesita, a veces despierta en él deseos que no sabía que tenía.
Johnny quiere una familia.
Kenshi se la quiere dar
English version here
─── ❖ ── ✦ ── ❖ ───
Tags
Charla de Almohada ☆ Cría ☆ Contenido sexual implícito pero muy poquito ☆ Peluda Doméstica ☆ Amo mucho a esos idiotas
─── ❖ ── ✦ ── ❖ ───
La vida de Kenshi ha cambiado mucho.
Es agradable despertar en una cama calientita y acogedora acurrucado al lado de la persona que le gusta, sin la urgencia del reloj sobre su cabeza. Solía despertar angustiado por el tiempo, en una cama vacía, apenas tibia, testigo de un sueño escaso.
Kenshi se siente afortunado de que los dolores en sus músculos se deben a hematomas causados por el agarre posesivo pero amoroso de Johnny sobre él y no por las brutales palizas de disputas territoriales o porque fue niñera del sujeto equivocado.
Agradece cada mañana despertar con el no tan sutil aroma de la pasión en su lecho, donde la fragancia de Johnny se entrelaza con la suya, recordándole que Johnny es su refugio. Aún si odia el aliento matutino, prefiere mil veces ese aroma sobre el amargo y ácido olor a alcohol, cigarrillos y sexo ajeno en una habitación demasiado pequeña.
Kenshi ama poder compartir su día con alguien sin el temor de cometer un deliz que pueda costarle la vida, o peor aún, alguien cercano a él.
Darse cuenta de lo mucho que ha cambiado es abrumador. Gracias a Johnny ha aprendido a abrir su corazón y construir lo que tanto deseó por mucho tiempo, un hogar. Por fin, ha encontrado uno.
Y es en esta nueva versión de su vida en que el miedo a perderlo todo lo atormenta sin tregua, como un zumbido molesto al fondo de su mente.
Toda su vida ha servido a un propósito ajeno a sus anhelos, fue un perro de pelea, fue un guerrero y ahora es un líder. Nunca tuvo la oportunidad ni el tiempo de desear algo más, fue criado para cumplir.
Con Johnny, ha descubierto el placer de querer más, de entregarse por completo a ese sentimiento. Se ha vuelto mimado, anhelante de aún más cariño y cuidado. Quizás por eso, ahora, ante la mera noción de pérdida se siente tan vulnerable y débil.
Lo odia
─── ❖ ── ✦ ── ❖ ───
Johnny está siendo especialmente salvaje hoy, golpea a Kenshi con un ritmo feral como el de un perro en celo que Kenshi cree que ha durado horas, robándole el aliento y reemplazando sus gemidos con sollozos rotos. Aún cuando es doloroso seguir porque Kenshi se siente como un nervio expuesto ardiendo en carne viva, ruega por más, porque se ha vuelto adicto a la sensación de estar abierto y lleno. El deseo primario por hacer sentir bien a Kenshi impulsa a Johnny a adorarlo constantemente con palabras dulces, susurrándole al oído lo perfecto y especial que es para él. A Kenshi se le destrozan las entrañas y se le desgarra el corazón con las atenciones de Johnny.
Johnny se tambalea hacia adelante, comienza a fallar en su ritmo, ahora es áspero y desordenado, se acerca a Kenshi para preguntarle ¿si está cerca?, las caricias descuidadas pero bien intencionadas arrojan a Kenshi un poco más por ese delicioso precipicio, todo comienza a ser demasiado, siente que va a desmayarse.
Pero es la necesidad cruda en la voz de Johnny lo que regresa a Kenshi de su casi estado de éxtasis. Johnny no parece darse cuenta de que está hablando en voz alta, está perdido en el placer persiguiendo algo, una fantasía fugaz, implora si puede correrse dentro, se aferra desesperadamente a Kenshi, un abrazo de oso que enjaula a Kenshi, se siente pequeño y protegido. La tensión es demasiada y en un gemido agudo como si hubiera sido herido, Johnny susurra, lo suficiente fuerte para que Kenshi alcance a escucharlo.
"Desearía poder embarazarte"
En cuanto esas palabras escapan de los labios de Johnny, Kenshi duda, no sabe si salieron más por la fiebre del momento o porque realmente reflejan los sentimientos más profundos de Johnny, una necesidad silenciosa que desconocía. Se siente genuina, la voz de Johnny es desesperada y ansiosa, crudamente seria. Johnny quiere algo y Kenshi no puede resistirse a dárselo.
Asiente sin decir nada y anima a Johnny, elevando sus quejidos para mostrar su disposición a entregarse por completo, aparentando sus entrañas para que Johnny se derramé dentro de él, como tanto quiere.
─── ❖ ── ✦ ── ❖ ───
Están sudados, pegajosos y ciertamente tener los 85 kilos de tu musculoso novio aferrado a ti como un koala es agotador, pero Kenshi no quiere moverse, su pequeña burbuja alejada de todo es demasiado cómoda para molestarse por sentirse asqueroso.
Acaricia la espalda de Johnny, suavizando los esporádicos temblores que agitan sus músculos. En silencio, Kenshi siempre se regocija al saber que es él quien provoca que Johnny tardé en recobrar el aliento después de sus encuentros. Sus dedos trazan suaves senderos sobre la piel de Johnny, explorando cada curva con atención. Disfruta mucho trazar un mapa mental del cuerpo de su amante, es relajante y cariñosamente íntimo.
Kenshi no puede evitar perderse en pensamientos sobre lo que ocurrió hace un momento. Sigue reviviendo las sensaciones y sonidos, procesando si todo fue real porque parece demasiado bueno para alguien como él , un dilema con el que sigue peleando, su pasado lleno de dolor y sangre aun nubla su juicio para aceptar las cosas buenas en su vida. Como las palabras de Johnny, por alguna razón la mención apasionada de Johnny por querer embarazarlo provoca que su pecho se caliente, su núcleo gira de una manera extraña y nueva.
No puede quedarse con la duda
—¿Johnny?—Pregunta con cautela, esperando la respuesta amortiguada de Johnny por estar recostado sobre su pecho. Aún no se han despegado un centímetro, demasiado perezosos para siquiera intentarlo.
—Cinco minutos más, Kendoll, por favor…— murmura Johnny, parece un niño y eso a Kenshi le da ternura, se siente paternal. Es tonto, pero evoca un sentimiento nuevo que lo estremece, alimentado por las palabras que iniciaron todo.
—¿Puedo ser raro contigo?— pregunta Kenshi con timidez en su voz. El miedo persiste, no es por temor a perder, sino por el anhelo de revelar algo que quizás solo sea una fantasía y no algo más.
—Kenny, no te diré que no si me pides que me ponga ese traje de conejo—bromea Johnny con ternura, intentando aligerar la atmósfera. No funciona porque Kenshi siente el rubor subir a sus mejillas y parece reprenderse mentalmente, esto es importante.
—No, no se trata de eso — Tal vez es por el tono amenazante o dolorosamente serio de Kenshi, pero Johnny inmediatamente se endereza y busca su mirada (jeje sí, irónico lo sé), esto es algo serio, no quiere que Kenshi le oculte algo por creer que lo toma todo como un juego.
—Ey, cariño, sabes que era solo una broma ¿verdad?. Puedes ser raro todo lo que quieras conmigo, siempre —dice Johnny, reuniendo el tono más gentil y comprensivo que puede, tranquiliza a Kenshi lo suficiente como para que lance su pregunta.
Kenshi respira, y obliga a sus nervios a calmarse. Es Johnny, está bien, puede hacerlo.
—Tú...¿quieres embarazarme?
Por un tiempo solo hay silencio
Son los 10 segundos más largos e insoportables que Kenshi ha experimentado en su vida, se siente como un idiota y ya está casi listo para retractarse y pedir disculpas, queriendo huir y enterrarse en el agujero más cercano porque su cerebro imagino cosas.
Pero entonces la voz de Johnny interrumpe su vergüenza.
—Sí
¿Qué?
— Lo quiero, Kenshi—confiesa Johnny. No esperaba que su pequeña fantasía saliera de esta manera. Había evitado a toda costa imaginar en la posibilidad de formar una familia con Kenshi. Lo ha pensado por un tiempo desde ese viaje a Japón, cuando Kenshi mostró una paciencia y atención ridículamente increíbles hacia uno de los hijos de su clan.
El pequeño no podía tener más de cinco años, y lloraba por no poder comprender porque estaba en una reunión con puros adultos aburridos que hablaban ruidosamente entre sí. El llanto fue bastante malo como para ignorarlo y Kenshi se acercó al pequeño.
Johnny temía que la firmeza de Kenshi fuera demasiado para el pobre niño, pero quedó asombrado por la ternura y la paciencia con las que Kenshi lo trató, su novio era una cajita de sorpresas. No va a mentir, al principio, estaba celoso al ver cómo Kenshi mostraba un lado tan dulce y atento que nunca había compartido con él, Johnny se sintió desplazado. Sin embargo, esa incomodidad pronto se transformó en un anhelo al ver la calidez que desprendía Kenshi, su mente dio rienda suelta a escenarios hipotéticos en los que Kenshi tuviera una vida doméstica, un hombre atento como él, tenaz pero dulce, que siempre pone a otros antes que así mismo se vería muy bien criando a un niño o dos.
Johnny se dio cuenta de que Kenshi sería un padre maravilloso.
Un buen padre para sus hijos.
—Yo... mierda, sí, me encantaría jugar a la casita contigo, con todo el paquete incluido. Sería genial tener un mini yo corriendo por ahí, tardes de películas y pancakes con la receta de mamá, ¡sí, joder! Nuestro hijo sería el más rudo de la escuela, les patearía las pelotas a cualquier imbécil que se atreviera a molestarlo porque tendría los mejores padres del mundo que saben patear traseros.
Johnny se emocionó y comenzó a hablar acaloradamente, compartir su pequeño saco de fantasías con Kenshi era liberador.
—¿Un mini tú? Hay suficiente con un Cage en el mundo— Kenshi había estado escuchando atentamente. Se sintió aliviado, la horrible ansiedad que estrujaba sus entrañas se dispersó rápidamente al oír las divagaciones de Johnny sobre una familia. Le sigue el juego, hablar de esto se siente bien.
— ¡Oh, vamos! Amarías tener una versión pequeña mía.
—Tal vez.
Ríen y se acurrucan con más fuerza, la sonrisa tonta de Johnny calienta el corazón de Kenshi. Es tan cálido que duele, el amor duele y nadie le advirtió a Kenshi de ello.
—A mí no me molestaría tener un mini Takahashi.
Johnny se defiende y Kenshi no puede evitar la carcajada que se le escapa.
—Cuidado con tus palabras, se pueden volver realidad.
—Lo digo en serio, siempre y cuando no hereden tus ojitos de huevo cocido.
—Estás jodido si dejaría que nuestros hijos heredarán tu idiotez.
—Cualquier hijo nuestro merece mi encanto, Kendoll.
No puede evitarlo y Kenshi atrae a Johnny para un beso, un sí a todo lo que quiere, un sí a esto, un sí a un nuevo cambio en su vida. Es aterrador, pero sabe que estará bien porque Johnny está a su lado.
Johnny ama dar, siempre ha buscado que Kenshi tenga todo lo que quiere y más. Es experto en desarmar a Kenshi para darle justo lo que necesita, a veces despierta en él deseos que no sabía que tenía.
Johnny quiere una familia.
Kenshi se la quiere dar.
─── ❖ ── ✦ ── ❖ ───
Notas
Lo mismo pero en español porque es mi idioma madre ☆
#johnshi valentines day gift exchange#johnshivalentinesdayguftexchange2024#johnny cage#kenshi takahashi#fanfictions#español
4 notes
·
View notes
Text
Sí, te extraño. No he podido dejar de hacerlo, no he logrado dejar de pensarte todos los días. No es que no quiera, solo no he podido, siempre al despertar y al irme a dormir. Es difícil desenamorarme, si es que esa palabra existe. He llorado de impotencia muchas veces. Te creí todo y por eso me cuesta entender como de repente todo se fue, creía que las cosas estaban yendo bien. A veces creo que ni siquiera pasó por tu cabeza como me iba a sentir cuando supiera lo que hacías, pero es peor pensar que sí lo pensaste porque entonces, no te importó lo suficiente como para detenerte. Me dolió volver a sentarme en la banca dónde solíamos comer juntos, sonreí recordando tu risa, la forma en que me mirabas, y tus anécdotas, especialmente esa vez que hablábamos de nuestra infancia, pero ya no estabas ahí y la sonrisa se fue. Sólo yo sigo ahí, mirando el suelo, pensando; no estoy tan mal, pero no estoy bien, todo se siente muy raro. Antes te pedí que te quedaras y dijiste que lo harías, dijiste que en serio querías estar conmigo y hacer las cosas bien pero, te fuiste tan bruscamente que a veces me duele pensar que tal vez no era cierto. Lo admito, a veces quisiera buscarte, incluso ir a verte, pero simplemente no puedo, no debo porque tú decidiste irte, no quisiste seguir y sabías que me hice ilusiones. He escuchado rumores de que siempre hubo alguien más. Un amor del pasado, de tu pasado, y que estaban intentando volver. No sé bien que pensar y sea como sea, solo te pido que no le hagas lo mismo que a mí, ni a él ni a nadie, todos merecemos ser tratados bien, que nos quieran bien. A veces me pregunto si hice algo mal, qué me faltó o qué debo corregir pero en el fondo se que di lo mejor de mí, que te quise bien, nunca tuve malas intenciones y hablé con honestidad. Sin afán de sentirme más que nadie, creo que dejaste a un buen hombre, pero eres libre. Piensa bien en lo que haces, no solo te afecta a tí, también a los que te quieren. Sí, te extraño. Pero sé que no te interesa mucho, así que esto nunca te llegará, sólo será mi desahogo, de verdad quería que fuera contigo, pero tú no quisiste que fuera conmigo. Aún así te deseo el bien y todo el éxito del mundo, espero que logres todas tus metas y me sentiré orgulloso de verte cumplirlas.
Hasta siempre.
2 notes
·
View notes