#vuelve a las últimas dos líneas‚ yo que sé
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translucent-serendipity · 7 months ago
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anoche mi pasión desmesurada por b se mesuró un poco; otro que está a un paso de entrar en los ojs, ya veréis, otro niño perdido. y todo, todo! (bueno habrá otras razones pero) porque tiene un amigo y crush (ns si lío) ahí dentro. Bien que los criticaba hace unas semanas metido en mi cama! en fin. la frase esa de confiar en el proceso, ojalá poder aplicarla de forma global, pero no; en la historia y el devenir del mundo no se confía. se hace. en fin.
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t4dlat · 2 years ago
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#INTERVENCIÓN 11:                 𝘂𝗻 𝗮𝗺𝗶𝗴𝗼 𝗱𝗲 𝗼𝗿𝗼    
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 ↳ @lacupulaint​ 
hundido en la silla, su atención pasea por los distintos cuadros colgados en la sala. con el pulgar derecho rasca dorso de dedo anular, impaciente, hay cierto resguardo en el recordatorio de que no es el único sometido a un análisis psicológico. pasar desapercibido y concluir rápidamente con el intercambio, imagina, no puede ser un objetivo difícil de cumplir. 
...
— ¿cómo te sientes en este momento?
— eh. bien, normal —sostiene la mirada por tres segundos, suficientes para comprender que  respuesta no alcanza para convencer a la persona del otro lado. se reincorpora y relame apenas sus labios, disponiéndose a llenar los silencios:—. un poco hambriento, en realidad. no sabía que me llamarían hoy, así que estaba justo por ir a almorzar.  
— es un poco tarde. —la sonrisa del otro lado le hace pensar que lo está haciendo bien, que falacia contribuye a su causa.
— ah, sí. soy estudiante de artes, tenemos horarios distintos al resto de los mortales. —en especial por su dispersión e irresponsabilidad académica. sus labios se surcan también, mas mirada lo traiciona y viaja hasta el reloj de pared. la terapeuta parece no pasar por alto aquél detalle, y hace unas anotaciones en su libreta. 
— entiendo, pero es importante que nos hagamos un espacio para conversar. sobre ti, sobre lo que quieras contarme, sobre los últimos acontecimientos ocurridos en alabaster...
— ¿sobre lo de anastasia? —había escuchado que las entrevistas sondeaban aquél incidente, por lo que no espera una contestación para continuar hablando:— porque yo no la conocía —hay mentira y verdad en su respuesta. no recuerda más de un intercambio con ella, y aunque tuvo palabras que no fueron intrascendentes para él, no afirmaría que la pérdida haya sido un golpe particular hacia él—, tampoco a jack, ni jean... por eso no le veo mucho sentido a todo esto. —su espalda vuelve a caer contra el respaldo, lo rodean aires de desgano.
— no necesariamente debemos hablar sobre ellos, estoy aquí para ayudarte.
su mirada vuelve a viajar hacia el reloj de pared, en un movimiento tan fugaz como inconsciente.
— ¿podrías nombrar una o más emociones recurrentes en las últimas semanas?
separa los labios para contestar, pero le toma unos segundos identificar una respuesta. lleva la vista hacia los cuadros, uno de tonos azules y verdes es el que le otorga refugio. él habría usado tonos grises en este momento, en eso piensa:— no sé, cansancio. me anoté a cuatro asignaturas. —dos que ya había cursado.
— ¿tienes apoyos dentro de alabaster? —un asentimiento lento contesta la pregunta, y ante las nulas intenciones que el estudiante exhibe a la hora de añadir más palabras, linda wallace lo alienta a hablar:— ¿podrías nombrarlos?
la observa y uno de sus hombros se alza al instante, gracia invade de pronto:— tengo amigos, si es lo que quieres saber. hay muchas personas a las que podría recurrir si algo sucediera. 
— y eso... ¿con qué tanta frecuencia sucede? 
hay dos segundos de letargo, los finaliza trasladando su mirada a la pared y luego al reloj que parece moverse en cámara lenta:— no sé. repito, si necesitara hablar con alguien, tendría a quién acudir. —que vuelva a escribir intensifica su impaciencia. no cree estar mintiendo, no se trata de que considere que las personas a su alrededor no estarían dispuestas a dar una mano — — y sin embargo, no logra dar con un nombre al que haya pensado en dirigirse cuando, por ejemplo, el regreso a su hogar lo sobrepasó anímicamente. atribuye ese hábito a la (falta de) costumbre.
— ¿sientes que te cuesta confiar en los demás?
inhala aire con profundidad. la impaciencia causó que intensifique el rasguño en falange derecha al punto de que se provoca una herida pequeña, la cual esconde guardando las manos en las mangas de su buzo. sus movimientos no lucen como mucho más que un desperezamiento:— no, para nada.
la terapeuta hace algunas anotaciones, tensando sus labios en una fina línea antes de volver a mirarle. por un momento, el menor piensa que la entrevista está a punto de terminar, sin embargo, lo sorprende una nueva pregunta:— ¿te preocupa algo en este momento?
interrogante llega tan de imprevisto que provoca un instante de duda. taddeo se pregunta, apenas por ese momento en el que se sostienen la mirada, si la terapeuta está capacitada para lidiar con una respuesta genuina. si se quedaría callada de saber que no logra dar con un norte, y que jugar a que esa incertidumbre no existe a veces acaba con todas sus energías — — que el futuro le aterra, motivo por el cual sabotea cada cimiento en su presente, que ya no ahoga su consciencia para olvidar preguntas sin respuesta, ahora le gusta el estado al que se empeña en regresar ( al menos, disfruta el durante, porque el paso del tiempo no supo mejorar la sensación de auto-rechazo que nunca falta por la madrugada ). se pregunta qué diría si hablara, si tendría una receta para no extrañarse a sí mismo, para regresar el tiempo a la persona que era antes de que las leyes universales desencadenen una secuencia de malas decisiones que cayeron, una tras otra, como piezas de dominó, o quizás si sabría volver al momento posterior para lidiar con sí mismo de otra forma, sin conocer los beneficios de no verbalizar sus malestares, quizás si no habría experimentado lo sencillo que era avanzar sin dar entidad a que él también padecía el quiebre en seno familiar no habría confundido resiliencia con sanar, tal vez habría sido el momento ideal para permitir esos aires infantiles que, paradójicamente y en banales situaciones de su día a día, no tiene problemas para enseñar. vuelve a mirar el cuadro en la pared, y piensa en que ya sabe todas las respuestas que pueden darle. y tal como en el pasado, no desea escucharlas de alguien más. llena sus pulmones de aire y lo suelta un instante después, hastiado. hace una mueca de labios, y acaba sonriendo cuando una ocurrencia surge en su mente:— ahora mismo... no encontrar en la cafetería ningún muffin de los que me gustan. esos de... chips de chocolate, ¿sabes a cuáles me refiero? — — perdón... intento concentrarme, en verdad, pero es que se está haciendo un poco tarde y no hay mucho más que tenga para compartir.
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lyon-amore · 2 years ago
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¿Qué pasaría sí...? Duskwood Capítulo 9
Capítulo 8 -------------------------------------------------------------------------------------    
*Macie POV*
Me había despertado feliz en comparación con ayer. Hablar con Mister Hacker me había hecho muy feliz. Espero que no tarde en conseguir el número de Poke para poder ir a verle o que yo encuentre una pista nueva.
 De nuevo, era otro documento. Lo leo, parece un poco más detallado. Esto seguro que servirá para el hacker.
Trabajaba con una sonrisa en la cara, sabiendo que eso llamaba la atención de Lian y su sentido del romance. Solía mirarme de manera sospechosa, como si quisiera adivinar qué me hacía tan feliz. Usaba a Aiden como excusa cada vez que nos cruzábamos, solo para que no pensara que había otro hombre en mi vida. No quiero que descubra que Mister Hacker existe, no sin que él quisiera. Si su anonimato era importante, entonces no desvelaré que es él. 
Había logrado por fin hablar con Richy y su actitud hacia mí fue amigable. Estaba preocupado porque Jessy no se obsesionase con la legenda, que creyera que es real, que no se lo hiciera creer. Está un poco confundido conmigo, aunque me gusten las leyendas, no soy alguien que crea que son reales. Siempre hay una explicación detrás de casa historia y es lo que me gusta. Me puse a flirtear con él, para intentar llevarle a mi terreno de confianza. Al final acabó diciéndome que le gustaba. Otro más a la lista de gente que confiaba en mí.
Cuando Mister Hacker me envió un mensaje de que fuera, no tardé ni dos segundos en levantarme de la silla minutos antes de la hora del descanso. Se había aprendido mis horarios.
Creo que vamos avanzando en lo que sea que tenemos.
 Llego a la puerta pero no abre. Llamo pensando que quizás no esté y que por eso no abre la puerta. O quizás por fin he logrado ser sigilosa.
 Al abrir, de nuevo está sin la sudadera y parece estar de mejor humor.   — ¿Hoy he sido sigilosa? —pregunto esperanzada.   —Ni un poco —suelta una risa y me deja pasar—. Pero no lo dejes de intentar, algún día llegarás a mi nivel.    Mi corazón da un salto al escucharle reír. Dejo la comida en la cocina y me quito la sudadera.   — ¿Cómo estás? —pregunto, preocupada por él todavía.   —Mejor, gracias por preguntar —se apoya en el escritorio mientas yo coloco la sudadera en la silla— ¿Todo bien en tu trabajo?   —Perfectamente —contesto, sonriéndole—. Aunque prefiero el compañero de mi segundo trabajo.    Vuelve a reírse, negando con la cabeza.   —Verdaderamente eres increíble —se relaja y se va su silla— ¿Encontraste otra nota de Hannah?   —Sí, así es —me siento y le miro.    Es increíble que cada día que pasa le encuentre más atractivo.   —Déjame verla un momento —sus ojos verdes pasan rápido por las líneas, para después colocarse mejor en el asiento—. Esta nota se diferencia bastante de la anterior.   —Y también sé por qué —me coloco mejor en la silla—, es como más clara.   —Exacto —se frota la barbilla, pensando—. La última nota era muy rara, casi críptica —le da la vuelta a una de las pantallas para mostrármelo—. En lo que has encontrado ahora, Hannah parece escribir sobre cosas que ha vivido.   — ¡Esto es útil!   —Así es —veo cómo sonríe con una pequeña victoria—. Una pista realmente muy buena —veo como se relaja un poco y esa sonrisa se vuelve dulce—. Bien hecho.    Mi corazón late más deprisa cuando me alaga y no puedo evitar en que mi temperatura suba. Seguro que estoy sonrojada.   —Muchas gracias.   —Me gustaría probar algo nuevo contigo —me quedo mirándole confusa ¿algo nuevo?—. Quiero que hagas notas de los datos principales —me suena el móvil y veo que se me actualizó el documento de Hannah—. Te marcaré estos datos y añadiré mis notas. Al final las compararemos.   —Suena una buena idea —le digo, curiosa por ver sus notas y qué es lo que piensa.   —Me alegro —le da la vuelta a la pantalla hacia él y me mira— ¿Estás lista?   —Lo estoy.    Asiente y directamente voy al documento. 
Termino de señalar lo que pienso y Mister Hacker hace un sonido de garganta sorprendido por mi rapidez.   —Déjame ver lo que has anotado — lee con detenimiento y asiente, sorprendido—. Curioso. Te has hecho exactamente las mismas notas que yo.    —Estamos en la misma onda —comento, con una risa, esperando que mi pequeño y sutil flirteo funcione.    Veo que no reacciona y me hundo en la silla avergonzada.   —Vamos a resumir las pistas —intento mirarle y veo que sonríe. Suspiro aliviada. Quizás no es momento para ser un poco atrevida, esperaré un poco más— Hannah fue a ver a una familia.   —La señora de la familia se llama Iris —contesto, mirando detenidamente el documento para no distraerme.   — ¡Bien, eso es! —Su emoción me contagia y amplío mi sonrisa— Estaba acompañada por una persona desconocida para nosotros.   —No le gustaba ir sola.   — ¡Bien! —veo como se remueve en la silla. Es adorable ver que es porque tenemos en manos algo importante— Han hablado de algo, de lo que Hannah parecía conocer todos los detalles.   —Ella esperaba encontrar otro detalle nuevo.   —Pienso lo mismo —me lanza una mirada rápida y regresa a la pantalla—. Y la última pista: Hannah se sentía culpable por esta familia.   —Te has olvidado de una cosa… —arquea una ceja y me apoyo en la mesa, con la mano debajo de la barbilla. Pongo mi mejor sonrisa, solo para él— A elogiarme.    Suelta un suspiro y me sonríe. Esta sonrisa solo es para mí, no para Hannah. No es la misma sonrisa que puso cuando habló de ella. No hay vuelta atrás. Me gusta mucho el hacker.   —Realmente lo haces muy bien —su voz suena suave, me hace sentir un escalofrío agradable—. Perdona que no lo haya destacado.    Le devuelvo la sonrisa y ambos nos miramos un rato. 
Entonces recuerdo que tengo que regresar a la tierra. Es increíble cómo logra que haga perder la cabeza por él.   —Todo esto tiene que ver con la desaparición.   —Eso es lo que supongo —dice tras aclararse la garganta—. A lo mejor podemos reconstruir de esta forma lo que había hecho Hannah en los últimos días —no es solo por su atractivo, sino también por su forma de pensar. Es alguien que para el trabajo, sabe cuándo separar nuestras conversaciones formales y las informales. Es su manera de hablar o de cómo le gusta pensar y analizar. Todo eso hace que me atraiga. No puedo más. Quiero dejar de llamarle Mister Hacker, necesito saber su nombre—. Buen, pienso que es todo por el momento —miro mi móvil. Todavía tengo tiempo, no quiero marcharme todavía— ¿O crees que hay algo más de lo que deberíamos hablar?    Aprieto con fuerza el móvil y trago saliva. Es el momento, es ahora o nunca. Quiero decirlo. Quiero ser sincera con él.   —Revélame tu nombre —contesto por fin.    Veo como sus ojos se abren tanto que parecen salirse. Parece ¿nervioso? ¿O asustado?   — ¿Mi nombre? —Pregunta, con un poco de temblor en la voz— ¿Por qué te interesa mi nombre?    Le miro un poco con timidez, arreglándome el pelo. Intento calmarme un poco antes de continuar.   —Porque me gustas —admito por fin, con una sonrisa— Porfa… —parpadeo mientras le miro con súplica, poniendo mi voz más dulce.    Se queda mirando la mesa, murmurando cosas. O más bien, noto algo diferente en él. Tiembla un poco. Al final me mira y parece que con decisión.   —Mi nombre es Jake.    Se me corta el aliento al escuchar pronunciar su nombre. ‘Jake’. ‘Jake’. Su nombre es Jake. El hombre del que estoy enamorada se llama Jake. Puedo ponerle por fin nombre a la cara con la que sueño todas las noches. Le sonrío emocionada, extendiendo mi mano a modo de saludo.   —Hola Jake —se me escapa una risa de felicidad.    Sus ojos brillan tras haber pronunciado su nombre. Extiende su mano y acepta mi saludo con una sonrisa.   —Hola Macie.    Puedo notar el calor en su piel ¿estoy también yo igual? Tiene las manos ásperas, con callos en los dedos. Puedo notarlos mejor ahora que me coge la mano con una duración más larga. Comparando nuestras manos, la suya es grande comparada con la mía. 
Separamos nuestras manos despacio, rozando nuestros dedos. Respiro con dificultad, pensando en cómo sería entonces el que coloque sus manos en mis mejillas y que me bese. Jake… Es Jake quien quiero que me bese. Ese es su nombre.   —Esto no es bueno —veo que se levanta y se acerca a la ventana, rascándose la nuca. No logro a escuchar lo que murmura.    Empiezo a preocuparme.   — ¿No te hace sentir bien?    Se queda quieto. Paralizado. Se gira y me mira.   —Sí, curiosamente —dice con un tono de incomodidad—. Pero a la vez me parece peligroso confiar en ti —siento un poco mi corazón destrozado ¿todavía duda de mí?—. Para mí hay demasiado en juego.    Me levanto acercándome a él. Con cuidado, rozo con un dedo su mano con cariño. Suspiro, con una sonrisa. No quiero sentirme de este modo. Ya no.   —Puedes confiar en mí —le digo confiada.   —Es que quiero confiar en ti —noto como responde a mi roce, entrelazando su meñique con el mío. Creo que es lo más íntimo que hemos tenido hasta ahora.    Con rapidez, como si estuviera haciendo algo malo, aparta la mano cruzándose de brazos, con toda la cara sonrojada.   —Pues ahora también quiero saber algo más de ti —intenta ponerse serio, pero su voz le delata con un poco de temblor. Evito reírme de él pero… Es adorable ver esta actitud de él.   —Claro ¿el qué? —pregunto, sin dejar de sonreír y sintiéndome mucho mejor después de saber su nombre.    Duda por un momento y respira hondo.   — ¿Sales con alguien?    La pregunta me sorprende un poco. No lo esperaba viniendo de él. Y ahora vuelve la Macie vergonzosa. Nunca antes me han preguntado esto. Estoy nerviosa.   —No —respondo. Necesito saberlo— ¿Te gusto o qué?   —Yo…    Me quedo esperando su respuesta mientras aparta la mirada avergonzado. Quizás me he pasado un poco… A lo mejor es demasiado pronto ¿no? Quizás mi confesión le ha hecho dudar. No puedo evitarlo, verle así me hace soltar una pequeña risa.   —Me encanta hacerte perder el hilo —me río, intentando relajar la situación.   —Ya me he dado cuenta —suelta un suspiro y sonríe—. No es la primera vez que te gusta gastarme bromas.   Se apoya en la ventana y me sonríe de manera sarcástica.   —Bueno, yo no soy quien está interesado en saber si tengo novio —pregunto imitándole— ¿Hay alguna razón en particular, Jake? —que bien sienta en decir su nombre, hace que me emocione pronunciar esas cuatro palabras.   — ¿Qué insinúas?   —Últimamente estás pendiente de Aiden y yo ¿estás preocupado por eso?    Aparta la mirada y hace un gesto como si se quisiera subirse la capucha para taparse la cara. Pero recuerda por su cara de vergüenza de hacer el gesto que no la tiene. No puede ocultarse de mí.   —No me preocupa para nada tu relación con Aiden —responde frunciendo el ceño, pero todavía sin mirarme—. Pero sé que no saldrías con él.   — ¿Y eso por qué? ¿Por qué crees que no saldría con él?   —Porque yo-    Jake me mira con tanta intensidad que siento que podría desmayarme aquí mismo. Es como aquella vez que se fijó en mis labios. No es capaz de decir la verdad, pero ¿él sabrá que también le deseo? Aunque se ha callado, lleva su mano atreviéndose a acariciar mi cabello, con cuidado. Respiro profundamente, deseando que no solo me acaricie el pelo. Quiero volver a sentir su piel con la mía. 
Es entonces que suena la alarma, dándome el aviso de que ya se ha terminado la hora. Jake se aleja de mí, regresando a la mesa, apoyándose en ella. Maldita sea…   —Tengo que irme —digo molesta con el móvil y su perfecto momento para interrumpirnos—. Perdona que esta vez no me pueda quedarme a comer contigo ¿quizás para la próxima? —cojo mis cosas y me pongo la sudadera,   —Claro —responde, mirándome más calmado—. Nos hemos concentrado en la nota que no hemos tenido tiempo —parece molesto también—. Hasta luego Macie.   —Hasta luego… Jake —pronuncio su nombre casi con cuidado, agitando la mano antes de salir del piso. 
   Jake… Su nombre es Jake… Adiós Mister Hacker, hola Jake.   —No dejo de pensar en su nombre —me río mientras bajo las escaleras—. Amo pronunciar su nombre… *Jake POV* 
Ha sido extraño volver a decir mi nombre después de mucho tiempo sin decirlo. Pero cuando Macie lo ha pronunciado, ha sido el momento en que he querido llorar al oírlo de otra persona. Y de una persona que me importa. He visto cómo ha movido su boca pronunciando ‘Jake’ y no me he podido sentir más vivo que antes, regresando a mi antiguo yo. Mi identidad.   —Quiero volver a escucharla pronunciar mi nombre —susurro, mirando por la ventana viendo cómo se marchaba—, aunque haya sido arriesgado contárselo, confío en ella.    Algo bueno es que no sale con nadie, pero…   — ¿De qué me sirve saber que no sale con nadie si yo no puedo salir con ella?    Ha sido una pregunta estúpida, Jake… De nada te sirve tener esa información ¿qué esperas? ¿Tener una oportunidad con ella?   —Eso nunca va a pasar… Perdona si te he hecho ilusiones, Macie… Capítulo 10 
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tardes-bohemias · 1 year ago
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Recordándonos..
Pensé que caminabas a mi lado, pero solo deambulabas por mi paso, creía que éramos invencibles, solo yo lo era.
Quería decirte que no quiero que te vayas, que todos los insomnios siempre han sido tuyos, pero nunca compartimos más que noches de desvelos.
Dicen que las ojeras son el rastro de un amor que sí existió, por lo menos, para mí sí sucediste.
Aunque solo te recuerde en canciones, éramos momentos, eso fuimos.
¿Fuimos?
Ahora no tengo que recordarte, porque pensaba que los futuros serían nuestros, y que el olvido nunca vendría a tocar mi puerta, que seríamos esas líneas que siempre terminan cruzándose.
Roto, de verdad que roto.
Todo roto.
Pero no se rompe todo de un golpe, sino que yo sabía que te ibas a marchar, lo hiciste poco a poco, apenas me di cuenta.
Me has pedido un tiempo, tiempo que para mí no pasa, tiempo que cada vez se hace más difícil tragar, tiempo que arde conforme los segundos pasan.
Tiempo, te lo he dado todo:
el de mis desvelos, el de las canciones, el de las lágrimas.
Tiempo, mucho tiempo.
Porque sé que has olvidado ya mi nombre, ese que nunca supiste pronunciar sin amor de por medio.
Ese que ya has olvidado porque he fallado más de una vez.
Los dos fallamos, mientras hieres todo lo que te escribo, aquí te dejo un intermedio, un descanso, una última sentencia:
"Vuelve, que te extraño".
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yourhabit28 · 3 years ago
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Ellos están realmente enamorados
O: es mutuo, lo hemos discutido.
La gente intenta decir que todos los chicos de 1D se tratan así, pero... no. Harry y Louis se tratan de manera diferente.
Hay una gran cantidad de pruebas de sus celos; aquí hay un poco. (Personalmente, creo que muchos de ellos no son necesariamente celos, sino una expresión de su frustración por la situación y su incapacidad para tratarse unos a otros como lo hacen los demás, pero digamos celos por simplicidad). Louis golpeando la mano de Zayn lejos de Harry y este de Harry reaccionando a que Zayn alimenta a Louis son particularmente divertidos.
Hay muchas fotos de los primeros días de Harry con pequeñas "L" en sus manos/brazos. Éstos son solo algunos. Y aquí hay uno de agosto de 2013.
¿Saben siquiera lo que significa susurrar? ¿Saben dónde están las orejas? ¿Qué pasa detrás de esa mano?
A veces parece que se cantan el uno al otro. Aquí hay algunos que creo que son legítimos.
El final de este. Fíjate en la expresión de Harry y el pequeño levantamiento de cejas de Louis.
"Debes ser tú / solo tú." "It's gotta be you / only you."
"Quiero, quiero, quiero ser amado por ti". "I want, I want, I want to be loved by you."
Una de las líneas de Harry en "Rock Me" es: "Oh, Dios mío, nunca podrían cerrarnos". Y a veces parece cantárselo a Louis. Una vez cambió la línea a "Oh, Dios, ellos nunca podrían lastimarnos ahora" /"Oh my my they could never hurt us now" (y luego miró a Louis). Una vez cortó la mitad de la línea por completo y simplemente miró a Louis.
Parece que tienen la costumbre de cantarse  “Little things” entre ellos. Éste es particularmente significativo. Mire a Harry y Louis una vez que Harry comience a cantar. (El mismo día, una canción diferente aquí)
Interpretaron su canción "Night Changes" ("incluso cuando la noche cambie / nunca cambiará tú y yo"/"even when the night changes /it will never change me and you")  en los AMA de 2014.. Y Harry le cantó todo a Louis. Y luego lo hizo de nuevo.
La forma en que se miran, hombre. Y la forma en que Harry no puede evitar mirar a Louis. ¡Y la forma en que Louis le guiña un ojo a Harry!
Nadie se ríe más de Louis que Harry; solo Louis obtiene esa reacción de Harry.
Louis elegiría a Harry para Spin the Bottle. Y observe que no parece un servicio de fans: lo murmura en voz baja, casi como una ocurrencia tardía, e inmediatamente vuelve a jugar con su teléfono. Es como si realmente no tuviera la intención de que se escuchara. De todos modos, no claramente.
Hay un par de grandes momentos en esta entrevista. Beso falso . Louis contando con los dedos de Harry para placer de Harry. Otro toque en todas partes. Lo mejor de todo: este poco de posesividad descarada.
"[Quiero casarme..." *mira a Louis* (para que conste, estoy bastante seguro de que lo están planeando).
Asombrosa demostración de coqueteo. En el día de San Valentín. En París. Totalmente, descaradamente, el uno con el otro. Esta es la primera y última entrevista que hicieron solo con ellos dos porque WOW, OBVIAMENTE.
The 2012 Brits: chicos borrachos llevan el coqueteo y las insinuaciones a nuevos niveles. Cosas a tener en cuenta:
Susurrando desde el principio
"Entonces, ¿quién se lleva la cabeza [del premio]?" Niall quiere la cabeza. Y Louis va por él: "Harry está consiguiendo cabeza/Harry's getting head.". Harry: "¡HAHAAA! ¡Dijo algo grosero!" * risita risita, mira a Louis * Mientras tanto, Louis está ocupado lamiéndose los labios (lo que hace que sea un poco más difícil argumentar que Harry está recibiendo la cabeza de otra persona, diría yo) y haciendo muecas engreídas hacia la gente fuera de la pantalla.
Louis mueve un objeto fálico hacia arriba y hacia abajo. Harry se distrae. Y luego Louis realmente besa la cabeza.
"Y si pudieras besar a cualquier artista en la habitación esta noche, ¿con quién sería?"  Harry: "Adele. Adele. Definitivamente Adele. Podría intentarlo al salir". (Mira la forma en que el cuerpo de Louis se pone rígido y él asiente con la cabeza; puedes decir que está tratando de controlar su rostro.) * Mirar a Louis - darse cuenta de que algo anda mal - mirar a Louis con arrepentimiento * Harry: "Lo siento . " Louis: * alguna expresión ininteligible de resignación *
El entusiasmo se agota por completo en Louis.
 "¿Donde se quiere sentar?" "A tu lado." (Para que conste, creo que lo que la gente escucha como "no pueden sentarse juntos" es simplemente otra persona que les grita que "se acerquen".)
Mire a Harry y Louis con mucho cuidado aquí. Observa los dedos de Harry y el brazo de Louis. Esto es pequeño. Esto es sutil. Esto no es para las cámaras ni para los fanáticos. Esto es para ellos. Este es el tipo de mierda que no hacen con los otros chicos. Y si vale la pena, este es EL MOMENTO para mí: en los pocos segundos que me tomó ver este momento por primera vez, pasé abruptamente de pensar "Harry y Louis son el mejor bromance de todos los tiempos" a "Harry y Louis podrían estar enamorados".
Bien Dios, Louis, intenta ser más engreído.
Ellos (¿solían tener?) Una señal secreta. Harry dijo en su primer programa de gira que su objetivo para la gira era aprender el lenguaje de señas. Y luego la gente se dio cuenta... mucho. (Realmente ya no lo hacen, presumiblemente porque el fandom se dio cuenta, pero aquí hay un ejemplo de 2013.)
"Tú." Tan tranquilo. Tan sutil. Por tanto, no está destinado al consumo público.
Solo mire el fragmento de esta entrevista "Si conociera a alguien que me gustara". Tos dramática de Louis. "Tuve que toser en silencio y al final hice un trabajo terrible". SÍ, está bien, LOUIS, eso no era extraño ni sospechoso en absoluto. (Análisis de toda la entrevista aquí).
Esta entrevista ocurrió justo antes de que Harry y Taylor Swift comenzaran a "salir" y el entrevistador preguntó acerca de los enamoramientos de celebridades antes de aclararla como la pregunta de "me gusta sacar" y obviamente fue una trampa para que Harry comenzara a hablar sobre Taylor y todavía se veía en Louis en lugar de GUAU.
Si ves a la gente en este fandom hablando de Barbara Walters: esta es la razón.  Mira cómo se miran Harry y Louis. También en esa entrevista (a las 5:07): esto.
Harry dice que "Wouldn't It Be Nice"  Es el tema principal de su vida y Louis pone esa cara. Dios bendiga a la gente de las cámaras, a los productores y editores, de verdad.
De acuerdo, este video es increíble. El momento relevante sucede MUY rápido pero es MUY importante. Empiece a las 2:07. Mira la cara de Louis. Él es feliz, feliz, feliz. Se abrazaron. Se da cuenta de que Harry está tocando su hombro y se CONGELA. Mira a Harry con la carita más vulnerable y luego extiende su brazo hacia el de Harry y lo agarra. Y se niega a dejarlo ir (pobre Niall).
¿Directamente tomados de la mano en Meet & Greets? Vamos. Es un MILAGRO que aún no hayan sido totalmente descubiertos.
Incluso cuando se separan para las entrevistas, terminan dando las mismas respuestas. ¿Entrenamiento de medios? Quizás. O tal vez estén en el cerebro del otro en este punto.
Es una cosa. Si no conoces "You're Still the One" de Shania, escúchalo ahora. ES UNA CANCIÓN PARA PERSONAS EN RELACIONES A LARGO PLAZO, no las supuestas aventuras de Harry de seis semanas o 410 mujeres al año/mujeriego. NOTA DEL TRADUCTOR (Aca Mag): 2018 MSG LIVE ON TOUR HARRY HACE UN COVER DE ESTA CANCION EN SU TOUR CON KACEY
LA PINTURA BLANCA ES MUY IMPORTANTE. Para ser claros: tanto en 2012 como en 2013, Louis salió de Halloween con pintura facial blanca. Y ambos años, el cabello de Harry estaba misteriosamente blanco al día siguiente. (Quiero señalar que muchos de los remitentes de Harry / Louis no creen en White Paint 2.0; la evidencia no es tan clara como la de 1.0. Sin embargo, sí. Aqui hay algunas fotos de ese dia. Como usted puede ver, la mayoría de ellos son LQ, por lo que es menos probable que la pintura sea visible de todos modos, y solo en uno de ellos, el famoso, se puede ver la parte de su cabeza donde parece que está la pintura. Entiendo totalmente por qué la gente duda en declarar la existencia de White Paint 2.0 basándose básicamente en una imagen (y algunas imágenes que sugieren que podría tener un poco de pintura en la ceja izquierda / cerca de la sien izquierda), pero no creo que sea Es una locura decir que es real cuando, hasta donde yo sé, esa imagen es literalmente la única que PODRÍA mostrarnos algo, si la pintura está donde parece que está)
A menudo se les pregunta a los chicos sobre lo más romántico que han hecho por alguien. Louis siempre dice lo mismo: que preparó una comida y que fue la primera y única comida que preparó. BIEN. La última semana del X-Factor, Harry tuiteó esto .  Ahora, Louis ha estado hablando de esta comida durante varios años; lo hizo aquí  y aquí en 2012, y luego nuevamente en noviembre de 2013 - observe cómo Harry mira hacia abajo. Además, observe el énfasis que Louis pone en el palabra "agradable" y cómo Harry dijo un minuto o dos antes que sólo está buscando "alguien que sea agradable" (aunque para ser justos, Louis podría haber sido una referencia al uso de Zayn de la palabra "agradable" también). Liam lo mencionó en concierto el año pasado (2014) , y Harry volvió a hacer los movimientos con las manos . Mientras tanto, ¡solo imprime! Louis alguna vez ha afirmado que esta comida era para Eleanor. Básicamente, estoy diciendo que lo que dice Louis es lo más romántico que jamás haya hecho para Harry. También podría haber sido por Hannah, con quien estaba saliendo durante The X-Factor y quien ha dicho que Louis una vez le preparó una comida (lo que entra en conflicto con la afirmación de Harry sobre la "primera experiencia culinaria" de Louis). Así que no sé si su comida fue para Harry o Hannah, pero parece terriblemente improbable que fuera para Eleanor. Y, sinceramente, si has estado saliendo con alguien durante 2,5 años y la historia que SIEMPRE cuentas como la cosa más romántica que has hecho es algo que hiciste por otra persona... bueno. ADEMÁS del hecho de que TODAVÍA está contando la historia ... mira, si están prestando ALGUNA atención al fandom de Larry, saben que creemos que esta historia hace referencia a Harry (o Hannah, al menos), no a Eleanor. De ninguna manera. Louis sigue contándolo si él y Harry no están realmente juntos y / o no quieren que pensemos que están juntos. Y de ninguna manera Harry sigue haciendo esos malditos movimientos con las manos. NOTA DEL TRADUCTOR (Aca Mag): 2019 LOUIS EN UNA ENTREVISTA CUENTA QUE LO MAS ROMANTICO QUE HA HECHO ES EL FAMOSO POLLO…
Hubo algunos coqueteos incondicionales en la alfombra roja de los AMA de 2013 (además, se miraron así cuando ganaron un premio).
Aquí hay un resumen muy útil de los últimos meses de 2013. Especialmente relevante para aquellos que piensan que Harry y Louis se han separado.
Ah, los brits de 2014. Los momentos favoritos personales incluyen:
Subtítulos de Instagram previos al show muy sospechosos que no estaban firmados como "1DHQ", como suelen ser las imágenes oficiales de 1D Insta.
La mirada de amor espeluznante  de Harry
El rostro de Louis cuando Harry faltaba y el rostro de Louis cuando Harry regresó y Harry preguntando a Louis, "¿Qué ganamos?" (comparado con el momento en que Louis se dio cuenta de que su novia Eleanor había desaparecido)
La cara de Harry cuando Louis fingió que los chicos no se habían visto en tres meses.
La cara de Harry cuando Louis llegó a la sala de prensa.
Harry mirando a Louis cuando habla de su viaje de cumpleaños a Jamaica.
¿Recuerdas cómo sucedió "Harry se está volviendo loco" en los británicos de 2012? BIEN ESTO SUCEDIÓ EN 2014 #liamisjimhalpert
¿Qué es lo último que hacen antes de salir al escenario? Beso, aparentemente.
La madre de Louis, Jay, se casó en julio de 2014. La mayor parte de la banda, incluido Harry, asistió y produjo momentos dulces como Harry abrazando al abuelo de Louis mientras la madre de Harry les sonreía y Jay parecía presentarle a Harry a algunos miembros de la familia, para principiantes. (Oh, y Louis usó la camisa de Harry). Lo cual estuvo muy bien. Pero parecía que la boda fue muy especial para Harry, o algo así, porque descubrimos muchos días después que TODAVÍA llevaba la pulsera  que aparentemente  todos los invitados a la boda debían usar. E incluso después de que el fandom hizo un gran negocio con eso, TODAVÍA SIGUIÓ USÁNDOLO.1 2. .  De hecho, no se lo quitó hasta la mitad de su próximo espectáculo, días después, literalmente salió corriendo del escenario y se lo quitó después de que el espectáculo había comenzado. ¡Pero ni siquiera termina ahí! Un mes después de eso, hubo un poco de drama de fans entre algunos Larry Shippers y algunas personas que piensan que Harry y Louis se han separado, con respecto a si Harry se divirtió en la boda y si su presencia allí fue únicamente por servicio de fans. Al día siguiente, Harry llegó a LAX  a una escena de la mafia (dejando en claro muy públicamente que no asistía a un partido de fútbol benéfico en el que Louis estaba a punto de jugar en Inglaterra), y ¿qué estaba atado alrededor de la bolsa que llevaba por el aeropuerto? La pulsera de la boda. Maldita sea, Harry.
Ah, ¿y la otra cosa que llevaba en ese aeropuerto? Cierto pañuelo azul.
Solo unos pequeños momentos divertidos de la gira Where We Are. x
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ocasoinefable · 2 years ago
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(La piel se extiende como un bulto de mar, se estira y mece a la velocidad de los dedos. De repente es frágil, se hunde y que vuelve piedra. Hoy fui a la morgue)... Aun no logro soltar del todo los pies, me quedo a la mitad de un párrafo con una estratega de miedo y zozobra, se pierde mi rostro entre líneas y una parte prejuiciosa teme en soltarme, pero lo sé y es natural, temer a caer, así debe sentir la flor con su último pétalo esperando la noche y el ras del viento.
Desde hace algunas semanas, para no respirar tiempo y así olvidar su causa, me llama ese sabor a rancio que me dejan algunas letras, esa resaca bajando por la garganta, me despierta una y otra vez... Esa sed que se impulsa y escribe desconociendo los tirantes que la llevan a la piel, mantiene el color de mi pupila arrinconado entre las hojas. En el fondo del cuarto con la vista en las botellas, claudica en la bombilla. Sostengo el amarillo, la última fila de un girasol ha sido disparado, la boca es testigo y declara en silencio. Arrastró de los labios las manchas y el tono ya no es una forma, es un sonido bailando con mis piernas. Los ojos me devoran por no ser una flor casta y tampoco el infame mordisco, yo solo busco cuerdas para esta sed, escribir y entender, estos dos debajo de la boca buscando un arco. A estos se mantienen inquietas mis manos, quieren sentirse en la levita de un cuerpo.
25 julio 2022. No hace mucho decidí publicar, aun hay recelo. Aun me detengo y me preguntó volviendo a la libertad que ofrece la literatura, algunos crecen ajenos a todo, ya sea por su entorno o su ser implícito. Las pláticas que he sostenido hasta la fecha de hoy han sido gracias a las letras, ellas han estado cuando yo no puede estar. Es una construcción, un peldaño que se mantiene en cada silencio y forma lentamente de un texto a otro, de una idea a otra, de una emoción, vivencia... O respiro a cantar. Alguna vez alguien me dijo "Que era una burbuja a la cual le daba vida" Quizás sí o quizás no, es mi mejor respuesta.
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dreamcrash17 · 3 years ago
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Tierra
Cansada de castillos, cansada de lo que era y lo que sería, la tristeza surgió derramando el último aliento color carmesí, sabía que al salir el sol y perder las estrellas en el horizonte, las palabras que habían estado tendidas detrás de los besos eran la realidad a la cual se afrontarían como cada amanecer.
Pasaban los segundos tan rápido que era imposible seguirles el paso, aun así en sus miradas se podía apreciar la atemporalidad.
-Ya es tarde, sabes que me iré.
-Ya es tarde y yo me iré contigo.
Era repetitivo, el destello de su ojos era el mismo, la entonación de sus palabras, los susurros, las lágrimas en sus mejillas... era tan repetitivo, era releer ese mismo cuento, la pelea, el sexo, la despedida, la muerte y la resurrección, pretender que todo eso no había pasado y volver a vivirlo con la esperanza de que alguno de los dos pusiera los pies en la tierra.
Tenía que pretender, tenía que aferrarse a los buenos momentos, no sabía que había más allá de esas líneas. No sabía que había después de la tristeza que no fuera despertar con las mismas consecuencias, un día nuevo, una nueva muerte que dolerá pero al final del túnel la luz de su sonrisa por la mañana.
-¿Ese día algo cambió?
-No.
-¿Qué estamos haciendo de nuevo?
-Amarnos como solo nosotros sabemos hacerlo.
¿Sabían la respuesta?
Siempre la supieron, dentro de ellos les seguía doliendo, les dolía cada minuto de ese día eterno, les dolía el mismo final, les dolía saber que la felicidad de ambos era lo que los había elevado a ese ideal, a ese sueño del cual ninguno quería despertar, pero siempre al final era la pesadilla más difícil de digerir. Así que regresar al principio era su escape. Ignorar las preguntas, para no recitar las respuestas, seguir el guión al pie de la letra, disfrutar de aquellos paisajes, aquellas estrellas y al final terminar en el mismo camino letal.
-Sabes que te amo.
-Lo sé, y es por eso que todo vuelve a empezar.
Se besaron mientras contemplaban los colores derretirse y al momento de la última mirada, ambos dispararon el gatillo de nuevo y una ola guinda pinto aquella alfombra suave sobre la que descansaron juntos...
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ravenang · 3 years ago
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Fecha: Sábado 22 de mayo, domingo 23 de mayo. Integrantes: Raven, Dove, Hawk, Scarlet, Rose y Violet.
Desde inicio de videollamada, hay algo que se siente... extraño.
"¡Enviamos algo muy bonito para ti!" Interviene Dove, apareciendo repentina sobre el hombro de Hawk. Raven, quién ha estado visualizando la pared por un instante demasiado largo, casi lo pasa por alto. Y es que no reconoce el color. Imagina, tras breve consideración, que han pintado recientemente. Eso tiene sentido. Lo que no, sin embargo, es el cansancio evidente en ambos hermanos, como si estuvieran divorciados del sueño y pasado un período de vigilia demasiado largo.
El bostezo de Hawk confirma su teoría, como también lo hace la voz de Violet, cuya cabeza aparece por instantes intercalados en pantalla, probablemente producto de saltos para poder verlo.
"¡Buenas noches, tío Raven!" Mano se agita y casi golpea a Hawk en el mentón. Dove se está riendo, y en el fondo, ahí dónde esposa del mayor no se visualiza, suena su voz acompañándola. "¡Te quiero mucho!"
"También te quiero mucho, princesa. Buenas noches."
La niña sonríe, amplio, y se desvanece.
Definitivamente hay algo extraño. Decide no pensar mucho al respecto. Tal vez está acostumbrándose a la necesidad de sobre-analizar todo.
"Tienes que estar muy puntual o vas a meterme en un problema." Amenaza Dove, segundos después, cuando Scarlet y las niñas ya no pueden verse en la imagen. Le apunta con el índice, o a la cámara, en realidad.
"¿Dos y media, no?" Busca confirmación, y ante asentimiento de ambos, Raven los imita. "Ya, ahí estaré. ¿Cómo voy a saber con quién se supone tengo que hablar? O, mejor, ¿Qué mandaste, Dove?"
Hawk sonríe. Es ese gesto característico suyo que anuncia hay más de lo que dicen. Que es algo que potencialmente va a gustarle y, al mismo tiempo, se niega a especificar. Uh.
"Lo sabrás cuando lo veas. Será muy reconocible. Nos amarás después de esto."
Dove sabe, como también Hawk, que Raven ya lo hace.
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Fifty Fifty siempre ha sido su puerto seguro, tranquilo. El único lugar en dónde es capaz de disfrutar horas en solitario sin ningún tipo de compañía. Hay algo familiar en el sitio, que le recuerda a casa, y quizá es el menú que lo transporta a la mesa de su hermano, o tal vez son los empleados que se han acostumbrado a su presencia. De cualquier forma, le gusta y por eso siempre vuelve.
En la acera, fuera del establecimiento, checa reloj de muñeca. Dos y media. No hay nadie fácil de reconocer a su alrededor, ¿Es posible que se haya equivocado? Pero, ¿A quién debía encontrar? Desconocía si esa persona tenía la dirección correcta, o si siquiera le conocía. ¿Algún amigo de Dove, quizá? Ah, tal vez su compañera, esa que ella insistía que—
"¡Tío Raven!"
Pausa. Reconoce la voz, por supuesto que lo hace. La escucha todos los días a través de celular y en persona cuando está en Inglaterra. Suena similar a Violet, no— exactamente como ella. Pero no es posible, no puede ser. Ha escuchado mal. Casi se convence de ello, de no ser por las manos tirando la parte posterior de su camisa con insistencia para llamar su atención. Al girarse, su sobrina sonríe.
"¡Tío Raven! ¡Te extrañé!"
Ella salta, buscando abrazarlo, y Raven se mueve rápido, llevado por simple memoria muscular para atraparla y corresponder gesto de vuelta. Se siente irreal. Se pregunta, por un instante, si está soñando, porque faltaban semanas para poder estar en casa de nuevo.
Rose aparece, repentina, dando saltos que son muy cortos, entonces Raven se arrodilla y opta por abrazarlas a las dos.
"Las extrañé también. Muchísimo." Se aparta un poco, dándoles un rápido vistazo. Sonrisa se plasma en labios y puede jugar que nunca se había sentido tan feliz como en ese momento, con nada. No con ganar de torneo, o posición importante en equipo de atletismo. "Están más grandes que la última vez que las vi. Van a alcanzarme muy pronto."
"Quieren ser tan grandes y rápidas como su tío favorito, dicen."
Es la voz de Hawk que registra primero, seguida por la risa de una Dove que no sólo está entretenida, pero enternecida. Cuerpo del mayor la oculta, a excepción de la cabeza, que se muestra a su costado.
"Boo." Abandona escondite, comisuras elevadas. "Tan obediente como siempre, ya veo, debe venirte excelente cuando—"
"¿No vas a darnos un abrazo, también?" La interrumpe, pronto, Hawk, tras mirada que le dirige y que peca de advertencia. No hay calor en la misma, es claro que le divierte.
Sus sobrinas se apartan, permitiendo libre camino a Raven para acercarse y rodearles a ambos con los brazos. Hay fuerza en acción, una que tiene todas las características para demostrar que les ha extraño, que no puede creer que están ahí y que eso le alegra, también. Por segundos que duran así, no encuentra las palabras para decir lo que zumba por su mente, el agradecimiento que parece está por desbordarlo y calienta rostro, humedeciendo orbes. Hay un alivio tal que es capaz de olvidar lo sucedido todas estas semanas, aquello que molesta, preocupa y lastima de todo lo experimentado. De haber sabido que la presencia de su familia sería suficiente para esclarecer mente, habría vuelto a Inglaterra hace mucho tiempo.
O tal vez no.
Finalmente se apartan. La mano de Hawk termina en la cabeza de Raven, despeinándolo.
"Scarlet, cariño. ¿Podrías entrar y reservar una mesa para nosotros con las niñas? Iremos pronto."
La mujer, su esposa, asiente. Saluda a Raven con un gesto de diestra y toma a las niñas de la mano, antes de ingresar al café, Rose se gira hacia él.
"No estés triste, tío Raven. Nos vas a ver siempre ahora."  
Y, sin más, entran al lugar, dejándolo confundido ahí dónde está.
"¿No entiendo?" Suelta, entonces, cuando recupera capacidad de hablar y se gira hacia sus hermanos, ceño fruncido. Hay algo que se está escapando de sus manos, es obvio, el tema es el qué.
"Nosotros—"
"Cállate, Hawk, déjame los honores." Dove empieza, elevando diestra al aire para tomar la palabra. Toma una pausa, innecesariamente larga. Une palmas frente a su pecho, cómplice. "Tenemos ya bastante tiempo yendo y viniendo, finiquitando todos los detalles. No queríamos decirte a menos que estuviéramos cien por ciento seguros, y ahora lo estamos, así que— Hawk, redoble de tambores, por favor." Le observa, ceja elevada y aunque hay renuencia, mayor cumple con petición. Complacida, asiente. "Viviremos aquí contigo."
Raven parpadea. Se toma un segundo, dos, tres, y aún así, siente que no está haciendo el mínimo sentido.
"Yo no—"
"No creas que no sé de ese contrato tuyo." Le reta en mirada entrecerrada. La pena que desborda expresión de Hawk revela que secreto ha sido compartido. No le molesta, sin embargo. "Imagino que ya firmaste, ¿No?"
"No me había decidido."
"Te estás tardando entonces. Bueno, mira, en realidad es un plan que teníamos desde antes. Pensamos que sería difícil convencerte, considerando cuánto te gusta allá, pero resultó más fácil de lo esperado. También sabíamos que eres muy capaz de rechazar la vida que siempre has querido sólo para volver por ellas." Mirada se desvía hacia las puertas del local, ninguno necesitaba nombres para saber a quiénes se refería. Tampoco iba a negarlo, porque era cierto. "Papá y mamá se resolverán bien allá, después de todo, tampoco es que les importa mucho nuestra presencia ahí.” Se encoge de hombros y es curioso, la verdad, viniendo de ella, quién siempre recibió el mayor favoritismo por parte de los dos. “La abuela me recibirá por el momento, y a nuestra querida familia feliz nuestro tío, porque, ya sabes. Necesitan espacio.”
Sabe que está sucediendo, que es real, que ya no está solo, pero no lo asimila. Suena demasiado bueno para ser cierto.
“Firma, Raven.” Inicia Hawk, llamando su atención. “Es por lo que siempre has trabajado, nada te detiene.”
Encuentra, incluso si no desea admitirlo, que tiene razón. Ha esperado años por ese momento, y ahora que lo tenía, que sólo debía colocar su nombre en la línea punteada, se detenía. Ya no tenía ninguna razón para evitarlo, sólo motivos para hacerlo. Sonríe, agradecido, y asiente. Quizá ninguno de los dos está enteramente consciente de lo que gesto significa para él. O tal vez sí y no lo mencionan. Eso es posible.
“Ahora, vamos a entrar, ¿Quieres? Necesito que me cuentes bien todo esto que me dices que te sucedió recientemente. Entre lágrimas no te entiendo.” Dove molesta, dándole un empujón con el hombro, y aunque es una broma, hay verdad tras palabras.
“Déjame.” Da un paso hacia atrás, mas expresión es ligera, y entonces se gira, emprendiendo marcha hacia la puerta. “Hay mucho que contar, apúrense.”
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losmuchachosdelaagenda · 3 years ago
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El reverso de los mapas
Sábados de súper ficción
El reverso de los mapas
“Detrás de la figura del amante y de la ciudad desconocida está, sin embargo, la misma promesa: volverse irreconocible, empezar de cero, renacer”.
18 de septiembre de 2021
por Luisina Gentile
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Salieron del cine a buscar un bar y tomaron hasta que el bar cerró, y siguieron recorriendo la ciudad en busca de bares que también cerraban, hasta que ya no sabían dónde estaban y esa fue la primera vez que estuvieron juntas. El amor o su evento —esa desfiguración de la causalidad— era la razón detrás de todas las copas y el resto poco importa. Si se trataba de tomar hasta perderse como la protagonista de esa película de Akerman, yo también había estado enamorada. O era algo de ese orden, más que el alcohol y menos que el amor, lo que me llevaba a Canadá. El amor es el reverso del mapa de una ciudad sobre el que las personas se desplazan. Las personas se mueven pensando que el amor está en otra parte; o se quedan pensando que lo encontrarán ahí. Detrás de la figura del amante y de la ciudad desconocida está, sin embargo, la misma promesa: volverse irreconocible, empezar de cero, renacer; el viejo truco de encontrar lo que no se perdió porque lo perdido cambia de forma en su ausencia y lo que se encuentra es otra cosa. Entonces hay que elegir. O es la ciudad o es el amor. Yo intuía que todo había sido un error que no quería confirmar en público, viendo desde la ventana del auto cómo los segundos se iban tragando los árboles pelados y los carteles que achicaban los kilómetros al aeropuerto. La música no pegaba con el paisaje —puertas cerradas sin llave, calles sin veredas, formas ridículas que la nieve le daba a todas las cosas con total capricho, una cantidad inmanejable de color blanco para la vista— y yo la elegía por eso. La música me permitía construirme una cápsula, erigir una barrera entre Karolina y yo para compartir el tiempo pero no el espacio. Después de una despedida que sólo sé que ocurrió porque de un momento a otro estaba sola en el área de salidas, sin sospechar que iba a largarme a sollozar, me prendí un cigarrillo. Un tipo enorme vestido con un mameluco rojo me invitó a cruzar la calle. En este sector no se puede fumar. Pero a las palabras se las lleva el viento, en cualquier idioma. El amor comparte uno a uno la ciudad en un sistema de medidas equivalentes cuando existe, y cuando ya no lo hace, se repliega sobre sí mismo y elimina el resto del paisaje. Terminé el cigarrillo, me largué a llorar. No fue la última vez que estuve en Calgary .
Problemas populares
 Espero el atardecer mientras los basureros se abren y se cierran, como campanadas de alguna iglesia. A lo lejos veo el Plotzensee, donde los nadadores sostienen la línea del horizonte con sus hombros. Sentada en este banco mi mundo interior se hace cada vez más grande y cada vez más intraducible. El pastizal crece y va rascando la pintura, apoderándose de las paredes. A veces pienso que ya me olvidé de cómo se habla con la gente, a veces pienso que creo en la telepatía, a veces pienso que creer en eso es una trampa de la ansiedad que en realidad es una enredadera que hay que estar podando y vigilando constantemente. Antes de los problemas con una segunda lengua, antes del español, hay un puente entre el adentro y el afuera, que me cuesta cruzar cada vez más. Me quedo sentada en una orilla o en la otra, mirando la costa muda, mientras el sol de Moabit se vuelve del color de los billetes de cincuenta euros.
Cuando todavía no había llegado a este barrio hablaba y hablaba, levantando palabras como los obreros levantan las construcciones. Ahora este mundo interior se expande como un inmenso patio descuidado o como una pampa que requiere un modo de producción extensivo pero donde a mí me faltan las herramientas para lograr una productividad que realmente dé dinero o algún modo de cambio para trocar  con el afuera.
A diferencia de Nueva York todo en Berlín es bastante parejo.  Los edificios no suelen tener más de cinco pisos, raramente hay un ascensor. Con la excepción de algunas torres cerca de Alexanderplatz, o algún que otro gran edificio gubernamental de los soviéticos, toda la ciudad es baja y se extiende horizontalmente. La semana que viene comienzo a trabajar. Probablemente intente salir de Moabit.
  I will always do what I say I am going to do
  Me anoté pensando que serían oficinas, pero al final se trataba de limpiar casas particulares. La segunda a la que fui era el departamento de un matrimonio con un hijo, cerca de Savigny Platz, una parte rica y elegante de la ciudad.  La dueña de la casa se llamaba Inga y me pareció que aún sentía algo de culpa por contratar a alguien para hacer la limpieza. Al resto de la familia la conocí por fotos. La primera vez, pasando la aspiradora por el cuarto matrimonial, pensé que llevaban una vida que yo no querría tener en un par de años. La temática de la decoración eran ellos mismos: nuestro casamiento, nuestros quince días de vacaciones por año, los recuerdos recientes de nuestro matrimonio, el paso del tiempo en nuestro hijo. Me sofocaba. En realidad, mi trabajo era limpiar sobre limpio pero no dejaba de tener la sensación de que todo estaba cubierto de polvo. Al lado de la cama, una guitarra colgada era exhibida como memoria de otra vida, pero ¿cuántos  años tendrían estas personas? En la cocina me espantaba una botella del detergente vestida con un delantal floreado. ¿Cómo llega una botella a ser vestida  con un delantal con flores, volados y encaje?
Yo no tenía nada personal en contra de nada específico de todo su mundo (¿o sí?) pero no me imaginaba siendo feliz llevando la vida que, al menos en mi imaginación, llevaban ellos. ¿Pero por qué? ¿Cuál era el principal problema en eso? ¿La heterosexualidad obligatoria, contratar a alguien para limpiar sobre limpio, la centralidad que socialmente se otorga a la pareja como principal sostén material y emocional? Quizás el principal problema no era nada de eso sino la decoración del lugar. ¿Y si hubiera tenido un poco más de onda, qué? ¿Estaría pensando lo mismo?
Igual yo pasaba el trapo y me reía maliciosamente, imaginando a Jannine teniendo una vida así dentro de poco tiempo. No era una venganza, porque imaginaba que ella misma la anhelaba, pero yo lo sentía así. Mi compañera de doctorado, reuniéndose a tomar el té con sus amigas, intercambiándose halagos pasajeros bastante truchos del tipo: “Qué lindo tenés el pelo hoy!” o “Qué linda tu camisa, where did you get it?”. En alguna ocasión Jannine comentó que le interesaba la teoría queer y yo hice una mueca de horror para mis adentros (ahora que lo pienso ahí no hay nada que reprochar: se nota que le gustaba la teoría queer y no the queerness that could be found everywhere around, even beyond theory, perhaps even more beyond queer theory itself. Maybe that 's the only queerness that matters). Nunca entendí qué le interesaba del arte más que la dimensión social del prestigio. ¿La juntada con las arpías contaba como eso?
Estaba sola en la casa. Antes de irme, abrí la heladera y comí algunas cosas sin dejar rastro y me aseguré de que todo tuviera la cantidad necesariamente abundante como para que no se notara que había un par de rodajas de menos. Me acordé de mi mamá diciendo se lo habrá comido la empleada. Me cambié la remera por una musculosa negra y me fui al Hambüger Bahnhof a ver una muestra de Adrian Piper: The probable truth registry.  La muestra era una especie de contrato social de tres cláusulas, suscrito por todos los visitantes que quisieran firmarlo.“I will always be too expensive to buy”, “I will always mean what I say” y “I will always do what I say I am going to do”. Había tres mostradores con recepcionistas, uno por cada cláusula, que entregaban el contrato a firmar. Firmé los tres con la seguridad de que sabía que en la tercera estaba mintiendo, pero me pareció que estaba relativamente bien, de esas tres, fallar en esa.
  Görlitzer Park
 Es viernes, pero bien podría ser cualquier otro día de sol en esta ciudad donde solo los turistas trabajan de nueve a cinco. En el medio del Görlitzer Park hay un cráter gigante, que lo parte al medio y la gente cruza la depresión despreocupada, que es como siempre luce la gente en los parques desde lejos. Otros entran y salen de los arbustos, abriéndose paso entre las ramas, viniendo de mear o de comprar porro. Los únicos que parecemos estar quietos somos los dealers y yo pero estamos todos en el parque por el sol, sacudiendo del cuerpo tantos días de lluvia como si fuésemos perros.
Con la vista fuera de foco pienso en Wittgenstein y en la idea de juventud. En 1916 se anotó en el ejército y pidió que lo mandasen a la posición que más lo enfrentara a la posibilidad de morir. Volvía todas las noches de la trinchera y escribía en su diario algo así como “hoy me dispararon, tuve miedo. Tengo ganas de vivir!” A Wittgenstein, la guerra no le importaba; quizás no tenía ni idea de por qué estaba sucediendo, en qué bando ni contra quien combatía. Las balas que casi lo matan eran las mismas que le metían las ganas de vivir en el cuerpo, como si las disparase alguna otra parte de sí mismo. Más bien era una guerra contra sí, usando la historia como excusa. Demasiado se habla de la ansiedad como un problema, pero vivir sin ella se parece a vivir en un cráter gigante. Sentirla se parece a sentirse valiente; a estar en el medio de los tiros, a ser el héroe de tu propia guerra. Era eso lo que Wittgenstein había descubierto.
Luisina Gentile
Luisina Gentile (Resistencia, Chaco, 1989). Vive y estudia en California, Estados Unidos. El valor de las monedas es su primer libro y acaba de ser publicado por Socios fundadores.
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letusmeetagain · 4 years ago
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Hola Ruri, yo de nuevo, perdon si soy muy molesto, esta es mi segunda pregunta, espero que puedas tener el tiempo de responder las dos, en caso de que no, esta bien, tus buenas vibras son suficientes. ¿Por que hay tantas personas que a pesar de haber visto 138 siguen aferradas a la idea de que al final Eren es el padre el bebe de Historia? Creo que es hipócrita de su parte, porque dicen que E y M comparten mucho pero aun asi siguen sacando teorias sobre Eren padre. Tu que piensas? Saludos :)
Hola Carlos!
Qué puedo decirte?.... Te refieres a las cuentas grandes de Twitter o en Reddit... o en general?
Hay un cope y negación terrible dando vueltas por el fandom. Tenés de pronto cuentas grandes de fans, sobre todo hombres, que insisten con que Eren hizo todo con el fin de traicionar y matar a sus amigos incluso después de todos los momentos en que Eren es visiblemente miserable. No volvió a sonreír nunca más después de que vio las memorias del futuro en el capítulo 90. No sé muy bien qué más se les puede decir a esos fans.
... ¿que leyeron todo mal? Porque lamentablemente decidieron leer todo el manga bajo la premisa de chadren, de que Eren quería ganar, de que estaba convencido de que todo estaba perfecto, de que Historia estaba feliz con su embarazo y de que el rumbling es correcto.... y no eran las hipótesis de lectura correctas.
Va a llegar el último capítulo y no les va a quedar otra que entender a la fuerza que no fueron ávidos lectores. El panel final... desde ya te digo que no se trata del bebé de Historia, los va a fulminar. 99,9% de posibilidades de que sea Eren y Grisha en una recapitulación de su pasado.
Una vez destruida esa última esperanza que les queda van a proceder a insultar a Isayama... lógicamente ninguno de ellos va a reconocer que fueron ellos mismos los que se equivocaron... Van a salir con más cope y negación del tipo “Seguro que Kawakubo no dejó a Isayama hacer que EH fuera canon“ y cosas de ese tipo... Ya lo están haciendo de hecho.
El otro problema es Isayama y sus interviews... Siempre diciendo que nos quiere lastimar, etc. Los zonzos estos han creído que Isayama es un edgelord que quiere engañarnos y traicionarnos. Es como... a ver cómo lo puedo poner en pocas palabras?
Ellos tienen una moral dudosa. Son edgy. Les gusta que triunfe lo moralmente dudoso o incluso incorrecto. Son personas que creen que un genocidio es peak fiction y tienen claras tendencias nazis. Están alineados con esa ideología. Por mucho tiempo creyeron y creen que Isayama piensa como ellos. Entonces, creen que Isayama desarrolla los sentimientos positivos de amistad y amor con la alianza y Mikasa, tropes más viejos que la injusticia, con el fin de destruirlos y lastimarnos a nosotros que creemos en una moral positiva y más ética. Entonces, la idea es que ellos van a ver el final calmados y felices de que su moralidad dudosa ha sido premiada sobre la nuestra.
Así en líneas generales es el tema con estos genios. El tema es que investigan poco. No saben leer sin dejarse llevar por su propio ego y sesgos. Isayama... solo con leer el manga, ya se nota que es muy convencional en cuanto a la moralidad. Entonces lo que quiere hacer es en realidad herir en base a lo convencional y no en contra de lo convencional. No es que quiere herirnos haciendo quedar como estúpida a Mikasa sino lo opuesto. Es porque Eren corresponde sus sentimientos, es porque ambos se aman y el sacrificio que implica para Eren que duele lo que está pasando. Si encima decides investigar a Isayama y sus gustos... aún más claro se vuelve todo.
En resumen... ¿qué puedes esperar de adolescentes frustrados que no saben leer y que apoyan un genocidio....? Hipocresía es el menor de sus pecados para ser muy honesta.
En fin... ya les queda poco.
Gracias por la pregunta!
Saludos!
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a-little-dexth · 4 years ago
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request.
género: smUTT (boyfriend!jaemin, semi-público ??? no sé si entre en esa categoría como tal pero en estos tiempos sí es lo más cercano a ese género, hahsha)
número de palabras: +1,1k.
nota de la autora: escribir esto fue un sueño para mi porque además de darme cuenta 1 vez más que mi  🍇  anon tiene una mente increíble, qué hermosa manera de pasar una clase en línea sería esta... y en general porque escribir con nana me encanta, es de mis wreckers, lo adoro owo
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“¡hola, chicos! ¿me escuchan y me pueden ver bien?”, la profesora pregunta y tanto tú como tus compañeros contestan que sí. “perfecto, entonces empecemos con la clase”.
recorres la laptop hasta que topa con la cabecera de tu cama y te acuesta boca abajo, apoyándote con los codos sobre tu colchón, tomas tu bolígrafo y empiezas a escribir algunas notas en tu cuaderno sobre lo que la profesora estaba diciendo.
“¡tu novio ha llegado!”, jaemin prácticamente grita cuando llega a la habitación donde estabas y rápidamente desactivas el micrófono para que nadie en la reunión pueda escucharlo.
“¿alguien quiere decir algo?”, tu profesora habla y uno de tus compañeros niega así que sigue con la explicación.
“perdón, no sabía que ya estabas en clase”, tu novio menciona entre risas mientras se acuesta a tu lado y tú sólo lo miras con los ojos entrecerrados, intentando lucir molesta, pero tu plan falla gracias la gran sonrisa que se asomaba en tu rostro.
“¿cómo te fue?”, le preguntas luego de darle un pequeño beso en sus labios, ignorando por completo lo que fuera que tus compañeros le estuvieran preguntando a la profesora.
“agotador pero bien”, te responde sonriendo y su mirada viaja por tu cuerpo. ya que en esa clase no tenías que prender tu cámara, sólo el micrófono, aún seguías en pijama y el pequeño short que estabas usando en esos momentos parecía haber captado toda su atención.
“ni siquiera lo pienses”, dices apuntándolo con tu dedo índice al imaginar lo que estaba pensando y él sólo levanta las manos, posicionándose mejor sobre la cama, sacando su celular para distraerse cuando te ve regresando tu atención a la clase.
“si el tema aún no queda lo suficientemente claro, más tarde les enviaré por correo unos textos que pueden leer para comprender mejor”.
“gracias, profesora”, respondes en unísono con otros compañeros y jaemin vuelve a girar el rostro hacia ti.
“¿qué están viendo?”, pregunta en voz baja para que nadie más lo pueda escuchar.
“biología”, susurras y haces un puchero, viéndolo de nuevo, demasiado cansada ya de escuchar sobre la evolución.
“si fuera anatomía quizá pudiera ayudarte”, menciona mientras se acerca a ti y besa tu mejilla, sueltas una pequeña risa que se termina convirtiendo en un suspiro cuando sus labios se dirigen a tu cuello, lamiendo y rozando sus dientes contra tu piel sensible.
“nana…”, aprietas los labios para no gemir alto cuando una de sus manos se coloca en tu trasero, apretando una de tus nalgas. te hace acostarte boca arriba y se posiciona arriba de ti entre tus piernas.
la voz de tu profesora ahora se escuchaba lejos gracias a que en todo lo que podías concentrarte era en la respiración pesada de tu novio sobre tu oído cada que succionaba la piel en tu cuello. sus caderas comienzan a moverse sobre ti en busca de fricción, haciéndote sentir su erección que poco a poco iba creciendo entre sus pantalones deportivos.
“me encanta poder marcarte, así me aseguro que no vas a olvidar que eres mía”, susurra sobre tus labios y sabes perfectamente que ya dejó tu cuello lleno de tu cuello de marcas rojas. te besa con torpeza, demasiado extasiado por el momento y pronto sientes sus manos meterse debajo de tu blusa, acunando uno de tus pechos que se encontraban libres puesto que ni siquiera habías tenido ganas de ponerte algún sujetador. aprieta tu pezón y lo jala un poco para después rozarlo sólo con la yema de sus dedos.
tomas en borde de su playera y la desliza por encima de su cabeza, aventándola a cualquier lugar de la habitación y aprovechas para pasar tus dedos sobre su abdomen, presionando las uñas sobre él para dejar un rastro rojo sobre su piel. baja tus shorts junto a tu ropa interior y lo tomas del cuello de nuevo, acercándolo a ti para besarlo con hambre.
“yo también debería marcarte como mío, ¿no lo crees?”, hablas lento sobre su oído cuando se vuelve a recostar encima de ti y muerdes el lóbulo de su oreja, disfrutando del pequeño gemido que abandona sus labios ante la sensación.
lames la palma de tu mano y la llevas hasta el resorte de sus pantalones para bajarlos lo suficiente y así poder tomar su miembro, lo masturbas un poco y no puedes evitar sonreír al verlo cerrar los ojos y comenzar a respirar agitadamente. diriges la punta de su pene a la entrada de tu vagina y mueve sus caderas hacia adelante, introduciendo su longitud dentro de ti con lentitud.
“por dios”, gimes alto al sentirlo llenarte por completo y tomas con fuerza las sábanas sobre la cama.
“¿dijiste algo, t/n?”, tu profesora habla y te regresa de nuevo al mundo real, abres los ojos con sorpresa y jaemin se detiene también.
“n-no, profesora, estoy escuchándola”, intentas sonar casual y tu profesora sigue hablando como sin nada. empujas a jaemin para que puedas apagar el micrófono pero niega con una sonrisa, quedándose en su lugar.
“¿no sería divertido que nos puedan escuchar? me encantaría verte intentando mantenerte en silencio”, susurra sobre tu oído y sigue con sus embestidas. presionas los labios con fuerza y te dejas llevar, respirando de manera irregular cada que su pene entraba en ti.
conforme los minutos avanzan y sientes el orgasmo aproximarse, es más y más difícil quedarte callada y, por la manera en la que jaemin mordía su labio inferior, sabes que también está siendo difícil para él.
te terminas corriendo entre su pene, cubriendo tu boca con una de tus manos con fuerza y jaemin solo necesita unas estocadas más para también venirse sobre tu estómago, apretando los labios mientras las tiras de su semen llenaban tu cuerpo.
“entonces si ya no hay más dudas nos vemos mañana a la misma hora, ¡descansen y no se olviden de hacer su tarea!”, tu profesora termina la reunión segundos después de que la sensación del orgasmo se disipa y sales del navegador pensando en que debes preguntarle más tarde a tu amiga sobre lo que había tratado la última parte de la clase.
“¿crees que hayan escuchado?”, tu novio pregunta y tú golpeas su hombro con diversión.
“si alguien escuchó prepárate para ser hombre muerto”, dices seria y tu celular comienza a vibrar en la mesita de noche a tu lado de la cama, presintiendo lo peor cuando lees el nombre de contacto de tu amiga llenarte de mensajes.
“dime por favor que no estabas follando en media clase
y si lo hiciste:
número uno: jodida afortunada
número dos: tienes una maldita suerte porque justo en tu sesión de sexo la profesora estuvo escribiendo en la pizarra y no pudo escuchar nada
número tres: prepárate para ser molestada por todos en el salón cuando regresemos a clases”
“jaemin…”, hablas cuando lees el último mensaje y él voltea a verte sin entender nada, “ve pensando en tus últimas palabras”.
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erickmqblr · 5 years ago
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crónica y poema de otro día perdido en cuarentena
A las 6:30 me levanto. O finjo que me levanto, para no levantarme realmente: aun con la alarma en la esquina del escritorio, y con los tropiezos torpes de mis pies descontrolados, y con el cuadrito de números que me obliga a resolver, aun saco fuerzas para taimar el sonido, volver a mi cama. Ello solo demuestra mi cansancio real. No puedo levantarme sino hasta la tercer alarma, ya una hora después, cuando he vencido al sueño lo suficiente para dejar mis pupilas desnudas. A las 7:30, 7:25, 7:40, la pantalla cambia de blanco a negro, de celeste a marino, de brillante a espesa. Es cuando, entonces, empiezo a sufrir esquizofrenia. Voces sobrepuestas reclaman gritando sobre mis oídos: “no subí el trabajo”, “¿cuándo van a estar las calificaciones?”, “entonces, ¿habrá tarea?”, y mis pupilas ya desnudas suben, mirando al cielo, como si en la cama descubrieran que el hombre al lado suyo es un idiota que no sabe moverse. Mientras pasa el día, escucho diferentes respuestas, algunas más calmadas, otras un estallido, pero respuestas. Las voces de mi cabeza no hacen sino contradecir otra vez; ya estoy harto, pero no puedo salir. No puedo, porque no. Hay un descanso leve de hora y media, donde solo escucho una voz dulce que parece enmendar la poca cordura con la que sigo: “saliste muy bien, sigue escribiendo”, me dice. Me trata con dulzura, una que anhelo demasiado. Asi que yo, haciéndole caso, escribo un texto más. Hoy, decidí escribir una crónica. Luego de la calma, viene la tormenta: y con treinta personas (sub-humanos, animales) en un sitio, empieza la siguiente clase. Hay algo particular en los grupos más salvajes. Los animales gritan y los humanos cantan: los alumnos hacen ambas, pero de manera infernal. Alguien tiene un micrófono profundo en su laringe, así que cuando habla, percibo las notas de amor que solo se escuchan en un suspiro hondo. Su espíritu sale a través de las bocinas. Las demás voces -porque ya volvió la esquizofrenia- se mueven, aunque no se muevan. Están en un mismo lugar, pero cambian, gritan, susurran, hablan, componen, argumentan y explotan, así que aunque no se muevan de por sí, se mueven en el pequeño mundo de la sala. Se mueven en un frenesí en el que no parecen moverse. Son como las luces en una pantalla: tú ves a ese personaje moviéndose, riéndose, viviendo, pero no se mueve, cada luz se turna para brillar en el microsegundo exacto, y como todas se encienden y se apagan, parece que ya no están ahí. Lo mismo pasa con las voces. Y lo mismo con el mundo. Aunque nadie se mueva, nos seguimos moviendo, si no, ¿qué son las luces encendidas en las noches, y qué son las vidas perdidas durante el día? La clase ha terminado. La voz de la maestra raspa, porque es una maestra. Mis oídos sienten que el sonido se vuelve granos de arena y sal. Pero no, apenas voy empezando. Esto apenas empieza. Bajo, como en dos minutos, vuelve a sonar mi alarma, siento una imperiosa necesidad por tirarme a llorar y suicidarme. La supero en quince segundos, me tomo un vaso de agua en otros diez, corre, corre, agarro mi celular, arriba en quince más, acomodado en 20, otros 30 para entrar, corre, corre, ahí están todos. Esto ya no se siente rasposo, ni dulce. Es más como un revolver en donde metes tres balas, tres dulces, apuntas, disparas. No sabes qué será hoy. A veces somos discos rayados repitiendo las mismas líneas dos, tres, cuatro veces. Ya sé que tienes su corazón. Ya sé que se murió su esposo. La magia no termina, pero sí se hace más pequeña a la vigésimo quinta vez. Pasa el tiempo. Sigo yo. Ajá, ajá, ¿buscas a…?, ajá, ajá, súper lejos, ajá, ajá, sueños y esperanza, ajá, ajá, lo pasé muy mal, ajá, por favor vuelve conmigo porque siento mi vida absurdamente vacía sin ti aunque sé que está mal por todo lo que me hiciste que recién estoy superando pero por favor vue, ah sí amor ya voy, adiós. Ella habla más que yo, y le sale tan bien. Me gustaría poder estar celoso de ella. Así me sería menos aburrido existir. Ya no puedo hacer nada divertido: no veo a gente para molestar, no puedo colarme a clases para divertir, no estoy actuando para desahogar, ni perdiéndome en los ojos de alguien más; y si ya no me pierdo, entonces dónde estoy. De repente me aburro. Oye, este tipo me gusta, digámosle que vayamos por tortas. Va. “Me gustan las mujeres”, ya lo sé. “Pero sí, vamos por tortas”, no me lo esperaba, eso es una victoria. No entendiste el contexto de las tortas -porque ningún hombre entiende cuando le piden tener una cita, porque ningún hombre entiende nada-, pero quiero tortas, así que eso está bien. Me dejaste en visto. Oh, ¿vas a desaparecer mañana, y no sabré de ti jamás, y me dedicaré dos minutos a pensar por qué lo hiciste, y luego volveré a mi ciclo normal? No lo sé. Espero que no. O sí. Son las 5 y estoy acostado, dormido pero pensando. Por un lado, un yo tiene esa esperanza de tener una historia romántica adolescente en la que él descubre no ser totalmente heterosexual, yo descubro que me gustan más las tortas de milanesa que las de salchicha, y huimos a las Vegas. Por otro lado, no me vendría mal un chat de notas. Pasó el tiempo, suena otra alarma (ya es la novena del día), levántate, arréglate, ve por un vaso de agua, ponte los tenis, quién hace el zoom, okay, comencemos. Licuadoras berrean a 128 beats por minuto, y empieza a hablar ella: estatura promedio, flaca, con una cintura envidiable, siempre rodeada de colores vivos, de felicidad. Tinga, le apodamos, nos dice qué hacer. Probablemente ella, Ester Expósito, Tom Holland y El Amor de mi Vida Heterosexual™ son los únicos capaces de decirme qué hacer sin recibir réplica. Ve, ponte en plancha, treinta segundos. Sí, Tinga. En mitad del asunto pienso que esta dominación es sexy. Quizá más tarde me masturbe para pasar el tiempo. ¿Por placer? Qué va, porque sí. Ve, lagartijas, dos sets. Sí, Tinga. Ni se te ocurra parar. No, Tinga. Pasa una hora, enfriamos, a veces la música no me dice nada, pero ya nada me dice nada. Bajo. La basura, hay que sacarla. La saco. ¿Ceno? No, casi nunca. No porque no me dé hambre, sino porque no me da apetito. Por eso siempre me despierto muriendo de hambre. Hay que meter el carro. Adentro, buenas noches, buenas noches, rutinas de cuidado, vuelvo a mi cuarto. A mi pocilga. A mi refugio. Diez minutos de ver la laptop encendida. He estado aquí tanto tiempo. Ya no la veo y quiero crear algo. Ahora, solo quiero tirarla por la ventana. Apagada. Una hora de chatear con gente. Ver videos. Conecto mi celular cuando le queda quince por ciento, lo dejo en la esquina del escritorio, cierro la cortina, temporizo el ventilador, me acuesto desnudo, pero me tapo (lo que importa es la cobija emocional), abrazo a algún peluche, cierro los ojos. Y no duermo. Pienso en lo que pasó hoy. Repito el día entero en mi cabeza, para darme cuenta de que es como cualquier otro día. Solo hay rutina. No hay cambio. Estoy viviendo un evento histórico, el final de una etapa, y lo vivo en mi casa, encerrado, levantándome a la misma hora todos los días para encender mi laptop y recitar palabras de odio contra los creadores de las videoconferencias. Luego, me hablo a mí mismo, pero termina en más tragedia. La última vez que me pregunté “¿cómo te sientes?” terminé llorando por pensar en una pregunta que salió mal de un examen de mate de hace seis años. Nunca más. Llevo ya otras dos horas, aquí acostado, el ventilador ha dejado de sonar. Estoy sudando, pero me odio más que eso. Lo suficiente para no levantarme otra vez. Cierro los ojos, me imagino en la historia de romance juvenil que cree hace rato. Sí, soy el protagonista, sí, estoy en las Vegas. Respiro, me relajo, duermo, sueño que hay una araña de piel humana con la boca torcida, cuyos ojos grises me miran queriendo comerme, asesinarme, destuirme, utilizarme. Ni siquiera me resisto. Despierto, sudando e hiperventilándome. Enciendo el ventilador. Vuelvo a recostarme, cierro los ojos.
Y a las 6:30 me levanto. Pasó otro día en la cuarentena. Ya llevo cuarenta iguales. Y todavía, preguntan con descaro: ¿cómo se sienten? Mal, miss, mal. Y usted no ayuda obligándonos a crecer una guacamaya como proyecto parcial, solo porque se le hinchó hacerlo. Muchas gracias. Culera.
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neuroconflictos · 5 years ago
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Buena madrugada, o mejor dicho en tu caso buenas tardes:
Hoy quería escribirte mi última carta. Quizás por nostalgia, tal vez por intentar quitarme alguna imaginaria carga. Sé que aún solo llevo 3 líneas de esta carta/nota o como quieras llamar a este desorden de letras y tinta, pero ya soy consciente que me estoy mintiendo a mí misma. Soy demasiado cobarde como para dejarte ir. Creo que fue porque me prometiste cosas, tan hermosas que ahora, en esta última noche de la ola de calor de mi ciudad, me da pena destruir. Me prometiste secarme las lágrimas al llorar, prometiste que sonrisas en mi rostro solo ibas a dibujar. Hicimos demasiados planes a largo plazo. Soñabas con venir, con verme, y jugar al fin con mi pelo tan corto. Querías recorrer el mundo, y por añadirle un poco más de romanticismo (¿es romanticismo el término correcto para esto?) querías hacerlo junto a mí. Teníamos una ruta diseñada, hecha en las noches en las que yo no podía dormir y en las tardes en las que a ti no se te fue la luz. Habíamos dicho cosas bajo el fulgor de la luna que solo significaban algo entre tú y yo. Nos encontramos por casualidad. Así es como te quiero volver a encontrar, por casualidad. Querías ganarte el respeto de mi padre, aún estando tan lejos, soñando y haciendo conjeturas sobre como y cuando ibas a venir. Pasamos demasiadas noches soñando, con llevarte a pasear por la Gran Vía. Intercambiamos demasiados abrazos y besos a distancia como para tratarnos de extraños el uno hacia el otro. Éramos de todo menos extraños. Éramos esas dos almas perdidas en alguna parte del mundo, que, gracias a una estrella fugaz, de casualidad se encontraron. No quiero despedirme así de ti. No quiero despedirte con lágrimas en los ojos, con el corazón y el alma destrozados, porque no creo que tú, que derramas lágrimas más fácilmente que yo, me las hayas dedicado. Te quiero despedir con una sonrisa en los labios, puede que, con los ojos cristalinos, pero al menos con toda mi sinceridad refugiándose en mis labios. No vengo a recriminarte nada, pues de nada nos serviría. Al contrario, vengo a agradecerte, por todos esos textos que me has dedicado, por todas esas sonrisas discretas que, aunque yo no las viera hacia mí alguna vez se dirigieron, por todas las veces que me hiciste sonreír y, por todas esas memorias que en mi mente has dejado. Puede que te dedicara más canciones y escritos de los que te mereces, pero a estas alturas de la historia ¿qué más da? Todo esto ya está escrito, no podemos ponerle típex encima y repetirlo. Adelante, alégrate, lo conseguiste. Ahora mismo eres un ser inmortal. Ese fue tu error, o puede que acierto al enamorar a una escritora como lo eras tú. Una vez que te escriben, ya sea para bien o para mal, te vuelves inmortal. Y ahora que te digo este “último” adiós, quiero que te lleves contigo algunos de nuestros planes, algunos de mis audios cantando y, por último, aquello de lo que más me duele despegarme. Ven, agáchate, que ya sabes que no llego. Te dejo, decorando tu pelo, nuestra nube de Magallanes, con todas sus canciones y estrellas. Cuida bien de nuestra pequeña galaxia, amor. Intenté cuidar y ayudar a tu caos, pero me pusiste clavos por el camino para que me los clavara en los pies. Es una tontería que diga esto, pero si aún me necesitas, sigo por aquí.
- Cristalina Estrellada
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sonlosnomeolvides · 6 years ago
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Corazón verde, muros de piedra [10/?] (Argenmex, AU)
Título: Corazón verde, muros de piedra Pareja: Argenmex
Argenteus y Tlayolotl deciden realizar una alianza política por matrimonio. Itzel es la reina en Tlayolotl y sus leyes le prohíben casarse con alguien que no sea de su reino y no puede (ni quiere) ceder su poder político. Martín es rey de Argenteus y en su reino no importa si se casa con alguien del mismo sexo. Así es como Pedro termina en Argenteus como el rey consorte de Martín.
ÍNDICE DE CAPÍTULOS
PRIMER CAPÍTULO
X
Pedro cuenta historias que Martín ama escuchar. Comenzaron con la insistencia de Martín por conocer un poco más de la cultura de Tlayolotl y ahora son algo que Pedro le comparte todas las noches. A veces es en la biblioteca, rodeados de la tenue luz de las velas; o en el jardín de Pedro, si el tiempo es bueno.
Las historias de Pedro son variadas. A veces habla sobre sus dioses, sobre cómo crearon el mundo y al hombre, o de aquella vez en la que uno se convirtió en hormiga para llevarle los granos de maíz sagrados a la humanidad. A veces, las historias son también sobre su gente, sobre los Primeros Hombres que tenían espíritus animales como acompañantes y protectores; o sobre su abuelo, que le enseñó a pelear y a usar las armas.
De todas, la historia favorita de Martín es la aquélla en la que Pedro le habló de cómo se fundó su ciudad flotante sobre el lago. Pedro habló de señales divinas y de la voluntad de sus dioses y después, con una sonrisa traviesa, le habló de cómo el centro de Tlayolotl es una isla a la que han sabido conectar con una especie de balsas cubiertas con tierra, que sirven para dar la impresión de que la ciudad flota por arte de magia.
—No recibimos muchos visitantes —dijo Pedro cuando Martín le habló sobre lo que dicen los libros sobre su tierra—, y quienes nunca han visto un chinamitl suelen pensar eso, que la ciudad se mantiene sobre el agua por magia o mandato divino.
—Y ustedes tampoco han hecho nada para sacarlos de su error.
—Nop.
Martín quiere pensar que, el hecho de que Pedro le cuente todos esos secretos de su hogar, es una muestra de la confianza que éste tiene en él. Su esposo no parece ser de los que hablaría de este tema con cualquier persona sólo porque sí.
Una noche, sentados en el jardín, Pedro le habla sobre las estrellas.
—Para nosotros —continúa Pedro—, todo lo que ha pasado, lo que pasa y lo que pasará, está dicho en las estrellas. Los dioses se comunican con los hombres todo el tiempo, pero muchas culturas han olvidado cómo leer los mensajes.
—¿Puedes leer lo que dicen las estrellas?
—Itzel es mejor que yo para esto —confiesa Pedro—, siempre lo ha sido. Por eso es Citlalli.
—La Estrella —murmura Martín—. No es sólo un título, ¿verdad? ¿Es como… como tu otro nombre? Pedro piensa unos segundos antes de responder.
—Algo similar. El título se hereda. Mi madre antes que Itzel, mi abuela antes que mi madre. Nuestra Citlalli hereda el nombre, el título y la habilidad de leer las estrellas, por eso nuestra línea de sucesión sigue gracias a las mujeres. Ellas tienen mayor afinidad para saber lo que dicen nuestros dioses.
Hay otro momento de silencio.
—¿Y... tu nombre también se hereda?
—No —murmura Pedro—. No se hereda.
Martín quiere preguntar más, pero decide no hacerlo. Si Pedro quiere hablar sobre ello, ya lo hará en otra ocasión.
—En Argenteus tenemos un oráculo —agrega, cambiando el tema—, sólo lo he visto en un par de ocasiones, pero creo recordar que mencionó algo sobre las estrellas también.
—¿Ves cómo tenemos más cosas en común de las que pensamos en un principio?
Ambos se sonríen y permanecen en silencio por un momento, viéndose uno al otro.  
El beso los toma por sorpresa a los dos. Martín no sabe muy bien cómo es que ocurre: un momento está sentado junto a Pedro, mientras éste le señala las estrellas y le cuenta historias de su pueblo y sus dioses, y al siguiente, sus labios están sobre los de Pedro, quien se queda paralizado lo suficiente como para que Martín reaccione también, separándose de él.
Carraspea, sin saber muy bien qué decir, hasta que siente a Pedro tomarlo por la nuca y acercarlo una vez más. Se besan hasta que los dos se quedan sin aliento y, al separarse, vuelven a sonreírse.
—¿Esto lo habrán dicho las estrellas? —pregunta Martín. Pedro se encoge de hombros.
—No lo sé. Nunca he intentado leer lo que dicen sobre mí.
—¿Por qué?
—Siempre he preferido que la vida me sorprenda.
Martín se ríe con ganas ante esa respuesta.
La noche comienza a refrescar y ambos regresan al interior del castillo. Caminan más cerca uno del otro, aún con el recuerdo de los besos compartidos flotando en sus mentes. Cuando llegan al pasillo en que sus caminos se separan, los dos de quedan quietos. Pedro se rasca la nuca y Martín solo atina a carraspear.
—Hasta mañana —dice Pedro.
—Descansa —responde Martín.
Pedro lo mira de reojo antes de tomar el pasillo que lleva hasta su habitación. Martín se queda de pie, sin moverse, hasta que la silueta de Pedro se pierde en la oscuridad de la noche. Se cubre el rostro con ambas manos y gruñe, frustrado, antes de dar seguir él con su propio camino.
Está por llegar a su habitación cuando vuelve a pensar en Pedro y sus besos y en aquella mañana en la que fue a verlo y lo vio al despertar, con el cabello revuelto como en su noche de bodas y una sonrisa sincera en su rostro.
—Ah, qué mierda —murmura para sí y da media vuelta.
Solo da unos pasos antes de sentir, más que ver, a alguien que se acerca a él. Sabe que es Pedro mucho antes de que éste lo empuje esos mismos pasos hacia atrás, hasta la puerta de su habitación, besándolo con una desesperación que Martín comprende muy bien. Después de unos segundos ya no solo son besos, son caricias y jadeos que solo hablan de lo mucho que ambos han querido hacer esto por días, semanas incluso.
Cuando Martín logra abrir la puerta en una clara invitación, Pedro lo sigue sin vacilar. Solo la noche es testigo de lo que ocurre después. 
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AAAAAYYY QUÉ EMOCIÓN ESTE CAPÍTULO AAAAAAAHHHH. Hey, había dejado de actualizar porque el primer cuatrimestre del año fue algo pesado, luego hice un viaje y me desentendí de todo... y en las últimas semanas estuve trabajando con el fanzine de LH (que deberían descargar, porque quedó bien bonito y’all). Pero acá estamos de regreso con esta historia. Espero que les haya gustado :D
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denuevolomismo · 5 years ago
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Me llamo Roberto
No lo soporto más, estoy en esta habitación, agonizando entre las 4 paredes que se derriten ante mis ojos como el primer vomito blanquecino de un bebe. Viscosas manchas blancas forman figuras a mí al rededor. De mi frente salen gotas de sudor amarillento, en su caída a la tierra veo como se transforman en caras que me susurran palabras en otros idiomas. Me duele el estómago y tengo fiebre, creo que las pastillas que me dieron  harán efecto. Tengo el presentimiento de que han pasado días desde la última vez que toque una cama. Cuando vienen los puedo sentir, nacen desde mi cervical y avanzan por mi columna vertebral hasta mi cabeza.  Los piecitos de esos soldados verdes  que irrumpen por mi espalda a la marcha de un compás divino que no logro descifrar. Obscuro, apagado, seco, desgastado. Las paredes áridas, yo húmedo.  Ahí viene, esta vez es otra cosa, es como una fuerza que cierne mi visión y la convierte en algo encandilante, los murmullos de estas voces se vuelven ecos más claros. Sé que están hablando en español, no conozco ese idioma, pero el bailar de las palabras sobre sus bocas me distrae y no sé qué debería responder. Siento como las caras de esas lagartijas se deforman y sus ojos caen de sus cuencos, son amarillos sus trajes, parecen de queso. Me duelen los pies, las manos, no tengo uñas. Me asusto, hay algo  amarillo enfrente mío, es esta mancha que se mueve y se hace más grande, es un lagarto. Puedo ver sus colmillos afilados serpenteándose de manera circular. Son dos lagartos que debaten a través de estas señas didácticas extrañas. Estoy mojado, creo que estoy debajo de un charco transparente, siento la calidez brotar de mi entrepierna, mis piernas están ahora sumergidas en este calor que de a poco es frio.
Me duele, me golpean, veo mi cuerpo y tengo pelo, ¿seré un mono? Siento esas garras presionarse contra mis extremidades y exigen algo de mí. Les digo que no hablo lagarto, que no hablo primate, que tengo pelo, que no soy uno de ellos. Silencian, su palabrerío cesa. De mi cara  se desprende esta sustancia roja, creo siento que es roja, porque me hace acordar alguien. Retortijones, se retuerce mi interior, creo que tengo gusanos. No veo nada. Quema, arde, fuerte, fuego, quemo, quemo, la náusea, vomito fuego. Incinerado, estoy siendo incinerado pero no brilla,  el fuego es por dentro.
SOMBRAS, veo un destello de luz que es como una línea recta que se entre corta cada tanto tiempo, ¿Los divinos me estarán hablando en código morse? Se acercan son cada vez más grandes las sombras, nomás interpreto puntos, y estos sonidos que son como voces en español, eñe, que letra graciosa, eñe hahaha. Me rio, el aire sale pausado de mi tráquea y es como un viento fuerte que choca mis  dientes, creo que hay un mundo en mi boca. Cada vez que hablo los pobres ciudadanos deben sufrir  tifones. Hahaha…
¡Estoy alucinando!  Me doy cuenta, siento como va a salir de mi pecho, me golpea como a una bolsa de boxeo, dentro de mi tórax, tengo miedo, las sombras se vuelven monstruos aullantes, ojos rojizos que me  atrapan. .-¡ME DROGRARON!.- grito y me quema el ácido de la garganta, es como un volcán que no se detiene y me duele. –ME DROGARON! ME DROGARON! ME DROGARON! LAGARTOS, LAGARTOS, LAGARTOS.-  se quiebra mi voz candente y vomito de nuevo, hablo ronco como si fuera un animal salvaje.
Luz, fuerte, focal, puntera, punteada, me invade, no veo nada. Óvalos amarillos, ondulan hacia mí. Son ellos, ya no parecen lagartos, pero tienen pelo, no son monos, son algo más. Miro mis manos mientras un sonido comienza, como un pitido, soy uno de ellos, tengo pelo pero estoy pelado. Ese ruido que no para, es molesto, ese español.
Estoy siendo arrastrado por estas cosas, que se parecen a mí, estas cosas que me drogaron. Creo que tengo un nombre, pero no me lo acuerdo. Solo sé que el frio colma mi cuerpo, me invade completamente, es una sensación tajante. Estoy desnudo. Ellos tienen trajes amarillos y yo estoy desnudo.
Estoy en una silla, estoy sentado y están enfrente de mí. Son mayores que yo, mis manos tiemblan, sé que tengo un nombre pero no me lo acuerdo. Me lo preguntan una y otra vez, les digo que no hablo español. Debaten que hacer conmigo. Está comenzando otra vez, me quema el estómago. Me quejo y me caigo de la silla  ¡agh! Me golpean, pongo el brazo, me vuelvo una bola, me jalan y me obligan a sentar.
Roberto, me llamo Roberto.- Digo entre  toses. Sus palabras se elevan como alaridos con eñe. Me dicen que no me llamo así, que no soy así, no soy Roberto. ¡Yo soy Roberto!- Insisto, me desgarra la carne ese fierro que usan para golpearme.
Puntitos blancos danzan en la absurdidad y de a poco se materializan en una imagen, caí inconsciente luego de la golpiza, puedo ver mi vientre, estoy desnutrido. Mis uñas están negras, pero sé que soy Roberto, sé que tengo 36, soy de… soy… ¿de dónde soy?, yo hablo español. Soy de España. Me tiraron agua helada, y hace frio, cuando tocó el piso se evaporó  por el hielo que del mismo nace. La planta de mis pies se pega en el suelo.
-Es la última vez que te lo pregunto ¿Cómo te llamas? ¿Quién te mando? ¿Por qué te haces pasar por Roberto García?
Soy Roberto García, Me mando la policía a trabajar en el caso de María Ángeles, encubierto, hace años que.- No podía parar, las palabras salían de mi boca musicalizando una sinfonía que  debía utilizar.- trabajo en ese caso, mi trabajo es vigilar a María Ángeles y evitar que su ex novio narcotraficante, Tomas de Aquino, sujeto que trabaja en una parte muy importante del gobierno, venga a por ella antes de que termine el juicio. María debe testificar.  
Ya está. Lo escupí todo, y ellos son agentes, ellos deben trabajar para él, me secuestraron, me drogaron, quieren que les diga dónde está la chica, pero no se los diré, soy más fuerte que esta droga invasiva que usan para sacar la verdad de las personas.
Roberto.- Hace una pausa y se prende un cigarro, se toma la frente parece frustrado, su compañero esta serio e incómodo.  Te encontramos en los bosques de Piñedo vagando, parecía que no habías comido hace días. ¿Qué hacías ahí?
No recuerdo.- respondí. Me golpean. ¡NO RECUERDO!- Afirme. Emana sangre de mis heridas más recientes, intento taparlas,  detener la hemorragia.
¿No recuerdas he? Pero te llamas Roberto y trabajas encubierto… Mh… ¿Sabes quiénes somos nosotros?- Completamente calmo  inhala una pitada de su tabaco.- Notros somos viejos amigos de Roberto. Tú no eres Roberto, ni siquiera te pareces.  Deja de mentir.
A medida que pronuncia sus palabras siento como la desesperación me va colmando. De a poco me  toma.
-Estuviste vagando por los bosques de piñedo, cuando te encontramos con  tus ropas  cubiertas de sangre seca, solamente pronunciabas que eras Roberto García, que tenías 36 años, documento 3965578.  Esa persona no eres tú, esa persona murió, hace 20 años. Esa persona fue mi compañero de trabajo. ¿Para quién trabajas? ¿Por qué te haces pasar por un policía encubierto?
Negro, las palabras desaparecen, mi mente se nubla, emana de  mí la ira. Me desespero.  Vocifero insultos.
Agua fría en la cabeza. Lloro, me duele, tengo miedo, no me griten. Créanme, por favor-  Me ahogo con mi saliva. Ellos serios me miran.
¡Dinos quien eres!- Golpea la mesa, el que esta incomodo comienza a perder los estribos, siento que hace días estoy en este lugar. Están cansados de mí.
Y entonces, vuelve. Emerge  lentamente de mi estómago la necesidad de vomitar palabras, siento como soy la desesperación, créanme, soy Roberto, yo… Soy Roberto. Recuerdo cuando nací, recuerdo donde crecí, recuerdo jugar en el jardín del prado, arrancar las petunias de raíz, la voz de la tía marta, me reta, el hielo fresco en esa limonada, el sonido de mis primos, mis compañeros de clase, la ropa que no me entra, zapatillas que me aprietan los pies. Mi madre abrazándome, su pecho contra el mío. Tomo su mano por última vez. Las paredes blancas del hospital, blancas de la universidad, el entrenamiento, barro metiéndose por entre mis dedos descalzos. El comandante un, dos. Susan, rubia, trabaja en el almacén, sonrisa liviana, manos delicadas, me rasguñan. Horror. El viento del descapotable golpeando mi cara. El maletero, tierra, las montañas de basílica. El barco. Venezuela, la oficina, cajas, el teléfono sonar. Los Bosques de piñedo. María Ángeles, joven, colorada, la luz del sol dorada reflejándose sobre su rostro, ropa suelta blanca, puedo ver sus pechos, habla suave. Siento su piel aterciopelada. La tomo. Azul. Su expresión es azul. Sus manos hacen presión contra mi rostro. Me rasguña. La pala, la bolsa.  Hace frio. Esta fría. Prendo un fuego. Basura, basura, Diarios que arden, la madera chasqueando. Puedo leer un nombre, Roberto.
Soy Roberto.-  Vuelo a decir
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jesyblack · 5 years ago
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Eternidad
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La mamá de Isak Valtersen era Psicóloga clínica y tenía su consultorio en la casa, por lo que Isak podía ver ir y venir pacientes todos los días mientras jugaba con su mascota en el living. Él estaba acostumbrado a esa vida y su madre se había acostumbrado a que —en algunas ocasiones— sus pacientes saludaran a su hijo con cierta naturalidad.
Fue un miércoles cuando lo vio por primera vez pasar el lumbral de su puerta un muchacho agradable, de unos 15 años y cabello rubio tirado hacia atrás. Era una maldita torre de lo alto que era, vestía jeans, campera de mezclilla y un pullover debajo con capucha. No era hablador, simplemente entraba y saludaba a Isak con familiaridad, luego ingresaba al consultorio de su madre y estaba allí por lo menos una hora. Los primeros días, la madre del muchacho lo esperaba sentada en la sala de estar, pero luego el joven empezó a venir solo.
Sabía que se llamaba Even Bech Næsheim dado a que su madre lo tenía anotado todos los miércoles a las 5 en la heladera. Ella no hablaba de sus pacientes, pero cuando algo gracioso ocurría, le comentaba a Isak y ambos se reían de las ocurrencias de Even, le parecía bastante agradable y amable, por lo que sintió cercanía a pesar de la diferencia de edad de 2 años.
Even fue creciendo con su madre y él pudo ver como se desarrollaba, notó como le creció el cabello al punto que se armaba un jopo cada vez que lo tiraba hacia atrás, también se dio cuenta que no dejaba de estirarse para arriba, pues la ropa comenzaba a quedarle chica o los pantalones cortos, pero él lo seguía usando. Isak se preguntaba ¿qué clase de persona era Even? Ya debía tener 3 años de terapia con su madre, tres años en los cuales pasaba, le decía "Hola" y luego entraba a la habitación, cuando salía le decía "adiós, nos vemos en una semana" a veces le guiñaba el ojo con coquetería y se retiraba sin decir una palabra. Even era raro, más raro de lo que cualquier otro paciente fuera, pero le agradaba, le gustaba, le atraía.
 Podía decirse que Isak se dio cuenta que era gay cuando comenzó a soñar con Even luego del primer año de conocerse. Isak debería tener 14 años en ese entonces, los sueños eran tranquilos pero subían el tono a medida que pasaba el tiempo y se detenía en pequeños detalles de la fisonomía del joven noruego. Sus labios anchos, sus ojos celestes, su piel blanca con pequeñas manchas y granos en la frente. Durante la época de calor, los sudores que bajaban de su cabello y que instigaban a que Isak le pasara la lengua y...
Diablos, estaba enfermo.
Se quiso sentir mejor cuando vio que sus compañeros también estaban en esa edad y despertaban todos los días con una erección. Por lo menos se sentía menos patético cada vez que tenía sueños húmedos con Even.
Pero todo cambió una tarde de primavera cuando el timbre sonó fuerte en la casa. Su mamá se había ido a pagar unas boletas y en la heladera no había nadie citado, pero a veces era posible que su madre se olvidase, por lo que Isak fue corriendo a abrir y encontrarse con el atractivo muchacho de 18 años parado justo frente a él. Isak ya tenía 16, no era el niño caliente de hace un año atrás ni tampoco el hombre maduro para que todo le importara una mierda, casi flaquea al verlo y su boca se abre rápidamente intentando preguntar, pero Even se adelanta.
—¿Está tu mamá? —cuestionó, Isak negó con la cabeza varias veces.
—No, pero ella ya debe estar por venir —indicó. Ahora Even tiene puesto solamente una camiseta blanca y una camisa manga corta con cuadros, los jeans rasgados de siempre y unas zapatillas blancas.
—¿Puedo esperar dentro? Hace calor —indicó.
¿Qué podría pasar?
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 Isak no recordó cuando tiempo pasó con Even sentando en el sillón antes que él bostezara y estirara sus brazos. Probablemente unos minutos que se volvieron eternos entre el silencio doloroso que compartieron. Isak no era bueno hablando y Even tampoco al parecer, pero sabía que durante una hora se explayaba con su madre porque lo escuchaba aunque estuviera en el patio, bueno tal vez estaba siendo un poco paranoico al respecto, pero al menos sentía la suave voz grave que resonaba en toda la casa. Isak era el único en la casa cuando su madre atendía, usualmente hacía la tarea en el comedor cuando Even llegaba los miércoles a las cinco de la tarde, luego que el muchacho asistiera a su escuela, creo que era ElveBakken School, había escuchado de esa escuela un par de veces en esas comidas familiares donde su madre se le soltaba la lengua cuando tomaba un poco de vino, pero no lo suficiente para saber algo más sobre la vida de Even o lo que padecía, el secreto profesional es importante para la gente que estudió psicología.
—¿Isak, verdad? —fueron las palabras que salieron de la boca de Even luego de unos diez minutos en silencio—. Tu madre a veces habla de ti en las sesiones.
—¿Habla de mi? —su madre jamás habló de Even en ningún momento ¿pero se daba el lujo de compartir algo con su paciente sobre él? ¿en serio?
—Bueno, hablar de hablar no, pero te ha mencionado —él relamió sus labios, Isak trata de no mirarlo, esa simple acción le gusta, le hace sentir bien—. Yo pregunté en una de mis primeras sesiones ¿quién eras? Creo que estaba paranoico.
—¿Y qué te dijo ella?
—Que eras Isak, su hijo.
Más claro, échale agua.
Los siguientes cinco minutos el mutismo fue una elección para ambos. Isak no decía nada y Even tampoco preguntaba, el silencio volvió a ser incómodo porque aunque ambos querían iniciar una conversación, sentían la tensión en el aire. ¿Qué debería preguntarle al paciente de su madre? Era bastante extraño ya de por si tener una conversación normal con él, debido al contexto.
—¿Mi madre te dijo que vinieras? —preguntó Isak, Even giró su cabeza, era jueves a la tarde, no era el turno convenido para Even y eso Isak lo sabía, como también sabía que el día anterior Even no había asistido.
—Me cambió el turno a hoy —miró su muñeca donde tenía un reloj digital—. No sé, tal vez me equivoqué de horario, es raro que no esté tu madre aquí.
—Ella dijo que vendría en un momento, fue a pagar unas cosas, pero es raro que no haya regresado —Isak miró el reloj de pared, recién se da cuenta que el reloj está ahí pero Even no parece confiar en él, solamente puede mirar su reloj de pulsera.
—¿Quieres té?
—Me encantaría.
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Mamá (última conexión 15:22)
Mamá, aquí Isak. ¿Cuándo vuelves?
Tienes un paciente justo aquí mismo.
Afuera hace calor y lo hice entrar.
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 Su mamá no respondió el mensaje pero a Isak no le importó demasiado. Él estaba cómodo charlando con Even, porque esta vez sí, Even se puso a charlar más animadamente. Estaban relajados, tomando un poco de té y comiendo algunas galletas que quedaban en el jarrón. Isak podía percibir lo divertido que era Even, lo agradable que se sentía hablar con él y lo bello de sus ojos celestes y sus pestañas doradas que brillaban bajo la luz de la lámpara amarilla. Él intentó ser agradable también, pero Isak no solía ser agradable, más bien era gruñón, malhumorado y malhablado, pero en estos momentos podía sentirse el chico más agradable de Noruega. Sonreía, se reía de los molestos y tontos chistes de Even, mantenía una conversación sin insultos, pero sobre todo, se sentía feliz y a gusto.
 Creo que me gusta Even.
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 Creyó que era muy normal tener el número telefónico del paciente de su madre en su celular o al menos eso quería pensar mientras veía durante cinco minutos la imagen que Even había elegido para su whattsapp. Mierda, no estaba enamorado, no podía estarlo, apenas conocía a Even, era casi imposible pensar en algo así, seguramente deliraba o cualquier otra cosa. Pero Isak no podía simplemente hacer caso omiso a sus sentimientos, pues todos los miércoles, sin importar que tenga toneladas de cosas que hacer, siempre se garantizaba estar en casa antes de las cinco en punto, para ver a Even llegar, saludarlo y entrar a consultorio donde era atendido, luego salir y con un guiño o una palabra despedirse.
No volvieron a tener una plática fluida hasta un mes más tarde cuando un mensaje llegó a su celular.
 Even Bech Næsheim (En línea)
 E: ¿Estás dormido?
Si estas dormido, lo siento.
Si no estás dormido, hola.
I: ¿Qué diablos Even?
Son las 3 de la mañana.
E: ¿Eso es un 'no' entonces?
I: ¿Qué te pasa? ¿Tienes insomnio?
E: A veces la medicación me causa insomnio.
¿Qué haces?
 Isak no cuestionó, realmente no lo hizo. Sabía que la mayoría de los pacientes de su madre tenían algún trastorno y necesitaban medicación, así sea para la depresión o para cualquier otra mierda que tuviera desequilibrada en la cabeza. Isak no pudo evitar sonreír.
I: Intento dormir.
Pero una persona está en mi cabeza ahora.
Haciéndome perder el tiempo.
E: ¿Quién?
Tonto.
 No hubo más charla entre ellos hasta la semana siguiente.
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 Isak estaba confundido, Even le mandó solicitud de amistad en facebook. Isak sintió que eso era raro pero tampoco le importó. Lo stalkeo tanto que sentía que estaba siendo un poco perverso al respecto. Miró todas sus fotos, leyó todas sus frases sosas en el inicio de su perfil, miró todos los videos de la escuela Elvebakken y se sintió celoso por la relación que tenía con ese tal Mikael, quien se suponía era su mejor amigo —como Jonas lo era para él—.
Even se veía feliz en todas las fotos, pero no tanto en sus frases —algunas carentes de sentido y otras tan pesimistas como la mierda—. Even solía ser un libro abierto para todos y recibía mensajes de amor y apoyo, incluso leyó varios de ellos.
"que te mejores, hermano"
"suerte con eso"
"te queremos"
Y demás cosas así en cada maldito comentario. Isak quería indagar más, pero apenas habían hablado en persona unas dos veces, lo cual no los hacía amigos para poder compartir la situación personal y mental del otro. Sabía que tenía algo, pero no sabía ¿qué tenía? ¿Depresión? Parecía ser lo más coherente, pero una persona con depresión ¿podía tener esa mirada tan amable y feliz en todas las fotos y sus videos?
Algo estaba pasando.
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 Cuando Even pidió reunirse un mes después que ellos se juntaron en su living y tomaron té con galletas, Isak estaba aturdido. ¿Salir con el paciente de su madre? Pero no había hablado con nadie de cuan enfermo parecía eso, solamente salió con él.
Eran las 4:30 de un jueves, el día anterior Even había asistido a consultorio y le había dejado un dibujo con una dedicatoria al lado de la tarea mientras Isak fue a buscar un vaso de agua a la cocina. Cuando Isak llegó a verlo ya Even se había ido, estaba justo al lado de su libro de Biología. Era un dibujo donde estaban ellos dos hablando en el viejo sofá de la sala, como aquel día, mientras que en otro cuadro estaba solamente Isak sentado, lo podía notar por las características del dibujo.
Isak n°7 y Even n°32 comparten un rato agradable. Isak n°35 está solo esperando.
Isak recordó que ese día hablaron sobre universos paralelos.
Even N°32 invita a Isak n°7 a salir. Isak n°7 ¿acepta o no?
 Isak número 7 aceptó y le mandó un mensaje al whattsapp donde el muchacho contestó con un emoticón de corazón.
Cuando se encontraron para comer unos kebab y pasar el rato, Even llevaba al menos 2 camisas puestas, un pullover y una campera.
—¿Frío? —preguntó Isak. Even sonrió, de esa forma que le encantaba a Isak, esa fue toda la respuesta que recibió antes de comer.
—Es agradable ¿verdad? —musitó Even, Isak giró para ver el rostro iluminado por el sol, Even era muy hermoso y no pudo evitar sentir terribles celos a todos esos compañeros que tenían el placer de verlo todos los días.
—¿Qué es agradable?
—Estar aquí —musitó y giró su rostro para ver los ojos de Isak, que se reflejaban verde claro ante la mirada del sol—. Contigo.
La tensión entre ellos se percibía a distancia, había una tensión que no lo dejaba respirar y se sentía pesada en su pecho. Ellos siguieron hablando y riendo durante dos horas hasta que la noche cayó a sus pies. Isak no quería irse, no quería dejar de estar con Even, pero sabía que estaba siendo tarde y tenían que volver a casa.
—Si tu madre supiera que sales conmigo, me mataría, no puedo acompañarte a tu casa —musitó alzando los hombros, pero Isak negó.
—No te preocupes.
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 La primera vez que se besaron, fue tres meses después de su encuentro. Seguían hablándose regularmente por whattsapp e incluso se daban "me gusta" en facebook constantemente. ¿Eso era tener un especie de relación o algo? Isak no lo sabía. Cuando recién empezaron a hablar, ese momento que Even le envió una solicitud de amistad, él tenía una novia: Sonja. Pero la relación terminó solamente cinco días después que Isak se agregara entre los amigos del muchacho. No quiso indagar, no podía, no se sentía "amigo" de Even bajo ningún punto de vista y tampoco quería saber su intimidad con Sonja.
Después del rompimiento y después de la 'cita', Even desapareció durante dos semanas, incluso no fue a consultorio y su madre no parecía preocupada por ello. Isak preguntaba, pero ella respondía "está bien", solamente eso, le irritaba cuando era TAN monótona en su discurso. No está un carajo bien, Even no apareció en dos semanas, ¡en dos! No respondía los mensajes y estaba desvanecido de facebook e instagram. No había subido ninguna foto, ni nadie tampoco lo había etiquetado a nada, eso significa que nadie lo había visto. Incluso, luego del colegio fue a Elvebakken para dar un vistazo pero no lo encontró en el campus ni tampoco sus amigos parecían saber donde estaba, todo era tan normal, como si Even hubiera desaparecido, por lo que cuando Isak recibió un whattsapp de él, su corazón volvió a latir.
 Even (En Línea)
 E: Lo siento, estuve un poco perturbado estas dos semanas.
¿Puedo compensártelo?
I: Mierda Even, casi haces que me infarte.
¿Dónde estuviste estas dos semanas?
E: No salí de mi cama.
¿Quieres hacer algo esta noche?
Tengo invitaciones para una fiesta de disfraces.
I: ¿Invitaciones para una fiesta de disfraces?
¿qué mierda?
E: Es una gran fiesta de disfraces que hacen los de Elvebakken.
¿Quieres venir?
O si quieres busco a alguien :(
I: Voy.
  Consiguieron solo disfraces de vampiros, pero Isak terminó sacándose los dientes unos minutos después de haber entrado. Tomaron un poco de alcohol, bailaron y saltaron como locos. Fumaron porro y se rieron de idioteces que veían en facebook mientras el resto estaba ligando delante de ellos. No se sentía incomodo, bueno, realmente se sentía demasiado incómodo, pero trataban de no poner atención a la gente besuqueándose delante de ellos y siguieron bebiendo. Y bebieron, y bebieron y bebieron.
Isak no podía recordar cuando unos besos tontos en su frente pasaron a ser unos besos apasionados en su boca. Tampoco recordó cuando fue arrinconado por Even en la pared y metió mano entre sus ropas, incluso, casi no recordaba el momento en que le pidió permiso para meter su lengua y él la abrió de par en par para recibirlo en todo sentido. Pero lo que si recordaba era lo caliente que se había puesto y la fricción entre sus cuerpos mientras se besaban y gemían. Los dos estaban borrachos, se habían drogado y estaban excitados, pero Even conservaba aun su sentido común y se detuvo antes que un caliente y hormonal Isak comenzara a fajarlo.
Even lo llevó a su departamento, donde Isak pasó treinta minutos frente al retrete vomitando y se durmió acostado en el tapiz del baño, tuvo que ser Even el que lleve su pesado cuerpo hasta la cama y lo tapó.
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La primera vez que tuvieron sexo fue unos dos meses más tarde. El beso entre ellos había avivado la pasión y continuaron haciéndolo incluso sino estaban borrachos. Isak era joven, intrépido y lo instigaba, mientras que Even en ocasiones se dejaba llevar por los caprichos del más joven. Se le montaba encima, se refregaba contra él y se sentía la persona más loca del universo.
Even no quería tener sexo aun, pero pasó sin que se diera cuenta de ello. Probablemente porque Even quería complacer a Isak en todos los sentidos y uno de ellos era el sexual.
Fue durante el cumpleaños número diecisiete de Isak donde Even lo invitó a tomar una cerveza a su casa. Él le mintió a su madre, siempre lo hace cuando se ven a escondidas con Even. "Me voy a la casa de Jonas" le decía, total, su madre jamás corroboraba si estaba o no con Jonas, Isak no suele mentirle a su madre.
En el departamento fumaron un poco, tomaron unas cervezas y comenzaron a besarse. Even sentía que Isak estaba poniendo la máxima potencia a todo su cuerpo y no podía controlarlo, intentó pararlo unas dos veces, pero el joven siguió besándole el cuello y sacándole la camisa. Tal vez era por el calor de puta madre que hacía afuera en ese verano o tal vez que los dos estaban demasiado excitados para  poder pensar un poco, pero las ropas fueron quedando en el suelo y Even le hizo el amor encima de una alfombra de terciopelo negro. Trató de ser cuidadoso, trató de no lastimarlo, pero Isak lloró cuando Even estuvo completamente dentro de él.
Se sintió la peor persona del mundo y estaba a punto de sacarlo, pero Isak pidió más, quería más, quería sentirse vivo y lo hizo, le hizo sentir toda la fuerza que tenía en su interior varias veces esa noche, incluso no podía dormir debido a ello y su excitación jamás cedía. Ya a Isak le dolía las caderas y prefirió que la última vez fuera ayudado con las manos y la boca, para que Even pudiera descargarse nuevamente, pero no dentro de él, aun estaba rojo y sentía que cualquier toque le iba a doler.
Even se sintió mal esa noche e Isak pensó que no lo volverían a hacer.
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 Cuando su relación ya llevaba al menos 3 meses Isak decidió hacer su propia investigación. Era tres meses de amor, de abrazos, de beso e incluso de sexo —porque aunque Isak se había jurado no volver a hacerlo, lo hizo de nuevo y muchas veces—. Entró al consultorio de su mamá justo después que se fuera el último paciente a revisar las fichas médicas. Su mamá se retiró a la habitación a descansar y él pudo abrir su consultorio con la llave que colgaba siempre en el llavero. Buscó las fichas de sus pacientes y empezó.
  Bech Næsheim, Even
Nacionalidad: Noruego. Fecha de nacimiento: 12 de febrero de 1997. Edad: 19. Familia: Madre (Sra. Sigrid Bech Næsheim) Padre (Sr. Jan Bech Næsheim). No tiene hermanos. Residencia: Calle central 95, departamento 6. Oslo, Noruega.
Diagnóstico: Trastorno maniático-depresivo (Bipolar) con tendencias manipuladoras.
 A Isak no le molestó que su novio tuviera bipolaridad, en realidad, se esperaba algo así, pero el "tendencias manipuladoras" lo asustó. ¿Y si Even estaba manipulándolo y él no se daba cuenta? ¿Si lo estaba llevando por un camino que no era el que él —por propia voluntad— deseaba?
Esos pensamientos no lo dejaron dormir en toda la noche y las noches siguientes.
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 Tal vez no fue lo mejor que Isak haya hecho en sus diecisiete años de vida, pero apenas vio a Even cruzar la puerta del consultorio, con su madre detrás de él, no pudo evitar encararlo. Ciertamente le importaba una mierda si su madre se enteraba que había leído sus fichas sin consentimiento y que tenía una relación secreta y clandestina con uno de sus pacientes más comprometidos, necesitaba aclarar ese maldito asunto o su cabeza iba a estallar. Estaba llorando mientras avanzaba a él con sus ojos repletos de confusión y locura, podría decirse que si no fuera porque él era solamente el hijo de la psicóloga, seguramente lo confundiría con un paciente que asiste a terapia.
—¿Tendencias manipuladoras? —preguntó, Even lo miró con sorpresa y su madre también parecía perdida—. ¿Cuánto me manipulaste, Even?
—¿De qué hablas? —cuestionó con sorpresa.
—¡Eres bipolar, mierda, bipolar! —explicó, como si Even no estuviera ya de por si al tanto con su enfermedad desde hace años—. ¿Me manipulaste en tu etapa de manía? ¡Dímelo!
—Hijo, ¿qué demonios pasa? —su madre estaba histérica, ¿cómo es posible que su hijo le gritara a un paciente delicado como Even de esa manera?
—¿Qué fue lo nuestro, eh? ¿Un delirio más de tu enferma cabeza? —Even estaba angustiado, sorprendido y devastado con las palabras hirientes que salieron de la boca de Isak.
—Isak, por favor —su madre intentó calmarlo, pero su sorpresa fue enorme cuando su hijo soltó las últimas palabras y se largó.
—Y decir que me entregué a ti, un lunático —exclamó antes de retirarse a su cuarto y encerrarse allí varias horas.
 Even se fue de la casa lo más rápido que pudo.
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 Isak se sintió mal casi al instante. ¡No podía creer que le dijo todas esas mierdas a Even en la cara! Y lo peor, es que se había delatado con su madre y había expuesto la relación que tenía. Lloró muy amargadamente al menos dos días seguidos, hasta que se quedó sin lágrimas. No había salido de su cuarto ni siquiera para comer o bañarse, sobrevivía con las galletas de agua que tenía en su mochila desde hace una semana y media, pero no podía ver a su familia a la cara después de eso. Su hermana Lea intentó llamar su atención, pero él no respondía a los golpes en la puerta ni a los mensajes de texto, sabían que estaba vivo porque lo escuchaban caminar o ir al baño, pero luego volvía a su cuarto y se encerraba, lloraba, se cubría con las mantas y se negaba a ir al colegio.
¿Esto era lo que llamaban depresión?
Ya estaba diagnosticándose a sí mismo cuando la madre al fin entró, ella tenía una llave que estuvo buscando por días y logró entrar al cuarto, agradecía que cada habitación tuviera dos juegos de llaves. Isak se cubrió con las sábanas pero no se alejó.
—¿Podemos hablar? —preguntó la mujer, él solo asintió bajo las mantas—. Hijo, tienes que salir de la habitación, haz estado aquí durante dos días.
—No quiero salir —susurró para sí mismo pero su madre lo escuchó—. Arruiné todo, debes pensar que soy un idiota.
—Bueno, gritarle así a un paciente bipolar y leer mis archivos que son confidenciales no fue la idea más inteligente que has tenido Isak —comentó la mujer—. Pero, meterte íntimamente con un paciente mío, eso sí es muy grave.
—Mamá —susurró quitándose las mantas de encima, tenía el cabello enmarañado y los ojos aun lagrimosos—. Yo.....no sé que me pasó, todo fue tan rápido, cuando estuve consciente que realmente estaba golpeando mi cabeza contra el suelo con esto, ya estaba completamente perdido.
—Even es encantador.
—Y con tendencias manipuladoras.
—Isak —susurró acariciando la espalda de su hijo—. Escucha Isak. Ese diagnóstico es de el psiquiatra que atiende a Even, no lo escribí yo, estoy tratando de ayudar a Even con eso, pero cariño, no piensas que él no tiene sentimientos, que él no puede amar o pensar siquiera en dar amor, eso sería muy injusto.
—Pe....pero....
—Isak, aun eres tan joven y tu vida será tan larga y placentera. Escucha, no estoy muy feliz que me ocultaras tu relación con un paciente mío, que leyeras mis informes y que encima le gritaras a mi paciente, pero eso no significa que no te quiera, que no acepte tu relación con Even o el hecho que eras gay, realmente eso ya lo sabía desde hace bastante tiempo, Isak.
—¿Qué sabias?
—Que eras gay y que te gustaba Even.
—¿Cómo sabías, mamá? —preguntó sorprendido.
—Soy tu madre, lo sé todo de ti —ella hizo una pausa—. Derivé a Even a otro psicólogo que lo atenderá bien.
—¿Hm? ¿Por qué?
—Porque no puedo ser psicóloga de mi propio yerno —ella sonrió e Isak también lo hizo.
—¿No te molesta que sea bipolar?
—¿A ti te molesta? —preguntó, Isak negó—. ¿Entonces por qué a mí me molestaría? Lo único que me molesta es que te hagan daño, tesoro. Es verdad que Even es inestable, pero el psiquiatra ajustó su medicación y recientemente no tiene recaídas. Esta bastante angustiado después de lo que tu dijiste, hemos hablado por teléfono, creo que se deben una charla.
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 Even (En Línea)
 I: Perdón por ser un imbécil.
Y perdón por todas las veces que actué como un imbécil.
En fin, perdón por todo. Soy un idiota.
¿Ya te dije que soy un imbécil?
E: No lo eres.
I: Lo soy, arruiné las cosas contigo.
:'(
¿Me perdonas?
E: Tendremos que hablar sobre como compensarme.
:)
I: Idiota.
Ups lo siento.
Idiota.
E: Yo también te amo, Isak.
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 La primera vez que Even e Isak se mudaron juntos fue un año después de volver a su relación. La madre de Isak no estaba del todo feliz, pero él ya era mayor de edad y podía hacer lo que quisiera. Isak no sabía que tanto iba a extrañar lo acogedor que era su casa, su mamá prácticamente le hacía todo, pero ciertamente después de una semana de vivir con Even, no extrañaba para nada el calor del hogar. Even era completo: cocinaba, planchaba, limpiaba la casa, le hacía el amor como los dioses, sobre todo cuando estaba en su etapa maníaca, y no es que Isak se aprovechara de eso, porque cuando estaba con depresión, Isak era quien lo atendía, lo abrazaba, se quedaba allí horas mirándolo y luego limpiaba y hacía todos los quehaceres domésticos además de ir a la universidad.
Even trabajaba en la cafetería cerca de la casa de ellos, tenían consideración dado a la bipolaridad de Even, además que cada vez que el chico estaba allí la gente se amontaba para comprar café y coquetearle. Eso molestaba a Isak, el cual se acercaba cuando había más gente solo para besar a su novio apasionadamente.
Isak tenía 18 y Even 20 cuando Isak se hartó del trabajo de Even.
—No me gusta que trabajes allí —susurró Isak mientras comía del plato unas patatas. Even levantó la cabeza.
—¿Qué?
—Odio que esas chicas te coqueteen tanto —Even no puede evitar sonreír y acercarse a él de una forma adorable.
—Tú eres lo único en lo que pienso siempre, para toda la eternidad.
 Isak tenía 20 y Even 22 cuando adoptaron su primer cachorro.
 —Este perro me enloquecerá —musitó cuando sintió que el pequeño cachorrito ladraba a cada instante.
—Seremos tres los locos entonces —dijo Even levantando al pequeño del piso, el cual necesitaba un poco de amor y abrazos, besos por toda su cabecita y cosquillas.
 Isak tenía 24 y Even 26 cuando fueron niñeras por primera vez. La hermana de Isak había tenido familia y necesitaba que cuiden de su hijo más grande: Benjamín.
—¿Qué es todo este desastre? Solo me fui a bañar unos diez minutos —Even estaba aturdido cuando entró a la cocina y vio todo el desastre que había. Isak estaba tratando de hacer que el pequeño comiera un poco de pasta.
—Nunca le des pasta con salsa a un niño de dos años.
—Pues, es sentido común Isak —exclamó Even, que inmediatamente recibió una porción de pasta con salsa en su cabeza.
—Nunca tendré hijos.
—Pero podemos divertirnos intentándolo —comentó Even para nuevamente recibir una porción de pasta en su cara, esta vez de parte de Isak.
 Isak tenía 30 y Even 32 cuando decidieron adoptar un niño. Grande, de preferencia seis años para arriba.
—Serás una buena madre —susurró Even abrazándolo por detrás.
—Vete a la mierda, Even. Tú serás la madre, eres quien limpia y quien cocina —gruñó Isak.
—Pero tú eres el que pide que te la pon.... —inmediatamente es silenciado con un codazo, dado que la trabajadora social entró con un niño de cuatro años a la sala.
—Se llama Christen. Christen, ellos son tus papis —comentó la mujer.
El niño era rubio de hermosos y grandes ojos azules, se parecía bastante a Even, pero sus cabellos con rulos eran muy similares a los de Isak, Even pensó que si ambos pudieran tener un hijo biológico, sería igual que ese niño. El pequeño se acercó y se aferró a las piernas de Isak.
—¡Mami!
—El niño ha elegido —comentó Even y nuevamente recibe un golpe de su novio.
 Isak tenía 31 y Even 33 cuando Christen inició el prescolar obligatorio.
—¿Por qué lloras, cariño? —preguntó Even mientras le limpiaba los ojos a Isak.
—No estoy llorando —musitó, las lágrimas simplemente caían.
—A otro perro con ese hueso. Vamos, dime cariño ¿qué ocurre?
—Es que crece tan rápido —sollozó.
 Isak no pudo dormir esa noche ni las noches siguientes pensando que ya ha pasado un año desde que tienen la custodia de Christen y este ha entrado al jardín de infantes con completa naturalidad.
 Isak tiene 40 y Even 42 cuando tienen su primera pelea con un adolescente Christen.
—¡No me dejan hacer nada! —gritó el chico azotando la puerta.
Isak estaba molesto y fue directamente al cuarto para golpear la puerta, pero es detenido por Even que solamente negó con la cabeza y le hace masajes para relajarlo.
—Pero no puedo tolerar que un niñato de catorce años me ande gritando.
—¿Qué hacías tú a los 14 años, niñato? —Even tenía razón, pero Isak nunca se la daría.
 Durante la noche Isak se quedó llorando mirando netflix y Christen se acercó para acurrucarse a su lado y pedirle perdón, ambos lloraron, pero llegó Even con helado y se alegraron nuevamente, los tres durmieron acurrucados en el sillón, como una familia.
 Isak tenía 75 y Even 77 cuando supieron que terminarían sus vidas juntos. Incluso años más tarde, ellos sabían que nada los separaría, que son eternos como su amor.
 Christen tenía 60 cuando le contó a sus nietos que no había amor más fuerte y eterno que el que sintieron sus padres alguna vez, y que ahora, ambos descansaban en la eternidad para siempre, juntos, amándose, como en aquel momento donde hablaron la primera vez, en aquel viejo sofá donde ahora Christen compartía con su esposa, sus hijos y sus nietos. Ese día todos descubrieron que el amor puede durar una eternidad.
 Fin.
 Gracias por leer.
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